Instituto Universitario de Tecnología “Juan Pablo Pérez Alfonzo”
IUTEPAL Extensión – San Cristóbal
FÁRMACOS ADRENÉRGICOS Y ANTIADRENÉRGICOS
Autora: Vargas U. Ysamaria A. C.I.: V-27.361.614 Sección: 5036 Asignatura: Farmacología Docente: Celia Bustamante San Cristóbal, 03 de Julio de 2017
DROGAS AUTONÓMICAS Las drogas adrenérgicas son sustancias que al actuar sobre las células efectoras de forma directa o indirecta, producen efectos similares a los que provoca la estimulación de las fibras simpáticas postgangliolares o adrenérgicas. Además de las sustancias naturales adrenalina y efedrina, se han creado muchos compuestos sintéticos con el fin de hallar fármacos simpaticomiméticos potentes, sin los inconvenientes de aquellas, o con acciones selectivas sobre el sistema cardiovascular y bronquial o acciones especiales vasoconstrictora y vasodilatadora. Las drogas adrenérgicas o aminas simpaticomiméticos se clasifican en cuatro clases: Catecolaminas y afines, fenolaminas, fenilaminas y aminas heterocíclicas. A. Catecolaminas y afines: La adrenalina o epinefrina es el principio activo u hormona principal de la médula suprarrenal. La adrenalina se extrae de la glándula suprarrenal de bovino, o bien se obtiene por síntesis. La noradrenalina o norepinefrina, que es el transmisor químico simpático, existe también en la médula suprarrenal en pequeñas cantidades; se obtiene así mismo por síntesis, lo mismo que la dopamina, fisiológicamente precursora de la noredralina. Las otras catecolaminas empleadas en medicina son el isoproterenol, el salbutamol, la orciprenalina, la terbutalina y el fenoterol, todos de origen sintético. Catecolaminas y derivados del catecol: La adrenalina puede considerarse como un alcaloide, que forma sales hidrosolubles con ácidos como el clorhidrato y el bitartrato. La noradrenalina es químicamente la adrenalina demetilada, y constituye el predesor metabólico de esta última en el organismo. También existen isómeros l y d a los que se les aplica lo expresado para la adrenalina; así mismo se utiliza la noradrenalina o levarterenol en forma de bitartrato; dicha l-noradrenalina es el neurotransmisor simpático. La dopamina es la noradrenalina deshidroxilada, no posee actividad óptica y se emplea como clorhidrato. En la noradrenalina, la sustitución de un hidrógeno del grupo amino por un grupo isopropilo da lugar al isoproterenol o isoprenalina, empleado como clorhidrato y sulfato. Otro derivado es el salbutamol o albuterol sulfato; en realidad no es una catecolamina, pues deriva de la saligenina y posee un grupo butilo terciario en la función amina. En su farmacodinamia, las catecolaminas representan las drogas adrenérgicas simpáticomiméticas por excelencia, es decir, que sus efectos son similares a los producidos por la estimulación de la fibras ganglionares simpáticas, ya sea por unión con los adreno correceptores alfa efectos α o con los adrenorreceptore s beta efectos β. En el sistema cardiovascular, la adrenalina es un potente estimulante cardíaco por acción directa sobre el miocardio. Las acciones cardiovasculares en el hombre dependen de la vía de administración y de la dosis. Por vía intravenosa, con inyección rápida y dosis elevada (0,5 mg), se produce elevación muy acentuada de la presión arterial, taquicardia, aumento del volumen minuto y extrasistolia ventricular, aumento de la resistencia periférica y palidez por vasoconstricción cutánea. Por vía intravenosa, con inyección lenta y dosis pequeña (0.1 a 0.4 µg/kg por minuto), la adrenalina provoca taquicardia, aumento del volumen sistólico y del volumen minuto cardíaco, ascenso de la presión arterial sistólica y ligero descenso de la presión diastólica, sin mayor cambio de la presión
media, con disminución de la resistencia periférica. Quiere decir que a esta velocidad y dosis predomina la acción vasodilatadora correspondiente a un efecto beta-2 de la adrenalina (Especialmente en el músculo esquelético), y que el aumento de la presión arterial sistólica se debe a la acción estimulante cardíaca correspondiente a un efecto beta-1. Por vía subcutánea, con dosis usual (0.5 mg), la absorción es lenta debido a la acción vasoconstrictora en el sitio, por lo que los efectos son similares a los producidos por la inyección intravenosa lenta y en pequeñas dosis, pero con poco ascenso de la presión sistólica y con descenso de la presión diastó lica, predominando siempre los efectos beta de la adrenalina. Con respecto a las arterias coronarias, debe señalarse que la inyección subcutánea de 0.5 a 1 mg de adrenalina es capaz de provocar un acceso en pacientes anginosos, o bien la aparición de alteraciones electrocardiográficas de insuficiencia coronaria, por las razones antes dichas. No debe emplearse, por lo tanto, dicha droga en esos enfermos. En el hombre la inyección intravenosa lenta por goteo de noradrenalina en pequeñas dosis (0.1 a 0.4 µg/kg por minuto), produce elevación de la presión arterial sistólica y diastólica y de la presión media, aumento del volumen sistólico, pero sin modificación sustancial del volumen minuto, debido a la bradicardia que se produce, con aumento de la resistencia periférica. Estos hechos indican que el ascenso de la presión arterial se debe a la vasoconstricción periférica y que los efectos estimulantes cardíacos son contrarrestados, en lo que se refiere al volumen minuto, por la bradicardia. Los efectos presores de la noradrenalina se observan tanto en los sujetos normotensos como en los estados de hipotensión arterial incluyendo el shock. Si bien la administración de noradrenalina puede elevar la presión arterial por aumento de la resistencia periférica, también se vuelve contraproducente y puede precipitar la muerte por isquemia visceral, por lo que no debe emplearse en el shock hemorrágico y endotóxico. En el shock cardiogénico que se presenta generalmente en el infarto de miocardio, hay también vasoconstricción periférica y la adrenalina puede ser también contraproducente por las mismas razones. En el hombre la infusión intravenosa lenta de dopamina (2 a 5 µg/kg por minuto), produce: a) Ligero aumento de la presión sistólica, con discreta disminución de la diastólica, de manera que la presión arterial media prácticamente no se modifica. b) Aumento sustancial del volumen sistólico, con ligero aumento o ninguno de la frecuencia cardíaca, y aumento del volumen minuto. c) Discreta disminución de la resistencia periférica. Con una velocidad mayor (Más de 10 µg), se produce elevación de la presión sistólica y diastólica, y aumento de la frecuencia y volumen minuto cardíaco. A la inversa de lo que sucede con la noradrenalina, la dopamina puede ser beneficiosa en el shock hipovolémico, séptico y cardiogénico, y se eleva el porcentaje de supervivencia, con aumento del volumen minuto cardíaco, disminución de la isquemia visceral, especialmente renal, y ascenso de la presión arterial. El isoproterenol en los animales y en el hombre provoca descenso de la presión arterial por disminución de la resistencia periférica como consecuencia de la vasodilatación en todos los territorios, inclusive el músculo esquelético; este descenso tensional es más acentuado en la presión diastólica, mientras que la sistólica puede elevarse un poco con aumento de la presión diferencial y disminución de la presión media; estimulación cardíaca, sobre las cuatro propiedades del corazón, con producción de taquicardia, aumento de la fuerza de contracción y del volumen minuto, de la excitabilidad y conductibilidad, así como del
consumo de oxígeno. Dichos efectos adrenérgicos- beta β1 (Vasodilatación) у β2 (Estimulación cardíaca), son antagonizados por las drogas bloqueantes betaadrenérgicas como el propanolol. En pacientes con bloqueo auriculoventricular mejora la conducción y estimula los marcapasos, con aumento de la frecuencia cardíaca. Por otra parte, la droga es capaz de producir arritmias ventriculares. Estos efectos se observan con la inyección intravenosa, subcutánea e intramuscular, por vía inhalatoria y sublingual, y también por ingestión (La adrenalina, dopamina y noradrenalina no son activas por estas dos últimas vías). El isoproterenol puede ser beneficioso en el shock hipovolémico y endotóxico por su acción vasodilatadora, evita la isquemia visceral y estimulante cardíaca, mayor volumen minuto que puede elevar la presión arterial, pero que su acción es inferior a la de la dopamina que lo ha remplazado. En el shock cardiogénico no debe utilizarse por el aumento de consumo de oxígeno y la posible producción de arritmias. Para el salbutamol la potencia del efecto β1 es inferior al β2 y tiene poca acción estimulante cardíaca y taquicardizante, pero posee acción vasodilatadora periférica; en el isoproterenol los efectos β1 у β2 son de la misma potencia. La orciprenalina o metaproterenol posee una acción semejante a la del isoproterenol en forma paralela pero de potencia menor hasta 40 veces con respecto a la dosis. La terbutalina y el fenoterol actúan de forma semejante al salbutamol con efectos β2 preponderantes con respecto a β1, de modo que poseen poca acción estimulante cardíaca. En el sistema respiratorio, la inyección intravenosa de dosis elevadas de adrenalina en los animales y en el hombre provoca un paro respiratorio transitorio y apnea adrenalínica. Se trata de un reflejo inhibidor sobre el centro respiratorio a partir de los barorreceptores, causado por la elevación de la presión arterial. La inyección intravenosa lenta por goteo en el hombre produce un discreto aumento de la frecuencia y amplitud respiratorias por estimulación del centro respiratorio. En el asma bronquial humana, la adrenalina es capaz de suprimir el acceso principalmente por broncodilatación, pero también por disminución de la congestión bronquial debido a su acción vasoconstrictora; se produce aumento de la capacidad vital forzada y del volumen de espiración forzada en un segundo, disminuidos en el asma y con reducción de la capacidad residual funcional. La noradrenalina estimula la respiración, al igual que la adrenalina, pero es un broncodilatador mucho menos potente, lo mismo que la dopamina . El isoproterenol y el salbutamol poseen una prominente acción relajadora de la musculatura bronquial. En el hombre, en los casos de asma bronquial, producen ali vio de la disnea y aumento de la capacidad vital forzada y del volumen de espiración forzada en un segundo. La potencia relativa de estos dos fármacos es similar, sin embarg o frente al isoproterenol, el salbutamol tiene la ventaja de que los efectos β2 son más potentes que l os β1 ya que la acción broncodilatadora se acompaña de pocos efectos cardíacos y su acción es más prolongada. La orciprenalina y derivados poseen acciones broncodilatadoras similares a las del isoproterenol, pero menos potente con respecto a la dosis y con acción más prolongada; la terbutalina y el fenoterol son más potentes que la orciprenalina y en dosis equivalentes para la acción broncodilatadora producen menos efectos cardíacos. En el riñón y tracto urinario, la inyección subcutánea de 0.5 mg de adrenalina provoca una reducción intensa del caudal sanguíneo renal, vasoconstricción de las arteriolas aferentes y eferentes glomerulares, mientras que el volumen del filtrado glomerular no se modifica, por lo que la fracción de filtración
aumenta; esto último puede explicarse por una vasoconstricción intensa de la arteriola eferente del glomérulo; el volumen urinario por lo general no se modifica. La noradrenalina por goteo intravenoso produce efectos semejantes, con una intensa vasoconstricción renal. En cambio, la dopamina produce una sustancial vasodilatación renal y aumento del flujo sanguíneo, con incremento de la filtración glomerular, lo que no ocurre con ninguna de las aminas simpaticomiméticos y que lleva en los pacientes en shock a un aumento de la diuresis por ac ción de la dopamina, que constituye un signo satisfactorio. La vasodilatación renal no corresponde a los receptores beta sino a un receptor dopaminérgico especial. Eso ocurre con velocidades lentas de la infusión intravenosa (2 a 5 µg/kg por minuto), mientras que con velocidades superiores (Más de 10µg/kg por minuto), se produce vasoconstricción renal, y disminución del caudal sanguíneo renal. Por su parte, el isopoterenol posee una discreta acción vasodilatadora renal mediada por receptores beta-2, mucho menor que la de la dopamina; en los pacientes con shock no aumenta el volumen urinario. A nivel del útero, la noradrenalina provoca aumento del tono y de las contracciones del útero grávido, mientras que el isoproterenol y la adrenalina producen inhibición uterina. La orciprenalina y el fenoterol poseen una acción depresora sobre la musculatura uterina que disminuye el tono y las contracciones uterinas durante el parto, lo cual es útil en el sufrimiento fetal; la contractilidad excesiva perjudica a la madre y al feto. A nivel ocular, la adrenalina produce midriasis y estimulación de las fibras radiales del iris. En los mamíferos y en el hombre para que se observe este efecto cuándo se instila la droga en el fondo del saco conjuntival, se requieren concentraciones elevadas. Como midriático, la noradrenalina es más potente que la adrenalina, mientras que el isoproterenol no lo es. En el sistema nervioso, en contraposición con las fenilaminas, las catecolaminas poseen pocas acciones estimulantes en el SNC, no atraviesan fácilmente la barrera hematoencefálica. Sin embargo la adrenаlina, en menor grado que la noradrenalina y el isoproterenol, es capaz de provocar inquietud, aprensión y temblores que se deben más bien a la producción de fenómenos periféricos como la taquicardia y palpitaciones. La adrenalina puede facilitar la transmisión a nivel de la unión neuromuscular y así posee cierta acción anticurarizante que antagoniza los efectos bloqueantes neuromusculares de los curarizantes antidespolarizantes como la tubocurarina; restablece temporariamente la actividad muscular y mejora la potencia muscular en los pacientes con miastenia grave en forma fugaz. No se conoce exactamente el modo de acción y se cree que se trata de un efecto alfa. Por otra parte la adrenalina aumenta la respuesta muscular a la neostigmina. En el músculo esquelético, la adrenalina y el isoproterenol aumentan la excitabilidad y la contractilidad, tanto del músculo no fatigado como del fatigado, en cuyo caso las drogas pueden restaurar aquellas propiedades del músculo; tampoco se conoce bien el modo de acción y se cree que se trata de un efecto beta-2. Se relaciona con esta acción la producción de temblor, sobre todo de los dedos, por los simpaticomiméticos como la adrenalina, isoproterenol, salbutamol y terbutalina por acción sobre los receptores adrenérgícos beta-2. Este efecto es antagonizado por los agentes bloqueantes beta-adrenérgicos como el propranolol. La adrenalina estimula el metabolismo con aumento del consumo de oxígeno hasta el 30%, por acción directa sobre las células de todos los órganos; el metabolismo basal se eleva. La
noradrenalina posee esa acción calorigénica, pero es mucho más débil y algo mayor para el isoproterenol y la dopamina. La inyección de adrenalina, y en mucho menor grado la de noradrenalina, dopamina e isoproterenol, produce hiperglucemia y a veces glucosuria, y antagoniza la acción hipoglucemiante de la insulina. Se debe a la movilización de glucosa desde el hígado por transformación del glucógeno, de manera que esta última sustancia disminuye en dicho órgano. El glucógeno muscular también es transformado por las catecolaminas en ácido láctico que pasa a la sangre, de manera que el nivel de lactato sanguíneo aumenta. Las catecolaminas aumentan la concentración de los ácidos grasos libres en la sangre, el AMP cíclico activa la lipasa del tejido adiposo, con lo que las grasas se desdoblan y forman ácidos grasos que pasan a la sangre y pueden ser utilizados para producir energía. En su acción sobre la sangre, la inyección subcutánea de adrenalina produce aumento del número de eritrocitos, de leucocitos y del nivel de hemoglobina; se atribuyen esos fenómenos a la esplenocontracción que produce dicha droga. La adrenalina produce disminución del número de eosinófilos en la sangre circulante; esta eosinopenia se atribuye a la estimulación de la adenohipófisis por intermedio del hipotálamo y secreción de corticotropina, que a su vez estimula la secreción de corticosteroides suprarrenales y ocasiona la disminución de los eosinófilos. En efecto, la adrenalina no produce tal respuesta en animales hipofisectomizados o bien en pacientes con enfermedad de Addison o hipopituitarismo. La noradrenalina y el isoproterenol no producen eosinopenia. La noradrenalina y especialmente la adrenalina provocan la agregación de plaquetas. La dopamina en pequeñas dosis posee la misma acción, pero en dosis elevadas produce desagregación y puede antagonizar la acción de la adrenalina. Referente a su tolerancia, en los casos de asma en que se usa frecuentemente la adrenalina y demás simpaticomiméticos, puede observarse la necesidad de aumentar la dosis, que llega a la resistencia, tolerancia o refractariedad en los casos avanzados. No se conoce la causa de esta tolerancia. Referente a su mecanismo de acción, la adrenalina, la noradrenalina y el isoproterenol actúan directamente sobre las células efectoras, ya que sus acciones se producen en órganos aislados y persisten después de la sección de los nervios simpáticos, y cuando estos han degenerado, las estructuras orgánicas originan respuestas aumentadas supersensibilidad para desnervación. La noradrenalina constituye el neurotransmisor químico fundamental de las fibras simpáticas posganglionares. En cuanto a la dopamina, además de la acción directa que ejerce sobre los receptores alfa y beta-1, se acepta una acción indirecta en lo que se refiere especialmente al miocardio, es decir, que la acción de dopamina es la de liberar noradrenalina desde las terminaciones nerviosas adrenérgicas, de manera que se trata de una amina simpaticomimético de acción mixta. Referente a su toxicidad, la noradrenalina no es una droga inocua y puede producir reacciones adversas leves o graves. Las reacciones adversas leves se observan con las dosis ordinarias por las vías habituales subcutáneas, intramusculares en personas susceptibles, especialmente en neuróticos en hipertiroideos. Dichos trastornos son nerviosos como el miedo, ansiedad, cefalea pulsante, temblores y mareos y cardiovasculares. Estas manifestaciones no son graves y desaparecen con reposo, quietud y tranquilización del paciente. Las reacciones adversas graves aparecen generalmente por la inyección subcutánea de dosis altas, por error dosis mortal de 10 a 20 mg o bien de dosis ordinarias, si la
inyección ha sido accidentalmente intravenosa. Las manifestaciones son principalmente cardiovasculares (Hipertensión arterial, angina de pecho en pacientes con insuficiencia coronaria aún con las dosis comunes y arritmias ventriculares, taquicardia y fibrilación ventricular). Los accidentes hipertensivos o cardíacos se tratan con fentolamina bloqueante alfa-adrenérgico y propranolol bloqueante betaadrenérgico. El ataque anginoso se trata con trinitrina por vía sublingual, mientras que para la fibrilación ventricular debe utilizarse el desfibrilador eléctrico, visceral, especialmente renal y ascenso de la presión arterial. Las manifestaciones indeseables de la noradrenalina, levarterenol y dopamina son semejantes a las que provoca la adrenalina, pero menos intensas y, además, se agregan manifestaciones locales. La noradrenalina y la dopamina empleadas por infusión intravenosa pueden provocar dolor intenso y formación de escaras por vasoconstricción enérgica, si se produce extravasación de la droga. Este accidente es poco frecuente con la dopamina. Las reacciones adversas sistémicas son semejantes a las producidas por la adrenalina, pero menos intensas: Trastornos nerviosos ansiedad, cefalea y dificultad respiratoria; manifestaciones cardiovasculares para la noradrenalina en dosis altas, hipertensión arterial, cefalea violenta, fuertes palpitaciones, palidez intensa y vómitos; para la dopamina, así mismo, hipertensión arterial y vómitos. Ambas drogas son capaces de producir arritmias ventriculares peligrosas, sobre todo durante la anestesia con halotano o ciclopropano. La detenció n rápida de la fleboclisis con noradrenalina puede ocasionar una caída intensa de la presión arterial. El isoproterenol es capaz de provocar trastornos semejantes a los de la adrenalina. Con menor frecuencia pueden ser nerviosos, como cefalea, temblor, ansiedad y mareos; cardiovasculares como taquicardia, palpitaciones, dolor precordial en pacientes anginosos y algunas veces extrasístoles ventriculares, bigeminismo y muerte inesperada. La orciprenalina, salbutamol, terbutalina y fenoterol son capaces de producir reacciones adversas semejantes a las del isoproterenol, pero con mucha menor frecuencia e intensidad, sobre todo con las tres últimas drogas. El isoprotereno l y la orciprenalina no deben emplearse en pacientes anginosos, lesiones miocárdicas graves, y con cuidado en la tirotoxicosis; el salbutamol, terbutalina y fenoterol poseen pocos efectos beta-3. B. Fenolaminas: Este grupo de drogas simpaticomiméticos está constituido por fármacos obtenidos por síntesis, todos derivados fenólicos; corresponden a dos clases: Según posean el hidroxilo fenólico en posición meta, con efectos alfa predominantes fenilefrina clorhidato, norfenefrina clorhidrato, etilefrina clorhidrato, metaraminol y bitartrato; o en posición pura, con efectos beta y de menor importancia, bametano sulfato e isoxsuprina clorhidrato. En su farmacodinamia, las fenolaminas con el hidroxilo en la posición meta, es decir la fenilefrina, norfenefrina, etilefrina y metaraminol, provocan elevación de la presión arterial aminas presoras por vasoconstricción con aumento de la resistencia periférica y cierta estimulación cardíaca; esta última es de potencia menor que para las catecolaminas. La acción presora es de duración mayor que para estas últimas, especialmente en el caso del metaraminol y la etilefrina; al elevarse la presión arterial se produce bradicardia que puede abolirse con la atropina. La acción estimulante cardíaca es mayor con la norfenefrina, la etilefrina y el metaraminol, y mínima con la fenilefrina, que debe su acción presora casi exclusivamente a la vasoconstricción; tan cierto es que los efectos
beta en general son débiles que, aún para la norfenefrina y la etilefrina, la acción presora es disminuida pero no ser invertida por los agentes bloqueantes adrenérgicos. La administración continua de metaraminol puede llevar a una disminución de la acción presora, fenómeno típico de taquifilaxia. En los casos de shock, existe con estas drogas la misma acción que para la noradrenalina, es decir, que puede ser contra producente y acelerar a muerte. En las fenolaminas con el hidroxilo en posición, predominan los efectos beta vasodilatadores; es así que con el bametano y con la isoxsuprina se produce descenso de la presión arterial, vasodilatación con disminución de la resistencia periférica, especialmente de las extremidades, tanto en personas normales como en las afectadas de aterosclerosis periférica. En su mecanismo de acción, la fenilefrina y la norfenefrina actúan directamente sobre las células efectoras uniéndose a los receptores alfa principalmente. La acción adrenérgica es ante todo indirecta. Libera noradrenalinade las terminaciones simpáticas, aunque también posee cierta acción directa sobre las células efectoras: Se une especialmente a los adrenorreceptores alfa. El metaraminol produce depleción de la noradrenalina en diversos órganos y los depósitos de dicho neurotransmisor son ocupados por aquella droga. En gránulos de las terminaciones simpáticas, el metaraminol produce liberación de noradrenalina; la acción presora del metaraminol disminuye mucho, pero no desaparece del todo. El fenómeno de taquifilaxia se puede explicar por la depleción de noradrenalina que produce el metaraminol. En su farmacocinética, las fenolaminas no son atacadas por la catecolO-metiltransferasa, y las que poseen un grupo metilo en el carbono alfa, como el metaraminol, tampoco lo son. Por lo tanto son de acción prolongada y han de excretarse por el riñón. Referente a su toxicidad, las fenolaminas produ cen reacciones adversas con menor frecuencia que las catecolaminas; las reacciones que a veces ocasiona el metaraminol empleado por infusión intravenosa, cuando se produce extravasación, son poco frecuentes y de carácter inflamatorio, pero sin originar escaras como la noradrenalina. Las manifestaciones de la etilefrina y el metaraminol consisten en una elevación excesiva de la presión arterial, con cefalea y palpitaciones; con el metaraminol pueden producirse extrasístoles ventriculares y durante la anestesia con halotano y ciclopropano, la aparición de taquicardia ventricular. La hipertensión cede disminuyendo la dosis, lo mismo que las arritmias. Fenolaminas vasodilatadoras: El bametano y la isoxsuprina son poco tóxicos y capaces de producir algunos trastornos cardiovasculares, como descenso de la presión arterial, acompañado de mareos y palpitaciones; y trastornos gastrointestinales, como molestias epigástricas, náuseas y vómitos, que ceden con la disminución de la dosis. En sus contraindicaciones, estas drogas han de usarse con cuidado sobre todo por vía parenteral, en pacientes ancianos con graves lesiones arteriales, y no debe usarse el metaraminol durante la anestesia con halotano o ciclopropano en la misma forma que con la noradrenalina. Referente a sus vías de administración, las fenolaminas pueden administrarse por vía oral, intramuscular e intravenosa, según la urgencia y necesidad del caso; la fenilefrina se emplea también localmente. En sus interacciones medicamentosas: a) Como el metaraminol actúa liberando noradrenalina de las terminaciones nerviosas, y como las drogas antidepresivas impiden la metabolización intraneuronal de la noradrenalina, aumenta la cantidad liberada y puede producir mayor acción hipertensiva y aun arritmias
cardíacas. b) La guanetidina supersensibiliza los simpaticomiméticos directos fenilefrina y norfenefrina, y aumentan sus acciones presoras y midriática tal como sucede con la noradrenalina. Indicaciones terapéuticas y plan de administración. Hipotensión arterial: En lo que se refiere al shock, no conviene el empleo de las fenolaminas presoras. En estados hipotensivos agudos sin shock como en la anestesia raquídea, intoxicación por depresores centrales, durante las operaciones graves con dosis excesivas de fármacos vasodilatadores e hipotensores; la duración de acción en esos casos puede ser de 30 o 45 minutos; también puede emplearse el metaraminol por las mismas vías y dosis con buenos resultados. En los casos graves puede utilizarse el metaraminol por infusión intravenosa continua en la dosis de 200µg/min, adaptando la velocidad con la presión arterial. En realidad esta droga reemplaza a la noradrenalina, también muy poco usada, ya que actúa igual. En la hipotensión arterial crónica debido a procesos funcionales o bien en la posoperatorio, posinfecciosa, incluyendo la ortostática, la norfenefrina y la etilefrina por vía bucal en las dosis usuales, dan resultados satisfactorios en general con atenuación o desaparición del mareo, cefalea y cansancio, tanto en adultos como en niños. Afecciones vasculares periféricas: En la aterosclerosis obliterante, tromboangeitis obliterante y enfermedad de Raynaud, puede utilizarse el bametano o la isoxsuprina por su acción vasodilatadora, con el fin de actuar con el elemento funcional y espasmódico y favorecer el desarrollo de una circulación colateral. Usos locales. Aplicación ocular: Se utiliza la fenilefrina en la congestión ocular, en la irritación conjuntival, conjuntivitis alérgica, conjuntivitis folicular en solución al 0,12% satisfactoriamente. También se utiliza en concentraciones elevadas para producir midriasis sin cicloplejía, especialmente para realizar un examen del fondo de ojo, sin mayor peligro de provocar una presión intraocular, salvo en el glaucoma con ángulo cerrado. La midriasis es algo menor que la que ocasionan las drogas anticolinérgicas, pero con la ventaja de no provocar trastorno en la acomodac ión, sin embargo la droga es algo irritante para el ojo; los resultados son convenientes. C. Fenilaminas: La efedrina es un alcaloide que se extrae de distintas plantas del género Ephedra, especialmente la ephedra equisetina y la ephedra sinica. También se obtiene por síntesis así como las otras fenilaminas como la anfetamina. Desde el punto de vista químico, la efedrina es un derivado fenílico que no posee hidroxilos sobre el anillo bencénico, por lo que es estable, no se oxida espontáneamente como las catecolaminas, y es activa por vía bucal. De los isómeros ópticos enantiomorfos, el más potente es la l-efedrina o efedrina propiamente dicha, alcaloide natural y su actividad es triple con respecto a la de la d-efrina, de manera que la dl-efrina o racefedrina tiene alrededor de 2/3 de la potencia de la l-efedrina; esta última es el preparado de elección, usado como clorhidrato o sulfato. La d-seudoefedrina es siete veces más potente que la l-seudoefedrina y cinco veces menos que la lefedrina, por lo que se emplea seudoefedrina como clorhidrato. La anfetamina al igual que la efedrina, es una fenilisopropilamina y tampoco tiene hidroxilicos fenólicos, por lo que es estable y activa por boca. Posee un carbono asimétrico, de manera que existen isómeros ld-dextroanfetamina y dl-anfetamina; el isómero d, dextroanfetamina o dexanfetamina, posee igual potencia presora que el l, pero es mucho más activo como estimulante del SNC que este último. En su farmacodinamia, las fenilaminas poseen acciones adrenérgicas, con efectos alfa y beta, y además son estimulantes del SNC.
En el sistema cardiovascular, la efedrina provoca estimulación cardíaca con aumento del volumen minuto cardíaco, de la fuerza de contracción y de la frecuencia. En dosis altas, es depresora cardíaca. La inyección de efedrina produce elevación de la presión arterial por estimulación cardíaca y vasoconstricción arteriolar, al igual que la adrenalina, pero de menor potencia por su estabilidad. No se observa hipotensión por vasodilatación secundaria ni inversión de acción por drogas bloqueantes alfaadrenérgicas, sino sólo anulación de efectos. Los territorios arteriales contraídos por la efedrina son los de la adrenalina, como el esplácnico y el renal, mientras que las coronarias son dilatadas. Aplicada a las mucosas, la efedrina produce vasoconstricción sin dilatación posterior, como puede observarse fácilmente en la mucosa nasal; su ingestión tiene el mismo efecto, pero menos potente. Las acciones de la seudoefedrina son semejantes a las de la efedrina pero los fenómenos de taquifilaxia son más acentuados. La anfetamina produce efectos presores por vasoconstricción periférica y estimulación cardíaca en los animales y en el hombre, en forma semejante a la efedrina; así mismo se observa el fenómeno de taquifilaxia. Las dosis altas son capaces de producir arritmias cardíacas y taquicardia paroxística. La dextroanfetamina o dexanfetamina posee acciones cardiovasculares de igual potencia que la anfetamina, pero es mucho más activa como estimulante central. En el sistema nervioso central, las fenilaminas poseen acción estimulante sobre el SNC y la anfetamina es muy potente en ese sentido. La efedrina produce efectos semejantes a los de la anfetamina, pero menos potentes que estimulan los centros corticales, bulbares y mesencefalicos, incluyendo el centro respiratorio. En esta forma antagoniza la acción de las drogas depresoras centrales, y es efectiva en los casos de narcolepsia. En el hombre frecuentemente produce insomnio, excitación nerviosa, temblores e hiperactividad motora, especialmente con dosis altas. En el sistema respiratorio, la efedrina estimula el centro respiratorio y puede aumentar el volumen minuto respiratorio. La musculatura bronquial es relajada por la efedrina, y este efecto antiespasmódico es semejante al de la adrenalina; en el asma bronquial humana es capaz de aumentar la capacidad vital, el volumen de espiración forzada en un segundo y aliviar la disnea. En ese sentido, el efecto de la efedrina es menos potente pero más sostenido que el de la adrenalina. La efedrina estim ula el centro respiratorio, con aumento de la amplitud y frecuencia de la respiración. En cambio, la acción antiespasmódica bronquial no es acentuada y dicha droga no resulta útil en el asma bronquial. Como otras acciones, la efedrina y la anfetamina, por sus afectos adrenérgicos, producen relajación del músculo detrusor, mientras que el trígono y el esfínter vesical son contraídos; este espasmo del esfínter vesical puede provocar disuria y retención urinaria algunas veces, pero por otra parte se aprovecha para los casos de enuresis. La efedrina y la anfetamina provocan midriasis cuando se aplican localmente y después de la administración general; esto último poco manifiesto para la anfetamina. Estas drogas no se emplean en oftalmología. La efedri na sólo aumenta ligeramente el metabolismo basal, alrededor de un 15%. Provoca hiperglucemia, pero en forma menos intensa que la adrenalina. Los efectos reductores del peso corporal y anorexígenos de la anfetamina. La efedrina también intensifica el efecto estimulante que las catecolaminas poseen sobre la respuesta muscular a la neostigmina, lo que constituye la base para su empleo en la miastenia grave. Referente a su tolerancia, además de los fenómenos de taquifilaxia, que se observan con todas las fenilaminas,
la anfetamina es capaz de producir tolerancia verdadera en algunos pacientes, especialmente a los que se refiera las acciones centrales. Para la efedrina, también puede existir tolerancia, pero en pequeño grado. Referente a su modo y mecanismo de acción, las fenilaminas adrenérgicas provocan liberación de noradrenalina de las terminaciones nerviosas simpáticas, desde las vesículas sinápticas del pool móvil II, de manera que producen una respuesta adrenérgica indirecta; eso se refiere a la efedrina y anfetamina.
DROGAS BLOQUEANTES ADRENÉRGICAS O SIMPATICOLITICAS Se denominan a los fármacos que actuando sobre las células efectoras inhiben sus respuestas a los impulsos de las fibras adrenérgicas pos ganglionares y a las catecolaminas, neurotransmisores simpáticos .y bloquear los receptores adrenérgicos. Se trata de un bloqueo postsináptico, pero el bloqueo adrenérgico simpático puede conseguirse por otros medios: a) Inhibiendo la liberación de las catecolaminas por las fibras adrenérgicas, la guanetidina, en cuyo caso se trata de un bloqueo presináptico y las drogas correspondientes han sido denominadas simpaticopléjicas para distinguirlas de las simpaticolíticos. b) Por depleción de catecolaminas en el las terminaciones nerviosas nerviosas simpáticas. c) Por bloqueo a nivel de los ganglionares o ganglioplejicos, actualmente en desuso. Los primeros dos grupos que actúan en las terminaciones de la neurona simpática excitadora reciben el nombre de bloqueantes adrenérgicos neuronales. Las drogas bloqueantes adrenérgicas o simpaticoliticas corresponden a dos clases: a) Las que actúan bloqueando los receptores adrenérgicos-alfa e impiden los efectos alfa de las catecolaminas y de los impulsos nerviosos simpáticos correspondientes a dichos receptores, y se denominan agentes bloqueantes adrenérgicos-alfa e impiden los efectos alfa de las catecolaminas y de los impulsos nerviosos simpáticos correspondientes a dichos receptores adrenergeticos-alfa, bloqueantes alfaadrenérgicos o simplemente bloqueantes alfa, y comprenden las imidazolinas y los alcaloides del cornezuelo de centeno; especialmente los deshidrogenados y derivados, haloalquilaminas, y aminoquinazolinas (Prazosina, Benzodioxanos y Yohimbina). b) Las que actúan sobre los receptores adrenérgicos-beta e impiden los efectos de las catecolaminas y de los impulsos nerviosos simpáticos correspondientes a dichos receptores adrenérgico-beta e impiden los efectos de las catecolaminas y de los impulsos nerviosos simpáticos correspondientes a dicho receptores; se trata de drogas con estructura química semejante a la del isoproterenol, catecolaminas esencialmente con efectos beta, que actúan por competición con aquellas sobre todo los mismos receptores. A. Agentes bloqueantes alfa-adrenérgicos: Imidazolinas: Se ha visto que algunos de los derivados de la imidazolina o imidazolinas son simpaticolíticos o bloqueantes alfaadrenérgicas y el más importante es la fentolamina. Existe también un compuesto sintético de menor potencia simpaticolítico, que es la tolazolina. De acuerdo con su estructura química, ambas drogas poseen además acción adrenérgica, es decir, que
son agonistas parciales, a semejanza de la nafazolina, y como son derivados del imidazol poseen algunas de las acciones de la histamina y de la pilocarpina, agente parasimpaticomimético. Farmacodinamia. En el sistema cardiovascular, las imidazolinas aumentan la frecuencia y amplitud de las contracciones cardíacas. Acción adrenérgica-beta: Mientras que dosis altas provocan depresión del corazón; para esos efectos, la fenotalamina es la droga menos activa. La inyección intravenosa provoca una elevación de la presión arterial por vasoconstricción asplácnica. Acción adrenérgica-alfa: A veces se produce descenso de la presión arterial, sobre todo con la fentolamina. Acción bloqueante alfa-adrenérgica: Las imidazolinas tienen la propiedad, si se inyectan previamente, de provocar la inversión de acción de la adrenalina, que produce entonces descenso de la presión arterial en vez de elevación. Fenómeno de dale: Se bloquean pues lo efectos alfa de la adrenalina. Vasoconstricción: Así mismo, se invierte la respuesta presora por la estimulación del nervio asplácnico. Liberación de adrenalina de la medula suprarrenal: La acción bloqueante alfa-adrenérgica de las imidazolinas se muestran por la inhibición de la contracción de la membrana nictitante del gato producida por estimulación eléctrica del simpático cervical. Efecto alfa: Como bloqueante alfa-adrenérgico, la fentolamina es la droga más potente, pero el bloqueo en todos los casos es de corta duración y no es muy intenso. Es personas normales y en individuos hipertensos, la fentolamina produce un descenso discreto e inconstante de la presión arterial, especialmente con dosis elevadas. Dada la inconstancia de esta acción y el hecho de poseer acción simpaticomimético. Agonista parcial: Dicha droga es ineficaz para el tratamiento de la hipertensión arterial. En los pacientes afectados de feocromocitoma, en que existe un exceso de catecolaminas circulantes, la fentolamina en pequeñas dosis provoca caída de la presión arterial. La tozalamina, en personas normales y en dosis terapéuticas no modifica la presión arterial, pero produce taquicardia, acción simpaticomimético y enrojecimiento cutáneo. En pacientes hipertensos la presión arterial no se modifica con tratamiento continuo. En el tracto gastrointestinal, las imidazolinas estimulan la secreción gástrica; la fentolamina es la droga menos potente. La musculatura del intestino delgado y grueso es también estimulada y puede producirse diarrea por hipertaltismo, acción parasimpaticomimetico o colinérgica, ya que es antagonizada por la atropina. En dosis elevadas, la actividad motora puede ser deprimida, sobre todo con la fentolamina. En su farmacocinética, éstas drogas se absorben en el tracto gastrointestinal, pero por esta vía su acción es mucho menor que las vías parenterales, lo que indica una absorción poco completa. La fentolamina se metaboliza casi totalmente en el organismo, de manera que se recupera la orina solo una fracción de la dosis administrada. Referente a su toxicidad, la fentolamina no es una droga muy tóxica pero puede dar lugar a enrojecimiento de la cara, taquicardia, palpitaciones, hipotensión ortostática y dolor anginoso, mareo, aprensión y erección pilosa; se trata por lo general de síntomas de poca intensidad que ceden al suprimir la droga o disminuir la dosis. En sus preparados, vía de administración y dosis, se encuentra en ampollas de 1ml con 10mg. Su dosis usual es de 5mg. En sus interacciones medicamentosas, las drogas antidepresivas inhibidoras de la MAO en forma indirecta por medio de la tiramina de los alimentos provocan un cuadro hipertensivo arterial. En sus indicaciones terapéuticas y plan de administración, el tratamiento del feocromocitoma es quirúrgico, pero puede emplearse la fentolamina
en el preoperatorio, 1 o 2 horas antes, para prevenir la hipertensión paroxística durante la manipulación del tumor y también durante la operación si se produce. El síndrome hipertensivo agudo producido por la ingestión de queso, especialmente durante el tratamiento con drogas inhibidoras de la MAO, es muy eficaz la administración intravenosa de 5 mg de mesilato de fetolamina que generalmente termina con el cuadro hipertensivo. También se emplea la fentolamina por las mismas vías y dosis que en el caso interior de la intoxicación por los adrenérgicos con acciones alfa como la adrenalina y la noradrenalina. Asé mismo, cuando se produce extravasación de una solución de noradrenalina por fleboclisis, deben inyectarse localmente 5 a 10 mg de fentolamina con el fin de prevenir la necrosis y escara. Alcaloides del cornezuelo de centeno y derivados: Los alcaloides naturales comprenden dos clases que incluyen tres grupos: a) Alcaloides polipeptidicos o ergonopepticas: Grupo de la ergotamina y la ergosina, y el grupo de la ergotoxina, a saber, la ergocristina, la ergocriptinas y la ergocornina. b) Alcaloides no polipéptidicos: Grupo de la ergobasina, la ergobasina o ergonovina. Estos alcaloides poseen dos acciones farmacológicas fundamentales: La estimulante del músculo liso, común a todos los alcaloides del cornezuelo de centeno y la acción simpaticacolitica o bloqueante alfa-adrenérgica, patrimonio de los alcaloides polipepticos. Ahora bien, por hidrogenación de estos últimos se pierde casi totalmente la primera acción, y queda reforzada la acción bloqueante alfa-adrenergética. De ellos se utiliza: La dehidroergotamina; la dihidroergocristina; la dehidroergotoxina, codegocrina o ergoloidemesilato, que es una asociación de dihidroergocristina, dihidroergocornina y dihidroergocriptina en partes iguales. Farmacodinamia. En el sistema cardivascular, la acción de los vasoconstrictores periféricos y la estimulación del músculo liso, no se ha podido demostrar la acción bloqueante alfa-adrenérgica de esas sustancias en el hombre. Los alcaloides dihidrogenados, en especial la dihidroergotoxina o codergocrina y la nicergolina, administrados por vía oral intravenosa provocan un descenso de la presión arterial en el hombre normal e hipertenso, en forma transitoria, que dura alrededor de una hora. Con la dihidroergotoxina se produce disminución de la frecuencia cardíaca y aumento del caudal circulatorio, y la temperatura cutánea de los miembros, lo que indica vasodilatación periférica, lo mismo sucede con la nicergolina y la dihidroergocristina. En cambio, estas acciones no se observan con dihidroergotamina, que actúa como vasoconstrictora. Tampoco es posible demostrar en el hombre el efecto bloqueante alfa-adrenergético por el fenómeno de dale, por requerirse dosis toxicas de alcaloides dihidrogenados. En cambio puede observarse el fenómeno de la hipotensión ortostática después de la inyección intravenosa de dihidroergotoxina y nicergolina, lo que indica dicho bloqueo. En otras acciones, los alcaloides naturales y los dihidrogenados inhiben la hiperglucemia producida por la adrenalina, lo que no es fácil de explicar ya que se trata de un efecto beta, mientras que los alcaloides naturales en dosis altas producen hipertemia; los alcalides dihidrogenados provocan hipotermia. En el hombre, los alcaloides producen algunos efectos de estimulación central, y ya se ha visto que provocan vómitos y bradicardia de origen centrales. En su farmacocinética, tanto los alcaloides naturales del cornezuelo como los dihidrogenados y nicergolina se absorben por todas las vías. Como los compuestos experimentan la biotransformación a nivel del hígado, muy poco de las drogas libres se excretan por el riñón. Referente a su toxicidad, la
dihidroergotoxina, dihidroergocristina y nicergolina son poco tóxicas, pero en dosis elevadas se activan para producir el bloqueo adrenérgico; pueden provocar náuseas y vómitos. Por vía intravenosa pueden ocasionar hipotensión ortostática con mareos y palidez, y a veces cefalea. Estos trastornos seden al disminuir la dosis o suprimiendo la administración. En cuanto a sus vías de administración, la dihidroergotoxina, la dihidroergocristina y la nicergolina se emplean generalmente por vía bucal en las dosis arriba señaladas. Hasta el presente, no existe una explicación fehaciente de las mejorías observadas en estos pacientes seniles; se supone que podría deberse a fenómenos metabólicos. B. Bloqueantes beta-adrenérgicos : Son medicamentos que al ser introducidos en el organismo, bloquean los efectos fisiológicos de la estimulación simpática. Esta inhibición puede producirse durante la síntesis, el almacenamiento o la liberación del neurotransmisor adrenérgico. Se utilizan ampliamente para el manejo de la hipertensión arterial, angina de pecho, para arritmias como el caso del propranolol, para la profilaxis de la migraña o tópicamente para el manejo del glaucoma como el caso del timolol. Análogos de isoproterenol. Propanolol: El propranolol pertenece a una clase de medicamentos llamados bloqueadores-beta. Fue el primer beta-bloqueante efectivo producido y el único principio activo con eficacia demostrada para la profilaxis de migrañas en niños. El propranolol se utiliza para tratar la hipertensión arterial, ritmos anormales del corazón, enfermedad cardíaca, feocromocitoma (Tumor en una glándula pequeña cerca de los riñones), y ciertos tipos de tumores. También se usa para prevenir la angina (Dolor en el tórax) y los ataques cardíacos. El propranolol también se usa para tratar la frecuencia cardíaca anormal. Funciona al relajar los vasos sanguíneos y la disminución de la frecuencia cardíaca para mejorar el flujo sanguíneo y disminuir la presión arterial. Referente a su mecanismo de acción, el propranolol es un antagonista no selectivo, ya que bloquea los receptores B1 así como los B2; además, tiene moderada actividad estabilizante de la membrana. Antiarrítmico tipo II: Bloquea la estimulación adrenérgica de los potenciales marcapasos cardíacos. Antihipertensivo: Disminución del gasto cardíaco y del flujo simpático hacia la vasculatura periférica e inhibición de la liberación de renina por el riñón. Antianginoso: Probablemente debido a que reducen las necesidades de oxígeno del miocardio. En su farmacocinética, la absorción en el tracto gastrointestinal es de alrededor del 90%. El metabolismo de primer paso origina disminución significativa en la biodisponibilidad, que es 36%. Se distribuye rápida y ampliamente a través del cuerpo con los niveles máximos en el pulmón, hígado, riñón, cerebro y corazón. Atraviesa las barreras hematoencefálica y placentaria. Unión a proteínas plasmáticas: 90 a 95%. Tiempo hasta el efecto máximo: 1-1½ h. Se metaboliza en el sistema enzimático microsomal hepático y se forman metabolitos activos. Su excreción es renal de 1 a 4%, se elimina inalterado por la orina. Tiempo de vida media de eliminación: alrededor de 3 a 5h; en la insuficiencia hepática grave son 12 h. En sus efectos adversos, causa bradicardia, broncoespasmo, hipoglucemia. La suspensión repentina del tratamiento puede producir hipertensión, taquicardia, sudor y ansiedad. Contraindicado su uso en enfermedades pulmonares obstructivas, asma, insuficiencia cardíaca, bloqueo cardíaco de 2° y 3° grado, y en la hipoglucemia.
Derivados o análogos de isoproterenol. Atenolol: En su farmacodinamia, el atenolol es un agente beta-bloqueante con efectos predominantes sobre los receptores beta1. No posee propiedades estabilizantes de la membrana ni actividad intrínseca simpatomimética. El mecanismo del efecto antihipertensivo no es bien conocido: Entre los varios factores implicados destaca su capacidad para antagonizar la taquicardia inducida por las catecolaminas en los receptores cardíacos, reduciendo el gasto cardíaco; la inhibición de la secreción de la renina y la inhibición de los centros vasomotores. El mecanismo del efecto antianginoso tampoco es bien conocido. Un factor importante puede ser la reducción del consumo de oxígeno al bloquear el aumento de la frecuencia cardíaca inducida por las catecolaminas, la presión arterial sistólica y la velocidad y fuerza de la contracción del miocar dio. En su farmacocinética, aproximadamente el 50% de una dosis oral de atenolol se absorbe por el tracto gastrointestinal, siendo el resto eliminado sin alterar por las heces. Entre el 6 y el 16% del atenolol se une a las proteínas plasmáticas. Las máximas concentraciones plasmáticas se alcanzan entre las 2 a 4 horas. Las concentraciones máximas de atenolol en plasma son aproximadamente de 300 a 700 ng/mL después de 50 y 100 mg, respectivamente. La semi-vida plasmática es de unas 6 a 7 horas. El atenolol se distribuye extensamente a los tejidos extravasculares, pero sólo una pequeña fracción pasa al sistema nervioso central. Aproximadamente el 10% del atenolol es metabolizado en el hombre. El 3% del materi al recuperado en la orina es el metabolito hidroxilado que tiene un 10% de la actividad farmacológica del atenolol. Aproximadamente el 47-53% de la dosis se recupera en 72 horas. En caso de efectos secundarios, dígale a su doctor si cualquiera de estos síntomas se vuelve severo o si no desaparece: Mareos, náuseas, cansancio, somnolencia, depresión, malestar estomacal y diarrea Oxprenolol: Bloqueante beta-adrenérgico no cardioselectivo, con actividad simpaticomimética intrínseca y estabilizadora de membrana. El bloqueo de receptores determina sus efectos farmacológicos: Bloqueo de receptores beta-1: Reduce la frecuencia cardíaca, la contractilidad y la velocidad de conducción. Bloqueo de receptores beta-2: Relaja la musculatura lisa de los vasos sanguíneos, aumenta la contracción de la musculatura lisa bronquial, reduce el metabolismo glucídico dependiente de las catecolaminas. En su farmacocinética. Absorción por vía oral: Su biodisponibilidad es del 20-70%, debido a que sufre metabolismo hepático de primer paso. Es absorbido rápidamente. Los alimentos no modifican la absorción del oxprenolol. Distribución: El grado de unión a proteínas plasmáticas es del 80-90% y un volumen de distribución de 1,2 L/kg. Atraviesa la barrera placentaria. La concentración en la leche materna es equivalente aproximadamente al 30% de la concentración plasmática. Metabolismo: Es metabolizado en el hígado, siendo la principal vía metabólica la O-glucuronidación directa y las reacciones oxidativas las secundarias. Eliminación: Es eliminado mayoritariamente con la orina en forma de metabolitos inactivos, el 5% en forma inalterada. Su semi-vida de eliminación es de 1.5-2 h. Efectos adversos. Cardiovasculares: Debilidad y fatiga secundaria a bajo gasto, bradicardia, hipotensión ortostática y edema. Vasoconstricción periférica. Puede desencadenar una insuficiencia cardíaca congestiva, especialmente en aquellos pacientes con disfunción ventricular izquierda preexistente. Sistema nervioso: Cefalea, vértigo, insomnio, depresión y alucinaciones. Respiratorios:
Broncoespasmo por broncoconstricción. Digestivos: Náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento y calambres abdominales. Nadolol: En su mecanismo de acción, es ß-bloqueante adrenérgico no selectivo, que compite con los agonistas por los locus disponibles de los receptores ß-adrenérgicos. Sin actividad simpaticomimética intrínseca. Farmacocinética. Absorción por vía oral: Su biodisponibilidad es del 30-35%, siendo absorbido de forma moderada y lenta. Distribución: El grado de unión a proteínas plasmáticas es del 25-30%. Absorción: No es metabolizado. Eliminación: Es eliminado mayoritariamente con la orina en forma inalterada y una pequeña cantidad con las heces. Su semi-vida de eliminación es de 14-22h. La fracción de la dosis eliminable mediante hemodiálisis es del 50%. En su farmacodinámica, es una droga beta-bloqueadora que carece de actividad simpatomimética y de estabilización de la membrana. Al ser administrado por vía oral puede llegar a ser casi tan potente como el propanolol. También el efecto del nadolol en el ritmo cardíaco durante el ejercicio es linealmente asociado con el logaritmo en la concentración en el plasma; hay una correlación pobre entre la concentración y los efectos antihipertensivos. En sus efectos adversos, causa náuseas, diarrea, dolor abdominal, estreñimiento y vómito; astenia, vértigo, parestesia, sedación, ansiedad y depresión; bradicardia, insuficiencia cardíaca, dolor precordial, trastornos del ritmo y la conducción, e hipotensión; broncoespasmo; malestar, sensación de frío en las extremidades, edema, rash, trastornos oculares y del sueño, disminución de la libido y trastornos genitourinarios. Timolol: Es un antagonista de los receptores beta-adrenérgicos, no selectivo, similar al propranolol y el nadolol. El timolol no tiene una apreciable actividad como estabilizador de membrana o como simpaticomimético. Al igual que el propranolol, el timolol es bastante soluble en lípidos y está sujeto a metabolismo de primer paso por el hígado. Se utiliza en el tratamiento de la hipertensión y de la angina de pecho. La forma oftálmica se utiliza para reducir la presión intraocular. En su farmacología, el timolol es un agente beta-bloqueador adrenérgico no selectivo, sin actividad simpaticomimética intrínseca, anestésica local o estabilizante de la membrana. Timolol solución oftálmica, administrado tópicamente en el ojo, es capaz de reducir la presión intraocular, tanto en pacientes que presentan la presión intraocular elevada como en aquellos que la tienen normal, esté o no acompañada de glaucoma. La presión intraocular elevada es un factor de riesgo importante en la patogenia glaucomatosa de la pérdida del campo visual. Cuanto mayor sea la presión intraocular, mayor será la probabilidad de pérdida del campo visual y daño al nervio óptico. Timolol desciende la presión intraocular en voluntarios normales sin afectar el tamaño de la pupila, la agudeza visual, la presión sanguínea o la frecuencia cardíaca. En su mecanismo de acción, inhibe la producción de humor acuoso sin ningún efecto significativo sobre su flujo de salida. Este efecto puede estar relacionado con la baja activación de la adenilato ciclasa, activación que esta mediada a través de los receptores adrenérgicos beta-2 en el proceso ciliar. En su farmacocinética, después de la administración oral, se absorbe rápida y completamente. Sin embargo, el amplio metabolismo de primer paso hace que exista una variación considerable en los pacientes individuales en la cantidad de fármaco que alcanza la circulación sistémica. La biodisponibilidad es aproximadamente 50%. Después de la administración
oftálmica puede ocurrir alguna absorción sistémica, pero los datos son limitados. Después de la administración oral, el inicio de la acción se observa a los 30 minutos, con concentraciones máximas en plasmas alcanzados dentro de 1-2 horas y una duración de 12-24 horas. Los alimentos no tienen efecto sobre las características de absorción del timolol. La administración oftálmica de timolol reduce la presión intraocular a los 30 minutos después de la aplicación, las concentraciones pico se observan 1-2 horas más tarde, y el efecto puede durar 24 horas. La unión de timolol a las proteínas plasmáticas es mínima. El fármaco es relativamente lipófilo, aunque menos que el propranolol, y se distribuye a la leche materna. Timolol se metaboliza ampliamente a metabolitos inactivos. Tanto el fármaco de origen y los metabolitos se excretan en la orina. La semi-vida plasmática es de aproximadamente 4 horas. El timolol se excreta en su mayor parte por vía renal. También se elimina moderadamente por hemodiálisis. Algunos efectos secundarios del timolol o maleato de timolol que se pueden presentar son los siguientes: Oculares: Ardor transitorio, disminución de la sensibilidad corneal, blefaroconjuntivitis alérgica, queratitis punteada superficial, hiperemia conjuntival, queratoconjuntivitis sicca, ptosis, diplopía y visión borrosa. Sistema nervioso central: Dolor de cabeza, mareos, letargia, confusión alucinaciones, fatiga y depresión. Cardiovasculares: Hipotensión arterial sistémica, bradicardia o ritmo cardíaco lento, arritmias cardíacas, bloqueo cardíaco auriculoventricular, paro cardíaco, insuficiencia cardíaca congestiva, síncope, accidente vascular cerebral, palpitaciones e isquemia cerebral. Respiratorios: Espasmo bronquial, insuficiencia respiratoria y disnea. Debe evitarse en pacientes con EPOC o bronquitis crónica y con historia de asma bronquial. Otras: Agravamiento de la miastenia gravis, alopecia, cambios pigmentarios ungueales, náuseas, erupción cutánea localizada y generalizada, urticaria, astenia, impotencia y disfunción sexual, disminución de libido y eyaculación reducida, hipercalemia, enmascaramiento de síntomas de hipoglicemia en diabéticos insulinodependientes, diarrea Y parestesia. El Timolol puede afectar la terapia de la diabetes mellitus, porque altera la glucogenólisis y la respuesta a la epinefrina endógena. Los beta-bloqueadores disminuyen la tolerancia a la glucosa en la diabetes tipo II, y pueden alterar los niveles de colesterol en la sangre. Su uso en pacientes de edad debe ser cuidadosamente monitoreado, especialmente porque pueden inducir una hipotensión nocturna que puede agravar el glaucoma y producir una mala perfusión o irrigación cerebral.
Referencias Bibliográficas Fármacos Simpaticomiméticos y Simpaticolíticos (2014). Recuperado de: https://es.scribd.com/