Ernst Tygendhat UN JUDÍO EN ALEMANIA
Serie
Cl a »De »Ma
Filosofía
C l a *De *Ma
Filosofía
Ernst Tugendhat
U n judío judío en Alemania Alemania Conferencias Conferencias y tomas deposición deposic ión (1978(1978-199 1991) 1)
Egocen Eg ocentricidad tricidad y mística mística Un estudio antropológico
Ser-Verdad-Acción Ensayos filosóficos
Lecciones Lecciones de ética Diálogo en Leticia El libro de M anuel anue l y Camila Cam ila Diálogos sobre sobre étic ética a
(en (en colaboración con co n Celso Ce lso López Ló pez y Ana M* M * Vic Vicuñ uña) a) Problemas Intro In trodu ducc cción ión a la filo filoso soffía analítica analítica
UN JUDIO JUDIO EN ALEMANIA
Confere nferenc nciiasy tomas deposi deposici ción ón (1978-1991)
Ernst Tu Tugen gendha dhat Traducción de Daniel Gamper Sasche
© Suhrkamp Verlag Verlag Frankfurt Frankfurt am Main E s u obra (a (a excepción del prólogo prólog o y «La «La política política de los irre irreconc concili iliabl ables») es») fue publicada originariamente en alemán bajo el título de Eth E thik ik u n d Poli Poli tik: Vorträge und Stellungsnahmen aus den Jahren 1978-1991 , una publicación cac ión de Suhrkamp Verlag Frankfurt am Ma Main* in* © Ernst Tugendhat, Tugendhat, 2008 Ilustración de cubieru: taller de maquetación editorial Gedisa
Primera edición: febrero de 2008, Barcelona
Derech De rechos os reservados reservados par para a todas las las ediciones edici ones en castellano © Editorial Gedisa, S.A. Avda. Tibidabo, 12,3a 08022 Barcelona (España) Tel. 93 253 09 04 Fax 93 253 09 05 correo electrónico:
[email protected] gedi
[email protected] http://www.gedisa.com ISBN: 9788497841771 Depósito legal: B. 42282008 Impreso por po r Romanyá R omanyá Vall Vallss Verdaguer, 1 08786 Capellades (Barcelona) Impreso en España Printe Pr inted d in Spain
Queda prohibida la reproducción parcial o toul por cualquier medio de impresión, en forma idéntica, extractada o modificada de esta versión castellana de la obra.
Para Para Margot M argot Zmarzli Zm arzlik k y Jürgen Habermas H abermas
índice
Prefa Pr efacio cio a la nueva nue va edició ed ición n españo esp añola la .......... ............... .......... .......... ....... ..
11
M irada ira da retro ret rosp spec ectiv tivaa en el o toñ to ñ o de 1991 ..... ........ ..... ..... ...... ...... ... C ontra on tra la pedagog pedagogía ía autoritaria Git Gitanos anos y ju d ío s Racionalidad e irracionalidad del movimiento pacifista y sus advers adv ersario arios. s. Tenta Te ntativ tivaa de diálog diá logo o .......... ............... .......... ........ ... La República Federal Alemana se ha convertido en un pa país xe n ó fo b o Asilo: Asilo: ¿clemencia ¿clemencia o derec de recho ho h u m a n o ? .... ...... .... .... .... .... .... .... .... ........ .... C ontra on tra la repatri repatriaci ación ón al al L íb a n o Ser Ser judío ju dío en la República Repú blica Federal A le m a n a .... .......... .......... ...... .... El problem pro blemaa de la eutanasia eutanasia y la libertad de expresión La G uerr ue rraa del G olfo, olf o, Alemania Aleman ia e I s r a e l .... .......... .......... .......... ...... .... .. El probl problema ema de de la paz, paz, h o y El «de «deba batte Sin S in g e r» Discurso de recepción recepción del Premio Meister Eckha Ec khart rt . . La políti política ca de los los irreco irre co nciliab nc iliables les
13 23 33
........................ ................................... ........... .............................................................
........................ .................................... ........................ ................... .......
........................ ................................... ...........
............................ .......................................... ................ .........................................................
.................................
Procedencia de los los textos . .
39 67 71 81 85 99 103 121 137 137 143 149 149
. 153
Prefaci Prefacio a la nu n u ev evaa edici ed ición ón español españo la
D e estos discursos «ético-políticos» que qu e escribí en los años años ochenta, apareció en 1998 una traducción en una editorial española. Estoy muy agradecido a Alfredo Landman por pu p u b lic li c a r en G e d isa is a un u n a nue n ueva va tra tr a d u c c ión ió n (con (c on u n n u evo ev o tí tí tulo y un u n apéndice apéndice)) de este este librito. Nad N adie ie me notificó notificó la edi ción de 1998 (debo confesar que en aquellos años era nó mada y no n o era muy fáci fácill localiza localizarme), rme), y cuando cua ndo más más tarde alguien me la la dio a lee leer, r, la la eché eché p o r la ventana ven tana después desp ués de to to pa p a rme rm e en la pri p rim m e ra p ágin ág inaa co c o n el sigu si guie iente nte e r ror ro r : se tr t r a ta ta ba b a de mi m u d a n z a de A leman lem ania ia a C h ile il e en 1992 1992 de la cual cua l decía que contenía tal vez ein Stüc St ückk politischer Feighei Feigheit.t. L a traductor tradu ctoraa lo convirtió en «un compon com ponente ente de libertad libertad p o lítica», poniendo «libertad» ( Fre Freih iheit eit)) en lugar de «cobar día» (Feigheit). El nuevo título se corresponde con el asunto más impor tante de estos estos artículos ar tículos (también la traducc trad ucción ión francesa llev llevaa el título, Être E n la presente pres ente edición Al A l Êtr e j u i f en A lle ll e m a g n e ).* En fredo y yo y o hemos añadido dos contribuciones recient recientes es so bre b re Pa Pales lestin tinaa y el sioni sio nism smo. o. U n a es la pri p rim m e r a ver v ersi sió ó n de la * E. Tugendhat Tugen dhat,, Être ju j u i f en Allemag Allem agne, ne, Les Éditions du Cerf, Paris, 1993.
11
última parte p arte de la la ponencia pon encia sobre sob re mística mística que presenté pres enté cuancu ando me concedieron, en diciembre de 2005, el premio Meister E ckha ck hart rt (la (la versión definit definitiva, iva, que se encue en cuentra ntra en el el vovo lumen también publicado por Gedisa, Ant A ntro ropo polo logí gía a en v e z reservada). a). La otr o traa es una de metafísica metafísica, es más breve y más reservad entrevista que qu e conced c oncedíí al al Kö en febrero K ö lner ln er Sta S tad d t-A t- A n z e ige ig e r en de este año. Tubinga, 20 de septiembre de 2006 Er
12
n s t
Tu
g e n d h a t
Mirada retrospectiva en el otoño de 1991
Procedente Proc edente de la emigración emigración judía en Venezuela Venezuela y en los EsEs tados tado s Unid U nidos os,, lleg llegué ué a Alemania en noviembre noviem bre de 1949 con 19 años para estudiar el pensamiento de Heidegger. Sólo mucho más tarde me di cuenta de que este había sido un paso bastante b astante problemático. prob lemático. Lo peor pe or no era el hecho en sí, sí, sino el gesto gesto de reconciliación reconciliación con co n el que llegué llegué y que qu e no se adecuaba adecu aba a alguien a quien, quien , com co m o yo, yo , le había ido bien b ien en la emigración, y que resultaba escandaloso frente a las víctimas mas (los (los muer m uertos tos y los supervivient supervivientes). es). Esta Es ta es una un a de la lass razones por las que vuelvo ahora a Latinoamérica. Hay por supuesto otros motivos que son privados y de los que no correspon corre sponde de decir nada aquí. aquí. Pero no quiero qu iero que qu e esta esta decisión sea mal entendida. No se dirige contra Alemania, sino que me concierne sólo a mí. mí. Al contra co ntrario, rio, la República República Democrática Dem ocrática me recibió bien. bien. A hora, ho ra, tras la reunificación con Alemania Alem ania del Este y el sorsor pre p ren n d e n te r e tor to r n o d e la xeno xe nofo fobi bia, a, el esp es p írit ír itu u lib l iber eral al lo te tendrá dr á más más difíc difícil il en este paí país. s. De m odo od o que es posible posib le que qu e en mi partida partid a haya en parte p arte algo de cobardía coba rdía política política.. Quien, como yo en mi época de entusiasmo con Heidegger, empezó de modo tan apolítico, tan abstractamente filosófico, filosófico, debe pregun preg untars tarsee po p o r las las influencia influenciass que qu e lo ll llev eváá-
is
ro n a ser más más concreto con creto y a interveni intervenir. r. En E n prim er lugar se me ocurren los amigos, y si tengo que citar a dos que fueron, ju j u n t o a algu al guno noss o tro tr o s , los más imp im p o r ta tan n te tess , c o m o m odel od elos os y consej consejero eros, s, pienso en Margot Zm arzlik y Jürgen Jürge n H aberabe rmas. Por este motivo les he dedicado este librito. Además, ambos-fueron parcialmente causantes de la primera de las pub p ublic licac acio ione ness a q u í reun re unid idaa s. S on d o s figur fig uras as emin em inen ente tess d e la República Federal, que pertenecen a esta generación, también tam bién la mía, mía, para pa ra la que, así como com o para pa ra muchos m uchos otros, otro s, el fin de la la guerra supuso supu so un u n proces pr oceso o radical radical de reflexi reflexión ón que activó nuevas fuerzas político-morales. «¡Nunca más!» era la divisa divisa,, y ambos am bos sabían que no n o bastaba sólo con c on decirlo. A mí lo que me activó fue en primer lugar el movimien to estudiantil. Lo cual se vio facilitado porque entonces ocupaba mi primer prim er puesto de responsabi responsabilida lidad d como com o prof pr ofe e sor en Heidel Heidelberg. berg. Había H abía que tom tom ar partido partido,, de un m odo u otro. otro . Si tengo que mencion m encionar ar la la person pe rsonaa que, con excepci excepción ón de Margot M argot Zm arzlik, arzlik, fue la la más más impor im portante tante en estos asun tos, pienso en Andreas Wildt, que por aquel entonces aún era represe rep resentan ntante te de los estudiantes de filos filosof ofía. ía. Su mo m o do de hablarme era tan inexorable, grave y paciente, que me hizo ver las las cosa cosass bajo un u n nuevo n uevo prisma, a lo que hay que q ue añadir aña dir su capacidad capacidad de escucha escuchar. r. Puesto Pue sto que era incapaz de no ad ad herirme a un argumento que me parecía correcto, escribi mos juntos algunos textos -bien sea, por ejemplo, de críti ca a Israel o exigiendo la dimisión del rect re cto o r («un colega no hace algo así»)- por los que me fustigaban al día siguiente. P o r aquel entonces, en 1968, la la situación en Heidelb H eidelberg erg era dramática, así como, de nuevo, a principios de los se tenta, cuando Rolf Rendtorff era rector y yo decano de la facultad más agit agitada. ada. Se Se dieron die ron en partic pa rticula ularr conflictos conflictos con c on siderabl siderables es entre los los cole colega gass de facultad, facultad, que no perdo per dona naba ban n la deslealtad al grupo. Pero fueron justamente estos con flictos flictos los que hicieron que yo, yo , que qu e hasta entonces entonces siempre me había sentido un extranjero bien asimilado, pero ex 14
tranjero a fin fin de cuentas, cuentas, po r primera prim era vez me pudiera identificar tificar plenamente plenam ente con co n este este paí país. s. Cua C uand ndo o me despedí de mis mis compañeros antes de partir hacia Starnberg* en 1975, pensé si acaso no debía expresarles mi agradecimiento porque se habían relacionado conmigo con tanta y con tan poca consideración como merecía a sus ojos mi comportamiento político; político; porqu po rquee mi condición de judío no había desempeñado peñ ado ningún ning ún papel papel;; porqu por quee en su ira, ira, que claramente claramente perper cibí, no hubiera ningún deje de antisemitismo; por no haberme tratado con guantes de seda. Era en realidad uno de ellos; un sentimiento que tal vez no sea del todo comprensible para un no judío. E n este este país se se me ha recibido como com o a alguien alguien que form a pa p a r te d e él, y se me m e ha con co n c edid ed ido o igua ig ualm lmen ente te u n espa es pacio cio de libertad para p ara sentirme otra otr a cosa que judío. Fue F ue grac gracia iass a esto esto que apren ap rendí dí a expresar libremente libremente mi opinión opin ión polític política. a. Fue bel b ello lo d u r a n te u n tie ti e m p o f o r m a r p a r te de u n a com co m u n idad id ad.. Q uiero uie ro aún mencionar m encionar otra exper experie ienc ncia ia.. Dura D urante nte los dos dos últimos últim os años he frecu frecuentad entado o al caer la tarde un u n a bodega cercana. Se suele beber cerveza en la barra y la mayoría son hombres solos. Al principio, cuando se me sentaba algún gigante de ojos azules azu les al lado sentía el antiguo antigu o m iedo judío. judío . Con mucha frecuencia me ha sorprendido comprobar que se trataba de hombres inofensivos, simpáticos y a menudo interesantes. Y cuando he mencionado que era judío, pues las conversaciones suelen ir rápidamente al fondo de los asuntos, ni una sola sola vez vez me he tenido tenido que arrep a rrepentir entir de haha be b e r lo d ich ic h o . P o r s u p u e s to q u e n o se p u e d e gen ge n era er a liz li z ar a pa p a r t ir de esta expe ex peri rien enci ciaa en u n a b o deg de g a rege re gen n tad ta d a p o r u n extranjero en el extrarradio extrarra dio de Nikolassee. Antes evitaba evitaba a ser posible menciona m encionarr que soy judío. A hora ho ra me m e es cas casii fác fácil il decirlo, tal vez porque me asumo mejor a mí mismo, pero * En donde se encuentra encuentra el el Instituto Instituto MaxPlanck, dirigido en aquel aquel entonces tonce s por Jürge Jürgen n Habermas. (N. del T)
15
en cualquier caso no me han dificultado hacerlo. En cam bio b io,, en o tro tr o s países país es (los Est E stad ado o s U n ido id o s o Suiza) Su iza) he expe ex peri ri-mentado men tado en la propia pro pia piel el el antise antisemiti mitismo. smo. N o se trata tra ta de comparaciones comparaciones objeti objetivas. vas. Podrían Po drían ser fal falsa sass y he tenido m ucha suerte, pero experiencias así no se deben acallar. Alemania, mania, un país país poco hospitalario, hosp italario, me ha acogido acogido bien. bien. E n la época época del movimiento mo vimiento estudiantil publiqué pub liqué algunos algunos artículos políticos, pero pe ro sólo en periódicos periód icos locale localess y no n o eran de interés interés suficientemen s uficientemente te gener general al.. Po P o r ello ello no he recupera recu pera-do ninguno ningu no para es este te volumen. volumen. Asimismo, Asimismo, tampoco he recuperado algunas pequeñas tomas de partido de finales de los setenta sobre la histeria provocada a propósito de la Arm ee Fraktion) Fraktion).1 .1 RAF (Rote Armee N o fue fu e hast ha staa 1983 1983 qu q u e me c o m p r o m e tí p le lena nam m ente en te con co n dos movimientos movim ientos políticos: políticos: el movimiento mo vimiento pacifis pacifista ta y la lucha a favor del derecho de asilo. Entre 1983 y 1987 pronuncié vari varias as conferenci conferencias as que fuero fu eron n publicadas publicadas junto ju nto con otras dos tomas de partido más breves en mi libro Na N a c h denken über die Atomkriegsgefahr und warum man sie nicht nich t sieht (Reflexiones (Reflexion es sobre el peligro de guerra nuclear y sobre las razone raz oness p o r las que qu e no se perc pe rcib ibe) e).1 .1 En el presente
volumen volum en sólo incluyo la primera, que también tam bién fue publicapub licada, de forma más popular y recortada en Spiegel (1983, (1983, n° 47, 47, pp. pp . 80 ss. ss.)), y que q ue fue la que tuvo tuv o más repercus reper cusión ión a pepe sar de que ho h o y en día es es la la más más obsoleta. obso leta. Llegué a la discusión discu sión sobre so bre el derecho derec ho de asilo a través través de Gesells lscha chaft ft f ü r bedrohte Vólker (Soci la Gesel (Socieda edad d para los los pue p ue- blos bl os amen am enaz azad ados os), ), en la qu q u e d u r a n te año añ o s o c u p é un u n p u e s to 1. Véase «Kriminalisierung «Kriminal isierung der Kritik», en F. Duve Du ve,, H. Boíl Boí l y K. Staeck, Staeck, Briefe zu z u r Verteidigung Verteidigung der Republi Rep ublick ck , Reinbek, 1977, pp. 153155; también se debe mencionar «Der “Ste Stern* rn* durfte durfte die Standorte für Atom At omwaf waffen fen produzieren», en F. Duve, H. Böll y K. Staeck, Zuv Z uvie iell Pazifismus Pazifis mus ?, Reinbek, 1981, pp. 9496. 2. RotbuchVerlag, Rotbuch Verlag, 1986, 1986, 2.a edición edic ión aumentada, aumentada, 1987, ambas ambas ya agoag otadas.
16
en la dirección fede federal ral.. Además, pro pr o n to me di cuenta de que este contexto escribí mucho mu cho y pronuncié pron uncié mes res agitar. En este muchas conferencias, conferencias, pero pe ro a causa de las las muchas repe r epeticio ticio nes nes basta con que presente pre sente aquí aq uí tres tres de los los discursos publi pu bli cados. El breve discurso en la Passion Pass ionskir skirche che de enero de 1987: «Contra la repatriación al Líbano», más adelante en pp. 81-84 81-84,, ni lo había escrito ni prepa pre parad rado. o. Se tratab tra tabaa de u n discurso improvisado que q ue fue grabado en cinta magnetofó nica nica,, y que me parece parece especialmen especialmente te importan imp ortante te porq p orque ue en él se conectan inmediatamente los dos temas: el asilo y los judíos alemanes. El segundo tema es tratado más amplia mente en los artículos: «Ser judío en la República Federal Alemana», pp. 85-98, 85-98, y «La guerra del Golfo, Golf o, Alemania A lemania e Is rael», pp. 103-120. El discurso en la Passionskirche lo pro nuncié de form fo rmaa vacilant vacilantee en un u n silenci silencio o sepulcral y tenía la sensación de hablar a tientas. Poco después en la conferen ciaa de Loccum, ci L occum, en diciembre del mismo año, logré una un a toma tom a de partido pa rtido que en cierto m odo me parece más más ajus ajustad tada. a. A hora ho ra me parece parece que el artículo artículo sobre so bre la guerra del del Gol G ol fo que escribí ese año está más logrado. Le agradezco la oportun op ortunidad idad al editor de Ze Z e it. it . En este artículo alcancé por fin una comprensión, espero que ponderada, de esta cues tión que q ue me ha manteni m antenido do ocupado ocu pado durante d urante toda to da mi vid vida. a.3 3 En cambio, rompí mi compromiso con la problemática del asilo poco después del discurso en la Passionskirche. Passion skirche. El motivo externo fue una experiencia ciertamente grotesca. En aquel entonces entonces estaba estaba bajo bajo tratam trata m iento con c on mi dentista, que era judío. Sabía Sabía que qu e políticamente era muy conservado con servadorr pe p e r o apre ap reci ciab abaa su tra tr a ta tam m ie ien n to m édic éd ico, o, q u e m e p are ar e c ía ca ca racterísticamente racterísticamente judío jud ío (cuando (cuand o se reflexio reflexiona na sobre sobr e el anti 3. Cuando Cua ndo tenía 15 años escribí un ensayo ens ayo contra la culpabilidad lectiva. Considerando mi retorno prematuro a Alemania, habría que tener en cuenta qué difícil es para para un niño n iño con cierto sentido senti do de la justicia que había crecido en un ambiente am biente de emigrantes, emigrantes, alcanzar alcanzar un juicio ponderado. ponderado .
17
semitismo semitismo hay que tene te nerr en cuenta que los judíos siempre siempre son los los que tienen tien en los los mayores prejuicios). prejuicios). U n día, tras hah a be b e r le leíd ído o algo s o b re mí, a b o r d ó el te tem m a de los solic so licita itant ntes es de asilo. Decía que eran sucios, criminales y codiciosos. Le pe p e d í que qu e in i n te terr rru u m p ie ierr a la conv co nver ersa saci ción ón pues pu es no n o n os íbam íb amos os a poner de acuerdo. Pero insistió. Sacó un artículo del diario Bil lo leyó. leyó. Per P erdí dí completam com pletamente ente los B ild d de un cajón y me lo estribos y empecé a chil chillar lar:: «¿Cóm «¿C ómo o puede pued e usted siendo juju dío...?», agarré mi abrigo y, preso de pánico, me lancé corriend rrie ndo o es escal caler eras as abajo. Al día siguiente siguiente me telefoneó telefon eó desde la cl clín ínic icaa para decirme que q ue había tenido un u n infarto de miomio cardio y que no podía po día tratarme más. más. Es Es asombroso asom broso cuánto cuán to se puede odiar. Por supuesto que no existía ninguna relación causal, pero me habría gustado que así fuera. Desde aquella experiencia traumática y hasta hoy, no me he vuelto a expresar públicamente públicamen te sobre sob re el asil asilo o político. Sin duda uno de los componentes del odio es el sentim iento de impotencia. Y por po r aquel entonces estaba cada cada vez vez más más poseído pose ído p o r el sentimiento sentim iento de la falta falta de sentido de d e mi activi act ividad dad polí polític tica. a. ¿Ha ¿Había bía hecho hech o al algo go más, más, p o r lo que q ue se refería al derecho de asilo y a la xenofobia, que darme de ca be b e za zazz os c o n tra tr a la par p aree d ? ¿H ¿Haa b ía con co n v enc en c ido id o a algu a lguie ien n que no lo estuviera previamente previam ente con co n mis mis conferencia conferenciass con c ontra tra el rearme? E n esta esta disposici disposición ón sombría somb ría volví volví a tener otra o tra experienexperiencia decisiva. Por aquellos días de la primavera de 1987 un per p erio iod d ista is ta de la revi re vist staa Lif L ifee me estaba entrevistando sobre mis ideas políticas. Comenzó con una pregunta del todo inocente desde su perspe perspect ctiv iva: a: «¿Por qué q ué usted, como com o judío, vino a Alemania tan pro p ron n to, to , en 194 1949?». Me quedé qu edé paralizapa ralizado. Era mi talón de Aquiles. Desde una conversación con Ruth Stanley en el café Einstein, sabía que era «mi» culpa, pe p e r o lo h a b ía m a n te ten n ido id o rep re p r imid im ido o . Ya n o rec re c u e r d o lo q u e respo res pond ndíí en la entrevista. entrevista. Pero desde d esde entonces no n o la he vuelto a eludir. A fin de cuentas no soy el único en Alemania a
18
quien quie n la las minas minas le empiezan empieza n explotar ex plotar cuarenta cuar enta años más tar ta r de. Desde entonces lo he ido asimilando. Creo que ahora puedo tener una visión de conjunto de mi desarrollo juve nil y espero que ahora aho ra el péndulo pén dulo descan descanse se y no vuelva vuelva a os cil ilaar. Pero de todos to dos modos mo dos decidí que volvería a Venezuel Venezuelaa tan pro pr o n to como me fuera posible posible.. P or aquel entonces entonces pasé pasé algunos meses meses en Suramérica. Suramérica. Cua C uand ndo o volví vo lví a Alemania me retracté de esta decisión precipitada. No quería exagerar y no me trasladaré a América hasta el año que viene, cuando me jubile. He vuelto a encontrar la paz con Alemania, una pa p a z q u e habí ha bíaa pe p e rdid rd ido o te tem m p o r a lme lm e n te en mi crisis cr isis per p erss o n a l de hace cuatro años. (En esos años, 1986-1987, escribí un pa p a r de artíc ar tícul ulos os p o líti lí tico coss que qu e no he incl in clui uido do ni m e n c ion io n a do aquí pues su tono era demasiado estridente.) ¿Cómo debo ahora responder a estos sentimientos de impotencia y a la pregunta de si la filosofía puede aportar algo a la política? Empiezo Em piezo p o r la segunda pregunta: desde desde que la lass cuestio nes políticas se convirtieron para mí en lo más importante, me ha hecho sufrir s ufrir mucho mu cho que qu e mi mod m odo o de filosofar filosofar se seaa tan abstracto. Me sentía incapaz incapaz de decir nada relevante sobre asuntos asun tos concretos. La ruptu rup tura ra llegó llegó en 1983 con una un a confe rencia sobre «Racionalidad e irracionalidad». Al principio tenía la impresión imp resión de que era una un a causa causa perdida, perdida , pero pe ro al fin se convirtió en un gran éxito en el Auditorium Maximum de la Freie Univers Univ ersität ität de Berlín Berlín.. Empec E mpecéé lentamente lentam ente a com co m pr p r e n d e r qu q u e la filoso filo sofí fíaa apen ap enas as p u e d e ap a p o r ta tarr nad n ada, a, p e r o de lo que se trata es de confrontarse confrontar se con c on un problem pro blemaa concre to mediante median te una argum a rgumentación entación análoga análoga a la filosóf filosófica ica,, y de d e jar ja r que qu e el pro pr o b le lem m a se man m anifie ifieste ste en e n sus divers div ersas as facetas f acetas.. Lo Lo mismo se puede decir de cuestiones como las del asilo, que indudablemente indudablem ente contienen un fuerte fu erte compon com ponente ente ético ético.. Tam Tam po p o c o a p o r ta ahí ah í la filos fil osof ofía ía casi nada na da,, pues pu es en u n c o n te tex x to tall hay que ta q ue pod p oder er par p artir tir de que lo ético no se puede pued e aclar aclarar ar,, en primera instancia, filosóficamente, sino que existe un
19
consenso y, a continuación, hay que proceder del mismo m odo: inten in tentar tar alcanzar clar clarida idad. d. ¿Y los sentimientos de impotencia? Evidentemente hay que qu e com prend pre nder er que q ue en cuestiones cuestiones polític políticas, as, en las las que los los sentimientos sentim ientos y la lass ideologías ideologías son tan ta n fuertes, apenas se se puepu ede convencer a nadie, y hay que conformarse con aportar argumentos para aquellos que de antemano piensan de m odo semejante semejante a uno un o mismo. Las numerosas num erosas cartas que qu e recibí a prop pr opós ósito ito de mi artículo artículo sobre sob re la guerra del del Golfo G olfo me convencieron de que existe en este respecto una necesidad y una tarea que cumplir. Es cierto que hoy los problemas se modifican y se agudizan. Me explico el hecho de que tan pocos intelectuales alemanes pudieran ofrecer orientación sobre la guerra del Golfo, como resultado de que las las inesper inesperadas adas trans transform form aciones ciones masiva masivass en el Este y en Alemania nos han dejado de de repente repe nte sin habla. habla. Empieza una época completamente nueva en Alemania, con nuevas dificultades y nuevos problemas. Hay que es pe p e r a r q u e hay ha y a b as asta tant ntes es fuer fu erza zass p a ra a f r o n ta tarr es esto toss reto re tos. s. Pero Pe ro creo que qu e la las cuestiones cuestiones globales globales que son determ de terminan inantes tes en América Latina Latina también van a ocupar ocu par el prim er plano en Alemania. El penúltimo artículo de este volumen testimonia ya a mi parecer un cambio de perspectiva en relación con el Tercer Mundo. Que esta conferencia fuera escrita en español y tuviera que ser traducida al alemán, no es, evidentemente, una casualid sualidad. ad. Espero E spero po p o der de r seguir seguir presente en Alemania Alemania desde la otra otr a orilla del del Atlántico, en dond do ndee volveré volveré á ser extranjero. El paso de 1949 con el que buscaba busc aba una un a identidad identid ad que q ue se me adecuara fue fue u n error, aun a un cuan cu ando do en sus sus consecuencias consecuencias se ha revelado que no carecía de sentido. (No soy un filósofo consecuencialista.) Bajo Bajo su su form a macabra, macabra, este este err e rro o r fue un desatino bastante singul singular, ar, pero per o debe ser com co m prendid pre ndido o en contextos más más
20
amplio amplios: s: en prim er lugar lugar,, en el el contexto de un problem pro blemaa ge ge neral ante el que se encuentran los judíos modernos no re ligiosos, y, en segundo lugar, en el contexto del problema más más amplio de cómo cóm o uno, un o, se seaa judío jud ío o no, debe relacionar relacionarse se con la pregu pre gunta nta sobre so bre la prop pr opia ia identidad iden tidad colecti colectiva va particu par ticu lar, con la identidad nacional. El deseo -ciertamente com pre p ren n s ible ib le,, es decir, «exp «e xplic licab able le»»- d e un u n a ide id e n tid ti d a d n ac acio iona nall constituyó desde el final del siglo XIX el problema moral más más relevante en la autoconc auto conciencia iencia de los judíos seculariza dos centroeuropeos: centroeuro peos: fueron fue ron muchos mu chos los los que se sobr so brei eide dent ntiiicaron con el país de acogida (en especial en Alemania an tes de 1933); muchos otros, en cambio, aspiraron a una pa p a tria tr ia judí ju díaa pro p rop p ia ia,, el sionismo. vis sionis mo. Visto desde el p u n to de vis ta de la religión judía en ambos casos se trata de aberracio nes, de «pecados»: el sionista abandona la fe en que el re torno a Jerusalén tendría que darse en principio con el advenimiento del Mesías. (Mi extravagancia de 1949 se ex plic pl icaa ta tam m b ié ién n en es este te c o n te tex x to. to . O p t é p o r el d es eseo eo de s o bre b reid idee n tifi ti ficc a ci ció ó n , y, p o r si fue fu e r a p o c o , lo hice hic e en el p e o r momento, justo después del Holocausto, como una forma de retorno.) En su libro libro Von Berlin B erlin nach nach Jerusalem Jeru salem (Fráncfort, 1977), Gershom Scholem contrapone su opción, para él supues sup uestam tamente ente la única correcta, corre cta, po p o r el sionismo sionism o a los los ca ca minos adop a doptado tadoss po p o r su famil familia ia (sobreasimilación) (sobreasimilación) y su her h er mano (universalismo socialista). Hoy tal vez sea más fácil ver que el sionismo es, al igual que el intento de sobreasi milación, un u n callejón ca llejón sin sa sali lida da.. Pero Pe ro se podría po dría preg p regun untar tar aún a ún si exi exist stía ía o exis existe te un cami no «correcto». Creo que sí. Creo que es bueno tener una identidad colec colecti tiva va particula pa rticularr de tipo normal. Lo único con co n denable son las aberraciones agresivas del nacionalismo. Y también es malo que las personas que no tienen ninguna identidad identid ad nacional nacional «normal» «normal» intenten in tenten tener ten er una. De D e este este in tento sólo pueden resultar ideas falsas y exageraciones. In cluso cl uso a los los que sólo tienen una identidad limitada limitada y /o com com 21
pleja pl eja de este tip ti p o , n o les q u eda ed a o tra tr a o p ci ció ó n , al igual igu al q u e el resto res to de las las personas, que aceptarla aceptarla tal tal y como com o es. (Por (P or su su pu p u e s to p u e d e n ta tam m b ié ién n m odif od ific icaa rla rl a p o r b u enas en as raz ra z o n e s o po p o r n ing in g u n a r a z ó n - l o cual ya sería ser ía en sí m ism is m o u n a b u e n a razón-, pero también hay malas razones, y el motivo de quere qu ererr tener tene r una un a identidad más unívoca unívoca si si no se basa basa en en nin n in guna otra buena b uena razón, razó n, es es una un a mala mala razón.) El cosmopo cosm opolitis litis mo tampoco es una alternativa. Creo que el nivel nacional no se puede pued e superar su perar ni ni deformar impunemente. impunem ente. Por Po r supues to que todos nosotros no sotros debemos debemos entender entendernos nos de modo mod o uni un i versalista versalista,, pues la éti ética ca sólo se puede pu ede enten en tende derr hoy ho y en día en términos de respeto universal, pero cada uno, en tanto que ciudadano del mundo, sólo puede relacionarse práctica mente en lo lo concreto como aquel que que él es, lo que también implica, como «uno» en la identidad simple o fragmentada o compleja comp leja que precisamente tiene tiene.. La concepción concep ción contraria contr aria de creer que uno se puede entender inmediatamente como ciudadano del mundo, sólo resulta evidente en la situación especial de los inicios de la República Federal Alemana, pe p e r o en es este te caso ca so no n o se deb de b e ría rí a espe es pecc ular ul ar ideo id eoló lógi gica cam m ente en te y se debería saber que era una situación especial que, por suerte para todos to dos los los que fueron condicionados p o r ell ella, ha facilitado muchas cosas en estos cuarenta años. Berlín
22
Contra la pedagogía autoritaria*
(1978)
Las tesis tesis suelen ser opiniones opinio nes presentadas presentada s de tal manera man era que invitan a la controversia argumentada. Sin embargo, las nueve tesis que quieren restablecer el coraje para educar anuncian un mensaje alegre, verdades evidentes, que debería poder entender cualquiera que no sea malintencionado o esté esté ideológicamente adoctrinado. adoctrinado . La Ia tesis empieza con la frase: « No N o s opon op onem emos os al a l error erro r de creer creer que qu e la mayoría de eda e dad d que debe deb e ser ser enseñada en la esc escuela uela rad radic ica a en el ideal de una sociedad sociedad fu tu r a liberada liberada completamente de todas las determinaciones vitales condicion cionada adass p o r la tradición tr adición» ». Aparentemente sólo se puede estar de acuerdo, pues es indudable que resulta absurdo pensar pens ar que la emancipa emancipació ción n o mayoría de edad consiste en la creación de una tabula
* Este texto text o polém pol émico ico va dirigido dir igido contra las las «9 tesis “Coraje par para a eduedu car”» formuladas por Hermann Lübbe en un congreso en Bonn en 1978 y que también también suscribier suscribieron on Hans Bausch, Bausch, Wilhelm Hahn, G olo ol o Mann, N i kolaus Lobkowicz y Robert Spaemann, y que el Ministerio de Educación de BadenWürttemberg distribuyó a todos los maestros. Tras el artículo hubo hu bo reacciones reacciones de Robert R obert Spaeman Spaemann n en Zeit n° 26 y n° 30 (1978), de G olo Ze it n° Mann en Zeit n° 26 y una réplica de Jürgen Habermas en Zeit n° 30. Ze it n° Z eit n°
23
rasa,
de una nada. Pero también habría que poder pregun tar: ¿contra ¿co ntra quién q uién se dirigen dirig en en realidad realidad los los autores auto res de esta estass tesis te sis?? Tanto Tan to en esta como com o en el resto de la lass tesi tesiss el o pone po nen n te se halla entre nieblas. De este modo se puede convencer m ejor ejo r a la audiencia. audiencia. ¿Existen ciertamente ciertam ente concepciones co ncepciones pedagógico-políticas que consideran que la «liberación com ple p leta ta de tod to d a s las d et etee rmin rm inac acio ion n es vitales vital es con co n dici di cion onad adas as po p or la tradición» es u n fin en sí mismo? Desde Des de el escrito de Kant Kan t «Respuesta a la pregunta: pregu nta: ¿Q ¿Qué ué es la Ilustración?» (1784) no debería ser necesario seguir discutiendo sobre el significado de la «mayoría de edad». K ant la define define como com o la capaci capacidad dad de «usar el propi pro pio o enten ente n dimiento sin la guía de otro». Semejante uso del entendi miento implica que debe decidirse si las «determinaciones vitale vitaless condicionad condicio nadas as po p o r la tradición» son racionales o no, lo cual cual signific significaa al al mismo m ismo tiempo: si son so n o n o justas. Sólo en la medida en que las determinaciones no se correspondan con este criterio debe el mayo ma yorr de edad exigir exigir un cambio. El que los autores no presten atención a este criterio positi vo que todas la lass concepciones concepciones políticas políticas (ya deban deb an ser justi ficadas individualmente o no) que aspiran a una transfor mación tienen en su punto de mira, se debe evidentemente a que ellos ellos p o r su parte pa rte sostienen que el m antenimiento antenim iento de lo existente es un fin en sí mismo. Esta sería, sin embargo, una posición enemig enemigaa de la la razón, razón , en sentido estricto, estricto, irra irr a cional, a n o ser que se diga con Hegel: «Lo racional ra cional es real, real, y lo real es es racio racional nal». ». Tanto Lübb Lü bbee como com o Spaemann Spaemann son s on dis d is cípulos cípulos del neohegeliano neohegeliano Joachim Ritter, Ritter, cuya c uya conceptualidad co nceptualidad se reencuentra en estas tesis. En la frase mencionada, Hegel pe p e r v irti ir tió ó el signif sig nific icad ado o de «raz «r azón ón» » en su o p uest ue sto o . P e ro n o es necesario discutir sobre la palabra «razón». Lo que está claro es que lo que quieren decir es: lo existente es, puesto que existe, bueno; ¡hay que adaptarse! En términos peda gógicos: gógicos: la tarea de la escuela escuela es es educ ed ucar ar para par a adecuarse ade cuarse a lo lo existente.
H
Se dudará en atribuir a los autores de las nueve tesis un odio semejante a la razón. Pero en la siguiente sentencia confirman, confirm an, ciertamente ciertam ente con co n algunas algunas salve salvedade dades, s, la inter in terpr pre e tación recién ofrecida. «En realidad » -la 2a sentencia de cada una de las nueve tesis empieza asegurándonos de este m odo que aquí aqu í se se habla ex cathedra- «la mayoría de edad que la escuela sólo puede promover bajo las condiciones de la tradición dada dad a en cada cada ca caso, es la mayor ma yoría ía de ed e d ad de d e los los que finalmente se han emancipado de la autoridad del maestro».
Esta frase frase es ta tan n «bonita» que qu e uno un o ca casi si ni se da cuenta cue nta de lo que dice dice.. Evidenteme Evide ntemente nte apenas apenas puede pu ede ser se r entendida enten dida de otra otr a maner ma neraa que la siguien siguiente: te: «bajo las las condicione cond icioness de la tradic tra dición ión dada dad a en cada ca caso» so» el el alumno alum no debe d ebe someterse som eterse a «la «la autor au torida idad d del maestro» hasta que se pueda «emancipar» de ella preci samente porque se ha identificado con ella. De este modo no se reinterp rein terpreta reta la mayoría may oría de edad, pues seguiría seguiría siendo siendo ciertamente la capacidad de vivir sin la guía de otro, pero sólo en la medida en que se ha aprend apre ndido ido a ya no usar más más el propio entendimiento. Se podría pensar que estas inge niosas niosas tergiversaciones tergiversaciones realizadas realizadas com co m o de pasada son so n chis ch is tosas, tosas, si si no se tomara tom ara en consideración consideración su pretensión preten sión dema góg gógic ica. a. Todo To do maestro (y aquí hablo también po p o r experienc experiencia ia pro p rop p ia en e n ta t a n to q u e eje e jerz rzo o asimi as imism smo, o, co c o m o seg s egun und d a ocu oc u p a ción, ci ón, de maestro m aestro de ética ética en un instituto ins tituto bávaro) sab sabee que es mucho mu cho más más fácil fácil dar da r clas clases es de manera m anera auto au torita ritaria ria que q ue ac tivar la disposición a la actividad propia. En la actualidad se ha reforzado el enquistamiento autoritario de nuestras escuelas a través de los numerus clausus y la presión para conseguir un buen rendimiento, y se intenta dar buena conciencia a los que se hallan atrapados en este proceso. Aquí ya queda claro lo que se quiere decir con «Coraje par p araa educ ed ucar» ar».. La siguiente y última últim a frase frase de la prim pri m era te tesi siss reza: «Pues si la escuela tu t u vie vi e ra a la m ayor ay oría ía de eda ed a d de la hu h u m a n ida id a d
25
fu f u t u r a como com o idea id eall pedagógic pedag ógico, o, entonces enton ces nos declararía m e nore noress de edad eda d durante toda nuestra nuestra vida vid a hast hasta a el futur fu turo» o».. Lo fascinante de semejantes formulaciones es que no es po p o s ible ib le de d e c idir id ir si ha h a n sid s ido o pens pe nsad adas as p a ra idio id ioti tizz a r a los lo s lec lec tores o si en última instancia los redactores mismos se las creen. Para cualquiera que no se deje llevar por la embria guez del p del pa a tho th o s de Lübbe, como hace él mismo, está claro que la facultad de criticar asociada a la mayoría de edad va dirigida en todo caso hacia el futuro, pero que justamente po p o r eso es o n o p u e d e ser se r p o s ter te r g a d a h a s ta ento en ton n ces. ce s. D e igual igu al m odo, odo , tampoco tamp oco se considerará que la m ayoría de edad es es un estado sino que debe ser ser concebido como u n proceso in ter minable. También aquí los autores desean expresar un re sentimiento, el de los que se ofenden cuando se considera que ello elloss también tam bién deben deb en verse verse a sí mismos com o imperfec im perfec tos en el momento en que se han «emancipado de la auto ridad del maestro». maestro». Pues, com o que qu e lo existente existente es es bueno, bu eno, nosotro no sotros, s, que afirmamos lo existe existente nte,, también somos somo s bue bu e nos. Hace bien que nos aseguren que las cosas son así «en verdad». La 4* tesis, el núcleo de toda la serie, demuestra que no he forzad forz ado o la interp inte rpreta retació ción n de esta esta I a tesi tesis. s. «Nos oponemos al error error de cree creerr que la escu escuel ela a podrí po dría a haha cer que qu e los niños niño s y las las niña n iñass sean *crítico críticoss ” si se se los educa para no aceptar nada de lo establecido sin cuestionarlo. En realidad realida d de este mod m odo o la escu escuel ela a lanz la nza a a los los niños y las las niñas niñas en brazos de los sabelotodos ideológicos que elevan preten siones absolutas. absolutas . Pues Pue s sólo es es capaz cap az de d e opon op oner er resistencia crítica y escepticismo a semejantes seductores el que mediante su educac e ducación ión se halla ha lla en consonancia con lo estab es tablec lecido ido» ». De modo que la «consonancia» con lo «establecido» es el único patr p atró ó n de la la críti crítica ca.. A par p artir tir de estas estas premisas he jclia jc liani niza zant ntes es se sigue sig ue f o r z o s a m e n te p o r lógica lóg ica,, e n p r i m e r ugar ugar,, la transfo tran sform rmació ación n positiva de la la prim era sentencia de •ata toá toáis: que qu e la escuela debe deb e educ ed ucar ar para pa ra «aceptar sin cues cues
f
W
tionar», así como, en segundo lugar, la afirmación de la segunda parte de la tesis: que el único objeto legítimo de crítica son los críticos de lo existente, los «sabelotodos». De m odo que se oculta que, antes antes bien, la la prop pr opia ia posición que declara lo establecido como sacrosanto, es la que merece como com o ningu n inguna na otra o tra la etiqueta etiqu eta de lo ideológico ideológico y la que eleva una «pretensión» «absoluta» (pero sobre todo: una que no puede pued e ser fundam fund amentada entada racionalment racionalmente). e). Resulta Re sulta paradójico que justamente justam ente la educación de la la facultad crítica tenga que lanzar a los niños y niñas «en brazos» de «seductores». Pero es manifiesto que los autores consideran ingenua la idea liberal de que sólo la educación de la propia facultad de juzgar puede hacernos resistentes frente a las ideas políticas mal fundamentadas, vengan de la derecha o de la izquierda. Los autores creen, con Cari Schmitt (que ha influenciado influenciado profun pro fundam dam ente en te a la es escu cuel elaa de Joachim Joa chim Ritter), Ritter ), en las las categor categorías ías de amigo y enemigo, y el el enemigo se halla a la izquierda. Evitan, ciertamente, las palabras «derecha» «derecha» e «izquierda» «izqu ierda»,, p ero er o la idea es es clar clara: a: la edued ucación de una capacidad de crítica libre, determinada sólo po p o r la r a z ó n y n o v incu in cula lad d a a la « cons co nson onan anci ciaa c o n lo es esta ta- blecid ble cido» o» no n o ofr o frec ecee nin ni n g u n a segu se guri rida dad d co c o n tra tr a el p el elig igro ro de la izquierda: de modo que semejante crítica libre («desarraigada gada») ») debe ser ataj atajada ada.. Conocem Con ocemos os este este modelo mo delo po p o r la historia: el conservadurismo desactiva al liberalismo cuando amenaza un peligro peligro desde la izquierda. Lo L o novedo nov edoso so ahora aho ra es sólo que también debe ser desactivado aun cuando hoy en día día no n o se hable de un peligro de la izquierda en la la R epúep ú blica bli ca Fed F eder eral al.. E n ta tan n t o q u e los lo s auto au tore ress de las nuev nu evee tesis tes is no no sólo se defienden defienden de la izquierda izqu ierda sino que q ue declaran prevenpreven tivamente que los principios del liberalismo son «errores», manifiestan manifiestan una un a tendencia tenden cia totalitaria que qu e se expres expresaa de mam anera más patente en la 2a tesis: «Nos «N os oponemos al a l error error de creer creer que qu e la esc escue uela la podrí po dría a en seña se ñarr a los los niños niñ os y niña ni ñass a ser felic fe lices es a l ani a nima marl rlos os a elev el evar ar
2 7
“pretens pre tensiones iones de feli fe licc ida id a d *. En E n reali re alidad dad de este m odo od o la es es cuel cuela a no hace hace más que q ue alentar alenta r falsam fals amen ente te la felici fel icida dad d de d e los los niños y niñas y neurotizarlos. neurotizarlos. Pues Pues la felic fel icid idad ad no cons consis iste te en la sati satisfac sfacció ción n de pretens pre tensione ioness sino sino que q ue resulta de hac h acer erlo lo co rrecto». Esta tesis misantrópica podría ser adoptada por cualquier qu ier sistema totalitario totalita rio,, en el el que el sistema sistema no existe existe para par a la felicidad de los individuos sino que las personas son reducidas a su funció fun ción n para p ara el sist sistema. ema. La escuela escuela exist existee para que los los niños y niñas aprendan oportun op ortunam am ente a identi identifi fi-carse con esta función. Mientras que la idea de una escuela democrática democrática tiene tiene como com o objeti o bjetivo vo la la prom oción oció n del del proceso de desarrollo propio, esto es, de la felicidad, de los niños y niñas, la tarea tarea de la escuel escuelaa totalitaria tota litaria consiste cons iste en anula an ularr este este pr p r o c e s o o can ca n aliz al izar arlo lo p a ra q u e el n iño iñ o « apre ap rend nda» a» a c r e e r que su lugar en el sistema es su autorrealización, o, como dicen los autores, a encontrar su felicidad en «hacer lo correcto». Por el contrario, quien, sea niño o adulto, los anima a reclamar sus derechos o quien les señala la oposición entre la conformidad al sistema y la autorrealización, los neurotiza neu rotiza.. Me maravi maravill llaa que cuando los autores escribieron esta frase, no pensaran en lo que sucede con semejantes «neuróticos», por ejemplo, en la Unión Soviética. Es evidente que también tamb ién consideran un erro er rorr la fr fras asee de la Declaración de Independencia ameri american canaa que qu e sostiene sostiene que u no de los derechos inalienables del hombre es the pursuit o f haphappiness. La 5a tesis está estr e strec echa ham m ente en te relac re lacion ionad adaa con co n la 2a: «Nos oponemos oponem os al error de considerar que qu e la escue escuela la debería guiar gu iar a los los niños y niñas a *percib per cibir ir sus inter in teres eses” es”.. En E n verd ve rda a d , con ello ello la esc escue uela la deja a lo los niños en mano m anoss de los los q u e saben u ti ti liza li zarr estos estos intereses para pa ra sus sus propios propio s intereses intereses políticos. políticos. Pues, Pues, antes de p o der de r percibi per cibirr los los propios intere intereses ses,, hay que haber sido intr in trod oduc ucid ido o en las circunstancias vitale vita less en las las que qu e estos estos intere interese sess propios propios adquieren adqu ieren su primera prim era form a». a» .
28
La tesi tesiss adquiere su fuerza fuer za retórica retóric a de la la indeterminación indeterm inación de la última frase. Recuerda, de una parte, algo trivial: que los intereses sólo sólo se se pued pu eden en desarrolla des arrollarr en conexión conex ión con co n ins tituciones sociales y políticas. Pero sugiere al mismo tiem p o que esta conexión sólo es es pensable en forma form a de conco con cor r dancia dancia y que, po p o r tanto, los los individuos individuos no n o pueden pu eden distinguir sus intereses de los papeles que les han sido atribuidos por las instituciones. De ello se sigue, por consiguiente, que tampoco puede ser tarea de la escuela educar para esta fa cultad de distingui distinguir. r. Pero, desde desde una perspectiva democrá dem ocrá tica, tica, esta esta distinción distinción es fundamental fundam ental p orqu or quee las las instituciones instituciones sólo pued pu eden en ser enjuici enjuiciadas adas racionalmen racion almente te si sirven a los los in in tereses de los individuos. La ideología de la concordancia presup pre supues uesta ta p o r los autores es la la posición del totalitarism totalitarismo. o. Justo por ello los niños caen «en manos de los que saben utiliza util izarr estos intereses para sus propi pro pios os intereses políticos». políticos». Las instituciones, institucione s, no los individu individuos, os, son la última instanci instancia. a. Si fuera así «en verdad», no habría ni derechos fundamen tales ni democracia, y entonces las ideas de la Declaración de Independ Ind ependencia encia americana y la Declaración Dec laración francesa francesa de los los Derechos Humanos serían igualmente errores. La escuela a la que qu e apun ap unta ta esta tesi tesiss es una escuela escuela antidemocr antidem ocrática ática en la que no se educan ciudadanos, sino súbditos. Esto es corro bo b o r a d o p o r la 3a 3a tesis: «Nos oponemos al error de cree creerr que qu e las las virtudes virtud es del de l trabajo, la disciplina y el orden hayan devenido obsoletas por haber ha ber sido sido objeto de un abuso abuso polít político ico.. En verd ve rdad ad esta stas virvi rtude tu dess son necesa necesarias rias en todas todas las circunstancias políticas. Pues su necesi nec esidad dad no es específica específica de d e l sistema, sistem a, sino q u e está f u n damentada dam entada en el ser hum hu m ano an o ». Es escandaloso tener ten er que qu e discu dis cutir tir u n a «tes «tesis is» » semejante. semejante. También ella se opone a enemigos nebulosos. Los autores deberían nom n om brar br ar exactamente exactamente a los los que han declarado que estas estas «virtudes» «virtudes» son obsoletas y no a los que sólo las las han rere lativiza lativizado do en relación relación con otras virtudes. N o han sido est estas
29
virtudes la lass que han h an sido susceptibl susceptibles es de ser utilizadas utilizadas po po líti lí ticament camente, e, sino el desproporcionad despropo rcionadam amente ente alto rango rang o que q ue se le less ha atrib a tribuid uido, o, y aún aú n se le less atribuy atrib uye, e, en la la educación edu cación al ale e mana tradicional, y que q ue en todos tod os los cas casos os es es superado po por los autores de la las nueve tes tesis is.. Pues cuando cu ando un u n o se pregu pre gunta nta en qué lugar lug ar menciona menc ionan n estas estas tesi tesiss metas educativas educativas positi po siti vas, vas, debe concluir con cluir desconsolado desco nsolado que todas la lass tesi tesiss sólo se defienden, sólo só lo son so n antítesis, antítesis, con sólo só lo una un a excepción en esta esta 3a tesis en la que el trabajo, la disciplina y el orden son las únicas metas metas mencionadas po p o r los los autores. E sto no ti tiene ene visos visos de ser u n descuido. Pues, ¿qué otras metas metas educat educativas ivas puede pu eden n nom no m brar br ar los los autores? ¿Emancipa ción? En la Ia tesis ya la han descalificado. ¿Despliegue de uno un o mismo? A esta esta le quitaro qu itaron n tod t odo o fund fu ndam amento ento en la la 2a te sis. is. Pe Pero ro es cierto que qu e en e n esa esa misma tesis tesis se se hablaba hablab a de «ha cer lo correcto». ¿No es esta una meta educativa en cuya consecuc conse cución ión vale vale la pena pen a esforzarse? Per P ero o su significado, significado, tal y como lo formulan, resulta ambiguo. Los dos puntos de referencia evidentes en toda moral moderna desde la Ilus tración, «razón» «razón» y «moral «moral», », son rechazados po r los los autores. Sólo Sólo se se puede pu ede entonces concebir conc ebir una un a seudom seud omoral oral en la que (para decirlo en términos términ os de Kant) el ser hum hu m ano an o ya no se seaa pe p e n s a d o c o m o fin fi n en sí, sin si n o s ólo ól o c o m o m edio ed io,, de m o d o que las «virtudes» que se esperan de él sean las virtudes de una un a herram her ramienta ienta.. Efectivamente: lo que qu e signi significa fica este «hacer lo correcto» según estas nueve tesis no puede ser otra cosa que qu e las las virtudes virtud es que qu e se pres pr esen entan tan en la 3a te tesis sis:: «traba « trabajo, jo, dis dis ciplina y orden». ¿Es posible que los autores no se hayan dado cuenta de que de este modo han establecido como norm no rmaa final final de la educación educación al tipo hum hu m ano de Ado A dolf lf Eichmann? Tanto desde el p u n to de vista vista de la intención de los los au a u to to res, así como objetivamente, las primeras cinco tesis debe rían ser las más importantes, de modo que las otras cuarto bast ba staa sim si m ple pl e m ente en te c o n m enci en cion onar arlas las.. N o es está tán n cl clar aram amen ente te 30
conectadas con las las primeras cinco, cinco, pero pe ro persiguen, con co n los mismos medios m edios retóricos, el objetivo de m ovilizar diferentes resentimientos contra diversos aspectos de la reforma escolar escolar.. En E n la 6a 6a tesis, en relaci re lación ón con c on la exigencia exigencia de iguald i gualdad ad en las oportunidades formativas, se atiza el resentimiento contra co ntra la nivelación nivelación con el falso falso supue su puesto sto de que qu e la igualdad igualdad de opor op ortunid tunidade adess formativas formativas ya se se ha realizado entre noso no so-tros. La 7a tesis se opone «al error de que en la escuela se pued pu eden en llevar llevar a cabo reformas reforma s que la sociedad misma no ded esea sea implem im plementa entarr en en sus sus instituciones instituc iones políticas», políticas», de nuevo un argumento retóricamente muy efectivo sin contenido de verdad, verdad, porqu po rquee o bien se trata com pletamente pletamente de reformas reformas que en su proceso han escamoteado a los legisladores, o bien bi en,, en cam ca m bio, bi o, de ideas ide as refo re form rmis ista tass q u e en m o d o algun alg uno o pu p u e d e n ser se r d ecre ec reta tada dass p o r la ley pues pu es exigen exig en u n a t r a n s f o r mación mac ión de la actitud. Además, con c on esta tesis tesis se se niega de nue n ue-vo todo derecho a una relevancia política autónoma de la educación. educa ción. En las las tesis tesis 8a y 9a se trata tra ta en conc co ncret reto o la antipa an tipa-tía especialmen especialmente te extendida entre los los progenito prog enitores res contr co ntraa la la «cientifiz «cientifización ación de de la docenci docencia» a» y contra con tra una u na «educación «educación p r o fesionalizada e institucionalizada al máximo», como si los que persigue pers iguen n tale taless metas fueran los mismos que qu e los que se opon op onen en a las las cinco primeras primera s tesi tesis. s. Lo que Hahn celebra como un «nuevo punto de partida para pa ra la educació educ ación» n» consi co nsiste ste po p o r lo tan ta n to en el des d esmo mont ntaj ajee de todos los logros de la pedagogía desde la Ilustración. Que este este «punto «pu nto de d e partida» «determinará duran du rante te la siguiente siguiente dédé cada la política educativa de la República Federal Alemana» pu p u ede ed e ser s er un p r o n ó s tic ti c o corr co rrec ecto to.. Pues P ues,, fieles fieles a su pro pr o p ia d ivisa, los autores están animados por el arrojo de la concordancia afirmativa afirmativa con lo que de tod to d os modos mo dos está en marcha. Q ue uno un o tenga tenga que confrontarse co nfrontarse con tesis esis de una calidad calidad intelectual tan precaria, con tesis que no encontrarían eco en ningún ning ún otro o tro país país de la Euro Eu ropa pa Occidental, O ccidental, lo debemos a la la acactual situación espiritual en la República Federal. Los autores
31
han logrado volver respetables las ideas pedagógicas autoritañas tañ as acari acaricia ciadas das p o r mucho m uchos, s, p ero er o que q ue nadie se atrevía atrevía a ar ticular desde 1945, arropán arro pándos dosee en un nuevo nue vo lenguaje lenguaje retó re tó rico que cubre en parte su tendencia totalitaria. De nuevo ahora, com co m o en tiempos tiemp os pasados, se se nos invita invita a tener tene r el el co raje raje para una un a educación que qu e no exig exigee ningún ning ún coraje, ninguna fantasía, ninguna simpatía y ninguna responsabilidad para los los individ ind ividuo uos... s... para una un a educación educación a costa costa de los los niños y niñas y a costa costa de la democracia.
32
G itanos y judíos judíos
(1979)
Gitanos y judíos están hermanados por su origen. Ambos pu p u e b los lo s han h an vivi vi vido do d u r a n te siglos siglo s sin s in tie t ierr r a en e n Eu E u r o p a , dis d is pe p e rsad rs ado o s, disc di scri rim m inad in ado o s en toda to dass p a rte rt e s a causa ca usa de su dife di fe rencia, rencia, expulsados expulsados una un a vez tras otra o tra y en búsqued bú squedaa de nue nue vos nichos espaciales y comerciales para seguir existiendo. En la sociedad moderna con su igualdad de derechos que sólo fue garantizada gara ntizada para pa ra aquellos que estaban dispuestos dispues tos a hacerse iguales, se les planteó a ambos el problema de una integración integración que presupon presu ponee la adecuaci adecuación, ón, el el aband aba ndon ono o de la tradición y la la identidad propias. Los nazis, nazis, que atribu atr ibuye yeron ron la diferencia a una determinación racial, los desembaraza ron de este problema mediante la solución final de la ani quilación qu ilación física física.. ¿Cuál ¿C uál es ahora, ya pasada p asada la pesadilla, la si si tuació tua ción n de los los superviviente supervivientes? s? Pero ¿ya ha pasad pasado? o? Sí Sí para noso n osotros, tros, judíos. judíos. H o y u n ju dío asimilado no vive mal en la República Federal. Pero ahora aho ra intento inte nto imaginarme imaginarme cómo cóm o sería mi vid vidaa si si los los prejui pre jui cios contra los judíos tras Auschwitz se mantuvieran tan firmes como los prejuicios contra los gitanos. Para ellos la pesad pes adill illaa n o ha h a acab ac abad ado. o. Los L os que qu e está es tán n p r e o c u p a d o s por po r q u e en la actualidad hay aún entre los alemanes un antisemitis-
33
mo latente que sólo se mantiene reprimido por considera ción externa, apartan ap artan el proble pro blem m a real. real. El que qu e sólo se fija fija en la posibilidad de una un a discriminación discriminación latente latente de una m inoría concreta con creta,, está ci ciego ego para pa ra la abierta discriminación discrim inación que q ue ame naza a otras minorías ahí donde realmente sucede hoy en día entre nosotro no sotros. s. A fin de cuentas, cuentas, el el antisemitismo antisemitismo es sólo sólo una manifest manifestaci ación ón posible posible de una enfermedad más prof pr ofu u n da que qu e consiste en la incapaci incapacidad dad de confo co nform rmar ar la concien cia de la propia identidad colectiva sin despreciar otras identidades identidad es culturales cultura les y nacionale nacionales, s, llegando hasta la nega ción de la humanidad de los otros. Los judíos resultaban vícti víctimas mas propiciatorias pro piciatorias de esta esta proyección proy ección negati negativa va porq po rque ue no tenían otro otr o país país,, porq po rque ue no n o tenían ningún país país en el el que no fueran minorías. Por el mismo motivo, aún hoy día, los gi tanos en comparación con otras minorías nacionales son el objetivo ob jetivo de los prejuicios. prejuic ios. E n el Tercer Reich los los judíos eran considerados infrahumanos. Aún hoy los gitanos no son designados designados como infrahumanos, in frahumanos, pero p ero sí que son percibidos y tratados como tales. ¿Por ¿P or qué qu é se concentra con centra la superac superación ión del pasado ( Verganla República Federal Federal de mod m odo o tan gen g enh h eits ei tsb b ewal ew alti tigu gun n g ) en la masivo en los los judíos? ¿P ¿ P or qué qu é se obvia el el destino des tino de los gi tanos bajo los los nazis? nazis? H ay para ello ello varias varias razones, razones , natural natu ral m ente también tam bién la que qu e se menciona me nciona en este volumen, volum en, a sa sabe ber, r, que la República Federal en relación relación con los los judíos, judíos, pero pe ro no en relación con los gitanos, se encontraba y aún se encuen tra bajo presión pre sión internacional. E sto se debe a su vez vez a la cir cunstancia de que los judíos, a diferencia de los gitanos y grac gracia iass a otra tradición tradición cultural, cultural, avanzaron bastante bastante pro pr o n to en el camino de la adecuación y han seguido avanzando considerablemente. Pero esto tiene también como conse cuencia que para un alemán de hoy es más fácil distanciar se emociona em ocionalmen lmente te de la persecució persec ución n de los judíos que q ue de la la per p erss ec ecu u ci ció ó n de los lo s gita gi tano nos. s. L os jud ju d íos ío s y a n o se pr p r e s e n ta tan n ante los alemanes como extraños y amenazantes: amena 34
zantes no, por p orqu quee apenas están presentes presentes en Alema A lemania, nia, y ex traños tampoco porque se perciben en ellos características con co n la las que uno u no cree cree pod p odee r identificarse especialmente, si si se piensa, dependiendo del punto de vista de cada cual, por ejemplo, en la tantas tanta s vece vecess conjura con jurada da simbiosis espiritual esp iritual ger mano-judía, o en el Estado de Israel. Y así, cuando nos fija mos en la persecu pers ecución ción de los judíos, el p eríod erí odo o entre 1933 y 1945 aparece más fácilmente como un fragmento de histo ria ria extraña extraña,, como com o una un a mancha vergonzante pulcramente de limitada. Q uien ui en haya leído leído la las contribuciones contribucion es de la presente presen te anto anto logía, no puede dejar de reconocer que la imagen histórica se oscurece tan pronto como se contempla la persecución de los gitanos. gitanos. En E n relación con co n ellos, ellos, se se p one on e de manifiest m anifiesto o que exist existee ampliamen am pliamente te en la m entalidad e incluso en parte en la legislación una continuidad entre la época del káiser, la Repúb Re pública lica de Weimar, Weimar, el Tercer Reich Re ich y la actualidad, actualida d, que se expresa ejemplarmente en una frase que forma parte de una sentencia del Tribunal Federal Supremo en 1956: «Las medidas adoptadas por las autoridades nacionalsocialistas contr co ntraa los gitanos gitanos tras 1933 no se distingu dis tinguen en en absolut abs oluto o de otras acciones similares ocurridas antes de 1933 en la lucha contra con tra los los desórdenes provocados p o r los los gitan gitanos os». ». La dispu d ispu ta jurídica de si los los gitanos fueron fue ron deporta dep ortado doss po p o r los los nazis nazis sólo porq po rque ue los consideraban conside raban asoc asocia iale less o si desde el el princ pr inci i pio p io fue fu e p o r m o tiv ti v o s racis ra cistas tas es u n a d isp is p u ta abs ab s u rda rd a , pues pu es prec pr ecis isaa m ente en te la clave p a ra los nazis na zis era que qu e los gita g itano noss eran er an asociales a causa de su raza. Si nosotros nos confrontamos con la persecución de los gitanos por los nazis, puedo que rer decir, en primer lugar, cuando digo «nosotros», «noso tros, alemanes», pues en este contexto uno en tanto que ju dío se encuentra encue ntra involuntariamente involuntariam ente en el el bando equivocado, en el bando de los que humillan y no de aquellos con los que se comparte destino. Cuando se trata del rechazo de otras minorías, nosotros, judíos alemanes, compartimos los
35
pre pr e juic ju icio ioss del de l res re s to de ale aleman manes, es, p u es n o en v ano an o n o s h e mos esforzado duran d urante te tanto ta nto tie tiemp mpo o para pa ra ser más más alem aleman anes es que los aleman alemanes es (con lo que no quiero q uiero excluir excluir que haya hay a ju ju díos sin prejuicios, así como también existen alemanes sin prej pr ejui uici cios os). ). E n se seg g u ndo nd o lugar, la sup su p e rac ra c ión ió n del de l p as asad ado o ya no es pensable como u n acto de de delimitación en relació relación n con algo al go pasado, sino únicamente como com o superación sup eración del presente presen te que qu e nos concierne co ncierne a todos tod os.. Las Las categorí categorías as de culpa y pecado son claramente claram ente estériles estériles pues están orientad o rientadas as hacia el el pasa do. El problem a es es más más bien que nosot no sotros ros mismos debemos debem os cambiar. En relación con los gitanos es más claramente re conocible que en otro o tross contextos que q ue los los exc exces esos os de los los na zis sólo eran una escalada de la disposición espiritual pre sente ya antes de 1933 y en la que aún nos encontramos en la actualidad. Empezando por no-querer-tener-nada-quever con una minoría cuyos derechos no son representados po p o r n ingú in gún n o tro tr o E s ta tad d o y que qu e en caso de nece ne cesi sida dad d ni si quiera pueden pued en ser deportados deportado s a su su propio pro pio país país,, pasando po r su confinamiento confinam iento y desplazamiento forzosos, forz osos, hasta lleg llegar ar al al campo de d e concentración conc entración hay en cada cada cas caso o un paso de d e extre ma gravedad, pero a fin de cuentas se trata sólo de un paso. Desde nuestra propia pro pia perspecti perspectiva, va, el problem pro blemaa de los gi gi tanos sólo tiene que ver secundariamente con el futuro de los gitanos (algo (algo que qu e en última instancia está en sus manos). N o s p reo re o c u p a e n p r im e r lug lu g ar cuál cuá l es n u e s tro tr o deber. debe r. Sólo es en segunda instan instancia cia un prob p roblem lemaa jurídico que q ue no n o se pue pu e de resolver ni jurídica ni administrativamente, pues en pri mera lín línea ea es un problem pro blemaa que concierne a nuestro com c om por po r tamien tam iento to socia social. l. El prejuicio pr ejuicio de que q ue los gitanos son asoci asocial ales es sólo es el reflejo de nuestras propias formas de vida asocia les: los llamamos asocíales porque no se quieren adaptar a nuestra sociedad del esfuerzo en la que se aísla a los indivi duos. N o basta con una un a reflexión reflexión meramente meram ente caritati caritativa va que, que, po p o r a m o r a los g itan it ano o s, cambi cam biee n u e s tra tr a o p inió in ión n d e ellos, ellos , pues pu es eso los volve vo lvería ría a co c o n v e r tir ti r en o bjet bj etos os.. Sólo se ac acab aba a 36
ría con la maldición si dejáramos de presuponer que nuestra forma de vida debe valer de manera no cuestionable como patrón; p atrón; si ya no tuviéramos tuviéramos que reprim rep rimir ir en nuestra nuestra conciencia los aspectos insatisfactorios y asociales de nuestra forma de vida; si el lugar del miedo al contacto fuera ocupado por una necesidad de contacto con personas que viven de otra manera. Surge Surge un rayo de esperanza esp eranza en el el hecho de que qu e algunos de los miembros miem bros de nuestra nue stra generación generación más joven han desarr d esarroollado una conciencia que lleva a considerar que los valores con los los que q ue nuestra nues tra sociedad sociedad mide m ide la vida plena son insatisfactorios. Esta generación ha redescubierto valores que en gran medida se acercan a los de los gitanos. Por ello, que encontrem enco ntremos os un camino hacia hacia una integración amistosa amistosa con los gitanos, depende de si encontramos la senda hacia una confrontación auténtica con la contracultura que forma parte de nuestra propia pro pia cultura. cultura. Pero también lo contrario: contrario: si no dejamos de discriminar a unos, tampoco podremos hacer más más que recluir rec luir a los los otros otro s en guetos y oprimirlos. op rimirlos.
Racionalidad Racion alidad e irracionalidad irracionalidad del movimiento pacifista y sus adversarios
Tent Te nta ativade diálo álogo (1983) I
Parto Pa rto de d e la angustiosa experiencia experiencia repetida repe tida una vez tras tras otra otr a de la imposibilidad de entendernos sobre nuestra supervivenc vencia ia común. Casi todo tod o el mundo mu ndo occident occidental al está está como d ividido en dos grandes sistemas sistemas comunicativos que qu e trascienden las las frontera fron terass nacionales nacionales y que q ue amenazan am enazan con co n cerrarse el uno al otro trazando nuevas fronteras que separan a familias y amistades. No son simples finalidades políticas contrapuestas. trapuestas. La diferenci diferenciaa profun prof unda da que qu e puede hacernos dede sesperar los unos de los otros y, dado que tenemos la piel tan fina, también de nosotros mismos, es la diferencia en el lenguaje lenguaje,, en la com co m prensió pre nsión, n, en los presup pres upue uesto stoss tácitos que desempeña desem peñan n un papel en la la percepción perc epción recíproca recípro ca de las las realidades políticas. C uand ua ndo o las las personas ya no se entienden, entienden, se se perciben recíprocamente como irracionales; este es el sentido del no entenderse. P o r ello ello no es casualidad casualidad que el el reproch repro chee recí pr p r o c o más c o m ú n , lan la n z a d o p o r los enem en emig igo o s d el m o v imiento pacifista y por estos contra los primeros, es el re pr p r o c h e de la irra ir racc ion io n a lid li d a d . Sem Se m ejan ej ante te r e p r o c h e signif sig nific icaa
39
siempre que los motivos que dan los otros de sus convicciones, son considerados insuficientes. Si ya no podemos entender las razones de los otros, sólo nos queda intentar explicar sus convicciones a partir de motivos de los que ellos mismos no son conscientes. Semejante procedimiento implica que ya no nos tomamos en serio a los otros como com o interlocutores interloc utores,, que ya no podem os hablar h ablar con ello ellos, s, sino sólo sobre ellos. Este recurso a las motivaciones psicológicas cológicas y socialpsicológicas socialpsicológicas subyace su byacentes ntes es racional e incluso imprescindible, cuando ya no podemos com prender directamente una posición. Pero no es racional si aparece con excesiva premura, es decir, si antes no hemos hecho todo tod o lo posible para comprend com prender er la las razones de nuestro interloc ter locuto utorr en el el diálog diálogo. o. En nuestro nu estro caso caso,, el el reproche prepr ecipitado de irracionalidad en ambas direcciones es poco convincente, pues no es posible hacernos creer que todos los los represen rep resentantes tantes de la la otra otr a parte son en cada caso caso estúpiestúp idos, malvados o ambas cosas. E n la lucha política se tiende a difamar difam ar al adversario. El diálogo diálogo se rom pe con la m ayor ayo r celeridad celeridad posible, cada cada parpa rte elige los aspectos del otro que parecen más débiles. Platón tó n contrapuso contrap uso este este método retórico, como lo lla llamaba maba al filosófico, en do d o nde nd e «filosóf «filosófico ico» » significa significa simpleme simp lemente nte que qu e se se aspira a un diálogo en el que no se trata de acumular puntos de vis vista ta,, sino de alcanzar la m ayor ayo r sinceridad sinceridad mutua m utua p o sible, es decir, la mayor racionalidad intersubjetiva posible. La exige exigenc ncia ia de Plató P latón n de que los políticos deben d eben ser filósofos ha sido ridiculizada durante siglos. Pero en la pregunta que nos ocupa, en la que se trata de nuestra supervivencia, no nos podem os perm itir la la renuncia al al entendimiento entendimiento m utuo. Cada Ca da neglige negligenci nciaa de racionalidad es un paso más hacia hacia el abismo. Pero la racionalidad es esencialmente racionalidad intersubjetiva, intersubjetiva, pues sólo podem pod emos os m edir la la pertinencia pertinen cia y el peso de las propias razones cuando nos exponemos a las razones contrarias de la otra parte.
40
P o r ello ello en lo que sigue sigue me voy a imaginar imaginar un interlocu interloc u tor que defiende una posición opuesta a la mía, del que sé que no es ni estúpido estúpido ni malévol malévolo o y del que presup ongo ong o que tiene una necesidad de entendimiento tan grande como la mía. mía. La conversación conversación con R udolf ud olf -e ste st e es el el nombre nom bre que le le doy do y a mi am igoigo - debe tener el el sentido sentido de iluminar el el pano pan o rama de los puntos de vista litigiosos así como sus supues tos de fondo. N o le do d o y n ingú in gún n n o m b r e ficticio fic ticio al inte in terr loc lo c u tor to r de R u dolf, dolf, sino que me mantengo en primera primer a persona para evitar evitar una falsa apariencia de objetividad. No quiero negar mi compromiso, no estoy por encima de las partes. Además, está claro que el diálogo en su totalidad es subjetivo en la medida en que yo he cons co nstruid truido o la conversación y yo soy el que pone los argumentos en boca de mi amigo. No puedo hacer más que esforzarme para dotarlo de los argumentos más más sólidos que cono co nozc zco o de otras o tras conversaciones, de la lite ratura y de mi propia pr opia refl reflex exió ión, n, y está está naturalmente del todo excluido excluido que con co n ello, ello, aunque aunq ue sólo fuera de manera mane ra aproximativa, mativa, alca alcanc ncee una objetividad real real.. Se Se me podr po dría ía pre p regu gunta ntarr si no sería mejor renunciar al diálogo ficticio e intentar un diálogo con un interlocutor real que aportaría argumentos que yo no pued p uedo o en m odo alguno alguno antic anticip ipar ar.. Una U na cosa no ex ex cluye a la otra. Los debates públicos y las entrevistas tienen sus ventajas, pero también sus dificultades específicas. Al principio de la conversación, Rudolf no estará en modo alguno dispuesto a participar en una argumentación que va encabezada p o r el título de esta conf conferen erencia cia.. «¿Pero «¿Pero acaso se puede hablar de e l movimiento movimiento pacifista?», le oigo preg pr egu u n tar. ta r. «¿Acaso «¿A caso n o cons co nsist istee el m o vim vi m ien ie n to paci pa cifis fista ta en una mezcla de las más diversas posiciones? Y si el movi miento pacifista no representa una posición determinada, entonces entonces tampoco podem os determinar qué queremos decir decir cuando cuan do hablamos de “sus adversarios” adversarios”.. Además, al al atribu atri buir ir se el nombre “movimiento pacifista” es especialmente eno
41
joso jo so pues pu es p res re s u p o n e q u e sólo sól o los que qu e form fo rm a n p a rte rt e de este movimiento persiguen la paz. Pero todos tenemos como meta el mantenimiento de la paz, sólo nos distinguimos en nuestra idea de cuáles son los medios más adecuados.» «Efectivamente», le respondo, «es preciso hacer algunas distinciones. Sin embargo, la referencia global a “el movi m iento ien to pacifista” en el título títu lo era e ra obligada, obligada, pues pu es desempeña desem peña u n papel en la conciencia pública. pública. Es de esta conciencia de la que debemos partir. Además, la referencia global a “el” movimiento pacifista suele desempeñar precisamente un pap p apee l r e tór tó r ico ic o c u a n d o tus tu s amigo am igoss s o s tien ti enee n q u e el m o vi vi m iento pacifi pacifista sta es es irracional irracional Empiezan Emp iezan diciendo que deter dete r minados minad os fines fines de largo plazo, defendidos defen didos po p o r muchos muc hos de los los que forman parte del movimiento pacifista, son utópicos, no realistas y, en este sentido, irracionales, y trasladan sin más este juicio a determinados fines de corto plazo, como el de impedir el rearme, que son promovidos por el movi miento pacifista.» Por tanto, estoy de acuerdo con Rudolf en que la pre gunta de la racionalidad e irracionalidad del movimiento paci pa cifis fista ta y sus adve ad vers rsar ario ioss sólo só lo p u e d e ser se r escl e sclar arec ecida ida si dis d is tinguimos distintos niveles. Prescindo totalmente de una gran parte del movimiento pacifista al que se le puede re pr p r o c h a r falta fa lta d e info in form rmaa c ión ió n s o b r e detal det alles les d e polít po lític icaa m i lita itar. N o informarse informarse o informarse informarse poco sobre una cuestión que qu e se considera cons idera de impor im portan tancia cia crucial y que se sabe que qu e es controvertida con trovertida y, y, todo tod o y con ello ello,, defender una determinada pos p osic ició ión n , es una un a a c titu ti tud d q u e efec ef ectiv tivam amen ente te se p u e d e califi califi car mejor que a cualquier otra de irracional, pero esta acti tud se encuentra igualmente en la otra parte, y en una pro po p o r c i ó n sens se nsib ible lem m e nte nt e más elevada, eleva da, lo cual cua l tien tie n e u n a expli explica caci ción ón m uy senc sencil illa la:: gran parte p arte de los que no n o perten pe rtene e cen al al movimiento movim iento pacifist pacifistaa no consideran co nsideran que se trate de d e un pr p r o b lem le m a de imp im p o r tan ta n c ia cruci cr ucial. al. P o r c iert ie rto o , esta es ta f o rm a d e irrac irracion ional alida idad d -n o informarse informarse adecuadam ente- es es, p o r su
42
puesto, pues to, un fenómeno fenó meno gradual gradual.. Ciertamente, Ciertam ente, esto no lo hace hace mejor, sino que es antes bien el mal fundamental. Lo que define a Rudolf a mis ojos es que está más o menos tan informado como yo, ninguno de los dos es un experto. Por ello estamos inmediatamente de acuerdo en renunciar de antemano al reproche recién mencionado, y, en lugar de ello, ahí donde topemos con asuntos de los que podemos percibir que no sabemos suficiente, los utilizaremos como una oportunidad para informarnos mejor. Dicho de otra maner manera: a: presupon presu pongo go que ambos tenemos, tenem os, cuando menos, la la voluntad vo luntad de racional racionalidad. idad. Deseo ahora responder en dos niveles a la exigencia de R udolf udo lf de precisar precisar de tal tal modo m odo el concepto de movimient m ovimiento o pac p acif ifis ista ta p a r a así p o d e r c o n f r o n ta tarr lo c o n d o s p osic os icio ione ness bie b ien n defini def inida das. s. El m ínim ín imo o c o m ú n d e n o m ina in a d o r del de l m o vivi miento pacifista europeo es el rechazo al así llamado rearme. me. Este Es te es el p u n to decisivo decisivo de la la discusión act actual ual.. Pero P ero ni R udolf ud olf ni yo estamos estamos dispuestos a limitar limitar la conversación a este aspecto algo superficial. superficial. Si Si nos limitáram limitár amos os a esta definición tan concreta, no podríamos siquiera comprender cuáles son los puntos en común entre los movimientos pacifistas en los diversos continentes: en Europa, América del N o r t e , Jap Ja p ó n , Aus A ustr tral alia ia.. ¿Cuál ¿Cuáles es son estos estos punto pu ntoss en común? común? C reo que se pueden pued en expresar expresar en dos hipótesis hipótesis empíri empíricas cas y un objetivo objetivo determ d eterm inado. Las dos hipótesis hipótes is empíricas rezan: 1) la guerra guerr a nuclear es prob pr obable able,, y 2) 2) su su probab prob abilida ilidad d aumenta. El objetivo ob jetivo reza reza:: la guerra guer ra nuclear nu clear debe evitarse evitarse a tod to d a costa. El acento acen to reca recaee en la expresión expre sión «a tod to d a costa». costa». Po P o r el contra co ntrario, rio, la evitación evitación a toda costa de la guerra en general (subrayo: «a toda costa») es un objetivo ciertamente muy extendido entre los movimientos movim ientos pacifi pacifist stas as pero per o ace acerca rca del cual cual no hay consen con sen-so. Por tanto quiero mantener como elemento definitorio del movimiento pacifista que no es absolutamente pacifista a tod to d a costa, sino sino que qu e es absolutam abso lutamente ente y a toda tod a costa paci-
43
fista en cuanto a la guerra nuclear. Es importante apreciar claramente las valoraciones implícitas en este objetivo. En pr p r im e r lugar, tod to d a gu g u erra er ra es u n mal. Est E staa es es u n a pos po s ic ició ión n valorativa compartid com partidaa en la la actualidad actualidad (no (n o siempre siemp re ha sido así) po p o r tod to d o s d e n tro tr o y fuer fu eraa del de l m o vim vi m ie ient nto o pacifis pac ifista, ta, p e ro la guerra nuclear es, a ojos del movimiento pacifista, un mal incomparable con el de las otras guerras, pues es el mal su pre p rem m o , ya q u e p u e d e sign si gnifi ifica carr el fin fi n de la especie esp ecie y de la vida en general. En segundo lugar, dado que la guerra nu clear es el el mal mal suprem supr emo, o, tamb ta mbién ién es incompara incom parable ble con co n el res to de valores negativos. A hora ta también mbién le le puedo dar a entender entender a Rudolf p o r qué el movim mo vimiento iento pacifista está está justificado en usar us ar este nomb no mbre, re, lo cual cual no implica implica que a los que no n o forman form an parte par te del movi m ovi miento mien to pacifista pacifista se se le less hurte hu rte esta volun vo luntad tad de paz. Es obvio que los adversarios del movimiento movim iento pacifista pacifista quieren qu ieren evitar la guerra nuclear en la medida de lo posible, posible, pero per o justam justa m en te ahí radica la diferencia: quieren evitarlo en la medida de lo posible pos ible,, n o a toda costa. Y ahí se halla implicada otra es cala de valores. Querer evitar la guerra nuclear en la medi da de lo posible, signific significaa quer qu erer er evitarla salvo salvo en el caso en que sin ella no se pueda evitar un mal tan grande o mayor, po p o r ej ejem empl plo, o, la p riv ri v ac ació ión n de liber lib erta tad d . P a ra los adve ad vers rsar ario ioss del movim m ovimiento iento pacifista es, es, así pues, un u n valor va lor elevado, elevado, pero pe ro no el valor supremo: o bien hay un valor aún más elevado (recuerdo (recue rdo aquí a quí la sentencia sentencia de Alexander Haig: «Hay «H ay cosas cosas más importa imp ortante ntess que q ue la paz»), o se dice, dice, como com o se ha podid pod ido o oír en boca de políticos políticos de la República Rep ública Federal, que los dos valores, paz y libertad, son del mismo rango. Con ello ha quedado claro en qué medida el movimiento pacifista está jus ju s tifi ti ficc ado ad o en su apela ap elativ tivo: o: r e p r e s e n ta la con co n c e p ci ció ón que otorga la máxima prioridad a la paz, dicho más específica mente, a la evitación de la guerra nuclear. A hora puedo p uedo acordar fácilme fácilment ntee con Rudolf Rud olf la la estructu estru ctu ra de nuestra n uestra conversaci conversación: ón: en la primera prim era parte p arte se discutirá
44
sobre sobr e la meta a corto co rto plaz p lazo o del movim mo vimiento iento pacifis pacifista ta:: el el re chazo al rearme; en la segunda parte, la posición funda mental del pacifismo nuclear. No hay ningún nexo lógico entre ambas cuestiones: en principio sería factible (aunque por buenos motivos no se da empíricamente) que un paci fista nuclear defendiera el rearme si fuera de la opinión de que el rearme haría h aría más más impro im probab bable le el estallido estallido de la guerra atómica. Y, por supuesto, es también posible la combina ción inversa (y empíricamente muy extendida) de que al guien rechazara el pacifismo nuclear así como el rearme. Mientras discuto con Rudolf sobre el rearme puedo, así pues pu es,, d e ja jarr abie ab iert rtaa la cue cu e s tió ti ó n s o b re los valo va lore ress ú ltim lt imo os y pr p r e s u p o n e r q u e ambo am boss pers pe rseg egu u imo im o s el m ism is m o fin, fin , a saber, reducir la probabilidad de una guerra nuclear. A Rudolf, ciertamente, ciertamente, le parece especi especialme almente nte impor im portante tante el p u n to de vista vista añadido de d e que también tam bién debemos debem os evitar la posibilidad de ser objeto de chantaje político. Sea como sea, la cues tión de la racionalidad que hemos discutido en esta prime ra parte es en gran medida esa forma sencilla de racionali dad que q ue atañe a la pregu pre gunta nta sobre cuál cuáles es son los medios más adecuados adecuados para pa ra alcanzar una meta predetermina pred eterminada. da. En la se se gunda gun da parte, nos la las habremos habrem os con co n otro o tro aspecto de la racio nalidad. En primer lugar, con cuestiones valorativas que también intervendrán en la primera parte, por ejemplo la pr p r e g u n ta si es es racio ra ciona nall -c - c o n el signif sig nific icad ado o aqu aq u í de «ade «a decu cua a do a la realidad- considerar que la probabilidad de la gue rra nuclear es bastante alta o bastante baja. Estas cuestiones de apreciación pueden en parte ser decididas objetivamen te. Aquí la racionalidad consiste en alcanzar claridad recí pro p roca cam m ente en te s o b re el val v alo o r de este est e fa f a c tor to r subj su bjet etiv ivo o y de sus implicaciones. La racionalidad intersubjetiva no debe con sistir en demostrar que una valoración es más racional que la otra (una valoración no es racional en sí misma), sino en que nos ayudemos mutuamente para no dejar en penum bras br as las pro p rop p ia iass valo va lora raci cion ones es y sus su s impli im plica cacio ciones nes..
45
II
Empecemos p o r el el rear rearme. me. Supondré que R udolf udo lf fundamen ta más más o menos com co m o sigue sigue su actitud positiva sobre sobr e el rear rear me: «Los rusos», dice, dice, «han utilizado utilizad o el tiempo tiem po de d e distensión distens ión polít po lític icaa para pa ra incr in cree m enta en tarr enor en orm m emen em ente te su ar a r m amen am ento to tan ta n to en el sentido sen tido convenciona conven cionall como com o en el nuclear, nuclear, en especial especial los los misiles de medio alcance. Además, es conocida su tendencia expansionista, tanto por motivos ideológicos como por su experiencia más reciente, si no véase el caso de Afganistán. Puesto que conozco tu tendencia y la de los que piensan como tú a contemplar la amenaza procedente del Este con cierta ingenuidad y banalizando su peligro, renuncio a ex tenderme sobre este asunto, pues tampoco podría conven certe certe en pocos minutos. m inutos. P o r suerte en nuestra consideración consideración de esta cuestión podemos obviar las hipótesis sobre las in tenciones de los líderes soviéticos. Basta con el mero hecho del desequilibrio armamentístico. arm amentístico. A quí qu í tienes tienes una un a cita cita de un discu dis curso rso de Kissinger Kissing er en Bruselas el el 1 de septie se ptiem m bre de 1979: “No “N o soy en modo m odo alguno alguno de la la opinión de que los los actua actuales les lí lí deres soviéticos tengan ganas de aventuras”. Pero “nunca en la historia histor ia anterio ante riorr se se ha dado el caso caso de que una u na nación n ación haya alcanzado superioridad en todas las categorías armamentísticas esenciales y no haya intentado también conseguir al gún tipo tip o de gananci gananciaa en política política exterior con c on ella ellas. s.”” 1Estoy dispuesto disp uesto a aceptar que Kissinger Kissinger exag exager eraa cuando cuand o habla de “todas “to das las las categorías categorías armamentísticas esencial esenciales”, es”, pero pe ro con co n sidero probada la superioridad soviética en las armas con vencionales y en los misil misiles es de tierr tie rraa de medio med io alcanc alcance. e. Dada Da da la superiorida sup erioridad d rusa ru sa en la las armas armas convencionales convencionales n o nos n os po po demos perm p ermitir itir abandon aba ndonar ar la doctrina doctrin a de la disuasión disuasión nuclear nuclear 1. El discurso discu rso de Kissinger Kiss inger se encuentra en A. A . Mecfatersheime Mecfatersheimerr y P. Bahrdt Bahr dt (eds.)> (eds.)> Den Ro wohlt, hlt, 19 1983, 83, pp. D en Atom Ato m krie kr ieg g füh fü h rba rb a r u n d g e w i n n b a r Rowo 48ss.
46
flexible. Y la superioridad soviética de misiles de medio al cance cance ha abierto a bierto una un a “ventana “venta na de vulnerabilidad” vulnerabilid ad” en la estra tegia tegia de disuasión disuas ión flexib flexible. le. Existe el peligro pelig ro de un u n desacopla miento entre Europ Eur opaa y los los Estados Unidos, Unid os, entre la la disuasión disuasión mediante los misiles de corto alcance y la disuasión median te los misiles internacionales. Es racional desear -lo contra rio sería irracional- que los Estados Unidos instalen por su par p arte te misiles misiles de medio me dio alcance si la U n ión ió n Soviética no des des truye los suyos. Justamente ese es el sentido de la doble re solución solu ción de la O T A N del 12 de diciembre diciem bre de 1979.» «Muy bien, Rudolf. Por lo que se refiere a tu primer pu p u n t o , mi ing i ngen enui uida dad: d: n o c o n s ide id e ro q u e los lo s líde l ídere ress sovi so viét éti i cos sean buenas personas, perso nas, les les creo cre o capaces capaces de cualq cu alquie uierr fal fal ta de escrúpulos para realizar sus intenciones. Pero me pa rece, como tú ya has supuesto, que tu valoración de sus intenciones intenc iones no es realis realista. ta. Te Te recomend recom endaría aría la lectura lectu ra del li br b r o A la sombra som bra de la b o m b a atóm at ómic ica a (I m Schatten Schatten der Ato A tom m b o m b e ) de George G eorge Kennan, K ennan, que no po p o r nada es es el pa dre de la política disuasoria disuaso ria americana. En E n su exposición de de 1978 ahí publicada sobre «Metas de la estrategia soviética» ofrece con gran precisión los criterios que, según su opi nión, los líderes soviéticos consideran válidos para las in tervenciones militares, por lo que se puede deducir de su comportamiento e ideología. Es cierto que se trata sólo de una opinión, si bien fundada empíricamente, y tú puedes sostener que opiniones contrarias podrían elevar una pre tensión semejante de estar fundadas empíricamente. Por tanto el único comportamiento intersubjetivamente racio nal que nos queda es la disposición a informarnos sobre el asunto asu nto y a reconoc reconocer, er, p o r cierto, que existen existen sobre este este asun asun to distintas valoraciones. Siempre tendremos que delimitar con precisión estas cuestiones de apreciación, y establecer qué valor cabe cabe atribuirles atribuirles para el resto de nuestra argumen argum en tación. En el caso concreto que nos ocupa, estoy de acuer d o contigo con tigo en que nuestras nues tras apreciaciones apreciaciones discrepantes discrepa ntes de d e las las
4 7
intenciones de política militar de los soviéticos poseen, en relación con nuestro problema del rearme, un valor emocional susceptible susceptible de ser explotado demagógicamente, demagógicamente, pero ningún valor raci raciona onal. l. Para todo tod o el transcurso transcu rso de nuestra nue stra argumentación de hoy voy a adoptar, hipotéticamente, tu apreciación apreciación que a mí me parece improbable. improb able. Existe aún otro conjunto de incertidumbres empíricas que tal vez podam poda m os trata tra tarr de manera sim simila ilar. Me refiero a la pre p reg g u n ta sobr so bree la mag m agn n itu it u d del de l dese de sequ quili ilibr brio io en los misiles de medio m edio alca alcance nce.. Según Según las las estimaciones estimaciones del Institu Ins tituto to de d e In In vestigación sobre la Paz de Estocolmo, SIPRI, se trata de una un a relación re lación de d e 2 a 1 a favo fa vorr de la U n ión ió n Sovié Soviétic tica. a. Sabes Sabes que existen muchas otras estimaciones que divergen en las dos direcciones, direcciones, radicando radicand o las las diferen diferencia ciass sobre so bre tod to d o en la poca po ca pre p reci cisi sión ón del c o n c epto ep to de misil de m edio ed io alcance: alcance: ¿se incl in cluuyen en esta estimación también tamb ién los misi misile less de medio m edio alcan alcance ce franceses y británicos y, en caso afirmativo, sólo los actualmente men te existentes existentes o también tam bién los planeados?, ¿se ¿se cuentan cue ntan tamtam fo o r w a r d base ba seds dsys ystem temss de los americanos?, bién bi én los llamad llam ados os f ¿se cuen cu entan tan también tam bién los sistemas marítimos? marítimo s? y, en caso afirmativo, ¿cuáles?, etcétera. Los expertos y las delegaciones par p araa el desa de sarm rmee disc di scut uten en estas cues cu estio tione nes. s. ¿Deb ¿D ebem emos os n o s o tros también discutir sobre ellas? Desde tu perspectiva está claro que sí, sí, pues piensas que el p u n to de vista vista del equilibrio es esencial en todos los niveles. Dado que yo no considero que el punto de vista del equilibrio sea esencial, me parece fácil también concederte esta segunda cuestión apreciativa. Admitamos, Adm itamos, po p o r tanto, que qu e el el desequilibrio desequilibrio numérico es tan desfavorable desfavorable para el el Oeste Oe ste como co mo quieras. Esto E stoy y dispuesto dispues to a admitir adm itir hipotéticamente hipotéticamente este este presupuesto. presupue sto. A hora me puedo pued o concentrar conc entrar en el el único único pun p unto to que no n o es es una cuestión de apreciación, sino que se refiere al principio que tú das por supuesto, el del equilibrio. En este caso me veo obligado a abandon aban donar ar el el papel que desempeño desem peño y a utilizar términos polémicos. polémicos. Conside Co nsidero ro que este este argumento del del
48
equilibrio equilibrio que q ue domina do mina toda tod a la argumentación de los defen defen sores sores del rearme es es demagógico demagógico justamente por p orqu quee en la la su perficie posee un u n a apariencia tan marcada marc ada de plausibilidad y, y, por tanto, de racionalidad, que sólo cuando se mira más atentam aten tamente ente se revel revelaa insignific insignificante. ante. La apariencia de plausi bilidad es el resultado de que esta categoría del equilibrio numérico era efectivamente relevante para todas las formas pasadas de armas y de guerras. No es extraño que este argu m ento del desequilibrio desequilibrio cause cause una profu p rofunda nda impresión en el hombre de la calle que no conoce detalladamente este asun to. Los rusos tienen tien en misi misile less de tierra de medio alcan alcance ce,, no n o sotros no tenemos, tenemos, p o r tanto sólo sólo nos podremos proteger p roteger de ellos si también nosotros instalamos algunos. ¿Pero es este el caso? ¿Qué aspecto tiene la situación si se analiza con detalle? La función de los misiles nucleares consiste en disuadir, disuadir, es dec decir ir,, se amenaza amen aza a u n enemigo con c on unos daños que no puede aceptar. Pero para ello no es ne cesario un equilibrio. Un único submarino Poseidón ame ricano con 140 cabezas nucleares bastaría para disuadir de un ataque de los SS-20.» «¿Y el el vínculo con los Estados E stados Unidos U nidos?», ?», arguye Rudolf. R udolf. «Si los Estados Estado s Unid U nidos os desean este este vínculo lo puede pue denn es tablecer tablecer con ese único submarino, subm arino, y si no lo desean tampo tam po co no lo establecerán con misiles de tierra.» «Suponiendo que tuvieras razó r azónn al decir que el equilibrio es irrelevante», dice dice Rudolf Rud olf,, «entonces en e n eell mejor m ejor de los ca sos la consecuencia consecue ncia sería qu quee el establecimiento establecim iento del equilibrio equilib rio mediante media nte el el rearme no sería sería neces necesari ario. o. Óptic Ó pticam amen ente te sería sería me jor, sin duda, dud a, y la amen am enaz azaa que repr re pres esen enta ta es imp im p orta or tannte par p araa incitar a los soviéticos a reducir sus SS-20. De tu propia ar gumentac gum entación ión se seguiría que el equilibrio equilib rio mediante m ediante el rearme rearm e tampo tam poco co es perjudicia perjudicial. l. ¿Por ¿P or qué, entonces, os oponéis tanto tan to a él?» «Porque», «Porq ue», resp r espon ondo, do, «los «los nuevos misi misile less tal y com c omoo han sido previstos transgreden transgre den otro o tro principio, que es el más más de de 49
cisivo en la época nuclear, el principio de la estabilidad re lativa. El argumento decisivo contra el rearme sostiene que conlleva una desestabilización, es decir, que acrecienta en alto grado el peligro de estallido de una catástrofe nuclear. Ya conoces la fundamentación: tanto los cohetes Pershing II como los los misi misile less Cruise C ruise poseen una un a precisión precisión de tiro su pe p e r i o r a c u a lqu lq u ier ie r o t r o misil, misil , y se p r e s tan ta n m u y b ien ie n p ara ar a realizar realizar ataques ataques p o r sorpresa, sorpresa, unos porqu po rquee apenas apenas necesitan necesitan tiempo de vuelo, vuelo, los otros otr os a causa causa de su capacida capacidad d para vo vo lar sin ser detectados por los radares. Es cierto que los SS20 también poseen un a precisión de tiro considerable, considerable, aun que bastante menor, pero la diferencia decisiva es que los nuevos misiles americanos van a amenazar a una parte del corazón del terreno soviético, mientras que no existe una amenaza soviética equivalente. En este contexto se recuer da acertadamente la crisis de Cuba. El intento de la Unión Soviética de instalar un potencial de medio alcance a las pu p u e r tas ta s de los E s tad ta d o s U n ido id o s fue fu e c o n s ide id e rad ra d o tan ta n amen am ena a zante po r Kennedy K ennedy que le le planteó planteó un u n ultimátum ultim átum a la la U nión nió n Soviéti Soviética ca con el que se arriesgaba arriesgaba a provoca prov ocarr el estallido estallido de una guerra nuclear. Además, Adem ás, el el estacionam iento de misi misiles les debe deb e ser cons co nside ide rado a la luz de dos nuevas concepciones estratégicas ame ricanas, la primera de las cuales es tan decisiva que fue di rectamente rectam ente el deton de tonan ante te del movim mo vimiento iento pacif pacifist ista. a. Se Se refiere a los planes del del últim o año de la la legisl legislatura atura de Cá C á rter rte r sobre sob re cómo se puede ejecutar delimitadamente y ganar una gue rra nuclear mediante ataques selectivos. Estos planes son aún más amenazantes si se ven en conjunción con el con cepto de la así llamada escalada horizontal, es decir, con'la doctrina ya proclamada por Cárter durante la crisis con Irán y con Afganistán de que en una confrontación con la U nión ni ón Sovié Soviéti tica ca en en espaci espacios os fuera de de Euro E uropa pa considerados vita vitale less po p o r los los Estados U nidos nid os,, se sopesarían contraataques contraataqu es también en e n Europa. Europa . De ahí que cuando habla hablass de la la posible
50
susceptibilidad susceptibilidad de Eur E urop opaa de ser objeto ob jeto de chantaje chantaje nucl nuclea ear, r, debes también incluir en tus consideraciones el eventual chantaj chantajee nuclear del que qu e la Unión Un ión Sovi Soviét étic icaa po p o r su parte pa rte po po dría dr ía ser víctima. víctima. Y, Y, p o r favor, favor, no me digas digas que q ue a ti no n o te ata a ta ñen ñe n los problem prob lemas as de d e los rusos. Si los rusos ru sos se sienten exce exce sivamente amenazados, nosotros también nos sentiremos amenazados de modo similar. En toda gran crisis interna cional debemos contar con que cada parte debe temer un ataque ataqu e preventivo prev entivo y, dado da do el caso, caso, inten in tentar tar adelantarse a él. A lo que hay h ay que añadir añ adir el el peligro, peligro, increm incrementado entado po p o r la re ducción ducc ión de los tiempos de d e vuelo, vuelo, del del estalli estallido do de una un a guerra nuclear por errores informáticos. La segunda segund a nueva estrategia en la la que qu e los nuevo n uevoss misi misile less desempeñan desem peñan un papel p apel decisivo decisivo es el llamado llamado Plan Rogers en el que también participa participa nuestro nue stro ministro m inistro de Defensa, Defensa, W drner. er. En general general es menos conocido, co nocido, pero pe ro seguro que qu e cono co no ces los detalles de este plan por Adelbert Weinstein pu blic bl icaa dos do s en Fr F r a n k fur fu r ter te r A llg ll g e m e ine in e Z e itu it u n g .2 La nueva estrategia, que ya aparece en el fi f i e l d m a n u a l del ejército americano con el título títu lo airland battle ,3consiste en destruir jus ju s to desp de spué uéss del de l es estal tallid lido o de las hostil hos tilid idad ades es las reservas reserv as del ejército soviético y todo su sistema militar en la retaguar dia: 2.685 objetivos fijos y móviles, como lo refiere Weins tein. tein. Este nuevo n uevo procedim pro cedimiento iento es posible grac gracia iass a las las nuevas armas armas de precisión precisión que, sin sin embargo, deben ser trans tra nspo porta rta das das po p o r cohetes Pershing II y misi misile less Cruise C ruise (me limito limito a ci ci tar a Weinstein, a quien tú consideras una autoridad), su pue p uess ta tam m ente en te co c o n cabe ca bezas zas n o nuc n ucle lear ares es (¿pe (¿ pero ro cóm có m o pu p ueden saber los soviétic soviéticos os qué tipos de cabeza cabezass trans tra nspo porta rtan n los mi siles que los sobrevuelan?). Dicen que este plan debe per 2. Véase Frankfu Fran kfurter rter Allg A llgem emein einee Zeitun Zei tung, g, 12-11-1982 (p. 7) y 30-111982 (p. 12). 3. Véase el el artículo artículo de R. Niku Ni kutta tta en el taz de Berlín] del ta z [Tageszeitung [Tageszeitung de 27-9-1983, p. 9.
51
m itir elevar elevar el el umbral um bral nucl nuclea ear, r, pero lo que qu e efectivamente efectivamente su cede es que de este modo desaparece de antemano no sólo la frontera entre guerra defensiva y ofensiva, sino también entre guerra guerr a convencional convenc ional y guerra gu erra nuclear, nuclear, en en prim pr imer er luga lugar, r, po p o r q u e la limita lim itaci ció ó n a cabeza cab ezass con c onve venc ncio iona nale less no n o pu p u e d e ser s er garantizada,4 garantizada ,4 y, en segund seg undo o luga lugar, r, p o rqu rq u e la U nió ni ó n Soviéti Soviéti ca po r su parte intentaría intentaría destruir destru ir inmediatament inmediatamentee estos estos m i siles y cohetes, utilizando, dado el caso, armas nucleares. Llego p o r tanto tan to al resultado, y no veo cómo se puede pued e re futar, que el estacionamiento de cohetes Pershing II y de misiles Cruise podría tener en muchos aspectos un efecto extremadam extremadamente ente desestabilizador.» desestabilizador.» «Si admitimos que tienes razón», dice Rudolf, «que el concepto de desestabilización es aquí el decisivo, ¿afirma rías rías que qu e el actual estacionam estacio namiento iento de los SS SS-20 -20 no tiene efec tos desestabilizadores?» desestabilizadores?» «Desde el el p u nto nt o de vista político, sin duda; desde el el p u n to de vista vista mili milita tar, r, la la cuestión es es controvertida. controv ertida. Pero Per o puesto pu esto que aquí no podemos entrar en detalles, me limitaré a con testar tu pregunta con un sí, a pesar de que, como se colige de lo que qu e acabo de deci decir, r, considero que qu e la magnitud de la de sestabilizaci sestabilización ón provoc pro vocada ada p o r los SS-2 SS-20 0 es es sustantivamente sustantivam ente m enor en or que qu e la magnitud mag nitud de la desestabilizaci desestabilización ón que provoc prov oca a rían los nuevos misiles americanos. Pero como siempre: ¿qué quieres decir con este argumento? ¿Quieres decir que si los los soviét soviético icoss consum cons uman an una u na medida med ida con efectos desesta desesta bil b iliz izad ador ores es,, los amer am eric ican anos os tien ti enee n dere de rech cho o a h acer ac er lo m is is mo? ¿Pero ¿P ero se trata tra ta de derechos? ¿Acaso ¿Acaso no n o se infiltran aquí aq uí de nuevo ideas ideas de equilibri equilibrio o inadec inadecuad uadas as y p o r tanto tan to irra cionales, cionales, proced pro cedente entess en este este caso del ámbito ámb ito jurídico? Pue P ue de que jurídicamente sea así, que cuando alguien hace algo contra co ntra otro o tro y el otro ot ro responde respo nde con co n algo algo equiv equivale alente nte surja surja un
field manual prevé de antemano la «inte 4. Según Según N ikku ik kuta ta el el nuevo fie gración de armas convencionales, atómicas y químicas». 52
equilibrio. Pero desestabilización de una parte más desesta bilización de la otra ot ra no es igual igual a cero, no n o es igual igual a estabili estabili zación, sino a una un a desestabilización desestabilización potenciada. Creo que hemos alcanzado un punto en el que ya nos podem pod emos os centrar cen trar totalmente totalme nte en la la única cuestión relev relevan ante te:: ¿es el el rearme rearm e racional en el sentido sen tido de que qu e es u n medio m edio ade cuado para incrementar increm entar nuestra nue stra seguridad e impedir imp edir que se nos no s chantajee? Esto E sto sólo sól o sería así si estos nuevo n uevoss misiles misiles sir sir vieran para disuadir a la Unión Soviética de un ataque con sus SS SS-20. Pero P ero no sirven para pa ra eso, p o rqu rq u e estos misil misiles es de tierra americanos, a diferencia, por ejemplo, de los misiles en submarinos, pueden ser destruidos por un ataque con SS-2 SS-20, 0, antes de po p o d e r contraatacar. contraata car. Los misile misiless que qu e prevé prev é el el rearme no sirven como armas de contraataque, de segundo uso, sino que han sido concebidos únicamente únicam ente como com o armas armas de ataque, de primer uso. De ello se sigue que no sólo son inadecuados inadecu ados para pa ra evitar u n ataque de los SS SS-20 -20, sino que po por el contrario son adecuados precisamente para aumentar la pr p r o b a b ilid il idaa d de sem se m ejant eja ntee ataq at aque ue.. E sto st o s misiles son so n , com co m o se ha dicho, imanes. Por tanto sólo pueden conducir a la destrucc des trucción ión de Euro E uropa, pa, no a su defensa, defensa, no a la disuasión de un ataque, sino sólo a su provocación. Pero esto sólo signi fica que es irracional estacionar los nuevos misiles proyec tados no porque no consideremos que los SS-20 son ame nazantes, sino justo porque así los consideramos.» «Aún me queda, sin embargo, una objeción de peso», dice R udolf. udo lf. «¿No «¿N o ves ves que el movim mo vimiento iento pacifista le sigue sigue el juego a Moscú? ¿Y que de este este mod m odo o ataca ataca p o r la espalda a los americanos en las negociaciones de Ginebra? Si los so viéticos no estuvieran obligados a tomar en consideración el rearme, no se habría ha brían n sentado se ntado a la mesa de negociación y ni siquiera habrían hecho h echo las las pocas concesiones que han he h e cho.» «Que «Q ue la meta más más cercana del m ovimiento ovim iento pacifista pacifista coin cida con los intereses de Moscú es correcto, Rudolf, ¿pero
53
po p o r q u é es eso u n a r g u m e n to? to ? Sólo Só lo s ería er ía u n a r g u m e n to si tod to d o lo que benefi beneficia cia a Moscú Mo scú perjudica perjudic a al al O este y viceve vicever r sa. Pero P ero este este argum arg umento ento sólo tiene una un a aplicación limita limitada. da. Si el mal mal que una u na parte p arte teme es es el el incremento increm ento de la p rob ro b a bilid bi lidad ad de d e una un a gue gu e rr rraa nuclear, nucle ar, este est e es el m ism is m o mal qu q u e teme tem e la o tra parte. D e m odo od o que qu e también tamb ién este argum argu m ento, al al igu igual al que el argumento del equilibrio, es inadecuado y, por tan to, irracional y además con la misma fuerza demagógica, po p o r q u e este arg ar g u m e n to tam ta m bién bi én p osee os ee u n a gran gr an plau pl ausi sibi bililidad superficial. P o r lo que se refiere a lo lo segundo seg undo que q ue mencionas, la dis po p o s ició ic ión n a neg ne g o ciar ci ar y las conc co nces esion iones es de d e la U n i ó n Soviét So viética, ica, quiero decir decir que tú mismo ves ves que el p u n to de partida de la la negociación de los americanos perm ite algunas algunas concesiones concesiones sovié soviéti tica cas, s, pero pocas. pocas. Esto E stoy y de acuerdo acue rdo contigo co ntigo en que qu e los soviéti soviéticos cos no hacen concesiones concesiones voluntariamente. P ero de d e sear searía ía un a posición de d e negociaci negociación ón bien disti d istinta nta p o r parte de los americanos, que no persiguiera un incremento de la amenaza recíproca, sino su disminución.» «Elude «Eludess la cuestión», me reprocha repro cha Rudolf. Rudo lf. «El «El marco de de negociación ya está dado y en él el movimiento pacifista contribu con tribuye ye a una debilitación debilitación de la posición americana americana,, ¿sí o no?» «Sí», admito. admito . «Pero «Per o no se p uede ue den n ten te n er las las dos cosas a la vez. Tenemos que q ue sopes so pesar ar el el peso relativo de los dos do s bienes en disputa. disputa. N aturalm atura lmen ente te que qu e me alegro alegro de cada cada reducción de los SS-20 que consiguen los americanos con su presión sobre los rusos, pero si me hallo ante la desagradable elec ción entre en tre apro a proba barr la amenaza del del rearme y la consiguiente pr p r o b a b ilid il idaa d de d e su s u rea r ealiz lizac ació ión, n, o resi re sig g n arn ar n o s po p o r nece ne cesi sida dad d con el núm nú m ero de SS-20 -20 existentes, existentes, sería sería irracional no n o elegir elegir el mal menor.» «Echemos una un a mirada mirad a retrospectiva», retrospectiva», dice dice Rudolf. Rudo lf. «Pue de ser que qu e tu argumentación argum entación sea acertada, acertada, si se acepta, acepta, com o tú hace haces, s, que la probabilidad prob abilidad de un estall estallido ido de la guerra gu erra nu
54
clear es relativamente relativam ente elevado. Pero Per o si, en cambio, ca mbio, se cons co nsi i dera der a que esta probab pro babilida ilidad d es m uy reducida, redu cida, ¿no seguirá sien sien do baja la probabilidad que tú argüías para el caso del rear me? Si Si es así así,, entonces los punt pu ntos os positivos po sitivos de la o tra parte, par te, que tú consideras completamente secundarios, adquieren un m ayor peso peso:: primero, prim ero, que q ue al apoyar apoy ar el rearme rearme no arries arries gamos una crisi crisiss en la Alianza; segundo, segund o, que logramos con co n cesiones de la la U n ión ió n Soviét Soviética ica;; tercero, terce ro, que qu e cediendo cedien do en sus sus negocia negociacio ciones nes la la O T A N no dem d emuestra uestra debilidad debilidad polít política ica;; y cuarto, que será más difícil chantajearnos. En este sentido hay ha y un artículo de Alois Mertes en el el Eur E urop opa a -Ar -A r c h iv de iv de este año que considera que el peligro de una guerra «es extre madamente reducido» y que el auténtico peligro radica en la «sumisión «sumisión rampante» bajo el chantaje chantaje soviético soviético y que, po r ello, el rearme es una opción racional.5¿Puedes cuestionar la racionalidad de esta posición?» posición?» «Veamos, Rudolf, me resulta siempre difícil imaginarme una situación en en la la que los rusos nos pudie p udieran ran impo im pone nerr ma yor presión nuclear si no tenemos los nuevos misiles. En este contexto te recuerdo que no se trata de armas de con traataque y que por tanto no son armas que puedan evitar las amenazas, p ero er o es posible po sible que qu e haya hay a algo algo que qu e me pase de de sapercibido. En este caso la posición de Mertes sería racio nal, es es deci decir, r, sería sería racional raciona l defen de fende derr el el rearme rearm e si, si, de una par te, se cree que se puede excluir prácticamente el peligro efectivo de un estallido bélico, y si, en si, en segundo lugar, nos concentramos exclusivamente en la amenaza del Este y no tomam tom amos os en consideración la la percepción percepc ión de la la amenaza por po r pa p a r te de la U n i ó n Soviética. E sta st a es, es, pues pu es,, la posi po sib b le rac ra c io io nalidad nalidad del rearme, pero pe ro se trata de un a racionalidad racionalidad inma nente que no contempla aspectos esenciales de la situación y que q ue po p o r tanto tan to es irracional en su su totalida totalidad.» d.» 5. A. Mertes, Mertes, «Friedenserhaltung - Friedensgestaltung», Friedensgestaltung», Eu Europa-Ar chiv, 1983, pp. 187ss.
55
Sin embargo, Sin embarg o, Ru R u dolf do lf ha puesto pues to el dedo en la la lla llag ga, en en un pu p u n t o esencial esen cial y el s u y o n o es u n ca caso so aislad ais lado. o. P o r lo que qu e sé, es un caso bastante generalizado que los defensores del rearme característ característicamente icamente consideren que q ue la probabilidad prob abilidad de una guerra es reducida, mientras que los adversarios del rearme la consideran elevada. Bastantes cosas dependen de esta cuestión cue stión de apreciación. apreciación.
III
Así llego a la segunda parte de nuestro debate sobre la posición básica del movimiento pacifista: su insistencia en el paci pa cifi fism smo o nucle nu clear. ar. E s ta exige ex igenci nciaa se basa bas a e n 'do 'd o s prem pr emisa isas: s: 1) una guerra nuclear es el peor mal imaginable, y 2) en las circunstancias actuales la la guerra nuclear n uclear es prob pr obab able le y cada vez lo es más. La primera premisa debería resultar evidente. ¿Y la segunda? segunda ? «Me temo, Rudolf, que una posición como la de Mertes no es consistente. N o se puede, pue de, como com o él él hace, hace, considerar cons iderar que la amenaza amen aza con una un a guerra gu erra nuclear nuc lear es es políticamente políticam ente esenc esencia iall y después decir d ecir que la probab pro babilidad ilidad de una realiza realización ción de es esa amenaza ame naza es casi casi igual igual a cero, cero , pues pue s si es es así entonc ent onces es la amena am ena-za no es cre creíbl íble. e. La razó ra zón n invocada p o r Mertes para pa ra justificar justificar este este riesgo nulo nu lo es es sorp so rpren rende dente ntem m ente en te ingenua. ingenua. Escri Escribe: be: “da“da dos los intereses de las grandes potencias en sobrevivir”. ¿Acaso ¿Aca so no sabemos sabemos que el el verdadero verd adero problem pro blema, a, sin tom ar en consideración los errores informáticos, es que los implicados se pueden pue den encontrar, en contra co ntra de su voluntad volunta d y a causa causa de las amenazas, en una situación sin salida, en la que los acontecimientos se les han escapado de las manos? Esto no se debe a la la debilidad humana, huma na, sino que q ue simplemente s implemente forma form a pa p a r te del se sent ntid ido o de u n a amenaz ame naza. a. E n el caso de la crisis de Cuba, Cub a, Kruscho Kru schov v se se doblegó po p o rque rq ue los soviét soviéticos icos estaban estaban en en una situación de extrema inferioridad nuclear, pero parece
5 6
evident evidentee que po p o r ese ese motivo fue destituido. ¿Q ¿Qué ué pasará pasará en la siguiente ocasión? Si Si el el amenazad ame nazado o no n o se doblega, el amenazador está obligado a actuar o en el futuro sus amenazas no serán tomadas tom adas en serio. serio. ¿Y si si la próx pr óxim imaa vez vuelve a sa sa-lir bien, que pasará la siguiente? Weizsácker escribe escribe en su libro Wege in der Gefahr ( (Sendas hacia el peligró peligró)'. )'. «La tercera guerra mundial es probable» ble» (p. 110), y en el capítulo cap ítulo 8 presen pre senta ta una un a demostra dem ostración ción matemática que Afheld A fheldtt resume del del siguiente siguiente modo: «Para «Para que la disuasión disua sión sea creíble la la proba pro babilid bilidad ad de d e la utilización utilizac ión de las las armas a largo plazo pla zo debe ser mayo ma yorr que 0. Pero Per o si esta pro p rob b a b ilid il idaa d se man m antie tiene ne s u p e r ior io r a ce cero ro,, a largo larg o pla p lazz o acaa ca ba b a rá siend sie ndo o igual igua l a 1: la gue g uerr rraa es po p o r ta tan n t o inev in evita itable ble.»6 .»6 R udolf ud olf me reprocha repro cha que q ue se trata de una reflexión reflexión «a muy largo plazo». «Es cierto, no se puede precisar matemáticamente en el corto co rto plazo. plazo . Pero lo que parece seguro es que, sea sea cual se seaa el plazo temporal que propongamos, la probabilidad se acrecienta rápidamente en la actualidad, aun cuando ya no hubiera hub iera rearme. rearme. Esto E sto se debe sobre tod to d o a la idea idea presente presen te en las dos grandes potencias sobre la posibilidad de llevar a cabo una u na guerra nuclear limit limitada. ada. Desde D esde una un a perspectiva perspectiva global, el peligro aún mayor que el rearme son los planes americanos dedicados a arruinar a la Unión Soviética, en especi especial al en el el plan de rearmarse rearm arse masivamente m ediante mim isiles de crucero submarinos de gran exactitud a los que la Unión Soviética no tendría nada que contraponer en primera instancia. Aqu A quíí se p odría od ría aplica aplicar, r, si si bien en el el sentido sentid o contrario, la cita de Kissinger que has mencionado, pero ahora en relación relación con el proyec pro yectado tado rearme masi masivo vo ameriame ricano tant ta nto o de armas convencional convencionales es como com o nucleares. nucleares. En el ba b a n d o sov so v ié iéti ticc o es esto to p u e d e llev ll evar ar a reac re acci cion ones es d e s es esp p e rara das. u nd Friede Frieden, n, Hanser, 1976, p. 22. 6. H. Afhledt, Verteidigung und
5 7
N o v o y a a h o n d a r en esta est a cue cu e stió st ión n . E s tá cla claro ro q u e la cuestión sobre sob re la probabilida prob abilidad d de una un a catástrofe nuclear es subjetiva. Sólo el supuesto de que la probabilidad es nula es poco realista realista y, p o r tanto tan to,, irracional. irracional. Recue R ecuerdo rdo que la ac ac-ción racional consiste en que qu e dadas diversas diversas alternativas alternativas ante una situación dada deben tomarse en consideración consideración dos pap arámetros: rámetros: primero, prim ero, la probabili probab ilidad dad y segundo, el el valor p o sitivo o negativo de las alternativas. El valor negativo del acontecimiento que aquí tratamos es el mayor posible. De nuevo es imposible decidir dec idir objetiv objetivaa y matemáticamente matem áticamente soso bre b re el p r o d u c to de amba am bass opin op inio ion n es es:: la o p inió in ión n sob so b re la prob pr obab abili ilid d ad y la opin op inió ión n sob s obre re el valo va lorr negativo nega tivo del res r esult ultaado. Por supuesto hay aquí factores subjetivos que desempeñan un importante papel. Personas distintas tienen también disposiciones distintas en relación con el riesgo. Algunas pe p e rso rs o n as hace ha cen n to t o d o lo posi po sib b le pa p a r a pro pr o te teg g e rse rs e de un u n ac a contecimiento relativamente improbable pero especialmente temible, temible, y muestran m uestran indiferenc indiferencia ia ante acontecimientos relarelativamente más probables pero menos graves. Otras personas se se com co m porta po rtan n de mod m odo o opuesto. opu esto. Pero Per o sea cual cual se sea la d iferencia psicológica entre los individuos, ante la misma pro p rob b a b ilid il idaa d debe de be incr in crem emen enta tars rsee el mie m ied d o ante an te el crec cr ecien iente te carácter terrible terrib le del acontecimiento. “D “ D ebe”, eb e”, si el sujeto es rara si el cional. Suele reprocharse al movimiento pacifista que es irracional irracional (por (po r supuesto supue sto no es el el cas caso o de Rudo Ru dolf lf que es demasiado listo para eso), pues está dominado por el miedo. Se trata de un error pues supone que los afectos son irracionales. cionales. Pero los afectos sólo son irracionales irracionale s cuand cua ndo o no se ajustan a la realidad; y la carencia de afectos, cuando no se ajusta a la la realidad, es igualmente igualmente irracional. Ante An te un u n pepe ligro proba pro bable ble y terrible terr ible lo irracional no es el el miedo, sino la ausencia del mismo. De modo que la acción racional consiste en elegir entre alternativas existentes. Tenemos por tanto que probar qué aspecto tienen las las alternat alternativas: ivas: si si el el pro pr o d ucto uc to de la la p rob ro b abiab i-
58
lidad y el valor valo r negativo de la alternativa altern ativa pacifista es may m ayor or o m enor eno r que el peligro peligro al que nos no s arriesgamos arriesgamos con co n la guerra nuclear, es decir, el acontecimiento cuyo valor negativo es el más elevado y cuya probabilidad se halla entre 0 y 1. A causa causa de los los factores subjetivos sub jetivos mencionad m encionados, os, esta cuestión, ya lo sabemos sabemos ahora, no puede p uede ser respondida respo ndida de modo mo do uníu nívoco. Para decidir de cidir la la cuestión de la racionalidad hay que q ue tratr atar ta r con co n la subjetividad de los los factores, con la imposibilidad impo sibilidad de alcanzar una un a respuesta respu esta unívoca. unívoca. Pero, P ero, a su su vez, sería sería irracional no n o efectuar un cálculo cálculo a causa de la existe existencia ncia de estos factores subjetivos. subjetivos. H ay que escla esclare rece cerr en primer prim er lugar en qué consiste consiste la alalternativa. Consiste en el rechazo de Occidente a la disuasión nuclear, nuclear, es es dec decir ir,, a la disuasión fren fr ente te a u n ataque conco nvencional, dicho de otra o tra manera: manera: el el rechazo rechaz o a ser el el prim ero en utilizar armas nucleares, para lo cual es necesario que este este rechazo, rech azo, si quiere ser creíble creíble,, no pue p ueda da consistir co nsistir únicaúnica mente en una declaración, sino en una modificación equivalente de la estructura militar, en especial en una destrucción ció n de tod to d os los misile misiless nucleares de co rto alca alcance nce.. Esta E sta es es la sensaci sensacional onal sugerenci sugerenciaa propu pro puesta esta po p o r cuatro cu atro importantes imp ortantes po p o líti lí ticc o s amer am eric ican anos os,, M c G e o rge rg e B undy un dy,, G eorg eo rgee K enna en nan n, R obert ob ert McNamara McN amara y G erard Smith Smith,, que redactar redactaron on un artículo tículo el año pasado publicado simultáneamente simultáneamente en Foreign Aff A ffa a irs ir s y en Eu E u r o p a - A r c h iv.7 iv .7 Esta Esta propuesta sólo puede convertirse en una alternativa real si el Este hace lo mismo. La Unió U nión n Sovié Soviéti tica ca ya ha h a expresado que no n o dese deseaa ser la p riri mera en utilizar las armas nucleares, y Andropov, en una entrevista en Pra P ravd vda a el 27 de agosto, ha vuelto a m ostrarse ostrars e dispuesto a destruir todos los misiles de corto y medio alcance, de modo que podemos tomarle la palabra. Finalmente, la amenaza de responder con un contraataque nuclear clear a u n ataque convencional convencional ha form ado parte desde d esde el el 7.
Eu Europa-Archiv, 1982, pp. 183ss. 59
pri p rin n c ipio ip io d e la estr es trat ateg egia ia occ o ccid iden ental tal,, no n o de la soviéti sov iética. ca. Si se realizara realizara la propu pro pues esta ta de los cuatro cua tro americanos, americanos, esto signisignificaría ficaría que qu e ambas potencias mundiales sólo poseerían po seerían armas intercontinentales, que únicamente serviría servirían n para neutralineu tralizarse mutuamen mutua mente. te. De este este modo m odo no se eliminar eliminaría ía el el peligro de una un a catástrofe nuclea nuclear, r, pero su probab pro babilida ilidad d se reduciría drásticamente, lo cual basta para nuestra reflexión.» «Cierto», exclama Rudolf, «pero ahora tenemos que ver cuál es la contrapartida. El artículo de los cuatro americanos fue respond respo ndido ido p o r cuatro alema alemanes nes,, Karl Kais Kaiser er,, Georg Ge org Leber, Mertes y el general Schulze, en el siguiente número de las revistas mencionadas.8Deberías leerlo, es excelente, y en él no encontrarás la doctrina usual sobre la disuasión nuclear, a saber, que es más barata. Estoy de acuerdo contigo en que este este argum ento de amenazar con un u n asesina asesinato to en masa contiene contie ne cálculos cálculos económicos económico s de inconcebible frivolidad. No N o , en este caso caso su fundam funda m entación entac ión es la siguiente siguiente:: po por supuesto que también tenemos que evitar una guerra convencional y eso sólo lo lograremos mediante la disuasión nuclear. Lo que asegura la libertad, según los autores, es el riesgo incalculable que radica en la amenaza de una res pu p u e s ta n u cle cl e ar flexible.» flexible .» «A diferencia de ti, no logro encontrar tanta fuerza en este argumento», respondo. «Es posible que durante un tiempo la amenaza de la esca escala lada da nuclear haya hay a contrib co ntribuid uido o a evitar evitar la guerra, aunque aun que tampoc tam poco o esté esté prob pr obad ado o que q ue sea así. Dado el actual desarrollo técnico, que hace pensable una guerra nuclear nu clear limita limitada, da, me parece incluso incluso que qu e la argumenargum entación opue op uesta sta es más más plausible, a sabe saber, r, que qu e la plausibilidad del estallido de la guerr gu erraa con armas nucleares n ucleares es más más elevada elevada h o y en E urop ur opaa de lo que lo sería sería sin est estas as armas armas.. Pero P ero incluin cluso si no tomamos en consideración estos recientes desarrollos, llos, cada vez más se se considera que qu e la doctrin do ctrinaa del contraa con traa-8. Eu Europa-Archiv, 1982, pp. 357ss.
60
taque flexible es una ilusión, pues la autodisuasión es tan grande como com o la disuasión de los otros. Ya hemos visto antes tes que no n o se puede pued e manten m antener er a largo largo plazo plaz o sin que se tenga tenga que contar con que suceda el acontecimiento con el que se amenaza. Soy de la opinión que amenazar con una guerra nuclear era cuando menos comprensible cuando una parte tenía el el monop mon opolio olio de estas estas armas, era era comprensible comp rensible aunque aun que también testimonio de un desprecio a la humanidad, pero ahora ah ora ya n o es raciona racional. l. Si tú, sin embargo, crees en oposición a mí que los cuatro autores tienen razón cuando sostienen que el estallido de una guerra europea es más probable si Occidente no amenaza con ser el el prim ero en usar armas nucleare nucleares, s, ento en tonnces ces debes pre p regu gunt ntart artee si de la las dos posibilidades posibilidad es prefieres pre fieres la alternat alternativa iva cuya probabilidad proba bilidad es menor me nor pero que represenreprese nta el mal supremo, o la otra, cuya probabilidad, según tu opinión, es mayor y que comporta ciertamente un mal enorme, pero limitado limitado.. Debes D ebes por po r tanto tan to elegi legirr entre la la p ro bab b abili ilida dad d de dos do s cifras q u e se halla ha llan n en e n tre tr e 0 y 1, p e r o p o r lo que se refiere al al tamañ tam año o del mal, mal, debes debes elegir entre un u n a magmag nitud infinita y una magnitud casi infinita, pues en el caso de la guerra gu erra nuclear nu clear existe existe la posibilidad posib ilidad de que qu e sea sea limitada, pero pe ro también es proba pr obable ble que q ue suponga supon ga el fin fin de la espeespecie cie y el fin fin de la vida en general, general, lo cual para pa ra noso no sotro tross ya y a no es una un a m agnitud agn itud finita, limitada. limitada. Si se se supone, como yo, y o, que la proba pro babilid bilidad ad de la guerra guerr a se reduce cuando cuand o se rechaza usar en prim er lugar las las armas armas nu nuclear cleares es,, entonces en tonces la opció op ción n del pacifismo nuclear nu clear resulta resu lta evievidente. Aunque esta opción no deja de depender de este su pu p u e s to empí em píri rico co refe re feri rid d o a las prob pr obab abili ilida dade des. s. L o que qu e caracteriza al al paci pacifis fista ta nuclear es que qu e también tam bién cuando, cuan do, como co mo tú, se supone supon e que qu e la probabilid prob abilidad ad de la la guerra serí seríaa mayor, no impo im porta rta cuánto cuán to mayor, sin la la amenaza nucl nuclear ear,, sigue sigue luchanluchan do en contra con tra de amenazar con la guerra guerra nucl nuclea ear, r, porqu po rquee quiere erradicar sin condiciones la posibilidad del mal supremo.»
61
Esta posición, que como hemos visto al principio forma parte de la la definición definición que he propu pro puesto esto del movimienmovim iento pacifista, pacifista, no está presenta pres entada da adecuadamen adecuada mente te mientras m ientras la única alternativa sea la guerra convencional. Para destacar la diferencia diferencia esenci esencial al entre R udolf ud olf y yo y o es necesario necesario dar da r un pa p a s o más. má s. H a y q u e cue cu e stio st ion n ar, ar , p o r su pa p a r te te,, la nec ne c es esid idad ad y el tipo de la guerra convencional. Excluyo en lo que sigue la opción opuesta a toda acción bélica. Esta sería la posición del pacifismo pacifismo radical radical sobre la que qu e no hay ha y u n consen co nsen-so total en el movimiento pacifista. La posición intermedia del movimiento pacifista entre pacifismo nuclear y pa p a c ifis if ism m o rad ra d ic ical al n o se p u e d e d e te terr m i n a r c o n e x a c titu ti tud d pu p u e s exis ex iste ten n n a t u r a l m e n t e los lo s más má s d ive iv e rso rs o s m at atic ices es.. D e m odo od o que aquí aqu í sólo sólo puedo pue do presen p resentar tar una un a posición posi posible ble,, la mía. mía. Se Se puede pu ede resum res um ir en dos punto pu ntos: s: 1) se concede una u na pr p r ior io r ida id a d ab a b s o luta lu ta a los med m edios ios pacífic pac íficos os (to ( tod d as las medid med idas as concebibles que favorezcan favorezc an las las relaciones relaciones de confianza) po r encima de los medios militares; y 2) no se amenaza ni nuclearmente ni con ninguna medida militar: Occidente excluye cl uye la la posibilidad de ser el el primero prim ero en usar usa r las las armas arma s y de iniciar una guerra ofensiva, no sólo, como hasta la fecha, con palabras, sino valiéndose de la estrategia y las armas, es decir, limitándose estrictamente a la defensa. La concepción más elaborada de esta posición se encuentra en el libro li bro de H o rst rs t Afheldt, Afheldt, Verteidigung u n d Frieden Frieden (.D efenefe n sa y p a z ) (1976). No hay que adherirse a toda la concepción de Afheldt; A fheldt; de lo que q ue se trata tra ta es de ver que qu e ahí ah í se encuentra la primera alternativa verdadera y además completamente realista. Es irracional que haya sido tan desprestigiada en la discusión pública. También en este caso la irracionalidad es la de los que se mantienen presos de esquemas mentales mentales que parecen parece n superficial superficialmente mente plaup lausibl sibles es,, pero que qu e no tom an en modo m odo alguno alguno en consideración la especificidad de la situación militar determinada po p o r la m ás n o v e d o s a te tecc n o log lo g ía m ili ilita tar. r. Se de d e fie fi e n d e la n e -
62
cesidad cesidad de d e las las armas nucleares n ucleares y, especialmente, de las las armas de neutrones, dada la gran superioridad soviética en tanques. Sin embargo, un lugar común de la más reciente literatura técnica militar es que la técnica moderna de la munición de precisión ha convertido en obsoletos los grandes ejércitos ejércitos de tanques.’ tanqu es.’ «Pero vamos a conte co ntem m plar pla r ahora», dirá Rudo R udolf, lf, «el cas caso o que para ti es más desfavorable, para que podamos aclarar cuáles cuáles son so n las las valoraciones valorac iones fund fu ndam amenta entales les de cada cual. cual. Su po p o n que qu e este c o n c epto ep to p u r a m e n te defe de fens nsiv ivo o n o tiene tie ne éxito; supon sup on,, como com o me has has confesado al principio prin cipio,, que el Este tiene y mantiene expectativas agresivas contra Europa Occidental, no hay ningú nin gún n escudo nuclear nuclear,, que los soviéticos soviéticos no se dejan amedrentar por la defensa convencional y, dado el caso caso,, puram pu ramente ente defensi defensiva va de Occide O ccidente nte y que la defensa defensa se se viene realmente abajo.» «Tengo que aceptar este riesgo», respondo. «Toda concepción conlleva riesgos, y la deshonestidad de las argumentaciones men taciones usuales usuales es que no n o explicitan explicitan los riesg riesgos. os. La prepr egunta es qué riesgos son más soportables y cuáles son más fáciles de asumir.» «En esto estoy de acuerdo contigo», dice Rudolf. Nos po p o n d r e m o s rápi rá pid d a m e n te de a c u erd er d o en q ue tan ta n to el m o vivi miento pacifista como sus adversarios dejan a oscuras sus pu p u n t o s d e vist vi staa rela re lativ tivo o s a sus valo va lora raci cion ones es ú lti ltim m as, as , n o se confrontan con ellas, es decir, no se las presentan racionalmente. De modo que ambas posiciones son deshonestas y demagógicas demagógicas si si sólo evocan sus aspectos positivos. positivos. C uan ua n do Alois Alois Mertes, repr r epresen esentante tante de muchos, mu chos, escribe escribe que «la «la paz y la libertad [...] son valores éticos máximos del mismo 9. Véase, Véas e, por ejempl eje mplo, o, Paul F. F. Walt Walter er,, «Wirksame Verteidigung Verteidigu ng m it in telligenten Abwehrwaffen», en Spektrum der Wissenschaft , 10/1981, reproducido en U. Albrecht (ed.)> Rüstun Rü stung g u n d Abrüstun Abrü stung, g, Spektr Spe ktrum um der Wissenschaft , 1983, pp. lOOss.
63
rango» rang o»,1 ,10suena p o r supues sup uesto to muy m uy bien, pero pe ro no n o es sosteni ble bl e lógi ló gica cam m ente en te.. La real re alid idad ad es más fea de lo q u e q u ie ierr e n pe p e rcib rc ibir ir los o rad ra d o res re s de ambo am boss ban ba n dos. do s. Tene Te nemo moss que qu e deci de ci d ir si en caso caso de conflicto otorg o torgam amos os la preeminencia preem inencia a evi evi tar la guerra nuclear o a mantener man tener nue n uestro stro sistema sistema político. político. La posición de Mertes reza, reza, sin sin ocultar ocu ltar nada: nada: para manten m antener er nuestro nue stro siste sistema ma político político nos n os arriesg arriesgamos amos a una guerra nu clear (y esto significa que la paz no tiene el mismo rango sino que q ue se halla en segundo segund o lugar). lugar). Y la posició po sición n del paci fismo nuclear afirma, sin ocultar nada: si sólo podemos m anten an tener er nue n uestro stro sistema sistema político con c on la amenaza, es es deci decir, r, aceptando una guerra nuclear, debemos arriesgarnos a que este es te sistema desaparezca. desaparezca. Debemo Debe moss subra su braya yarr claramente que en ambos casos se trata sólo de riesgos, pero son justamen te los riesgos los que, en últim úl timaa instancia, son so n aquí aq uí decis decisivos. ivos. ¿Qué ¿Q ué riesgo es es mayor? Esta es es aquí la la única cuestión. Puede Pued e existi existirr disparidad disparidad de d e opiniones cuando cu ando se comparan com paran la lass pro pr o babi ba bilid lidad ades es,, p e r o n o c u a n d o se co c o m p aran ar an los males. ¿ O tal vez sí? Es cierto que algunos algunos sostienen que la pérdid pér didaa de nuestro nues tro sistem sistemaa político es un mal comparable comp arable con c on la guerra nuclea nuclear, r, pe p e r o en es esta ta o p inió in ión n sólo só lo log lo g ro p e r c ibir ib ir falta fa lta de se serie rieda dad dy una un a extraña falta de imaginación. imaginación. Si Si la posición pos ición opues op uesta ta es re ducida a la divi divisa sa «mejor rojo ro jo que muerto», m uerto», se incurre en una pre p ress u p o s ic ició ión n falsa. Pues Pue s la pal p alaa bra br a «m « m uert ue rto» o» n o es adecu ade cua a da en este contexto, contexto , ya que se refiere refiere a los individuos. individuos. Pero la desaparición desaparición de todo tod o es alg algo o distinto que la muerte mu erte de mu m u chos individuos. individuos. Incluso el que está dispuesto a defender con co n lass armas el sistema la sistema político po lítico p ropi ro pio, o, cuyas ventajas ventajas relativas relativas le son bien conocidas, no está dispuesto, si se da el caso, a arriesgar la existencia del mundo. Desde siempre el signifi 10. A. Mertes, «Sicherheitspolitik für fü r die 80er Jahre», en D. Lut L utzz (ed.), (ed.), Siche Sicherheitspo rheitspoli liti tikk am Scheidw Scheidweg eg?, Schriftenreihe der Bundeszentrale für politische politisc he Bildung, Bonn, Bon n, 198 1982, pp. 71 71ss.
64
cado de la máxima «dulce «dulce et decorum est est pro patria morí» era que para el individuo, dado que se siente una parte esencial del del todo to do,, tiene sentido sacrif sacrific icars arsee para el mantenim man tenimiento iento de la integridad del todo. tod o. ¿Pero en nombre nom bre de qué totalidad nos sacrificamos en una guerra nuclear? En una guerra nuclear nadie se se sacrifica para pa ra el todo, sino que el todo es sacrifica d o po qu e se suele suele presup pre supone onerr p o r nosotros. A diferencia de lo que falsamente, el rechazo a la guerra nuclear no surge de la pre pr e o c u p a c ión ió n p o r la m era er a supe su perv rvive ivenc ncia ia pro pr o pia. pi a. H e o b se ser r vado, en cambio, que so n en prim pr imer er lugar la las personas ex ex tremadam trema damente ente individuali individualistas stas la las que no temen tant ta nto o la gue rra rr a nuclear, nuclear, pues a sus sus ojos la eliminación del tod to d o no es más que una u na form for m a de la propia prop ia muerte m uerte individua individual, l, simplemente simplemente multiplicada cuantitativamente por varios millones. Por el contrario, los que se entienden primariamente a partir de una totalidad que los trasciende (algo que es propiamente constitutivo con stitutivo de los humanos), huma nos), lo cualitati cualitativamente vamente novedos nov edoso o y singular s ingular de la guerra nuclear nu clear consiste en la eliminación del todo mismo, del todo universal que abarca a todas las tota lidade li dadess particulares espac espacia iale less y temporales. tempo rales. En contrap c ontraposición osición con esto, esto, todos los los riesg riesgos os políticos políticos -y -y se trata, según mi opinión, de riesgos muy improbables-, hasta el el caso caso extremo de una dom d ominación inación sovié soviéti tica ca de Euro Eu ro pa o de tod to d a la tie tierr rra, a, so s o n males males que, si som so m os franc fra ncos, os, no n o po po seen una dimensión comparable. Amenazar con la guerra nuclear, cuya perversidad por la fuerza de la costumbre la mayoría de nosotros hemos olvidado con los años, implica bie b ien n mir m irad ado o un u n et etn n o c entr en tris ism m o atlá a tlánt ntic ico o fantás fan tástic tico. o. Si pen pe n sa sa mos cuántos cuán tos país países es están dominados domina dos hoy ho y en día p o r el siste siste ma soviético soviético (y lo aceptamos), aceptamos), en cuántos cuá ntos otro o tross países países vincu vinc u lados la dos a nuestr nu estro o sistema sistema occidental occidental reina reina el el te terr rro o r y la tort to rtu u ra (y que noso no sotros tros también tamb ién aceptamos aceptamos e incluso incluso indirectamen indirectam en te promovemos), más aún, en cuántos lugares de la tierra mueren mu eren de hamb h ambre re millones millones de personas person as al año, año, algo algo que qu e no sería necesario si renunciáramos a nuestro armamento (y 65
esto también tamb ién lo aceptamos), aceptamos), visto visto todo tod o esto, en función d é la simple simple posibilidad, aún lej lejana ana si si lo observamos con serenidad, que a nosotros noso tros también nos amenac amenacee un destino que ni siquiera siquiera sería sería el peor peo r de los aquí enumerados, enumerados , ¿debemos pre p re-ferir la amenaza de hacer desaparecer no sólo a nuestros nuestro s ada dversarios, no sólo a nosotros mismos, sino todo ? Semejante concepción es igual de grotesca en la dimensión temporal. ¿Quié ¿Q uién n sabe cómo cóm o evolucionaría ev olucionaría el el m undo un do si se se hallara bajo un único poder hegemónico totalitario? ¿Cómo os podéis atrever a anticipar algo así y a decir que sería mejor que el m undo und o dejara dejara de exist existir ir de una vez po p o r todas? «Te voy vo y a hacer una última ú ltima pregunta», pregun ta», dice dice Rudolf, Rud olf, «para «para ver en qué medida tu posición se basa en principios. Supon que no son los soviéticos sino los nazis, ¿qué"opinarías entonces?» «Sabes, Rudolf, que haría todo lo pensable dentro de ciertos límites, límites, que mataría m ataría y arriesgaría arriesgaría la la prop pr opia ia vida, vida, pero lo ilimitado debería ser evitado sin condiciones. Intenta imaginarte la situación en concreto. Presc P rescindo indo del hecho hec ho de que la guerra nuclea n uclearr puede pued e significar significar el fin de toda tod a la especie. Imagínate una situación restringida. Y piensa ahora en qué es lo peor pe or que q ue nos n os vincula a los los nazis. nazis. Imagínate que qu e eso ocurriera ocurrie ra actualmente actualmente en el el es este te de Europa. Eu ropa. A hora hor a como antess en los te los pueblo pu ebloss y en las las ciudades se hacinaría a la las pers pe rsoonas y se las fusilaría. Ahora como antes habría cámaras de gas. Y, sin embargo... ¿liberarlos gracias a la amenaza y dado el caso la realización de una guerra nuclear? Piensa que ante el inminente holocausto que nos esperaría en ese caso, aquellos de nosotros que no hubiéramos muerto inmediatamente, mediatamente, aquellos aquellos que aún tuviéramos armas, pediríamos que nos fusilara fusilaran, n, a noso no sotros tros y a nuestros nu estros hijos, hijos, y que si aún hubiera cámaras de gas, haríamos voluntariamente cola ante sus puertas.»
66
La República Federal Alemana se ha conv co nvertid ertido o en u n paí país xenófo xen ófobo bo
(1984)
H ablo aquí como judío, como miembro de un pueblo que sufrió de m odo od o especialmente especialmente terrible la persecución perse cución de los nazis que qu e finalmente acabó en la aniquilación en los campos de concentración. Bergen-Belsen era uno de ellos. Mi familia familia tuvo tuv o la suerte de poners pon ersee a salv salvo o a tiempo tiem po,, de m odo que form o parte p arte de los supervi supervivie viente ntes. s. Pero entre los ocho y los once años experimenté lo lo que q ue los yazidíes yazidíes expe rimentan rimen tan ahora: ahora: el miedo a no ser acogidos acogidos en ninguna pa p a r te. Sé por propia experiencia que este miedo es un miedo mortal. La primera estación en la emigración de mi familia fue Suiza. Si no fuimos expulsados de Suiza fue porque se dio la casual casualida idad d de que q ue la profesión profe sión de mi padre era reque req ue rida en Suiz Suiza. a. Pero m uchos ucho s otros o tros judíos fueron fuero n devueltos devueltos sin compasión comp asión a Alemania po p o r las las autoridades suizas suizas,, po p o r los mismos motivos egoístas por los que ahora los yazidíes y tantos tanto s otros otr os son expulsados expulsados de la República Feder Federal. al. H o y la República Federal vuel vuelve ve a ser ser un país país xenófobo, xenófo bo, y este hecho demuestra qué poco se ha modificado la acti tud básica del pueblo alemán desde la época de los nazis. Justo después de la guerra muchos alemanes tenían la ho nesta voluntad volu ntad de con struir str uir otra o tra Alemani Alemania. a. Esto propició pro pició el artículo en nuestra Constitución según el cual se garantiza
67
sin condiciones condicione s asilo asilo a todos tod os los perseguidos políti po líticos. cos. Pero Pe ro con el tiem tiempo po este este artículo ha pasado a ser papel papel mojado. m ojado. La m ayor ay or parte par te de las las autoridades aleman alemanas as y de los juzgados alema alemanes nes hacen hacen tod t odo o lo posible para vaciar vaciar completamente completam ente de contenido este artículo, y con ello vuelven a situarse -hay que llamar a las cosas por su nombre- en la tradición de la disposición espiritual nazi. Lo verdaderamente malo no es que vulneren la Constitución, sino la falta de huma nidad. Una U na triste tradición trad ición aleman alemanaa consiste consiste en creer que el ordenamiento jurídico en cuanto tal es sagrado, de modo que se está dispuesto, con el aval de los tribunales, a come ter te r sobre sobr e esta base base las las mayores atrocidades. ¿N ¿ N o es triste te te ner ne r que decir explícit explícitamente amente que no n o existe existen n parágrafos parágrafos sa grados ni tampoco veredictos sagrados, sino que lo único que debería ser sagrado para nosotros es la vida y la inte gridad humanas? Se ha reflexionado mucho sobre si los que dieron las ór denes de asesinar a los judíos desde sus despachos no son más culpables que los que ejecutaron los asesinatos. ¿Pero acaso no se les debe atribuir, entonces, una culpa terrible a las autoridades suizas que sabían que enviaban a los judíos a una un a mue m uerte rte segura? Per P ero o si esto es es así así,, ¿qué ¿qu é decir dec ir de la cul cu l pa p a de las auto au tori rid d a d e s aleman ale manas as q u e expu ex puls lsan an a los l os yazi ya zidí díes es y a otros otro s que han buscado refugi refugio o entre nosotros? ¿Qué ¿Q ué de cir de la culpa de todos nosotros que permitimos que en nuestro nues tro nom no m bre se trate de forma inhum ana a personas? personas? El Ministerio Ministerio del del Interio In teriorr ha querido proh pr oh ibir esta esta manif manifest esta a ción a las puertas del campo de concentración conc entración diciendo d iciendo que qu e se pertu pe rturb rbaa la paz de d e los los muertos m uertos y de los memorial memoriales. es. Pero si los los muer m uertos tos que q ue hay h ay aquí aq uí aún pudie p udieran ran oír, oír, nada socava socava ría más profundam profu ndam ente su paz que este desvergonzado desvergonzado ar ar gumento. U n lugar lugar de conmem oración que no sea sea al mismo mismo tiempo un lugar de advertencia pierde su sentido. Si el re cuerdo del horror sucedido aquí no logra transformarnos, si no consigue que hagamos todo lo posible para evitar re
68
peticiones, entonces el sufrimiento de los condenados en Bergen-Belsen Bergen-Belsen es es en vano. N o , esta manifestación manifestación no podr po dría ía tener tene r lugar en ningún sitio sitio más más adecuado. adecuado. Es hipócrita decir que el recuerdo del asesinato de los perseguidos p o r el el régimen régimen nazi es es utilizado utilizad o p o r esta mani festación. Dondequiera que se persiga a seres humanos se trata tra ta siempre de una u na y la misma cosa cosa.. La persecuc perse cución ión es la la persecución, y el asesinato en masa no es más que la esta ción fina finall consecuente de toda discrimina discriminación. ción. Esto E sto no n o su cedió únicamente con la persecución de los judíos y los gi gi tanos en el Tercer Reich, sino también con el genocidio de los armenios en Turquía. La pregunta sobre cuándo serán asesinados ahí los últimos yazidíes, es presuntamente ya sólo una cuestión cu estión de tiempo. tiempo. El intento inten to de presen pre sentar tar el genocidio genocidio judío como com o algo algo ab solutamente único sólo puede tener la función función de que de lo sucedido sucedido no hay que aprender ap render nada ni para el el futuro futu ro ni para el presente. Tiene la función de ocultar los problemas se mejantes que nos rodean hoy en día. En Alemania ya no está bien visto ser antisemita, pero es muy fácil ser antise mita cuando cuand o ya casi casi no exist existen en más más judíos. La proscripció pro scripción n del antisemitismo es una coartada para que se pueda dar rienda suelta a la la xenofobia xenofob ia y al desprecio hum ano. ano . Puede ser que haya judíos, posiblemente incluso repre sentantes oficiales de la comunidad judía que consideren que esta manifestación implica una utilización abusiva de estos lugares de memoria. Pero espero que no sea así, pues la insistencia insistencia en la especi especific ficidad idad del destino judío, como com o re pit p itee Isra Is rael el una un a vez tras tr as otr o traa , no n o se corr co rree s p o n d e con co n la auté au tén n tica tica tradición trad ición judía. La verdade ver dadera ra tradición tradic ión judía ju día se halla halla ex ex pre p resa sada da en u n a h isto is torr ia con co n la que q ue dese de seo o conc co nclui luir: r: «Un viejo rabino preg pr egun untó tó un día a su sus alumno alum noss cómo se se debía determinar la hora en la que finaliza la noche y em pie p iezz a e l día. día. i Es cuand cua ndo o se p u e d e dist di stin ingu guir ir a la dista distanc ncia ia,, a un perro de una ovej oveja? a?,, pregun pre guntó tó uno de su sus alumnos. N o,
69
dijo dijo el rabino. rabino. ¿Es cuando se p u ede ed e distingu distin guir ir a la distancia distancia una palm pa lmera era de una un a higuera ?, preg pr egun untó tó otr otro. N o, dijo dijo el rarabino. ¿Pues cuándo?, preguntaron los alumnos. Es cuando puedas pue das mirar mira r el rost rostro ro de un hombre hom bre cualquie cualquiera ra y veas en él a tu hermana o a tu hermano. Hasta entonces la noche nos envolverá.» Bergen-Belsen
70
Asilo: ¿clemencia o derecho humano?
(1986 )
Pocas Pocas vece vecess una discusión política política ha tenido ten ido u n nivel nivel tan ín fimo fimo y se ha conducido con tanto engaño conscien consciente te o in consciente, pocas veces una discusión política ha sido ex pr p r e s ión ió n de d e un u n a b a n c a r rota ro ta m o ral ra l ta t a n c omp om p leta le ta co c o m o la qu que se da en los últimos últim os meses meses en nues nu estro tro país sobre el derecho derech o de asilo asilo.. De D e m odo od o que si se se quiere alcanzar una base sólida sólida no queda q ueda otra que partir par tir de los fundamentos. C o n este este fin cabe cabe supon sup oner er que la mayoría mayor ía de la las personas pose po seen en algo así como com o lo que qu e de m o d o algo arcaico arca ico se pued pu edee denom den ominar inar conciencia conciencia moral. El núcleo de la moral mor al es es lo que se designa como com o ley de de oro, o ro, a sabe saber, r, esa esa antiquísim antiq uísimaa ley pre pr e sente en muchas culturas y que la lengua popular reduce a la fórmula: no hagas a los otros lo que no quieras que te ha gan gan a ti. ti. Form Fo rmulad uladaa en sentido positivo: com pórtate pó rtate con el pró p róji jim m o com co m o q uier ui eras as q u e se c o m p o r ten te n con co n tig ti g o . D e esta es ta ley se se siguen siguen una un a serie serie de máximas máximas que se corre co rresp spon onde den n con los derechos. La obligación más más fundam fund amenta entall es es respetar resp etar la dignidad humana en el prójimo, que en sentido negativo sign signif ific icaa no humillarl hum illarlo. o. Esta norm n orma, a, la más fundam fund amenta ental, l, es consecuencia inm inmediata ediata de la regla regla de oro, o ro, pues p ues cada uno un o de nosotro no sotross desea desea que se tom tomee en serio serio el el sentimiento que tie tie ne de su propio pro pio valor valor,, desea desea ser ser respetado com o ser humahum a-
71
no. Que respetamos a las personas en este sentido significa simplemente simplemen te que los respetamos en general general como sujetos de derechos morales morales y po p o r ello ello todas las las otras norma no rmass moral m orales es se puede pu eden n deducir ded ucir de esta esta norm no rmaa fundamental. C uand ua ndo o digo que a buen seguro seguro la mayoría mayo ría de de la las perso pers o nas tienen conciencia moral quiero decir que tienen una conciencia conciencia de que no n o les les está está perm pe rmitido itido humillar hum illar a otras per p er sonas. sonas. El que vulnera conscientemente esta esta norm no rmaa es o bien un m onstruo ons truo -e - e s dec ecir ir,, no ti tiene ene conci concienc encia ia m o ralra l- o bien se se vulnera a sí mismo en su núcleo más íntimo, pues la con cienci ci enciaa de la prop pr opia ia dignidad d ignidad hum h umana ana está está tan vinculada vinculada al al respeto de la la dignidad dignidad humana hum ana de los los otros, otro s, que qu e cuando cuan do fal fal tamos el respeto a los los otros no nos podem p odemos os respetar a no no sotros mismos. Dado que ofender conscientemente a otros es tan peli groso para p ara el el respeto respe to que nos debemos debem os a nosotros noso tros mismos, mismos, y dado que por otra parte tenemos motivos tan vigorosos (el poder, el egoísmo individual o de grupo, pero también sencillamente la comodidad) para no tomar en considera ción los intereses y la dignidad de nuestros prójimos, por ello ell o la la mayoría de noso no sotro tross conseguimos recluir re cluir más más o me nos en el inconsciente la conciencia moral que tenemos, conseguimos reprimirla. Nos convertimos en monstruos pe p e r o no n o n o s dam d amos os cuen cu enta ta.. El E l se s e n tid ti d o de to t o d o d iscu is curs rso o m o ral y también político debería consistir en ayudarnos mu tuamente tuam ente a resistirnos resistirnos a est estee proceso de adorme ad ormecimiento cimiento de nuestra conciencia moral, y, por tanto, del respeto a noso tros mismos. mismos. ¿También del discurso político? ¿Qué tiene que ver la polí po líti tica ca c o n la m oral or al?? C o n frec fr ecue uenc ncia, ia, m u y p o co, co , p e r o en sí, mucho. mu cho. Cua C uanto nto mayores ma yores son la las concentraciones concentraciones de p o der, tanto económicas como políticas, más impotentes so mos en tanto tanto que individuos individuos para protegernos protegerno s a nosotro no sotross y a otros, a partir de una base individual, contra estos pode res. El Estado, que tiene el monopolio de la violencia, es la
72
m ayor ay or de estas estas concentraciones de poder, de ahí que tengamos que exigirle que limite tanto su propio poder como el p oder od er de las las instancias instancias económicas en favor fav or de los derechos de los individuos. Un Estado sólo es legítimo si todas sus acciones van dirigidas al bienestar y a la dignidad humana de las las personas que qu e viven viven en su su territo te rritorio, rio, a todos tod os p o r igua iguall. P ero er o es evidente que esta no es sólo una un a competencia compe tencia del Estado Estad o como com o tal, tal, sino que el Estado democrático dem ocrático es es tan buebu eno o tan malo como la m ayoría de sus ciudadanos, ciudadano s, es deci decir: r: la pregunta de si nos relacionamos como seres morales o como m onstruos ons truos no n o sólo sólo se pone pon e de manifi manifiest esto o en nuestro trato cotidiano, sino sobre todo en si exigimos del Estado que se com co m porte po rte moralme m oralmente nte o si le exigi exigimos mos o simplemente le le permitimos permitimos que se com porte monstruosamente. Estos derechos morales de los los individuos son los los que designamos como derechos humanos: los derechos humanos que presenta explíci explícitame tamente nte un Estado E stado en su Con C onstitución stitución constituye con stituyen n los derechos fundamentales que reconoce juríju rídicamente como vinculantes vinculantes.. El fundam fund amento ento de estos derechos fundamentales en sentido jurídico es el respeto de la dignidad humana. P o r ello ello la la C onstitu on stitució ción n de la la República República Federal Alemana Alem ana se se inicia inicia acertadame acertad amente nte en su artículo pri p ri-mero con la sentencia: «La dignidad de los seres humanos es inviolable». Dicho esto, por lo que respecta a los derechos fundamentales concretos que se siguen de este princi pio p io fun fu n d amen am enta tal, l, des d esde de los lo s prim pr imee r o s catál ca tálog ogos os de der d erec echo hos, s, en el contexto de la Declaración americana de independencia y la Revolución Francesa, se ha dado un proceso histórico. Sin embargo sería erróneo concluir de ahí que una relatividad latividad histórica his tórica afecta afecta a estos estos derechos derecho s hum h umanos. anos. Sólo Sólo su su descubrimiento descubrim iento estuvo en cada caso caso condicionado histórihistó ricamente, dependien depen diente te de las las experien experiencia ciass concretas que q ue sensibilizaron a las personas acerca de determinados males y efectos efectos del p oder od er estatal y no n o estatal. estatal. Pero lo extraño extrañ o es que una vez se se presta atención a un derecho de recho fundamental que n o
73
había sido sido recono rec onocido cido hasta h asta entonces, entonces, ya no es es posible posib le anuan ularlo. Un ejemplo de nuestra época es el derecho a la igualdad de la las mujer mujeres. es. H o y es estte derecho ya no puede pued e discutirdiscu tirse, resulta admitido de una vez por todas, cuando menos sobre el papel. En la actualidad nos hallamos en medio de otro otr o proceso proce so histórico de reconocimien recon ocimiento to de derechos. Los derechos humano hum anoss clási clásicos cos eran en su totalid totalidad ad as asíí lla llamados mados derechos derec hos de libertad, com c omo o el derecho dere cho a la integridad integrid ad de la las per p erso son n as o el dere de rech cho o a la libe lib e rta rt a d de expr ex pres esió ión, n, lim li m itá it á n d o se las Constituciones de las democracias occidentales a estas libertades. Esto se debió a prejuicios históricos y económicos. En E n aquel entonces enton ces también tam bién se daba la experiencia experiencia de la miseria social, pero los ciudadanos políticamente re pre p rese sen n ta tativ tivo o s se p o d ía ían n p e r m itir it ir o b v ia iarr es esta ta ci circ rcun unst stan anci cia. a. Pero en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 se reconocieron, bajo la presión de los países comunistas y también de los países del Tercer Mundo, los asíí llamados derechos as d erechos soci social ales es (como (com o el derecho dere cho a una un a sub su b sistencia conforme con la dignidad humana y el derecho al trabajo), en plano de igualdad con los derechos relativos a lass libertades. la libertades. E n la actualidad actualidad son s on cada vez más los juristas y filósofos occidentales que consideran esta equiparación bien bi en fu f u n d a m e n ta tad d a .1H .1H o y en día dí a deb de b ería er ía ser se r fácil v er que qu e las per p erso son n as q u e son so n exclu ex cluida idass po p o r pod po d e res re s ec econ onóm ómic icos os d el acac ceso a recursos para la subsistencia y pasan hambre, o las per p erso son n as c o n disca dis capa pacid cidad ades es q u e n o son so n apoy ap oyad adas as,, n o s o n reconocidas en su dignidad humana. Sólo Sólo lentam len tamente ente se acepta en la actualidad actua lidad que qu e el el derech der echo o de asil asilo o también es es un derecho derech o fundamental fundam ental que no n o se puede pue de dejar en manos de d e la cle clemenci menciaa del Estado Es tado de d e acogida. acogida. Este 1. Véase Véa se Paul Sieghart, The The Lawfu L awfull Right Rightss o f Mankind Mank ind , Oxford, 1 y Susan Moller Okin, «Liberty and Welfare: Some Issues in Human Rights Theory The ory», », en J. R. Pennoch Pennoc h y J. W Chapman (eds.), Hum H uman an Rights R ights (Nomos, 23).
74
pr p r o c e s o tam ta m b ién ié n r e pos po s a s o b r e expe ex perie rienc ncias ias hist hi stór óric icas as.. Los Lo s millones de refugiados existentes tras el fin de la Segunda Guerra Mundial contribuyeron a que el derecho de asilo encontrara enco ntrara un lugar en la la Declaraci Declaración ón de los los Derechos H u manos de las las Nacione Na cioness Unidas, U nidas, aun cuando cua ndo se limitara a ser ser un derecho declamatorio, y las especiales experiencias rea lizadas en Alemania durante la época nazi con la persecu ción ció n política y racial racial,, llevaron a que tengam ten gamos os el artículo 16 de nuestra Constitución que contiene la sentencia: «Los per p erss egu eg u ido id o s p o líti lí tico coss g o zan za n del d ere er e c h o de asilo». Es una un a calumnia del Consejo parlamentario cuando hoy en día se le presup pre supone one con frecuencia frecuencia que no sabía sabía lo lo que qu e hacía hacía y que no podía p odía prever prev er cuántos refugiados refugiados habría, habría, pues entonces entonces no había menos refugiados, siendo la única diferencia que en tonces no provenían del Tercer Mundo. Lo que no podía pr p r e v e r el Co C o n s e jo p a rla rl a m e n tar ta r io era er a la mag m agn n itu it u d del d el ch c h o v i nismo, racismo y conformismo que se ha extendido en el po p o c o tie ti e m p o desd de sdee q u e se ju j u r ó q ue d eter et erm m inad in adas as cosas cos as n o volverían volverían a ser posibles posibles aquí. aquí. Debería D ebería sorp so rpren rende derr la falta falta de sensibilidad frente al destino de los refugiados por parte de un pueblo pueb lo cuya quinta parte de la población -10 -1 0 millo millo n e s - ha sufrido en su su propia prop ia carne el destino de la huida. U n signo más de cómo cóm o tod to d o lo que qu e se vivió en esa esa época ha sido reprimido. Que el derecho de asilo sólo encuentra reconocimiento internacional lentamente tiene que ver con que la concep ción clás clásic icaa de los los derecho dere choss hum hu m anos an os iba unida un ida a la la idea de que el Estado sólo tiene obligaciones morales con sus pro pios pi os ciu ci u d a d a n o s, o sea, sólo só lo hacia ha cia d e n tro tr o no hacia ha cia fuera fue ra.. U n a idea que debe de be parecer parec er arcaica arcaica a la vista de las las crecien tes interdependencias internacionales. El filósofo america no del derecho Bruce Ackerman Ackerm an ha afirmado afirmado recientemente que el Estado Es tado no n o debe ser concebido com o un club privado y que no n o tiene tiene ningún derecho d erecho a proh pr oh ibir la inmigración inmigración de de extranjeros: el mero hecho de haber llegado antes no es,
75
como tam poco la pertenencia a una determinada determ inada raza o na ción, una razón moral para negar el acceso y la participa ción.2En ción.2E n la actualidad se suele suele declarar que q ue la Repúblic Re públicaa Fe deral Alemana Alem ana no es un país de inmigrantes. inmigra ntes. Si Si el argum argu m ento de Ackerman es cierto, ningún país tendría derecho a de clarar que no es un país de inmigrantes. Pero Pe ro el derecho derech o de asil asilo o no va tan lejos lejos como com o el derecho a inmigrar, pues sólo es de aplicación para las víctimas de pers pe rsee c u c ión ió n pol p olít ític ica. a. C o n ay a y u d a de la regla reg la de o r o se p u e d e ver claramente que este derecho es realmente un derecho moral fundamental y que bastan sólo experiencias históri cas para par a prestarle pr estarle la debida debid a atención. Basta con co n poners po nersee en el lugar del refugiado político para reconocer inmediata mente que no sólo debería permitirse su entrada sino que rechazarlo debería ser considerado considerado com o una burla a la p ro pia p ia d ign ig n ida id a d h u m a n a . D a d o q u e m u c h o s m iem ie m b ros ro s del Consejo Cons ejo parlamentario habían sufrido un destino semejan semejan te, te, la necesidad del derec der echo ho de asilo asilo les les pareció par eció evidente. El escéptico podría decir que dado que la aplastante mayoría de los los que qu e viven viven hoy ho y aquí aqu í ni han experimentado ni temen la per p erse secc u ció ci ó n polí po lític tica, a, está es tán n justif jus tific icad ados os po p o r su pa p a r te p a ra re re chazar este derecho. Pero esto sería un malentendido de la regl reglaa de oro. La m oral no es u n con c ontrato trato de seguros seguros.. Los de rechos recho s huma hu manos nos favorecen favore cen siempre a la las minorías, a los más más débil débiles, es, a los los disconformes políti p olíticame camente, nte, y p o r ello ello los que tienen el poder o forman parte de la mayoría silenciosa pu p u e d e n fácil fá cilm m ente ent e men m eno o spre sp reci ciaa r los der d erec echo hoss hum h umaa nos. no s. D e ahí que el estatus de los derechos humanos sea precario, pe p e r o en el m o d o en q u e n o s rela re lacc ion io n a m o s c o n el d e rec re c h o hum hu m ano al asi asilo lo -e l más inusual inusual hoy pero p ero no el menos fun f un damentado- se muestra el valor que concedemos a la tota lidad de los los derechos humanos. hum anos. 2. Bruce Ackerman, So Socia ciallJmtice Jm tice in the Liberal Libera l State, Yale Univers Press, 1980, §§ 17s$.
76
Puesto que todos los que han confeccionado Constituciones ciones saben de este estado precario de los los derechos huma hu ma-nos, siempre siem pre han h an dificultado especialment especialmentee la modificación modificación de este este artículo de la C onstituc on stitución. ión. C o n ell ello o lleg llego o a la la discusión actual sobre el artículo del derecho de asilo. Esta discusión cusión es es grote grotesca sca p o r dos motivos. En p rimer rim er lugar porqu po rquee de acuerdo con co n el artí artículo culo 19 de la Constitución Con stitución ninguno ningu no de los los derechos fundamentales fundam entales «puede ser alterado en su concon tenido ten ido es esen enci ciaal». l». De D e m odo que la modificación modificación del derecho de asil asilo o no puede pue de ser objeto ob jeto de debate: debate: es es imposible impos ible de acueracu erdo con el derecho constit co nstitucional. ucional. ¿Cóm ¿C ómo o se debe entonces entonces entender que qu e todos hagan hagan como si fuera posible posible una modim odificación, los unos exigiéndola, los otros rechazándola? La respuesta sólo puede ser: a ninguno les importa el asunto, sólo la audien audienci cia: a: el el CD C D U y el CSU quieren qu ieren aparecer como com o los los que hacen hacen tod o lo posible posible para proteger pro teger al pueblo pueb lo ale le-mán de algo algo que qu e presentan pres entan como com o una u na plaga de lango langosta stas; s; el el F D P i el SPD SPD quieren quier en escenif escenific icars arsee como com o los defensores defensores de la C onstitució on stitución. n. La segunda absurdidad absurd idad consiste consiste en que en este es te caso caso ya no n o hay ha y nada nad a que qu e defender, pues lo específico específico del artículo 15 es que no sólo prohíbe la expulsión de los perseguidos políticos (como ya está garantizado por la Convención de G inebra ineb ra reconocida internacional internacionalmente) mente) que se se encuentran encu entran en el territo ter ritorio rio (aunque se seaa ileg ilegalme almente nte), ), sino que ordena ord ena positivamente positivamente su entrada. entrada. Pero esto esto presupone presup one que q ue se mantengan abiertas las fronteras. Sin embargo, la República Federal, al igual que todos los otros Estados europeos, ha impermeabilizado sus fronteras. De modo que el artículo 16 sólo está en el papel. La posición del SPD es especialmente grotesca, pues es la más falsa de este debate ridículo: de una un a parte se vanaglori vanagloriaa de haber habe r contribu con tribuido ido a cerrar las fronteras, de otra o tra parte p arte declara declara que no n o se puede pu ede hablar de la desaparición desaparición del artículo 16. ¿Por ¿P or qué, nos pregu pre gunt ntaamos, necesitamos todavía este artículo como no sea con fines cosméticos?
77
El mal verdaderamente grave del que esta discusión sin sentido no debiera distraernos es la profundamente inhu mana legislación sobre el procedimiento de asilo existente desde 1982. Esta ley provoca que las familias de los solici tantes de asilo sean con frecuencia arbitrariamente desga rradas, rrad as, separa sep arand ndo o a los niños niño s de sus sus padres, padre s, a la lass mujeres de sus maridos; se los obliga a vegetar en campos de internamiento («albergues colectivos», como se los llama eufemis ticamente), hacinados hacinado s en espaci espacios os ínfimos vigila vigilados dos po r pe pe rros; no disponen de permiso de trabajo, su ayuda social está está reducida, reducid a, no tienen tiene n acceso acceso a asistenc asistencia ia médica médica.. Co C o n d e nados nad os a la ociosidad en esta situación degradada, tienen tien en que q ue esperar con co n frecuencia f recuencia años a que fina finali lice ce su procedim proce dimiento iento de admisió admisión. n.3 3 N o sólo sólo se vulnera vulnera un único derecho derecho funda fund a mental, mental, sino que se mantiene a un grupo grup o de personas en un un estado de completa com pleta carenci carenciaa de derechos, como com o se sere ress hum hu m a nos inferiores. inferiores. Mientras lo permitamos, hacemos de nuestro nues tro Estado Estad o un Estado de monstru m onstruos. os. Y el hecho de que no se re conoz co nozca ca abiertamente abiertam ente com co m o en la época de los «amos «amos», », sino que lo cubramos con bonitas palabras mediante la supuesta validez del artículo artíc ulo 16 no lo hace mejor mejor.. Pero, cuando menos, esta enojosa situación se puede acabar fácilmente. Tan sólo habría que derogar esta inhu mana legislación sobre el procedimiento de asilo. Habría que invertir al mismo tiempo el procedimiento de admi sión. Es decir: a los refugiados que consigan ilegalmente abrirse camino entre nosotros a pesar de la impermeabili3. Véanse las las detallad detalladas as expos exp osicio iciones nes sobre los efectos efect os de es estas tas disp di sp ciones en Teresa Hoffmann (ed.), Abge Ab geleh lehnt nt , Ausgewiesen Ausgew iesen, Ausgelie Au sgeliefert fert (Gesellschaft f. bedrohte Völker, Postfach 20 24, Göttingen). Se encuentra una documentación estremecedora del efecto de los cuidados médicos o de su carencia en «Abschrecken statt Heilen», ed. por ÄrztegruppeAsyl, Berlin o. J. (1986). Una panorámica de la vasta literatura sobre el problema la Progrom n° 11 (1986), pp. 6979 y también en ofrece Robin Schneider en Progrom Vorgänge 1986, Heft 4, pp. 103109.
78
dad de las las fronteras, frontera s, se les les concede un permiso perm iso provisional p rovisional de residencia (tal y como ha hecho Canadá recientemente con la lass familias familias tamiles que han ab a b orda or dado do su costa); al mis mo tiempo se les conceden todos los derechos fundamen tales tal es normales: norma les: el derecho dere cho a circular circ ular libremente librem ente,, a elegir elegir su lugar de residencia libremente, y al trabajo. Este permiso de residencia se les puede cancelar con posterioridad si se demuestra dem uestra que no n o cumplen cum plen con la las condiciones condiciones del artícu lo 16. Dicho Dic ho de pasada, pasada, este sería sería el único ún ico m étodo éto do para p ara ace lerar el procedimiento de admisión deseado por todas las partes. Es cierto que con ello no se habrá logrado mucho mientras mientras la m ayor parte pa rte de los los juzgados juzgados mantengan man tengan su in in humana legislación declarando como justa la injusticia, y dando poderes a los ministros de Interior para expulsar a los refugiados, refugiado s, tildados tildad os de d e seudoso seud osolicitantes licitantes de asilo, asilo, a paí pa í ses en los los que q ue los espera la cárcel cárcel,, la tort to rtu u r a y la m uerte.4Es uer te.4Es evidente que no se puede modificar esta jurisprudencia bá b á r b a r a «en n o m b r e del de l p u eblo eb lo» » si n o se m o difi di fica ca la c o n ciencia del pueblo mismo. La exigencia de derogación del pr p r o c e d im ie ien n to d e d e m a n d a d e asi a silo lo se serí ríaa el m ínim ín imo o m o ral ra l absoluto. Tal exigencia se mueve en el marco de la Con vención Internacional Internaciona l de de Refugia Refugiados dos y no entra en contra co ntra dicción con el artículo 16. La siguiente exigencia sería el restablecimiento efectivo del artículo 16 y la consiguiente apertura ape rtura de fronteras, y esto de manera unilate unilateral ral:: con el ello lo tal vez nuestro n uestro xenó x enófob fobo o país país se hallar hallaría ía ante ante un u n reto re to ma yúsculo. Pero incluso esta exigencia sería comparativa mente limitada si recordam record amos os la te tesis sis de Ackerm Ack ermann ann de que u n Estado Es tado que no permite perm ite la la entrada de inmigrantes inmigrantes - o se seaa, los así llamados refugiados económicos-, no merece ser considerado un Estado de derecho. 4. Se encuentran pruebas de la jurisprudencia en el folle fo lleto to de «Am «A m tía Internacional»: Schutz fürpoliti fürp olitisch sch Verfo Verfolgt lgtee, febrero de 1986, pp. 44ss. y 72ss 72ss.
7
Los señores de Bonn que dicen que los jóvenes son ene migos de la C onstit on stituc ución ión y los los excluyen de de los los servic servicios ios p ú blic bl icos os a u n cu c u a n d o n o h acen ac en más qu q u e us u s a r su dere de rech cho o a la li be b e r tad ta d de e xpre xp resi sió ó n , d e b e rían rí an p reg re g u n tars ta rsee c ó m o q u iere ie ren n verse verse a sí mismos. mismos. H an eliminado eliminado de facto un facto un derecho ga rantizado p o r la la Constit C onstitución, ución, y adem además ás,, con su ley sobre el procedimiento de asilo, han puesto, cuando menos, en pel p elig igro ro el fu f u n d a m e n to de tod to d a la C o n s titu ti tucc ión ió n - l a g aran ar antía tía de la dignidad humana hum ana para todos los los ser seres es humanos y no sólo para los alemanes- y han sembrado el odio. Han de vuelto nuestro sistema jurídico y nuestra cultura política mucho más atrás de 1949.
80
Contra la repatriación al Líbano
(1987 )
C reo que me corresponde hablar sobre sobre to do sobre la la situa situa ción ción jurídi jurídica. ca. Cum C umpliré pliré muy m uy rápido con esta esta tarea para de cir después algo más. La situación jurídica es es inequív inequívoca. oca. El pu p u nto decisiv decisivo o no es, com o mucho m uchoss creen, el el artículo sobre so bre el asilo asilo en nuestra nues tra C onstituc on stitución ión,, que reza: reza: «Las «Las vícti víctimas mas de persecución polí tica disfrutan de asilo», sino un parágrafo en la ley de ex tranjería retomado de la Convención de Ginebra, según el cual cual no está perm pe rmitida itida la expulsión de person per sonas as a u n país en el que sean perseguido perse guidoss po p o r motivos mo tivos racial raciales es,, religiosos, religiosos, so ciales o políticos. Hay que prestar atención aquí a una pequeña e impor tante tan te diferenc diferencia: ia: aunque aunqu e me parece parece que es bastante absu ab surdo rdo,, se suele suele afirmar que alguien no es consider con siderado ado un persegui perse gui do político p olítico si si no ha sido perseguido po p o r el el Estado Es tado en cues cues tión. En la pregunta de la expulsión podemos abstraemos de esta sutilidad. Debe quedar prohibida la expulsión de pe p e rso rs o n a s pers pe rseg egui uid d as p o r las raz ra z o n e s del de l o r d e n a n t e r i o r mente mencionado, bien sean perseguidas por el Estado o po p o r u n g r u p o social del de l país p aís al qu q u e serí se rían an expu ex pulsa lsado dos. s. Le pido disculpas al padre Quandt si critico dos de las pala pa labr bras as q u e ha h a util u tiliz izaa d o : q u e estas per p erss o n as se qu q u ede ed e n enen -
81
tre nos n osotr otros os no n o es una cuestión de generosi generosidad, dad, sino que se se trata de mero derecho. Por las mismas razones también es falsa la palabra tolerancia: el Estado está obligado a no ex pu p u lsa ls a r a estas est as p e rso rs o n a s y el h e c h o de q u e los lo s trib tr ibu u n a les le s constitucionales alemanes declaren lo contrario no cambia nada de este este asunto. Los que qu e hacen esto posible no son sólo el señor Kewenig y sus pares, cada uno de los ministros de Interior, pues no po drían dría n hacerlo si si los los tribunales no fueran tan políticamente corruptos que declararan justa la injusticia. ia. Esta E sta es nuestr nue straa situación. situa ción. Si digo digo:: «la «la situación situa ción jurídic jurí dicaa es inequívoca», se me responde: «los tribunales dicen otra cosa cosa». ». Po r ello ello entre nosotros noso tros ya no nos podem po demos os referir refe rir al al derecho. Tan Tan sólo sólo queda qu eda argum argu m entar moralmente. E n este punt pu nto, o, tratándo tratán dose se de la repatriación de lib libane anese ses, s, no pued p uedo o olvidar que pertenezco al pueblo pueb lo judío. El Líbano es u n país en el que, como com o sabemos, conviven pacíficamenpacíficamente muchos grupos. No se puede decir simplemente: «Las causas de los problemas son los conflictos entre grupos». Lo que voy a decir es difícil de decir para los alemanes no jud ju d íos, ío s, y a m í tam ta m p o c o m e es fácil f ácil deci de cirl rlo. o. Se h a d ich ic h o y a anteriormente: «Debe ser posible expresar expresar dive diversa rsass opin o pinioiones» nes».. Y los alema alemanes nes no pue p uede den n expresar expresar,, po p o r razones razo nes com co m pre p ren n sib si b les, le s, cierta cie rtass cosas. C o r r o el riesg rie sgo, o, tam ta m b ién ié n , de ser se r malentendido por p or ustedes ustedes y p o r otros. Además no lo he exex pre p ress a d o n u nca nc a antes an tes.. D e a n tem te m ano an o se pu p u e d e c o n s tata ta tarr q u e el Estado de Israel es una causa esencial de lo que ocurre hoy ho y en el el Líbano. La frase que voy vo y a decir dec ir es es la que qu e más me cuesta, pues pue s es pr p r o b a b lem le m e n te la q u e c o n más facil fa cilid idad ad p u e d e ser se r mal ma l e n tendida. Co nsider ns idero o que el el sionismo es es un erro e rrorr fat fatal al.. N o sotros, judíos, no teníamos derecho, sólo por haber sido pers pe rseg egui uido dos, s, de ir i r a Pales Pal estin tinaa p a ra in i n ten te n tar ta r f u n d a r a h í u n EsE stado judío. Con ello no deseo provocar por así decir animadversión mad versión contra con tra el el Estado judío. jud ío. La situación situación se ha comcom plic pl icad ado o eno e norm rmem emen ente te.. El E l er e r r o r al q u e me m e refie ref iero ro se r e m o n ta
82
al pasado remoto de la historia judía, y por tanto también de la historia europea, y este es el aspecto que nos concierne a todos tod os nosotro no sotros, s, a ustedes como alemane alemanes, s, no sólo a mí. mí. Es especialmente importante para mí que ustedes y los amigos amigos palestinos palestinos y libaneses libaneses presentes presen tes sepan que entre en tre no n osotros, judíos, coexisten diversas concepciones y que muchos judíos, ciertamente demasiado pocos, señalaron muy pron pr onto to lo cuestionable cuestionable de este este intento, intento , que qu e se caracterizaba caracterizaba por dos aspectos que pueden ser considerados en general centroeuropeos. 1. La actitud colonialista. Se decía: «Queremos fundar ahí donde don de no hay nada nada un Estado propio», pues se se presupresu po p o n ía q u e d o n d e sólo só lo h a y árab ár abes es n o h a y nada. nad a. 2. Se Se trata tra ta de un m alentend alen tendido ido nacionalista del judaismo. Este malentendido m alentendido nacionali nacionalista sta del del judaismo está está estrechamente men te ligado ligado con el nacionalismo nacionalismo centroe cen troeuro urope peo, o, el alemán, alemán, el polaco y otros, así como con el antisemitismo. Sería falso decir que qu e la fundac fun dación ión de Israel Israel es es una consecuencia necesaria cesaria de la persecución judía, jud ía, pero p ero creo cre o que qu e nadie en Alemania puede pu ede decir d ecir que los alema alemanes nes,, del m odo od o que qu e sea sea y con la complejidad que en cada caso se perciba, no están vinculados fatalmente por su destino con la fundación del Estado de Israel, y por ello con todas sus consecuencias, así como com o con todas las las desgr desgraci acias as que han resultado. resultado . De D e ahí ah í que no se pued pu edaa hacer com co m o si en en el caso caso de los los refugiados libaneses y palestinos se tratara de unos refugiados cualesquiera. ra. N o deseo, con estas estas palabras, palabras, degradar degrada r el el destino des tino de otros otro s refugiados, refugiados, sólo quiero qu iero señalar que aquí aq uí se se observa una un a corresponsabilidad alemana muy específica. Por este motivo me resulta aún más más inconcebible po r qué este este aspecto aspecto no ha sido percibido. Q uiero uier o acabar acabar mi mi aportación con una u na antigua antigua historia historia ju día, en en la que se m uestra ues tra que la verdade verd adera ra tradición trad ición judía jud ía es es idéntica en el fond fo ndo o a la la verdade verd adera ra tradición tradic ión cristiana y a la verdadera verd adera tradición tradic ión islá islámi mica ca..
83
U n viejo viejo rabino pregu pr eguntó ntó a sus sus alumnos: alumnos: «¿Cómo «¿C ómo se reconoce conoc e la hora ho ra en la la que finaliza finaliza la la noche y empieza el día? día? Los alumnos preguntaron: «¿Es tal vez cuando se puede distinguir distingu ir a u n perr p erro o de una ovej ovejaa?» «No», «No », dijo el el rabino. «¿E «¿Es cuando cuan do se puede pued e distinguir d istinguir una un a palmera de una higuera?» «No», dijo el rabino. «¿Pues cuándo?», preguntaron los alumnos. «Es cuando», dijo el rabino, «puedas mirar el rostro ro stro de un hom bre cualquier cualquieraa y ve veas en él él a tu hermana o a tu hermano. Hasta entonces la noche nos envolverá.» Berlín
84
Ser judío en la República Federal Alemana
(1987 )
H e aceptado, en un m omento om ento de evidente evidente imprudencia, imprudencia, redactar dac tar una un a ponencia pone ncia bajo el título: «Ser «Ser judío jud ío en la Repú Re públiblica Federal Alemana». No soy científicamente competente sobre el asunto, de modo que sólo puedo hablar desde la pers pe rsp p ecti ec tiv v a subje su bjetiv tiva. a. A esto es to hay ha y q u e a ñ a d ir q u e mi p e r s pect pe ctiv ivaa sub s ubje jetiv tivaa no n o es típ tí p ica ic a de d e la conc co ncien iencia cia d e la may m ayo o ría rí a de los pocos judíos que vuelven a vivir en Alemania, en es pecial pec ial en la Rep R epúb úblic licaa F eder ed eral al Alema Ale mana. na. N o llegué lleg ué a Alem A leman ania ia p o r desc de scui uido do,, sino sin o inte in ten n c ion io n a d a mente, con 19 años, poco después del fin de la guerra, en 1949. Poco antes había escrito, justo después del fin de la guerra, un texto contra la estigmatización colectiva de los alema alemanes nes.. Era duran du rante te la emigración emigración en Suramé Suraméric rica. a. El to to r pe ensa en sayo yo del de l quin qu incc eañ ea ñ ero er o era er a una un a rea r eacc cció ión n a la o p inió in ión n exe xtendida entre el círculo de emigrantes: que sería mejor eliminar un pueblo que había hecho o dejado hacer algo tan bá b á rba rb a ro. ro . M e pare pa recía cía q ue esta est a idea id ea de v enga en gan n za era er a abs a bsu u rda rd a , que si la hubiéramos realizado, realizado, nosotros, noso tros, los judíos, no ha bría br íam m os h echo ec ho o tra tr a cosa que qu e in i n v e rtir rt ir la inh in h u m a n ida id a d de los l os nazis, nos habríamos hecho cargo de ella. Me parecía necesario acabar con este este círculo círcu lo vicioso. vicioso.
85
Pero ¿no resultaba indigno y en esta medida falso, volver tan pro p ro n to como judío jud ío intencionadame intencionad amente nte al al país país de los los genoc genocid idas? as? Es probable prob able que lo fuera, fuera, pero per o no porq p orque ue fuera fuera demasiado pron pr onto. to. En los los años tras el el fin fin de la la guerra había había en Alemania una gran disposición a la reflexión. Sólo des pués pu és lleg ll egar aron on los años añ os de la n o rmal rm aliz izac ació ión n . Y n o fue fu e h asta as ta hace unos pocos años que muchos de nosotros nos hemos apercibido, despertados por sucesos como el de Bitburg, que aún no se ha repensado adecuadamente el pasado, por ninguna de ambas partes. Creo que las dificultades de ambas partes, si bien por motivos contrapue contra puestos, stos, son igualmente grandes grandes.. La realidad realidad es compleja, de modo que resulta comprensible abstraerse de aspect aspectos os importantes im portantes y adoptar ado ptar posicio posiciones nes poco diferenciada iadas. s. Lo que acabo de expli explicar car sobre sob re mi p ropi ro piaa reacción reacción juve ju veni nill es u n ejem ej emplo plo.. Tras ha h a b e r con co n sid si d e rad ra d o , creo cr eo qu q u e con co n razón, que determinada actitud judía era falsa, caí en un pu p u n t o de vista vi sta c o n tra tr a p u e s to que qu e tam ta m b ién ié n era er a falso. fa lso. ¿Es ¿Es necesario necesario un diálogo entre en tre judíos y aleman alemanes? es? Cuan Cu an-do los los alema alemane ness se se pregun pre guntan tan po p o r su identidad identidad histórica histórica to pa p a n inel in eluc ucta tabl blem emee nte nt e c o n el pas p asad ado o naci na cion onal also socia cialis lista ta.. P o r su parte, cuando cuand o los judíos se se preguntan pregu ntan cóm có m o quieren entenderse a sí mismos, no pueden pued en evitar evitar reflexionar reflexionar sobre su pr p r o p ia h isto is tori riaa y p o r tan ta n to s o b re la larga la rga h isto is tori riaa de p e rse rs e cuciones. Persecuciones que en la erradicación sistemática del del judais judaismo mo europeo p o r los los nazi naziss encontraro enc ontraron n una un a form formaa radical impensable hasta entonces. Desde dos perspectivas contrapuestas con trapuestas se enfrenta una y la misma misma historia. historia. La existencia de distintas perspectivas conduce también a que qu e muchas mu chas de las las cosas que suceden en el el presen pre sente, te, ya sea en la Repúb Re pública lica Federal, Feder al, ya sea en Israel, ya sea sea en cualquie cua lquierr otro lugar, no sólo sean valoradas de modo distinto, sino que incluso su facticidad sea percibida de modo distinto. Pero Pe ro se trata de unos y de los los mismos mismos acontecimientos ob ob jetiv jet ivos os.. C r e o que, qu e, des d esde de un u n pu p u n to de vist vi staa racio rac iona nal, l, ha h a y un una
8 6
resistencia resistencia a que estos estos acontecimientos acontecim ientos objetivos se disuel van en perspectivas contrapuestas. Y, aunque en el enjuicia miento valorativo es seguro que permanecen aspectos sub jetivos, habría con todo que creer que un determinado acontecimiento, acontecimiento, po p o r ejemplo un asesina asesinato, to, debería ser valo rado de modo igual por todos, pues en caso contrario no podríamos podríam os mantener la la idea idea de de una comunidad comun idad moral m oral u n i versal. Quien desee mantener esta idea, debe en tanto que afectado afectado perseverar en el el diálogo diálogo tan to con los que han ha n sido afectados de modo contrapuesto como con los no afecta dos, pues ahí radica una oportunidad no de abandonar la pr p r o p ia p o sic si c ión ió n , sin s ino o de d e ab a b a n d o n a r ant a ntes es b ien ie n las de d e f o rm a ciones ciones de d e la percepción percep ción objetiva, así como com o las las de la valorativa, con que las experiencias personales amenazan cons tantemente con seducirnos. Parece que esto es válido tan ta n to para p ara todas to das las situaciones vitale vitaless individuales com o para las las colec colectiv tivas. as. Es p o r eso que, pa p a r a volv vo lver er al caso cas o con co n c reto re to,, pare pa rece ce tan ta n im p o r tan ta n te el d iá iá logo entre alemanes y judíos con el fin de lograr la autocompren com prensión sión de cada cada cual cual.. Ambos, Ambos , alemanes alemanes y judíos, están especial especialment mentee inseguros en su identidad, al contrario con trario que po p or ejemplo los franc franceses eses o los católicos. católicos. Es evidente eviden te que qu e amb a mbos os grupos, alemanes y judíos, no se excluyen. En cualquier caso, no lo han hecho en el pasado. Había judíos que eran al mismo mism o tiempo tiem po alemanes, alemanes, judíos alemanes, y aún ho h o y exis ten de nuevo algunos, aunque muy pocos, en la República Federal Alemana. Esto es un hecho, aun cuando algunos sean de la opinión de que no debería existir. Y quien vive conscientemente y no forzado como judío en este país, se pla p lan n tea te a este p r o b lem le m a s o b re su ide id e n tid ti d a d jud ju d ía en rela re laci ción ón con el pasado nazi de de Alemania de de manera man era aún más más dram d ram á tica, pues su vida en este país parece especialmente necesi tada de una justificaci justificación ón desde el el pun pu n to de vista vista judío. Empiezo con una breve historia que me ocurrió hace po p o c o tiem ti emp p o . U n s e ñ o r cul c ultiv tivad ado, o, b a s tan ta n te m ayo ay o r qu q u e yo yo y
87
que qu e ha residido con frecuencia frecuencia en Isra Israel, el, me dijo en el el curcu rso de una conversación: «Hasta ahora no sabía que usted fuera de origen judío». judío». Tra Trass u n instante de duda dud a le respo res ponndí: «No sólo soy de origen judío, sino que soy judío». Mi interlo inte rlocu cutor tor estaba estaba algo algo desconcertado y opinó: «¿Pero u sted no es judío practicante?» practicante?».. Esta E sta pregu pre gunta nta me sorpren sorp rendió dió pu p u es n o se le h a b r ía o c u r r ido id o p lan la n teár te árm m ela el a si y o h u b iera ie ra sido israelí. Sólo más tarde tomé conciencia explícitamente de algo que había suscitado suscitado con co n mi propia pro pia respuesta re spuesta provocativa: la extrañeza del hecho de que q ue en la República Federal suele suele ser bas b asta tant ntee c o rr rrie ien n te evita ev itarr la d e n omin om inac ació ión n «judío» «ju dío» p ara ar a deci de cirr en su lugar lugar «origen judío». Q ue yo sepa sepa estos estos circunloquios circunloq uios no existen existen en otros otro s paíse países. s. ¿Por ¿Po r qué no se atreven atreven los alemaalemanes a llamar judío jud ío a alguien alguien?? Supongo Su pongo que es p orqu or quee les les p arece u n a falta de delicadeza, delicadeza, quizás quizá s casi casi se pueda pue da decir de cir que qu e lo consideran conside ran una tara. Y el el hecho de que yo mismo dud d udara ara al responder me recordó con qué frecuencia no sólo en este país, país , p e r o sí que qu e aqu aq u í con co n m a y o r fr frec ecue uenc ncia, ia, he evita ev itado do,, cuando se podía hacer decentemente decentemente,, decir que soy judío. D e m odo od o que q ue este breve diálogo fue signif significa icati tivo vo para las las dos partes. Por mi parte se puso de manifiesto la ambivalenci lenciaa presente presen te en toda tod a la historia judía entre el orgullo interior ter ior de ser judío y la concienci concienciaa de ser alg algo o con m enor eno r valor o en todo tod o caso caso chocante para el m undo und o exter exterior ior.. Pero P ero sin sin duda hay otro aspecto que es aún más significativo. En la reacción reacción de mi inter in terloc locuto utorr se se evidenció evidenció alg algo o que me parece característico característico del modo m odo en que los alemane alemaness se confr co nfron on-tan con el problema de su relación con los judíos. A saber, que la pregunta acerca de la autocomprensión judía no se plan pl ante tea. a. A los lo s jud ju d íos ío s se los con co n tem te m p la desd de sdee el exte ex terio rior, r, lo cual cual es es completamente comp letamente comprensible: comprensible: o bien desde la perspe rs pect pe ctiv ivaa del d el anti an tise sem m itis it ism m o o b ien ie n d esde es de la pers pe rsp p ectiv ec tivaa de d e su superación sup eración,, lo cual en últim a instancia sign signif ific ica: a: como com o víctimas del antisemitismo. Si se le le p regun reg untara tara a un ciuda c iudadan dano o
88
no judío de la República Federal Alemana quién es judío, pensaría en prim er luga lugar, como mi interlocutor, en los los creyentes yente s religiosos religiosos y luego también tam bién en Israel. Israel. Esta concepción concepción es es tanto más curiosa curiosa cuanto que qu e se contrapon trap onee radicalmente con la definición definición de judío jud ío existente existente en Alemania Alem ania antes de 194 1945. ¿Debem ¿D ebemos os decir dec ir que esta oposición opo sición se debe al hecho de d e que qu e se ha tomado tom ado conciencia conciencia del carácter erróneo de la definición que condujo al exterminio? Pero esta esta definici definición ón no tendría tend ría que qu e haber habe r conducido con ducido neces necesar aria ia-mente al exterminio, era ciertamente falsa en términos de teorías racial raciales, es, porq po rque ue como com o tal se m ostró os tró inaplicable. inaplicable. Pero la aplicación práctica iba dirigida dirigid a a la clase clase de los que q ue justa ju sta-mente tenían origen judío. judío. El que tenía origen judío era cacalificado lificado como com o judío, jud ío, tant ta nto o si se percibía a sí mismo en estos estos términos térm inos como com o si no era est estee el el caso caso.. Y muchos mu chos de noso n osotros tros nos percibimos como co mo judíos justo ju sto com c omo o reacción reacción al al antisemitismo. Sartre se quedó corto al interpretar esto como si esta esta autocomprens autocom prensión ión judía sólo fuera una un a proyección del antisemiti antisemitismo. smo. Para mí no se trata tra ta aquí aq uí en m odo alguno de pr p r e g u n tar ta r n o s q u é c r ite it e r io d e iden id enti tid d a d es co c o rr rree c to p a r a los lo s judí ju díos os.. C o n s ide id e r o q u e sem se m ejan ej ante te p r e g u n ta n o rm a tiv ti v a n o tiene sentido y para mí se se trata tra ta en todo to do caso caso sólo de la cuestión fácti fáctica ca descriptiva descriptiva sobre cómo cóm o se responde respon de la pregun preg unta ta de la iden identidad tidad desde el p u n to de vista vista judío. En la época de la emancipación, es decir, desde que la continuac con tinuación ión de la tradición tradició n religio religiosa sa ya no n o es evidente evidente en sí misma, existía y existe todavía el camino religioso, así como com o tres alternativas, alternativas, que serían en total tota l la las cuatro pos p osibiibilidades de entender la identidad judía. En la autobiografía de Gers G ersho hom m Schole Scholem, m, Von Von Berlín nach nach Jerusalem Jerusa lem (De (D e Berlín a Jerusalén)y Jerusa lén)y las tres posibilidades no religiosas se ilustran en los tres caminos diferentes elegidos por Scholem y sus hermanos. Los dos hermanos mayores buscaron la asimilación, el tercer hermano, Werner, se hizo socialista, y Gershom, sionista. Scholem describe estas diversas opcio-
89
nes como si la historia, mientras tanto, hubiera mostrado que qu e sólo la suya, la decisión sionista, sionista, era la correcta. ¿Pero es esta esta una un a descripción descrip ción legíti legítima? ma? ¿Es realmente realmen te el resultad res ultado o histórico el que decide decide la la adecuac adecuación ión de una un a autocom autoc omprenprensión? E incluso si uno pudiera contestar afirmativamente: ¿a la vista de la situación situac ión precaria de Israel puede pu ede realmen realm en te decirse que el camino sionista ha sido refrendado por la historia? historia? ¿Debemos ¿D ebemos en realidad realidad considerar con siderar que retrosp re trospecti ecti vamente el camino de la asimi asimilac lación ión fue refutado refu tado p o r el na zismo? De este modo no se hace justicia a los muchos ju díos que aún prosiguen en muchos países el camino de la asimilación asimilación o cuando cua ndo menos men os la aceptan. Es cierto que se puede decir que este camino no es au ténticamente judío pues consiste en anhelar o aceptar la pa p a u la lati tin n a d es esap apar aric ició ión n de la ide id e n tid ti d a d judí ju día. a. P e ro, ro , sea a u ténticamente judía o no, es una opción real que tienen los jud ju d íos ío s , siem si empr pree y c u a n d o es esta ta o p c ión ió n n o es esté té p roh ro h ibid ib idaa , como com o en la época del nazismo, po p o r el antisemitismo. antisemitismo . Sólo se pu p u ede ed e rech re chaz azaa r este e ste ca cam m ino in o com co m o ina in a u tè tèn n tic ti c o en la med m edid idaa en que, como com o Scholem Scholem cree recon rec onoc ocer er en su fami famili lia, a, impli ca el autoengaño y la autonegación. Pero, en primer lugar, se plantea plan tea la preg pr egun unta ta de d e si exi existe ste algún algún camino cam ino para la iden iden tidad judía no n o religi religiosa osa que no implique imp lique el el peligro del autoauto engaño, y en segundo lugar lu gar si si no es inequívoco que q ue la idea de una paulatina pau latina asimi asimila lació ción n sólo sea posible como co mo autoe au toen n gaño y no como una un a posibilidad completamente completam ente reali realista sta.. El hecho de que la identidad identid ad judía jud ía no se deje deje reduc re ducir ir a la reli reli gión se manifiesta man ifiesta en la circun circ unstanc stancia ia de que q ue en e n la idea idea de la asimilación entran en juego en gran medida el autoengaño (en tanto que no se ve el hecho del antisemitismo) y la au tonegación (de lo que se es en tanto que judío). Se sigue siendo judío aun cuando se deja de ser religioso. En caso contr co ntrar ario io la asimilación asimilación sería algo algo casi casi automático. autom ático. El conflicto verdaderamente interesante es sin embargo el que representan los dos hermanos Scholem más jóvenes.
90
Mientras que la asimilación que se lleva a cabo sin autoengaño es un camino legítimo, pero no positivamente judío, estas dos son posibilidades positivas de interpretar el pro pi p i o se serr j u d í o c u a n d o ya n o se lo e n tie ti e n d e reli re ligi gio o sa sam m ente en te.. Uno, el sionista, sigue insistiendo en la especificidad de los ju j u d íos ío s q u e y a n o s o n e n te ten n d ido id o s reli re ligi gios osam amen ente te,, sin si n o de m odo od o raciona racional. l. Po P o r ell ello, o, el el camino camino sionista que siguió siguió GerG ershom Scholem se puede designar como el particularista. Para comprender los otros caminos en su generalidad hay que q ue tener ten er en cuenta que la autoco autocom m prensión prens ión soci social alis ista ta de Werner sólo es una entre otras. Lo característico de este camino en general general es que qu e en él la la identid ide ntidad ad judía jud ía se sublima sublim a en lo universal, un iversal, es es deci decir, r, la experiencia experiencia judí ju díaa es reinter rein terp p reta reta da como co mo u na experienc experiencia ia que hace hace que un u n o se seaa más más sensible sensible par p araa tod to d as las injus inj usti tici cias as sea cual cua l sea su víctim víc tima. a. E sta st a c o n cepción cepción universalista universalista de la identidad judía ya y a no es percep percep tible desde la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo sigue existiendo en figuras como por ejemplo B. Marek Edelmann, mann , el el antiguo antig uo vicecomandan vicecom andante te de la la sublevación del gue to de Va Varso rsovia via.. En E n una un a entrevista entre vista aparecida ap arecida en alemán alemán el el año pas p asad ado o en la nuev nu evaa revi re vist staa Baby Ba bylo lon n (vol. 1, 1986, pp. 92107), el ahora médico en la ciudad de Lodz respondió la pr p r e g u n ta s o b re q u é signifi sig nifica ca ser s er jud ju d ío h o y c o n las palabr pala bras: as: «Sign «Signifi ifica ca estar esta r de parte par te de d e los débile déb iles...» s...» (p. (p. 106). H ay que aceptar que esto no puede ser una un a definici definición ón de la identidad judía. Por ello las preguntas ulteriores sobre cómo deben d eben entonces entonces comprenderse los los no judíos que qu e tam tam bién bi én to t o m a n pa p a rtid rt ido o p o r los débi d ébiles les,, pu p u s ie iero ron n a E d el elm m a n n en dificultades terminológicas. Pero esto sólo tiene una im po p o rta rt a n c ia rela re lativ tivaa par p araa esta est a idea. Es sin d u d a le legí gíti tim m o d ec ecir ir que uno un o se pone po ne de parte de los los débil débiles es y humillados humillados porq po rque ue uno es judío, sin que ello implique que todas las otras per sonas no puedan tomar partido por los débiles y humilla dos. Lo que Marek Edelmann quiere decir es que esta es just ju stam amen ente te la cons co nsec ecue uenc ncia ia qu q u e los lo s jud ju d íos ío s p o r su s u pa p a rte rt e p u e
91
den sacar de la experiencia de lo que significa ser humilla do, do , pues aplican aplican en lo universal u niversal la espe especia ciall sensibilidad sensibilidad que q ue han logrado con esta experiencia. Hay que reconocer que este tercer camino no religioso de la la identidad identida d judía jud ía puede, dado dad o el caso caso,, desemb dese mboca ocarr en el el pr p r i m e r o , el de la asim as imila ilaci ción ón.. Más Má s con co n c reta re tam m e n te, te , el que qu e opta op ta po p o r el camino universalista no persigue pers igue la asimil asimilaci ación, ón, sólo la acepta. Esto no puede usarse como un argumento contra con tra esta esta opción a no ser que se se presuponga presupo nga que la conti co nti nuida nu idad d del colecti colectivo vo judío tiene tiene un valor en sí sí. La opción opció n re ligiosa y la nacional coinciden en el presupuesto de que el colectivo judío debe ser mantenido incondicionalmente, pe p e r o sólo só lo la tra tr a d ició ic ión n relig re ligio iosa sa con co n c ede ed e u n f u n d a m e n to a esta esta opción. A quí qu í nos debemos pregun preg untar tar si si lo lo más más hones to no n o sería sería reconocer recon ocer que qu e sólo la la fe fe judía puede fundam fu ndam en tar el imperativo de sufrir suf rir p o r la la continuida contin uidad d del pueblo pu eblo ju dío. Este sufrimiento sufrim iento será será absurdo absurd o si ya no se considera que ha sido sido impuesto po p o r Dios. Si uno se toma esto en serio, entonces la opción sionista par p aree ce care ca rent ntee d e s e n tid ti d o . P arec ar ecee p a r t i r d e d o s idea id eas, s, u n a muy fundamental, la otra más bien reactiva. La idea reacti va era que la fundación de un Estado judío propio repre senta el único refugio aún disponible frente a un antisemi tismo desborda desb ordado. do. Esa idea idea fue considerada especial especialment mentee atractiva durante los años más oscuros de la persecución nazi en la que ningún país del mundo estaba ya dispuesto a recibir judíos. Lo L o que qu e hoy h oy en la República Repú blica Federal ya no se per p ercc ibe ib e es que q ue el sio s ion n ism is m o sólo só lo p a s ó a ser s er con co n side si dera rad do u n a opción opc ión m ayoritaria del judaismo a causa causa de de la persecución nazi dur d uran ante te los años de la la guerra guer ra y de la posguerra. Hay que distinguir este fundamento sobre todo reactivo y en cierto modo pragmático del sionismo, del fundamen to principal p rincipal que viene viene a confo co nform rmar ar una nueva definición definición de la identidad identid ad judía particula particular. r. Es difí difíci cill encontr enc ontrar ar una un a justi jus ti ficación ficación de esta esta nueva definición. definición. Aqu A quí, í, de una u na parte, parte , se ha-
92
lian únicamen única mente te los caminos religio religioso so y universali universalista, sta, y pue p ue de que qu e la vía de la asimilación; el el camino cam ino nacional n acional se halla de la otra otr a parte. Los sionistas dec decía ían: n: «Querem «Q uerem os ser u n pue pu e blo como todos los otros pueblos», una idea que está en contradicción con la tradición judía. judía. Esto se podría po dría form fo rmular ular más radicalmente: si fuéramos un pueblo que fuera como todos tod os los otros otro s pueblos, entonces no seríamos seríamos el el pueblo que somos. Con lo dicho quiero concluir estas reflexiones sobre la identidad judía. No es necesario que añada que mi propia concepción conce pción es la la de la opció op ción n universali universalista. sta. Lo L o que qu e para pa ra mí mí era importante impo rtante era mostra m ostrarr que cada cada una de las las tres opcio nes no religios religiosas as conlleva dificultades dificultades y que qu e la fijación fijación con Israel Israel existente existente entre los no judíos también tamb ién de fuera de Ale mania no le hace justicia a la complejidad de la autocom pr p r e n s ión ió n judí ju día. a. A p esar es ar d e q u e desd de sdee el fin de la g uerr ue rraa se han convertido en una minoría y apenas son perceptibles, existe existen n hoy h oy aún postu p osturas ras judías judías antisio antisionist nistas. as. Es evidente que el diálogo con los alemanes es más fácil pa p a ra la op o p c ión ió n unive un ivers rsali alista sta.. P e r o n o es en m o d o alg al g u n o el requisito requ isito para pa ra que se se dé tal diálogo, diálogo, pues justo jus to cuando cua ndo cada uno un o de los los interlocutores interlocu tores mantiene mantiene su punto pu nto de partida partid a par pa r ticularista, deben tener la capacidad de elevarse a un nivel objetivo manteniendo al mismo tiempo este punto de par tida. Y podría ser que justamente el peligro de los judíos que se consideran considera n de anteman an temano o universalist universalistas as fuera que, en diálogo con una postura no judía, renegaran del propio pu p u n to de p a rtid rt idaa , qu q u e es el que qu e p reci re cisa sam m ente en te d ebe eb e ser s er m an an tenido para que el diálogo dé buen fruto. fruto . La dificultad específica existente en el caso especial del diálogo entre alemanes y judíos es la asimetría. Entre ale manes y judíos no había una guerra simétrica y recíproca, sino que los aleman alemanes es persiguiero persig uieron n a los los judíos y los los elimi naron en la medida en que pudieron. Creo que en una si tuación semejante semejante ambos interlocu interlo cutore toress corre co rren n el el peligro de
93
caer en ciert ciertas as trampas típicas típicas que se corresp cor respond onden en de modo mod o espe es pecul cular ar,, lo cual cual a su su vez conduce de un u n m odo od o u o tro al fra caso del diálogo. Ya he dado a entender que según mi opinión el diálogo sólo puede tener éxito si, en primer lugar, ambas partes mantienen su situación particular, y, en segundo lugar, se elevan a un nivel objetivo. Si esto es correcto, entonces el diálogo está amenazado en ambas partes por dos posibles debilidades. La primera consistiría en que la situación asi m étrica sería más o menos m enos negada, lo que qu e significaría significaría que qu e se ascendería ascendería a u n nivel nivel universalista universalista que no n o tomaría tom aría en consi cons i deración der ación los hechos particulares, lo cual a su vez implicaría implicaría que se hace como com o si no hubiera habid h abido o genocidio o como com o si si se pudiera abstraer del hecho que cada uño se sitúa de una pa p a r te o de d e la otra. otr a. A u n q u e sea de fo f o r m a indi in dire rect cta, a, tod to d o s n o sotros participamos de estos contextos. Y cada una de las pa p a r te tess debe de be rec re c o n o c e r este h ec ech h o t a n t o p o r lo que qu e se re r e fie fi e re a sí misma, como a la otra. El otr o tro o peligro p eligro consiste en un apego exces excesiv ivo o a esta esta p ar ar ticularidad que impide elevarse al mismo tiempo más allá. E n la parte judía judía esto puede conducir cond ucir a una peculiar peculiar superio ridad moral, a una actitud que el historiado histo riadorr judío Mic Micha hael el Wolffssohn, en un artículo en Ze del año 1983, describió Z e it del como la actitud del «nosotros buenos, vosotros malos». Wolffssohn escri escribe be:: «Con «C on independencia de que qu e se haya vi vi vido o no bajo la esfera de influencia de los verdugos, en tan ta n to que qu e judío se pertenecía al grupo grup o de d e las las víctimas, víctimas, se for fo r maba parte pa rte de los los podere po deress de la luz y del bien. bien. Cada C ada judío, bie b ien n fuer fu eraa p ris ri s ion io n e r o de u n ca cam m p o de c o n c entr en trac ació ión n o no, po p o d ía reiv re ivin indi dica carr Au A u s c h w itz it z e n su cuen cu enta ta,, y cie c iert rtaa m e nte nt e en la cuenta de los haberes». De ahí surge, según Wolffssohn, una tendencia p o r parte judía a presentarse como com o «maestri «maestri-llos» y «sermoneadores» {Die Zeit, 1983, n° 22, p. 9). De este modo hay una fijación tal con la particularidad de lo fáctico que no se percibe que los papeles podrían haber es
94
tado tad o invertido inv ertidos. s. Se Se estiliza lo láctico para pa ra hacerlo algo algo esencial y se confronta a los alemanes con un veredicto como si lo que sucedió formara parte de su esencia. De este modo no es posible posible que surja u n diálogo diálogo comprensible. E n la otra otr a parte encontram os el retrato retr ato invertido de la acactitud judía, cuando los alemanes participan en el diálogo con un sentimiento colectivo de culpa más o menos confesado. Esto conlleva que, como judío, uno sea tratado con cierto cuidado, cuidado, como si no fuera una un a persona del todo corriente. rriente. D ado ad o que q ue nadie desea desea vivir vivir con co n sentimiento sentim iento de culpa, este sentimiento de culpa se transforma fácilmente en una tergiversación, un empecinamiento o una negación de la realida realidad. d. De m odo que aun cuando cu ando p o r parte judía no se se atribuya la culpa colectiva a la otra parte, el diálogo puede ser imp imposibilitado osibilitado po p o r parte p arte de los alem aleman anes es.. Surgen Surgen curiosos curiosos malentendidos como com o se pudo pu do ver en relación con los los acontecimie acon tecimientos ntos de Bitburg Bitbu rg en mayo m ayo de 1985. Desde la perspectiva judía parecía moralmente imposible que el presidente americano honra ho nrara ra a los los soldados que ha bían bí an luc lu c h a do p o r H itle it ler, r, p o r q u e de este est e m o d o se neg n egab abaa el carácter especial de esta guerra, que era una campaña orquestada para la la conquista conq uista y el exterminio exterminio.. P o r su parte par te m uchos alema alemanes nes malentendiero malen tendieron n esta actitud, com o si se p rere tendiera privar a estos soldados de su honor en tanto que seres humanos. De modo que parecían surgir dos posiciones. O bien negar que esta guerra era mala o sentirse afectado p o r la atribución atribució n de culpa c ulpa col colect ectiv iva. a. En eso parece consistir con sistir la tendencia tende ncia al al sentimiento sentim iento de cul pa, a saber, que qu e cond co nduc ucee a la nega ne gaci ción ón de la difícil realidad real idad.. El sentimiento sen timiento de una un a culpa colecti colectiva va por po r parte pa rte aleman alemana, a, la atribución de culpa culpa po r parte judía, judía, son p o r tanto tan to nefast nefastas as para pa ra to t o d o e n ten te n dim di m ient ie nto o sob s obre re lo q u e suc s uced edió ió ento en tonc nces es y lo que sucede en el el presente. C om o dijo el Presidente Federal Weizsácker en su discurso del 8 de mayo de 1985, no hay culpa colectiva. Por su propio sentido la culpa sólo puede
95
ser personal. N o pued pu edo o sentir sentirme me culpable culpable p o r algo algo que ha hecho hech o mi padre. Sin duda puedo avergonzarme de algo que ha hecho mi pad pa d re. re . D e m o d o equi eq uiva valen lente te existe algo así co c o m o v erg er g ü e n za p o r lo que suced sucedió ió en nom bre del propio pro pio pueblo. p ueblo. N o sé en qué medida nos ayuda identificar el sentimiento moral aquí aqu í relevant relevantee como com o vergüenza en lugar de culpa, dado que tod to d o sentimiento negativ negativo, o, también también la vergüenza vergüenza,, entorp en torpeece el proceso de conocimiento. Por otra parte de alguien que ante el conocimien conoc imiento to de determinadas circunstan circunstancias cias que exigen vergüenza, no la sintiera, diríamos que no ha tomado conocimien con ocimiento to verdadero ve rdadero de estas estas circunst circunstanci ancias. as. N o h a y dud du d a de que qu e el diálo diá logo go en e n tre tr e judí ju díos os y alemanes no no jud ju d íos ío s es difícil, po p o r q u e el diálogo diálo go p o r amba am bass part pa rtes es cua cu a ndo nd o no se niega niega la realidad realidad está está inexorablemente inexorableme nte cargado de emoem ociones, y toda emoción provocada por un factor parcial de la realidad tiene el efecto efecto tendencio tende ncioso so de cegar frente fren te a la la t o talidad de la realidad. Pero la dificultad no implica imposi bilid bil idad ad.. Sigue sie si e ndo nd o p osib os ible le rec re c o n o c er obje ob jetiv tivam amen ente te los hechos históricos. En última instancia no puede haber una visión alemana de las cosas, de una parte, y una judía, de la otra. Si fuera así no habría habr ía ningún ningú n diálogo. diálogo. ¿N ¿ N o debería d ebería ser esto válido tanto para la visión crítica de la historia judía cuanto cu anto para pa ra la visión crítica crítica de la historia histor ia aleman alemana? a? El derecho a criticar a Israel es un ejemplo. Cuando a pr p r inc in c ipio ip ioss de este a ñ o en una un a m anif an ifes esta taci ció ó n en u n a iglesia de Berlín me opuse como judío a la expulsión de libaneses y palestinos palestinos y emití una un a crítica crítica de de principio contra el Estado de Israe Israel, l, otros participantes participantes me comentaron: comentaron: «Com «C om partimos en todo p u n to su opinión, pero como alema alemane ness no lo po p o d e m o s decir. Sólo Sól o u ste st e d , c o m o jud ju d ío, ío , pued pu ede» e».. ¿Es real re al-mente así que lo que se puede decir depende de quién lo dice? dice? ¿Por ¿P or qué los alemanes alemanes no pued pu eden en criticar cr iticar a los judíos? C om o judío jud ío uno un o desear desearía ía que lo hic hicier ieran, an, pues en caso caso concon trario trar io los los judíos judíos m antendrán antend rán un u n estatus espe especi ciaal, y porqu po rquee
96
todo lo que sólo se piensa y no se dice acaba teniendo re percusiones nefastas. Es cierto que muchos judíos, cuando topan con críticas de los no judíos, tienden a suponer que se deben al antise mitismo. De este modo se otorgan a sí mismos un estatus especial. Y dado que muchos alemanes proyectan de ante mano el temor a que las expresiones críticas sean interpre tadas com co m o antisemitismo, se envuelv envuelvee fácilmente entre en tre al godones godon es a los los judío judíoss en la República Rep ública Federal cuand cua ndo o se trata trat a de asuntos asu ntos judíos. Perso P ersonalm nalmente, ente, en los 38 38 años que q ue he vi vido en este país, apenas he podido percibir antisemitismo y, en cualquier caso, menos que en otros países. Es cierto que esto no se puede generalizar, pero el hecho de las ex pre p resi sio o n es antis an tisem emita itass es c u a n d o m eno en o s tan ta n d ign ig n o de a ten te n ción como el hecho de que en muchas situaciones en este país ser jud ju d ío es un u n p u n t o a favor. El antisemiti antisemitismo smo es u n tabú. D e ahí que no se puede pued e de d e cir ni que no existe ni que existe. Tanto desde la perspecti va judía como com o desde la la no judía se observa con m ucha pre p reo o cupación el el peligro peligro de un retor re torno no del antisemitismo antisemitismo en este este país. N o sé si esto est o es corr co rree cto ct o . A fin f in de cuen cu entas tas el antis an tisem emi i tismo tismo p o r su parte no es má más que un síntoma. síntoma. El autor au tor ita liano-judío recientemente fallecido por su propia mano Primo Levi, superviviente de Auschwitz, escribe en el pró logo de de su su libro sobre sobr e A uschw usc hwitz, itz, Si est esto o es es un ho hom m bre br e , que el libro no fue escrito para elevar nuevos reproches, sino par p araa m o s tra tr a r a q u é c o n d u c e la idea id ea exte ex tend ndid idaa e n tre tr e tan ta n tas ta s per p erss o nas na s y p u e b los lo s de que qu e cada cad a e x tran tr anje jero ro es un u n enem en emigo igo.. Según él la última consecuencia de esta convicción fueron los campos de exterminio. Creo que esta convicción sigue teniendo presencia en este país, pero que, justo porque el antisemitismo es un tabú, es menos visible en relación con los judíos que en re lación lación con con otras o tras muchas minorías como com o los los gitanos, gitanos, los los tu r cos y los solicitantes de asilo. Y me temo que los que se
97
pr p r e o c u p a n n o acie ac iert rtan an en el ve v e r d a d e ro m o tiv ti v o de p r e o c u pa p a c ión ió n si tie ti e n e n un u n ívo ív o c a m e n te al an a n tise ti sem m itis it ism m o en el p u n t o de mira. A qu í se se pone po ne de manifiesto manifiesto la verdadera dificultad de alcanzar un diálogo sustantivo con los alemanes que tienen los judíos que se entienden a sí mismos en términos particularistas. Dado que sólo ven su particularidad se quedan anclados en el el antisem antisemitismo. itismo. El resultado resu ltado no es que de d e este este m odo la parte par te judía no se pueda pu eda entende e ntenderr con la parte par te alelemana. Tal vez las dos partes se entienden demasiado bien. Para la parte pa rte alemana esta esta fijación fijación con el antisemitismo tiene la ventaja ventaja de que qu e les les permite perm ite obviar o bviar los verdaderos y virulentos problemas de la actual xenofobia. Existe también la posibilidad de un entendimiento dialógico que no será objetivo y acorde con los hechos, sino que estará alterado po p o r fact fa ctor ores es subj su bjet etivo ivoss q u e a su vez ve z se re r e fue fu e rza rz a n r e cíp cí p roca ro ca-mente. Tal vez sea superfluo volver a subrayar para acabar que sólo hablo por mí. Poner en el título «ser judío» es demasiado pretencioso. Son sólo las reflexiones y las preguntas de un judío.
98
£1 problema problem a de la la eutan eu tanasia asia y la libertad libertad de expresión exp resión
(1990)
Un pequeño público berlinés observa recientemente con curiosidad y tal vez con cierta ansieda ansiedadd la con confron frontació taciónn entre el Instituto Institu to de Filosofí Filosofíaa de la la Universidad Unive rsidad Libre de Berlín y grupos de discapacitados que han saboteado el Seminario de Ética Práctica de Beate Róssler en el que se debía discutir disc utir sobre eutanasia. eutanasia. Quis Q uisiera iera saber qué efecto efecto tiene este este sabotaje del seminario en nuestras cabezas. Seguro que un efecto efecto tan distinto dis tinto como com o ddistintas istintas son las las cabez cabezas. as. En lo que sigue sigue hablaré sólo según la mía (pero algunas algunas otras piensan de m anera similar similar). ). Me parece útil comparar el sabotaje de este seminario con una bofetada, bofetada, sobre todo tod o para distinguirla distinguirla de de otras forfo rmas de impedir la celebración de un seminario. En todo caso yo lo he vivido como una bofetada. La primera reacción ante un bofetada es la indignación, así lo sentí yo en este caso. La segunda puede ser (no necesariamente) el retorno a la razón. Y es este retorno a la razón lo que persiguee la gu la otra parte. En tanto tan to que acto acto violento simbólico, una bo b o feta fe tadd a es u n m o d o de c o m u n ica ic a ció ci ó n e xtre xt rem m o , siem si empr pree moral, usualmente desde una posición inferior, algo así como un grito: «¿No ves, no veis, cómo pisoteáis nuestros intereses, nuestros derechos?». 99
La moral m oral consiste consiste en gran parte en entrenarse para adop ad op-tarr los ta los punt pu nto o s de d e vista de los otros. La discusión filos filosófi ófica ca sobre sob re eutanasia surgida en los últimos años (también en mis mis clases magistrales) ha sido hasta la fecha sorprendentemente (visto (visto de mañerea retrospectiva) inexi inexiste stente nte.. C uand ua ndo o ahora vuelvo a leer la «Declaración de filósofos berlineses» (referida a un sabotaje de un seminario en Duisburg), que yo mismo había firmado, firmado , me parece parece poco meditada. meditada. En E n ell ella no se encuentra ni una palabra de comprensión con el sufrim iento de d e los discapaci discapacitad tados. os. Al A l escribirla escribirla y firmarla no hicimos más que levantar unilateralmente la bandera de la li be b e r ta tad d de e x pre pr e sión si ón y d e dis d iscu cusi sión ón.. Sin duda es verdad que la institución de la universidad y muchas otras se basan en este derecho. ¿Pero tiene una validez absoluta? absoluta? Supongamos que en un instituto se anunciara anunciara u n seminario sobre las las leye leyess racia raciale less de Núr N úren enbe berg rg no n o desde el punto de vista del análisis histórico, sino en términos de comprob com probación ación normativa: para acla aclarar rar qué partes deberían renovarse y cuáles cuáles deberían ser reformadas radicalme radicalmente nte.. ¿N o seríamos seríamos muchos los que apoyaríamos a los los boicoteadores? boicoteadores? ¿Es totalmente absurda esta comparación? No, desde la pers pe rspe pect ctiv ivaa de los disc di scap apac acita itado dos. s. Siente Sie nten n q u e la disc di scu u sió si ó n sobre la eutanasia amenaza su existencia: «¡Pero eso es falso!», dicen algunos. A lo que se pueden responder dos cosas: primero, prim ero, aunque aun que fuera fals falso, o, deberíamos respetar resp etar que se sintieran amenazados. Segundo, ¿se ¿se equivocan equivocan al tener tene r este este sentimiento? sentim iento? «Si en el el futu fu turo ro los recién nacidos nacidos que q ue tengan tenga n tales y tales características son asesinados, nosotros, si se nos hubiera aplicado este reglamento, no existiríamos.» «¡Pero «¡Pero si no nos no s propon prop onem emos os establec establecer er semejan semejante tess no n o rmativas!» Esto, sin embargo, tampoco es del todo cierto si se contempla la discusión sobre la eutanasia en la totalidad de la filosofía alemana. En todo caso, estas reglamentaciones son consideradas por Peter Singer, cuyo libro es estudiado en la mayoría de los seminarios.
100
Si las cosas son así, si tenemos que constatar que con la discusión amenazamos a una minoría que ya es víctima de discriminación, ¿no sería más correcto en el futuro dejar fuera de nuestras cátedras esta temática? Sin embargo, aquí nos topamos con una consideración opuesta. opuesta. N o podemos podem os abandonar aba ndonar esta esta temát temátic ica, a, no po p o r momo tivos de una abstracta libertad científica, sino porque en el fundam fun dam ento del interés interés filosófic filosófico o sobre so bre la problemática problem ática de la euta eutanas nasia ia radi radica ca un im portante por tante problem pro blemaa práctico práctico que q ue no está bien solucionado en nuestra sociedad: me refiero al pro p rob b lem le m a de las p ers er s o n a s incu in cura rabl bles es y c o n enor en orm m e s s u fr friimientos, y en especial de los recién nacidos y otras personas nas que no puede p ueden n expresar su su voluntad. voluntad . Parece que la eutanasia eutanasia es es en muchos muc hos casos casos lo único únic o que q ue va en interés del recién nacido, pero pe ro el médico no n o pued pu edee llellevarl varlaa a cabo cabo porque po rque lo prohíbe proh íbe nuestra nues tra jurisprudenci jurisprudencia, a, basada sada en idea ideass étic éticas as indeterminadas y que ho y en día d ía ya no no resultan evidentes. Por ello en muchos casos se practica la así llamada eutanasia pasiva, es decir, dejar morir por inacción, por ejemplo dejar de alimentar, lo cual en comparación con co n la eutanasia activa activa sign signif ifica ica un aum au m ento en to de d e la cruelcrue ldad. U na teoría teor ía anticuada de la acción acción apoya apo ya la concepción conc epción de que la inacción es algo esencialmente distinto de la acción: si se desenchufa la máquina de respiración artificial se asesina; si se observa cómo se desenchufa sola y no se hace nada, no se asesina. Estas son las escapatorias de una ética excesiva excesivament mentee rígida rígida no pensada po p o r los seres seres humano hum anos. s. De modo que aquí parece que es necesario actuar y esto significa que es preciso aclarar y discutir los asuntos. Se me objetará objetará sin embargo que no n o podem po demos os decidir dec idir sobre la vida vida de personas que q ue no se pueden pu eden expr expres esar ar.. ¿Pero, po r qué qu é no? ¿Acaso ¿Acaso n o existen existen fuertes motivos para pa ra la concepción concep ción opue op uessta desde la perspectiva de la persona misma cuando se dan determinadas determinad as circunstancias circunstancias extremas? extremas?
101 101
También se me objetará que no hay fronteras claras en tre los casos que son desesperanzados y los que no lo son. ¿Pero realmente realmente podemos podemo s sólo sólo porqu po rquee no n o hay fronteras cla cla ras, decidir la cuestión unívocamente en beneficio de una pa p a r te y deja de jarr a la otr o traa a su p rop ro p ia suer su erte? te? A quí no puedo defender defender una determinad determinadaa respuesta respuesta a to das estas estas cuestiones. cuestiones. Sólo quiero quie ro dejar claro que se trata tra ta de pr p r e g u n ta tass vitales vita les q u e d e b e n se serr acla aclarad radas as y disc di scut utid idas as c o n urgencia. El hecho de que estas cuestiones constituyan el pu p u n t o d e p a r tid ti d a de la d isc is c u sió si ó n s o b r e la euta eu tan n as asia ia en las cla lase sess de filos filosofía ofía muestra mu estra po p o r qué la anterior anter ior comparación com paración de este seminario con uno sobre las leyes raciales de Núrenberg es en todo punto absurda: la discusión afecta cier tamente (antendiendo al statu sta tu quo qu o actual) al interés negati vo de los discapacit discapacitados, ados, pero al mismo tiempo tiemp o va en interés interés po p o s itiv it ivo o de tod to d o s . T odos od os d ebem eb emos os es esta tarr inte in tere resa sad d os en q u e a nuestros propios hijos, si se hallaran en una situación se mejante, no se los tratara de manera inhumana. (Y no soy yo el que decreta el significado de «inhumano» pero tam po p o co nadi na diee tiene tie ne el m o n o p o lio li o d e d ec ecre reta tarl rlo o .) J u s to p o r ello estamos todos interesados en clarificar estas cuestiones de común com ún acuerdo. acuerdo. D ado ad o que q ue no hay h ay fronteras frontera s claras claras sino una amplia franja franja gris de incertidumbre, no es posible distinguir limpiamen te una buena eutanasia de la mala, es decir: incluso si limi tamos la discusión a las cuestiones más concretas y ética mente necesarias de la eutanasia, a las que no queremos renunciar, esto despertará sentimientos de amenaza en los discapacitados. Ahí tenemos un dilema moral que podría suavizarse suavizarse si si noso no sotros tros,, los que filosofamos sobre s obre es esta tass cues tiones, logramos realmente implicarlos. Pero, claro está, ¿dejaremos que sean ellos los que decidan si quieren parti cipar o no en el debate?
102
La G uerra del del Golfo, G olfo, Alem A lemania ania e Isr Israel ael
(1991)
«¿Cómo hemos llegado a esta decadencia de la cultura po lítica?, pregunté, «¿a esta declaración de bancarrota de los intelectuales? Casi me recuerda a 1914. Ciertamente no el mismo entusiasmo pero sí la misma ofuscación. ¿Cómo puede ser que qu e todos, todo s, con algunos matice matices, s, os hayá hayáis is decan tado por la línea oficial?» «Tal vez», opinó mi amigo, «porque es correcta». «Tal vez», respondí, respo ndí, «¿pero habéis pensado pensad o claramente claram ente o estáis determinados únicamente por la oscura satisfacción de haber habe r vuelto vuelto a conseguir una presunta p resunta normalid n ormalidad? ad? Ima gínat gínatee lo sigui siguient ente: e: H a pasado un u n año. U na m ujer está está con su niño pequeño en la ventana. Miran afuera. Está oscuro, el hollín. No se puede salir a causa de los rayos ultraviole ta. ta. La muje m ujerr le explica explica al al niño cómo cóm o eran era n las las cosas cosas antes y lo que ha sucedido. El niño pregunta: “¿Y por qué nadie hizo nada para evitarlo?”. Esta preg p regun unta ta se se la la hacen la las mujeres y los hom ho m bres bre s y es la que les impulsa imp ulsa a salir a la call calle. e. Es difam di famar ar al así llamado llam ado movimiento pacifista preguntarle por qué no se ha mani festado con c ontra tra la invasión de Kuw K uwait ait o contr co ntraa el el gaseamie gaseamiennto de los los kurdos kurd os o con ocasión ocasión de cualquier otro otr o horror. horro r. En pr p r im e r lugar, n o hay ha y “ u n m o vim vi m ien ie n to pac pa c ifis if ista ta”, ”, sino si no sim si m
103
plem pl emen ente te muc m ucha hass pers pe rso o n as indign ind ignad adas as.. En E n seg s egun undo do lugar, es característico de lo que se llama movimiento pacifista este vínculo de miedo y moral, y además es legítimo. La gente no sa sale le a la cal callle por po r meros me ros motivos morales po r muy m uy gran des que estos sean (por ejemplo, la catástrofe kurda que dura du ra ya diversas décadas). En 1983 tambié tam bién n era así así.. Las ma sas sólo se manifiestan cuando también tienen miedo. No deberías difamar difam ar nues nu estro tro miedo. Es racional pues se teme la contaminación contam inación del planeta. planeta. ¿O ¿ O ac acas aso o objetas objetas que qu e sentir mie do po p o r uno un o mismo y p o r los los hijos hijos es es egocéntrico? egocéntrico? ¡Aunque ¡A unque lo fuera! Además, en la mayoría de los manifestantes este miedo se se transform transformaa en el el miedo por po r los otros niños y per pe r sonas de la ciudad, del país, del mundo. No es posible se pa p a r a r en este as asu u n to el mie m iedo do y la mora m oral.» l.» «Tal vez tienes razón», dijo mi amigo. «Pero os habéis dejado cond co nducir ucir a erro err o r por po r el el miedo. miedo. Al hijo de esa esa mujer mu jer le debemos debem os deci decir: r: “N o se podía pod ía opone opo nerr nada, nada, era inelucta ble, y cua cu a lqu lq u ie ierr o tra tr a cosa cos a hab ha b ría rí a sido sid o inm in m o ral ra l y u n a c o b a r día”.» «¿Sí? ¿Crees que el niño aceptará tu respuesta?» En lo que sigue voy a intentar mostrar en dos capítulos a mi mi amigo y a los amigos amigos de mi amigo que q ue el ellos los son los que qu e se equivo equivocan. can. En prim p rimer er lugar voy a p oner on er a prueba pru eba la fundamentación de esta guerra, cómo nos ha sido presentada hasta su estallido estallido el 16 16 de enero ene ro y cómo cóm o debe ser considera conside ra da en grandes grandes términos término s hoy h oy en día día.. Saddam Hussein Hus sein había invadido Kuw K uwait ait y debía ser obligado a retirarse de Kuwait Kuw ait.. M uy poc p oco o después del del inicio inicio de la guerra se añadió otra ot ra ra ra zón que para muchos tiene mucho peso: el ingente arma mento de Irak, también de armas no convencionales, lo convertía, con vertía, si se se le añadían aña dían las las amenazas de Saddam, que m a nifestaban nifestaban un cla claro ro desprecio desprecio po p o r los los se sere ress humanos, hu manos, en una un a amenaza terrible, en especial para Israel. Por ello, se dice ahora, la guerra también es necesaria como guerra preven tiva.
104
Es comprensible que Alemania Alemania ocupe un primer prim er plano en esta segunda razón. Trataré este asunto en la segunda parte. En la primera no tomaré en consideración a Israel. Este m odo de proced pro ceder er puede parecer p arecer artif artific icial ial,, pero pe ro en mi favor debo deb o decir de cir que no n o hay h ay que qu e hacer hac er vale valer, r, como com o hace mi amigo, amigo, una u otra otr a razón ra zón una vez que u na de ella ellass ha sido sido refutada. refutada. Proced Pro ceder er así no favorece la claridad del del pensam pen samiento. iento.
I
La fundamentación oficial de esta guerra reza: un país no debe invadir a otro. otro . C uand ua ndo o esto suced sucedee debe ser obligado a retirarse de nuevo, nuev o, y en caso caso de necesidad necesidad habría hab ría que oblio bligarlo mediante la guerra. Este Este es un buen bue n principio. Pero P ero si tiene que ser u n prin p rin-cipio cipio debería debe ría ser aplicado universalmente, universalm ente, pues en caso conco ntrario tra rio surge la la sospech sospechaa de que es es un pretex p retexto. to. ¿P or qué qu é en el caso caso de Kuwait Kuw ait?? O , ¿por ¿po r qué precisamente ahora? ahora? PiénPién sese sese en la la entrada entra da de la U n ión ió n Soviétic Soviéticaa en Afganistán, Afganistán , en la invasión de los Estados Unidos en Panamá. Se podría responder: frente a un superpoder no es posi ble aplic ap licar arlo lo.. D e m o d o que qu e hay ha y que qu e suav su aviz izar ar u n p o c o el pri p rinc ncip ipio io:: sólo só lo tien tie n e valid va lidez ez cua cu a n d o u n p e q u e ñ o E s tad ta d o es atacado atacado p o r uno un o mediano. mediano. Los Estados U nidos nid os siguen siendo libres de hacer la guerra contra Panamá o Nicaragua u otros países, especialmente latinoamericanos, nadie se lo impedirá porqu por quee nadie puede pued e hacerlo hacerlo.. Alguien dirá que inin cluso cluso un principio prin cipio tan ta n limitado es mejor me jor que nada. Pero este este pr p r inc in c ipio ip io n o ha sido sid o ni siqu si quie iera ra uti u tili lizz a d o en esta est a vers ve rsió ión n limitada. Piénsese en la entrada de Israel en el Líbano, en el ataque de Irak a Irán, de Turquía en Chipre, de Indonesia en Timor Tim or O riental, etcét etcétera era.. Se podría po dría replicar replicar que en algún algún mom ento hay que em pezar a aplicarlo. Pero entonces está justificado preguntar:
105
¿por ¿po r qué q ué precisamente ahora aho ra y aquí? ¿Acaso ¿Acaso no resultá evi evi dente responder: aquí, aquí, po p o r el el petróleo; ahora, po r la desa desa pa p a r ic ició ión n de d e la p o la lari rid d a d Es E s te te-O -Oee s te te?? D es esd d e el fin fi n de la gue gue rra fría fría los los Estados U nidos nido s apenas apenas han reducido su enorme armamento armam ento pesado. pesado. De D e modo m odo que necesi necesita tan n nuevos nuevos pretex tos para mantenerlo. Lo corrobora el entusiasmo america no po p o r la efici eficienc encia ia de las las nuevas armas. armas. N o se puede pu ede dud d udar ar de que esto se se corresp corr espon onde de con el interés interés de la la industria indu stria mi m i litar estadounide estado unidense, nse, así como com o con el interés interés político po lítico de los los Estados Estado s Unidos Un idos.. En E n su discurso sobre sob re el el estado estado de la nación Bush declaró que persigue un nuevo orden mundial en el que los Estados Unid U nidos os ocupen el prim er lu lugar. gar. Se podría objetar que las razones para la guerra suelen estar sobre so bredeter determ m inadas. inad as. En este caso los intereses de la in in dustria dus tria del petróleo, de la ind industria ustria armamentís armam entísti tica ca y la he gemonía de los Estados Unidos coinciden precisamente con el principio prin cipio moral. Pero Pe ro esta es es una un a manera man era poco po co cla clara ra de pensar. La par te decisi decisiva va de la fundam fun dam entación enta ción es aque aque L a parte lla sin la cual no habría tenido lugar la guerra. Es cierta mente correcto que no se puede condu co nducir cir a un pueb p ueblo lo (o a una parte del mundo) a una guerra si no se ofrece una ra zón «moral». Una guerra que no persiga un «bien» sea como sea que lo entendamos, no puede llevarse a cabo. Pero hay que distinguir entre las razones invocadas y las razones reales. D e m odo que supongamos s upongamos que sea sea completamente completamente fal falso so que «el» fund fu ndam amen ento to de esta guerra sea el llamado llamado princip pr incipio io del del derecho internacional. Entonces se vulnerarían dos pri p rin n cipios básicos de la guerra «justa», es decir, legítima. 1. Un U n a guerra en sí legítima legítima sólo está justificada justificada cuando cu ando se han agotado todos los medios no bélicos para la desapa rición del mal; y 2. Los males que la guerra conlleva no de ben be n pre p reve vers rsee de d e s p r o p o rcio rc ion n a d o s en re r e la laci ción ón con co n el mal qu q ue ha de ser evitado. En nuestro caso ambos principios han sido vulnerados inequívocamente. La mera infracción de
106
uno un o de d e estos principios principios de la la guerra ya la habría hab ría convertido en una guerra injusta. injusta. Que nadie me pregunte cómo deben fundarse a su vez estos principios. El que tenga dudas que se pregunte cómo decidiría decidiría en una un a discusión entre e ntre individuos. De modo que esta guerra no sólo era evitable sino que ademá ademáss vulnera el derecho derech o internacional, no debería haberse perm per m itido que se iniciar iniciaraa y debería d ebería ser detenida de inmediato. Sólo era inevitable en la medida en que los americanos, anticipándose anticipándose a la guerra, habían desplazado un pode po derr militar a la la zona zon a que no n o pod p odían ían retirar re tirar con co n facili facilidad dad y al que no podían p odían mantener m antener mucho tiempo en esta estado do de esp esper era. a. N o se estaba estaba dispuesto a perm itir que Saddam Saddam H ussein usse in (que antes de su invasión de Kuwait se había asegurado de la neutralidad de la embajadora americana) salvara su reputación ante su propio pueblo y el resto de los países árabes. Así se contempla la situación en amplios círculos del mundo islámico, de modo que el mundo occidental no de berí be ríaa cree cr eerr q u e p u ede ed e hace ha cerr com co m o si n o le incu in cum m b ie iera ra esta per p ercc epci ep ción ón.. La pre p reg g u n ta s o b re la ide id e n tid ti d a d del d el jus ju s tic ti c ie ierr o legítimo deviene así así problemática. prob lemática. Es cierto que qu e la guerra gue rra ha sido sido provisionalmente provisionalmente sancionada sancionada p o r la O N U , pero la eje je-cutan los Estados Unidos junto con algunos países occidentales aliad aliados. os. ¿Por ¿P or qué la aclaración del prob pr oblem lemaa de KuK uwait no es un asunto asun to que qu e atañe, atañe, en prim pr imer er luga lugar, r, al al mund mu ndo o islámico? El hecho de que diversos país países es de Orien O riente te Próxim Próx imo o se hayan hay an unido un ido a la ali alianza anza americana americana (en lugar de que se p ro dujera lo contrario) no es un contraargumento. En esos paíse pa íses, s, lo l o s po p o d e r o s o s (qu (q u e co c o n m ej ejor ores es arm ar m as es esta tarí rían an t e n tados de ocupar el lugar de Saddam) defienden su propia supervivencia, no el interés de sus respectivos pueblos. El caso ca so de Jorda Jo rdania nia sería sería u n buen bu en ejemplo de cuál es es la situación real, real, pero per o me falta falta el el tiem tiempo po y el espaci espacio o para par a presen pr esen-tarla aquí.
107
Es impo im portan rtante te ver que esta esta guerra se se convierte cada cada vez más en una guerra entre el mundo industrializado coercitivo y estéril estéril que se denom den omina ina «Occidente» y el m undo un do del Islam, un mundo vital, retrasado industrialmente, rico en pe p e tró tr ó le leo o y h u m illa il lad d o , qu q u e p osee os ee u n a e n o r m e tra tr a d ic ició ión n humanística manística y tanto ta nto potencial de ilustración ilustración como com o Occidente. O ccidente. Es impo im portan rtante te ver cómo en la ligereza ligereza con la que Occ O ccide idennte conduce esta guerra se entremezclan resonancias racistas. Ha sido Europa la que durante este siglo ha conducido las guerras más terribles, las más despreciadoras de la humanidad, las más criminales. Pero el potencial de arrogancia de un europeo o de un americano es, por lo visto, inagota gotabl ble. e. Ning N ingún ún Vie Vietn tnam, am, ningún ningún A uschw usc hw itzhan itzh an cambia cambiado do las conciencias en este respecto, como mucho han servido pa p a ra erig er igir ir m o n u m e n tos to s conm co nmem emor oraa tivos tiv os.. Se encuentra encue ntra un u n indicio de esta esta actitud en la la disposición de los americanos en relación con las pérdidas de esta guerra. El principio que dirige exclusivamente esta guerra es: las pérdidas propias deben rebajarse tanto como sea. Los mile miless y tal vez p ro n to cientos de mil milees que q ue no son america am erica-nos (la (las tropas tropa s americanas americanas son, principalmente, principalm ente, de color) no cuentan. No todos los seres humanos son iguales. Se res po p o n d e q u e es esto to «se d ebe eb e a raz ra z o n e s de p o líti lí ticc a inte in teri rio o r». r» . Ciertamente, pero es insignificante para el sufrimiento que los americanos han llevado hasta la fecha a Latinoamérica, Vietna Vie tnam, m, etcéter etcétera, a, y con el que a partir pa rtir de ahora ah ora quieren quiere n inin flig fligir ir al al mund mu ndo o entero. entero . Esta actitud tiene profundas raíces en la comprensión que los americanos tienen de sí mismos y produce efectos devastadores en la medida en que los americanos abandonan su antiguo aislacionismo y se proponen establecer un nuevo orden ord en mundial. mundial. Los Estados Unidos U nidos tienen una gran tradición tradic ión de política interior, tal vez la menos mala que exis exis-te en la modernidad. Tenemos que aprender muchas cosas
108
de ellos. Pero la idea de un Estado democrático de derecho estaba orientada orienta da de d e antemano antem ano y de mod m odo o casi casi exclu exclusiv sivo o a la política interior. Hacia el exterior sólo existe la ley del leja no oeste, oeste, los los propio pro pioss intereses, intereses, no los los derechos humanos. hum anos. La Declaración Americana de Independencia empieza con co n la profu pro fund ndaa se sent ntenc encia ia:: «all «all men are created equal» («to dos los seres humanos han sido creados iguales»), pero en la praxis praxis de la política exterio ex teriorr lo que qu e impe im pera ra es: es: «some men are more equal than others » («algunos seres humanos son más iguales que otros»). Sería ingenuo suponer que un Es tado democrático democrático puede estar estar seguro seguro de no cometer co meter atroci dades en el nivel de la política exterior. Los americanos es tán tan mal preparados preparad os como com o es posible para par a desempeñar su pape pa pell de policía pol icíass m undial und iales es.. Para finalizar finalizar este este capítulo hay ha y que qu e añadir añ adir unas palabras de Max Weber sobre sob re la acertada distinció distin ción n entr e ntree ética de las las convicciones convicciones y ét ética ica de la responsabilidad. La diferencia diferencia en en tre ambas éticas consiste en que la primera afirma ciertos prin pr inci cipi pios os sean cuales cuales sean sus consecuenci consec uencias as («se debe de be man m an tener una promesa», «el delito debe ser castigado»); por el contra co ntrario, rio, la segunda segunda se se preo pr eocu cupa pa de la apreciación ética ética de lass consecue la consecuencias. ncias. La pres pr esun unta ta fundam funda m entación enta ción moral m oral de la la guerra actual, en el caso de que fuera realmente determi nante, sería propia de la ética de la convicción. « Fiat Fia t jus ju s titi tia tia, pereat per eat m undu un dus» s»..
El principio de proporcionalidad, por el contrario, for ma parte de la ética de la responsabilidad: para reparar un crimen no se pueden cometer crímenes aún más terribles. Asesinar a miles miles de niños niñ os inocentes (aun cuand cua ndo o sólo se tra tr a te de semitas) no es una pequeña falta. Igualmente, no ha bría br ía q u e inc in c u r r ir en el riesg rie sgo o de d e co c o n ta tam m ina in a r el m u n d o e n te te ro para p ara mantener man tener supuestamente un principio propio prop io de la la ética de la convicción. La otra fundam fund amentación entación de la la guerra, por po r el el contrario, contrario , la la que sostiene que se trata de una guerra preventiva necesa-
109
ría, ría, provien pro vienee de la ét ética ica de la responsabil responsabilidad. idad. Debem De bemos os p o nerla a prueba. prue ba.
II Las dos razones que se han mencionado para esta guerra, reparación repara ción y prevención, no están están separada separadass tan claramente cómo lo he dado a entender más arriba. Se puede decir que obligamos a que Irak se retire de Kuwait y lo hacemos pa p a ra imp im p e d ir sim si m u ltá lt á n eam ea m e n te que ataque otros países. (El nexo existe pero no es de naturaleza lógica: Irak podría retirarse ti rarse de Kuwait Kuw ait y no n o obstante obs tante atacar atacar a otro otr o país país..) P o r lo lo que sé hay buenos bu enos motivo m otivoss para que el el derecho internacional no reconozca recono zca las las guerras preventivas preventivas.. C o n una u na ética de la convicción no limitada por una ética de la res po p o n s abil ab ilid idaa d se pu p u ede ed e h ac acer er m u cho ch o dañ da ñ o . El fin fi n no justifica los medios. Pero debem d ebemos os estu e studiar diar aquí aqu í los detall detalles. es. Los peligros ulteriores más importantes que se podrían seguir del expansionismo iraquí afectan a Arabia Saudita e Israel. Sin duda no se puede pu eden n trat tr atar ar estos estos peligros peligros como com o si fueran bagat bagatel elas as.. Pero podrían haber sido contrarrestados con medios más adecuados a las circunstancias, por ejemplo estacionando pe p e q u e ñ o s c onti on tin n g ente en tess am a m eric er ican anos os en amb am b o s países. p aíses. P o líti lí ti-camente no habría hab ría sido demasiado fáci fácil, l, pero pe ro sí que habría sido posible. E n Aleman A lemania ia se oye oy e con co n frecuencia frecuen cia la la siguiente reflex reflexión: ión: «Nos hallamos ante un dilema. De un lado estamos de parte de Israel, Israel, tenemos una un a responsabilidad particular con co n Isra Israel el;; po p o r o tra tr a par p arte te estamos estam os de par p arte te de la paz; paz ; ambos amb os se excluyen per p ero o el p rim ri m ero er o es más im i m port po rtan ante te,, po p o r ta tan n to deb de b emo em o s a p o y ar la guerra. guerra.» » Debemo Deb emoss decir decir en primer prim er lugar que es esta ta responsabilidad responsabilidad pa p a r tic ti c u la larr existe efecti efe ctivam vament ente. e. C u a lqu lq u ie ierr obs ob s e rva rv a d o r obje ob je-110
tivo lo afirmaría, no lo digo como judío. Los alemanes intentaro ten taron n exterminar exterm inar a los los judíos. judíos. Murier M urieron on millo millones nes.. Y ahora Irak Ir ak utiliza uti liza gas tóxico alemán con fines fines bélicos. bélicos. El camino para pa ra que qu e lo l o o b tuv tu v ie iera ran n p u ede ed e que qu e hay ha y a sid s ido o ind in d irec ir ecto to,, pe p e ro el hecho hech o no n o deja de ser terrible. Si se entien en tiende de el térm tér m ino coco rrectamente hay que hablar aquí de «culpa colectiva». Con este término quiero decir (¡y que no se me haga decir una cosa p o r otra!): el que form fo rmaa parte de un colecti colectivo, vo, incluiincluidos los los que han nacido más más tarde, que ha h a hecho hech o algo algo territer ri ble, ble , debe de be ale alejar jarse se e xplíc xp lícita itam m ente en te de él y a c tua tu a r en con co n s ecuencia. La p regu re gunt ntaa ahora ah ora es es: ¿Q ué signif significa ica en este caso caso «actuar en consecuencia»? consecuencia»? Si Sign gnif ific ica, a, sin sin duda, du da, tener ten er cierta concien con cien-cia de responsabilidad en relación con los otros (de forma análoga a como ocurre entre individuos), en especial cuando se trata de asuntos que son efectos directos del propio comportam com portamiento iento culpabl culpable. e. De D e modo m odo que es perfectamente perfectamente correcto corr ecto que en Alemania se se dig diga: «Estamos de parte de Israel. rael. D ebem ebe m os estarlo». Pe Pero ro la pregu pre gunta nta entonces es: ¿Qué ¿Q ué signif significa ica estar de par p arte te de Israel? Israel? De nuevo la pregunta es análoga a cuando uno se pregunta: ¿Qué significa estar de parte de un individuo, por ejemplo ejemplo de alguien alguien a quien se ha dañado, humillado hum illado y persepers eguido? Hay dos casos extremos (y muchas formas mixtas). Si la culpa que se siente no es procesada conscientemente, entonces no es racional y controlada. Esto tiene como consecu se cuen enccia que uno se compo com porta rta con el otro otr o haciendo haciendo todo tod o lo que el otro cree que deberíamos hacer. Se abandona, así, la autonomía del propio juicio y el otro tiene la oportunidad de manipular la la propia prop ia culp culpa. a. Hay H ay personas y también tamb ién Estados que pueden jugar con el irracional sentimiento de cul pabi pa bilid lidad ad de los otr o tro o s con co n el virt vi rtu u osis os ism m o de d e un u n buen bu en p ia ian n isis ta. Es lo que qu e hacen hace n los israelíe israelíess con co n los alemanes alemanes.. La otra posibilidad es procesar racionalmente la culpa. «Me preocupo de él» ya no significa que me someto a los
111 111
deseos eventualmente irracionales del otro, sino que, antes bien bi en,, ma m a n te ten n g o mi m i capac cap acid idad ad au a u tón tó n o m a de juici jui cio o y pr p reg u n to: ¿cómo puedo ayudar al otro, en qué radican sus intereses reales? (De este modo tampoco le privo de su autonomía.) Los Lo s mismos mismo s judíos se hallan divididos ante esta cuestión. La mayoría sionista, en especial los israelíes, sostienen que esta guerra les favorece porque se evita un eventual ataque po p o s te terr ior io r de Saddam Sadd am.. A ello h ay que qu e aña añ a dir di r ta tam m b ié ién n el de d eseo se o de no tener que modificar nada del prop pr opio io stat st atu u quo q uo,, en espec especia iall po p o r lo que se refiere a los colonos colon os y a los los palestinos esclaviza esclavizados dos po p o r los israel israelíe íes. s. De D e ahí a hí el el rechazo recha zo a cualquier conferenc conferencia ia sobre O riente rien te Medio. Medio. La argumentación de los otros judíos, en particular de los no sionistas, es la siguiente: 1. El armisticio debe decidirse inmediatamente, pues cada cada día día de guerra suplementaria puede supo su pone nerr un ataque de gas gas tóxico con c ontra tra Israel. Israel. 2. Si se les objeta que los iraquíes más adelante podrían atacar Israel, les responden, en primer lugar, que en la región son so n los isra israelíe elíess los que ya tienen armas nucleares, pero pe ro sobre sobr e todo to do,, en segundo luga lugar, r, que la fijación fijación con Irak Ira k es es de miras estrechas. estrechas. El odio od io a Israel parte par te de Palestina y abarca a todo el mundo islámico. Si ahora se depone a Saddam y otros países de Oriente Medio reciben armas del Oeste como ya las recibió en su momento Irak, la guerra contra Israel la encabezará encabeza rá más más tarde tard e cualquier c ualquier otro o tro país país.. 3. El odio de los musulmanes a Israel no carece de fundamento. dam ento. Los L os sionista sionistass les les han roba ro bado do una parte p arte de su país país y desde d esde la fund fu ndac ación ión del Estado Est ado de Israel en 1948 la la relación oficial de Israel con los árabes en su país y en los países que mantienen ocupados ilegalmente, siempre ha sido de un desprecio creciente. Durante este período ha habido acercamientos camientos po p o r parte de los palesti palestinos, nos, se planeó el recon rec onoocimiento cimiento del Estado de Isra Israel el,, pero el comportamien compo rtamiento to in-
112
transigente de Israel ha empujado a los musulmanes en general a una situación tan desesperada que de nuevo ven la guerra como su única esperanza. Saddam utiliza esta situación. Parece descartado que la situación en Oriente Próximo se estabilice jamás si Israel no revisa radicalmente sus posic po sicion iones es.. Esta no es únicamente mi opinión personal. Desde el ataque a Líbano, exist existee en Berlín y en Zúrich Zú rich un u n ll llamado amado «gru«gru po p o judío» jud ío» que qu e se auto au tode deno nom m ina, in a, tal vez un u n poc p oco o prete pr etenc ncios iosaamente, «judíos «judíos críticos críticos». ». Buena parte part e de los miemb mie mbros ros de este este grupo difundió hace dos semanas una declaración que en esencia esencia reza: «S «Si los Estad Es tados os Uni U nido doss y sus aliados acaban gaganando esta guerra, el mundo islámico intentará a largo plazo aniquilar Israel Israel con co n armas nucleares nucleares.. Sólo el el armisticio inmeinm ediato dia to puede pue de evitar ulteriores ulteri ores male males. s. Israel Israel sólo alcanzará la paz pa z y la seguridad cuand cu ando o a los palestinos, palestinos, tras tras reco r econoc nocer er el el Estado judío, jud ío, se le less reconozca recono zca el derecho derech o de autodeterminac au todeterminación». ión». De modo que el asunto también es controvertido entre los judíos. Antes de preguntar qué significa esto para los alemanes, quisiera intercalar una breve retrospectiva histórica, pues en Alemania se sabe muy poco de nosotros. De bid b ido o a su relig re ligió ión, n, los jud ju d íos ío s siem si empr pree h abía ab ían n te ten n ido id o la te tendencia a reaccionar éticamente frente a su destino, pero había dos posibilidades extremas. Unos dicen: «Sabemos lo que significa ser una minoría perseguida. Esto no debe volver a pasar nunca más ni en ningún otro lugar. Lo más im po p o rta rt a n te es que qu e tod to d os somo so moss seres hum hu m anos an os,, hijos hijo s de Dio D ios, s, y n o el hecho hec ho de ser judíos, cristianos cristianos o musulmanes, musulman es, alemanes o polacos». Los otros dicen: «Queremos ser un pueblo como todos todo s los los otros otro s pueblos. Polít Políticament icamentee también queque remos ser una un a nación. nación. Y nuestra meta m eta primaria no deben se serr los derechos de los seres humanos, sino la supervivencia y el bienestar bienestar de nues n uestro tro pueblo». D enom inaré el el primero prim ero de esto estoss caminos caminos judíos (por (p or susu pu p u e s to q u e ambo am boss b ebe eb e n de las fuen fu ente tess de la relig rel igió ión n judía jud ía), ),
113
el camino universalista. A él pertenecen todos los grandes humanistas judíos: judíos: Karl Marx, Sigmund Sigmund Freud, Fre ud, A lbert lber t Einstein, Martin Buber, cientos de otros nombres y cientos de mile miless de judíos anónimo anó nimos. s. El otro o tro camino, el el «particularis «particularis ta» (autoafirmación del del pueblo judío), fue fue prom pro m ovido ov ido sobre todo tod o po p o r el sionismo sionismo pujante pu jante entre los sigl siglos os xix y XX. XX. Antes, en Europa y América el judaismo universalista imperaba. impe raba. El cambio camb io llegó en 1944, el ú ltimo ltim o año de d e la gue gue rra, cuando las grandes organizaciones judías americanas, que hasta la fecha habían sido antisionistas, tuvieron que aceptar desesperadas que Inglaterra y los Estados Unidos, que supu s upuestam estamente ente llevaban llevaban a cabo una guerra po r el bien y en contra de los crímenes nazis en Europa, no estaban dis pu p u e s tos to s a nada na da,, y m eno en o s q u e nada na da,, a hac h acer er algo p o r la sal vación de los judíos en Europa, cosa que habría sido posi ble; qu q u e n i n ing in g u n o de los avion av iones es q u e los ali aliad ados os envi en viab aban an a bombardear bom bardear Ham H amburg burgo o o Dresden fue fue dest destina inado do a bom bo m ba b a rde rd e a r las vías del tre tr e n q u e con co n d u cí cíaa n a Au A u s c h w itz it z (véase D . S. S. W yman, ym an, The Ahan Ah andon don m ent o f the Jews; ews; America America and a nd the Holocaust 1941-1945, Pantheon Books, 1984). Los ju díos americanos estaban desolados: desolados: «Na « Nadie die nos ayuda». ayuda». En esee m omen es om ento to los sionistas sionistas alcanza alc anzaron ron la m ayoría ayo ría decis decisiva iva en las organizaciones judías americanas. Este cambio no sólo es comprensible, sino que era casi inevitable. Lo que era menos comprensible y tal vez me nos inevitable fue la progresiva radicalización posterior del particula parti cularism rismo, o, en u n princ pr incipio ipio en Israel y como com o consecuencia, consecuencia, más tarde, también en la mayoría de los judíos americanos. Pero no hay que olvidar que antes, duran du rante te y después de de los nazis mucho m uchoss judíos decían y dicen: dicen: «Estamos con c ontra tra el sionismo, en primer lugar porque esta interpretación na cional sin el el Mesías Mesías se se contradice contra dice con la tradición tradic ión judía, y en segundo segundo lugar porqu po rquee la fundación de un Estado sobre una injusticia no puede resultar en nada bueno». Lo trágico de este último punto es que para la mayoría de los judíos (y
114
de los europeos en general) Palestina no era nada más que u n país país vacío. vacío. El hecho hec ho de d e que qu e ahí ah í vivieran árabes carecía carecía de importancia. Esta era la mentalidad europea por aquel en tonces tonces.. Pero P ero hoy ho y en día deberíamos deberíamos estar mejor advertidos. advertidos. Estas dos corrientes del judaismo no son hermanos ene migos. migos. El particularismo no se correspo corr espond ndee con co n el el sionis sionismo. mo. H ay isra israel elíe íess que han h an conservado conservado un m odo de pensamiento pensamiento universal universalista, ista, pero son la minoría y son difamados. Los judíos no sionistas sienten solidaridad con Israel. Esta solidaridad debe entenderse, en tenderse, al igua iguall que el sentimien to de culpa, culpa, en dos direcciones. Los judíos judío s universalistas les les dicen a los israelíes: «Compartimos vuestros sentimientos. Pero en lugar de vuestros deseos de corto plazo, sólo nos interesan vuestros intereses a largo plazo. Sólo se pueden satisfac satisfacer er estos intereses intereses si finalmente también tam bién tomam tom amos os en considerac con sideración ión los intereses intereses y los miedos del resto de las las per pe r sonas que viven en Palestina. Lo cual significa que debéis recordar también la otra parte de nuestra tradición judía. Vivís Vivís en el día a día. día. Sólo veis veis el peligr pe ligro o inm in m inente ine nte,, perseve pers eve ráis ráis para pa ra superarlo, pero per o de d e este este modo m odo provocáis más más sufri miento y todo to do vuelve vuelve a empezar empe zar de de nuevo. nuevo. ¿C ¿ C ómo óm o acabará acabará todo esto?». De modo que lo que quiero decir es lo siguiente: si se tom a en consideración considerac ión el largo largo plazo (y esta es es la la perspecti perspe cti va que a fin de cuentas hay que adoptar), lo mejor para el resto de países de Oriente Próximo es también lo mejor pa p a r a Isra Is rael el,, y al c o n tra tr a r io. io . ¿Es es esto to dem de m a sia si a do ideali ide alista sta?? Existe Existe sin embargo un hecho h echo claro claro:: donde do ndequie quiera ra que diver sas person per sonas as tengan ten gan que q ue coexis coexistir tir,, ya sean personas perso nas o colec tivos distintos, sólo pueden lograrlo si con el tiempo entierran el hacha de de guerra e intentan entenderse, entenderse, tom ando and o en cuenta recípro r ecíprocam camente ente sus inter intereses. eses. Es dif difíc ícil il,, pero per o no n o hay ha y alternativa. Tras este excurso sobre la discusión en el seno del ju daismo (en el el fond fo ndo o este este es es el núcleo núc leo de mi argume argu mentació ntación), n),
115
vuelvo vue lvo a la relación de los alemanes alemanes con co n Israel. En E n estos días me suelen deci decir: r: «Lo que dice dice es es cierto. cierto. Pero P ero sólo lo puede pued e decir como judío. Si nosotros lo dijéramos nos dirían que somos de ultraderecha, es decir, que negamos la responsa bilid bi lidad ad especial de los alemanes alem anes en relac rel ación ión con co n Israel». Is rael». E sto st o me deja anonad ano nadado ado.. ¿Queré ¿Q ueréis is decir decir,, les les preg pr egun unto, to, que creé creéis is tener que decir algo que consideráis falso? ¿No existe en tonces objetividad ninguna? Todo esto es aun mucho peor si pensamos que no se trata aquí de puntos de vista perso nales, sino de opiniones que son determinantes para las ac ciones que debe llevar a cabo Alemania. ¿Es verdad que todo debe verse de forma perspectivista? Este problema atañe tanto a los individuos como a los colecti colectivos. vos. La manera man era en que y o me juzgo juzg o a m í mismo y la manera en que otro me juzga, ¿deben divergir completa mente? Na N a tur tu r a lm e n te, te , este es te rel r elat ativ ivis ism m o tan ta n po p o p u lar la r e n tre tr e la filo fil o sofía sofía francesa actual actual y tan apreciado po p o r la actual joven joven ge neración, neración , es es absurdo. absur do. Si fuera así así,, nadie podr po dría ía pedirle co n sejo a nadie. Lo correcto, por el contrario, es que cuando una persona comete una injusticia contra otra, debe saber que en el el futuro fu turo tendrá que qu e ser p ser prr u d e n te cuando te cuando dé conse conse jos. jo s. La m e jor jo r solu so lucc ión ió n suele su ele ser se r n o d a r n ing in g u n o . P o r o t r a part pa rtee , la otr o traa pe p e rso rs o n a ta t a m p o c o n o p u ede ed e exigir exig ir de la pr p r im e ra que haga haga todo tod o lo que la segunda persona perso na quiere. quiere. En E n todo to do caso caso,, y esto es lo lo que me parece más importa imp ortante nte,, la prim era pe p e rso rs o n a deb de b e c o m p o rta rt a rse rs e c o n cir ci r cun cu n spec sp ecci ció ó n tan ta n to en lo que concierne conc ierne al tono to no cuanto cua nto en lo que concierne co ncierne a la forma form a de su intervención; en la medida en que debe quedar claro que no quiere hacer como que no tiene ninguna responsa bilid bil idad ad.. Sin embargo, si se implica en la situación debe intentar ser tan implacabl implacablement ementee objetiva objetiva como pueda, pu eda, contra c ontra todo to do interés interés de corto cor to plazo, incluso con tra sus sus propios pro pios interes intereses es a corto plazo. Nunca se puede conocer definitivamente la
116
situación situación de un individuo individuo o de d e un colect colectiv ivo, o, pero la perdiperd ición lleg llegaa cuando cuand o uno u no deja influir influir conscientemente (o mem edio consciente conscientemente) mente) su su juicio juicio po p o r motivacio motivaciones nes no pertipe rti pr eten ensi sión ón de actuar de la nentes. Entonces se abandona la pret forma form a más más juiciosa posible. posible. De modo que admito que como judío me resulta más sencil sencillo lo ver ve r determinadas determinad as cosa cosas, s, pero o bien mis mis pun p untos tos de vista son falsos, o bien un alemán no judío debería ver las cosas cosas como yo. Ya Ya he hablado hab lado,, más más arriba, de los modos mod os rara cionale cionaless e irracional irracionales es de con c onfro frontar ntarse se con c on la culpa respecto a los judíos. Cabe destacar, a partir de lo dicho, que cuando la confrontación es racional, la particular responsabilidad que qu e tienen tie nen los los ale alemanes manes a causa de su culpa frente a Israel debería coincidir con la particular responsabilidad de los judíos jud íos universalistas a causa de su copertenen coperte nencia cia con Israel. Y viceversa, es evidente que los deseos irracionales de los israelíe israelíess (la (la imposició imp osición n de sus intereses a corto co rto pla p lazz o ) es esta tabl blec ecen en u n a al alia ianz nzaa fatal fat al c o n los dese de seos os irr ir r a c ioio nales de los alemanes (el perdón de la culpa). Se mantiene, mantiene, sin embargo, aún la pregunta pregu nta de po p o r qué qu é los alema al emanes nes se se han conf co nfro ronta ntado do tan irracionalme irracion almente nte con la cul pa del de l H o loc lo c a u s to. to . E s ta c o n f ron ro n ta tacc ión ió n irrac irr acio iona nall es la que qu e les lleva a agacharse cuando los israelíes los señalan con el dedo. Esta predisposición a ceder o a agacharse parece ser un fenómeno generalizado, pero en los alemanes es especialmente fuerte, también en relación con los americanos. En ambos ca cassos tiene tiene que ver con la Segunda Segunda G uerra M unun dial y con su fin. En relación con los americanos la palabra clav cl avee es «solidaridad» «solidaridad».. A bue b uen n seguro que qu e hay bueno bu enoss mo m otivos para relacionarse solidariamente con los americanos, pe p e r o a q u í se rep re p ite it e la p r e g u n ta de si no n o h a y d o s tip t ipo o s de s o lidaridad: una racional y adulta y otra irracional e infantil. La segunda puede ser fatal fatal en lo político y en lo lo huma hu mano. no. N o soy so y psic ps icól ólog ogo o social soc ial y n o e n tie ti e n d o gran gr an cosa co sa d e estos mecanismos. Pero si contemplamos con atención tam-
117 11 7
bién bi én los o tro tr o s países país es de la E u rop ro p a o ccid cc iden enta tal, l, e n ton to n ces' ce s'v vemos que hay otro motivo determinante para convertirse de forma digamos que evidente en copartícipe de una guerra injusta. Aquí se reparten pasteles, ideales y materiales, y cada cada cua cuall quiere su parte. Esto muestra mu estra de nuevo qué qu é gran gran de es es el el pod po d er de los Estados Unidos Un idos.. Pero pod p odría ría haber aún otro o tro motivo para esta esta ces cesió ión n ante los judíos. Me pregunto por qué la confrontación racional con este sentimiento de culpa es tan difícil. Es cierto que el horror de lo sucedido era incomparable. Pero tal vez hay aún otra cosa que sólo voy a formular a título de hipótesis. ¿No ¿N o podría po dría ser que la la durade du radera ra concienc conciencia ia irraci irracional onal de cul pa p a y la de d e u n antis an tisem emiti itism smo o sub su b y acen ac ente te se retr re tro o a lim li m e n ten te n ? Esto Es to incluye la tesis tesis de que sigue existiendo un u n antisemitis an tisemitis mo subyacente y extendido en Alemania. Me cuesta decir esto porque no he realizado investigaciones empíricas y po p o r q u e y o m ism is m o n u nca nc a he exp ex p e rim ri m e n tad ta d o en p r o p ia c a r ne, durante mis cuarenta años de estancia en este país, nin guna forma de antisemitismo. Sin embargo, quiero señal señalar ar una pequeña pequ eña y chocante cho cante ob servación que tiene algo que ver con algo que está univer salmente extendido en Alemania y que, no obstante, es tan insignificante que no debería poder molestar seriamente a nadie. nadie. Sucede Sucede siempre en algún mom mo m ento, en to, en cualquie cu alquierr país, país, que a nosotro no sotross se nos nos pregun preg unte te si si somos judíos. Lo L o curioso es que en Alemania y sólo só lo en Alemania la la preg pr egun unta ta siempre se form for m ula así: «¿E «¿Es uste u sted d de origen judío?». judío?» . En estos estos caso casoss siempre me siento un poco poc o ofendido ofen dido y es toy obligado a responder: «No sólo soy de origen judío, sino que soy judío». Hace poco alguien me ha explicado que la gente se expresa así porque no se concibe qué es un jud ju d ío q u e no n o sea relig re ligio ioso so ni ciu c iud d a d a n o de Israe Is rael. l. A ello ha hay que decir, en primer lugar: ¿por qué son los alemanes los únicos que se expresan así? Y en segundo lugar: ¿no basta con que nosotros nos otros mismos nos podamos imaginar imaginar perfecta
118
mente lo que cae bajo este este concepto, com c omo o en mi ca caso, so, p o r ejemplo ej emplo (y probablem p robablemente ente para la mayoría de judíos) en que la judía es mi identidad identid ad indudable ? De modo que parece ineluctable suponer que hay otra expli explicac cació ión. n. Podría Pod ría ser que qu e se tratara de cierta prudencia prud encia y bu b u ena en a ed e d u ca caci ción ón la que qu e sus s usci cita ta esta fo f o rmu rm u la lacc ión ió n algo ala alamm bicada. bica da. Se d ebe eb e ría rí a a q u e ta tall vez ve z es ind in d isc is c reto re to p reg re g u n ta tarl rlee a alguien alguien directamente directam ente si es es judío. Pero ¿por ¿po r qué? qué? Sólo Sólo me puedo pu edo imaginar imaginar que el que prep regunta siente siente que ser judío tiene algo algo de chocante, chocante, como com o una u na tara. Por nuestra parte, los judíos estamos tan plenamente satisfec satisfechos hos y orgullosos orgullos os de ser judíos, nos cuesta tanto tan to desd eshacernos de que somos somo s «el pueblo pu eblo ele elegido gido», », a pesar de que es tan tan absurdo, absurd o, como el hecho de que vosotros voso tros nos enco e nconntréis chocantes. Pero si casi todos vosotros habláis de este modo («¿Es usted de origen judío?»), ¿no hay ahí algo relativamente lativamente inocente que qu e demuestra dem uestra que qu e consideráis consideráis que qu e los los jud ju d íos ío s tie ti e n e n u n a ta tara? ra? Si además además suponemos suponem os (tod ( todo o un u n poco poc o hipotético) hipotético ) que esto sólo es un síntoma, ¿no es entonces realmente comprensi ble q u e n o podá po dáis is desh de shac acer eros os del se sen n tim ti m ie ien n to irra ir raci cion onal al de culpa, p o rque rq ue ta tall vez vez es es tan dif difíc ícil il desprend desp renderse erse de deter de term m inados prejuicios aparentemente inocuos procedentes de la época de los nazis y más atrás aún, del mismo modo que pa p a r a n o s o tro tr o s es difíc di fícil il lib li b e rar ra r n o s del de l p es esad ado o p reju re juic icio io de ser de antemano el pueblo elegido? ¿No es profundamente inhumano este prejuicio judío, y no se halla en el fundam ento de la actitud israelí frente fren te a su ento en torn rno o islámico islámico?? ¿N ¿N o deberíamos nosotros, judíos, decir que ahí radica nuestra pa p a r te de c ulp ul p a y q u e nu n u e s tra tr a arro ar roga ganc ncia ia y v u es estr tro o antis an tisem emiitismo se complementan? Puede ser que este ínfimo ejemplo nos permita a todos nosotros, tanto judíos como alemanes, reconocer mejor el fondo del problema, pues es sabido que las cosas demasiad o signif significat icativa ivass puede pu eden n suscitar su scitar fácilmente reacciones reacciones viovio -
119
lentas. Casos insignificantes como estos podrían tal vez cons co nstituir tituir el el pu nto de partida no sólo sólo para reconocerse unos a otros ciegamente, sino para comprenderse mutuamente sin menosprecio men osprecio subrepticio subre pticio ni disimulo. disimulo. «¿Afirmas pues que ahí radica la razón fundamental de que apoyemos a Israel en la guerra?» U na razón. razón. N o hay r azón n objetiva objetiva e inequívocamente moral m oral para esta esta ninguna razó guerra. Muchos, tal vez, sienten cierto placer guerrero inconsciente, es el caso de los americanos, los ingleses y los frances franceses, es, unos de form a más explíci explícita ta,, otros otr os más disimuladisimuladamente. El hecho principal es que la guerra de nuevo es algo concebible y admisible en Alemania.
120
El problema de la paz, hoy
(1991)
¿En qué consiste el problema de la paz? ¿Queremos todos la paz pa z y se trata únicamente de cómo cóm o conseguirl conseguirlaa cuanto antes? La guerra del Golfo ha vuelto a demostrar que es evidente que muchos de nosotros tenemos algo que nos hace disfrutar de la guerra. La guerra es la caída en lo que se denominaba status sta tus natu na tura rae e , en el estado de naturaleza en el que, como dijo dijo Hobbes, Hob bes, el hombre hom bre es un lobo para el el hom ho m bre, br e, un u n a desc de scri ripc pció ión n con co n la q u e tal vez ve z se señala algo corr co rree cto pero que es un insulto para el lobo, pues ni los lobos ni otros animales de cualesquiera especies, con excepción del ser humano, se matan entre sí. Creo Cr eo que q ue esto esto es es comprensible. comprensible. O tro tr o s anima animale less no se encuentran en un estadio de socialización. La socialización ofrece muchas ventajas a los hombres, hace que la vida sea más fácil, segura y tal vez más cultivada, pero implica tam bién bi én,, com co m o F reu re u d m o s tró tr ó (y com co m o, p o r o tra tr a p a rte rt e , resu re sult ltaa evidente), evidente), que los hom ho m bres bre s deben deb en renun re nunciar ciar a un salvaj salvajismo ismo que podemos observar en los niños y que seguramente (y para pa ra expr ex pres esar arlo lo de la m aner an eraa más neu ne u tra tr a posibl pos ible) e) es u n a pa pa rte de nuestro ser, junto con el estado de socialización y re pr p r im ido id o p o r éste. D e a h í que qu e sea com co m p rens re nsib ible le q u e el Es E s ta ta-do que perm pe rmite ite e incluso exig exigee que se haga lo más más prohi pro hibi bido do
121
en la vida civ civil il,, el asesinato, asesinato, tenga para pa ra nos n osot otro ross algo algo fascifascinante. Todos hemos padecido injusticias, unos más, otros menos, meno s, y asesinar es es la vengan ven ganza za más más satisfactoria. De D e mod m odo o que las guerras, con independencia de la valoración de los fines bélicos, parece que contienen en sí un elemento emocionalmente positivo. positivo. Hay un segundo factor que no me parece tan universal como el que acabo de describir, pero que en todo caso está bast ba stan ante te exte ex tend ndid ido. o. Se lo p u ede ed e d e n o m inar in ar el fact fa cto o r de la competencia o factor futbolístico. Muchos de nosotros no nos entendemos entendem os a nosotros nos otros mismos mismos tanto como com o sere seress humahum anos, cuanto como miembros de un determinado colectivo, como valencianos, berlineses, españoles o alemanes. Y no sólo nos entendemos como miembros de esté colectivo sino también p o r oposición a otros colect colectiv ivos. os. Cua C uand ndo o estas estas idenide ntidades tidades no n o coexisten coexisten pacífic pacíficament amente, e, lo cual también sería sería p o sible sible,, sino que q ue se ven bajo el aspecto de la supe su perior rioridad idad o inin ferioridad, entonces aumentará el sentimiento del propio valor cuand c uando o su colectivo colectivo o su nación venza a otro ot ro,, ya sea sea en un juego jueg o com c omo o el fútbol, fútbo l, ya sea sea bajo la las condiciones ilimitailimitadas de la guerra. Este segundo factor emocional que eleva nuestra nu estra disposición a la guerra podría pod ría reducirse si si se se lograra que las personas interpretaran su identidad de otro modo. Esto Es to sucede sucede cuando las las personas se ven primero prim ero como sere seress humano hum anoss y sólo después después como com o miembros m iembros de cualesqu cualesquiera iera colectivos lectivos,, lo cual signif significarí icaríaa que qu e entiend en tienden en su identid ide ntidad ad específica como miembros de un colectivo como si se encontraran trara n junto jun to a otros otro s colecti colectivos vos y no con c ontra tra ello ellos. s. ¿Cóm ¿Có m o se alcanza esta comprensión tolerante de la propia identidad? Probablemente Probablem ente de modo m odo que el el sentimiento sentimiento del valor propio pro pio se normalice, es es de decir, cir, cuando ya y a no estamos dominad dom inados os po por el resentimiento, es dec decir ir,, cuando cuan do ya no n o sufrimos bajo sentimientos de inferioridad. La supresión supre sión del sentimiento sentim iento de ser menospreciado o despreciado presupone por su parte la su pres pr esió ión n de la injusticia injusti cia en e n la es e s tru tr u ctu ct u ra de la sociedad.
122
La primera prim era razón razó n que he ofrecido ofrecido po p o r la que gozamos de la guerra, es decir, el deseo de retomar al estado de naturaleza leza,, se podría po dría reducir redu cir mediant m ediantee una un a supresión sup resión de las las injustici ticias as estructurales estructu rales en nue n uestra stra sociedad. Pues si gozamos del salv salvaj ajism ismo o sobre todo to do p o r nuestra nu estra necesid necesidad ad de venganza venganza y si esta necesidad neces idad se origin ori ginaa en las las injusticias que q ue creemos cr eemos haha ber padecido, entonces una supresión de la injusticia social contribuiría a disminuir el goce que provoca el estado de naturaleza. P o r tanto, tan to, en la medida en que el el problem pro blemaa de la la paz concon siste en una tendencia humana a disfrutar de la guerra, se podría decir que la cuestión de la paz encontraría su respues pu esta ta a través de la justicia soci social al.. Es evidente que el problem pro blemaa de la paz no sólo radica radica en est esta tendenci tendencia. a. Pero P ero quería mencionarla mencionarla para empezar po p o rque suele ser omitida y porque sin duda es una condición necesaria, aunque nunca suficiente, para la guerra. Existen, especial especialment mente, e, otras dos condiciones. U n a es la la ideología en cuyo nom no m bre br e se hace hace la guerra. Co C o n ella ella me refiero a la la rara zón preexistente p o r la la cual cual un Estado E stado entra en guerra, una razó ra zón n que suel suelee tener un u n sentido se ntido ético ético para los los que creen en ella: por ejemplo, que los otros son increyentes, o que han hecho o habrían ha brían hecho algo algo malo en el el pasado, como co mo se decía cía duran du rante te la guerra del Golfo. E n los sigl siglos os pasados no era necesario que la razón fuera incondicionalmente moral, bast ba stab abaa co c o n que q ue cons co nsis istie tiera ra en el inter int erés és cole co lecti ctivo vo de d e la p r o pia pi a naci na ción ón,, p e r o a la vista vis ta de la crec cr ecien iente te b r u tali ta lid dad y to ta lidad de la la guerra gue rra en este siglo siglo,, apenas se se aceptan razo ra zone ness no morales. morales. El hecho de que para par a que haya guerra guer ra tiene que hah a ber b er siem sie m pre pr e u n a r a z ó n ideo id eoló lógi gica ca y q u e en n u e s tra tr a époc ép ocaa ésta debe ser ética, merece nuestra atención, pues pone de manifiesto que los dos motivos por los que la guerra nos pro p rov v o c a place pla cerr nunc nu ncaa son so n lo bast ba stan ante te fuer fu erte tess p ara ar a p o sib si b iliil itar ta r sólo ellos ellos el el estallido de una un a guerra: aunq au nque ue los seres seres hu humanos tienden a satisfacer a una parte de su personalidad
123
con el reto re torn rno o al estado estado de naturaleza, naturaleza, la tendencia con tra ria es tan fuerte en otra parte de su personalidad que no irían irían a la la guerra sin una un a razó ra zón n presuntam pres untam ente moral. La otra ot ra condición cond ición añadida para el el estall estallido ido de una guerra consiste consiste evidentemente evidentem ente en los los inter intereses eses de los los grupos grup os de po po der como los líderes militares de un Estado, los industria les, les, en espec especia iall los los p rodu ro duct ctor ores es de armas, y naturalm natu ralmente ente la clas clasee política dominante. domina nte. A esto hay que añadir a ñadir lo que qu e estos último últimoss y el pueblo pueb lo mismo consideran que son sus intere intere ses ses nacionales; este era eell caso a buen bu en seguro segu ro en la guerra guer ra del Golfo, con los intereses de los Estados Unidos en la hege m onía así así como com o con los los inter intereses eses correspondientes correspon dientes de todos tod os los otro ot ross países que constitu con stituían ían la coalición coalición béli bélica ca.. Creo, por tanto, que estos tres factores tiehen que estar pre p rese sen n tes te s p a r a que qu e estalle u n a guerra gu erra:: en p r im e r lugar, u n a disposición huma hu mana na que siempre siempre está presente; en segundo lugar y com co m o la verdadera verd adera causa causa eficaz eficaz,, los intereses de los po p o d e ros ro s o s en el Esta Es tado do;; y fina fi nalm lmen ente te,, el mo m o tiv ti v o ideo id eoló lógi gico co.. En un Estado democráti dem ocrático co los los poderosos podero sos no podrían po drían hacer la guerra sin el el p rop ro p io pueb p ueblo, lo, lo cual cual signi signific ficaa que no pu pue den hacer la guerra sin convencer al pueblo de una fundamentación men tación ideológ ideológica. ica. La tradición filosófica del así llamado problema de la guerra guerra justa, justa, que debería denominarse denom inarse mejor m ejor problema problem a de la guerra justificada, justificada, tiene que qu e ver únicame única mente nte con co n el aspec aspec to de d e la la fundame funda mentación ntación ideológic ideológicaa o étic éticaa. A qu í tengo que aclarar previam ente dos d os cosas. cosas. E n prim er luga lugar, r, se se podr po dría ía pensar que qu e la pregu pre gunta nta sobre la guerra justa o, mejor, mejor, justif justificada, icada, es es unívoca pues no n o toma tom a en consideración las otras dos causas de la guerra. Pero, sin embargo, hay que entender que las otras dos causas no tie nen nada nad a que qu e ver con la cuestión cue stión de d e la justificación. justificación. Ambas Amb as son condiciones condiciones profund pro fundas, as, no n o refiriéndose la la primera prime ra a una un a guerra en concreto. Q uien uie n critica estos estos dos factores, factores, no cri tica esta guerra o aquella, sino la disposición universal a la
124
guerra presente en un Estado o en un grupo de poder. Sólo el pacifista radical se limita a una crítica de estos dos factores añadidos, añad idos, a sabe saber, r, la la disposición ideológica y los intere in tere-ses de los poderosos, pues para él no existe ninguna razón que pudiera pudie ra justificar justificar una un a guerra. guerra. Nos N osot otro ros, s, en cambio, cambio, que estamos convencidos de los horrores de las guerras, pero que creemos que q ue en casos excepci excepcional onales es puede pue de estar e star justifijustificada una guerra o una revolución, haremos ciertamente todo lo posible para reducir la influencia de estos dos factores: exigiremos estructuras sociales justas, intentaremos limitar limitar el el pode po derr de los los podero po derosos sos,, y nos implicaremos implicaremos para que este poder no adquiera una forma tal que dé la sensación de que qu e una un a guerra g uerra contr co ntraa los vecinos vecinos u otros otro s país países es es es lucrativa. Dicho esto, los que no son pacifistas radicales también se preocuparán por la cuestión de saber si la presunta sun ta razón raz ón moral está está justi justific ficada. ada. Llego Llego ahora aho ra al al segundo punto pu nto.. En relació relación n con la la guerra del Golfo se planteó abundantemente la pregunta sobre la justi ju stific ficac ació ión. n. M ucho uc hoss se rie r ierr o n de d e esta es ta cue cu e stió st ión n pue p uess les pa parecía recía anticuada e impregnad imp regnadaa de falso falso moralismo. mo ralismo. Pero P ero creo que esto no es correcto. Sólo el pacifista radical tiene derecho a rechazar rechaz ar la pregu pre gunta nta sobre la justifi justificación, cación, pues para él no puede existir ninguna justificación en absoluto, pero entonces hay que aceptar a ceptar que o bien el pacifista pacifista radical radical ded efiende fiende una pos p ostur turaa dogmática y, y, p o r tanto ta nto,, no n o justi justific ficada, ada, o bien bi en q u e deb de b e d a r pru p rueb ebaa s d e qu q u e tod to d as las gue g uerr rras as son so n i n justif jus tific icab ables les p o r p rin ri n c ipio ip io.. D e m o d o q ue la pre pr e g u n ta sobr so bree la justificación justifica ción es en cada caso inevitable. Muchos creen que las reglas de la guerra justa constituyen un código código de comportam com portamiento iento procedente proceden te de la la filosofilosofía fía mediev medieval, al, pero pe ro que qu e ni se puede pu eden n justificar ni son so n aplica bles a u n a g u erra er ra m o d e rna. rn a. P e r o h a y q u e d ecir ec ir en p r i m e r lugar que la mayoría de estas reglas son aplicables a todas las guerras y, en segundo lugar, creo que no debemos considerar que estas reglas sean algo sagrado e inviolable, sino
125
que deberíamos insuflarles nueva vida siguiendo nuestro m ejor juicio. juicio. El pu p u nto nt o de referencia referencia de de la justificación justificación de esestas reglas me parece que debería ser entendido de modo análogo a la posible justificación justificación de un u n acto violento de un un individuo individu o sobre sob re otros. otros . Se podr po dría ía objetar obje tar que los los individuos, a diferencia de los los Estados, E stados, siempre siem pre se se relacionan bajo conco ndiciones de legalidad. Pero esto no es cierto: hay situaciones de emergencia y hay relaciones entre personas en las que la ley apenas interviene, por ejemplo entre marido y mujer. Somos de la opinión de que en una discusión entre pare pa rejas jas n u n c a d ebe eb e h a b e r violen vio lencia cia,, nu n u n c a d ebe eb e n llevarse llevars e a cabo bajo la violencia física, ¿pero no hay excepciones? ¿Y no están autorizados los niños, en casos excepcionales, a usar usa r la violencia físi física ca contra con tra sus sus padres? D e m odo que parece parece que se puede pued e hacer una analogí analogíaa entre el com portam po rtamiento iento individual individual y las las reg regla lass del del com co m portapo rtamiento entre Estados. Tomemos dos reglas que tienen un significado significado central cen tral en la teoría de la guerra guerr a justa. La primera prim era dice dice que el el otro Estado Es tado tiene que haber habe r cometido una un a injustici ticiaa con el Estado prop p ropio. io. Podemo Pode moss añadir que esta injusticia cia tiene que haber hab er sido considerabl considerable. e. Pero Pe ro incluso entonces entonc es la solución soluc ión bélica bélica sólo es legít legítima ima si antes se ha hecho he cho tod to d o lo posible para pa ra lograr logr ar una un a solución soluc ión sin medios bélico bélicos. s. Y la segunda segund a regla dice que una u na guerra gue rra sólo está justificada justificada en la medida en que se puede prever que los daños que causará no serán mayores que los los que quiere pali paliar ar.. Amb A mbos os principr inci pios pi os,, q u e se deb de b e h a b e r p r o b a d o la inu in u tili ti lid d ad d e tod to d o s los medios no bélicos y el principio de la proporcionalidad, fueron manifiestamente vulnerados durante la guerra del Golfo. Fue, po r tanto, tan to, una u na guerra no justif justifica icada. da. La validez validez de estos principios parece manifiesta. El sentido del prim ero es que antes de utilizar utiliz ar la violencia con co n tra alguien hay ha y que darle darle la la oportu op ortunid nidad ad de reparar p o r sí mismo lo que ha hecho, ciertamente bajo presión pero sin violencia. En segundo lugar, podemos ver fácilmente que utilizamos las
126
mismas reglas en el caso de un individuo. Si el mal producido es es considerable permitimo perm itimoss e incluso incluso recomendamo recom endamoss el uso de la violencia como último medio (pero sólo cuando es el último medio y no tenemos que temer que vaya a tener peores consecuencias que el mal que pretende paliar). Bajo las condiciones actuales, este principio de proporcionalidad excluye casi todas las guerras y conduce casi hasta la posición del pacif pacifismo ismo,, pero ahora ya no n o como pu p u nto de vista vista dogmático, sino fundad fun dado o racional racionalmente. mente. H ay otro ot ross aspectos de la justificación justificación de una guerra a los los que la tradición de la guerra justa no ofrece respuestas claras. ras. Según Según mi opinión opin ión deberían debe rían ser esclareci esclarecidos dos mediante m ediante los mismos métodos, es decir, con la analogía del caso individual. dual. (En (E n teoría se p odría od ría uno u no imaginar que semejante semejante analogía, a causa de la diferencia fundamental entre una disputa entre colectivos colectivos y una un a dispu d isputa ta entre individuo in dividuoss no es válida válida,, pe p e r o en los casos sencillos senc illos pare pa rece ce q u e sí que qu e se pu p u ede ed e apliap licar.) Quiero mencionar dos aspectos que parecen importantes tantes en la discusión actual sobre la guerra del Golfo G olfo y sus Consecuencias. En primer lugar se plantea la pregunta de si se tiene la obligación de reaccionar no sólo al mal que uno mismo ha causado sino también para ayudar a otro. Esta era la pregunta en relación con el el mal mal que había h abía sufrido sufr ido Kuwait, Kuw ait, pero también se puede plantear en relación con la catástrofe de los los kurdos kurd os.. La diferencia entre estos estos dos casos casos es es meram mera m ente que, que, según los los estatutos de la las Nacione Nac ioness Unidas, Unid as, la sobesob eranía de u n Estad E stado o es inviolable inviolable.. Si Si u n gobie go bierno rno realiza algo algo terrible dentro de sus propias fronteras territoriales no se pu p u ede ed e hac h acer er nada na da,, de m o d o q ue en el caso de K uwai uw aitt se po po día utiliz ut ilizar ar la violencia para rep r epar arar ar la situación, no así en el el caso caso de la la seguridad segurida d de los los kurdo ku rdos. s. Esta Es ta sería sería una un a limitación que efectivamente no es análoga al caso de los individuos. Se intro in trodu dujo jo es este te principio prin cipio en los los estatuto e statutoss de las Naciones Nacion es Unidas por el simple motivo de que estos estatutos fueron
127
redactados p o r los los gobiernos gobiernos y tod o gobierno tiende tiende a prepre servar su soberanía absoluta. La regla no posee sustancia éti ética. ca. El principio prin cipio de ayuda ay uda como co mo tal tal parece que también es válido en el caso individual individual:: cuand cu ando o veo que se comete com ete una injusticia terrible contra alguien tengo la obligación de inmiscuirme, en caso caso extremo extre mo de manera man era violenta. violenta. Pero aquí aqu í entra en juego juego otro o tro principio que sostiene sostiene que si el mal puede pue de ser se r paliado paliad o po p o r la ley ley, esta, en tan t anto to que q ue institución tituc ión anónima, a nónima, tiene siempre preeminencia preem inencia sobre mi acción individual. Hay una regla ética que afirma que si podemos salir del estado de naturaleza, entonces lo tenemos que hacer. Pero parece que esta sea una regla acerca de la cual nos podemos preguntar si en el presente no ha sido fundamen funda mentalmente talmente despreciada despreciada p o r los los Estados Unidos. U nidos. Sin Sin duda, los Estados Unidos respetan superficialmente esta ley. Las Naciones Nacione s Unidas U nidas es, es, también p o r lo que qu e respecta respecta a los Estados Unidos, la institución que debería decidir la cuestión cuestión de la guerra. guerra. Pero P ero la política política de los los Estados E stados Unid U nidos os y la aplicac aplicación ión de de la las resoluciones resoluciones de la O N U demuestran dem uestran que la participación participación de la la O N U no ha servido, servido, de de manera apenas velada, velada, más más que qu e para pa ra ocul o cultar tar la que ha sido en realirealidad la política de los Estados Unidos. Además, los Estados Unidos no hacen nada para reformar la estructura de esta institución, institución, po r ejempl ejemplo o creando un u n Parlamento Pa rlamento con dos cámaras similar al de los sistemas democráticos y sin el derecho de veto veto de algu algunos nos pocos poderes, pode res, un remanente rem anente del fin fin de la la Segu Segunda nda Guer G uerra ra Mundial M undial Creo que en principio se puede decir que si tuviéramos un Parlam Parla m ento semejante, semejante, que qu e se acercaría acercaría a lo lo que sería u n gobierno m undial, undial, ningún ningú n Estado E stado tendría tend ría el el derecho a declarar la guerra gu erra bajo la excusa de la ayuda ayu da a una un a parte pa rte de d e los ciudadanos de un Estado; Estado ; y en segund s egundo o luga lugar, r, que qu e a la la vista vista de semejante situación el Estado que tiene el poder de tom ar una un a inicia iniciati tiva va semejante semejante tiene tiene también tamb ién el deber debe r de conco ntribuir trib uir a transform transfo rmar ar la única asamb asamble leaa mundial que posee-
128
mos en un organismo organism o con una auténtica legi legiti timació mación, n, trans trans firiendo así a la las Naciones Nacion es Unidas U nidas reformadas el pode po derr ex clusivo de inmiscuirse en las disputas entre Estados y, en caso caso extremo, extrem o, también tam bién en las las diferencias diferencias surgidas en el inte inte rior rio r de los los Estados. Estados. La razón razó n p o r la que preferimos preferimos que se inmiscuya una institución legal a que lo hagan los indivi duos du os es evidentem evide ntemente ente que qu e en el caso de los individuos individ uos con co n demasiada demasiada frecuencia frecuencia lo que se atribuye el nom no m bre de ayu ayu da no es más que una excusa para ocultar los verdaderos motivos motivos egoí egoíst stas as.. Y ahí donde do nde un u n individuo o un Estado no sólo ofrece ayuda en un caso concreto, sino que define la ayuda como su política general, como hacen los Estados U nidos en la la actua actuali lidad, dad, est este gran pode po derr que quiere ayudar ayu dar a todos aparece a ojos de los pequeños (y todos los otros son pequeños) como un gigante que hace lo que le place.
II
C on es esta tass últimas últimas palabras palabras he empezado empeza do a tratar la p rob ro b le mática mática actual. actual. El prob pr oblem lemaa de la paz es el el problem prob lemaa de la paz hoy. ¿Cuáles son las perspectivas para la paz en este mo mento y cómo debemos interpretar la guerra del Golfo? ¿Cuáles son sus consecuencias? ¿Qué deberíamos haber aprendido apre ndido?? ¿Y cuál cuáles es son los principios principio s que qu e deberíamos deberíam os de fender nosotros, los ciudadanos de los Estados europeos? Quiero mencionar tres puntos. Primero: esta guerra no habría sido posible en el perío do de la la bipolaridad de las las superpotencias. superpotencias. Es impresion imp resionan an te ver qué rápidamente ha dirigido Occidente sus tropas contra el el Tercer Tercer M undo und o tan pron p ronto to como el Seg Segun undo do M un un do ha perdido su peso. Es remarcable que no haya habido ni haya haya un desarme desarme y que, po r el el contrario, el m undo un do occi dental se prepare prep are para pa ra una un a serie serie de intervenciones intervenciones en los paí paí ses del del Tercer Tercer M undo. Incluso la la O T A N es instrumentaliinstrumentali-
129
zada con este fin. En relación con nuestro propio armamento, men to, en los los país países es europeos deberíamos deberíamos con c ontrap trapon oner er dos pr p r inci in cip p ios io s a es este te pro p roce ceso so:: en pri p rim m e r lugar, deb d eber ería íam m os c o n seguir seguir la prohibición proh ibición de toda tod a exportación exportación de armamento, armamen to, y no sólo, com co m o se exi exige ge hasta la la fecha, fecha, la la exporta exp ortación ción de ara rmas a territorios en guerra, sino a todas las regiones, pues las crisis se producen a causa de la exportación de armas, como com o se ha visto claramente en el caso de Irak. Ir ak. Además, A demás, tan pr p r o n t o c o m o la situ si tuaa ci ció ó n de d e la U n ión ió n Soviétic Sovi éticaa se aclare, n o existirá existirá ninguna nin guna excus excusaa para la presencia de armas y tropas trop as del tipo que sea en nuestros país países es,, salvo salvo un contingente no nominal. De modo que deberíamos exigir el desarme total. En segundo luga lugarr: un fenómeno sorprend so rprendente ente en la prepr e pa p a r a c ión ió n d e la g u e rra rr a del de l G o lfo lf o fue fu e la faci fa cilid lidad ad c o n la que qu e casi todos los países se alinearon con los Estados Unidos. C reo que esto se expl explic icaa p o r dos motivos. En E n prim er lugar ugar,, estos países se dieron cuenta de que había un buen botín tanto material como ideal. Les pareció importante partici pa p a r en esta g uerr ue rraa impe im peri rial alis ista ta.. E n se seg g u n d o lugar, lugar , es evidente que los Estados Unidos Un idos eje ejercí rcían an presión sobre s obre los que dudab dud aban an (como los alema alemanes nes). ). Es notable notab le en qué medida los los Estado Es tadoss Unid U nidos os están están dispuestos dispue stos a presionar, algo que ya se pu p u d o c o m p r o b a r hace ha ce u n o s años añ os a p r o p ó s i to del de l refe re ferr é n dum en España sobre la entrada en la O T A N . N o tengo cla cla-ro cómo se ejerce esta presión, pero es evidente que lo hacen. La moraleja que los europeos deberían extraer de esta indigna indigna situaci situación ón es es apostarlo apostarlo todo to do para que E uropa uro pa aprenap renda a entenderse a sí misma como poder independiente que po p o d r ía c o n trib tr ibu u ir a re r e s trin tr ing g ir el po p o d e r casi ili i lim m ita itad d o de los Estados Unidos. Unido s. Cua C uand ndo o una persona en relaci relación ón con otras otras per p erss o n a s, o u n E s ta tad d o en rela re lacc ión ió n c o n o tro tr o s E stad st ado o s, d isis po p o n e de u n p o d e r inco in com m p ara ar a b le es esto to signific sign ificaa qu q u e es esta ta pe p ersona o este este Estado represe r epresenta nta un peligro para los los otros, otro s, con independencia de sus posiblemente buenas intencion intenciones. es. P or ello el lo,, en la situación situa ción actual los los Estados Es tados U nidos nid os son el peligro pelig ro
130
núm ero uno u no para la paz pa z en el m undo, und o, y aún no se ha deci deci-dido qué posición adoptarán los otros Estados para protegerse gerse de este peligro. peligro. El chantaje ch antaje en sus diversas formas form as será más importante que el uso inmediato de la violencia. Esta situación actual es una fase que no podría haber resultado de otra forma tan pro nto nt o como se acabó acabó la la bipolari bipolaridad. dad. N o puede durar du rar eternamente eternamente pero el tiempo tiemp o de transición transición presagi sagiaa mucho mu choss peligros. peligros. E n terc te rcer er lugar: lugar: los peligros peligro s afectan en especi especial al al al Tercer M undo. undo . Pero P ero los Estados Unido Un idoss tienen suerte, suerte, pues sus sus inintereses y los de los europeos coinciden en esta cuestión. Todo el hemisferio norte se ha unido contra los países del sur. sur. Este antagonism o es es en primer prim er lugar de naturaleza na turaleza económica nómica:: el hemisferio no rte se transfor trans form m ará cada vez más más en una un a fortaleza forta leza con c ontra tra el hemisferio sur. sur. La divis divisaa reza: reza: no ded e jar ja r en m o d o alg al g u n o qu q u e el Terc Te rcer er M u n d o p arti ar ticc ipe ip e de la riri queza, sino antes bien bie n mante ma ntener ner la posesió po sesión n de la las riquezas y aumentarlas aumentarlas;; dejar d ejar que la población del hemisferio hemisferio sur su r se hunda hund a en una pobreza pob reza aún má más profunda; rechazar rechazar un mercado justo de materias primas; imponer intereses injustos; defenderse defenderse contra con tra toda tod a forma de inmigra inmigración ción.. De D e modo m odo que el problema más urgente no es la paz, sino la justicia. El pro p rob b lem le m a capita ca pitall es el pro p rog g resi re sivo vo a u m e n to del de l bien bi enee sta st a r en una parte de la tierra a costa de la otra parte. Y las guerras servirán como la última ratio para lograr lo que en el caso normal se consigue mediante la presión económica. ¿Qué hacer? Es muy difícil responder a esta pregunta, pues pu es el pro pr o b lem le m a de d e la just ju stic icia ia glob g lobal al es u n p r o b lem le m a mo m o ral ra l y la moral no suele desempeñar ningún papel en las acciones nes de los Estados. Estado s. Sería Sería necesario que qu e los intereses pro pr o pios pi os concord con cordaran aran con los los mandamientos mandam ientos ético éticos. s. Esta era era en p a rte la situación en los años sesenta, cuando muchos Estados se deshicieron de su estatuto de colonias y los grandes poderes rivalizaban rivalizaban po p o r favorecer al al Tercer M undo. und o. Lo característico y deprimente de la situación actual es que el inte-
131
rés del hemisferio no n o rte en hacerse hacerse con las las simpatías de los los países país es men m eno o s des d esar arro rolla llado doss des d esap apar arec eció ió d efin ef initi itiva vam m ente en te tan ta n pr p r o n t o c o m o la U n ión ió n Soviética Sovié tica se re r e tra tr a jo a sí misma mis ma.. N o tengo ninguna fórmula sobre cómo se podría detener este pro p rocc e s o ta tan n te terr r ible ib le p a r a miles mil es d e m ill illo o n es d e p ers er s o n as as.. Tampoco Tam poco n o se ven los castigos que esperan es peran a los países países del hemisferio norte si mantienen su injusto comportamiento actu ac tual al.. N o obstante ob stante tiene tiene algún algún sentido sentido cuando menos percibir la la situación situación tal tal y como co mo es. Además hay que reco re corda rdarr lo lo que qu e he dicho sobre la (supuest (supuesta) a) fundam fun damentación entación ét étiica ca:: que forma form a parte pa rte de toda tod a acción béli bélica ca,, pero también tamb ién de toda tod a acción política en general. general. Los países países del del hemisferio no n o rte intentan hacerse hacerse con una un a conciencia conciencia tranquila tranq uila en relación relación con c on los países países menos meno s desarrollados d esarrollados,, y una u na de las las pocas cosas cosas que po p o d e m o s hace ha cerr es impe im pedi dirl rles es q u e pu p u e d a n hace ha cerlo rlo.. De D e b e r ía ía-mos hacer hincapié en cuáles son las acciones que se corresponderían con el mandato de la justicia. En primer lugar se trataría de un sistema económico mundial justo. La guerra del Golfo ha puesto de manifiesto que cuando los Estados occident occidentale aless lo desean desean pueden pue den pon p oner er en movimiento sin dificultades enormes cantidades de dinero que podrían util utilizar izarse se de manera productiva. productiva. U n segundo punto pu nto sería sería que los los Estado E stadoss occident occidentales ales se abrieran abriera n sin condiciocon diciones a la inmigración. La idea de que el proble pro blem m a de la justiju sticiaa sólo se puede ci pu ede ente e ntend nder er en el marco interio inte riorr de los los EstaE stados, como supuso John Rawls en su Teoría de la justicia , está está superada: la justicia es algo algo a lo que qu e todo to doss los los hom ho m bres bre s tienen derecho. El hecho de que alguien alguien haya nacido al al o tro lado de la frontera no puede ser decisivo para conculcarle sus derechos. Tan pronto como nos demos cuenta de que los derechos no se limitan al interior de los Estados, veremos que las leyes de inmigración limitadoras vulneran los derechos humanos más más bás básic icos os.. N os hemos acostumbrado acostum brado a considerar que estos derechos son constitucionales, pero también se hallan en la Declaración Universal de los Dere-
132
chos Humanos, y deben ser considerados universales también según las las norm no rmas as básicas básicas de la ét ética ica.. Me acuerd ac uerdo o cómo cóm o me eché eché atrás cuando cua ndo hace treint tre intaa años un u n amigo (signifi (significacativamente del Tercer Mundo) me expuso por vez primera las ventajas del mestizaje entre los pueblos. Sólo más tarde me di cuenta de en qué medida mi comportam com portamiento iento se cocorrespond rresp ondía ía con el el típico chovinismo europeo. europ eo. El miedo que muchos europeos tienen ante esta idea carece de fundamento, ya que no habrá un auténtico mestizaje dado que casi ca si todas tod as la lass personas tiende tien den n a quedarse qued arse con c on los suyos suyo s en su paí paíss aun au n cuando cua ndo deban con el ello lo asumir algunas algunas desvendesventaja ta jas. s. D icho ich o esto, un mestizaje considerable considera ble no sería sólo el resultado resultad o de una un a política justa jus ta de inmigración, sino que qu e además ejercería una influencia favorable sobre la disposición pacífi pac ífica ca de los p u eblo eb los. s. A l p rin ri n c ipio ip io he inte in ten n ta tad d o m o s tra tr a r que una de las condiciones de la disposición a la guerra de un pueblo pue blo es que las las personas tengan tengan una identidad propia prop ia agres agresiv iva. a. Si Si hubiera hubier a un mestizaj m estizajee de muchos muc hos pueblo pu ebloss den de n tro de un mismo Estado se dificultaría el desarrollo de seme jan ja n te iden id entid tidad ad.. Para finalizar quiero volver a subrayar que la justicia es el p u n to de referencia referencia de la m ayor ay or parte par te de mis mis observacioobserv aciones nes sobre so bre la paz. Hem H emos os visto que q ue el proble pro blem m a básico básico de la po p o líti lí ticc a inte in tern rnaa c ion io n a l h o y es la inju in just stic icia ia,, q u e las guer gu erra rass son el resultado del esfuerzo esfuerzo po p o r consolidar con solidar y ampliar am pliar la in justi ju stici cia, a, y q u e n o p o se seen en más má s q u e el v a lor lo r de última ratio. Pero también hemos visto que las dos condiciones subyacente centess que qu e contribu co ntribuyen yen a la la disposi disposición ción de un pueblo pu eblo a entrar tra r en guerra (e (el interés interés en u n reto re torn rno o al estado estado de naturanatur aleza y la identificación particularista y agresi agresiva va con el prop pr opio io colectivo) se debilitar deb ilitarían ían si se se estableciera una un a sociedad soc iedad más justa jus ta.. E n ú ltim lt imaa insta ins tanc ncia ia,, el inte in teré réss de los p o d e r o s o s en la guerra tiene siempre algo que ver con la injusticia. En este caso no se trata de desigualdad entendida como un estado desigual de la sociedad, sino de la disposición espiritual.
133
Platón Pla tón utilizaba en este este sentido sentido el concepto conc epto ple p leo o n exia ex ia , que se podría po dría traduc trad ucir ir como com o el deseo deseo de tener ten er siempre más, más, más más que antes y más más que los los otros. U na persona person a que está está dom do m i nada po r este este deseo es injusta. injusta. Y todas las las personas person as en el el p o der que, bajo determinadas circunstancias, intentan iniciar una guerra lo hacen por esta razón. Y si lográramos esta blec bl ecer er u n a soci so cied edad ad just ju staa , la pleo pl eone nexi xia a no quedaría supera da, pero sí algo domesticada. En todo caso estas observa ciones ci ones son utópicas pues no sabemos sabemos cómo cóm o se puede pu eden n hacer realidad. Quiero concluir con una pregunta para la que no tengo respuesta y me temo tem o que nadie la ti tiene ene.. La problemática problem ática de la paz pa z es la problem pro blemática ática de la vida y la m uerte uer te y p o r ello se se trata de un problema problem a que afect afectaa a nuestro nues tro interés interés propio, prop io, y desde luego luego a nues nu estro tro interés propi pro pio o colectivo colectivo.. Pero Per o la cues tión tió n de la supervivencia supervivencia tiene que qu e ver v er con co n la justicia soci social al,, que por p or su parte no n o es un problema prob lema del inte interés rés propio, propio , sino u n pro p roble blem m a ético. Esta Es ta meta ética, ética, la la justicia social social,, a su vez no se puede realizar si no se consiguen encontrar los inte reses propios (es decir, los intereses económicos) que concuerdan con los imperativos morales. Y esta es la cuestión de nuestra nu estra superviven supervivencia cia para la que no tenemos respuesta. respuesta. El marxismo creía haberla encontrado. Marx afirmaba, en pr p r im e r lugar, lug ar, q u e la ec eco o n o m ía cole co lect ctiv ivaa era er a s u p e r ior io r a la economía capitalista, y, en segundo lugar, que la economía colectiva cond co nduc ucee a la la justicia. La creencia de los marxistas y de Marx mismo en estas convicciones es tan fuerte que creían no necesitar ninguna ningun a teoría de la justicia justicia,, ningún ning ún con co n cepto cep to norm n ormativ ativo o de d e ética ética.. La realidad, es es dec decir ir,, la economía, econom ía, conduciría cond uciría necesariament necesariamente, e, según el elllos, os, a lo justo y p o r ello ello no es necesar necesario io desarrollar des arrollar ningún ningú n concepto conc epto es espe peci cial al de jus tici ti cia. a. Marx se reía reía de lo normativo. norm ativo. Si Sin n embarg em bargo, o, la la motiva motiv a ción de la mayoría may oría de d e los marxistas marxistas era el deseo de justicia, justicia, aun cuando de modo más implícito que explícito. La pre sente decadenci decadenciaa del marxismo marxism o es u n factor fac tor más de la preg pr egun un 134
ta por po r la paz hoy h oy en día día,, en un sentido positivo, positivo, pero per o tamtam bién en un sentido sentid o negati negativo. vo. Lo positivo po sitivo creo que radica en el necesario desencanto desen canto en relación con co n las las afirmaciones que acabo de mencionar. Los antiguos marxistas se han dado cuenta cuen ta finalm finalmente ente de que q ue la tesis tesis de que la econom econ omía ía coleccolectiva es superior a la capitalista, es tan falsa como la tesis de que qu e la economía econom ía colectiv colectivaa realiza realiza autom auto m áticamente áticam ente la justijus ticia cia soci social al.. Son fal falsa sas, s, en prim p rimer er luga lugar, r, porq po rque ue no fueron fuer on verificadas rificadas en el llamado socialismo real existente, y en segunse gundo lugar porque no se pueden excluir otros modelos que verificarían verificarían esta esta tesi tesis. s. Es positivo positiv o liberarse de ilusiones. ilusio nes. Pero, Pe ro, en segundo lugar, los que han sido marxistas tienden en la actuali actualidad dad a abandona aband onarr todos tod os sus antiguos antiguos contenidos de fe fe, así como com o su antigua an tigua defensa de la justicia, justicia, y ahí creo que q ue radica lo negativo de la crisis del marxismo. De esta crisis no sólo deberíamo debe ríamoss salvar salvar la idea idea ética ética de justicia, justicia, sino también tam bién lo que me parece parece que fue una aportación apo rtación durade du radera ra de Marx, a saber, concebir que la justicia no se puede instaurar mediante sermones morales, sino sólo cuando efectivamente encuentren apoyo en los los correspondientes correspond ientes motivos económico micos. s. N o hallamo hallamoss pues ante dos errores contrap c ontrapuestos uestos en relación con esta idea de Marx. El primero, el error tradicional, sería creer que podríamos lograr cualquier cosa relevante levante en el el ámbito social social a p artir ar tir de un p u ro esfuerzo ético. co. El segund se gundo o es el el erro er rorr de Marx, que creía que la m oral y lá economía están están tan interrelaci interrelacionadas onadas que podem p odem os dejar de lado la dimensión ética como elemento autónomo de nuestra acción. El abandono de la moral y la problemática de los derechos humanos tiene, como es sabido, efectos fatales en el llamado socialismo real existente. No podemos ni debemos despedirnos de la dimensión moral como dimensión autónom autón oma. a. Po P o r otra parte: parte: si mantenemos man tenemos la moral mo ral como dimensión autónoma, autónom a, surg surgee de nuevo la pregunta preg unta soso br b r e cóm có m o crea cr eam m os el v íncu ín culo lo entr en tree las las meta m etass éticas y la fun fu n ción de la economía. Sabemos que la economía capitalista,
135
que parece más fuerte económicamente que cualquier otro sistema, es intrínsecamente injusta y belicosa, el factor más amenazador para la paz. Por tanto, debemos perseverar en el sueño ético de la la justicia (por (p or nues nu estro tro interés in terés en la la supersupe rvivenc vivencia, ia, si si no po p o r sí misma misma); ); p ero también tam bién debem d ebemos os perseper severar en la convicción de Marx de que la justicia no se puede realizar sin sin una forma form a económica correspondien correspo ndiente, te, y no sabemos cómo se podría modificar el sistema capitalista o cómo se podría po dría alcanzar alcanzar una nueva forma form a no capital capitalist istaa de econom econ omía ía que fuera económ eco nómicame icamente nte eficiente eficiente y que al mismo tiempo permitiera la realización de la justicia. Me parece que este es el núcleo del problema de la paz hoy.
136
El «debate Singer»
(1991)
¿H ay un ¿Hay u n «debat «debatee Si Singer nger»? »? En realidad, no, pues u n debate consiste en argumentos a favor y en contra. Sin embargo, aquí una de las partes apenas argumenta, más bien difama e imposibilita la discusión. En Alemania, desde hace dos años no pue p uede den n realizarse realizarse activid actividades ades académica académicass en las las que se tra tr a te de la obra ob ra de Pete P eterr Singer Singer Ética práctica. En E n algunos de los los artículos recogidos recogidos en esta esta antología (Hegselmann, Ans A nstó tótz, tz, Singe Singer) r) el el lector lecto r traba tra ba conocim con ocimiento iento con c on la tremend trem endaa cantidad can tidad de insultos, tergiversaciones y citas falseadas que constituyeron una parte de la campaña contra el huésped de Australia y sus anfitriones. r El libro se divide divide en dos partes. La primera prim era contiene contribuc trib ucion iones es sob s obre re el el asunto, asun to, la segunda segu nda el el llamado «debate». Tal vez el libro tendría más valor si también se le hubiera dado dad o la palabra a la parte pa rte adver adversa. sa. Los Lo s editores ed itores escriben que qu e el libro libro «en «en cierto modo m odo toma tom a partido». partido» . Pero Pe ro esto sólo afe afeccta al al p u n to decisiv decisivo, o, a sabe saber, r, que qu e todo to doss (incluso (incluso el único ún ico ara rtículo de R. R. Wittma W ittmann nn que rechaza en todos tod os los aspectos aspectos la la po p o s ic ició ión n de Singe Sin ger) r) d e f ie ien n d e n d e c idid id idaa m e n te el d e r e c h o a la libertad de expresión y la necesidad de la discusión. La mayoría may oría de los artículos son so n apasionant apasionantes. es.
137 13 7
En relación relación con el p u nto nt o central central de la discusión sobre so bre la eutanasia de los recién nacidos, que a fin de cuentas habría que discutir independientemente de Singer, la mayoría de los artículos son igualmente unánimes: hay que dejar morir a los recién nacidos con graves discapacidades que no tienen o tra expectativa que qu e el el sufrimiento sufrim iento y no la curación. Las Las contribuciones contribuc iones de H. H . Kuhse y R. Merkel muestran mue stran la menme ndacidad dacidad de los que rechazan declamatoriamente lo que hace hace tiempo tiem po que se practica practica y es tolerado tolera do jurídicamente. Apenas A penas se perci pe rcibe be que qu e la cond co nden enaa a vivir de estos infelices infelices no es más que la consecuencia consecuen cia de la doctrin do ctrinaa de la Iglesi Iglesiaa sobre so bre el carácter rácte r absolutam absolu tamente ente sagrado sagrad o de la la vida. vida. N o es cristiana cristiana sin sin más, pues ¿acaso no es misericordioso el Dios cristiano? ¿Puede ¿Puede perm itir crueld crueldades ades?? C om o subraya H elga Kuhse, Kuhse, pa p a ra u n a éti ética ca se secu cula lari riza zada da la vida n o puede pu ede tener valor en en vi da no sí, sí, sino sólo só lo los los individuos. individuo s. D ilos vivientes vivien tes , los intereses de los verso versoss autores autore s m uestran en este este contexto qué inadecuado es es el derecho a la vida, porque nadie lo discute. Se trata antes bien bi en q ue en es esto toss casos caso s extr ex tree m o s ta tam m b ié ién n se rec re c o n o z c a el derecho a morir que es el resultado inmediato del derecho a satisfacer los intereses fundamentales. Diversos Divers os autores señalan señalan qué perversa es es la la equiparación equ iparación de la preg pr egun unta ta de Singer de si la vida aún aú n es digna de ser se r vivida par c on la formulació form ulación n de los los nazis nazis sobre p ara a el e l ind in d ivid iv idu u o con la vida «que no merece ser vivida» en contra del punto punto de vista de los individuos. Si estamos obligados en general a po p o n d e r a r e n tre tr e s u f rim ri m ie ien n to y m u e rte rt e (y a veces lo es estam tamos os ya se sea para nosotro no sotross mismos o para otros o tros que no se pueden pued en expresar), expresar), la preg pr egun unta ta sobr s obree si merece ser vivida vivida una vida así pa p a ra el ind in d ivid iv idu u o es inevi ine vita table ble,, bien bi en se use es esta ta fo f o rmu rm u la lacc ión ió n u otra. Los autores tienen diversas opiniones acerca de la pregunta ulterio ulte riorr de si si debemos (no sólo si nos está está permitido, perm itido, pues pu es se tr t r a ta de u n a obli ob liga gaci ción ón m oral or al de d ej ejaa r m o rir) ri r) d ej ejar ar morir al niño en estos casos o de si se debe matar activa-
138
mente. Esta pregunta no es analizada en profundidad en este volumen. Los que rechazan la eutanasia activa argumentan de modo más bien tradicional: hay que hacer esta esta distinción. distinción. El contraargu contra argume mento nto reza: la la distinción no se sostiene conceptualmente y la eutanasia pasiva no hace más que prolo pr olong ngar ar la m ayoría ayo ría de la las vece vecess el sufrimiento. sufrim iento. A ún otra o tra pregu p regunta nta que qu e hace hace comprensible com prensible la la reacción reacción de de espan esp anto to hacia Singer en Alemania Aleman ia se refiere a si dado dad o el cas caso o se pueden abortar fetos o si incluso se pueden matar recién nacidos aun cuando cu ando no se adopte ado pte la perspectiva perspec tiva prop pr opia ia de esestos sino desde el punto de vista de la carga para las familias. El ejemplo estándar es es la trisomía trisom ía 21 (mongolismo). (mongo lismo). N ing in g u no de los autores apoya este paso ulterior y apenas se discute en el libro sobre él. Sin embargo, hay que hacerlo y quiero aportar lo siguiente: 1) Para Singer este paso se distingue claramente del del primero; prim ero; de mod m odo o que qu e no es justo jus to que en las objeciones contra él se mezclen ambos pasos. Cada cual es libre de aceptar el primero y rechazar el segundo. Para Si Singe ngerr la la circunstancia de que qu e el recién nacido aún a ún no sea una «persona», es decir, que aún no tenga una relación consci conscient entee con su futuro, futuro , estando estando permitida p o r tanto tan to una muerte indolora, es decisiva sólo en el segundo paso (en el que se trata de lo que está permitido no de lo obligatorio); 2) La cesura clara que se suele señalar entre fetos y recién nacidos, es decir, el nacimiento, probablemente es razona ble, p e r o en m o d o al algu guno no carece care ce d e p rob ro b le lem m a s, y esta est a es la razón por la que Singer no se contenta con hablar de interrupciones del embarazo justificadas de esta manera; 3) En la actuali actualidad dad hay h ay una un a práctica (apoyada po r muchos m uchos de los los que se indigna indignan n con Si Sing nger er)) generalmente reconocida reco nocida (y juju rídicamente permitida) según la cual está permitido interrumpir el embarazo hasta la semana 22, no sólo cuando pu p u e d e ha h a b e r lesiones lesio nes graves, grave s, sino sin o ta tam m b ié ién n cu c u a ndo nd o h ay diag di ag-nósticos de trisomía 21. ¡Y a pesar de tanta inconsistencia no se debe perm per m itir la discusió discusión! n!
139
E n las las discusione discusioness sobre sobr e Singe Singerr tuvie tuvieron ron mucho mu cho peso algualgunas asociaciones de discapacitados. Dos de los artículos de este este libro, libro, los de D. Bimbac Bim bacher her y U. U . Wolf Wolf,, tratan trat an de los miemiedos y argum arg umento entoss especí específic ficos os de los discapacitados, discapacitados, lo cual es es importante. imp ortante. Bimbac B imbacher her es es de la opinión, po p o r razones utilitautilitaristas, ristas, de que qu e habría hab ría que tomar tom ar en consideración cons ideración las las reacci reaccioones ofendidas de los discapacitados aun cuando se las considere injustificadas. Es evidente que hay que tomarlas en consideración, pero si influenciaran la argumentación ética como tal, entonces esto implicaría evidentemente el fin de toda to da ética ética.. Bim B imba bach cher er se hace a sí mismo la siguiente objeción: objeción: en ese caso «el utilitarismo estaría comprometido con la estrategia ultraconservadora que consiste en defender las anomalías sociales más graves en la medida en que su supresión sería susceptible suscept ible de ofen o fende derr a las las almas almas sensibl sensibles». es». El ara rgumento aparentemente fuerte que ofrecen una vez tras otra los discapacitados reza: «Si este método hubiera existido antes habríamos muerto». Esto es falso de antemano porque, a diferencia diferencia del segundo paso pas o de d e Sin Sing ger, ningun ning uno o de los autores autor es de este este volumen volum en piensa en recién recién nacidos nacidos que podr po drían ían sobresob revivir ivir.. La L a palabra palab ra «discap «discapacit acitado» ado» induce ind uce de d e manera mane ra extrema a error. error. De D e mod m odo o que qu e el el argumento sólo tiene tiene valor contra con tra la interrupc terru pción ión select selectiv ivaa del embarazo. En su extremadamente inin teresante contribución, contribu ción, Ursu Ur sula la Wolf añade añade la siguient siguientee objeción: ción: «Supongamos «Supongam os que qu e una un a sociedad acuerda que qu e a causa causa de la superpoblación en el futuro nadie podrá tener más de dos hijos. hijos. ¿Implica ¿Im plica esto que qu e de este este mod m odo o se les les discute el derecho derec ho a la existencia existencia a los tercero ter ceros, s, cuar c uartos tos,, etcétera, hijos?». hijos?». También muestra que la posición aún más extrema defendida por algunos discapacitados y que consiste en rechazar chaza r la idea de una curación cura ción futura fu tura mediante una técnica de genética genética prenatal condu co nduciría ciría a que se pusiera en cuestión la idea de medicina y de curación cura ción según la divisa divisa «hagamos lo posible posible para que haya un u n núm ero tan grande posible posible de discapaci discapacitados tados como nosotros» nos otros»..
140
Al final final del del libro se encuentra encu entra una u na declaración de solidaridad firmada po p o r filósofos filósofos ale aleman manes es que prote pr otestan stan en concon tra de que se impida el ejercicio de la libertad de discusión «sin por ello tomar partido a favor o en contra de las tesis de Singer». Curiosamente parece que este asunto no preocupa a nadie más que a los colegas de Singer, mientras que el público alemán en su totalidad reacciona con indiferencia cia a una un a situación que en mod m odo o alguno algu no afecta sólo a los fifilósofos, lósofos, sino que qu e es es u n aten a tentado tado severo cont co ntra ra las las libertades constitucionalmente garantizadas de expresión y de investigación científica. Los mismos que en el 68 se indignaban contra co ntra las las infracciones limitadas a limitadas a reglas reglas simbólicas aceptan ac eptan que hoy se impida impida efectivamente una discusión sobre un tema de gran importancia social. ¿Cómo es posible? Sería en realidad macabro que la policía tuviera que proteger los actos académicos de los ataques de los discapacitados, pero en primer lugar nadie ha exigido algo semejante, y en segundo gu ndo lugar el hecho hec ho de que q ue las las asociaci asociaciones ones de discapacitados instrumentalicen para sus acciones los especiales sentimientos de culpa presentes en la sociedad hacia hacia ell ellos, os, aunque aunqu e su meta declarada declarada es ser reconocidos com co m o ciudadanos ciudadano s con los los mismos derechos y obligac obligacion iones es fundame fund amentales, ntales, este hecho da que pensar. Los discapacitados sólo han reaccionado así en el ámbito germano. germano. El año año pasado hub o que trasladar un congreso co ngreso internacional sobre ética médica de la ciudad de Bochum a Maastricht en Holanda, en donde tuvo lugar pacíficamente. te. La explicación evidente eviden te de que, tras los crímenes que q ue los nazis cometieron bajo el eufemismo «eutanasia», en Alemania se tiene que reaccionar re accionar de manera man era especialmente especialmente sensible a todo auténtico debate sobre la eutanasia es verdad, pe p e r o no n o basta. bast a. Los Lo s holande holan deses ses cons co nsid ider eran an que qu e estos crímene crím eness no son menos horrible hor ribless que q ue los alema alemanes nes.. Me parece que el m otivo p o r el que los los alemanes alemanes y sólo só lo los alema alemanes nes se p reo re o cupan o permiten que se impida la discusión abierta sobre
141
esta urgente cuestión, se remonta efectivamente al pasado nazi, pero tiene raíces más profundas. Llama la atención el grado de irracionalida irracion alidad d e intolerancia, las tergiversaciones y la incapacidad de diferenciar p o r parte pa rte de los adversarios en la discusión. Creo que se trata de sentimientos de culpa no pro p roce cesa sado dos, s, aún aú n rep re p rim ri m ido id o s, que q ue han ha n pro p rod d u c ido id o en este es te país una tendencia tan fuerte a convertir en tabú las convicciones nes éticas éticas tradicionales y hasta has ta la fecha n o discutidas, y que qu e imposibilitan una discusión tolerante tal y como se debería dar da r por po r supu s upuesta esta en una un a sociedad sociedad democrática. Singer Singer lo ve de modo semejante, basta con leer su aportación a este volumen y su texto en N e w York R e v i e w o f Books Boo ks del 15 de agosto, «On Being Silenced in Germany»,* un título acertado tado y vergonzoso para nosotros. Francfort
* H ay traducción tra ducción espa española: ñola: «De «D e cóm o no me dejaron dejaron habl hablar ar en AleAle mania», en Peter Singer, Singer, Una vida ética. Escritos, Madrid, Taurus, 2002, pp. 349364.
142
Discurso de recepción del Premi Prem io M eist eister er Eckhart
(2005)
Sin Sin duda dud a cada época considera que qu e su miseria m iseria presente es eses pecia pe cialm lmen ente te grave. N o imp im p o r ta si esto e sto es obj o bjeti etiva vam m ente en te coco rrecto. Sin embargo, me parece una peculiaridad de nuestra situación actual, actual, sobre tod to d o si se se la compara com para con co n los últimos últim os 200 años, que nos hemos vuelto especialmente pesimistas, pues pu es no n o nos no s pode po dem m o s imagina imag inarr de nin ni n gún gú n mo m o do cuál cu ál es el f u turo tur o de la la humanidad y p o r ello ello nos podemos muy mu y bien imaimaginar que qu e en u n tiempo tiem po previsible previsible desaparecerá, desaparecerá, así como com o que qu e en muchas cuestionas concretas con cretas ni siquiera tenemos tenem os una un a idea idea de cómo podem p odemos os remediar remed iar la la miseri miseria. a. Así, Así, p o r ejemplo, papa rece que la globalización del capitalismo vuelve a actualizar la crítica de Marx, pero, al contrario que él, hoy nadie tiene una un a idea de cómo cóm o se pued pu edee alcanzar alc anzar la justicia soc socia ial. l. Para nuestra sorpresa ha caído el telón de acero, pero en su lugar se han erigido nuevos muros, tan bien fundamentados en e n su su superficie superficie como lo estaba estaba el el Mur M uro o que separaba separab a est esta ciudad, ciudad, de modo m odo tal que los los poderosos, pode rosos, en lugar lugar de anuanu lar la las injusticias injusticias que han creado, crea do, inten in tentan tan protegers prote gersee de las las reacciones que estas suscitan. Me refiero, de un lado, a los muros que han sido construidos en las ciudades españolas situadas en Marruecos, Ceuta y Melilla, y que son los re pres pr esen enta tant ntee s visibles visib les del de l c intu in turr ó n polic po licia iall q u e to t o d a E u ro p a
143
ha levantado a su alrededor contra el mundo pobre, y, del otro, a los muros que han sido construidos en Palestina. Ambos muros son en apariencia razonables, pues ¿no es comprensible que los europeos quieran impedir una inmigración que se percibe ilimitada, y no es razonable que los israelíes se quieran proteger de las intrusiones de los terroristas suicida suicidas? s? En E n ambos am bos casos se trata tra ta de medidas que sólo son indispensables si no se está está dispuesto dispue sto a acabar con la inin just ju stic icia ia de base. C o n t o d o , p ie ien n s o q u e en es estos tos casos caso s ni siquiera tenemos tenem os una u na idea idea de cómo se puede pued e all allanar anar la injusticia: cómo se debería llevar a cabo. Me concentro en el muro construido en Palestina, porque como judío me siento especialmente avergonzado por el desprecio humano con el que la mayoría de los israelíes (afortunadamente sólo la mayoría) se relaciona con los palestinos que mantienen sometidos, y porque deseo señalar dos cosas triviales que serían más difíciles de decir para un no judío ju dío en Alemania que, a causa de la vergüenza verg üenza alemana en relación relación con los los judíos, sería sería inmediatam inm ediatamente ente desacreditado. También existen, existen, ciertamente, judíos antisemitas, antisemitas, pero si fuera designado como com o tal me daría igu igual al.. N o , yo y o y los que pie p ien n sa san n c o m o y o n o som so m os antis an tisem emita itas, s, sin si n o q u e e n te ten ndemos nues n uestro tro ser judíos de otro o tro m odo, odo , a sa sabe ber, r, del modo mo do en que algunos de los antiguos profetas lo expresaron y por supuesto Jesús, que fue el más grande de los profetas, y en nuestro tiempo, por ejemplo, Marek Edelmann, el vicecomandante de la rebelión en el gueto de Varsovia, que a pesar del resurgente antisemitismo polaco no emigró conscientemente a Israel y que, a la pregunta de lo que para él signifi significaba caba ser judío, jud ío, respondió respo ndió:: «Ser «Ser judío jud ío signi signifi fica ca,, de una pa p a r te te,, es esta tarr a favo fa vorr de los débil dé biles» es».. E ste st e u n ive iv e rsal rs alis ism mo ju dío, que se puede pued e ilustrar ilustra r con figura figurass como co mo Sigmund Sigmund Freud, Freu d, Rosa Luxemburg o Víctor Gollancz, fue convertido desde 1944 en en una tendencia minoritaria m inoritaria por po r el el sionismo, sionismo, un p ro ceso que he tratado en otra parte. Pero hay que reconocer,
144
desgraciad desgraciadamente, amente, que este este triunfo triu nfo del particularismo de lo étnico en el judaismo judaism o es tam también bién la consecuencia consecuencia de una tra dición dición que ha sido sido una carg cargaa para nosotros noso tros desde desde un prin p rin cipio, cipio, la idea idea del pueblo pueb lo elegi elegido. do. Esta supuesta sup uesta bend b endición ición se nos ha convertido conv ertido en una un a maldició maldición. n. Las dos cosas cosas triviales triviales que quer q uería ía señalar son: en prim er lugar el el sionismo sionismo ha sido desde desde el el principio un u n camino camino erró err ó neo y una injusticia, y sólo se puede comprender desde la pretérita conciencia colonial europea. Un camino erróneo también tam bién por p orqu quee contrad c ontradice ice tanto ta nto a la religión religión judía según la cual sólo habrá retorno cuando venga el Mesías, así como a la idea de la emancipación judía. Y ha sido una injusticia ya desde el el principio: cuando cuand o aumentó aum entó la inmigración judía a principios princip ios del sigl siglo o pasado, los árabes no estaban en con c on tra de la emigraci emigración ón com o tal, tal, pero sí que qu e les les parecía parecía com pre p rens nsib ible lem m ente en te ins in s o p o rta rt a b le d e an a n tem te m a n o la met m etaa explíc ex plícita ita de fundar fund ar en esa tierra un Estado extranj extranjero. ero. Para ver con claridad qué perversa era esta esta idea idea hay ha y que q ue imaginarse imaginarse cómo reaccionarían reaccionarían los los europeos, europe os, que ni siquiera siquiera permiten perm iten la in migración migración como com o tal tal, si, p o r ejemplo ejemplo,, los kurdos, kurd os, que q ue sufren la misma dominació dom inación n que los los judíos sufrieron sufrie ron,, quisieran es tablecer tablecer un Estado kurd ku rdo o en Europa. La idea idea de ser ser el el pue pu e blo b lo elegid ele gido o y la idea ide a del de l rein re ino o de D ios io s son so n los dos do s polo po loss contrapuestos que determinan contradictoriamente contradictoriam ente la autocompre com prensión nsión judía. La idea del reino de Dios, D ios, que fue reco re co gida por Kant con su idea del reino de los fines, conduce a una un a autodisolución autodiso lución del pueblo pueb lo judío así así como también a una relativización de todas las otras ideas del pueblo. Lo segund seg undo o que qu e quisiera quisier a señalar es lo siguien siguiente: te: el E stado stad o de Israel se ha convertido mientras tanto en un hecho que también debe ser aceptado por los palestinos, pero dado que qu e esto no n o se ha dado da do naturalme natura lmente, nte, la tarea de los los isra israelí elíes es debería haber sido facilitárselo. La oportunidad se presen tó tras la Guerra de los Seis Días en 1967. Habían vencido de manera brillant brillantee y ocuparon o cuparon toda tod a Pale Palest stin ina. a. Com C om o ven
145
cedor cedo r se se puede pued e ser generoso, pero per o también hay h ay que serlo serlo si si se desea desea conseguir una solución constructiva. Esta o p o rtu rt u nidad de una solución soluc ión de dos Estados no sólo no fue fue perci bid b idaa p o r los israelíes israe líes que qu e m a n tuv tu v ier ie r o n la o c u p a c ión ió n y se com portaro po rtaron n como verdaderos ocupantes con todas la las tra tra bas, sino sin o q u e h an o b s tru tr u ido id o la paz p az activ ac tivam amen ente te y sin nece ne ce sidad mediante su política de asentamientos, una política que a pesar de la desocupación de la franja de Gaza ha se guido en alza. Esta política de asentamientos es una infil tración tració n que condu co nduce ce a una un a anexión y que sitúa a los los palesti nos ante la elección elección de emigrar em igrar de ahí o de aceptar ace ptar el estatus de parias en su pro pr o p io país. país. N o me parece evidente explica explicarr los atentados suicidas palestinos simplemente como fana tismo religioso: no son más que, en primer lugar, por muy aguda que sea la crítica, atentados de desesperación. Si los asentamientos asentam ientos se desm ontaran, onta ran, sería sería el el paso pas o decisivo para pa ra la superación de la desesperación desesperación y hacia hacia un acuerdo recípro recíp ro co. co. Pero Per o parece apenas imaginable imaginable que la nación israel israelíí con co n su mezcla de odio, miedo y arrogancia llegue tan pronta mente a la situación de ejecutarla ejecutarla volun vo luntariam tariamente ente,, y apenas es imagin imaginabl ablee lo que pasaría pasaría si si fueran obligados -p e r o ¿por ¿p or quién?- a hacerlo. La Fundació Fun dación n Identity Ide ntity me ha manifestado manifestado su amabil amabilida idad d al otorgarme otorgarm e un prem pr emio io de 50.0 50.000 00 euros. Lo considero com c omo o una oferta para que pueda decidir cómo debe ser utilizado este este dinero. C o n base base en las las razones hasta h asta aquí aqu í mencionadas espero la comprens com prensión ión de la fundación fund ación a mi donación dona ción de este este monto a Palestina no para la finalidad aparentemente más constructiva de una reconciliación arabe-israelí, pues esto po p o d r ía p a rece re cerr un u n a p a tra tr a ñ a d a d o el re r e chaz ch azo o de tod to d a rec re c o n ciliación ciliación p o r parte pa rte de la política po lítica israel israelí, í, sino sólo para pa ra la re re construcción de Palestina. A los no judíos ilustrados ale manes también les puede parecer importante ayudar a Palestina, aunque comprensiblemente les parezca difícil. N o fue sólo só lo el nazi na zism smo, o, sino si no el an a n tise ti sem m itis iti s m o del c e n tro tr o y
146
del Este de Europa en su totalidad, el corresponsable de la desgracia desgracia de los palestinos, y en lugar luga r de los los millones m illones sufra gados por los alemanes en la actualidad para monumentos en recuerdo del Holocau Ho locausto sto que sólo sólo sirven sirven para la mitiga mitiga ción del propio sentimiento de culpa, no hay duda de que la ayuda ayu da activa activa es es lo que se requiere, requie re, la ayud ay udaa activa activa para pa ra to dos los necesitados, pero en especial para los que, ahora y hoy, hoy, son perseguidos, sometidos, y aún aú n de modo m odo más más espe cial cial para aquellos de cuya cuy a desgraci desgraciaa uno u no se puede pu ede sentir sen tir res ponsable, aunque aun que sólo sea sea indirectamente. indirectamente. Para acabar deseo hacer aún dos observaciones ob servaciones con co n la es es peranza peran za de evitar evitar malentendidos. Primera: sé que se me reprochará que con lo que he di cho favorezco ideas antisemitas, y no puedo siquiera ex cluirlo. Pero no se puede decir nada en absoluto política mente relevante sin que un grupo cualquiera haga un mal uso y lo explote para sus fina finali lidade dades. s. Deseo D eseo que esa parte pa rte de mi discurso se entienda como un a contribució con tribución n que qu e defien defien de que en Alemania Alemania también tam bién debe pod p oder er decirse decirse sobre este asunto lo que cada cual crea correcto, sin ser sospechoso. Considero Co nsidero insoportable y extremadamente extremadamente inconveni inconveniente ente par p araa el fu f u tur tu r o del de l E s tad ta d o de Israe Is raell q u e la crí c rític ticaa a su p o líti lí ti ca sea sea equiparad equ iparadaa automá au tomáticam ticamente ente con c on el antisemitismo; antisemitismo; es este este un m étodo éto do,, el de aislarse aislarse frente fre nte a las las críticas, críticas, del que na n a die ha sacado aún nada bueno. Segun Segundo do:: el no dedicar mi donación a u n proy p royecto ecto de en tendimiento, tendim iento, sino sino meramente m eramente a la reconstruc reco nstrucción ción palesti palestina, na, no es sólo expresión de mi pesimismo, sino que deseo des tacar algo en concreto. Tengo mucho respeto por los pro yectos destinados directamente a la reconciliación, pero a mis mis ojos ahí a hí radica una un a dificultad. dificultad. Reconciliación n o signi fica sólo la disposición a la asociación, no es posible sim ple p lem m e nte nt e salta sa ltarr p o r encim en cimaa de las las injus inj ustic ticias ias com co m etid et idas as.. Si tengo razó ra zón n con co n los los dos punto pu ntoss que he cali califi fica cado do de trivia les -sobre el sionismo inicial y sobre la política de asenta
147
m ie ien n tosto s- entonces se encuentra encu entra aquí una un a asimetrí asimetríaa en la la in just ju stic icia ia básic bá sicaa ( p o r m u c h o q ue en c o n c r e to p u e d a exis ex isti tirr cierta simetría en el odio recíproc recíp roco o y en la lass acciones acciones y reac ciones mortales). Parece muy poco imaginable que los is rae raelí líes es reconozc reco nozcan an jamás jamás que los que han sufrido prim aria mente me nte la injusticia en este terrible terr ible conflicto conf licto sea la otra ot ra parte; con todo to do,, la aceptación aceptación de esto y la obligación de reparación repa ración concomitante son los requisitos de una reconciliación real. Y en todo caso no sabría por qué nosotros los que nos ha llamos en el exterior -ya seamos judíos o no judíos- no se lo podríam podr íamos os dec ecir ir.. Y p o r ell ello - lo he reflexionado reflexionado mucho muc ho y hablado hablado con amigo migoss que tenían tenían otra o p inió in ión n - mi mi donación no va directamente a un proyecto de reconciliación, sino que tiene sólo este este sentido simbólico de un gesto gesto de repara rep ara ción.
148
La política de los irreconciliables (2006 )
(Michael Hesse): Señor Tugendhat, Kö K ö lne ln e r Sta S tad d t-A t- A n z e ige ig e r (Michael ¿con la retira reti rada da de la f r a n ja de G aza az a , no ha env en v iad ia d o Isra Is rael el una señal positiva? Tugendhat: C o n la retirada de la franja de Gaza, Sharon ha realizado realizado una un a maniobra m aniobra gen genia ial: l: p o r una un a parte parece como si él, el el otro otr o ra azuzador, azuzad or, de repente estuviera estuviera a favor favor de una solución solu ción pacíf pacífica ica (hay que añadir añad ir que para pa ra Israel Israel la franja de Gaza no tenía tenía ningún valor y su ocupación era sólo sólo una car ga); por otra parte, de este modo Sharon podía distraer la atención de la opinión pública mundial sobre las situacio nes nes extremas extremas a que ha conducido condu cido la política política de colonización en Cisjordania. La finalidad no declarada de esta política sólo puede ser la anexión: se va a acabar con los palestinos y Occidente lo permite. ¿N ¿ N o son preo pr eocu cupa pante ntess los los resultad resu ltados os de las eleccione eleccioness en Pale Pa lest stin ina? a?
Tugendhat: Israel y Palestina se incitan recíprocamente. Parece que en parte la victoria de Hamás se explica por la corrupción de Al-Fatah, pero forma parte de la irreconci liable política israelí. Cuando la situación no tiene salida, pre p red d o m ina in a el fanat fan atism ismo. o.
149
¿D ¿ D e b e n m anife an ifesta stars rsee con vela ve lass 1 los alemanes alemanes a fa v o r de los los palestinos? pales tinos? Tugendhat: N o , esto serí seríaa exage exagerad rado. o. El que qu e hoy ho y en día día critica la política actual de Israel, sólo puede hacerlo si deja claro que no tiene motivos antisemitas, y esto tal vez no sea fácil. Pero nosotros, judíos, por nuestra parte, no debemos creer que a causa del Holocausto no podemos ser criticados. El que ha sido perseguido, no adquiere por ello el derecho a perseguir a otros. Que alguien haya sido expulsado de su casa casa,, no le da derecho derech o a irrum irr um pir pi r en la casa casa de otro o tro.. También Tam bién los los palestinos palestino s deben deb en aportar apor tar algo al proc proces eso o. Tugendhat: Naturalmente. Israel ya es un hecho que debe ser reconocido por los palestinos. No quiero hablar aquí aq uí del tiempo tiem po anter an terior ior a 196 1967; hasta entonces enton ces los israe israelí líes es tenían que qu e vivir vivir con el miedo a ser «lanzados al mar» po p o r los árabes, árabes, tenían que luchar po r su exist existenc encia ia.. Pero Pe ro con c on la G ueue rra de los Seis Días en 1967 se impusieron. Fueron claros vencedores, y el vencedor puede permitirse ser generoso. Según egún mi mi opinión, op inión, entonces habría sido posible una verdadera paz: paz: una un a solución bien sopesada de dos Estados. Israel Israel no percibió esta oportunidad. En lugar de ello mantuvo ocupado ocupad o militarmente el territo ter ritorio rio de los los venci vencidos. dos. ¿Son ¿S on los los jud ju d íos ío s sionistas los dese d esenc ncad aden enan ante tess d e l conflicto? Tugendhat: Este es el problema más antiguo del que no habría que apartar la mirada. Hoy se piensa que judíos y sionistas sionistas son so n cas casii lo mismo. Pero P ero el sionismo sionism o que qu e surgió hacia cia 1900 era una espec especia iall interp in terpreta retació ción n nacionalista del judaismo rechazada en las primeras décadas del siglo xx por 1. Desd De sdee principios de los noventa no venta se extendieron en Alemania, en propro testa contra los ataques neonazis a los centros de refugiados políticos y a casas de extranjeros, las manifestaciones en las que los participantes portaban velas encendidas, creándose cadenas de velas ( Lichterke Lich terketten tten ). (N. del T.)
150
la mayoría de los judíos que se entendían a sí mismos bien en térm términos inos religi religiosos osos bien en términos término s de asimil asimilaci ación. ón. N o fue hasta 1944 que el sionismo se hizo mayoritario en las principales organizaciones judías de los Estados Unidos. No obstante, en la actualidad hay también muchos judíos que qu e se se sienten distanciados del del sionismo. sionismo. Ciertam C iertamente ente,, siem pre han existido dentro del sionismo -e igualmente hoy en Israel- grupos que defendían un verdadero entendimiento con los palestinos, esto es, la igualdad de derechos. Sin em barg ba rgo, o, no n o se pued pu edee negar neg ar qu q u e el sion si onis ism m o era e ra po p o r esencia esenc ia n a cionalista y, por tanto, potencialmente agresivo hacia el ex terior. ¿C ¿ C ó m o se explica ust u stee d esto t Tugendhat: Se encontraba ya en la idea inicial de no li mitarse a emigrar a Palestina, sino fundar ahí un Estado pro p rop p io. io . Se p u ede ed e en e n ten te n d e r que qu e una un a idea id ea así, que qu e sól s ólo o se p u e de explicar a partir de la conciencia colonial europea de aquel entonces, fuera fuer a inaceptable para los los árabes. árabes. ¿N ¿ N o es el sionismo una un a consecuencia de d e l Holo Ho loca caus usto to f Tugendhat: No. La principal emigración sionista a Pa lestina sucedió antes del Holocausto y no fue una reacción a la política de aniquilación de los nazis, sino al fenómeno generalizado del antisemitismo, aún aú n más más en el el Este de E u ro pa que qu e en Alem Al emani ania. a. P o r tan ta n to sólo só lo se pu p u ede ed e decir: el sio si o nismo fue una un a consecuencia consecuencia comprensible, pero ciertamen ciertam en te no «necesaria» del antisemitismo. ¿H ¿ H a b ía otras opciones? opciones ? Tugendhat: Sí. Se pueden ver en las alternativas mostra das por Gershom Scholem. Scholem -el principal autor de mística jud ju d ía-, ía -, que emigró em igró de Alemania a Palestina en el el año 1924. En su autobiografía reflexiona sobre su juventud en Berlín. De una parte, ve a sus padres que intentaban asimi larse arse.. De la otra, a su su herma h ermano no que se hizo comunista. Fre F ren n
151
te a estos dos caminos consideró cons ideró el suyo su yo pro p ropi pio, o, el sionista, sionista, como com o el el único que q ue se demostr dem ostraba aba practicable. practicable. Pero ¿se p u e de afirmar esto? (25-26 de marzo de 2006) Kö K ö lne ln e r Sta S tad d t-A t- A n z e ige ig e r (25-26
152
Procedencia de los tex te x tos to s
«Mirada retrospe retro spectiva ctiva en el oto ot o ño de 1991» (« Rü R ü c k b lic li c k im escrito a modo mod o de introducció introd ucción n para este este vo He H e r b s t 199 1991» 1»): ): escrito lumen. «Con «C ontra tra la pedagogía pedagogía autoritaria. Escrito E scrito polémico con con tra las tesis “coraje para educar”» («Gegen die autoritäre Päda Pä dagog gogik. ik. Stre St reits itsch chri rift ft gege ge gen n die Thes Th esen en “M u t zu r Er ”): Die zi z i e h u n g ”): D ie Z e i t , 2-6-1978, p. 48.
«Gitanos y judíos» (« Zig Z igee u n e r u n d Juden Jud en») »):: prólogo a Tilman Zülch (ed.), en In I n A u s c h w itz it z vergast, verg ast, bis heu he u te v e r folgt. folgt. Zu r Situa Situati tion on der Roma Ro ma un d Sinti in Deutschland und un d Eur E urop opa a, Reinbek, 1979, pp. 9-11.
«Racionalidad e irracionalidad del movimie mov imiento nto pacifist pacifistaa y sus adversarios. Tentativa de diálogo» (« Ra R a tio ti o n a litä li tätt u n d Irra Ir ratio tiona nalit lität ät der d er Fried Fr ieden ensb sbew eweg egun ung g un u n d ihrer ih rer Gegner. Gegner. Ver such eines Dialogs») Dialo gs»),, en Verlag und Versandbuchhandlung Europäische Perspektiven GmbH (Schriftenreihe des Arbeis beists tskr krei eise sess A tom to m w affenfr affe nfreie eiess Europa e. e. V , vol. 7), Berlin,
1983.
153
«La República Federal Alemana se se ha convertido conv ertido en un país paí s x enóf en ófo o b o. D isc is c u rso rs o en Berg Be rgen en-B -Bel else sen n co c o n tra tr a la expu ex pul l sión de yazidíes» («Die Bundesrepublik ist ein fremden feindliches Land geworden. Rede in Bergen-Belsen gegen die Abschiebung von Yezidi»): prólogo a Robin Schneider (ed.), en Die D ie kurd ku rdis isch chen en Yezidi. Yezi di. E in Volk Vo lk a u f dem de m Weg in den Untergang, Kassel, 1984, pp. 9-11.
«Asilo: ¿clemencia o derecho humano?» («Asyl: Gnade oder Menschenrechtt»), en Kur K ursb sbuc uch h 86 (1986), pp. 172176; tambié tam bién n en K. Barwig Barw ig y D. Miet M ieth h (eds.), (eds.), M Migr igrat ation ion u n d Mee n s chen M ch enw w ü rde rd e , Mainz, 1987, pp. 76-82. «Con «C ontra tra la la repatriación repatriación al al Líbano. Líbano. Discurso pronunciad pron unciado o con ocasión de una un a reunión reu nión de protesta pro testa en la Passionskirche de Berlín el 21 de enero de 1987» («Gegen («Gegen die die Abschieb Abs chiebung ung in den den Libanon. Libanon. Rede Red e a u f einer einer Protestversammlung in der Passionskirche Passionski rche Berlin Be rlin a m 21. Ja J a n u a r 1987»), en Kirche Kir che a k tuell, Berlín, febrero de 1987, pp. 27-29.
«Ser «Ser judío jud ío en la República Federal F ederal Alemana» («Als («Als Jude Jud e Loccumerr Protoko Pro toko in der Bundesrepublik Deutschland»), Loccume lle 66 (1987), Geschi chichte - Schu Schulld - Zu ku nft, Evangelische Akademie Loccum, 1988, pp. 6-8. «El «El proble pro blem m a de la eutanasia y la libertad liber tad de expresión» («Das Euthanasieproblem und die Redefreiheit»), en Taz, 6-6-1990. «La «La guerra gue rra del Golfo G olfo,, Alemania Aleman ia e Israel» Israel» («Der Golfkrieg, Golfkrieg, Deu D euts tsch chla land nd u n d Israel»), en Die D ie Z e it, 22-2-1991, pp. 62 ss. «El problema de la paz, hoy» («Das Friedensproblem heute»), Conferencia en Valencia el 30-4-1991; edición ale mana en Kursbuch, 105 (1991), pp. 1-12. 154
«El “debate Singer”». A propósito del libro de Rainer Hegselmann y Reinhard Merkel (eds.), en Zu Z u r D e b a tte tt e über Euthanasie («En torno al debate sobre la eutanasia»), Fráncfort, 1991 {«Die Singer-Debatte»), Die Zeit, 18-10-
1991, p . 47. «Discurso de recepción del Premio Prem io Meister M eister Eckhart»: di d i ciembre de 2005. «La política de los irreconciliables» («Die Politik der Unversöhnlichen»): entrevista entrevista publicada en Kö K ö lne ln e r S tatd ta td- el 25 de marzo de 2006. An A n z e ige ig e r el
155