CUADERNOS DE INVESTIGACIÓN ARUWIYIKI - N° 1
Máximo Quisbert Quispe
FEJUVE El Alto, 1990-1998
Dilemas del Clíentelísmo Colectivo en un Mercado Político en Expansión Ediciones Aruwiyiri
Chukiyawu- 2003
Taller de Historia Oral Andina
ÍNDICE
Presentación Introducción Cap. 1. Aspectos teóricos y metodológicos Cap. 2. Características generales de la ciudad El Alto Cap. 3. Hegemonía y crisis del populismo Cap. 4. La democracia y los partidos Cap. 5. Nuevos actores sociales en El Alto Cap. 6 Mercado político y oferta prebenda! A manera de conclusiones Bibliografía y Fuentes
p. 1 p.4 p. 9 p. 21 p. 34 p. 48 p. 61 p. 74 p. 101 p. 103
2003 © Máximo Quisbcrl Quispc © Ediciones Aruwiyiri León M. Loza Ny 1199, esquina Asccncio Padilla - Alto San Pedro tcl. (591-2)2483396 fax.(591-2) 24X3395 Foto de carátula, internet, 18 octubre, indymcdia cmail:
[email protected] Casilla de Correo 14820 La Paz, Solivia
1
PRESENTACIÓN
El Alto, considerada por muchas décadas una "ciudad dormitorio" de la hoyada paceña, reafirmó su perfil político y social propio en los conflictos de septiembre-octubre del año 2003. Cientos de miles de trabajadores asalariados, trabajadoras por cuenta propia, gremialistas y juntas vecinales de base, se levantaron en forma unánime y organizada, para combatir, en primer lugar, la injusta intención del Municipio alteño, de aplicar nuevos impuestos a la gente trabajadora de los múltiples sectores gremiales organizados a través de los formularios Maya y Paya, que tuvieron que ser cancelados luego del paro cívico decretado en el mes de septiembre. Cuando, a mediados de ese mismo mes, el bloqueo de las carreteras de Sorata y Warisata se intensificó en demanda del cumplimiento de acuerdos previos entre el gobierno y la CSUTCB, la brutal represión emprendida por fuerzas militares dejó un saldo de 5 muertos comunarios, entre ellos una inocente niña de 9 años, la indignación y la solidaridad hicieron carne de la población alteña, que se lanzó a principios de octubre a una movilización sin precedentes. En las jornadas de octubre, las y los áltenos hicieron sentir con toda claridad la voz digna y soberana de El Alto en defensa de los recursos naturales y en protesta por la masacre de sus hermanos del campo. El 12 y 13 de octubre -no en vano un aniversario más de la invasión colonial a este continente- más de medio centenar de muertos, todos ellos aymarás de El Alto y los alrededores de La Paz, fueron el trágico saldo de los bloqueos de calles y carreteras, cuando las fuerzas militares dispararon ametralladoras y armas de grueso calibre contra las multitudes, con el fin de abastecer de combustible a la hoyada paceña y parar, las marchas que se masificaban como un "cerco" indio a la sede de gobierno. La respuesta a esta nueva matanza fue la intensificación del paro de actividades, bloqueos y marchas, y la confluencia inédita de mineros, campesinos, amas de casa, vecinos y jóvenes en una lucha sin cuartel contra la masacre como método de gobierno. Allí se puso en evidencia la fuerza combativa de las bases, que muchas veces rebasando a las cúpulas de sus organismos gremiales, sindicales y vecinales, recuperaron la dimensión territorial de las organizaciones aymarás, copando milímetro a milímetro el espacio físico de la ciudad más alta de Solivia. Mujeres, jóvenes y niños fueron protagonistas centrales del levantamiento, a través de una tupida red comunal de juntas, gremios y asociaciones de base. Ajenos y críticos a la política de los grandes partidos de la derecha liberal, pero también cansados, de la manipulación clientelar de sus organizaciones matrices, las y los combatientes del levantamiento que se concentró en torno al gas, otorgaron un nuevo sentido de dignidad, participación y soberanía a la palabra democracia. Detrás de esta gigantesca movilización se ejerció también una crítica práctica a un sistema que durante casi dos décadas, había minado la representatividad de las organizaciones alteñas, convirtiéndolas en espacios para la política electoral de los partidos criollos dominantes. De este modo, el sistema político nacional, incluyendo sus variantes populistas, había logrado desarticular por muchos años la fuerza de las masas de El Alto, mediante un tupido sistema de sumisiones verticales, basado en la prebenda, la promesa de pequeñas obras y servicios, o la simple y llana compra del voto. Negociando con el hambre
2 y con las necesidades irresueltas de la población, los partidos convirtieron al clientelismo en una nueva forma de colonialismo, donde la ley del poderoso se traducía en migajas, en pequeños y efímeros regalos, cuyas fuentes eran obtenidas gracias al ejercicio del poder y al saqueo de las arcas municipales y estatales. Los partidos políticos dominantes, encarnando una larga historia de usurpación de las voluntades populares, pensaron que la conciencia de la gente era una mercancía, y que las y los áltenos eran ciudadanas y ciudadanos de segunda clase, a los que había que convocar tan sólo el momento de pedir los votos, para luego mantener sin cambios un sistema económico y político profundamente injusto, que se basa en la explotación inmisericorde de las energías productivas de la gente trabajadora, y en la manipulación de las necesidades vecinales y gremiales a través de promesas y prebendas, con el único tln de hacerse del poder y dar luego las espaldas a las demandas de la colectividad. El trabajo de investigación de Máximo Quisbert Quispe, un sociólogo alteño de la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz, es el resultado de una minuciosa investigación para su tesis de licenciatura, acerca de cómo ha funcionado durante décadas este sistema político inaugurado por el MNR en 1952, y que está ahora agrietándose y haciendo agua por todas sus rajaduras. Los mecanismos del sistema clientelar, basados en una serie de prestaciones y contraprestaciones, y la penetración de los partidos, a través de lo que llama "clientes aspirantes" en los organismos de la sociedad civil, son desnudados a través de esta investigación, que nos permite conocer las estrategias de la casta dominante para perpetuarse en el poder. Haciendo uso de las contribuciones más autorizadas de la ciencia política y la sociología, la tesis de Máximo Quisbert Quispe confirma algunas de sus conceptualizaciones, pero matiza la mayoría de ellas, ya que su perspectiva toma en cuenta el tejido organizad onal propio de la sociedad alteña y el carácter colectivo de las negociaciones con el sistema político, lo cual permite dar una respuesta a la oferta prebendal, obteniendo recursos y obras en beneficio de los barrios, los gremios y los espacios del comercio informal. Sin embargo, esta forma colectiva que asumió el clientelismo en El Alto hasta fines de la pasada década, era aún un mecanismo parcial de insumisión frente a la labor disgregadora de los partidos dominantes. En las elecciones del 2002, por primera vez desde la instalación del sistema democrático, fueron partidos liderizados por aymarás como Evo Morales y Felipe Quispe, quienes ganaron en El Alto. Allí se desajustó una tuerca más del aparato político partidario de las élites criollas, pues las y los áltenos cambiaron su estrategia conformista de otorgar su "voto al ganador", para reafirmar el voto como opinión contestataria y como la manifestación de una voluntad de cambio ante las profundas inequidades y exclusiones que implica el sistema económico y político vigente. Y lo que es más importante, es a partir de esas elecciones que se abre la posibilidad de que la gente que lucha y que trabaja no sea más escalera política de los caballeros de terno y de corbata, de aquellos para quienes el Estado boliviano es como una hacienda, y las arcas públicas como un patrimonio personal o de casta. EL trabajo de Máximo Quisbert Quispe fue realizado y escrito en 1999, antes de que todos estos hechos entraran en la historia, pero por ello mismo, resulta esclarecedor para ayudarnos a comprender cómo funcionan las armas del sistema. Esto es así, en la medida en que su investigación nos permite conocer los mecanismos que ha utilizado históricamente la élite colonial dominante para degradar la democracia y convertir al electorado en un rebaño sumiso y en escalera política, para luego seguir negando a la población su condición de sujeto de derechos económicos y políticos fundamentales. Conocer el clientelismo en sus engranajes internos, saber cómo la casta dominante intenta comprar y corromper a las
3
organizaciones sindicales, gremiales y vecinales para obtener los votos que le permiten perpetuarse en el poder, es importante para ayudarnos a tomar conciencia de la necesaria vigilancia de la base hacia las direcciones, sean estas gremiales, sindicales o políticas. Asimismo, ante la ausencia de jóvenes y mujeres de los niveles cupularcs e intermedios de las organizaciones matrices, la investigación que presentamos nos alerta acerca de los métodos de exclusión inscritos en la propia sociedad civil, que cuando suena la hora de la protesta colectiva, se abren para dar lugar a una participación más intensa y radical que la que muchas veces proponen las direcciones. Esta dialéctica entre bases y cúpulas, entre varones y mujeres, entre partidos políticos y asociaciones de base de la sociedad civil, podrá ser comprendida con más precisión al leer esta investigación y aplicar sus contenidos a la situación presente. En fin, para que no nos pongamos a destruir la casa del amo, utilizando las herramientas del amo, es necesario conocer cuáles son estas herramientas y cómo funcionan, para no caer en la trampa de seguir creyendo en engañosos discursos y para profundizar la dimensión participativa de la democracia a través del tejido comunitario de los organismos de base, aquellos que dieron las batallas más memorables del presente, aquellos que siempre ponen los muertos, pero nunca ponen a los gobernantes. Ediciones Aruwiyiri del Taller de Historia Oral Andina, inaugura la Serie Cuadernos de Investigación con este trabajo, en homenaje a la masiva movilización del pueblo de El Alto y como un aporte a la comprensión dQ las posibles formas en qu$ podría ser escamoteada esta movilización, al ser amenazada por un sistema político que, aunque degradante, posee todavía la fuerza del poder y del dinero, como medios para desarticular la energía contestataria de las multitudes, cuya raíz aymara y andina afloraron con toda nitidez en las jornadas de septiembre y octubre. Silvia Rivera Cusicanqui Ediciones Aruwiyiri
• 4
FEJUVE EL ALTO, 1990-1998. DILEMAS DEL CLIENTELISMO COLECTIVO EN UN MERCADO POLÍTICO EN EXPANSIÓN
Por: Máximo Quisbcrt Quispe INTRODUCCIÓN
Los actores vecinales surgen embrionariamente en la etapa de poblamiento inicial urbano de El Alto y se constituyen en grupos de presión hacia el sistema político a partir de la década de los años 50. En ese periodo inicial, sus acciones estuvieron motivadas directamente por necesidades., especificas: la legalización de los terrenos, dotación de servicios básicos, construcción de escuelas, ctc, un proceso que continúa hasta el presente sin soluciones electivas. Fue durante el gobierno populista de MNR (1952-1964), que estos nuevos actores vecinales superan la diáspora orgánica, fusionándose su estructura interna -hasta entonces flexible, y dispersa- en.torno a un eje central. Las .nacientes organizaciones vecinales se aglutinan bajo la égida de comandos zonales controlados por militantes de MNR. Diversos autores han mostrado que en este proceso, el movimiento vecinal fue subordinado a la burocracia patrimonial y paternalista del partido. Estas élites optaron por la apertura del espacio político a la participación de masas, pero a la vez limitaron esta participación a sus formas, subordinadas, que imprimen hasta hoy su sello a la política aliena. El objetivo principal de esta tesis, es mostrar las formas de oferta política en la Federación de Juntas Vecinales (FEJUVE), en la calle durante la campaña electoral con los actores vecinales que son fruto del proceso migratorio y de los cambios desatados por el proceso de 1952. En este punto quizás cabe una aclaración previa. En la última década, las ciencias sociales han dado gran importancia a los medios de comunicación; muchos investigadores latinoamericanos como Néstor García Canclini, cnfatizan su papel en los cambios en la forma de hacer política. En la misma línea, Manuel Castells destaca la importancia de los medios tic comunicación de masas, donde se define el poder de los partidos, asignando menor relevancia a las redes clicntelares tradicionales, todo lo cual indicaría una modernización del. sistema político. Nosotros, aunque no tocaremos específicamente estos espacios, estamos de acuerdo con el investigador argentino Javier Auycro, quien señala que ambos pueden coexistir y ser funcionales entre sí. De hecho, al tocar el caso de CONDEPA, mostraremos que el caso boliviano no plantea una disyuntiva tajante entre las formas tradicionales .y modernas de la oferta política. Aunque se conoce aún muy poco, es indudable la importancia política que tienen los contactos cara a cara en la formación de redes clicntelares, y en la configuración de una opinión pública. Las obligaciones personales, lealtades, sentimientos y la confianza que la gente tiene en el entorno de sus redes .sociales, continúan ejerciendo una poderosa influencia persuasiva que, según señala Auycro, compite en términos ventajosos con la radio y la televisión (Auycro 1996: 18 ). Nuestra investigación tiene el objetivo de examinar la oferta política, tal y como se da en las relaciones cara a cara, en las calles y durante las campañas electorales. Es por eso que no hemos querido incluir la televisión ni la radio, aunque reconocemos que a través de estos medios la oferta política se formaliza y mercan! iliza. Tampoco se realizará un análisis exhaustivo de la demanda social de los vecinos, salvo como escenario donde operan los mecanismos de la oferta clicntclar de los partidos. Nos concentraremos entonces en analizar
5 cómo lo:; partidos copun la organización vecinal, mediante la oferta prebenda!, que permite articular a sus clientes de base y hacer ofertas más cómodas y creíbles durante la campaña. Propondremos el concepto de clicnlclismo prcbcndal de partido único1 para caracterizar la primera etapa, de nuestra pcriodización, a partir de la revolución nacional de 1952, que contribuyó al proceso de ccntrali/.ación y subordinación de Jos actores sociales vecinales. Es así como el listado patrimonial corporativo absorbe parcialmente al joven movimiento vecinal, mediante instrumentos de manipulación prebendal que permiten un largo período de lealtad de las juntas vecinales alienas al MNK, que hizo crisis en los años J9802. Con la caída del gobierno populista del IVÍNR, producto de la desarticulación del frente poJiclasista que sustentó a esta versión boliviana del estado de bienestar', se abre un proceso de inestabilidad política clónica que culmina en más una década de regímenes militares de .diverso signo. La estructura de mcdialización prcbcndalisla que servía de nexo entre sindicatos, juntas vecinales y otras organizaciones de base, con el partido único y sus comando:; y milicias, fue desmantelada y sus cuadros de defensa fueron desarmados. Tanto juntas como sindicatos obreros fueron marginalizados de la política, intentándose sustituir la amplia baso populista por una alianza entre empresarios y campesinos articulados en torno a las Fuerzas Armadas (FF.AA). Si bien el movimiento obrero es proscrito y las juntas quedan relativamente al margen, el movimiento campesino se convierte en espacio privilegiado, para la reproducción del esquema clientelista de partido único. Surgen además una pluralidad de clientes aspirantes, que vinculan a los sindicatos campesinos con una serie de acciones dcsarrollistas y asistcnciales que lanzan los gobiernos militares para mantener el apoyo de sindicatos campesinos. Además, con la marginalización del sistema de partidos y control político por parte de las FF.AA., se polariza el escenario político en dos sectores fundamentales que pugnan por el poder: las FF.AA. y la Central Obrera Boliviana (COB). A este período lo hemos denominado entonces de yuxtaposición entre actores políticos y sociales, que determinó el debilitamiento de actores marginales o periféricos, concomitante aJ debilitamiento de ios partidos. Surgen entonces líderes vecinales que con estrategias caudillislas buscan, ampliar, su protagonismo en la política. El espacio político se halla entonces restringido y recortado para otras formas participalivas que no sean la lealtad incondicional al caudillaje militar. Tanto a nivel de la presidencia de la república como en las alcaldías de las ciudades principales, estas estrategias caudillistas se repiten, como lo ha demostrado la tesis del sociólogo Carlos Blanco (cfr. Blanco 1993). En la medida en que las fuerzas armadas sustituyeron al MNR como eje del sistema político, con el movimiento obrero clandcstinizado como el otro eje, el clicntelismo prebenda! de partido único se debilita y asume formas degradadas. En este contexto, los '. El cliciilclisuu) prcbcndal de partido único es una construcción propia basada en diversas fuentes. Fue una de las modalidades que se impuso con lodos los sectores sociales populares, que fueron cooptados por un sólo partido bajo la ideología ciudadana eme impulsó el Nacionalismo Revolucionario. * Lii lealtad aliena al MNK puede aún verse en el triunfo de la Unidad Democrática Popular en El Alto en tres elecciones consecutivas: 1978-1979-1980. 3 . Rene Mayoría destaca la crisis global de las estructuras sociales, políticas y económicas, que se configuraron como resultado de las transformaciones de la revolución de 52. Para Mayorga, la crisis habría influido en Ja descomposición del poder del MNR (virtualmcntc el partido único entre 1952-1964). Así, se produce la disolución de la alianza entre trabajadores mineros, clase media y campesinado, que había
constituido el fiuulamcnlo social y político del Estado del 52. Ver llené Antonio Mayorga 1991, p.211.
6 actores vecinales se repliegan para cobrar mayor fuerza, mediante la incorporación de nuevas juntas que surgen del intenso proceso migratorio y la extensión espacial de la ciudad. No tardarán mucho en gravitar hacia la COB y formar parte del gran movimiento de democratización de los años 80. En la década de 19SO las juntas de lil Alto ya ostentaban el status de Federación, con una capacidad de convocatoria que permitió canalizar y expresar diversas demandas, acumuladas en el periodo dictatorial. La población de El Alto, pujante y abigarrada, logra en esta década articular estas demandas con otras, más políticas, ligadas a su autonomía administrativa como ciudad y a su particular perfil cultural. Es por ello que en esta década prolifcran las acciones colectivas destinadas a hacer acceder sus reivindicaciones al sistema político. El proceso de recuperación de la democracia mostrará los logros y las limitaciones del sistema político, hasta la consolidación de sus formas actuales. ;' Tras una larga c intensa lucha popular que condujo a la restauración de la democracia, se instala la Unidad democrática Popular (UDP) en el gobierno después de tres elecciones y sucesivos golpes. Es de hacer notar que la población altcña formó uno de los bastiones del voto por l a. izquierda en estos procesos electorales truncos de 1978-80. Tampoco es de extrañar que los alíenos participen intensamente en los conflictos sociales desatados durante el breve gobierno de la UDP. El motor del malestar generalizado era la inflación y la concomitante escasez de artículos de primera necesidad, a raíz de la crisis económica galopante que afectó a la población urbana. Las acciones vecinales en ese contexto se centraron en la defensa de intereses comunes, con resultados políticos nada desdeñables. En sus mejores tiempos, FEJUVE El Alto logró imponer su propio Alcalde Distrital (1984) en alianza con lodo los sectores sociales, aunque como veremos, fue un destello fugaz. A partir de .la restitución democrática institucional y la consolidación relativa del sistema de partidos, se establecen límites a esta espontaneidad popular, y a sus formas propias de ejercicio de poder político. En este contexto, los partidos se convierten -en mecanismos que se detallarán en esta tesis- en los mediadores monopolices de las demandas sociales, y aunque su legitimidad está cada vez más en duda, el poder del que disponen les brinda fuentes inagotables de poder sobre la estructura clientelar que ata al Estado con los organismos de la sociedad civil. La democracia logra así su estabilidad política en el gran mercado entre los partidos que forman coaliciones para ejercer el poder. En ese sentido, si bien la urbe aliena no tuvo inicialmentc la suficiente importancia en términos de mercado político,, para la lógica del intercambio elitista dominante, con la restauración de la democracia se abre un período de transición y esta ciudad va cobrando lentamente una enorme importancia como espacio de disputa entre los partidos. De este modo, la urbe alteña se constituye en un mercado político a partir de la década de 1990. Esto se evidencia en: a) la institucionalidad de sistema político autónomo, b) la consolidación de la Central Obrera Regional (COR) y posteriormente c) la constitución de Asamblea de Alteñidad y el Comité de Vigilancia en los últimos años. Todos estos cambios han modificado radicalmente el proceso de .canalización de las demandas. Los nuevos actores, de corte cívico y gremial, que ahora compiten con las juntas vecinales. El status de estas últimas, en calidad de intermediarias casi únicas entre la población alteña y el sistema político^ ha entrado en crisis. Lo paradójico de esta situación es que los actores sociales eclipsan su legitimidad al entrar a operar en este mercado político, por la pérdida de sus funciones cívicas, como ocurre durante todo el periodo analizado en los capítulos 4 y 5 de la presente investigación. En este proceso, FEJUVE y la COR se convierten en espacios de
7
disputa para líderes sindicales que aspiran a convertirse en clientela de los nuevos partidos hegemónicos. De este modo surge lo que hemos denominado los clicnlcs aspirantes, que ejercen funciones dirigcnciales con las cuales intentan, de modo conllictivo, realizar a la vez sus intereses personales y cubrir algunas de las demandas grupales de sus electores. El caso de El Alto nos muestra la compleja lógica del intercambio político, donde se entrecruzan diversos flujos de bienes y servicios: los unos ligados a las necesidades cotidianas, los otros en forma de lealtades sociales, ambos se nutren de la eficacia prodigiosa de la obra conlractualisla, del poder municipal convertido en botín de la contienda electoral, pero también se enraizan en el compadrazgo, en las "redes de intercambio" (cf.Lornnitz 1991) que tejen nexos familiares, vecinales, o gremiales. La metodología fundamental del estudio se basó en la observación directa y participante, del.accionar de los principales partidos con electorado en El Alto, particularmente en la circunscripción 15, durante la contienda electoral de 1997. Vimos, por ejemplo, cómo algunos partidos optaban por ofertas de tipo ideológico en el curso de la campaña, pero tenían que competir con las ofertas materiales o prebéndales de otros partidos, es decir con desventajas frente al mercada político. Entonces el acto electoral también implica la rearticulación de clientes bajo el patrocinio del partido, que está abocado a mudar a los electores investidos ciudadanos, en meros clientes. De este modo, la relación de naturaleza pública se transforma en privada, mediante la capacidad de recompensa que busca obtener un comportamiento deseado en el elector, el cual termina atado por lealtades personales a su patrón (nexos como el compadrazgo y los favores políticos son prueba de ello). Según. Mansilla, la estructura elicntclista y de sinecuras persiste desde orígenes islámicos e ibéricos. Se ha conservado en aquellas regiones donde igualmente la cultura autoritaria se preserva sin grandes transmutaciones, y ha sido parte de la administración virreinal, donde se toleró una repartición de prebendas y emolumentos a clientela. Durante el siglo XIX los clientes estaban articulados a líderes carisrnáticos militares o terratenientes. En siglo XX los clientes aparecen en número mucho mayor, se distinguen por ser la muchedumbre de los partidos, y hasta cierto punto, también de los sindicatos. En nuestro país, este proceso de reformulación del sistema político y la instauración de modalidades clientelares de relación, es.un hecho que se da a partir de la revolución nacional. El fortalecimiento del Estado y su conversión en columna vertebral de la economía, permitió a su vez que se dilatara la burocracia estatal y absorbió a las capas dirigentes de sindicatos y organizaciones territoriales, como instrumentos de mediación de la demanda social. A partir de la década de 1960, con los regímenes militares, se acentúa la dinámica clientelista., basada en emolumentos y cooptación de lealtades a través principalmente de la burocracia. Pero también en los sectores productivos priman criterios clientelares, principalmente a través del pacto militar-campesino. Y es el Estado empresarial el gran creador de empleo, con una capacidad extraordinaria de absorción de mano de obra, muy por encimo de la casi inexistente empresa privada. A mediados de la década de 1980 atestiguamos el derrumbe del Estado de bienestar: se suspenden todo tipo de regulaciones y subsidios, a tiempo que su capacidad de empleo se reduce drásticamente. El esfuerzo de modernización política y liberalización económica parecen ir a contrapelo de los séquitos prebéndales heredados del Estado de 52. La regularidad de la consulta electoral permite entonces observar el surgimiento de otro tipo de clientelismo, que tendrá repercusiones en la organización patrimonial y clientelista del Estado. Se va perfilando una tendencia implícita a tamizar los clientes potenciales, de
8
acuerdo a las nuevas condiciones del mercado político. El derrumbe del Estado benefactor da lugar a nuevas formas de domesticación clicntclista, que operan ya en un mercado político e implican nuevos procedimientos de reclutamiento y de retribución a los electores, afincados en la cooptación de cuadros dirigcncialcs de carácter cívico, gremial o vecinal. Con ello, se produce la crisis de estas organizaciones como instancias de canalización de la demanda social hacia el estado, lo que hemos podido observar directamente en nuestro período de estudio. El trabíijo de investigación está organizado en seis capítulos fundamentales. El primer capítulo muestra algunos acercamientos al fenómeno clicntclisla y sus diferentes vertientes de análisis en la literatura disponible. Además refleja los vacíos existentes y el poco esfuerzo realizado ni ese terreno en materia metodológica y teórica. También hace mención de cómo en la presente investigación se han utilizado los conceptos vertidos por algunos autores, cómo se los ha matizado y rcformulado, y finalmente se plantea la hipótesis. El segundo capítulo aborda los temas referidos a la economía informal urbana, migración, desempleo, servicios básicos, etc, lo que permite hacernos una idea del contexto de la urbe aliena. En el tercer capítulo se deslaca la vinculación clicntclar de actores sociales (gremio:;, juntas de vecinos) surgidos en la década del 50, con la Alcaldía,, y se analiza el •surgimiento de un modelo hcgcmónico de organización política articulada a la burocracia, y centralizado hacia un partido único, y posteriormente al eje de las FF.AA. Se destaca también la reorganización de la sociedad civil para restituir la democracia y la dramática inestabilidad política del régimen de la UDP, asi como los rasgos del comportamiento obrero y popular en ese período. Una vez que se ha expuesto el contexto histórico y espacial de la investigación, pasamos al cuarto capítulo, en el que exponemos las consecuencias de la consolidación democrática en torno . a - un sistema prcsidcncialista, basado en un complejo juego de alianzas parlamentarias, lo que permite la formación de un gran mercado político, que funciona sobre .todo en el momento posl-clcctoral. Todo ello conduce a la gestación de tendencias ideológicas modernizantes, centradas.en la elcctoralización, la eficiencia y el. surgimiento de una clase política profesional. Este afán sólo es contrastado por los partidos ncppopulislas,. que pretenden .articular, las tendencias modernas con los viejos estilos clicntelares y-caudillistas. En el capítulo quinto se destacan los cambios que trae consigo esta consolidación del sistema democrático: el surgimiento de nuevos actores laborales (como la COR y la Federación de Gremiales de El Alto), la crisis de FEJUVE y el surgimiento de.la. Asamblea de la Alteñidad como entidad cívica, que rompe la hegemonía de • la .organización vecinal, aunque posiblemente resulte también víctima del proceso clicnlclar.. Finalmente, en el capitulo realizamos un análisis de lodo este proceso, desde la perspectiva de un mercado político. Observamos la formación de clientes aspirantes en las organizaciones populares alienas bajo las nuevas prestaciones; ya no se trata cxclusivamcnlc.de la sinecura tradicional, coexisten diversas tendencias y se expande el mercado electoral. Mostramos también los diferentes recursos utilizados para cooptar clientes colectivos, en función de la manipulación de los intereses comunes, que promueve la renuncia al voto ideológico o voló de opinión.
9 Capítulo 1. ASPECTOS TEÓRICOS V METODOLÓGICOS
/. Jaslijicnciún dd lema Para D. Nohlon (193-1/1995) la democracia significa la libre elección entre varios candidatos o partido.'; políticos que ofertan programas distintos, y el ciudadano elige entre estas varias opciones para nombrar su representante político. Esta libre elección constituye la fuente de legitimidad para el sistema democrático. Sin embargo, actualmente estas elecciones librea, están mostrando una tendencia dominante y degradada a la formación de un mercado político donde se compran y venden los votos, y donde se practica intensamente la ofeita política de distintos contenidos, conlractualista, simple, legal o propagandística. En e:;lc mercado, todos y cada uno de los partidos del sistema, terminan tarde o temprano atando a los electores a esos mecanismos. Los profesionales de los partidos -junto a todo tipo de agencias y empresas privadas- desarrollan entonces técnicas de sondeo, estudios cíe mercadeo, junto con viejos hábitos políticos, para engatusar a los electores investidos en ciudadanos, quienes terminan convertidos en clientes efímeros y coyunluralcs, legitimadores de un orden sobre el cual no inlluycn ni deciden para nada. Se ha observado que la oferta del sistema de partidos (salvo el caso de CONDEPA, que se analizará-en el capitulo 4) tiene escasa capacidad de formar clientelas leales y estables, pues se.asienta sobre intercambios desiguales, de proporciones mínimas y simples limitados a periodo electoral. Sin embargo, también se opera el contrato mercantil de negociación destinado a estar sometidos a un compromiso, que asegura la abdicación de los ciudadanos en meros clientes colectivos, e hipoteca su soberanía política a cambio de resolver problemas de interés común, fincados, en lo material. Es cuando los ciudadanos de mandato libre se transforman en una masa que se autoobliga a apoyar a determinado partido y, en caso de ganar, se constituye cu foco de demanda privilegiada de servicios municipales de diverso tipo. En la uibe aliena los elementos de la oferta política legal, son bien conocidos y utilizados por los partidos que están en función de gobierno local. Se trata de mecanismos que ablandan la rigurosidad normativa y pueden agilizar la producción de decisiones en el sistema político. Estas decisiones, por lo general, son respuestas favorables a trámites de prestación de servicios, que se agilizan en función de la lealtad demostrada clcctoralmente, o .la. rccunouida militancia partidaria de sus cuadros dirigentes. Son prácticas tácitamente desarrollada:;, como una dimensión utilitaria para ambos actores, que buscan obtener .beneficios recíproco:;, aunque proporcionalmcnte el intercambio es desigual en sus Contenidos y alcances. El procedimiento clientelista tiene la capacidad de encontrar soluciones a problemas de interés común, .pero a la vez mediatiza estas decisiones a conductas de lealtad política tangible:;. Así entonces se dan tácitos pactos clienlclares, a través de los cuales se articula a vastos sectores barriales coa el partido (usualmcnte el partido hegemónico). Las organizaciones cívicas, vecinales y gremiales se constituyen espacios de formación de clientes de diversa tendencia política, es la abdicación casi total al ejercicio de voto de opinión. Desde principios de la década de los años 90, se acentúa la creciente relación clientelar entre algunos partidos y la institución vecinal (FEJUYE) y también se extiende a otras
10
organizaciones populares. Estas instituciones se han transformado el epicentro de la disputa política entre clientes aspirantes de distinto perfil partidario. Entre estos clientes se excluyen y neutralizan las demandas para quebrar los nexos clientelares de base y así para fortalecer sus cuadros que reciban los favores que alivian el espinoso camino de la burocracia, pero a la vez, ésta es la encargada de trabar los trámites de todas aquellas juntas o barrios que no exhiban o estén dispuestos a exhibir una lealtad clientelar hacia el partido. La dirigencia vecinal puede optar sobre estos mecanismos alternativos para facilitar el curso de las demandas, pero el partido hegemónico (en este caso CONDEPA) ha venido utilizando csLc tipo de mecanismos desde su ingreso en la arena política (y aún antes, a través de COR.DEPAZ). En realidad, éste sería el secreto de la estabilidad política municipal en El Alto. En los capítulos siguientes veremos que esta estabilidad comienza a resquebrajarse, y se siente la crisis de esta estructura de intermediación representada por los organismos cívicos, vecinales o gremiales. Es importante desmenuzar claramente las formas clicntelistas, para evitar las confusiones entre clientes burocráticos y clientes que se agrupan para las campañas electorales, atraídos por la oferta y por la propaganda como clientes pasivos. La literatura disponible siempre hace, mención de clientelismo sin realizar distinciones claras, reducidas exclusivamente a la burocracia estatal. La propuesta investigativa es justamente conocer la heterogeneidad de las estructuras y prácticas clientelares en la urbe alteña, sobre todo, la formación de clientes aspirantes y sus repercusiones para los dirigentes de base en FEJUVE El Alto. Nos interesa también comprender los conflictos entre clientes que se expresa en exclusiones mutuas y hasta en divisiones claras de las organizaciones cívico-laborales (esto incluso afecta a la COB, a nivel nacional). Son espacios sociales de mayor carga política que se afirman inexorablemente desde que la urbe aliena adquiere el status de ciudad en 1988), pero en especial desde la década 90. 2. Objetivos cíe investigación El interés de la investigación está concentrado en mostrar las diferentes formas de oferta política clientelar y la penetración de los partidos políticos hegemónicos en las organizaciones populares de El Alto. Asimismo, nos interesa investigar cuáles son los diferentes favores políticos que han recibido los clientes aspirantes en FEJUVE (Federación de Juntas Vecinales) en El Alto en las últimas décadas. Más concretamente, queremos poner en evidencia la oferta política que realizan los clientes burocráticos en Villa Pacajes, Villa Juliana y San Luis Tasas, que son las zonas concretas que elegimos para esta investigación. Finalmente, nos interesa analizar algunas de las implicaciones de esta degradación de los ciudadanos en clientes, para el funcionamiento democrático de entidades vecinales y gremiales como la FEJUVE. 3. Técnicas de investigación El trabajo de campo se realizó en la circunscripción 15 de la ciudad El Alto (específicamente en las Villas Pacajes, Juliana y San Luis Tasas), aunque también se hicieron entrevistas y observación participante en los niveles de representación de todo El
11 Alto, específicamente a las directivas y ex-directivas de FEJUVE. 3.1. Trabajo de hemeroteca Se inició con la revisión minuciosa (Je periódicos, delimitando el tiempo electoral y los congresos ordinarios que se han realizado en FEJUVE. Esta revisión cubrió los años 1989, 1991, 1993 y 1995. Así se elaboró un listado de cx-candidatos, concejales y diputados, ele, que salieron de las lilas de FEJUVE y la COR. La lectura de los periódicos permitió orientar las enlrevistas que posteriormente se hizo a algunos de estos personajes. 3.2. Observación participante
Durante el trabajo de campo se participó en todos los eventos de FEJUVE: Asamblea de Juntas Vecinales, Congresos Ordinarios. Esto con el fin de establecer relaciones e identificar dirigentes, cuyo seguimiento en el período electoral confirmó que se trataba en realidad de clientes aspirantes de algunos dirigentes políticos, es decir, militantes de un determinado partido, que se infiltraban en las organizaciones vecinales con fines políticos. A la llegada de la campaña electoral, la estrategia de investigación me llevó a ser militante voluntario coyuntural de varios partidos, lo que me permitió obseivar la labor menuda de los clientes burocráticos en el proceso mismo de la campaña y en la colada de afiches, reuniones, caminatas de demostración, organización de fiestas entre los clientes, cierres de campaña hasta en bicicleta. La investigación enfrentó problemas con algunos dirigentes y situaciones imprevisibles, por el mismo hecho de que el clientclismo está expresamente prohibido por la ley electoral y es una práctica que no se admite públicamente. El tema, por lo tanto, no es accesible a través de métodos formales como entrevistas estructuradas y simplemente se logró entrevistas informales a las personas que estaban dispuestas a contarnos sus experiencias. El problema fue con los militantes que eran dirigentes de FEJUVE, lo que en nuestro trabajo llamamos clientes aspirantes, que lógicamente temían ser desenmascarados por nuestra investigación. Ante esta dificultad recurrimos a terceras personas, conocedoras de la trayectoria de los demás corno militantes del algún partido. También nos dimos cuenta de los sesgos de estas personas, que restan legitimidad al partido adversario teniendo intereses políticos como telón de fondo. Por estas limitaciones se recurrió a la observación y participación en congresos ordinarios, en los que participé como congresista, asimismo tuve que fungir de militante activo durante las campañas. El proceso de investigación se registró en un diario de campo y fue apoyado con grabaciones, sólo cuando éstas resultaron apropiadas. La participación como militante, el acudir a terceras personas y la presencia en eventos como congresista, me permitió hacer una buena selección de clientes aspirantes y prebéndales para seguimiento posterior. El rastrillaje de estos casos me permitió comprender las distintas modalidades de oferta política y las dificultades con las que han tropezado durante la campaña electoral y postelectoral, cuando la demanda de "pegas" (puestos de trabajo) casi hace crisis en las diversas facciones de los partidos.
12
3.3. Entrevistas informales Se entrevistó a diferentes clientes seleccionados desde la campaña electoral y también de congresos ordinarios: cliente prebenda!, cliente aspirante, vecinos convertidos en clientes para la elección, ex-dirigentcs de FEJUVE y la COR, ex-candidatos, concejales, periodistas y dirigentes de base. Estas entrevistas informales han sido posibles cuando estalla el conflicto vecinal del décimo Congreso Ordinario, que originó la constitución de dos Federaciones de Juntas Vecinales paralelas.
3.4. Estudio de caso Se realizó un seguimiento detallado a ciertos clientes de larga experiencia como militantes. La selección de casos se hizo conforme al perfil partidario, para indagar sobre los diferentes estilos partidarios de manejo clientelar y hacer comparaciones. Nuestra actividad de campo se ha concentrado en los barrios ya señalados anteriormente, que corresponden a la circunscripción 15. Estos barrios se han elegido por cuatro razones fundamentales. 1. Dos dirigentes figuraban como candidatos uninominales y un dirigente como jefe de campaña en la circunscripción. 2. Los barrios de estos sectores han tenido experiencias clientelares de antaño. 3. Son barrios bastante concurridos por diferentes actividades que se desarrollan como: feria, fútbol, increado y festividades zonales. Por tanto, de una u otra manera las casas de campaña de la circunscripción estuvieron concentradas en estos barrios. 4. En e.stas zonas se ha podido evidenciar la existencia de varias organizaciones más o menos sólidas, hablamos de actores vecinales, asociaciones de padres de familia, gremiales y Clubes de Madres (aunque estos últimos fueron promovidos específicamente por UCS). 4. Balance del estado de la cuestión La noción de prebendalismo fue acuñada por Weber, como parte de su análisis sobre la organización burocrático-patrímonial y paternalista, que tendría raíces antiguas, y persiste hasta los albores del Estado moderno. Se asienta en la asignación de cargos patrimoniales, que carecen de toda la distinción burocrática entre la esfera privada a la oficial: el funcionario considera el cargo como un derecho personal. La elección del funcionario proviene directamente del jefe; pero en el caso de los partidos actuales, no aquilatan las aptitudes profesionales del funcionario, sino los servicios prestados a los adalides del partido, su lealtad personal hacia ellos, su subordinación casi filial4. Diversos autores han coincidido en definir al clientelismo como una relación de 4
Wcber analiza a los funcionarios elegidos por los dominados y muestra que son los jefes del partido los que deciden la actividad del funcionario. Tal nombramiento no depende de elementos legales, sino del funcionamiento de mecanismos patrimoniales y patriarcales del partido. No obstante el funcionario nombrado por elección de los dominados posee un principio de dependencia en la estructura burocrática. Max Wcber 1944; 72 lv 774-777
13
intercambio político bipolar, que se da entre un patrón y uno o más clientes. El patrón poseería la facultad de patrocinar las demandas de sus potenciales seguidores (o electores), como representante que puede vincularlas con otra esfera de mayor influencia y poder. El patrón no necesita justificar sus decisiones políticas por los cambios ideológicos que pueden darse. Lo que importa —más que su discurso formal, que puede ser muy variado— es que el patrón puede ayudar a su cliente, haciendo uso de su influencia. En estos términos, el otro polo de la relación (el cliente) tiene un poder muy limitado o carece de él. Es una persona que está bajo la protección o tutela de otra, y busca asegurar relaciones recíprocas que le beneficien, por las que está dispuesto a retribuir en cualquier actividad. El cliente tiene roles subordinados frente a un patrón poderoso, lo que implica adoptar sus puntos de vista sin una distinción critica. Simplemente comparte el destino de los que tienen poder (Dandlcr 1983:9-11; Miranda 1977:4-6; Vasco 1978:66). Las. relaciones clientelares se alimentan de transacciones tácitas entre ambas partes. Estas relaciones son voluntarias, con la posibilidad de que uno de los contratantes puede anularlas cuando la relación no es productiva. Pero se trata también de intercambios no equivalentes, en los que el patrón hace prestaciones de carácter inmediato de bienes tangibles, en otras palabras^ le otorga algún tipo de ayuda económica. Sin embargo, el cliente retribuye con bienes menos tangibles, pero no por ello menos valiosos: la lealtad política, la prestación de servicios de información sobre los eventuales adversarios de su patrón, etc. (Dandler 1983:12; Miranda 1977:13). Según Mansilla, la relación clientelar tiene raíces coloniales tanto islámicas como ibéricas, articuladas a un patrón paternal de cultura política autoritaria. Desde la administración virreinal se creó en America la condición propicia de repartición de sinecuras y canonjías entre las familias del patrón que formaban la mayor parte de clientes (Mansilla 1997:143). La administración pública desde sus orígenes coloniales no hace una distinción entre empleo (cargo) y funcionario (servidor público). El empleo estatal es percibido como una recompensa a causa de los propios méritos o por los servicios prestados al partido, lo que obstaculiza una acción racional de la burocracia y crea permanentes conflictos entre facciones adheridas a distintas cúpulas partidarias. El estado ha mostrado constantemente una propensión de convertirse en agencia de adjudicación de empleos, y la política se ha vuelto empleomanía, un término rescatado por Mansilla de la folletería del período oligárquico (Mansilla: 115-116). Es verdad que en América Latina se han dado fuertes cambios de diversa naturaleza: consumo creciente, medios técnicos modernizados, urbanización, escolarización, industrialización parcial y reemplazo de las clientelas tradicionales en la burocracia (Fossacrt 1994:10-14). Sin embargo, la modernización incipiente no ha logrado modificar sustancialmente los roles predominantes del Estado ni la cultura política autoritaria. América Latina aún permanece anclada en un componente premoderno que se manifiesta en: caudillismo, la valoración de lo blanco, letrado, exterior, la evocación de pasiones y ritos, la atracción por líderes carismáticos. Todos estos elementos gozan de una estimación positiva., porque en las elecciones una buena parte de la población se rige por ellos, más que por los programas o las ofertas ideológicas. El líder carismático constituye todavía un modelo para cautivar votos, como se observa en El Alto durante casi dos décadas de democracia. En otras palabras, aún se percibe la necesidad de figuras paternales en los partidos, sigue latente la conducta emocional, la lealtad a jefes carismáticos, (Mansilla 1997: 134-l'i2) con resultados electorales de importancia. Este sistema recién se está
14 resquebrajando en los últimos años, con los estallidos sociales de febrero y scptiembreoctubrc del 2003. También es notable observar que ya en el siglo X I X se dieron fenómenos clicntclarcs con la formación de masas campesinas, incluso facciones armadas, alrededor de un caudillo militar o un terrateniente de rasgos carismáticos. Sin embargo, desde la segunda mitad del siglo XX los clientes se componen de miembros de partidos y sindicatos que difieren por su magnitud y peso político (Mansilla 1997:158). La modernización parcial en América Latina produce la expansión de las funciones estatales. En Bolivia este cambio se revela durante el gobierno de Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), se consolida el patrimonialismo corporativo con una vinculación clicntclar con todos los sindicatos. Para Calderón, el clientelismo es un mecanismo de control social y también de movilidad social para estratos sociales obreros o populares (Calderón y Laserna 1995:29). Según Rivera, el movimiento campesino fue encauzado hacia las estructuras de mediación controladas desde la cúpula del aparato sindical subordinado al Estado populista, mediante el clicnlclismo y la manipulación de toda las concesiones estatales en función de la lealtad política (Rivera 1987:249) De ese modo, los sectores cholo-indígenas fueron nuevamente excluidos en torno a mecanismos de subordinación clientelar y prebenda! de las demandas de participación. Rivera rescata de Zavaleta, el concepto de "mediación prebendal", como un fenómeno que a la vez legitima y erosiona la legitimidad del régimen que lo practica (Rivera 1993:108-109) El sector campesino se convirtió en sujeto político, e incluso penetró en la burocracia estatal, como resultado de estos mecanismos clientclares (Blanes 1991: 28). Varios autores han mostrado que la votación campesina fue de carácter colectivo, durante el largo período de lealtad hacia el Estado del 52 y hacia el partido del MNR. Esta, relación clientelista creada por MNR, fue reutilizada, con matices, por sucesivos regímenes militares (Ardaya y Vcrdesoto 1994: 34-36) La relación empezó a desgastarse por la perdida de capacidad de reivindicar las nuevas demandas sociales, hasta que la cúpula dirigencial se distanció de sus bases (Rivera 1987:135) Con la masacre de Tolata y Epizana se agravó la situación, y a partir de ahí el sindicalismo campesino fue reorganizado a la cabeza de una nueva generación de línea katarista. Por otra parte, el movimiento obrero como nuevo actor social fue incorporado al Estado del 52 mediante su dirigente Lechín, que cumplió el papel del clásico mediador (Zavaleta 1987:4647). La participación de la COB se expresó en los directorios de empresas nacionalizadas con derecho a veto, y en la participación de ministros obreros -y del propio Lechín- en el gabinete. Esta participación fue bastante conílictiva; en su apogeo la COB llegó a ocupar cinco ministerios que ejercían esta mediación con los sindicatos en sus respectivas áreas de influencia (Lazarte 1989:121-125)5. Este período se conoce como el co-gobierno COB-MNR, y constituyó un mecanismo de estabilidad para el régimen, que duró al menos 12 años, y se prolongó en cierta forma hasta 1974.
5
. Lazarte señala que los ministros obreros eran designados directamente por la COB, y que el gobierno tenía que aceptar sus decisiones. Estos ministros tenían la función de oponerse a cualquier decisión que afectase al movimiento obrero. Véase Lazarte 1!>89.
15
4.1. Clie/itelismo con actores vecinales De este modo surge lo que hemos denominado clicntcJismo de partido único 6, una modalidad particular de relación palrón-clicntc, euyo eje es el Estado. Esta forma clienlclar se convirtió on la base del pacto populista surgido de la revolución de 1952, donde los actores vecinales también fueron introducidos a la lógica clientclisía de manipulación. Para los autores, Jas juntas fueron controladas por militantes de MNK, que las convirtieron en instrumentos de irradiación de la ideología populista. Su estructura orgánica resultó fortalecida, hasta que en 1957 se constituye el Consejo Central de Vecinos (Sandoval Sostres 1989:76; Tónico 1994:12). En este período, si bien las juntas tenían opciones para ejercer presión sobre el Estado, sus mecanismos para lograrlo eran limitados y se basaban en Ja subordinación clienlclar. Durante el régimen militar, esta forma de clicnteJismo se había disuelío; pero las juntas curiosamente adquirían mayor fuerza. La misma se hace sentir, a través de movilizaciones, en Jos años 80, cuando las juntas vecinales de El Alto se incorporan en la lucha por el restablecimiento de Ja democracia, junto a todos Jos actores sociales populares. Para Lazarte, las acciones reivindicativas de las juntas vecinales continuaron en la época de Ja UDP, en.cuyo, período habrían protagonizado más de 80 movilizaciones, que en general eran de protesta por la falta de alimentos y por el alza de precios, producto de la inflación galopante (Lazarte 1993a:46). Así, los actores vecinales de la urbe aliena mostraron su capacidad de negociación con las instancias de gobierno central y Municipal. Esto permitió una cierta consolidación en sus funciones orgánicas como institución cívica.
4.2. Mercantilización de ¡os votos en democracia
Con el cambio de gobierno, forzado a la UDP un año antes de terminar su mandato, se inicia en 1985 un esfuerzo de modernizar la estructura política y económica del país, comenzando por el desmantelamiento de las empresas estatales. Esto lleva al MNR a prescindir de sus clientelas tradicionales y a apoyarse en una élite tecnocrática proveniente de la empresa privada (J.A. Mayorga 199ó;83)7. Se evidencia entonces un reflujo del clienteJismo tradicional, que va junto con otras transformaciones ocurridas durante la década de los años 80 en el ámbito político. Se observa también que el clientelismo tiene rasgos mucho más inestables en democracia, en comparación con el período populista de los años 1950 (Njaim 1996; 139). 6
EJ clicntcJismo de partido único debe ser entendido como una forma de subordinación y manipulación basada en el monopolio de un sólo partido político, con todos los sectores sociales que se incorporaron al espacio político bajo esa condición. El dirigente vecinal, obrero o campesino se encontraban de una u otra juanera al lado de gobierno, lo que muchas veces neutralizó o limitó Jas demandas de cada sector. En la actual democracia ya no existe el clicntclismo de partido único, sino cada partido tiene sus clientes burocráticos que ofertan bienes políticas o acercan a los actores sociales con los actores políticos a través de relaciones cara a cara, de lealtad y confianza. 7 . José Antonio Mayorga relata que el Comando General de la Antigua Militancia del MNR, exigió al presidente Víctor ¿¡;i/, cu una carta pública el 16 de Mayo de 1988, en la necesidad de movimicnlizar el gobierno, pues ADN y sus militantes han conseguido toda las canonjías dentro de la burocracia. Pero el MNR teniendo mejores profesionales no gozaban de aquellos privilegios. José Antonio Mayorga Gonismo discurso y poder. FACES-UMSA, La Paz, 1996, p.84).
16
A raíz de esta modernización, los partidos se muestran todavía como proveedores de servicios, c incluso muchas veces desbordan sus propias posibilidades una ve/ que están en el poder, porque las lealtades tienen que ser pagadas con empleos (Lazarte 1993b: 209-210). Los partidos se orientan en la lógica prebendal y patrimonial del listado (Mayorga 1995:105) Es evidente que en la última década, la burocracia ha sufrido un proceso de modernización incipiente. Sin embargo, algunos rasgos siguen incólumes, como la corrupción, el prebendalismo y el resurgimiento de vínculos patrón-cliente, aunque con rasgos más modernos y afinados (Mansilla 1997:166). Estos cambios parecen combinarse con la liberalización de la fuerza de trabajo y la aparición de lo que Rivera llamó una lógica transaccional, que opera casi exclusivamente durante el acto electoral (Rivera 1987:38-39). Tanto en el estudio sobre Colombia de Rivera, como en el trabajo de Bobbio sobre un país moderno como Italia, la democracia tendría simplemente un intercambio político como eje central de su funcionamiento. Bobbio además destaca la declinación del voto de opinión y vsypl aumento del voto de intercambio, en la medida en que los electores se hacen cada vez más maliciosos y los partidos más hábiles (Bobbio 1996:153-156). Estos múltiples mecanismos de negociación clientelista se han consolidado por la débil canalización de las demandas sociales de integración y participación política, limitándose a funcionar en tomo al intercambio de favores políticos que se explicitan en la campaña electoral (S. Pachano 1996: 43). 4.3. Algunos estudios en la urbe aliena Los trabajos realizados en dicha ciudad por Balboa y por Cottle y Ruiz, dan por sentada la existencia de un clientelismo de rasgos pragmáticos entre las juntas vecinales y los partidos políticos (Balboa 1994:14; Cottle y Ruiz 1993:129 y 146). El clientelismo tendría la capacidad de incidir directamente en el sistema político; pero muchas veces las bases no hipotecan fácilmente los votos (Sostres 1995:19-20). Según Sostres, esta capacidad de negociación se daría en zonas de mayor identidad cultural8. Un aspecto que también fue constatado por otros autores, es que el éxito del clientelismo depende de la satisfacción efectiva de las demandas barriales. Si la relación resulta utilitaria, puede comprometer cada vez más a una participación política de otros niveles. Se pone en evidencia también las formas contractuales de intercambio político, que se dan con -cierta intensidad durante las campañas electorales (Pérez y Anze 1992:19) como una práctica habitual en la lógica de los políticos que despliegan diversas técnicas. La literatura existente nos permite identificar dos formas de abordar el clientelismo. Una de las líneas de investigación se inscribe dentro de la lógica modernista. Sus preocupaciones están focalizadas en el área de la burocracia, como agencia de gran capacidad prebendal en estos espacios. Los autores que hemos citado enfatizan la relación clientelista que se da en 8
La reconstitución de la identidad colectiva y el electorado de Condepa fueron analizadas por Joaquín Saravia y Godofredo Sandóval y también por Rafael Archondo. Estos autores señalan que fue el sistema RTP (Radio y Televisión Popular) y Radio Metropolitana el que habría conquistado la mayor sintonía entre los pobladores de La Paz y El Alto. Este sistema habría operado durante décadas, sobre mecanismos de una lógica andina de reciprocidad y distribución que obtuvo enorme legitimidad entre la población migrante urbana, que se expresó claramente en la votación colectiva. Para Hugo San Martín, Condepa se convirtió así en un movimiento social de carácter antagónico a la cultura dominante.
17 el interior de aparatos estatales, mostrando a nuestro juicio, una incompleta comprensión y verdades a medias sobre el fenómeno clientelista. La limitación de estos autores proviene de su falta de modelo teórico y metodológico, pues la mayoría de ellos se aproximan al fenómeno clieníelar como si la burocracia estatal fuera el único espacio de su ejercicio. Nuestra investigación parte de una sospecha, sin poner en duda la existencia de prebendas tradicionales en la burocracia-patrimonial, que es algo incuestionable. El interrogante de partida nace de nuestra observación en FEJUVE El Alto, de sus vinculaciones clientelares con la Alcaldía Municipal de esta ciudad y con algunos partidos. Esta articulación llegó a producir, durante nuestro trabajo de campo, situaciones de inestabilidad política que se expresan en hechos de exclusión, conflictos y divisionismo en la organización vecinal. Los análisis realizados hasta el momento en el ámbito de las ciencias sociales, se han concentrado en un sólo eslabón de este proceso, ignorando las ramificaciones del espacio clientelar, desde la municipalidad hacia las organizaciones vecinales, y de ellas hacia el cliente de base, lo cual permite elaborar múltiples y diversas técnicas durante la campaña electoral. También la investigación quiere diferenciarse de las visiones superficiales que la prensa emite sobre la relación clientelista en torno a la burocracia estatal y municipal, donde abundan las denuncias sensacionalistas de casos de nepotismo, corrupción y prebendalismo en los gobiernos locales. Hasta los mismos dirigentes políticos muestran la voluntad de acabar con este fenómeno mediante la ley de partidos. Sin embargo, hay una falta de comprensión teórica y estructural de este fenómeno, que parece ser un instrumento imprescindible para el sistema político en su conjunto, y al que recurren todos los partidos, dotándole distintos contenidos y formas de intercambio entre oferta y demanda. Asimismo se oye hablar del soborno popular en gran escala, tanto como de pequeños sobornos que fluyen desde arriba, sin embargo no se tiene muy en claro en qué consisten esos sobornos, tan sólo se alude a que el Estado y los partidos tendrían la capacidad de repartir prebendas hacia sectores sociales. La prebenda para Weber, consiste en la institución que asegura los ingresos permanentes y el derecho a un cargo asignado como forma vitalicia de renta, determinada por el soberano. La prebenda es un beneficio económico, que procede de diversas fiíentes y que se otorga en calidad de remuneración por el cumplimiento de ciertas funciones o tareas específicas de orden político. No siempre es una retribución en forma de acceso al empleo, ya que la prebenda puede darse en forma de bienes de consumo, regalos, acceso a información, tráfico de influencias, etc., además de los cargos (cf Weber, citado por Zabludovsky 1993: 67-68). En ese sentido, la prebenda abarca a bienes, beneficios y ventajas de diversa naturaleza, que se ofertan en forma abierta o tácitamente durante la campaña electoral. Por otra parte, Silvia Rivera en varios de sus aportes investigativos analiza al clíentelismo desde una vertiente muy diferente. Según ella, debido a la estructura colonial del estado, los sectores cholo-indígenas son excluidos o simplemente subordinados al sistema clientelar de los partidos mestizo-criollos, a partir del Estado de 52. En el sistema democrático, el voto constituye el principal instrumento de subordinación y las demandas populares se articulan a la esfera clientelista de los nuevos y viejos partidos, a través del voto. De esa manera, la política se habría fortalecido como actividad exclusiva de las élites mestizas e ilustradas de políticos profesionales, mientras que para el ciudadano común, el único acto político sería el concurrir a las urnas cada tantos años. Otro valioso aporte de Rivera es el de considerar a los sindicatos, en realidad, como entidades para-estatales; su afirmación es un hecho
18 constatable y apunta a un fenómeno que tiende a ampliarse a todas las organizaciones sociales en actual proceso democrático. Los autores que hemos reseñado nos han permitido, ya sea por omisión o por aproximación, abordar el fenómeno clientelar desde diversas vertientes, y así hemos llegado a construir nuestros propios conceptos y nociones en torno al clientelismo. El interés de este trabajo se centra en escudriñar la lógica y el funcionamiento del clientelismo en FEJUVE; inclusive el trabajo se propone mostrar la articulación de estas formas clientelistas heterogéneas en torno al momento de la campaña electoral, que es el hecho que produce las fundamentales fisuras entre los clientes. Nuestra propuesta es realizar una investigación sin desechar ninguno de los aportes hechos hasta el momento, para lo cual proponemos una serie de conceptos que establecen distinciones entre los procesos y variantes de la relación clientelar: los clientes prebéndales pueden ser grandes o pequeños, estar en la base, o t>ien figurar muy cerca a los jefes regionales o sectoriales, pero en todo caso son los intermediarios a diversos niveles, entre la estructura formal del partido y el electorado. Son los que distribuyen las ofertas y mercantilizan el voto, logrando investir a los ciudadanos como meros clientes, llegando incluso a relaciones contractuales tácitas (como se verá en el cap. 6). El análisis de los mecanismos más generalizados en el proceso de oferta política, genera un espacio que cada vez se parece más a un simple mercado de votos. También observamos la disputa entre clientes aspirantes en el interior de FEJUVE, por establecer nexos de lealtad política con diferentes partidos que compiten en sus ofertas, lo que muchas veces genera conflictos en la canalización de las demandas sociales, hasta llegar a su neutralización. La investigación intentará mostrar algunos de estos mecanismos de oferta política, para tener una visión más o menos completa del funcionamiento concreto del sistema de partidos en El Alto. Para ello hemos utilizado diferentes opciones teóricas que intentan adentrarse en la lógica clientelar. Uno de los conceptos centrales sería el de mercado político, propuesto por Bobbio, que significa una relación entre los partidos y los ciudadanos electores que se vuelven clientes a través de mecanismos contractuales, limitados y puntuales. Cada uno de los partidos compite como un empresario, cuya ganancia se traduce en poder, el cual se mide por los votos obtenidos, que a su vez dependen de la capacidad y recursos ofrecidos a los electores. Hay perdedores y ganadores, como en cualquier transacción. Bobbio hace una comparación entre el empresario que tiende a la maximización de la ganancia económica y el empresario político que tiende a maximizar el poder mediante la caza de votos, porque la fuerza de un partido se mide por el número de votos. Cuanto más grande es el número de votos en el pequeño mercado político, que tiene lugar en las relaciones locales entre el partido y los electores, más grande es la fuerza para negociar entre partidos en el gran mercado político. Como los partidos están en afán de obtener mayor cantidad de votos, por lo tanto, los electores se vuelven clientes como mandato obligatorio en virtud del intercambio político (Bobbio 1984/1996). Pero el autor no se preocupa por analizar las formas de la distribución de esos bienes, a través de las cuales los electores se constituyen en clientes. Para Gustavo Portocarrero, el elector no puede elegir libremente por dos razones: en primer lugar el ciudadano vota como resultado de la eficiencia propagandística de las promesas de los partidos políticos y en segundo lugar, se vincularía con la compra de votos mediante la oferta directa, la entrega de dádivas, las eternas promesas que nunca se cumplen (Portocarrero 1997). Esa visión simplista de la red clientelar es ampliamente superada por Javier Auyero, que analiza con mayor profundidad el clientelismo político en
19 su propuesta de tesis doctoral. Este sociólogo argentino es uno de los pocos autores que se ha preocupado de este tema, haciendo una crítica a la literatura clásica existente. Destaca los lazos clientclares como mecanismo de articulación entre el Estado, el sistema de partidos y la sociedad como institución social de intercambio, donde goza de plena legitimidad, al margen de patrones o mediadores específicos. Auyero propone la necesidad de pensar las estructuras clientelares como viviendo una doble vida: los lazos clientelares viven dentro y fuera de los agentes, en los mecanismos de distribución y circulación de bienes, servicios, lealtades y en los esquemas mentales y afectivos de los sujetos involucrados en esas prácticas (Auyero 1996). Aunque su preocupación está centrada en este tipo de intercambios políticos, de todas formas Auyero enriquece la comprensión del fenómeno de los clientes burocráticos, si bien habla de intermediarios que ocupan un espacio entre el patrón político y el séquito prebenda!, que se organiza durante la campaña electoral. Por consiguiente, no existiría una relación directa entre partido y electores, como lo plantea Bobbio, pues los mismos partidos crean clientes burocráticos que acercan a los electores con los candidatos para la oferta política. Por lo tanto, en el mercado político existen clientes organizados que ponen en contacto los distintos niveles de la estructura política, con el fin de establecer transacciones entre actores que carecen de acceso o de confianza entre ellos. También se destacará la naturaleza contracíualista de la transacción, como una negociación (informal) entre partes, que compromete a ambas a cumplir con ciertas prestaciones que implican la construcción de clientelas. Por otra parte, el voto de opinión, es cuando el ciudadano vota convencido de la bondad de las ideas que expresa el partido, y la manipulación política del voto se hace más difícil. Hasta las elecciones del 2002, el voto de opinión parecía extinguido, y predominaban las formas mercantiles y degradadas de relación entre partidos y ciudadanos. El voto de opinión resulta cada vez más raro también en otros países, donde Bobbio señala que "la única opinión verdadera son aquellos que se abstienen de votar, porque habrían entendido que las elecciones son un rito que se puede pasar por alto sin que implique daños a la democracia"(Bobbio 1984/1996: 145). Los conceptos anteriores, propuestos por Bobbio, serán utilizados, readecuándolos a la realidad aliena, a lo largo de toda nuestra exposición, y ya fueron utilizados en la fase de investigación. Además, hemos creado conceptos propios para hacer un adecuado análisis, que nos permita discernir entre las diversas formas y procesos que intervienen en el sistema clientelar. En consecuencia hablaremos de clientes burocráticos 9, que como hemos mencionado antes, son militantes de partido y están plenamente identificados en términos político-ideológicos, concentrando sus actividades hacia los servicios de contraprestación. Dentro de esta categoría es necesario distinguir entre clientes prebéndales y clientes aspirantes. Los primeros se relacionan con la militancia partidaria por experiencia acumulada (trayectoria antigua en la dirección o militancia), y en la campaña se ponen al servicio del partido para asegurar Ja oferta de prebendas. Son clientes de relativa lealtad política, sobre todo si el partido gana. El cliente aspirante por lo general apuesta al ganador, y suele anticiparse a cambios en la titularidad del poder. Exhibe relaciones políticas de escasa lealtad, se relaciona con uno u 9
. El concepto de cliente burocrático fue formulado a partir de la noción de clientelismo burocrático propuesta por Fernando Calderón (1995). A nuestro entender, el cliente burocrático se refiere específicamente, a los cuadros del partido que acceden a cargos burocráticos donde se toman decisiones, y desde donde a su vez pueden retribuir a las clientelas que contribuyeron a su encumbramiento durante la campaña electoral.
20 otro partido según su olfato, y tiene la capacidad de promover a ciudadanos como clientes colectivos cuando recibe algún bien material. Generalmente estos clientes están encaramados cu la cúspide de las organizaciones populares, por eso también son muy inestables. Inclusive se hará permanente referencia a la noción de séquito prebendal: son electores que se transforman en militantes sólo para las campañas electorales; su lealtad es más inestable y carecen generalmente de formación política. Pero son organizados por clientes burocráticos mediante la capacidad distributiva o sobre simples promesas de algún tipo de prebenda. También utilizaremos el concepto de olería política formal para referirnos a los favores legales y sociales ligados al interés común, que pueden movilizar a todos los vecinos de un barrio determinado; y por último, la noción de oferta política tomada de un artículo de Alain Touraine, que fue reformulada para nuestro análisis. En este sentido, hablaremos de oferta política simple, la comprendemos como la concesión más simple, que no implica ninguna negociación ni exigencia hacia los beneficiarios. Aunque los candidatos ofrecen pequeños bienes a los ciudadanos, éstos están muy alejados de lo que ellos desearían, y sin embargo ésta es una de las técnicas más utilizadas durante la campaña electoral por todos los partidos. Por eso Touraine opina que los partidos necesitan más dinero para hacer campaña porque necesitan mantener el control de unos cuantos clientes, pero no existe compatibilidad entre la oferta política y las demandas de los actores sociales que son cada más grandes y evolucionan permanentemente. 5. Problemática central
La consulta electoral y la autonomía del poder local desataron la formación de clientes aspirantes en la Federación de Juntas Vecinales de El Alto (FEJUVE-E1 Alto) pero al ser de distinta tendencia política, se generaron condiciones irresueltas de conflicto entre líderes y bases. El mantenerse como dirigente ha dependido de la capacidad de distribuir, aunque sea migajas de prebendas a la base, y al mismo tiempo de establecer una lealtad política tácita, para apropiarse de la oferta prebendal y a la vez satisfacer en alguna medida a los vecinos de base. No es raro entonces, que los clientes aspirantes traicionen al partido y se alejen de él con todo su séquito prebendal, cuando no fluye ningún bien político hacia las bases. Esta aparente deslealtad es una forma de criticar el estado de cosas. ,, Por otra parte, la oferta prebendal en la organización vecinal genera crisis en el cuadro dirigencial, que se expresa en conflictos y actos de corrupción entre clientes aspirantes, que se subordinan a los partidos y copan los puestos claves de la Alcaldía Municipal. De este modo, abandonan el perfil gremial o vecinal y se convierten en candidatos a concejales. Los conflictos que se dan entre clientes aspirantes por manipular y por ampliar sus redes de clientes entre los vecinos de base, producen al mismo tiempo situaciones de desprestigio, pérdida de legitimidad y desconfianza de las bases. Los "desconocimientos" a líderes vecinales y gremiales por su intromisión en política ponen al descubierto una trama que venía funcionando encubierta desde hace décadas. Las diferentes formas de clientela se rearticulan para transformar a los ciudadanos en clientes colectivos e individuales, listos para salir a la calle en la campaña electoral. Sin embargo, la constitución de estas lealtades es frágil y efímera, porque depende del nivel de oferta política y de la posibilidad de acceder a recursos que permitan satisfacer la demanda prebendal.
21
Capítulo 2. CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA CIUDAD EL ALTO 1. Contexto Nacional La estructura poblacional en las últimas décadas está sujeta a fuertes procesos migratorios. Hasta antes de 1976, la población estaba mayoritariamcnte concentrada en áreas rurales, esto empezó a modificarse a partir de 1988. La composición demográfica se ha volcado hacia las ciudades por efectos de la migración rural-urbana. Según el último censo, más de la mitad de la población boliviana ya reside en áreas urbanas (entendidas como centros de más de 2000 habitantes.) Como nos muestra el trabajo realizado por equipo de CENDOP, la velocidad del proceso de crecimiento urbano es impresionante en Bolivia, con 4.16% de tasa de crecimiento urbano entre 1976-1992; en tanto que, en el área rural, se da una tasa de crecimiento muy baja, de sólo 0.09%. Según los estudios de CENDOP, en una revisión del censo 1992, se puede observar que los movimientos migratorios interdepartamentales han .asumido rasgos diferentes de lo que ocurría en 1976. Actualmente, Cochabamba, Santa Cruz, Tanja, Pando y El Alto constituyen ciudades receptoras que albergan a migrantes tanto rurales como de otras ciudades. En cambio, las ciudades de Potosí, Sucre, Oruro y la "hoyada" de La Paz, están disminuyendo su ritmo de crecimiento poblacional.
Cuadro N° 1 Bolivia: tasa de crecimiento urbano, 1976-1992 Bolivia
La Paz Oruro Potosí
Cochabamba Chuquisaca
Tarija Santa Cruz
Beni Pando
TOTAL 2.11 1.66 0.58 -0.12 2.75 1.50 2.82 4.16 3.16 0.63
URBANO 4.16 3.43 2.14 0.90 4.83 4.10 5.01 6.15 5.19 6.43
RURAL 0.09 -0.50 -1.60 -0.57 1.60 0.55 0.91 0.82 0.43 -0.60
FUENTE: Unidad de Política de Población (CENDOP) La Paz, 1994, p. 18. ,1-
En este cuadro podemos observar claramente la tendencia a un crecimiento vertiginoso en todos las ciudades del país, en detrimento de las áreas rurales, que vienen perdiendo, en muchos casos, su población indígena. Entre las ciudades receptoras más conspicuas figuran: Santa Cruz y Pando con 6% y El Alto con 9.23%; se trata de ciudades que están creciendo rápidamente en el contexto nacional.
22
2. Las migraciones en IM Paz en perspectiva histórica. F,l éxodo del campo a la ciudad ha sido continuo desde principios del siglo XX, aunque han existido "oleadas" en que los desplazamientos demográficos se intensificaron. La crisis de la oligarquía de la plata del sur fortaleció a la ciudad de La Paz como centro comercial y de explotación de materias primas como caucho y estaño La derrota del Partido Conservador y la victoria de los liberales creó las condiciones para el desplazamiento regional, a través de un circuito que incorporaba el mercado virreinal, el llamado "espacio del trajín", uno de cuyos ejes de mayor importancia fue la ciudad de La Paz (cf. Glave 1989). Los albores del presente siglo atestiguan esta hegemonía exportadora, que vuelve a colocar a la ciudad de La Paz en el centro de un intenso movimiento económico y político. Albo, Greaves y Sandoval coinciden en que La Paz logró constituirse en centro político administrativo sobre la base minera, junto a las actividades comerciales (1981:37). La creciente capacidad de absorber fuerza de trabajo en la burocracia estatal y en el sector privado brindó también un espacio importante de reactivación económica, con impacto sobre múltiples actividades por cuenta propia. Con la expansión del latifundio de fines del siglo XIX y principios del XX, la expulsión de comunarios y el hostigamiento a las zonas de ayllu generó también oleadas migratorias que alimentaron a los sectores artesanal y gremial (cf. THOA 1986). Existe otra modalidad migratoria, de carácter estacional, que también es necesario tomar en cuenta, y que ya se practicaba en la etapa pre-52. Según Albo, en ciertas épocas del año, especialmente después de la cosecha, un grupo significativo de población de las haciendas próximas a la ciudad, iba y venia del campo a la vivienda urbana de sus patrones. Unos llegaban trayendo productos que constituían el sustento de la alimentación urbana y otros llegaban a la ciudad para cumplir las obligaciones del llamado pongueaje, que englobaban una cantidad de ocupaciones serviles y domésticas en la casona de sus patrones. Para Albo, esta situación se ha modificado con la Reforma Agraria de 1953, produciendo la migración de los patrones, mayordomos o gente de otros cargos ligados a la hacienda. Inclusive, los funcionarios de los pueblos intermedios cuya vida dependía en gran medida de aquel sistema de explotación, emigraron a la ciudad después de la revolución de 1952 y la reforma agraria de 1953 (Albo 1991:116). Los migrantes del estrato mestizo se incorporaron más fácilmente al mundo profesional de la clase media y a la burocracia. Sin embargo, un sector significativo ha desarrollado un nuevo tipo de relación con el campo en su calidad de intermediarios y comerciantes, cubriendo así el vacío creado por las nuevas políticas del Estado. Para Albo, la segunda oleada migratoria, en la que participan campesinos tanto como vecinos de pueblo, se produce en las áreas de ex-hacienda desde los años 60, en favor de la expansión urbana que engrosaría las actividades sobre todo de tipo artesanal, en construcciones, comercio y otros empleos de baja remuneración (Albo 1991:117). Tanto ex-haciendas como comunidades originarias se involucran así en una tercera oleada migratoria, de carácter más intenso, que se produce durante la década 70. En este proceso de casi tres décadas, el área rural continúa expulsando mano de obra por la miniftmdización del suelo y la pauperización económica del agro, produciendo el desarrollo de los sectores comercial y artesanal o de la pequeña industria en la ciudad y el incremento de unidades de transporte colectivo, factores que atraen a más migrantes en busca de mejores condiciones de vida (Archondo 1991:44). Los flujos migratorios van distribuyendo
23
la población en ciertos polos urbanos de mayor atracción. La revisión del censo de 1976 permite observar que la sede de gobierno fue el principal foco de atracción para los contingentes de migrantes, para posteriormente ir cediendo la supremacía en favor de otras ciudades. La Paz continuaba siendo, aunque ya no abrumadoramente, la ciudad poblada con mayor número de migrantes. Para Archondo, el 65% provenía de regiones altiplánicas del mismo departamento, de las provincias que históricamente han expulsado mayor cantidad de pobladores. Ingavi, Omasuyos, Los Andes, Camacho y Pacajes. Las migraciones están signadas por varios factores, tanto de expulsión como de atracción. Se ha constatado que no siempre son razones económicas las que explican su deseo de cambiar de residencia: inciden también el parentesco, las expectativas educativas y la aspiración al prestigio y al dinero, como razones que justifican el éxodo (Archondo 1991:47)'° En el censo de 1992 observamos las corrientes migratorias en el departamento de La Paz, que se han intensificado con destino hacia la ciudad de El Alto. Es decir, la mayoría de las provincias continúan expulsando migrantes con intensidad, pero es El Alto y no La Paz el centro receptor principal. Este factor, entre otros, explica la lucha que culminó con la obtención del rango de ciudad para El Alto en 1988. En el siguiente cuadro pueden verse los saldos migratorios de las distintas provincias del departamento de La Paz, cuyo signo muestra la intensidad del despoblamiento rural y su cara inversa, el intenso crecimiento de la ciudad de El Alto como principal espacio receptor. Cuadro N°2 Provincias expulsores y receptoras de población en el departamento de La Paz (1992) Saldo migratorio Prov. Expulsora Inmigrantes Emigrantes
Omasuyos Pacajes Camacho Muñecas Franz Tamayo Ingavi Loayza Inquisive Los Andes Aroma Saavedra Manco Kapac G. Villarroel J. M. Pando
10
2.423 2.222 1.671 816 951 5.483 2.634 3.995 2.144 4.419 510 1.446 208 306
27.594 29.635 28.233 7.261 6.534 33.339 11.834 13.918 21.474 17.041 2.626 10.971 3.234 1.961
-25.171 -27.413 -26.562 -6.445 -5.583 -26.851 -9.200 -9.923 -19.330 -12.622 -2.116 -9.526 -3.026 -1.655
Según Blanes, la ciudad de La Paz constituye el principal empleador que concentra: la banca y entidades financieras más importantes, las casas importadoras, las mayores inversiones de capital y el principal mercado de consumo del país. La centralización administrativa privada y pública ha permitido concentrar los mayores niveles de ingreso, creando un gran mercado de consumo y la infraestructura más amplia en materia de servicios. Citado por Archondo, 1991, p. 46.
24 Provincias receptoras Inmigrantes
Emigrantes
Saldo
Murillo Larecaja Sud Yungas Ñor Yungas Hurraldc
25.784 10.420 10.998 9.903 376
163.696 7.254 3.664 13.337 473
189.480 17.674 14.662 23.240 851
FUENTE: Elaborado por Calixto Vásqucz sobre la base del Censo de 1992. 3. El caso de la ciudad de El Alto
En 1950, en la urbe aliena sólo vivían 11.000 personas; después de diez años su población aumentó a 30.000 habitantes. Pero el mayor crecimiento poblacional se produjo entre 1988 y 1992, fenómeno fuertemente relacionado con la crisis de la agricultura, la adopción de nuevas políticas estatales y otros cambios producidos en esa década (ESMA 1997). En el cuadro número tres podemos observar estas tendencias. Cuadro N° 3 Crecimiento de la población de El Alto, 1938-1992 ANOS
HABITANTES
1938 1950 1960 1964 1976 1988 1992
25 11.000 30.000 45.000 95.000 307.403 405.942
'^
FUENTE: Johnny Fernández. En ¡as manos:La ciudad de El Alto, Centro de reporteros populares, Cochabamba, 1993, p. 8.
En 1992, la urbe alteña estaba habitada mayoritariamente por migrantes de primera y segunda generación. Los nacidos en las áreas rurales del departamento de La Paz eran el 75% de su población y el resto provenía de otros departamentos, como Oruro y Potosí. A pesar de ser considerada una ciudad netamente aymara, 24% de su población era de habla qhechwa, de regiones como Charazani, Karanqas y el norte de Potosí. La ciudad de El Alto tiene una alta tasa de crecimiento, que alcanza al 9.23%, un nivel no alcanzado por ninguna otra ciudad del país. A ese ritmo, para el año 2002 habrá duplicado su población (tomando como base el censo de 1992, lo cual ha sido confirmado por el último censo).
25 3.1. Características demográficas y de empleo en El Alto De acuerdo al censo de 1992, la ciudad de F,l Alio registró una población de 405.942, de la cual el 49.4% eran hombres y el 50.6% mujeres. Para Albo, la distribución poblaeional mostraba un claro predominio de migrantes aymarás en el sector norte de la ciudad; sin embargo, el sector sur tiene también migrantes de departamentos de habla qhichwa. En general, los migrantes que predominan en Til Alto provienen de las zonas alliplánicas (Albo 1995). Por oirá parte, la población en edad de trabajar alean/aba a 322.142 personas, de las cuales sólo 127.772 correspondían a la población económicamente activa. Según estudios realizados por el equipo ESMA, la población ocupada alcanzaba a 118.679 personas. Del total de ocupados con alguna actividad, 67% eran hombres y 33% mujeres. De otro lado, la población desocupada que buscaba trabajo activamente llegaba a 9.093 personas y la tasa de desempleo alcanzaba el 6.5%, la más alta en comparación al promedio nacional de 5.6%. La población económicamente inactiva o dependiente (PEÍ)11 alcanzaba a 192.735 personas, de las cuales 37% eran hombres y 67.7% mujeres (ESMA 1997:22-24). Los estudios de ESMA nos muestran un alto desempleo abierto en la urbe aliena, ya que 9093 personas buscaban trabajo en 1992. Sin embargo, no se toma en cuenta el subempleo que se disfraza en el trabajo por cuenta propia, ocupación principal de la mayoría de la población económicamente activa.
3.2. La economía informal urbana En las últimas décadas Bolivia ha ingresado a un proceso de urbanización acelerada, bajo el influjo de. paulas modernas de conducta social. Desde que se aplicó el modelo de ajuste estructural y se liquidaron las fuentes de empleo estatal, la economía informal adquirió connotaciones importantes como mecanismo amortiguador de la crisis. Para explicar brevemente la economía informal urbana, daremos una mirada retrospectiva. El propósito de la Revolución Nacional fue crear una burguesía nacional y a partir del Estado se hicieron esfuerzos para cristalizar aquel objetivo. Para Mansilla, los intentos de modernización e industrialización tuvieron resultados mediocres a través de los años (Mansilla 1991:14). Este esfuerzo llevó a la creación de una burguesía nacional dependiente como agente de la di versificación de la economía, aunque posteriormente este modelo quedó trunco y se puso al servicio de la "reconstitución de la vieja casta encomendera", según palabras de Zaválela (1977). El modelo de desarrollo centrado en el Estado entró finalmente en una crisis profunda12, que en Bolivia empezó a manifestarse a fines de la década del 70. Para Casanovas, Jas consecuencias empezaron a sentirse en el . La PEÍ son personas en edad de trabajar que no participan no realizan ninguna actividad económica ni buscan liabajo. Este ¿ñipo estaría básicamente constituido por estudiantes, jubilados, rentistas y personas discapacit;:das. aunque la proporción por sexo parece indicar que muchas "aínas de casa" podrían formar parle de csla categoría, aunque generan ingresos mediante actividades por cuenta propia. 12 Esta crisis tenía como eje la corrupción y el centralismo económico del Eslado y el uso masivo del financíamicnk) externo, con el resultado de una escasa producción de riqueza. Luego de la privatización de las empresas estatales, la situación del empico lia empeorado, por el despido masivo de trabajadores, el bajo precio de las materias primas y la dependencia tecnológica. Todo ello afectó seriamente las condiciones económicas de la población boliviana.
26 aumento drástico del desempleo abierto y la caída del nivel de actividad económica. Asimismo, esta crisis provocó el inicio de una recomposición de la estructura productiva, cuyos electos pueden observarse en la estructura ocupacional a través de la expansión del auluempleo en actividades de baja productividad, que constituyen una especie de refugio para los desocupados (Casanovas 1989:65). La economía informal adopta el carácter de una estrategia de supervivencia para aquellos sectores sociales excluidos de todo beneficio material, es decir, la recomposición de la estructura productiva lia ocasionado un drástico aumento de del desempleo y el subempleo. Mansilla señala que la economía informal surge como resultado del carácter dependiente del desarrollo latinoamericano. El sector informal estaría caracterizado por ser un excedente estructural de fuerza laboral, que no encuentra trabajo en el ámbito moderno de la economía y se ve forzado a desarrollar estrategias precarias de auloempleo para sobrevivir (Mansilla 1991:19)u. Esta fuerza de trabajo excedente se ve estimulada a buscar su suerte en sectores de la economía informal urbana, que se destacan por su baja productividad, bajo nivel de .•.....-..complejidad tecnológica, poca calificación y baja dotación de capital. Estamos hablando de estratos sociales de bajos ingresos, a los que no les queda otro recurso que crear sus propias fuentes de trabajo por la falta de empleo en el sector industrial. Al deterioro de la calidad del empleo se suma la baja calidad de las nuevas ocupaciones autogeneradas. La extensión de la jornada laboral, las duras condiciones de trabajo y la explotación de jóvenes y niños son consecuencia de esta inserción en el sistema económico mediante la generación de trabajos independientes, cuyos propietarios administran estas unidades sobre la base de su propio esfuerzo, el de su familia, y ocasionalmente alguna fuerza de trabajo remunerada. La composición de la PEA también ha cambiado; un número cada vez mayor de población femenina de bajos recursos se incorpora a diversas actividades generadoras de ingresps. Así Escobar muestra que una proporción cada vez mayor de la población femenina de los hogares.desarrolla alguna actividad para generar ingresos adicionales a través de diversas estrategias de sobrevivencia basadas en sus propios conocimientos y recursos (Escobar 1992:25). La tendencia a la llamada "feminización del mercado de trabajo" se ha acentuado desde 1985, y se conjuga con el paro laboral que afecta a la población masculina, por causa del despido masivo de asalariados y otros cambios en el mercado laboral. Con la crisis económica provocada por el ajuste estructural, la fuerza de trabajo mayoritariamcntc masculina de las empresas capitalistas tropezó con dificultades para conseguir actividades laborales estables. La ílcxibilización laboral está ocurriendo ya, en los hechos, y la calidad del empleo ha descendido notablemente. Esto ha incidido en una creciente tendencia al autoemplco, frecuentemente a través de empresas familiares en las que participan el marido, la mujer y los hijos (Rivera 1996:205). Esto implica la incorporación de, mayor cantidad de miembros de la familia, lo que permite cubrir las necesidades frente a una crisis económica que afecta a toda la familia migrante. Para Archondo, la mayoría de los migrantes forman parte de la economía informal, pues tienden a ser excluidos de los limitados puestos de alta productividad en las pocas industrias de la urbe aliena o paceña. Este excedente no puede permanecer como desempleo abierto, por lo tanto nacen múltiples unidades de producción, comercio y servicios, para dar soluciones individuales o familiares al problema de la sobrevivencia (Archondo 1991:65). 13
. Esto se debe al uso de técnicas de producción intensivas en capital, que afectan la absorción de mano de obra.
27 Los mii'ranlcs cu primera generación suelen ocupar escalones muy bajos en el sector informal urbano, por su nexo con el mundo aymara. Estos migrantes tienden a ocuparse en empresas de tipo familiar como artesanos, sastres, comerciantes y comideras 14; otro grupo estaría como trabajadores asalariados, especialmente en instituciones estatales y privadas donde trabajan como mozos, mensajeros y guardias. Un grupo pequeño habría logrado alcanzar el nivel profesional y la acumulación de capital a través del comercio en gran escala o el contrabando (Albo 1992:378)15. Las unidades productivas predominantes son en pequeña escala, e incluso a primera vista puede observarse que El Alto es una ciudad de trabajadores por cuenta propia y microcinpresarios. Según un estudio de la Estrategia Social Municipal El Alto (ESMA), los migrantes que forman parte de la categoría de empleados y obreros eran el 43%, de la pobjación económicamente activa, de los cuales el 20% eran mujeres y el 80% varones (ESMA 1997:23). Pero este estudio no toma en cuenta el autoempleo y no distingue entre el sector empresarial y el scmi-empresarial donde el propietario es también trabajador directo. .La categoría de empleo asalariado ha disminuido radicalmente, por el mismo hecho de la modernización del Estado que tuvo como premisa la reducción sustancial del empleo estatal, a, través de la privatización que se dio desde 1993. En el otro polo, los trabajadores por cuenta propia, propietarios de pequeñas unidades económicas dedicadas al comercio, la artesanía y los servicios, representan un porcentaje creciente de la economía alteña, como se puede ver en el Cuadro N° 4. Así, en 1992, del total de la población económicamente activa de 127.772 personas, 34.664 personas (o sea el 27%) trabajaban en actividades por cuenta propia, de las cuales 38% eran mujeres y 62% varones. Otro hecho visible a simple vista es que la actividad comercial o terciaria está creciendo vertiginosamente en los últimos años. Muchos de estos pequeños empleos no figuran siquiera en las estadísticas, pues se realizan en puestos precarios, en la puerta de la casa o en la feria vecina. La crisis de los sectores minero y fabril es grave y en El Alto han proli.fcrado fábricas donde no se cumple la Ley General del Trabajo, y donde los niveles de explotación son muy grandes. En resumidas cuentas podemos decir que la ciudad de El Alto se. caracteriza por una población mayoritariamente migrante aymara, principalmente ocupada en e! sector informal urbano, con una escasa participación en el empleo asalariado formal y la búsqueda de ingresos a través de unidades económicas autogeneradas. Estas últimas han mostrado una tendencia a crecer hasta crear un problema de saturación y competencia, que también provoca una tendencia a la reducción de sus ingresos.
M
Rossana Barragán nos muestra claramente las causas del surgimiento de actividades artcsanalcs y comerciales en la ciudad de La Pa¿. En el siglo XJX es evidente la disminución de la población indígena y también se reducen los impuestos; esto obliga a las élites a encontrar nuevas fuentes de ingresos. Estos procesos les estimularon a expropiar las tierras de las comunidades para transformarlas en haciendas. Los indígenas al ser expulsados de sus parcelas, buscaron otras fuentes de trabajo debido a la escasez de tierras. Por tanto engrasan las filas de los artesanos y el comercio, compuesto casi exclusivamente por gente desligada de sus ayllus. Ver Barragán 1990. En el siglo XX estas actividades han aumentado aun más., en forma paralela al proceso migratorio y al derrumbe del Estado benefactor y sus empresas, que ya no tienen capacidad de ;ibsofbcr mano de obra.
1
. Las mujeres jóvenes, entre los 15 y los 24 años, estarían cu buena medida en el servicio doméstico, pero desde el momento en que se casan abandonan esta ocupación y se dedican a actividades por cuenta propia.
28
Cuadro N° 4 Población económicamente activa, El Alto, 1992 Actividades
Cantidad
Obrero y empicado
54.243 34.664 1.295 41 8 1.636 32.434
Cuenta propia Patrón o empleador Coopera livista Profesional independiente Trabajador no remunerado Sin especificar
% 45% 27% 1% 0.3% 0.08% 1% 25%
FUENTE: Estrategia social municipal (ESMAJ. Modelo municipal de desarrollo humano. OPS, OMS, UN1CEF. UNFPA, El Alto, 1997, p.21. Debemos tener en cuenta que estos dalos son del Censo Nacional de Población y Vivienda, 1992.
May que eiifatizar que los masivos despidos y migraciones de las últimas dos décadas, a raíz de la intensificada crisis agrícola que trajo consigo el modelo neoliberal, han engrosado la actividad informal en la mayoría de los casos. Como señalan Mansilla y Toranzos, la relación entre el deterioro del movimiento sindical y el fortalecimiento de la actividad informal en Bolivia, habría contribuido (al menos por un tiempo) a aminorar un estallido social de gran envergadura, a tal punto que Ja función central de esta actividad habría sido la de amortiguar una crisis de primer orden. Para el autor, los mineros desempleados perdieron rápidamente su conciencia de clase y adoptaron los valores de orientación predominante en los sectores informales (Mansilla 1991:40). Aunque la historia ha desmentido estas apreciaciones, cabe recalcar que por muchos años, tanto desempleados como subempicados y trabajadores por cuenta propia fueron el gran público de RadioTelevisión Popular (RTP) y alimentaron la trayectoria política de su gestor, el comunicador Carlos Palenque. Es así que, para estos autores, informalidad y populismo tienen un nexo estrecho. El propio Rafael Archondo señala que los barrios de mayor audiencia de RTP (y posterior lealtad electoral a CONDEPA) estaban habitados en un gran porcentaje por migrantes involucrados en actividades informales (Archondo 1991:49). 3.3. Servicios básicos en la ciudad El Alto En la urbe aliena se puede ver a todas luces el déficit de los principales servicios básicos, que en conjunto están cubiertos tan sólo en un 34% (Ver en el cuadro N° 5). Esta cobertura es la más baja de todo el país, en contraste con la velocidad del proceso de urbanización y crecimiento demográfico. A esto se suman factores culturales de discriminación, además de la espontaneidad de los procesos de ocupación espacial, el loteamiento de terrenos, y en general la autoconstrucción. De este modo, los servicios básicos de El Alto, en comparación con otras ciudades, acusan las mayores deficiencias.
29
Cuadro N° 5. Dotación cíe servicios básicos en El Alto y otras ciudades, 1992 Ciudades
Todos los scrv. Agua Potable
Energía
Alcantarillado Rccol. basura
El Alio
34.3%
83.8%
82.6%
20.3%
18.6%
La Pa/
54.6%
85.4%
94.9%
58.2%
24.3%
Sucre
67.7%
89.9%
83.3%
72.8%
28.5%
Sla. Cruz 48.8%
86.0%
94.9%
22.5%
24.3%
Cocliabamba 62.5%
96.4%
98.0%
54.3%
75.5%
90.6%
96.0%
61.6%
28.6%
Potosí
66.0%
FUENTE: Elaborado con base en el Censo de 1992, ESMA. Modelo Municipal cié Desarrollo Humano, OPS, OMS, UNJCEF, IfNFPA, El Alio, 1997, p.29.
Por otra parte, estudios cualitativos realizados por Sandóval y otros, nos muestran que del total de las calles, avenidas y carreteras de El Alto, apenas una quinta parle contaba en 1992 con pavimentación, enlocetado o empedrado; el 80% restante era generalmente de tierra (Sandóval y otros 1994:14). Del total de la población aliena, el 74% no contaba con los servicios básicos, dentro de ello el 20% no tenía servicios de agua potable ni energía eléclrica. Eso significa que estos servicios fueron los de mayor cobertura, especialmente en zonas céntricas de la ciudad, donde reside la clase media mestiza. El gran problema residía en los servicios de alcantarillado, cuya cobertura era la más baja del país (20.35%). Esto implica que casi el 80% de la población aliena carecía de este servicio. Los únicos barrios que lo tenían eran las zonas donde reside la clase media mesliza: 1 ° de Mayo, Viviendas de Río Seco, Villa Adela y Ciudad Satélite. La situación no ha variado demasiado en esta última década, salvo por la pavimentación de calles y avenidas. Los estudios realizados por el equipo ESMA (cuya base de datos es de 1992) nos muestran que en el sector norte de la ciudad, donde predominan los migrantes aymarás (como Villa Ingenio y olías) la población sufre una aguda escasez de servicios. Así, en estos seclores '.-, sólo disponen de alcantarillado el 3.2% de los hogares; lo mismo ocurre en el sector sur de la ciudad (Cosmos 79 "A" y "B" y San Luis Tasas), donde el 98,1% de las viviendas carece de servicios sanitarios y sólo accede a ellos el 1.9% de los hogares (ESMA 1997:33). Además podemos identificar unas pocas zonas que se consideran residenciales, donde los ayrnara-hablantes son minoritarios, como Ciudad Satélilc, Viviendas Río Seco y Villa Adela, que están mucho mejor equipados, según lo constala Antezana (1993:41). Estas zonas céntricas de El Alto se caracterizan también por ,una actividad comercial más intensa y están constituidas de alguna manera por la clase media, ya que muchos de ellos se han trasladado a El Alto desde la ciudad de La Paz. . El Alto pobre, carente de servicios y con muchos problemas, es el espacio ocupado por los aymarás como un nuevo Chukiyawu. Se puede afirmar que El Alto tiene un conjunto de población aymara hablante de todas las categorías migratorias, pero en general transitan por situaciones de carencia de servicios (Albo 1995:88). La llegada de nuevos contingentes de migrantes sobrepasa la oferta de servicios y los asentamientos en zonas no urbanizadas
30
deben esperar años para lograr regularizar sus planos y estar en condiciones de demandar servicios De este modo, las carencias materiales crean entre las clases desposeídas la necesidad de conseguir el apoyo de alguien de arriba (Archondo 1991:65-66) Los contingentes de migrantes que se asientan en los nuevos barrios y loteamientos se organizan de inmediato en juntas vecinales para dotarse de mecanismos que les permitan formular sus demandas ante la Alcaldía. La viabilización de estas demandas discurre en su mayor parte por tortuosos caminos; muchas veces pueden paralizarse por un cúmulo de factores, produciendo una serie de reacciones que pueden manifestarse en movilizaciones de distinta intensidad. Podemos entonces visualizar cuatro tipo de mediaciones dentro de las cuales el dirigente puede poner en marcha su demanda. El círculo vicioso implica la demora de mucho tiempo en la Alcaldía, los trámites pueden durar 2, 5 y hasta 10 años, cuando el dirigente sigue las normas establecidas por el sistema político. También se puede observar que para acelerar las demandas el dirigente puede ofrecer dinero al funcionario o cliente burocrático, o éste puede pedirle "coima" al dirigente vecinal, para flexibilizar o "ablandar" los requerimientos normativos, eso significa que hay mecanismos informales para acelerar los trámites. Otro de ellos es lograr que las demandas accedan al sistema político mediante acciones colectivas, nos referimos a movilizaciones y otras acciones de presión a la Alcaldía, hasta obtener una respuesta positiva. Por último, el clientelismo es uno de los instrumentos que puede canalizar las demandas de manera rápida y también puede neutralizarlas en algunos casos, dependiendo de los niveles de influencia que tenga el cliente intermediario y de la correlación de fuerzas que tenga su patrocinador en el aparato burocrático. La noción de clientelismo es para nosotros una opción clave para interpretar la conducta de los vecinos, sobre todo en los estratos más empobrecidos y discriminados de la población. La lógica de oferta política legal, que hemos intentado desentrañar en nuestro estudio, está vinculada casi exclusivamente al sistema político municipal. Tiene la característica de ablandar los componentes normativos y hasta puede soslayar ciertas condiciones exigidas por los reglamentos, pasar por alto listas de espera y en general manipular los espacios de decisión municipal para favorecer a su clientela. Este mecanismo puede resultar beneficioso, pero también puede ser perjudicial para los vecinos, porque los pequeños favores en los procedimientos implican capacidad de influir en diferentes esferas de la burocracia, pero las decisiones de envergadura siempre se toman en los niveles más altos. Existen sin duda funcionarios de bajo rango, que son clientes de funcionarios más poderosos. Estos clientes han logrado a su vez crear sus redes de clientela durante la campaña electoral, mediante la oferta de servicios a los barrios más necesitados, lo cual se traduce en una oferta de producción de decisiones políticas, que no siempre el funcionario medio es capaz de cumplir. Por eso dijimos que el clientelismo puede beneficiar o perjudicar a los vecinos, y se pueden encontrar experiencias que dan cuenta tanto de sus éxitos como de sus frustraciones.
. Archondo nos muestra en su análisis cómo la pobreza crea la necesidad de relacionarse con sectores que están ubicados en la cúspide de la pirámide social, y la dependencia que crean estos vínculos. Esta dependencia vertical se expresaría en relaciones ficticias de compadrazgo, donde no existe simetría entre los dos polos, ya que uno de ellos resulta el más beneficiado por esta vinculación. Relaciones de este tipo son las que hemos denominado clientelistas, y el estudio de Archondo nos ha servido para comprender mejor el fenómeno, para el caso de RTP y CONDEPA.
31
3.4. Perfil cultura] del Alto Para analizar los aspectos culturales, nos apoyaremos en algunos conceptos del sociólogo francés Fierre Bourdieu. La urbe alteña está constituida por grupos heterogéneos de diverso origen social, lo que se expresa en sus múltiples prácticas, aunque todas ellas se mueven bajo una primacía cultural andina, constantemente asediada por la cultura hegemónica criolla. Es una ciudad en la que coexisten tensamente hábitos culturales de diverso origen, bajo un patrón común que los jerarquiza de acuerdo a su grado de su reconocimiento por la _cultura legítima que provee recompensas sociales de acuerdo a la reapropiación de su capital de origen (Bourdieu 1988). Es una ciudad constituida por migrantes que reproducen sus valores, hábitos, lengua, manera de vestirse, alimentarse, gustos, bailes y preferencias musicales, de acuerdo a este continuum cultural tensando por el choque entre dos culturas El poder aculturador de Jas instituciones oficiales (escuela, medios de comunicación, cuartel, etc.), ha creado un universo en el que se marcan las diferencias culturaJes por su grado de aproximación a la cultura legítima de Ja cíase dominante. Según el mismo autor, la cultura legítima expresa de alguna manera la distinción entre sectores sociales. En este caso los migrantes muestran huellas visibles de su origen social que funcionan como marca y también por la producción de prácticas que se ven desvalorizadas y distorsionadas. Según Rafael Archondo la cultura andina conlleva experiencias irreductibles. EJ funcionamiento de una lógica de reciprocidad y redistribución se reconstruye sutilmente en la ciudad, generando elementos de una cultura contrahegemónica, que sin embargo está también sometida al mercado^ al dinero, a Ja lógica de Ja ganancia individual etc. La generosidad juega un papel legitimador del migrante exitoso, que al pasar una fiesta se relaciona con sus paisanos según el código de esa lógica rural. Pero la reproducción urbana de esta conducía se enraiza también en Ja escasez de bienes materiales, que obliga a Jos migrantes exitosos a ejercer un comportamiento solidario que recompensa a los más pobres, a la vez que convoca su JeaJtad. Esta situación sería hasta cierto punto contraria aJ intercambio y a Ja acumulación (Archondo 1991:56)17. Las festividades del ciclo ritual de El Alto y de sus respectivos barrios, son escenario para la reproducción de estas prácticas de reciprocidad articuladas a las nuevas actividades urbanas de los migrantes (Anze 1995.79-81) A pesar de ello, estas expresiones no forman parte de un reconocimiento más amplio en el conjunto de la jerarquía socio-cultural. Más bien, se hallan confinadas a espacios restringidos, donde continúan siendo un recurso esencial que permite modificar su situación común en torno a acciones colectivas. En verdad, la expresión cultural de mayor valoración ejerce una fiíerte y silenciosa presión social, capaz de originar en los migrantes la disponibilidad de reformular sus capitales culturales y simbólicos de origen, en medio de conflictos e intercambios para aminorar las implícitas exclusiones que se han hecho parte de su vida cotidiana. Sin embargo, esto no consigue hacer desaparecer las prácticas comunitarias y corporativas, que los migrantes reproducen en sus barrios, gremios, etc., a través de múltiples tareas colectivas en las que se 1
' Para Rafael Archondo la lógica de la reciprocidad, como parte de la idíosincracia cultural andina, tiene raíces históricas profundas, que han permitido configurar cogniciones, valores, actitudes. Durante la etapa colonial, la reciprocidad se articuló con formas dircclas de explotación. Actualmente las redes y lazos de reciprocidad, sean horizontales o verticales, están muy debilitados, aunque la escasez de bienes materiales continúa obligando a los migrantes a actuar solidariamente y el propio sistema clientelar se organiza sobre las bases previas de relaciones de reciprocidad desigual.
32
reutilizan formas organizativas indígenas. De este modo, la cultura andina de origen se sigue expresando en la ciudad mediante vías muy complejas. Una de ellas sería la votación colectiva, en favor de un actor político que reconoció sus códigos culturales, aquellos que definían su misma existencia como miembro de la población migrante en la ciudad y perteneciente a los estratos populares. Un estudio realizado por la Unidad Sanitaria de El Alto nos muestra que la población migrante se lia consolidado conjuntamente con los nacidos en dicha ciudad. Es evidente que existe una lógica en la preferencia por reproducir los valores culturales andinos, y a ello también habrían contribuido los migrantes que han llegado de otras regiones del país18. La urbe aliena de alguna manera es el epicentro de un proceso permanente de reformulación de capitales culturales de diverso origen, a los que se renuncia o modifica para acceder a nuevos roles, que exigen competencias culturales ilustradas y hegeniónicas, en un medio donde se establecen sutiles diferencias de todo tipo. Podemos constatarlo con una mirada a los sectores sociales que habitan en los barrios céntricos y de "clase media" de la ciudad: Villa Adela, 1ro. de Mayo, Viviendas Río Seco y Ciudad Satélite. Sin duda, los pobladores de estos barrios tienen propiedades culturales legítimas heredadas de su origen social, pero invierten permanentemente capital cultural para mantener un status social de acuerdo al modelo occidental urbano. Son sectores que poseen la ventaja de contar con servicios básicos y cierta capacidad de influencia en el sistema político. Esto parece indicar que la cultura urbana legítima y dominante apela a diversos recursos tácitos para preservar sus privilegios: hábitos, competencia lingüística, formas de vestirse y gustos serían algunos de los elementos que originan la aceptación de los acuilmados y la exclusión o el marginamicnto de los que se mantienen apegados a las tradiciones culturales indígenas (comenzando por el idioma). En el mapa de El Alto elaborado por Albo (1995), puede verse claramente esta estratificación cultural de la . ciudad, a partir del indicador lingüíslico, tal como fue introducido en el censo de 1992. En todo caso, dentro de la cultura andina también se puede constatar que la competencia cultural se define cada vez más por el mercado, donde se retribuye según la antigüedad del migrante, se jerarquiza de acuerdo al consumo de bienes culturales, y así se reproduce un espacio disponible a la aculturación, pero también dotado de mecanismos de resistencia. Esta información nos permite visualizar la producción cultural de tendencias más cultivadas de origen urbano, que sin duda establecen jerarquías frente a los recién llegados, cuyo consumo dq bienes legítimos es precario y escaso. Para Cottle y Ruiz, la aculturación exige una disponibilidad de imitar los usos y costumbres dominantes y asumir la ideología del progreso (1993:94). El traslado de grandes contingentes de migrantes andinos a la ciudad se orienta sutilmente a la búsqueda de ascenso social, pero preservando a su vez los rasgos y recursos de su cultura de origen, que pueden ayudar al migrante a sobrevivir en la ciudad. Albo constata también esta tendencia general en el mundo urbano aymara, su preferencia por estrategias, de movilidad social ascendente, su capacidad de asimilar nuevas formas de vida urbana, sin dejar de aparecer a los ojos del observador como aymarás. En este proceso las poblaciones migrantes también se estratifican, con una cúspide minoritaria de migrantes exitosos y una base muy amplia de aquellos que no logran esta inserción exitosa en el medio urbano y deben conformarse con sobrevivir precariamente (Albo 1992:374). Sin embargo, estos autores coinciden con Archondo, que aún las formas más ostentosas de . Unidad Sanitaria de El Allo.Proyecto cíe fortalecimiento de la atención primaría, El Alto, 1991. 18
33
acumulación y gasto de bienes materiales, se realizan en la ciudad bajo una lógica distinta, ya que los elementos de generosidad y consumo ritual inauguran a su vez relaciones de compadrazgo o reciprocidad asimétrica y vertical. La expresión más clara de esto es la institución del preste o pareja pasante de una festividad del calendario religioso. Archondo considera que esta institución permite nivelar económicamente a los más exitosos, a la vez que les brinda recursos, fuerza de trabajo y una serie de relaciones que luego inciden positivamente en sus negocios. De cualquier modo, la actividad festiva en los barrios contribuye a aumentar el prestigio y el capital social de la pareja o familia pasante, que hace dar las misas y atiende a centenares de invitados durante el curso de la fiesta, que suele durar no menos de tres días. Puede decirse entonces que las fiestas de los barrios áltenos se han convertido en espacios de reproducción cultural para los migrantes, especialmente en primera generación, puesto que les permiten ostentar múltiples prácticas de origen rural, pero a la vez gozar del reconocimiento y d prestigio que da el dinero y el éxito mercantil. Es posible también que haya cierta funcionalidad en la reproducción de estas prácticas, en beneficio de los negocios, talleres o proyectos de ascenso social y político de los migrantes. Así se abre paso una nueva cultura andina urbana legítima, que deja huella en los hijos de los migrantes y hasta en la tercera generación, permitiendo contrarrestar las presiones de la sociedad global, pero adaptándose también y sometiéndose a sus normas. En. resumidas cuentas destacamos a la adaptabilidad como un rasgo predominante de la cultura andina en la urbe alteña, expresada en una predisposición a reformular su capital de origen, sin renunciar a sus prácticas andinas de reciprocidad, que siguen siendo importantes y beneficiosas para la familia migrante, por la situación precaria en que se da su vida cotidiana. Se crea así un espacio de legitimidad para las culturas aymarás urbanas, que también a.veces limita y distorsiona sus prácticas cuando se trata de una oferta transacional, aunque sólo crea lealtades efímeras. Las implicaciones políticas del proceso cultural que se vive en El Alto son importantes para el presente análisis. La masa migrante sujeta a una exclusión permanente se organiza como actor colectivo, negocia su voto con los candidatos que ofertan bienes concretos para la zona, y toma contacto con diversos polos de oferta para establecer nexos, ya sea en forma individual o colectiva. Sin embargo, existen ofertas que no tienen ninguna capacidad para establecer una relación clientelar. La distancia cultural, las brechas de clase y estilo, se imponen entre la mayoría de los partidos tradicionales y Jos votantes áltenos. Porque mucho depende de cómo se distribuye esa oferta prebendal a los migrantes. Si el candidato o el partido carece de legitimidad y no logra penetrar las pautas culturales que organizan las relaciones clientelares en el Alto, la oferta caerá en saco roto. De este modo, El Alto se ha convertido en una plaza electoral disputada y difícil, donde no importa tanto la cantidad de los bienes ofertados sino la legitimidad de las relaciones que se tejen con los pobladores, donde prevalecen criterios de esta lógica cultural andina, pero adaptados a las condiciones del mercado de votos moderno.
34 Capítulo 3. HEGEMONÍA Y CRISIS DEL POPULISMO
1. Consideraciones teóricas sobre la burocracia patrimonial La organización prcbcndal burocrático-patrimonial se desarrolló durante los primeros tiempos del Estado moderno, pero según lo ha demostrado Webcr, sus raíces se remontan a épocas antiguas. En Europa medieval, el cargo de funcionario era completamente patrimonial porque carecía de una distinción burocrática entre la esfera privada y la esfera oficial. Los funcionarios consideraban el cargo como un derecho personal y a sus emolumentos como parte integrante de su fortuna privada. La elección de los funcionarios dependía del jefe, que no necesitaba considerar los talentos o aptitudes del funcionario, sino su trayectoria de servicios prestados y lealtad personal (Weber 1944:720, 775-77)'". La burocracia, invadida en su funcionamiento por esta visión patrimonial,' bloquea la realización racional de las políticas públicas y confunde propiedad con soberanía. Este proceso sería análogo al de la lógica prebendal que estamos analizando y resultaría del predominio de formas arcaicas de autoridad y del liderazgo. También se habla de nepotismo, cuyo origen se remonta a la vida republicana de la antigua Roma y la Edad Media. En esc periodo los papas tenían privilegio de investir un gran poder en muchas personas allegadas a su familia, a las que llamaba sobrinos. El nepotismo fue una practica común en las monarquías, donde los reyes designaban a sus parientes para las funciones más importantes y a quienes favorecían con prebendas y bienes honoríficos como favores entre partes (La Razón 61998) Asimismo se habla de la relación clientelista, donde se sienta la base del intercambio dinámico en el funcionamiento de vínculos relativamente estables entre personas y/o grupos pertenecientes a estratos sociales muy distintos, lo que genera una distancia vertical en la que uno es el_patrón,y otro es el cliente. El patrón, por su estrato social elevado, no tiene necesidad de justificar sus decisiones políticas, ni siquiera cuando practica el transfugio, pasándose a otro partido. También el poderoso puede desplegar sus recursos de influencia sin considerar esos aspectos, sino otros de carácter personal como la lealtad. Porque el cliente no tiene ningún poder, y si lo tiene, es muy limitado, entonces es una persona que está enlmüchas circunstancias bajo la protección o tutela de otra, que sí tiene capacidad de influencia, siendo éste su principal recurso. EÍ cliente tiene üñ papel subordinado, pero en el marco de relaciones reciprocidad, bajo la espectativa de que éstas producirán ventajas que le beneficiarán. Así, el cliente se muestra predispuesto a brindar su tiempo y energía para respaldar al candidato (su patrón) y colaborarlo en todo lo necesario. Esta disponibilidad se aprovecha a plenitud durante las campañas electorales, donde los clientes muestran su subordinación a los jefes o responsables zonales del partido y los apoyan en las instancias cívicas, vecinales o gremiales. En este proceso, los subordinados renuncian a toda posibilidad de criticar y controlar la conducta del patrón: simplemente comparten el destino con el que momentáneamente tiene poder (Dandler 1983:9-11; Miranda 1977:4-6; Vasco 1978:66).
La relación patrón-cliente también puede operarse sobre la base de un núcleo transaccional entre las dos partes que tienen metas trazadas que los unen. Son relaciones que nacen de una predisposición voluntaria, con la posibilidad de que cada uno de los contratantes pueda romper su continuidad cuando la relación deja de generar bienes satisfactorios o protección efectiva. Estos intercambios son de carácter desigual, y esta desigualdad se expresa en los acuerdos tácitos entre partes, que 19
Weber nos muestra dos formas de reclutamiento burocrático: el funcionario no elegido, sino designado por el jefe, desempeña su función con más exactitud desde un punto de vista técnico y profesional. El funcionario elegido no depende de las normas, sino del funcionamiento de los mecanismos de partido. En Bolivia se puede encontrar similares formas: una sería la elección conjunta de todos los dirigentes del partido para altos cargos del Estado,
por ejemplo ministros o parlamentarios y la otra el reclutamiento prebendal de acuerdo a los servicios prestados durante la campaña electoral.
35
están regulados por el principio de reciprocidad que activa como núcleo intcgrador (Dandlcr 1983: 12. Miranda 1977:3). Estos acuerdos son tácitos y parten del entendimiento de que cada una de las partes está colocada jerárquicamente respecto a la otra. Este ordenamiento jerárquico es el que marca la lógica de lo permisible, generalmente en detrimento del cliente, convirtiéndose en una reciprocidad abiertamente desigual. Pero además, al ser una relación desigual que prescinde de cualquier mecanismo de negociación transparente y de sanciones para su cumplimiento efectivo, deja a los clientes tan sólo el recurso del conflicto faccional. Esta sería la razón de la inestabilidad crónica y de la volatilidad de las alianzas clientelares entre actores políticos, vecinales y gremiales en la ciudad de El Alto.
En un plano más cotidiano, el clicntclismo permite al polo fuerte de la relación el ejercicio de formas sutiles de exclusión o desden cuando se trata de utilizar la reciprocidad en el sentido negativo. Es decir, al negarse a viabilizar las demandas o la producción de las decisiones políticas, el patrón estaría en capacidad de sancionar a un ex-clientc por su falta de lealtad política. Sin embargo, no siempre esta lógica punitiva encubierta y desigual logra sus objetivos, pues el voto colectivo puede llegar a volcarse en función de ofertas alternativas desde otros partidos en el sistema política Lo importante es recalcar que el sistema clientelar funciona de acuerdo a un conglomerado de intereses específicos, que son manipulados por élites políticas que se han construido a lo largo de décadas y que han creado, sea en la fase populista o en la actual democracia, mecanismos tácitos y leyes no escritas que operan en la relación entre el Estado o el Municipio y los ciudadanos. El sistema clientelar, por lo tanto ha estado también sujeto a crisis y es particularmente vulnerable en el actual período democrático, a los efectos del mercantilismo y la corrupción. Entendido de esta manera diacrónica, se puede vincular al clientelismo con una cultura política colonial y autoritaria, cuyos factores más profundos persisten y se enraizan en la cultura islámica e ibérica. En el período colonial, la administración virreinal toleró la repartición generosa de puestos, prebendas, honores y emolumentos a una clientela de criollos y hasta mestizos que podían neutralizar al mundo indígena dominado. El fundamento del poder burocrático fue consolidándose mediante la creación de vínculos muy ramificados entre patrón y cliente, que entrecruzaban a estratos españoles, criollos, mestizos e incluso la aristocracia indígena (Mansilla 1997:155). Estos serían los elementos medulares de una herencia patrimonial corporativa y paternalista, que conviven en una estructura social rígida, pero que paradójicamente está también marcada por la participación de las masas en la arena política a través de acciones colectivas. Hasta cierto punto podría decirse que la historia del clientelismo es la historia de la domesticación y la obediencia de esas masas insumisas, ajsí como su crisis está vinculada a la resistencia de estas masas. El fenómeno clientelista se ha reproducido en el presente siglo en toda la región andina, pero también en Colombia, Brasil y México, en América Central y el Caribe. Podría hablarse de un modelo que marca toda la cultura política de la región y permanece como un tejido vinculante entre un patrón poderoso con habilidad para el reclutamiento y el control sobre individuos más débiles, discriminados y excluidos. Estas masas de seguidores buscan proveerse de ventajas materiales a cambio de su sometimiento; antiguamente habían sido de origen campesino, sin tierra propia, y se adscribían patrimonialmente a las casas y familias del patrón, pudiendo así extenderse en enormes clientelas (Mansilla 1997:143). La administración había constituido el epicentro de la adjudicación de sinecuras y había sido percibida como la recompensa merecida a causa de los propios méritos o por los servicios prestados a la facción o al caudillo. Por tanto, el clientelismo sería una forma de funcionamiento burocrático, que desde la época colonial habría dejado la marca de una carencia estructural de distinciones claras, entre el servidor y su oficio, entre el cargo y la persona, entre las relaciones de obediencia por el rango o las lealtades personales y familiares. Una burocracia que funciona predominantemente con nombramientos basados en la prestación de servicios políticos, servidores públicos que son en realidad privados y adscritos a la voluntad personal de su jefe o patrón
36
(Ibid:tI5). El patriinonialismo palcrnalista, el centralismo y el autoritarismo serían los núcleos esenciales que confluyen para conformar una cultura política tradicional de raí/ colonial, sobre cuyos cimientos clicntelarcs se engranan perfectamente los cambios o modernizaciones estatales, lográndose así la reproducción en el poder de una elile de antiguo origen. El patrimonialismo sería una clara herencia del antiguo sistema, donde el poder se organiza de manera personal. Eso implica la redistribución de prebendas de acuerdo a los servicios prestados, por tanto el cliente es proclive a obedecer todos los mandatos del jefe, o puede ser sometido a las reglas del partido y a la dominación burocrática. Este tipo de organización es proclive a la corrupción y a la formación de redes de encubridores en la administración pública. En todo caso, en América Latina se ha dado recientemente un proceso de modernización en la burocracia que empuja al Estado a reemplazar las formas clicntclistas tradicionales por otras basadas en la organización burocrática racional (Fossacrt 1994:10-14). Estos cambios también han llegado a liolivia bajo la forma de reformas estatales y mecanismos de control como la ley SAFCO. Sin embargo, hasta el momento no se ha logrado debilitar sustancialmcntc la herencia autoritaria y patrimonialista del Estado, y el tejido clicntelar ha logrado adaptarse relativamente a estos intentos modernizadorcs. Como lo señala Mansilla, estas raíces autoritarias de la cultura política explicarían la mantención del papel preeminente del Estado20. Para este autor, América Latina se encuentra todavía anclada cu componente premodcrno que tiene varias esferas de expresión: caudillismo, valoración del exterior, exaltación de las pasiones, todo estos elementos gozan de una estimación positiva en la coyuntura actual. Las elecciones son una buena esfera de expresión de esta cultura política, ya que la votación se rige por las facultades carismáticas de los candidatos y no tanto por programas e ideologías (Mansilla 1997:139-142). Otros autores también han resaltado la vigencia de los lidcres carismáticos21. El líder carisrnálico por sus facultades extraordinarias puede encontrar obediencia a un mandato determinado, con vínculos personalizados de una red clicntclista con personalidad débil. Las masas lo siguen para obtener ventajas materiales a cambio de su consentimiento y el patrón paternal y autoritario tiene obligaciones hacia ellas, cuando adquiere la titularidad del poder 22. Con frecuencia esta transacción es tan desigual que el funcionario público sólo reparte las migajas a estos clientes colectivos que votaron por él. En El Alto abundan ejemplos de estas prácticas, que han contribuido a erosionar la credibilidad de todo el sistema democrático.
20
. Según H.C.F. Mansilla (1991: 26), el caudillo carismático tiene raíces ihérico-isláinicas y gobierna de manera paternalista, sin sufrir la menor limitación a sus designios, ya que no necesita justificar ante la opinión pública ni ante ninguna otra instancia su ejercicio del poder. La cultura política del autoritarismo está conectada con aspectos institucionales. Para Wcbcr la dominación carismáüca es de carácter extraordinario, se obedece al caudillo a causa de sus cualidades excepcionales y no en virtud de su posición estatuida. El autoritarismo fue analizado por Mansilla y tendría tres raíces centrales: la herencia prccolonial, la tradición ibérica católica y la recepción meramente instrumental de la civilización industrial moderna.. 21 El papel de lidera/.gos carisinático en las elecciones municipales de la última década fue analizado por el equipo de dentistas sociales dirigidos por Fernando Mayorga, y sus resultados fueron presentados en el libro l£JI£MONÍAS? Democracia representativa y liderazgo locales, Percy Fernández, Manfred Reyes Villa, Móiiica Medina cu 1997. En Solivia muchos partidos son identificados más por los líderes que por las instituciones partidarias, los electores votan por el candidato antes que por programas. "2 Humberto Njaini (1996), investigador político venezolano, destaca que el clicntclismo latinoamericano forma parte de la zona intermedia que aun habiéndose transformado perdura, dentro de la economía de mercado. No se han eliminado las formas clientelistas sino que son aprovechadas por el sistema político, en un sentido de propiciar la democracia restringida.
37
2. Clieníelisino de partido único: el caso del MNR Desde la fundación de la rcpúbliea, el listado Boliviano organizó de manera prcbendal y patrimonial la administración pública, lo que privó al Lisiado de la condición de ser un espacio de representación del interés general. listo conllevó un permanente déficit en la legitimidad del Estado, además de una baja eficiencia y rendimiento en las políticas públicas. El Estado se vio así restringido a sostener su existencia apelando al uso de la fuerza (Lazarte I993b:132-133). Es notable observar que durante todo el siglo XIX. estas formas clientclarcs adquirieron matices faccionalistas. pues los clientes eran campesinos agrupados alrededor de caudillos militares o terratenientes carismáticos que frecuentemente eran rivales. Desde su fundación el Estado lia sido más represivo que dialogador, poco inclinado al compromiso, con estructuras verticales y cxcluycntcs. Además habría tenido vínculos débiles con la sociedad, más'bicn fue manejado bajo intereses particulares. Para Lazarte, la privatización de la economía habría estado guiada por criterios personalistas y el sistema político estaría detentado por nuevos "caudillos letrados" (Lazarte 1993). También se puede observar las dificultades en establecer lealtades constantes hacia las instituciones públicas y las arbitrariedades del caudillo de turno en cuanto a nombramientos y destituciones. Para Mansilla, esta situación habría impedido la formación de estructuras políticas perdurables,, lo que ha conducido a una inestabilidad crónica y a un perpetuo destruir y recomenzar reformas y experiencias políticas de efímera duración (1997: 126). Para Mansilla, desde la primera mitad del siglo XX los clientes del sistema político son miembros de base del partido o de los sindicatos y conforman muchedumbres numerosas, funcionando como "séquitos" de los diferentes caudillos. En estas clientelas masivas abundan personas de origen provinciano, sumergidas en la inccrtidumbre del mercado laboral urbano, donde reproducen pautas de comportamiento tradicionales pero a la vez enfrentan una modernización incipiente y la ampliación de la burocracia (Ibid: 158). A su vez Lavaud destaca a los colonos campesinos, que estaban vinculados a practicas clientclarcs con los hacendados, que a su vez eran clientes de los gobernantes. El patrón o hacendado no utilizaba al clicnte-colono en la actividad política porque no tenía-derecha a votar en las elecciones, pero utilizaba a sus clicntcs-colonos para sostener batallas con los numerosos vecinos; era evidente que cuando poseía más cantidad de clientes era tanto más fuerte (Lavaud 1998:51). La modernización parcial de los estados en América Latina en la segunda mitad del presente siglo, produce sin duda la expansión de la institución estatal y la creación de frondosos aparatos burocráticos que operan en una economía centralizada. En Bolivia, estos cambios se pueden observar claramente durante el gobierno populista del MNR, producto de la insurrección armada de 1952. Para Luis H. Antczana. el Nacionalismo Revolucionario (N-R) es la intersección de toda la corriente política que confluye como una suerte de cpistcmc ideológica, formando un campo discursivo donde se organizan y se definen una serie de objetivos políticos. El Nacionalismo Revlucionario aparece como un discurso de todas las clases sociales, pero resulta instrumental a los intereses de las clases dominantes. De este modo, logra articular hegcmónicamcnte su discurso sobre el resto de la sociedad (1987:62-63). El N-R fue un mecanismo ideológico que irradió la hegemonía de estos sectores dominantes letrados, logrando neutralizar las demandas populares de participación política, en favor de una élite que se encargó de desarticular permanentemente las condiciones ideológicas que podrían haber llevado a los sectores populares a asumir posturas radicales, La cpistcmc del N-R llevó a la alteración de las formas del poder anteriores e hizo emerger a nuevos actores con suficiente rcprcscntatividad social. Estos actores fueron incorporados al espacio político de hecho y de derecho mediante el voto universal, que se extendió a sectores sociales que hasta entonces habían sido excluidos de la vida política c institucional oligárquica. Para Zavalcta, posteriormente a una fase rcdistributiva de "euforia de la plebe", el Estado nacionalista estableció una mediación prebenda! en la constitución del poder político (Zavalcta 1987:13). Esta práctica
38 prebcndal fue monopolizada a travos de lo que hemos llamado clientelismo de partido único, que subordinó prácticamente a todos los sectores sindicales, mediante la formación de clientes burocráticos intermediarios que son como agentes de control político y al mismo tiempo distribuyen bienes a la plebe. El clientclismo y el prebendalismo fueron sin duda la base del pacto populista surgido con la revolución del 52, a partir del cual se institucionalizó la cooptación con sectores populares mestizos e indígenas. Esta mediación prebendal implica un fenómeno limitante, en la medida en que desgasta la legitimidad del régimen que la practica (Zavaleta, citado por Rivera 1993:109). También reafirma la subalternización de algunos sectores sobre la base de conductas tácitas y elementos jerarquizados según el grado de manejo de la cultura legítima hegemónica. Esto forma la base de rígidas jerarquías dentro de una burocracia patrimonial dilatada. Fue contundente la legitimidad del Estado populista, un hecho sin precedentes, ya que no provenía del acto legal electoral, sino de la revolución de abril, que legitimó el hecho de que el MNR fuera gobierno por más de una década; entonces los trabajadores alegaban tener derecho de estar en el gobierno, por haber sido ellos los que definieron la disputa por el poder durante la insurrección (Lazarte 1992:13). Esta muchedumbre de masas fue vinculada así a través del clientelismo, con un Estado patrimonial que había ampliado las instituciones públicas 21. Para Calderón y Laserna, se trataba de un clientelismo burocrático, lo que implica un intercambio de prebenda-servicio. También opeja como un sistema de redes de influencia que se disputan el control sobre el flujo de prebendas y decisiones del Estado. El clientelismo funciona hacia arriba como un mecanismo de movilidad social y hacia abajo opera como un efectivo control social transversal al conjunto de las organizaciones de la sociedad civil (Calderón y Laserna 1995:29) Los actores sociales, en efecto, fueron cooptados por esta forma de clientelismo de partido único, que ha dejado sus huellas hasta la actualidad, a pesar de la crisis de esta forma estatal. En los acápites siguientes, analizaremos los diferentes mecanismos que limitaron la participación de las masas en el Estado del 52, tomando en cuenta los estudios que ya se han realizado sobre los sectores campesino, obrero y vecinal, lo cual nos permitirá contextualizar nuestro objeto de estudio. 2.1. El campesinado indígena La apertura del espacio político para masas antes excluidas, generó nuevas modalidades de participación y negociación, basadas, según Rivera, en la práctica del asedio como mecanismo de presión sobre el Estado, el cual se convirtió en interlocutor central de las diversas demandas. El sector campesino fue encauzado progresivamente hacia las estructuras de mediación controladas desde las cúpula del aparato sindical subordinado al Estado, y así se dio lugar a la formación de clientelas sindicales, al prebendalismo y a la manipulación de las concesiones estatales en función de la lealtad política (Rivera 1987:249). Es notable observar que el clientelismo se había extendido rápidamente en la región de Ucureña de Cochabamba, donde los primeros líderes importantes surgen como clientes aspirantes y son cooptados por el MNR. Sobre la base de los trabajos del antropólogo Jorge Dandler, Rivera analiza la cooptación de José Rojas, dirigente de Ucureña mediante un fuerte despliegue de concesiones personales que termina por convertirlo en un sumiso funcionario del sindicalismo para-estatal movimientista. Desde 1953 fue legitimado como líder regional, en 1954 pasa a ser dirigente departamental, diputado entre 1956-1958 y Ministro de Asuntos Campesinos en 1959 (Rivera 1984:91-93)24. En la región altiplánica también se produce la vinculación clientelar de las comunidades de Sicasica, Pacajes y Omasuyos. La cooptación se 23
. Hablamos de la Corporación Minera de Bolivia (COM1BOL), YPFB, Cooperación Boliviana de Fomento (CBF) para citar algunos ejemplos. 24 La zona de Ucureña en Cochabamba desde la década 30 constituye la irradiación de sindicalismo agrario. Hacia fines de 1952, los sindicatos habían tomado eri sus propios manos la redistribución agraria.
39 realizaba desde el Ministerio de Asuntos Campesinos, negando la tradición de luchas propias e imponiendo organizaciones sindical afines al partido (Ibid:95-96). En la puna del norte de Potosí, el aparato sindical campesino nunca pudo funcionar como tal, es decir, no logró constituirse en una modalidad de orgaiii/nciún de base, ya que prevalecieron las autoridades propias de los ayllus. Entonces, el aparato sindical se vuelve prcbandalista y clientclista y su fuerza se nutre "de las debilidades y fragmentaciones" de los ayllus de la región (Ibid:105-106). En este sentido, si bien el N-R logró socavar en buena medida el papel de las autoridades originarias de los ayllus, dando origen a una especie de dualismo organizativo, los sindicatos eran los únicos reconocidos por el Estado como estructuras de mediación. De este modo, se repartieron los cargos de registro civil, maestro rural y sinecuras vinculadas con la Reforma Agraria, así como también puestos en la administración local y la burocracia provincial (Blancs 1991:28). Además, los campesinos mostraron un comportamiento colectivo, por lo menos en las votaciones, lo que implica una lealtad al pacto de reciprocidad hacia el MNR. Esta relación clientelista colectiva fue reutilizada por los regímenes militares (Ardaya y Verdcsoto 1994:34-36) y cumplió un papel fundamental en la consolidación de una nueva burocracia intermediaria entre ayllus y Estado. El sector campesino habría funcionado distintivamente dentro del Estado boliviano como una reserva. El control cuantitativo del campesinado permaneció como un elemento de poder en el interior del Estado pro-burgués (Antczana 1987:81- 82), pero fue utilizado también para controlar las acciones rcivíndicativas de los mineros. La relación clientelista colectiva con los campesinos, según Rivera, empezó a desgastarse por la incapacidad de expresar las nuevas demandas de este sector. Estas tropezaron con una estructura sindical burocratizada, que simplemente servía para apoyar al gobierno a cambio de reivindicaciones que resultaban meras dádivas (Rivera 1987:135). Los clientes aspirantes afínes al gobierno tomaron distancia de la base sindical, y las direcciones intermedias se convirtieron en espacios de permanente confrontación entre la política manipuladora de clientes aspirantes sobornados y las demandas del grueso del campesinado. La cúpula dirigencial campesina entró progresivamente en una aguda crisis orgánica que terminó atomizando la organización. En este contexto, la masacre de Tolata y Epizana agravó la situación, hasta que el movimiento campesino fue reorganizado bajo la corriente katarista, que extinguió definitivamente la relación moribunda del pacto militar-campesino con el Estado autoritario. Durante la apertura de consultas electorales, nuevamente el clientelismo fue vinculado a las relaciones y los intereses políticopartidarios de la UDP, lo que debilitó la estructura orgánica sindical. En todo este período de consolidación y crisis del Estado de 1952, la relación clientelista con el sector campesino fue utilizada por una élite política civil o militar, que subordinó y manipuló las estructuras sindicales en favor de clientes aspirantes sobornados, que al final terminaron perdiendo el reconocimiento de sus bases. En este caso, el cliente aspirante cumplía variadas funciones, mediación y neutralización de las demandas sectoriales, apoyo incondicional de las cúpulas sindicales a los diferentes gobiernos y recursos ideológicos como la intimidación y el abuso de poder, crearon fisuras en el sindicalismo campesino como forma de mediación prebenda!. En líneas generales, en este período la relación clientelista se basó en una inicial aceptación voluntaria de una relación de poder desigual entre las partes; una actitud de predisposición pragmática, con base en resultados y concesiones estatales esperadas. Como hemos analizado anteriormente, la relación clientelista intensifica los nexos entre el aparato estatal y la cúpula dirigencial, mientras que el grueso del campesinado no percibió resultados favorables. Esta situación habría creado una lenta fragmentación del movimiento sindical campesino, y el distanciamiento con las bases. ' El sindicalismo campesino post-52 fue una forma de clientelismo colectivo que empezó a desgastarse con el tiempo, y que terminó ceñida a grupos de clientes aspirantes enfrentados por rencillas faccionales y distanciados de las bases. Es posible pensar que el clientelismo en aquella época haya sido un elemento clave en la estabilidad del sistema político, y así fue percibido tanto por el MNR como por los gobiernos militares. Hasta la masacre de Tolata de 1974 y la
40
reorganización kalarista. el sindicalismo para-estatal organizado por el MNR fue el puntal de todos los gobiernos y les permitió mantenerse en el poder, neutralizando las acciones colectivas que podrían poner en peligro el régimen. 2.2. El movimiento obrero El movimiento sindical obrero nace a mediados de este siglo y luego de una serie de luchas se articula a la revolución nacional como uno de los puntales del nuevo Estado. Nace así la Central Obrera Boliviana (COB) en abril de 1952. como un organismo centralizado, con una capacidad de aglutinación sin precedentes, que le permitió convertirse en fuerza política y participar del Estado. Para Luis H. Antezana, la COB fue una especie de gobierno paralelo, no sólo porque articula una serie de demandas sociales, sino también porque promueve aspectos que están vinculados a salvaguardar la democracia. Entonces la COB se incrusta en el terreno político a través de lo corporativo, dentro de una lógica que implica una aceptación de los mecanismos ideológicos propios de N-R Antezana señala que la COB no pudo acceder más allá de una dimensión defensiva, se quedó detrás de una barrera invisible pero real, y se subordinó así a los postulados del N-R (1987:79-81)25. No obstante, los sindicatos fueron instituciones de agregación y articulación de los intereses de las clases populares, aunque según Mayorga, no estaban en condiciones de suplantar las funciones de los partidos: como representación nacional, definición de objetivos nacionales, etc. Por lo tanto la COB no pudo constituirse en un sujeto político hegemónico, capaz de sustituir las funciones partidarias (Mayorga 1987:147). Más bien, el movimiento obrero, al vincularse con el Estado del 52, habría asumido roles de mediación prebendal como base del reconocimiento al Estado como tal. Para Zavaleta, Lechín fue, en su momento, un mediador clásico con relación a la clase obrera (Zavaleta 1987:47). Las cúpulas dirigenciales obreras fueron incorporadas a los distintos gabinetes movimientistas, lo que permitió canalizar sus demandas y consolidar las conquistas logradas. Esta participación, según Lazarte, permitía a los ministros obreros erigirse en defensores de la soberanía nacional y oponerse a la "penetración imperialista" (Lazarte 1989:123125)20, pero en cambio no fueron capaces de responder a las demandas concretas de sus bases. En el segundo gobierno populista se hicieron visibles las diferencias ideológicas en el interior del movimiento obrero. Este conflicto se verificó en el segundo congreso de la COB, donde salieron a la luz dos tendencias sindicales ligadas a diferentes doctrinas políticas. Lazarte analiza este proceso de crisis de la COB, con los Ferroviarios aglutinando al sector ligado a Siles, que logra fusionar a otros diez sectores vinculados a la burocracia27, mientras el grueso de los sindicatos mineros toma distancia con el gobierno y se vincula a partidos de izquierda. Durante un buen tiempo, la COB no pudo articular las demandas sociales, de modo que el gobierno de Siles logró ejecutar su plan de estabilización sin que se dieran situaciones de violencia incontrolable (Lazarte 1989:173-177). No existen estudios específicos sobre el funcionamiento concreto del fenómeno clientelista en la COMIBOL. Tanto Lazarte como Mayorga enfatizan la designación prebendal y política de los cargos superiores, desde las direcciones del MNR. La COMIBOL habría funcionado como instrumento político, más que como empresa económica. Tal vez es uno de los terrenos más . Además, la clase obrera fue escenario de las contradicciones propias del discurso de la izquierda, que logró penetrar en diversos sectores, protagonizando intensas luchas ideológicas. 26. Lazarte destaca que los ministros obreros no hacían informes a las instancias, argumentando que no se sentían representantes de una organización sindical dentro de un partido, pues ante todo eran militantes del MNR. Esta situación agudizó las tensiones entre cúpulas sindicales y sindicatos de base. 27
. Estos eran, según el autor, los Ferroviarios, Petroleros, Bancarios, Trabajadores en Telecomunicaciones, Telegrafistas, Trabajadores del Estado, Constructores, Chóferes y Empleados de Comercio, quienes exigieron la renuncia del Comité Ejecutivo mayoritariamente vinculado al sector minero.
41 complicados el análisis del prebendalismo en COMIBOL, porque los mineros eran uno de los sectores más cohesionados, y tenían suficiente capacidad como para defender las reivindicaciones que habían logrado. La pregunta es, ¿hasta qué punto el prebendalismo creó una intrincada red de corrupción que decidía designaciones o cambios en la burocracia del Estado? La ciencia social ha mostrado escaso interés por el fenómeno clientelista y se ha ocupado de él tangencialtncntc en los estudios sobre crisis hegemónica, gobernabilidad, movimientos sociales, democratización, etc. A la luz del análisis precedente, es posible sostener que el Estado de 52. no solamente se nutrió del Nacionalismo Revolucionario (N-R) como terreno de intersección de todas las vertientes sociales bajo la égida de la clase política criolla. El clientelismo, que derivó en mediación prebendal, resultó también un mecanismo eficaz, aunque invisible, para neutralizar las demandas sociales que resultaban incompatibles con el viraje pro-empresarial del Estado. Se dice que Barrientos, en la primera reunión de su gabinete después del derrocamiento de Paz Esíenssoro, distribuyó sumas de 10.000 dólares a cada uno de sus ministros. La dictadura de Barrientos extendió el sistema prebendal hacia el ejército y el campesinado, que fueron los principales sostenes de su régimen (Zavaleta 1987:58). La relación prebendal en cierta medida pudo suplir la debilidad del Estado (Miranda 1977:24), como un instrumento tácito que permite preservar el poder, sobre la base de la dominación consentida sobre cuadros dirigencialcs de los organismos sindicales. Esto permitió al Estado reprimir y excluir a los sectores más radicales de las organizaciones sociales, y atomizarlos, controlando las cúpulas sindicales. El gobierno de Bánzer en principio se apoya en tres fuerzas: FF. AA., la empresa privada y la alianza de MNR-FSB (Falange Socialista Boliviana), que aún se mueve en torno al N-R como eje articulador de la ideología estatal. Bánzer intentó también, inicialmente, convertirse en "líder del campesinado" y seguir con el Pacto Militar Campesino, aunque en una versión más verticalista que la de Barrientos. Según Rene Mayorga, el septenio banzerista permitió la reorganización del sistema político alrededor de una estructura neopatrimonialista corporativa, que regula las relaciones entre el Estado y los grupos sociales mediados por el sistema clientelista. Durante el gobierno de Bánzer esta línea de manipulación clientelar continúa, en sus versiones más corruptas y represivas (Mayorga 1991:212). El régimen banzerista no fue tan sólo de acciones represivas, también intentó utilizar algunos elementos ideológicos del N-R y convirtió al sistema clientelar del Estado del 52 en un sistema de intercambios prebéndales. Zavaleta Mercado ha denominado a esta fase la "prebendalización del sistema estatal", que dura todo el banzerato y hace crisis en las dictaduras militares de los años 79-82. (Zavaleta 1987: 55). 2.3. Los actores vecinales áltenos y la experiencia clientelar Las primeras organizaciones vecinales surgen en El Alto entre los años 40 y 50, conformando algunas juntas vecinales que comienzan a aglutinarse a partir de la organización de los primeros 6 barrios, precariamente establecidos, en tomo a los dirigentes más visibles. Estos barrios aún no habían sido reconocidos como parte del radio urbano. Este es el eje que permite a los actores vecinales preparar el terreno para expresar sus primeras acciones colectivas 28. El resultado de estas primeras movilizaciones de carácter reivindicativo fue el logro parcial de servicios de alumbrado público, piletas de agua, transporte, y sobre todo la apertura de calles y la urbanización de los barrios. Además, el impulso dado por el MNR a la reforma educativa de 1955, permitió la rápida 28
Las juntas vecinales se organizan más ampliamente después de la revolución de 1952, y las acciones reivindicalivas de los vecinos áltenos se enmarcan fundamentalmente en la demanda de servicios: agua, luz, apertura de calles y escuelas. Son las primeras presiones políticas, en función de necesidades concretas como problema, que son expresadas en demandas al sistema político del MNR.
42
extensión de servicios escolares a la población migrante, que se vio así reflejada en la oferta de ciudadanía y castcllnni/ación de los migrantes por el nuevo régimen (cf Choque el al. 1992). Si bien la organi/ación de los actores vecinales era embrionaria, rápidamente adquirirá importancia durante el gobierno de MNR, ya que durante la propia insurrección de abril la participación de los migrantes áltenos, junto con los mineros de Milluni y el sector fabril, fue de gran importancia para definir la derrota del ejército de la oligarquía (Zavalcta 1977). Según Toi i ico, en 1952 El Alto de La Paz se convirtió en un escenario político de primer orden para confirmar el triunfo de la Revolución Nacional; los comandos zonales del MNR dieron impulso a la organización vecinal hasta conformar un Consejo Central de Vecinos en 1957 (Torrico 1994:12). Es notable observar en este período, los cambios que se van dando en el movimiento vecinal urbano, para presionar y negociar con el Estado patrimonialista que surge después de un breve período de explosión populista. De este modo, las organizaciones vecinales adquieren roles de mediación política y cultural hacia sectores antes excluidos. Como ejemplo está el caso de FEJUVE La Paz, que inicialmente expresaba los intereses de la vecindad criolla, pero a partir de la revolución del 52 es controlada por militantes mestizos y cholos del MNR, en coordinación con comandos zonales. Estos sectores nutrirán también a las milicias armadas, a las burocracias locales e incluso a los aparatos represivos del nuevo régimen. Por otra parle, también existía un déficit importante de espacio en la ciudad de La Paz, porque los terratenientes detentaban la propiedad del espacio urbano y se habían dedicado a realizar especulaciones con su tierra en el mercado de bienes raíces. Con la Reforma del Suelo Urbano en 1954, se da un proceso de expropiación a ciertos grupos terratenientes, y redistribución a través de los organismos vecinales. Luego de estos cambios en materia de urbanización y redistribución de la propiedad urbana, el grueso de las organizaciones vecinales fue encauzado hacia mecanismos clientelistas. mediante los cuales los vecinos podían ejercer presión con objetivos pragmáticos enmarcados en hallar soluciones a las carencias sufridas en los barrios. La apertura del espacio político a los actores vecinales permitió su incorporación como representantes de los sectores populares y la gestión de sus principales demandas, arrancadas al gobierno en la fase redi atributiva inicial. Particularmente importante fue el papel de las juntas y comandos en la distribución de "cupos" de alimentos subvencionados en períodos de escasez. De este modo, organizaciones que habían surgido al calor de la lucha social, y que carecían de cultura clientelista, terminaron incorporadas a las nuevas estructuras de mediación clientclar que el Estado del 52 organizó en gran escala. Era normal que la organización vecinal fuese controlada por militantes de MNR, que se convirtieron en verdaderos instrumentos de intermediación de las demandas específicas de los vecinos (Sandóval y Sostres 1989:76)29. La práctica clientelista monopolizada por un partido único permitió a las juntas subordinarse al Estado, en un cuadro limitado que representa un estrecho acceso al espacio político para los clientes aspirantes Esto permite el logro de pequeñas conquistas: la instalación de piletas públicas, alumbrado en las calles, obras sociales como el Mercado Santos Mamara, las escuelas primarias Iturralde y Ballivián y el colegio Capriles fueron resultado de movilizaciones, pero también de la vinculación de los clientes aspirantes con el Estado a través del partido único. Esto permite el flujo hacia abajo de pequeñas migajas, lo que convierte, según Calderón, a la mayor parte de los actores vecinales en plataforma política de dominación y manipulación por parte de los diferentes gobiernos (Calderón 1984:118). Los servicios dotados por la municipalidad de La Paz a los barrios áltenos se logran en un contexto 29
Los clientes aspirantes buscaron rápidamente una aproximación al Estado populista, con el propósito de obtener algunos servicios básicos que eran tan necesarios en una ciudad joven. Lo que pasa muchas veces es que este proceso se vuelve un acceso condicionado a intercambios políticos que son desiguales, el dirigente se inclina hacia el poder político y escasos beneficios llegan hacia los barrios.
43
de burocratización clientelista y prebendal del Estado, que se vincula con diferentes organizaciones sociales para legitimar mediante esos mecanismos su existencia (F. Mayorga 1997: 266). La llegada del régimen barrientista puso fin a los comandos zonales y a las milicias armadas, y dejó a las juntas vecinales sin un acceso directo al Estado. La constitución de clientes aspirantes vinculados a un sólo partido o régimen neutralizó al joven movimiento vecinal alteño, y desarticuló por largo tiempo la protesta social. Para Carlos Blanco, el clicntelismo se mantiene, pues en la gestión municipal de Armando Escobar Una entre 1964 y 1968, se habría desarrollado una política de tendencia populista, reeditando la práctica burocrática clicnteiar del pasado lo que permitió que siga en la Alcaldía hasta 1974 (Blanco 1993:37). La sucesión de regímenes militares con políticas erráticas y contradictorias, debilitó aún más estas estructuras de mediación. De este modo, las reivindicaciones vecinales quedaron irresueltas y la creciente migración multiplicó las demandas y necesidades. Esta situación de carencia y marginalización del movimiento vecinal llevó a la pérdida de "cohesión social y de perfil político y a la declinación de los clientes aspirantes como mediadores entre los barrios y el Estado. Sin embargo, las carencias materiales y la pérdida de espacio político permitieron que El Alto incube un fermento social conflictivo, que estallará en las postrimerías del régimen banzerista. 3. Reorganización de la sociedad civil Hacia 1977, el régimen del Gral. Hugo Bánzer Suárez, producto del sangriento golpe de agosto de 1971, había entrado en una fase de agotamiento, afectado por múltiples factores que se combinaron en su momento. La oposición crecía y llegaba a afectar hasta a los partidos de derecha y a las FFAA. La crisis económica también empezaba a agravarse cada vez más; a ésto se suma la presión del presidente norteamericano Cárter para la democratización de América Latina, y hasta el descontento de la empresa privada, en contra de la pesadez y centralismo del Estado Militar (Jetté 1989). Así se crearon las condiciones propicias para una presión social cada vez más fuerte, en especial por parte de las esposas de sindicalistas mineros perseguidos, que desplegaron una acción extrema de huelga de hambre, con el respaldo de distintas instituciones y la participación de miles de ciudadanos30. El gobierno militar, ante la presión social, aceptó una apertura parcial, aunque luego se vio obligado a levantar todas las restricciones políticas y sindicales. Esta situación generó rápidamente un desborde de las fuerzas sociales que lograron reorganizarse conservando su orientación combativa y radical31. Por. otra parte, también es evidente la incorporación de movimientos regionales y juntas vecinales, que se unieron a las luchas obreras y campesinas para resistir los golpes de Estado que atentaron contra el proceso democrático entre 1978-1982. La fase de la reapertura democrática fue bastante turbulenta: las elecciones realizadas en julio de 1978 fueron fraudulentas en favor del candidato militar Pereda Asbún y la Corte Nacional Electoral tuvo que anularlas, lo que motivó el golpe militar del candidato militar, que fue derrocado meses más tarde por otro militar. Las elecciones de 1979 tampoco resolvieron la elección presidencial, ya que ésta quedó en manos del Congreso Nacional, la que impulsó un nuevo golpe militar en noviembre de 1979. Ante la resistencia popular, En diciembre de 1977, cuatro amas de casa mineras, cuyos esposos estaban encarcelados o exiliados, deciden as;umir la medida extrema en las oficinas del Arzobispado de La Paz con sus 14 hijos. La medida tenía los siguientes objetivos: amnistía general sin restricciones, reposición al trabajo de todos los obreros despedidos, vigencia de las organizaciones sindicales y retiro del ejército de los centros mineros. Los huelguistas ocuparon la iglesia, las oficinas de medios de comunicación y de organizaciones internacionales. Ver Jetté 1989, p.69.
31
También nos referimos a la reorganización de movimiento campesino. El katarísmo se convirtió en el eje de la organización campesina constituyendo la CSUTCB en 1979 y rompiendo la dependencia de pacto militar campesino.
44
luego de 15 días de tensión, se da una nueva salida provisional, designando a Lidia Guciler como Presidenta de la República y convocando a nuevas elecciones para junio de 1980, donde por tercera vez consecutiva gana la UDP, motivando finalmente el golpe del 17 de julio de ese año (ver Lazarte, 1992). Sectores sociales cada vez más amplios resultaron afectados por la represión política y el caos económico generado por estos gobiernos. Estos sectores finalmente confluyeron para restituir el sistema democrático, en un momento en el que la turbulencia política se había apoderado del Estado, porque los conflictos se presentaban casi siempre como un enfrentamiento directo entre el movimiento social y el aparato estatal. En este contexto, la participación de movimientos regionales y vecinales también jugó un papel importante en la lucha por el restablecimiento de la democracia a comienzos de los años_JJÍL Según Jetté, los movimientos regionales están conformados por diferentes instituciones de una misma región o departamento: asociaciones de empresarios, corporación de desarrollo regional, asociaciones deportivas y culturales, universidades, juntas vecinales, sindicatos, medios de comunicación, etc. Los movimientos regionales se habían desarrollado durante la década de los años 60 y 70, como reacción al carácter extremadamente centralizado del Estado. Estos movimientos han crecido al margen de la COB durante la dictadura de Bánzer por lo tanto mostraban afinidad hacia los partidos de la derecha (Jetté 1989:219) 32. Su capacidad de presión llegó a ser muy grande. De este modo, el restablecimiento democrático fue resultado de una masiva participación de sectores heterogéneos de la sociedad civil; donde los partidos políticos iban detrás de las movilizaciones sociales y no las dirigían, y donde se incorporan nuevos actores sociales como el movimiento vecinal y cívico-regional. La apertura del sistema democrático en octubre de 1982, con el reconocimiento del triunfo electoral de la UDP, no pudo paliar la crisis económica que se venía gestando desde fines de la década anterior. En consecuencia, según el análisis de Jetté, el movimiento sindical pasó a la ofensiva, planteando no solamente la cogestión en las empresas públicas, sino también su participación directa en el gobierno, a través de la formación de un co-gobierno COB-UDP (Jetté 1989:156). El Comité Ejecutivo de la COB había elaborado un plan económico-social de emergencia, que al ser dado a conocer originó grandes sobresaltos en la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) y en los partidos de derecha33. Ante la pérdida constante del poder adquisitivo de los salarios, la COB finalmente propone encargarse, conjuntamente con las organizaciones afiliadas, de la solución de problemas como el abastecimiento y el control de los precios en el mercado. En un ampliado nacional de trabajadores en febrero de 1985, la COR tomó la decisión de asumir la responsabilidad del pod£r_Daralelo, en base a un plan de lucha orientado a lograr que los trabajadores se hagan cargo de la soluciónele sus problemas de manera directa y sólo confiando en su propia fuerza (Sandóval 1986:9). Es decir, se desencadena una gran convulsión social, encabezada por los mineros, para oponerse a las medidas contradictorias del gobierno. A ello se agrega la participación de petroleros, empleados públicos, bancarios, gráficos, juntas vecinales y otros sectores sociales, que estuvieron presentes en las llamadas "jornadas de marzo" de Jj985^(Ibid: 12-13). En esta coyuntura, el movimiento sindical revela un conflicto entre distintas tendencias, radicales y moderadas. Sandóval plantea que algunos dirigentes aspiraban a capturar el poder e instaurar un gobierno obrero-campesino, mientras otros alentaban la improvisación de un frente de izquierda como alternativa de poder y otros exigían la 32
. Ver Jetté , 1989. Para Rene Mayorga el movimiento regional surgió a fines de la década 50 en Santa Cru/. •y a partir de Ja década 70 se fortaleció y mostró una gran capacidad de articulación de las demandas regionales y de presión social. Estos movimientos se caracterizan por ser pragmáticos, porque sus demandas están referidas a objetivos económicos inmediatos de mejoramiento de los servicios, ctc. Ver Mayorga 1991. 33 En este Plan Económico Social de Emergencia se planteaba objetivos bastante ambiciosos, como el control obrero en la empresa privada, la priorización de los sectores productivos como la agricultura, la minería, los hidrocarburos: inclusive plantearon la intermediación del Estado en la relación productor y consumidor. Ver Jetté, 1989.
45
renuncia del presidente Siles (Sandóval 1986:15). Esta diversidad de criterios de las cúpulas dirigenciales del movimiento sindical, condujo en los hechos al fracaso de la movilización. Cuando Víctor Paz asume la presidencia de Ja república sustentado en el pacto por la democracia, empieza aplicar la Nueva Política Económica (NPE)34, desatando nuevamente la convulsión social en los sectores afectados. El movimiento obrero asume medidas radicales en demanda de la derogatoria del D.S. 21060, pero Jos sindicatos sufren rápidamente su debilitamiento por las deserciones de algunos sectores y la división entre bancarios y petroleros. Los dirigentes son apresados y confinados durante el estado de sitio y Jas empresas estatales son tornadas por las FF.AA.. Este proceso resulta siendo un fracaso para movimiento sindical, pues se demuestra la imposibilidad de dejar sin efecto las medidas del ajuste estructural que sintetiza Ja NPE. El movimiento obrero sólo logra negociar la liberación de los detenidos y la Nueva Política Económica queda intacta, se despiden miles de obreros bajo el engañoso término de relocalización, IQS retiros voluntarios de trabajadores se multiplican y se desmantela la economía de Jas empresas estatales como un paso previo a su "capitalización" (Jetté 1989.234). Todos estos elementos explican el cercenamiento del movimiento obrero en su capacidad de negociación y la pérdida de muchos sectores importantes como ser las juntas vecinales y el movimiento campesino, que no participaron directamente en la lucha contra Ja NPE, al menos inicialmente. La crisis sindical afectó el eje mismo de la organización obrera, es lo que se llama una crisis orgánica, que dio Jugar a la desintegración de los mineros como categoría social central a la economía y Ja política del país (Lazarte 1987:78). Esto significó un fuerte golpe para el movimiento sindical, que empezó a perder su status de portavoz privilegiado de los intereses populares. La COB quedó por muchos años encerrada en una lucha defensiva, y esta situación ha revertido sólo muy recientemente, en las movilizaciones del 2003. He aquí la paradoja; la lucha persistente desplegada durante la restauración del proceso democrático, permitió a la COB ponerse a la cabeza de la lucha social35. Una vez recuperada la democracia, esta capacidad se vuelca en contra del gobierno de la UDP, y la crisis de Jos partidos de izquierda termina arrastrando a la propia COB durante casi dos décadas. Paralelamente se da el agotamiento del paradigma N-R y de los discursos nacionalistas y revolucionarios que alentaron varios partidos de la izquierda.
3. FFJUVE El Alto En 1979 se funda la Federac¡óu,d£jtata¿3Í££ü!2les de ?' Alto, siendo reconocida el mismo año por la Confederación de Juntas Vecinales de Solivia en su primer Congreso Nacional realizado en la ciudad de Cochabamba, lo que determinó que la sub-federación de Juntas Vecinales tenga rango de Federación a partir de ese año 36. El crecimiento de la población y de las necesidades básicas asociadas-.a ese crecimiento, son los factores que impulsan la consolidación de esta organización.
. La NPE significó la abolición del control estatal sobre los precios de bienes y servicios y la privatización de la COM1BOL, la libre contratación de personal, el masivo despido de trabajadores de las empresas públicas, la legalización de las transacciones en dólares, entre otras medidas; todas ellas dan un viraje radical a la política económica tradicional. 35 Hasta hace poco, Ja Central Obrera Boliviana (COB) fue infiltrada por clientes aspirantes vinculados a diferentes partidos hegemónicos, que dificultaron su autonomía y coherencia en los procesos de negociación. Como la democracia significa la elección libre y competitiva entre partidos comprometidos por acceder al poder, éstos han protnocionado clientes aspirantes mediante diversas ofertas en un mercado político. Estas ofertas de servicios, bienes, prebendas, recursos, dinero y hasta ofertas simbólicas, han afectado seriamente a las organizaciones populares de la ciudad, no simplemente a la COB como la institución matriz de los trabajadores. 36 . Ver O. Barreta (ed.) Folleto Cívico Alteño, Embajada de la República de Alemania-CEDOÍN, El Alto, 1994. También Sandóval y Sostres 1989.
46 Sandóval y Sostrcs lian mostrado que la organización matriz de las juntas vecinales en El Alto, asume pronto acciones rcivindicativas en dos sentidos: en primer lugar, se da una lucha por reconquistar el sistema democrático en el país, donde precisamente El Alto se encontraba cu férrea resistencia contra los gobiernos dictatoriales; en segundo lugar, su lucha se orienta a reivindicar las diferentes necesidades de la urbe altcña (Sandóval y Sostrcs 1989:90). La organización vecinal se desarrolla aparentemente al margen de cualquier influencia política, porque el Estado no era percibido como autoridad legítima. Como organización matriz, FEJUVE El Alto expresaba diferentes necesidades postergadas durante décadas, erigiéndose en la única institución cívica que expresaba y canalizaba estas demandas, por su capacidad de movilización masiva: marchas, mítines, huelgas de hambre, bloqueo de principales arterias, etc. Las acciones de FEJUVE estuvieron enmarcadas en la consecución de objetivos inmediatos referidos al mejoramiento de los servicios barriales y al abastecimiento de bienes de consumo popular; de este modo, FEJUVE se convierte en interlocutor válido de la Alcaldía, porque expresa la unidad de objetivos de los sectores populares excluidos, aunque en forma restringida y pragmática37. Lazarte destaca la participación prolugónica de los actores vecinales, con más de 80 acciones colectivas durante el gobierno de la UDP. Estas acciones son en general de protesta por el desabastecimicnto de alimentos y la permanente alza de precios, que provocaron un gran descontento urbano barrial. Este descontento de la población urbana fue articulado al movimiento obrero nacional, a través de la COB, que los usó como una de sus fuerzas de presión (Lazarte 1993a:46). Sandóval y Sostrcs destacan que FEJUVE El Alto, a pocos años de su nacimiento, se constituyó en una organización con gran capacidad de convocatoria y con suficiente poder de negociación con las instancias políticas (Sandóval y Soslres 1989:91). Se despliegan una serie de acciones colectivas a la cabeza de FEJUVE, con marchas y movilizaciones hacia la sede de gobierno, a pesar de que había una Alcaldía Distrital, creada desde 1980. Esta institución no tenía suficiente capacidad para tomar decisiones, pues casi .todo dependía de la Alcaldía de La Paz. Las cúpulas partidarias designaban también a las autoridades distritales. Todo esto generó el rechazo de la población altcña, que protagonizó un enorme despliegue de fuerza multitudinaria. Una muestra de su capacidad de presión se expresó cuando la organización matriz impuso- su propio Alcalde distrital en 1984, en medio de grandes negociaciones y conflictos desatados durante el régimen de la UDP, ya debilitado en el ejercicio del poder, que se movía simplemente bajo presión de la sociedad civil 38. FEJUVE así adquiere una capacidad de transformar las preocupaciones derivadas de la vida cotidiana, en demandas hacia el sistema político. En el estudio de Sandóval y Sostres sobre La Ciudad Prometida ya se perciben algunas señales de cooptación política en la estructura orgánica de FEJUVE, estas señales parecen expresarse en la campaña electoral para las elecciones de julio de 1985. Los autores no entran en dclallcs sobre los mecanismos que habrían propiciado esta cooptación. Como conclusión a este capítulo podemos resumir las siguientes afirmaciones: la práctica prebcndal enclaustrada en la burocracia tiene raíces coloniales, que se fortalecen en el período republicano anclándose en una visión patrimonialista, autoritaria y paternalista del Estado. La persistencia y reproducción del clicnlclismo en su forma específica vinculada al populismo del MNR, muestra la capacidad de renovación de esta base prebcndal del Estado. La cultura política de la clase mestizocriolla está, marcada por esta práctica en sus diversas formas, y se utiliza como instrumento para permanecer en el poder y para neutralizar las demandas de los sectores populares. 3
'. Ver Rene Mayorga, 1V'J1.
38
. En varias conversaciones con el prof.Hugo Larula. nos explicó la situación dramática de su efímero paso como Alcalde Distrital en 1984. En su relato destaca el poderío de FEJUVE, a partir de una función cívica en defensa de los intereses áltenos, que logra imponer a Lamia como alcalde distrital. Por primera ve/ la población aliena se dota así de tm Alcalde que considera representativo de sus intereses.
47
Esta forma clicntclar de partido único logró articular a una diversidad de actores sociales, primero c» tornó a los elementos ideológicos del Nacionalismo Revolucionario (N-R) para posteriormente convertidos en clientes prebéndales colectivos, que exhiben una lealtad vcriieal hacia el Estado. Esto es particularmente visible en el sector campesino, pero también afecta a las cúpulas de los sindicatos obreros, al convertirlos en funcionarios del Estado. E! clicnte'ismo se combinó perfectamente con la ideología del N-R, brindando un canal de expresión a los intereses inmediatos de los .sectores populares, pero .sometiéndolos a la manipulación vertical del partido. Por lo tanto, el clicntelismo es un mecanismo que ha sido utilizado en diferentes circunstancias y con diversos objetivos, resultando un ropurso estratégico para Ja reproducción de la clase política en Bolivia. Desde la revolución de 1952, los actores sociales tuvieron alguna experiencia clicntelista y prebendal que permitió canalizar jas necesidades colectivas dentro de estructuras de pafticipaeión sumamente limitadas y limitantes. Aunque la cúpula dirigencia! sobornada podía estar muy cómoda por las ofertas políticas que recibía de la clase dominante en función de gobierno y aunque garantizara su icuitad vertical, como fue el caso del movimiento campesino, esto no quiere decir que su liderazgo estuviera libre de conflictos, como veremos en los capítulos siguientes. Para terminar, el Estado del 52 creó las condiciones para el intercambio de bienes políticos, que son negociados entre grupos sociales y el Estado para legitimar a cualquier gobierno que está en el poder. Estas transacciones son de diversa naturaleza: salarios, ocupaciones, facilidades de crédito, seguridad soda!, suspensión de huelgas, postergación de sanciones, salud, etc. Existe un abanico de intereses que se transan entre los clientes burocráticos y el gobierno, con el fin inmediato de neutralizar a los sectores populares y a sus legítimas demandas.
48
Capítulo 4. LA DEMOCRACIA Y LOS PARTIDOS /. Cambios en el escenario ¡>ol¡lico
Ante la crisis cíe la ideología del Nacionalismo Revolucionario y de las formas clicnlclnrcs vinculadas al partido único, el Estado de bienestar comienza a desmoronarse, urraslraudo al movimiento sindical obrero y a las ideologías de i/.qnicrda que lo sustentaban. Mayorga destaca la dcslegiümadón y descrédito de las direcciones sindicales y de los partidos de ¡/.quiérela, que se puso en evidencia durante las elecciones de julio de 1985 (R.A. Mayorga 1991:10). Los partidos de derecha habían salido fortalecidos de la consulta electoral, cu detrimento de los partidos de izquierda, mostrando así señales concretas de una consolidación del sistema democrático sustentado .. ¿Mijos principios básicos de la Constitución Política del Listado, que reconoce al parlamento y a Jos partidos políticos como únicas instituciones representativas de lo político. A partir de estos principios se reconoce a los sindicatos como organizaciones sociales y no como actores políticos, limitando su campo de acción a las funciones meramente reivindicativas (Mayorga 1991:11). Ante el derrumbe del listado de bienestar, la ¿lite política criolla fue contundente cu el lanzamiento del llamado paquete de medidas del "ajuste estructural", particularmente el D.S. 21060, que cambió radicalmente las relaciones laborales y redcfinió las instituciones (Je la sociedad civil, sobre un modelo de relaciones que se basa en el libre mercado y se inclina a favorecer los intereses corporativos privados. El rol del Estado cambió sustancia .luiente, dejó de proteger y subvencionar a la fuer/a de trabajo, cuyo precio se dejó librado al juego de la oferta y la demanda'9. Por otra parte, a partir de 1985, los partidos desarrollan esfuerzos orientados hacia la formación de coaliciones parlamentarias de negociación y acuerdo. Este mecanismo fue evidente con la consolidación de llamado "'pacto por la democracia" entre ADN y el MNR. Según R.A. Mayorga, esto equivaldría a la instauración de un nuevo sistema de gobierno, que denomina "presidencialismo parlamcntarizado" , que habría constituido un mecanismo fundamental para la estabilidad política, siendo a nuestro juicio un ejemplo muy claro de las negociaciones en lo que Bobbio llama el gran mercado político. Mayorga destaca que el sistema prcsidcncialista tiene una fuerte inclinación a •personalizar las relaciones de poder, esto implica el debilitamiento de la capacidad de representación y aumenta las posibilidades de ejercicio arbitrario de poder, puesto que no existe un sistema de control entre los poderes de Estado (R. A. Mayorga 1995:38) . También es evidente .que los partidos.no tienen mecanismos.adecuados de represcnlatividad social y democracia interna, puesto que su funcionamiento aún se basa en los recursos tradicionales, rcíunciouaUzados,- de las redes cliontdarcs..cn torno a políticos caudillislas. Toranzo destaca que en la actualidad, al igual que en el pasado, los partidos basan su existencia y se articulan en torno a líderes carisiuáticos. Por ende,, en democracia, las, instituciones partidarias no han logrado fortalecerse, y esto se evidencia en el rol protagonice) de la figura caudillista. La población electoral misma, en su sentido de pertenencia, no se adscribe al partido sino a estas figuras que cada partido tiene, e incluso que recluta fuera de sus filas (Toranzo 1992:93). 39
-El Estado cu I;i democracia dejó su rol omnipotente, para constituirse simplemente en un ente regulador de los aspeólos económicos relevantes. Esto deja a la empresa privada cu la función proiagónica en el mercado laboral. . Mayorga extrapola este concepto cíe Juan Linz: cuando el presidente es elegido acuerdo a un principio constitucional por una mayoría en el Congreso, pero ningún candidato ha logrado una mayoría absoluta durante las elecciones. Esta forma de elección da lugar a una alta concentración del poder presidencial, porque tiene el enorme control que puede ejercer el presidente sobre los mecanismos de decisión del Estado y particularmente sobre e! parlamento u través del "rodillo" o mayoría pactada. Vcr.ll. A.Mayorga 1995, p.63.
49
•
Si bien es verdad que se han logrado avances importantes en el sistema de democratización hacia afuera, los partidos no han introducido cambios en su estructura interna, ya que continúan hacia adentro con la política de clientelas y caudillos. En líneas generales, los partidos se mueven bajo una lógica prebenda! y patrimonial en relación con la organización estatal. Los mecanismos clientelistas serían entonces una de las razones que explica la debilidad de los partidos: sus dificultades radican en buena medida en su falta de modernización como instituciones que representan a los diversos intereses de la sociedad civil (R. A. Mayorga 1995:95 y 105). Son partidos que funcionan con una alta dosis de autoritarismo, patrimonialismo y clicntelismo, prácticas que están institucionalizadas en todos los espacios de poder. Pero también son prácticas sujetas a una competencia política, sometidas a reglas de juego que implican un compromiso con el sistema democrático. A nuestro juicio, los partidos han refuncionalizado los mecanismos pretéritos en la coyuntura actual, para seguir preservando sus intereses como élite en el poder. Entonces, no sería una mera cuestión de buena voluntad el alcanzar la anhelada modernidad pregonada por muchos de nuestros estudiosos de las ciencias sociales. Por otra parte, el Estado ha intentado legitimarse sobre principios como el orden, la libertad y la eficiencia; así va sustituyendo la ideología del Jsl-R populista que había sido un instrumento de interpelación permanente a lo largo de las últimas décadas (cf. Antezana 1982, Lazarte 1993a:78). En el régiincu democrático se advierten cambios relacionados con los valores ideológicos: en el pasado éstos eran sustantivos, por cumplir un papel de interpelación y de estímulo a las acciones colectivas, que movían a Ja masa. En el modelo neoliberal se da un profundo cambio en el sistema de mediaciones del Estado, que se manifiesta de manera explícita en la pérdida de credibilidad de lasinterpelaciones ideológicas que formulaban utopías (Mayorga 1991:23). Según Mayorga, los partidos se habrían inclinado entonces hacia instrumentos más prácticos que expresivos. Esta situación se puede visualizar durante las campañas electorales, al ver el funcionamiento de un sistema multipartidario de carácter pactista y clientclista, donde múltiples ofertas políticas se enfrentan en un contexto de mercado. En nuestra investigación de la campaña electoral de 1997, hemos podido comprobar que los recursos ideológicos han sufrido una fuerte devaluación en más de una década de democracia representativa. En este período, el voto ya no correspondía a orientaciones ideológicas, sino a relaciones pragmáticas y simbólicas de carácter cultural. Eso no implica la completa volatilización de los elementos ideológicos, aunque es evidente que han perdido el peso y gravitación que tenían en el pasado. Los partidos se inclinan cada vez más hacia acciones instrumentales de carácter clicntciar, bajo la forma de múltiples ofertas políticas que se intensifican durante el proselitismo de las campañas electorales., Javier Auycro entiende este proceso como la constitución de transacciones asimétricas pero mutuamente benéficas, que está abierta al control diferencial de los actores sociales, que tienen acceso al flujo de recursos (Auyero 1996). Mediante estos instrumentos, los partidos buscan amplificar los sistemas de aceptabilidad o por lo menos ser creíbles en las emisiones discursivas que despliegan. Esto conduce-a los partidos a funcionar como proveedores de servicios, lo que a la larga los dcslcgitima, porque asumen compromisos que desbordan sus propias posibilidades. Por eso, cuando están en el poder se ven obligados a satisfacer múltiples demandas: de la muchedumbre de clientes colectivos constituidos en las elecciones y de los clientes prebéndales que aspiran a "pegas" en la burocracia. . Se hace evidente que el epicentro de la prebenda tradicional (el cargo o sinecura) viene sufriendo un achicamiento inevitable, por el incipiente inicio de procesos modernizadores que se basan en el acliicamienlo del propio Estado benefactor. Para J. A. Mayorga la aplicación de NPE implica la tácita prcscindencia de la vieja clientela; desde 1985, los gobiernos (particularmente el MNR) se apoyan en una élite tecnocrática de sectores empresariales modernos rcclutados hacia los partidos,
51 en torno al "ctioteo" del poder estatal -como señala Marcelo Varnoux' 1''- y los cambios ideológicos modcniizadorcs, pañi citar los principales. Sin embargo Rene Mayorga hace notar que la modernidad en el sistema de partidos no ha avanzado en la misma medida, ni Uuiipoco se lia logrado una dcmociali/ación interna real. Es una tarea pendiente para los partidos, la inadecuación de sus estructuras infernas a las condiciones de la creciente demanda social (Mayorga 1995:110). A ello se suma una cultura política autoritaria, en la que el patrimonialismo y el clicntclismo aún conviven vigorosamente con formas más modernas de comportamiento político. Según Bobbio, además de que los partidos no resultan suficientemente representativos cíe las demandas sociales, y sus mecanismos burocráticos son lentos, las demandas mismas se multiplican por la crisis económica y el fin del estado de bienestar. Esta es la paradoja dd sistema neoliberal, que crea una verdadera ruptura entre el mecanismo de recepción y el de emisión; la demanda social ..siLpnc un ritmo cada vez más acelerado en tanto los mecanismos de la oferta son lentos y pesados (Bobbio 1996:44)'°. Los paitidos parecen tener problemas difíciles de revertir, aunque nuestros csludio.r:os de las ciencias sociales ven en ellos una estructura insustituible de mediación entro la sociedad y el sistema político estatal, de mayor importancia que los mecanismos electorales o la universalización de la ciudadanía formal (Lazarte 1992:9). A nuestro entender .'os partidos como estructuras de mediación han liacasado; más bien existen otros medios modernos como la televisión, que cumplo esa función, aunque a la vez despolitiza y homogenciza a las personas. A pesar de que Lazarte insiste en recuperar la idea de lo político como espacio público do representación de la demanda social, parece poco probable que los partidos lo logren, porque existe una visión paliimonial.de la política y del poder, que está muy institucionalizada y arraigada on el habí tus de la élite dominante (cf. Bourdieu 1979/1988). Según, lo observado-en nuestro.investigaejón, el sistema político boliviano, uún en su versión nías moderna y democrática, muestra un rendimiento muy bajo y carece de legitimidad frente a la •'ciudadanía, l'iueba de ello, es que han bastado pocos años de .funeionamiciiilo del-proceso democrático para revelar los defectos e insuficiencias de este sistema. Esta insuficiencia se .lia expresado- en el alejamiento- y hasta desafección de los sectores sociales frente al sistema de partidos. La abstención de la ciudadanía en los procesos electorales ha sido creciente ames del 2U02. Según cálculos conservadores, en las elecciones nacionales de 1997 la abstención alcanzó 1 el 29%,en los rebultados oficiales publicados por la Corte Nacional Electoral. Sin embargo, si a estos datos se añaden los ciudadanos no inscritos en la Corte y los que no fueron empadronados en lo*/ registros de electores potenciales, las cifras podrían ser alarmantes. Esto confirma la tendencia general, ya identificada por Norbcrto-Bobbio, de incremento del. voto de intercambio, que va '•paralelo al" crecimiento de la abstención y a la volatilización de las interpelaciones ideológicas. Lazarte cnfaliza que la deficiencia de los partidos residiría en su papel como estructuras de mediación, lo que daría lugar al surgimiento departidos llamados "informales" (Lazarte 1992:10). A ntiesli o juicio, los partidos •ncopopulislas no surgen tan sólo por .estas causas, sino, que existen varios factores: el derrumbe del Estado de bienestar, la crisis del movimiento obrero y de la ideología del Nacionalismo Revolucionario (N-R), la incapacidad de los partidos tradicionales para representar y canalizar las demandas de sectores sociales históricamente excluidos, la crisis económica- y social de los años 81) y su agravamiento por.cfcclo-de la irnplcmcntacióu de la NPE.
42
Ver Marcelo Varnoux Garay "Gobcrnabilidad cu baso al prcbciulalismo", Ventana, La Razón 14-3-99. ' u Para Dobbio la democracia equivale a la defensa de las libertades civiles: la libertad de prensa, la libertad de expresión, reunió" y asociación, por medio de las cuales el ciudadano puede dirigirse a sus gobernantes para pedir servicios, beneficios, facilidades y una equitativa distribución de la riqueza. Entonces, la cantidad y la rapidez de crecimiento de estas demandas son tales tjim ningún sistema político, por muy eficiente que sea, puede adecuarse a ellas. Ver Bobbio, 1984/1996. Para La/arle las demandas sociales habrían superado la capacidad de los partidos, eslo sería producto de la confusión entre la esfera pública y ¡a privada; por tanto la gente cstaiia uvui riendo a otros meca u i su ios para expresar sus demandas.
50
empresarial cslalal tiene incidencia inmediata en las clientelas prebéndales masivas. Esta situación se agudiza con Jos procesos de capitalización de empresas estatales como ENFE, LAI3, YPF13, ENTEL, ENDE y otras. Esto implica que ahora los partidos no tienen suficiente capacidad para satisfacer a sur. clientes prebéndales en la burocracia, por lo tanto existen nuevas tendencias de prestación que hacen u;;o de olios recursos, tanto materiales (tráfico de influencias, corrupción) como simbólicos. Por lo mismo puede plantearse la paradoja del clicntclismo: la disminución .sustancial del séquito prebenda! o por lo menos su acceso cada vez. más restringido a las "pegas" en el período po.síclccloral, se ve compensada por la ampliación del sistema clienlelar hacia sectores tradicioiKilmenle excluidos, a los que hay que satisfacer con prestaciones simbólicas y con obras públicas concerladas colectivamente en el periodo electoral, lo que se puede deducir como oferta política. Ilasla los partidos parecen haber entendido que no se puede ganar Jas elecciones si no se . ofrece ventajas y servicios a los votantes. •>*••"• ... Lo anterior nos muestra que la democracia funciona cada vez más bajo una lógica instrumental basada en. intercambios simbólicos y materiales que producen .efectos políticos. Al respecto, Alain Tourainc .señala que las campañas electorales en los países occidentales se hacen hoy a la americana, con gigantescas operaciones publicitarias., mostrando una relación directa entre el aumento de los gastos de los partidos y la pérdida de su función representativa. Entonces la política ya no es otra cosa que un mercado, de compra y venta de la mercancía llamada "voto", que permite consolidar el poder y la representación de una clase política minoritaria a cambio de prestaciones puntuales, que. reducen el espacio.de demandas .sociales a la existencia de un mercado político (Tourainc 1992:39-40). La democracia adquiere entonces la característica de lograr acuerdos bilaterales de inlerea.mbio. entre gobernantes y gobernados, donde.el voto de intercambio es creciente en la medida en que los electores se hacen cada vez más maliciosos y los partidos más hábiles. El intercambio entre los recursos públicos y el consenso de los votantes constituye la peculiaridad del contrato mercantil (Bobbio 1996:156-157). Los partidos políticos en üolivia son partícipes de c:;le sistema en el que prevalece la compra y venta del voto, como si fuera una mercancía. Esta inclinación cada vez más intensa de transformar al ciudadano en cliente se hace ilustrativa en las campañas electorales. Por lo tanto los partidos parecen haber perdido la capacidad de canalizar las demandas sociales; a ello se suma la corrupción política que ha alcanzado un punto crítico en el que se envilece Ja actividad política como tal (Mayorga 1995:7). Parece estar claro que la deficiencia fundamental de lasfunciones de mediación-que cumplo la estructura .clientclar es que se restringe al mercado político, porque los partidos funcionan en democracia sobre mecanismos de comportamiento que •'•obedecen..;», lo que Lazarte llama la "lógica del poder", sujeta a los intereses de la clase, política. El autor entiende la lógica del poder como una conducta política en la que el poder es el fin último, es el determinante básico de! comportamiento político, valen para ello, todos los medios aunque éstos no tengan revestimiento legal. Eista lógica desmesurada produce una separación entre legalidad y legitimidad; la legalidad debería ser fuente de legitimidad, pero no lo es (Lazarle J 993b: 11).. Esta es Ja lógica que imprimen los partidos a Ja competencia política y al ejercicio del poder. Como consecuencia de ello, la política funciona como algo privado; se forman intereses particulares y grupalcs que debilitan el espacio público y su propia función como receptores de las demandas sociales. No es nuestra intención desconocer los importantes avances que se han logrado con el sistema democrático; la democratización "hacia afuera" o formal, la racionalización de Jas empresas estatales, la incorporación de principios de normatividad universales, la estabilidad política lograda larcas gubernamentales y MIS beneficios. III Comando General do la antigua inililancia del M.NR exigía al presidente Víctor Paz, medíanle una carta pública el 16 de mayo de 1988, la necesidad de "moviinicntizar ci gobierno"; mientras los cíe ADN liubkm repartido "pcj>fis" conforme ¿i criterios de fidelidad partidaria. Las
cjipas profesionales del MNR se sintieron relativamente marginadas frente a los "independientes" y (conocíalas (pie ocuparon el aparato cslalal (ver José Antonio Mayorgíi, 1996, p.84).
53
2.1. El cuso <.• Conciencia ck> l'utrki (CONDlü'A)
FJ surgimiento do CONDF.PA fue bastante medito, porque todas las clases dominantes se unieron para mostrar la dureza implacable del régimen, con el cierre de los medios de comunicación del popular locutor y cantante Carlos Palenque a mediados de 1988. Esta acción tuvo resultados paradójicos, porque aceleró la (bimación política de CONDEPA, que se apoyaba en una amplia base social de sectoies soterrados, que se movilizaron en contra de la decisión política asumida por el MNR (Archondo 1991:172 y ss.). Es un partido que se nutrió de la audiencia de los medios de comunicación, que le permitió a Carlos Palenque irradiar durante décadas su imagen a todo el radio urbano de La Paz y El Alto a través de ''Radio Metropolitana (hoy Radio Carlos Palenque) y posteriormente el Canal 4, que conforman el Sistema Rudio-Tclcvisión-Popular (RTP). Fistos medios de comunicación, y algunos programas en particular, jugaron un rol de vital importancia para tejer lealtades políticas sobre un complejo tejido de relaciones personales y familiares. Rivera destaca la .utilización de una serie de símbolos aymarás cu la campaña, así como inclusión de una mujer de pollera, la "comadre Remedios" a la cabe/a de sus listas parlamentarias Estas prácticas se habrían sustentado en más de dos décadas de "diálogo con la audiencia popular" de La Paz y El Alto (Rivera 1993:112). Los resultados electorales del partido del compadre Palenque dieron una gran sorpresa a todos sus eventuales adversarios políticos, ya que súbitamente alcanzó niveles impensables de votación. Quienes no creían en su aplastante victoria en La Paz y El Alto quedaron anonadados en 1989. con su ascenso al primer lugar en ambas ciudades, lo que determinó un cxpcctablc cuarto lugar en la votación nacional. Contrariamente a las expectativas de muchos, la lealtad electoral hacia CONUEPA ha permanecido relativamente estable durante casi una década y ha logrado sortear una serie de crisis políticas, hasta el fallecimiento de su líder en 1997. Las pugnas internas y la desafortunada alianza con ADN, llevaron finalmente a su muerte política en las elecciones del 2002. En la última década del siglo XX. la sorprendente lealtad política .del electorado condcpista en El Alto, se sustentó en varios mecanismos que tienen correlato práctico con una serie de valores permanentes, lo cual se expresa en la solidaridad entre un actor que tiene cierto poder para satisfacer demandas en bienes palpables, y aquellos sectores excluidos que se benefician con estas prestaciones y que luego conforman la base electoral de CONDEPA. Esta base electoral, estuvo conformada por sectores sociales inmersos en los escalones más bajos de la estructura social: se trata de amplios sectores que tienen como elemento común su carácter marginado por la cultura legítima dominante en La Paz y El Alto. Lazarte apunta que la base social del palenquismo estaba constituida por artesanos, .comerciantes, trabajadoras domésticas, desocupados, amas de casa, migrantes, maestros empobrecidos, obreros y cx-obrcros (Lazarte I993c:34). Se trata de núcleos sociales que viven preferentemente en /.onas periféricas, cuyo reconocimiento condicionado implicó la interpelación a ciertos rasgos de orden cultural y cuyas prestaciones políticas constituyen un bien simbólico intangible. En todo caso, se trata de intercambios adornados de elementos culturales andinos, que se articularon con mecanismos modernos, a través de los, programas de RTP, y que se convirtieron en epicentro de la formación de lealtades entre el público radial o televisivo y las cúpulas partidarias. CONDEPA en los hechos encarnó a los sectores sociales descuidados e ignorados por la élite criolla que monopoliza la cultura legítima, denunciando el orden injusto imperante en nombre de los excluidos del juego económico, social, político y cultural. Fue un partido que no sólo expresó sino también reivindicó la reciprocidad y la cultura andina^ en forma práctica aunque distorsionada, desde espacios comunicativos que permitían una irradiación instantánea de la imagen y el carisma de Palenque y sus inmediatos colaboradores. Archondo destaca la lógica de reciprocidad andina injertada en un discurso de solidaridad cristiana, lo que causó reacciones adversas en la clase social mcstiza-crioila occidental de la población paceña. En otras palabras, las clases media y alta de La
52 2. NcoiKipiilisino en JJo/ivia IZ1 surgimiento de lo que Mayorga llama antipolítica en algunos países de America Latina y ncopo| uilisnio cu Bolivia, es un fenómeno que se ha introducido al juego democrático con un ingrediente de inerte critica hacia los partidos y las élites políticas establecidas. Así, el fulgurante, aunque climcro éxito de actores políticos como Fujimori en el Perú, Collor de Meló en Brasil, Abdalá Bucaram en Ecuador o Carlos Menem en la Argentina11, estuvo asociado a la vulncrabilida.il, la pérdida de credibilidad e incluso la disolución del sistema de partidos tradicionales, que permitió a es I os líderes sin pasado político ingresar al sistema político desde otras esferas. Hsle fenómeno se repite en Bolivia en los casos de CONDUPA (Conciencia de Patria) y UCS (Unidad Cívica Solidaridad). En Bolivia, los partidos neopopulislas emergen cuando el sistema de partidos tradicionales sufre una crisis de rcprescntatividad. Mayorga concluye que estos "partidos no desestabilizan al sistema democrático, antes bien, se constituyen en un factor intcgrador de los sectores sociales desprovistos de .expresión política (K.A. Mayorga 1995:76). En consecuencia, los movimientos ncopopulistas no lian entorpecido el funcionamiento del sistema departidos, por el contrario, han reafirmado los rasgos del "presidencialismo parlamcnlarizado" que se habría establecido desde 1985, además de contribuir a coaliciones partidarios de lodo tipo, generando particulares mecanismos de estabilidad política precaria. Sin embargo, a nuestro juicio tanto K. Mayorga como Lazarle tienen una visión incompleta del surgimiento de estos movimientos ncopopnlislas. No-parece un argumento suficientemente sólido el atribuir la falla de legitimidad de los partidos a las deficiencias de los mecanismos de mediación ideológica, o bien a la crisis económica, y social de los años
a sido discutido por distintos estudiosos de las ciencias sociales (Laclan, Wcfibrl) y sobre él se lia publicado recientemente mía compilación titulad:) Kl fantasma ikl populismo, aproximación a un lema siempre actual, editada por Felipe Burbano de Lani.
55 cuatro dómenlos esenciales: la solidaridad, "ese milagro cotidiano que se produce en RTP". El segundo aspecto, el admitir al migrante casi como un igual, al menos escuchándolo. Tercero, la persona que ayuda no es de las clases populares, sino es el "compadre", uno cíe los que pertenece al círculo tle los poderosos. El último elemento siempre fue conflictivo, por las críticas que lanzó hacia distintas personalidades de la polílica, parlicularmcnlc del MNR. Sin embargo, este carácter irritante de la crítica social de Palenque polarizó a la opinión pública en su favor o en su contra, localizando claramente su electorado, tanto en términos espaciales como socio-culturales (Archoudo- 1991:133146). Palenque fue el sujeto benefactor, dotado de cierto poder, que se sustentó en el sistema RTP y convirtió al espacio público radial y a la TV en instrumentos de interpelación al sistema político, a la vez que lograba viabilizar la solución de problemas concretos de su audicnci > La persona que ha recibido la prestación económica y moral se constituyó así en un elemento comprometido a propalar la sensibilidad dd compadre y a extender las lealtades a su círculo familiar y social. Este emaizamicnto familiar y emotivo de los mensajes del compadre explica la perplejidad do.su electorado a partir de su mucrte,,acaccida el 8 de marzo de 1997, que hundió a CONDEPA en una irreversible crisis de lidcrazgo, mostrando su vulnerabilidad como estructura política. . Volviendo a la consolidación y auge de este partido como respuesta a la crisis de legitimidad del sistema partidista tradicional, cabe destacar las virtudes del actor político, que se adentró en los hogares de los marginados, reconociendo sus valores culturales de comportamiento indígena y lamentando su exclusión por la cultura legítima urbana dominante. La práctica de Tribuna Libre del Pueblo estuvo dolada de muchos elementos que encamaron en buena'medida valores comunitarios; nos referimos a. la reciprocidad^ el reconocimiento cultural y la capacidad de escucha del compadre. Con esto se generó un cslilo político contundente, que permilió articular la identidad colccliva de vastos sectores, dotados de un potencial electoral nada desdeñable 45. Aunque la reciprocidad es cualitativa, tiene dimensiones sociales que se expresan cuantilativamcntc en grandes espacios Icrrilorialcs. donde funciona la votación .colectiva. A nuestro.entender, esta práctica de reciprocidad tiene rasgos similares al clientclismo y se injería permanentemente con el. La complcmcntaricdad de ambas estructuras se basa en que ambas-.Iogran la obediencia de los dominados, su subordinación voluntaria, lo que constiluyc un sislcma de dominación suslcnlado perfectamente en aspectos culturales.-.Lo importante, es que CONDEPA utilizó cslos valores culturales en ,1a contienda electoral, en un contexto en que todos los instrumentos se volvían válidos dentro de un mercado político en expansión. Los recursos de Palenque, resultaron muy competitivos: él ya tenía larga experiencia en el manejo de procedimientos clicnlelarcs y de inlcrpclacioncs culturales. Tenía por lo tanto .acumulado, el capital que suscita gratitud por. los favores, prestados y que constituye el reconocimiento por parte de los electores, en lo que Bourdicu llama "capital simbólico" (Bourdicu, 1991 19S-200). CONDEPA aprovechó-eficazmente Ja debilidad, de Jos partidos tradicionales, el vacío de mediaciones-frente a grandes sectores excluidos. La interpelación condcpisUi ayudó a constituir las ¡denudados culturales del migrante andino, coadyuvando a que la pluralidad democrática sea un hecho concreto, aunque distorsionado por el caudillismo y el palcrnalismo. Aunque los- fenómenos ocurridos después de 1999 no han sido analizados profundamente 911 este trabajo, desde la muerte de su líder, CONDEPA ha llegado a desaparecer por efecto de su crisis internar alribuiblc-a.su estructura basada en lealtades.caudülislas..Ninguna jcfalura fue capaz do cubrir adecuadamente, el vacío dejado, y el partido so deshizo en alianzas parlamentarias, en medio de "fuertes disputas de Jos diversos grupos de poder que se formaron al amparo del compadre. El caso de CONDEPA muestra la necesidad de tina institucionalización de los partidos en torno a 45
. La idealidad colectiva y su formación fue un tema analizado profundamente por Joaquín Saravia y Godofrcdo Sandóval en su libro Jach'a Uní: la esperanza de un pueblo. Carlos Palenque RTP y los sectores populares urbanos en La Pa/, 1991. lisie libro fue inicialincntc presentado, en una versión previa, por Saravia como tesis para optar al grado de Licenciatura en Sociología, constituyendo un estudio pionero que los hechos políticos poslciiorcs confirmaron. ....
54
Paz nunca aceptaron cf hdcra/go de Palenque porque despreciaban sus métodos y estilos "populacheros" y sensacionalisías. Sin embargo, euando CONOJÍPA salió airoso de la consulta electoral de 1989, la situación cambió y la clase política criolla intentó neutralizar a sus nuevos competidores, con un despliegue de alianzas y compromisos c/ue terminaron involucrando a este partido en Jas mismas lógicas de corrupción y manipulación que pretendía combatir. L'n sus momento:; iniciales, al interpelar el alma del migrante aymara, CONDL'PA polarizó a la urbe paceña, privando al mismo tiempo a la organización política de Palenque, de las simpatías de la clase media, y alta (Arcíiondo 1992:12-13). La reciprocidad entre el compadre y sus electores, según el mismo autor, habría tenido un carácter cualitativo, matizado de complejos elementos ancestrales, que provocaron, ¡denti/icacioncs y lealtades estables y que fueron capaces de ¿enerar votaciones colectivas reiteradas, en una urbe heterogénea y marcada por la diversidad de orígenes culturales, aunque con un fuerte matiz de cultura avniura-migranle. L'n este contexto, la prestación se realizó a través de canales que permitieron establecer contactos csíabJcs alrededor,de Jas inquietudes dianas, los pedidos de-ayudas puntuales*, las denuncias de actos irregulares, cíe. (Romero í995:47). Fueron demandas bastante concretas que nacían de Jas neccsidadc.'. cotidianas de gruesos sectores sociales que. carecen de influencia y de poder. Para Saravia y Saudóval, KTP discurría en la lógica cotidiana, teniendo rasgos de una institución social que brindaba.soluciones parciales a Jas necesidades diarias más urgentes de Jos empobrecidos y desamparados. Es decir, el sistema RTP estuvo abocado a prestaciones materiales, a través de donaciones y flujos de todo tipo, de bienes y servicios que aparentemente solucionan las demandas y problemas más urgentes de las personas necesitados (Saravia y Sandóval 1991:89). Esta capacidad de dar solucione'; a necesidades puntuales aunque dentro de un espacio limitado, constituyó un recurso importante que no estuvo sujeto al calendario electoral. Ahí residía su credibilidad para los migrantes, que se convirtieron en electores fíeles al transformar la gratitud y lealtad personales, en un respaldo político masivo. Memos calificado como "clicntelismo permanente" a esta modalidad de relación con la población, en contraste con el cJicnlclismo coyuntural de Ja campaña, que. funciona-co/uo un simpJc mercado de votos, au/jque d lenguaje de ambos es el de Ja reciprocidad. En realidad cJicntcíismo y reciprocidad parecen términos- sinónimos que implican Jornias de dominación equivalentes. La diferencia residiría, en que la primera tiene raíces culturales indígenas y se basa en prestaciones desiguales pero tangibles, ya sea. en especies, mano de obra, información, fiívores, etc. Sin embargo el • clicntelismo también es una relación recíproca de poder cutre dos actores diferentes en términos económicos y sociales. La lealtad vertical se sustenta en la prestación y conlraprcstación (cf. JJobbio), lu que da un amplio margen a Jos intercambios desiguales. No se sabe con precisión el origen cultural del. elicníeJisjno, pero, como ya se apuntó, hay--autores que postulan sus raíces hispano-árabes (cf. Man.siJJa 1997). Su mecanismo de dominación probablemente, se iujerló con las formas patriarcales de esclavitud en Jas haciendas ..de América colonial, 'lanío la reciprocidad como el clicntelismo tienen sin duda una carga cultural profundamente enraizada en.la vida cotidiana. Son relaciones cutre dos actores mediatizadas por Ja lógica de prestación y contraprestación desigual, con elementos particulares y propios a cada contexto. Listas relaciones son las que funcionan tácitamente.cu el proceso electoral,-y sóJo se manifiestan ostensiblemente en los resultados, que evidencian el funcionamiento del voto colectivo. Mediante recursos modernos, en la última década del. sigJo XX, CONDEPA ha reivindicado Jos valores cuItiiraJes indígenas en el plano discursivo, como ion na particular de hacer funcionar Ja lealtad política sobre la imagen del compadre -un elemento muy propio de Ja sociedad aymara- que no es tampoco extraño para los estratos sociales urbanos medios y altos, pero que adopta formas verticales hacia la población migrante. . Para mirar niá.s a fondo este fenómeno nos liemos apoyado en el estudio realizado por Rafael Archondo, que nos ha permitido mirar de cerca el funcionamiento de la reciprocidad y el cliciildisii'o en CONDü'l'A. Su estudio nos muestra aspectos meduJarcs de Ja interacción sobre
'?
56
componentes normativos que les otorguen estabilidad y los rccncauccn hacia la democratización interna. La personalización del poder político no es capa?, de cubrir los déficits de representación y mediación que siguen aquejando al sistema de partidos, aunque en su período de auge, CONDEPA haya sido capaz de neutralizar las demandas participativas de los sectores populares. Después de la muerte de Palenque se produce además la pérdida de su instrumento esencial, que es KTP, lo cual, aunado a la aluniza con ADN, concluyó en la desaparición de este partido del panorama político actual. Lo que sí es evidente es que en la urbe aliena han surgido emisoras con similares características a KTP, nos referimos por ejemplo a radio Integración, que con pequeñas prestaciones a una población su Tríenle intenta competir con la Tribuna Libre el Pueblo. Sin duda el caso del compadro-Palenque fue- un modelo inédito, que allanó sus propios caminos para construir un instrumento político sui génesis. Lo cierto es que CONDEPA ha puesto en.evidencia los sustratos culturales que nutren la democracia y los límites estrechos de la estructura de poder vigente. Esto ya es un malí/ muy importante a las predicciones que Norberto liobbio formulaba acerca de la degradación democrática en el neoliberalismo. 2.2. Unidad Cívica Solidaridad y sn clientes colectivos
, • , . . ;¡.
,.
La incursión de Unidad Cívica ^Solidaridad (UCS) en el escenario político, se basó en redes sociales diseminadas en todo territorio nacional, particularmente en las provincias marginadas y sectores populares urbanos. Para Rivera, UCS recupera oirás modalidades de organización de los sectores urbanos populares y de las regiones deprimidas, como las juntas vecinales, comités cívicos, organismos gremiales y del transporte, con los cuales estableció "mecanismos clicntclares ampliados de carácter colectivo" (Rivera 1993:116). La UCS se constituyó en el eje articulador de diversos sectores subalternos, mediante la-rcali/ación de obras de carácter colectivo, por ello mismo cuando se constituye en partido político tiene buena acogida como contraprestación de los sectores que lian sido beneficiados con dichas obras sociales. Fernando Mayorga sostiene que la UCS logró incorporar rápidamente a sus filas a grupos de transportistas, campesinos, comerciantes y deseinpieados, que se movilizaron en proclamaciones multitudinarias (F. Mayorga J 991:59). Este fenómeno permitía la adhesión masiva de estos sectores a la candidatura de Max Fernández, que alcanzó a diversos sectores sociales, sin lograr legitimarse ante el sistema de partidos, al extremo de quedar inhabilitado en 1989 ante la Corte Nacional Electoral" 16. La inhabilitación de Fernández y su frustrada alianza con FS13 muestran la reticencia del sistema de partidos ante el surgimiento de nuevas fuerzas electorales. Como consecuencia de. ello. Max Fernández reorganizó su partido, con el nombre definitivo de Unidad Cívica Solidaridad (UCS), para las elecciones municipales de 1989. Lo importante de este partido político es que desplegó como mecanismo de acción concreta la realización de obras sociales, lo que creó lealtades electorales a través de lo que hemos denominado clientelismo colectivo. Estas relaciones tienen características transaccionalcs. a través de las cuales se asegura la continuidad de las obras sociales, coiiTormando una práctica asistcncialista que se traduce en una estrategia electoral a largo plazo. ,¡ En comparación con CONDEPA, encontramos algunas analogías con el accionar de UCS; ambos han desplegado- una capacidad de dar soluciones pragmáticas a problemas concretos de rasgos colectivos. CONDEPA, aunque hizo prestaciones cualitativas, tenía una fuerte carga cultural que implicaba expresiones de identidad colectiva, en tanto que UCS puso en marcha prestaciones de beneficio colectivo. Pero también, ambos partidos hicieron funcionar de manera permanente sus relaciones coa estas clientelas; cosa que no hacían los partidos tradicionales, que acudían al pueblo 46
Después de fundar el partido de la Unidad Cívica Nacional, se realizó una intensa campaña electoral durante casi cinco meses, con evidentes muestras de adhesión en todo territorio nacional, provocando grandes sobresaltos en el seno de la clase política, que al final logró inhabilitar a Max Fernández para la elección nacional de 1989, donde sólo participó para las elecciones municipales.
57
sólo en el periodo pre-eJectoraJ. Las obras de carácter social que realizó UCS fueron practicas indirectas de clicntclisino, cuyo rlnanciamicnto y ejecución no estuvo sujeta a la oferta circunstancial, es decir, no se circunscribió al calendario elecloral, sino que se desarrolló en tiempo indefinido, aunque a la larga tuvo efectos en lograr la aceptación del electorado. Por ello. !•". Mayoría afirma que la creación de una base social ampluí a través de la rutina asistencia!isla, es un acto previo a la configuración del movimiento políüeo (F. Mayorga 1991:83). Los ciudadanos de las comunidades beneficiadas, en el acto electoral son investidos como clientes colectivos, una vez que Ja relación de naturaleza pública se transforma en una relación privada de mandato y lealtad obligatoria. .Esta modalidad de clientela colectiva parece .haberse constituido desde el momento en que Max Fernández asume la conducción de la Cervecería Boliviana Nacional (CBN), y comienza a destinar parte de sus ganancias a inversiones asistenciales que lo llevan hasta poblaciones remotas y olvidadas por el Estado y sus institucionales políticas 47. Fernando Mayorga hizo un listado preliminar de estas prestaciones asistenciales en los años 1980: Construcción de pozos de agua.cn Villa Urkupiña. bolsas de cemento y material para Ja iluminación en QuillaeoJIo, cancha de fútbol y complejo de salud en Sinahota, catres para guardería infantil en Uncía, construcción de coliseo cerrado en Cliza, Centro de rehabilitación de drogadictos en Puerto Suáre/, donación de motor de luz al hospital de Camiri, techado del coliscx) de básquct en QuiJIacollo,. mejoramiento de plaza principal de. Ucurefía y construcción del parque infantil, remodelación de una escuela en LlaJJagua, donación de cinta transportadora para el aeropuerto de Sucre, alumbrado de avenida principal.de Ucurciia, construcción de escuela en barrio de Cañada en Santa Cruz, entrega de sede social a los gremiales en El Alio (Mayorga 1991, p.85-86). Este listado nos .muestra, el despliegue, de. un elemento recurrente, la inversión asistencia! cuya finalidad estratégica e:> la de constituir en clientes colectivos a los receptores de dichas obras sociales. La población así se vuelve, disponible a un discurso político que cnfatiza Ja justicia social y la critica feroz a los partidos tradicionales, que no habrían asumido verdaderamente las fruiciones de mediación ni la resolución de problemas sociales. Las obras realizadas por UCS se convierten así en la perspectiva estratégica de manipulación política de un electorado potencial que alcanza Jos barrios marginales de las principales ciudades y un amplio electorado diseminado en las provincias. Max Fernández primero se constituye en uno de los empresarios más sólido de las últimas décadas, para luego abonar cJ terreno político reconociendo Ja dinámica corporativa de las comunidades y Jos mecanismos de clientela colectiva que se ha denominado "ncopopubstas", en Ja medida en que se sustentan en jerarquías culturales y formas de consumo ritual, que prevalecen ea vastos sectores empobrecidos. Max Fernández se autodeflnia, hasta su muerte, como un empresario salido de las capas populares trabajadoras. Su éxito y ascenso económico se convirtieron en un ejemplo capaz de alcanzar a sectores marginados y soterrados con la imagen del empresario sensible socialmentc, que redistribuye sus-bienes a la población. Este lenguaje se convertirá en un capital político importante en la coyuntura electoral, formando lo que Mayorga llama la "política del silencio": "Si hoy al pueblo le damos pan. cuando seamos gobierno le daremos trabajo, si hoy le damos medicamentos, cuando seamos gobierno Jes daremos salud, si hoy damos ladrillos, cuando sea/nos gobierno les daremos vivienda, si hoy le damos lápices, cuando seamos gobierno le daremos educación". (Discurso citado por Fernando Mayorga, 1991 p.84). Las obras sociales realizadas formaron pues parte de su emisión discursiva, que se volvió mi cJcmento recurrente durante Jas . Max Fernández nació el 25 de Diciembre de 1942 cu Quill;icollo Cochabainba, a muy temprana edad cnipc/ó ;i dedicarse a Jn actividad económica; fue obrero cu la empresa de Gulf Oil Company durante la década 60, donde trabajó como mecánico automotor y chofer y perdió una beca por la nacionali/ación de la empresa norteamericana. Su actividad económica le permitió aciunular capital, liasta la compra de la Cervecería Boliviana Nacional Sania Cni/. y pustcrioniicnlc de La Pa/. fundó su partido c/i 1988 y murió en un accidente dramático el 26 de noviembre de 1995. Ver UL'J'IMA HORA Dossicr, 27-11 -1997.
58
campañas electorales. La acción de UCS comenzó a ser percibida como una forma de solidaridad con núcleos sociales marginados y condenados a la paupcri/ación. Se forman así clientelas colectivas como mecanismos de dominación, que permitieron a UCS realizar intercambios políticos con organismos populares excluidos de poder. Se estableció entonces una relación vertical basada en el Unjo de prestaciones y conlrapiestaciones, que funcionaban de manera tácita, donde los clientes colectivos se articularon a la política a través del poder.económico que poseía UCS. Se trataba de intercambios políticos basados en la prestación de bienes tangibles, que incluso se negociaban cu relaciones casi contractuales, basadas en el hecho de que UCS y sus líderes tenían suficiente poder económico como para emprender estas obras, listo le permitió crear un espacio de •acogida cuite, la población beneficiada y perfilarse como un partido intluycnte, que recibió la gratitud por las obras bajo la forma de un aprcciable caudal electoral. Desde el punto de-vista de la población, beneficiada con obras sociales, los clientes establecen una relación de dependencia con la cúpula partidaria. Como señala la autora colombiana IZIoisa Vasco, larelación de dependencia puede pcinuiucccr mientras subsista la necesidad ..que ésta pueda satisfacer, usía dependencia puede llegar a expresarse en términos de conciencia de pertenecer al patrón, lo cual influye en la obligación de contribuir al acrecentamiento de su prestigio, tanto por medio del tributo, la alabanza pública o prestaciones laborales y políticas diversas (Vasco 1978:71-72)..lista relación.de dependencia, puede legitimarse.dentro de la cultura dominante, con el añadido de que las clientelas formadas acaban cumpliendo roles bastante amplios, subordinándose a los diversos, intereses de su patrón. • Como cualquier otro partido, la UCS funcionó bajo una lógica patrimonialista y caudillista que giraba-en.torno a un líder. La política clientclar le habría beneficiado en su.crecimiento político, y su éxito electoral le permitiría ampliar su margen de ganancias (por ejemplo, mediante la evasión .impositiva) para continuar así. reproduciendo su capital-político sobre la base .del poderío económico y empresarial de su líder. Sin embargo, R. Mayorga indica que esta forma no permite sentar bases duraderas-para cl.luncionauiicnto.politico.de UCS (R. Mayorga 1995:116-121). Sin embargo., a •nuestro entender, en las zonas con fuerte identidad cultural, como El Alto, la UCS no ha logrado el cxjto que esperaba, a pesar de lodo su despliegue de prestaciones el ¿entelares a organismos de base. Simplemente funcionó en barrios específicos con inmensas transacciones plasmadas en obras. El caso de UCS confirma la tendencia a una fuerte, mcrcanülización de los votos en todos los sectores; no estamos hablando de la prebenda burocrática tradicional, sino de un mercado político que tiene complejas formas de seducir a los ciudadanos como -clientes colectivos, grupalcs e individuales. Desde la muerte de Max Fernández, UCS ha quedado bajo el mando de su hijo Johnny Fernández, elegido Alcalde de Santa Cruz, quien desde entonces ha intentado, a través de alianzas parlamentarias, continuar usufructuando del poder y de la impunidad tributaria. Desdi? esc sitial, Fernández continuó desplegando, a nivel local, mecanismos clienlelistas que luego entraron cu tcusión en las campañas electorales. A nuestro juicio UCS ejerció dos formas clicntclistas completamente diferentes: los clientes colectivos articulados al contractualisiuo basado en el intercambio de bienes tangibles, donde no existía ningún interés por cargos o sinecuras. Tanto Fernando como Rene Antonio Mayorga omiten hacer, esta .distinción,, encubriendo . la actuación de las clientelas burocráticas, formadas por funcionarios que han sido rcclutados como clientes prebéndales, cuya lealtad vertical se demuestra por su control cíe los potenciales electores-a través de la planificación y ejecución de obras. La presencia de UCS en determinados espacios del aparato estatal, como los ministerios de Transportes o Urbanismo y Vivienda, muestran el nexo funcional cutre los dos tipos de clientes. En el próximo capítulo intentaremos conceptualizar las relaciones que se dan entre los clientes colectivos y los clientes burocráticos a partir del caso de UCS. En temimos generales, puede decirse que las prácticas corporativas estimuladas por UCS en su relación con las clientelas colectivas de los gremios, han sufrido recientemente una drástica declinación. También se pueden advertir cambios sutiles que se han producido al inclinarse los
59 políticos profesionales del sector criollo-mesli/o, cada vez más liacia los círculos poderosos y empresariales. Esta afirmación puede verificarse con Jos candidatos uninoniinales de este partido, quc.cn general pertenecieron a circuios poderosos con raices oligárquicas, que practican la lógica clicnlclar como una forma de retener el poder. A manera-tic conclusión preliminar, el análisis de estos partidos ncopopulislas nos muestra la capacidad do renovación del sistema, puesto que surgen en momentos en que la crisis de los partidos .tradicionales se liacc evidente. Los partidos ncopopulistas aprovecharon acertadamente el vacio de mediación dejado por la élite política dominante frente a un electorado empobrecido y excluido, que se convirtió en el espacio social donde estas partidos de nuevo cuño rcfuncionalizaron Ja Jógica corporativa de los marginados. Esta situación se basó en acciones concretas que \permJtic¡on -expresar y solucionar algunas necesidades. específicas, generando una mayor credibilidad para su oferta, que los partidos que ya se liabíau desgastado en el ejercicio del poder. Pese al desgaste sufrido, por CONDEPA y UCS en su paso por los gobiernos municipales y nacionales, el fenómeno ncopopulista ha servido de ejemplo para otros partidos y fracciones, que como en el caso del MIR, han continuando practicando mecanismos de elicntclismo colectivo con sus electores, quizás intentando paliar una crisis social de gran alcance. CONDHPA tuvo el mérito de darse cuenta de los códigos culturales de los migrantes y articuló su discurso sobre complejos elementos simbólicos que permitieron edificar una imagen de generosidad y .reciprocidad permanentes... lista acción inicialmcntc asistencia! resultó .ser • un. proceso que construía la identidad del elector a tiempo de interpelarlo, lo que explica su éxito electoral, a un costo relativamente bajo. La UCS en cambio, dotada de un poder económico mayor, lúe catapultada al escenario político transformando a los ciudadanos en clientes colectivos. Sus mecanismos funcionaron con .relativa efectividad en vastos espacios urbanos y rurales de la república, 1 caractcj ¡/.ado.s por la fuerte heterogeneidad cultural y volatilidad de sus electores. Sin embargo, UCS no.logró penetrar.las.solidaridades y lealtades culturales del electorado de El Alto,, aunque como lo veremos en el capítulo siguiente, hi/.o grandes esfucr/.os por conseguirlo. En general, puede decirse que CONDEPA y UCS han contribuido, en forma complementaria, a prolongar la vida del sistema democrático, aunque paradójicamente con su crisis han arrastrado también a los organismos gremiales y cívicos que han ingresado en su lógica ncopopulista. .?. Poderes cliciiíclislus y Programa tic Servicio Civil
Como mic:;¡ra preocupación se centra en .el elicntclismo político como fundamento del sistema social imperante, el fenómeno trasciende hacia distintos ámbitos de la vida política. En este análisis no podemos dejar de mencionar al .Programa -de Servicio Civil que ha sido implantado como parte del paquete de modernización del Estado iniciado en 19X5^ El Programa de Servicio Civil (-PSC), tenía el objetivo de. crear una élite de servidores públicos estables, incorporados a través de un proceso de reclutamiento y selección racional, con el criterio de optimizar los recursos humanos eficientes cu la burocracia estatal'18. Este programa empezó a funcionar incipientemente en 1985 y : hasta ahora ha logrado escasos resultados, debido al bloqueo que producen los rasgos caudillistas y el presidencialismo pailamentarizado, estrechamente ligados a los clientes burocráticos. Al poco .tiempo de: su funcionamiento, el PSC se vio afectado por una permanente inestabilidad, debido a Tos viejos hubilus clieutclarcs que reeditan Jos partidos como mecanismos de dominación. El cambio cu la titularidad del poder ha estado anclado ostensiblemente en formas prebéndales, que 4!i
1:1 programa había uncido en el gobierno de Víctor Paz (1985-1989) conjuntamente con las medidas políticas de linca neoliberal. Había la necesidad de reducir los gastos públicos, conformando una planta de funcionarios públicos especializados, que "debería ser neutra, eficiente y muy calificada para rcali/ar las reformas del IKIÍS". Ver "Así nació el Servicio Civil en Bolivia", PRESENCIA, 16-9-97. Este servicio función;) con 70% de apoyo económico de países como Alemania, Holanda y el Banco Mundial.
60
producen la ocupación del aparato estatal y municipal, con una visión patrimonial y propietarista del misino. Esta relación prebenda! de corte burocrático fue la preocupación central de autores como Lazarte, R.A Mayorga, Toranzo y Mansilla, aunque con una comprensión incompleta y voluntarista del fenómeno. Para nosotros, los clientes burocráticos son parte del fenómeno clientelista en su conjunto. Son militantes que han cosechado una buena experiencia, lo que les permite tomar previsiones para conseguir la sinecura y colocar a sus allegados en los puestos, aún burlando compromisos electorales49. Los clientes burocráticos, aunque minoritarios, son capaces de imponer relaciones de fuerza, produciendo efectos de inestabilidad en el Programa de Servicio Civil y soslayando en los hechos la voluntad de sus propias cúpulas partidarias Estas a su vez se expresan contradictoriamente: la necesidad imperiosa de funcionar eficientemente en las instituciones públicas tiene alcances limitados, porque en los hechos las decisiones políticas se toman bajo los impulsos irracionales que seleccionan a los clientes burocráticos según criterios de lealtad y no siempre de racionalidad. El funcionamiento precario y inestable del Programa de Servicio Civil (PSC), es una de las muestras contundentes de la estrecha convivencia entre criterios de autoridad racional, y visiones patrimoniales que prevalecen en la ocupación de la burocracia. Para resumir este acápite, se puede señalar que se ha producido una declinación de las clientelas burocráticas en las niveles jerárquicos da la administración pública, pero que este proceso se halla bloqueado por la prcvalencia de rasgos clicntelares en todo el sistema de transacciones políticas y burocráticas. Si bien existe la tendencia a una reducción en espacios burocráticos a los clientes de menor jerarquía, también se observa la creciente mercantilización de los votos en todos los sectores sociales. La democracia asume así las características de un intercambio político intenso durante la actividad electoral, que se basa en transacciones económicas más o menos explícitas. De este modo, la actividad electoral se traduce, en la. formación de un mercado político donde cada partido utiliza sus mejores recursos para interpelar a los ciudadanos electores. Tanto UCS como CONDEPA se centraron en atraer a sectores sociales excluidos y supieron reconocer y manipular los elementos corporativos comunitarios y las raíces culturales de la población mediante la oferta de bienes combinada con la representación simbólica; esto fue especialmente claro en el caso de CONDEPA. En democracia se puede notar tres formas principales de clientelismo: en primer lugar, están las relaciones clientelares entre. parfí3os~que forman coaliciones para ser gobierno, negociando cuotas de poder en ministerios, prefecturas, embajadas y poder judicial a través de transacciones politizadas. A esto Robbio lo llama el gran mercado político, donde la clase dominante negocia sus intereses partidarios y empresariales de acuerdo a la cantidad de votos obtenidos, lo que se traduce en la correlación de fuerzas. Luego, se puede observar lo que hemos llamado clientes burocráticos en el nivel local y su relación con los partidos. Esta relación tiene contení3os"3e~pfé^íacioB"y "tSEmtráprestación que configuran relaciones de lealtad vertical hacia arriba. Por último, se puede hablar de^iudjidarias..qug,se transforman en clientes colectivos, a partir de su nexo con los clientes burocráticos. Esta modalidad será analizada eín el ultimó -capítulo. Para concluir podemos destacar los avances precarios que se han logrado en términos de la estabilidad política en el nivel del gran mercado: democratización formal, aceptación de normas que regulan el acceso al poder, etc. Sin embargo, también se puede notar la persistencia de una cultura política autoritaria y de una visión, patrimonial de la política. La oferta prebendal se depliega para mantener lealtades políticas, el clientelismo se expresa como arreglo social que opera en el mercado político, porque los partidos están comprometidos en una lucha por el acceso al poder y para ello despliegan enormes ofertas de bienes, servicios y facilidades de acceso a ciertos recursos. 49
Según Luis Aduviri (nombre ficticio), militante de ADN que trabajó en la campaña de 1997 (circunscripción 15). "entre varios hemos ido a esperar para conseguir el trabajo, al primer secretario de la Cámara de Diputados para exigir empleo, mañana iremos nuevamente, por si no nos identifican, mejor vamos con nuestra bandera y gorras, yo por ejemplo he trabajado con Raúl Maldonado actual subprcfecto regional de El Alto, el no se recuerda nada de nosotros, sólo ha colocado a su gente que andaban con él" (19-11-97).
61 Capítulo 5. NUEVOS ACTORES SOCIALES EN EL ALTO
El crecimiento demográfico de la urbe aliena, debido al creciente éxodo rural, significó el incremento de las demandas sociales de sus pobladores, que los dirigentes vecinales comenzaron a formular en términos políticos, como demandas de ciudadanía basadas en problemas concretos de acceso a los servicios básicos (planimetría, agua, luz, alcantarillado, educación, transporte, cordón de acera, empedrado de calles). Estas demandas por lo general fueron acompañadas de grandes movilizaciones y presiones sociales, como mecanismos recurrentes que permitían hacerlas acceder al sistema político central y municipal, donde se toman las decisiones y se asignan los recursos. Las acciones colectivas fueron conducidas por dirigentes cívicos a partir de Jas juntas vecinales en el nivel de cada barrio, con el objetivo explícito de lograr que los gobiernos municipales y centrales puedan producir decisiones políticas favorables para estos sectores. Un ejemplo concreto fue la Jucha por la descentralización de El Alto en 1970, donde se logra la creación de la Sub-AlcaJdía con el objetivo de atender de la mejor forma las demandas sociales que emanan de las organizaciones vecinales. Pero a poco tiempo de su funcionamiento, la Sub-Alcaldía descentralizada se ve desborda en su capacidad de atender las demandas de la población, es decir, esta fotma de descentralización uo fue en una solución eficaz en Ja medida en que muchos problemas permanecieron irresueltos. Ante esta situación, en 1980 se crea la Alcaldía Distrital, que fue una medida poJítica producida durante la gestión populista de Raúl Salmón de Ja Barra. Esta entidad no tenía una función autónoma en la toma de decisiones políticas, aún dependía en muchos aspectos de su ejercicio., de Ja comuna paceña50 Algunas de estas reivindicaciones fueron producto de Jas Judias y presiones ejercidas por FEJUVE El AJío, que rechazaban la designación casi exclusivamente partidaria de Jas autoridades cdilicias de. Ja Alcaldía Distrital. Estas designaciones revelaban mecanismos patrimoniales que funcionaban de acuerdo a Ja afinidad y Ja conveniencia En última instancia. Jos poderes locales y distritales estaban completamente atados al gobierno central que tenía la titularidad del poder, ya que Jos munícipes no se elegían por voto directo Cuando se realizan las elecciones nacionales en julio de 1985, las autoridades municipales fueron elegidas juntamente con las listas parlamentarías; por lo tanto, Ja AJcaldía Distrital de Ja urbe aJteña fue administrada por Jos militantes- de Acción Democrática Nacionalista (ADN). Las elecciones municipales de 1987, fueron la primera consulta municipal dentro del sistema democrático que permitió una amplia competencia electoral entre partidos, al separarse las listas para el consejo municipaJ de las listas presidenciales y parlamentarias. En este proceso de distribución del poder, la población aJteña llega a definir Ja titularidad del poder local. La redistribución del poder local se basa en una división espacial antes no conocida, que tiene su propia lógica de funcionamiento y representación. El poder municipal comienza entonces a procesar las demandas vecinales y gremiales, constituyéndose en un poder más próximo aJ ciudadano. Adicionalmcníe, la redistribución del poder a los espacios municipales implica una descentralización de los conflictos, lo que favorece la estabilidad política, evitando que el gobierno central sea desbordado por la cantidad, de demandas que provienen de nuevos actores sociales. La descentralización del poder local alteño fue producto de intensas movilizaciones a Ja cabeza de FEJUVE. En 1987 la organización matriz convoca a marchas, huelgas de hambre, bloqueos de carreteras e incluso se produce la toma de la Alcaldía en mayo de ese año. Como resultado de estas acciones colectivas se reivindican algunas necesidades importantes como ser. la creación de la Universidad Técnica Laboral de El Alto, la creación de la Dirección Distrital de Educación Urbana, Ja conclusión del 3
La entrevista sostenida con el profesor Hugo Lamia, señala que todos los alcaldes eran designados desde la ciudad de La Paz, inclusive los sueldos de los empleados eran cancelados en el municipio de La Paz. Al parecer la designación de empleados para la Alcaldía Distrital era como una sanción para los que habían cometido alguna falta. Laruta dice "con El Alto se practicaba una fuerte discriminación en la dotación de equipo, maquinaria; eran viejas y pintadas".
62 asfaltado de la avenida Panamericana. Estas obras ratifican la autonomía de El Alto, que adquirió formalmente el rango de ciudad el 6 de marzo de 1985. El instrumento jurídico de las elecciones, le permitió a El Alto constituirse en Alcaldía autónoma, con un consejo municipal con facultades para la toma de decisiones políticas, compuesto por 11 concejales, que se instala desde 1989, al mando del Alcalde Walter Vargas de las filas de Conciencia de Patria. La institucionalidad de la Alcaldía Municipal fue producto de intensas presiones sociales ejercidas fundamentalmente por la Federación de Juntas Vecinales, que encabezó la lucha. Eso significa que la autonomía de El Alto fue la demanda política más importante de los años 80, que expresa la aspiración de la población para modificar sus derechos urbanos que fueron postergados por mucho tiempo. La institucionalidad de la Alcaldía Municipal no fue producto de la voluntad de los partidos, sino del esfuerzo de la población en su conjunto que se organizó en torno a la institución cívica vecinal. Pero este poder local de la urbe alteña tuvo repercusiones en la capacidad omnipotente del actor vecinal, que tradicionalmente había ocupado un espacio predominante como interlocutor válido de las demandas políticas durante tres décadas. Esta situación fue mudándose a medida que el poder local amplió sus fronteras de influencia, en consecuencia tiene impacto sobre los espacios sociales, donde se hace cada vez más visible la politización mediante los mecanismos de oferta prebendal de cooptación a los dirigentes de FEJUVE. Pero antes de analizar con detalle el comportamiento de los organismos cívicos, presentaremos un panorama general del comportamiento electoral de la población alteña desde la recuperación de la democracia. 1. Comportamiento electoral de la población alteña 1.1. Fase de inestabilidad política, 1978-1985 Nos parece importante mirar rápidamente de manera retrospectiva el comportamiento de los electores en El Alto, desde el momento en que se da la apertura del proceso democrático en 1978 hasta las elecciones de 1997. Este proceso nos muestra al principio a una población con preferencias electorales inestables, que se define posteriormente como un bastión de CONDEPA. Como hemos señalado, la población alteña está constituida predominantemente por migrantes aymarás, que comparten los mismos patrones culturales y que se muestran predispuestos a reformular sus capitales culturales de origen. Cuando se dieron las conflictivas elecciones de 1978, la Unidad Democrática Popular (UDP) tenía un apoyo electoral masivo en las áreas urbanas del occidente del país, principalmente lia Paz y El Alto. Este cuadro se repitió en las elecciones de 1979 y 1980, con una masiva victoria de>la UDP en La Paz, El Alto, Potosí, Sucre, Oruro y Cochabamba. Se puede decir que estas votaciones respondían a las interpelaciones ideológicas enmarcadas en el N-R y en los discursos de la izquierda. Estos procesos electorales, profundamente polarizados, se truncan violentamente por sucesivos golpes que impidieron al candidato de la UDP, Hernán Siles Suazo -un movimientista de "izquierda"- asumir el poder hasta 1982. El último y más sangriento de estos golpes, comandado por García Meza y Arce Gómez el 17 de julio de 1980 logró truncar por más de dos años la vigencia de un régimen constitucional, que sólo se logra con un gran acuerdo entre partidos, que permite la "devolución" del poder a Siles Suazo el 10 de Octubre 1982. El régimen de la UDP fue sacudido por una grave crisis inflacionaria y una explosión de conflictos sociales, que obligaron a recortar por un año su mandato presidencial. En julio de 1985 se realizan nuevas elecciones, en las que surgen numerosos partidos en una competencia desigual. Desde entonces, la política de alianzas y coaliciones será la tónica dominante en un sistema multipartidario en el que las consultas electorales se convierten en un instrumento regular para definir la titularidad del poder. Las elecciones de 1985 nos muestran que la población del occidente del país había cambiado su preferencia electoral, como resultado de la gran
.¡.¡v m&' .fwt&i:y&'í •&•>.-:
Desfile de Padres de Familia, El Alto, agosto de 1998
Paro cívico, El Alto, 15 de octubre, 2003
63
frustración colectiva que produjo el gobierno de la UDP. Este fracaso de la izquierda que había encabezado la lucha por el retorno a la democracia, dejó huellas profundas de desaliento y desconfianza en los sectores populares. Por tanto, los potenciales electores giraron hacia los partidos de la derecha, que ofrecían estabilidad, empleo y orden. El colapso de los partidos de la UDP fue casi total (con excepción del MIR), lo que expresaba el rechazo de la población a la inflación exacerbada que había provocado el principal frente de izquierda. En las ciudades de La Paz y El Alto (que en 1985 no eran jurisdicciones electorales separadas), la población gira hacia la ADN, que se ubica en un primer lugar con el 36.39%. En un segundo lugar muy distante se ubica el MNR con el 19.58%. Esta situación permitió a ADN controlar la Alcaldía Distrital durante esa gestión. 1.2. La victoria del MIR en 1987
Cuando se realizan las elecciones municipales en 1987, comienzan a funcionar algunas reformas democráticas que salen del parlamento. Los gobiernos locales son dotados de cierta autonomía, mediante consultas electorales por listas separadas, que definen la titularidad del poder local; esto significa precisamente el perfeccionamiento de las formas competitivas multipartidarias. Las elecciones municipales de 1987 constituyen un hecho de vital importancia para la población aliena, porque por primera vez en 40 años la población tiene la posibilidad de elegir directamente a las autoridades municipales, lo que otorga nuevos insumes de legitimidad al sistema electoral 51. La victoria del M I R en las elecciones de El Alto en 1987 es una clara muestra de que el "voto cruzado" permitía a la población elegir para el municipio a un candidato de un partido diferente al que se votaba para presidente. De este modo salió elegido Luis Vásquez como Alcalde de El Alto por un estrecho margen: de cuatro concejales de la Alcaldía Distrital de El Alto, dos eran del MIR y uno de ADN y VR-9 (Vanguardia Revolucionaria 9 de abril) respectivamente (Ver Cuadro 6). La población alteña se definió por el MIR como una forma de rechazo a la aplicación de las medidas del ajuste estructural de 1985. En todo el territorio nacional, este hecho permitió al MIR recuperar un espacio populista en forma pragmática, apelando a recursos cada vez mas enmarcados en la lógica clientelar. Cuadro N°6 Resultados finales de El Alto. Elecciones Municipales de 1987 Partidos
Porcentaje
Número de concejales
MIR ADN VR-9 Otros partidos
40.50% 24.92% 9.22%
2 1 1 ningún concejal
FUENTE: Cómputo oficial de El-Alto, Presencia-13-D¡ciembre-1987. •
. La última elección municipal restringida se había hecho en 1947, a partir de ese momento nunca se habían realizado elecciones municipales; las autoridades ediles eran directamente nombradas por el gobierno central. En 1987 se reestablece la consulta municipal en listas separadas, lo que garantiza la apertura de espacios locales a las elecciones competitivas, que definirán la titularidad de la Alcaldía. Finalmente, con la participación popular decretada en 1994, las Alcaldías son escenario de nuevos cambios en el sentido de una gestión municipal más autónoma.
64
1.3. El "condepazo" de 1989
Las elecciones nacionales y municipales de 1989 en la ciudad de El Alto, muestran el impacto arrollador del neopopulismo encarnado en CONDEPA. Este hecho es simultáneo al surgimiento de la Central Obrera Regional (COR), como nueva organización laboral que resulta del crecimiento de los gremiales, relocalizados, etc., por efecto del neoliberalismo. A ello se suma la institucíonalidad del gobierno municipal. El Alto se transforma en un mercado político en expansión, cuyos electores son cooptados como clientela en una plaza electoral muy atractiva para los partidos. Estos despliegan su capacidad de intercambio político en campañas con crecientes rasgos mercantiles. Por otra parte, el fenómeno comunicacional ha contribuido a la formación de una identidad cultural con rasgos tradicionales, pero plenamente disponible a la adaptación y al cambio: nos referimos a la cultura urbana aymara de los migrantes. Los partidos saben perfectamente que la fuerza se mide por el número de votos conseguidos, y su comportamiento se orienta a la consecución del poder a toda costa. En la urbe alteña, los potenciales candidatos a concejales tienen muchos elementos que pueden estar en su contra, vinculados a su identidad cultural. Los intercambios políticos, por otra parte, aún en el caso de masivas ofertas materiales, no lograron hacer cambiar fácilmente el voto condepista hasta el año 2002. En este período se dio una compleja combinación del voto de opinión (rechazo a las medidas del ajuste estructural) con el clientelismo, que funcionó para dar cuerpo al voto condepista a partir de 1989. La primera incursión de CONDEPA resultó en una avalancha tan grande de votos, que catapultó a este partido al parlamento como cuarta fuerza electoral con 11% de los sufragios emitidos en favor de ese partido a nivel nacional. La victoria condepista estaba concentrada en las ciudades de La Paz y El Alto, que habían sido desde hace años la audiencia principal del sistema RTP. La eficacia electoral de Palenque y su manejo de los medios, desataron reacciones de sospechoso desprecio por parte de los adversarios políticos que quedaron enmudecidos de sorpresa, y generaron torpes medidas de represión. Hay que recordar que el partido del compadre surgió como movimiento masivo de respaldo ante el cierre de RTP propiciado por el gobierno de Paz Estenssoro. El potencial electoral en el mismo año se ratifica en las elecciones municipales de 1989, con un triunfo indiscutible sobre los partidos tradicionales, lo cual se puede ver claramente en el cuadro 7. Cuadro N°7 Resultados finales, El Alto. Elecciones municipales de 1989 Partidos concejales
Porcentaje
Condepa MÍR-ADN UCS MNR IU Otros partidos Total
64.82% 11.16% 10.80% 8.32% 2.77% ningún concejal 75.079 votos
Cantidad
de 7 1 ] 1 1 100.00
FUENTE: Corte Nacional Electoral Estadísticas electorales 1985-1995, La Paz, 1997,p.82.
65
1.4. Declinación v competencia neopopulista en 1991 Las elecciones municipales de 1991 permiten observar la contracción del electorado condepista, y un aumento nada desdeñable del voto para UCS. Este año, la USC subió a un segundo lugar, lo que le permitió ampliar el número de concejales de uno a tres. Este ascenso parcial es atribuible a elementos transaccionales o contractuales que configuran clientelas colectivas a través de intercambios políticos inmediatos. La UCS recibió los resultados electorales con relativa complacencia; pero era evidente la dis minuc ión de votos para CONDEPA, que tuvo que conformarse con cinco concejales logrados en una urbe donde su victoria había sido aplastante. Esta leve declinación no puede ser atribuida totalmente a un sólo factor, sino a un conjunto de causas que confluyeron en su momento, cuyo análisis tiene que ver con su participación efímera en el gobierno de Acuerdo Patriótico (MIR-ADN). En el siguiente cuadro mostramos los resultados electorales de 1991, que permitieron la renovación de Alcaldes en los municipios del país.
Cuadro N°8 Resultados finales, El Alto. Elecciones municipales de 1991 Partidos CONDEPA UCS lyiIR-ADN MNR Otros partidos
Porcentaje 35.56% 27.05% 25.08% 20.78%
Cantidad de concejales 5 3 2 1 ningún concejal
FUENTE: Presencia-4 de Diciembre-1991-p.
En esta elección es importante destacar la promulgación de la Ley de Emergencia para la urbe alteña, un instrumento legal que aumentó el número de concejales de 11 a 13 para la gestión iniciada en 1991. Para las elecciones municipales de 1995, se vuelve al número de 11 concejales. 7.5. La lealtad clientelar: CONDEPA en las elecciones de 1993. Una vez conocidos los resultados electorales en 1993, CONDEPA recupera su bastión electoral en El Alto, después de una declinación que causó cierta inestabilidad política en el Municipio. La recuperación de CONDEPA tenía que ver con el tradicional electorado de los barrios poblados por migrantes aymarás, pero además revela las influencias que el partido había logrado tener entre los actores vecinales y laborales, cosa que no ocurrió en los momentos iniciales de su actividad política. Hacia 1989, los gremios de El Alto habían sido politizados por otros partidos, como ser UCS, ADN, MIR y MNR. En 1992 se configuran algunos clientes aspirantes de CONDEPA, que intentan ganar espacios de influencia dentro de estas instituciones vecinales, en un congreso ordinario que fracasó. El resultado fue que la Federación de Juntas Vecinales quedó dividida durante casi medio año, por la injerencia de diferentes partidos y la cooptación abiertamente prebenda! de los líderes. Según nos relató el corresponsal de Presencia Julio Mamani, durante el congreso ordinario los delegados fueron alimentados y se les sirvió bebida con fondos de la Alcaldía, que había alquilado el local "Chacaltaya" para tal efecto. Al producirse la elección de la nueva directiva se dividió la Federación; una de las dos Federaciones quedó bajo el control de UCS y la otra por CONDEPA. Según la entrevista sostenida con O. Michel:
66
"Nosotros simplemente teníamos el apoyo de toda la base, mientras la comisión de poderes estaba conformada por militantes de otros partidos, estamos hablando de UCS, MIR, MNR y ADN, nosotros en momento de elegir hemos abandonado la sala por la clara injerencia política que buscaba la manipulación de las bases. Entonces ellos se habían autonombrado como dirigentes vecinales, por lanío nosotros llamamos a todos los dirigentes vecinales, porque nosotros teníamos un apoyo mucho mayor que ellos, donde nos han elegido como dirigente de FEJUVE, esta Federación simplemente ha funcionado casi 5 meses más o menos" (Fuente: entrevista con Osear Michel, 20/07/98).
Ante la crisis de la Federación, se convocó a un congreso ordinario para el mes de septiembre de 1993. De este congreso sale elegido como presidente de FEJUVE Osear Michel52. A partir de ese año CONDEPA tiene una gran influencia en FEJUVE, prueba de ello es que muchos dirigentes vecinales y laborales han figurado como candidatos postulantes a concejales por CONDEPA. Si bien UCS había logrado una fuerte influencia en estas organizaciones; en 1993 en el congreso ordinario había perdido ese instrumento de manipulación. La manipulación tácita de las organizaciones no necesariamente influye en los resultados electorales, sino simplemente puede ser comprendida como un mecanismo amortiguador para cualquier presión social de tinte político. Para los partidos opositores a CONDEPA los clientes aspirantes constituyen furibundos críticos de la gestión municipal. En el siguiente cuadro pueden verse los resultados electorales de 1993. Cuadro N° 9 Resultados finales, £1 Alto. Elecciones municipales de 1993 Partidos
Cantidad de concejales
Condepa
9
MNR
2
MIR
1
UCS Otros partidos
I ningún concejal
FUENTE: Corte Nacional Electoral Estadística Electoral 1985-1995, La Paz, 1997, p. 138.
1.6. Consolidación hegemónica de CONDEPA 1995-1997.
La sólida constitución de la identidad cultural de los pobladores de El Alto se ha expresado en votaciones colectivas. Es pertinente destacar teniendo en cuenta estos elementos, que aún no es posible hablar de un sujeto individual que puede votar por quién quiera, si no es una votación que obedece a formas de comportamiento colectivo, imbuidas de significado cultural. Esto llevó a una lealtad ideológica por quienes supieron reconocer y valorar los hábitos peculiares de estos sectores sociales. El voto condepista manifestó una gran lealtad de la población aliena, que desde 1989 le permitió a CONDEPA estar siempre en primer lugar. Se trata de una conducta electoral estable que también obedece a las relaciones que supo cultivar el líder carismático con los sectores excluidos y marginados. La población alteña no votó tanto por la organización política ni por las listas parlamentarias, sino por la figura caudillista de Palenque, matizada con aspectos simbólicos, que suscitaba emociones confusas, pero eficaces políticamente. 52
Posteriormente, Osear Michel siguó como militante de Conciencia de Patria, y prestó servicios en la dirección cultural de la alcaldía municipal como ex dirigente de FEJUVE El Alto.
67
Cuadro N° 10 Resultados finales, El Alto. Elecciones municipales de 1995 Partidos CONDEPA MIR
ucs
MNR Otros partidos
Porcentaje 69.16% 20.97% 15.80% 17.03%
Cantidad de concejales 6 3 1 1 ninj >ún concejal
FUENTE: Corte Nacional Electoral. Estadística Electoral 1985-1995, La Paz, 1997. El acto electoral de 1997 fue la primera experiencia con candidatos uninominales, lo que permitió el despliegue de campañas centralizadas 53. También nos permite visualizar los mecanismos de mercantilización de los votos, en una población en la que había resultado difícil modificar el voto de opinión. Incluso, las ofertas y concesiones políticas que se difundían en las campañas podían resultar contraproducentes en lugar de cautivar al electorado. La participación hegemónica de CONDEPA en las consultas electorales siguió siendo muy fuerte hasta 1997, y sólo se derrumbó dramáticamente en las elecciones del 2002. Tanto los candidatos uninominales como los concejales municipales, correspondían mayoritariamente a ese partido, con 3 diputados uninominales para CONDEPA y uno para el MIR. En el siguiente cuadro observamos datos adicionales sobre el perfil de los diputados uninominales. Cuadro N° 11 Diputados uninominales, El Alto. Elecciones nacionales de 1997. Nombre
Daniel Santalla J.L. Paredes Claudio Loza Eduardo Paz
Partido Ocupación Ex-fabril CONDEPA Abogado MIR Administrador CONDEPA Sociólogo CONDEPA FUENTE: Presencia 3-junio-97, p.4.
Circunscripción 13 14 15 16
En efecto, resulta complicado discernir entre los candidatos por su nivel profesional. A nuestro entender, en CONDEPA, los candidatos profesionales en diferentes circunscripciones de El Alto tienen poco atractivo para los electores. Más bien, la votación colectiva se centra en torno al liderazgo simbólico heredado por Remedios Loza del candidato recientemente fallecido Carlos Palenque. Esto permitió a CONDEPA ganar en El Alto en la elección nacional de 1997. El ejemplo más claro de la precariedad de los líderes locales, fue la expulsión de Michel y el hecho de que otros . La vigencia de los diputados uninominales en Bolivia, está enmarcada en la reforma constitucional, promulgada por el gobierno de MNR. La intención de estas reformas es combatir el deterioro de la legitimidad del régimen democrático y de los partidos como mecanismos mediadores. Se ha podido atestiguar debates previos sobre su aplicación, y algunos politólogos han advertido los peligros que podía ocasionar, la necesidad de mejorar la representatividad política y el interés de preservar la gobernabilidad.
68 dirigentes no fueron incluidos en las listas parlamentarias. Los electores muestran indiferencia ante estas situaciones; están más pendientes de los líderes de ese partido, cuyas alianzas políticas con ADN determinaron su total desaparición del panorama electoral para el 2002. Por otra parte, con la muerte de Carlos Palenque fue evidente el "voto postumo", por parte de sus electores que aumentaron alcanzando el 17% de votos emitidos, fue efectivamente una de las votaciones más importantes para este partido. Es decir, CONDEPA, desde su primera participación política vivió un rápido ascenso electoral, pero cayó también de manera vertiginosa, bajando notablemente para las elecciones municipales de 1999 (de 6 a 3 conséjales), hasta desaparecer en las elecciones nacionales del año 2002. A manera de conclusión de este acápite, podemos señalar que durante la década de los años 80, se cristaliza la independencia de El Alto de la ciudad de La Paz, logrando la institucionalización de la Alcaldía Municipal. Por otra parte, el acto electoral empezó a subsumir a todos los actores sociales de la urbe, que se constituyen en nuevos espacios de influencia y manipulación clientelista por la vía de transacciones sociales, tanto individuales como colectivas. Las maniobras políticas que se dan entre partidos y gremios son encubiertas, pero están regidas en forma tácita por el clientelismo; la lealtad vertical se sostiene en el intercambio político, que adquiere mayor importancia en un mercado político en expansión. En la urbe alteña este mercado funciona como en cualquier población boliviana, con una diferencia esencial: el clientelismo muestra las limitaciones de la oferta política frente a la magnitud de las demandas irresueltas y debido a la vigencia del voto de opinión a favor de CONDEPA, basado en identidades culturales manipuladas. Este fenómeno de expresión de la identidad política propia de El Alto, se reeditará en las movilizaciones masivas del 2000 y el 2003, e incluso se expresará electoralmente en el año 2002 con el voto por el MAS y el M1P. Es probable que en otras regiones el clientelismo sea más efectivo, pero en El Alto, la "mediación prebenda!" de la que hablaba Zavaleta, ha sido menos efectiva en la resolución de las demandas, originando así, la deslegitimación de los partidos dominantes. Asimismo, durante un lago período, esta desligitimación alcanzó a las cúpulas sindicales, gremiales, a la FEJUVE y a la Asamblea de la Alteñidad. Para comprender este fenómeno hemos analizado las tendencias electorales de la población, desde el inicio del proceso democrático hasta las elecciones generales de 1997. El análisis realizado nos muestra que el mercado político de El Alto es abigarrado y tiene modalidades particulares, que se ponen en marcha en los procesos de cooptación de los líderes sindicales por los partidos. CONDEPA desde su aparición rompió las formas tradicionales de hacer política, debido al reconocimiento implícito o explícito de elementos corporativos comunitarios ignorados y vilipendiados por la sociedad dominante. En este proceso de interacción cultural se da forma a una plataforma política que crea su propio espacio y su propio lenguaje para luchar por el poder, en la cual es vital la reformulación de las identidades colectivas tradicionales y el papel jugado por los modernos medios de comunicación. Así por ejemplo, luego de una breve incursión de UCS en la organización de El Alto, no logra consolidarse, más bien la votación de CONDEPA se refuerza, y sólo el MIR logra un aceptable nivel de representación en 1997, constituyéndose en su más serio competidor. Este hecho tiene mucho que ver con el funcionamiento de la Canal 24 en manos del dirigente político José Luis Paredes del MIR. Posteriormente este partido rebasaría a CONDEPA, y en las elecciones nacionales del 2002, tanto el MAS (Movimiento al Socialismo, de Evo Morales) como el M1P (Movimiento Indígena Pachakuti, de Felipe Quispe) cambiaron completamente el panorama político electoral la urbe alteña. El propio Alcalde Paredes se vería rebasado en el año 2003, la Alcaldía incendiada, y por la presión de las bases se deslegitima el MIR y su larga práctica de manipulación neopopulista y clientelar. Pero ha sido evidente durante mucho tiempo la lealtad del elector alteño hacia los líderes neopopulistas expresó la peculiaridad de El Alto, y finalmente se expresó en el voto por nuevos partidos, cuyo rasgo fundamental es el liderazgo indígena. Esto se debe a que el electorado alteño ha estado guiado por una identificación cultural con figuras representativas del proceso cultural
69 urbano propio de los migrantes. Por tanto, los votos no se definen a partir de una racionalidad de intereses colectivos, y ni siquiera por la simpatía programática, sino por un principio de identificación cultural, que se expresa en votaciones colectivas (cf. Blanco y Sandóval 1993:81). Esto fue inicialmente compatible con el lenguaje del compadrazgo, de fuerte arraigo en todos los estratos de la sociedad, asimismo fue compatible con el funcionamiento de vastas redes de clientela y lealtades verticales. En el panorama actual, no estamos en condiciones de afirmar que estás redes clientelares han dejado de funcionar, pero sí, que el perfil cultural y político de El Alto se ha consolidado en el panorama nacional. 2. FEJLJVE EL-ALTO y la redistribución del poder El proceso democrático estableció la a mpliación del espacio político, acompañada de una redistribución real del poder, lo que implica la constitución del sub-sistema político municipal dentro del sistema macro-político parlamentario. Lazarte señala que esta redistribución institucional permite a los partidos de oposición que no tienen la titularidad del poder central, acceden al control de los espacios de poder local (Lazarte 1992:18)54. Esta situación empieza a funcionar desde el momento en que se realizan elecciones municipales competitivas, con el acercamiento cada vez más directo hacia los electores de base. Sin duda los partidos ponen de manifiesto durante el proselitismo político una serie de acciones que están vinculadas con la lógica del poder, ceñidas en el marco de reglas de juego tácitas, que hacen posible el camino expedito para la élite política. Los partidos como estructuras de mediación establecen prácticas que van delineando las posibilidades de vinculación clientelista, logrando incidir en la organización vecinal, que se constituye en un nuevo espacio de influencia y manipulación. Se despliegan entonces múltiples estrategias de cooptación que pueden terminar muchas veces convirtiendo a los dirigentes vecinales en clientes aspirantes. Puede considerarse que estos son fenómenos íntimamente ligados al comportamiento político cultural tradicional, que continúa orientado por la lógica del poder. El clientelismo puede también funcionar para crear movimientos opositores, neutralizando y canalizando las demandas populares hacia la lógica de las alianzas y las transacciones interpartidarias. Esto implica que FEJUVE perdió durante mucho tiempo la capacidad de mantenerse funcionando como estructura orgánica cívica, y los efectos de ello se sintieron en un contexto de desdoblamiento del espacio político. En este período, también los gremios perdieron fuerza de presión autónoma que recuperaron sólo a partir del año 2000. En toda esta fase, los partidos lograron acercarse como directos mediadores de las demandas sociales de la población alteña frente al municipio. Este acercamiento se realizó a través de diversos canales clientelistas y hasta prebéndales hacia los líderes vecinales, con mecanismos que fueron proclives a ser utilizados directamente desde la comuna, con el fin de obtener la lealtad vertical de los clientes. El acercamiento de los partidos a las organizaciones populares permitió la manipulación de sus demandas concretas, que fueron objeto de vinculación electoral hacia el poder local. Para Fernanda Sostres, el acercamiento con la población de base no siempre permite incidir directamente en las decisiones del poder local, sino a través de la vinculación con los partidos políticos. De este modo, las organizaciones se involucraron con una u otra tienda política, persiguiendo objetivos concretos. Debido a esta injerencia política, Sostres señala que la Federación de Comerciantes Minoristas en la urbe alteña llegó a tener dos directivas en 1994: la una identificada con CONDEPA y la otra con UCS. Esta identificación de las organizaciones con determinada tienda política de corte populista, no es necesariamente un compromiso que implique hipotecar el voto. Se trata de un comportamiento a través del cual se persigue la obtención de ciertas demandas para la zona o en favor del gremio (Sostres 1995:19-20). Esta hecho se puede constatar desde las elecciones de 1987, cuando en la urbe alteña la alcaldía fue controlada por el MIR, estando el gobierno central en manos de MNR y ADN. En el proceso democrático la lealtad de partido único se ha disuelto, esto en el pasado permitía controlar todos los poderes del Estado.
70
Estos mecanismos clientelistas se han perfilado durante mucho tiempo como opciones pragmáticas que permitieron viabiiizar las demandas barriales hacia el sistema político. Además, los dirigentes vecinales recurrieron a otras formas de canalizar estas demandas, como ser el estado de emergencia, movilizaciones o amenazas, pero también coimas y otros mecanismos individualistas que buscaban evitar el marginamiento, la exclusión o la represión de sus demandas. En toda esta fase, los actores que lograron hacer ingresar sus demandas políticas al municipio, han tenido que hacerlas pasar inevitablemente por una serie de filtros externos, para luego ser seleccionadas internamente. En cualquier punto del proceso decisional el trámite puede estancarse debido a varios factores: por falta de recursos económicos en la Alcaldía, o cuando el dirigente vecinal carece de influencia a ese nivel, o no tiene la fuerza suficiente para hacer prevalecer los compromisos adquiridos en campaña por el cliente burocrático. Las ofertas clientelares pueden ser efectivas muchas veces, aunque en reducidas proporciones, y abrir las puertas para la satisfacción de necesidades vinculadas a los servicios básicos. Está claro que es un procedimiento basado en consensos y acuerdos precarios como arreglo social, puede también producir resultados no deseados. Parece definitivo que, en toda esta etapa, la supuesta mediación de las demandas sociales se redujo en los hechos al funcionamiento de un complejo cuadro clientelar. Dicho de otro modo, la representatividad de los partidos se redujo al mercado político del intercambio de prestaciones y contraprestaciones. Pérez y Anze hacen notar que las estructuras orgánicas de los partidos se desarrollaban con mayor intensidad durante el proselitismo electoral, haciéndose presentes en diferentes barrios y organizaciones para tentarlas de alguna manera con una serie de ofrecimientos y regalos. Ciertamente, los partidos que estuvieronn en función de gobierno desarrollaron durante la campaña electoral una mayor capacidad de regalos y concesiones hacia los sectores sociales empobrecidos de población mayormente migrante (Pérez y Anze 1992:40). A nuestro juicio, las organizaciones populares fueron convertidas en receptoras pasivas de las donaciones que realizaban los partidos, apoyándolos coyunturalmente en las proclamaciones políticas con el fin pragmático de recibir ese apoyo material. La participación electoral se convirtió así en una estrategia subyacente de los vecinos en relación con todos los partidos, sin comprometer realmente el voto. Este fenómeno es más visible en las zonas con mayor identidad cultural. Para Rosario Anze, en la transición hacia esta cultura política, inicialmente se da una participación clientelar a través de la distribución de pequeños regalos. Posteriormente, se da una negociación con los partidos en campaña en torno a ciertas concesiones y reivindicaciones colectivas. Por último, unos pocos dirigentes terminan definiéndose abiertamente como militantes políticos (Anze 1995:46). En el intercambio político, los clientes prebéndales y los clientes aspirantes juegan el papel de interlocutores que viabilizan las concesiones municipales a los diferentes barrios. La campaña electoral ha sido el escenario de estos intercambios políticos, especialmente para los partidos que no tienen una identidad cultural plenamente construida. Nos referimos al MNR, la ADN o la UCS, que se ven obligados a desplegar su capital económico con la intención de modificar las opciones de voto de la población. Las ofertas tendieron a focalizarse en diversos actores sociales, como ser las juntas vecinales, los gremios, las asociaciones de artesanos, los padres de familia, los clubes de madres, etc., que se constituyeron en nuevos espacios de influencia y de disputa política para cooptar y manipular a sus dirigentes. Algunos autores consideran que estas organizaciones urbanas son nuevos actores sociales que han surgido en el sistema democrático, como FEJUVE El Alto y la COR, expresando la heterogeneidad de los sectores laborales urbanos. 3. La Central Obrera Regional como nuevo espacio de influencia A partir de 1971, diversas asociaciones y gremios de El Alto determinaron fusionarse en una sola organización, a iniciativa de las Asociaciones de Mercachifles, San Juan Colchoneros y Sector de
71
Papas, que conforman la Federación Distrital de Comerciantes Minoristas del sector Norte, organización que posteriormente se constituye también en el sector Sur (Pérez y Anze 1992:4). Desde inicios del período democrático, la politización de estas organizaciones se hizo evidente, según un testimonio citado por estas autoras: Durante 1985, en todas las reparticiones de la Alcaldía exigían carnet de militancia, los que no tenían no eran atendidos, lo propio ocurría en los puestos de venta, donde los gremiales eran echados de sus puestos de venta y en su lugar se colocaba a uno de sus militantes partidarios; lo mismo sucedía con los trabajadores en carne, panificadores, bares y pensiones cuyos negocios eran cerrados permanentemente por la Alcaldía Municipal (Citado en Pérez y Anze 1992, p.8). Como consecuencia de estos atropellos, se impulsó de manera sistemática una política de fortalecimiento de las asociaciones y empezaron a reunirse las siguientes organizaciones: Federación de Gremiales, Federación -de Panificadores, Federación de Trabajadores en Carne, Asociaciones de Bares y Pensiones, constituyendo una comisión organizadora para crear una entidad matriz a nivel de la urbe alteña. La comisión convocó al primer Congreso de Trabajadores en noviembre de 1987, lo que culminó en la conformación de la Central Única de Trabajadores de El Alto (CUTAL)(Ibid:5). Después de poco tiempo, este organismo se constituye en Central Obrera Regional (COR) de El Alto cuyo más influyente Secretario Ejecutivo en los años 90 fue el dirigente panificador Lucio Mendoza. Desde su fundación, esta organización laboral empezó a desarrollar una serie de acciones colectivas, colocándose a la ofensiva para reivindicar los intereses áltenos, una vez que el organismo regional logra su reconocimiento en el Octavo Congreso Ordinario de la Central Obrera Boliviana (COB), que se realizó del 20 al 28 de febrero de 1989 en la ciudad de Oruro. Al constituirse en una organización formal, la COR asume acciones conjuntas con la Federación de Juntas Vecinales; tal es el caso de la lucha por la ampliación de la Facultad Técnica, por la promulgación de la ley de emergencia 55, la tenaz resistencia contra el alza en el precio de los carburantes y productos de primera necesidad, o la lucha para que el Matadero pase a depender de la comuna alteña. Todas estas acciones colectivas fueron realizadas en forma coordinada entre ambas instituciones. Pero si bien las organizaciones laborales y vecinales realizaron acciones conjuntas, en los últimos años la COR ha mostrado mayor capacidad de convocatoria, bajo hegemonía de los Gremiales, en tanto que FEJUVE ha ido declinando. La emergencia de la institución laboral en pleno proceso de democrático y electoral, tuvo repercusiones negativas para FEJUVE, porque la organización laboral logró transformarse en una institución paralela, con la misma capacidad que FEJUVE para la mediación con el municipio. Asimismo, pronto esta institución laboral se convirtió en espacio de influencia para los partidos: éstos comienzan a desplegar sutilmente mecanismos clientelistas que subordinan a los dirigentes. A la larga, tanto la COR como FEJUVE perdieron durante muchos años la autonomía orgánica, al convertirse en espacios de formación de lealtades políticas por parte de clientes aspirantes que conformaron facciones verticales en torno a diferentes caudillos vinculados al poder comunal. Las organizaciones gremiales y vecinales se convirtieron en un mercado político donde operaban clientes vinculados a diferentes corrientes políticas, con intereses particulares, que podían obstaculizarse entre ellos, y hasta excluirse, pero también podían cooperarse entre sí en busca de soluciones comunes.
55
" . La ley de emergencia fue promulgada en septiembre de 1991 por 5 años, con el objetivo de dar facultades especiales al gobierno municipal de El Alto para obtener financiamiento en el ámbito nacional e internacional.
72 4. La Asamblea de la Alteñidad
Se trata de una organización de máxima instancia donde se articularon las demandas de las diversas organizaciones vecinales, laborales y gremiales de El Alto, incluida la propia Alcaldía Municipal. En su momento ha sido una de las instituciones más importantes de la urbe alteña, y sus intereses estuvieron enmarcados en la reivindicación de necesidades colectivas que conciernen a toda la población. Durante la fase de su emergencia, en la Asamblea se tomaban decisiones que alcanzaban al conjunto de habitantes, es decir aproximadamente 750 mil personas. La Asamblea de la Alteñidad surgió en 1992, sin que haya podido determinarse la fecha precisa, porque al parecer no tuvo una fundación formal. Se puede decir que la Asamblea surgió en el camino, de manera "informal"; pese a su momentáneo peso político, y no tiene personería jurídica reconocida. La representatividad y capacidad de convocatoria de la Asamblea ha sido bastante ambigua en el período bajo análisis. Fruto de las presiones sociales de todos los actores relevantes, la Asamblea fue capaz de producir decisiones a los más altos niveles. Por ejemplo, el 6 de marzo de 1997, la Alcaldía Municipal suspendió todas las actividades para acatar las decisiones que se tomaron en la Asamblea de la Alteñidad. La suspensión oficial era equivalente a un paro cívico, pero además los propios empleados de la Alcaldía procedieron a ocupar la avenida 6 de marzo. Por la misma fecha, centenares de gremialistas se concentraron en la plaza 16 de julio, y luego procedieron a movilizarse masivamente, mientras las juntas vecinales se concentraban en la plaza principal de Villa Dolores. Esta masiva marcha de protesta resumía un conjunto de demandas al gobierno central del MNR, que había suscrito convenios con El Alto desde junio de 1994. Las demandas fundamentales de la movilización eran las siguientes: - Ampliación del plazo de vigencia de la ley de emergencia, con un soporte económico adicional de Bs. 100 millones. - Coparticipación de El Alto en la recaudación del peaje de la autopista. - Incremento de los recursos por la aplicación de ley de participación popular. - Traslado del aeropuerto internacional. - Transferencia a favor de la comuna, de los predios del ex-banco minero. - Redefinición de los límites de la ciudad El Alto. - Construcción del Hospital de la Caja Nacional de Salud. (Fuentes: Primera Plana y Presencia, 7 de marzo de 1997). La Asamblea de la Alteñidad puede considerarse como una institución cívica, que representó los intereses de una diversidad de actores sociales y gestionó demandas de interés común. Su lucha se centraba en lograr la asignación de mayores recursos por parte del Estado, lo cual atañe al conjunto de la población. Puede decirse que la Asamblea de la Alteñidad intentó efímeramente superar la fragmentación clientelar de las demandas sociales que convergían en la Alcaldía Municipal, enfatizando el enfrentamiento entre El Alto y la "hoyada" y contra el gobierno central. Durante los conflictos del año 2003, producto de una serie de conflictos internos, prácticamente dejó de funcionar. En torno a su papel, existen diversas versiones que nos han manifestado los dirigentes y exdirigentes entrevistados en torno al tema. La primera versión, sustentada por algunos de ellos, pone énfasis en señalar que la Asamblea de la Alteñidad ha surgido para exigir al gobierno central más recursos económicos y otras reivindicaciones colectivas que tocan al conjunto de la población alteña. La otra versión es completamente diferente: la Asamblea de la Alteñidad habría surgido en circunstancias en que muchos dirigentes de FEJUVE y la COR eran perseguidos mediante recursos judiciales con el objeto de desconocerlos como dirigentes legítimos de sus respectivas organizaciones. La persecución habría sido desatada por el propio Alcalde Mario Aparicio, de
73 CONDKPA, para evitar que las organi/.aciones fiscalicen el manejo de recursos económicos en la comuna, listo habría impulsado a la formación de la Asamblea de Alteñidad, como un recurso de fuer/a de los gremios para evitar ser desconocidos o perseguidos. Al crear la Asamblea de la Alteñidad, los dirigentes gremiales y vecinales actuaron en nombre de toda la población, expresando su derecho a fiscali/ar los manejos económicos del Municipio. Lo que queda claro es que, en el momento de su creación, los dirigentes vecinales y laborales no tenían filiación condepista. Más bien, en la Asamblea, los dirigentes cooptados como clientes aspirantes y militantes eran de partidos de oposición, principalmente la UCS, pero también el MIR, ADN y el MNR. Rsto me conduce a la hipótesis de que hasta 1992, CONDLPA carecía de una intluencia real en dichas organizaciones populares '. En cualquier caso, la institución informal de la Asamblea de la Alteñidad permitió coyuntura!mente la representación de todos los sectores y la canalización de un conjunto de demandas, que se dirigieron principalmente al sistema político central. Aunque no tuvo nunca un reconocimiento jurídico, la Asamblea de la Alteñidad ha sido reconocida hasta hace poco como expresión legítima de los nuevos actores sociales, con suficientes facultades para tomar decisiones en nombre de la población. Pero la Asamblea de la Alteñidad no logró consolidar una estructura orgánica sólida, y fue invadida por la inestabilidad de sus cuadros dirigenciales, cuya desconfianza mutua se refleja en permanentes suspensiones y revocatorias de mandatos. Esta situación nos permite ver que la lucha faccional ha alcanzado también a este organismo, cuyo papel en los conflictos sociales recientes ha pasado a segundo plano. Para concluir, podemos señalar la consolidación del poder local en la urbe alteña tuvo repercusiones serias en los nuevos actores que habían emergido durante la década 90. Los lazos clientelares como técnicas de articulación de intercambio social limitaron las presiones de estos actores, dentro de los arreglos que están condicionados tácitamente, como algo legítimo, por las recompensas que reciben estos clientes aspirantes.
56
Esta última versión se basa fundamentalmente en entrevista sostenida en 23 de Mayo con Julio Mamani, responsable del periódico PRESENCIA, y con David Ticona.
74
Capítulo 6. MERCADO POLÍTICO Y OFERTA PREBENDAL
Para empezar, la democracia boliviana ha reposado durante dos décadas sobre una serie de intercambios políticos como mecanismos de articulación entre el sistema de partidos y la sociedad, como institución social de intercambio que adquierió legitimidad, ya que se trataba de arreglos entre partes. Estos intercambios fueron patrocinados por los partidos y ofertados por los agentes sociales que hemos llamado "clientes burocráticos", que compiteron y se disputaron el control sobre el flujo de sinecuras en el aparato estatal y, al mismo tiempo, acercaron entre las partes la oferta de bienes políticos. Cada uno de los partidos abrió los espacios necesarios para sus clientes una vez que llegaba al poder, para lo cual no necesariamente tomaba en cuenta las aptitudes de los postulantes, sino los servicios prestados al partido durante la caza de votos y sus niveles de identificación con algún jefe político específico, así como la cantidad de votos obtenidos durante la campaña. La incipiente modernización de Bolivia tuvo un impacto relativo en la oferta de la prebenda, que ha sido el acicate para la adhesión partidaria; y simplemente se tradujo en la declinación numérica de los clientes burocráticos en función pública y en la pérdida de eficacia de la concepción patrimonial de la política, lo que no implica la disolución de la lógica prebendal. En el proceso democrático, la representación política se ha reducido a vinculaciones clientelistas de corte burocrático, donde la función mediadora de intereses sociales parece ser reemplazada por a lealtad de los ciudadanos, que articulan redes sociales de clientes burocráticos, donde unos logran recompensa específica en forma de prebenda y otros simplemente resuelven cuestiones de sobrevivencia momentánea, porque han aprendido los límites de lo que pueden obtener a través de la relación el ¡entelar. ^Durante el cambio de la titularidad del poder se sacude toda la estructura según la correlación de fuerzas en las elecciones. En todo caso, la apropiación burocrática está acompañada por una visión patrimonial del Estado, el poder político se organiza en forma análoga al poder doméstico y suelen darse conflictos y reacomodos en el proceso de formación de coaliciones interpartidarias; lo que hemos llamado en términos de Bobbio, el gran mercado político 57 que se negocia entre los partidos de acuerdo a los votos logrados en la elección. Los partidos aún se rigen en buena medida por pautas tradicionales de corte patrimonial en su manejo de la política y el poder. La política se organiza como algo privado, para saciar los intereses partidarios cuando están en función de gobierno. Esta práctica se combina perfectamente con la oferta de prebendas, que consiste en otorgar cargos a clientes burocráticos como beneficio personal por los servicios prestados en la campaña. Estas formas son normales y es la tónica dominante en el manejo patrimonialista del Estado. La adhesión por la oferta de prebendas sigue siendo atractiva, apetecida y tiene raíces tradicionales muy antiguas. Se acomoda perfectamente a los comportamientos premodernos de los partidos, cuyas posibilidades de autoreproducción están a su vez asociadas al control del aparato estatal. En otras palabras, los partidos no están suficientemente modernizados ni institucionalizados como para fortalecer su legitimidad y representatividad (R.A. Mayorga 1992:58). Es cierto que la empleomanía continúa reproduciéndose, aunque substancialmente reducida en el aparato estatal, porque se basa en intercambios utilitarios para ambas partes, aunque tienen intereses diferentes que jerarquizan la relación. Los partidos, más que espacios de representación de intereses ciudadanos, operan entonces como instrumentos al servicio de una clase política para obtener beneficios particulares. La prebenda es un mecanismo que se presta muy bien a favorecer los intereses grupales de una élite política que está comprometida en acceder al poder. A través de ella se articulan vastas redes de clientes burocráticos que están subordinados al partido como distribuidores de la oferta. Los clientes pueden acceder a oportunidades y beneficios, aunque en forma selectiva y 57
. También debemos tomar que el clientelismo se da en los altos niveles de la clase política, donde negocian cuotas burocráticas en ministerios, prefecturas, municipios, embajadas, etc. El cambio de gobierno y la formación de coaliciones para el nuevo gobierno, se traducen en intensos cabildeos por el reparto de cuotas en el aparato estatal.
75 restringida. Como diría Auyero, el cliente actúa como cliente porque está en una relación que lo impele a actuar como cliente. Se trata pues de relaciones construidas y legitimadas mediante la práctica de sucesivos actos de intercambio (Auyero 1996: 12). Como el clicnlelismo es producto de construcciones sociales en el contexto de posibilidades objetivas de recompensa, es pues un instrumento de articulación política electoral, que puede canali/.ar los votos hacia uno u otro polo de olería, aunque en forma volátil e incierta. Como dice Manin, antes la mayoría de los electores se identificaban fielmente con un partido político por largo tiempo, ahora los electores votan de modo diferente en cada consulta electoral (citado por Berthin y Yañez, 1999: 22). Incluso, la misma oferta de bienes distribuidos por el partido es incapaz de generar lealtades políticas duraderas entre los votantes que han recibido medicinas, alimentos y otros bienes. Pero los clientes burocráticos como trabajadores del partido cumplen su función mediadora; la oferta por la prebenda se convertirá en presiones incesantes reclamando su cumplimiento cuando el partido esté en el gobierno. Tomemos el ejemplo de las elecciones de 1997, para mostrar cómo los cambios en la titularidad del poder estuvieron orientados por pulsaciones patrimoniales, dado que el partido o coalición ganadora ha tomado como suyas, como propias, las áreas de aparato público que le tocó administrar. Para Zabludovsky "el Estado patri moni al hace que toda la esfera de los favores otorgados por el soberano puede transformarse en un espacio para la formación de fortunas y da vía libre al enriquecimiento del soberano mismo, de sus funcionarios favoritos, gobernadores, recaudadores de contribuciones procuradores y vendedores" (Zabludovsky 1993:175). Es una forma de organización estatal constituida por clientes burocráticos como servidores del partido, que tienen acceso a sinecura por su fidelidad personal. Esta relación patrimonial se vuelve cada vez más dependiente a las exigencias de compensación, los clientes como seguidores y discípulos se convierten en comensales del patrón político y a la vez son funcionarios del Estado, empleados poseedores de prebenda. En Bolivia falta, por lo tanto, mucho camino que recorrer en la modernización del Estado y la cultura política, ya que esa oferta prebenda! se ha hecho algo "natural, aunque se han dado intentos instrumentales de modificar el aparato público con la finalidad de institucionalizar y optimizar las estructuras burocráticas con capacidad de acción". Pero existen dos fenómenos que dan cuenta de cuan atrasado está el Estado y la propia cultura política: el hábito de los partidos es mucho más fuerte en la práctica, y logra reproducir a ambos: el clientelismo político y la visión patrimonialista del Estado (Toranzo 1997:6) que están fuertemente entrelazados entre sí. 6.1. Prestaciones y contraprestaciones58 en la campaña electoral. Auyero da cuenta de que los contactos cara a cara siguen siendo de enorme importancia para la formación de la opinión pública, puesto que a través de ellos se viabiliza la oferta política que genera lealtades y sentimientos de confianza entre los electores vinculados a la red clientelista, que a medida que se acerca a la cúpula, tiene una influencia y capacidad persuasiva más poderosa (Auyero 1998: 18). En este contexto es importante la función de los clientes prebéndales que facilita la transacción entre los actores, a los que se presiona y muchas veces se obliga a cumplir los compromisos adquiridos. Son clientes que ayudan a los candidatos políticos a organizar su contacto con la población durante la actividad electoral. Sus tareas se intensifican en esta época, en la que es vital persuadir a los militantes pasivos a entrar en acción bajo el patrocinio del partido al que pertenecen. Este aparato organizativo de militantes, simpatizantes y contactos cara a cara, resulta vital para los clientes prebéndales, porque su capacidad de negociación con el jefe o patrón político, 58
. Los conceptos de prestación y contraprestación han sido adaptados a partir del texto del autor colombiano Néstor Miranda (1977). En el capítulo 1 se han expuesto las definiciones, que aquí recapitulamos. La prestación proviene de arriba, de quien tiene poder económico y político, mientras que la contraprestación es la respuesta desde las personas que carecen de poder o que lo tienen en forma limitada. Es de hacer notar que en el caso boliviano la contraprestación se da por adelantado.
76
depende de la cantidad de votos que puede conseguir para su partido en las circunscripciones electorales donde trabaja. Es preciso destacar dos aspectos fundamentales en este proceso. Por un lado, existen clientes prebéndales que militan en partidos oficialistas, y que están en función de gobierno durante la campaña electoral. Esto implica que su organización en la campaña es relativamente fácil. Así por ejemplo, en la circunscripción 15, el MNR no sólo organizó mejor los cuadros clientelares intermedios; también podía desplegar grandes ofertas de bienes para organizar y estructurar los ¡séquitos prebéndales que actúan, apoyan y votan. Sin embargo, los partidos que no estaban en función de gobierno, como el M1R y la ADN en la misma circunscripción, vieron muy reducidas sus clientelas prebéndales y tuvieron dificultades económicas para materializar su oferta, que es sin duda la que genera las condiciones para la articulación de redes de intercambio social clientelista. Esto determinó un resultado desfavorable para el MIR y la ADN en comparación con el MNR y CONDEPA que tuvieron una franja masiva de séquitos, articulados por cuestiones materiales y simbólicas y organizados en referencia a un conjunto de condiciones sociales y económicas de la \urbe alteña. Sin embargo, la afluencia de séquitos clientelares masivos durante la campaña, no debe tomarse como síntoma de éxito electoral para determinado partido. Ello puede obedecer al atractivo de las ofertas prebéndales inmediatas en servicios, comida, artículos de la primera necesidad, etc. Estas ofertas pueden ser desplegadas a escala masiva tan sólo por los partidos que están en función de gobierno municipal o central. En el ejemplo que hemos citado, para el MNR, la titularidad en el poder le permitió ampliar su oferta de bienes y servicios, lo que se constituyó en un mecanismo concreto de articulación política de los electores, cuyo voto que se canaliza por redes clientelares. En este contexto, los clientes prebéndales se constituyen en interlocutores válidos de intermediación entre los dirigentes de la circunscripción y los ciudadanos electores. Durante la campaña, estos clientes cautivan a muchedumbre de electores que se vuelven adherentes momentáneos del partido; aunque suelen ser adhesiones efímeras que dependen mucho del tipo de ventajas ofertadas por los clientes prebéndales y de la credibilidad de sus promesas. Pero estos clientes durante la campaña constituyen séquitos prebéndales que son incorporados al partido con mayor posibilidad de triunfo o credibilidad en la oferta. Estos séquitos tienen objetivos que son pragmáticos: conseguir alguna pega o favor, o por lo menos, que la militancia les reporte algún beneficio personal, así sea mínimo. Son electores que se transforman en clientes y conforman séquitos más o menos numerosos durante la campaña. Están bajo las órdenes del cliente prebenda!, militante del partido, que en el caso de los partidos de gobierno será un cliente burocrático. Su actividad es subalterna pero importante, ya que coadyuva en conseguir mediante amistades, familiares, compadres, que mayor número de gente se inscriba como militantes del partido. La característica general de estos séquitos prebéndales es su inestabilidad; en cada campaña puede cambiar su adhesión política, si no consiguen recompensas mínimamente satisfactorias- En líneas generales, estos séquitos se quedan conformes con lo que han recibido durante la campaña. Cuando su partido esta en función de gobierno, no tiene casi ninguna capacidad de negociación con los jefes políticos de manera personal y directa, puesto que requieren la ayuda de clientes burocráticos con los cuales han logrado lazos de amistad como séquito, durante la campaña.
Entre el cliente prebenda! y su séquito existen diferencias muy importantes, porque el primero tiene una militancia de largo tiempo, tiene estrechas relaciones y lealtad política con el jefe departamental del partido, es reconocido como intermediario que pone en contacto a los electores con el partido, cuando se trata de entregar algún bien. El cliente prebenda! es ciertamente el funcionario del partido que ofrece servicios estatales o municipales, o favores a sus seguidores, pero también cautiva votos a favor del
patrón político. Por lo tanto, tiene la convicción política e ideológica de su partido, inclusive está profundamente compenetrado de programa político y el de sus adversarios. Además, suele tener una fluida relación con los jefes regionales y departamentales de su circunscripción, entiende perfectamente que las ofertas prebéndales dependen de su capacidad de obtener una cierta
77 cantidad de votos. Si logra conseguir mayor cantidad de votos, tendrá mayor capacidad de negociar y ocupar cargos importantes que le permitirán retribuir a sus electores en servicios o favores políticos por el apoyo electoral recibido. En líneas generales, son clientes que ocupan cargos jerárquicos y que durante la campaña electoral no pierden relación con las cúpulas partidarias de la circunscripción. Estas relaciones son fundamentales puesto que aseguran en cierta medida la apropiación de la oferta prebendal que consiste en cargos y otros bienes. Durante la campaña, estos clientes aglutinan séquitos cuyos servicios son utilizados a favor del partido, que están bajo el control del cliente prebendal y que le ayudan a reclutar más simpatizantes mediante el soborno. Pero esta distribución de bienes del partido está siempre acompañada de punzantes discursos que acusan a otros partidos de corrupción, clientelismo, insensibilidad, etc., y los pintan como causantes de la pobreza existente en el país. Estos discursos son muletilla, cuando se entrega algún bien material, de relaciones transaccionales o simples ofertas de distribución individual. Rene Colque, uno de estos clientes prebéndales de ADN, fue primero cliente aspirante, y luego ascendió en sus expectativas burocráticas, vinculándose como cliente prebendal en torno a María "Chichi" Soto (candidata uninominal de El Alto por ese partido). Yo trabajé el 85, el 87 era también dirigente gremial en la Ceja y en el 89 recién me han ofrecido un trabajo en CORDEPAZ, yo después de 5 meses lo dejé, porque el sueldo no era lo suficiente para vivir. Pero en el 93 hemos trabajado intensamente con varios amigos de mi generación, ahí conocí a muchos jefes, aunque ya había conocido en anteriores elecciones, pero ellos no me conocían a mí. El 95 y este año (1997) para las (elecciones) nacionales hemos hecho una gran campaña en la ciudad El Alto, porque conocía algunas artimañas. Faltando casi cuatro meses para las elecciones yo empecé a organizar, invitando amigos, vecinos, hemos empezado la campaña y tenía respaldo de Jhonny Mendoza que era su mano derecha de la Chichi. Yo mismo posesionaba a todo el Comité Zonal, porque yo confiaba en esos compañeros, que han sido fieles al partido, por eso también conozco a todos los jefes del regional El Alto. Ahora nosotros pisamos fuerte en El Alto, el Domingo Flores, Choque, Apaza y Escobar y mi persona estamos juntos en la Prefectura. (Versión resumida de la entrevista informal con R. Colque, 10-11-97).
Los clientes burocráticos como trabajadores del partido (sean estos prebéndales o aspirantes) manifiestan pragmáticamente su actividad personal y grupal, mediante los servicios concretos de contraprestación adelantada. Podemos mencionar un conjunto actividades en las que se ven involucrados tanto clientes aspirantes como clientes por la prebenda, son pues como agentes de control político que aportan sus bienes personales y controlan a la base de clientela extendida. Los clientes aspirantes, en coordinación con los clientes prebéndales, se esfuerzan por distintos medios para inscribir a la mayor cantidad de simpatizantes: Organizan caminatas y marchas en coordinación con su patrón o jefe; son generalmente jefes zonales, miembros del consejo patriótico, del comités zonal o distrital; ofrecen sus casas para ser pintadas con los colores del partido, también sus vehículos para la campaña, con el objetivo de recomendarse y ganar la confianza del jefe, aunque la pintura o la gasolina suele proporcionarla el candidato. Los clientes por prebendas y los clientes aspirantes se organizan para ejercer una fuerte presión y control sobre los séquitos y electores constituidos en clientes: coordinan festivales y actos culturales con música autóctona, para crear un ambiente victorioso que se festeja con bebida, comida y sorteos. Este estilo de mercadeo político es característico de ADN, cuyos séquitos parecen más volátiles. Una táctica que se detectó en UCS fue la organización de clubes de madres por parte de clientes por la prebenda y clientes aspirantes, que distribuyen alimentos, servicios de salud y regalos diversos, para convertir a las señoras y sus familias en parte de su séquito. Los clientes burocráticos organizan a los delegados de mesa para el día de la elección, escogiendo a los más fieles y confiables dentro del séquito de clientes prebéndales y aspirantes. Todas estas actividades se realizan en forma de contraprestación, que se basa en la lógica de asegurar la oferta (o prestación) futura, que consistirá en cargos, obras públicas o acceso a
78
privilegios. Este tipo de transacción genera adhesiones fuertes, que estimulan a los clientes burocráticos a realizar sus propios aportes en beneficio del partido. De este modo el cliente ofrece apoyo general, incluyendo servicios personales a su jefe; y espera que estas actividades fortalezcan y reafirmen los lazos de amistad con el candidato o jefe específico políticamente fuerte, cuya protección y auspicio político resulta siempre importante. Es aquí donde se acentúa la proximidad y las relaciones cara a cara, como características de la relación entre candidato y cliente. Estas relaciones entre las partes tienen la función de legitimar y personalizar los lazos de clientela.
1.1. Algunas estrategias del cliente prebenda! Debemos destacar algunos elementos que son fundamentales en el momento de exigir los cumplimientos de la oferta. Los clientes por la prebenda estatal toman en cuenta que la etapa electoral es muy competitiva y además es un lugar apetecido por otros clientes correligionarios. Todos se basan en sus propias experiencias anteriores, en su sentido de oportunidad y "olfato", para seguir con el mismo jefe político o cambiar sus lealtades. Conocen algunos secretos que no siempre se preconizan durante la campaña, son formas estratégicas para conservar intactas las posibilidades, .porque son consabidas las limitaciones y conflictos para acceder a la sinecura, ya que la misma está condicionada por múltiples situaciones de convicción ideológica y política del partido. Algunas de estas estrategias de los clientes por prebendas pueden resumirse de la siguiente manera: preservar el canet de militancia y contabilizar el número de votos conseguidos; para mayor garantía es apetecible conseguir un padrino o amistad de confianza entre los dirigentes más poderosos del partido en la circunscripción. También acompañan a todas partes y no se desprenden del candidato porque otros clientes estarán a la espera para ganarle el puesto y hacerse conocer más con el jefe; intentan salir en todas las fotografías junto a los líderes de la circunscripción. Además, conocen la línea telefónica y dirección del jefe, para mantener permanente contacto y amistad, e intentar siempre ser jefe del comité distrital, zonal, consejo patriótico o comando zonal, lo que permite ratificar la lealtad política y mantener la relación permanente, y registran los dineros, casas o movilidades prestadas para la campaña, además de prestar los equipos de amplificación y animar a los electores para que se inscriban. Lo fundamental para el cliente es prestarle toda la colaboración al candidato, permanecer el mayor tiempo posible con él y ponerse a su disposición. Todas estas son contraprestaciones que se expresan bajo la forma típicamente simbólica de testimonios de gratitud, respeto hacia los candidatos y fidelidad, lo que legitima la subordinación del cliente prebenda!. Como ejemplo, Eusebio Copa militante del MNR, relata: "Yo soy antiguo militante, ya conozco como conseguir algún trabajo. Para eso hay que darse íntegro, para quedar muy bien con los jefes que tengan influencia por lo menos en el departamental. Hacerse anotar todo lo que prestas y no desprenderse de los candidatos y saber la línea telefónica de los jefes. Ahí mucha gente que piensa, participando en una sola campaña pueden asegurar algún trabajo, eso no es así". (Eusebio Copa 12-11-97).
Los elementos señalados adquieren aspectos valorativos en el momento de exigir pegas en la administración pública, porque constituyen condiciones mínimas que son tomadas en cuenta por el cliente prebenda!, quien tiene experiencias anteriores y méritos acumulados. Pero durante la campaña electoral, los séquitos no siempre están en condiciones de hacer valer estas estrategias y habilidades, y generalmente no consiguen ningún trabajo en el período post-electoral, lo que origina malestar, resignación o a veces indignación, aunque también una minoría accede a las pegas. Pero, en estos casos sigue siendo necesaria la mediación del cliente prebendal, que ha logrado una relación de confianza y lealtad, ya que el cliente prebendal no tiene capacidad de negociar directamente con el jefe. Cuando se esfuma la posibilidad de negociar con el cliente prebenal y jefe
79 político; el malestar puede transformarse en colectivo, y entonces se forman facciones, en busca de líderes alternos para desplazar del poder a la otra facción. En el período analizado, los conflictos entre estas facciones que agrupan a redes de clientes, han sido permanentes en los partidos durante la etapa post-electoral, ya que las escasas "pegas" son obtenidas sólo por los clientes que han logrado una relación de amistad y lealtad fuertes con el jefe departamental. 1.2. La contraprestación de séquitos prebéndales
Los séquitos se constituyen muchas veces en forma efímera, son adhesiones estimuladas por la oferta de bienes que se distribuyen por el partido durante la campaña electoral. Es por ello que Néstor Miranda considera a estos séquitos como clientes sumamente inestables, cuya conducta es volátil por la ausencia de vinculaciones de convicción política (Miranda 1977). Su participación electoral en determinado partido puede sufrir cambios radicales de elección a elección, si no logra recompensas satisfactorias de acuerdo a la expectativa creada por la oferta prebenda!. Su adhesión política no tiene ninguna formalidad ni definición ideológica, tampoco tiene redes de amistad política en el partido donde milita. Son séquitos que han sido articulados por la euforia de la oferta de bienes y subordinados a clientes burocráticos que les controlan; sus intereses están orientados por la perspectiva de acceder a prebendas concretas, a cambio de coadyuvar en la mejor distribución de la oferta y las negociaciones contractuales con los electores. La actividad política involucrada en la contraprestación de estos séquitos se puede resumir de la siguiente manera: Son clientes que pasan la noche pintando las calles y colando afiches, en lugares donde el candidato puede pasar y fijarse en el esfuerzo de sus clientes. Sacrifican sus fines de semana para dedicarse por entero al proselitismo político, ocupando calles y plazas para conseguir mayor cantidad de adherentes. (Esta actividad es fiscalizada y vigilada por los clientes burocráticos). Cuando se encuentran entre séquitos de distintos partidos, entran en trifulca callejera y suelen pintarse y repintarse los mismos espacios por efecto de la competencia. Los delegados de mesa salen por lo general del séquito prebenda!, y tienen la función de defender el voto en el momento del recuento, actividad que es fiscalizada por los clientes burocráticos. Algunos testimonios recogidos en la campaña de 1997 ilustran estos aspectos: Este año hemos trabajado con ADN, porque nunca pensaba militar en ese partido, una vez ha venido el Rene Colque a la cancha, él se ofreció comprar balón y camisetas de juego, nosotros hemos aceptado, de ahí nos pidió que participemos en la campaña, él se mostraba bastante optimista, mis amigos han aceptado, yo también. Como yo no tengo trabajo seguro, dije tal vez puede estar bien, porque yo había participado el 95, con el MIR, y no he conseguido nada, en vano perdí mi tiempo, nos hacían trabajar en las noches así pintando, pero el Rene se ha hecho un gran amigo de mi. Ahora estoy esperando algún trabajo, me dice el Rene, hay que esperar, poco a poco están botando dice a los emeneristas, sino, que se puede hacer. (Juan Torres, 13-13-97). Yo varias veces he sido militante en diferentes partidos, porque los jefes prometen todo. Este año hemos trabajado con Eulogio Ajpi, el es antiguo militante de UCS en esta zona, él ha hecho hacer esta plaza, cuando vivía todavía el Max Fernández. El Eulogio me dice: "Ven a la reunión, si no mándale a tu señora", varias veces me ha insistido y mi señora había ido, donde se había traído bañadores, algunos víveres más, de ahí yo me animé. Pero he visto los que han sido jefes distritales, sectoriales y zonales, entre ellos simplemente se pelean, los que han sido jefes sectoriales, a mi nadie quiere escucharme, tampoco les conozco a ninguno de los jefes regionales de El Alto (José Choquehuanca 20-10-97).
Los séquitos se transforman en clientes de un partido, porque sus actividades se orientan a incrementar el voto de intercambio. Aunque no tienen un papel de envergadura -más bien están subordinados a los clientes burocráticos-, su acción se constituye en importante en la medida en que coadyuva a la distribución de bienes de la oferta política, bajo el patrocinio del partido. Sin
80
embargo, durante la campaña electoral, estos séquitos se benefician de simples dádivas ofertadas ' por el candidato: coca, refresco, jarros, alimentos, etc. En la fase post electoral la posibilidad de apropiarse de alguna prebenda es incierta y casi nula. Por eso es que su participación como clientes es bastante efímera e inestable, y pueden ir de partido en partido, de proclamación en proclamación, persiguiendo alguna prestación que fluye desde arriba. Estas prestaciones suelen ser escasas y no alcanzan a satisfacer los requerimientos del séquito; el favor realizado no siempre reporta beneficios y por ello siembra incertidumbre y el desgarramiento de la frustración. Sin embargo, también puede ocurrir lo contrario, el séquito puede ser el espacio donde el partido recluta futuros clientes prebéndales, a los que retribuye con beneficios personales. Esto dependerá de la importancia política del barrio y de la magnitud de la victoria electoral alcanzada.
1.3. Las prestaciones de los partidos
Los patrones políticos como parte de la clase política dominante, condensan su poder en una cuantía queütTéxpresa tanto en lo económico, como en lo social, político e ideológico, y que funciona y es apropiada como capital. Este poder concentrado constituye el marco simbólico para el potencial despliegue de prestaciones disponibles durante la campaña. Sin duda, los partidos en su interior, tienen relaciones jerárquicas establecidas, donde cada miembro por general es reconocido de acuerdo a su antigüedad y su capacidad de liderazgo carismático que determina su lugar específico. Durante la campaña electoral se reestructura la relación jerárquica con el despliegue de prestaciones, con el fin de reorganizar a los clientes burocráticos, que son importantes como intermediarios en la consolidación de prácticas clientelares. En todo caso, se utilizan todos los recursos necesarios para cautivar a los ciudadanos electores que están indecisos muchas veces. Estas acciones son acompañados por discursos políticos pero también por procedimientos tácitos que involucran negociación, oferta política simple y abierta. Cada uno de estos elementos se hace posible por el patrocinio del partido, en un mercado político de múltiples técnicas de seducción que se pone en marcha para obtener el mayor números de votos. Los partidos despliegan una enorme cuantía de oferta política, bajo la forma de bienes destinados a alinear la lealtad de los clientes burocráticos y sus séquitos. Se trata de prestaciones de bienes y servicios que son innumerables y variadas, desde cursos de repostería, coca, sandwiches, ollas, jarros, comida, servicio médico gratuito, artículos de primera necesidad, dinero para gasolina, afiches, banderas, pintura, lentes, refresco, té, becas escolares, etc. Estas prebendas son proporcionadas por los jefes políticos a los clientes burocráticos, que se benefician por la actividad política que desarrollan como trabajadores del partido. Son pues relaciones de clientela de arreglo jerárquico, que generan lazos de control y dependencia. Para Auyero, estas relaciones constituyen una estructura de dominación, en franca oposición al reconocimiento mutuo de igualdad y cooperación, pues no caben relaciones horizontales por la existencia del intercambio desigual. Sin embargo, la relación social de clientela implica un reconocimiento recíproco entre los actores, que se organizan de acuerdo a la experiencia adquirida, basada en el conocimiento cara a cara entre los
\ agentes (Auyero 1996: 6). En este sentido, la oferta de la prebenda juega un papel importante para [consolidar los lazos de clientela, por lo menos entre los dirigentes políticos y clientes burocráticos. ~Ya en la fase post-electoral, los candidatos que son electos como diputados constituyen el epicentro de múltiples presiones y también de una peregrinación tediosa para los séquitos prebéndales. Porque cada diputado uninominal encarna una carta de recomendación probable, en la esperanza de acceder parcialmente a los objetivos por los cuales había subalternizado su conducta. En efecto, los clientes burocráticos tienen mejores opciones para constituirse en funcionarios públicos, lo que no ocurre con los séquitos; éstos dependen de la mediación de los clientes aspirantes y de su capacidad por obtener la "pega" en la fase post-electoral.
/Cuando los clientes burocráticos acceden al empleo buscado, éste se percibe como una prestación
81
del patrón político, y se apropia como beneficio personal por los servicios prestados. Para el cliente, constituirse como funcionario representa una prestación legítima por los servicios hechos durante la campaña, donde ha ofrecido prebendas de múltiples dimensiones a los ciudadanos electores, para que voten en favor de su partido. Sin embargo, como se verá en el siguiente testimonio, con frecuencia se percibe que la retribución es desproporcionada al esfuerzo realizado, ya que no existe ninguna garantía del cumplimiento a los ciudadanos cuando se trata de oferta política simple. Nosotros hemos trabajado intensamente, no somos militantes de éstos años nomás. Casi 20 años soy militante conocida, por eso nosotros presionamos a los jefes que nos dé un trabajo, tenemos derecho, y a duras penas estamos logrando nuestro objetivo, hay que pelear mucho, porque nosotros hemos hecho el gran esfuerzo, dejando nuestras familias, inclusive hemos hecho aportes voluntarios. La gente que aparece por primera vez en la campaña, no puede tener los mismos derechos que nosotros (Luisa Fernández, 24-12-97).
Estas prácticas de otorgar sinecuras están fuertemente impregnadas en la cultura política patrimonialista. Son lazos de relación clientelista establecidos por la oferta política, que implican obligaciones de lealtad entre las partes. Son condiciones básicas para que pueda mantenerse esa confianza; aunque su credibilidad ha mermado en términos de capacidad de absorción en el último tiempo. En la coyuntura democrática y debido a las medidas del ajuste estructural, los espacios abiertos a la apropiación de cargos en la burocracia se han achicado; no todos pueden constituirse en funcionarios públicos, por más que hayan hecho inversiones políticas en la fase electoral. En' esos casos entran en vigor otras prestaciones indirectas, nos referimos al llamado "tráfico de influencias", el influjo sobre las decisiones públicas, que busca beneficiar el interés privado.
El tráfico de influencias aún no tiene primacía, es mucho más sutil, de múltiples rostros, y funciona encubiertamente. Puede tratarse de nuevas formas de prestación como favor político y está asociado con el incremento de la corrupción. Son ofertas de ayuda político-legal que manipulan cuestiones normativas en diferentes instancias de la administración pública; lo importante es la adhesión partidaria, que permite lograr beneficios particulares. Podríamos citar muchos ejemplos, como el de la Sra. Ruth Bacarreza concejal del MIR en 1999, que se apropia de los terrenos baldíos de ENFE en la Ceja en 1990 y logra legalizarlos gracias a su influencia política, para luego venderlos. Ruth Bacarreza fue vendedora de flores en el Mercado Unión Progreso de la Ceja, y había participado desde 1987 como militante del MIR en la campaña. Para las elecciones municipales de 1995, la Asociación de Comerciantes de este Mercado se dividió en dos debido a los manejos de esta señora: el grueso de las vendedoras se identificó con CONDEPA, y el resto con el MIR. Antes bien unido estaba el mercado, ahora estamos divididos, la división del mercado viene desde el 95.Este mercado no tiene papeles en orden, la Sra. Ruth Bacarreza el 95 nos quería sacar dinero "necesito plata" diciendo, hay que pagar a los abogados, ella así nomás este terreno se apropiado y ha vendido todo esto, es que ella tiene influencia, con la política se ha metido. También hay un sector de dirigentes que son militantes de CONDEPA, el problema quieren resolver mediante la Alcaldía. Al final hasta nosotros mismos ya no sabemos a quién creer ni apoyar, los dirigentes nos quieren manejar políticamente, entre ellos harto pelean los dirigentes, nosotros como base exigimos simplemente que tengamos puestos que sean de nosotras (S.G., gremialista de base 12-5-97). Yo era jefe del distrito y muchas veces hemos conversado con Raúl Maldonado, él siempre me decía: "Tienes que esperar, recién están sacando a los militantes del MNR". Entonces yo no puedo estar mendigando cada día, más bien yo dije: "Que me ayuden en los estrados judiciales, donde vengo sosteniendo un juicio hace dos años". Tengo problemas en la propiedad de terreno en Cosmos 79,
hasta el momento están poniendo los buenos oficios, porque yo soy un antiguo militante de ADN, a mí me conocen los jefes departamentales. (E. C. militante antiguo de ADN. 5-1-97).
82 Estas prestaciones han sido posibles con clientes prebéndales que establecieron una relación con personas claves en el gobierno municipal y gobierno central, eran políticos que tenían capacidad de influencia en las decisiones políticas. Este tipo de prestaciones no pueden darse con cualquiera de los clientes, ya que se requiere de un alto nivel de confianza y lealtad política probada en varias campañas electorales. Estas prestaciones pueden considerarse como alternativas, ante la dificultad de satisfacer en cargos, que sigue siendo la modalidad más codiciada. .2. La oferta política hacia los clientes aspirantes Como hemos señalado, en el mercado político los partidos despliegan todo tipo de estrategias para lograr mayor cantidad de votos que son importantes para negociar en el gran mercado político. En esa competencia entre partidos, los actores sociales han sido fuertemente politizados por intromisión de clientes prebéndales y por la cooptación de los dirigentes vecinales y su conversión en clientes aspirantes, como seguidores de los partidos políticos; en los hechos eran dirigentes disfrazados que funcionaban ambiguamente en un doble discurso, de acuerdo a las circunstancias políticas. Su adhesión partidaria resultó difícil de determinar con precisión, porque funciona muy encubiertamente como supuestos dirigentes legítimos en las organizaciones de base5'. Este tipo de liderazgo barrial o gremial surge bajo intereses pragmáticos que ofertan los políticos. El dirigente muchas veces es cooptado por el partido y también se adhiere voluntariamente por necesidades específicas, que es posible satisfacer mediante la filiación partidaria. Para ello podemos recapitular rápidamente, lo que señalamos en el capítulo 5, acerca de la capacidad de acción de FEJUVE durante la década de los años 80, donde su participación fue generosa en favor de la restitución democrática, pero también continuó en el gobierno de la UDP con una proliferación de acciones colectivas en demanda de mejorar los servicios básicos de la urbe alteña. En los años 90, la consolidación del sistema clientelar como sustituto de las mediaciones democráticas, hace que la organización vecinal comience a desgarrarse lentamente. Previo a las consultas electorales, los dirigentes barriales, gremiales o sindicales, son cooptados por los partidos. Asimismo, al acercarse la campaña se hace visible en los congresos y eventos de estas instituciones, la infiltración de clientes aspirantes y la cooptación de los dirigentes, lo que se hace visible cuando pugnan para ser candidatos. La situación descrita se hizo explícita para la elección municipal de 1989; las condiciones estaban dadas para el funcionamiento de un mercado político de intensa oferta política y contraprestación en términos de reciprocidad que se manifiesta en formas sutiles. La configuración se acentúa en la COR y FEJUVE, las organizaciones más relevantes de la urbe alteña. En esa elección, los clientes aspirantes aparecen como candidatos para concejales: Freddy Baptista por el MNR y Lucio Mendoza por la ID (Izquierda Unida), ambos son dirigentes de la Central Obrera Regional (COR), así como Gregorio Blanco de VR-9 (Vanguardia Revolucionaria 9 de abril). También figuran como candidatos Jorge y Santos Nina, dirigentes de FEJUVE y militantes de UCS. Sin embargo, en una Asamblea de Juntas Vecinales decidieron pedir a los candidatos postulantes a concejales, que renuncien a los cargos que desempeñaban en la organizaciones populares. La decisión fue tomada a fin de que los dirigentes que candidatean no utilicen a la Federación ni a las Juntas Vecinales en sus campañas proselitistas (Presencia, 31-10-1989, p. 12). Esto nos muestra que los partidos empiezan a constituir clientes aspirantes en la estructura orgánica de FEJUVE y la COR, mediante ofertas que consisten en la posibilidad de ser candidatos. Puede considerarse esta oferta como un reconocimiento a la lealtad política demostrada durante la gestión 59
Para Gerardo Berthin Siles y Ernesto Yánez (1999) las organizaciones relevantes están penetradas por los partidos políticos y divididas en varias fracciones como espacios de control político. Pero no dice cómo se infiltran los partidos en las organizaciones.
83 como dirigente, que está vinculada a múltiples factores de neutralización como ser: en los paros, huelgas, bloqueos y otro tipo de presiones y movilizaciones populares. Pero también pueden recurrir a estrategias de negociación, tomando posiciones flexibles ante decisiones políticas municipales que favorecen a sus intereses o los de sus dirigentes. Es importante la lealtad de los clientes como contraprestación, que propicia las condiciones de apropiarse de la prebenda que es ofertada subrepticiamente por los partidos. Es un mercado político que viene desarrollando estrategias de infiltración en las organizaciones populares, sobre mecanismos de cooptación de líderes barriales o laborales, que se constituyen en clientes aspirantes; muchas veces enfrentados entre ellos mismos por ganar adherentes en la base. Para las elecciones municipales de 1991, la cooptación de dirigentes convertidos en clientes aspirantes se hizo cada vez más visible. El mecanismo consistía en que el cliente aspirante debía mantener buenas relaciones de amistad con los jefes regionales del partido en El Alto y con los clientes prebéndales que influyen muchas veces en su designación como candidato. En ese sentido será importante contar con una red de conexiones sociales dentro de la institución a la que pertenece y fuera de ella, lo que allanará el camino para que sea candidato. Son acciones de contraprestación que prepara el terreno para cumplir objetivos personales o grupales de apropiarse de la prebenda, lo cual se podría demostrar en casi todas las elecciones. Durante la febril actividad electoral de 1991, son varios los clientes aspirantes que figuran como candidatos a concejales; estamos hablando de Hugo Pacosillo y Hugo Galarreta, de UCS y Adolfo Chávez de la IU. Hugo Pacosillo era presidente de FEJUVE, pero desde el momento en que se oficializó su candidatura por UCS, los dirigentes de base le exigieron la renuncia a su cargo, amenazándolo con la "expulsión ignominiosa", por haber infringido el Estatuto Orgánico de la Federación de Juntas Vecinales (Presencia, 10-10-91, P.6). Al aparecer como candidatos, puede pensarse que los dirigentes se están apropiando de la prebenda ofertada aunque esto siempre puede quedar en la incertidumbre para el propio cliente aspirante. Son decisiones que dependen de muchos factores de lealtad anticipada y de las relaciones sociales establecidas durante la gestión como dirigente vecinal, ya sea adoptando una conducta crítica o de flexibilidad con el gobierno municipal. Algunos dirigentes cuando llegan a FEJUVE se convierten en políticos, están negociando su candidatura, todo con el partido y se pelean entre ellos, todo, porque viene desde arriba quién va ser candidato, qué van a hacer (Ex dirigente de FEJUVE 09-12-97).
Cuando los vecinos acceden como dirigentes a la institución vecinal, la oferta de diversos bienes esta siempre latente, y cuando se concreta asume rasgos de distribución personalizada de favores en función de la candidatura, que logrará la obtención de apoyo y lealtad política, lo que implica conflictos de funciones, como dirigente vecinal y como político, que se expresaron muchas veces en un doble discurso. Como está clara la enorme importancia de llegar a FEJUVE como dirigente, su mecanismo de acceso se ha transformado en una fuerte lucha política digitada por los propios partidos de manera indirecta. Esta disputa ardiente se expresó en 1992, en el congreso ordinario donde se divide la institución vecinal y la Federación de Gremiales, que llegaron a atravesar una insólita y hasta peligrosa atomización. Esta división nace del congreso ordinario en Abril de 1992; como señala Pérez, tanto CONDEPA como UCS'y el Acuerdo Patriótico (ADN-MIR) intentan controlar la comisión de poderes, aglutinando a los dirigentes vecinales que se dividen en dos tendencias, la una controlada por UCS y el AP, y una directiva paralela en manos de CONDEPA, que intenta controlar la oposición de los otros dos (Pérez y Anze 1992:18). Es la escaramuza entre clientes aspirantes que pertenecen a diferentes partidos, muestra que todos buscaron controlar la estructura orgánica mediante la manipulación de las bases. Esta acción tuvo tácito patrocinio político, ya que el grueso sector de los congresistas que asistieron al evento fueron seducidos y comprados con diferentes ofertas de alimentos y bebidas, para volcar su opinión en favor de determinado cliente aspirante.
84 Algunos episodios narrados por Pérez y Anze, sobre la base de testimonios y fuentes periodísticas, así como testimonios recogidos por nosotros, nos muestran esta dinámica de conflictos faccionales: Por su parte Freddy Acho revela que durante los días del congreso de FEJUVE, los delegados de las diferentes juntas vecinales de El Alto, recibieron de los partidos (UCS y AP) comidas, bebidas y otras cosas más, que se necesitan en un evento. Acho agregó que en las primeras horas de ayer Lunes terminó el congreso con la división entre dirigentes vecinales. (Pérez y Anze 1995, p. 43). En abril del 92 la Federación ha sido dividida, porque los militantes de AP y UCS han politizado el congreso. Nosotros, por lo tanto hemos abandonado el congreso, casi más de 180 juntas vecinales también han tomado la misma decisión. Nosotros teníamos un gran respaldo de las bases para reorganizar el congreso, así hemos hecho. Por tanto, nuestra Federación ha sido reconocida por el CONALJUVE, pero teníamos muchos problemas con los dirigentes, por eso decidimos reunificar la Federación (O. M. ex-dirigente de FEJUVE y militante de CONDEPA, 14-7-97). Hemos confirmado lo sucedido en el congreso, a través de entrevistas realizadas a diferentes informantes en El Alto. El responsable de Presencia en El Alto, que cubrió los detalles del conflicto, nos relataba lo siguiente: [El año 92] CONDEPA ha desplegado una gran prebenda para los congresistas, alquilando un local llamado "Chacaltaya"; todos los gastos corrían bajo el nombre del Alcalde. Hasta el momento no han cancelado completamente por los consumos (Entrevista Juli o Mamani 2-2-97).
En algunas juntas vecinales, la división provocó actitudes pragmáticas, como el "distribuirse" en ambos bandos con e! fin de mantener el acceso al aparato municipal y a sus decisiones: Cuando se dividió FEJUVE, por la presión de los partidos, los dirigentes de esta zona también nos hemos dividido, para distribuirnos en ambos congresos, ya que teníamos en juego un importante trámite que realizar a través de FEJUVE y no podíamos dar espalda a ninguna de las tendencias en pugna (Dirigente de Villa Pacajes, Cit. por Rosario Anze 1995, p.42).
Fue una de las más claras divisiones que se ha dado en la organización matriz, como consecuencia de que los clientes aspirantes adeptos a cada uno de los partidos buscaban controlar estos espacios sociales, con el fin de recibir la oferta sutil de los partidos acuerdo a la contraprestación adelantada. Como en el mercado político se ofertan los favores y bienes materiales relacionados con necesidades barriales, la organización vecinal no fue eximida como espacio de control efectivo y manipulación política. Estos controles resultaron cada vez más difíciles de ejercer en condiciones de hegemonía sobre los espacios gremiales y vecinales, puesto que cada uno de los actores políticos compite ferozmente y despliega sus intereses subyacentes de cooptar a los líderes barriales para convertirlos en meros clientes. Hasta los propios clientes pueden mostrar que comparten los objetivos políticos del patrón, con el fin de recibir alguna recompensa material como beneficio personal por las acciones desarrolladas cuando son dirigentes. En las elecciones nacionales de 1993, participan como candidatos Alfredo Romero 60 y Lucio Mendoza61, de las filas de FEJUVE y la COR respectivamente. Estos dos dirigentes han sido diputados por MNR, en calidad de titular y suplente, a pesar de existir resoluciones que prohiben terminantemente la utilización de la organización cívica y laboral para fines proselitistas. En ambos casos, se notaba la capacidad de influencia dentro de la estructura orgánica de los gremios, teniendo opciones para anular cualquier decisión institucional asumida. Uno de ellos justificaba casi con 60
Alfredo Romero fue dirigente de la Federación de Juntas Vecinales y luego diputado por el MNR, entre 1993 y 1997, Romero fue candidato nuevamente para diputado uninominal en la circunscripción 15, pero no tuvo ningún éxito político a pesar de las ofertas desplegadas. Lucio Mendoza fue secretario ejecutivo de la Central Obrera Regional y después fue concejal por la Izquierda Unida hasta 1991 y vuelve nuevamente como secretario ejecutivo, hasta que en 1993 se postula como candidato suplente por el MNR y llega a ser diputado hasta 1997.
85 cinismo la oferta recibida cuando era dirigente: Cuando uno es dirigente, se da cuenta que nadie paga, por eso muchas veces somos tentados por algún partido, sino de qué va vivir uno (Ex-dirigente de FEJUVE 24-5-97). La invitación ha llegado directamente desde jefe departamental y nosotros como militantes hemos apoyado, porque han cumplido como dirigentes criticando duramente muchas veces al alcalde, sino no hace nada. Por eso ellos han sido candidatos (Militante de MNR 11-10-97).
El que los clientes aspirantes sean dirigentes de las instituciones no es una condición suficiente para asegurarse la oferta como candidatos, esto depende mucho de los jefes departamentales, que deciden y definen en última instancia, como muestran los testimonios de los propios clientes prebéndales. Por eso, en muchas ocasiones los clientes no pueden asegurarse nada, y se mueven en la permanente ¡ncertidumbre. En este sentido son proclives a cambiar de línea política de acuerdo a la oferta de los partidos que buscan su lealtad. Pero estas ofertas aparecen como posibilidad sólo cuando son dirigentes en las instituciones laborales y vecinales. Por eso, para los clientes y líderes barriales los congresos ordinarios son importantes para llegar a la cúpula de FEJUVE, esto se muestra claramente en el octavo congreso ordinario de FEJUVE El Alto. En este evento, sale elegido como presidente de dicha organización matriz Osear Michel. A partir de 1993 CONDEPA, consigue tener una gran influencia dentro de las instituciones vecinales y laborales, y se hace visible la pérdida de fuerza política de los partidos tradicionales, que son desplazados por clientes que antes no habían tenido una gravitación institucional. Los clientes aspirantes identificados con CONDEPA acrecentaron su capacidad de anular las resoluciones y decisiones que pudieran desestabilizar la gestión de ese partido en el municipio. Esto se logró mediante el control de los niveles ejecutivos de las organizaciones gremiales y vecinales. Esta infiltración fue ostensible en los candidatos a concejales por CONDEPA, por ejemplo en el caso de Teófilo Huayta y Freddy Baptista, dirigentes de la Central Obrera Regional. Cabe hacer notar que esto no originó ninguna acción de censura en las propias organizaciones. También por el MNR se postularon Martín Vásquez y Ronald Terceros, dirigentes de FEJUVE. A su vez, ADN catapultó a sus clientes aspirantes, Miguel Flores y Felisa Titirico, dirigentes de la organización vecinal62. Los partidos que tienen predominio en el control de clientelas en las organizaciones vecinales o gremiales, al parecer no enfrentaron mayores dificultades en el momento de oficializar sus candidatos a concejales. Como señalamos más adelante, lo importante para los clientes y líderes es llegar como dirigentes máximos a la cúpula de las instituciones para recibir alguna oferta de los partidos. I Desde 1993 venimos aprobando votos resolutivos, que prohiben la postulación como candidatos sin previa renuncia a su cargo. Lamentablemente los dirigentes no han respetado, porque parece que se apoyan en militantes del partido, y en el noveno congreso nosotros vamos a exigir como dirigentes de base, la modificación del Estatuto Orgánico de la Federación, para frenar la postulación de los dirigentes, porque debilita a la organización vecinal. Cuando están como dirigentes en FEJUVE creo se abren muchas posibilidades para conseguir pegas en la alcaldía, terrenos, influencias y todo; nosotros no queremos ese tipo de dirigentes, un día dicen que esta haciendo obras y otros niegan esto así no más (Ex-dirigente de Caluyo, 14-6-97).
Como se pudo constatar los votos resolutivos no fueron suficientes para restituir la visión cívica de la institución. Pudieron más las prebendas para hacer funcionar a la organización de otra forma: politizada, subordinada al interés partidario y ambivalente. Este dilema de la organización vecinal viene justamente del papel que jugaron los clientes como dirigentes que están aliados con distintos 62
Julio Mamani destaca la intromisión de los partidos políticos que afectan a las organizaciones populares de El Alto "Las organizaciones de El Alto se convirtieron en las escaleras políticas", PRESENCIA, 5-10-95, P.2.
86 partidos. Uno puedo estar contra el alcalde y otro a favor del alcalde, esta situación se vuelve el telón de fondo de un conflicto permanente, que se refleja hasta en los propios periódicos cuando la institución está controlada por diferentes partidos. Los clientes que están contra el alcalde, suelen actuar como verdaderos dirigentes para criticar toda las veces que sea necesario, estimulando movilizaciones vecinales y marchas, y criticando los actos prebéndales de la alcaldía. Sin embargo los clientes identificados con CONDEPA asumen actitudes flexibles, proclives a procesos de negociación y hasta elogio al municipio por los eficientes desempeños del alcalde. Todos estos aspectos son considerados cuando los clientes aspirantes se catapultan como candidatos, por ejemplo en las elecciones municipales de 1995, varios clientes aspirantes advenedizos se postulan, nos referimos a David Foronda, dirigente vecinal de Iro. de Mayo; Jorge Cussi dirigente de FEJUVE y Andrés Gutiérrez dirigente de la COR 63. Estas candidaturas estuvieron vinculadas con la lealtad política demostrada, aunque ésta no era nada explícita, sino que operaba encubiertamente para asegurar la prebenda ofertada. Cuando era dirigente, he visto que algunos dirigentes están bien identificados con CONDEPA, yo decía parecen ya funcionarios de la alcaldía, después son ya candidatos y hasta pega todo consiguen para sus familiares, de ahi ya no dicen nada. No importaba tanto si la alcaldía esta cumpliendo con su obligación (Ex dirigente de FEJU VE 29-09-97).
Para los clientes, el constituirse en dirigentes de la organización vecinal les coloca en situación de cierto poder para negociar las ofertas que fluyen desde arriba. Esta situación muchas veces genera conflictos entre los propios adherentes durante la distribución personalizada de prebendas, que no alcanza ni puede contentar a todos64. Por eso algunos congresistas abandonan las sesiones en forma menos notoria, porque han aprendido a ser cautos, simplemente se alejan con sigilo porque saben que quizá tengan que volver cuando no encuentran ofertas en otros partidos. Cuando son dirigentes rondan las ofertas pero suelen ser escasas, todos quieren acceder a sinecuras o privilegios, de ahí nace el padrinazgo político. Por eso, en los años 90 se ha hecho "normal" observar disputas feroces entre los clientes aspirantes para constituirse en dirigentes. Este fenómeno ocurrió en enero de 1996, en el Noveno Congreso Ordinario de FEJUVE, donde fue visible la disputa entre clientes aspirantes para controlar el nuevo comité ejecutivo, provocando la desaparición de credenciales por parte de algunos clientes65. Los dirigentes que pudimos catalogar como "clientes aspirantes" fueron Hernán Calderón, Pastor Manzano, Salomón Michel, Walter Uriarte, Rafael Llusco, Julián Torrico, Alberto Paucara, todos de tendencia Condepista, también Irineo Espinoza, Fermín Valencia, Rigoberto Hurtado, Ignacio Gonzales y José Nacho, del MIR; además de Benjamín Cáceres, Maruja Romero y Petrona Ojeda, del MNR. En medio de maniobras para influir en los congresistas, el nuevo Comité Ejecutivo de FEJUVE quedó bajo el control de clientes aspirantes de CONDEPA y el MIR. Este hecho fue ilustrado también por la prensa '. Los candidatos a concejales se pueden ver en la lista oficial. "Candidatos a concejales por El Alto", PRESENCIA, 3-12-1995, 2da. Sección p.7. 64 También los dirigentes recibieron dinero y créditos como oferta. Este hecho se refleja en el periódico PRESENCIA, que publica la lista de deudores de dineros municipales a la Oficialía Mayor Administrativo Financiera de la Alcaldía de El Alto, donde figuran muchos dirigentes vecinales entre los 237 funcionarios deudores. "Alcaldía de El Alto era un banco de préstamos", PRESENCIA, 27-11-1996, P. 1. 65 El noveno congreso de la Federación de Juntas Vecinales fue declarado en cuarto intermedio, por las irregularidades que se habían presentado en la habilitación de los delegados. Al destaparse el escándalo se descubren irregularidades: presencia de dirigentes cesantes de la Federación, entrega de credenciales sólo a los delegados identificados con Condepa, etc.. Además, la Comisión de Poderes denunció la desaparición de 200 credenciales. "Congreso de FEJUVE fue declarado en cuarto intermedio por irregularidades", PRESENCIA, 9-1-96, p. 4. 66'. "La FEJUVE tiene nuevo directorio donde mandan CONDEPA y el MIR", DIARIO, 17-1-1996, P.l 1.
87 El control de la institución cívica por los clientes abre la posibilidad de recibir la oferta prebenda!. Así por ejemplo, Osear Michel, Jorge Cussi y Hugo Orosco67, como ex dirigentes de FEJUVE acceden a cargos, como una asignación que se otorga en calidad de recompensa por el cumplimiento de funciones como clientes aspirantes cuando eran dirigentes en FEJUVE 68. Ese cargo en la alcaldía, estuvo vinculado a la fidelidad personal que reconoce el patrón político, son seguidores subordinados que se convierten en comensales cada vez más dependientes de la exigencia de compensación por parte de los clientes burocráticos. Pero son ofertas cualitativamente escasas para estas clientelas infiltradas en el organismo vecinal lo que se hizo explícito en la elección nacional de 1997. Estos clientes desde esos espacios fortalecen su poderío como dirigentes vecinales para captar más votos, asumiendo acciones polémicas con sus rivales adversarios políticos: la difamación, insultos, amenaza, denuncia de corrupción. Son procedimientos colaterales en aras de la victoria, donde cada uno busca legitimarse como crítico, cuando en realidad son clientes disfrazados de dirigentes. Por ejemplo, Simón Gutiérrez, Secretario Ejecutivo de la COR e Irineo Espinoza, dirigente de FEJUVE, fueron candidatos por el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria. Otro dirigente de FEJUVE. Benjamín Cáceres fue también candidato suplente por el MNR en la circunscripción 15 y el Walter Uriarte fue jefe de campaña en la circunscripción de Claudio Loza, hermano de la candidata presidencial de CONDEPA. La cooptación de dirigentes y su conversión en candidatos es una de las ofertas implícitas que ha adquirido en los últimos tiempos una notoriedad insólita en la urbe alteña, creando fuertes tensiones entre clientes aspirantes en la institución vecinal. En los últimos años de la década de 1990, las prestaciones incluían la designación a consejerías departamentales, una nueva instancia surgida de la Ley de Descentralización Administrativa. Así, el presidente de FEJUVE Hernán Calderón fue elegido consejero departamental, a propuesta de los concejales municipales de CONDEPA. Estas eran ofertas concretas que reconoció el partido por la actividad desarrollada como funcionario del partido, y por su trayectoria desde la organización vecinal como máximo dirigente. Este nombramiento, si bien puede acercar la estructura gremial y vecinal a los espacios donde se toman las decisiones, también produce críticas por las juntas vecinales de base, y fisuras inevitables en la clientela de CONDEPA, porque quedan muchos otros sin recibir ninguna recompensa en favores o ayudas políticas. Es la distribución personalizada de la prebenda recibida por Hernán Calderón, que lo compromete claramente con el partido, lo que origina la sutil restructuración de las clientelas en la organización vecinal, y él y todo su grupo acaban siendo aislados. La tensión interna estalla en noviembre de 1997, cuando se produce el incremento del impuesto a los bienes inmuebles en la ciudad de El Alto. Ese conflicto fue aprovechado por el MIR para recuperar fuerzas a través de sus clientes aspirantes, que lograron expulsar a las clientelas de CONDEPA de la institución vecinal con el apoyo de los vecinos movilizados. Sólo algunos clientes adeptos a CONDEPA que no recibieron recompensa material, optaron por refugiarse en la También Presencia destaca la elección de Hernán Calderón apoyado por los delegados dirigidos por Conciencia de Patria, además del copamiento de los otros cargos en el directorio por adherentes del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR). El congreso se caracterizó por la clara intromisión de militantes de CONDEPA, entidad que utilizó a funcionarios municipales y ex candidatos a concejales para influir en la elección de representantes al Congreso. "Concluyó ayer en la madrugada el congreso de las juntas vecinales con la elección de una nueva directiva copada por Condepa y el MIR'', PRESENCIA, 16-1-96, 2da. Sección p.4. 67 Benjamín Cáceres dirigente de FEJUVE criticó duramente a los ex dirigentes que culminaron sus mandatos y ocuparon cargos en la Alcaldía municipal. "Las organizaciones no deben ser utilizadas para conseguir cargos", PRESENCIA, 12-2-96, p. 4. 68 También se pudo observar lo contrario, algunos dirigentes pueden presionar a la alcaldía pidiendo "pegas", es el caso de Jorge Paredes dirigente Gremial que exige 12 cargos en la Dirección de Bienes Municipales. En 1998 Jorge Paredes era secretario ejecutivo de la COR, fue elegido en el segundo congreso ordinario de dicha institución laboral. Era un cliente aspirante identificado con CONDEPA. "Denuncian que las organizaciones siguen pidiendo cuotas de poder", PRESENCIA, 2-2-96, P.4.
88
organización vecinal, apoyando pasivamente las movilizaciones vecinales que cercan a la alcaldía municipal durante siete horas. Los clientes identificados con otros partidos se pusieron a la cabeza de la movilización vecinal, como fieles defensores de los intereses áltenos; tomando acciones radicales y precipitando la huelga de hambre que exigía la renuncia del alcalde Alberto Jiménez y la revocatoria total de las medidas antipopulares de política económica. En ese conflicto social los clientes de CONDEPA actuaron desarticulados, cada cual tomó el camino más adecuado para no quedar fuera de la institución vecinal. Pero los clientes que se identificaron abiertamente con el partido, fueron expulsados. Por su lado, los clientes aspirantes y prebéndales del MIR, MNR y UCS estimularon la movilización más radical; divulgaron los malos manejos económicos de la alcaldía, la corrupción generalizada, el prebendalismo, nepotismo, los jugosos sueldos de algunos dirigentes, etc. para deslegitimar la gestión de CONDEPA en el municipio y así cobrar la notoriedad como dirigentes legítimos que buscan ampliar su influencia en la organización vecinal. Algunos dirigentes de la Federación han intentado detener la movilización, el pasado sábado no aparecieron por las oficinas de FEJUVE, donde tenían que dar un monto de dinero para fletar amplificadoras que ayuden a convocar a los vecinos áltenos y además habían firmado algunos acuerdos con el Alcalde, a espaldas de los vecinos. Por eso nosotros hemos decidido expulsar a los dirigentes traidores que no cooperan en nada con los vecinos, más bien perjudican nuestros objetivos. Es verdad, algunos dirigentes se han declarado en huelga de hambre, y algunos creo se han aprovechado de la movilización vecinal políticamente. (Dirigente de Caluyo 27-11-97).
El conflicto desatado permitió copar lentamente la estructura orgánica vecinal por clientes aspirantes identificados con el MIR, mermando la capacidad de influencia de CONDEPA, que en su calidad de partido oficialista había transado con la promulgación de medidas antipopulares 69. Como señalamos anteriormente, esto terminó disolviendo a su clientela, que quedó sin capacidad de negociación directa con la alcaldía municipal. Estos son las características conflictivas del desplazamiento entre clientes como potenciales receptores de oferta política, en un mercado político donde resulta difícil el control exclusivo de un partido sobre las cúpulas de las organizaciones vecinales. Estos conflictos sociales desatan abruptos cambios, desbaratando rápidamente los pactos y transacciones clientelares previos cuando se llega al nivel del cliente específico, aunque en forma conjunta se dibujan tendencias al desplazamiento político que repercuten también en el gran mercado, lo que se plasmó en las elecciones del 2002. Esta inestabilidad puede ser una de las limitaciones de clientelismo en un mercado político en expansión, donde cada vez se requiere mayor volumen de prebendas para mantener contentos a todos los adeptos. Además, la movilización vecinal ha sido históricamente fuerte, y continúa siéndolo cuando se ven afectados sus intereses. En algunas coyunturas, esta movilización ha rebasado fácilmente a los clientes que buscaban la mediación con la alcaldía, ya que su papel neutralizador no fue suficiente al existir otros clientes que buscaban legitimarse con los vecinos mediante acciones opositoras. Por otra parte, los intensos cabildeos entre clientes aspirantes, para ocupar cargos jerárquicos en la institución vecinal, nuevamente se corroboran en el Décimo Congreso Ordinario de la Federación de Juntas Vecinales de la urbe alteña, realizado entre 13 y 15 de Febrero de 1998. Fue un evento de carácter inédito, donde la lucha política estuvo marcada por dos bloques sumamente polarizados: una de las corrientes estaba encabezada por clientes aspirantes del MIR y ex candidatos, cuya acción se fortalece con la progresiva fusión con otros clientes, nos referimos a los de ADN, MNR y UCS70. Toda la maniobra estuvo destinada a impedir que los clientes de CONDEPA se hagan cargo del nuevo Comité Ejecutivo71. La división surge cuando la comisión de poderes declara la . Posteriormente el MIR correría la misma suerte. 70
También esta situación fue cubierta por PRESENCIA, revelando el bloque anticondepista que intentó controlar FEJUVE "Mega quiere controlar FEJUVE", PRESENCIA, 15-2-98, p.10. . Roberto Becerra, Irineo Espinoza y Fermín Valencia, del MIR hacen circular invitaciones para asistir a!
89 suspensión de la sesión. La comisión estuvo controlada por el "Bloque de Poder Vecinal" que reúne al M1R, ADN, UCS y el MNR y había logrado tres representantes en la Comisión de Poderes, frente a CONDEPA que sólo tenía dos. Por tanto, los tres miembros de la comisión identificados con el MIR, deciden la suspensión del congreso, con el fin de armar mejor sus "amarres" con los dirigentes de base. La decisión tomada por la comisión de poderes es desconocida por adeptos a CONDEPA, que llevan adelante el Congreso hasta la constitución de un nuevo Comité Ejecutivo 72. Por su parte, el bloque anticondepista abandona el congreso, para reiniciarlo el 7 de marzo, y elige a la fórmula "CívicoVecinal" para el nuevo Comité Ejecutivo de FEJUVE. Esta fórmula fue posesionada por el presidente de CONALJUVE a la cabeza de Ramiro Ticona, dirigente de "Poder Vecinal", quien no pudo tomar posesión de las oficinas de FEJUVE debido a la resistencia de grupos de choque manejados por CONDEPA. Así se divide FEJUVE en dos Federaciones, cada una producto de un congreso ordinario, las dos en lucha para lograr la legitimidad ante la instancias respectivas; pero en sus cuadros se infiltraron los clientes aspirantes y prebéndales de los otros partidos, que han apelado a todas las autoridades para solucionar en su favor esta división: subprefecto, Conaljuve, Corte Distrital y hasta utilizaron la violencia física para tomar posición de las oficinas de FEJUVE. La lucha entre ambas siguió hasta mediados de junio 1999. Esta fue a todas luces una disputa entre clientes aspirantes con el fin de controlar la institución vecinal. Para ello, cada uno de los bloques utilizó sus propias estrategias políticas, articulando a los dirigentes de base, con recursos muy corruptos y encubiertos de manipulación del poder vecinal y cívico. En los siguientes testimonios podemos percibir la rabia y la frustración que estos procedimientos generaron entre los dirigentes vecinales de base: Yo vengo asistiendo a los congresos desde 1992, cuando también se dividió [FEJUVE], no sé si Ud. conoce todos los antecedentes de aquel año. Yo vengo observando la manipulación política, especialmente con los dirigentes que participan por primera vez en el congreso. Porque no conocen la trayectoria de cada uno de los dirigentes de la Federación, y los que tenemos experiencia como dirigentes de tantos años, no permitimos que nos utilicen. Este X congreso creo que fue la más abierta politización, porque los dos bloques están dirigidos por ex-candidatos y funcionarios de la Alcaldía. Yo me pregunto: ¿Esto es actuar "cívicamente"? ¿Cómo los militantes de los partidos nos pueden hablar de "poder vecinal"?, eso es falso". (Dirigente de Rosas Pampa 20-2-98). En realidad las dos organizaciones parecen la disputa de los politiqueros, seguramente buscan ser candidatos, porque los dirigentes parecen ya funcionarios de los partidos y no representan a las bases. Por eso yo he denunciado varias veces, a los medios escritos, donde toleran y hasta socapan creo los malos manejos de los recursos de la Alcaldía. Porque yo te doy un dato importante, en su gestión de Clavijo por ejemplo, algunos dirigentes recibían dinero, inclusive pedían trabajo al Alcalde para sus familias, esto me consta plenamente, y también ha salido en la prensa. Esto a mí me da mucha rabia, por eso yo he apoyado firmemente a los jóvenes, para que sean dirigentes, porque los viejos son local Campiña Aranjuez, que esta ubicada en 16 de Julio, que sería el centro de operaciones políticas para planear estrategias que permitan controlar, primero la comisión de poderes, y luego el Comité Ejecutivo entrante. Buscan manipular a todos los congresistas que asisten a ese evento, y en el local Campiña se encuentran otros clientes del MNR, a la cabeza de Benjamín Cáceres y Eusebia Copa. También fue contundente la presencia de clientes de UCS y ADN, todos contra CONDEPA. En el local Campiña abunda comida y refrescos para todos los congresistas, con lo que se logra volcar el apoyo en favor de "Poder Vecinal". Sin duda fue el centro de la decisión para continuar el congreso o la suspensión del mismo, y al final se decide suspender el congreso. Fuente: observación del autor, 13-14 febrero 1998. Este resultado se dio, a pesar de que el Estatuto Orgánico de FEJUVE prohibe que los jefes políticos estén involucrados en actividades vecinales, lo cual está claramente tipificado en el artículo 25. FEJUVE Estatuto Orgánico, VIII Congreso Ordinario de Juntas Vecinales, El Alto, 1993. 72 Este Comité Ejecutivo a la cabeza de Elias Troche, toma la sede de FEJUVE a la fuerza, respaldado por varios funcionarios de la alcaldía. "FEJUVE fue intervenida por funcionarios condepistas", DIARIO, 19-21998, p. 5.
90 mañudos a todo lado. (Delegado de base y ex-dir¡gente de Rosas Pampa 21-2-98). Ha sido evidente la politización de estas organizaciones y algunos dirigentes buscaron sus objetivos personales, de ser candidatos o pedir pega al Alcalde para sus familiares y hasta corre dinero. Pero yo como ex-dirigente de FEJUVE con experiencia, sé que existen afortunadamente algunos dirigentes que intentan actuar cívicamente, pero no hemos tenido suficiente fuer/a para hacer sentir nuestra presencia, porque los militantes de CONDEPA han tenido más fuerza dentro del comité ejecutivo. Lamentablemente así no más es nuestra Federación, como los partidos están en crisis, utilizan a los dirigentes para sus candidatos (Ex-dirigente de FEJUVE y militante de MNR Félix Limachi, 14-2-98).
Los clientes como dirigentes han entendido que pueden recibir prebendas, pero este es un hecho que suele mantenerse en suspenso, y depende de los jefes políticos que pueden considerar la conducta del cliente cuando está en el organismo vecinal. Las ofertas concretas van desde dinero en efectivo, candidatura, cargo, influencia en los estrados judiciales, etc, y son distribuciones personalizadas de favores y bienes, funcionan en forma encubierta pero son indispensables para la obtención de apoyo y lealtad de los clientes aspirantes. En la medida en que es una relación que funciona sigilosamente, no se puede verificar la magnitud de la oferta prebenda! ni el grado de manejos corruptos a que da lugar. Lo aue sí se puede verificar es que estas ofertas no llegan a todos; por lo cual se producen conflictos permanentes entre los clientes que han recibido y los que no han recibido ninguna oferta prebenda!. Este es uno de los factores que conduce a la deslealtad de los clientes aspirantes, que se buscan la vida por otro lado, con otro dirigente político. La contraprestación nace principalmente de la oferta que fluye desde los partidos y crea condiciones que propician la lealtad política de los clientes aspirantes. En señal de ello, suelen distribuir bienes materiales en pequeño monto, y con ellos se logra entablar la relación y mantener la disponibilidad para ser manipulados. El resultado de todas estas transacciones tácitas es lo que conocemos como relación de clientelismo político, que se define como la creación de lazos de control y dependencia, basados en las diferencias de acceso al poder. Pero también un puñado de clientes puede asumir una tendencia política contraria, como describimos anteriormente, de posición radical, de fiscalización dura, que habla en nombre de intereses vecinales, aunque en el fondo encubre otros intereses partidarios. Entre estos dos extremos, existen clientes de posiciones tolerante y fluctuante, que pueden intentar neutralizar los conflictos sociales (caso de Hernán Calderón) o venderse a cualquier bando cuando existe la oferta concreta, también bajo un discurso "cívico" 73. Así, en FEJUVE, los clientes de ADN, MNR y MIR asumieron una posición radical, cuestionando desde la cantidad de empleados en la Alcaldía, su falta de profesionalismo, hasta el mal manejo de recursos económicos e incumplimiento del POA; suelen también encabezar las movilizaciones vecinales y gremiales en contra de la Alcaldía74 como hemos visto. Es decir, aprovechan toda oportunidad para denunciar públicamente y buscan deslegitimar la gestión de gobierno municipal. Los clientes en realidad discurren en una función dual y ambivalente, con discursos contradictorios: dicen una cosa en la oposición y otra cuando son candidatos por algún partido político oficialista. Esto ha generado una gran crisis de legitimidad, además de confusión y pérdida de autonomía en el organismo vecinal.
. Las clientelas oficialistas no suelen asumir una conducta crítica frente a la Alcaldía, esto ocurre generalmente con clientes que no comulgan con la línea política de CONDEPA, enarbolan los intereses áltenos al hacer sus denuncias, como es el caso del incumplimiento de los POAs (Planes Operativos Anuales) en los que se planifican las obras que deben realizarse cada año. 74 Con eso no queremos decir que todas las movilizaciones sean encabezadas por clientes aspirantes, sino existen presiones sociales que tienen necesidades concretas, que configuran una demanda social sobre la que se sustenta el liderazgo de estos clientes aspirantes. Otras veces, auténticos líderes de base son tentados por la oferta prebenda! y se convierten en clientes aspirantes, subordinando a las organizaciones cívicas, vecinales o gremiales a los dictados del partido.
91 Así, la oferta política teje las relaciones clientelistas entre clientes y partidos, generando opiniones de rechazo, desconfianza, motivando un creciente cuestionamiento de los dirigentes de base hacia la cúpula de FEJUVE. Sin embargo, los clientes de otros partidos mantienen el objetivo político de aprovechar toda circunstancia para enarbolar una supuesta acción cívica que les permita reforzar su legitimidad. Son clientes que no comulgan con la corriente política hegemónica, pero que fungen de defensores furibundos de los intereses populares. En realidad son dirigentes cooptados como meros clientes al servicio de los partidos de oposición. Es una cooptación para-estatal, que no siempre se retribuye con "pegas", pero que otorga a los dirigentes participación en la corrupción, y espectativas futuras de retribución prebenda! en caso de llegar al poder. Entonces, los clientes aspirantes siempre pueden quedarse en esa calidad, sin recibir pegas, pero sí en cambio otras prestaciones encubiertas. A la larga, les conviene a todos obstruirse entre ellos y así bloquear la capacidad vecinal o laboral de controlar y exigir al municipio el cumplimiento de las obras ofertadas durante la campaña. Hasta el momento hemos descrito los mecanismos de la oferta política, que se expresa en: dinero, pegas, candidaturas y tráfico de influencias. Estas prebendas pueden llegar a un número reducido de clientes aspirantes, cuando estos cumplen de alguna manera la función política ambivalente como dirigentes vecinales y trabajadores del partido. La oferta muchas veces consiste en la distribución personalizada, produciendo conflictos entre los clientes, y algunos pueden abandonar el partido para buscar otras ofertas o cambiar el patrón político en el mismo partido. Estas prebendas que fluyen escasamente desde los partidos, son disputados conflictivamente entre los clientes aspirantes cuando son dirigentes en el organismo vecinal, que propicia una relación clientelista de lealtad política. Estos son algunas características de clientelismo de carácter pragmático en FEJUVE, que se ha perfilado en la década de 1990, a tal punto que cada partido ha entendido que en el mercado político no se puede ganar las elecciones sin oferta política y sin la intromisión en organismos vecinales y gremiales, espacios disputados los clientes aspirantes en coaliciones cambiantes e inestables. 2.1. Relaciones entre clientes aspirantes y séquitos. Resulta pertinente analizar a los clientes aspirantes como dirigentes que han recibido la oferta política; estos hicieron funcionar ambiguamente la institución vecinal, de acuerdo a la circunstancia del conflicto social o del calendario de campaña electoral. Esta politización tuvo repercusiones inevitables en las organizaciones de base, por la existencia de dirigentes como clientes en FEJUVE. Por lo general, el conflicto surge cuando existen elecciones en los barrios donde se postulan entre varios frentes como candidatos para ser elegido en la zona. El día de la consulta electoral corren diferente suerte de acuerdo al grado de su politización partidaria, orquestando acciones de campaña entre los clientes aspirantes, a los que manipulan de acuerdo a su perfil político. Así, hay candidatos ganadores que son marginados o resulta que no son posesionados por los clientes aspirantes como dirigentes de la máxima organización vecinal, podemos citar algunos ejemplos: En 1995, Juan Mamani, de la zona Huayna Potosí fue elegido y posesionado como dirigente vecinal por Félix Limachi, Secretario de Deportes de FEJUVE, pero fue desconocido por Osear Michel, Presidente de dicha organización vecinal. Michel bloqueó la entrega de las credenciales a Mamani, y posesionó a Pascual Quispe, militante de CONDEPA, bajo el argumento de que el primero era del MNR. El dirigente excluido denunció que no podía realizar los trámites y demandas de su barrio en la Alcaldía73. También se da la misma característica de exclusión, con los dirigentes de la zona Luis Espinal, nos referimos a Villca y Delgadillo, quienes denunciaron enérgicamente la intervención de Osear Michel para imponer una directiva en la zona, sin que sea producto de elecciones, generando 75
Los vecinos de la zona más de un año no pudieron realizar ningún tramite en la alcaldía, por eso en una asamblea decidieron realizar una marcha de protesta. "Vecinos de Huayna Potosí realizan marcha de protesta", PRESENCIA, 7-7-95.
92 fuertes presiones hacia la institución matriz76. Una situación similar ocurrió en Villa Dolores en 1996, cuando el dirigente ganador de la elección l'ue desconocido, y en su lugar fue posesionando un dirigente que sólo había obtenido el segundo lugar. Esto originó reacciones enardecidas de los vecinos hacia algunos dirigentes de la Federación que coadyuvaron con aquel hecho77. Un año después, en una urbanización de las cercanías de la carretera La Paz-Viacha, ocurre el mismo fenómeno, según lo relata un dirigente entrevistado por nosotros: En la urbanización Romero Pampa, el Benjamín Cáceres actuó políticamente, yo fui acusada de haber hecho fraude y el posesionó arbitrariamente a Eusebio Cuaquira como dirigente de la zona, es militante de MNR. Yo denuncié en una asamblea de juntas vecinales, de ahí hemos hecho de nuevo las elecciones, donde mi victoria se ha confirmado (ex-dirigente de Romero Pampa 12-12-07).
Hemos puesto algunos ejemplos concretos, que nos permiten ¡lustrar las consecuencias que produce en los organismos vecinales la labor de los clientes aspirantes. Lo importante es comprender el meollo de todas estas acciones sutiles de manipulación y hasta de extorsión a los dirigentes de base. Los clientes aspirantes buscan adherentes que produzcan la clientela social que se vincule de cualquier manera con el partido, para ello pueden elegir a séquitos que han mostrado cierta inclinación política partidaria o a clientes prebéndales como dirigentes de la zona. Para los clientes aspirantes lo importante es bloquear vehementemente a los séquitos o clientes prebéndales de otros partidos, el objetivo es impedir que sean dirigentes de la zona, porque han entendido perfectamente que en algún momento esto puede ser contraproducente para el cliente aspirante mismo. Por eso algunos clientes se ven obligados a promover candidatos que no tiene ninguna militancia, con el atan de obstaculizar a otros candidatos que están identificados claramente con algún partido. Son acciones sinuosas que se realizan con objetivos políticos, donde se puede excluir o incluir, de acuerdo al perfil partidario del séquito que se postula. Parece evidente que el propósito subyacente de estas maniobras, es controlar transversalmente a las organizaciones vecinales de base, desde la lít
dirigencia zonal embozada . Este hecho ocurre con todos los clientes que reciben la prebenda, pero están en la cúspide dirigencial, lo que permite, durante los congresos, formar fácilmente "planchas políticas"79. Dicho de otro modo, los clientes aspirantes vienen trabajando desde la base, excluyendo y posesionando a séquitos que tienen una cierta afinidad política, porque son bases de clientela importante que apoyan cuando el cliente aspirante está en peligro de ser expulsado como . Los dirigentes de esa zona denunciaron el hecho, proponiendo la modificación del Estatuto Orgánico de FEJUVE, para que dirigentes como Michel sean expulsados con ignominia de la institución cívica. Se refirieron a las actitudes divisionistas y sectarias de estos dirigentes, que buscan sus apetitos personales y no el progreso de la ciudad. "Vecinos piden que dirigentes de la FEJUVE no actúen partidariamente", PRESENCIA,5-4-95, 2da. Sección p.4. La intromisión política fue denunciada en los medios escritos, donde FEJUVE habría perdido la función cívica. "Vecinos de Luis Espinal afirman que la FEJUVE esta politizada", DIARJO, 19-9-95, p.ll. 77 Carlos Flores ganador de la elección zonal fue acusado de ser militante de CONDEPA e inclusive de haber fraguado los documentos para su candidatura. Fuente: Observación participante del 19-9-96. 78
. Con eso no queremos señalar que todas las organizaciones zonales sean manejadas políticamente, lo que si es cierto es que los clientes aspirantes e inclusive los clientes prebéndales buscan incrustarse en todas las organizaciones urbanas. Aunque la cooptación hacia determinado partido tiene un complejo abanico de intereses comunes, que está formado por múltiples intereses particulares. 79 La plancha política es la instancia donde se expresa el resultado de las pugnas entre clientes aspirantes en función de jerarquías de poder. Esta manipulación se realiza en locales alquilados donde se proporciona todo tipo de alimentos y bebidas y se definen las estrategias para acceder al nuevo comité ejecutivo. Este es un tipo de evento que empieza después de haberse inaugurado el congreso y que se repite continuamente durante todo el congreso.
93 dirigente de FEJUVE. Por otro lado, estos séquitos o clientes prebéndales como dirigentes de la zona, también actúan políticamente aunque en forma relativa, excluyendo o incluyendo a los vecinos cuando se aproxima el congreso ordinario de FEJUVE, porque buscan más adherentes desde la zona, seleccionando a clientes mediante asambleas de juntas vecinales y/o manipulando las actas para habilitar a ciertos delegados de base como congresista, dejando así excluidos a otros vecinos o militantes que pudieran ser reconocidos por sus bases y nombrados en una asamblea como congresistas. La lealtad de los séquitos y clientes prebéndales está relacionada con la capacidad de recompensa de los clientes aspirantes que fungen como líderes, y que como tales articulan a vastos segmentos sociales de clientela potencial de carácter inestable. Desde el máximo organismo vecinal se busca permanentemente lograr niveles de articulación con estas clientelas, mientras se beneficia a algunos clientes como dirigentes zonales por los apoyos prestados. Son cadenas de clientela fluctuante que llegan hasta el más pequeño caserío, pero sólo se activan durante la fase de aguda lucha electoral por las ofertas políticas transaccionales que implica la negociación entre las partes. Los séquitos como dirigentes de base, están de alguna manera ligados al cliente aspirante. Con la fuerza que les otorga su propia clientela, buscan recompensas colectivas para su base. Algunos testimonios nos permiten ilustrar el tipo de transacciones y ofertas: En el aniversario de FEJUVE, la Alcaldía entregó 500 bolsas de cemento y 500 cañerías, todo estaba destinado para zonas marginales; fue grande la sorpresa, cuando nos enteramos que Osear Michel había repartido simplemente a los dirigentes adeptos a CONDEPA. Por eso todos los dirigentes de zonas marginales hemos denunciado esta actitud vertical en una Asamblea de Juntas Vecinales. De ahí nos han acusado, sin ningún fundamento por parte del señor Michel, de emeneristas y miristas, de instigadores. (Entrevistado por El Diario 18-12-95). Cuando Osear Michel era presidente de FEJUVE nos ha entregado a 15 bolsas de cemento y 15 cañerías, lo utilizamos para refaccionar el colegio de la zona. Para ello hay que ser hábil, porque él ha manejado políticamente; también los dirigentes debemos actuar así. Porque yo ayudé a organizar su plancha en el congreso, de eso hemos sido buenos amigos (Ex-dirigente de Villa Remedios 2-5-97).
Cuando los clientes aspirantes logran acceder a puestos de liderazgo, buscan constituirse como intermediarios, puesto que a su vez practican también la oferta política. Sobre todo, su labor consiste en delimitar las opciones disponibles tanto a sus clientelas de base como a sus jefes políticos. De este modo se convierten en intermediarios importantes cuyo liderazgo puede considerarse durante la definición de los candidatos. Estos clientes aspirantes no buscan tanto representar ni tampoco administrar sino convertirse en mediadores, que pueden cosechar subsidios, poderes y honores cuando tienen una clientela social articulada aunque fuertemente inestable. Son adhesiones políticas precarias que se establecen entre ambos polos de la relación. También existe otro tipo de favores políticos hacia los dirigentes de base y hacia el séquito, se refiere a la oferta política legal-social que reporta beneficios en términos de la producción de decisiones políticas y es un instrumento de manipulación en función de intereses colectivos. En primer lugar, la oferta política legal y social consiste en favores y flujo de bienes y servicios a los séquitos que muestran una militancia reconocida, lo cual puede considerarse como una prebenda hacia los sectores sociales. En este caso, los clientes aspirantes también juegan un papel importante, en la medida en que coadyuvan al séquito vecinal en sus demandas políticas hacia la alcaldía. En este proceso, se trata de crear una mayor capacidad de influencia en el sistema burocrático, y de flexibilizar los mecanismos para hacer ingresar las demandas barriales a la Alcaldía. Aunque por lo general se trata de pequeñas ayudas que permiten apenas canalizar soluciones parciales a los problemas básicos de la zona, este tipo de favores puede lograr cierta lealtad barrial hacia los partidos que tienen el control del poder local, lo que no sucede con los partidos de la oposición. Sin duda, los partidos que tienen el control municipal pueden ofertar soluciones colectivas, que puede
94 beneficiar a todo los vecinos que viven en la zona. Un ex-dirigente de Villa Pacajes nos relata este proceso: Esta zona no contaba con ningún documento, en mi gestión hemos sacado los papeles, porque también me han ayudado los compañeros del partido en el 85. Ahora, el 95 trabajé en la campaña con Luisa Tola, ella trabaja en la Alcaldía, yo he conversado con esa señora y Jorge Cussi, de la necesidad de mejorar nuestra zona. Porque los comerciantes estaban ocupando la plaza, los vecinos no podemos permitir eso, entonces en dos años hemos terminado todo, los anteriores dirigentes nada han hecho, así nomás creo que han dormido. Debo reconocer, mucha gente me han ayudado, Hernán Calderón presidente de FEJUVE, Luisa Tola y Jorge Cussi de la Alcaldía, sacamos en poco tiempo ¡os papeles, lo que tarda un año y más. Ahora estoy aquí nuevamente en campaña, para ayudarles, porque también me han ayudado en su momento (Versión resumida de la entrevista informal realizada en una concentración electoral de CONDEPA, 21-5-97).
Aunque en mínima proporción, estas ofertas son evidentemente un nexo entre clientes burocráticos y séquitos que arrastra tras de sí el dirigente vecinal. Los primeros poseen cierta capacidad de coadyuvar desde espacios burocráticos a los séquitos de los barrios, a través del cliente aspirante o dirigente vecinal. Esto facilita la viabilidad de sus demandas, inclusive pueden evadir u omitir los componentes normativos que regulan el acceso "legal" de estas demandas al sistema político, como un "favor" especial a tal o cual barrio que ha mostrado lealtad electoral a favor del partido. Esto, a su vez, está mediatizado por los dirigentes barriales, como un favor político de prestación para premiar su reconocida militancia, además de su eficacia en cautivar al electorado. Son ofertas que se traducen en procedimientos clientelares tácitos, lleno de normas no escritas, que hacen posible en términos pragmáticos la transformación de la prestación y la contraprestación en prácticas necesarias cuando hay ofertas concretas. Como puede verse en el siguiente testimonio, la oferta política legal también es catalizadora de conflictos de intereses: La zona siempre fue conflictiva con los loteadores, cuando hemos tramitado para urbanizar no se podía, nos han dicho que había problemas con los loteadores. Eso nos perjudicaba mucho, no podíamos hacer nuestra casita con línea nivel, fue un tremendo problema para los vecinos. Yo mi persona era jefe sectorial por CONDEPA desde el 89, para las elecciones municipales de 91 uno de los jefes patrióticos ha venido a la zona, porque antes yo había hablado del problema que teníamos. Un día ha venido diciendo "vamos a arreglar esta semana mismo", de ahí hemos ido a la alcaldía y en dos meses creo ya estaba los papeles. La gente también estaba contento nomás, hemos apoyado y pura mujeres saben ir de esta zona, (ex-dirigente de Caluyo 13-5-98).
Podemos observar la oferta de influencias político-normativas durante la campaña electoral, esto propicia el funcionamiento de un sistema informal de intercambio de favores políticos entre jefe político y ciudadanos que se constituyen en clientes. A su vez, la relación está intermediada por clientes prebéndales que articulan de alguna forma la participación de la población de base, en este caso de las mujeres de la zona. Se trata de una oferta de carácter colectivo que soluciona alguno de los problemas acuciantes de la zona. Ello obliga a la contraprestación, ya que las vecinas se sienten en la necesidad de salir a la calle cuando CONDEPA está convocando a la caminata, una manera de mostrar que están presentes e identificadas con el partido. En ese sentido, podemos percibir la utilidad de la oferta legal, que establece una clientela social con la zona específica. Las vecinas salen como clientes para decir que están con ellos, apoyándoles, son relaciones clientelistas como una forma social cuyas propiedades emergentes son producto de elecciones pragmáticas y decisiones conscientes de las familias del barrio. Son favores que se miden por la capacidad del
95 cliente burocrático de omitir los componentes normativos ', de utili/ar su poder de influencia en la alcaldía municipal, en favor de los núcleos sociales que no tienen poder. Entonces, la estructura clientelista no debe ser ju/ada moralmente, puesto que también revela un conformismo consciente, una capacidad de obtener retribuciones mínimas de orden colectivo, que omiten la "legalidad" formal, pero son legítimas para los vecinos. Cuando los vecinos constatan la importancia de esas ayudas, se ven en la necesidad de identificarse con el partido aunque circunstancialmente, viendo la utilidad de las ofertas concretas que solucionan sus problemas, lo que permite la conformación de nudos de redes clientelares81. F,n este acápite hemos descrito la relación del cliente aspirante con los séquitos conformados por los dirigentes de base de la zona. En este contexto, la posición de cliente aspirante como mediador suele resultar conflictiva; si bien recibe la oferta política desde el partido, esta oferta simplemente garantiza la lealtad del organismo vecinal a través de sus gestiones como dirigente. Siempre hay una brecha de desconfianza, que puede agrandarse en cualquier momento, por la sospecha de que el dirigente pudiera estar negociando con base en ventajas personales. Además el cliente aspirante debe poseer la capacidad de negociación, para recibir la cantidad suficiente de prebendas para distribuir a los séquitos o clientes prebéndales de base. Si no tiene esa capacidad de distribuir las recompensas a la base, puede estar en permanente peligro de que otros clientes aspirantes lo desplacen de su cargo en el organismo vecinal. Por eso muchas veces, suelen buscar estar lo más cerca posible de a una figura clave del partido, que garantice su poder y capacidad de distribuir los favores políticos de carácter colectivo. Estos clientes también realizan la oferta política legal, a veces conjuntamente con el cliente prebenda!, que utiliza su poder de influencia en la toma de decisiones para manipular políticamente las normas burocráticas, ofertando así soluciones concretas a las zonas que tienen problemas jurídicos como hemos señalado. 3. Mercantilización del voto El acto electoral es un momento febril del calendario político, tiene la lógica de una feria o mercado político abierto, donde los clientes burocráticos se esfuerzan en conquistar a los indecisos, mercantilizando el voto de opinión. En la campaña electoral, la mayoría de los partidos están comprometidos en una lucha por llegar al poder, ofertando algún beneficio directo a los ciudadanos que son potenciales electores, aunque con bienes que están muy alejados de lo que desean los vecinos. Es un mercado político donde la oferta propicia relaciones clientelares individuales y colectivas, al final toma la forma de compra de votos como si fueran mercancías. Es un sistema donde prevalecen diversas técnicas de seducción que se combinan para la domesticación de ciudadanos y su conversión en meros clientes en un mercado político donde la mayoría de partidos incurre en el juego de ofertas irrisorias. En este contexto, los ciudadanos electores investidos -en cuanto electores- de una función pública, se vuelven clientes colectivos barriales, una vez que la relación de naturaleza pública se transforma en una relación privada. Para Bobbio, ésta sería una forma de privatización de lo público: los partidos transforman a los electores en clientes, pero esto sólo es posible mediante la transformación del mandato libre (voto de opinión) en mandato obligatorio (compromiso 80
Por eso llamamos "oferta legal" o "ayuda legal" a este tipo de prestación, aunque es claramente de carácter ilegal. Involucra un tipo de corrupción específica, de otorgar beneficios no contemplados por la ley para cumplir el pacto clientelar. 81 Un estudio realizado por Gerrit Burgwal en Quito, analiza como la población emprende prácticas clientelares cuando existe una oferta concreta, se trataría de acciones racionales con objetivos claros, estrategias para sobrevivir que se adaptan según la circunstancia. Pero el apoyo hacia un partido es calculado según los beneficios que pueden obtenerse. Cuando la vinculación clientelar no trae ningún bien para barrio, la población retorna a la organización vecinal para plantear nuevas demandas sociales.
96 contractualista). Es la dinámica del intercambio político donde los partidos patrocinan la distribución de bienes materiales que se traduce en oferta política. La democracia ciertamente es un mercado político, cada uno de los partidos mediante sus clientes burocráticos y séquitos estructurados busca transformar a los vecinos áltenos en simples clientes. Como veremos, la transformación fue posible mediante la oferta política simple, o bien la oferta contractualista (donde las partes negocian entre sí). 3.1. Oferta política contractualista
La oferta contractualista o transaccional 82 tiene la capacidad de articular y manipular a los ciudadanos como clientes colectivos, que se comportan como multitudes sigilosamente vigiladas por /os clientes burocráticos y sus séquitos. De esta forma, vastos conglomerados de vecinos de los barrios populares se comprometen políticamente a un partido cuando surge la oferta concreta. Esta forma transaccional sólo puede observarse durante la campaña electoral, pero tiene características excepcionales de lealtad colectiva compacta, aunque efímera, en determinados barrios. Su acción es pragmática, son mecanismos visibles de ejecución de obras sociales en barrios populares o entrega de cementos (calamina, ladrillo, herramientas de trabajo), como parte de una negocian tácita con los electores. La entrega de obras de beneficio colectivo, y el discurso que la acompaña 83, forman parte central de la estrategia electoral, y permiten interpelar a vastos sectores de vecinos susceptibles de convertirse en clientes, mediante el compromiso de lealtad electoral, que luego los clientes burocráticos verifican en las mismas mesas de voto. La transacción tiene la fuerza de permitir el control de los clientes colectivos por sus dirigentes vecinales que se han comprometido y por el mismo cliente burocrático, para el fiel cumplimiento del compromiso de voto (colectivo). Estas transacciones colectivas informales, que tienen la fuerza de un compromiso político, podrían resumirse de la siguiente manera: Los vecinos cuando reciben algún bien material se comprometen a votar por determinado partido político, a cambio de que éste haga obras de beneficio colectivo. Los vecinos constituidos en clientes pueden participar en caminatas, cierres de campaña y concentraciones, para ratificar este compromiso. La participación de los vecinos constituidos en clientes no tiene objetivos deliberados de acceder a cargos, por eso se diferencian de otros clientes. Las obras de carácter social implica fuertes inversiones económicas para el partido, por lo tanto, pocos se atreven a realizarlas si no están en el gobierno municipal (una excepción fue UCS). Todos estos elementos contribuyen a acentuar el comportamiento mercantil de los clientes colectivos y su abandono del voto de opinión, que sólo se retomará en las elecciones del 2002, que caen fuera de nuestro período de estudio. Eso no implica de ninguna manera la adhesión duradera, su participación como clientes en determinada campaña, es coyuntura! y no garantiza una lealtad política indefinida, ni siquiera para las siguientes elecciones. Los electores constituidos en clientes colectivos pueden articularse en dos sentidos: a la oferta política legal que implica enarbolar el interés colectivo de todo el barrio, como anteriormente se ha ejemplificado en el caso concreto de una zona. Pero esta oferta no pueden hacerla todo los partidos, porque se trata de manipular las reglas de juego en condiciones desventajosas (por ejemplo, frente al partido de gobierno). Sin embargo, la oferta política contractualista también tiene carácter pragmático, pues es una negociación entre las partes que se limita casi exclusivamente a la campaña electoral. Se trata JÍ9
. Silvia Rivera, en su estudio sobre el movimiento campesino colombiano, habló de un "modelo señorial" versus un "modelo transaccional" de clientelismo, como una expresión de la modernización y crisis del sistema político colombiano en la década del 60 (Rivera 1987: 38). Esta propuesta se realizó antes de la difusión de los textos de Bobbio. 3 . Aunque Fernando Mayorga señala que este tipo de prestación, característica de UCS, es una "política del silencio", sin duda hay un abundante discurso retórico que saca provecho de estas situaciones (cf. Mayorga 1991).
97 generalmente de construcciones de obras con los propios recursos del candidato y el beneficio inmediato que perciben los habitantes del barrio se traduce en compromiso electoral. Cada uno de los mecanismos descritos tiene la capacidad de encauzar el voto en favor de determinado partido, quien moviliza colectivamente y subordina a los electores, manipulando los intereses comunes e inmediatos de los ciudadanos. La transacción es un proceso de negociación y de acuerdos tácitos que se alcanzan fatigosamente y cuya fuerza depende, como sucede con todos los acuerdos, del respeto al principio de reciprocidad. Son ofertas que fluyen en proporciones más o menos importantes; producen utilidades de interés común en algunos barrios84, y son transacciones esporádicas que pueden darse con sectores específicos. Un año apoyarnos a MNR toda la zona, porque nos querían dar 50 bolsas de cemento, pero a cambio nos han pedido 500 votos en esta zona. Primero nos entregaron la mitad y después de las elecciones tenía habernos entregado otra la mitad, verificando si han conseguido 500 votos, pero la gente no ha votado. Los vecinos me decían: "Ahí debes pedir más". "No hay caso, que voy a hacer". Por eso 25 bolsas de cemento nomás nos han dado (ex-dirigente de San Luis Tasas 10-10-97). Yo era dirigente de los padres de familia el 93, las aulas de nivel medio, todos los vecinos hemos puesto dinero para cemento, arena y pago para los albañiles, pero nos faltaba calamina, estuco y para madera y otras cosas. Hemos buscado alguna ayuda de ONGs, pero no había casi ninguna posibilidad de conseguir recursos, la gente en este barrio somos pobres, y hasta algunos vecinos no tienen trabajo. Un día había venido Eulogio con un dirigente de UCS, de hay nos han ofrecido concluir lo que faltaba. Yo hable en una reunión a los padres de familia hay apoyar diciendo, ellos también me han dicho, tienes que pedir más, yo de ahí tenía haber negociado y apenas logré un máquina de escribir para la dirección. Los de UCS nos controlaban nuestra participación e inclusive algunos vecinos se habían hecho descubrir en otros partidos, hasta en Condepa y todo, de ahí nos han amenazado con suspender la ayuda, (ex-dirigente de padres de familia de Villa Pacajes 17-9-97).
Los ciudadanos electores convertidos en clientes colectivos por este mecanismo contractual i sta, forman parte de las bases sociales que el partido intenta manipular y subordinar. La oferta política está en función de la lealtad de los vecinos, que es controlada cuidadosamente por los clientes burocráticos, quienes exigen y presionan constantemente a muchedumbres vecinos cooptados, a votar por el partido. Es la domesticación del ciudadano mediante un contrato mercantil tácito con los partidos, como un recurso para obtener ciertos comportamientos políticos deseados, comprometiendo y produciendo obediencia, al menos temporalmente. La prestación de bienes mediatiza la voluntad del ciudadano hacia el partido político, pero esa distribución la hace quien tiene el poder, a través de ciertos dirigentes vecinales o personas que gozan de consenso en la zona. El voto colectivo puede así manipularse con relativa comodidad a partir de una negociación sobre intereses comunes. El acto electoral puede considerarse como simple mercado de votos y de contratos mercantiles de domesticación de electores, a través de intercambios políticos que producen lealtad electoral. Estamos hablando de un mercado político en el que los partidos se ligan a las necesidades cotidianas, a través de la eficacia prodigiosa de la obra como núcleo medular para formar clientes. Aunque muy pocas veces los partidos se atreven a realizar inversiones cuantiosas, cuando lo hacen éstas resultan muy eficaces. Sin embargo, este recurso sólo puede ser practicado por algunos partidos, en especial UCS y en alguna medida por el MIR y el MNR. La modalidad contractualista 84
El contractuatismo es un proceso de negociación entre actores sociales y políticos, que demanda fuertes inversiones para concluir las obras. Esto a cambio permite que los vecinos se convierten en clientes colectivos leales, por lo menos durante la campaña electoral. Uno de los partidos que utiliza este mecanismo es UCS. Esta forma de cautivar a los vecinos y convertirlos en clientes colectivos se pudo verificar mediante nuestra observación participante, en la campaña electoral de 1997 en la circunscripción 15 de la ciudad El Alto.
98 tiene objetivos de maximizar el rendimiento de los recursos de que se dispone con el fin de alcanzar el poder político. En democracia, cada uno de los partidos depende de su capacidad de generar medios políticos necesarios durante la campaña electoral, para ampliar el espacio social de recepción de su oferta, a través de la mercantilización de los votos, manipulando los premiosos intereses de los vecinos. Estas ofertas contractuales son relativamente efectivas para obtener la cantidad de votos que desea el partido, todo depende del cumplimiento de los compromisos adquiridos. Pero, como estas ofertas necesitan grandes inversiones económicas para el partido y la propia negociación es fatigosa, no se practica con todos los electores, sino con sectores específicos donde las condiciones están dadas. Se trata de ofertas que apuntan a colectividades y organismos sociales de base, como asociaciones en los mercados, club de madres, gremios artesanales, para citar ejemplos. 3.2. Oferta política simple La instrumentalización de la oferta de bienes tangibles e inmediatos es uno de los típicos acercamientos clientelares de los partidos hacia los ciudadanos electores, y puede considerarse la menos fecunda. Es una práctica que no siempre tiene resultados deseados, por lo menos en la urbe aliena, aunque tiene la capacidad de abarcar a la mayor parte de los electores. La distribución de estas pequeñas prebendas y regalos inmediatos, se efectúa mediante clientes burocráticos o séquitos prebéndales orientados a cambiar el voto de opinión, distribuyendo prestaciones que no alcanzan proporción gigantesca de beneficio común. Se trata de intercambios prebéndales de menor cuantía y de contenido nada sustancial para los propios receptores. Sin duda, este tipo de oferta carece de mecanismos de control riguroso sobre los ciudadanos que han recibido las prestaciones materiales. Esto les permite conservar la autonomía de relacionarse políticamente con cualquier partido durante la campaña, porque no existe ni ngún compromiso individual o colectivo del elector con el partido. Es obvio que este tipo de oferta tiene el objetivo de lograr el voto de intercambio, como recurso político que esta destinado a domesticar con la simple asignación de pequeñas dádivas. Pero la respuesta de contraprestación no siempre obedece a esta manipulación del partido. Son pequeñas prestaciones de carácter asistencia!, de pequeña escala, limitadas exclusivamente al momento del fervor electoral, que desaparecen cuando pasan las elecciones, lo cual cercena su credibilidad como oferta. Sin embargo, este tipo de oferta prebendal se ha transformado en el mecanismo predilecto de todos los partidos, por tratarse de concesiones materiales simples que no exigen grandes inversiones ni negociaciones. Son ofertas de entrega directa de dádivas, que se despliega con gran intensidad durante la campaña electoral pero tienen poca capacidad para formar clientes leales. De hecho, este tipo de oferta forma parte de la prestación que proviene de los partidos, es un medio político y propagandístico para plasmar el interés partidario de configurar clientelas sociales. Los principales objetivos de esta oferta prebendal, que se observaron durante la campaña electoral de 1997 fueron: poleras, gorras, cuadernos, alimentos, pelotas, cemento, estuco, máquinas de escribir para los establecimientos educativos, helados, herramientas, servicios médicos y dentales, pintura, coca, refresco, además de variedad de otros artículos. Todos estos bienes son recibidos por los electores de manera personalizada. Esto quiere decir que muchos vecinos no renuncian al voto de opinión, y consumen las ofertas de los diversos partidos sin modificar realmente su conducta electoral. Se ha podido recoger algunos testimonios de los vecinos, que ilustran esta actitud pragmática de consumo: En 1993, la zona ha hecho un acuerdo para apoyar políticamente a UCS; nos querían manejar como si fuéramos sus militantes, muchos vecinos nos hemos enojado con los dirigentes. Teniendo esa experiencia preferimos no hacer ningún acuerdo, así no sentimos ninguna presión, aunque podemos estar con todos los partidos, nadie nos dice nada. Nos dan pequeñas cosas, diciendo "voten por nosotros". Hasta en los mercados nosotros hacernos lo mismo, cuando viene el candidato nos
99 mostramos como simpatizantes de ADN, MNR, en realidad con todos los partidos. Algunos candidatos nos dan pintura para nuestro mercado, hasta las casas todo así golpean agarrado un poquito de fideo, cuaderno. (Vecina de Villa Pacajes 23-8-98).,
El carácter volátil de la oferta política simple produce al principio un dilema entre los electores, pero posteriormente éstos reafirman su inclinación partidaria. En los años 90 el caso de El Alto, ningún partido consiguió romper, mediante este tipo de prebendalismo, el arrastre electoral de CONDEPA, y esta situación se reeditó en el 200?, cor) exvoto por el MAS y el MIP. A diferencia de los otros partidos, éstos no han hecho uso extensivo de la oferta política simple, por varias rabones. En el caso de CONDEPA, estando en el gobierno, las prestaciones han seguido el camino del clientelismo prebenda! burocrático, la oferia legal y la distribución de obras municipales, valiéndose de los recursos de la propia! Alcaldía, acrecentados desde la Ley de Participación Popular. En segundo lugar, la lealtad a CONDEPA, y posteriormente el voto opositor por el MAS y el MIP, parece tener raíz en la interpelación y reivindicación de la ^identidad cultural de El Alto. Hasta 1997, este discurso estuvo acompañado de relaciones clientelares de reciprocidad desigual y de carácter permanente, que resultaron eficaces instrumentos para cooptar a una población mayormente constituida por migrantes. En este contexto, la oferta prebendal de los otros partidos ha tenido efectos limitados: se redujo a la campaña electoral, a través de pequeñas prestaciones que tienen escasa capacidad para formar clientes, aunque funcionan qomo anzuelo en un mercado político en expansión y con un creciente número de votantes jóvenes e ¡Indecisos. En resumidas cuentas, podemos destacar del argumento seguido en este capítulo -que profundiza aspectos tocados en toda la tesis- los siguientes aspectos fundamentales: primero hemos descrito la relación prebendal entre los partidos políticos y los clientes. Es una de las prácticas tradicionales que viene claramente desde 1952, basada en relaciones que se incubaron en condiciones propicias con el Estado benefactor o empresarial, que tuvo una enorme capacidad de articular el clientelismo sobre mecanismos de oferta de cargos en la administración pública y en las empresas estatales. Esta forma de adhesión se desvanece por los procesos de modernización iniciados en 1985, donde la masa del empleo estatal sufre una gran contracción numérica. A pesar de los intentos de resistencia, más o menos intensos, este proceso termina con el despido masivo de mineros ("relocalización") y otros sectores del empleo público y finalmente con la privatización ("capitalización") de las empresas públicas. Eso no implica la extinción de los espacios clientelares, que persisten, se diversifican y se renuevan vigorosamente en los años noventa. Paradójicamente, la función del cliente burocrático en democracia ha tenido prolongada vigencia en un mercado político donde se ofertan beneficios colectivos e individuales que constituyen al voto de intercambio. En esta oferta, los clientes burocráticos se vincularon como intermediarios entre candidato y electores; pusieron en contacto a las partes interesadas de tal manera que puedan establecerse ofertas transaccionales u ofertas simples. Los clientes burocráticos facilitaron estas ofertas y controlaron la contraprestación de los clientes, estableciendo un nexo entre actores que carecen de acceso al poder y que encuentran difícil confiar entre ellos mismos. Aunque esta situación parece haber revertido posteriormente, es necesario tomar en cuenta la historia de los años noventa, para evitar repetirla. Las donaciones hechas por los clientes a los partidos eran percibidas como una inversión a ser recuperada después. Así se ratifica la lealtad personal y a cambio los clientes esperan durante la fase post electoral, la distribución personalizada de prebendas. La función de estos clientes fue la de estimular nuevas adhesiones partidarias y penetrar los organismos vecinales, gremiales y cívicos. Así por ejemplo, el cliente prebendal se vinculó con la organización vecinal e intentó afiliar y promover dirigentes. De esta forma, las cúpulas de FEJUVE terminaron como clientes aspirantes y se convirtieron en espacios codiciados para cobrar notoriedad pública y ampliar sus redes de clientela. Cuando los clientes llegan a ser dirigentes, tienen mayores posibilidades de recibir ofertas políticas desde los partidos bajo la forma de sinecuras, tráfico de influencias, adquisición ilícita de bienes municipales, candidaturas, dinero, etc. Esta distribución personalizada de prebendas y
100 favores sigue siendo indispensable para los partidos, para obtener la lealtad de los dirigentes disfrazados. Pero en la medida en que las ofertas que fluyen desde arriba son escasas, provocan competencia, fisuras y antagonismos entre los dirigentes cooptados. Estos tienen el recurso de alejarse con todo su séquito de dirigentes de base, o bien buscar a otro jefe político regional dentro del partido. Cabe recalcar que esta escasez de oferta generó permanentes dificultades entre los clientes aspirantes que recibieron y los que no recibieron ningún bien material. Los que reciben la oferta, deben negociar favores políticos más amplios para ayudar a los séquitos o clientes prebéndales que son dirigentes en los barrios. Aquí es donde cobra importancia la oferta contractual colectiva, sin la cual la cooptación prebenda! de clientes aspirantes resultaría ilegítima. Los favores de carácter colectivo consistieron en ofertas de tipo legal y social, destinadas a resolver algunas necesidades de la zona, principalmente en infraestructura (que va desde pedidos de construcción de sedes sociales, cordones de aceras, servicios sanitarios, plazas, mercados, etc.). En los años noventa, estas ofertas contractuales fueron importantes para el cliente aspirante que intenta mantener su liderazgo en FEJUVE, pues le permiten extender su red social de clientela, que aunque precaria, constituye el cimiento de la contraprestación clientelar, bajo la forma del respaldo electoral al partido que realiza la oferta. Los clientes aspirantes que no contaban con clientelas sociales de base estuvieron expuestos a ser desplazados. Su doble función, gremial y política, los hizo vulnerables a ser expulsados por otros clientes aspirantes que generalmente eran de oposición. Durante la campaña electoral de 1997, los clientes burocráticos explícitamente estimularon y estructuraron séquitos al servicio del partido, que fueron incorporados con ofertas de bienes, promesas de cargo público y ofertas transaccionales de bienes de interés común. Estos séquitos pueden apropiarse durante la campaña de pequeñas ofertas como alimentos, jarros, fideo, etc. pero la mayoría no reciben nada durante la etapa post electoral. De todas maneras así se reclutó a los trabajadores y propagandistas del partido, que se organizan para la campaña electoral, funcionan como intermediarios entre el candidato y los electores, distribuyen la oferta política simple o transaccional y finalmente fiscalizan el fiel cumplimiento de los compromisos adquiridos con zonas específicas. Las ofertas comprometen una práctica envilecedora de la voluntad ciudadana; la desdicha de los vecinos áltenos que prevalece en su mayor parte, está siendo aprovechada de la mejor forma por quienes entienden dicha calamidad como la mayor aliada para envilecer la condición de electores a costa del otorgamiento de míseros bienes. En condiciones de miseria, resulta posible la manipulación de las carencias, con la simple asignación de una bagatela. Sin embargo, hemos demostrado la limitada efectividad de este tipo de oferta, que no ha desplazado al voto de opinión, lo cual se expresó, primero, en una lealtad a CONDEPA, y posteriormente, en la crisis de todo el sistema entre los años 2000 a 2003.. La oferta contractualista llegó a momentos a ser efectiva, como se ha visto en los casos de UCS, el MIR y el MNR. Pero en condiciones de competencia, los vecinos suelen descontentarse, e incumplir la obligación del compromiso adquirido. Estas dificultades, sumadas a la gran inversión requerida para la satisfacción de necesidades colectivas, hacen que esta forma de vinculación no sea predominante. Por ende, en los años noventa, la oferta política simple ha mostrado la capacidad de llegar a un mayor número de electores, aunque no pudo constituir clientelas sólidas, ni tampoco efectivizar la contraprestación, por falta de mecanismos de control sobre el voto comprometido. Para terminar, toda la oferta prebenda!, aún la de tipo transaccional y colectivo está muy alejada de las verdaderas necesidades de los vecinos, y se reduce por lo general a bienes simbólicos, visibles, mientras que necesidades como alcantarillado y agua potable, que inciden tanto en la calidad de vida, no son susceptibles de ser ofertadas, salvo como prestación del partido de gobierno. Y estas mismas prestaciones han mermado, porque la corrupción, e! tráfico de influencias y los "negociados" han hecho fracasar obras de mayor envergadura, por lo que podemos concluir que estas ofertas políticas no se ajustan a las demandas sociales, a pesar que algunas son negociadas entre las partes.
101
A MANERA DE CONCLUSIONES
Mediante el análisis expuesto en los capítulos anteriores podemos arribar a las siguientes consideraciones teóricas, que pueden servir como conclusión. Es necesario recalcar que los sucesos a partir del año 2000, y particularmente las movilizaciones del 2003, han podido modificar sustancialmente nuestras apreciaciones iniciales, y quedarán para una futura investigación. 1. En el mercado político los ciudadanos electores han sido considerados como consumidores de oferta política, donde el voto se compra como una mercancía. Sin duda, los partidos han practicado esta lógica pragmática, creyendo que no se puede ganar elecciones si no se hace ofertas de beneficio colectivo e individual a los votantes, todo lo cual repercute en el gran mercado político 2. Los partidos están comprometidos en una lucha por el acceso a poder. Cuando alcanzan sus objetivos pueden considerarse como ganadores, y eso ha dependido de la capacidad de desplegar la oferta prebenda!, que mercantiliza los votos de los electores, aunque no es ninguna garantía para una estabilidad en el gobierno local. Pero esa forma prebenda! de hacer política, consiste en la recompensa para manipular ciertos comportamientos deseados como una lógica de acuerdo que privatiza el mandato libre en mandato obligatorio. Este proceso es producto de acuerdos que se alcanzan fatigosamente, cuya fuerza depende del respeto al principio de reciprocidad. 3. En toda la oferta política, los clientes burocráticos como intermediarios se vincularon directa e indirectamente con los electores. Ellos facilitaron las transacciones entre actores que carecen de acceso a niveles de confianza e influencia política que permiten la toma de decisiones de política pública. Esos beneficios se otorgaron de cierta manera, con discursos y representación adheridos públicamente y presentados como "amor por el pueblo". Estas prácticas de oferta política no sólo deben entenderse como un intercambio "silencioso" de bienes por votos, sino que contienen elementos y palabras que convierten la acción distributiva en espectáculo, lo que sirve para influir de alguna manera en otros participantes que estáti indecisos. 4. En ese competencia entre partidos, los clientes prebéndales han politizado las organizaciones populares, cooptando a los dirigentes para convertirlos en simples clientes aspirantes, en función del partido al que pertenecen. La formación de clientelas en estos espacios sociales ha provocado la devaluación de las funciones cívicas o gremiales que cumplían en el pasado. Estas organizaciones se transformaron en espacios de faccionalis|mo y disputa entre clientes de diversos partidos, provocando divisiones durante los congresos y la subordinación de la organización a la lógica partidista en las campañas electorales. Se ha constatado que este tipo de clientes, incrustados en la organización vecinal, han sido relativamente inestables, porque su lealtad política dependía de la oferta prebenda! que viene de los partidos. Estas ofertas consistieron en la distribución personalizada y de bienes escasos, lo que originó dificultades de exclusión y desplazamiento entre clientes, muchas veces abandonando el partido con todo su séquito social, ya sea hacia otro partido o en busca de otro patrón o jefe político dentro del mismo partido. 5. La formación de clientes aspirantes en las organizaciones vecinales fue producto de la oferta política, esa situación afectó la eficacia y la capacidad de representar las demandas sociales. Estos dirigentes cuando son clientes buscan, ya sea la mediación, o la negociación con el poder municipal, cuando la base está movilizada. Sin embargo, los clientes de otros partidos usan estos espacios vecinales para oponerse en todos los aspectos a la política municipal vigente, bajo el argumento de la defensa del interés común. Estas pugnas han derivado en conflictos de difícil solución, que han llevado a la división y parálisis de la organización vecinal en la década de los años 90. 6. En democracia la oferta política simple ha sido usada como un mecanismo de domesticación preferido por los partidos grandes; en este sentido, el niercado político se ha expandido. Esto se expresa en la oferta prebendal como instrumento predilecto de estos partidos. Sin embargo, en El
102 Alto, esta estrategia no llegó a cautivar a los electores, solo tuvo un efecto efímero de participación masiva en proclamaciones públicas, es decir un apoyo y concurrencia a manifestaciones que no siempre se tradujo en votos efectivos. 7. La disminución del empleo estatal ha dado lugar a otras formas de oferta de carácter colectivo contractual, que se convirtieron en mecanismos relativamente efectivos para constituir a los ciudadanos en clientes. Esos servicios fueron devueltos en votos, donde los electores fueron sometidos a presiones para c u m p l i r el compromiso de votar. Se trata de relaciones que no promueven la afinidad ideológica, pero se basan en compromisos formales entre vecinos, gremios u organismos laborales, para que hipotequen colectivamente su votación en función de obtener un bien o servicio de interés común. 8. La relación clientelista, en sus diversas formas y manifestaciones cumple funciones de mediación política, que cubren los déficits de representación de intereses sociales de la mayoría de partidos. Es decir la función mediadora de intereses sociales parece reemplazarse por el servicio colectivo contractual. Sin embargo, este esquema de relación termina domesticando a los ciudadanos electores y dividiendo a la organización vecinal, además de que no satisface las necesidades sociales más apremiantes. Este proceso ha puesto en riesgo la estabilidad y credibilidad del sistema y su capacidad de continuar desempeñando estas mismas funciones de mediación. Más aún si, en su afán de copar espacios de influencia política, los partidos penetran mediante sus clientes en los organismos vecinales, gremiales y laborales. 9. La democracia prebenda! ha implicado enormes costos para los partidos sistémicos; quien hace política tenía que tener recursos, porque las campañas se convirtieron en un concurso de quién despliega más oferta. Para eso los partidos mediante los clientes burocráticos no vacilaron en desatar furibundas peleas para penetrar en los cuadros ejecutivos de FEJUVE. En la década de los años noventa, el organismo vecinal fue un espacüo privilegiado para que los partidos articulen a sus clientes distribuyendo estratégicamente la oferta política en las tres modalidades descritas, lo que condujo a mercantilizar los votos. Además los dirigentes vecinales llegaron a recibir ofertas personalizadas (candidaturas, dinero, favores político-legales); llevando a la crisis y descrédito del organismo vecinal. Esta situación ha sido revertida recientemente, mostrando la precariedad de las mediaciones clientelares y el descrédito de las prácticas de manipulación y domesticación de los ciudadanos, en las que han incurrido los partidos del sistema.
103 BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES
1. Fuentes documentales CORTE NACIONAL ELECTORAL 1997 Estadísticas electorales 1985-1995, La Paz BOL1V1A. MINISTERIO DE DESARROLLO IIUMANO 1994 Informe nacional sobre población y desarrollo. Documento elaborado por la unidad de Política de población con la colaboración de UNFPA, La Paz.
ESTRATEGIA SOCIAL MUNICIPAL DE EL ALTO (ESMA) 1997 Modelo municipal de desarrollo humano. 2da. ed., OPS, OMS, UNICEF, UNFPA, El Alto. FEDERACIÓN DE JUNTAS VECINALES DE LA CIUDAD EL ALTO 1993 Estatuto orgánico. El Mío. FEDERACIÓN DE JUNTAS VECINALES DE LA CIUDAD EL ALTO 1996 Informe final de resoluciones y conclusiones del magno IX congreso ordinario. El Alto. UNIDAD SANITARIA DE EL ALTO 1991 Proyecto de fortalecimiento de la atención primaria. El Alto. 2. Fuentes Jieremerográficas Carlos Toranzo "Clientelismo y ¡nstiUicionalidad", en Tiempo Político, La Razón 38, 18-97. Dossier: "Cuando el pueblo lloró por Max", Ultima Hora, 27-11-97. Jorge Lazarte "La herencia predemocrática de los partidos políticos", En Ventana, La Razón, 24-02-99 Jorge Lazarte "El código patrimonialista de la política y del poder", En Ventana, La Razón, 7-299. Presencia- años: 1989-1998 El Diarioaños: 1989-1998 Primera Plana - años: 1996-1997
3. Entrevistas informales en la ciudad de El Alto José Luis Choque. Entrevistado en la casa de campaña de CONDEPA el 12-11-97 Hugo Laruta. Entrevistado en su domicilio el 14-03-97 Jorge Paco Marín. Entrevistado en las Oficinas de la COR el 25-06-97 Julio Mamará Conde. Entrevistado en las oficinas de la PRESENCIA el 02-02-97 Lucía Tola. Entrevistada en la casa de campaña de CONDEPA en Villa Pacajes 03-04-97 Lucio Mendoza. Entrevistado en la casa de campaña del MNR el 24-04-97 Osear Michel. Entrevistado en la Dirección de Cultura de la Alcaldía el 14-07-97 Roberto Becerra. Entrevistado en la Casa de campaña del MIR, el 28-05-97 Andrés Flores. Entrevistado en el Local "Campiña", el 14-02-98
104
Irineo Condori. Entrevistado durante el X Congreso Ordinario de FEJUVE, el 13-02-98 Jorge Cussi. Entrevistado en la Dirección de Acción Comunal 14-01-97 (NOTA: A pedido expreso de algunas de cslas personas, y para preservar su anonimato, se dan nombres ficticios)
4. Bibliografía consultada Albo Xavier, Tomás Grcaves y Godofredo Sandóval 1981 CHUKIYA WU: La cara aynwra de La Paz. Vol 1. El paso a la ciudad, C1PCA, La Paz. 1982
CHUKIYAWU: La cara aymara de La Paz. Vol 2. Una odisea, buscar pega, C1PCA, La Paz.
Albo, Xíivicr 1991 "BOLIV1A: La Paz Chukiyawu, las dos caras de una ciudad" En: América Indígena, México, p. 107-149. 1992
1995
"Bases étnicas y sociales para la participación aymara en Bolivia". En: Fuerzas históricas de los campesinos de los Andes, Quito - Ecuador. Dolí vía Plurilingüe (Guía para planificador es), C1PCA-UNICEF, Vol. II, La Paz.
Anze, Rosario 1995 Construyendo una identidad en la zona sur de El Alto, CEBIAE, La Paz. Antezana, Mauricio 1993 El Alto desde El Alto, Ciudad en emergencia, UNITAS, La Paz. Antczana, Luis H. 1987 "Sistema y procesos ideológicos en Bolivia (1935-1979)" En: R. Zavaleta (comp.), Bolivia, hoy, XXI, México, p. 60-84. (Ira. edición 1983) Archondo, Rafael 1991 Compadres al micrófono: la resurrección metropolitana del ayllu, H1SBOL, La Paz. 1994
"Condepa: de la catacumba al cisma", En: Cuaderno de Cuarto ¡intermedio, N° 30, Compañía de Jesús, Cochabamba.
Arclaya, Gloria y Verdesoto Luis 1994 Racionalidades democráticas en construcción, ILDIS, La Paz. Auyero, Javier 1996 "La doble vida del clientelismo", En Sociedad N° 8, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, pp. 1 -18. 1998
"Todo por amor, o lo que quedó de la herejía. Clientelismo populista en la Argentina de los noventa", En Felipe Burbano (ed.),: El Fantasma del populismo: aproximación a un tema siempre actual, Nueva Sociedad FLACSO, Caracas-Venezuela, pp.81-118.
105
Balboa, Alfredo 1994 "Organi/acioncs cíe base del sector norte en la ciudad El Alto", En:Estrategias de organizaciones de base e instituciones pura enfrenlur la pobreza urbana. Estudio en El Alto Norte), SINERGIA, La Paz, p. 2-34. Barragán, Rossana 1990
Espacio urbano y dinámica étnica, La Paz en el siglo XIX, HISBOL, La Paz.
Bertliin, Geranio y Yañcz Ernesto 1999 '"¿Qué sabemos sobre nuestra democracia?" \L\\\Tinkazos, Revista boliviana de ciencias sociales, N° 3 PIEB, La Paz, pp.6-41. Bobbio Norberto 1984/1996 El futuro de la democracia, FCE, México. Blanes, José 1991 "El Estado y el increado de trabajo en Bolivia: redefinición a raíz de la crisis económica", En: Crisis fiscal, estado y mercado de trabajo (Reflexiones sobre América Latina y Bolivia), CEBEM, La Paz, p. 25-50. Blanco, Carlos y Sandóval G. 1993 La Alcaldía de La Paz, (entre populistas, modernistas y cultura/islas J985-J993), 1LDIS-IDIS, La Paz. Felipe Bm baño (ed.) 1998 Fantasma del populismo: aproximación a un tema siempre actual, Nueva Sociedad FLACSO, Caracas-Venezuela Burgwal, Gcrrit 1999 "Prácticas cotidianas de resistencia", En: Tom Salinan y Eduardo Kingman (cds.) Antigua modernidad y memoria del presente, culturas urbanas e identidad, Kingman, FLACSO, Quito, pp. 165-187. Calderón, Fernando 1984 Urbanización y etnicidad, (El caso de La Pa~), CERES, Cochabamba. Calderón, Fernando y Lascrna Roberto 1995 Paradojas de la modernidad: Sociedad y cambio en Bolivia, Fundación Milenio, CERES, La Paz. Casanovas, Roberto 1989 Informalidad e ilegalidad: una falsa identidad, CEDLA, La Paz. Cottle, Patricia y Carmen Beatriz Ruiz 1993 "La violencia de la vida cotidiana", En: Violencias encubiertas en Bolivia, Xavier Albo y Raúl fiarnos (coord.), C1PCA- Aruwiyiri, La Pa/, p. 79-189. Choque, Roberto y otros 1992 Educación Indígena, ¿ciudadanía o colonización!, Aruwiyiri, La Paz.
106
Dandlcr, Jorge 1982 El sindicalismo campesino cu Dolivia, (Los cambios estructurales en Vcureña), CERES, Cochabamba. Escobar de Pabón, Silvia 1992 Nueva Política Económica y sector informal urbano ¡985-1989. Taller de Política Social, 1LD1S, La Paz. Fcrnádcz, Jlionny 1993 En las manos: la ciudad de El Alto, Centro reporteros populares, Cochabamba.
Fossacrl, Robcrt 1994 "Modernización c identidades. México en el centro del nuevo mundo", En: Modernización e identidades sociales, G. Giménez R. Pozos (coord.), Universidad Nacional Autónoma de México, México, p.1-34. Glave, Luis Miguel 1989 TRAJINANTES. Caminos indígenas en la sociedad colonial. SIGLOS XVI-XVII, Instituto de Apoyo Agrario, Lima - Perú.
Jelté, Christiun 1989 De la loma del cielo por asalto a la relocalización, (Movimiento popular y democracia en Solivia 1976-1986), HISBOL, La Paz. Lazarte, Jorge 1987 "Crisis de identidad y ccntralidad minera", En: Repensando el país, Sucre, p. 153-180. 1989
Movimiento obrero y procesos políticos en Solivia, (Historia de la COB 1952-1987), ILD1S, La Paz.
1992
"Partidos Democracia, problemas de rcprcsenlatividad e informalización de la política" En Carlos Toranzo (ccl.),: Nuevos Actores Políticos, ILDIS-FACES, La Paz, 7-84.
1993
BOLIVIA: Certezas e incerlidumbres de la democracia, Vol. I, II, I I I , Amigos de Libro - 1LD1S, Cochabamba.
Lavaud, Jcan P ierre 1998 El embrollo boliviano. Turbulencias sociales y desplazamientos políticos 1952-1982, 1FEA - CESU - HISBOL, La Paz. Lomnitz, Larissa A. 1975/1991 Cómo sobreviven los marginados, Siglo XXI, México. Mansilla H.C.F. y Toranzo Carlos 1991 Economía informal y narcotráfico, ILDIS, La Paz. Mansilla, H.C.F. 1991 La cultura del autoritarismo ante los desafíos del presente, ensayo sobre una teoría de la modernidad, CEBEM, La Paz.
107
1992 . '»,
"Gobemabilidad, cute del poder y cultura política". En: R. A. Mayorga fcoord.). Democracia y gobernabilidad en América Latina, CEBEM- ILD1S, Nueva Sociedad, La Paz, p. 87-97.
1997
Tradición autoritaria y modernización imitativa, Dilemas de la identidad colectiva en América Latina, PLURAL, La Paz.
Mayorga, R.A. 1987 "Crisis del Estado y democracia", En: Democracia a la deriva, CERES-CLACSO, La Paz, p. 129-160. 1991
¿De la anomia política al orden democrático?, CEBEM, La Paz.
1992
"Gobemabilidad en entredicho: conflictos institucionales y sistemas presidenciales", En: Democracia y gobernabilidad en América Latina, CEBEM-ILDIS, La Paz, p.41-
. .-iííÍ!i55ih¿T
"
62. 1995
Antipolítica y Neopopulismo,. CEBEM, La Paz.
Mayorga, José Antonio 1996 Gonismo: discurso y poder 1985-1989, FACES-UMSS, Cochabamba. Mayorga, Fernando 1991 Max Fernández: La política del silencio, 1LDIS-UMSS, Cochabamba. Mayorga, Fernando (coord.) 1997 ¿EJEMONIAS? Democracia representativa y liderazgos locales, Percy Fernández. Manfred Reyes Villa, Mónica Medina, PIEB, La Paz. Miranda, Néstor 1977 Clientelismo y dominio de clase, (Modo de obrar político en Colombia), CINEP, Bogotá. Njain, Humberto 1996 "Clientelismo, mercado y liderazgo partidista en América Latina" En: La corrupción en la agenda global, Nueva Sociedad, N° 145, México, El Salvador, España, p.!38~ «**, 147. Nohlen, Dieter 1984/1995 Elecciones y sistemas electorales, Nueva Sociedad, Caracas. Pérez, Beatriz y Anze Rosario 1992 Las organizaciones populares y los movimientos reivindicativos en El Alto, CLBIAE. La Paz.
Romero, B. Salvador 1995 Electores en época de transición, Plural, La Paz.
108 Rivera, Silvia
1984
Oprimidos pero no vencidos, luchas del campesinado aymara y qhechwa, 1900-1980, HISBOL-CSUTCB, La Paz.
1987
"Autonomía y dependencia en el movimiento campesino contemporáneo; la CSUTCB y el proceso democrático" En: R. A.Mayorga (comp.) Democracia a la deriva, CLACSO-CERES, La Paz, p. 243-280.
1982
Política e ideología en el movimiento campesino Colombiano. C1NEP, Bogotá.
1993
"La raíz: colonizadores y colonizados", En: Violencia encubierta en Bolivia, Xavier Albo y Raúl Barrios (coord.) CIPCA-Aruwiyiri, La Paz, p.27-139.
Rivera, Silvia (comp.)
1996 "Trabajo de mujeres: explotación capitalista y opresión colonial entre las migrantes ¡ aymarás de La Paz y El Alto, Bolivia", En: Ser mujer indígena, chola y birlocha en la ^^j, Bolivia postcolonial de los anón 90, Ministerio de Desarrollo Humano, Secretaría Nacional de Asuntos Étnicos, de Género y Generacionales, La Paz, p. 163-279. Saravia, Joaquín y Sandóval G. 1991 Jach'a Uru: la esperanza de un pueblo, Carlos Palenque RTP y los sectores populares urbanos en La Paz. CEP-ILDIS, La Paz. Sandóval, Godofredo 1986 Las mil caras del movimiento social Boliviano, (De las jornadas de marzo a las jornadas de septiembre 1985), CLACSO, La Paz. Sandóval, Godofredo y Sostres Fernanda 1989 La ciudad prometida, SYSTEMA-1LDIS, La Paz. San Martín, Hugo 1991 Palenquismo: Movimiento Social, populismo e, informalidad Política, Amigos de Libro, La Paz. Sostres, Fernanda 1995 Poder contra poder y sobrevivencia, CIDEM, La Paz.
,,
•
Touraine, Alain 1992 "El cliente de los partidos como organización representativa del Pueblo a las máquinas políticas", En: Los partidos políticos en América Latina, Traducido por Vallejos, Bogotá, p. 40-41.
Taller de Historia Oral Andina 1986 Los constructores de la ciudad, tradiciones de lucha y de trabajo del Sindicato Central de Constructores y Albañiles 1908-1980, Sindicato Central de Constructores y Albañiles y THOA, La Paz.
Torrico, Martha •..->•.• ' 1994 Construyendo la metodología, (Una experiencia de trabajo), Centro de Promoción de la Mujer Gregoria Apaza, La Paz.
109
Toranzo, Carlos 1989 Nueva derecha y desprolelarización en Bolivia, UN1TAS-ILD1S, La Paz. 1992
"Carlos Palenque y el condcpismo", En: Nuevos Actores Políticos, ILD1S-FACES, La Paz, p.85-114. 1978 Clicntelisiiio y minifundio (Basen socio-económicas del poder político en un ^Vasco, M. Eloísa municipio) C1NEP, Bogotá. Zavalcta, Rene 1977 "Consideraciones generales sobre la historia de Bolivia (1932-1971)", Pablo Gonzáles (conip.), En: América Latina, Historia de medio, siglo XXI, México.
1987
"Las masas en noviembre", En: Bolivia, hoy, Siglo XXI, México, p. 11-59.
Weber, Max 1944 Economía y Sociedad. Esbozo de Sociología comprensiva. Vol II. Fondo de Cultura Económica, México. Zabludovsky, Gina 1993 Patrimonialifuno y modernización: Poder y dominación en la sociología del oriente de Max Weber, Fondo de Cultura Económica, México.