����. �.������. ������������� ��� ������ ����������� �� ���� ������ “Considérese una persona que dibuja un plano detallado de la habitación en la cual está trabajando. Dejémosle intentar intentar incluir en su dibujo el plano que que está representando. Es evidente que no puede llevar a término su tarea, que implica un número infinito de planos cada vez que añade añade una nueva línea al plano crea un nuevo objeto por dibujar, pero que todavía no está dibujado. El plano que se supone ha de contener contener un un plano de sí mismo, no puede completarse. El caso del d el plano muestra la l a incompletud y la apertura de un universo que contiene objetos de conocimientos del Mundo Tres”.[1]
������������ En la exposición del concepto epistemológico de Popper se encuentra la tesis de los tres mundos, como una justificación de la nueva racionalidad de la ciencia, donde a partir de la crítica racional se puede entender el avance del conocimiento, su posibilidad y su desarrollo. Esta nueva racionalidad de la ciencia se enmarca dentro de un concepto evolucionista emergente que Popper ha denominado “Programa Metafísico de Investigación”, planteamiento que se opone al modelo físico del conocimiento preconizado por el racionalismo tradicional o actitud positivista del conocimiento (Epistemología Tradicional), donde impera el reino de la creencia y somete el conocimiento conocimiento a lo subjetivo, subjetivo, siguiendo el esquema de las ciencias físicas como criterio de evidencia y de verdad. El nuevo concepto de racionalismo evolucionista aparece con objetos del Mundo Tres, en donde el criterio de verdad no es un concepto acabado sino en completa revisión; son verdades parciales, sometidas continuamente a contrastación independiente de los grados de creencia. Por esto el racionalismo que emerge con el Mundo Tres Popperiano, es independiente de lo 1
subjetivo y su desarrollo parte de los productos humanos; con ellos trabaja mediante el proceso de crítica y eliminación de errores. Es ésta una filosofía de la ciencia que trasciende los esquemas subjetivos del conocimiento expresados por la epistemología tradicional para residenciarlos en el mundo del conocimiento objetivo, el cual es independiente de las afecciones y obstáculos del sujeto que conoce; o sea, una epistemología sin sujeto cognoscente. Ahora bien, pese al socavamiento que ha sufrido la teoría del conocimiento por parte de los "relativistas epistemológicos" y su denominada crisis de finales y comienzo de siglo, la doctrina del Mundo Tres de Popper reviste unas características especiales que permiten conocer el trabajo científico, lo que pensamos de él y lo más importante, saber qué piensan los científicos y poder salvarnos, en esta forma, de caer en un nihilismo cognoscitivo. Porque el Mundo Tres Popperiano es un producto humano y en él estamos anclados, allí tenemos toda nuestra historia, la historia de nuestros productos (ciencia, arte, poesía, instrumentos de trabajo, etc.) En este tercer mundo se encuentra el sentido de nuestra supervivencia y de nuestro conocimiento; su función racional es la de hacer que nuestro valor de supervivencia sea al máximo. “Así, al producir la emergencia de la mente y del Mundo Tres, la selección natural se supera a sí misma y a su carácter originalmente violento. Con la emergencia del Mundo Tres, la selección ya no precisa ser violenta: podemos eliminar las teorías falsas mediante crítica no violenta. La evolución cultural no violenta no es un mero sueño utópico, sino que es más bien un resultado posible de la emergencia de la mente por selección natural”[2]. Esta forma de confrontar nuestras teorías mediante la crítica no violenta, es el método crítico o método de la ciencia que propone Popper en su doctrina del Mundo Tres, como una epistemología evolucionista que nos permite comprender el valor que el conocimiento proporciona para nuestra supervivencia y la importancia del Mundo Tres o mundo del conocimiento objetivo. Constituye la tarea del presente trabajo mostrar la doctrina del Mundo Tres Popperiano, rastreando su carácter ontológico a partir de su filogénesis dentro de la concepción racional evolucionista. Luego, tratará sobre su relación con los demás mundos en los cuales se destaca el papel que cumple el lenguaje en su configuración. Más adelante, partiendo de su historia natural o filogénesis, veremos el desarrollo del Mundo Tres a través de la filosofía en lo que se refiere a Platón, Hegel, Bolzano, Frege y Cassier. En este último filósofo apreciaremos la semejanza de su mundo de formas simbólicas con el Mundo Tres Popperiano. 2
Finalmente, se expondrá la concepción epistemológica de Popper como una epistemología que libera al conocimiento de la cárcel de la subjetividad, mediante el método crítico (racionalismo crítico), destacando en esta forma la relievancia de operar con objetos del Mundo Tres, lo cual trasciende los esquemas deterministas de la epistemología tradicional.
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En Popper se puede apreciar un concepto que se va estructurando a medida que se avanza en su estudio epistemológico y es el concepto de evolución creadora y emergente, como proceso con propiedades inesperadas y realmente impredecible que orienta la constitución de sus mundos, cuando dice: “Resulta que vivimos en un mundo de evolución emergente de problemas cuyas soluciones, si es que se resuelven, originan problemas nuevos y más profundos. Luego, vivimos en un mundo de innovación emergente; de una innovación que, como regla, no puede reducirse en forma completa a cualquiera de los estadios precedentes”.[3] El sentido de este concepto de emergencia se puede rastrear a partir de las conjeturas cosmológicas de la ciencia moderna, las cuales plantean que este proceso se dió mediante la emergencia de tres niveles: físico, biótico y antrópico. El primer nivel corresponde al proceso de evolución del universo o cosmogénesis, donde a partir de una gran explosión( Big Bang) de materia primigenia, átomos primigenios (Helio e Hidrógeno) y mediante un proceso activo físico–químico, se estructuraron los elementos más pesados. En el segundo nivel o proceso los elementos tienen una evolución orgánica o biogénesis. Aparecen las bases nitrogenadas ADN y RNA, creándose en esta forma la vida y con ella el comienzo de la evolución biológica. En el tercer nivel emerge el hombre o antropogénico y con él su autoconciencia y de la misma manera el Mundo Tres. “Con la emergencia del hombre, pienso que la creatividad del universo se ha hecho obvia. En efecto, el hombre ha creado un mundo objetivo, el mundo de los productos de la mente humana; un mundo de mitos, de cuentos de hadas y de teorías científicas, de poesía, de artes y de música” [4].
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Popper ha graficado este proceso como estadios evolutivos de los que se ve el aspecto creativo y emergente de la evolución, como una marcha de lo elemental a lo complejo dentro del árbol de la evolución inorgánica, orgánica, biológica y cultural del hombre. El presente cuadro sintetiza las teorías cosmológicas aceptadas hoy por la ciencia:
�������� �� �� ��������� �������� ����� � (Mundo de los productos del hombre) (6) Obras de arte y ciencia (incluyendo la tecnología). (5) Lenguaje humano, teorías acerca del yo y de la muerte.
����� � (Mundo de las experiencias subjetivas) (4) Conciencia del yo y de la muerte. (3) Sensibilidad (conciencia animal).
����� � (Mundo de los objetos físicos) (2) Organismos vivos. (1) Universo ( Estrellas y Planetas ) (0) Hidrógeno y Helio ” [5]. Dentro de este marco evolutivo se tiene como resultado final la emergencia del hombre, como síntesis de los tres componentes: físico, biótico, y antrópico. Para Popper el concepto de evolución emergente constituye todo un programa metafísico de investigación y dentro de éste se va a mover su teoría del conocimiento, cuyo desarrollo sigue los esquemas generales de la evolución Darwinista.
�.� ���������� ��� ����� ����. Fue la presión selectiva ejercida entre el hombre y sus relaciones con el medio la que permitió que su corteza cerebral se desarrollara con la posibilidad de comunicarse con los 4
miembros de su especie, en el espacio y en el tiempo; dando así comienzo al largo camino de la evolución cultural humana. Es el lenguaje la primera conquista cultural, porque a partir de él comienza el desarrollo de una serie de etapas que retroalimentan las funciones más primitivas o comunicación prelingüística, hasta las funciones más superiores; proceso que se dió a lo largo de milenios. Observemos como Popper retoma de su maestro Karl Bühler, las funciones de lenguaje para mostrar su factor decisivo en el Mundo Tres. Bühler nos habla de tres funciones del Lenguaje: expresiva, señalizadora o desencandenadora y descriptiva. En el cuadro siguiente se las puede ubicar en la escala biológica y su sentido en la estructura del conocimiento. (Popper ha aumentado la cuarta función):
��������� ��� ����������� Funciones Valor ArgumentaValidez Tiva Invalidez H O Descriptiva Falsedad Verdad M
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R Los animales (quizas las abejas) Expresiva Señalizadora Eficiencia Ineficiencia
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Reveladora No reveladora E Estas cuatro funciones se encuentran en el lenguaje humano, siendo las más importantes la descriptiva y la argumentadora. Popper se queja de cómo muchos filósofos no habían apreciado el valor de estas funciones, ya que con la descriptiva el hombre pudo explicarse y explicar sus estados mentales, creándose en esta forma a sí mismo. Cada función superior presupone las funciones anteriores, además es con la función descriptiva como aparece la idea reguladora de verdad, en cuanto a descripción de los hechos o estados mentales. Es a partir de la función descriptiva que el Mundo Tres tiene su comienzo y que permite la criticidad de las descripciones que el hombre construye en su referencia con el mundo. Es por ésto que el lenguaje y demás formas simbólicas en lo que se refiere a su formulación, son objetos del Mundo Tres, con los cuales la autoconciencia se enriquece paulatinamente conformando en esta forma nuestro yo: “Aprendemos que somos, aprendemos a ser un yo”, a través de las teorías que nos formamos de nosotros mismos y de nuestro reconocimiento de los demás, siendo está una disposición innata o actitud natural de actuar individual y colectivamente. Este proceso de estructura del yo depende del lenguaje como carácter cultural del Mundo Tres, mundo en el que estamos anclados y en donde el Mundo Dos desempeña el papel de mediador, constituyendo “uno de los mayores milagros de la emergencia de la conciencia plena, capaz de autorreflexión, la cual está ligada al desarrollo del cerebro y a la emergencia de la función descriptiva”.[7] La emergencia de la autoconciencia y de las teorías acerca del yo, nos posibilitan tener un “conocimiento” de tipo subjetivo, disponiéndonos a operar con los objetos del Mundo Tres, (conocimiento objetivo); ambos mundos se construyen dentro del desarrollo cultural humano, en el cual el mundo dos es el elemento mediador. Además, es con la función descriptiva y su elemento explicativo de historia, mitos, fábulas, cuentos de hadas y demás formas simbólicas que encontramos en los pueblos primitivos donde surge la necesidad de lo que puede ser verdadero o falso y a partir de ella donde el lenguaje comienza a expresar y a estructurar el mundo objetivo, apoyado en su actitud crítica o necesidad de argumentar la verdad o falsedad de las historias o tradiciones verbales:
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“Puede que esta tensión entre descripción y necesidad de criticar la descripción sea la base del importante problema intelectual que la invención del lenguaje descriptivo pone ante al hombre y que su lucha intelectual estimulase el desarrollo rápido sin precedentes de todo lo que sigue; a saber el desarrollo del lenguaje mismo, del cerebro y de la civilización”.[8] La selección natural con el desarrollo del lenguaje cede el paso a la selección cultural. Es el tránsito de la evolución biológica a la evolución cultural o mundo de los productos humanos, mundo de la ciencia, del arte al cual debemos todo nuestro desarrollo, con las características ontológicas del Mundo Tres las cuales Popper define así:
“Por Mundo Tres entiendo el mundo de los productos de la mente humana, como historias, los mitos expresativos, las herramientas, las teorías científicas (sean falsas o verdaderas), los problemas científicos, los objetos del Mundo Tres son obra nuestra”.[9] En el Mundo Tres Popperiano el lenguaje desempeña un papel estructurante, tanto de la función descriptiva como de la función argumentativa; y podemos arriesgarnos a decir que es a partir de esta característica estructurante que el Mundo Tres y sus inquilinos tienen sentido en la teoría del conocimiento que desarrolla Popper.[10] Recordemos que a nivel evolutivo la necesidad de hablar un lenguaje para el hombre está codificado genéticamente, pero como producto humano es el que nos faculta para captar y formular los inquilinos del tercer mundo, ya fuere el lenguaje hablado por los científicos, por los poetas o el propio lenguaje de la creación artística a nivel de sus contenidos. Sin el lenguaje y su característica de estructurador de teorías, el Mundo Tres, y por ende nosotros, no existiríamos.
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Así como en la física consideramos lo real como todo aquello que pueda actuar sobre otro o interactuar sobre otras cosas materiales, a pesar de su carácter abstracto, como por ejemplo : la fuerza de gravitación, las fuerzas de interacción débiles, la fuerza de interacción fuerte, los Quarks y la reciente partícula Z, descubierta en el Centro de Investigaciones Nucleares, CERN, Ginebra, el Mundo Tres también tiene su realidad objetiva, aunque sus objetos sean más abstractos que los físicos enumerados. El Mundo Tres tiene unos inquilinos, tales como: sistemas teóricos, situaciones problemáticas, discusiones críticas, estados de estas discusiones críticas, revistas, libros, bibliotecas, obras de arte, poesía, etc, que operan transformando el Mundo Dos, despertando estados de comportamiento que a su vez pueden plantear nuevas situaciones problemáticas y así indefinidamente.
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Existe en el Mundo Tres un proceso retroalimentado e interactuante con los demás mundos; es como el motor de la conformación de los Mundos Uno y Dos y de todos los objetos producidos por el hombre: herramientas y tecnologías, etc. A su vez nuestros recuerdos y estados afectivos tienen que ver en algo con el Mundo Tres, mediante el proceso de interacción.[11] El contenido de una obra de arte (Mundo Tres) motiva disposiciones de comportamiento (Mundo Dos), para realizar otras obras que harán parte del mundo físico (Mundo Uno). A su vez objetos del Mundo Tres pueden inducir a los hombres a producir otros objetos del Mundo Tres y con ellos transformar nuestro Mundo Uno. Es bueno aclarar que el Mundo Tres no puede interactuar con el Mundo Uno sino a través del Mundo Dos. Ahora bien, estos objetos del Mundo Tres tienen una autonomía y es a partir de este carácter autónomo que se convierten en el mundo del conocimiento científico, mundo del desarrollo humano. Los libros, por ejemplo, tienen contenido objetivo como argumentos o teorías (Mundo Tres); el libro puede ser comprado, ya que tiene una masa y un peso (Mundo Uno), y nosotros podemos disponer de él para leerlo (Mundo Dos). El carácter autónomo es: El contenido del libro existe independientemente y nosotros podemos después de comprenderlo plantearnos un problema de conocimiento y con él transformar el mundo físico. En la misma forma nuestro pensamiento que pertenece al Mundo Dos, depende en gran parte de los problemas autónomos y de la objetividad del Mundo Tres; dependencia que se manifiesta en la forma de captar los objetos del Mundo Tres, lo cual se da mediante un proceso activo de carácter innato y con bases genéticas, como resolutores de problemas que somos y que por medio de un método de ensayo o error, método de conjeturas y refutaciones del Mundo Tres. En una manera elemental, es el método de la selección natural; su esquema general es: P1
TT
EE
P2 .[12]
Dice Popper que : “El método expuesto puede denominarse método crítico. Es un método de ensayo y supresión de errores, de poner teorías y someterlas a las contrastaciones más rigurosas que podamos diseñar”[13] Observemos que todo este proceso se da con los inquilinos del Mundo Tres ser el
y que viene a
mismo que se ha dado desde los animales más inferiores (la ameba), hasta uno de los hombres más grandes de nuestro siglo, Einstein. Corresponde, además, al propósito enunciado en un principio por Popper, de seguir los esquemas generales de la evolución Darwiniana para fundamentar su epistemología que opera con los objetos del tercer mundo o epistemología sin sujeto cognoscente.
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“ El Mundo Tres tiene una historia, es la historia de nuestras ideas; no sólo una historia de su descubrimiento, sino también una historia de cómo las hemos inventado: cómo las hicimos y cómo ellas reaccionan frente a los productos de nuestro propio hacer”.[14] Ya hemos visto la historia evolutiva o filogénesis del Mundo Tres y su forma de captarlo, pero resulta, como dice Popper, que este Mundo Tres también tiene su historia de descubrimiento.
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Popper manifiesta que el primero que planteó algo parecido con los tres mundos fue Platón, ya que consideraba un mundo de objetos sensibles (Mundo Uno), un mundo de las afecciones del alma (Mundo Dos) y un mundo de los objetos intelegibles (Mundo Tres). Este mundo de los objetos intelegibles en Platón, es el mundo de las ideas y las formas, que es atemporal, de carácter inmutable y divino; fuera del espacio y del tiempo, el cual servía como modelo a otros mundos y a la vez participaba de ellos. El mundo platónico trascendía la mente humana y era el mundo del conocimiento, contenía los prototipos perfectos y eternos del mundo natural. Aunque Popper reconoce que su Mundo Tres tiene algo que ver con el mundo platónico, difiere de él porque considera que su mundo es cambiante y es un producto humano; además, los inquilinos de su tercer mundo (argumentos, teorías, etc.), en Platón se convierten en esencias y conceptos. Al respecto dice: “Aunque hago hincapié en la existencia de las esencias; esto es, no atribuyo ninguna condición a los objetos o referentes de nuestros conceptos y nociones”.[15]
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De la misma forma Popper destaca que su mundo tres puede verse en la Filosofía del Espíritu de Hegel, sobre todo en lo que se refiere al “espíritu objetivo” y al “espíritu absoluto”. Recordemos que en Hegel el espíritu se divide en: espíritu subjetivo, espíritu objetivo (ambos moran en la finitud) y el espíritu absoluto (espíritu de la verdad, arte, religión y filosofía). El espíritu subjetivo se desenvuelve de su no libertad (conciencia natural), donde se halla sumido en su verdad de conciencia sensible, para reconocerse como libre en su objetividad que él mismo establece y seguir su penoso camino hacia lo absoluto. Es un tránsito penoso de las ideas a su estructuración de fenómenos conscientes que se despliegan en lo real, acompañados 9
por la linterna del absoluto, liberándose de lo sensible y así recorrer el camino donde habita la filosofía, el arte, y la religión. Popper dice que el mundo de las ideas de Hegel "Son pensamientos que se piensan a sí mismos", alojados en cierto tipo de conciencia, mente o espíritu, junto con el cual cambian y evolucionan manifestando que en este aspecto del cambio es donde más se asemeja el espíritu objetivo y absoluto de Hegel a su Mundo Tres. No obstante, Popper no admite con Hegel que el espíritu no sea creador, ya que sus acciones son orientadas por la divina conciencia del universo, mientras que en el mundo tres el hombre es, sobre todo, inventor y participa de su creación.
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Las verdades en sí mismas de Bolzano y los enunciados en sí mismos dice Popper, se asemejan mucho a los inquilinos de su Mundo Tres, ya que éstos pueden establecer relaciones lógicas entre sí, mientras los procesos subjetivos sólo mantienen relaciones psicológicas; distinción importante para Popper, porque diferencia lo subjetivo de lo objetivo. Lo subjetivo se refiere al conjunto de actividades del sujeto en lo que respecta al proceso de producción y formas de obrar (proceso de producción subjetiva),en cambio, lo objetivo parte del producto mismo siendo más importante su estudio, ya que con él aprendemos sobre todo del comportamiento en el proceso de producción subjetivo. Así mismo, asume la distinción de Frege en cuanto a los dos sentidos de pensamiento: “Por pensamiento no entiendo la actividad subjetiva de pensar, sino su contenido objetivo”,[16] y manifesta que los inquilinos del Mundo Tres tienen esa característica. En Frege lo subjetivo no solicita referencia, mientras lo objetivo sí, y es mediante el tránsito del sentido de la referencia que emprendemos la búsqueda de la verdad; lo verdadero de Frege se encuentra en el objeto.
�.� ��� ������ ���������� �� �������� � �� ����� ����. Uno de los filósofos a quien vemos más cerca de la tesis del Mundo Tres en cuanto a su origen, estructura y forma de operar, es Ernest Cassirer. En su filosofía de las Formas Simbólicas (arte, mito, y lenguaje), como expresión del espíritu tienen una génesis común dentro del desarrollo del hombre manteniendo entre sí una dependencia recíproca y conformando una unidad orgánica espiritual. Además, tienen un poder creativo y estructural de un mundo distinto e independiente del sujeto, donde la libertad creativa se gana mediante una labor crítica; porque “El lenguaje, el mito, el arte; todos ellos crean a partir de sí mismos, un mundo propio de formas que no pueden comprenderse sino como expresiones de la actividad propia de la espontaneidad del espíritu”. [17]
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Estas formas simbólicas conforman, al igual que el Mundo Tres, una nueva dimensión de la realidad y de lo subjetivo que supera las dimensiones de lo físico. Es el mundo simbólico un universo más amplio que estructura al mundo objetivo, mundo mediado por formas lingüísticas, artísticas, míticas y religiosa. Es a partir de estas formas simbólicas ejercidas por el hombre que el Mundo Tres Popperiano coincide con el universo de formas simbólicas de Cassirer; ambos mundos permiten al hombre referirse objetivamente. “Ya que lo que perturba y alarma al hombre -dice Epícteto– no son las cosas sino sus opiniones y figuraciones sobre las cosas”.[18] Ahora bien, en Popper el Mundo Tres está mediado por la estructura del Mundo Dos y, tanto el uno como el otro, se alimentan de sus productos. El mundo simbólico de Cassirer es su propio mediador, la realidad física huye mientras las formas simbólicas se estructuran. El hombre “se ha envuelto en formas lingüísticas, en imágenes artísticas, en símbolos míticos o en ritos religiosos, en tal forma que no puede ver o conocer nada sino a través de la interposición de este medio artificial”.[19] Todo este universo de formas simbólicas constituye el camino que nos conduce a la objetividad y sintetiza los elementos de una nueva concepción teórica del mundo, ya que el yo se construye y deja atrás la inmediatez sensible donde la acción como producto, apoyado en este mundo simbólico mediador, hace relación entre lo subjetivo y lo real. Así, los productos humanos, tales como herramientas y demás expresiones culturales, se objetivizan. Objetivación que a su vez construye yo y construye mundo; el hombre instrumentaliza su corporeidad mediante la herramienta producida, enriquece su autoconciencia y construye un Mundo Tres de productos técnicos, culturales y científicos. “No es el caso de que el yo se refleje en las cosas, sino que el yo, en sus propios productos, se provee a sí mismo de una especie de “opuesto”, que para él aparece de modo completa y puramente objetivo”.[20] Con lo anterior se puede decir que el universo simbólico de Cassirer es el mismo Mundo Tres Popperiano, en el cual el yo y la realidad física (Mundo Uno) interactúan a través del universo simbólico. “El mundo de las imágenes mitológicas, al igual que el del lenguaje o del arte, sirve aquí de instrumento fundamental para llevar a cabo la separación del yo del mundo; vinculándolos y distinguiéndolos al mismo tiempo”.[21] La distinción de que nos habla Cassirer puede interpretarse como un conocer que se aparta del reino de la subjetividad y que opera con los elementos del Mundo Tres; es un conocer sin sujeto congnoscente, el cual es autónomo, porque cada una de estas formas se convierte en un mundo “exterior” independiente.
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En su ponencia presentada el día 25 de agosto de 1967, en el Congreso Internacional de Lógica, Metodología de la Ciencia, en Amsterdam, Popper confiesa que el objetivo de su conferencia no es convencer, sino lanzar un desafío y, si es posible, un reto que pueda provocar a quienes él denomina “ Filósofos de la Creencia ”, tales como Descartes, Locke, Berkeley, Kant y Russel, quienes se han interesado más por la creencia subjetiva y su fundamento objetivo. El objetivo de su ponencia es el de exponer su doctrina del Tercer Mundo y a partir de ella argumentar que el conocimiento es independiente del sujeto cognoscente; o sea, conocimiento objetivo que tiene su desarrollo a partir de la emergencia del tercer mundo, como mundo de los productos humanos. Para lo anterior se arma de tres tesis fundamentales para su epistemología: Primera tesis: La epistemología tradicional (Locke, Berkeley y Hume) y en gran parte la contemporánea, es irrelevante porque ha estudiado el conocimiento o pensamiento en sentido subjetivo como una actividad del sujeto, en el sentido del “se” o “pienso”, lo cual pertenece al dominio del segundo mundo. Segunda tesis: Lo que es relevante para la epistemología es el estudio de los problemas científicos objetivos y de las conjeturas científicas; en síntesis, su epistemología debe operar en un Tercer Mundo y con sus inquilinos, como productos del Mundo Dos. Tercera tesis: El trabajo con los objetos del Tercer Mundo puede arrojar mucha luz sobre el segundo mundo, sobre todo entender lo que piensan los científicos. La primera tesis corresponde a la crítica del conocimiento que Popper hace a la concepción equivocada de considerar el conocimiento como un cubo, en donde el entendimiento es un recipiente que se va llenando con la información recibida de los sentidos (impresiones y sensaciones), o por la asociación de nuestras ideas o elementos mentales. La crítica la dirige específicamente a las concepciones de Locke, Berkeley y Hume. Recordemos que en Locke el conocimiento se fundamenta en la experiencia, con base en dos fuentes fundamentales: la sensación (datos de los sentidos) y la reflexión (operaciones mentales), encontrándose nuestro entendimiento vacío como una tábula rasa. En Berkeley, nuestro conocimiento se establece en la creencia de la compatibilidad de los enunciados de percepción, porque para Berkeley (“esse est percipi”), ser es ser percibido En Hume, el conocimiento se da a partir de la percepción, la cual está conformada por las impresiones que nos formamos a partir de la sensación y de la reflexión y de nuestras ideas
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que son copias de impresiones, las cuales se vinculan mediante relaciones y es por estas relaciones que conocemos. En síntesis, la concepción de los filósofos de la creencia, según Popper, encarcela el conocer en el sujeto, el cual es un receptor pasivo al recibir la información de los datos de los sentidos o por las actividades del sujeto en la reflexión. Es una epistemología subjetivista del Mundo Dos basada en la creencia. En su segunda tesis destaca la importancia que tiene el Mundo Tres y el operador con sus inquilinos como un enfoque epistemológico objetivo, ya que “por teoría objetiva, entiendo una teoría que es un argumentable, que pueda ser contrastada: una teoría que no recurra a nuestras intuiciones subjetivas”[22]. Esto es lo que permite el progreso en el conocimiento científico. El sentido de ambas tesis es el de demarcar la diferencia entre “conocimiento subjetivo que consta de disposiciones a la acción de carácter innato, junto con sus modificaciones adquiridas y conocimiento objetivo, como por ejemplo el conocimiento científico, que está formado por teorías conjeturales, problemáticas y argumentos”.[23] En su tercera tesis propone que es dentro de un enfoque racional crítico de nuestras actividades que aclaramos nuestra conciencia subjetiva y comprendemos lo que piensan los científicos y su labor. Son estas tres tesis el argumento fundamental de su epistemología, y para mostrar la importancia del Mundo Tres en donde el conocimiento no es un factor de creencia sino de argumentación y contrastación, se parte de los productos y no del proceso de producción; porque Popper no pretende aclarar el conocimiento como actividad del sujeto, sino hacer una teoría del conocimiento: “Entiendo por epistemología como la teoría del conocimiento científico”.[24] Finalmente, todo parece indicar que dentro del proceso de argumentación epistemológica, en Popper existe una historia a nivel personal: la del descubrimiento de su propio Mundo Tres como argumento que sustenta su teoría del conocimiento dentro del marco filosófico científico. Se considera que su autobiografía, “Búsqueda sin Término”, es la exposición más clara de cómo se llega a la concepción de una epistemología sin contaminación subjetiva, mediante el ejercicio racional crítico. El hecho de haber terminado esta autobiografía con su doctrina del Mundo Tres, en esta búsqueda sin término del que es la vida humana, dice mucho; lo mismo que el título en el cual planteó que el conocimiento siempre será incompleto y estará condenado a una búsqueda sin término. Al respecto dice: “La ciencia explicativa no puede completarse, ya que para ser completa tendría que ofrecer una explicación de sí misma”.[25]
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Este es el sentido de la expresión “conjeturas y refutaciones”, de su método crítico y de toda la teoría del Mundo Tres. Para terminar, es importante citar el último párrafo de su autobiografía intelectual que, como él mismo lo dice, será una voz de aliento para nuestro trabajo: “Si estoy en lo cierto al conjeturar que creemos y llegamos a ser nosotros mismos solamente en la interacción con el Mundo Tres, entonces el hecho de que todos podamos contribuir a este mundo, por poco que sea, puede dar aliento a cualquiera; y especialmente a aquel que sienta que su lucha con las ideas ha encontrado más felicidad que la que jamás pudo merecer.”[26] Así se diga que las teorías científicas “se desmoronan en vez de perecer en el campo de batalla científico”, la Filosofía de la Ciencia, planteada por Popper, como epistemología sin sujeto cognoscente, representa un reto para todos aquellos que se oponen a la racionalidad crítica de la ciencia, tales como: Thomas Kuhn, en su obra “La estructura de las revoluciones científicas”, lo mismo que Feyerabend, quienes con su anarquismo epistemológico (relativismo epistémico) pretenden socavar la teoría del conocimiento expuesta por Popper en su teoría del Mundo Tres, preconizando en esta forma un nihilismo cognoscitivo. No obstante, nos queda la posibilidad de captar la teoría del Mundo Tres de Popper o epistemología sin sujeto cognoscente, como un nuevo problema y a partir de él atrevernos a lanzar una teoría audaz que permita su constrastación, aportando así poco o mucho a la teoría del conocimiento y a nuestra felicidad que nos depara el ser luchadores con los inquilinos del Mundo Tres o mundo del conocimiento objetivo.
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[1] AYALA. F.J. y otros. Estudios sobre la filosofía de la Biología. Ariel Méthodos;1983.citando (comp) a Karl R.Popper “la revolución científica “ (Conferencia), pág.358 [2] POPPER, Karl.R. El yo y su cerebro.Barcelona.Labor Universitaria.1982 pág. 235 (Monografías) [3] AYALA, F. J. y otro, Op.Cit. pág. 359 [4] POPPER, Karl y otro. Op.Cit. P.17 [5] Ibidem, pág. 66 [6] IBIDEN, pág 18 [7] Ibidem. pág. 146 [8] Ibidem, pág. 513 [9] Ibidem, pág. 44 [10] Referido por el Profesor Rubén Sierra Mejía seminario de Popper. [11] POPPER Karl R. Op. Cit, pág. 42 [12] P1: Es el problema del que partimos, el cual está en el trasfondo del mundo tres; captamos esta forma mediante un proceso activo y apoyados en el carácter estructural del lenguaje; lo expresamos, ya fuere a nivel verbal o escrito. TT: Corresponde a nuestra audacia conjetural de buscar soluciones tentativas (teorías tentativas ). Tan solo supone nuestra capacidad de producir objetos del mundo tres, especialmente de carácter lingüistico. EE: Consiste en el examen crítico racional, mediante un proceso de contrastación o enfrentamiento de contenidos de información de las teorías con la experiencia. P2: Es el nuevo problema o teoría, que puede ser nuevamente captado como otro problema para partir y así sucesivamente. [13] Ibidem, pág. 28 [14] POPPER, Karl. R. Búsqueda sin término. Madrid, Tecnos, 1977, pág. 250
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[15] POPPER, Karl. R. El Yo y su cerebro. Op. Cit. pág. 49. [16] POPPER, Karl. R. Conocimiento Objetivo. Op. Cit, pág. 122 [17] CASSIRER, Ernest. Filosofía de las Formas Simbólicas. T.II. Fondo de Cultura Económica, 1972, pág. 268 [18] Ibidem, pág. 48 [19] Idem [20] Ibidem, pág. 268 [21] Ibidem, pág. 254 [22] POPPER, Karl. R. Búsqueda sin término. Op. Cit, pág. 185 [23] POPPER, Karl. R. Conocimiento Objetivo. Op. Cit, pág.108 [24] POPPER, Karl. R.. Conocimiento Objetivo. Op. Cit, pág.108 [25] AYALA. F. J. Y otro. Op. Cit, pág. 359 [26] POPPER Karl. R. Búsqueda sin término. Op. Cit, pág. 264
���� ������� ������ Filósofo de la ciencia británico de origen austríaco, conocido por su teoría del método científico y por su crítica del determinismo histórico. Nació en Viena el 28 de Julio de 1902 en un lugar llamado Himmelhof. Hijo del Dr. Simón Siegmund Carl Popper, doctor en derecho de la Universidad de Viena, un consumado orador. Su madre Jenny Popper tenía un gran sentido musical: "tocaba el piano maravillosamente": La atmósfera en que creció Popper era decididamente libresca. En su autobiografía Búsqueda sin Término cuenta que cuando tenía veinte años entró de aprendiz de un viejo ebanista, llamado Adalbert Pösch el cual le decía con modesta arrogancia : lo sé todo. Popper manifiesta: " Mi maestro me enseñó no solamente cuan poco sabia, sino que cualquiera que fuese el tipo de sabiduría a que yo pudiese aspirar jamás, tal sabiduría no podría consistir en otra cosa que en percatarme más completamente de la infinitud de mi ignorancia "
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Se doctoró en filosofía por la universidad de esa ciudad en 1928, en el año de 1930 se casó y empezó a trabajar como maestro de escuela, en 1934 escribe La lógica de la Investigación Científica, en 1937 dejó la escuela y se convirtió según sus propias palabras en filósofo profesional. Aunque no fué miembro de la llamada escuela de filosofía de Viena (léase Positivismo), Popper simpatizó con su actitud científica, pero criticó algunos de sus postulados. En especial el criterio de demarcación entre ciencia y metafísica. Desde 1937 hasta 1945 enseñó en la Universidad de Canterbury, en Nueva Zelanda, y más tarde en la Universidad de Londres (1946). La contribución más significativa de Popper a la filosofía de la ciencia fue su caracterización del método científico. En su Lógica del descubrimiento científico (1934) criticó la idea prevalente de que la ciencia es en esencia inductiva. Propuso un criterio de comprobación que él denominó falsabilidad, para determinar la validez científica, y subrayó el carácter hipotético-deductivo de la ciencia. Las teorías científicas son hipótesis a partir de las cuales se pueden deducir enunciados comprobables mediante la observación; si las observaciones experimentales adecuadas revelan como falsos esos enunciados, la hipótesis es refutada. Si una hipótesis supera el esfuerzo de demostrar su falsedad, puede ser aceptada al menos con carácter provisional. Ninguna teoría científica, sin embargo, puede ser establecida de una forma concluyente. En La sociedad abierta y sus enemigos (1945), Popper defendió la democracia y mostró reparos a las implicaciones autoritarias de los " Falsos profetas: Platón-Hegel-Marx. Criticó la idea de que las leyes descubridoras del desarrollo de la historia hacen inevitable su curso futuro y por tanto predecible. Catorce años después publica la "Lógica del descubrimiento científico" obra en donde expone su teoría del conocimiento. Popper contribuyó notablemente en la filosofía de la ciencia, en especial al desarrollo teórico de la Biología, muere el 17 de septiembre de 1994, siendo considerado uno de los Filósofos más grandes del siglo XX.
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