Los bakuninistas en acción Memoria sobre el levantamiento en España en el verano de 1873 (1894)
Friedrich Engels
Advertencia preliminar al articlo !"os ba#ninistas en acci$n! Para facilitar la comprensión de la siguiente Memoria, consignaremos aquí unos cuantos datos cronológicos. El 9 de febrero de 1873, el re !madeo, "arto a de la corona de Espa#a, abdicó. $ue el primer re "uelguista. El 1% fue proclamada la &ep'blica. (nmediatamente, estalló en las Pro)incias *ascongadas un nue)o le)antamiento carlista. El 1+ de abril fue elegida una !samblea onstituente, que se reunió a comien-os de unio, el 8 de este mes fue proclamada la &ep'blica federal. El 11 se constituó un nue)o ministerio bao la presidencia de Pi Margall. !l mismo tiempo, se eligió una comisión encargada de redactar el proecto de la nue)a onstitución, pero fueron e/cluidos de ella los republicanos e/tremistas, los llamados intransigentes. uando, el 3 de ulio, se proclamó la nue)a onstitución, 0sta no iba tan leos como los intransigentes pretendían en cuanto a la desmembración de Espa#a en cantones independientes2. !sí, pues, los intransigentes organi-aron al punto al-amientos en pro)incias. el 4 al 11 de ulio, los intransigentes triunfaron en 5e)illa, órdoba, 6ranada, Mlaga, di-, !lco, Murcia, artagena, *alencia, etc., e instauraron en cada una de estas ciudades un gobierno cantonal independiente. El 18 de ulio dimitió Pi Margall fue sustituido por 5almerón, quien inmediatamente lan-ó a las tropas contra los insurrectos. stos fueron )encidos a los pocos días, tras ligera resistencia a el %: de ulio, con la caída de di-, quedó restaurado el poder del 6obierno en toda !ndalucía , casi al mismo tiempo, fueron sometidas Murcia *alencia 'nicamente *alencia luc"ó con alguna energía. ; sólo artagena resistió. Ese puerto militar, el maor de Espa#a, que "abía caído en poder de los insurrectos unto con la Marina de 6uerra, estaba defendido por tierra, adems de por la muralla, por trece fortines destacados no era, por tanto, fcil de tomar. ;, como el 6obierno se guardaba mu muc"o de destruir su propia base na)al, el antón soberano de artagena2 )i)ió "asta el 11 de enero de 187<, día en que por fin capituló, porque, en realidad, no tenía en el mundo nada meor que "acer. e esta ignominiosa insurrección, lo 'nico que nos interesa son las "a-a#as toda)ía ms ignominiosas de los anarquistas ba=uninistas 'nicas que relatamos aquí con cierto detalle, para pre)enir con este eemplo al mundo contemporneo.
"os %a#ninistas en Acci$n Memoria sobre el levantamiento en España en el verano de 1873 & El informe que acaba de publicar la omisión de >a ?aa sobre la !lian-a secreta de Miguel @a=unin "a puesto de manifiesto ante el mundo obrero los maneos ocultos, las granuadas la "uera fraseología con que se pretendía poner el mo)imiento proletario al ser)icio de la presuntuosa ambición los designios egoístas de unos cuantos genios incomprendidos. Entretanto, estos megalómanos nos "an dado ocasión en Espa#a de conocer tambi0n su actuación re)olucionaria prctica. *eamos cómo lle)an a los "ec"os sus frases ultrarre)olucionarias sobre la anarquía la autonomía, sobre la abolición de toda autoridad, especialmente la del Estado, sobre la emancipación inmediata completa de los obreros. Por fin podemos "acerlo a, pues a"ora, adems de la información de los periódicos sobre los acontecimientos de Espa#a, tenemos a la )ista el informe en)iado al ongreso de 6inebra por la Aue)a $ederación Madrile#a de la (nternacional. Es sabido que, en Espa#a, al producirse la escisión de la (nternacional, sacaron )entaa los miembros de la !lian-a secreta la gran maoría de los obreros espa#oles se ad"irió a ellos. !l proclamarse la &ep'blica, en febrero de 1873, los aliancistas espa#oles se )ieron en un trance mu difícil. Espa#a es un país mu atrasado industrialmente, , por lo tanto, no puede "ablarse a'n de una emancipación inmediata completa de la clase obrera. !ntes de esto, Espa#a tiene que pasar por )arias etapas pre)ias de desarrollo quitar de en medio toda una serie de obstculos. >a &ep'blica brindaba la ocasión para acortar en lo posible esas etapas para barrer rpidamente estos obstculos. Pero esta ocasión sólo podía apro)ec"arse mediante la inter)ención política acti)a de la clase obrera espa#ola.
>a masa obrera lo sentía así en todas partes presionaba para que se inter)iniese en los acontecimientos, para que se apro)ec"ase la ocasión de actuar, en )e- de dear a las clases poseedoras el campo libre para la acción para las intrigas, como se "abía "ec"o "asta entonces. El 6obierno con)ocó elecciones a ortes onstituentes. BCu0 posición debía adoptar la (nternacionalD >os efes ba=uninistas estaban sumidos en la maor perpleidad. >a prolongación de la inacti)idad política se "acía cada día ms ridícula ms insostenible los obreros querían "ec"os2. ;, por otra parte, los aliancistas lle)aban a#os predicando que no se debía inter)enir en ninguna re)olución que no fuese encaminada a la emancipación inmediata completa de la clase obrera que el emprender cualquier acción política implicaba el reconocimiento del Estado, el gran principio del mal que, por lo tanto, mu especialmente, la participación en cualquier clase de elecciones era un crimen que merecía la muerte. El citado informe de Madrid nos dice cómo salieron del aprieto >os mismos que desconociendo los acuerdos tomados en el ongreso general de >a ?aa sobre la acción política de la clase trabaadora, rasgando los Estatutos de la (nternacional, introdueron la di)isión, la luc"a el desorden en el seno de la federación espa#ola los mismos que no )acilaron en presentarnos a los oos de los trabaadores como unos políticos ambiciosos, que, con el prete/to de colocar en el Poder a la clase obrera, pugnaban por adue#arse del Poder en beneficio propio esos mismos "ombres que se dan el título de re)olucionarios, autónomos, anrquicos, etc., se "an lan-ado en esta ocasión a "acer política pero la peor de las políticas, la política burguesa no "an trabaado para dar el Poder político a la clase proletaria, idea que ellos miran con "orror, sino para audar a que conquistase el 6obierno una fracción de la burguesía, fracción compuesta de a)entureros, postulantes ambiciosos, que se denominan republicanos intransigentes. ;a en )ísperas de las elecciones generales para las onstituentes, los obreros de @arcelona, !lco otros puntos quisieron saber qu0 política debían seguir los internacionalistas, tanto en las luc"as parlamentarias como en las otras. 5e celebraron con este obeto dos grandes asambleas, una en @arcelona otra en !lco, los separatistas Flos aliancistasG se opusieron con todas sus fuer-as a que se determinara cul "abía de ser la actitud política de la (nternacional FHde la sua, nótese bienIG, resol)i0ndose que la (nternacional, como !sociación, no debe eercer acción política alguna pero que los internacionales, como indi)iduos, podían obrar en el sentido que quisieran afiliarse en el partido que meor les pareciese, siempre en uso de la famosa autonomía. ; Bqu0 resultó de la aplicación de una teoría tan bi-arraD Cue la maoría de los internacionales, incluso los anrquicos, tomaron parte en las elecciones, sin programa, sin bandera, sin candidatos, contribuendo a que )iniese a las onstituentes una casi totalidad de burgueses, con e/cepción de dos o tres obreros, que nada representan, que no "an le)antado ni una sola )e- su )o- en defensa de los intereses de nuestra clase que )otan tranquilamente cuantos proectos les presentan los reaccionarios de la maoría. ! eso conduce el abstencionismo político2 ba=uninista. En tiempos pacíficos, en que el proletariado sabe de antemano que a lo sumo conseguir lle)ar al Parlamento unos cuantos diputados que la obtención de una maoría parlamentaria le est por completo )edada, se conseguir acaso con)encer a los obreros en alg'n sitio que otro de que es toda una actuación re)olucionaria quedarse en casa cuando "aa elecciones , en )e- de atacar al Estado concreto, en el que )i)imos que nos oprime, atacar al Estado en abstracto, que no e/iste en ninguna parte , por lo tanto, no puede defenderse. Es 0se un procedimiento magnífico de "acerse el re)olucionario, característico de gentes a quienes se les cae fcilmente el alma a los pies "asta qu0 punto los efes de los aliancistas espa#oles se cuentan entre esta casta de gentes lo demuestra con todo detalle el escrito sobre la !lian-a que citbamos al principio. Pero, tan pronto como los mismos acontecimientos empuan al proletariado lo colocan en primer plano, el abstencionismo se con)ierte en una maadería palpable la inter)ención acti)a de la clase obrera en una necesidad ine/cusable. ; 0ste fue el caso en Espa#a. >a abdicación de !madeo "abía despla-ado del Poder de la posibilidad inmediata de recobrarlo a los monrquicos radicales los alfonsinos estaban, por el momento, ms imposibilitados a'n los carlistas preferían, como casi siempre, la guerra ci)il a la luc"a electoral. Jodos estos partidos se abstu)ieron a la manera espa#ola en las elecciones sólo tomaron parte los republicanos federales, di)ididos en dos bandos, la masa obrera. ada la enorme fascinación que el nombre de la (nternacional eercía a'n por aquel entonces sobre los obreros de Espa#a dada la e/celente organi-ación que, al menos para los fines prcticos, conser)aba a'n su 5ección espa#ola, era seguro que en los distritos fabriles de atalu#a, en *alencia, en las ciudades de !ndalucía, etc., "abrían triunfado brillantemente todos los candidatos presentados mantenidos por la (nternacional, lle)ando a las ortes una minoría lo bastante fuerte para decidir en las )otaciones entre los dos bandos republicanos.
>os obreros sentían eso sentían que "abía llegado la "ora de poner en uego su potente organi-ación, pues por aquel entonces toda)ía lo era. Pero los se#ores efes de la escuela ba=uninista "abían predicado, durante tanto tiempo, el e)angelio del abstencionismo incondicional, que no podían dar marc"a atrs repentinamente así in)entaron aquella lamentable salida, consistente en "acer que la (nternacional se abstu)iese como colecti)idad, pero deando a sus miembros en libertad para )otar indi)idualmente como se les antoase. >a consecuencia de esa declaración en quiebra política fue que los obreros, como ocurre siempre en tales casos, )otaron a la gente que se las daba de ms radical, a los intransigentes, que, sinti0ndose con esto ms o menos responsables de los pasos dados posteriormente por sus elegidos, acabaran por )erse en)ueltos en su actuación. && >os aliancistas no podían persistir en la ridícula situación en que se "abían colocado con su astuta política electoral, a menos de querer dar al traste con su efatura sobre la (nternacional en Espa#a. Jenían que aparentar, por lo menos, que "acían algo. ; su tabla de sal)ación fue la "uelga general. En el programa ba=uninista, la "uelga general es la palanca de que "a que )alerse para desencadenar la re)olución social. Kna buena ma#ana, los obreros de todos los gremios de un país "asta del mundo entero dean el trabao , en cuatro semanas a lo sumo, obligan a las clases poseedoras a darse por )encidas o a lan-arse contra los obreros, con lo cual dan a 0stos el derec"o a defenderse a derribar, apro)ec"ando la ocasión, toda la )iea organi-ación social. >a idea dista muc"o de ser nue)a primero los socialistas franceses luego los belgas se "an "artado, desde 18<8, de montar este palafr0n, que es, sin embargo, por su origen, un caballo de ra-a inglesa. urante el rpido e intenso auge del cartismo entre los obreros britnicos, que siguió a la crisis de 1837, se predicó, a en 1839, el mes santo2, el paro en escala nacional F). Engels, La situación de la clase obrera en Inglaterra, segunda edición, pg. %3os )ieos traga"ombres del republicanismo federal, astelar comparsa, se ec"aron a temblar ante el mo)imiento, que les rebasaba no tu)ieron ms remedio que ceder el poder a Pi Margall, que intentaba una transacción con los intransigentes. Pi era, de todos los republicanos oficiales, el 'nico socialista, el 'nico que comprendía la necesidad de que la &ep'blica se apoara en los obreros. !sí presentó en seguida un programa de medidas sociales de inmediata eecución, que no sólo eran directamente )entaosas para los obreros, sino que, adems, por sus efectos, tenían necesariamente que empuar a maores a)ances , de este modo, por lo menos poner en marc"a la re)olución social. Pero los internacionales ba=uninistas, que tienen la obligación de rec"a-ar "asta las medidas ms re)olucionarias, cuando 0stas arrancan del Estado2, preferían apoar a los intransigentes ms e/tra)agantes antes que a un ministro. >as negociaciones de Pi con los intransigentes se dilataban los intransigentes empe-aron a perder la paciencia los ms fogosos de ellos comen-aron en !ndalucía el le)antamiento cantonal. ?abía llegado la "ora de que los efes de la !lian-a actuasen tambi0n, si no querían seguir marc"ando a remolque de los intransigentes burgueses. En )ista de esto, ordenaron la "uelga general. En @arcelona se pegó, entre otros, este cartel
·Obreros! Declaramos la huelga general para demostrar la profunda repugnancia que nos causa ver cómo el Gobierno echa a la calle el ejrcito para luchar contra nuestros hermanos trabajadores, mientras apenas se preocupa de la guerra contra los carlistas, etc
Es decir, que se in)itaba a los obreros de @arcelona el centro fabril ms importante de Espa#a, que tiene en su "aber "istórico ms combates de barricadas que ninguna otra ciudad del mundo a enfrentarse con el Poder p'blico armado, pero no con las armas que ellos tenían tambi0n en sus manos, sino con un paro general, con una medida que sólo afecta directamente a los burgueses indi)iduales, pero que no )a contra su representación colecti)a, contra el Poder del Estado. >os obreros barceloneses "abían podido, en la inacti)idad de los tiempos de pa-, prestar oído a las frases )iolentas de "ombres tan mansos como !lerini, $arga Pellicer *i#as pero cuando llegó la "ora de actuar, cuando !lerini, $arga Pellicer *i#as lan-aron, primero, su famoso programa electoral, luego se dedicaron constantemente a calmar los nimos, por fin, en )e- de llamar a las armas, declararon la "uelga general, acabaron por pro)ocar el desprecio de los obreros. El ms d0bil de los intransigentes re)elaba, con todo, ms energía que el ms en0rgico de los aliancistas. >a !lian-a la (nternacional mangoneada por ella perdieron toda su influencia , cuando estos caballeros proclamaron la "uelga general, bao el prete/to de parali-ar con ello la acción del 6obierno, los obreros se ec"aron sencillamente a reír. Pero la acti)idad de la falsa (nternacional "abía conseguido, por lo menos, que @arcelona se mantu)iese al margen del al-amiento cantonal. entro de 0l, la representación de la clase obrera era, en todas partes, un elemento mu fuerte @arcelona era la 'nica ciudad cua incorporación podía respaldar de un modo firme a este elemento obrero darle la perspecti)a de "acerse due#o, en fin de cuentas, de todo el mo)imiento. !dems, la incorporación de @arcelona puede decirse que "abría decidido el triunfo. Pero @arcelona no mo)ió un dedo los obreros barceloneses, que sabían a qu0 atenerse respecto a los intransigentes "abían sido enga#ados por los aliancistas, se cru-aron de bra-os dieron con ello el triunfo final al 6obierno de Madrid. Jodo lo cual no impidió a los aliancistas !lerini @rousse Facerca de cuas personas da ms detalles el informe sobre la !lian-aG declarar en su periódico "olidarit rvolutionnaire #l movimiento revolucionario se e$tiende como un reguero de pólvora por toda la pen%nsula&'( #n )arcelona todav%a no ha pasado nada, ·pero en la pla*a p+blica la revolución es permanente!
Pero era la re)olución de los aliancistas, que consiste en mantener torneos oratorios , precisamente por esto, es permanente2, sin mo)erse del sitio. >a "uelga se "abía puesto a la orden del día al mismo tiempo en !lco. !lco es un centro fabril de reciente creación, que cuenta actualmente unos 3+.+++ "abitantes, en el que la (nternacional, en forma ba=uninista, sólo logró penetrar "ace un a#o, desarrollndose luego con gran rapide-. El socialismo, bao cualquier forma, era bien recibido por estos obreros, que "asta entonces "abían permanecido completamente al margen del mo)imiento, como ocurre en algunos lugares re-agados de !lemania, donde repentinamente la !sociación 6eneral Nbrera !lemana adquiere de momento gran n'mero de adeptos. !lco fue elegido, por tanto, para sede de la omisión federal ba=uninista espa#ola esta omisión federal es, precisamente, la que )amos a )er aquí actuar. El 7 de ulio, una asamblea obrera toma el acuerdo de "uelga general al día siguiente en)ía una comisión a entre)istarse con el alcalde, requiri0ndola para que re'na en el t0rmino de )einticuatro "oras a los patronos les presente las rei)indicaciones de los obreros. El alcalde, !lbors, un republicano burgu0s, entretiene a los obreros, pide tropas a !licante aconsea a los patronos que no cedan, sino que se parapeten en sus casas. En cuanto a 0l, estar en su puesto. espu0s de celebrar una entre)ista con los patronos estamos siguiendo el informe oficial de la omisión federal aliancista, que lle)a la fec"a de 1< de ulio de 1873, el alcalde, que en un principio "abía prometido a los obreros mantenerse neutral, lan-a una proclama en la que inuria calumnia a los obreros toma partido por los patronos, anulando así el derec"o la libertad de los "uelguistas retndolos a luc"ar2. ómo los piadosos deseos de un alcalde podían anular el derec"o a la libertad de los "uelguistas, es cosa que no se aclara en el informe. El caso es que los obreros, dirigidos por la !lian-a, "icieron saber aO onceo, por m edio de una comisión que, si no estaba dispuesto a mantener en la "uelga la neutralidad prometida, lo meor que podía "acer era dimitir para e)itar un conflicto. >a comisión no fue recibida , cuando salía del !untamiento, la fuer-a p'blica disparó contra el pueblo, congregado en la pla-a en actitud pacífica sin armas.
!sí comen-ó la luc"a, seg'n el informe aliancista. El pueblo se armó, comen-ó la batalla que "abía de durar )einte "oras2. e una parte, los obreros, que "olidarit rvolutionnaire cifra en 4.+++ de otra parte, 3% guardias ci)iles concentrados en el !untamiento algunas gentes armadas parapetadas en cuatro o cinco casas unto al mercado, casas a las que el pueblo pegó fuego a la buena manera prusiana. Por fin, a los guardias se les agotaron las municiones tu)ieron que capitular. Ao "abría "abido que lamentar tantas desgracias dice el informe de la omisión aliancista si el alcalde !lbors no "ubiera enga#ado al pueblo simulando rendirse "aciendo luego asesinar ale)osamente a los que entraron en el !untamiento findose de su palabra el mismo alcalde no "abría perecido, como pereció a manos de la población, legítimamente indignada, si no "ubiese disparado su re)ól)er a quemarropa contra los que iban a detenerle. Buntas baas causó esta batallaD 5i bien no es posible calcular con e/actitud el n'mero de muertos "eridos Fde parte del puebloG, si podemos decir que no "abrn baado seguramente de die-. e parte de los pro)ocadores, no baan de quince los muertos los "eridos. sa fue la primera batalla calleera de la !lian-a. !l frente de 4.+++ "ombres, se batió durante )einte "oras contra 3% guardias algunos burgueses armados los )enció, despu0s que ellos "ubieron agotado las municiones, perdió, en total, die- "ombres. 5e conoce que la !lian-a inculca a sus iniciados aquella sabia sentencia de $alstaff de que el maor m0rito de la )alentía es la prudencia2. ?uelga decir que todas las noticias terroríficas de los periódicos burgueses, que "ablan de fbricas incendiadas sin obeto alguno, de guardias fusilados en masa, de personas rociadas con petróleo luego quemadas, son puras in)enciones. >os obreros )encedores, aunque est0n dirigidos por aliancistas, cuo lema es Ao "a que reparar en nada2, son siempre demasiado generosos con el enemigo )encido para obrar así, 0ste les imputa todas las atrocidades que 0l no dea de cometer nunca cuando )ence. Eran, pues, )encedores. En !lco dice, lleno de 'bilo, "olidarit rvolutionnaire, nuestros amigos, en n'mero de 4.+++, son due#os de la situación2. *eamos qu0 "icieron de su situación2los tales due#os2. !l llegar aquí, el informe de la !lian-a el periódico aliancista nos dean en la estacada tenemos que contentarnos con la información general de la prensa. Por 0sta nos enteramos de que en !lco se constituó inmediatamente un omit0 de 5alud P'blica2, es decir, un gobierno re)olucionario. Es cierto que en el ongreso celebrado por ellos en 5aint (mier F5ui-aG el 14 de septiembre de 187%, los aliancistas "abían acordado que toda organi-ación de un Poder político, del Poder llamado pro)isional o re)olucionario, no puede ser ms que un nue)o enga#o resultaría tan peligrosa para el proletariado como todos los gobiernos que e/isten actualmente2. !dems, los miembros de la omisión federal de Espa#a, residente en !lco, "abían "ec"o lo indecible para conseguir que el ongreso de la 5ección espa#ola de la (nternacional "iciese suo este acuerdo. Pero, a pesar de todo esto, nos encontramos que 5e)erino !lbarracín, miembro de aquella omisión, , seg'n ciertos informes, tambi0n $rancisco Joms, su secretario, forman parte de ese gobierno pro)isional re)olucionario que era el omit0 de 5alud P'blica de !lco. B; qu0 "i-o este omit0 de 5alud P'blicaD Bules fueron sus medidas para lograr la emancipación inmediata completa de los obrerosD2 Pro"ibir que ning'n "ombre saliese de la )illa, autori-ando en cambio para "acerlo a las mueres, siempre cuando que1< Htu)iesen paseI H>os enemigos de la autoridad restableciendo el r0gimen de pasesI Por lo dems, la ms completa confusión, la ms completa inacti)idad, la ms completa ineptitud. Entretanto, el general *elarde a)an-aba con sus tropas desde !licante. El 6obierno tenía sus ra-ones para ir apaciguando silenciosamente las insurrecciones locales de las pro)incias. ; los due#os de la situación2 de !lco tenían tambi0n las suas para -afarse de un estado de cosas con el que no sabían qu0 "acer. Por eso, el diputado er)era, que actuaba de mediador, encontró el camino llano. El omit0 de 5alud P'blica resignó sus poderes, las tropas entraron en la )illa el 1% de ulio sin encontrar la menor resistencia la 'nica promesa que se "i-o a cambio al omit0 de 5alud P'blica fue1< dar una
amnistía general. >os aliancistas due#os de la situación2 "abían salido realmente del aprieto una )ems. ; con esto terminó la a)entura de !lco. En 5anl'car de @arrameda, unto a di-, el alcalde relata el informe aliancista clausura el local de la (nternacional , con sus amena-as sus incesantes atentados contra los derec"os personales de los ciudadanos, pro)oca la cólera de los obreros. Kna comisión reclama del ministro el respeto del derec"o la reapertura del local, arbitrariamente clausurado. El se#or Pi accede a ello en principio1< pero denegndolo en la prctica los obreros )en que el 6obierno trata de colocar a su !sociación sistemticamente fuera de la le destituen a las autoridades locales ponen en su lugar a otras, que ordenan la reapertura del local de la !sociación2. HEn 5anl'car1< el pueblo es due#o de la situaciónI2, e/clama triunfalmente "olidarit rvolutionnaire. >os aliancistas, que tambi0n aquí, en contra de sus principios anarquistas, institueron un gobierno re)olucionario, no supieron por dónde empe-ar a ser)irse del Poder. Perdieron el tiempo en debates )acuos acuerdos sobre el papel, el 4 de agosto, despu0s de ocupar las ciudades de 5e)illa di-, el general Pa)ía destacó a unas cuantas compa#ías de la brigada de 5oria para tomar 5anl'car 1< no encontró la menor resistencia. sas son las "a-a#as "eroicas lle)adas a cabo por la !lian-a donde nadie le "acía la competencia. &&& (nmediatamente despu0s de la batalla librada en las calles de !lco, se le)antaron los intransigentes en !ndalucía. Pi Margall estaba toda)ía en el Poder en continuas negociaciones con los efes de este grupo político, para formar con ellos un nue)o ministerio. BPor qu0, pues, ec"arse a la calle, sin esperar a que fracasaran las negociacionesD >a ra-ón de estas prisas no "a llegado a ponerse totalmente en claro. >o 'nico que puede asegurarse es que los se#ores intransigentes trataban ante todo de que se lle)ase a la prctica cuanto antes la &ep'blica federal para, de este modo, poder escalar el Poder los muc"os cargos nue)os que "abrían de crearse en los distintos cantones. En Madrid, las ortes tardaban muc"o en descuarti-ar a Espa#a "abía que tomar cartas en el asunto proclamar en todas partes cantones soberanos. >a actitud que "abían )enido manteniendo "asta entonces los internacionales Flos en)ueltos ba=uninistasG, de lleno, desde las elecciones, en los maneos de los intransigentes, permitía contar con su colaboración adems, precisamente se "abían apoderado de !lco por la )iolencia estaban, por lo tanto, en luc"a abierta con el 6obierno. ! esto se a#adía el que los ba=uninistas "abían )enido predicando durante muc"os a#os que toda acción re)olucionaria de arriba abao era perniciosa que todo debía organi-arse lle)arse a cabo de abao arriba. ; "e aquí que a"ora se les deparaba la ocasión de implantar de abao arriba, al menos en unas cuantas ciudades, el famoso principio de la autonomía. Ai que decir tiene que los obreros ba=uninistas se tragaron el an-uelo sacaron las casta#as del fuego a los intransigentes para luego )erse recompensados por sus aliados, como siempre, con puntapi0s balas de fusil. *eamos cul fue la posición de los internacionales ba=uninistas en todo este mo)imiento. !udaron a imprimirle el sello de la atomi-ación federalista reali-aron su ideal de la anarquía en la medida de lo posible. >os mismos ba=uninistas que, pocos meses antes, en órdoba, "abían anatemati-ado como una traición una a#aga-a contra los obreros la instauración de gobiernos re)olucionarios formaban a"ora parte de todos los gobiernos municipales re)olucionarios de !ndalucía, pero siempre en minoría, de modo que los intransigentes podían "acer cuanto les )iniera en gana. Mientras 0stos monopoli-aban la dirección política militar del mo)imiento, a los obreros se les despac"aba con unos cuantos tópicos brillantes o con unos acuerdos sobre supuestas reformas sociales del carcter ms tosco absurdo que, adems, sólo e/istían sobre el papel. En cuanto los líderes ba=uninistas pedían alguna concesión real positi)a, se les rec"a-aba desde#osamente. >o ms importante que tenían siempre que declarar los intransigentes directores del mo)imiento a los corresponsales de los periódicos ingleses, era que ellos no tenían nada que )er con estos llamados internacionales que declinaban toda responsabilidad por sus actos, aclarando bien que tenían estrictamente )igilados por la policía a sus efes a todos los emigrados de la omuna de París. $inalmente, en 5e)illa, como )eremos, los intransigentes, durante el combate contra las tropas del 6obierno, dispararon tambi0n contra sus aliados ba=uninistas. !sí sucedió que, en el transcurso de pocos días, toda !ndalucía estu)o en manos de los intransigentes armados. 5e)illa, Mlaga, 6ranada, di-, etc., caeron en su poder casi sin resistencia. ada ciudad se declaró cantón independiente nombró una Qunta re)olucionaria de gobierno. >o mismo "icieron despu0s Murcia, artagena *alencia. En 5alamanca se "i-o tambi0n un ensao por el estilo, pero de carcter ms pacífico. !sí estu)ieron la maoría de las grandes ciudades de Espa#a en poder de los insurrectos, con e/cepción de la capital, Madrid simple ciudad de luo, que casi nunca inter)iene decididamente, de @arcelona. 5i @arcelona se "ubiese lan-ado, el triunfo final "abría sido casi seguro
, adems, se "abría asegurado un refuer-o firme al elemento obrero que tomaba parte en el mo)imiento. Pero a "emos )isto que en @arcelona los intransigentes no tenían apenas fuer-a que los internacionales ba=uninistas, que por aquel entonces eran a'n mu fuertes allí, tomaron la "uelga general como prete/to para escurrir el bulto. !sí, pues, esta )e- @arcelona no estu)o en su puesto. Ao obstante, esta insurrección aunque iniciada de un modo descabellado, tenía a'n grandes perspecti)as de 0/ito si se la "ubiera dirigido con un poco de inteligencia, siquiera "ubiese sido al modo de los pronunciamientos militares espa#oles, en que la guarnición de una pla-a se suble)a, )a sobre la pla-a ms cercana, arrastra consigo a su guarnición, preparada de antemano, , creciendo como un alud, a)an-a sobre la capital, "asta que una batalla afortunada o el paso a su campo de las tropas en)iadas contra ella decide el triunfo. Jal m0todo era especialmente adecuado en esta ocasión. >os insurrectos se "allaban organi-ados en todas partes desde "acía muc"o tiempo en batallones de )oluntarios, cua disciplina era, a decir )erdad, p0sima, pero no peor, seguramente, que la de los restos del antiguo e0rcito espa#ol, descompuesto en su maor parte. >a 'nica fuer-a de confian-a de que disponía el 6obierno era la 6uardia i)il, 0sta se "allaba desperdigada por todo el país. !nte todo "abía que impedir la concentración de los guardias ci)iles , para ello, no e/istía ms recurso que tomar la ofensi)a a)enturarse a campo abierto la cosa no era mu arriesgada, pues el 6obierno sólo podía oponer a los )oluntarios tropas tan indisciplinadas como ellos mismos. ;, si se quería )encer, no "abía otro camino. Pero, no. El federalismo de los intransigentes de su ap0ndice ba=uninista consistía, precisamente, en dear que cada ciudad actuase por su cuenta declaraba esencial, no su cooperación con las otras ciudades, sino su separación de ellas, con lo cual cerraba el paso a toda posibilidad de una ofensi)a general. >o que en la guerra de los campesinos alemanes en las insurrecciones alemanas de mao de 18<9 "abía sido un mal ine)itable la atomi-ación el aislamiento de las fuer-as re)olucionarias, que permitió a unas las mismas tropas del 6obierno ir aplastando un al-amiento tras otro, se proclamaba aquí como el principio de la suprema sabiduría re)olucionaria. @a=unin pudo disfrutar de este desagra)io. ;a en septiembre de 187+ Fen sus >ettres R un $ranSaisG "abía declarado que el 'nico medio para e/pulsar de $rancia a los prusianos con una luc"a re)olucionaria consistía en abolir toda dirección centrali-ada dear que cada ciudad, cada aldea, cada municipio, dirigiese la guerra por su cuenta. 5i al e0rcito prusiano, con su dirección 'nica, se oponía el desencadenamiento de las pasiones re)olucionarias, el triunfo era seguro. $rente a la inteligencia colecti)a del pueblo franc0s, abandonado por fin de nue)o a sus propios destinos, la inteligencia indi)idual de Molt=e se esfumaría. Entonces, los franceses no quisieron entenderlo así pero en Espa#a se obsequió a @a=unin, como "emos )isto a'n "emos de )er, con un triunfo resonante. Entretanto, la pu#alada trapera de este le)antamiento, organi-ado sin prete/to alguno, imposibilitó a Pi Margall para seguir negociando con los intransigentes. Ju)o que dimitir lo sustitueron en el Poder los republicanos puros del tipo de astelar, burgueses sin disfra-ar, cuo primer designio era dar al traste con el mo)imiento obrero, del que antes se "abían ser)ido, pero que a"ora les estorbaba. ! las órdenes del general Pa)ía se formó una di)isión para mandarla contra !ndalucía, otra a las órdenes de Martíne- ampos para en)iarla contra *alencia artagena. >a flor de esas di)isiones eran los guardias ci)iles traídos de todas partes de Espa#a, todos ellos antiguos soldados cua disciplina se mantenía a'n inconmo)ible. omo "abía ocurrido con los gendarmes en la marc"a del e0rcito )ersall0s sobre París, la misión de estos guardias ci)iles era refor-ar las tropas de línea desmorali-adas e ir siempre a la cabe-a de las columnas de ataque, cometido que, en ambos aspectos, cumplieron en la medida de sus fuer-as. !dems de ellos, contenían las di)isiones algunos regimientos de línea refundidos, de modo que cada una de ellas estaba compuesta por unos 3.+++ "ombres. Era todo lo que el 6obierno podía mo)ili-ar contra los insurrectos. El general Pa)ía se puso en marc"a "acia el %+ de ulio. El %< fue ocupada órdoba por una columna de guardias ci)iles tropas de línea al mando de &ipoll. El %9, Pa)ía atacó las barricadas de 5e)illa, la cual caó en sus manos el 3+ o el 31 Flos telegramas no permiten fiar con seguridad las fec"asG. eó una columna mó)il para someter los alrededores a)an-ó sobre di-, cuos defensores no se batieron ms que en el acceso a la ciudad, aun aquí con pocos bríos luego, el < de agosto, se dearon desarmar sin resistencia. En los días siguientes desarmó, tambi0n sin resistencia, a 5anl'car de @arrameda, 5an &oque, Jarifa, !lgeciras otra multitud de peque#as ciudades, cada una de las cuales se "abía erigido en cantón independiente. !l mismo tiempo, en)ió columnas contra Mlaga 6ranada, que capitularon sin resistencia el 3 el 8 de agosto respecti)amente así, el 1+ de agosto, en menos de 14 días casi sin luc"a, "abía quedado sometida toda !ndalucía.
El %: de ulio inició Martíne- ampos el ataque contra *alencia. !quí, la insurrección "abía partido de los obreros. !l escindirse en Espa#a la (nternacional, en *alencia obtu)ieron la maoría los internacionales aut0nticos el nue)o onseo federal espa#ol fue trasladado a esta ciudad. ! poco de proclamarse la &ep'blica cuando a se )islumbraba la inminencia de combates re)olucionarios, los obreros ba=uninistas de *alencia, desconfiando de los líderes barceloneses, que disfra-aban su tctica de apaciguamiento con frases ultrarre)olucionarias, prometieron a los aut0nticos internacionales que "arían causa com'n con ellos en todos los mo)imientos locales. !l estallar el mo)imiento cantonal, inmediatamente ambas fracciones se lan-aron a la calle, utili-ando a los intransigentes, desaloaron a las tropas. Ao se "a sabido cul era la composición de la Qunta de *alencia sin embargo, de los informes de los corresponsales de la prensa inglesa se desprende que en ella, al igual que entre los )oluntarios )alencianos, tenían los obreros preponderancia decisi)a. Esos mismos corresponsales "ablaban de los insurrectos de *alencia con un respeto que distaban muc"o de dispensar a los otros rebeldes, en su maoría intransigentes ensal-aban su disciplina el orden reinante en la ciudad pronosticaban una larga resistencia una luc"a enconada. Ao se equi)ocaron. *alencia, ciudad abierta, se sostu)o contra los ataques de la di)isión de Martíne- ampos desde el %: de ulio "asta el 8 de agosto, es decir, ms tiempo que toda !ndalucía unta. En la pro)incia de Murcia, las tropas ocuparon sin resistencia la capital, del mismo nombre. espu0s de tomar *alencia, Martíne- ampos marc"ó sobre artagena, una de las fortale-as meor defendidas de Espa#a, protegida por tierra por una muralla una serie de fortines destacados en las alturas dominantes. >os 3.+++ soldados del 6obierno, pri)ados de artillería de sitio, eran, naturalmente, impotentes, con sus ca#ones ligeros, contra la artillería pesada de los fuertes tu)ieron que limitarse a poner cerco a la ciudad por el lado de tierra pero esto no significaba gran cosa, mientras los cartageneros dominasen el mar con los barcos de guerra apresados por ellos en el puerto. >os suble)ados, que, mientras se luc"aba en *alencia !ndalucía, sólo se "abían ocupado de ellos mismos, empe-aron a pensar en el mundo e/terior despu0s de estar reprimidas las dems suble)aciones, cuando empe-aron a escasearles a ellos el dinero los )í)eres. Entonces, "icieron primero una tentati)a de marc"ar sobre Madrid, Hque distaba de artagena, por lo menos, :+ millas alemanas, ms del doble que, por eemplo, *alencia o 6ranadaI >a e/pedición tu)o un fin lamentable no leos de artagena el cerco cortó el paso a otro intento de salida por tierra. 5e lan-aron, pues, a "acer salidas con la flota. H; qu0 salidasI Ao podía ni "ablarse de )ol)er a suble)ar, con los barcos de guerra cartageneros, los puertos de mar que acababan de ser sometidos. Por tanto, la marina de guerra del antón soberano de artagena se limitó a amena-ar con que bombardearía a las dems ciudades del litoral marítimo desde *alencia "asta Mlaga tambi0n soberanas, seg'n la teoría cartagenera, en caso necesario, a bombardearlas real efecti)amente, si no traían a bordo de sus buques los )í)eres e/igidos una contribución de guerra en moneda contante sonante. Mientras estas ciudades "abían estado le)antadas en armas contra el 6obierno como cantones soberanos, en artagena regía el principio de Hcada cual para síI2 !"ora, que estaban derrotadas, tenía que regir el principio de Htodos para artagenaI2 !sí entendían los intransigentes de artagena sus secuaces ba=uninistas el federalismo de los cantones soberanos. Para refor-ar las filas de los combatientes de la libertad, el gobierno de artagena dio suelta a los 1.8++ reclusos del penal de aquella ciudad, los peores ladrones asesinos de toda Espa#a. Cue esta medida re)olucionaria le fue sugerida por los ba=uninistas es cosa que no admite duda despu0s de las re)elaciones del informe sobre la !lian-a2. En 0l se demuestra cómo @a=unin se entusiasmaba ante el desencadenamiento de todas las malas pasiones2 cómo proclamaba al bandolero ruso modelo de )erdaderos re)olucionarios. >o que )ale para los rusos, debe )aler tambi0n para los espa#oles. Por tanto, el gobierno cartagenero se austaba por completo al espíritu de @a=unin cuando desencadenó las malas pasiones2 de los 1.8++ matones embotellados, lle)ando con ellos "asta el e/tremo la desmorali-ación entre sus tropas. ; cuando el 6obierno espa#ol, en )e- de des"acer a ca#ona-os sus propias fortificaciones, esperaba la sumisión de artagena de la descomposición interior de sus defensores, seguía una política totalmente acertada. &' Escuc"emos a"ora el informe de la Aue)a $ederación Madrile#a acerca de todo este mo)imiento. !l ongreso que debía celebrarse en *alencia eO segundo domingo de agosto estaba encomendada, como se )e, la importante misión de determinar la actitud de la federación espa#ola ante los gra)es acontecimientos políticos que se )ienen desen)ol)iendo en Espa#a desde el 11 de febrero 'ltimo, día de la proclamación de la &ep'blica pero la descabellada suble)ación cantonal, abortada miserablemente en la cual tomaron una parte acti)a los internacionales de casi todas las pro)incias suble)adas, "a )enido, no sólo a parali-ar la acción del onseo federal, diseminando a la maor parte de sus miembros, sino que "a desorgani-ado casi por completo las federaciones locales, ec"ando sobre sus
indi)iduos que es lo ms triste todo el peso de la odiosidad, todas las persecuciones que trae siempre consigo una insurrección fracasada torpemente urdida1< !l estallar el mo)imiento cantonal, al constituirse las untas, o sea, los gobiernos de l os cantones, aquellos mismos Flos ba=uninistasG que tanto )ociferaban contra el Poder político, que tan )iolentamente nos acusaban de autoritarios, se apresuraron a ingresar en aquellos gobiernos en ciudades tan importantes como 5e)illa, di-, 5anl'car de @arrameda, 6ranada *alencia, muc"os internacionales de los que se titulan antiautoritarios, formaban parte de las untas cantonales, sin otra bandera que la de la autonomía de la pro)incia o cantón. !sí consta oficialmente en las proclamas dems documentos publicados por las referidas untas, donde internacionales mu conocidos estamparon sus nombres. Janta contradicción entre la teoría la prctica, entre la propaganda el "ec"o significaría mu poco si de semeante conducta resultara o "ubiera podido resultar alguna )entaa para nuestra !sociación, alg'n progreso en el camino de la organi-ación de nuestras fuer-as, alg'n paso dado "acia el cumplimiento de nuestra aspiración fundamental, la emancipación de la clase trabaadora. Pero "a sucedido todo lo contrario, como no podía menos de suceder. $altando la acción colecti)a del proletariado espa#ol, tan fcil si se "ubiera obrado en nombre de la (nternacional, faltando el acuerdo de las federaciones locales quedando por consecuencia abandonado el mo)imiento a la iniciati)a indi)idual o de localidad aislada, sin ms dirección que la que pudiera imprimirle la misteriosa !lian-a, que por desgracia impera toda)ía en nuestra región,1+ sin otro programa que el de nuestros naturales enemigos los republicanos burgueses, el al-amiento cantonal sucumbió de una manera )ergon-osa, casi sin resistencia, arrastrando en su caída el prestigio la organi-ación de la (nternacional en Espa#a. Ao "a e/ceso, crimen ni )iolencia que los republicanos de "o no atribuan a la (nternacional, "abi0ndose dado el caso, seg'n se nos asegura, de que en 5e)illa, durante el combate, los mismos intransigentes "acían fuego a sus aliados los internacionales Fba=uninistasG. >a reacción, apro)ec"ndose "bilmente de nuestras torpe-as, incita a los republicanos a que nos persigan suble)ando al mismo tiempo a los indiferentes contra nosotros, lo que no pudieron lograr en tiempo de 5agasta lo consiguen a"ora "o día en Espa#a el nombre de la (nternacional es un nombre aborrecido "asta para la generalidad de los obreros. En @arcelona muc"as secciones obreras se "an separado de la (nternacional, protestando contra los "ombres del periódico >a $ederación Fórgano principal de los ba=uninistasG contra su ine/plicable conducta en Qere-, Puerto de 5anta María otros puntos, las federaciones se "an declarado disueltas en >oa Fpro)incia de 6ranadaG "an sido e/pulsados los pocos internacionales que allí "abía en Madrid, donde se disfruta de la maor libertad, la antigua federación Fba=uninistaG no da la ms le)e se#al de )ida, la nuestra se )e for-ada a permanecer inacti)a silenciosa por no cargar con culpas aenas en las localidades del Aorte la guerra cada )e- ms encarni-ada de los carlistas impide toda clase de trabaos por 'ltimo, en *alencia, donde despu0s de 14 días de sitio quedó )encedor el 6obierno, los internacionales que no "an "uido tienen que permanecer ocultos, el onseo federal se "alla "o enteramente disuelto2. ?asta aquí, el informe de Madrid. omo )emos, coincide en un todo con el relato "istórico "ec"o en las pginas anteriores. E/aminemos, pues, el resultado de toda nuestra in)estigación 1. En cuanto se enfrentaron con una situación re)olucionaria seria, los ba=uninistas se )ieron obligados a ec"ar por la borda todo el programa que "asta entonces "abían mantenido. En primer lugar, sacrificaron su dogma del abstencionismo político , sobre todo, del abstencionismo electoral. >uego, le llegó el turno a la anarquía, a la abolición del Estado en )e- de abolir el Estado, lo que "icieron fue intentar erigir una serie de peque#os Estados nue)os. ! continuación, abandonaron su principio de que los obreros no debían participar en ninguna re)olución que no persiguiese la inmediata completa emancipación del proletariado, participaron en un mo)imiento cuo carcter puramente burgu0s era e)idente. $inalmente, pisotearon el principio que acababan de proclamar ellos mismos, principio seg'n el cual la instauración de un gobierno re)olucionario no es ms que un nue)o enga#o una nue)a traición a la clase obrera, instalndose cómodamente en las untas gubernamentales de las distintas ciudades, adems casi siempre como una minoría impotente, neutrali-ada políticamente e/plotada por los burgueses. %. !l renegar de los principios que "abían )enido predicando siempre, lo "icieron de la manera ms cobarde ms embustera bao la presión de una conciencia culpable, sin que los propios ba=uninistas ni las masas acaudilladas por ellos se lan-asen al mo)imiento con ning'n programa ni supiesen remotamente lo que querían. Bul fue la consecuencia natural de estoD Cue los ba=uninistas entorpeciesen todo mo)imiento, como en @arcelona, o se )iesen arrastrados a le)antamientos aislados,
irrefle/i)os est'pidos, como en !lco 5anl'car de @arrameda, o bien que la dirección de la insurrección caera en manos de los burgueses intransigentes, como ocurrió en la maoría de los casos. !sí, pues, al pasar a los "ec"os, los gritos ultrarre)olucionarios de los ba=uninistas se tradueron en medidas para calmar los nimos, en le)antamientos condenados de antemano al fracaso o en la ad"esión a un partido burgu0s, que, adems de e/plotar ignominiosamente a los obreros para sus fines políticos, los trataba a patadas. 3. >o 'nico que "a quedado en pie de los llamados principios de la anarquía, de la federación libre de grupos independientes, etc., "a sido la dispersión sin tasa sin sentido de los medios re)olucionarios de luc"a, que permitió al 6obierno dominar una ciudad tras otra con un pu#ado de tropas sin encontrar apenas resistencia. <. $in de fiesta Ao sólo la 5ección espa#ola de la (nternacional lo mismo la falsa que la aut0ntica se "a )isto en)uelta en el derrumbamiento de los intransigentes, "o esta 5ección en tiempos numerosa bien organi-ada est de "ec"o disuelta, sino que, adems, se le atribue todo el c'mulo de e/cesos imaginarios sin el cual los filisteos de todos los países no pueden concebir un le)antamiento obrero con lo que se "a "ec"o imposible, acaso por muc"os a#os, la reorgani-ación internacional del proletariado espa#ol. 4. En una palabra, los ba=uninistas espa#oles nos "an dado un eemplo insuperable de cómo no debe "acerse una re)olución.