Sociología y política
Sociología y política
ESTUDIO DIOS SOBRE LOS LO S ORÍGENE RÍGENES S DEL PERONISMO
po por
Mig Mi guel Murm Murmis y Jua Juan Carlos Portantiero
Siglo veintiuno editores Argentina s.a.
Índice
TUCUMÁN 1621 7º N (C1048AAN), BUENOS AIRES, REPÚBLICA ARGENTINA
Siglo veintiuno editores, s.a. de c.v. CERRO DEL AGUA 248, DELEGACIÓN COYOACÁN, 04310, MÉXICO, D. F.
CDD Murmis, Miguel y Portantiero, Juan Carlos. 306.2 Estudios sobre los oríg enes del pe ronismo. -1ª. ed.– Buenos Aires : Siglo XXI Editores Argentina, 2004. XXX p. ; 13,5x21 cm. (Sociolog ía y política) ISBN 987-1105-62-2 1. Sociología política.
Primera edición: 1971, Siglo XXI de Argentina Editores
Claves para la relectura de un clásico Prólogo Advertencia
9 45 49
Primera parte
CRECIMIENTO INDUSTRIAL Y ALIANZA DE CLASESEN LA ARGENTINA (1930-1940) 1. Intr odu cción 2. Las cond iciones de la alianza de clases 3. La diferenciación interna en el sector agropecuario y los grupos de oposición 4. Agrarios e industriales frente al “Pla n Pined o” 5. El papel del Estado : alianza de clases y hegemonía
53 60 78 86 97
Portad a d e Peter Tjebbes Segunda parte 1ª edición arg entina : 2.500 ejemplares © 2004, Murmis, Miguel y Port an tiero, Juan C arlos © 2004, Siglo XX I Ed itores Argent ina S.A. ISB N 987-1105-62-2 Impreso en Id ea G ráfica Pte. P erón 3785, El Palom ar, en el mes de m ayo de 2004
EL MOVIMIENTO OBRERO EN LOS ORÍGENESDEL PERONISMO 1. Heterogeneidad obrera 2. Clase obrera y sind icatos en la génesis del peron ismo 3. Desarrollo industrial y orienta ciones obrera s
113 130 165
Claves para la relectura de un clásico.
U n a in t r o d u ció n a
Estudios sobre los orí g enes del peroni smo Las numerosas reediciones que alcanzó en los últimos treinta años. La recurrencia con la que fue referenciado por casi todos los que se ocupa ron de la s características y la evolución de la burguesía argentina durante la primera mitad del siglo XX, por los que incursiona ron en la historia d e la clase obrera o rgan izad a ha sta 1945 o por los que examina ron las causas sociales del surgimiento del fenó meno peronista. Su perma nen te utilización com o bibliografía en las cátedras universitarias. He aquí tan sólo algunas de las evidencias que sugieren q ue Estudios sobre los orígenes del peronismode Miguel Murmis y Juan C arlos Porta ntiero es un libro clásico en la Argentina. U na obra pionera, q ue abrió surcos nuevos y que señaló los caminos sin salida a los que llevaban ciertas interpreta ciones establecidas, y que por esto se con stituyó a sí, en un punto de referen cia insoslayable. Tan ta co ntinuidad y centralidad de un escrito invita a ensayar una reflexión qu e explore el contexto y los propó sitos con los que fue diseñad o, señale las ideas y teoría s en las q ue ab revó o con las que intentó confron tar, evalúe el aporte q ue el texto representó en el con ocimiento de los temas considerado s y ana lice el modo en q ue ese aport e fue procesad o por o bras posterior es. Ha cia esos aspectos se dirigen las siguientes pág ina s.
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Schvarzer, Jorge ( 1996), La industria que supimos conseguir. Una historia político social dela industri a argentina, B uen os Aires, Planeta. Tam ar in, D avid (1985), TheArgenti ne Labor Movement, 19301945. A study in the origi ns of peroni sm, Albuquerque,
Prólogo
U niversity of New Mexico Pr ess.
Torre, Juan Carlos, comp. (1988), La formación del sindicalismo peronista, Buenos Aires, Legasa. — (1989), “Interpretando (una vez más) los orígenes del peronismo”, DesarrolloEconómico, XXVIII, 112, febrero -marzo. — (1990), La vieja guardia sindical y Perón. Sobrelos orígenes del peronismo, Buen os Aires, Sudam ericana . Villanueva, Javier (1972), “El origen de la industrialización argentina”, Desarrollo Económico, XII, 47, octubre-diciembr e.
Ha ce ya má s de treinta añ os que los trabajos que forma n este libro fuer on pensad os y escritos y el sentimien to q ue provoca el releerlos a pro pósito de su reedición es grato , en ta nto queda mostrada su vigencia pese al paso del tiempo. Los textos fueron discutidos, reda ctado s y publicado s como d ocumento s de tra bajo en el ámbito d el Centro d e Investigaciones Sociales del Instituto Torcua to Di Tella en cuya fund ación tuvo una participación decisiva Gino Germani, una figura consular q ue sobrevuela much as de las página s de este libro. Cuan do d ecimos que han pasado más de tres década s, nos remon tamo s a un t iempo en q ue las ciencias sociales en tod o el continen te se abrían a n uevos vientos de d iscusión y nuestras sociedades entraban, a su vez, en un agitado período de mo vilización co lectiva q ue en ca si toda s par tes con cluyó fina lmente en trag edia. Y estos textos, pese a su format o a cad émico, no escapan de ninguna manera a esa marca del tiempo que nos envolvía a cada uno de n osotros. Era la Argentina del general On gan ía, del “Cord oba zo”, del secuestro y muerte de Aramb uru y de los primeros escarceos rotun do s de las organizaciones armad as, del fortalecimiento de la vigencia interna del Perón del exilio y de la emergencia de la CGT de los Argentino s. La s universidad es había n sido intervenida s en 1966 y much os profesores había n ren uncia do a sus carg os como protesta por la represión y la arbitrariedad, algunos se qued aron a resistir hasta ser pronto expulsad os, mientras q ue
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ner un a fuerte significación para la definición del peron ismo como un caso peculiar d entro de la genérica categoría de “po pulismo” a la q ue suele adscribirlo, indiferenciada mente, la literatura sociológica y política má s corriente. Ambo s art ículos no son in édito s. En tirad as reducida s fueron ya publicado s como documentos de traba jo por el Centro de I nvestiga cion es Socia les del In stituto Torcu ato Di Tella, en lo s año s 1968 y 1969, e inicialmen te fuero n co nceb idos como pa rte de un proyecto má s vasto, que d ebió interrumpirse bruscamen te. La actua l reedición repro duce, sin mo dificaciones, la versión original. Ambos trabajos, pese a estar desde h ace tiempo agota dos, han sido utilizado s como material bibliográfico en cursos dictado s en distintas facultad es y ese hech o es el que mo tiva, bá sicamente, su reproducción textual: es interés especial de los autores incorpo rar más ampliament e los dos estudio s al deb ate sociológico y político, como un estímulo importante para un a reelaboración d e ciertos aspectos parciales, actualmente en pro ceso d e discusión. M. M. y J. C. P. Bu eno s Aires, diciembre de 1971
Prim era parte
CRECIMIENTO INDUSTRIAL Y ALIANZA DE CLASES EN LA ARGENTINA (1930-1940)
1 . In t r o d u c ci ó n *
Dura nte la d écad a d el 30 tienen vigencia en la Argentin a políticas y reagrup amiento s de fuerzas sociales centrado s en el intento d e da r respuesta a ese hecho nuevo que es el acelerad o crecimien to in dustrial y sus consecuencias sociales.1 Exam ina r estos reag rupa mient os, sus alca nces y sus limitaciones constituye un marco central, a nuestro entender, para an alizar la fórmula altern ativa q ue el peronismo y los gobiernos que sucedieron a este movimiento fueron poniendo en práctica. El supuesto de n ivel más general es que tod o pro ceso d e industrialización por sustitución de importaciones o de “industrialización sin revolución ind ustrial”, co mo el que se dio en la Argentina , del mismo mo do q ue plantea cara cterísticas diferentes de las de los modelos clásicos en la estructura eco nó mica, prom ueve tamb ién alterna tivas particulares en la d imensión sociopolítica, sea en el tipo d e estratificación, en los reagrupamientos y alianzas de las clases propietarias, en la forma de mo vilización d e las clases no propietarias, en el papel del Estad o y de los grupos políticos, etcétera.
* Este trabajo forma parte de una in vestigación m ás vasta, referida a los orígenes del peronismo. En tanto este movimiento puede ser categorizado como una respuesta a los problemas que plan tea una estructura económico social en la q ue ya existe un significativo peso de la industria, pensamos q ue el estudio de la d écada del 30 resul-
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cialistas contaban con cinco representantes y había 21 representantes de n úcleos rad icales provinciales. 58 H echos e Ideas, añ o VI, N° 38/39, Buen os Aires, enero d e 1941, p. 251. 59 Di Tella y Zymelma n, op. cit., p. 475. 60 H echos e I deas, cit., p . 258. 61 Di Tella y Zymelma n, op. cit., p. 535. 62 Argentina Fabril, año LII I, N° 863, noviembre de 1940, p. 3. La Revista deEconomía Argentina califica al plan como “ acontecimiento histórico en la vida d el país”, Tomo 39, N° 270, diciembre 1940. 63 Anales de la Sociedad Rural Argentina, N° 12, diciembre 1940, p. 979. 64 H echos e I deas, cit., p . 258. 65 La Prensa, 12 de diciembre de 1940. 66 Otro bastión d el libre cambio era el Centro d e Importad ores. En un memorial elevado a la Cámara de Diputados el 29 de noviembre de 1941, reclama la derogación del impuesto del 10% a las importaciones establecido po r el gobierno de U riburu y manten ido posteriormente pese a que se lo hab ía declarado “provisorio”. El man tenimiento de este impuesto, q ue en un p rincipio halló justificación en meras razones de tipo fiscal pero qu e luego sobrevivió a pesar, incluso, de las expresas recomend aciones par a su derogación con tenidas en el Pacto Roca-Runciman, es un buen indicador del compromiso de la elite dominan te con los industriales.
67 El Plan de Reactivación Económica del Poder E jecutivo Nacional, Exposición de CARBAP en el VI Congreso de Sociedades Rurales de Concordia, diciembre 1940, p. 12 (los destaca do s son nuestros). 68 Edición del 19 de d iciembre de 1940. 69 Informe d e la Comisión Especial del Comité Nacional de la U CR dado a con ocer el 19 de d iciembre de 1940. Hechos eIdeas, ed. cit., p. 307. 70 Proyecto de ley de finan ciación de la cosecha pr esentad o a la Cá mara d e Diputados por los representan tes de la UC R. Hechos eIdeas, ed. cit., p. 285.
71. H echos e I deas, ed. cit., p. 285. 72 Ibid , p. 307. 73 Ibid , p. 329. Las opinion es de Sabat tini pueden ser cotejad as con las de otros dirigentes radicales que participan de una encuesta: tod os combaten al plan por su industrialismo o por su “estatismo”. 74 H echos e I deas, ed. cit., p. 413. 75 El Plan de Reactivación Económica ante el H onorable Senado de la Nación,
Seg unda parte
EL MOVIMIENTO OBRERO EN LOS ORÍGENES DEL PERONISMO
1. He t e r o g e n e i d a d o b r e ra y nacionalismo popular
U no d e los temas centrales para la mayoría d e los an álisis acerca d e los llamad os movimientos nacional populares de América latin a, pa rticularmente en sus subtipos “pero nista” y “varg uista” , es el de las relaciones entr e esas varia ntes del populismo y la clase trabajado ra. El problema se plantea en la medida en q ue se comprueba que esos movimientos —cuya ideología, según el mod elo europeo , suele ser genérica men te calificad a como “fa scista”— obtienen el apoyo de vastos sectores de obreros industriales, siendo q ue esa a dh esión n o resultaría compa tible con el mod elo clásico de orient acion es de la clase obrera movilizada . El punto de partida de ese modelo clásico de actitudes obrera s está da do po r una pro posición según la cual la orientación pro pia de los traba jad ores ind ustriales debe con ducir al apo yo a movimientos inspirado s en postulados de clase, sean esos movimientos de tipo reformista o revolucionario, nutridos por ideologías de “izquierda” y fuertemente impregnad os de tendencias hacia la d efensa d e su auton omía en relación co n las elites políticas de otro origen social. 1 El apoyo obrero al populismo, frecuen te en los países depend ientes y periféricos, aparecería así como un a d esviación de ese modelo. U n mo do típico de integrar conceptualmente el apoyo obrero a los movimientos nacion al populares con la teor ía clásica d e las orientacion es obreras consiste en pos-
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ritario, orienta do ha cia posiciones izq uierdistas y más basado en el oficio q ue en la ind ustria y nace el sindicalismo d e masas, ligado a l aparato del Estado , generad o a tra vés de un pro ceso de d isolución de to da la experiencia pasad a. Sin embargo , esa d iscontinuidad recién tomará forma ( y sin los drásticos rasgos q ue se le atribuyen) ha cia finales de 1947. La d iferencia de cua tro a ños q ue establecemos con la fecha ha bitual no es secunda ria sino significativa a los efectos de evaluar el peso q ue el sindicalismo trad iciona l adq uirió en los orígen es del peron ismo y aun el impacto q ue esa influencia inicial tuvo sobre todo el proceso de participación obrera en el naciona lismo po pular, dura nte el paso de éste por el gob ierno y después de su derroca miento. En realidad, hasta 1946/1947 las orientaciones del movimiento o brero se hallarán fuertemen te ligad as con la secuencia an terior —cuyo or igen ubicaríam os alrededo r de 1930— de mod o tal q ue para la a rticulación d el apoyo sindical al populismo es más relevant e el con flicto plan tead o en el seno mismo de los dirigentes tradicionales —como expresión de do s concepciones distintas acerca de las alianzas del movimiento obrero con otra s clases y grupos sociales— que un supuesto corte ent re éstos y sus org an izaciones toma da s en con junto , fren te a dirigentes y sindicato s nuevos. Más aún : un repaso a la lucha de ten den cias q ue tuvo lugar en el m ovimiento sindical a partir d e 1930 nos permitirá ad vertir la preexistencia d e una co rriente disponible para un a alianza co n sectores estata les y con un grupo de pro pietarios industriales, en la medida en q ue ese acuerdo fuera capa z de revertir una política de crecimiento econ ómico ba sad a ha sta ese momento en un proceso de explotación creciente de la fuerza de trab ajo. El ciclo d e ind ustrialización bajo con trol con servado r a bierto en la A tina en la déca da del 30 ecuencias s
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ESTUD IOS SOBRE LO S ORÍG ENES DEL PERONISMO S O
D 5 A 4 I 9 L I 1 5 F e 4 A d 9 1 e r O b m Ñ e A S i E c i D d A y D I 1 T 4 N 9 E 1 e d o i l u j S n O e D s A I o L t I p F i r A c 1 s n 4 9 i s 1 o O d Ñ a A i l i f S a E D e d A D e I t T n N e E g n i t n o c y s a r e r b o s e n o i c a D i A c D o I s V a I T e C d A o E r e D m S O ú
3 6 9 9 0 6 2 3 3 9 5 2 7 4 1 3 1 3 6 1 3 0 2 4 8 1 4 1 7 1 3 8 9 4 8 5 1 1 2 8 7 2 2 . 4 . 8 . 8 . 8 8 . 7 . 1 . 8 . 9 . 0 . 8 . 6 . 6 . 0 . 9 . 4 . 5 . 4 . 3 . 3 . 9 7 9 2 4 4 5 3 6 6 5 3 5 6 2 9 9 2 1 8 9 2 1 1 1 0 4 4 2 1 1
5
4 5 7 2 7 9 8 2 9 6 7 1 4 9 0 8 1 1 7 2 9 4 0 7 3 3 7 3 2 4 1 2 1 2 3 3 9 9 4 6 2 9
7 1 1 0 6 3 0 9 5 0 4 9 1 0 9 4 6 1 6 0 2 8 7 4 0 0 8 5 8 4 7 0 5 2 5 7 0 0 0 6 8 1 2 . 1 . 8 . 2 . 9 . 2 . 6 5 . 0 . 4 . 3 . 4 . 8 . 2 6 . 5 . 3 . 6 . 5 . 4 . 4 . 4 9 0 3 2 4 8 5 3 6 4 1 3 2 4 0 3 1 1 2 6 1 7 1 1 4 2 3 4 1
4
0 9 9 2 0 4 4 4 2 5 0 4 5 2 8 2 4 0 7 5 6 1 3 6 1 3 1 2 1 1 3 5 1 5
3
s o i r a u t r o p a . z v r e i e p s s o y m r i s u L e l g y a e i e S v n u y l e f i s , a s g . i t e n í l l i H r c a e i i a s e s f s p r s d a m e e o a r e O i t l c , t P s r , i s s a a l s o a y r i o e o s r r m b e e m a c ú s i e a r r b y r t n P n i é e i P n a n L s e a T n o n i ó s s i B c n ó d l s s a i a o r e e c . a e e t S a u P t d a i o c ó n s , í i c d c r r r i s s o a s a t c i c c a s u á e o o o c c n n
o d a t s E l e d s e d a
. 9 2 . p , 5 4 9 1 , 3 4 9 1
, s e l a i c o S s e n o i c a g i t s e v n I
, l a i c o S a c i t s í d a t s E e d n ó i c c e r i D
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apreciar el repunte de la movilización obrera operada con posterioridad a 1935:
1926/1930 1931/1935 1936/1939
Hue lg a s
Hue lg uist a s
100 62,45 71,29
100 86,36 146,63
FUENTE: Dirección Naciona l del Trab ajo, Estadística de las huelgas, 1940, p. 32
El aumento en el número de huelguistas que se opera a partir d e 1935 —y q ue alcan zará, co mo veremos, dimen siones aun mayores en 1942— significó, ad emás, una extensión de la movilización hacia los grupos de trabajadores peor retribuidos: sucesivamente el salario real de los huelguistas se distancia más del salario real del conjunto de los trabajadores, tal como lo indica el cuadr o: Sa la rio re a l d e lo s t ra b a ja d o re s 1929 1930 1931 1932 1933 1934 1935 1936 1937 1938 1939
100 91 98 104 96 99 101 95 96 96 97
Sa la rio re a l d e lo s hue lg uist a s 100 96,43 104,33 104,78 89,91 79,91 71,40 63,66 77,90 78,71 67,82
FUENTE: Estadística de las huelgas, cit.
Simultánea mente, se acent úa la reivindicación salarial como m otivación de la ma yoría d e las huelgas:
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ESTUD IOS SOBRE LO S ORÍG ENES DEL PERONISMO
en % Sa la rio s 1934 1935 1936 1937 1938 1939
42,86 56,52 58,72 64,64 43,19 81,63
J orn a d a s — — 2,75 1,22 2,27 2,04
M ejo ra s 11,90 8,70 5,50 1,22 18,18 —
D e sp id o So lid a rid a d 42,86 23,19 27,52 28,05 31,82 12,25
2,38 10,14 5,51 4,87 2,27 4,08
FUENTE: Estadística de las huelgas, cit, p. 45.
Desde el pun to d e vista d e los huelguistas involucra do s según cada una de las causas, el predominio de las reivindicaciones salariales es aún más no torio: Sa la rio s 1934 1935 1936 1937 1938 1939
75,91 97,85 94,62 93,65 80,83 94,77
J o rn a d a s — — 0,05 0,03 1,63 0,17
M ejo ra s 20,20 0,69 0,05 0,37 5,59 —
D e sp id o So lid a rid a d 3,76 0,89 2,32 4,49 11,66 3,80
— 0,08 — — — —
FUENTE: Estadística de las huelgas, cit.
Esta creciente movilización obrera no encuentra, sin emba rgo, los resultado s buscados: un alto po rcentaje de las huelgas se pierde o se transa y la menor proporción es la de triunfos. El porcentaje de huelguistas involucrados en los conflictos que obtiene las reivindicaciones reclamadas es bajo, lo que, obviamente, acentúa la insatisfacción y las tensiones.
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Resulta do s obt enidos por los huelguistas sobre el tot al de obreros en huelga
1934 1935 1936 1937 1938 1939
Ob re ro s e n h ue lg a s ganadas
Pe rd id a s
Tra n sig id a s
2,41 55,81 14,72 8,23 11,33 18,39
55,93 7,76 11,15 3,57 13,81 6,30
41,66 36,18 74,07 88,20 74,68 75,31
FUENTE: Estadística de las huelgas, cit., p. 47.
El número d e obrero s favorecido s por la firma d e convenios colectivos tiend e a descender perma nen temente:
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raíz de la Segunda G uerra Mund ial el proceso de industrialización sustitutiva adquiere nuevos impulsos— se caracteriza por un aumen to sostenido de los niveles de o cupación, mientras el salario rea l se man tiene estan cad o o crece mu y poco. Esto lleva a u na agud ización de los con flictos y de la m ovilización o brera ha sta llegar en 1942 a cifras topes: N.I. = 1939 = 100 N 1939 1940 1941 1942
Hue lg a s N.I.
49 53 54 113
100 108, 16 110, 20 230, 61
Jo rna d a s pe rd id a s N N.I. 241.099 224. 599 247. 598 634. 339
100 93, 16 102, 70 263, 10
Hue lg uist a s N N.I. 19.718 12. 721 6. 606 39. 865
100 64, 51 33, 50 202, 18
FUENTE: Dirección de Esta dística Social, Investig aciones Sociales, 1943/45, p . 55.
Convenios colectivos elab ora do s, renova do s o mo difica do s Co nve nio s 1936 1937 1938 1939 1940
13 11 4 11 7
Est ab le cim ie nt o s afectados 1.535 209 29 1.446 439
Tra ba ja do re s 67.811 62.194 25.850 25.535 20.750
En cuan to ha ce a participación obr era en la vida sind ical, mientra s el número d e reunion es tiende a d escend er —descenso atribuible a las restricciones emana da s del estad o d e sitio— el número de con currentes, si bien también d esciende con respecto a 1939, lo hace en pro porción m enor q ue el de reuniones. N.I. 1939 = 100
FUENTE: Dirección Naciona l del Trab ajo, Investig aciones Sociales, 1940, p.49.
En líneas generales, este proceso tiend e a a centuarse al comenzar la décad a d el 40 para a lcanzar su cima en 1942. Interesa d etenerse especialmente en ese añ o, pues se trata del último previo al pro ceso d e estructuración del na cionalismo popular, de mo do t al que pued e servirnos como ejemplo para a preciar la capa cidad de m ilización del sind icali en la Argentina
Re unio ne s N N.I. 1939 1940 1941 1942
7.089 6.178 3.776 3.610
100 87,15 53,26 50,92
FUENTE: Investig aciones Sociales, 1943/45, p . 13.
Co ncurre nt e s N N.I. 389.588 308.939 210.500 283.147
100 79,29 54,04 72,67