Un líder cuenta con la capacidad de influir en otras personas, un jefe no siempre lo consigue aunque debería No se trata de un numerus clausus, más bien son actitudes, aptitudes, actos o frases que hacen que los demás te valoren como un verdadero líder, pero hay una serie de cosas que pueden ayudar. Cuando uno quiere desarrollar las ideas que ha tenido puede que no vea todos los pros o contras de la misma. Si en vez de tener una idea y ordenar a tu equipo que la desarrolle, compartes con ellos la idea desde el principio, la sentirán como más propia y se sentirán más involucrados. Los líderes añaden valor a las personas al compartir su sabiduría, recursos y tiempo. Consideran el trabajo en equipo primordial y por ello invitan a otros a unirse a él para compartir y aprender de las experiencias. Son aquellos que les gusta reunirse para intercambiar ideas, o simplemente para tomarse un café y charlar. Ellos no están solos en la cúspide, les gusta contar con su equipo y valoran la compañía como algo positivo. Dedica tiempo a tu gente, a tus compañeros y amigos, charla, pídeles opinión. Te sorprenderá el resultado que varias cabezas pensantes pueden conseguir juntos. Si todas las personas que forman tu equipo saben cuáles son los objetivos, hacia dónde se tienen que dirigir, será mucho más fácil conseguir objetivos que si simplemente trabajan "porque lo manda el jefe". Todos los líderes esperan lo mejor de su equipo. No ven a las personas como son, sino como lo que pueden llegar a ser. El mayor regalo que le puedes hacer a otra persona no es compartir tus riquezas, sino ayudarla a que consiga las suyas propias. Eso genera un vínculo muy positivo entre ambas partes. Trabaja esta nueva manera de mirar a tu alrededor, intenta ver el lado bueno de las personas, y sus cualidades. Jefe y líder son dos términos que pueden llegar a confundirse, incluso son utilizados como sinónimos en las empresas, aunque existen muchas diferencias entre ambos.
Mientras que la relación que se genera con un jefe es obligatoria y está preconcebida por un contrato, con reglas y productividad que se deben cumplir a cambio de una remuneración, la relación con un líder obedece a un pacto voluntario, es decir, a que las personas aceptan una autoridad porque entienden los beneficios que ello conlleva. El liderazgo de las personas en un grupo no tiene que ver con la posición jerárquica que esas personas puedan tener dentro del grupo, podemos ser el jefe de un grupo, y no ser su líder, y, al contrario, podemos ser el líder del grupo, sin ser el jefe. Con el poder y la autoridad dominamos voluntades en base al poder delegado por la organización, con el liderazgo, que no es delegado sino natural, tenemos la capacidad de poder y lo utilizamos para influir positivamente en las personas, es como una autoridad delegada por el mismo grupo. El Líder inspira confianza y le entrega poder a su gente, los entusiasma y eso fortalece al grupo. Si temes a tu superior, claramente es tu Jefe. Si lo amas, no hay dudas que es tu Líder.
"El jefe dice yo, pero el líder dice nosotros; el jefe conduce los miembros del grupo, el líder, en cambio, los guía; el jefe asigna las tareas a las personas que conduce, el líder marca el ritmo para que todos trabajen: el jefe dice vaya, el líder dice vamos; el jefe depende de la autoridad, mientras que un líder depende de la buena voluntad".