Jue. 19 – 6 - 14
Guarda tu corazón Ez. 11: 19
Y les d aréun aréun co razón, y un espíritu nu evo p on dr éden tro de ello s; y qu itaréel itaréel cor azón azón d e piedra d e en medio de su carne, y les d aréun cor azón azón d e carne,
Aquí Dios nos dice que un corazón y espíritu nuevos pondrá dentro de quien quiera cambiar, y de los que afirman ser de Cristo quitará el corazón de piedra y pondrá un corazón de carne; esto es debido a que muchos cristianos están caminando de acuerdo a las circunstancias. Se dicen ser cristianos únicamente porque van a la iglesia los domingos, alaban, hacen acto de presencia y, cuando salen del culto, regresan a seguir con su rutina. La palabra que estos cristianos escucharon no la guardaron en su corazón, no meditaron en ella, ni mucho menos se dispusieron aunque sea para preguntar y no dejar que el diablo se goce al ver que luego del culto no se preparan para aplicar en su vida lo que han recibido en él. Estos hermanitos están caminando en la carne, como a ellos mejor les parece, tal como el mundo quiere, quitan los ojos de Dios para vivir sus circunstancias, su corazón no lo guardan para Dios, ni mucho menos caminan como Él quiere. Sal. 95: 8
No end urezcáis v uestro cor azón, azón, com o en Meriba, Com o en el día de Masah en el d esiert o,
Hermano, no endurezcas tu corazón, porque serías como un gentil sin tener a Cristo ni al Espíritu Santo contigo.
Prov. 28: 14
Bienaventurado el homb re que siempre teme a Dios; Mas el qu e endu rec e su co razón caeráen el m al.
Feliz el hombre que ama a Dios, que le sigue, que busca conocer más de Él, que su comunión nunca falla porque realmente ha nacido de nuevo y hace su perfecta voluntad, que no le sigue por emoción sino por convicción.
Hech. 3: 13
El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su Hijo J esús, esús, a quien vos otros entregasteis entregasteis y negasteis delante de Pil ato , cua nd o é st e hab ía res uel to p on erle en l ib ert ad.
Dios Padre ha glorificado a su hijo Jesús, lo envió para que justifique al hombre del pecado, llegando a la muerte porque los religiosos lo entregaron, pidiendo a cambio la libertad de un criminal. Viendo el sacrificio de Jesús por amor a la humanidad, nosotros debemos obedecer su palabra, donde tenemos los mandamientos que nos ha dejado y seguir con lo que Él comenzó. Deut. 5: 29
¡Quié n d iera qu e tuv iesen tal c orazón, que m e temiesen y g uard asen to do s lo s días tod os mis mandam ientos, para que a ellos y a s us hijos les fuese bien para siempre!
Dios quiere tu corazón lleno de amor, así como Él te ama no quiere que lo compartas con ídolos, sino que por amor a Él cumplas con toda su Palabra. Dios mira el corazón y no aceptará culto ni adoración que no sea del corazón. Para todos los que guardan la Palabra, y la viven con el amor a Dios, les irá bien en todo. Prov. 23: 26
Dam e, hij o m ío, tu c or azón, Y miren tus ojos por m is caminos.
Guarda tu corazón, que tus ojos miren los caminos de Dios y no sigan las sendas del mundo. 4: 23
Sobre toda co sa guardada, guarda tu corazón; corazón; Po rq ue de é l m an a la v id a.
Guarda tu corazón de toda cosa que no te edifica como nueva criatura, como hijo
de Dios, vive la Palabra, de ella “mana la vida”, habla del fundamento de la fe que es
Jesucristo. I Co. 1: 23
pero n osotro s p redicamos a Cristo crucificado, p ara los jud íos c iertamente iertamente tropezadero, y para los gentiles locur a;
Es el fundamento de la Palabra de Dios y, por lo tanto, de la salvación; la cruz era tropezadero, resultaba difícil a ambos aceptar como Dios a un hombre muerto, colgado en una cruz, porque eso era Cristo para ellos.
Deut. 4: 9
Por tant o, guárdate, y guard a tu alma co n d iligenc ia, para que no te ol vid es de las cos as qu e tus oj os h an visto , ni se aparten de tu co razón todo s los d ías de tu vid a; ant es b ien, las en señ arás a tu s h ijo s, y a lo s h ijo s d e tus hij os .
Nunca te olvides de las cosas de Dios, jamás dejes que se aparten de tu corazón, sino al contrario, vive con ellas, guárdalas con el temor a Dios y que puedas enseñarlas a tus hijos y a los hijos de tus hijos. En lo natural, el corazón es un órgano que hay que cuidarlo porque de él mana la vida, es el que controla la irrigación y tenemos que alimentar el cuerpo para que todos los órganos funcionen normalmente. De igual manera es el corazón del espíritu, tienes que cuidarlo, no lo contamines. Lee la Palabra, estúdiala, medítala y comprométete con Dios porque el compromiso no es con el hombre, sino con Dios. Si tú quieres saber de qué tamaño es tu corazón, entonces, comienza viendo de qué tamaño es tu compromiso con Dios. Ésta es la clave para que las bendiciones continúen. No seas como el Rey Roboam, rey de Jerusalén. Jerusalén. 2 Cro. 12: 1
Cuand o Ro bo am h abía co nso lidado el reino , dejó la ley d e Jeho vá, y to do Israel con é l.
Judá prosperaba. Lamentablemente, Lamentablemente, la prosperidad a veces no es bendición. Muy a menudo, cuando los creyentes son bendecidos, hacen exactamente como hizo Roboam. Ellos abandonan la ley del Señor.
2 Cro. 12: 9
Subió p ues Sis ac rey d e Egipt o a J erusalé n, y to mó lo s teso ro s d e la casa de Jehová, y los tesor os d e la casa del rey; todo lo llevó: llevó: y to mó los escudos de oro qu e Salo m ón h abía hec ho .
Este rey, Roboam, tenía un almacén bien surtido, guardaba los tesoros de la casa de Jehová, conservaba la riqueza de la casa del rey, sus escudos de oro; pero, descendió el rey de Egipto Sisac y entró al palacio y se llevó todo lo que había en el almacén, y esto sucedió porque Roboam dejó a Jehová y a todo el pueblo abandonado. Sucedió el robo y tuvo que ordenar la producción escudos de bronce porque no podía disponer la elaboración de escudos de oro, y el pueblo no sabía. Esto mismo sucede con el pueblo de Dios: no te separes ni alejes de la Palabra. Tienes el compromiso con Dios y debes aprender a servirlo porque mejor es servir al Señor que servir a los hombres. Si Dios está llamándote para que lo sirvas, obedécele de una vez, no esperes vivir después con las consecuencias.