Judith Butler
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¿A quién le perenece K? y otros ensayos
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Pinodia
Judith Butler
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¿A quién le perenece K? y otros ensayos
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Pinodia
Rgistro de propiedad intelectual: Nº 242504
Índce
¿A quién le pertenece K?
7
Primo Levi para el presente
33
Walter Benjamn y la crítica de la violencia
63
Beauvor sobre Sade La sexualidad como una ética
109
Nota de edicón
137
Procedencia de os textos
139
¿A quién le perenece K?
Un juicio que se lleva a cabo actuamente en Te Avv determinará la custodia de varias cajas de os escritos originaes de Kaa, incluyendo borradores niciaes de sus obras pubicadas, hoy almacenadas en Zurich y Tel Aviv. Como es bien sabdo, Kaf dejó su obra pubicada e inédta a M Brod, junto con l instrucción expresa de que ésta era destruida después de su muerte. En efecto, parece que Kaa mismo ya había quemado gran parte de su obra. Brod se rehusó a respetar a petición, aunque no publicó todo o que e e dejado en herencia Pubicó as novelas El Proceso, El Castio, y América entre 1925 y 1927. En 1935 publicó las obras competas, pero uego dejó a mayor parte de o que restaba en maletas, quizá respetando el deseo de Kaa de no publicaro, pero ciertamente rechazando su deseo de destruirlo. El compromiso de Brod consgo mismo resultó ser de gran trascendencia, y en cierto modo hoy vivimos as consecuencias de no cumpimento de la voluntad de Kaa. Brod dejó Europa y se e a Paestina en 1939 y aunque muchos de os manuscritos bajo su custodia terminaron en a Bibioteca Bodeiana de Oxrd, mantuvo consigo una cantidad sustancia de ellos hasta su muerte en 1968. Fue a su secretara Esther Hoe, con quien parece haber tendo una reación amoro-
bóvd, po 1988 vdió o ucito d El Proceso po U$2000000 cudo y tb co qu podí c u bu povcho d K o qu o podí pdci, i bgo, qu vtut tdí ug u poco dpu d ut d Eth, qu u hij, Ev y Ruth, fí qu di cit ivti o ti y qu vlo d o ucito dbí dti po u po itt, po lo q p. Coo xplicó uo d o bogdo qu pt ptioio d Ho: Si lgo u cudo, til á ocido vt coo u o tidd, u pqut. Sá vdido po u po . . . Diá: quí hy u kiogo d ppl, jo poto podá cc y v lo qu hy alí' L Bibiotc Ncio (d Ir) tbié podá po fl y hc ua ot'. Cómo qu K lleg a converirse en una mercancía como esa en eecto, un nuevo patrn oro es una pregunta importante, a la que regresaré Toos estamos muy amiliarizaos con l r en que hoy se establece, e manera cuantitativa, el valor el trabajo literario y acaémico, pero no estoy segura e que hasta ahora aguen haya popuesto que simplemente ponga mos nuestra obra en la baanza Pero comencemos consieano ces son las partes que se enentan en el proceso y as varias armacones que hacen Primero, est a Biblioteca Naciona e Israel, que arma qe el testamento* e sther Hoe sea anua o, ya que K no le pertenece a estas mujees, sno o a bien público" o al pueblo juo, one a veces estos os paecen en tcarse av Blumberg, pesene e ectoo e a Bblio teca Nacona, lo pone e esta maea "L bblotec no preten e ennciar a activos cuturales qe e penecen a pebo ju o Pesto que no es una insttucn comec y los íems gar
proseguirá en sus eseos de onseguir la transrenia de los manusritos que han sio enontrados". Es interesante ver 6mo os esrtos de a pueen onstituir un ativo" del pueblo judío y a la vez no tener nada que ver on actividades comeries. Oren Weinberg, diretor ejeutivo de la Bibliotea Naional, expres6 un omentario similar más reientemente: "L bibliotea enenta con preoupai6n la nueva posici6n expresada por los ejeutores, que quieren involurar onsieraiones nanieras en la eisi6n sobre quién recibirá el patrimonio. Revelar los tesoros, que han sio es conidos en b6veas por éas, seirá al interés públio, pero la posii6n e los ejeutores tiende a soavar iha meia, por razo nes que no beneiarán ni a Israel, ni muno". Pareciera entones que ebemos entener que la obra e Ka es un activo" el pueblo juío, aunque no un ativo res tritivamente nanciro. Si Kf es relamao en primera ins tancia como escritor juío, ha e pertenecer primeramente al pueblo juío, y su escriura a los activos culturaes el pueblo juío. Este reclamo, e por sí ontroversia! (ya que oblitera otros moos e pertenencia o, también, nopeenencia), o es aún más cuano comprenemos que el caso egal esansa en la presun i6n e que el Estao e Israel representa al pueblo juío. Esto poría parecer una pretens6n meramente escriptiva, pero con lleva consecuencias extraorinarias y contraictorias. Primro, ica pretensi6n supera la istinci6n entre juíos que son sionis tas y juíos que no lo son, por ejemplo juíos en la ispora para quienes la patria no es un lugar e retorno inevitabe o un estino nal. Seguno, la pretensi6n e que Israel representa al pueblo juío tiene a su vez consecuenias nacionales. En efecto, el pro blema que tien Israel e 6mo lograr y mantener e la mejor rma una mayoría emográa sobre su poblaci6n nojuía, hoy
juíos como a los nojuíos. Por ello, la aserción e que Israel represena al pueblo juío niega la gran cania e juíos era e Israel que no son represenaos por él, legal o políicamene, pero ambién los palesinos y oros ciuaanos nojuíos e ese Esao. La posición e la Biblioeca Nacional se apoya en una concepción e la nación e Israel que presena a la población juía era e su erriorio como vivieno en el Galu, en un esao e exilio y esesperanza que ebiera ser reverio, y que sólo puee ser reverio meiane un reorno a Israel. La iea implícia es que oos los juíos y los acivos culurales juíos lo que sea que que eso puea signi sig nica car r que que se hallen era era e Israel evenuamene y propiamene le perenecen a Israel, ya que ése represena no sólo a oos los juíos, sino aemás a oa la proucción culural juía signicaiva. Simplemene señalaré que exisen muchos comenarios ineresanes sobre ese problema el Galu por esuiosos como Amnon RazKozkin, quien, en su exraorinario rabajo sobre el exilio y la soberanía, argumena que lo exílico es propio el juaísmo e incluso e la juaicia, y que el sionismo yerra al pensar que el exilio ebe ser superao meiane la invocación e la Ley el Reorno, o en efeco, e la popular noción e erecho e nacimieno". El exilio puee ser, e hecho, un puno e paria para pensar sobre la coexisencia y para evolver los valores iaspóricos a esa región. Ése era sin ua el puno e Ewar Sai cuano, en Freud y lo no-europeo, llamó a que las hisorias el exilio ano e juíos como e palesinos sirvieran como base para una nueva organización políica en Palesina. El Galu no es enonc en onces es un ominio om inio caío caío que requiere requiere la reención, aún cuao sea precisamene lo que las rmas esaales y culurales el sionismo preenen superar meiane la ex-
te al Estado israelí. En ecto, si el argumento de la Biblioteca Nacional tuviera éxito, entonces la pretensión de representatividad del Estado de Israe se expandiría tremendamente. Como ha señalado Atony Lerman en el Guardian, si l Bibliotec Ncionl reclm el legdo de K pr el Estdo Estdo Judío, ell, e instituciones como ell en Isrel, pueden reclmr prácticmente cuquier cuquier singog, obr ob r de rte, m nuscrito u objeto ritul vlioso que se hlle ctulmente en Europ y que se de un époc previ l Holocusto Pero ni Isrel como Estdo, ni ningún otro Estdo o institución públic tiene te derecho. derecho. ( mientrs que es cieo que es un fgur fgur clve del del psdo cultur j udío, l ser uno de los utores más signifctivos cuyos tópicos tienen eco en l myorí de de los píses píses y l culturs, l ctitd propietri propietr i de srael ciemenciemente impropi)
Aunque Lerman lamenta el implícito servilismo de las comunidades judías europeas con Israel", el problema tiene implicancias globales más amplias: si la diáspora es concebida como un dominio caído, no redimido, entonces todas las producciones culturales de aquellos que son posiblemente judíos según las leyes rabínicas que gobiernan la Ley de Retorno estarán sujetas a la apropiación legal póstuma, suponiendo que la obra sea considerada un activo". Y esto me conduce a mi tercer punto, a saber, que alí donde hay hay activ activos, también hay hay pasivos. pasivos. De tal modo que no es sufciente que una persona o una obra sean judías; tienen que ser judías de tal rma que puedan ser capitalizadas por el Estado israelí en sus actuaes uchas en muchos entes contra la deslegitimación cultur. Un activo, uno se imagina, es go que mejora a reputación mundial de Israe, que muchos considera-
deremos, por ejemplo, los recientes eserzos por peseguir a organizaciones israelíes de derechos humanos, como B'tselem, por documentar públicamente el número de bajas civiles en la guerra contra Gaza. Quizá Kaa podría ser instrumentalizado para superar la pérdida de reputaci6n que ha suido Israel por virtud de su permanente ocupaci6n ileg de tierras palestinas. Importa que Israel llegue a ser dueño de la oba, pero también que la obra sea guardada dentro del territorio establecido del Estado, de modo que cualquiera que quiera leer y estudiar dicha obra deba cruzar la ontera israelí e involucrarse con sus instituciones culturales. Y esto es problemático no s6lo porque a ciudadanos de varios países y nociudadanos en los Territorios Ocupados no se les permite cruzar dicha ontera, sino también porque muchos artistas, actores e intelectuales respetan el boicot académico y cultural, rehusándose a presentarse en Israel hasta que sus instituciones anftrionas expresen una oposici6n erte y sostenida a la ocupaci6n. El proceso sobre K no s6lo tiene lugar en contra de este trasndo político, sino que inteiene activamente en su reconfguraci6n: si la Biblioteca Nacional en Jerusalén gana el caso, para tener acceso a los materiales inédito y nunca antes vistos de Franz K uno tendrá que atentar contra el boicot y tendrá que reconocer implícitamente el derecho del estado de Israel de apropiarse de bienes culturales cuyo alto valor se asume que se convierte contagiosamente en el alto vor del mismo Israel. ¿Puede el pobre K soportar dicha carga? ¿Puede él ayudar realmente a que el estado de Israel supere la mala publicidad que implica la ocupaci6n? Es extaño que Israel pueda estar confando en los ágiles restos de Franz Kaa para establece su reclamo cultural sobre obras que son producidas por una clase de personas que podría-
pecto del lucro. Su búsqueda de un resultado lucrativo parece no conocer onters naciones y no respetar ningún reclamo de pertenencia nacional precisamente como el capitalismo. De hecho, el Archivo Aemán de Literatura estaría probablemente en una mejor posición para pagar las sumas imaginadas por estas hermanas. En un gesto desesperado, el consejo israelí para la Biblioteca Nacionl buscó desacreditar os reclamos de propiedad de as hermanas haciendo pública una carta de Brod acusando a su amante de tarle el respeto, e insistiendo que él preeriría dejarle estos materiales a alguien que lo considerara como una persona signifcativa. Puesto que la carta no nombra a nadie, podría ser dicil sostener la pretensión de que sustituye la explícita estipulación del testamento. Ya veremos si este documento de una pelea entre amantes se sostiene en la corte. El más poderoso adversario de la Biblioteca Nacional es el Achivo Aemán de Literatura en Marbach, que, interesantemente, ha contratado abogados israelíes para los fnes del proceso. Presumiblemente, con asesoría israelí, esto no tendría la apariencia de una lucha alemanajudía, y por lo tanto no nos recordaría ese otro proceso el de Eichmann en 1961 en el que el juez repentinamente dejó de hablar hebreo y comenzó a hablar en alemán para dirigirse a Eichmann directamente. Ese momento generó controversia sobre el asunto de qué lenguaje corresponde a una corte israelí, y si acaso a Eichmann debiese oecérsele dicha cortesía. Varios académicos y periódicos alemanes han lanteado recientemente que Marbach es el hogar que le corresponde a lo escritos recién descubiertos de Kf. Marbach, sealan, ya acoge la mayor colección de manuscritos de Ka en el mundo, inclyendo el manuscrito de El Proceso, que adquirió por la sma de 35 millones de marcos alemanes en Sotheby's en 1998 Estos
especícamente, a enguae aemán. Y aunque nadie ntenta decir que pertenece a Alemania en cuanto uno de sus ciudadanos pasados o virtuales, parece que a germanidad trasciende aquí la historia de la ciudadanía y se nda en la cuestión de la competencia y e ogro ingüístico. El argumento del Archivo emán de Literatura suprime la importancia del multilingüismo en la rmación de Kaa y en su escritura. {Por cierto, ¿tendríamos las paráboas de Babel sin el supuesto del mutilingüismo, y acaso vacilaría la comunicación con tanta insistencia en sus obras sin ese trasndo de checo, yiddish y alemán convergiendo en el mundo de Kaa?). Al entizar en cuán perectamente alemán es su lenguaje, el archivo se une a una larga y curiosa tradición de elogio al alemán puro" de Kaa. George Steiner alabó la traslucidez del alemán de Kaa, su quietud inmaculada", subrayando que su vocabulario y sintaxis se abstienen prondamente del derroche". John Updike se refrió a la conmovedora purez' de la prosa de Kaa. Hannah Arendt, también, escribió que su obra habla la prosa emana más pura del siglo". De tal modo que aunque Kaf era checo, parece que este hecho es superado por su alemán escrito, que es aparentemente el más puro ¿o, debiéramos decir, purifcado? Dada la historia de la valoración de la purez' en el nacionalismo alemán, incluyendo el nacionalsocialismo, es curioso que Kaa sea erigido como símbolo de esta norma rigurosa y excluyente. ¿De qué rmas debiera el multilingüismo de Kaa y sus orígenes checos ser purifcados" para que represente un alemán puro? ¿Es acaso lo más destacable o admirable de él que parezca habrse puricado a sí mismo, eempifcando las capacidades autopuricantes del Extranero [Auslnder]*? Es interesante que estos argumentos sobre el alemán de
Agela Merkel ha anunciado el acaso del muliculuralismo en Alemania y ha presenado como evidencia que nuevos inmigranes, e igualmene sus hijos y nieos", no hablan alemán correcamene. Ha exhorado públicamene a esas comunidades a deshacerse de odo aceno e inegrarse" a las normas de la comunidad lingüísica alemana (una queja conrarresada rápidamene por Jürgen Habermas). Es ciero que Kaa puede ser modelo de un inmigrane exioso, aunque vivió sólo un iempo en Berlín, y claramene no se idenifcaba inclso con los judíos alemanes. Si las nuevas obras de Kaa son recluidas en el archivo de Marbach, enonces Alemania se vería ralecida en su eserzo de llevar su nacionalismo al nivel del lenguaje; la inclusión de Kaa iene lugar por la misma razón por la que los inmigranes que no hablan an bien son denunciados y resisidos. ¿Es posible que el ágil Kaa se conviera en una norma de inegración europea? Enconramos en la correspondencia de Kaa con su amane Felice Bauer, que era de Berlín, que ella corrige consanemene su alemán, sugiriendo que no esá plenamene en casa en su segunda lengua. Y quien e su amane poseriormene, Milena Jesenská, que radujo además sus obras al checo, le enseña consanemene ases checas que él no sabe ni delerear ni pronunciar, sugiriendo que el checo, ambién, era algo así como una segunda lengua. En 1911, aiende al earo yiddish y comprende lo que se dice, pero el yiddish no es un lenguaje que encuenra a menudo en su milia o en su vida coidana; no deja de ser algo aracivo y exraño imporado desde el Ese. ¿Podemos hablar de una primera lengua aquí? ¿Puede decirse que incluso el alemán rmal en el que escribe Kaa que Arend lla�ó el alemán más puro" lleva consigo los signos de alguien que ingresa al lenguaje desde era? Ése es el argumeno del ensayo de Deleuze
reriéndose al ensayo de M Brod sobre los escritores judíos, Nuestros escritores y la comunidad", publicado en Der ju. 19 16,
E incidentmente, no querrás decirme o que soy reamente; en útim Neue Runchau 'L Metorfosis" es menciond y rechd por otivos sentos, y uego e critor d: Hy ndmentmente emán en e e nrrtivo de K". En el ícuo de M, r otr pe: " histori de K se h entr los documentos más típimente judíos de nuestro tiempo".
Un caso diícil," escribe Kaa. ¿Soy acaso un jinete de circo sobre dos caballos? Ay, no soy un jinete, sino que yazgo abatido en el suelo." Tomemos en cuenta más escritos de Kaa sus cartas, algunas entradas de diario, dos parábolas y un relat para echar luz sobre la pregunta por su pertenencia, sus perspectivas sobre el sionismo y en genera sobre sus rmas de pensar sobre la llegada (y el acaso en la llegada) a un destino. En la medida en que nos interesa evuar los derechos de propiedad reclamados en el juicio, probablemente no importa si Kaa era o no un sionista o si acaso planifcó seriamente mudarse a Paestina. El hecho es que Brod era sionista y se llevó la obra de Kaa con él, aún cuando Kaa nunca e, ni tuvo la intención de hacerlo. Entendió que Palestina era un destino, pero se refró al plan de ir alí como sueños". No era sólo que carecía de la voluntad, sino que había una ambivaencia que lo detenía con respecto a todo el proyecto. Lo que espero mostrar es que una poética de la nollegada invade su obra y aecta, cuando no aige, sus cartas de amor, sus parábolas sobre viajes, y sus reexiones explícitas tanto sore el sionismo como sobre a lengua alemana. Puedo comprender que uno podría querer mirar específcamente lo que escribió Kaa sobre los
en reamos de pertenencia naciona y ingüística, pero la mayoría de os procesos y procedimientos sobre os que escribe Kaa nvolucran alegatos inndados y culpas sin nombre. Ahora Kaa mismo se ha convertido en propiedad, cuando no en enseres {literalmente, un artícuo de propiedad tangible mueble o inmueble no adherida a un terreno), y el debate sobre su destino fna tiene ugar, irónicamente, en un tribuna miiar. La pregunta misma por la pertenencia de Kaa ya es algo escandaloso dado e hecho de que la escritura traza las vicisitudes de no pertenecer o de pertenecer demasiado. Recordemos: él rompió todos los compromisos que tuvo aguna vez, nunca e dueño de un departamento, y e pidió a su ejecutor iterario que destruyera sus papeles, después de lo cua esa relación contractul había de terminar. Dichos acuerdos sobrevivieron a sus propósitos originales y la extensión de tiempo que se esperaba que tuvieran. Aún cuando el trabajo de Kaa era arbitrar reamos administrativos de seguros y contratos vinculantes, su vida personal careció curiosamente de elos, excepto por un ocasional contrato de pubicación. Por supuesto, estoy preparada para aceptar qu la gestión legal de sus papeles requiere una decisión con respecto a su custodia, y qu est problema de propiedad legal ha de sr resuelto para que los papeles sean inventariados y puedan accederse. Pero si nos volvemos hacia su escritura buscando ayuda para resolver este embrolo, podría ser que nos encontremos con que su escritura es más pertinente para ayudarnos a pensar más allá de los límites de la pertenencia cutural, así como de las trampas de ciertas trayectorias nacionalistas que tienen como meta destinos territoriles específcos. No hay duda de que la judaicidad de Kaa era algo importante, pero esto no implicaba en ningún caso alguna posición sostenida sobre el sionismo. Estaba inmerso en a udaicidad, pero