PLEBISCITO POR LA PAZ
En los últimos meses hemos escuchado hablar de la palabra plebiscito debido a que la Corte Constitucional Constitucional la ha aprobado aprobado para refrendar acuerdos de paz, pero, ¿conocemos realmente el significado de esta palabra y lo que ella conlleva?, según el artículo 7 de la ley 134 de 1994 establecido en la Constitución Política de Colombia, el plebiscito es el “pronunciamiento del pueblo convocado por el presidente de la r epública epública , mediante el cual se apoya o rechaza una determinada decisión del ejecutivo”.
Mediante este mecanismo de participación ciudadana, el pueblo colombiano se pronunciara debido a que está convocado por el Presidente de la Republica, Juan Manuel Santos, de manera vinculante para aprobar o rechazar los acuerdos que se firmen con la guerrilla de las FARC en la Habana Cuba. Se implementara una sola pregunta en la que se les indagaría a los colombianos si están de acuerdo o no con lo pactado en Cuba con las FARC. Las respuestas serán “sí” sí” o “no”. “no”. Estas dos palabras generan muchas dudas pues las personas no tenemos las suficientes herramientas para tomar una decisión respecto al plebiscito y votar sin temor a equivocarnos.
Los colombianos estamos divididos entre el sí y el no, el sí por la esperanza que esta trae consigo, el sí porque podría significar el fin de la guerra, una guerra que no se terminara de la noche a la mañana pues será un proceso largo. Los acuerdos que se están llevando a cabo junto al plebiscito no quieren decir que Colombia va a poder vivir en paz, esto solamente se podría interpretar como un comienzo, en donde se sientan bases políticas, económicas y sociales, que permitirán la cimentación de un nuevo futuro para el país.
El gobierno nacional nos pide que votemos si queremos que haya paz o no, pero ¿realmente estamos votando por la paz? En mi opinión, no estamos estamos votando precisamente por ella, solo nos están ofreciendo una publicidad engañosa por el sí, puesto que lo que realmente nos están ofreciendo es la oportunidad de ser partícipes de validar o no los acuerdos de la Habana. La falta de claridad e información me hacen creer que detrás de esto hay escondido algo que en nada beneficia a los colombianos.
Estoy de acuerdo con la paz, ¿quién no?, todos deseamos una Colombia sin guerra, más sin embargo, sé que mi respuesta al plebiscito no será precisamente positiva, puesto que al decir sí estaría
diciendo que estoy de acuerdo con que se le otorgue a las FARC todas las exigencias y peticiones que estas están haciendo, cuando a mi parecer estas los favorecen más a ellos que al pueblo colombiano.
Nos hacen creer que los jefes guerrilleros están abandonando el poder, pero, ¿realmente es así? o por el contrario, ¿es una fachada y lo que realmente van a cambiar es la forma con que ejercen el poder? No sabemos qué tipo de intenciones tengan estos personajes pero lo que sí sabemos es que nos encontramos ante un grupo poderoso, que tiene poder económico, y que ahora busca el poder político.
Es difícil para un pueblo que haya sufrido a manos de estas personas hacer borrón y cuenta nueva como pretenden las FARC que suceda, y más cuando estas no muestran un arrepentimiento sincero y sin interés sino que por el contrario exigen salarios sin trabajar, pensiones e indultos, y cargos en el gobierno, además de que se les sea integrados a la sociedad. La paz, al igual que el arrepentimiento y el perdón, no son cosas que se puedan comprar en una tienda, adquirir o construir de la noche a la mañana. La paz, el arrepentimiento y el perdón son sentimientos que se construyen de forma lenta, paulatina, y progresivamente, haciéndose consciente en nuestros corazones para luego verse reflejados en acciones.
Puede que con mi opinión este siendo prejuiciosa e intolerante, y no esté dando la segunda oportunidad que todos nos merecemos, pero no creo que estas personas que han cometido un sin número de delitos cambien de la noche a la mañana, y además se desprendan de sus negocios ilícitos siendo el narcotráfico uno de los más grandes de Colombia y el exterior representando una mina de oro para ellos. Nos piden perdón y olvido pero no quieren que se les aplique la misma justicia ni las mismas leyes que se aplica a todos los colombianos, quieren seguir gozando de una libertad que no se merecen, una libertad que le han quitado a millones de personas y que ahora deberían quitársela a ellos para que de alguna manera puedan retribuir el daño hecho.
Por todo esto, mi respuesta es no al plebiscito, porque el proceso de paz lo considero en estos momentos un acuerdo de impunidad que no garantiza justicia para las víctimas, y yo quiero una paz justa, una paz de verdad y no una de papeles, de mentiras, de falsedades.
Bibliografía http://elfichero.com/abc-del-plebiscito-la-paz/
K.P Arteaga