HÉCTOR FABIÁN FARFÁN FIERRO EL SELLO DEL ESPÍRITU SANTO
LA MARCA REGISTRADA DE DIOS PARA LOS HIJOS Como bien es sabido, la cultura cristiana es trinitaria, es decir, creemos en un Dios, en tres personas distintas, pero con una misma esencia. La tercera persona de ésta Santa Trinidad, es el Espíritu Santo, quién posteriormente de que Jesús ascendiera al Trono de Dios Padre, descendió y habita en medio de nosotros. “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre. Juan 14:16” . Este Consolador, es quien hoy juega un rol
muy importante para la iglesia de Cristo, ya que entre sus funciones está el ser el “sello” o “marca registrada” de Dios para sus hijos.
Hay tres versículos claves de las Sagradas Escrituras que nos hablan en relación a esto y a continuación se señalan. Efesios 1:13 dice “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuist eis sellados con el Espíritu Santo de la pro mesa ” ”.
Efesios 4:30 “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”. 2 Corintios 1:22 “el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones”. A estos
también se le puede añadir Juan 6:27, en donde expresa claramente que el Padre selló al Hijo. Algunas corrientes señalan que el Espíritu Espíritu Santo no es “el sello”, sino que es “quién sella ” al hombre como representante de Dios, ya que el decir que es el sello, sería lo mismo que señalar que el Espíritu Santo es un simple instrumento u objeto, y no una persona. Desde este prisma, decir que es el sello, atacaría la naturaleza del Dios trino. La palabra “sellados” de Efesio 1:13, provien e del griego “sfragízo”, cuya raíz “sfragís” significa sello. El uso de esta palabra, era para indicar posesión,
pertenencia, por ejemplo, una persona iba al puerto y estampaba su sello en la mercancía que le pertenecía, posteriormente un empleado iba con el sello y se
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llevaba toda la mercancía de su patrón. También se denota que dice “con el Espíritu Santo” y no “por”. Por lo tanto el Espíritu Santo es el sello con el que Dios
Padre sella a sus hijos, a aquellos que han creído de todo corazón en Jesucristo, como Señor y Salvador. Hechos 1:8 señala que los discípulos recibirían poder, luego que el Espíritu Santo viniera sobre ellos, es decir, que para que esta manifestación sobrenatural de poder fluyera en esto, era necesario que ellos fueran sellados. Lo anterior podemos relacionarlo junto con pasajes como el fruto del espíritu, los dones espirituales, entre otros, en los cuales por medio del Espíritu Santo vemos estas manifestaciones. Se infiere por lo tanto que todos aquellos que han sido sellados por el Espíritu Santo, manifiestan frutos visibles, y no sólo de poder, sino también en su forma de vivir. El sello de Espíritu Santo incorpora una serie de ítems que son importantes de señalar. Primero y como ya habíamos dicho, es señal de propiedad ; segundo, es que por medio de este sello somos identificados como hijos de Dios ; en tercer lugar, el sello implica seguridad para aquellos que lo poseen . Cuarto, el sello testifica de una transacción realizada ; quinto, el sello
asegura
legitimidad; como sexto punto, el sello marca un trato inmutable ; séptimo, el
sello habla de un precio pagado ; y por último, el sello es una marca . En síntesis, el sello del Espíritu Santo, indica que somos propiedad de Dios, éste entrega seguridad e identidad a sus poseedores, quienes manifestarán claramente los frutos de poseerlo, en conducta y milagros. Señalar que el Espíritu Santo es el Sello, no implica que este sea un objeto, ya que no habla de su naturaleza, sino de parte de sus funciones. Todo aquél que ha sido sellado, tiene dentro de sí al propio Espíritu de Dios, quien lo conducirá a toda verdad y a toda justicia, y lo conducirá en el proceso de santificación propio de un hijo de Dios. Todo creyente debería tener claro esto, ya que habla de la persona de la trinidad con la que tenemos continuo contacto.
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Esquema del Ensayo 1. Introducción y Tesis. 2. Argumento N°1: Versículos claves, más Juan 6:27. 3. Argumento N°2: Postura Contraria. 4. Argumento N°3: Justificación de por qué sello y no sellador. 5. Argumento N°4: El sello como antesala de otras manifestaciones. 6. Argumento N°5: Significado del Sello. 7. Conclusión Final.