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“CONSAGRADO AL SEÑOR”
SEMANA No. 1 TIEMPO DE NAVIDAD CICLO B DICIEMBRE/29/2011 PARROQUIA SAN JOSE, ATHENS GA Búscanos en: WWW.SCRIBD.COM/ORELLANA8582 Siguenos en:
Semana No. 1 del Tiempo de Navidad, semana en la cual la iglesia nos recuerda, que Cristo a venido a iluminar ese mundo, pero en especial espec ial nuestras nuestras vida vidas, s, allí dond donde e las luces de nues nuestra tra fuerzas, de nuestro nues tro enten entendimi dimiento, ento, de nuest nuestra ra sabid sabiduría, uría, nues nuestra tra intel inteligenc igencia ia e intelecto intel ecto no puede iluminar; iluminar; allí dond donde e nadi nadie e puede llegar, llegar, Cris Cristo to a llegado, pero se necesita estar en total disposición para sentir, ver y dejar actuar, esta indescriptible luz, para hacerla vida, en nuestras vidas, hoy la Igle Iglesia sia nos recue recuerda rda que hemo hemos s sido llamados, llamados, escogidos escogidos y consagrados para ser luz, ser esperanza, ser cobijo, ser protección, ser hermano, herm ano, ser amig amigo, o, ser salv salvació ación n para los demá demás, s, no por nuestras palabras, no por nuestras propias fuerzas, sino por nuestras obras, no solamente individuales, sino mas bien como iglesia, como comunidad, como parroquia, como Hijos de Dios.
CANTO:---------------------------------------------------------------------Lector: En tu presencia, Señor Jesús, queremos cantar y bendecir tu nombre. Cielo y tierra se alegran con tu nacimiento: eres el Dios-hechohombre, Emmanuel, el Dios-con-nosotros Dios-con-nosotros..
Todos: ¡Bienvenido seas, seas, Jesús! ¡Nuestra casa es tu casa! ¡Eres de los nuestros!
Lector: En Belén tu madre María te depositó en una cuna y los pastores vinieron a adorarte. Hoy la Iglesia expone tu Cuerpo santísimo para que nosotros te contemplemos llenos de amor.
Todos: ¡Bienvenido seas, seas, Jesús! ¡Nuestra casa es tu casa! ¡Eres de los nuestros!
Lector: “¡Salve, Cuerpo real, verdadero, nacido de María Virgen e inmolado en la cruz por amor al hombre! ¡Oh dulce Jesús! ¡Oh Jesús, bondadoso! ¡Oh Jesús, Jesús, Hijo de María!”. Así canta la Iglesia al Jesús Jesús de la Eucaristía. Y con estas palabras nos repite gozosa que Jesús, “el pan bajado del cielo” (San Juan 6,58), se horneó en las entrañas de María, la cual nos lo sigue poniendo en nuest nuestras ras manos después de haber haberlo lo amasado con las manos maternales suyas.
“LUZ
PARA ILUMINAR A LOS PAGANOS”.
Todos: ¡Bienvenido seas, seas, Jesús! ¡Nuestra casa es tu casa! ¡Eres de los nuestros!
Lector: Conmueve y embelesa una preciosa imagen de la Virgen, que sostiene entre sus manos el Sagrario, en forma de globo terráqueo, el cual, al abrirse, deja ver a ese Jesús que Ella nos ofrece a todos para que lo veneremos y lo comamos. Jesús es de este modo el corazón y la vida del mundo, dado por el Padre y formado por el Espíritu Santo en las entrañas “de María, de la cual nació Jesús” (San Mateo 1,16). Nos da María a los hombres el Dios hecho Hombre, mientras se adivina el eco de su voz al hacer suyas las palabras bíblicas: “Vengan a comer de mi pan, beban del vino que les he elaborado” (Proverbios 9,5)
Todos: ¡Bienvenido seas, seas, Jesús! ¡Nuestra casa casa es tu casa! casa! ¡Eres de los nuestros!
Lector: El Hijo de Dios, “hecho hijo de mujer” (Gálatas 4,4), ha inspirado certeramente certerame nte a la teología y a la pied piedad ad cristianas cristianas la céle célebre bre y casi atrevida afirmación: “La carne de Cristo es la carne de María”. El profeta había preanunciado: “Saldrá una vara de la raíz de Jesé y la flor brotará de la raíz raíz”” (Isaí (Isaías as 11 11,1). ,1). Palabras que San Ambrosio Ambrosio ha come comentado ntado bellamente: “La raíz es la raza judía; el tallo es María; la flor de María, Cristo. Cristo es la flor y el fruto”.
Todos: ¡Bienvenido seas, seas, Jesús! ¡Nuestra casa casa es tu casa! casa! ¡Eres de los nuestros!
Lector: Jesucristo, el Hombre nacido del seno de María, es ahora “el Pan de la Vida” (San Juan 6,48). Entonces, comenta el Papa Pío XI, “es necesario recordar que el Cuerpo de Cristo, con el cual felizmente nos alimentamos, es el mismo que nació de María Virgen para la salvación del mundo”. Por eso, María siempre está presente cuando celebramos, recibimos y veneramos la Eucaristía.
Todos: ¡Bienvenido seas, seas, Jesús! ¡Nuestra casa casa es tu casa! casa! ¡Eres de los nuestros!
Lector: Señor Jesucristo, al dejarnos la Eucaristía, memorial y presencia tuya en la Iglesia, nos das también, de hecho y sin apariencias, una presencia misteriosa de María. Tu Cuerpo y tu Sangre se formaron en sus entrañas. Y al venir Tú a nosotros en la Comunión, nos traes el amor de Aquella que tienes a tu lado reinando contigo en el Cielo. Al recibirte a ti, los hijos de María recibimos también un gran aumento del amor filial
que Tú tienes a tu Madre.
Todos: ¡Bienvenido seas, seas, Jesús! ¡Nuestra casa es tu casa! ¡Eres de los nuestros!
Lector: Señor Jesús, al tratarte en el Sacramento de tu amor, quiere la Iglesia que te encontremos en las manos de María, la Madre de Dios y la Madre nuestra. Haznos amarla cada día más. Porque sabemos que, al amarla a Ella, te amaremos cada vez más a ti. Madre María, te confesamos siempre jubilosos como La Madre de Dios. Tú, que nos diste hecho Hombre al Hijo de Dios, alcánzanos ahora la gracia de recibirlo en la Eucaristía como lo recibiste Tú en tu seno bendito, cuando lo formó en ti el Espíritu Santo, y de guardarlo siempre en nuestro corazón.
Todos: ¡Bienvenido seas, seas, Jesús! ¡Nuestra casa es tu casa! ¡Eres de los nuestros!
Lector: La Liturgia de la Iglesia, al celebrar la Eucaristía, recuerda “ante todo la mem todo memori oria a de la glo glorio riosa sa sie siempr mpre e Vi Virge rgen n Mar María, ía, Mad Madre re de Jesucristo, nuestro Dios y Señor”. Es una lección sabia y seria para mí. ¿Trato al Jesús de la Eucaristía como lo trataba la Virgen?... ¿Participo en la Misa con los sentimientos de María en el Calvario? ¿Comulgo, a pesar de mis debilidades, con la pureza de su Corazón? ¿Lo trato ante el Sagrario y la Custodia con el cariño de los ojos de María y la dulzura de sus palabras, con el respeto de todos sus gestos a la vez que con su confianza sin límites y con su inmenso amor?... ¿Cómo serán las Misas, las Comuniones y las Visitas mías en adelante?
Todos: ¡Bienvenido seas, seas, Jesús! ¡Nuestra casa es tu casa! ¡Eres de los nuestros!
CANTO:---------------------------------------------------------------------Lector:
Lectura del Santo Evangelio según San lucas: 2, 22-35.
Todos: Gloria a ti, Señor.
Lector: Transcurrido el tiempo de la purificación de María, según la ley
de Moisés, ella y José llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley: Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer, como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones. Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue al templo, y cuando José y María entraban con el niño Jesús para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios, diciendo: “Señor, “Señor, ya puedes dejar morir morir en paz a tu siervo, siervo, según lo que me habías prometido, porque mis ojos han visto a tu Salvador, al que has preparado para bien de todos los pueblos, luz que alumbra a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel”. El padre y la madre del niño estaban estab an admirados admirados de seme semejant jantes es palabras. palabras. Simeón los bendi bendijo, jo, y a María, la madre de Jesús, le anunció: “Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicc contr adicción, ión, para que queden al desc descubie ubierto rto los pens pensamie amientos ntos de todos los corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma”.
Palabra del Señor.
Lector: Los que creemos en ti, Señor, los hombres y las mujeres que te acogemos con fe y te aceptamos como nuestro único Salvador, nacemos de nuevo: nuestra humanidad es fecundada por tu divinidad de manera que también nosotros quedamos consagrados y somos hijos e hijas de un mismo Dios, tu Padre y nuestro Padre celestial.
Todos: Gracias, Grac ias, Señor, Señor, por nacer nacer en nosotros. nosotros. nueva. Gracias por nuestra consagración.
Gracias Grac ias por la vida
Lector: El anciano Simeón aguardaba la salvación de su pueblo. Era uno del Pequeño Resto de Israel que nunca perdió la esperanza en las promesas de su Dios. No quería morir sin ver antes a su Salvador. Impulsado por el Espíritu Santo, te tomó en sus brazos y te ofreció al mundo entero: como "Luz para alumbrar a las naciones."
Todos:
Todos: Gloria a ti, Señor Jesús.
Lector:
nueva. Gracias por nuestra consagración.
MEDITACION MEDITACIO N PERSONAL EN SILENCIO DEL SANTO EVANGELIO
Canto:-----------------------------------------------------------------------Lector: Señor Jesús, María y José te consagraron al Señor, cumpliendo así fielmen fielmente te las obligac obligacion iones es de su fe. Y tú , el Hi Hijo jo del Altísi Altísimo, mo, asumiste también en esto tu condición de ser humano y de hijo del pueblo de Israel. Te manifestaste de verdad como Dios-con-nosotros.
Todos: Gracias, Grac ias, Señor, Señor, por nacer en nosotros. nosotros. nueva. Gracias por nuestra consagración.
Gracias Grac ias por la vida
Nosotros te decimos, decimos, Señor Jesús: ¡Bienvenido ¡Bienvenido seas! ¡Entra en nuestros corazones! corazones! ¡Quédate en nuestra casa! ¡Pon tu cuna en nuestra comuni com unidad dad!! ¡H ¡Hazn aznos os nac nacer er de nue nuevo! vo! ¡Co ¡Consá nságra granos nos y dan danos os tu bendición!
Lector: Queremos llevarte como niño en nuestros brazos, Señor, y decir a todos los que viven a nuestro alrededor que tu eres el Salvador, la gloria de tu pueblo, la luz del universo. Queremos ponerte de ejemplo, para que muchos se consagren a Dios y a la humanidad.
Todos: Nosotros te decimos, decimos, Señor Jesús: ¡Bienvenido ¡Bienvenido seas! ¡Entra en nuestros corazones! corazones! ¡Quédate en nuestra casa! ¡Pon tu cuna en nuestra comuni com unidad dad!! ¡H ¡Hazn aznos os nac nacer er de nue nuevo! vo! ¡Co ¡Consá nságra granos nos y dan danos os tu bendición!
Lector:
Lector: En el templo te consagraron al Señor, a ti que durante toda tu vida y con todas tus fuerzas te ibas a consagrar a la humanidad. No pudo haber nada más sagr sagrado ado ni cons consagrad agrado o que esta íntima unión entre lo divino y lo humano. Y a cambio de dos pichones nada más...
Muchos, Much os, como María y José, quedarán quedarán admirados. admirados. Otros se sentirán perturbados, amenazados quizás. También hoy eres como una bandera discutida, una causa tanto de caída como de resurrección. Al experimentar tu presencia y ver tu luz cada uno mostrará lo que siente en su corazón: serás bienvenido o te dejarán afuera.
Todos:
Todos: Gracias, Grac ias, Señor, Señor, por nacer en nosotros. nosotros.
Gracias Grac ias por la vida
Nosotros te decimos, decimos, Señor Jesús: ¡Bienvenido ¡Bienvenido seas! ¡Entra en
nuestros corazones! ¡Quédate ¡Quédate en nuestra casa! ¡Pon tu cuna en nuestra comuni com unidad dad!! ¡H ¡Hazn aznos os nac nacer er de nue nuevo! vo! ¡Co ¡Consá nságra granos nos y dan danos os tu bendición!
Canto:-----------------------------------------------------------------------Lector: ¿Qué es la consagración? consagración? ¿Qué es una cosa cons consagrad agrada? a? ¿Quién es un consagrado?... La palabra “consagración” suscita respeto y temor santo. Indica que eso consagrado está lleno de Dios, o es para Dios, o manifiesta especialmente a Dios. Por eso da miedo el sacrilegio, que es la profanación de una persona o una cosa consagrada.
Todos: Nosotros te decimos, decimos, Señor Jesús: ¡Bienvenido ¡Bienvenido seas! ¡Entra en nuestros corazones! ¡Quédate ¡Quédate en nuestra casa! ¡Pon tu cuna en nuestra comuni com unidad dad!! ¡H ¡Hazn aznos os nac nacer er de nue nuevo! vo! ¡Co ¡Consá nságra granos nos y dan danos os tu bendición!
Lector: El prime primerr cons consagrad agrado o es Jesucristo. Jesucristo. Aquello Aquello de Mois Moisés és con Aarón, ungido sumo sacerdote, no fue más que una figura e imagen muy impe im perf rfec ecta tas s de lo qu que e ib iba a a ve veni nirr co con n Je Jesu sucr cris isto to,, co como mo lo di dirá rá magistralmente ya el Nuevo Testamento: “Así es el sumo sacerdote que nos convenía: santo, inocente, inmaculado, apartado de los pecadores, encumbrado sobre los cielos... La Ley constituía sacerdotes a hombres débiles, pero, posterior a la Ley Ley,, nombra a uno que es Hijo, perfecto para la eternidad” (Hebreos 7,26-29)
Todos: Nosotros te decimos, decimos, Señor Jesús: ¡Bienvenido ¡Bienvenido seas! ¡Entra en nuestros corazones! ¡Quédate ¡Quédate en nuestra casa! ¡Pon tu cuna en nuestra comuni com unidad dad!! ¡H ¡Hazn aznos os nac nacer er de nue nuevo! vo! ¡Co ¡Consá nságra granos nos y dan danos os tu bendición!
Lector: Lo reconoce el mismo Jesús: “El Espíritu de Dios está sobre mí, porque me ha ungido” (Lucas 4,18). San Pablo dirá que en Cristo “habita corporalm corp oralmente ente toda la pleni plenitud tud de la divin divinidad idad”” (Colosenses 2,9 2,9). ). Y consciente Jesús de ser el gran consagrado, se entrega a la cruz en sacrificio por nosotros: “Por ellos me consagro yo, para que también ellos sean consagrados” (San Juan 17,19)
Todos: Nosotros te decimos, decimos, Señor Jesús: ¡Bienvenido ¡Bienvenido seas! ¡Entra en nuestros corazones! ¡Quédate ¡Quédate en nuestra casa! ¡Pon tu cuna en nuestra comuni com unidad dad!! ¡H ¡Hazn aznos os nac nacer er de nue nuevo! vo! ¡Co ¡Consá nságra granos nos y dan danos os tu bendición!
Lector: Esta consagración consagración nuestra en Cris Cristo, to, a impu impulso lso del Espír Espíritu itu Santo, para gloria del Padre, se realiza radicalmente en el Bautismo y la Confirmación, que nos dan el Espíritu Santo y nos transforman en algo sagrado. “¿No saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, que han recibido de Dios y mora en ustedes, y que ya no son suyos?” (1Corintio (1Cor intios s 6,19 6,19). ). Los cris cristiano tianos s somos entonces “linaje escog escogido, ido, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de su patrimonio” (1Pedro 2,9)
Todos: Nosotros te decimos, decimos, Señor Jesús: ¡Bienvenido ¡Bienvenido seas! ¡Entra en nuestros corazones! corazones! ¡Quédate en nuestra casa! ¡Pon tu cuna en nuestra comuni com unidad dad!! ¡H ¡Hazn aznos os nac nacer er de nue nuevo! vo! ¡Co ¡Consá nságra granos nos y dan danos os tu bendición!
Lector: La consagración en la Iglesia deriva toda de Jesucristo. Solo Dios es quien consagra. Y consagró de una manera tan total a Jesucristo por el Espír Espíritu itu Santo, que es imposible imposible pens pensar ar en una consa consagraci gración ón mayor. Después, Jesucristo en la Iglesia, por Sí mismo y mediante sus ministros mini stros,, cons consagra agra a pers personas onas y cosas cosas,, que quedan cons consagrad agradas as a Dios, de modo que ya no se pertenecen a sí mismas, sino que son propiedad exclusiva de Dios.
Todos: Nosotros te decimos, decimos, Señor Jesús: ¡Bienvenido ¡Bienvenido seas! ¡Entra en nuestros corazones! corazones! ¡Quédate en nuestra casa! ¡Pon tu cuna en nuestra comuni com unidad dad!! ¡H ¡Hazn aznos os nac nacer er de nue nuevo! vo! ¡Co ¡Consá nságra granos nos y dan danos os tu bendición!
Canto:-----------------------------------------------------------------------Lector: Con la Eucaristía, pan consagrado y convertido en el Cuerpo de Cristo, el Señor nos ofrece cada día consigo al Padre, y, recibido en la Comunión, nos llena de tal modo de la Divinidad, que somos unos consagrad cons agrados os total totales. es. Somos ento entonces nces algo tan sagr sagrado, ado, que no se puede llegar a más.
Todos: Nosotros te decimos, decimos, Señor Jesús: ¡Bienvenido ¡Bienvenido seas! ¡Entra en nuestros corazones! corazones! ¡Quédate en nuestra casa! ¡Pon tu cuna en nuestra comuni com unidad dad!! ¡H ¡Hazn aznos os nac nacer er de nue nuevo! vo! ¡Co ¡Consá nságra granos nos y dan danos os tu bendición!
Lector:
Todos:
Señor Jesucristo, el Consagrado de Dios, y que por tu Espíritu Santo, derramado en mi corazón, has consagrado también todo mi ser para gloria del Padre y posesión exclusiva suya. Quiero vivir en plenitud mi consagración bautismal. Por ella, mi vida entera es sólo de Dios y para Dios. Todo mi ser es una víctima colocada sobre el altar, y yo no puedo quitarle ningún pedazo, que sería un sacrilegio, un robo hecho a mi Dios, para el que es mi vida entera, como lo fue la tuya, Jesús.
Nosotros te decimos, decimos, Señor Jesús: ¡Bienvenido ¡Bienvenido seas! ¡Entra en nuestros corazones! corazones! ¡Quédate en nuestra casa! ¡Pon tu cuna en nuestra comuni com unidad dad!! ¡H ¡Hazn aznos os nac nacer er de nue nuevo! vo! ¡Co ¡Consá nságra granos nos y dan danos os tu bendición!
Todos: Nosotros te decimos, decimos, Señor Jesús: ¡Bienvenido ¡Bienvenido seas! ¡Entra en nuestros corazones! ¡Quédate ¡Quédate en nuestra casa! ¡Pon tu cuna en nuestra comuni com unidad dad!! ¡H ¡Hazn aznos os nac nacer er de nue nuevo! vo! ¡Co ¡Consá nságra granos nos y dan danos os tu bendición!
Lector:
Señor Jesús, modelo de mi consagración bautismal. Contigo ofrezco el mismo sacrificio de mi vida entera, por la fuerza del Espíritu, en honor del Padre. Y al consagrarme al Padre, como Tú, haz que sienta mi compromiso con los hermanos, los cuales esperan mi ayuda para su salvación. Madre María, poseída plenamente por el Espíritu y rendida del todo al querer de Dios. Yo me pongo ahora en tus manos para que Tú me lleves a Cristo, y por Cristo al Padre. Que mis pensamientos, mis ilusiones, mi actividad entera, manifiesten las maravillas de la gracia del Señor en mí. Todos: Nosotros te decimos, decimos, Señor Jesús: ¡Bienvenido ¡Bienvenido seas! ¡Entra en nuestros corazones! ¡Quédate ¡Quédate en nuestra casa! ¡Pon tu cuna en nuestra comuni com unidad dad!! ¡H ¡Hazn aznos os nac nacer er de nue nuevo! vo! ¡Co ¡Consá nságra granos nos y dan danos os tu bendición!
Canto:-----------------------------------------------------------------------Lector: ¿Aprecio mi dignidad de persona consagrada a Dios, como lo fue Jesús? ¿Llevo de tal manera al Espíritu Santo, mi consagrante, que por nada se tiene que alejar de mí?... ¿Está mi alma de tal modo unida a Cristo, que mi jornada entera, por la oración ferviente, el trabajo serio, la diversión honesta, el amor puro, por todo lo que hago, es digna de la gloria del Padre?... Cuando participo en la Eucaristía, cuando comulgo, cuando me pongo en contacto con Jesús en el Sagrario, ¿me ofrezco para hacer la voluntad de Dios, que a veces me cuesta cumplir?... Por mi consagración bautismal, soy una hostia santa: ¿vivo en todo conforme con mi dignidad cristiana?...
Canto:-----------------------------------------------------------------------Lector: Semana No. 1 del Tiempo de Navidad, en la cual meditaremos sobre la vida de Santo Tomas Tomas Becket, y ¿quien es Santo Tomas Becket? En efecto San Tomas Tomas Becket Becket A los diez años realizó realizó sus primeros estudios de leyes civiles y canónicas en la abadía de los monjes de Merton, en Surrey. Estudió teología en París y Bolonia. De regreso a Inglaterra, ent entró ró al ser servic vicio io del arz arzobi obispo spo de Canterbury, Teobaldo, que, impresionado por su capacidad y sagacidad, le encargó varias misiones en Roma.
Todos:
Señor Sacramentado, Tú eres la consagración más cabal a Dios. Has hecho desaparecer el pan y el vino, convirtiéndolos en tu propia Carne y Sangre. Señor omnipotente, conviértenos de igual modo a nosotros en ti para ser una hostia contigo, entregada del todo al Padre y al bienestar y salvación de los hombres nuestros hermanos. Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. Lector:
Enrique II de Inglaterra, como todos los reyes normandos, quería ser el soberano absoluto, tanto de su reino como de la Iglesia, basándose en las costumbres ancestrales de sus antepasados; quería eliminar los privilegios adquiridos por el clero inglés que consideraba disminuían su autoridad. Becket le pareció la persona más idónea para defender sus intereses; el joven canciller se convirtió no sólo en un fiel servidor de Enrique II, sino también en un excelente compañero de caza y diver diversione siones, s, mant mantenien eniendo, do, no obsta obstante, nte, con mucha diplo diplomaci macia, a, su renuncia a las pretensiones del rey. Nadie dudaba, excepto quizá John de Salisbury, de la total entrega y fidelidad de Becket a la causa real. El rey envió a su hijo Enrique a vivir en la casa de Becket, tal y como se acostumbraba a hacer con los niños de la nobleza. Más tarde ésta sería una de las razones por las cuales Enrique se enfrentaría a su padre, al estar afectivamente ligado a su tutor Becket. Todos:
Señor Sacramentado, Tú eres la consagración más cabal a Dios. Has hecho desaparecer el pan y el vino, convirtiéndolos en tu
propia Carne y Sangre. Señor omnipotente, conviértenos de igual modo a nosotros en ti para ser una hostia contigo, entregada del todo al Padre y al bienestar y salvación de los hombres nuestros hermanos. Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
y al bienestar y salvación de los hombres nuestros hermanos. Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Lector:
La tensión existente entre ambas partes imposibilitaba una salida satisfactoria y la catástrofe se veía venir. Dos frases del rey, exasperado: " ¿no ¿no habrá nadie capaz de librarme de este cura turbulento?" y "es conveniente que Becket desaparezca (es posible que las frases fueran apócrifas, según la tradición fueron dichas en un ataque de ira), fueron interpretadas como una orden para cuatro caballeros anglo-normandos: Reginald Regin ald Fitzu Fitzurse rse, Hug Hugo o de Mor Morvil ville le, Willi William am Tracy y que,, de inm inmedi ediato ato,, pro proyec yectar taron on el ase asesin sinato ato del Richard Richa rd Brit Brito o que arzobispo que llevaron a cabo el martes 29 de diciembre de 1170 en el atrio de la catedral de Canterbury mientras asistía a vísperas con la comunidad monástica.
El arzobispo Teobaldo Teobaldo falleció el 18 de abril de 116 1161 1 y el capítulo acogió con cierta indignación el hecho de que el rey les impusiera a Tomás como sucesor en la sede arzobispal de Canterbury. La elección tuvo lugar en mayo y Becket fue consagrado el 3 de junio de 1163. Desde el momento en que fue consagrado, una transformación radical se operó en el nuevo Primado ante la estupefacción general de todo el reino. rei no. El cor cortes tesano ano alegre alegre y ama amante nte de lo los s pla placer ceres es dio paso a un prelado austero con ropas de monje y dispuesto a sostener hasta la muerte la causa de la jerarquía eclesiástica. Ante el cisma que dividía a la Igl Iglesi esia, a, Bec Becket ket se inc inclin linó ó a fav favor or del papa Alejandro III que sustentab sust entaba a los mismos principios principios jerár jerárquic quicos os y reci recibió bió el "pali "palium" um" o estola de Alejandro en el concilio de Tours.
Todos:
Señor Sacramentado, Tú eres la consagración más cabal a Dios. Has hecho desaparecer el pan y el vino, convirtiéndolos en tu propia Carne y Sangre. Señor omnipotente, conviértenos de igual modo a nosotros en ti para ser una hostia contigo, entregada del todo al Padre y al bienestar y salvación de los hombres nuestros hermanos. Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. Lector: Cuando el rey empezó a insistirle en que aceptara el oficio de Arzobispo,, Santo Tomás Arzobispo Tomás le hizo una profe profecía cía o un anuncio que se cumplió a la letra. Le dijo: "Si acepto ser Arzobispo me sucederá que el rey que hasta ahora ahora es mi gra gran n ami amigo, go, se con conver vertir tirá á en mi gra gran n enemigo". enem igo". Enrique no crey creyó ó que fuera a suce suceder der así, pero sucedió. sucedió. Ordenado de sacerdote y luego consagrado como Arzobispo, pidió a sus ayudantes que en adelante le corrigieran con toda valentía cualquier falta que notaran en él. Como él mismo lo había anunciado, los envidiosos empezaron a calumniar al arzobispo en presencia del rey. Dicen que en uno de sus terribles estallidos de cólera, Enrique II exclamó: "No podrá haber más paz en mi reino mientras viva Becket. ¿Será que no hay nadie que sea capaz de suprimir a este clérigo que me quiere hacer la vida imposible?".
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Señor Sacramentado, Tú eres la consagración más cabal a Dios. Has hecho desaparecer el pan y el vino, convirtiéndolos en tu propia Carne y Sangre. Señor omnipotente, conviértenos de igual modo a nosotros en ti para ser una hostia contigo, entregada del todo al Padre
Lector:
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Todos:
Señor Sacramentado, Tú eres la consagración más cabal a Dios. Has hecho desaparecer el pan y el vino, convirtiéndolos en tu propia Carne y Sangre. Señor omnipotente, conviértenos de igual modo a nosotros en ti para ser una hostia contigo, entregada del todo al Padre y al bienestar y salvación de los hombres nuestros hermanos. Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. Lector: Estaba él orando junto al altar cuando llegaron los asesinos. Era el 29 de dicie diciembre mbre de 11 1170. 70. No opus opuso o resis resistenci tencia. a. Murió diciendo: diciendo: "Muero gustoso por el nombre de Jesús y en defensa de la Iglesia Católica". Tenía apenas 52 años.
Todos:
Señor Sacramentado, Tú eres la consagración más cabal a Dios. Has hecho desaparecer el pan y el vino, convirtiéndolos en tu propia Carne y Sangre. Señor omnipotente, conviértenos de igual modo a nosotros en ti para ser una hostia contigo, entregada del todo al Padre y al bienestar y salvación de los hombres nuestros hermanos. Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. Lector: Tres años después el Sumo Pontífice lo declaró santo, a causa de su martirio y por los muchos milagros que se obraban en su sepulcro.
Todos: Señor Sacramentado, Tú eres la consagración más cabal a Dios. Has hecho desaparecer el pan y el vino, convirtiéndolos en tu propia Carne y Sangre. Señor omnipotente, conviértenos de igual modo
a nosotros en ti para ser una hostia contigo, entregada del todo al Padre y al bienestar y salvación de los hombres nuestros hermanos. Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. Padrenuestro..... Avemaria..... Avemaria..... Gloria al Padre.......