l nombre de Antonio Gramsci, sus ideas, su tragedia personal, los instrumentos que elaboró en condiciones terribles- para analizar y canm- biar la realidad, para terminar con el capitalismo y su séquito de injusticias, han llegado a ser referente funda- mental e imprescindible para los revolucionarios revolucionarios del mundo entero: de su talia originaria y toda !uropa, al "ercer #undo latinoamericano, latinoamericano, africano y asi$tico% as i$tico% !sto no ha sucedido de la noche a la ma&ana, ni sin dificultades% 'omo durante su vida, la obra de Gramsci y su ejemplo de militante en todos los planos han debido librar duras batallas para ocupar el lugar que hoy ocupa (y que es, sin duda alguna, el del revolucionario, el comunis- ta y el mar)ista, junto con el 'he Guevara, m$s conocido, m$s querido y respetado en todo el mundo actual*% +na sntesis biogr$fica sobre Gramsci requerira un e)amen independiente% tros lo han hecho con gran sol- vencia, en especial Giuseppe .iori, cuyo estudio tuvo am- plia difusión% /ecordemos solamente que Antonio Gra- msci nació en 'erde&a en 0120, y que desde 0200 se ra- dicó en "urn, donde se vinculó con la izquierda revolu- cionaria del 3artido 4ocialista% 5o tardó en llegar a ser el dirigente socialista m$s popular de "urn y lo era cuando la /evolución /usa y el liderazgo de 6enin determinaron, para los socialistas, la inevitabilidad de optar entre reformismo conciliador y lucha revolucionaria por el poder% Gramsci participó en la fundación del 3artido 'omu- nista, dirigido inicialmente por un sector doctrinario, dog- m$tico y aislacionista, al que Gramsci y quienes lo secundaban lograron desalojar con el apoyo masivo de la base% !n ese perodo Gramsci dirigió 67rdine 5uovo (en adelante6 5*, subtitulado 8rese&a de cultura socia- lista9, y orientó el movimiento de los comités de f$brica% "ras un perodo de ascenso revolucionario en que talia estuvo al borde de una revolución obrera y socialista, la derecha se reconstituyó reconstituy ó detr$s del fascismo que logró derrotar al movimiento obrero e imponer un régimen de terror% Gramsci, entonces diputado, diputado, fue uno de los diri- gentes que fueron enviados a la c$rcel, condenado a m$s de veinte a&os de encierro de los cuales cumplió nueve, pero no llegó a disfrutar de una libertad que en todo caso habra sido limitada, ya que falleció pocos das después% Durante su encierro, Gramsci produjo la inmortal obra que es su propio monumento, los Cuadernos de la cárcel, que han enriquecido a varias generaciones de militantes y de estudiosos del marxismo en general.
4us ideas han tenido amplia difusión en nuestro pas, acompa&ada y complicada por no pocos intentos de uti- lizarlas, falsific$ndolas, para apuntalar el sentido comn dominante (esto ocurrió, notoriamente, con las interpre- taciones que promovió ;% '%
3ortantiero en función del proyecto alfonsinista*% 6as obras de Gramsci se conocie- ron entre nosotros a partir de la iniciativa de
fuerzas% !l bloque histórico dominante es enfrentado por alianzas que impulsan un bloque histórico donde la hege- mona ser$ ejercida por las clases y sectores hoy oposi- cionales% !n las estrategias de la izquierda revolucionaria mun- dial, Gramsci diferencia entre la guerra de maniobras y la guerra de posiciones% 6a guerra de maniobras (o de movimientos* se basa en el ataque frontal y su é)ito m$s importante (aunque en definitiva, temporario, ya que le puso fin la contrarrevolución iniciada por 4talin y culminada por Gorbachov* es la /evolución /usa% 6os intentos de reproducir esta metodologa en esa época terminaron en derrotas (Alema- nia,
? se ha dado un perodo de estancamiento en el movimiento revolucionario mundial9, tras las ocupaciones de f$bricas en talia y el avance del !jér- cito /ojo sobre @arsovia, que 8se&alaron el punto m$s alto de la oleada revolucionaria, pero también la incapa- cidad y la impreparación de los grupos revolucionarios para guiar a los grandes movimientos9 hacia el poder, 8su natural conclusión9% ndicaba el final de este perodo y 8el inicio de una recuperación que no tendr$, ni podr$ tener, los mismos caracteres9% Gramsci indicaba la ne- cesidad de pasar, por lo menos en ccidente, a una gue- rra de posiciones (o de asedio, afirma* 8en la que se e)i- gen cualidades e)cepcionales de paciencia y de espritu de inventiva% !n la poltica el asedio es recproco, pese a todas las apariencias9% ! insiste en que 8la guerra de posiciones la hacen grandes masas que solo con grandes reservas de fuerzas morales pueden resistir el desgaste y solo una habilsima dirección poltica puede impedir la disgregación y la derrota9% 6as variantes que la lucha revolucionaria ha introducido o ha e)perimentado en los largos decenios trascurridos desde estas indicaciones de Gramsci, con importantes episodios de lucha inclusiv armada, indican que la guerra de posiciones de ningn modo se compagina con t$cticas apaciguadoras y que no implica el abandono total de la guerra de maniobras% !sta cuestión -qué es, en los primeros a&os del >??? y en América 6atina, la guerra de posiciones- merecera un e)amen detenido y serio, un debate que parcialmente se ha venido dando en distintos foros% 5uestra esperanza es que la selección que ofrecemos estimule a buscar el conocimiento del conjunto de la obra de Antonio Gramsci%
3ara quien desee proseguir la lectura de los te)tos gra- mscianos, sugerimos algunos libros introductorios, entre ellos 6eyendo a Gramsci, de .rancisco .ern$ndez uey, ntroducción al pensamiento de Gramsci, de ;osé #% 6asó 3rieto, e ntroducción a Gramsci, de 'arlos 5elson 'outinho% Buien lo desee, y a su propio riesgo, puede utilizar también dos trabajos del autor de este prólogo, Antonio Gramsci% 6a conciencia de la revolución, y !l pensamiento de Gramsci% +na introducción , as como diversos artculos publicados en3 ro p u e s t a % !n el sitio de la !scuela 5acional de cuadros del 3artido 'omunista, alojado enC C C% p c a % o rg % a r se puede acceder a una pagi- na de la 'atedra Gramsci que contiene buena parte de su obra completa en espa&ol y numerosos articulos%
6as partes constitutivas de la filosofa de la pra)is +n traba-jo sistem$tico sobre la filosofa de la pra)is no pue- de descuidar ninguna de las partes de la doctrina de su fundador% 3ero, Den qué sentido debe ello ser entendidoE Ficho trabajo debe tratar de toda la parte filosófica general= debe desarrollar coherentemente, por lo tanto, todos los conceptos generales de una metodologa de la historia y de la poltica= y, adem$s, del arte, de la economa, de la ética, y en el ne)o general debe hallar el lugar para una teora de las ciencias naturales% +na concep- ción muy difundida es que la filosofa de la pra)is es una pura filosofa, la ciencia de la dialéctica, y que las otras partes son la economa y la poltica, por lo que se dice que la doctrina est$ formada por tres partes consti-tutivas, que son al mismo tiempo la coronación y la superación del grado m$s elevado que, hacia 011, haba alcanzado la ciencia de las naciones m$s adelanta- das de !uropa: la .ilosofa cl$sica ale-mana, la !conoma cl$si- ca inglesa y la actividad y ciencia poltica francesa% !sta concep- ción, que es preferentemente una investiga-ción genérica de las fuentes y no una clasificación que nazca de lo ntimo de la doc- trina, no puede contraponerse, como esquema definitivo, a toda otra organización de la doctrina que se halle m$s cerca de la realidad% 4e preguntar$ si la filosofa de la pra)is no es especfi- came una teora de la historia, a lo que se con-testar$ que s, pero que por lo mismo no pueden separarse de la historia, la poltica y la economa, ni tampoco en sus fases especializadas de ciencia y arte de la poltica, y de la ciencia y pol-tica económica% sea: luego de haber realizado, en la parte filosófica general -que es propia y verdaderamente la filosofa de la pra)is, la ciencia de la dialéctica o gnoseologa, en la cual los conceptos generales de historia, de poltica, de economa, se anudan en unidad org$ni- ca-, el objetivo principal, es til, en un ensayo popular, dar las nociones generales de cada momento o parte- constitutiva, tam- bién en cuanto ciencia independiente y distinta% 4i se observa bien se ve que en el
!nsayo popular todos estos puntos son por lo menos mencionados, pero en forma casual, no coherentemen- te, de modo caótico e indistinto, porque falta un con-cepto claro y preciso respecto de lo que es la filosofa de la pra)is% !structura y movimiento histórico 5o est$ tratado este punto fundamental: cómo nace el movi- miento histórico sobre la base de la estructura% 5o obstante, el problema se halla, por lo menos, planteado en los3roblemas fundamentales de 3lej$nov, y se lo poda desenvolver% !ste es, en definitiva, el punto crucial de todos los problemas en torno de la filosofa de la pra)is, y sin haberlo resuelto no se puede resolver el otro, el de las relaciones entre la sociedad y la 8natu- raleza9, al cual se dedica un captulo especial en el!nsayo% 6os intelectuales Febera recopilarse un registro 8ponderado9 de los hombres de ciencia cuyas opiniones son citadas o combati-das con algu- na difusión, acompa&ando cada nombre con anotacio-nes sobre su significado y su importancia cientfica (y ello también para los sostenedores de la filosofa de la pra)is, que son citados, no ciertamente en la medida de su originalidad y significado*% !n realidad las menciones de los grandes intelectuales son fugacsi-mas% 3lantéase el problema de si no era preciso, en cam- bio, referirse sólo a los grandes intelectuales adversarios y dejar de lado a los secundarios, a los masticadores de frases hechas% 4urge la impresión de que se querra combatir sólo contra los m$s débiles, y muy especialmente contra las posiciones m$s dé- biles (o m$s in-adecuadamente sostenidas por los m$s débiles* para obtener f$ci-les victorias verbales (puesto que no se pue- de hablar de victorias reales*% Aqu hay la ilusión de que e)iste cierta semejanza (ade-m$s de la formal y metafórica* entre un frente ideológico y un frente poltico-militar% !n la lucha pol- tica y militar puede con-venir la t$ctica de irrumpir en el punto de menor resistencia, para hallarse as en condiciones de em- bestir el punto m$s fuerte con el m$)imo de fuerzas que han quedado disponibles por haber elimi-nado a los au)iliares m$s débiles, etcétera% 6as victorias polticas y militares, dentro de ciertos lmites, tienen un valor permanente y universal, y el fin estratégico puede ser alcanzado de modo decisivo con efectos generales para todos% !n el frente ideológico, en cam-bio, la derrota de los au)iliares y de los partidarios menores tiene una importancia casi insignificante= en él es preciso batir a los m$s eminentes% Fe otro modo, se confunde el periódico con el libro, la peque&a polémica cotidiana con el trabajo cientfico: los me- nores deben ser abandonados a la infinita casustica de la polé- mica de periódico% +na ciencia obtiene la prueba de su eficiencia y vitalidad cuando demuestra que sabe enfrentar a los grandes campeones de las tendencias opuestas, cuando resuelve con
sus propios medios los problemas vitales que éstos han planteado, o demues- tra perentoria-mente que tales problemas son falsos% !s verdad que una época histórica y una determinada socie- dad son representadas, m$s bien, por la media de los intelectua- les y, de ah, por los mediocres= pero la ideologa difusa, de masa, debe ser distinguida de las obras cientficas, de las grandes sn- tesis filosóficas, que son, en definitiva, las verdaderas piedras angulares y que deben ser netamente superadas negativamente, demostran-do su carencia de fundamento, o positivamente, con- traponiendo sntesis filosóficas de mayor importancia o signifi- cado% 6eyendo el!nsayo se tiene la impresión de hallarse ante alguien que no puede dormirse porque le molesta la claridad de la luna y que se es-fuerza por matar la mayor cantidad posible de luciérnagas, con-vencido de que la claridad disminuir$ o des- aparecer$% 6a Fialéctica !l!nsayo carece de todo estudio de la dialéctica% 6a dialéc- tica es presupuesta muy superficialmente, no e)puesta, cosa absurda en un manual, que debera contener los elementos esen- ciales de la doctrina e)aminada y cuyas referencias bibliogr$fi- cas tendran que estar dirigidas a estimular el estudio para en- sanchar y profun-dizar en el tema y no sustituir el manual mis- mo% 6a ausencia del estudio de la dialéctica puede tener dos orgenes= el primero puede provenir del hecho de que se supone que la filosofa de la pra)is se halla dividida en dos elementos: una teora de la historia y de la poltica entendida como sociolo- ga, que debe ser construida segn los métodos de las ciencias naturales (e)perimentales, en el sentido estrechamente positi- vista*, y una filosofa propiamente dicha, que sera el materialis- mo filosófico, o metafsico o mec$nico (vulgar*% Aun después de la gran discusión contra el mecanicismo, el autor del!nsayo no parece haber modificado mucho su concep- ción del problema filosófico% 'ontina sostenien-do que la filosofa de la pra)is se halla siempre dividida en dos: la doctrina de la historia y de la polti- ca, y la filosofa, la cual, di-ce, es el materialismo dialéctico, no el viejo materialismo filosófico% 3lanteado as el problema, no se comprende ya la importancia y el significado de la dialéctica, que, de doctrina del conocimiento y sustancia medular de la his- toriografa, es degradada a una subes-pecie de la lógica formal, a una escol$stica elemental% 6a función y el significado de la dialéctica pueden ser concebidos en toda su fundamentalidad, sólo si la filosofa de la pra)is es concebida co-mo una filosofa integral y original que inicia una nueva fase en la historia y en el desarrollo mundial del conocimiento, en cuanto supera (y en cuanto superando incluye en s los elementos vitales* el idealis- mo y el materialismo tradicionales, e)presiones de la vie-ja so- ciedad% 4i la filosofa de la pra)is sólo es pensada como sub-ordinada a otra filosofa, no se puede concebir la nueva dia- léctica, en la cual, justamente, dicha superación se efecta y se e)presa%
!l segundo origen parece ser de car$cter sicológico% 4e sien- te que la dialéctica es cosa muy ardua y difcil, en cuanto el pensa-miento dialéctico va contra el vulgar sentido comn, que es dog-m$tico y $vido de certidumbres perentorias, y que tiene como e)-presión a la lógica formal% !ste motivo me parece ser un freno sicológico para el autor del! n s a y o= en verdad capitula entre el sentido comn y el pensa-miento vulgar, porque no se ha planteado el problema en los tér-minos teóricos e)actos% 3or ello est$ pr$cticamente des- armado e impotente% !l ambiente ineducado y rstico ha domi- nado al edu-cador, el vulgar sentido comn se ha impuesto a la ciencia, y no a la inversa% 4i el ambiente es el educador, éste debe ser educado a su vez= pero el autor del!nsayo no entiende esta dialéctica revo-lucionaria% 6a raz de todos los errores del !nsayo y de su autor consiste justamente en esta pretensión de dividir la filosofa de la pra)is en dos partes: una 8sociologa9 y una filosofa sistem$tica% Apartada de la teora de la historia y de la poltica, la filosofa sólo puede ser metafsica= en tanto que la gran con-quista de la historia del pensamiento moderno, repre- sentada por la filosofa de la pra)is, es justamente la historiza- ción concreta de la filosofa y su identificación con la historia% 4obre la #etafsica D3uede recabarse del !nsayo popular una crtica de la metaf-sica y de la filosofa especulativaE
sayo popular la filosofa de la pra)is no es autónoma y original, sino la 8sociologa9 del materialismo metafsico% #etaf-sica sig- nifica para él sólo una determinada formulación filosófica, la especulativa del idealismo, y no ya toda formulación sistem$tica que se considere verdad e)trahistórica, como un universal abstrac-to fuera del tiempo y del espacio% -6a filosofa del !nsayo popular (implcita en él* puede ser llamada un aristotelismo positivista, una adaptación de la lógica formal a los métodos de las ciencias fsicas y naturales% 6a ley de causalidad, la bsqueda de la regularidad, normalidad, uniformi-dad, sustituyen a la dialéctica histórica% 3ero Dcómo de este modo de concebir puede deducirse la superación, la 8sub- versión9 de la pra)isE !l efecto, mec$nicamente, no puede ja- m$s superar la cau-sa o el sistema de causas= de all que no pue- da tener otro desarro-llo que el chato y vulgar evolucionismo% 4i el 8idealismo especulativo9 es la ciencia de las categoras y la sntesis a priori del espritu, es decir, una forma de abstrac- ción antihistórica, la filosofa implcita en el !nsayo popular es un idealismo al revés, en el sentido de que los conceptos y clasificaciones empricos sustituyen a las categoras especulati- vas, siendo tan abstractos y antihistóricos como estas ltimas% +no de los rasgos m$s visibles de la vieja metafsica en el !nsayo popular es el intento de reducir todo a una causa, la causa ltima, la causa final% 4e puede reconstruir la historia del problema de la causa nica y ltima, y demostrar que ella es una de las manifestaciones de la 8bsqueda de Fios9% 'ontra este dogmatis-mo, recordar nuevamente las dos cartas de !ngels pu blicadas en el 4ozial AHademilHer% !l concepto de 8ciencia9 !l planteo del problema como de una bsqueda de leyes, lneas constantes, regulares, uniformes, est$ vinculado a una e)i- gencia, concebida de un modo un poco pueril e ingenua de re- solver pe-rentoriamente el problema pr$ctico de la previsibili- dad de los he-chos históricos% 3uesto que 8parece9, por una e)- tra&a inversión de las perspectivas, que las ciencias naturales proporcionan la ca-pacidad de prever la evolución de los procesos naturales, la meto-dologa histórica ha sido I8cientficamente9 concebida sólo si y en cuanto habilita abstractamente para 8pre- ver9 el porvenir de la sociedad% Fe donde resulta la bsqueda de las causas esenciales o, mejor, de la 8causa primera9, de la 8cau- sa de las causas9% 3ero las "esis sobre .euerbach ya haban cri- ticado anticipadamente esta concepción simplista% !n realidad, se puede prever 8cientfica-mente9 la lucha, pero no sus mo- mentos concretos, los cuales sólo pueden ser el resultado de fuer- zas contrastantes, en continuo mo-vimiento, jam$s reductibles a cantidades fijas, puesto que en ellas la cantidad deviene calidad% /ealmente se 8prevé9 en la medida en que se obra, en
que se aplica un esfuerzo voluntario y, por tanto, se contribuye concre- tamente a crear el resultado 8previsto9% 6a previsión se revela, por consiguiente, no como un acto cientfico de conocimiento sino como la e)presión abstracta del esfuerzo que se hace, el modo pr$ctico de crear una voluntad colectiva% D'ómo podra la previsión ser un acto de conocimientoE 4e conoce lo que ha sido o lo que es, no lo que ser$, que es un 8no e)istente9 y, por tanto, incognoscible por definición% 6a previ-sión es, por ello, sólo un acto pr$ctico, que no puede, en cuanto no sea una futileza, una pérdida de tiempo, tener otra e)plicación que la e)puesta m$s arriba% !s necesario ubicar e)ac- tamente el problema de la previsibilidad de los acontecimientos históricos para estar en condiciones de criticar en forma e)haus- tiva la concep-ción del causalismo mec$nico, para vaciarla de todo prestigio cien-tfico y reducirla a un puro mito, que quiz$s hubiese sido til en el pasado, en el perodo primitivo de desa- rrollo de ciertos grupos sociales subalternos% 3ero el concepto de 8ciencia9, como resulta del !nsayo po pular, es el que hay que destruir crticamente= éste se halla totalmente prisionero de las ciencias naturales, como si éstas fuesen las nicas ciencias o la ciencia por e)celencia, segn el concep- to del positivis-mo% 3ero en el !nsayo popular el término cien- cia es empleado con -muchos significados, algunos e)plcitos y otros sobreentendidos o apenas indicados% !l sentido e)plcito es el que tiene 8ciencia9 en las investigaciones fsicas% tras veces, en cambio, parece indicar el método% 3ero De)iste un método en generalE y si e)iste, Dqué otra cosa significa, sino la filosofaE 3odra significar otras veces solamente la lógica for- mal% 3ero Dse puede llamar a ésta un método y una cienciaE !s preciso fijar que cada investigación tiene método determinado y construye su ciencia determinada, y que el método se ha desa- rrollado y elaborado junto con el desarrollo y la elaboración de dicha investigación y ciencia determinadas, for-mando un todo nico con ella% 'reer que se puede hacer progre-sar una investigación cientfica aplicando un método tipo, elegido porque ha dado buenos resultados en otra investigación con la que se halla consustanciada, es un e)tra&o error que nada tiene que ver con la ciencia% !)isten, sin embargo, criterios generales que, puede de- cirse, constituyen la conciencia crtica de cada hombre de cien- cia, cualquiera sea su 8especialización9, y que deben ser siem-pre vigilados espont$neamente en su trabajo% As, se puede decir que no es hombre de ciencia aquel que demuestra poseer escasa se- guridad en sus criterios particulares, quien no tiene un pleno cono-cimiento de los conceptos que maneja, quien tiene escasa informa-ción e inteligencia del estado precedente de los proble- mas tratados, quien no es cauto en sus afirmaciones, quien no progresa de ma-nera necesaria, sino arbitraria y sin concatenación= quien no sabe tener en cuenta las lagunas e)istentes en los conocimientos alcanzados y las soslaya, content$ndose con so- luciones o ne)os pura-mente verbales, en vez de declarar que se trata de posiciones provisionales que podr$n ser retornadas y desarrolladas, etcétera%
5o es muy 8cientfico9, o m$s simplemente, 8muy serio7, ele- gir a los adversarios entre los m$s mediocres y estpidos= y tam- poco, elegir de entre las opiniones de los adversarios las menos esenciales y las m$s ocasionales, y presumir as de haber 8destruido9 a 8todo9 el adversario porque se ha destruido una de sus opiniones secundarias e incidentales= o de haber destruido una ideologa o una doctrina porque se ha demostrado la insuficien- cia teórica de sus defensores de tercero o cuarto orden% 4in em bargo, 8es preciso ser justos con los adver-sarios9, en el sentido de que es necesario esforzarse por compren-der lo que éstos han querido decir realmente, y no detenerse ma-liciosamente en los significados superficiales e inmediatos de sus e)presiones% !llo siempre que el fin sea elevar el tono y el nivel intelectual de los propios discpulos, y no el de hacer el vaco en torno de s con cualquier medio y de cualquier manera% !s de observarse que muchas deficiencias del !nsayo popular est$n vinculadas a la 8oratoria9% !n el 3refacio, el autor recuerda casi a ttulo de honor, el origen 8hablado9 de su obra% 3ero, como lo ha observado #acaulay a propósito de las discu- siones orales entre los griegos, a las 8demostraciones9 orales y a la mentalidad de los oradores se vinculan precisamente las su- perficialidades lógicas y de argumentación m$s sorprendentes% 3or lo dem$s, esto no disminuye la responsabilidad de los auto- res que no revisen, antes de imprimirlos, los trabajos de origen oratorio, a menudo improvisados, cuando la asociación mec$ni- ca y casual de las ideas sustituye al vigor lógico% 6o peor ocurre cuando en esta pr$ctica oratoria se solidifica la mentalidad faci- lista y los frenos crticos no funcionan m$s% 6a llamada 8realidad del mundo e)terno9 "oda la polémica contra la concepción subjetivista de la rea- lidad, con el 8terrible9 problema de la 8realidad del mundo e)- terno9, est$ mal encarada, peor conducida y, en gran parte, es ftil y ociosa% Fesde el punto de vista de un 8ensayo popular9, dicha tarea res-ponde m$s a un prurito de pedantera intelectual que a una necesi-dad lógica% !l pblico popular no cree siquiera que pueda plantearse tal problema, el problema de si el mundo e)iste objetivamente% asta enunciar as el problema, para or un irrefrenable y gargan-tuesco estallido de hilaridad% !l pblico 8cree9 que el mundo e)-terno es objetivamente real% 3ero aqu nace el problema% D'u$l es el origen de esta 8creencia9E DBué valor crtico tiene 8objetiva-mente9E /ealmente, esta creencia tiene origen religioso, aunque de ella participen los indiferentes desde el punto de vista religioso% 3uesto que todas las religiones han ense&ado y ense&an que el mun-do, la naturaleza, el univer- so, han sido creados por Fios antes de la creación del hombre y que por ello el hombre encontró el mundo ya listo, catalogado y definido de una vez para siempre, esta creen-cia se ha converti- do en un dato férreo del 8sentido comn9, y vive con la misma solidez incluso cuando el sentimiento religioso est$ apagado y adormecido%
!n la memoria presentada al 'ongreso de 6ondres, el autor del !nsayo popular responde im-plcitamente a este reproche (que es de car$cter e)terno, si bien tiene su importancia* haciendo notar que erHeley, al que se debe la primera enunciación completa de la concep- ción subjetivista, era un arzobispo (de lo que parece deducir el origen religioso de la teora*, y diciendo luego que sólo un 8Ad$n9, que se halla por pri-mera vez en el mundo, puede pen- sar que el mismo e)iste porque lo piensa (y también aqu se insina el origen religioso de la teora, pero sin ningn vigor de convicción* % !l problema, en cambio, parece ser el siguiente: D'ómo pue- de e)plicarse que tal concepción, que no es ciertamente una futileza, incluso para un filósofo de la pra)is, hoy, e)puesta al pblico, pueda provocar solamente la risa y la mofaE #e parece el caso m$s tpico de la distancia que se ha venido establecien- do entre ciencia y vida, entre ciertos grupos de intelectuales que, sin embargo, se hallan en la dirección 8central9 de la alta cultura, y las grandes masas populares= y de la manera cómo el lenguaje de la filosofa ha ido convirtiéndose en una jerga que obtiene el mismo efecto que el de Arlequn% 3ero si el 8sentido comn9 se divierte, el filósofo de la pra)is debe igualmente buscar una e)plicación del significado real que tiene la con- cepción y del porqué, de su nacimiento y su difusión entre los intelectuales, y también de por qué hace rer al sentido comn% !s cierto que la concepción subjetivista es propia de la filoso- fa moderna en su forma m$s completa y avanzada, como que de ella y como superación de ella ha nacido el materialismo histórico, el cual, en la teora de las superestructuras coloca en lenguaje realista e historicista lo que la filosofa tradi-cional e)presaba en forma especulativa% 6a demostración de este he- cho, que aqu se halla apenas esbozada, tendra el m$s grande significado cultural, porque pondra fin a una serie de discusiones tan intiles como ociosas y permitira el desarrollo or- g$nico de la filosofa de la pra)is, hasta transformarla en el e)ponente hegemó-nico de la alta cultura% Asombra que no se haya afirmado y desarrollado jam$s convenientemente el ne)o entre la afirmación idea-lista de que la realidad del mundo es una creación del espritu humano y la afirmación de la histori- cidad y la caducidad de todas las ideologas por parte de la filosofa de la pra)is, porque las ideologas son e)presión de la estructura y se modifican al modificarse ésta% --!l problema est$ estrechamente vinculado -y ello se com-prende- al proble- ma del valor de las ciencias llamadas e)actas o fsicas y a la posición que han venido ocupando en el cuadro de la filosofa de la pra)is: de un casi fetichismo, y aun, de la nica y verda- dera filosofa o conocimiento del mundo% 3ero, Dqué deber$ entenderse por concepción subjetivista de la realidadE D4er$ propia de cualquiera de las tantas teoras subjeti-vistas lucubradas por toda una serie de filósofos y pro- fesores, hasta las solipsistasE !s evidente que la filosofa de la pra)is, en este caso, sólo puede ser colocada en relación con el hegelianismo, que representa la forma m$s completa y genial de esta concepción, y -que de todas las sucesivas teoras debe- r$n tomarse en consideración sólo algunos aspectos parciales y los valores instrumentales% J ser$ necesario investigar las for- mas caprichosas que la
concepción ha asumido, tanto entre los partidarios como entre los crticos m$s o menos inteligentes% !l reproche que debe hacerse al !nsayo popular es el haber presentado la concepción subjetivista como aparece en la crti- ca del sentido comn y de haber acogido la concepción de la realidad objetiva del mundo e)terno en su forma m$s trivial y acrtica, sin siquiera sospechar que ésta puede recibir la obje- ción de ser misticismo, como realmente ocurrió% 3ero analizando esta concepción no resulta f$cil luego justi- ficar un punto de vista de objetividad e)terna entendida tan me- c$nicamente% D!s posible que e)ista una objetividad e)trahistó- rica y e)trahumanaE 3ero, Dquién juzgar$ de tal objetividadE DBuién podr$ colocarse en esa suerte de punto de vista que es el 8cosmos en si9E DBué significar$ tal punto de vistaE 3uede muy bien sostenerse que se trata de un residuo del concepto de Fios, y, m$s justamente, en su concepción mstica de un Fios ignoto% 6a formulación de !ngels de que la 8unidad del mundo consiste en su materialidad demostrada por el largo y laborioso desarro- llo de la filosofa y de las ciencias naturales9 contiene realmente el germen de la concepción justa, porque se recurre a la historia y al hombre para demostrar la realidad objetiva% objetivo quiere de- cir siempre 8humanamente objetivo9, lo que puede corresponder en forma e)ac-ta a 8históricamente subjetivo9% sea: que objeti- vo significara 8universalmente subjetivo9% !l hombre conoce ob- jetivamente en cuanto el conocimiento es real para todo el género humano histó-ricamente unificado en un sistema cultural unita- rio= pero este pro-ceso de unificación unitaria adviene con la des- aparición de las contradicciones internas que laceran a la sociedad humana, contradicciones que son la condición de la formación de los grupos y del nacimiento de las ideologas no universal-concre- tas y tornadas inmediatamente caducas debido al origen pr$ctico de su sustancia% !)iste, por consiguiente, una lucha por la objeti- vidad (por liberarse de las ideologas parciales y falaces*, y esta lucha es la misma lucha por la unificación del género humano% 3or consiguiente, lo que los idealistas llaman 8espritu9 no es un punto de partida, sino de llegada, el conjunto de las superestruc- turas en devenir hacia la unificación concreta y objetivamente universal, y no ya un presu-puesto unitario, etcétera% 6a ciencia e)perimental ha ofrecido hasta ahora el terreno en el cual tal unidad cultural alcanzó el m$)imo de e)tensión= ha sido el elemento de conocimiento que m$s contribuyó a unificar el 8esp-ritu9, a tornarlo m$s universal= es la subjetividad m$s objetivizada y concretamente universalizada% !l concepto de 8objetivo9 del materialismo metafsico pare- ce que quiere significar una objetividad que e)iste fuera del hom- bre= pero cuando se afirma que una realidad e)istira aun si no e)is-tiese el hombre, se hace una met$fora o se cae en una forma de misticismo% 'onocemos la realidad sólo en relación con el hombre, y como el hombre es
devenir histórico, también el co- nocimiento y la realidad son un devenir, también la objetividad es un devenir, etcétera% 6a e)presión de !ngels, de que la 8materialidad del mundo est$ demostrada por el largo y laborioso desarrollo de la filoso- fa y de las ciencias naturales9, debera ser analizada y precisa- da% D!ntién-dese por ciencia la actividad teórica o la actividad pr$ctico-e)perimental de los hombres de cienciaE D la sntesis de ambas activi-dadesE 4e podra decir que con ello se tendra el proceso unitario tpico de la realidad= en la actividad e)peri- mental del hombre de ciencia, que es el primer modelo de me- diación dialéctica entre el hombre y la naturaleza, la célula his- tórica elemental por la cual, el hombre, poniéndose en relación con la naturaleza a través de la tecnologa, la conoce y la domi- na% !s indudable que la afirmación del método e)perimental se- para dos mundos de la historia, dos épocas, e inicia el proceso de disolución de la teologa y de la meta-fsica, y el desarrollo del pensamiento moderno, cuya coronación se halla en la filoso- fa de la pra)is% 6a e)periencia cientfica es la primera célula del nuevo método de producción, de la nueva forma de unión activa entre el hombre y la naturaleza% !l hombre de ciencia-e)peri- mentador es también un obrero, no un puro pensa-dor, y su pen- sar est$ continuamente fiscalizado por la pr$ctica y viceversa, hasta que se forma la unidad perfecta de teora y pr$ctica% 3ara entender e)actamente los significados que puede tener el problema de la realidad del mundo e)terno, puede ser oportu- no desarrollar el ejemplo de las nociones de 8riente9 y 8cci- dente9, que no dejan de ser 8objetivamente reales9, aun cuando, analizadas, demuestran ser solamente una 8construcción9 con- vencional, esto es, 8histórco-cultural9 (a menudo los términos 8artificial9 y 8conven-cional9 indican hechos 8históricos9, pro- ductos del desarrollo de la civilización y no construcciones racionalmente arbitrarias o individualmente artificiosas*% 4e puede objetar que sin pensar la e)istencia del hombre no se puede pensar en 8pensar9, no se puede pensar, en general, en ningn hecho o relación que e)iste sólo en cuanto e)iste el hom- bre% DBué significara norte-sur, este-oeste, sin el hombreE !stas son relaciones reales y, sin embargo, no e)isten sin el hombre y sin el desarrollo de la civilización% !s evidente que este y oeste son construcciones arbitrarias, convencionales, o sea, históri- cas, puesto que fuera de la historia real cada punto de la tierra es este y oeste al mismo tiempo% !sto se puede ver claramente en el hecho de que dichos términos se han cristalizado, no desde el punto de vista de un hipótetico y melancólico hombre en general, sino desde el punto de vista de las clases cultas europeas, las cuales, a través de su hegemona mundial, los han hecho aceptar por doquier% 4in embargo, estas referencias son reales, corres- ponden a hechos reales, permiten viajar por tierra y por mar y arribar justamente all donde se ha decidido arribar, 8prever9 el futuro, objetivar la realidad, comprender la objetividad del mundo e)terno% /acional y real se identifican% 3arece que sin haber comprendido esta relación no se puede comprender la filosofa de la pra)is, su posición frente al idea- lismo y al materialismo mec$nico, la importancia y el significa- do de la doctrina de las superestructuras% 5o es e)acto que en la filosofa de
la pra)is la 8idea9 hegeliana haya sido sustituida por el 8con-cepto9 de estructura, como lo afirma 'roce% 6a 8idea9 hegeliana se halla resuelta tanto en la estructura como en las superestructu-ras, y todo el modo de comprender la filosofa ha sido 8historizada9, esto es, ha comenzado a nacer un nuevo modo de filosofar, m$s concreto e histórico que el precedente% 5ota% !s de estudiarse la posición del profesor 6uHacz, hacia la filosofa de la pra)is% 3arece que 6uHacz afirma que se puede hablar de dialéctica sólo para la historia de los hombres y no para la natura-leza% 3uede estar equivocado y puede tener razón% 4i su afirmación presupone un dualismo entre la natura- leza y el hombre, est$ equivo-cado, porque cae en la concepción de la naturaleza propia de la religión y de la filosofa grecocris- tiana= y también propia del idealis-mo, el cual, realmente, sólo consigue unificar y poner en relación al hombre y la naturaleza, en forma verbal% 3ero si la historia humana debe concebirse tam- bién como historia de la naturaleza (también a través de la histo- ria de la ciencia*, Dcómo puede la di$lectica ser separada de la naturalezaE Buiz$ por reacción ante las teoras barrocas del!nsayo popular, 6uHacz ha cado en el error opuesto, en una forma de idealismo% ;uicio sobre las filosofas pasadas 6a superficial crtica del subjetivismo que se halla en el!nsayo popular forma parte de un problema m$s general, que es el de la actitud hacia las filosofas y los filósofos del pasado% ;uzgar todo pasado filosófico como un delirio y una locura no sólo es un error antihistórico, porque contiene la pretensión ana- crónica de que en el pasado se deba pensar como hoy, sino que adem$s es un auténtico residuo de metafsica, puesto que supo- ne un pensamiento dog-m$tico v$lido para todos los tiempos y todos los pases, a través del cual se juzga todo el pasado% !l antihistoricismo metódico no es sino metafsica% !l hecho de que los sistemas filosóficos hayan sido superados no e)cluye que fueran v$lidos históricamente y hayan cumplido una fun- ción necesaria= su caducidad debe considerarse desde el punto de vista del desenvolvimiento histórico entero y de la dialéctica real= el que fueran dignos de caer no es un juicio moral o de higiene del pensamiento emitido desde un punto de vista 8objetivo9, sino un juicio dialéctico-histórico% 4e puede confrontar la presentación hecha por !ngels de la proposición hegeliana de que 8todo lo que es racional es real y lo real es racional9, proposición que ser$ v$lida también para el pasado% !n el! n s a y o se juzga el pasado como 8irracional9 y 8monstruo-so9 y la historia de la filosofa se convierte en un tra- tado histórico de teratologa, porque se parte de un punto de vista metafsico (!n cambio, en el#anifiesto se halla contenido el m$s alto elogio del mundo que va a morir*% 4i este modo de juz- gar el pasado es un error teórico, una desviación de la filosofa de la pra)is, Dpodr$ tener algn significado educativo, ser$ inspira- dor de energasE 5o lo parece, porque el problema se reducira a presumir de ser algo solamente porque se ha nacido en el presen- te y no en uno de los siglos pasados%
3ero en cada época ha habi- do un pasado y una contemporanidad, y ser 8contempor$neo9 es un ttulo bueno solamente para las bromas% 6a inmanencia y la filosofa de la pra)is !n el!nsayo se hace notar que en la filosofa de la pra)is se usan los términos 8inmanencia9 e 8inmanente9, pero que 8evidentemen-te9 este uso es sólo 8metafórico9% #uy bien% 3ero, Dse ha e)plicado as qué significan inmanencia e inmanente metafóricamenteE D3or qué esos términos continan siendo usa- dos y no han sido sustituidosE D4ólo por horror de crear nuevos vocablosE A menudo, cuan-do una nueva concepción del mun- do sucede a una precedente, el lenguaje precedente contina siendo usado, pero en forma meta-fórica% "odo el lenguaje es un continuo proceso de met$foras, y la historia de la sem$ntica es un aspecto de la historia de la cultura, el lenguaje es al mis- mo tiempo una cosa viviente y un museo de fósiles de la vida y de la civilización% 'uando adopto la palabra desastre, nadie pue- de acusarme de tener creencias astrológicas= cuando digo 8por aco9, nadie puede creer que soy un adorador de las divinida- des paganas% 4in embargo, dichas e)presiones son una prueba de que la civilización moderna es también un desarrollo del paganismo y de la astrologa% !l término 8inmanencia9 tiene en la filosofa de la pra)is un preciso significado que se esconde debajo de la met$fora, y esto es lo que haba que definir y pre- cisar% !n realidad, esta definición habra sido verdadera 8teo- ra9% 6a filosofa de la pra)is contina a la filosofa de la inma- nencia, pero la depura de todo su aparato metafsico y la gua sobre el terreno concreto de la historia% !l uso es metafórico sólo en el sentido de que la vieja inmanencia es superada= ha sido superada y, sin embargo, es siem-pre supuesta como esla- bón del proceso del pensamiento del cual nace lo nuevo% 3or otra parte, Del nuevo concepto de inmanencia es completamen- te nuevoE !l problema de las relaciones entre el lenguaje y las met$fo- ras no es simple, muy por el contrario% !l lenguaje, entretanto, es siempre metafórico% 4i quiz$ no se puede decir e)actamente que todo discurso es metafórico en relación con el objeto mate- rial y sensible indicados (o con el concepto abstracto* para no ensanchar e)cesivamente el concepto de met$fora, se puede decir que el lenguaje actual es met$forico respecto de los significa- dos y del contenido ideológico que las palabras han tenido en los precedentes perodos de civilización% +n tratado de sem$n- tica -el de #ichel reals, por ejemplo puede dar un cat$logo histórico y crticamente reconstruido de las mutaciones sem$nticas de determinados grupos de palabras% 3or no tener en cuen- ta este hecho, o sea, por no tener un concepto crtico e historicista del fenómeno lingKstico, derivan muchos errores, tanto en el campo de la ciencia como en el campo pr$ctico: 0* un error de car$cter estético que hoy va corrigiéndose cada vez m$s, pero que en el pasado era una doctrina dominante, es la de considerar 8bellas9 en s ciertas e)presiones, a diferencia de otras, en cuanto son met$foras cristalizadas= los retóricos y los gram$ticos se derriten por ciertas palabrejas en las que descu- bren quién sabe qué
virtudes y esencialidades artsticas abstrac- tas% 4e confunde la 8alegra9 libresca del filólogo enamora-do del resultado de algunos de sus an$lisis etimológicos y sem$nticos con el goce propiamente artstico% >* +n error pr$ctico que tiene muchos adeptos es la utopa de las lenguas fijas y universales% 3ero, Des posible quitar al lenguaje sus significados metafó- ricos y e)tensivosE !s imposible% !l lenguaje se transforma al transformarse toda la civilización, con el fin de aflorar de nue- vas clases a la cultura, por la hegemona ejercida por una lengua nacional sobre otras, etcétera= y precisamente asume metafóri- camente las palabras de las civilizaciones y culturas preceden- tes% 5adie piensa hoy que la palabra 8desastre9 esté ligada a la astrologa, ni se induce en error sobre las opiniones de quien la usa= as, un ateo puede hablar de 8desgracia9 sin ser considerado partidario de la predestinación, etc% !l nuevo significado 8meta- fórico9 se e)tiende con el e)tenderse de la nueva cultura, que, adem$s, crea palabras totalmente nuevas y las toma en préstamo de otras lenguas, con un significado preciso, o sea, sin el halo e)tensivo que tenan en la lengua original% As es probable que para muchos el término 8inmanencia9 sea conocido, compren- dido y usado por primera vez solo con el significado 8metafóri- co9 que le ha sido dado por la filosofa de la pra)is% 'uestiones de nomenclatura y de contenido +na de las caractersticas de los intelectuales como categora social cristalizada (esto es, que se concibe a s misma como con- tinuación ininterrumpida de la historia y por lo tanto indepen- diente de la lucha de los grupos, y no como e)presión de un proceso dialéctico por el cual cada grupo social elabora su pro- pia categora de intelectuales* es la de vincularse, en la esfera ideológica, a una categora intelectual precedente, a través de una misma nomenclatura de conceptos% 'ada nuevo organismo histórico (tipo de sociedad* crea una nueva superestructura, cu- yos representantes especializados y portaestandartes (los inte- lectuales* solo pueden ser concebidos como 8nuevos9 intelectuales, surgidos de la nueva situación, y no como continuación de la intelectualidad precedente% 4i los 8nuevos9 intelectuales se consideran continuación directa de la 8inteligentsia9 preceden- te, no son realmente 8nuevos9, o sea, no est$n ligados al nuevo grupo social que representa org$nicamente la nueva situación histórica, sino que son un residuo conservador y fosilizado del grupo social superado históricamente (lo que equivale a decir que la nueva situación histórica no ha alcanzado an el grado de desarrollo necesario como para tener la capacidad de crear nue- vas superestructuras, y que vive aun en la envoltura carcomida de la vieja historia*% J sin embargo hay que tener en cuenta que ninguna nueva situación histórica, aun la debida al cambio m$s radical, trans- forma completamente el lenguaje, por lo menos en su aspecto e)terno, formal% 3ero el contenido del lenguaje debe modificar- se, aun si es difcil tener conciencia e)acta, inmediatamente, de tal modificación% !l fenómeno es, adem$s, históricamente com- plejo y complicado por la e)istencia de diversas culturas
tpicas en los diversos estratos del nuevo grupo social, algunas de las cuales, en el terreno ideológico, est$n an inmersas en la cultura de situaciones históricas anteriores quiz$s a la m$s recientemen- te superada% +na clase, alguno de cuyos estratos permanezca en la concepción tolema-ica del mundo, puede ser, sin embargo, representante de una situación histórica muy avanzada% Atrasa- dos ideológicamente (o por lo menos en algunos aspectos de la concepción del mundo, que en ellos es an ingenua y disgrega- da*, estos estratos son, sin em-bargo, pr$cticamente avanzadsimos, esto es, en su función económica y poltica% 4i la función de los intelectuales es la de determinar y organizar la reforma moral e intelectual, la de adecuar la cultura a la función pr$ctica, es evidente que los intelectuales 8cristalizados9 son conserva- dores y reaccionarios% 3orque mientras el nuevo grupo social siente por lo menos que se ha dividido y sepa-rado del prece- dente, aquéllos no sienten siquiera tal distinción, sino que pien- san en enlazarse con el pasado% 3or otra parte, no se ha dicho que toda la herencia debe ser rechazada= hay 8valores instrumentales9 que no pueden por me- nos de ser acogidos ntegramente a fin de continuar siendo ela- borados y refinados% 3ero Dcómo distinguir el valor instrumen- tal del valor filosófico caduco, que es preciso rechazar sin m$sE curre a menudo que, porque se ha aceptado un valor filosófico caduco de una deter-minada tendencia pasada, se rechaza luego un valor instrumental de otra tendencia porque es contrastante con la primera, aunque tal valor filosófico instrumental sea til para e)presar el nuevo contenido histórico cultural% As, se ha visto cómo el término 8materialismo9 es acogido con el contenido pasado y es rechazado, en cambio, el término 8inma-nencia9 porque en el pasado tena un determinado conte- nido histórico cultural% 6a dificultad de adecuar la e)presión literaria al con-tenido conceptual, y la confusión de las cuestiones de terminologa con las de sustancia y viceversa, es caractersti- ca del diletantismo filosófico= de la falta de sentido histórico en la aprehensión de los diversos momentos de un proceso de desarrollo cultural= se trata de una concepción antidialéctica, dogm$- tica, prisionera de los esquemas abstractos de la lógica formal% !l término 8materialismo9, en la primera mitad del siglo 02, es preciso entenderlo no sólo en su significado estrechamente téc-nico-filosófico, sino en el significado m$s e)tensivo que fue asumiendo polémicamente en las discusiones producidas en !uropa con el sur-gimiento y desarrollo victorioso de la cultura moderna% 4e llamó materialismo a toda tendencia que e)cluyera la trascendencia del dominio del pensamiento y, por consiguien- te, no sólo al pantesmo y al inmanentismo, sino a toda actitud pr$ctica inspirada en el realismo poltico que se opusiera a cier- tas corrientes inferiores del romanticismo poltico, como las doc- trinas de #azzini popularizadas, que sólo hablaban de 8misio- nes9, de I8ideales9 y otras vagas nebulosidades y abstracciones sentimentales por el estilo% ncluso en las , polémicas actuales de los católicos, el término materialismo es usado , en ese sentido= materialismo es lo opuesto a espiritualismo en sen-tido estre- cho, o sea, a espiritualismo religioso, Fe ah que el pri-mero comprenda a todo el hegelianismo y, en general, a la .ilosofa cl$sica
alemana= adem$s, al sensualismo y al luminismo fran- cés% As, en los términos del sentido comn, se llama materialis- mo a todo lo que tienda a hallar en esta tierra, y no en el paraso, el fin de la vida% 'ada actividad económica que se saliese de los lmites de la producción medieval era 8materialismo9 porque pareca 8te-ner fin en s misma9: la economa por la economa, la actividad por la actividad, as como hoy es 8materialista9 América para el euro-peo medio, porque el empleo de las m$- quinas y el volumen de las empresas y negocios e)cede el lmite de lo que al europeo le parece 8justo9 y compatible con la no mortificación de las e)igencias 8espirituales9% Fe esta manera es apropiada por la cultura burguesa europea una retorsión polémi- ca de la cultura medieval contra la burguesa en desarrollo, utili- zada contra un capitalismo m$s des-arrollado que el europeo, de una parte= y de la otra, contra la acti-vidad pr$ctica de los grupos sociales subalternos, para los cuales, -inicialmente y durante toda una época histórica, hasta tanto no hayan construido una econo- ma y estructura propias, su actividad sólo puede ser predomi- nantemente económica o, por lo menos, e)-presarse en términos económicos y de estructura%
fórmula 8dialéctica materialista9, sino 8racional9, en contrapo- sición a 8mstica9, lo que da al término 8racional9 un significa- do bien preciso% 6a ciencia y los instrumentos cientficos 4e afirma en el !nsayo popular que los progresos cientficos dependen, como el efecto de la causa, del desarrollo de los instru-mentos cientficos% !s éste un corolario del principio ge- neral ad-mitido en el!nsayo, de origen loriano, respecto de la función histórica del 8instrumento de producción y de trabajo9 ( que sustituye al conjunto de las relaciones sociales de produc- ción*% 3ero en la ciencia geológica no se emplea otro instrumen- to que el martillo, y los progresos técnicos del martillo no son parangonables a los progresos de la geologa% 4i la historia de las ciencias puede re-ducirse, segn el!nsayo, a la historia de sus instrumentos particu-lares, Dcómo podr$ construir la historia de la geologaE "ampoco se puede decir que la geologa se funda también sobre los pro-gresos de una serie de otras cien- cias y que, por ello, la historia de los instrumentos de éstas sir- ven para indicar el desarrollo de la geologa, porque con esta escapatoria se terminara por decir una vaca generalidad y por acudir a movimientos siempre m$s vastos, hasta las relaciones de producción% !s justo que para la geologa el lema es: mente et malleo% 4e puede decir, en general, que el progreso de las ciencias no puede ser documentado materialmente= la historia de las cien- cias sólo puede ser revivida en el recuerdo, y no en todas, con la descripción de la sucesiva perfección de los instrumentos que han sido uno de los medios del progreso, y con la descripción de las m$quinas, aplicación de las ciencias mismas% 6os principa- les 8instrumentos9 del progreso cientfico son de orden intelec- tual (y también poltico*, metodológico, y con entera justeza ha escrito !ngels que los 8instrumentos intelectuales9 no surgieron de la nada, no son innatos en el hombre, sino que son adquiri- dos= se han desarrollado y se desarrollan históricamente% tro problema es el siguiente: si fuese verdad la observación del!nsayo, Den qué se distinguira la historia de las ciencias de la historia de la tecnologaE !n el desarrollo de los instrumentos 8materiales9 cientficos, que se inicia históricamente con el advenimiento del método e)perimental, se ha desarrollado una
1 cia particular, la de los instrumentos, estrechamente vinculada al desarrollo general de la producción y de la tecnologa%
eleva una superestructura poltica y jurdi- ca, y a las cuales corresponden determinadas formas sociales de la conciencia% !n determinados momentos de su desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contra- dicción con las relaciones de producción pree)istentes (esto es, con las relaciones de propiedad, que es el equivalente jurdico de tal e)presión* en cuyo interior se haban movido hasta entonces% Fe formas evolutivas de las fuerzas productivas que eran, estas relaciones se convierten en trabas de dichas fuerzas% !n- tonces se abre una época de revolución social% !l cambio que se ha producido en la base económica trastorna m$s o menos r$pidamente toda la colosal superestructura% +na forma social no perece hasta tanto no se hayan desarrollado todas las fuerzas productivas que pueda contener, y las nuevas relaciones de pro- ducción no se sustituyen jam$s en ella si antes las condiciones materiales de su e)istencia no han sido incubadas en el seno de la vieja sociedad9% 'roce agrega que en el'apital (vol% , p$g% 0L n% y LLM-N n%* y en otras partes se pone de relieve la importancia de los inventos técnicos y se invoca una historia de la técnica, pero no e)iste ningn escrito en el cual el 8instrumento técnico9 es cau- sa nica y suprema del desarrollo económico% Febe hacerse notar que en el !nsayo 3opular no se halla reproducido el mencionado pasaje, ni se lo menciona% 'osa bas- tante e)tra&a, trat$ndose de la fuente auténtica m$s importante para la filosofa de la pr$)is% !n el!nsayo no se comprende e)actamente qué son la es- tructura, la superestructura, el instrumento técnico= todos los conceptos generales son nebulosos y vagos% !l instrumento téc- nico es concebido de manera tan genérica, que significa cualquier arnés o utensilio, los instrumentos que usan los hombres de ciencia en sus e)perimentos yO los instrumentos musicales% !ste modo de plantear la cuestión torna las cosas intilmente complicadas% 3artiendo de este modo barroco de pensar, surge toda una serie de problemas barrocos% 3or ejemplo: las bibliotecas Dson estructuras o superestructurasE y Dlos gabinetes e)perimentales de los hombres de cienciaE 4i se puede sostener que un arte o una ciencia se desarrollan debido al desarrollo de los respecti- vos instrumentos técnicos Dpor quéP no podra sostenerse lo con- trario y, adem$s, que ciertas formas instrumentales son al mis- mo tiempo estructura y superestructuraE 4e podra decir que ciertas superestructuras tienen una estructura particular, aun sien- do superestructuras= as, el arte tipogr$fico sera la estructura material de toda una serie y, m$s an, de todas las ideologas, y bastara la e)istencia de la industria tipogr$fica para justificar de manera materialista toda la historia% Buedara luego el caso de la matem$tica pura, del $lgebra, que como no tiene instru- mentos propios no podran desarrollarse% !s evidente que toda la teora sobre el instrumento técnico del!nsayo es solo un abracadabra% !s cierto que todo ello es una desviación infantil de la filo- sofa de la pra)is, determinada por la barroca convicción de que cuanto m$s se recurre a objetos 8materiales9, m$s orto- do)o se es%
bjeción al empirismo 6a indagación de una serie de hechos para hallar sus relacio- nes presupone un 8concepto9 que permita distinguir dicha serie de hechos de otras% D'ómo se producir la elección de los hechos que es necesario aducir como prueba de la verdad de lo presumido, si no pree)iste el criterio de elecciónE 3ero Dqué ser$ este criterio de elección, sino algo superior a cada hecho indagadoE +na intuición, una concepción, cuya historia debe considerarse compleja, un proceso que debe ser vinculado a todo el proceso de desarrollo de la cultura, etcétera% !sta observación debe ser relacionada con la que se refiere a la 8ley sociológica9, en la que no se hace m$s que repetir dos veces el mismo hecho, una vez como hecho y otra como ley (sofisma del hecho doble, no ley*% 'oncepto de 8ortodo)iaQ Fe algunos puntos tratados precedentemente surge que el concepto de 8ortodo)ia9 debe ser renovado y vinculado a sus orgenes auténticos% 6a ortodo)ia no debe ser buscada en éste o aquél de los partidarios de la filosofa de la pra)is, en ésta o aquella tendencia relacionada con corrientes e)tra&as a la doc- trina original, sino en el concepto fundamental de que la filoso- fa de la pra)is se 8basta a s misma9, contiene en s todos los elementos fundamentales para construir una total e integral con- cepción del mundo, una total filosofa de las ciencias naturales= y no sólo ello, sino también los elementos para vivificar una inte- gral organización pr$ctica de la sociedad, esto es, para llegar a ser una civilización ntegra y total% !ste concepto de 8ortodo)ia9, as renovado, sirve para preci- sar mejor el atributo de 8revolucionario9 que se suele aplicar con tanta facilidad a diversas concepciones del mundo, teoras, filo- sofas% !l cristianismo fue revolucionario en relación con el paganismo, porque fue un elemento de completa escisión entre los sostenedores del viejo y del nuevo mundo% +na teora es real- mente 8revolucionaria9 en la medida en que es un elemento de separación y de distinción consciente entre dos campos, en cuan- to es un vértice inaccesible al campo adversario% 'onsiderar que la filosofa de la pra)is no es una estructura de pensamiento com- pletamente autónoma , independiente, en antagonismo con todas las filosofas y religiones tradicionales significa, en verdad, no haber roto los lazos con el viejo mundo y, por a&adidura, haber capitulado% 6a filosofa de la pra)is no tiene necesidad de soste- nes heterogéneos= es tan robusta, fecunda de nuevas verdades, que el viejo mundo recurre a ella para proveer a su arsenal de armas m$s modernas y eficaces% !sto significa que la filosofa de la pra)is comienza a ejercer su propia hegemona sobre la cultura tradicional= pero ésta, que an robusta y, sobre todo, m$s refina- da y astuta, trata de reaccionar como la Grecia vencida, para terminar por derrotar al rstico vencedor romano% "ambién algunos partidarios de la filosofa de la pra)is que se llaman 8ortodo)os9 caen en la trampa y conciben su filosofa como subordinada a una teora general materialista (vulgar*, como , otros a la idealista% (!sto no quiere decir que entre la filosofa de la pra)is y las viejas filosofas no e)istan relacio- nes, pero éstas son menores
que las e)istentes entre el cristia- nismo y la filosofa griega*% !n el librito de tto auer sobre la religión pueden hallarse algunos datos sobre las combinacio- nes a que ha dado lugar el e)tra&o concepto de que la filosofa de la pra)is no es autónoma e independiente, sino que tiene necesi- dad de sostenerse con otra filosofa materialista e idealista, segn el caso% auer sostiene como tesis poltica el agnosticismo de los partidos y que debe darse a sus afiliados el permiso de agru- parse en idealistas, materialistas, ateos, católicos, etcétera% 6a 8materia9 DBue entiende por 8materia9 el !nsayo popularE !n un en- sayo popular, con mayor razón que en un libro para doctos, y especialmente en éste que pretende ser el primer trabajo del gé- nero, es preciso definir con e)actitud, no solo los conceptos fundamentales, sino toda la terminologa, para evitar las causas de error ocasionadas por las acepciones populares y vulgares de la palabras cientficas% !s evidente que para la filosofa de la pra)is la 8materia9 no debe ser entendida con el significado que resul- ta de las ciencias naturales (fsica, qumica, mec$nica, etcétera, y estos significados han de ser registrados y estudiados en su desarrollo histórico*, ni en los resultados que derivan de las di- versas metafsicas materialistas% 4e consideran las diversas propiedades (qumicas, mec$ni- cas, etcétera* de la materia, que en su conjunto constituyen la materia misma (a menos que se recaiga en una concepción como la del nóumeno Hantiano* , pero solo en cuanto devienen 8elemento económico9 productivo% 6a materia, por tanto, no debe ser considerada en s, sino como social e históricamente organi- zada por la producción, y la ciencia natural, por lo tanto, como siendo esencialmente una categora histórica, una relación hu- mana% D!l conjunto de las propiedades de cada tipo de material ha sido siempre el mismoE 6a historia de las ciencias técnicas demuestra que no% DFurante cu$nto tiempo no se prestó aten- ción a la fuerza mec$nica del vaporE DJ puede decirse que tal fuerza mec$nica e)ista antes de ser utilizada por las m$quinas humanasE !ntonces, Den quéP senti- do y hasta quéP punto es verdad que la naturaleza no da lugar a descubrimientos e invenciones de fuerzas pree)istentes, de cualidades pree)istentes de la materia, sino solo a 8creaciones9 es- trechamente vinculadas a los intereses de la sociedad, al desa- rrollo ya las ulteriores necesidades de desarrollo de las fuerzas productivasE J el concepto idealista de que la naturaleza no es sino la categora económica, Dno podra, depurado de las super- estructuras especulativas, ser reducido a términos de la filosofa de la pra)is y demostrado como históricamente ligado a ésta y como desarrollo de ellaE !n realidad, la filosofa de la pra)is no estudia una m$quina para conocer y establecer la estructura ató- mica del material, las propiedades fsico-qumicomec$nicas de sus componentes naturales (objeto de estudio de las ciencias e)actas y de la tecnologa*, sino en cuanto es un momento de las fuerzas materiales de producción, en cuanto es objeto de deter- minadas fuerzas sociales, en cuanto e)presa una relación social,
y ésta corresponde a un determinado perodo histórico% !l con- junto de las fuerzas materiales de producción es el elemento menos variable del desarrollo histórico= siempre puede ser veri- ficado y medido con e)actitud matem$tica y puede dar lugar, por tanto, a observaciones y criterios de car$cter e)perimental y, por ende, a la reconstrucción de un robusto esqueleto del deve- nir histórico% 6a variabilidad del conjunto de las fuerzas materiales de producción es también mensurable, y se puede estable- cer con cierta precisión cuando su desarrollo se convierte de cuan- titativo en cualitativo% !l conjunto de las fuerzas materiales de producción es simult$neamente una cristalización de toda la historia pasada y la base de la historia presente y futura, un docu- mento y al mismo tiempo una fuerza activa actual de propulsión% 3ero el concepto de actividad de estas fuerzas no puede ser con- fundido ni tampoco comparado con la actividad en el sentido fsico o metafsico% 6a electricidad es históricamente activa, pero no como mera fuerza natural (como descarga eléctrica que provoca incendios, por ejemplo*, sino como elemento de pro- ducción dominado por el hombre e incorporado al conjunto de las fuerzas materiales de producción, objeto de propiedad priva- da% 'omo fuerza natural abstracta, la electricidad e)ista aun an- tes de su reducción a fuerza productiva, pero no obraba en la historia, era un tema de hipótesis para la historia natural (y antes era la 8nada9 histórica, porque nadie se ocupaba de ella y, por el contrario todos la ignoraban*% 3or ejemplo, el!nsayo afirma que la nueva teora atómica destruye el individualismo (las robinsonadas*% 3ero Dqué ica estoE DBué significa esta apro)imación de la poltica a las teoras cientficas, sino que la historia es movida por estas teo- ras cientficas, esto es, por las ideologas, de donde, por querer ser ultramaterialistas se cae en una forma barroca de idealismo abstractoE "ampoco se puede responder que no fue la teora ató- mica la que destruyó al individualismo, sino la realidad material que la teora describe y comprueba, sin caer en las m$s compli- cadas contradicciones, puesto que a esta realidad natural se la supone precedente a la teora y, por lo tanto, actuante cuando el individualismo se hallaba en auge% D'ómo no obraba, entonces, la realidad 8atómica9 siempre, si es y era ley naturalE D para obrar deba esperar a que los hombres construyesen una teoraE D6os hombres obedecen, entonces, solamente a las leyes que conocen= como si fuesen leyes emanadas de los parlamentosE DJ quien podra hacerles observar las leyes que ignoran, de acuer- do con el principio de la legislación moderna segn la cual la ignorancia de la ley no puede ser invocada por el reoE !n realidad, éste es solo uno de los tantos elementos del!nsayo popular que demuestran la superficial comprensión de la filosofa de la pra)is, y que no se ha sabido dar a esta concep- ción del mundo su autonoma cientfica y la posición que le co- rresponde ante las ciencias naturales y, lo que es peor, ante el vago concepto de ciencia en general, propio de la concepción vulgar del pueblo (para el cual incluso los juegos malabares son ciencia*% D6a teora atómica moderna es una teora 8definitiva9 establecida de una vez para siempreE DBuien, qué hombre de ciencia, osara afirmarloE DJ no ocurre, en cambio, que también ella es
simplemente una hipótesis cientfica que podr$ ser supe- rada, esto es, absorbida por una teora m$s vasta y comprensivaE D3or qué, entonces, la referencia a esta teora habra de ser defi- nitiva y puesto fin al individualismo ya las robinsonadasE (Aparte e)iste el hecho de que las robinsonadas pueden algunas veces ser esquemas pr$cticos construidos para indicar una tendencia o para una demostración mediante el absurdo= también el autor de la economa critica ha recurrido a las robinsonadas*% 3ero hay otros problemas: si la teora atómica fuese lo que el !nsayo pretende, dado que la historia de la humanidad es una serie de revoluciones y las formas de la sociedad han sido numerosas, en tanto que la teora atómica sera el reflejo de una realidad natural siem- pre similar, Dcómo es que la sociedad no ha obedecido siempre a esta leyE D se pretender que el paso del régimen corporativo medie- val al individualismo eco- nómico ha sido anticient- fico, un error de la historia y de la naturalezaE 4egn la teora de la pra)is, resulta evidente que no es la teora atómica la que e)plica la historia humana, sino a la inversa, que la teora atómi- ca, como todas las hipóte- sis y las opiniones cientfi- cas, es una superestructura% 'antidad y calidad !n el !nsayo popular se dice (pero ocasionalmente, porque la afirmación no est$ justificada, valorada, no e)presa un concepto fe- cundo= sino que es casual, sin ne)os antecedentes ni consecuencias* que cada sociedad es algo m$s que la mera suma de sus compo- nentes individuales% !llo es verdad en un sentido abs- tracto% 3ero Dqué significa concretamenteE 6a e)plica- ción que se ha dado, emp- ricamente es, a menudo, una cosa barroca% 4e ha di- cho que en la numeración, al llegar a diez tenemos una decena, como si no e)istie- se el par, el terceto, el cuar- teto, etcétera, esto es, un simple modo distinto de numerar% 6a e)plicación teórico-pr$ctica m$s con- creta se tiene en el volumen primero de !l 'apital, don- de se demuestra que en el sistema de f$brica e)iste una cuota de producción que no puede ser atribuida a ningn trabajador individualmente, sino al conjunto de los obre- ros, al hombre colectivo% Algo similar ocurre con la sociedad entera, que est$ basada en la división del trabajo y de las funcio- nes, y que por lo tanto vale m$s que la suma de sus componentes% 'ómo ha 8concretado9 la filosofa de la pra)is la ley hege- liana de la cantidad, que deviene calidad, es otro de los nudos teóricos que el !nsayo popular no desata, sino que lo considera ya conocido, cuando no se contenta con juegos de palabras como el relativo al agua que con el cambio de temperatura cambia de estado (salido, liquido, gaseoso*, lo que es un hecho puramente mec$nico determinado por un agente e)terior% !n el hombre, Dquién ser$ dicho agente e)ternoE !n la f$bri- ca e)iste la división del trabajo, etcétera, condiciones creadas por el hombre mismo% !n la sociedad, el conjunto de las fuerzas productivas%
3ero el autor del!nsayo no ha pensado que si cada agregado social es algo m$s (y también distinto* que la suma de sus com- ponentes, esto significa que la ley o el principio que e)plica el desenvolvimiento de la sociedad no puede ser una ley fsica, puesto que en la fsica no se sale nunca de la cantidad, a no ser metafóricamente% 4in embargo, en la filosofa de la pra)is la cualidad est$ siempre unida a la cantidad, y quiz$s en tal co- ne)ión se halle su parte m$s original y fecunda% 6a teologa !n el problema de la teologa aparece aun m$s evidentemen- te el defecto del!nsayo, al presentar las doctrinas filosóficas pasadas en un mismo plano de trivialidad, de suerte que el lector cree que toda la cultura pasada ha sido fantasmagora de bacantes delirantes% !l método es reprensible desde muchos puntos de vis- ta= un lector serio, que entienda sus nociones y profundice sus estudios, cree que se est$n burlando de él y e)tiende su sospecha al conjunto del sistema% !s f$cil creer que se ha superado una posición rebaj$ndola, pero se trata de un apura ilusión verbal% 4obre el arte !n el capitulo sobre el arte se afirma que aun en las m$s recientes obras sobre estética se concibe la unidad de forma y de contenido% !ste puede ser considerado como uno de los ejem- plos m$s notorios de incapacidad critica en el establecimiento de la historia de los conceptos y en la identificación del signifi- cado real de los conceptos segn las diversas teoras% /ealmen- te, la identificación de forma y de contenido es afirmada en la estética idealista ('roce*, pero con presupuestos idealistas y terminologa idealista% 8'ontenido9 y 8forma9 no tienen, por lo tanto, el significado que el!nsayo supone% !l hecho de que for- ma y contenido se identifiquen significa que en el arte el conte- nido no es 8argumento abstracto9, o sea, la intriga novelesca y la masa particular de sentimientos genéricos, sino el arte mismo, una categora filosófica, un momento 8distinto9 del espritu, et- cétera% "ampoco 8forma9 significa 8técnica9, como supone el !nsayo% "odo los motivos y esbozos de estética y de critica artistica contenidos en el!nsayo deben juntarse y analizarse% 3ero, en- tretanto, puede servir de ejemplo el parrafo dedicado al3 ro m e teo de Goethe% !l juicio dado es superficial y e)tremadamente genérico% !l autor, a lo que parece, no conoce la historia e)acta de esta oda de Goethe, ni la historia del mito de 3rometeo en la literatura mundial antes de Goethe% 3ero Dpuede emitirse un jui- cio, como el emitido en el!nsayo, sin conocer estos elementosE 3or otra parte, Dcómo hacer para distinguir lo que es m$s estre- chamente personal en Goethe de lo que es representativo de una época y de un grupo socialE !ste tipo de juicios, de tanto
en tanto esta justificado, en cuanto no se trata de vacuas generali- dades en las que puedan meterse las cosas m$s dispares, sino que son precisos, demostrados, perentorios= de lo contrario, es- taran destinados solamente a difamar una teora y a suscitar un modo superficial de tratar los problemas% Algunos términos filosóficos utilizados por Gramsci tolemaico: de 3tolomeo, astrónomo que hizo de la tierra el centro del sistema planetario% antropomorfismo: sistema que atribuye a la divinidad o las cosas forma humana% antropocentrismo: doctrina que considera al hombre como centro del universo% historicismo: teora fundada sobre consideraciones históricas% misoneista: que aborrece las novedades% solidez formal: que tiene unidad lógica, m$s all$ de toda e)periencia% historiografa: teoras de la investigación histórica positivista: filosofa que defiende que todo conocimiento debe sacarse nicamente de la observación y de la e)periencia% positivismo evolucionista: doctrina filosófica basada en la evolución y el progreso% nominalismo: doctrina filosófica segn la cual un concepto es solo un nombre acompa&ado de una imagen% 6os nombres de las cosas son convenciones% escepticismo filosófico: doctrina que descansa en la suspensión de emitir juicios positivos o negativos% filologa: ciencia del estudio de las lenguas tautologas: un mismo pensamiento con distintos términos% 6o que siempre es verdadero, por ejemplo, es ) o no es )% paralogismos: razonamiento falso% gnoseologa: teoras del conocimiento, del cómo se conoce% casustica: método que estudia los casos particulares en cualquier tema% escol$stica: método de ense&anza utilizado durante la !dad #edia% metafsica: teora general y abstracta% 'onocimientos de los principios primeros y de las causas de todas las cosas% relativismo: teora filosófica fundada en la relatividad de todo conocimiento%