Función económica de la empresa La Función Económica De Las Empresas
La empresa se puede definir como una unidad económica de producción en la que se combinan una serie de factores como capital (maquinas, edificios…) trabajo y recursos naturales, bajo la dirección de un empresario para producir bien esos servicios que serán vendidos en el mercado con objeto de obtener el máximo beneficio.
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Ciclo De Producción Y Ciclo Económico De Las Empresas
Ciclo de producción las empresas compran materias primas, productos terminados y productos semielaborados que son almacenados almacenados y luego utilizados en la fabricación. Una vez que la empresa ha obtenido los productos terminados se almacenan para ser distribuidos y vendidos entre los clientes. Ciclo económico paralelamente el ciclo de producción existe un ciclo económico que está formado por dos flujos uno de ingresos constituido por el dinero Obtenido de las ventas y otro de gastos ocasionados por los pagos a los proveedores, trabajadores y el resto de sus costes. Si los ingresos obtenidos son superiores a los costes, surge el beneficio, en el caso contrario sufren pérdidas.
Función social
de
la
empresa
El beneficio de la empresa es el mejor signo de utilidad social, pues llena una necesidad por la que la gente paga. Estos últimos dias se habla mucho de la responsabilidad social corporativa de las empresas. Provocados quizás por el Informe Aldama, se leen en la prensa pronunciamientos en favor de la exigencia ética y la transparencia que debe deb e presidir su gestión y se reafirma la función social que les corresponde, análoga -dicen- a la función social de la propiedad, que vincula ésta, no sólo al interés y la utilidad de sus titulares, sino también al entorno en el que actúa y a las personas que con ella se relaciona (trabajadores, proveedores, usuarios, entorno social y ambiental, etc ...). Se concluye así en la necesidad de llevar a cabo, junto al balance económico y la inevitable cuenta anual de resultados, un "balance social" que refleje esas otras dimensiones de una organización económica que ha sobrepasado los límites del puro utilitarismo privado y ha tenido que encargarse de tareas y responsabilidades de naturaleza social, ambiental, educativa y cultural. No sé si este entusiasmo desencadenado por la ética y la responsabilidad social de las empresas es una reacción contra los recientes escándalos en algunas de las empresas más importantes del mundo, pero conviene aclarar este batiburrillo conceptual. Sin desconocer, como es lógico, algunos elementos de verdad y muchos buenos deseos que acompañan a tales
manifestaciones; sin ignorar las complejas estructuras de decisión que son propias de todas las grandes organizaciones (incluidas las grandes empresas); sin dejar de atender a la dignidad del hombre y la mujer concretos que trabajan en ellas (que no son cosas, ni máquinas, sino personas); sin negar la responsabilidad que las empresas tienen hacia sus propios empleados y hacia su entorno; sin ignorar -repito- ninguna de estas cosas, lo que no puede hacerse es convertir la empresa en una especie de organismo socio-institucional en el que unos supuestos seres, buenos, justos y magnánimos -los directivos y managers_ crean y distribuyan la riqueza entre los distintos grupos implicados en la organización y colaboran, con el Estado o el Municipio, en la resolución de los problemas sociales de su entorno. Esto no es sólo una utopía sino -lo que es peor- un error. De hecho, la otrora propugnada "democracia industrial o empresarial" ha sido un desastre donde se ha intentado. Se ha puesto en evidencia que la empresa tiene que ser una organización jerarquica, que precisa de un fuerte liderazgo, que necesita resultados económicos y control por sus dueños, que funciona bien cuando ofrece productos y servicios de calidad, consiguiendo entonces, indirectamente, buenísimos resultados sociales. La empresa mercantil es una organización económica que actúa en un mercado libre y competitivo y debe so brevivir en él ofreciendo sus productos en las mejores condiciones de cantidad, calidad y precio. El beneficio de la empresa es el mejor signo de su utilidad social, pues significa que viene a llenar u na necesidad por la que la gente está dispuesta a pagar un precio. Las empresas privadas y el Gobierno tienen funciones y finalidades diferentes: no deben mezclarse unas con otras. Ni es misión de las empresas resolver problemas sociales (aunque con frecuencia así lo hace), ni ejecutar los programas económicos del Gobierno. La llamada "responsabilidad social" o "función social" de las empresas es un mito: se trata sencillamente de cumplir la ley, respetar los contratos con terceros, pagar los impuestos, respetar las reglas del mercado -en especial, las de la competencia- sin engaños ni fraudes, dar cuenta puntual de su gestión ante sus dueños y cumplir las regulaciones administrativas y laborales que garantizan la defensa de los intereses públicos (seguridad, salubridad, medioambiente, etc.). Esa es toda su responsabilidad social: crear riqueza y ganar limpiamente tanto dinero como sea posible para sus accionistas, empleados y trabajadores. Después de todo el mecenazgo que éstos (o la empresa) quieran hacer será poco; pero no conviene confundir los planos. La empresa cumple con su función social cuando es capaz de continuar y permanecer en el mercado. Para lo cual debe conseguir a través de la oferta de bienes o servicios el suficiente incremento del valor económico para: a) satisfacer a todos los trabajadores con una determinada cantidad de bienes económicos; b) satisfacer los instrumentos; y c) hacer la inversión prevista para garantizar su evolución a largo plazo y para realizar las inversiones sociales, es decir, inversiones derivadas de las obligaciones de la empresa hacia la sociedad en la cual vive[1]. Dicho de otro modo, la empresa cumple su función social principal cuando gana plata. Pero no la gana por arte de birlibirloque sino como consecuencia de la eficiencia, de la habilidad y del esfuerzo de todos y cada de sus integrantes.
Conclusión
La responsabilidad económica de la empresa viene definida por su razón de ser; por su objetivo primario: maximizar el valor de los derechos de los accionistas en un mundo con restricciones legales, técnicas y presupuestarias. Si la consecución de este obje tivo se realiza utilizando voluntariamente las mejores prácticas, actuando éticamente y observando valores y demandas sociales para dar respuesta a necesida des sociales podemos hablar de la función económica de una empresa socialmente responsablemente. La responsabilidad social de la empresa (RSE) puede ser altruista o responder a programas relacionados con la ventaja competitiva diferencial de la empresa para mejorar el medio ambiente (generando tecnologías y procesos más eficientes), crear productos de mejor calidad, influir positivamente en la sociedad. Tanto las empresas con ventajas monopolísticas (generalmente derivadas de la dotación de activos intangibles) como las que buscan el liderazgo en costes (competitividad basada en precio) pueden actuar con responsabilidad social. Las primeras poseen más capacidad inversora para emprender proyectos asociados a programas de responsabilidad social. En cualquier caso entendemos que los nive les de responsabilidad social mínimamente exigibles a la empresa han de circunscribirse a la utilización de buenas prácticas bajo un comportamiento ético con los grupos de interés.