ENSAYO: VEINTE MIL LEGUAS DE VIAJE SUBMARINO:
Aquel cuarte cuarte era una una armería que contenía contenía también también doce doce trajes para para sumergirse, sumergirse, todos se se dispusieron a ponerse los trajes , ya puestos estos se les entregaron sus armas que eran ligeras y precisas, contenían aproximadamente veinte balas electrificadas. El Nautilus estaba varado a diez metros del fondo del mar por lo cual no abría problemas para descender, después fueron conducidos a una sala que se fue llenando poco a poco de agua y se abri! otra puerta la cual conducía al la parte exterior de la nave, después salieron observando la majestuosidad del paisaje que estaba bien iluminado, el peso de aquel traje se redujo considerablemente, a pecar de que seguíamos avanzando la vasta llanura parecía interminable, eran como las diez de la ma"ana y los rayos solares iluminaban el fondo dejando ver toda aquella ermosa superficie, a trescientos pies los rayos se distinguían débilmente por lo cual fue necesario encender las luces. El capit#n nemo se"alo unas sombras que se distinguían a lo lejos, se trataba de el bosque de $respo. %abían llegado a las orillas del bosque pero Nemo sigui! su ruta, el aquel bosque todo se mantenía en forma vertical sin movimiento alguno, siguiendo su travesía durante varias oras, depuse el profesor empez! a sentir cansancio y los parpados muy pesados, no pudiendo soportarlo se tiro en el fondo del océano y se quedo dormido al igual que todos los dem#s, después de un largo tiempo se despert!, pero el capit#n Nemo ya se encontraba en pie, cuando el profesor volteo delante de el se encontraba una ara"a marina de un metro de altura, que se disponía a atacarlo cuando el compa"ero del capit#n disparo dejando a el animal retorciéndose y convulsion#ndose, debido a las descargas eléctricas. &espués continuaros su travesía asta llegar a una colina escarpada que ascendía a la superficie se trataba de la isla de $respo, al llegar a ella dieron vuelta y se dispusieron a regresar conducidos por el capit#n Nemo pero abían tomado otra ruta mas aspera y mas difícil, cuando Nemo se detuvo y empu"o su arma dando un disparo preciso acia una nutria marina, que se eco a los ombros el compa"ero del capit#n, y siguieron con su regreso acia la nave, cuando Nemo y su compa"ero retrocedieron tirando a sus dos acompa"antes al piso, dej#ndolos inm!viles, al volver la vista el profesor observo a una pareja de grandes tiburones, pero como eran cortos de vista pasaron de largo sin advertir la presencia de los cazadores, al regreso en el Nautilus la compuerta permanecía abierta, estando todos adentro Nemo cerro la compuerta y se accionaron las bombas de la nave que desalojaron el agua de la c#mara dejando así libres de quitarse los trajes a los presentes, que estaban completamente maravillados con aquella excursi!n. El '( de septiembre después de la larga travesía ya repuesta por varias oras de sue"o, el profesor sali! a la superficie da la nave y observo que ya no abía nada a su alrededor, la isla de crespo abía desaparecido durante la noce, admirando la inmensidad del océano, interrumpi! el capit#n Nemo, que sali! a la superficie con unos veinte ombres atr#s de el que recogían las redes que abías sido soltadas durante la noce, y que contenían incontables especies de peces, y en asombrosas cantidades, pero nada espectacular tomando en cuenta que las redes abían sido tendidas ya algunas oras atr#s, y la velocidad a la que se movía el navío, y la corriente eléctrica que atraía a los peces, acían siempre una buena pesca, con m#s de mil libras de pescado, que fue
guardado en los almacenes de la despensa. &espués de esto el profesor y el capit#n Nemo siguieron ablando de la inmensidad del océano y de sus profundidades. &urante las semanas siguientes no se le veía muco al capit#n, el segundo al mando era el que informaba de nuestra posici!n. )ermanecían gran parte del día en el sal!n con las placas removidas de la superficie dejando admirar el paisaje, uno de esos días $onsejo la advirti! al profesor sobre una sombra que se veía en el fondo del mar, sin duda un naufragio, la escena fue aterradora ya que se podía apreciar a la gente que abía intentado in*tilmente liberarse de aquel buque que decia +lorida - underland/. Aquel terrible accidente fue el primero de los que observo el Nautilus que fueron aumentando, a medida que si acercaba a mares mas comerciados, el '' de septiembre el Nautilus se encontraba en el arcipiélago de las )omoru. 0ue estaba conformado por m#s de sesenta grupos de islas. Al atardecer las islas fueron desapareciendo poco a poco, el nautilus se alejaba cada vez m#s de la civilizaci!n pasando por arcipiélagos con gran istoria, que abían visto pasar a grandes marineros. El 12 de diciembre el Nautilus navegaba en medio del arcipiélago de las nuevas %erbridas, era el dia de Navidad que Ned a"oraba celebrar con ansias, acia oco días que no abían visto al capit#n Nemo, cuando el 13 por la ma"ana entro al sal!n, con una actitud muy normal como quien se acabara de separar de ellos no m#s de cinco minutos. Examino el planisferio y apunto con el dedo acia un punto y solo dijo 4ani5oro. 0ue eran los islotes con los que la 6oussole y la Astrobale se abían estrellado, iban a poder visitar esas islas preguntaron, y el capit!n afirmo diciendo que no abía ning*n inconveniente, después de rodear el cintur!n de rocas que rodeaba a la isla se observaba en el fondo del mar una especie de animal de grandes dimensiones al cual abía que temerle, pero se trataba de una tumba marina de aquellos dos vacos que abían cocado contra las isla y exclamo el capitan, que deseaba que esa también fuera su tumba y la de su tripulaci!n . &urante la noce del 13 al 1( de diciembre el Nautilus abandono 4ani5oro, con una velocidad vertiginosa se dirigía al sudeste de la )apuasia. El '7 de enero $onsejo alcanzo a el profesor en la cubierta del Nautilus para desearle un feliz a"o. El 1 de enero abían recorrido ya una distancia de cinco mil decientas cincuenta leguas desde su punto de partida. &os días mas tarde de aber atravesado el mar de coral el 8 de enero avistaron las costas de )apuasia. El capit#n informo sobre su deseo de cruzar acia el océano indico por el estreco de torres, el cual se consideraba muy peligroso tanto por los escollos de los que estaba rodeado como de los abitantes que eran unos salvajes que abitaban sus costas. El estreco de torres era considerado el m#s peligroso de la tierra, media cerca de treinta y cuatro leguas de ancura pero estaba obstruido por numerosas cantidades de islas, islotes, pe"ascos, etc. El capit#n tomo todas las precauciones, bajando la velocidad y navegando por la superficie, el profesor y sus acompa"antes se acomodaron en la superficie del buque, del cual sobresalía la c#mara del timonel en la cual seguramente iría el capit#n piloteando personalmente el Nautilus. El mar se agitaba furiosamente alrededor del Nautilus, el oleaje se estrellaba a una velocidad de dos millas y media contra los corales que apuntaban en todas direcciones. A las tres de la tarde la marea estaba en su plenitud cuando a dos millas de la costa el Nautilus coco contra un escollo, el navío no abía sufrido avería gracias a la dureza de
su casco, pero corría el riesgo de quedarse encallado ya que no se podía mover. )ero el plan de Nemo era esperar a la marea que llegaría dentro de cinco días elevada por la luna. El cinco de enero el bote fue soltado de la nave y dirigido a tierra. A las oco y media la canoa encallo suavemente en las playas de la isla . Al bajar de la canoa Ned estaba impaciente por encontrar un animal el cual pudiera comer, pero en vez de eso encontr! un cocotero del cual bajo frutos, que bebieron con gusto, empezaron a recolectar infinidad de vegetales y frutos de los arboles que abundaban en la isla, cada vez se adentraban mas y mas en el bosque propiciado por los altos arboles llenos de frutos que iban recolectando pero no abía se"al alguna de vida animal, pasado el tiempo decidieron regresar y volver al &9A siguiente a intentarlo de nuevo, media ora después de salir de la isla llegaron a un costado de el Nautilus, el cual parecía sin vida, no encontraban movimiento alguno, se dirigieron a sus camarotes donde ya les aguardaba la cena, después de esto se dispusieron a dormir, al &9A siguiente todo estaba igual no abía se"al alguna de vida, salieron a la superficie del barco y vieron que el bote seguía en el mismo lugar donde abía sido dejado, y se dispusieron a volver a la isla para tratar de cazar alg*n animal. Ese &9A lograron atrapar varias aves, un jabalí, y a varios canguros, todos estos animales los cocinaron el la fogata y ya satisfecos insinuaron el no volver al Nautilus definitivamente cuando de pronto una piedra cayo a sus pies cortando la posici!n del arponero. :tra piedra cayo arrebatando de la mano la comida de $onsejo, eran salvajes que estaban rodeando, estos al darse cuenta corrieron acia el bote pero Ned no quería abandonar los manjares así que tomo al cerdo con una mano y los marsupiales con la otra y corri! #gilmente acia la embarcaci!n después de veinte minutos embarcaron de nuevo en el nautilos donde se encontraba Nemo el cual fue advertido de los salvajes, pero no pareci! preocupado, mas viendo tomo sin importancia, el profesor subi! de nuevo a la plataforma de donde se observaban mucas fogatas. Al &9A siguiente sin nada que acer el profesor se dispuso a pescar acompa"ado de $onsejo, cuando de pronto comenz! el ataque de aquellos salvajes que ya estaban rodeando el Nautilus. $erraron las escotillas y esperaron al &9A siguiente para poder navegar con facilidad y así poder salir del estreco de torres A la ma"ana siguiente el aire ya estaba algo denso y el capit#n mando abrir la escotillas a lo cual el profesor se sorprendi! ya que estaban rodeados de salvajes pero estos eran recazados por una corriente eléctrica que los alejaba de las entradas. &espués a las dos y cuarenta minutos el Nautilus quedo libre y aumento la velocidad saliendo así de el peligroso estreco de torres .