Filosofía de la Educación (C. J. Brauner y R. W. Burns).
Relación filosofía/educación mutuamente reconstructivas, cada una toma de la otra y le da. Son proceso y producto. Esta fusión de pensamiento reflexivo y acción práctica excluye la posibilidad de definición de la filosofía de la educación.
1 – La filosofía como proceso.
El producto que llamamos una filosofía es el término de un proceso, el filosofar, distinción que hay en filosofía entre proceso y producto. Podemos distinguir, para servir a fines pedagógicos, cuatro aspectos diferentes pero relacionados del proceso: analítico, evaluativo, especulativo y el integrativo. Analítico _ identificación y el examen de los supuestos y criterios que guían la conducta, y especialmente la conducta de
elección. Evaluativo _ establecimiento de criterios para la crítica, es el proceso de fijar o juzgar las acciones y de defender los
criterios con que se construyen los j uicios. alternativas para la conducta, sobre la base de Especulativo _ la producción de nuevas hipótesis, en la génesis de nuevas alternativas análisis previos, evaluaciones e integraciones. Integrativo _ constructivo en el sentido de que reúne o relaciona criterios, conocimiento o acción previamente dispersos.
En sentido más amplio, el filosofar es un proceso de análisis, si por análisis se entiende la tentativa de apoderarse del sentido de una palabra, una idea, un concepto, una e xperiencia; es el proceso de formulación de preg untas llenas de sentido y de búsqueda de respuestas inteligentes a las mismas. Se refieren primordialmente a la naturaleza de la realidad, los criterios de conocimiento y los problemas de valor.
2 - La filosofía como producto.
Cuerpo de pensamiento con coherencia interna y c ompuesto por las respuestas que se han ido dando a lo largo del proceso. Parece constar de respuestas, posiciones, conclusiones, recapitulaciones finales y planes terminados. Los filósofos producen respuestas diferentes a las mismas preguntas, los productos se c lasifican según la clase de respuestas que se den. La evolución de e scuelas de filosofía (idealismo, realismo, pragmatismo, positivismo, existencialismo). Mirar más allá de los planes que se o frecen es mirar por debajo de la superficie de la filosofía, ahondando en sus profundidades.
3 - La educación como proceso.
Educación se refiere al acto de enseñar o la tarea de aprender, entonces todos están de acuerdo en que la educación es un proceso. En sentido amplio, la educación es la suma de las presiones socioculturales sobre el individuo: lo que se aprende y se enseña en la casa, en la iglesia, en el club, en la sala de juegos, e n una esquina callejera o en el t eatro y no solamente en la escuela. En sentido estricto, se trata de lo que se hace en la totalidad de la situación escolar, y en sentido más estricto aún, es lo que acontece en el aula. Más est rictamente todavía se trata de la educación liberal, general, técnica especial o profesional. Lejos de ser sinónimo de viviente, e l significado completo de la educación sólo puede ser sinónimo de endoculturación, es decir, el proceso de aprendizaje acerca de la cultura en la cual el niño ha nacido, vive y muere. En sentido más estrecho es el intento organizado de toda sociedad para socializar al niño, no solo para enseñarle las mores de la cultura sino de persuadirlo de que las acepte y las sostenga. El proceso de educación implica la transmisión de hechos y de valores, así como también la creación de otros nuevos. La educación consiste por lo menos en el proceso de transmisión de hechos establecidos y valores sancionados, el desarrollo de las capacidades intelectuales y físicas, el examen y la aceptación de lo antiguo, o la exper imentación con la adopción de valores y actitudes nuevos. En consecuencia, la educación es, en su totalidad, e l proceso de endoculturización, o sea de introducción del educando, bebé o adulto, en la cultura en la que vive y en los métodos de vida y de trabajo socialmente desarrollados y autorizados por la sociedad en cuestión. El proceso de socialización es el proceso que prepara al niño para su vida presente y futura en su cultura. Es el medio principal para lo que los antropólogos llaman pasaje a la humanidad. Cultura es una palabra abstracta que sirve para describir los modos en que el pueblo ha aprendido (el cómo de la cultura) y los productos de esos modos de vivir (el qué de la cultura). Sin el individuo no existirían la cultura humana ni la sociedad. La educación implica necesariamente, entonces, tres niveles de consideración: el biológico, que se reduce al hombre en tanto animal y en parte determina los posibles límites del proceso educacional; el psicológico, que trataba sobre la base de aquél y diferencia al individuo, y el sociológico, que asimila lo biológico dado y produce e l reflejo de la imagen del yo al nivel psicológico, con lo cual pone al hombre frente a un espejo que le permite tomarse a sí mismo como objeto de cuidado. El producto de la educación es la creación o la preparación de los individuos por cuyo intermedio y a través de los cuales la sociedad se renueva, cambia, se enriquece y se extiende a sí misma.
4 - La filosofía de la educación como proceso.
Es la actividad que se propone clarificar los términos, los pensamientos y los pr incipios que guían la educación, así como también los problemas que la inhiben. Es un proceso que propone los fines de la educación y que sugiere los medios para alcanzarlos.
La función analítica implica la localización y el examen de los supuestos, cree ncias, obligaciones y criterios que guían tanto la política como la práctica educacional. Por lo común, esta actividad incluye una inspección de esos criterios, políticas y prácticas. La función evaluativa se mueve más allá del análisis por lo que no solamente implica la identificación y el examen de los criterios que guían, sino la estimación y enjuiciamiento de esa política y de esa práctica en función de los criterios subyacentes en que se fundan. La función especulativa de la filosofía de la educación se basa normalmente en el análisis, la evaluación y la síntesis previa de los elementos existentes, pero eso siempre significa construir con estos , o volver a combinarlos, etc., con e l objeto de crear nuevas hipótesis e identificar nuevas alternativas para usar en educación. Esto implica el ¿qué ocurriría si…? el ¿por qué no…? y el ¿cómo…? acerca de los tipos de actividad que originaron el progreso educacional.
5 – La filosofía de la educación como producto.
La función integrativa trabaja sobre los análisis ya realizados y los juicios ya alcanzados, con el propósito de unificar y combinar la política y la práctica educacional en un todo lógico, consistente y coherente, justamente lo que suele llamarse una filosofía de la educación. Lo más deseable es que c ada educador constituya su propia filosofía de la educación – consistente, coherente y funcional – que le sirva de guía en sus actividades educativas. La función integradora de la filosofía de la educación es, pues, la unificación y armonización de las creencias a las que en materia de educación se ha llegado por el análisis y evaluación de muchas posibilidades. Pero la función integradora sugiere algo más que la simple adicción de mo do que compongan un cuerpo de pensamiento que no deje el menor resquicio a la posibilidad de desgarrar la trama de la política educacional y se abandone en consecuencia la práctica educacional intelectualmente gastada y ya obsoleta.
6 – La filosofía de la educación como perspectiva.
La filosofía de la educación, por consiguiente, es la disciplina o el modo de pensamiento que proporciona una perspectiva a los educadores. En verdad, ella misma es una perspectiva, pues una filosofía de la educación es una manera de observar, de pensar y de actuar en contextos educacionales. El hombre que no puede elevarse hasta o btener una perspectiva desde lo alto deberá m irar por siempre desde las profundidades hacia arriba. En la medida en que ésta es una posición común al niño y al hombre, se la llama práctica. No lo es. Por el contrario, es el ángulo de máxima distorsión y de mínima distinción. Desde semejante ángulo nada puede verse en su totalidad, ni siquiera en buena parte. Un filosofía de la educación no mejorará las cosas pintando los cristales de color rosa, sino que tratará de suministrar una nueva perspectiva a partir de la cual el maestro pueda descubrir nuevas dimensiones del problema.