La utopía del liberalismo económico en la actualidad
Asignatura: Ciencias Políticas
Alumna: Liliana Garzón
Profesor: Lic. Mónica Holguín
08 de Octubre del 2014
La utopía del liberalismo económico en la actualidad
El liberalismo económico se desarrolló a finales del siglo XVII siendo Adam Smith su más grande precursor. Esta doctrina capitalista busca que la participación del Estado en la actividad económica sea mínima, destacando la libertad de actuación de la iniciativa privada (Llosa, 2011). En teoría las ideas que propone el liberalismo económico pueden ser aceptadas por muchos, en tanto que su fin último es la búsqueda del bien común; sin embargo, la sociedad de hoy se ve terriblemente envuelta por el fenómeno de la globalización que en la mayoría de los casos beneficia a los países más desarrollados económicamente y trae como consecuencia el incremento del consumo innecesario, por lo que el verdadero propósito del liberalismo económico se va desvaneciendo de forma gradual, primando únicamente los intereses de unos cuantos.
El liberalismo económico sería un excelente mecanismo de progreso si se viviera en un entorno en el que existieran las mismas oportunidades para todos, pues cada quien contaría con lo necesario para llegar a la mejora de su calidad de vida y de cierta forma se contribuiría a lograr el bienestar general. Triste e indiscutiblemente lo que reina en el mundo actual es la desigualdad. Los que cuentan con un inapreciable poder adquisitivo no pueden acceder a todos los servicios y bienes que ofrecen las empresas privadas, así que de algún modo se hace indispensable la intervención del Estado dentro de la economía, se requiere de este para la asignación de recursos, la fijación de impuestos, precios o regulaciones. Cabe resaltar que si todo el dinero recaudado a raíz de los aranceles se utilizara en favor del mejoramiento de las condiciones de vida de las personas y se invirtiera en
educación, salubridad y seguridad, disminuiría en gran medida el índice de pobreza y de otros problemas que aquejan a la sociedad, como la delincuencia, la violencia, entre otros. En muchos casos los miembros de alto mando en el gobierno se sirven de las utilidades del pueblo y dejan de ejercer su función real, que consiste en garantizar el bienestar de todos los ciudadanos (EL UNIVERSAL, 2011).
Habiendo ya explicado la razón por la cual se toma una postura en contra del liberalismo económico, vale la pena retomar el término de globalización, la expansión mundial del mercado se relaciona directamente con los agentes económicos: empresas y hogares. Los grupos oferentes compiten entre sí para obtener mayores ganancias. Éstos utilizan diferentes estrategias que pueden estar basadas en el precio de sus productos y en la creación de nuevas tecnologías, para atraer la atención de los demandantes, que son quienes conforman los hogares y dan pie para que se empiece de nuevo un ciclo de producción. Entre más consumo, más producción de bienes y servicios y por tanto mayor obtención de utilidades por parte de las compañías (Zuluaga, 2006).
La globalización va de la mano con los Tratados de Libre Comercio, en esta practica de intercambio siempre van a haber ganadores y perdedores. Con las importaciones se benefician tanto las multinacionales importadoras como muchas de las personas que adquieren el producto a un menor precio, pero se perjudican las empresas nacionales. Por tal motivo se debe hacer uso de la política comercial, que
utiliza distintos instrumentos como las barreras arancelarias para hacer más costosas las importaciones o para prohibirlas, a favor de la producción nacional (Rozo, 2006).
Al tener muchos productos a precios bajos dentro de una economía, los consumidores tienden a comprar en exceso, una de las consecuencias y quizá la más preocupante de esto es la degradación de los recursos naturales. La humanidad ha trascendido apresuradamente siguiendo ideales basados primordialmente en la obtención de dinero, sin calcular los daños que se le pueden causar a la naturaleza a través de la explotación y la rápida deforestación de bosques y selvas.
En conclusión, se puede decir que ni por medio del liberalismo económico ni por medio del empleo de cualquier otra doctrina se alcanzaría a lograr el pleno desarrollo de una sociedad. Eso es una completa utopía, pues el ser humano es imperfecto por naturaleza y la economía actual esta dirigida por un grupo de personas que en su mayoría son dueñas de multinacionales y juegan un importante papel dentro de los gobiernos más poderosos. Tanto así que los esfuerzos que hacen las pequeñas empresas y “el proletariado” por salir adelante son insuficientes, las injusticias son
cada vez más grandes y las puertas de salida cada vez más pequeñas.
Referencias Llosa, M. V. (24 de Abril de 2011). Miradas al sur . Recuperado el 25 de Septiembre de 2014, de Vargas Llosa: liberalismo político y liberalismo económico: http://sur.infonews.com/notas/vargas-llosa-liberalismo-politico-yliberalismo-economico Rozo, M. R.-S.-M. (2006). La globalización económica. (B. d. Colombia, Editor) Recuperado el 01 de Octubre de 2014, de La globalización económica: http://www.banrep.gov.co/sites/default/files/publicaciones/archivos/guia4 _la_globalizacion.pdf Sandra Zuluaga- Marcela Rozo, M. R.-S.-M. (2006). El sistema económico. (B. d. República, Productor) Recuperado el 2014 de Octubre de 01, de El sistema económico: http://www.banrep.gov.co/sites/default/files/publicaciones/archivos/guia_ 1_el_sistema_economico.pdf EL UNIVERSAL. (06 de Mayo de 2011). Corrupción sigue ahogando a Colombia . Recuperado el 01 de Octubre de 2014, de Corrupción sigue ahogando a Colombia: http://www.eluniversal.com.co/cartagena/nacional/corrupcionsigue-ahogando-colombia-22881
El debate entre los mercantilistas y los defensores del libre cambio ha trascendido en el tiempo, pues ya en la actualidad está presente en
el ámbito político y económico el debate entre quienes defienden el proteccionismo de las economías y quienes encuentran más ventajas en el libre comercio. En la práctica, el intercambio comercial siempre genera perdedores y ganadores, y por eso las autoridades económicas deben determinar cuáles son las ventajas y los costos de participar en el comercio internacional, y utilizar los distintos instrumentos de política comercial para alcanzar los objetivos que se han trazado en esta materia. Con esto, si el objetivo central es proteger la producción nacional de la competencia de los bienes importados, la autoridad económica usará todos los instrumentos de política comercial que tenga a su alcance para hacer más costosas las importaciones o, incluso, para llegar a prohibirlas. De otro lado, si la autoridad económica busca promover las exportaciones, usará los instrumentos de política co- mercial que le ayuden a alcanzar este objetivo: por ejemplo, convendría que las importaciones de las materias primas que se usan para producir los bienes de exportación fueran baratas, y por tanto que no tuvieran muchas restricciones que las encarecieran. Ya sea que se trate de proteger la producción nacional, aislán- dola de la competencia extranjera, o de promover las
la practica del liberalismo económico se hace uso de la “libertad negativa” y a la vez de la “libertad positiva”, la primera propone que los individuos no se vean
obligados a hacer lo que no quieren y frena la acción del estado y la segunda hace referencia a la libertad de hacer y por consiguiente va dirigida a las empresas privadas, que por conveniencia
y golpeada por diversos problemas tanto ambientales como de orden político y económico, uno de los factores y quizá el que más propicia la degradación de los recursos naturales y el desequilibrio en la economía es el consumismo. Entendido en este caso como la compra desmedida de bienes y servicios por parte de uno o varios individuos, este término se relaciona concretamente con lo que se conoce como liberalismo económico, si rigen las reglas del libre mercado, en un contexto en donde existen iguales oportunidades de acceso, en el que hay información perfecta, y libertades de participación y elección.
Pero, asimismo, considera que hay obras públicas que el gobierno debe proveer no como forma de entrometerse en el funcionamiento de los mercados sino para reducir los obstáculos que pueden enfrentar la movilidad de bienes y factores de la producción.Es el pensamiento
económico que destaca la libertad de actuación de la iniciativa privada, en donde son las fuerzas del mercado las que establecen los precios y los salarios. Se considera que la participación del Estado en la actividad económica debe ser la mínima posible e incluso sería lo óptimo, aunque utópico, que no hubiera ninguna participación del Estado. Liberalismo económico, el papel de liberalismo en la globalización, autonomía del individuo, posición del individuo que lo lleva al consumismo
Ciencias políticas y económicas
Elaborado por Mónica H
Ensayo sobre sobre el liberalismo y sus implicaciones económicas y sociales.
Alumno: Descripción del criterio El título refleja el contenido del texto, tiene máximo ocho palabras. Se justifica el tema de una manera atractiva. La tesis es una aseveración debatible, incluye la postura a favor y en contra. Se incluyen los temas a tratar, máximo tres. La argumentación parte de una opinión o razón. Hay evidencias que sustentan cada razón. Cada párrafo argumentativo se cierra con una inferencia. Recupera y reformula la tesis y las inferencias que se enunciaron como parte de cada argumento. Se cierra del tema con una frase con efecto. Las secciones y subsecciones están en orden, contienen los elementos especificados. Produce un texto claro, fluido y bien estructurado con el que demuestra un uso controlado de estructuras organizativas, conectores y mecanismos de cohesión. Cada evidencia cuenta con la cita de la cual fue tomada, según el estilo de citación APA Lista completa de las referencias usadas en el texto, según el estilo APA. Aproximación original al tema, uso de ideas y palabras propias. El trabajo no es mayor a 800 palabras, incluyendo referencias.
Puntuación máxima posible Requisito
Puntos obtenidos
0.25 0.5 10 10 0.25 0.75 0.25 0.25 0.25 0.25 0.25 50
Liberalismo económico. Esa visión del hombre en sociedad, progresista para los siglos XVIII
y XIX, se contrapone con la teoría liberal de la economía. En efecto, se nos dice que la búsqueda no coordinada del interés individual lleva al mayor bienestar de todos, si rigen las reglas del libre mercado, en un contexto en donde existen iguales oportunidades de acceso, en el que hay información perfecta, y libertades de participación y elección. Es como si los
agentes económicos, mientras buscan su interés personal, estuvieran guiados por una mano invisible para hacer el bien general, con mayor eficacia que si buscaran a propósito el interés de todos. Aunque es de imposible demostración, se concluye que la suma de los egoísmos individuales lleva al bien común. Sus características salientes son la defensa de la propiedad privada y la libre iniciativa de los agentes privados, que deben ser preservadas de la intervención del Estado en sus múltiples formas (por ejemplo, barreras aduaneras, fijación de precios o regulaciones). Democracia y liberalismos político y económico. La democracia, el liberalismo político
y el
económico, que así definidos se diferencian con claridad, son el objeto de una enorme confusión. El cuadro, a riesgo de ser sólo indicativo, tiene la ventaja de presentar la distinta naturaleza de cada uno. La primera gran diferencia es la de los valores, que distingue la libertad negativa de la libertad positiva. Para F. A. Hayek, uno de los principales pensadores liberales, lo importante es el respeto a la “libertad negativa”, esto es, que los individuos no se
vean obligados a hacer lo que no quieren. Con esta definición de libertad, uno puede vivir sin derechos políticos o morir de hambre, sin dejar de ser libre. Frente a esa libertad negativa (libertad para no hacer algo) está la libertad positiva (libertad para hacer: alimentarse, trabajar, participar en las decisiones sociales). El liberalismo político defiende la libertad negativa y el liberalismo económico aplica la libertad negativa para impedir la acción del Estado y la libertad positiva para la empresa privada. Una segunda diferencia está marcada por la distinta naturaleza de la libertad política y la del capital. La libertad económica tiene como eje al capital y es totalmente ajena a la libertad política, ya que actúan en circuitos diferentes. El capital está guiado sólo por el lucro y no por la realización de la libertad. Tiene objetivos políticos sólo si afectan el circuito dinero-mercancía-dinero aumentado (R. L. Heilbroner, Le
capitalisme, París, 1986). En el liberalismo económico no imperan las leyes electorales sino las leyes del mercado: quien manda no es la mayoría visible del pueblo, sino la mano invisible; su lógica es la rentabilidad y no tiene nada que ver con la democracia. Una tercera flagrante divergencia se manifiesta en relación a la democratización sustantiva, que se refiere al grado de igualdad que se haya alcanzado en una sociedad. En el liberalismo político, se afirma la igualdad ante la ley, y en el liberalismo económico desaparece toda veleidad igualitaria. La divergencia entre los procesos democráticos, el liberalismo político y el liberalismo económico no sólo se evidencia en la teoría sino que se refleja en la práctica. Los sangrientos golpes de Estado de los años setenta en Uruguay, Chile y Argentina, formaban parte del mismo proyecto político por el que se implantó el liberalismo económico y se liquidó el liberalismo político con decenas de miles de muertos. Cuando Vargas Llosa nos relata un liberalismo económico y político únicos e indivisibles parece preguntarnos: ¿crees en lo que digo o en lo que ven tus ojos?. Liberalismo político. Cuando se estructuró, el liberalismo político significó un progreso
enorme: se proponía afirmar la libertad de los individuos y de los grupos, para lo cual preconizaba un Estado que fijara las reglas del juego y sólo actuara para garantizar su cumplimiento. Implicaba, en los hechos, el abandono de la explicación en términos religiosos de los fenómenos humanos, para fijarse en la interacción de los individuos, que en su dimensión ciudadana creaban un determinado Estado a través de las diferentes teorías del contrato social, así como establecían una estructura de go bierno basada en “pesos y contrapesos” y en la representación de las minorías, que impida el despotismo, sea de los
tiranos o del pueblo. Significa la elección de los gobernantes por el voto, matizado muchas
veces por los niveles de ingreso, así como la vigencia de las libertades de conciencia, de asociación y de prensa, de tal modo que las minorías puedan llegar a convertirse en mayoría. La visita a Buenos Aires del premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa dejó como saldo dos disertaciones – una en la asociación Mont Pelerin y otra en la Feria del Libro – y múltiples entrevistas de prensa, radio y televisión. Opinó sobre política y economía, así como realizó una cerrada defensa del liberalismo político a la vez que económico, a los que consideró como partes de la misma unidad. En una de las entrevistas que concedió, Vargas Llosa afirma que “un liberal es un señor que cree en la libertad y que cree que la libertad es indivisible, que no
se puede dividir la libertad política de la económica. Ese es un principio básico del liberalismo. Está en Adam Smith, el padre del liberalismo.