El término hacinamiento hace referencia a la situación lamentable en la cual los seres humanos que habitan o que ocupan un determinado espacio son superiores a la capacidad que tal espacio debería contener, de acuerdo a los parámetros de comodidad, seguridad e higiene. El hacinamiento es un problema de gran importancia en la actualidad ya que la población mundial es muy numerosa y la densidad de la misma es extremadamente alta en algunos espacios del planeta. hacinaMiento El hacinamiento refiere a la relación entre el número de personas en una vivienda o casa y el espacio o número de cuartos disponibles. Dado que el acceso de los pobres a los recursos es limitado, las instalaciones de vivienda que ocupan tienden a ser menos apropiadas que aquellas disponibles para las personas no pobres. En general, esto se refiere a la ubicación, la i n f r a e s t r u c t u r a, e q u i p a m i e n t o s y s e r v i c i o s c ol e c t i v o s y d e l a v i v i e n d a. La idea del hacinamiento depende de un juicio normativo acerca de los niveles apropiados de ocupación, densidad y privacidad. Las normas que se aplican varían considerablemente entre sociedades diferentes. La ocupación se determina a partir de identificar el número de personas por unidad de alojamiento. Cuando múltiples ocupantes de diferentes hogares tienen que compartir los servicios, esto puede interpretarse como un problema de espacio o como evidencia de “hogares ocultos”, una forma de “no tener domicilio fijo”. Dado que los servicios son compartidos, altos niveles de ocupación pueden llevar implícitos problemas relacionados con la higiene y la sanidad. La densidad se determina en referencia al espacio (personas por metro cuadrado) o la ocupación por habitación (personas por habitación). El número de personas por habitación es por lo general utilizado hHPaul Spicker, Sonia Alvarez Leguizamón y David Gordon en las estadísticas nacionales como un indicador básico simple de proximidad forzada, estableciendo un límite de 1,5 o 2 personas por habitación. Pero en países desarrollados, esta medida ha sido complementada con estándares adicionales. Las Naciones Unidas toman en cuenta la superficie de las habitaciones para sus indicadores de desarrollo sustentable (ONU, 2001), mientras que su división de estadística utiliza la medida de personas por habitación (ONU, 2005). Los estándares de privacidad también varían, pero muchas normas incluyen distinciones respecto a personas de diferente sexo, no casadas y menores de cierta edad. Otra aplicación de estos estándares se observa en la distribución de viviendas. Por ejemplo, el gobierno del Reino Unido en la distribución de viviendas utiliza un “estándar de habitación”, diseñado en una primera instancia en los años sesenta, que busca impedir que hombres o mujeres mayores de diez años, no casados, compartan las mismas habitaciones (ODPM, 2001).
En términos generales, en la consideración del déficit intervienen, además del factor demográfico (crecimiento vegetativo de la población
y migraciones), los componentes físicos de la vivienda y de su entorno y también ciertos componentes sociales. Dentro de los componentes físicos se incluyen el diseño de la vivienda, la habitabilidad de la construcción, la situación sanitaria, las condiciones del lugar de emplazamiento y los medios físicos de integración social (caminos, equipamiento educativo, sanitario, etc). Los componentes sociales comprenden la densidad habitacional, es decir la relación entre el número de habitantes y el espacio disponible (la densidad se convierte en hacinamiento cuando sobrepasa ciertos límites tolerables) y el régimen de tenencia de la vivienda (propietario, inquilino, ocupante de hecho, vivienda cedida en calidad de préstamo, etc) (Puga J. 1983) Existen diversas formas de hacinamiento: de personas por cama, de personas por cuarto, de familias por vivienda y de viviendas por terreno. Son conocidas ,además, otras acepciones del concepto de hacinamiento: por ejemplo, cuando se emplea una o más habitaciones para un uso distinto, además de aquel para el cual fueron diseñadas. (Chapin, 1963; Iglesias de Ussel,1993) o en relación al aislamiento de las habitaciones, es decir, cuando el tránsito de un cuarto a otro requiere atravesar una tercera, aunque no se cumpla ninguna de las otras condiciones de hacinamiento (Iglesias de Ussel, 1993). Otro indicador para medir el uso intensivo del espacio lo constituye la cantidad de m2 disponibles por persona. No se puede hablar en términos universales de hacinamiento , cualquiera sea la significación a que hagamos referencia, sino que el umbral a partir del cual se establece un uso excesivo del espacio, varía según el nivel de desarrollo de las sociedades y el momento histórico y las particularidades culturales. Por ejemplo en la República Arabe Unida, datos de 1968 reconocían que el nivel máximo aceptable de densidad de ocupación es de menos de 5 personas por cuarto para las viviendas de un solo cuarto y menos de 3 personas por cuarto para las viviendas que poseen tres cuartos (Naciones Unidas, 1968); en Estados Unidos, el criterio que fija el Censo Nacional considera hacinamiento el nivel de más de una persona por habitación en una vivienda. El concepto de déficit habitacional, tal como es utilizado por los organismos estatales en Argentina cuando se calcula su magnitud, está compuesto por dos dimensiones: a) la precariedad, que hace referencia a la calidad de los materiales con que está construída la vivienda y al nivel de prestación de servicios internos y b) el hacinamiento, en sus dos subdimensiones (hacinamiento por cuarto y hacinamiento de hogares). El primero se refiere a la relación entre las personas que habitan una vivienda y la cantidad de cuartos
disponibles, mientras que el segundo hace alusión a la residencia en una vivienda de más de un hogar. Precariedad y hacinamiento son dos fenómenos que no van siempre unidos. Si bien la experiencia en medición del déficit habitacional ha demostrado la alta frecuencia en la aparición simultánea de estas dos situaciones, nuestro supuesto básico y que da origen a esta ponencia es que en Mendoza, estos dos fenómenos están presentando en los últimos años una evolución diferencial que podría estar vinculada ,por una parte, con los efectos de las políticas habitacionales y, por otra, con la generalización del fenómeno de la pobreza.
Consecuencias de la desigual distribución de la población Numerosos estudios sobre la concentración de la población vienen a señalar que esta concentración está aumentando en casi todo el mundo. Es cierto que lo que se conoce como el casco central, zona central o núcleo original de muchas ciudades se encuentra disminuyendo de población en la actualidad, pero ello se hace siempre a cambio del crecimiento en el área de influencia de dichas ciudades, lo que muchas veces se conoce como su área metropolitana. Entre las principales consecuencias de la desigual distribución de la población se pueden citar las siguientes:
Desequilibrio en la inversión, lo cual viene a acelerar, a su vez, la
concentración, dando lugar a un círculo vicioso: una mayor población requiere de mayores inversiones y éstas, a su vez, logran atraer a nuevos inmigrantes.
Mayor crecimiento, en términos absolutos, de las áreas que ya
están densamente pobladas, lo cual acarrea problemas respecto a la dotación de los servicios requeridos, que son mucho mayores en las áreas que ya están más pobladas. Por ejemplo, construir una esc uela en una ciudad muy poblada representaría una inversión mucho mayor que en el medio rural, por el elevado costo de los terrenos urbanos, entre muchos otros factores.
El hacinamiento, con sus consecuencias: promiscuidad,
delincuencia, marginalidad, crecimiento de los barrios de viviendas informales, etc.
Aumento considerable de la contaminación por unidad de
superficie en las áreas donde se concentra la población en forma creciente7
Alteración de la relación población - recursos. Esta alteración se
produce por una creciente desigualdad social entre los que más y los que menos tienen, entre la ciudad y el campo, entre los barrios marginales y las urbanizaciones. Sin embargo, todos los problemas de tipo urbano tendrían solución con el tiempo, si se desarrollaran políticas urbanas, rurales, culturales y económicas coherentes y apropiadas. Definición: Proporción de ocupantes de viviendas con más de tres personas por habitación. Importancia: El espacio suficiente para el desarrollo de las actividades de los ocupantes de una vivienda propicia la disminución de los riesgos de contraer enfermedades por contagio y de daño físico por la proximidad de artefactos y de las instalaciones que los proveen de energía, deteriorados o defectuosos. Así mismo, contribuye a atenuar las consecuencias negativas asociadas a la falta de privacidad, lo cual, en muchos casos da lugar a patrones de conducta no deseados en la sociedad. Comentarios: Actualmente no existe información censal que complete satisfactoriamente todas las variables necesarias para el cálculo del indicador. Durante los meses de noviembre y diciembre del año 2003, se realizó una investigación de campo que derivó en la publicación “Cozumel, visión de la problemática social” (Martínez, 2004). La investigación citada fue realizada por un grupo de investigación perteneciente a la Universidad de Quintana Roo. Dentro del cuerpo de la investigación, en el capítulo 1, se aborda el tema de hacinamiento para la localidad de Cozumel desde dos variables: 1. Número de habitantes por vivienda. Se pidió a la persona entrevistada representante del grupo familiar, que diera información acerca del número de personas que habitan su vivienda. 2. Número de cuartos por vivienda. Así mismo, se tiene información al número de cuartos con los que cuenta la vivienda, específicamente, se toman en consideración los cuartos-dormitorios. Metodología: De acuerdo a la definición de hacinamiento, ésta existe donde más de tres personas ocupan una sola habitación, por lo que de acuerdo con la tabla presentada, se puede calcular sumando los porcentajes de viviendas con: OBSERVATORIO URBANO LOCAL RIVIERA MAYA. 1. Vivienda de un cuarto con cuatro o más habitantes, 2. Vivienda de dos cuartos con siete o más habitantes
HACINAMIENTO Definición:
Hogares con más de tres personas por habitación
utilizada para dormir. Los estándares internacionales establecen como límite inferior para clasificar a una vivienda como sobreocupada, la proporción de tres o más personas por habitación . La información del Censo de 1996, sólo permite relacionar el número de ocupantes del hogar con las habitaciones utilizadas para dormir. Las comprobaciones efectuadas con la finalidad de mantener estándares similares a los que se venían empleando desde 1985, han conducido a clasificar a una vivienda como sobreocupada cuando el número de integrantes del hogar por habitación utilizada para dormir, supera a tres.