Un manual básico
Eamonn Butler
Tíulo original: Classical Liberalism – A Primer
Copyrigh © The Insiue of Economic Affairs 2015 2 Lord Norh Sree Wesminser London SW1P 3LB En asociación con London Publishing Parnership Ld. www.londonpublishingparnership.co.uk Reservados odos los derechos. La misión del Insiue of Economic Affairs es ayudar a comprender mejor las insiuciones fundamenales de una sociedad libre, analizando y explicando el papel de los mercados en la solución de problemas económicos y sociales. © 2016 FUNDACIÓN PARA EL PROGRESO La Concepción 191, Piso 10 Providencia, Saniago, Chile Tel.: (+56 2) 23873500 Correo: conac
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A MI AMIGO JOHN BLUNDELL ����� � �����
� ÍNDICE � El Auor
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Agradecimienos
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Prólogo
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Prólogo a la edición en español
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Resumen
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1. INTRODUCCIÓN — 22 El propósio de ese libro Esquema del libro
2. ¿QUÉ ES EL LIBERALISMO CLÁSICO? — 26 Diez principios del liberalismo clásico
3. LIBERALISMO CLÁSICO: EL ÁRBOL GENEALÓGICO — 38 Los primeros ancesros El surgir del liberalismo clásico Éxio y reevaluación El renacimieno moderno del liberalismo clásico La diversidad de las ideas liberales clásicas
4. EL LIBERALISMO CLÁSICO Y LA LIBERTAD — 52 Los argumenos a favor de la liberad Liberad posiiva y liberad negaiva Derechos y liberades Resricciones a la liberad
5. MORALIDAD LIBERAL CLÁSICA — 64 Coerción y olerancia Los argumenos a favor de la olerancia La olerancia y el Esado
6. LA POLÍTICA LIBERAL CLÁSICA — 76 El origen y el propósio del gobierno El mio de la jusicia social Las decisiones públicas y los inereses privados La legiimidad del gobierno
�. LA SOCIEDAD LIBERAL CLÁSICA � �� El orden esponáneo La jusicia y el Esado de derecho La racionalidad de los órdenes naurales La sociedad civil El orden esponáneo y los derechos naurales
8. LA ECONOMÍA DEL LIBERALISMO CLÁSICO — 102 El orden esponáneo del mercado El «milagro» esponáneo de los precios Mercados sin direcivas Reglas y propiedad Los argumenos a favor de la liberad económica Los efecos desesabilizadores del gobierno Comercio y el proeccionismo
9. EL LIBERALISMO CLÁSICO HOY — 116 Eclipse y resurgimieno El renacimieno del liberalismo clásico El significado del liberalismo clásico Inernacionalismo liberal clásico La visión liberal clásica
10. PENSADORES LIBERALES CLÁSICOS CLAVES — 128 John Locke — (1632-1704), filósofo inglés Bernard Mandeville — (1670-1733), escrior saírico anglo-holandés Voltaire [François - Marie Arouet] — (1694-1778), escrior francés Adam Ferguson — (1723-1816), eórico social escocés Adam Smith — (1723-1790), filósofo y economisa escocés Thomas Jefferson — (1743-1826), líder revolucionario esadounidense Frédéric Bastiat — (1801-1850), eórico políico francés Richard Cobden — (1804-1865), indusrial y políico inglés John Stuart Mill — (1806-1873), filósofo y reformador inglés Herbert Spencer — (1820-1903), anropólogo y filósofo inglés Friedrich A. Hayek — (1899-1992), eórico políico anglo-ausriaco Ayn Rand — (1905-1982), novelisa y moralisa ruso-esadounidense Isaiah Berlin — (1909-1997), filósofo león-briánico Milton Friedman — (1912-2006), economisa esadounidense James M. Buchanan — (1919-2013), economisa esadounidense Robert Nozick — (1938-2002), filósofo esadounidense
11. CITAS LIBERALES CLÁSICAS — 140 Cara Magna Los derechos naurales Gobierno limiado El orden esponáneo... ...Orienación benigna... ...Versus planificación y conroles... La jusicia y el Esado de derecho Liberad económica Liberad personal Liberad políica
12. CRONOGRAFÍA DEL LIBERALISMO CLÁSICO — 152
13. LECTURAS ADICIONALES — 160 Inroducciones Visiones generales Texos clásicos Enlaces web seleccionados
� EL AUTOR � Eamonn Buler es direcor del Adam Smih Insiue, un imporane cenro de esudios (hink ank) de políicas públicas. Tiene íulos en economía y psicología, un docorado en filoso�a, y un docorado honorario en Leras. En la década de 1970 rabajó en Washingon para la Cámara de Represenanes y enseñó filoso�a en Hillsdale College, Michigan, anes de regresar al Reino Unido para ayudar a fundar el Adam Smih Insiue. Ha sido ganador del Naional Free Enerprise Award (Premio Nacional a la Libre Empresa) del Reino Unido. Eamonn es auor de libros sobre los economisas pioneros Milon Friedman, F.A. Hayek y Ludwig von Mises, un manual básico sobre la Escuela Ausriaca de Economía y The Condensed Wealh of Naions (resumen de La Riqueza de las Naciones). Para el IEA, ha escrio manuales básicos sobre Adam Smih, Ludwig von Mises y la eoría de la elección pública (public choice); su Foundaions of a Free Sociey (Fundamenos de una sociedad libre ) obuvo el Premio Fisher en 2014. Es coauor de una hisoria de los conroles de precios y salarios, y de una serie de libros sobre CI (coeficiene inelecual). Sus recienes publicaciones populares, The Bes Book on he Marke, The Roten Sae of Briain y The Alernaive Manifeso , desperaron considerable aención. Además es un ariculisa frecuene en medios escrios y de difusión.
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� LIBERALISMO CLÁSICO � UN MANUAL BÁSICO
� AGRADECIMIENTOS � Una vez más, agradezco a Madsen Pirie sus consejos y apores iniciales, y a mis oros colegas en el Adam Smih Insiue su paciencia.
UN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
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� PRÓLOGO � El liberalismo clásico es una de las filoso�as políicas y sociales modernas más imporanes. De hecho, podemos decir que los esfuerzos de los creyenes en ese conjuno de ideas fueron cruciales para la creación del mundo moderno. Sin las campañas, argumenos, pensamienos y análisis de las personas que se definieron a sí mismas como liberales clásicos, muchas de las caracerísicas esenciales de la modernidad, como el crecimieno inensivo ininerrumpido, la
circunscripción de la idenidad religiosa en la esfera privada y la abolición de la esclaviud, no hubiesen sido posibles. A pesar de su imporancia, el liberalismo clásico es hoy mal
enendido, a menudo ergiversado (inencionalmene en anísimos casos) y erróneamene idenificado con oras formas de pensar, en especial con el conservadurismo. Una dificulad concrea es cómo el uso esadounidense de la palabra «liberal» para significar «socialdemócraa» implica que los creyenes en el liberalismo radicional del mundo angloparlane han enido enconrar un nuevo róulo para sus ideas (ese no es el caso en la Europa coninenal, donde «liberal» conserva su significado radicional). «Liberario» se ha converido en el érmino ampliamene adopado, pero por diferenes razones es poco saisfacorio. Ane eso, la descripción de Eamonn Buler es especialmene
bienvenida. Es una inroducción maravillosamene clara y bien
explicada de lo que es el liberalismo clásico como sisema de pensamieno, de dónde vino, lo que es ahora y hacia dónde podría ir. Una caracerísica valiosa del libro es cómo pone de manifieso las diferencias y la variedad denro de lo que, sin embargo, sigue siendo un enfoque coherene hacia el pensamieno políico y los emas de
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políica pública (lo mismo se podría decir, por supueso, del socialismo y el conservadurismo). Merece la pena pensar sobre algunos de los emas que planea y la forma de analizarlos en mayor profundidad. Como indica el relao hisórico, el liberalismo clásico claramene iene raíces y orígenes como movimieno políico en episodios de la hisoria inglesa. Y es una manera de pensar acerca de la ley y el gobierno que podemos rasrear hasa al menos el siglo XVII, e incluso más arás, hasa la Cara Magna y el consiucionalismo medieval. Sin embargo, como lo deja en claro, ambién iene un origen en la hisoria de Europa coninenal, sobre odo en Francia (a pesar de que F.A. Hayek haya descrio ese país como «el más irremediable para el liberalismo clásico»). Eso se remona a la Ilusración y a pensadores como Kan, pero ambién puede ser rasreado más arás, en el Renacimieno y en pensadores de finales de la Edad Media, como los asociados con la Escuela de Salamanca. Y en las radiciones medievales de gobierno consiucional y límies al poder de la corona, desde la Península Ibérica a Escandinavia y Polonia-Liuania. Los orígenes del liberalismo clásico en Europa no lo convieren, sin embargo, en una manera de pensar europea. No debe ser viso como una ideología «occidenal»; más bien se raa de una perspeciva que es universal en su orienación y puede aprovechar radiciones compaibles y
afines que exisen en odas las culuras y civilizaciones del mundo. Además de las ideas cruciales que ese libro hábilmene expresa y claramene explica, el liberalismo clásico ambién se asocia con una serie de aciudes y cualidades de esilo. Una de las principales es la del opimismo, de confianza en que la condición humana se puede mejorar y que en los dos úlimos siglos ha mejorado. Ora cualidad relacionada es ser vanguardisa, mirar al fuuro y no al pasado. También podemos idenificar un enfoque sobre la individualidad y el auogobierno o la auonomía. Tal vez las cualidades más imporanes son la civilidad y pensar lo mejor
de nuesros oposiores e inerlocuores en lugar de aribuirles propósios e inenciones malévolos, una cualidad carene en gran pare del discurso conemporáneo.
UN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
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Esa obra realiza un rabajo excelene describiendo con sencillez y claridad lo que es el liberalismo clásico, y además describe por inferencia lo que no es. Claramene, es disino del socialismo y oras formas de colecivismo igualiario, como la democracia social y el liberalismo social o «nuevo» liberalismo. Tampoco es lo mismo que el conservadurismo, porque generalmene es más opimisa, con�a más en la razón (a diferencia de la fe o la radición), y resula menos sumiso a las insiuciones heredadas o radicionales. Una de las
cosas que se hace evidene al leer ese libro, y que lo será más aún al leer la mayoría de los exos adicionales sugeridos, es que, lejos de ser conservador, el liberalismo clásico es un credo radical que ya produjo un cambio enorme y profundo en las condiciones y formas de vida de la mayoría de las personas en el mundo. Al hacerlo ha barrido con gran pare del aniguo orden (un puno que presena con fuerza Ludwig von Mises, por ejemplo). Una muesra de eso es la asociación hisórica enre el liberalismo clásico y el feminismo, donde la mayoría de la «primera ola» de feminisas fueron liberales clásicos fervorosos y donde en la acualidad hay muchos ejemplos de esa posición. Los liberales clásicos como movimieno y el liberalismo clásico como conjuno de ideas han cambiado y mejorado mucho, pero
ambién exisen problemas, como señala el libro, y aún hay mucho por hacer. Cuando los liberales clásicos olvidan eso y se vuelven más bien defensores de las cosas como esán, pierden su ímpeu y una pare crucial de su idenidad. Como el libro deja en claro con su discusión de los nuevos desarrollos inelecuales denro de la
radición, eso no es un conjuno fijo y perfeccionado de ideas con exos sagrados y conclusiones eernas que requieren solo glosas explicaivas y comenarios. Más bien es un movimieno inelecual vibrane y vivo en el cual las ideas básicas que se describen aquí consanemene se reaplican y repiensan, se ariculan nuevas ideas, análisis y propuesas y se aacan las dierenes aceas y arisas
del error.
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� LIBERALISMO CLÁSICO � UN MANUAL BÁSICO
En IEA no apoyamos explíciamene una filoso�a políica en
paricular, mucho menos la posición de un parido o movimieno políico específico. Sin embargo, el objeivo permanene de com-
prender los problemas sociales y abordarlos eficazmene excluye cieros enoques, mienras que se incluyen oros. El liberalismo
clásico es una de las filoso�as y de los movimienos compaibles, aunque no el único, que iene una manera de pensar y enender el mundo que concuerda y coincide con ese objeivo. Como al, ese libro es un apore bienvenido a la lisa de IEA y será una imporane conribución para enender mejor una de las filoso�as formaivas de la edad moderna.
STEPHEN DAVIES Director de Educación Institute of Economic Affairs Mayo de 2015
Las opiniones expresadas en esa monogra�a son, como en odas las publicaciones del IEA, las del auor y no las del Insiuo (que no iene una opinión corporaiva), sus direcivos, los miembros del Consejo Asesor Académico o el personal superior. Con algunas excepciones, como la publicación de conferencias, odas las monogra�as del IEA son someidas a una revisión con el méodo de "doble ciego" por al menos dos académicos o invesigadores experos en la maeria.
UN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
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� PRÓLOGO A LA EDICIÓN EN ESPAÑOL � Hace algún iempo uve la oporunidad de conocer a Eamonn Buler. Primero su nombre, gracias a su rabajo. Luego personalmene, en Nueva York, en uno de los encuenros inernacionales de Alas Nework donde se dan cia inelecuales, académicos y emprendedores de hink anks provenienes de odas pares del mundo. En 2014 esuve a cargo de raducir su libro Foundations of a
free sociey (Fundamenos de la sociedad libre ), ediado y publicado
originalmene en lengua inglesa por nuesros amigos del Insiue of Economic Affairs (Reino Unido) y llevado al español por Fundación para el Progreso (Chile). En aquella ocasión pude consaar la habilidad del auor para explicar ideas complejas de orma muy
simple y amigable. Buler escribe sobre el pensamieno y la filoso�a de manera an sencilla como rigurosa. Así como Nigel Ashford, Madsen Pirie o Tom Palmer, por mencionar solo unos poquísimos ejemplos enre anos, Buler comprende perfecamene la vocación del inelecual público, la misión esencial de los hink anks y la necesidad de comunicar eficazmene las ideas y argumenos a favor de la sociedad libre. En las páginas siguienes, el auor presena el liberalismo clásico con una claridad y una capacidad de sínesis que apreciamos enormemene quienes aprendimos cosas nuevas al leerlas. Y quienes, en nuesra vida diaria, nos dedicamos a comparir, difundir y promover los principios e insiuciones de la liberad. He aquí lo primero que quiero desacar y celebrar de Liberalismo Clásico: Un manual básico.
Lo segundo es que esa inroducción condensa, en sus capíulos y bajo sus íulos, un repaso muy prácico del liberalismo clásico como pensamieno. También es una revisión rápida de
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� LIBERALISMO CLÁSICO � UN MANUAL BÁSICO
sus auores y de sus hios, pero no por ello vaga o supericial,
sino que muy didácica e ineligenemene presenada. A lo
largo de ese recorrido, Buler recuerda y aclara varios punos imporanes sobre la idea liberal clásica. Por ejemplo, que no se raa de un dogma péreo, inmuable y homogéneo, sino de un sisema de pensamieno dinámico, variado y denro de cuyas
froneras �o en orno a cieros elemenos esenciales� pueden convivir perspecivas diferenes y opiniones diversas. Y queda claro que el liberalismo clásico, mucho más que un conjuno de ideas y concepos, es una aciud, un alane. Es respeo. Es disposición para convivir en paz con oras personas, aún si piensan disino y ienen oros esilos de vida. Es preferir la persuasión a la imposición. Es valorar la dignidad humana y la liberad de las personas para realizar sus proyecos de vida, siempre y cuando no causen daño o amenacen a sus semejanes. El liberalismo clásico, así, no puede ser inelecualmene raado �ocurre, a veces, lamenablemene� como una suere de religión que, sin remedio, ermina dividida en secas cerradas y enfrenadas enre sí, dispuándose la posesión de la verdad o la represenación de la pureza docrinaria. Porque si algo iene el liberalismo clásico es la modesia inelecual, an imporane, por ejemplo, en la obra de Karl Popper, para quien la falibilidad y la imperfección son consusanciales a la nauraleza humana. Una ercera caracerísica �o apore� de ese rabajo es que ayuda a ordenar los conocimienos sobre el liberalismo clásico y su hisoria, desde sus orígenes hasa hoy. Si enemos vacíos o informaciones dispersas, acaso inconexas, ese libro es de gran ayuda para ordenar el relao y resolver dudas. También las posibles confusiones de érminos; es muy oporuna, por ejemplo, la disinción concepual enre lo que enienden los esadounidenses por liberal y lo que
propone el liberalismo clásico. Esos res beneficios hacen la lecura del libro enriquecedora y recomendable para esudianes en la universidad, para su uso
educaivo en cursos o para la culura general.
UN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
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Por esas razones, enre oras, Fundación para el Progreso ha raducido ese escrio de Eamonn Buler, uno más de su abundane producción. Esamos seguros de que ayudará a los lecores de habla hispana, en España y América Laina, a seguir aprendiendo, a seguir descubriendo el fascinane mundo de la liberad.
RAFAEL E. RINCÓN�URDANETA ZERPA Director de Estrategia, Innovación y Relaciones Internacionales Fundación para el Progreso Santiago de Chile, marzo de 2016
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� RESUMEN � •
Los liberales clásicos dan prioridad a la liberad individual en la vida social, políica y económica. Reconocen que las liberades de diferenes personas pueden enrar en conflico, y disienen sobre dónde se ubican los límies a la liberad, pero esán
ampliamene de acuerdo en que la liberad individual se debe maximizar y el uso de la fuerza se debe minimizar. minimizar. •
Consideran que el individuo es más imporane imporane que lo coleciv colecivoo y abogan por un gobierno limiado y represenaivo que obenga su legiimidad de la gene gene.. Los gobiernos deben esar a su vez sujeos al Esado de derecho y la jusicia debe ser adminisrada conforme a los principios y procesos acepados.
•
Los liberales clásicos no esán de acuerdo sobre la unción
exaca del Esado, pero en general buscan limiar el uso de la fuerza, ya sea por individuos o gobiernos. Quieren Esados que sean pequeños y conrolados por reglas conocidas. El principal problema de la políica no es cómo elegir los líderes, si no cómo resringirlos una vez que ienen el poder. •
El liberalismo clásico no es lo mismo que el liberalismo esadounidense, que valora la liberad social, pero le oorga mucho poder económico al Esado. Tampoco es una idea aomísica: ve a las personas como miembros de diferenes grupos superpuesos, con muchas lealades familiares, morales, religiosas o de ora índole. Esas insiuciones de la sociedad civil son un baluare úil conra el poder cenral del Esado.
UN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
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•
La liberad de expresión y la oler olerancia ancia mu muua ua son consider consideradas adas bases esenciales para la cooperación pacífica enre personas libres. Los liberales clásicos sosienen que esa cooperación genera órdenes sociales esponáneos (como mercados, cosumbres, culura y lenguaje) que son infiniamene más complejos, eficienes y
adapables que cualquier cosa diseñada de manera cenralizada. •
En economía, los liberales clásicos consideran que la riqueza no la crean los esados o gobiernos, sino que se crea por medio de la cooperación muua de individuos libres. La prosperidad se logra cuando individuos libres invenan, crean, ahorran,
invieren y, finalmene, inercambian volunariamene bienes y servicios para beneficio muuo. Es el orden esponáneo de la economía de libre mercado. •
El liberalismo clásico se remona a la Inglaerr Inglaerraa anglosajona y más arás, pero proviene en gran medida de las ideas de pensadores como John Locke (1632-1704), Adam Smih (1723-1790) y los padres fundadores de los Esados Unidos. En los úlimos iempos, ha sido renovado por erudios como F.A. Hayek (18991992) y Milon Friedman (1912-2006).
•
Diferenes liberales clásicos proponen diferen Diferenes d iferenes es argumenos a favor fav or de la liberad. Algunos la ven como un bien en sí mismo, oros apelan a la idea de los derechos naurales que gozan odas las personas. Algunos dicen que la auoridad sobre los demás surge exclusivamene de su consenimieno de someerse a leyes, plasmado en un conrao social. Algunos argumenan que la liberad social y políica simplemene hace que odos
salgan ganando. •
Los liberales clásicos ambién proponen diferenes argumenos a favor de la olerancia. Muchos consideran que forzar a la gene a hacer cosas en conra de su volunad es cososo y perjudicial,
20 � LIBERALISMO CLÁSICO � UN MANUAL BÁSICO
y produce resulados perversos. Oros no ven ninguna jusificación para inerferir inerferir en las elecciones de esilo de vida de las personas, a condición de que nadie más se vea perjudicado por ellas. Algunos mencionan los beneficios de permiir diferenes ideas y opiniones. •
El liberalismo clásico no es una ideología cerrada, sino una
gama de punos de visa sobre emas sociales, económicos y políicos que se basan en la fe en la liberad y en el rechazo a la coerción de un individuo por oro. Ha enido un renacimien renacimienoo en las úlimas décadas, pero ahora se enfrena a emas nuevos y urgenes, como la liberad que se les debe oorgar a grupos que quieren desruir la liberad.
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� INTRODUCCIÓN
� INTRODUCCIÓN � EL PROPÓSITO DE ESTE LIBRO El objeivo de ese manual es faciliar una inroducción sencilla a los principios, las personalidades y los aconecimienos claves del liberalismo clásico. Esá diseñado para los esudianes y lecores que posiblemene enienden los concepos generales de la liberad social, políica y económica, pero quisieran una presenación sisemáica de sus elemenos esenciales. El libro considera que el liberalismo clásico incluye un amplio especro de punos de visa, odos los cuales consideran la liberad individual y la minimización de la violencia como sus principales prioridades, pero que pueden variar desde algo cercano al liberarismo en un exremo hasa punos de visa más conservadores en el oro. Considera que los liberales creen firmemene en la liberad individual, pero que ambién creen que al menos se necesia ciera adminisración de gobierno y jusicia para manenerla. El debae enre los liberales clásicos ubicados en diferenes punos del especro pasa por cuán grande y amplio debe ser ese papel gubernamenal.
ESQUEMA DEL LIBRO •
El Capítulo 2 ~ describe los diez principios básicos que unen a
los liberales clásicos, más allá de sus diferencias. 24 � LIBERALISMO CLÁSICO � UN MANUAL BÁSICO
•
El Capítulo 3 ~ explica el desarrollo hisórico del liberalismo
clásico, desde sus raíces anglosajonas, a ravés de la Reforma, la Ilusración y las revoluciones, hasa su decadencia en el siglo XIX y su moderno renacimieno acual. •
El Capítulo 4 ~ considera los argumenos a favor de la liberad,
describiendo los diferenes y a menudo conradicorios punos de visa de los liberales clásicos de diversas radiciones.
•
El Capítulo 5 ~ analiza las ideas de los liberales clásicos sobre
la moralidad y la necesidad para ellos de minimizar la coerción, ya sea de individuos o del Esado.
•
El Capítulo 6 ~ describe el espinoso debae sobre cuál debe ser
el papel y los límies de ese Esado. •
El Capítulo 7 ~ explica por qué los liberales clásicos sosienen
que las sociedades humanas en gran medida se auorregulan y crean beneficio público, sin necesidad de que alguna gran
auoridad cenral las manenga. •
El Capítulo 8 ~ demuesra que eso ambién es ciero en la eco-
nomía, gracias a la evolución de insiuciones naurales como los mercados y los precios. •
El Capítulo 9 ~ describe el reciene renacimieno del pensamieno
liberal clásico y algunas de las nuevas corrienes de pensamieno que han surgido denro de la radición del liberalismo clásico.
El libro finaliza con acoaciones sobre las conribuciones de pensadores claves del liberalismo clásico, algunas cias imporanes
sobre emas del liberalismo clásico, una cronología de su desarrollo y lecuras adicionales.
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� ¿QUÉ ES EL
LIBERALISMO CLÁSICO?
UN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
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¿QUÉ ES EL LIBERALISMO CLÁSICO? Lo que más define a los liberales clásicos es la prioridad que le dan a la liberad individual. Los seres humanos además ienen, por supueso, oros valores: honesidad, lealad, seguridad, familia y más. Pero cuando se raa de nuesra vida social, políica y económica , los liberales clásicos sosienen que debemos apunar a maximizar la liberad que disfruan los individuos. Los liberales clásicos sosienen que a las personas se les debe permiir vivir sus vidas como lo deseen, con solo la mínima resricción necesaria por pare de oros individuos o auoridades. Acepan que la liberad no puede ser absolua, ya que la liberad de una persona puede enrar en conflico con la liberad de ora: odos podemos ener liberad de movimieno, pero igualmene no podemos colocarnos odos sobre el mismo puno al mismo iempo. Y la liberad no significa que uno sea libre de robar, amenazar, coaccionar, aacar o asesinar a oros, lo cual violaría la liberad de los demás. Enonces, ¿cuáles son los límies a la liberad individual? El
liberalismo clásico no iene una respuesa única. No es un conjuno dogmáico de reglas. Los liberales clásicos no esán compleamene de acuerdo sobre dónde se deben fijar los límies a la acción personal (y del gobierno). Pero coindicen ampliamene en que cualquier respuesa debe raar de maximizar la liberad individual, y que el que la quiera resringir debe ener una muy buena razón.
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� LIBERALISMO CLÁSICO � UN MANUAL BÁSICO
DIEZ PRINCIPIOS DEL LIBERALISMO CLÁSICO Para enender mejor lo que es el liberalismo clásico podemos
enumerar diez principios sobre los cuales los liberales clásicos esán odos de acuerdo. 1. La presunción de la libertad
Los liberales clásicos ienen una presunción a favor de la liberad individual. Quieren maximizar la liberad en nuesra vida políica, social y económica. Sin embargo, ienen dierenes undamenos
para esa conclusión. Para muchos, la liberad es buena en sí misma. Argumenan desde la psicología que, si pueden elegir, las personas siempre prefieren ser libres a ser coaccionadas. Oros, defensores de los derechos naurales, dicen que la liberad es algo que nos ha dado Dios o la Nauraleza. Algunos argumenan que la liberad se basa en un conrao social que la gene en un «esado naural» endría que consensuar para eviar el caos y el conflico. Muchos sugieren que la liberad es un requisio esencial para el progreso . Para algunos, desde una perspeciva humanisa, la liberad es una pare esencial de lo que significa ser humano: alguien que esá conrolado por oros no es una persona complea, sino un mero cero a la izquierda. Por úlimo, los liberales clásicos uiliarios valoran la liberad como la mejor manera de maximizar el bienesar de la sociedad en su conjuno. 2. La primacía del individuo
Los liberales clásicos consideran al individuo más imporane que lo colecivo. No sacrificarían la liberad de un individuo por algún beneficio colecivo —al menos, no sin una muy buena jusificación—. Tienen varias razones para eso. Un puno de visa —llamado individualismo meodológico— es que un colecivo no iene exisencia más allá de los individuos que lo componen. Cieramene, la sociedad es más que un conjuno de individuos, al igual que una casa es más que un conjuno de ladriUN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
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llos. Pero la sociedad no iene una mene propia e independiene; son los individuos los que piensan, valoran, eligen e impulsan los aconecimienos. No hay un «inerés público» colecivo más allá
de los inereses de los individuos que componen esa comunidad. Y, además, esos individuos discrepan. Lo que esá a avor del inerés de una persona puede esar en conra de los inereses de
oras. La realidad de sacrificar la liberad individual por lo «colecivo» es que la esaríamos sacrificando por un conjuno paricular de inereses, no por los inereses de odos. Ora razón es la simple experiencia. La hisoria esá replea de ejemplos de los horrores infligidos a poblaciones cuando se sacrifica su liberad por la idea descabellada del bien colecivo de algún líder. Incluso en épocas recienes, uno solo necesia pensar en las arocidades de Hiler, las hambrunas y purgas de Salin, o los asesinaos en masa ordenados por Pol Po. En cuaro lugar, la sociedad es inmensamene complicada y
esá en consane cambio. Ninguna auoridad podría llegar a saber qué es lo mejor para odos en ese mundo complejo y dinámico. Los individuos esán mucho mejor doados para omar decisiones por sí mismos, y deben ener la liberad para hacerlo. 3. Minimizando la coerción
Los liberales clásicos quieren minimizar la coerción. Quieren un mundo en el que la gene se lleva bien por un acuerdo pacífico, no uno en el que alguien uiliza la fuerza o las amenazas para exploar o imponerle su volunad a oros. Por lo ano, los liberales clásicos dan el monopolio del uso de la fuerza al gobierno y las auoridades judiciales. Pero quieren limiar aún eso al mínimo necesario; conocen con qué facilidad se puede abusar del poder. Los liberales clásicos sosienen que cualquier uso de la fuerza para reprimir las acciones de las personas debe ser jusificado. Cualquiera que busque resringir la liberad es quien iene la responsabilidad de demosrar por qué es necesario y lo suficienemene beneficioso como para que se jusifique.
30 � LIBERALISMO CLÁSICO � UN MANUAL BÁSICO
Y en lo general, los liberales clásicos afirman que los individuos deben poder vivir sus vidas como lo deseen, sin ener que pedir
permiso a nadie anes de hacer algo. Puede haber una buena razón para resringir sus acciones; pero aquellos que quieren hacerlo son los que deben jusificarlo. 4. Tolerancia
Los liberales clásicos creen que la principal —o al vez la única— buena razón para inerferir con la liberad de las personas es eviar que hagan o amenacen con causar un daño real a oros. No consideran que debamos resringir las acciones de la gene solo
porque las desaprobamos o nos resulan ofensivas. Por ejemplo, los liberales clásicos defienden la liberad de ex-
presión, incluso si algunas personas usan esa liberad para decir cosas que oros —o incluso odos los demás— pueden considerar insoporables. Del mismo modo, las personas deben ser libres para junarse en grupos como clubes, sindicaos o paridos políicos, incluso si oras personas consideran sus objeivos y acividades repugnanes. Deben ser libres para comerciar bienes y servicios,
incluso aquellos (como las drogas y la prosiución) que oros podrían condenar. Y deben ser libres para vivir, para ener las opiniones que les plazca, y pracicar cualquier religión que quieran. Los liberales clásicos consideran esa olerancia no solo como buena en sí misma. Consideran la olerancia y el respeo muuo como bases esenciales para la cooperación pacífica y la creación de una sociedad beneficiosa que funcione bien. Las diferencias humanas son un hecho de nuesra vida social, y siempre lo han sido. Los liberales no creen que esas diferencias puedan ser eliminadas y son profundamene escépicos sobre los inenos uópicos para hacerlo. En consecuencia, la olerancia siempre será una pare necesaria de la vida social. 5. Gobierno limitado y representativo Los liberales clásicos reconocen que ciera uerza puede ser
necesaria para eviar que unas personas dañen a oras y esán de
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acuerdo en que solo las auoridades deben ener ese poder. Sin embargo, saben que el poder no lo ejerce algún «Esado» desapa-
sionado, sino que es ejercido por seres humanos reales que ienen los mismos deecos que el reso de nosoros. Ellos saben que el
poder iende a corromper, y que los políicos suelen ciar el «inerés público» para jusificar políicas que en realidad esán a favor de sus propios inereses. Además, los eóricos del conrao social, como el filósofo inglés John Locke (1632-1704), argumenan que el poder del gobierno
proviene de las personas, no al revés. La gene le cede algunas de sus liberades para maximizar su liberad en general. Por lo ano el gobierno no iene poderes legíimos por encima de los poderes que ienen los individuos en sí; y su único propósio es expandir la liberad, no resringirla. Como argumenaba el pensador revolu-
cionario noreamericano Thomas Paine (1737-1809), los ciudadanos ienen odo el derecho de derrocar cualquier gobierno que quiebre ese compromiso. Pero la revolución es el úlimo recurso. Los liberales clásicos
consideran que la democracia represenaiva y consiucional es el mejor medio descubiero hasa ahora para que nuesros legisladores engan que rendir cuenas a la gene. Las elecciones no son ano para elegir buenos líderes, sino para eliminar los malos. Cuano
mejor informado y más alera esé el elecorado, mejor funcionan. Aun así, la democracia iene sus límies: puede ser una buena manera de omar algunas decisiones, pero esas son pocas; por lo general es mejor dejar que las personas omen sus propias decisiones. 6. El Estado de derecho
Oro principio que resringe al poder y genera mayor seguridad para el público es el Esado de derecho. Esa es la idea de que debemos ser gobernados por leyes conocidas, no por decisiones arbirarias de los funcionarios del gobierno —lo que el esadisa esadounidense John Adams (1785-1836) denominó «un gobierno de leyes y no de hombres»—.
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Los liberales clásicos insisen en que la ley debe aplicarse a odos por igual, independienemene de su sexo, raza, religión, idioma,
familia o cualquier ora caracerísica irrelevane. Debe ser aplicable ano para los funcionarios del gobierno como para la gene común; nadie debe esar «por encima de la ley». Para manener el Esado de derecho se necesia un sisema de jusicia, con ribunales independienes que no puedan ser manejados por individuos o gobiernos. Es necesario que exisan principios jurídicos básicos como el habeas corpus, el juicio por jurado y el
debido proceso para eviar que aquellos en el poder uilicen la ley para sus propios inereses. El Esado de derecho iene ora feliz consecuencia: hace que la vida sea mucho más predecible, porque nos permie anicipar cómo se van a comporar y no se van a comporar las personas (incluidos los funcionarios). Así podemos hacer planes a largo plazo sin emor a que sean hechos añicos por los caprichos de oros. 7. Orden espontáneo
Uno puede pensar que una sociedad grande y compleja necesia un gobierno grande y poderoso para hacerla uncionar; pero los
liberales clásicos dispuan eso. Consideran que el gobierno no es la base del orden social. Las insiuciones sociales complejas que
vemos a nuesro alrededor en gran medida no esán planificadas. Son el resulado de la acción humana, pero no del diseño humano. Por ejemplo, no se necesió de ninguna auoridad cenral o planificación consciene para producir el lenguaje, o nuesras cosumbres y culura, o los mercados de bienes y servicios. Las insiuciones de ese ipo simplemene crecen y evolucionan a parir de las innumerables ineracciones enre personas libres. Si, a lo largo de los siglos, resulan úiles y beneficiosas, persisen; si no, se cambian o se abandonan. El eórico social ausriaco F.A. Hayek (1899-1992) llamó al resulado orden esponáneo. Los órdenes esponáneos pueden ser exremadamene complejos. Evolucionan a ravés de individuos que cumplen reglas de conduca —como las reglas de la gramá-
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ica— que puede que ni siquiera sepan conscienemene que
esán cumpliendo, y que apenas podrían llegar a describir. Es el colmo de la insensaez, en políicos y funcionarios, suponer que alguna mene en paricular es capaz de comprender esos órdenes complejos, y mucho menos mejorarlos. 8. Propiedad, comercio y mercados
Los liberales clásicos consideran que la riqueza no la crean los esados o gobiernos, sino la cooperación muua de los individuos en el orden esponáneo del mercado. La prosperidad llega a ravés de individuos libres invenando, creando, ahorrando, inviriendo y, en úlima insancia, inercambiando bienes y servicios de manera volunaria, para beneficio muuo —el orden esponáneo de la eco- nomía de libre mercado— . Ese orden social creador de riqueza surge de una regla simple: respeo por la propiedad privada y los conraos, que permie la
especialización y el comercio. La liberad y la propiedad esán ínimamene relacionadas. La economía de mercado y la riqueza que genera dependen de la libre circulación de personas, bienes, servicios, capial e ideas. Además, la exisencia de riqueza privada hace que sea más fácil para la gene resisir la exploación de un gobierno codicioso. Los liberales clásicos no permien que la propiedad sea adquirida por la fuerza. De hecho, la propiedad mayormene se crea —se planan culivos, se consruyen casas, se desarrollan innovaciones—. La propiedad evidenemene beneficia al propieario. Pero, de hecho, beneficia a odos, ya que impulsa la prosperidad general. 9. La sociedad civil
Los liberales clásicos consideran que las asociaciones volunarias suplen mejor que los gobiernos las necesidades de los individuos. Si bien desacan la prioridad de los individuos, reconocen que las personas no son seres aislados, egocénricos y aomizados. Por el
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conrario, son animales sociales y viven en familias, grupos y comunidades que modelan en pare sus valores —clubes, asociaciones, sindicaos, religiones, escuelas, comunidades en línea, campañas,
grupos de auoayuda, organizaciones benéficas y odas las demás insiuciones que denominamos la sociedad civil—. Esas insiuciones son una pare imporane de cómo las personas se relacionan enre sí. Nuesras perspecivas, valores y acciones se moldean denro de ellas; y proporcionan la base del enendimieno
muuo sobre el cual se puede desarrollar la cooperación. De hecho, la cooperación no sería posible sin la liberad para asociarse de esa manera. La sociedad civil ambién sirve de amoriguador enre individuos y gobiernos. Si realmene odos fuéramos individuos aislados, nuesras liberades serían fácilmene suprimidas por un gobierno despóico. Pero los complejos círculos enrecruzados de la sociedad civil no solo demuesran que hay alernaivas posibles a la acción gubernamenal —organizaciones benéficas privadas, por ejemplo, en lugar del Esado de bienesar—, sino que además nos confieren el inerés común y la fuerza para resisir. 10. Valores humanos compartidos
Los liberales clásicos, enonces, quieren aprovechar nuesra humanidad comparida para beneficio muuo. Defienden los principios básicos de la vida, la liberad y la propiedad bajo la ley. Consideran que esos son los undamenos de un orden social próspero y es-
ponáneo, basado en el respeo muuo, la olerancia, la no agresión, la cooperación y el inercambio volunario enre personas libres. Políicamene, favorecen la liberad de expresión, la libre asociación, el Esado de derecho y —como los gobernanes no son más sanos que el reso de nosoros— límies al gobierno que impidan que las auoridades hagan demasiado daño. Los liberales saben que una buena sociedad no puede esar
basada exclusivamene en la benevolencia humana. Depende más de la cooperación pacífica de individuos dierenes con inereses
propios. Por lo ano, esán a favor de la liberad y la igualdad ane
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la ley, con un sisema de jusicia fuere y confiable que nos impida causarle daño a oros, pero que no raa de dirigir nuesras vidas. En economía, los liberales clásicos privilegian la liberad en la producción y el inercambio, y la libre circulación de las personas, bienes y capiales. Defienden la propiedad privada y quieren limiar los impuesos a lo necesario para proveer la defensa y oros «bienes públicos» que son escasamene proporcionados por el mercado. Eso difiere mucho de la caricaura común del liberalismo clásico como un esado de laissez-faire, pequeño y mínimo (nigh-wach- man sae). La jusicia por sí sola, por ejemplo, es una insiución sumamene compleja que requiere un gran esfuerzo permanene para manenerla. Los liberales clásicos saben que la proección de la vida, la liberad y la propiedad no son areas fáciles
RECUADRO � � Una nota sobre el liberalismo estadounidense Cuando los estadounidenses hablan de «liberalismo» están hablando de algo muy diferente del liberalismo clásico. El liberalismo clásico, también conocido como «liberalismo antiguo» o «liberalismo en el sentido europeo», se centra en la libertad de los individuos; la minimización de la coerción; la propiedad y el libre intercambio; y un gobierno limitado que rinde cuentas, que protege y amplía la libertad. El liberalismo estadounidense o «nuevo liberalismo» o «liberalismo moderno» comparte una fuerte creencia en la libertad personal, pero considera que la libertad es más que la mera ausencia de coerción —puede ser fomentada por gobiernos paternalistas e intervencionistas—. Los liberales estadounidenses afirman que el Estado tiene el deber de proteger a las personas de sí mismas y de las injustas desigualdades de poder que considera que a menudo son creadas por la propiedad de bienes. Quieren un generoso sistema de bienestar social para compensar a los pobres y apoyar a los trabajadores frente a sus empleadores (más poderosos). Son escépticos respecto a que la libertad económica produzca beneficios públicos (como un alto nivel de empleo) y creen que el Estado debe intervenir para ampliar las oportunidades, proveer bienes públicos y hacer que los mercados sirvan al interés público. Los liberales clásicos desconfían mucho de esas políticas. Temen que el poder del gobierno crezca fácilmente mucho más allá de su utilidad; y señalan que incluso las políticas mejor intencionadas frecuentemente tienen consecuencias funestas e imprevistas.
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� LIBERALISMO CLÁSICO:
EL ÁRBOL GENEALÓGICO
� LIBERALISMO CLÁSICO: EL ÁRBOL GENEALÓGICO � LOS PRIMEROS ANCESTROS Algunos liberales clásicos remonan sus ideas al filósofo chino Lao-Tzu, quien abogó por la moderación en el liderazgo. Hace veine siglos, Ashoka, el emperador indio, ambién hacía una llamada a la liberad y la olerancia políica. Y el Islam adopó la liberad económica desde sus primeros orígenes en el siglo VI. Pero esos son primos lejanos del liberalismo clásico moderno. La línea direca es europea, de hecho específicamene inglesa. De acuerdo con el pensador del liberalismo clásico y políico Daniel Hannan (nacido en 1971), se inicia con los anglosajones, quienes
alrededor del año 400 comenzaron a asenarse en lo que ahora
llamamos Inglaerra. Inglaterra anglosajona Como nación insular, di�cil de invadir, Inglaerra disruó de
mayor esabilidad que la Europa coninenal, y allí surgió un sisema seguro de posesión de la propiedad y jusicia. No fue algo que alguien proyecó —solo el resulado gradual de la independencia, esarudez y enacidad con las que los anglosajones esablecieron sus derechos conra inrusiones y vulneraciones—.
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Más arde, la necesidad de coexisir con los vikingos, que comenzaron a asenarse alrededor del 800, condujo a la aparición igualmene imprevisa de un idioma común y disposiciones legales comunes. En ausencia de cualquier auoridad eudal del esilo europeo, lo
que salió de ese crisol fue el common law —la ley del país—, que evolucionó ravés de las ineracciones enre individuos, en lugar de la ley de los príncipes esablecida por los poderosos. El common law sigue siendo hoy en día una base fundamenal del liberalismo clásico. Esa ley del país no era monárquica, sino
deerminada por la propia gene. Respeaba la propiedad privada y el conrao. Reconocía la liberad bajo la ley. Nadie debía pedir permiso anes de acuar: odo lo que no esaba específicamene
prohibido era legal. La ley era un asuno de odos, y los oficiales de la ley eran responsables (debían rendir cuenas). Incluso los reyes eran elegidos por un consejo de ancianos (el Wian), que exigía su lealad, y no al revés. Invasión y renacimiento
Eso uvo un final repenino en 1066, con la invasión Normanda y la ocupación miliar. Inglaerra quedó gobernada por una élie europea, cuyo idioma y formas auoriarias los separaba de la población inglesa. Impusieron el feudalismo, la servidumbre, la esraificación social y el legislar de arriba hacia abajo; odo lo conrario de las liberades y el gobierno limiado que los anglosajones habían conocido. Pero en pocas generaciones los erraenienes normandos se
idenificaron más y más con los súbdios anglosajones; mienras, el rey Juan (1166-1216), aislado con sus coresanos franceses, comenzó a parecer cada vez más disanciado y despóico, manipulando arbirariamene la ley para maximizar sus ingresos monearios. El resulado, en 1215, fue que los barones obligaron al rey a firmar una gran cara: la Cara Magna de derechos y privilegios. La mayor pare de la cara raa sobre la reafirmación los aniguos derechos de propiedad de la gene, y de proegerla de las
arbirarias depredaciones de la burocracia; la clase de derechos de
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posesión seguros que hoy en día los liberales clásicos consideran de vial imporancia. Sin embargo, una pare clave de la cara consolidó libertades aniguas —de la iglesia, de las ciudades y de la población en general—
y principios liberales clásicos como el juicio por jurado y el debido proceso legal. Incluso afirmó que el rey, como odo el mundo, esaría sujeo a la «ley del país». En oras palabras, el gobierno esaría sujeo al Esado de derecho. Aunque Juan desconoció la cara, murió poco después. Su hijo, Enrique III, llegó al rono siendo menor de edad, y el poder suilmene pasó de la monarquía a una asamblea de barones. Enrique volvió a emiir la cara, volunariamene, en 1225. Pero uleriores
enfrenamienos con los barones, en su mayoría por impuesos para las guerras, resularon en ora iniciaiva liberal clásica en Inglaerra: la creación del Parlameno.
EL SURGIR DEL LIBERALISMO CLÁSICO Revoluciones culturales y religiosas
El hisoriador inglés Lord Acon (1834-1902) escribió que «la liberad se esablece por el conflico de poderes». En Europa coninenal, la auoridad del Imperio Romano de Occidene y de los señores feudales y monarcas poseriores había sido desafiada por el surgimieno de la Iglesia Crisiana. No desarrollaron insiuciones libres a sabiendas, pero las limiaciones muuas que se imponían unos a oros abrieron la oporunidad para una mayor liberad personal. Oros dos aconecimienos hisóricos en Europa cimenaron
la imporancia de la liberad individual sobre el poder del Esado. Una pare clave de la revolución culural que fue el Renacimieno, aproximadamene enre los siglos XV y XVII, fue la inroducción de la imprena en Europa en 1450. Esa simple invención quebró el monopolio de las élies sobre la ciencia y el aprendizaje, haciendo accesible el conocimieno a individuos comunes. Ya nadie necesiaba
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consular a las auoridades para obener orienación y permiso: odos enían la información sobre la cual basar sus propias decisiones. La Reforma Proesane, iniciada por Marín Luero en 1517, reforzó eso aún más. Desafió el poder de la Iglesia Caólica y aumenó la auoesima de la gene común al afirmar que podían ener acceso direco, personal e igualiario a Dios, sin necesidad de la inermediación de un sacerdocio de élie. Todo eso sirvió para elevar la posición y la imporancia del
individuo sobre las insiuciones de poder esablecidas. En aquellos países donde más floreció esa mayor liberad, el are, la indusria, la ciencia y el comercio ambién florecieron. Revolución política
Políicamene, las cosas ambién esaban cambiando. Un movimieno de masas a favor de la liberad, los Levellers (los niveladores), se exendió por oda Inglaerra en la década de 1650. Esaba dirigido por John Lilburne (1614-1657), quien aseveraba que los derechos de las personas eran innaos y no concedidos por el gobierno o la ley. Arresado por imprimir libros sin licencia (haciendo caso omiso del monopolio oficial), se presenó ane el noorio Sar Chamber , pero se negó a inclinarse ane los jueces (insisiendo en que él era igual a ellos) o acepar sus procedimienos. Incluso en la picoa, coninuó argumenando a favor de la liberad y la igualdad de derechos, e ineviablemene fue encarcelado por su desa�o a la auoridad —como lo sería varias veces más—. Lilburne se convirió en una popular figura conraria al esablishmen. Abogó por el fin de los monopolios esaales y redacó lo que equivale a un esauo de derechos. Eso fue ampliado por Richard Overon (c. 1610-1663), ambién encarcelado por negarse a reconocer la auoridad judicial de la Cámara de los Lores, quien exigía un conrao social consiucional por escrio enre personas libres a las que consideraba dueñas de sus propias vidas, cuerpos y rabajo, y esa propiedad no podía ser usurpada por nadie.
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Restringiendo el poder de los monarcas
Después de la Guerra Civil Inglesa (1642-1651), el monarca reinane, Carlos I, fue llevado a juicio y ejecuado por ala raición —una severa afirmación de los límies a la auoridad del gobierno—. Pero la relación de poder enre el rey y el Parlameno ya había cambiado. La nación insular de Gran Breaña (como había pasado a ser) no necesiaba ningún ejércio permanene para proegerse
conra frecuenes invasiones. Por lo ano, a diferencia de la Europa coninenal, el monarca no enía ninguna fuerza que se pudiera usar para reprimir y exploar a la gene. Pero Carlos necesiaba que el Parlameno acordara aumenar los impuesos para guerras exranjeras. Eso frusró a un monarca celoso y generó muchos conflicos. Enre oras cosas, Carlos suspendió al Parlameno, raó de cobrar impuesos sin su consenimieno e inenó arresar por la fuerza a cinco de sus miembros más desacados. Se había roo el conrao implício con el pueblo, a ravés del cual se aseguraban sus derechos. La Revolución Gloriosa
Después de un inerregno (1649-1660) bajo la dicadura de Oliver Cromwell, el equilibrio de auoridad se hizo evidene de nuevo cuando el hijo de Carlos, Carlos II, uvo que aplacar al Parlameno para poder reornar como rey. Cuando su sucesor, el segundo hijo de Carlos, Jacobo II, fue depueso, fue el Parlameno quien invió al rono a Guillermo (el Príncipe de Orange de Holanda) y a María. La afluencia de auoridad desde la gene al monarca no podría haber sido más evidene. En 1689, Guillermo y María firmaron la Declaración de Derechos, una afirmación de los derechos y liberades de los súbdios briánicos y una jusificación de la desiución de Jacobo II por la violación de esos derechos y liberades. Requería un sisema de jusicia independiene de los monarcas, el fin de la ribuación sin el consenimieno del Parlameno, el derecho a hacer peiciones al gobierno sin emor a represalias, elecciones libres, liberad de expresión en el Parlameno y el fin de los «casigos crueles e inusuales». Eso direcamene ins44 � LIBERALISMO CLÁSICO � UN MANUAL BÁSICO
piraría ora gran iniciaiva liberal clásica, la propia Declaración de Derechos de los Esados Unidos, un siglo más arde. John Locke (1632-1704)
John Locke agrupó los aneriores principios del liberalismo clásico en un ordenamieno verdaderamene moderno del pensamieno liberal clásico. Pare de su finalidad era mosrar cómo Jacobo II
había perdido su rono por violar el conrao social. Toda soberanía, afirmó, proviene de la gene, que se somee a ella únicamene con el fin de aumenar su seguridad y ampliar su liberad general. Cuando se rompe ese conrao, los individuos ienen odo el derecho a rebelarse conra el soberano. Locke ambién desarrolló la eoría de los derechos naurales, argumenando que los seres humanos ienen derechos inherenes que exisen con anerioridad al gobierno y no pueden ser sacrificados en aras de ese. Los gobiernos que violan esos derechos son ilegíimos. Pero el cenro de las ideas de Locke era la propiedad privada, y no solo la propiedad �sica. Locke sosuvo que las personas son dueñas de sus propias vidas, cuerpos y rabajo —self-ownership —: el derecho a la auopropiedad. A parir de esa noción fundamenal, razonó que las personas ambién deben ener como propiedad
odas las cosas a las que le habían dedicado esfuerzo personal en su creación, con las cuales «mezclaron su rabajo». El principio de auopropiedad hace por lo ano que sea crucial que esos bienes
sean proegidos bajo la ley. Esas ideas inspirarían a muchos de los pensadores derás de la Revolución Noreamericana. La Ilustración El siglo XVIII vio oro renacimieno del pensamieno liberal clásico. En Francia, Monesquieu (1689-1755) desarrolló la idea de
que, en una sociedad libre y una economía libre, los individuos necesian comporarse de maneras que omenen la cooperación
pacífica enre ellos —y lo hacen sin necesidad de ser dirigidos por
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ninguna auoridad—. Por ello, propuso un sisema de conroles y conrapesos al poder del gobierno, que es ora idea que inspiraría a los pensadores noreamericanos. Mienras ano, una creciene revuela inelecual conra el auoriarismo de la iglesia llevó a pensadores como Volaire (1694-1778) a exigir razón y olerancia, diversidad religiosa y una jusicia más humana. En economía, ambién inelecuales como Turgo (1727-
1781) abogaron por levanar las barreras comerciales, simplificar los impuesos y por mercados laborales y agrícolas más compeiivos. El filósofo y economisa escocés Adam Smih (1723-1790) explicó, en la línea de Monesquieu, cómo en muchos casos la libre ineracción enre individuos endía a producir un resulado general beneficioso; un eeco conocido como mano invisible. El inerés propio puede
impulsar nuesra vida económica, pero enemos que beneficiar a nuesros clienes para obener algún beneficio para nosoros mismos. Smih arremeió conra los monopolios oficiales, las resricciones comerciales, los alos impuesos y el amiguismo sofocane enre el gobierno y los negocios. Consideraba que los mercados abieros y compeiivos liberarían a las personas, en especial a los rabajadores pobres. Sus ideas influyeron mucho en las políicas y marcó el comienzo de un largo período de libre comercio y crecimieno económico. El Rechtsstaat
Enreano, en el coninene europeo pensadores como el filósofo alemán Immanuel Kan (1724-1804) esaban desarrollando los principios del «Esado juso» o Rechssaa, que inspirarían la creación de las consiuciones esadounidense y francesa de finales del siglo XVIII. Kan abogó por una consiución escria como una orma de garanizar la coexisencia pacífica permanene enre dierenes
individuos, lo cual a su vez él consideraba como una condición
básica para la felicidad y la prosperidad humana. Descaró la idea uópica de que la educación moral podría reducir esas diferencias y hacer que los objeivos de odos coincidan. El Esado exise para
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permiir que diferenes individuos se inegren en beneficio muuo, y la consiución es lo que lo maniene unido. En el Rechtsstaat, las insiuciones de la sociedad civil —aso-
ciaciones volunarias como clubes, sociedades e iglesias— endrían un papel equivalene en la promoción de esa armonía social. El
poder del gobierno esaría limiado por la separación de poderes, y los jueces y los políicos serían responsables ane la ley y esarían sujeos a ella. La propia ley endría que ser ransparene, explicada y proporcionada. El uso de la fuerza esaría esricamene limiado al sisema de jusicia. La prueba de un gobierno es el manenimieno de ese orden consiucional juso.
ÉXITO Y REEVALUACIÓN Un nuevo hogar para el liberalismo clásico Thomas Paine omó muchas de las ideas liberales clásicas de
Locke sobre los derechos naurales, los conraos sociales y que el gobierno es un mal necesario que puede llegar a ser insoporable si no se limia. En enero de 1776 las amalgamó en su influyene llamado a las armas Common Sense (Senido Común), donde acusa a Gran Breaña de violar su conrao con los colonos. Era naural, por lo ano, que, después de las hosilidades, los
esadounidenses buscaran un nuevo conrao liberal clásico enre ellos y el gobierno que esaban creando. La Consiución se imbuiría con las ideas de Locke de los derechos naurales e inalienables y con una división de poderes del gobierno del esilo de Monesquieu. El siglo XIX
Pero nuevas y radicales ideas liberales clásicas regresaron a Gran Breaña. En 1833, los acivisas liberales clásicos habían logrado la abolición de la esclaviud en la mayor pare del Imperio Briánico, y para 1843 la reforma esaba complea.
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También en el frene social, el filósofo y economisa briánico John Suar Mill (1806-1873) ariculaba el principio de «no causar
daño» —las personas ienen derecho a acuar como gusen, siempre que no perjudiquen a oros en el proceso, y por consiguiene disminuyan su liberad—. También abogó por una «esfera personal» que el Esado no podía ocar, y, siguiendo al filósofo uiliarisa Jeremy Benham (1746-1832), argumenó que la liberad era la mejor manera de maximizar el beneficio o «uilidad» pública. En economía, la Ani-Corn-Law League , que buscaba poner fin a los impuesos proeccionisas sobre el rigo imporado, se convirió en la Escuela de Mancheser, cuyas figuras principales, como Richard Cobden (1804-1865) y John Brigh (1811-89), exigían políicas de laissez-faire en maerias de comercio, indusria y rabajo.
Reevaluación y declive
Sin embargo, la rápida indusrialización a parir de mediados del siglo XIX rajo desa�os para el liberalismo clásico, como las malas condiciones de rabajo, la esraificación social, el desplazamieno y la pobreza urbana. De forma creciene, la gene exigía a los gobiernos que regularan la eliminación de esos males. Luego, en el siglo XX, las hosilidades y amenazas en Europa
promueven una culura nacionalisa y una mayor confianza en el papel del Esado. Después de cada expansión en iempos de guerra, los gobiernos no volvían a reducirse. En 1913, anes de la Primera Guerra Mundial, el gaso público fue de solo el 17 por cieno del PIB en Francia, 15 por cieno en Alemania y el 13 por cieno en el Reino Unido. Acualmene es aproximadamene res veces más como
porcenaje del PIB, y muchas veces más en érminos absoluos. Mienras ano, de la misma manera en que los cieníficos �sicos esaban configurando el mundo �sico, los economisas y sociólogos suponían que ambién podían cieníficamene dar orma a la so-
ciedad humana. Vieron la planificación cenral como más racional que el desorden naural de los mercados, con sus exernalidades
y su supuesa endencia al monopolio o al desempleo. La respon-
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sabilidad ya no recaía en los inervencionisas; ahora los liberales clásicos eran los que debían jusificar sus demandas para que la
liberad prevaleci prevaleciera. era.
EL RENACIMIENTO MODERNO DEL LIBERALISMO CLÁSICO Problemas con las políticas y la respuesta liberal clásica
Pero la fervorosa confianza de los inervencionisas era infundada. Las economías fueron quebranadas por el desempleo y la inflación (a veces, inexplicablemene para ellos, de forma simulánea), el bajo crecimieno y crisis en la vivienda, la energía, el crédio y los mercados de divisas, donde los gobiernos fijaban los precios o manipulaban la ofera y demanda. Un creciene Esado de bienesar esaba plagado por problemas de dependencia y fala de incenivos. Parecía Parecía que no había manera de reducir el amaño del gobierno, ni las exigencias que ese les hacía a los conribuyenes. A pesar de esar a la defensiv defensiva, a, los liberales clásicos de muchos maices habían esado pensando sobre esos problemas durane
mucho iempo. Volvieron Volvieron a los aniguos principios princ ipios liberales clásicos y los repensaron, desarrollando argumenos nuevos o acualizados que eran más adecuados para los nuevos iempos. Finalmene, en la década de 1980, esa revolución inelecual inspiraría a las políicas de líderes mundiales, como Ronald Reagan en los Esados Unidos y Margare Thacher en Gran Breaña. Desarrollos intelectuales
Los economisas de la escuela ausríaca, comenzando con Carl Menger (1840-1921), habían reconocido que la economía no es una ciencia sino un ema de valores y acciones individuales. Ausríacos como Ludwig von Mises Mi ses (1881-1973) y F.A. Hayek (1899-1992) (1899-1992) se dieron cuena de que los conroles esaales disorsionan disorsionan las señales económicas, provocando consecuencias imprevisibles.
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En Chicago, mienras ano, Frank Knigh (1885-1972) ambién
ubicó a las personas en el cenro de la economía, reafirmando reafirman do que la sociedad era un grupo de individuos, y no enía en sí misma capacidad de elección. Milon Friedman (1912-2006) abogó por un gobierno que esuviera esricamene limiado a crear las condiciones (como la esabilidad monearia) bajo las cuales los individuos pudieran consruir su propia vida social y económica. Ronald Coase (1910-
2013) descubrió que los mercados podían resolver problemas ales como la conaminaci conaminación, ón, mienras que la inervención del gobierno podría simplemene empeorar las cosas. En 1947 Hayek reunió a un grupo de economisas, hisoriadores y eóricos políicos en jornadas para debair algunos de los principales desa�os a los que se enfrenaba el liberalismo clásico en la oscura era de la posguerra. La Sociedad Mon Pelerin, como hoy se conoce, ha crecido desde d esde enonces y cuena con varios cienos de miembros, incluyendo incluy endo premios Nobel y oras personas influy influyenes. enes. Sigue siendo un foco para las ideas liberales clásicas y los debaes. Oro aconecimieno de posguerra fue la Public Choice School, que se desacó bajo James M. Buchanan (1919 - 2013) y Gordon Tullock (1922-2014) en la Universidad de Virginia. Demosró que, mienras que los economisas convencionales hablaban de fallos del mercado y aplicaban un análisis de cose-beneficio para crear políicas «racionales» en el «inerés público», se olvidaron de los fallos del gobierno. Eso se puede manifesar en imperfecciones en el proceso políico o el inerés propio de los paricipanes en el proceso. Las elecciones, por ejemplo, no son una prueba de «inerés público», sino una compeen compeencia cia de inereses conrapuesos; conrapuesos; una regla de mayoría simple de 50% + 1 hace demasiado fácil la exploación de las minorías; los políicos deben apaciguar a los grupos de inerés para ser elegidos, y los grupos de presión uilizan eso para obener beneficios propios; y los funcionarios que implemenan im plemenan las políicas ambién ienen sus propios inereses. La conclusión, como los liberales clásicos ya conocían, es que la oma de decisiones privada privada es en general mejor que la oma de decisiones políicas —que deben ser
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limiadas a lo esricamene necesario para proeger las liberades individuales—.
LA DIVERSIDAD DE LAS IDEAS LIBERALES CLÁSICAS Los liberales clásicos ienen una gama de posiciones sobre el papel del Esado, desde aquellos que le oorgarían considerable
paricipación en proveer asisencia social y bienes públicos, a oros, más liberarios en su posición, que lo resringirían a muy poca paricipación. Pero Pero un gobierno pequeño no significa necesariamene necesariamene una sociedad pequeña y mezquina. El filósofo noreamericano Rober Nozick (1938-2002), por ejemplo, abogó por un Esado mínimo, solamene para proección. Ese Esado proporciona un marco seguro denro del cual la gene pueden crear su propia miniuopía, uniéndose para formar comunidades, colaborando colabora ndo y decidiendo cuáles son las liberades a las que podrían renunciar a cambio de los servicios de su grupo elegido. Liberales clásicos menos liberarios esarían en desacuerdo; aunque odos
ellos aplaudirían la diversidad y dinamismo de la sociedad que
Nozick concepualiza.
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� EL LIBERALISMO CLÁSICO Y LA LIBERTAD
� EL LIBERALISMO CLÁSICO Y LA LIBERTAD � LOS ARGUMENTOS A FAVOR DE LA LIBERTAD Exise, por lo ano, un amplio especro de posiciones enre los liberales clásicos sobre el papel del Esado. Sin embargo, odos dan prioridad a la liberad en nuesras vidas personales, económicas y sociales, y defienden el derecho de odos a la vida, la liberad, la propiedad y a la búsqueda de la elicidad; sin embargo, ienen
diferenes razones para creer en esos principios. La libertad como un bien en sí mismo
Muchos consideran la liberad como un bien digno de buscar en sí mismo. Cuando ienen la oporunidad, la mayoría de las personas opan por vivir su vida a su manera, y que no le sea impuesa por oros. Quieren auodeerminación y auonomía. Eso indica que la gene valora la liberad; así que, al expandir la liberad y reducir la coerción, impulsamos el bienesar de los individuos y por lo ano el de la comunidad. Los derechos naturales
Un ema aún hoy en día poene enre muchos liberales clásicos, desde John Locke pasando por los padres fundadores esadounidenses como Thomas Jefferson (1743-1826), es la aserción de que los
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individuos ienen cieros derechos naurales. Los consideran como una pare inherene de nuesra humanidad a la que no podemos renunciar y que no depende de leyes o de gobiernos para su exisencia. Sosienen que nuesros derechos naurales no provienen de
leyes, cosumbres, religiones, creencias, culuras o gobiernos, sino que exisen de modo naural en los seres humanos. Son universales para odos nosoros, e inalienables: no podemos venderlos, regalarlos o negarlos porque son pare de nuesra propia humanidad. Hay diferenes punos de visa sobre lo que realmene son esos derechos fundamenales, aunque Locke represena a una gran mayoría cuando enumera la vida, la liberad y la propiedad: las personas ienen derecho a vivir y hacer lo que ellas decidan, siempre que no infrinjan la igualdad de derechos de oros, y de disfruar de odo lo que creen o ganen a ravés del aleno o comercio, aunque no por la fuerza. Al ser una pare esencial de nosoros, esos derechos no pueden ser cedidos. No podemos vendernos nosoros mismos como esclavos, porque esaríamos violando nuesros propios derechos,
raando de renunciar a algo a lo cual no podemos renunciar. Tampoco pueden quiarse por ley o ser apropiados por oros. Esa idea de los derechos naurales, que odos ienen, cuesionó el supueso derecho divino de los reyes; y los colonos noreamericanos ciaron los inenos del gobierno briánico de suprimir sus derechos básicos como jusificación de su rebelión conra él. Esa línea de pensamieno pone la liberad por encima de odo lo demás. Para que exisa algún derecho, primero iene que haber liberad, ya que si no somos libres para acuar no podemos ejercer ninguno de nuesros oros derechos (salvo nuesra liberad de pensamieno, que nadie podría eviar). La liberad es la condición esencial que nos permie ejercer nuesros derechos, y es la circunsancia en la cual se respean esos derechos. El contrato social El filósoo políico inglés Thomas Hobbes (1588-1679) sosuvo
que los supuesos derechos y liberades serían de escaso valor en
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un «esado de nauraleza», donde la brualidad no esé conrolada; para vivir en paz, endríamos que acepar límies sobre nosoros y crear nuevos derechos civiles y obligaciones. Aunque Hobbes no es ampliamene considerado un liberal clásico, Locke siguió su méodo de conrao social, argumenando que en un mundo naural de individuos libres e independienes nadie endría derecho a gobernar a oros; pero si la gene acordara crear y respear una auoridad civil que pudiera frenar la violencia, podrían generar nuevas oporunidades y de esa orma ampliar sus libertades. Más recienemene, el filósoo esadounidense John Rawls (1921-2002), en un enoque
similar, argumenó que, si se le diera la oporunidad de crear una nueva sociedad y considerando las inceridumbres de la vida, la
gene oparía por un conrao social que solo oleraría diferencias enre los resulados si esas diferencias fueran en beneficio de los más desfavorecidos. Ninguno de los auores del conrao social sugirió que hubo
alguna vez un momeno hisórico en el que individuos libres e independienes efecivamene firmaron algún acuerdo conracual. Sus eorías son simplemene «experimenos inelecuales» para
explicar qué principios racionales deberían susenar el gobierno. Sin embargo, los resulados siempre parecen jusificar sus propios punos de visa. El conrao social de Hobbes, por ejemplo, favorece una monarquía fuere —algo que se había zarandeado por la Guerra Civil Inglesa—, mienras que el pensador rancés revolucionario
Jean-Jacques Rousseau (1712-78), por el conrario, basó su conrao social en las virudes republicanas. Para Locke, la auoridad políica viene solo a ravés del consenimieno de los gobernados, que, por ano, ienen derecho a rebelarse si ese «conrao» se rompe, jusificando de esa manera el derrocamieno de Jacobo II. El sisema
de Rawls, por su pare, refleja los punos de visa políicos más igualiarios de su época.
La rebelión noreamericana omó fuerza con la eoría del conrao de Locke, y la Declaración de Derechos de Esados Unidos se basó en gran medida en su visión sobre los derechos naurales. Pero la
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eoría del conrao social no necesariamene se basa en la exisencia de derechos naurales: para Hobbes, por ejemplo, es un mero recurso para reducir el conflico. La eoría del conrao social raa de idenificar la base racional para el gobierno. Pero en realidad la vida no es an ordenada. Somos criauras sociales, si bien enemos muchas visiones conradicorias
sobre lo que podría consiuir una buena sociedad; ningún «acuerdo racional» parece posible. Y cuando alguien ha inenado crear una sociedad supuesamene «racional», el resulado siempre es el desasre. La Revolución Francesa, basada en el diseño de Rousseau, le mosró a Europa el error que ese ipo de pensamieno le puede causar a la gene. Historia y progreso Algunos libeales clásicos, como Mill y el eórico políico noreamericano conemporáneo Francis Fukuyama (nacido en 1952)
consideran la liberad como pare de la marcha del progreso; sus beneficios económicos (permie que los individuos innoven, rabajen como quieran, acumulen capial y generen riqueza) y sus beneficios civiles (jusicia, seguridad y gobierno represenaivo) son an evidenes que ineviablemene será adopada por una pare cada vez mayor de la humanidad. Puede haber verdad en eso; pero debemos recordar que ambién exisen fueres endencias en la dirección opuesa. Utilidad pública
Oros liberales clásicos, incluidos los pensadores de la Ilusración Escocesa Adam Smih y David Hume (1711-1776), desacan los beneficios públicos generales que resulan de la liberad. La liberad, argumenan, amplía enormemene las opciones disponibles a los individuos, y los individuos son mucho mejores en aplicar sus propios crierios sobre fines y medios que alguna auoridad disane. Las opciones aumenan el bienesar de los individuos y por lo ano el bienesar de la comunidad en su conjuno. Esos primeros liberales clásicos no veían ningún conflico
enre la liberad individual y el bienesar público «como si de una
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mano invisible se raara», como lo expresó Smih; lo primero crea lo segundo. Pero sabían que la relación exaca era compleja, delicada e imperfeca. No podríamos confiar únicamene en el principio de amar al prójimo: el inerés propio, un senimieno mucho más fuere, debe ser canalizado en direcciones producivas. Así que, para eviar el daño y manener la armonía, exigía un encauzamieno a ravés de las reglas de éica, cosumbres y radiciones, más un poco de coacción a ravés de la ley y el sisema judicial. Para esos pensadores, la liberad es lo que crea el beneficio
público, no al revés. Benham, por el conrario, argumenaba que los derechos no significaban nada si no eran respaldados por la uerza de la ley: los derechos naurales eran «onerías» y los derechos naurales inalienables eran «onerías sobre zancos». Del
mismo modo, el jurisa esadounidense Oliver Wendell Holmes Jr. (1841-1935) sosuvo que los derechos como la liberad de expresión son creados por el gobierno y se permien solo porque son buenos para la sociedad en su conjuno. Muchos liberales clásicos rechazan de plano esa línea de pensamieno, que sugiere que el gobierno puede decidir nuesros derechos como le plazca; y que nuesros gobernanes ienen derechos especiales por encima de los nuesros, a saber, el derecho a decidir qué derechos debemos ener; y que los únicos derechos son aquellos que la mayoría opa por permiir. Eso, emen, deja compleamene desproegidas a las minorías. Una expresión de individualidad
Mill, Smih y Hume además planean que la liberad permie que la gene exprese su personalidad y diversidad. Eso es beneficioso para la comunidad en su conjuno, generando especializaciones y oporunidades. Pero aún más imporane es la dimensión moral.
Las personas no pueden ser seres humanos compleos, ni mosrar ningún crierio, senimieno humano o responsabilidad moral, si
oro dirige odas sus acciones.
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El individualismo metodológico
Como hemos viso, los liberales clásicos consideran al individuo más imporane que lo colecivo, ya que lo colecivo no iene vida
más allá de la vida de los individuos. Los seres humanos pueden ser criauras sociales, pero piensan y acúan como individuos. La gene habla del «inerés público», pero en realidad no hay una ecuación maemáica mediane la cual podamos conciliar los inereses de una persona con los inereses de oras. El daño (digamos, la decepción, el enojo o dolor) que causamos a unos y el beneficio (como alegría o felicidad) que causamos en oros son emociones humanas que no se pueden medir. Así que no podemos jusificar el sacrificio de la liberad del individuo en aras del supueso beneficio no cuanificable del grupo. Es ciero que nuesra vida como criauras sociales modela nuesras opiniones y valores. Tenemos lazos sociales e insinos que nos impulsan a ayudar y conforar a oros que nos rodean, en paricular a aquellos que son cercanos. Además acepamos insiuciones sociales, cosumbres, hábios y normas morales que son generalmene beneficiosos para odos nosoros, ya que nos permien anicipar con ciera precisión de qué manera se van a comporar oras personas. Eso, a su vez, nos ayuda a planificar y omar mejores decisiones. Pero esas insiuciones y regularidades son las consecuencias no previstas de las acciones individuales; es muy arrogane imaginar que podamos conscienemene dirigir las acciones de los individuos y de alguna
manera producir un mejor resulado social global.
LIBERTAD POSITIVA Y LIBERTAD NEGATIVA La liberad liberal clásica es esencialmene negaiva. Traa sobre no ser limiado por las amenazas, coerciones o la inerferencia de oros —específicamene oros individuos o las insiuciones, como el gobierno—. No se raa de ningún ipo de limiación �sica, como es nuesra incapacidad para salar res meros en el aire, como dijo el filósofo briánico Isaiah Berlin (1909-1997).
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Sin embargo, algunos pensadores propician un enfoque posiivo hacia la liberad. Para ser verdaderamene libres, argumenan, debemos poseer el poder y los recursos para ejercer nuesra liberad. Si uno es demasiado pobre como para permiirse un Rolls-Royce, uno no iene realmene la «liberad» de poseer uno. Y, aún más claramene, si uno esá arapado por alguna adicción, no es libre: para ser libre, nuesras acciones no solo deben propias, sino que deben ser reflexivas y razonadas. Por supueso, odos queremos reducir las limiaciones a nuesra liberad de acción, ano las humanas como las �sicas. Por eso invenamos medicamenos que alivian nuesra arriis y máquinas que nos permien volar. Pero los liberales clásicos descon�an de la idea de la liberad posiiva. Para empezar, como explica Hayek, se conunde la libertad con el poder . Sin duda uno iene la liberad
de poseer un Rolls-Royce —no hay ninguna persona o ley que se lo impida—, pero puede que no enga el poder adquisiivo para
hacerlo. Uno es libre de salar res meros en el aire —nadie va a raar de deenerlo—, pero puede que no enga suficiene poder en sus músculos para lograrlo. A los liberales clásicos ambién les preocupa que el enfoque de liberad posiiva con�e demasiado en la racionalidad y objeividad de las auoridades humanas. Con demasiada frecuencia, un gobierno o un grupo de élie afirman que, al igual que aquellos cuyos senidos esán enurbiados por las drogas, no podemos «realmene» discernir lo que es mejor para nuesros propios inereses —y que ellos deben decidir por nosoros—. Eso es condescendiene con las personas, que generalmene conocen mejor sus inereses que cualquier funcionario a disancia; ambién se ha uilizado para jusificar odo ipo de proyecos de ingeniería social que finalmene resularon desasrosos.
DERECHOS Y LIBERTADES La diferencia enre los derechos y la liberad es suil, y puede que se vea mejor al mirar sus opuesos. Lo opueso de liberad es esclavitud —esar restringido por oros—. Lo opueso a derecho
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es deber —una obligación o demanda sobre oros—. Por lo ano hablamos de liberad de conciencia , porque nadie puede impedirle a used que piense por sí mismo y porque su pensamieno libre no le impone obligaciones a ningún oro. Pero hablamos del derecho legal o moral a la vida, porque su exisencia �sica impone un deber legal a oros para que la respeen y no la dañen o acaben con ella. Del mismo modo, used es libre de adquirir bienes a rav ravés és del comercio pacífico con oros, y used iene el derecho a poseer y disfruar de esos bienes sin que oros se los roben. Los liberales clásicos consideran que exisen derechos aneriores a los gobiernos; las leyes esablecidas por el gobierno pueden ayudar a consolidarlos y preservarlos, pero ningún gobierno los puede anular, por grande que sea su mayoría. Como dice Mill, debemos ener el derecho a hablar libremen libremene, e, incluso si odo el mundo esá en desacuerdo con nosoros: los derechos no esán sujeos a simples cifras. Sin embargo, es di�cil definir exacamene qué deben ser esos derechos. Los liberales clásicos son eroces deensores de los derechos de propiedad; pero, por omar un ejemplo del economisa
esadounidense Milon Friedman (1912-2006), ¿la posesión de una parcela impide a un avión volar alo por encima de ella? (hoy en día podríamos agregar: ¿ambién que una empresa de fracking perfore muy profundamene profundamene en ella?). La realidad es que esos derechos ienen que ser pulidos en el deba debaee público y definidos en los ribunales. Algunos derechos claramene superan a oros. Como explicó Mill, su derecho a lanzar su puño ermina donde comienza mi nariz; mienras que su derecho a la libre expresión no incluye poner en peligro la seguridad de oras personas griando «¡fuego!» falsamene en un earo lleno. Pero, de nuevo, como pregunó Hayek, ¿su derecho de propiedad de un pozo en el desiero significa que uno le puede negar agua a una persona que se esá muriendo de sed, o eso violaría su derecho a la vida? Parece una cuesión de opinión: pero los liberales clásicos verían un gran peligro en que nuesros «derechos» fueran decididos por el puno de visa de la may mayoría. oría.
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RESTRICCIONES A LA LIBERT LIBERTAD AD La preguna cenral para los liberales clásicos, por lo ano, es qué jusifica resringir la liberad de acción de las personas, lo que conllevaa las oras pregunas de quién decide y cómo. conllev Sería sencillo que pudiéramos medir y sumar los inereses de la gene y decidir con base en lo l o que produce el valor más alo. Pero los valores humanos son personales —o subjeivos — y no se pueden sumar de esa manera. Le oorgamos al gobierno el monopolio de la coerción precisamene para que pueda omar y hacer cumplir
esas decisiones. Pero es seguro que no podemos dejar ese proceso exclusivamene en manos de funcionarios del gobierno, porque ellos ambién ienen sus propios inereses subjeivos que ineviablemene conaminan sus decisiones. En lo que los liberales clásicos sí esán de acuerdo es en que la carga de la prueba debe recaer sobre aquellos que quieren inervenir. De ninguna manera se debe uilizar la fuerza para resringir las liberades de las personas, salvo que eso se pueda jusificar de manera clara y racional. Al conrario, debemos dejar que la gene maneje sus propias vidas. Pueden ser falibles, pero incluso eso es mejor que poner nuesros derechos y liberades a merced de políicos disanes, mal informados, con inereses propios y superficiales. .
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� MORALIDAD
LIBERAL CLÁSICA
� MORALIDAD LIBERAL CLÁSICA � COERCIÓN Y TOLERANCIA Los liberales clásicos coinciden en que la coerción por lo general no es deseable. El permiir que personas les impongan su volunad a oros a ravés de la agresión, amenazas, inimidación o violencia no resula en una buena sociedad. Independienemene de si la
fuerza la ejercen oros individuos o el gobierno, si la podemos eviar debemos hacerlo. Sin embargo, siempre habrá conflicos enre personas libres.
Esarán en desacuerdo sobre cuesiones de propiedad y las acciones de una pueden dañar a ora. Así que, en aras de manener la paz y renar la violencia, necesiamos un sisema imparcial de jusicia
que resuelva esas dispuas y desaliene la agresión. Pero no podemos confiar en que odo el mundo respee esos fallos y esas reglas volunariamene: para manener la paz ineviablemene endremos que uilizar algo de esa fuerza coerciiva que a los liberales clásicos les desagrada ano. Los liberales clásicos resuelven ese dilema oorgando el monopolio de la fuerza al Esado; es una insiución de la que descon�an, pero esperan que sea más desapasionada en el uso de la fuerza de lo que serían las personas comunes acuando solas.
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Daño, no desaprobación
Por lo ano la jusicia necesia de la fuerza; pero la fuerza exige jusificación. Y, para los liberales clásicos, el uso correco de esa fuerza insiucional es muy específico: para eviar que las personas dañen o amenacen a oras, es decir, para minimizar el uso de la violencia y la coerción en general. Pero iene que ser un daño real, o la amenaza de un daño real a oros. Los liberales clásicos son inflexibles en que la coerción no debe ser uilizada conra individuos simplemene
porque los desaprobamos o porque rechazamos sus acciones. Podemos llegar a deesar la religión de oras personas, rechazar sus opiniones políicas, aborrecer su esilo de vida, despreciar su modo de ser y repudiar sus hábios. Sus ideas y opiniones nos pueden escandalizar. Incluso podemos preocuparnos de que esán dañando su propia salud con drogas o sus propias perspecivas con su comporamieno anisocial. Pero ninguna de esas son razones válidas para el uso de la fuerza e inenar hacerlos acuar en forma diferene. Los liberales clásicos dicen que las creencias, el modo de ser, el esilo de vida o las decisiones morales de la gene no merecen ser prohibidos por medio del drásico poder coerciivo del Esado. Somos libres de raar de ayudarlos —por ejemplo para superar una adicción a las drogas—, pero si sus acciones no ienen vícimas salvo ellos mismos no podemos jusificar el uso de la fuerza. Los liberales clásicos son escépicos respeco del argumeno de que a la gene hay que «educarla» para que pueda omar decisiones con «senido» o «correcas». Obviamene, las personas que ienen mejor información —como en cuano a los riesgos poenciales de las drogas, o la canidad de calorías en los alimenos— oman decisiones mejor informadas. Pero los liberales clásicos sosienen que la mayoría de la gene esá mejor informada de lo que imagina la mayoría de los inervencionisas. Por ciero, esán mejor informadas acerca de sus propios objeivos, oporunidades y circunsancias personales de lo que podría llegar a esar ningún políico. Y, por mucha información que engan, sus decisiones finales siguen siendo un asuno de juicio personal, no algo que sea objeivamene «correco» o «incorreco». UN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
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A los liberales clásicos les inquiea que demasiadas veces los inervencionisas uilicen el argumeno de la «educación» como una forma de imponer sus propios valores a las decisiones de oras personas.
LOS ARGUMENTOS A FAVOR DE LA TOLERANCIA Los liberales clásicos ienen muchas razones, ano morales como prácicas, para hacer hincapié en la olerancia. Coste y daño
La primera es el enorme cose de raar de convencer a la gene para que cambie sus creencias y prácicas profundamene arraigadas. Puede ser financiero , como el inmenso cose de recluar ejércios, esablecer defensas y el impueso para pagarlos durane las Cruzadas religiosas de la Edad Media. O puede ser un coso humano, como el hosigamieno de los primeros crisianos por las auoridades
romanas, las persecuciones de los proesanes durane la Reforma y la maanza de los musulmanes por los crisianos serbios en la
década de 1990. Como señaló el filósofo francés Monesquieu (1689-1755), hay muchas más posibilidades de paz si las creencias religiosas no son ema para la políica. Y, por supueso, las diferencias políicas ambién han cosado muy caras a la humanidad. En poco más de un siglo, hemos viso las maanzas de dos guerras mundiales, las purgas de Salin en la Unión Soviéica, la revolución culural de Mao, los asesinaos masivos de oposiores de los Jemeres Rojos, y mucho más. ¿Se ganó algo a cambio de ese cose? Mienras que la gene cieramene puede ser aerrorizada, sigue siendo casi imposible cambiar sus creencias más proundas. Además, ¿cómo sabríamos si se ha
logrado? En palabras de Isabel I de Inglaerra (1533-1603), no podemos «hacer venanas en las almas de los hombres». Tampoco debemos ni siquiera inenarlo, según Jefferson, ya que las diferencias religiosas no causan daño: «Los poderes legíimos del gobierno se exienden a ales acos solo en la medida en que causan daños a oros. Pero no
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me causa ningún daño que mi vecino diga que hay veine dioses, o ningún dios. Ni me afeca el bolsillo ni me rompe la pierna». Intereses diversos
Un segundo argumeno liberal clásico a favor de la olerancia es que no podemos jusificar el uso de la fuerza para cambiar las creencias, el esilo de vida o la moral de las personas, cuando simplemene no podemos ponernos de acuerdo sobre lo que es acepable, inacepable, olerable o inolerable. Como argumena Kan, cuando las personas esán an en desacuerdo sobre lo que es olerable,
realmene debiéramos esar raando de jusificar nuesros punos de visa a los demás, en lugar de raar simplemene de imponerlos. Isaiah Berlin, más recienemene, explicó que los individuos ienen en cada caso muchos valores diferenes —como la seguridad, auonomía, familia, riqueza y bienesar— y cada uno de ellos ambién los jerarquiza de manera diferene. Así que puede ser perfecamene racional que ellos elijan diferenes maneras de vivir. No hay orma objeiva de decidir si los valores de las
disinas personas son más respeables o menos respeables, o si sus jerarquizaciones son mejores o peores. Es simplemene una cuesión de opinión si la riqueza es preferible al bienesar, o la familia es más imporane que la seguridad. En un mundo donde las aspiraciones humanas son an diversas, nadie puede escoger alernaivas que sean apropiadas para odo el mundo. Por lo ano, en lugar de raar de imponer nuesros punos de visa a los demás, los liberales clásicos afirman que debemos acepar que oras personas son seres morales, que oman decisiones razonadas que merecen nuesro mismo respeo. Puede que no siempre nos agraden pero debemos respearlas, y a su vez los demás deben respear las decisiones que nosoros omamos. Los beneficios de la diversidad John Suar Mill argumenó que la única jusificación para
inerferir con los demás era eviar el daño o la amenaza de daño;
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pero las diferencias de opinión no causan daño a la gene que las olera. De hecho, Mill pensaba que había muchas razones posiivas para que realmene agradezcamos esas diferencias de opinión, en lugar de raar de censurarlas. Él consideraba que la individualidad, originalidad, innovación y diversidad de ideas impulsan la evolución del progreso humano. Incluso el que alguien exprese una opinión evidenemene equivocada desde el puno de visa de la mayoría de la gene podría ser igualmene beneficioso. Puede ser que, al considerarla, resule ser correca, o que conenga algún elemeno de verdad y sabiduría que ayude a impulsar el conocimieno público. Incluso si la perspeciva es compleamene alsa, podría resular en un desa�o úil a una
opinión predominane que, si se daba por senada, se hubiese converido en un dogma vacío. Como observó Oliver Wendell Holmes, la mejor prueba de la verdad es el mercado de las ideas. La diversidad y el desarrollo moral
Oro argumeno a favor de la olerancia es el desarrollo moral de los individuos. El filósofo prusiano y diplomáico Wilhelm von Humbold (1767-1835), por ejemplo, argumenó que el fin supremo de los seres humanos es culivarse: por lo ano cada uno debe ener la mayor liberad y variedad de experiencias posibles de las cuales nurirse. El Esado debe ener una unción pequeña y mínima
(nigh-wachman), proegiéndonos conra ransgresiones ilegales, pero sin inerferir en nuesro desarrollo propio. Mill enía una perspeciva moral equiparable. La inerferencia en las acciones de oras personas, argumenó, resringe su desarrollo como seres humanos morales. Nunca podrán aprender y desarrollarse, hacerse responsables de sus decisiones, a menos
que efecivamene omen decisiones propias. No podemos respearlos como seres humanos dignos de elogio o morales si alguien dirige odas sus acciones; serían más parecidos a robos que a
seres humanos.
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Resultados perversos Oro puno es que las políicas inoleranes generalmene no uncionan, o ienen consecuencias desagradables, o en realidad
logran lo conrario de lo que preenden sus auores. Como ejemplo de lo primero, ya hemos viso lo di�cil que es
modificar las creencias religiosas de la gene. Del mismo modo, los inenos legislaivos para reprimir la uilización de esupefacienes han resulado ineficaces. Un claro ejemplo de lo segundo serían las consecuencias no deseadas de la era de la Prohibición en los Esados Unidos (1920-1933). Moivada en gran pare por la desaprobación moral al alcohol y la culura del bar, la Prohibición empujó el comercio hacia la clandesinidad, dejándolo en manos de aquellos que esaban dispuesos a violar la ley. El resulado fue una creciene violencia de pandillas, corrupción denro de la policía y enre los funcionarios públicos, y una ala de respeo generalizada por una ley que no se podía
imponer correcamene. Oras prohibiciones sobre esilos de vida, como la prosiución y las drogas, han enido consecuencias similares, con la aparición de cáreles de la droga, guerras errioriales y la raa de personas. Además se ha vuelo más di�cil hacer frene a los problemas reales creados por esas acividades (como las infecciones de ransmisión sexual y la adicción), precisamene porque han sido empujadas hacia la clandesinidad, uera del alcance de las auoridades. Personas
normalmene respeuosas con la ley se convieren en criminales, ienen que raar con criminales, y se ponen en peligro porque no exise ningún conrol de calidad o proección del consumidor, como endría un mercado legal. Mienras ano, los recursos de la fuerza del orden se desvían de las acividades que efecivamene infligen daños reales a oros. Tercero, hay muchos ejemplos de políicas no liberales que producen efecos opuesos a los previsos. Por ejemplo, los inenos de impedir la discriminación en el lugar de rabajo y asegurar que el mério sea correcamene reconocido han ocasionado una «discriUN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
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minación posiiva», con gene que es empleada porque llenan los cupos, y no con base en el mério. La educación pública, diseñada para eviar que grupos religiosos o políicos capuren las menes de los jóvenes, se ha converido en un monopolio en el que casi no hay escapaoria de la orodoxia imperane. Del mismo modo, la represión religiosa o políica sencillamene ha agudizado los resenimienos que finalmene esallan en violencia conra los represores; y, en el peor de los casos, los dogmas ideológicos de un Esado demasiado poderoso, como la anigua Unión Soviéica, pueden demorar el
progreso personal, social y cienífico durane décadas. El precedente peligroso
Cuando efecivamene uilizamos el poder de coerción del Esado para suprimir ideas, aciudes y comporamienos que desaprobamos, no exise un límie evidene. Mill adviere conra la «iranía de la opinión prevaleciene», explicando que incluso si odo el mundo piensa que cieros punos de visa o acciones se deben suprimir, eso no es una jusificación para hacerlo. Se debe manener una «esfera personal» de acción y opinión en la cual el Esado no puede inerferir. Eso es solo en pare, porque la gene iende a omar mejores decisiones para sí que los legisladores y funcionarios disanes; después de odo, conocen mejor sus circunsancias precisas. Ora razón es que se vuelve demasiado fácil para la mayoría suponer que ienen el derecho a inerferir en la vida de la gene simplemene porque ienen los números a su favor. Pero esa seguridad y confianza da demasiado margen a la mayoría, doada con los insrumenos de coerción del Esado, para exender su inerferencia y usurpar las liberades fundamenales de la gene. Es un precedene peligroso. La inerferencia en una pare de la vida de la gene se uiliza para jusificar inerferencias parecidas en oras. A menudo, la inervención del Esado fracasará o endrá resulados perversos, que luego son visos como un argumeno para aún más inervención. La ineficacia y las consecuencias imprevisas de la políica de drogas, por ejemplo, se uilizan como razones para
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mayor represión, lo que incremena los riesgos de suminisrar y
uilizar drogas. Eso agrava aún más los problemas resulanes. Fijando el límite
Enonces, ¿dónde fijamos el límie? ¿Cuáles son los límies de la inervención del Esado? ¿Qué acividades son olerables y cuáles son inolerables? ¿Qué derechos deben ener los padres sobre sus propios hijos, por ejemplo? ¿Tienen el derecho a darles una bofeada, a pracicarles la circuncisión, o incluso a beber alcohol y omar drogas mienras esán en el úero? O, en érminos más generales, ¿los humorisas y dibujanes deben ener el derecho de liberad de expresión de burlarse de una religión, si esos acos pueden llegar a provocar una violencia en la que personas inocenes podrían ser lasimadas? No hay respuesas claras a esas pregunas; diferenes personas ienen dierenes opiniones. Precisar las respuesas es la area
más críica para los liberales clásicos. Ellos quieren que el poder de coerción del Esado se cenre lo más precisamene posible, para que impida y casigue las acciones que son verdaderamene dañinas.
La ubicación precisa de ese límie debe ser un ema de discusión y debae público: somos insensaos si permiimos que nuesros líderes políicos lo decidan por nosoros. Pero la gran masa de acción que podría causar solamene problemas menores a los demás debe ser un ema para el razonamieno y la persuasión, no para la mano de hierro del Esado.
LA TOLERANCIA Y EL ESTADO Los aniguos griegos no enían reparos de ese ipo. Plaón
(c. 427-347 a. C.) y Arisóeles (384-322 a. C.), por ejemplo, consideraban que, si algo es bueno, las auoridades lo deben imponer. Aún hoy, mucha gene considera que la ley debería prohibir cosas que consideramos inmorales. Mill acepó que muchas conducas inmorales son poencialmene dañinas, que es precisamene por lo que las consideramos inmorales. Pero oros acos que podrían ser llamados inmorales pueden no UN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
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causar daño a oros: la supuesa vícima podría incluso considerarlo beneficioso, como sucede con el suicidio asisido, por ejemplo. Usar el poder de coerción del Esado conra ese ipo de conduca benigna solo reduciría el bienesar humano. Todos los liberales clásicos son escépicos respeco al poder del Esado, y los que esán en el exremo más liberario del especro creen que es más probable que el Esado dañe nuesra liberad a que la promueva. De ahí la regla de fala de daño de Mill: si comenzamos a prohibir cosas que no causan ni amenazan un daño demosrable, podríamos erminar prohibiendo odo. Para Locke o Jefferson, el
Esado exisía únicamene para proeger a los ciudadanos y ampliar sus liberades: imponerle un esilo de vida a alguien, o promover una religión en paricular, o un código éico, no formaba pare de su propósio. Por eso la Primera Enmienda de Esados Unidos insise no solamene en la olerancia religiosa, sino en la liberad religiosa. Riesgo y el uso de la fuerza Los inervencionisas argumenan que cada acción iene al
menos algunas consecuencias poencialmene dañinas para oras personas, por lo que cada caso debe ser decidido por sus propios mérios. En muchos países, por ejemplo, esá prohibido umar en espacios cerrados, como resauranes y cines. La jusificación
habiual de eso no es que dañe al fumador, sino que oros pueden sufrir consecuencias negaivas debido a la inhalación de humo de segunda mano. Más recienemene, se ha prohibido fumar en los parques públicos, donde el riesgo de inhalar humo de esa forma es insignificane; pero ahora el argumeno es que, en los parques, los niños pueden ver a gene fumando y pueden raar de emularla, y sufrir problemas de salud como consecuencia. Es posible que en pare exisa ese riesgo; pero los liberales clásicos cuesionan si los riesgos como esos son lo suficienemene graves como para jusiicar el uso de la uerza coerciiva para
eviarlos —o si son an infiniesimales que la resricción forzosa (o mulas y oros casigos) no se puede jusificar de ninguna ma74
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nera—. Porque, si incluso los riesgos infiniesimales para oros son visos como buenas razones para que el Esado inervenga, absoluamene ninguna acción humana esaría proegida de la inervención arbiraria de las auoridades. No habría ninguna «esfera privada»; y la liberad individual y el Esado de Derecho dejarían de exisir. La olerancia iene que ser consciene. Exise por una razón: específicamene, porque el respeo a los demás como seres morales, y el respeo por sus liberades, es la base de la cooperación pacífica en una sociedad libre. Sin embargo, muy a menudo nuesros políicos y funcionarios no son conscienes de cuándo esán cruzando ese límie decisivo. También la gene, cuando ocurren problemas, con frecuencia pide que el gobierno «haga algo», aun cuando la inervención del Esado sería un aaque injusificable a la liberad individual. Y ambién esamos demasiado dispuesos a forzar a la gene «por su propio bien», cuando en realidad solamene la esamos obligando a cumplir con nuesros propios valores y prejuicios. «A pesar de que ya no presumimos de coaccionar a los hombres por su bien espiriual», escribió el filósoo inglés y anropólogo
Herber Spencer (1820-1903), «odavía nos consideramos llamados a coaccionarlos por su bien maerial: sin ver que lo uno es an inúil y an injusificable como lo oro». Esa es solo una razón por la cual los liberales clásicos quieren poner límies al gobierno.
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� LA POLÍTICA
LIBERAL CLÁSICA
� LA POLÍTICA LIBERAL CLÁSICA � EL ORIGEN Y EL PROPÓSITO DEL GOBIERNO Los primeros liberales clásicos consideraban que el gobierno
exisía únicamene para proeger los derechos de la gene, y para ampliar sus oporunidades y liberad al minimizar la coerción y
permiir que reine la paz. Si alguno iba a uilizar la fuerza, ese debía ser solamene el gobierno, y solo se debía uilizar para esos fines. Su visión, en oras palabras, era un gobierno limiado; limiado en poder y alcance, y ambién en legiimidad. Con respeco al poder, eran muy conscienes de cómo el poder oficial podría hacer peligrar la liberad, y de la necesidad de conrolarlo. Con respeco al alcance, insisieron en que un gobierno legíimo no se basa en la conquisa y la fuerza, sino en el consenso de individuos diferenes, cuyo único propósio para crearlo es promover sus derechos, liberades y oporunidades. En cuano a la legiimidad, Locke explica que la auoridad del gobierno proviene de los individuos que acepan resricciones a su comporamieno a cambio de derechos civiles. Por lo ano, la auoridad del gobierno no puede exceder la auoridad que dichos individuos le pueden oorgar. Por ejemplo, no puede negar nuesros derechos inalienables como la vida y la liberad. Ora buena razón para limiar al gobierno es la debilidad de la nauraleza humana. La gene en el gobierno es solamene gene;
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probablemene no son ni más sabios ni ienen menos inereses propios que los demás. Pero ejercen un enorme poder de coerción, incluyendo el poder para mularnos y encarcelarnos. Sería imprudene dejar que ejerzan ese poder a su anojo; debe ser conrolado y limiado. Los liberales clásicos descon�an de la auoridad absolua, aunque enga el respaldo de la gran mayoría de la gene. Funciones del gobierno
¿Pero esa visión de la función del gobierno es demasiado esrecha? A los liberales clásicos frecuenemene se los caricauriza como creyenes en un Esado de laissez-faire, pequeño y mínimo (nigh-wachman sae) . Los críicos dicen que si odo el mundo uviese que acordar para qué exisen los gobiernos, no esarían de acuerdo en muchas cosas y quedaría arapado en una anarquía. Los gobiernos modernos exceden en mucho el alcance y poder que los primeros liberales clásicos les esaban dispuesos a conceder. Incluso hoy en día los liberales clásicos con frecuencia acepan que los gobiernos pueden ener funciones úiles que exceden el hacer cumplir la regla de Mill de no causar daño y de promover la liberad de los ciudadanos. Milon Friedman, es bien sabido, abogó por un impueso a la rena negaivo para redisribuir ingresos de ricos a pobres, y vales de educación financiados por el Esado, diseñado para darles a familias pobres acceso a la educación. El propio Adam Smih pensaba que, además de proeger a las personas a ravés de los sisemas de defensa y jusicia, el gobierno debe proporcionar obras públicas, como puenes y pueros, y conribuir a la educación pública. Pero, si bien puede que haya algunas cosas úiles que se hacen mejor de forma coleciva, el ema es dónde se fija el límie. A eso no lo ayuda el hecho de que a menudo es di�cil decidir exacamene cuándo se esá produciendo o hay una amenaza de producir un verdadero daño, o cuáles podrían ser los beneficios precisos de
una inervención.
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Mill, por ejemplo, a pesar de ser un defensor de la liberad de expresión, consideraba que su principio de no causar daño podría llegar a jusificar la censura. También proponía que los individuos uvieran diferenes obligaciones para ayudar a oros, como esificar en los juzgados y asegurar que sus hijos esén bien educados. Él veía un papel para el gobierno en la regulación del comercio, las horas de rabajo, los salarios y los beneficios laborales. Abogó por leyes de bienesar social para dar rabajo a personas sanas y proveer condiciones de vida mínimas para oras. Consideraba que los gobiernos debían crear inraesrucura, como carreeras y alcanarillado. Abogaba por la subvención pública de la invesigación cienífica
y las ares. Consideraba que incluso pequeños beneficios públicos jusificarían ese ipo de inervenciones. Muchos liberales clásicos no esarían de acuerdo con odo eso. Más recienemene, e incluso en un libro sobre el excesivo poder del Esado (Camino de Servidumbre ), F.A. Hayek ambién enumeró algunas de las unciones que él consideraba que los gobiernos
legíimamene podrían asumir. Esas incluyen proporcionar a las personas un mínimo de alimenos, vivienda y ropa, suficiene para conservar su salud y su capacidad de rabajo; un sisema inegral de seguro social para aquellas desgracias conra las cuales es di�cil asegurarse; ayudar después de desasres naurales, para los cuales, nuevamene, los individuos no se pueden preparar; y la políica
económica para combair los ciclos económicos y el desempleo que esos crean. Muchos liberales clásicos se preocupan de que concesiones como esas sean solamene la puna de un enorme iceberg. Como se quejó el propio Hayek, «las emergencias han sido siempre el preexo con el cual se han erosionado las salvaguardas de la liberad individual», y cuando dejamos que el Esado proporcione ayuda de emergencia, alimenación, albergue, ropa, educación y salud no es fácil fijar el límie enre lo que son necesidades para unos pocos y comodidades para la mayoría. En oras palabras, no hay ningún límie evidene para esa inervención del gobierno.
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Adam Smih cuadra el círculo diciendo que sus inervenciones —puenes, pueros y apoyo para la educación— son solamene la infraesrucura que permie a los seres humanos cooperar social y económicamene enre sí. Por lo ano, promueven la liberad y no la amenazan. Hayek ambién considera sus inervenciones como
un ineno de manener a la gene con capacidad para valerse por sí misma; por lo ano, nuevamene su idea es proporcionar solo lo que se necesia para permiir que individuos libres vivan, rabajen y cooperen junos. Sin embargo, cualquier acividad del gobierno, por valiosa que sea, requiere alguna acomeida conra los derechos y liberades de la gene —específicamene omar su propiedad, en forma de impuesos, para pagar las acividades del Esado—. Algunos liberales clásicos, argumenando que la propiedad es una de las cosas que el gobierno debe proeger, consideran que eso es di�cil de jusificar. Oros simplemene quieren garanías de que el beneficio público —como sea que se defina— sea lo suficienemene grande como para jusificar la inromisión en los derechos y liberades de los individuos. El peligro en el mundo real es la «ampliación de la misión»
(mission creep): los gobiernos comienzan con unas pocas cosas que son claramene responsabilidades colecivas para luego ampliar
sus poderes y funciones, sin un puno final evidene. Los liberales clásicos posiblemene esén mejor calificados para fijar el límie que la mayoría, ya que enienden la necesidad de un gobierno limiado y los peligros de un veloz crecimieno del poder del gobierno; y enienden por qué, aunque el gobierno puede ener un papel en asegurar que se proporcionen algunas cosas, como las ayudas de emergencia, en sí mismo no debería proporcionarlas . También enienden por qué, aunque el gobierno podría regular un mercado, debe seguir siendo un árbiro y no converirse en un paricipane en el mercado; y por qué la ayuda dirigida por el gobierno a personas y grupos específicos con necesidades no debe converirse en una redisribución de ingresos a largo plazo y a gran escala.
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EL MITO DE LA JUSTICIA SOCIAL Los «nuevos liberales», por el conrario, piensan que la redisribución de ingresos es precisamene lo que los gobiernos deberían hacer. Ven a la desigualdad y la pobreza como el resulado de una desigualdad de poder y leyes de propiedad injusas que benefician a empleadores y a los ricos pero que dañan a los empleados y los pobres. Por lo ano, para promover la «jusicia social» el gobierno debe corregir el desequilibrio de poder y redirigir la riqueza y los ingresos de la gene más rica hacia la gene más pobre. Los liberales clásicos consideran eso un grave abuso de la palabra «jusicia». Para ellos, la jusicia es la jusicia conmuaiva, la resolución de los conflicos enre las personas y la defensa de los derechos y las liberades de los individuos casigando a los que inerfieren con esas. Se raa de frenar las amenazas y la violencia, y compensar a las personas perjudicadas por la coerción. Se raa de la conduca que esperamos, y enemos derecho a esperar, el uno del oro. La jusicia real, por lo ano, se cenra exclusivamene en cómo las personas se comporan una con ora. El sufrir un robo es injuso; sufrir una gripe es una desgracia , pero no es injuso, porque nadie ha acuado injusamene. La jusicia social o disribuiva , por oro lado, es muy diferene. Se raa de la disribución de las cosas enre los diferenes miembros de un grupo. Busca modificar esa disribución, por lo general hacia mayor igualdad, incluso si la disribución exisene es simplemene el resulado de los aconecimienos, y
nadie se ha comporado mal o acuado injusamene. Si, por ejemplo, 100.000 personas pagan para ver a un canane popular en un esadio, cada una ermina la noche un poco más pobre y el canane ermina significaivamene más rico. Pero nadie ha hecho nada incorreco y nadie ha sido coaccionado. Los liberales clásicos se pregunarían: ¿cómo es posible que la disribución resulane de la riqueza sea injusa? Además señalan que para volver las cosas a la igualdad sería necesaria la coerción —quiarle al canane por la fuerza su nueva riqueza para devolvérsela a la audiencia—. De hecho,
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como dice Nozick, requeriría una coerción consane y repeida para manener esa igualdad en el fuuro. Hay problemas prácicos ambién. Una complea igualdad de
ingresos es imposible: ¿por qué la gene se molesaría en rabajar duro, o en rabajar en absoluo, si se les paga lo mismo que a los que no lo hacen? Así que la «jusicia social» se cenra más en la redisribución de acuerdo a la necesidad, o en proporción al valor que la gene apora a la sociedad. Pero, ¿quién decide quién iene una necesidad y quién apora mayor valor? ¿Alguien que se vuelve pobre por pura pereza es menos «necesiado» que alguien cuyo hogar y negocio ha sido desruido por un ifón? ¿Una enfermera conribuye más a la sociedad que un violinisa? No hay manera objeiva de evaluarlo: la decisión es oalmene subjeiva. Sin embargo, monados en ese ipo de evaluaciones arbirarias, los defensores de la «jusicia social» le quian su propiedad y liberad a la gene. No solo eso, sino que la «jusicia social» raa a la gene de manera diferene: la gene paga canidades diferenes de impuesos, o reciben canidades diferenes de ayuda del Esado, dependiendo de cuán ricos o pobres son. Eso va conra el Esado de derecho: el principio de que la ley debe raar a oda la gene por igual y que nadie debe ser beneficiado o perjudicado por decisiones arbirarias de las auoridades. Los liberales clásicos, por lo ano, rechazan cualquier redisribución inegral de riquezas o ingresos. Pueden proponer alguna ayuda emporal de emergencia organizada por el Esado; pero niegan que alguien enga derecho a una ayuda social de largo plazo, porque eso implica que los oros ienen la obligación de apoyarlos, por la fuerza si es necesario, a pesar de no ener culpa alguna por las circunsancias desaforunadas de sus conciudadanos. Eso no significa que a las personas más pobres les vaya mal en una sociedad liberal clásica. Las sociedades libres ienden a ser sociedades más ricas y es mejor ser pobre en un país rico que en un país necesiado. La gene en los países ricos ambién iende a conribuir más a ravés de donaciones benéficas y obras filanrópicas; aunque
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no ienen la obligación legal de ayudar a los necesiados, ienen los recursos para respaldar la obligación moral que sienen hacia ellos.
LAS DECISIONES PÚBLICAS Y LOS INTERESES PRIVADOS Los liberales clásicos, en odo caso, descon�an mucho de la
forma en que se oman las decisiones políicas sobre emas como la redisribución. Sus dudas se han apoyado en el rabajo de la Public Choice School (Escuela de la Elección Pública), que aplicó los
concepos económicos al proceso de oma de decisiones políicas, y lo enconró muy deficiene. Los principales «economisas del bienesar» han hablado mucho sobre los fallos del mercado y la necesidad de que el gobierno acúe para corregirlos. Pero se olvidaron de que ambién hay fallos de gobierno. Los políicos y funcionarios no son ángeles; exise el mismo inerés propio en el sisema democráico como el que exise en el mercado privado. Las elecciones, por ejemplo, son baallas de inereses conra-
puesos, en los que la mayoría decide lo que debe hacerse. Esa es una gran amenaza para la minoría —que puede concrearse en
la vieja broma sobre que la democracia son dos lobos y una oveja decidiendo qué van a cenar—. Eso se agrava por el hecho de que las elecciones esán dominadas por grupos de presión, que hacen vigorosas campañas para obener beneficios elecorales para sus inereses. A menudo, los grupos de inerés crean coaliciones que se apoyan muuamene para incremenar aún más su influencia
elecoral. Los políicos, por su pare, ienen que apaciguar a esas coaliciones de inereses creados para lograr sus voos; después de odo, incluso el políico con mayor espíriu cívico iene que ser elegido para poder hacer algo. Las personas que pierden, por supueso, son la «mayoría silenciosa» —el público en general, cuyos inereses son mucho más difusos—. Las decisiones en la legislaura ampoco son mejores. Para lograr que se aprueben sus medidas, los legisladores llegan a acuerdos del ipo «u voa a favor de mi medida, y yo voo a favor de la uya» con 84 � LIBERALISMO CLÁSICO � UN MANUAL BÁSICO
sus colegas. Así que se aprueban más leyes de lo que realmene se quiere, y el público en general, no represenado, resula exploado aún más. Y cuando esas leyes se implemenan, la burocracia ambién iene sus propios inereses; al vez aumenar el amaño y la complejidad de los programas para ampliar sus propios imperios. El liberalismo clásico y la democracia
Los liberales clásicos son demócraas, pero demócraas escépicos. Acepan que hay algunas funciones mínimas que requieren una acción coleciva. Ellos creen que es el público en general, y
no una élie poderosa, quien debe omar las decisiones generales sobre cuáles son esas funciones y cómo lograrlas; y proponen que el gobierno represenaivo probablemene sea la mejor manera de omar e implemenar esas decisiones. Pero saben que el proceso democráico esá lejos de ser perfeco. No es un proceso que compaibilice disinos inereses (como lo hacen los mercados), si no uno en el que elegimos enre inereses conrapuesos, una elección en la que solo una de las pares puede ganar. Esá marcado por el inerés propio de los elecores, de los represenanes y de los uncionarios; puede producir resulados
muy irracionales; y demasiado a menudo lleva a la exploación de grupos minoriarios y a la resricción de sus liberades, odo en
nombre de la «democracia». Por esas razones, los liberales clásicos sosienen que la oma de decisiones democráicas se debe regir por cieras reglas y debe cenrarse, con precisión, sobre aquellos emas que no se pueden
decidir de ninguna ora manera. La democracia represenaiva es sin duda la mejor forma de gobierno que se haya concebido hasa el momeno, lo que hace que mucha gene (y casi odos aquellos que resulan esar en el poder) argumene que más y más cosas deben decidirse por el proceso democráico. Pero eso significa decidirlas a ravés del proceso políico; y la políica no siempre es una fuerza benigna. Cuanas más cosas se deciden políicamene, más fácil se hace que se socaven los derechos y liberades de los individuos, y que
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los grupos minoriarios sean exploados o suprimidos por aquellos que ejercen el poder de coerción del Esado. Para un liberal clásico, por el conrario, los derechos y las liberades son para odos: no son una cuesión de canidades y mayorías. La genuina democracia represenaiva no es lo mismo que la dicadura eleca, y no se debe permiir que se conviera en eso. El éxio en las elecciones no da permiso a la mayoría ganadora para que rae a los demás como quiera. Además de limiar el proceso políico democráico a decidir
cuesiones que solo deben y pueden ser decididas en forma coleciva, los liberales clásicos ambién se empeñan en proeger los derechos y liberades de odos los individuos imponiendo resricciones sobre la forma en que se realiza el proceso y la forma en que se oman esas decisiones. Constituciones y libertad
Una consiución es una manera de esablecer esas resricciones y darles una fuerza que no pueda ser fácilmene anulada por aquellos que resulan ser la mayoría y esán en el poder en ese momeno. Eso no siempre iene éxio: incluso países con aparenemene fueres consiuciones liberales no son inmunes a un rápido incremeno
en el amaño del gobierno y al socavamieno de los derechos y las liberades individuales por pare de las mayorías. Las liberades
consiucionales son di�ciles de proeger si la gene en general pierde la noción de su imporancia y la volunad de proegerlas. Pero los liberales clásicos en general consideran que esablecer resricciones consiucionales nos da más oporunidades de proeger los derechos y las liberades individuales. A ravés de normas como la separación de poderes y el equilibrio de poderes —por ejemplo, con un gobierno pluricameral, un sisema federal y la revisión judicial— podemos inenar eviar que los grupos de inerés capuren odo el proceso de oma de decisiones. Y una consiución liberal clásica no solo garanizaría que el
poder del gobierno fuera limiado y esuviera dividido. Garanizaría
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que las leyes se apliquen por igual a odos, de manera que no haya grupos de inerés específicos —incluyendo los políicos y funcionarios del mismo gobierno— que pudieran ener un raamieno especial. Esa consiución ambién puede delinear los límies del poder del Esado esableciendo los derechos básicos de los individuos, sobre los que el Esado no iene ninguna auoridad (porque sus ciudadanos fundadores no pueden ransferir al Esado una auoridad que ellos mismos no ienen de lesionar los derechos de oros). Pero si bien una Declaración de Derechos puede amablemene recordarles a
odos los derechos fundamenales, como la vida, la liberad, la propiedad y las liberades de conraación, pensamieno y expresión, no puede de ninguna manera llegar a enumerar odos los derechos y liberades. Como dijo Hobbes, debemos ener la liberad de hacer cualquier cosa denro del «silencio de la ley», pero un sisema legal que rae de enumerar odo lo que podemos hacer, en lugar de las pocas cosas que no podemos, sería largo, complejo, impereco y
penosamene resricivo. Más bien debe haber una presunción general de que la gene es libre de perseguir sus propios fines por cualquier medio pacífico, subordinada únicamene a unas pocas excepciones esablecidas
en la ley. No hay necesidad de especificar nuesras numerosas liberades, la mayoría de las cuales esán implícias en la presunción general de liberad.
LA LEGITIMIDAD DEL GOBIERNO Como señaló el escrior y políico suizo-francés Benjamin Consan (1767-1830), las consiuciones no exisen para oorgar poder a nuesros líderes, sino para resringirlo. Ninguno de nosoros iene ningún derecho a gobernar a oro; debe ser por consenimieno. Y si el gobierno pierde el consenimieno del público, pierde oda su auoridad y su poder de coerción se vuelve ilegíimo. Eso en sí mismo debería limiar al gobierno, como Frank Knigh nos recordó: nunca podríamos ponernos de acuerdo sobre ninguna amplia concenración de poderes. Pero los gobiernos ambién esán UN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
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resringidos por la amenaza de rebelión —y con oda la razón, según Locke y Paine—. Sin embargo, dada la fuerza de coerción a su disposición, incluso los gobiernos más injusos pueden sobrevivir mucho iempo. Las elecciones, con odos sus defecos, son una forma más pacífica de desiuir los gobiernos. Al igual que las consiuciones, no exisen para elegir a nuesros líderes, si no para resringirlos. Esa válvula de escape es de vial imporancia porque, como insisen los liberales clásicos, los individuos no deben esar sujeos a las decisiones arbirarias de oros, incluso de un gobierno muy popular.
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� LA SOCIEDAD
LIBERAL CLÁSICA
� LA SOCIEDAD LIBERAL CLÁSICA � Como los liberales clásicos descon�an del poder del gobierno, es juso pregunarles a ellos cómo se debe enonces organizar la
sociedad. De hecho, ienen una explicación coherene de cómo la sociedad se organiza a sí misma, sin necesidad de una auoridad
cenral: la idea del orden esponáneo.
EL ORDEN ESPONTÁNEO El orden esponáneo es una vieja idea. Por ciero, se remona al
menos al filósofo francés Monesquieu (1689-1755), quien explicó cómo individuos con inereses propios podrían involunariamene crear un orden social en general beneficioso; el esudioso de la Ilusración Escocesa Adam Ferguson (1723-1816) habló de las insiuciones sociales como «el resulado de la acción humana, pero no del diseño humano», una idea que Adam Smih describe como la «mano invisible». Más recienemene, Hayek acualizó la idea. Señaló que endemos a dividir el mundo enre lo naural y lo arificial —imaginamos las cosas naurales como cosas salvajes, irracionales, desesrucuradas y desordenadas, y las cosas arificiales como planificadas, racionales, esrucuradas y meódicas— y simplemene asumimos que lo segundo es preferible. Pero, según Hayek, hay ora caegoría de cosas que son ordenadas, pero no son planificadas o conscienes. Ejemplos de ello son la formación en "V" de gansos que emigran, o las sociedades
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complejas de las abejas o ermias. Esas esrucuras sociales no esán diseñadas conscienemene por las criauras en cuesión, sino que son la consecuencia ordenada de su comporamieno individual. Esos ordenamienos esponáneos ambién se encuenran en la sociedad humana. Tenemos el idioma, por ejemplo: nuesro idioma complejo y su gramáica nunca fueron diseñados conscienemene por nadie, simplemene crecieron porque eran úiles (es ineresane que el esperano, inencionalmene diseñado para ser una lengua paneuropea, nunca uviera éxio, mienras que los oros idiomas, esponáneos de Europa, siguen floreciendo.) Del mismo modo, el common law nunca fue creado inencionalmene, como lo fue el Código de Napoleón; simplemene surgió de miles de senencias en casos individuales. Los mercados, los precios y el dinero ambién se desarrollaron porque son úiles, no porque alguien conscienemene los invenó. La conclusión es que los órdenes sociales no necesian gobierno, o planificación para ser funcionales, eficienes o incluso racionales. Emergen a ravés de la libre ineracción de los individuos, cada uno persiguiendo sus propios fines privados pero respeando los derechos y liberades de los oros. De hecho, la inervención del gobierno es más probable que conviera ese orden en caos. La evolución de los órdenes espontáneos
Los órdenes esponáneos evolucionan. Los idiomas, el common law , la moral, las cosumbres y los mercados cambian y se adapan a las necesidades de la época. Esos órdenes se auoorganizan y por lo general se auorregulan —y necesian unas pocas reglas generales para su buen uncionamieno, pero no necesian que alguien los
diseñe y planifique—. Puede que no siempre se adapen perfecamene, pero los órdenes que se adapan bien van a sobrevivir y prosperar mejor que oros. Y ese progreso evoluivo de ensayo y error será mucho más rápido cuando los individuos son libres de producir sus propias ideas en abundancia que cuando solo predominan las ideas de las auoridades.
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Consideremos, por ejemplo, la muchedumbre en una concurrida esación de renes, odos corriendo enre sus diferenes renes y las diferenes salidas y enradas. De alguna manera, odo el mundo llega a su desino sin chocarse enre sí. Eso se debe a que cada uno ajusa su dirección eniendo en cuena a los oros, que se les araviesan en su camino. Su rua final enre el ren y la puera esá muy lejos de ser una línea reca, pero en general llegan de forma rápida y sin incidenes. La alernaiva —para dirigir esas miles de personas, pregunándoles su desino y luego razando sus ruas más eficienes a ravés de la esación— sería una pesadilla de gesión. Pero aforunadamene el problema se resuelve solo, esponáneamene. Reglas y orden Los problemas que hemos descrio se auorresuelven porque
nos adapamos a los oros de manera predecible; en el caso de la esación, se inenan eviar las colisiones indicando suilmene hacia dónde nos dirigimos y ajusándonos ambién a las indicaciones de los oros. Esas regularidades en el comporamieno, o «reglas de conduca», producen un resulado beneficioso esponáneo. Si, por el conrario, odos nos comporamos de una manera impredecible, solo se crearía confusión y conflico. En los órdenes esponáneos de la vida real, esas «reglas» pueden no esar escrias y pueden llegar a ser muy complejas. Las abejas, por ejemplo, no ienen escriura o esrucura direciva, y sin embargo susenan colonias prósperas de 50.000 inegranes o más,
simplemene a ravés del rabajo esrucurado de cada individuo. Con respeco a los órdenes humanos, los escolares darán fe de que las reglas de gramáica, sobre las que se erige nuesro idioma, son muy di�ciles de describir, a pesar de que las usamos sin pensar odos los días. Lo mismo puede decirse de las reglas de la jusicia, o de la moral; podemos senir cuándo esas reglas son quebranadas, a pesar de que no siempre podemos explicar en qué consisen. Por lo ano esas reglas que promueven el orden han evolucionado debido a que son úiles y adapables, no porque las hayamos
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diseñado conscienemene. Fijan límies volunarios a nuesras
acciones, haciéndolas más predecibles, faciliando de esa manera la vida social. Reglas como los derechos de propiedad, las radiciones, las cosumbres, la moral, la honesidad, el respeo y la usanza son el crisol que coniene el fuego de la liberad individual. Nadie las invenó, y sin embargo conienen una «sabiduría» inconsciene sobre cómo comporarse para promover una buena ineracción social.
LA JUSTICIA Y EL ESTADO DE DERECHO El orden esponáneo, enonces, se basa en el comporamieno individual previsible y sería imposible sin eso. Y la base de nuesro orden social o políico, según los liberales clásicos, son las reglas de la jusicia. Al igual que la gramáica, las reglas de la jusicia no han sido conscienemene diseñadas, sino que evolucionan porque son úiles; y en general las cumplimos, a pesar de que no siempre podemos explicar con precisión lo que son. Por supueso, raamos de regisrarlas y codificarlas en libros de derecho. Pero eso no significa que nosoros esemos creando las reglas de la jusicia; significa que esamos raando de descubrir lo que son. Los legisladores pueden aprobar «leyes», pero esas pueden no ser leyes jusas. Por ejemplo, pueden ser reroacivas (casigando a la gene por acciones que no eran criminales en su momeno), o no facibles (imposibles de cumplir), o incomprensibles (conradicorias o demasiado complicadas de enender), o impuestas de manera injusta . Todo eso agravia nuesra idea innaa de jusicia, o, como dirían algunos liberales
clásicos, agravia la ley naural. Por lo ano, esas piezas legislaivas son indignas del nombre «ley». El Estado de derecho
Los liberales clásicos sosienen que un orden social esponáneo, cooperaivo, predecible, no violeno, esable y juso surge solo si se siguen reglas que son generales (sin una canidad desconcerane de excepciones), universales (que se aplican a odos) y esables (no
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cambian an a menudo como para que la gene se confunda sobre lo que son). Dado que la mayoría de nosoros no podría explicar las reglas de la gramáica, mucho menos las reglas de la vida social, es lógico que manengamos las cosas simples. El ener reglas que son gene- rales y estables significa que odos saben qué se espera de ellos.
Eso hace que nuesras acciones sean más predecibles, lo que a su vez nos permie planificar con mayor confianza. Lo mismo ocurre con reglas que son universales, con la venaja adicional y crucial
de hacer que sea imposible que personas o grupos específicos sean favorecidos o exploados. Ese es el Esado de derecho, en conrase con el gobierno arbirario de aquellos que ejercen la auoridad. Los liberales clásicos recalcan que eso evia que los políicos, la policía, los ribunales y demás uncionarios abusen de su poder de coerción. Nos evia muchos
males comunes: deenciones arbirarias, encarcelamienos sin juicio, la cosa juzgada (ser juzgado varias veces por el mismo delio), juicios injusos, jueces parciales, elecciones fraudulenas y leyes injusas. Protección del Estado de derecho
Aunque los liberales clásicos creen en un gobierno limiado, enienden que manener el Esado de derecho no es area fácil. Requiere mecanismos para asegurar que las elecciones y los nombramienos sean libres y jusos, que los jueces sigan siendo independienes, y que la generalidad y universalidad de las leyes sean examinadas
deenidamene. Eso requiere oorgarle recursos al sisema de jusicia: no se hace jusicia, por ejemplo, si se necesian años para que los casos lleguen a juicio, porque la burocracia judicial esá sobrepasada, o si la policía y los jueces esán an mal pagados que engan que depender de sobornos. Las consiuciones pueden ayudar a proeger esa jusicia naural: pueden consagrar el debido proceso del sisema jurídico, para garanizar la igualdad de rao; y pueden definir un ámbio personal en el que la legislación y la burocracia jamás pueden inmiscuirse. La 96 � LIBERALISMO CLÁSICO � UN MANUAL BÁSICO
radición del common law es oro basión de la liberad: los casos individuales se exeriorizan y consideran en los ribunales, y a ravés de eso desarrollamos nuesro conocimieno de lo que son realmene las reglas de la jusicia. Una ercera proección es la liberad de expresión: si la gene puede criicar abieramene la legislación y la adminisración de la jusicia, la legislación se pensará más y la gene puede oponerse acivamene a leyes y procesos legales injusos. Amenazas para el Estado de derecho
Todo eso difiere en grado sumo de la perspeciva de muchos legisladores acuales. Quieren que los ribunales se somean a la mayoría eleca, que, según ellos, esá más en conaco con los
inereses públicos que los jueces. Hacen caso omiso de los límies consiucionales, alegando que ellos enienden mejor las circunsancias acuales que los redacores consiucionales de hace décadas o siglos arás. Consideran a los derechos no como algo naural e
inviolable, sino como privilegios que nos concede la legislaura. Y creen que la legislación debe promover el «bien público», incluso a cosa de la liberad individual. Pero casi cualquier legislación, por más injusa y coerciiva que sea, puede ser jusificada por razones de «bien público», que, ineviablemene, es definido por los propios legisladores. Lejos de esar fuera de conaco, los liberales clásicos consideran a los ribunales como guardianes cruciales de los derechos y las liberades individuales, frenando la visión a coro plazo y los inereses creados de los legisladores, derogando leyes injusas y garanizando que las leyes jusas se cumplan, incluso por aquellos en el poder. Es por eso que Hayek argumenó enfáicamene que el common law, que se fue desarrollando a ravés dirimir liigios en los ribunales, era una mejor garanía de jusicia que las leyes aprobadas
por los políicos —y la mayoría de los liberales clásicos esarían de acuerdo—. Para ellos, el Esado de derecho exige que las normas
jurídicas se apliquen en forma jusa y uniforme a odos. Mienras que el common law generalmene se ajusa a esa descripción, con UN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
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demasiada recuencia las leyes hechas por los políicos esán di-
señadas para favorecer (o desfavorecer) a grupos específicos. Ese es uno de los moivos por los cuales los liberales clásicos son an escépicos con esa clase de legislación.
LA RACIONALIDAD DE LOS ÓRDENES NATURALES Aunque mucha gene se imagina que una sociedad sin dirección cenral debe ser salvaje e irracional, los liberales clásicos consideran que los órdenes esponáneos son en realidad más racionales. Son capaces de procesar y uilizar mucha más información que las sociedades cenralizadas, lo que resula en una mejor oma de decisiones, ajuses más rápidos a circunsancias cambianes y un progreso más acelerado (por ejemplo, recordemos el araso económico del aniguo bloque soviéico, con una dirección cenralizada, en comparación con sus vecinos occidenales menos cenralizados). La razón, según F.A. Hayek, quien desarrolló los dealles de esa línea de pensamieno, es que el progreso social depende del conocimieno disperso. Es local, personal, fragmenado y parcial, y
no se puede cenralizar. La gene común iene mejor conocimieno de sus propias circunsancias de lo que jamás podrían ener las auoridades cenrales. También iene habilidades especializadas y un conocimieno más personal de su mercado específico y de las necesidades y valores de sus clienes. Y gran pare de la cambiane información del mercado que procesa se desacualizaría, incluso anes de que pudiera ser
ransmiida a alguna agencia cenral de planificación. Algunos podrían argumenar que aplicaciones como Uber, y las modernas supercompuadoras, hacen posible recopilar y procesar esa rápidamene cambiane información del mercado, como la flucuane demanda y disponibilidad de axis en cualquier momeno y lugar. Es ciero que la escala en la que se puede recopilar y uilizar eficienemene información va a cambiar con el iempo y con los usos. Pero es necesario un proceso de compeencia para descubrir la mejor manera de recopilar, inerprear y uilizar la información 98 � LIBERALISMO CLÁSICO � UN MANUAL BÁSICO
con la ecnología disponible. Y esa inormación es procesada y
uilizada de dierenes maneras por dierenes personas en la
cadena de procesos —Uber o la empresa de axis, los conducores y los clienes—. La planificación cenral simplemene no podría reproducir eso. En cualquier caso, el problema no es de informáica , sino de comprensión . Con cereza, los daos no serían mejor procesados por una auoridad cenral del gobierno. Ninguna podría proyecar la demanda de axis de los clienes (que cambia consanemene debido a cosas como emergencias familiares, el clima o rerasos en el ranspore público). Tampoco es de esperar que los planificadores cenrales engan el mismo conocimieno profundo que ienen los axisas de cosas como el clima local, los cierres emporales de calles y cómo eviarlos, evenos locales que araen grandes muliudes y un sinnúmero de oros facores que afecan al mercado. Además, los proveedores locales ienen un inerés mucho más urgene en adaparse rápidamene a la demanda local que
el que ienen los planificadores cenrales. Su moivación impulsa el progreso: con miles de proveedores, odos ellos compiiendo
por el negocio, la innovación será más acelerada de lo que sería si se la deja en manos de una sola agencia cenral. Es mejor que la innovación se haga por los individuos: si sus innovaciones no funcionan, pueden ser abandonadas con solo pequeñas pérdidas locales; mienras que una innovación en el nivel nacional realizada por una agencia de planificación cenral se arriesga a un posible desasre para oda la economía. No es que la sociedad esponánea no esé planificada: por el
conrario, se basa en los planes de millones de individuos, cada uno con su propio conocimieno especializado, y no en algún organismo único de planificación. Una sociedad de ese ipo, sobre la base de gran canidad de conocimieno individual disperso, es an compleja que ninguna mene cenral podría llegar a comprenderla. Eso explica, en pare, la desconfianza que le ienen los liberales clásicos al poder del gobierno, sobre odo a los inenos de rediseñar la sociedad a gran
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escala. Si no podemos enender plenamene nuesras insiuciones sociales, es poco probable que seamos capaces de rediseñarlas con algún éxio.
LA SOCIEDAD CIVIL Los liberales clásicos no conciben a las personas que componen la sociedad esponánea como individuos aomizados y aislados (aunque había indicios de eso enre los primeros eóricos del conrao social, y más recienemene en los concepos de los economisas sobre
expecaivas racionales y el homo economicus racional y egoísa). Ellos saben que las personas en el mundo real no esán aisladas ni son mecánicas. Más bien, por elección o por nacimieno, los individuos son
miembros de diferenes grupos superpuesos, con diferenes lealades familiares, morales, religiosas, culurales y demás. Sus valores esán influenciados por esas lealades, y dependen de la lealad muua de sus oros inegranes. Buscan menos lograr sus ambiciones a ravés del proceso políico que a ravés de esas insiuciones de la sociedad civil: organizaciones benéficas, sindicaos, grupos de auoayuda,
campañas, religiones y muchas oras agrupaciones. Los comunisas y los fascisas son muy críicos de la sociedad civil porque consideran que desvía del Esado las lealades de la
gene. Los liberales clásicos valoran la idea de la sociedad civil precisamene por la misma razón. Para ellos, la sociedad civil permie que los individuos persigan sus propias meas sin esar subordinados a una poderosa auoridad políica cenralizada. De hecho, diferenes personas pueden perseguir fines muuamene conradicorios, sin ener que sacrificar sus ambiciones ane la opinión mayoriaria.
Además, si la sociedad civil es fuere, hay menos excusa para que los gobiernos asuman poderes adicionales. Un enérgico secor benéfico, por ejemplo, significa que hay menos necesidad de crear un sisema de asisencia social del Esado; un alivio para los liberales clásicos, ya que le emen al crecimieno y poencial abuso del poder cenralizado. Además, es más racional que las areas sean abordadas 100 � LIBERALISMO CLÁSICO � UN MANUAL BÁSICO
en el nivel local y de maneras diferenes, a que lo procure hacer una auoridad disane y cenralizada. Algunos liberales clásicos acepan a la sociedad civil con beneplácio porque evia no solo los peligros de una excesiva cenralización, sino además los peligros de un desmedido individualismo. Por ejemplo, el pensador políico e hisoriador francés Alexis de Tocqueville (1805-1859) criicó el individualismo de Esados Unidos por sofocar la virud y la emplanza cívica, creando la posibilidad de una iranía de las masas, respaldada por el poder del Esado.
EL ORDEN ESPONTÁNEO Y LOS DERECHOS NATURALES Puede valer la pena mencionar el conflico enre las ideas del orden esponáneo y los derechos naurales. Si la sociedad se desarrolla de forma esponánea, no se necesia ningún conrao social enre individuos aislados y libres para explicarla. No es el resulado de una negociación racional, sino la consecuencia oalmene accidenal e involunaria de la adapación de individuos a las acciones de oros. Para muchos liberales clásicos, eso sugiere un enfoque menos radical, más conservador de las cuesiones sociales que el enfoque de los derechos naurales. Una de las críicas a la perspeciva de los derechos naurales es que podría producir algo parecido a la anarquía, ya que probablemene haya muy poco sobre lo que los
disinos individuos, proegiendo celosamene sus derechos naurales, se pongan efecivamene de acuerdo, dejándole prácicamene ninguna función al gobierno. El enfoque de orden esponáneo, por el conrario, sugiere que podemos y esamos de acuerdo en muchas cosas, incluso si nuesro acuerdo es inconsciene y poco comprendido.
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� LA ECONOMÍA DEL
LIBERALISMO CLÁSICO
� LA ECONOMÍA DEL LIBERALISMO CLÁSICO � EL ORDEN ESPONTÁNEO DEL MERCADO Juno a la liberad social y políica, los liberales clásicos ambién defienden la liberad económica. Ellos consideran que la gene debe ener liberad para invenar, crear, ahorrar, acumular posesiones e inercambiar bienes volunariamene con oros. Pero ambién creen que la liberad económica es la mejor manera de crear prosperidad general. Eso es porque la liberad económica permie que las personas se adapen esponáneamene a las necesidades del oro y cooperen en beneficio muuo, creando y repariendo valor en el mismo proceso. Las reglas que crean ese orden esponáneo específico son las reglas de la propiedad, de conraar, de honesidad y de jusicia. Enre ellas, crean un orden económico de una escala y complejidad incomprensibles —mucho más grande y más complejo que lo que cualquier ene consciene podría comprender, abarcando el mundo enero—.
EL �MILAGRO� ESPONTÁNEO DE LOS PRECIOS Lo que maniene a las acividades económicas de anos millones de personas en un ajuse an exraordinariamene eficaz es lo que Hayek llama el «milagro» del sisema de precios. Nosoros no
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lo invenamos; surgió de forma esponánea, e impulsa la creación de valor y repare prosperidad a ravés de oda sociedad humana. Los precios simplemene son las tasas a las que las personas
esán dispuesas a inercambiar cieras cosas por oras. Por lo general se expresan en dinero, pero eso es solo porque el dinero
se ha converido en un bien úil que puede ser inercambiado por oras cosas. En palabras de Milon Friedman, el dinero ahorra a los peluqueros hambrienos ener que salir a buscar a panaderos que necesian un core de pelo, haciendo que el inercambio sea mucho más fácil y eficaz. Hay que ener en cuena que los precios no miden valor . El valor, como la belleza, exise en la mene del individuo, y la gene valora las mismas cosas de orma dierene. Es por eso que comercian.
Mienras que los peluqueros hambrienos valoran el pan más que la canidad de dinero que el panadero pide por él, el panadero valora más el dinero que el pan. Se inercambia a un precio único, pero cada uno valora las cosas de manera diferene, y cada uno considera que se ha beneficiado por el inercambio. Los precios como telecomunicaciones Los precios revelan la escasez. Los precios más alos pueden mosrar dónde la demanda de bienes supera su oera, de orma
que los consumidores esán dispuesos a pagar más, e inducen a los proveedores a saisfacer esa demanda aumenando su producción para poder capar las mayores ganancias que se ofrecen. La caída de precios, del mismo modo, puede indicar que la demanda es débil y los proveedores deben reducir la producción. De esa manera, los precios indican dónde los recursos pueden crear el mayor valor, y araerlos hacia esos usos, alejándolos de usos anieconómicos y
menos valorados. Esos ajuses beneficiosos se exienden de un mercado a oro. Supongamos, por usar el ejemplo de Hayek, que los fabricanes encuenran un nuevo uso para el esaño. Enonces demandarán más esaño y esarán dispuesos a pagar mayores precios para obenerlo.
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Esos precios mayores inducirán a las empresas mineras a producir más esaño y a mayorisas a proveerlo. Pero, igualmene, los acuales usuarios de esaño ahora comenzarán a buscar susiuos más económicos. Eso hará subir el precio de esos susiuos —lo que
inducirá a los usuarios de esos susiuos a buscar oros susiuos—. Se raa de oda una serie de ajuses que se exiende como las ondas en un esanque; odo gracias a lo que Hayek llamó el «vaso sisema de elecomunicaciones» de precios, que indica consanemene a la gene en qué lugar sus esfuerzos y recursos van a generar más valor.
MERCADOS SIN DIRECTIVAS A dierencia de los diagramas de «equilibrio» de los libros de exo, que sugieren que los mercados se manienen en equilibrio
consane, los liberales clásicos ven los mercados como un proceso dinámico, como un arroyo de monaña, que nunca se queda quieo en un puno. En lugar de imaginar «la economía» como un sisema mecánico absraco, los liberales clásicos consideran los enóme-
nos del mercado como el resulado esponáneo e imprevisible del consane ajuse muuo de millones de individuos, cada uno con sus propios objeivos y valores. Ese orden económico esponáneo es, al igual que oros, el resulado de reglas de comporamieno predecibles enre los individuos que lo componen. Esá moivado por el inerés propio y el beneficio, pero regulado por facores como la compeencia, los conraos, los derechos de propiedad y la jusicia —principios que los liberales
clásicos consideran que el Esado debe susenar para que el orden del mercado funcione en forma beneficiosa—.
REGLAS Y PROPIEDAD Los derechos de propiedad son undamenales para el un-
cionamieno de ese orden beneficioso. La gene con derechos de propiedad asegurados puede inercambiar porciones de su propiedad con oras personas que las valoran más, en beneficio de ambas 106 � LIBERALISMO CLÁSICO � UN MANUAL BÁSICO
pares. Aún más, los derechos de propiedad asegurados significan que las personas pueden producir aquello en lo que son buenas en producir e inercambiarlo con oras, que ambién son buenas en
lo que hacen. Esa especialización o división del rabajo nos hace a odos mucho más producivos que si raáramos de hacerlo odo, de forma inexpera, para nosoros mismos. Los derechos de propiedad asegurados ambién permien que la gene acumule capial, inviriendo en herramienas y equipos
que le permien producir más, más rápido y mejor. Y ambién que las personas resisan la exploación por las mayorías políicas; de hecho, le dan el recurso para hacer frene a los gobiernos arroganes. Las reglas de propiedad
Los derechos de propiedad permien que las personas posean y usen su propiedad, excluyan a oros de su uso, obengan ingresos de esa (por ejemplo, alquilándola) y la ransfieran a oros por medio de la vena u obsequio. El sisema de jusicia hace cumplir esos derechos. Pero para que el derecho de propiedad sea legíimo, la persona lo debe adquirir sin coerción. Se puede adquirir a ravés del comercio u obsequio. O al vez omando algo que nadie más posee o quiere, como un descampado —un proceso que no dañe a nadie, incluso si el nuevo propieario le encuenra uso renable—. La propiedad no incluye solamene ierra, edificios y bienes
muebles. Puede incluir inangibles complejos, como acciones y bonos, o la propiedad inelecual, como diseños paenados y música con derechos de auor. Y, de hecho, ambién la propiedad que odos enemos en nuesras propias vidas y liberades. Puede raarse de la posesión de individuos, organizaciones, gobiernos, o de nadie (los recursos pesqueros maríimos, por ejemplo), aunque los liberales clásicos consideran que por lo general los privados gesionan la
propiedad mejor que el gobierno como propieario, y que la propiedad de nadie puede provocar la «ragedia de los bienes comunes», en la que los recursos son sobreexploados, porque nadie iene un inerés de propieario en su conservación. UN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
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Las reglas de propiedad pueden ser complejas, pero permien que innumerables personas cooperen pacíficamene a ravés de la especialización y el inercambio volunario. Han evolucionado
precisamene porque hacen posible esa cooperación beneficiosa. Cuando las personas ienen derechos de propiedad claros y ejecuables, es más probable que conserven e invieran en un recurso de su propiedad y lo manengan en uso producivo. Eso obviamene beneficia al propieario; pero además beneficia a odos los demás. Significa que los fruos de esa inversión esán disponibles para su inercambio. Ese inercambio, a su vez, promueve la especialización, la producividad y el reparo de valor. Eso se conrapone con los países en guerra o anárquicos, en los cuales los agriculores no le ven senido a sembrar y culivar cosechas que serán robadas o
desruidas por ladrones o ejércios.
LOS ARGUMENTOS A FAVOR DE LA LIBERTAD ECONÓMICA A dierencia de los enoques económicos radicionales, los
liberales clásicos no consruyen un modelo compleo para explicar los fenómenos económicos. Para ellos, los fenómenos económicos, como los precios, son el resultado del complejo ajuse muuo de
millones de individuos. Pero eso no quiere decir que sea aleaorio e irracional. Por el conrario, los procesos de mercado conienen mucha «sabiduría» acumulada durane largos períodos de ensayo y error. La información personal y dispersa
De hecho, hay más sabiduría y planificación en ese arreglo que en cualquier economía deliberadamene diseñada y planificada,
porque el orden económico libre iene mucha más información —y más perinene— con la cual rabajar. Todos esos millones de individuos ienen mucho mejor conocimieno de sus propias circunsancias locales, de sus propios valores y de las prioridades de sus clienes y proveedores, que el que podría llegar a ener algún ene disane de planificación económica.
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Los planificadores ni siquiera podrían recopilar esa información. No solamene es de una escala enorme, dispersa y parcial, sino que ambién es personal. Las habilidades, la experiencia, el conocimieno del mercado, enender los deseos de los clienes; esos son los conocimienos esenciales que impulsan la vida económica, pero que no se pueden ransmiir a los planificadores cenrales. ¿Debemos producir aceie o vino? No es una cuesión de cálculo ariméico. La única razón por la que realizamos el esfuerzo de producir cosas es para consumirlas, y lo que la gene quiere consumir depende de sus necesidades y valores, senimienos que no se pueden sumar o resar, que son profundamene subjeivos y que cambian de un momeno a oro, dependiendo de un sinnúmero de facores impredecibles. Pero el orden económico esponáneo no es inempesivo. Por el conrario, es el resulado de una planificación ininterrumpida
realizada por millones de individuos, cada uno con su conocimieno disperso, parcial y personal para aniciparse a los deseos y las
necesidades de oros y para planificar cómo aplicar recursos para saisfacer esas necesidades. Competencia
La liberad económica funciona porque, ane la fala de coerción, la única manera de promover nuesro propio inerés es saisfacer las necesidades y los inereses de oros. Los liberales clásicos consideran a la compeencia abiera como el moor clave de eso, porque cuando los consumidores ienen diferenes proveedores y producos para elegir, los producores esán incenivados a aender sus necesidades de la forma más cose-efeciva que pueden. La compeencia real no es el modelo incrueno de los libros de exo, donde hay proveedores, producos y consumidores «perfecamene» idénicos. Se raa de un proceso dinámico y humano en el que diversos producores se esfuerzan por diferenciar sus oferas para araer a clienes diversos con muchas preferencias diferenes. Esas «imperfecciones» son las que dan a los mercados su dinamismo e impulsan la innovación, eficiencia y mejoras. Es la escasez
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y las demandas no saisechas —reveladas por los aumenos de precios— que impulsan a los producores a inervenir y saisa-
cerlas. Son los excedenes los que les señalan a los producores que los recursos producivos se esán desperdiciando. Es la variedad y diversidad de los bienes que se ofrecen lo que permie saisfacer los diferenes —e incluso conradicorios— gusos de los consumidores. Utilidad pública
La economía libre reconcilia a personas con diferenes valores. Los compradores y vendedores pueden cooperar libremene enre sí precisamene porque difieren en cómo valoran un bien o servicio específico. Por medio del dinero incluso podemos comerciar con gene del oro lado del mundo, cuyos valores, religión, moralidad y visión del mundo pueden ser compleamene diferenes de las nuesras. Sin duda, la inerdependencia económica mundial de pueblos con visiones an diversas es la fuerza más poderosa para la paz que ha exisido en la hisoria de la humanidad. El inerés propio puede ser lo que moiva a los individuos, pero es a ravés de la propiedad, la especialización, los mercados y el inercambio como ese inerés propio se aprovecha para el beneficio general. Las cosas se producen de manera más eficiene; los
consumidores se benefician por las presiones hacia mejor calidad y menores precios; se crean nuevos bienes y se incremena el valor; se saisfacen necesidades; se aumenan las opciones; se resala la diversidad y la individualidad humana. E incluso si los individuos son moivados por la filanropía, ienen el mismo inerés en preservar ese mismo sisema, que les permie maximizar el valor de lo que pueden crear y disribuir a oros.
LOS EFECTOS DESESTABILIZADORES DEL GOBIERNO La liberad económica es imporane para nosoros, y no solo porque la acividad económica ocupa gran pare de nuesras horas acivas. También es fundamenal para nuesras liberades sociales y políicas. Por ejemplo, la liberad de expresión se ve compromeida si 110 � LIBERALISMO CLÁSICO � UN MANUAL BÁSICO
los que esán en el poder conrolan los diarios, la elevisión, la radio y los medios de comunicación en línea. La liberad de asociación
se vería amenazada si las auoridades políicas fueran dueñas de odas las salas de reuniones. No podríamos disfruar de los fruos de nuesro propio rabajo si el Esado gesionara nuesras oficinas y fábricas. Por lo ano, los liberales clásicos consideran la liberad económica y la propiedad privada un basión esencial conra el
excesivo poder del Esado. Cuando países como el Reino Unido y los EE.UU. se hicieron ricos, sus gobiernos eran mucho más pequeños de lo que hoy son. Ahora, casi odos los países ienen grandes insiuciones gubernamenales que necesian alos impuesos para manenerlas. Los liberales clásicos consideran eso un aaque a los derechos de propiedad.
Los impuesos módicos pueden ser ineludibles para esablecer las funciones esenciales del gobierno, como defensa y jusicia. Pero los impuesos alos desincenivan el rabajo y el ahorro, desalienan
el dinamismo creaivo de los mercados y desvían los recursos de usos muy valiosos hacia los elegidos por las auoridades políicas (a menudo no represenaivas). También la regulación puede ser necesaria para manener la liberad de los mercados, por ejemplo conservando la libre compeencia y conrarresando la exploación. Pero, nuevamene, al
resringir los conraos comerciales, la regulación puede disminuir el valor creado por el inercambio volunario. Y, en cualquier caso, muchas regulaciones se esablecen para servir a inereses políicos e inereses personales, no a la sociedad en su conjuno. Los liberales clásicos concluyen que la inervención del gobierno en la vida económica es por lo general caasrófica. Como los impuesos son impopulares, los gobiernos oman presado uilizando dinero pereneciene a la siguiene generación, sin su consenimieno. Permien que el valor de su moneda se erosione, para poder pagar su deuda en moneda devaluada; pero esa inflación desesabiliza el sisema de precios y ahoga la señal de cambios en los precios relaivos enre del ruido de la subida general precios, lo que hace más di�cil para
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la gene ver dónde sus esfuerzos y recursos se aplicarían de forma más valiosa. También, los gobiernos frecuenemene manipulan las asas de cambio y de inerés, con la esperanza de esimular auges económicos: un desa�o a las realidades del mercado que invariablemene ermina en crisis, desempleo y recesión. Los liberales clásicos preferirían prohibir esas inervenciones perjudiciales. Salud, educación y bienestar sin el Estado
Los liberales clásicos ambién se muesran escépicos respeco a la inervención del gobierno en servicios como la salud, la educación y el bienesar social —que consumen la mayor pare del presupueso de los Gobiernos en los países desarrollados—. El bienesar social, por ejemplo, iene como objeivo eliminar la pobreza, pero casi indiscuiblemene hace lo conrario, modificando negaivamene el equilibrio enre el desempleo (subsidiado) y el
empleo (gravado). La mayoría de los principales pensadores liberales clásicos argumenan a favor de que el Esado proporcione al menos alguna mínima ayuda social, pero consideran que ese apoyo se suminisra mejor a ravés de mecanismos de mercado. Por ejemplo, preferirían que las personas adquieran seguros conra el desempleo, las enfermedades y la discapacidad, y que las obras de caridad — revializadas por la reirada del Esado— ayuden en los casos de penuria, o que el Esado pague las primas de aquellos que no pueden pagar el seguro. Eso, dicen, sería mucho menos anieconómico. Y crearía más incenivos posiivos y menos incenivos perversos que los acuales sisemas de ayuda social del Esado, que frecuenemene promueven la dependencia (ano de los beneficiarios como de los burócraas esaales que adminisran los sisemas). La asisencia saniaria, a menudo, ambién es proporcionada por el gobierno o esá muy regulada, lo cual deja a la gene sin posibilidad de elegir asegurador o proveedor. Si la compeencia funciona bien en oros mercados, los liberales clásicos pregunan por qué no debería funcionar ambién en los hospiales, reduciendo los coses y aumenando la calidad —donde los pobres, para quienes acualmene
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la salud es inalcanzable o inaccesible, serían los más beneficiados—. Y los seguros de salud verdaderamene compeiivos harían que la gene omara conciencia del cose poencial de los esilos de vida poco saludables, sin necesidad de sermoneos del Esado. La educación recuenemene es oro monopolio del Esado,
desplazando a los proveedores alernaivos —y de hecho a las ideas alernaivas, lo cual solo puede ser perjudicial en una sociedad
supuesamene libre—. Así que los liberales clásicos argumenan a avor de la compeencia en la educación, lo cual nuevamene
ayudaría más a los pobres, arapados en escuelas de baja calidad. Algunos liberales clásicos, como Mill, creen que la educación básica debe seguir siendo obligaoria, aunque oros insisen en que no es necesario, ya que la escolarización es una de las principales prioridades de los padres para sus hijos; y que las organizaciones benéficas nuevamene resolverían los casos de penuria.
COMERCIO Y EL PROTECCIONISMO Los liberales clásicos sosienen que el comercio inernacional debe ser igual de libre que el comercio inerno. Eso permie que los países se especialicen en lo que hacen bien; y permie que los consumidores disfruen de bienes de odo el mundo. Hisóricamene, los países que se han abiero al comercio, como Hong Kong, han crecido más rápidamene, y la reciene aperura del comercio con países
como China y la India ha sacado a miles de millones de personas de la pobreza exrema. Los liberales clásicos sosienen que el comercio inernacional expande la cooperación inernacional, la olerancia y las ideas. Sin embargo, demasiadas naciones, moivadas por la políica, raan
de proeger a sus propios producores con cuoas de imporación y aranceles. Eso impide que poenciales imporadores se beneficien de los ruos de su rabajo, y significa menos opciones para los consumidores, menos especialización, un uso menos eficiene de
los recursos, y una pérdida de valor. También lleva a represalias de ojo por ojo, a guerras comerciales y ensión inernacional. Pero eso UN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
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ocurre solo porque los gobiernos inerfieren con demasiada facilidad en la libre acividad económica.
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� EL LIBERALISMO CLÁSICO HOY
� EL LIBERALISMO CLÁSICO HOY � ECLIPSE Y RESURGIMIENTO La decadencia del liberalismo clásico El liberalismo clásico floreció en los siglos XVII y XVIII, y le debemos gran pare del imporane periodo de libre comercio y crecimieno económico del siglo XIX. Pero a finales del siglo XIX
se comenzaban a afianzar oras ideas. La indusrialización, uno de los resulados de la liberad económica, rajo consigo problemas
sociales —rasornos familiares, rápida migración a las ciudades y mayor percepción de la desigualdad ya que la gene vivía con más conaco enre sí—. Para el siglo XX, la sociedad indusrial se había converido en un campo de recluamieno para el socialismo, el comunismo y poseriormene el nacionalsocialismo, conjunamene con el miliarismo que acompaña las ideologías cenralisas. Pero en lugar de rechazar el cenralismo después de los ineviables conflicos, los vencedores en la posguerra llegaron a la conclusión de que sus propias esrucuras de mando cenralizadas podrían ayudarles a «ganar la paz» de la misma manera que habían «ganado la guerra». También para enonces exisía mayor confianza en nuesros
conocimienos económicos. Los economisas creían que enían
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el conocimieno y las herramienas para conrolar el empleo y la producción, y que la planificación cenral resularía ácilmene
superior a la supuesa «irracionalidad» del mercado. El consenso se deshilvana Aunque en ese momeno parecía una eernidad, esa idea no
ardó mucho en desacrediarse. Las mejoras en los viajes y las comunicaciones pusieron en evidencia las deficiencias económicas,
sociales y políicas del bloque comunisa. Alemania Occidenal
floreció después de la «hoguera de conroles» encendida por Ludwig Erhard una mañana de domingo en 1948 —mienras que Alemania del Ese, al oro lado del infame Muro de Berlín, se volvió cada vez más sombría—. Lo mismo ocurrió en las dos Coreas una vez que la península fue parida en un segmeno libre y oro comunisa. Una población mundial más educada e ilusrada comienza a considerar al miliarismo no como su proección, sino como una amenaza a su creciene inerdependencia económica. La políica económica de la posguerra ambién esaba resiniéndose. Las políicas expansionisas del economisa briánico John
Maynard Keynes (1883-1946), diseñadas para una época de depresión, convirieron el beneficio de la paz en una gran expansión del gobierno y una enorme inflación, acompañada —inexplicablemene para los keynesianos— de desempleo y esancamieno.
EL RENACIMIENTO DEL LIBERALISMO CLÁSICO Para los liberales clásicos, odo eso era muy lógico. Como explicó Hayek, se reveló la «faal arrogancia» de que podíamos manipular el orden esponáneo de la vida social y económica a nuesro anojo. Aunque confinados al páramo inelecual, los liberales clásicos se reagruparon para considerar y reflexionar sobre sus ideas y hacerlas perinenes a la era moderna. La recuperación comenzó en abril de 1947, cuando Hayek reunió, en las monañas sobre el lago de Ginebra, a un pequeño grupo de pensadores liberales clásicos
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europeos y noreamericanos en el primer encuenro de lo que se converiría en la Sociedad Mon Pelerin. Sus miembros fundarían hink anks liberales clásicos, como el Insiue of Economic Affairs, del que luego surgirían muchos oros. Varios miembros, incluido el propio Hayek, ganarían premios
Nobel por sus conribuciones al renacimieno de la economía liberal clásica: los ganadores del premio Nobel George Sigler (1911-1991),
Milon Friedman (1912-2006) y Gary Becker (1930-2014), por ejemplo, quienes se converirían en los proagonisas más desacados del Chicago School of Economics , con su énfasis en una moneda sana, un gobierno limiado y la liberad de mercado; mienras que su compañero de premio James M. Buchanan (1919-2013) lideraría el aaque del Public Choice School conra la supuesa racionalidad
de la oma de decisiones del gobierno. Para finales del siglo XX, sus ideas moivaban a los principales gobiernos del mundo.
EL SIGNIFICADO DEL LIBERALISMO CLÁSICO Una cosa en la que han fracasado los liberales clásicos conemporáneos, sin embargo, es en enconrar un buen nombre para sí
mismos. El calificaivo «clásico» se remona a los iempos de Locke y Smih: y, si bien sus ideas incluían mucha sabiduría, el mundo ha cambiado y los liberales clásicos conemporáneos han acualizado su pensamieno para abordar las siuaciones y las discusiones acuales. Sin embargo, por desgracia para ellos, el simple érmino «liberal» ha sido capurado (al menos en Esados Unidos, aunque la confusión se expande desde allí) por aquellos que defienden los derechos civiles y la liberad políica, pero que descon�an de la liberad económica y la propiedad privada, y creen que el Esado iene un papel imporane que desempeñar en corregir los errores del pasado y promover la igualdad. Los érminos «liberal nuevo» y «liberal moderno» ambién han sido incorporados. La palabra «neoliberal» podría haber servido, de no haberse converido en un simple insulo usado por los críicos del liberalismo clásico conemporáneo. La palabra se origina enre los promoores 120 � LIBERALISMO CLÁSICO � UN MANUAL BÁSICO
«ordoliberales» de la economía social de mercado de la Alemania
Occidenal de posguerra. Pero, más recienemene, se ha uilizado para crear una caricaura, en la que los liberales clásicos son presenados como fanáicos económicos inflexibles, sin conciencia social o consideración hacia los más necesiados, como defensores de odos los acos de las empresas y que exigen laissez-faire y un Esado
pequeño y mínimo (nigh-wachman sae), si acaso. Un hombre de paja como ese es muy fácil de aacar, pero, como hemos viso, odo eso es muy diferene de lo que los liberales clásicos realmene creen. El espectro liberal clásico El liberalismo clásico no es una ideología deerminada; más
bien, como hemos viso, es una gama de enfoques hacia emas de la liberad social, económica y políica. En un exremo esán los anarquisas (y algunos liberarios), que no ven absoluamene ninguna necesidad de ener insiuciones del Esado, y en el oro esán los conservadores, que sosienen que el Esado iene un papel poderoso, no solo en defensa de los derechos básicos, sino en la preservación de cieros valores morales o políicos. Los liberales clásicos ponen más énfasis que los liberarios en la culura, el gobierno represenaivo y las reglas que susenan el orden económico y social esponáneo; sin embargo, esán menos
dispuesos que los conservadores a sacrificar liberad por uilidad social, a pesar de que muchos de ellos desacan la imporancia de la uilidad social. Pero, una vez más, los diferenes liberales clásicos esán moivados por disinos principios cenrales. Para algunos, como Friedman, la liberad es imporane, pero lo que realmene cuena son las consecuencias de la liberad; esán a favor de la desregulación, la privaización e impuesos bajos, no solo porque aumenan la liberad, sino por los beneficiosos resulados sociales que producen. Oros, como Hayek, consideran la liberad de acción, resringida por cieras reglas morales y jurídicas, como un undameno esencial del orden esponáneo. Sin embargo, oros, como Nozick, insisen
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en que los seres humanos ienen derechos naurales inmuables
que prácicamene casi no dejan ninguna función legíima para el Esado, excepo la de corregir la injusicia. Pero, a pesar de sus diversos punos de visa, los liberales clásicos esán de acuerdo en los principios básicos. Sosienen que el propósio fundamenal del Esado es salvaguardar nuesros derechos a la vida, la liberad, la propiedad y nuesra búsqueda de la felicidad. Como esa es una función an imporane, el Esado puede no resular an pequeño; sin embargo, si vamos a proeger nuesras liberades conra el abuso del poder del Esado, iene que ener un alcance limiado. Los liberales clásicos consideran que el inercambio volunario es la mejor manera de agregar y reparir valor, liberar nuesro espíriu creaivo y resalar nuesra diversidad y libre expresión. Tienen una anipaía al absoluismo en la vida políica, económica o social, pero sosienen que sí necesiamos algunas reglas morales y legales para preservar el buen funcionamieno de los órdenes sociales y económicos esponáneos. Ellos consideran que los individuos deben asumir la responsabilidad de sus acciones: si bien somos libres de ayudar a los demás y frecuenemene lo hacemos, nadie iene derecho alguno a exigir el apoyo de ninguna ora persona. Pero les oorgan a odos los individuos idénica condición moral, e igualdad de rao ane la ley.
INTERNACIONALISMO LIBERAL CLÁSICO Los liberales clásicos son inernacionalisas en sus creencias,
y consideran que oda la humanidad compare los derechos y las liberades fundamenales. Pero no albergan ninguna idea uópica de un gobierno mundial, ni incluso de una sociedad civil mundial. Siendo realisas, acepan que los ciudadanos esán muy ligados a sus propios Esados nacionales; y buscan solo educarlos y desacivar los conflicos enre esos Esados. Eso es algo en lo cual los viajes inernacionales y la inerdependencia económica pueden ser de
mucha ayuda —difundiendo simuláneamene ideas, oporunidades, opciones y liberad—.
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Los liberales clásicos sosienen que los principios de liberad
que aplican en cualquier nación deben ser equiparados en el nivel inernacional, respeco a los principios como la liberad de comercio, del capial y la migración a ravés de las froneras, y la no discriminación de los exranjeros o de sus bienes, servicios y propiedad. Pero, como dijo el alemán ordoliberal Wilhelm Röpke (1899-1966), el inernacionalismo comienza en casa. Si manenemos leyes jusas, las liberades y el Esado de derecho denro de nuesros propios Esados nacionales, enonces hay al menos ciera posibilidad de que los mismos principios inspiren nuesras relaciones e insiu-
ciones inernacionales. Los liberales clásicos no ienen ambiciones imperialisas para sus ideas: los imperios no son una buena forma de convencer a las personas, aunque frecuenemene reprimen sus pensamienos. Los liberales clásicos acepan la diversidad enre
culuras y países de la misma manera que lo hacen enre las comunidades, familias e individuos. Responder a grupos antiliberales
Un problema ineresane para los liberales clásicos, sin embargo, es cómo deben enfrenarse a los grupos y las naciones que son muy aniliberales. El problema se ha vuelo más urgene. Siempre han exisido fundamenalisas religiosos y políicos que rechazan oda idea de liberad políica, social y económica, y que con guso exinguirían nuesras propias liberades si uvieran el poder para hacerlo. Pero ahora, con la facilidad para viajar y con las ecnologías desrucivas an fáciles de obener, la amenaza poencial se ha vuelo más peligrosa. Los liberales clásicos generalmene han favorecido la olerancia por sobre la inervención, que consideran en conflico con los derechos de auodeerminación de las personas. Pero si oros grupos o Esados han fijado como su objeivo la desrucción en sí de la
liberad y la olerancia, la preguna es ¿cuána inolerancia pueden soporar los liberales clásicos? Mill, en el siglo XIX, argumenó que eníamos odo el derecho a inervenir en los Esados «bárbaros»,
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pero no en los «civilizados», ya que solo los Esados «civilizados» esaban al mismo nivel moral que nosoros; y, en cualquier caso,
era poco probable que el inervenir en los asunos de los Esados «civilizados» los cambiara. Mucho más recienemene, John Rawls uilizó un argumeno similar: podemos olerar Esados «decenes», pero no Esados «fuera de la ley». Normalmene los liberales clásicos sosienen una gama de perspecivas sobre esos emas, y algunos liberales acenúan la
auodeerminación, la solidez de las sociedades libres conra las agresiones iliberales, y el cose inúil de raar de cambiar las creencias religiosas de la gene; oros argumenan que debemos inervenir
en defensa propia. La segunda esraegia genera oro inerrogane, ¿cómo idenificar cuándo un grupo o nación es verdaderamene
aniliberal y qué grado de amenaza represena? China, por ejemplo, no iene liberad políica y disfrua de poca liberad social, pero sí iene un nivel apreciable de liberad económica; su poder económico y miliar pone nerviosos a muchos. ¿Eso la hace una amenaza para las naciones liberales clásicas? El antiliberalismo en casa
Problemas similares surgen sobre el ema de cómo hacer frene a los grupos aniliberales denro del país. A los liberales clásicos les preocupa que el inervenir (por ejemplo, la prohibición de deerminados grupos religiosos o políicos) conradiga sus propios principios fundamenales, y menoscabe la auonomía y la libre expresión de ora gene. La mayoría de las veces esán dispuesos a olerar los grupos religiosos y políicos, aunque en algunos casos (el surgir
del nacionalsocialismo en Alemania, por ejemplo) pueden llegar a arrepenirse de haberlo hecho. Por oro lado, muchos liberales clásicos considerarían correco inervenir para eviar que a las niñas se les niegue la educación, por ejemplo, o para eviar la muilación genial femenina y los marimonios forzados. Esos casos se consideran violaciones de los derechos y las liberades de que gozan odos los seres humanos.
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Los liberales clásicos no ienen una respuesa prescripiva a esas pregunas. Pero, en general, consideran que la acción del Esado
debe limiarse a lo mínimo. Algunos opinan que vivimos en una era pluralisa y somos lo suficienemene maduros como para olerar dierenes conducas y cosumbres; por lo ano la inervención
generalmene no se jusifica a menos que haya alguna abrumadora razón «pública» para ello. Oros hacen hincapié que en el largo plazo, la persuasión y el debae son más eficaces para cambiar las menalidades. Una ley conra la muilación genial femenina, por ejemplo, probablemene sea menos eficaz para erminar con esa prácica que lograr que las mujeres que han sido someidas a esa prácica sean libres de decidir no infligírsela a sus propias hijas. Esa es la liberad que la ley debiera defender. Una vez más, ¿qué harían los liberales clásicos si los grupos aniliberales se enconraran en auge y uilizaran su poder políico para despojar a la gene de sus derechos y liberades? Para algunos, como Paine, eso sería suficiene jusificación para rebelarse y derrocar a ese gobierno. Pero, siendo realisas, los liberales clásicos saben que las cosas endrían que llegar a un Esado calamioso anes de que algo así sucediera.
LA VISIÓN LIBERAL CLÁSICA Los liberales clásicos no se hacen ilusiones sobre el mundo. Los seres humanos no son perfecos; su mundo no se puede explicar por puros principios, ni se puede gesionar por medio de simples ecuaciones. Los evenos son generalmene el resulado impredecible de las acciones, pero no siempre de las inenciones de los seres humanos, que a menudo no son racionales y esán lejos de ser benefacores. Nuesra mejor políica es admiir odo eso, y aprovechar la flaqueza humana en formas que promuevan el beneficio humano, como los mercados libres. El liberalismo clásico es, como vimos al principio, una idea humanisa. Acepa a la gene como los seres humanos heerogéneos que son. Busca maximizar el espacio y la oporunidad que ienen para UN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
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perseguir sus diferenes objeivos. También busca formas en que los ciudadanos de un mundo an diverso puedan cooperar junos en paz. Los liberales clásicos quieren un mundo en paz, con un mínimo de coerción (y que sea ejercida solo por gobiernos legíimos y represenaivos). Quieren que el mundo disfrue de la prosperidad generada por el inercambio volunario denro de un orden económico libre, y quieren sisemas jurídicos que proejan los derechos de odos los seres humanos y les permian ajusarse en forma cooperaiva a las ambiciones de cada uno. Los liberales clásicos quieren límies al poder porque consideran que el poder de los gobiernos es una causa de conflico inernacional y de represión inerna. Exigen un Esado de derecho que limie el poder arbirario y haga que nuesros gobernanes esén sujeos a las mismas leyes que los demás. Apoyan la liberad de odos a pensar, hablar, rabajar y perseguir sus propios objeivos, siempre que no perjudiquen a oros en el proceso, y ponen énfasis en la imporancia de un sisema de jusicia independiene para manener ese orden. Apoyan la liberad de las personas para perseguir sus propios fines a su manera, aunque sean auodesrucivos, y no quieren que nadie enga que pedir permiso a alguna auoridad anes de hacer algo. Y, fundamenalmene, quieren esablecer una esfera personal, donde las auoridades políicas no engan ningún derecho en absoluo a inerferir con nosoros. Los liberales clásicos con�an en el orden económico libre. Sosienen que su expansión gradual en odo el mundo ha raído consigo mejor educación, mayor esperanza de vida, mayor longevidad, la ausencia de enermedades y mayor oporunidad, sobre odo para los más
pobres. Eso comenzó a suceder mucho anes de que el socialismo y el inervencionismo se generalizaran, y ahora se esá exendiendo a países con regiones más pobres que finalmene se esán abriendo a las ideas de mercado y al comercio inernacional, lo que permie que la gene de odo el mundo venda los fruos de su rabajo en mercados disanes, aumenando la especialización y la eficiencia de los producores en los diferenes países, creando y disribuyendo valor. Con el sisema de precios que impulsa a la gene a cumplir deseos
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y necesidades sin cubrir, los liberales clásicos consideran que no
hay límies lógicos para el crecimieno económico y la prosperidad humana. La innovación, los avances y los esfuerzos de cada persona por mejorar su condición se manendrán an uniformes, consanes e ininerrumpidos como lo permian los legisladores y reguladores. ¿Un mundo liberal clásico? ¿Ya esamos viviendo en un mundo así? Di�cilmene: en una
época compleja, inciera, voláil y diversa, y muchas personas odavía buscan que los gobiernos les brinden proección y seguridad económica. Y, a medida que crecen los gobiernos, el problema de
la elección pública aumena aún más. Cuanos más recursos sean conrolados por los gobiernos, más provechoso es para los grupos de inerés exigir favores y más esencial para los políicos aplacarlos. Los países pueden haber reconocido, por fin, los racasos de la propiedad pública y haber privaizado sus empresas esaales; pero la propiedad esaal ha sido reemplazada por una creciene regulación. Los políicos pueden ya no ser paricios, pero no por eso son menos condescendienes, al aprobar leyes sobre nuesra
forma de vida para supuesamene salvarnos de nosoros mismos. Los liberales clásicos aún no han logrado hacer enender a las personas que esán en el poder los límies de su legíima auoridad; y, de odos modos, ¿por qué los poderosos se van a querer limiar? Pero no hay duda de que el apoyo a la liberad económica, políica y social se esá exendiendo por odo el mundo, gracias en gran medida a las mejoras en los viajes, la educación y las comunicaciones. El
liberalismo clásico aún puede uilizar la herencia de Locke, pero una de sus venajas es que no raa de meer con calzador algún modelo caducado en la humanidad; más bien apuna a liberar el opimismo infinio y la enorme adapabilidad del mundo.
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��. PENSADORES CLAVE
DEL LIBERALISMO CLÁSICO
� PENSADORES CLAVE DEL LIBERALISMO CLÁSICO � »
John Locke (1632-1704), filósofo inglés
Muchos consideran a Locke el fundador del liberalismo clásico. Después de su exilio en Francia debido a su anagonismo hacia la monarquía de los Esuardo, escribió Two Treaises of Civil Gover- nmen (1690) (Dos Traados Sobre el gobierno Civil) , jusificando el derrocamieno de Jacobo II, despreciando el «derecho divino» de
los reyes y afirmando que el gobierno legíimo se basa en un conrao con la gene, no en la «fuerza y la violencia». En esado naural, especuló, la gene iene odo el derecho a preservar su propia vida,
salud y propiedad —que adquiere «mezclando su rabajo» con recursos naurales— conra la incursión de oros. Para proeger pacíficamene esos derechos naurales, acuerda formar gobiernos a los que la misma gene facula para ser resguardada por ellos. Por lo ano, el gobierno obiene su legiimidad del consenimieno de los gobernados; si no
proege sus derechos, se jusifica derrocarlo. Esas ideas uvieron gran influencia en la revolución americana y la francesa, y en pensadores consiucionales como Thomas Jefferson (1743-1826). »
Bernard Mandeville (1670-1733), escritor satírico anglo-holandés
El poema saírico de Mandeville The Grumbling Hive (La colmena refunfuñona, 1705), publicado después como The Fable of he Bees 130 � LIBERALISMO CLÁSICO � UN MANUAL BÁSICO
(La fábula de las abejas, 1714) , impacó a los lecores al sugerir que el
inerés propio impulsa la indusria, el comercio, la prosperidad y la armonía social. En su colmena imaginaria, las abejas esán ineresadas solamene en sí mismas, pero al saisfacer sus deseos crean empleo para oras, y cuando gasan, neamene para su propia graificación, involunariamene enriquecen a oros y reparen riqueza a ravés de la comunidad. Ese concepo de un orden económico esponáneo basado en el inerés propio susena el modelo de «mano invisible» de Adam Smih (1723-1790), que más arde ue desarrollado por
Friedrich Hayek (1899-1992). »
Voltaire [François-Marie Arouet] (1694-1778), escritor francés Exiliado de Francia por leyes arisocráicas, Volaire viajo a
Inglaerra y ue cauivado por sus liberades civiles, su gobierno
consiucional y su pensamieno liberal clásico. Decidió dedicar su vida a la promoción de las liberades básicas, la olerancia, la liberad de expresión y el libre comercio. Sus Philosophical Leters on he English (Caras filosóficas, 1734) criicaron el aniliberalismo de Francia; insó al derrocamieno de los poderes arisocráicos y criicó la inolerancia de la Iglesia. A pesar de esar preso en la Basilla, coninuó maniesándose en conra de la represión generalizada
exisene en la Europa coninenal. »
Adam Ferguson (1723-1816), teórico social escocés
Ferguson sosuvo que, al ir en busca de su propia felicidad, las personas producen un mundo de diversidad creaiva, de eficiencia en la forma de la división del rabajo y de innovación, que impulsa el progreso. Explicó la nauraleza esponánea de las insiuciones sociales, diciendo: «Las naciones se encuenran con creaciones que son verdaderamene el resulado de la acción humana, pero no de la ejecución de algún diseño humano». Esas ideas inspiraron a su conemporáneo Adam Smih (1723-1790).
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Adam Smith (1723-1790), filósofo y economista escocés
Adam Smih menciona solo una vez la «mano invisible» en The Wealh of Naions (La Riqueza de las Naciones, 1776) , pero esa poderosa idea se percibe por oda la obra. Como había observado su conemporáneo Adam Ferguson (1723-1816), las insiuciones humanas pueden crecer sin que nadie se lo proponga. Smih no consideraba a la gene nauralmene egoísa o poco servicial, ya que le gusa que oros engan un buen concepo de ella; pero la gene sí que es ineresada, con un fuere (pero legíimo) inerés en su propio beneficio. Si no exise la coerción, solo pueden lograr ese inerés propio sirviendo a los inereses de oros; por lo ano, al ayudarse a sí misma, ayuda a oros ambién. Ese inercambio volunario, demosró Smih, crea valor para ambas pares; de ora forma no comerciarían. Hizo hincapié en la especialización y la división del rabajo, hechos posibles por el proceso de inercambio, como uno de los principales impulsores de la eficiencia y la prosperidad, ano denro de las naciones como enre ellas; sus influyenes argumenos ayudaron a crear el gran periodo de libre comercio del siglo XIX. Desconfiaba del capialismo de amigos (crony capialism) y de los gobiernos grandes. En su opinión, el «hombre-sisema» (o planificador social) no podría de ninguna manera conrolar las diversas moivaciones de la humanidad, y el «obvio y simple sisema de la liberad naural» es un cimieno más permanene para la sociedad. »
Thomas Jefferson (1743-1826), líder revolucionario norteamericano
Jefferson creía que Dios nos había dado a odos derechos naurales e «inalienables», incluyendo «la vida, la liberad y la búsqueda de la elicidad». Pensaba que la gene era nauralmene libre para acuar
como quisiera, siempre que no infrinjiera la misma liberad de oros. Influenciado por las ideas de John Locke (1632-1704), sosuvo que la
legiimidad del gobierno se basaba en un conrao enre el pueblo y sus represenanes elegidos. Desconfiaba de las grandes concenraciones de poder, ya sea en el gobierno o en los negocios. Se opuso firmemene a la inolerancia religiosa, al igual que al absoluismo políico.
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Frédéric Bastiat (1801-1850), teórico político francés Con el comercio resringido por el «Sisema Coninenal» de
Napoleón, Basia abogó por la liberad individual y el libre mercado. Consideraba al gobierno como poco confiable, ineficiene y fácilmene capurado por inereses de los producores, conviriéndolo en «la gran ficción a ravés de la cual odo el mundo se esfuerza por vivir a expensas de odos los demás». Sairizó fenomenalmene al proeccionismo con una parodia de peición de los fabricanes de velas, exigiéndole al gobierno que omara medidas ane la compeencia del sol, a la que se enfrenaban. Los gobiernos, a su juicio, exisían para defender la liberad y la propiedad —derechos que los preceden—. Anicipándose a los economisas de la escuela ausriaca, como F.A. Hayek (1899-1992), Basia argumenaba que los mercados, impulsados por el inerés propio, coordinaban la acividad económica y dirigían los recursos hacia sus usos más valiosos. »
Richard Cobden (1804-1865), fabricante y político inglés
Juno con John Brigh (1811-1889), Cobden era el líder de la Escuela de Mancheser que —siguiendo a Adam Smih (1723-1790)— sosenía que el libre comercio pondría los bienes esenciales al alcance de odos y crearía una sociedad más equiaiva. En 1838, sus miembros fundaron la Ani-Corn-Law League (liga conra las leyes de cereales), insando (con éxio) la abolición de los aranceles proeccionisas conra las imporaciones de rigo, que elevaban el precio del pan y con frecuencia causaban escasez. También hicieron campaña para un mejor enendimieno y paz enre las naciones, que según ellos serían fomenados por el libre comercio. Como esadisa, Cobden ayudó a incremenar el comercio enre Gran Breaña y Francia. »
John Stuart Mill (1806-1873), filósofo y reformador inglés On Libery (Sobre la Liberad, 1859) de Mill es considerado como
un exo liberario clásico, aunque su deensa de la liberad se
basa en sus resulados benéficos, no en la eoría absraca de los UN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
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derechos naurales. Si bien fue un críico de los gobiernos grandes, igualmene abogó por la paricipación del Esado en muchos frenes, no solamene en su función de proeger la liberad. Siguiendo a su menor uiliarisa Jeremy Benham (1748-1832), Mill pensaba que lo bueno era lo que producía la mayor felicidad para el mayor número de gene, aunque ambién creía que los placeres más elevados enían una mayor jerarquía que los inferiores. Las personas deben ener liberad para raar de cumplir sus propios deseos, siempre y cuando no perjudiquen a oros en el proceso. El único uso legíimo del poder del gobierno era prevenir el daño �sico o su amenaza, y nuesra mera desaprobación de las acciones de oros, o su «propio bien, �sico o moral», no es suficiene jusificación para impedirlos. Mill abogó fueremene por la liberad de expresión, diciendo que las opiniones censuradas pueden ser correcas, y aunque sean
equivocadas resulan un desa�o úil a las opiniones predominanes. »
Herbert Spencer (1820-1903), antropólogo y filósofo inglés Spencer quiso aplicar la eoría de la evolución a los asunos
sociales y políicos. Él consideraba que las comunidades humanas, originalmene simples y miliarisas, se habían converido en sociedades indusriales complejas, que se exendieron debido a su mayor esabilidad y prosperidad. A pesar de ser calificado como
«darwinismo social», consideraba que los seres humanos se esaban conviriendo en criauras más benignas. Abogó por «la liberad de cada uno, limiada por la misma liberad de odos», y por un gobierno pequeño, el laissez faire y la liberad de conrao, oponiéndose a la regulación del inercambio y el comercio. Consideraba que la liberad promueve la diversidad y la innovación, lo que permiiría a las sociedades evolucionar más rápidamene y con más beneficios. »
Friedrich A. Hayek (1899-1992), teórico político anglo-austriaco
Las obras sobre economía de Hayek en la década de 1930, invesigadas conjunamene con su menor Ludwig von Mises, mosraron cómo
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los ciclos de auge y recesión económica surgían de la manipulación inepa del crédio por pare del gobierno; y se convirió en el principal críico del colecivismo, la planificación cenral y el inervencionismo expansionisa de John Maynard Keynes (1883-1946), con el argumeno de que eso úlimo llevaría a la inflación y la dislocación económica. La Segunda Guerra Mundial lo llevó a ineresarse por la ciencia
políica, y en su éxio de venas The Road o Serfdom (Camino de servidumbre, 1944) rasreó las raíces del oaliarismo, argumenando que la planificación cenral, siendo conraproducene, requiere cada vez más coerción para manenerse. En The Consiuion of Libery (Constitución de la libertad, 1960) esableció ideas para un orden
social y económico libre. Acualizó la idea liberal clásica de órdenes sociales esponáneos y auorregulados, mosrando la forma en que surgen del comporamieno normal (o de «reglas») que cumplen los individuos. Sosuvo que esos órdenes, aunque no planificados, podían procesar una enorme canidad de conocimieno que esá en poder de los individuos, pero disperso, y es parcial, personal y a menudo e�mero; mucho más conocimieno del que podría procesar cualquier organismo de planificación, incluso si fuese posible acceder a él. En The Faal Concei (La faal arrogancia, 1988) argumena que es una falsa ilusión imaginar que podríamos configurar esos órdenes an complejos uilizando las herramienas de las ciencias �sicas, y que cualquier ineno consciene de rediseñarlas las desesabilizarían y causaría un desasre social y económico. Hayek ambién fundó la Sociedad Mon Pelerin, que se ha converido en un poderoso foro inernacional para el pensamieno liberal clásico. »
Ayn Rand (1905- 1982), novelista y moralista ruso-estadounidense
Expresado principalmene a ravés de sus novelas, Rand propugnaba un individualismo radical, en el exremo liberario del especro liberal clásico. Ella consideraba la vida y la auorrealización como la norma moral. La razón que susena eso debe guiar odas nuesras acciones, y la gene debe cenrarse en su inerés propio racional a largo plazo. Los individuos ienen derecho a los fruos de sus accioUN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
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nes; nada les puede ser quiado por la fuerza, lo que para la mene racional es aborrecible. Pero enre los individuos racionales con
inereses propios no habría, de hecho, ningún conflico, ni necesidad de auorrenuncia, porque la gene vería el valor, para ella misma, de respear los derechos de oros. Si hay una función para el gobierno, y para las regulaciones de las acividades del mercado, es solo para proeger esos derechos. »
Isaiah Berlin (1909-97), filósofo letón-británico Berlin ue el principal deensor filosófico del pluralismo y la
olerancia del siglo XX. Ningún modelo único, argumenaba, podría encapsular la enorme diversidad y dinamismo de las ideas, los valores y la hisoria humana. No exisía un principio moral único y verdadero, ninguna norma esablecida por la cual se podría juzgar una acción: la vida era un consane ransigir enre valores diferenes y a menudo conradicorios, como la liberad y la igualdad. También diferenció dos ipos de liberad: la liberad negaiva, ejemplificada en la obra de John Suar Mill (1806-1873), sosenía el derecho de la gene a acuar sin resricciones. La liberad posiiva sosenía que la gene no podía ser libre a menos que pudiera forjar su propio desino y lograr su auorrealización. Si bien ambos concepos enían mério, Berlín emía que la idea de la liberad posiiva esuviera siendo uilizada por ideólogos para minar, no complemenar, la liberad
negaiva, que seguía siendo la piedra angular del liberalismo clásico. »
Milton Friedman (1912-2006), economista estadounidense En su obra Studies in the Quantity Theory of Money (1956)
(Esudios sobre la eoría cuaniaiva del dinero) Friedman revivió la idea de que el gobierno iene el deber de manener esable el
valor de la moneda. Sosuvo que los gobiernos que raan de crear empleo permiiendo que aumene la inflación causan más infla-
ción y desempleo. La inflación es como una droga. Da un impulso de coro plazo, pero genera problemas a largo plazo. Por lo ano,
136 � LIBERALISMO CLÁSICO � UN MANUAL BÁSICO
luchó por una «regla monearia» para eviar la inflación y erminar con el défici fiscal. Con su esposa, Rose D. Friedman (1910-2009),
escribió el éxio de venas Capialism and Freedom (Capialismo y Liberad, 1962), en el que argumenaba a favor de las ideas, que en aquel enonces eran radicales, del libre mercado, asas de cambio floanes, un impueso de la rena negaivo, vales de educación y la privaización de las pensiones esaales. Consideraba que las únicas personas que se benefician de la regulación de las profesiones por pare del Esado eran los mismos profesionales, no sus clienes. Se opuso a la criminalización de las drogas, diciendo que ese ipo de regulación de esilo de vida menoscababa la liberad individual. Su libro y serie de TV Free o Choose (Libre para Elegir, 1980) difundieron sus argumenos a un público aún más amplio. En el libro escribió: «Confiar en la liberad de las personas para conrolar su propias
vidas de acuerdo con sus propios valores es la manera más segura de realizar odo el poencial de una gran sociedad». »
James M. Buchanan (1919-2013), economista estadounidense
James Buchanan y Gordon Tullock (1922-2014) fueron las figuras desacadas de la Public Choice School (Escuela de la Elección Pública ) y coauores de The Calculus of Consent (El cálculo del consenso, 1962). Pusieron en duda la racionalidad de las decisiones democrá-
icas, señalando que odos los inereses de deerminados voanes, grupos de inerés, políicos y funcionarios disorsionan el proceso. Mienras que los economisas del «bienesar» apunaban a los fallos del mercado, la realidad era que ambién exisían fallos del gobierno. Una paricular preocupación fue la capacidad de las mayorías —o incluso coaliciones de pequeños grupos de inerés— de uilizar el poder del Esado para exploar a las minorías, por ejemplo gravando con impuesos a deerminados grupos de personas. Buchanan consideraba que la mejor manera de conrarresar eso era por medio de un acuerdo consiucional que esableciera las reglas por las cuales se omarían las decisiones políicas poseriores. Idealmene, esas reglas consiucionales deberían decidirse por unanimidad para UN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
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que nadie quede expueso, en poseriores decisiones sobre leyes y regulaciones, a la iranía de la mayoría. »
Robert Nozick (1938-2002), filósofo estadounidense
La obra Anarchy, Sae, and Uopia (Anarquía, Esado y uopía, 1974) de Nozick presenó una minuciosa y profunda defensa moral de la liberad. Comienza con el «imperaivo caegórico» de Immanuel Kan (1724-1804) —debemos raar a los demás como fines en sí mismos, no como medios para nuesros fines; y por lo ano debemos acuar solo de formas que esamos dispuesos a converir en un principio universal—. Los seres humanos, afirmó Nozick, son dueños de sus propios cuerpos, alenos y rabajo, de los cuales nadie iene el derecho de apropiarse por la fuerza. Los impuesos redisribuivos son por lo ano injusificables. En cualquier caso, la riqueza no exise para ser reparida «equiaivamene»; se iene que crear a ravés del aleno, el espíriu emprendedor y el esfuerzo de los individuos. Si la riqueza se adquiere y ransfiere de manera jusa, sin coerción, la disribución resulane de la riqueza enre individuos ambién debe ser jusa, a pesar de que será desigual. La función del Esado pasa exclusivamene por proeger a los individuos conra la uerza, el
robo, el fraude e incumplimieno de conrao. Eso deja a las personas libres para perseguir sus dierenes meas y ambiciones propias.
Ese Esado pequeño y mínimo (nigh-wachman sae) no conduciría a la anarquía, como muchos emían después de la Revolución Francesa, porque la gene se uniría privadamene para proeger sus derechos, por ejemplo, mediane la creación de organismos privados de resolución de conflicos.
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UN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
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��. CITAS LIBERALES CLÁSICAS
� CITAS LIBERALES CLÁSICAS � CARTA MAGNA A odos los hombres libres de nuesro reino hemos oorgado asimismo, para Nos y para nuesros herederos a íulo perpeuo, odas las liberades que a coninuación se enuncian, para que las engan y posean de Nos y de nuesros herederos para ellos y los suyos… No se podrá exigir ninguna gabela [impueso] ni ayuda en nuesro reino sin el consenimieno general de nuesro reino… Ningún hombre
libre podrá ser deenido o/y encarcelado o privado de sus derechos o de sus bienes, ni pueso fuera de la ley ni deserrado o privado de su rango de cualquier ora forma, ni usaremos de la fuerza conra él ni enviaremos a oros que lo hagan, sino en virud de senencia judicial de sus pares o [y] con arreglo a la ley del reino… Todos los mercaderes podrán enrar en Inglaerra y salir de ella sin surir
daño y sin emor, y podrán permanecer en el reino y viajar denro de él, por vía erresre o acuáica, para comprar y vender según las cosumbres aniguas y legales, libres de oda exacción ilegal… × Rey Juan de Inglaterra (1166-1216) (bajo apremio) ×
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LOS DERECHOS NATURALES El derecho de la nauraleza… es la liberad que odo hombre iene de usar su propio poder como desee, para la preservación de su propia nauraleza, es decir, de su propia vida. × Thomas Hobbes (1588-1679), Leviaán ×
El esado de nauraleza iene una ley de la nauraleza para gobernarlo, que obliga a cada uno: y la razón, que es esa ley, enseña a oda la humanidad, al que la consule, que siendo odos iguales e independienes, nadie debe dañar a la vida de oro, su salud, liberad o posesiones. × John Locke (1632-1704), Dos raados sobre el gobierno civil ×
Manenemos que esas verdades son evidenes por sí mismas, que odos los hombres han sido creados iguales, que su Creador los ha doado de cieros derechos inalienables, que enre ellos se encuenran la Vida, la Liberad y la búsqueda de la Felicidad. × Thomas Jefferson (1743-1826), Declaración de Independencia de Esados Unidos × La vida, la liberad y la propiedad no exisen porque el hombre
haya hecho leyes. Por el conrario, ha sido el hecho de que la vida, la liberad y la propiedad exisiesen de anemano lo que ha dado lugar a que en primer lugar los hombres hayan hecho leyes. × Frédéric Bastiat (1801-1850), La ley ×
Los individuos ienen derechos y hay cosas que ninguna persona o grupo puede hacerles (sin violar sus derechos). Tan fueres y de largo alcance son esos derechos que suscian la cuesión de qué pueden hacer el Esado y sus funcionarios, si es que pueden hacer algo. × Robert Nozick (1938-2002), Anarquía, Esado y Uopía ×
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GOBIERNO LIMITADO Es la mayor imperinencia y presunción… en reyes y minisros,
preender vigilar la economía de las personas privadas y resringir sus gasos… Ellos mismos son, siempre, y sin ninguna excepción,
los mayores derrochadores de la sociedad. Que consideren bien sus gasos y que con�en a las personas privadas los suyos. Si su propia exravagancia no arruina al Esado, no lo hará la de sus súbdios. × Adam Smith (1723-1790), La riqueza de las naciones × Los poderes del gobierno se encuenran necesariamene en al-
gunas manos; aquellos a los que se los han encomendado ienen infinias enaciones de abusar de ellos y no cesarán de hacerlo si no se les impide. × James Mill (1773-1836), «El Esado de la nación», en The London Review ×
El poder iende a corromper y el poder absoluo corrompe absoluamene × Lord Acton (1834-1902), Cara al obispo Creighon ×
¿Cómo podemos eviar que el gobierno que creemos se conviera en un Frankensein que desruya la liberad misma para cuya proección lo esablecimos? La liberad es una rara y delicada plana… El gobierno es necesario para preservar nuesra liberad, es un insrumeno a ravés del que podemos ejercer nuesra liberad, pero concenrando el poder en manos políicas es ambién una
amenaza a la liberad. Aunque los hombres que ejercen ese poder engan inicialmene buena volunad… el poder araerá y formará a hombres de ora nauraleza. × Milton Friedman (1912-2006) con Rose D. Friedman (1910-2009), Capialismo y liberad × Para el hombre libre, el país es la colección de individuos que lo
componen, no algo sobre y por encima de ellos. Esá orgulloso de una herencia común y es leal a las radiciones comunes, pero
considera al gobierno como un medio y un insrumeno, y no como
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un oorgane de favores y regalos, ni un amo o dios al que haya que adorar y servir ciegamene. × Milton Friedman (1912-2006) con Rose D. Friedman (1910-2009), Capialismo y liberad ×
EL ORDEN ESPONTÁNEO… Cada paso y cada movimieno de la muliud, incluso en lo que se ha denominado las eras ilusradas, se hacen con la misma ceguera hacia el fuuro; y las naciones ropiezan con las insiuciones, que son en realidad el resulado de la acción humana, pero no la ejecución de designio humano alguno. × Adam Ferguson (1723-1816), Ensayo sobre la hisoria de la sociedad civil ×
[Los ricos] consumen poco más que los pobres, y a pesar de su naural egoísmo y rapacidad… dividen con los pobres el produco de odas sus mejoras. Son conducidos por una mano invisible para hacer aproximadamene la misma disribución de odos los producos
de primera necesidad, que se habrían hecho si se hubiese dividido la ierra en porciones iguales enre odos sus habianes, y así sin preenderlo, sin saberlo, fomenan el inerés de la sociedad y proporcionan los medios para la reproducción de la especie. × Adam Smith (1723-1790), La eoría de los senimienos morales ×
…ORIENTACIÓN BENIGNA… Por ello ha dicho un sabio: “No haré nada (de propósio), y la gene se ransformará por sí misma; me gusa quedarme callado, y la gene por sí misma hará lo correco. No me esforzaré en ello, y la gene se hará rica por sí misma: no manifesaré ninguna ambición, y la gene por sí misma alcanzará la simplicidad primiiva”. × Lao Tzu (c. 600 AC) ×
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El liberalismo… resringe el conrol deliberado del orden global de la sociedad a la imposición de las reglas generales que son necesarias para la formación de un orden esponáneo, cuyos dealles no podemos prever. × F.A. Hayek (1899-1992), Normas y orden ×
…VERSUS PLANIFICACIÓN Y CONTROLES... El hombre de sisema… es apo para ser muy sabio en su propia presunción; y a menudo esá an enamorado de la supuesa belleza de su propio plan ideal de gobierno, que no puede sufrir la menor desviación de pare alguna de él… Parece imaginar que puede organizar a los diferenes miembros de una gran sociedad con ana facilidad como la mano organiza las diferenes piezas en un ablero de ajedrez. No considera que en el gran ablero de ajedrez de la sociedad humana, oda pieza iene un principio de movimieno por sí misma, compleamene diferene de lo que la legislación pueda imprimirle. × Adam Smith (1723-1790), La eoría de los senimienos morales ×
[Sin resricciones comerciales] el obvio y simple sisema de la liberad naural se esablece por sí mismo. A odo hombre… se le deja perfecamene libre para perseguir su propio inerés a su manera… Se libera compleamene al soberano de un deber [para el que] ninguna sabiduría o conocimieno humanos podría nunca ser suficiene; el deber de supervisar la indusria de la gene privada, y de dirigirla hacia los empleos más apropiados para el inerés de la sociedad. × Adam Smith (1723-1790), La riqueza de las naciones ×
Eso no es una discusión acerca de si se debe realizar la planificación o no, sino de si se debe hacer de forma cenralizada por una auoridad para odo el sisema económico, o debe ser dividida enre muchos individuos. × F.A. Hayek (1899-1992), «El uso del conocimieno en la sociedad» ×
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Anes de que podamos raar de remodelar de forma ineligene la sociedad, enemos que enender su funcionamieno; debemos darnos cuena de que, incluso cuando creemos que la enendemos, podemos esar equivocados. Lo que enemos que aprender a enender es que la civilización humana iene una vida propia, que odos nuesros esuerzos para mejorar las cosas ienen que operar denro de un
conjuno que funcione y que no podemos conrolar por enero; y que solo podemos esperar faciliar y ayudar al funcionamieno de sus fuerzas en la medida en la que podamos enenderlas. × F.A. Hayek (1899-1992), La consiución de la liberad ×
LA JUSTICIA Y EL ESTADO DE DERECHO Lo que no es juso no es Derecho y no hay que obedecer a lo que no es Derecho. × Algernon Sidney (1623-1683), Discursos acerca del gobierno × Dondequiera que ermine el derecho, comienza la iranía, si se
ransgrede la ley haciendo daño a oro; y cualquier auoridad que vaya más allá del poder que le haya dado el derecho y haga uso de la fuerza que esé bajo su mando… cesa ahí de ser un magisrado; y pueso que acúa sin auoridad, se puede oponerse a él, como a cualquier oro hombre que invade por la fuerza el derecho de oro. × John Locke (1632-1704), Dos raados sobre el gobierno civil ×
La liberad políica del sujeo es una paz de la mene que surge de la opinión que cada persona iene acerca de su seguridad… Cuando los poderes legislaivo y ejecuivo esán unidos en la misma persona o en el mismo organismo de magisrados, no puede haber liberad, porque podrían surgir emores de que el mismo monarca o senado promulgue leyes iránicas para ejecuarlas de forma iránica. × Montesquieu (1689-1755), El espíriu de las leyes ×
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Es de gran imporancia para el público la conservación de su liberad personal, ya que una vez que se dejase en poder de cualquiera de los más alos magisrados encarcelar arbirariamene a quienquiera él o sus oficiales considerasen conveniene, (como hace diariamene la corona en Francia), prono darían fin odos los demás derechos e inmunidades. × Sir William Blackstone (1723-1780), Comenarios sobre las leyes de Inglaerra ×
Si se suprime [la jusicia], el gran, el inmenso ejido de la sociedad humana, ese ejido que, si puedo decirlo así, cuyo culivo y fomeno parece ener en ese mundo el peculiar y predileco cuidado de la nauraleza, endría al insane que colapsar en mil pedazos. × Adam Smith (1723-1790), La eoría de los senimienos morales ×
Una amplia colmena con muchas abejas, que vivían con lujo y bienesar… No eran esclavas de la iranía, ni gobernadas por una democracia brual: sino por reyes que no podían hacer mal, porque su poder esaba limiado por las leyes. × Bernard Mandeville (1670-1733), La fábula de las abejas ×
LIBERTAD ECONÓMICA El gobierno significa siempre coerción y compulsión y es necesariamene lo conrario de la liberad. El gobierno es un garane de la liberad y es compaible con ella solo si se resringe apropiadamene su ámbio a la conservación de lo que se llama liberad económica. Donde no hay economía de mercado, las mejor inencionadas disposiciones de las consiuciones y leyes se quedan en lera muera. × Ludwig von Mises (1881-1973), La acción humana ×
Esar conrolado en nuesras empresas económicas significa esar conrolado en odo. × F.A. Hayek (1899-1992), Camino de servidumbre ×
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Siempre que enconramos un gran elemeno de liberad individual, alguna medida de progreso en el confor maerial a disposición del común de los ciudadanos, y una amplia esperanza de que coninúe el progreso en el fuuro, ambién enconramos que la acividad económica esá principalmene organizada por medio del libre mercado. × Milton Friedman (1912-2006) y Rose D. Friedman (1910-2009), Libre para elegir ×
Pocas medidas que podríamos adopar harían más para promover la causa de la liberad, ano en nuesro país como en el exranjero, que el comercio oalmene libre. × Milton Friedman (1912-2006) y Rose D. Friedman (1910-2009), Libre para elegir ×
LIBERTAD PERSONAL Nadie posee el derecho de obligarme a ser eliz según la orma
peculiar en que conciba el bienesar de los oros, pero, odos ienen el derecho a buscar su propia felicidad de la manera que crean más conveniene, siempre que así no viole la liberad de sus semejanes, que persiguen un fin similar para ellos, y de forma al que su liberad sea capaz de conciliarse con el derecho de liberad de odos los demás, de acuerdo a las leyes universales posibles. × Immanuel Kant (1724-1804), Los principios de la políica ×
Los que pueden renunciar a la liberad esencial para obener una pequeña seguridad emporal no se merecen ni la liberad ni la seguridad. × Benjamin Franklin (1706-1790), Respuesta al Gobernador [de Pensilvania] ×
La única liberad que merece ese nombre es la de perseguir nuesro propio bien, a nuesra propia manera, mienras que no inenemos privar a los oros del suyo u obsaculizar sus esfuerzos para obenerlo. × John Stuart Mill (1806-1873), Sobre la liberad ×
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El único propósio por el que se puede ejercer legíimamene el poder sobre cualquier miembro de una comunidad civilizada en conra
de su volunad, es eviar el daño a los oros. Su propio bien, �sico o moral no es suficiene jusificación. × John Stuart Mill (1806-1873), Sobre la liberad ×
La liberad reside en los corazones de los hombres y mujeres; cuando muere allí, no hay consiución, ley, ni ribunal que pueda salvarla… × Juez Learned Hand (1872-1961), «El espíriu de la liberad», 1944, discurso en Nueva York ×
Nuesra fe en la liberad no se basa en los resulados previsibles en pariculares circunsancias, sino en la creencia de que, a fin de cuenas, liberará más fuerzas a favor del bien que del mal. × F.A. Hayek (1899-1992), La consiución de la liberad ×
Una sociedad que aneponga la igualdad a la liberad, no obendrá ni la una ni la ora. Una sociedad que aneponga la liberad a la
igualdad, obendrá un alo grado de ambas. × Milton Friedman (1912-2006), Libre para elegir (episodio de TV) ×
Esoy a favor de la legalización de las drogas. De acuerdo con mi sisema de valores, si la gene se quiere maar, ienen odo el derecho a hacerlo. La mayor pare del daño a que dan lugar las drogas se debe a que son ilegales. × Milton Friedman (1912-2006), ciado en Si la ignorancia es dicha, ¿por qué no hay más gene feliz?, por John Michinson ×
Deseo suere a los anarquisas, porque es la forma en la que deberíamos evolucionar ahora; pero creo que necesiamos el gobierno para imponer las reglas del juego… Necesiamos un gobierno para manener un sisema de ribunales que manenga los conraos y regule la compensación por los daños. Necesiamos un gobierno
para garanizar la seguridad de sus ciudadanos, para que la policía los proeja. Pero el gobierno esá fallando en muchas de esas cosas
150 � LIBERALISMO CLÁSICO � UN MANUAL BÁSICO
que debería hacer, porque esá envuelo en muchas cosas que no debería hacer. × Milton Friedman (1912-2006), en una enrevisa en Playboy ×
LIBERTAD POLÍTICA Los escriores políicos han esablecido como máxima que, al idear cualquier sisema de gobierno y fijar las diversas comprobaciones y conroles de la consiución, debería suponerse que odos los hombres son unos bribones y no ener oro fin para odas sus acciones que el inerés privado. × David Hume (1711-1776), Ensayos morales, políicos, lierarios ×
La democracia y el socialismo no ienen nada en común sino una palabra, la igualdad. Pero obsérvese la diferencia: mienras que la democracia busca la igualdad en la liberad, el socialismo busca la igualdad en el conrol y la servidumbre. × Alexis de Tocqueville (1805-1859), «Discurso a la Asamblea», 1848 ×
El Esado es la gran ficción por la que cada uno raa de vivir a cosa de odos los demás. × Frédéric Bastiat (1801-1850), El Esado ×
La democracia es esencialmene un medio, un insrumeno uiliario para salvaguardar la paz inerna y la liberad individual. Como al, no es en absoluo infalible o ciera. × F.A. Hayek (1899-1992), Camino de servidumbre ×
UN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
151
�� CRONOLOGÍA DEL
LIBERALISMO CLÁSICO
� CRONOLOGÍA DEL LIBERALISMO CLÁSICO � 930
Primer Parlameno del mundo, el Alhing, undado
973
El rey anglosajón Edgar proagoniza el primer jurameno de coronación conocido, compromeiéndose a defender la ierra, defender la ley y gobernar con jusicia.
1014
El rey anglosajón Aehelred se compromee a respear las leyes aniguas y por el consejo del Wian.
1066
La liberad individual y el gobierno limiado anglosajón erminan por la invasión normanda de Inglaerra y la inroducción del feudalismo.
1215
Bajo presión, el rey Juan acepa la Cara Magna, que reafirma los derechos de propiedad y limia la monarquía bajo la «ley de la ierra».
1225
Enrique III de Inglaerra volunariamene emie una nueva versión de la Cara Magna; se conviere en un documeno fundacional de la Consiución briánica.
1265
Simón de Monfor forma el Gran Parlameno, y somee las decisiones del rey a la aprobación por el Consejo, en consula con el Parlameno.
1381
La Revuela de los Campesinos reclama la resauración de los aniguos derechos de Inglaerra.
en Islandia.
154 � LIBERALISMO CLÁSICO � UN MANUAL BÁSICO
1517
Marín Luero enciende la Reforma Proesane, promoviendo incidenalmene un mayor individualismo.
1651
Leviaán de Thomas Hobbes propone un gobierno fuere,
1687
William Penn publica la primera edición esadounidense de la Cara Magna.
1688
La Revolución Gloriosa; el rey Jaime II es derrocado y el Parlameno esablece condiciones para los nuevos
pero aboga por una mancomunidad fundamenada en un conrao social y por el inalienable «derecho naural» de las personas de defenderse, incluso conra el Esado.
soberanos, Guillermo y María, con límies para el
poder monárquico. 1689
La Declaración de Derechos de Gran Breaña se afirma en el carácer conracual del gobierno, esablece límies a los poderes de la Corona, las garaniza con la liberad de expresión en el Parlameno, esipula elecciones regulares y afirma el derecho de peición
ane las auoridades sin emor a represalias. 1690
John Locke publica sus dos raados sobre el gobierno Civil, aporando fundamenos filosóficos a la idea del gobierno conracual y jusificando el derrocamieno del rey Jacobo II.
1705
Bernard Mandeville publica La colmena refunfuñona, un poema sobre los beneficios sociales del inerés propio.
1720
John Trenchard y Thomas Gordon comienzan a publicar las Caras de Caón, ensayos periodísicos que
promueven la liberad de expresión y de conciencia. 1734
Volaire arremee conra la culura aniliberal de Francia en sus Caras filosóficas sobre los ingleses.
1748
Charles de Monesquieu publica El espíritu de las leyes, insando a la división de los poderes legislaivo,
ejecuivo y judicial.
UN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
155
1767
En Hisoria de la sociedad civil, Adam Ferguson describe cómo las insiuciones pueden ser «el resulado de la acción humana, pero no de la ejecución de algún diseño humano».
1776
Thomas Paine, en El senido común, acusa al gobierno briánico de romper su conrao social con América, e incia a la revolución.
1776
Adam Smih publica La riqueza de las naciones, que muesra cómo el inerés personal, el inercambio
volunario, el libre comercio y la división del rabajo impulsan el progreso económico. 1776
Esados Unidos declara la independencia conra el gobierno briánico por violar los «derechos inalienables» de sus ciudadanos.
1780
La Consiución de John Adams de Massachusets consagra la separación de poderes, «para que pueda
ser un gobierno de leyes, no de hombres», 1785
En Fundamenación de la mea�sica de las cosumbres ,
1789
Enra en vigor la Consiución de los Esados Unidos,
1789
El gobierno revolucionario de Francia publica una Declaración de los derechos del hombre y del ciuda- dano, la afirmación de la regla de no causar daño, del
Immanuel Kan esboza su «imperaivo caegórico» de que oras personas deben ser raadas como fines en sí mismos, no como medios para un fin. encapsulando la división de poderes y el gobierno limiado.
debido proceso de la ley, de los derechos de propiedad y de la liberad de conciencia; pero esos principios se abandonan prono. 1791
La Declaración de Derechos de Esados Unidos se raifica, enumerando derechos básicos como la liberad de religión, de expresión, la liberad de reunión, la liberad de prensa, el derecho a porar armas, y la proección conra la deención y confiscación injusa.
156 � LIBERALISMO CLÁSICO � UN MANUAL BÁSICO
1833
El acivismo de los liberales clásicos conduce a la abolición de la esclaviud en la mayor pare del Imperio Briánico.
1838
Richard Cobden y John Brigh forman la Ani-Corn-Law League (liga contra las leyes de cereales) con el pro-
pósio de abolir los nocivos aranceles de imporación proeccionisas sobre el rigo. 1843
The Economist, undado por James Wilson, se con-
1843
La esclaviud ha sido ya abolida en odo el Imperio
1846
Las Corn Laws (leyes de cereales) son abolidas.
1849
Frédéric Basia, en La ley , afirma el derecho divino
1851
En Esáica social, Herber Spencer presena un argumeno evoluivo a favor de un Esado limiado a la defensa de las personas y los bienes de odos los individuos.
1859
John Suar Mill publica su clásica defensa de la liberad, Sobre la liberad.
1927
Ludwig von Mises reafirma los principios liberales clásicos en Liberalismus, aunque no se raduce al
viere en un paladín del libre comercio y el gobierno de laissez faire. Briánico.
de los individuos a defender su persona, la liberad y la propiedad, y sosiene que el gobierno y la ley son ilegíimos si violan esos derechos.
inglés hasa 1962. 1943
Ayn Rand publica su novela filosófica El manantial,
1944
F.A. Hayek publica Camino de servidumbre, que muesra cómo las raíces del oaliarismo anidan en la planificación cenral y la coerción necesaria para respaldarla.
1945
En La sociedad abierta y sus enemigos , Karl Popper
una poderosa defensa de la auorrealización.
argumena en conra de la ingeniería social uópica y esboza la idea de una «sociedad abiera», con opiniones diversas y cambio gradual. UN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
157
1947
Pensadores liberales clásicos de Europa y América se concenran en Suiza en la primera reunión de la
Sociedad Mon Pelerin. 1957
Ayn Rand publica el muy influyene libro La rebelión de Alas, que afirma la imporancia críica de esfuerzo individual en la creación de la prosperidad.
1958
En Dos concepos de liberad, Isaiah Berlin diferencia las liberades negaiva y posiiva, afirmando que lo
segundo permie el abuso de los ideólogos. 1960
F.A. Hayek publica La consiución de la liberad , desacando las raíces, los principios y las insiuciones de una sociedad liberal clásica.
1962
El cálculo del consenso , de James M. Buchanan y Gordon
1962
Milon Friedman publica Capialismo y liberad, que aboga por el libre mercado, ipos de cambio floanes, un impueso de la rena negaivo, vales de educación y oras ideas que en aquel enonces eran radicales.
1973
Murray Rohbard publica Hacia una nueva liberad, una sólida aplicación de la radición de los derechos naurales a los problemas sociales y políicos modernos.
1974
Se publica Anarquía, Esado y uopía, de Rober Nozick,
Tullock, señala los problemas del inerés propio en la oma de decisión políica.
una sólida deensa de la liberad que se opone a los impuesos redisribuivos y los ilda de asalo a la
propiedad privada. 1980
La serie de elevisión Free o Choose (Libre para elegir) de Milon Friedman lleva los argumenos liberales
clásicos a una audiencia nueva y más amplia. 1988
F.A. Hayek publica La faal arrogancia , donde explica que el orden esponáneo de la sociedad humana es an complejo que ningún planificador individual podría
jamás comprenderlo y dirigirlo.
158 � LIBERALISMO CLÁSICO � UN MANUAL BÁSICO
1989
La caída del Muro de Berlín revela el araso económico y los problemas sociales de la planificación cenralizada del bloque soviéico.
UN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
159
�� LECTURAS
ADICIONALES
� LECTURAS ADICIONALES � INTRODUCCIONES •
Ashford, N. (2013) Principles for a Free Sociey . Sockholm: Jarl Hjalmarson Foundaion. Exposición cora y minuciosa de los principios sobre los cuales se fundamenan una sociedad libre y una economía libre.
•
Buler, E. (2011) The Condensed Wealh of Naions. Londres: Adam Smih Insiue. Compendio de la economía liberal clásica de Adam Smih y de su éica.
•
Buler, E. (2013) Foundaions of a Free Sociey. Londres: Insiue of Economic Affairs. Esquema simple de los principios básicos básicos que fundamenan una sociedad libre, como la liberad, los derechos, la olerancia, el Esado de derecho y el gobierno limiado.
•
Friedman, M. con Friedman, R.D. (1962) Capialism and Freedom. Chicago, IL: Universiy of Chicago Press. Esquema clásico de los argumenos a favor favor de una sociedad libre y una economía libre, con propuesas de políicas radicales. radicales.
•
Friedman, M. con Friedman, R.D. (1980) Free o Choose. Nueva York: Harcour Brace Jovanovich. Aracivos argumenos a
favor de una sociedad libre, basados en la serie de elevisión del mismo nombre. 162 � LIBERALISMO CLÁSICO � UN MANUAL BÁSICO
•
Hannan, D. (2013) How We Invened Freedom and Why I Maters. Ma ters. Londres: Head of Zeus. Expero rasreo de las ideas liberales clásicas desde la época anglosajona hasa nuesros días.
•
Palmer, T.G. (2011) The Morality of Capitalism . Arlingon, VA: Sudens or Libery y Alas Foundaion. Breve colección de
ensayos sobre la moral, la cooperación, el progreso, la globalización y la culura del liberalismo clásico. •
Palmer, T.G. (ed.) (2013) Why Libery . Arlingon, Arlin gon, VA: VA: Sudens for Libery y Alas Foundaion. Colección de ensayos sobre emas liberarios y liberales clásicos.
•
Palmer, T.G. (ed.) (2014) Peace, Love, and Liberty . Otawa, IL:
Jameson Books. Serie de ensayos variados que muesran cómo la liberad social y económica promueve la paz inernacional.
•
Pirie, M. (2008) Freedom 101. Londres: Adam Smih Insiue.
Cieno un argumenos en conra de la economía de libre merCieno mer cado y una sociedad libre refuados en una página cada uno. •
Wellings, R. (ed.) (2009) A Beginner’s Beginner’s Guide Guide o o Libery Libery . Londres: Adam Smih Insiue. Explicaciones sencillas de los mercados, los derechos de propiedad, la liberad, el fracaso del gobierno, las prohibiciones y el bienesar sin el Esado.
VISIONES GENERALES •
Buler,, E. (2011) Milon Friedman: A Concise Guide o he Ideas and Buler Influence of he Free-Marke Economis . Peersfield: Harriman House. Inroducción simple a las ideas económicas y políicas del reconocido economisa liberal clásico.
•
Buler, E. (2012) Friedrich Hayek: The Ideas and Influence of he Peersfield: Harriman House. Hou se. InroducLiberarian Economis. Peersfield: ción simple al eóri eórico co políico liberal clásico que desarrolló gran pare del pensamieno moderno sobre la sociedad esponánea.
UN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
163
•
Buler, E. (2012) Public Choice – A Primer. Londres: Insiue of Economic Affairs. Explicación simple de los fallos del gobierno, los problemas del inerés propio en los sisemas democráicos, y argumeno a favor de las resricciones consiucionales.
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Cranson, M. (1967) Liberalism. En The Encyclopaedia of Philosophy (ed. P. Edwards), pp. 458-461. Nueva York: Macmillan y Free Press.
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Kukahas, C. (2003) The Liberal Archipelago. Oxford Universiy Press; 1994. Una fuere defensa de la diversidad, el muliculuralismo y los derechos de las minorías.
•
Meadowcrof, J. (ed.) (2008) Prohibitions. Londres: Insiue
o Economic Affairs. Conjuno de poenes argumenos en
conra de los conroles del gobierno sobre muchos esilos de vida diferenes. •
Smih, G.H. (2013) The Sysem of Libery: Themes in he Hisory of Classical Liberalism. Cambridge Universiy Press. Esquema de la hisoria y los diferenes punos de visa de los liberales clásicos sobre emas clave como el orden, la jusicia, los derechos, la anarquía y el papel del Esado.
TEXTOS CLÁSICOS •
Basia, F. (2001) [1849] Basia’s «The Law». Londres: Insiue of Economic Affairs. Clásica declaración de las ideas liberales del políico y escrior francés.
•
Berlin, I. (1969) Two conceps o libery. En Four Essays on Libery . Oxford Universiy Press. Arículo en el que diferencia
las liberades posiiva y negaiva. •
Hayek, F.A. (1944) The Road to Serfdom. Londres: Rouledge. Clásico planeamieno breve en iempos de guerra sobre los
peligros de la planificación cenral y el gobierno sin resricciones.
164 � LIBERALISMO CLÁSICO � UN MANUAL BÁSICO
•
Hayek, F.A. (1960) The Consiuion of Libery . Londres: Rouledge. Voluminoso libro sobre el origen de las ideas liberales y los principios en que se basa una sociedad libre.
•
Hayek, F.A. (1988) The Faal Concei (3 volúmenes). Chicago, IL: Universiy of Chicago Press. Declaración de los principios que susenan nuesros órdenes sociales y económicos esponáneos, y el argumeno conra el ineno de planificarlos de manera cenralizada.
•
Hazlit, H. (1946) Economics in One Lesson. Nueva York: Harper & Brohers. Aún considerado por muchos como el mejor libro de inroducción a la economía liberal clásica.
•
Locke, J. (1960) [1689] The Second Treaise of Governmen. En Two Treaises of Governmen (ed. P. Laslet), pp. 283-446. Cambridge Universiy Press. Jusificación filosófica de la idea del gobierno conracual y limiado, y del derecho del pueblo a derrocar un gobierno que viola ese conrao.
•
Mill, J.S. (2008) [1859] On libery. En On Libery and Oher Essays (ed. J.S. Mill). Oxord Universiy Press. Texo clásico sobre el
argumeno a avor de la liberad, el principio de no causar
daño, la liberad de expresión, un gobierno limiado, la jusicia naural y la olerancia. •
Popper, K. (1945) The Open Sociey and Is Enemies. Londres: Rouledge. Defensa filosófica de la sociedad libre y críica devasadora a los inenos de rediseñar la sociedad en forma masiva.
ENLACES WEB SELECCIONADOS •
Blog del Adam Smih Insiue. Blog dinámico de punos de visa liberales clásicos sobre emas políicos, sociales y económicos acuales:
.
UN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
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•
Cao Insiue. Un imporane hink ank de Washingon dedicado a difundir la filoso�a de la liberad a ravés de la invesigación y comenarios en los medios:
.
•
IEA TV. Vídeos coros del Insiue of Economic Affairs sobre emas acuales, invesigaciones, libros, evenos y emas: .
•
Learn Libery. Vídeos coros del Insiue for Humane Sudies, con punos de visa liberales clásicos sobre economía, políica, derecho, hisoria y filoso�a:
videos/>. •
Libery League. Promueve las ideas a favor de la liberad enre los esudianes y jóvenes proesionales en el Reino Unido, y realiza la mayor conerencia anual del Reino Unido sobre el
libre mercado: . •
Mercaus Cener. Trabaja para cerrar la brecha enre el mundo académico y los problemas del mundo real mediane la formación de los esudianes, la invesigación y la producción de soluciones a problemas sociales: .
•
Online Library o Libery. Recurso masivo del Libery Fund,
con libros y escrios claves de los liberales clásicos a ravés del iempo: . •
Reason Foundaion. Uno de los principales hink anks de los Esados Unidos que publica una desacada revisa sobre ideas del mercado e invesigaciones sobre políicas: .
•
Sudens for Libery. Una red de grupos de esudianes a favor de la liberad (más de 100.000 esudianes en más de 1.350 grupos en odo el mundo): .
166 � LIBERALISMO CLÁSICO � UN MANUAL BÁSICO
UN MANUAL BÁSICO � LIBERALISMO CLÁSICO �
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