Massimo Grilli - Cordula Langner
COMENTARIO AL EVANGELIO DE MATEO
verbo divino
MASSIMO GRILLI, doctor en Ciencias Bíblicas en el Pontificio Instituto Bíblico (Roma), es profesor de Exégesis y teología del Nuevo · Testamento en la Pontificia Universidad Gregoriana, donde también dirige el Departamento de Teología Bíblica. Su investigación se centra sobre todo en el campo de los sinópticos, con una particular atención a la perspectiva pragmática aplicada a los textos bíblicos. En Editorial Verbo Divino, entre otras obras, ha publicado Palabra de Dios en lenguaje humano (en colaboración con D. Dormeyer) y Riqueza y solidaridad en la obra de Lucas (en colaboración con D. Landgrave Gándara y C. Langner). CORDULA LANGNER estudió Teología y Germarilstica en Francfort, donde obtuvo en 2003 el doctorado en Teología Bíblica. Impartió clases en la Universidad Iberoamericana (México) y en la Universidad Pontificia de México. Actualmente enseña en la Leibniz-Universitat de Hannover, en la Justus-Liebig-Universitat en Giessen y en un liceo. Investiga sobre la función comunicativa de los textos bíblicos. Ha publicado varios artículos en la revista bíblica QOL y entre sus últimas obras destaca Evangelio de Lucas - Hechos de los Apóstoles (BBB 16).
El evangelio de Mateo es uno de los escritos más comentados y citados en la historia del cristianismo. Y lo es por muchas razones, pero sobre todo por la densidad de sus enseñanzas, por su riqueza teológica y por su impacto eclesial. Este comentario, que sigue la fructífera estela de los que le han precedido, destaca por dos motivos principales: por su enfoque metodológico y por la vitalidad de su teología. La perspectiva metodológica se centra en el poder comunicativo del lenguaje y en las estrategias implementadas por el autor para entablar un diálogo con sus lectores. Los estímulos teológicos parten de la gran crisis que se apoderó del judaísmo tras la destrucción del año 70 y de la esperanza que en ese momento trágico representó la comunidad de Mateo, con su fe mesiánica en Jesús. El gran mérito de este Comentario al evangelio de Mateo es que, a través de una lectura respetuosa y participativa, conecta la crisis y la esperanza del pasado con la situación de nuestros días. Los dos autores de esta obra comparten su gran sensibilidad con las raíces judías del cristianismo y su pertenencia al proyecto "Evangelio y Cultura" (www.evangeliumetcultura.org), que convierte el diálogo y la amistad entre estudiosos de diferentes continentes y culturas en el motor de la investigación científica.
COLECCIÓN «EVANGELIO Y CULTURA»
• Comentarios l. Fritzleo Lentzen-Deis
Comentario al evangelio de Marcos 2. Sjef van Tilborg Comentario al evangelio de Juan 3. R. Dillmann - C. A. Mora Paz Comentario al evangelio de Lucas 4. Detlev Dormeyer - Florencia Galindo Comentario a los Hechos de los Apóstoles
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EVANGELIO Y CULTURA
COMENTARIO AL EVANGELIO DE MATEO
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Editorial Verbo Divino Avenida de Pamplona, 41 31200 Estella (Navarra), Espafia Telefono: 948 55 65 11 Fax: 948 55 45 06 www.verbodivino.es
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Cubierta: Ignacio Migoya © Massimo Grilli - Cordula Langner, 2011 ©Editorial Verbo Divino, 2011 Impreso en Espafia - Printed in Spain Impresi6n: Graficas Lizarra, Villatuerta (Navarra) Dep6sito legal: NA. 3.375-2010 ISBN: 978-84-9945-130-5 Cualquier forma de reproducci6n, distribuci6n, comunicaci6n publica o transformaci6n de esta obra solo puede ser realizada con la autorizaci6n de sus titulares, salvo excepci6n prevista por la ley. Dirfjase a CEDRO (Centro Espafiol de Derechos Reprograficos -www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algiin fragmento de esta obra.
Pro logo
Comentar el evangelio de Mateo es una empresa fascinante, pero a la vez ardua, porque nos lleva hasta los tiempos de la gran crisis que golpe6 al judafsmo con la cafda del templo de Jerusalen (70 a. C.). Fue en aquel entonces cuando Mateo busc6 una salida de esa dificil coyuntura a traves de la presentaci6n del movimiento mesianico de Jesus de Nazaret. Aunque no es fäcil comprender esa situaci6n crftica, hemos tratado de recorrer este laborioso camino con pasi6n, estimulados por la actualidad permanente del Evangelio, que puede abrirnos un nuevo enfoque de la historia en nuestra actualidad, tambien conmocionada por las crisis. Este comentario constituye un rico trabajo de conjunto en distintos niveles. A los autores nos une la misma visi6n de la hermeneutica bfblica, asf como una estrecha vinculaci6n con el judafsmo, en el que se enrafza nuestra fe cristiana. Juntos hemos desarrollado la estructura, las lfneas fundamentales y los objetivos de este comentario; tambien hemos elaborado en comun las interpretaciones de las perfcopas, aunque cuidando para que se reflejen en cada parte nuestros respectivos estilos e intereses especfficos. Nuestro trabajo conjunto se ha realizado en el marco del grupo intercultural de investigaci6n Evangelium und Kultur (Evangelio y Cultura, www.evangeliumetcultura.org), fundado por el profesor F. Lentzen-Deis, S. J„ en el que biblistas, hombres y mujeres, de Europa, Asia, Latinoamerica y Africa desarrollan modos de acceso a las Escrituras que posibiliten a los lectores de hoy actualizar los textos bfblicos en su propia realidad. De aquf que nuestra labor deba ser vista en el contexto de los trabajos aparecidos en la serie "Comentarios para la praxis", en la que ya se han publicado hasta ahora -en aleman y en espafiol- los comentarios al evangelio de Marcos (F. Lentzen-Deis, S. J.), al evangelio de Lucas (R. Dillmann - C. Mora Paz), a los Hechos de los Ap6stoles (D. Dormeyer - F. Galindo) y al evangelio de Juan (S. van Tilborg).
Prologo
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Ya han transcurrido quince afios desde la aparici6n del Comentario a Marcos, y nuestro quehacer cientifico ha continuado desarrollandose con la misma visi6n de la hermeneutica que nos une desde el inicio como una suerte de hilo conductor con el que conectamos tambien ahora, en este trabajo, con nuestras referencias a la metodologfa. En efecto, lo que nos interesa aqui es iluminar el evangelio de Mateo desde la perspectiva comunicativa y pragmatica, de modo que los lectores puedan descubrir los impulsos para su fe y para su acci6n creyente que manan del mensaje de Mateo. Queremos dar las gracias de modo particular a Alberto Capboscq, sdb., y a Maria Ines Bast6n Balbin, que tradujeron el comentario al espafiol. Asimismo, agradecemos a la Asociaci6n Evangelium und Kultur su importante apoyo al grupo de investigaci6n, al igual que a las organizaciones Adveniat y Missio su contribuci6n a la participaci6n en nuestros encuentros de trabajo de los miembros de Latinoamerica, Asia y Africa. Tambien damos las gracias a Guillermo Santamarfa y a la Editorial Verba Divino por esta publicaci6n.
Massimo Grilli y Cordula Langner Roma /Hannover
Introducci6n
1. EI autor Segun la tradici6n eclesial, el autor del evangelio de Mateo se identifica con al ap6stol Mateo (cf. Mt 10,3 II Mc 3,18; Lc 6,15; Hch 1,13), a quien Jesus llam6 al seguimiento desde su condici6n de cobrador de impuestos (cf. Mt 9,9). El problema de que Mc 2,14 y Lc 5,27 conozcan a este ap6stol cobrador de impuestos con el nombre de Levf lo resolvi6 la tradici6n con la explicaci6n de que "Levf" habrfa sido el nombre de la tribu de Mateo, que el mismo, naturalmente, no usaba porque se denominaba, con humildad, "el cobrador de impuestos". Tambien los Padres de la Iglesia (cf. Papfas, Eusebio, Ireneo, Orfgenes, Jer6nimo y otros) estan de acuerdo en que Mateo era un judfo de Palestina que compuso su evangelio en lengua hebrea o aramea. Sin embargo, la investigaci6n moderna esgrime algunas objeciones contra esta tradici6n por las que el autor del evangelio no podrfa haber sido el ap6stol Mateo: - La tradici6n de los Padres de la Iglesia se basa unicamente en la opini6n de Papfas, de modo que el resto de los Padres no pueden ser tomados como testigos independientes. - El autor escribe en un griego fluido, construido gramaticalmente de forma correcta, e incluso emplea juegos de palabras que no se pueden explicar solo a traves de la traducci6n a partir de otra lengua (hebreo o arameo). La hip6tesis de una composici6n original en arameo o hebreo ignora estas especiales particularidades lingüfsticas del autor. Ademas, en el siglo II d. C. la lengua griega era de uso generalizado en Palestina; asf pues, la hip6tesis de Papfas de que Mateo escribi6 originariamente en arameo o hebreo es algo que debe probarse. - Finalmente, bajo el presupuesto de la "teorfa de las dos fuentes", segun la cual Mc y Q fueron las fuentes de Mt y Lc, apenas si cabe explicar por que un testigo ocular se habrfa de-
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jado orientar en la construcci6n de su obra tan fuertemente por esos materiales previos. Una mirada mas cercana al texto del evangelio permite reconocer otros rasgos especificos del autor: - A diferencia de Lucas o de Pablo, Mateo no emplea la forma yo ni la locuci6n directa para presentarse. El titulo "Evangelio segun Mateo" no procede, en todo caso, del autor, sino que fue afiadido posteriormente para distinguirlo de los otros. - El texto se caracteriza por el uso de terminos tipicos de Palestina (Reino de los Cielos en vez de Reino de Dias), por tecnicas de argumentaci6n especificamente rabinicas (la Tara y los Profetas; atar-desatar) y por las frecuentes referencias a las tradiciones y costumbres judias (ustedes han oido que se dijo - pues yo les digo; para que asi se cumpliera lo que habia dicho el profeta). Algunos conceptos griegos aislados (diablo, filacterias) se pueden explicar por el fuerte influjo helenistico sobre el judaismo de aquella epoca. - La familiaridad del autor con la tradici6n judia se evidencia, ademas, en su forma de composici6n: construye las pericopas con esquemas numericos y emplea figuras ret6ricas como la inclusi6n, el paralelismo y el quiasmo, que se encuentran a menudo en el Antiguo Testamento. - Por ultimo, en el plano teol6gico, Mateo echa mano de temas importantes de la fe judia: el significado permanente de la Tora, el amor al pr6jimo como el mandamiento mayor, la regla de oro, el envio del Mesias al pueblo de Israel y el rechazo del enviado/profeta por el pueblo. En las cartas de Pablo se encuentran similares referencias estilisticas y teol6gicas al horizonte de la fe judia (por ejemplo, la sintesis y cumplimiento de toda la Tora en el mandamiento del amor al pr6jimo: cf. Mt 22,37-40; Gal 5,14; Rom 13,8.10), de modo que cabe asumir que tambien Mateo proviene de ese entorno. Sintetizando, se puede decir acerca del autor del evangelio de Mateo que, aunque domina muy bien la lengua griega, sin embargo esta basicamente enraizado en la fe judia. Esto lo corroboran su avezado manejo de las Escrituras y de las tradiciones judias, y su alto aprecio de la Tora (cf. 5,17-20). Con ello, el autor se deja reconocer como un escriba judio
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para quien Jesus de Nazaret es el Mesias y Dias con nosotros en el que se cmnplen las promesas hechas a Israel.
2. Marco socio-cultural del evangelio La ubicaci6n del autor en el seno de la fe judia resulta especialmente evidente tambien a traves de los temas teol6gicos que trata y de las numerosas referencias a las Sagradas Escrituras judias. Ademas, otros indicios, como por ejemplo el significado de la ciudad como centro de difusi6n del Evangelio (cf. Mt 9,35 comparado con Mc 6,6: aldeas) y la frecuente y precisa menci6n de formas de pago de diferente valor (cf. Mt, 29 veces; Lc, 17 veces; Hch, 11 veces), permiten suponer un publico de lectores mas bien de clase media acomodada. Otras indicaciones sobre el contexto del evangelio se encuentran en la forma como Mateo describe el ambiente mas pr6ximo a Jesus y sus discipulos, pues ahi se refleja la muy diversificada y tensa situaci6n de su entorno socio-religioso: asi Mateo, por una parte, sostiene la alta valoraci6n y validez permanente de la Tora y de los Profetas (cf. 5,17-20), pero por otra critica muy duramente a los fariseos y su interpretaci6n de la Tora (cf. cap. 23). Esta aparente contradicci6n se puede entender mejor teniendo presente la historia: los partidarios de Jesus se comprendian a si mismos, incluso despues de la resurrecci6n del Maestro, como judios; los Hechos de los Ap6stoles describen c6mo ellos iban al templo y c6mo tambien los primeros misioneros siempre visitaban en primer lugar las sinagogas. Las primeras comunidades de creyentes en Jesus estuvieron compuestas por judios, pero no podemos imaginarnoslas homogeneas, pues a ellas pertenecian -especialmente en las ciudadespersonas que se habian convertido a la fe judia (proselitos), personas que en su fe estaban fuertemente marcadas por las situaciones de la diaspora (como por ejemplo Pablo) y, por ultimo, los temerosos de Dios (paganos que simpatizaban con la fe judia pero no daban el paso de ingresar en ella mediante la circuncisi6n). Para todas esas personas, la destrucci6n del templo de Jerusalen (70 d. C.), centro de su vida de fe, desencaden6 una
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crisis que les oblig6 a una nueva autodefinici6n. Y sucedi6 que con la nueva autodefinici6n de los judios comenz6 tambien la busqueda de identidad de los cristianos, que tenian la dificultad de que eran considerados secuaces de un rebelde que habia sido crucificado bajo Pilato. Por esa misma raz6n, siempre que habia agitaci6n a causa de los creyentes en Cristo, los judios se esforzaban por distanciarse de esos "insurrectos". Por un lado, esto constituia una ventaja para los creyentes en Cristo, pues eran tenidos como "judios" por el gobierno romano y, por eso mismo, se veian liberados del culto obligatorio al emperador. Pero, por otro lado, era para ellos una desventaja el ser vistos como "judios" o "viviendo segun la forma de vida judia", pues entonces debian pagar el "fiscus judaicus" (en vez del tributo a Roma como impuesto al templo, ademas del impuesto per cdpita) y debian contar con una posible discriminaci6n. Asimismo, todo el que vivia segun "la forma de vida judia" -es decir, precisamente los proselitos, simpatizantes y creyentes en Cristo procedentes del paganismo- era sospechoso de rechazar el culto al emperador y, por lo mismo, de ser culpable del delito de lesa majestad. Por ello, la administraci6n romana reaccionaba muy sensiblemente ante la afluencia a la religi6n judia y, correspondientemente, se oponia tambien a los creyentes cristianos. Esos procesos de busqueda de identidad, de separaci6n y autodefinici6n se dieron lentamente e incluso de manera distinta en cada comunidad, dependiendo de su contexto cultural. Asi, mientras que en algunas comunidades ya relativamente pronto judios y creyentes en Cristo se distanciaron reciprocamente, en algunas regiones existieron aun durante largo tiempo comunidades creyentes en Cristo dentro de la sociedad judia y, a su vez, en otros sitios se constituyeron grupos cuyas raices estaban desde el comienzo en religiones paganas y, por ello, no conocian ningun vinculo con la fe judia. Designaciones tradicionales como "judeocristianos" o "paganocristianos", "judeocristianos helenistas", "paganocristianos helenistas" y "judeocristianos palestinenses" simplifican demasiado los prolongados y complejos procesos de busqueda de identidad y no reflejan las diversas situaciones de las comunidades.
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En base a las distintas situaciones conflictivas de las que informa Mateo en su evangelio, podemos deducir un panorama muy variado para su comunidad. Asi, habia un grupo fuertemente "carismatico" que -a diferencia de Mateo- ya no queria aceptar la hasta entonces vigente validez de la Tora (cf., por ejemplo, 24,11-12), y junto a este existian tambien las interpretaciones distintas, y en parte contradictorias, de los escribas -ya pertenecieran a la propia comunidad o fuesen de otras comunidades (cf. 23,13ss.)-, que, como otras, eran totalmente respetadas, segun la exegesis judia de las Escrituras, pero que tambien podian ser fuertemente criticadas. Todos estos elementos, junto con el arraigo del autor en la fe judia y su ilimitada valoraci6n de la Tora, remiten claramente a un contexto cultural y socio-religioso de las comunidades judias: asi, la comunidad mateana constituiria un grupo dentro de la uni6n sinagogal. Ademas de esto, cabe asumir que esta comunidad estaba situada en el ambito helenista y vivia en condiciones modestas. Sin embargo, en ella parece haber habido tensiones tanto entre miembros de la misma como con escribas de otras comunidades judias con los que se habria discutido sobre el significado de Jesus y sobre la interpretaci6n de la Ley que habia hecho este. Por eso, ante los cuestionamientos criticos dentro de las propias filas, el evangelio de Mateo procura dejar clara la interpretaci6n de la Tora en relaci6n a Jesus: Jesus es el Mesias esperado. 3. Lugar y tiempo de composici6n Entre las muchas propuestas que los especialistas han hecho sobre el lugar de origen -por ejemplo, Jerusalen, Cesarea Maritima, Fenicia, Alejandria de Egipto, Antioquia de Siria-, s6lo Jerusalen y Antioquia de Siria parecen verosimiles, en raz6n de su trasfondo claramente de cufio judio. Ademas, el evangelio presupone un entorno vital urbano en el que la comunidad judia se hallaba fuertemente representada. Asimismo, hay que tener en cuenta sus presentaciones decididamente positivas de los paganos (por ejemplo, los tres Magos: cf. 2,1-12; la fe del centuri6n: cf. 8,10; la fe de la cananea: cf. 15,28; la confesi6n del centuri6n y su gente: cf. 27,54; el en-
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cargo de Jesus: cf. Mt 28,19-20). Estos indicios podrian remitir a Antioquia de Siria, una ciudad con una fuerte comunidad judia y, a la vez, un significativo centro de misi6n hacia los paganos. Algunos datos circunstanciales ayudan a delimitar el tiempo de surgimiento del evangelio: - Mientras que Pablo tuvo que justificar su misi6n entre los paganos, en Mateo esto constituye ya un hecho incuestionable (cf. 8,10-11; 28,16-20); - Mateo presupone la destrucci6n del templo en el afio 70 d. C. (cf. 22,7; 23,38); - Los lectores del evangelio conocen cierta organizaci6n de las comunidades (cf. 10,41; 23,34: profetas, sabios, escribas), pero desconocen una estructura eclesial articulada como la que reflejan las cartas pastorales (hacia 100 d. C.); - lgnacio de Antioquia (hacia 110 d. C.) cita el evangelio de Mateo. En base a estos indicios, Mateo debi6 de componer su evangelio despues del afio 70 y antes del 100. Se podria pensar, por ejemplo, en la decada de los afios ochenta.
4. Division del evangelio Para comunicar al lector su intenci6n, Mateo emplea distintos elementos, con los que divide y estructura su texto: - Son particularmente llamativas las repeticiones estereotipadas de frases: y sucedi6 que cuando acab6 Jesus de decir esto ... (cf. 7,28; 11,1; 13,53; 19,1; 26,1), asf como Jesus recorria ... , ensefiaba ... , anunciaba el Evangelio y curaba ... (cf. 4,23; 9,35; 11,1); pero tambien la reiteraci6n de giros a modo de f6rmulas, como para que se cumpliera lo dicho por el profeta (cf. 1,22; 2, 15 .1 7 .23; 4,14; 8,17; 12,17; 13,35; 21,4; 26,56; 27,9). - Mateo emplea, ademas, tecnicas narrativas rabfnicas y antiguas, como inclusiones (cf. el motivo "Emmanuel" en 1,23 y en 28,20), composiciones quiasticas y concentricas (por ejemplo, 18,10-14; 6,1-18, con el padrenuestro en el centro), asf como ritmos numericos y
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esquemas organizativos (con preferencia de los numeros 3 y 7; por ejemplo, las tres tentaciones de Jesus, las tres obras de piedad, los siete "ay" sobre los fariseos, las siete bienaventuranzas, las siete peticiones del padrenuestro). - Por ultimo, tambien desempefian un papel importante los conceptos claves (por ejemplo, los pequefios, los discipulos), especialmente cuando van unidos a concepciones teol6gicas (por ejemplo, justicia, seguimiento ). Todos estos rasgos estructurales sirven para dar a los lectores sefiales claras para que se orienten en el texto y puedan conocer la intenci6n del autor y comprender el mensaje del escrito. A pesar de estos elementos estructurales, no es fäcil, sin embargo, dividir el evangelio, porque las partes narrativas y los discursos estan entretejidos entre si y, asimismo, los temas centrales son retomados siempre de nuevo. Por eso, la divisi6n que proponemos se basa tanto en la estructura narrativa como en los temas teol6gicos, por cuanto que el evangelio de Mateo no constituye un tratado cientifico, sino una narraci6n teol6gica: Mateo quiere presentar a Jesus como el Mesias conforme a las Escrituras de Israel y aclara su comprensi6n del mismo a traves de la construcci6n y divisi6n de su evangelio. Una incisiva referencia estructural ofrece la formulaci6n, que aparece dos veces, "desde entonces" (cf. 4,17; 16,21), que sefiala un cambio decisivo o un nuevo inicio y con ello divide el evangelio en tres partes. En la primera (cf. hasta 4,17), Jesus es presentado y confirmado como Mesias e Hijo de Dios por otros: por un angel, por los Magos, por Juan el Bautista, por la voz del cielo y, sobre todo, por el cumplimiento de citas escrituristicas. En la segunda parte (cf. 4,17-16,20), Jesus actua y se muestra como el Mesias en sus obras y en su ensefianza. Con el anuncio de Jesus acerca de su padecimiento y su resurrecci6n, la tercera parte (cf. desde 16,21) introduce el relato de la pasi6n, que termina con el encargo misionero del Resucitado y revela a Jesus como Mesias y Pantocrator. El siguiente esquema detalla las tres partes descritas y sus subdivisiones:
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Primera parte A) 1,1-2,23 B) 3,1-4,16
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Jesus, Mesias segun las Escrituras
EI origen de Jesus, el Mes{as La triple confirrnaci6n del Mes{as Jesus
Segunda parte A) 4,17-11,1 a) 4,17-9,34 b) 9,35-11,1
Jesus, Mesias en sus palabras y obras
B) 11,2-16,20 a) 11,2-13,58 b) 14, 1-16,20
",ßres tu el que ha de venir?" Preguntas acerca de! mesianismo de Jesus Rechazo y reconocimiento de! mesianismo de Jesus
Tercera parte A) 16,21-25,46 a) 16,21-20,34 b) 21,1-25,46
Jesus, Mesias e Hijo del Hombre, en su Reino
B) 26,1-28,20
Pasi6n, muerte y resurrecci6n: La entronizaci6n del Mesias-Hijo del Hombre EI Mesias-Hijo de! Hombre, entregado EI Mesias-Hijo de! Hombre, crucificado y entronizado
a) 26,1-27,31a b) 27,31b-28,20
4,17-16,20
Las obras del Mes{as EI encargo de Jesus de enseiiar y sanar Jesus transmite su encargo a sus discipulos
16,21-28,20
EI Mes{as e Hijo del Hombre, en camino a su Reino Jesus, en camino hacia Jerusalen La actividad de Jesus en Jerusalen
La primera parte desempefia la funci6n de pr6logo y nos presenta la persona de Jesus desde su origen hasta el comienzo de su actividad publica. En esta parte se reconocen dos secciones: la primera (cf. 1,1-2,23) contiene el "evangelio de la infancia", que trata sobre el nacimiento de Jesus y su nifiez; la segunda (cf. 3,1-4,16) habla acerca de la persona de Jesus antes de su aparici6n publica. En el plano narrativo, el autor precisa aqui el punto esencial de la identidad de Jesus, a saber: su relaci6n con Dios y con los hombres. En el plano teol6gico, los cinco cumplimientos de citas escrituristicas establecen el vinculo entre la historia de Jesus y las Sagradas Escrituras de Israel, en cuanto que explican que Jesus es el Mesias esperado conforme a las Escrituras. Con esto Mateo ofrece a sus lectores el auxilio decisivo para la interpretaci6n de todo: las Sagradas Escrituras son la clave interpretativa para comprender la historia de Jesus y su mesianismo. La segunda parte comienza con el anuncio de la actividad publica de Jesus. El tema central de esta parte son las obras del Mesias (cf. 11,2): en la primera secci6n (cf. 4,17-11,1) se presenta detalladamente, en primer lugar, la
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acci6n de Jesus: su anuncio (cf. 5,1-7,29) y sus curaciones (cf. 8,1-9,34.35), en las que luego se incluyen de manera explicita tambien las de sus discfpulos (cf. 9,36-11,1). La segunda secci6n (cf. 11,2-16,20) aborda el problema central del mesianismo de Jesus. La pregunta introductoria de Juan el Bautista de si Jesus, en raz6n de sus obras, es realmente el Mesfas esperado (cf. 11,3) abre una serie de ulteriores posturas dubitativas y escepticas respecto al mesianismo de Jesus (cf. 11,2-13,52). A continuaci6n, el autor presenta distintas respuestas sobre la identidad de Jesus (cf. 14,1-16,20) que finalmente culminan en la confesi6n de Pedro, quien reconoce la conducta de Jesus como una acci6n mesianica y por ello lo confiesa a el como el Mesias, el Hija de Dias viva (16,16). La tercera parte responde a la pregunta hecha en la segunda acerca del mesianismo de Jesus, en cuanto que lo presenta igualmente como el Hijo del Hombre entregado y crucificado, y como el Hijo del Hombre establecido en su sefiorio. La primera secci6n (cf. 16,21-25,46) trata sobre el camino del Hijo del Hombre hacia Jerusalen (cf. 16,21-20,34), su entrada "real" en la ciudad y sus ultimas acciones en ella (cf. 21,1-25,46). La segunda secci6n narra la pasi6n de Jesus y su entrega (cf. 26,1-27,31a), su muerte en la cruz y su resurrecci6n, con el establecimiento del Hijo del Hombre en su sefiorfo universal (cf. 27,31b-28,20). 5. Ideas teol6gicas directrices
Mateo no elabora ninguna teologfa muy pulida, pero sus relatos desarrollan distintos aspectos teol6gicos, cuyas concepciones fundamentales procuramos sistematizar aquf de manera que queden claras algunas de las ideas directrices del evangelio de Mateo acerca de los principales temas: "Dias", "mesianismo de Jesus", "Iglesia" y "etica". - Cuando Mateo habla de Dias, se trata del Dias de Israel: el Dias que Jesus anuncia es, pues, el Dios de Abrahan, Isaac y Jacob, y el Dios de la comunidad mesianica, constituida a partir de Israel y de los pueblos paganos.
Dias es el Padre de Jesus. Llama la atenci6n que Mateo emplea en pasajes decisivos y mas frecuentemente que los demas
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sin6pticos la expresi6n Padre (celestial) o Padre en los cielos como sin6nimo de Dios. Dios es, en primer lugar y de manera peculiar, el Padre de Jesus, pues nadie conoce al Hijo, sino el Padre, asi como nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar (11,27). EI vfnculo entre Jesus y Dios, el Padre, es por ello especial, por cuanto que lo que preocupa total y completamente a Jesus es cumplir la voluntad del Padre (cf. 6,10; 7,21; 26,39.42).
Dias es, asimismo, el Padre de los discipulos y tambien nuestro Padre. El hecho de que tambien nosotros somos hijos de Dios es una insistencia central en Mateo: en los discursos de Jesus y en las instrucciones a los discfpulos, enfatiza que podemos llamar a Dios nuestro Padre (cf. 6,9), pues Dios es para nosotros un Padre que ya sabe lo que nos hace falta (cf. 6,8.32) y que, si se lo pedimos, nos da lo que es bueno (cf. 7,11). La ensefianza de Jesus sobre Dias, nuestro Padre, culmina en la advertencia de que no debemos llamar "padre" a nadie en la tierra, porque todos nosotros tenemos un solo Padre, el que esta en los cielos (cf. 23,9). Debemos imitar a Dias, nuestro Padre, y procurar ser perfectos como el (cf. 5,48). La paciencia misericordiosa de Dios y su disponibilidad a perdonar no conocen lfmites (cf. 5,45) y por eso en ellas se fundamenta el amor a los enemigos (cf. 5,44). Asimismo, tambien nosotros, como hijos de Dios, somos exhortados a una actitud que, en el amor al pr6jimo, vaya mas alla de la medida conocida y esperada (cf. 5,43-48). Dias, nuestro Padre, convierte la historia en historia de salvaci6n. Con el relato del rescate de Jesus de quienes atentaban contra su vida -como alusi6n al rescate de Israel de Egipto-, Mateo destaca, ya al comienzo, que Dios conforma la historia segun su plan salvffico. Las frecuentes citas escriturfsticas cumplidas en la prehistoria que relata, indican claramente que la historia de Jesus no ha surgido del azar, sino que sigue un plan disefiado por Dios y que ya esta presentado en las Escrituras (en la Tora y en los Profetas). Para Mateo, este plan salvffico muestra asimismo, ya desde el inicio, a Dios como Padre (cf. la cita de Os 11,1 en Mt 2,15: "Desde Egipto llame a mi hijo"), cuyo plan de salvaci6n se cumple en Jesus y a traves de Jesus.
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- La cuesti6n del mesianismo de Jesus es para Mateo central, y la ilumina desde distintos angulos.
Jesus es el Mesias de Israel. Ya al comienzo del evangelio, se presenta a Jesus como Mesias, hijo de David, hijo de Abrahdn (1,1). Esta genealogfa destaca la vinculaci6n de Jesus con la historia de Israel y, a su vez, plantea que con el comienza otro tramo de la misma (cf. 1,17). Las frecuentes citas escrituristicas cumplidas de la primera parte del evangelio sirven de prueba de que Jesus es realmente el Mesfas esperado segun las Escrituras. El mesianismo de Jesus se manifiesta tanto en su doctrina como en sus acciones (cf. cap. 5-7.8-9): Jesus ensefia con poder (cf. 7,29), tiene el poder de perdonar los pecados (cf. 9,6) y de curar a las personas de sus enfermedades (cf.8,17). La pregunta de Juan el Bautista: cEres tu el que ha de venir o debemos esperar a otro? (11,3), deja clara la expectativa mesianica de aquel tiempo. La respuesta de Jesus (cf. 11,4-6) echa mano del acontecer salvifico de la era mesianica descrita por Isafas (cf. Is 26,19; 29,18-19; 35,5-6; 61,1) y lo presenta como ya realizado. Jesus se percibe a sf mismo como enviado a las ovejas perdidas de la casa de Israel (15,24) y, a su vez, manda a sus discfpulos, en primer lugar, a las ovejas perdidas de la casa de Israel (10,6). Ambos pasajes subrayan el significado de Israel en la acci6n mesianica de Jesus.
Jesus es el "Hijo del Hombre". Los tftulos Hijo del Hombre y Mesias estan estrechamente vinculados. Es muy posible que, en el judaismo de los tiempos de Jesus, junto a la expectativa del Mesfas salvifico tambien existiese la del Hijo del Hombre escatol6gico, tal como por ejemplo se la describe en el libro de Daniel, donde la figura del Hijo del Hombre se comprende, al comienzo, de forma menos mesianica y mas bien como una entidad colectiva y, mas adelante, cristaliza en una imagen mesianica individual. El evangelio de Marcos ya alude a paralelismos entre Jesus y la figura apocalfptica del Hijo del Hombre. Mateo echa mano de las ideas que existfan en su tiempo. La figura del Hijo del Hombre le permite vincular recfprocamente el Siervo de Dios sufriente, el Mesfas davidico y los aspectos escatol6gicos del esperado Hijo del Hombre. Correspondientemente configura el padecimiento y la resu-
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rrecci6n de Jesus como pasi6n y entronizaci6n del Hijo del Hombre-Mesias (cf. 26,64), que alcanza su culmen en la escena conclusiva del evangelio, en la presentaci6n de Jesus resucitado como Hijo del Hombre-Mesias glorioso y Pantocrator (cf. 28,18).
Jesus es el "Dias con nosotros", el "Hijo de Dias". En Mt 1,22-23 el cumplimiento de una cita escrituristica anuncia al Emmanuel esperado por Isaias (cf. Is 7,14). Mediante la explicaci6n del nombre "Emmanuel" (Dias con nosotros), Mateo construye una inclusi6n con la promesa de Jesus al final del evangelio: yo estoy con ustedes (28,20). Para Mateo, Jesus es el Emmanuel, el Dias con nosotros, la actualidad de Dios (shehina) sobre la tierra; pero no se trata para el de una presencia liturgica, sino de la asistencia de Dios en la historia. Asi como ya anteriormente Dios se habia manifestado en la historia de Israel para salvar a su pueblo, asf tambien ahora, en el tiempo escatol6gico, actua en su Hijo y por medio de su Hijo. Este vinculo estrecho entre Dios y Jesus es lo que Mateo ilustra en el logion sobre el profundo conocimiento reciproco del Padre y del Hijo (cf. 11,25-27). Dios mismo se manifiesta en Jesus, el Hijo de Dios (cf. 3,17; 17,5; 28,19), que esta por encima de todo (cf. 11,25-27) y que ha recibido todo poder en el cielo y en la tierra (cf. 28,18). Y como revelador del Padre, Jesus lleva a plenitud el sentido autentico de la Ley.
Jesus cumple la Tara. La formulaci6n programatica de que Jesus no ha venido a abolir la Tora y los Profetas, sino a llevarlos a cumplimiento (cf. 5,17), sintetiza su valoraci6n de conjunto de la Ley. Corno entender el cumplimiento de la Ley es lo que se esclarece por medio de las explicaciones que comienzan con asi / pues yo les digo, que no suponen la supresi6n ni la moderaci6n o radicalizaci6n de la Ley, sino su real cumplimiento (cf. 5,17-48). Mateo reconoce a Jesus como maestro autorizado e interprete autentico de la voluntad de Dios, que esta en la base de todas las instrucciones de la Tora: ustedes, pues, sean pelfectos como es pelfecto su Padre, que esta en los cielos (5,48). Con esta interpretaci6n de la Tora, Mateo asume una tradici6n "veterotestamentaria" que ve la voluntad de Dios fundando los preceptos de la Ley. Mateo reconoce en la explicaci6n de
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Jesus la interpretacion de esos preceptos que comprende la voluntad de Dios en su plenitud.
Jesus es el "maestro" y "seiior". En el evangelio de Mateo los discipulos se dirigen permanentemente a Jesus como seiior (solo Judas le llama dos veces rabi: cf. 26,25.49); los fariseos, escribas, saduceos y otras personas que le piden algo o le hacen preguntas, le llaman maestro. Jesus habla de si mismo en tercera persona y emplea la expresion el maestro (cf. 10,24-25; 26,18). El ensefia a sus discipulos que no
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La comunidad eclesiastica esta al servicio del Reino de Dias. En el conjunto de todo el evangelio, el relato de la Harnada de los primeros discipulos (cf. 4,18-22) marca la irrupci6n del Reino de Dios, en el que se reune el Israel disperso y se reconstruye bajo el sefiorio salvffico de Dios. Fundamento indispensable de todos los Hamamientos a esa comunidad es lo que presenta el "discurso comunitario" de Jesus en el capitulo 18: si no cambian y se hacen como nifios, no entraran en el Reino de los Cielos (18,3). Aqui se aprecia claramente que la Iglesia no posee un fin en si misma, sino que esta al servicio del Reino de Dios; no ha sido establecida para alcanzar un reino propio -ya sea econ6mico o estructural-, sino que esta Harnada al servicio de Dios y de los hombres. Otro elemento caracteristico esencial de quienes conforman la comunidad eclesial es la actitud fundamental del nifio, con lo cual se subvierten las categorias corrientes: el ser pequefio -la mansedumbre y la humildad-, y no la grandeza, es lo que
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Cumplir sobreabundantemente toda la justicia de Dias. Las primeras palabras de Jesus en el evangelio presentan un asunto importante para el: el cumplimiento de toda justicia (cf. 3,15). En el contexto del evangelio (cf. 5,6.10.20; 6,1.33; 21,32) resulta claro que esa justicia de la quese ocupa Jesus es la que solo apunta a vivir conforme a la voluntad de Dios y a cumplirla sobreabundantemente. Esto significa observar el sentido profundo, originario y pleno de la voluntad de Dios en los preceptos de la Tara (cf. 5,19.48; 23,23), vivir la confesi6n de fe y la praxis de la misma como una unidad (cf. 7,21.24) y practicar concretamente la justicia en lo cotidiano (cf. 6, 1-18.33). Vivir la etica de la responsabilidad. Jesus se identifica expresamente con los pobres, miserables, despreciados y marginados (cf. 25,31-48). Quien se esfuerza por vivir conforme a la voluntad salvffica de Dios debe guiarse constantemente por su responsabilidad con los pequefios, los debiles y los perjudicados, con los hermanos y hermanas mas pequefios de Jesus. Quien practica estas obras de misericordia (dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, acoger al extranjero y al sin techo, vestir a los desnudos, ocuparse de los enfermos y visitar a los encarcelados) imita a Dios, que, como muestra la Tora, se ocupa del cuidado de todos los perjudicados. 6. Observaciones metodol6gicas previas EI acercamiento a un texto, su investigaci6n e interpretaci6n tienen lugar siempre desde una perspectiva determinada y con unos intereses concretos; por eso presentamos a continuaci6n nuestra propia perspectiva y los intereses que orientan nuestro estudio. - La lectura de textos biblicos es una forma particular de comunicaci6n. EI termino latino communicare indica la relaci6n entre dos 0 mas interlocutores e incluye las interacciones de "hablar", "escuchar", "comprender/interpretar" y "reaccionar/responder". La comunicaci6n autentica es un proceso que llevan adelante juntos los interlocutores, pero en el caso de un texto escrito existe la peculiaridad de que ese texto, como "interlocutor", no puede reaccionar; en este caso, la comunicaci6n se desarrolla en una sola direcci6n: del tex-
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to al lector. Otra caracterfstica especial de los textos bfblicos, en contraposici6n a los demas textos escritos, es la pretensi6n de ser "Palabra de Dios". La Palabra de Dios, en cuanto palabra reveladora, no s6lo manifiesta la voluntad de Dios y su promesa, sino que tambien posee como propiedad suya una eficaz potencia dinamica: produce algo, en cuanto que crea una nueva realidad (cf. Gn 1,1-3; Is 55,11; Jr 23,28-29; Jn 1,1; Hch 6,7; 19,20).
- Podemos comprender la Palabra de Dias, formulada en las Sagradas Escrituras a traves de personas (cf. Dei Verbum 12-13), porque corresponde a las reglas de nuestro lenguaje. Un texto (del latfn texere, "tejer") formulado segun estas reglas del lenguaje es, a la vez, un "tejido" o "trenzado" de palabras y frases que forman una estructurada red de relaciones que apunta a la comunicaci6n, es decir, que ha sido compuesta por el autor con una determinada intenci6n hacia los lectores. En el plano estructural, el texto esta determinado tanto por su extensi6n como por su organizaci6n interna, esto es, por la disposici6n de las frases (sintaxis) y la elecci6n de las palabras (semantica). En el plano comunicativo, la elecci6n de las palabras y la combinaci6n de frases, asf como la configuraci6n narrativa del contenido de distintos caracteres, acciones y dialogos, permiten al lector reconocer las intenciones del autor: por ejemplo, si quiere comunicar algo o exhortar; si desea motivar o cuestionar; que visi6n del mundo posee 0 que valores Süll para el indicativos de Ulla lfnea de conducta. Pero las intenciones del autor no son lineales o unfvocas, sino variadas y complejas; asf, por ejemplo, el dar una informaci6n puede, a la vez, cuestionar algo y estimular a reflexionar sobre alternativas. - Con su texto, el autor desea provocar en los lectores ciertos efectos. Asf, conforme a su interes, formula el texto de manera que puedan ser reconocidos inmediatamente por los lectores tanto los efectos que pretende como sus intenciones manifiestas, en el caso de las exhortaciones. Pero el autor puede formularlas tambien de forma que el texto produzca su efecto mas tarde, cuando el lector nuevamente reflexione sobre el, como en el caso de preguntas que exigen de los lectores una respuesta, como ocurre por ejemplo con la pregunta que Jesus dirige a sus discfpulos en Mt 16,15: Y ustedes, (,quien dicen que soy yo? Existe, ademas, la posi-
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bilidad de componer los textos de manera que ejerzan una accion de la que los lectores toman conciencia paulatinamente (por ejemplo, el efecto consolador de un salmo). Aqui resulta clara la dimension performativa y pragmatica de los textos, que, en cierto modo, "actuan" por medio de palabras y transforman, en cuanto que operan algo en los lectores y/o los estimulan a hacer algo.
- En nuestras interpretaciones, lo que nos interesa es, sobre todo, la perspectiva de la dimensi6n performativa y pragmatica de los textos biblicos, que -en cuanto Palabra de Diosno solo quieren informar, sino crear la nueva realidad de Dios. Esta fuerza dinamica y eficaz de la Palabra de Dios tambien puede mover al lector a descubrir la voluntad divina y a actuar conforme a ella. Partiendo de la estructura sintactica o narrativa de los textos y del significado semantico de las palabras, indagamos en el plano de las estrategias de comunicacion de que manera se les ofrecen a los lectores determinadas "sefiales", que efectos pueden suscitarse por medio de ellas en los lectores y que impulsos para la accion reciben tambien estos. Un criterio indicativo para actuar segun la Palabra de Dios es siempre el cumplir la voluntad de Dios (cf. 5,48; 7,21). - En su declaraci6n e intenci6n, un texto esta determinado por su contexto. La frase "hace frio" puede ser no solo una informacion acerca de la temperatura, sino tambien una exigencia de cerrar la puerta, una recomendacion para ponerse una prenda mas abrigada o una fundamentacion de por que la simiente aun no se ha desarrollado tanto como se esperaba; es el contexto el que desvela la intencion en cuestion. Los textos biblicos no han surgido en nuestro contexto socio-cultural, sino en otro, en un trasfondo historico distinto y en otro tiempo, y contienen propuestas y alusiones que hoy no nos resultan inmediatamente evidentes, de modo que surge el problema de como y por medio de que podemos comprenderlos. Algunas cuestiones -por ejemplo, que es un odre o un tetrarca- se pueden esclarecer relativamente pronto, pero se requieren mas informaciones sobre el trasfondo para explicar que son los demonios o por que Dios es visto tambien como pastor. Con todo, comprendemos los mensajes de los textos incluso sin conocer acabadamente todos los detalles; esto se
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con las personas de aquel entonces, por un lado, las mismas preocupaciones, angustias, esperanzas y anhelos y a que, por otro, nos une la misma fe; por eso nos reencontramos fäcilmente a nosotros mismos en las personas sobre las que tratan las historias bfblicas o que actuan en las parabolas narradas.
- Nuestro horizonte comun de fe, que nos une a traves de la tradici6n del anuncio y de la confesi6n creyente, constituye el marco de las experiencias y de las interpretaciones de la fe de las personas tanto de entonces como de hoy. Es por eso por lo que sobre ese horizonte de fe interpretamos los textos bfblicos como testimonios de fe. En ese contexto, por ejemplo el termino pastor designa no solo a cualquiera que cuida ovejas, sino tanto a un rey como tambien a Dios. Y frases como bienaventurados los pobres de espiritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos (5,3); todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra, y al que llama, se le abrira (7,8), o donde estan dos o tres reunidos en mi nombre, alli estoy yo en medio de ellos (18,20), no son ninguna utopfa irreal, sino el inicio ya del Reino de Dios. 7. Nuestra forma de proceder
Analizamos las estructuras sintacticas o narrativas de los textos del evangelio, indagamos en el significado semantico de las palabras y frases en su contexto e investigamos en el horizonte de la fe la dimensi6n pragmatico-performativa en su efecto sobre los lectores. Nuestros fundamentos metodo16gicos y nuestra forma de proceder pueden ilustrarse muy bien con la imagen de una "red de pesca". Una red de pesca esta formada por muchos hilos unidos de una determinada manera unos con otros, de modo que resulta un "todo" bien dispuesto. De forma similar, las conexiones de palabras en frases, y de frases en parrafos y escenas, conforman un texto. Para esclarecer esa estructura presentamos, pues, el texto del evangelio en su peculiar ordenamiento; asf, ya a primera vista resulta claro que escena compone el relato o que partes articulan el discurso. Tras la presentaci6n grafica, estudiamos los textos en tres pasos:
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1) Tejido estructural del texto Asf como los hilos que la cruzan en diagonal, en distintas direcciones, confieren a la red de pesca tanto estabilidad como flexibilidad, de igual modo las palabras y frases de un texto conforman, con sus nexos, la estructura formal del mismo. Por eso estudiamos, en un primer momento, todo lo que contribuye a la "estabilidad" y a la cohesi6n argumental de un texto: la relaci6n entre las palabras, la construcci6n de las frases, las formas estilfsticas, la estructuraci6n de los parrafos, de las escenas, etc.
2) Configuraci6n semantica del texto Pero la red de pesca no es inm6vil, sino que, en raz6n de su particular forma de estar anudada, es m6vil y puede desplegarse. Asf como las palabras y frases, por un lado, conforman una estructura firme, de igual modo establecen entre ellas, como tambien con otros parrafos, vfnculos claros. Bajo el aspecto de la "flexibilidad vinculante" indagamos, por ejemplo, en el significado de las palabras e investigamos su campo semantico. En el analisis semantico no incluimos solo los textos del evangelio, sino tambien su contexto mas cercano y mas amplio, es decir, todo el evangelio, otros escritos neotestamentarios, el horizonte de la Sagrada Escritura judfa (nuestro Antigua Testamento) y el marco socio-cultural de la antigüedad. Por medio de la repetici6n de palabras, de pares de terminos contrapuestos, alusiones, citas, etc„ surgen campos de asociaci6n y lfneas de interpretaci6n que abren al lector -de aquel entonces y de hoy- un amplio horizonte de interpretaci6n.
3) Nexos pragmaticos del texto Al igual que en la red de pesca los hilos se entrecruzan y anudan, confiriendole estabilidad, uniendola, y asf la red llega a ser tal (y no un mero tejido suelto), de manera que puede cumplir su funci6n, del mismo modo los efectos que los textos bfblicos tienen en sus lectores dependen de su estructura, selecci6n de palabras e intenciones de comunicaci6n. Por eso, la dimensi6n pragmatico-performativa no es un aspecto ulterior, afiadido al texto -pues se encuentra presen-
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te ya en el plano estructural y semantico-, sino mas bien una perspectiva determinada del texto. En este tercer punto, pues, desde esta perspectiva alcanzamos la intenci6n de comunicaci6n del plano sintactico y semantico, y presentamos uno o varios puntos significativos que contribuyen al potencial de eficacia del texto. Asi, por ejemplo, en las partes discursivas, alocuciones imperativas, preguntas o discursos; en las narraciones, son las figuras que actuan quienes ofrecen a los lectores modelos de identificaci6n o de confrontaci6n. En el proceso de lectura, los lectores se sienten aludidos por los discursos directos, las alocuciones imperativas o las preguntas, y en las narraciones confieren a las figuras de identificaci6n y de rechazo "un rostro". A traves de discursos y relatos, el texto biblico exige a los lectores una toma de posici6n y por ello contiene para los mismos un potencial de transformaci6n positiva. Para que la red de pesca pueda capturar peces,
PRIMERA PARTE l\tlt 1,1-4,16: Jesus, Mesfas segun las Escrituras
EI comienzo de un relato no es en absoluto indiferente, sino que posee un gran interes hermeneutico, porque a menudo, precisamente ahi, el autor presenta su termino clave, asi como importantes caracteristicas estructurales que sirven para una adecuada interpretaci6n de la obra. EI comienzo preanuncia como "obertura" el desarrollo de la subsiguiente narraci6n. En los evangelios sin6pticos ocupa un lugar central el anuncio del Reino de Dias, pero, por parte de Jesus, nos falta el punto de partida concreto: ninguno de los sin6pticos comienza con el anuncio del Reino de Dias por parte de Jesus. En efecto, los tres anteponen una "narraci6n previa" (diegesis) propia que sirve de introducci6n a la "narraci6n principal" subsiguiente, ya que establece su marco interpretativo. Esas diegesis de los evangelios describen respectivamente a Jesus con mayor exactitud: (,quien es el y c6mo hay que entenderlo en el contexto de la historia de salvaci6n? Mientras Marcos ofrece esa narraci6n previa en los 13 versiculos introductorios, Mateo y Lucas construyen una diegesis mas compleja, en la que a los materiales de Marcos se les afiaden elementos propios que llegan mucho mas atras en el tiempo, como por ejemplo la genealogia, el nacimiento y el relato de la infancia de Jesus. En el plano comunicativo, ese primer capitulo presenta a los lectores, como en una obertura, un boceto de todos los motivos principales que, luego, continuaran siendo desarrollados y configurados de manera diferenciada. A pesar de que el texto de nuestro estudio contiene el "evangelio de la infancia" (Mt 1,1-2,23) como un genero literario relativamente cerrado, lo vamos a considerar en relaci6n con la ulterior "misi6n de Juan" (cf. Mt 3,1-4,16). Se trata, pues, de una diegesis que, en esas dos secciones, presenta los presupuestos del anuncio del Reino de Dias (cf. Mt 4,17). En el evangelio de Lucas se puede reconocer aun mas claramente el nexo entre esas dos partes, pues ambas secciones estan conformadas en paralelo: entre el pr6logo (cf. Lc 1,1-4)
Mt 1,1-4,16: Jesus, Mesias seg(tn las Escrituras
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y el relato propiamente dicho del evangelio -que comienza en Lc 4,15-, Lucas inserta una narraci6n (cf. Lc 3,16-4,14) que destaca claramente las similitudes entre Juan el Bautista y Jesus, a traves de las historias de sus nacimientos especiales, de sus infancias y los presagios de sus vidas publicas. En Mt 3,1, la determinaci6n temporal (por aquellos dias) y el cambio de sujeto (Juan el Bautista) marcan cierto corte, pero Mateo continua su introducci6n hasta 4,16, pues en 4,17 la sefial desde entonces (&1To wn') indica el comienzo de una nueva fase que, por su parte, se prolonga hasta 16,20, porque en 16,21 un segundo desde entonces introduce una nueva fase. Otro signo de la unidad de la primera parte (1,1-4,16) son las numerosas citas cumplidas de las Escrituras en esos primeros capftulos, hasta 4,15-16; luego, esas citas (hasta Mt 8,17) disminuyen considerablemente. El marco estructural de Mt 1,1-4,16 aparece, pues, bastante bien construido. La primera parte esta compuesta por dos secciones, construidas a su vez por siete perfcopas: A) El origen de Jesus, el Mesfas (Mt 1,1-2,23: cuatro perfcopas). B) La triple confirmaci6n del Mesfas Jesus (Mt 3,1-4,16: tres perfcopas).
A) EI origen de Jesus, el Mesias Mt 1,1-2,23
EI relato de los
La genealogia: 1,1-17
Titulo
Libro del origen de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahan. Primera Zista de generaciones
"
Abrahan Isaac Jacob Juda Fares Esr6n Aran Aminadab Naason Salm6n Booz Obed Jese
engendr6 a Isaac, engendr6 a Jacob, y a sus hermanos, engendr6 a Juda y a Sara, de Tarnar, engendr6 a Fares engendr6 a Esr6n, engendr6 a Aran, engendr6 a Aminadab, engendr6 a Naason, engendr6 a Salm6n, engendr6 a Booz, de Rajab, engendr6 a Obed, de Rut, engendr6 a Jese, el rey. engendr6 a David,
Segunda Zista de generaciones 6b
10
11
David Salom6n Roboan Abia Asaf Josafat Joran Ozias Joatan Acaz Ezequias Manases Am6n Josfas
engendr6 a Sa/om6n, de la (mujer) de Urfas, engendr6 a Roboan, engendr6 a Abia, engendr6 a Asaf, engendr6 a Josafat, engendr6 a Joran, engendr6 a Ozfas, engendr6 a Joatan, engendr6 a Acaz, engendr6 a Ezequias, engendr6 a Manases, engendr6 a Am6n, engendr6 a Josias, engendr6 a Jeconias y a sus hermanos, cuando la deportaci6n a Babilonia.
Tercera Zista de generaciones 12
Jeconfas
Despues de la deportaci6n a Babilonia: engendr6 a Salatiel,
Mt 1,1-4,16: Jesus, Mesias segtin las Escrituras
13
1'
15
16
36
Salatiel engendr6 a Zorobabel, Zorobabel engendr6 a Abiud, Abiud engendr6 a Eliaquin, Eliaquin engendr6 a Azor, engendr6 a Sadoc, Azor engendr6 a Ajfn, Sadoc Ajin engendr6 a Eliud, engendr6 a Eleazar, Eliud Eleazar engendr6 a Matan, Matan engendr6 a Jacob, engendr6 a Jose, Jacob
el esposo de Maria, de la que naci6 Jesus, llamado Cristo (Mesias).
Sintesis 17 que el total de las generaciones son: desde Abrahan hasta David, desde David hasta la deportaci6n a Babilonia, desde la deportaci6n a Babilonia hasta el Mesfas,
catorce generaciones; catorce generaciones; catorce generaciones.
Tejido estructural del texto Inmediatamente al comienzo, el autor informa al lector sobre su intenci6n comunicativa: 1, 1 aclara que la presente obra es un libro sobre Jesucristo. La expresi6n griega ß[ßA.°'; yEvfoEwi; puede significar tanto Libro del origen como Libro de la historia. EI versiculo introductorio ejerce a la vez la funci6n de titulo de toda la obra y de epigrafe de la siguiente lista de generaciones. Con este titulo en una doble funci6n, Mateo ofrece a su lector dos perspectivas: como Libro del origen de Jesus se tematiza la genealogia de Jesus, el enfoque se centra en su persona; como Libro de la historia de Jesus se enlaza la historia de este con la historia de sus predecesores y, con ello, con la historia del pueblo de Israel, y aqui se abre el horizonte de la interpretaci6n contextual. Estas dos perspectivas no se excluyen, sino que se complementan una a otra y aclaran que se trata de J esucristo en el contexto de la historia de su pueblo, Israel. Otra sefial nitida de la estrategia comunicativa del autor esta en el versiculo 1, 17, que sirve de resumen y menciona expresamente el criterio de articulaci6n de los versiculos precedentes: la lista contiene tres series de generaciones, com-
La genealogia: 1,1-17
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puestas cada una de catorce de ellas. Ademas, este versiculo ofrece una triple subdivisi6n de - hasta: Abrahan, la deportaci6n a Babilonia y Jesus. La articulaci6n de la primera parte se presenta claramente estructurada: 1, 1 Tftulo de la genealogia y de toda la obra. 1,2-6a Serie de generaciones hasta David. 1,6b-11 Serie de generaciones hasta la deportaci6n a Babilonia. 1,12-16 Serie de generaciones hasta Jesus. Aclaraci6n sintetica. 1,17
Configuraci6n semantica del texto 1,1: Titulo Este versiculo tiene la doble funci6n de tftulo del libro y epigrafe de la genealogia que sigue. Los lectores de la antigüedad conocen muchas otras obras de su tiempo, tanto de la literatura judia como de la cristiana, que comienzan de modo semejante; por ejemplo, Tob 1, 1: "Libro de la historia (hechos y palabras) de Tobias, el hijo de Töbit ... ", o el Apocalipsis de Abrahdn 1,1: "Libro de la revelaci6n de Abrahan, hijo de ... ". No obstante, la expresi6n ß[ßJc°'; yEVEaEWt; es un tanto particular, pues en la literatura del NT s6lo aparece en este sitio. En la literatura judia, la expresi6n libro de las generaciones (sefer toledöt) se refiere a las genealogias o tambien a los hijos de una determinada personalidad que luego se presentan mas detalladamente. En Mt 1, 1, por el contrario, no se trata en primer lugar de una descendencia, en el sentido de que Jesus sea realmente un descendiente de Abrahan o de David, sino mas bien de las personas y generaciones significativas que ya antes han plasmado la historia en la que luego naci6 Jesus: en el origen de Jesus, pues, ya esta comprendido el significado de su existencia. La persona Jesucristo determina el contenido del libro. Para Mateo, Jesus es siempre un nombre personal, mientras que emplea Cristo / Mesias como nombre propio o como titulo. Y cuando quiere comunicar un contenido mesianico, lo hace preceder del articulo determinado: el Mesias / Cristo (1,17).
Mt 1,1-4,16: Jesus, Mesias segtin las Escrituras
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Hijo de David e Hijo de Abrahdn son dos caracterfsticas que vinculan a Jesus con sus antepasados y, a la vez, ponen de relieve su identidad. Hijo de David es un titulo mesianico comun que Mateo pone al comienzo y repite, luego, en las narraciones siguientes, con lo que expresa que Jesus es el cumplimiento de la promesa mesianica de Israel: el es el heredero de las promesas hechas a David. Por el contrario, la designaci6n hijo de Abrahdn no es ningun titulo mesianico; todo Israel se comprendia como el pueblo de los hijos de Abrahdn (cf. Mt 3,9 II Lc 3,8), que estaba unido por la misma sangre al patriarca y a los miembros de su familia, con quienes Dios habia establecido una alianza perenne (cf. Gn 15). Pero la historia salvifica de Abrahan posee tambien la funci6n de presentar al patriarca como mediador de la bendici6n de Dios para todos los pueblos (cf. Gn 12,3; 18,18). Jesus es un verdadero hijo de Abrahan porque es un israelita y porque en el se realiza el plan salvador de Dios para todos los pueblos (cf. 8,10-11). Ambos antepasados (Abrahan y David) y su descendiente (Jesus) testimonian el plan de Dios, que comprende toda la historia de salvaci6n. 1,2-6a: Primera lista de generaciones Las primeras catorce generaciones conducen, en linea descendente, desde Abrahan (1,2) a David (1,6), siguiendo el esquema "X engendr6 a Y", que corresponde a 1 Cro 2,9-12. EI paralelo lucano (cf. Lc 3,23-38), por el contrario, emplea el esquema "Y hijo de X", segun 1 Cro 3,1016, y lleva, en linea ascendente, desde Jesus (Lc 3,23) hasta Adan (Lc 3,38). Al lector le llamara la atenci6n que en 1,2 se menciona a Juda con sus hermanos. Esta alusi6n a los hermanos de Juda mantiene viva la expectativa de la restauraci6n de todo Israel, que es un tema importante para la teologia de Mateo. La menci6n de David, al final de la primera linea de generaciones (1,6), cumple una doble funci6n: la designaci6n adicional de rey -al igual que el haber nombrado a los hermanos de Juda- remite a la expectativa hist6rico-salvifica de Israel; ademas, el nombre "David" esta compuesto en hebreo por tres consonantes cuyo valor numerico suma catorce, de modo que asi, ya al final de la primera lista de generaciones, se presenta el numero de linajes de las tres listas.
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La genealogia: 1,1-17
1,6b-11: Segunda lista de generaciones La segunda serie de generaciones conduce hasta la deportaci6n a Babilonia, y, en el judafsmo, ese tiempo significaba una cesura insuperable. La lista mateana de nombres esta influenciada por la lista de reyes de Juda que residieron en Jerusalen (cf. 1 Cro 3,5-16). Al lector tampoco se le escapa cierta confusi6n de personas e incluso omisiones y modificaciones de algunos nombres, de modo que al final permanezca intacto el esquema de las catorce generaciones, que es lo que le interesa al autor: de ahf que, por ejemplo, se fusionen el rey Yoyaqufn (609-598) y su hijo Joaqufn (598-597) en un solo nombre, Jeconias (1,11). 1,12-16: Tercera lista de generaciones No esta claro a partir de que fuente ha compuesto Mateo su tercera lista de generaciones, pues los nombres no corresponden con los de 1 Cro 3,19b-24 ni con los de la versi6n paralela de Lc 3,23-27. Con esto queda claro que, en las genealogias, Mateo persigue en primer lugar una intenci6n teol6gica, no historiografica. Esta comprensi6n teol6gica es lo que subraya tambien el versiculo 1,16, que presenta a Jose como esposo de Maria, pero no como padre natural de Jesus: la construcci6n en forma pasiva remite a Dias mismo (passivum divinum), que ha engendrado a Jesus de Maria. 1,17: Sintesis El versa conclusivo precisa los criterios de composici6n (3 x 14 generaciones) y acentua quese trata aquf de todas las generaciones de todo Israel. Los esquemas numericos son comunes en el judafsmo. Con esta construcci6n esquematica Mateo enfatiza que Dias, desde el comienzo, ha planeado la historia de salvaci6n: la venida del Mesias es el vertice del plan divino que fue esbozado con el mayor cuidado y la mayor precisi6n para todos los hombres. Correspondientemente, al final del evangelio se envia a los discfpulos de Jesus a todos los pueblos. Con ello, Mateo ofrece a sus lectores, ya al comienzo de su evangelio, la clave para comprender la figura de Jesus: conforme al plan divino de salvaci6n, Jesus es el Mesias para todo Israel y para todos los pueblos.
Mt 1,1-4,16: Jesus, Mesias segtin las Escrituras
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Nexos pragmaticos del texto Las listas de generaciones al cornienzo del libro abren al lector rnuchas perspectivas. Por un lado, las genealogfas sirven para legitirnar: Mateo aclara a sus lectores que Jesus no solo es un verdadero judfo, sino tarnbien un descendiente de la casa de David. Las listas de generaciones subrayan la continuidad dentro de la tradicion judia y rernarcan que Jesus de Nazaret esta en esa tradicion. La pertenencia a la estirpe de David apoya finalrnente la justificacion de la pretension rnesianica. Adernas, con la genealogfa, el autor tiene presente tarnbien a su cornunidad, cornpuesta de creyentes procedentes del judaisrno y creyentes oriundos de los pueblos paganos: arnbos grupos encuentran su base cornun en Jesus corno el hijo de David y el hijo de Abrahan, pues Abrahan, corno el patriarca de nurnerosos pueblos, es el fundarnento de la promesa salvifica universal (cf. Mt 28,18-20). Corno descendiente de Abrahan y de David, Jesus trae el curnplirniento del plan salvifico divino que fue prornetido a los antepasados. Otra funcion de la genealogia apunta a los lectores que tienen dificultades para ver realizado el plan de Dios en Jesus, el Mesias crucificado y, aparenternente, fracasado. En las listas de generaciones, en efecto, llarna especialrnente la atencion la rnencion explicita de cuatro rnujeres junto a Maria: Tarnar (1,3), Rajab y Rut (1,5), y la rnujer de Urias (1,6). Norrnalrnente, en las genealogias no se rnenciona a las rnujeres; adernas, las aqui nornbradas no son las "grandes rnadres de Israel" conocidas (Sara, Rebeca, Raquel y Lia). La opinion tradicional de que todas estas rnujeres son pecadoras no es correcta: Tarnar lucha por el derecho de su descendiente, que le fue escatirnado por Juda; Rajab ejerce corno prostituta solo su profesion, y sobre Rut la tradicion conoce unicarnente cosas buenas. Betsabe, la rnujer de Urias, no es responsable de la conducta de David, aunque si tiene -la unica de las cuatro rnujeres rnencionadas-, en cierto rnodo, algo de culpa. A la rnencion de estas cuatro rnujeres, Mateo une otros nexos asociativos irnporta~tes. Todas estas rnujeres tienen en cornun el hecho que con su decision, su accion y su destino
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La genealogia: 1,1-17
nada fäcil contribuyeron decisivamente en el plan salvifico de Israel: Tarnar persiste en el derecho de su descendiente para que su familia -una parte de la casa de Juda- no se extinga (cf. Gn 38,6-30); Rajab salva la vida de los
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nos que, segun nuestras representaciones convencionales, son aparentemente "no pios" o "insignificantes". Dias realiza nuestra salvaci6n -en nuestra historia humana- con los "pequefios" de la sociedad.
La concepci6n y el nacimiento de Jesus: 1,18-24
Introducci6n 18 '
EI origen de Jesucristo fue de esta manera:
Descripci6n de la situaci6n 13 b
Maria
-su madre, que estaba desposada con Jose-
se encontr6 que estaba embarazada, por obra del Espfritu Santo, antes de que ellos vivieran juntos. 19
Pero Jose
-su marido, que era justo y no querla difamarla-
decidi6 repudiarla en privado.
Anuncio de un nacimiento 20
Pero mientras pensaba en eso, -imira!- un angel del Sei\or se le aparece en suei\os y Je dice: Jose, hijo de David, no temas tomar contigo a Maria como tu mujer, porque lo engendrado en el la es del Espfritu Santo.
21
Dara a luz un hijo
y le pondras por nombre Jesus, porque el salvara a su pueblo de sus pecados. 22
Todo esto sucedi6 para quese cumpliese /o dicho por el Sefior por medio de/ profeta:
23
Mira, /a Virgen concebira
y dara a luz un hijo, y le pondran por nombre Emmanuel (ls 71 14 LXX), que traducido significa 11 Dias (esta) con nosotros 11 (Jes 8 1 8.10 LXX).
Conclusi6n 24
Despertandose del suei\o, Jose hizo como el angel de/ Sefior le habla mandado,
25
y
tom6
y
no la conoci6
hasta que dio a luz un hijo,
y
Je puso
por nombre Jesus.
consigo a su mujer,
Mt 1,1-4,16: Jesus, Mesias segun las Escrituras
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Tejido estructural del texto Esta perfcopa esta compuesta por un versfculo introductorio (1,18a) al quese le acopla la descripci6n de la situaci6n (1,18b-19). Un nuevo suceso comienza en 1,20-21 y, a continuaci6n, es interpretado inmediatamente por medio de una cita cumplida de las Escrituras (1,22-23). Luego, los versfculos 1,24-25 concluyen el relato. El estilo sobrio en 1,18a caracteriza un nuevo inicio. La elecci6n de los terminos origen de Jesucristo establece, ademas, un nexo con las listas de generaciones de la perfcopa precedente (cf. 1, 1.16-1 7), de modo que el parrafo que viene ahora puede estar en relaci6n con el anterior. En 1, 18b-19 se presenta una nueva situaci6n: los verbos encontrarse embarazada y decidi6 repudiar(la) describen los sucesos que determinan la conducta de Jose y aclaran la aparici6n del angel. A su vez, los lectores conocen tambien aquf un hecho importante que aun permanece oculto para Jose: Maria esta encinta por el Espfritu Santo. Los versfculos siguientes (1,20-23) presentan al lector antiguo un conocido genero literario: el anuncio de un nacimiento por medio de un angel, en sue:fios. Este episodio tiene la funci6n de dirigir la mirada al Espfritu Santo como otro actor principal en la historia de salvaci6n. La partfcula jmira! (1,20) es una se:fial que quiere suscitar la atenci6n del lector para el nuevo acontecimiento que comienza. Aquf se anuncia algo inesperado que luego sera presentado con mas detalle (1,20-21). Los versfculos que siguen (1,22-23) ofrecen, desde el trasfondo de una cita profätica, la clave de interpretaci6n para explicar lo que sucede a la luz de la tradici6n profätica. La solemne formulaci6n todo esto sucedi6 para que se cumpliese destaca el significado particular del suceso y subraya la interpretaci6n del acontecimiento requerida para comprenderlo en el horizonte de la cita profätica. EI relato concluye en 1,24-25 con la reacci6n ejemplar de Jose. El verbo central es hacer, y tres breves frases paratacticas explican en que consiste ese hacer: y tom6 - y no tuvo relaciones - y le puso por nombre.
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La concepci6n y el nacimiento de Jesus: 1,18-24
Configuracion semantica del texto 1, 18a: Introducci6n Se da aqui el paso formal a la pericopa que sigue, pero, por la elecci6n de los terminos (origen de Jesucristo), se vincula este parrafo con el primero. Los lectores pueden, pues, conectar las listas de generaciones anteriores con el acontecimiento de Jesus, de modo que resulte manifiesta la acci6n de Dios en Israel. Jesus es un hijo de su pueblo, pero -y esta es la novedad de esta pericopa- es tambien, de modo especial, el Hijo de Dios. 1, 1Sb-19: Descripci6n de la situaci6n Estos versiculos tienen como tema un punto decisivo de la genealogfa: (quien es Jesus? Este nifio que ha sido engendrado por el Espiritu Santo aparece como algo especial. Des de el comienzo se traza una identidad de Jesus que no se puede derivar de las genealogfas; en efecto, estas pueden testimoniar lo caracteristico del Mesias como descendiente de David, pero el hecho de que Jesus es Dias con nosotros (1,23) depende de la acci6n divina. En 1, 18 se menciona por primera vez al Espiritu Santo, que despliega su fuerza creadora. Con ello, el autor alude a la acci6n del Espiritu al comienzo de la creaci6n (cf. Gn 1,2) y en la restauraci6n del pueblo de Israel despues del exilio (cf. Ez 37,1-14). En los siguientes relatos del evangelio, el Espiritu Santo desarrolla un papel significativo en el bautismo (3,11) y en las tentaciones de Jesus (4,1). El vinculo entre Maria y Jose se describe con un verbo que s6lo aparece aqui (y dos veces en Lc) y cuya traducci6n al castellano, estar desposada, no pone de relieve de manera suficientemente clara la obligaci6n juridica de esa promesa. Las fuentes rabinicas informan que una promesa de matrimonio se hacia, normalmente, bastante temprano, a los 13 o 14 afios de edad (cf. B. Yeb 62b). Aunque antes del matrimonio no habia vida en comun de la pareja, la mujer ya era considerada como "esposa" (cf. Dt 20,7) y en caso de adulterio (cf. Dt 22,23-24) podia ser castigada o despedida con un acta de separaci6n (m. Ketub 1.2; 4.2). Corno Maria ya esta
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embarazada antes de la vida en comun, es completamente comprensible el desconcierto de Jose. El versfculo 1, 19 describe este desconcierto y su justicia. Para el judafsmo rabfnico y el primer evangelio, la justicia es un tema central; Mateo emplea este concepto tambien para describir la actitud exigida a los discfpulos de Jesus. La justicia de Jose le caracteriza como un creyente justo que recorre su camino ante Dios y observa sus mandatos. Abel, el justo (23,35), los profetas y los justos de la alianza (13, 17) sirven de modelos. No se trata aquf solo de la observancia de la Tora, sino mas bien de una autentica actitud espiritual respecto a Dios y al pr6jimo, de la atenci6n a la voluntad de Dios y a las necesidades del pr6jimo. 1,20-23: Anuncio de un nacimiento
El peso narrativo-semantico del breve relato se concentra en el anuncio en suefios del nacimiento y su interpretaci6n, afiadida por medio de la cita cumplida de las Escrituras. El punto central del anuncio del nacimiento es el nombre, pues el mismo expresa la identidad (1,21.23). El genero literario antiguo de "anuncio de nacimiento" exige los siguientes elementos: 1. Intervenci6n de Dios (ordinariamente por medio de un mensajero celestial). 2. Sobresalto, confusi6n e intranquilidad. 3. El anuncio referido al plan de Dios. 4. Un impedimento a ese plan de Dios. 5. El mensajero ofrece un signo de la realizaci6n del anunc10. 6. Ullirnos elementos explicativos. Todos estos puntos -hasta el explfcito sobresalto de Jose ante la aparici6n del angel (cf„ por el contrario, Lc 1,29)- estan presentes en nuestro relato. La orden no temas no se refiere, pues, a un sobresalto previo de Jose, que no se habrfa mencionado, sino a su temor ante el acontecimiento divino. El angel se dirige a Jose como hijo de David. Normalmente, este nombre lo reserva Mateo para Jesus (cf. 1,1; 9,27; 15,22; 30,30), pero aquf, a traves de el, vuelve a referirse al
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La concepcion y el nacimiento de Jesus: 1,18-24
origen de Jesus. Corno la descendencia humana sola no abarca por completo la identidad de Jesus, Mateo presenta inmediatamente a continuaci6n el origen de Jesus desde el Espfritu Santo (que los lectores ya conocen por 1,18) y, con ello, subraya su procedencia divina. En este contexto, Mateo emplea das nombres que estan acompafiados de sendas explicaciones de su sentido: porque el salvard a su pueblo de sus pecados (1,21) y Dias (estd) con nosotros (1,23). La forma griega del nombre lr1aouc; esta copiada del termino hebreo lesu'a, de la raiz ys' ("salvar"). lnmediatamente a continuaci6n sigue la explicaci6n de que salvar se refiere a la funci6n de Jesus para su pueblo. Por pueblo se entiende Israel, y la liberaci6n esta mas precisamente especificada como liberaci6n de los pecados. De esta forma, Mateo ofrece a sus lectores una sefial que permite interpretar la obra de Jesus como un acontecimiento en medio de su pueblo: las palabras y acciones de Jesus, su padecimiento, muerte y su resurrecci6n son signos de la lucha y de la victoria sobre el pecado. Al final del evangelio, Mateo repite precisamente esta interpretaci6n en las palabras que Jesus dice sobre el caliz: la sangre de la alianza derramada para el perd6n de los pecados (26,28). El caracter de liberaci6n de los pecados alude ya anticipadamente a la verdadera reconciliaci6n con Dias: la obra de Jesus
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plan divino anunciado por el profeta. Conforme a esto, la funcion de la cita de las Escrituras consiste menos en lo apologetico que en dar testimonio del cumplimiento de la historia de Jesus segun el plan divino. En el "evangelio de la infancia" el lector encuentra modelos de identificaci6n que asumen ese plan divino (por ejemplo, Jose) o lo rechazan (por ejemplo, Herodes y Jerusalen). Desde el comienzo, el Mesias esta atestiguado por la Ley y los Profetas, y desde el comienzo es acogido o rechazado. Respecto al segundo nombre, llama la atenci6n que Mateo no esta tan interesado en el nombre propio Emmanuel como sobre todo en su significado: Dias (esta) con nosotros. Probablemente, el autor abreva en un pasaje que esta poco despues de su cita (cf. Is 7,17), en Is 8,8.10: tu tierra, Emmanuel (Dias esta con nosotros), y: los planes impios de los pueblos no logran realizarse, porque Dias esta con nosotros. Mateo construye aquf una inclusion con las ültimas palabras de su evangelio, yo estoy con ustedes (28,20). Con esto deja claro que Jesus no solo es el hijo de David, sino que -gracias a la intervencion del Espfritu Santo- es la manifestacion de la presencia de Dios con nosotros.
1,24-25: Conclusion Estos versfculos constituyen, en el plano narrativo, la conclusion del episodio. En el aspecto teologico destaca la justicia de Jose, que consiste en hacer ( 1,24) lo que Dios, por medio del angel, le ha encargado. Uno de los rasgos fundamentales de la justicia mateana es la obediencia efectiva a los mandatos de Dios (cf. 7,21-23). Jose, como figura positiva de identificacion, representa el modelo de la persona justa. EI verbo conocer se refiere aquf -como sucede a menudo en el contexto bfblico- a la relacion sexual. La informacion de que Jose no la conoci6 es importante para los lectores, porque les aclara que lo engendrado en ella es del Espiritu Santo (1,20). La frase y no la conoci6 hasta que dio a luz un hijo (1,25) no ofrece ninguna informacion sobre la virginidad de Maria ''post partum", pues la formulacion "no„. hasta" solo dice que ese hijo de Maria no es fruto de una relacion marital; sobre lo que sucedio despues, no se dice nada, pues eso no forma parte de los intereses del narrador.
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Nexos pragmaticos del texto Ya enseguida, en la descripci6n introductoria de la situaci6n, los lectores se ven confrontados con una "intervenci6n" de Dias: el embarazo de Maria sucede por el Espfritu Santo. Los lectores pueden recordar hechos semejantes en el Antigua Testamento, donde Dios actua igualmente en los embarazos de Sara, Rebeca y Raquel, las "madres" del pueblo de Israel. Con este suceso, Maria es colocada junto a las grandes "madres fundantes", aunque, en raz6n de la genealogia previa, tambien siguen estando presentes para los lectores las "pequefias" mujeres (extranjeras, prostitutas, desheredadas, explotadas) al margen de la sociedad. La aparici6n del angel aclara la motivaci6n de Dios: el nifio es del Espiritu Santo y perdonara los pecados del pueblo. Aquf, subitamente, se les recuerda a los lectores la culpa del pueblo, con el que se identifican, y la culpa es un impedimento fundamental en la relaci6n con Dios. Pero, a su vez, se evocan tambien los relatos del Antigua Testamento que sostienen que Dios, tras la purificaci6n del pueblo, siempre comenz6 una nueva historia con el (por ejemplo, los relatos del diluvio y del exilio); consecuentemente, los lectores pueden deducir que tambien ahora, con este nifio, comienza una "nueva historia". El nombre del nifio, Dias (estd) can nasatros, muestra la meta y el programa de esa nueva historia. Los lectores se hallan, pues, ante la peculiar y compleja identidad de Jesus: el es el Hijo de Dios, el descendiente de David, el Mesias que nos libera de nuestros pecados, el Dias can nasatros. El evangelio en su conjunto -todas las palabras y hechos de Jesus-
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Las citas de las Escrituras recuerdan a los lectores el plan salvifico de Dios, que ya en su tiempo conocieron los profetas, y asf presentan otro punto de vista sobre la historia. Desde esta perspectiva, la historia de salvaci6n aparece como algo preciso, planeado desde largo tiempo y orientado hacia su plenitud. Las citas biblicas ofrecen a los lectores la posibilidad de asumir esa otra perspectiva y de percibirse a sf mismos como parte de dicha historia de salvaci6n, implicados en el plan salvifico de Dios. A Maria le corresponde un significado importante en el plan de Dios, pero Mateo narra el evangelio de la infancia desde la perspectiva del "personaje secundario" que es Jose. Con esto, al igual que anteriormente con las "pequefias mujeres" en la genealogia, destaca que tambien los papeles menores, aparentemente insignificantes, son importantes. La conclusi6n del relato presenta la persona de Jose como modelo del justo: el hace la voluntad de Dias. No basta, pues, simplemente con conocer la voluntad de Dios o respetarle te6ricamente, porque la voluntad de Dios quiere ser realizada. Hacer la voluntad de Dios puede, pues, convertirse en una actitud de fe que da una impronta a toda la vida. Sin embargo, es posible que a veces no resulte fäcil seguir la voluntad de Dios, sobre todo cuando parece contradecir ideas e ideales humanos, como por ejemplo el embarazo prematrimonial de Maria. Corno figura de identificaci6n, Jose muestra que, no obstante, es posible hacer la voluntad de Dios en vista de las necesidades del pr6jimo.
EI Hijo, Herodes y los Magos: 2, 1-12
La bitsqueda del rey Cuando Jesus naci6 en Belen de Judea -en tiempos del rey Herodes-, -imira!-, unos magos que venfan de Oriente se presentaron en Jerusalen diciendo:
1D6nde esta el (nuevo) rey de los judfos que ha nacido? Pues hemos visto su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarlo.
El rey Herodes Al ofrlo, el rey Herodes se conmocion6 -y con el toda Jerusalen-, y, tras convocar a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, les pregunt6 d6nde debfa nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belen de Judea, porque esta escrito por el profeta:
Y tu, Beten, tierra de Juda, no eres la menor entre los principa/es clanes de Juda, porque de ti saldra un jefe que apacentara a mi pueblo, Israel (Miq 5, 1.3; 2 Sm 5,2; 1 Cro 11,2). Entonces, l lamando aparte a los Magos, Herodes averigu6 con precisi6n la fecha en que habfa aparecido la estrella y, enviandolos a Belen, les dijo: iVayan y averigüen con cuidado sobre ese nifio! Y, cuando lo encuentren, me lo comunican, para ir yo tambien a adorarlo. 9,
EI los, despues de oir al rey, se pusieron de camino.
El hallazgo del nifw 9b
Y -imira!- la estrella que habfan visto en Oriente iba delante de ellos,
10
Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegria.
hasta que lleg6 y se detuvo encima del lugar donde estaba el nifio.
12
Y,
entrando en la casa,
vieron al nifio con Maria, su madre,
y,
postrandose,
lo adoraron,
y,
abriendo sus cofres,
le ofrendaron dones: oro, incienso y mirra.
Y,
avisados en suefios para que no volvieran a donde Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
Mt 1,1-4,16: Jesus, Mesias segtin las Escrituras
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Tejido estructural del texto Esta pericopa esta compuesta por tres escenas, de las cuales la primera presenta el tema: la busqueda del rey de los judfos (2,1-2), que luego desarrollan las siguientes escenas: esa busqueda da en primer lugar con Herodes (2,3-9a), antes de terminar luego, exitosamente, junto al nifio y su madre (2,9b-12). El autor ha creado aqui un episodio conmovedor, dramatico y, en cierto sentido, tambien ir6nico. En la primera escena aparecen los Magos (2,1) y se presenta el motivo de la busqueda del rey de los judios en base a la estrella (2,2); este motivo se repite en las dos escenas siguientes. En la segunda escena aparece Herodes en el papel principal (2,3) y a su lado estan tambien toda Jerusalen y los representantes del pueblo (2,4). Asimismo, aquf se mencionan los motivos de la estrella (2,7) y de la adoraci6n (2,8), pero esta vez desde la perspectiva interesada de Herodes (aparte), con lo que se logra una contraposici6n comparativa, cargada de afecto, respecto a los Magos. En la tercera escena aparecen nuevamente los Magos; la estrella es el desencadenante de su inmensa alegrfa (2,9-10), pues su prop6sito (cf. 2,2) se realiza al hallar al nifio y adorarlo (2, 11).
Configuraci6n semantica del texto En el plano tematico, se advierte en este relato una estructura concentrica marcada por contraposiciones (venir - ir, buscar- encontrar ... ), que pone en el centro la cita profetica y acentua con ello que Jesus es rey y pastor. Asf, el autor presenta al lector una nueva identidad de Jesus: el es el pastor y rey. 2, 1 Los Magos vienen de una lejana tierra en Oriente. 2,2 Los Magos buscan al rey de los judios y quieren honrarlo. 2,3 Herodes y toda Jerusalen se sobresaltan cuando oyen hablar sobre Ja estrella como sefial. 2,4-5 Herodes y los escribas indagan d6nde va a nacer el Cristo. 2,6 Cita profetica: de Belen de Judea viene el gobernante que ha de pastorear a mi pueblo (= motivo de! pastor referido al rey = el verdadero rey).
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EI Hijo, Herodes y los Magos: 2,1-12
2,7-8 Herodes encarga a los Magos indagar acerca de! niiio (falso indagar, con fingida piedad). 2,9-10 Los Magos se alegran cuando vuelven a ver la estrella. 2, 11 Los Magos encuentran al rey de los judios y lo honran. 2,12 Los Magos regresan a su tierra.
2,1-2: La busqueda del rey Aquf se constata brevemente el nacimiento de Jesus. En contraposici6n a esto, el evangelio de Lucas lo describe de un modo fundamentalmente mas detallado, al igual que los sucesos que estan unidos a el, en paralelo al nacimiento de Juan el Bautista (cf. Lc 1,57-79 II 2,1-39). Mateo enfatiza, sobre todo, el significado de la existencia de Jesus para la historia de Israel y para los pueblos. Los Magos y Herodes, junto con toda Jerusalen y su clase dirigente, ofrecen -como figuras de identificaci6n- distintas respuestas al proyecto salvffico de Dios. El autor no esta interesado en la descripci6n precisa de la identidad de las personas que actuan, pero algunos elementos hablan de que presenta a los Magos como paganos: la busqueda se refiere explfcitamente al rey de los judios (2,2; cf. 27,11), y la procedencia de esos Magos de Griente los caracteriza como extranjeros, pues a menudo los rabinos describen a los paganos como "astr6logos". Mateo construye una contraposici6n rica en contrastes entre Jerusalen, con sus representantes judfos, y los paganos. De lo que se trata en esta presentaci6n positiva de los paganos es de un elemento proleptico de un tema central en el evangelio de Mateo: la salvaci6n trafda por Jesus no vale exclusivamente solo para Israel (2,6), sino para todos los pueblos (cf. 28,19-20). En esle contexto, la estrella posee un significado central: la designaci6n como su estrella enlaza, por un lado, con la fe popular que cree que cada persona nace bajo una determinada estrella; por otro lado, la estrella que se eleva evoca el episodio del vidente Balaan, de Oriente, que vio surgir la estrella de David (cf. Nm 24,17). La menci6n de la estrella puede relacionarse tambien con otro texto profetico que habla asimismo de una luz quese alza y aparece: iArriba, resplandece, que ha llegado tu luz, y la gloria del Seiior sobre ti ha amanecido!„., mas sobre ti amanece el Seiior y su gloria sobre ti aparece. Ca-
Mt 1,1-4,16: Jesus, Mesias segiin las Escrituras
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minanin naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu alborada (Is 60,1-3). En los versos siguientes (Is 60,5-6) aparecen, ademas, otros motivos paralelos, como alegria, venir, tesoro, incienso y oro: Tu entonces al verlo te pondrds radiante, se estremecerd y se ensanchard tu coraz6n, porque vendrdn a ti los tesoros del mar, las riquezas de las naciones vendrdn a ti. Un sinfin de camellos te cubrird, j6venes dromedarios de Madidn y Efd. Todos ellos de Sabd vienen llevando oro e incienso y pregonando alabanzas al Sefwr (cf. tambien Sal 72,10-11). La expresi6n en tiempos del rey Herodes (2,1) recuerda una epoca pasada, pero la referencia a que los Magos han venido de Griente confronta al lector antiguo con su presente, en el que los creyentes en Cristo vienen de Oriente y de Occidente para sentarse a la mesa en el Reino de los Cielos con Abrahdn y los demas padres de la fe (cf. 8,11). Los Magos constituyen un modelo de identificaci6n positivo: los creyentes pueden descubrir en su viaje el propio camino de fe que les movi6 a la busqueda de Jesucristo.
2,3-9a: EI rey Herodes La escena siguiente pone en el centro el contraste entre los Magos y el papel de Herodes. El verbo conmocionarse describe, a su vez, el espanto de los discfpulos de Jesus en 14,16, el (mico pasaje en el que vuelve a aparecer este termino en el evangelio. Se trata de una conmoci6n por miedo ante una realidad amenazante. La expresi6n y con el toda Jerusalen (2,3) alude a un problema teol6gico que se repite en otro lugar del evangelio de Mateo: la relaci6n del pueblo judfo con Jesus. Este problema surge aqui a traves del uso del adjetivo toda, que tambien aparece en otro texto teol6gicamente importante, en el que todo el pueblo exclama: iSU sangre (caiga) sobre nosotros y sobre nuestros hijos! (27,25). El hecho de que toda la poblaci6n de Jerusalen, junto con Herodes, se vea sumida en el temor ante un nuevo rey es hist6ricamente impensable. Mateo emplea esta exagerada selecci6n de terminos para presentar, por primera vez en su evangelio, la categoria teol6gica del rechazo del Mesias. Aqui es importante que la palabra todo no quiere decir precisamente la completa totalidad (cf. su uso en 24,9), pues, en efecto, no es todo Israel el que ha rechazado a Jesus,
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El Hijo, Herodes y los Magos: 2,1-12
sino en particular los sumos sacerdotes y los escribas, que son introducidos ahora aquf como un nuevo grupo en relaci6n con Herodes -y, con ello, con el poder polftico de la antigüedady que luego, en los anuncios de la pasi6n y en el relato de la misma, apareceran explfcitamente como oponentes de Jesus (cf. 16,21; 20,18; 21,15; 26,57; 27,41). Mateo emplea el enfatico todo para ir devanando ya desde el comienzo un hilo conductor de toda la acci6n en su evangelio: mientras que los que estan lejos se acercan, los hijos del Reino permanecen distantes (cf. 8,11-12). Esta contraposici6n entre los extranjeros e Israel resulta tan crasa porque, para Mateo, las Escrituras testimonian a Jesus como Mesfas. En efecto, interpreta Miq 5,1 y 2 Sm 5,2 -que bastante literalmente cita en 2,6- como testimonios del Mesfas. Transformando la Belen Efrata del texto citado (ya sea la Septuaginta o el texto masoretico) en la Belen de Judea, Mateo acentua expresamente la procedencia davfdica que corresponde a las expectativas de Israel. Ubicando el nacimiento de Jesus en Belen -y no en Nazaret, en Galilea, que no podfa hacerse valer para el origen davfdico-, Mateo muestra que Jesus, efectivamente, cumple todas las expectativas de la esperanza mesianica: el Mesfas ha nacido en Belen y es de la estirpe de David. Igualmente importante es la cita de Samuel, que responde a la expectativa escatol6gica del verdadero pastor, que reunira al pueblo de Dios disperso (cf. Ez 34,4-16; Miq 5,1-9; 4 Esd 13,34-50). EI motivo del pastor que identifica explicitamente a Jesus con el pastor del pueblo de Israel lo toma Mateo de nuevo en 9,36 y 26,31; por ultimo, en 25,32.34 aparece Jesus como pastor y rey escatol6gico a la vez. EI evangelio de Mateo muestra un particular interes en los temas del Mesfas y del pastor escatol6gico de Israel, que viene para conducir al pueblo nuevamente al sefiorfo de Dios. 2,9b-12: EI hallazgo del nifio Esta ultima escena muestra los beneficios y bendiciones de Dios para los pueblos, de acuerdo a las Escrituras. La cita biblica (Miq 5,1 y 2 Sm 5,2) de la escena precedente enfatiza la procedencia davfdica de Jesus; la presentaci6n de los Magos con sus dones recuerda ahora a Is 60,5-6 y Sal 72,10-11: la peregrinaci6n de los pueblos hacia Si6n. EI hijo de David
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es tambien el hijo de Abrahan, por medio del cual todos los pueblos de la tierra obtienen la bendici6n. EI largo viaje de los Magos culmina con el encuentro y la adoraci6n del nifio. EI verbo adorar, venerar, es una de las palabras predilectas del evangelio: en efecto, tambien en 14,33 el Hijo de Dios es igualmente honrado, y en 28,17 lo es el resucitado Jesus, a quien le corresponde el mismo poder que a Dios (28,18). En relaci6n con esto, resulta clara la intenci6n redaccional de Mateo: Jesus no es s6lo hijo de David e hijo de Abrahan, sino que, sobre todo, es el Emmanuel, el Dias con nosotros, que merece veneraci6n (2,2.11). Se ha especulado mucho sobre el significado de los regalos de los Magos (oro, incienso y mirra). Se trata de cosas muy costosas y, ademas, es muy significativo que tras la adoraci6n tenga lugar el gesto del ofrecimiento de los dones, que subraya el aprecio y, a su vez, expresa la entrega de los mismos adoradores. Tambien los paganos reciben un mensaje en suefios. Lo interpretan correctamente, lo ponen por encima de los intereses del rey Herodes e, inmediatamente, obedecen. Aunque no se menciona explicitamente ni a Dios como el que envia el mensaje, ni a un angel como emisario del mismo en suefios (como tampoco se hizo en 2,22), en los textos biblicos los suefios tienen la funci6n de presentar la acci6n de Dios segun su plan salvffico. Ya desde el comienzo, Dios incorpora en su plan tambien a los paganos que -exactamente como Jose- reconocen y cumplen su voluntad.
Nexos pragmaticos del texto EI nacimiento de Jesus provoca una reacci6n, de la cual nuestro relato presenta distintos modelos. En la escena inicial, los Magos ofrecen el primer modelo de identificaci6n: para ellos, Jesus es el rey de los judios y, probablemente, "mas" aun, como interpretan a partir de la estrella: que los astros sefialen el nacimiento de Jesus remite al significado c6smico de su existencia. La reacci6n de los Magos extranjeros (no judios) es extrafia: abandonan su propia tierra y emprenden un largo viaje para honrar a un rey extranjero, de-
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El Hijo, Herodes y los Magos: 2,1-12
mostrando con ello que han reconocido el particular significado de este nuevo rey de los judfos. Con esto Mateo ilustra a sus lectores acerca del sentido que tiene Jesus de ir mas alla de las fronteras del pueblo de Israel, y, por otro lado, lo hace tambien respecto a la capacidad de los paganos para reconocer ese sentido peculiar de Jesus y actuar conforme a el. Mateo describe testimonios de fe similares por parte de los paganos en los ejemplos del centuri6n (8,5-13) y de la mujer cananea (15,22-28). Si los lectores recuerdan a los paganos en el arbol geneal6gico de Jesus (Tarnar, Rajab, Rut, Urias), se veran de nuevo confirmados por el papel de los Magos acerca del lugar que ellos ocupan en la historia salvifica de Dios: la venida del Mesias vale tambien para las mujeres y los hombres paganos, para los "pequefios" y los grandes. En la segunda escena, los lectores conocen otros modelos de conducta como reacci6n al nacimiento de Jesus, a saber, los de Herodes Uunto con toda Jerusalen) y de los escribas. La conmoci6n de Herodes ante el mensaje del nuevo rey le hace aparecer bajo una luz negativa. Pero su busqueda en las Escrituras muestra que el tambien intuye el significado de Jesus, aunque lo considera una amenaza o competencia y, consecuentemente, intenta defender su posici6n. Por eso, su prop6sito de querer conocer d6nde esta el nifio para poder adorarlo no debe entenderse como un repentino cambio de actitud, sino que hay que interpretarlo a la luz de su anterior sobresalto y de su consulta secreta, todo lo cual queda claro con el siguiente relato de la matanza de los nifios. Los escribas conocen la interpretaci6n de las Escrituras a favor de Jesus: el es el pastor verdadero, el verdadero rey de Israel. Esta visi6n de Jesus por parte de la autoridad de los escribas corrobora su autenticidad y validez, y por eso resulta tanto mas sorprendente que no se informa acerca de ningun tipo de reacci6n de los escribas: aunque saben quien es Jesus, su saber carece de consecuencias operativas; aunque ven la reacci6n de los Magos, ellos mismos no reaccionan. Mateo contrapone al modelo positivo de identificaci6n otros dos negativos: Herodes, que rechaza a Jesus y lo combate por todos los medios, y los escribas, que no se dejan influenciar por el mensaje de que ha llegado el pastor de Israel.
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En la tercera escena, Mateo continua desplegando el papel de los Magos como figuras positivas de identificaci6n: ellos saben que ese nuevo rey no se corresponde con su idea de encontrarlo en un palacio, pero no por eso desisten, sino que corrigen su imagen del rey y, finalmente, encuentran a Jesus en una casa comun. La gran alegrfa que experimentan cuando ven al nifio hace resonar ya el gozo escatol6gico. Los Magos honran a Jesus, pero no se quedan solo en el mero reconocimiento de su realeza, sino que ademas le traen costosos obsequios. Junto con un regalo, el dador siempre esta ofreciendo algo de si mismo, es decir, que los Magos presentan, junto con su veneraci6n, su propia entrega personal. Al igual que Jose, tambien los Magos reciben en suefios un anuncio de Dios; tampoco para ellos el mensaje es fäcil de cumplir, pues les pone en conflicto con el encargo del rey, que les habfa mandado informarle en cuanto encontraran al nifio. Los Magos son capaces de apreciar correctamente el significado del mensaje de Dios y lo siguen, aunque esto les signifique tomar otro camino para volver a su patria. La imagen que Mateo delinea en su prehistoria de Jesus, la despliega ahora en esta pericopa, aludiendo al significado c6smico y para los pueblos que posee Jesus. Ademas, sus lectores aprenden que deberfan comprender a Jesus como el verdadero pastor del pueblo de Dios. Segun se aprecie e interprete a Jesus -como rey opositor o como verdadero pastor y Dias con nosotros-, asi resultan distintas las reacciones en la vida. Los lectores estan invitados a tomar postum: (quien es Jesus para mi?, c:d6nde busco y espero a Jesus?, (que imagen puedo corregir mirando de nuevo a Jesus?, c:c6mo reacciono cuando el mensaje de Dios o el de Jesus me pone en conflicto con otro encargo?
La huida a Egipto y el retorno a Israel: 2,13-23
La huida a Egipto 13
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Cuando ellos se retiraron -jmira!-, un angel del Sefior se apareci6 en suefios a Jose y le dijo: Levantate, toma contigo al nifio y a su madre y huye a Egipto, y quedate alli hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al nifio para matarlo. EI -levantandose- tom6 al nifio y a su madre -aun de nocheY huy6 a Egipto, y se qued6 allf hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo dicho por el Sefior por medio del profeta:
De Egipto llame a mi hijo (Os 11, 1). La matam.a de los niiios 16
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Entonces -al verse burlado por los Magos- Herodes se enfureci6 terriblemente y mand6 matar a todos los nifios de Seien y de ioda su comarca, de dos afios para abajo, segun el tiempo que habia calculado por los Magos. Asf se cumpli6 lo dicho por el profeta Jeremias:
Un c/amor se ha ordo en Rama, mucho llanto y lamento; es Raquel, que llora a sus hijos y no quiere consolarse
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porque ya no existen Ur 31, 15). El retorno a Israel 19
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Muerto Herodes -jmira!-, el angel del Sefior se apareci6 en suefios a Jose en Egipto jlevantate, toma al nifio y a su madre, y le dijo: y vete a la tierra de Israel!, pues ya han muerto los que buscaban la vida del nifio. EI -levantandose- tom6 al nifio y a su madre y se fue a la tierra de Israel. Al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea, en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir alla; avisado en suefios, se retir6 a la regi6n de Galilea y, al llegar, se fue a vivir a una ciudad llamada Nazaret, para quese cumpliese lo dicho por los profetas:
Sera l/amado Nazoreo.
Mt 1,1-4,16: Jesus, Mesias seg(tn las Escrituras
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Tejido estructural del texto La composici6n se desarrolla en tres escenas bien conformadas y ensambladas entre sf: la primera trata del camino de Jesus y su familia hacia Egipto (2,13-15); la segunda, de la masacre de los ni:fios (2,16-18); la tercera, del regreso de Jesus y su familia a Israel (2,19-23). La primera y la tercera escenas comienzan con la aparici6n de un angel (2, 13.19) y contienen algunas indicaciones que luego son cumplidas exactamente por Jose. En la escena del centro, Herodes aparece como el protagonista. Las tres escenas terminan con una cita cumplida de las Escrituras que ofrece una interpretaci6n de lo sucedido (2,15.17-18.23).
Configuraci6n semantica del texto 2,13-15: La huida a Egipto En esta escena hay paralelismos con la historia de Moises: tambien este, en su juventud, debi6 huir del fara6n, que buscaba matarlo (cf. Ex 2,15); JVIateo atribuye esta misrna intenci6n a Herodes, pero, en el trasfondo de este suceso, hay una relaci6n entre la huida y el mandato de Dios a Jose cuando, por medio del angel, le encarga poner a seguro al nifw y a su madre (2,13). Tiempo atras, Dios habfa salvado a Moises antes de confiarle su gran misi6n (cf. Ex 3,1-12), y ahora salva a su Hijo de igual modo. La primera cita de las Escrituras -de Egipto llame a mi hijo- procede de Os 11, 1 y Mateo la traduce desde el texto hebreo, que, mucho mas claramente que la Septuaginta, se refiere a "Israel como el hijo primogenito de Dios" (cf. Ex 4,22). Esta cita de Oseas parece mal integrada en el contexto, pues hubiera quedado mejor despues de 2,21, cuando se habla del retorno desde Egipto de Jose, el nifio y su madre. Sin embargo, en este sitio, la cita contiene la clave de interpretaci6n teol6gica de todo el relato: al ponerla aquf, Mateo evoca el exodo, luego con las otras dos citas alude al exilio y asf plasma -en peque:fio- toda la historia de Israel. EI Hijo Jesus recorre, pues, nuevamente el camino que con anterioridad habfa hecho el hijo Israel.
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La huida a Egipto y el retorno a Israel: 2,13-23
2,16-18: La matanza de los niftos La tradici6n cuenta que el fara6n de Egipto, que apenas si podia haber sabido del nacimiento del futuro liberador de los israelitas, dio la orden de matar a los nifios judios. Exactamente asi actu6 tambien Herodes cuando tuvo claro que habia sido engafiado. La cita cumplida de las Escrituras esta introducida esta vez por la expresi6n entonces se cumpli6, pero, a diferencia de otras citas biblicas cumplidas, falta aqui la particula para que. Es probable que esta ausencia explique la intenci6n del autor de evitar una vinculaci6n entre el bafio de sangre y la voluntad divina. La cita de Jeremias (Jr 31,15) acerca de Raquel, esposa de Jacob, que llora por sus hijos, se refiere -en su contexto original- al exilio. Rama es el lugar en el que, segun Jr 40,1, fueron reunidas las personas para su deportaci6n al exilio babil6nico. Segun Gn 35,19 y 48,7, el sepulcro de Raquel estaba cerca de Belen, y probablemente Mateo pens6 en esto: Raquel llora porque Jesus va al exilio y por la masacre de los nifios que viene despues. El rechazo de Jesus por parte de Herodes, con la matanza de los nifios en Belen, anticipa, en cierta manera, el violento rechazo de Jesus por la oposici6n judia en el relato de la pasi6n. Si el llanto de Raquel se considera tambien en este contexto, vemos que en la historia de la infancia hay otro elemento proleptico de la pasi6n. 2, 19-23: EI retorno a Israel Tambien el regreso de Jesus desde Egipto se ve como plan divino y bajo la protecci6n de Dios, del mismo modo que, en el libro del Exodo, Moises retorna a sus hermanos por un mandato de Dios tras la muerte del fara6n (Ex 4,19). El regreso a Galilea -y en especial a Nazaret- se funda con la ultima cita biblica cumplida, cuya fuente es dificil de identificar, pues la formulaci6n generica de la referencia a la misma por los profetas es poco precisa. En el evangelio de Marcos se designa a Jesus cuatro veces con el termino Na(ap11voc;; Mateo, Lucas y Juan, por el contrario, le llaman Na(wpalüc;. El origen del termino podria ser la raiz näz"ir (consagrado; cf. Nm 6), pero podrian serlo tambien neser (retofio, brote), aludiendo asi al tronco de Jese (Is 11,1), o nasur ("preservado", "conservado"), en el sentido de Is 49,6. La explicaci6n mas sencilla es
Mt 1,1-4,16: Jesus, Mesias segtin las Escrituras
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que Mateo asumi6 esa interpretaci6n de la tradici6n y la entendi6 como derivada de el que (viene) de Nazaret. En todo caso, Mateo relaciona el Nazaret hist6rico con el plan de Dios, que ya estaba claro anteriormente en las Escrituras. Hist6ricamente, sigue siendo problematica la posibilidad de la huida a Egipto y de la matanza de nifios en Belen, pero llama la atenci6n, por el contrario, la fuerte similitud con la tradici6n de la Haggada sobre Maises. Es asf como, de nuevo, queda claro que lo que persigue el evangelista en su narraci6n de la historia -en primer lugar- es un interes teol6gico: en esta perspectiva deben centrarse los lectores.
Nexos pragmaticos del texto En la primera escena y en la tercera, este relato se centra en la persona de Jose, y solo en la segunda cambia a Herodes. En efecto, en la primera escena y en la tercera llama especialmente la atenci6n la conducta de Jose, que sigue y cumple al pie de la letra los encargos del angel. Los lectores pueden recordar la primera aparici6n del angel y ver ahora c6mo -a pesar de todas las oposiciones y dificultades- el plan salvffico de Dios se desarrolla de modo incontenible. Sobre este trasfondo, tambien queda claro que la matanza de los nifios no pertenece a ese plan, sino que se basa en la oposici6n violenta del poderoso Herodes. EI autor confronta tres veces a sus lectores con citas cumplidas de las Escrituras, que estan siempre como una sfntesis o como un comentario conclusivo al final del fragmento relatado. Las citas se introducen con una f6rmula fija que confirma un succso en base a las Escrituras y lo interpreta como cumplimiento de la misma: X sucedi6 para que se cumpliese / y se cumpli6 lo que Y habia dicho. Con esto, el autor ofrece a sus lectores una perspectiva que puede ayudarles a interpretar acontecimientos dificiles de entender. Para Mateo, las Escrituras de Israel son el horizonte ante el cual se interpreta lo sucedido; asf, ofrece expresamente el marco teol6gico de su comprensi6n de los hechos en la historia: desde el comienzo ya tenfa Dios un plan para la salvaci6n de los hombres. En ese plan salvifico de Dios desempefia un papel
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La huida a Egipto y el retorno a Israel: 2,13-23
especial su pueblo elegido, Israel, y la vida de Jesus es parte de dicho plan; por eso se encuentran paralelismos entre el destino de Jesus y el de Israel, como tambien hay otros nexos con personalidades importantes de ese pueblo. Las citas cumplidas de las Escrituras marcan los puntos centrales de la perspectiva teol6gica de Mateo, y por eso aparecen muchas en el pasado, porque es ahi donde el autor presenta los temas fundamentales de su evangelio. Sin embargo, la perspectiva teol6gica del plan salvifico de Dias para todos los hombres no es una entre otras tantas de las que pueden tener conocimiento Mateo y su epoca, pues con Jesus no se ha cerrado el plan divino de salvaci6n ni para Israel ni para todos los hombres. Quien acepta la interpretaci6n de Mateo de que Dias tiene un plan salvifico para nosotros no puede asumirlo s6lo como interpretaci6n del pasado, sino que ha de incluir su interpretaci6n actual de la historia, del mundo y del futuro, y puede verse a si mismo tambien como parte de ese plan divino de salvaci6n. Los lectores pueden poner ante sus ojos su propia interpretaci6n de la historia y del futuro y relacionarla con la perspectiva del plan salvifico de Dias: (C6mo transforma la perspectiva de ese plan divino de salvaci6n mi propia interpretaci6n de los sucesos en mi mundo?; si forma parte de ese plan salvifico de Dias, c:c6mo influye esto en mi conducta?
B) La triple confirmaci6n del Mesfas Jesus Mt 3,1-4,16
Introducida por la f6rmula por aquellos dias, y tras el fragmento precedente sobre el origen y la infancia de Jesus, aparece Mt 3,1-4,16 como una secci6n propia, compuesta por tres pericopas distintas cuyo tema central es la identidad de Jesus y su misi6n. Algunos elementos sefialan el comienzo de esta parte: asi, en 3,1 se introduce la aparici6n de Juan con la solemne expresi6n por aquellos dias se presenta Juan el Bautista; asimismo, las principales figuras en este relato son Juan el Bautista y Jesus, y la palabra clave mas importante hasta 3,7 es bautizar (y sus derivados). Por otra parte, desde 4, 1 cambian los temas, el uso de los terminos y los personajes que actuan: aparece una nueva figura, el diablo, que, tras la discusi6n con Jesus, desaparece en 4, 11. La menci6n de Juan el Bautista en 4,12 introduce la ultima pericopa, quese cierra con una cita de las Escrituras (4,16). El primer fragmento presenta el plan salvifico de Dios y la funci6n de Jesus en el; en el segundo se continuan y desarrollan esos pensamientos en el tema central "Jesus, Hijo de Dios" (3,17; 4,6). De igual modo, la segunda parte abarca la confirmaci6n de Jesus como Hijo de Dios, de tres formas distintas: 1. La confirmaci6n de Jesus en el bautismo (3, 1-1 7) por parte de Dios. 2. La confirmaci6n de Jesus en las tentaciones del desierto (4,1-11) por parte del demonio. 3. La confirmaci6n de Jesus en Galilea (4,12-16) por parte de las Escrituras. En su conjunto, las cuatro pericopas precedentes del primer fragmento y estas tres partes que les siguen conforman una gran unidad literaria, compuesta por siete pericopas que, de distinta manera, tratan el tema del plan salvifico de Dios y de Jesus, como Hijo de Dios, parte de dicho plan divino. Tambien los ultimos tres episodios contienen algunas citas de las Escrituras que nuevamente interpretan y corroboran los sucesos narrados.
La confirmaci6n de Jesus por Dios en el bautismo: 3,1-17
Juan el Bautista Por aquellos dfas se presenta Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea, diciendo:
jConviertanse, porque esta cerca el Reino de los Cielos! Este es de quien habl6 el profeta lsafas cuando dijo:
Voz de/ que clama en el desierto: Preparen el camino de/ Senor, enderecen sus sendas (ls 40,3 LXX). Tenfa -Juan- un vestido hecho de pelos de camello, con un cintur6n de cuero en su cintura, y su comida eran langostas y miel silvestre. Acudfan a el Jerusalen, toda Judea y toda la regi6n del Jordan, y -confesando sus pecados- eran bautizados por el en el rio Jordan. Pero viendo venir muchos fariseos y saduceos para que los bautizara, les dijo: Raza de viboras, iquien les ha enseiiado a huir de la ira inminente? Den, pues, fruto digno de conversi6n y no crean que basta con decir en su interior: Tenemos por padre a Abrahan. Porque les digo: jOios puede suscitar de estas piedras hijos de Abrahan! 10
Ya esta el hacha puesta en la rafz de los arboles: todo arbol que no de buen fruto sera cortado y arrojado al fuego. Yo
los bautizo
con agua para que se conviertan,
pero el que viene detras de mf es mas fuerte que yo y yo no soy digno de llevarle las sandalias; el 12
los bautizara
con Espfritu Santo y fuego.
En su mano tiene el rastri l lo y va a limpiar su cosecha, y
recogera su trigo en el granero,
pero
la paja la quemara con el fuego que no se apaga.
Mt 1,1-4,16: Jesus, Mesias seg{tn las Escrituras
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El bautizo de Jesus 13
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Entonces se present6 Jesus, que venfa de Galilea al Jordan, a donde Juan, para ser bautizado por el. Pero Juan trataba de impedfrselo diciendo: Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, iY tu vienes a mf? Jesus Je respondi6: Deja que sea asf, pues conviene que cumplamos toda justicia. Entonces /o dej6. Una vez bautizado Jesus, sali6 de/ agua y -jmira!- se abrieron los cielos y vio al Espfritu de Dias que bajaba como una pa/oma y venfa sobre el. Y -jmira!- una voz que sa/fa de los cielos decia: Este es mi Hijo amado, en quien me complazco.
Tejido estructural del texto El relato se compone de dos escenas caracterizadas por el mismo verbo venir / aparecer en 3,1.13: la primera escena (3,1-12) introduce a Juan; la segunda (3,13-17), a Jesus. Ambas se componen de distintas secuencias. La primera escena presenta, en su secuencia inicial (3,1-3), a la persona de Juan el Bautista y su mensaje. De manera sorpresiva, esta aqui presente el verbo venir / aparecer, con lo que, para el lector, el suceso pasa a primer plano. El versiculo siguiente, 3,3, unido al anterior con la conjunci6n pues, explica el suceso con una cita de las Escrituras. La segunda secuencia (3,4-6) comienza con una formulaci6n redundante, pero el, Juan, y describe la situaci6n en la que actua Juan. La repetici6n de todo, asi como de y en 3,5-6, conecta los distintos segmentos, en tanto que los verbos en imperfecto dan informaci6n dcl trasfondo. La tcrccra sccuencia (3,7-12) pone el mensaje de Juan el Bautista en primer plano. Los escribas y fariseos son nombrados inicialmente como los destinatarios del discurso de Juan (3,7), pero luego ya no se les menciona; hablando a un los sin mayores precisiones (3,11-12), se amplia el horizonte del circulo de destinatarios hasta alcanzar tambien a los lectores actuales. La segunda escena se compone de dos secuencias: la primera (3,13-15) introduce nuevamente a Jesus y narra un dialogo con Juan. La segunda (3,16-17) presenta dos sucesos que
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La confinnaci6n de Jesus por Dios en el bautismo: 3,1-17
tienen lugar despues del bautismo de Jesus. Se introducen con la sefial jmira!, que quiere atraer de modo especial la atenci6n de los lectores sobre estos sucesos.
Configuraci6n semantica del texto 3,1-12: Juan el Bautista 3,1-3: Todos los sin6pticos cuentan, al comienzo de la vida publica de Jesus, la aparici6n de Juan el Bautista, que adquiere un significado especial para la comprensi6n de la historia de salvaci6n y para la posici6n de Jesus en ella. La misi6n del "precursor" constituye, a la vez, una introducci6n y un preludio de la misi6n de Jesus. La aparici6n del Bautista se introduce con el giro generico por aquellos dias, que recuerda la formulaci6n en aquel tiempo / en aquellos dias empleada sobre todo por los profetas para anunciar sucesos escatol6gicos (cf., por ejemplo, Jr 3,16.18; Jl 3,2; 4,1; Zac 8,23). El uso mateano de este giro en otros sitios (cf., por ejemplo, 7,22; 9,15; 10,15; 11,22.24) muestra que tambien en este texto cabe pensar en una connotaci6n escatol6gica: el tiempo de Juan y de Jesus puede -segun esto- ser entendido como el tiempo del cumplimiento escatol6gico que ya habian anunciado los profetas. Los sin6pticos situan la misi6n de Juan en el desierto, y probablemente se trate de la llanura al sur del valle del Jordan en direcci6n hacia el mar Muerto. Este fue tambien el lugar donde se situaba la acci6n de Elias cuando fue arrebatado al cielo en una tormenta de fuego (cf. 2 Re 2,11). Un poco mas al sur se encuentra Qumran, donde los esenios explicaban su residencia en el desierto como cumplimiento de Is 40,3: preparen en el desierto el camino del Sefior... Tras la concepci6n de Qumran estaba tambien la esperanza de que la salvaci6n se concederia a una nueva generaci6n, en el desierto: en efecto, la esperanza apocaliptica-escatol6gica estaba estrechamente unida al desierto. Segun su autocomprensi6n, los miembros de la comunidad de Qumran preparaban el camino a la revelaci6n definitiva de Dios por medio del estudio de la Tora y una forma de vida intachable (cf. lQS 8.13-14).
Mt 1,1-4,16: Jesus, Mesias segun las Escrituras
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Es llamativo el mensaje de Juan, que Mateo formula con las mismas palabras que emplearan despues tambien Jesus (4, 17) y sus discipulos ( 10, 7) en su misi6n: conviertanse, porque esta cerca el Reino de los Cielos. De esta manera se vincula a Juan con el tiempo escatol6gico: el no es el ultimo de los profetas (como si lo es, en cambio, para Lucas), sino Elias, que debia retornar (cf. 11,11-14). Citas de las Escrituras confirman este significado especial del Bautista y su misi6n, e interpretan el anuncio profätico y la actividad de Juan en consonancia con la voluntad de Dios y su plan salvifico. Todos los sin6pticos citan Is 40,3, pero Marcos le antepone una cita combinada de Ex 23,20 y Ml 3,1, que Mateo y Lucas presentan mas tarde, en el contexto de las declaraciones de Jesus sobre Juan (cf. Mt 11,10 y Lc 7,27). Con esto, los sin6pticos refieren a Jesus la venida de Dios anunciada por Malaquias: reconociendo a Juan como el precursor o el mensajero del que habla este profeta, se esta identificando a Jesus con Dios, identificaci6n que era de fundamental importancia para las primeras generaciones de creyentes. Con esto Juan queda tambien subordinado a Jesus, subordinaci6n que dejan clara los sin6pticos en las palabras de su predicaci6n y en su acci6n en el Jordan.
3,4-6: Tanto el mensaje como el lugar -en el desierto-, asi como los vestidos que usa Juan, pueden recordarle al lector a un predicador escatol6gico. Y es clara la relaci6n con la vestidura de Elias (cf. 2 Re 1,8), pues el nexo con este profeta es muy importante para Mateo, como mostrara la continuaci6n de la narraci6n. Mateo describe como gente de Jerusalen, de Judea y de los alrededores del Jordan a la multitud que se acerca hasta Juan en el Jordan. Estos lugares aluden a contextos teol6gicos y destacan el envio de Juan a Israel. 3, 7-12: Ahora entra en el escenario del relato un nuevo grupo: los fariseos y saduceos, caracterizados enseguida de forma negativa (vfboras). Con esto, Mateo prepara la postura de dicho grupo hacia Jesus, pues ellos son los que siempre buscaran ponerlo a prueba (cf., por ejemplo, 16,l; 19,3; 22,23; 22,34s.) y eliminarle (12,14).
Los temas de la predicaci6n de Juan son los principales de la soteriologia judia: la proximidad del juicio de la ira de Dios, el llamamiento a la conversi6n, el bautismo y la refe-
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La confirmacion de Jesus por Dios en el bautismo: 3,1-17
rencia al que vendra. La lfnea de los fariseos insistia en la penitencia y en las obras compensatorias como la limosna y el ayuno como reparaci6n del proceder contra la Tora. Los esenios se consideraban a si mismos como los "que hacian penitencia a causa de la actuaci6n en contra de la Tora" (lQS 10,20) o como los miembros "del pueblo de Israel que se han convertido" (DC 6,5; 8,16). Su comprensi6n de la conversi6n se asemeja a la del Bautista: a) todo Israel esta llamado a la conversi6n; b) la conversi6n es necesaria de cara al juicio final; c) la conversi6n supone el distanciamiento total de la vida pasada. Pero para los esenios la conversi6n significaba esencialmente ingresar en la comunidad, en la que, a traves de una vida de observancia total de la Tora, surgia una nueva comuni6n con Dios. Y es en este punto donde Juan el Bautista se diferencia de ellos: su llamamiento a la conversi6n apunta a reunir al Israel escatol6gico conforme al modelo de los profetas (3,8.10.12), y la pertenencia a una comunidad especial no es necesaria para el cambio de vida. Sin embargo, para esa conversi6n definitiva no basta el bautismo de agua, y por eso Juan anuncia un bautismo en Espiritu, que esta por venir. El concepto penitencial de Juan aparece en 3,8: den fruto digno de conversi6n. Esto significa que la salvaci6n esta unida a los actos de conversi6n, no solo a la procedencia de Abrahan. Fruto es una de las palabras claves de la teologia mateana, pues dar fruto pertenece a los criterios del profeta cristiano (7,16-20) y caracteriza la vida de fe de todo creyente (cf. 21,43). Las obras de la praxis de la fe son, para Mateo, los rasgos distintivos de la vida creyente, y por ello las trata especialmente en relaci6n con el juicio final (cf. 7,21-23; 25,31-46). En 3,11-12, Juan designa a Jesus como aquel que viene detras de mi. Esta formulaci6n se refiere al Mesias, y tambien el Sal 118,26 llama a este el que viene, y en Mt 11,2-3 Juan manda a sus discipulos a Jesus para que le preguntan: (.eres tu el que ha de venir o debemos esperar a otro? Las palabras del Bautista muestran que el espera un Mesias fuerte, que bautice con el Espiritu Santo y con fuego (3,11). Estos elementos pueden ser separados (Espiritu Santo y fuego) o ser entendidos como una unidad, en el sentido de que el fuego seria lo mismo que el Espiritu Santo. En el Antigua Testamento y en
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la literatura judfa, el fuego pertenece al juicio final (cf. Sal 50,3; 97,3) y tambien en Mateo es un elemento escatol6gico central (5,22; 7,19; 13,40.42.50; 18,8-9; 25,41); asimismo, tambien esta vinculada con el juicio final la idea de la cosecha definitiva (3,12), segun el uso lingüistico profetico y apocalfptico. Es sobre este horizonte como se
3,13-17: EI bautizo de Jesus 3, 13-15: Los relatos de los evangelistas sobre el bautismo de Jesus son semejantes, pero cada uno tiene su propio acento. Mateo pone en boca del Bautista una objeci6n (3,14), que Jesus rechaza (3,15); se trata de las primeras palabras de Jesus, que subrayan un tema central para Mateo: el cumplimiento de toda justicia. EI verbo griego de este pasaje significa realizar / llevar a cabo (cf. 5,17). Jesus no hace s6lo lo justo, como Jose (1,10) o sus disdpulos (6,1), sino que lleva a plenitud la justicia: adecuandose a la voluntad de Dios, revela su sentido mas autentico y mas profundo. En esta primera frase de Jesus, Mateo resume programaticamente toda su acci6n. De modo analogo, toda justicia debe entenderse en relaci6n a la Tora. Es la voluntad de Dios lo que abarca en su plan de salvaci6n y lo que, en consonancia con la acci6n y la cooperaci6n de los hombres, alcanza su plena realizaci6n. Jesus, pues, invita a Juan a someterse a la voluntad de Dios, para mostrar asi la amplitud de esa voluntad divina y llevarla a plenitud. 3, 16-17: Mateo presenta aqui algunos sucesos que tienen lugar en relaci6n con el bautismo de Jesus. No es el bautismo en si mismo lo que ocupa el centro de interes (s6lo se menciona con un participio), sino los reveladores sucesos vincu-
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lados a el, que poseen un sentido clave para las interpretaciones subsiguientes: la apertura del cielo, el descenso del Espiritu Santo en forma de paloma y la voz del cielo. Mientras que Marcos ( 1, 9-11) refiere todos los hechos a Jesus y solo el los percibe, Mateo describe lo sucedido como hechos manifiestos para todos los participantes. A traves del doble jmira!, destaca das puntos en especial: el abrirse del cielo, con el descenso del Espiritu Santo, y la declaracion de la voz del cielo. En tanto que en Marcos y Lucas la voz desde el cielo se dirige a Jesus y le dice tu eres mi hijo amado, en Mateo lo hace a todos los presentes como destinatarios de su mensaje: este es mi Hijo amado. Los receptores del mensaje celestial no son, pues, solo las personas que se habian reunido en torno al Bautista, sino todos los lectores del evangelio. EI episodio en su conjunto posee un caracter epifänico-interpretativo: el descenso del Espiritu Santo y la voz del cielo explican quien es Jesus y esclarecen su misterio. La voz del cielo aparece una vez mas en el evangelio: en la transfiguracion (17,1-13), donde igualmente declara de manera explicita quien es Jesus, empleando para ello las mismas palabras de este pasaje (17,5). EI Espiritu Santo viene en forma de una paloma y la voz del cielo lo designa como el Hijo amado en quien Dias se complace. En el Antigua Testamento y en el judaismo nunca aparece una paloma como corporeizacion del Espiritu, pero a veces la descripcion del movimiento del Espiritu de Dias se asemeja a un aletear (cf. Gn 1,2), de modo que el punto de comparacion seria la proximidad activa de Dias. Jesus es llamado Hijo amado, y en esto hay probablemente una alusion al pasaje mesianico del Sal 2,7: tu eres mi hijo, hoy te he engendrado. La expresion complacerse en Is 42,1 contiene, en su contexto mas inmediato, otras alusiones (siervo, Espiritu, derecho) que pueden haber influido en Mateo: he aqui mi siervo y quien yo sostengo, mi elegido en quien se complace mi alma; he puesto mi espiritu sobre el: traera el derecho a las naciones. Al unir Mateo las palabras de la voz celestial engendrado y complacerse (3,17), explica la relacion entre Dias y Jesus: el es el Mesias que actua como siervo de Dias. Este es mi Hijo acentua el culmen del misterio de Jesus: el es el Hijo y siervo, en cuanto que inaugura la nueva creacion. Pero tambien los padecimientos de Jesus pueden entenderse
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en este horizonte, pues su ser-Hijo aclara que como justo sufriente Jesus acepta servir con su entrega hasta la muerte (cf. Mt 20,28). Jesus cumple su propia determinaci6n cuando se acerca a los pobres y pecadores: como pobre entre los pobres, solidario con quienes vienen al bautismo de conversi6n por el perd6n de los pecados. Jesus -no Juan- es la persona decisiva en la historia de salvaci6n, segun el plan de Dias: el esta a la vez en su pueblo y ante su pueblo.
Nexos pragmaticos del texto La orden directa del llamamiento a la conversi6n hecho por Juan no encuentra preparados a los lectores. EI autor explica enseguida, con una cita blblica y mediante una descripci6n mas precisa, quien es el Bautista y construye un escenario para sus lectores: la gente viene desde todos los puntos a bautizarse por Juan, como sefial de su conversi6n. Esta detallada construcci6n de la escena posibilita que los lectores vuelvan a encontrarse a si mismos entre los oyentes del Bautista. Aun como observadores, oyen en la distancia c6mo se les habla a los escribas y fariseos, pero el discurso directo porque les digo, con su pretensi6n de validez general, anula la distancia: ahora, los lectores tambien estan incluidos e, igualmente, los siguientes pronombres personales (les, los) tambien les incluyen. El tiempo final ya ha comenzado, pues ya esta el hacha puesta en la raiz de los arboles y el rastrillo esta en su mano; de lo que se trata, pues, es de dar fruto. Los lectores estan invitados a verse a si mismos desde esta perspectiva y a adecuar su conducta al tiempo final, que ya ha comenzado. A nosotros, lectores de hoy, das mil afios despues, la actualidad del tiempo final nos parece caduca, de ahi que se pierda tambien la urgencia de revisar y cambiar nuestra propia conducta. En cierto sentido, nuestra perspectiva ha variado, pues nosotros ya no esperamos un final inmediato, sino que planeamos nuestro futuro y el del mundo. Pero tambien en esto es necesario que consideremos criticamente nuestra conducta: ( que metas orientan mis acciones?, ( que frutos -consecuencias, efectos colaterales, secuelas- comporta mi actuar?
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El siguiente dialogo entre Juan y Jesus pone ante los ojos de los lectores una meta de acci6n concreta: cumplir toda justicia de Dias. A veces, esto puede significar dejar corregir las propias concepciones y convicciones o admitir algo que antes no entraba en nuestro esquema de pensamiento: como Juan dej6 que Jesus le dijera que significaba cumplir la justicia y como Jesus se someti6 a Juan, aunque el Bautista no vefa ninguna raz6n para ello. Corno los oyentes en la historia, tambien los lectores escuchan finalmente la voz celestial: este es mi Hijo amado, en quien me complazco. En las pericopas anteriores -especialmente en la genealogfa y en el relato del nacimiento- se present6 a Jesus como parte del plan salvffico de Dios anunciado por los profetas en las Escrituras. A traves de la voz del cielo, Jesus es confirmado oficialmente por Dios. Sobre este trasfondo, los lectores pueden ahora leer y entender los siguientes relatos del evangelio. Aunque tambien a ellos la conducta y las palabras del Maestro les resulten a veces chocantes o incomprensibles, saben que Dios ha legitimado a Jesus previamente: lo que el dice y hace corresponde a la voluntad de Dios. Asf, los lectores son reafirmados para aceptar a Jesus y animados a seguirlo.
La confirmacion de Jesus por el diablo en las tentaciones: 4, 1-11
Introducci6n Entonces Jesus fue JJevado por eJ Espfritu aJ desierto para ser tentado por eJ diabJo.
Primera tentaci6n Y1 despues de hacer un ayuno de cuarenta dfas y cuarenta noches, aJ fin sinti6 hambre. Y, acercandose eJ tentador, Je dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes. Mas eJ, respondiendo, dijo: Esta escrito:
No s6/o de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dias (Dt 8 3) 1
Segunda tentaci6n Entonces eJ diabJo lo Jlev6 consigo a Ja Ciudad Santa y lo puso sobre el alero del tempJo, Si eres Hijo de Dios, y le dijo: tfrate abajo 1 porque esta escrito:
A sus ange/es te encomendara (Sa/ 9 7 77) 1
y: en sus manos te l/evaran,
para que no tropiece tu pie en piedra a/guna (Sa/ 9 7 72). 1
Jesus le dijo: Tambien esta escrito:
No tentaras al Senat; tu Dias (Dt 6 76 LXX). 1
Tercera tentaci6n
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De nuevo lo lleva consigo el diablo a un monte muy alto y le muestra todos los reinos del mundo y su gloria 1 y le dice: Todo esto te dare si -postrandote- me adoras. Le dice entonces Jesus: jApartate, Satanas!, porque esta escrito: Al Senat; tu Dias, adoraras
y s6/o a et daras culto (Dt 61 73 LXX; 70,20). Conclusi6n Entonces eJ diabJo le dej6 y -jmira!- se acercaron unos angeJes y le servfan.
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Tejido estructural del texto Esta perfcopa esta compuesta de un versfculo introductorio (4,1), tres escenas (4,2-4.5-7.8-10), caracterizada cada una por indicadores de lugar, y un versfculo conclusivo (4,11). En su conjunto, este relato esta claramente estructurado: Mateo muestra aqui de nuevo su predilecci6n por el numero tres, asi como su capacidad de combinar episodios y generos literarios distintos. Una de sus conjunciones preferidas es entonces, con la que inicia esta pericopa y mediante la que conecta, a su vez, con el relato precedente del bautismo. El versfculo 4,1 esta pensado como introducci6n de todo el pasaje, mientras que 4,2 pertenece a la primera tentaci6n, porque el hambre de Jesus constituye el presupuesto de la misma. Los siguientes relatos de tentaciones estan todos construidos de modo semejante: cada uno comienza con una referencia a la situaci6n (4,2.5.8), a la que sigue la pregunta del tentador (4,3.6.9), y se cierra con la respuesta de Jesus (4,4.7.10), compuesta por una cita de la Tora. Las tres escenas de las tentaciones estan, pues, claramente delimitadas, tanto formalmente como por el cambio de lugar: la primera escena sucede en el desierto (4,2-4), la segunda en el templo (4,5-7) y la tercera en un monte alto (4,8-10). En la tradici6n de Israel, estos tres lugares (desierto, templo, monte) estan vinculados con una particular expectativa escatol6gico-apocaliptica. La ultima respuesta de Jesus es introducida por un entonces le dijo que posee un caracter definitivo, de modo que los lectores comprenden que ahora ha terminado la discusi6n. EI versfculo 4, 11 concluye sintetizando toda la perfcopa.
Configuraci6n semantica del texto 4, 1: Introduccion Los sin6pticos presentan el relato de las tentaciones de Jesus despues de su bautismo. Desde el comienzo, ambos episodios estan relacionados: el Jordan y el desierto, lugares de la acci6n de Juan, son. aqui lugares de la revelaci6n de Jesus. Mateo enlaza ambos sucesos con la formulaci6n entonces y la palabra clave Espiritu, de modo que la experiencia de las
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tentaciones esta unida al Espfritu: Jesus es conducido al desierto por este para ser tentado. En el Antigua Testamento, el desierto es un simbolo polifacetico: a causa de su rechazo de Dios, Israel es conducido al desierto antes de que pueda tomar posesion de la tierra prometida (cf. Dt 1, 19-21); el desierto es, asimismo, el lugar donde el pueblo pone a prueba a Dios (cf. Heb 3,8-11; Sal 95,7-11). En las creencias persa y egipcia, el desierto es un lugar apartado de la vida y de la sociedad humana y, ademas, es el espacio de la muerte y la morada de los espiritus malos. La tradicion biblica ve el desierto como el lugar de la prueba. Tanto semantica Corno, en parte, literalmente, Dt 8,2-6 (LXX) suena como nuestra pericopa: Dios condujo a Israel al desierto para probarlo, para ver si observaba sus mandamientos, y para que aprendiese que el ser humano no solo vive de pan, sino tambien de la Palabra de Dios. Israel experimenta que Dios esta presente incluso en el desierto y que tambien ahi -como siempre- se ocupa de su pueblo. 4,2-4: Primera tentacion
Los sin6pticos n1encionan los cuarenta dfas de Jesus en el
desierto, pero solo Mateo y Lucas informan acerca del ayuno de Jesus y relacionan esos dias con sus tentaciones y su hambre. Estos tres motivos -los cuarenta dias, el hambre y las tentaciones- recuerdan los cuarenta afios del pueblo de Israel en el desierto (cf. Sal 95,10) y los cuarenta dias y cuarenta noches que Elias pasa en el desierto, en el monte Horeb (cf. 1 Re 19,4-8). Mateo y Lucas asumen la tipologia de la prueba con expresa referencia a Dt: como en aquel entonces Israel, asi tambien ahora Jesus es probado en el desierto. Por eso Mateo, en esta pericopa, echa mano nuevamente a citas de Dt (8,3; 6,16; 6,13) y las ordena de tal modo que, en su sucesion, recuerdan los hechos del :Exodo: el mana, el agua y la tierra prometida. A la primera tentacion del pan, Jesus responde con Dt 8,3; Mateo completa aqui -segun la Septuaginta- Dt 8,3b: sino de toda palabra que sale de la boca de Dias. El contexto de Dt 8,1-11 constituye, pues, el trasfondo para comprender la respuesta de Jesus. El tiene la misma experiencia que el pueblo de Israel en el desierto, y su respuesta a la prueba corresponde a la respuesta modelica esperada segun Dt 8,1-11.
Mt 1,1-4,16: Jesus, Mesias segtin las Escrituras
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4,5-7: Segunda tentaci6n En la segunda tentaci6n, Jesus es llevado al templo. EI significado de mEpuyLOv ("punto mas elevado'', "alero") no esta del todo claro, porque esta palabra aparece solo aquf en el NT. Quizas pueda pensarse en el punto mas elevado del templo, en el p6rtico externo hacia el sur, desde donde se podfa ver todo el valle. Segun la tradici6n judfa, el templo se hallaba en el centro de la ciudad de Jerusalen, que, a su vez, era tenidaporel centro del mundo (cf. Ex 5,5; 38,12; Jub 8,19, etc.): Jesus es tentado en el centro del mundo para que abandone aquello en lo que conffa. En la primera tentaci6n, en efecto, habfa expresado su confianza en Dios; ahora, la segunda toma su punto de partida precisamente ahf con las palabras del Sal 91,11-12 que aseguran la protecci6n al justo (4,6). Algunos comentadores piensan aquf en una tentaci6n de tipo mesianico, en el sentido de que el diablo exigirfa de Jesus un milagro espectacular que tuviera por objeto revelar su identidad mesianica. Pero esta interpretaci6n no es convincente, porque no explica el lugar del templo, ya que para dicho milagro no era necesario estar en el punto mas elevado del mismo. La tentaci6n en el templo, como lugar simb6lico de la presencia de Dios, gira, pues, menos en torno a la fuerza portentosa que en torno a la presencia de Dios, y, con ello, a la relaci6n del Hijo con el Padre (si eres Hija de Dias ... ). Las palabras de Dt 6,16 (na tentards al Sefiar, tu Dias) con las que Jesus rechaza la tentaci6n recuerdan el episodio de Masa y Meriba en el desierto (cf. Ex 17,1-7 //Nm 20,2-13; Sal 95,7-9; Heb 3,7-10), donde los israelitas tentaron al Sefior al preguntar: (_estd el Sefiar en media de nasatros a na? El Hijo Jesus no pone a prueba a su Padre, sino que mantiene su actitud de confianza en la presencia del Padre precisamente cuando se encuentra en el lugar simb6lico de la presencia de Dios. La respuesta de Jesus expresa esa profunda e inconmovible confianza: sea cual sea el peligro que le aceche, jamas le hara dudar de la fidelidad y fiabilidad del Padre.
4,8-10: Tercera tentaci6n Mateo ubica la tercera tentaci6n en un mante alto. Mateo desarrolla el motivo del monte Mateo de distintas maneras: es un lugar bien visible para todos (5,14), un sitio solitario
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La confinnaci6n de Jesus por el diablo en las tentaciones: 4,1-11
(14,23), un lugar de tentaciones (4,8), pero, sobre todo, es el ambito del encuentro entre Dios y el hombre. Este simbolismo aparece ya en la tradici6n hist6rico-religiosa del Antiguo Testamento (cf. Ex 3,1; 19,20; 24,16) y esta tambien presente en 17,1 y 28,16, donde Jesus se revela a sf mismo y revela su pretensi6n. La tentaci6n en un monte alto constituye la contrapartida de la escena final del evangelio (28,16-20): aquf, el diablo ofrece a Jesus los reinos del mundo y su gloria; en la ultima escena del evangelio, Jesus confirma a sus discfpulos que ha recibido del Padre todo poder en el cielo y en la tierra. Pero es justamente al final -despues de la pasi6n- y s6lo del Padre como Jesus recibe ese poder. EI tentador es rechazado con las palabras de Dt 6,13 que, en el texto original, estan en relaci6n con la idolatrfa; Jesus, pues, enfatiza: existe un solo Dios, a quien hay que servir y adorar. 4,11: Conclusion
Mateo y Marcos terminan el relato con la indicaci6n de que los angeles servfan a Jesus. Para Mateo, este servicio tiene un significado teol6gico: el verbo servir (ÜLo:KovEw) puede referirse al servicio eil la mesa, pero, en Mateo y eil la literatura bfblica en general, el servir incluye tambien el servicio cultual a Dios (cf. Ex 3,12; Dt 4,28; 13,5). El culto que Jesus rechaza dar al demonio es el que ahora le manifiestan los angeles a el mismo. Tambien con esto se revela Jesus como Hijo de Dios.
Nexos pragmaticos del texto El relato de las tentaciones de Jesus no quiere referir un hecho de su vida, sino que es un testimonio teol6gico-cristol6gico que lo presenta como el Mesfas conducido por el Espfritu y como el Hijo de Dios. Se trata de un relato que interpreta un pasaje bfblico por medio de un ejemplo (un midrash); en este caso, de versfculos del libro del Deuteronomio. Este midrash presenta a Jesus como Hijo de Dios, que resiste las tentaciones en el desierto y sigue la palabra y los mandatos divinos. El mesianismo de Jesus y su condici6n de Hijo se muestran precisamente en que confia en la Palabra de Dios y
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orienta totalmente su conducta en base a su confianza en el Padre y a su plan de salvaci6n. Tambien Adan y Eva fueron tentados de manera semejante por la serpiente (cf. Gn 3,1-7). Ambas historias de tentaci6n, pues, ponen en juego la relaci6n con Dios. El modo en que la tentaci6n alcanza a las personas se parece en los dos relatos, es decir, se estan narrando casos muy tipicos de tentaci6n: en primer lugar, se cuestiona algo bueno que las personas o Jesus ya poseen y se suscita la du da de si eso realmente es tan bueno como se crefa. La serpiente pregunta: (.realmente dija Dias que na pueden camer de ningun arbal?, con lo que, indirectamente, se esconde detras esto: (.realmente Dias se acupa de ustedes? Y el diablo le pregunta a Jesus: (.eres realmente el Hija de Dias? Obviamente, Dios se habia ocupado de los hombres en el parafso, y ellos unicamente no debian comer de un arbol. Tambien Jesus es el Hijo de Dios, como poco antes lo habia confirmado el mismo Dios a traves de la voz del cielo, en el bautismo; sin embargo, el primer paso de la tentaci6n es cuestionar el bien ya existente. El segundo paso de la tentaci6n enlaza con el primero y siembra intencionadamente la desconfianza en Dios: se pone en duda el vfnculo con Dios y, con esto, se produce cierta inquietud trastorna. La serpiente afirma: si camen del fruta na mariran, cama dija Dias, lo cual significa implfcitamente: Dias les ha engafzada. El diablo le dice a Jesus: si vives de la Palabra de Dios -como has dicho- y si eres el Hija de Dias, puedes probarla y tamarle a Dias la palabra tirandate del templa; esto es, indirectamente, una interpelaci6n para dudar de Dios y desconfiar de su palabra. Esta forma de expresarse crea desconfianza inmediatamente. La elecci6n de las palabras que causan en el oyente o en el lector un efecto que ellos mismos no pueden dominar es el "efecto performativo" de la frase: a traves de la manera de formular la tentaci6n que produce desconfianza, se alteran la confianza y la relaci6n con Dios. Defenderse de esta tentaci6n y reconstruir la confianza es ahora diffcil, y es asf como esta forma de tentaci6n prepara ya el ultimo paso. El tercer paso se basa en la desconfianza en Dios ya existente y pone al hombre o a Jesus ante la alternativa de ser ellos mismos como Dios, deshaciendo asf su vfnculo con el. La
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serpiente explica a los hombres: seran como dioses y conoceran el bien y el mal; el tentador le ofrece a Jesus: te dare el poder sobre toda la tierra. De este modo, Dios se vuelve algo superfluo y el vinculo con el queda completamente destruido. Nuestro relato muestra que el comienzo de la tentaci6n sigue el camino de suscitar la duda y sembrar la desconfianza, y conduce finalmente a la destrucci6n total de un vinculo hasta entonces muy bueno. Quizas sea posible resistirse a la duda, pero luego la tentaci6n desarrolla cierta dinamica propia de la que es muy dificil escapar. La desconfianza esta ya presente en el mismo momento en que aparece la palabra de la desconfianza; con ello, el vfnculo ya ha sufrido un dafio, porque comienza a deteriorarse cuando uno de los que forman parte del mismo ya no lo mantiene. El ejemplo de Jesus ensefia que, sin embargo, es posible romper la dinamica de la tentaci6n y que no siempre tenemos que enredarnos en los lazos de su tactica. Asi, la primera respuesta de Jesus muestra que no es necesario dar pabulo a toda duda, cuestionando siempre lo bueno que existe. Es mas dificil, en cambio, proceder ante la desconfianza ya sembrada. La forma de comportarse de Jesus propone aqui una salida efectiva, pues responde a la desconfianza confirmando su confianza en Dias. Renovando clara y expresamente la confianza en Dias y en su palabra, impide que se instaure la desconfianza: la confianza vivida y confirmada puede vencer a la desconfianza. Contra la tercera tentaci6n, que destruye el vfnculo con Dios al poner al hombre en su lugar y declararlo superfluo, Jesus confirma su lugar en esa relaci6n y su estrecho vinculo con el Padre. Una mirada critica a la tactica de la tentaci6n puede ayudarnos a los lectores de hoy a desenmascararla, para poder resistir las tentaciones. EI ejemplo de Jesus deja claro que no siempre debemos caer necesariamente "en la trampa", sino que podemos superar nuestras tentaciones con la confianza viva en nuestro Dias.
La confirmaci6n de Jesus por las Escrituras en Galilea: 4,12-16
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Cuando oy6 que Juan habfa sido entregado, se retir6 (Jesus) a Galilea y, dejando Nazaret -llegando-, residfa en Cafarnaun, junto al mar, en el territorio de Zabul6n y Neftalf, para quese cumpliera lo dicho por el profeta lsafas: jTierra de Zabu/6n y tierra de Neftalf
-hacia el mat;, al otro lado de/ Jordan-, Calilea de las naciones!: el pueblo que habitaba en tinieblas ha visto una gran luz, y a quienes habitaban en tierra y sombras de muerte /es amaneci6 una luz (ls 8,23-9, 1).
Tejido estructural del texto Los cinco versiculos de los que se compone este pasaje estan vinculados entre sf por una elaborada e intrincada sintaxis. El comienzo (4,12-13a) esta configurado narrativamente y consta de tres construcciones de participio que tienen como objetivo llevar al lector al indicador de lugar: Cafarnaun (4,13b). La aclaraci6n mas precisa de este lugar permite incluir una cita bfblica cumplida (4,14-16), introducida por la conocida f6rmula para que se cumpliera. Tambien la construcci6n de las frases en la cita es complicada, pero efectiva.
Configuracion semantica del texto 4, 12-13: La pericopa comienza abruptamente, sin una introducci6n, con el relato de lo sucedido. Una vez mas, se menciona a Juan el Bautista, y los lectores, como tangencialmente y sin motivo ni trasfondo, se enteran de que habfa sido
Mt 1,1-4,16: Jesus, Mesias segun las Escrituras
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encarcelado. Jesus comienza, pues, su misi6n despues del apresamiento de su precursor. En base al vinculo antes descrito entre Jesus y Juan, los lectores pueden barruntar el destino que le aguarda tambien a Jesus. En el plano narrativo, el encarcelamiento de Juan es la causa para el traslado de Jesus dentro de Galilea hacia Cafarnaun. Mateo no describe a Jesus como un predicador itinerante, sino que enfatiza que el y sus discipulos poseen una casa: los Magos lo encuentran en una casa (2,11) y Pedro tambien tiene una casa (8,14). EI posesivo su ciudad (9,1) puede referirse al domicilio de Jesus, y, a su vez, la casa, de la que no se menciona otro propietario (13,36), podria ser la suya. La intenci6n del autor es relacionar Cafarnaun con Zabul6n y Neftali. Ambas -la primera, a orillas del Mediterraneo, y la segunda, al oeste del lago de Genesaret- pertenecian a las tribus del norte que fueron deportadas a Asiria con la invasi6n del afio 721 a. C. Segun la costumbre asiria y babilonia, una parte de la poblaci6n del pais vencido era llevada al exilio en la tierra del vencedor y la que quedaba en el pais se mezclaba con la fuerza de ocupaci6n. A pesar del cambio tras el exilio y de los esfuerzos de los Macabeos por retornar a la pureza originaria, las regiones del norte siguieron siendo -a los ojos de los piadosos judios del sur- un territorio constantemente expuesto al contacto con los extranjeros; asi se explica la designaci6n Galilea de las naciones. La menci6n de esta regi6n parece inadecuada tanto hist6rica como geograficamente, pues Galilea no perteneda ni a Zabul6n ni a Neftali; es por eso por lo que solo sirve para la intenci6n teol6gica de Mateo de ofrecer un punto de enlace para la siguiente cita biblica cumplida.
4, 14-16: Con la tipica f6rmula que anuncia una cita cumplida de las Escrituras (4,14), Mateo introduce el pasaje de Isaias (Is 9,1-12). EI punto de apoyo para ello lo ofrece la referencia geografica: Zabul6n y Neftali, la ubicaci6n en el mar y en Galilea. La primera parte de la cita reproduce Is 8,23 (segun el texto masoretico), donde se habla de las tierras de Zabul6n y de Neftali, que, en un primer momento, fueron cubiertas por el Sefior con oscuridad y angustia, pero a las que luego ilumin6 la gloria de Dios: la aparici6n del Mesias significa, para Mateo, la llegada de la luz a las tinieblas. Por eso, el pueblo que ha visto una gran luz (4,16) es Israel, pues
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La confirmacion de Jesus por las Escrituras en Galilea: 4,12-16
la expresi6n el pueblo, tanto en Mateo com.o en la Septuaginta, se refiere en prim.er lugar a Israel. Pero tam.bien la m.enci6n de Galilea de las naciones es intencionada: los lectores pueden hallar aquf una sefial de que Jesus es el Mesfas de Israel, pero tam.bien el Mesfas de los paganos. Llam.a la atenci6n que Mateo no habla -com.o la Septuaginta- en futuro respecto a la luz que se levanta, sino que em.plea -com.o el texto m.asoretico- el pasado: ila luz ya esta aquf!
Nexos pragmaticos del texto Con esta perfcopa se cierran los siete relatos introductorios que de m.anera diversa m.uestran el plan salvffico de Dios y la identidad de Jesus. Estas perfcopas presentan a los lectores los m.otivos m.as im.portantes que luego seran retom.ados en el evangelio; con ello, lo narrado aquf tiene una funci6n clave para interpretar lo que sucede despues. Mateo lee la historia de Jesus de acuerdo a las Escrituras y la interpreta correspondientem.ente com.o acontecim.iento de salvaci6n. Las citas bfblicas cum.plidas ponen cada vez un suceso de la vida de Jesus ante una palabra de Dios anunciada por los profetas y, de este m.odo, interpretan recfprocam.ente la historia. Los acontecim.ientos de la vida de Jesus m.uestran nuevam.ente que Dios siem.pre ha actuado en Israel: aquf se vuelve clara la permanente fidelidad de Dios en la historia. Pero, a su vez, el nuevo contexto de las citas desvela un nuevo sentido de la Palabra de Dios: de este m.odo, las citas cum.plidas de las Escrituras corroboran el acontecim.iento salvffico de Dios en Jesus tanto para Israel com.o para todo el m.undo. En las cuatro prim.eras perfcopas (prim.era: genealogfa; segunda: historia del nacim.icnto; tcrccra: relato de la adoraci6n de los Magos; cuarta: huida a Egipto y m.atanza de los nifios en Belen) se ubica ese acontecim.iento salvffico, que com.ienza con el nacim.iento de Jesus, en un contexto hist6rico m.as am.plio que incluye la acci6n de Dios en Israel: el nacim.iento de Jesus es parte del plan salvffico universal de Dios. Las tres perfcopas siguientes tienen com.o tem.a la persona de Jesus en su relaci6n con Dios y con los hom.bres (quinta: confirm.aci6n de Jesus en el bautism.o) y con el tentador, en cuanto oponente de Dios (sexta: confirm.aci6n de Jesus en la ten-
Mt 1,1-4,16: Jesus, Mesias segtin las Escrituras
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taci6n). y en la ultima pericopa se alude a su significado como luz para los pueblos paganos y, asi, para todo el mundo (septima: confirmaci6n de Jesus por las Escrituras en Galilea). Las tres ultimas pericopas dejan claro, en el plano hist6rico-salvifico, que Mateo ha entendido la presentaci6n publica de Juan y de Jesus como el testimonio definitivo del Reino de Dias. La intenci6n de Mateo consistia en enlazar reciprocamente el tiempo y la presentaci6n del Bautista y de Jesus, y asi los une poniendoles en boca literalmente el mismo mensaje (cf. 3 ,2 11 4, 17) y haciendo que juntos realicen la plenitud de la justicia. En el plano teol6gico y cristol6gico, estas siete pericopas apuntan sobre todo a acentuar que el Nazareno realmente es el ungido de Dias, pues es a eI a quien Dias revela de manera especial. EI relato del bautismo de Jesus presenta una respuesta modelo a la pregunta ( d6nde encontramos a Dias? En el bautismo se revela la identidad de Jesus y, a su vez, queda clara la peculiaridad del tiempo que ha comenzado con el. A traves de la indicaci6n de lugar, en la ultima pericopa se destaca nuevamente que la salvaci6n que ha irrumpido con Jesus vale para el pueblo de Israel, pero la menci6n de las naciones y la formulaci6n indeterminada pueblos en tinieblas aluden a Jesus como luz para los paganos. Esta polifacetica introducci6n confronta a los lectores con el acontecimiento de Jesus como suceso salvifico universal, ante el cual no pueden permanecer indiferentes. EI plan salvifico de Dias que se muestra en la historia -tambien en situaciones inesperadas y frente a las visiones y expectativas humanas- puede animar a los lectores a acoger con confianza la acci6n divina.
SEGUNDA PARTE Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
Despues de presentar, en la primera parte, el mesianismo de Jesus segun las Escrituras y su significado historico-salvffico, Mateo aiiade ahora narraciones detalladas de la doctrina y de las obras de Jesus. La segunda parte del evangelio se compone, a su vez, de dos secciones, de las cuales la primera presenta la accion del Mesfas -su doctrina y sus hechos- y la segunda aborda mas claramente la cuestion del mesianismo de Jesus: A) Las obras del Mesfas (Mt 4,17-11,1). B) "c:Eres tu el que ha de venir?" (Mt 11,2-16,20). Los lectores deben reconocer que Jesus se muestra como Mesfas tambien en sus palabras y obras, pero, a la vez, ni sus palabras ni sus obras bastan para comprenderlo realmente de una manera completa como Mesfas. Mateo mantiene abierta la problematica de la asimetrfa, por cuanto hace terminar la segunda parte con la pregunta sobre el mesianismo de Jesus. Tambien los lectores deben decidir si tienen a Jesus por el Mesfas (solo) en base a su conducta; para Mateo, el mesianismo de Jesus solo queda totalmente claro con su muerte y resurreccion, que relata mas tarde, en la tercera parte de su evangelio.
A) Las obras del Mesias 4,17-11,1
Dentro de la segunda parte del evangelio, el apartado Mt 4,17-11,1, que narra las obras del Mesias, constituye una unidad compacta, bien estructurada, que, a su vez, esta compuesta de dos ciclos narrativos: a) 4,17-9,35: El encargo de Jesus de ensefiar y sanar. b) 9,36-11,1: Jesus transmite su encargo a sus discipulos. Estos dos ciclos narrativos estan unidos reciprocamente por elementos estilfsticos, literarios y de contenido. Un clarfsimo factor de vinculaci6n es, por ejemplo, la sfntesis acerca del servicio de Jesus: recorr{a toda Galilea, ensefiando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo (4,23). Este sumario se repite, con muy pequefias variantes, al final del primer ciclo narrativo (9,35) y concluye tambien todo el apartado ( 11, 1). Estos tres versiculos repetidos seiialan al lector c6mo se
a) 4,17-9,34:
El encargo de Jesus de ensefiar y sanar
La enseiianza de Jesus 4,17-8,l
Introducci6n: La presentaci6n en puhlico de Jesus: 4,17-25
A. EI anuncio de Jesus 17
Desde entonces comenz6 Jesus a predicar y decir: jConviertanse!, pues esta cerca el Rei no de los Cielos.
B. El seguimiento de los discipulos 18
19
20 21
22
Caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos: Simon, llamado Pedro, y Andres, su hermano, echando Ja red en el mar, pues eran pescadores. Y les dijo: jSfganme y los hare pescadores de hombres! Y ellos, dejando al instante las redes, le siguieron. Y, caminando adelante, vio a otros dos hermanos: Santiago, el de Zebedeo, y Juan, su hermano, que estaban en Ja barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes, y los llam6. Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron.
A'. La acci6n de Jesus 23
Y el recorrfa toda Galilea, ensef'iando en sus sinagogas, y proclamando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
B'. El seguimiento de la multitud 24
Y su fama lleg6 a toda Si ria, y Je trajeron todos los que se encontraban mal: con enfermedades y sufrimientos diversos, endemoniados, lunaticos y paralfticos, y los cur6.
25
Y le sigui6 una gran muchedumbre de Galilea y la Decapolis, y de Jerusalen y Judea, y del otro lado del Jordan.
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
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Tejido estructural del texto Las palabras desde entonces (apo tote: 4,17) sefialan un nuevo comienzo: este versfculo contiene, de forma programatica, el anuncio del Evangelio. En el inicio encontramos das terminos claves: conviertanse I vuelvanse y Reino celestial / Reino de los Cielos. Luego, en 4,18-22 leemos acerca del primer efecto de este anuncio, esto es, la vocaci6n de los primeros discipulos. EI sumario en 4,23 vuelve a hablar del anuncio y del servicio de Jesus y, a su vez, en 4,24-25 hallamos su repercusi6n, que en esta ocasi6n se refiere a una gran muchedumbre. Desde el punto de vista tematico, el inicio de la segunda parte esta estructurado en paralelo: A Anuncio
4,17 --> B Seguimiento de los discipulos
X Acci6n de Jesus 4,23--> B' Seguimiento de la multitud
4,18-22 4,24-25
Tambien el segundo episodio, el seguimiento de los discipulos (4,18-22), esta estructurado en paralelo: primero leemos acerca del llamamiento a Simon y Andres (4,18-20) y, luego, del hecho a Santiago y Juan (4,21-22). Tras una descripci6n introductoria del lugar, comienza la acci6n de JesUs y los discipulos: el ve y llama; los discipulos abandonan su ambito de vida y siguen a Jesus. EI anuncio, sintetizado como un programa en 4,17, se corresponde con el sumario de la conducta de Jesus en 4,23: el ensefia, proclama el Evangelio y sana, y precisamente en esto se manifiesta la proximidad del Reino celestial. Los siguientes versfculos (4,24-25) describen la repercusi6n de esa acci6n de Jesus: su llamamiento se extiende por toda la regi6n, vienen hacia el muchas personas que sufren y el Maestro las sana. Los lectores entienden que el anuncio que Jesus hace del Reino de los Cielos (4,17) y su acci6n sanadora (4,24) causan el seguimiento de la multitud (4,25).
Configuracion semantica del texto 4,17: EI anuncio de Jesus Ya desde el comienzo, los sin6pticos se esfuerzan por presentar en pocas palabras su mensaje central (Mc 1,14-15;
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Introduccion: La presentacion en publico de Jesus: 4,17-25
Lc 4,18-21) y acentuan, ademas, la "cercania" del Reino de Dios y que "el tiempo se ha cumplido". Con ello, por un lado, echan mano de conceptos apocalipticos de su tiempo (por ejemplo, 4 Esd 4,36-37; Apocalipsis sirio de Baruc 40,3), pero, por otro, con la elecci6n de los terminos evangelio y anunciar dejan claro que el mensaje de Jesus acerca de la irrupci6n del sefiorio de Dios es evidentemente un mensaje de salvaci6n. En Mateo, el verbo proclamar posee la connotaci6n positiva de buena noticia de la salvaci6n anunciada, como aparece en el anuncio de Juan el Bautista (3,1), de Jesus (4,23; 9,35; 11,1), de los discipulos (10,7.27) y en el anuncio de la futura comunidad (24,14; 26,13). El llamamiento a la conversi6n no posee en Mateo un sentido destacado, como en Lucas o en Marcos, aunque, sin embargo, con el enfätico entonces tambien Mateo deja inconfundiblemente claro que la proximidad del sefiorio de Dios exige un comportamiento adecuado. A diferencia de Lucas, que habla de Reino de Dias, Mateo emplea la expresi6n Reino celestial o Reino de los Cielos. Con esta designaci6n abstracta evita -de acuerdo a la tradici6n rabfnica- mencionar el nombre de Dias, pero se refiere a lo mismo que los otros evangelios, a saber: al gobierno de Dias sobre su pueblo escogido. Segun Mateo, este gobierno de Dias se muestra tanto en la acci6n .de Dios sobre su pueblo en el transcurso de la historia de salvaci6n como en los signos que acompafian al anuncio de Jesus, como por ejemplo la curaci6n de enfermos (Mt 4,23-24; 8,16; 9,35; 10,1.8; 12,15; 14,14; 15,30). La esperanza del sefiorio de Dios tiene sus rafces en la historia de Israel y, consecuentemente, se encuentra, por ejemplo, en Ex 15,1-18; Nm 23,21; 2 Sm 7,12-16; Ez 1; Is 42-44; Sal 93,1; 96,10; 97,1; 103,19. Aquf tambien resulta claro que ese sefiorio de Dios no significa precisamente "ejercicio del poder", sino que apunta a la salvaci6n de su pueblo. En el judafsmo tardio, desde el siglo II a. C., la idea del sefiorio de Dios se vinculaba con la esperanza del Salvador mesianico: el Rey-Mesias, en cuanto hijo de David, debia restituir el sefiorio de Dias en Israel (asf, por ejemplo, 4 Q 61,8-10; PsSal 17,23-51 y la oraci6n 11 de las dieciocho bendiciones). A esta esperanza responde el mensaje de Jesus en los evangelios sin6pticos. Jesus aparece como el portador del
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
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Reino escatol6gico de Dios, pues en sus palabras y obras se cumplen las expectativas del sefiorio de Dios. Las palabras y obras de Jesus se pertenecen recfprocamente de un modo inseparable: el anuncio del Reino de Dios se hace visible en sus obras. Reducir el mensaje del Evangelio y, en general, de la Biblia solo a las palabras -como en el ap6crifo Evangelia de Tam
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Introduccion: La presentacion en publico de Jesus: 4, 17-25
min por realizar en el presente. La mirada de Jesus no se dirige, pues, en primer lugar al juicio en el tiempo final, sino al necesario anuncio del Evangelio, a la proclamaci6n del sefiorio de Dios como tiempo escatol6gico de salvaci6n. Luego, los discipulos de Jesus recibiran el mismo encargo que su Maestro de anunciar el Reino celestial y de realizarlo a traves de hechos y signos (10,7-8). La llamada al seguimiento implica la plena responsabilidad por las personas y por toda la humanidad. Este encargo especifico del envio a las personas distingue la concepci6n mateana del seguimiento de la comunidad de Qumran, que busc6 apartarse en el desierto para separarse fisica y espiritualmente de los "impfos". En contraposici6n a esto, Mateo acentua la presencia de Dios como Dias con nosotros (1,23; 28,20), que Jesus anunci6 y vivi6 de modo particular con su cercania a los marginados y pecadores. En sus obras y en su anuncio, la comunidad mateana
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
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4,23: La acci6n de Jesus Este sumario, que se repite exactamente igual en 9,35 y 11,1, sintetiza la acci6n mesianica de Jesus, que aparece como maestro, como heraldo del Evangelio y como terapeuta. La menci6n de la ensefianza de Jesus se complementa con la referencia en sus sinagogas, pero aqui el posesivo (sus) no quiere expresar una ruptura entre la comunidad mateana y el judaismo de los fariseos, sino que se refiere a las distintas lineas de interpretaci6n de la Tora de los diversos grupos judios. Mateo describe el anuncio de Jesus como proclamaci6n del Evangelio del Reino, y en otros pasajes incluso mas precisamente como del Reino de los Cielos, con lo que alude a la acci6n rectora de Dias. El Evangelio de la actuaci6n regente de Dios sintetiza, a su vez, el anuncio de Jesus: tanto sus palabras como sus obras explicitan y realizan esa acci6n salvifica de Dios. En 24,14, en un contexto distinto al del presente versiculo, encontramos el anuncio de todo el Evangelio del Reino: ese Evangelio es el que, despues de la Pascua, debera ser anunciado por los discipulos de Jesus a todo el mundo. En Mateo, pues, el concepto Evangelio del Reino de los Cielos significa tanto el anuncio como la acci6n de Jesus, al igual que tambien la actividad post-pascual de proclamaci6n que llevan a cabo sus discipulos. Y, finalmente, designa, como una suerte de "credo" (confesi6n de fe), el mensaje cristiano que proclama la ensefianza y la conducta de Jesus. Las curaciones de Jesus no son un "afiadido", sino que concretan de forma sensible y corporalmente perceptible el reinado de Dios. El pueblo de Dios, que vive en fidelidad a las indicaciones divinas y bajo la bendici6n de Dios, no conoce la enfermedad ni la desdicha (Dt 7,15). La acci6n rectora de Dios se hace visible en la superaci6n del dolor, y, para enfatizar especialmente esto, Mateo lo formula reiterandolo: y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
4,24-25: EI seguimiento de la multitud Mateo destaca el gran influjo de Jesus: su fama se extiende por toda Siria. Probablemente el entiende por Siria no aquella extensa provincia romana, sino s6lo la parte al sur del monte Herm6n, donde existian muchas colonias judias. Al final, Mateo vuelve a emplear el verbo seguir, esta vez apli-
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Introduccion: La presentacion en ptiblico de Jesus: 4,17-25
cado a la multitud. EI seguimiento de la muchedumbre se presenta de forma claramente positiva, pero, con todo, Mateo no se esta refiriendo aquf a un vinculo personal muy estrecho, como el que supone el seguimiento de los disdpulos de Jesus. Por otra parte, con la menci6n de la regi6n de toda Palestina y del otro lado del Jordan quiere destacar el exito de Jesus, independientemente de si esa gran fama es algo plausible ya a comienzos de su actividad.
Nexos pragmaticos del texto La breve introducci6n que, en forma concisa, describe el anuncio de Jesus no deja lugar a ningun "sf, pero": Jesus se presenta con la pretensi6n de que ya ha comenzado el tiempo de salvaci6n escatol6gico, que se manifiesta como acontecimiento salvffico en su actuar mesianico y apunta a una transformaci6n fundamental tanto de cada persona como de toda la humanidad; es por ello por lo que, a su vez, constituye la ocasi6n para una decisi6n. La unica reacci6n adecuada a la nueva situaci6n que se presenta es la conversi6n, concepto que designa el comportamiento que Jesus espera de sus oyentes en vista del tiempo salvffico que ya ha irrumpido. En la escena siguiente, Mateo ilustra c6mo se puede corresponder concretamente a esa expectativa y pretensi6n de Jesus. Las dos escenas paralelas sobre la exigencia del seguimiento subrayan, repitiendose, la fuerza eficaz de la palabra de Jesus y enfatizan la radicalidad de su llamamiento. Mateo privilegia el recurso estilistico de la duplicaci6n para destacar elementos y expresiones importantes, con lo que confiere a los contenidos un caracter general, valido para todo tiempo y lugar. Tanto la duplicaci6n como la estilizaci6n dirigen la atenci6n del lector a lo esencial. Al hablar de su recorrido, Mateo no quiere presentar a Jesus como un "maestro carismatico itinerante", sino describir su acci6n en el tiempo salvffico que ha irrumpido: Jesus no s6lo ensefia y anuncia, sino cura toda enfermedad y dolencia. En el mismo sentido hay que entender las observaciones de que la fama de Jesus llega hasta Siria y de que la multitud viene desde todas las regiones circundantes para seguirle.
EI serm6n de la montaiia, el discurso programatico de Jesus: 5,1-8,1
Corno el primero de los eineo grandes discursos de Jesus en el evangelio de Mateo, el serm6n de la montafia es programatico y trata en sus rasgos esenciales sobre la actitud fundamental requerida a los creyentes de cara al tiempo salvffico que ya ha comenzado. Una versi6n semejante, aunque mas breve, aparece tambien en el evangelio de Lucas (Lc 6,20-49), donde, sin embargo, no adquiere el talante de un discurso programatico, pues el programa de Jesus ya lo ha presentado Lucas en 4,18-21. Aunque Mateo, por lo general, compone bien su obra, aqui no es fäcil encontrar criterios ordenadores de una estructura clara, como sf, por ejemplo, se advierte a partir de 7,13, donde parece subyacer una colecci6n combinada de logia de Jesus. Con todo, las siguientes observaciones posibilitan una primera estructuraci6n: en efecto, cabe reconocer con claridad observaciones introductorias (5,1-2) y conclusivas (7,28-8,1) al discurso de Jesus quese destacan del discurso directo; ambas, a su vez, contienen como indicador de lugar la referencia al monte, mencionan a los oyentes de Jesus -la multitud y los discipulos- y describen la actividad de este como una labor de ensefianza. Dentro del extenso discurso se puede destacar como una unidad la secuencia de 5,17-7,12, por cuanto esta marcada por un versiculo introductorio (5,17) y por uno conclusivo (7,12), cada uno de los cuales contiene la f6rmula Tara y Profetas; ademas, la introducci6n alude de modo programatico al cumplimiento -luego detallado- de la Tora y los Profetas, en tanto que la conclusi6n resume todo lo dicho. Por otra parte, dentro de ese marco se trata de la funci6n del Mesias, que ensefia la Tora (5,17-48), la espiritualidad de los Profetas (6,1-18) y la sabiduria de la vida de fe (6,19-7,12). La parte central 6,1-18 llama particularmente la atenci6n por su perfecta estructura paralela, cuyo centro esta constituido por el padrenuestro.
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
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La demarcaci6n de la secuencia central ayuda a delimitar entre si la parte inicial (5,3-16) y la conclusiva (7,13-27), y con ello tambien queda claro que el inicio se compone de nueve bienaventuranzas y otras logia, y que el final, a su vez, contiene otras colecciones de logia. La secuencia del comienzo presenta, en los versiculos 3-12, nueve veces la palabra bienaventurado, uni da en cada ocasi6n a la fundamentaci6n pues. Aunque la novena bienaventuranza destaca estilisticamente por su longitud y por el uso de la segunda persona del plural, esta unida a los versiculos anteriores a traves del verbo ser perseguido. Los dos logia paralelos sobre la sal y la luz representan una ampliaci6n de las bienaventuranzas, pues, al igual que la ultima de aquellas, tambien estos versiculos estan formulados en segunda persona del plural. Asimismo, en cuanto al contenido, tambien ellos -como las demas bienaventuranzas- destacan la transformaci6n positiva: a pesar de las experiencias negativas, como el rechazo y la persecuci6n, las acciones de los seguidores de Jesus siguen siendo positivamente eficaces. En la secuencia final (7,13-27) encontramos una serie de consejos que impactan especialmente por sus formas imperativas. Atendiendo al uso de los terminos, es posible destacar tres temas: la primera unidad (7,14-15), con las palabras caracteristicas puerta y camino, se refiere al camino del seguimiento; la segunda (7,15-20) tematiza el dar fruto, y la ultima (7,21-23) el hacer la voluntad del Padre. De modo similar a la primera secuencia con las bienaventuranzas, tambien la conclusiva amplia el tema de hacer la voluntad del Padre con un complemento al mismo (7,24-27) que, asimismo, concluye todo el discurso, sintetizandolo. En base a estas observaciones, se puede reconocer en el serm6n de la montafia, como rasgo distintivo de su estructura, una articulaci6n en tres partes. Asi pues, todo el discurso se compone de tres secuencias: la primera contiene nueve (3 x 3) bienaventuranzas; la segunda, que trata de la Tora, tambien se divide en tres, y en su parte central -que es, a su vez, el centro de todo el serm6n de la montafia- esta el padrenuestro, con lo que Mateo destaca que de lo quese trata aqui es precisamente de la voluntad del Padre. La secuencia conclusiva se compone de tres exhortaciones que puntualizan, sintetizando, la conducta que corresponde a la voluntad del Padre.
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EI sermon de la montafia, el discurso programatico de Jesus: 5,1-8,1
5,1-2
lntroducci6n narrativa NUEVE BIENAVENTURANZAS
+ ampliaci6n
(3
X
3)
5,3-12 5, 13-16
Sal de la tierra y luz de! mundo
ToRA Y PROFETAS
5,17-7,12 Introducci6n 5,17 Jesus ensefia e interpreta la Tora 5, 18-48 Jesus ensefia la espiritualidad de los profetas 6,1-18 Jesus ensefia la doctrina 6,19-7,11 de la sabiduria 7,12 Conclusi6n: la regla de oro
TRES EXHORTACIONES
7,13-23 7,24-27
+ ampliaci6n Conclusi6n narrativa
Escuchar y obrar
7,28-8,1
Esta construcci6n quizas parezca artificiosa, pero su forma se corresponde completamente con los esquemas rabfnicos habituales. Mateo se muestra aquf como un escriba que sabe aprovechar esas formas al servicio del Evangelio del Reino de los Cielos.
Introducci6n narrativa: 5,1-2
Viendo a Ja muchedumbre, y, cuando se sent6, y, habJandoJes,
subi6 aJ monte sus discipuJos se Je acercaron Jes ensefi6 con estas paJabras.
Esta breve introducci6n presenta la influyente autoridad dactrinal de Jesus, que como un rabino se sienta en presencia de sus discipulas y de la multitud, y enseiia. El motivo del monte es introducida aqui en relaci6n con la muchedumbre reunida, de modo que parece como si Jesus subiese al monte para ser oido mejor y pader tener delante al auditoria; sin embarga, los lectores atentos recuerdan tambien otro sucesa biblico importante narrado asimismo en relaci6n can una mantafia: el del establecimienta de la Alianza (Ex 19-24). Maises recibi6 la Ley en el monte Sinai, pero Matea na quiere presentar aqui el serm6n de la mantafia cama una "nueva Ley" y a Jesus cama "nueva Maises", pues Jesus canfiesa expresamente que na quiere dar ninguna nueva Ley (5,17-20), sina interpretar y ensefiar can autaridad y pretensi6n escatal6gica la unica Ley. En el evangelia de Matea aparece a menuda el mativa del monte; por ejemplo, en las tentaciones (4,8-11), en la transfiguraci6n (17,1-9) y cuando el Resucitada envia a sus discipulos (28,16-20). En estos sucesos, el monte constituye siempre un lugar importante de la manifestaci6n divina. Todos los rasgos de esta introducci6n (su pulida estructura, el lugar especial, la autoridad doctrinal de Jesus, la pretensi6n programatica) permiten suponer que Matea canfigura el serm6n de la montafia como la "carta magna del seguimiento". El texto menciana dos circulos de destinatarios a los que Jesus se dirige con su ensefianza: los discipulos (4,18-22) y la multitud que le sigue desde Galilea, la Decapolis, Jerusalen, Judea y la regi6n mas alla del Jordan (4,25). La indicaci6n de
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
116
que los discipulos se le acercan (5,1) alude a que ellos pueden ser los destinatarios principales del discurso. Tambien, en relaci6n con el contenido, muchas formulaciones del serm6n de la montafia se pueden entender mejor desde la perspectiva de que el mismo se dirige a los discfpulos; asf, por ejemplo, la persecuci6n por el nombre de Jesus (5.11-12), el testimonio ante el mundo (5,13-16), la justicia sobreabundante exigida por Jesus (5,20), el padrenuestro (6,9-13) y la exclamaci6n jSeiior, Seiior! (7,21). Con todo, Mateo menciona explicitamente como auditorio, tanto al comienzo como al final de su ensefianza, a la multitud (5,l-2; 7,28-29), que reacciona entusiasmada ante la doctrina de Jesus. Estos hombres y mujeres de la muchedumbre son, para Mateo, potenciales discfpulos de Jesus que, escuchando su ensefianza, pueden decidirse a seguirle.
Las nueve bienaventuranzas: 5,3-12
Bienaventurados
los pobres de espfritu,
porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados Bienaventurados
los que lloran, los mansos,
porque ellos seran consolados. porque ellos poseeran en herencia la tierra.
Bienaventurados
los que tienen hambre y sed de justicia, porque el los seran saciados. los misericordiosos, porque ellos alcanzaran misericordia. los limpios de coraz6n, porque ellos veran a Dias. los que trabajan por la paz, porque ellos seran llamados hijos de Dias. los perseguidos a causa de la justicia, porque de ellos es e/ Reino
Bienaventurados Bienaventurados Bienaventurados 10
Bienaventurados
de los Cielos. Bienaventurados
12
seran ustedes
Alegrense y regocfjense,
cuando los injurien y los persigan y digan toda clase de mal contra ustedes [mintiendo] por mi causa. porque su recompensa sera grande en los cielos, pues de la misma manera persigu ieron a los profetas anteriores a ustedes.
Tejido estructural del texto Un ritmo conciso, sencillo y, por lo mismo, fäcil de memorizar, marca las bienaventuranzas. Las ocho primeras (5,3-10) estan construidas con alcance de validez general en tercera persona del plural, segun el esquema bienaventurados ... porque. Ademas, llama la atenci6n que la fundamentaci6n de la primera y de la octava bienaventuranzas es identica en su contenido (porque de ellos es el Reino de los Cielos) y, a su vez, esta en presente, mientras que en las demas, por el contrario, aparece en futuro. Ambas conforman una clara inclusi6n, aunque los lectores atentos, que conocen la preferencia de
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
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Mateo por jugar con los numeros, esperan, despues de la octava bienaventuranza, otra declaraci6n mas, esto es: la novena. Esta (5,11-12) asume asi una posici6n especial, lo quese advierte tambien en su construcci6n: el tratamiento con ustedes y los (en el texto griego, la segunda persona del plural) se dirige directamente a los oyentes (y a los lectores), y, junto a la descripci6n detallada de la felicidad, contiene igualmente dos imperativos y una aclaraci6n. En cuanto a su contenido, esta novena bienaventuranza retoma el tema de la persecuci6n de la octava, lo complementa con una descripci6n mas precisa de las situaciones y circunstancias de la misma, y explica el significado particular que posee la persecuci6n para los seguidores de Jesus.
Configuraci6n semantica del texto 5,3: Bienaventurados los pobres de espiritu Jesus inaugura su primer gran discurso con una bienaventuranza de los pobres tambien en el evangelio de Lucas (Lc 4,18-27). EI se sabe enviado a los pobres, y la Buena Noticia de Dias para estos constituye asimismo el hilo conductor que recorre los dos Testamentos. La primera bienaventuranza se dirige, en general, a los pobres, en tanto que en las siguientes se mencionan otros grupos (los afligidos, los que tienen hambre y sed de justicia, los perseguidos ... ) que no necesariamente pertenecen a los econ6micamente desposeidos. EI anhelo de justicia o de paz mueve a todas las personas, independientemente de su situaci6n financiera, y la misericordia y un coraz6n limpio no son fundamental o exclusivamente cualidades de los pobres. Tambien en 11,5 se hace un elenco de grupos de personas que experimentan la acci6n salvadora de Jesus: ciegos, cojos, leprosos, muertos y pobres; en el evangelio de Mateo, pues, los pobres y los sufrientes conforman un grupo significativo, a los que expresamente se dirige la Buena Noticia. En comparaci6n con el texto lucano paralelo, llama la atenci6n aqui que, aunque igualmente designe como bienaventurados a los pobres, Mateo determina mas precisamente quienes
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son: pobres de espiritu. El trasfondo hermeneutico de este concepto lo constituyen, sobre todo, Is 61,1-3 LXX y Sal 34,19b LXX: en el texto de Isafas, el termino hebreo 'anäwim (pobres, necesitados, debiles) se traduce en griego por mwxo( (pobres ); en el Sal 43,19b, la LXX emplea un concepto similar, a saber, los pequefios en espiritu. Tambien en otros salmos (por ejemplo, Sal 146; 22,25; 25,16; 40,18) se menciona a los pobres / ser pobre, y se trata, especialmente, de personas que necesitan la ayuda de Dios o de los pfos que conffan totalmente en el. De ahi que resulte manifiesto el vinculo entre los pobres y los humildes, los pios y los misericordiosos: son personas que se abandonan con total confianza en las manos de Dios, en vez de esperar todo de los hombres o de confiar s6lo en si mismas. Una idea semejante se encuentra tambien en los escritos de Qumran, donde se habla de Dios como de aquel que superara a sus enemigos con los humildes en el espiritu (lQM 14,7). En Mateo -al igual que en Lucas- de lo que se trata no es de un significado de pobreza meramente "interior", como distanciamiento de las posesiones al modo de los estoicos, pero tampoco de una espiritualidad de la pobreza que idealiza a los marginados de la sociedad. Sin embargo, el complemento mateano de espiritu destaca que esos pobres no son exclusivamente pobres materiales, sino que a ese grupo pertenecen tambien quienes sufren y los creyentes que confian plenamente en Dios. La primera bienaventuranza, pues, no alaba a los pobres, sino a las personas que en sus vidas, en su actuar y en sus esperanzas se orientan confiadamente hacia Dios. El Reino de los Cielos no es una promesa de futuro, pues el presente indica claramente que empieza y se realiza ya en la actualidad: porque de ellos es el Reino de los Cielos. Tanto el anuncio de Jesus conviertanse, pues estd cerca el Reino de los Cielos (4,17) como sus acciones -ensefiando, proclamando, curando (4,23)- muestran el Reino de Dios a favor de su pueblo. La primera bienaventuranza subraya lo mismo: los pobres y todos los quese orientan hacia Dios son los destinatarios de su plan salvffico. De ellos es -ya en el presente- el Reino de los Cielos.
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5,4: Bienaventurados los que lloran La segunda bienaventuranza se refiere a los afligidos. La misma expresi6n se encuentra en Is 61,2; 60,20 y 66,10, donde se habla de los afligidos de Si6n. Asi pues, cuando Mateo habla de los que lloran no tiene presentes solo a los que actualmente padecen, sino que se refiere tambien a los que se sienten turbados porque la realizaci6n de la salvaci6n prometida por Dias aun esta en ciernes: a estos afligidos se les promete el consuelo. La forma futura escogida remite a Dias como el ejecutor de esta acci6n (passivum divinum). 5,5: Bienaventurados los mansos La tercera bienaventuranza se asemeja en su contenido a la primera: en esta se prometia el Reino celestial a los pobres de espiritu, aqui se promete la herencia de la tierra a los mansos. Es interesante que, lingüisticamente, en hebreo no es muy marcada la diferencia entre pobres y mansos, porque los significados de ambos terminos se presuponen reciprocamente; el griego, en cambio, distingue mas claramente, porque emplea dos palabras distintas. Muchos Padres de la Iglesia cambian la secuencia de las bienaventuranzas de modo que la tercera sigue a la primera (este es el caso tambien de algunas versiones de la Biblia en espafiol, como por ejemplo la Biblia de Jerusalen, eds. 1967, 1976, versi6n latinoamericana 2001), quedando asi mas clara la vinculaci6n entre pobres y mansos. Este acoplamiento destaca un aspecto de la piedad judia que tambien es importante para Mateo: en 11,29 incluso Jesus se presenta como manso y humilde de coraz6n e invita a sus discipulos a aprender esa actitud de el; asimismo, en 21,5 Mateo describe -analogamente a Zac 9, 9- al manso Mesias que renuncia a la violencia. La mansedumbre, la humildad y el desprendimiento (voluntario) del poder caracterizan, en el Antigua Testamento, a los pobres, los justos y pios, en su total confianza en Dias. El Sal 37 describe esa actitud con terminos semejantes a los de las bienaventuranzas: tambien alli los pobres, los justos y todos los que esperan y confian en Dias heredaran la tierra. Esta idea de heredar la tierra contiene, pues, un elemento espiritual y escatol6gico que, a su vez, se advierte claramente en
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la esperanza de los profetas (Am 9,13-15; Is 49,9-13; 60,21-22; fuera de la Biblia, por ejemplo, en 2 Hen 50,2). Sobre este trasfondo se puede enlazar la esperanza escatol6gica, expresada en el heredar la tierra, con la promesa del Reino de los Cielos para los pobres, mansos y humildes que confian completamente en Dias.
5,6: Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia Al hablar de la justicia, la cuarta bienaventuranza menciona un concepto central en el evangelio de Mateo. Ya antes, en el mismo, Jesus habfa invitado a Juan el Bautista a cumplir, junto con el, la justicia (3, 15), lo que significa hacer la voluntad de Dias (asi tambien en 6,1.33). Esa justicia, que corresponde a la voluntad de Dias, contiene un doble aspecto, pues es tanto una propiedad de Dias y la expresi6n de su voluntad salvifica como tambien una tarea y una exigencia para los hombres. En cuanto propiedad de Dias, la justicia se une a la misericordia (9,13; 12,7); los seres humanos, por nuestra parte, cumplimos con esa justicia que corresponde a la voluntad de Dias, en el reciproco trato misericordioso (5,22-24; 18,15-17.21-35). Quienes tienen hambre y sed de justicia son personas que, en primer lugar, buscan el Reino de Dias procurando vivir una relaci6n con Dias y con los demas caracterizada por el amor, la misericordia y la justicia. En vistas de la presente relaci6n de poder entre personas y pueblos, este prop6sito parece ut6pico, pero, Jesus promete la saciedad a esos hambrientos y sedientos. La selecci6n de los terminos en este versiculo recuerda el Sal 107,5-9, donde igualmente los oprimidos, hambrientos y sedientos claman a Dias y experimentan que el es quien ha calmado la garganta sedienta y ha colmado de bienes a los hambrientos (Sal 107,9); tambien en Is 49,10; 55,1-2 encontramos la promesa de que no habra mas hambre y sed. En el Magnificat, Lucas expresa algo semejante: a los hambrientos los colma con sus bienes (Lc 1,53); en el evangelio de Juan, Jesus promete: yo soy el pan de vida; el que venga a mi no tendra hambre, y el que crea en mi no tendra nunca sed (Jn 6,35), y en el Apocalipsis -sobre la base de Is 49,10-leemos
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lo siguiente: ya no tendran hambre ni sed (Ap 7,16). Este contexto deja claro que la saciedad del hambre y de la sed de justicia se refiere a la plenitud escatol6gica. Corno esto aun no se ha realizado plenamente, sigue habiendo hambre y sed de justicia, pero los hambrientos y sedientos pueden estar seguros de que seran saciados por Dias (passivum divinum).
5,7: Bienaventurados los misericordiosos Junta a la justicia, la misericordia conforma una clara unidad, pues ambas realidades estan estrechamente unidas con la voluntad de Dias y, en cuanto tareas y exigencias, nos atafien tambien los seres humanos. En el Antigua Testamento y en la tradici6n judia, la misericordia es entendida como una significativa propiedad de Dias, que es descrito como misericordioso y magnanimo, rico en bondad y fiel (asf, por ejemplo, en Ex 34,6; Neh 9,17; Sal 86,15; 103,8; 145,8; Jl 2,13; Jan 4,2). En los escritos sapienciales y en la tradici6n judia se habla tambien de la misericordia, la magnanimidad, la bondad y la fidelidad de los hombres (Pr 11,17; 19,11; 20,6) y, asimismo, Süll actitudes que se espera de estos (Miq 6,8; Pr 14,12; TestSeb 5,1.3; 7,1-8,6; Schab 151b). Lo importante en esto es que no se entiende la misericordia como un mero sentimiento, sino que supone una actitud activa y efectiva que se manifiesta en la acci6n hist6rico-salvffica de Dias y en las relaciones entre los seres humanos, y, para Mateo, especialmente, en el perd6n (5,43-48; 6,12.14-15; 18,21-35; 25,31-46) .. 5,8: Bienaventurados los limpios de coraz6n La pureza de coraz6n constituye el fundamento de la actitud requerida ante Dias: no se trata de una pureza externa, meramente formal, sino de anclar el vfnculo con Dias en el coraz6n, en cuanto centro vital de la persona. La relaci6n con Dias debe realizarse con todo el coraz6n, como claramente lo confiesa el Shema' Israel (Escucha, Israel: Dt 6,4-6). Es por eso por lo que Dt 4,29 y el profeta Jeremias (Jr 29,13) podian prometer que los que buscan a Dias con todo el coraz6n y con toda el alma, lo encontraran. Y, sobre el mismo trasfondo, el profeta Ezequiel describe el logrado vfnculo con Dias por medio de la imagen de un renovado coraz6n de carne (Ez 36,26).
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La expresi6n tener un coraz6n puro esta firmemente enraizada en la vida de fe judfa, aunque esa formulaci6n s6lo aparece una sola vez en el Sal 24: c·Quien subird al monte del Sefwr?, (.quien podrd estar en su santo recinto? El de manos limpias y puro coraz6n, el que no suspira por los idolos ni jura con engaiio. Ese logrard la bendici6n del Seiior, el perd6n de Dias, su Salvador. Esta es la generaci6n que lo busca, la que acude a tu presencia, Dias de Jacob (Sal 24,3-6). Mateo se apoya en la noci6n del coraz6n puro para describir a sus lectores una adecuada relaci6n con Dios, para que ellos puedan tener un profundo vfnculo personal con el Padre que ve en lo secreto (6,4.6.18). Esta relaci6n con Dios la demostramos cumpliendo su voluntad (6,1-18) y es impensable sin una relaci6n correspondiente con los demas seres humanos; asf pues, este vfnculo
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a que el termino pacificador solo aparece dos veces en toda la Biblia (Pr 10,10 LXX; Col 1,20). El termino hebreo shalom no significa solamente paz, sino la plenitud de los bienes, el amplio bienestar fisico y espiritual que Dios concede al ser humano (Is 45,7; 57,19). En el marco de la comprension escatologica, se esperaba al Mesias como el pacificador (Is 9,5-6) que reconstruiria para el pueblo el estado paradisiaco perdido, creando asi una nueva era de justicia, de derecho y paz (Is 11,1-2; Zac 9,9-10). Correspondientemente, tambien en el Antigua Testamento y en la literatura judia extrabiblica se describe el vinculo entre Dios y los seres humanos con los terminos "justicia" y "derecho", "verdad" y "paz" (Is 32,17; 60,17; Sal 85,11; Zac 8,16; 1Hen1,7-8; 2 Hen 52,11-12). En este contexto, tambien el Nuevo Testamento acota a traves de distintos conceptos que hacen los pacificadores y como lo hacen. A esto corresponde no solo evitar un conflicto armado (Lc 14,32), sino asimismo establecer la paz y la justicia entre los hombres (Sant 3,18), vivir el amor al projimo, superar el mal con el bien y renunciar a la venganza (Rom 12,18-21; 1Pe3,11). Lospacificadores instauran la armonia y el acuerdo en la comunidad (Ef 4,3; 2 Cor 13,11; 1 Tes 5, 13) y crean unidad entre judios y paganos (Ef 2, 14-17). Jesus, como pacificador, brego por la reconciliacion con Dios (Col 1,19-20) y, a traves de el, los seres humanos experimentan la salvacion escatologica (Lc 1,79; 2,14; Hch 10,36). Mateo vincula el ser pacificador con el ser hijos de Dias: quien es misericordioso y benevolente -como Dios-, y perdona (5,23-24.44-48), genera paz no solo entre las personas, sino tambien entre las personas y Dios, y precisamente por esto se muestra como hijo de Dios. 5,10: Bienaventurados los perseguidos a causa de la justicia La bienaventuranza de los perseguidos por la justicia se vincula semanticamente con otras: con la primera, por la identica promesa del Reino celestial; con la cuarta, por mencionarse la justicia, y con la novena, por el tema de la persecucion. Por ello, los lectores pueden reconocer la persecuci6n como un criterio importante tanto en este discurso programatico como en el resto del desarrollo del evangelio. Una
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justicia abarcadora, de la que algunos sienten hambre y sed, es aqui la raz6n de la persecuci6n: parece como si la persecuci6n no fuese s6lo un suceso (mico u ocasional, sino la caracterizaci6n de un estado de vida de los creyentes. Los lectores recuerdan, por ejemplo, al profeta Elias (1Re19,10) y a Jeremias (Jr 2,30), quese comprometieron con celo apasionado por las cosas de Dias y precisamente por eso fueron perseguidos y amenazados de muerte. La ultima bienaventuranza toma del Antigua Testamento el topos del profeta perseguido (2 Cro 36, 15-16) y describe ese destino del profeta aplicandolo tambien a los seguidores de Jesus. A causa de su compromiso con la justicia y de su testimonio a favor de la historia divina de salvaci6n, los profetas y seguidores de Jesus sufren persecuci6n.
5,11-12: Bienaventurados seran ustedes La ultima bienaventuranza esta unida con la precedente a traves del tema de la persecuci6n, pero aqui llama la atenci6n, ademas de la extensi6n, especialmente en el texto griego, el cambio de la tercera a la segunda persona del plural. La novena bienaventuranza no parece acomodarse muy bien al orden y a la estructura de las demas, pese a que el tema de la persecuci6n no es nuevo para los lectores, pues ya han leido sobre la persecuci6n de Jesus niiio por Herodes (2,1-12). Pero la causa de la persecuci6n es ahora la pertenencia a Jesus, y por eso la ultima bienaventuranza ya no se focaliza, en general, en "todos los que", sino especialmente en los perseguidos seguidores de Jesus, entre los quese incluye tambien a los lectores. Asi, Mateo une la persecuci6n a causa de la justicia (5,10) con la persecuci6n a causa de Jesus (5,11). Antes habia presentado a Jesus como quien, por obediencia a Dias, cumple toda justicia (3,15); ahora lajusticia a cumplir se vuelve tarea de sus discipulos, grupo al que pertenecen tambien los lectores del evangelio. Asumiendo esta tarea, ellos realizan y corroboran su relaci6n con Jesus y su pertenencia a el, el Mesias (10,18.39; 16,25). Mateo no menciona a los causantes de la persecuci6n o a los perseguidores, con lo que queda un vacio que los lectores van llenando, en el transcurso de su lectura del evangelio, con
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distintos personajes: los dirigentes religiosos y polfücos del judafsmo, los paganos o los perseguidores de su propio tiempo. A primera vista, la exhortaci6n a alegrarse y regocijarse en una situaci6n de padecimiento como es la persecuci6n parece parad6jica, pero no es la persecuci6n misma la raz6n de la alegrfa, sino la recompensa en el Reino celestial. No se trata, pues, ni de una mfstica del sufrimiento ni de asumir intencionadamente situaciones dolorosas o incluso buscarlas, sino de cambiar la perspectiva de quienes se encuentran en una situaci6n de padecimiento a causa de su pertenencia a Jesus o de su servicio como profetas: su sufrimiento, pues, no carece de sentido, sino que es visto y recompensado por Dios. La recompensa del Padre a la conducta del justo que corresponde a la voluntad de Dios (6,1-16; 10,41-42) es un tema importante en Mateo, que esclarece a sus lectores que Dios esta del lado de los que sufren y son perseguidos, que percibe sus sufrimientos y los transforma para bien. Esta esperanza puede hacer soportable el padecimiento.
Nexos pragmaticos del texto EI genero literario bienaventuranza esta extendido en la literatura judfa y griega. En la tradici6n bfblica se encuentran bienaventuranzas, sobre todo, en los salmos (Sal 1,1; 41,2; 111,1; 118,1-2) y en la literatura sapiencial (Pr 3,13; Job 5,17; Eclo 14,1-2), en tanto que en la literatura griega se llama bienaventuradas a personas con unas particulares cualidades internas y externas. En los escritos de Qumran, por su parte, se encuentran bienaventuranzas formalmente semejantes a las de Mateo (40 525,1-4), pero, en lo que respecta al contenido, cabe decir que en estos textos se llama bienaventurados a quienes buscan la sabidurfa y observan las prescripciones de Dios, mientras que nuestro evangelio en cuesti6n ve a los bienaventurados en relaci6n con el Reino de los Cielos. Asf pues, en el evangelio de Mateo, las bienaventuranzas se orientan en su conjunto a personas que, en raz6n de sus situaciones, estan muy lejos de poder sentirse felices. Si las bienaventuranzas quisieran consolar apelando a un futuro mejor o incluso pretendiesen conferir una suerte de aura al dolor, entonces estarfan en contradicci6n con el mensaje de
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Jesus. Para Mateo, el Reino de Dios y la justicia divina se ubican inequivocamente en el centro de todo (6,33), lo que requiere una clara transformaci6n de las categorias y de los valores humanos precedentes: en vez de los fuertes, poderosos, ricos, inteligentes y prestigiosos, los aparentemente "triunfadores en la vida", ahora son felices los que hasta este momento eran "perdedores", los pobres, mansos, misericordiosos, pacificadores, perseguidos ... Este radical cambio de perspectiva impacta al lector y le hace reflexionar. De ahi que las bienaventuranzas no estan adornando -por asi decirlo- el duro destino de los que padecen, sino que hacen de ellos las figuras principales de la historia de salvaci6n de Dios: precisamente por ello es por lo que los pobres, misericordiosos, mansos, pacificadores, perseguidos ... han de ser llamados realmente felices. En cuanto acciones verbales (actos lingüisticos), las bienaventuranzas realizan simultaneamente muchas cosas: al describir la realidad desde la perspectiva de Dios ("bienaventurados son los perdedores"), presentan la perspectiva humana valida hasta entonces ("bienaventurados Süll solo los ricos, poderosos ... ") como algo invertido y con ello motivan a los lectores a una necesaria correcci6n de sus puntos de vista y, sobre todo, de su actuar. Ademas, las formulaciones en pasiva (5,4-9) remiten a Dios como al agente (passivum divinum) y con ello las bienaventuranzas expresan la obligaci6n que se autoimpone Dios de hacerse cargo de los que lloran, los mansos, los que tienen hambre y sed de justicia ... , y de cumplir sus anhelos de una salvaci6n plena. La ultima bienaventuranza (5,11-12) vincula a los seguidores de Jesus, despreciados y perseguidos, con los profetas, consolando asi y dando animo a quienes sufren a causa del Maestro, para que no se desesperen por su duro destino. A su vez, esta bienaventuranza ofrece a los seguidores de Jesus un ulterior cambio de perspectiva: el oprobio padecido, la calumnia y la persecuci6n no son signos de fracaso, sino criterios de verosimilitud y autenticidad de su testimonio que confirman su compromiso. Finalmente, se suscita la pregunta de por que las bienaventuranzas estan al comienzo del discurso de Jesus y no constituyen su sintesis final. En este discurso, Mateo presenta las exigencias radicales del Reino de Dios a la comunidad mesianica, destacando ya desde el comienzo que este Reino
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significa la salvaci6n total. La tensi6n entre pretensi6n y promesa cruza todo el evangelio, al igual que lo hace con la realidad de los cristianos de hoy; de este modo, las bienaventuranzas, al comienzo del discurso programatico de Jesus, dejan claro que las pretenciosas prescripciones de Dios son Evangelio.
La sal de la tierra y la luz del mundo: 5,13-16
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Ustedes son la sal de la tierra. Mas si la sal pierde su sabor, icon quese salara? Ya no sirve para nada mas que para ser tirada fuera y pisoteada por los hombres.
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Ustedes son la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lampara y se pone debajo del celemin, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que estan en la casa.
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Brille asi su luz delante de los hombres, para que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre, que esta en los cielos.
Tejido estructural del texto Este pasaje es una prolongaci6n de las bienaventuranzas, lo quese advierte en que el discurso (en el texto griego) continua en segunda persona del plural -aquf con ustedes-, como en la ultima bienaventuranza (5,11-12). Ahora se afiaden dos logia, de los cuales el primero (5,13) es conciso y directo, en tanto que el segundo (5,14-16) esta formulado con mayor detalle. EI inicio de ambos esta construido en paralelo (ustedes son ... ) y a las metaforas (la sal y la luz) les sigue una explicaci6n; luego, en 5,16 se afiade una interpretaci6n que aclara, resumiendolo, el sentido de ambos logia.
Configuracion semantica del texto 5,13: Ustedes son la sal de la tierra EI discurso directo ustedes son adquiere un enfasis especial. Se trata de los mismos destinatarios a los quese hablaba antes con las bienaventuranzas, sobre todo con la ultima,
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a saber: los discfpulos de Jesus, la comunidad de Mateo, todas las personas que siguen a Jesus, incluyendonos a nosotros, los lectores de hoy, todos debemos ser sal de la tierra. El paralelismo con mundo (5,14) deja claro que aqui con tierra no se esta aludiendo solo al pais de Israel, sino que se apunta a una declaraci6n universal. La sal tiene numerosas propiedades y, de hecho, se empleaba en la antigüedad para conservar, condimentar, desinfectar y curar. Nuestro texto deja abierto en que sentido
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La sal de la tierra y la luz del mundo: 5,13.16
bitaban en parajes de sombras de muerte una luz les ha amanecido. Mientras que en la tradicion judia el Siervo de Dias, o tambien Jerusalen (Is 62,1-3), traia la luz a todos los pueblos y les testimoniaba la salvacion anunciada por Dias, aquf son los discfpulos quienes reciben el encargo de ser luz y testigos para el mundo. EI versfculo conclusivo esclarece con mayor precision la forma como esto se da. 5,16: Brille asi su luz Las dos metaforas anteriores encuentran aquf su clave interpretativa: las buenas obras. En la tradicion judia, una persona justa se caracteriza por las obras de justicia y de caridad que realiza. De igual modo, los discfpulos de Jesus son sal y luz si hacen el bien, pero no se trata aquf de acciones aisladas, sino que ellos
Nexos pragmaticos del texto En cuanto prolongacion de las bienaventuranzas, nuestro texto
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ci6n, un encargo y una demanda. Asignaci6n, porque los destinatarios no necesitan poseer capacidades especiales ni cumplir con determinados requisitos para ser luz y sal: jya lo son! Esto vale tambien y precisamente en su presente situaci6n de padecimiento a causa de la pobreza, la persecuci6n, el dolor, el anhelo de paz y justicia ... EI encargo de ser luz y sal resulta claro por la referencia a que una ciudad sobre el monte no puede permanecer oculta y a que una lampara debe ser colocada, naturalmente, de manera que ilumine a todos. La advertencia de no volverse insfpidos sefiala que este encargo sigue siendo siempre una demanda. Y es que cabe la posibilidad de no cumplir con el encargo si se oculta el dolor, se disimula la pobreza, se derraman lagrimas s6lo a escondidas y el anhelo de paz y justicia se presenta como una utopfa irrealizable. Junto con los seguidores de Jesus, son sal y luz del mundo los pobres, los sufrientes, los mansos y los misericordiosos, los que anhelan la justicia, los puros de coraz6n, los pacificadores y los perseguidos. A traves de su actuar Süll utiles a los hombres: ya sea mediante hechos claramente visibles (como una ciudad en la cumbre de un monte o la luz de una lampara), ya sea mediante el obrar oculto, invisible (como el de la sal en la sopa). Su pobreza que conffa en Dios, sus lagrimas, su misericordia y mansedumbre, su profunda relaci6n con Dios, su anhelo por la justicia, su compromiso por la paz, su padecer desprecio y persecuci6n, permiten que el mundo aparezca desde la perspectiva de Dios y bajo otra luz, y con ello su acci6n (tambien la imperceptible) transforma el mundo y le da sentido.
La Tord y los Profetas 5,17-7,12
A las bienaventuranzas, junto con la exhortaci6n a ser sal de la tierra y luz del mundo, se les afiade un pasaje realmente extenso en el que Jesus toma posici6n, en cuanto Mesfas, respecto a la voluntad de Dios, expresada tanto en la Tora como en los Profetas. Esta parte, que tanto en su inicio como en su conclusi6n contiene la expresi6n Tara y Profetas, puede, a su vez, subdividirse: en el primer bloque (5,17-48), Jesus es maestro e interprete de la Tora de Dios; en el segundo (6,1-18) ensefia la espiritualidad de los profetas; en el tercero (6, 19-7, 12), instruye acerca de la doctrina sapiencial de la vida de fe.
Jesus enseiia e interpreta la Tora: 5,17-48
Jesus y la Tord 17
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No piensen que he venido no he venido sino Amen, yo /es digo: mientras duren el cielo y Ja tierra,
a abolir Ja Tora y los Profetas; a abolir, a dar cumplimiento.
no dejara de estar vigente ni una so/a iota, ni una sola coma de Ja Tora, sin que todo se cumpla. Por tanto, quien de por abolido uno de estos mandamientos mas pequefios y asf /o ensefie a los hombres, sera e/ mas pequefio en el Reino de los Cielos; pero quien siempre los cumpla y (asf) los ensefie, sera grande en el Reino de los Cielos. Porque yo les digo: si su justicia no es mas sobreabundante que ia (justicia) de los escribas y fariseos, de ningun modo entraran en el Reino de los Cielos.
La interpretacion de la Tord segun Jesus 21
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Han ofdo que se dijo a los antepasados: iNo mataras! Mas quien male sera reo ante el tribunal. Pues yo les digo: Todo aquel que se encolerice con su hermano sera reo ante el tribunal. Y el que llame a su hermano "imbecil" sera reo ante el Sanedrfn. Y el que le llame "idiota" sera reo de Ja gehena de/ fuego. Si, pues, cuando presentes tu ofrenda en el altar te acuerdas de que tu hermano tiene a/go contra ti, deja tu ofrenda alla, delante de/ altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda. Llega enseguida a un arreglo con tu adversario mientras vas con el por el camino; no sea que tu adversario te entregue a/ juez y el juez al guardia, y te metan en la carcel.
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Amen, yo te aseguro: no saldras de alli hasta que no hayas pagado el ultimo Centavo. Han
oido que se dijo:
iNo cometeras adulterio! Pues yo les digo: Todo el que mira a una mujer deseandola, ya cometi6 adulterio con ella en su coraz6n. Si, pues, tu ojo derecho te es ocasi6n de escandalo, iSacatelo y arr6jalo de ti! Maste conviene que se pierda uno de tus miembros que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehena. Y si tu mano derecha te es ocasi6n de pecado, iC6rtatela y arr6jala de ti ! Maste conviene que se pierda uno de tus miembros que no que todo tu cuerpo vaya a la gehena. Tambien se dijo: EI que repudie a su mujer que le de acta de divorcio. Pues yo les digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto en caso de adulterio, la conduce al adulterio, y el que se case con una repudiada comete adulterio. Han
oido tambien que se dijo a los antepasados:
iNo perjuraras, sino que cumpliras al Sefior tus juramentos! Pues yo les digo: iNo juren en modo alguno!: ni por el cielo, porque es el trono de Dios, ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies, ni por Jerusalen, porque es la ciudad del gran rey; ni tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno solo de tus cabellos puedes hacerlo blanco o negro. Sea su lenguaje: Si: isi!; no: ino! que lo que pasa de aqui viene del Maligno. Han
oido que se dijo:
iÜjo por ojo! y idiente por diente! Pues yo les digo: iNo opongan resistencia activa al mal!, antes bien: al que te abofetee en la mejilla derecha, iOfrecele tambien la otra!; al que quiera pleitear contigo para quitarte la tunica, idejale tambien el manto!; y al que te obligue a andar una milla, iVete con ei dos!
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A quien te pida, al que desee que le prestes algo,
jdale!, jno le vuelvas la espalda!
Han ofdo que se dijo: jAmaras a tu pr6jimo! y: jOdiaras a tu enemigo! Pero yo les digo: jAmen a sus enemigos! y: jrueguen por los que los persiguen!, sean hijos de su Padre celestial, para que que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si aman a los que los aman, /que recompensa van a tener?, ino hacen eso mismo tambien los publicanos! si no saludan mas que a sus hermanos, 1que hacen de particular?, Y ino hacen eso mismo tambien los gentiles? Ustedes, pues,
jsean perfectos como es perfecto su Padre celestial !
Tejido estructural del texto Este texto esta muy cuidadosamente estructurado y en el se pueden distinguir dos unidades (5,17-20 y 5,21-48): la primera, en cuanto introductoria, tiene la funci6n de evitarles malentendidos a los lectores; la segunda esta claramente determinada por su contenido y se compone de seis (2 x 3) ensefianzas y sus correspondientes explicaciones. Una sentencia conclusiva (5,48) cierra todo este apartado. La primera unidad esta compuesta de una afirmaci6n (5,17) a la que se le une el dicho confirmatorio Amen, yo les digo (5,18), aclarado mas detalladamente por un ejemplo (5, 19). Con el concepto fusticia, otra expresi6n yo les digo (5 ,20) formula expresamente el nucleo de todo actuar, concluye la introducci6n y, a su vez, conduce a la pr6xima unidad, que explica c6mo hay que entender la justicia sobreabundante. Seis ensefianzas conforman la segunda unidad, todas introducidas por la f6rmula han oido que se dijo, a lo que sigue la sfntesis de un precepto de la Tora. A estas ensefianzas Jesus les afiade su propia interpretaci6n, agudamente formulada por la expresi6n pues yo les digo. En cuanto al contenido, descubrimos quese trata de los siguientes temas: matar (5,21-26),
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adulterio (5,27-30), divorcio (5,31-32), jurar (5,33-37), venganza (5,38-42) y amor a los enemigos (5,43-47). La referencia a la perfecci6n de Dios como meta de la conducta humana concluye sintetizando la unidad (5,48).
Configuraci6n semantica del texto 5,17-20: Jesus y la Tora 5, 17: En el centro de este versfculo esta el verbo venir, que posee aquf tambien un significado cristol6gico, ya que se refiere al envfo del Mesfas Jesus (como en 11,19; 15,24). Y esto, igual que la voluntad de Dios, se basa en las Escrituras. La formulaci6n la Tara y los Profetas o la Tara o los Profetas se refiere a todos los escritos del Antigua Testamento en los que Dios revela su voluntad salvadora y que contienen el fundamento de la conducta humana correspondiente. En este sentido hay que entender tambien el cumplir o abolir: quien orienta su conducta segun la voluntad divina salvffica y la cumple, contribuye a la realizaci6n de la salvaci6n y, por ello, participa a su vez de la misma. El comportamiento y la ensefianza de Jesus (por ejemplo, en relaci6n al sabbat o a la pureza ritual) han dado motivo para suponer que el querfa abolir las disposiciones divinas. Es por eso por lo que aquf es el propio Jesus quien deja claro, de modo inconfundible, que en absoluto quiere derogar nada ni introducir algo nuevo, sino que precisamente esta cumpliendo la Tora y los Profetas. Entender este cumplimiento en el sentido de "perfeccionar" implicarfa que la Tora, la manifiesta voluntad de Dios, carece de algo, lo cual serfa una contradicci6n. El verbo que Mateo emplea aquf (1TATJp6w, "cumplir", en vez de TEAEw, "llevar a la perfecci6n") posee un sentido religioso y es el mismo verbo que emplea tambien al hablar de las citas bfblicas cumplidas (para que se cumpliese lo dicho por el Profeta ... : 1,22; 2,15.17.23; 13,35; 21,4; 27,9). Con esto, Mateo deja claro que en Jesus (o por medio de el) se cumple precisamente aquello que los profetas habfan anunciado en vista de la historia salvffica de Dios con su pueblo. Si Jesus cumple la Tora y los Profetas, esto no significa la
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radicalizaci6n de las prescripciones ni la reducci6n de todos los mandamientos al doble mandato del amor a Dios y al pr6jimo, sino la completa consonancia vivida con la voluntad salvadora de Dios que ya realiza el plan divino salvffico. Los lectores, pues, son convocados a orientarse en sus obras y pensamientos segun la voluntad salvadora escatol6gica de Dios. 5, 18: Esta expresi6n subraya nuevamente la permanente validez de la voluntad salvffica de Dios, revelada en la Tora y en los Profetas. Puesto que este versfculo esta construido sobre el anterior y debe entenderse a la luz del mismo, no se puede tratar de una mera interpretaci6n legalista. La iota o la coma no hablan de una observancia de las prescripciones divinas meramente fiel a la letra o calculadora, sino que se refieren a su validez general, completa. Jesus destaca que incluso la letra mas pequeiia (la iota) y un rasgo aparentemente insignificante (la coma) poseen valor, pues contienen la voluntad salvffica de Dios para los hombres. En este sentido, la comunidad -y tambien la Iglesia actual- debe conservar y valorar la Tora y los Profetas. 5, 19: Este versfculo, tambien conformado por dos frases paralelas, esclarece de nuevo la validez permanente, invariable, de todas las prescripciones de Dios. Dado que todas contienen la voluntad salvadora de Dios, es impensable que una sola de las mismas sea invalida. La expresi6n el mds pequefio de los mandamientos no se refiere al rango de importancia, sino a la dificultad y a la fuerza que se debe emplear para cumplirlo. Asf pues, si una de las disposiciones de Dios es fäcil de cumplir, esto no quiere decir que sea insignificante ni que pueda suprimirse. Quien se esfuerza por cumplir los mandatos de Dios, vive conforme a ellos y enseiia consecuentemente, sera llamado grande en el Reino de los Cielos, es decir, su esfuerzo sera reconocido y el mismo sera apreciado por eso. No sera grande en el sentido del tamaiio corporal o porque se merezca un rango mayor en el cielo, sino a causa de su compromiso por realizar la voluntad salvffica de Dios. Correspondientemente, los que no se empeiian tanto, siguen el camino "fäcil", eluden los mandamientos o los suprimen, no son excluidos del Reino de los Cielos, sino que, en raz6n de su compromiso deficitario, seran reconocidos como quienes no se esforzaron
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realmente por cumplir la voluntad salvifica de Dios. El hecho de que esas personas no se puedan quitar esa "macula" incluso en el Reino celestial, exhorta mucho mas enfäticamente a los lectores a orientar sus obras y pensamientos, incluso en las cosas aparentemente insignificantes y en las pequefieces, segun la voluntad salvadora de Dios.
5,20: Con la insistente formulacion yo les digo Mateo introduce nuevamente el tema de la justicia, que aquf alude a la vida de fe, es decir, al vivir y obrar conforme a la voluntad salvffica de Dios contenida en la Tora y en los escritos de los Profetas. Se contrapone la vida de fe de los discipulos de Jesus y tambien la de los lectores con la de los escribas y fariseos de la comunidad mateana, que decidida e incluso profesionalmente se ocupaban de las Sagradas Escrituras. Evidentemente, tambien los escribas y fariseos vivian de forma total y completa segun dicha justicia, pero Jesus esta exigiendo una justicia sobreabundante, esto es: no hacer solo lo necesario de la voluntad de Dios, no solo la medida completa, sino algo "mas". Porque la voluntad de Dias no se cumple una vez, de modo que ya no hay mas que hacer; en efecto, nadie puede decir "ya he hecho lo suficiente"; tampoco los escribas y fariseos que se esforzaban intensamente por cumplir en sus vidas esa voluntad de Dias. Es por eso por lo que la justicia de los discipulos de Jesus y lade los lectores debe ser aun mas sobreabundante que lade los escribas y fariseos, es decir, aquellos
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coraz6n, toda el alma y todo el pensamiento de la persona, tal como dice la confesi6n de fe judia (Dt 6,5-9) y como luego explican los siguientes ejemplos.
5,21-48: La interpretaci6n de la Tora segun Jesus La interpretaci6n de la Tora que hace Jesus
5,21-26: Primera ensefianza sobre el matar EI mandamiento no mataras (Ex 20, 13; Dt 5, 17) prohibe el asesinato arbitrario, en cuanto venganza personal. La vida viene de Dios, y el ser humano no tiene derecho a disponer arbitrariamente de la misma, pues Dios es el juez (Gn 9,5). El complemento en 2lb es una composici6n de Ex 21,12; Lv 24,17-20; Nm 35,12 y Dt 17,8-13 que describe mas detalladamente c6mo se juzgara a quien haya asesinado. En 5,22, Jesus establece otra medida: los insultos -siempre mas graves- sirven para ejemplos que conllevan respectivamente un castigo mayor. Con esto, Mateo deja claro que el
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vfnculo con el hermano (y, en correspondencia, naturalmente tambien el vinculo con Dios) se mueve en un plano distinto al de la limitada situaci6n juridica y, por tanto, debe regirse por un patr6n distinto. Esos vinculos estrechos, personales -con el hermano y con Dios-, influyen fuertemente en la vida de las personas, y por eso Mateo, de modo semejante a 1 Jn 3,15, puede sostener: quien odia a su hermano es un asesino. Los versiculos siguientes 5,23-26 presentan, con dos ejemplos, la obligaci6n de la reconciliaci6n. EI primero (5 ,23-24) deja claro que la celebraci6n del culto divino, en cuanto vfnculo festivo con Dios, no puede ser vista independientemente de la relaci6n con el hermano, pues las relaciones con el pr6jimo son el espejo del vinculo con Dios, y viceversa. Por eso, los sacrificios de ninguna manera pueden sustituir la necesaria reconciliaci6n, y el culto celebrado de modo puramente formal, sin participaci6n de la vida personal, es algo vacfo. En este sentido, Mateo remite luego dos veces mas a la cita de Oseas: misericordia quiero, no sacrificios (Os 6,6 en 9,13 y 12,7). EI segundo ejemplo (5,25-26) pone el centro de gravedad en la ocasi6n: Jesus exhorta a llegar rapidamente a la reconciliaci6n en tanto que aun hay oportunidad para ello, pues el juicio del ultimo dia ya no permitira ningun cambio. En el tiempo escatol6gico que ha irrumpido, la reconciliaci6n no es solo necesaria, sino tambien urgente: en el Reino de Dios todos
5,27-30: Segunda enseiianza sobre el adulterio Nuevamente Jesus pone un ejemplo del decalogo: no cometeras adulterio (Ex 20,14; Dt 5,18). Tambien para Jesus el adulterio es un atentado contra el matrimonio, pero el no se contenta con desaprobar el hecho cometido, pues todo el que mira a una mujer deseandola, ya cometi6 adulterio con ella en su coraz6n (5,28). EI verbo desear puede significar el anhelo y tambien el ansia por el alimento o la apetencia sexual; en cuanto deseo sexual aparece de nuevo en el noveno de los diez mandamientos: no desearas a la mujer de tu pr6jimo (Ex 20, 17; Dt 5,21). En el Antigua Oriente la sede del deseo era el coraz6n,
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que, asimismo, era el centro de las decisiones, y por eso aqui resulta claro el vinculo entre intenci6n y realizaci6n: la intenci6n ya es plan, y, por eso, decisi6n para la acci6n. No se trata de que no puedan suscitarse deseos o sentimientos sexuales, pues eso es algo que no puede controlarse, sino de c6mo tratarlos: secundar o no los deseos es algo que cada uno decide, y aqui todo reside en la responsabilidad de la persona. Las dos afirmaciones siguientes (5,29-30) acerca del motivo de escandalo se encuentran tambien en 18,8-9, aunque en orden inverso. El verbo griego escandalizar significa literalmente poner a alguien un obstdculo en su camino / hacer caer a alguien. Para Mateo, parece que son los ojos y las manos los que causan tanto la intenci6n chocante como la acci6n escandalosa. Aunque en el Antigua Oriente se conocia la mutilaci6n como castigo, los imperativos de arrancar y cortar el ojo y la mano son exageraciones y, por lo tanto, no han de tomarse literalmente, porque no son esas partes del cuerpo las que provocan el problema, sino el coraz6n, que toma la decisi6n. Con estas formulaciones radicales, Mateo subraya la medida requerida en el trato responsable con los propios deseos y sentimientos sexuales.
5,31-32: Tercera ensenanza sobre el divorcio Despues del adulterio, se aborda el divorcio; mas exactamente, el repudio de la mujer en el matrimonio, que, segun Dt 24,1-4, era posible por medio de un escrito. El acta de repudio tenia la funci6n de dar a la mujer repudiada la posibilidad de volver a casarse, protegiendola asi del descalabro social y del peligro de empobrecimiento. Jesus ensefia que todo el que repudia a su mujer... , la conduce al adulterio. Prohibe el divorcio sobre el trasfondo de que las nuevas nupcias de la mujer son una posibilidad, pero no una garantia. En efecto, si la mujer repudiada no encuentra un compafiero ni tampoco puede ser acogida por su familia, entonces la separaci6n significa su segura depauperaci6n. Para escapar del peligro del descalabro social, la mujer repudiada debia procurarse un nuevo compafiero y con ello corria el riesgo de volverse, sin quererlo, adultem. Al separarse de ella, su esposo la conduce asi-con su divorcio- al adulterio, de ahi que tambien el hombre que se case con una mujer repudiada, comete adul-
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terio, pues el primer hombre no tenia el derecho de haber repudiado a su mujer, de modo que sigue existiendo la primera uni6n. Mas adelante (19,1-6), Jesus retoma este discurso y lo fundamenta en el orden originario querido por Dios (Gn 1,26). Pero, a diferencia de Pablo, Marcos y Lucas, Mateo afiade un caso especial: excepto en caso de nopvE[cx (igualmente en 19, 9). Este termino se refiere en general a vinculos ilegales y puede significar tanto adulterio, incesto y lascivia como tambien las relaciones sexuales extramaritales. Muchas de estas realidades no eran consideradas contrarias a la ley en el entorno grecorromano (como si sucedia en el judaismo) y por eso aquf queda poco claro que es lo que exactamente Mateo entendia por nopvE[cx. Partiendo del contexto, la traducci6n adulterio parece posible: Todo el que repudia a su mujer -excepto en el caso de adulterio-, la conduce al adulterio. De acuerdo con esto, Jesus ensefia que si un hombre quiere separarse de su mujer porque ella ha cometido adulterio, ya ella misma se ha convertido previamente en adultem y no es entonces su esposo el que, con el divorcio, la esta haciendo tal. Pero esto no debe interpretarse necesariamente en el sentido de que el adulterio es una raz6n que justificaria la separaci6n, pues entonces por esa separaci6n se estaria, a su vez, forzando a la mujer a cometer adulterio. Tal como el tema del adulterio (5,27-30) se situaba sobre el trasfondo de la responsabilidad, tambien debe presuponerse aquf esa misma responsabilidad: los dos miembros de la pareja son tan responsables del uno por el otro como del exito de su relaci6n. Pero un vfnculo logrado solo puede existir con la concesi6n del perd6n: si se niega este, se quiebra la relaci6n. Expresado en forma positiva y en el sentido de la justicia sobreabundante, de lo que se trata aquf es de la tarea comun de proteger la relaci6n y de no ponerla en juego con el propio comportamiento, ni de amenazarla negandose a perdonar.
5,33-37: Cuarta ensefzanza sobre el jurar No es fäcil encontrar los pasajes del Antigua Testamento a los que Jesus se refiere en este fragmento, que versa sobre la veracidad en el hablar. Probablemente Mateo esta sintetizando
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prescripciones acerca de los juramentos y promesas a partir de Ex 20,1; Lv 19,12; Nm 30,3; Dt 23,22-24; Eclo 23,9-13 y Zac 8,17. Un juramento era acompafiado por la invocaci6n de la divinidad para confirmar la verdad de lo dicho; sin embargo, los judios evitaban pronunciar el nombre de Dios, por lo que habfa juramentos por el cielo, por la Ciudad Santa o por otras cosas que tenfan cierta relaci6n con Dias. La exigencia de Jesus de no jurar no solo parece estar en oposici6n con lo dicho en 23,16-22, donde el no prohfbe hacerlo, sino contraponerse tambien a numerosos juramentos pronunciados en el Antigua Testamento tanto por personas creyentes (Abrahan, David) como por Dias mismo (por ejemplo, Gn 14,22; 22,16; Ex 6,8; 1 Re 1,29; Is 45,23; Sal 110,4). Sin embargo, una consideraci6n mas cuidadosa del ultimo versiculo (5,37) deja claro que Jesus se esta refiriendo al hablar veraz mas o menos en este sentido: que tu palabra sea tan veraz y autentica que no tengas necesidad de corroborarla con juramentos. Sobre esta base, Mateo presenta un modelo de conducta simple que manifiesta la vida en completa consonancia entre pensamiento y obra; es decir, que el si signifique efectivamente jsf! y el no realmente jno! En resumen, que las palabras sean veraces y autenticas.
5,38-42: Quinta enseiianza sobre el perd6n La ley del tali6n, mencionada en este texto, era conocida y aceptada en el mundo antiguo desde el c6digo del rey babilonio Hammurabi (siglo XVIII a. C.) y tambien en el Antigua Testamento se encuentran reglamentaciones semejantes (Ex 21,24; Dt 19,21; Lv 24,20). El objetivo de esta norma legal era tanto impedir la venganza arbitraria y el castigo desproporcionado como defender la igualdad ante la ley. La prescripci6n de Jesus -no oponer al mal ninguna resistencia activa- no pretende instaurar ningun nuevo tipo de derecho publico, pues su discurso no se dirige a ninguna instituci6n publica, sino a aquellos que le siguen y cuyos derechos personales se ven lesionados por otros. Los cuatro ejemplos con los que Jesus concreta su exigencia proceden del ambito de lo cotidiano, personal, y dejan claro que se trata de las relaciones interpersonales: no devol-
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ver mal con mal, sino superar el mal con el bien (asf tambien en Rom 12,21). Aunque en nuestro pasaje se trata en primer lugar de relaciones personales, no por ello se excluye que esa actitud no pueda ser traspuesta a un ambito mayor y que, a su vez, pueda influir en las decisiones polfticas. Los cuatro ejemplos mencionados por Jesus reflejan la situaci6n de Palestina en aquel tiempo. La primera actitud referida de no resistirse a los golpes puede estar inspirada por el motivo del Siervo Sufriente (Is 50,6; Mt 26,67). EI segundo ejemplo acerca de dar a quien pleitea incluso el manto resulta parad6jico frente al trasfondo de Ex 22,25-26, pues el manto embargado debfa ser devuelto antes de la puesta del sol, porque servfa de cobertor para la noche. Pero con este ejemplo los lectores comprenden quese trata mas bien de no persistir en el derecho propio.
EI tercer ejemplo se refiere a un requerimiento injusto o a una prestaci6n exigida por parte de la potencia de ocupaci6n romana. La solicitud de Jesus parece contraponerse total y completamente a la actitud de resistencia de los zelotas, convocando a salir al encuentro y a un mayor ofrecimiento libre. Pero seguramente el aquf no esta interesado ni en un abandono en manos de los invasores ni en una claudicaci6n ante el propio destino, sino quizas sencillamente en lo siguiente: impedir, por medio del propio servicio mayor, que otras personas tengan que padecer la misma violencia. EI ultimo ejemplo reflexiona acerca del prestar y del deber de conceder apoyo financiero: totalmente en el sentido de Dt 15,7-11, Jesus exige abrir la mano al necesitado, sin pensar inmediatamente en los intereses o en la pronta devoluci6n de lo prestado. Los cuatro ejemplos dejan claro que, conforme a la exigencia de la justicia sobreabundante, en el caso de padecer una injusticia no se puede persistir en la reclamaci6n de la compensaci6n, pues esta -en ultima instancia- s6lo serfa alcanzable a traves de una acci6n igual (ojo por ojo) y, por lo tanto, estarfa tambien permitiendo, a su vez, una injusticia. Pero, precisamente, el mal no puede "compensarse", sino que s6lo puede detenerse y superarse por medio de una actitud y una acci6n positivas.
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5,43-47: Sexta ensefianza sobre el amor al pr6jimo La Sexta y ultima indicacion de Jesus constituye el culmen de este apartado. Partiendo de una cita de Lv 19,18b y de un afiadido (mateano) a la misma, Jesus menciona de nuevo su exigencia conforme a la justicia sobreabundante: amen a sus enemigos, a la que -para mayor esclarecimiento- afiade la motivacion subyacente (para que sean hijos e hijas del Padre celestial) y
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que fundamenta el comportamiento exigido por Jesus. La conducta y la acci6n de Dios es el modelo y la linea directriz de los creyentes, pero Dios es como un padre que hace salir el sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos (5,45), como tambien lo expresa el Sal 145,9: Buena es el Sefiar can tadas, tierna can tadas sus criaturas. No se trata, pues, de puro humanismo, en el cual la meta mas elevada es la perfecci6n del ser humano, sino de la imitaci6n de Dios ("imitatia Dei"). La exigencia de imitar a Dios se encuentra tambien en otros escritos neotestamentarios (por ejemplo, Ef 5,1-2; 1 Jn 4,7-12; 1 Pe 1,15-17) y es la actitud fundamental requerida y procurada en la etica cristiana. Para Mateo -como tambien para Pablo y Juan-, somos ya hijos de Dios (Mt 6,9; Jn 1,12; Rom 8,14; Gal 3,26; Ef 1,5), pero nuestra filiaci6n no nos exonera del deber de actuar correspondientemente, sino que permanece como un requerimiento en vistas del Reino de Dios, que aun no ha alcanzado su plenitud. A traves de nuestra conducta, debemos mostrarnos siempre como hijas de Dias (cf. Mt 5,9). Los dos ejemplos que siguen, el de los publicanos y el de los paganos, estan exigiendo consecuentemente un "mas" en el amor al pr6jimo, de forma analoga a la exigencia de la justicia sobreabundante (en 5,20): el amor no debe permanecer dentro de los limites de la propia comunidad, sino superar las fronteras, para volverse incondicional e ilimitado, como el amor de Dios.
5, 48: Canclusi6n La frase sean, pues, perfectas, cama es perfecta su Padre celestial retorna, sintetizando y precisando, al motivo fundamental de todas las exigencias previas presentadas por Jesus. El ideal de la perfecci6n sc encuentra tanto en el Antigua Testamento como en Qumran (1 OS 8,21; 9,2.5-6.8-9) y en Mateo, en 19,21. El adjetivo perfecta se refiere tanto a la integridad corporal (Lv 11-15), a la justicia y sinceridad en el vivir (Gn 17,1; Dt 18,13), como al irreprochable seguimiento de las prescripciones divinas (Sal 119,1). Modelo de esta perfecci6n es Dios mismo: Sean santas, parque ya, el Sefiar, su Dias, say santa (Lv 19,2). En su actuar, pensar y comportarse, los creyentes
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justos (5,45)- se convierten en criterio y medida de su conducta. En el amor a los enemigos y en el orar por los perseguidores, el amor de los creyentes se vuelve como el amor de Dios: incondicional e ilimitado. Al practicar la justicia sobreabundante (5,20) e imitar en su comportamiento a Dios, los creyentes cumplen la voluntad salvifica de Dios.
Nexos pragmaticos del texto En el versiculo conclusivo sean, pues, perfectos, como es perfecto su Padre celestial (5,48) resulta inconfundiblemente claro que Jesus no ha venido a abolir la Tora y los Profetas, sino a cumplirlos en su exigencia de perfecta imitacion de la santidad, misericordia y amor de Dios (5,17). Con sus requerimientos, Jesus esta por completo en la linea de la Tora y los Profetas, pues el, al igual que ellos, remite expresamente a la viva voluntad salvadora de Dios, que quiere la salvacion de todos. Las prescripciones de Jesus estan estrechamente unidas a la voluntad salvifica de Dios, que se encuentra ya en la Tora y fue anunciada por los Profetas, asf como tambien a la vida de los creyentes. Por eso, sus exigencias implican el vinculo del creyente con las demas personas, en el que debe reflejarse siempre el vinculo con Dios: en mi trato con el y con el projimo se manifiesta quien es Dios para mi, y si el es para mi Aquel que quiere la salvacion de todos, entonces estoy obligado a actuar consecuentemente con el projimo. Corno acciones verbales (actos lingüisticos), las interpretaciones de Jesus, que parecen exageradas o radicales, dejan claro que lo exigido en la Tora no es en realidad la meta, sino solo el minimo necesario. EI hecho de que reconozcamos que la voluntad de Dios es "mas" que lo exigido en las prescripciones presupone ya la Tora con sus formulaciones sencillas: no matar, robar, mentir, cometer adulterio ... ; todo ello remite a otra realidad en la que, sencillamente, ya no habra nada malo. Sin embargo, el bien no se da solo por el hecho de que no se hace el mal; al fin y al cabo, no todo el que no mata es por ello una buena persona. EI bien es un cumplimiento "sobreabundante" de lo minimo, pero no se da por sf solo: el bien y la voluntad de Dios
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son nada nuevo, sino solo invitan, a traves de una marcada contraposicion, a un cambio de perspectiva: a no conformarse con lo mfnimo -lo que no se debe hacer / lo que no debe ser-, sino a fijarse en lo que hay que hacer para cumplir realmente la voluntad de Dios. La primera indicacion de Jesus (5,21-26) subraya lo siguiente: quien esta enojado con su projimo y/o lo desprecia, no contamina con ello solo su relacion con los demas, sino tambien su relacion con Dios, porque actua contra el, que desea la paz para todos. En el Reino de Dios, que ya ha irrumpido, todos deben vivir en paz con todos: de ahf que la reconciliacion sea una tarea urgente. Quien procura la reconciliacion cumple la voluntad salvffica de Dios y contribuye a que continue realizandose su Reino. Las dos prescripciones siguientes (5,27-30.31-32) conciernen a los vfnculos interpersonales entre varon y mujer en el matrimonio o en las relaciones fracasadas: Jesus exhorta a tratar responsablemente los propios sentimientos y deseos sexuales y a no pensar de modo egofsta solo en uno mismo, sino tambien en los sentimientos de la compafiera y en los del varon; en sfntesis, a pensar en todos los implicados. No obstante, siempre existe la posibilidad del fracaso de las relaciones. Un vfnculo orientado a permanecer solo puede ser exitoso si ambos miembros de la pareja no solo viven el momento presente, sino tambien configuran su relacion responsablemente con la perspectiva de un futuro en comun. Esto presupone confianza mutua y la disposicion para el perdon, pues cuando se niega este o cuando se calcula con la disponibilidad para perdonar, aprovechandola como una suerte de "pase libre", entonces se pone en peligro la relacion. La exigencia del discurso veraz (5,33-37) vale fundamentalmente para todo creyente. Si la palabra concuerda con la accion, entonces es veraz y autentica, y posibilita y genera confianza; todos estos son presupuestos para una convivencia lograda. Las siguientes prescripciones (5,38-42.43-47) se basan en ejemplos concretos e ilustran con ellos como puede llevarse a cabo una buena convivencia de todos los seres humanos en el sentido de la voluntad salvffica de Dios. Dado que el mal no puede "compensarse" con la venganza o con una conducta
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igual, solo es posible detenerlo haciendo el bien, para finalmente poder asf superarlo. Los ejemplos que ofrece Jesus muestran posibilidades de "detener" el mal; por ejemplo, no oponiendole resistencia, pues esta solo lo provocarfa nuevamente; las agresiones y las ofensas no
Jesus enseiia la espiritualidad de los profetas: 6,1-18
El principio fundamental Cufdense de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por el los; de lo contrario, no tendran recompensa de su Padre, que esta en los cielos.
Sobre las limosnas Cuando des limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hip6critas en las sinagogas y por las calles, para ser honrados por los hombres. Amen, yo les digo que ya han recibido su paga.
Tu, en cambio, cuando des limosna, que no sepa tu (mano) izquierda lo que hace tu derecha, asf tu !imosna quedara en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensara.
Sobre la oraci6n Y cuando oren, no sean como los hip6critas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos por los hombres. Amen, yo les digo que ya han recibido su paga. TU, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto y, despues de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que esta en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensara.
El padrenuestro Pero al orar no hablen mucho, como los gentiles, que se creen que por su palabrerfa van a ser escuchados. No sean como ellos, porque su Padre sabe lo que necesitan antes de pedfrselo. Asf deben orar ustedes:
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Padre nuestro, que estas en los cielos, nombre; santificado sea tu venga tu Reino; hagase tu voluntad asi en la tierra como en el cielo. nuestro pan de cada dia Danos hoy y perd6nanos nuestras deudas, asi como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores; en la tentaci6n, y no nos dejes caer mas libranos del mal. Que si ustedes les pero si no tampoco su Padre
perdonan perdonara perdonan perdonara
a los hombres sus ofensas, tambien a ustedes su Padre celestial; a los hombres, sus ofensas.
Sobre el ayuno 16
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Y cuando ayunen, no pongan cara triste, como los hip6critas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan. Amen, yo les digo que ya reciben su paga. TU, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno sea visto no por los hombres, sino por tu Padre, que esta en lo secreto; y tu Padre, que ve en !o secreto, te recompensara.
Tejido estructural del texto Este apartado constituye el segundo bloque dentro de la parte que versa sobre la Tara y los Profetas (5,17-7,12) y, tanto estructuralmente como en cuanto al contenido, conforma el centro del serm6n de la monta:fia. Ahora se trata, pues, de una cuesti6n importante para los profetas: vivir la justicia tal como 6,1 lo presenta de manera introductoria. A continuaci6n, las ense:fianzas se explican en detalle con ejemplos acerca de dar limosna (6,2-4), la oraci6n (6,5-15) y el ayuno (6,16-18). En el centro de nuestro apartado -y por ello de todo el serm6n de la monta:fia- esta el padrenuestro (6,9-13). El urgente cuidense al comienzo (6,1) tiene la funci6n de advertir a los lectores ante una determinada forma de practicar la justicia. Los tres ejemplos posteriores que concretan esto estan construidos en paralelismo: la primera secuencia describe siempre el comportamiento hip6crita al dar limos-
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na, al orar y ayunar; la segunda contrapone a estos ejemplos negativos la conducta necesaria quese requiere de los discfpulos. Esta marcada contraposici6n facilita a los lectores el asumir en su propia vida de fe el comportamiento positivo.
Configuraci6n semantica del texto 6, 1: EI principio fundamental Tras las explicaciones para el cumplimiento de la voluntad de Dios (5,17-48), Mateo vuelve a establecerun comienzo a traves de una urgente advertencia, para describir luego, con tres ejemplos concretos, el ejercicio de la justicia conforme a la voluntad de Dios. El tema de la justicia no es nuevo, pues fue tratado ya antes en el evangelio (3,15) y tambien se explic6 en la primera parte del serm6n de la monta:fia (5,6.10.20). Aqui se trata ahora de la justicia en cuanto actitud interior y motivaci6n fundamental de la conducta humana: la justicia como fundamento y camino de la vida de comuni6n con Dios. De ninguna manera Mateo esta cuestionando la practica de la justicia, tanto mas que la presupone. No obstante, el mismo ejercicio de la justicia sobreabundante se encuentra siempre amenazado por el peligro latente de convertirse en algo puramente superficial, en el verdadero sentido del concepto "aparentemente santo" (= hip6crita: 6,2.5.16). De aqui que el evangelista advierta a menudo sobre ese aparentar santidad (por ejemplo, 23,13-33) que nada tiene que ver con la justicia llevada a cabo conforme a la voluntad salvifica de Dios, sino s6lo con algo hecho de manera egoista, en raz6n del propio prestigio ante los demas. A esta religiosidad hip6crita, exterior, Mateo le contrapone la fe vivida en lo secreto; pero no esta pensando en una espiritualidad puramente interior ni en un cristianismo an6nimo, sino en una vida de fe que mana desde la profunda relaci6n personal con el Padre. La conducta (dar limosna, orar, ayunar, hacer buenas obras ... ) cobra, pues, su sentido a traves de ese vinculo vivo con Dios en la vida de fe; asimismo, es claro por que en este apartado se emplea diez veces el termino Padre: la relaci6n con el es, pues, el fundamento de la justicia quese vive. Sobre este horizonte hay que entender, a su vez, la retribuci6n de la que
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Mateo habla tan a menudo aquf: no se trata del "sueldo de un trabajador" o de una "recompensa", sino de la reacci6n del Padre como "respuesta" a la justicia asf cumplida. 6,2-4: Sobre las limosnas Dar limosna es la primera de las formas de actuar de las que se vale Mateo como ejemplo de una relaci6n autentica con Dios. El termino griego EAET]µoouvri tiene la misma rafz que la palabra misericordia y significa no s6lo dar dinero, sino, mas en general, hacer algo por una persona necesitada, ejercer la misericordia. Se trata, pues, de una practica muy difundida y altamente apreciada en el judafsmo (por ejemplo, Tob 12,8-9; Pr 14,21.331; Eclo 17,22; 29,8), que caracterizaba a la persona creyente que cumplfa la Tora (Job 29,12). Practicar la misericordia con el pobre es algo que siempre exige la Tora: No habra ningun pobre entre los tuyos ... Si hay junto a ti algun pobre... no endureceras tu coraz6n ni cerraras tu mano a tu hermano pobre, sino le abriras tu mano y le prestaras lo que necesita para remediar lo que le falta (Dt 15,4.7-8). El requerido actuar misericordioso se fundamenta en la compasi6n y misericordia de Dios, que escucha el clamor de los que padecen y de los oprimidos (por ejemplo, Ex 22,21-26). Y ante el comportamiento misericordioso con los necesitados, Dios reacciona concediendo su bendici6n (por ejemplo, Dt 15,10.18; 23,21; 24,19; Eclo 35,10-13). Tampoco Mateo condena la praxis de la misericordia, porque la metafora de la izquierda que no sabe lo que hace la derecha destaca precisamente -de modo muy particular- la magnanimidad deseada. Pero con la imagen del trompetear advierte enfäticamente frente a un comportamiento que no busca una relaci6n autentica con Dios, sino que piensa en primer lugar en el reconocimiento publico de los demas. A ello se le contrapone aquf, y en los siguientes ejemplos, el obrar en secreto, con lo que Mateo describe el ambito interior del hombre, al que s6lo tiene acceso Dios (cf. Sal 139,1-3.23-24) y en el que se enrafza el profundo vfnculo personal con el. La practica de la misericordia, la oraci6n y el ayuno pueden y deben intensificar esa relaci6n con Dios y hacerla crecer. El vfnculo personal con Dios es tanto el punto de partida como tambien la meta del comportamiento misericordioso, del orar
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y del ayunar. Precisamente por eso no es necesario que estas acciones tengan lugar en publico, ante la mirada de los demas. 6,5-6: Sobre la oraci6n Mientras el pasaje anterior estaba en segunda persona del singular, aqui, al tratar el tema de la oraci6n, nos encontramos en el texto griego con el cambio a segunda persona del plural (en la traducci6n, tercera persona del plural): la oraci6n no es s6lo un asunto personal, sino tambien comunitario, pues Mateo menciona expresamente la oraci6n en la sinagoga. Pero no esta en contra del culto divino, sino que condena solamente la oraci6n exterior, hecha para ser visto, aparentando santidad, ya sea durante el servicio divino o en el circulo familiar. La oraci6n contribuye a profundizar la relaci6n personal con Dios y, no obstante todos los vinculos con los demas, delante de Dias es cuando cada uno esta realmente s6lo; por eso, cualquier autopresentaci6n es innecesaria, pues Dios, como Padre, ya sabe lo que necesitan sus hijos (6,8.32). El estar "solos" ante Dios no nos aisla de los demas, sino que, al contrario, nos recuerda el deber que tenemos con ellos, tal como lo expresa la petici6n de perd6n en el padrenuestro. 6,7-15: EI padrenuestro El padrenuestro (6, 9-13) esta situado entre una advertencia de no imitar la manera de orar de los paganos, repleta de palabrerias (6,7-8), y una exhortaci6n al perd6n mutuo (6,14-15). Esta construcci6n destaca el significado de esta plegaria y subraya, a su vez, sus contenidos medulares, a saber: el vfnculo con Dios como Padre y el perd6n mutuo.
6, 7-9a: La introducci6n Contrastando polemicamente con la impetuosa palabreria de los paganos, Mateo presenta las formulaciones extremadamente escuetas del padrenuestro: Dios no necesita ser persuadido con palabras, pues, como Padre, ya sabe de antemano lo que necesitan sus hijos (6,7-8.32). Al orar, lo que cuenta es solo el vfnculo autentico con Dios, que en primer
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lugar tiene que ver con su Reino, y luego, como consecuencia, eI regala todo lo demas como afiadidura (6,33). Por eso, la oraci6n que surge de la relaci6n con Dios profundiza eintensifica la comuni6n con el. EI padrenuestro esta en el centro de todo el serm6n de la montafia porque vincula la prioridad del Reino de Dios con la tarea de practicar la justicia que el quiere. Aunque esta oraci6n lleg6 a ser mas tarde la plegaria cristiana por antonomasia, sustituyendo el Shema' Israel (Escucha, Israel), quese repetia varias veces al dia, asf como tambien la plegaria de las dieciocho peticiones de los creyentes en Cristo, sin embargo tiene su origen y sus rafces en la espiritualidad judia. Asf, tambien el kadish comienza con la alabanza del nombre de Dios y contiene la petici6n de su Reino: Glarificada y santificada sea el gran nambre de Dias en el munda, que el cre6 segun su designia. Que se establezca el Reina de Dias en sus vidas y en su tiempa y en la vida de tada Israel, pranta y enseguida ... Corno oraci6n de Jesus, el padrenuestro lleg6 a ser luego la oraci6n de sus discipulos y lade la joven Iglesia (Did 8,2-3), que con ella presentaba ante Dios su situaci6n, al igual que expresaba su esperanza escatol6gica. EI evangelio de Lucas conoce igualmente el padrenuestro (Lc 11,1-4), si bien lo presenta en otro contexto y en una versi6n mas breve, aunque sf contiene el trato de Padre, eI deseo de la santificaci6n de su nombre y de la venida de su Reino, y la petici6n del pan y del perd6n. La estructura de siete peticiones ha sido considerada en la tradici6n, hasta hoy, como compuesta por tres peticiones centradas en Dios y cuatro centradas en el hombre. Otra visi6n estima que la petici6n del pan esta en el centro, como una suerte de vfnculo entre ambas partes: con las tres primeras peticiones se estaria solicitando algo positivo, en tanto que con las tres finales se haria lo propio respecto a la liberaci6n de cosas negativas; ademas, la petici6n del pan tendria en comun con las tres ultimas peticiones el estar formulada en primera persona del plural. Por otro lado, las tres primeras peticiones son identicas tanto formalmente como en cuanto a sus contenidos, por cuanto solicitan la manifestaci6n de Dios en su santidad, su sefiorfo y su voluntad salvadora, lo que nuevamente habla a favor de la estructura tradicional.
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El tratamiento de Padre permite advertir rapidamente al interlocutor: Padre es la forma con la que Jesus se dirige a Dias. Con ello los lectores comprenden tambien que aqui no se trata del Dias de los fil6sofos, sino del de Abrahan, Isaac y Jacob, el que hizo a Israel su hijo (Dt 32,6) y escogi6 a su pueblo (Cant 14,1-2), al que acompafi6 con amor paterno a lo largo de la historia (Jr 31,9). Para Oseas, la historia de Dias con Israel es la de un padre con su hijo: Cuando Israel era nifw, lo ame y de Egipto llame a mi hijo (Os 11,1). El padrenuestro es la oraci6n de los hijos de Dias. El vinculo reciproco se expresa, como pertenencia mutua, a traves del posesivo nuestro: porque tu eres un pueblo consagrado al Seiior, tu Dias; a ti te ha elegido para que sean el pueblo de su propiedad. No porque seas el mas numeroso de todos los pueblos se ha prendado el Sefior de ustedes ... , sino por el amor que les tiene ... (Dt 7,6-8). Con el termino nuestro, el orante confiesa ese vinculo con Dias, el Santo de Israel, el Padre de todos los seres humanos, a quienes el considera sus hijos. La designaci6n de Dias como Padre en el Cielo expresa su excelsitud e indisponibilidad. Pero pese a un vinculo tan estrecho y a su cercania, Dias no se deja aferrar por los humanos, sino que permanece siernpre corno rnisterio, "el Otro"; por eso es por lo que podemos decirle nuestro Padre en el Cielo.
6, 9b-10: Las primeras tres peticiones La solicitud de la santificaci6n del nombre divino es mas una bendici6n que una petici6n, pues que Dias, y solo el, es santo (Lv 19,2; Is 6,3; 40,25; Am 4,2; Ap 4,8) constituye una declaraci6n biblica fundamental. Pero esta santidad de Dias no es simplemente una propiedad, sino que se refiere a su ser y obrar. En cl cvangclio de Juan, Jesus sc dirigc igualmente a Dias como Padre santo (Jn 17,11), y tambien la liturgia cristiana primitiva asumi6 esa denominaci6n (Did 10,2). De modo que santificado sea tu nombre es, en primer lugar, una apelaci6n a la santidad del Santo: que el quiera manifestar en el mundo su santidad. Pero es asimismo una autodeclaraci6n de los orantes el que ellos, por su parte -como respuesta a la santidad de Dias- santifican el nombre divino. Esta santificaci6n del nombre de Dias tiene lugar a traves del cumplimiento de su voluntad, que se expresa en las prescripciones de la
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Tara y en los Profetas. Y el cumplimiento de la voluntad de Dios da testimonio, a su vez, de el como Padre (5,48). La santificaci6n del nombre de Dios y el vinculo con Dios como Padre son realidades que van inseparablemente juntas, como las dos caras de la misma moneda, y se vuelven manifiestas en el cumplimiento de la voluntad divina. El anuncio de Jesus y su acci6n estan totalmente al servicio del Reina de Dias, que ya llega (4, 17). Aqui, en el padrenuestro, este Reino -en cuanto realizaci6n completa de la voluntad salvifica de Dios en la historia- se convierte en la tarea importante de los discipulos de Jesus y, en ultima instancia, de la Iglesia. Corno la petici6n por la santificaci6n del nombre de Dios, tambien esta incluye ambos aspectos, el del obrar divino y el del humano: es el Reino de Dios el que debe realizarse llevando a cabo su voluntad salvifica, y los orantes anhelan ese Reino para si; es decir, con ello estan prometiendo asumir el sefiorio de Dios y vivir conforme a su voluntad salvadora. Solo el evangelio de Mateo contiene la petici6n de la realizaci6n de la voluntad de Dios. La voluntad divina como realizaci6n del plan salvifico de Dios es un asunto central para Mateo. La tercera petici6n expresa, ahora directamente, lo que ya contenian las anteriores: que Dias quiera realizar su valuntad salvadara, y que los orantes aprueban esa amplia voluntad de salvaci6n, lo que subraya de modo especial el en la tierra. Esta adhesi6n de los hombres puede, a su vez, darse de dos maneras distintas, ambas realizadas por Jesus: con su vida y con su obra, el cumple la voluntad de Dios (5,17), y en Getsemani se somete a la voluntad de Dios con las mismas palabras hagase tu valuntad (26,42). Asi resulta claro que la voluntad salvifica de Dios es, por un lado, algo establecido -Lal como son las prescripciones que
6, 11-13.14-15: Las cuatra ultimas peticianes y el camplementa
La petici6n del pan necesario sorprende, pues Jesus acaba precisamente de enfatizar que nuestro Padre ya sabe lo que necesitamos incluso antes de que se lo pidamos (6,8.32)
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y, enseguida, a continuaci6n, vuelve a advertir sobre la preocupaci6n excesiva por las necesidades materiales y cotidianas (6,25.34). Ya en el relato de las tentaciones de Jesus en el desierto, Mateo dej6 claro que el hombre no vive solo de pan (4,4). De modo que la petici6n del pan debe explicarse a partir de su contexto mas cercano, y en el llama la atenci6n que esta inmediatamente despues de la petici6n del Reino de Dios: los discipulos deben preocuparse, en primer lugar, por el Reino de Dios y, luego, todo lo demas se les dara por afiadidura (6,33). Ademas, se pide el pan como un don y se le designa nuestro pan: no es, pues, el pan de la preocupaci6n (6,25), ni tampoco el que el hombre logra con el sudor de su frente (Gn 3,19), sino el pan de Dios, regalo de sus manos. Por ultimo, se pide el pan necesario o cotidiano: se trata, pues, menos del pan eucaristico o del pan del banquete escatol6gico -como solian interpretarlo los Padres- que del pan cotidiano-necesario para hoy, porque Jesus advierte expresamente sobre el preocuparse hoy por el mafiana (6,34). Tambien en el desierto, Israel recibia cada dia de Dios el mana del que tenia necesidad, que no debia almacenar (Ex 16,15-20). Mateo destaca aqui el pan como don cotidiano de Dios, que siempre nos provee, de modo que no tengamos que preocuparnos del futuro y podamos fiarnos con total y completa confianza en las manos del Padre, que conoce nuestras necesidades incluso antes de que se las digamos. El perd6n de las deudas es una exigencia fundamental de cada a:fio jubilar (Lv 25); aunque esto no fuera llevado a cabo a menudo, con todo conservaba y recordaba el ideal de tener que corresponder a la misericordia y bondad de Dios, que siempre perdona las transgresiones del pueblo. Tambien la literatura sapiencial y la Tosefta conocen la conexi6n entre el perd6n humano y el divino: perdona la ofensa a tu pr6jimo y, cuando reces, tus pecados te serdn perdonados (Eclo 28,2); quien es misericordioso encontrard misericordia (Pr 17,5 LXX); en tanto que tu tengas compasi6n, tambien el Misericordioso tendrd compasi6n contigo (Baba Qamma 9.30). Pero Mateo afiade a la petici6n del perd6n un complemento: asi como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores, con lo que parece hacer depender el perd6n de Dios de nuestro perd6n anterior a los hermanos y hermanas, como al parecer tambien precisan los versiculos siguientes
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(6,14-15), aunque una mirada mas atenta revela que esto no es asf. El doble tratamiento del tema (6,12b.14-15) deja claro el particular interes de Mateo por la concesion de la misericordia y del perdon; con todo, quedan algunos interrogantes: c::el perdon de Dios no es un don independiente de toda accion humana?; c::el perdon humano no es absolutamente posible sobre la base del perdon divino previo, tal como es de esperar en la parabola del sefior y los dos deudores (18 ,33)? Pero, precisamente, la relacion con dicha parabola es lo que deja claro que no se esta pensando en una "sucesion" simetrica: el perdon humano no debe ser ni la condicion ni la mera consecuencia del perdon de Dios, pues un calcular interesado, "como tu conmigo, asf yo contigo", no es misericordia ni autentico perdon. Lo que le interesa a Mateo es la "simultaneidad" (que, naturalmente, tanto aquf en 6,14-15 como en la parabola de 18,23-25 solo puede describir como sucesion): solo cuando la recepcion del perdon y la concesion del mismo se dan "simultaneamente", en el sentido de "siempre /permanentemente" -y por ello incondicionalmente-, solo entonces se vive la misericordia y el perdon de verdad y autenticamente. Por ultimo, solo con el perdon incondicional es posible un crecimiento del vfnculo entre las personas y de la relacion con Dios. Tambien las dos peticiones siguientes conforman una unidad. El tema de la prueba y la tentacion aparece a menudo en la Biblia, y el prototipo es Abrahan, que fue hallado fiel en la prueba (Eclo 44,20). La peticion se refiere a situaciones cotidianas en las que los creyentes se ven tentados de perder su fe (13,19). La formulacion no nos lleves a la tentaci6n -en analogfa a la prueba de Abrahan (Gn 22,1)- deja suponer a Dios como el que quiere poner a prueba la fe de la persana. Can tada, en ninguna otra parte del Nueva Testamenta se afirma que Dias ponga a prueba a nadie (Sant 1,13), y es por esta par la que las lecturas bfblicas na permiten hablar de Dias cama causante directa de una prueba a tentacion. Tanta el relata de Abrahan cama el de Jesus en Getsemanf muestran que tada -tambien la "prueba"- esta baja el influjo de Dias y que, precisamente par esa, el hambre recibe de Dias la fuerza para superarla. Consecuentemente, en Lc 22,43 aparece un angel del ciela que recanforta a Jesus: Dias na es quien
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inicia u observa un experimento con el ser humano, sino que el acompafia en y a traves de las situaciones que al hombre le parecen pruebas o tentaciones. En este contexto resultan comprensibles ambas peticiones del padrenuestro: ellas parten de la situaci6n real de los creyentes quese ven confrontados en su vida cotidiana con el mal (crisis, angustia, dudas, desesperanza ... ); es por eso por lo que se pide que Dios nos asista en las crisis de fe y que no nos entregue a esas fuerzas del mal. La exhortaci6n de Jesus en Getsemanl'.: velen y oren, para que no caigan en tentaci6n, muestra tambien de forma muy clara que Dios precisamente nos asiste en las situaciones de prueba y nos preserva, especialmente en la oraci6n, de la resignaci6n o de la capitulaci6n frente al mal. 6,16-18: Sobre el ayuno Conforme a la triada de la vida de fe judia, ademas del ejercicio de la misericordia (dar limosna) y de la oraci6n, Jesus recomienda a sus discipulos el ayuno, para vivir la justicia sobreabundante del Reino de Dios que ya ha irrumpido. La fe judia conoce dias establecidos de ayuno, como por ejemplo el Yom Kippur (Lv 23,26-32), el ayuno en memoria de catastrofes nacionales o en momentos criticos especiales (por ejemplo, en un periodo de sequia), y tambien el ayuno como ejercicio contemplativo. El hecho de que Mateo describa el largo ayuno de Jesus en el desierto (4,2) deja claro que de ninguna manera esta cuestionando aqul'. la practica ascetica de ayunar. Antes bien, lo que le interesa es su motivaci6n de base: (Se trata solo de ayunar "exteriormente", dando apariencia de santidad, para realzar la propia piedad, o de profundizar realmente en el vl'.nculo con Dios? Corno en el caso de dar limosna y de orar, los que aparentan santidad constiluyen el modelo negativo, porque desfiguran sus rostros para mostrar exteriormente su virtud. Con el giro a la segunda persona del singular, Mateo retorna a la conducta del individuo: el ayuno como profundizaci6n del vl'.nculo con Dios es, en primer lugar, una realidad positiva y, en segundo, un asunto hondamente personal. Por eso, su sitio no es lo publico, sino lo oculto, donde Dios puede verlo y apreciarlo. Corno en el caso del ejercicio de la misericordia y del orar, la retribuci6n que Jesus promete a los creyentes es la respuesta de Dios a la justicia asl'. cumplida de modo sobreabundante.
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Nexos pragmaticos del texto Este segundo bloque en el centro del serm6n de la montafia muestra la dimensi6n profätica de la ensefianza y de la presentaci6n de Jesus: como los profetas en el Antigua Testamento, tambien Jesus se vuelve contra las deformaciones religiosas y ensefia el comportamiento adecuado, correcto, ante a Dias, el que corresponde a su voluntad salvifica escatol6gica. Con ello rechaza decididamente las apariencias religiosas externas e insiste mucho mas en la sinceridad de la vida de fe ante Dias. Las formulaciones genericas dejan claro que a Mateo no le interesa aqui contraponer a los fariseos con los discipulos de Jesus, ni que se esta tratando de judios y cristianos, pues personas hip6critas se encuentran en cualquier religi6n. Ahora, en la segunda parte del serm6n de la montafia, Jesus se esta dirigiendo de modo especial a los creyentes y piadosos: a todos los que se esfuerzan por hacer el bien y practicar la justicia. Tambien su hacer el bien puede estar motivado por un centrarse en lo personal, por el provecho propio y, por ello, por el ser santo en apariencia. Pero, por el contrario, lo importante para Jesus es una relaci6n autentica con Dias, que es la que los creyentes deben vivir y profundizar tanto en lo privado como en su comunidad de fe. El padrenuestro aclara quien es Dios y quien es el hombre en su relaci6n con el. Ante el Padre, que ve en lo secreto, la persona creyente se experimenta a si misma como hijo o hija de Dias y como hermano o hermana de los demas creyentes. La oraci6n apela, en primer lugar, a la responsabilidad de Dias como Padre, para que se manifieste como Dios y Padre: asi, en las primeras tres peticiones del padrenuestro se le pide que, en cuanto nuestro Padre, se muestre como Dias, santificando su nombre, haciendo que venga su Reino y llevando a cabo su voluntad; por otra parte, en las cuatro peticiones siguientes, Dios debe mostrarse como nuestro Padre saciandonos, perdonandonos, estando a nuestro lado en las situaciones dificiles y librandonos del mal. Pero la plegaria reclama tambien la responsabilidad del orante: el reconoce su necesidad de alimento, de reconciliaci6n y redenci6n, y se vuelve con ella confiadamente a Dias, su Padre, que ahora no cumple simplemente sus requerimientos, sino que remite al hombre a su vinculo con las demas personas: como hijos de Dios,
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todos tenemos las mismas necesidades, y Dios es Padre de todos; si reconocemos nuestra propia necesidad y carencia, podemos reconciliarnos con nosotros mismos y ser tambien misericordiosos con las demas personas. Corno accion verbal (acto lingüistico), la introduccion icufdense! nos advierte no solo respecto al cumplimiento de la justicia para mostrarnos a nosotros mismos, sino que, a su vez, nos indica que debemos tener claridad acerca de las propias motivaciones para ejercer esa justicia: (por que me esfuerzo por vivir lajusticia?, (por que rezo, en realidad?, (para que ayuno?, (con que fin doy limosna? En la primera parte del sermon de la montafia, Jesus ense:fia a cumplir la justicia de modo sobreabundante (5,20) y ahora dirige la atencion a la motivacion que subyace al actuar: si hago el bien o la justicia -en ultima instancia- para mi mismo 0 para quedar bien, entonces lo bueno adquiere un "matiz negativo", pues se subvierte la perspectiva y esto puede conducir a la envidia, el desprecio, la falta de autenticidad e incluso a la injusticia. Las "grandes sumas" que doy en publico a los pobres apartan la mirada de ellos y la dirigen hacia mi y mi "generosidad". Cuando mi buena accion instrumentaliza la pobreza y a los pobres, ya no es justicia, sino "hipocresfa". Lo mismo vale para el ayuno y la oracion: estas practicas, realizadas en publico, para ser vistos, apartan la mirada de Dios y me colocan a mi y a mi "piedad" en el centro, con lo cual esta conducta contradice la verdadera intencion de orar y de ayunar. Si se instrumentalizan el ayuno y la oracion o, en general, toda realizacion del bien y de la justicia, entonces de lo quese trata es de hipocresia. La conducta con apariencia de santidad solo busca el reconocimiento de los demas, y por eso solo recibira la atencion de los hombres. La justicia y el bien deben orientarse a favor de los demas y realizarse por los demas y para los demas. Es asi como corresponden a la voluntad salvifica de Dios, y por eso seran "recompensados" por el. La triple convocatoria a realizar obras de justicia en lo secreto apunta igualmente a evitar la hipocresia de un comportamiento egocentrico. La indicacion a:fiadida de que tu Padre ve tu actuar en lo secreto y lo recompensa enfatiza esa exigencia. Pero ese complemento es capaz tambien de consolar a quienes actuan en lo oculto y no advierten (aun) el resultado de su accion o, quizas, dudan si no seria mas efi-
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caz una conducta publica. Estas personas corren el peligro de dudar de su acci6n e, incluso con buenas intenciones, de querer obrar ante los ojos de los demas. Y Mateo les dice: vuestro Padre, que os conoce, esta tambien en lo oculto y ve lo que sucede; vuestro actuar en lo secreto es percibido y recompensado, jno os preocupeis! Por eso, la ultima parte del serm6n de la montafia aborda el tema de la preocupaci6n y lo profundiza.
Jesus enseiia la doctrina de la sabiduria: 6,19-7,12
Dios o el dinero 19
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No amontonen tesoros en la tierra, donde las polillas y la herrumbre (los) corroen, y los ladrones perforan y (los) roban. Amontonen mas bien tesoros en el cielo, donde las polillas y la herrumbre no (los) corroen, y los ladrones no perforan ni (los) roban. Porque donde este tu tesoro, alli estara tambien tu coraz6n. La lampara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo es puro, todo tu cuerpo sera luminoso; todo tu cuerpo sera tinieblas. pero si tu ojo es malo, Y si la luz que hay en ti es oscuridad, ique oscuridad habra! Nadie puede servir a dos seFiores; porque aborrecera a uno y amara al otro; y despreciara al otro. o bien se entregara a uno a Dios y al dinero. No pueden servir
jNo se preocupen! 25
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Por eso les digo: No anden preocupados
por su propia vida, que comeran, ni por su propio cuerpo, con quese vestiran. lla vida no vale mas que el alimento, y el cuerpo mas que el vestido? Miren las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros, y su Padre celestial las alimenta. lNo valen ustedes mas que ellas? Por lo demas, lquien de ustedes puede, por mas que se preocupe, aFiadir una sola hora a la medida de su vida? Y del vestido, lpor quese preocupan? Aprendan de los lirios del campo: c6mo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo les digo: ni Salom6n, en toda su gloria, se visti6 como uno de ellos. Pues si Dios viste asi la hierba del campo, que hoy es y maFiana se echa al fuego, lno lo hara mucho mas con ustedes, hombres de poca fe?
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No anden preocupados diciendo: lQue vamos a comer?, o: lQue vamos a beber? o: lCon que vamos a vestirnos? Que por todas esas cosas se afanan los paganos. Ya sabe su Padre celestial que tienen necesidad de todo eso. Busquen primero el Reino de Dias y su [de Dias] justicia, y todas esas cosas se les daran por af\adidura. Asf que no se preocupen
del mafiana, pues el maf\ana se preocupara de sf mismo. Cada dfa tiene bastante con su propia preocupaci6n.
La medida de las relaciones reciprocas 1 •1
No juzguen,
para que no sean juzgados. Porque con el juicio con que juzguen seran juzgados, y con la medida con que midan, seran medidos. lC6mo es que miras la astilla que hay en el ojo de tu hermano y no reparas en la viga que hay en tu ojo? lO c6mo vas a decir a tu hermano: Deja que te saque la astilla del ojo, teniendo la viga en el tuyo? jHip6crita!, quita primero la viga de tu ojo y entonces podras ver para sacar la astilla del ojo de tu hermano.
No den ni echen
lo que es santo a los perros sus perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen con sus patas y, despues, volviendose, los despedacen.
y se les dara, y hallaran; y se les abri ra. Pues todo el que pide el que busca y al que llama y lo hay acaso alguno entre ustedes que si su hijo le pide pan o si le pide un pescado Si, pues, ustedes, siendo malos,
Pidan busquen llamen
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recibe; halla; se le abrira. le da una piedra; le da una culebra? saben dar cosas buenas a sus hijos,
jcuanto mas su Padre, que esta en el cielo, dara cosas buenas a los quese las pidan!
La "regla de oro" 12
Por tanto,
jtodo cuanto quieran que les hagan los hombres, haganlo tambien ustedes a ellos!,
porque esta es la Tara y los Profetas.
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Jesus ensefia la doctrina de la sabiduria: 6,19-7,12
Tejido estructural del texto El tercer bloque del serm6n de la monta:fia contiene una serie de indicaciones relacionadas con el comportamiento en general, aunque tambien ata:fien de forma particular al trato con el pr6jimo. El tema de base sigue siendo el Reino de Dios y la justicia divina (6,33), pero ahora las distintas instrucciones proceden de una perspectiva sapiencial. Ordenados por palabras clave, se pueden distinguir tres grupos de dichos sapienciales. El primero ( 6, 19-24) se compone de tres dichos que Mateo ha reunido en torno a una reflexi6n acerca de lo esencial que determina a la persona en su coraz6n y en su mente, y que conduce su actuar. El segundo grupo (6,25-34) contiene una serie de imperativos, entre los que llaman la atenci6n los tres no anden preocupados (6,25.31.34) con los que se rechaza la preocupaci6n por los bienes materiales. El tercer grupo (7,1-11) se compone nuevamente de tres temas distintos: no juzgar, preservar lo santo y rezar con la esperanza de que se concedera lo solicitado. Mateo reune estas instrucciones en una suerte de normas del propio comportamiento (7,12) que apuntan al cumplimiento de la Tora y los Profetas, cerrando asf con ellas la parte principal del serm6n de la monta:fia (5,18-7,11).
Configuracion semantica del texto 6, 19-24: Dios o el dinero El grupo de los tres primeros dichos trata el tema de la necesaria claridad de intenci6n que determina el comportamiento humano. Por eso, con la imagen del tesoro (6,19-21) Mateo se pregunta, en primer lugar, acerca de los valores anhelados: (Süll materiales o inmateriales? Lo concernido en la imagen del ojo, formulada conforme a la comprensi6n fisicomedica de la antigüedad (6,22-23), segun la cual este 6rgano daba luz al cuerpo y con ello discernfa el "bien" y el "mal", lo expresarfamos hoy con un interrogante sobre la perspectiva de vida o la cosmovisi6n: ( que es lo que determina mis acciones? La ultima imagen de los dos se:fiores (6,24) insiste en el caso de una decisi6n definitiva: (Vivo para Dios o para el dinero?
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6, 19-21: En este pasaje se habla de acumular tesoros, esto es, en sentido figurado, de lo que es valioso e importante. Mientras que Lucas, en un dicho semejante (Lc 12,33-34), asocia el juntar tesoros con la preocupaci6n por los pobres, Mateo contrapone el tesoro terrenal al celestial, pues el primero es el que corroen la polilla y la herrumbre; esto es, se trata de algo perecedero, pues son materiales que come la polilla o metales que destruye el 6xido. Al tesoro celestial le corresponde lo que en la unidad anterior era el vfnculo personal con Dios, el Padre (6,1-18), y aquf es el Reino de Dios y su justicia (6,33); todo lo demas es afiadidura. El dicho sapiencial sobre el tesoro y el coraz6n constata en general lo siguiente: el hombre invierte en lo que su coraz6n estima que es significativo para su propia vida. Pero en relaci6n con los dos imperativos no amontonen tesoros„., tambien se esta exhortando aquf a un analisis crftico de lo que realmente "ocupa nuestro coraz6n". 6,22-23: En el Antigua Oriente, el ojo era el 6rgano mas importante de los sentidos en el ser humano, pues servfa para la percepci6n de los acontecimientos en el mundo: los ojos le permitfan al hombre conectarse con su entorno; conforme con esto, en la conducta del hombre influye lo que sus ojos ven o no (lo que quiere ver o no). El nexo entre "ver y actuar" (o no) resulta, en especial, muy claro en una instrucci6n de la Tara: Si ves extraviada alguna res de ganado mayor o menor de tu hermano, no te desentenderas de ella, sino que se la llevaras a tu hermano [. .. ], lo mismo haras con cualquier objeto perdido por tu hermano que tu encuentres; no puedes desentenderte. Si ves caido en el camino el hurra o el buey de tu hermano, no te desentenderas de ellos: le ayudaras a levantarlos (Dt 22,1-4). Cuidado con abrigar en tu coraz6n estos perversos pensamienlus: "fo pronto llega el aiio septimo, el aiio de la remisi6n ", y con mirar con malos ojos a tu hermano pobre y no darle nada„. (Dt 15,9). Un ojo "puro", una mirada atenta a las necesidades y preocupaciones de los hermanos, lleva a un comportamiento acorde con los preceptos de Dios; un ojo "malo", que solo tiene en cuenta el propio interes, no tiene en consideraci6n a los demas y lleva a un comportamiento que contradice la Tora. Si, incluso de acuerdo con la justicia mayor (S,20), el propio actuar supuestamente bueno y conforme a la Tara no es todavfa "sobreabundantemente" bueno;
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si la luz en ti es, en realidad, tinieblas (6,23), los lectores
6,25-34: jNo se preocupen! Este segundo bloque esta unido al primero a traves de la formulaci6n por eso les digo (6,25) y describe mas detalladamente una vida que no se preocupa del dinero, sino que sirve a Dios y que, por medio de una conducta conforme con las prescripciones de Dios, va acumulando tesoros en el cielo. Dentro de este pasaje llama particularmente la atenci6n la reiterada expresi6n no anden preocupados, que todas las vcccs va unida a una o das preguntas ret6ricas que corroboran la argumentaci6n, conduciendo asf al lector hacia el objetivo del comportamiento deseado. Es por ello por lo que cabe reconocer aquf tres unidades: la primera, mas extensa (6,25-30), prepara, a traves de preguntas y ejemplos, el comportamiento adecuado; la segunda (6,31-33) nombra la meta -el Reino de Dios y su justicia- hacia la que debe orientarse la conducta; finalmente, la tercera (6,34) afiade un fundamento decisivo.
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6,25-30: Con los ejemplos del alimento y del vestido, la primera unidad aborda el tema de la preocupac16n permanente por lo cotidiano. No se trata de quedarse con los brazos cruzados y de no trabajar mas, ni tampoco de llevar "una vida inconsciente"; Mateo se refiere aqui al cuidado exagerado e incesante, que nunca descansa, por eso habla expresamente de la preocupaci6n por los bienes necesarios y no por los superfluos. Tambien las imagenes de las aves y de los lirios del campo se refieren al trabajo cotidiano (sembrar, cosechar, hilar) y describen de forma muy expresiva el cuidado de Dias por todas sus criaturas: dado que Dias cuida de ellas, no
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cupaci6n por los bienes de este mundo se convierte en un problema de fe (cf. poca fe en 6,30), porque deja en segundo lugar a Dios y su Reino.
6,34: En esta ultima y breve unidad se vincula el preocuparse con el cuidado por el maiiana, y con esto Mateo aborda la solicitud fundamental del ser humano por su futuro. A menudo, la inquietud por los bienes mundanos tiene su origen precisamente en la incertidumbre sobre el futuro; sin embargo, en la Biblia y en la literatura rabinica se encuentra con frecuencia la advertencia de preocuparse excesivamente por el futuro y buscar "asegurarse". En el desierto, el pueblo de Israel debia recoger el mana para cada dia y no almacenarlo: todo lo quese recogia de mas, se corrompia (Ex 16,4.16-21). Y el rabino Eleazar ensefia al respecto: "Quien tiene alimento para hoy y se pregunta que comera mafiana es una persona sin fe" (Melkita a Ex 16,4). Un proverbio sapiencial dice: No presumas del maiiana, pues no sabes lo que deparard el dia (Pr 27,1). La advertencia de no preocuparse hoy por el mafiana
7,1-12: La medida de las relaciones reciprocas El tercer bloque, de nuevo compuesto por tres dichos, comienza abruptamente, sin enganche con lo precedente, y el vocabulario distinto indica un nuevo apartado, aunque se prolonga la serie de imperativos. Respecto al contenido, se trata aqui de los vinculos con el pr6jimo y con Dios: la primera unidad (7,1-5) aborda los juicios sobre el pr6jimo; la segunda (7,6) se refiere al trato con los paganos; la tercera (7,7-11.12) trata sobre la relaci6n confiada con Dios. El versiculo 7,12 sintetiza los dichos de este bloque y, como contrapartida al versiculo 5,17, constituye la conclusi6n de toda la secci6n del serm6n de la montafia relacionada con la Tora y los Profetas (5,18-7,11). 7, 1-5: La primera unidad comienza con un destacado imperativo, al que se adjunta una fundamentaci6n. Juzgar no significa aquf el asunto legal de dictar juicios o hacer criticas, sino que se trata del juzgar a los demas sin amor y empeque-
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iieciendolos. Ya anteriormente Mateo habfa presentado la misericordia de Dios como el patr6n a seguir (5,45.48), y por eso advierte aquf con enfasis ante el juzgar exageradamente, con dureza de coraz6n. EI juicio, en efecto, recae sobre uno mismo, pues lo que digo sobre otros expresa, a su vez, algo de mf mismo; de ahf que rija la misma regla tambien delante de Dios. Asimismo, la Tora y la literatura rabfnica enseiian: No odies en tu coraz6n a tu hermano, pero corrige a tu pr6jimo, para que no cargues con un pecado por su causa (Lv 19,17); "no juzgues a tu hermano antes de hallarte tu mismo en su situaci6n" (Abot 2,4); "con la medida con que un hombre mide, el sera medido [por Dios] (Sota I, 7). Mateo no se esta refiriendo aquf a la necesaria correcci6n del otro, pues esto es algo muy importante para el (cf. 18,15-17): la astilla en el ojo de tu pr6jimo es realmente (solo) una astilla; el evangelista se vuelve contra una condena inmisericorde del otro, que no tiene en cuenta las propias faltas y debilidades, a saber, la viga en el propio ojo, pues con una viga en el ojo la visi6n es completamente imposible (7,5). En comparaci6n con Dios, todos somos malos (7,11): no podemos, pues, permitirnos ningun juicio sobre los demas. De aquf que la medida de la necesaria crftica y correcci6n deberfa ser una justicia mayor y la misericordia de Dios (5,20.45.48), asf como una disponibilidad fundamental al perd6n, tal como lo oramos en el padrenuestro (6,12).
7,6: Este giro, en forma de dicho, no parece encajar bien en el presente contexto, pero no falta el motivo por el que Mateo lo ubic6 aquf. En el marco del vfnculo con los demas (7,1-5) y con Dios (7,7-11) puede tratarse ahora, en este punto, de la relaci6n con los paganos, representados con la imagen de animales impuros, de modo que Mateo estarfa advirtiendo acerca de "desperdiciar" el Evangelio misionando a paganos no interesados. En el contexto mas estrecho del serm6n de la montaiia, puede advertirse ademas un vfnculo con la sal insfpida que los hombres pisotean (5,13): los creyentes deben conservar la voluntad salvffica que se les confi6 y vivir conforme a ella, en vez de arrojarla a la basura a traves de un comportamiento contrario (servicio al dinero, preocupaciones exageradas, juzgar a los demas„.). De este modo, el presente se dirige a los creyentes, que, por medio de una vida de fe conforme a las prescripciones de Dios, han de ocuparse de
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que la voluntad salvffica de Dios no sea malentendida por los paganos. 7, 7-11: La ultima unidad esta constituida de forma muy clara: a tres imperativos (7, 7) les siguen las correspondientes aclaraciones (7,8), a las que se afiaden dos breves comparaciones de caracter ret6rico (7,9-10), que concluyen con una fundamentaci6n que hace la funci6n de sintesis (7,11). En cuanto al contenido, se trata aqui de la relaci6n de los creyentes con Dios: pueden vivir plenamente confiados en el, que les dara aquello que le pidan; el pasivo (7,8) remite a Dios como el agente que cumple la petici6n, da lo que se busca y abre al que llama. Pero los creyentes conocen tambien las experiencias contrarias: que el que busca no encuentra, al que pide no se le da y al que llama no se le abre. Por eso, partiendo de situaciones comunes entre los seres humanos (todo padre le da a su hijo lo que este le pide), las comparaciones siguientes afiaden que Dios, nuestro Padre, tanto mas dara lo que es bueno: podemos, pues, confiar en Dios como nuestro Padre providente. La paternidad de Dios es un tema importante en el Antigua Testamento: basandose en la historia de salvaci6n hasta el presente, los creyentes pueden confiar en que Dios no olvida a sus hijos (Is 49,15). El corolario final (7,11) parte del presupuesto de que todos los seres humanos, en comparaci6n con Dios, son malos y, pese a ello, dan cosas buenas a sus hijos, pues, como padres, saben lo que es bueno para ellos. Comparado con los hombres, Dios, por el contrario, es total y completamente bueno y, por tanto, sabra mucho mejor dar lo bueno a quienes se lo pidan. Sobre el horizonte del serm6n de la montafia y, especialmente, del padrenuestro, el bien del que aqui se trata no es s6lo todo lo que los humanos necesitamos, pues esto Dios ya lo conoce y nos lo da (6,8.32); lo que podemos pedirle a Dios es tambien la sabiduria de sus preceptos, para vivir conforme a su voluntad salvffica, pues en ello consisten la Tora y los Profetas (7,12).
7,12: La "regla de oro" La llamada "regla de oro", que concluye la parte central del serm6n de la montafia (5,17-7,12), pertenece a la tradici6n religiosa de la humanidad, representa el ideal del respeto mu-
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tuo en la vida social y es conocida en el judafsmo, en el mundo grecorromano, en el budismo y en el confucionismo. Esta regla no contradice la justicia mayor (5,20), el amor a los enemigos (5,44), ni el asimetrico amor de Dios (5,45), pues, como en el pensamiento de los paganos (5,46-47), parte del comportamiento simetrico quese basa en la reciprocidad y en la igual compensaci6n. Esta regla exige revisar el principio de nuestra conducta y aplicar al otro la misma medida con quese desearfa ser medido (7,2): la medida que deseo para mf seguramente no es dura ni mezquina, sino, todo lo contrario, la del amor misericordioso de Dios (5,45-48). Es por ello por lo que el fundamento y la medida de nuestro comportamiento con el otro
Nexos pragmaticos del texto Este tercer bloque del serm6n de la montafia trata el tema de la ensefianza sapiencial en orden a una conducci6n lograda de la vida conforme a la Tora, y por eso contiene muchos impulsos pragmaticos que se rigen permanentemente por el principio primero el Reino de Dias y su justicia (6,33). Naturalmente, esta decisi6n a favor del Reino de Dios y su justicia conlleva importantes consecuencias, quese manifiestan, por ejemplo, en el manejo de los bienes. Aquf hay que tener presente que las riquezas, para Mateo y para el judafsmo -a diferencia, por ejemplo, de la corriente filos6fica del estoicismo-, no son algo fundamentalmente malo, pues tambien pueden emplearse en el servicio a los demas (asf, en especial, en los dos tipos de obras en Lucas). Sin embargo, en la riqueza late siempre el peligro de sumir al hombre en preocupaciones inlitiles y ofuscar la unica meta importante: el Reino de Dios. Pero a Mateo no le interesa el apartarse de este mundo, sino una vida de cara al Reino de Dios, que ya se ha hecho presente en Jesus. Es sobre este horizonte como se
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der las exhortaciones y exigencias: No amontonen tesoros, no se preocupen, no juzguen... La (mica "preocupaci6n" de los creyentes
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Dios, pero tampoco Dios lo hara sin nosotros. La confianza en Dios, el Padre, produce una "serenidad comprometida" que libera para un comportamiento en favor del Reino de Dios y de su justicia y, a su vez, nos libera de pensar que tenemos que hacer todo solos.
Tres exhortaciones: 7,13-23
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iEntren por la puerta estrecha!, porque es ancha la puerta
y espacioso el camino
que lleva a la perdici6n, los que entran por el la, mas jque estrecha es la puerta y que angosto el camino que lleva a la vida, y son pocos los que la encuentran.
y son muchos
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jGuardense de los falsos profetas, que vienen a ustedes con disfraces de ovejas pero por dentro son lobos rapaces! Por sus frutos los reconoceran. 1Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de las zarzas? Asi, todo arbol bueno da frutos buenos, pero el arbol malo da frutos malos. No puede un arbol bueno dar frutos malos, un arbol malo dar frutos buenos. ni que no da buen fruto Todo arbol es cortado y arrojado al fuego. Asi que por sus frutos los reconoceran. No todo sino
el que diga: "iSefior, Sefior!", entrara en el Reino de los Cielos, el que haga la voluntad de mi Padre, que esta en los cielos. Muchos me diran ese dia: "Sefior, Sefior, 1no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces /es declarare: "iJamas los conoci!, jalejense de
mi los que actuan contra la Tora!".
Tejido estructural del texto Tras la pausa de la "regla de oro" (7,12), que concluy6 el apartado sobre la Tora y los Profetas, siguen tres ensefianzas de tinte mas claramente escatol6gico. En efecto, campos semanticos como el de los terminos perdici6n - vida (7,13-14), la urgente exhortaci6n a la vigilancia (7,15), el tema del dar fruto (7,16-20) y el de la entrada en el Reino celestial (7,21-23)
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aluden a los tiempos escatol6gicos y al juicio final. Tambien este apartado esta compuesto nuevamente por tres pequefias unidades: la primera (7,13-14) trata del camino a la vida; la segunda (7,15-20) del dar fruto; la tercera (7,21-23) aborda el tema de comportarse de acuerdo con la voluntad de Jesus -esto es, del cumplimiento de la Tora- y asf mantiene la continuidad con las partes anteriores del discurso.
Configuracion semantica del texto 7,13-14: Los dos caminos La primera unidad comienza, sin soluci6n de continuidad, con una exhortaci6n aislada, a la que luego sigue una doble explicaci6n. Las metaforas puerta y camino no se refieren al breve momento del ingreso, sino que mas bien acentuan la idea de duraci6n, el hecho de ir por el camino de la perdici6n o por el de la vida. La imagen del camino como motivo de las distintas posibilidades de elecci6n de una persona, que conducen a la vida o a la ruina, esta difundida tanto en el judafsmo (Jr 21,8; Sab 5,6-7) como en el mundo helenfstico. Con ella, los discfpulos de Jesus y los lectores se ven colocados ante una elecci6n: la puerta estrecha y el camino angosto no son, pues, metaforas de una forma ascetica de vida, sino que dejan clara la seriedad de la decisi6n de seguir el camino trazado por Jesus en el serm6n de la montafia. Tambien las metas de los caminos a escoger y la indicaci6n de que s6lo pocos encuentran la senda de la vida hablan -ademas de las consecuencias escatol6gicas- del significado de esa decisi6n definitiva: la perdici6n o la vida.
7, 15-20: Dar frutos La segunda unidad es introducida por una exhortaci6n, a la que sigue una fundamentaci6n que, al final de todo, se repite una vez mas (7,16.20). Con el motivo de los frutos, Mateo construye una advertencia para mantenerse vigilantes y sefiala, con el doble fundamento, que s6lo los frutos permiten distinguir entre verdaderos y falsos profetas. EI versiculo 22 evoca a los profetas; evidentemente, se trata de un grupo de personas que los lectores originarios conocen bien (cf. asi-
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mismo 10,41) y probablemente tambien de un grupo dentro de la comunidad mateana (cf. 23,34); igualmente, tambien la comunidad de Corinto conocfa dones profeticos, a los que atribuia un gran significado (1 Cor 12-14). Cabe imaginar que algunos miembros de la comunidad pretendian para si el don del discurso profetico, pero no eran aceptados por loa otros como tales; en efecto, la distinci6n entre verdaderos y falsos profetas fue siempre un problema. Con la indicaci6n de los frutos como signo distintivo de ellos, Mateo se pone en la linea del profetismo clasico, que veia en la forma de actuar del profeta el signo distintivo de su autenticidad (Jr 23,14-16). Los frutos son tambien en el Antigua Testamento una conocida metafora que muestra la forma como una persona se comporta y conduce su vida; asimismo, Mateo ya emplea esta imagen en la predicaci6n de Juan el Bautista (3,10). La elecci6n de los terminos cortado y arrojado al fuego (7, 19) corrobora el tenor escatol6gico del discurso, aunque aqui lo preponderante es la exhortaci6n a la vigilancia, tal como muestra la detallada instrucci6n acerca de los frutos, que -por medio de la duplicaci6n (7,17-18)- apunta especialmente a quedar bien grabada. Mateo insiste en la conducta conforme a la Tora como criterio distintivo fundamental, y lo reitern igualmente en el pasaje siguiente.
7,21-23: Hacer la voluntad de Dios Tambien la tercera unidad comienza con una constataci6n que mas tarde se explica y enfatiza con los dos versiculos siguientes. Este apartado enlaza con la argumentaci6n del anterior, pero desarrolla mas fuertemente la dimensi6n escatol6gica, lo que se subraya, a su vez, con el vocabulario empleado (entrar en el Reino de los Cielos - en aquel dia). El tratamiento Sefior expresa de forma general el respeto ante el Maestro; en el evangelio de Mateo los seguidores de Jesus se dirigen siempre a el con la palabra Kyrie, pero en este pasaje se trata de una confesi6n de fe de los discfpulos, pues el contexto inmediato refleja la situaci6n de la comunidad que cree en Jesus como el Se:fior. Para quienes los llevaban a cabo, las profecias, los exorcismos y los milagros valian como garantia de gracia y salvaci6n cuando llegase el fin del mundo. Pero Mateo corrige esa visi6n con mucha claridad, precisando que
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lo decisivo para el juicio final no es la posesion de carismas, sino unicamente el cumplimiento de la Tora.
Nexos pragmaticos del texto En el plano estructural, estas tres exhortaciones conclusivas constituyen el equivalente de las bienaventuranzas (5,3-12): allf los pobres, afligidos, misericordiosos, los que anhelan la justicia, los mansos, los pacificadores, los perseguidos ... eran proclamados bienaventurados a pesar de su adversa situacion de vida; del mismo modo, aqui Jesus exhorta a escoger la puerta estrecha, el camino incomodo. Ambos pasajes se contraponen a la logica humana, a la preferencia de la comodidad y a la inclinacion a ignorar los problemas. La ensefianza de Jesus de cumplir la Tora aclara estas exigencias aparentemente paradojicas, pues vivir la justicia sobreabundante y la misericordia sin limites no se concilian con nuestro egoismo ni con nuestra comodidad, pero solo asi es posible una vida que corresponde a la voluntad salvifica de Dios. Por eso, no son los grandes discursos o planes los que sirven de claro signo distintivo de lo que corresponde o contradice la voluntad de Dios, sino los frutos. Los fnitos remiten a la realizacion de la Tora: ni la mera confesion hipocrita de labios para afuera, ni el pio clamar al Seiior garantizan la participacion en el Reino de Dias; tampoco los portentosos milagros, exorcismos y profecias en el nombre de Jesus -aunque sean hechos con buena intencion- cumplen la Tora. En las bienaventuranzas se proclamo dichosos a los profetas perseguidos, vejados y despreciados (5,11-12) porque no es el prestigio adquirido, el respeto de la gente o su admiracion lo que caracteriza la ejecucion de la voluntad de Dias, sino la reaccion de los pobres y sufrientes, de los que anhelan la justicia y construyen la paz, de los que viven mansa y misericordiosamente ... Los lectores comprenden que la voluntad salvifica de Dios no apunta a hechos aislados, sino que quiere ser fundamentalmente una realidad, iY en lo cotidiano!: es en el dia a dia donde debemos vivir en una medida sobreabundante la justicia y la misericordia de Dias, no solo en acciones puntuales que llaman la atencion.
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Mientras que el apartado anterior (6,19-7,12) presentaba a los lectores las posibilidades de elecci6n en decisiones fundamentales, de lo que ahora se trata es de hacer definitiva esa decisi6n. Corno acciones verbales (actos lingüisticos), los imperativos vinculados a imagenes contrastantes (estrecha amplia, vida - perdici6n, bien - mal) invitan a decidirse ya por el Reino de los Cielos. Esta decisi6n no es un dictamen de la inteligencia, sino que requiere una conducta en consecuencia: hacer la voluntad de Dios, cumplir la Tora. Las imagenes de la puerta estrecha y del camina angasta, al igual que la menci6n de los pacas que encuentran ese camino, sefialan que no es fäcil actuar siempre asi. Pero el imperativo directo ientren par la puerta estrecha! da una sefial a los lectores de que ellos pertenecen a esos pocos que ya han encontrado el camino; de este modo, ellos se sienten mucho mas fortalecidos para seguir esa senda. El duro juicio conclusivo de Jesus iapartense de mi, ustedes que actuan cantra la Tara! vale para quienes habian decidido hacer la voluntad de Dios y ahora creen con absoluta seguridad que se encuentran en el lado correcto. Pero su decisi6n no garantiza que actuen consecuentemente, y por eso tambien los creyentes en Cristo
Sobre el escuchar y hacer: 7,24-27
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Asf pues, todo el que oiga estas palabras mfas y las ponga en practica sera como un hombre prudente que edific6 su casa sobre roca: cay6 Ja lluvia y vinieron los torrentes, soplaron los vientos y embistieron contra aquella casa, pero no cay6, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mfas y no las ponga en practica sera como un hombre insensato que edific6 su casa sobre arena: cay6 Ja lluvia y vinieron los torrentes, soplaron los vientos e irrumpieron contra aquella casa, y cay6 y fue grande su ruina.
Tejido estructural del texto Estos versiculos constituyen una prolongaci6n de las tres exhortaciones conclusivas precedentes y, a su vez, cierran todo el discurso. En el plano estructural, esta ampliaci6n sobre oir y hacer corresponde a aquella otra ampliaci6n al comienzo sobre la sal y la luz (5,13-16). En cuanto al contenido, estos versiculos tambien pueden entenderse como una precisi6n de lo que significa para el propio actuar aquello de ser sal y luz del mundo. Aquf, en una suerte de paralelismo, se contrapone el creyente que oye y hace con el que oye pero no hace: ambos miembros del paralelismo se corresponden literalmente, casi por completo, pero al final de la segunda parte (7,27d) Mateo omite la fundamentaci6n y enfatiza, mediante una duplicaci6n, la dura consecuencia. Los lectores reconocen aquf la particular significaci6n de esta declaraci6n.
Configuracion semantica del texto 7,24-27: Escuchar y hacer En la enseiianza sapiencial oriental, se conocen y estan difundidas las comparaciones de este tipo. En lo estilfstico y
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en lo que tiene que ver con su contenido, estas exhortaciones conclusivas se asemejan a las instrucciones rabinicas sobre el cumplimiento de la Tora que tambien contraponen el hombre sabio y sensato al tonto e insensato. Esta forma de ejemplos instructivos tiene sus raices en las exhortaciones de la tradicion deuteronomista sobre la observancia de las prescripciones de Dios (Dt 11,2; 12, 1; 31, 12), y tambien en los profetas (Jr 5,21) y en la literatura sapiencial (Pr 12,7; 14,11). En Mateo, escuchar y hacer conforman una unidad: no se puede confesar a Jesus como Mesias sin que eso tenga implicaciones en la vida. Las consecuencias de escuchar y actuar o escuchar y no actuar se explican con la imagen de la casa construida sobre roca o sobre arena: la diferencia decisiva reside en hacer o no lo que Jesus ensefia, esto es, en el cumplimiento de la voluntad salvifica de Dios, la Tora, cuya base es la plena confianza en Dios, que se manifiesta en la justicia sobreabundante y en la misericordia con los demas (como han explicado las tres exhortaciones precedentes, en 7,13-23). La casa simboliza la persona, y la roca es la solidez, la consistencia y seguridad de una vida de fe que se basa en el escuchar y obrar la ensefianza de Jesus -esto es, en el cumplimiento de la Tora-: una vida asi confiere firmeza y estabilidad. La arena, por su parte, expresa la inseguridad e inconsistencia de una vida de fe que carece de la aplicacion practica de la ensefianza de Jesus, pues solo se basa en el ofr. La lluvia, los torrentes y la tormenta simbolizan las crisis de la vida y el juicio final: quien ha transformado en hechos la ensefianza de Jesus vivira y actuara confiado en Dios, soportara las crisis de la vida y podra resistir el juicio final, en razon de su comportamiento justo y misericordioso; pero quien escucha la ensefianza de Jesus solo como "palabras edificantes, bonitas", sin aplicarlas a la vida, no encontrara apoyo en las situaciones de crisis. La casa completamente arruinada simboliza el fracaso en el juicio final, pues esa persona no ha vivido la justicia ni la misericordia.
Nexos pragmaticos del texto El primer gran discurso de Jesus finaliza -al igual que los otros cuatro despues- con el tema del juicio final. Los lecto-
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Sobre el escuchar y hacer: 7,24-27
res reconocen asi la seriedad de la ensefianza de Jesus y su significado para el plan salvifico de Dios. Precisamente por eso, las exhortaciones conclusivas acentuan con particular enfasis que no se trata solo de oir la ensefianza, sino que hay que actuar realizando lo que Jesus ensefia: el cumplimiento de la Tora, la voluntad salvadora de Dios en la justicia sobreabundante y en la misericordia perfecta. Ni la piedad hip6crita (6,1-18) ni los hechos espectaculares, como las profecias, los exorcismos o los milagros (7,21-23), cumplen la Tora, pues la voluntad salvifica de Dios quiere ser una realidad permanente en la vida cotidiana. La meta de la conducta tampoco
Conclusi6n narrativa: 7,28-8,1
25
29
8·1
Y sucedi6
que cuando Jesus acab6 estos discursos, la gente se asombraba de su doctrina, porque les ensef\aba como quien tiene autoridad y no como sus escribas. Cuando baj6 del monte, fue siguiendole una gran muchedumbre.
Mateo concluye el serm6n de la montafia construyendole un marco por medio de la repetici6n de algunos terminos destacados que ya mencion6 en la introducci6n: monte, muchedumbre y ensefi.anza de Jesus / ensefi.ar. La expresi6n y sucedi6 que cuando Jesus acab6 estos discursos es un giro caracterfstico de Mateo con el que cierra todos los grandes discursos de Jesus (asf tambien en 11,1; 13,53; 19,1; 26,1). Unida a esto, la ensefianza de Jesus con autoridad y poderfo pasa a ocupar el lugar central, y la sorpresa de la multitud se basa en que ellos saben distinguirla de la de los escribas: Jesus ensefia con autoridad y poderfo. Mateo no aclara aun de que autoridad se trata aqui o de d6nde procede, y mas adelante seran los sumos sacerdotes y los ancianos quienes indagaran al respecto (21,23). Aquf lo unico decisivo para el autor es que Jesus se distingue de los escribas porque ensefia con autoridad. Para los lectores, en esta referencia no solo hay una declaraci6n sobre la autoridad de Jesus, sino sobre todo una llamada a seguir esa ensefianza; a favor de ella se ha decidido ya una gran muchedumbre de personas (8,1), y los lectores estan invitados a unfrseles.
Las obras de Jesus 8,2-9,34
Despues de la ensefianza de Jesus (serm6n de la montafia: 4,17-8,1), Mateo habla de sus obras: sus curaciones, que determinan la identidad del Mesias y deben conducir a la fe en el. Tambien en esta parte se puede establecer una articulaci6n narrativa, pues hay indicadores para ello, como los cambios de lugar y tiempo, las personas que entran en escena y los dialogos breves. Con estos dos capitulos, Mateo prolonga la pregunta por el Mesias, presentando a sus lectores una imagen de Jesus como Mesias que no corresponde totalmente a las expectativas de aquel tiempo: Jesus es un Mesias que muestra su poder con portentos, pero tambien es un servidor debil; es un Mesias que llama con autoridad a seguirle, pero tambien es misericordioso con los pecadores. Asi, este apartado no constata simplemente el mesianismo de Jesus, sino que, a traves de su actuar, describe el peculiar caracter del mismo. Los capitulos estan compuestos de esta manera: LAS CURACIONES DEL MESIAS
8,2-17
1. De un leproso 2. De un pagano 3. De una mujer Sumario Con cita escrituristica cumplida
PASAJE DE UNIÖN
8,18-22
Dos sentencias acerca del seguimiento
LA IDENTIDAD DEL MESIAS
8,23-9,8
1. El Seftor que salva 2. El Hijo de Dios que libera 3. El Hijo de! Hombre que tiene el poder de perdonar los pecados
8,2-4 8,5-13 8,14-15
8,16-17
8,23-27 8,28-9,la
9,lb-8
PASAJE DE UNIÖN
9,9-17
Dos disputas
LA FE EN EL MEsfAs
9,18-34
1. La fe que vence a la muerte 9,18-26 2. La fe que abre los ojos 9,27-31 3. Fe e incredulidad 9,32-34
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
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La primera unidad (8,2-15.16-17) se compone de tres relatos de curaci6n y de un sumario. EI cambio de lugar, las distintas personas y el indicador de tiempo al atardecer (8, 16) causan la impresi6n de una jornada agitada: al descender de la montafia, despues del serm6n de la montafia (8,1), Jesus enseguida cura a un leproso; luego, en Cafarnaun, devuelve la salud al hijo de un centuri6n y, en la casa de Pedro, sana a su suegra; por la tarde, vienen a su encuentro muchos endemoniados y enfermos, a los que tambien cura. Estos relatos de curaci6n se orientan hacia la cita de Isaias en el sumario (8, 16-17), que, en cuanto cita escriturfstica cumplida, confiere a todos los sucesos un significado particular. Mateo ubica el primer pasaje, que funge de nexo (8,18-22), entre la marcha de Jesus hacia la orilla opuesta y la efectiva partida de la barca. Sus encuentros con un escriba y con un discfpulo abordan el tema de la radicalidad del seguimiento; sin embargo, en este contexto, de lo que en realidad tratan es del seguimiento de un sanador cuya verdadera identidad es compleja y, ademas, aquf permanece aun oculta. Pero los lectores, en base a la cita cumplida de las Escrituras y al tema del seguimiento, pueden intuir que Jesus no es solo un sanador: quien le sigue, pues, no sigue a un curandero. En la unidad central (8,23-9,8) nos encontramos, de distintas formas, con la pregunta por la identidad real de Jesus. Las personas que se sorprenden de que incluso las fuerzas de la naturaleza obedecen a Jesus son las primeras que se preguntan admiradas por su identidad. En el segundo episodio, la pregunta surge mas bien indirectamente: los habitantes de la ciudad pagana (en tierra de los gadarenos) piden a Jesus que abandone su regi6n, pues -en cuanto paganos- aun no pueden hacerse la pregunta acerca de la identidad de Jesus. Pero su petici6n y su temor dan a entender que no ven en el a una persona comun. Tambien en el tercer episodio, sobre el perd6n de los pecados y la curaci6n del paralitico, aparece dos veces el tema de la identidad de Jesus: el mismo habla de la autoridad del Hijo del Hombre para perdonar los pecados y la gente alaba a Dios, que ha dado ese poder a los hombres. El escepticismo de los escribas prepara ya el segundo pasaje de uni6n.
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Las obras de Jesus (8,2-9,34)
EI texto que funge de nexo (9,9-17) interrumpe con dos disputas el desarrollo del relato presentado hasta ese punto. La funci6n de esta inserci6n resulta clara por los contenidos de estos altercados, pues en ambos de lo que se trata es en realidad de un matiz diferente de la expectativa mesianica: la primera disputa gira en torno al envio de Jesus, que, a diferencia de lo que se esperaba, no trae el juicio final, sino la misericordia (9,13), en tanto que la segunda designa a Jesus como el novio mesianico. Ambas discusiones no s6lo tratan de la identidad de Jesus, sino que a su vez mencionan la adversa disposici6n de las personas para aceptar esa figura mesianica distinta. Los propios lectores
Jesus cura a un leproso: 8,2-4
Y he aquf que un leproso se acerc6 y se postr6 fiel ante el
diciendo: Y el, extendiendo la mano, le toc6 diciendo: E inmediatamente
Sefior,
si quieres,
Y Jesus le dijo:
Mira, no digas nada a nadie, sino vete, muestrate al sacerdote y presenta la ofrenda que prescribi6 Maises, para que les sirva de testimonio.
Quiero,
puedes purificarme.
jqueda purificado! qued6 purificado.
Tejido estructural del texto Este breve relato comienza con una llamada de atenci6n, iY he aqui!, y a continuaci6n en el se desarrolla una sencilla historia de curaci6n, segun el esquema clasico: a) presentaci6n del enfermo (8,2a); b) petici6n de sanaci6n (8,2b); b') satisfacci6n de la petici6n (8,3a); a') constataci6n de la curaci6n (8,3b). Y se a:fiaden unas palabras de Jesus con dos 6rdenes (8,4). Mateo no adorna con nada esta narraci6n, de modo que todo el peso de la misma recae en la petici6n del leproso y en la respuesta de Jesus, lo que tambien resulta claro por las repeticiones: si quieres - quiero, puedes purificarme - queda purificado - qued6 purificado. Estas repeticiones sirven para corroborar la autoridad de Jesus. Sin embargo, en el plano narrativo, parecen inadecuadas las palabras de Jesus al final del relato, porque, en vista de la multitud allf presente (8,1), no tiene mucho sentido querer mantener en secreto la curaci6n.
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
200
Configuracion semantica del texto 8,2-3: En aquel tiempo se llamaba "lepra" a distintas enfermedades de la piel, algunas incurables, aunque la mayoria lo eran. Los lectores recuerdan aquf la curacion de Naaman el sirio, el jefe del ejercito del rey de Aram, sanado de su lepra por el profeta Eliseo (2 Re 5,1-14). Segun Lv 13-14, un leproso era tenido por impuro y, por ello, debia ser excluido del culto durante determinado tiempo; la lepra estaba considerada como un "castigo" de Dios y apartaba de la vida social y religiosa. No puede decirse hoy con precision en que medida los leprosos eran efectivamente excluidos de la vida; en todo caso, en este relato aparece un leproso en medio de la muchedumbre sin que ello provoque problemas y, asimismo, Jesus come mas tarde en casa de Simon el leproso (26,6). El narrador describe el comportamiento del leproso con un gesto y una peticion. Mateo emplea el verbo TipooKuvEw, que expresa el postrarse delante de Jesus en la adoracion que los tres Magos tributan a Jesus nifio (2,2.8.11) y, luego, la adoracion que el propio Jesus aclara a Satanas que solo se debe a Dias (4,9-10). El leproso, quese dirige a Jesus llamandole KupLE (Sefior), enfatiza con ese trato honroso que le atribuye un gran poder y expresa asimismo su confianza en el con las palabras de su peticion. En esta formulacion, los lectores pueden reconocer una alusion a la voluntad de Dios, que produce y crea todo (Sal 11,3; 135,6) y es salvadora de todos los hombres. La peticion del leproso no expresa, pues, una mera posibilidad, sino que es una apelacion a la voluntad salvffica de Dios que el leproso reconoce presente en las obras de Jesus. Ante el gesto y la peticion del leproso, Jesus reacciona con un gesto -lo toca- y con una palabra que expresa su voluntad de sanar. El tocar al leproso no debe malinterpretarse como un gesto magico ni como "superacion" de la Ley, pues ambas cosas estarian contradiciendo la intencion de Mateo. Ese gesto de Jesus subraya mas bien su voluntad de curar y es un signo de solidaridad con los excluidos; igualmente, las comidas con pecadores y publicanos expresan ese mismo vfnculo. 8,4: La indicacion de mantener en secreto la curacion es inadecuada. Es verdad que muy probablemente Mateo asume
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Jesus cura a un leproso: 8,2-4
el relato de Marcos, pero, a diferencia de este, no sigue la linea del llamado "secreto mesianico", sino que proclama permanentemente el mesianismo de Jesus. Con la orden de que no se diga nada de la curacion antes de que un sacerdote la constate oficialmente y de que se presente la ofrenda prescrita (Lv 14,3-20), Mateo vuelve a dejar claro que Jesus observa y cumple la Tora; despues de esto, el que ha sido curado puede contar el suceso. La formulacion para que les sirva de testimonio constata la curacion que ha tenido lugar y el acatamiento por parte de Jesus de la Tara, pero la sanacion es, a su vez, una sefial de la voluntad salvffica de Dias y del mesianismo de Jesus.
Nexos pragmaticos del texto La curacion del leproso es el primer relato detallado de una sanacion milagrosa en el evangelio de Mateo, pues, anteriormente, en 4,24 solo habfamos lefdo acerca de curaciones y exorcismos de Jesus en general. En Marcos y Lucas, el primer relato detallado de una sanacion -que, en realidad, es la expulsion de un demonio- se situa en una sinagoga; mas tarde, los sinopticos informan tambien acerca de la curacion de un leproso. En Mateo, esta sanacion del leproso sigue inmediatamente al sermon de la montafia y, por ello, debe ser vista en ese contexto: Jesus no solo cumple total y completamente la Tara, sino que tambien crea -el restituir la integridad fisica del leproso- la comunion social y religiosa que corresponde a la voluntad salvffica de Dios. Los lectores comprenden que con Jesus ha comenzado el tiempo mesianico, que significa el cumplimiento de las prescripciones de Dias y la realizacion de su voluntad salvadora para todos los hombres: en efecto, los despreciados y marginados ya no son excluidos, sino que pertenecen a la comunidad.
Jesus sana al hijo de un centuri6n: 8,5-13
El centuri6n y Jesus Al entrar en Cafarnaun, se le acerc6 un centuri6n y le rog6 Seiior, mi hijo yace en casa paralftico diciendo: con terribles sufrimientos. Y el Uesus) le dijo: iTengo que ir, entonces, a curarle? Y, respondiendole, dijo el centuri6n: Seiior, no soy digno de que entres bajo mi techo, pero di solo una palabra y mi hijo quedara sano. Porque tambien yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis 6rdenes. Y digo a este: jVe!, y el va, jVen!, y a otro: y viene, y a mi siervo: jHaz esto!, y lo hace.
Jesus y la gente que le sigue 10
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Al ofr esto, jesus qued6 admirado y dijo a los que le segufan: Amen, les aseguro jque en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande! Pero les digo: vendran muchos de oriente y occidente y se sentaran a la mesa con Abrahan, Isaac y Jacob en el Reino de los Cielos, mientras que los hijos del Reino seran echados a las tinieblas afuera; allf sera el llanto y el rechinar de dientes.
Jesits y el centuri6n 13
Y dijo Jesus al centuri6n: jVe!, que te suceda como has crefdo. Yen aquella hora san6 su hijo.
Tejido estrnctural del texto Este segundo relato de milagro en el evangelio de Mateo cuenta c6mo Jesus cura "a distancia" al hijo de un centuri6n.
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
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EI termino griego Tict'ic; puede designar tanto a un siervo / criado como a un joven / hijo. Aquf lo traducimos por hijo, pues para siervo Mateo emplea el vocablo öofJA.oc; (10,24-25) y en otro pasaje Ticx1c; es usado como sin6nimo de hijo (17,14-18). La narraci6n se puede estructurar bien en base a los dialogos. Asf, en la primera parte (8,5-9), leemos el dialogo entre el centuri6n y Jesus, quese compone de la petici6n del militar, la reacci6n de Jesus y una ulterior respuesta del primero. Este dialogo se interrumpe cuando Jesus, repentinamente, se dirige a la gente que le sigue (8,10-12). Un versfculo conclusivo contiene una expresi6n de Jesus que promete la curaci6n y una formulaci6n conclusiva del relato (13b) que, de nuevo, constata expresamente la sanaci6n. Corno acto de habla, las primeras palabras del centuri6n cumplen varias funciones: al presentarle a Jesus el caso de su hijo, ya le esta pidiendo indirectamente ayuda; a su vez, con ello expresa su confianza en Jesus y su esperanza de que le ayude. La respuesta de Jesus no la entendemos aquf como una constataci6n (ire y lo curare), sino como una pregunta, porque en griego el futuro no s6lo expresa un aspecto temporal, sino que sobre todo y en primer lugar sefiala la perspectiva personal. En cierto sentido, esta pregunta contiene una denegaci6n: c·precisamente yo tengo que ir a curarlo? Es improbable que, en Mateo, Jesus espontaneamente decida entrar en la casa de un pagano, teniendo presente su envio a Israel (15,24). Ademas, al traducir la expresi6n como pregunta, resulta mas comprensible la respuesta del centuri6n. Las palabras de Jesus a la gente que le sigue (8,10-12) destacan particularmente el significado de la fe y, a su vez, las conclusivas que pronuncia Jesus, asf como la constataci6n del narrador, remiten de modo inconfundible la curaci6n a la fe del centuri6n.
Configuracion semantica del texto 8,5-9: EI centurion y Jesus Mateo representa al centuri6n como a un pagano, pues solo asf resultan comprensibles la respuesta que el mismo da (8,8) y la declaraci6n de Jesus de que no ha encontrado una
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Jesus sana al hijo de un centuri6n: 8,5-13
fe semejante en nadie de Israel (8,10). Jesus entiende inmediatamente las palabras del centuri6n como un petici6n, pero la rechaza, pues en el evangelio de Mateo el se sabe enviado solo a la casa de Israel (igualmente en 10,5 y 15,24). Esta denegaci6n en absoluto desanima al militar, sino al contrario: explica que no desea pedir a Jesus que vaya a su casa, pues el, segun las prescripciones judias de pureza, no es digno de tal cosa. Pero repite su petici6n e incluso la enfatiza para expresar cuanto confia en el poder eficaz de una sola palabra de Jesus. Y subraya esa confianza con tres ejemplos de su propia vida que esclarecen el poder de una palabra: los das primeros se refieren a su ambito militar y el tercero (el criado al que se le ordena algo) puede ser entendido por cualquier persona. 8,10-12: Jesus y la gente que le sigue La respuesta de Jesus se compone de das partes que, provistas de sendas introducciones particulares (amen, les aseguro y pero yo les digo), pretenden autoridad para si mismas. La primera compara la fe del centuri6n con la fe de Israel (8,10) y la segunda anuncia el banquete escatol6gico, del que seran excluidos los hijos del Reino (8,11-12). A primera vista, parece tratarse de una condena a Israel, que pierde su herencia escatol6gica ante los paganos, y, de hecho, este texto ha sido frecuentemente malinterpretado en este sentido. Observando mas cuidadosamente, cabe decir que la queja de Dias sobre la deficiente fe de Israel es un claro topos de la tradici6n biblica (por ejemplo, Ex 16,28; Nm 14,11-12; Jr 4,14; 13,27), al igual que su reacci6n: Dias jamas rechaza a su pueblo, sino que siempre le perdona de nuevo (Nm 14,20; Is 55,7; Sal 86,5). La queja por la falta de fe no es, pues, una expresi6n de condena, sino mas bien una clara exhortaci6n a la conversi6n (Jr 36,3). En el relato anterior, el leproso -alguien del pueblo de Israel- ha expresado muy claramente su fe (Seiior, si quieres ... ) y ha sido curado por Jesus; ahora, es el centuri6n pagano quien muestra su fe y su confianza en el. Con ello, Mateo enfatiza, en la linea de Is 56,4-8, que no es la pertenencia etnica o el ser miembro de una comunidad socio-religiosa lo que decide la participaci6n en el banquete escatol6gico, sino unicamente la fe. Es el mismo principio ya
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palahras y ohras
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aplicado en 7,21-23: No todo el que me diga "iSeiior, Seiior!", entrard en el Reino de los Cielos. [. .. ] iAlejense de mi los que actuan contra la Tara! En el horizonte de la interpretaci6n err6nea del versiculo anterior, la tradici6n cristiana ha visto en los rechazados hijos del Reino a los judfos, y en los muchos que vienen de oriente y occidente para sentarse en la mesa con Abrahan, Isaac y Jacob, naturalmente, a la Iglesia oriunda de los paganos. Contra esta comprensi6n del texto cabe objetar que nuestro pasaje no menciona a los pueblos (paganos) ni a la Iglesia, y en la tradici6n bfblica oriente y occidente designan la diaspora judia: oriente era el lugar del exilio y occidente representaba a Egipto, tierra de la esclavitud y del Exodo. Israel habia sido desterrado por su falta de fe, de modo que la reuni6n del pueblo disperso desde oriente y occidente es un signo del tiempo de salvaci6n que ya ha comenzado (Zac 8,7-8). Corno se trata de ese tiempo salvffico escatol6gico, tambien los pueblos paganos tienen parte en el; en efecto, Isaias lo describe como un banquete en el monte Si6n en el que participan todos los pueblos (Is 25 ,6-7). La fe del centuri6n muestra que tambien los paganos pertenecen al pueblo escatol6gico de Dias y tienen parte en el Reino de Dias, a causa de su fe. Los hijos del Reino expulsados no son, pues, una alusi6n al pueblo de Israel. Mateo emplea asimismo esta expresi6n hijos del Reino en la parabola de la cizafia en el trigo (13,38), y alli representan a los creyentes y justos que viven conforme a la Tara: ellos brillardn como el sol en el Reino de los Cielos. Asi que los excluidos del banquete no son los creyentes de Israel -pues entonces tampoco estarian alli Abrahan, Isaac y Jacob-, sino los que no han vivido de acuerdo a las prescripciones de Dias y a su justicia, presentada ya en el serm6n de la montafia.
8,13: Jesus y el centuri6n Tambien el versiculo conclusivo subraya una vez mas el significado decisivo de la fe: es en raz6n de la fe del centuri6n como tiene lugar de inmediato la curaci6n: en aquella hora. Distintamente a lo que esperaba el militar -y quizas tambien el lector-, Jesus no sana precisamente con una "palabra po-
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Jesus sana al hijo de un centurion: 8,5-13
derosa", sino que mas bien constata que es la fe del centuri6n la que ha obrado lo que el mismo solicitaba.
Nexos pragmaticos del texto El segundo milagro de Jesus es realizado en favor de un pagano y todo el relato apunta a las palabras que el dirige a los que le siguen (8,10-12), esto es, a los creyentes de la comunidad. En efecto, la comunidad de Mateo estaba compuesta fundamentalmente por judios, pero tambien habfa en ella paganos que habian reconocido en Jesus el poder divino y lo confesaban como Mesias. La comunidad mateana estaba dentro del judafsmo como uno mas de los numerosos grupos distintos que incluia, y su conflicto con ellos se debia a que reconocfan a Jesus como Mesfas, sostenian la interpretaci6n de la Tora que el habia hecho y remitian a Jesus mismo la pertenencia de los paganos a ella. Para estos creyentes, eran rasgos distintivos del tiempo mesianico de salvaci6n la reuni6n del Israel disperso y la asamblea de todos los pueblos para adorar al Dios verdadero. Nuestro texto vincula el tiempo salvffico mesianico con Jesus y, conforme a la tradici6n profätica, promete a los paganos la pertenencia a la comunidad mesianica. Las duras y cortantes palabras que encontramos aquf por primera vez, pero que en el evangelio se repiten a menudo, tienen su fundamento justamente en esa contraposici6n entre la comunidad mesianica -que se reune en el nombre de Jesus- y los demas grupos judios, que lo rechazan como Mesias. Una funci6n pragmatica del texto consiste en la dcfcnsa de la fc cn Jesus como Mesias y de la convicci6n unida a ella de que, gracias a su fe, los paganos pertenecen a la comunidad mesianica. Otra funci6n del texto ataiie precisamente a esa comunidad de creyentes, pues del mismo modo que la mera pertenencia al pueblo de Israel no garantiza la participaci6n en el banquete escatol6gico, tampoco bastan los exorcismos y milagros realizados en nombre de Jesus, ni la pertenencia a la comunidad o el ser miembro de la Iglesia. Para participar en el Reino de los Cielos solo es decisiva la fe vivida.
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
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Un ejemplo de esta fe es la actitud del centuri6n: su confianza en la eficacia de una palabra de Jesus demuestra la firme certeza de su fe. Pero incluso esa gran fe puede crecer; en efecto, no se requiere una palabra poderosa de el, pues aquf no son los gestos o las palabras los que producen algo, sino unicamente la fe. Esto es importante para los lectores -de ayer y de hoy- que no pueden ofr ninguna palabra directa de Jesus: a ellos s6lo les vale la fe. Y con esto, ademas, se les presenta la exigencia de desarrollar la firmeza de esa fe.
Jesus sana a la suegra de Pedro: 8,14-15
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Y cuando Jesus lleg6 a casa de Pedro, vio a la suegra de este: con fiebre, yaciendo en la cama. Y la tom6 de la mano, y la fiebre la abandon6. Y ella se levant6, y desde entonces le servia.
Tejido estructural del texto Este breve relato esta sumamente estilizado y cabe advertir que se compone (en griego) de dos versiculos de quince palabras cada uno que, a su vez, contienen treinta sflabas. En una comparacion sinoptica, esta estilizacion resulta min mas llamativa, pues, en comparacion con Mc 1,29-31yLc4,38-39, nuestro relato se ve reducido a lo esencial. Esta construido completamente en base a verbos de tiempo narrativo (aoristo), por lo que resulta muy sorprendente el imperfecto del ultimo versiculo (le servia), que no destaca una accion puntual, sino la duracion de la misma: desde entonces le servia. Al contrario que los relatos paralelos en Marcos y Lucas, y que la precedente narracion de la curacion del hijo del centurion, este texto se compone solo de acciones: Jesus ve, toma, la fiebre se va, la mujer se levanta y sirve. Falta aquf todo estilo directo.
Configuracion semantica del texto 8, 14-1 Sa: A diferencia de los otros sinopticos, esta escena se desarrolla aquf sin los discipulos: solo entre Jesus y la mujer. Nos enteramos de que esta, antes de la llegada de Jesus, yacfa en la cama y de que, tras el encuentro con el, se levanta y le sirve (ÖLaKovEw). Este cambio se produce por la mirada
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
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y el toque de Jesus. Esel unico relato en el evangelio de Mateo en el que la iniciativa parte de Jesus: el ve a la mujer, el la toca. La mirada de Jesus reconoce el sufrimiento de la mujer -parece como si el fuera el unico que percibe su padecimientoy, al tocarla, expresa su participaci6n en su sufrimiento y la cura. En ese toque sin palabras se manifiesta asimismo la fuerza mesianica de Jesus. La curaci6n se describe con pocas palabras: la fiebre abandona a la mujer y ella se levanta.
8, 1Sb: La reacci6n de la mujer sanada ante la acci6n del Mesias se describe en imperfecto, lo que expresa su duraci6n; por eso en castellano podria decirse: desde entonces ella servia a Jesus. El tiempo verbal deja bien claro que aqui no se trata de una usual acogida de hospitalidad ofrecida en esa oportunidad, sino del mismo servicio que los discipulos brindaban al Maestro en su seguimiento: el servicio como tarea de vida. Los lectores recuerdan, ademas, el relato de las tentaciones de Jesus, cuando vinieron los angeles para servirle en el desierto (4,11). En Mateo, el servicio a Jesus tiene siempre un componente cultual, por lo que se manifiesta que el es el Hijo de Dios; de esta forma, pues, el relato posee a su vez un claro acento cristol6gico.
Nexos pragmaticos del texto La fuerte estilizaci6n del relato y la falta de un contexto hist6rico permiten que se pueda trasponer y actualizar sin ningun problema a cualquier tiempo. Al lector le resulta fäcil encontrarse a si mismo en un relato que se limita a lo esencial: la acci6n pura y el "mutismo" facilitan la identificaci6n, y como modelos para esta estan a su disposici6n la mujer y Jesus. El lugar de la acci6n es la casa de Pedro, en la que Jesus entra por propia iniciativa; los lectores recuerdan que el no fue a la casa del centuri6n, y mas tarde lo encontraran a menudo en alguna casa, pues es el lugar de las comidas con publicanos, pecadores y leprosos (9,10; 26,6), espacio de enseiianza (12,46) y de curaciones (9,23-25.28-30), y debe ser tambien un lugar de paz (10,12-13). De este modo, los lectores pueden pensar aqui en las pequeiias comunidades domesticas. Jesus forma su pueblo mesianico con los pobres, humillados, misericordiosos, pacificadores ... , y los margina-
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Jesus sana a la suegra de Pedro: 8,14-15
dos de la sociedad, como publicanos, pecadores, paganos, leprosos. Tambien las mujeres tienen su lugar en esa comunidad, como muestra el ejemplo de nuestro relato sobre la mujer curada que sirve a Jesus. La mujer que sirve a Jesus encarna el modelo ideal como reacci6n a la salvaci6n. Los lectores entienden que las acciones de Jesus apuntan a una reacci6n de los creyentes. Los lectores son llamados a responder y reaccionar a sus experiencias de fe y de salvaci6n.
Sumario: 8,16-17
16
Cuando atardeci6, Je trajeron muchos endemoniados, expuls6 a los espfritus (impuros), los cur6, para quese cumpliera lo dicho por el profeta lsafas, que dice:
y con una palabra y a todos los que estaban enfermos 11
EI tom6 nuestras debilidades y carg6 con nuestras dolencias (ls 53,4).
Tejido estructural del texto La estructura -llamativamente simple- de este pasaje es, en el plano comunicativo, claramente densa: se compone de una sfntesis de las curaciones de Jesus (8,16) y de una cita cumplida de las Escrituras (8,17). No se trata aquf solo de un apendice de las tres primeras curaciones milagrosas de Jesus, pues la cita cumplida de las Escrituras, en cuanto elemento estructurante (como ya era claro al comienzo del evangelio), remite a una declaracion general que aclara el sentido de la accion curativa de Jesus.
Configuracion semantica del texto 8, 16-17: El sumario habla de exorcismos y curaciones. A
diferencia del evangelio de Marcos, que destaca especialmente la actividad de Jesus como exorcista, Mateo solo la menciona aquf, en la sfntesis. Ademas, acentua expresamente la palabra de Jesus como instrumento curativo, ya sea para evitar una mala interpretacion de sus exorcismos como algo magico o para resaltar el significado de sus palabras en cuanto agentes de la accion. EI hecho de que Jesus sane a todos -no a muchos, como en Marcos- no solo es un signo de su autoridad ilimitada, sino que tambien subraya la universalidad de la salvacion que el trae.
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
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La cita cumplida de las Escrituras contiene la clave interpretativa no solo del sumario, sino de todas las curaciones de Jesus. EI pasaje de Isaias que refiere Mateo es mas cercano al texto hebreo original que el de la traduccion de la Septuaginta; a su vez, con los terminos que escoge, el evangelista subraya el significado de tomar algo sobre si / cargar con algo / soportar. Los lectores reconocen aquf la referencia al Siervo de Dios, que toma sobre sf y soporta las enfermedades y debilidades de los hombres, haciendo posible asf la salvacion de todos. Con esto, la cita de Isafas remite al relato de la pasion: cuando Jesus entra triunfante en Jerusalen, los ciegos y cojos se acercan a el en el templo y el los cura (21,14). Mateo es el unico evangelista que informa, al comienzo de la pasion (en el contexto de la expulsion de los mercaderes del templo), acerca de curaciones en ese lugar. De esta forma describe nuevamente la reunion de la comunidad mesianica a traves de Jesus, en la que tienen su lugar los marginados y debiles, y vincula las curaciones con los padecimientos de Jesus. Igualmente, en 12,15-21, tras un informacion general sobre curaciones, Mateo afiade una cita de Isaias que tambien se refiere al Siervo de Dios. Mateo comprende la actividad sanadora de Jesus a partir del modelo del Siervo de Dios: en su padecimiento, el comparte los padecimientos de los hombres, de los enfermos y excluidos y, al sanarlos, los integra en la comunidad mesianica (como muestran de modo ejemplar los relatos del leproso, del hijo del centurion y de la suegra de Pedro). La actividad mesianica de Jesus se revela, pues, muy especialmente en su solidaridad con los debiles, cuyo destino el comparte y a los que les da un lugar en el pueblo mesianico.
Nexos pragmaticos del texto Nosotros, personas occidentales modernas, somos poco proclives a creer en milagros y, en vez de ello, tratamos de explicarlos de alguna forma. Por el contrario, en el mundo antiguo, bfblico y extrabfblico, los milagros sefialaban la accion de las fuerzas divinas; no solo los dioses (Zeus, Apolo, Esculapio), sino tambien personas dotadas podian realizarlos (por ejemplo, algunos rabinos y otras personas piadosas). De
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Sumario: 8,16-17
acuerdo con esto, la era mesianica se describia, en general, como un perfodo de signos y milagros. Tambien Mateo comparte esta visi6n y describe un tiempo mesianico de restituci6n fisica y moral, y en esta linea narra los milagros de Jesus, aunque suprime todo lo espectacular y todo tipo de ornamento, para que los lectores se concentren en lo esencial, en vez de entregarse a una fe en milagros. Desde este trasfondo hay que entender tambien la advertencia al final del serm6n de la montafia: si el dia del juicio los discipulos solo apelaran a sus actos portentosos, entonces Jesus no los reconoceria (7,21-23). A Jesus le importa mas cumplir la voluntad de Dios, que quiere la salvaci6n para todos. Con este sumario, Mateo muestra a los creyentes una comprensi6n de los milagros completamente distinta, que vincula curaci6n y pasi6n: al mencionar la portentosa actividad curativa de Jesus, esta remitiendo, asimismo, a la pasi6n de Jesus, al Siervo sufriente de Dios (tambien en 12,15-21). Con esto enfatiza que ambas cosas -curaci6n y cruz- se pertenecen reciprocamente: la comunidad mesianica no debe prescindir de la cruz u olvidarse de los que sufren y de los marginados, ni siquiera en el culmen de su mayor exito o gloria.
Primera pieza de uni6n: 8,18-22
Introducci6n "
Cuando Jesus vio la muchedumbre a su alrededor, mand6 pasar a la otra orilla.
El escriba y el seguimiento 19
20
Y acercandosele un escriba, le dijo: Maestro, te seguire adondequiera que vayas. Y Jesus le dice: Las zorras tienen guaridas y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene d6nde reclinar su cabeza.
El discipulo y el seguimiento 21
22
Y otro de los discipulos le dijo: Seiior, dejame primero ir a enterrar a mi padre. Pero Jesus le dijo: iSfgueme! y deja que los muertos entierren a sus muertos.
Tejido estructural del texto A la transici6n narrativa (8,18) siguen dos escenas breves, construidas en paralelo: primero se dirige a Jesus un escriba, y luego un discfpulo (8,18.21), ambos interesados en el tema del seguimiento. Llaman la atenci6n las respectivas respuestas de Jesus (8,20.22), siempre en presente, en tanto que las cuestiones acerca del seguimiento estan formuladas en pasado (aoristo). De nuevo los lectores escuchan muy poco acerca de las situaciones o contextos, y esta estilizaci6n del relato les facilita la transposici6n de las respuestas de Jesus a sus propios contextos de vida y la aplicaci6n actual a si mismos.
Configuracion semantica del texto 8,18: Introducci6n Con el paso en barca a la otra orilla, este versiculo esta introduciendo, en realidad, el suceso siguiente (la tempestad calmada); en efecto, 8,23 enlaza directamente aqui; sin em-
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bargo, las dos breves escenas afiadidas desplazan el suceso del cruce del mar. En el plano narrativo, este versiculo introductorio posee, ademas, la funcion de hacer presente a la muchedumbre que oye los dialogos sobre el seguimiento con el escriba y con el discipulo. De este modo, las palabras de Jesus sobre ese tema valen tambien para la multitud de personas interesadas que se reunen en torno a el. 8,19-20: EI escriba y el seguimiento Un escriba se dirige a Jesus y se ofrece a seguirle. El trato de maestro, que en Mateo jamas emplean los discfpulos ni los seguidores de Jesus, sefiala que no se trata de un discipulo, sino de un escriba que quiere serlo (como tambien en 13,52). (El trasfondo de las numerosas curaciones de Jesus alude a que el escriba deseaba seguirle solo en razon de las curaciones o el escriba ya entendio que en la accion de Jesus se realiza la voluntad salvifica de Dios? La respuesta de Jesus -el Hijo del Hombre no tiene d6nde reclinar la cabeza- se encuentra tambien (en cuanto a su contenido) en la literatura grecorromana (Homero) y judia, aunque alli se refiere, mas bien de manera general, a la existencia humana, debil y amenazada, en tanto que aquf Jesus habla expresamente de sf mismo. Algunos exegetas piensan en Jesus como en un predicador itinerante que exige tambien a sus discipulos que vivan sin seguridades, que anuncien y sanen (10,9-14). Con todo, en ninguna parte menciona Mateo el caracter de predicador itinerante; antes bien, acentua lo contrario, esto es: que Jesus vive en una casa, primero en Nazaret (2,23) y luego en Cafarnaun (4,13; 9,1). Algunos interpretes ven en estas palabras una referencia a que Jesus no estaba casado; sin embargo, en el judafsmo la vida celibe era y es algo poco comun, y este punto, por lo demas, no constituye en Mateo ningun tema significativo. La tercera posibilidad de interpretacion explica estas palabras de Jesus desde el trasfondo del rechazo que el mismo experimento. En efecto, Jesus es el Mesias rechazado, entregado a las maquinaciones de sus opositores. En el marco de los capftulos 8-9, Mateo menciona a menudo la oposicion que Jesus suscita (8,10-12; 9,3.11-13.14.34). Ademas, la expresion Hijo del Hombre designa no solo la persona, sino que, en el
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Primera pieza de union: 8,18-22
contexto apocaliptico (Dn 7,1; Hen 32-71; 4 Esd 13), se refiere tambien a la figura salvadora. Cuando Mateo emplea esta designaci6n aplicandola a Jesus, que ensefia y anuncia, entonces, tambien en ese contexto, se refiere a la resistencia de sus opositores (11, 18-19), a quienes es entregado (17, 12). El evangelista continua tratando aqui los dos aspectos, aparentemente contradictorios, de poder e impotencia: el que posee el poder de curar y decide sobre sus seguidores (8,20.22) es el mismo que no tiene un sitio donde poder retirarse ante el embate de sus opositores. Es asi como nuestro texto acentua la dificultad del seguimiento: seguir a Jesus significa compartir su destino de ser rechazado (10,24-25).
8,21-22: EI discipulo y el seguimiento La segunda escena esta estrechamente unida a la primera. La solicitud del discipulo de Jesus suena comprensible, sobre todo al considerar que en el judaismo el entierro de los padres era una obligaci6n importante (Tob 6,15). Tambien en el mundo grecorromano se consideraba impio y vergonzoso dejar a los muertos insepultos. Desde este trasfondo, la respuesta de Jesus suena impactante y para entenderla adecuadamente debemos tener en cuenta que quien le presenta su preocupaci6n al respecto ya es un discipulo suyo, pues se dirige a Jesus llamandole KupLE (Sefior), igual que los demas discipulos. Naturalmente, Jesus no niega el mandamiento de amor a los padres ni la exigencia de enterrarlos. Su clara respuesta pone mas bien esa acci6n bajo la perspectiva del seguimiento: seguir a Jesus es algo que atafie a todos los ambitos de la vida, incluida la muerte, por lo que ninguna situaci6n puede servir de excusa a un discipulo suyo para suspender el seguimiento. Asi pues, Jesus no esta diciendo: jno sepultes a tu padre!, sino: jsigueme!, es decir, sepultalo de manera que su entierro sea un testimonio de tu fe en que el Reino de Dios ya ha comenzado. Ya al principio del evangelio, Mateo habia aludido a una nueva determinaci6n del comportamiento a traves del seguimiento muy similar a esta: los hijos de Zebedeo, que siguen a Jesus (4,22), abandonan a su padre. Los vinculos familiares no pueden impedir el seguimiento, y por eso Mateo enfatiza
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que quien sigue a Jesus tiene un nuevo Padre (10,35-37; 19,29; 23,9) y que es su voluntad salvffica la que debemos cumplir. Los discipulos
Nexos pragmaticos del texto Hemos llamado a estas dos breves escenas "pieza de uni6n", porque vinculan, como una suerte de puente, la primera unidad (8,1-17) con la segunda (8,23-9,8), conduciendo a los lectores des de la imagen de Jesus delineada hasta ahora como sanador hacia una comprensi6n mucho mas profunda de su identidad. En efecto, se les confronta aquf con la pregunta acerca de quien es el Hijo del Hombre poderoso-impotente que exige de sus discipulos un seguimiento decidido, sin ninguna excepci6n. Aunque el camino y el destino del Hijo del Hombre son duros e inc6modos, el reclama un seguimiento consecuente. Seguir a Jesus no es algo que puede hacerse a veces, solo los domingos o cuando nada se interpone; no, su seguimiento exige el compromiso de toda la vida, pero para que tengamos la vida verdadera, la que corresponde al plan salvffico de Dios.
EI Se:iior que salva: 8,23-27
23
Y cuando subi6 a Ja barca, Je siguieron sus discipulos.
24
Y he aqui que se produjo en el mar un gran sismo, de modo que Ja barca quedaba tapada por las o/as. Pero el estaba dormido.
25
Y, acercandose/e,
26
Je despertaron diciendo:
iSefior, salvanos, que perecemos!
y el /es dijo:
1Por que tienen miedo, hombres de poca fe?
Entonces, levantandose, increp6 a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma. 27
Pero los hombres se maravi llaron, diciendo: iQuien es este, que hasta los vientos y el mar Je obedecen?
Tejido estructural del texto Tras la primera parte, en la que Mateo presenta a Jesus como un sanador poderoso, valiendose para ello de tres narraciones de curaci6n, ahora pasa a la segunda parte, en la que describe mas exactamente su identidad. En este segmento central, Mateo cuenta tres milagros, destacando con cada uno de ellos un aspecto distinto de la identidad de Jesus; asi, en el primero describe el rescate de los poderes de la naturaleza. El relato se construye de forma clasica: introducci6n (8,23); A) descripci6n del peligro (8,24); B) petici6n de ayuda (8,25); B') reacci6n ante la petici6n de ayuda (8,26a); Pi) superaci6n del peligro (8,26b); conclusi6n (8,27). La intenci6n comunicativa de Mateo resulta clara al comparar este pasaje con la narraci6n paralela de Marcos (Mc 4,35-41), que sigue otro orden: primero describe la superaci6n del peligro y a
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continuaci6n viene el reproche de Jesus a los discipulos. Por el contrario, en Mateo, Jesus reprocha primero a los discipulos antes de superar el peligro; con esta cambio, el autor persigue evidentemente algo. Por ultimo, sorprende el versiculo final: c:de d6nde aparecen de pronto esas personas, si antes solo estaban en la barca Jesus y los discipulos?
Configuraci6n semantica del texto 8,23: Mateo dirige la atenci6n nuevamente hacia Jesus, que es el sujeto activo de este texto. La indicaci6n de que los discipulos le siguen mantiene presente el tema del seguimiento que se habia abordado en el pasaje anterior. En realidad, la barca en peligro de zozobrar no es una metafora de la Iglesia, sino mas bien de la existencia humana amenazada (Eclo 33,2), pero algunos elementos de la narraci6n aluden a que tambien aqui se trata de la comunidad: por ejemplo, el tema del seguimiento y el grito de auxilio de los discipulos, iSeftor, stilvanos! (tambien en 14,30), que evoca una exclamaci6n liturgica. 8,24: Mientras que Marcos y Lucas hablan de una tormenta en el mar, Mateo menciona un seismo como la causa de las olas que amenazan a la barca. El terremoto es tanto un signo de teofania (cf. 1 Re 19, 11-12) como un simbolo apocaliptico (cf. Ap 6,12). En Mateo, aparece asimismo un seismo en otros tres pasajes (24,7; 27,54; 28,2), aludiendo a la crisis de la comunidad de los creyentes en el tiempo escatol6gico. Quien sigue al Mesias Jesus esta expuesto a tempestades existenciales; la crisis pertenece al ser cristiano. 8,25: El grito de auxilio por parte de los discipulos, iSeftor, salva!, se parece a una expresi6n liturgica, especialmente por-
que Mateo menciona de manera expresa que los discipulos recurren a Jesus en esa situaci6n amenazadora. Sorprende la falta de pronombre personal (no asi en 14,30), pero es de esta forma como se desacopla este grito de la situaci6n descrita en el relato, convirtiendose en un clamor universal de salvaci6n. En todo momento, la comunidad de los creyentes puede volverse hacia Cristo como su Salvador, en la hora de la prueba, de la crisis o de la amenaza.
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EI Seiior que salva: 8,23-27
8,26a: Al variar el orden del relato, anteponiendo el reproche a los discipulos a la superaci6n del peligro, Mateo pone en el centro la indicaci6n sobre la fe necesaria. Por su parte, el cambio del tiempo verbal al presente sefiala tanto el significado de esa fe como el valor permanente de esa declaraci6n. Los discipulos aparecen como personas de poca fe, un rasgo quese encuentra a menudo en el evangelio (6,30; 8,26; 14,31; 16,8; 17,20) y que aqui sirve para caracterizar a los que creen estar en peligro pese a que Jesus se encuentra junto a ellos. Mateo sugiere que los discipulos confunden el dormir de Jesus con su ausencia. 8,26b: Inmediatamente despues del reproche a los discipulos, Jesus realiza el milagro. Distintamente que en Marcos, que hace que Jesus ordene al mar como a un demonio, aqui Mateo no tiene ningun interes en esa presentaci6n cristol6gica, sino que -de modo semejante al Sal 107,29-30- acentua que Dios actua a traves de el. En efecto, el Antiguo Testamento presenta a menudo a Dios como el que aplaca el caos y refrena el mar embravecido (Sal 74,12-15; 89,10). En este punto, pues, Mateo no muestra a Jesus como un exorcista, sino como el Sefior de los elementos naturales, como el Kyrios (Sefior) en el quese hace presente la acci6n de Dios y en quien las personas pueden confiar totalmente. 8,27: Los hombres se preguntan admirados quien es Jesus, a quien obedecen las fuerzas de la naturaleza, pero con estos personajes no se esta pensando en los discipulos del Maestro, pues estos, pese a su poca fe, saben que el es el Sefior y que puede salvar. Pero sorprenderse y preguntarse no es creer. En cfecto, la pregunta de los hombres posee aquf una funci6n pragmatica, a saber: ofrecer a los lectores un rol de identificaci6n para que no se contenten con una respuesta superficial sobre Jesus, sino que, junto con estos hombres del relato, puedan interrogarse sobre la verdadera identidad de el.
Nexos pragmaticos del texto Relatos de milagros similares a este estaban difundidos en la literatura antigua: de los hijos de Zeus, Castor y P6lux, de Asclepio y Serapis. Y tambien en el Testamento de Neftali
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se encuentran narraciones semejantes de salvaci6n. Sin embargo, a pesar de todas las similitudes formales, nuestro relato se asemeja a los del Antigua Testamento, donde Dios es presentado como el vencedor sobre las fuerzas de la naturaleza. Con todo, en Mateo no ocupa el primer plano el portento de calmar la tempestad, sino -como muestran los terminos sismo y poca fe, asi como el cambio de lugar de la exhortaci6n antes del milagro- la presencia del Resucitado entre los creyentes: Jesus duerme, pero esta entre los discipulos y ellos pueden confiar en que no les sucedera nada. No debemos olvidar que este relato de epifania fue escrito en un tiempo en el que la esperanza mesianica de los seguidores de Jesus se veia amenazada. La comunidad de Mateo vivia en la crisis de la epoca post-pascual y corria el riesgo de perder su fe en la presencia del Resucitado, y es por eso por lo que el evangelista quiere robustecer su confianza en la presencia del Kyrios en medio de la crisis y de la desilusi6n. La presencia del Kyrios es un elemento central de toda la teologia de Mateo: el evangelio comienza, en efecto, con la profecia del Dias con nosotros (1,23) y termina con la promesa del Resucitado yo estoy con ustedes todos los dias, hasta el final de los tiempos (28,20). Asi, Mateo no quiere presentar aqui el poder de Jesus sobre las fuerzas de la naturaleza, ni tampoco destacar la salvaci6n de los peligros, sino, sobre todo, testimoniar la presencia de Jesus en la vida de la comunidad: en las crisis que el seguimiento conlleva, el tampoco abandona a sus creyentes, que pueden seguir confiados.
EI Hijo de Dios que libera: 8,28-9,la
Introducci6n 28
Cuando lleg6 a Ja otra orilla, a Ja regi6n de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salfan de los sepulcros, tan peligrosos que nadie era capaz de pasar por el camino.
/esus y los endemoniados 29
30 31
32
Y he aquf que se pusieron a gritar diciendo: tOue tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios? tHas venido aquf para atormentarnos? Habfa allf, a cierta distancia, un rebaf\o de cerdos comiendo. Entonces Je suplicaron los demonios diciendo: Si nos echas, jmandanos al rebaf\o de cerdos! jVayan! Y el !es dijo: Entonces se fueron a los cerdos. Y todo el rebaf\o se arroj6 al mar precipicio abajo y perecieron en las aguas.
La reacci6n de La gente de La ciudad 33
34
9' "
Los que los cuidaban huyeron y, cuando llegaron a Ja ciudad, contaron todo, tambien lo de los endemoniados. Y he aquf que toda Ja ciudad sali6 al encuentro de Jesus y, al verlo, Je pidieron que se retirara de su territorio. Y subiendo a Ja barca, pas6 a Ja otra orilla.
Tejido estructural del texto Nuestro texto contiene un relato de exorcismo encuadrado entre la llegada de Jesus a la regi6n de los gadarenos y el retorno a su patria. En una comparaci6n con los demas sin6pticos, llama la atenci6n que, en contraposici6n al texto de Marcos, el de Mateo se presenta sustancialmente abreviado. Contando muy escuetamente el exorcismo y ofreciendo solamente las informaciones estrictamente necesarias, Mateo marca todo su conjunto con la impronta de su intenci6n. En efecto, su narraci6n se compone de una introducci6n que in-
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forma del encuentro de Jesus con los endemoniados (8,28), viene luego la parte principal, que relata dramaticamente ese encuentro (8,29-32), y, por ultimo, la conclusi6n, que constata los efectos del suceso (8,33-9, la). Es llamativo que, en el transcurso de todo este relato, de repente han desaparecido por completo los discfpulos, que habian acompafiado a Jesus en la barca (8,23); asi pues, la acci6n tiene lugar solo entre los endemoniados y Jesus: este llega solo (8,28) y se va solo (9,la). De este modo, Mateo concentra su interes narrativo en Jesus y las fuerzas demoniacas y, consecuentemente, informa tambien enseguida del encuentro de los poseidos, que en absoluto parece casual. Es asi como todo da la impresi6n de que Jesus ha ido a esa regi6n pagana para hacerse cargo de las fuerzas demoniacas. El encuentro con los poseidos se desarrolla en tres pasos e, igualmente, la expulsi6n de los demonios conlleva un triple efecto; con esto, la orden de expulsi6n dada por Jesus (8,32a) queda en el centro. En el primer paso, la expresi6n he aqui dirige la atenci6n de los lectores sobre la petici6n de los endemoniados (8,29). De modo semejante, a continuaci6n, la mirada de los lectores parece orientarse -casi como si no tuviese relaci6n alguna con el tema- hacia los cerdos que pacen (8,30), pero es asi como se puede continuar con el tercer paso: la petici6n de los demonios (8,32a). El triple efecto de esa orden suya se manifiesta en la subita muerte dramatica de los demonios (8,32b), en la huida de los pastores, que cuentan todo en la ciudad (8,33), y, por ultimo, en la salida de todos los habitantes de la ciudad (8,34).
Configuraci6n semantica del texto 8,28: Introducci6n Localizar con precisi6n lo que indica el complemento de lugar territorio de los gadarenos acarrea algunas dificultades: Gerasa, que junto a otros testimonios tambien Marcos menciona en este contexto, esta a mas de 50 kil6metros del lago de Genesaret, en Jordania, por lo que no hace aqui al caso; Gadara pertenecia a la Decapolis y estaba a unos 10 kil6metros al sudeste de ese lago. Es posible que como una indi-
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EI Hijo de Dios que lihera: 8,28-9,la
caci6n de lugar amplia, en el sentido de en la regi6n de los gadarenos, al narrador le haya resultado suficiente la referencia a la ciudad mas cercana. En todo caso, Mateo esta aludiendo a un territorio pagano, pues no cabe pensar en un rebafio de cerdos en Israel, porque estos eran animales impuros para los judios. Esta es la primera y unica vez en el evangelio de Mateo en la que Jesus se encuentra fuera de las fronteras de Israel, y el relato le hace retornar a ellas despues del exorcismo, subrayando que Jesus es, ante todo, el Mesias para Israel (asi tambien en 1,21; 10,5), aunque, a su vez, lo narrado deja claro que su envio no es exclusivo para este pueblo, sino que alcanza tambien a los paganos (igualmente en 8,5-13 y 15,21-28). En Mateo se trata de dos endemoniados (no de uno solo, como en Marcos y Lucas), una duplicaci6n similar a la quese encuentra en el caso de los ciegos (9,27; 20,30). Es probable que el autor pretenda corroborar lo sucedido con un doble testimonio, aunque no en todos los casos hable de dos personas curadas por Jesus. Con todo, lo mas importante aqui es que Mateo evita dar una descripci6n detallada de los poseidos, por lo que el hecho de que nadie podia salirles al encuentro aparece con mayor relevancia: Jesus si lo hace, y los libera de sus demonios. Jesus consigue lo que no lograban los habitantes de aquella regi6n: aniquilar a los demonios. 8,29-32: Jesus y los endemoniados En este encuentro dramatico, todo el peso recae en la unica palabra de Jesus: jVayan!, que Mateo contrasta con la detallada petici6n de los demonios de poder ir a la piara. A continuaci6n, el triple efecto producido enfatiza el poder de la palabra de Jesus, a la que el autor contrapone la impotencia de los demonios quese ven amenazados: una sola palabra de Jesus basta, pues enseguida se advierte su efecto, incluso de tres maneras distintas. Consecuentemente con esto, Mateo evita desarrollar un dialogo entre Jesus y los demonios (como si hacen Marcos y Lucas): estos obedecen y el resultado es su aniquilaci6n. En esta misma linea
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de la resurreccion, aniquila el poder del mal. Jesus enviara luego a sus seguidores a hacer lo mismo.
8,33-9,la: La reacci6n de la gente de la ciudad Los efectos de la palabra de Jesus se manifiestan en tres planos: los cerdos encuentran la muerte en el mar, sus pastores huyen para contar lo sucedido a la ciudad y todos los habitantes de esta salen al encuentro de Jesus para pedirle que abandone su territorio. Cabe destacar que, a diferencia de Marcos y Lucas, Mateo no se interesa por los dos hombres que han sido sanados ni dice quese convirtieron en heraldos de Jesus (si en Lc 8,39). A Mateo le interesa otra cosa, y es lo que deja claro a traves de la huida de los pastores y de la peticion de los habitantes de la ciudad, a saber: en un territorio pagano en el que dominan demonios y los poderes ominosos, se puede apreciar la fuerza sobrenatural de Jesus. Esta fuerza suscita entre los habitantes conmocion, pero tambien exige veneracion y respeto. En esto reside la intencion pragmatica del relato.
Nexos pragmaticos del texto Ya hemos constatado que en este relato no aparecen los discipulos de Jesus: el se encuentra solo en un territorio pagano que no conoce un Dias personal, sino solo demonios y fuerzas oscuras que dominan a los hombres. Nuevamente Mateo ilumina la identidad de Jesus, esta vez no como Kyrios que salva del peligro a los discipulos, sino como Hijo de Dias en el que se manifiesta lo tremendo y fascinante de lo sagrado. Con absoluta superioridad, lo divino irrumpe en ese mundo de los hombres produciendo algo portentoso, pero causando tambien conmocion. Se suscita asi el anhelo de la cercania y, a la vez, el deseo de mantener la distancia. Los habitantes de Gadara muestran esta reaccion: salen para encontrarse con Jesus, pero le piden que abandone su territorio. Los lectores del evangelio, por el contrario, saben que Jesus no es solo un hombre dotado de poderes sobrenaturales, sino que es el Mesias, el Hijo de Dias, y que como tal libera a los seres humanos de los demonios y potencias ominosas que se
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EI Hijo de Dios que libera: 8,28-9,la
han apoderado de ellos. No hay ninguna persona ni ninguna regi6n donde no pueda mostrarse eficaz la liberaci6n que obra Jesus.
EI Hijo del Hombre con poder para perdonar pecados: 9,lb-8
1'
,,
2b
Y vino a su ciudad. Y he aquf que le trajeron a un paralftico postrado en una camilla. YJesus, viendo su fe, dijo al paralitico: iAnimo, hijo, tus pecados te son perdonados! Y he aquf que algunos escribas dijeron para si: jEste esta blasfemando! YJesus, conociendo sus pensamientos, dijo: iPor que estan pensando mal en sus corazones? iQue es mas facil, decir: tus pecados te son perdonados, o decir: levantate y anda? Para que sepan que el Hijo del Hombre tiene en la tierra poder para perdonar los pecados ...
bb
le dijo al paralitico: jlevantate, toma tu camilla y vete a tu casa! Y, levantandose, se fue a su casa. Pero, al ver esto, la gente se llen6 de temor y glorific6 a Dios, que habia dado tal poder a los hombres.
Tejido estructural del texto Tras el retomo de Jesus despues de su encuentro con los dos endemoniados en territorio pagano, Mateo afiade un nuevo relato de curaci6n que no s6lo (como anteriormente) muestra la fuerza sanadora del Maestro, sino que -sobre todo- pone en el centro su poder de perdonar los pecados. EI relato esta compuesto en forma concentrica: tras una breve introducci6n (9,lb) se presenta al paralitico (A: 9,2a), que tambien al final aparece nuevamente en el centro de atenci6n (A': 9,7);
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siguen las palabras que Jesus le dirige y con las que le concede el perd6n de sus pecados (B: 9,2b) y, poco despues, se dirige de nuevo a el con la orden de que se levante y vaya a su casa (B': 9,6b); en el punto central del relato (C-C': 9,3-6) hallamos una vez mas las palabras de Jesus (9,5), pero esta vez unidas a la declaraci6n acerca del poder del Hijo del Hombre sobre la tierra para perdonar los pecados (9,6a). La conclusi6n constata la reacci6n de la muchedumbre alli reunida (9,8). Observemos mas detalladamente los aspectos comunicativos importantes de este relato. En la primera parte (A-Pl..) aparece el paralitico; por cierto, completamente impotente (9,2), pues yace sobre su camilla y es trafdo por otras personas. Tras el encuentro con Jesus (9,7), es manifiesta la transformaci6n producida, pues ahora es el quien actua independientemente: se levanta y se marcha. Las palabras de Jesus al paralftico (B-B') contienen otra sefial importante: la declaraci6n del perd6n de los pecados tiene lugar en ese momento de manera inesperada, porque seria mas adecuada ahf una palabra poderosa que produjera la curaci6n; en esa declaraci6n, los lectores reconocen el suceso central, que no pueden pasar por alto. La segunda vez que Jesus habla al paralftico es para darle una orden, compuesta por dos imperativos (toma y ve) que presuponen que ya ha tenido lugar la curaci6n. La parte central (C-C') retoma una vez mas las palabras de Jesus al paralftico, ahora en una pregunta dirigida a los escribas (9,5), pero sin esperar que se le de ninguna respuesta. Sorpresivamente, la comunicaci6n se interrumpe de pronto con una frase inconclusa; tambien este cierre inusual contiene una sefial comunicativa para los lectores. Al final, en la reacci6n de la multitud, llama la atenci6n la observaci6n de que el poder se ha concedido evidentemente no solo a Jesus, sino a los hombres.
Configuraci6n semantica del texto 9, 1b: El cambio de lugar indica que aquf se inicia un nuevo relato. La acci6n tiene lugar en Cafarnaun, que Mateo identifica con la ciudad de Jesus (cf. 4,13).
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EI Hijo del Hombre con poder para perdonar pecados: 9,lb-8
9,2a: La llamada de atenci6n CiY he aqui!) que introduce el nuevo relato atrae el interes de los lectores sobre el suceso que sigue. A diferencia de las descripciones detalladas que ofrecen los otros dos sin6pticos, aquf se presenta al paralitico brevemente, pues a Mateo le interesa solo su impotencia y su incapacidad para actuar por sf mismo, lo que expresa a traves del pasivo estaba postrado. 9,2b: Jesus advierte la fe de los que trafan al paralitico y, en raz6n de ella, declara el perd6n de los pecados. Este vinculo entre fe y perd6n de los pecados es una sefial importante para los lectores. Con todo, las palabras de Jesus al paralftico suenan un tanto inusuales, porque no se refieren a su dolencia, ya que en la antigüedad se vefa siempre una relaci6n entre el aspecto destructivo de una enfermedad y el pecado. Los lectores advierten aquf que el nucleo del relato no es la curaci6n del paralitico, sino el perd6n de los pecados. Mateo expresa tambien en voz pasiva este perdon, con lo que remite a Dios como agente de esta accion (passivum divinum). Precisamente por eso, Jesus no pretende para sf la capacidad divina de poder perdonar los pecados, de modo que los escribas solo pueden reprocharle una blasfemia, pero no la pretension de detentar capacidades divinas. En el judafsmo, solo Dios posee la capacidad de perdonar pecados, cosa que no comparte con el Mesfas ni con el Hijo del Hombre (cf. Ex 34,6-7; Is 43,25; 44,22), de aquf que las palabras de Jesus confirman una vez mas que el poder actua en el: a un hombre que espera recuperarse fisicamente, Jesus le declara que ha sido restituido su vfnculo con Dios. 9,3-6a: Estos cuatro versfculos constituyen el centro del relato: se componen del comentario que hacen los escribas para sf y de la respuesta de Jesus, que contiene el nucleo de la perfcopa. Los escribas solo pueden reprocharle indirectamente a Jesus una blasfemia -en efecto, el ni siquiera emplea el sagrado nombre de Dios-, porque mezcla a Dios en el asunto sin tener (en su opinion) motivo para ello. Es verdad que la replica de Jesus, como una contra-pregunta, vale -en el relato- para los escribas, pero en el plano comunicativo alcanza tambien a los lectores: seguramente es mas fäcil decirle a un paralitico tus pecados son perdonados que ilevantate y anda!, pues, en ultima instancia, en el plano empfrico, no se puede comprobar si realmente los pecados estan perdonados,
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pero que un paralftico se levante y pueda andar es algo que puede ser constatado por cualquiera. Los lectores, pues, reconocen que el perdon de los pecados es facil. Jesus no espera de los escribas ninguna respuesta, sino que pasa inmediatamente a la accion. La frase incompleta deja a los lectores en la incertidumbre y a la expectativa de un cumplimiento aun esperado. Esto tiene lugar enseguida, a continuacion, pero una vez mas inesperadamente, porque Jesus muestra su poder para perdonar los pecados a traves de la curacion del paralftico. La designacion Hijo del Hombre es aquf solo un sinonimo de hombre: al final (9,8) se sefiala una clara relacion, pues en la tradicion apocalfptica (Dn 7) el Hijo de Hombre no posee el poder de perdonar los pecados, de modo que Jesus Dias manifiesta en el hombre su poder de perdonarlos, y el signo de ello es la curacion del paralftico. 9,6b: Jesus se dirige nuevamente al paralftico con una doble orden, y los escribas y los lectores reconocen lo siguiente: si el es capaz de decir 0 hacer lo mas dificil, no cabe duda de que tambien es capaz de lo mas fäcil, esto es, de perdonar los pecados. Los lectores comprenden que no ocupa el primer plano la curacion milagrosa, pues es solo un signo del perdon que ha tenido lugar y, conforme a ello, falta tambien una palabra de sanacion por parte de Jesus, pues el doble mandato presupone que ya se ha producido la curacion. En el centro, pues, esta el poder del Hijo del Hombre de declarar el perdon de los pecados, y esto es lo que nuevamente subraya el versfculo final, en el que la gente alaba a Dias por ese poder.
9, 7: El paralftico obedece las ordenes de Jesus, se levanta y se va a su casa, con lo que Mateo constata la curacion y, a la vez, verifica el poder de Jesus para declarar el perdon de los pecados. Cabe destacar el contraste con la descripcion introductoria del paralftico, pues ahora el actua de modo independiente. 9, 8: El coro conclusivo de la muchedumbre, que reconoce en lo sucedido la accion de Dias y lo alaba, se contrapone al escepticismo de los escribas. Sorprende que ahora no se habla del poder del Hijo del Hombre, sino de los hombres, a quienes se les ha otorgado la capacidad de perdonar los pecados. Los lectores reconocen aquf una sefial importante del texto.
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EI Hijo del Hombre con poder para perdonar pecados: 9,lb-8
Nexos pragmaticos del texto Nuestro texto trata del poder de perdonar los pecados que se le ha concedido al Hijo del Hombre (9,6b) o, en general, a los hombres (9,8). Se sefiala que ese poder, que solo corresponde a Dios, tambien se les ha dado a los hombres. En el marco del Antigua Testamento, cuando se habla del perdon como de un acto de la misericordia de Dios (Nm 14,9; Neh 9,17; Sal 86,5; Miq 7,18), asi como en relacion con el mandato de ser perfectos como el Padre celestial (5,48) y de la petici6n del padrenuestro (6,12), el lector comprende que no se trata solo de un poder, sino, en primer lugar, de un deber. La pregunta de Jesus sobre lo que es mas fäcil (9,5) deja tambien claro al lector que su deber de perdonar los pecados es algo sencillo: puede y debe ser siempre fäcil de practicar. En el capitulo 18, Mateo explica aun mas detalladamente ese poder y deber de perdonar siempre los pecados. En vista del Reino mesianico de Dios, la comunidad mateana asume para si la praxis de Jesus de conceder el perdon de los pecados y, consecuentemente, tambien el compromiso de vivir conforme a ese perdon misericordioso. Detras del poder y del deber de perdonar los pecados esta, en ultima instancia, la cuestion de Dios mismo: c:que Dios se manifiesta en las acciones de Jesus -en la praxis de la comunidad-, en la vida cotidiana de los cristianos? Esta cuestion nos acompafiara tambien en la siguiente pieza de union.
Segunda pieza de uni6n: 9,9-17
Preludio Y al irse de alli Jesus, vio a un hombre llamado Mateo, sentado en el despacho de impuestos, y le dijo:
jSigueme!
Y levantandose, le sigui6.
Primera disputa 10
Y sucedi6 que, estando el a la mesa en la casa, he aqui que vinieron muchos publicanos y pecadores y estaban a la mesa con Jesus y sus discipulos.
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Y los fariseos, al ver esto, decian a sus discipulos: /Por que come su maestro con los publicanos y pecadores?
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Pero el, al oirlo, dijo: No necesitan medico los que estan sanos, sino los que estan mal.
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Vayan, pues, y aprendan que significa jquiero misericordia y no sacrificios! (Os 6,6). Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.
Segunda disputa 14
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17
Entonces se le acercan los discipulos de Juan diciendo: nosotros y los fariseos ayunamos a menudo, /Por que tus discipulos pero no ayunan? Y Jesus les dijo: /Pueden acaso los invitados a la boda ponerse tristes mientras el novio esta con ellos? Dias vendran cuando les sera arrebatado el novio, entonces ayunaran. de pano nuevo en un vestido viejo, Nadie hace un remiendo lo afiadido tira del vestido y se produce porque un desgarro peor. Ni tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, los odres revientan y el vino se derrama, pues y los odres se destruyen; el vino nuevo sino que se echa en odres nuevos, y asf se conservan los das.
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Tejido estructural del texto Esta pieza de uni6n se compone de tres pequefios episodios: la vocaci6n del publicano Mateo (9,9), que constituye asimismo el "preludio" del siguiente dialogo con los fariseos (9,10-13), y la conversaci6n con los discipulos de Juan (9,14-17). EI preludio esta estrechamente unido con la primera disputa a traves de la palabra clave publicano, y las dos disputas, a su vez, estan construidas en paralelismo: a una pregunta de crftica sigue la respuesta de Jesus, explicada detalladamente en cada ocasi6n por medio de varios ejemplos. El relato de la vocaci6n esta muy estilizado y coincide con el desarrollo de la narraci6n en los primeros llamamientos (4,18-22): pasando - via - le dice - levantandose - le sigue. Jesus es el personaje principal, pero el interlocutor responde con presteza, como antes los cuatro hermanos. El siguiente episodio -la primera disputa- tiene lugar en otro sitio, y a la descripci6n introductoria de la comida de Jesus con publicanos y pecadores (9,10) le sigue la pregunta de los fariseos (9, 11) y, por ultimo, la respuesta de aquel (9, 12-13), que se compone de tres partes: un refran (9,12), una cita de Oseas (9,13a) y una consecuencia, introducida por porque (9,13b). El ultimo episodio informa acerca de una conversaci6n con los discipulos de Juan, construida de forma totalmente simetrica al pasaje anterior: a una pregunta de crftica (9,14) sigue la respuesta de Jesus, compuesta por una fundamentaci6n directa, a traves de una imagen (9,15), y una indirecta, por medio de das ejemplos (9,16-17). La contraposici6n entre nuevo viejo y las palabras novio y boda no solo trata del ayuno como respuesta a la pregunta inicial, sino que alude igualmente al tiempo nuevo, escatol6gico.
Configuraci6n semantica del texto 9,9: Preludio Ya hemos sefialado que el relato de la vocaci6n de Mateo sigue el mismo esquema que el del llamamiento a los hermanos pescadores (4,18-22). El echar mano a ese modelo similar muestra que el autor no esta interesado s6lo en ofrecer un
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Segunda pieza de union: 9,9-17
informe hist6rico, sino que busca acomodar el material tradicional a sus lectores. En efecto, son los lectores de cualquier epoca los que oyen ese jsigueme!; el tiempo verbal presente en la exigencia de Jesus, acentua la permanente actualidad de su llamamiento. La unica diferencia importante es que aqui se convoca al seguimiento a un publicano, no a un pescador; esto es, a alguien que esta al servicio de las fuerzas de ocupaci6n. En otras partes del evangelio se mencionan tambien los publicanos siempre en relaci6n con pecadores, prostitutas o paganos, lo que subraya el escaso aprecio que tenian entre la poblaci6n. Sin embargo, al primer evangelio le importa constatar que entre los Doce habia tambien un publicano (10,3), lo que podria indicar que en la comunidad de Mateo el ap6stol hom6nimo, en cuanto miembro de ese grupo de publicanos, poseia un rol no despreciable. EI hecho de que Jesus tuviese un personaje asi entre sus discipulos es algo provocador, pues esas personas eran consideradas por los fariseos como pecadores incorregibles. Lo que para los piadosos constituia un escandalo, era sin embargo para la comunidad mateana un signo de los tiempos mesianicos.
9,10-13: Primera disputa A continuaci6n, se describe nuevamente ese escandalo para los fariseos: Jesus come con personas despreciadas, con muchos publicanos y pecadores. Ya antes (8,10-12) habia hablado Jesus del banquete escatol6gico, en el que participarian los que estaban lejos. La opci6n de Jesus por los pecadores es un hecho incontestable, corroborado por la tradici6n sin6ptica, y fue por eso por lo que sus opositores lo calificaron de amigo de publicanos y pecadores (Mt 11,19 // Lc 7,34), una reputaci6n que no puede haber sido una elaboraci6n posterior de la comunidad. Por pecadores se comprende a todas las personas que de alguna manera actuan o viven contra la Tora: pueden ser "profesionalmente" pecadores, como ocurre con quienes ejercen una profesi6n "impia", como por ejemplo publicanos, prestamistas de dinero, prostitutas, curtidores, etc., pero con ello tambien puede aludirse a todos los hombres que han pecado y que son reconocidos como tales por la comunidad; por ejemplo, los mentirosos, embusteros, ladrones y todos los que han cometido alguna injusticia con los demas.
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Los fariseos preguntan a los discipulos de Jesus acerca del motivo por el cual su Maestro tiene trato con esas personas que manifiestamente actuan en contra de la Tora. En el plano pragmatico es significativo que no responden los discfpulos, sino Jesus mismo, pues con ello se remite la praxis de la comunidad directamente a la conducta del Maestro. La triple respuesta, con el refran, la cita y la fundamentaci6n, hace recaer el peso de la declaraci6n en el centro, esto es, en la cita de Oseas, introducida por la f6rmula rabinica de ensefianza, al estilo de la Halaka: "Vayan (salgan) y vean / aprendan (de la vida)" (P. Avot 2,9). Esta cita de Oseas posee para Mateo un sentido especial, pues la refiere dos veces (tambien en 12,7), mientras que los demas autores del Nuevo Testamento, y tambien los escritos cristianos de los primeros siglos, no la mencionan. EI profeta Oseas condena la piedad superficial e hip6crita que descuida el vinculo esencial de la alianza entre Dios y los hombres: el quiere justicia y santidad, jpero los hombres le ofrecen sacrificios! Al afiadir aqui la cita de Oseas, Mateo esta refiriendo al envio de Jesus la justicia requerida, a traves de la formulaci6n he venido (~Jc8ov): el vive la misericordia de Dios en su relaci6n con las personas, especialmente con los publicanos y pecadores; y esto es, a su vez, un signo del tiempo escatol6gico. Los creyentes comprenden esta cita de Oseas tambien en relaci6n con la interpretaci6n de la Tora que hizo Jesus acerca de cumplir una justicia mayor (5,20). No quedan abolidos los sacrificios y el culto, pero estos solos no son suficientes. Tampoco se trata de ampliar y agravar las prescripciones, sino de lo que constituye su verdadero sentido: vivir la relaci6n con Dios conforme a su voluntad salvifica universal.
9, 14-17: Segunda disputa A traves de la indicaci6n temporal (entonces) y del cambio de personas (los discfpulos de Juan), Mateo marca el inicio de un nuevo pasaje, que se vincula con el anterior por los fariseos -aqui presentes y que ya habian sido mencionados- y por la estructura similar. Con todo, ahora son los discipulos de Juan quienes se dirigen directamente a Jesus y le preguntan acerca de la practica del ayuno, que era considerada una forma de expiaci6n de los pecados cometidos y que, por eso,
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Segunda pieza de union: 9,9-17
constitufa, a su vez, una expresi6n de tristeza. Habfa ayunos colectivos como reacci6n a desgracias publicas y, unidos a la petici6n de perd6n, siempre les acompafiaba el deseo de restauraci6n del bienestar. La respuesta de Jesus (9,15), en forma de contra-pregunta, traslada el problema a otro plano: en efecto, ante el horizonte del tiempo que ya ha irrumpido con el, es Jesus quien pone ahora en el centro de atenci6n su propio comportamiento "escandaloso", pues ya habfa sido criticado anteriormente por ser amigo de publicanos y pecadores, y luego se le afiadira tambien el reproche de ser glot6n y bebedor (11,19). EI autentico problema es, pues, la identidad de Jesus, y el responde con la imagen de la celebraci6n de bodas. En el Antigua Testamento, el amor dichoso entre los esposos es una metafora del vinculo logrado entre Dias y su pueblo, de ahf que los profetas describan el tiempo salvffico mesianico con la imagen de las bodas: Jerusalen es la novia y Dias el novio (Is 61,10; 62,4-5; Jr 2,32). Tambien en el Nuevo Testamento, el amor entre las personas sirve de modelo de la buena relaci6n con Dias (1 Jn 4,8-12.16; Ap 21,2-17). Por todo esto, no llama la atenci6n que se describa el tiempo escatol6gico con la metafora de las bodas. No obstante, no se halla nunca en el Antigua Testamento una referencia a que el Mesfas fuera el novio: este es siempre Dias, y la novia es Israel o Jerusalen. Cuando en los textos judfos el Mesfas desempefia algun papel con esa imagen, es el de "testigo" que conduce a la novia (Israel) hacia su novio (Dias). c:Puede Mateo, en cuanto judfo, haber cambiado esa imagen tradicional, de modo que ahora el Mesfas sea el novio? Tambien en la parabola de los invitados a la boda (22,1-14) y en lade las diez vfrgenes (25,1-15) emplea esa imagen. (Es Jesus el novio que celebra primero en medio de sus discfpulos (los invitados a la boda) y luego es arrebatado? EI tiempo de la ausencia, entonces, c:es el lapso entre la resurrecci6n y el retorno de Cristo? Sin embargo, Mateo habla del novio (al igual que del Hijo del Hombre) s6lo en tercera persona, no identificandolo nunca directamente con Jesus. Ademas, esa denominaci6n se emplea siempre en comparaciones, de modo que debe advertirse que el lenguaje de las mismas es metaf6rico.
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En el caso de nuestro pasaje, el novio y las bodas simbolizan la "novedad" del tiempo mesianico; esto se destaca tambien por el contexto inmediato, que trata del pafio nuevo y del vino nuevo. No se trata, pues, de intentar sustituir al novio-Dios por Jesus, porque, en ultima instancia, resultaria extraiio que precisamente Mateo, que enfatiza el Dias con nosotros (2,23; 28,20), sea quien hable subitamente de que el novio es arrebatado. Probablemente se este reflejando aquf una elaboraci6n de la metafora con el objetivo de justificar el ayuno de los cristianos despues de la muerte de Jesus. En efecto, hay que tener siempre presente que el evangelio de Mateo ha sido elaborado y compuesto en un tiempo de transformaci6n y cambio, en el que los elementos mas teol6gicos recibieron un acento fuertemente cristol6gico; incluso los ejemplos siguientes revelan esa "acomodaci6n". Los
Nexos pragmaticos del texto Con seguridad, nuestro texto ha sido compuesto despues del aiio 70, cuando, a causa de la destrucci6n del templo, ya no era posible llevar a cabo sacrificios. Por esa misma raz6n, tambien en el judafsmo de ese tiempo las obras de misericordia eran tenidas como un sacrificio agradable a Dios; de aquf
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que Os 6,6 fuera un texto central en la nueva organizaci6n religiosa del judafsmo fariseo. Mateo amplia la misericordia exigida y preferida por Dios, especialmente a aquellas personas que tenfan mas necesidad de ella: a los publicanos y pecadores, a los despreciados y excluidos. Para Mateo, la renovaci6n mesianica comienza precisamente no con los "puros" (lo que, por ejemplo, sostenfa el movimiento de Qumran), sino con los excluidos. Esto es lo que remarca en varios pasajes de su evangelio, como por ejemplo en la parabola del banquete de bodas (22,3.10) al que son invitados los despreciados por los demas. Por esto, la f6rmula rabfnica "vayan y aprendan" tiene aquf una connotaci6n polemica; es como si Jesus dijese: c:no saben que Dios es misericordia y quiere misericordia? Otro importante punto de partida pragmatico para los lectores es la cita de Oseas en el contexto explicito de un relato de vocaci6n. EI llamamiento del publicano Mateo, junto a la referencia a la reuni6n de sus iguales y de los pecadores, da una seiial indicativa a la comunidad en torno a Jesus tanto de aquella epoca como de la actual. A ese marco pertenece tambien la parabola de la cizafia en el trigo, que apunta a los miembros de la comunidad que se remiten al poder de Dios para quitar del mundo "el mal" (13,28-30) y que juzgan a los demas sin mirarse criticamente a sf mismos (7,1-15), que cuelan el mosquito pero se tragan el camello (23,24). Asf pues, la cita de Oseas, en relaci6n con el relato de vocaci6n, exhorta a los discipulos de Jesus a creer en la bondadosa sabiduria de Dios y a imitar el comportamiento misericordioso de Jesus con los excluidos. Es probable que los dos dichos sobre lo nuevo y lo viejo esten tratando un punto de conflicto de la comunidad mateana con su entorno. En los tiempos de la nueva organizaci6n del judaismo, tras la destrucci6n del templo, tampoco Mateo queria que "lo viejo" se perdiese; la unica indicaci6n para vivir en su tiempo, en una tierra ocupada y sin templo, la hallo en seguir la ensefianza de Jesus: lo que a los demas les pareci6 un escandalo fue para el una posibilidad de vincular lo viejo con lo nuevo y, precisamente asf, poder salvarlo. Con esto, Mateo esta ofreciendo tambien a sus lectores un criterio distintivo: lo viejo no debe desecharse simplemente, pero quien cree en Jesus tampoco es un mero conservador de
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lo que ya ha pasado. Lo antiguo no
La fe que supera la muerte: 9,18-26
El ruego del magistrado 18
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Cuando les estaba diciendo esto, he aquf que, acercandose, un magistrado se postr6 ante el diciendo: Mi hija acaba de morir, pero ven, imp6n tu mano sobre ella iY vivira! Y /evantandose, Jesus Je sigui6, junto con sus discfpulos.
La hemorroisa 20
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Y he aquf que una mujer que padecfa f/ujo de sangre desde hacfa doce afios, acercandose por detras, toc6 el borde de su manto. Pues se decfa para sf: Con solo tocar su manto, me salvare. Pero Jesus, al volverse y verla, iAnimo, hija!, tu fe le dijo: te ha salvado. Y desde aquel momento Ja mujer qued6 salvada.
Jesus resucita a la hija del magistrado 23
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al llegar a Ja casa del magistrado y ver a los flautistas y la gente alborotando, dijo: Retirense! Pues la muchacha no ha muerto; esta dormida. y se burlaban de el. Mas, echada fuera la gente, entrando, la tom6 de la mano y Ja muchacha se levant6. Y esta noticia se extendi6 por toda aque/la regi6n. YJesus,
Tejido estructural del texto Con estos dos relatos de milagros, Mateo introduce un ultimo apartado en el que, despues de tratar de las curaciones y de la identidad del Mesfas, hace lo propio con la fe en el Mesfas. EI tercer apartado contiene algunas peculiaridades; asf, llama la atenci6n el elemento de la duplicaci6n, pues
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Mateo habla de dos mujeres, de dos ciegos y de la curaci6n de una doble enfermedad (posesi6n y mudez). La segunda particularidad reside en el hecho de que se retoman conceptos caracteristicos de toda la unidad (8,2-9,34), pues se trata de la identidad de Jesus, del seguimiento y de la salvaci6n, relacionandolos con la fe. Los lectores encuentran aqui respuestas a la pregunta que les acompafiaba hasta ahora: (que Mesias es Jesus? Sin embargo, pese a todos los milagros y signos suyos, este pasaje termina con la incredulidad de los fariseos (9,34): los lectores
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La fe que supera la muerte: 9,18-26
Configuracion semantica del texto 9,18-19: EI ruego del magistrado Mateo describe la actitud del magistrado como un postrarse ante Jesus, y este verbo designa tanto la adoraci6n a Dias como el rendir honores a una persona poderosa; el evangelista lo emplea para reconocer a Jesus como el Mesias. La petici6n del magistrado expresa una fe confiada en el poder sanador de Jesus, que incluso supera la muerte. Hasta ahora Jesus habia curado enfermos, pero aun no se habia visto que tuviese poder sobre la muerte; para el magistrado, sin embargo, no cabe ninguna duda al respecto: su postrarse y su petici6n expresan claramente que ve que en Jesus actua un poder divino.
9,20-22: La hemorroisa El padecimiento de la hemorroisa, que sufre su enfermedad desde hace doce afios, no s6lo la ha afligido durante mucho tiempo, sino que tambien la ha excluido de las fiestas en el templo y del culto (cf. Lv 15,10.25). Su intenci6n de almenos tocar el manto de Jesus para sanar refleja una religiosidad popular magica, pero, sobre todo, muestra la gran confianza y fe de la mujer en Jesus. Mateo enfatiza esto indicando que ella queria tocar el borde del manto de Jesus: las orlas de los mantos simbolizaban los 613 mandatos, y precisamente en esto la mujer ve la fuerza eficaz de Jesus y concentra su esperanza. La fe confiada de la mujer le permite abrigar esperanzas incluso en su desesperada situaci6n. Jesus reacciona al roce confirmandole la curaci6n: jTu fe te ha salvado !
9,23-26: Jesus resucita a la hija del magistrado Cuando Jesus llega a la casa del magistrado, los flautistas y la gente alborotada manifiestan ya la atm6sfera de luto. La resurrecci6n tiene lugar en la casa y en secreto, con la exclusi6n de la gente: s6lo estan Jesus y la muchacha, con lo que Mateo confiere al relato un caracter misterioso. En la misma linea hay que entender la afirmaci6n de Jesus de que la nifia no esta muerta, sino s6lo dormida: frente a todos los signos externos (flautistas, alboroto de la gente) de una muerte real, esta afirmaci6n resulta extrafia y es por ello una referencia a
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la realidad diversa de la fe. Leyendo esto desde la resurrecci6n de Jesus, que ha superado la muerte, resulta evidente esta realidad de la fe: jla niiia no esta muerta! Hacienda frente a la incredulidad de la gente, quese burla, Jesus resucita a la niiia nuevamente a la vida. EI verbo que describe la reacci6n de la muchacha puede entenderse como levantarse o ser resucitado, y de acuerdo con esto los lectores pueden interpretar este suceso a la luz de la resurrecci6n de Jesus como relato de resurrecci6n. La fe que desde el inicio habia manifestado el padre con su petici6n a Jesus -iimp6n tu mano sobre ella y vivird!- posibilita la nueva vida. EI hecho obvio de que la noticia se extienda (9,26) da a entender que Jesus no tiene nada que ver con ello. Para Mateo, el mesianismo de Jesus no se manifiesta por medio de milagros, por la cual no se esfuerza en darles demasiado enfasis.
Nexos pragmaticos del texto Nuestro texto destaca un aspecto importante de la comprensi6n de los milagros en Mateo: el milagro no es un signo que quiere provocar la fe, sino un paradigma que muestra la eficacia de la fe (cf. 21,21-22); no es el milagro el que suscita la fe, sino que la fe suscita el milagro. La mujer an6nima constituye un admirable ejemplo de lo que la fe puede obrar, y es esa fuerza y esa eficacia de la fe lo que Mateo presenta aquf, de modo contundente, a sus lectores. Relatos de resurrecci6n se encuentran tanto en la literatura bfblica (el hijo de la viuda de Sarepta, el de la sunamita, Tabita) como en la extrabfblica (Filostrato, Vita Apol. IV 45). A diferencia de esas narraciones, Mateo suprime de su texto todo lo que pueda subrayar excesivamente el milagro; por eso, en el contexto de su evangelio, este relato de resurrecci6n se entiende tambien como una alusi6n anticipada a la fuerza liberadora de la resurrecci6n de Jesus: el confronta la realidad de la muerte con el Dios de la vida. En el judafsmo, el tiempo mesianico estaba vinculado no solo con el cese de las enfermedades, sino tambien con el final de la muerte (Is 25,8), de ahf que Mateo este indicando claramente que con Jesus ya ha irrumpido el tiempo mesianico.
La fe que abre los ojos: 9,27-31
"
Y cuando Jesus se iba de allf, Je siguieron dos ciegos gritando y diciendo: jTen piedad de nosotros, Hijo de David!
Pero al llegar a la casa, se le acercaron los ciegos y Jesus les dijo: lCreen que tengo el poder de hacer esto? Le dijeron: Si, Sefior. 29 Entonces les toc6 los ojos diciendo: Que se haga en ustedes segun su fe. 3oa Y se abrieron sus ojos, 28
iob
y Jesus les advirti6
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diciendoles: jMiren que nadie lo sepa! Pero ellos, en cuanto salieron, contaron acerca de el en toda aquella regi6n.
Tejido estructural del texto El texto se desarrolla en tres pasos y se puede estructurar como sigue: en la introducci6n se presentan das ciegos que siguen a Jesus y le piden ayuda con gritos (9,27); la siguiente escena tiene lugar en la casa y se compone de una pregunta, la respuesta de los ciegos, un gesto y una palabra de Jesus, asf como tambien de la constataci6n de la curaci6n (9,28-30a). Llama la atenci6n aquf la fe, explfcitamente acentuada en la pregunta y la reacci6n de Jesus, asf como en la respuesta de los ciegos. Al final viene una exhortaci6n de Jesus que no es seguida por los ciegos, pues ellos hablan en todos los sitios acerca de el (9,30b-31). Hay dos elementos que parecen superfluos en este relato: la pregunta de Jesus a los ciegos (9,28), que ya antes habfan expresado su fe con sus gritos, y la orden de guardar silencio
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(9,30b), que -excepto aqui- nunca es importante para Mateo y que los ciegos tampoco obedecen. Estos elementos aparentemente superfluos pueden servir a los lectores de punto de partida para la actualizaci6n del texto.
Configuraci6n semantica del texto 9,27: Curaciones de ciegos hay en todos los evangelios. El hecho de que Mateo -aquf y en otro relato casi identico en 20,29-34- hable de dos ciegos puede tener su raz6n en la exigencia de un doble testimonio (Dt 17,6; 19,15) o puede tratarse simplemente de una forma de reforzar el relato. A causa de la falta de higiene o de la deficiente medicina, la ceguera estaba mas extendida en la antigüedad que en nuestros dias. En_ el Antigua Testamento, los ciegos estaban excluidos del servicio sacerdotal (Lv 21,18) y no podian acceder altemplo (2 Sm 5,8). Mateo describe la conducta de los ciegos como seguimiento y de este modo los caracteriza como discipulos de Jesus. Segun esto, los dos ciegos lo reconocen como sujeto de una autoridad divina, poseedor del poder de curar y liberar; por eso se dirigen a el con el mas usual titulo mesianico: Hijo de David. Aparte del titulo del evangelio, este es el primer pasaje en el quese llama asf a Jesus, pero esta designaci6n se encuentra mas adelante aplicada a menudo a el, sobre todo en el capftulo 21, cuando Jesus llega a Jerusalen; es indudable, pues, que se trata de un tema importante en este evangelio. En el Antigua Testamento, la expresi6n Hijo de David se refiere a la descendencia de David, a quien Dios promete que su linaje y su reinado perduraran eternamente (2 Sm 7,16). Tambien en los Salmos de Salom6n, escrito judio del siglo I a. C„ se describe el tiempo mesianico con conceptos y categorias de sefiorio y poderio imperial: el Hijo de David es el ungido de Dios, acreditado por el poder y la justicia de Dios. Los ciegos piden piedad a Jesus. Su petici6n, que suena como una exclamaci6n liturgica, muestra que han comprendido que la misi6n de Jesus consiste precisamente en la realizaci6n de esa misericordia (9,13). El imperativo jten piedad
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La fe que abre los ojos: 9,27-31
de nosotros! posee una doble funci6n: expresa la absoluta necesidad de los
9,30b-31: El mandato de silencio, en el evangelio de Marcos, prohfbe desvelar la identidad de Jesus antes de su muerte, por cuanto que enseguida se hara patente en la cruz. Pero aquf esa orden posee otra funci6n, pues Mateo no quiere ocultar la identidad de Jesus: el no es el Mesfas porque realiza milagros o porque es vencedor y poderoso, sino porque es misericordio-
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so y humilde (cf. 11,29; 12,18-21) y porque participa de la fuerza-poder de Dios. Corno seguidores y creyentes, los curados hablan tambien acerca de el -de Jesus, no del milagro- y asf divulgan su verdadera identidad, conforme al sentido de Mateo.
Nexos pragmaticos del texto En el Antigua Testamento, la ceguera es, a menudo, una metafora de la cerraz6n ante Dios y ante su voluntad salvadora, por eso los profetas reprueban frecuentemente a las personas su ceguera (Is 43,8; Jr 5,21; Ez 12,2). Tambien Mateo menciona la ceguera de los dirigentes del pueblo (15,14; 23,16-26). Aquf el evangelista narra la curaci6n de dos ciegos que, en raz6n de su fe, reconocen a Jesus y lo confiesan como el Hijo de David, el Mesfas davfdico (1,1). Los lectores comprenden que hay una ceguera que se puede curar y una ceguera que se cierra a reconocer la verdadera identidad de Jesus (12,22-24). Los lectores
Fee incredulidad: 9,32-34
32
33 '
33 b
34
Mientras ellos salfan, he aquf que le trajeron a un sordomudo endemoniado. Y cuando fue expulsado el demonio, rompi6 a hablar el sordomudo. Y la muchedumbre se admiraba diciendo: j]amas se vio cosa igual en Israel! Pero los fariseos decfan (de nuevo): Por el prfncipe de los demonios expulsa a los demonios.
Tejido estructural del texto Este relato esta construido de forma muy sencilla: primero se presenta al poseido sordomudo y se cuenta brevemente su curaci6n (9,32-33a); despues se contraponen la reacci6n de la muchedumbre y lade los fariseos (9,33b-34).
Configuraci6n semantica del texto 9,32-33a: Con la sefial jhe aqui!, Mateo llama la atenci6n de los lectores sobre el enfermo golpeado por un triple sufrimiento, pues es sordomudo y esta poseido por un demonio. El evangelista no informa de una petici6n de los que traen al enfermo a Jesus, ni tampoco de una palabra de curaci6n 0 un gesto por parte de este, sino que solo constata muy brevemente la sanaci6n. Es por esto por lo que el peso del relato recae en las distintas reacciones de la multitud y de los fariseos. 9,33b-34: La gente se admira ante la curaci6n que ha tenido lugar, y los fariseos se obstinan en su actitud de rechazo. La admiraci6n de la multitud se expresa en su exclamaci6n de que nunca habia sucedido algo asi en Israel. Es verdad que la admiraci6n no es todavia fe (cf. tambien 8,27; 27,14), pero
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sf es una condici6n para la misma. Por el contrario, los fariseos acusan a Jesus de estar aliado con el prfncipe de los demonios (asf tambien en 12,22-24) y dicen que puede actuar de esa forma por el poder del maligno. Con ello estan negando, a su vez, la fuerza mesianica de su conducta, esa que en el relato anterior los ciegos habfan confesado con fe. Al cerrar Mateo esta unidad con una acusaci6n tan grave, esta sefialando a los lectores lo siguiente: quien comparte la posici6n de los fariseos niega el cumplimiento presente de la promesa mesianica.
Nexos pragmaticos del texto Para el profeta Isafas, el tiempo mesianico se caracteriza porque los ciegos ven, los sordos oyen, los mudos hablan y los paralfticos pueden andar (Is 35,5-6). Es asf como los lectores se ven aquf puestos ante la alternativa de seguir el camino de quien ve en Jesus la acci6n de Dios o de escoger la senda de los fariseos descritos en este pasaje, que rechazan a Jesus porque consideran que actua por un poder antidivino.
b) 9,35-11,1:
Jesus transmite su encargo a sus discipulos
EI segundo gran discurso de Jesus -el del envio- es teol6gicamente tan importante como el primero, el serm6n de la montafia, pues, ademas del tema del seguimiento, trata de la transmisi6n del encargo del Mesfas. Las siguientes observaciones pueden servir para una primera estructuraci6n del texto. Todo el conjunto esta enmarcado por dos sumarios (9,35 y 11, 1) que describen la actividad de Jesus. EI primero de ellos (9,35) une el primer ciclo narrativo, sobre el encargo de Jesus de ensefiar y sanar (4,17-9,34), con el segundo, que comienza aqui (9,36-11,1). EI sumario conclusivo (11,1) retoma una vez mas los terminos centrales ensefiar y anunciar en las ciudades, del versiculo 9,35, cerrando asi el marco del discurso de envio. EI primer sumario (9,35) y los versiculos que le siguen (9,36-10,5a) constituyen la introducci6n narrativa del segundo gran discurso, que comienza en 10,5b. EI discurso del envio puede tambien subdividirse en pequefias unidades: asi, cabe advertir que hay tres secuencias tematicas, enmarcadas por una introducci6n previa (9,35-10,5a) y una sintesis conclusiva (11,la). La primera de dichas secuencias (10,5b-11) hace una lista de las distintas tareas de los enviados. La segunda (10,16-33) trata del envio y la entrega de los enviados, y se compone, a su vez, de tres partes, introducidas solemnemente en 10,16 por medio de la expresi6n miren, yo los envio, y se cierra con una aclaraci6n exhortativa en 10,32-33. Las tres partes asi enmarcadas tratan de la entrega que padeceran por parte de los demas (10,17-23) y de la relaci6n del Maestro con sus discipulos (10,24-25), y concluyen con la promesa de la presencia de Dios (10,26-31). La tercera y ultima secuencia (10,34-42), trata de otros presupuestos del envio. Esta estructura corresponde al triple esquema de composici6n del serm6n de la montafia.
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Introducci6n narrativa
9,35-10,5a
LAS TAREAS DE LOS ENVIADOS
10,5b-15
ENVfo Y ENTREGA
10,16-33
Aclaraci6n introductoria Entrega por parte de los hombres Relaci6n Maestro-disdpulos La permanente presencia de Dios Aclaraci6n conclusiva PRESUPUESTOS DEL ENVfO
10,34-42
Conclusi6n narrativa
11,1
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10,16 10,17-23 10,24-25 10,26-31 10,32-33
Introducci6n narrativa: 9,35-10,Sa
La actuaci6n de Jesus 35 YJesus recorria todas las ciudades y aldeas, ensefiando en sus sinagogas y anunciando el Evangelio del Reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Jesus siente compasi6n de la gente 36 Y al ver a la muchedumbre, sentia compasion de el la, porque estaban cansados y abatidos: como ovejas sin pastor (Nm 27, 17; 2 Cro 18, 16). 37 Entonces dijo a sus discipulos: jla mies es mucha, pero los trabajadores pocos! 38 Rueguen, pues, al Sefior de la cosecha que envie obreros a su mies. El envio de los Doce rn,i Y llamando a sus doce discipulos, les dio poder sobre los espiritus inmundos para expulsarlos y para curar toda enfermedad y dolencia. Los nombres de los doce apostoles son estos: primero Simon, llamado Pedro, y su hermano Andres, y Santiago, el de Zebedeo, y Juan, su hermano, Felipe y Bartolome, Tomas y Mateo, el publicano, Santiago, el de Alfeo, y Tadeo, Simon, el Cananeo, y Judas lscariote, el que le entrego. 5' A estos doce envio Jesus despues de darles estas instrucciones, diciendo:
Tejido estructural del texto La introducci6n narrativa se compone de tres pequefias unidades que se diferencian por un claro cambio en el empleo del vocabulario. Las tres tienen el mismo sujeto, a saber, Jesus, que es quien determina todas las acciones: en la pri-
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mera parte (9,35), el verbo, junto con tres participios, constituye un sumario de su actuar; la segunda unidad (9,36-38) contiene otras dos acciones importantes de Jesus que describen su percepci6n de la necesidad de ayudar a las personas cansadas; la tercera parte (10,l-5a) pone en el centro a los Doce y a su habilitaci6n por parte de Jesus para ser enviados. Las acciones de Jesus, narradas con detalle, indican que aqui se esta tratando un tema importante.
Configuracion semantica del texto 9,35: La actuaci6n de Jesus Este versiculo repite casi literalmente el sumario de 4,23. Solo llaman la atenci6n tres pequefias variaciones: se menciona expresamente a Jesus como el sujeto de la acci6n, la indicaci6n de lugar toda Galilea es reemplazada por todas las ciudades y aldeas, y se omite la especificaci6n de que Jesus curaba todas las enfermedades y dolencias en el pueblo. Con estas variaciones Mateo deja claro su interes en destacar especialmente en este pasaje a Jesus como el unico protagonista. La menci6n de las ciudades y aldeas, asi como la omisi6n del pueblo, probablemente esten motivadas por la intenci6n de preparar ya la fundamentaci6n del subsiguiente envio de los discipulos a las ciudades y aldeas. 9,36-38: Jesus siente compasi6n de la gente Siguen dos dichos de Jesus: el primero destaca su compasi6n de la gente, a la que Mateo describe como ovejas sin pastor (9,36); el segundo consiste en una exhortaci6n a la oraci6n para que Dios no deje que falten obreros (9,37-38). La expresi6n sentir compasi6n menciona el fundamento del envio de los discipulos y no designa simplemente un sentimiento, sino que apunta al caracter mesianico del conjunto (asi tambien en 9,36; 14,14; 15,32; 18,27; 20,34). La combinaci6n de terminos como gracia / bondad / amor / clemencia y misericordia / piedad es frecuente en los Salmos y en los escritos profeticos (por ejemplo, Is 63,7; Jr 16,5; Os 2,21; Sal 25,6; 40,12; 51,3); tambien en Mt 9,9-13 se apela a la
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Introduccion narrativa: 9,35-10,Sa
caracterfstica de la misericordia divina. Aquf (9,36) Mateo presenta a Jesus como el enviado escatol6gico en el que se hace presente la misericordia de Dias. Para el evangelista, esta misericordia se concreta en el envfo de los obreros que deben recoger la cosecha ya madura (9,37-38). La multitud agotada y cansada suscita la compasi6n de Jesus. Mateo recurre a menudo a la imagen del pastor y su teba:fio (25,32; 26,31), pero aquf es la ausencia del pastor lo que causa el desanimo y agotamiento de las ovejas. Tambien en el Antigua Testamento se emplea frecuentemente la imagen del pastor y su rebafio, y aquf, en el evangelio, podrfa estar aludiendose, por ejemplo, al texto de Nm 27, 17, donde Maises le pide a Dias un conductor para su pueblo (como su sucesor), a fin de que la comunidad no sea como un reba:fio sin pastor. Esta metafora recurrente del reba:fio sin pastor describe la dispersi6n y el abatimiento del pueblo de Israel, que se ve librado a sf mismo al faltarle la conducci6n religiosa (cf. por ejemplo, 1 Re 22,17; Zac 10,2; Ez 34,5-6). De esta situaci6n surgen la nostalgia, la expectativa y la esperanza de un pastor escatol6gico que cuide a Israel y se preocupe por el (cf. Ez 34,13-16.22-27; Jr 23,4; Miq 5,3): iDios volvera a reunir a su pueblo disperso! Mateo presenta a Jesus como ese pastor escatol6gico que se hace cargo del rebafio disperso y sin gufa (2,6), y las profecfas veterotestamentarias encuentran en el su cumplimiento: su misericordia termina con el tiempo de abandono y da comienzo a la era salvffica mesianica. EI anuncio del Evangelio y la transmisi6n de su poder a los disdpulos enviados son signos del misericordioso beneplacito de Dias, que actua a traves de su pastor escatol6gico (Ez 34,23-24). Al dicho sobre el rebafio perdido afiade Mateo otro sobre la cosecha y los trabajadores requeridos; ambas expresiones estan unidas por el tema del reunir. La exhortaci6n a pedir a Dias obreros enfatiza que los disdpulos no deben intervenir por sf mismos, sino solicitar que, mas bien, sea Dias quien lo haga. Asf como no se llega a ser disdpulo por decisi6n propia (4,18-22), tampoco les compete a estos ir o enviar. Dias es y continua siendo quien actua: el envfo esta bajo su poder. La imagen del senor de la cosecha representa en el vocabulario profetico y apocalf ptico el juicio final, y los trabajadores son
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los angeles (13,30.37.39); aquf, sin embargo, no se trata exclusivamente del argot escatologico, pues el concepto obrero se refiere al tiempo presente y al aspecto del trabajo, y no tanto al juicio final. Para Jesus, el tiempo de la cosecha comienza con su presencia, pues ahora es cuando deben ser enviados los obreros y ahora es cuando Jesus envfa a sus discfpulos. En las interpretaciones posteriores hechas por la comunidad cambia, pues, la perspectiva: la cosecha resulta la imagen del final de los tiempos y los obreros Süll los angeles. Das elementos resultan claros en esta imagen: 1) la cosecha ya esta madura y el tiempo escatologico ha irrumpido ya ahora, pues tanto Jesus como sus discfpulos anuncian que el Reino de Dias esta cerca (4,17; 10,7); 2) esta situacion urgente motiva tanto la oracion para que Dias no deje que falten obreros para el servicio del anuncio, como el envfo de los Doce como colaboradores (10,1-5a). Las imagenes de las ovejas sin pastor y de la cosecha madura situan la colaboracion de los Doce en la perspectiva de la escatologfa. Los doce discfpulos enviados reflejan la intencion de Jesus de reunir a las tribus dispersas de Israel al final de los tiempos mesianicos (10,5b-6). Tambien los profetas anunciaban la inminente salvacion con la llegada de Dias (Is 24,23; 52,7) y la restauracion del pueblo de Israel (Miq 4,7; Ez 20,34). Jesus asume esa mision profetica y la realiza simbolicamente con el envfo de los Doce. Y como el trabajo de los discfpulos esta unido al encargo de Jesus, tambien aquellos estan bajo su mision escatologica. 10,1-Sa: EI envio de los Doce El envfo de los Doce es la respuesta a la necesidad de trabajadores que cooperen con Jesus. Sin embargo, para Mateo, el envfo no ocupa el primer plano, pues el dirige la atencion de los lectores, sobre todo, al poder que se les confiere. En este pasaje, solo Jesus es el sujeto que confiere ese poder, pues siempre es el quien lo recibe de Dias. Ese poder es descrito mas precisamente como potestad para expulsar espfritus impuros y curar toda enfermedad y dolencia. Con esto Mateo esta igualando a los discfpulos con el modelo de su Maestro, porque Jesus dispone del mismo poder (8,16; 9,35). Asf, los discfpulos de Jesus no son solo los mensajeros, sino
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Introduccion narrativa: 9,35-10,Sa
sus colaboradores, que continuan su obra; es por eso por lo que el anuncio y la acci6n de los discipulos (10,7-8) pertenecen igualmente a las obras del Mesias (11,2.5). En 10,2 es la primera y unica vez que leemos en este evangelio doce ap6stoles, pues Mateo habla siempre de los doce discipulos o de los Doce. Asi pues, a traves del poder concedido y del subsiguiente envio, los Doce se convierten en ap6stoles. EI termino griego &116ornA.o~ designa al enviado que representa fisicamente ante el destinatario al que lo envia; por eso, los ap6stoles son literalmente los apoderados de Jesus: en cuanto enviados suyos, han de cumplir con su encargo. Jesus ha recibido su encargo del Padre (10,40) y se lo traspasa a los Doce (10,5a). EI anuncio del Reino (10,7), las obras a cumplir (10,8) y su mismo destino (10,16-23) situan a los enviados y a Jesus en la misma misi6n escatol6gica del Padre (10,40).
Nexos pragmaticos del texto Sobre la base de la acci6n de Jesus (9,35-10,5a) se aclaran las instrucciones (10,5b-42). Pero (por que Mateo agreg6 precisamente aqui el nombre de los doce ap6stoles? Teniendo presentes la estructura global del evangelio y, en especial, las ultimas palabras del Maestro (28,16-20), resulta claro que Mateo refleja aqui la actuaci6n del Jesus terreno, que procur6 reunir a Israel para conducirlo nuevamente a Dios (1,21). En el encargo a los colaboradores y en su envio, los lectores descubren realizada la esperanza escatol6gica de la reuni6n de las doce tribus de Israel (Ez 37). En este sentido, el envio de los doce ap6stoles es un "signo profätico" en el que los lectores pueden reconocer la voluntad mesianica de volver a poner bajo el sefiorio de Dios al reconstruido pueblo de las doce tribus (10,5b-6). A la luz del ultimo episodio del evangelio (28,16-20), cuando los Doce han pasado a ser los Once, se desarrolla la funci6n pragmatica del discurso apost6lico de Jesus, pues tambien en 28,16-20 encontramos un mandato de envio. Y es que al final del evangelio los destinatarios ya no son los miembros del pueblo de Israel, sino todas las naciones. Tambien este envio esta en continuidad con la acci6n de Jesus y
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la acci6n previa de los ap6stoles; en efecto, el encargo del Resucitado continua siendo el mismo, pues el no es otro que Jesus. Con ello, Mateo deja claro que la misi6n de la comunidad y de la Iglesia echa sus raices en la acci6n de Jesus. Los Doce, que acompaiiaron al Jesus terrenal y fueron enviados por el Resucitado, son los garantes de la continuidad del mensaje y de la acci6n de Jesus. Es bajo estos presupuestos como
Las tareas de los enviados: 10,5b-15
Sb
jNo vayan ni entren jVayan Al ir
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13
14
15
por el camino de los gentiles en ningun pueblo samaritano! mas bien a las ovejas perdidas de Israel!
proclamen diciendo: jCuren enfermos, resuciten muertos, purifiquen leprosos, expulsen demonios!
jEI Reino de Dios esta cerca!
Gratis recibieron, jden gratis! No se procuren ustedes oro, ni plata, ni cobre en tampoco una alforja, tampoco sandalias, porque el obrero merece
sus bolsillos, ni dos tunicas, ni bast6n; el sustento.
En cada ciudad o pueblo en que entren, inf6rmense de quien hay en el digno y quedense alli hasta quese vayan de ese sitio. Al entrar en la casa, saludenla; y si la casa es digna, llegue a ella su paz; mas si no es digna, que se vuelva a ustedes su paz. Y si no se les recibe ni se escuchan sus palabras, al salir de esa casa o de esa ciudad sacudanse el polvo de sus pies. Amen, yo les digo: el dia del juicio habra menos rigor para la tierra de Sodoma y Gomorra que para esa ciudad.
Tejido estructural del texto En 10,Sb comienzan las instrucciones de Jesus, y esta parte del discurso (excepto 10,Sb-6) se encuentra igualmente en los discursos paralelos de envio de los demas sin6pticos (Mc 6,8-11; Lc 9,2-5; 10,3-12). Las indicaciones de Jesus estan
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determinadas por numerosos imperativos concisos (no vayan, vayan, euren, resuciten... sacudanse) y se refieren en primer lugar al ambito (10,5b-6) y al programa de trabajo (10,Sb-10). Terminan con precisas normas de conducta (10,11-14) y se cierran con una sentencia profetica (10,15). Las instrucciones acerca del campo de trabajo comienzan con dos rigurosas formulaciones negativas que prohfben dirigirse a los paganos y samaritanos, de modo que resulta mucho mas claro el imperativo positivo de volverse a Israel. De igual manera, el programa se describe luego con cinco imperativos relacionados con el anuncio (palabras) y las acciones (obras). Una constataci6n general conduce despues a las indicaciones acerca del aprovisionamiento adecuado: no llevar nada consigo. Las instrucciones acerca de la conducta estan nuevamente ordenadas conforme al ingresar y al salir. A traves de la expresi6n amen, yo les digo' especialmente destacada, se cierran estas indicaciones con un dicho profätico.
Configuraci6n semantica del texto 10,Sb-6: Las palabras introductorias estan formuladas de manera llamativamente sugerente; para comprender su contenido, sirve de ayuda la comparaci6n con 15,24: 10,Sb-6 iNo vayan por el camino de los gentiles ni entren en nigun pueblo samaritano! iVayan mas bien a las ovejas perdidas de Israel!
15,24 No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de Israel!
El versfculo 15,24 se refiere a la actividad de Jesus, mientras que 10,5b-6, por el contrario, lo hace a lade los discfpulos. En ambos casos se trata de una limitaci6n, pero el siguiente sino / excepto es mas restrictivo que el enfätico mas bien; con todo, en 10,5b-6 no se trata de una moderaci6n, sino (como en 10,28) de una precisi6n de la contraposici6n. Pero con esto no se expresa, sin embargo, una preeminencia de los judfos (en el sentido de primero a los judios, luego a los paganos, como en Rom 1,16), pues no existe ningun desequilibrio entre judfos, paganos y samaritanos; antes bien, el envfo de los discfpulos o su encargo (10,5b-6) se equipara aquf al de Jesus (15,24).
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Las tareas de los enviados: 10,Sb-15
A los enviados se les prohfbe ir por el camino de los paganos y a los pueblos samaritanos. EI concepto f:'8voc; (pueblos / naciones / paganos) aparece en Mateo con un significado teologico particular y en este pasaje se mencionan los pueblos paganos junto con los samaritanos y se les contrapone a los israelitas. Aquf se refleja la distincion, ya caracteristica en el Antigua Testamento, entre 'am (pueblo de Israel) y gojim (todos los demas pueblos), a la que alude el evangelista tambien en 6,32; 10,18; 20,19. A traves de esta contraposicion, Mateo acentua que ahora se anuncia el mensaje de salvacion a Israel: el envfo de los discfpulos, como tambien el de Jesus, vale para el pueblo de Israel; Jesus, en efecto, es el Mesfas que apacentard a mi pueblo, Israel (2,6). Naturalmente, el envfo a Israel no excluye que este mensaje de salvacion vale tambien para los paganos. A diferencia de Marcos y Lucas, Mateo vincula expresamente el envfo de los Doce con la casa de Israel. Y esta designacion, casa de Israel, se refiere no solo a las tribus del norte, sino que significa -en cuanto ''pars pro toto"- todo el pueblo elegido. De igual modo, en los profetas, el anuncio a la casa de Israel de la reunion de los dispersos y su restauracion vale para todo el pueblo de Dios (Is 11,12; Jr 31,13; 33,14.17; Ez 34,30, etc.). La metafora ovejas perdidas remite al versfculo 9,36 y alude a la descripcion del pueblo de Dios hecha por los profetas (por ejemplo, Jr 50,6; Is 11,12): Dios quiere reunir nuevamente al pueblo disperso y mandar buenos pastores a ese pueblo, al que los malos arruinaron. Mateo no solo pronuncia aquf una velada crftica a los conductores de Israel, sino que, enlazando con la esperanza profetica, anuncia el tiempo de salvacion. En su Reino escatologico, Dios reunira a su pueblo: no solo a los pecadores (9,9-13), sino a todo Israel. 10, 7-8a: Ahora Mateo presenta el programa del envfo: en el le corresponde el primer lugar al anuncio, pero las obras lo acompafian, haciendo visible la accion historico-salvffica de Dios. Ya antes tambien Juan el Bautista y Jesus habfan anunciado la proximidad del Reino de los Cielos (3,2; 4,17.23; 9,35). Las obras que se les encarga ahora a los discfpulos corresponden a los hechos poderosos que tambien realiza Jesus (capftulos 8-9), de modo que en la accion de los discfpulos se mani-
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palahras y ohras
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fiesta el poder que Jesus les ha transmitido (10,1). Mateo, en efecto, equipara el envio de los discipulos al encargo de Jesus: la actuaci6n de aquellos prosigue, pues, la acci6n de este. El pasaje de Is 52,7 puede constituir el trasfondo adecuado de nuestro texto, pues tambien alli se anuncia el sefiorio de Dios como salvaci6n liberadora que trae la paz; de igual modo, el mensaje que
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Las tareas de los enviados: 10,Sb-15
habla de la reacci6n en caso de rechazo (10,14); un juicio cierra estas indicaciones (10,15). La indicaci6n de buscar alguien digno no seiiala exclusivamente una persona moral y religiosamente integra, sino que, al igual que en 10,37-42, se refiere a la capacidad de acoger el mensaje del Reino de los Cielos o a Jesus mismo en otras personas. Los mensajeros del Reino celestial deben saludar a las personas de la casa, y el contexto (10,13) deja claro que ese saludo contiene el augurio de la paz. El termino hebreo shalom no significa solamente paz, sino un amplio bienestar (bendici6n, salud, dicha ... ) y abarca tambien la dimensi6n salvifica escatol6gica. Esta amplia paz alude al tiempo de salvaci6n mesianico (Is 9,1-6; 11,6-9; 52,7; Miq 5,1-4), pero no significa el "manto que cubre la injusticia", sino que va siempre unida a una sentencia critica (10,34) y, en la perspectiva profätica, incluye tambien el juicio (Is 9,1-6.7-20; 11,6-9.10-16; Miq 5,1-4.5-14); consecuentemente, la permanencia de la paz depende, pues, de si los que acogen a los enviados son dignos (10,13). La ultima indicaci6n se refiere al caso de la no acogida: los mensajeros deben sacudirse el polvo de los pies y pueden estar seguros de que quienes no han querido acogerlos tendran que dar cuenta de ello. Asi como la acogida de los enviados significa la acogida del mensaje del Reino celestial y de Jesus mismo, la negaci6n de la misma representa el rechazo de este y del Reino. El oir o no oir las palabras estan en estrecha relaci6n con el oir las palabras de Jesus, del que ya se habl6 al final del serm6n de la montafia (7,24.26). Tambien de esta forma Mateo enfatiza a la continuidad el encargo de Jesus y de sus enviados. En el caso de no ser acogidos y escuchados, los enviados deben llevar a cabo una acci6n simb6lica: sacudirse el polvo de los pies, que es un gesto que evidencia la ruptura radical de los vinculos y de cualquier tipo de relaci6n (asi tambien en Hch 13,51). Quien rechaza el mensaje tiene que responder por su propia decisi6n, tal como lo subraya la expresi6n acerca del juicio que sigue a continuaci6n. Asi como el mensaje del Reino celestial contiene una componente escatol6gica, de igual modo su rechazo acarrea consecuencias definitivas (10, 15).
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Mateo emplea la condena de Sodoma y Gomorra dos veces mas en su evangelio (11,22.24), ademas de otra sentencia similar referida a la rendici6n de cuentas que se exigira en el juicio final respecto a todapalabra ociosa (12,36). Sin embargo, contrapone esta condena de las ciudades paganas no acogedoras y obstinadas -que por ello estan sometidas a juicio- a las ciudades de Israel: a cualquier otra ciudad no le ira tan mal en el juicio final como a las ciudades de Israel que se cerraron al mensaje del Reino celestial. La ciudad hostil, no mencionada nominalmente en nuestro texto (10,15), se convierte en prototipo de toda ciudad, sitio o casa que rechaza a los enviados, el mensaje del Reino de los Cielos y, con ello, a Jesus mismo. Esta dura sentencia condenatoria destaca aqui, una vez mas, el caracter autoritativo y escatol6gico del mensaje.
Nexos pragmaticos del texto La comunidad mateana, como muestra nuestro texto (cf. ademas 23,34 y 28,16-20), debe de haber conocido misioneros y evangelizadores, cuyas tareas dependian de su vocaci6n y capacidad. El llamamiento a anunciar a Jesus, de igual manera como lo hizo Pablo, insinua ya el estilo de vida de los pregoneros. Tambien Flavio Josefo, que describe las costumbres de los esenios, informa que, aparte de algunas armas para defenderse de los asaltantes, ellos no llevaban consigo nada mas: no se cambiaban la ropa ni el calzado hasta que no estuvieran totalmente gastados, y en los sitios que visitaban eran alojados por miembros de la secta. Los predicadores itinerantes helenicos poseian un bast6n, un manto y una alforja y se alimentaban de pan, higos y agua para demostrar su autonomia ante la "sociedad de consumo", por entonces tan extendida. El servicio de los misioneros cristianos itinerantes se caracteriza tambien por el rechazo radical de cualquier bien; su equipamiento consistfa en un bast6n, el vestuario, un par de sandalias y una alforja; otra vestimenta mas era considerada ya un lujo. Por eso sorprende que Mateo prohiba llevar bast6n, que normalmente servia para defenderse. Los misioneros cristianos itinerantes apenas si se distinguian exteriormente de otras figuras similares de su tiempo, pero su motivaci6n
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Las tareas de los enviados: 10,Sb-15
era fundamentalmente distinta. Las indicaciones que Mateo ofrece aquf no apuntan a propagar un estilo de vida ascetico o una actitud anticonformista, y tampoco tienen nada en comun con la orientaci6n filos6fico-cristiana del cinismo de aquella epoca (cf., por ejemplo, Seneca, Carta a Lucilo), sobre la que informan Juliano el Ap6stata y Agustfn. La renuncia cristiana a las posesiones esta basada en la pertenencia a Jesucristo (4,18-22), pues cualquier bien es puesto al servicio del anuncio. Mateo relaciona anuncio y equipamiento, pues el aprovisionamiento de los enviados sirve para dejar claro su programa, esto es, la entrega y el total abandono en el Padre. No obstante, no se les niega a los misioneros dejar que los acojan hospitalariamente. La referencia general a que el trabajador merece su paga (10,lOb) muestra que la riqueza de los enviados es la hospitalidad recibida. Mateo acentua fuertemente el servicio de los enviados. En relaci6n con el rechazo de los profetas (7,22) resulta, pues, claro que los mensajeros no actuan por propia iniciativa, sino por encargo de Dios o de Jesus: su identidad y su acci6n esta conformada segun el modelo de Jesus. "Estar ahf para los demas en y a traves del anuncio escatol6gico del Reino celestial": esta es la meta del encargo que les ha sido confiado a los enviados. La exhortaci6n conclusiva (10,15) mantiene presentes las consecuencias escatol6gicas de la decisi6n.
Envio y entrega: 10,16-33
Introducci6n 16
Miren: yo les envio como ovejas en medio de lobos; sean, pues, prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas.
De la entrega 17
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Cufdense de los hombres, porque los entregaran a los tribunales y los azotaran en sus sinagogas, y seran l levados ante gobernadores y reyes, por mi causa, para que den testimonio ante ellos y ante los pueblos. Pero cuando los entreguen, no se preocupen de c6mo o que van a hablar, pues se les comunicara en aquel momento lo que tengan que decir: porque no seran ustedes los que hablen, sino el Espfritu de su Padre el que hablara en ustedes. EI hermano entregara a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se alzaran contra sus padres y los mataran. Y seran odiados por todos a causa de mi nombre, pero el que persevere hasta el fin, se salvara. Cuando les persigan en una ciudad, huyan a otra; pues, amen, yo les digo: no acabaran de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del Hombre.
Maestro y discipulo 24
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Un discipulo ni un esclavo Ya le basta y al esclavo
Si iCLianto mas
no esta por encima por encima al discipulo ser como como al dueF\o de casa a sus empleados!
del maestro de su amo. su maestro, su amo. le han llamado Beelzebul,
La presencia de Dios 26
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No tengan miedo, pues no hay nada ni nada Lo que yo les digo y lo que oyen
que no haya de ser descubierto, encubierto oculto que no haya de saberse. en la oscuridad, idfganlo ustedes a la luz!, al ofdo, jproclamenlo desde las azoteas!
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Y no tengan miedo a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma; teman mas bien al que en Ja gehena puede aniquilar alma y cuerpo. iNo se venden dos pajarillos por un par de centavos? Pues bien, ni uno de ellos caera en tierra sin el consentimiento del Padre. Pero, en cuanto a ustedes, (hasta) los cabel los de su cabeza estan todos contados. No teman, pues justedes valen mas que muchos pajarillos!
Conclusi6n 32
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A quien, pues, tambien yo, Pero a quien
ante los hombres ante mi Padre celestial, ante los hombres
se declare a mi favor, me declarare en su favor, me niegue,
a el tambien yo
ante mi Padre celestial
lo negare.
Tejido estructural del texto EI pasaje de 10,16-33 abarca la parte principal del discurso, compleja y muy diferenciada literaria y teol6gicamente. EI logion introductorio (10,16) ofrece el marco interpretativo, y las palabras conclusivas (10,32-33) resumen las declaraciones centrales, puntualizandolas. Dentro de este encuadre se desarrollan tres secuencias: la primera trata de la entrega por parte de otras personas (10,17-23); desde esta perspectiva, la segunda secuencia aborda la relaci6n entre discipulo y maestro (10,24-25), y la tercera habla de la confianza necesaria (no tengan miedo) en las situaciones dificiles (10,26-31). Tras una exhortaci6n general (10,17a), la primera secuencia esta estructurada por un paralelismo (10,17b-18.21-22) que describe mas detalladamente el tipo y la forma de la entrega. En cada ocasi6n se dan, a continuaci6n, explicaciones acerca de esa entrega, asi como normas concretas de acci6n para conducirse (10,19-20.23). La segunda secuencia constituye el centro de esta unidad y tambien esta caracterizada por un llamativo paralelismo (maestro-discipulo, amo-esclavo, repetido dos veces en 10,24-25). La parte conclusiva, que habla de Beelzebul, el duefio de la casa y los empleados (10,25b), no parece -por su vocabulario- acomodarse a esta secuencia, pero a nivel de contenido no solo enfatiza fuertemente su pertenencia -como en la
Envio y entrega: 10,16-33
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relaci6n discipulo-maestro y esclavo-amo-, sino que hace presente una vez mas el tema del rechazo. Tambien la tercera secuencia presenta una clara estructuraci6n: se compone de tres exhortaciones a no temer (10,26a.28a.31a), explicadas con distintos fundamentos afiadidos. El paralelismo antitetico confiere a las palabras conclusivas (10,32-38) una clara connotaci6n de ser algo con caracter decisivo y definitivo: a la conducta de los discfpulos corresponde una reacci6n semejante por parte del maestro Jesus.
Configuraci6n semantica del texto 10,16: Introducci6n La nueva unidad que se inicia aqui vuelve a echar mano del verbo enviar, pero ahora el tema ya no es -como antes- el del envfo bajo el aspecto del encargo a cumplir, sino que Mateo aborda en este punto las represalias a las que se ven expuestos los enviados en raz6n de la misi6n confiada. La formulaci6n miren, yo los env{o (tambien en 23,34) corresponde al solemne estilo de los oraculos del Antigua Testamento, que introduce sucesos amenazadores (Is 16, 16; Hab 1,6) o esperanzadores (Is 28,16; Ml 3,1). Mateo afiade enfäticamente el yo, pues, en efecto, dice: miren, yo los env{o, con lo que destaca la persona de Jesus como el que envia, a la vez que subraya su autoridad; la resonancia formal a la misi6n de los profetas legitima el envfo de los discfpulos. Los enviados, en cuanto mensajeros de Jesus, estan por una parte abandonados al arbitrio y la maldad de los hombres, pero, por otra -al igual que los profetas-, se les ha conferido un encargo especial: su misi6n y su destino les vinculan con quien los envia (10,24-25). La comparaci6n como ovejas en medio de lobos ilustra expresivamente el peligro al quese exponen los enviados, pero tambien remite por igual a la certeza de la protecci6n divina. En el judaismo tardfo, esta imagen designaba con ovejas al pueblo de Israel y con lobos a los paganos, pero Mateo esta describiendo aqui la identidad de los enviados en relaci6n a sus oponentes. La segunda parte del versiculo expone, igualmente con imagenes, las instrucciones para el comportamien-
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to de los enviados en situaciones opresivas que se siguen de la primera comparaci6n. En la antigüedad se atribuia a las serpientes la capacidad de previsi6n; de las palomas, por su parte, se pensaba que no estaban provistas de bilis, es decir, que no tenfan odio ni c6lera o, lo que es lo mismo, que posefan una naturaleza completamente pacifica. Asf pues, los enviados
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Envio y entrega: 10,16-33
pueblos, y, asi, el testimonio de los enviados adquiere un caracter universal: lo que ha de servir de testimonio para los judfos y no judfos no son solo las palabras de defensa de los misioneros cristianos, sino tambien la pertenencia a Jesus de quienes son enviados. Con su confesion, los enviados no solo dan testimonio, sino que a su vez estan determinando su propio juicio (10,32-33). Este testimonio universal de los enviados tampoco esta aqui en contradiccion con el anuncio a Israel (10,6), pues en otros pasajes del evangelio tambien Mateo orienta la perspectiva del anuncio a todos los pueblos (4,15; 12,18; 28,19): desde el comienzo, la salvacion es para todos los hombres, aunque el envfo de los mensajeros comienza por Israel. Tras hablar de la posibilidad de la entrega, Mateo habla de la defensa (10,19): los enviados no
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la confesion del enviado a favor del Maestro (10,32-33). Nuevamente Mateo aiiade una palabra de consuelo a la experiencia de rechazo y odio: el que persevere hasta el fin, ese se salvard (10,22b). El perseverar no se contradice con el consejo siguiente de huir a otra ciudad en la persecucion (10,23a), pues precisamente esta indicacion aclara de modo inconfundible que el martirio no es algo que deba buscarse. "Perseverar", pues, se refiere aquf (como tambien en Miq 7,7) a conservar y mantener la esperanza en Dios, que salvara (passivum divinum). Mateo une la indicacion de huir con un dicho con amen que anuncia la venida del Hijo del Hombre (10,23). Ya no se trata ahora de la entrega, sino de algo mas duro: de la persecucion (como en 5,10-12.44 y tambien en 23,43). Con esto queda claro que no solo los que son enviados seran perseguidos, sino en general todos los que sean disdpulos de Jesus. Sin embargo, es importante que a los perseguidos se les promete la salvacion y la venida del Hijo del Hombre. El contexto pone de manifiesto que se espera la venida del Hijo del Hombre antes de que los enviados que huyen hayan alcanzado todas las ciudades de Israel. Aqui el texto deja abiertas dos posibilidades de interpretacion: en su huida o durante su anuncio, los mensajeros no alcanzaran todas las ciudades, porque antes llegara el Hijo del Hombre. Este versfculo explicita tambien que en el servicio del anuncio se impone la huida antes que buscar el martirio, porque queda muy poco para la venida del Hijo del Hombre. No se da ninguna indicacion exacta de tiempo para esa llegada del Hijo del Hombre (asf como tampoco en la formulacion semejante en 16,28), pero el contexto insinua su inminente cercania, casi su inmediatez. Al final del evangelio, sin embargo, la promesa del Resucitado yo estare con ustedes hasta el fin del mundo (20,28) muestra que no se trata de la venida futura del Hijo del Hombre, sino de una dimension de su actual presencia. Tambien en nuestro texto esa llegada no es algo temporal, sino que
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Envio y entrega: 10,16-33
10,24-25: Maestro y discipulo
Con el siguiente dicho, Mateo describe la relacion de Jesus con sus discfpulos como lade maestro-discipulo o amo-esclavo. Poniendo estos
Tres exhortaciones, con sus correspondientes fundamentaciones, dan animo a los disdpulos para que no se asusten. La f6rmula no tengan miedo aparece a menudo en el Antigua Testamento, en especial en Dt, Is y Jr: la mayorfa de las veces es Dias mismo quien con estas palabras, en situaciones particularmente dificiles, consuela, da animo y garantiza la seguridad. De esta forma, la primera fundamentacion, con su pasivo teologico (10,26), constata que ninguna tribulacion puede impedir el anuncio, pues Dias mismo es su garante. Con todo, esto no significa que los discfpulos se vean exonerados de su labor o que no necesiten comprometerse total y completamente, pues la labor del anuncio que Jesus les encargo permanece como tal (10,27). Los lectores recuerdan la metafora de la luz que
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atribuir un significado desmesurado, ni
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Envio y entrega: 10,16-33
los hombres como ante el padecer (inocentemente) y el morir (violentamente).
Nexos pragmaticos del texto Sobre el trasfondo de estos temas serios y amenazadores de la existencia, destaca la pregunta sobre la situaci6n de persecuci6n en la comunidad mateana. La menci6n de sinagoga y azotes podria remitir a un contexto judfo; sin embargo, Mateo sabe tambien de la entrega a gobernadores y reyes paganos, asf como de esa otra de los propios miembros de la familia. Una respuesta a la cuesti6n deberfa considerar dos aspectos: el contexto hist6rico y el significado bfblico-teol6gico del concepto persecuci6n. Las comunidades judfas dentro de Israel no eran homogeneas, sino muy variadas: junto a partidarios de doctrinas rabfnicas distintas y, en parte, tambien opuestas, habfa grupos y miembros polfticamente orientados en direcciones diferentes; ademas, hay que tener en cuenta a los judfos de la diaspora, los proselitos y los temerosos de Dios ... Los judfos creyentes en Cristo posefan tambien su lugar dentro de esta variedad en las sinagogas, como una doctrina u orientaci6n junto a muchas otras. La cafda del templo de Jerusalen (70 d. C.), con la supresi6n del orden y de las estructuras a el ligadas, trajo consigo una crisis de identidad en las comunidades judfas que hizo que tuvieran que definirse nuevamente. En este marco fue donde tambien a los judfos creyentes en Cristo se les dio la oportunidad de determinar su propia identidad. Esta delimitaci6n, que finalmente condujo a la separaci6n entre judfos y cristianos: 1) debe ser entendida como un proceso lento, 2) debe situarse mucho mas tarde de lo que hasta ahora se crefa -probablemente la destrucci6n del templo dio la ocasi6n para ello-, y 3)
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terrogatorios y los azotes, remiten claramente a medidas disciplinares intrasinagogales, como en los casos de violaci6n de la Ley o de des6rdenes, como los que Pablo aplic6 y el mismo padeci6 (Hch 22,19; 2 Cor 11,24). Esto tambien deja claro que los creyentes en Cristo eran considerados miembros de las comunidades judias tanto por los judios como por su misma autocomprensi6n. Los interrogatorios ante gobemadores y reyes o, en general, ante los paganos no aluden necesariamente a una persecuci6n como tal. En el Imperio romano eran frecuentes las medidas restrictivas contra los judios limitadas localmente, y los creyentes en Cristo tambien se veian afectados por ellas, pues los demas no sabian c6mo diferenciar en estas cuestiones de fe. Las persecuciones sistematicas de creyentes en Cristo que apuntaban a la aniquilaci6n de la Iglesia -su instituci6n y organizaci6n- y a sus representantes comenzaron en el afio 249, bajo el emperador Decio, y continuaron en el 257, bajo Valeriana, y durante el regimen de Diocleciano tuvo lugar la ultima gran persecuci6n de cristianos (303). Mas tarde, con Galerio, en el 311, y sobre todo con Constantino, en el 313, el cristianismo lleg6 a ser una religi6n imperial legal y favorecida y terminaron las persecuciones. De todo esto resulta que el concepto persecuci6n como conjunto de "medidas coercitivas basadas legalmente en la iniciativa de las autoridades romanas en contra de los cristianos en cuanto tales", no puede describir correctamente las experiencias de los creyentes en Cristo de los afios inmediatamente anteriores y posteriores al 70. Ademas de esto, hay que tener en cuenta que el concepto persecuci6n posee un marcado significado teol6gico, pues ya en el Antigua Testamento sirve como criterio de pertenencia a Dios: el pueblo de Israel, los piadosos y sobre todo los profetas fueron perseguidos (y azotados). La resistencia con la que se enfrentan los cristianos perseguidos es, precisamente por eso, una prueba de que su misi6n es de parte de Dios. En ultima instancia, la persecuci6n de los justos tiene que ver con Dios mismo, por lo que los creyentes perseguidos se constituyen en testigos de el, como muestran convincentemente la figura del Siervo de Dios (Is) y la del Justo sufriente (en los Salmos). Sin embargo, vista desde Dios, la persecuci6n es algo comprendido en el plan de salvaci6n, es
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decir, no detiene ni impide la realizaci6n del plan divino. De aquf que este concepto posea una dimensi6n escatol6gica, pues remite a la historia salvffica de Dios ya acontecida y que aiin se esta realizando. Esta es, en ultima instancia, la raz6n por la cual los creyentes no
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No piensen que No Pues
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a traer paz a Ja tierra. a traer paz, sino espada. a dividir:
un hombre contra su padre y una hija contra su madre y una nuera con su suegra (Miq 1,6). Y los enemigos de/ hombre seran los de su propia casa (Miq 7,6).
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he venido he venido he venido
EI el el EI el
que ama a su padre o a su madre mas que a mf, no es digno de mf, y no es digno de mf, y que ama a su hijo o a su hija mas que a mf, no es digno de mf. que no toma su cruz y me sigue, que encuentre su vida, Ja perdera, y Ja encontrara. que pierda su vida por mf,
a mf me recibe, y Quien a ustedes recibe, recibe a Aquel que me ha enviado. quien me recibe a mf, Quien reciba a un profeta recibira Ja recompensa de un profeta, y por ser profeta, quien reciba a un justo por ser justo, recibira Ja recompensa de un justo, y todo aquel que de de beber (tan solo) un vaso de agua fresca a uno de estos pequefios por ser discfpulo, amen, yo les digo:
jno perdera su recompensa!
Tejido estructural del texto En esta tercera y ultima parte del discurso, Jesus presenta a sus mensajeros los presupuestos del envfo, que son identicos a los del seguimiento. De esta manera, Mateo une llamamiento y envfo: quien es llamado, es tambien enviado. La primera unidad (10,34-36) gira en torno al tema de la venida de Jesus: a una declaraci6n programatica le sigue una especificaci6n con explicaciones. Se trata aqui del parad6jico envfo de Jesus y de lo que este provoca. Los versiculos siguientes (10,37-39) tratan el tema de los presupuestos para
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quienes aceptan la misi6n de Jesus y la continuan. Tambien estos versfculos estan construidos regularmente, pues la segunda parte de la frase es siempre no es digno de mi. Los lectores comprenden que se trata de una decisi6n fundamental, de modo que se esta continuando el tema inicial de la espada traida por Jesus. Los ultimos tres versiculos (10,40-41) constituyen el cierre de la tercera parte y, a la vez, de todo el discurso. Mateo une aqui a quien envia, a los enviados y a Dios en una comunidad de acci6n y muestra los efectos positivos sobre quienes acogen a los enviados.
Configuracion semantica del texto 10,34-36: Ahora Jesus habla de la meta y de los efectos de su propio envio. La formulaci6n recuerda a 5,17, donde Jesus habia dejado igualmente claro que no vino a abolir la Tora y los Profetas, sino a cumplirlos; en ambas frases se describe primero una falsa interpretaci6n de la misi6n de Jesus, que luego se corrige. El no viene a traer la paz, sino la espada, pero, tras la bienaventuranza de los pacificadores (5,9) y el encargo a sus enviados de desear la paz (10,13), sorprende ahora esta declaraci6n abiertamente contraria. En la literatura profätica, la imagen de la espada aparece -entre otras cosas- en referencia a la justicia de Dias, al juicio y a la decisi6n, y la cita del libro de Miqueas habla a favor de una interpretaci6n en ese contexto profätico. Este profeta describe la corrupci6n social y -en 7,7- espera, lleno de confianza, la instrucci6n de Dios. En la fe judia, especialmente en el marco de la apocaliptica, la irrupci6n del tiempo escatol6gico final y del dia de la venida del Mesias esta vinculada con la violencia contra los enemigos, con la destrucci6n y disoluci6n de las estructuras sociales (Ap 6,4.8). La venida del Mesias y el vinculo con el ponen en cuesti6n todas las demas relaciones: la venida del Mesias tiene tal fuerza detonante que incluso deshace los vinculos familiares y los ordena como una nueva comunidad con el Mesias como duefio de casa (10,25).
10,37-39: La misi6n de Jesus atafie de manera muy seria a todos los que le siguen y continuan su labor. Jesus exige de
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quienes cumplen junto con el esa misi6n un vinculo de amor personal, muy estrecho, que debe ir mas alla del amor natural, normal, entre padres e hijos. No se trata de un vinculo de amor "de cuidado" ni de uno "meramente receptor" o "dependiente" (como puede darse entre padres e hijos), sino de una relaci6n intima, de profunda calidad, entre iguales, como en una pareja (matrimonial) o entre amigos. A este requisito de amor, Mateo afiade una exigencia de seguimiento que incluye asumir la cruz. El hecho de que este logion se mencione cinco veces en los evangelios sin6pticos (ademas de aqui, en Mt 16,24; Lc 9,23; 14,27; Mc 8,34) revela su significado para la comprensi6n del seguimiento. El termino griego atcwp6i; (cruz) se ha relacionado con la letra tau, que tiene forma de cruz y que ya en Ez 9,4-6 simboliza la pertenencia a YHWH. Sobre este trasfondo, tomar la cruz significa confesar decididamente -esto es, por medio del seguimiento- la pertenencia a Jesus, aunque pueda ser desventajoso, incluso hasta la muerte (10,17-22), y vuelva relativos los vinculos familiares. La triple expresi6n no es digno de mi excluye de la pertenencia a Jesus a todos los que no esten dispuestos a este seguimiento consecuente. El versiculo 10,39 resume nuevamente las consecuencias del "dicho sobre la espada". La alternativa de ganar o perder la vida acentua fuertemente la decisi6n definitiva exigida, la que debe tomarse de cara a la perspectiva escatol6gica. La contraposici6n antitetica admite, sin embargo, s6lo una decisi6n razonable, la de perder la propia vida a causa de Jesus para, en ultima instancia, ganarla.
10,40-42: El largo discurso que, en gran parte, trata sobre el rechazo de los enviados, se cierra positivamente con su acogida y la recompensa vinculada a ella. En el trasfondo esta la concepci6n de que el enviado y el que envia son lo mismo (10,40), aunque aqui se trata de una relaci6n peculiar, pues es Dios el que realmente envia. EI envio de Jesus es el del enviado de Dios (10,40d), y los enviados de Jesus prolongan su obra como mensajeros a quienes el ha dado poder (10,16a.40abc). Por eso, la acogida de los mensajeros significa no s6lo la hospitalidad ofrecida, sino sobre todo el inconfundible signo de quese acoge a Jesus y su mensaje; en ultima instancia, incluso tambien a Dios mismo y al Reino celestial.
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Con los terminos profeta y justo, el siguiente versiculo (10,41) menciona dos ejemplos concretos de personas que han sido enviadas y
Nexos pragmaticos del texto La situaci6n descrita en la ultima parte del discurso de envfo refleja, probablemente, lade las primeras comunidades judfas creyentes en Cristo: la divisi6n entre padres e hijos, suegras y nueras, debe de haber estado a la orden del dfa, y la esperanza del pronto retorno del Mesfas debe de haber conmocionado el orden de la convivencia humana. ( C6mo puede
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Presupuestos del envio: 10,34-42
el Mesfas, en cuanto Principe de la paz (Is 9,5), no s6lo deshacer los vinculos humanos, sino amenazar la vida de sus partidarios? Mateo hace que Jesus eche mano a la respuesta del profeta Miqueas: esto tiene que suceder asi porque con Jesus ha irrumpido ya el tiempo previsto en el Antigua Testamento. Jesus es el primero que ha tomado la cruz sobre si y ha perdido su vida, y la existencia de los discipulos y enviados iguala su destino. Pero precisamente ese vinculo inseparable entre Jesus y sus enviados funda -en ultima instancia- la promesa escatol6gica que experimentaran todos los que acogen a los mensajeros y al mensaje como portadores del Reino celestial.
Conclusi6n narrativa: 11,1
11 ' 1
Y sucedi6 que, cuando acab6 Jesus de dar instrucciones a sus doce discfpulos, parti6 de allf para ensefiar y predicar en sus ciudades.
Mateo termina el discurso de Jesus con la misma f6rmula estereotipada con la que habia cerrado el sermon de la montafia (7,28). Pero solo aqui aparece la expresion instrucciones, que subraya que no se trata de una alocucion didactica, sino de un discurso con una pretension imperativa. Mateo describe esta vez la actividad de Jesus, distinta de lade 9,35, solo con los terminos ensefiar y anunciar: falta sanar. En este contexto es importante que tambien el discurso imperativo de Jesus se entiende como anuncio del Evangelio. A diferencia de por ejemplo Lucas, Mateo no cuenta aqui una ejecucion del mandato por parte de los enviados, sino que pasa a un nuevo tema; en efecto, continuara relatando los sucesos de la actuacion de Jesus en medio del pueblo de Israel (11,2-28,20). Justo despues de que el haya cumplido su accion, sus discipulos continuaran el trabajo misionero bajo su propia responsabilidad y luego les volvera a ser encomendado expresamente por el Resucitado (28, 16-20).
B) "( Eres
tu el que ha de venir?": 11,2-16,20
Dentro de la segunda gran parte del evangelio (4,17-16,20), el primer apartado (4,17-11,1) describe las obras del Mesias, su misi6n de enseiiar y la transmisi6n de esa labor a sus discfpulos. En base a estas obras, el segundo apartado (11,2-16,20) aborda ahora la pregunta por el mesianismo de Jesus: <.Eres tu el que ha de venir o debemos esperar a otro? (11,3). (Las obras de Jesus lo confirman como Mesias? (.0ue tipo de Mesias es Jesus? Las preguntas en torno a su identidad conducen al lector a traves de este capftulo. Asimismo, este apartado se compone de dos ciclos narrativos: a) 11,2-13,58: Preguntas acerca del mesianismo de Jesus. b) 14,1-16,20: Rechazo y reconocimiento del mesianismo de Jesus. Ambos ciclos narrativos comienzan con la persona de Juan el Bautista y, con ello, estan vinculados recfprocamente. Al primero lo introduce la pregunta del Bautista de si Jesus es realmente el Mesias esperado (11,3), y se aiiaden otras posturas y consideraciones acerca de su mesianismo, como por ejemplo el cuestionamiento de los escribas y fariseos (12,10.38), que quieren poner a prueba a Jesus y le exigen un signo, asf como tambien el cuestionamiento vacilante pero lleno de esperanza de la multitud (12,23). Leemos, a su vez, sobre reacciones completamente distintas ante la conducta y la enseiianza de Jesus: por un lado, las personas acuden en masa para ofrlo y verlo (13,2); por otro, los fariseos dudan de el y deciden su muerte (12,14.24). Jesus tiene que justificar sus obras -su actuar y su enseiianza- ante estas demandas. En el primer ciclo narrativo destacan dos pasajes que Mateo ha introducido aquf: la revelaci6n del Padre a los pequeiios (11,25-30) y la muy larga cita sobre el Siervo de Dias (12,15-21). Con ello, el autor presenta a sus lectores dos indicaciones decisivas para comprender este apartado, pues el Padre, con su revelaci6n a los pequeiios, y las Escrituras confirman la conducta de Jesus.
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En su acci6n, Jesus implica cada vez mas fuertemente a sus discipulos (13,36.51), de modo que ellos se ven incorporados en una estrecha comuni6n con su Maestro (12,49-50). En ultima instancia, Süll esos discipulos de Jesus los que han comprendido su ensefianza (13,51), en contraposici6n a muchos otros que no creen (13,58). La actitud esceptica de las personas en la propia aldea de Jesus (13,54-58), que se preguntan de d6nde le viene su poder de hacer milagros, remite de nuevo al lector a las obras del Mesias (11,2). El segundo ciclo narrativo (14,1-16,20) retoma la linea del primero. Comienza igualmente con la figura del Bautista (14,1-12), pero luego se centra directamente en el tema de la identidad de Jesus y, en relaci6n con ello, tambien en las distintas tomas de posici6n de los discipulos y "los hombres" (16,13). Correspondientemente, el arco narrativo abarca desde la posici6n de Herodes, que identifica a Jesus con el Bautista, resucitado de entre los muertos (14,1-2), a lade Pedro, que confiesa a Jesus como el Mesias, el Hijo del Dios vivo (16,16). En medio hay una serie de tomas de posici6n respecto a la identidad de Jesus diversas y, en parte, tambien opuestas de modo contrastante, ya sea desde la perspectiva de los discipulos (14,33; 15,16), de la multitud (15,31) o de los fariseos (15,2; 16,1). Con ello los lectores se ven interpelados a asumir una postura propia: <)as obras de Jesus confirman su mesianismo?, c:que tipo de Mesias es Jesus?
a) 11,2-13,58:
Preguntas acerca del mesianismo de Jesus
Las obras del Mesias y Juan el Bautista: 11,2-19
La pregunta por la identidad de Jesus Mas Juan, que en la carcel habia ofdo hablar de las obras de! Mesfas, envi6 a sus discfpulos a decirle: zEres tu el que ha de venir o debemos esperar a otro? Y Jesus, respondiendo, !es dijo: Vayan y cuenten a Juan lo que oyen y ven: los ciegos vuelven a ver y (ls 42, 18; 61, 1; 35,5) (ls 35,6), los cojos andan y los leprosos quedan limpios y (ls 29, 18; 42, 18), los sordos oyen y los muertos resucitan y (ls 26, 19) a los pobres se anuncia (el Evangelio) (ls 61, 1), iY dichoso aquel que no se escandalice de mf!
La identidad de Juan el Bautista Cuando estos se marchaban, se puso Jesus a hablar de Juan zQue salieron zuna cana Pero zque sal ieron zUn hombre Miren:
zq ue sal ieron zUn profeta? Sf, !es digo, iY mas que un profetal Este es de quien esta escrito: He aquf que yo envfo a mi mensajero delante de ti, que preparara tu camino por delante de ti (Ex 23,20; MI 3, 1). Amen, yo !es digo: No ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista, pero el mas pequeno en el Reino de los Cielos es mayor que el. hasta ahora, Desde los dfas de Juan el Bautista el Reino de los Cielos pugna con violencia [por salir a la luz] y los violentos lo arrebatan. hasta Juan profetizaron, Pues todos los Profetas y la Ley el es Elfas, el que debfa venir. y tienen que admitirlo: iEI que tenga ofdos, que oigal Pero
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a la gente: a ver en el desierto?, agitada por el viento? a ver?, elegantemente vestido? los que visten con elegancia estan en los palacios de los reyes. a ver?,
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Juan el Bautista y el Hiio del Hombre 16
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2Pero con quien comparare a esta generaci6n? Se parece a los chiquillos que, sentados en las plazas, se gritan unos a otros diciendo: Les hemos tocado la flauta, y no han bailado. Les hemos entonado canciones tristes y no se han lamentado. Pues vino Juan, que ni comfa ni bebfa, y dicen: iTiene un demonio! Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: iAhf tienen, un glot6n y un borracho, amigo de publicanos y pecadores! Y la Sabidurfa se ha acreditado por sus obras.
Tejido estructural del texto Esta secci6n esta construida como un trfptico: 11,2-6, 11,7-15 y 11,16-19 conforman pequefias unidades cuyo contenido es la figura del Bautista como motivo fundamental. El fragmento esta enmarcado por las obras del Mesias, mencionadas tanto en 11,2 como en 11, 19, con lo que se forma una inclusi6n. La primera unidad ( 11,2-6) se abre con la pregunta del Bautista de si Jesus es el que tiene que venir, es decir, si es el Mesfas prometido y esperado tambien por Juan (3,11). La respuesta de Jesus dirige la atenci6n en primer lugar a lo que en la actualidad (ien presente!) se puede ofr y ver (11,4), lo que a continuaci6n se describe mas en detalle mediante una mezcla de citas de Isafas. Luego Jesus cierra su respuesta con una bienaventuranza (11,6 ). En la segunda unidad (11,7-15), Jesus habla de Juan el Bautista ante la multitud. Con tres preguntas ret6ricas conduce al auditorio a reconocer quien es el Bautista: mas que un profeta (11,7-9). Con una cita de las Escrituras describe su significado peculiar (11, 10) e, introduciendola con la expresi6n yo les digo, afiade una gran alabanza a J uan (11, 11-14). Aquf los lectores tienen que preguntarse: si Juan es Elias, c:quien es, pues, Jesus? Cierra esta unidad una exhortaci6n a comprender lo ofdo (11,15). La ultima parte (11,16-19) contrapone los distintos comportamientos del Bautista y del Hijo del Hombre. Sin embar-
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go, tanto Juan como Jesus son rechazados por esta generaci6n (11,16).
Configuraci6n semantica del texto 11,2-6: La pregunta por la identidad de Jesus Con la indicaci6n del arresto del Bautista, el narrador se remite a 4,12, desde donde no se habfa informado nada sobre Juan. Si ahora menciona las obras del Mesfas es para preguntar implfcitamente al lector: c:las obras de Jesus dan testimonio de su mesianismo? La cuesti6n introductoria de Juan el Bautista contiene cierto escepticismo, segun evidencian la pregunta, en cuanto tal, y la alternativa que a su vez se propone: (O debemos esperar a otro?, ya que ambas -formuladas y presentadas de esta manera- siempre mantienen la posibilidad de una respuesta negativa por parte de Jesus. En el Jordan, el Bautista habfa anunciado y esperado otro Mesfas (3,11-12), por lo que sobre dicho trasfondo se comprende su interrogante: el Mesfas que el esperaba era uno mas fuerte (3,11), que habrfa de iniciar el tiempo mesianico con la separaci6n de la paja y el grano (3,12). La actuaci6n y la ensefianza de Jesus hasta este momento lo harr revelado como alguien distinto, que no corresponde en absoluto con las expectativas del Bautista, pues Jesus se dirigi6 a los publicanos y pecadores (9,10-11) y anunci6 a Dias como el que quiere misericordia y no sacrificios (9,13), y el que hace brillar el sol sobre buenos y malos (5,45). Ahora, la respuesta de Jesus apunta a que se perciba lo que puede ser captado por los sentidos -lo que cabe oir y ver- (11,4) y a quese interpreten paginas de los escritos profäticos (11,5). Aquf llama la atenci6n la precedencia del oir, con lo cual Mateo sefiala que no es necesario ser testigos oculares de los hechos de Cristo para comprender quien es el. En tanto que lo que hay que oir y ver concuerda con el anuncio del profeta Isafas, las citas escriturfsticas confirman la actuaci6n de Jesus. Los que harr preguntado pueden responderse por sf mismos en base a lo que perciben y a lo que esta en las Escrituras: Jesus cur6 a dos ciegos (9,27-30), a un sordomudo (9,32-33) y a algunos lisiados (4,24; 8,6-13; 9,2-7),
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purific6 a un leproso (8,2-3), resucit6 a la hija del magistrado (9,18-25), anunci6 el Evangelio especialmente a los pobres (5,3-12) iY su obra permanece! (15,30-31). Por consiguiente, los que preguntan tienen que reconocer que la actuaci6n de Jesus esta en consonancia con las Escrituras y, por ello, que el se acredita efectivamente como el Mesfas. La bienaventuranza conclusiva, formulada de manera generica (11,6), trata sobre el escandalo, que Jesus ya habfa mencionado en el serm6n de la montafia, en el sentido de dar motivo de escandalo (5,9-30), y, luego, en relaci6n con los discfpulos, vuelve a considerar el tema en el serm6n de envio (10,17.21-23), asi como tambien en el discurso escatol6gico (24,10). El escandalizarse de Jesus se manifiesta enseguida en su ciudad, donde lo rechazan todos los habitantes (13,57). Asimismo, los fariseos se escandalizan de su ensefianza (15,12) y, por ultimo, en el relato de la pasi6n, Jesus anuncia a sus discfpulos que tambien ellos se escandalizaran de el (26,31). Por eso la bienaventuranza da animo precisamente para que -no solo los oyentes y lectores de entonces, sino tambien nosotros- nadie se deje confundir cuando las expectativas e imagenes del Mesfas no parezcan, a primera vista, compatibles con lo que Jesus hace. Tambien vale para nosotros la exigencia que subyace a la bienaventuranza de no escandalizarse de Jesus: jsus hechos y palabras no se verifican segun nuestras expectativas, sino segun las Escrituras!
11,7-15: La identidad de Juan el Bautista Despues de que los mensajeros de Juan se han marchado, Jesus se dirige a la multitud reunida. Mateo no explica ni de d6nde ni por que la gente ha llegado hasta alli, y esta repentina aparici6n de la muchedumbre sefiala que las siguientes palabras de Jesus estan dirigidas a todos, tambien a nosotros hoy. A traves de la pregunta de Juan el Bautista sobre la identidad de Jesus (11,2-6) ha quedado claro que este es el Mesfas esperado, pero c:que relaci6n hay entre Juan el Bautista y el? Al ensefiar a la multitud acerca de la persona y la funci6n de Juan, Jesus esta declarando, a la vez, algo sobre si mismo. A modo de introducci6n, Jesus pregunta tres veces a la multitud acerca de sus propias expectativas respecto a Juan el Bautista: (.que salieron a ver? (11,7b.8a.9a), para aproxi-
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marse asf a la destacada significaci6n de la persona de Juan. Naturalmente, cuando la gente fue al desierto, esperaba ver algo especial y no precisamente una cana agitada por el viento (11,7c). Seguramente, la personas de aquella epoca solfan correr tambien para ver, por ejemplo, a un miembro de la familia real (o, como nosotros hoy, a una figura estelar), pero para eso no iban al desierto. Lo especial que las personas esperaban del Bautista no era, pues, algo de caracter externo, como vestidos elegantes (1 l,8bc). Si han salido al encuentro de el con la esperanza de ver algo especial, algo que supera lo cotidiano e incluso lo poco comun en la vida normal, es porque la gente atribuye a Juan un significado importante para ellos mismos. Jesus confirma esa opini6n de la multitud respecto al Bautista, que vefa en el a un profeta (11,9b), y afiade -introduciendo su declaraci6n con el aseverativo yo les digoque Juan es mas que un profeta (1 l,9c). Jesus describe ahora lo peculiar de la persona del Bautista. En primer lugar, destaca claramente, por medio de una cita compuesta (11,10), que en Juan se cumplen las Escrituras, pero a la vez expresa tambien que no es el Mesfas, sino su mensajero y el que le prepara el camino. Dado que en la respuesta que Jesus dio a Juan los lectores han reconocido que el es el Mesfas, la cita confirma aquf tanto a Juan -como el que le prepara el camino- como a Jesus -ese a quien el Bautista ha preparado el camino-, y corrobora que Jesus es el Mesfas esperado. Con una "amen-expresi6n", Jesus presenta a Juan como el mayor de los nacidos de mujer (11,lla). El passivum divinum remite a Dios como el que actua, aludiendo asf a la llamada divina a anunciar el Reino de los Cielos y a preparar el camino del Mesfas. Con esto queda tambien claro por que, a pesar de la destacada grandeza del Bautista, incluso el mas pequeno en el Reino de los Cielos es mayor que el (11,1 lb): en efecto, ese mas pequeno ya esta llamado al Reino de los Cielos, que Juan anunci6 (3,2) pero que s6lo experiment6 indirectamente, pues estaba en la carcel y tuvo que asegurarse de todo a traves de sus mensajeros (11,2-3). Las personas que viven en los tiempos posteriores a Juan -incluidos nosotros, hoy-
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expresa dos cosas: por un lado, que hay que entender el Reino celestial como un proceso en desarrollo, ya existente en los dias del Bautista y que dura hasta hoy; por otro, que el tiempo presente esta marcado por el uso de la violencia en contra del Reino de los Cielos. Con esto Jesus subraya una vez mas que Juan tiene parte en el tiempo del Reino celestial, pues con el comienza el tiempo del cumplimiento, aunque aun no ha culminado totalmente, por cuanto que el mas fuerte viene despues del Bautista (3, 11): el total cumplimiento sera la venida del Hijo del Hombre con su poder (16,28). Es por eso por lo que el hasta ahora no esta insinuando ninguna cesura ni un "tercer tiempo" que se situaria despues del Antigua Testamento o del tiempo de Jesus; el hasta ahora se refiere a la actualidad e incluye el tiempo de Mateo y del anuncio de los discipulos (28,18-20). Pero este tiempo de la irrupci6n se caracteriza asimismo por la violencia en contra del Reino de los Cielos: el contexto -los violentos lo arrebatan / se apoderan de el- destaca la connotaci6n negativa y hostil de esa violencia. Lo que Mateo entiende, pues, es lo siguiente: desde el comienzo del anuncio (desde los dias de Juan el Bautista) hasta ahora, hasta la actualidad de la realizaci6n inicial por medio de Jesus, el Reino de los Cielos sale a la luz poderosamente y con fuerza (los ciegos ven, los cojos andan ... : 11,5), pero tambien se ve continuamente amenazado por los violentos, que lo arrebatan y quieren impedir su irrupci6n oponiendose a el 0 imponiendo a los demas -como si fuese el "Reino de los Cielos" - sus propios "reinos" o sus concepciones. Juan el Bautista experimenta en su propia carne esa violencia en la carcel; Jesus tambien la sentira, y sus discipulos tampoco seran inmunes a ella (10,17-39). Pero la violencia contra los mensajeros de Dios es, a su vez, un rasgo distintivo del tiempo escatol6gico que anuncia la realizaci6n de la soberania de Dios, y con ello se esta confirmando una vez mas a Juan y a Jesus en su compromiso a favor del Reino de los Cielos: al Bautista, como quien prepara el camino; a Jesus, como el Mesias. Segun Mal 3,23 y Eclo 48,4-10, antes de la llegada del dia del Sefior se esperaba el retorno de Elias, que habia sido arrebatado al cielo. Elias, pues, era considerado el que preparaba el camino de Dios. Cuando Mateo identifica aquf a Juan el Bautista con Elias, esta poniendo en paralelo la llegada del
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dia del Sefior con la irrupci6n del Reino de los Cielos. La referencia de Jesus a las Escrituras corrobora la peculiar funci6n de Juan el Bautista. La inusual secuencia, Profetas y Tord en vez de Tord y Profetas, pone el enfasis en el anuncio de los profetas: los Profetas y la Tora se han referido a Juan (11,13), y por eso se le puede considerar como Elias, que ha retornado ( 11, 14) para anunciar el comienzo del tiempo final. Al decir Jesus que Juan es Elias y que ya ha comenzado el tiempo final, esta dando a entender, a su vez, quien es el mismo: el Mesias esperado para el final de los tiempos. Jesus concluye esta parte de su discurso (11, 15) con la expresa indicaci6n de no tomar superficialmente este anuncio, sino saber comprenderlo claramente, de manera adecuada: el que tenga oidos, que oiga. 11,16-19: Juan el Bautista y el Hijo del Hombre La ultima parte del triptico contrapone asimismo el significado de Juan y el de Jesus, dando con ello una respuesta al interrogante acerca de la identidad de este. La formulaci6n esta generaci6n, en la pregunta introductoria de Jesus, no se refiere a personas concretas, sino que alude en general a la gente presente, que
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Aunque Juan y Jesus son rechazados, su conducta se ve justificada por sus obras, pues, a pesar del rechazo de algunos, muchos se han hecho bautizar por Juan (3,5-7.13), y las acciones de Jesus -sus obras y su anuncio (4,17-11,1)-, vistas y oidas por muchas personas (11,4-5), lo identifican como el Mesfas (11,2.19: ambos versiculos conforman una inclusi6n). La Sabiduria, justificada por sus obras, puede entenderse tambien como la personificaci6n de un atributo de Dios: en el mundo y en la historia de los hombres, el obra por su sabiduria (cf. Eclo 24,1-22). Mateo volvera mas detenidamente sobre esta idea en 11,25-30.
Nexos pragmaticos del texto Con las expresiones si ustedes quieren (11, 14a) y iel que tenga oidos, que oiga! (11, 15), los lectores se ven interpelados directamente, y estas dos apelaciones estan en relaci6n inmediata con la identidad de Juan el Bautista: el es Elias, el que debia venir (11,14b), y, consiguientemente, los lectores
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Las obras del Mesias y Juan el Bautista: 11,2-19
cuando los incorpor6 a su servicio y los envi6 (10,14-23). De este modo, el autor esta explicando que, precisamente, la experiencia del rechazo y de la violencia no contradice el plan salvifico de Dios: vivir y anunciar su mensaje salvador y, por eso, experimentar hostilidad ha sido desde siempre el destino de los profetas.
EI rechazo de las ciudades galileas: 11,20-24
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Entonces se puso a reprender a las ciudades en las que se habian realizado la mayoria de sus portentos, porque no se habian convertido: Corazafn! jAy de ti, Betsaida! jAy de ti, Tiro y Sid6n Porque si en se hubiesen hecho los portentos quese han hecho en ustedes, jtiempo ha que con vestido de penitencia y ceniza se habrfan convertido! Pero por eso les digo: Tiro y Sid6n, para ustedes habra menos rigor en el dia del juicio. Y tu, Cafarnaun, ihasta el cielo te vas a encumbrar? iHasta el abismo te hundiras! Porque si en Sodoma se hubiesen hecho los portentos que se han hecho en ti, jalin subsistirfa el dia de hoy! Pero por eso les digo: para la tierra de Sodoma habra menos rigor en el dfa del juicio que para ti.
Tejido estructural del texto A la pregunta de Juan el Bautista sobre la identidad de Jesus (11,2-19) sigue ahora, unido por el entonces, un abierto rechazo del Maestro y de su llamamiento a la conversi6n dirigido a las ciudades de Galilea en las que habfa actuado de forma especial (11,20-24). Este crescendo de duda ante Jesus va desde el mero rechazo hasta la incredulidad y conduce finalmente a su asesinato. Los ayes de Jesus estan aqui claramente estructurados: a la alocuci6n de advertencia de la ciudad le sigue, con un porque, la fundamentaci6n de la amenaza y, precedido por un pero por eso les digo, se alude, por ultimo, a la inminente sentencia en el dfa del juicio final. Esta estructura subraya la seriedad de las palabras de Jesus; sin embargo, en base a las alusiones, para el lector esta claro que no se trata aqui de una condena definitiva de esas ciudades por parte de Jesus, sino de un llamamiento urgente a la conversi6n.
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Configuraci6n semantica del texto 11,20-24: En general, los ayes son expresiones vinculadas al contexto bfblico y se encuentran, en el Antigua Testamento, sobre todo en los profetas (Is, Ez, Am, Hab), y en el Nuevo Testamento, ademas de en Lc, en Ap. EI ay es menos una maldici6n que una expresi6n de desdicha, de lamento y de queja, y alude asimismo al "llevarse las manos a la cabeza". Si se entiende como conmoci6n ante una catastrofe inminente, entonces, junto al discurso directo (iay de ti„. !), el ay posee la funci6n de alarmar al destinatario y a los demas oyentes. En la intenci6n del que habla, al sobresalto ante lo inminente se une de modo natural tambien la exhortaci6n al cambio y, sobre todo, la esperanza de la conversi6n de los interpelados. En tanto que la desgracia min no ha sobrevenido, cabe modificar algo: con ello, el ay esta sefialando la ultima ocasi6n de influir de manera positiva en el destino inminente. Esta claro que se trata de un llamamiento a la acci6n: convertirse ahora, inmediatamente. Las ciudades mencionadas al comienzo de este pasaje (11,20) quedan sin mayor precisi6n. Los lectores evocan los sumarios que describfan genericamente la acci6n sanadora y el anuncio que Jesus llev6 a cabo en poblados y ciudades (4,23; 9,35; 11,1), de ahi que los portentos de Jesus designen las obras del Mesias (11,2.19). EI termino clave conversi6n recuerda la primera aparici6n de Jesus (4, 17), cuando vincul6 la llegada del Reino de los Cielos con el llamamiento a la conversi6n. Asi pues, los lectores entienden que los portentos de Jesus, o las obras del Mesias, tienen un objetivo: hacer que los hombres se conviertan a Dios. EI tema de la conversi6n esta unido al del juicio final, al dia del juicio. Los lectores recuerdan tambien el discurso de envio, en el que Jesus habia anunciado a una ciudad una sentencia peor que lade Sodoma y Gomorra (10,15). EI presente pasaje retoma una vez mas el tema del juicio (11,22.24), pero lo que llama la atenci6n es que aqui se habla dos veces del mismo y que en los capitulos 10-12 se menciona seis veces: 10,15; 11,22.24; 12,36.41.42. Es cierto que los lectores ya saben, por el versiculo 9,3, que Jesus tuvo problemas con algunos escribas que le reprochaban que blasfemaba, pero en los capitulos anteriores, dedicados a las palabras y las accio-
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EI rechazo de las ciudades galileas: 11,20-24
nes de Jesus (5-7, 8-9), el tema del juicio apenas si desempefiaba algun papel. Ahora, sin embargo, el termino juicio aparece con una frecuencia mayor, porque las ciudades y la gente no han reaccionado adecuadamente a las obras del Mesias (11,2.19). Tras el gran exito de Jesus ante las multitudes (capftulos 5-9), los lectores conocen ahora a Jesus como el Mesias rechazado y experimentan de una manera creciente ese rechazo del Mesias. Este es el cambio de perspectiva que
Nexos pragmaticos del texto Es muy posible que los ayes a las ciudades, que advertian y exhortaban, reflejen el entorno de la comunidad mateana, que experimentaba incomprensi6n y rechazo. Pero estas exhortaciones no valen solo para esas ciudades, sino tambien para los lectores. Con los ayes, Mateo esta empleando el esquema de la profeda clasica: los lectores
La revelacion a los pequeiios: 11,25-30
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En aquel tiempo, tomando la palabra, Jesus dijo: Yo te bendigo, Padre, Sef\or del cielo y de la tierra, porque tu ocultaste esto a los sabios e inteligentes y lo revelaste a los pequef\os. Si, Padre, pues esto ha sido de tu agrado. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, y nadie conoce al Padre, sino el Hijo, el Hijo se lo quiera revelar. aquel a quien y jVengan a mi todos los que y yo les dare Tarnen sobre ustedes m i yugo y aprendan de mf, porque
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pues mi yugo
estan fatigados y descanso.
sobrecargados!
soy manso
humilde de coraz6n,
y
hallaran descanso para sus a/mas (ls 6, 16), es suave
y
mi carga ligera.
Tejido estructural del texto Ante el rechazo que experimenta por parte de las ciudades de su terrufio, Jesus reacciona con una oraci6n en la que agradece a Dios su revelaci6n a los pequefios e invita a todos los oprimidos a seguirlo (11,25-30). La oraci6n se compone de dos estrofas (11,25-27.28-30); la primera de ellas aborda el tema de la revelaci6n y esta estructurada en base a los terminos ocultar-revelar, revelar-conocer, Padre-Hijo. En la primera parte de esa estrofa, el termino Padre enmarca el conocimiento ocultado a los sabios pero revelado a los pequefios, en tanto que en la segunda parte los vocablos Padre e Hijo conforman el marco del conocimiento mutuo entre ellos. La segunda estrofa presenta una construcci6n concentrica: en el centro se ubica una singular declaraci6n de Jesus sobre sf mismo: soy manso y humilde de coraz6n, encuadrada por la descripci6n de su yugo y por la promesa del descanso concedido. De este modo, las declaraciones sobre sf mismo y sobre
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su yugo se explican reciprocamente, pues una persona mansa y de coraz6n humilde s6lo puede tratar asi a los demas: la humildad y la mansedumbre de Jesus se muestran en que el da descanso a los demas y en que su yugo no es ninguna carga. Con esta declaraci6n de Jesus sobre si mismo, Mateo da a sus lectores otra indicaci6n decisiva para comprender su mesianismo.
Configuraci6n semantica del texto 11,25-27: Con la destacada formulaci6n introductoria (11,25) se da inicio a un nuevo apartado: Jesus se dirige, en primer lugar, a su Padre con una solemne alabanza (11,25-27) y, luego, en un tono mas bien familiar, lo hace a todas las personas sobrecargadas (11,28-30). Se dirige a Dias de manera directa, como a su Padre, y lo bendice porque ocult6 esto (11,25c) a los sabios e inteligentes, pero lo revel6 a los pequefios: asi, el Padre se muestra como el actor cuya acci6n se dirige especialmente a los pequefios. Esta concepci6n aparece de forma semejante en la versi6n hebrea del libro de Jesus Sira: La misericordia de Dias es grande, pero revela sus misterios a los mansos (Eclo 3,20). Que Dias conceda su revelaci6n a los pequefios -y no precisamente a los inteligentes y sabios- no solo muestra su beneplacito y su inclinaci6n hacia ellos, sino cual es su voluntad y que le agrada (11,26): la revelaci6n vale expresamente para los pequefios. A continuaci6n se desarrolla el tema del conocimiento de la revelaci6n, con lo que resulta claro que las expresiones esto (ll,25c) y todo (11,27a) se refieren a lo que ha sido consignado a Jesus por Dias: el conocimiento de este como Padre y su relaci6n con el Hijo, que comprende tambien el conocimiento del mismo Hijo. Corno Jesus ha recibido este conocimiento de su Padre, es -en cuanto Hijo y en raz6n de su particular vinculo con el- el autentico revelador del Padre. Los pequefios y todos los que ven en Jesus al que revela a Dias reconocen en su acci6n -en su ensefianza y en sus obrasel Reino de Dias y a Jesus como el Mesias y el Hijo de Dias; y, con ello, tambien reconocen a Dias como Padre. Mas tarde,
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La revelacion a los pequeiios: 11,25-30
Mateo muestra nuevamente con un suceso en el templo que este conocimiento vale para los pequefios: son nifios los que reconocen a Jesus como el Mesfas y lo aclaman diciendo: ihosanna al Hijo de David! (21,15). Y Jesus responde a la crftica de los sumos sacerdotes y escribas con una cita del Sal 8,3 que destaca la peculiar relacion entre Dios y los pequefios: De la boca de los niiios y de los que aun maman te preparaste tu alabanza (21,16). En la respuesta de Jesus a la confesion mesianica de Pedro: No te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre, que esta en los cielos (16,17), Mateo constata que Dios mismo revela el conocimiento del Hijo como Mesfas . Por sabios e inteligentes se entiende a quienes destacan por su conocimiento particularmente profundo de las Escrituras y por la observancia de las prescripciones divinas, esto es, a los escribas y maestros de la Ley, pero tambien a algunos fariseos. Los que no posefan este conocimiento y no observaban completamente (o no podfan hacerlo por su profesion; por ejemplo, curtidores, carniceros, publicanos, cambistas, pastores„.) las prescripciones divinas eran a menudo despreciados por los inteligentes y educados, porque todo israelita estaba obligado a ese cumplimiento y toda persona piadosa debfa conocer y seguir esos preceptos. El concepto infante / pequeiio designa a los nifios pequefios, inocentes, debiles, desprotegidos; en un sentido mas amplio, se refiere tambien a los simples creyentes, humildes y piadosos. Que la revelacion de Dios sea precisamente para estos pequeiios es, en el ambito bfblico, una peculiaridad llamativa. Los apocalfpticos pensaban que los misterios ocultos del futuro eran revelados por los profetas solo a algunos pocos sabios; los esenios crefan que la revelacion de Dios solo era para los miembros de su comunidad, y para muchos rabinos la revelacion estaba vinculada al estudio de la Tora y, por eso, no era accesible a todos. Pero los escritos sapienciales (por ejemplo Eclo 3,18-20; 51,23-27; Pr 9,4-5; Sab 9,4-5) y los Salmos (por ejemplo, Sal 19,8; 116,6; 119,130) ponen claramente otros acentos: aquf son los piadosos, los sencillos y humildes -los 'anawfm- quienes reciben la revelacion. En Mateo, este grupo de los 'anawfm ya estaba presente en las bienaventuranzas (5,3-12); mas tarde, Jesus defiende su mision ante los discfpulos de Juan el Bautista como la de ser enviado a los pobres, enfermos y marginados (11,2-9). Tambien el contexto
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de nuestro capitulo muestra que son precisamente los excluidos y despreciados quienes creen en Jesus: el leproso (8,1-4), el centuri6n (8,5-13), el paralitico (9,1-8), los publicanos y pecadores (9,9-13), la hemorroisa (9,20-22) y los das ciegos (10,40-42). Aqui Mateo destaca claramente que los pequefws no son solo los necesitados y los menesterosos -los que son protegidos por Dias y son sanados por Jesus-, sino que ellos son directamente los destinatarios de la revelaci6n de Dias.
11,28-30: En la siguiente secuencia cambia la perspectiva, pues ahora ya no es Dias, sino Jesus, quien actua, y los destinatarios son los que padecen por el esfuerzo y la sobrecarga. Aqui Jesus se revela a si mismo como manso y humilde e insta a los interpelados (con los imperativos vengan, tomen y aprendan) a una actitud de seguimiento que, a traves de das verbos en futuro, constituye, a su vez, una promesa: Yo les dare descanso y hallaran descanso para sus almas. La motivaci6n para esta actitud se basa tanto en la imitaci6n de Jesus -pues el mismo es manso y humilde de coraz6n- como en la postura misma a asumir, que no es ninguna sobrecarga opresora, sino adecuada y facil de soportar. Los lectores de un contexto judio pensaran aqui en la Tara, que no era entendida como limitaci6n o yugo opresor, pues no suponia ninguna fatiga el cumplirla: Porque este mandamiento que yo te prescribo hoy no es superior a tus fuerzas, ni esta fuera de tu alcance. [. .. ] No, la palabra esta bien cerca de ti, en tu boca y en tu coraz6n, y tu puedes ponerla en practica (Dt 30,11.14). Ya en Mt 9,36 habia advertido Jesus la opresi6n de lagente y por eso les habia enviado a sus discipulos; ahora es el mismo quien promete descanso a la gente atormentada. En la Tara, el tema del descanso asegurado esta unido a la promesa de la tierra (Ex 33,14; Dt 3,20; 12,9; 25,19); en los Profetas, el descanso remite a la salvaci6n (escatol6gica) esperada (Is 14,3; 32,15-18). En el contexto del pasaje de Jeremias aqui citado, el descanso prometido esta en relaci6n con escuchar y seguir los mandatos de Dias y hacer el bien (Jr 6,19). Con formulaciones muy semejantes a nuestro texto, Eclo 51,23-27 da animo para cargar sobre si el yugo del aprendizaje y asi alcanzar la sabiduria y la calma. La invitaci6n de Jesus, por el contrario, esta unida a el mismo: el insta a asumir su yugo (11,29.30) y su carga (11,30), y a aprender man-
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La revelacion a los peque:fios: 11,25-30
sedurnbre y hurnildad de coraz6n de mi (11,29), pues yo les dare descanso (1 l,28b). Aprender de Jesus y asurnir su yugo suave no significa que su interpretaci6n de la Tora sea rnenos exigente, pues lo que a el le interesa es el curnplirniento de la rnisrna, el ser perfecto corno Dios (5,17.48). El aprender, el yugo suave y la carga ligera se refieren rnas bien a Jesus rnisrno, a su actitud: ser rnanso y hurnilde de coraz6n no es precisarnente un peso, sino algo grato y fäcil. La actitud contrapuesta -ser orgulloso, presuntuoso y hostil- es algo fatigoso y que produce estres, porque hay que estar esforzandose constanternente por rnantener la "posici6n elevada", continuarnente preocupado por no perder o fracasar. La rnansedurnbre y la hurnildad de Jesus se rnanifiestan en el curnplirniento de la voluntad del Padre: el vive y ensefia la justicia y la rnisericordia que corresponden a esa voluntad de Dios (6,10.33; 7,21; 9,11-13; 9,13 y 12,7 citan a Os 6,6), perdona, en vez de condenar (12,7; 18,13-14), tiene cornpasi6n (9,36, 14,14; 15,32; 20,34) y se sornete cornpletarnente a la voluntad de su Padre (6,10; 26,39.42).
Nexos pragmaticos del texto Esta particular oraci6n de Jesus deja claro que la revelaci6n de Dios vale en especial para los pequefios, los creyentes hurnildes. Corno gente que padece, ellos han experirnentado "en carne propia" el rnensaje liberador del Reino de los Cielos. Adernas, la ensefianza de Jesus en el rnonte dej6 rnuy claro que Dios opta siernpre en favor de los pequefios, de los que han sufrido perjuicios, de los excluidos y debiles, y que el es rnisericordioso con los pecadores para rnantener abierta para ellos la posibilidad de la conversi6n. De este rnodo, los pequefios ya han experirnentado y cornprendido la rnisericordia de Dios, que Jesus anunci6 y vivi6. Ahora los lectores se sienten exhortados a interpretar las obras del Mesias, a cornprenderlas y a actuar en consecuencia. Una ayuda decisiva para entender esas obras de Jesus, y a el corno el Mesias, la ofrece la caracterizaci6n que el hace de sf rnisrno: soy manso y humilde de coraz6n. Corno Hijo, el revela en su ensefianza y en su actuar totalrnente al Padre rnisericordioso, que es bondadoso con todas las personas -justos y
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pecadores-, porque no condena a los pecadores, sino quese vuelve a ellos para quese puedan convertir (5,45; 9,13; 12,7). Jesus exhorta a aprender de el esa actitud de mansedumbre y humildad; es decir, los lectores
La interpretaci6n que hace Jesus del sabbat y el significado de sus obras: 12, 1-21
El sabbat y la misericordia En aquel tiempo, Jesus cruzaba un sabbat por los sembrados, pero sus discfpulos sintieron hambre y comenzaron a arrancar espigas y a comerlas. Al verlo, los fariseos le dijeron: jMira, tus discfpulos hacen lo que no es lfcito hacer en sabbat! Pero el les dijo: 1No han lefdo lo que hizo David cuando sintieron hambre el y los que le acompaf\aban?, 1c6mo entr6 en la Casa de Dias y comieron los panes de la Presencia, que no les era lfcito comer a el ni a sus compaf\eros, sino solo a los sacerdotes? 1Tampoco han lefdo en la Tara que en dfa de sabbat los sacerdotes, en el templo, quebrantan el sabbat y (sin embargo) no incurren en culpa? Pero yo les digo: jaquf hay algo mayor que el templo! Si hubieran comprendido lo que significa: misericordia quiero, no sacrificios (Os 6,6), no condenarfan a los que no tienen culpa. Pues el Hijo del Hombre es sef\or del sabbat.
Es licito hacer el bien el sabbat 10
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Y, yendose de alli, entr6 en su sinagoga, y he aquf que habfa un hombre que tenfa una mano seca. Y le preguntaron si era lfcito curar en sabado para tener de que acusarle. Pero el les dijo: 1Qu ien de ustedes que tenga una sola oveja, si esta cae en sabbat en un hoyo, no la agarra y la saca? jCuanto mas vale un hombre que una oveja! Por eso: jes lfcito hacer el bien en sabbat! Entonces dijo al hombre: jExtiende tu mano! Y el la extendi6 y qued6 restablecida: jsana como la otra! Pero los fariseos, en cuanto salieron, se confabularon contra el para eliminarlo. Mas Jesus, al saberlo, se retir6 de allf.
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Jesus como el misericordioso Siervo de Dios 15 b
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Y le siguieron muchos (de la multitud),
y el los euro y les conmin6 a que no lo descubrieran, para quese cumpliera lo dicho por el profeta lsafas: jHe aquf mi Siervo, a quien elegf; mi Amado, en quien mi a/ma se complace! Pondre mi Espfritu sobre el, el anunciara el derecho a las naciones. y
EI y y nadie La cafia cascada y Ja mecha humeante
no disputara no gritara, oira su voz en las calles. no Ja quebrara, no Ja extinguira, hasta que haya conducido a Ja victoria e/ derecho.
Yen su nombre pondran Jas naciones su esperanza (ls 42, 1-4).
Tejido estructural del texto La misi6n de Jesus suscita en los fariseos cuestionamientos criticos y reacciones escepticas: critican el comportamiento de sus discipulos en sabbat (12,2), deciden aniquilar a Jesus (12,14), lo tienen por un poseido (12,24) y le exigen un signo (12,38). Este capitulo puede estructurarse en tres partes que tienen que ver con las reacciones de los fariseos ante Jesus (12,1-21; 12,22-37; 12,38-45) y una cuarta parte conclusiva (13,46-50) que lleva la problematica de la actitud ante Jesus a su culmen, en una necesaria toma de posici6n. EI primer apartado (12,1-21) contiene dos situaciones conflictivas con los fariseos que atafien al sabbat (12,l-8.9-15a) y concluye con un significativo comentario sobre la actuaci6n de Jesus, al quese vincula con la acci6n salvifica universal de Dios para todos los pueblos por medio de una larga cita biblica cumplida (12,15b-21). Las dos primeras unidades estan conectadas mutuamente por la expresi6n clave ser licito en sabbat (12,2.4.10.12), que presenta la tematica tratada. En el primer episodio (12,1-8) se introduce la declaraci6n central a traves del enfätico pero yo les digo (12,6-8). La cita escrituristica (Os 6,6) fundamenta que la exigencia de ser misericordioso -en lo que se manifiesta el amor a Dios y al pr6jimoes mayor que el mandamiento de no trabajar en sabbat. La
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La interpretacion que hace Jesus del sahbat... : 12,1-21
segunda unidad (12,9-15a) ofrece otro ejemplo del mandamiento sobre el sabbat, y la argumentacion de Jesus retoma el fundamento del primer episodio, pero, con la consecuencia que va de lo menor a lo mayor (12,12a), la amplia de manera positiva y generalizandola: es licito hacer bien en sabbat (12,12b). La reaccion negativa de los fariseos, que deciden eliminar a Jesus, cierra esta unidad. Con el comentario conclusivo sobre las obras de Jesus (12,15b-21) y la muy extensa cita cumplida de Isaias, Mateo justifica su conducta -tanto en general como especialmente aqui respecto al sabbat- como algo acorde con las Escrituras.
Configuracion semantica del texto 12,1-8: EI sabbat y la misericordia
El sabbat era considerado el signo de la eleccion y la alianza entre Dios e Israel (Ex 31,16-17; Dt 5,6-15; Ez 20,12.20). Prescrito como dia de celebracion y de descanso, poseia un aspecto teologico y uno social: no solo queria recordar la creacion de Dias y remitir a la plenitud del tiempo final, sino que, en la celebracion comunitaria, tambien realizaba concretamente el estado paradisiaco escatologico, al proteger contra la explotacion y por la valoracion que implicaba de las personas y de los animales. Por primera vez, Mateo menciona el sabbat y la problematica de lo que era licito hacer ese dia y lo que estaba prohibido, pero luego -a diferencia de los demas evangelistas- no trata mas este tema. En el trasfondo late la cuestion del significado que el sabbat poseia para los creyentes cristianos en la comunidad mateana, y que aqui el interlocutor de Jesus sea solo el grupo de los fariseos bien podria estar aludiendo a una situacion de actualidad para esa comunidad, que, tras la destruccion del templo, se veia exigida -al igual que los demas discipulos- a redefinir su identidad sin referencia a ese centro de culto. El significado para la comunidad de la observancia del sabbat se manifiesta, asimismo, en que un dia festivo en comun es algo que determina decididamente y robustece la identidad del grupo. Para los creyentes en Cristo, el "dia despues del sabbat", el "primer dia de la semana", en cuanto dia de la
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resurrecci6n del Sefior, se convirti6 en un dia celebrativo fundamental para su identidad. Pero como la comunidad mateana se hallaba aun dentro del judaismo, no se cuestionaba la observancia basica del sabbat, de modo que aqui se discute el tema en orden a encontrar un criterio sobre la vigencia del mandamiento sabatico que sirva de norma con validez general. A la acusaci6n de los fariseos de que sus discipulos hacian algo que no estaba permitido en sabbat, Jesus responde con dos casos ejemplares a partir de las Escrituras (12,3.5). El primero tiene que ver con lo permitido y remite a David, quien igualmente habia realizado algo no permitido (aqui no se destaca si fue o no en sabbat, sino solo el hecho de ser algo no permitido). Pero como la transgresi6n de otro no autoriza la propia, se hace necesario otro ejemplo que precisa el caso: la misma Tora establece que los sacerdotes que prestan servicios en sabbat, aunque lo quebrantan, no incurren en culpa (cf. Lv 24,8; Nm 28,9-10). Los lectores coligen consecuentemente que hay acciones que pueden realizarse en sabbat porque no lo profanan. Jesus explica de manera general cuales son esas acciones con la cita de Os 6,6: lo que Dios desea y prefiere, por encima de cualquier sacrificio, es que se viva la misericordia. Asi, las acciones que se realizan por misericordia y bondad no quebrantan el sabbat. En efecto, por tratarse de algo mayor que el servicio al templo y a los sacrificios, los que en sabbat ejercen la misericordia no incurren en culpa. Ante la destrucci6n del templo en el afio 70 y la consecuente imposibilidad de seguir ofreciendo sacrificios en el, esta interpretaci6n abre a los lectores una perspectiva para el futuro que, como atestigua el dicho profetico, se orienta igualmente segun la voluntad de Dios: vivir la misericordia es algo mayor que el servicio en el templo y que los sacrificios. Con esto, sin embargo, Jesus no esta propagando quese eluda el precepto del sabbat, pues, mientras el servicio en el templo estaba reservado a los sacerdotes, el ejercicio de la misericordia es algo posible para cualquier persona. La misericordia como "servicio mayor a Dios" se convierte asi en la tarea de todos.
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La expresi6n conclusiva de Jesus el Hijo del Hombre es sefior del sabbat puede aplicarse, pues, tanto a cualquier persona, de manera general, como s6lo a Jesus. Si con el Hijo del Hombre se entiende a Jesus, esto quiere decir que Mateo esta apuntando a la interpretaci6n que este hace de la Tora, porque, dado que Jesus interpreta siempre las prescripciones divinas en la lfnea de la misericordia que Dios quiere que se viva, se evidencia que el es el verdadero sefior del sabbat. Pero en la medida en que la noci6n Hijo del Hombre designe, engeneral, a los seres humanos, todos, pues, estan comisionados como "sefiores" para realizar el sabbat, vinculandose asi este dia a sus acciones, y de este modo se subraya una vez mas la necesidad de practicar la misericordia. La conducta misericordiosa de los seres humanos es el verdadero culto a Dios y por eso genera de forma germinal el anhelado estado paradisiaco de los tiempos salvificos. Con ello se esta confiando el sabbat a manos de los hombres: quien desea ese estado de salvaci6n, contribuira al mismo con su propio ejercicio de la misericordia.
12,9-15a: Es licito hacer el bien en sabbat Esta segunda unidad retoma la discusi6n sobre las acciones permitidas en sabbat: el relato de una curaci6n portentosa conforma el marco para el tema, a menudo reiterado, de curar o hacer el bien. Asimismo, se continua precisando la problematica sobre el sabbat, pues esta vez los fariseos preguntan a Jesus si curar -que no puede interpretarse como un trabajo medico, sino, segun la explicaci6n precedente de Jesus (12,7), como un acto de misericordia- es algo licito en sabbat. Jesus responde primero con un ejemplo que entiende el curar como la prestaci6n necesaria de ayuda: es obvio que en casos de necesidad se impone ofrecer auxilio y que esto no quebranta el sabbat. De este modo, la interpretaci6n de Jesus se situa en la linea de lade los fariseos, que tambien opinaban que las situaciones de emergencia dejaban en suspenso el sabbat (12,11; mYoma 8,6). Pero el verdadero punto interrogativo de los fariseos apuntaba no a la prestaci6n de auxilio en casos de necesidad, sino a la ayuda cuando no existe ninguna emergencia, como es aqui el caso de quien tiene una mano seca.
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Los lectores comprenden que, una vez mas, lo que esta en cuesti6n no es el sabbat en general, sino que de lo quese trata es de una interpretaci6n y una aplicaci6n concretas del mandamiento. Mientras que los fariseos buscan una linea orientativa especifica, que permita distinguir entre la ayuda necesaria y la que no lo es, Jesus, con su conclusi6n, que va de lo menor a lo mayor, ofrece una respuesta general que permite ir mas alla de eso: lo que fundamentalmente es licito en sabbat es hacer el bien. Aqui llama la atenci6n el aparente "salto" quese da entre el curar de la pregunta de los fariseos (12, 10) y el hacer el bien de la respuesta de Jesus (12, 12). La explicaci6n de esto reside en el tipo de argumentaci6n cuanto mas: si se presta ayuda a una oveja en una urgencia, es natural que una persona deba ser ayudada en su necesidad, pero, en este caso, el ser humano seria "exactamente como" el ovino y no "mas"; sin embargo, como una persona es mas que una oveja, no solo debe ayudarsele, sino que se le debe brindar mas todavia, a saber, algo bueno. En este episodio se vuelve mas fuerte la impresi6n de que entre Jesus -y sus seguidores- y los fariseos existe una tensa confrontaci6n: partiendo de la critica inicial de los fariseos, que habian visto a los discipulos arrancar y comer espigas (12,2), se llega a una cuesti6n que tiene por meta acusar a Jesus (12,lüc). Y ante la respuesta de este, los fariseos reaccionan yendose y confabulando c6mo quitarselo de en medio (12,14). Con todo, suponer aqui un distanciamiento o incluso la existencia de una ruptura entre fariseos y creyentes en Jesus no haria justicia ni a la comunidad mateana ni al autor del evangelio, pues Mateo y su comunidad se hallan todavia dentro de un judafsmo variopinto. Asimismo, la designaci6n de su sinagoga no alude a ninguna separaci6n, pues el posesivo su delante de sinagoga aparece siempre en Mateo cuando se trata de una determinada (cf. 4,23; 9,35; 10,17 // 23,34; 13,54), y designa "la sinagoga de ese grupo". Queda claro quese trata de una tensa unidad por el hecho de que Jesus no elude a los fariseos, sino que va a su sinagoga: el busca el contacto de quienes no siempre comparten su propia opini6n y se expone a sus preguntas. Llama la atenci6n la decisi6n de los fariseos de querer acabar con Jesus (12,14), que ni en el relato de la pasi6n ni en la crucifixi6n se menciona, y que aparece de nuevo despues
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de la muerte de Jesus (27,62). Su decisi6n contra el debe entenderse a partir de su postura respecto al mandato de santificar el sabbat: segun Nm 15,30-36, quien desprecia el sabbat debe morir. Puesto que los fariseos no se adhieren a la interpretaci6n de Jesus -es licito hacer el bien en sabbat-, la decisi6n en Contra de el es, desde SU perspectiva, completamente consecuente. Con esto, lo que se esta poniendo en discusi6n es la interpretaci6n de Jesus: c:es conforme a las Escrituras lo que el sostiene sobre el sabbat? EI siguiente apartado ofrece la respuesta a ello.
12,lSb-21: Jesus como el misericordioso Siervo de Dios La decisi6n de los fariseos lleva a que Jesus tenga que abandonar el lugar. Los lectores comprenden que no se trata de una retirada, sino que asi Jesus evita agudizar el conflicto sin por ello modificar su praxis, porque le siguen muchos, a los que tambien sana (12,15c). En el presente contexto, esta informaci6n indica al lector que la interpretaci6n de Jesus respecto al mandato del sabbat es aceptada por esos muchos, porque se dejan sanar en ese dia. El hecho de que Jesus les ordene que no lo descubran (12,16) s6lo se comprende ante la amenazadora decisi6n de los fariseos. Mateo vincula con la exhortaci6n a guardar silencio que hace Jesus una cita escrituristica cumplida que, asimismo, remite al actuar del Maestro, que con su conducta no busca precisamente la notoriedad publica o la confrontaci6n ruidosa (12, 19), sino quese muestra como Mesias misericordioso y humilde, que cumple las prescripciones de la Tora (cf. 8,4; 9,30; 11,28-30).
12,18-21: La cita escrituristica cumplida que Mateo a:fiade aqui es la mas extensa de todo el evangelio, por lo que posee un significado importante. Cabe destacar que es Dios mismo quien habla: a la descripci6n de la elecci6n de su amado Siervo (12,18) le sigue la caracterizaci6n de su actuar (12,19-20), que es de esperanza para todos los pueblos (12,18.21), porque les trae el derecho y la justicia de Dios. EI termino griego Kp[aL1; traduce aqui el hebreo mishpat y significa "derecho" en el sentido de restablecimiento de una amplia justicia y misericordia. Ante el horizonte de esta cita
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bfblica, resulta claro que toda persona tiene derecho a experimentar la misericordia (12,7) y el bien (12,12) y que tiene, asimismo, el deber de ser misericordiosa y de hacer el bien a los demas. Esta misericordiosa justicia es la que esperan las naciones, a las que se les declara explfcitamente su participaci6n en el plan salvifico de Dios (cf. 28,19-20). Esta importante cita refleja la comprensi6n mateana de la identidad de Jesus y de su misi6n. Mateo refiere el texto de Isaias segun la LXX, que designa al Sierva ('ebed) de Dios con el termino mx:Lt;;, que puede significar tanto hija como nifia. Esta traducci6n corresponde mas al significado hebreo propio, que expresa sobre todo la pertenencia y menos la sumisi6n: hija o nifia de Dias designa a una persona que ha sido enviada por Dios a su pueblo con una misi6n especial. En este sentido, tambien los profetas, los patriarcas, Moises, David, Job, las personas piadosas e incluso todo Israel son llamados 'ebed (siervo, hijo, nifio); por ejemplo, Jr 7,25; Am 3,7; Ex 14,31; Sal 34,23; 105,25; Is 41,8-9. En el Deutero-Isaias, el Sierva de Dias es el que ha sido elegido por Dios desde el seno materno (Is 49,1.5) y ha recibido el Espiritu divino (Is 42,1). En la misma lfnea se situa en Mateo la descripci6n mas detallada de la elecci6n de Jesus como mi amada, en quien mi alma se camplace (12,18b). Los lectores recuerdan tambien el relato del bautismo de Jesus, donde la voz del cielo expres6 la elecci6n de Jesus con unas palabras semejantes (3,17). Conforme a esto, Mateo ve en Jesus al Siervo mansa y humilde (11,29) y al Hijo de Dios: el es el que confia en la Palabra de Dios y sigue sus mandatos. Para Mateo, pues, la interpretaci6n que hace Jesus del mandato del sabbat -es licita hacer el bien en sabbat- es conforme a las Escrituras y corresponde a la voluntad de Dios, ya que actuar con misericordia y hacer el bien (12,7.12) es realizar el derecho (mishpat) de Dios, por medio del cual se restituye la justicia y cada uno recibe la justa medida de lo que le corresponde. Jesus y las Escrituras se corroboran reciprocamente: a traves de su actuar y de su interpretaci6n de la Tora, Jesus cumple las Escrituras y, por su parte, las Escrituras lo confirman en su actuar y en su ensefianza como el autentico Siervo e Hijo de Dios. Con esto, Mateo ve cumplida en Jesus la cita de Isaias.
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Nexos pragmaticos del texto Con la solucion ajustada a las Escrituras de la cuestion del sabbat y la importante cita escriturfstica cumplida, Mateo ofrece a sus lectores otra indicacion decisiva sobre la identidad de Jesus: es el Hijo que ha recibido del Padre la revelacion (11,26-27), es manso y humilde (11,29) y es el Siervo que hace efectivos el derecho y la justicia de Dios y, a su vez, los lleva a los paganos (12,18-21). La actuacion de Jesus y su interpretacion de la Tora, aunque choquen con el rechazo o la incomprension, estan totalmente corroboradas por las Escrituras. Asf, el comportamiento manso y humilde de Jesus y su interpretacion de las Escrituras sirven de orientacion para todos los que le siguen. El Jesus mateano propone un significativo cambio de perspectiva: en vez de tener que decidir acerca de la licitud de cada una de las conductas, lo que vale de manera general y simplificadora es que esta expresamente permitido ser misericordioso y hacer el bien. Asf, la interpretacion de Jesus concreta su explicacion de que Dios quiere misericordia en lugar de sacrificios (12,7), y no sirve solo como explicacion o fundamentacion de una conducta lfcita en el sabbat, pues si Dios realmente quiere misericordia, la interpretacion de Jesus contiene a su vez una clara llamada a corresponder con la justicia sobreabundante (5,20): a quien esta en necesidad no solo "se le puede" hacer el bien, sino que "se le debe" hacer, porque precisamente esto -en general, y no solo el curar en sabbates lo que corresponde a la voluntad de Dios. Si se santifica el sabbat de este modo y se cumple la voluntad de Dios, haciendo el bien al ser humano (en necesidad), esa conducta esta remitiendo a la esperada salvacion escatologica, por cuanto que ya realiza algo de la misma.
EI significado de las obras de Jesus: 12,22-37
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Entonces Je fue presentado un endemoniado ciego y mudo y el lo cur6, hablaba y vefa. de suerte que el mudo Y toda Ja gente, asombrada, decia: iNü sera este el Hijo de David? Pero los fariseos, al ofrlo, dijeron: iEste no expulsa los demonios mas que por Beelzebul, prfncipe de los demonios!
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Conociendo sus pensamientos, el les dijo: Todo reino dividido contra sf mismo queda destruido, y toda ciudad dividida contra sf misma no podra subsistir. Y si Satanas expulsa a Satanas, esta en sf mismo dividido, iC6mo, pues, va a subsistir su reino? Y si yo por Beelzebul expulso los demonios, sus hijos 1por quien los expulsan? Por eso, ellos seran sus jueces. Pero si yo, por el Espfritu de Dias, expulso los demonios, ies que ha llegado a ustedes el Reino de Dias! 1C6mo puede uno entrar en la casa del fuerte y saquear sus pertenencias si no ata primero al fuerte? Entonces podra saquear la casa. EI que no esta conmigo, esta contra mf, y el que no recoge conmigo, desparrama. Por eso les digo: Todo pecado y toda blasfemia se perdonara a los hombres, pero la blasfemia contra el Espfritu no sera perdonada. Y al que diga una palabra contra el Hijo del Hombre, se le perdonara, pero al que Ja diga contra el Espfritu Santo, no se Je perdonara, ni en este mundo ni en el venidero. Supongan un arbol bueno, y su fruto sera bueno, y su fruto sera malo, o supongan un arbol malo, porque por el fruto se conoce el arbol. iRaza de vfboras!, 1c6mo pueden ustedes hablar cosas buenas siendo malos? Porque de lo que rebosa el coraz6n habla Ja boca. EI hombre bueno del buen tesoro saca cosas buenas, y el hombre malo del tesoro malo saca cosas malas.
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Pero yo les digo: de toda palabra ociosa que hablen los hombres daran cuenta en el dia del juicio. Porque por tus palabras seras declarado justo y por tus palabras seras condenado.
Tejido estructural del texto El relato se compone de dos partes, la primera de las cuales -la curaci6n del ciego y mudo (12,22-24)- sirve de cafiamazo para la segunda: el discurso de Jesus sobre el significado de sus obras (12,25-35). Asimismo, la extensa respuesta de Jesus se puede subdividir en dos secciones: en la primera, el justifica su actuar, porque muestra el Reino de Dios y lo presenta como ya irrumpiendo (12,25-28); en la segunda parte del discurso, Jesus legitima su acci6n (y su ensefianza) con los buenos efectos quese siguen de ella (12,29-37). La otra parte de la respuesta de Jesus se presenta claramente estructurada: a una pregunta fundamental (A) le sigue una expresi6n exhortativa, yo les digo (B), y luego se afiade una sentencia general (C). Con esta estructura se enmarca la parte central (D), que evidencia en su contenido una referencia a la primera parte del discurso de Jesus y, a la vez, fundamenta su actuar, sintetizandolo. Desde el punto de vista tematico, de lo que aqui se trata es basicamente de la actuaci6n de Jesus y de la decisi6n a favor o en contra de el: o el esta en alianza con el diablo o, si no, jsu actuar representa la irrupci6n ya del Reino de Dios! En ultima instancia, Süll los frutos de Jesus -sus acciones salvificas- los que permiten reconocer claramente al servicio de quien esta el.
Configuracion semantica del texto 12,22-24: Preludio Los lectores se encuentran aqui con una duplicaci6n, pues ya una vez, en 9,32-34, Jesus habia librado a un mudo poseido por un demonio. Estas duplicaciones (como por
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EI significado de las obras de Jesus: 12,22-37
ejemplo tambien la curacion de los dos ciegos en 9,27-31 y 20,29-31) no solo potencian el poder del sanador, sino que tambien muestran su gran misericordia. El interrogante de la multitud, <_no serd este el Hijo de David?, y el juicio peyorativo de los fariseos, ieste expulsa los demonios por Beelzebul!, enfocan la autentica cuestion: no se trata aqui de la curacion, sino del mesianismo de Jesus y del significado de sus obras. A partir del portentoso exorcismo, la multitud deduce que Jesus es el Mesias. Sin embargo, esta conclusion (que los milagros "prueban" a Jesus como Mesias) es problematica, pues se acomoda a cualquier milagrero o incluso puede emplearse desde la postura opuesta como un reproche contra Jesus, tal como muestra el juicio de los fariseos. Para Mateo, el Mesias no se define solamente por su actividad portentosa, pues el describe la identidad de Jesus de una manera mucho mas abarcadora: los relatos precedentes lo muestran como el manso y humilde Hijo y Siervo de Dios. Con ello deja claro que solo a partir de los actos portentosos de Jesus no se puede comprender que el es el Mesias ni que tipo de Mesias es. Pero los hechos de Jesus -sus curaciones, expulsiones de demonios y milagros- permiten ver, en cambio, que el hace efectivo el Reino de Dios, y esto es lo que Jesus deja claro con su siguiente discurso.
12,25-37: EI discurso de Jesus sobre el significado de sus obras 12,25-28: Primeramente, Jesus rechaza el reproche de los fariseos con un argumento basado en la experiencia: un reino dividido -ya sea en el ambito pequefio de la familia o en el plano politico- no puede subsistir, y lo mismo sucederia con el sefiorio de Satanas si sus secuaces se alzasen en contra de el. Tras adelantar este presupuesto, Jesus refuta luego el reproche de los fariseos con un argumento logico: si el expulsa a los demonios por Satanas, pero no asi sus hijos, es decir, los demas exorcistas judios, entonces el reino de Satanas esta dividido y no puede subsistir; pero entonces, si los exorcistas judios actuan por el Espiritu de Dios, es logico que lo mismo valga para Jesus. En consecuencia, los interlocutores deben reconocer que con la actuaci6n de Jesus ya ha comenzado el Reino de Dias, pero al cerrarse a este reconocimiento resulta
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que sus hijos seran sus jueces, porque, en el fondo, los fariseos estan dudando de la accion del Espiritu de Dias por el que tambien actuan sus hijos. Al lector le resulta claro que ademas de Jesus habia otros que actuaban con el Espiritu de Dias, curaban y expulsaban demonios: no solo los discipulos de Jesus (7,22; 10,8; 17,19), sino tambien otros exorcistas (Hch habla, por ejemplo, de Simon el Mago, en cuyas acciones la gente reconocia la fuerza de Dios: Hch 8,9-13). El hecho de que todas estas personas actuan por el Espiritu de Dios es una clara sefial de que el Reino de Dios ya ha irrumpido. La sintetica declaracion de Jesus en el siguiente apartado de su discurso: El que no esta conmigo, esta contra mi... (12,30), destaca que entre los que actuan por el Espiritu de Dios no hay ninguna jerarquia o valoracion; en efecto, solo existen dos lineas de accion: o con el Espiritu de Dios o contra el. El lector reconoce que en la colaboracion con el Espiritu de Dios ya ha comenzado el Reino de Dios: quien actua con el Espiritu de Dios -sean los discipulos de Jesus, sean los demas exorcistas, sea Jesus mismo- contribuye a la realizacion del Reino de Dios.
12,29-37: Jesus retoma aquf su lfnea argumental: si un fuerte solo puede ser vencido por otro mas fuerte, entonces sus exitosos exorcismos, realizados por el Espiritu de Dios, demuestran su poder y fuerza ante los demonios y el diablo. De lo que resulta clara esta alternativa: o se esta del lado del Espiritu de Dios y de Jesus, o se esta del lado de los demonios. Asf, quien no lucha con Jesus contra el poder del mal esta en contra de el, es decir, esta del lado del mal. Con la expresion general el que (12,30) se alude a todos los seres humanos, tambien a los lectores de hoy. En la lucha contra el poder del mal no podemos permanecer neutrales, sino que debemos decidirnos por Jesus y el Espiritu de Dios; incluso, "no hacer nada" o "esperar" ya es una decision en contra de Jesus. De esta situacion resulta tambien comprensible que todo hablar contra el Espiritu es un pecado grave (12,31b) porque es declararse a favor del mal. A nosotros, hoy, cristianos con una comprension trinitaria de Dios, se nos hace dificil entender por que hablar contra el Hijo del Hombre (Jesus) se perdona, pero no hacerlo contra el Espiritu (12,31-32). Sin embargo, debemos conside-
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rar que Mateo y su comunidad estaban todavia dentro del judaismo y seguramente no tenian nuestra concepci6n trinitaria de Dias. Para Mateo, Jesus es el Mesias-Hijo del Hombre, pero quien habla contra el Espiritu de Dias, y por ello contra Dias mismo -es decir, quien niega el plan salvifico de Dias, que Jesus realiza a traves de su Espiritu- rechaza la salvaci6n: esta no le es concedida, porque el no quiere. Naturalmente, esto no dice nada de la posible decisi6n de Dias de ofrecerle la salvaci6n a esa persona en otra ocasi6n. El hecho de que la posibilidad de conversi6n permanece siempre abierta es lo que expresa de modo inconfundible la constataci6n de que el hablar contra el Hijo del Hombre sera perdonado (12,31a), y de esta forma se hace aqui a los fariseos -y a todos los que han dudado o dudan de Jesus- una invitaci6n a convertirse. Y para los creyentes cristianos, a esta declaraci6n sobre el perd6n del hablar en contra del Hijo del Hombre se vinculan otros das imperativos: en efecto, estos creyentes no pueden, por un lado, condenar ni a los fariseos ni a los judios u otros que
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remite a ellos mismos. Pues lo que dice alguien (y como lo dice) expresa algo del que habla. El cambio del discurso al tu (12,37) se dirige directamente al lector -tambien a nosotros, hoy-, porque con el hablar te justificas o declaras la condena sobre ti mismo.
Nexos pragmaticos del texto Es verosimil que este episodio este reflejando una problematica de la comunidad mateana y de muchos creyentes en Cristo de los primeros tiempos. En la antigüedad habia muchos "milagreros": ( que es lo peculiar de la actuaci6n de Jesus?, (c6mo se puede reconocer si el milagrero lleva a cabo una ilusi6n engafiosa o si realmente actua por el Espiritu de Dios? La imagen de la cualidad de los frutos, que permite colegir la del arbol, ofrecia a los lectores antiguos un claro criterio de discernimiento para poder juzgar los numerosos "milagros" y "milagreros". A nosotros, lectores de hoy, ese criterio puede ayudarnos para dirigir la mirada a las motivaciones reales que se ocultan detras de ciertas obras u organizaciones aparentemente "buenas". Ademas, debemos preguntarnos criticamente a nosotros que m6viles nos llevan a comprometernos por algo o por que no hacemos algo a pesar de que sus "frutos" son "buenos". Para nosotros, lectores actuales, la presentaci6n de esta historia supone un ulterior desafio: Mateo, su comunidad y los creyentes en Cristo estaban convencidos de que el Espiritu de Dios no obraba s6lo en Jesus y sus seguidores, sino tambien en otras personas y por medio de otras personas, como por ejemplo otros exorcistas judios o personas que no pertenecian directamente a los discfpulos de Jesus (cf. Lc 9,49-50). El hecho de que el Espiritu de Dios actua de maneras muy variadas -incluso distintas a las que ya conocemos o a las que esperamos- puede abrirnos los ojos a las barreras que hemos erigido entre nosotros y otras comunidades de fe y religiones. Por ultimo, con este episodio queda tambien claro que los milagros y signos por si solos no pueden acreditar a Jesus como Mesias, como tampoco pueden decir algo acerca de su
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El significado de las obras de Jesus: 12,22-37
mesianismo. Por eso, el relato siguiente subraya claramente, una vez mas, el rechazo de Jesus a los signos portentosos como prueba de su mesianismo.
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Entonces le interpelaron algunos escribas y fariseos diciendo: Maestro, queremos ver un signo hecho por ti. Pero el, respondiendoles, les dijo: Esta generaci6n malvada y adultera pide un signo, pero no se le dara otro signo que el del profeta Jonas. Pues como jonas estuvo en el vientre de/ cetaceo
tres dfas y tres noches Uon 2, 1), asf tambien el Hijo del Hombre estara
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en el seno de la tierra tres dfas y tres noches.
Los ninivitas se levantaran en el juicio con esta generaci6n y Ja condenaran, porque ellos se convirtieron por Ja predicaci6n de Jonas, iY aquf hay algo mas que Jonas! La reina del Sur se levantara en el juicio con esta generaci6n y Ja condenara, porque ella vino de los confines de la tierra a oir Ja sabidurfa de Salom6n, iY aquf hay algo mas que Salom6n! del hombre, Cuando el espfritu inmundo sale vagando por lugares aridos anda en busca de reposo y no lo encuentra. Entonces dice: Me volvere a mi casa, de donde sali. Y al llegar Ja encuentra desocupada, barrida y en orden. Entonces va y toma consigo otros siele espiritus peores que el y retornando se instalan al/f, y el final de aquel hombre viene a ser peor que el principio. De igual modo le sucedera tambien a esta generaci6n malvada.
Tejido estructural del texto El relato enlaza con el precedente a traves de la expresi6n entonces le interpelaron algunos escribas y fariseos, de modo que la problematica ya iniciada sobre el significado de las obras del Mesias se prolonga aqui; sin embargo, estos versiculos
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conforman una unidad propia, enmarcada por la formulaci6n sobre esta generaci6n malvada (12,39.45). El relato se puede articular en tres partes: en 12,38-40 leemos acerca de la amable petici6n de un signo que hacen escribas y fariseos y que mantiene presente la problematica tratada anteriormente; Jesus, por su parte, responde brevemente y rechaza esa solicitud remitiendo al signo de Jonas, y de este modo se podrfa haber concluido el tema, pero el afiade una doble expresi6n de amenaza (12,41-442) que nuevamente establece un nexo con el profeta Jonas y su llamamiento a la conversi6n. Un dicho de advertencia (12,43-45) que retoma la anterior discusi6n de la expulsi6n de malos espiritus (12,22-37) constituye el cierre del pasaje.
Configuracion semantica del texto 12,38-40: Los fariseos (y escribas) que anteriormente habfan dicho que Jesus expulsaba demonios por Beelzebul ( 12, 14) quieren ver ahora un signo. Esta petici6n presupone que ellos ya no persisten en su opini6n negativa sobre Jesus y que estan convencidos de que el -al igual que otros exorcistas judfosactua con el Espiritu de Dios. Este cambio de actitud se manifiesta tambien en que ahora se dirigen respetuosamente a Jesus llamandolo Maestro (en vez de hablar como antes despectivamente de el en tercera persona), pues con ello expresan que aceptan sus explicaciones anteriores acerca de la acci6n del Espiritu (12,25-37). Si aun desean ver un signo de Jesus (literalmente: de ti), pese a que ya han sido testigos de la expulsi6n de demonios y de la curaci6n del ciego y mudo, es porque se sienten inseguros en su postum y quieren un signo como "prueba". Y como todo portento y sefial es ambiguo, ellos esperan de Jesus una prueba inequfvoca: el debe probarles el significado de sus obras, en cuanto "buenos frutos", por medio de otro signo; debe demostrarles que hace cosas buenas por medio del Espiritu de Dios y que el Reino de Dios ya ha comenzado.
Sin embargo, hacer el bien siempre va unido a una situaci6n: es algo que no se realiza por un mandato y sin el otro al que se le hace el bien o sin un referente de a quien se hace el bien. Cualquier acci6n sin esa referencia directa no puede de-
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terminarse como exclusivamente "buena", pues permanece la posibilidad de una interpretaci6n negativa. De modo que sin ese referente concreto o sin la correspondiente situaci6n, Jesus no podrfa haber realizado el signo requerido con un claro resultado. Mas tarde, los fariseos implican a Jesus en una complicada discusi6n similar, al preguntarle si esta permitido pagar impuestos al cesar (22,15-22): cualquier respuesta escueta, ya sea "si" o "no", se evidenciarfa como falsa. De igual modo que en ese relato sobre los impuestos, tambien aqui Jesus encuentra una soluci6n, pero es distinta de lo que esperaban sus interlocutores. En su respuesta, Jesus denuncia a esa generaci6n malvada y adultera que le exige un signo. Este tratamiento generico no se esta refiriendo unicamente a sus interlocutores de entonces, sino que incluye a todos los que quieren una demostraci6n inequivoca del poder eficaz de Jesus. Pues esa claridad no puede darse en la fe, porque precisamente a una fe viva pertenece la duda (como desaffo), que debe ser superada para que esa fe crezca. Por eso Jesus rechaza el pretendido signo-prueba y, en vez de ello, remite a otro signo, el de Jonris. El hecho de que esta sefial se de alude con el pasivo a Dios. La puesta en paralelo de Jonas y Jesus, el Mesfas-Hijo del Hombre, es aqui muy clara, de modo que los lectores creyentes reconocen que el poder de Dios se manifiesta tambien en la muerte y que incluso actua mas alla de ella. Y comprenden que el signo-prueba definitivo para Jesus es su resurrecci6n por parte de Dios. Para los demas, que aun dudan de Jesus, el signo de Jonris constata manifiestamente la posibilidad de la conversi6n, asi como la permanente misericordia de Dios. 12, 41-42: La referencia al juicio final es una advertencia para los judfos contemporaneos de Mateo que dudaban de Jesus, asi como tambien para la comunidad mateana: en el juicio final se decidira quien ha oido y seguido el llamamiento a la conversi6n de Jesus y su sabia ensefianza. El pueblo de Ninive y la reina de Saba no s6lo sirven de testigos, sino que, sobre todo, son motivadoras figuras de identificaci6n: si incluso los paganos, como el pueblo de Ninive, pueden reconocer que hay que secundar la voluntad de Dios, y si la reina de Saba vino de lejos para escuchar la ensefianza de la sabidurfa, esto mismo deberfa sucederles a los vacilantes judfos, que ya desde hace tiempo conocen la voluntad de Dios y su sabi-
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duria. Y dado que aqui, en las obras de Jesus y en su ensefianza, hay mas que Jonas y mas que Salom6n, incluso deberia resultarles mas fäcil aun escuchar el llamamiento a la conversi6n de Jesus y su ensefianza. Si el pueblo de Ninive y la reina de Saba condenaran a quienes sigan dudando, entonces esto debe entenderse como una urgente y seria exhortaci6n a la conversi6n. Al lector creyente los ejemplos de la gente de Ninive y de la reina de Saba le sirven de patr6n para su propia actividad en la fe.
12,43-45: La imagen del espfritu impuro que vaga sin descanso enlaza de nuevo con la discusi6n sobre la expulsi6n de demonios del apartado anterior, pero mantiene en su frase conclusiva la referencia a esta generaci6n malvada. Con la expresi6n de igual modo, Mateo esta uniendo la expulsi6n de demonios con la petici6n de un signo-prueba evidente: asi como incluso un demonio expulsado por el Espfritu de Dios puede retornar y entonces la situaci6n del que realmente fue curado empeora mucho mas, de igual modo le sucedera a esta generaci6n que exige un signo como prueba de las buenas obras que Jesus realiza por el Espfritu. Aunque los demonios fueron expulsados por el Espiritu de Dias y con ello ya ha irrumpido el Reino de Dios, los poderes malvados no han sido vencidos definitivamente y siguen amenazando a los seres humanos. La petici6n de un signo-prueba es como un demonio expulsado que retorna con otros siete y atormentan todavia mas a la persona, porque todo signo puede ser interpretado en sentido contrario, pues en la fe no existen "pruebas definitivas". A la petici6n de un signo le siguen otras peticiones de "pruebas" que, en ultima instancia, solo alimentan la duda, en vez de robustecer la fe. Los lectores comprenden que, por esta raz6n, Jesus rechaza dar una signo-prueba de sus acciones.
Nexos pragmaticos del texto En el trasfondo de este pasaje se hallan de nuevo las situaciones propias de la comunidad mateana y los cuestionamientos de su entorno: si con Jesus ya ha irrumpido el Reino de Dios, (por que hay todavia tantos poseidos, enfermos, sufrientes ... ?, (COillO ha probado Jesus que realmente el es el
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El rechazo a dar un signo: 12,38-45
Mesias? Al final del apartado sobre la pregunta acerca del mesianismo de Jesus (11,3), Mateo deja claro a sus lectores que no puede haber ninguna prueba inequfvoca; en efecto, nadie se puede sustraer a las decisiones de la fe a traves de "pruebas". Los lectores, pues, no necesitan buscar "signos", ni pueden probarles a otros que Jesus es el Mesias. Que tipo de Mesias es Jesus es algo que, sin embargo, puede verse en su actuar misericordioso y en su ensefianza: sus obras y su sabia doctrina muestran que el actua con el Espfritu de Dios y que con ello ya ha irrumpido el Reino de Dios. Los creyentes comprenden el signo de Jonds como la resurrecci6n de Jesus y, por eso, como su confirmaci6n por parte de Dios. Serfa de desear que los que todavfa dudan tomen la actuaci6n de Jesus como un indicio que expresa todo lo importante acerca de el y que -como hicieron los habitantes de Ninive por el mensaje de Jonas, y la reina de Saba por la sabidurfa de Salom6n- se dejen interpelar por esas obras de Jesus y su ensefianza, y actuen en correspondencia con ello. De esto trata ahora el siguiente apartado.
La "familia" de Jesus: 12,46-50
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Todavfa estaba hablando a la muchedumbre, y he aquf que su madre y sus hermanos se presentaron afuera, tratando de hablar con el. que tu madre y tus hermanos estan afuera, Alguien le dijo: He aquf tratando de hablar contigo. Pero el, respondiendo, dijo al que le hablaba: mi madre y quienes son mis hermanos? iOuien es Y, extendiendo la mano hacia sus discfpulos, mi madre y mis hermanos! dijo: iHe aquf Pues todo el que cumple la voluntad de mi Padre de los Cielos, ese es mi hermano y (mi) hermana y (mi) madre.
Tejido estructural del texto En su discusi6n con los fariseos (12,25-30), Jesus ya habia sefialado que solo existen dos posiciones alternativas: el que no estd conmigo, esta contra mi... (11,30): o los hombres deciden, como Jesus, empezar a realizar el Reino de Dios con el Espfritu divino, o deciden ir en contra de el, esto es, a favor del poder del mal. En la comunidad mateana -pero tambien entre nosotros, creyentes de hoy- se suscita la pregunta acerca de quien pertenece realmente a la comunidad y quien no. La dolorosa historia de las relaciones entre cristianos y judios, asi como la de los cristianos con otras religiones, muestra que, a menudo, la pertenencia ha sido entendida de manera exclusiva. Corno determinaci6n de la "verdadera" familia de Jesus, este pasaje ha desempeftado un papel no poco importante en la minusvaloraci6n del judaismo y de otras religiones o concepciones de fe. Pero nuestro texto no ofrece una interpretaci6n excluyente, sino todo lo contrario. Este breve pasaje esta claramente estructurado. La situaci6n introductoria se presenta duplicada (12,46-47): la madre y los hermanos de Jesus quieren hablar con el. La reacci6n de
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Jesus (12,48-50) se compone de una contrapregunta y de un gesto con una respuesta explicativa. Llama la atenci6n que en cada versfculo se mencionan la madre y los hennanos, lo cual sefiala a los lectores el tema del relato, pero, asimismo, por la falta de reemplazo con sin6nimos o pronombres personales, esta indicando tambien que madre y hermanos no
Configuraci6n semantica del texto 12,46-47: La duplicaci6n en la descripci6n de la situaci6n desempefia aqui la funci6n de atraer la atenci6n de los lectores sobre la constelaci6n descrita; asimismo, es llamativo el doble afuera. Ver en esto una suerte de censura -sea de tipo familiar o, incluso, entre cristianos y judios- es sobreinterpretar la descripci6n, pues los familiares de Jesus le buscan porque quieren hablar con el, es decir, porque buscan el contacto y el dialogo con el. La situaci6n descrita es dificil de localizar: por un lado, Jesus habla a la muchedumbre, lo que indica que delante de el hay reunidas muchas personas; por otro, los parientes estan afuera, lo que puede significar que Jesus esta ensefiando en una casa. Se puede pensar, pues, que Jesus ensefia al aire libre, rodeado de mucha gente, y que sus parientes estan al margen de ese grupo, pero tambien cabe imaginar a Jesus en un "patio interno" de varias casas en el que se han reunido varias personas. Con todo, el sitio real posee poca relevancia para el desenvolvimiento del relato. Solo son importantes la menci6n de la muchedumbre y el complemento afuera, que constatan que Jesus esta hablando a mucha gente y que otros -su madre y sus hermanos- que vienen de afuera procuran hablar con el. Igualmente, el doble he aqui dirige la mirada de los lectores a la madre y los hermanos de Jesus, que intentan llegar hasta el.
12,48-50: Con una contra-pregunta, Jesus se remite, primeramente, a la situaci6n
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La "familia" de Jesus: 12,46-50
mano hacia sus discipulos y les llama su madre y hermanos, no solo esta reconociendo a sus discipulos como su madre y hermanos, sino a la multitud allf presente; precisamente, esto es lo que deja claro la frase conclusiva, que con la expresion todo el que abarca de manera generica a todas las personas. Asf, la designacion discipulo se refiere aquf no a los seguidores de Jesus, sino que comprende tambien a toda la multitud que se ha reunido -como discipulos junto a su maestro- en torno a el para ofrle. En consecuencia, las palabras conclusivas de Jesus amplfan la designacion hermano y hermana y madre a todos los que cumplen la voluntad de Dias. De este modo, solo se pertenece a la "familia" de Jesus si se cumple la voluntad de Dias, lo que, como claramente se indica con la expresion todo el que, es posible para cualquier persona, sin ninguna limitaci6n; ya en 7,21b el cumplimiento de la voluntad de Dias era el unico criterio para entrar en el Reino de los Cielos. Pero aunque esa realizacion de la voluntad divina es posible para todos, sin embargo se establecen algunos lfmites: no se puede "lograr" ese acceso al Reino celestial y esa pertenencia a traves de una mera "confesion oral" (7,21a) ni con sorprendentes hechos portentosos (7,22). Esto tambien significa que no se puede declarar arbitrariamente como "cumplimiento de la voluntad de Dias" cualquier tipo de conducta; a lo largo de toda la historia, incluso en la actualidad, ha habido intereses asesinos, de explotacion y opresion, que han sido disfrazados y legitimados como "voluntad de Dias". Lo unico importante es si lo que alguien dice o hace corresponde a la voluntad del Dias misericordioso, pues es en los frutos como se reconoce al arbol (7,20; 12,33) y, asf, Süll las propias palabras las que le dictan a uno su sentencia (12,35-37).
Nexos pragmaticos del texto Nuestro texto no es una mera definicion de la "familia" de Jesus, sino que, en primer lugar, esta llamando a ser miembro de esa "familia" -esto es, a ser hermano y hermana de Jesus- a traves del cumplimiento de la voluntad de Dias. Puesto que, fundamentalmente, todo hombre puede cumplir la voluntad de Dias, no tenemos el derecho de negar a alguien
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la pertenencia a la "familia" de Jesus, ni podemos decir de alguien que no cumple esa voluntad: solo Dios decidira quien la ha cumplido. En el relato del Hijo del Hombre como juez (cf. 25,31-46 ), Mateo aporta algunos criterios para decidir que significa hacer la voluntad misericordiosa de Dios. Que todo hombre pueda cumplir la voluntad de Dios no significa una tolerancia acritica de cualquier conducta que se declare a si misma cumplimiento de la voluntad de Dias. Los "frutos" de las acciones de los demas y sus palabras pueden servirnos de indicaci6n para saber si realmente estan cumpliendo la voluntad misericordiosa de Dios. Todo obrar y hablar que piensa estar cumpliendo la voluntad de Dios tiene que someterse a la mirada critica de los hermanos y hermanas. Pero en nuestra "mirada critica" debemos tener en cuenta que el Espiritu de Dios actua en otras personas de manera diferente a lo que podemos conocer y esperar. La "familia" de Jesus no es ninguna sociedad exclusiva, y por eso no podemos descartar a nadie que desee pertenecer a ella, sino que tenemos el deber de exhortar a los hermanos y hermanas extrafios. Mateo describe c6mo se hace esto en el capitulo 18.
Discurso parab6lico: Mt 13,1-53
El capftulo 13 contiene el tercer gran discurso de Jesus, tras el serm6n de la montafia y el del envfo. El discurso se situa dentro de las diferentes reacciones al mensaje de Jesus y precisamente trata, en forma de parabolas, sobre esas posibles reacciones. Las posturas ante el mensaje corresponden a las reacciones frente a los mensajeros: el destino de los mensajeros es el de su mensaje. En siete parabolas, Mateo presenta las posibilidades del futuro desarrollo del Evangelio del Reinado de Dios. Par eso, en este discurso, a los lectores se les reflejan sus cuestionamientos y preocupaciones respecto al sentido y el futuro de lo que ellos creen y anuncian. La construcci6n del discurso parab6lico corresponde al esquema de los sermones de Mateo: Introducci6n narrativa
13,1-3a
DE LA PARABOLA AL MISTERIO
13,3b-23 La parabola de! sembrador
13,3b-9
"A ellos en parabolas, a ustedes de los misterios de! Reino"
13,10-17
Explicaci6n para los discipulos
13,18-23
Los MISTERIOS DEL REINO DE LOS CIELOS
13,24-43 Tres parabolas de! Reino "Abrire mi boca en parabolas"
13,24-33
Explicaci6n para los discipulos
13,36-43
13,44-52 Tres parabolas de! Reino de los Cielos
13,44-50
13,34-35
LA COMPRENSIÖN DE LOS MISTERIOS
Conclusi6n narrativa
'«::Han entendido esto?"
13,51
Consecuencias para los discipulos
13,52
13,53
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
348
EI discurso se compone de tres grandes partes (13,3b23.24-43.44-52). Llama la atenci6n que se vuelven a introducir breves elementos narrativos en el desarrollo del discurso, que sirven al cambio del centro de atenci6n, de modo que vayan ocupando alternativamente el centro los discipulos o la multitud. La primera parte (13,3b-23) abarca desde la parabola del sembrador quese narra a la muchedumbre (13,3b-9) hasta la explicaci6n de la misma a los discipulos (13,18-23). En medio, a traves de una cita de las Escrituras (13,10-17), se encuentra el fundamento de por que Jesus escoge el lenguaje parab6lico para la multitud, mientras que a los discipulos les manifiesta directamente los misterios del Reino de los Cielos: a ustedes se les ha dado conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no (13,11). La segunda parte (13,24-43) comienza con tres parabolas (13,24-33) que, como se especifica en cada una de sus introducciones, tratan del Reino de los Cielos. La conclusi6n de esta segunda parte se compone nuevamente de una explicaci6n a los discipulos (13,36-43) y, asimismo, en el centro de este apartado, otra vez una cita de las Escrituras fundamenta por que Jesus habla en parabolas a la multitud. La tercera parte (13,44-52) comienza con tres parabolas sobre el Reino de los Cielos (13,45-50) que son designadas expresamente como tales. Despues, con una pregunta conclusiva sobre la comprensi6n de todo esto, Jesus se dirige a sus discipulos (13,51), que responden afirmativamente. Una ultima explicaci6n sintetizadora de Jesus (13,52) concluye el discurso, abriendo a los discipulos y a los lectores una perspectiva de c6mo se
De la parabola al misterio: 13, 1-3a.3b-23
Introducci6n narrativa Aquel dfa, sali6 Jesus de casa y se sent6 a orillas del mar.
y se reuni6 tanta gente junto a el
3,
que tuvo que subir a sentarse en una barca, y toda la gente quedaba en la orilla. Y les cont6 muchas cosas en parabolas, diciendo:
La partibola del sembrador Jb
jMiren! Un sembrador sali6 a sembrar. Y al sembrar, unas (semillas) cayeron a lo largo del camino; y -al venirlas aves se las comieron; otras cayeron en pedregal, donde no tenfan mucha tierra, y enseguida brotaron por no tener profundidad la tierra; pero en cuanto sal i6 el sol se march itaron y, por no tener rafz, se secaron. Otras cayeron entre espi nos, y crecieron los espinos y las ahogaron. Pero otras cayeron en tierra buena y dieron fruto: unas ciento, otras sesenta, otras treinta. jEI que tenga ofdos, que oiga!
El sentido del discurso parab6lico 10
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Y acercandose los discfpulos le dijeron: iPor que les hablas en parabolas? Pero el -respondiendo- les dijo: A ustedes se les ha dado conocer los misterios del Reino de los Cielos, no se les ha dado. pero a ellos Pues se le dara a quien tiene y le sobrara, pero a quien no tiene aun lo que tiene se le quitara. Por eso les hablo en parabolas, porque viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden.
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Se cumple en ellos la profecfa de lsafas, que dice:
Con el ofdo oiran y, mirando, miraran Porque se ha embotado et coraz6n y con sus ofdos y sus ojos para que no vean ni oigan ni entiendan ni se conviertan para que yo
y no entenderan, pero no veran. de este pueblo, diffci/mente oyen, los han cerrado, con sus ojos con sus ofdos con su coraz6n los sane (ls 6,9-10 LXX).
jPero dichosos
sus ojos, porque ven, sus ofdos, porque oyen! y Pues, amen, yo les digo: muchos profetas y justos desearon pero no lo vieron, ver lo que ustedes ven, pero no lo oyeron. y ofr lo que ustedes oyen,
Explicaci6n de la parabola a los discipulos 18 19
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Ustedes, pues, escuchen la parabola del sembrador. Cada vez que uno escucha la palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y arrebata lo sembrado en su coraz6n; este es el que fue sembrado a lo largo del camino. EI que fue sembrado en pedregal es el que escucha la palabra y de inmediato la recibe con alegrfa, pero no tiene rafz en si mismo, sino que es inconstante y, cuando se presenta una tribulaci6n o persecuci6n por causa de la palabra, sucumbe enseguida. EI que fue sembrado entre espinos es el que escucha la palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducci6n de las riquezas ahogan la palabra y queda sin frutos. Pero el que fue sembrado en tierra buena es el que escucha la palabra y la entiende; este sf que da fruto, y produce uno ciento, otro sesenta, otro treinta.
Tejido estructural del texto La descripci6n introductoria de la situaci6n provee el marco para el siguiente discurso (13,l-3a): Jesus ensefia en parabolas a la muchedumbre. EI primer pasaje comienza con la parabola del sembrador (13,3b-9), que, tras describir la actividad de ese trabajador, informa tres veces sobre su fracaso
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antes de contar su exito; la parabola termina con una apelaci6n a los oyentes. En un segundo pasaje se aiiade una explicaci6n que presenta el sentido del discurso en parabolas ante la multitud (13, 10-17). Con la designaci6n ustedes Jesus se dirige a los discfpulos (13,11), a quienes se les ha dado conocer los misterios del Reino de los Cielos, en tanto que a la muchedumbre no. Y se fundamenta con una extensa cita de las Escrituras que ese conocimiento permanezca oculto a la multitud. Por ultimo, Jesus se dirige nuevamente a los discfpulos con ustedes para destacar con una bienaventuranza su ver y ofr. EI tercer pasaje contiene la explicaci6n de la parabola a los discfpulos (13,11-23) e interpreta la cuadruple acci6n del sembrador relacionandola con la escucha y comprensi6n del Evangelio del Reino de los Cielos.
Configuracion semantica del texto 13,1-3a: Introduccion narrativa La indicaci6n temporal aquel dia ( 13, 1) es muy amplia, de modo que tambien el lector puede actualizar para sf mismo el discurso siguiente. Jesus se sienta como un maestro a orillas del mar o en la barca, en tanto que la multitud esta delante de el, en la playa, y escucha (13,2). EI discurso en parabolas despierta en los lectores una particular atenci6n por lo que viene despues, porque saben que las parabolas conducen a un mundo ficticio, para devolverlos a continuaci6n -transformados por esa ficci6n- a su mundo real, y se espera, pues, del lector que tarne decisiones en ese mundo ficticio. De modo que aquf se espera que ellos se encuentren bien dispuestos para ofr las siguientes parabolas y tomar las decisiones respectivas.
13,3b-9: La parabola del sembrador En la explicaci6n que sigue a la parabola (13,18-23) se acentua fuertemente la semilla esparcida y el fruto que se obtiene, pero, por el contrario, en el relato el enfasis esta puesto en el sembrador y su acci6n (13,3b-4a). De este modo, los lectores pueden pensar en Jesus como el sembrador, en el mensaje del Reino de Dias que el ha sembrado con su enseiianza y anuncio y que tambien ha destacado con su actuar
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consecuente (11,2-5). El destino del mensaje que ha sembrado es lo que ilustran los versfculos siguientes (13,4b-8), que hablan de las semillas que caen en distintos suelos. Con ello, estos versfculos dirigen la atenci6n del oyente y del lector a cuatro formas distintas como puede ser escuchado el mensaje de Jesus. Con la descripci6n de la disposici6n del suelo y de lo que, consecuentemente, de alli resulta de la semilla, queda claro que la palabra sembrada, muy a menudo (en el 75% de los casos) se enfrenta con muchas dificultades y fracasa; pero, asimismo, es muy sorprendente la enorme producci6n de la semilla que cae en tierra buena: ciento, sesenta, treinta (13,8). A diferencia de Marcos, en Mateo llama la atenci6n el anticlimax (de cien desciende a treinta): mientras que el primero destaca el crecimiento permanente (Mc 4,8), el segundo acentua el gran resultado despues de los fracasos. De este modo, Mateo enfatiza que tambien los malos resultados pertenecen al mensaje anunciado, pero que, a pesar de las derrotas, de ninguna manera el mensaje fracasa. La admonici6n conclusiva el que tenga oidos, que oiga (13,9) no alude a un mensaje criptico oculto, sino que es una exhortaci6n a percibir de forma objetiva la realidad del anuncio y de las obras de Jesus, con sus fracasos, pero tambien con sus inesperados exitos, y, asimismo, a actuar consecuentemente. 13,10-17: EI sentido del discurso parab6lico Los misterios ocultos de Dios y la revelaci6n de su Reino se muestran en forma de parabolas (cf. 13,34-35). Los misterios del Reino de los Cielos (13,11) son los signos que Jesus hace en sus obras, porque a traves de ellos se manifiestan la acci6n y la voluntad de Dios. Esos signos son los que reconocen y comprenden los discipulos como el acontecer de la voluntad de Dios, pero este reconocimiento y esta comprensi6n general no resultan (todavia) posibles para la multitud, y por eso Jesus les habla en parabolas para darselos a entender tambien a ellos. El hablar en parabolas es una buena modalidad de expresar lo inefable. La parabola vela la realidad para hacerla mas comprensible y reconocible: los oyentes y los lectores
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quitar el "velo", "des-velar" la parabola, para hallar que se esconde dentro de ella. El lenguaje parabolico no es, pues, crfptico, sino "visible a todos"; con todo, permanece como un lenguaje velado cuando los lectores y oyentes no estan preparados para "des-velar", cuando no quieren "des-cubrir" el misterio porque no estan interesados y no quieren ver ni oir. Por eso, los que no quieren ver u oir tampoco entenderan: las parabolas quedan como un velo que oculta los misterios del Reino de los Cielos (13,11.13). El hecho de que las parabolas revelen u oculten algo reside, pues, en los oyentes y los lectores: solo depende de como estos proceden con ellas. Por ultimo, las parabolas tienen consecuencias: el misterio, lo primeramente velado y luego reconocido, insta a una accion determinada. Asf, se puede hablar de una comprension plena de las parabolas cuando estas conducen a un actuar renovado. La extensa cita de Isafas que Mateo introduce aquf (13,14-15) se cumple precisamente en la forma de proceder con las parabolas y en las acciones que de ello resultan. Quien escucha y mira solo superficialmente, no comprende, porque posee un corazon endurecido, que no quiere reconocer esa realidad de Dios, de modo que esa persona, por lo mismo, no se convierte. Quien no "des-vela" por sf mismo la parabola, no se muestra interesado en su verdad ni en la conducta que de ella resulta, y por eso su corazon esta endurecido para un autentico oir, ver y comprender. La no comprension de las personas que no son discfpulos expresa su actitud ante Jesus. Sin embargo, la cita de Isafas, al final, sostiene expresamente que con sus oidos oigan y con su coraz6n entiendan, se conviertan y yo los sanare (13,15), de modo que Dios dara a todos la posibilidad de entender y actuar en consecuencia. Por el contrario, el passivum divinum expresa que el hecho de que los discfpulos de Jesus ahora reconozcan y comprendan los misterios del Reino de los Cielos (13,11) es algo que Dios les ha dado. En este sentido, se les ha dado de sobra; es decir, ellos comprenden las parabolas y la actuacion de Jesus y, consecuentemente, sahen tambien como
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esa experiencia dichosa de la presencia de su Reino les es quitada, por no entender (13,12b), con lo que, en ultima instancia, son ellas mismas la causa de que padezcan esa perdida. La experiencia de la presencia del Reino de Dios, que ya ha irrumpido, la poseen estas personas, pero a causa de su no entender, intencional y sin mayor preocupaci6n, y a causa de su rechazo a actuar consecuentemente, se les arrebata la dicha de esa presencia. Al final, lo que se esta repitiendo aquf es la exhortaci6n a escuchar (13,9) y no dejarse arrebatar esa experiencia de la presencia del Reino de Dios. La bienaventuranza de los discipulos que ven y escuchan (13,16-17) expresa que el Reino de Dios se puede experimentar ya presente. Porque los discipulos ven, oyen, entienden y actuan en consecuencia es por lo que pueden experimentar conscientemente el cumplimiento de las promesas de Dios, y por eso cabe llamarlos dichosos. El presupuesto para esa experiencia es la fe en que en la actuaci6n se da ese cumplimiento de la promesa de Dios: es la fe la que marca la diferencia entre los que ven y escuchan, y los que se niegan y no quieren ver ni escuchar. Pero la bienaventuranza de los discipulos es tambien, una vez mas, una apelaci6n a los lectores para que -como los discipulos- crean, vean, escuchen, comprendan y actuen conforme a esa fe, para que puedan vivir esa experiencia dichosa del cumplimiento de las promesas de Dios.
13,18-23: Explicaci6n de la parabola a los discipulos La explicaci6n de la parabola del sembrador y la semilla interpreta de manera aleg6rica las diversas condiciones del suelo. El hecho de que el mensaje no produzca fruto no depende del sembrador ni de la semilla, sino solo del suelo en el que esta cae; el destino de la semilla depende exclusivamente de la disposici6n moral de quien acoge el mensaje. La forma como se describe ese suelo y las condiciones particulares del crecimiento permiten que los lectores se reconozcan en esas distintas actitudes. Mateo caracteriza la dimensi6n de ese mensaje en cuanto mensaje del Reino de los Cielos (13,19): el presupuesto para una asunci6n fructuosa del mensaje es la disponibilidad para acogerlo con todas sus consecuencias en la propia vida y en
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la acci6n. La palabra es el Evangelio del Reino de los Cielos anunciado por Jesus. El rechazo o la acogida de esa palabra dependen de si la persona escucha, comprende y actua, o si se cierra al mensaje.
Nexos pragmaticos del texto Los aspectos fundamentales de la acogida o el rechazo del mensaje de Jesus marcaron fuertemente al cristianismo primitivo: muchos judfos acogieron el mensaje del profeta de Nazaret, pero hubo tambien muchos que lo rechazaron. Esta experiencia negativa del rechazo de algo quese tenia por dichoso y liberador fue muy dura para los creyentes en Cristo. Para aquellos que, como Mateo y su comunidad, vivian en comuni6n con los judfos que rechazaban a Jesus como el Mesias, esta situaci6n fue todavia mas angustiante. Debian elaborar ese rechazo de Jesus por parte de estos hermanos en la fe con quienes compartian los mismos fundamentos de la Sagrada Escritura, la tradici6n, la vida de fe y la esperanza en el tiempo final. Asf se explica el tono duro que Mateo deja resonar a veces contra quienes no quieren ofr. Pero esta parabola no se cuenta solo para quienes no escuchan, sino que vale igualmente para los discipulos de Jesus. Junto con la inconstancia, la duda, las falsas ilusiones, las decepciones, la confianza en la riqueza .. „ la interpretaci6n explicativa menciona las debilidades que caracterizaban a los discipulos de entonces y nos caracterizan a nosotros hoy. Con ello, la parabola provoca, sobre todo, a quienes oyen la palabra de Jesus: se les insta a comprender y actuar consecuentemente en la situaci6n que corresponde a cada uno. Y hoy, c:estamos dispuestos a ello?
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Tres partibolas del Reino de los Cielos 24
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Les propuso otra parabola diciendo: EI Reino de los Cielos se asemeja a un hombre que sembr6 buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormia, vino su enemigo, maleza sembr6 entre el trigo y se fue. Pero cuando brot6 la hierba y produjo fruto, apareci6 entonces tambien la maleza. Los siervos del amo se acercaron a decirle: Senor, 1no sembraste buena semilla en tu campo? 1De d6nde, pues, que haya maleza? Pero el les dijo: Algun enemigo hizo esto. Los siervos Je dicen: 1Quieres que vayamos a arrancarla? Pero el les dijo: jNo!, no sea que, al arrancar la maleza, arranquen tambien el trigo. Dejen que ambos crezcan juntos hasta la siega, y en el tiempo de la siega dire a los segadores: Recojan primero la maleza y atenla en gavillas para quemarla, pero el trigo rec6janlo en mi granero. Les propuso otra parabola diciendo: EI Reino de los Cielos es semejante tomandolo, un hombre que, Es ciertamente mas pequeno pero cuando crece es mayor y se hace un arbol, de modo que vienen las aves
anidan
y 33
de/ cielo en sus ramas (Sa/ 104, 12 LXX).
Les dijo otra parabola: Cl Reino de los Cielos es semejante tomandola, una mujer que, hasta que
a un grano de mostaza sembr6 en su campo. que cualquier semilla, que las hortal izas
a la levadura meti6 en tres medidas de harina,
ferment6 toda la masa.
"Abrire mi boca en partibolas" 34
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Todo esto dijo Jesus en parabolas a la gente, y nada les hablaba sin parabolas, para quese cumpliese lo dicho por el profeta:
Abrire publicare
con parabolas mi boca, lo que estaba ocu/to desde la creaci6n [de/ mundo] (Sa/ 78,2).
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Entonces, despidiendo a la multitud, se fue a casa. Y se Je acercaron sus discfpulos diciendo: Explicanos Ja parabola de Ja maleza en el campo. EI, respondiendo, dijo: EI que siembra la buena semilla es el Hijo de! hombre, el campo es el mundo, la buena semilla son los hijos de! Reino, la maleza son los hijos del Maligno, el enemigo que Ja sembr6 es el diablo, Ja siega es el fin de! mundo, y los segadores son los angeles. De la misma manera, pues, que se recoge la maleza y se quema en el fuego, asf sera al fin del mundo: el Hijo del Hombre enviara a sus angeles y ellos recogeran de su Reino todos los escandalos y a los que obran la injusticia, y los arrojaran en et horno de fuego (On 3,6), alli sera el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillaran como el sol en el Reino de su Padre. iEI que tenga oidos, que oiga!
Tejido estructural del texto Esta segunda parte del discurso parab6lico se compone de tres unidades. La primera (13,24-33) contiene tres parabolas que ya por su introducci6n se caracterizan como parabolas del Reino de los Cielos. La primer parabola (13,24-30) es la mas extensa y consta de dos escenas: en la primera (13,24-26) se describe la siembra y el crecimiento conjunto de la buena semilla y de la maleza; la segunda escena (13,27-30) reproduce el dialogo entre el sefior y sus siervos sobre la maleza y conduce a una sorprendente conclusi6n (13,30). En comparaci6n con la primera parabola, la segunda (13,341-32) es esencialmente mucho mas breve y simple, pues contrapone la fnfima magnitud del grano de mostaza (13,31) con el enorme crecimiento de esa planta (13,32). La tercera parabola (13,33) se compone solo de una frase y, desde el punto de vista tematico, esta unida con la segunda en lo que tiene que ver con el crecimiento, pues se refiere a la fuerza de la levadura. La segunda unidad de esta parte central del discurso parab6lico (13,34-35) esta concebida como un paso intermedio y trata nuevamente del hablar en parabolas, fundamentandolo con una cita de las Escrituras.
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La tercera unidad (13,36-43) contiene, en raz6n de la petici6n de los discipulos (13,36), la explicaci6n de la parabola de la maleza entre la buena semilla. Aqui Jesus alude en primer lugar a las personas y las circunstancias (13,37-39) y, luego, trata de los acontecimientos sobre los que quiere llamar la atenci6n esta parabola (13,40-43).
Configuraci6n semantica del texto 13,24-33: Tres parabolas del Reino de los Cielos 13,24-30: La parabola de la maleza en el trigo es un material propio de Mateo. Su primera parte (13,24-26) habla de la siembra del trigo (13,24), entre el que luego, mientras dormian, vino el enemigo y sembr6 maleza (13,25). La maleza de la que aqui se habla (lolium temulentum, "cizafia") es parecida al trigo, aunque puede distinguirsela de este por sus hojas finas y por sus numerosas y pequefias espigas. Corno la cizafia era atacada a menudo por un hongo t6xico (similar al Claviceps purpurea, "cornezuelo"), todo el plantio se tornaba venenoso, pues la cizafia afectada contaminaba la harina y se daban casos de intoxicaci6n. Es por eso por lo que la imagen de la cizafia se adapta muy bien para ilustrar el mensaje perfido y el mal comportamiento del enemigo: a primera vista, su anuncio y su conducta se asemejan a los del Reino de los Cielos, pero se pueden diferenciar tras una mirada mas atenta. El mensaje y la actuaci6n del enemigo tienen, ademas, efectos perniciosos para las personas. Al igual que en la primera parabola, el senor que siembra la semilla puede identificarse de nuevo con el Hijo del Hombre. Asimismo, parece conocer bien a su enemigo -Satanas-, pues sabe c6mo actua (13,28), pero se lo permite. La semejanza entre el mensaje del Reino de los Cielos y el de Satanas se muestra ya en las tentaciones de Jesus en el desierto: alli, Satanas habia argumentado, incluso con la Sagrada Escritura, para apartar a Jesus de su confianza en Dios (4,1-11). Tambien la actuaci6n de Jesus puede, a su vez, ser malinterpretada, pues el reproche de los fariseos de que el expulsaba a los demonios por el poder de Beelzebul (12,24) alude a esa semejanza: solo bajo una mirada mas atenta se
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puede reconocer si aquf esta actuando Satanas o Dios (12,25-28). La paciencia del sefior, que permite actuar a su enemigo, recuerda al lector la mansedumbre de Jesus (11,29; 12,17-21), que refleja la misericordia de Dios, que hace salir el sol sobre buenos y malos y hace llover sobre justos e injustos porque espera que, no obstante todo, los malos e injustos se conviertan (5,45). El dialogo entre el sefior y sus siervos acentua el crecimiento conjunto de la maleza y la buena semilla hasta la cosecha (13,29-30), a causa de la misericordiosa paciencia del primero. El presente pero le dice (13,29) enfatiza la permanente validez de esas palabras tambien en el presente de los lectores: incluso en su tiempo se encuentran semillas del mal en crecimiento, pero esto no debe intranquilizarles, pues ellos saben que el Hijo del Hombre conoce bien c6mo actua su enemigo. Y si bien los lectores no
13,31-32: La parabola del grano de mostaza juega con la gran diferencia entre el insignificante inicio del grano, la mas pequena de todas las semillas, y su final extraordinario, pues, ya como planta crecida, es mayor que todas las hortalizas, tan grande como un arbol (13,32). A traves de esta diferencia la parabola acentua la enorme potencia que se despliega en el proceso del crecimiento: el Reino de Dios contiene un enorme potencial que se desarrolla tanto en sentido cuantitativo como cualitativo. En esto se muestra el poder efectivo de Dios, que hace crecer su Reino de los Cielos como un grano de mostaza, que llega a ser un arbol en el que anidan las aves. 13,33: La tercera parabola acentua la acci6n oculta de la levadura en la masa de harina. De nuevo el acento recae en el potencial que puede desarrollar algo tan pequefio como la levadura en una gran cantidad de harina. Ademas, esta acci6n se describe mas detalladamente como una fuerza oculta de transformaci6n: el Reino de los Cielos tiene la misma potencia enorme para transformar el mundo y las personas, aunque no siempre esto se haga manifiesto.
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Asi como el crecimiento de un grano de mostaza requiere tiempo, tambien tarda bastante hasta que una gran masa de harina se fermenta por una pequefia cantidad de levadura; como en la primera parabola, el aspecto temporal es tambien importante en estas otras dos. En vez de mostrar impaciencia o de vacilar ante el exito que min no se manifiesta, los lectores pueden confiar en el poder de Dios. La eficacia de Dios y la dinamica propia del Reino de los Cielos liberan a los lectores de sus falsas pretensiones de tener que hacer todo por si mismos. 13,34-35: "Abrire mi boca en parabolas" La primera mitad del discurso parab6lico, dirigida principalmente a la multitud (13,34), se cierra con una observaci6n que enlaza con lo dicho en la introducci6n sobre el hablar en parabolas (13,l-3a). A su vez, se trata de un versiculo-gozne que vincula la parte del discurso que se dirige en primer lugar a la muchedumbre con la dirigida a los discipulos, aunque estos -naturalmente- tambien han oido las parabolas que Jesus cuenta a la gente. Con la cita del salmo 78,2, Mateo acentua de nuevo expresamente el sentido del hablar en parabolas (cf. 13,10-17): el discurso en parabolas cumple la voluntad de Dios, porque posibilita revelar y anunciar los misterios del Reino de los Cielos. Estos misterios estan ocultos desde la creaci6n del mundo (13,35), es decir, que hace ya mucho tiempo que el Reino de los Cielos ha comenzado a desplegarse lentamente. Con su discurso parab6lico, Jesus insta a sus discipulos y a la muchedumbre a reconocer ese crecimiento del Reino de los Cielos y a actuar consecuentemente. Ahora, pues, la responsabilidad de oir, ver, comprender y actuar reside unicamente en los oyentes y en los lectores de las parabolas. 13,36-43: Explicaci6n de la parabola a los discipulos La explicaci6n de la parabola de la maleza en el trigo, asi como las ulteriores parabolas, se dirigen exclusivamente a los discipulos (13,36), que Süll los unicos interlocutores de Jesus que permanecen hasta el final de su discurso (13,51-52). La explicaci6n de la parabola nuevamente echa mano de la in-
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terpretaci6n aleg6rica (13,37-39), y siempre con la misma formulaci6n, el que ... es ... , Jesus va explicando que figura de la parabola corresponde a quien en la realidad. Aunque con esto la parabola se convierte en una alegoria, sin embargo se conserva su mensaje. El contexto sobre el dar fruto (13,23) y la apelaci6n final (13,43) dejan claro que Mateo no esta pensando en una predeterminaci6n del ser humano, sino en que cada uno, por si mismo, es responsable de su oir y su actuar. Con el de la misma manera serd (13,40) se prolonga la interpretaci6n aleg6rica, pero refiriendola, con el termino cosecha, al final del mundo, hacia el que apunta la acci6n de sembrar la semilla. La cosecha comienza con el encargo del Hijo del Hombre, que ordena a sus angeles reunir a los hijos del Maligno y separarlos de los hijos del Reino. Con ello, la parabola aborda el tema del juicio final, para el que vendra el Hijo del Hombre con sus angeles (25,31). Por medio del lenguaje apocaliptico, Mateo acentua el castigo de los malos y la victoria de los justos. Aqui es importante ver que el mal se identifica con el hacer lo injusto, esto es, con una conducta que contradice la Tara (7,21.23), resultando asi evidente que los hijos del Maligno no pueden ser "los judios" en general ni "los fariseos" en particular, pues ellos se esforzaban por llevar una vida y actuar segun la Tara. La conducta requerida, pues, es hacer la voluntad de Dios, cumplir la Tora con la justicia sobreabundante (5,20); en pocas palabras, amar a Dios y al pr6jimo. La apelaci6n conclusiva el que tenga oidos, que oiga (13,43) exhorta a los lectores a actuar conforme a estas palabras.
Nexos pragmaticos del texto La sucesi6n de las tres parabolas, con la explicaci6n de la de la maleza entre la buena semilla, contiene una clara advertencia para la comunidad de Mateo y tambien para los lectores de hoy en dia. El Reino de Dios ya ha irrumpido y comienza, precisamente en lo oculto, a desplegar su fuerza. Los lectores creyentes, que seguramente se identifican a si mismos con la buena semilla y con los hijos del Reino (13,38), experimentan que tambien crece entre ellos, en la comunidad, en el mundo, la maleza. Con todo, no son ellos los que pueden juzgar y sentenciar a los demas (7, 1), sino que ese jui-
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cio le compete unicamente al Hijo del Hombre, al final de los tiempos (25,31-46). De cara al juicio final, a Mateo no leimporta aqui el trato con los demas, sino que acentua la labor que los hijos del Reino tienen ya ahora: cumplir la voluntad de Dios actuando con justicia, pues esto es el Reino de los Cielos. Por eso, con cada acci6n que corresponda a la voluntad de Dios, los lectores pueden contribuir a que continue creciendo un poco mas ese Reino, del mismo modo que la masa se fermenta con la levadura.
La comprensi6n de los misterios: 13,44-53
Tres pardbolas del Reino de los Cielos 44
EI Reino de los Cielos
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Nuevamente, el Reino de los Cielos
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es semejante a un tesoro escondido en un campo; al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegrfa que le da, va y vende todo lo que tiene y compra aquel campo.
es semejante a un hombre, un mercader que anda buscando perlas finas y, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra.
Nuevamente, el Reino de los Cielos
es semejante a una red que se echa en el mar y recoge (peces) de todas clases, y, cuando esta l lena, la sacan a la ori l la y se sientan y recogen los buenos en canastos, pero los malos los tiran. Asf sucedera al final del mundo: saldran los angeles, los malos de entre los justos separaran y los echaran en el horno de fuego (On 3,6); allf sera el llanto y el rechinar de dientes.
"i,Han entendido todo esto?" 51
iHan entendido todo esto? Le respondieron: Si.
Explicaci6n conclusiva para los discipulos 52
Pero el les dijo: Por eso, todo maestro de la Ley quese ha hecho discfpulo del Reino es semejante a un hombre, amo de la casa, que saca de su tesoro lo nuevo y lo viejo.
Conclusi6n narrativa 53
Y sucedi6 que, cuando Jesus acab6 estas parabolas, parti6 de allf.
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Tejido estructural del texto Tambien la tercera parte del discurso parab6lico se puede dividir en tres unidades. La primera de ellas (13,44-50) se compone nuevamente de tres parabolas del Reino de los Cielos. La primera (13,44) acentua el comprar y vender para conseguir algo que representa una ganancia para el que lo adquiere. De igual modo, la segunda parabola (13,45-46) destaca la intervenci6n de un comprador para obtener algo muy valioso para el. La tercera parabola, la mas extensa de las tres (13,47-50), es un material propio de Mateo y tambien tiene que ver con el tema de la diferencia entre lo valioso y lo que no sirve: los primeros versiculos (13,47-48) presentan el ejemplo, en tanto que los ultimos (13,49-50) contienen la explicaci6n. Pese a su concisi6n, la segunda unidad (13,51) es significativa, porque aborda el tema de todo el discurso, sintetizandolo. Se compone muy apretadamente de una pregunta de Jesus y de la respuesta afirmativa de los discipulos. La tercera unidad (13,52) se une a la anterior por medio de la fundamentaci6n por eso, aunque esto no suena muy 16gico, · sino un tanto artificioso. Sirve para cerrar el discurso parab6lico, porque, una vez mas, se pone ante la vista de los lectores -de manera resumida- su tarea, de la que se ha tratado en las siete parabolas precedentes. Una breve indicaci6n a la conclusi6n de las parabolas (13,53) termina todo el discurso.
Configuracion semantica del texto 13,44-50: Tres parabolas del Reino de los Cielos 13,44: La parabola del tesoro escondido en un campo no solo destaca el comportamiento pretendido, sino que tambien aclara el fundamento del mismo. El acento del relato recae en la acci6n del hombre que, casualmente, halla un tesoro y apuesta todo para adquirirlo. La parabola presupone l6gicamente -aunque sin decirlo- que al comprar el campo ese hombre no hace ningun mal negocio, sino que, al contrario, se procura una ganancia. S6lo asf se comprende por que ya no le es mas importante lo que posee: el tesoro encontrado no acarrea ninguna desventaja, sino que recompensa toda perdida.
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La comprension de los misterios: 13,44-53
El hombre quiere, a toda costa, tener ese tesoro -aunque para ello tenga que vender todo lo que posee-, porque representa para el claramente una ganancia. Mas adelante, Mateo retoma este tema cuando habla del rico al que Jesus insta a vender todo lo que posee y a dar el dinero a los pobres para obtener un tesoro en el cielo (19,21). Y a los discipulos, que han dejado todo por el, Jesus les promete como recompensa el centuplo y la vida eterna (19,27.29). Sin embargo, para apostar efectivamente todo lo que posee, uno debe tener claro que, pese a la aparente "perdida", obtendra una ganancia; asi, al hombre que ha encontrado el tesoro, todos sus bienes le resultan insignificantes ante el increible beneficio que obtendra al poseer ese tesoro. La parabola apela a los lectores para que se atrevan tranquilamente a hacer una gran apuesta por el Reino de Dios: con eso, solo pueden salir ganando.
13,45-46: La parabola de la perla valiosa retoma el tema del compromiso por el Reino de Dios. Sin embargo, esta vez el comprador no encuentra casualmente la perla valiosa, sino que la ha estado buscando desde siempre (13,45). Aqui se esta describiendo el Reino de los Cielos como algo que el hombre ha buscado, ha anhelado y ha sofiado siempre. Las esperanzas del comprador se colman cuando descubre la perla, de modo que es comprensible que venda todo lo que posee para cumplir con su mas acariciado deseo (13,46). De nuevo aqui no se dice de forma explicita -aunque, logicamente, se presupone- que el comprador esta muy feliz por su perla, pues solo asi resulta comprensible que haya vendido todo lo demas. Ahora no se trata de la ganancia obtenida con la perla, que compensarfa la perdida debida a su precio, sino del cumplimiento del anhelo: a la persona que lo ha deseado, el Reino de Dios la hace tan dichosa que cumple totalmente con sus deseos y por eso puede renunciar a todo lo demas. De modo que esta parabola estimula a los lectores a atreverse a apostar por el Reino de Dios, porque esto les reportara una experiencia dichosa: el cumplimiento de sus anhelos. Las dos parabolas dan animo a los lectores para un compromiso total con el Reino de Dios y, enfatizando la ganancia y la dicha, subrayan que ese compromiso no representara ninguna desventaja. A diferencia de las amenazas apocalipticas, estas parabolas motivan destacando lo positivo, y por eso
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
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pueden ser un estfmulo para los lectores de hoy, a fin de que actuen consecuentemente.
13,47-50: La parabola de la red de pesca enlaza, en cierto sentido, con la de la maleza en el trigo, pues tambien aqui, en la red, estan juntos peces comestibles y otros que no se pueden aprovechar, pero solo pueden ser clasificados cuando la red esta llena, al igual que en la siega se separaba la maleza del trigo (11,47-48). Asimismo, la explicacion de esta parabola se asemeja a lade la cizafia y la buena semilla (13,42-43), aunque aqui se omite la mencion del Hijo del Hombre y falta la mencion positiva de los justos. Es cierto que se tratan juntos el tema del bien y del mal -como en el caso del campo de trigo-, pero no se menciona la exigencia de ser paciente hasta el juicio final; de este modo, el acento en esta parabola recae sobre este juicio y sobre el castigo de los malos. Ante esta amenaza, se vuelve mas acuciante la exhortacion indirecta a obrar bien, rectamente. En relacion con las parabolas del tesoro y de la perla, que destacan de forma positiva el beneficio y la dicha del compromiso por el Reino de Dias, esta de la red subraya la amenazadora perdida que supone la falta de ese compromiso. 13,51: "iHan entendido todo esto?" La pregunta de Jesus concluye las parabolas con el enfätico entender todo. Los discipulos no tienen que haber comprendido correctamente solo algo o ciertas cosas, sino todo, para poder asi obrar en consecuencia. Lo que tienen que entender son los misterios del Reino de los Cielos ( 13, 11) que Jesus les ha desvelado a traves de las parabolas y de sus explicaciones. Asi pues, entender no significa un reconocimiento intelectual, sino la capacidad de distinguir y orientarse respecto al comportamiento requerido por la irrupci6n del Reino de Dios. El tipo de entendimiento aqui supuesto es lo que ejemplifica el versiculo siguiente con el caso del maestro de la Ley (13,52). Y como los discipulos responden con un si -esto es, que han entendido todo-, Jesus puede concluir su discurso.
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La comprensi6n de los misterios: 13,44-53
13,52: Explicaci6n conclusiva para los discipulos La imagen del maestro de la Ley que se ha hecho discipulo del Reino de los Cielos pone ante los ojos del lector el modelo de un judio que ha decidido seguir a Jesus (cf. 23,34). En griego, el nombre Mateo y la expresion verbal hacerse discipulo suenan muy parecidos, de modo que es muy posible que Mateo se este viendo a sf mismo. Pero aquf el maestro de la Ley discipulo del Mesfas representa a todo discfpulo que, como un sabio amo de casa, debe sacar del tesoro de la Sagrada Escritura viejas y nuevas ensefianzas. En tiempos de Mateo no existfa un "Antigua" y un "Nuevo" Testamento, porque el canon de las Sagradas Escrituras fue establecido mas tarde tanto por los judios como por los cristianos. Con viejo y nuevo no puede estar aludiendose al "Antigua" y al "Nuevo" Testamento, ya que solo existfa la Tora, que interpretaban tanto Jesus como los demas escribas. Puesto que en las parabolas se trata de los misterios del Reino de los Cielos, ocultos des de la creaci6n del mundo (13,35), se puede pensar en el tesoro escondido en el cofre de las Sagradas Escrituras. Es de este tesoro de donde sacan ahora los maestros de la Ley, en general, y los maestros de la Ley discfpulos de Jesus lo antiguo, lo ya conocido, y, nuevamente interpretado por su propia explicacion, lo nuevo. Lo mismo hacen hoy los lectores con las Sagradas Escrituras al leerlas en su situacion actual y comprenderlas y actualizarlas en su presente: asf se saca siempre lo viejo y lo nuevo, pues solo asf se conserva la tradicion del testimonio de la fe. 13,53: Conclusi6n narrativa Con breves palabras, Mateo consigna el cierre del discurso parabolico. El hecho de que Jesus cambie de lugar sefiala, a su vez, el paso a algo nuevo.
Nexos pragmaticos del texto Al comienzo del discurso parabolico, Jesus explico a sus discfpulos la diferencia entre los que se abren a los misterios del Reino de los Cielos y los que se cierran a los mismos;
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igualmente, les dej6 clara la necesidad de hablar en parabolas (13,1-23). Para los oyentes esto significa que
Jesus es rechazado en su patria: 13,54-58
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Y, volviendo a su tierra, les ensenaba en su sinagoga, de manera que estaban fuera de sf y decfan: iDe donde le vienen a este esa sabidurfa y esos milagros? iNo es este el hijo del carpintero? 1No se llama su madre Maria, y sus hermanos Santiago, Jose, Simon y Judas? 1Y sus hermanas no estan todas entre nosotros? Entonces, ide donde le viene todo esto? Y se escandal izaban a causa de el. Mas Jesus les dijo:
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Un profeta solo es deshonrado en su tierra y en su casa. Y no hizo allf muchos milagros, a causa de su incredulidad.
Tejido estructural del texto La incomprensi6n y el rechazo de Jesus en su pueblo de Nazaret crean un fuerte contraste con la comprensi6n de los discipulos (13,51). Esta pequefia unidad textual esta bien construida: a una breve introducci6n, que presenta el cambio de lugar de Jesus a Nazaret (13,54a), le sigue, en la parte central, la reacci6n de la gente en la sinagoga de este pueblo (13,54b-57a). Estas personas hacen muchas preguntas ret6ricas, de las que la primera (13,54c) y la quinta (13,56b) apuntan al origen de la sabiduria y de las obras de Jesus por medio de la expresi6n de d6nde. Mientras que, al principio, la gente esta fuera de s{ (13,54b), al final se escandalizan de Jesus (15,57a). La contraposici6n de Jesus cierra el relato (13,57b-58).
Configuracion semantica del texto 13,54a: Es la primera vez que Mateo cuenta que Jesus se dirige a Nazaret y es la ultima en la que este aparece publica-
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palahras y ohras
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mente en una sinagoga. Asimismo, en este episodio Jesus esta solo: los discfpulos que le acompa:fian no son mencionados, seguramente para destacar asi mas el rechazo.
13,54b-57a: Los asistentes a la sinagoga de Nazaret expresan su escepticismo con cinco preguntas retoricas que, como tales, presuponen ya las respuestas. El de d6nde de la primera y la quinta preguntas no expresa solo el desconocimiento, sino tambien la incredulidad de las personas: remitiendo a la procedencia de Jesus, que conocen, y presumiendo conocer a sus familiares (cf., por el contrario, 12,46-50), estas personas no se estan preguntando realmente por la identidad de Jesus, por quien es el (cf. 11,3). En efecto, lo aparentemente obvio y comprensible tiene aquf la preponderancia y no permite ninguna pregunta posterior. La sabiduria de Jesus y sus milagros bien podrian ofrecer una buena razon para seguir indagando, pero esto no tiene lugar. 13,57b-58: El comportamiento de la gente de Nazaret respecto a Jesus se basa en su incredulidad (13,58). Es verdad que esta falta de fe no puede impedir la actividad de Jesus, pero sf limitarla, de modo que el no pudo realizar alli muchos milagros. Con la expresion un profeta solo es deshonrado en su tierra (13,57b), la reaccion de Jesus acusa a la gente de Nazaret de evitar conscientemente toda discusion, porque estan partiendo del presupuesto de conocer todas las respuestas a sus preguntas. Esta posicion de los habitantes de Nazaret esta en clara contraposicion con la de los discipulos, que permanentemente preguntan y quieren entender todo y que, de hecho, luego lo logran.
Nexos pragmaticos del texto Con la contraposicion entre los discipulos que comprenden (13,51) y la gente incredula de Nazaret (13,58), Mateo acentua el fuerte contraste entre las diferentes opiniones y actitudes respecto a Jesus y a sus obras. Al final del extenso apartado sobre la cuestion del mesianismo de Jesus (11,2-13,58) aparece el termino incredulidad, que solo se emplea aquf en el evangelio de Mateo; sin embargo, se sigue discutiendo, dudando y asumiendo lo que tiene que ver con la
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Jesus es rechazado en su patria: 13,54-58
identidad de Jesus y con su mesianismo. En efecto, la pregunta del comienzo, (_eres tu el que ha de venir, o debemos esperar a otro? (11,3), aun no ha encontrado una respuesta clara, con lo que los lectores se ven exigidos a continuar buscando e indagando para poder darse personalmente una respuesta inequfvoca.
b) 14,1-16,20:
Rechazo y reconocimiento del mesianismo de Jesus
La decapitaci6n de Juan el Bautista: 14,1-12
La confesi6n de Herodes
En aquel tiempo se enter6 Herodes, el tetrarca, de la fama de Jesus y dijo a sus criados: Ese es Juan el Bautista; el ha resucitado de entre los muertos y por eso actuan en el fuerzas milagrosas. La muerte de Juan el Bautista
Y es que Herodes, tras haber detenido a Juan, le habia encadenado y puesto en la carcel, a causa de Herodias, la mujer de su hermano Filipo. Porque Juan le decia: Note es licito tenerla. Y aunque queria matarlo, temia a la gente, porque le ten ia por profeta.
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Mas, llegado el cumpleanos de Herodes, la hija de Herodias danz6 en medio de todos y gust6 tanto a Herodes que este le prometi6 bajo juramento darle lo que pidiera. Ella, impulsada por su madre: Dame aqui -dijo-, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista. Y el rey, entristecido a causa del juramento y de los comensales, orden6 que se la dieran, y envi6 a decapitar a Juan en la carcel. Y su cabeza fue traida en una bandeja y entregada a la muchacha, y ella se la llev6 a su madre. Y llegando luego sus discipulos, recogieron el cadaver y lo sepu ltaron, y fueron a informar a Jesus.
Tejido estructural del texto Tras las reacciones distintas y completamente controvertidas ante el Mesias y sus obras (11,2-13,58), Mateo presenta en el siguiente ciclo narrativo otra serie de reacciones (14,1-16,20). Al igual que antes, esta segunda serie de contro-
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
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versias acerca de la identidad del Mesfas comienza con una referencia a Juan el Bautista (11,2-19), pero en esta ocasi6n es Herodes quien difunde una falsa opini6n sobre Jesus, en relaci6n con Juan (14,2). Este segundo ciclo narrativo se cierra con la confesi6n de Pedro: tu eres el Mesias, el Hijo de Dias vivo (16,16). Entre estos das extremos se hallan diferentes respuestas a la cuesti6n de la identidad del Mesfas, como lade los discipulos (14,33), lade la multitud (15,31) y lade los fariseos (15,2; 16,1), que reflejan tanto la acogida como el rechazo a Jesus. Nuestro texto, que constituye el preludio y vuelve a presentar la pregunta sobre el mesianismo de Jesus, se compone de das partes: la primera (14,1-2) contiene una declaraci6n del tetrarca Herodes sobre la identidad de Jesus; la segunda (14,3-12) cuenta, en retrospectiva, c6mo pudo Herodes llegar a tener esa opini6n del Maestro. El detonante es el asesinato de Juan el Bautista, que Mateo presenta con una corta prehistoria (14,3-5), el suceso de su decapitaci6n (14,6-11) y una breve observaci6n conclusiva (14,12).
Configuracion semantica del texto 14,1-2: La confesi6n de Herodes La nueva unidad narrativa comienza con un malentendido de Herodes sobre la identidad de Jesus, quien -en su opini6n- es Juan el Bautista, resucitado de entre los muertos (14,2). El poderoso Herodes, tetrarca (sefior de una cuarta parte del territorio) de Galilea y Perea tras la muerte de Herodes el Grande, se ve impresionado por los portentos de Jesus, pero los explica por las fuerzas de Juan el Bautista que estan actuando en el. El hecho de que parta del supuesto de que Jesus es el Bautista resucitado de entre los muertos alude a la idea de la resurrecci6n, no inusual en el judaismo. Mateo muestra en otro pasaje lo muy extendida que estaba esta idea; se trata del pasaje en el que Jesus pregunta a los discipulos que piensa la gente de el y ellos responden: Juan el Bautista, Elias, Jeremias u otro de los profetas (16,14). Al contar Herodes con la resurrecci6n de Juan el Bautista, lo esta calificando de justo a quien Dias ha confirmado resucitandolo, justi-
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La decapitaci6n de Juan el Bautista: 14,1-12
ficando asi, en ultima instancia, su conducta y su critica. Lo mismo vale tambien despues para la resurrecci6n de Jesus, que ya se anuncia aqui junto con su final violento, pues Mateo presenta en paralelo el destino del Bautista y el de Jesus (3,2; 4,17; 11,7-14; 17,10-13).
14,3-12: La muerte de Juan el Bautista La muerte de Juan el Bautista funda la opini6n que Herodes tiene de el. Aunque aqui los detalles se narran en forma mas bien de leyenda, el temor de Herodes ante el Bautista parece tener un nucleo verdadero, pues tambien Flavio Josefo informa al respecto (Ant. 18,5.2). 14,3-5: Mateo presenta la muerte del Bautista como el tipico destino de un profeta. En efecto, los profetas eran a menudo queridos por el pueblo, pero a causa de su critica implacable resultaban perseguidos por los poderosos, que trataban de quitarles la vida, por lo que con frecuencia padecian el martirio; en tiempos de Jesus, la muerte violenta de un profeta era un extendido topos teol6gico (theologumenon). Son evidentes aqui los paralelos con la vida, pasi6n y muerte de Jesus, pues tambien su destino fue interpretado con estas categorias. 14, 6-11: Los detalles de esta descripci6n corresponden al estilo tipico de las actas de los martires. Mateo presenta a Juan el Bautista como un profeta perseguido y como una victima de los poderosos. Es interesante senalar el papel de la gente que esta de parte del Bautista y de Jesus (14,5; 21,26). Algunos poderosos no pueden soportar la critica de los profetas; en Cambio, la mayorfa del pueblo apoya a estos. 14, 12: Mateo establece al final la relaci6n con Jesus. El hecho de que los discipulos de Juan le informen de todo no se
Nexos pragmaticos del texto Los lectores saben que desde el comienzo del evangelio se presenta en paralelo a Juan el Bautista y a Jesus (3,1-4,16): ambos cumplen la justicia de Dios, ambos anuncian la llega-
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
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da del Reino, ambos luchan contra las fuerzas hostiles. Y aunque Jesus es el mas fuerte (3,11) y al que Juan prepara el camino, el destino de ambos esta estrechamente unido; en efecto, la muerte del Bautista alude a la de Jesus. Si bien, en otras partes del evangelio, Mateo insinua las diferencias entre Juan y Jesus (9,14-15; 11,2-6), caracteriza a los das segun el modelo del justo: con su acci6n y su compromiso, ellos ejemplifican para los lectores el destino tfpico del que se pone al servicio de la justicia de Dias. De este modo, los lectores aprenden otro elemento importante que describe la identidad de Jesus y determina su mesianismo.
La multiplicacion de los panes para mas de cinco mil personas: 14,13-21
Descrif!_ci6n de la situaci6n 13
Pero, al ofrlo, Jesus
se retir6
de allf en una barca aparte, a un lugar solitario,
y, cuando lo supo, la mu ltitud le sigui6 14
a pie desde las ciudades.
vio
una gran multitud,
y
sinti6
compasi6n de ellos,
y
cur6
a sus enfermos.
Y, al desembarcar,
EI milagro de la comida 15
Pero al atardecer se le acercaron sus discfpulos diciendo:
EI lugar es deshabitado y la hora es ya avanzada; despide, pues, a la multitud, para que, yendo a los pueblos, se compren comida.
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Pero (Jesus) les dijo: No tienen por que marcharse;
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Pero ellos le dicen:
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Pero el dijo:
19
Y,
jdenles ustedes de comer! No tenemos aqui nada mas que cinco panes y dos peces.
ordenando
jTraiganmelos! que la multitud se reclinase sobre la hierba,
tomando
luego los cinco panes y los dos peces,
y alzando
los ojos al cielo,
pronunci6
la bendici6n y,
partiendolos, dio
los panes a los discfpulos, y los discfpulos a la multitud.
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Y comieron todos y se saciaron, y recogieron de los trozos sobrantes doce canastos l lenos.
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Y eso que los que comieron eran unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y nifios.
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
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Tejido estructural del texto Este relato representa la contraposici6n al rechazo de Jesus en su tierra y al de los profetas crfticos por parte de los poderosos. A pesar del largo camino, la gente sigue a Jesus y el se vuelve hacia ella, curandoles y alimentandoles. Nuestro texto se compone de dos partes, la primera de las cuales (14,13-14) describe detalladamente la situaci6n, en tanto que la segunda (14,15-21) relata la comida milagrosa para mas de cinco mil personas. La segunda parte comienza con el dialogo preparatorio entre los discipulos y Jesus (14,15-18), que conduce al punto culminante de la bendici6n y la distribuci6n de los panes y peces (14,19); en este punto, llaman la atenci6n los verbos bendijo (pronunci6 la bendici6n) y dio (14, 19), que poseen un significado decisivo en los relatos biblicos. Una observaci6n conclusiva sobre el exito alcanzado concluye la narraci6n (14,20-21).
Configuracion semantica del texto 14,13-14: Descripci6n de la situaci6n La narraci6n comienza con el hecho de que Jesus, a causa de la noticia del asesinato de Juan el Bautista, se retira a un lugar solitario, a pesar de que el relato de ese suceso habia sido presentado en retrospectiva, esto es, que no puede ser el presupuesto l6gico de la acci6n de Jesus. Lo que aquf le interesa a Mateo es enfatizar el Zugar solitario (14,13), que, junto con el motivo delpan y de la comida milagrosa de muchas personas, evoca los acontecimientos del Exodo. La conmoci6n de Jesus ante la multitud, a la que luego cura, no solo quiere expresar su compasi6n, sino que busca recordar su actuaci6n mesianica (4,23-24; 8,16-17; 9,35-36). La compasi6n y las curaciones aluden a la presencia de Dios en medio de su pueblo, como en los tiempos del Exodo: jDios siempre acompafi6 a su pueblo en los tiempos diffciles de crisis! De igual modo, ahora la compasi6n de Jesus, las curaciones y el pan sefialan la irrupci6n del tiempo mesianico, que ya es visible precisamente en las obras del Mesias.
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La multiplicaci6n de los panes ... : 14,13-21
14,15-21: El milagro de la comida 14, 15-18: Cabe destacar aqui el papel de los discipulos, que, sin saberlo, impulsan la actuacion de Jesus al indicarle la situacion de necesidad en que se encuentra la multitud (14,15). El dialogo que entonces se inicia entre Jesus y sus discipulos dilata el comienzo de la accion real que pondra fin a esa necesidad. Por eso, para el lector, la inesperada orden de Jesus, jdenles ustedes de comer! (14,16), cumple la funcion de despertar la curiosidad sobre el acontecimiento que sigue. El hecho de que los discipulos no puedan llevar a cabo esa orden porque solo tienen cinco panes y dos peces (14, 17) muestra su desvalimiento y su pobreza, asi como aumenta tambien la tension del relato. Mas tarde (16,8) Jesus les recordara esa situacion y criticara su poca fe, porque ellos solo saben ver lo que esta inmediatamente delante y las posibilidades materiales, y no piensan para nada en Dios o en Jesus. 14, 19: El suceso aqui descrito hace pensar a los lectores en la comida milagrosa del profeta Eliseo, que habia encargado a su servidor saciar a cien personas con veinte panes y algo de grano: Comieron y dejaron todavia sobras, conforme a la Palabra del Sefior (2 Re 4,42-44). Tambien el profeta Elias habia hecho un milagro semejante cuando procuro que el frasco de aceite y el recipiente de harina de una viuda no se vaciasen (1 Re 17,11-16).
Bajo una mirada superficial, se puede pensar que este suceso del evangelio es una historia similar de profetas, construida segun el modelo de esos relatos de Elias y Eliseo. Sin embargo, una consideracion mas precisa muestra que en nuestro texto confluyen otros elementos que enlazan con el tema del cuidado de Dios por su pueblo y que caracterizan este hecho como un banquete escatologico, de modo que alude al tiempa escatalogica final. Dias alimenta al puebla de Israel en el desierta con el mana y las cadarnices (Ex 16,6-20; Nm 11,4-35), David dio de camer a tada el puebla (2 Sm 6,19), y tambien el salmo 23,1-3 alaba el cuidado de Dias, que abarca todo, de mada que quien canfia en el na carecera de nada. Isaias describe el tiempo escatologico como el banquete de la comunidad de los pueblos (Is 25,6), y Ezequiel anuncia la accion salvadara de Dias cama la de un pastar que canduce a sus ovejas a buenas pastos y las hace descansar (Ez 34,14-15).
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
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El tiempo escatol6gico final, como tiempo mesianico de salvaci6n que ya ha irrumpido en Jesus, se describe mediante la enorme abundancia y saciedad que satisface a todas las personas que alli participan.
Bendecir y dar los alimentos son gestos tipicos que se hacian en la berakah, la bendici6n de los alimentos y del vino el sabbat y en Pascua. La bendici6n alaba a Dias, el Sefwr del mundo, que de la tierra hace crecer el pan. La tarea de los discipulos, que con su observaci6n introducen toda la acci6n (14,15) pero luego no saben que hacer, s6lo consiste en repartir el pan. 14,20-21: Este versiculo conclusivo constata el suceso indicando que todos fueron saciados (passivum divinum) por la acci6n de Dias y, ademas, ofrece el dato del gran numero de participantes, que, a su vez, se ve incrementado por el hecho de que no se cont6 a las mujeres ni a los nifios. Dias ha dado en medida sobreabundante, de modo que incluso ha sobrado mucho. Los doce canastos sefialan el numero simb6lico de la totalidad y pueden interpretarse como una alusi6n a la plenitud del tiempo final o, tambien, a las doce tribus de Israel.
Nexos pragmaticos del texto Todo el relato evidencia un fuerte caracter simb6lico, al que pertenecen los siguientes elementos: el lugar solitario, el modelo del ciclo de los profetas Elias y Eliseo, la alusi6n a muchos otros pasajes de las Escrituras, los gestos de bendecir y repartir, el numero de los doce canastos sobrantes, etc. El suceso aqui narrado no debe entenderse hist6ricamente, pues mediante su alto contenido simb6lico esta remitiendo a otra realidad que nosotros, lejos de percibirla conscientemente en nuestro mundo racional, mas bien anulamos. En este relato, Mateo presenta a Jesus dejandose conmover por el cansancio de la gente y por sus sufrimientos, de modo que da fuerza a los agotados y agobiados y les procura descanso (11,28), invitandolos a su mesa. Naturalmente, en esta narraci6n, y a partir de la experiencia pascual, se puede pensar asimismo en la ultima cena, en la que Jesus tambien bendijo el pan y el vino y se los dio a sus discipulos (26,26-28), pero
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La multiplicaci6n de los panes... : 14,13-21
esta alusi6n no es la (mica y no deberfa ofuscar ante los otros aspectos de la interpretaci6n. Los discipulos, por el contrario, no tienen ni la posibilidad ni los medios para ayudar a tantas personas, pero, entregando a los demas lo que Jesus bendice y les da, se convierten en activos colaboradores del Reino de los Cielos. La multitud ha seguido a Jesus a traves de un largo camino hasta el desierto y ahora experimentan en carne propia no solo la curaci6n, sino tambien la satisfacci6n total y el descanso, y esta experiencia evidencia la irrupci6n del tiempo mesianico. Los lectores reconocen en Jesus, que lleva a tantas personas a esa experiencia tan dichosa, otro aspecto importante de su mesianismo.
La aparici6n de Jesus sobre las aguas: 14,22-36
Los discipulos y la marcha de Jesus sobre las aguas 22
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E, inmediatamente, oblig6 a los discipulos a subir a Ja barca y a ir por delante de el a la otra orilla, mientras el despedfa a Ja gente. Y, despues de despedir a la gente, subi6 al monte a solas para orar, y al atardecer estaba solo allf. La barca se hallaba ya lejos de Ja tierra, a mucha distancia, sacudida por las olas, pues el viento era contrario. Pero durante la cuarta vigilia vino el hacia ellos caminando sobre el mar. Mas los discipulos, al verlo caminar sobre el mar, se turbaron y decian: jEs un fantasma!, y se pusieron a gritar de miedo. Pero al instante les habl6 (Jesus) diciendo: iÄnimo!, soy yo. jNo teman!
Jesus salva a Pedro, que camina sobre las aguas 28
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Respondiendole, dijo Pedro:
Seiior, si eres tu, mandame ir hacia ti sobre las aguas. jVen!
EI Je dijo: Y, bajando de Ja barca, Pedro se puso a caminar sobre las aguas, dirigiendose hacia Jesus. Pero, viendo el (fuerte) viento, Je entr6 miedo y, como comenzaba a hundirse, iSefior, salvame! grit6 diciendo: Pero al punto, tendiendole la mano, le agarr6 Jesus y Je dijo:
jHombre de poca fe!, 1por que has dudado?
Jesus salva a los discipulos y a los enfermos 32 ]]
Y, al subir a Ja barca, se calm6 el viento. Pero los que estaban en Ja barca se postraron ante el diciendo: jVerdaderamente eres Hijo de Dios!
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
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Y, terminada la travesia, llegaron a la tierra de Genesaret. Y, al reconocerlo, los hombres de aquel lugar pregonaron la noticia por toda aquella regi6n y le presentaron todos los enfermos, y le pedian que tocaran siquiera el borde de su manto, y cuantos lo tocaron quedaron salvados.
Tejido estructural del texto El relato se compone de tres partes. La primera (14,22-27) establece una vinculaci6n con la narraci6n anterior sobre la comida de los cinco mil a traves de la expresi6n e inmediatamente, de modo que ahora se une a aquella la lucha de los discipulos con el viento y las olas, y la marcha de Jesus sobre las aguas. La segunda parte (14,18-31) cuenta el caminar de Pedro sobre las aguas y su salvamento por Jesus, contraponiendo a los dos. La tercera parte (14,32-36) constata de manera sucinta la salvaci6n de todos los discipulos (14,32-33) y concluye con un sumario que destaca el poder de Jesus (14,34-36).
Configuracion semantica del texto 14,22-27: Los discipulos y la marcha de Jesus sobre las aguas No se indica el motivo por el que Jesus insta a los discipulos a subir a la barca e ir a la otra orilla (14,22), pero de este modo el narrador crea cierta distancia entre la multiplicaci6n de los panes y el siguiente suceso, que quiere acentuar otro aspecto de la identidad del Maestro. Tambien el contraste entre la multitud, por un lado, y la soledad, por otro, marca una clara distinci6n de los dos sucesos narrados. Jesus se retira en soledad para orar: aparte del caso de Getsemani, esta es la unica vez que en el evangelio de Mateo se presenta a Jesus solo, en oraci6n; Lucas, sin embargo, informa mas a menudo de que el Maestro se retiraba a orar. El tema de la tormenta en el mar se relaciona aqui con la marcha de Jesus sobre las aguas. Motivos similares se en-
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La aparicion de Jesus sobre las aguas: 14,22-36
cuentran en el Antiguo Testamento: por ejemplo, el sometimiento de peligrosas aguas encrespadas (Ex 14-15; Jos 3-4; Sal 107,23-32; Is 17,12-14) o Dios que camina sobre las aguas (Job 9,8; 38,16; Is 43,16; Sal 77,17-22). Mientras que alli se trata de experiencias de teofania, nuestro relato describe una cristofania a la luz de la experiencia pascual. Las palabras de Jesus jno teman! (14,27) son las mismas que en la transfiguraci6n ( 17,7) y que en las apariciones del Resucitado (28,5.10). La presentaci6n de Jesus con la expresi6n soy yo (14,27) se encuentra solo aqui en el evangelio de Mateo y alude a la revelaci6n de Dias (Ex 3,14), pero tambien al significado del nombre de Jesus como Emmanuel, Dias con nosotros (1,23), y, en el contexto de la experiencia pascual, remite a la promesa de Jesus yo estoy con ustedes todos los dias hasta el finde! mundo (28,20). Con este polifacetico paralelismo, los lectores reconocen que el relato puede aclarar otro aspecto importante de la identidad del Maestro: el salva (1,21). En efecto, toda la pericopa trata de la salvaci6n por Jesus: el salva no s6lo a Pedro, sino tambien a los discipulos en la barca y, por ultimo, a todos los enfermos que van a su encuentro. Jesus se muestra aqui como el salvador de individuos, de los discipulos que estan estrechamente unidos a eI y, asimismo, de todas las personas que le dejan hacerlo. 14,28-31: Jesus salva a Pedro, que camina sobre las aguas El episodio, unido a las otras dos narraciones en las que Pedro desempe:fia el papel principal (16,17-19; 17,24-27), pertenece al material propio de Mateo. Estos "relatos de Pedro" dejan claro el interes del evangelista por este ap6stol, aunque Mateo esta muy lejos de idealizarlo, lo que se evidencia particularmente en nuestro episodio. La comprometida iniciativa de Pedro conforma un fuerte contraste con su propia sobrevaloraci6n y su vacilaci6n, tal como tambien lo presenta el relato de sus negaciones de Jesus en la historia de la pasi6n (26,33-35.69-75). De este modo, Pedro constituye una imagen realista de los discipulos y, en general, de los creyentes que, por un lado, esperan mucho de Jesus y confian en el, pero luego nuevamente se ven sobrecogidos por los miedos y las dudas; la poca fe, su falta de confianza en Jesus, caracteriza a los discipulos incluso en sus encuentros con el Resucitado
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(28,17). Pero precisamente mostrando a Pedro, con sus debilidades y su vacilaci6n, como representante de los discipulos, Mateo pone de manifiesto que en el camino de la fe no se pueden evitar las dudas. Naturalmente, la meta anhelada sigue siendo una fe que no vacila, por eso Jesus tambien pregunta (_por que has dudado? (14,31) y con ello indica a Pedro que en realidad no tenia ninguna raz6n para dudar, porque ya habia mostrado su confianza al ponerse en camino hacia el. Pero esta pregunta contiene asimismo una promesa, en el sentido de que Pedro ni siquiera habia tenido que dudar, porque Jesus estaba junto a el, cerca de el: Jesus es el que extiende su mano en auxilio (14,31) y se muestra como salvador. Tambien aqui hay una alusi6n a la imagen de la mano de Dios, que trae la salvaci6n y la redenci6n (Sal 144, 7; Is 50 ,2). Con la promesa de Jesus yo estoy con ustedes (28,20), los discipulos pueden confiar en que no estan solos, en que el esta siempre cerca de ellos. 14,32-33.34-36: Jesus salva a los discipulos y a los enfermos
14,32-33: Mateo termina este relato con una mirada a la salvaci6n de todos los discipulos, porque amaina el viento (14,32). Y ellos reaccionan con una confesi6n: se postran ante Jesus y lo confiesan como Hijo de Dias (14,33). Mas tarde, Pedro volvera a repetir esa confesi6n (16,16), las mujeres tambien reaccionaran postrandose cuando reconozcan al Resucitado (28,9) e, igualmente, haran esto los discipulos al encontrarse con el en Galilea (28,17). A traves de esta confesi6n de todos los discipulos, los lectores reconocen que Jesus es el verdadero Hijo de Dios y el Salvador. 14,34-36: Este pequefio afiadido tiene el efecto de una conclusi6n coral, pues, despues de que Pedro y los demas discipulos hayan experimentado la salvaci6n, son muchos enfermos los que tambien son salvados. Cuando la barca llega a la orilla (14,34), la gente le trae a Jesus muchos enfermos y le pide poder tocar el borde de su manto (14,35-36). Esta reacci6n de la multitud muestra su gran confianza en Jesus: les basta tocar el borde de su manto porque, como la hemorroisa, asi expresan su fe (9,20-22). De este modo, su conducta esta en fuerte contraste con la duda de Pedro y con el rechazo de
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. La aparici6n de Jesus sobre las aguas: 14,22-36
Jesus por parte de la gente de Nazaret. La frase conclusiva, con el passivum divinum, vuelve a orientar la acci6n de las curaciones que han tenido lugar de nuevo a Dios como el que realmente ha actuado: no se trata de un efecto magico, que emana del manto de Jesus, sino que es Dias quien concede la curaci6n y la salvaci6n.
Nexos pragmaticos del texto La marcha de Jesus sobre las aguas no es ninguna demostraci6n de poder; sobre el trasfondo biblico, los lectores
La controversia sobre lo "puro" y lo "impuro": 15,1-20
El mandato de Dios y la tradicion de los antepasados Entonces se acercaron a Jesus algunos escribas y fariseos venidos de Jerusalen, diciendo: iPor que tus discipulos incumplen la tradici6n de los antepasados? Pues no se lavan las manos antes de comer. Pero el, respondiendo, les dijo: 1Por quc tambien ustedes incumplen el mandamiento de Dias por su tradici6n? Pues Dias dijo: Honra a tu padre y a tu madre (Ex 20,12; Dt 5,16) y: EI que maldiga a su padre o a su madre, sea castigado con Ja muerte (Ex 21, 17). Pero ustedes dicen: EI que diga a su padre o a su madre: "Lo que de mi podrfas recibir como ayuda es ofrenda", ese no tendra que honrar a su padre y a su madre. Asi han anulado la Palabra de Dias por su tradici6n. jHip6critas!, bien profetiz6 de ustedes lsaias diciendo: Este pueblo me honra con los labios, pero su coraz6n esta lejos de mf; mas en vano me rinden culto, ya que ensefian doctrinas que son preceptos humanos (}es 29, 13 LXX).
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Y, llamando a la gente, les dijo: i Escuchen y entiendan ! Nada que entra en la boca sino lo que sale de la boca
es lo que contamina al hombre, es lo que contamina al hombre.
Entonces se le acercan los discipulos y Je dicen: iSabes que los fariseos se han escandalizado al oir tu palabra? Pero el, respondiendo, dijo: Toda planta que no haya plantado mi Padre celestial sera arrancada. iDejenlos!, son ciegos y guias (de ciegos); pero si un ciego guia a otro ciego, ambos caeran en un hoyo.
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Mas tomando Pedro la palabra, le dijo: jExplfcanos esta parabola! Pero el dijo: iTambien ustedes son (aun) gente que no entiende? iNo comprenden que todo lo que entra en la boca pasa al vientre y luego se echa al excusado? En cambio, lo que sale de la boca viene de dentro del coraz6n, y eso es lo que contamina al hombre. malas intenciones, Porque del coraz6n salen asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios, injurias. Eso es lo que hace impuro al hombre. Pero el comer sin lavarse las manos no hace impuro al hombre.
Tejido estructural del texto La discusi6n entre los fariseos y Jesus se puede dividir en dos partes (15,1-9.10-20), pues se trata de dos temas distintos. La unidad de la pericopa se establece a traves de la reiterada problematica de comer sin lavarse las manos (15,2.20). La primera parte (15,1-9) aborda el tema de la transgresi6n de las tradiciones de los antepasados al no observar el obligatorio lavado de manos antes de comer. La discusi6n se desarrolla entre los fariseos y los escribas, por un lado, y Jesus con sus discipulos, por otro. La respuesta de Jesus al reproche de los primeros es una reconvenci6n mucho mas dura de que ellos transgreden incluso el mandato de Dias por las tradiciones de los antepasados (15,3-6), pero el no responde aqui al reproche como tal, sino mas adelante. A su vez, introduce -poniendo enfasis- una cita de las Escrituras que corrobora su punto de vista (15,7-9). La segunda parte (15,10-20) incorpora a la multitud que Jesus convoca (15,10) y ante la que responde (15,11). La conversaci6n que sigue se desarrolla entre Jesus y sus discipulos, pues Süll estOS los que le refieren la postura COntraria de los fariseos (15,12), que ya no aparecen directamente en la escena. La pregunta de Pedro (15,15) lleva a una profundizaci6n y aclaraci6n de la postura de Jesus, que desembo-
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La controversia sohre lo "puro" y lo "impuro": 15,1-20
ca en una respuesta precisa y definitiva al reproche de los escribas y fariseos (15,20).
Configuraci6n semantica del texto 15,1-9: EI mandato de Dios y las tradiciones de los antepasados
15,1-2: La carencia de articulo deja claro que algunos (no todos) escribas y fariseos han venido incluso desde Jerusalen hasta Genesaret (15,1), donde se encuentra Jesus (14,34), para discutir con el. Su reproche, que parte de la tradici6n de los antepasados, se dirige en realidad a Jesus, aunque se hace a sus discipulos (15,2). Mateo siempre presenta a Jesus manteniendose fiel a las prescripciones divinas, y por eso el reproche no le alcanza realmente a el. Pero, como maestro, Jesus es tambien responsable de sus discipulos, de ahf que el comportamiento de estos recaiga asimismo sobre el. El lavado de las manos antes de comer no es ningun mandamiento expreso de la Tara, sino algo que se ha ido desarrollando a partir de explicaciones y transmisiones. Se trata, pues, de una tradici6n o incluso de una costumbre basada religiosamente. Los fariseos valoraban y honraban tambien esas tradiciones, y esto es lo que fundamenta su pregunta acerca de por que los discipulos de Jesus abiertamente no observan esa costumbre.
15,3-6: Jesus responde con una contra-pregunta que contiene un reproche mas fuerte, porque acusa a los escribas y fariseos de violar el mandato de Dias en raz6n de las tradiciones de los antepasados. Mateo no necesita explicar los detalles de esa praxis y de los mandamientos, y presupone su conocimiento por parte de su propia comunidad, enraizada en el judafsmo. Los escribas y fariseos representan aquf la praxis del kor-
ban, esto es, la posibilidad de consagrar bienes a Dias o de entregarlos al templo, y que eran por ello bienes que quedaban sustrafdos al uso profano. Con el sentido de un voto, tambien podfa negarse el consumo de ciertos alimentos tanto a los demas como a uno mismo. Se supone que esto se ha-
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cia como una acci6n honrosa, meritoria, que quizas podria compararse con la costumbre muy comun hoy entre nosotros de renunciar a los regalos en una ocasi6n de fiesta y, en vez de ello, proponer quese ofrezcan donativos para determinado proyecto: aunque uno mismo no recibe nada, se considera como un regalo lo quese ha donado. De modo similar, se honraba indirectamente a los padres con un donativo a Dias. Cabe pensar razonablemente en esta praxis cuando padre e hijo poseen bienes en abundancia o cuando el primero no se ve necesitado del apoyo del ultimo, de forma que en este caso tambien los hijos pueden donar algo en nombre de sus padres. Pero si se abusa de este procedimiento -en si mismo honroso- para escatimar a los propios padres algo que necesitan, esto contradice el mandato divino de honrar al padre y a la madre. Asi, la critica de Jesus ata:fie a un punto debil de esta costumbre, sin que por ello haya que presumir que los escribas y fariseos realmente actuaban asi o ense:fiaban a hacerlo. Este caso conflictivo era discutido entre los rabinos, que, al reflexionar sobre cuando ya no era vinculante un voto, solian sostener que no lo era cuando contradecia el mandamiento de honrar al padre y a la madre (Ned 9,1). De este modo, la visi6n que Mateo atribuye a los escribas y fariseos no corresponde precisamente con la ense:fianza de la amplia mayoria de los rabinos. 15, 7-9: Jesus subraya su postum con una cita biblica que era tambien la que ense:fiaban los rabinos en este caso conflictivo: la disposici6n de Dios esta por encima de los mandatos y votos de los hombres. Dios
15,10-20: Lo que hace "impuro" al hombre 15, 10-11: Jesus no responde directamente a los escribas y fariseos, sino a la gente que el mismo convoca y cuya atenci6n reclama con un claro imperativo: jescuchen y entiendan! La instrucci6n de Jesus de que no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre, sino lo que sale de ella ( 15, 11), no se explica aqui, sino al final del pasaje.
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La controversia sohre lo "puro" y lo "impuro": 15,1-20
15, 12-14: Los fariseos perciben como chocante esta ensefianza de Jesus, aunque Mateo deja abierto lo que tiene que ver con el motivo de ese rechazo. El hecho de que aqui, en esta contrariedad, pueda tambien darse un malentendido es lo que el mismo insinua en la respuesta de Jesus, que da a entender a sus discipulos que una ensefianza que no corresponda a la voluntad de Dios sera arrancada de raiz, como la maleza (15,13). Los lectores pueden ver en esto una alusi6n a la parabola de la cizafia en el trigo (13,29): la falsa ensefianza de Satanas y, consecuentemente, el falso actuar err6neo tambien seran aniquilados al final de los tiempos. Los lectores actuales
La parabola de la maleza en el trigo se refiere a los que hacen lo que va contra la Tara (13,41) y, l6gicamente, estos no son los fariseos. Resumiendo, pues, lo dicho de la planta arrancada de raiz, en relaci6n con la ensefianza de Jesus cabe decir que esto significa que al final se vera si el ha ensefiando los mandatos de Dios o no. Es por eso por lo que exhorta a sus discipulos a la paciencia con la expresi6n idejenlos! (15,11), porque sera algo siempre y largamente discutido, tanto entre judfos como entre cristianos (cf. Hch 15,1-31), que es lo que -segun las circunstancias- es "puro" o "impuro". 15,15-20: Ante la petici6n de Pedro, Jesus explica su ensefianza. El concepto parabola enlaza con el discurso parab6lico y les recuerda a los lectores que los discipulos en realidad ya deberfan entender (13,11), aunque aun no son capaces de hacerlo (13,36; 15,15). Lo que sale del coraz6n puede hacer impuro al hombre porque ese es el centro de la pureza e impureza (5,8) y porque es tambien desde ahi desde donde se puede inducir a los malos pensamientos y las malas acciones.
La frase conclusiva de Jesus (15,20) no concierne a las prescripciones de pureza de la Tora, ni tampoco a los mandamientos sobre los alimentos, pues estos no estaban en discusi6n ni para Jesus ni para Mateo, sino que eran respetados, en cuanto disposiciones de la Tora. Por eso Jesus se refiere aqui (a diferencia de Mc 7,19) exclusivamente a la costumbre tradicional -pero discutida en esa epoca- de lavarse las manos antes de comer.
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Nexos pragmaticos del texto En este pasaje, a Mateo no le interesa la discusi6n sobre las disposiciones de la Tora respecto a la pureza y a los alimentos, sino las tradiciones y costumbres, de modo que es aquf donde los lectores pueden conectar con sus propias experiencias: algunas de esas tradiciones, quizas como expresi6n de su piedad, se han hecho importantes para la gente y algunas incluso se han acreditado como muy utiles y de ayuda en lo cotidiano. Sin embargo, si las tradiciones se convierten solo en una confesi6n de los labios y son formas vacfas en las que no esta el coraz6n, entonces resultan vanas para Dios, pues el quiere ser honrado con el coraz6n, no con los labios.
La petici6n de la mujer pagana: 15,21-28
La mujer y /esus 21 22
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Y, saliendo de alli, Jesus se retir6 hacia la regi6n de Tiro y Sid6n. Y he aquf que una mujer cananea, saliendo de aquel territorio, gritaba diciendo: iTen piedad de mi, Sefior, Hijo de David! Mi hija esta malamente endemoniada. Pero el no le respondi6 nada.
Los discfpulos y /esus 21 b
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Y, acercandose, sus discipulos le rogaban diciendo: Despidela, que viene gritando detras de nosotros. Pero el, respondiendo, dijo: No he sido enviado mas que a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
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Pero ella, acercandose, se postr6 delante de el diciendo: iSenor, soc6rreme ! Mas el, respondiendo, dijo: No esta bien tomar el pan de los hijos y echarselo a los perritos. Pero ella dijo: Si, Senor, pero tambien los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces, respondiendo, le dijo Jesus: iÜh mujer, tu fe es grande! Que te suceda como deseas. Y desde aquel momento qued6 curada su hija.
Tejido estructural del texto El relato se compone principalmente de los dialogos que se desarrollan entre la mujer pagana y Jesus, los discfpulos y este, y, nuevamente, entre la primera y Jesus. En todo esto, Jesus es muy pasivo: nunca toma la iniciativa, sino que unicamente reacciona. Tras una breve descripci6n, el primer dialo-
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go entre la mujer y Jesus (15,21-23a) llama la atenci6n con la expresi6n jhe aqui! sobre la mujer que le pide auxilio a Jesus (15,22), que reacciona con una ruptura de la comunicaci6n (15,23a). EI segundo dialogo (15,23b-24) comienza con la iniciativa de los discfpulos, que le piden a Jesus que atienda a la mujer: el contexto y la reacci6n de Jesus dejan claro que le piden por ella. Pero el reacciona negandose, con un argumento acerca de su envfo. EI tercer dialogo (15,25-28) se ve impulsado por la iniciativa incesante de la mujer y se desarrolla en una contienda de argumentos entre Jesus y ella, que al final obtiene lo que habia pedido.
Configuraci6n semantica del texto 1S,21-23a: La mujer y Jesus El cambio de lugar de Jesus situa el relato en la zona fronteriza entre Galilea y la regi6n urbana de Tiro y Sid6n (15,21). De allf viene una mujer hacia Jesus, descrita como cananea, esto es, pagana. Los lectores pensaran enseguida en el centuri6n pagano que le pidi6 a Jesus la curaci6n de su hijo (8,5-13). En este relato, la mujer es la autentica protagonista, pues los hombres solo reaccionan ante su forma de actuar. Ella reconoce en Jesus al Hijo de David y al Sefior (Kupwc;). Su clamor jten piedad de mi! tiene una resonancia liturgica y expresa su confesi6n de fe en que ese Hijo de David es el Mesias que puede ayudarles a ella y a su hija (15,22). Lo mismo esperan los ciegos que claman a Jesus de igual modo (9,27; 20,30-31) y el padre que le pide a Jesus por su hijo epileptico (17, 15). La reacci6n de Jesus, que no le respondi6 nada (15,23a), es una clara ruptura de la comunicaci6n. Esta drastica ruptura de toda interacci6n da a entender que la mujer ni siquiera se merece una respuesta de rechazo. La reacci6n de Jesus es sorprendente e inesperada, pues los lectores estan acostumbrados a que el cumpla las peticiones de la gente, aunque ya han podido constatar cierta dilaci6n en el cumplimiento de algunas, como en el caso de las peticiones del centuri6n (8,7) y de los ciegos (9,27-28). Asi, en el relato los numerosos rechazos y negativas de Jesus suenan duros. Aqui, los lectores
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La peticion de la mujer pagana: 15,21-28
15,23h-24: Los discipulos y Jesus Los discipulos se vuelven hacia Jesus y le piden en relaci6n con la mujer: jdespidela!, dando como raz6n que viene gritando detras de nosotros (15,23b). Esta petici6n y su motivaci6n suenan ambiguas, pues pueden expresar que los discipulos se sienten molestos por la mujer y sus gritos, pero, asimismo, que tienen compasi6n de ella y le piden que la ayude enseguida, para que no este clamando tanto. La reacci6n de Jesus deja claro que ha comprendido la petici6n de los discipulos como una solicitud de ayuda, porque se niega y da como raz6n que ha sido enviado a las ovejas perdidas de la casa de Israel (15,24). Pero c:es suficiente este motivo para negar el auxilio solicitado? Los lectores conocen el envio de los discipulos no a los paganos y samaritanos, sino exclusivamente a las ovejas perdidas de la casa de Israel (10,5b-6), pero tambien saben que Jesus ha ayudado al centuri6n pagano (8,5-13) y que, despues de la Pascua, los discipulos son enviados a todos los pueblos (28,19-20). Detras de la discusi6n con la mujer pagana late la pregunta de la comunidad mateana acerca de sielenvio de Jesus valfa exclusivamente para Israel o si, en cambio, era universal y comprendfa tambien a los paganos. Desde la Pascua, el mismo se entiende claramente como un envio universal, pero aquf, con la expresi6n no he sido enviado mas que ... , Mateo sostiene el envio exclusivamente a Israel. Esta respuesta aguda, brusca, contribuye a que los lectores se vean implicados en la discusi6n: tambien nosotros, en cuanto "creyentes cristianos procedentes del paganismo", debemos confrontarnos con esta opini6n de Jesus. c:Existe una salida a esta suerte de contradicci6n sin tener que caer -como a menudo ha sucedido en la historia de la interpretaci6n biblica- en la polemica antijudfa, que, muy ciertamente, no corresponde a la intenci6n de Mateo?
15,25-28: La mujer y Jesus Ahora toma la iniciativa la mujer: se postra ante Jesus y repite su petici6n (15,25). Con la postraci6n esta expresando su veneraci6n por Jesus, asf como su fe esperanzada. Su breve petici6n, i Sefior, soc6rreme!, atrae la atenci6n exclusivamente
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sobre ella misma; el asunto de su hija queda asf implfcito, pues es tambien el suyo. De nuevo Jesus responde con un claro rechazo que contiene, a su vez, una ofensa (15,26): en efecto, identifica a la mujer pagana con los perros, pues los hijos son claramente los hijos de Israel. Segun esta postum de Jesus, los hijos de Israel sufrirfan un menoscabo si el ayuda a la mujer pagana, porque se les estarfa quitando el pan. Los lectores recuerdan aquf el dicho "no dar lo santo a los perros ni arrojar las perlas a los puercos" (7,6). Lo que puede concordar en la imagen, no necesariamente puede trasponerse a la realidad de la ayuda, de hacer el bien, o al plan salvffico de Dios, porque con todo esto no se produce ningun daiio a nadie: jel bien no queda menoscabado porque se haga tambien a otros! La mujer manifiesta su acuerdo con Jesus a traves de su sf, Sefior (15,27), porque quitar el pan serfa una injusticia, pero no se trata de quitarles nada a los hijos. Y esto es lo que desenmascara con su argumentacion: los hijos conservan su pan y, sin embargo, los perros son saciados porque reciben lo que cae de la mesa, lo que sobra de los hijos. Desde la perspectiva de la mujer, el objetivo es la satisfacci6n de los perros, no quitar el pan a nadie; asf, ella se identifica con los perros, aceptando la ofensa (5,39), pero a su vez apela a Jesus para que le de -como a un "perro"- los restos del pan que le corresponden. Con su actitud, ella deja claro que la salvacion de Dios no puede limitarse o reservarse solo a una determinada magnitud: Dios no es avaro con su salvacion, sino que la regala en abundancia (7,7-11; 6,28-33). Y, en ultima instancia, Jesus estarfa contradiciendose a sf mismo, a su enseiianza y a su mision si no ayudase a la mujer. Este es el autentico argumento de que la mision de Jesus no puede entenderse de manera exclusiva, sino universalmente. Jesus reconoce la gran fe de la mujcr (15,28) y lc promcte el cumplimiento de su deseo, que, como indica el pasivo (passivum divinum), Dios concede.
Nexos pragmaticos del texto EI relato no es la historia de un milagro, pues este solo sirve de aiiadido a la discusion acerca del envfo de Jesus: (
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La peticion de la mujer pagana: 15,21-28
relato Mateo aclara que Jesus ha tomado en serio su misi6n para Israel y c6mo lo ha hecho. Pero al prometer a la mujer la curaci6n de su hija, su conducta esta mostrando que, conforme a la idea profötica, el cumple tambien con la voluntad salvffica y universal de Dios. Los lectores de origen judfo y pagano son orientados con buenos argumentos para que pueden sacar las consecuencias de su propia postum. Los que sostienen una misi6n exclusiva de Jesus llegan a la idea de que la salvaci6n de Dios no es limitada, sino que se regala en sobreabundancia, y no sienten ningun menoscabo por el hecho de que tambien otros aprovechen esa salvaci6n. Pues, en ultima instancia, ellos tienen una responsabilidad con los "paganos", lade hacerles patente esa sobreabundancia de la salvaci6n de Dios procurando tambien la satisfacci6n de los demas. EI profeta Isafas llama a esa misi6n ser luz para las naciones; en efecto, el proclama: Y dijo (Dias): "No s6lo eres mi sieJVo para restablecer las tribus de Jacob y traer a los supe1Vivientes de Israel, sino que te convierto en luz de las naciones, para que mi salvaci6n alcance hasta los confines de la tierra" (Is 49,6). Y, ademas: Yo, el Sefzor, te llame segun mi plan salvador, te tarne de la mano, te forme y te destine para ser alianza del pueblo y luz de las naciones (Is 42,6). Por su parte, los lectores que conciben una misi6n universal de Jesus se ven corroborados en su esperanza de fe: la salvaci6n de Dios es para todos. Sin embargo, tienen que reconocer tambien la primacfa del envfo de Jesus a Israel y aceptar su propia articulaci6n con este pueblo: jsin Israel no existe salvaci6n! Corno "paganos", tienen el encargo de aprender de Israel. La perseverante conducta de la mujer, que no se desanima, y el hecho de que, a pesar de los rechazos y de la ofensa, se mantenga firme en su esperanza muestran claramente su gran fe. Efectivamente, la suya es una fe que cree "a pesar de", de modo que en su actitud los lectores pueden reencontrarse a si mismos, porque conocen, por propia experiencia, el no ser escuchados en sus peticiones.
Curaciones y multiplicaci6n de los panes para mas de cuatro mil personas: 15,29-39
Descripci6n de Ja situaci6n 29
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Y, pasando de allf, Jesus se fue junto al mar de Galilea y, subiendo al monte, se sent6 alli. Se le acerc6 mucha gente trayendo consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos y otros muchos, y los pusieron a sus pies, y el los cur6. La gente quedaba maravillada al ver que los mudos hablaban, los lisiados quedaban curados, los cojos caminaban y los ciegos vefan, y glorificaban al Dios de Israel.
La segunda comida milagrosa 32
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Jesus, llamando a sus discfpulos, dijo: Siento compasi6n de la gente, porque hace ya tres dfas que permanecen conmigo y no tienen que comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen en el camino. Y le dijeron los discipulos: 1C6mo conseguiremos en un desierto pan suficiente para saciar a una multitud tan grande? Y les dijo Jesus: 1Cuantos panes tienen? EI los dijeron: Siete, y unos pocos pececillos. Y mandando a la gente acomodarse en el suelo, tom6 los siete panes y los peces y, dando gracias, los parti6 e iba dandolos a los discfpulos, y los discipulos a la gente. Y comieron todos y se saciaron. Y de los trozos sobrantes recogieron siele canastos llenos. Los que habfan comido eran cuatro mil hombres, sin contar mujeres y ninos. Y, despidiendo despues a la muchedumbre, subi6 a la barca y se fue a la regi6n de Magadan.
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Tejido estructural del texto El relato de la segunda multiplicaci6n de los panes (cf. 14,13-21) se compone de dos partes: una descripci6n detallada, con el estilo de un sumario, conforma la introducci6n (15,29-31), a la que sigue el relato del suceso (15,32-39). Corno en la comida de mas de cinco mil personas, abre la acci6n un dialogo entre Jesus y los discipulos (15,32-34). Despues de la oraci6n sobre el pan y los peces, Jesus hace que, a traves de los discipulos, estos sean repartidos entre la gente (15,35-36). La conclusi6n constata el exito y, con un cambio de lugar de Jesus, da paso a un nuevo suceso (15,37-39).
Configuraci6n semantica del texto 15,19-31: Descripci6n de la situaci6n Con los motivos del monte, de Jesus quese sienta y de la multitud que acude hacia el, la detallada descripci6n de la situaci6n enlaza con la introducci6n del serm6n de la montafia. La indicaci6n de lugar remite a la regi6n de Galilea (15,29), de modo que la reacci6n de la gente, que en vista de las numerosas curaciones que realiza Jesus alaba expresamente al Dias de Israel (15,31), puede llamar la atenci6n de los lectores. La gente ve que Jesus sana a los enfermos, pero reconocen en el la acci6n de Dios, pues es a este a quien alaban, no a Jesus. La segunda peculiaridad es la designaci6n de Dios como el Dias de Israel: en el contexto del encuentro previo con la mujer pagana y la curaci6n de su hija, (esta aludiendo tambien aqui Mateo a un publico pagano?, (cura Jesus tarnbien aqui a paganos, de manera que son ellos los que pueden reconocer aquello que Jesus manda decir a los discipulos de Juan: los ciegos ven, los cojos andan ... (11,5)? La expresi6n Dias de Israel es el nombre de Dias usado en las Sagradas Escrituras (Gn 33,20; Ex 5,1; Sal 41,14; 72,18; Jr 7,3; etc.), pero es la unica ocasi6n en el evangelio de Mateo en la que la multitud alaba a Dios con este nombre, de modo que cabe suponer aqui una acentuaci6n de esa expresi6n por parte del evangelista.
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Curaciones y multiplicaci6n de los panes ... : 15,29-39
15,32-39: La segunda comida milagrosa Son evidentes los paralelismos con la primera multiplicaci6n de los panes, aunque aquf varfan algunos detalles: esta vez es Jesus quien advierte la situaci6n de la gente (15,32), a lo que los discipulos -pese a su experiencia de la anterior comida milagrosa- responden preguntando d6nde pueden conseguir tantos panes (15,33), y tambien los lectores se ven exigidos a dar una respuesta al respecto. Ademas, aquf se trata de siete panes y algunos peces, en vez de cinco panes y das peces; a su vez, son alimentadas mas de cuatro mil personas, porque nuevamente no se cuenta a las mujeres ni a los nifios, y sobran siete grandes canastos llenos del resto de los panes. Asimismo, es muy llamativo el verbo dando gracias (Euxapwn'w). Mateo arma este paralelismo conscientemente. lgualmente, es significativa la posici6n de la perfcopa directamente despues del relato de la mujer pagana: la mujer ha respondido a Jesus que tambien los paganos, como "perros", son saciados con las migajas que caen de la mesa de los hijos (15,26-27).
Nexos pragmaticos del texto La predilecci6n mateana por las duplicaciones ya se ha mostrado en otras ocasiones; por ejemplo, en los sumarios (4,23 II 9,35) o en la curaci6n de los ciegos (9,27-31II20,29-34). Las duplicaciones tenfan en cada ocasi6n una funci6n especial, y lo mismo ocurre aquf. Las curaciones que estan en relaci6n con la misi6n de Jesus (11,3-5), asf como la multiplicaci6n de panes en una regi6n cercana a las ciudades paganas o en Galilea de los gentiles (4,15-16), junto con la alabanza al Dias de Israel, confirman, por un lado, el envfo de Jesus a esta naci6n, pero, por otro, son tambien una alusi6n a la participaci6n de los paganos en la salvaci6n de Dios. En vista de la imagen de los perros, quese sacian con las migajas de los hijos (15,26-27), esto resulta claro, pues esa imagen se traspone a la realidad en la multiplicaci6n de los panes: Israel se sacia e incluso deja mucho de sobra, y no se le quita nada ni sufre ninguna perdida por el hecho de que los paganos participan en la salvaci6n de Dios, que siempre da de modo sobreabundante.
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
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La formulaci6n en pasivo todos fueron saciados remite a Dios como el que da, y no solo una vez, sino repetidas veces. Sobra tanta comida que tambien otros pueden saciarse y asf todos quedan satisfechos.
Rechazo de un signo y advertencia a los discipulos: 16, 1-12
El signo de Joruis Los fariseos y saduceos se acercaron a Jesus para ponerlo a prueba y le pid ieron que les mostrara un signo del cielo. Mas el, respondiendo, les dijo: [Al atardecer, ustedes dicen: "Va a hacer buen tiempo, porque el cielo tiene un rojo de fuego", "Hoy habra tormenta, porque el cielo tiene un rojo sombrio". Saben discernir el aspecto del cielo pero no los signos de los tiempos]. y a la mafiana:
Esta generaci6n malvada y adultera pide un signo, pero no se le dara otro signo que el signo de Jonas. Y dejandolos, se fue.
La levadura de los fariseos y saduceos Y al pasar los discipulos a la otra orilla, se olvidaron de l levar los panes. Pero Jesus les dijo: jAbran los ojos y guardense de la levadura de los fariseos y saduceos! Pero ellos reflexionaban para si, diciendo: Esto es porque no hemos tomado los panes ... Mas Jesus, dandose cuenta, dijo:
iQue estan pensando entre ustedes, jhombres de poca fe!, de que no tienen pan? 1Aun no comprenden ni se acuerdan de los cinco panes para los cinco mil hombres y de cuantos canastos recogieron? 10
12
1Ni de los siele panes de los cuatro mil y de cuantos canastos recogieron? 1C6mo no comprenden que no me referia a los panes? jGuardense, si, de la levadura de los fariseos y saduceos! Entonces entendieron que no habia querido decir que se guardaran de la levadura de los panes, sino de la ensefianza de los fariseos y saduceos.
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
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Tejido estructural del texto Este texto collsta de dos partes: la primera (16,1-4) habla de los fariseos y saduceos, que le pidell a Jesus Ull sigllo, cosa que este rechaza coll Ulla referellcia al sigllo de Jollas; los versiculos 2b-3, que tratall de la illterpretaci6ll de los sigllos, faltall ell algullos malluscritos importalltes. La segullda parte (16,5-12) colltielle Ulla advertellcia a los discfpulos que evoca el suceso previo de la multiplicaci6ll de los palles pero que, ell realidad, polle ell guardia frellte a la ellseiiallza de los escribas y los fariseos.
Configuracion semantica del texto 16,1-4: EI signo de Jonas
Mateo retoma tambiell aquf Ull suceso similar, ya colltado (12,38-39). Ell aquella ocasi6ll erall los escribas y fariseos; ahora, ell cambio, soll los fariseos y saduceos quielles ponen a prueba a Jesus pidielldole que haga ull signo del cielo ( 16, 1). Aullque llü esta del todo claro ell que deberfa collsistir ese sigllü del cielo, los pasajes paralelos dejall claro que se trata de Ulla prueba de la idelltidad de Jesus: el tielle que ofrecer Ull sigllo del cielo -esto es, de Dios- que lo legitime. La respuesta de Jesus (16,2b-3) crea problemas ell tomo a la illterpretaci6ll de los sigllos: los que illterrogall sabell recollocer biell los sigllOS del cielo ell relacioll al clima, pero Süll mas biell escepticos respecto a lo que tielle que ver coll los sigllos de los tiempos. Dado que los sigllos soll ambiguos y, por eso, puedell ser totalmellte malillterpretados, llü cabe hacer sigllos defillitivos. Pero, illdepelldielltemellte de esto, los sigllos llü Süll adecuados para producir la fe. Los creyelltes, por el colltrario, sabell biell illterpretar los sigllos de los tiempos: que los ciegos ven, los cojos andan ... , muchas personas son saciadas y dejan de sobra ... Esto es lo que caracteriza al mesiallismo de Jesus. La illterpretaci6ll de los sigllos de los tiempos es importallte para los creyelltes ell Cristo, que esperall el retorllo de Jesus (24,3); ell su discurso escatol6gico, el mismo ellseiiara a illterpretar esos sigllos y a comportarse ell collsecuellcia (24,4-25,46). Y elltollces tambiell aparecer
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Rechazo de un signo y advertencia a los discipulos: 16,1-12
del Hijo del Hombre (24,30) que anuncia el juicio final como ya inminente. Jesus no puede ofrecer ahora un signo de ese tipo, pues para comprenderle completamente a el y para comprender su mesianismo es importante su experiencia de la pasi6n, muerte y resurrecci6n; por eso Jesus remite al signo de Jonds (16,4) que le sera dado a esta generaci6n. El pasivo remite a Dias como el que dara ese signo en la resurrecci6n de Jesus. 16,5-12: La levadura de los fariseos y saduceos Con la mirada puesta en los discfpulos, ahora la escena cambia a otro centro de atenci6n (16,5), pero en el trasfondo permanece la cuesti6n de la seguridad de la fe. Los discfpulos no entienden las parabolas de Jesus sobre la levadura de los fariseos y saduceos (16,6-7), porque se preocupan de que no tienen suficiente pan. Tan inmediatamente despues de la experiencia de la multiplicaci6n de los panes, su preocupaci6n revela su poca fe (16,8-1 la): no han entendido aun que no
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
412
Nexos pragmaticos del texto Que Mateo hable por segunda vez de la exigencia de un signo por parte de los fariseos (aunque en distinta compafüa) refleja la situaci6n de su comunidad, siempre expuesta a los cuestionamientos y al escepticismo de los miembros judios de la misma y de su entorno. Para la comunidad de Mateo -y en general para los primeros creyentes en Cristo-, la duda respecto a Jesus significaba una amenaza para su propia fe. Mateo aconseja a sus creyentes que tengan cuidado con todo lo que se ve fermentado por ese escepticismo. Para la comunidad mateana y para los creyentes en general -incluidos los de hoy- existe el peligro de presentar o tener por enseiianza de Jesus algo que no lo es: No todo el que dice "Sefior, Sefior" entrara en el Reino de los Cielos, sino solo el que hace la voluntad de mi Padre ... (7,21-23).
La confesi6n de Pedro y la respuesta de Jesus: 16,13-20
La confesi6n de Pedro 13
14
15 16
Jesus, de camino a la region de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discipulos: que es el Hijo del Hombre? iOuien dicen los hombres EI los dijeron: que Juan el Bautista; Unos, que Elias; otros, que Jeremias o uno de los profetas. otros, que soy yo? Les dijo el: Y ustedes, iquien dicen Y respondiendo Simon Pedro dijo: Tu eres el Mesias, el Hijo de Dios vivo.
La triple respuesta de Jesus a Pedro 17
Mas replicando, Jesus le dijo: Bienaventurado eres, Simon, hijo de Juan, porque no te ha revelado esto la carne n i la sangre, sino mi Padre, que esta en los cielos.
18
Yo te digo: TU eres Pedro, y sobre esta piedra edificare mi lglesia, y las puertas del Hades no podran vencerla.
19
Yo te dare las llaves del Reino de los Cielos, ates sobre la tierra y lo que tu quedara atado en los cielos, y lo que tu desates sobre la tierra · quedara desatado en los cielos.
20
Entonces mando a sus discipulos que no dijeran a nadie: iEI es el Mesfas!
Tejido estructural del texto Este relato contiene el momento culminante de la segunda parte del evangelio de Mateo: la confesi6n de Pedro (16,16). Se ha discutido muy especialmente lo que tiene que ver con la respuesta de Jesus (16, 17-19), pues para los cris-
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
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tianos catolicos se trata de la fundamentacion escrituristica del Papado, mientras que los evangelicos y ortodoxos interpretan este pasaje de distinta forma. El texto se puede articular en dos partes. La primera (16,13-16) esta compuesta por preguntas de Jesus y respuestas de los discipulos o de Pedro; la segunda (16,17-20) contiene una triple respuesta de Jesus a Pedro muy bien armada y concluye con una instruccion a todos los discipulos (16,20).
Configuraci6n semantica del texto 16,13-16: La confesi6n de Pedro El cambio de lugar indica una nueva escena y un nuevo tema: Jesus pregunta a los discipulos que piensa la gente sobre el Hijo del Hombre (16,13). Sus discipulos le responden con una sintesis de distintas concepciones de aquel tiempo, donde cada persona mencionada representa una de esas ideas: Juan es, pues, el precursor del Mesias (3,11), Elias vendra antes que el Mesias (17,10), etc. Jesus hace la misma pregunta tambien a sus discipulos (16,15), y la interpelacion directa pero ustedes, (.quien dicen que say ya? alcanza asimismo a los lectores actuales. Pedro reconoce en Jesus al Mesfas y complementa su confesion especificando: el Hija de Dias viva (16,16). Este complemento se encuentra solo en Mateo, de modo que puede tratarse de un afiadido confesional post-pascual. (Aqui Pedro habla por todos los discipulos o solo por si mismo? El formula la confesion que habian expresado los discipulos despues de que Jesus viniera hacia ellos sobre el mar y los salvara: jverdaderamente tu eres el Hija de Dias! (14,33). Sin embargo, la respuesta de Jesus se dirige solo a Pedro, con lo que este aparece, por un lado, como el discipulo tipo, pero, por otro, tambien como persona individual.
16,17-20: La triple respuesta de Jesus a Pedro La respuesta de Jesus es un material propio de Mateo. En tres breves estrofas, compuesta cada una de tres frases, Jesus se dirige a Pedro.
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La confesion de Pedro y la respuesta de Jesus: 16,13-20
16,17: La bienaventuranza muestra a Pedro como destinatario de una revelaci6n especial de Dios, y es especial porque vale para su persona, mientras que las bienaventuranzas siempre alaban a grupos de gente (S,3~12; 11,6; 13,16). "Carne" y "sangre" designan al ser humano en su debilidad natural (Eclo 14,18; Gal 1,16). Reconocer la verdadera dignidad del Mesfas es un don de Dios, pero, aunque aquf Pedro ha recibido una revelaci6n divina, no ha entendido aun completamente lo que significa para Jesus el ser Mesfas, pues inmediatamente, en el relato siguiente, el le reprocha no querer lo que Dias quiere, sino lo que quieren los hombres (16,22-23). Pedro sigue siendo un hombre de poca fe (14,31) que incluso negara que conoce a Jesus (26,69-75). 16, 18: En este versiculo aparecen tres declaraciones importantes de Jesus: lo que el construira es mi lglesia, que esta fundada sobre esta piedra, y no podrdn vencerla las puertas del Hades. En griego, el concepto EKKATJOLa significa asamblea y designa la reuni6n del pueblo. La Biblia griega traduce con ese termino el hebreo qahal, que designa la asamblea cultual de Israel para alabar y servir a Dios (cf. Hch 7,38), de modo que puede traducirse aqui como comunidad. La comunidad o la Iglesia de Jesus no surge "junto a" o "contra", sino en Israel.
Mateo vio a su comunidad como la asamblea de los tiempos finales formada por Jesus y compuesta por los creyentes de Israel y de todos los pueblos (18,18-20). Esta comunidad es la que el representa plasticamente como edificio de Dios (cf. 1 Cor 3,9; Ef 2,19-22) en el que este habita junto a los hombres, de modo semejante a lo que sucedfa con el templo de Jerusalen. Por eso, esta concepci6n se volvi6 muy importante para los creyentes en Cristo en la epoca posterior a la destrucci6n del templo: en la comunidad de Jesus, ellos encontraban esa comuni6n con Dios que hasta entonces habfa expresado el templo. El juego de palabras entre el nombre de Pedro y la piedra sobre la que Jesus construird su comunidad se puede interpretar de distintas maneras. Asi, la confesi6n de Pedro -tu eres el Mesias, el Hijo de Dias vivo- puede entenderse como la piedra sobre la que Jesus construye su Iglesia. En ese sentido han interpretado este pasaje padres de la Iglesia como Origenes y Tertuliano. San Agustfn representa otra idea, pues -conforme
Mt 4,17-16,20: Jesus, Mesias en sus palabras y obras
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a 1 Cor 10 ,4- el ve en Cristo la piedra y el fundamento de la Iglesia, pero su interpretacion no se acomoda bien a nuestro pasaje, porque Mateo no ve a Jesus como la piedra, sino como el constructor. Una tercera postura se remonta al papa Leon Magno, que ve en Pedro el fundamento de la construccion. En todo caso, la formulacion de 16,18 no permite ninguna decision solo a favor de la fe o solo por la persona de Pedro; en efecto, no existe la fe sin la persona que cree, y Pedro es la piedra solo en relacion a su confesion de fe sobre Jesus como Mesias. La fe de Pedro da estabilidad al edificio de los creyentes.
Ser invencible por las puertas del Hades alude a la dimension escatologica de la comunidad de Jesus: el le promete una duracion permanente, ni siquiera limitada por la muerte. Tambien Isaias habla de manera semejante de una fundacion permanente de Dios para los creyentes (Is 28,16-18). Aqui no se trata, pues, del seguimiento de Pedro, sino de la estabilidad y la permanencia de la construccion de la Iglesia de Jesus, que superara los siglos. 16, 19: Pedro aparece como el administrador dotado de poder, pero hay un paralelo a este pasaje en 18,18 en el quese dice lo mismo de todos los discipulos. En la exegesis rabinica de Is 22,22, atar y desatar se refiere a declarar permitido o prohibido, en sentido juridico; en el contexto de 18,18 se trata, pues, de la responsabilidad respecto a los miembros de la comunidad: estar atentos a que no se pierda ninguno de estos pequeiios (18,14), incluso ni un pecador recalcitrante (18,15-17). 16,20: El encargo de no decir a nadie quelesus es el Mesias, al igual que el mandato de silencio en 9,30 y 12,16, tiene su fundamento en el hecho de que Jesus no puede ser aun reconocido como tal de manera completa, porque a su mesianismo pertenecen tambien su padecimiento inocente, su muerte y su resurreccion. Sera despues de todo esto cuando el podra ser comprendido y anunciado como Mesias.
Nexos pragmaticos del texto En el relato de la confesion de Pedro se concentran los elementos centrales del mesianismo de Jesus, que Mateo ha desarrollado hasta aqui en su evangelio, pero faltan otros
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La confesi6n de Pedro y la respuesta de Jesus: 16,13-20
componentes decisivos de la identidad del Mesias. Con su confesi6n, Pedro manifiesta que las obras de Jesus, su ensefianza y su actuar son realmente acciones del Mesias. Tambien los lectores se ven interpelados a formular su propia confesi6n por la pregunta de Jesus: y ustedes, (,quien dicen que soy yo? La respuesta de Jesus en relaci6n a la futura comunidad, estabilidad y el caracter invencible en SU lucha Contra los poderes del mal permanece vaga. Sin embargo, los lectores no tienen ninguna duda de que Jesus mismo se ha comprometido en esa declaraci6n: el futuro de la Iglesia no esta en manos de sus discipulos de poca fe. SU
TERCERA PARTE Mt 16,21-28,20: Jesus, Mesfas e Hijo del Hombre, en su Reino
Con la indicaci6n temporal desde entonces (&no t6tE) comienza la ultima fase de la actividad de Jesus. Mateo introduce la tercera y ultima parte de su evangelio con un anuncio de la pasi6n de Jesus que, a su vez, presenta la tematica de todo este apartado. Hasta aquf, las palabras y obras de Jesus han dado a conocer su mesianismo; ahora los lectores
A) El Mesias e Hijo del Hombre, en camino a su Reino Mt 16,21-25,46
Tambien esta secc10n consta de dos ciclos narrativos que articulan mas detalladamente la actuaci6n de Jesus ante su pasi6n: a) 16,21-20,34: Jesus, en camino hacia Jerusalen b) 21,1-25,46: La actividad de Jesus en Jerusalen En lo que respecta al contenido, los tres anuncios de los padecimientos (16,21; 17,21-23; 20,17-19) remiten a la pasi6n, pero tambien a su resurrecci6n. La respectiva reacci6n de los discfpulos a esos anuncios deja clara su deficiente comprensi6n de la pasi6n, muerte y resurrecci6n, y por eso cada una de esas declaraciones va unida a una ensefianza de Jesus sobre el seguimiento. Los lectores encuentran aqui una indicaci6n para no vacilar y para no dejarse espantar en su seguimiento por los sufrimientos que inminentemente aquejaran a Jesus. Mateo deja siempre claro que la muerte de Jesus debe ser vista en relaci6n con su resurrecci6n: la muerte no es el final, sino que conduce a la resurrecci6n. En el segundo apartado, Jesus prolonga su ensefianza y su acci6n salvadora en Jerusalen, y, aqui, especialmente en el templo. Asi se agudizan de manera dramatica las confrontaciones entre el y sus oponentes. Por medio de parabolas y con referencias al juicio final, como tambien a la venida del Hijo del Hombre, Jesus alude a su identidad como Mesias Hijo del Hombre y a su destino. De cara al juicio final, tambien los lectores
a) 16,21-20,34:
Jesus, en camino hacia Jerusalen
EI primer anuncio de la pasi6n, muerte y resurrecci6n; reacci6n de Pedro e instrucciones para el seguimiento: 16,21-28
Primer anuncio de la pasi6n. muerte y resurrecci6n 21
Desde entonces comenz6 Jesus a manifestarles a sus discfpulos que el debia i r a Jerusalen y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar. y al tercer dia
Reacci6n de Pedro 22
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Y, tomandolo aparte, Pedro se puso a reprenderle diciendo: jDios no lo quiera, Sefior! jDe ningun modo te sucedera eso! Pero el, volviendose, dijo a Pedro: jVe detras de mi, Satanas! Escandalo eres para mi, porque tus pensamientos no son los de Dias, sino los de los hombres.
Instrucciones para el seguimiento 22
26
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Entonces dijo Jesus a sus discfpulos: Si alguno quiere venir detras de mi, nieguese a si mismo, tarne su cruz y sigame. Porque quien quiera salvar su vida, i la perdera!, jla encontrara! quien pierda su vida por mi, pero ide que le servira al hombre Porque si arruina su vida? ganar el mundo entero 0 ique puede dar el hombre a cambio de su vida? el Hijo del Hombre ha de venir Porque en la gloria de su Padre, con sus angeles, pagara a cada uno segun su conducta y entonces
(Sa/ 62, 13; Pr 24, 12; Eclo 35,22 LXX). Amen, yo les digo:
entre los aqui presentes hay algunos que no gustaran la muerte, hasta que vean al Hijo del Hombre venir en su Reino.
Mt 16,21-28,20: Jesus, Mes:ias e Hijo del Hombre, en su Reino
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Tejido estructural del texto Esta unidad enlaza el primer anuncio de la pasion (16,21) y la siguiente reaccion de Pedro (16,22-23) con las instrucciones para el seguimiento (16,24-28). Llama particularmente la atencion la doble expresion detras de mi (611(aw µou) en 16,23.24, que convoca claramente al seguimiento tanto a Pedro -que se opone al plan de Dios- como tambien a todos los discfpulos. A la exhortacion al seguimiento se le afiaden, articulados en tres partes (negarse a si mismo, tomar su cruz, seguir a Jesus), tres fundamentos presentados a traves de respectivos porque (16,25.26.27) que tratan el tema de la vida verdadera. La expresion amen (16,28) sintetiza los fundamentos anteriores refiriendolos a la realidad escatologica del Reino de Dios que ya se ha iniciado.
Configuracion semantica del texto 16,21: Primer anuncio de la pasi6n, muerte y resurrecci6n La expresion desde entonces no solo marca el nuevo inicio de un perfodo temporal, sino que, a su vez, contiene la nocion de duracion y repeticion:
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EI primer anuncio de la pasi6n, muerte y resurrecci6n ... : 16,21-28
cluye en su plan salvifico los padecimientos y la muerte. Aunque la cruz de Jesus da la impresion de ser un fracaso, los lectores
Mt 16,21-28,20: Jesus, Mesias e Hijo del Hombre, en su Reino
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palabras: jVe detrds de mi!, esta sefialando a los lectores que las dudas de fe pertenecen a un camino creyente no siempre fäcil (cf. 14,19-31), pero -con todo- no
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EI primer anuncio de la pasion, muerte y resurreccion ... : 16,21-28
El dicho con amen que habla de la venida del Hijo del Hombre en su Reino (16,28) trata de expresar no un punto exacto de tiempo, sino la irrupci6n general del tiempo escatol6gico, y de recordar a los lectores que el Reino de Dias ya esta presente (cf. 12,28).
Nexos pragmaticos del texto El anuncio de la pasi6n de Jesus, unido a su llamamiento al seguimiento, pone al lector ante la pregunta decisiva de si quiere seguir a ese Mesfas que asume el sufrimiento y la muerte. El seguimiento exige el compromiso de toda la persona, con su propia "cruz"; hoy, en nuestra sociedad, c:d6nde se quiere a una persona con problemas, debilidades y padecimientos? De manera energica, Mateo recuerda a sus lectores -y a nosotros hoy- que la comunidad de seguidores de Jesus no se compone de heroes, sino de personas "con cruces" (cf. 11,28). El llamamiento al seguimiento es, en ultima instancia, el llamamiento a la vida verdadera, dichosa (cf. 11,29-30), de quien actua llevando a la practica la voluntad de Dios y su justicia. El Reino de Dias ya presente da animo a los lectores para comportarse de este modo.
La transfiguraci6n de Jesus y el retorno de Elias: 17, 1-13
El acontecimiento de las triples manifestaciones celestes Seis dias despues, tom6 consigo Jesus a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llev6 aparte, a un monte alto. Y se transfigur6 delante de ellos. Su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como Ja luz. Y he aquf quese les aparecieron Moises y Elias conversando con el. Tomando Ja palabra Pedro, Je dijo a Jesus: Senor, jque bien estamos aquf! Si quieres, hare aquf tres tiendas: Una para ti, otra para Moises y otra para Elias. Mientras todavia estaba hablando, una nube luminosa los cubri6 con su sombra y una voz de Ja nube dijo: Este es mi Hijo amado, en quien me complazco. jEscuchenlo! Y, al oir esto, los discfpulos cayeron rostro en tierra y se l lenaron de temor. Y Jesus se les acerc6 y, tocandolos, les dijo: jlevantense y no tengan miedo! Pero al levantar los ojos, no vieron a nadie mas que a Jesus. Y cuando bajaban del monte, Jesus les orden6: No cuenten a nadie Ja visi6n hasta que el Hijo del Hombre haya resucitado de entre los muertos.
El retorno de Elias 10
Y sus discfpulos Je preguntaron: 1Por que dicen los escribas que
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Pero el, respondiendo, dijo:
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Sin embargo, les digo que Elias ya vino, pero no lo reconocieron, sino que hicieron con el cuanto qu1s1eron; asi tambien, el Hijo del Hombre padecera por ellos. Entonces entendieron los discfpulos quese referia a Juan el Bautista.
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Elias tiene que venir primero? (MI 3,23-24). Ciertamente Elfas ha de volver y restaurara todo (fc/o 48, 70).
Mt 16,21-28,20: Jesus, Mesias e Hijo del Hombre, en su Reino
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Tejido estructural del texto EI relato consta de das secciones (17,1-9.10-13) estrechamente unidas entre si por la menci6n del profeta Elias y del padecimiento de Jesus. EI primer apartado (17,1-9) cuenta, tras la descripci6n introductoria de la situaci6n (17, 1), la intensa triple visi6n y audici6n de los discipulos, que perciben la transfiguraci6n de Jesus, la aparici6n de Maises y Elias, y la venida de la nube con la voz celestial (17,2-5). Su reacci6n, postrandose y llenandose de temor (17,6-8), destaca lo vivido como un encuentro con Dias. EI suceso se cierra cuando se retiran del lugar y Jesus les ordena que no cuenten a nadie lo sucedido, antes de su resurrecci6n (17,9). La primera secci6n ( 17,1. 9) se enmarca con la do ble menci6n del monte y del ascenso y descenso. La expresi6n enfätica he aqui orienta la atenci6n de los lectores hacia lo que los discipulos perciben mas alla de la transformaci6n de Jesus: la aparici6n de Maises y Elias, y la nube con la voz del cielo. Con ello, Mateo indica a sus lectores que aqui no se trata s6lo de la "transfiguraci6n", sino de una compleja visi6n con audici6n. La segunda secci6n ( 17,10-13) contiene un dialogo entre Jesus y sus discipulos sobre el retorno del profeta Elias. Segun la interpretaci6n de Jesus, Elias ya ha venido, de modo que los discipulos reconocen ese regreso en Juan el Bautista (17,13) y, consecuentemente, los lectores
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La transfiguracion de Jesus y el retorno de Elias: 17,1-13
(17,2.5). Los lectores, entonces, concluyen que con Jesus, como Mesias Hijo del Hombre, ha comenzado el Reino de Dios y que incluso el padecimiento y la muerte del Mesias no pueden detener ese Reinado. Mateo va completando cada vez mas su imagen de Jesus como Mesias Hijo del Hombre. Ese Hijo del Hombre que muere y resucita es realmente el Hijo de Dios (17,5.9.12) y
Configuraci6n semantica del texto 17, 1-9: EI acontecimiento de las triples manifestaciones celestes
17, 1: La indicacion temporal seis dias despues, junto a otras imagenes de este relato (monte alto, nube, luz, rostro), probablemente sirven para que los lectores recuerden las manifestaciones de Dios en el monte Sinai, en Ex 24,15-18 y 34,2-8.28-35. El hecho de que Jesus escoja y lleve consigo solo a tres de sus discipulos indica que se trata de un suceso importante. En Mateo solo se menciona a estos tres discipulos juntos en este pasaje y luego una vez mas, brevemente, antes del prendimiento de Jesus en el huerto de Getsemani (26,37). Ellos tienen aqui la funcion de testigos que deberan contar su experiencia; ciertamente no enseguida, sino despues de la resurreccion del Sefior. 17,2-5: Estos versiculos cuentan muy detalladamente la polifacetica vision y audicion, tal como la experimentaron los tres discipulos, pues Jesus se transforma delante de ellos (17,2a). Mateo presenta la completa transfiguracion del cuerpo de Jesus en voz pasiva, remitiendola asi a la accion divina. Tambien describe muy detalladamente la transformacion del rostro de Jesus, de modo que los lectores pueden ver en su rostro brillante como el sol (17,2b) un paralelismo con Maises, cuya faz tambien resplandecia tras haberse encontrado y hablado con Dios en el monte Sinai (Ex 34,29). Los vestidos de Jesus, blancos como la luz (17,2c), remiten igualmente al lector a otra realidad, la celestial.
Mt 16,21-28,20: Jesus, Mesias e Hijo del Hombre, en su Reino
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Con la llamada de atenci6n he aqui, Mateo nos introduce en otra parte de la visi6n (17,3), en la que Maises y Elias hablan con Jesus. EI termino griego ouUo:A.E:w significa hablar entre si y designa la conversaci6n en comun que sostienen personas del mismo rango. La aparici6n de Maises y Elias es inusual en la tradici6n biblica, pues s6lo existen apariciones de Dios (a Abrahan, Isaac, Jacob, Maises, Aar6n, Nadab, Abihu y los setenta ancianos de Israel), de la gloria del Sefior (al pueblo de Israel) o de un angel del Sefior (a Maises, Gede6n, la mujer de Man6aj y Tobit). Segun la tradici6n rabfnica, Maises habria sido arrebatado al cielo (BB 17a Bar), y Elias, conforme a la tradici6n biblica, fue llevado al cielo (2 Re 2, 1.11), y es por eso por lo que ambos pueden volver a aparecer en la tierra. Sin embargo, en la literatura judia antigua jamas se menciona juntos a Maises y Elias. Es verdad que se piensa que Elias aparecera (cf. Mt 11,14; 17,10) y que las leyendas judias cuentan a menudo sobre el que tambien se apareci6 bajo otras figuras para hacer entrar en raz6n a alguien, pero no existe una tradici6n de apariciones de Maises. Muchos exegetas interpretan la aparici6n de Maises y de Elias de manera aleg6rica o simb6lica: Maises representa la Tora, y Elias a los profetas. Sin embargo, en el judafsmo, Maises es tenido totalmente por el profeta: en su figura se unen tanto la Tora como lo profetico. (Para que, pues, se aparece tambien Elias? Maises, Elias y Jesus estan unidos por el encuentro con Dios sobre la montafia (Ex 24; 24; 1Re19,8-18) y por su compromiso con los mandamientos de Dios (Ex 34,9; 1 Re 19, 10). En tiempos de Jesus, Maises y Elias eran profetas conocidos y queridos, y el hecho de ponerlos junto a Jesus hace que este adquiera el mismo significado popular que ellos. Por ultimo, Maises y Elias valen como precursores del Mesias: Y el Sefiar, tu Dias, te suscitard de en media de ti, de entre tus hermanas, un profeta cama ya: a el escuchardn (Dt 18,15). Y: Vay a enviarles al profeta Elias antes de que llegue el Dia del Sefiar... (MI 3,23). Si la venida de Juan el Bautista se interpret6 como la de Elias (Mt 11, 14; 17, 10), entonces los lectores deben reconocer a Jesus como el profeta cama Maises o como el Mesias. Inesperadamente, Pedro se entromete en la conversaci6n con la propuesta de hacer tres tiendas (17,4). Al contrario de los otros dos sin6pticos, que no comprenden esta reacci6n
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La transfiguracion de Jesus
y el retorno de Elias: 17,1-13
de Pedro y por eso la explican excusandole (Mc 9,6; Lc 9,33), a Mateo le parece que estas palabras tienen sentido. En el Antiguo Testamento la tienda es la morada de Dios entre los israelitas, en medio de ellos (Ex 29,42-45; Lv 1,1; Nm 7,89). Ademas, la combinaci6n de los terminos tienda, nube, hablar, adorar prostemandose, aparece tambien en Ex 33,9-11, donde tambien Dios habla con Moises en la tienda del encuentro. Bajo esta interpretaci6n, que Mateo y su comunidad conocfan bien, lo que Pedro propone es, pues, construir un "punto de encuentro" para poder hablar permanentemente con Moises, Elias y Jesus. La conversaci6n con estos tres, que Pedro desea para los discfpulos,
Mientras aun estaba hablando Pedro (17,5) aparece una nube, y esta aparici6n de la nube, asf como la voz, actuan como la reacci6n de Dios, que interrumpe y corrige la propuesta de Pedro: jno construyan tres tiendas; antes bien, escuchen a Jesus!; jno solo hay que adorar y hablar de ello,
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sino que es preciso oir a Jesus, es decir, hacer la voluntad de Dios! (7,21; 12,50). La Palabra de Dios siempre ha expresado que oir y hacer van juntos (Ex 15,26; 19,5; Dt 13,5.19; 26, 17; 27,10). Con esta exigencia de oir y hacer la voluntad de Dios queda claro que tampoco es obligatoriamente necesario un lugar de culto o un punto de encuentro. Esta idea tiene mucho sentido ante el horizonte del templo destruido y de la concomitante crisis de identidad en el judaismo de los tiempos de la composici6n de este evangelio; en efecto, los primeros creyentes en Cristo no tratan de construir ningun lugar de culto, sino quese reunen en sus casas. La voz desde la nube designa a Jesus como este es mi Hijo amado. Los lectores recuerdan entonces el relato del bautismo, en el que la voz del cielo habia hablado con las mismas palabras (3,17), y tambien aqui aparece nuevamente el imperativo de escuchar a Jesus. Dado que antes de su bautismo Jesus no habia ensefiado, en esa situaci6n no era posible una confirmaci6n de su ensefianza, y debi6 ser afiadida despues. La voz del cielo fundamenta asi la autoridad de la ensefianza de Jesus, que -como manifiesta la aparici6n- debe ser entendida en dialogo con Moises y Elias. De este modo, el hecho de que aparezcan estos personajes (17,3) tiene como funci6n ponderar la ensefianza de Jesus y asignarle su sitio. La conversaci6n que mantienen los tres, en igualdad de rango, deja claro que aqui no se trata solo de conferir autoridad a la ensefianza de Jesus o de destacarlo o diferenciarlo respecto a Moises y Elias. Tambien Jesus se ve confirmado por Dios, igual que Moises (por ejemplo, Ex 4,1-17.30-31; 14,30-31) y Elias (1 Re 18,36.39).
17,6-8: La voz desde la nube vale para los discipulos, incluidos, naturalmente, los lectores. Y despues de esa voz termina la compleja aparici6n: los discipulos miran a su alrededor y, excepto a Jesus, no ven a nadie mas (17,8). Ante la voz de la nube, los discipulos reaccionan con gran temor y cayendo rostro en tierra / postrandose (17,7). Esta reacci6n manifiesta el comportamiento esperado en caso de un encuentro con Dios o de una aparici6n celestial (cf. Ex 33,10; Nm 221,31; Jue 12,20), con lo cual les resulta claro a los lectores que los discipulos han visto la transformaci6n de
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La transfiguraci6n de Jesus y el retorno de Elias: 17,1-13
Jesus, asf como a Maises y Elias, y que han ofdo la voz de Dias desde la nube. Este es Uunto con Mc 9,2-13; Lc 9,28-36) el unico pasaje del Nuevo Testamento que describe una experiencia tan "cercana" de Dias. En el bautismo, es Jesus quien ve al Espfritu de Dias que viene sobre el; para Mateo, la voz celestial, en esta ocasi6n, tiene que ver con todos los hombres, pero, con todo, no se cuenta ninguna reacci6n de los presentes (3,16-17). Ahorn, con este relato, el evangelista indica a sus lectores que la experiencia de Dias no es algo exclusivo de unos pocos elegidos y que no solo los profetas escuchan la voz de Dias, sino que esto es algo posible para cualquier persona, como les ocurre aquf con los disdpulos. 17, 9: Mateo concluye la experiencia en el monte -que ahora califica de visi6n- con un mandato de silencio por parte de Jesus, limitado hasta que el Hijo del Hombre haya resucitado de entre los muertos. De este modo, esta prescribiendo expresamente a sus lectores un significado post-pascual de la polifacetica experiencia recien descrita de la transfiguraci6n de Jesus, de la aparici6n de Maises y Elias, asf como tambien de la nube con la voz. A traves del resucitar de entre los muertos los lectores evocan nuevamente el primer anuncio de los padecimientos de Jesus (16,21), con lo cual Mateo les esta dejando claro que el sufrimiento y la muerte pertenecen a ese Mesias Hijo del Hombre, pero que la muerte de ninguna manera significa su final.
Los conocedores del evangelio de Mateo encontraran aquf nexos con la manifestaci6n del Resucitado al final del libro (28, 18-20): allf Jesus se les aparece a sus disdpulos en el monte y ellos se postran; el les dice que le ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra y les encarga ensefiar a todos los hombres a guardar lo que les ha mandado. Ademas, los lectores tienen todavia presentes las palabras del primer anuncio de la pasi6n de que el Hijo del Hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus angeles, y tambien que algunos de los presentes no experimentaran la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre venir en su Reino (16,27-28). Dada que este anuncio de Jesus ya se ha verificado en la visi6n de los disdpulos, los lectores
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17, 10-13: EI retorno de Elias Asimismo, enseguida, al bajar del monte (porque en 17,14.16 se produce el encuentro con los demas discipulos y con la gente), los discipulos de Jesus le preguntan por el retorno escatol6gico de Elias, conforme a lo dicho en Ml 3,23-24 y Eclo 48,10. Segun esta concepci6n, Elias retornaria antes del Dia del Sefior, del juicio final, para volver el coraz6n de los padres hacia sus hijos y restablecer las tribus de Jacob; asi pues, con el regreso de Elias irrumpiria la era escatol6gica. Los lectores pueden ver detras de esta pregunta una suerte de reproche oculto con el que se habria confrontado la comunidad mateana: Jesus no puede ser el Mesias Hijo del Hombre ni el Reino de Dios puede haber comenzado todavia porque Elias aun no ha retornado y no ha sido restaurado todo. En primer lugar, Jesus confirma fundamentalmente la idea del retorno de Elias (17,11) y luego afronta el reproche latente con la referencia a que Elias ya ha venido, aunque no fue reconocido (17,12). Los que no han advertido el retorno de Elias y por eso le hicieron lo que quisieron son -por el contexto- los escribas. Jesus ya mencion6 en su primer anuncio de la pasi6n (16,2lc) que tambien el Hijo del Hombre iba a sufrir por ellos (17,12d). Con la referencia -que los discipulos entendieron bien- de que Jesus hablaba de Juan el Bautista como Elias que ya habia venido (17,13 y ya en 11,7-15), Mateo esta declarando implicitamente que, consecuentemente, Jesus es el Mesias Hijo del Hombre con el que comenz6 el Reino de Dios.
Nexos pragmaticos del texto Con la compleja experiencia de la visi6n y audici6n de los discipulos, Mateo conduce a sus lectores a que completen su comprensi6n de Jesus como el Mesias Hijo del Hombre, sufriente y glorificado. El anuncio de la pasi6n y la referencia al sufrimiento y muerte del Hijo del Hombre (17,9.12) son pertinentes a Jesus, al igual que la resurrecci6n y la realidad celestial que se reflejan en la visi6n que se produce en su transfiguraci6n externa.
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A traves de la conversaci6n con Maises y Elias, Mateo pone a Jesus del lado de los hombres de Dios: con Maises le unen los mandamientos de Dios y el compromiso de hacer la voluntad de divina, y con Elias le es comun la conducta, pues, efectivamente, existen numerosos paralelos entre los relatos de Elias (y Eliseo) y Jesus (por ejemplo, 1 Re 17,1-19,21; 21,1-19; 2 Re 1,1-2,5; 4,1-8,15). Este dialogo entre iguales -Maises, Elias y Jesus- nos remite a nosotros, lectores cristianos de hoy, a la ubicacion de Jesus dentro de la tradicion del judaismo: solo en ese dialogo puede entenderse realmente a Jesus de manera correcta. La voz desde la nube confirma a Jesus no solo como Hijo de Dios (3,17; 16,16), sino que confiere expresamente autoridad a su ensefianza y con ello tambien a su actuar. La apelacion iescuchenlo! vale asimismo para los lectores: ellos
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comunicar-, pero es algo que las personas pueden entender. Es posible que quizas nosotros, solo por contar con Dios en nuestra vida cotidiana -y por ello por encontrarlo de "otras" maneras-, tambien vivamos con mas frecuencia la experiencia dichosa de un encuentro con el.
Curaci6n del joven epileptico; la fuerza de la f e: 17,14-20
La curaci6n 14
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Cuando llegaron donde la gente, se acerc6 a el un hombre y, arrodillandose ante el, dijo: Sefior, ten piedad de mi hijo, porque le dan ataques y sufre mucho, pues muchas veces cae en el fuego y otras en el agua. Se lohe presentado a tus disdpulos, pero no han podido curarlo. Respondiendole, dijo Jesus: jGeneraci6n incredula y perversa! iHasta cuando estare con ustedes? iHasta cuando tendre que soportarlos? jTraiganmelo aca! Y Jesus le increp6, y el demonio sali6 del nifio, que qued6 curado en el momento.
Enseiianz.a a los discipulos 19
20
Entonces, acercandose los disdpulos a Jesus en privado, le dijeron: iPor que nosotros no pudimos expulsarlo? Y el les respondi6: jPor su poca fe! Amen, yo les digo: si tuvieran una fe como un grano de mostaza, dirlan a este monte: "iDesplazate de aqul hasta alla!", iY se desplazarla! jY nada les serla imposible!
Tejido estructural del texto El relato se desarrolla en dos partes: a la curaci6n del nifio que sufre ataques ( 17,14-18) se le une un dialogo entre los discipulos y Jesus (17, 19-20). Las dos partes estan unidas por las expresiones acercarse a Jesus/ a el (17, 14.19), poder (17,16.19) / ser imposible (17,20) y por el tema de la fe, quese manifiesta en palabras como incredula (17,17), poca fe (17,20a) y fe (17,20b).
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En el plano narrativo, llama la atenci6n una doble dilaci6n antes de que se de la curaci6n y tras la petici6n de auxilio: primero, el padre cuenta la complicaci6n, pues los discfpulos de Jesus no han sido capaces de ayudar a su hijo (17,16); luego, Jesus reacciona con una extensa reprensi6n (17,17), antes de expulsar al demonio. Este doble retraso, con los terminos no poder e incredulo, sirve a los lectores como una indicaci6n de que el centro de gravedad del relato no esta en la curaci6n, sino en la fuerza de la fe, que es de lo que trata detalladamente la conversaci6n siguiente entre Jesus y sus discipulos, mediante el uso de una imagen y un ejemplo.
Configuracion semantica del texto 17,14-18: La curaci6n
Un breve pasaje de transici6n, que enlaza con el relato anterior sobre el monte, introduce a las personas alli presentes, asf como la siguiente situaci6n (17,14): un padre pide ayuda a Jesus para su hijo enfermo. La introducci6n de su petici6n con la expresi6n Seiior, ten piedad de mi tiene una resonancia liturgica (17, 15a) y es conocida tambien en los Salmos (por ejemplo, Sal 6,3; 9,14; 40,5.11; 85,3). A continuaci6n se describe la enfermedad detalladamente y con ejemplos, de modo que queda claro el peligro vital que la misma representa. El padre se habia dirigido a los discipulos con su problema y los lectores pueden colegir que sucedi6 esto porque Jesus no estaba disponible, pues se encontraba en el monte con sus tres discipulos (17,1-13). Asimismo, los lectores recuerdan que Jesus habia enviado a sus discipulos con plenos poderes a curar enfermos y sufrientes, a expulsar demonios, resucitar muertos y purificar leprosos (10,1.8), pero en esta ocasi6n no fueron capaces de ayudar al nifio (17, 16 ). Jesus reacciona de manera distinta a la esperada, es decir, no con la curaci6n, sino con palabras de reprensi6n ( 17,1 7). No esta claro a quien se dirige ese reproche, pues su formulaci6n generica y completamente abierta permite pensar en los allf presentes, pero tambien en los lectores. Otras curaciones narradas igualmente en relaci6n con el tema de la fe presentan como modelo de esta a las personas que solicitan el favor
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Curacion del joven epileptico; la fuerza de la fe: 17, 14-20
(como el centuri6n o la mujer, ambos paganos: 8,10.13; 15,28), sus iniciativas (como lade la hemorrofsa: 9,22) o la fe de las personas que colaboran (como lade los que traen al paralftico: 9,2). En nuestro relato, sin embargo, se echa de menos esa fe en todos los participantes. En la siguiente conversaci6n con los discfpulos (17,20) queda especialmente claro que el reproche de incredulidad ataiie a todos los creyentes. La primera queja de Jesus, chasta cuando estare con ustedes?, alude al significado de su nombre "Emmanuel", Dias con nosotros (1,23), pero los conocedores del Evangelio escuchan aquf tambien la promesa del Resucitado: Yo estoy con ustedes todos los dias hasta el fin del mundo (28,20). En este pasaje, pues, Jesus no esta amenazando con retirarse, porque el promete su presencia. La respuesta esperada a la pregunta chasta cuando? es "no por mucho tiempo" 0 "aun durante un breve tiempo" (cf„ por ejemplo, Sal 12,2; 80,5; 93,3; Is 6,11; Jr 12,4). Por eso, de lo quese trata aquf es de otra indicaci6n del inminente padecimiento y muerte de Jesus: el no estara durante mucho mas tiempo aquf. En el contexto de la siguiente ensefianza a los discfpulos (17, 19-20), esa pregunta contiene a su vez -para los presentes y para los lectores- la exigencia de que finalmente desarrollen su propia fe y la hagan actuar, en vez de estar siempre esperando todo de Jesus. En la misma lfnea va la segunda pregunta de queja que hace: chasta cuando tendre que soportarlos? Tambien aqui los lectores tienen que ofr implfcitamente, como respuesta esperada, "no durante mucho tiempo mas''. Segun esto, Jesus reprocha a los presentes -y con ello, a su vez, a los lectores- el hecho de que le resultan insoportables a causa de su falta de fe. Tras este reproche se oculta de nuevo la apelaci6n a creer y hacer crecer esa minuscula fe, esa escasa fe, al menos hasta que alcance el pequefio tamafio de un grano de mostaza (17,20). La curaci6n del nifio (17,18) se describe como una expulsi6n de demonios y se narra con muy pocas palabras. El pasivo remite a Dios como el agente (passivum divinum). El hecho de que Mateo omita una reacci6n de la gente allf presente esta indicando a su vez a los lectores que las principales declaraciones de este texto no se encuentran en el relato de la curaci6n, sino en la ulterior conversaci6n entre Jesus y sus discfpulos.
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17, 19-20: Enseftanza a los discipulos Los discipulos preguntan a Jesus por que sus esfuerzos para expulsar al demonio no habfan tenido exito, y el ve la causa de esa incapacidad en su poca fe. En general, la incredulidad impide la realizaci6n de signos (13,58), y los discipulos ya habfan fracasado antes por supoca fe (8,26; 14,31); por el contrario, otras personas son precisamente elogiadas de modo expreso por su fe (8,10.13; 9,2.22; 15,28). En todos estos relatos queda claro el poder eficaz que puede desarrollar la fe; en efecto, es la fe de las personas que piden algo la que opera lo solicitado, no la palabra poderosa de Jesus. La imagen del grano de mostaza impacta por su contundente exageraci6n: si una fe tan pequefia como un grano de mostaza puede "desplazar montafias", la de los fracasados discipulos de Jesus, por tanto, ni siquiera llega a ese tamafio, es decir, es casi inexistente. Con raz6n, pues, Jesus ha expresado su censura a esa falta de fe y su queja (17,17): se trata de llamamientos claros a dejar crecer urgentemente la fe y apermitirle actuar. Ademas, la comparaci6n con el grano de mostaza recuerda la parabola del Reino de los Cielos (13,31-32): aunque la fe sea tan pequefia, sin embargo tiene una potencia inmensa. Las
Nexos pragmaticos del texto Los lectores pueden identificarse muy fäcilmente con el padre que pide o con los fracasados discipulos. Quizas conocen por experiencia propia el hecho de pedir por alguien (en las celebraciones liturgicas), asi como tambien es posible que alguna vez hayan tenido la impresi6n de que Jesus les resulta inalcanzable o de que han llegado al limite de su propia fe y que esta ya no resiste mas y parece no servirles de ayuda.
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Curacion del joven epileptico; la fuerza de la fe: 17,14-20
Tanto la reprensi6n de Jesus por la incredulidad y la poca fe como la declaraci6n sobre la fe que "traslada montafias", a la que nada le resulta imposible, valen igualmente para los lectores: a ellos se les interpela para que consideren crfticamente su propia fe. Una actitud moderna, racional y esceptica -en el sentido de que "no se pueden trasladar montafias"es contraproducente, porque contradice el fundamental nada les sera imposible. La fe del tamafio de un grano de mostaza comienza por considerar que todo es posible y por vivir y actuar conforme a esto. El hecho de que nuestro entendimiento racional nos bloquee a menudo, evocando los limites de lo posible y razonable, es una sefial de nuestra poca fe; pero si concebimos la fe como algo similar al amor, entonces puede resultarnos evidente que tambien ella, al igual que el amor, puede desplegar fuerzas insospechadas y hacer posible lo aparentemente imposible.
EI segundo anuncio de la pasi6n, muerte y resurrecci6n, y la reacci6n de los discipulos: 17,22-23
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Yendo un dfa juntos por Galilea, les dijo Jesus: EI Hijo del Hombre
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va a ser entregado en manos de los hombres, y lo mataran, y al tercer dfa resucitara.
Y ellos se entristecieron mucho.
Tejido estructural del texto En comparaci6n con el primero (16,21-23), el segundo anuncio de la inminente muerte de Jesus y de su resurrecci6n es mas breve y conciso, y lo mismo vale para la reacci6n de los discipulos. La indicaci6n de lugar Jerusalin se ha omitido y, en vez de la exacta designaci6n de los oponentes, aparece solo el generico entregado en manos de los hombres; asimismo, tambien falta el anuncio de los padecimientos. La expresi6n sin componendas de tiene que es reemplazada aqui por va a ser entregado, lo que igualmente deja entrever el plan de Dios, que, sin embargo, esta ahora fuertemente acentuado, porque los hechos son ya inminentes. La reacci6n de los discipulos, escuetamente descrita, quese entristecieron mucho, se contrapone con la detallada respuesta de rechazo de Pedro al primer anuncio de la pasi6n, muerte y resurrecci6n.
Configuraci6n semantica del texto 17,22-23: Mateo situa este segundo anuncio de la muerte y resurrecci6n de Jesus en Galilea. Los lectores, que desde 16,21 recuerdan que el camino de Jesus se completa en Jerusalen, entienden esta indicaci6n de lugar como una referencia a que su destino aun no ha comenzado, aunque esta muy cer-
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ca, como deja claro la formulaci6n va a ser. Al suprimir aqui Mateo el anuncio de los padecimientos, quedan contrapuestas la muerte y la resurrecci6n, y entonces esta ultima ya no puede ser "pasada por alto". Y, sin embargo, los discipulos reaccionan con una gran tristeza. Esta actitud revela su afecto por Jesus, pero tambien que no estan de acuerdo con el destino que les espera. Y, con todo, no protestan ni preguntan, sino que parece que lo asumen y aceptan.
Nexos pragmaticos del texto Los lectores del evangelio de Mateo son creyentes que ya saben de la resurrecci6n de Jesus, aunque quizas tengan dificultades para entender su pasi6n y muerte. Con este segundo anuncio de la muerte y resurrecci6n, Mateo les ofrece una nueva acentuaci6n: si aqui los lectores ponen el enfasis mas fuerte en la resurrecci6n, pueden entender el camino de Jesus a partir de la misma y reconocerlo como senda de salvaci6n. Correspondientemente, la desmesurada tristeza de los discipulos se revela como "miope" y sin fundamento. Mateo esta ofreciendo aqui a sus lectores otra perspectiva: no deben fijarse en el sufrimiento y en la muerte, sino mantener la mirada en la totalidad del plan salvifico de Dios, que incluso puede superar la muerte.
EI pago del impuesto (al templo): 17,24-27
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25 "
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Cuando entraron en Cafarnaun, se acercaron a Pedro los que cobraban las didracmas iSu maestro no paga las didracmas? y Je dijeron: Dijo el: Sf. Y cuando lleg6 a casa, se anticip6 Jesus diciendo: iQue te parece, Simon?, los reyes de Ja tierra ide quien cobran tasas o tributo, o de los extrafios? de sus hijos Pero al contestarle: De los extrafios, Entonces los hijos estan 1ibres. Jesus Je dijo: Pero para que no les sirvamos de escandalo: vete al mar, echa el anzuelo y el primer pez que salga, agarralo, abrele Ja boca y encontraras un estater; t6malo y daselo por mi y por ti.
Tejido estructural del texto Este relato se encuentra solo en Mateo y esta claramente delimitado por el cambio de lugar y la aparici6n de nuevos personajes, a la vez que se articula por el cambio de sitio (17,25b). La descripci6n introductoria de la situaci6n contiene una pregunta que presenta el tema (17,24-25a); a continuaci6n, en un dialogo entre Jesus y Pedro, se aclara y fundamenta esa cuesti6n (17,25b-27), aludiendo ahf al motivo de la pesca milagrosa y provechosa (peces con perlas, anillos o monedas en la boca o en el est6mago), ampliamente difundido en la literatura antigua y en la moderna.
Configuracion semantica del texto 17,24-25a: Mateo comienza el relato de forma relativamente abierta, no describiendo muy detalladamente a los cobradores de impuestos. Dos dracmas (que correspondfan,
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mas o menos, al valor del sueldo de dos dias de trabajo) o medio schekel era lo que, en tiempos del templo, pagaban todos los judios varones desde los veinte aftos para el mantenimiento de ese espacio de culto y para los sacrificios cotidianos (cf. Ex 30,11-16; 2 Cro 24,9; Neh 10,33-34). Con este pago, los judios -tambien los de la diaspora- expresaban su pertenencia, que era entonces un signo de identidad. Pero despues de la destrucci6n del templo (70 d. C.), durante la guerra judeo-romana, el emperador Vespasiano transform6 este impuesto en el fiscus Judaicus, una tasa per cdpita para el templo de Jupiter Capitulinus, en Roma. La obligaci6n de pagar dos dracmas para el culto a un dios extranjero era percibida por los judios como particularmente humillante. En el relato introductorio no queda claro de que impuesto se trata: es evidente que Jesus pag6 las dos dracmas para el templo, y precisamente esto es lo que Pedro dice a los recaudadores (17,25a). De modo que en este pasaje no se trata de que Jesus haya propagado la "libertad respecto al impuesto del templo", pues, con el si de Pedro, Mateo constata que el pagaba esa tasa. En tiempos de Mateo y su comunidad -tras la destrucci6n del templo-, el impuesto exigido se referia al fiscus ludaicus. Era incuestionable que los judios debian pagar esa carga humillante, y tambien los creyentes en Cristo eran vistos como "judios", aunque antes hubiesen sido "paganos". Por ello fueron -por una parte- tolerados, pues el judafsmo era la unica religi6n distinta aceptada en el Imperium romanum, pero -por otra parte- tenian que contar a menudo con las mismas desventajas que los judios. Naturalmente, ese impuesto para el culto de un templo extrafto era tan problematico para los cristianos como para los judios. Los creyentes de la comunidad mateana eran preponderantemente judios y se consideraban pertenecientes al judaismo, pues aun no se habia dado la ruptura; de modo que debian pagar el fiscus Judaicus. Que el Jesus de Mateo hubiese proclamado la "libertad del impuesto" no solo habria sido inutil, porque los judios estaban obligados a pagar el fiscus ludaicus, sino tambien peligroso, pues habria privado a la comunidad mateana de la protecci6n del judaismo. Esa tasa, desagradable, humillante, era un mal menor tanto para los
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EI pago del impuesto (al templo): 17,24-27
judios como para los creyentes en Cristo de la epoca de Mateo. Corno consideraban el tema de ese impuesto es lo que Mateo expone en el siguiente dialogo entre Jesus y Pedro.
17,25b-27: Llama la atenci6n el quiasmo hijos - extrafios - extrafios - hijos (17,25e-26), que, por su estructura, contrapone a los hijos y a los extrafios, contrastandolos. El extendido malentendido de que los creyentes en Cristo no debian pagar el impuesto al templo se basa en que se les identifica aqui con los hijos. Y es cierto que los creyentes son hijos de Dios, pero en este contexto se trata claramente de los hijos de los reyes de la tierra (17,25d) y no de los hijos de Dios (que, como tales, siempre son designados con el caracteristico afiadido de hijos de Dias, en 5, 9, o como hijos de su Padre en el Cielo, en 5,45). En este contexto, sostener que los hijos son !ihres esta declarando que los hijos de los reyes de la tierra no pagan ningun impuesto. Los lectores
Mt 16,21-28,20: Jesus, Mesias e Hijo del Hombre, en su Reino
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tambien estaria propagando una separaci6n del templo del judaismo. Aunque se parta de una divisi6n ya existente entre judaismo y cristianismo, esa interpretaci6n estaria contradiciendose a si misma, porque si los hijos de Dios son libres de pagar impuestos, no necesitan pagarlos y, al no hacerlo, no estarian causando escandalo ni entre los judios ni entre los romanos. La motivaci6n de Jesus, para que nos les sirvamos de escdndalo, tiene que referirse, pues, al tiempo de Mateo: no pagar el impuesto provocaria escandalo, porque se entenderia como una insurrecci6n ante la fuerza romana de ocupaci6n. Aunque ese pago significa humillaci6n y menoscabo financiero, el Jesus de Mateo encarga no provocar ningun escandalo, sino impedir posibles represalias ulteriores, por medio del pago del impuesto e, incluso, asumir las desventajas, en raz6n de la paz. El ejemplo de los extrafios que pagan impuestos ya ha mostrado que el pago de la tasa podia tambien ser interpretado como un elemento forjador de identidad para los creyentes: quien paga el impuesto per cdpita muestra con ello que, como hijo de Dios, es un extrafio para los reyes de la tierra. La siguiente pesca milagrosa y util (17,27) es anunciada, pero no narrada en su realizaci6n. Sirve de ilustraci6n de que el pago del impuesto no representara un problema para los creyentes. Un estdter es una moneda griega con el valor de dos dracmas, de modo que el dinero encontrado alcanzaba para el pago por Pedro y por Jesus. Una vez mas, Mateo deja claro, inconfundiblemente, que Jesus pag6 el impuesto al templo.
Nexos pragmaticos del texto Con este episodio, Mateo ofrece a los lectores de su epoca inconfundibles impulsos para pagar el impuesto y, a su vez, remarca que Jesus y sus discipulos pagan el impuesto altemplo. A nosotros, cristianos de hoy, esta problematica no nos atafie, pero en el argumento para que no les sirvamos de escdndalo podemos encontrar impulsos para actuar en nuestra realidad. Con el consejo de evitar el escandalo, Mateo no esta exigiendo acomodarse sin mas, entregandose a lo irremedia-
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EI pago del impuesto (al templo): 17,24-27
ble, pero el no encubrimiento de lo que es injusto debe hacerse de manera que, en lo posible, no provoque escandalo. Hoy, esto puede significar para nosotros tener que buscar alternativas, procurar resolver conflictos y problemas e, incluso, la posibilidad de que, por los demas y por la paz, debamos renunciar a algo o aceptar desventajas. En relaci6n con la pesca util, los lectores de entonces y los de hoy pueden recordar tambien que nuestro Padre celestial sabe lo que necesitamos incluso antes de que se lo pidamos (6,8); que lo que nos debe preocupar en primer lugar es el Reino de Dias y su justicia y que lo demas se nos dara por afiadidura (6,32-33). Esta actitud puede ayudar a no sobrevalorar exigencias, deberes y situaciones desagradables, y a contemplarlos desde la perspectiva de los hijos de Dias, que a veces siguen siendo todavia extrafios en este mundo.
Discurso comunitario: La convivencia en la comunidad Mt 18,1-19,2
Este capftulo comprende el cuarto discurso de Jesus. Ya antes, el relato en torno a la cuesti6n del impuesto (17,24-27) habfa aludido al trasfondo comunitario, y es en este mismo contexto en el que hay que interpretar ahora la presente alocuci6n de Jesus, en la que aborda especialmente el tema del comportamiento mutuo de los discipulos. Corno en los demas discursos de Jesus, se trata tambien aquf del ejercicio de una conducta y de la asunci6n de una actitud que correspondan con su seguimiento. Esta cuarta alocuci6n acentua ahora explicitamente que el seguimiento de Jesus es particularmente evidente en el trato mutuo. El modelo y la manera de ese trato se advierten, en especial, en las situaciones de crisis, cuando la vida comunitaria se ve puesta a prueba. De aquf que este discurso aborde el trato de la comunidad con los pequeiios y con el hermano pecador y el ejercicio delperd6n. El discurso se puede dividir de la siguiente manera: Introducci6n narrativa
18,la
LA COMUNIDAD Y LOS PEQUENOS
18,lb-10
LA COMUNIDAD YLOS PECADOS
18,12-20 Introducci6n 18,12a El pequefio extraviado 18,12b-14 El hermano pecador 18,15-17 La concordia 18,18-19 Conclusi6n 18,20
LA COMUNIDAD
18,21-35
Y
EL PERDÖN
Conclusi6n narrativa
19,1-2
Tambien aquf resulta claro el triple esquema con el que Mateo articula todos los grandes discursos de Jesus. En pri-
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mer lugar se trata, de modo mas bien general, de la comunidad y de su modo de proceder con los pequefios (18, 1b-10); la parte principal (18,12-20) aborda luego detalladamente, con una comparaci6n y con ejemplos, el comportamiento concreto respecto a un miembro pecador. Y, tambien de la mano de una comparaci6n, la ultima parte (18,21-35) vuelve a abordar el tema del perd6n.
La comunidad y los "pequefios": 18, 1-10
Introducci6n narrativa En ese momento se acercaron a Jesus los discfpulos diciendo:
El mayor en el Reino de los Cielos ib
1Quien es, pues, el mayor en el Reino de los Cielos? Y el, llamando a un niiio, lo puso en medio de ellos y dijo: Amen, yo les digo: como los niiios, si no cambian y se hacen en el Reino de los Cielos. no entraran como este niiio, Asf pues, quien se humille el mayor en el Reino de los Cielos. ese es
Los pequefios y la ocasi6n de pecado que reciba a un niiio como este en mi nombre, a mf me recibe. Pero quienquiera que de ocasi6n de pecado a uno de estos pequeiios, que creen en mf, mas le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y le hundan en lo profundo del mar. jAy del mundo por las ocasiones de pecado! Es forzoso, ciertamente, que haya ocasiones de pecado, pero jay de aquel hombre por quien se da ocasi6n de pecado! Si tu mano o tu pie te son ocasi6n de pecado, jc6rtatelos y arr6jalos de ti!; mas te vale entrar en la vida manco o cojo que con las dos manos y los dos pies ser arrojado al fuego eterno. Y si tu ojo te es ocasi6n de pecado, isacatelo y arr6jalo de ti !; mas te vale entrar en la vida con un solo ojo que con los dos ojos ser arrojado a la gehena del fuego. Y quienquiera
Conclusi6n 10
Guardense de menospreciar a uno de estos pequefios, porque yo les digo: sus angeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre, que esta en los cielos.
Mt 16,21-28,20: Jesus, Mesias e Hijo del Hombre, en su Reino
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Tejido estructural del texto La primera parte del discurso se compone de una introducci6n en la nueva situaci6n (18,la) y de una pregunta de los discipulos (18,lb). La respuesta de Jesus articula, en dos momentos, primero la cuesti6n de quien es el mayor en el Reino de los Cielos (18,2-4) y luego concluye con advertencias especiales relacionadas con el tema del pecado (18,5-9); una consecuencia fundamental, que funge de conclusi6n, cierra la primera parte de la alocuci6n. La introducci6n en ese momento posee una doble funci6n: establece la vinculaci6n con la pericopa anterior, que tambien mencionaba la ocasi6n de pecado, y con ello situa este discurso igualmente en el contexto comunitario. Ademas, llama la atenci6n que con la indicaci6n en ese momento no se pasa a informar de ningun suceso hist6rico, para el que serfa importante la indicaci6n de un determinado punto temporal, sino que ahora tiene lugar la respuesta de Jesus. La segunda funci6n de esta introducci6n consiste en establecer una nueva situaci6n -en cierto modo- independiente: la pregunta de los discipulos y la respuesta de Jesus son ahora y siempre de nuevo actuales para todos los que le siguen. La primera parte de la respuesta (18,2-4) se compone de un gesto y de una explicaci6n introducida con las palabras amen, yo les digo, que destacan asi el sentido de lo declarado. En el plano estilistico, las repeticiones de Reino de los Cielos y niiio (s) establecen la unidad de la secuencia. La segunda parte de la respuesta (18,5-9) trata el problema del pecado. EI versiculo 18,5 enlaza con la primera secuencia a traves del termino niiio, y con el posesivo mio establece igualmente un nexo con los pequeiios, que creen en mi, de 18,6. En 18,7 sigue un doble ay, al quese le adosan dos reglas de conducta (18,8-9) que habian sido mencionadas anteriormente de modo semejante (5,29-30). Una exhortaci6n general enlaza con los versiculos anteriores por medio de la menci6n de los pequeiios, y toda esta parte de la alusi6n finaliza con una detallada fundamentaci6n.
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La comunidad y los "pequeiios": 18,1-10
Configuraci6n semantica del texto 18,la: Introducci6n narrativa A modo de introducci6n se describe esta situaci6n: los discipulos se acercan a Jesus con una pregunta. Con discipulos no se alude al pequefio grupo de los Doce, sino a todos -hombres y mujeres- los que han ofdo de Jesus su anuncio del Reino de los Cielos y le han seguido. 18,lb-4: EI mayor en el Reino de los Cielos La pregunta por los primeros y mas altos puestos en el Reino de los Cielos no esta necesariamente ligada a un determinado contexto, y por eso parece supra o atemporal: se acomoda a cualquier tiempo y lugar y, sin ninguna dificultad, los lectores pueden situar esta pregunta por la grandeza y el poder en su respectiva situaci6n actual. Corno esta pregunta no concierne solamente a los discipulos hist6ricos de Jesus, su respuesta suena asimismo supratemporal y de este modo se convierte en una instrucci6n con validez ilimitada para la comunidad de los que le siguen. La respuesta de Jesus comprende un gesto simb6lico -llama a un nifio y lo pone en el centro- y dos logia explicativos que se ven reforzados por la f6rmula enfatica amen, yo les digo. Esta explicaci6n de Jesus consta de dos partes: en primer lugar, el exhorta a los discipulos a la conversi6n, para ser como nifios y solo asf poder entrar en el Reino de los Cielos; luego responde directamente a la pregunta presentandoles como ideal la actitud humilde de un nifio. En la antigüedad grecorromana ser nifio no era ninguna situaci6n ideal, pues los nifios eran tenidos por ignorantes y por eso debian ser instruidos, aunque la atenci6n a ellos se incluia entre las virtudes de la moral publica. En el judafsmo, los nifios eran signo de la bendici6n de Dias, pero tambien se consideraba la infancia como un estado que debfa ser superado por medio de la instrucci6n. Ademas, el ser nifio simboliza la impotencia e insignificancia, que conforman un fuerte contraste con la arrogancia, que desagrada a Dias (cf. Sal 8). En la espiritualidad cristiana antigua existfa la idea de que los nifios aun no tenfan ninguna expe-
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riencia del mal y por eso su inocencia posefa un caracter ejemplar. En Mateo, la respuesta de Jesus convierte al nifio en ideal de una determinada actitud ante Dias: con la exhortaci6n a la conversi6n acentua, en primer lugar, la necesidad de volverse hacia Dias y luego exige el ser como nifios, caracterizando ese ser nifio en la frase siguiente con rnTIEw6w (ser pequefio, miserable, humilde, modesto, pobre). El pasaje paralelo en 11,29 (cf. tambien 23,12) aclara que ·rn'.TIELv6i; no significa desprecio de sf mismo, ni un ocultamiento avergonzado o un sometimiento resignado, sino mas bien una actitud descrita como mansedumbre y humildad de coraz6n y como serenidad del alma. El ideal de ser como un nifio implica, pues, un determinado vfnculo con Dias caracterizado por una actitud (espiritual) que basa la vida, la conducta y el exito en la confianza en Dias y que le agradece todo esto, en vez de verlo fundado en sus propias fuerzas. 18,5-9: Los pequeiios y la ocasi6n de pecado Esta secci6n introduce un cambio de perspectiva y, con ello, amplfa el significado del sfmbolo del nifio: ahora ya no es este quien esta en el centro, sino el que lo acoge. En los versfculos anteriores, el sfmbolo de la correcta actitud ante Dias era el nifio, a causa de su confianza y de su vida insegura y dependiente, pero ahora el mismo, en virtud de su indigencia, representa a todos los que se encuentran en una situaci6n de necesidad, inseguridad y desamparo. La identidad del nifio con Jesus sefiala que la exigencia de la acogida pretende algo mas que la necesaria ayuda humanitaria, y tambien en 25,31-46 se da esa identificaci6n entre Jesus y los necesitados: servir a estos significa, pues, servir al Mesfas. Teniendo presente el contexto comunitario de este capftulo, cabe decir que de lo quese trata aquf es sobre todo de la relaci6n de los discfpulos entre sf y con Jesus. En efecto, se ofrece en este lugar una instrucci6n a la comunidad para que acoja de modo especial a los pequefios que creen en Jesus. El termino griego µLKp6i; significa pequefio en crecimiento / en tamafio corporal / en significaci6n, inferior, debil, pero no designa a un nifio. Un pasaje semejante, en 10,41-42 -donde tambien aparece µLKp6i; en relaci6n con acoger (oExoµcu)-, deja
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La comunidad y los "pequefios": 18,1-10
claro que con pequefios se entiende a las personas poco reconocidas, despreciadas. Mateo no dice de que grupo o grupos en concreto se trata aquf al hablar de pequefios, y de este modo el esquema queda abierto para los lectores de todos los tiempos, permitiendo aplicarlo a distintas personas, grupos y situaciones. Jesus advierte enfäticamente que no se de a uno de esos pequefios que creen en el ocasi6n de pecado (18,6). El termino griego ornvöcxlcL(w designa un obstaculo tendido intencionalmente a alguien para ponerle una trampa y, en sentido figurado, significa dar ocasi6n, posibilidad o motivo para pecar. Quien impide a uno de estos pequeiios conservar y vivir su fe, quien los expone al peligro de actuar en contra de su fe o incluso de perderla, comete una falta tan grave que deberfa ser arrojado al mar y ahogado en el. La parabola de la cizafia en el trigo (13,36-43) trataba del mismo tema, pero allf la ocasi6n de pecado era el obrar la injusticia, que consistfa en no hacer la voluntad de Dios y no permitir que actuara la dinamica del amor, y el castigo por ello tambien era drastico. Por eso, el ay quese aiiade (18,7) acentua, como advertencia y de modo muy impresionante, la responsabilidad personal de cada creyente por los pequefios y debiles en la fe. Aunque fuera de la comunidad (en el mundo) haya siempre motivos y ocasiones para el pecado, nada de esto
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jantes presentan de manera energica la gravosa magnitud del pecado que amenaza la vida de fe. Un pecado que pone en peligro la fe de otro no s6lo produce confusi6n o hace vacilar, sino que le quita a la persona su esperanza de fe y su confianza en Dios, robandole asi la vida eterna.
18,10: Conclusi6n La primera parte del discurso se cierra con la advertencia de no despreciar a los pequefios. Mateo no precisa mas la raz6n de ese desprecio, de modo que nuevamente le quedan abiertas al lector numerosas posibilidades de actualizaci6n. Al imperativo que prohibe el desprecio de los pequefios le sigue una aclaraci6n que se basa en la tarea de los angeles custodios: los angeles de estos pequefios miran permanentemente el rostro de Dios. De este modo, Mateo establece una estrecha relaci6n entre Dios y los pequefios que, asimismo, fundamenta con un ordenamiento celestial: precisamente los pequefios son, de modo particular, cercanos a Dios. La otra cara de esta relaci6n, que los pequefios son especialmente importantes para Dios, la deja clara la siguiente parabola de la oveja perdida (18,12-14).
Nexos pragmaticos del texto Los discipulos de Jesus se ofrecen aqui como figuras de identificaci6n para los lectores; sin embargo, no constituyen ningun modelo ideal, porque desde el capitulo anterior los lectores ya conocen su poca fe (cf. 17,20). Asi, estos pueden, por un lado, identificarse con los discipulos, pero, por otro, con la critica a su poca fe se esta apuntando a establecer cierta distancia, mediante la cual se le brindan impulsos al lector para que desarrolle otros modelos de acci6n. Excepto por la pregunta que hacen a Jesus, los discipulos no actuan aqui, y de este modo el peso del relato se desplaza a la respuesta de aquel que, en virtud del contexto comunitario, no solo se dirige a los discipulos de entonces, sino tambien a los lectores actuales. Mientras que, en el plano narrativo, los discipulos necesitan las instrucciones de Jesus para actuar, los lectores -en raz6n de la separaci6n temporal y de
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La comunidad y los "pequeiios": 18,1-10
la distancia de papeles con los discfpulos- pueden intentar aplicar en la practica los requerimientos de Jesus. Con el nifzo como papel de identificaci6n, Mateo ofrece a sus lectores -junto al prudente como serpiente y sencillo como las palomas (10,16)- otro modelo de una actitud espiritual que describe una relaci6n confiada con Dios y un actuar que, en raz6n de ese vfnculo, se orienta por la mansedumbre y la humildad de coraz6n. Esta confianza en Dios es la que describen tambien los Salmos (Sal 62,2.6; 131,2), y esa mansedumbre es la que caracteriza al rey pacffico de Israel en Zac 9,9 (en Mt 21,5 a Jesus). Los adjetivos humilde y modesto / pobre caracterizan tambien al pueblo de Israel escatol6gico que confia en Dios y se cobija bajo su amparo en Sof 3,12 (en Mt 11,29, tambien a Jesus). La confianza en Dios constituye el fundamento del vfnculo con el, que da animo para un comportamiento comprometido. Los textos del Antigua Testamento aclaran que con esa confianza no se esta pensando en una suerte de pasivo "Dios lo hara". En efecto, el manso rey de la paz (Zac 9,9-10) se compromete activamente por esa paz, y el Israel escatol6gico ya no comete ninguna injusticia, sino que vive en la verdad (Sof 3,12-13). Puesto que -segun Mateo- esa actitud es el presupuesto de la entrada en el Reino de los Cielos, representa un energico impulso para los lectores, para que orienten y configuren su vida de fe de modo correspondiente. Llama la atenci6n que los pequefzos no sean caracterizados mas detalladamente. Son, en general, personas poco valoradas, despreciadas, y, a traves de esta generalizaci6n, lus lectores no solo pueden asumir determinados cuadros y representaciones de circunstancias, grupos o personas (y excluir otros), sino que tienen que actualizar el referente al que se acomoda la descripci6n de los pequefzos en su tiempo y situaci6n. Tambien aquf lo que cuenta es ejercitar determinada actitud con todos los pequefzos. Los lectores pueden tener en vista su propia situaci6n actual y preguntarse: en nuestro ambito, (quien pertenece a esos pequefzos?, (por que se ven amenazados?, ( c6mo llegaron a ser pequefios?, ( c6mo podemos hacernos cargo de ellos?, (que debemos modificar en nuestra conducta y que podemos hacer para mejorar la situaci6n de nuestros pequefios?
Mt 16,21-28,20: Jesus, Mesias e Hijo del Hombre, en su Reino
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Muy en concreto, este texto exige a los lectores que, ante todo, consideren crfticamente su comportamiento: (en que sentido mi conducta extravia a otros? (C6mo pongo en peligro, con mi comportamiento, la vida de fe de los otros; por ejemplo, su confianza en Dios, la esperanza que motiva su actuar? (Que tengo que hacer para eliminar los obstaculos que he puesto a mi vida de fe y a mi relaci6n con Dios?
La comunidad y los pecados: 18,12-20
El pequefio extraviado 12
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iQue les parece? Si sucede que un hombre tiene cien ovejas y se le descarria una de ellas, ino dejara en los montes las noventa y nueve para ir a buscarla? que l lega a encontrarla, Y si sucede amen, yo les digo: tiene mas alegria por ella que por las noventa y nueve no descarriadas. De la misma manera, no es voluntad de su Padre en los cielos que se pierda uno solo de estos pequefios.
El hermano pecador Si sucede que tu hermano llega a pecar [contra ti], a solas tu con el. vete y reprendele, Si te escucha, habras ganado a tu hermano; pero si no te escucha, toma todavia contigo uno o dos, para que todo asunto quede
15
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zanjado por Ja pa/abra de das o tres testigos (Ot 19,15);
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Y y
si desoye a el los, diselo si desoye sea para ti
a la comunidad; tambien a la comunidad, como el gentil y el publicano.
La concordia 18
19
Amen, yo les digo:
todo lo que aten en la tierra quedara atado en e/ cielo, y todo lo que desaten en la tierra quedara desatado en el cie/o. De nuevo [amen] yo les digo: si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, /o conseguiran de mi Padre, que esta en los Cielos.
Conclusi6n 20
Pues donde estan dos o tres reunidos en mi nombre, alli estoy yo en medio de ellos.
Mt 16,21-28,20: Jesus, Mesias e Hijo del Hombre, en su Reino
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Tejido estructural del texto Despues de que la primera parte del discurso advirtiera acerca del peligro de dar a otro -especialmente a uno de los pequeiios- ocasi6n de pecado, ahora la parte principal del mismo desarrolla este tema. Lo que se considera aqui es el trato con los hermanos -esto es, con miembros de la comunidadque han pecado. Tambien esta parte se compone de tres secuencias (18, 12-14. 15-1 7 .18-19) y concluye con una explicaci6n sintetica ( 18 ,20). La parte principal comienza con una pregunta dirigida a los discipulos (18,12a), a la que enseguida, sin esperar respuesta, se le aiiade una parabola (18,12b-14). La aplicaci6n de la misma subraya, con la declaraci6n con amen (18,13b), que no existe ningun motivo para despreciar a alguien "extraviado", porque por ese -Corno Uno que ha sido "reencontrado" - reina mas alegria en el cielo que por todos los demas que no yerran. La menci6n explicita de los pequefios (18, 14) establece un nexo con la primera parte del discurso: jno es voluntad de Dios que uno de los pequeiios se pierda! Con cuatro precisas normas de acci6n, la segunda secuencia (18,15-17) aclara c6mo se debe tratar a un hermano que ha pecado; es decir, c6mo volver a conducirlo a la comunidad. jDe ninguna manera se trata, pues, de excluirlo! En el plano sintactico, la estructura articula la secuencia sobre la base de la contraposici6n si - si no y conforma asi la unidad. La tercera secuencia (18,18-19) se introduce con el enfätico amen, yo les digo y exhorta a la uni6n en la comunidad. Es llamativo el cambio del discurso directo tu al generico en tercera persona del plural (les / ustedes), con lo que se destaca el significado fundamental de lo dicho. Ademas de esto, los dichos con amen establecen una relaci6n con otras secuencias de todo el capitulo. La aclaraci6n conclusiva (18,20) enlaza, por medio de la denominaci6n de dos o tres, con las dos secuencias anteriores y promete definitivamente la comuni6n con Jesus de todos los que se reunen en su nombre.
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La comunidad y los pecados: 18,12-20
Configuraci6n semantica del texto 18,12-14: EI pequefio extraviado El tema de las peligrosas consecuencias del pecado, que amenazan la vida de fe, se continua en estos versfculos y se radicaliza: Jesus destaca expresamente que no corresponde a la voluntad de Dios el que uno de los pequefios se pierda. En relaci6n con la primera parte del discurso, esto quiere decir que uno de los pequefios se ve excluido de la vida eterna por el comportamiento de otro. A los pequefios, pues, no s6lo no se les debe dar ocasi6n de pecar (18,6), sino que tampoco pueden ser despreciados (18,10) ni pueden perderse. La parabola de la oveja perdida y encontrada muestra cuanto le importan a Dios los pequefios. En esta parabola, Mateo no acentua el motivo de perder/encontrar, sino que pone el acento sobre todo en el extraviarse y buscar. En el contexto comunitario de este capitulo, se trata de un miembro de la comunidad quese ha extraviado porque err6 por el pecado y ahora debe ser buscado. Al mencionar expresamente Mateo que es uno de estos pequefios, deja claro que se trata de una comunidad en la que cada uno tiene su lugar, tambien los pequefios. Y es por eso por lo que situa especialmente en el centro la preocupaci6n del Padre por los pequefios y su voluntad de que ninguno de ellos se pierda. Los pequefios son tan importantes para Dios porque estan expuestos al peligro de extraviarse fäcilmente y podrfan perderse de modo definitivo. La conclusi6n (18,14) presenta la actuaci6n de Dios como un comportamiento modelico para la comunidad y, por eso, tiene una funci6n parenetica. La comunidad debe imitar a Dios y ocuparse de los pequefios: tiene que interiorizar que ellos no se extravien, y, en el caso de que esto ocurra, debe buscarlos y traerlos de vuelta. 18,15-17: EI hennano pecador En estos versfculos es llamativo el cambio al tu: los lectores se sienten asi directamente interpelados. Mateo presenta aqui a sus lectores -y tambien a nosotros, hoy- distintas iniciativas que podemos desarrollar para ganar al hermano pe-
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cador y devolverlo a la comunidad. En este contexto, hennano significa, en general, un miembro de la comunidad (naturalmente, tambien puede ser una hermana). A su vez, la designaci6n hermano expresa igualmente una cercanfa personal y una corresponsabilidad. En el caso de que alguien que nos es cercano, como un hermano o una hermana, haya pecado, tenemos que reaccionar segun una determinada secuencia ordenada. EI pecar contra ti es interpretado por algunos exegetas como un a:fiadido posterior, porque esta poco testimoniado en los manuscritos antiguos, pero tambien puede estar basado en el ultimo imperativo de 18,17b (seapara ti ... ). Mateo no especifica de que tipo es el pecado; por eso, se trata, en general, de un comportamiento pecaminoso que los lectores pueden actualizar en su situaci6n particular. Relacionado con la noci6n de ganar, el termino reprender deja claro que no se trata de castigar al pecador, sino de volver a ganarlo para la comunidad (18,lSc). Si advierto que alguien peca -o que peca contra mi-, no tengo que enfatizar enseguida el hecho y exponer al hermano ante la comunidad, sino que debo aclarar en privado con el que su conducta no ha sido buena (18,lSb). La meta de esta entrevista personal es que el hennano escuche (18,lSc). Lv 19,17-18 ofrece el trasfondo de esto: No odies en tu coraz6n a tu hermano, sino corrige a tu pr6jimo, para que no te cargues con un pecado por su causa. No te vengaras ni guardaras rencor a los hijos de tu pueblo. Amaras a tu pr6jimo como a ti mismo. Yo soy el Senor. Aqui queda claro que tengo que perdonar al hermano por completo su pecado: no debo vengarme ni serle rencoroso. Y, sobre todo, no tengo que corregirle, en primer lugar, a causa de su pecado, sino por m{ mismo, para que yo no me cargue con la culpa de no haberme ocupado de mi hermano, de quien soy corresponsable en que no cometa pecados. En este contexto, tambien aparece claramente la dimensi6n social del pecado: el que mi hermano cometa un pecado -sea en especial contra mi o en general- no tiene su causa solamente en el mismo, sino que tambien posee un fundamento en las circunstancias, en las situaciones o incluso, en ultima instancia, en mi propio comportamiento. EI hecho de que yo, en cierta manera, sea tambien culpable del pecado de mi hermano, por haberle dado con mi conducta la ocasi6n para ello, nuevamente remite a la primera parte del discurso,
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La comunidad y los pecados: 18,12-20
en la que expresamente se advirti6 de no dar a los demas motivo y ocasi6n para pecar (18,6-9). El versiculo siguiente (18, 16) trata ahora el caso del hermano que, en la conversaci6n personal, no asmni6 el haber obrado mal. Tampoco aquf debo pregonar el hecho, sino intentarlo de nuevo tomando conmigo a una o das personas -otros hermanos de la comunidad- y hablando en ese pequefio grupo, junto al hermano pecador, acerca de su conducta. Puede que yo me haya equivocado y que el hermano tenga raz6n. Por eso-segun Dt 19,15-, no basta el testimonio de una persona, sino que se requieren dos o tres testigos para conferir validez legal a algo. Nuevamente queda claro que, junto a otras personas de la comunidad, de lo que se trata es de encontrar la verdad y no de pro bar la culpa, pues si estas personas fueran "testigos" de una conducta pecaminosa, habrian tenido tambien la obligaci6n de corregir al hermano en privado. lgual que antes, tambien esta conversaci6n con testigos tiene como meta ganar al hermano para la comunidad. En el caso de que el hermano desoiga a este pequefio grupo, tengo que hablar a la comunidad (18,17a). Mateo no emplea aquf la negaci6n de ofr, sino que escoge expresamente el verbo desoir / entender mal/ no tener en cuenta (TicxpcxKouw), como en Mc 5,36, donde Jesus no tiene en cuenta o desoye lo dicho por la gente del entorno del jefe de la sinagoga. A la comunidad se la designa como EKKATJOLcx, que significa la reuni6n local de la comunidad (asamblea comunitaria), no toda la lglesia. En efecto, si todos los esfuerzos anteriores no han dado fruto, entonces ha llegado el momento de informar a la comunidad: ahora, pues, todos
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sino nuevamente a mi: Sea para ti como el gentil y el publicano. Se trata siempre de mi comportamiento con el hermano pecador. No se dice que yo ya haya hecho lo maximo y ahora pueda cruzarme tranquilamente de brazos, ni tampoco que deba evitar el trato con ese hermano. Antes bien, se me da una nueva -la cuarta- indicaci6n concreta para actuar: tratar al hermano como a un pagano o un publicano. EI ejemplo de Jesus muestra claramente c6mo se
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tes indicaciones permitirfan presumir, ni tampoco siete veces, como opina Pedro, sino cuatrocientas noventa veces; en sfntesis: siempre de nuevo) deja claro que de ninguna manera se debe abandonar o excluir al hermana. 18,18-19: La concordia El dicho con amen cambia el discurso con tu (en el texto griego a la segunda persona del plural) a les / ustedes, y con ello acentua el significado general de lo que se dice ahora: se trata, pues, de la (re-)construcci6n de la unidad y la concordia de la comunidad. Es llamativo que ya antes Jesus dirigi6 las palabras atar y desatar a Pedro (16,19). En el plano objetivo de la terminologfa jurfdica, estos terminos se refieren a lo que esta prohibido o permitido, o a lo que se ratifica o se anula. En nuestro contexto del trato con el hermano pecador se refieren a la decisi6n de perdonarle o no su pecado, es decir, de ganarlo nuevamente para la comunidad o de perderlo. La contraposici6n tierra y cielo lleva a dirigir la mirada a las consecuencias definitivas para el hermana, y con ello, a su vez, a la responsabilidad que tiene la comunidad con el: esta contrastante contraposici6n desempefia la funci6n de una urgente advertencia para asumir esa responsabilidad que se tiene con el hermana pecador y para reflexionar permanentemente sobre las consecuencias que tendrfa no considerarla de modo conveniente, al igual que sucederfa con un trato superficial del pecado o con una sobrevaloraci6n del mismo. La repetici6n de nueva [amen], ya les diga (18,19) establece un nexo con el anterior dicho con amen. Igualmente, los terminos tierra y cielo, como tambien las cifras das y tres, enlazan con lo dicho inmediatamente antes, a la vez que lo prolongan. El verbo estar de acuerda / tener un misma sentir acentua la peculiar eficacia de la oraci6n en comun. Este pedir en acuerdo puede ser visto tambien en el contexto del esfuerzo por recuperar al hermana pecador, es decir, que prolonga las instrucciones al respecto: despues de los tres pasos (18, 15-17) y despues de que se enfatizara la permanente responsabilidad por el hermano (18,18), el asunto debe ser tambien presentado a Dios en la oraci6n en comun con un mismo sentir (18,19). La referencia a la responsabilidad permanente (18,18) y la declaraci6n de que la oraci6n de das encuentra acogida ( 18, 19)
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muestran que con esto no necesariamente se esta pensando en una secuencia estricta. Estos das pueden ser, por ejemplo, el hermano pecador y yo, o los testigos y yo. Del mismo modo que la responsabilidad por el hermana permanece y no puede ser abandonada despues de un determinado numero de esfuerzos, asf tambien deben acompafiarse con la oraci6n todos estos esfuerzos por su recuperaci6n para la comunidad. La promesa de la escucha de la oraci6n anima a encontrar una soluci6n en comun ante Dios y con el, que es quien no quiere que ninguno de los pequefios se pierda (18,14). Con esto se esta reiterando claramente, por un lado, que nosotros, seres humanos, no podemos juzgar a los otros, porque s6lo Dios juzga al hombre (7,1), y, por otro, aquf se expresa tambien la esperanza de una soluci6n definitiva del problema: Dios va a oir la oraci6n comun, hecha con el mismo sentir. 18,20: Conclusi6n Este versiculo conclusivo presenta con el pues el fundamento de la presencia de Cristo. El ya estay en media de ustedes recuerda el nombre Emmanuel (Dias can nasatros: 1,23) y es lo que se declarara nuevamente al final del evangelio con las palabras ya estay can ustedes (28,20). Desde el siglo I a. C., los rabinos describen de manera muy parecida la presencia de Dios (Shehina): segun mAv 3,2, allf donde dos estan ocupados con la Tora, la Shehina esta en media de ellas. Ademas, cuando los israelitas son esclavizados o conducidos al destierro, tambien la Shehina se ve esclavizada o llevada al destierro (MekhY a Ex 12,41). Porultimo, en bHag 14b a Is 7,14 se habla, analogamente a 'immänü-el (Emmanuel), de 'immänü-shehina (can nasatros esta la Shehina). Conforme a esto, hay que concebir la Shehina, en cuanto presencia, no solo como estatica, puntual, sino sobre todo como dinamica y permanente. En nuestro texto, Jesus promete su presencia o actualidad a quienes se han reunida en su nambre, aunque sea un pequefio grupo de das a tres persanas. El reunirse en nambre de Jesus no esta limitado solamente a la oraci6n en comun, sino que significa, en general, el encontrarse por Jesus, es decir, el hacer la voluntad de Dios (cf. 7,21-23).
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Nexos pragmaticos del texto En la segunda parte del discurso de Jesus se trata concretamente del miembro pecador de la comunidad. El concepto pecado se usa de modo muy general, posibilitando asi al lector la transferencia a distintas situaciones actuales. El discurso de Jesus remarca quese trata de perdonar siempre a un miembro pecador de la comunidad y de esforzarse por recuperarlo para la misma. El hecho de que perdonar no puede entenderse como una exigencia a mirar a otro lado o "cubrir todo con el manto de la caridad" queda claro con los distintos pasos para tratar con el hermano pecador: hay que darse cuenta y, ademas, es absolutamente necesaria una reacci6n inmediata y critica de la conducta pecaminosa, pues la voluntad de Dios es que no se pierda ni uno de los pequefios (18,14). Pero las instrucciones sobre los pasos a seguir muestran tambien que un pecado no puede ser sobrevalorado precipitadamente, facilitando con ello el perd6n. Con todo, el pecador debe cambiar su conducta, y para ello hay que procurar, mediante la conversaci6n y la oraci6n en comun, integrarlo nuevamente en la comunidad. Se requieren, pues, las dos cosas: el compromiso de los miembros de la comunidad, que
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El reunirse en nombre de Jesus esta formulado de modo abierto: no se limita unicamente a los creyentes en Jesus (18,6) o solo al encuentro para orar (18,19), sino quese refiere engeneral al encuentro de personas con la intenci6n de Jesus, es decir, para hacer la voluntad de Dios. Si la meta de las reuniones es hacer la voluntad de Dios, no cabe temer quese conviertan en absolutos objetivos unilaterales, ni que se formen grupos sectarios, pues no es el encuentro el que opera la presencia de Jesus, sino que es el mismo quien permite experimentar su presencia alli donde se vive la voluntad de Dios. De acuerdo con esto, no se puede denegar la presencia de Jesus tampoco a los grupos peque:fios aunque su practica de la voluntad de Dios se de fuera de las formas corrientes, habituales, de proceder. Asf como permanecen siempre vigentes tanto la responsabilidad de la comunidad por impedir que se pierdan sus miembros como la preocupaci6n de recuperar nuevamente al miembro pecador, del mismo modo tambien se le exige a esa gran comunidad que se deje cuestionar por las experiencias y opiniones de los grupos peque:fios y que reflexione sobre si puede integrar sus posiciones como una forma de enriquecimiento de la vida de fe comun.
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La pregunta ck Pedro 21
Entonces, acercandose, Pedro le dijo: Senor, iCuantas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano?, ihasta siele veces? Le dijo Jesus: Note digo hasta siele veces, sino hasta setenta veces siele.
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Por eso el Reino de los Cielos es semejante a un hombre, un rey, que quiso ajustar cuentas con sus siervos. Al comenzar a ajustarlas, le fue presentado un deudor que le debia diez mil talentos. Corno no tenia con que pagar, orden6 el senor que fuese vendido el, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenfa, y que se le pagase. Entonces el siervo, postrandose a sus pies, dijo: iTen paciencia conmigo, que te lo pagare todo! Movido a compasi6n, el senor de aquel siervo Je dej6 ir y Je perdon6 la deuda. Al salir de alli, aquel siervo se encontr6 con uno de sus companeros, que Je debia cien denarios, y, agarrandolo, lo ahogaba diciendole: iPagame lo que me debes! Su companero, postrandose a sus pies, suplicaba: jTen paciencia conmigo, que ya te pagare! Pero el no quiso, sino que, yendose, lo ech6 en Ja carcel hasta que pagase todo lo que debia. Al versus companeros lo ocurrido, se entristecieron mucho y fueron a contar a su senor todo lo sucedido. Luego, mandando/o llamar, su senor le dijo: Siervo malvado, yo te perdone a ti toda aquella deuda porque me lo suplicaste; ino debfas tu tambien compadecerte de tu companero del mismo modo que yo me compadeci de ti?
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Y, encolerizado, su sef\or le entreg6 a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debia.
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Esto mismo hara con ustedes mi Padre celestial si no perdonan de coraz6n cada uno a su hermano.
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Conclusi6n narrativa
"'' Y sucedi6 que, cuando acab6 Jesus estos discursos, parti6 de Gai ilea y fue a la regi6n de Judea, al otro lado del Jordan. Y le sigui6 mucha gente, y los cur6 alli.
Tejido estructural del texto La tercera parte del discurso (18,21-35) trata del perd6n. La introduce una pregunta de Pedro (18,21), a la que Jesus responde primero escuetamente (18,22) y, a continuaci6n, detalladamente con una parabola (18,23-35). EI relato de la parabola, destacado como tal en su introducci6n (18,23), se compone de tres escenas (18,24-27.28-30.31-34) y se cierra con una explicaci6n conclusiva (18,35). Una observaci6n conclusiva (19,1-2) marca el final del cuarto discurso de Jesus y da paso a nuevos sucesos.
Configuraci6n semantica del texto 18,21-22: La pregunta de Pedro
La pregunta de Pedro prolonga la tematica del perd6n. Aparentemente, las explicaciones de Jesus, que dejaban claro que debia perdonarse siempre al hermano pecador, parecen demasiado inverosimiles, problematicas y dificiles, y por ello Pedro pregunta por el limite del perd6n mutuo. En aquella epoca, los rabinos eran de la opini6n que debia concederse el perd6n tres veces (Joma 86b). Pedro va mas lejos con su pregunta acerca de perdonar siete veces, sefialando con ello la posibilidad de conceder el perd6n mas alla de la practica habitual, aunque con el siete veces sigue estableciendo un limite. La respuesta de Jesus (18,22) es clara e inequivoca: niega el limite que pone Pedro y con las setenta veces siete confirma
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expresamente el deber del perd6n ilimitado. A diferencia de Lucas (Lc 7,4), Mateo ni siquiera presupone el arrepentimiento por parte del hermano pecador, sino que subraya el deber de conceder el perd6n y la celeridad en hacerlo.
18,23-35: La parabola La siguiente parabola, con su actualizaci6n (18,35), deja claro, una vez mas, por que se exige necesariamente el perd6n ilimitado. La parabola desarrolla su potencial pragmatico, pues, a traves de las ofertas de identificaci6n, lleva a los lectores hacia un mundo ficticio, el del suceso relatado, para luego devolverlos a su mundo real con la conciencia de que
18,23.24-27: En primer lugar, se presenta, como introducci6n, la situaci6n (18,23) y a los personajes que actuan (18,24). EI deudor se encuentra delante de su rey en una situaci6n sin escapatoria, porque le debe una cantidad inimaginable de dinero. Las figuras de identificaci6n son el deudor y el rey; por lo general, en una parabola, el rey (o el sefior) representa a Dios, y los servidores o empleados, a los hombres. EI desarrollo de la acci6n se describe con claridad: el deudor advierte su situaci6n real, sin salida, pide magnanimidad con el, paciencia (diferir el plazo de pago) y promete pagar la deuda. EI rey, que primero insiste para que se le pague y que para ello incluso quiere sacrificar a la familia del deudor, se deja conmover en lo mas fntimo y condona -el verbo condonar ! perdo.nar alude tanto a la deuda material como a los pecados- la inmensa suma al deudor. Este cambio radical en la conducta del rey sorprende y enfatiza la raz6n del mismo: el verbo conmoverse / sentir compasi6n (a1TACl'.yxv((oµ1n) es un motivo central para Mateo (cf. 9,36; 14,14; 15,32; 20,34). EI rey se deja conmover en lo mas intimo por la situaci6n de padecimiento del otro, siente compasi6n y le perdona todo. Corno ejemplo de modelo de acci6n, la parabola podrfa haber concluido aquf; sin embargo, se afiade una escena mas. 18,28-30: La situaci6n se repite, con lo que se refuerza el enfasis del mensaje de perdonar todo s6lo por compasi6n, por
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muy grande que sea la culpa. Esta vez, en cambio, se encuentra el antiguo deudor en el papel de acreedor: un siervo como el le
18,31-34: Aparecen nuevos personajes e introducen asf la tercera escena. Son los co-siervos que han presenciado todo, que estan tristes por lo sucedido e informan de ello a su sefior (18,31 ). Los lectores pueden identificarse con ellos porque, teniendo presente la magnanimidad del sefior, tambien encuentran incomprensible el comportamiento del antiguo deudor. Se espera ahora con suspense la respuesta y la reacci6n del rey, que contiene el mensaje de la parabola (18,32-33) al hacer recaer el juicio no en el plano jurfdico, sino sobre la base de una misericordia siempre debida: como tu mismo has experimentado una compasi6n sobre toda medida, debes ser tambien misericordioso con los demas. Nuevamente resulta claro que, para Mateo, la misericordia es uno de los rasgos propios del ser discfpulo de Jesus (cf., por ejemplo, 5,7; 9,13; 12,7; 23,23). La reacci6n del sefior (18,34), que trata ahora a su antiguo deudor como este ha hecho con el suyo y reclama la devoluci6n de lo debido (cf. 18,30.34), quizas nos parezca hoy contradictoria: si para el rey era tan importante la misericordia, (no tendrfa que haber sido nuevamente misericordioso? Pero su dura reacci6n posee aquf la funci6n de radicalizar el significado de la misericordia reclamada, lo cual queda mas claro aun por la aplicaci6n siguiente.
18,35: Al final Jesus traspasa e interpreta la parabola para sus oyentes, pero con el ustedes se dirige tambien a nosotros, lectores de hoy. En la parabola, Dios es el sefior (rey) y noso-
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tros somos el deudor a quien Dios ha perdonado una deuda inimaginablemente grande. Corno intimidaci6n, Jesus evoca primero el castigo que debe padecer el deudor sin misericordia y, a partir de ahf, repite el perd6n total que se exige para el hermano pecador. Es asi como los lectores pueden colegir que, puesto que Dios me ha perdonado mi gran culpa, estoy obligado a perdonar igualmente a mi hermano. Quien ya ha tenido una vez la experiencia dichosa del perd6n de una gran culpa se siente tan liberado que -por lo mismo- puede perdonar tambien de todo coraz6n a los demas. 19,1-2: Conclusi6n narrativa Corno en los anteriores grandes discursos de Jesus (cf. 7,28; 11,1; 13,53) hay tambien aqui un giro formal que sefiala el final de la alocuci6n. Con el siguiente cambio de lugar hacia Judea, al otro lado del Jordan, comienza una nueva etapa en el camino de Jesus hacia Jerusalen. En 4,25 vino lagente de esa regi6n hacia el para seguirle; ahora es el quien va hacia ellos y de nuevo la gente le sigue. Jesus les cura (19,2), como hizo antes con la gente en Galilea (4,23) y con todos los que vinieron hacia el desde Siria (4,24). Los lectores advierten un doble movimiento: desde el norte y el sur acude lagente para seguir a Jesus y ser curada por el, y Jesus va hacia ellos y les cura. En este contexto hay que ver tambien el envio de los discipulos, que son mandados en primer lugar a la casa de Israel (10,1-15) y luego a todo el mundo (28,19).
Nexos pragmaticos del texto La breve conversaci6n con Pedro y la siguiente parabola dejan completamente claro que el perd6n se exige permanentemente y que para el mismo no cabe poner ningun lfmite, ni en el caso de un pecado especialmente grande ni por la frecuencia del mismo. EI papel de los co-esclavos, que observan la conducta sin compasi6n del antiguo deudor y avisan a su sefior, muestra que el perd6n ilimitado no da paso libre a ningun comportamiento arbitrario. El perd6n experimentado una vez por una culpa tan grande no da derecho precisamente a contar a partir de entonces con el perd6n de cualquier acto,
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de modo que se pueda actuar discrecionalmente. Desde esta perspectiva, se comprende el duro comportamiento del rey en el plano narrativo: aunque ahora el no se ve directamente afectado por la conducta de su antiguo deudor, es necesario que se inmiscuya aquf para dejar claro que el perd6n que ha regalado no es un salvoconducto, sino algo que solo admite actuar en una unica direcci6n, a saber, la de perdonar de igual manera. Los lectores pueden considerar crfticamente su propia disposici6n hacia el perd6n: (que es lo que puedo perdonar enseguida y que con dificultad?, (en que reside el hecho de que no quiera perdonar algo a determinadas personas o que crea que no puedo hacerlo? A todos nosotros nos queda una doble tarea: llamar la atenci6n al hermano pecador sobre su conducta err6nea, para que asf no se produzca un sufrimiento mayor, y practicar permanentemente el perd6n ilimitado.
Sobre el divorcio, el matrimonio, el adulterio y la solteria: 19,3-12
Preguntas de los fariseos - respuestas de Jesus Y se le acercaron unos fariseos que, para ponerlo a prueba, /e dijeron: ile esta permitido a un hombre repudiar a su mujer por un motivo cua/quiera? Pero e/, respondiendo, dijo: iNo han lefdo que el Creador desde el comienzo los hizo var6n y mujer? (Gn 1,27; 5,2), y que dijo: Por eso dejara et var6n a su padre y a su madre y se unira a su mujer; y los das se haran una sola carne (Gn 2,24 LXX). De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, /o que Dios uni6 que no lo separe e/ hombre. Le dijeron: EI /es dijo:
iPor que, pues, Moises prescribi6 dar acta de divorcio y repudiarla? Moises, teniendo en cuenta la dureza de su coraz6n, /es permiti6 repudiar a sus mujeres, pero al principio no fue asf. Mas yo /es digo: quienquiera que repudia a su mujer -no por fornicaci6ny se casa con otra, comete adulterio
Pregunta de los discipulos - respuesta de Jesits 10
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Le dijeron sus discfpulos: Si esa es /a condici6n de/ hombre respecto a su mujer, no conviene casarse. Pero el /es dijo: No todos pueden aceptar este lenguaje, sino solo aquellos a quienes se /es ha concedido. Porque hay eunucos que nacieron asf de/ seno materno, y hay eunucos que fueron hechos tales por los hombres, y hay eunucos que se hicieron tales a sf mismos por el Reino de los Cielos. jQuien pueda aceptar(/o), que (/o) acepte!
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Tejido estructural del texto La situaci6n aquf descrita, como tambien los relatos que siguen,
Configuraci6n semantica del texto 19,3-9: Preguntas de los fariseos; respuestas de Jesus 19,3-6: En tiempos de Jesus y de Mateo existian tres opiniones doctrinales acerca del tema del divorcio, pero el punto de partida era siempre el hecho de que un hombre podia separarse de su mujer si no le gustaba tras haber descubierto en ella algo desagradable (Dt 24,1). Pero c:c6mo debia interpretarse esto de "desagradable"? c:Se refiere al comportamiento moral de la mujer o es suficiente que por motivos esteticos
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Sobre el divorcio, el matrimonio, el adulterio y la solteria: 19,3-12
ella ya no represente nada para su esposo? La escuela del rabi Schammai interpretaba esto de manera muy estricta y rechazaba taxativamente el divorcio por razones arbitrarias, en tanto que la escuela del rabi Hillel aceptaba muchos motivos de divorcio. Es por esto por lo que los fariseos le preguntan a Jesus, en esta ocasion, acerca de su interpretacion del repudio con la expresion por cualquier motivo. Pero al introducir Mateo el relato indicando que los fariseos se dirigen a Jesus para ponerlo a prueba, da a entender a sus lectores que la cuestion contiene al menos un elemento que se contrapone a la ensefianza de Jesus. Y los lectores recuerdan en este contexto el sermon de la montafia, en un pasaje del cual se habia abordado lo relacionado con el divorcio y el adulterio (5,27-28.31-32). En esa alocucion, Jesus rechazo el divorcio porque consideraba que era exponer a la mujer al adulterio. La intencion de los fariseos de poner a prueba a Jesus se da ahora tanto en la repeticion de la pregunta, pues la interpretacion de la Tara que hacia el sobre el tema ya era conocida, como tambien en el afiadido por cualquier motivo, porque el ya habia dejado claro que solo podia aceptarse la separacion en el caso de que hubiese habido adulterio, pues entonces ya no era posible convertir a la mujer en adultem (5,32). De modo que al preguntar nuevamente los fariseos a Jesus por su ya bien conocida interpretacion no solo estan cuestionandola, sino que esperan de el una revision de la misma. Sobre este trasfondo, los lectores pueden esperar una respuesta negativa por parte de Jesus, pero a la vez -a causa de quese retoma el tema- tambien cabe contar con una precision de este, como asimismo con explicaciones mas detalladas de su ya conocida opinion. Jesus responde con una cita de las Escrituras que expresa la voluntad de Dias en la creacion que, obviamente, los fariseos debian conocer: Dias creo al ser humano, varon y mujer, como personas referidas reciprocamente, que se necesitan mutuamente; la relacion de uno con el otro es tan fuerte que el hombre incluso abandona la proteccion y seguridad de la propia familia para unirse a su pareja y vivir junto a ella en "uni-dad". La ulterior interpretacion de Jesus de que ambos ya no son das, sino una carne, no solo deja claro que -segun
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la voluntad del Creador- no puede haber separaci6n, sino que ademas da a entender que, si esta se produjese, quedarfan heridas en ambos implicados. Incluso la consecuencia conclusiva lo que Dias uni6 que no lo separe el hombre ve esa uni6n del var6n y la mujer como algo querido expresamente por Dias, de modo que contiene un claro imperativo como norma de conducta: partiendo de la intenci6n de Dias, no
19, 7-9: Los fariseos remiten ahora al acta de separaci6n (Dt 24, 1) que incluye el divorcio, que parece contradecir la interpretaci6n de Jesus de que -segun la voluntad de Dias al crear- no
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Sobre el divorcio, el matrimonio, el adulterio y la solterfa: 19,3-12
bitrio del var6n o, trasladando esto a terminos actuales, deja expuesto a un miembro de la pareja al capricho del otro. Con esto, Jesus desenmascara el uso superficial del acta de divorcio como algo simplemente egofsta y por eso califica el caso de adulterio (asf tambien en 5,31-32). Con todo, en una situaci6n especial no cabe hablar de adulterio, a saber: excepto por fomicaci6n. Los lectores recuerdan la instrucci6n del serm6n de la montafia en la que Jesus ya habia formulado la misma excepci6n (5,32): si la mujer -o el var6n-ya ha cometido adulterio, en este caso no cabe calificar la separaci6n de adulterio, pues este ya se ha producido antes. 19,10-12: Pregunta de los discipulos; respuesta de Jesus
Tras el dialogo anterior con los fariseos, los discipulos consideran que ese vfnculo matrimonial, establecido para permanecer y que por tanto requiere de ambos miembros de la pareja compromiso, comprensi6n y responsabilidad, es una obligaci6n demasiado grande (para un hombre), de modo que la alternativa de no casarse les parece 16gica. Y en cierto sentido, en su respuesta Jesus coincide con ellos: no todos pueden aceptar esto (lo dicho anteriormente, esto es, lo que el expres6 y lo dicho por las Escrituras), sino aquellos a quienes se les ha concedido (19,11). EI pasivo remite a Dios, que es quien otorga comprender estas palabras. Los que las aceptan son los que desean vivir junto con su pareja un vfnculo matrimonial logrado, duradero, y estan dispuestos a afrontar juntos las crisis de la vida. Naturalmente, tambien hay personas que no se sienten en condiciones de asumir permanentemente tan gran responsabilidad con ese compromiso. Jesus deja entender aquf que la voluntad creadora de Dios no implica violencia para el ser humano: si alguien no puede aceptar el compromiso que una relaci6n supone es porque todavia esto no le ha sido dado por Dios, es decir, no
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casarse, como nuestros actuales solteros. Y Jesus menciona los casos especiales en los que algunas personas, en aquel entonces, vivfan sin casarse o debfan hacerlo. Por un lado estaban los que desde su nacimiento no se encontraban en condiciones de mantener un vfnculo conyugal permanente, lo cual no s6lo se refiere a la incapacidad de procrear, sino que tambien puede incluir otros impedimentos graves, corporales y espirituales; hoy, personas asf viven muy frecuentemente solas. Ademas, hay personas quese han convertido en incapaces para el matrimonio por otras personas: independientemente de que la castraci6n era un castigo severo, en la antigüedad se entendfa por eunucos, en primer lugar, a los castrados, que no s6lo eran los guardianes de los harenes, sino tambien funcionarios y militares de alto rango (para no representar un peligro en sentido biol6gico para la familia reinante) que posefan mucho prestigio (cf. Hch 8,27). En este caso, por asf decirlo, eran las estructuras sociales y la profesi6n las que conducfan a que no fuese posible el matrimonio de estas personas, y casos asf tambien se dan hoy. Por ultimo, se trata asimismo de las personas que por el Reino de los Cielos se hacen a si mismas incapaces de un permanente vfnculo matrimonial, con lo que no hay que pensar necesariamente en una autocastraci6n, aunque en el antiguo culto a Cibeles (que desde Asia Menor se habfa extendido por el Imperio romano) hubo sacerdotes eunucos y tambien algunos de sus miembros se castraban. Los lectores pueden, a su vez, pensar en profetas, como por ejemplo Jeremfas (Jr 16,1-2), y en Juan el Bautista, que no se casaron. El historiador Flavio Josefo informa que los esenios vivfan celibes en comunidades, de modo similar a los terapeutas, asf que para los lectores antiguos la solterfa voluntaria era conocida en su entorno. En relaci6n con la discusi6n mantenida hasta aquf, las palabras conclusivas de Jesus quien pueda aceptarlo que lo acepte (19, 12) no significan una recomendaci6n del celibato ni una valoraci6n especial, mas elevada, de ese estilo de vida, porque esto serfa contradictorio con la voluntad creadora de Dios. Sin embargo, hay personas que, por distintos motivos, no pueden o no quieren vivir en vfnculo matrimonial, y no se las puede despreciar por ello, sino que su situaci6n particular
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Sobre el clivorcio, el matrimonio, el adulterio y la solteria: 19,3-12
de vida, asi como su propia libre decisi6n,
Nexos pragmaticos del texto Mateo presenta el vinculo matrimonial segun la voluntad de Dios en la creaci6n y como una tarea desafiante para los c6nyuges. Corno relaci6n, el matrimonio no esta "listo" con el casamiento, sino que comienza, y se desarrolla con el transcurso del tiempo en la vida en comun, afrontando y superando juntos las crisis. Al igual que la amistad, el matrimonio -en cuanto relaci6n- requiere un cuidado constante, pues, si no, se resiente y decae. EI matrimonio debe ser concertado para permanecer, que es lo que en realidad esperan los c6nyuges. Crisis y problemas hay siempre en la vida, pero no
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el judafsmo era posible que personas separadas se volviesen a casar, y precisamente por eso se requeria un acta de divorcio: para asegurar al nuevo c6nyuge que no existia ningun vfnculo matrimonial anterior. En el horizonte de la voluntad de Dias en la creaci6n, el celibato no es ninguna alternativa real al matrimonio. Sin embargo, existen muchas razones por las que tanto entonces como hoy hay personas que viven sin casarse: su situaci6n y su decisi6n
Los nifios y el Reino de los Cielos: 19,13-15
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Entonces le presentaron a unos nifios (pequefios) para que les impusiera las manos y orara, pero los discfpulos les reprendfan. Mas Jesus les dijo: jOejen que los nifios vengan a mf y no se lo impidan! iPues de los que son como ellos es el Reino de los Cielos! Y, despues de imponerles las manos, se fue de allf.
Tejido estructural del texto Este breve episodio esta bien delimitado en el contexto por la aparici6n de otros personajes ( 19, 13) y por el cambio de lugar (19,15), aunque semanticamente enlaza con el capftulo 18 a traves de los terminos clave niiios y Reino de los Cielos. El relato se compone de una descripci6n introductoria de la situaci6n (19,13a-c), de una reacci6n de rechazo por parte de los disdpulos ( 19, 13d) y de otra contraria de Jesus doble y por lo mismo enfätica, de palabra y de hecho (19,14-15).
Configuraci6n semantica del texto 19, 13-15: En el contexto del discurso comunitario -en el capftulo 18-, los lectores conocen aquf otros personajes cuya pertenencia a la comunidad era, a ojos de los "miembros normales" de la misma, semejante a la de los niiios pequeiios para los disdpulos de Jesus en este pasaje -a saber, cuestionable- y que por lo mismo quizas tampoco resultaban fäcilmente aceptados. Estas personas pertenecen a los pequeiios de la comunidad, de los que se trata muy en general en 18,1-35: individuos que vivfan separados o solteros (19,3-12),
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nifios (19,13-15) y ricos (19,16-30). El Jesus de Mateo les asegura a ellos muy claramente el Reino de los Cielos (18,3.14). En la sociedad antigua, como tambien todavia hoy, los nifios no eran totalmente acogidos, apenas se tenia en cuenta su opini6n y a menudo solian ser explotados. Esto es precisamente lo contrario de lo que quieren los padres, que desean lo mejor para sus hijos; por eso, en nuestro pasaje Süll es tos los que traen SUS nifios a J eSUS para que el les imponga las manos y ore. Si esto entiende como un gesto de bendici6n, lo que los padres estan pidiendo es que Jesus auspicie a sus hijos todos los bienes imaginables por parte de Dios. La combinaci6n de las expresiones imponer las manos a alguien y orar aparece asimismo en el establecimiento o encargo de determinadas tareas (Hch 6,6; 13,3), y el primer gesto, ademas, transmite el Espiritu (Hch 8,18-19; 9,17; 19,6; 1 Tim 4,14; 2 Tim 1,6). Dado que, en el marco del discurso comunitario, cabrfa pensar en estos significados, es posible que se trate aquf de la integraci6n total de los nifios como miembros de la comunidad, incluso confiandoles pequefias labores. La reacci6n adversa de los discfpulos de Jesus deja bien claro que estas ideas a menudo chocan con la incomprensi6n y la oposici6n; sin embargo, los lectores recordaran los relatos de la comida de los cinco mil y de los cuatro mil hombres, en los que Mateo mencionaba expresamente la participaci6n de mujeres y nifios (14,21; 15,28). Trasladando esto a la comunidad, lo que se deja claro es que los nifios y las mujeres forman parte de la misma. Con la doble reacci6n de Jesus, en su hablar y en su actuar, nuestro relato constata explfcitamente que para el los nifios pertenecen al Reino de los Cielos, por lo que no se les
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Los niiios y el Reino de los Cielos: 19,13-15
Nexos pragmaticos del texto El imperativo de Jesus dejen que los nifios vengan a mi y no se lo impidan y el posterior argumento porque de los que son como estos es el Reino de los Cielos -que, a su vez, puede comprenderse como un imperativo- son validos tambien para los lectores de hoy. Ellos pueden mirar su actual vida comunitaria y su sociedad, y considerar c6mo es su relaci6n con los nifios: c:tienen estos lugar en ellas?, c:c6mo se les trata?, c:que tareas se les permite o conffa? Trasladando esto a las personas que pertenecen a los pequenos ( 18, 1-14), que segun la voluntad de Jesus
Riqueza y seguimiento: 19,16-30
El ioven rico 16
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Y he aqui que, acercandosele uno, le dijo: Maestro, ique he de hacer de bueno para conseguir la vida eterna? Pero el le dijo: iPor que me preguntas acerca de lo bueno? iUno solo es el Bueno! Pero si quieres entrar en la vida, jguarda los mandamientos!
EI le dijo: Y Jesus dijo:
iCuales? Aquello de
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no mataras, no cometeras adu/terio, no robaras, no levantaras falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre (Ex 20, 12-16; Dt 5, 16-20)
y 20 '
20b 21
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Le dijo el joven:
amaras a tu pr6jimo como a ti mismo (L v 19, 18). Todo eso lo he guardado;
ique mas me falta? Si quieres ser perfecto, vende lo que tienes y daselo a los pobres. Y tendras un tesoro en el cielo. iY sigueme! Al ofr estas palabras, el joven se march6 entristecido, pues tenfa muchos bienes. Jesus le dijo:
Ensefianza de Jesus sobre la riqueza 23
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Pero Jesus dijo entonces a sus discfpulos: Amen, yo les digo: jun rico diffcilmente entrara en el Reino de los Cielos! De nuevo les digo: es mas facil que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el Reino de los Cielos. Al ofr esto, los discfpulos Entonces, iquien se podra salvar? quedaron fuera de sf y decfan: Pero Jesus, mirandolos fijamente, les dijo: Para los hombres eso es imposible, pero para Dios jtodo es posible !
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La promesa de Jesus a los que le siguen 27
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Entonces, tomando la palabra, Pedro le dijo: Mira, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos segu ido. iOue sera, pues, de nosotros? Pero Jesus le dijo: Amen, yo les digo: ustedes, que me han seguido, en la nueva creaci6n, cuando el Hijo del Hombre se siente en su trono de gloria, se sentaran tambien en doce tronos, representando a las doce tribus de Israel. Y: todo aquel que ha dejado casas, hermanos o hermanas, o padre, madre, hijos o campos por mi nombre, jrecibira el ciento por uno!, Y: jheredara la vida eterna! jPero muchos primeros seran ultimos, y muchos ultimos, primeros!
Tejido estructural del texto Los lectores ya han aprendido en el apartado anterior quienes, segun el capitulo 18, pertenecen a lospequefios de la comunidad, y ahora tienen que confrontarse con un tercer grupo de los mismos, ademas de los que viven sin casarse y de los nifios, a saber: los ricos. (La riqueza excluye de la vida eterna, del Reino de los Cielos o del seguimiento? El texto se compone de tres partes (19,16-22.23-26.27-30) unidas entre si por temas que tienen que ver con palabras como vida etema, riqueza y seguimiento. La repetici6n de la formulaci6n Ins primeros y los ultimos (19,30) en 20,16 lleva a los lectores a reconocer aqui un nexo con la parabola de los trabajadores de la vifia y del propietario de la misma (20,1-16). La primera parte (19,16-22) se articula, en tres giros de conversaci6n, por la pregunta del joven y la respuesta de Jesus. A la escueta introducci6n le sigue enseguida la primera pregunta, orientada al tema de cumplir los mandamientos (19,16-17). En el segundo giro de la conversaci6n, la pregunta del joven le permite a Jesus precisar que mandamientos es necesario cumplir para entrar en la vida etema, y se constata que el joven ha cumplido todos esos mandamientos (19,18-20a). Evidentemente, esto no le basta al joven, pues pregunta por
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tercera vez, y Jesus le aclara lo que le falta para la perfecci6n y para tener un tesoro en el cielo (19,20b-21). La reacci6n del joven, que ahora es descrito como rico, pues tenia muchos bienes, cierra este apartado (19,22). La segunda parte (19 ,23-26) toma las palabras clave riqueza y Reino de los Cielos en un breve dialogo instructivo entre Jesus y sus discipulos. Los discipulos se asombran ante la declaraci6n de Jesus de que los ricos no entraran fäcilmente en el Reino de los Cielos (19 ,23-24) y le preguntan por la salvaci6n, en general, de los hombres (19 ,25). La conclusi6n de Jesus de que para Dias no existe nada imposible (19,26) termina esta secci6n. La tercera parte (19,27-30) enlaza con el tema del seguimiento y de la vida eterna: Pedro pregunta ahora por las ventajas para todos los que siguen a Jesus (19,27) y el le responde con una doble promesa que vale para los discipulos (19,28) y, en general, para todos los que le siguen (19,29-30).
Configuracion semantica del texto 19,16-22: EI joven rico 19,16-17: Un joven pregunta a Jesus con una clara intenci6n que es lo bueno que
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Al distinguir Mateo claramente entre hacer el bien y cumplir los mandamientos, esta sefialando a los lectores que ambas cosas no son identicas: hacer el bien va mas alla del cumplimiento de los mandamientos; en efecto, estos ultimos, en cuanto muestra indicativa, representan solo el mfnimo de lo que (no) se
19, 18-20a: EI joven vuelve a preguntar que mandamientos hay que observar para alcanzar la vida eterna. Tras esta pregunta, los lectores pueden reconocer su gran interes por llegar realmente a esa vida, pues despues preguntara nuevamente si aun le falta algo (19,20b). En su respuesta, Jesus menciona algunos mandamientos del Decalogo y los completa con el mandato general de amar al projimo. Llamativamente, de los diez mandamientos faltan aquf los tres primeros que se refieren a Dios, pero en los que sf se mencionan s6lo se trata de la relacion con los demas descrita, en primer lugar, por los mandatos negativos (lo que no hay que hacer) y, a continuacion, por los positivos (honrar al padre y a la madre, amar al projimo). Es evidente que estos mandamientos no exigen demasiado. Con esto, Mateo vuelve a subrayar que la vida eterna
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Riqueza y seguimiento: 19,16-30
reune las condiciones necesarias para la vida eterna, de modo que puede estar seguro de que ha hecho lo correcto para alcanzarla. Llama la atenci6n de los lectores la diferencia entre las exigencias aquf mencionadas, por un lado, y la justicia sobreabundante (5,20) reclamada en el serm6n de la montafia, por otro. Sin embargo, una mirada mas atenta muestra que se trata de dos cosas diferentes: es necesario cumplir los mandamientos mencionados para alcanzar la vida etema (19, 17-19), pero se requiere hacer la justicia sobreabundante para entrar en el Reino de los Cielos (5,20). Y es que el Reino de los Cielos no consiste unicamente en la vida etema, sino que es esencialmente mucho mas. Esto es lo que queda claro en el pr6ximo dialogo entre el joven y Jesus.
19,20b-21.22: Al joven no parece serle suficiente la vida etema y por eso pregunta que le falta todavia. A el, que ha cumplido los mandamientos, le falta la perfecci6n. Los lectores tienen aun el recuerdo del serm6n de la montafia, cuya primera parte sobre el cumplimiento de la Tora concluye con esta exigencia: Sean perfectos, como es perfecto su Padre celestial (5,47). Jesus constata que el joven ya ha hecho todo para alcanzar la vida eterna, pero si aun quiere hacer algo mas, debe ser perfecto. En esta invitaci6n a la perfecci6n se contiene indirectamente la idea de su posible realizaci6n, es decir, no se trata de una utopfa o de un ideal digno de aspiraci6n, sino que realmente es posible llegar a ser perfecto. Jesus le dice al joven lo que debe hacer para ser perfecto en dos pasos: debe vender lo que posee y darselo a los pobres -las posesiones o el producto de su venta- y entonces tendra un tesoro en los cielos. Y, a continuaci6n, debe seguir a Jesus. El tesoro en los cielos lo pueden recibir tambien los que no siguen a Jesus, de modo que ahora queda bien clara la diferencia entre la vida etema y el Reino de los Cielos: este ultimo esta unido al anuncio de Jesus y a su seguimiento, porque sin Jesus no hay Reino de Dios, aunque el mismo incluye a todos los hombres y esta abierto a todas las personas y todos los pueblos. Ante esta exigencia, el joven se entristece y se marcha, porque posefa muchos bienes. A traves de esta informaci6n adicional sobre su patrimonio, los lectores comprenden que
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el no estaba dispuesto a separarse de sus bienes en favor de los pobres: por eso se marcha, en vez de seguir a Jesus. Es llamativo que, hasta ahora, Jesus no ha exigido la venta de los bienes ni ha requerido esto a nadie en el evangelio; incluso mas adelante corrige a sus discipulos, que querian vender a buen precio el aceite con el que la mujer ungi6 sus pies, para dar el dinero a los pobres (26,9-11). Tambien los Hechos de los Ap6stoles muestran con los ejemplos de Jose Bernabe y Ananias y Safira (Hch 4,36-37; 5,1-11) que no se requiere el completo desprendimiento para seguir a Jesus, pero sf que los bienes superfluos pueden ser empleados para apoyar a la comunidad. En otros casos del evangelio en los que Jesus llama a seguirle o alguien desea hacerlo (4,19-20; 8,19-20.21-22; 9,9; 16,23), la gente
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Riqueza y seguimiento: 19,16-30
un camello a pasar a traves del ojo de una aguja?, (que camello atravesaria ese orificio? Esta imagen, completamente absurda, manifiesta que diffcilmente -no: ien absoluto!- se les ocurre poner sus bienes al servicio del Reino de los Cielos. La repetici6n de Reino de Dias deja claro que aqui no se trata de que los ricos no llegan al cielo: ya el relato anterior habia aclarado que el joven recibiria la vida eterna solo por cumplir los mandamientos. Sin duda, estas palabras de Jesus no puede ser entendidas con un significado pasivo, en el sentido de que los ricos no son admitidos en el Reino de los Cielos, pues el acceso o la pertenencia al Reino de Dias depende de la decisi6n de cada uno. Precisamente, esto es lo que ha mostrado el ejemplo del joven rico que no se habia podido decidir por el seguimiento de Jesus y por el Reino de los Cielos. El ejemplo del rico Jose de Arimatea mostrara que, naturalmente, tambien ha habido acaudalados que si se han decidido por el seguimiento de Jesus (27,57-60). En su frase conclusiva, Jesus acentua que para Dias todo es posible: en efecto, Dias no negara el acceso a su Reino a nadie. La conmoci6n de los discipulos se basa en que ellos identifican y confunden el Reino de los Cielos, o el Reino de Dias, con salvarse, de modo que si alguien no se decide, pues, por el Reino de Dias, como el joven rico, (Se salvara? Asimismo, ( se pierden todos los que no se deciden por el Reino de Dias? iEsta idea limitada y excluyente contradice fundamentalmente la noci6n de Reino de Dias! Jesus corrige la idea de sus discipulos explicando que esa concepci6n reducida corresponde a la forma de pensar humana, pero para Dias todo es posible. La parabola de los obreros de la vifia y del propietario generoso (20,1-16) muestra la bondad de Dias, que no excluye a nadie de su Reino. 19,27-30: La promesa de Jesus a los que lo siguen Sobre el horizonte de esta conversaci6n, Pedro retoma otra vez el tema del seguimiento. Un poco antes, Jesus habia destacado que el seguimiento no era una condici6n para la salvaci6n, por eso la pregunta de Pedro no apunta tanto a la "recompensa" cuanto al sentido del seguimiento. Tras ella esta la reflexi6n siguiente: si efectivamente los hombres se salvan sin haber seguido a Jesus y sin tener que haber asumido difi-
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cultades por el Reino de los Cielos, porque para Dias todo es posible, entonces (para que han abandonado los discipulos tantas cosas?, c:que sentido tiene asumir inconvenientes por el Reino de Dios si se puede contar siempre con la gracia de Dios? En primer lugar, Jesus les promete a los Doce que en la nueva creaci6n -esto es, no ahora, sino al final de los tiempos, cuando venga el Hijo del Hombre en su gloria- se sentaran en tronos y representaran a las tribus de Israel. Aqui Mateo esta expresando la expectativa de la reconstituci6n de las doce tribus de Israel al final de los tiempos y le promete a Dios Doce que tendran un papel particular respecto a Israel. El participio aqui empleado (Kplvovw;) expresa duraci6n y, por lo mismo, no puede significar en este caso el hecho de juzgar como suceso puntual, tanto mas que el juez al final de los tiempos es el Hijo del Hombre y que sus angeles son sus auxiliares (cf. 25,31-34; 13,41-42). La concepci6n de que en la nueva creaci6n, es decir, en el mundo nuevo, al final de los tiempos, los Doce representan las doce tribus de Israel se encuentra igualmente en el Apocalipsis: alli, las doce tribus, como puertas, junto a los doce ap6stoles, en cuanto cimientos, conforman los muros de la nueva Jerusalen, que, por su parte, representa el mundo nuevo (Ap 21,12.14). La segunda parte de la promesa vale, en general, para todos los que han seguido a Jesus y por su causa han abandonado parientes o han renunciado a algo: a ellos les promete que recibiran el ciento por uno y que heredaran la vida eterna. La promesa del ciento por uno expresa que estas personas no sufriran ningun perjuicio por su seguimiento, sino que, al contrario, este representara para ellas una "ganancia" en todos los sentidos. La referencia a la vida eterna deja nuevamente claro para el lector que el Reino de Dios es "mas" que la vida eterna: esta se alcanza por el cumplimiento de los mandamientos, y el Reino de Dios, en el seguimiento de Jesus, y exige naturalmente cumplir con los mandamientos, y por eso contiene tambien la vida eterna. La vida eterna comienza tras la muerte, pero el Reino de Dios ya ha empezado con la acci6n de Jesus, y por eso es experimentado ya ahora, antes de la muerte. En estas palabras de Jesus, los lectores aprecian un claro aliento para mantenerse dispuestos al seguimiento y aceptar incluso inconvenientes por el Reino de Dios ya presente.
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Riqueza y seguimiento: 19,16-30
La frase conclusiva los primeros seran ultimos y los ultimos seran primeros
Nexos pragmaticos del texto Mateo trata de nuevo el tema del seguimiento de Jesus, pero esta vez desde la perspectiva de los que le siguen o quieren hacerlo. El ejemplo del joven rico muestra, con sus preguntas, que era muy serio en lo que tenia que ver con la vida eterna, y, en el hecho de que Jesus le llame, los lectores ven una sefial clara de que los ricos no estan excluidos del Reino de Dias ni del seguimiento. Pero, tras la llamada al seguimiento, es asunto de cada uno si sigue a Jesus y entra en el Reino de Dias o no. El joven rico no esta aun dispuesto a dejar aquello de lo que su coraz6n depende -sus bienes- por el Reino de Dias y el seguimiento de Jesus. Los lectores
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EI otro modelo de identificaci6n son los discipulos de Jesus, que no eran ricos: para ellos no existia el desaffo quese le present6 al joven rico, pero de los discipulos del Maestro se exigia algo distinto que seguramente tampoco les resultaba fäcil, pues por el seguimiento tuvieron que dejar su trabajo, sus parientes, su seguridad social y sus opiniones hasta ese momento (8,19-22). Los lectores pueden reconocer que la llamada al seguimiento es distinta para cada individuo y que exige de cada uno algo diferente. EI ejemplo del joven rico muestra muy bien que no es fäcil dar el paso por el seguimiento y por el Reino de los Cielos, porque desde la perspectiva del Reino de Dios se puede cuestionar lo que es apreciado o aparentemente importante para la propia vida. A pesar de que no es fäcil dar el paso hacia el seguimiento, el Jesus de Mateo invita a los lectores a ello y al Reino de Dios con su promesa. Aunque, en un primer momento, el seguimiento esta unido a la renuncia o a la desventaja, sin embargo los que se deciden por el pueden estar seguros de que "vale la pena", pues seran "recompensados" con el ciento por uno, esto es, sobre toda medida, y heredaran la vida eterna. Esta afirmaci6n quita a los lectores el temor a dar ese paso en el seguimiento y les anima a decidirse y a entrar en el Reino de Dios, que ya ha comenzado y que se experimenta desde ahora, en cuanto es vivido. Los que aun vacilan o piensan que pueden decidirse mas tarde tienen que preguntarse c6mo pueden renunciar a un bien como este y que les es tan cercano.
La parabola de los obreros de la viiia: 20,1-16
En efecto, el Reino de los Cielos es semejante a un hombre, un propietario, que sali6 a primera hora de la mafiana a contratar obreros para su vifia. Habiendose acordado con los obreros un denario al dfa, los envi6 a su vina. Y luego,
saliendo a media manana, vio a otros que estaban en la plaza sin hacer nada Vayan tambien a mi vina y les dijo: y les dare lo que sea justo. Y ellos fueron. a salir a mediodfa Volvi6 y a media tarde, e hizo lo mismo. Y a eso de[ atardecer, al salir, encontr6 a otros que estaban allf y [es dijo: iPor que estan aquf todo el dfa sin hacer nada? Le dicen: EI les dice:
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Es que nadie nos ha contratado. jVayan tambien ustedes a mi vina!
Al atardecer, dice el dueno de la vifia a su administrador: Llama a los obreros y pagales el jornal, comenzando por los ultimos hasta los primeros. Y viniendo los del atardecer cobraron un denario cada uno. Y al venir los primeros pensaron que recibirian mas, pero cobraron tambien ellos un denario cada uno. Pero al cobrarlo murmuraban contra el propietario Estos ultimos no han trabajado mas que una hora diciendo: y tu los has equiparado con nosotros, que hemos aguantado el peso de[ dia. Pero, contestandoles, el les dijo: Amigo, no te hago ninguna injusticia; ino acordaste conmigo un denario? Pues jtoma lo tuyo y vete! Pero yo quiero dar a este ultimo lo mismo que a ti. iÜ es que no puedo hacer con los mios lo que quiero?, iO es tu ojo malo, porque yo soy bueno?
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Asf, los ultimos seran primeros, y los primeros, ultimos.
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Tejido estructural del texto La parabola comienza con una descripci6n introductoria de la situaci6n (20,1-2), a continuaci6n se articula en tres breves escenas (20,3-5.6-7.8-15) y concluye con una explicaci6n generalizadora (20,16) que retoma la frase final de la anterior enseiianza de Jesus (19,30), pero en secuencia invertida. De aqui que esta parabola deba ser vista en el contexto de la enseiianza de Jesus sobre el seguimiento (19,16-30), pues, en efecto, ilustra la llamada a ese seguimiento y la realidad del Reino de Dios (20,1). No se informa de una reacci6n a esta parabola, sino que habla por si misma, permitiendo tambien que los lectores de hoy se sientan interpelados.
Configuracion semantica del texto 20,1-2: La introducci6n se refiere al Reino de los Cielos como el objeto de la parabola. Para describir ese Reino de Dios, Jesus parte de una situaci6n cotidiana que era bien conocida por los lectores de entonces y que puede ser igualmente familiar para los de hoy, pues tambien en nuestra realidad existen jornaleros u obreros estacionales que son contratados por una breve temporada. La paga de un denario por la jornada de trabajo correspondia al sueldo normal de un trabajador y era suficiente para el mantenimiento de una familia durante un dia. Experimentados lectores de la Biblia interpretan que la vifia es Israel o el mundo; el propietario, Dios; su administrador, Jesus, y en los trabajadores contratados se reconocen a si mismos.
20,3-5: La primera escena narra tres veces la misma acci6n del propietario de la viiia, que sale siempre para conseguir nuevos obreros para el trabajo en su viiiedo. Corno se trata de una parabola y no de una descripci6n de la realidad, los lectores saben que pueden exagerarse bastante los elementos. La repetici6n de la misma acci6n insinua que el propietario de la viiia "siempre" sale a buscar trabajadores y que necesita "muchos obreros". Sobre la paga acordada solo sabemos que el sera justo; es decir, los obreros y lectores pueden
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La panibola de los obreros de la vifia: 20,1-16
contar con una paga (diaria) conforme al tiempo de trabajo que han cumplido. 20,6-7: La segunda escena repite la primera en una versi6n mas detallada, aunque con algunas exageraciones que los lectores tienen que interpretar. No es realista que el propietario de una vifia vuelva a salir literalmente a ultima hora para contratar obreros, pero la parabola da a entender aqui claramente que el duefio del vifiedo "siempre" -tambien a ultima hora, en el ultimo momento- necesita trabajadores. Es llamativa la conversaci6n con los obreros: en realidad el propietario deberia saber que alli siempre hay obreros y que son precisamente aquellos a quienes nadie contrata. Con una pregunta innecesaria se dirige la atenci6n de los lectores a esos trabajadores: que esten aun ahf porque nadie los ha querido les caracteriza como personas debiles y aparentemente menos aptas para el trabajo, pues, naturalmente, un empleador escoge primero a los obreros mas fuertes, mas capaces. Asi, los lectores pueden reconocer en estos trabajadores contratados en el ultimo momento a los debiles y despreciados, a los pequeiios: tambien ellos son contratados y enviados a la vifia. No se dice nada sobre el sueldo, y se da a entender a los lectores que apenas va a ser mas que una limosna. En estos ultimos obreros puede verse a las personas que no tienen nada que esperar.
20,8-15: Al pagarse los jornales, por la tarde, se empieza por los ultimos trabajadores a fin de que -conforme a la tecnica narrativa- los primeros puedan experimentar que todos -tambien los que han comenzado a media mafiana, al mediodia y a media tarde- reciben la misma recompensa. Se cuenta expresamente que por eso mismo los primeros obreros abrigan la (falsa) esperanza de que van a recibir mas (20, lüa). Dado que se habia convenido con ellos el jornal normal de un denario, su esperanza de recibir mas solo se basa en la comparaci6n con los demas o en referencia a si mismos: como primeros han trabajado "mas" y soportado "mas" que los ultimos (20,12c). Los primeros, que a sus propios ojos no son en absoluto como los ultimos, reprochan esto al duefio de la vifia: tu nos has equiparado a ellos (20,12b). Por esta equiparaci6n, los primeros se sienten perjudicados e infravalorados, aunque no tienen ningun motivo para ello, porque su paga no
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solo es justa y adecuada, sino tambien la acordada con ellos. Su decepcion y su reproche al propietario del vifiedo se basan, en ultima instancia, en su propia perspectiva y su propia medida, que les pone en el centro y les convierte en la medida de todos los demas. A los lectores, esta descripcion les sirve de sefial para reconocer como insuficiente la posicion de estos primeros trabajadores y para valorar correspondientemente el inusual modo de actuar del duefio de la vifia. El propietario se dirige a cada uno de los primeros obreros como amigo y explica su proceder (20,13-14a), con lo que queda claro que no abriga ninguna mala intencion y que no ha actuado arbitraria o precipitadamente, sino claramente de forma bondadosa (20,14b). Sus siguientes preguntas (20,15) a los primeros obreros apuntan a respuestas confirmativas: asi, los primeros -y con ellos los lectores- tienen que reconocer que su propio ojo es malo, es decir, que su propia perspectiva (egocentrica) les ha alterado la vision de la bondad del propietario de la vifia. EI discurso directo en segunda persona interpela directamente tambien a los lectores, de modo que tambien estos
20, 16: Precisamente esto es lo que tambien subraya la frase conclusiva acerca de los primeros y los ultimos (20,16), y no se trata de un simple cambio en la sucesion o en el rango, sino de que, ante la bondad de Dios, todos son iguales. En el contexto del discurso precedente de Jesus acerca del seguimiento, esto significa que carece de importancia "cuando" ha comenzado uno a trabajar por el Reino de Dios, y, asimismo, "cuanto tiempo" o "bajo que condiciones" lo ha hecho tampoco juegan ningun papel, pues solo es importante que cada uno hace el trabajo para el que fue llamado. Ahora tambien resulta claro que no existe ningun "orden de rangos" y que es
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La parabola de los obreros de la vifia: 20,1-16
imposible despreciar a alguien, porque cada uno es un "especialista" en su ambito.
Nexos pragmaticos del texto La parabola ofrece a los lectores tres distintos papeles de identificaci6n: los primeros trabajadores, los ultimos -incluidos los mas tardios- y el propietario de la vifia. Por el modo como se relata la parabola, los lectores son conducidos a reencontrarse a sf mismos en los primeros obreros. Tan pronto como estos "primeros obreros" comprenden que sus concepciones y criterios de valor son limitados y unilaterales, porque solo les sirven a ellos, entonces pueden deponer su antiguo modo de considerar las cosas y comenzar a ver y valorar, desde la perspectiva de Dios, con "buenos ojos", el compromiso de los pequefios, debiles y despreciados a favor del Reino de Dias. Si los "primeros obreros" ven c6mo es el trato recfproco en el Reino de los Cielos, comprenden que tambien ellos estan llamados a actuar de esa manera bondadosa. Los "ultimos obreros" representan, en especial, a las personas que los demas pasan por alto, que no son valoradas e incluso resultan despreciadas por no ser tan capaces como otros, porque son tfmidas, debiles o fragiles, porque no coffesponden a la "norma" general, porque estan separadas, vueltas a casar, solteras o viven en pareja sin estar casadas, porque han pecado o tienen alguna culpa, porque estan desocupados, enfermos ... En la parabola, estos "ultimos obreros" esperan pacientemente y llenos de esperanza hasta ultimo minuto que alguien los contrate; no abandonan su esperanza y, a veces, conocen sus capacidades y fuerzas, aunque a los ojos de los demas no valen mucho. No se informa aquf de ninguna reacci6n de ellos ante la inesperada paga, pero los lectores pueden pensar que estaban sorprendidos, felices y agradecidos, y, por eso, al reencontrarse a sf mismos en estos personajes, advierten que la parabola contiene para ellos una promesa: la realidad del Reino de los Cielos es total y completamente distinta de la que experimentan en el presente. Los ultimos son acogidos y empleados en el Reino de los Cielos tal como son, con sus
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debilidades, sus fallos, los aspectos oscuros de sus vidas ... , porque son valorados como personas individuales. En el Reino de Dios no cuentan mas el rendimiento cuantitativo o el trabajo cualitativo, sino solo que cada uno cumpla aquello para lo cual fue llamado. El autentico modelo en la parabola es el duefio de la vifia. Aunque simboliza a Dios, los lectores no deben amilanarse, sino identificarse con el, pues, por un lado, el encargo de ser perfectos como nuestro Padre celestial (5 ,48; 19 ,21) es para todos y, por otro, corresponde al papel de los "primeros obreros" reconocer no solo teoricamente la actuacion bondadosa de ese propietario de la vifia, sino hacerla realidad en su vida. Con su actuar distinto, inesperadamente bondadoso, el duefio de la vifia desenmascara como discriminatorias las concepciones humanas habituales y, a su vez, manifiesta la (mica alternativa posible, esa misma que los "primeros obreros" le reprochan como equiparar. Pero igualdad no significa (micamente igualdad de trato o de derechos, sino que es algo que debe ser visto en relacion con la justicia, y entonces significa dar a cada uno lo que necesita. En esto no se trata -como quizas temen los "primeros obreros"- de perder la individualidad, sino precisamente al contrario, de valorarla de forma correcta. Si los lectores han comprendido el principio de bondad del Reino de los Cielos, deben actuar asi, porque es asi como el Reino de los Cielos resulta realmente perceptible.
EI tercer anuncio de la pasi6n, muerte y resurrecci6n; las reacciones de los discipulos y la enseiianza de Jesus: 20,17-28
El tercer anuncio de la pasi6n. muerte y resurrecci6n 17
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Cuando iba subiendo a Jerusalen, Jesus tom6 aparte a los Doce y les dijo por el camino: jMiren!, subimos a Jerusalen, y el Hijo del Hombre sera entregado a los sumos sacerdotes y escribas; y le condenaran a muerte y le entregaran a los paganos, para burlarse de el, azotarlo y crucificarlo, y al tercer dfa resucitara.
Reacciones de los discipulos y ensefianz.a de Jesus para el seguimiento 20
Entonces se le acerc6 la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos y cay6 de rodillas para pedirle un favor.
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EI le dijo: Ella le dijo:
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iOue quieres? Manda que estos dos hijos mfos se sienten uno a tu derecha y otro a tu izquierda en tu Reino. Pero, respondiendole, dijo Jesus: No saben lo que piden. iPueden beber el caliz que yo voy a beber? Le dijeron: Sf, podemos. Beberan mi caliz, Les dijo: pero sentarse a mi derecha y a mi izquierda no es cosa mfa el concederlo, sino que es para quienes lo ha reservado mi Padre. Al ofr esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesus, llamandolos, dijo: Saben que los jefes de las naciones las dominan las oprimen. y los grandes No ha de ser asf entre ustedes, sino que el que quiera llegar a ser grande entre ustedes sera su servidor, ser el primero entre ustedes el que quiera y sera su siervo, como el Hijo del Hombre, que no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.
Mt 16,21-28,20: Jesus, Mesias e Hijo del Hombre, en su Reino
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Tejido estructural del texto Con la indicaci6n de lugar cuando iba subiendo a Jerusalen, Mateo introduce un nuevo apartado que comienza con un anuncio de los padecimientos y que puede dividirse en tres partes. El tercer anuncio de la pasi6n y resurrecci6n (20, 17-19) es el mas detallado de todos. Corno en los anteriores, tambien aquf le sigue una reacci6n de los discfpulos, a causa de su insuficiente comprensi6n de lo anunciado por Jesus (20,20-28). En esta oportunidad, Mateo presenta una doble reacci6n: primero, la de la madre de los Zebedeos, junto con sus hijos Santiago y Juan (20,20-23), y luego la de los otros diez discfpulos (20,24-28). A estas dos reacciones va unida nuevamente una explicaci6n mas precisa de Jesus sobre el seguimiento.
Configuraci6n semantica del texto 20,17-19: El tercer anuncio de la pasi6n, muerte y resurrecci6n Jesus se va acercando a Jerusalen junto con sus discfpulos, donde debera cumplirse su destino, como los lectores ya saben por el primer anuncio de la pasi6n y resurrecci6n (16,21). Antes de anunciar por tercera vez su suerte inminente, Jesus toma aparte a sus doce discfpulos, con lo que Mateo quiere dar a entender que este aviso se dirige ahora particularmente a ellos. Con la aparici6n de la madre de los Zebedeos en el pasaje siguiente queda claro que no estan solos y que ellos no Süll los UlliCOS que acompafian a Jesus hacia Jerusalen. Este tercer anuncio de la pasi6n y resurrecci6n es el mas extenso y se ve completado por algunos elementos: ahora entran enjuego lospaganos, como nuevos participantes, y el sufrimiento de Jesus se describe con mas precisi6n como burlarse, azotarlo y crucifzcarlo (20, 19). Mateo acentua con esto la inminente pasi6n, que, con la doble menci6n de Jerusalen (20,17.18), aparece mas pr6xima aun. Es muy llamativo que sus discfpulos no reparan en su anuncio detallado de los sufrimientos, sino que inmediatamente se refieren a la resurrecci6n. Ya antes habian reaccionado de modo semejante
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EI tercer anuncio de la pasi6n, muerte y resurrecci6n„.: 20,17-28
ante el dolor anunciado: Pedro habia intentado evitar el padecimiento e ignorar la resurrecci6n (16,22), y, tras el segundo anuncio, los discipulos se quedaron muy abatidos y parecia que asumieron los hechos de la pasi6n como aletargados, sin reparar en la resurrecci6n (17,23). Ahora, los discipulos se saltan el sufrimiento, tan detalladamente anunciado, y parece que solo lo ven como un paso intermedio y necesario para la resurrecci6n (20,21.24). Estas reacciones ante la pasi6n, con omisi6n, tristeza paralizante (autocompasi6n) o aceptaci6n como mal necesario o como condici6n para algo distinto, reflejan el modo como, en general, los seres humanos manejan el sufrimiento y la muerte. En muchos ejemplos de los anuncios de los padecimientos, tras estas reacciones de los discipulos estan los intentos de los primeros cristianos para comprender la pasi6n y muerte de Jesus. Pero estas maneras de tratar el tema no valoran correctamente los sufrimientos y por eso no conducen a una adecuada confrontaci6n con el dolor, ni a una explicaci6n de la pasi6n y muerte de Jesus. Es por ello por lo que la ensefianza que a continuaci6n el mismo presenta sobre el seguimiento destaca expresamente -al contrario que la expectativa de los discipulos- los padecimientos (beber el caliz: 20,22-23; dar la vida: 20,28) e incluso se anuncian para los propios discipulos.
20,20-28: Reacciones de los discipulos y enseiianza de Jesus sobre el seguimiento 20,20-23: La petici6n de la madre de los Zebedeos excluye la pasi6n y muerte anunciadas por Jesus y enlaza enseguida con la promesa de la resurrecci6n. La realidad del mas alla resulta clara en el contexto, porque el sentarse a la derecha e izquierda es algo establecido por Dios (20,23). Esta imagen de sentarse a la derecha e izquierda de Jesus puede, asimismo, enlazar con el sentarse en doce tronos, como representaci6n (19,28), quese les prometi6 a los doce discipulos de Jesus. La madre pide que sus dos hijos ocupen lugares de honor en el Reino de Jesus; su deseo seguramente esta expresando una profunda simpatia tanto por Jesus como por sus hijos, pero, a la vez, deja tambien claro que ella no ha comprendido aun el principio de la bondad del Reino de Dios acerca de los pri-
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meros y ultimos (20,16). No sorprende particularmente a los lectores que aqui se trata de Santiago y Juan, porque estos dos hermanos ya habian tenido una posici6n selecta en la experiencia de la transfiguraci6n y en la aparici6n en el monte (17, 1). San ellos tambien los que luego, en Getsemani, podran estar muy cercanos a Jesus (26,37). La primera respuesta de Jesus (20,22) convoca nuevamente a los discipulos a la realidad: no deben tapar o suprimir el sufrimiento amenazador con suefios idealistas acerca del futuro Reino de Dias. Con la expresi6n beber el caliz, que les era familiar a los lectores antiguos por formulaciones similares de la Biblia (caliz de la salvaci6n o vaso de la ira: Sal 16,5; 116,13; Is 51,17.22; Jr 25,15-17; Sal 75,9), Jesus remite a su inminente destino de sufrimiento, muerte y resurrecci6n. Par eso, su pregunta (,PUeden beber el caliz que yo voy a beber? les recuerda a los discipulos su comuni6n de destino con Jesus: tambien ellos estan llamados a tomar su cruz, si quieren seguir a Jesus (10,38; 16,24); al formular esto como pregunta, Jesus les deja abierta a sus discipulos la posibilidad de rechazarlo. El seguimiento de Jesus tiene lugar tambien en el padecimiento. Asi pues, c:estan los discipulos dispuestos a ello? Par eso, la respuesta positiva de los das es una respuesta modelo para los lectores (20,22c): ambos discipulos estan dispuestos a seguir a Jesus a pesar del sufrimiento, las desventajas y la posible muerte. Con esta respuesta estan dejando claro ahora que asumen el padecimiento como tal, que no lo adornan ni lo edulcoran: el sufrimiento no debe constituir para ellos ningun impedimento en el seguimiento. La scgunda respuesta de Jesus (20,23) debe preservar a los lectores de querer soportar el dolor s6lo para recibir un puesto de honor tras la muerte, una "ventaja" o una "recompensa". Esta actitud asumiria el dolor como algo dado, lo toleraria como un medio para un fin o incluso lo veria como algo necesario. Pero el sufrimiento no debe existir, y de ninguna manera es algo querido por Dias, pues el es quien ve el dolor de cada uno y de todo su pueblo y lo supera (por ejemplo Gn 16,11; 29,32; Ex 3,7; 4,31; Sal 34,20; Is 14,3; 30,26). Al sefialar Jesus que no es el, sino Dios, quien concede los "puestos de honor" en el Reino de los Cielos, esta recordando nuevamente la medida que emplea el Padre: ante el los prime-
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EI tercer anuncio de la pasi6n, muerte y resurrecci6n„.: 20,17-28
ros Süll los Ultimos y los pequefiOS Süll los mayores (18,4; 19,30; 20,16); los lectores
porque los hijos de Zebedeo pretenden los puestos de honor en el Reino de los Cielos y quieren algo especial para ellos. Al tomar mal esto, los diez no se estan situando a si mismos mejor que aquellos, pues su enojo y su envidia muestran que tambien ellos ocuparian gustosamente esos puestos de honor. Con este litigio, Mateo muestra que los discipulos de Jesus aun siguen sin comprender quien es el mayor en el Reiho de Dios (18,1-4). EI siguiente discurso de Jesus se refiere ahora menos a la realidad celestial y, al emplear el estilo directo, hablando de ustedes y de su (20,25-27), apunta directamente en primer lugar a la situaci6n de la comunidad. En la comunidad o entre ustedes no ha de ser asi, como en el mundo cotidiano (20,26). Entre los creyentes debe reinar otra forma de trato que la que los sefiores del mundo, los poderosos y jefes emplean con sus subordinados. Pues los grandes ejercenpoder y dominio con los pequefios, incluso los oprimen, es decir, cometen intencionadamente injusticias contra ellos para llevar adelante sus propios intereses y se hacen servir. La comunidad, por el contrario, debe mostrar con el trato completamente distinto entre sus miembros que los pequefios Süll los mayores, y los Ultimos, los primeros; por eso,
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La formulaci6n dar la vida como rescate es, sin embargo, contradictoria, pues en el Antiguo Testamento se puede pagar un rescate para liberar a esclavos, presos u otros culpables (Ex 21,29-30; Lv 25,47-49), y tambien hay que pagar un rescate por el hijo primogenito y por todo primer animal nacido (Ex 34,20; Nm 18,15), pero en ningun sitio se exige la vida misma como rescate. Cabe pensar, pues, en un significado con el sentido de el ha comprometido su vida para liberar a muchos o comprometi6 su vida por la redenci6n de muchos. Y, en efecto, Jesus ayud6 a muchos enfermos, posefdos y sufrientes y se empefi6 por los pequefios. Ademas, los lectores pueden pensar tambien en el cumplimiento de la cita de las Escrituras en 8,17, que, enlazando con el Siervo de Dios de Is 53,4, presenta a Jesus como ese Siervo, porque el, con sus sufrimientos, se pone de parte de los sufrientes.
Nexos pragmaticos del texto En esta secci6n los lectores hallan el impuso para reflexionar profundamente sobre la vida y el servicio de Jesus y para relacionarlos con su propio seguimiento. Al hacerlo, tienen que procurar asumir el sufrimiento como algo que no debe ser aclarado o adornado y que de ninguna manera puede conducir a la glorificaci6n del dolor o a una "mfstica del padecimiento". EI sufrimiento debe ser anulado o aminorado, y no puede impedir ni obstaculizar el seguimiento. EI hecho de que tambien Jesus haya sufrido puede consolar a los lectores en sus propios padecimientos y animarles a tratar de superar el dolor. En particular, respecto a la situaci6n comunitaria, los lectores encuentran claras indicaciones acerca de c6mo
La curaci6n de dos ciegos de Jeric6: 20,29-34
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Cuando salian de Jeric6, le sigui6 una gran muchedumbre.
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Y he aquf que dos ciegos que estaban sentados junto al camino, escuchando que Jesus pasaba, se pusieron a gritar: iTen conipasi6n de nosotros, Sefior, Hijo de David!
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La muchedumbre les increp6 para quese callaran, pero el los gritaron mas fuerte jTen compasi6n de nosotros, Sefior, Hijo de David! diciendo:
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Jesus, deteniendose, los llam6 y dijo: iQue quieren que les haga? Le dijeron: jSefior, que se ab ran nuestros ojos!
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Movido a compasi6n, Jesus toc6 sus ojos y al instante recobraron la vista. Y le sigu ieron.
Tejido estructural del texto El relato recuerda el episodio similar de la curaci6n de los dos ciegos en 9,27-31, aunque aqui aparecen nuevos y diferentes elementos, con los que Mateo da otras sefiales a los lectores. Con esos acentos distintos, Mateo muestra, ademas, que todo caso es individual y que esto tambien es visto asi por Jesus. Esta narraci6n se puede articular de la siguiente manera: a la breve introducci6n con la indicaci6n de lugar (20,29) le sigue una descripci6n de la situaci6n que tambien presenta los personajes de la acci6n (20,30); una compilaci6n (20,31) dilata la marcha del relato, aunque no puede impedir el breve dialogo entre Jesus y los ciegos (20,32-33). La informaci6n de la curaci6n, con la nota adicional del seguimiento de los dos que han sido sanados, constituye la conclusi6n (20,34).
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Configuracion semantica del texto 20,29: A los lectores, que ya saben (20,17) que Jesus va de camino hacia Jerusalen, la indicaci6n de lugar Jeric6 les sefiala la gran proximidad a esa ciudad. Ademas de los discipulos, que en la instrucci6n precedente sobre el seguimiento fueron presentados totalmente solos con Jesus, hay aqui tambien una gran multitud que sigue a Jesus. Los lectores, pues, tienen que imaginarse a Jesus acompafiado por muchas personas cuando se dirige a J erusalen. 20,30: La sefial de atenci6n he aquf dirige la mirada de los lectores hacia los
No obstante, los
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La curacion de dos ciegos de Jerico: 20,29-34
20,32-33: A la pregunta de Jesus de que quieren que les haga, ambos responden con una f6rmula en voz pasiva, que se abran nuestros ojos, que remite a Dios como el que realiza lo solicitado. Con ello, los ciegos estan expresando, a la vez, su fe y su esperanza en Jesus y en su acci6n. Por eso el no tiene que preguntar por la fe y por la confianza de ambos, como ocurria en el otro caso de curaci6n de dos ciegos en 9,27-31. 20,34: La fe y la confianza de los ciegos conmueve en lo mas intimo a Jesus, que tiene compasi6n de estas personas sufrientes (como ya en 9,36; 14,14; 15,32) y les ayuda. Los lectores encuentran aqui la sefial de que el sufrimiento
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Nexos pragmaticos del texto Al final del capitulo sobre la marcha de Jesus hacia Jerusalen, este relato de la curaci6n de dos ciegos cumple la funci6n de abrir los ojos tambien a los lectores: ellos
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La curacion de dos ciegos de Jerico: 20,29-34
a Jesus. San personas que han tenido una experiencia sanadora de "ojos quese abren" y esa experiencia con Jesus les llama al seguimiento. Desde el punto de vista de la tecnica redaccional, los lectores se ven conducidos aquf, a traves del seguimiento de los das ciegos, a marchar tambien con ojos abiertos hacia Jerusalen: c:estan dispuestos a seguir a Jesus?
b) 21,1-25,46:
La actividad de Jesus en Jerusalen
La entrada de Jesus en Jerusalen: 21,1-11
La preparacion de la llegada Y cuando se aproximaron a Jerusalen y llegaron a Betfage, en el Monte de los Olivos, envi6 Jesus a dos discfpulos diciendoles:
Vayan al pueblo que esta enfrente de ustedes y enseguida encontraran una burra atada y un burrito con ella; idesatenlos y traiganmelos! Y si alguien les dice algo, diran:
EI Senor los necesita. Enseguida se los enviara.
Esto sucedi6 para quese cumpliese lo dicho por el profeta:
Digan a la hija de Si6n: He aquf que tu rey viene a ti manso y montado en una burra y un burrito, hijo de animal de yugo (ls 62, 11; Zac 9,9).
La llegada Los discfpulos fueron e hicieron como Jesus les habfa encargado: trajeron la burra y el burrito
y pusieron sobre el los sus mantos,
y el se sent6 encima. Y la gran muchedumbre extendi6 sus mantos por el camino, otros cortaban ramas de los arboles y las tendfan por el camino. La multitud que iba delante y detras de el gritaba diciendo:
iHosanna al Hijo de David! j8endito el que viene en nombre de/ Sefior! jHosanna en las alturas! (Sa/ 118,25s.).
La entrada de Jesus a Jerusalen 10
Y al entrar el en Jerusalen, toda la ciudad se conmovi6, diciendo:
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iOuien es este?
Y la multitud decfa: Este es el profeta Jesus, de Nazaret de Gai ilea.
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Tejido estructural del texto A traves de las distintas indicaciones de lugar: en las proximidades de Jerusalen / Betfage, en el camino y en Jerusalen, el relato se subdivide en tres escenas: la primera, en las cercanias de la ciudad, en Betfage, trata de la preparaci6n de la llegada a Jerusalen (21,1-5); la siguiente escena cuenta lallegada de Jesus a la ciudad como una marcha triunfal (21,6-9), en tanto que en la ultima se informa de su entrada en la misma y de la reacci6n de la gente (21,10-11). Al comienzo de este gran apartado -la actividad de Jesus en Jerusalen (21,1-25,46)-, llaman especialmente la atenci6n las dos citas de las Escrituras al final de la primera y de la segunda escenas: presentan la entrada de Jesus en la ciudad como algo conforme a las Escrituras y, a la vez, evocan en la memoria de los lectores las frecuentes citas escrituristicas al comienzo del evangelio, de modo que se les vuelve a hacer presente el plan salvffico de Dios.
Configuracion semantica del texto 21,1-5: La preparaci6n de la llegada Jesus, sus discipulos, los dos ciegos curados (20,34) y la muchedumbre que le acompafia (20,29) se encuentran ahora en las proximidades de Jerusalen. Los lectores vinculan tambien el triple anuncio de la pasi6n, muerte y resurrecci6n de Jesus con esta ciudad, de modo quese vuelven conscientes de que pronto se cumplira el destino de el. Para la marcha hacia la ciudad necesitan un burro en el que Jesus pueda cabalgar. Desde el punto de vista de la tecnica narrativa, no puede ser que otras personas le traigan el asno, porque, de ser asi, la iniciativa partiria de otros y el gesto podria ser malinterpretado. Es para Jesus mismo para quien tienen que "encontrar" el burro (asi en Jn 12,14). Los sin6pticos presentan este hecho como algo previsto que llega a cumplimiento, dando con ello la impresi6n de que Jesus es completamente sefior de lo que sucede ahora, lo que subraya, ademas, su referencia a la posibilidad de que alguien les diga algo (21,3a), es decir, que alguien pregunte por el motivo de la
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La entrada de Jesus en Jerusalen: 21,1-11
accion de los discipulos de Jesus. El ya ha pensado en esto y les sugiere la respuesta posible. Naturalmente, no se trata de un "robo", porque enseguida se lo enviara (21,3c) cabe verlo como algo expresado por el propietario -y, por lo mismo, como una declaracion de su acuerdo- o entenderlo en el sentido de enseguida se lo devolvera (asi en Mc 11,3), aludiendo a Jesus mismo. Este, pues, solo esta tomando prestado el asno y no pretende retenerlo permanentemente en propiedad. El hecho de quese trate de dos animales, una burra y su burrito, conforme a la cita de Zacarias (Zac 9,9), es una idea de Mateo que enfatiza el cumplimiento de las Escrituras. De cara a este cumplimiento de las mismas como trasfondo de la configuracion del relato, no tiene importancia la cuestion practica de como se puede montar dos asnos a la vez. Ademas, un animal joven, que aun mama, no puede ser apartado de su madre, de modo que es tomado junto con esta. Es posible que la imagen de la burra con su burrito este destacando la mansedumbre del que cabalga, pues yendo en un animal asi, con su cria, queda excluida toda posible accion hostil. La cita escrituristica cumplida presenta a Jesus como el rey (esperado), pero no concuerda con la descripcion habitual de un monarca, pues es un rey manso, pacifico. Por un lado, Mateo sefiala con esto a sus lectores que de este Jesus no procede ningun peligro politico: no es ningun anti-rey que vaya a disputar el poder al emperador romano o a su gobernador. Pero, por otro, los opositores de Jesus le reprochan que quiere ser el rey de los judios /de Israel (27,11.29.37.42), con lo que a los lectores se les plantea esta pregunta: si Jesus es rey, (de que tipo lo es? Mateo compone la cita escrituristica cumplida con algunas omisiones que acentuan la mansedumbre del rey. Los lectores pensaran aqui tambien en la autodescripcion de Jesus en 11,29: pues soy manso y humilde de coraz6n. De la cita de Is 62, 11 solo queda la primera parte: digan a la hija de Si6n, pero podemos suponer que los lectores de Mateo, conocedores de la Biblia, con solo este inicio ya evocan todo el resto de la misma: mira, jviene su Salvador!; su salario lo acompaiia y su paga lo precede. De este modo, el autor estaria ofreciendo a sus destinatarios otra indicaci6n de quien es Jesus, en rela-
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cion con la multitud que lo precede y que lo sigue (21,9). Sin embargo, en los pasajes de las Escrituras citados, es Dios el rey pacifico y el salvador. Asf, el hecho de que Mateo refiera estos textos a Jesus permite que los lectores entiendan que Dios cumple su plan a traves de el.
21,6-9: La llegada Mateo informa muy brevemente de la realizacion del encargo de Jesus por parte de sus discipulos: todo estaba tal como el se lo habia predicho. EI hecho de que los discipulos pongan sus mantos sobre la burra y la gente extienda sus vestiduras y ramas en el camino debe entenderse como un gesto de homenaje (cf. 2 Re 9,13), de modo que, segun esto, los discfpulos y la multitud interpretan la marcha de Jesus sobre el asno como una accion simbolica y por eso honran en el al (pacifico) rey (y salvador). EI clamor de la multitud es una cita de un salmo que Mateo modifica con los dos afiadidos: el Hijo de David y en las alturas, y con el grito de hosanna enmarca la proclamacion de bendicion. Hosanna significa ayuda o salva, pero el termino esta empleado aquf como una expresion de aclamacion. EI tftulo Hijo de David recuerda a los lectores el comienzo del evangelio (1,1) y las confesiones de las personas que han pedido ayuda a Jesus (9,27; 15,22; 20,30-31), pero tambien la azorada proclamacion de la multitud: (,no es este acaso el Hijo de David? (12,23). En efecto, Jesus es el Hijo de David no solo por su procedencia, sino porque tambien se le atribuye ese tftulo mesianico, con todas las expectativas vinculadas al mismo. En el proximo apartado, Mateo volvera a este tema, de modo que los lectores
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La entrada de Jesus en Jerusalen: 21,1-11
ahora, en su entrada en Jerusalen. EI termino clave el que viene permite a los lectores pensar tambien en Juan el Bautista: mas el que viene detras de mies mas fuerte que yo ... (3,11), al igual que en aquella pregunta suya: (_eres tu el que ha de venir o debemos esperar a otro? (11,3). De este modo, Mateo esta poniendo aqui a sus lectores ante el interrogante de si para ellos Jesus es realmente el que viene y actua en nombre de Dias. Mas tarde, vuelve atomar otra vez esta proclamaci6n de bendici6n en un anuncio de Jesus (23,39), de modo que asi resulta todavia mas clara la identidad de este. 21,10-11: La entrada de Jesus a Jernsalen Cuando Jesus llega a la ciudad, esta se conmueve. EI termino es ambiguo, pues puede comprenderse en el sentido de un movimiento telurico (cf. 27,51.54; 28,2), y como teofania seria un signo de la presencia de Dias. Los terremotos son en Mateo una sefial de la irrupci6n del tiempo escatol6gico; asi, con la llegada de Jesus a Jerusalen se estaria dando un signo del tiempo final, como ocurre tambien en su muerte y resurrecci6n (27,51.54; 28,2). Pero la conmoci6n puede expresar asimismo el sobresalto de los habitantes de Jerusalen (cf. 2,3) en relaci6n a Jesus, de modo que la pregunta (,quien es este? pasa a situarse en el centro. Desde el comienzo del evangelio esta cuesti6n sobre la identidad de Jesus viene acompafiando a los lectores (por ejemplo 2,2; 8,27; 11,3; 12,23), a quienes Mateo confronta con distintas posibilidades de respuesta (por ejemplo, 3,17; 14,2; 17,5; 27,37). Otra respuesta a esta pregunta es la que da ahora la multitud, que ve en Jesus al profeta de Nazaret de Galilea. Ya anteriormente la multitud tuvo a Jesus por Juan el Bautista, Elias, Jeremias o por uno de los profetas (16,14), y a continuaci6n le considera un profeta (21,46). De este modo se situa a los lectores ante esta pregunta: c:es Jesus un profeta?
Nexos pragmaticos del texto Mateo no relata simplemente la entrada de Jesus en Jerusalen, sino que, a su vez, esta dando numerosas indicaciones que ayudan a los lectores a comprender la identidad de Jesus;
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por eso tambien se dirige a ellos la pregunta de la ciudad de Jerusalen: (.quien es este? El escenario de la entrada de Jesus sirve al evangelista como horizonte sobre el cual volver a destacar resumidamente, al comienzo de la acci6n de Jesus en Jerusalen, sus rasgos caracterfsticos mas importantes: el es el sefior de la situaci6n, pues sabe de antemano lo que va a sucederle; con su conducta cumple las Escrituras; es el (pacffico) Rey (y Salvador); a traves de el, Dios lleva a cumplimiento su plan salvffico; Jesus es el Hijo de David, es el que viene en nombre del Seiior, el que introduce el tiempo escatol6gico, y es un profeta. c:Son estos rasgos suficientes para describir adecuadamente la identidad de Jesus? Y a la pregunta por la identidad de Jesus va unida tambien la cuesti6n del seguimiento: c:estan los lectores dispuestos a seguir a este Jesus?
Las acciones de Jesus en el templo: 21,12-17
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Y entr6 Jesus en el templo y ech6 fuera a todos los que vendfan y compraban en el; volc6 las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas. Y les dijo: Esta escrito:
jMi casa sera llamada casa de oraci6n! (ls 56,7). iPero ustedes estan haciendo de ella una cueva de bandidos!
(Jr 7, 11). 14
Yen el templo se le acercaron algunos ciegos y cojos, y el los cur6.
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Mas los sumos sacerdotes y los escribas, al ver todos los portentos que hacia y a los nifios que gritaban en el templo diciendo: iHosanna aJ Hijo de David!, se indignaron y Je dijeron: iüyes lo que dicen estos? Pero Jesus les dijo: Sf. 1No han Jefdo nunca que
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de Ja boca de los nifios y de los que aun maman has sacado una alabanza? (Sa/ 8,3 LXX) 11
Y, dejandoJos, saJi6 fuera de Ja ciudad, a Betania, y pas6 Ja noche allf.
Tejido estructural del texto EI relato se compone de tres acciones de Jesus en el templo enmarcadas por una exigua introducci6n (21,12a) y un versiculo conclusivo (21,17). Cada una de estas tres acciones de Jesus esta caracterizada por un indicador de lugar en el templo. La primera de ellas (21,12b-13) tiene en cuenta el templo como casa de oraci6n; en la segunda (21,14), Jesus sana en ese lugar; por su parte, la tercera acci6n (21,15-16) consiste en defender el clamor de los nifios ante los escribas y sumos sacerdotes.
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Configuraci6n semantica del texto 21,12a.12b-13: Al llegar a Jerusalen (21,10) Jesus va enseguida al templo (21,12a). Por el evangelio de Juan (Jn 2,13-17) solemos representarnos aqui una situaci6n violenta, pero una mirada mas atenta a los terminos escogidos muestra que Mateo no llega al punto de presentar una escena de violencia (menos aun Lc en 19,45-46). El verbo EKßaUw puede significar expulsar (por ejemplo, demonios), mandar afuera / hacer salir (por ejemplo en 9,25 a la gente de la casa del jefe de la sinagoga), pero no siempre cabe pensar en el empleo de la fuerza o en el uso de violencia, y mas considerando que Jesus ha expulsado demonios solo con el poder de su palabra. El verbo KCXtaatpEcpw significa dar vuelta lo de abajo hacia arriba. Nonecesariamente, pues, Jesus tuvo que tirar violenta y destructivamente las mesas y los asientos, pues tambien cabe pensar en un simple dar la vuelta a ese mobiliario para sefialar el no empleo de estos puestos de venta, en el sentido de que estan "cerrados". Por ultimo, Jesus dice que el templo sirve para la oraci6n y que no es ningun sitio de venta. Si Mateo hubiese querido presentar un Jesus furioso, encolerizado o violento, hubiese podido emplear, en vez de decir, verbos como "corregir" o "reprender" (como en 9,30; 12,16). Con su sobria descripci6n de la acci6n de Jesus, Mateo dirige la atenci6n de sus lectores mas fuertemente hacia la cita de las Escrituras con la que Jesus, en el marco de la critica (profätica) al templo (por ejemplo, Jr 6,19-20; 7,1-25; Am 5,21-25; Sal 51,17-21), exhorta a actuar de forma agradable a Dios. Jesus, pues, no se dirige contra el templo ni contra el culto alli ofrecido, sino que critica la practica de una piedad unilateral, que corre el peligro de perder la centralidad de lo esencial, a saber, hacer la voluntad de Dios. En este contexto, los lectores recordaran tambien el pasaje de Os 6,6: jmisericordia quiero y no sacrificios!, jconocimiento de Dias y no holocaustos!, que Mateo ya cit6 en dos oportunidades (9,13; 12,7). Por ultimo, nosotros, lectores actuales, debemos tener presente el hecho de que, en el tiempo en que Mateo escribi6, el templo ya estaba destruido: sobre ese trasfondo hist6rico, lo que le interesa a Mateo es mostrar a su comunidad una perspectiva de futuro para un culto de Dios posible. Esa nueva perspectiva es la que aclara con la siguiente acci6n de Jesus.
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Las acciones de Jesus en el templo: 21,12-17
21,14: Este versiculo solo se encuentra en Mateo, por lo que podemos partir de la idea de que con este afiadido el autor esta poniendo un acento muy especial. Mientras Jesus saca a los comerciantes y compradores del lugar, vienen hacia el enfermos --ciegos y cojos- en el templo. Estos ciegos y cojos representan a los indefensos, desamparados y despreciados. Los lectores, al ofr nombrarlos, pueden pensar en general en los pequenos, que son tan particularmente importantes para Dios (18,1-14) y a los que Jesus se dedico siempre. En la antigüedad, la ceguera o la cojera eran consideradas castigo de Dios por los pecados, pero Jesus, en el ejemplo de arrancarse el "mal" ojo o amputarse el "mal" pie esta adjudicando expresamente el Reino de Dios tambien a los ciegos y cojos (18,8-9). Igualmente, con el hecho de que ahora, en el templo, Jesus eure a ciegos y cojos, Mateo no solo esta enlazando la praxis de sanacion de Jesus hasta ese momento (por ejemplo, 4,23-24; 9,35; 11,5; 15,30-31), sino que por el lugar escogido para ello, en el templo, da una clara sefial: jtodos los enfermos, despreciados, desamparados y pequefios pertenecen a la comunidad de Dios! y, al ser curados por Jesus, experimentan en su propio cuerpo la voluntad salvifica universal de Dios. Para la comunidad de Mateo y para nosotros hoy, aquf hay un impulso importante para el trato con los enfermos y los despreciados.
21,15-16: Con los ninos que gritan en el templo, Mateo acentua nuevamente que todos los pequefios pertenecen a la comunidad. Los lectores recordaran el episodio con los nifios ( 19, 14) a los que Jesus prometio el Reino de los Cielos. A su vez, el clamor de los nifios retoma el grito de hosanna en la entrada de Jesus en Jerusalen (21,9) y mantiene presente la idea del manso rey de paz. Los escribas y sumos sacerdotes, que los lectores asocian con los oponentes de Jesus a rafz de los anuncios de la pasion (15,21; 20,18), se encuentran aquf por primera vez con el. Ellos advierten los hechos admirables de Jesus -sus curaciones de ciegos y cojos-, pero estan indignados con los nifios que gritan. Al ver Mateo su enojo, basado en la aclamacion hosanna de los nifios, no solo los presenta como contrapuestos a estos, sino tambien a todos los que antes habfan acompafiado a Jesus hacia Jerusalen con el mismo clamor. Los es-
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cribas y sumos sacerdotes refieren el grito de hosanna solo a Jesus porque en su pregunta (.oyes lo que dicen estos? resumen tambien la cuesti6n de la legitimidad del hecho: c:es correcto que te Hamen asi?, c:es adecuado lo que te gritan? Y, no obstante todo, Jesus justifica el clamor de los niiios no refiriendolo a si mismo, sino designandolo como una alabanza a Dios conforme a las Escrituras: Dios mismo se prepara una alabanza de la boca de los infantes y de los niiios de pecho. Con esto, Mateo vuelve a expresar el rango especial que tienen los pequeiios ante Dios; ademas, si aqui aclaman a Jesus como Hijo de David es porque lo han reconocido como el delegado y el enviado de Dios, el Hijo de Dios. Los lectores recordaran la alabanza de Jesus con la que dio las gracias a su Padre por la revelaci6n a los pequeiios (11,25-30). Aunque el clamor de los niiios es para Dios, el mismo esta declarando algo esencial sobre Jesus y sobre su relaci6n con el, y esto es lo que
Nexos pragmaticos del texto En el comienzo de la acci6n de Jesus en Jerusalen, en su primer dia en la ciudad, Mateo presenta nuevamente a sus lectores, sintetizando, lo mas importante de el. EI relato de la entrada en la ciudad deja claro, de manera general, quien es Jesus, y luego su triple acci6n en el templo se centra en su conducta: su compromiso con ese sitio como casa de oraci6n recuerda a los lectores la voluntad de Dios, que espera el obrar "sobreabundante" de la justicia y del bien (cf. 5,20.48; 9,13; 12,7.12); las curaciones de ciegos y cojos muestran que con la acci6n de Jesus ya ha comenzado el Reino de Dias, cosa que perciben en primer lugar los enfermos, los despreciados y los marginados; el clamor de alabanza de los nifios enlaza con la idea de la posici6n particular de estos ante Dios: en el Reino de los Cielos, ellos son los mayores.
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Las acciones de Jesus en el templo: 21,12-17
Ademas, este escenario del templo hace visible tambien a la comunidad escatol6gica, que es la imagen rectora para nuestras comunidades actuales. Esa comunidad escatol6gica se compone de los que cumplen la voluntad de Dios haciendo la justicia y el bien. De esa comunidad no se excluye a nadie: a ella pertenecen especialmente los que en la vida cotidiana son despreciados, pasados por alto o marginados; asimismo, tambien los nifios forman parte de ella. Si estos pequefios, que tienen que sufrir tanto en el mundo ordinario, comienzan a alabar a Dios, entonces si que realmente ya esta presente el Reino de Dios.
La fuerza de la oraci6n: 21,18-22
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Al amanecer, cuando volvia a la ciudad, sinti6 hambre y, viendo una higuera junto al camino, se acerc6 a ella, pero no encontr6 mas que hojas. jQue nunca brote fruto de ti ! Entonces Je dijo: Y la higuera se sec6 al instante. Al verJo, los discipulos se maravillaron y decian: iC6mo al momento qued6 seca Ja higuera? Pero, respondiendoles, Jesus les dijo: Amen, yo Jes digo: si tienen fe y no vacilan, no s6Jo haran Jo de la higuera, sino que si aun dicen a este monte: jQuitate y arr6jate en el mar!, asi Jo hara. Y todo cuanto pidan en la oraci6n con fe, lo recibiran.
Tejido estructural del texto Con la introducci6n al amanecer (21,18) como inicio de un nuevo dfa, este breve relato enlaza con el anterior (21,12-17), que habfa concluido con el cambio de lugar de Jesus hacia Betania, al final de su primera jornada en Jerusalen. Nuestro texto se puede dividir en
Configuracion semantica del texto 21,18-19: El relato de la maldici6n de la higuera sorprende a los lectores, que acaban de leer poco antes sobre la en-
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trada a Jerusalen del manso Jesus y de su santificacion del templo; de aqui que en la tradicion interpretativa este episodio fuera explicado principalmente de forma simbolica como "maldicion" de Israel. Pero esta interpretacion contradice no solo al judio Mateo y la situacion de su comunidad dentro del judaismo, sino tambien el desarrollo narrativo del relato, que termina inesperadamente con una instruccion sobre la oracion. Una interpretacion como "maldicion simbolica de Israel" es, ademas, completamente imposible desde la perspectiva teologica de hoy en dia. Jesus busca vanamente fnitos en la higuera y, al no encontrarlos, le dice al arbol que nunca producira ningun fJ:uto. La indicacion de que Jesus sinti6 hambre es necesaria aqui para poder entender su motivo de ir a buscar fnitos. Mateo, pues, no esta contando ninguna reaccion (sorpresiva o enfadada) de Jesus; partiendo solo de la maldicion, se puede suponer una decepcion de Jesus que, segun el pasaje paralelo de Mc 11,13, es incluso infundada, porque antes de Pascua no se recogian higos. Sin embargo, aqui Mateo ofrece a sus lectores una importante sefial, porque los confronta con esta pregunta: c:esa reaccion de Jesus es adecuada? Dada que estamos acostumbrados a ver a Jesus como un buen ejemplo, nos resulta dificil valorar su conducta como inadecuada, lo cual nos conduce a intentos de justificacion. No obstante, vemos que lo que Mateo quiere comunicar solo se puede mostrar si Jesus es el actor. Los lectores tienen que reconocer aqui la reaccion de Jesus -su maldicion de la higuera- como totalmente exagerada e injustificada, pues el podia haber convertido incluso las piedras en panes (4,3) para poner remedio a su apetito; sin embargo, su maldicion de la higuera es contraproducente, pues no le sirve a el ni a los demas. Corno esa maldicion carece de sentido, los lectores comprenden que el centro de gravedad del relato no esta precisamente en eso. Tambien el inmediato secarse de la higuera es una importante sefial de la tecnica narrativa y no una mera exageracion de la maldicion, pues de otra manera la eficacia de esa maldicion no hubiese sido visible para los discipulos. Si, en efecto, la higuera no diese mas fnitos para el tiempo de la cosecha, no seria posible el vinculo con la siguiente instruccion sobre
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La fuerza de la oracion: 21,18-22
la eficacia de la oraci6n. El detonante y el presupuesto de la ulterior ensefianza es el hecho de que la higuera se sec6 inmediatamente, de modo que los lectores advierten que el nucleo del relato es la instrucci6n que sigue. De modo semejante, el relato de la fracasada expulsi6n de demonios por parte de los discipulos habfa sido el motivo para la posterior ensefianza sobre la eficacia de la oraci6n (17,14-20). 21,20-22: La pregunta de los discipulos (_como (por que / para que) al momento quedo seca la higuera? es tambien lade los lectores. La respuesta de Jesus, sin embargo, no aborda esa cuesti6n, porque el no explica el c6mo ni da razones del para que. Con esto Mateo explica nuevamente a sus lectores que no es la higuera el objeto de la narraci6n, sino la siguiente instrucci6n de Jesus sobre la eficacia de la oraci6n.
Jesus declara a sus discipulos que con la fuerza de la fe y la oraci6n no solo se puede hacer lo de la higuera, sino tambien arrojar montes en el mar. Con estas acciones se enfatiza la eficacia de la oraci6n llena de fe, aunque la formulaci6n no solo - sino tambien hace que arrojar y suprimir montes aparezca como algo mas poderoso que la maldici6n de la higuera. Asf, la meta de la declaraci6n es la frase final: y todo cuanto pidan con fe en la oracion, lo recibiran (21,22). Los lectores atentos recuerdan que ya en una ocasi6n Jesus habfa ensefiado: Si tienen fe como un grano de mostaza, diran a este monte: "iDesplazate de aqu{ alla!", y se desplazara, y nada les sera imposible (17,20). El hecho de que Mateo repita un relato con una leve variante (por ejemplo, la curaci6n de das ciegos: 9,27-31 y 20,30-24) no es una mera una duplicaci6n, sino que el esta poniendo otros acentos con un sentido especial. Mientras que en el relato paralelo de la eficacia de la oraci6n (17,14-20) se advierte que, a partir del contexto, se habla de pedir algo bueno, en este texto de lo que se trata es de algo malo, destructor: quese seque la higuera y sea aniquilado un monte. Segun esto, el objeto de la declaraci6n del texto reside en que la potente eficacia de la oraci6n puede producir incluso el mal. Esto suena extrafio a nuestros ofdos, pues c:a que creyente se le ocurrirfa emplear la fuerza de la oraci6n con motivos destructores?, c:cumpliria Dias esa "mala" petici6n?
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Pero ahora tambien resulta claro por que debia ser Jesus el actor: porque es el quien quiere enseiiar algo a los discfpulos. Si no hubiese sido Jesus quien maldijo a la higuera, sino uno de sus discfpulos (igual que en Lc 9,52-55 son Santiago y Juan los que amenazan con hacer caer fuego del cielo como castigo de las ciudades samaritanas no hospitalarias), el habria tenido que reprenderles por su mala intencion. Pero tambien la eficacia de la oracion podria haber sido presentada solo con un discfpulo como actor, y es por eso por lo que los lectores pueden reconocer (una vez mas) que ese no es el objetivo de este relato. Mateo tampoco quiere aclarar a sus lectores que no hay que pedir nada malo, pues algo asi ya deberian saberlo. La meta del relato reside en el posible efecto negativo de la oracion: no solo puede secar higueras, sino tambien aniquilar montes. (De donde, pues, le viene ese efecto negativo? La eficacia de la oracion no comienza en el momento en quese cumple, sino antes: en el instante en quese piensa y se profiere. Precisamente esto es lo que muestra el inmediato secarse de la higuera cuando Jesus lo dice. Con esto, Mateo acentua que las palabras pueden desarrollar una fuerza destructiva en el momento mismo en que son proferidas, y este efecto negativo es mas potente si esas palabras son formuladas (como oracion) en una comunidad o colectivamente por una comunidad. Todo lo dicho -y, en especial, lo pedido- actua, a su vez, sobre quien o quienes lo proclaman, porque el individuo o la comunidad se identifican con lo que se pide. Este efecto retroactivo de la oracion puede ser negativo o tener efectos colaterales negativos. En el ejemplo de la higuera, Jesus se perjudica a si mismo y perjudica a otros, porque ni el ni nadie mas podra comer de ese arbol. Un ejemplo de nuestro tiempo es la peticion preconciliar del viernes santo en la Iglesia catolica por la "conversion de los impios / infieles judios"; puede que detras de ella hubiese una buena intencion, pero, en ultima instancia, una oracion asi formulada provoca que los orantes minusvaloren la fe judia y conduce a un endurecimiento de las fronteras entre judios y cristianos. Una oracion aparentemente "buena" puede, pues, tener repercusiones o efectos colaterales negativos.
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La fuerza de la oracion: 21,18-22
Nexos pragmaticos del texto Con este relato, Mateo esta insinuando a sus lectores el gran poder de la oraci6n, incluso sus consecuencias negativas. Ademas, esta exhortando, indirectamente, a prestar atenci6n a las propias palabras y a considerar criticamente la formulaci6n de la oraci6n -precisamente tambien la comunitariapara no provocar, sin darse cuenta, efectos retroactivos o colaterales negativos. Los lectores pueden preguntarse: c:que es lo que deseo pedir y por que lo pido?, c:se corresponde mi intenci6n con el plan salvffico de Dios? Naturalmente, los orantes pueden usar tambien con repercusiones positivas la eficacia de la oraci6n (comunitaria): c:c6mo deberfamos formular nuestra oraci6n, c6mo expresar nuestra intenci6n para que sirva a ese objetivo y para nosotros mismos (y no resulte contraproducente)? En relaci6n con el relato paralelo (17,14-20), Mateo asegura una vez mas a sus lectores la potente eficacia de la oraci6n: todo cuanto pidan, lo recibiran (21,22), y nada les sera imposible (17,20). El presupuesto de esta oraci6n eficaz es siempre la fe. Pero los lectores tambien saben, por el serm6n de la montafia, que nuestro Padre celestial ya sabe lo que necesitamos, incluso antes de que se lo pidamos (6,8.32). Sobre este trasfondo de la fe, estamos invitados a orar y actuar, y, en ultima instancia, esa oraci6n y acci6n en la fe y desde la fe espera quese haga tu voluntad (6,10; 26,39.42).
La cuesti6n de la autoridad: 21,23-27
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Llegado al templo, mientras ensenaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo diciendo: iCon que autoridad haces esto? iQuien te ha dado esa autoridad? Jesus les respondi6: Tambien yo les voy a preguntar una cosa; si me contestan a ella, yo les dire tambien con que autoridad hago esto. iEI bautismo de Juan de d6nde venfa, del cielo o de los hombres?
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EI los reflexionaban entre sf Si decimos: "Dei cielo", diciendo: nos dira: "Entonces, iPOr que no le creyeron?". Pero si le decimos: "De los hombres", tenemos miedo a la gente, pues todos tienen a Juan por un profeta. Y, respondiendo, Je dijeron a Jesus: No sabemos. y el les replic6 asimismo:
Tampoco yo les d igo con que autoridad hago esto.
Tejido estructural del texto En su segundo dia de estancia en J erusalen, Jesus va nuevamente al templo, esta vez para ensefiar (21,23a), y lo que el ensefia alli se prolonga hasta la siguiente secci6n, pues en 24,1 vuelve a abandonar el templo. En este lugar, se acercan a Jesus representantes de las distintas lineas del judaismo y le hacen preguntas, y las respuestas de el, incluso en forma de parabolas, precisan su postura dentro de la fe judia. En este apartado, son los sumos sacerdotes y los ancianos quienes inauguran las discusiones en el templo con su pregunta sobre la autoridad de Jesus. Este relato introductorio
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consta formalmente de dos secuencias de intercambio entre las autoridades judfas y Jesus, pero, desde el punto de vista del contenido, es la pregunta por su autoridad (21,23-24.27b) la que enmarca el dialogo sobre Juan el Bautista (21,125-27a).
Configuracion semantica del texto 21,23-24: Jesus ensefia en el templo como otras autoridades. La doble pregunta de los sumos sacerdotes y ancianos sobre su autoridad representa, en el plano de la informacion, una indagacion acerca de la "fuente" de la autoridad de Jesus. Con su cuestionamiento e incluso con la doble mencion expresa de la autoridad, las autoridades judfas advierten no solo que Jesus ensefia y actua con poder, sino que tambien le reconocen su autoridad. A traves de la expresion con que autoridad haces estas (plural) cosas no estan preguntando solo por su ensefianza, sino tambien por su actuar. Los lectores pueden pensar aqui en la triple accion de Jesus en el templo, aunque, naturalmente, tambien en toda su labor hasta este momento. Asimismo, los lectores y tambien la multitud saben (desde 7,29; 9,6.8; 11,27) que Jesus ensefia y actua con autoridad, de modo que esta no es cuestionada por ellos. La siguiente contra-pregunta de Jesus (21,2Sa) deja claro que de lo que se trata es mas precisamente de d6nde procede esa autoridad de Jesus, con lo que, en ultima instancia, nuevamente se esta tratando aquf de la identidad de Jesus: cde d6nde le viene todo esto?
21,25-27a: Si los sumos sacerdotes y ancianos pueden decir de d6nde era Juan el Bautista, del cielo -es decir, de Dioso de los hombres, es que han entendido de donde posee Jesus su autoridad. Desde el comienzo del evangelio los lectores saben que existe un gran paralelismo entre Jesus y Juan, pero tambien conocen las diferencias entre ambos (3,1-15; 11,2-11.18-19). Lo peculiar de la pregunta de Jesus reside en que de ninguna manera puede ser contestada falsamente, y esto es lo que tambien reconocen las autoridades judfas en sus reflexiones. Si el bautismo de Juan es del cielo -esto es, de Dias-, tambien
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La cuestion de la autoridad: 21,23-27
Jesus tiene su autoridad de Dios. El reproche (.por que no le creyeron? (21,25b) tambien seria valido hacerselo en relaci6n con Jesus. La alternativa de que el bautismo de Juan sea de los hombres no debe entenderse aquf como contraposici6n a del cielo o como completamente "falso", pues los hombres tienen a Juan por un profeta (21,26), es decir, por alguien que actua con un encargo especial de Dios y comunica su mensaje. Siel bautismo de Juan es de los hombres, en cuanto misi6n y acci6n profäticas, estaria remitiendo igualmente a Dios como su origen y quien ha hecho ese encargo. A su vez, esto es tambien valido respecto a la autoridad de Jesus, pues la multitud reconoce en el a un profeta (21,11): en cuanto tal, Jesus actua y ensefia por encargo de Dios. Tanto en el bautismo de Juan como en la autoridad de Jesus, se trata de algo de Dias. Con su respuesta no sabemos (21,27a), los sumos sacerdotes y ancianos intentan evitar tomar una postura concreta, pues temen las consecuencias. Quieren evitar que se les haga el reproche de no haber crefdo a Juan o a Jesus pese a que ambos habian recibido un encargo de parte de Dios; ademas, las autoridades judias tampoco querian manifestar publicamente su incredulidad si, en contraposici6n a la muchedumbre, no reconocian que Juan y Jesus eran profetas. Pero precisamente su respuesta no sabemos manifiesta su incredulidad: no le creyeron a Juan y no lo reconocieron como profeta, y es verdad que advierten la autoridad de Jesus (21,23), pero no la aceptan y no le reconocen ni siquiera como profeta. Quien, en contra de su convicci6n, se niega a reconocer la actuaci6n de Dios en sus mensajeros y a confesarlo, tampoco podra colegir de d6nde le viene a Jesus su autoridad.
21,27b: El hecho de que finalmente Jesus no diga con que autoridad ensefia y actua remite de nuevo a su contra-pregunta que establece un paralelo con el bautismo de Juan (21,25a). La pregunta por la autoridad de Jesus hay que responderla de modo semejante a esa otra sobre de d6nde es el bautismo de Juan. Jesus ya ha aclarado con esto "de d6nde" viene su autoridad, y toda fundamentaci6n posterior seria superflua. Tambien a los lectores se les dirige esta pregunta, y ellos, de igual modo, deben asumir una postum respecto a la identidad de Jesus.
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Nexos pragmaticos del texto Asimismo, los lectores tienen que responder a la pregunta por el "de d6nde" viene la autoridad de Jesus. Pueden colegirlo a partir de lo relatado en el evangelio hasta este momento o encontrar aqui una posible respuesta. En todo caso, esta respuesta sobre el origen de la autoridad de Jesus remite a los lectores al plan salvifico de Dios, de modo que una respuesta a ello es tambien una toma de posici6n que obliga a una forma de actuar adecuada. El ejemplo negativo de los sumos sacerdotes y ancianos, que quieren evitar una conducta en consecuencia, ensefia a los lectores que no pueden sustraerse a esa toma de postura sin revelar con eso a la vez su propia recusaci6n. Quien no puede reconocer que la autoridad de Jesus procede directamente de Dios, que lo revela como Mesias e Hijo de Dios, puede, sin embargo, aceptarlo como profeta al servicio de Dios. Esta es la manera como Jesus es apreciado por muchos creyentes judios, islamicos y budistas. El testimonio de fe de estas personas puede, asimismo, ayudar hoy a muchos cristianos.
La parabola de los hijos: 21,28-32
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iOue les parece? Un hombre tenia dos hijos. Y, acercandose al primero, Je dijo: jHijo, vete hoy a trabajar en Ja vifia! Pero el respondi6: No quiero, y fue. pero despues se arrepi nti6 Acercandose al segundo, Je dijo lo mismo. Y el, respondiendo, dijo: jSi, sefior!, no fue. pero iCual de los dos hizo Ja voluntad del padre? Dicen: EI primero. Les dice Jesus: Amen, yo les digo: Los publicanos y las prostitutas entraran antes que ustedes en el Reino de Porque vino Juan a ustedes por el camino y ustedes mientras que publicanos y prostitutas Y ustedes, viendolo, no se arrepi ntieron despues
Dios. de Ja salvaci6n no creyeron en el, creyeron en el. para creer en el.
Tejido estructural del texto Jesus cuenta esta parabola en el templo. Corno los sumos sacerdotes y los ancianos habian venido a interrogarle acerca de su autoridad (21,23-27), la pregunta introductoria (21,28a) se dirige, en primer lugar, a ellos, pero tambien podemos imaginarnos alli presentes a los discipulos y a otras personas, pues en 21,45 se menciona como oyentes a los fariseos. En ultima instancia, con esta parabola Mateo se esta dirigiendo tambien a los lectores de hoy. El texto se compone de una exigua introducci6n (21,28a), a la que se afiade una parabola (21,28b-30); una breve interpretaci6n de la misma y la trasposici6n a la situaci6n de entonces cierran el relato (21,31-32).
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Configuracion semantica del texto 21,28-30: La parabola cuenta dos veces la misma acci6n de un padre con sus dos hijos, a quienes les pide que vayan a trabajar a su vifia. Mientras que el primero se niega pero luego, arrepintiendose, va a la vifia, el segundo promete enseguida ir a trabajar, pero no va. Particular atenci6n merecen las formas de trato: el padre se dirige a sus hijos con la expresi6n hijo mio, que revela un vfnculo tierno, carifioso, que los lectores pueden referir a su relaci6n con Dios, nuestro Padre celestial. EI primer hijo responde directamente rechazando la solicitud de su padre y sin ninguna formalidad en el trato, de modo que queda clara su desgana para cumplir el encargo. La respuesta del segundo hijo, por el contrario, expresa su acuerdo con la petici6n de su padre y, ademas, esta formulada muy respetuosa y amablemente, porque se dirige a el con la palabra seiior (KupLOc;). Los lectores reconocen que el segundo hijo representa el modelo de comportamiento negativo, de rechazo; el trato de seiior sin cumplir con el encargo de su padre les recuerda tambien lo dicho en 7,21: No todo el que me dice "iSeiior, seiior!" entrara el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre, que esta en los cielos.
21,31-32: La interpretaci6n de la parabola subraya quese trata de hacer la voluntad del padre (21,31a); la trasposici6n indica luego el presupuesto para ese cumplimiento de la voluntad de Dios, a saber, creer en el anuncio de Juan (21,32). La actualizaci6n para los oyentes de entonces muestra de forma inequivoca -en relaci6n con Juan el Bautista- que no se trata de un problema de judios y paganos, sino intrajudio: no haber escuchado a Juan ni tampoco a Jesus, que actua con el mismo poder (21,23-27). No escuchar a Juan y a Jesus significa no hacer la voluntad de Dios. Mateo muestra una salida en el arrepentimiento por medio de los mismos terminos: los oyentes reconocen que, con su rechazo, el primer hijo no es ningun modelo, pero al final hace la voluntad del padre, aunque al principio no querfa: precisamente porque se arrepinti6 cumple la voluntad del padre. La actualizaci6n para los lectores de entonces hace que por el primer hijo se entiendan los publicanos y prostitutas, que en su actuar diario no cumplen la voluntad de Dios pero le creen a Juan y por eso preceden en el Reino de Dias a los demas oyentes,
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La parabola de los hijos: 21,28-32
en especial a los sumos sacerdotes y ancianos. La precedencia de publicanos y prostitutas presupone que los demas oyentes les siguen, y por eso se trata de una fuerte apelaci6n a ellos para que se pongan en camino hacia el Reino de Dios creyendo en el anuncio de Juan y de Jesus y actuando consecuentemente. Los sumos sacerdotes y ancianos -y con ellos, todos los lectores aun vacilantes- deben reflejarse en el segundo hijo: el relato anterior sobre su pregunta acerca de la autoridad de Jesus (21,23-27) mostr6 que ellos percibfan claramente esa autoridad y la del Bautista, pero que no estaban dispuestos a tener una relaci6n ni con uno ni con otro. Su respuesta no sabemos (21,27) deja claro que no estan dispuestos a creer en la autoridad de Jesus ni de Juan, ni tampoco a actuar en consecuencia, y precisamente esto es lo que ahora les critica Jesus: ustedes no le creyeron (21,32). Los sumos sacerdotes y ancianos deberfan reflexionar crfticamente sobre su decisi6n de rechazo hasta el presente. La mirada a los publicanos y prostitutas, que tampoco hicieron primeramente la voluntad de Dios pero luego se arrepintieron, quiere dar animo a los oyentes para que se decidan de una manera distinta, al menos en el ultimo momento. Con el ejemplo negativo del segundo hijo, Mateo sefiala a sus lectores que sentir arrepentimiento y cambiar el modo de actuar en el ultimo momento es mejor que no cumplir la voluntad de Dios. Precisamente, el ejemplo de personas no perfectas, como publicanos y pecadores, les habla a todos los lectores para que se orienten segun su conducta arrepentida. Por eso, la frase conclusiva para los sumos sacerdotes y ancianos, pero ustedes, al verlo, no se arrepintieron y le creyeron, no es ninguna sentencia, sino una crftica con una enfätica llamada a la conversi6n: los publicanos y prostitutas preceden (verbo en presente) ya en el Reino de Dios (21,31), por lo que es tanto mas urgente que los demas se arrepientan, crean en Juan y en Jesus, y sigan a los otros en el Reino de Dios.
Nexos pragmaticos del texto La explicaci6n del texto deja claro quese trata de una parabola del Reino de Dios (21,31c). Los lectores saben que con
Mt 16,21-28,20: Jesus, Mesias e Hijo del Hombre, en su Reino
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Jesus ha comenzado ese Reino y ahora aprenden que incluso los publicanos y las prostitutas entran en el. Ante su precedencia en este Reino, los lectores tienen que preguntarse si ellos mismos cumplen realmente la voluntad de Dios o si, como en el caso del segundo hijo, lo suyo es una mera confesi6n devota de labios hacia fuera. Jesus ya ha ensefiado en el serm6n de la montafia (5,20.48) c6mo se
La parabola de los malos vifiadores: 21,33-46
La parabola 33
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iEscuchen otra parabola! Habfa un hombre, un propietario, que plant6 una vifia y la rode6 de una cerca, y cav6 en ella un lagar, y edific6 una torre, y la arrend6 a unos vifiadores, y se ausent6. Cuando lleg6 el tiempo de los frutos, envi6 sus siervos a los vifiadores, para recibir sus frutos. Pero los vifiadores, tomando a los siervos, a uno lo golpearon, a otro lo mataron, a otro lo apedrearon.
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De nuevo envi6 otros siervos, en mayor numero que los primeros, y los trataron de la misma manera.
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Finalmente les envi6 a su hijo diciendo: Ami hijo lo respetaran. Pero los vifiadores, al ver al hijo, se dijeron entre si: Este es el heredero; ivamos, matemoslo! iY quedemonos con su herencia! Y, agarrandolo, lo echaron fuera de la vifia y lo mataron.
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Conclusi6n y consecuencia de la parabola 40
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Cuando venga, pues, el sefior de la vifia, 1que hara con aquellos vifiadores? Le dicen: A esos malvados les dara una muerte miserable y arrendara la vifia a otros labradores que le paguen los frutos a tiempo. Jesus les dice: 1No han leido nunca en las Escrituras:
La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido;
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fue el Sefior quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos? (Sa/ 118,22s.). 43
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Por eso les digo: Se les quitara el Reino de Dios y se le dara a un pueblo que rinda sus frutos. Y el que caiga sobre esta piedra se destrozara, y a aquel sobre quien caiga, le aplastara.] Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oir sus parabolas, comprendieron que estaba refiriendose a ellos y trataban de detenerlo, pero temian a la gente, porque lo tenian por un profeta.
Tejido estructural del texto Jesus cuenta otra parabola en el templo (21,33a), y en esta ocasi6n se mencionan como oyentes, ademas de los sumos sacerdotes, tambien los fariseos (21,45), pero los lectores pueden suponer que, asimismo, los ancianos (en cuanto que no pertenecian a los fariseos), los discipulos y la multitud (21,46) escuchaban igualmente esta parabola. El texto comienza con una parabola (21,33-39) que, tras la descripci6n introductoria de la situaci6n (21,33b), cuenta la triple acci6n del propietario de una vifia y las respectivas reacciones de los vifiadores (21,34-35.36.37-39). A la parabola le sigue la interpretaci6n, de la que tambien participan los oyentes (21,40-41). La trasposici6n que hace Jesus de la parabola a la situaci6n actual (21,42-44) concluye con una cita de las Escrituras y una ensefianza. El relato termina con la constataci6n de que los sumos sacerdotes y fariseos han comprendido la parabola y urden por ello planes contra Jesus (21,45-46).
Configuraci6n semantica del texto 21,33-39: La parabola
21,33: La introducci6n de la parabola, con la descripci6n del vifiedo, recuerda el canto de la vifia de Isaias (Is 5,1-7) que en vez de uvas dulces las dio amargas. Lo que cabe destacar, tanto en Mateo como en Isaias, es la preocupaci6n atenta con
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La parabola de los malos viiiadores: 21,33-46
que el propietario cuida su viiiedo. Sin embargo, mientras que en Isaias el amigo es quien se ocupa de la viiia, el dueiio de la parabola la arrienda a viiiadores y se ausenta. A traves de esta introducci6n distinta, los lectores pueden constatar que Mateo, ciertamente, esta retomando aqui el conocido motivo de la vifia por la que su propietario hace de todo, aunque introduce algunas modificaciones. Mientras que en el canto de la viiia de Isaias esta plantaci6n se refiere a Israel (Is 5, 7), Jesus entiende con el viiiedo el Reino de Dios (21,43). En Isaias, de lo quese trata es, en primer lugar, de dar fruto; mas precisamente, de dar frutos dulces, esto es, frutos muy buenos. En Mateo, el dar fruto desempeiia tambien un papel, pero el acento recae en el maltrato de los vifiadores a los siervos y al hijo del propietario del viiiedo. Este enfasis distinto resulta asimismo claro en el destino de la vifia en Isaias y en el de los vifiadores en Mateo: en el primero, el propietario retira su protecci6n y cuidado a la plantaci6n y esta se echa a perder; en el segundo, por el contrario, el viiiador sigue cuidando de su viiiedo, pues se la quita a los malos viiiadores y la entrega a otros, y, ademas, castiga a aquellos por su mal comportamiento. Aunque haya ciertos paralelos, en raz6n del mismo motivo y del viiiador como personaje que actua, los lectores deben entender esta parabola como una nueva, distinta.
21,34-35: Mateo introduce la acci6n inicial en la parabola con la indicaci6n de que lleg6 el tiempo de los frutos, y la atenci6n de los lectores descubre aqui una alusi6n al Reino de Dios, que tanto en el anuncio de Juan (3,2) como en el de Jesus (4,17) se proclama con las mismas palabras: jel Reino de Dias esta cerca! El propietario de la viiia manda a sus siervos para recoger de los viiiadores los frutos de su vifiedo; naturalmente, no todos, sino solo la cantidad que le corresponde como arrendatario. Tambien aqui advierten los lectores el cambio de acentos con esta observaci6n marginal que sirve de traspaso: de lo que se trata principalmente no es de los frutos, sino del suceso que sigue. Los vifiadores maltratan a los siervos del propietario de la viiia y, en esa triple descripci6n de los maltratos, los lectores pueden ver un paralelo con el destino de los profetas -Jeremias es maltratado (Jr 20,2), Urias es asesinado (Jr 26,23), Zacarias es apedreado (2 Cro 24,21)-y del Siervo de Dios (Is 52,13-53,12).
Mt 16,21-28,20: Jesus, Mesfas e Hijo del Hombre, en su Reino
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21,36: El propietario de la vifia no reacciona con enojo ni con castigos, sino que simplemente vuelve a mandar otro grupo de siervos mayor, pero los vifiadores proceden del mismo modo, brutalmente, con esta embajada. No se menciona ningun motivo para que los vifiadores actuen de esta forma, que parece infundada, incomprensible y perversa. 21,37-39: El duefio de la vifia sigue sin castigar a los vifiadores por su proceder y envfa ahora a su hijo con la esperanza de que sera respetado y no tratado como los siervos. Si los lectores ven en este hijo del propietario de la vifia a Jesus, se puede entender el finalmente, pero no como definitivamente o como ultimo -lo que condujo en la historia de la interpretaci6n a comprender esta parabola como el rechazo definitivo de Israel-, sino como entonces, por ultimo o "finalmente" en relaci6n al presente del auditorio. Los vifiadores reconocen al hijo como el heredero de la vifia, pero, en vez de respetarlo, deciden matarlo, pues desean quedarse con su herencia. Con esto queda clara tambien la motivaci6n de la conducta de los vifiadores: no s6lo no quieren pagar el arrendamiento o quedarse con la cosecha, sino que desean toda la herencia, es decir, el vifiedo y, consecuentemente, no tener que entregar al propietario ningun fruto (21,41c). Siel vifiedo es el Reino de Dios (21,43), lo que quieren los vifiadores es este s6lo para ellos, segun sus propias concepciones, y, ademas, lo quieren sin tener que dar frutos al Hijo de Dios ni a Dios. En este contexto es en el que los lectores de hoy pueden pensar en 11,12: el Reino de los Cielos sufre violencia y los violentos se lo arrebatan. Corno el Reino de Dios ha comenzado y esta "abierto", esto es, no "de-finido", esta abierto a interpretaciones, por lo que hay tambien otras ideas sobre que es y c6mo es ese Reino de Dios. En tiempos de Jesus eran conocidos otros modelos; por ejemplo, el de los zelotas y el de las "pequefias comunidades" como Qumran o los terapeutas: los zelotas querfan imponer el Reino de Dios mediante la fuerza, y la comunidad de Qumran concebfa ese mismo Reino s6lo para los elegidos. Estos modelos distintos del Reino de Dios, que no son "abiertos", sino cerrados a grupos "limitados", siguen existiendo tambien hoy. Los vifiadores echan fuera de la vifia al hijo y lo matan; por un momento, han alcanzado su meta, pues han apartado
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La panibola de los malos viiiadores: 21,33-46
al heredero y se han apoderado de la vifia. Pero, dado que esta simboliza el Reino de Dios, Jesus no puede en realidad ser "arrojado fuera" del mismo. Sin embargo, desde una perspectiva post-pascual de los tiempos de Mateo, sf es posible esta trasposici6n: Jesus ha sido matado y sus seguidores piensan que con el tambien ha "muerto" el Reino de Dios; los opositores de Jesus, por el contrario, creyeron que con su ejecuci6n habfan superado una concepci6n de ese Reino que les parecfa falsa, de modo que ahora solo queda vigente su idea del mismo. Tambien despues, los oponentes a los creyentes cristianos han partido de la idea de que pueden combatir este fen6meno matandolos. Igualmente, tambien se puede hacer que en el relato desempefie un papel esa experiencia de los primeros creyentes en Cristo (10,17-28; 24,9) que, en cuanto hijos e hijas de Dios, podfan considerarse sus herederos (5,5; 19,29; 25,34). 21,40-46: Conclusi6n y consecuencia de la parabola
21,40-41: Jesus pregunta a los oyentes c6mo creen que
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del hijo. Los vifiadores son reconocidos como malvados y castigados como tales, aunque no queda claro si lo son porque han maltratado y matado a los siervos y al hijo, porque no han entregado los frutos a su tiempo o por ambos motivos. Corno el centro de gravedad de la respuesta recae al final en el dar fruto -el interes comun de todo propietario de un vifiedo-, parece que tanto el maltrato de los siervos como sobre todo el homicidio del hijo se toleran en favor de la entrega a tiempo de los frutos: (puede un padre admitir esto? Esta concepci6n es la que Mateo corrige con la siguiente cita del salmo. 21,42-44: Los oyentes deberfan saber por las Escrituras que el padre no asume simplemente sin mas la muerte de su hijo. Con la referencia al salmo, Jesus identifica a los constructores con los malvados vinadores, y la piedra desechada con el hijo del propietario de la vifia arrojado fuera y asesinado. El Sefior -que alude a Dias, como en el caso del sefior del vifiedo- hace que luego la piedra desechada llegue a ser a ojos de todos la piedra principal, es decir, la piedra ornamental o la piedra angular. Desde la perspectiva post-pascual, los lectores comprenden esto como una referencia a la resurrecci6n y exaltaci6n de Jesus.
Con el enfätico por eso les digo (21,43), Jesus se dirige ahora a sus oyentes con una explicaci6n que se refiere a ellos mismos. Es muy significativa la formulaci6n en futuro de voz pasiva se quitara y se dara, que por el pasivo remite a Dias como el agente y mediante el futuro expresa claramente una acci6n venidera. De modo que de ninguna manera se trata aquf de que Israel o las autoridades judfas son rechazados o excluidos del Reino de Dias, pues la formulaci6n en futuro sirve claramente como advertencia. Este aspecto de aviso admonitorio es lo que tambien subraya la amenaza de que el Reino de Dias se dara a un pueblo: en contraposici6n a A.a6c;, que designa el pueblo de Israel o el propio pueblo, el termino griego E8voc; aquf empleado significa simplemente otro pueblo extranjero; se deja asf conscientemente abierta toda designaci6n mas precisa, de modo que con un pueblo no se alude a los pueblos paganos (pues entonces deberfa haber estado en plural), ni a la Iglesia o la comunidad mateana, sino simplemente solo a otras personas. En esta formulaci6n indeterminada se reconoce de nuevo la amenaza generica, porque no expresa ninguna intenci6n mas concreta. El pueblo que debe
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recibir el Reino de Dios da ya sus frutos (presente), con lo que se esta destacando la urgencia y se eleva aun mas la exigencia de escuchar ahora la advertencia. A su vez, se reconoce la "ultima oportunidad" que aun les queda a los oyentes para cambiar de conducta y dar frutos. La anterior parabola de los dos hijos (21,28-32) ya ha dejado claro que siempre es posible la conversion, incluso en el ultimo momento. Por ultimo, el caracter de advertencia enfatica resulta tambien claro en la declaracion acerca de quitar el Reino de Dios, porque seria en si misma contradictoria. Detras de la amenaza se situa, como presupuesto para su efecto de prevencion, el hecho positivo de que los oyentes -el pueblo de Israel, las autoridades judias y los discipulos- ya poseen el Reino de Dios. Esto mismo vale para la comunidad de Mateo y para nosotros hoy. EI Reino de Dios se les ha confiado a ellos y se nos ha confiado a nosotros con la expectativa de que demos a Dios los frutos a su tiempo. Al final, Jesus retoma una vez mas la imagen de la piedra principal al hablar de esta piedra (21,42.44 ), que ahora describe en su plena potencia y que los lectores pueden relacionar con el poder del Mesias-Hijo del Hombre (21,23-27; 28,18). Esa piedra principal -Jesus, el Mesias-Hijo del hombre exaltado- es tan poderosa que nada puede destruirla, ni cayendole encima, ni tratando de hacerla caer: quien literalmente "choca" con esa piedra -esto es, quiere en realidad destruirlase cae, se dafia y se destruye a si mismo; quien quiera hacer caer esa piedra principal sera aplastado por ella. Tambien esta imagen de la piedra principal esta formulada en futuro, de modo que aqui no se esta describiendo ningun hecho, sino una posibilidad. Dirigida a los opositores de Jesus, esta imagen expresa una urgente advertencia, en tanto que confirma a los seguidores del Maestro y les anima a que, a pesar de su muerte, crean en su poder y confien en su potencia.
21,45-46: Ahora Mateo afiade la informacion de que los sumos sacerdotes y los fariseos reconocen que tambien se alude a ellos con las parabolas, y no solo con la recien narrada. Esta referencia vale naturalmente para los lectores, para que tambien ellos establezcan las relaciones correspondientes y no reconozcan en el discurso en parabolas solo a las autoridades judias, sino tambien a Jesus: asi nuestro texto se
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convierte en otro anuncio de su pasi6n, muerte y resurrecci6n, y ahora incluso publicamente, en el templo. Estas parabolas no se refieren exclusivamente a los sumos sacerdotes y ancianos o fariseos, y por eso tampoco pueden ser interpretadas como una autocondena o rechazo de Israel (o de sus representantes), y esto se basa en su objeto mismo: por principio, las parabolas estan abiertas y pueden ser traspuestas a otras situaciones. Los "malvados vifiadores" no son una representaci6n de las autoridades judfas, pues estas parabolas valen igualmente para la comunidad de Mateo y para nosotros hoy. Si los sumos sacerdotes y los fariseos se reconocen en las parabolas de Jesus es porque las han entendido, y su reacci6n negativa muestra que se incluyen a si mismos entre los que no dan suficientes frutos. Los sumos sacerdotes y fariseos intentan detener a Jesus, pero temen a la multitud; con esto, Mateo alude al conflicto cada vez mas agudo entre Jesus y las autoridades judfas. No se puede hablar aqui de una "intenci6n asesina" analoga a la decisi6n de los "malvados vifiadores", porque los fariseos no tomaron parte en la muerte de Jesus; el cambio de ancianos (21,23) a fariseos (21,45) es algo conscientemente elegido por Mateo. La referencia a que la muchedumbre tiene a Jesus por un profeta enlaza con el relato de su entrada en Jerusalen (21,11) y evoca de nuevo la discusi6n sobre la autoridad del Maestro (21,23-27), de modo que los lectores son confrontados otra vez con la labor de comprender la compleja identidad de Jesus.
Nexos pragmaticos del texto Las parabolas pueden volver a ser leidas y actualizadas siempre precisamente porque no estan cifradas y no son alegorfas que reflejan, detalle a detalle, una realidad determinada, sino que -en cuanto modelos generales de acci6n- quieren ofrecer a los oyentes y lectores impulsos para su conducta. Los lectores pueden reconocerse en todos los personajes del relato. El destino de los siervos en la parabola describe no solo la suerte de los profetas, sino, en general, lade quienes se comprometen por Dios. Los "malvados vifiadores" no son, pues,
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solo las autoridades judfas de los tiempos de Jesus, sino tambien los que hoy quieren realizar sus propias concepciones del "Reino de Dios a costa de otros. Asf como el hijo del propietario de la vifia fracasa ante los "malvados vifiadores", puede que tambien hoy les vaya asf a algunos hijos de Dios que con su compromiso por el Reino de Dios chocan con una oposicion que amenaza su propia existencia. La parabola de los "vifiadores malvados" habla, sobre todo, de Dios y de su Reino (21,43): los creyentes pueden confiar en que Dios se ocupa de su Reino. A pesar de la "mala administracion", de los maltratos a los mensajeros de Dios y del asesinato del Hijo, el Reino de Dios seguira existiendo siempre, y pertenecera a las personas que dan sus frutos al Padre. Esto vale de manera especial como estfmulo y advertencia para los creyentes y para toda la Iglesia. Corno propietarios momentaneos del Reino de Dios, los creyentes nos vemos exhortados por esta parabola y por la ensefianza ulterior de Jesus a dar a Dios los frutos esperados. El Reino de los Cielos no nos pertenece, sino que solo nos ha sido confiado, como a los arrendatarios de la vifia. La mencion de que el Reino de Dios es quitado nos advierte para que no nos olvidemos, como los "malvados vifiadores", de dar frutos. Naturalmente, Dios no retirara su Reino a ninguno de aquellos a quienes se lo haya dado; Mateo usa esta amenaza como advertencia para que nosotros tratemos responsablemente con el Reino de Dios que nos ha sido confiado y, sobre todo, cumplamos las expectativas de Dios. No obstante, sigue permanente la advertencia de otro pueblo, porque sirve para provocar "celos" en sentido positivo: para buscar mas celosamente como dar frutos; es decir, estimula a hacer la voluntad de Dios. Desde la perspectiva actual, podemos ver en el "otro pueblo" a los creyentes de otras religiones -judfos, musulmanes, budistas- que se comprometen con toda su vida para cumplir la voluntad de Dios: c:como nos situamos ante ellos?
La parabola de los invitados a la boda: 22,1-14
Y, tomando de nuevo Jesus la palabra, les habl6 en parabolas diciendo:
Primera parte de la partibola: los llamados EI Reino de los Cielos es semejante a un hombre, un rey, que celebraba la boda de su hijo y envi6 a sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero ellos no quisieron venir. De nuevo envi6 otros siervos diciendo: Digan a los invitados: He aquf que mi banquete esta preparado, se han matado ya los novillos y animales cebados y todo esta a pu nto. iVengan a la boda! Pero ellos, sin preocuparse, se fueron, uno a su campo, otro a su negocio. Y los demas agarraron a los siervos, los insultaron y los mataron. EI rey se enoj6 y, enviando sus tropas, aniquil6 a aquellos homicidas y prendi6 fuego a sus ciudades. Entonces dijo a sus siervos:
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La boda esta preparada, pero los invitados no eran dignos. Vayan, pues, a los cruces de los caminos y a las carreteras, y a cuantos encuentren iinvftenlos a la boda! Los siervos, saliendo a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de la boda se llen6 de comensales.
Segunda parte de la partibola: el traie de boda Cuando entr6 el rey para ver a los comensales, observ6 que uno no tenia traje de boda. 12
Y le dijo:
Amigo, zc6mo has entrado aqui si n traje de boda?
Pero el se qued6 callado. 1l
Entonces el rey dijo a los sirvientes: iAtenlo de pies y manos y echenlo a las tinieblas, afuera!; allf sera el llanto y el rechinar de dientes.
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Porque muchos son llamados, pero pocos escogidos.
Mt 16,21-28,20: Jesus, Mesias e Hijo del Hombre, en su Reino
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Tejido estructural del texto A las dos parabolas anteriores con las que Jesus ensefiaba a sus oyentes en el templo se a:fiade ahora otra que se compone de dos partes: la primera cuenta la invitaci6n a la boda del hijo de un rey (22,2-10) y la segunda se desarrolla en la sala de la boda durante el banquete (22,11-13). EI nexo entre ambas partes queda establecido mediante el tema de la boda y el rey como anfitri6n, pero tambien es posible separarlas -esto es, verlas como dos parabolas-, porque en la segunda parte el tema corre levemente el centro hacia el traje de boda, haciendo mas dificil establecer un nexo 16gico con la primera parte, pues c:c6mo puede esperarse que aparezca vestido con traje de boda alguien que ha sido invitado espontaneamente a la boda y ademas es un pobre? La primera parte (22,2-10) se puede dividir segun la triple invitaci6n: en primer lugar, la descripci6n introductoria indica quese trata de una parabola del Reino de Dios (22,2); la primera invitaci6n y la reacci6n de los convidados se relatan solo escuetamente (22,3), en tanto que la segunda es muy detallada, con el discurso literal, la triple reacci6n de los invitados y la reacci6n del rey (22,4-7); asimismo, la tercera invitaci6n (22,8-10) se describe cuidadosamente y contiene incluso la conclusi6n de la primera parte (22,lüc). Tras la introducci6n de transici6n (22,11), la segunda parte (22, 11-13) presenta un dialogo entre el rey y uno de los convidados que no tiene traje de boda (22, 12), y termina con la reacci6n del rey (22,13). Con una sfntesis interpretativa (22,14), Jesus concluye su discurso. Tambien cabrfa pensar que el rey de la parabola es quien dice esta frase final, pero dado que las otras parabolas en el templo concluyeron con una interpretaci6n de Jesus, hay que pensar que tambien aqui se trata de una palabra de el.
Configuracion semantica del texto 22,1: Jesus prolonga su ensefianza en el templo con otra parabola, y por eso los lectores pueden pensar que tambien aqui los oyentes siguen siendo los mismos que antes: los
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La parabola de los invitados a la boda: 22,1-14
sumos sacerdotes, ancianos, fariseos, discfpulos de Jesus y mucha gente.
22,2-10: Primera parte de la parabola: los llamados 22,2-3: La introduccion de la parabola la caracteriza claramente como parabola del Reino de los Cielos; de este modo, Mateo enlaza con las parabolas anteriores que tambien trataban ese tema, aunque esto quedaba claro en las explicaciones (21,31c.43). El tema del banquete podria aludir al tiempo escatologico (cf. Is 25,6), pero en la tradicion judia ese banquete escatologico no era nupcial. Sin embargo, los lectores del evangelio pueden identificar a Jesus como el novio y a los invitados como sus disdpulos o ellos mismos (9,15; 21,1-13), de modo que el banquete no seria algo esperado para el futuro tiempo final, sino algo actual. A esto corresponde tambien el hecho de que la fiesta ya esta preparada y los siervos han sido enviados a buscar a los invitados. La formulacion llamar a los invitados subraya el inminente comienzo de la fiesta y, a su vez, remite al significado de estos convidados: en efecto, en cierto sentido, la fiesta depende de la participacion de estos. Pero ellos no Süll solo los contemporaneos de Jesus, porque las parabolas estan "abiertas" y pueden ser traspuestas a todos los tiempos y situaciones, de modo que los invitados bien pueden ser los creyentes del tiempo de Mateo y de hoy: todos los que escuchan el llamamiento. En general, la comida y la fiesta en comun fortalecen la comunion. La comida festiva junto al rey, que aqui representa a Dios, expresa un vinculo estrecho (asf tambien en Ex 24, 11). En la invitacion del rey queda claro a la vez su afecto por los llamados, de donde resulta que el hecho de que no quieran venir no solo es una desvergüenza de los invitados, sino tambien una gran ofensa al anfitrion. Este no querer de los invitados esta formulado en imperfecto, lo que enfatiza la duracion; es decir, no se trata de que les haya sobrevenido un inesperado impedimento que no les ha permitido asistir, sino que el tiempo en imperfecto del verbo subraya su desgana y su fundamental desinteres por la fiesta, por el rey y por la comunion con el. En ultima instancia, pues, Süll los mismos invitados quienes, con su no querer, se privan de la invitacion.
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22,4-7: EI rey no se deja confundir por este rechazo a su invitacion y envfa nuevamente a sus siervos a los invitados. Los lectores recordaran aqui al propietario de la vifia que, igualmente, fue condescendiente con sus vifiadores y tambien les mando por segunda vez a sus siervos para recoger los frutos. Los siervos del rey
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ejercito para aniquilar a los homicidas y prender fuego a las ciudades (22,7). Dado que se trata de una parabola "abierta", susceptible de ser actualizada siempre de nuevo, no se puede -como en parte ha sucedido con la interpretaci6n hasta hoyver en la destrucci6n de la ciudad unicamente la representaci6n de la destrucci6n de Jerusalen (en el afio 70 d.C.). De aquf que esa destrucci6n de la ciudad no este declarando el rechazo a Israel o a "los judfos", pues, en primer lugar, se trata de eso, de la destrucci6n de una ciudad, y no de un pueblo; en segundo lugar, son castigados los asesinos, pero no los demas invitados desinteresados, y, en tercer lugar, aun quedan personas en el territorio del rey para la tercera invitaci6n, que son quienes luego la aceptan. En el plano de la parabola, de lo que se trata es s6lo del castigo de los homicidas, como ocurria antes en la de los "vifiadores malvados" (21,41.43), y preguntar por una realizaci6n realista en el tiempo de lo enunciado ((cuanto tiempo requeriria esa expedici6n de castigo?) seria sobreexigir a la parabola. La misma s6lo constata aquf que Dios es siempre misericordioso e indulgente, pues los invitados que estan en su campo o en su negocio no son castigados, pero el homicidio, por el contrario, contradice los preceptos de Dios y por eso los asesinos precipitan su propio castigo. 22, 8-10: Por tercera vez, el rey envia a sus siervos. EI verbo en presente sefiala que esta tercera invitaci6n tambien tiene lugar en la actualidad. El rey no permite que ni las reacciones de rechazo de los primeros invitados ni los homicidas constituyan un impedimento: la boda esta preparada y debe celebrarse; el rey, pues, quiere compartir su alegria con otros. Ni siquiera el homicidio cometido puede anular el afecto del rey por su pueblo, con lo que queda inequfvocamente claro que la simpatia de Dios por su pueblo escogido sigue existiendo y no puede ser negada a pesar del asesinato de los profetas y la muerte de Jesus.
EI rey envia ahora a sus siervos a los cruces de caminos y a las carreteras (22,9), es decir, fuera de la ciudad, a la zona de los poblados, donde vive la gente pobre. Pensar aquf en posibles extranjeros es llevar las cosas muy lejos, pues no se encarga a los siervos que vayan a la frontera del pafs o mas alla de ella. En las afueras de la ciudad-a esto se alude en 22,10 con
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salieron- y en los caminos, los siervos
22,11-14: Segunda parte de la parabola: el traje de boda 22, 11: La segunda parte de la parabola prolonga ahora en la sala de boda el relato ya iniciado. El rey entra en el sal6n
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menos para ver a los invitados que para observar quienes son los que han venido. El termino griego 8EtioµaL significa contemplar cuidadosamente, comprendiendo, de modo que cabe pensar tambien en saludos personales y en un trato mas fntimo con cada uno. Entre los invitados, el rey descubre a uno que no lleva traje de boda. Esta observaci6n irrita a los lectores, pues los invitados han venido de los cruces de caminos y de las carreteras, de modo que es completamente imposible que ellos, por su pobreza o a causa de la invitaci6n espontanea, se hayan podido poner un vestido de fiesta. La formulaci6n no estaba vestido con un traje de boda permite suponer que, aparentemente, todos los demas invitados llevaban ese traje, ya fuera una prenda especial para una fiesta o simplemente solo ropa limpia. :El es, pues, la unica persona sin ese traje de boda y por eso no esta exteriormente preparado para la fiesta ni parece tener el animo festivo adecuado. 22, 12: El rey pregunta ahora al invitado c6mo ha entrado sin traje de boda. El verbo en presente, en el discurso introductorio, acentua la actualidad de la pregunta no s6lo para los oyentes del relato, sino tambien para la comunidad de Mateo y para los lectores de hoy. El estilo carifioso, con el termino amigo, no
El invitado sin traje de boda tampoco puede ser visto como personificaci6n del mal, porque no se le representa como una persona mala que actua contra la ley, como hadan los malhechores en la parabola de la cizafia en el trigo (13,41). El unico paralelo con aquella parabola es la expresi6n el llanto y el rechinar de dientes (13,24-30.42; 22,13), que aparece frecuentemente en el evangelio y no sefiala la causa de la expulsi6n del invitado. Si el rey no hubiese querido invitar a los malos, habrfa dado la orden correspondiente a sus siervos o no hubiese permitido de ninguna manera que los malos en-
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trasen a la sala de boda (tambien la cizafia se junta antes, separandola: 13,30). Sin embargo, los siervos, a la orden del rey, procedieron llamando a la fiesta, sin distinci6n, a todos los que encontraron, entre los cuales tambien habia malos (en plural) y buenos. Se esta aludiendo, pues, a la bondad del rey o de Dios, que muestra su misericordia a todos los hombres. El invitado guarda silencio ante la pregunta del rey de por que ha entrado sin traje de boda. Si hubiese tenido algun motivo -por ejemplo, su pobreza, no haberse podido preparar o que la invitaci6n era en el ultimo momento-, podria haberlo dicho. Dado que el rey le pregunta amistosamente por la raz6n de que no tenga ese vestido, tambien cabe suponer que bien podia haber comprendido y aceptado cualquier motivo. El silencio del invitado expresa que no tiene ningun motivo. Corno es el unico invitado sin traje de boda, parece que todos los demas se han presentado espontaneamente con su traje correspondiente, lo que da a entender que ni la falta de tiempo ni la pobreza ni ningun otro motivo fueron el impedimento. Asf pues, el invitado, en efecto, no tenia ninguna raz6n para venir sin traje de boda. El invitado podia haberse preparado para la boda al igual que los demas, pero no lo ha hecho. Su presentaci6n sin el traje adecuado y, sobre todo, su falta de justificaci6n aluden a su desinteres por la celebraci6n de la boda: su no disponibilidad para hacer al menos lo posible para la fiesta. ( Que puede buscar un visitante asf en una fiesta que en realidad no le interesa, aparte de comer bien a costa del anfitri6n? Con esto, el invitado sin traje de boda se asemeja a los "malvados vifiadores" que, sin ninguna raz6n, se negaron a entregar los frutos y s6lo pensaron en su interes cuando quisieron apoderarse de la vifia (21,34-39). 22,13: Corno queda pendiente una explicaci6n para la falta del traje de boda, con lo cual el invitado se revela como un parasito egofsta que no tiene ningun interes en la fiesta, el rey hace que lo echen fuera. En efecto, la fiesta es para quienes manifiestan su disponibilidad para compartir la alegria del rey. Igual que en la parabola de los "vifiadores malvados" la vifia fue entregada a otro pueblo que de su fruto (21,43), tambien la fiesta es para los que realmente quieren celebrar con el rey. Pero mientras que en la parabola de los vifiadores el
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La parabola de los invitados a la boda: 22,1-14
acento recae en el dar frutos -esto es, mas bien en el rendimiento-, ahora es suficiente el traje de boda, que evidentemente es accesible a todos (hoy podriamos decir que se trata de algo asf como el buen animo, un rostro alegre). Incluso, bastaria tambien una explicaci6n de por que no se ha podido vestir el traje de boda. Asf pues, la participaci6n en la fiesta es algo abierto a todos y no va unida a ningun rendimiento, pues el unico presupuesto es que se quiera compartir la alegria del anfitri6n. Solo uno puede excluirse a sf mismo, si no quiere festejar. La expulsi6n del hombre sin traje de boda se describe con palabras drasticas, de modo que suena como un castigo (infernal). Aunque la insuficiente consonancia con la alegria del rey, la falta de disposici6n para celebrar y el egofsmo del parasito son motivos para la exclusi6n de la fiesta, sin embargo el trato dado al sujeto es considerablemente exagerado. Esto sirve para impresionar a los oyentes y lectores, y se convierte para ellos en una advertencia a fin de que revisen su propia motivaci6n: c:por que deseo entrar en el Reino de Dios? Para los demas invitados, el duro comportamiento del rey seiiala que el sabe apreciar la participaci6n activa, que se expresa en el traje de boda. Los lectores pueden recordar el dicho del serm6n de la montaiia: no den a los perros lo que es santo, ni echen sus perlas delante de los cerdos (7,6), que exhortaba a un trato conscientemente responsable con el Evangelio. EI Reino de Dios no se regala o se "liquida"; se encuentra abierto para todos los que estan dispuestos a compartir la preocupaci6n de Dios por su Reino, pero quien no desee esto
22, 14: La interpretaci6n, al final, juega tambien con los terminos griegos llamados y escogidos, que tienen un sonido similar y se pueden entender de muchas maneras. El hecho de que los pocos escogidos sean los participantes en el banquete de boda no es del todo acertado, porque los invitados espontaneos no son escogidos, sino mas bien invitados casuales. Pero si ellos, como escogidos, son considerados participantes, entonces puede ofrse aquf nuevamente una confirmaci6n de su decisi6n a seguir esa invitaci6n: asf, muchos,
Mt 16,21-28,20: Jesus, Mesias e Hijo del Hombre, en su Reino
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como llamados / convocados, han oido la invitaci6n de Dios a su Reino, pero la han rechazado, y s6lo pocos -como los creyentes en Cristo- la han seguido y por eso pertenecen ahora a los escogidos. Pero estos pocos escogidos
Nexos pragmaticos del texto En cuanto parabola, este relato no se puede alegorizar e interpretar s6lo como un mensaje para los oyentes de los tiempos de Jesus, porque una parabola vale para todos los tiempos. Todos los personajes presentados en ella ofrecen figuras de identificaci6n y modelos de acci6n a los lectores,
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La parabola de los invitados a la boda: 22,1-14
que pueden verse reflejados en los invitados que no secundan esa invitaci6n al Reino de Dios porque prefieren seguir sus propios intereses. Tampoco los siervos del rey, quese esfuerzan pero que en ultima instancia no tienen exito, representan solo a los profetas de entonces, sino a todos los que, a pesar de las experiencias negativas, se comprometen por el Reino de Dios. Asimismo, los lectores tambien pueden reencontrarse en los invitados que estan a la mesa, y entonces
La pregunta por el impuesto para el cesar: 22,15-22
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Entonces los fariseos se fueron y celebraron consejo para sorprender a Jesus en alguna palabra.
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Y le enviaron a sus discipulos junto con los herodianos Maestro, sabemos que eres veraz, a decirle: que ensefias el camino de Dias y que no te dejas influir por nadie, porque no miras la condici6n de las personas. Dinos, pues, que te parece: ies licito pagar tributo al cesar o no?
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Pero, reconociendo su malicia, Jesus dijo: iPor que me tientan?, jhip6critas!
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jMuestrenme la moneda del tributo! Ellos le presentaron un denario. iDe quien son la imagen y la inscripci6n? Y el les dijo: Le dijeron: Dei cesar.
20
"" 216
Entonces les dijo: Pues entonces
jden
y 22
lo del cesar lo de Dias
al cesar a Dias!
Al oir esto, se quedaron maravillados y, dejandolo, se fueron.
Tejido estructural del texto Despues de las tres parabolas del Reino de Dias (21,28-32. 33-46; 22,1-14) con las que Jesus ensefi6 en el templo a los sumos sacerdotes, ancianos y fariseos, a sus discfpulos y a la muchedumbre, ahora los oyentes comienzan a presentarle distintos problemas. Y las respuestas de Jesus van precisando paulatinamente su postura en comparaci6n con otras opiniones doctrinales y concepciones. Para la comunidad de Mateo
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y sus colltemporalleos, este posiciollamiellto colltrastallte y ell parte tambiell de collfrolltacioll era muy util para destacar la particularidad de Jesus respecto a otros rabillos. Los aspectos que, por la collfrolltacioll coll "los que piellsall distillto", aparecell como claros limites soll, sill embargo, solo matices de illterpretacioll, completamellte posibles ell el judaismo, tolerados sill problema y que puedell coexistir muy biell. Mielltras que para la comullidad de Mateo esto puede haber sido importallte -mas biell Ulla "de-fillida" determillacioll de posiciolles para destacar su idelltidad respecto a grupos similares-, hoy ell dia estas discusiolles llOS muestrall preferelltemellte el arraigo de Jesus y de la comullidad de Mateo ell el judaismo de aquel tiempo. Las pregulltas que ahora comiellzall soll collversaciolles illstructivas, como muestra la desigllacioll de Jesus como maestro (22,16.24.36). Coll esto, Mateo da a elltellder a sus lectores que tambiell sus opollelltes le recollocell a Jesus autoridad doctrillal, tal como lo mallifiesta llü solo la forma de trato, sillo, sobre todo, su comportamiellto, porque viellell a el ell busca de collsejo. Ell llUestro texto, se establece ademas ull llexo coll la ellsefiallza de Jesus (22,16): soll los discipulos de los fariseos quielles pregulltall aqui a Jesus por su opilliOll doctrillal. EI texto puede dividirse de la siguiellte mallera: Ull breve pasaje (22,15) collduce al lluevo tema; ahora soll los discipulos de los fariseos los que se dirigell a Jesus coll Ulla pregullta, tras Ulla illtroduccioll laudatoria (22,16-17); la primera reacci6ll de Jesus collsiste ell Ulla observacioll que les desellmascara (22,18), alltes de pasar a Ulla respuesta doctrillal (22,21b) por medio de Ulla demostracioll plastica y Ulla colltra-pregullta (22,19-21a); Ulla observacioll collclusiva, que describe detalladamellte la reacci6ll de quielles illterrogall (22,22), cierra esta primera Ullidad de pregulltas.
Configuraci6n semantica del texto 22,15: Los fariseos tomall Ulla decisioll ell colltra de Jesus, pero llü lade alliquilarlo, como ell 12,14, sillo de sorprenderle en alguna palabra, esto es, que Jesus se colltradiga a si mismo
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La pregunta por el impuesto para el cesar: 22,15-22
o quede debiendo una respuesta, de modo que resulte evidente que su doctrina es insostenible. Sin embargo, seran los que interrogan quienes en 22,46 no podran dar ninguna respuesta, y por eso ya no se atreveran a seguir haciendo mas preguntas.
22,16-17: El grupo de los que aqui preguntan, designado como discipulos de los fariseos y herodianos, no es fäcil de determinar. Los fariseos no tenian disdpulos, pero sf los escribas, que tambien podian pertenecer a los fariseos, y los herodianos serian los partidarios de Herodes y/o sus soldados. Los que interrogan comienzan su discurso con una introducci6n laudatoria (captatio benevolentiae), que sirve para disponer al interlocutor favorablemente respecto a quien le habla, y le adjudican a Jesus cualidades que tambien valen para Dios: ser veraz (Sab 1,6; 15,1), decir la verdad (Is 45,19) y no dejarse influir por nadie, en el sentido de ser insobornable (Dt 10,15; PsSal 2,18). Estas palabras en boca de los oponentes y sobre el trasfondo de su intenci6n negativa pueden sonar falsas, pero en las respuestas de Jesus se pondra en evidencia que precisamente es como ellos dicen: efectivamente, Jesus no habla para el paladar de nadie y dice la verdad, aunque resulte inc6moda. La pregunta que le hacen aquf gira en torno al pago del impuesto per capita para el emperador. Mateo ya habia tratado y resuelto la cuesti6n de los impuestos en 17,24-27: los creyentes pueden pagar esas tasas porque precisamente asf expresan que son extranjeros y no pertenecientes (hijos) o partidarios del emperador; ademas, el pago de impuestos es para ellos algo con sentido, a finde no producir escandalo. Retomando el tema, el evangelista pone ahora otros acentos, pues lo que aquf se aborda es si esta perrnitido por Dios pagar el impuesto al emperador, con lo que explicitamente se esta preguntando por la voluntad de Dios.
22, 18: Jesus reconoce en la pregunta la oculta hipocresia de quienes interrogan. Ante los partidarios de Herodes no podia declararse en contra de los impuestos y, por otro lado, aceptar delante de los disdpulos de los fariseos el pago de los mismos serfa reconocer el sometimiento al poderfo romano, lo que desde el punto de vista teol6gico seria una afrenta a Dios y a su soberanfa. Ante cualquier cosa, pues, que Jesus
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dijese, el otro grupo podia, con muy buenos argumentos, tomarlo como enemigo; asimismo, podian reprocharle en su respuesta que buscaba complacer a las personas. Los que interrogan quieren tenderle una trampa a Jesus: en esto se manifiesta su malicia y su hipacresia. Pero la malicia que el reconoce y la tentaci6n que les reprocha consisten tambien en otro problema: en efecto, la tentaci6n esta en hacer (o decir) algo en contra de la voluntad de Dios.
22,19-21a: Jesus hace que quienes le interrogan le enseiien una moneda del tributo. El denario de aquel tiempo llevaba la imagen del emperador Tiberio. El hecho de que los interlocutores le traigan o muestren un denario no esta diciendo necesariamente que ellos lleven consigo esa moneda o que lausen y por eso, en cuanto personas dispuestas a pagar el impuesto, esten reconociendo la soberania del emperador, pues en el area del templo, donde habia tambien cambistas de dinero, no era diffcil conseguir esa moneda. Aquf ya no se trata de la cuesti6n fundamental del pago de impuestos, porque ya antes Jesus habia presentado el pago de esas tasas como algo legftimo para los creyentes (17,24-27); su actual respuesta deja clara la problematica autentica y con ello explica tambien la malicia y la tentaci6n de quienes le interrogan. 22,21b: La formulaci6n introductoria es licita (22, 17), que en boca de los fariseos no apunta fundamentalmente a si se puede o a la legitimidad, sino que se esta preguntando desde la perspectiva del creyente que se situa ante Dios, pone de manifiesto el trasfondo de la cuesti6n: (.pagar impuestas al emperadar carrespande a la valuntad de Dias a la cantradice? El mismo sentido de es licita, con la idea de carrespande a la valuntad de Dias a la cantradice, esta tambien en la discusi6n sobre lo que esta permitida hacer en sabbat, es decir, lo que carrespande a la valuntad de Dias (12,2-12), y lo mismo sucede tambien en el caso de la cuesti6n sobre el repudio de la mujer en el matrimonio (19,3-9). De lo quese trata ahora es, pues, de hacer la voluntad de Dios en relaci6n con el pago de los impuestos. Cuando Jesus present6 el pago de impuestos como legftimo (17,24-27), c:contradijo la voluntad de Dios y deberia, pues, revisar ahora su opini6n anterior, con lo que entonces estaria destacando que su enseiianza contiene errores? Es aquf donde se mues-
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La pregunta por el impuesto para el cesar: 22,15-22
tra la malicia y la tentaci6n de los que preguntan, porque quieren llevar a Jesus a que diga algo (o lo haya dicho ya) que contradiga la voluntad de Dios. La respuesta de Jesus se dirige ahora precisamente a esa pregunta, lade lo que es licita, lo que corresponde a la voluntad de Dios: al cesar debe darsele la que es del cesar, esto es, lo que le pertenece y lo que, eventualmente, se le debe. Los lectores deben actualizar que significa esto en su propia situaci6n: en este caso pueden ser los impuestos, pero tambien cabe pensar en otras cosas, como por ejemplo el respeto y la obediencia. Al no definir exactamente la que es del cesar, sino dejarlo abierto, queda tambien a la consideraci6n personal y a la responsabilidad propia establecer que es lo que se le debe dar. Cada uno debe preguntarse, pues, si lo que el cesar exige efectivamente le corresponde y si tal vez no hay que obedecer mas a Dios que a los hombres (cf. Hch 5,29). Pero a su vez -lo que destaca aquf con y (22,21c)- se debe dar a Dias la que es de Dias, es decir, lo que a el se le debe, lo que le corresponde y aquello a lo que obligan los mandatos de Dios. De este modo, se separa claramente la que es del cesar y la que es de Dias y no puedo afirmar que, como he pagado ya los impuestos, no debo dar mas limosna a los necesitados o que, como obedezco al emperador, ya no tengo que obedecer a Dios. Tambien aquf los lectores deben actualizar en sus respectivas situaciones que es la de Dias, aquello a lo que la voluntad y las prescripciones divinas, en general y actualmente, obligan. Con esto queda claro para el creyente que hacer la voluntad de Dios atafie a toda la persona y a toda su vida. No debe existir realmente ningun conflicto o problema de decisi6n entre la que es del cesar y la que es de Dias. Dar al emperador lo suyo no le quita nada a Dios, porque, a la vez, se le esta dando a el lo que el espera. Jesus apunta aquf al permanente cumplimiento de la voluntad de Dios, en contraposici6n con los actos aislados que tambien corresponden a la misma. Verdaderamente, es cierto que se debe hacer la voluntad de Dios en actos aislados, unicos, y esta es la perspectiva desde la que contemplan el problema los que interrogan, pero lo que se plantea es practicar la justicia sobreabundante (5,20), que no es algo que se despacha con actos puntuales, sino que busca el "siempre mas".
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22,22: La reacci6n de los que interrogan es presentada de manera muy detallada: en efecto, se dice que ellos ayen, se quedan maravilladas, dejan a Jesus (en paz) y se van. Por lo general, son los discipulos de Jesus o la muchedumbre quienes se maravillan, lo que expresa que estan impresionados por la acci6n y la ensefianza del Maestro. Los discipulos de los fariseos y los herodianos no saben replicar a Jesus, por lo que le dejan y se van. Precisamente, este comportamiento indica que ellos aqui aceptan su ensefianza y consejo (tienen que hacerlo), y su sorpresa y alejamiento subrayan para los lectores la autoridad doctrinal de Jesus. A su vez, lo que este responde a quienes le interrogan vale, naturalmente, tambien para los lectores de entonces y de hoy.
Nexos pragmaticos del texto Para la mayoria de las personas de aquel entonces, que no pertenecian a las elites, el pago de impuestos representaba un peso dramatico y es desde este trasfondo desde donde se plantea la pregunta de si con el pago de los mismos no se esta, en ultima instancia, contradiciendo la voluntad de Dios. Esta pregunta por la voluntad de Dios podia tambien estar motivada, por ejemplo, por la reflexi6n de que con ese dinero del emperador se podia ayudar mejor a los necesitados y, a su vez, practicar la buena obra de dar limosna. La respuesta de Jesus dirige la mirada ahora no hacia los buenos actos puntuales, sino hacia el cumplimiento general de la voluntad de Dios como justicia sobreabundante. Para el ejemplo de dar limosna en vez de pagar impuestos, esto significaria un cambio de perspectiva: dar una vez limosna sigue siendo un acto bueno, pero la solidaridad con los pobres puede vivirse de muchas maneras y la meta deberia ser que no existan pobres en absoluto (Dt 15,4). Jesus ensefia el camino de Dios sin atender a la persona (22,16). No responde a lo quese le ha preguntado -si es licitacon "si" o "no", ni tampoco con permisos especiales, particulares, sino con un imperativo general y que lleva mas lejos aun, como un mandato: jden al cesar la que es del cesar, y a Dias la que es de Dias! De este modo nos propone tambien a nosotros, lectores de hoy, una pauta clara para nuestra con-
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La pregunta por el impuesto para el cesar: 22,15-22
ducta. Sin embargo, el desaffo para todos los creyentes reside en que el mandato de dar a Dias la que es de Dias no se puede entender de manera limitada, especifica, sino de modo abarcador: c:que espera Dios de nosotros hoy?, c:estamos dispuestos a darle realmente a Dios todo lo que es suyo?
La pregunta por la resurrecci6n: 22,23-33
La pregunta de los saduceos 23
Aquel dia se le acercaron unos saduceos, esos que niegan que haya resurrecci6n, y le preguntaron
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diciendo:
Maestro, Moises dijo:
Si a/guien muere sin tener hijas, su hermana -como cufiada- debe casarse con Ja mujer de aquel para darle descendencia a su hermana (Ot 25,5; Cn 38,8). Ahora bien, habia entre nosotros siele hermanos, y el primero se cas6 y muri6, y, no teniendo descendencia, dej6 su mujer a su hermano. Tambien el segundo muri6, al igual que el tercero, y asi hasta los siele. Despues de todos, muri6 la mujer. En la resurrecci6n, pues, ide cual de los siele sera mujer? Porque todos la tuvieron.
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La respuesta de Jesus 29
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Respondiendo, Jesus les dijo: Estan en un error, por no entender las Escrituras ni el poder de Dios. Pues en la resurrecci6n ni ellos tomaran mujer, ni ellas marido, sino que seran como angeles en el cielo.
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Yen cuanto a la resurrecci6n de los muertos, ino han leido lo dicho por Dios:
Ya say e/ Dias de Abrahan, el Dias de Isaac y el Dias de Jacob? (Ex 3,6.1 Ss.).
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jEI no es un Dios de muertos, sino de vivos! 33
Y,
al oir esto, la muchedumbre se maravillaba de su doctrina.
Tejido estructural del texto Tras resolver Jesus el problema de los fariseos y de los herodianos (22,15-22), continua la serie de conversaciones
Mt 16,21-28,20: Jesus, Mesias e Hijo del Hombre, en su Reino
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doctrinales en el templo con otro grupo de oponentes que son introducidos (22,23) antes de que formulen su pregunta, basada en la interpretaci6n de las Escrituras (22,24-28). En su respuesta (22,29-32), Jesus argumenta igual que las Escrituras, y su discurso tiene dos partes: primero entra directamente en la cuesti6n que se le ha planteado, describiendo lo que es distinto en la resurrecci6n (22,29-30), y afiade despues una explicaci6n general de la misma (22,31-32). La reacci6n de la muchedumbre cierra este apartado (22,33).
Configuraci6n semantica del texto 22,23-28: La pregunta de los saduceos 22,23: La introducci6n menciona el tema de esta conversaci6n doctrinal, a saber, la resurrecci6n (22,23.28.30.31). EI hecho de que sean precisamente los saduceos, que sostienen que no hay resurrecci6n, quienes preguntan a Jesus por la misma suena parad6jico, pero ya en la introducci6n se alude a las distintas concepciones de la resurrecci6n, que luego quedan mas claras en la respuesta de Jesus.
22,24-28: Los saduceos se dirigen a Jesus tratandolo de maestro, con lo que estan aceptando fundamentalmente su autoridad doctrinal. Mateo no dice nada acerca de que tengan malas intenciones, por lo que no se les puede atribuir aqui ninguna. A diferencia de la pregunta sobre los impuestos que le hicieron los fariseos y herodianos, orientada mas a lo practico de la vida y de la fe, el interrogante de los saduceos es una cuesti6n especialmente teol6gica. Al dirigirse con esta pregunta especializada a Jesus, estan expresando que esperan de el una respuesta especifica. Tampoco aqui debe suponerse una velada mala intenci6n, pues aunque Jesus no les respondiera a esta cuesti6n, esto solo disminuiria su competencia en cuestiones especificas, pero no estaria cuestionando su competencia doctrinal general, que ya ha demostrado poco antes con los fariseos y herodianos. Sin embargo, el hecho de que tambien aqui Jesus da una respuesta muy precisa sirve para destacar particularmente su poder y su autoridad doctrinal. Los saduceos parten del mandato de matrimonio con el cufiado (levirato: 22,24) que resuena en la cita biblica y le
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La pregunta por la resurreccion: 22,23-33
afiaden un caso ejemplar que, con el giro entre nosotros, pretenden anclar en el mundo real (22,25-27). El ejemplo de los siete hermanos parece exagerado, pero no cambiarfa el problema en si y la cuestion que se plantea aunque se tratase de
22,29-30: Jesus rechaza la posicion descrita por los saduceos por ser erronea y les reprocha que no conocen las Escrituras ni el poder de Dios. En la primera parte de su respuesta, Jesus explica por que su concepcion es deficitaria, mientras que en la segunda afiade una cita de las Escrituras y la fundamentacion de lo que dice. La concepcion de la resurreccion descrita por los saduceos es incorrecta porque la cuestion sobre de quien sera mujer en la resurrecci6n parte de que la vida despues de la muerte es simplemente una prolongacion de la vida aqui. Esta idea "terrena" estaba muy difundida entre las religiones mediterraneas de la antigüedad, como sefialan los exvotos funerarios, y se daba tambien en la religiosidad popular, como ocurre tambien en parte todavfa hoy. Junta a esto, especialmente en el ambito del judaismo de la diaspora y del que tenia influencias del pensamiento apocalfptico, existian tambien otras concepciones semejantes a la que Jesus describe ahora (por ejemplo, Dn 12,1-3; syrBar 51,10). Jesus rechaza una vision de la resurreccion que piensa exclusivamente con concepciones humanas y con categorias terrenas. La vida despues de la muerte es completamente distinta y no se puede comparar con la existencia terrena. El hecho de casarse, que en la vida terrena es vital para el hombre y la mujer, no desempefia ningun papel despues de la
Mt 16,21-28,20: Jesus, Mesias e Hijo del Hombre, en su Reino
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muerte: los resucitados son como angelesen el cielo. Esta imagen solo quiere remitir a la realidad celestial, completamente distinta, sin dar indicaciones concretas de como se ve el cuerpo resucitado o su constitucion. Pero a partir de 18,10 los lectores saben que los angeles en el cielo ven continuamente el rostro de Dias, de modo que a traves de esta relacion se expresa una estrecha comunion con Dias en la realidad de la resurreccion.
22,31-32: En un segundo paso, Jesus remite la cuestion de la resurreccion a Dias y a un pasaje escrituristico de la Tara. Dada que los saduceos solo aceptaban la Tara -pero no el resto de las Escrituras Sagradas, donde si se menciona la resurreccion-, no era posible una argumentacion con, por ejemplo, Is 25,8; 26,19 o Sal 16,10. Jesus atestigua la resurreccion con una palabra dicha por Dios con la que el se presenta y menciona su nombre: Yo soy el Dias de Abrahan, el Dias de Isaac y el Dias de Jacob (Ex 3,6), este es mi nombre para siempre (Ex 3,15). Corno palabra pronunciada por Dias y como nombre divino, a este pasaje de las Escrituras le corresponde un peso muy especial. En este texto de la Tara, Dias se presenta a si mismo a Maises con esas palabras. Al decir yo soy el Dias ... (en presente, lo que es mas claro en el texto griego de la LXX que en el hebreo) esta expresando que, aunque los patriarcas hace mucho que murieron, el es siempre el Dias de Abrahan, de Isaac y de Jacob; si no, hubiese dicho: yo fui el Dias de vuestros padres, yo fui el Dias de Abrahan ... Dada que el es aun el Dias de Abrahan, de Isaac y de Jacob, los patriarcas estan "vivos" ante Dios y para Dias, y es de aqui de donde Jesus colige que el no es un Dias de muertos, sino de vivos.
22,33: Mateo no informa de ninguna reaccion especial por parte de los saduceos, aunque cuenta que la respuesta recibida les hizo callar (22,34); sin embargo, si dice de la gente quese maravillaba con la ensefianza de Jesus. EI verbo en imperfecto expresa duracion, con lo que Mateo esta hablando no solo de un entusiasmo momentaneo, sino de un estado de animo duradero y de un acuerdo fundamental con lo que Jesus ensefia. De este modo sefiala, una vez mas, la amplitud y reconocimiento del poder y la autoridad doctrinal de Jesus.
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La pregunta por la resurrecci6n: 22,23-33
Nexos pragmaticos del texto La concepcion de Jesus sobre la resurreccion no es nueva ni extraordinaria, pues en los escritos de los profetas y en los sapienciales, asf como en las visiones apocalfpticas, se encuentran pensamientos semejantes tanto de una resurreccion colectiva al final de los tiempos (por ejemplo, Ez 37) como de una individual (por ejemplo, Sab 5,15; 2 Mac 7,14). Sin embargo, lo realmente especial es la fundamentacion de la resurreccion a partir de la Tora, y ademas usando el nombre de Dios: de este modo, el es el garante de la misma. La historia de la interpretacion, que ha visto este texto solo como una provocacion de los saduceos y como otra disputa mas, ha pasado ampliamente por alto lo peculiar del mismo: aquf hay un gran argumento de la resurrecci6n que no se basa en la resurreccion de Jesus, sino que se sostiene solo en Dios. Con esto, la ensefianza de Jesus al respecto -y no solo su propia resurreccion- enriquece nuestras concepciones de la vida despues de la muerte, de la resurreccion y de Dios.
La pregunta por el mandamiento mas importante: 22,34-40
La pregunta de los fariseos 34
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Mas los fariseos, a/ enterarse de que habia hecho ca/lar a los saduceos, se reunieron y uno de e/los, un escriba, Je pregunt6 con animo de tentarle: Maestro, icual es el mandamiento mayor de la Tora?
La respuesta de Jesus 37
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Pero el le dijo:
Amaras al Sefiar; tu Dias, con tada tu caraz6n
y y Este Y el
con tada tu alma con tada tu mente (Dt 6,5; Jas 22,5 LXX).
es el mayor y el primer mandamiento. segundo es semejante a este: Amaras a tu pr6jima cama a ti misma (L v 19, 18.34).
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De estos dos mandamientos dependen toda la Tora y los Profetas.
Tejido estructural del texto Las conversaciones doctrinales de Jesus en el templo se prolongan: despues de los saduceos, de nuevo vienen ahora hacia el los fariseos para preguntarle, a traves de un escriba, por el mandamiento mas importante. El texto esta construido de forma sencilla y clara: en primer lugar se presenta la situaci6n enlazando con la conversaci6n anterior (22,34-35) y despues se menciona la cuesti6n (22,36), a la que Jesus luego da una detallada respuesta basada en citas de las Escrituras (22,37-40). En este pasaje se omite la reacci6n de los que preguntan y de los oyentes, que se afiadira posteriormente en 22,46, porque la conversaci6n se prolonga hasta el apartado siguiente.
Mt 16,21-28,20: Jesus, Mesias e Hijo del Hombre, en su Reino
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Configuracion semantica del texto 22,34-36: La pregunta de los fariseos La indicaci6n introductoria de que el habia hecho callar a los saduceos remite, ya al comienzo, nuevamente a la autoridad doctrinal de Jesus. Si los fariseos se dirigen de nuevo a el con una pregunta es porque, implfcitamente, tambien estan reconociendo esa autoridad. Ademas, el hecho de que ahora envien un escriba, es decir, alguien bien versado en la Tora, un "especialista", confiere -por su parte y por la de los lectoresun peso muy especial a la respuesta que da Jesus. Detras de la pregunta del escriba se oculta la intenci6n de tentarle, esto es, de que incurra en una contradicci6n o incluso de "enredarle" en una declaraci6n contra Dios o contra la Tora. Para los lectores, esta intenci6n de ponerle a prueba es otro indicio del amplio poder y autoridad doctrinal de Jesus, pues cuanto mas dificiles y complicadas son las cuestiones que le presentan, mas crece el con sus respuestas y mas crece su prestigio. Asi, la intenci6n de los oponentes de Jesus se ve condenada al fracaso. Al plantear cual es el mandamiento mayor de la Tara, el escriba no esta precisamente preguntando por la jerarquia de los 248 mandatos y las 365 prohibiciones de la misma, porque todos ellos son prescripciones de Dios y
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La pregunta por el mandamiento mas importante: 22,34-40
(22,38), se puede parafrasear asf la pregunta: ccudl es el mandamienta central en la Tara, el mandamienta que necesariamente debe ser cumplida? Detras de esta pregunta esta el esfuerzo de aclarar todos los mandamientos, de tener una pauta segun la cual poder orientar la vida cotidiana y la vida de fe. Esta sfntesis es importante para quienes no tienen la oportunidad de estudiar detalladamente la Tora, y por eso tambien resulta interesante para los paganos abiertos al judafsmo. Se cuenta de rabf Schammai y de rabi Hillel, ambos mas o menos de los tiempos de Jesus, que un pagano que querfa ser proselito les pidi6 que le presentaran la ensefianza completa del judafsmo en el lapso de tiempo durante el cual el conseguirfa mantenerse en pie sobre una sola pierna. Rabf Schammai rechaz6 al que le hizo esta propuesta, pero rabi Hillel, por el contrario, le respondi6: "Lo que no quieres que te hagan a ti, no se lo hagas a ningun otro; esto es la Tora completa, y todo lo demas es comentario" (bSab 3la). 22,37-40: La respuesta de Jesus Tambien Jesus puede poner la Tora en pocas palabras, aunque va un poco mas lejos que rabf Hillel y cita dos mandamientos igualmente importantes, que hoy se sintetizan como el doble mandamiento del amor a Dios y al pr6jimo. EI mandamiento que Jesus cita en primer lugar (22,37) es el segundo versfculo del "Escucha, Israel", que con el amar a Dias describe la orientaci6n general del creyente hacia Dios. Amar a Dias no significa s6lo cumplir obedientemente sus mandatos, sino que apunta a una relaci6n autentica, viva, con el. La menci6n del caraz6n, el alma y la mente (fuerza, entendimiento) sefiala las dimensiones fundamentales de la existencia humana. Aquf, el amar a Dios can tada el caraz6n se refiere, pues, al plano sentimental, relativo a la ternura, de ese vinculo; hacerlo can tada el alma significa el plano mfstico de la uni6n o el anhelo de esa unidad y consonancia ("parentesco espiritual") con Dios; amarlo can tada la mente se refiere al componente de comprensi6n en esa relaci6n con Dios. Del mismo modo que en una relaci6n de amor humana exitosamente lograda estan presentes a la vez los tres niveles, asf debe ser tambien en la relaci6n con Dios para que sea un logrado vfnculo amoroso con el.
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Partielldo de esta relaci6ll amorosa coll Dios exitosamellte lograda, es obvio que hay que comportarse asi tambiell coll los demas. Lo mismo ocurre tambiell ell Ull vinculo amoroso humallo cualldo se trata de apreciar y amar a los amigos o familiares del amado, precisamellte porque ellos soll queridos por la persolla a la que se ama. Corno este malldamiellto colltielle por completo el amor a Dios, y coll ello tambiell, implicitamellte, el amor al pr6jimo y a Ullü mismo, puede ser desigllado como el mandamiento central, el mandamiento mayor y primero (22,38). No obstallte, Jesus cita explicitamellte Ull segulldo malldamiellto igual de importallte, el amor al pr6jimo como a si mismo (22,39). Porque el amor al pr6jimo y a Ullü mismo es algo que ell realidad ya esta colltellido ell el malldato del amor a Dios es por lo que ambos malldamielltos estall tall estrechamellte ullidos que llü se puedell separar, y por eso, ell ultima illstallcia, Süll igual de importalltes. Sill embargo, el segulldo malldamiellto merece ser citado lluevamellte, aparte, para excluir cualquier malelltelldido y para precisar el primer malldamiellto. Pues el primero, el del amor a Dios, ciertamellte colltielle tambiell el amor al pr6jimo y a Ullü mismo, pero, al reves, ell el amor al pr6jimo llü llecesariamellte se da siempre el amor a Dios. El amor al pr6jimo llü se refiere s6lo a los miembros de la familia o del propio pueblo (Lv 19,18), sillo que illcluye expresamellte tambiell a los extrafios y extralljeros (Lv 19,34). Que el amor a los parielltes y a los extrafios debe ser total y completamellte igual es lo que subraya la segullda parte de ese malldamiellto (Lv 19,18.34), que polle como medida y modelo de acci6ll el amor a si mismo: los parielltes y los extrafios debell ser para mi tall importalltes como yo lo soy para mi mismo. Por ultimo, el comportamiellto Cüll el pr6jimo (parielltes y extrafios), ell relaci6ll coll el amor a si mismo, se puede silltetizar muy biell ell la regla de oro: todo cuanto quieran que les hagan los hombres, haganlo tambien ustedes a ellos (7, 12). Esta formulaci6ll positiva -a diferellcia de la llegativa de rabi Hillel- acelltua mas fuertemellte el aspecto activo de realizaci6ll e illvita a atreverse a dar el primer paso: es ell mi, ell mi comportamiellto y ell mi respollsabilidad, dollde reside la forma como los demas se comportall collmigo.
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La pregunta por el mandamiento mas importante: 22,34-40
Estos dos mandamientos constituyen, a la vez, el fundamento de la Tora y los Profetas (22,40), pues todos los demas pueden derivarse del mandato del amor a Dios y del amor a los demas como a uno mismo. En retrospectiva, partiendo de estos dos mandamientos, es tambien posible entender la interpretacion que hace Jesus de la Tora en el sermon de la montafia (5, 17; 7, 12), asf como su referencia a la ensefianza de los profetas en otras cuestiones concretas (por ejemplo, Os 6,6 en 9,13; 12,7).
Nexos pragmaticos del texto Con esta "sfntesis de la Tora", los lectores conocen ahora los dos mandamientos principales, base y medida de una vida conforme a las prescripciones de Dios. Pero
La pregunta por el Mesias: 22,41-46
Ditilogo sobre el Mesias 41
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Cuando se reunieron los fariseos, Jesus los interrog6 diciendo: 1Que piensan acerca del Mesias?, ide quien es hijo? Le dijeron: De David.
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es dijo:
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Pues 1c6mo David, movido por el Espiritu, le llama "Sef\or" cuando dice: Dijo el Sefior a mi Sefior: Sientate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies (Sal 1101 1)?
Si David le llama "Sef\or", 1c6mo puede ser hijo suyo?
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°' Y nadie fue capaz de contestarle nada,
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Conclusi6n 46 b
y desde ese dia ninguno se atrevi6 ya a hacerle mas preguntas.
Tejido estructural del texto Las conversaciones en el templo contimian, pero ahora es Jesus quien toma la iniciativa de implicar a los fariseos en un dialogo sobre el Mesfas y, finalmente, hacerles enmudecer con sus cuestionamientos (22,41-46a). A traves de las preguntas de Jesus, el texto se articula en dos giros de conversaci6n (22,42 y 22,43-46a): tras la introducci6n, que presenta a los participantes (22,41), Jesus seiiala la cuesti6n (22,42ab), a la que los fariseos responden escuetamente (22,42c); el Maestro aiiade enseguida otra pregunta mas precisa que fundamenta con una cita de las Escrituras (22,43-45), a la que los fariseos ya no pueden responder (22,46a). El relato concluye con una observaci6n acerca del final de las conversaciones doctrinales (22,46b ).
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Configuraci6n semantica del texto 22,41-46a: Dialogo sobre el Mesias
22,41-42: Los personajes principales que aqui participan siguen siendo los mismos, Jesus y los fariseos, de ahi que la introduccion indique el nuevo tema (22,41); por lo demas, es solo Jesus quien interroga a los fariseos. Sin ningun tratamiento especial, el les dirige una doble pregunta (22,42). La primera, (_que piensan acerca del Mesias?, sirve de indicacion del tema, por lo que los interlocutores tampoco responden a ella. La segunda pregunta menciona con la expresion cde quien es hijo? el verdadero punto en cuestion, a saber: la procedencia del Mesias. En el plano narrativo, esta pregunta sigue siendo para los fariseos una cuestion general sobre el Mesias; los lectores, por el contrario, reconocen que aqui se trata de Jesus mismo en cuanto Mesias. Por primera vez en el evangelio, aqui se trata de manera directa, en el ambito publico, la cuestion del mesianismo de Jesus. Los lectores comprenden que tambien a ellos se les pide dar una respuesta. Los fariseos contestan, conforme a las Escrituras (por ejemplo, 2 Sm 7,12; Is 11,1.10; Jr 23,5-6), que el Mesias es hijo de David. Y los lectores pueden estar de acuerdo con esto porque desde el comienzo del evangelio conocen la procedencia de Jesus de la tribu de David ( 1, 1.17). Ademas, los lectores recordaran que la muchedumbre aclamo a Jesus como Hijo de David durante su entrada en Jerusalen (21,9.15), al igual que los nifios en el templo o la gente que le pidio ayuda y a menudo se dirigio a el de esa manera (9,27; 15,22; 20,30-31). Pero los lectores saben aun mas, pues la multitud tiene a Jesus tambien por unprofeta (16,14; 21,22.26.46) y sus discipulos ven en el al Hijo de Dias (14,33; 16,16). De aqui que para ellos surja la pregunta de si a Jesus, en cuanto Mesias, se le describe de manera suficientemente adecuada "solo" como el Hijo de David.
22,43-46a: Precisamente con este problema enlaza la siguiente pregunta de Jesus: (_c6mo el Mesias puede ser solo el hijo de David, si este le llama "Sefior"? Y para precisar la pregunta, el Jesus mateano presenta el Sal 110,1, el mas citado en el Nuevo Testamento (por ejemplo, Hch 2,34; 1 Cor 15,25; Ef 1,20; Heb 1,13), pues tenia un significado fundamental para
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La pregunta por el Mesias: 22,41-46
los primeros creyentes en Cristo, y tambien hoy recitamos una parte del mismo en el Credo. La pregunta de Jesus apunta a la contradicci6n de que David, en cuanto "autor" del salmo, no llamaria a su hijo "Sefior", porque fue puesto por Dias, el Sefior, como Sefior a la diestra de Dias. Segun el salmo, que fue proclamado por David en el Espiritu, o sea, por revelaci6n divina (inspirado), el Mesias seria entonces tanto hijo de David como su senor, (Y no es esto contradictorio? Para los creyentes no hay ningun problema en ver en Jesus tanto al Hijo de David como al Sefior, pues ellos saben que los discipulos y las personas que pidieron ayuda a Jesus le llamaban Senor precisamente tambien en relaci6n con la expresi6n Hijo de David (8,2.6.25; 14,30; 15,22; 20,30-31). Si el rey David llama al Mesias Senor, entonces esta expresando con ello que el Mesias esta por encima de el, esto es, que es como Dias. De aqui que los creyentes vean en el trato de Senor por parte de David la sefial de que el Mesias es Hijo de Dias. De este modo, el Mesias es ambas cosas: Hijo de David e Hijo de Dias, tal como Mateo declara enseguida, ya al comienzo del evangelio, en la genealogia de Jesus (1,1-17). Pero los fariseos no pueden seguir esta argumentaci6n, y nadie fue capaz de contestarle nada. Esto de ninguna manera sefiala su "mala voluntad", aunque tampoco su silencioso acuerdo, sino que simplemente indica que ellos no podian explicar c6mo era posible que el Mesias fuera Hijo de David y Senor de David. La interpretaci6n mesianica de este salmo seguramente refleja una de las reflexiones cristol6gicas mas antiguas, que a su vez esta anclada en el Antigua Testamento. Sin embargo, el silencio de los fariseos tambien alude a que no todos los contemporaneos de Mateo estaban persuadidos de esta argumentaci6n. Por lo mismo, esta cita del salmo tambien era adecuada para corroborar la convicci6n de fe de los creyentes en Cristo y para legitimarla ante los contemporaneos escepticos a partir de las Escrituras.
22,46b: Conclusi6n Con la observaci6n conclusiva de que desde ese dia ninguno se atrevi6 ya a hacerle mas preguntas a Jesus, Mateo subraya la autoridad doctrinal de Jesus, que era aceptada (en silencio): el sabe responder a todas las preguntas, mientras que los
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demas maestros a veces no pueden o s6lo son capaces de hacerlo de forma insuficiente. Es significativo que, despues de esta conversaci6n, Jesus ya no es llamado Hijo de David. Para Mateo y su comunidad, la cuesti6n del Mesias, que es Hijo de David y Sefwr de David, esta ahora bien aclarada y no
Nexos pragmaticos del texto Los lectores se ven enfrentados al problema de tener que esclarecer el mesianismo de Jesus. Corno creyentes encuentran una indicaci6n significativa en las Escrituras, el Sal 110,1, que describe al Mesias como Hijo de David y como Senor, y con esto como Hijo de Dios. En este salmo aparece un adecuado punto de enlace para el dialogo con los judios, porque las Escrituras ejercen de base comun. Pero los creyentes en Cristo
Palabras de advertencia respecto a los escrihas y fariseos: 23, 1-12
La actitud de los escribas y fariseos
Entonces Jesus se dirigi6 a Ja gente y a sus discfpulos diciendo: En Ja catedra de Maises se han sentado los escribas y los fariseos. Todo lo que les digan, haganlo y observenlo, pero sus obras no las hagan, porque ellos dicen y no hacen. Atan cargas pesadas [e insoportables] y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas. Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres, pues ensanchan las filacterias y alargan las orlas del manto; quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, y quese les sa/ude en las plazas, y que Ja gente les l/ame "rabi". Advertencias a los oyentes
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Pero ustedes no se deben dejar l/amar "rabf", porque uno s61o es su Maestro, y ustedes son todos hermanos. Ni tampoco llamen a nadie "Padre" suyo en la tierra, porque uno s6/o es su "Padre": el del Cielo. Ni tampoco se dejen l/amar "maestro", porque uno s6/o es su Maestro, el Mesfas. EI mayor entre ustedes sera su servidor. Pues el quese ensa/ce sera humillado, y el quese humil/e sera ensalzado.
Tejido estructural del texto Tras haber hecho callar a sus oponentes en el templo, Jesus se dirige a la muchedumbre aun alli presente y a sus discipulos. Cabe pensar que tambien siguen allf los escribas y fariseos, pues a ellos se les habla en el pr6ximo apartado. Este capitulo 23 es un discurso compuesto por Mateo en tres partes
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que sirve para determinar la posici6n de los creyentes en Cristo dentro de una comunidad judfa compuesta por ellos, por escribas judios y fariseos. Dado que este discurso sirve para determinar la identidad y desemboca en normas para la acci6n, trabaja con descripciones y formulaciones contrastantes y exageradas. Aunque la situaci6n de hoy, para nosotros, ha cambiado, podemos obtener de este discurso importantes impulsos para nuestra acci6n y comportamiento como cristianos. La primera parte del discurso (23,1-12) contrapone a la posici6n de los escribas y fariseos la praxis que Jesus requiere de los creyentes. La segunda parte (23,13-36) contiene unas exclamaciones con "ay", de precauci6n respecto a los escribas y fariseos, que deben servir como trasfondo negativo de la conducta exigida. La tercera parte (23,37-39) cierra el discurso con un presagio de advertencia sobre Jerusalen. En la parte introductoria de este discurso, Jesus ensefia c6mo deben comportarse sus seguidores con ejemplos exagerados negativamente sobre "los" escribas y fariseos. Esta parte esta claramente estructurada: tras exponer la situaci6n (23,1), Jesus hace una descripci6n negativa de los escribas y fariseos (23,2-7) que se compone de dos imperativos generales (hagan y cuidense - no hagan) a los que siguen tres explicaciones detalladas sobre el comportamiento de esos escribas y fariseos (atan - hacen todas sus obras - aman ); estas explicaciones, con sus respectivos a:fiadidos de pero, sirven para explicitar el no hagan. A continuaci6n se a:fiaden tres normas de acci6n a modo de advertencia para los oyentes, cada una de ellas con su fundamentaci6n (23,8-10). Una sintesis general, como una suerte de dicho (23,11-12), concluye esta primera parte del discurso.
Configuracion semantica del texto 23,1-7: La actitud de los escribas y fariseos A partir del contexto narrativo, este discurso de Jesus debe ubicarse aun en el templo (23,1), pero la introducci6n generica con entonces indica cierta indeterminaci6n y algo supratemporal. Tambien la muchedumbre y los discipulos, como oyentes de Jesus, estan se:fialando que este discurso tiene validez por encima del tiempo concreto.
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Palahras de advertencia respecto a los escrihas y fariseos: 23,1-12
Al comienzo de su discurso, Jesus establece la autoridad doctrinal de los escribas y fariseos, quese sientan en la catedra de Maises (23,2), es decir, que pretenden poder establecer interpretaciones y normas conformes a la Tora, en base al conocimiento que poseen de la misma. Jesus no cuestiona su conocimiento y autoridad, pues manda expresamente a sus oyentes hacer y guardar la doctrina y las prescripciones de los escribas y fariseos (23,3a). Corno los creyentes en Cristo de Mateo constituyen uri grupo dentro de la comunidad judia, este imperativo refleja su situaci6n: aunque habia en la comunidad diferencias de opini6n y distintas interpretaciones, la autoridad de los escribas y fariseos era generalmente aceptada y sus normas apreciadas. Sin embargo, Mateo no ve la actitud de los escribas y fariseos como algo digno de imitaci6n. En efecto, les reprocha que sus palabras no corresponden con sus obras: pues dicen pero no hacen (23,3c). La autoridad doctrinal de los escribas y fariseos permanece intangible para Mateo, pero el advierte muy claramente que no se tome como modelo de conducta su manera de hacerlo: jsus obras no las hagan! (23,3b). Mateo menciona tres razones por las que los escribas y fariseos no dan un buen ejemplo con su conducta. Y frente a ellos, pone en una posici6n contraria a Jesus, que exhorta insistentemente a que la gente aprenda de el (11,29). La expresi6n cargas pesadas (e insoportables) que ellos ponen sobre las espaldas de la gente (23,4) se refiere a su interpretaci6n de la Tora, que resulta pesada para la personas y muy dificil de cumplir. Aquf los lectores perciben mucho mas fuerte aun el contraste con Jesus, que dijo de sf mismo que su yugo es liviano y su carga ligera (11,30). Asimismo, el hecho de que los escribas y fariseos no mueven un dedo (23,4) para ayudar a la gente con su carga esta en fuerte contraste con Jesus, que asume las debilidades de los hombres y soporta sus dolencias (8,17), asf como tambien les invita a seguirle porque quiere darles descanso (11,28-29). Al caracterizar ahora Mateo a los escribas y fariseos tan negativamente, su exagerada descripci6n constituye una apelaci6n, indirecta pero muy clara, a los lectores a seguir el ejemplo y las prescripciones de Jesus. Esto no supone ninguna contradicci6n con el anterior reconocimiento de la autoridad
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doctrinal de los escribas y fariseos, pues el punto de critica se refiere solo a su interpretacion, que es muy complicada para la gente y, por ello, muy pesada. Los lectores recordaran que en el evangelio los escribas y fariseos buscan permanentemente aclarar cosas particulares (por ejemplo: (.estd permitido curar en sabbat?: 12, 10; (.es licito pagar tributo al cesar?: 22,17), mientras que las interpretaciones de Jesus apuntan a dar normas generales de conducta (i_estd permitido hacer el bien en sabbat?: 12,12; jden al cesar lo del cesar, y a Dias lo de Dias!: 22,21). Con esta crftica no se les exige a los escribas y fariseos que dejen de lado la Tora, porque esto seria contradictorio con la intencion de Jesus (5,17), sino que se les esta exhortando a formular sus interpretaciones y normas de una forma mas orientada a la praxis y menos complicada, pues la Tora es fundamentalmente cercana al hombre y fäcil de cumplir (Dt 30,11-14). EI segundo reproche imputa a los escribas y fariseos que sus obras solo apuntan a ser vistas por los hombres (23,5), es decir, no las hacen para el bien de las personas o porque son buenas, sino que solo estan al servicio de su propia imagen. Al servicio de esta piedad estan las cintas extraanchas para la oracion (tephilin) y las grandes borlas y las guardas (zizijot) en los vestidos, que aluden al cumplimiento de la Tora. Los tephilin contienen, en pequefias cajitas 0 capsulas, los textos centrales de la Biblia (Dt 6,4-9; 11,13-21; Ex 13,1-16), mientras que los zizijot se ponen en los vestidos como los mandamientos de la Tora y sirven de recuerdo para su cumplimiento. En esta critica, los lectores recuerdan el sermon de la montafia, en el que Jesus exhorta a no hacer ante los demas las buenas obras de dar limosna, orar y ayunar, sino en lo oculto (6,1-18), porque Dios tambien ve lo oculto y lo recompensa, y asi se puede evitar la apariencia de que se actua de esa manera para buscar el prestigio publico. De este modo, Mateo repite aqui indirectamente la exigencia de no ufanarse ante la sociedad practicando obras piadosas. La tercera critica (23,6) se refiere al prestigio publico que tenian los escribas y fariseos tanto por su conocimiento de la Tora como por su vida piadosa. Corno en los banquetes y en las sinagogas habia determinados lugares de honor que, na-
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Palabras de advertencia respecto a los escribas y fariseos: 23,1-12
turalmente, se concedfan a personas prestigiosas, este reproche es injustificado, porque a los escribas y fariseos les correspondfan sin mas esos puestos. El trato de rabi significa en realidad mi amo, pero se usaba como titulo honorifico para gente docta. Tambien el reproche ser llamado por la gente "jrabi!" (23,7) es infundado, ya que los escribas y fariseos no se atribuian incorrectamente ese titulo, sino que les correspondia en raz6n de su formaci6n. Esta critica, pues, prolonga el reproche hecho hasta aqui de una piedad manifestada hacia fuera. Llamativamente, falta una explicaci6n especial o una fundamentaci6n de los puntos criticados, y esto es lo que queda mas claro en las siguientes advertencias a los disdpulos. 23,8-12: Advertencias a los oyentes
23, 8-10: Con la alocuci6n directa ustedes, Jesus se dirige ahora a sus oyentes y a los lectores de hoy. Se fundamentan brevemente tres advertencias acerca de c6mo no deben dejarse tratar, y las respectivas explicaciones contienen (ocultas) apelaciones a la comunidad de los creyentes en Cristo a traves de las cuales se puede determinar su identidad. En su comunidad existe solo un maestro, el Mesfas (23,lüb), de quien todos son discipulos y siguen siendolo, y con la expresi6n pero todos ustedes son hermanos (23,8b) se exige la igualdad y aceptaci6n fundamental de todos los creyentes en Cristo, libre de toda jerarqufa. Su comportamiento reciproco debe manifestar correspondientemente una actitud fraternal en el afecto y el cuidado. La referencia al comun Padre en el Cielo (23,9b) recuerda a los oyentes y lectores aquello de ser perfectos como su Padre celestial (5,48) y
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vamente en la sfntesis:
23,11-12: Con el requerido servicio reciproco, Jesus recuerda una vez mas el modelo contrastante de la comunidad de creyentes en Cristo, que no
Nexos pragmaticos del texto Estas palabras de Jesus, con las que Mateo describe la vida comunitaria ideal, siguen siendo actuales hoy. El exagerado modelo negativo de los escribas y fariseos sirve para mostrarnos c6mo no debemos comportarnos, pues nuestras palabras y obras tienen que corresponderse. Con ello se exhorta a los lectores a desarrollar una linea propia de acci6n que sea un modelo positivo de reciprocidad, pues con su actitud, sus palabras y obras estan dando testimonio de su fe. Naturalmente, estos reproches de Mateo a los escribas y fariseos valen igualmente para los creyentes de sus propias filas. Los lectores de hoy conocen por propia experiencia el comportamiento criticado, y por eso los puntos aquf denostados sirven tambien como correctivo para nuestras comunidades hoy, para la Iglesia y para las autoridades doctrinales: c:que podemos modificar en nuestro comportamiento personal y comunitario para corresponder mas claramente a ese modelo comunitario fraterno? Si el modelo para nuestra actitud y nuestro trato reciproco es Jesus, el Mesias humilde y servidor, tenemos que revisar crfticamente nuestros ideales y metas, y reorientarlos de nuevo segun ese ejemplo.
Los ayes a los escribas y fariseos: 23,13-36
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Pero:
jAy de ustedes, escribas y fariseos hip6critas, porque cierran a los hombres el Reino de los Cielos! Ustedes ciertamente no entran, iY a los que estan entrando, no les dejan ingresar!
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jAy de ustedes, escribas y fariseos hip6critas, porque recorren mar y tierra para hacer un proselito y, cuando llega a serlo, lo hacen un hijo de la gehena dos veces peor que ustedes!
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jAy de ustedes, guias ciegos, que dicen: Si uno jura por el templo, jeso no es nada!, mas si jura por el oro del templo, jqueda obligado! /Que es mas importante, jlnsensatos y ciegos! el oro o el templo, que hace sagrado el oro? Y si uno jura por el altar, jeso no es nada! mas si jura por la ofrenda que esta sobre el, jqueda obligado! jCiegos! jQue es mas importante, la ofrenda o el altar, que hace sagrada la ofrenda? Quien jura, pues, por el altar jura por el y por todo lo que esta sobre el; y quien jura por el templo jura por el y por Aquel que lo habita, y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por Aquel que esta sentado en el.
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jAy de ustedes, escribas y fariseos hip6critas, porque pagan el diezmo de la menta, del aneto y del comino y Jo mas importante de la Tora -Ja justicia, la misericordia y la fidelidad- lo descuidan! Esto es Jo que hay que practicar, aunque sin descuidar aqueJlo. jGuias ciegos, que cueJan el mosquito y se tragan eJ camelJo! jAy de ustedes, escribas y fariseos hip6critas, porque purifican por fuera la copa y el plato mientras por dentro estan l/enos de rapifia y desenfreno! jfariseo ciego, purifica primero por dentro Ja copa, para que tambien por fuera quede Jimpia!
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iAY de ustedes, escribas y fariseos hip6critas, porque son semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen hermosos pero por dentro estan /Jenas de huesos de muertos y de toda inmundicia! Asi tambien ustedes por fuera parecen justos ante los hombres, pero por dentro estan llenos de hipocresfa e iniquidad. iAY de ustedes, escribas y fariseos hip6critas, porque edifican los sepulcros de los profetas y adornan los monumentos de los justos, y dicen: Si nosotros hubieramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no habrfamos ten ido parte con ellos en Ja sangre de los profetas!, con lo cual atestiguan contra ustedes mismos que son hijos de los que mataron a los profetas. iColmen tambien ustedes la medida de sus padres! jSerpientes, raza de viboras! iC6mo van a escapar a la condena de la gehena? Par eso, he aqui que iYO /es envio a ustedes profetas, sabios y escribas! A unos los mataran y los crucificaran, y a otros los azotaran en sus sinagogas y los perseguiran de ciudad en ciudad, para que caiga sobre ustedes toda Ja sangre inocente derramada sobre la tierra desde la sangre de Abel, e/ inocente, hasta la sangre de Zacarias, el hijo de Baraqufas, a quien mataron entre el templo y el altar. Amen, yo les digo: ilodo esto recaera sobre esta generaci6n!
Tejido estructural del texto En este discurso de tres partes que sirve a los creyentes en Cristo para establecer su posici6n respecto a los escribas y fariseos en la comunidad judfa comun, esta segunda parte trata ahora precisamente de esta posici6n de una forma muy directa a traves de los ayes (23,13.15.16-22.23-24.25-26.27-28. 29-36). El texto se compone de siete expresiones con ay, de las cuales seis comienzan con la misma introducci6n iay de ustedes, escribas y fariseos hip6critas!, a la que se an.ade una fundamentaci6n conporque. El terceray (23,16), en cambio,
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Los ayes a los escribas y fariseos: 23,13-36
se estructura de forma un poco distinta: se dirige en general a los guias ciegos y se refiere a la ensefianza. Los ayes estan vinculados entre si por medio de repeticiones de palabras, como por ejemplo ciegos (23,16.17.19.24.26), gehena (23,15.33), fuera-dentro (23,25-26.27-28), o por medio de temas similares (por ejemplo, el cuarto y el quinto ay se refieren a los preceptos de la Tora). EI septimo ay (23,34), que alude al destino de los cristianos perseguidos (23,34), deja claro a los lectores que en esta parte del discurso Mateo esta reflejando tambien la situaci6n de su comunidad. Con el ultimo ay va unida, a su vez, una amenaza (23,34-36) que incluye los reproches anteriores y que, junto con la ulterior predicci6n sobre Jerusalen (23,37-39), se refiere a todo el discurso.
Configuracion semantica del texto 23,13: La exclamaci6n iay! expresa una conmovedora y triste queja ante un determinado comportamiento porque al que habla le resultan manifiestas las consecuencias de esa conducta. De ahi que estos ayes se encuentren en el lenguaje de los profetas, que por medio de ellos quieren producir un cambio de actitud de las personas (por ejemplo, Is 5,8-23; Am 5,7-27). Por eso el ay va unido a una referencia al comportamiento correcto, adecuado, y a menudo pone ante los ojos el destino amenazador que se cumplira en caso de no ser escuchado y no cambiar la forma de actuar. En los ayes de nuestro texto aparece siempre solo la queja por el comportamiento errado, de modo que son los propios lectores quienes
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Mateo reprocha a los escribas y fariseos que cierran el Reino de los Cielos y ellos mismos no entran, a la vez que impiden a otros entrar. Ante el termino clave cerrar, es posible que los lectores piensen en Pedro, que ha recibido la llave del Reino de los Cielos (16,19), unida a la indicacion de que no solo el, sino todos los discipulos de Jesus
23, 15: EI segundo ay contiene el reproche de poner en marcha un gran despliegue de cosas para lograr que alguien se convierta a la fe judia -esto es, para hacerlo proselito-, pero producir exactamente lo contrario. Corno solo son judios quienes han nacido de una madre judia, en general hasta hoy es muy escaso el interes de los judios por misionar de cara a obtener adeptos. Quien estaba interesado en la fe judia podia participar en el culto divino como un temeroso de Dios, y quien estaba decidido a observar tambien las prescripciones de la Tara podia convertirse en un proselito mediante la circuncision (y un bann de inmersion), es decir, se hacia miembro de Israel, el pueblo de Dias. Entre los creyentes en Cristo, por el contrario, habia quienes, como Pablo y sus compafieros, conscientemente misionaban para ganar adeptos, por lo que este reproche no se dirige en realidad a los escribas y fariseos judios, sino a la propia gente de la comunidad mateana. Pues para los creyentes en Cristo que eran judios vale mas
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bien el hecho de que los nuevos partidarios ganados debian -como es obvio- circuncidarse (Hch 15,15; Gal 6,12). A los escribas y fariseos de las propias filas se dirige tambien la segunda parte del reproche de hacer del proselito ganado un hijo de la gehena el doble peor que ellos mismos. En el contexto del primer ay y de la primera parte del discurso (23,2-12), las expresiones hijo de la gehena y doble peor se refieren a una forma de vida en la que el hablar y el hacer no concuerdan. Corno esa actitud solo esta orientada hacia el exterior y el prestigio publico, y dificulta a otros el acceso al Reino de los Cielos, en vez de ir delante de ellos, no puede ser considerada ejemplar. Mateo reprocha aqui a los propios escribas y fariseos que no han formado a los nuevos oyentes en el sentido del ejemplo dado por Jesus, el servidor manso y humilde, sino precisamente en algo opuesto. En la inversion del ay los lectores reconocen que responsabilidad se les ha dado para procurar acercar la fe a personas interesadas en ella. 23, 16-22: EI tercer ay llama la atencion por el tratamiento distinto con la expresion jgu{as ciegos! y por su extension. Naturalmente, aqui tambien se refiere a los escribas y fariseos tanto judios como creyentes en Cristo, pero el tratamiento empleado es mas generico e incluye tambien a todos los que tienen una funcion de dar ejemplo. Mateo les reprocha una practica ilogica de juramentos que, en ultima instancia, no reconoce que Dias esta detras de todo aquello por lo que se jura. En aquella epoca, la praxis preveia que un juramento o un voto se corroboraban haciendolos por algo, y, para no abusar del nombre de Dias, se empleaba como confirmacion todo tipo de parafrasis, como muestran los ejemplos (sacrificios, altar, templo) en nuestro texto.
Con estos circunloquios no juran solo por algo que, sin mas, pertenece a Dias, sino que se refieren tambien a Dias mismo, quedando asi abierta la entrada a todo tipo de excesos en el uso del nombre de Dias y de falsos juramentos. Este es el abuso que quiere impedir el mandamiento de que se jure solo por el nombre de Dias (Dt 6,13; 10,20), porque en el nombre de Dias no debejurarse en falso (Lv 19,12). Por eso, en el sermon de la montafia Jesus sefiala que todo aquello por lo que se puede jurar es de Dias (5,34-36) y recomienda no jurar en absoluto (5,33-37). La palabra del creyente
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vinculante (5,37), es decir, sus palabras
Aunquc todos los mandamicntos de la Tora, cn cuanto prescripciones de Dios, son importantes, sin embargo hay principios importantes, fundamentales. Los lectores recuerdan la conversaci6n doctrinal con el escriba que le pregunt6 a Jesus por el mandamiento mas importante (22,34-40): el amor a Dias y el amor al pr6jimo como a uno mismo tienen una especial significaci6n. Y como a traves de la practica de la justicia, la misericordia y la fidelidad se realiza el amor a Dios y al pr6jimo, corresponde cierta preeminencia a llevar a cabo estas cosas. La conducta de los creyentes
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por esos principios y no dejarse apartar de ellos por otras obligaciones menores. Los escribas y fariseos se esfuerzan por cumplir la Tora, por lo que destacan como personas piadosas, profundamente creyentes; sin embargo, esto resulta problematico cuando su conducta deja fuera del centro de atencion lo fundamental: la realizacion de la justicia, la misericordia y la fidelidad. Esto es lo que refleja claramente la imagen exagerada de colar el mosquito y tragarse el camello: el propio esfuerzo conduce al exito, pero en esto se pasa por alto lo mayor y mas importante. Con esto tambien queda claro que el reproche no afecta solo a los escribas y fariseos judfos, sino que tambien se refiere a los creyentes en Cristo y a los lectores de hoy: en la vida cotidiana, todos corren el peligro de perderse y dispersarse en detalles, en vez de hacer lo realmente necesario.
23,25-26: El quinto ay enlaza con la observancia de las prescripciones de la Tora y, de modo similar a lo hecho en el cuarto ay, tambien ahora Mateo reprocha a los escribas y fariseos que se esfuerzan particularmente por seguir al detalle estas prescripciones, en un cumplimiento insuficiente de las mismas. Asi, el ay anterior criticaba que el cumplimiento preciso de la Tara hace que se pierda de vista lo mas importante, y este les reprocha que purifiquen lo externo pero no hagan lo mismo con lo interior, procurando el cumplimiento de las prescripciones solo hacia afuera, para que sea visible a los otros. Mateo desarrolla luego detalladamente en el siguiente ay la componente moral de la critica, que tambien puede referirse al interior de la persona. Aqui no se trata del ser, sino del hacer, del cumplimiento meramente externo de las normas de la Tara para causar una buena impresion en el ambito publico. Pero por ser un cumplimiento incompleto, solo contribuye a su propio prestigio. Los lectores pueden recordar el ejemplo en el que los escribas y fariseos declaraban don consagrado y sacrificio lo que en realidad deberia servir para el apoyo de los padres (15,5-6). Hay muchas maneras de hacer el bien, y, naturalmente, el bien puede servir tambien para uno mismo, pero comportarse haciendo el bien solo para que se vea hacia fuera, para destacarse a uno mismo, contradice claramente la Tara. Y
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aun es peor si ese comportamiento tiene lugar bajo capa del cumplimiento de la Tara. Tampoco este reproche vale s6lo para los escribas y fariseos judfos, pues los lectores sinceros saben que se refiere a todos los creyentes en Cristo que utilizan como letrero para sus buenas obras en lo publico el amor al pr6jimo, pero buscando en ultima instancia su propio beneficio. El imperativo purifica primero lo interior, para que tambien lo de fuera quede puro deja clara a los lectores la orientaci6n fundamental de las acciones conforme a la Tara: son buenas en sf s6lo cuando no persiguen metas egofstas. Vale, pues, para todos los creyentes la advertencia aquf implfcita de no que no hagan un mal uso de las prescripciones de la Tara buscando sus propios intereses. El siguiente ay deja claro que los mandatos de la Tara en realidad apuntan al interior del hombre y lo quieren santificar para que haga el bien por el bien mismo.
23,27-28: El sexto ay deplora la contradicci6n entre aparentar y ser. Mateo reprocha a los escribas y fariseos que parezcan rectos ante los ojos de los demas pero no sean asf en realidad. El mero hecho de que los implicados aparezcan como rectos publicamente muestra que actuan segun la Tara y cumplen con la justicia exigida. Lo que Mateo critica, pues, es algo que no resulta visible hacia fuera, con lo que su crftica es injusta. Pero se le malinterpretarfa si se pensase que Mateo aquf hace acusaciones; su reproche, en efecto, tiene un sentido especial para los oyentes y lectores de sus propias filas, con lo que nuevamente queda claro que en realidad son estos y somos nosotros los destinatarios de este discurso. El doble uso de los terminos fuera y dentro, primero en relaci6n a los sepulcros y luego transponiendolos a los oyentes mediante el giro asi tambien ustedes, destaca la discrepancia moral entre la apariencia externa y el ser interior. En el contexto de los ayes anteriores resulta claro que la Tara no apunta s6lo a la conducta externa, sino que quiere santificar toda la persona: la acci6n y la intenci6n van inseparablemente juntas. No basta el simple realizar acciones correctas si la motivaci6n no es justa. Pero dado que nadie puede mirar en el interior de otra persona y comprobar o juzgar su motivaci6n e intenci6n, lo
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que se esta requiriendo aqui es una propia percepci6n critica. Todos, tambien nosotros hoy, tenemos que preguntarnos por nuestras motivaciones reales, las que determinan nuestro actuar y nuestra imagen en el ambito publico. El reproche de Mateo de estar llenos por dentro de hipocresia e iniquidad es el espejo ante el que cada uno
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chan -y en que medida- el mensaje de los profetas, iprecisamente el mensaje de los profetas del Antigua Testamento! Con esto puede determinarse el comportamiento requerido segun este septimo ay: que el hablar y el hacer, incluso en las mas pequefias observaciones,
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Los ayes a los escribas y fariseos: 23,13-36
EI gran numero de justos cuya sangre ha sido derramada desde Abel hasta Zacarias, esto es, desde el inicio de los tiempos hasta el presente de Mateo, muestra claramente la magnitud del pecado de los interlocutores y quiere, una vez mas, moverlos a la conversi6n. En ultima instancia, tras la declaraci6n caiga sobre ustedes toda la sangre inocente derramada sobre la tierra esta la llamada a cambiar de conducta y escuchar a los profetas, sabios y fariseos que ya han sido enviados. Los oyentes pueden percibir esto como un impulso para la acci6n: (quieren ustedes continuar adelante con su actuar, de modo que se tenga que seguir derramando mas sangre de expiaci6n que les siga mostrando como mayores pecadores aun?
Nexos pragmaticos del texto Este duro discurso de Jesus se interpreta a menudo, err6neamente, como la constataci6n de la ruptura ya existente entre judios y cristianos. Pero la situaci6n de la comunidad de Mateo es realmente distinta: el y su comunidad estan a(m anclados en el judafsmo. EI lenguaje duro no indica una ruptura, sino que es mas bien la expresi6n de una pelea entre "hermanos" -que tambien pueden ser muy fuertes- acerca de la interpretaci6n de la Tora y de la voluntad de Dios. Los ayes valen tanto para los escribas y fariseos judios de la comunidad de Mateo como para los escribas y fariseos cristianos, asf como para todos los creyentes, incluyendo los de hoy. Y es que estos clamores con ay tienen una doble funci6n: a los escribas y fariseos judios les sirven como aviso, pues al criticar su conducta les hace manifiesto que es lo que
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los ayes claramente manifiesta, entonces son iguales a esos escribas y fariseos hip6critas. A partir de este ejemplo caracterizado por los escribas y fariseos, los lectores de hoy pueden, asimismo, colegir que es lo que realmente se requiere de su conducta. Ademas, corresponde seguramente a la intenci6n de Jesus y a lade Mateo el que nosotros, hoy, aprendamos de nuevo a valorar los preceptos de la Tora. En esto puede ser util la perspectiva de Jesus, que parte de las prescripciones generales (en vez de las especiales) para lograr una mejor aplicaci6n practica, visible, de los preceptos de la Tora. Jesus nos ofrece como pauta los mandamientos mas importantes del amor a Dios y al pr6jimo como a uno mismo, la realizaci6n de la justicia, la misericordia y la fidelidad tanto en el hablar como en el hacer, y la autenticidad en el pensar, querer, decir y hacer.
Presagio sobre Jerusalen: 23,37-39
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iJerusalen, Jerusalen, la (ciudad) que mata a los profetas y apedrea a los que Je son enviados! j(uantas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina reune a sus polluelos bajo las a/as, y no han querido!
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Se le va a dejar desierta su casa. Porque les digo: Desde ahora no me volveran a ver hasta que digan: jBendito el que viene en nombre de/ Sefior! (Sa/ 118,26).
39
Tejido estructural del texto El presagio sobre Jerusalen termina el discurso de Jesus en
el templo. Mateo no solo se ha dirigido con el a los escribas y fariseos judfos, sino que ha querido hablar tambien a los creyentes en Cristo de sus propias filas. Estas conclusivas palabras profäticas estan unidas al ultimo y extenso ay por medio de la reiteraci6n de las palabras profetas, matar y enviar / enviado. Comprenden, desde la perspectiva de Jesus, su intenci6n (23,37) y concluyen con una profecia (23,38-39).
Configuracion semantica del texto 23,37: Un doble e insistente ap6strofe a toda Jerusalen introduce la conclusi6n del discurso de Jesus. Con esta alocuci6n general -y, no obstante, muy personal- el se dirige ahora a todos los oyentes, a toda la ciudad de Jerusalen, y con ello a todos los creyentes. La imagen que Jesus dibuja de Jerusalen a traves de los rasgos de una ciudad que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados es negativa. Los lectores pueden relacionar con esto el destino de todos los profetas, el de Jesus mis-
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mo y el de los creyentes en Cristo rechazados. A raiz de este horizonte negativo, es muy positiva la intenci6n de Jesus de querer reunir a tus hijos a traves de un esfuerzo intencionadamente repetido. El deja clara su intenci6n con la imagen de la gallina que protege a sus pequefiuelos bajo las alas, una tierna imagen que expresa su intenci6n carifiosa y atenta. Y por eso resulta incomprensible y triste el rechazo de quienes se oponen al deseo de Jesus con su no querer, de quienes conscientemente no quisieron dejarse reunir. 23,38-39: El anuncio de la casa desierta puede referirse al templo o a toda la ciudad. Corno formulaci6n en pasivo, esta remitiendo a Dios, que abandona la ciudad (o el templo, como por ejemplo en Ez 12,7) para que la gente reconozca su actuar errado y vuelva nuevamente a el. Asf, la referencia a la ciudad vacfa
Nexos pragmaticos del texto En la conclusi6n del discurso, los lectores reconocen la urgente exhortaci6n a la conversi6n y la amorosa intenci6n de Jesus tras la misma. Pero los creyentes en Cristo ya saben que experimentan la presencia de Jesus en cuanto lo confiesan como el que viene en nombre del Sefior.
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Presagio sohre Jerusalen: 23,37-39
Estos versiculos (21-23,39) sirven a los lectores como resumen de la acci6n y la ensefianza de Jesus, que lo acreditan en todo su poder como el que viene en el nombre del Senor. Aunque a veces sus acciones y sus palabras son muy claras y crfticas,
Discurso escatol6gico: Mt 24,1-25,46
Jesus hace el ultimo de sus grandes discursos ante sus discipulos, que vale tambien para todos los hombres de todos los pueblos (24,14; 25,32). En los capitulos anteriores, Jesus se mostr6 como el que viene en el nombre del Sefior (21, 9; 23,39), y es esa venida la que ahora retoma en su discurso. Con ello deja claro a sus discipulos y a los lectores que es el Mesias-Hijo del Hombre (24,3) que vendra al final de los tiempos. Al tratar mas en detalle de las circunstancias de su venida, Jesus esta dando a su vez importantes indicaciones para el comportamiento correspondiente ante el final del mundo. Este discurso puede dividirse de la siguiente manera: Introducci6n narrativa
24,1-3
lNDICIOS DE LA VENIDA
24 ,4-14
LA VENIDA DEL HIJO DEL HOMBRE
24,15-25,30
La gran tribulaci6n La venida de! Hijo de! Hombre Tres parabolas LA VEN!DA PARA EL JUICIO
25,31-46
Conclusi6n narrativa
26,la
24,15-28 24,29-44 24,45-25,30
Tambien este discurso se articula con un esquema tripartito. Tras la introducci6n narrativa (24,1-3), que aclara quese trata del tiempo futuro, Jesus describe enseguida, en la primera parte, de manera introductoria, los indicios y presagios de la venida del Hijo del Hombre (24,4-14) que marcan el comienzo de la plenitud final. La parte principal de su discurso trata luego, detalladamente, de la venida del Hijo del Hombre (24,15-25,30): indicios particulares de la tribulaci6n (24,15-28) indican la inminente venida (24,29-44), que requiere de las personas un
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comportamiento correspondiente de vigilia, que es lo que Jesus explica con tres parabolas (24,45-25,30). El discurso concluye con el objetivo de la venida del Hijo del Hombre, a saber: con el juicio final de los pueblos (25,31-46). La conclusi6n narrativa (26,la) se presenta aqui s6lo por razones formales, para marcar el final del discurso. A diferencia del cierre de los anteriores cuatro largos discursos, esta conclusi6n es aqui esencialmente mas breve: se trata de una formulaci6n de paso que conduce, a su vez, al relato de la pasi6n, y por eso se incluye tambien alli.
Introduccion narrativa: 24,1-3
YJesus, saliendo del templo, se fue, y se Je acercaron sus discipulos para mostrarle las construcciones del templo. Pero el, respondiendo, les dijo: iVen todo esto? Amen, yo les digo: jNo quedara aqui piedra sobre piedra que no sea destruida! Y cuando se sent6 en el Monte de los 01 ivos, se acercaron a el en privado sus discipulos diciendo: Dinos, iCuando sucedera eso?, icual sera Ja senal de tu venida y del final del mundo?
Tejido estructural del texto Dos indicaciones de lugar marcan este texto y sefialan su divisi6n: Jesus abandona el templo y con un dicho con amen anuncia su destrucci6n (24,1-2); luego, en el Monte de los Olivos (24,3) los discipulos le presentan dos preguntas importantes que el respondera despues en el discurso escatol6gico que sigue.
Configuracion semantica del texto 24,1-2: La retirada de Jesus del templo, que con los verbos salir e irse se describe como un abandono definitivo, sefiala el final de su aparici6n en publico. El hecho de que se vaya de alli y el de que anuncie la destrucci6n del templo no son dos cosas que
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distancia, por lo que consecuenternente no existe ninguna relaci6n entre ellos. Mateo rnira en retrospectiva hacia el acontecirniento de la destrucci6n del ternplo en el afio 70 d.C. y con el dicho con amen de Jesus, construido en futuro, establece una relaci6n no con el futuro hist6rico, sino con el escatol6gico. De acuerdo con esto, los discfpulos cornprenden esta insinuaci6n correctarnente y por eso preguntan: (_cuando sucederd eso?, (_cudl serd la senal de tu venida y del final del mundo? (24,3), no por el momento temporal de la destrucci6n del templo, que ya era conocido por Mateo y su cornunidad, sino por la plenitud de los tiempos y la venida de Jesus. Consiguientemente, tarnpoco la respuesta de Jesus se refiere a la destrucci6n del ternplo, sino que gira exclusivarnente en torno al tiernpo escatol6gico.
24,3: Sentado en el Monte de los Olivos, Jesus ensefia a sus discfpulos sobre el tiernpo final. Los lectores recuerdan que en el serrn6n de la rnontafia (5,1) Jesus tarnbien se habia sentado en un monte y los discfpulos se le habfan acercado. Y cornprenden entonces que Mateo introduce de esta manera un irnportante discurso con significado general para todos los hornbres. La pregunta de los discfpulos (,cual serd la seftal de tu venida y del final del mundo? ve una estrecha relaci6n entre la venida de Jesus y el final del rnundo. Cori esto, Mateo rnuestra claramente a sus lectores otro aspecto novedoso de la persona y del rnesianisrno de Jesus: el no solo es el que viene en el nombre del Seftor en este tiernpo, sino tarnbien el que viene en el nornbre del Sefior en la consurnaci6n de los tiempos.
Nexos pragmaticos del texto La pregunta por la consurnaci6n del rnundo y del tiernpo que los discfpulos presentan aquf, es, naturalrnente, una cuesti6n de todos los lectores. Por esta raz6n, Mateo no profundiza mas acerca de la destrucci6n del ternplo, pues no pretende dar una interpretaci6n de su situaci6n hist6rica para sus lectores conternporaneos, sino que lo que quiere es abrir una perspectiva hacia el tiernpo escatol6gico. De aquf que el discurso escatol6gico aborde la venida del Hijo del Hombre y no
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Introduccion narrativa: 24,1-3
sea una aclaraci6n sobre la destrucci6n del templo: de lo que se trata, pues, es de Jesus como el Mesfas-Hijo del Hombre que viene como el juez definitivo, y de las consecuencias que de ello resultan para la conducta de los creyentes. Los lectores conoceran aquf otro aspecto de Jesus que hasta ahora no habfa sido considerado: el significado supratemporal y para el tiempo final del Mesfas Jesus.
Indicios de la venida del Hijo del Hombre: 24,4-14
El comienzo de los dolores Y, respondiendo, Jesus les dijo: iMiren, que nadie les engafie! Porque vendran muchos usurpando mi nombre iYo soy el Mesfas!, diciendo: y engafiaran a muchos. Oiran tambien hablar de guerras y rumores: iMiren, no se alarmen! Porque eso es necesario que suceda, pero no es todavfa el fin. Pues se levantaran naci6n contra naci6n y reino contra reino, y habra en diversos lugares hambre y terremotos: todo esto sera el comienzo de los dolores.
El final inminente Entonces los entregaran a las tribulaciones
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y los mataran, y seran odiados por todas las naciones a causa de mi nombre. Y muchos se escandalizaran entonces, y se traicionaran y odiaran mutuamente.
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Y surgiran muchos falsos profetas y engafiaran a muchos. Y como crecera cada vez mas la iniquidad, la caridad de muchos se enfriara. jPero el que persevere hasta el fin, ese se salvara! Y este Evangel io del Rei no se proclamara en el mundo entero para dar testimonio a todas las naciones. Y entonces vendra el fin.
Tejido estructural del texto La primera parte del discurso escatol6gico describe en dos secciones las primeras sefiales que indican la inminente venida del Hijo del Hornbre. La primera secci6n (24,4-8), sobre el
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comienzo de los dolores, presenta de partida, con dos imperativos, imiren, que nadie les engaiie! (24,4b) y imiren, no se alarmen! (24,6b), algunos signos generales del tiempo finalen su comienzo. La segunda secci6n (24,9-14) trata el tema del inminente final, especialmente para los creyentes: en tres pasos se describen situaciones (24,9a.10a.lla) y sus consecuencias (24,9bc.10bc.llb-12), antes de que, con el imperativo general e indirecto iel que persevere hasta el fin, ese se salvard! (24,13) se remita a la posible salvaci6n de todos los pueblos (24,14).
Configuracion semantica del texto 24,4-8: EI comienzo de los dolores Jesus comienza su discurso con el imperativo imiren, que nadie los engaiie!, que ofrece el impulso fundamental de acci6n para toda la secci6n. La aparici6n de falsos mesias que no se presentan como Jesus en nombre del Seiior, sino bajo o con el nombre de Jesus (24,5), confundira a muchos, de aqui que los oyentes deban tratar a esos mesias con la necesaria y prudente distancia. Mateo reflexiona aqui sobre la situaci6n de su entorno, pues ya hay algunos que, como falsos mesias que han retornado, conducen al error a otros creyentes. Tambien el siguiente imperativo, imiren, no se alarmen! ante las guerras (24,6ab), refleja la situaci6n de su tiempo. La explicaci6n es necesario que suceda todo eso (24,6c) no remite a la voluntad de Dios como el que esta detras de la catastrofe, sino al plan de Dios, que, pese a todo, se va realizando. Aunque pasen cosas peores (24,7), los lectores deben interpretar esos sucesos como signos previos, como el comienza de los dolores (24,8). Con esto, Mateo ofrece a sus lectores la seiial clara de que no deben perder la fe ante los sucesos conmovedores que tienen lugar: tambien la plenitud de los tiempos se va dando conforme al plan salvifico de Dios.
24, 9-14: EI final inminente En la segunda parte, Mateo dirige la mirada a los sucesos del tiempo final que conciernen a los creyentes. Los lectores ya saben (desde 10,19-22) el destino de tribulaciones, muerte
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Indicios de la venida del Hijo del Hombre: 24,4-14
y odio que, como creyentes en Cristo, probablemente les espera (24,9) y que -por lo dicho ahora- afectara a todos los pueblos. Tambien la fragil unidad de la comunidad (24,10) se vera comprometida al final de los tiempos (13,21): la indicaci6n de Jesus de no crear escandalo ante nadie (18,8-9) ya no sera observada, de modo que muchos se escandalizaran y la comunidad se rompera. En consecuencia, los falsos profetas (24,11) no tienen dificultades para conducir al mal y ahora, en grave contraposici6n con la justicia obrada por Jesus, predomina la injusticia. La comunidad se destruye desde dentro porque la caridad de muchos se ha enfriado (24,12), es decir, porque ya no hay amor al pr6jimo ni amor a Dios, que es la base de la vida comunitaria. A pesar de que se dan estos dolorosos sucesos, los creyentes no estan abandonados; en efecto, la primera secci6n del discurso escatol6gico termina con una perspectiva positiva para ellos: a pesar de todas estas experiencias negativas,
Nexos pragmaticos del texto La descripci6n de los indicios de la plenitud que ya comienza es muy abierta y generica, de modo que resulta claro que Mateo no se esta refiriendo a un tiempo determinado, sino que habla en general del esperado tiempo final, ya inminente. De aquf que el discurso escatol6gico pueda ser actua-
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lizado por todos los creyentes, en todos los tiempos, pues los sucesos negativos descritos ya les son conocidos por su propia experiencia. De este modo, los creyentes se sienten ya en el tiempo final que ha comenzado y, consecuentemente,
La venida del Hijo del Hombre: 24,15-25,30
Tras la descripci6n de los primeros indicios del comienzo del tiempo final (24,4-14), ahora se aborda la venida del Hijo del Hombre (24,15-25,30). Esta secci6n central se compone de tres partes: la primera considera la gran tribulaci6n inmediatamente anterior a la venida del Hijo del Hombre (24,15-28); la segunda presenta esta venida como un suceso c6smico (24,29-44); la tercera parte (24,45-25,30) explica con tres parabolas el comportamiento que se espera de las personas ante la inminente venida del Hijo del Hombre.
La gran tribulaci6n: 24,15-28
La gran tribulaci6n 15
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Cuando vean erigida en el lugar santo la
abominaci6n de la deso/aci6n
(On 9,21; 11,31; 12, 11), anunciada por el profeta Daniel -jel que lea, que comprenda!-, entonces deben huir a los montes los que estan en Judea, el que esta en la azotea no debe bajar a recoger las cosas de su casa, y el que esta en el campo no debe regresar en busca de su manto. jAy de las que esten embarazadas o amamantando en aquellos dfas! jÜren para que su huida no suceda en invierno ni en dia de sabbat! Porque habra entonces una gran tribulaci6n, como no la hubo desde el principio del mundo hasta el presente ni volvera a haberla. no se abrevian, no se salvara nadie; Y si aquellos dias pero, en atenci6n a los elegidos, se abreviaran aquellos dfas.
Instrucciones para la situaci6n de los creyentes 23
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Entonces, si alguno les dice: jMiren, el Mesfas esta aquf o allf!, jno le crean! Porque surgiran falsos mesfas y falsos profetas que haran grandes sefiales y prodigios, para engafiar, en lo posible, a los mismos elegidos. jMiren, que se lo he predicho! jMiren, esta en el desierto!, Asf que si les dicen: jno salgan!; jMiren, esta en los aposentos!, jno lo crean! Porque como el relampago sale por oriente y brilla hasta occidente, asf sera la venida del Hijo del Hombre. jDonde esta el cadaver, alli se juntaran los buitres!
Tejido estructural del texto El texto trata del tiempo previo a la llegada del Hijo del Hombre (24,27). La primera parte (24,15-22) presenta la gran tribulaci6n que reinara en ese tiempo, mientras que la segunda (24,23-28) aborda la situaci6n de los creyentes y les ofrece instrucciones concretas sobre c6mo actuar.
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Configuraci6n semantica del texto 24,15-22: La gran tribulaci6n
La cita profätica del libro de Daniel anuncia una gran tribulaci6n inminente, pero que sera abreviada en consideraci6n a los elegidos. Mateo, que toma aqui el doble motivo de la tribulaci6n y del tiempo abreviado, se dirige directamente a sus lectores: iel que lea, que comprenda! (24,15), esto es, que entienda que es lo que se dice con la abominaci6n de la desolaci6n en el Zugar sagrado, que determina el tiempo inmediatamente previo a la llegada del Hijo del Hombre y que ahora significa una gran tribulaci6n (24,21) para los hombres. Los lectores del tiempo de Mateo deben entender esa indicaci6n como una alusi6n a la destrucci6n del templo, con lo que ya ha comenzado para ellos el tiempo de la venida del Hijo del Hombre. Consecuentemente, tambien para esos lectores el tiempo de la urgente huida, a causa de la destrucci6n del templo (24, 16-20), y la siguiente gran tribulaci6n de la guerra romano-judia (24,21) son cosas situadas en el pasado. Dada que los lectores de ese tiempo han sobrevivido y ahora miran en retrospectiva hacia esa epoca, ellos se identifican con los elegidos quese han salvado (24,22). La doble menci6n de los dias abreviados de la gran tribulaci6n subraya que son los lectores actuales los aludidos con los elegidos. Aunque en el presente de los lectores persisten todavia las tribulaciones, no deben pensar que estan en el tiempo terrible de la gran tribulaci6n. Corno tambien los lectores actuales, al igual que Mateo y los lectores de su epoca, han sobrevivido a la gran tribulaci6n e incluso ahora tienen "calma" para leer y escuchar el Evangelio, pueden mirar en retrospectiva desde su tiempo actual hacia los dias abreviados de la gran tribulaci6n. Por esto, los lectores deben partir de la perspectiva de que ellos mismos pertenecen a los elegidos que son salvados, pues de otra manera no tendrfan sentido las siguientes partes del discurso sobre la vigilancia ante el Hijo del Hombre que esta a la puerta (24,33-25,30), asi como las instrucciones ante el juicio final (25,31-46). Pero aunque los lectores pertenezcan a los elegidos que son salvados, existen para ellos otros peligros, que Mateo aborda en la parte siguiente.
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La gran tribulacion: 24,15-28
24,23-28: Instrucciones para los creyentes A pesar de todas las tribulaciones, el tiempo de los lectores -tanto los de la epoca de Mateo como los de hoy- ya no es el de la gran tribulaci6n (24,21), sino uno marcado por los falsos mesias y los falsos profetas que quieren engafiar a los creyentes elegidos (24,24). Esos falsos mesias y falsos profetas parten de la esperanza y anhelo de los hombres por la venida del Mesfas y pretenden impresionarles con grandes signos y prodigios para llevarles al error. Los lectores atentos ya saben aquf que no son los signos y portentos los que prueban al Mesfas o su mesianismo (12,38-45), y por eso no creen a esos falsos mesfas y profetas. Los lectores pueden juzgar crfücamente su tiempo actual por el hecho de que la aparici6n de falsos mesfas y falsos profetas les fue predicha (24,25). Pero aunque han sido advertidos previamente, no por eso son inmunes a las tentaciones de los falsos profetas y mesfas, que, en lo posible, procuraran inducir al error a los elegidos. De aquf que Mateo aconseje, primeramente y de forma enfätica, no creer en los falsos mesfas y falsos profetas y no salir a su encuentro, esto es, no seguirlos (24,23b.26). Y a continuaci6n completa con una imagen (24,27) la informaci6n de c6mo sera la llegada del Hijo del Hombre. El brillo del relampago, que ilumina todo el horizonte desde el este al oeste, aclara en todo su sentido la extraordinaria manifestaci6n de la llegada del Hijo del Hombre; en comparaci6n con esto, la presentaci6n de los falsos mesfas en las casas o en el desierto (24,26) resulta miserable, a pesar de sus grandes sefiales y prodigios. La ulterior imagen de los buitres, que con presteza y seguridad hallan la carrofia (24,28), se puede interpretar de dos maneras. Refiriendola a la venida del Mesias, Mateo esta diciendo con ella que, muy ciertamente, esa venida no puede pasarse por alto: es tan evidente como que los buitres encuentran la carrofia. Pero tambien es posible interpretar esta imagen en referencia a la atracci6n que ejercen los falsos profetas y mesfas, con lo que entonces Mateo estarfa nuevamente advirtiendo con ella, de manera muy nftida, sobre esos personajes que pueden poseer para los lectores una fuerza de atracci6n irresistible, aunque la llegada del Mesfas-Hijo del Hombre no podra ser pasada por alto y no tiene nada en comun con la
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miserable presentaci6n de esos falsos mesias y falsos profetas en el desierto o en las casas.
Nexos pragmaticos del texto El texto ofrece dos importantes sefiales a los lectores de los tiempos de Mateo y a los actuales. Por un lado,
La venida del Hijo del Homhre: 24,29-44
La aparici6n del Hiio del Hombre 29
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Pero inmediatamente despues de Ja tribulaci6n de aquellos dfas, el so/ se oscurecera, y la luna no dara su resp/andor, y las estrellas caeran del cielo, y las fuerzas de/ cielo seran sacudidas (/s 73, 7O; 34,4). Yentonces aparecera en el cielo Ja sefial del Hijo del Hombre, se golpearan el pecho todas las razas de Ja tierra, y veran al Hijo de/ Hombre y viniendo sobre las nubes de/ cielo con gran poder y gloria (On 1, l 3s.). enviara a sus angeles con sonora trompeta, YE'I reun1ran de los cuatro vientos a sus elegidos, y ellos desde un extremo de los cielos hasta el otro.
Reconocer los signos 32
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Aprendan de Ja higuera esta parabola: cuando ya sus ramas estan tiernas y brotan las hojas, ustedes saben que el verano esta cerca. Asf tambien ustedes, cuando vean todo esto, sepan que el (el Hijo del Hombre) esta cerca, a las puertas. Amen, yo les digo: esta generaci6n no pasara sin que todo esto suceda. EI cielo y Ja tierra pasaran, pero mis palabras no pasaran.
La necesaria vigilancia 36
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Pero nadie sabe nada de aquel dia y hora, ni los angeles de los cielos, ni el Hijo, sino solo el Padre. Pues como en los dias de Noe, asi sera Ja venida del Hijo del Hombre. Porque, igual que en los dias que precedieron al diluvio, comian, bebian, tomaban mujer o marido, hasta el dfa en que entr6 Noe en el arca, y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los arrastr6 a todos, asf sera tambien Ja venida del Hijo del Hombre. Entonces, estaran dos en el campo: uno sera tomado y el otro dejado; habra dos moliendo en el molino: una sera tomada y Ja otra dejada. jVelen, pues, porque no saben que dia vendra su Sefior! Entiendanlo bien: si el duefio de casa supiera a que hora de Ja noche viene el ladr6n, velaria y no permitirfa que perforen su casa. Por eso, tambien ustedes, esten preparados, porque en el momento que no piensen vendra el Hijo del Hombre.
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Tejido estructural del texto La parte central del discurso escatol6gico trata de la venida del Hijo del Hombre y de la necesaria vigilancia de los creyentes. El texto se puede dividir en tres partes: Mateo describe primero todas las manifestaciones externas que acompafian la venida del Hijo del Hombre (24,29-31), luego trata de las indicaciones temporales (24,32-35) que aluden a esa venida y, en la tercera parte, presenta las exhortaciones a la vigilancia (24,36-44).
Configuraci6n semantica del texto 24,29-31: La aparici6n del Hijo del Hombre Esta primera parte presenta la aparici6n del Hijo del Hombre como un suceso c6smico tan poderoso que incluso afecta al sol, la luna, las estrellas y las fuerzas del cielo, y los saca de su curso (24,29). No se especifica en detalle c6mo aparecera en el cielo la sefial del Hijo del Hombre (24,30a), pero aunque a los lectores no les quede muy claro c6mo sera ese signo o si se tratara del mismo Hijo del Hombre, pueden estar seguros de que al menos sera tan intenso como las poderosas transformaciones descritas que se manifestaran en los cuerpos celestes. De aqui que no quepa ninguna duda de que esa sefial del Hijo del Hombre no dejara de ser percibida. A causa del enorme suceso c6smico, toda la tierra se vera involucrada en ese acontecimiento (24,30b-d): asi, por un lado, todas las razas de la tierra se golpeardn el pecho y, por otro, tambien verdn la poderosa venida del Hijo del Hombre en gloria. Con estas expresiones, Mateo esta aludiendo al juicio final, y la variedad de signos celestes indica que ese juicio sera perceptible claramente por todos, es decir, que nadie puede sustraerse a esa acci6n inminente, lo cual nuevamente lleva a que todas las razas se golpeen el pecho, es decir, reconozcan y confiesen su culpa. Con la venida del Hijo del Hombre, bien visible para todos sobre las nubes del cielo, con gran poder y gloria, Mateo esta aludiendo a la abarcadora potencia de ese Hijo del Horn-
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La venida del Hijo del Hombre: 24,29-44
bre. Su poderosa venida, en el contexto del envio de sus angeles y del sonar de la trompeta (24,31), hace pensar a los lectores -ya partan del propio Evangelio o de la tradici6n judia- en el pr6ximo juicio final (13,37-50; Jl 2,1; Is 27,13), de modo que pueden imaginarse muy bien al Hijo del Hombre que viene como juez. Pero el inminente juicio final no debe causar miedo a los elegidos, sino al contrario, pues representa para una dichosa experiencia salvffica, porque ellos, que antes estaban diseminados por todo el mundo, seran entonces reunidos. Sin embargo, la esperada reuni6n de los elegidos al final de los tiempos, al igual que antes la anunciada salvaci6n de los elegidos (24,22), tampoco debe dejar a los creyentes meciendose placidamente en su seguridad: es verdad que no tienen que tener miedo, pero, asimismo,
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go, tampoco este breve tiempo debe asustarles o provocarles preocupaci6n, pues pueden volver a comprender, como un estfmulo, la promesa de Jesus de que sus palabras ciertamente no pasaran. Estas palabras de Jesus, que con seguridad no pasaran, s6lo tienen sentido si hay alguien alli que las escuche y responda a ellas. Los lectores pueden colegir que, precisamente, quienes escuchan las palabras de Jesus (7,24; 17,5) y responden a ellas con su conducta, ellos mismos, tampoco pasaran. Este no pasar puede entenderse tanto en el sentido de que siempre habra personas que oigan las palabras de Jesus como en el sentido de una alusi6n al futuro escatol6gico de quienes hasta ahora han oido las palabras de Jesus. Los lectores recordaran asimismo que de modo similar se ha dicho de la Tora: mientras duren el cielo y la tierra, no dejara de estar vigente ni una sola iota, ni una sola coma de la Tara (5,18). La intenci6n de Mateo en aquel pasaje era tambien declarar la permanente validez de la Tora y que no se trataba de algo limitado hasta que el cielo y la tierra pasen. Es obvio que la Tora, en cuanto palabra eterna de Dios, no puede pasar, pero de igual modo las palabras de Jesus tampoco pueden "superar" la palabra de Dios en la Tora, que durara mas que el cielo y la tierra, pues Jesus no vino a abolir la Tara, sino a darle cumplimiento (5,17). La Tora superara el pasar del cielo y de la tierra porque es la inmutable palabra de Dios y porque Jesus la cumple, y en toda su amplitud, incluso con una justicia sobreabundante (5,20). 24,36-44: La necesaria vigilancia EI hecho de que nadie conozca el momento exacto del dfa y la hora de la llegada del Hijo del Hombre, sino solo el Padre (24,36), sefiala a los lectores que todo el suceso del tiempo final pertenece al plan salvffico de Dios. Aunque los portentosos acontecimientos de ese tiempo no tienen que asustarles, porque son parte del plan divino de salvaci6n, sin embargo la incertidumbre de la hora remite a los creyentes a la necesaria vigilancia. Con el recuerdo del diluvio (24,37-39), Mateo advierte a sus lectores sobre una excesiva despreocupaci6n. Las personas de los tiempos de Noe no se dieron cuenta de la inminente catastrofe, sino que vivfan comiendo y bebiendo,
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La venida del Hijo del Hombre: 24,29-44
tamanda marida y mujer, como si no les pudiese suceder nada, y fueron sorprendidas por el diluvio. Los lectores, por el contrario, ya conocen las sefiales que anuncian, en su tiempo, la venida pr6xima del Hijo del Hombre (24,33), de modo que pueden estar preparados; por eso,
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Nexos pragmaticos del texto Mateo no presenta el decurso preciso de la venida del Hijo del Hombre ni la secuencia concreta de los sucesos del tiempo final, pues sus descripciones se limitan a un temporal y entonces, asi como, en cuanto a su contenido, solo hace alusiones a un portentoso acontecimiento c6smico. EI hecho de que este suceso no pueda ser pasado por alto por nadie no se debe a que no se represente exactamente "c6mo", pues lo que Mateo acentua es el "hecho" mismo del tiempo final ya iniciado: los lectores actuales tienen que percibir en cada momento su propio tiempo como ese tiempo final y actuar en consecuencia. Asi, el tiempo final no es algo futuro, sino que para Mateo y sus lectores ya ha comenzado, porque ellos pueden contemplar la gran tribulaci6n en el pasado y saberse elegidos. Consecuentemente, sus descripciones del ya comenzado tiempo final son minuciosas, claras e incisivas, porque, por un lado, mencionan la amenaza de falsos mesias y profetas (24,23-28), pero, por otro, ven un peligro en la manifiesta despreocupaci6n de los elegidos (24,37-44) y por eso exhortan a la vigilancia. No se debe considerar en este texto la cuesti6n de si Mateo o la gente de su tiempo contaban con la inminente parusia de Jesus, pues dado que aqui se cree que el tiempo final ya ha empezado -aunque nadie conozca el dia y la hora-, el acento del discurso no reside en el cuando, sino en ese tiempo final ya presente, asi como en el consecuente modo de actuar. Precisamente porque no se trata del momento, este discurso es actual tambien hoy, porque, desde este punto de vista, nuestro tiempo es asimismo para nosotros el tiempo final. Con todo, hoy apenas se tiene en cuenta que muy pr6ximamente, en un tiempo cercano, viene el Hijo del Hombre, pero esto probablemente tambien era asi en la epoca de Mateo. Por eso, la advertencia sobre la despreocupaci6n y los imperativos sobre estar vigilantes y preparados valen tambien para todos los lectores actuales. (Pero para que exhorta Mateo a los lectores a estar vigilantes y preparados, si apenas nadie tiene en cuenta la pr6xima venida del Hijo del Hombre? Una raz6n podria ser la incertidumbre respecto al momento de la venida, aunque a Mateo no le interesa ese momento temporal.
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La venida del Hijo del Hombre: 24,29-44
En esto queda claro, pues, que Mateo insta a un cambio de perspectiva: no se trata del anuncio de la parusia, que, ciertamente, es algo seguro en el tiempo final que ya ha empezado, aunque no se conozca el momento. Lo que mas le interesa a Mateo es exhortar a una conducta distinta, determinada por la proxima venida del Hijo del Hombre. Con la mirada en esa cercana venida, las personas deberian actuar como si cada accion y cada momento fuesen los ultimos: la inminente venida del Hijo del Hombre
Tres parabolas: 24,45-25,30
La pardbola del siervo fiel y prudente 45
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iQuien es, pues, el siervo fiel y prudente a quien el sefior puso al frente de su servidumbre para dar/es Ja comida a su tiempo? Dichoso aquel siervo a quien su sefior, al llegar, encuentre haciendo esto. lo pondra al frente de todos sus bienes. Amen, yo /es digo: Pero si el mal siervo aquel dice en su coraz6n: jMi sefior tarda!, se pone a go/pear a sus compafieros, y y come y bebe con borrachos, vendra el sefior de ese siervo el dia que no espera que no sabe, y a Ja hora y Je separara y Je sefialara su suerte entre los hip6critas: jalli sera el llanto y el rechinar de dientes!
La pardbola de las diez virgenes EI Reino de los Cielos es semejante a diez vfrgenes al encuentro del novio. que, tomando sus lamparas, salieron Cinco de ellas eran necias y cinco prudentes. Las necias, en efecto, al tomar sus lamparas, no se proveyeron de aceite, pero las prudentes, en cambio, junto con sus lamparas, tomaron (tambien) aceite en las aceiteras. Corno el novio tard6, se adormilaron todas y se durmieron. Mas a media noche se oy6 un grito:
jMiren, e/ novio! jSalgan a su encuentro! Entonces todas aquellas vfrgenes se levantaron y arreglaron sus lamparas. Pero las necias dijeron a las prudentes: Dennos de su aceite, porque nuestras lamparas se apagan. Pero las prudentes respondieron diciendo: No, no sea que no alcance para nosotras y para ustedes; es mejor que vayan donde los vendedores y lo compren. 10
Pero mientras iban a comprarlo, l/eg6 el novio, y las que estaban preparadas entraron con el a la boda, y se cerr6 la puerta.
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Por ultimo llegaron las otras virgenes diciendo: Pero el respondi6:
jSeiior, Seiior, abrenos! Amen, yo les digo: jNo las conozco!
jVelen, pues, porque no saben ni el dfa ni la hora!
La partibola de los talentos 14
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Es como un hombre que, al ausentarse, llam6 a sus propios siervos y les encomend6 su hacienda: a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual segun su capacidad, y se march6. Enseguida, el que habfa recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y gan6 otros cinco. lgualmente, el que habfa recibido dos, gan6 otros dos. Pero el que habfa recibido uno, cav6 un hoyo en la tierra y escondi6 el dinero de su seiior. Al cabo de mucho tiempo, vuelve el seiior de aquellos siervos y les pide cuentas. Y acercandose el que habfa recibido cinco talentos, le present6 otros cinco Senor, cinco talentos me entregaste, diciendo: jhe aquf otros cinco que he ganado! Su senor le dijo: j8ien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, te pondre al frente de lo mucho. Entra en el gozo de tu senor. Acercandose tambien el de los dos talentos, Senor, dos talentos me entregaste, dijo: jhe aquf otros dos que he ganado! Su senor le dijo: jBien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, te pondre al frente de lo mucho. Entra en el gozo de tu senor. Acercandose tambien el que habfa recibido un talento, Seiior, se que eres un hombre duro, dijo: que cosechas donde no sembraste recoges donde no esparciste. y Y por eso me dio miedo y fui y escondf en tierra tu talento; jaquf tienes lo que es tuyo! Mas, respondiendole, le dijo su senor: jSiervo malo y perezoso! Sabfas que cosecho donde no sembre y recojo donde no esparcf.
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Tres parabolas: 24,45-25,30
iDebfas, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros y asf, al volver yo, habrfa cobrado lo mio con intereses! Por tanto: iquftenle el talento! y idenselo al que tiene los diez! Porque ia todo el que tiene se le dara!, y ile sobrara!, pero al q ue no tiene, jaun lo que tiene se le quitara! Y al siervo inutil iechenlo a las tinieblas de afuera! iAllf sera el llanto y el rechinar de dientes!
La parahola del siervo fiel y prudente: 24,45-51
Tejido estructural del texto La primera de estas tres parabolas trata, junto con el tema de la necesaria vigilancia, el de la permanente responsabilidad con las otras personas, en vistas del tiempo final. Al comportamiento ideal del siervo fiel y prudente (24,45-47) se contrapone la conducta reprobable del siervo malo (24,48-51). Mediante la menci6n del dia inesperado y de la hora desconocida (24,50), la parabola esta unida a la insistente exhortaci6n previa a la vigilancia (24,42.44).
Configuracion semantica del texto 24,45-47: El ejemplo modelico del siervo fiel y prudente, que cumple a conciencia con las tareas confiadas (24,45), se destaca aun mas con la bienaventuranza (24,46); ademas de ello, Jesus afiade, con un dicho con amen, una promesa para el futuro de ese siervo confiable y cuidadoso (24,47). Con esto, los lectores comprenden dos cosas: toda acci6n tiene efecto en el futuro escatol6gico, y la conducta confiada, consciente y responsable es recompensada en ese futuro escatol6gico. Detras de esta representaci6n esta implicito el impulso dirigido a los lectores para que asuman ese modo ejemplar de actuar, fiel y sensato. 24,48-51: Con la consideraci6n de que mi seiior tarda (24,48), el ejemplo negativo del mal siervo vuelve a abordar el tema de la despreocupaci6n negligente frente a la que Mateo ya habia advertido anteriormente (24,37-44). Aquf, ese descuido porque el Hijo del Hombre aun tarda mucho en venir constituye una conducta egofsta, pues el mal siervo aprove-
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cha la supuestamente larga ausencia del se:fior para su propio beneficio: comienza a maltratar a los siervos confiados a su cuidado y, en vez de darles de comer, solo piensa en el y celebra fiestas con borrachos (24,49). Pero el se:fior vuelve el dia que no espera y en el momento que no sabe (24,50), y no solo no encuentra preparado a este siervo para su llegada, sino que tambien advierte que no ha cumplido con su encargo, por lo que le castiga (24,51): este castigo, marcadamente drastico, debe servir de advertencia ante ese comportamiento irresponsable. La mencion de los hip6critas sirve aquf, adicionalmente, para que los lectores recuerden la conducta exigida por Jesus (23,13-36) y deja claro el significado general de la parabola, que no se refiere solo a la responsabilidad por el projimo, sino que habla fundamentalmente de hacer la voluntad de Dios.
Nexos pragmaticos del texto Ya antes, con la imagen del ladron (24,43), Mateo habfa advertido frente a la despreocupacion negligente y la falta de preparacion. Pero ante el retraso de la proxima venida del Hijo del Hombre, tambien existe para los creyentes el peligro de olvidar su responsabilidad (por las demas personas y por la creacion) o de no tomarla en serio porque -como el mal siervo- piensan: imi sefzor tarda! (24,48). Con la descripcion de la recompensa del siervo fiel y prudente y del drastico castigo del malo, Mateo recuerda la permanente responsabilidad a pesar de la dilacion de la venida del Hijo del Hombre: la ausencia o el retraso del Hijo del Hombre no son motivo para ser menos conscientes y responsables de nuestra conducta. Ademas, Mateo orienta nuevamente la mirada de sus lectores hacia la verdadera meta que debe determinar todas sus acciones en la actualidad. La perspectiva de la venida de su se:fior que el confiable siervo prudente ha tenido siempre presente es la que ha motivado su conducta confiable y atenta. El mal siervo, por el contrario, ha dejado de lado, conscientemente, la venida de su se:fior y, como la ha perdido de vista, ha actuado insensatamente, solo segun sus propios intereses. En la ultima seccion, Mateo alude al cambio de perspectiva:
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La parabola del siervo fiel y prudente: 24,45-51
orientar la conducta a partir del fin inminente como una meta -o en resumen: actuar en el presente con la mirada en el futuro- se acredita como un comportamiento prudente ante la dilaci6n de la pr6xima venida del Hijo del Hombre. Sin embargo, existe un posible peligro en este cambio de perspectiva: vivir como si "hoy fuese mi ultimo dfa" puede conducirme a no esforzarme mas por mis cosas, y es a esta problematica a la que responde la parabola de los talentos (25,14-30). Pero, antes, Mateo ilumina el aspecto de la prudencia, junto con la necesaria vigilancia y disposici6n, mediante la parabola de las diez virgenes (25,1-13).
La parabola de las diez virgenes: 25,1-13
Tejido estructural del texto La segunda parabola comienza con una detallada descripci6n introductoria de la situaci6n (25,1-5) y luego la acci6n se desarrolla en dos escenas (25,6-9.10-12). La aplicaci6n interpretativa (25,13) menciona el tema cuando de nuevo remite a la necesaria vigilancia, al hablar del momento desconocido del dia y la hora (24,42.44). La caracterizaci6n de un grupo de las vfrgenes como sensatas (25,2.8.9) enlaza con la parabola del siervo prudente (24,45-51) y con ello alude a un tipo especial de vigilancia.
Configuraci6n semantica del texto 25, 1-5: La parabola se destaca en la introducci6n como parabola del Reino de los Cielos, con lo que ya enseguida, al comenzar, el contexto del discurso escatol6gico y el tema de la boda aluden a que aborda el aspecto del tiempo final de ese Reino celestial. Que las vfrgenes salgan al encuentro del novio (25,1) significa que le estan esperando, pero el hecho de que el tarda (25,5) remite a la demora de la esperada venida del Hijo del Hombre. Mientras que hasta ahora Mateo ha hablado siempre de una inmediata venida -y por eso de la necesaria vigilancia y la permanente disponibilidad-, ahora aparece por primera vez el aspecto de la demora. Es muy posible, pues, que en tiempos de Mateo la gente no contara ya con la inminente venida del Hijo del Hombre.
Para Mateo carece por completo de importancia el momento concreto de la venida, ya que el dfa y la hora son desconocidos (24,36; 25,13); lo que le importa es la conducta sen-
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sata y adecuada al tiempo final, que se orienta con la mirada puesta en la inminente venida del Hijo del Hombre, se de cuando se de. Esta perspectiva de Mateo puede describirse como una actitud de espera activa y dispuesta, en clara contraposicion con un esperar o quedarse pasivo, sin prepararse. Estas dos actitudes son las que representan las virgenes: las necias estan preparadas con sus lamparas, pero cuentan con un breve tiempo de espera, con la pronta venida del Hijo del Hombre; solo piensan en esperar hasta que vuelva (25,3). Las virgenes sensatas, en cambio, cuentan con una posible demora en la venida y con un mayor tiempo de espera; por eso, toman provision de aceite y estan bien preparadas no solo para el momento, sino tambien para el tiempo siguiente (25,4). Cuando queda claro que el novio no vendra tan pronto como se esperaba, sino que llegara en un momento desconocido, el tiempo de espera resulta largo para todas y se duermen (25,5).
25,6-9: La llegada del novio a mitad de la noche (25,6) recuerda la venida del ladron a una hora desconocida de la noche (24,43) y describe la sorpresa que llega en un momento no esperado. Entonces, todas las virgenes se disponen nuevamente preparando sus lamparas (25,7), y es ahora cuando las insensatas advierten que su aceite no alcanza (25,8) y piden a las sensatas que les presten. El rechazo de estas a compartir su aceite con las demas se argumenta razonablemente: no alcanzani para nosotras y para ustedes (25,9a). Aunque la conducta de las virgenes sensatas pueda ser mal interpretada como un comportamiento egoista, es necesario para la trasposicion de la parabola: no se puede dar algo a otro si uno mismo esta mal preparado para el final de los tiempos y nadie puede confiar en que ya se ha procurado lo necesario. Cada uno es responsable de su comportamiento de cara al tiempo final ya iniciado y a la venida desconocida del Hijo del Hombre. EI consejo de que vayan a comprar aceite (25,9b) subraya que las virgenes prudentes no se niegan con mala intencion. 25, 10-12: Las virgenes necias siguen el consejo de las sensatas y van a comprar aceite (25,lüa.1 la). Durante su ausencia, llega el novio, y las virgenes sensatas, que son designadas aqui expresamente como las que estaban preparadas, entran
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La parabola de las diez virgenes: 25,1-13
con el a la boda (25,lübc). El hecho de que la llegada se produzca justamente cuando las virgenes necias se han ido (21, 1Oab) subraya una vez mas su deficiente disponibilidad y su insuficiente preparaci6n. La puerta cerrada (25,lüd) sefiala determinado momento del tiempo tras el cual ya es demasiado tarde, por lo que las virgenes necias que llegan tarde (25,11) ya no son admitidas. El doble tratamiento de iSenor, senor! recuerda a los lectores que no todo el que diga iSenor, Senor! entrara en el Reino de los Cielos, sino solo el que haga la voluntad de Dias (7,21). Las virgenes insensatas, aunque han traido sus lamparas, claramente no han hecho la voluntad de Dias, pues no estan preparadas para el momento desconocido del tiempo. La respuesta del novio, especialmente enfatizada con el amen, dice: jno las conozco! (25,12; 7,23), y subraya de nuevo que no basta simplemente decir isenor, senor! y que no todas las actuaciones cumplen la voluntad de Dias: existe, en efecto, un demasiado tarde.
25,13: La aplicaci6n de la parabola repite una vez mas, con un urgente imperativo, la necesaria y permanente disposici6n para la venida del Hijo del Hombre, porque no se sabe ni el dia ni la hora. El velar expresa la actitud de una espera activa, dispuesta, que no ceja a pesar de la dilaci6n.
Nexos pragmaticos del texto La demora en la esperada venida del Hijo del Hombre puede que conduzca a los creyentes a una despreocupaci6n descuidada, como en tiempos de Noe (24,37-39), pero tambien a olvidar la propia disponibilidad, como en el caso del siervo malo (24,45-51) o, asimismo, a estar preparados s6lo a medias. La parabola de las diez virgenes trata de esta preparaci6n insuficiente y ofrece a los creyentes indicaciones de c6mo tienen que comportarse ante la demora de la venida del Hijo del Hombre:
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contraria, que, como la de las vfrgenes necias, parte de que conoce (aproximadamente) el momento de la venida, no lleva a la meta y por eso
La parabola de los talentos: 25,14-30
Tejido estructural del texto Mientras que en la parabola anterior se trata de la espera activa, que debe considerar la demora de la venida del Hijo del Hombre (25,1-13), esta tercera parabola cuenta ahora el encuentro con el Sefior que ha llegado al cabo de mucho tiempo (25,19). Pero en cuanto que tambien aquf se da una mirada retrospectiva al tiempo previo a su venida, se esta enlazando igualmente con la parabola del siervo prudente y del malo (24,45-51), pues asimismo aquf se aborda la conducta de los creyentes conforme al tiempo final: c:que debemos hacer mientras aguardamos al que viene? El ejemplo de los dos siervos acentua el permanente estar preparado para la venida del Sefior, que llega en un momento inesperado. El pensamiento de que cada dia o cada momento puede ser el ultimo antes de que venga el Hijo del Hombre deberia conducir a adoptar un comportamiento consciente y responsable, pero tambien contiene la tentaci6n de la indolencia, de la que ahora trata esta parabola. Una detallada introducci6n describe el comportamiento de los siervos durante la ausencia de su sefior (25,14-18). La acci6n real comienza con el retorno del sefior (25,19), que ajusta cuentas con sus siervos. La rendici6n de cuentas que lleva a la recompensa del siervo bueno y fiel se relata dos veces (25, 19-23), mientras que la que conduce a la condena del siervo malo y perezoso (25,24-30) esta configurada de manera muy detallada y por eso mismo es mucho mas extensa. Con esto, a los lectores les resulta manifiesto que el acento de la parabola reside en el ajuste de cuentas con el siervo malo y perezoso.
Mt 16,21-28,20: Jesus, Mesias e Hijo del Hombre, en su Reino
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Configuraci6n semantica del texto 25, 14-18: La introducci6n constata que la persona que parti6 -los lectores pensaran en el Hijo del Hombre- encomend6 a sus siervos todo su haber (25,14). La formulaci6n innecesaria -y por ello enfatizada- de sus propios siervos sirve para expresar la relaci6n especial entre el sefior y sus siervos que, en la transposici6n de la parabola, los lectores deben ver entre ellos mismos y el Hijo del Hombre. Ese vfnculo especial, lleno de confianza, se expresa tambien contando que el sefior encomienda a sus siervos su haber. La distribuci6n de los talentos (una muy importante cantidad de dinero) tiene lugar expresamente segun la propia capacidad (25,15), es decir, nadie se ve sobreexigido con lo que se le ha confiado ni, consecuentemente, con lo que se espera de el. Enseguida, tras la partida del sefior, los dos primeros siervos comienzan a trabajar con los talentos recibidos. Ellos tienen continuamente presente la responsabilidad que su sefior les ha encomendado y, aunque no conocen el momento de su retorno, se afanan tan comprometidamente que duplican lo recibido (25, 16-17). La forma breve y compacta del relato, con el rapido y positivo resultado, indica el intenso compromiso y la exitosa actuaci6n de los dos siervos. En grave contraste con su esfuerzo esta la conducta del tercer siervo, que entierra el unico talento (25,18). 25,19-23: La expresi6n al cabo de mucho tiempo (25,19) designa un largo periodo de ausencia del sefior. Mientras que en las parabolas precedentes Mateo ha acentuado sobre todo el tiempo indeterminado de la venida, ahora, ademas del momento impreciso, se habla del mucho tiempo que transcurre hasta la venida del sefior. Corno no es fäcil -tampoco hoy en dfa- duplicar una gran cantidad de dinero, los lectores pueden pensar que en realidad ha pasado mucho tiempo y, asi, con esta insinuaci6n Mateo esta tocando justo la situaci6n de cada lector actual. El sefior viene a hacer cuentas con sus siervos y reclama no solo la devoluci6n de lo confiado, sino tambien que le rindan cuentas de lo que han hecho. Los siervos se refieren primero a lo que recibieron de su sefior y luego, con derecho y orgullo, hablan de los frutos de su trabajo: ihe aqui que he
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La parabola de los talentos: 25,14-30
ganado cinco /das talentos! (25,20.22). Los dos primeros siervos, que han duplicado los bienes confiados, son alabados por el sefior debido a su actuaci6n y se les califica de buenos y fieles. Corno han actuado de forma confiable y fielen lo poco, seranpuestos al frente de lo mucho (25,21.23), es decir, se han acreditado con sus acciones conscientes, responsables y dignas de confianza, y su sefior puede confiarles una responsabilidad mayor. El afiadido entra en el goza de tu sefior (25,21c.23c) remite a los lectores al contexto escatol6gico. En relaci6n con la parabola precedente sobre las diez vfrgenes, los lectores entienden que los
25,24-30: En base a la alabanza de ambos siervos fieles y dignos de confianza, y al paralelismo con la parabola de las diez vfrgenes, los lectores ya pueden sospechar el juicio sobre el tercer siervo y su destino, pues el es un siervo necio, inutil, que debe permanecer afuera (25,30). Por eso resulta sorprendente la larga discusi6n intercalada entre el sefior y su siervo perezoso. Precisamente aquf, los lectores van a aprender algo importante y a recibir significativos impulsos de acci6n para el comportamiento que se espera de ellos en vistas del tiempo final ya iniciado. Tambien el tercer siervo devuelve al sefior el talento que habia recibido de el (25,25) y da cuenta de su comportamiento. Justifica su conducta diciendo que conocia al sefior y sabia de su dureza, incluso que cosecha y recoge donde no sembr6 y no esparci6 (25,24-45). Los verbos cosechar y recoger aluden al tiempo final (cf. 13,30.39). La respuesta del sefior repite y confirma la expresi6n de su siervo de que el, el sefior, cosecha y recoge donde no sembr6 y no esparci6 (25,26). EI consejo siguiente de una conducta alternativa ayuda a comprender en que consiste recoger y cosechar lo no sembrado y no esparcido: el siervo podia haber puesto a interes el dinero confiado (25,27) y asi, sin que el hubiese tenido que trabajar, otros -a saber, el banquero- habrian trabajado con el dinero del sefior y habrfan producido ganancias. Con esto queda claro que al sefior no le interesa la suma de la ganancia, sino
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solo "que haya" ganancia, porque el tampoco distingue entre el siervo que habia ganado cinco talentos y el que "solo" habia ganado dos. Corno el siervo perezoso sabia que su sefior cosecha y junta donde no ha sembrado, deberia haber actuado consecuentemente; con su accion, sin embargo, ha impedido que el sefior pueda cosechar algo, y por eso su conducta es mala y resulta castigado. EI reunir y cosechar del sefior allf donde no ha sembrado permite a los lectores pensar en su tiempo actual. Jesus ya no siembra mas, sino que Süll los lectores presentes quienes tienen que sembrar para que el pueda cosechar en el tiempo final: el sienta las bases incluso de lo que no ha sembrado. De esta manera, los lectores comprenden la responsabilidad que ahora tienen ellos en su tiempo actual: no solo deben trabajar con los talentos que han recibido, sino que tambien deben sembrar. EI sefior entrega luego el talento del siervo perezoso al primer siervo, que es el que mas ha ganado con su accion (25,28), y la razon que da para ello retoma lo dicho en 13,12, pero significando ahora una recompensa especial para la conducta extraordinariamente comprometida, sensata, que sabe estar en vela. El modelo del primer siervo, con esta recompensa extra, debe animar a los lectores a ganar tanto como sea posible y asi sembrar todo lo quese pueda. Con este trasfondo, es comprensible que a quien con su conducta ha impedido toda ganancia y toda cosecha se le quite lo que tiene y se le confie al que puede manejarlo de forma consciente y responsable. El siervo malo y perezoso es castigado por su conducta irresponsable, de corto alcance: no puede tomar parte en el gozo de su sefior y debe permanecer afuera, en las tinieblas, donde, en total contraposicion a la dicha del sefior, reina el llanto y rechinar de dientes (25,30).
Nexos pragmaticos del texto En vistas del tiempo final ya iniciado y de la venida incierta, tal vez incluso muy tardia, del Hijo del Hombre, los lectores aprenden con esta parabola que tienen que proceder
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La parabola de los talentos: 25,14-30
de forma consciente y responsable con lo quese les ha confiado, porque tienen que rendir cuentas al Hijo del Hombre tanto de lo confiado como de su actuacion. Este aspecto de la rendicion de cuentas y del juicio es el que luego trata mas detalladamente Mateo en la parte final del discurso escatologico (25,31-46). En nuestra parabola se vuelve a tratar la actitud de la espera activa de la venida del Hijo del Hombre, pero en esta oportunidad no ocupa el centro el que viene, sino que ahora la mirada se dirige mas bien a los hombres: c:que hacen 0
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emplearlo creativamente y de modo consciente y responsable, para multiplicar lo que les ha sido confiado por el Hijo del Hombre. Desde este punto de vista, tambien la venida tardfa del Hijo del Hombre puede ser interpretada positivamente: asf nos queda mas tiempo para multiplicar lo que se nos ha confiado y para sembrar, a fin de que el Hijo del Hombre pueda cosechar al final de los tiempos. Es importante que aprovechemos el tiempo que nos queda.
La venida del Hijo del Homhre y el juicio sohre los puehlos: 25,31-46
La venida para el juicio 31
Cuando el Hijo del Hombre venga con todo su esplendor y acompaiiado de todos sus angeles, se sentara en su trono de gloria.
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y
y 33
y
seran reunidos delante de el todos los pueblos, el separara a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, pondra las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda.
El iuicio de los benditos .14
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Entonces el Rey dira a los de su derecha: Vengan, benditos de mi Padre, reciban la herencia del Reino preparado para ustedes desde la creaci6n del mundo. Porque tuve hambre, y me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; era forastero, y me acogieron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; en la carcel, y acudieron a mi. Entonces los justos le responderan diciendo: Seiior, 1cuando te vimos
hambriento, sediento, 1Cuando te vimos forastero, 0 desnudo, iCuando te vimos enfermo o en Ja carcel, 0
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y y y y
te te te te
dimos de comer; dimos de beber? acogimos; vestimos?
y acudimos a ti?
Y, respondiendo, el Rey les dira: Amen, yo /es digo: iEn la medida en que lo hicieron a uno de estos hermanos mfos mas pequeiios, a mf me lo hicieron!
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El juicio de los malditos 41
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Entonces dira tambien a los de su izquierda: Apartense de mi, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus angeles. y no me dieron de comer; Porque tuve hambre, tuve sed, y no me dieron de beber; era forastero, y no me acogieron; estaba desnudo, y no me vistieron; estaba enfermo y no me visitaron. y en la carcel,
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Entonces responderan tambien estos diciendo: Senor, icuando te vimos hambriento o sed iento o forastero o desnudo o enfermo o en la carcel, y no te asistimos?
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y el les respondera diciendo:
Amen, yo les digo: jEn la medida
en que dejaron de hacerlo con uno de estos mas pequefios, tambien conmigo dejaron de hacerlo!
Conclusi6n 46
E iran estos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna.
Tejido estructural del texto En base a la parabola de los
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La venida del Hijo del Hombre y eljuicio sobre los pueblos: 25,31-46
vez la pregunta de los que han sido juzgados (25,37-39.44) y la aclaraci6n del Rey, introducida por un dicho con amen (25,40.45). Una frase conclusiva, concisa y fäcil de memorizar, cierra tanto el relato del juicio final como tambien todo el discurso escatol6gico (25,46).
Configuraci6n semantica del texto 25,31-33: La venida para el juicio La llegada del Hijo del Hombre con sus angeles, su toma de posici6n sobre el trono de su gloria, la reuni6n de todos los pueblos ante el y la separaci6n en dos grupos (25,31-32) especifican ahora que su venida es para juzgar: la venida definitiva del Hijo del Hombre esta, pues, claramente relacionada con el juicio. El hecho de que venga en su gloria y sea descrito como un pastor sugiere a los lectores la idea del juicio final, pero como juicio salvifico. Ante la imagen del pastor que separa las ovejas de los cabritos, los lectores versados en la Biblia pensaran tambien en Ez 34,2-31, donde Dios, como un pastor, procura el derecho entre las ovejas (Ez 34,22), de manera que se hace justicia tanto a las que son gordas como a las flacas y a ambas se les da lo que necesitan (Ez 34,16).
25,34-40: EI juicio de los benditos 25,34-36: En su juicio de los benditos, el Hijo del Hombre -que ahora es designado Rey- les promete como herencia el Reino que les esta preparado desde el principio (25,34). Esta "recompensa" corresponde a la que se le concede al siervo fiel cuando entra en el gozo de su sefior (25,21.23) o a las virgenes prudentes como participaci6n en la fiesta de bodas (25,10). La herencia del Reino, preparada desde la creaci6n del mundo, remite a Dios como el que actua y dispone: los lectores pueden asociar con esto el plan divino, a cuyo "resultado" han contribuido mediante el cumplimiento de la voluntad de Dios (7,21), por lo que son llamados benditos de mi Padre y ahora heredan ese "resultado". El juicio de los benditos se fundamenta detalladamente con ejemplos concretos (25,35-36), pero las acciones mencio-
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nadas no son especificas de una religion, sino actos humanos genericos, necesarios, conforme a los cuales son juzgados los hombres de todos los pueblos (25,32). Los lectores comprenden que esa forma de actuar mencionada conduce a heredar el Reino, de modo que encuentran aqui pautas de accion concretas para su vida actual, si desean pertenecer a los que heredan.
25,37-39: Sorprende la pregunta de los justos, que con su expresion Sefior, .:.cuando te vimos ... ? no pueden reconocer la conducta alabada como su propia forma de actuar con su Sefior y Rey. Pero la sorpresa deja claro que ellos con sus acciones solo pensaban en los demas, en los necesitados; han actuado de esa manera solo por estos, y no con la intencion de hacer con ello algo bueno a su Sefior o incluso de merecer la herencia. Esta forma de actuar que solo ve al otro y a la que unicamente le interesa hacer el bien por el bien es la que los lectores pueden reconocer como una motivacion fundamental, aunque desde su perspectiva actual ya saben que, al comportarse asi, estan haciendo algo bueno a Jesus, al hacerselo a los pequefios. 25,40: La fundamentacion aclaratoria del Rey, energicamente corroborada por un dicho con amen, identifica a Jesus, el Rey e Hijo del Hombre, con los pequefios. Los lectores ya conocen la particular preocupacion de Dias y de Jesus por los pequefios (18, 14). Ellos son, en general, los despreciados y marginados, y corresponde a los lectores actualizar en su respectiva situacion propia de quien se esta hablando en concreto. Los pequefios no solo Süll designados como los pequefios hermanos de Jesus, esto es, sus "parientes mas cercanos", sino quese dice que Jesus mismo esta "en" ellos: la accion a los pequefios es una accion a Jesus mismo. Pero esta identificacion de Jesus con los pequefios no es una descripcion de identidad, sino un impulso para la accion: si se les hace algo a los pequefios, se le esta haciendo a su vez lo mismo a Jesus, de aqui que, a la inversa, cada accion a Jesus requiere una correspondiente accion a los pequefios. Este impulso de accion vale mucho mas para los lectores actuales, que ya no pueden actuar directamente en Jesus: todo lo que quisieran hacerle a el tienen que hacerselo a los pequefios. Viendo a Jesus "en" los pequefios, tambien actuan en el.
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La venida del Hijo del Hombre y el juicio sobre los pueblos: 25,31-46
25,41-45: EI juicio a los malditos 25,41-43: EI juicio a los malditos Ies pone del lado del diablo, del adversario de Dias (25,41); se trata, pues, de aquellos que han actuado en contra de la voluntad de Dias o no la han cumplido. A ellos les corresponde, en el juicio final, el fuego etemo como castigo que Dias, como destaca el pasivo, les ha preparado: esta dura condena eterna sirve de intimidaci6n ante una conducta que se opone a la voluntad de Dias. La detallada argumentaci6n (25,42-43), que en realidad es la inversi6n de las acciones presentadas antes, descritas aqui como un no hacer, explica c6mo es esa conducta. Consecuentemente, los lectores reconocen que el mero no hacer lo que se requiere simplemente en el plano humano, contradice la voluntad de Dias. 25,44: Los malditos preguntan: Sefior, c:cudndo te vimos ... ?, y con esto describen la acci6n requerida, de manera sintetica, como servicio a Jesus, pero, asimismo, ellos ignoran que negaron a Jesus al no hacerles algo a los pequefios. Su pregunta expresa que no reconocen que con su mero no hacer ya han hecho algo malo. 25,45: De nuevo, en su respuesta, reforzada con un dicho con amen, el Hijo del Hombre-Juez se identifica con los mds pequefios, a los que no se hiza algo, y al destacar el no hacer como un "delito" se esta exhortando de nuevo energicamente a actuar con ellos. Los lectores versados en la Biblia recordaran los preceptos de la Tara que, ante un animal perdido o sufriente, advertian de no actuar como si no tuviese nada que ver con uno (Dt 22,1-4). Los lectores entienden quese requiere una mirada especialmente atenta a los pequefios para no ser culpable por no hacerles nada a ellos. 25,46: Conclusi6n Las palabras conclusivas contraponen agudamente la condena etema para los malditos y la vida etema para los benditos. Considerando las acciones quese han realizado o no, los lectores pueden reconocer el estrecho limite entre el comportamiento que conduce a la condena eterna y el que lo hace a la vida eterna. Corno criterio de distinci6n y de decisi6n para una conducta conforme a la voluntad de Dias, Mateo sugiere mirar
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a los pequefios: ver en ellos a Jesus y actuar en ellos consecuentemente.
Nexos pragmaticos del texto Las dos sentencias del Hijo del Hombre-Juez en el juicio final ofrecen a los lectores actuales indicaciones importantes para su conducta. Ellos aprenden que realizar las mas simples acciones humanas a los pequefios corresponde con la voluntad de Dios; que no son necesarios grandes actos especiales para heredar la vida etema, pues esta, en principio, esta abierta a todos. El juicio sobre los malditos ofrece, sin embargo, una advertencia decisiva: no solo los "actos malos" contradicen la voluntad de Dios, sino que la no realizaci6n de las mas simples acciones humanas a uno de los pequefios ya es una conducta contra la voluntad de Dios, precisamente por esa omisi6n. Lo que se requiere, pues, es hacer decididamente el bien. Mateo termina el discurso escatol6gico de Jesus con una mirada al juicio final y conduce al lector hacia una perspectiva distinta que debe guiar su comportamiento actual con la mirada puesta en el futuro. Para los lectores de la epoca de Mateo y para los de hoy, el tiempo final ya ha comenzado y es inminente la venida del Hijo del Hombre (24,25-28). Su llegada debe esperarse en estado de vigilancia (24,29-44). Pero considerando el tiempo que ya ha transcurrido, es evidente que el Hijo del Hombre viene "con retraso": los creyentes, pues, como el siervo prudente (25,45-51) y las vfrgenes prudentes (25,1-13), deben asumir una espera activa. Su tiempo de espera lo deben conformar a traves de una conducta creativa que aproveche los talentos y dones que Dios les ha dado o Jesus les ha confiado, y produzca ganancias y frutos en el sentido de la voluntad de Dios (25,14-30). Deben comportarse mirando a los pequefios y haciendoles el bien (25,31-46). Esta perspectiva de Mateo se puede describir brevemente como una espera activa que aprovecha el tiempo que resta para hacer el bien. Con todo el discurso escatol6gico, Mateo presenta a los lectores tambien otro aspecto de Jesus: el es el Hijo del Hombre que viene y el Juez que aparecera en su gloria para el jui-
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La venida del Hijo del Hombre y el juicio sobre los pueblos: 25,31-46
cio final. Su venida y el juicio final representan para los creyentes el despuntar del tiempo de salvaci6n: la entrada en el gozo de su Sefior (25,21.23), la herencia del Reino (25,34) y la vida eterna (25,46). Ahora, pues, los creyentes ya pueden esperar la inminente llegada del Hijo del Hombre con alegria, y esta alegria puede animarles a una conducta decisiva y que corresponda a esa anhelada venida.
B) Pasi6n, muerte y resurrecci6n: La entronizaci6n del Mesias-Hijo del Hombre Mt 26,1-28,20
En esta ultima secci6n del evangelio se trata de la pasi6n, muerte y resurrecci6n de Jesus. Confrontados con su pasi6n y muerte, los lectores deben hacerse esta pregunta: (Corno Jesus, sufriente y crucificado es para ellos el Mesfas? Asf como la primera parte del evangelio se compone de siete perfcopas (1,1-4,16), tambien en esta ultima cabe establecer siete grandes escenas: 1. II. III. IV. V. VI. VII.
Los dfas antes de la fiesta de Pascua La fiesta de Pascua con los discipulos El prendimiento en Getsemani El proceso ante los judios El proceso ante los romanos Crucifixi6n, muerte y sepultura Resurrecci6n y envfo de los discipulos
(26,1-16) (26,17-29) (26,30-56) (26,57-27,10) (27,11-31a) (27,31 b-66) (28,1-20)
Hay distintas posibilidades de estructuraci6n de esta ultima parte; aquf nos valemos para ello de los anuncios de Jesus de su pasi6n, muerte y resurrecci6n (16,21; 17,22-23; 20,18-19), que describen su destino como ser entregado ('rro:po:öLöwµ L), muerto/crucificado (&:rroKTELVW / omup6w) y resucitado (EyE[pw). En efecto, de la mano de estos verbos centrales se puede, asimismo, articular la ultima secci6n del evangelio: a. 26,1-27,31a: El Mesfas-Hijo del Hombre entregado. b. 27,3lb-28,20: El Mesfas-Hijo del Hombre crucificado y entronizado. La primera secci6n cuenta detalladamente la entrega de Jesus; el verbo entregar / ser entregado aparece muy a menudo desde 26,2 hasta 27,26, pero luego ya no lo hace mas. El versfculo 26,2 presenta el tema de toda esta primera parte: el Hijo del Hombre serd entregado y crucificado. En 27,26 resulta claro que Jesus sera entregado a la crucifixi6n, que luego se relata desde 27,31b en la segunda parte. Este primer ciclo narrativo comprende, pues, desde los dias inmediatamente anteriores a la fiesta de Pascua, pasando por la cena de Pascua con los discfpulos, el prendimiento de Jesus en Getsemanf y el doble proceso primero ante los judfos y luego ante los romanos, hasta la condena a la crucifixi6n. La segunda secci6n trata de la crucifixi6n, muerte, sepultura y resurrecci6n de Jesus; despues, el evangelio se cierra
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con la aparici6n del Resucitado y su encargo a los discipulos de ensefiar a todos los hombres a guardar los mandamientos de Jesus. La permanente promesa del Resucitado constituye la conclusi6n: Yo estoy con ustedes todos los dias hasta el fin del mundo (28,20), que forma una inclusi6n con 1,23: con nosotros esta Dias.
a} 26,l-27,31a:
El Mesias-Hijo del Hombre, entregado
Los dias antes de la fiesta de Pascua: 26,1-16
La decisi6n de matar a Jesils
Y sucedi6 que, cuando acab6 Jesus todos estos discursos, dijo a sus discipulos: Saben que en dos dias es Pascua, y el Hijo del Hombre va a ser entregado para ser crucificado. Entonces los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron en el palacio del sumo sacerdote, llamado Caifas, y se pusieron de acuerdo para prender a Jesus con engaf\o y darle muerte. Sin embargo, el dijo: Durante la fiesta no, para que no haya tumu lto en el pueblo. La unci6n de la mujer
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Hallandose Jesus en Betania, en casa de Simon el leproso, se acerc6 a el una mujer que traia un frasco de alabastro con perfume muy caro y lo derram6 sobre su cabeza, mientras estaba a la mesa. Pero, al ver esto los discipulos, se indignaron, diciendo: iPara que este despilfarro? jSe podia haber vendido a buen precio y haberselo dado a los pobres! Pero Jesus, dandose cuenta, les dijo: iPor que molestan a esta mujer? iPues ha hecho una buena obra! Pues a los pobres los tendran siempre con ustedes, pero a mi no me tendran siempre. Pues al derramar ella este ungüento sobre mi cuerpo, lo ha hecho en vista de mi sepultura. Amen, yo les digo: dondequiera que se proclame el Evangelio en el mundo entero, se hablara tambien de lo que esta ha hecho, para memoria suya.
La decisi6n de Judas 14
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Entonces uno de los Doce llamado Judas lscariote fue a ver a los sumos sacerdotes (y) dijo: iQue me dan si EI los le ofrecieron treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad
yo se los entrego? para entregarlo.
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Tejido estructural del texto La primera de las siete escenas trata sobre los dos ultimos dias antes de la fiesta de Pascua y consta de tres actos que hablan de la decisi6n de matar a Jesus (26,1-5), de la mujer que lo unge (26,6-13) y de la resoluci6n de Judas de entregarlo (26,14-16). Las acciones hostiles contra Jesus -la intenci6n asesina de los sumos sacerdotes y escribas, asf como la traici6n de Judas- enmarcan el acto lleno de amor de la mujer an6nima que unge a Jesus, de modo quese produce un fuerte contraste entre ambas acciones y, ademas, queda claro que ya nada puede detener el ominoso destino de Jesus.
Configuracion semantica del texto 26,1-5: La decisi6n de matar a Jesus
Con la formulaci6n y sucedi6 que cuando acab6 Jesus estos discursos (26,la), Mateo marca una pausa clara: efectivamente, con el discurso escatol6gico (24,1-25,46) han concluido todos los discursos de Jesus. El peso de los relatos de la pasi6n, muerte y resurrecci6n reside ahora en las acciones, y de este modo Mateo esta mostrando claramente que Jesus contimia siendo el Seiior de los acontecimientos. Dentro de estas acciones, contadas en detalle, las breves palabras del Maestro tienen una particular acentuaci6n. La ultima parte del evangelio comienza con un panorama (26, 1b-2) que, en el estilo de los anteriores anuncios de la pasi6n, muerte y resurrecci6n, seiiala ahora el comienzo de la entrega del Hijo del Hombre. Con la expresi6n ustedes sahen (26,2), la introducci6n seiiala a los lectores que lo que ahora se les dice es algo ya conocido por ellos, porque Jesus se lo habfa anunciado varias veces. Pero mientras que, en los anuncios de la pasi6n, muerte y resurrecci6n, los sumos sacerdotes y los ancianos eran mencionados en genitivo o dativo como aquellos a quienes el Hijo del Hombre serfa entregado o por los cuales padecerfa, ahora aparecen como los sujetos que actuan. El aiiadido con entonces (26,3) parece una secuencia urgente de las palabras de Jesus con la que Mateo esta seiialando en realidad el comienzo de la pasi6n.
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Los dias antes de la fiesta de Pascua: 26,1-16
El encuentro de los sumos sacerdotes y ancianos en el palacio de Caifäs no esta presentado por Mateo como si fuese una reunion oficial del Consejo Superior (Sanedrin), porque este normalmente se reunia en el ambito del templo y no en el palacio del sumo sacerdote. Por el cambio de lugar, esta reunion adquiere un caracter conspirativo que se ve luego corroborado tanto por la observacion de que se pusieron de acuerdo para prender a Jesus con engafw y darle muerte (26,4), como por la consideracion de evitar un tumulto en el pueblo (26,5). El hecho de que teman al pueblo deja claro a los lectores que el pueblo de Israel no participo en ese plan de matar a Jesus. Ademas, llama la atencion que el plan de los sumos sacerdotes y ancianos no corresponda con lo que Jesus anuncio antes, pues ellos quieren expresamente evitar la fiesta, mientras que Jesus situo su entrega en esa fiesta de Pascua. 26,6-13: La unci6n de la mujer El segundo acto se desarrolla en Betania, en la casa de Simon el leproso (26,6). La designacion de este desconocido Simon como leproso -no como alguien que lo habia sido y fue curado por Jesus-hace indirectamente presentes a los lectores no solo los hechos de Jesus, sino tambien su inclinacion hacia los excluidos y marginados: Jesus es invitado a la casa del leproso y come con el (26,7). La mujer que unge la cabeza de Jesus con un aceite muy costoso (26, 7) permanece en el anonimato y, respecto a su motivacion, Mateo solo informa desde la perspectiva de la interpretacion de los discipulos y de Jesus. Los primeros ven en su accion un desperdicio (26,8-9), y su protesta al decir que con lo obtenido con la venta del aceite se podfa haber hecho mucho bien los pobres retoma la identificacion de Jesus con los pequefios (25,40.45) y es consecuente, porque se hace algo bueno a Jesus al hacer algo a los pequefios. Ese fundamento no expresado es el que reconoce Jesus (26,lüa), pero lo rechaza como molestar a la mujer (26,lüb), por lo que resulta claro que esas reflexiones de los discipulos estan equivocadas. Ademas, Jesus califica la accion de la mujer expresamente como una buena obra a mi (26,lüc): lo que quieren los discipulos -a saber, hacer el bien a Jesus- es lo que ya ha hecho expresamente la mujer con su accion, de forma
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que su conducta es correcta. Y con el doble pues, Jesus afiade todavfa una doble explicaci6n (26, 11.12): a los pobres se les puede hacer el bien siempre, pues siempre estan ahf, pero el no esta siempre presente para que se le pueda hacer directamente el bien. Siempre es Jesus quien hace el bien a los demas, excepto en esta oportunidad, que es la unica en la que el lo recibe: asf, la acci6n de la mujer esta en claro contraste con la mala intenci6n de los sumos sacerdotes y ancianos (26,4). Esta mujer es la unica persona en todo el evangelio que hace algo bueno a Jesus, y este es un motivo por el que, en relaci6n con el mismo Evangelio, sera recordada permanentemente (26,13). La segunda raz6n importante por la quese la recordara -especialmente su acci6n- reside en el hecho de que su conducta muestra quese le puede hacer un bien a Jesus tambien de otra manera, y no solo actuando al servicio de los pobres (y pequefios). Naturalmente, Mateo no quiere infravalorar este servicio a los pequefios (servicio social), pero con este segundo motivo que ofrece Jesus deja claro que, ademas del servicio social, existe el servicio de amor, que es el que esta mujer ha brindado al Maestro: pues ella ungi6 su cuerpo para su sepultura (26,12). A traves de la conducta amorosa de esta mujer se aclara el hecho de que el bien que alguien puede hacer a otro pronta, espontaneamente y por amor es tambien una acci6n a Jesus y significa hacerle un bien, lo mismo que el quese le hace al verlo "en" los pobres y procurandole en ellos un bien. Detras de este paralelismo esta la clara intenci6n de no minusvalorar el servicio de amor en favor del servicio social. EI peligro de infravalorar el primero se da, pues, cuando no se les hace el bien a las personas que se quiere o a las que se tiene cerca porque se piensa que hay que dar todo (tiempo, dedicaci6n, dinero ... ) a los pobres para no deberles nada por no haberles hecho algo quese podfa hacer (25,45). Esta forma de actuar coloca el servicio social por encima de ese otro servicio por amor y conduce a una atrofia del amor. Pero, naturalmente, esta no es la intenci6n de Jesus ni la de Mateo, pues ambas cosas son necesarias: el servicio de amor y el servicio social son dos servicios por medio de los cuales se hace algo bueno a Jesus, y precisamente esto es lo que ensefia la ejemplar conducta amorosa de esta mujer an6nima.
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Los dias antes de la fiesta de Pascua: 26,1-16
26, 14-16: La decisi6n de Judas La acci6n de Judas, que quiere entregar a Jesus, nuevamente esta en fuerte contraste con el acto lleno de amor de la mujer que ungi6 al Maestro. Mateo describe la acci6n de Judas como un pacto con los sumos sacerdotes (16,14): el va a ellos con la oferta de entregarles a Jesus a cambio de una recompensa (26,15). El verbo Tiapa6L6wµL quese emplea a lo largo del relato de la pasi6n no significa "traicionar", sino consignar / entregar, en el sentido de poner a alguien en manos de otros (17,22; 26,45) que, presumiblemente, le haran algo malo; de aqui que signifique tambien permitir que a alguien le suceda algo malo sin intervenir uno activamente para impedirlo. En este sentido, se usa referido al plan salvifico de Dios (16,21; 26,54): el Hijo del Hombre sera puesto en manos de los hombres -les sera tanto confiado como entregado- sin que Dios intervenga para impedir que ellos le puedan hacer algo. Los sumos sacerdotes aceptan la oferta de Judas y le pagan treinta piezas de plata, aunque Mateo deja abierto de que moneda en concreto se esta hablando. Por lo general, se piensa que esas 30 piezas de plata representaban una cantidad pequefia, de modo que la codicia no desempefia aqui ningun papel como m6vil del acto, pues incluso finalmente Judas devuelve el dinero o lo arroja en el templo (27,3.5). Con esta cantidad de 30 piezas de plata se esta enlazando con Zac 11,12-13, al que Mateo remite explicitamente en 27,9, y asi los lectores comprenden que el destino de Jesus se cumple conforme a las Escrituras. La formulaci6n y desde ese momento (26,16) indica el comienzo de un nuevo segmento temporal: Judas busca la ocasi6n de entregar a Jesus. Sea lo que sea lo que le ha movido a esta acci6n, entregando a Jesus cumple el plan de Dios tal como Jesus lo habia anunciado (26,2).
Nexos pragmaticos del texto Los lectores habran advertido la contradicci6n entre el plan de los sumos sacerdotes y ancianos y el anuncio de la pasi6n hecho por Jesus, pero los sucesos se van desarrollando
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tal como el Maestro los anunci6. La ruptura entre los planes humanos y el plan divino resulta tambien clara en el relato de la decisi6n de Judas de entregar a Jesus: tampoco Judas conoce el momento, sino que debe buscar la ocasi6n para hacerlo, pero el Maestro ya habfa anunciado que el momento de su entrega serfa la fiesta de Pascua. Asi, ya al comienzo del relato de la pasi6n queda claro que Jesus conoce el plan de Dios y lo cumple conscientemente, no como victima. Para los lectores atentos, pues, tras su inminente pasi6n y muerte se vislumbra el plan salvifico de Dios: el realiza ese plan a pesar de los programas humanos que se le contraponen y a pesar de los padecimientos y la muerte que los hombres causan. El ejemplo de la mujer an6nima que unge a Jesus es una sugerente figura de identificaci6n para los lectores, que encuentran en su conducta otro impulso para la acci6n: ella hace a Jesus algo bueno de manera pr6diga. Seguramente, el bien se puede hacer de distintas maneras y con distinta intensidad, pero la conducta ejemplar de la mujer an6nima invita a no ser mezquino al hacer algo bueno, a hacer no s6lo lo necesario, sino a hacer el bien con prodigalidad. Con esto se les abren a los lectores muchas posibilidades de ver a Jesus "en" los demas -en los pequefios y en las personas que nos son queridas-y de hacerle el bien de distintas maneras, creativamente.
La fiesta de Pascua con los discipulos: 26,17-29
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EI primer dfa de los azimos, los discfpulos se acercaron a Jesus diciendo: iD6nde quieres que te hagamos los preparativos para comer la Pascua? Mas el le dijo: Vayan a la ciudad, a un tal, y dfganle: EI Maestro dice: Mi tiempo esta cerca; en tu casa voy a celebrar la Pascua con mis discfpulos. Los discipulos hicieron lo que Jesus les habia mandado y prepararon la Pascua.
La comida de Pascua 20
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Al atardecer, se puso a la mesa con los Doce. Y mientras comfan, uno de ustedes me entregara. dijo: Amen, yo les digo: Y muy entristecidos, se pusieron a decirle uno a uno: iAcaso soy yo, Sefior? Pero el, respondiendo, dijo: EI que ha metido conmigo la mano en el plato, ese me entregara. EI Hijo del Hombre se va, como esta escrito, pero jay de aquel por quien el Hijo del Hombre es entregado! jSerfa mejor para el no haber nacido! Entonces pregunt6 Judas, el que iba a entregarlo: iSoy yo acaso, Rabi? EI le dijo: Tu lo has dicho. Mientras estaban comiendo, Jesus, tomando pan y bendiciendo, lo parti6 y, dandoselo a sus discfpulos, dijo: jTomen! jComan! Este es mi cuerpo. Y tomando una copa y dando gracias, se la dio diciendo: jBeban todos de ella! Porque esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos para perd6n de los pecados.
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Pero yo les digo: Desde ahora no beben:' (mas) de este producto de la vid hasta el dfa aquel en que lo beba con ustedes, nuevo, en el Reino de mi Padre.
Tejido estructural del texto Con la indicaci6n el primer dia de los dzimos (26,17), la segunda de las siete grandes escenas sefiala el comienzo de la fiesta de Pascua y, con ello, de la entrega de Jesus (26,2). Nuestro texto narra, en dos partes, la comida de Pascua: primero, la preparaci6n (26,17-18) y, luego, la celebraci6n de esa comida (26,20-29). Esta ultima parte puede subdividirse, a su vez, en la constataci6n de la entrega por parte de Judas (26,21-25) y en la interpretaci6n del pan y del vino como el cuerpo y la sangre de Jesus (26,26-29).
Configuracion semantica del texto 26, 17-19: La preparaci6n de la comida de Pascua Mateo presenta a Jesus como el que conoce exactamente los sucesos de su inminente destino y, en cierto sentido, tambien los dirige: el no es una "marioneta" de un juego desconocido, sino que dirige la marcha de los acontecimientos por medio de sus acciones y decisiones conscientes. De aqui que los discipulos le pregunten d6nde
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La fiesta de Pascua con los discipulos: 26,17-29
26,21-25: Con un dicho con amen, Jesus anuncia su inminente entrega como la acci6n de un disdpulo del circulo de los Doce (26,21), lo que hace que todos los alli presentes queden muy entristecidos y que cada uno pregunte: <,acaso soy yo, Sefwr? (26,22). El hecho de que todos los disdpulos se entristezcan porque se encuentra entre ellos el que va a entregar a Jesus es comprensible, pero resulta sorprendente que cada uno pregunte si no es el, pues en realidad cada uno deberia conocer su propio actuar y saber si es el. Si los disdpulos tienen en cuenta una conducta que ellos mismos no conocen ni intuyen, esta pregunta posee un sentido, que podria ser el de permitir que a Jesus le suceda algo malo o su entrega en manos de otros que -probablemente- le hagan algo malo. En este sentido, tambien los lectores pueden hacerse esta pregunta: c:provoco yo, actuando o permitiendo que Jesus sea entregado, que el o su mensaje sean dafiados? La respuesta de Jesus (26,23-24) es, por un lado, exacta, pero por otro permanece generica y abierta, pues en el rito de la fiesta de Pascua se mojaban hierbas amargas en pure de frutos y salsas, de modo que el que ha metido conmigo la mano en el plato puede referirse a los doce disdpulos. Aunque el ha metido conmigo aluda a un acto determinado en un momento espedfico, Mateo deja abierto aquf a quese refiere, pues el rito de Pascua requerfa distintos actos de ese tipo: "En todas las demas noches no necesitamos remojar ni una sola vez, pero en esta noche necesitamos dos veces", se dice en la tercera pregunta del comensal mas joven, segun el rito establecido para la Pascua. Al insinuar Mateo que todos los disdpulos pueden ser los que entregan a Jesus, esta indicando, por un lado, la huida de los mismos tras su prendimiento (26,56), pero por otro con ello mantiene abiertas para los lectores la posibilidad y la advertencia de que todos pueden pertenecer a los que entregan al Maestro aunque participen en su comida memorial. Ademas, Jesus afiade dos observaciones que recuerdan el plan de Dios y constatan la culpa de la persona implicada: la expresi6n el Hijo del Hombre sigue su camino segun las Escrituras esta designando todo el suceso como algo conforme a las Escrituras y, por ello, como voluntad de Dios; sin embargo, las personas no son "marionetas" en el plan salvffico de Dios, sino que pueden optar libremente en contra del mismo
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y, por eso, hacerse culpables, y de este modo le alcanza a aquel por el cual es entregado el Hijo del Hombre el duro juicio de que le seria mejor no haber nacido. Con estas declaraciones aparentemente contradictorias, Mateo alude al hecho de que Dios realizara su plan, aunque siempre habra personas que actuen en contra de el: la conducta del hombre no puede destruir ni detener el plan salvffico de Dios. Judas, como los demas discfpulos, pregunta si es el quien entregara a Jesus (26,25), y la unica diferencia aquf es que el no se dirige a Jesus con Sefior, sino con Rabi, pero esto no esta significando ahora ninguna ruptura entre el y Jesus, o entre el y los demas discfpulos, porque, efectivamente, Jesus es su Rabi (23,8). Al confesar Judas a Jesus con el tratamiento de Rabi -esto es, reconocerlo como maestro-, tambien esta reconociendo con ello su ensefianza y a el mismo como Senor. La menci6n que Mateo hace de Judas en este pasaje por segunda vez (antes en 10,4), expresamente como el que iba a entregarlo, consigue que la pregunta de este resulte incomprensible, pues los lectores ya saben que es Judas quien entregara a Jesus, pero dado que cada discfpulo pregunta lo mismo (26,22), tambien Judas debe hacerlo. En el plano narrativo, su pregunta simplemente quiere preparar la respuesta de Jesus: es necesaria solo para dejar claro que Jesus realmente sabfa quien le iba a entregar. Resulta llamativo que Jesus no haga a Judas ninguna crftica o reproche mas, pero con esto Mateo esta aludiendo a que Jesus sigue conscientemente su camino. Al no decirse aquf nada acerca de que Judas se retire, puede presumirse que el esta presente en la comida que sigue.
26,26-29: Durante la comida, Jesus realiza otra acci6n significativa, a saber: interpreta el pan y el vino refiriendolos a su cuerpo y su sangre. Las acciones de bendecir y partir el pan, del que cada uno de los participantes en el banquete de Pascua recibe un trozo (26,26), asf como la expresi6n de agradecimiento por el vino y el hecho de beber de la copa (26,27), son partes del ritual de la comida de Pascua. Dado que Mateo introduce la comida de Jesus como el banquete de Pascua (26,1-5.17-20), podemos partir de que ha querido asimismo narrarla como tal. Y aunque no cuente toda la
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Haggada de Pascua completa ni se detenga en cada detalle del rito, sino solo presente algunas alusiones, esto es suficiente para los lectores de su comunidad, pues a partir de su contexto judio ya conocen bien el desarrollo de esa comida. El hecho de que mas tarde los creyentes en Cristo no celebren el banquete del Seiior una vez al aiio como la comida de Pascua, sino semanalmente, se debera a los paralelismos de ese banquete con la comida del sabbat; sin embargo, en Mateo, Jesus no da a los disdpulos la orden de celebrar ese banquete en el futuro. Lo que el evangelista esta describiendo, pues, es un suceso unico que · los creyentes en Cristo repetiran luego como celebracion memorial. En la comida, Jesus interpreta el pan y el vino -en vista de su proxima pasi6n y crucifixion- como su cuerpo y su sangre. De aquf que los lectores reciban previamente la interpretacion del posterior acontecimiento de la muerte de Jesus: su sangre sera derramada para el perd6n de los pecados (26,28). Con esto, Mateo esta remitiendo al comienzo de su evangelio, donde presento a Jesus como el que salvara al pueblo de sus pecados (1,21). Era una idea comun que la sangre posefa una fuerza expiatoria: o el culpable expfa su culpa con su propia sangre o se derrama representativamente la sangre de un animal sacrificado, y de aquf tambien quese le reconociera fuerza expiatoria vicaria a la sangre de los justos (23,35). En este mismo sentido, tambien la sangre de Jesus expfa los pecados, aunque no de un particular, sino por muchos. A partir de 1,21, donde se trata de la salvacion de todos los pecados de todo el pueblo, la sangre derramada por muchos significa por todos. En efecto, el por muchos no designa solo a todos los hombres del pasado, sino que incluye tambien el presente y el futuro. La mencion de la sangre de Jesus como mi sangre de la alianza enlaza con Ex 24,8. Si la sangre de Jesus salva al pueblo de los pecados y se derrama por muchos, entonces Mateo no puede estar hablando aquf de otra o de una nueva alianza, y de ninguna manera de otro pueblo: se trata de la misma alianza que Dias ha establecido para siempre con su pueblo. La sancion de la alianza en el Sinai no "deshizo" la firmada con Abrahan o con Noe, sino que confirmo su permanente validez. Mediante el posesivo mi se especifica especialmente la
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sangre de Jesus: el confirma con su sangre la alianza siempre existente. Jesus termina sus palabras con una mirada que, por un lado, remite a su muerte ya cercana, pero por otro, simultaneamente, al final escatol6gico (26,29). La expresi6n desde ahora designa el momento del presente en tiempos de Jesus, que para los lectores actuales reside en el pasado y asimismo apunta hacia un futuro indeterminado. Con la expresi6n hasta el dia se vuelve a establecer un punto temporal impreciso en el futuro que presupone la persistencia del Reino de mi Padre, y en el giro con ustedes anuncia, ademas, la continuidad de la comuni6n con Jesus. Los lectores pueden estar seguros de que, a pesar de la inminente muerte de Jesus, el plan de Dios no se ve amenazado.
Nexos pragmaticos del texto EI duro juicio de Jesus sobre Judas, en relaci6n con el cumplimiento de las Escrituras, ha causado mucho dann: el que los cristianos han hecho a los judios. (C6mo hay que entender que Judas, por un lado, sea juzgado tan duramente, pero, por otro, cumple con el plan salvifico de Dios? No podemos pensar el plan divino de salvaci6n como una suerte de "lista de tareas" que se van "tachando una tras otra", sino que tenemos que imaginarnoslo de modo flexible: cuando algo no transcurre como estaba planeado, entonces Dios encuentra otro camino para conducir a su creaci6n a la salvaci6n. EI plan de Dios no preve de modo definitivo que sea Judas quien "tiene" que entregar a Jesus, sino que esto fue una decisi6n propia de Judas, por lo que el se ha hecho culpable. En relaci6n con el plan salvifico de Dios, la entrega de Jesus significa que Dios pone al Maestro en manos de los hombres, con lo que muestra su confianza en ellos y les revela su libertad y responsabilidad, asi como tambien su propia debilidad. EI hecho de que Judas entregue a Jesus, esto es, que procure o permita que personas malintencionadas puedan hacerle algo malo -aunque podria no haber sido asi-, muestra nuevamente la debilidad de Dios y corresponde al plan divino: a pesar de su conducta, Judas es una parte del plan de Dios de
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salvaci6n. Pero esto, precisamente, no significa que podemos hacer lo que queremos, porque, "total", Dios ya volvera a "arreglar" todo. Y tampoco significa una suerte de "feliz culpa", porque entonces nos estarfamos aprovechando de la debilidad de Dios y abusando de la confianza que nos ha dado. Podemos hacernos culpables, pero ninguna culpa es tan grande que pueda impedir el plan salvifico de Dios. Nuestro objetivo deberfa ser mostrarnos dignos de la confianza que nos ha concedido Dios y no aprovecharnos de su debilidad, sino acogerla con amor. Con la referencia a la sangre de Jesus derramada por todos para remisi6n de los pecados, los lectores actuales comprenden que ya no tienen ninguna culpa ante Dios ni nunca la tendran. Pero esto no significa que ya no podemos hacer nada malo o no podemos ser culpables, sino que quiere decir que nuestra culpa ha sido perdonada por Dios. EI no esta computando mezquinamente y guardando rencor, sino que ya ha perdonado, y con esto se nos abre la posibilidad de una conducta liberada, completamente distinta, y se nos ofrece en todo momento la oportunidad de un nuevo comienzo.
EI prendimiento en Getsemani: 26,30-56
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Y despues de cantar (los himnos), salieron hacia el Monte de los Olivos. Entonces Jesus les dijo: Todos ustedes van a escandal izarse de porque esta escrito:
mi esta noche,
Herire a/ pastor y se dispersaran las ovejas de/ rebaiio (Zac 13,7). 32
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Pero despues de mi resurrecci6n, ire delante de ustedes a Galilea. Pero Pedro intervino y le dijo:
Aunque todos se escandalicen de ti, jyo nunca me escandalizare! Jesus le dijo: Esta misma noche, Amen, yo te digo: antes de que el gallo cante, me habras negado tres veces. Pedro le dijo: Aunque tenga que morir contigo, iYO no te negare! Y lo mismo dijeron tambien todos los discipulos.
Jesus ora. los discipulos duermen 36
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Entonces fue Jesus con ellos a una propiedad llamada Getsemani y dijo a los discipulos: Sientense aqui, mientras voy alli a orar. Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenz6 a sentir tristeza y angustia. Entonces les dijo: Mi alma esta triste hasta el punto de morir
(Sa/ 42,6.12; 43,5), jquedense aqui y velen conmigo! 39
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Y adelantandose un poco, cay6 rostro en tierra y suplicaba diciendo: Padre, si es posible, que pase de mf esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieres tu. Volvi6 entonces donde los discipulos y los encontr6 durmiendo, 1Conque no han podido velar una hora conmigo? y dijo a Pedro: jVelen y oren, para que no caigan en tentaci6n! EI espiritu esta pronto, pero la carne es debil.
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Y alejandose de nuevo, or6 diciendo: Padre, si esta copa no puede pasar sin que yo la beba, ihagase tu voluntad! Y volvi6 otra vez y los encontr6 durmiendo, pues sus ojos estaban cargados. Y, dejandolos y yendose, or6 por tercera vez repitiendo las mismas palabras. Volvi6 entonces donde los discipulos y les dijo: jAhora ya pueden dormir y descansar! He aquf que ya ha llegado la hora en la que el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de pecadores. ilevantense!, jvamonos! He aquf que el que me va a entregar esta cerca.
El prendimiento 47
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so
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Todavia estaba hablando, y he aqui que lleg6 Judas, uno de los Doce, y con el una gran muchedumbre con espadas y palos, de parte de los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo. EI que lo iba a entregar les habfa dado esta seiial diciendo: Aquel a quien yo de un beso, jese es! jPrendanlo! Y al instante, acercandose a Jesus, le dijo: jSalve, Rabi! Y le dio un beso. Pero Jesus le dijo: Amigo, ipara que has venido? Entonces, aquel los se acercaron, echaron mano a Jesus y le prendieron. Y he aqui que uno de los que estaban con Jesus, echando mano a su espada, Ja sac6 e, hiriendo al siervo del sumo sacerdote, le arranc6 Ja oreja. Entonces le dijo Jesus: iVuelve tu espada a su sitio!, porque todos los que empuiien espada, a espada moriran. iÜ piensas que no puedo rogar a mi Padre, que pondria al punto a mi disposici6n doce legiones de ange/es? Pero iC6mo se cumplirfan las Escrituras, (que dicen) que asi debe suceder? En aquel momento dijo Jesus a la muchedumbre: iComo contra un salteador han salido a prenderme con espadas y palos? Todos los dias me sentaba en el templo, enseiiando, iY no me detuvieron! Pero todo esto sucedi6 para que se cumplieran las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discipulos huyeron, abandonandolo.
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EI prendimiento en Getsemani: 26,30-56
Tejido estructural del texto La tercera de las siete grandes escenas cuenta lo sucedido despues de la comida de Pascua, en el Monte de los Olivos, en el huerto de Getsemanf (26,30.36). Aquf el relato se desarrolla en tres actos: en el primero, Jesus anuncia su negaci6n (26,30-35); en el segundo, el ora tres veces a su Padre, mientras que sus discipulos siempre se quedan dormidos (26,36-46); por su parte, el tercer acto trata de la entrega de Jesus por Judas y de su arresto (26,47-56). Mientras que el primer acto narra muy brevemente la conversaci6n de Jesus y Pedro, los otros dos estan configurados muy detalladamente. Asf, el segundo se puede dividir en cuatro momentos: tras la descripci6n de la situaci6n (26,36-38), Jesus se retira tres veces a orar y cada vez que vuelve encuentra a sus discipulos adormecidos, aunque deberfan estar velando con el (26,39-41.42-43.44-46). EI tercer acto se compone de tres momentos, de los cuales el primero narra la entrega de Jesus (26,47-50); el segundo, por su parte, contiene palabras muy extensas de Jesus a rafz de la lesi6n de un siervo del sumo sacerdote por un discipulo de Jesus (26,51-54). EI tercer momento de la acci6n presenta la reacci6n de Jesus a su arresto ante la multitud (26,55), y el cuarto concluye con la gran escena de la huida de los discipulos (26,56).
Configuracion semantica del texto 26,30-35: EI anuncio de la negaci6n La indicaci6n luego de cantar (los himnos: 26,30) remite al Hallel que concluia la celebraci6n de la Pascua. EI cambio de lugar al Monte de los Olivos ofrece el marco de la nueva escena. Mediante una palabra de las Escrituras, Jesus no solo anuncia que todos sus disdpulos se escandalizaran de el, sino que una vez mas alude a la inminencia de su muerte violenta (26,31). Es significativo que, como en los anteriores anuncios de la pasi6n, muerte y resurrecci6n, de nuevo el Maestro sefiala expresamente su resurrecci6n (26,32), y aquf los lectores encuentran una clara sefial para ver la pasi6n y muerte de
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Jesus siempre en relaci6n con la resurrecci6n: efectivamente, su muerte no significa el fin. Esto es lo que corrobora aqui el nuevo aiiadido de que Jesus ird delante a Galilea, con lo que Mateo remite a las apariciones del Resucitado y al envio de los discipulos. Tanto estos como los lectores deben saber que la muerte no significa una ruptura de relaciones ni para Jesus ni para Dios. Al anunciar Jesus el encuentro en Galilea, Mateo vuelve a presentarlo como quien conoce y conduce claramente los sucesos que se avecinan. Pedro y los demas discipulos aseguran que no se escandalizaran de Jesus (26,33.35), pero en el momento decisivo se comportan de otra manera (26,56): en efecto, ellos se han sobrevalorado a si mismos. Jesus, que sabe de su negaci6n por parte de Pedro e incluso se la predice con precisiones temporales (26,34), vuelve a aparecer como el conocedor y conductor de los sucesos. Es interesante que el no haga ningun reproche a Pedro ni a los demas discipulos, con lo cual Mateo insinua a sus lectores que, en el camino del seguimiento, la sobrevaloraci6n propia y el fracaso son totalmente posibles y por eso no exoneran de tener que ser discipulos de Jesus y de seguir siendolo. 26,36-46: Jesus ora; los discipulos duermen
26,36-38: La indicaci6n de lugar Getsemani marca el comienzo de una nueva secci6n (26,36). Entre el circulo de los discipulos, Jesus escoge a Pedro, Santiago y Juan para que le acompaiien (26,37). Son los mismos que antes habian compartido la transfiguraci6n y la manifestaci6n celestial en la montaiia (17,1-13), y ahora deben acompaiiar a Jesus en su angustia y en su tristeza, quedarse junto a el y velar con el (26,38). Jesus, que siempre ha estado junto a sus discipulos en las dificultades y los ha salvado (8,23-27; 14,23-33), es quien ahora pide algo de ellos. 26,39-41: Jesus se aparta un poco para rezar a solas (26,39a). Aunque conoce el destino pr6ximo y el mismo ha anunciado muchas veces su muerte violenta, Jesus ahora siente una angustia mortal. La formulaci6n si es posible, que pase de mi esta copa (26,30b) no solo expresa su angustia, sino tambien muestra que el se pone totalmente en manos de su Padre. Con esto, Mateo esta subrayando que Jesus, pese a que
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El prendimiento en Getsemani: 26,30-56
conoce su resurrecci6n, ha sufrido muy humanamente y en absoluto "con gusto". La expresi6n si es posible mantiene abierto un final distinto y con ello acentua que Dios no esta atado a una determinada marcha de la historia: el podria actuar de manera distinta y enviarle a Jesus mas de doce legiones de angeles (26,53). Por eso el Maestro le pide expresamente a su Padre que no suceda como yo quiero, sino como quieres tu (26,39c), confirmando con esto que -en ultima instancia- la voluntad de Dios sera buena y conducira a algo bueno, aunque, desde su propio punto de vista, de momento no parezca asi. Ante estas palabras, los lectores recordaran la petici6n del padrenuestro hagase tu voluntad (6,10), pero tambien que Dios ya sabe lo que necesitamos, antes de que se lo pidamos (6,8.32). La oraci6n de Jesus y su actitud ante el Padre sirven de ejemplo para los lectores. Cuando Jesus vuelve de su oraci6n al lugar donde estan sus discipulos, los encuentra durmiendo (26,40). Las palabras que les dirige, cconque no han podido velar una hora conmigo?, expresan su decepci6n por el comportamiento de los discipulos: ellos, que muy poco antes le habian confesado su solidaridad (26,35), no son capaces de acompafiarle en esta hora diffcil. Con esto, Mateo deja claro que la imagen que de sf mismas se hacen las personas, incluso en sus detalles, no siempre corresponde con la realidad: que pretensi6n y realidad -el espiritu esta pronto, pero la came es debil (26,41b)discrepen tanto entre sf no es una aclaraci6n dualista que pueda servir de excusa, pues la expectativa de Jesus respecto a sus discipulos expresa claramente la posibilidad de lo que podemos ser capaces y la de lo que deberiamos. EI afiadido velen y oren, para que no caigan en tentaci6n (26,41a) no se refiere s6lo a la situaci6n aquf contada, sino que tambien recuerda la exhortaci6n de Jesus a la vigilancia en su discurso escatol6gico (24,42; 25,13). Este vinculo constituye una apelaci6n a los lectores para que no cierren los ojos ante el dolor y la muerte, para que no caigan en el letargo o vacilen, sino esperen expresa y activamente en el Sefior, que llevara a buen termino el destino del mundo.
26,42-43: Jesus se va por segunda vez para orar, igual que antes. Su oraci6n si esta copa no puede pasar sin que yo la beba, hagase tu voluntad (26,42) expresa ahora su total acuerdo con
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la voluntad de Dios: con ello, Jesus decide de modo completamente consciente cumplir la voluntad de Dios, aunque esto le signifique padecimiento y muerte. Con la expresi6n si... no ... nuevamente permanece -en principio- abierta la posibilidad de otro suceso, pero ahora Jesus esta en condiciones de ver el cumplimiento del plan salvifico de Dios, a pesar de su padecimiento y muerte. Sin embargo, esto no quiere decir que Dios desee ese sufrimiento y muerte o que lo tenga por algo bueno. EI no es sadico, y si sufrimos no le estamos haciendo con ello ningun favor ni tampoco nos procuramos asi una recompensa "celestial": el sufrimiento es un sinsentido y no
26,44-46: Par tercera vez, Jesus se retira para orar con las mismas palabras de antes, es decir, confirmando su actitud ante Dios de que, a pesar del sufrimiento y la muerte, el cree en el cumplimiento del plan salvifico de su Padre (26,44); entretanto, los discipulos continuan durmiendo. Las palabras de Jesus pueden ser entendidas como una pregunta o como un imperativo ir6nico, pero, en cualquier caso, con su reproche queda expresada tambien su decepci6n (26,45). Con un doble he aqui, ya ha llegado ... (26,45-46), Jesus remite a la pasi6n inmediatamente cercana, suceso que se va a dar despues de que Jesus haya expresado claramente en la oraci6n, en tres ocasiones, su disponibilidad a asumir ante Dios su camino de sufrimiento. Con esto, Mateo presenta a Jesus como el que dirige los acontecimientos con su decisi6n. Y esto es lo que tambien manifiesta su exclamaci6n
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EI prendimiento en Getsemani: 26,30-56
ilevantense!, iVdmonos! (26,46): no s6lo llama a sus discfpulos a salir al encuentro de los oponentes, que ya se acercan, sino que tambien les exhorta a acompafiarle en su camino de dolor. 26,47-56: EI prendimiento
26,47-50: Despues de que Jesus ha declarado su disponibilidad ante Dios en la oraci6n -incluso a reconocer el camino del sufrimiento y de la muerte como una posible via de Dios hacia la salvaci6n-, todo se desarrolla muy rapidamente. Mientras todavia estaba hablando, viene Judas, a quien Mateo siempre caracteriza como uno de los Doce (26,47), y en esto los lectores reconocen que los hechos se van desarrollando tal como Jesus los habia predicho (26,21). Acompafian a Judas los sumos sacerdotes y ancianos, con quienes el habia concertado la entrega de Jesus (26,3-5.14-16), y el hecho de que esten armados tan fuertemente revela su intenci6n de matar al Maestro. La sefial que Judas habia acordado con sus acompafiantes para identificar a Jesus entre los discfpulos en la oscuridad era un beso (26,48). Con el a:fiadido iprendanlo!, Mateo alude a que Judas, ciertamente, quiso entregar a Jesus, pero no que lo mataran, y por eso hablara tambien mas tarde de su arrepentimiento (27,3-5). Judas se adelanta hacia Jesus y le saluda antes de darle el beso (26,49). Este saludo resulta extrafio a los lectores, porque precisamente Judas poco antes habia celebrado con Jesus y los demas discfpulos la comida de Pascua. Su forma de dirigirse a Jesus como rabi recuerda a los lectores esa comida en comun (26,25), de modo que asf ellos comprenden que todo sucede tal como Jesus lo habfa anunciado. El gesto de Besar expresa pertenencia, amistad, veneraci6n, y por eso elegir un beso como se:fial para entregar a alguien resulta parad6jico, pero tacticamente es tambien un signo que tiene sentido de cara a evitar de entrada la resistencia de los discfpulos. Para Mateo, este signo contradictorio expresa con mucha precisi6n la entrega de Judas, que verdaderamente queria poner a Jesus en manos de los sumos sacerdotes (26,15-16), pero no que fuese condenado, y por eso se arrepentira de su acci6n al ver las consecuencias (27,3-5). Jesus se dirige a el como amigo, y la expresi6n para lo que has venido queda abier-
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ta, de modo que tanto puede dejar claro el conocimiento de Jesus como reflejar a Judas que esta sucediendo alli (26,50), sin por eso juzgarlo. Justamente despues de este breve dialogo, Jesus es capturado, con lo que Mateo subraya de nuevo que todo sucede con el consentimiento del Maestro.
26,51-54: Ahorn, uno de los discfpulos de Jesus reacciona resistiendose con violencia e hiriendo con su espada al siervo del sumo sacerdote (26,51). Sin embargo, Jesus le ordena inmediatamente que se detenga y argumenta su orden con una expresi6n proverbial (26,52) que corresponde a su exigencia de no violencia y de perd6n incondicional (5,39-44; 18,21-35). Al dejarse apresar sin ofrecer resistencia, aunque habrfan estado a su disposici6n mas de doce legiones de angeles si asf se lo hubiese pedido a su Padre (26,53), Jesus practica lo que ha ensefiado. Con esto, Mateo esta remitiendo a que permanece siempre abierto cualquier otro desarrollo de la historia, pero Jesus se decide expresamente a recorrer el camino del sufrimiento y de la muerte sin resistirse. Enseguida, Jesus deja claro a sus discfpulos que el entiende su consciente decisi6n como cumplimiento de las Escrituras (26,54). Efectivamente, esa decisi6n de Jesus corresponde a la idea fundamental de las Escrituras de que la voluntad salvffica de Dios se cumple pese a la pasi6n y la muerte. Esto solo se puede manifestar ahora soportando voluntariamente el sufrimiento y la muerte, de modo que el poderoso ejercito de angeles que podrfa intervenir serfa totalmente contradictorio con esta idea fundamental, pues impedirfa el sufrimiento y la muerte.
26,55-56: Al final, Jesus se dirige a la muchedumbre que ha venido por encargo de los sumos sacerdotes y los ancianos (26,47). Y les reprocha -ja ellos, no a Judas!- que le capturen ahora arteramente, aunque el todos los dfas ensefiaba en el templo, donde habrfan podido apresarlo en publico (26,55). El hecho de que su prendimiento tenga lugar tan insidiosamente, cumpliendose asf las Escrituras (26,56a), enfatiza de nuevo la idea fundamental de las Escrituras de que el plan de Dios se cumple a pesar del sufrimiento y de la muerte, pues un arresto publico hubiese podido dar la apariencia de una culpa. EI prendimiento conspirativo de Jesus deja inconfundiblemente clara su inocencia.
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EI prendimiento en Getsemani: 26,30-56
Todos los discipulos de Jesus huyen ahora y le abandonan (26,56b), con lo quese cumple lo dicho en las Escrituras acerca del pastor herido y el rebafio disperso (Zac 13,7), a las que Jesus ya habia remitido al comienzo de la escena (26,31b). Pero, a su vez, se cumple tambien algo dicho por Jesus, que con esa referencia de las Escrituras habfa anunciado a los discipulos que todos se escandalizarfan de el (26,31a). Tambien aquf Jesus aparece como el que no solo conoce los sucesos, sino que tambien los conduce a traves de sus decisiones conscientes.
Nexos pragmaticos del texto Pedro y los otros discipulos, que en un primer momento pensaron que jamas se escandalizarfan de Jesus, ahora, sin embargo, le abandonan y son figuras de identificaci6n para los lectores. Los discipulos habfan considerado de manera optimista sus propias personas, su fe y su vfnculo con Jesus, pero -en ultima instancia- ponderaron mal todo esto. Ni siquiera pueden velar una hora con Jesus, y su permanente quedarse dormidos puede entenderse asimismo, simb6licamente, como un cerrar los ojos ante el sufrimiento y la muerte, o ante una historia que no se corresponde con sus propias expectativas (o con su propia concepci6n de Dias). No comprenden la salida que Jesus les sugiere y les muestra con su propia actitud: velar y orar, esto es, buscar a Dias precisamente en el momento de su aparente abandono. La conducta de los discipulos les sirve a los lectores de espejo de su vida de fe y de su vinculo con Dias y con Jesus, y de ejemplo negativo de c6mo precisamente no
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Pero el los, apresando a Jesus, lo llevaron ante Caifas, el sumo sacerdote, donde se habfan reunido los escribas y los ancianos. Pedro le iba siguiendo de lejos hasta el palacio del sumo sacerdote y, entrando dentro, se sent6 con los cri ados para ver el final. Los sumos sacerdotes y el Sanedrin entero andaban buscando un falso testimonio contra Jesus con animo de darle muerte y no lo encontraron a pesar de que se presentaron muchos falsos testigos. Pero a/ fin se presentaron dos que dijeron: Este dijo: Yo puedo destruir el templo de Dias y en tres dfas edificarlo. Y, entonces, levantandose, el sumo sacerdote le dijo: iNü respondes nada a esto que atestiguan contra ti? Pero Jesus callaba. Y el sumo sacerdote Je dijo: Te conjuro por Dias vivo que nos digas si tu eres el Mesfas, el Hijo de Dias. Jesus le dijo: Tu lo has dicho. Pero yo /es digo: A partir de ahora veran al Hijo de! Hombre sentado a la diestra del poder y viniendo sobre las nubes de/ cielo (On 7,13).
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Entonces el sumo sacerdote se rasg6 sus vestidos diciendo: jHa blasfemado! iOue necesidad tenemos ya de testigos? jHe aqui que acaban de oir la blasfemia! iOue /es parece? Y ellos, respondiendo, dijeron: jEs reo de muerte! Entonces se pusieron a escupi rle en la cara y a golpear/o, y otros le abofeteaban jProfetizanos, Mesias! diciendo: iOu ien es el que te ha pegado?
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La negaci6n de Pedro 69
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Pedro, entretanto, estaba sentado fuera en el patio, y una criada se le acerc6 diciendo: jTu tambien estabas con Jesus el Galileo! Pero el lo neg6 delante de todos diciendo: i No se que dices! Y cuando salfa al portal, le vio otra criada y dijo a los que estaban allf: Este estaba con Jesus el Nazareno. Y de nuevo lo neg6 con juramento: jYo no conozco a ese hombre! Poco despues, se acercaron los que estaban allf y dijeron a Pedro: iCiertamente, tu tambien eres de ellos, pues tu propio habla te delata! Entonces se puso a soltar imprecaciones y a jurar: jYo no conozco a ese hombre! E inmediatamente cant6 un gallo. Y Pedro se acord6 de lo que Jesus Je habfa dicho: Antes de que el gal lo cante, me habras negado tres veces. Y saliendo fuera, llor6 amargamente.
El arrepentimiento de Judas 27 •1
Llegada la mafiana, todos los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo celebraron consejo contra Jesus para darle muerte. Y despues de atarle, le llevaron y Je entregaron al procurador Pi lato. Entonces Judas, el que lo entreg6, viendo que habia sido condenado, sinti6 remordimiento y devolvi6 las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y a los ancianos jPeque entregando sangre inocente! diciendo: Pero ellos dijeron: Y a nosotros, ique? jEs asunto tuyo! Y, tirando las monedas en el templo, se retir6 y, yendose, se ahorc6. Los sumos sacerdotes, recogiendo las monedas, dijeron: No es licito echarlas en el tesoro del templo, porque son precio de sangre. Y, despues de deliberar, compraron con el/as el Campo del Alfarero como lugar de sepultura para los forasteros. Por esta raz6n ese campo se ha llamado "Campo de Sangre" hasta hoy. Asi se cumpli6 lo dicho por el profeta Jeremias:
Y tomaron las treinta monedas de p/ata,
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cantidad en que fue tasado aquel a quien pusieron precio algunos hijos de Israel, y las dieron por el Campo del Alfarero, segun lo que me orden6 el Sefior (Zac 11, 13).
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Tejido estructural del texto La cuarta de las siete grandes escenas trata del proceso que los sumos sacerdotes y ancianos llevan adelante contra Jesus, en el que ya el lugar y el tiempo -la casa del sumo sacerdote y la noche siguiente a la comida de Pascua- indican que no se trata de un procedimiento legal. En relaci6n con este "procedimiento judicial" se cuenta, ademas, la negaci6n de Pedro y el arrepentimiento de Judas. Esta escena se compone de tres actos: el primero informa de los intentos de acusar a Jesus y hallarlo culpable para poder condenarlo (26,57-68); el segundo habla sobre Pedro, que afirma tres veces no conocer a Jesus (26,69-75); el tercer acto se centra en Judas, que, al ofr la condena de Jesus, se arrepiente de haberlo entregado y se quita la vida (27,1-10).
Configuraci6n semantica del texto 26,57-68: Jesus ante Caifäs EI cambio de lugar, a la casa y el patio del sumo sacerdote Caifäs, marca el nuevo cuadro escenico (26,57-58a). La casa del sumo sacerdote no es el lugar habitual de reuni6n del Sanedrfn, y con esto Mateo alude a que no se trata de un proceso legal y, consecuentemente, tampoco de una condena legal: Jesus es inocente. Es cierto que Pedro sigue a Jesus, aunque s6lo de lejos y para observar c6mo se desarrolla todo (26,58), pero esta presencia es narrativamente necesaria para poder relatar de modo comprensible, a continuaci6n, su negaci6n. En la casa del sumo sacerdote se reune todo el Sanedrfn, esto es, el consejo de ancianos y sacerdotes, que en la Judea ocupada detentaba el poder judicial en asuntos religiosos. Los reunidos procuran encontrar un falso testimonio en contra de Jesus para poder matarlo (26,59). Con ello, Mateo retoma la decisi6n ya tomada antes (26,4), aunque -a su vez- sostiene que, pese a los numerosos testigos falsos, no pudieron aportar ninglin testimonio contra el (26,60). De este modo, queda definitivamente clara la inocencia de Jesus para el Sanedrfn, aunque los reunidos no quieren reconocerlo, porque contradice su objetivo, previamente establecido, de matar a Jesus.
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Finalrnente, se acusa a Jesus de haber afirrnado que podia destruir el ternplo y en tres dias volver a levantarlo (26,61). En la serie de falsos testirnonios presentados contra Jesus, esta afirrnacion tarnbien parece falsa. Los lectores, en efecto, no saben nada de un dicho sernejante de Jesus: el solo habria anunciado la destruccion del ternplo corno signo de la irrupcion del tiempo final, pero no la relaciono consigo rnismo (24, 1-2). Adernas, la forrnulacion pader destruir el templa de Dias expresa solo una posibilidad, y de ninguna rnanera un proposito: en realidad, solo declara el poder de Jesus, sin apuntar por eso a hechos concretos o a una crftica alternplo por parte de Jesus. EI hecho de que el se calle ante esto (26,62-63a) podria ser considerado corno un consentirniento indirecto, pero corno esta acusacion no desempeiia ningun papel en el resto del proceso, sino que solo se rnenciona luego en la burla al Crucificado (27,40), entonces unicarnente debe servir aqui como un falso testimonio rnas, aunque a su vez rnantiene presente a los lectores el poder de Jesus. Dado que los falsos testimonios no bastan, el sumo sacerdote pasa a interrogar directarnente a Jesus: le conjura energicamente a hacer una declaracion sobre su rnesianisrno (26,63), para lo cual emplea corno pregunta las palabras de la confesion de Pedro (16,16). Asi, le pregunta: ceres tu el Mesias, el Hija de Dias? Los lectores saben que Jesus jarnas dijo de si misrno que el fuera el Mesias o el Hijo de Dios, e incluso que prohibio a sus discipulos decir que era el Mesias (16,20). EI hecho de que Jesus es el Mesias y el Hijo de Dios no es, pues, una autodeclaracion, sino la confesion de los creyentes. EI verdadero mesianisrno de Jesus no se puede constatar, sin mas, en determinadas acciones (rnilagros) o enseiianzas, sino que es algo que solo se puede reconocer en una mirada global a su vida, pasion, rnuerte y resurreccion. Consecuenternente, Jesus le contesta al surno sacerdote con la expresion tu la has dicha (26,64), que, por un lado, es una constatacion, pero por otro deja abierto si realrnente el surno sacerdote ha cornprendido la amplitud con la que debe entenderse ese rnesianismo: el Mesias no es solo el Jesus terreno, sino tambien el Hijo del Hornbre-juez que viene con pleno poder divino. A partir de ahara, los rniernbros del Sanedrin y los lectores lo veran solo corno ese Mesias-Hijo del Hornbre.
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EI proceso ante los sumos sacerdotes y ancianos: 26,57-27,10
EI sumo sacerdote y los miembros del Sanedrin alli reunidos ven estas palabras de Jesus como una blasfemia a la que corresponde la pena de muerte (26,65-66). La blasfemia implica pronunciar el nombre de Dios, pero esto es precisamente lo que Jesus ha evitado aqui de modo expreso mediante la menci6n a la diestra del poder. Posiblemente, en aquel tiempo, la comprensi6n de la blasfemia era algo impreciso o mas amplio, de manera que tambien podia entenderse con ella una presunci6n en sentido amplio. Fue asi como, de forma semejante, los escribas habian culpado a Jesus de blasfemia cuando le declar6 al paralitico el perd6n de sus pecados (9,2-3). Pero alli no le acusaron formalmente ni le condenaron, por lo que en este pasaje es mas probable que continue tratandose de un falso motivo para acusarle. En las palabras de Jesus, que hasta ahora guardaba silencio, el sumo sacerdote encontr6 algo -que los lectores no logran comprender que es- que, aparentemente, podia emplear como "motivo de acusaci6n" contra Jesus. Pero con esta falsa acusaci6n sigue persistiendo publicamente la inocencia de Jesus, quese corresponde con su padecimiento libre y con el plan salvifico de Dios: aunque era inocente, fue condenado, padeci6 y muri6, y, pese a ello, se cumpli6 en el el plan divino de salvaci6n. El primer acto se cierra con el escarnio de Jesus por parte del sumo sacerdote y de los miembros del Sanedrin (26,67-68), una burla que manifiesta que no han entendido que Jesus es el Hijo de Dios, el Mesias y el Hijo del Hombre-Juez y c6mo lo es. Esta incomprensi6n constituye una inconfundible apelaci6n a los lectores a no recortar el mesianismo de Jesus, sino a entenderlo de manera amplia. 26,69-75: La negaci6n de Pedro El foco del relato cambia ahora a Pedro, que ha seguido a Jesus de lejos y espera, en el patio del sumo sacerdote, el desarrollo de los sucesos (26,58.69). Es identificado tres veces por otras personas como alguien que pertenece al grupo de Jesus (26,69.71.73) y las tres veces lo niega con reacciones cada vez mas vehementes, desde una simple aseveraci6n, al principio, pasando por una negaci6n con juramento, hasta renegar claramente con imprecaciones y juramentos
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(26,70.72.74). Mientras que las dos criadas reprochan a Pedro que ha estado con Jesus, la gente allf congregada afirma que el es uno de ellos. Por la escena de Getsemanf, los lectores saben que estar con Jesus corresponde al ideal de Pedro, del cual, sin embargo, el a veces se aparta mucho (26,33.35.40; 14,28-31). Al constatar la gente la pertenencia de Pedro a Jesus, el se ve en una situaci6n similar a la de los creyentes en Cristo del tiempo de Mateo y de los primeros tres siglos, a quienes tambien se les reprochaba en los procesos judiciales pertenecer a Jesus. Los lectores quizas tambien piensen en 10,33: A quienes me nieguen ante los hombres, les negare yo tambien ante mi Padre, que esta en los cielos. De este modo, Pedro, con su afirmaci6n de que no conoce a Jesus, estarfa formulando su propia sentencia. El hecho de que, al reconocer su conducta cuando canta el gallo, se marche y llore amargamente, muestra su arrepentimiento (26,75), pero con eso ya no cambia nada. Los lectores reconocen que lo anunciado por Jesus se cumple exactamente como el dijo (26,34). Con su actitud, Pedro se asemeja a los demas discfpulos, que igualmente han abandonado a Jesus. Despues de la resurrecci6n, los Once van al encuentro del Resucitado en Galilea (28,16); es decir, ellos ciertamente han tenido miedo y se han mostrado debiles, pero no han roto definitivamente con Jesus. En Galilea el no les hace ningun reproche, sino que es precisamente a ellos, que en las dificultades lo abandonaron y lo negaron, a quienes envfa a anunciar el Evangelio a todos los pueblos.
27,1-10: EI arrepentimiento de Judas La indicaci6n temporal (27,1) introduce un nuevo acto en la casa del sumo sacerdote. Los sumos sacerdotes y los ancianos tomaron el acuerdo de matar a Jesus y lo entregaron al procurador Pilato (27,1-2), pues, bajo la ocupaci6n romana, los judfos no posefan la capacidad de llevar adelante procesos capitales. El acuerdo de matar a Jesus, que no se fundamenta, sino que se declara como sentencia, se corresponde con la resoluci6n inicial de los sumos sacerdotes y ancianos de prender a Jesus con engaiio y darle muerte (26,3-4). De aquf resulta que esta decisi6n da la impresi6n de ser la condena injusta de
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alguien justo e inocente, y en esto los lectores pueden pensar en el salmo 94,21. Jesus ya habia anunciado su condena y entrega a los paganos (20,18-19), que ahora tiene lugar. Cuando Judas -a quien aqui nuevamente se designa con el afiadido de el que lo entreg6- ve que Jesus ha sido condenado a muerte, se arrepiente y devuelve las treinta monedas de plata que le habian pagado por entregarlo (27,3). Y entonces confiesa publicamente, ante los sumos sacerdotes y ancianos, su pecado diciendo peque y, una vez mas, confirma expresamente la inocencia de Jesus: he entregado sangre inocente (27,4). Este reconocimiento de su culpa es una clara confesi6n suya a favor de Jesus y por eso su reacci6n tambien puede ser vista como la contrafigura del arrepentimiento de Pedro: mientras todos los discipulos abandonan a Jesus y Pedro incluso lo niega y se marcha, Judas intenta recomponer el dafio que caus6. EI es el unico que confiesa a Jesus abiertamente y sostiene su inocencia contra los sumos sacerdotes y ancianos. Su confesi6n corresponde a la culpa mencionada en Dt 27,25, porque a cambio de un precio contribuy6 a derramar sangre inocente. Y al devolver ahora las monedas de plata y reconocer su culpa y la inocencia de Jesus, esta procurando anular esa condena, pues manifiesta su arrepentimiento autentico y hace todo lo posible para rectificar en su error. Sin embargo, los sumos sacerdotes y ancianos no aceptan su confesi6n de culpa ni su testimonio de la inocencia de Jesus, y los lectores pueden deducir que es asi porque esto contradice su objetivo de matar a Jesus. Con su reacci6n: Y a nosotros (,que? jEs asunto tuyo! (27,4), no solo rechazan a Judas, sino que tambien se niegan a aceptar las consecuencias que esa confesi6n tiene para ellos mismos. Naturalmente, ahora tambien ellos se ven afectados, porque al entregar a Jesus estan a punto de derramar sangre inocente. En realidad, para los sumos sacerdotes y escribas, la confesi6n de Judas deberia ser una advertencia y por eso tendrian que abandonar su conducta. Corno esta seria la consecuencia razonable y esperada de la confesi6n de Judas, el ya ha hecho lo que podia para anular la condena contra Jesus y rectificar su error. Los sumos sacerdotes y los ancianos, que no aceptan esa advertencia e incluso rechazan verse implicados en la culpa de derramar sangre inocente, son quienes se han hecho culpables.
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Judas arroja el dinero en el templo, es decir, ya no quiere tenerlo, con lo que confirma una vez mas su culpa y la inocencia de Jesus; luego se retira y se ahorca (27,5). Su suicidio no
Nexos pragmaticos del texto El interrogatorio de Jesus ante el sumo sacerdote Caifäs y el Sanedrfn remite a los lectores a su propia comprensi6n del Mesias, de modo que pueden reconocer la imagen recortada que del mismo tienen los oponentes, que ellos pueden corregir con su propia confesi6n del Mesias. A su vez,
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frontarse con el Mesias inocentemente condenado, que calla ante las falsas acusaciones que le hacen. La declaraci6n que Jesus hace sobre el Mesias-Hijo del Hombre-Juez concierne igualmente a todos los lectores, pues para estos ya ha comenzado el tiempo final, de modo que su confesi6n tambien tiene que incluir este aspecto. Y de cara a la conducta adecuada para este tiempo final (24,3-25,46), tambien resulta claro que la confesi6n del Mesias no es solo de labios hacia fuera, sino que
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Jesus compareci6 ante el procurador y este le pregunt6: 1Eres tu el rey de los judios? Pero Jesus dijo: TU lo dices. Y mientras los sumos sacerdotes y los ancianos le acusaban, no respondi6 nada. Entonces Pilato le dijo: iNo oyes de cuantas cosas te acusan? Pero el no le respondi6 ni una sola palabra, de suerte que el procurador estaba muy sorprendido.
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Cada fiesta, el procurador solia conceder al pueblo la libertad de un preso, el que quisieran. Tenia entonces un preso famoso, llamado [Jesus] Barrabas. Y cuando ellos estaban reunidos, les dijo Pilato: iA quien quieren que les suelte: a [Jesus] Barrabas o a Jesus, el llamado Mesias?, pues sabia que le habian entregado por envidia. Mientras el estaba sentado en el tribunal, su mujer le mand6 este mensaje: jNo te metas con ese justo, porque hoy he sufrido mucho en suefios por su causa! Los sumos sacerdotes y los ancianos persuadieron a la muchedumbre para que pidiese la libertad de Barrabas y la muerte de Jesus. Y cuando el procurador les dijo: iA cual de los dos quieren que les suelte?, respondieron: jA 8arrabas! Les dijo Pilato: iY que voy a hacer con Jesus, el llamado Mesias? Dijeron todos: jQue sea crucificado! EI dijo: 1Pero que mal ha hecho? Mas el los gritaron con mas fuerza diciendo: jQue sea crucificado! Pilato, viendo que de nada servia, sino que mas bien se promovia tumulto, tomando agua, se lav6 las manos delante de la muchedumbre diciendo: jSoy inocente de la sangre de este justo! jUstedes veran! Y todo el pueblo respondi6 diciendo: jSu sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos! Entonces les solt6 a Barrabas y a Jesus, despues de azotarlo, se lo entreg6 para que fuera crucificado.
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Entonces, los soldados del procurador llevaron consigo a Jesus al pretorio y reunieron alrededor de el a toda la tropa. Y, desnudandolo, le echaron encima un manto purpura y, trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre la cabeza, y en la mano derecha (le pusieron) una cana, y doblando la rodilla delante de el, le hacfan burla diciendo: iSalve, Rey de los judios!, y, escupiendolo, tomaron la cana y le golpeaban la cabeza. Cuando se hubieron burlado de el, le quitaron el manto y le pusieron sus ropas.
Tejido estructural del texto La quinta de las siete grandes escenas se desarrolla ante el procurador y relata la toma de declaraci6n y la entrega de Jesus por parte de Pilato. La escena se subdivide en tres actos: el primero trata del interrogatorio del procurador (27,11-14); el segundo, de la liberaci6n de Barrabas y la condena de Jesus (27,15-26), y el tercero informa sobre el escamio del Maestro por parte de los soldados antes de conducirlo a la crucifixi6n (27,27-31a).
Configuraci6n semantica del texto 27,11-14: Jesus ante Pilato Al igual que en el proceso ante los sumos sacerdotes y ancianos, aqui tampoco le interesa a Mateo la presentaci6n realista del interrogatorio: de lo que en primer lugar se trata, para el, es de la identidad de Jesus, y por eso deja enseguida que Pilato vaya al nucleo del asunto con la pregunta ceres tu el rey de los judios? (27,11). Ya los astr6logos de Oriente habian llegado buscando al nifi.o recien nacido como al rey de los judios (2,2), y, en la entrada de Jesus a Jerusalen, Mateo habia aludido al rey de la paz con una cita de las Escrituras (Zac 9,9). El hecho de que aqui Pilato plantee una pregunta, en vez de un reproche o una acusaci6n, es tambien una indicaci6n a los lectores para que se hagan la misma pregunta. Y con la expresi6n tu lo dices, Jesus responde de forma directa y afirmativa a esa pregunta y luego guarda silencio.
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El proceso ante los romanos: 27,ll-31a
Mateo no piensa que la pregunta de Pilato tenga un interes polftico. Es verdad que la pretensi6n de poder por parte de un supuesto revoltoso habria sido considerada delito (alta traici6n) contra el Imperio romano y contra el emperador, pero entonces la respuesta afirmativa de Jesus ya habria sido suficiente para dictar una sentencia. En cambio, en vez de ello, Pilato deja que los sumos sacerdotes y los ancianos presenten otras acusaciones, que no hubiesen sido necesarias de haber constado ya la culpa de Jesus. Segun esto, Pilato no ve, pues, en este rey de los judios ninguna amenaza seria para el Imperio, y tampoco en lo que sigue podra constatar ninguna culpa de Jesus. Esta actitud corresponde a la intenci6n de Mateo, pues asi los creyentes en Cristo no pueden ser malinterpretados como seguidores de un revoltoso ni como enemigos de Roma. Tambien los sumos sacerdotes y los ancianos acusan ahora a Jesus (27,12), pero este no les responde, lo que mueve al procurador a preguntarle si no oye lo que se presenta en contra de el (27,13), pero el Maestro tampoco le responde al procurador, y Pilato se sorprende mucho (27,14). Estas acusaciones dejan claro que el reproche de ser rey de los judios no es suficiente para Pilato de cara a dictar una condena, pues no puede ser ponderado como una importante amenaza polftica. Ahora Mateo acentua fuertemente el silencio de Jesus, pero la pregunta de Pilato muestra que no se puede entender ese guardar silencio como una confesi6n. Al quedar, pues, sin respuesta las inculpaciones, ellas mismas son puestas en tela de juicio, con lo que nuevamente quedan claras la injusticia de la acusaci6n y la inocencia de Jesus.
27,15-26: Jesus y Barrabas Jesus, inocente, sigue ahi, parado ante el procurador, porque no se encuentra ninguna acusaci6n en base a la cual se le pueda condenar. Pilato incluso ofrece liberarlo en el marco de la amnistia de Pascua (27,15-18): es la multitud la que tiene que escoger si debe ser liberado el famoso preso Jesus Barrabas o Jesus, el llamado Mesias. Es dudoso si realmente existia una amnistia para Pascua, pero, como relato, esto deja claro que de ninguna manera el destino de Jesus esta fijado hasta ese momento, pues es precisamente entonces cuando cabe pensar
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en un cambio de rumbo. El afiadido el llamado Mesias cumple la funci6n de mantener presente a los lectores la identidad de Jesus. En el plano narrativo, esta designaci6n en boca de Pilato es un aguij6n contra los sumos sacerdotes y ancianos, que impugnan que Jesus sea el Mesias (26,63-68). A esto es a lo que tambien alude Mateo con el complemento de que Pilato sabia que ellos lo habian entregado por envidia. Durante este proceso, la mujer de Pilato envia una noticia a su esposo a causa de un suefw (27,19): su mensaje designa a Jesus como justo, y a traves de esto nuevamente se hace presente a los lectores que el es inocente. En la antigüedad, los suefios eran tenidos por mensajes de Dios (o de los dioses); en este sentido, es Dios mismo quien confirma la inocencia de Jesus. El testimonio de la mujer de Pilato -en cuanto paganaresulta igualmente importante, pues ella atestigua la inocencia de Jesus y, con todos los medios que estan a su disposici6n, trata de salvar a este justo para ella desconocido. A esto se contrapone, en grave contraste, el comportamiento de los sumos sacerdotes y los ancianos: mientras que por el mensaje en suefios se confirma la inocencia de Jesus, ellos persuaden a la multitud para aniquilarlo (27,20). Se afiade un intercambio entre Pilato y la muchedumbre: el les pregunta a quien
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sulta mas illcomprellsible luego su respuesta, que reclama la crucifixioll del mismo. Pero los lectores recollocerall aqui que los sumos sacerdotes y los allciallos estall detras de todo esto: ellos soll quielles hall collvellcido a la multitud para que pida a Barrabas y aniquile a Jesus (27,20). Pilato podia haberse dado por satisfecho coll esa respuesta; ell cambio, pregullta de lluevo: cOue mal ha hecho? (27,23), y coll esta pregullta queda illcollfulldiblemellte claro que llo ve llada malo ell la collducta de Jesus. EI hecho de que este sea el rey de los judios (27,11) llO represellta llada malo a sus ojos, y coll esto Pilato desellmascara como illfulldados todos los reproches de los sumos sacerdotes y los allciallos. La pregullta a la muchedumbre tambiell puede servir para hacerle reflexiollar sobre su juicio apresurado: al mostrarles que llO ve llada malo ell Jesus, ellos deberiall argumelltar por que opillall que tielle que ser crucificado. Pero la multitud llO esta ell COlldiciolleS de hacer esto, y solo reclama, todavia COll mas fuerza, la crucifixioll de Jesus. Mateo dibuja aqui Ulla imagell de la muchedumbre que se ha dejado solivialltar y arrastrar de tal modo que ya llO es capaz de reflexiollar sobre su collducta y sus collsecuellcias. Es esa misma muchedumbre que pocos dias alltes habia saludado a Jesus ell su elltrada ell la ciudad aclamalldolo como Hijo de David y el que viene en nombre del Senor (21,9) la que ahora reclama su crucifixioll. Pero este cambio radical sera comprellsible luego, cualldo, segull la descripcioll de Mateo, los lideres del pueblo se hayall aprovechado de la muchedumbre para sus propios illtereses. Pilato advierte, pues, que sus palabras rio sirvell de nada (27,24). Coll este matiz ell el relato, Mateo remite al hecho de que el procurador sigue COllVellcido de la illoCellcia de Jesus, y aqui es dollde Pilato podria haber illtervellido decidielldo segull su criterio, pero el se pliega a la opilliOll de la muchedumbre. Coll la illdicacioll se promovia un tumulto, Mateo llO quiere dar a elltellder solo el fuerte griterio, pues esto llo habria causado llillgUll cambio ell la collducta de Pilato, sillo ullicamellte mas pregulltas; a lo que mas biell alude Mateo coll se promovia un tumulto es a que llO toda la gellte alli presellte estaba a favor de que Jesus fuera crucificado, pues Ull tumulto se produce precisamellte cualldo llO todos soll de la
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misma opini6n, y por eso era por lo que tambien los sumos sacerdotes y los ancianos querian evitar algo semejante en la fiesta (26,5). El tumulto en ciernes mueve a Pilato a cambiar su estrategia y a procurar nuevamente la calma: se lava las manos ante la multitud en sefial de que no es culpable de la sangre de Jesus (27,25), con lo que de nuevo confirma que esta convencido de su inocencia. A lo largo de la historia se ha abusado de la exclamaci6n de la muchedumbre su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos (27,25) con interpretaciones fuertemente antijudias, pero aqui no se trata ni de una automaldici6n (pues seria absurdo) ni de una adjudicaci6n de culpa. En la Biblia, una culpa (de sangre) se expresa mediante la formulaci6n de que la sangre del culpable caiga sobre el mismo (2 Sm 1,16; 1 Re 2,37; 2 Re 2,32; Ez 33,4) para expiar su propia acci6n (cf. Lv 20,9-16; Nm 35,33). La multitud, pues, deberia haber hablado de su propia sangre si con ello hubiese querido expresar su culpa o la asunci6n de su responsabilidad. En la ceremonia de expiaci6n, la sangre de un animal, derramada en lugar de la propia, servia de purificaci6n de una persona (por ejemplo, Ex 30,10), y tambien el martirio servia de expiaci6n del pecado (2 Mac 7,37-38; Dn 3,38-40). La sangre de los justos derramada inocentemente poseia igualmente una fuerza expiatoria (23,35): no s6lo declaraba a alguien inocente (Jr 26,15), sino que tambien lo purificaba. Aquellos de la muchedumbre que, como los sumos sacerdotes y los ancianos, estaban persuadidos de la culpa de Jesus, y la gente que fue convencida para creer en ella, estan expresando su acuerdo con la ejecuci6n de Jesus, y es en este sentido como entiende tambien Pilato ese clamor (27,26). Pero todos, incluidos los que no estaban convencidos de la culpa de Jesus, declaran: somos pecadores si derramamos aqui la sangre de un justo; que su acci6n expiatoria nos sirva a nosotros y a nuestros descendientes. Los creyentes en Cristo asumen este pensamiento cuando dicen que por la sangre de Jesus han sido purificados todos los hombres y hechos justos (asi ya Pablo en Rom 3,25; 5,9). Pilato entiende la exclamaci6n de la gente como la exigencia de su crucifixi6n: se pliega a su petici6n, libera a Barrabas y les entrega a Jesus (27,26). Aunque parezca que Pilato s6lo esta cediendo al deseo de la muchedumbre, sin embargo tambien el es culpable de la muerte
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de Jesus, pues habrfa podido impedirla con su decisi6n. Asf, aunque Mateo presenta a Pilato de manera ampliamente positiva y reitern siempre que tenfa a Jesus por inocente, con todo expresa su culpa en el asunto a traves del termino entregar, que ahora se menciona aquf en el evangelio por ultima vez. 27,27-31a: EI escarnio de los soldados Pilato entrega a Jesus a los soldados, quese burlan de el como Rey de los judfos y lo maltratan: lo conducen al pretorio, delante de toda la tropa (27,27), y pervierten las usuales insignias imperiales del manto, la corona y el cetro usando un manto escarlata (militar), una corona de espinas y una cafia (27,28-29). Los soldados se arrodillan ante el y le honran como Rey de los judios (27,29), malinterpretando la realeza de Jesus como una pretensi6n de dominio mundano. Despues del primer acto, Mateo confronta a sus lectores de nuevo con el reinado de Jesus, pero, a su vez, a traves de la burla de los soldados les esta sefialando que el no es un rey mundano; asimismo, su mofa y su maltrato (27,30-31a) conforman un paralelismo con la reacci6n de los sumos sacerdotes y los ancianos (26,67-68). Los lectores reconocen que Jesus es rechazado "por todos": por los sumos sacerdotes y los ancianos, la muchedumbre y los romanos. Pero con la burla de los soldados queda claro tambien que se ha cumplido el anuncio de Jesus sobre su entrega a los paganos (20,19).
Nexos pragmaticos del texto La presentaci6n del proceso ante Pilato y las reacciones de la multitud no son, naturalmente, informes hist6ricos, pues Mateo configura lo sucedido antes de la crucifixi6n de Jesus en retrospectiva, desde su perspectiva de fe. En esto, lo que le interesa es presentar a Jesus como el justo condenado inocentemente: aunque su inocencia en realidad era clara para todos los participantes en los actos, ellos lo entregan y, de este modo, se hacen culpables de su muerte. Para los lectores, lo que esta en el centro es la identificaci6n de Jesus: en el primer y segundo actos se trata, especial-
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mente, de la realeza de Jesus; en el segundo, de su mesianismo. Ante el rechazo, el escarnio y el maltrato de Jesus, los lectores deben preguntarse que tipo de rey es Jesus y c6mo ha de entenderse su realeza. Ademas, pueden recordar las parabolas e imagenes que hablaban de un rey: la del que prepar6 la boda de su hijo (hijo de un rey: 22,2-13), el rey (de la paz) que entra en Jerusalen cabalgando en un asno (25,2-9), el Hijo del Hombre-Juez y Rey que juzga a los pueblos (25,31-46). Con todo, Jesus jamas pretendi6 para si ser rey, pero si anunci6 permanentemente el Reino de los Cielos. La denominaci6n Jesus, el llamado Mesias confronta a los lectores con la imagen del Mesias hasta entonces usual: ese Jesus escarnecido, maltratado y condenado a muerte c:sigue siendo el Mesias? Pero a partir de los tres anuncios de la pasi6n, muerte y resurrecci6n, los lectores tambien saben que el sufrimiento pertenece al mesianismo de Jesus: el Mesias Jesus padece, pero siendo inocente, esto es, como justo. Los lectores deben ver su sufrimiento inocente como un rasgo mas de su mesianismo aunque su sentido no les resulte todavia comprensible. La muchedumbre, por ultimo, ofrece a los lectores de hoy un modelo de identificaci6n que puede ayudarles a reflexionar criticamente sobre su propio comportamiento: la gente se deja manipular y llega a actuar de una manera completamente contraria a la que habia sido su primera intenci6n. De todos modos, aunque la multitud haya gritado jque sea crucificado!, esto no exonera a los verdaderos culpables del hecho.
26, 1-27,31 a: El Mesias-Hijo del Hombre, crucificado y entronizado a)
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Y lo llevaron a crucificar.
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Pero al salir encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simon, y le obligaron a llevar su cruz. Llegados a un lugar llamado G61gota, esto es, "Calvario", le dieron de beber vino mezclado con hiel y el, despues de probarlo, no quiso tomarlo. Una vez que le crucificaron, se repartieron sus vestidas echanda a suertes (Sa/ 22, 19). Y, sentandose, lo vigilaban alli. Sobre su cabeza pusieron por escrito la causa de su condena: Este es Jesus, el rey de los judios. Y al mismo tiempo que a el crucificaron a dos salteadores, uno a la derecha y otro a la izquierda.
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Los que pasaban por allf le insultaban moviendo la cabeza y diciendo: Tu que destruyes el templo y en tres dfas lo levantas, iSalvate a ti mismo si eres hijo de Dios! iBaja de Ja cruz! lgualmente, los sumos sacerdotes, junto con los escribas y los ancianos, se burlaban de el diciendo: A otros salv6 iY a sf mismo no puede salvarse! iES el rey de Israel?, ique baje ahora de la cruz y creeremos en el ! Ha puesta su canfianza en Dias, jque /e sa/ve ahora si es que de verdad le quiere! (Sa/ 22,9), ya que dijo: Soy hijo de Dios. Y de Ja misma manera le injuriaban tambien los salteadores crucificados con el.
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Desde la hora sexta hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y alrededor de la hora novena, clam6 Jesus con fuerte voz diciendo: jf/f, Elf!, 2fema sabachthani?, esto es: jDias mfa, Dias mfa!, zpar que me has abandanada? (Sa/ 22,2).
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Pero algunos que estaban alli, al oirlo, decian: Este llama a Elias. Y enseguida uno de ellos fue corriendo atomar una esponja, Ja empap6 en vinagre y, sujetandola a una cai'ia, Je ofreci6 de beber. Pero los otros dijeron: jDeja, vamos a ver si viene Elias a salvarlo! Pero Jesus, dando de nuevo un fuerte grito, exhal6 el espiritu. Y he aquf que el velo de! templo se rasg6 en dos, de arriba abajo; y Ja tierra tembl6, se partieron, y las rocas y los sepulcros se abrieron, y muchos cuerpos de santos difuntos resucitaron, y saliendo de los sepulcros despues de Ja resurrecci6n de el entraron en Ja Ciudad Santa y se aparecieron a muchos. Por su parte, el centuri6n y los que con el estaban custodiando a Jesus, al ver el terremoto y lo que pasaba, se llenaron de miedo y dijeron: jVerdaderamente este era hijo de Dios!
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Habia alli muchas mujeres mirando desde lejos, aquellas que habian seguido a Jesus desde Galilea para servirlo; entre ellas estaban Maria Magdalena, Maria Ja madre de Santiago y de Jose, y la madre de los hijos de Zebedeo. Cuando se hizo la tarde, vino un hombre rico de Arimatea, llamado Jose, quese habfa hecho tambien discipulo de Jesus. Presentandose a Pilato, pidi6 el cuerpo de Jesus. Entonces Pilato dio orden de quese le entregase. Y, tomando el cuerpo, Jose lo envolvi6 en una sabana limpia y lo puso en su sepulcro nuevo, que habia hecho excavar en la roca; y luego hizo rodar una gran piedra hasta la entrada del sepulcro y se fue. Estaban allf Maria Magdalena y la otra Maria sentadas frente al sepulcro. Al otro dfa, el siguiente al dia de descanso, los sumos sacerdotes y los fariseos se reunieron con Pilato y dijeron: Sei'ior, recordamos que ese impostor dijo cuando aun vivia: A los tres dfas resucitare. Manda, pues, que quede asegurado el sepulcro hasta el tercer dfa, para que no vengan sus discipulos y lo roben, y digan luego al pueblo: jResucit6 de entre los muertos!, y la ultima impostura sea peor que la primera.
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Pilato /es dijo:
jTienen una guardia! jVayan y aseguren/o como saben!
Ellos, yendo, aseguraron e/ sepulcro con la guardia despues de haber sellado la piedra.
Tejido estructural del texto La sexta gran escena trata el tema de la crucifixion de Jesus, su muerte y su sepultura, y puede dividirse igualmente en tres actos: el primero (27,31b-44) informa acerca de la crucifixion de Jesus (27,31b-38) y de la burla de la gente allf presente y de los que pasan (27,39-44); el segundo (27,45-54) trata de su muerte (27,45-50) y de las manifestaciones teluricas concomitantes (27,51-54); por ultimo, el tercer acto (27,55-66) narra la sepultura de Jesus (27,55-61) y se complementa con los temores de los sumos sacerdotes y los fariseos y su estrategia de solucion (27,62-66).
Configuraci6n semantica del texto 27,31b-44: La crucifixi6n y el escarnio de Jesus
27,31b-38: Aunque en este primer acto se trata de la crucifixion de Jesus, Mateo menciona este suceso solo en una frase marginal, cuando ya ha tenido lugar (27,35a), pero, por el contrario, configura mas enfäticamente las circunstancias y los hechos que la acompafian. Dado que los lectores antiguos probablemente ya conocian los crueles detalles de la crucifixion, Mateo no necesito mencionarlos con minuciosidad y pudo hacer recaer el peso del relato sobre otros acontecimientos. En esto los lectores pueden reconocer que no pretendio escribir ningun informe historico, sino que conto y pondero las cosas segun sus intereses y su perspectiva creyente. Despues de que los soldados lo han escamecido, conducen a Jesus a la crucifixion (27,31b) y en el camino encuentran a un hombre de Cirene llamado Simon y le fuerzan a llevar la cruz (27,32). Dado que Mateo no ofrece ningun motivo de la conducta de los soldados, los lectores solo pueden suponer que Jesus, tras los azotes y el maltrato en el pretorio (27,26-3 la), ya
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estaba demasiado debil para poder llevar por sf solo el travesafio de la cruz hasta el lugar de la ejecucion, donde ya se hallaba el otro madero vertical. EI hombre aquf mencionado por su nombre, Simon de Cirene, ya no aparece luego mas y queda abierto si era un miembro conocido de la comunidad mateana. EI nombre Simon lo destaca como judfo y el afiadido de Cirene le caracteriza como un extranjero en Jerusalen. En el plano narrativo, este Simon es el que literalmente tomo sobre sf la cruz de Jesus (16,24), aunque no hizo esto libremente, sino que fue forzado a ello, y tampoco se dice nada explfcitamente del seguimiento de Jesus. Con todo, este Simon puede ser una figura de identificacion para los lectores, pues precisamente los creyentes que son hostigados por su fe, perjudicados o perseguidos, en esas tribulaciones se ven forzados, como Simon, a cargar la cruz. La indicacion de lugar G6lgota (27,33) designa el sitio de la crucifixion, fuera de la ciudad de Jerusalen. Los soldados le dan de beber vino mezclado con hiel (27,34): probablemente Mateo esta pensando aquf y en 27,48 en el salmo 69,22, pero, dado que las imprecaciones de los enemigos allf mencionadas, que no participaran de la justicia de Dios, contradicen la imagen de Dios mateana (cf. 5,45; 22,10), quizas evita citar directamente el salmo. EI vino mezclado con hiel se puede entender como otra forma de maltrato y escarnio, pues, a diferencia de Mc 15,23, Jesus no recibe aquf vino mezclado con mirra, que posefa un efecto narcotico. Mateo menciona la crucifixion solo con un participio, porque el peso del relato recae en el reparto de los vestidos de Jesus mediante sorteo, hecho que el evangelista reproduce con una cita de las Escrituras (27,35) para probar el cumplimiento de las mismas. El salmo 22, quese cita aquf, sera introducido nuevamente dos veces mas: se trata de un salmo que describe la inconmovible confianza del hombre sufriente en Dios; en su estilo abierto puede ser orado por cualquier persona en una situacion de necesidad o de sufrimiento. Al vincular este salmo con el momento de la muerte de Jesus, Mateo refleja la confianza del Maestro en Dios en la hora de su padecimiento y muerte, de modo que al rezar este salmo los creyentes en Cristo puedan saberse unidos a el de un modo especial.
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La custodia de Jesus (27,36) prepara la confesi6n del centuri6n y de los soldados (27,54) y correspondfa a las tareas de los soldados que ejecutaban las sentencias de muerte. A traves de esta custodia, Mateo esta indicando que los soldados estaban alli presentes en el momento de la muerte de Jesus y pudieron ser testigos de la misma, quitando asi fundamento a las especulaciones que partfan de que Jesus no habfa muerto, sino que habfa sido salvado de la cruz por sus discipulos. EI escrito sobre su cabeza indica su culpa (27,37): Jesus, rey de los judios. Naturalmente, los lectores saben que aqui no se puede estar hablando de una culpa ni de un reino terreno, sino que con esto Mateo vuelve a confrontarlos con la cuesti6n de quien es realmente para ellos este Jesus crucificado. Junta con el, son crucificados tambien dos salteadores (27,38) y los lectores pueden comprender la observaci6n de que uno esta a su derecha y el otro a su izquierda como una alusi6n al canto del Siervo Sufriente de Dios, porque el justo que padece es contado igualmente entre los malhechores (Is 53,12). Pero el hecho de que Jesus sea crucificado en medio de esos salteadores puede entenderse tambien como otra burla, pues de este modo el Rey de los judios aparece como un jefe de ladrones o maximo delincuente, como cabecilla de los maleantes y malhechores. Para muchos contemporaneos de Mateo, un Mesfas crucificado era un escandalo, y los lectores tienen que confrontarse asi con el problema de que ellos creen en un Mesfas que, a ojos de otras personas, era un delincuente. A traves de esto, ellos incluso pueden modificar su percepci6n, su postura y su comportamiento respecto a los "malhechores" de su tiempo (cf. 25,36-44). 27,39-44: Despues de la descripci6n de la crucifixi6n y de sus circunstancias, Mateo cuenta el triple escarnio de Jesus: primero por parte de la gente que pasa por alli, luego por los sumos sacerdotes, ancianos y escribas y, finalmente, por parte de los salteadores. Con estas burlas se esta aludiendo de nuevo al salmo 22,7-19, y con la cita de los sumos sacerdotes, ancianos y escribas destaca especialmente el Sal 22,9: la confianza en Dios.
Con su mofa, los paseantes apuntan al poder de Jesus, al retomar nuevamente, como si fuese un hecho, la acusaci6n
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de los falsos testigos ante el Sanedrfn (26,61), y proponen que, en virtud de su "poder", en cuanto Hijo de Dios, se salve a sf mismo (27,39-40). La formulaci6n si eres hijo de Dias (27,40) recuerda las tentaciones en el desierto (4,3.6) y con esta alusi6n los lectores atentos reconocen que los transeuntes parten de una falsa comprensi6n del poder del Hijo de Dios: del mismo modo que Jesus no demostr6 su poder ante Satanas ni se vali6 del mismo para su propio beneficio, menos aun va a hacer eso en este momento. Los sumos sacerdotes, ancianos y escribas retoman la burla de los que pasan (27,41-43) diciendo que Jesus ayud6 a otros pero no puede ayudarse a sf mismo y le sugieren que baje de la cruz, esto es, que demuestre su poder. Ademas, se mofan de el por su confianza en Dios y sostienen que habia dicho de sf mismo que era el Hijo de Dios (27,43), pero los lectores saben que Jesus nunca dijo eso de si mismo, pues esa es la confesi6n que hacen quienes creen en el (14,33; 16,16; 27,54) y lade quienes han experimentado su poder (como los demonios en 8,29). En esta burla, los lectores vuelven a ver el cuestionamiento que les hacen los no creyentes o que ellos mismos ya se han hecho: en efecto, tienen que confrontarse con la "impotencia" de Jesus y su confianza en Dios. Precisamente, en esta confianza sera en lo que se centre de nuevo el foco de atenci6n durante su muerte. 27,45-54: La muerte de Jesus y los fen6menos concomitantes
27,45-50: Las indicaciones temporales (27,45) introducen una nueva secci6n. Los fen6menos que acompafian la muerte de Jesus (27,45.51-52) remiten a ese suceso conmovedor, que literalmente conmociona toda la tierra, y, asimismo, estan en relaci6n con las portentosas manifestaciones en el sepulcro vacio (28,2): mientras que en la cruz reina la oscuridad, despues el angel brillara con luz resplandeciente (28,3). Todos estos sucesos c6smicos y teluricos remiten a Dios, a su cercania y a su acci6n. Las tinieblas que vienen sobre toda la tierra pueden tener muchos significados: efectivamente, anuncian el Dia del Sefior (Am 5,18.20; Jl 2,1-2; Sof 1,15) o exhortan a la conversi6n (Ex 10,21-22; Sal 105,28; Mt 8,12; 22,13; 25,30), y en todo caso muestran la actuaci6n de Dios y
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su cercania (Dt 4,11; 2 Sm 22,12; Sal 18,12; 139; Is 9,1; 45,7). La misma funcion desempefian el terremoto y la fractura de las rocas (27,51), que tambien aluden a la presencia de Dios (1Re19,11; 2 Sm 22,8; Sal 18,8; 114,7; Jl 2,10). El acento del relato esta en el grito de Jesus, que Mateo reproduce dos veces, en arameo y en griego (27,46). Empleando las palabras del salmo 22,2, Jesus se dirige a Dios, pero a la vez expresa su sentimiento de abandono por parte de este. Su grito es el del orante del salmo que, por un lado, cree que Dios siempre esta presente, pero, por otro, en su penuria se siente completamente solo e incluso abandonado por Dios. Por eso, en su profundo desamparo, el creyente se vuelve confiadamente hacia Dios llamandole dos veces mi Dias, pero a la vez le reprocha haberlo abandonado. Su pregunta (por que me has abandonado?, en cuanto accion verbal (acto lingüistico), no solo expresa su desesperacion, sino tambien, al mismo tiempo, una esperanza de fe: a pesar de todo, Dios jamas abandona a sus creyentes. Este grito, que unicamente es comprensible cuando solo se cuenta con la presencia de Dios, a quien expresamente se habla, constituye una llamada de socorro o peticion a Dios para que, a pesar de todo, se haga presente. No se trata de una mera constatacion, sino que expresamente, en cuanto pregunta, espera una respuesta por parte de Dios. Para los no creyentes, esa respuesta es la que falta: ellos ven en las tinieblas y demas manifestaciones naturales una condena de Jesus; por el contrario, los creyentes reconocen tambien en esos poderosos fenomenos la presencia de Dios y confian en que el, a pesar de todo, cambiara las cosas para bien, aunque a su manera, que a veces difiere
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una expresi6n del abandono de Dios y de su clamor por una respuesta por parte de el.
27,51-54: Con el giro y he aqui, Mateo sefiala sucesos que tuvieron lugar entonces y que guardan una relaci6n inmediata con la muerte de Jesus (27,51-53): el velo del templo se rasg6 en das, la tierra tembl6, las rocas se partieron, los sepulcros se abrieron y los cuerpos de los santos difuntos resucitaron. EI permanente uso del pasivo en estas formulaciones muestra claramente, en cuanto passivum divinum, la acci6n de Dios, de modo que estos sucesos pueden interpretarse como "respuesta" de Dios: en la muerte de Jesus, el no se ha quedado lejos, sino que, a diferencia de lo quese esperaba, se ha hecho presente. EI velo del templo rasgado puede interpretarse como un signo de duelo, pues mediante el acto de rasgar (o cortar) las vestiduras (cf. Gn 37,29.34; 2 Sm 13,31; 2 Re 2,12, etc.) se expresa el duelo por la muerte de una persona cercana, querida. EI terremoto es una sefial de la presencia de Dios (Ex 19,18; Jue 5,4-5; Sal 68,9), al igual que el hecho de las piedras quese parten (1 Re 19,11; Nah 1,5-6), que posibilita los sepulcros abiertos, la resurrecci6n de los cuerpos de los santos (Ez 37,12-13) y su aparici6n. Los santos resucitados -Mateo esta pensando aquf en los justos (23,25)-, que luego tambien se aparecen a la gente en Jerusalen, remiten al poder de Dios sobre la muerte: el hecho que el resucite muchos cuerpos de los santos ilustra la magnitud de su poder sobre la muerte. La resurrecci6n de Jesus no es un hecho aislado, sino que esta en relaci6n con un triunfo abarcador y fundamental sobre la muerte. Al hablar Mateo ya aquf sobre la resurrecci6n y las apariciones de los santos, y no despues de la resurrecci6n y aparici6n de Jesus, esta dejando claro que hay que entender la resurrecci6n de Jesus desde esa perspectiva de la resurrecci6n de los santos: como santo y justo, Jesus sera resucitado, pues el no ha sido abandonado por Dios como un pecador. Los demas santos han sido resucitados antes que Jesus, pero solo se aparecen despues de su resurrecci6n, con lo que Mateo crea cierta "compensaci6n": es verdad que Jesus, en aquel momento, es el ultimo de los santos resucitados, pero es el primero de los quese aparecen a los hombres. Ademas, la resurrecci6n de los santos en el momento de la muerte de Jesus destaca la presencia de Dios en esa ocasi6n: esta se da de manera muy distinta a lo que
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se esperaba, pues Dios no obra directamente en Jesus, sino mas bien en general y ampliamente, por medio de la resurrecci6n de los santos. EI centuri6n y los demas soldados que custodian a Jesus experimentan tambien esos sucesos portentosos (27,54). Su conmoci6n y su temor corresponden a las reacciones comunes ante una manifestaci6n de la presencia de Dios (cf. 17,6-7; 14,26-27; 28,4-5) y de este modo dan a entender que ellos interpretan esos sucesos como la acci6n de Dios: por eso el centuri6n y los soldados reconocen en Jesus, que acaba de morir, al Hijo de Dias. Su confesi6n, que Mateo subraya con el verdaderamente, hay que entenderla como una confesi6n con pleno valor, que se corresponde con las de los discipulos y de Pedro (14,33; 16,16). EI centuri6n y los soldados reconocen que las poderosas manifestaciones no estan anunciando el castigo de Dios, sino que mas bien ponen en evidencia su presencia. Con esta confesi6n justo en este sitio, el evangelista destaca expresamente que Dios tambien esta presente en el dolor y en el momento de la muerte. Al introducir aqui la confesi6n del centuri6n y los soldados, Mateo subraya que Jesus, a pesar de su desesperado grito a Dios, ha muerto como el Hijo de Dios, esto es: que Dios aqui ha respondido claramente a ese clamor de Jesus, aunque quizas no como se esperaba, con la salvaci6n individual de su situaci6n de padecimiento, sino mas ampliamente, con sucesos que conmueven la tierra y el templo, y con la resurrecci6n de muchos santos, que hacen patente su poder sobre la muerte. 27,55-66: La sepultura de Jesus y los temores de los oponentes
27,55-61: Mateo describe ahora la presencia de muchas mujeres que contemplan desde lejos lo que sucede (27,55-56), y las caracteriza precisamente con su seguimiento desde Galilea y con su servicio, por lo que las destaca como discipulas de Jesus. Su servicio esta formulado con un modo verbal que expresa duraci6n y que no solo significa "atenderle", sino que designa tambien el compromiso en el servicio de Jesus con todas las capacidades y fuerzas. Y, a diferencia de los Doce, estas mujeres no le han abandonado ahora. Se mencionan
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por el nombre solo tres de ellas, pero la expresion muchas mujeres (27,55) y el giro entre ellas estaban (27,56) aluden a un grupo mas grande, del que estas tres se ponen como ejemplo. La presencia aquf de la madre de los hijos de Zebedeo, a la que los lectores recordaran por su peticion en favor de los suyos (20,21), sefiala su permanente seguimiento. Por su parte, Maria Magdalena y la otra Maria estan tambien mas tarde en el sepulcro de Jesus (27,61; 28,1). Con la indicacion temporal, Mateo pasa a hablar de un hombre rico, Jose de Arimatea, que no ha sido mencionado antes en el evangelio, pero que era discfpulo de Jesus (27,57). La mencion explfcita de que se trata de un hombre rico recuerda a los lectores el encuentro con el joven rico que le pregunto a Jesus por la vida etema (19,16-24). La declaracion de Jesus de que es mds fdcil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre en el Reino de Dias (19,24) se ve aqui ejemplarmente constatada: quizas los ricos se deciden solo con dificultad a entrar en el Reino de los Cielos, pero el ejemplo de Jose de Arimatea muestra que, sin embargo, esa decision es totalmente posible para ellos. Jose contribuye con sus propios medios a la sepultura de Jesus (27,58-60). Su conducta esta en claro contraste con el maltrato y el escarnio de los miembros del Sanedrfn y de los soldados. Solicita a Pilato el cadaver de Jesus y lo obtiene. Mateo no se muestra interesado por las circunstancias mas detalladas de la accion de Jose, sino quese ocupa de describir la sepultura de Jesus. Con la intervencion de Jose, Jesus es puesto en un sepulcro nuevo, excavado en la roca, algo que solo podian permitirse los ricos; asimismo, tambien la sabana de lino en la que se envuelve su cuerpo indica un funeral honroso. El relato de la sepultura de Jesus concluye con que Jose cierra el sepulcro con una gran piedra y luego se marcha. Con esta mencion de la piedra ya se esta aludiendo a la siguiente gran escena (28,2). Solo dos mujeres permanecen en el sepulcro (27,61); ellas son ahora testigos de la muerte y sepultura de Jesus, y mas tarde lo seran tambien de su resurreccion.
27,62-66: Mateo incluye un pequefio episodio que trata de la resurreccion de Jesus desde la perspectiva de los sumos sacerdotes y fariseos, sus opositores. En efecto, los sumos
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sacerdotes habian iniciado el arresto de Jesus y causado su crucifixi6n, y por ello personifican a los autenticos "maquinadores" del proceso contra el.
EI hecho de que repentinamente se nombre aqui a los fariseos, a quienes la ultima vez que se les mencion6 habia sido en una disputa con Jesus en el templo (22,41-46), alude a un problema actual de la comunidad de Mateo. Y la aclaraci6n de que entre los judios (se entiende: los de la comunidad mateana y su entorno) se habia extendido hasta el dia de hoy el rumor de que los discipulos robaron el cadaver de Jesus (28,11-15), explica de que problema concreto se trata. Para salir al encuentro de ese rumor, Mateo compone la siguiente pequeiia unidad, que habla del deseo de los sumos sacerdotes y de los fariseos de asegurar el sepulcro de Jesus para evitar que los discipulos robaran el cadaver y contaran despues que el habia resucitado de entre los muertos (27,64). Por eso, los sumos sacerdotes y los fariseos se dirigen a Pilato (27,62) y le solicitan una guardia para el sepulcro, pues recuerdan que Jesus habia anunciado su resurrecci6n a los tres dias. Con la formulaci6n a los tres dias resucitare (27,63), Mateo esta aludiendo a los tres anuncios de la pasi6n, muerte y resurrecci6n (16,21; 17,22-23; 20,18-19) que Jesus habia hecho a sus discipulos, pero no a los fariseos. Estos, a lo sumo, podian colegir su resurrecci6n de las conversaciones en el templo, en especial de la parabola de los viiiadores malvados (21,33-42). Asi, estas palabras que citan los discursos de Jesus les sirven a los lectores como recuerdo de que todo sucede tal como Jesus lo habia anunciado. Pero tambien es posible que los fariseos recuerden su petici6n de un signo (12,38-41), que solo habria de cumplirse en el signo de Jonas. Pilato les concede la guardia y les encarga custodiar. el sepulcro (27,65), y los sumos sacerdotes y los fariseos aseguran el sepulcro con la guardia e incluso sellan la piedra (27,66). Con esto quieren impedir que los discipulos de Jesus roben su cadaver, pero ellos no pueden detener la acci6n de Dios, que hace que tiemble la tierra, se partan las piedras y los muertos resuciten, y tampoco podran impedir el anuncio de los discipulos, que dicen al pueblo: iresucit6 de entre los muertos! (27,64).
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Nexos pragmaticos del texto Mateo confronta a sus lectores con la muerte del Hijo de Dios y, de esta forma, les conduce hasta el ultimo punto central del mesianismo de Jesus. En sus palabras y en sus obras, Jesus se mostr6 como el Mesias y fue reconocido como tal por muchas personas, pero luego result6 condenado inocentemente y padeci6 en la cruz la muerte de los malhechores. La idea de un Mesias sufriente y que incluso muere no era en aquel entonces conocida por el judafsmo, de modo que los lectores antiguos se encuentran ante esta pregunta: Jesus, en cuanto Mesias, c:fracas6, porque ha muerto? En el escarnio de los transeuntes y de los sumos sacerdotes, escribas y ancianos ronda tambien la cuesti6n de sf Jesus, como Hijo de Dias, realmente tenia que morir: c:no habria podido manifestar tambien su poder como Hijo de Dios salvandose a si mismo? Ademas, el grito de muerte de Jesus expresa su abandono por Dios: al final, c:desesper6 de Dios? En claro contraste con la mofa de los oponentes de Jesus esta la confesi6n del centuri6n y de sus soldados: i Verdaderamente, este era Hija de Dias! Para los lectores, esta profesi6n es un desafio: el de ser capaces de confesar a Jesus como el Hijo de Dios y como el Mesias a pesar de su muerte afrentosa como malhechor y su angustia por el abandono de Dias. Con su presentaci6n de la muerte de Jesus, Mateo quiere conducir a los lectores a este cambio de perspectiva. En el huerto de Getsemanf, Jesus habia rechazado el auxilio de doce legiones de angeles (26,53), y Mateo esta aludiendo con esto a que el mismo podia haberse ayudado, pero renunci6 a toda demostraci6n de poder. El Evangelio lo presenta como el justo que padece siendo inocente, de modo que su grito jDias mia, Dias mia!, (par que me has abandanada? expresa su total abandono. Pero incluso en la mayor desesperaci6n, el supo volverse a Dias. Ese jDias mia, Dias mio!, (par que me has abandanada? subraya -con su trato personal- el vfnculo con el Padre, que el mantiene a pesar de todo: aunque se siente abandonado, no se aparta de Dias, y con esto muestra su confianza inconmovible en el. Pero la pregunta de Jesus apunta a una acci6n de respuesta por parte de Dias.
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Sin embargo, Dias no interviene ni siquiera en el ultimo momento, sino que deja que su Hijo muera, y para muchas personas esta forma de actuar de Dias es incomprensible: si ellas pudiesen, se comportarfan de una manera distinta en esa situaci6n. No obstante, a traves de las manifestaciones portentosas, Mateo esta remitiendo expresamente a la presencia de Dias: aunque deja que su Hijo muera, jDios esta cerca! Jesus, pues, muere no abandonado por Dias, sino en su presencia, pero c::por que Dias no ha intervenido e impedido su muerte? La no intervenci6n divina muestra aqui que Dias no impide la muerte o no procura evitarla, sino que la soporta. Con ello deja claro que el esta presente en la hora de la muerte y en el momento en el que se da el mayor abandono. El esta tambien junto a quienes sufren y mueren de modo inocente, incluso cuando su presencia parece una ausencia. La muerte no le resulta extrafia a Dias ni es algo que le quede "lejano" o pueda contradecirle. Jesus ha sufrido la muerte de quien ha sido condenado injustamente, traicionado y abandonado por sus amigos, de modo que su destino no le es ajeno a Dias. Al hacer Mateo que, en el momento de la muerte de Jesus, Dias resucite los cuerpos de muchos santos, deja claro que la muerte no constituye ningun impedimento para el: el elevado numero de los santos resucitados expresa de manera palmaria el gran triunfo de Dias sobre la muerte. La resurrecci6n de Jesus no es, pues, un hecho excepcional, unico, sino que se situa en el contexto de la superaci6n fundamental de la muerte. Ademas, mediante el hecho de que los santos son resucitados exactamente en el momento de la muerte de Jesus, Maleo acentua el nexo directo entre muerte y resurrecci6n: ante Dias, la muerte
La resurrecci6n: 28,1-20
"Fue resucitado de entre los muertos"
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Pasado el sabbat, al alborear el primer dia de la semana, vinieron Maria Magdalena y la otra Maria a ver el sepulcro. Y he aqui que se produjo un gran terremoto, pues un angel del Sei'ior baj6 del cielo y, acercandose, hizo rodar la piedra y se sent6 encima de ella. Su aspecto era como el relampago y su vestido blanco como la nieve. Los guardias, atemorizados ante el, se pusieron a temblar y quedaron como muertos. Pero el angel se dirigi6 a las mujeres y les dijo: No teman, pues se que buscan a Jesus, el Crucificado; no esta aqui, pues ha resucitado, como lo habia dicho. jVengan, vean el lugar donde estaba! Y ahora vayan enseguida a decir a sus discfpulos: jHa resucitado de entre los muertos! Y he aqui que el va delante de ustedes a Galilea y alli lo veran. iHe aqui que ya lohe dicho! Y partiendo a toda prisa del sepulcro, con miedo y gran gozo, ellas corrieron a dar la noticia a sus discfpulos. Y he aqui que Jesus les sali6 al encuentro diciendo: jSalve! Pero ellas, acercandose, se agarraron de sus pies y se postraron ante el. Entonces les dijo Jesus: jNo teman! Vayan, avisen a mis hermanos que vayan a Galilea y que allf me veran.
La explicaci6n del sepulcro vacio
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Mientras ellas iban, he aquf que algunos de la guardia, yendo a la ciudad, les contaron a los sumos sacerdotes todo lo que habfa pasado. Y estos, reunidos con los ancianos, tomaron una decisi6n: dieron una buena suma de dinero a los soldados y les dijeron: Digan: Sus discfpulos vinieron de noche y lo robaron mientras nosotros dormiamos. Y si la cosa llega a oidos del procurador, nosotros le convenceremos y les evitaremos complicaciones. EI los, tomando el dinero, procedieron segun las instrucciones recibidas. Y se corri6 esa versi6n entre judios hasta el dia de hoy.
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Epflogo: el testamento del Resucitado 16
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Por su parte, los once discipulos marcharon a Galilea, al monte que Jesus les habia indicado. Y, al verlo, se postraron (ante el), pero dudaban. Y, acercandose, Jesus les habl6 diciendo: Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra; vayan, pues: hagan discipulos a todos los pueblos bautizandolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espfritu Santo, y ensenandoles a guardar todo lo que yo les he mandado. Y he aquf que yo estoy con ustedes todos los dfas hasta el fin del mundo.
Tejido estructural del texto La ultima de las siete grandes escenas presenta en tres actos la relaci6n entre la muerte y la resurrecci6n de Jesus. Asi, con la aparici6n del angel en el sepulcro, el primer acta (28,1-10) describe la resurrecci6n de Jesus ya acontecida, que luego se manifiesta a traves del encuentro con las mujeres. El segundo acta (28,11-15) retoma el rumor sobre el robo del cadaver de Jesus que procura explicar el sepulcro vacio. El tercer acta (28, 16-20) contiene, a su vez, el testamento del Resucitado, que se aparece a los once discipulos como el Hijo del Hombre exaltado y los envia con su encargo a todo el mundo.
Configuraci6n semantica del texto 28,1-10: "Fue resucitado de entre los muertos" La indicaci6n temporal pasado el sabbat, al alborear el primer dfa de la semana (28,1), que marca el nuevo dia, introduce el suceso del sepulcro vacio. La menci6n de las das Marias aqui enlaza con 27,61: las mujeres quese habian quedado junto al sepulcro vienen ahora, despues del sabbat, para ver el sitio. Con la sefi.al de atenci6n he aqu{, Mateo introduce la teofania que en ese momento tiene lugar (28,2-4): el gran terremoto es nuevamente la sefi.al de la presencia de
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La resurrecci6n: 28,1-20
Dios. Ademas, aparece un angel del Sefior que baja del cielo, y la descripci6n de su apariencia (28,3) evoca la transfiguraci6n de Jesus (17,2). EI angel hace rodar la piedra y se sienta encima de ella (28,2): su conducta deja claro que ahora el sepulcro de Jesus esta definitivamente abierto, y con esto Mateo esta aludiendo a la apertura de las sepulturas y a la resurrecci6n de los santos (27,5). EI angel permanece sentado sobre la piedra del sepulcro (el verbo en imperfecto expresa la duraci6n) y con ello hace patente el triunfo permanente de Dios sobre la muerte. Los guardias que por encargo de los sumos sacerdotes y fariseos habian sido puestos por Pilato para asegurar el sepulcro (27,62-66), reaccionan con temor ante la aparici6n del angel y quedan como muertos (28,4), pero esto no significa que no perciban nada de los sucesos siguientes, pues a continuaci6n se van e informan de todo lo que habia pasado (28, 11) a los sumos sacerdotes. EI temor es la reacci6n a una teofania (asi tambien en 27,54; 17,7; 14,27), de modo que es comprensible la conmoci6n de los guardias. Consecuentemente, el angel tambien se dirige a las mujeres con las palabras no teman (28,5), lo que presupone que tambien las mujeres sienten temor como reacci6n a la teofania (28,8). Mientras que los guardias quedan como muertos, en las mujeres se mezclan el temor y la alegria, con lo que Mateo expresa que ellas realmente han entendido el mensaje del angel. EI angel ya sabe que las mujeres buscan a Jesus, el Crucificado (28,5), con lo que Mateo subraya la procedencia celestial del mismo. Su mensaje no esta aqui, pues ha resucitado como lo habia dicho (28,6) vincula la resurrecci6n de Jesus con su triple anuncio de la pasi6n, muerte y resurrecci6n, y con el sepulcro vacio. Despues, las mujeres deben ver el Zugar donde estaba Jesus (y ahora ya no esta): esta indicaci6n es importante, porque la resurrecci6n de Jesus no sucedi6 por medio del angel, sino antes. EI hecho de que el angel ruede la piedra no conduce a la resurrecci6n de Jesus, sino solo constata ese acontecimiento, que ya habia tenido lugar. La resurrecci6n de Jesus se formula en pasivo, destacandola asi como acci6n de Dios (passivum divinum); ademas, la formulaci6n en aoristo (una forma del pasado) indica que se trata de un suceso que ha tenido lugar: Dios ya ha resuci-
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tado a Jesus cuando el sepulcro aun estaba cerrado, de ahi que ese sitio vacio y el lugar donde habia estado el solo sirven como confirmaci6n de apoyo, pero no como prueba. Por este motivo, Mateo cuenta primero el anuncio del angel, configurado con las manifestaciones concomitantes como teofania; esto es, se trata de un mensaje divino. Y despues afiade la invitaci6n a ver el sepulcro vacio como constataci6n, de modo que el mensaje de la resurrecci6n se basa en la revelaci6n del angel y no en el sepulcro vacio. Por eso, Mateo tampoco cuenta que las mujeres hayan tenido que entrar en el sepulcro para creer (como en Jn 20,1-9), pues a ellas les bastan las palabras del angel y no necesitan ver el sitio vacio para ir a anunciar la resurrecci6n a los discipulos. Es significativo que Mateo expresamente designa a Jesus como Jesus, el Crucificado, en conexi6n con el ha resucitado: este Jesus que padeci6 inocentemente, que ha muerto como el Crucificado, es el que fue resucitado, de modo que pasi6n, muerte y resurrecci6n van juntas y manifiestan con nitidez un elemento central del mesianismo de Jesus. Y la resurrecci6n ha tenido lugar ahora, exactamente como Jesus lo habia dicho. Luego, el angel encarga a las mujeres que anuncien el mensaje de la resurrecci6n a los discipulos: ha resucitado de entre los muertos (28,7b). Corno confirmaci6n de ello no les sirve a los discipulos el sepulcro vacio, sino el esperado encuentro con el Resucitado en Galilea: el va delante de ustedes a Galilea y all{ lo veran (28,7c). Con esto, Mateo esta marcando el segundo fundamento de la fe en la resurrecci6n: junto al mensaje revelado del angel, esa fe se basa, sobre todo, en el encuentro con el Resucitado. Las mujeres ahora cumplen el encargo del angel y, con temor y alegria, parten a toda prisa del sepulcro para anunciar a los discipulos el mensaje de la resurrecci6n (28,8), y entonces les sale al encuentro Jesus (28,9). Con la sefial de atenci6n he aqu{, Mateo sefiala ese encuentro: Jesus las saluda como es comun, y las mujeres reaccionan: se agarran de sus pies y se postran. Con esta detallada descripci6n de la acci6n de las mujeres, Mateo deja claro que ellas reconocen enseguida a Jesus (no como en Jn 20,14-15 o Lc 24,31): el Resucitado es el mismo a quien ellas habian acompafiado desde Galilea hasta
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la cruz y el sepulcro. Y el hecho de que puedan agarrar sus pies subraya que no se trata de un "espfritu" o de algo imaginado, sino que es realmente con Jesus mismo con quien se encuentran. Que el acto de postrarse no vaya unido a ninguna petici6n manifiesta la adoraci6n de las mujeres, como en el caso de los Magos a Jesus (2,11), y con esto Mateo esta declarando que ellas entendieron que Jesus resucitado es el Mesias-Hijo del Hombre confirmado por Dios. Las palabras de Jesus no teman (28,10) aluden a que este encuentro posee un caracter especial, propio tambien de otras de sus manifestaciones extraordinarias (14,27; 17,7), y remiten asi a la realidad divina. Y es precisamente esta realidad divina la que han reconocido las mujeres. Jesus les encarga que digan a sus hermanos que vayan a Galilea y que alli me veran. La denominaci6n hermanos aplicada a los discipulos llama particularmente la atenci6n aqui, porque ellos le abandonaron y negaron en sus horas mas dificiles y, sin embargo, Jesus no les reprocha nada de esto. Los lectores saben que Süll hermanos y hermanas de Jesus todos los que hacen la voluntad de su Padre (12,50), y precisamente para eso necesita el Maestro a sus hermanos y hermanas, y eso les encarga luego al enviarlos: ense:fiar a guardar todo lo que el ha mandado (28,20). Los lectores pueden vincular el repetido encargo de ir a Galilea con el anuncio de Jesus en Getsemani de que el ira delante de ellos (26,32): todo se cumple como Jesus lo habia anunciado. A diferencia del angel, Jesus no les dice ahora a las mujeres que anuncien explicitamente su resurrecci6n, pues eso esta implicito en el encargo de ir a Galilea para verlo alli. EI encuentro de Jesus con las mujeres y su encargo confirman asi el mensaje revelado por el angel y el encargo de este, pero aqui la aparici6n del angel ya no desempe:fia un papel significativo: desde ahora, la experiencia del encuentro con el Resucitado se convierte en la confesi6n central de la resurrecci6n (1 Cor 15,4-8; Lc 24,34-35). 28,11-15: La explicaci6n del sepulcro vacfo En la medida en que ahora la experiencia del encuentro con el Resucitado se convierte en el punto medular de la confesi6n de la resurrecci6n, la aparici6n del angel y el sepulcro
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vacio adquieren solo un significado subordinado. Esto es lo que Mateo destaca en el segundo acto, que se enlaza con el episodio antes descrito de asegurar el sepulcro para impedir el robo del cadaver de Jesus (27,62-66). EI trasfondo de este relato es el rumor que circulaba en la comunidad mateana, sobre todo entre quienes no compartian la fe en la resurrecci6n de Jesus, y que sostenia que los discipulos de Jesus habian robado su cadaver para poder contar su resurrecci6n (28,15). Para Mateo y los creyentes, el sepulcro vacio no es una prueba de la resurrecci6n de Jesus, porque las apariciones y encuentros con el Resucitado constituyen un testimonio mas patente; sin embargo, ese rumor es molesto, de modo que Mateo lo rebate explicando c6mo surgi6. En efecto, algunos guardias van a los sumos sacerdotes y les informan sobre todo lo que habia pasado (28,11), tratandose con esto de los sucesos en el sepulcro, porque ellos no pueden saber nada de la aparici6n de Jesus resucitado, pues esta no tuvo lugar en el sepulcro, sino mientras las mujeres iban de camino (28,8). La reacci6n de los sumos sacerdotes y de los ancianos ante el suceso podia haber sido una confesi6n de fe, pero ellos no creen. En este contexto, los lectores recuerdan tambien el comienzo del evangelio, donde los sumos sacerdotes y los escribas encontraron en las Escrituras la confirmaci6n del nacimiento del Mesias en Belen pero no creyeron que habia nacido (2,1-6). Los sumos sacerdotes y los ancianos reaccionan con una acci6n de encubrimiento. En realidad, en base al informe de los soldados, tendrian que creer en la resurrecci6n de Jesus, porque su cadaver no fue robado; con todo, procuran hacer todo lo posible para sostener lo contrario. En ultima instancia, su reacci6n esta mostrando efectivamente una confesi6n indirecta de la resurrecci6n de Jesus, aunque quieren impedirla. De este modo, Mateo insinua aquf a sus lectores c6mo los sumos sacerdotes y los ancianos se contradicen a sf mismos. Ante el rumor de que "Jesus no ha resucitado, sino que su cadaver fue robado", Mateo reacciona presentando esta afirmaci6n como algo fingido y pagado. Y, asf, cuenta que, en raz6n del informe de los soldados, los sumos sacerdotes se reunieron con los ancianos y tomaron una decisi6n (28,12). Tanto los actores como la elecci6n de las palabras recuerdan a los lectores la conspiraci6n presentada en 26,3-4 y 27,1, que decidi6 la muerte de Jesus, de modo que pueden colegir que
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tampoco esta decisi6n producira algo bueno. Y, efectivamente, los sumos sacerdotes y los ancianos dan a los soldados una considerable cantidad de dinero y les instruyen para que difundan el rumor de que los discfpulos de Jesus han robado su cadaver (28,13). El dinero que los sumos sacerdotes y los ancianos pagan a los soldados se designa con el mismo termino generico que se emple6 para nombrar el dinero que recibi6 Judas al entregar a Jesus: Mateo se da por satisfecho con esta ligera alusi6n al dinero que se emplea para un mal semejante. El encargo que los sumos sacerdotes y los ancianos dan a los soldados dice precisamente lo que ellos habian querido impedir con la guardia y el aseguramiento del sepulcro (27,64): que este se halla vacfo porque los discfpulos de Jesus habian robado el cadaver. Para difundir ese rumor no habria sido necesaria la guardia, ni asegurar el sepulcro, de modo que los soldados
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28,16-20: Epilogo: el testamento del Resucitado EI cierre del evangelio lo conforma la aparici6n de Jesus resucitado a los discipulos como el Mesfas-Hijo del Hombre confirmado por Dios y establecido en su pleno poder. Pero como no se describe detalladamente la aparici6n de Jesus, el encuentro con el Resucitado s6lo representa el marco para lo que el les dice a sus discipulos, y asi el acento no recae en la aparici6n, sino en el encargo del Resucitado. Y de modo llamativamente diferente a los demas evangelios, Mateo termina el suyo no con un resumen, sino con una declaraci6n del Resucitado, que promete a los discipulos y nos promete a nosotros: Yo estoy con ustedes todos los dias hasta el fin del mundo (28,20). Los discipulos cumplen el encargo que les habian dado las mujeres de parte de Jesus resucitado (y del angel) y van a Galilea (28,16). El hecho de que alli habrian de encontrar a Jesus sobre un monte no es algo que hayan dicho explicitamente Jesus o el angel, pero Mateo alude con esto al relato de la transfiguraci6n (17,1-9), que tambien tuvo lugar en una montafia. En aquella ocasi6n, Jesus les habia dicho a los discipulos que no contaran a nadie su experiencia hasta que el Hijo del Hombre hubiese resucitado de entre los muertos (17,9); este encuentro enlaza, pues, con aquella vivencia. Pero, asimismo, los lectores pueden pensar en el monte sobre el que Jesus hizo su primer gran discurso (5,1-8,1), pues tambien para ello encuentran aqui un claro nexo, porque el Maestro les encarga a sus discipulos ensefiar y guardar todo lo que el les ha mandado (28,20a). La reacci6n de los discipulos ante el encuentro con Jesus resucitado es lo que Mateo describe -igual que en el caso de las mujeres- como postrarse adorando (28,l 7a), aunque lo complementa diciendo pero dudaban (28,l 7b). El evangelista deja abierto aquf por que y de que dudaban, pues los lectores saben por experiencia propia que en el camino de la vida de fe no siempre se pueden evitar las dudas. Mateo, en efecto, siempre ha presentado a los discipulos muy humanamente: por un lado, muy comprometidos, animados, pero, por otro, dubitativos y con poca fe (6,30; 8,24-26; 14,29-31; 16,8; 17,19-20). El dudar de los discipulos en este momento refleja tambien la duda de la comunidad mateana y de los creyentes de hoy.
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Aunque los discipulos reconocen a Jesus resucitado y lo adoran, no estan libres de la duda; el, sin embargo, no trata para nada de ella ni les reprocha nada; al contrario, a pesar de su duda, les hace un encargo y los envia a todo el mundo. Aunque su fe pueda ser pequefia y llena de dudas, ellos
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cipulo significa aprender siempre de Jesus como el Maestro y tambien unos de otros, a saber, aprender de los demas discipulos. Y en esto esta contenida tambien la pretensi6n de ensefiar mediante el propio ejemplo, esto es, vivir de acuerdo con la voluntad de Dios. De este modo, ser discipulo es una tarea de toda la vida para quienes procuran dar ejemplo tanto siendo aprendices como ensefiantes. Los discipulos deben ensefiar a guardar y seguir lo que Jesus ha mandado (28,20a), es decir, la voluntad de Dios (7,21; 12,50; 18,14). Jesus ha ensefiado la voluntad de Dios tal como esta en la Tora (5,17-20) y ha ensefiado a practicarla igual que el, como justicia sobreabundante (5,21-7,27). Guardar no significa conservar, sino seguir y cumplir lo que Jesus ha mandado y vivido; asi, el ensefia que Dios quiere misericordia en vez de sacrificios y que esto requiere tambien un comportamiento adecuado (9,10-13; 12,7-12). Pertenece tambien a esto lo que Jesus ensefi6 en sus grandes discursos, con lo que su doctrina apunta tanto a la relaci6n con los demas como a cada uno individualmente: por ejemplo, a la preocupaci6n por los pequefios (18,3-14), al perd6n constante (18,15-22) y a la espera vigilante y activa del tiempo final (24,42-25,46). Sobre este trasfondo se esclarece tambien a quien se alude con todos los pueblos que deben ser hechos discipulos: se trata de todas las personas que aun no conocen lo que Jesus ensefi6. Asi, tambien los judios estan comprendidos y excluidos en la designaci6n todos los pueblos: en efecto, el envio se dirige explicitamente y de modo fundamental a todos los pueblos (y no a "todos excepto Israel"), pero los judios ya conocen la voluntad de Dios y la Tora desde Maises, de manera que en esto no hay nada nuevo para ellos. Asi pues, no pueden ser hechos discipulos, porque ya van por el camino de la Tora, esto es, ya hace tiempo que son discipulos de la voluntad de Dios. Pero que los judios ya sean discipulos de la voluntad de Dios no excluye que deban confrontarse responsablemente con la interpretaci6n de la Tora que hace Jesus; por eso, de cara a los judios, hacer discipulos no significa misi6n, sino discusi6n. Y, en relaci6n a los paganos, esto mismo significa entusiasmarlos -a traves del testimonio de fe en la vida y en la conducta- con la ensefianza de Jesus para que ellos, igual que las multitudes, decidan seguir ese camino.
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El bautizar a quienes son hechos discfpulos no
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tiempos. En efecto, Jesus promete a quienes creen en el supermanente e ilimitada comuni6n, que no esta atada a ninguna condici6n. Y, en raz6n de su universalidad, esta promesa vale tambien para los lectores de hoy. Si Jesus hace una promesa tan amplia incluso a los discipulos vacilantes, ni ellos ni los lectores
Nexos pragmaticos del texto Con la resurrecci6n de Jesus se han cumplido los anuncios de la pasi6n, muerte y resurrecci6n, y Dias ha confirmado a Jesus. Pero como ahora se le ha conferido todo poder en el cielo y en la tierra, es el mismo quien generaliza y universaliza esa confirmaci6n. En efecto, ese Mesias-Hijo del Hombre resucitado y entronizado promete ahora a sus discipulos y a todos los creyentes su presencia permanente. Hoy, esta presencia es para nosotros tanto un consuelo como un desafio, pues el espera que, como discipulos suyos, guardemos, sigamos y cumplamos todo lo que nos ha ensefiado. En el transcurso de la historia, los cristianos hemos perdido y negado muchas veces nuestras raices judias, pero ese desarrollo hist6rico no nos puede servir hoy de disculpa, pues, en tanto tengamos en nuestro canon al evangelio de Mateo, sigue siendo valido para nosotros su desafiante mensaje. En positivo, esto significa que podemos dejarnos vivificar por nuestras raices judias. Sin embargo, nuestro problema reside en que a menudo nos sentimos demasiado exigidos por la Tora, y precisamente por eso es valida para nosotros la exhortaci6n de Jesus de que -como discipulos suyos- aprendamos permanentemente y, al hacerlo, estemos seguros de su
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presencia. La forma como Mateo, en su presentaci6n de Jesus, guarda, valora y actualiza en lo cotidiano la Tara nos hace ver que fäcil puede ser el cumplimiento de la voluntad de Dias conforme a esa Tara, de modo que ese actuar y vivir tambien sea posible para nosotros, a pesar de nuestra vacilaci6n. La ensefianza de Jesus acerca del cumplimiento de la voluntad de Dias es fäcil y quiere hacernos dichosos, liberarnos y darnos vida: Vengan a mf todos los que estdn fatigados y sobrecargados, y yo les dare descanso. Tomen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mi, que soy manso y humilde de coraz6n, y hallardn descanso para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera (11,28-30). Con la interpretaci6n de la Tara que hace Jesus, Mateo puede ensefiarnos a robustecer y profundizar nuestra fe a traves de la fuerza de nuestras rafces judias. Efectivamente, hay muchas cosas que podemos aprender de nuestras rafces judias; entre ellas, que significa ser discfpulo, pues el aprendizaje de la Tara, aprender a cumplir la voluntad de Dias, es una tarea de toda la vida, que nunca concluye. De aquf que el encargo de Jesus de hacer discipulos a todos los pueblos valga, en primer lugar, para los lectores, que tienen que volver a hacer presente su propio ser discfpulo si quieren hacer discfpulos a otros. Nosotros no debemos hacernos maestros, pues Jesus sigue siendo nuestro unico Maestro y nosotros somos siempre hermanos unos de los otros (23,8). Y como discfpulos de Jesus que guardan y siguen lo que el ha mandado, solo podemos hacer a otros buenos discfpulos si les damos ejemplo de lo que significa ser buen discfpulo de Jesus. Por eso, en este encargo esta contenida tambien la exigencia de imitar la actitud y la conducta de los discfpulos, pues ahora somos responsables de que los demas lleguen a ser buenos discfpulos de la voluntad de Dias. EI hecho de que Mateo, precisamente ante este decisivo encargo, llame la atenci6n sobre la vacilaci6n de los discfpulos alude a que nosotros estamos llamados y encargados como discfpulos aunque no seamos exactamente "modelos". Corno aprendices permanentes -y no como quienes creen que ya lo saben todo-, tenemos que ser para los demas discfpulos ejemplares; de aquf que cada uno, en especial tambien un nifio (18,3-4), puede ser ejemplo para el otro. La actitud de ser discfpulo se puede resumir asf: de cara a mi responsabilidad con los demas discfpulos, tengo que ser un modelo de dis-
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cipulo; de cara a mi propio aprendizaje, siempre soy un principiante que puede aprender de los demas. La promesa de Jesus yo estoy con ustedes todos los dias hasta el fin del mundo, entendida como acci6n verbal (acto lingüistico), es mas que una informaci6n. Efectivamente, en primer lugar se trata de una promesa: Jesus expresa su obligaci6n de no abandonarnos nunca y de estar con nosotros en todas las situaciones, con lo que nos anima y quiere quitarnos las dudas y angustias. Pero su promesa no significa que asuma nuestro trabajo y nuestra responsabilidad; sus palabras no quieren inhabilitarnos, sino azuzarnos a actuar en su nombre (7,21-23) y, sobre todo, a hacerlo segun su modelo y cumpliendo la voluntad de Dios con una justicia sobreabundante. En este sentido, su prometida presencia constituye una tarea desafiante para nosotros, pues como lectores del discurso escatol6gico (25,31-46) sabemos d6nde encontramos a Jesus en nuestro tiempo: entre los hambrientos, los pequefios, los marginados ... Esta forma de presencia de Jesus nos obliga como individuos, pero, sobre todo, como comunidad de creyentes, como Iglesia, pues es precisamente a esta a quien se dirige la promesa de Jesus con el ustedes (yo estoy con ustedes): asi, el ofrece a la comunidad creyente, como tarea, su presencia desafiante. Y la comunidad de creyentes sabe que donde sea que se reunan das o tres en el nombre de Jesus, alli esta el en medio de ellos (18,20). Con la promesa de su presencia desafiante, el Resucitado deja claro que ese reunirse no puede tener ningun fin en si mismo, sino que
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De ahi que esta actitud de Jesus valga -tanto para los creyentes individualmente como para la comunidad- como una imagen conductora de su comportamiento:
Bibliografia
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STEGEMANN,
Indice Pr6logo Introducci6n...................................................................
5 7
PRIMERA PARTE Mt 1,1-4,16 Jesus, Mesfas segun las Escrituras
A) El origen de Jesus, el Mesias 1,1-2,23 La genealogfa 1,1-17 ················································································ La concepci6n y el nacimiento de Jesus 1,18-24 ·············································································· EI Hijo, Herodes y los Magos 2,1-12 ················································································ La huida a Egipto y el retorno a Israel 2,13-23 ··············································································
B) La triple confirmaci6n del Mesias Jesus 3,1-4,16 La confirmaci6n de Jesus por Dios en el bautismo 3,1-17 ················································································ La confirmaci6n de Jesus por el diablo en las tentaciones 4,1-11 ················································································ La confirmaci6n de Jesus por las Escrituras en Galilea 4,12-16 ··············································································
35 43 51 59
69
79 87
SEGUNDA PARTE Mt 4,17-16,20 Jesus, Mesfas en sus palabras y obras
A) Las obras del Mesias 4,17-11,1 a) EI encargo de Jesus de ensefiar y sanar 4,17-9,34
La ensefzanza de Jesus 4,17-8,1 Introducci6n: La presentaci6n en publico de Jesus 4,17-25 ··············································································
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Indice
754
El serm6n de la montaiia, el discurso programatico de Jesus 5,1-8,1 .............................. „ ............................................... Introducci6n narrativa 5,1-2 ·················································································· Las nueve bienaventuranzas 5,3-12................................................................................ La sal de la tierra y la luz del mundo 5,13-16 ..............................................................................
111 115 117 129
La Tara y los Profetas 5,17-7,12 Jesus enseiia e interpreta la Tora 5,17-48 ·············································································· Jesus enseiia la espiritualidad de los profetas 6,1-18 ················································································ Jesus enseiia la doctrina de la sabiduria 6,19-7,12 ·········································································· Tres exhortaciones 7,13-23 ·············································································· Sobre el escuchar y hacer 7,24-27 ·············································································· Conclusi6n narrativa 7,28-8,1.............................................................................
137 155 169 181 187 191
Las obras de Jesus 8,2-9,34 Jesus cura a un leproso 8,2-4..................................................................................
199
Jesus sana al hijo de un centuri6n 8,5-13 ................................................................................
203
Jesus sana a la suegra de Pedro 8,14-15 ·············································································· Sumario 8,16-17 ·············································································· Primera pieza de uni6n 8,18-22 .............................................................................. El Seiior que salva 8,23-27 ··············································································
209 213 217 221
755
Indice
El Hijo de Dios que libera 8,28-9,la........................................................................... El Hijo del Hombre con poder para perdonar pecados 9,lb-8 ················································································ Segunda pieza de uni6n 9,9-17 ................................................................................ La fe que supera la muerte 9,18-26 ·············································································· La fe que abre los ojos 9,27-31 ·············································································· Fee incredulidad 9,32-34 ··············································································
225
231 237 245 249 253
b) Jesus transmite su encargo a sus discipulos 9,35-11,1 Introducci6n narrativa 9,35-10,5a.........................................................................
259
Las tareas de los enviados 10,5b-15 ............................................................................
265
Envfo y entrega 10,16-33 ············································································ Presupuestos del envio 10,34-42 ............................................................................
285
Conclusi6n narrativa 11,1 ···················································································
291
B) cEres
273
tu el que ha de venir?" 11,2-16,20
a) Preguntas acerca del mesianismo de Jesus 11,2-13,58 Las obras del Mesfas y Juan el Bautista 11,2-19 ·············································································· EI rechazo de las ciudades galileas 11,20-24 .. . . .. .. .. . .. .. . .. .. .. .. .. .. .. . .. .. . .. .. . .. .. .. ... .. ... .. .. . . .. . .. .. . .. .. .. .
309
La revelaci6n a los pequefios 11,25-30 ............................................................................
313
299
fndice La interpretaci6n que hace Jesus del sabbat y el significado de sus obras 12,1-21 ·············································································· El significado de las obras de Jesus 12,22-37 ············································································ El rechazo a dar un signo 12,38-45 ············································································ La "familia" de Jesus 12,46-50 ············································································ De la parabola al misterio 13,1-3a.3b-23.................................................................... Los misterios del Reino de los Cielos 13,24-43 ············································································ La comprensi6n de los misterios 13,44-53 ............................................................................ Jesus es rechazado en su patria 13,54-58 ············································································
756
319 329 337 343 349 357 365 371
b) Rechazo y reconocimiento del mesianismo de Jesus 14,1-16,20 La decapitaci6n de Juan el Bautista 14,1-12 ..............................................................................
377
La multiplicaci6n de los panes para mas de cinco mil personas 14,13-21 ············································································ La aparici6n de Jesus sobre las aguas 14,22-36 ············································································ La controversia sobre lo "puro" y lo "impuro" 15,1-20 ·············································································· La petici6n de la mujer pagana 15,21-28 ············································································ Curaciones y multiplicaci6n de los panes para mas de cuatro mil personas 15,29-39 ············································································ Rechazo de un signo y advertencia a los discfpulos 16,1-12 ..............................................................................
409
La confesi6n de Pedro y la respuesta de Jesus 16,13-20 ············································································
413
381 387 393 399
405
757
indice
TERCERA PARTE Mt 16,21-28,20 Jesus, Mesias e Hijo del Hombre, en su Reino
A) El Mesias e Hijo del Hombre, en camino a su Reino 16,21-25,46 a) Jesus, en camino hacia Jerusalen 16,21-20,34 El primer anuncio de la pasi6n, muerte y resurrecci6n; reacci6n de Pedro e instrucciones para el seguimiento 16,21-28 ············································································ 429 La transfiguraci6n de Jesus y el retorno de Elias 17,1-13 .............................................................................. 435 Curaci6n del joven epileptico; la fuerza de la fe 17,14-20 ············································································ El segundo anuncio de la pasi6n, muerte y resurrecci6n, y la reacci6n de los discipulos 17,22-23 ............................................................................ El pago del impuesto (al templo) 17,24-27 ············································································ La comunidad y los "pequefios" 18,1-10 ·············································································· La comunidad y los pecados 18,12-20 ············································································ La comunidad y el perd6n 18,21-19,2 ········································································ Sobre el divorcio, el matrimonio, el adulterio y la solteria 19,3-12 .............................................................................. Los nifios y el Reino de los Cielos 19,13-15 ............................................................................ Riqueza y seguimiento 19,16-30............................................................................ La parabola de los obreros de la vifia 20,1-16 ·············································································· El tercer anuncio de la pasi6n, muerte y resurrecci6n; las reacciones de los discipulos y la instrucci6n de Jesus 20,17-28 ............................................................................ La curaci6n de dos ciegos de Jeric6 20,29-34............................................................................
445
451 453 461 469 479 485 493 497 507
513 519
Indice
758 b) 21,1-25,46 La actividad de Jesus en Jerusalen
La entrada de Jesus en Jerusalen 21,1-11 ...... „...................................................................... Las acciones de Jesus en el templo 21,12-17 ............................................................................ La fuerza de la oraci6n 21,18-22 ············································································ La cuesti6n de la autoridad 21,23-27 ············································································ La parabola de los hijos 21,28-32 ............................................................................ La parabola de los malos viftadores 21,33-46 ············································································ La parabola de los invitados a la boda 22,1-14 ·············································································· La pregunta por el impuesto para el cesar 22,15-22 ············································································ La pregunta por la resurrecci6n 22,23-33 .................................................................. .......... La pregunta por el mandamiento mas importante 22,34-40 ············································ ································ La pregunta por el Mesias 22,41-46 ············································································ Palabras de advertencia respecto a los escribas y fariseos 23,1-12 ·············································································· Los ayes a los escribas y fariseos 23,13-36 ············································································ Presagio sobre Jerusalen 23,37-39............................................................................ Introducci6n narrativa 24,1-3 ················································································ Indicios de la venida del Hijo del Hombre 24,4-14 ·············································································· La gran tribulaci6n 24,15-28 ············································································ La venida del Hijo del Hombre 24,29-44 ...........................................................................
527 533 539 545 549 553 563 575 583 589 595
599 605 617 623 627 633 637
759
indice
La parabola del siervo fiel y prudente 24,45-51 ........................................... „ .............. „ ...... „ .„....
649
La parabola de las diez virgenes 25,1-13 .................................. „ .................... „ ......... „.........
653
La parabola de los talentos 25,14-30 ............ „ .... „„„ ......... „ .. „„.„ ... „ .... „ .. „ ........... „„..
657
La venida del Hijo del Hombre y el juicio sobre los pueblos 25,31-46 ... „.„.„„ .... „„„ .. „„ ......... „ ... „„ ..... „ .. „.„„ ...... „„„.
663
B) Pasion, muerte y resurreccion: La entronizacion del Mesias, Hijo del Hombre 26,1-28,20 a) El Mesias-Hijo del Hombre, entregado 26,1-27,31a Los dias antes de la fiesta de Pascua 26,1-16 „„„„„.„„„„ ... „„.„„„.„„.„„„„„„„„„ .. „„„.„.„„.„„
677
La fiesta de Pascua con los discfpulos 26,17-29 .. „ .... „„„.„„„„„„„„„„„„„„„.„„„„„„„„„„„.„„„.
683
EI prendimiento en Getsemani 26,30-56„.„.„ ... „ .. „„„„„„ ... „„„ ... „.„ ............. „.„ ......... „„.
691
El proceso ante los sumos sacerdotes y ancianos 26,57-27,10 ........ „„ .. „„ .... „.„„ ... „„.„„„„„ ... „ ... „ ...... „.„..
701
El proceso ante los romanos 27,11-31a„ .. „„ ... „„„„„„„„.„.„„„„.„„„„„.„„„.„„.„„ .. „„.
711
b) El Mesias-Hijo del Hombre, crucificado y entronizado 27,31b-28,20 Crucifixi6n, muerte y sepultura 27,31b-66„„.„„.„„„„„„.„„„„„„„„„„„„.„„„„„„„„„„„.„.
721
La resurrecci6n 28,1-20 .. „ ..... „ ... „„„„ .. „.„ ....... „ ... „ ..... „„ .... „.„.„„.„ .... „...
735
Bibliografia . .. .. . .. .. .. .. .. .. . .. .. .. . .. .. . .. .. . .. .. .. .. .. .. .. . .. . .. .. .. . . . .. .. . .
7 51