EN UN ORIGEN LAS PALABRAS ERAN MAGIA Steve de Shazer EN UN ORIGEN LAS PALABRAS ERAN MAGIA Grupo: PSICOLOGÍA Subgrupo: TERAPIA FAMILIAR
EN UN ORIGEN LAS PALABRAS ERAN MAGIA por Steve de Shazer geds. Título del original en inglés: Words Were Origínally Magic O 1994 by Steve de Shazer Publicado por W. W. Norton & Company, Inc. New York • London Dylan Thomas: Poems of Dylan Thomas. Copyright © 1967 by The Trustees for the Copyrights of Dylan Thomas. Reproducido con autorización de New Directions Publishing Corp. and David Higham Associates Ltd. Traducción: Alcira Bixio Primera edición, junio de 1999, Barcelona © by Editorial Gedisa S.A. Muntaner 460, entlo. lá Tel. 201 60 00 08006 - Barcelona, España e-mail:
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Queda prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio de impresión, en forma idéntica, extractada o modificada, en castellano o cualquier otro idioma. !SAO - CID PROCESOS TÉCNICOS UN(VA Procedencia Indice AGRADECIMIENTOS1 1 INTRODUCCIÓN .. 13 Parte I ... 21 1. "Nada más que... un intercambio de palabras" .. 23 2. Lenguaje y estructura, estructura y lenguaje 32 3. El agujero [totalidad] de Lacan ... 46 4. Llegar a la superficie del problema52 5. La "epistemología" de Bateson: ¿un agujero negro? ... 65 6. Freud estaba equivocado: las palabras no perdieron nada de su magia74 Parte II .. 91 7. Hablar del problema/hablar de la solución93 8. Llegar a los "problemas" de la superficie .. 123: 9. Escuchar o tomar en serio lo que dice el paciente 144 10. ¿"Qué anda mejor" después de la primera entrevista? ..172 -x-11. Construir historias de logros: entrevistas de consulta ... 195 "2. Casi un cinco .. 226 +13. Superficies: en busca de una solución .. 257 .14. Espere un minuto, ¡eso sería un milagro!284 15. Epílogo 317 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS .. 321 INDICE TEMÁTICO329 7 Insoo Kim Berg Dar (Charles Darwin) de Shazer John H. Weakland tres de mis personas favoritas Agradecimientos Ante todo, deseo agradecer a Insoo Kim Berg por su permanente apoyo. Sin ella este libro no habría sido posible. A decir verdad, sin ella el enfoque de la terapia descripto en mis libros no habría sido posible. También quiero agradecer a John H. Weakland por las muchas horas de conversación durante años sobre cosas que son de interés mutuo. De maneras que son demasiado numerosas para mencionar aquí, John influyó en toda mi obra desde el primer momento en que nos pusimos en contacto. También debo agradecer a Gale Miller y a Ray Gurney por la cuidadosa lectura que hicieron de anteriores versiones del manuscrito y por las discusiones sobre muchos de los temas que trato aquí. También quiero agradecer a todas las personas que trabajaron conmigo en los múltiples talleres y seminarios de los que participé en años recientes. Sin las preguntas y comentarios de estas personas para señalar el camino correcto, yo nunca hubiera podido imaginar el alcance que podría tener este libro. En realidad, son demasiadas las personas a las que debo agradecer. Ciertamente debo dar las gracias a Susan B. Munro de W. W. Norton por la gran destreza editorial que mostró en su trabajo y por la fe que tiene en lo que escribo. Por supuesto, también debo agradecer a los muchos pacientes con los que he hablado y a los que he observado a través de un vidrio espejado, por todo lo que me han enseñado al correr de los años. Introducción
El perjudicaba su visión observando desde demasiado cerca el objeto. Es posible que pudiera tal vez ver un punto o dos con excepcional claridad, pero así necesariamente perdía de vista el conjunto. Existe pues una actitud que puede considerarse como demasiado profunda. No siempre la verdad se halla en el fondo de un pozo. C. Auguste Dupin (Los asesinatos de la calle Morgue) Érase una vez un tal Sigmund Freud que vivía en Viena, la ciudad de los sueños, la capital de un imperio mágico donde, al pasar de un siglo al otro, resultaba evidente que nada era lo que parecía ser (Janik y Toulmin, 1973). Freud pasaba la vida escuchando lo que le contaban personas perturbadas sobre sus perturbadas y perturbadoras vidas. Advertía que las historias eran bastante extrañas, a veces enigmáticas, con frecuencia inexplicables. Entonces, decidió hipnotizar a esas personas perturbadas para volver a oír lo que decían sobre sus vidas después de tal operación. Pero las historias que aquellas contaban mientras se encontraban en trance eran aun más inescrutables y misteriosas. Freud se preguntaba cuál de esas versiones sería la verdadera. ¿Qué era lo que expresaba la realidad de sus vidas? Esas personas también le hablaban a Freud sobre sus sueños y eran historias que parecían bastante desorganizadas y carentes de significación. Sin embargo, como vivía en un reino mágico, Freud sabía que lo extraño y extravagante no era 13 ni grotesco ni exótico ni caprichosamente engendrado; esas personas llevaban máscaras que encubrían la realidad. De esa manera Freud escuchaba tres tipos de narraciones: a) historias que la gente le contaba cuando estaba en estado de vigilia, b) historias contadas cuando se encontraban en trance y c) historias sobre sueños o historias contadas sobre historias que ocurrían cuando el narrador estaba dormido. Freud se preguntaba cuál de ellas era verdaderamente real. Entonces puso orden en todo cuanto había escuchado y, como no era capaz de determinar cuál de las tres versiones era la verdadera, atendió a las leyes de la naturaleza que pudieran estar en la base de los fenómenos tan dispares que estaba estudiando y se puso a escudriñar detrás de ellos y por debajo de ellos para hallar la verdad. Como tenía un espíritu moderno, científico y objetivo, decidió que la única manera de explicar por qué algunos hacían lo que hacían, era suponer la existencia de algo en el interior de la persona, a saber, pulsiones o instintos. Una vez realizado su análisis y una vez encontrada la verdad, Freud logró clasificar y explicar esas relaciones que la gente le narraba. Luego comenzó a comunicar a otras perso nas sus versiones sobre la verdad subyacente de las narraciones que le habían hecho. Como era médico, Freud construyó esos informes de conformidad con el modelo científico y positivista de sus días que consideraba enfermedades, categorías, causas, mecanismos, fuerzas, desplazamientos, represiones y resistencias, fenómenos todos que podían explicar la causa de que acontecieran esos hechos perturbadores. Como observó Don Jackson, hay cierta similitud científica y metafórica entre el superyó de Freud y el demonio de Clerk-Maxwell (Jackson, 1967).
Y el mundo se manifestaba como hechizado; después de todo aquellas eran historias vienesas, historias mágicas, en las que nada era exactamente lo que parecía ser. Afortunadamente, esos modos de narración a veces ayudaban a las personas a contar nuevas historias que resultaban menos perturbadoras. Y por eso, ocurrió que otros médicos, que también eran modernos y objetivos, comprobaron que podían dar versiones de las historias de las personas perturbadas con las que estaban trabajando usando las líneas trazadas por Sigmund Freud. Así nació un paradigma científico y analítico, una industria del contar historias. Como eran modernos, todos creían en la ciencia, creían en la verdad de tales historias. No había duda de que esas perturbadoras narraciones eran producto de mentes perturbadas, de almas perturbadas, de psiques perturbadas, que suponían deficiencia de la prueba de realidad. A su debido tiempo, muchos otros terapeutas, científicos o no, comprobaron que las tramas de estos cuentos vieneses eran dignas de volver a contarse. Esa industria de volver a contar historias se difundió por toda Europa y a través de los mares. En Palo Alto, una ciudad muy distante en todos los sentidos de la mágica Viena, se encontraba Don Jackson, médico y hombre de ciencia que desarrolló nuevas tramas para tratar los relatos que él volvía contar. Como vivía en la era del espíritu familiar, las personas perturbadas que le contaban sus perturbadoras historias le hablaban de sus familias. Le contaban cosas que estaban más allá del análisis, cosas ajenas al repertorio freudiano de personajes y casos. Como era un médico relacionado con un grupo de investigación (Gregory Bateson, John Weakland y Jay Haley), Jackson volvió a relatar historias construidas según el modelo científico de su época, en el cual entraban conceptos tales como sistemas, homeostasis, redundancia, evasiones, categorías, comunicación, relaciones, simetría y asimetría, causas circulares, mecanismos, clase y miembros, doble vínculo y resistencias. Según todos sabemos, hay que ver para creer; por eso, en su condición de investigadores y científicos, Jackson, Bateson, Weakland y Haley no sólo se valieron del modelo de indagación científico de sus días como un prototipo para tratar las historias que volvían a contar, sino que también usaron la tecnología más avanzada de que se disponía en aquella época. Perforaron paredes e instalaron vidrios espejados, grabaron cintas y filmaron a las familias perturbadas que contaban sus penosos sucesos. Ahora ya no dependían de cada una de las palabras de la versión de algún terapeuta, sino que podían oír y ver cómo las historias eran contadas, de suerte que podían volver a contarlas según el punto de vista científico de cada uno. 14 15 Y ocurrió que también siendo modernos y científicos, otros terapeutas comprobaron que podían tratar los casos de las personas perturbadas con las que trabajaban aplicando las nuevas técnicas desarrolladas en Palo Alto. Así nació un nuevo paradigma científico, una nueva industria rival de contar historias. La forma
de estas nuevas versiones nos recuerda lo que se dijo de la relatividad de Einstein. El evento "x" se ve de manera diferente según los varios observadores. El padre lo ve de una manera, la madre de una diferente y la hija de una tercera manera. Con un espíritu igualmente científico y moderno, otro médico, un tal Salvador Minuchin, perforó otro agujero en otra pared de otra ciudad. Lo mismo que Jackson, escuchaba relatos que no comprendía, relatos penosos e inquietantes que le contaban las familias, historias que no eran historias vienesas. Minuchin inventó otra serie de líneas de indagación completamente diferentes, muy diferentes por su estructura de aquellas practicadas en California, y tanto era así que Jay Haley atravesó el país para unirse a esta industria rival del relato y dejó que en Palo Alto se ocuparan de las historias breves de Weakland & Co. (La diferencia entre las versiones de Jackson y las versiones de Minuchin era semejante a la diferencia entre la "teoría de las ondas" y la "teoría de las partículas", es decir, diferentes concepciones que dividieron la física durante tanto tiempo.) Otros científicos volvieron a relatar estas historias de familia que cruzaron los mares. Se las escuchó en Italia, donde Mara Selvini-Palazzoli, una médica tan moderna como objeti va, volvió a contar historias maquiavélicas muy sucias que le contaban familias italianas. Pero, por supuesto, y para que no se perdiera del todo la antigua ciencia, Nathan Ackerman y algunos otros hombres de ciencia inexorablemente modernos abordaron esas historias familiares empleando las líneas de investigación freudiana. Murray Bowen y algunos otros comprobaron que las verdades de la antigua ciencia eran verdades obligadas y comprobaron asimismo que las viejas historias eran tan reveladoras y vigorosas que trataron estas cuestiones familiares que les contaban familias perturbadas aplicando el género vienés y así dieron a sus versiones giros maravillosos propios de cuentos de hadas, de suerte que el indiferenciado yo de la familia cobró entusiasmo por bailar al son del vals. Desde otra tierra distante, desde el desierto, llegó otra voz, la voz de otro médico que hablaba de lo que le contaban personas perturbadas. Estos relatos eran tan diferentes de los ortodoxos que los científicos decían que eran historias propias de un hechicero, de un chamán, y que, por lo tanto, eran completamente anticientíficas. Lo mismo que las historias de Jackson y de Minuchin, las historias de Milton H. Erickson escapaban al análisis, puesto que también ellas mismas constituían un género diferente. Esas historias eran profundamente anticientíficas: no sólo habían desaparecido los conceptos de tipos, categorías, causas, mecanismos, fuerzas, desplazamientos, represiones y resistencias -o eran redefinidos por su falta de existencia- sino que también estaban ausentes los conceptos de sistemas, homeostasis, redundancia, evasiones, categorías, comunicación, relaciones, simetría y asimetría, causas circulares, mecanismos, clase y miembros, doble vínculo y resistencias, que constituían el nuevo lenguaje científico. Las versiones de Erickson asumían diferentes formas que nos recuerdan lo que decía Heisenberg, a saber, el observador y sus instrumentos
determinan si ese observador nos cuenta algo sobre "ondas" o sobre "partículas". Así había nacido otra industria rival de contar historias. La mayor parte de las historias que los terapeutas volvían a relatar tendían a caer en el estilo de Sherlock Holmes. En este estilo, el terapeuta -llámese Freud o Ackerman o Jackson o Erickson- necesita tener un conocimiento especializado de acontecimientos o modelos similares, lógica, aptitudes de observación, la habilidad para perseguir la verdad con firmeza y la capacidad de determinar la diferencia entre las pistas y los ardides para apartar la atención del asunto. Holmes era en muchos sentidos el prototipo del hombre de ciencia moderno. Reunía todas las pruebas, los indicios, y luego los interpretaba lógicamente y llegaba por inferencias a "la verdad", a la que ningún otro llegaba. El estilo de Sherlock Holmes sólo es eficaz 16 17 cuando el terapeuta ha ignorado todos los grandes ardides engañosos y se ha concentrado en las claves descubiertas por él mismo y el paciente. Este proceso no siempre es sencillo: existe la posibilidad de obrar como el inspector Lestrade y correr tras las pistas falsas. Recientemente se ha producido un cambio tremendo. Sherlock Holmes desapareció de la escena de los relatos y fue reemplazado por el doctor Who. En el estilo del doctor Who, la terapia funciona en virtud de la magia sistémica. Mientras viaj a a través del tiempo y de las galaxias, el doctor Who trabaj a con una serie de asociados que incluyen a un perro robot, llamado K-9. A menudo el buen doctor da con los problemas y también con las soluciones accidentalmente. Con frecuencia su máquina del tiempo funciona mal y el doctor llega al lugar equivocado en el momento equivocado, con lo cual crea accidentalmente una situación que hace parecer interesante y que requiere una solución. De ahí que el doctor Who y su equipo creen malentendidos, sean mal interpretados e interpreten mal las situaciones. El doctor Who resuelve estos problemas empleando la lógica y la casualidad, lo planificado y lo accidental y la tecnología más avanzada de que dispone. Todos pueden quedar implicados: amigos, enemigos, máquinas y su equipo de colaboradores; pero todo lo que hagan parece ser esencialmente fortuito y tener efectos esencialmente fortuitos. Usualmente el equipo de colaboradores sigue al doctor Who, no para hacer algo con él, puesto que cuando el doctor Who interviene puede ocurrir algo bueno o algo malo: la intervención empeora las cosas con tanta frecuencia como las mejora. En el estilo del doctor Who, el terapeuta necesita tener un buen equipo de colaboradores con abundante conocimiento especializado sobre el modo como reaccionan los sistemas a los eventos fortuitos o no planificados que siempre están ocurriendo. El paciente, el terapeuta y el equipo necesitan, como el doctor Who y sus asociados, sacar provecho de ese malentendido mutuo y de los acontecimientos fortuitos de la vida cotidiana, y ayudar así al paciente a transformar las oportunidades en buenaventura. Como dirían los budistas, debemos recordar que la Objetividad es una Ilusión. Al ser modernos, científicos, objetivos y positivistas, estos relatores de historias vieron, pero no obser
varon (como le dijo una vez Sherlock Holmes al doctor Watson). Todo lo que vieron fue una familia perturbada que contaba su perturbadora historia a un terapeuta. Examinaron desde demasiado cerca, vieron demasiado y, al mirar a través del vidrio espejado, se perdieron algo. Su ciencia y su objetividad dejaron al terapeuta en el punto ciego, separaron al terapeuta y a los observadores de los perturbados narradores, apartaron al conocedor de lo conocido. En una época no muy distante y en un lugar muy alejado y diferente en muchos sentidos de Viena, de Palo Alto y de Filadelfia, observamos a través del espejo y nos asombramos de lo que vimos. Al principio nos pareció inverosímil, increíble. Nos asombraba haber hecho un descubrimiento tan sorprendente, o mejor aún, nos asombraba haber inventado algo tan desconcertante. Lo que observábamos era tan simple y evidente y tan fácil de ver, puesto que estaba directamente en la superficie y había estado desde tanto tiempo antes al alcance de cualquier observador; sin embargo había permanecido oculto en virtud de la objetividad de la ciencia moderna. Vimos a un terapeuta que hablaba con su paciente. Pronto quedó claro que el terapeuta, el que repetía la historia, no era meramente un cronista. En realidad, vimos que quien vuelve a relatar la historia forma parte de ella. La forma del relato de quien vuelve a narrarlo ya fue modelada durante la primera narración. Y llegó a ocurrir que un día un paciente preguntó: "¿Qué opinan ellos (los terapeutas situados detrás del espejo)?". Vimos que los miembros del equipo que permanecían ocultos también formaban parte de la historia que se estaba contando. No éramos observadores apartados o apartables. También nosotros nos reflejábamos en el espejo. Y así nacía otra industria competidora de contar historias. Pronto resultó claro que las preguntas que surgían de la trama freudiana conducían a historias que se ajustaban al género freudiano; que las preguntas procedentes de la línea 18 19 jacksoniana conducían a historias sobre las familias; y que otras preguntas conducían a la trama de un hechicero. Es decir, si pretendo ser Sherlock Holmes, volveré a relatar una historia de una manera científica. Si pretendo ser el doctor Who, contaré la misma historia de un modo sistémico. Uno nunca puede saber cuál es la historia verdadera; uno nunca puede saber qué es realmente real. Las versiones al estilo del doctor Who están más allá del análisis, más allá de la comprensión, como una única historia que trata simultáneamente de ondas y de partículas vuelta a contar por Heisenberg. Las historias que cuentan estos renarradores ya no son modernas ni científicas. Son historias sobre la narración de historias, son un modo de dar nuevas formas a un relato a fin de que la persona perturbada cambie su propia historia. En estas historias ya no hay cosas tales como tipos, categorías, causas, mecanismos, fuerzas, desplazamientos, represiones, homeostasis, redundancia, evasiones, categorías, comunicación, relaciones, simetría y asimetría, causas circulares, mecanismos, clase y miembros, dobles vínculos ni resistencias. Estas historias ya no son solamente producto del individuo perturbado o de una familia enloquecedora; son simultáneamente el producto de la persona perturbada, del terapeuta y de los observadores. Las historias de la terapia ya no proceden
solamente de algo que ocurre "en el interior" de las personas perturbadas y ni siquiera entre ellas, tampoco de algo surgido del interior y del entorno, sino que más bien proceden de todo esto y de algo más que ocurre entre todas esas personas y el terapeuta. Como bien lo sabía Freud, la comprensión no es tan fácil como parece. Cal V 111 and Hobbes I TAKE NWNS PD AD IECTtYES AND USE TkM AS VE7$S. REMEMBER WNEN "Atan WAS A TNiW NOW 1T5 SDMERIING YOV D0. IT GDT VERBED PARTE I CALVIN AND HOBBES copyright 1993 Watterson. Dist. por UNIVERSAL PRESS SYNDICATE. Reproducido con autorización. Todos los derechos reservados by Bill Watterson MA9E F!E CAN EVENTVAW MAKE LAN;VALE A mmk£TE IMPEDtMENT TD VNDERSTANDING. [Me gusta verbalizar las palabras. ¿Qué? Uso sustantivos y adjetivos como verbos. ¿Recuerdas cuando "implemento" era una cosa? Ahora es algo que hago. ¿Ves? se ha verbalizado. Los verbos dan misterio al lenguaje. Quizá con el tiempo logremos hacer que el lenguaje sea un impedimento completo para comprendernos.] 21 "Nada más que... un intercambio de palabras" Las palabras son los médicos de una mente enferma. Esquilo Cuando comencé a hablar y a escribir por primera vez sobre la terapia como una "conversación" (De Shazer, 1988) y como "nada más que un puñado de charla" (De Shazer, 1989), olvidé o quizá no sabía que en su conferencia introductoria sobre psicoanálisis de 1915, Sigmund Freud decía: En un tratamiento psicoanalítico no ocurre nada más que un intercambio de palabras... el paciente habla... el médico escucha... Originalmente las palabras eran mágicas y hasta hoy las palabras han conservado mucho de su antiguo poder mágico... Mediante las palabras puede hacerse a otra persona maravillosamente feliz o llevarla a la desesperación... Las palabras provocan efectos y en general son el medio de influencia mutua entre los hombres. De manera que nosotros no desdeñaremos el uso de las palabras en psicoterapia y nos complaceremos en escuchar las palabras que se intercambian entre el analista y su paciente. (Freud, 1915-1917, vol. 15, pág. 17, la bastardilla es mía) Las palabras son, por supuesto, parte del lenguaje. Tam-i bién lo son los silencios, los gestos, las expresiones faciales, etc. Para mirar la magia de las palabras tenemos que mirar el lenguaje, el contexto dentro del cual las palabras producen su magia. 23 La terapia ocurre dentro del lenguaje y el lenguaje es lo que los terapeutas y el paciente utilizan para hacer terapia; de ahí que, como dice Freud, la terapia pueda considerarse como "un intercambio de palabras", una conversación. Sin embargo, esa es una manera peligrosa de decirlo, puesto que la conversación es una
actividad normal y natural que desarrollan juntas dos o más personas en el mismo lugar; automáticamente suponemos que sabemos de qué estamos hablando cuando empleamos la palabra "conversación". Parece algo tan simple y obvio que ni siquiera hace falta que sepamos algo acerca de las conversaciones para participar en ellas. Suponer que sabemos qué significa semejante término general nos lleva a emplearlo "demasiado libremente, es decir, no como [una de nuestras] herramientas de pensamiento, sino en vez del pensamiento" (Weakland, 1993a, pág. 139). Ese empleo nos lleva a un cambio probablemente ineludible de la palabra "como" a la palabra "es" 1 y lo que podría haber sido un concepto útil deriva hacia una metáfora con dos térmi nos indefinidos. Un primer ejemplo incluye el cambio entre considerar a la familia como un sistema a decir que la familia es un sistema. Por este camino se llega a decir "la terapia es conversación" y, razonablemente, comenzamos a pensar que "terapia es igual a conversación". (La ecuación: si la terapia es conversación, luego la conversación es terapia. Esta es una verdadera metáfora en la que se sustituye un sustantivo por otro con un traslado de la significación.) Mediante la forma gramatical construida alrededor de L "es", comenzamos errada e inadvertidamente a pensar que sabemos todo lo que hay que saber sobre hacer terapia: prima riamente las aptitudes necesarias para mantener una conversación o continuar un diálogo. Esto a su vez nos tienta erradamente a pensar que la terapia es la conversación misma, es decir que "el factor curativo" está en compartir una charla. Así como antes se hablaba de la "relación terapéutica", la expresión "la terapia es conversación" constituye una comparación que aparentemente explica de qué trata en definitiva la terapia y sin embargo es algo tan vago e inespecífico que en realidad no nos dice nada, porque no dejamos de pensar cuando creemos que sabemos de qué estamos hablando. La idea de que hacer terapia puede entenderse como una conversación nos señala y nos recuerda los aspectos interactivos de la tarea, algo que es muy fácil descuidar. Además, las nociones desarrolladas desde que la terapia se concibió como una conversación, como una actividad de la que participan dos o más personas, equilibran de algún modo las significaciones tradicionales y de diccionario de la palabra "terapia" (proveniente del griego, con el significado de cuidar, curar), las cuales ciertamente pueden llevarnos a pensar equivocadamente en el terapeuta como alguien que obra sobre el paciente. Por ejemplo: terapéutico: que sirve para sanar o curar; curativo; dedicado a descubrir y aplicar remedios para las enfermedades. Parte de la ciencia médica que se relaciona con el tratamiento y la cura de enfermedades. Esto es, entender la terapia como una conversación parece ser una útil contradicción de términos, en la medida en que nos lleva a concebir la tarea de hacer terapia y el uso del término "terapia" de modos que socavan y contaminan las definiciones que normalmente ofrece el diccionario de la palabra "terapia" (que, por desgracia, el término, lleva consigo automáticamente). A lo largo de todo este libro y del anterior (De Shazer,1991) he continuado empleando la palabra "terapia" con gran renuencia y vacilación. La he utilizado aun cuando no es exactamente la palabra adecuada, porque es el único término
de que dispongo incluso para empezar a decir qué es esto de lo que estoy hablando, qué es lo que hacemos mis pacientes y yo. Desafortunadamente, "terapia" dice al mismo tiempo más y menos de lo que yo quiero decir cuando utilizo ese término. Pero aún no he pensado ni oído ninguna otra palabra que pueda ocupar su lugar.3 A lo largo de los dos libros yo debería haberla escrito del siguiente modo: Terapia. (Este tipo de tachadura indica una palabra utilizada, pero que en realidad no se desea usar. Puesto que la palabra es inadecuada, aparece cruzada; puesto que la palabra es necesaria, aparece legible.) Terapia escrita así expresa mejor su sentido, pero el uso constantemente repetido de la tachadura resultaría fastidioso y nos distraería tanto a mí (como autor y lector) como a los demás (como lectores). Pero ¿Cómo digo entonces terapia? 24 25 ¿Quiere usted aprender fácilmente las ciencias? Comience por aprender su propia lengua. Etienne Condillac4 (1947, págs. 216-217) Cualquier conversación está llena de palabras mágicas, y las palabras, los silencios, los gestos, etc. son partes del lenguaje. La idea de que la terapia puede entenderse como conver sación apunta a la idea de Condillac de que tenemos que aprender nuestra propia lengua a fin de aprender sobre terapia. En realidad, necesitamos aprender nuestro propio lenguaje para aprender sobre conversaciones, narrativas, relatos y cualquier otro empeño humano. Después de todo, las conversaciones, las narrativas y los relatos utilizan todos el lenguaje no sólo como herramienta sino también como contexto. Ciertamente, los lectores de Condillac, así como los míos, creen que conocen su propia lengua. Ciertamente yo, como escritor, quiero creer lo mismo. Después de todo, la utilizamos permanentemente, en especial cuando hablamos, escuchamos, leemos y escribimos. Emplear la propia lengua parece algo sencillo y sin complicaciones. Como primera parte de un experimento, imagine que usted está leyendo la primera edición de un libro de Sigmund Freud de 1914. En la página 4 encuentra la palabra "depresión" uti lizada por primera vez en ese libro. (En realidad, Freud probablemente habría escrito "melancolía".) ¿Puede usted confiar ciegamente en que sabe con exactitud qué quiso decir Freud con esa palabra? Aunque deseamos decir "sí", la respuesta en realidad es "probablemente no". Al escribir esa palabra, Freud volcó en su escrito todas las experiencias que había tenido con la palabra, lo cual incluía años de práctica y horas de discusión con diversos colegas. Al leer la palabra, tanto yo como usted, volcamos en ella todas nuestras experiencias, lo cual incluye la vasta cantidad de bibliografía e investigación sobre el tema de la depresión realizada desde la época de Freud en adelante. Probablemente cada uno de nosotros haya leído algunas de esas obras, de las que Freud no podía saber nada. Ciertamente hay una superposición mínima que compartimos con Freud, pero eso tal vez no supere lo que dice un artículo estándar de un diccionario. Como resultado de todo ello, no podemos saber exactamente qué quiso decir Freud con la palabra "depresión". Como segunda parte de este experimento, imagine que usted y yo somos moscas que observamos desde un muro cómo Freud escribe su libro. Al mediodía del lunes, él
abandona su escrito después de escribir precisamente la palabra "depresión". Y pasa el resto del día haciendo otras cosas que no están relacionadas con la obra. Cuando el martes al mediodía Freud retoma su trabajo, lee el último párrafo que termina con la palabra "depresión". En ese momento, el mediodía del martes, ¿puede el propio Freud confiar en que está diciendo lo mismo con el término "depresión" que lo que quiso decir al mediodía del lunes? Aunque pueda parecer contraintuitivo, la respuesta es una vez más "probablemente no". Después de todo, podría haber ocurrido algo durante ese intervalo que él suprimió, reprimió o simplemente no creyó que influyera en su visión de la "depresión", pero que en realidad influyó. Además, ¿puede Freud predecir con alguna confianza al mediodía del martes que querrá significar lo mismo con la palabra "depresión" al mediodía del miércoles que lo que quiere decir al mediodía del martes? Una vez más, la respuesta es "probablemente no", porque él no puede saber qué puede ocurrir en las próximas 24 horas que modifique su pensamiento, ya sea directa, ya sea indirectamente. Aunque este experimento puede implicar algunas ultrasimplificaciones, esa inestabilidad de la significación es parte de la manera en que funciona el lenguaje. (Esta es una de las prin cipales razones por las que los autores revisan lo que escriben.) Aprender la propia lengua No puede haber lenguaje sin sentido y desatino. Raymond Gaita (1991, pág. 105) En los siguientes capítulos examinaremos el "lenguaje" desde mucho más cerca. Los esbozos de las principales perspectivas del lenguaje que presentamos a continuación sólo tienen la función de sentar una base, de darle al lector algunas indicaciones de fondo sobre la senda que seguirán los demás capítulos. 26 27 1. Por un lado, la suposición de sentido común es que el lenguaje constituye un medio transparente para expresar hechos ya existentes. Por ejemplo, cuando utilizamos las palabras "árbol" o "río" o "problema marital" o "problema sexual" o "depresión", lo que los términos significan es algo conocido, fijado de antemano y válido en todo momento. La significación de las palabras es clara e inequívoca: una palabra se refiere directamente a la cosa misma. Esto significa -o por lo menos implica- que el cambio no sucede en el lenguaje. Siempre se supone que el lenguaje sólo refleja cambios que se producen con anterioridad a los cambios en el lenguaje. Se entiende que el autor o el hablante puede percibir la verdad de la realidad y expresar esa experiencia mediante el lenguaje. Y por lo tanto el lector y el oyente pueden saber exactamente qué quiso decir el autor o el hablante. En la perspectiva de sentido común, un problema marital es obviamente un problema marital, una depresión es una depresión. Llano y sencillo; todo el mundo sabe exactamente qué queremos decir cuando utilizamos esas palabras. Queda claro entonces que los problemas individuales son obviamente diferentes de los problemas maritales. (Como un contraejemplo, aprendimos algo interesante sobre nuestro trabajo en una reciente investigación complementaria que duró seis meses: los terapeutas tenemos más éxito en cuanto a lograr los "objetivos maritales" cuando tratamos a un solo miembro de la pareja (86%) que cuando tratamos a ambos (81%).)
A veces y para alcanzar diversos propósitos, la perspectiva de sentido común es lo "suficientemente buena". Sin embargo, como lo sugieren los experimentos que acabamos de proponer y el contraejemplo, la cosa no es tan sencilla. Por lo menos hay otras tres maneras diferentes de concebir el modo como funciona el lenguaje. 2. Por otro lado, en el pensamiento occidental tradicional, normalmente se entiende que el lenguaje representa de algún modo la realidad. Esta perspectiva se basa en la noción de que hay una realidad "allí afuera" que puede ser representada; es decir, hay situaciones específicas llamadas "problemas maritales" o "depresiones". Por consiguiente, puede estudiarse el lenguaje observando hasta qué punto representa bien esa realidad. Esta concepción lleva, por supuesto, a la idea de que el lenguaje puede representar "la verdad", lo cual, a su vez lleva inevitablemente, a las ideas tradicionales que están en la base de la ciencia occidental. Específicamente, lleva a la idea de que puede desarrollarse una ciencia del lenguaje y una ciencia de la significación observando por debajo y por detrás de las palabras: un enfoque generalmente llamado "estructuralismo" (Chomsky, 1968; 1980; De Saussure, 1966) que fue utilizado explícitamente por Bandler y Grinder (1975a, 1975b) para estudiar la hipnoterapia y la psicoterapia. De ahí que, aunque sus significaciones puedan ser arbitrarias, es posible saber qué significan las expresiones "problema marital" o "problema sexual" o "depresión", porque sus significaciones fueron fijadas por la tradición. Tanto en la perspectiva de sentido común como en la estructuralista, se considera que los problemas individuales y los problemas maritales existen "allí afuera" en el llamado mundo real y que podemos conocer la diferencia entre estas dos clases de problemas, porque las diferencias existen en el así llamado "mundo real". Entonces, evidentemente, teniendo en cuenta el supuesto adicional de que las soluciones dependen de los problemas (es decir, que las soluciones a los problemas maritales se encuentran dentro de la relación marital y que las soluciones a los problemas individuales se encuentran en el interior del individuo), estas perspectivas limitan y restringen las opciones. Dentro de este marco, no tiene ningún sentido que un terapeuta trabaje con una esposa individualmente con el fin de mejorar el matrimonio. Del mismo modo, no tendría ningún sentido trabajar con la pareja para resolver la depresión del marido. Es decir, tanto la perspectiva de sentido común como la estructuralista nos señalan dónde hay que buscar la solución y donde no hay que buscarla. A veces, y para alcanzar diversos propósitos, como en el caso del enfoque de sentido común, la perspectiva estructuralista da resultado y es "suficientemente buena". Con todo, las cosas no siempre son tan sencillas. Hay por lo menos otras dos maneras diferentes de concebir cómo funciona el lenguaje cuando estas perspectivas encuentran obstáculos. 28 29 3. En tercer lugar y desde otro punto de vista, los budistas dirían que el lenguaje nos bloquea el acceso a la realidad (Coward, 1990). Esto es, ellos también piensan que hay una realidad "allí afuera". De modo que, bastante naturalmente, esta visión lleva a los budistas a la idea de la meditación que se emplea para
desconectar pensamiento y lenguaje, con lo cual el invididuo se pone en contacto con la realidad. En este contexto, las ideas que sustentan la ciencia occidental (la perspectiva estructuralista) naturalmente parecen ilógicas. Desde este punto de vista, las palabras/conceptos "problemas individuales" o "problemas maritales" o "depresión" se entienden como ilusiones con las cuales nos topamos y que nos impiden conocer la "realidad". De ahí que todo lo que podemos hacer es callarnos y dejar que los designios fluyan, puesto que una vez que uno interfiere ya no puede dejar de interferir. A veces y para alcanzar diversos propósitos, como en los casos del enfoque de sentido común y el enfoque estructuralista, la perspectiva budista surte efecto y es "suficientemente buena". Hay por lo menos una manera diferente de concebir el modo como funciona el lenguaje cuando las otras tres perspectivas encuentran obstáculos. que propuse, ni el autor o hablante, ni el lector u oyente pueden estar seguros de que son capaces de comprender con alguna certeza lo que el otro realmente quiere decir, porque cada uno lleva al encuentro toda la carga de su experiencia previa, única. Se llega a la significación a través de la negociación dentro de un contexto específico. Es decir, los mensajes no se envían, sino que sólo se reciben; esto es así tanto en el caso del autor como en el del lector y, por consiguiente, el autor (como Freud en los experimentos propuestos antes) es sólo uno de los muchos lectores. A diferencia de la perspectiva de sentido común, aquí se entiende que el cambio ocurre dentro del lenguaje: aquello sobre lo que hablamos y cómo lo decimos marcan una diferencia y son esas diferencias las que pueden utilizarse para provocar una diferencia (a favor del paciente). De modo que reenmarcar un "problema marital" como si fuera un "problema individual" o un "problema individual" como si fuera un "problema marital" marca una diferencia, tanto en la manera en que hablamos de las cosas como en el sitio donde buscamos las soluciones. Notas 4. En cuarto lugar hay otra visión, comúnmente bautizada como "posestructuralismo"5 (De Shazer, 1991; De Shazer y Berg, 1992; Harland, 1987), una perspectiva que sugiere, sim plemente, que el lenguaje es la realidad. "Depresión", "problemas maritales" y "problemas individuales" son sencillamente construcciones de quienes emplean esos términos. Lo que esos términos significan es arbitrario e inestable, es decir, la significación varía según quién utiliza el término y de acuerdo con la persona a quien se dirige dentro de un contexto específico. Esta manera de pensar sugiere que necesitamos observar el modo como hemos ordenado el mundo en nuestro lenguaje y la manera como nuestro lenguaje (que está antes que nosotros) ha ordenado nuestro mundo. Esto me ha llevado a pensar que tenemos que estudiar el lenguaje a fin de poder estudiar cualquier otra cosa. Con esto quiero decir que, más que observar por debajo y por detrás del lenguaje que utilizan los pacientes y los terapeutas, creo que el lenguaje que ellos emplean es todo lo que tenemos para avanzar. Como lo señalan los experimentos 14
1. Lo cual ya está ocurriendo, por lo menos en talleres y sesiones de entrenamiento. 2. El "es" tiene dos usos diferentes: 1) la rosa es roja y 2) dos por dos es cuatro. Sólo la segunda acepción nos permite sustituir "es" por "igual". Obviamente en las oraciones "la familia es un sistema" y "la terapia es conversación", el "es" está usado en el segundo sentido de equivalencia o igualdad. 3. Véase el capítulo 7. 4. El alcance de la definición de "ciencia" que daba Etienne Condillac en el siglo xviii era, por supuesto, mucho más amplio que el que se tiene a fines del siglo xx. 5. Un término como "estructural" probablemente sería más exacto, pero ya se ha fijado el término "posestructural" que señala que esta concepción fue desarrollada después del estructuralismo. 30 31 2 Lenguaje y estructura, estructura y lenguaje Nunca conjeturo. Es un hábito espantoso que destruye la facultad lógica. Sherlock Holmes (El signo de cuatro) El mundo es en todas sus partes un criptograma que ha de constituirse y reconstituirse mediante... el desciframiento. Jacques Derrida (1978, pág. 76) El hecho más evidente y sin embargo ignorado con la mayor frecuencia es que las sesiones terapéuticas incluyen a dos o más personas que comparten una charla. Esta puede parecer una observación simple, pero no lo es, porque lo que hace posible la charla es el lenguaje y el lenguaje está lejos de ser algo simple. Durante miles de años, filósofos, teólogos, lingüistas, gramáticos, etc. trataron de dar respuesta a la siguiente pregunta: "¿Cómo funciona el lenguaje?" En el siglo xx la perspectiva predominante es el llamado "estructuralismo". Como resultado de esa preponderancia, el estructuralismo parece razonable, obvio y casi natural. Toda la noción de estructura tiene un atractivo muy seductor. Umberto Eco (1992) describe esa ansia o compulsión estructural como parte de la lectura de las escrituras que hacían los gnósticos del siglo n; ellos basaban su búsqueda de la verdad en la idea de que: Todas y cada una de las palabras deben de ser una alusión, una alegoría. Ellas [las palabras] están diciendo algo diferente de lo que parecen decir. Cada una de ellas contiene un mensaje que ninguna podría nunca revelar por sí sola... El conocimiento secreto es conocimiento profundo (porque sólo aquello que está por debajo de la superficie puede permanecer oculto durante mucho tiempo). De ahí que la verdad llegue a identificarse con lo que no se dice o con lo que se dice de manera oscura y debe entenderse más allá o por debajo de la superficie del texto. Los dioses hablan... mediante jeroglíficos y mensajes enigmáticos (pág. 30.) Eco continúa diciendo que "la verdad es secreta y cualquier cuestionamiento de los símbolos y de los enigmas nunca podrá revelar la verdad última, sino que sólo desplazará el secreto a alguna otra parte" (1992, pág. 35); es decir, aun más atrás o más profundamente por debajo de la superficie. El misterio de cualquier tipo comparte este tipo de fascinación por muchas de las mismas razones. Como lo admitirá cualquier lector de novelas de misterio, tratar de seguir las pistas, investigar por detrás y por debajo y de ahí imaginar qué
"ocurre realmente" es en verdad un placer por completo diferente de otros. Tratar de acertar con la intriga tramada por el autor y vencer al detective en la búsqueda de la solución es una parte integrante de la lectura de novelas de misterio. Mientras leo encuentro por completo fascinante observar cómo Sherlock Holmes infiere una multiplicidad de situaciones de los datos más insignificantes. Puede resultar igualmente fascinante observar cómo Sigmund Freud, Jacques Lacan o Ferdinand de Saussure hacen algo muy semejante: indagan por detrás y por debajo de lo que está ocurriendo porque (en un marco estructural) lo que ocurre no es todo lo que en realidad ocurre. Freud y Lacan comparten muchas cosas con Sherlock Holmes, a pesar de que Holmes era un personaje de ficción. (El prototipo de Arthur Conan Doyle era Joseph Bell, un renombrado médico y especialista en diagnosis de Edimburgo.) Freud leía los cuentos de Sherlock Holmes y por lo menos una vez se comparó con este personaje: "Lo hice aparecer como si la más sutil de las pistas me hubiese permitido, al estilo de Sherlock Holmes, suponer toda la situación" (Freud, 1974, pág. 234). Jonathan Culler (1976) ve algunas similitudes entre De Saussure y Freud (y Holmes): "Entonces, en cada caso, a pesar 32 33 de las pretensiones de análisis causal, uno podría decir que lo que se ofrece es una explicación más estructural que causal: uno intenta mostrar por qué una acción particular tiene importancia relacionándola con el sistema de funciones, normas y categorías subyacentes que la hacen posible" (págs. 73-74), es decir, confundiendo las razones con las causas. El impulso de Freud, Lacan, Holmes y De Saussure de cavar cada vez más profundamente en busca de una explicación es muy atractivo y seductor. Mientras continúo leyendo a cada uno de ellos, a veces mucho después de haber decidido detenerme, me pregunto una y otra vez si alguna vez llegarán al fondo de las cosas. Parte del atractivo es la noción misma de estructura, es decir, que haya un fondo al que se pueda llegar y que -sea lo que sea que ocurre- todo puede ser explicado. Pero allí no se acaba la fascinación. Freud y Lacan son también escritores de gran estilo y encanto. Jacques Derrida (quien ciertamente no es un estructuralista) comparte este último atributo. Es interesante señalar que leer a Freud, a Lacan y a Derrida puede llegar a ser tan fascinante como leer a un poeta del estilo de Dylan Thomas, simplemente por el modo que tienen de emplear las palabras (lo cual refleja cuándo intervino un buen traductor). Dentro de este contexto, leer a Ludwig Wittgenstein (el último Wittgenstein no es un estructuralista) es bastante diferente de leer a un poeta como Dylan Thomas y se parece más a leer poemas haiku japoneses, el I Ching o hasta los mensajes crípticos y enigmáticos de las galletas de la fortuna. Una lengua constituye un sistema Una lengua constituye un sistema. Si, como luego veremos, este es el lado por el cual la lengua no es completamente arbitraria y donde impera una razón relativa, también es este el punto donde se manifiesta la incompetencia de la masa para transformarla. Pues este sistema es un mecanismo complejo y no se le puede comprender más que por la reflexión; hasta los que hacen de él un uso cotidiano lo ignoran profundamente. No se podría concebir un cambio semejante más que con la intervención de especialistas, gramáticos, lógicos, etc.; pero la experiencia
demuestra hasta ahora que las injerencias de esta índole no han tenido éxito alguno. Ferdinand de Saussure 1911 (1966, pág. 73)1 De acuerdo con F. de Saussure,2 (a quien generalmente se considera como el fundador de la "lingüística estructural" y frecuentemente del "estructuralismo" como una forma de de sarrollar explicaciones), "el signo lingüístico es una entidad psicológica de dos caras" (1966, pág. 66) que puede representarse mediante el esquema: concepto significado sonido-imagen = significante La combinación de concepto y sonido-imagen, o palabra tal como "árbol", se llama un signo "porque lleva consigo el concepto "árbol", con el resultado de que la idea de la parte sensorial implica la idea del todo" (pág. 67). Según De Saussure, sus términos "significante" y "significado" tienen "la ventaja de indicar la oposición que los separa entre sí y del todo del cual son partes" (pág. 67), mientras al mismo tiempo indican además su relación recíproca y con el término "signo". Tradicionalmente, la relación entre el sonido-imagen y el concepto se consideró fija y determinada de antemano y para todo momento, quizá por algún legislador divino. No obstante (y esto es interesante e importante), De Saussure señala que "el vínculo entre el significante y el significado es arbitrario... [es decir], la idea de "hermana" no está asociada por ninguna relación interna con la 34 35 sucesión de sonidos s-ó-r que en francés sirve como su significante; que esto podría representarse igualmente mediante cualquier otra secuencia queda probado por las diferencias que hay entre los idiomas y por la existencia misma de las diferentes lenguas" (págs. 67-68, la bastardilla es mía). El significado "hermana" tiene su significante "soeur" en Francia y "sister" en Inglaterra. No hay razón para preferir sister a soeur, Ochs a boeuf o a buey. Aunque la relación entre significante y significado es arbitraria y no motivada, De Saussure advierte que "el significante, a pesar de todas las apariencias de haber sido elegido libremente con respecto a la idea que representa [el significado], es fijo, no libre, con respecto a la comunidad lingüística que lo usa" (pág. 71, la bastardilla es mía). "Porque el signo es arbitrario, no acata ninguna ley salvo la de la tradición y porque se basa en la tradición, es arbitrario" (pág. 74); y lo que es importante: "la lengua nunca existe separada de ese hecho social" (pág. 77). significado arbitrario fijado L, significante significado significante inconsciente consciente Esto quiere decir que tanto para De Saussure como para Freud la significación no es necesariamente transparente u obvia y que, por consiguiente, uno necesita observar la estructura subyacente (el concepto, el significado, el inconsciente). De acuerdo con Freud (1912): La inconsciencia es una fase regular e inevitable de los procesos que constituyen nuestra actividad mental; todo acto mental comienza como un acto inconsciente y puede permanecer así o continuar desarrollándose en la conciencia, según
encuentre resistencia o no... Una analogía algo burda pero no del todo inadecuada de esta supuesta relación de la actividad consciente con la actividad inconsciente podría encontrarse en el campo de la fotografía corriente. La primera etapa de la fotografía es el "negativo"; cada toma fotográfica tiene que pasar por el "proceso negativo" y algunos de esos negativos que obtienen la aprobación después de ser examinados, son admitidos en el "proceso positivo" que culmina dando forma a la fotografía. (pág. 264, la bastardilla es mía.) Esto es, cada palabra (significante) está relacionada arbitrariamente con su significación (significado), pero su significación está fijada por tradición. Además, puesto que para De Saussure "en el lenguaje sólo hay diferencias sin términos positivos" (1966, pág. 120), la lengua es un sistema en el cual cada palabra (significante) es distinta de todas las otras y cada concepto o significación (significado) es distinto de todos los demás. La empresa psicoanalítica se basa en: 1) "la interpretación de los sueños [lo cual] es la pieza más completa de la obra que la ciencia joven [el psicoanálisis] ha realizado hasta el presente" (Freud, 1912, pág. 265), o de manera bastante más precisa, la interpretación de los informes conscientes de los sueños destinada a entender sus significaciones inconscientes, y 2) la interpretación de las variadas producciones conscientes, entre las que se incluyen síntomas, para llegar a entender sus significaciones inconscientes. Mejor es interpretar los sueños que soñarlos. Antiguo proverbio coreano Es fácil ver la relación entre el estructuralismo de De Saussure y la obra de su contemporáneo Sigmund Freud,3 que podría esbozarse del modo siguiente: interpretar: 1. explicar la significación de; hacer comprensible, como mediante la traducción; elucidar. 2. tener o mostrar la propia comprensión de la significación de; construir; por ejemplo, interpretó el silencio como desprecio. 3. expresar la significación de, especialmente ofrecer la propia concepción de, representando, criticando o produciendo una obra de arte. 36 37 La conciencia, como dice Freud (1938): no puede ser la esencia de lo mental. Sólo es una cualidad de lo mental y es una cualidad inestable de lo mental, una cualidad que está con más frecuencia ausente que presente. Lo mental, sea cual fuere su naturaleza, es en sí mismo inconsciente y probablemente de un tipo similar al de todos los demás procesos naturales de los que hemos obtenido conocimiento. (pág. 283) De ahí que, para Freud (1938), "nuestro trabajo científico --n psicología consistirá en traducir los procesos inconscientes a procesos conscientes de modo tal de llenar los huecos de la percepción consciente" (pág. 286). Esto equivale a decir que la relación entre inconsciente y consciente se entiende como algo suficientemente fijado para permitir una traducción entre ,r.Yo y otro, como el alemán puede traducirse al francés, o por lo menos, equivale a decir que el inconsciente puede descifrarse como un código. El filósofo Ludwig Wittgenstein (1972), el más joven de los contemporáneos de Freud (que también procedía de Viena) en sus "Conversaciones sobre Freud" de 1943, hace las siguientes observaciones sobre los sueños y la interpretación:
cualquier sugerencia de que podía estar en lo cierto parcialmente, pero no por completo. Si estaba equivocado en una parte, eso podría haber significado para él que se equivocaba en todo, es decir, que no había encontrado realmente la esencia de los sueños. (Wittgenstein, 1972, pág. 48) Además, el filósofo francés Jacques Derrida (1988) en tiende ese énfasis en la interpretación como una compulsión: -como lo entendía el propio Freud- que conduce a une: dificultad bastante inquietante, pero profunda: [Freud] lo más que podría haber admitido es que lo único que tenía en común con el hombre supersticioso era la tendencia, la "compulsión" (Zwang) a interpretar: "no dejar que la casualidad cuente como casualidad, sino interpretarla". La compulsión hermenéutica: eso es todo lo que tienen en común la superstición y el psicoanálisis normal. Freud lo dice explícitamente. No cree en la suerte más de lo que cree el supersticioso. Lo cual quiere decir que ambos creen en la suerte si creer en la suerte significa que uno cree que toda casualidad significa algo y por lo tanto que no existe la casualidad. De ahí surge la identidad de no casualidad y casualidad y de infortunio (mé-chance) y fortuna (la chance). (pág. 22) En las imágenes oníricas parece haber algo que tiene cierta semejanza con los signos de una lengua. Como podría tenerlas una serie de marcas hechas sobre un papel o en la arena. Podrían no ser ninguna de las marcas que reconocemos como un signo convencional de los alfabetos que conocemos y sin embargo tenemos la profunda sensación de que debe de haber un lenguaje de algún tipo: que significan algo. En Moscú hay una catedral con cinco chapiteles. Sobre cada uno de ellos hay una clase diferente de configuración combada. Uno siente la fuerte impresión de que esas diferentes formas y arreglos deben significar algo. Cuando interpretamos un sueño podríamos decir que encaja en un contexto en el cual deja de ser incomprensible. (pág. 45) La importancia de la interpretación en el psicoanálisis de Freud llevó a Wittgestein a creer que Freud, influido por la idea de dinámica del siglo xix, quería encontrar alguna explicación que mostrara qué es soñar. Quería encontrar la esencia de los sueños. Y habría rechazado Joseph Jastrow señala un rasgo de la obra de Freud (en un libro originalmente publicado en 1932) que dice mucho sobre los problemas y fascinaciones simultáneos de cualquier enfoque estructural: "Errar es humano; parece ser freudiano adivinar causas crípticas de lo evidente por sí mismo" (1948, pág. 154). Un acto mágico Dentro del discurso terapéutico contemporáneo, Bandler Grinder (1975a, 1975b) son claramente los herederos de toda esta tradición estructural que fue evolucionando a lo largo de varias etapas intermedias desde De Saussure y Freud. un 1 relación que podría trazarse del modo siguiente: significado = inconsciente = estructura profunda significante =consciente = estructura de superficie 38 39 De acuerdo con Bandler y Grinder (en una serie de libros clásicos que deberían ser de lectura obligada para los terapeutas) lo que el paciente realmente dice (llamado la "Estructura de superficie") no es necesariamente lo que quiere decir, o por lo menos no es todo lo que quiere decir, "en el caso de una Estructura de
superficie, su fuente y su representación más acabada es la Estructura profunda" (Bandler y Grinder, 1975a, pág. 44). Con esto sugieren que para comprender lo que el paciente en realidad quiere significar, es decir, para encontrar las piezas faltantes en la Estructura de superficie, el terapeuta puede "elegir interpretar o conjeturar" (pág. 42, la bastardilla es mía). Para Bandler y Grinder, la efectividad de una forma particular de terapia está vinculada con su capacidad para recuperar piezas "suprimidas" o desaparecidas del modelo que presenta el paciente... su capacidad para identificar cuándo se ha producido una supresión lingüística. Las piezas faltantes en la Estructura de superficie son el material que fue retirado. (pág. 43) Semejante interpretación puede entenderse como la búsqueda de la verdad que no aparece en la Estructura de superficie y que está oculta en la Estructura profunda y, por consiguiente, mantenida en secreto. La significación de lo que dice el paciente puede determinarse con certeza observando la Estructura profunda. De ahí que Bandler y Grinder describan un sistema estructural cerrado muy semejante al de De Saussure y al de Freud. No obstante, de acuerdo con Bandler y Grinder (1975b), hay momentos en los que "a fin de encontrar una significación relevante en la Estructura de superficie... la información debe obtenerse desde afuera de la significación de la Estructura profunda que se infiere de la Estructura de superficie realmente expresada" (pág. 152, la bastardilla es mía). Esto podría esquematizarse del modo siguiente: Estructura profunda [interior] H [¿afuera?] 40 Estructura de superficie Los autores dan el siguiente ejemplo: Estructura de superficie H "Algo fue dado" Estructura profunda<-> "Alguien le dio algo a alguien" "Las palabras algo y alguien no tienen ningún índice referencial. La significación de quién exactamente dio qué a quién no está disponible, ni siquiera en la Estructura profunda. ¿Cómo entonces se hace clara la significación?" (pág. 153). La respuesta que dan Bandler y Grinder es algunas "Estructuras profundas nuevas que contengan índices referenciales (frases nominales) [las cuales] deben, por supuesto, proceder de alguna parte..." (pág. 155), pero ¿de dónde? Toda esta idea de una "nueva Estructura profunda" va contra la propia lógica estructuralista de los autores según la cual la significación está fijada y es determinable. Si la Estructura profunda, que es la fuente de la Estructura de superficie, es una estructura plena, ¿cómo puede faltar algo en ella? ¿Dónde está el "afuera" al que hay que remitirse a fin de llenar los huecos de las piezas perdidas de algo que ya está lleno? Para permanecer dentro de la lógica de Estructura de superficie original/ Estructura profunda, el único lugar al que se puede ir que está "afuera" del "interior" de la Estructura profunda es la Estructura de superficie original misma. [¿afuera?] Estructura más profunda [interior] Estructura profunda H [¿afuera?] Estructura profunda Estructura de superficie [¿afuera?] Semejante oposición de dos conceptos, "interior V "afuera", nunca indica un "enfrentamiento equivalente de dos términos, sino una jerarquía y un orden de
subordinación" (Derrida,1982, pág. 329). ¿Cuál es exactamente la relación estructural entre la plena y acabada Estructura profunda y esta otra nueva Estructura profunda de "afuera" para llenar lo que falta en esa plenitud? O, ¿cuál es exactamente la relación estructural entre 41 la Estructura profunda plena y cierta Estructura más profunda situada "afuera" utilizada para llenar lo que sea que se perdió dentro de la Estructura profunda originalmente plena? Para permanecer dentro de la lógica de un sistema cerrado estrictamente estructural, el único lugar a donde se puede ir a ruscar lo que está faltando dentro de la Estructura profunda -iginal, plena -el único lugar que está "afuera"- es la Es tructura de superficie original. Sin embargo, en el marco de la lógica estructural, esta Estructura de superficie original ya es deficiente o carente como tal. Después de todo, los agujeros en la Estructura de superficie son lo que lleva al concepto de la Estructura profunda en primer lugar. Invertir la jerarquía "adentro"/"afuera" por "afuera7"adentro" es simplemente un modo de comenzar a encarar este acertijo. (Sherlock Holmes, por lo menos, establecería distinciones entre cada uno de los siguientes términos: una "conjetura", una "interpretación", una "deducción" e "inferir" sobre la base de datos.) Una vez que se descubre que a la Estructura profunda le faltan ciertas piezas, ¿cómo puede entenderse la relación entre ese "adentro" y ese "afuera" que no sea como algo arbitrario, indeterminable, imposible de resolver y, por lo tanto, no fijado? Estructura profunda no fijada Estructura de superficie <-J arbitraria Lectura concentrada en el textos La oposición jerárquica puede darse vuelta y puede presentarse el término supuestamente presente como una carencia contra la cual se define el otro término. Esto no significa establecer una nueva jerarquía sino desequilibrar y subvertir la anterior, con lo cual se muestra que no se trata de una cuestión de dominio sino de una relación de ida y vuelta entre dos términos. Andrea Nye (1988, pág. 187) Está claro que si uno pretende determinar estructuraleote el sentido, necesita hacer algo cuando la Estructura profunda es insuficiente, de modo que "se generarán una serie ,,, derivaciones que son formalmente equivalentes a la EstrucVr, profunda" (Bandler y Grinder, 1975b, pág. 155). Pero no ningún equivalente de la Estructura de superficie a del cual pueda generarse esta Estructura profunda de "fuera" equivalente: la única opción que queda es conjeturar l?andler y Grinder, 1975b, pág. 155). Esto aclara la ecuación nue los autores presentaron (supra) entre "interpretación" y =conjetura":5 conjeturar: suponer, formarse una opinión o estimación de (algo) sin recurrir al conocimiento; juzgar al azar. Esta forma de leer a Bandler y Grinder, concentrándonos en el texto mismo, pretende describir un proyecto que "incluye el análisis riguroso de la jerarquía de... valores, y luego la ela boración de conceptos que no se ajustan a la lógica
programada por esos valores" (Bass, 1988, pág. 75), siguiendo simultáneamente un imperativo concentrado en el texto, que es: "no aceptar nada sobre la base de la confianza y atenerse siempre a la letra del texto" (Norris, 1989, pág. 165). El debilitamiento resultante de los conceptos de Estructura profunda y Estructura de superficie llevan a que se desdibuje rápidamente la distinción entre "interpretar" y "conjeturar". Uno nunca puede estar seguro de que una interpretación (o conjetura) particular es la definitiva; podría haber siempre otro secreto oculto detrás de esa interpretación (o conjetura). Las ansias por buscar más allá y por debajo, por comprender y explicar, por encontrar la significación secreta oculta, conducen a una interminable iteración, porque nunca podemos estar seguros de que no sería necesario y posible indagar en un nivel aun más profundo (conjeturar). Un resultado de entender de este modo el estructuralismo es que la certeza construida dentro de la relación entre la Estructura profunda y la Estructura de superficie incluye simultáneamente la incertidumbre, porque la Estructura profunda, que es la representación plena de la significación de la 42 43 Estructura de superficie, puede no ser suficientemente completa. Resumiendo, dentro de la lógica estructural, la unidad de análisis es a) la Estructura profunda, b) la Estructura de superficie y c) la relación entre ellas. A la Estructura de super ficie le faltan piezas; esas piezas faltantes deben hallarse en la Estructura profunda que es la representación plena de la Estructura de superficie. Sin embargo, resulta que... ¡a la Estructura profunda pueden faltarle algunas piezas! Puesto que la Estructura profunda puede carecer de algunas piezas, esto la convierte en una especie de Estructura de superficie, porque las piezas que le faltan deben hallarse en algo formalmente equivalente a la Estructura profunda. Independientemente de dónde busquemos, nunca podemos tener la certeza de poder encontrar esas piezas faltantes: hay un agujero en el centro de la estructura: la estructura está abierta y no cerrada. De ahí que, como un eco de Derrida sobre Freud (supra) tenemos la identidad de incertidumbre/certeza, de conjetura/interpretación, de casualidad/no casualidad dentro de la estructura misma del emprendimiento estructural. La jerarquía estructural se ha perdido. Esta simplemente se nivela, así como un Significante o una Estructura de superficie sólo conducen a otro significante, aun cuando puedan tener que dar un rodeo pasando primero por una Estructura profunda o un Significado que en realidad es sólo otro Significante. Esto indica una carencia constitutiva en el centro mismo del lenguaje, una carencia que señala la ausencia de un punto de anclaje fijo, la ausencia, en cualquier término que escojamos, de un centro sólido de significación; señala, en suma, su potencial necesariamente abierto, ambiguo. El deslizamiento del significante sobre el significado sólo se interrumpe en contextos específicos... todo término puede comprenderse únicamente en relación con el lenguaje en su conjunto. (Grosz, 1990, pág. 96)
Este agujero en el fondo del Estructuralismo fue señalado por el psicoanalista francés Jacques Lacan (1981), aunque probablemente no haya sido el primero en señalarlo. Por muy buenas razones, a los magos se les enseña a no explicar sus trucos ya que, si lo hicieran, la magia desaparecería. La magia estructural o la estructura mágica de Bandler y Grinder funciona en realidad demasiado bien; la estructura desaparece y lo único que nos queda son las palabras mágicas de Freud. Notas 1. El Cours de linguistique général fue publicado originalmente en 1922 por la editorial Payot de París. [Curso de lingüística general. Buenos Aires, Losada, 42 ed. 1961.] 2. De Saussure comenzó estudiando el sánscrito y luego pasó a comparar lenguas y dialectos antes de desarrollar esta perspectiva general. 3. No hay razón para suponer que De Saussure conociera la obra de Freud o que este conociera la de De Saussure. "Aun cuando... Raymond, el hijo de De Saussure llegó a trabajar como psicoanalista en el equipo de Freud y aun cuando Freud conociera la obra de F. de Saussure, la semiología saussureana es, en el mejor de los casos, un conocimiento post hoc que Freud no utilizó en la época de sus formulaciones" (Grosz, 1990, pág. 93). 4. Aquí se observa una interesante elección de palabras. ¿Por qué la escogió el traductor? ¿Qué lleva en el texto de Freud a ese término débil? 5. Jastrow lo dice así: "Desenmarañar la trama de los sueños, conjeturar el proceso a partir del producto, trazar la paternidad primitiva y la genealogía de las relaciones oníricas es parte del arte inaugurado por Freud" (1948, pág. 47). 6. La "lectura concentrada en el texto" se conoce generalmente con el término "desconstrucción", palabra que fue acuñada por el filósofo francés Jacques Derrida. Sin embargo, el término "desconstrucción" ha sido demasiado maltratado y por lo tanto hoy es más lo que confunde que lo que ayuda. El uso de ese término en este contexto confunde aun más en virtud del empleo del término "constructivismo" dentro del discurso terapéutico. "Desconstrucción" y "constructivismo" son términos que proceden de dos discursos diferentes y utilizarlos juntos sólo puede embrollar las cosas, como yo mismo pude comprobarlo anteriormente en mis propios trabajos (De Shazer, 1988, 1991). 44 45 3 El agujero [totalidad] de Lacan* Es esta circularidad implicada y la autonomía del lenguaje lo que lleva a Lacan a postular una especie de falla en el sistema, un agujero, una carencia fundamental en la cual, podría decirse, se vierte la significación. Anthony Wilden (1981, pág. 217) Lo menos que se puede decir es que encontrar un agujero en el fondo es algo inquietante para toda la empresa estructuralista, puesto que esta implica un sistema lógicamente cerra do. Los estructuralistas tienen que rechazar toda insinuación de que podrían estar en lo cierto parcialmente pero no por completo, porque si están equivocados en una parte, su propia lógica les indicaría que se equivocan en todo, que en realidad no descubrieron la esencia del lenguaje. Pero ¿de dónde proviene ese sentido que, según Wilden, se vierte en el agujero dentro
del estructuralismo? ¿Un agujero que Derrida entiende como una posibilidad necesaria más que como un accidente? Una vez que la significación se vierte dentro de este agujero, ¿adónde va? Por un lado, si la significación puede estar contenida dentro del agujero, este llegaría a ser, en efecto, una especie de fondo, que *Juego de palabras intraducible. En inglés: [wlhole. [T.] 46 ¿Qué consecuencias derivan del hecho de que algo posible -un riesgo posiblesiempre sea posible, sea, de algún modo, una posibilidad necesaria? Y si tal posibilidad se da, ¿constituye aún un accidente? Jacques Derrida (1982, pág. 324) salvaría la empresa estructuralista. Por otro lado, si la significación se vierte en el agujero y de algún modo se disipa o se desvanece, el agujero termina siendo un pozo sin fondo. Puesto que Lacan dedicó un gran esfuerzo para cavar este agujero, yo escribo el nombre de eso que Derrida considera como un agujero "esencial" con una "w" entre corchetes: "Lacans [w]hole" ("el agujero de Lacan" y también "la totalidad de Lacan"). Con esto intento indicar gráficamente que el agujero es, en muchos sentidos, simultáneamente una carencia fundamental en el fondo del estructuralismo y sin embargo es también la totalidad de la historia de la significación. Mientras tanto, el empleo que hago de la palabra [wIhole juega con el hecho de que en inglés las dos palabras (whole y hole), que en cierta forma son opuestas, en realidad suenan igual. Puesto que la Estructura profunda o el Significado nunca son suficientes para garantizar la significación del Significante o de la Estructura de superficie a causa del [wlhole de Lacan, ¿cómo se fija el sentido? ¿Cómo hacemos para "llenar los huecos" que veía Freud? O, ¿cómo podemos llegar a confiar en que sabemos lo que algo significa cuando la significación es arbitraria, no fijada e inestable? "Este procedimiento de libre asociación, etc. es sospechoso, porque Freud nunca muestra cómo sabemos cuándo detenernos, dónde está la solución correcta" (Wittgenstein, 1972, pág. 42). La conjetura repetida o la interpretación interminable ¿son las únicas opciones de que disponemos? La palabra es la asesina de la cosas La significación de una palabra, de cualquier palabra, depende del lenguaje. Cada palabra es diferente de todas las demás palabras, cada concepto es distinto de todos los demás. Una palabra siempre depende de otras palabras. Merleau-Ponty reflexionó sobre esta cuestión (en 1951): "Si eventualmente el lenguaje significa o dice algo, ello no se debe a que cada signo cargue con una significación que le corres ponde, sino a que todas las palabras aluden a una significación que está siempre en suspenso, cuando se las considera una por una" (citado en Wilden,1981, pág. 217): esto apunta al "agujerototalidad" de Lacan. Cuando uno intenta definir un signo (significante + significado), tiene una sola cosa para definir, es decir, el significado 47 define al significante; la Estructura profunda define a la Estructura de superficie. Sin embargo, la Estructura profunda o el Significado ha demostrado ser escaso, insuficiente; no puede hacer el trabajo solo.
Esto es así porque el significante no puede depender del significado para darle sentido, y porque el significante no funciona como el representante del significado y, como dice Jacques-Alain Miller (1991), porque: uno nunca puede definir sólo un significante. Siempre debe definir dos. Por lo tanto, el mínimo del signo es uno, pero el mínimo del significante es dos. Uno puede comprender la diferencia entre signo y significante en este sentido. Se supone que un signo toma su significación de la referencia. Se supone que un significante toma su significación de otro significante. De modo que hacen falta dos [lo cual es]... el mínimo de significantes... que uno puede encontrar como tales en Lacan; así de simple. (pág. 31) Si una palabra toma su significación de otra palabra, esa segunda palabra toma su significación tanto de la primera palabra como de otra tercera, etc. Esto nos conduce a una cuerda o una cadena interminable de significantes. ¿Cómo podemos saber si hemos avanzado lo suficiente (o si hemos avanzado demasiado) en esta cadena? ¿Dónde termina? De acuerdo con Elizabeth Grosz (1990), la opinión de Lacan es que "este deslizamiento indefinido de sentido constitutivo de la significación se interrumpe, no obstante, en las operaciones del síntoma, el sueño o la manifestación inconsciente" (págs. 95-96). bolizaciones [sic] no habría ningún lenguaje y por consiguiente ninguna vida humana en absoluto" (Nye, 1988, pág. 140). Esto es, según Henry Sullivan (1991), "ninguna explicación del lenguaje y de la mente humanos tiene sentido sin hacer referencia a las teorías de Lacan sobre el deseo como el signo de una carencia en virtud de la cual se crearon la representación y la significación" (pág. 37). Lacan quiere tapar ese agujero ([wJhole) con un "significante universal o trascendental", el "significante fálico". Para Lacan el significante fálico no tiene ningún significado, este significante sólo simboliza el aprendizaje de la diferencia como un efecto que postula una materialidad en el lenguaje la cual diferencia la palabra en cuanto significación, de la palabra en cuanto el sentido de su significación (o sus significaciones). Es decir, las significaciones siempre señalan otras significaciones, piezas faltantes. (RaglandSullivan, 1991a, pág. 55) No obstante, de acuerdo con Derrida (1978), la perspectiva estructural del lenguaje ya no tiene ningún sentido... porque la naturaleza del campo -es decir, el lenguaje y una lengua finita- excluye la totalización. Este campo es en efecto el del juego, lo que equivale a decir, un campo de infinitas sustituciones sólo porque... en él falta algo: un centro que detenga y sustente el juego de las sustituciones. (pág. 289) Para Lacan, "en el juego de simbolismo, principalmente inconsciente, en las metáforas y metonimias que constituyen la cadena significativa, debe haber un significante principal, un significante que simbolice la representación o la presencia misma y que le permita al sujeto [el paciente, en el análisis] tener un espacio. De ahí que el Falo, el significante principal, se convierta en el símbolo del deseo" (Nye,1988, pág. 139). Y de ahí que el deseo de llenar el agujero ([wJhole) que hay en el fondo del lenguaje es lo que, según Lacan, impide que el agujero ([wJhole) se transforme en un pozo sin fondo. "Para Lacan, no puede haber... ninguna sustitución del falo... porque sin estas sim
48 En una perspectiva estructuralista, las ideas de Derrida son, en el mejor de los casos, intolerables, y en el peor, verdaderos disparates. Grosz (1990) advierte que "tres zonas clave de la obra de Lacan -los dominios entrelazados de la subjetividad, la sexualidad y el lenguaje- definen amplios intereses compartidos por muchas feministas francesas. [La obra de Lacan] contribuyó a liberar la teoría feminista de las restricciones de una noción de subjetividad-humanismo en gran medida metafísica e implícitamente masculina. De modo que él planteó la posibilidad de entender la subjetividad en una perspectiva diferente de aquella 49 establecida por el sentido común patriarcal" (págs. 148-149). Aun así, continúa siendo curioso que las feministas francesas y algunas otras, hayan considerado atractivas las ideas de Lacan, ya que, para Lacan, la significación y el orden simbólico en su conjunto se fija en relación con un significante primario, trascendental que Lacan llama falo, el significante de la diferencia sexual, lo cual garantiza la estructura patriarcal del orden simbólico. El falo significa poder y control en el orden simbólico a través del control de la satisfacción del deseo, la fuente primaria de poder dentro de la teoría psicoanalítica. (Weedon, 1987, pág. 53) El resultado, para las mujeres, se parece mucho al diagnosticado tempranamente por Freud y, por lo tanto, las mujeres continúan situadas en una posición de desventaja. En realidad, parece que "la lectura que hizo Lacan de Freud fijó aun con mayor firmeza la posición inferior de las mujeres" (Nye, 1988, pág. 140). Esto es, Lacan ve el "agujero-totalidad" &]hole) de Lacan sólo como un agujero, un fallo en la estructura. El agujero ([w]hole) que tapa el "falo" se considera a menudo como un ac cidente antes que como una condición necesaria para la significación y para que tenga sentido que algo, de algún modo, evolucione. Sin embargo, "falo" y "deseo", como todas las demás palabras y conceptos, tienen como condición el lenguaje. "Una vez que se abandona la lógica fálica de la simple presencia/ausencia, lo femenino puede aparecer como un valor con derecho propio, un valor que abre el camino, como sostenía Irigaray,2 para una diferencia sexual real, no fingida, en la cual se valoren ambos sexos" (Nye, 1988, pág. 151). Como se pregunta Derrida (1982): Esta posibilidad general, ¿es necesariamente la de un error o una trampa en la cual podría caer el lenguaje, o en la cual podría perderse el lenguaje, como en un abismo, situado afuera o frente a él?... ¿[Esa posibilidad] rodea el lenguaje como una especie de zanja, un lugar de perdición externa... que el lenguaje debería evitar...? O, por el contrario, ¿es ese riesgo su condición interna y positiva de posibilidad?, ¿ese afuera es su adentro?, ¿la fuerza misma y la ley de su aparición? (pág. 325) Después de todo, el agujero ([wIhole) de Lacan nos lleva a rechazar la noción de la primacía del significado -de la signifi cación sobre la palabra-, pero no debería llevarnos a tratar de satisfacer nuestro anhelo de certeza dándole primacía al significante (de la palabra sobre la significación). Las cosas no son tan sencillas. No obstante, Derrida "opina que Lacan podría haber cometido precisamente eso. En Lacan, los significantes son
símbolos que relacionan la cuestión con el inconsciente a través de la estructura del deseo" (Spivak, 1976, pág. lxiv). Para Derrida, "el significante y el significado son intercambiables; uno es la diferencia del otro; el concepto del signo mismo no es más que una herramienta inevitable, legible, aunque borrada" (Spivak, 1976, pág. lxv). Esto significa que la confusión no es un accidente que se da entre los usuarios de una lengua. Más bien es esa confusión lo que permite la significación, lo que permite dar sentido a que ocurra algo -por inestable que sea- en primer lugar. Parece que los componentes que forman la base semántica de cualquier lengua están en oposición:3 hombre/mujer, viviente/no viviente, animal/humano, adentro/afuera. Por lo tan to, falo/no falo, deseo/no deseo. "Verdad/falsedad, velado/no velado, oculto/revelado: todo termina siendo parte de un juego de significación en el cual puede desplazarse del centro la prioridad de un término cualquiera para revelar el dominio de su opuesto" (Nye, 1989, pág. 189). Y volvemos a "una oposición de... conceptos... nunca es un enfrentamiento equivalente de dos términos, sino una jerarquía y un orden de subordinación" (Derrida, 1982, pág. 329). Hemos visto los límites de esta oposición jerárquica. El "adentro" de la Estructura profunda necesariamente incluye el "afuera" que tiene que ser excluido, de ahí que el orden conceptual, el estructuralismo, caiga ininteligiblemente en contradicción: el agujero ([w]hole) de Lacan no es un fallo que deba ser evitado, sino que más bien es "la fuerza misma y la ley de su aparición" (Derrida,1982, pág. 325). Notas 1. "Le mot est le meurtre de la chose" de acuerdo con Jacques Lacan (Miller, 1991, pág. 30). 2. Irigaray, Luce (1985), Speculum of the other woman (trad. G. Gill), Ithaca, Cornell University Press. [Speculum, Espéculo de la otra mujer. Madrid, Saltes, 1978.] 3. Véase, por ejemplo, C. Ferguson y E. Moravisk (comps.) (1978), Universals of human language, Stanford, Stanford University Press. 50 51 4 Llegar a la superficie del problema En la perspectiva china, es mejor tener muy poco que tener demasiado, y es mejor dejar algunas cosas sin hacer que hacerlas en exceso, porque, aunque de este modo uno puede no ir muy lejos, está seguro de ir en la dirección adecuada. Fritjof Capra (1977, pág. 95) Cuando comencé a observar la práctica de la terapia, buscaba la esencia de esa tarea, una esencia que proporcione un centro estable o un fundamento ya fijados (quizá determinado de antemano y para todo momento); un conjunto de supuestos "científicos", "estructuralistas". Comencé mi indagación leyendo, una y otra vez, las obras de Milton H. Erickson (Haley, 1967). En mi perspectiva estructuralista de aquella época (fines de la década de 1960, principios de la de 1970), se entendía que la "esencia" estaba en el trabajo clínico mismo y que luego había sido puesto por escrito en las descripciones del propio Erickson. En esa situación era tarea del lector descubrir la "esencia" y extraerla, de modo tal de poder interpretarla
adecuadamente. La indagación, según la veía yo, consistía en buscar una teoría fundamental subyacente sobre la cual Erickson había construido su teoría. Por supuesto, una vez que uno comienza a leer los múltiples artículos de Erickson, se hace evidente que la tarea no es sencilla. En este tipo de empeño, cuanto más complejo es el asunto tratado, más desconcertantes son las significaciones en juego. Las estructuras simples se combinan con las muy elaboradas, las cuales, a su vez, aumentan la profundidad de la interpretación, confirmando con ello la naturaleza "fundamental" de la teoría. Semejante programa, por supuesto, privilegia la complejidad sobre la simplicidad, aunque frecuentemente hay una compulsión concomitante a reducir esa complejidad a fundamentos simples. La obra de Erickson era una caso obvio y clásico, una verdadera mina de oro, para semejante enfoque (véase también en este sentido, la obra de Bandler y Grinder y la de Haley). Aunque yo sabía que estos supuestos no necesariamente se sostenían en el caso de la literatura, creía no obstante que sí lo hacían en el mundo "científico y objetivo". Considerados en esta perspectiva, los artículos de Erickson, leídos de la manera "científica" usual, llegaron a ser, tomando prestado un término de la crítica literaria, "iconos verbales" o contenedores de verdad, es decir, una teoría fundamental. Cuando comencé a aprender la manera de hacer terapia breve con -o mejor dicho, de- mis pacientes (a fines de la década de 1960 y principios de la de 1970), estaba fascinado con la obra de Milton Erickson, particularmente con el modo en que escribían Erickson y Jay Haley sobre este enfoque único de la práctica clínica. Ciertamente aquella no era psicoterapia estándar; eso también estaba muy claro para mí. Cada caso era aparentemente único y parecía no haber ningún tema ni teoría unificadores; es decir, la esencia permanecía oculta. Aquellos artículos parecían ser informes sobre el trabajo de un chamán o de un mago. Como dijo Haley: "Parte del problema que presenta examinar la técnica terapéutica de Erickson es el hecho de que uno no dispone de un marco teórico adecuado para describirlo... Cuando uno examina lo que Erickson hace en realidad con un paciente... las perspectivas tradicionales no parecen apropiadas" (Haley, 1967, pág. 532). Quizás equivocadamente, yo interpretaba que Haley al menos sugería que ninguna teoría era siquiera posible. Si bien yo estaba de acuerdo con Haley en que, en aquella época, no había ninguna teoría adecuada, eso no me convencía de que Erickson no tuviera una teoría, puesto que él decía "Sé lo que hago, pero explicar cómo lo hago me resulta demasiado difícil" (Erickson, 1975, pág. vi¡¡). Es perfectamente comprensible que Erickson creyera que era demasiado dificultoso explicar lo que hacía; esto parece ser inherente a la naturaleza de tal 52 53 pericia. Pero, si Erickson sabía qué hacer, luego también sabía qué no hacer. Por lo tanto, un observador podría describir una teoría, un conjunto de reglas, aun cuando el propio Erickson no pudiera hacerlo. Tanto por inclinación como por entrenamiento, yo creía que era posible abstraer una esencia de los casos presentados por Erickson y que luego podía construirse una teoría que incluyera reglas, reglas lo suficientemente explícitas para que, en
un determinado momento, trabajando con un paciente, una terapeuta 2 pudiera decir: "¡Ahora sí puedo avanzar!" confiando, hasta cierto punto, en que estaba siguiendo las reglas de Erickson. Es decir, ella podría "saber" qué hacer y ser capaz de hacerlo. Tanto en mi propia práctica como en los informes de Erickson siempre había "bichos raros", casos combinados que no encajaban. Por más que yo variara los enfoques de la cons trucción de la teoría, continuamente me encontraba en peligro de violar el consejo de Sherlock Holmes, y de forzar los datos (es decir, los hechos informados) para que encajaran con la Teoría, en vez de forzar la teoría para que se ajustara a los datos. (Por supuesto lo que constituye un "hecho", un "dato" o una "casualidad" es producto de la teoría; si la teoría cambia, lo que fue una casualidad puede interpretarse como un "dato"). Decidí dejar esos casos atípicos de lado como si se tratara de aberraciones o de casualidades con la certeza de que algún día podría inventarse una teoría que los incluyera. Estaba seguro de que eventualmente un enfoque basado en reglas funcionaría. Y ciertamente esta perspectiva se manifestó provechosa. Desde entonces, mis colegas y yo pudimos construir un modelo bastante elegante y sorprendentemente simple -aunque bastante abarcador- utilizando este modo de abordar la construcción de una teoría y la elaboración de un modelo (De Shazer, 1982, 1985, 1988). Hace aproximadamente unos diez años, como parte de nuestro proyecto, aprendimos que las excepciones son por lo menos tan importantes como las reglas, si no más (De Shazer, 1985). Aun cuando esas excepciones sean accidentes (y, por supuesto, siempre existe la posibilidad del accidente), es necesario incluirlas dentro de la teoría. Ya no era posible considerar los casos que aparecían en un montón heterogéneo como casua 54 lidades: esos casos que contenían una actividad aparentemente arbitraria del terapeuta (actividades que no se atenían a las reglas) debían incluirse dentro de la teoría, dentro de las reglas y no tomarse como ejemplos del genio idiosincrásico de Erickson. Con esto queremos decir que para hacer una terapia que incluya el enfoque de Erickson y que, en parte, esté basada en él, las reglas de una teoría deben abarcar esa arbitrariedad aparente. Para mí todo el maldito proyecto me parecía entonces desahuciado. Comencé a preguntarme si no había estado yo pasando por alto todo el tiempo el meollo del asunto. Quizás el secreto o el acertijo consistía en que no había nada oculto y que precisa mente esa variedad y esa diversidad eran la "esencia" del enfoque de Erickson. En ese caso, la única opción de que disponía era aceptar las cosas tal cual eran. Esto significaría que mi teoría del enfoque de Erickson tenía muchas ramas, pero carecía de un centro. Además eso significaría que no había ninguna Teoría, ningún diseño general y que en cambio sólo había actividades locales, bastante idiosincrásicas que dependían principalmente de la situación. En semejante contexto, decidí que mi único recurso era seguir el consejo de Wittgenstein (1958) y renunciar a toda Teoría: "Traducir a palabras toda esta indefinición, correcta mente y sin falsificaciones" (§ 227). Y eso es lo que decidí hacer. Lo cual me llevó a abandonar el estructuralismo como un enfoque posible de cómo hacer terapia. ¡No obstante, "la dificultad que presenta renunciar a toda
teoría [es que] uno tiene que considerar lo que parece tan obviamente incompleto, como algo completo"! (Wittgenstein, 1980, § 723) Cuando uno ha eliminado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad. Sherlock Holmes (El signo de cuatro) A fin de volver a leer los casos presentados por Erickson como si fuera la primera vez, yo necesitaba adoptar una estrategia de lectura que me permitiera no quedar empantanado en todas mis otras lecturas previas (estructurales), las cuales 55 incluían la búsqueda de una Teoría. De algún modo, yo debía tomar las palabras en su sentido literal, mantener la lectura en la superficie, evitar toda lectura entrelíneas y superar como fuera el impulso de buscar por detrás y por debajo. Esta no es una tarea fácil; la presión estructural puede ser arrolladora. Para ayudarme en esta relectura, decidí interpretar los casos-ejemplos como relatos: no como lecciones ejemplares, sino como relatos puros. Es decir, leerlos como si fueran ficción, lo cual significaba que ya no estaba tomándome muy en serio la distinción entre "literatura" y "ciencia". Ya no podía indagar la intención del autor o lo que realmente había querido decir y, al mismo tiempo, ignorar mi rol de lector. O sea, la unidad de investigación pasó de ser 1) Erickson y sus artículos a 2) Erickson, sus artículos y yo. Estos artículos son buenos relatos, con tramas y subtramas, con introducciones, nudos y desenlaces, con caracterizaciones sólidas, con frecuentes vueltas de tuerca y giros inespe rados. Erickson-el-autor tiene un estilo muy definido y un dominio del idioma. Todo lo que un lector puede desear. Mientras leía una historia tras otra, llegué a ver a Erickson, el terapeuta de estos relatos, como el personaje desarrollado por Erickson-el-autor; ese personaje que llegué a llamar "Ericksonel-listo". Al continuar la lectura utilizando esta estrategia, comencé a verme a mí mismo, a ver a Haley y hasta al propio Ericksonel-autor en una relación con esos relatos muy semejante a la que tenían los Irregulares de Baker Street con las aventuras de Sherlock Holmes.3 Es decir, todos nosotros habíamos sido inducidos por Erickson-el-autor a creer en la realidad de Erickson-el-listo, de un modo muy parecido al que los Irregulares de Baker Street habían sido inducidos a creer -o por lo menos a simular que creíanque Sherlock Holmes era en realidad un ser humano real que existía como existimos yo mismo y usted que me lee. Entonces comencé a leer los escritos de Haley sobre Erickson-el-listo, como si Haley desempeñara un papel muy semejante al del doctor Watson en los relatos de Sherlock Holmes. Es decir, comencé a ver a Haley-el-autor como una invención de Erickson-el-autor, que este último utilizaba para reforzar en el lector la sensación de Erickson-el-listo como muy listo. Es importante señalar que, como la de Watson, la visión de Haley contribuía a marcarle al lector cierta dirección, en virtud de ver siempre las cosas claramente desde una perspectiva que es "incorrecta", 4 pero no tan "incorrecta" como la perspectiva psiquiátrica oficial. El personaje de Sherlock Holmes, la visión que tenía Watson de Holmes y su visión de los diversos hechos narrados -en contraste con la visión del propio Holmes o las visiones de la policía oficial- son algunos de los factores que hacen especiales los cuentos de Sherlock Holmes. Consideradas a esta luz, tales historias serían en realidad muy aburridas
sin el personaje de Erickson-el-listo. Todo ello contribuye a hacer que un relato llegue a ser un buen relato. Entonces caí en la cuenta de que las historias de Ericksonel-listo, como las de Sherlock Holmes, en realidad desarrollaban muy poco o subcreaban a todos los demás personajes que aparecían en los relatos, particularmente a los pacientes. A veces, esos otros personajes, como el inspector Lestrade, por importantes que fueran para la historia misma, eran simplemente figuras recortadas en cartulina. Tenemos una idea muy vaga o no tenemos ninguna idea del modo en que contribuyeron a la empresa terapéutica. Sin embargo, como lo sé yo y lo sabe el lector, y como también lo saben Erickson y Haley, para que haya un emprendimiento terapéutico son necesarios tanto el terapeuta como el paciente. A medida que releía mis propios casos desde este punto de vista, llegué a darme cuenta de lo listos que eran mis pacientes. La mayor parte de las ideas para realizar "intervenciones desusadas" en el montón de casos heterogéneos ¡procedían en realidad de los propios pacientes! Afortunadamente, nosotros también escuchábamos con ánimo igualmente perspicaz cuando ellos nos decían qué hacer. (Compárese la tarea para el hogar de Weakland (capítulo 7) con la de Insoo Kim Berg (capítulo 12) en la cual el paciente reinventa la tarea de Weakland. ) Por desgracia, releer los informes de mis propios casos utilizando el personaje de los pacientes-listos, obliga al terapeuta-de-la-historia a parecer increíblemente tonto. Es indu dable que los terapeutas no aprenderíamos tanto de De Shazereltontos como aprendimos de Erickson-el-listo. Quizá todos tengamos necesidad de recordar la naturaleza dialógica o conversacional de la práctica terapéutica y releer todas esas historias prestando especial atención a la interacción, lo cual 56 57 nos conduciría a la idea de que la terapia inteligente depende de que haya pacientes y terapeutas que trabajen juntos inteligentemente de manera inteligente. La lectura La teoría literaria reciente sugiere que la capacidad que tiene un texto de adquirir sentido de un modo coherente depende menos de las intenciones voluntarias de un autor que In origina que de la capacidad creativa de un lector. James Clifford (1988, pág. 52) En ciertos sentidos, por lo menos, la situación en que se encuentra una persona que escucha a otra es similar a la situación en que se encuentra una persona que lee un libro. Del mismo modo, podemos decir que escribir y hablar son actos similares, aunque cuando hablamos tendamos a ser menos formales. La diferencia más evidente es que cuando leemos el autor está ausente y cuando escribimos el lector está ausente. Sin embargo, el simple hecho de que en una conversación la otra persona esté allí no necesariamente hace que las cosas sean más fáciles. Por supuesto, uno puede preguntarle a la otra persona qué quiso decir con lo que dijo, pero eso solo no puede resolver el asunto; las dificultades con las que tenía que vérselas el lenguaje en los capítulos anteriores continúan estando presentes. Escribir y leer son actividades interrelacionadas. Es sabido que cuando alguien escribe algo, simultáneamente está leyendo lo que ha escrito, lo cual lo ayuda a
continuar escribiendo o a detenerse. La escritura/lectura del comienzo de un libro o un artículo profesional no sólo establece el escenario para las partes de lectura/escritura siguientes, sino que también las limita y restringe: la lectura/escritura del final no sólo sirve para unir todo, sino que también limita y restringe tanto la lectura como la escritura de todo lo anterior. Evidentemente, ni la "lectura" ni la "escritura" carecen de sus propios enigmas únicos y cada una tiene sus propias zonas especializadas de estudio. Está más allá de los propósitos de 58 este libro tratar de manera extensiva la "escritura" o la "lectura". Con todo, la lectura y la escritura, utilizados estos términos más o menos como los empleamos normalmente en el lenguaje diario, son demasiado importantes para que las ignoremos por completo. Parte del enigma de la lectura/escritura es que aquello que está en la mente del autor no tiene ninguna prioridad sobre la significación de sus palabras. Por el contrario, el escritor sólo descubre la significación de sus palabras en el acto de escribirlas. Cada palabra dice por sí misma más y menos de lo que yo quiero que diga. Resulta que las significaciones no pueden enviarse de manera fidedigna: lo que se recibe no es necesariamente lo que se emitió. De ahí que, dentro del discurso de la terapia familiar, o en cualquier otro discurso, la lectura disciplinada y clara es tan importante como lo es la escritura clara y disciplinada. La lectura concentrada en el texto El enfoque para leer el Estructuralismo (capítulos 2 y 3) es semejante a un enfoque generalmente caracterizado por el término "desconstrucción". El empleo del término "descons trucción" es muy problemático y tal vez peligroso, porque el uso (abuso o por lo menos, mal uso) que se le ha dado en filosofía (británica y norteamericana), en la crítica literaria y hasta en la terapia familiar6 ha sido muy flexible e incluso contradictorio. Anteriormente lo empleé siempre con gran vacilación y desde ahora decidí reemplazarlo por mi propia expresión "lectura concentrada en el texto",7 pues esta se ajusta adecuadamente a mi propio enfoque tanto de la lectura como de la práctica de la terapia. Aunque no existe una definición unificada de "lectura concentrada en el texto" (o desconstrucción), y quizá tampoco fuera posible ni deseable que existiera, hay sin embargo cierto parecido de familia entre las lecturas concentradas en el texto (Norris, 1982, 1983). Por ejemplo, Elizabeth Grosz, en su estudio feminista de Jacques Lacan, describe su lectura como "una lectura cuidadosa, paciente, del texto" que a menudo incluye observar un texto "desde un punto de vista de simpatía para con las preocupaciones y la lógica del texto y, al mismo tiempo, leyéndolo desde el punto de vista de lo que fue dejado 59 afuera, excluido o no expresado por él pero que es necesario para que ese texto funcione". De ahí que, este modo de "leer un texto, tanto desde adentro como desde afuera de sus términos, es decir, desde sus márgenes, debe seguir siendo ambivalentemente, un acto de amor y respeto y un acto de autoafirmación y distanciamiento crítico" (Grosz, 1990, pág. 190). Aquí la unidad de análisis es el autor junto con el lector tratando el texto mismo como un texto. Si trasladamos la estructura de esta actividad al mundo de la terapia, la unidad de análisis está
constituida por paciente(s), terapeuta y la conversación que mantienen sobre las preocupaciones del paciente. Estos enfoques utilizan la lógica interna, las preocupaciones y la estructura de una construcción (incluyendo lo que quedó afuera, lo que fue excluido, etc.) a fin de abrir la construcción misma y habilitar con ello un espacio para que se desarrollen nuevas significaciones. 8 Por ejemplo, la lectura concentrada en el texto de un conjunto de recetas tradicionales chinas podría hacerse desde el punto de vista de un cocinero chino. Estableceremos el contraste entre "lectura concentrada en el texto" y "lectura concentrada en el lector", expresión esta que será utilizada para describir la lectura de un texto desde afuera de las preocupaciones del texto mismo, en la que frecuentemente se utiliza una lógica que no forma parte del texto considerado9 Una "lectura concentrada en el lector" es un tipo de actividad perfectamente útil, largamente aceptada y muy respetada. Una lectura concentrada en el lector del mismo conjunto de recetas tradicionales chinas podría hacerse desde el punto de vista de un nutricionista. Esta postura produciría una lectura muy diferente y también una crítica muy diferente de las mencionadas antes, que corresponden al tipo concentrada en el texto. La lectura concentrada en el texto (y la desconstrucción) no es, como la describirían sus oponentes y algunos de quienes la proponen (por ejemplo, varios críticos literarios ingleses y norteamericanos), "un discurso que no ofrece ninguna utilidad adicional para los criterios de referencia, validez o verdad", y sus principales seguidores "repudian directamente la escuela del vale todo del pensamiento hermenéutico" (Norris, 1992, pág. 17). En realidad, de acuerdo con Jacques Derrida, no es "un asunto discursivo o teórico, sino un asunto prácticopolítico y siempre se produce dentro de las estructuras llamadas (de manera algo ligera y sumaria) institucionales" (1987, pág. 508, la bastardilla es mía). De manera semejante, en términos éticos, hay una gran confusión en suponer que [la lectura concentrada en el texto] ignora o deja en suspenso la cuestión de la responsabilidad interpretativa, la exigencia de que los textos deberían leerse -o las proposiciones deberían construirse- con el debido respeto por aquellas máximas de consideración al otro (de buena fe, fidelidad, atención al detalle, etc.) que le impiden convertirse en nada más que un juego supersutil, una licencia para todo tipo de extravagancia lectora. (Norris, 1992, pág. 17) Derrida, el inventor, o por lo menos la "figura central" de la "desconstrucción", si bien vacilaba en ofrecer cualquier definición unificada de su obra, pensaba, sin embargo, que la descons trucción y la lectura concentrada en el texto incluían, en parte, una especie de lectura que siempre debe apuntar a cierta relación [generalmente, frecuentemente, quizá siempre] no percibida por el escritor, entre lo que él domina de la lengua y lo que no domina del... lenguaje que utiliza. Esta relación es... una estructura significante que la lectura crítica debe producir... [Sin] todos los instrumentos de la crítica tradicional, ... la producción crítica correría el riesgo de desarrollarse en cualquier dirección y de permitirse no decir casi nada. (Derrida, 1976, pág. 158) Paul de Man, un crítico literario norteamericano que es, a su manera, tan riguroso como Derrida en sus lecturas concentradas en el texto, describe la enseñanza de la "crítica práctica" (a veces llamada "lectura detallada") de Rueben Brower, que
es también una descripción parcial de los métodos de De Man. En realidad, esta descripción es muy semejante a la de la lectura técnica detallada utilizada para observar el estructuralismo y, en capítulos posteriores, para observar la práctica de la terapia estudiando transcripciones de sesiones terapéuticas. Los estudiantes, cuando comienzan a escribir sobre la escritura de otros, no han de decir nada que no derive del texto que estén considerando. No han de producir ninguna declaración que no 60 61 puedan apoyar mediante el uso específico del lenguaje que en realidad existe ya en el texto. En otras palabras, se les pide que comiencen leyendo textos exactamente como textos y que no avancen al mismo tiempo hacia el contexto general de las experiencias y de la historia humanas. De manera mucho más humilde o modesta, deberían partir de la perplejidad que tales giros singulares de tono, de frase y de imágenes con seguridad han de producir en los lectores suficientemente atentos para advertirlos y suficientemente honestos para no ocultar su falta de comprensión detrás de la pantalla de ideas recibidas que, en la instrucción literaria, a menudo pasan por conocimiento humanístico. (De Man, 1986, pág. 23)10 Independientemente de los rótulos (y esta no es en absoluto una cuestión ingenua de terminología), una crítica -ya sea basada en una lectura concentrada en el texto, ya sea en una lectura concentrada en el lector, ya sea en la teoría social crítica, etc.- implica una lectura/escritura rigurosa, es decir, erudición y atención. Malinterpretar "dislectura" o "malalectura". (Lo cual en realidad es no leer en absoluto.) Simplemente, esto ocurre si el lector se niega a tomar seriamente las palabras del autor y/o se niega a prestar atención a los detalles y/o se niega a leer con, por lo menos, una cantidad mínima de caridad. La gramática, que "describe el empleo de las palabras en un idioma" (Wittgenstein, 1974, pág. 60) y la lógica son las restricciones primarias contra las malas interpretaciones extrañas (pero no contra la mala lectura), aunque esas "reglas" de la lengua y el uso pueden resultar disyuntivos. O sea, la gramática "tiene en cierto modo la misma relación con la lengua que la que tiene la descripción de un juego, las reglas de un juego, con el juego mismo" (Wittgenstein, 1974, pág. 60); la diferencia entre el uso y la lógica o entre el uso y la gramática es, a veces, semejante a la diferencia que hay entre jugar un juego y las reglas de ese juego. (En el póquer, mediante el engaño, un jugador con cinco naipes misceláneos podría ganarle a un jugador con un par de jacks, aun cuando las "reglas" dirían que quien debe ganar es el jugador que tiene el par de jacks, ya que es este el que tiene los "mejores" naipes.) Cuando leemos una frase, su significación siempre queda en suspenso. Siempre estamos esperando la próxima palabra que nos ayudará a dar sentido a la anterior o a las anteriores; una frase posterior cambia el sentido que se les dio a las primeras y a las siguientes. Sobre la construcción del sentido, sobre la significación, siempre pesa esta moratoria por causa del contexto en el que funcionan las palabras. Cuando leemos traemos con nosotros todas nuestras experiencias previas, todos los usos que les dimos previamente a las palabras y a
los conceptos. Este atraso, esta postergación de la significación contamina todo lo que leemos. No hay manera de estar seguros de que estamos imaginando exactamente lo que el autor realmente quiso decir: a esto algunos desconstructivistas lo llaman "malinterpretar". A causa del agujero ([wlhole) de Lacan, uno no puede interpretar, sólo puede malinterpretar. Todos los textos permiten una cantidad de malentendidos potenciales que incluyen significaciones suplementarias. Por supuesto, hay otra posibilidad: leer de mala fe (una actividad demasiado difundida). A esto podríamos llamarlo Notas 1. Una versión previa de parte del material incluido en este capítulo apareció en un artículo presentado en el Quinto Congreso Internacional sobre Enfoques Ericksonianos de la Hipnosis y la Psicoterapia de 1992 (S. de Shazer, 1992). 2. Al hablar de terapeutas o pacientes utilizo el femenino y el masculino de manera fortuita, salvo cuando me refiero a una persona específica. 3. Frecuentemente me he preguntado si Erickson leyó y releyó los relatos de Sherlock Holmes tan ávidamente como lo hago yo. Mucho antes de querer emular el enfoque con que abordaba Erickson los problemas, yo quería emular el enfoque de Holmes. ¿Hay o no una profunda similitud entre el personaje de Sherlock Holmes y el personaje "Erickson-el-listo"? 4. Veáse Haley (1985) en donde se encontrarán muchísimos ejemplos de esto. 5. En realidad, yo debería haber advertido todo esto hace tiempo, puesto que las dos principales influencias que tuve en mi estilo de entrevistar han sido el personaje de John Weakland, "Weakland-eldenso", y el personaje de Insoo Kim Berg, "Insoo-la-incrédula". 6. Véanse, por ejemplo, los diversos usos que se le dan al término 62 63 "desconstrucción" en Therapeutic Conversations (Gilligan y Price, 1993). 7. Puede concebirse la "lectura concentrada en el texto" como el nombre que se le da a un tipo de actividades, una de las cuales se conoce como "desconstrucción". 8. Según lo veo yo, esto se refleja en nuestro empleo de la lógica y del lenguaje propios del paciente (en lugar de usar el nuestro) para marcar cualquier diferencia que nos parece que puede funcionar de modo tal que esa diferencia abra la posibilidad de que se desarrollen nuevas significaciones, nuevas conductas, nuevos sentimientos, etc. 9. Tal como una "destrukion" heideggeriana (Gasché, pág. 111). 10. De Man (1986) continúa diciendo que, como resultado de este entrenamiento, "la profesión se ilustra con los libros que los estudiantes de Reuben Brower no lograron escribir" (pág. 24). 5 La "epistemología" de Bateson: ¿un agujero negro? Pero los caminos han cambiado y la mayoría conducen A lugares diferentes de los que señalaron Aquellos que planearon las rutas obvias. Y ahora, al errar la dirección, Por millas de hitos, Perplejos más allá de la perplejidad, Se aferran a sus pobres entrañas. Dylan Thomasl
Como un próximo paso para examinar en detalle algunas de las dificultades que presenta desarrollar la significación, resultará útil leer el "resumen" de "La cibernética del yo: una teoría del alcoholismo" (Bateson, 1972). La obra de Bateson constituye una parte importante del discurso terapéutico, por lo menos del discurso de la terapia familiar; además este artículo en particular influyó en la manera como muchos terapeutas concibieron la "adicción al alcohol". El resumen de Bateson dice: La "lógica" de la adicción alcohólica ha desconcertado a los psiquiatras tanto como la "lógica" del enérgico régimen espiritual mediante el cual la organización Alcohólicos Anónimos puede contrarrestarla adicción. En el siguiente ensayo se sugiere 1) que debe surgir una epistemología enteramente nueva de la cibernética y de la teoría de los sistemas, una epistemología que incluya una nueva comprensión de la mente, del yo, de la relación humana y del poder, 2) que el adicto alcohólico, cuando está 64 65 sobrio, opera en términos de una epistemología que es convencional en la cultura occidental, pero que no es aceptable para la teoría de los sistemas; 3) que abandonarse a la intoxicación alcohólica proporciona un atajo parcial y subjetivo hacia un estado de espíritu más conveniente y 4) que la teología de Alcohólicos Anónimos coincide estrechamente con una epistemología de la cibernética. (Bateson, 1972, pág. 309) Utilizar el diccionario puede ayudarnos en nuestro intento de interpretar este párrafo con su yuxtaposición de términos y conceptos procedentes de disciplinas diversas. epistemología: sust. f. [del gr. episteme, conocimiento y logos, discurso] la teoría o ciencia que investiga el origen, naturaleza, métodos y límites del conocimiento. cibernética: sust. f. [del gr. kybernetes, timonel] el estudio comparativo del sistema nervioso humano y las complejas máquinas de calcular electrónicas, destinado a aumentar la comprensión de cómo funciona el cerebro humano. Como una táctica de lectura, podemos sustituir las palabras utilizadas2 por sus definiciones (empleándolas como una especie de rasgo de una Estructura profunda) y entonces leería mos a Bateson como si dijera que está a punto de sugerir una teoría o ciencia enteramente nueva que investigue el origen, naturaleza, métodos y límites del conocimiento que debe surgir del estudio comparativo del sistema nervioso humano y de las complejas máquinas de calcular electrónicas, destinado a aumentar la comprensión de cómo funciona el cerebro humano y de la teoría de los sistemas. Esta es una lectura bastante difícil. Parece que Bateson está prometiendo una gran teoría general con un alcance que explícitamente incluye el alcoholismo, la adicción, el yo, la relación humana y el poder. De acuerdo con Bateson, el alcohólico, cuando está sobrio, opera en términos de una epistemología -que es (según lo que dice el diccionario) la teoría o ciencia que investiga el origen, la naturaleza, los métodos y los límites del conocimiento- que "no es aceptable" para la teoría de los sistemas. Además, Bateson dice que hay una "epistemología" que
es más correcta y, por consiguiente, es aceptable para la teoría de los sistemas. La teoría de los sistemas es pues, a los ojos de Bateson, algo que puede determinar si una epistemología 4 es correcta o no. La teoría de los sistemas es entonces algo unificado, en este caso personificado esencialmente y a lo que se le atribuye la capacidad de juzgar teoría y ciencia. ¿Está Bateson estableciendo una igualdad entre "estado del espíritu" y "epistemología"? Ciertamente eso es lo que sugiere la lectura de los puntos 2 y 3: "2) que el adicto alcohólico, cuando está sobrio, opera en términos de una epistemología que es convencional en la cultura occidental, pero que no es aceptable para la teoría de los sistemas; 3) que abandonarse a la intoxicación alcohólica proporciona un atajo parcial y subjetivo hacia un estado de espíritu más conveniente". ¿Significa también esto que necesitamos releer el punto 1? En ese caso, Bateson está diciendo en el punto 1, a) un estado del espíritu enteramente nuevo debe surgir de la cibernética y de la teoría de los sistemas, un estado del espíritu que incluya una nueva comprensión de la mente, el yo, la relación humana y el poder -lo cual es por completo diferente de la primera lectura-, b) que una teoría o ciencia completamente nueva que investigue el origen, la naturaleza, los métodos y los límites del conocimiento debe surgir de la cibernética y de la teoría de los sistemas... Estas lecturas de los puntos 1, 2 y 3 han producido dos conjuntos de significaciones muy diferentes. Quizás el punto 4 nos ayude a aclarar las cosas. Tenemos que recurrir una vez más a la ayuda del diccionario para leerlo, puesto que Bateson introduce significativos términos nuevos: que la teología de Alcohólicos Anónimos coincide estrechamente con una epistemología de la cibernética": teología: sust. f. [del gr. theologia; theos, dios, y logos] 1. el estudio de Dios y las relaciones entre Dios y el universo; estudio de doctrinas y cuestiones de divinidad. 2. una forma o sistema específico de este estudio como lo expone una religión o credo en particular. coincidir: 1. ocupar el mismo lugar en el espacio; ser exactamente igual en forma, posición y superficie... 3. concurrir; ser idéntico; estar de acuerdo; p.ej. los jueces no coincidieron en sus opiniones. 66 67 Sustituyendo las palabras del punto 4 por las definiciones que de ellas da el diccionario vislumbramos un camino para comenzar a entender hacia dónde va Bateson: la forma o sistema específico de este estudio de Dios y su relación con el universo, como lo expone Alcohólicos Anónimos, es igual a una de las siguientes posibilidades: a) una teoría o ciencia que investiga el origen, la naturaleza, los métodos y los límites del conocimiento [o] b) un estado del espíritu [o] c) reglas mediante las cuales un individuo construye su experiencia. ¿Qué lectura deberíamos elegir? 1. Teología = Epistemología = ¿Teoría del conocimiento? 2. Teología = Epistemología = ¿Estado del espíritu?
3. Teología = Epistemología = ¿Reglas...? Aparentemente faltan algunas piezas, piezas que deberían habernos ayudado a imaginar qué intentaba decir Bateson o por lo menos qué quería Bateson que extrajeran los lectores de la lectura de este párrafo. Pasar del texto al diccionario y del diccionario al texto no sirvió para colocar en su lugar las piezas faltantes; antes bien, nos llevó a la conclusión de que faltan todavía más piezas. ¿Dónde podemos buscarlas? Obviamente, el siguiente lugar que hay que observar es el contexto en el cual funciona este extracto, el artículo mismo. En la pág. 314, Bateson explica/define su uso idiosincrásico, no filosófico, de la palabra epistemología: Por lo tanto, en este ensayo utilizaré la misma palabra "epistemología" para abarcar ambos aspectos de la red de premisas que gobiernan la adaptación (o la inadaptación) al ambiente humano y físico. Para usar el vocabulario de George Kelly, estas son las reglas mediante las cuales un individuo "construye" su experiencia. (pág. 314) Sin embargo, Bateson ya había incluido en el contexto "filósofos que reflexionaron sobre las implicaciones de la cibernética y de la teoría de los sistemas" (pág. 309): Los filósofos han reconocido y separado dos clases de problemas. Primero están los problemas de cómo son las cosas, qué es una persona y qué clase de mundo es este. Esos son los problemas de la ontología. En segundo lugar, están los problemas de cómo sabemos algo, o de manera más específica, cómo sabemos qué clase de mundo es este y qué clase de criaturas somos, criaturas capaces de saber algo (o quizá nada) de esta cuestión. Esos son los problemas de la epistemología. (pág. 313) Hasta la pág. 314 Bateson nos induce a la primera lectura, la que iguala teología con teoría del conocimiento y luego, en la pág. 314, cambia a la segunda y luego a la tercera. La tercera lectura está infectada por la segunda y ambas están, juntas y separadas, contaminadas automáticamente por la primera, etcétera. Por supuesto, no es nada extraño importar un término técnico de otro campo y darle una significación diferente de la que tenía en su campo de origen. Pero, hasta la pág. 314 no hay ninguna indicación de que Bateson esté utilizando el término "epistemología" en un sentido no filosófico; en realidad, teniendo en cuenta la autoridad que Bateson atribuye a los filósofos (quienes, de acuerdo con él, ya reflexionaron sobre las cosas sobre las que está escribiendo Bateson [pág. 309]), todo indica un uso filosófico tradicional. (Evidentemente, puesto que la "epistemología" es parte de un sistema más amplio y no un átomo independiente, Bateson arrastra accidentalmente la totalidad de la filosofía cuando toma prestado el término, como puede atestiguarlo cualquier lector de publicaciones especializadas en terapia familiar). Al introducir en la pág. 314 una significación no filosófica, Bateson, sin advertirlo, reenmarca todo el ensayo escrito hasta entonces, con lo cual el lector queda barajando simultáneamente tres lecturas bastante diferentes. Parece que aún hay piezas faltantes: ¿Qué quiere decir Bateson con el término "epistemología"? Para tratar de responder a esta pregunta podríamos echar una mirada, o bien a otras obras de Bateson (ampliando el contexto) o a otras obras que estén dentro del discurso de la terapia familiar (un
contexto aun más amplio), para ver si allí podemos encontrar esas piezas que faltan. 68 69 Paul Dell (1985) ya hizo parte de esa tarea por nosotros. Y señala que, en cuestiones aun más complicadas, en varias ocasiones Bateson utilizó el término "epistemología" con, por lo menos, cinco significados diferentes. Dell llega a la conclusión de que "para Bateson casi cualquier cosa es epistemología" (pág. 4), una de las razones que lo lleva a pensar que los escritos de Bateson tienen la "cualidad de ser difíciles de captar" (pág. 4). Quizá todo el asunto podría haberse resuelto fácilmente si Bateson hubiese empleado desde el comienzo el vocabulario de Kelly. En ese caso, con las reglas de Kelly "mediante las cuales un individuo construye su experiencia" como una expresión alternativa (para reemplazar el término "epistemología") tenemos una tercera lectura, puesto que "las reglas mediante las cuales un individuo construye su experiencia" son ciertamente diferentes tanto de un "estado del espíritu" como de una teoría del conocimiento o de una teología. Aún hay piezas faltantes. Saliendo del texto de Bateson (esto es, de una lectura concentrada en el lector) y de su lógica, vemos que Bateson contaba con un término/concepto perfectamente adecuado que abarca tanto el sentido de las "reglas" como el de "estado del espíritu" para los cuales él usa la palabra "epistemología" y que además sugiere un vínculo directo con la "teología" más que con la filosofía. El término "ideología", utilizado en un sentido descriptivo por la escuela de Frankfurt de crítica social (Geuss, 1981) (pero no en el sentido de falsa conciencia) se ajusta muy bien: a) las personas implicadas (en este caso los alcohólicos) comparten ampliamente varias creencias b) varias creencias están interconectadas sistemáticamente c) esas creencias son centrales para el esquema conceptual de las personas implicadas [alcohólicos], es decir que esas personas no las abandonarán fácilmente d) esas creencias ejercen una amplia y profunda influencia en la conducta y/o en alguna esfera de acción importante o central de tales personas [los alcohólicos] e) esas creencias son "centrales" en el sentido de que tienen 70 que ver con cuestiones esenciales de la vida, es decir, la muerte, el trabajo, la sexualidad, etcétera. Utilizar el término "ideología" habría contribuido a brindar una lectura mucho menos dificultosa y, además, habría aclarado la relación que Bateson señala entre "epistemología" y la "teología" de AA. Tratar de imaginar qué quiso decir Bateson con el término "epistemología" en este resumen ilustra de qué modo la demora y postergación de la significación nos lleva a intentar cada vez más interpretaciones. Evidentemente, la significación de un escrito en particular no puede depender de que el lector pueda preguntársela al autor, puesto que la escritura tiene que ser independiente de la presencia del autor para que funcione como escritura; su ausencia o incluso su muerte no pueden impedir que lo que escribió funcione de la manera habitual. En realidad, la ausencia del autor es un hecho dado; de lo contrario, ¿por qué escribe? Después
de todo, el autor no puede saber a quién le escribe; o, en cuanto a eso, no puede saber si alguien, alguna vez, leerá lo que él ha escrito. El autor, al escribir, necesita depender de la ausencia del lector para que su escrito tenga algún sentido. El diccionario, así como las primeras páginas del artículo mismo de Bateson, simultáneamente expanden y restringen nuestros esfuerzos, por comprender qué significa en este caso "epistemología". Por ejemplo, el hecho de que Bateson mencione a los filósofos como autoridades al comienzo del artículo (pág. 309) y luego explique el uso que le dan al término (pág. 313) lleva naturalmente a los lectores a sentirse bastante seguros de la lectura filosófica del término. Los párrafos extractados y la primera parte del artículo dificultan la lectura del resto del artículo (después de la pág. 314). Desafortunadamente para nosotros como lectores, parece que el hecho de que Bateson mencione a los filósofos resultó ser una pista falsa en lugar de un buen indicio. Como acabamos de ver, la fijación de la significación siempre es temporaria y precaria. La significación es el producto de las diferencias entre las palabras y la demora y la postergación que resultan del agujero ([w]hole) de Lacan. 71 De acuerdo con Derrida (1973), "los elementos de significación funcionan, no en virtud de la fuerza compacta de sus centros sino por la red de oposiciones que los distingue y los relaciona entre sí" (pág. 139). Es decir, sólo podemos llegar a la conclusión de que la significación del término "epistemología" (por lo menos para Bateson en este contexto particular) es múltiple, contradictoria, variable y, por ello, en última instancia, irresoluble. Tal vez todas las significaciones disponibles deberían emplearse de manera simultánea, más que diferencial; esto ciertamente enriquecería la significación del término "epistemología". No obstante, en ese caso sería bastante difícil imaginar en qué sentido "epistemología" es diferente de otras palabras, de otros conceptos. En suma, hace que nos preguntemos, junto con Dell, exactamente qué "epistemología" no está dentro del contexto del texto de Bateson. la suya, aunque ellos permanecieran dentro de su propia lógica) y juntos pudieron comunicar la psiquiatría basándose en ese punto de vista marginal llamado "teoría de los sistemas". A comienzos de la década de 1970, cuando fue escrito el artículo, tanto la teoría de los sistemas como Alcohólicos Anónimos estaban situados afuera en relación con la psiquiatría. Ciertamente estaban situados mucho más afuera de lo que lo están hoy. Y, como dijo Bateson, el alcoholismo y Alcohólicos Anónimos eran un misterio para la psiquiatría. La teoría de los sistemas era también algo desconocido, un misterio. ¿Qué estrategia o plan era mejor que vincular a los filósofos (asociados con un elevado prestigio) y a George Kelly (otro personaje relativamente prestigioso) con estos dos misterios, en un intento de abrir la psiquiatría a estas perspectivas diferentes? ¿Tuvo éxito el plan? ¿Surtió efecto la estrategia? Bueno, por lo menos el artículo se publicó. La perplejidad que surge al tratar de interpretar "epistemología" podría ser simplemente el resultado de una "equivocación" que siempre puede atribuirse a un pensamiento distraí do, a una escritura negligente o a una edición descuidada. O, lo que es más interesante, podría ser el resultado de un "error" determinado, lo cual no puede desecharse fácilmente, puesto que este tipo de "error" resulta de un
conflicto de objetivos y/o de una disparidad entre significación y propósito.5 Quizás, a causa de la posición que ocupa Bateson, esta última posibilidad parece más probable que la primera. Esto nos recuerda la idea de Paul de Man según la cual "los momentos de mayor ceguera de los autores son también los momentos en los cuales alcanzan su mayor percepción" (De Man, 1983, pág. 109). En realidad, la epistemología de Bateson es similar a una teología: hay maneras correctas y maneras incorrectas de observar qué está ocurriendo. La ocurrencia de Bateson de asi milar epistemología, teología, reglas, etc. sugiere fundamentalmente un "error" determinado por la preocupación primaria de Bateson por la unidad estructural de la mente y la naturaleza (un punto de vista romántico que es bastante panteísta y místico). Bateson encontró un aliado en los A.A. (es decir, un grupo cuya posición Bateson podía construir como semejante a Notas 1. "With windmills turning wrong directions", tercera estrofa (Thomas, 1971). 2. Podríamos, por supuesto, buscar las múltiples palabras "difíciles" utilizadas en las definiciones del diccionario, pero ese esfuerzo podría llevar a ¡reeditar todo el diccionario! 3. En 1971, cuando leí por primera vez este artículo, pensé que sabía lo que significaba la "teoría de los sistemas" y lo que Bateson quería decir con el término, aunque ahora no tengo claro en absoluto qué podría significar (véase S. de Shazer, 1991). 4. En el plano filosófico, la palabra epistemología normalmente se define como una teoría del conocimiento. 5. Esta distinción entre "equivocación" y "error" está tomada de Paul de Man, 1983. 6. Este podría ser un espejismo de mi parte. 72 73 Comenzamos siguiendo el consejo de Condillac "aprendiendo la propia lengua" (1947, pág. 217) y terminamos descubriendo el agujero ([wIhole) de Lacan. Este agujero resultó ser un lugar bastante extraño, un agujero negro o un pozo sin fondo que absorbe los diversos intentos por taponarlo. Como dijo Ragland-Sullivan (1991b), "el lenguaje hace surgir un vacío, como una carencia que tienen todas las cosas en cuanto a ser inmediatamente captables o cognoscibles. No podemos ser completos. Ni ninguna otra cosa puede serlo" (pág. 4). Lo que en verdad hace que este agujero ([wIhole) sea extraño es que a pesar de él -o quizás a causa de él- el lenguaje, de algún modo, funciona. Podemos hacer ciertas cosas que llamamos "leer", "comunicarnos", "mantener conversaciones". En ciertos aspectos al menos, esta situación es análoga a algunas que se dan en la matemática. Por ejemplo, la prueba de Gódel demuestra que la aritmética, la teoría de los números y tal vez la matemática toda es inconsistente e incompleta (Nagel y Newman, 1958); hay una especie de agujero/([wIhole) en el fondo. Y sin embargo, la aritmética, la teoría de los números y la matemática funcionan. Hasta los números imaginarios realizan una tarea práctica (Spencer-Brown, 1969). 74
6 Freud estaba equivocado: las palabras no perdieron nada de su magia ¿Cómo puedo decir lo que sé con palabras cuya significación es múltiple? Edmond Jabés (1959, pág. 41) Este descubrimiento de un extraño agujero-totalidad parece bastante inquietante e insatisfactorio. Nos sentimos tentados a creer que falta algo o que hay algo oculto, "que el lenguaje está formado por dos partes: una parte inorgánica, él manejo de los signos, y una parte orgánica, que podemos llamar comprensión de-esos signos, significación e interpretación de tales signos, pensamiento" (Wittgenstein, 1965, pág. 3), es decir, como si hubiera otro lenguaje detrás del lenguaje, llámese estructuralismo o algún tipo de metalenguaje. Quizás hayamos estado esperando o exigiendo que el lenguaje se comporte de ciertas maneras precisas, siguiendo reglas duras y rápidas, cuando, en realidad, resulta que no lo utilizamos de ese modo y no lo aprendemos siguiendo reglas. En cambio, aprendimos simplemente a usarlo. Tal vez hemos estado formulando la pregunta incorrecta o formulándola de manera errónea. Como sugiere Derrida, frecuentemente "comprobamos... que la pregunta sólo puede formularse con la forma que dicta la respuesta que la aguarda" (Derrida, 1973, pág. 126). Puesto que la respuesta es tan extraña, quizá la pregunta que estamos haciendo también sea, en cierto modo (o en varios modos) extraña. Como lo dice Wittgenstein en Los cuadernos azul y marrón de 193311934: Nuestra sed de generalidad tiene una [otra] fuente primaria: nuestra preocupación por el método de la ciencia. Con esto me refiero al método de reducir la explicación de los fenómenos naturales a la menor cantidad posible de leyes naturales primitivas... Los filósofos constantemente ven ante sí el método de la ciencia y se sienten irresistiblemente tentados a formular preguntas y respuestas a la manera en que lo hace la ciencia. Esta tendencia es la verdadera fuente de la metafísica y lleva a los filósofos a la más completa oscuridad. (pág. 18) De ahí la completa oscuridad del agujero ([w]hole) negro de Lacan. Los terapeutas y sus_ pacientes utilizan el lenguaje en su diáloio o- conversación, y es ese uso del lenguaje más que el lenguaje mismo lo que estamos trátindo de indagar. Como Freud, De Saussure, Bandler y Grinder y Lacan, hasta ahora hemos adoptado un enfoque por entero monológico, concentrándonos en los aspectos individuales y estáticos del lenguaje y de 75 la mente, un punto de vista que propone que la mente y el lenguaje están conectados, pero separados, y que es lamente la que dirige el lenguaje. No obstante, como sugiere George Herbert Mead (1934), también puede considerarse que la "mente" aflora "a través de la comunicación mediante una conversación de gestos en un proceso social o en un contexto de experiencia y no que la comunicación surge a través de la mente" (pág. 50). Los puntos de vista de Bajtín y de Wittgenstein (véase infra) sugieren que la mente puede ser considerada como una condición del lenguaje/conversación. Como dijo el discípulo de Wittgenstein, Rush Rhees (1970), "no toda habla es conversación... pero no creo que pueda existir habla o lenguaje sin ella" (pág. 81).
Hemos estado observando sólo palabras y significación en lugar de observar el uso que se les da en el diálogo o la conversación y para dar sentido a algo. Tenemos que mirar lo que ocurre entre los terapeutas y los pacientes y cómo funciona el lenguaje en la conversación a pesar de -o más bien, a causa de- el agujero (fwIhole) de Lacan. Aunque Freud creía que las. palabras habían perdido parte de su magia, el hallazgo del agujero de Lacan y el hecho de que el lenguaje funcione„acausa de ese agujero significa que las palabras son aun más mágicas de lo que Freud pensó que eran originalmente: las palabras no perdieron nada de su magia. El puente de Bajtín (Unal palabra es un acto de dos caras. Está determinada igualmente por aquel que la emite y por aquel a quien está destinada. Como palabra, es precisamente el producto de la relación recíproca entre el hablante y el oyente, entre el emisor y el receptor. Cada palabra expresa el "uno" en relación con el "otro". Yo me doy forma verbal desde el punto de vista de otro. Mijaíl Bajtín (VoloshinovBajtín, 1986, pág. 86)1 Para una amplia clase de casos -aunque no para todosen los que empleamos la palabra "significado", se la puede definir del modo siguiente: el significado de una palabra es su uso... Ludwig Wittgenstein (1958, § 42) Una manera de salir de nuestra dificultad es comenzar de nuevo, empezar pensando en una respuesta diferente. Esta nueva respuesta (y por lo tanto también la nueva pregunta) en realidad ha estado en el aire durante mucho tiempo. Wittgenstein, como filósofo del lenguaje, no es el único en considerar que el método "científico" del enfoque habitual conduce a una oscuridad total. Por ejemplo, Mijaíl Bajtín, un teórico y crítico literario ruso (Todorov, 1984) estableció una distinción entre lenguaje y diálogo siguiendo esta línea: "el objeto de la lingüística" y de la filosofía del lenguaje en general "está constituido por el lenguaje", pero nosotros estamos interesados en la pragmática cIeIas,conversaciones o "el discurso, el cual está representado... por los enunciados individuales" (Todorov,1984, pág. 25) y la relación entre un enunciado y otro. Para Bajtín (ya en 1929): "La comprensión se opone al enunciado como una réplica se opone a otra en el diálogo. La comprensión está en busca de un contradiscurso que responda al discurso del enunciador" (citado en Todorov, 1984, pág. 22). Por ejemplo, la significación que Bandler y Grinder consideran difícil de explicar en términos estructurales (1975b, págs. 152-153), y que nosotros y ellos nos esforzamos tanto por descifrar antes: Estructura de superficie H "Algo fue dado" Estructura profunda H "Alguien dio algo a alguien" podría resultar perfectamente evidente dentro del contexto de un diálogo o una conversación. "La palabra, en la conversación habitual está directa, descaradamente, orientada hacia una futura palabra de respuesta", dice Bajtín. "La palabra provoca uña -respuesta, la anticipa y se estructura en la dirección de la respuesta" (Bajtín, 1981, pág. 280). Una concepción social o d álógicá sugiere que el lenguaje y el habla se originan y se desarrollan en virtud del uso, a través de la interacción social y de la comunicación. En esta perspectiva, la mente puede ser considerada como una condición del lenguaje.
Por ejemplo, la declaración que hace un terapeuta durante una sesión particular está relacionada con todos sus enunciados previos (emitidos durante esa sesión) y todos los enunciados futuros (que emitirá durante esa sesión) y también con todas las 76 77 declaraciones que haya hecho el paciente sobre un tema en particular durante esa sesión: una situación que Bajtín llamó "intertextualidad" y que Wittgenstein denominó un "juego de lenguaje" (1965). De ahí que para Bajtín, la lectura sea también un diálogo en el cual el lector provee creativamente un contradiscurso que está en interacción con el texto y con el autor. Un breve vistazo a la crítica hecha en 1927 por Bajtín a Freud ilustrará las diferencias entre el enfoque de Bajtín, centrado en el diálogo, y el enfoque "científico", centrado en el lenguaje: Los motivos del inconsciente revelados durante las sesiones psicoanalíticas mediante el método de la "libre asociación" son reacciones verbales del paciente, como también lo son todos los demás motivos habituales de la conciencia. Son diferentes unos de otros, por así decirlo, no a causa de una distinción genérica de su manera de ser, sino sólo por su contenido, es decir, ideológicamente. En este sentido, de acuerdo con Freud, el inconsciente puede definirse como una "conciencia no autorizada", a diferencia de la conciencia "oficial" habitual... Lo que se refleja en estos enunciados verbales es, no la dinámica del alma individual, sino la dinámica social de las interrelaciones entre médico y paciente. (citado en Todorov, 1984, pág. 31) Es decir, "para Bajtín, en el fondo del hombre encontramos no el Ello sino al otro" (Todorov, pág. 33). La obra de Lacan -dentro del contexto del psicoanálisis- apunta a un agujero/ totalidad ([wIhole) en el fondo del lenguaje, lo cual indica que en la perspectiva de Lacan el psicoanálisis no es interaccional; no se trata de una conversación, sino sólo de hablar. Sin embargo, en un contexto diferente: Cuando uno le da una palmada a un niño, y bien, es comprensible que el niño llore, sin que nadie reflexione que no es en absoluto obligatorio que deba llorar. Recuerdo a un niño pequeño que cada vez que alguien le daba una palmada solía preguntar: ¿Eso fue una caricia o una bofetada? Si se le decía que era una bofetada, lloraba, lo cual correspondía a las convenciones, a las reglas del momento, y si se le decía que había sido una palmada cariñosa, se mostraba encantado. Pero allí no termina el asunto. Cuando a uno le dan una palmada hay muchas otras formas de responder además de hacerlo llorando. Uno puede 78 devolver un golpe semejante u ofrecer la otra mejilla o decir ¡Pégame, pero escucha! En fin, se ofrece una gran variedad de posibilidades... (Lacan, 1993, pág. 6) (Como un simple experimento, la próxima vez que participe de una conversación, finja que no forma parte de ella. ¿Qué le ocurre a usted? ¿Qué le pasa a la otra persona? Puesto que usted está simulando que lo que dice la otra persona no tiene conexión con usted, ¿no tiene acaso que imaginar que lo que el otro está diciendo debe relacionarse
necesariamente con algo que está ocurriendo en el interior de esa otra persona? ¿No se parece esto a escuchar a alguien que habla por teléfono y tratar de imaginar qué está diciendo la persona que está situada al otro lado de la línea?) El contexto social, incluyendo al terapeuta, al paciente y el lugar en el que se produce el encuentro entre ambos, además de lo que dice cada uno en respuesta al otro, ayuda a ambas partes a construir conjuntamente la significación a partir del diálogo. De acuerdo con Bajtín, "ningún enunciado puede atribuirse exclusivamente al hablante; todos son el producto de la interacción... y en un sentido más amplio, el producto de la totalidad de la compleja situación social en la que se da la interacción" (1927, citado en Todorov, 1984, pág. 30). La perspectiva de Bajtín nos lleva a la idea de que las relaciones entre el terapeuta y el paciente continúan alterándose _en el proceso mismo de la conversación. No existe una significación preestablecida que se transfiera o se entregue de uno a otro. Antes bien, la significación se desarrolla o adquiere forma en el proceso de interacción. Un mensaje no se transmite de una persona a otra, sino que es algo "que construyen entre ambas, como un puente ideológico, es algo que se construye en el proceso de la interacción entre las dos" (Bajtín, 1928, citado en Todorov, pág. 56). A diferencia de Freud, De Saussure y Bandler y Grinder, quienes trataban con la transmisión de la significación en virtud de un código preestablecido con significaciones predeterminables y fijadas, Bajtín trataba con el habla viva, en la que la significación "se crea por primera vez en el proceso de transmisión, [porque] en última instancia no hay ningún código" (1970/71, citado en Todorov, pág. 56). Rush Rhees lo dice así: 79 Aproximadamente en la misma época, en Cambridge, Wittgenstein cruzaba el mismo puente. Comenzando por socavar el énfasis que él mismo había puesto antes en la forma o la estructura, Wittgenstein llegó a la conclusión de que "la... enunciación adquiere su significación a partir del sistema de ...[enunciaciones], de la lengua a la que corresponde. A grandes rasgos, comprender un enunciado significa comprender una lengua" (Wittgenstein, 1965, pág. 5). La significación de una oración no procede meramente de sumar las significaciones de todas las palabras individuales que la componen ni tampoco de sumar de algún modo las significaciones de todas las oraciones (del párrafo en cuestión), sino que antes bien la significación surge del uso que hace la gente del lenguaje. Para emplear la analogía favorita de Wittgenstein: una palabra no es como el movimiento de una pieza en una jugada de ajedrez; más bien se parece a situar una pieza en el tablero. Una oración es, pues, como un movimiento en una jugada de ajedrez, pero ese movimiento sólo puede compren 80 Concebir el lenguaje como un sistema o como una especie de método (por ejemplo, "un método de representación", "un método de proyección"), casi como una especie de teoría, es un error, aunque sólo sea porque el lenguaje es algo que la gente habla entre sí. En este sentido no es en absoluto semejante a la matemática. (1970, pág. 84)
Los filósofos con mucha frecuencia hablan sobre investigar, analizar, la significación de las palabras. Pero no olvidemos que una palabra no ha recibido un sentido, por así decirlo, de manos de un poder independiente de nosotros, de modo tal que sea posible realizar una especie de investigación científica de lo que la palabra realmente significa. Una palabra tiene la significación que alguien le ha dado. Hay palabras que tienen varias significaciones claramente definidas. Es fácil contabilizar esas significaciones. Y hay palabras de las que uno podría decir: se las utiliza de mil maneras diferentes, las cuales se fusionan gradualmente entre sí. [Y algunas cuyos diferentes usos no se fusionan.] No es sorprendente que no podamos contabilizar reglas estrictas para su uso. (Los cuadernos azul y marrón de 1933 / 1934, Wittgenstein, 1965, pág. 28). derse dentro del contexto de una partida. De ahí que incluso una oración no tiene sentido estando aislada: comprender una oración es comprender una lengua o el contexto en el cual se da esa oración: un "juego de lenguaje" (en Los cuadernos azul y marrón de 1933 / 1934, Wittgenstein, 1965). Esto, por supuesto, no significa que las palabras carezcan de sentido porque no son oraciones. La posición de la pieza de ajedrez en el tablero no es un movimiento en el juego, sino más bien una condición o una condición previa para el juego. La casilla en la que se encuentra la pieza determina qué movimientos puede hacer dicha pieza. Está claro que puede abrirse una senda a través del agujero de Lacan utilizando el puente de Bajtín. En realidad, este "puente" podría bautizarse de manera más descriptiva como "los tablones tambaleantes sobre la ciénaga de Wittgenstein". Pero lo cierto es que Bajtín utilizó el término "puente" como una metáfora de cómo se da o se construye el sentido, la significación, en el diálogo entre personas. Además, "el puente de Bajtín" suena bien, de modo que esa es la expresión que usaré. Comprensión/malentendido Esto no implica suponer que la marca [signo] sea válida fuera de su contexto, sino que, por el contrario, sólo hay contextos sin ningún centro de anclaje absoluto. Jacques Derrida (1982, pág. 320) Teniendo en cuenta que el sentido de una palabra con frecuencia o habitualmente difiere y demora, la "comprensión" (o la atribución de sentido a algo) en un diálogo también está sujeta a aplazamiento y demora, por lo tanto, dar sentido a algo es un proceso acumulativo antes que un acto especifico limítado a un-rriómento particular. Por consiguiente, en cualquier momento particular, és más probable que se dé el malentendido que la comprensión (S. de Shazer, 1991). Además, tales malentendidos constituyen la conversación y, en realidad, la hacen posible. Con esto quiero decir que si sencillamente (radicalmente) nos comprendiéramos unos a otros, no tendríamos de qué hablar. 81 Si una paciente dijera "Estoy deprimida" y nosotros comprendiéramos qué quiso decir (es decir, la visión de sentido común), no habría razón para hacerle ninguna pregunta. Cono ceríamos precisa y exactamente el pasado, el presente y el futuro de su condición. Sin decir ni una palabra, podríamos hacerle una prescripción química y/o de conducta, la paciente diría "gracias" y eso sería todo. Afortunadamente, hasta los emprendimientos más positivistas de nuestro campo
(tales como el DSM) reconocen que las cosas no son tan netas. De modo que hacemos preguntas porque sabemos que no comprendemos lo que nuestro paciente quiere decir cuando dice que está deprimido. Está claro que la "depresión" no es algo simple. Las descripciones que hacen los pacientes habitualmente abarcan un conglomerado de pensamientos, sentimientos, conductas, actitudes y contextos perturbadores que incluyen a otras personas. Ninguna de las palabras o los conceptos que el paciente presenta en su descripción es simple y por lo tanto no compj:_wdemos lo que dice y esto nos lleva a formular más preguntas. Y, por supuesto, tampoco ninguna de nuestras palabras ni ninguno de nuestros conceptos es simple, de ahí que el paciente nos haga preguntas porque tampoco nos comprende. Toda esa conversación está basada en la idea de que la comprensión es posible, aun cuando sepamos que puede ser improbable. Norris (1989) desarrolla lo que podría llamarse un "principio de caridad" interaccional o conversacional que parece ajustarse a esta situación: "La comprensión simplemente no puede aflorar a menos que exista una disposición general a asumir, primero, que los demás le dan sentido a la experiencia de modos que no son radicalmente diferentes de los nuestros y, segundo, que la actitud de estar en posesión de la verdad -de atribuir una importancia particular a las frases que confirman sus creencias- es tan importante para ellos como lo es para nosotros" (pág. 60). Evidentemente, la paciente sabe qué quiere decir (en ese momento en particular), pero nosotros no podemos saberlo. Supongamos que usted le preguna a una paciente qué quiso decir con el término "depresión" y ella comienza a contarle que no ha estado durmiendo lo suficiente. ¿Puede usted confiar plenamente en que el hecho de que ella esté durmiendo poco la haya impulsado a elegir el término "deprimida"? ¿O fue su 82 pregunta lo que la llevó a responder de ese modo? Independientemente de ello, cuando la paciente comienza a hacer público su significado privado al hablarle a usted de su depresión, el desarrollo de la significación de esa palabra es automáticamente interaccional: en la situación terapéutica,- toda comprensión que se desarrolle es el producto conjunto de la conversación entre el/la terapeuta y el/la paciente. Es interesante señalar que la búsqueda de la significación del término "depresión" construye en efecto la significación del término "depresión" y, por lo menos a veces y hasta con frecuencia, incidentalmente refuerza los sentimientos de "depresión". Saber exactamente qué quiso decir la paciente con el término "depresión" es imposible: detrás y/o por debajo de cada significación o interpretación acecha otra interpretación o suposición. Por consiguiente, tratar de encontrar la "significación única y verdadera" es por lo menos inútil, si no ya perjudicial.. Como resultado de todo esto, parece más conveniente aceptar sencillamente la situación tal cual es y a partir de allí utilizar nuestros malentendidos conjuntos para tratar de ayudar al paciente a construir una solución. Por supuesto, "uno no debería entender esta compulsión por construir conceptos... como si estos pudieran arreglar el mundo real, sino como una compulsión por ordenar un mundo para nosotros mismos en el
cual nuestra existencia sea posible... el mundo nos parece lógico porque lo hemos hecho lógico" (Nietzsche, 1968, pág. 282). Puesto que las significaciones de las palabras/conceptos son flexibles, variables y a veces hasta irresolubles, las críticas a este punto de vista a menudo llegan a la conclusión de que lo que estamos diciendo es que "todo vale"; es decir, absurdamente, "depresión" podría significar "árbol". Sin embargo, la lógica, la gramática, la retórica (en un sentido clásico), el uso, el contexto y, lo que es muy importante, lo contrario del concepto (la no depresión) limitan la gama de las significaciones potenciales. En particular, lo que la depresión no es delimita convenientemente las significaciones posibles del término. A todo aquello a lo que podamos prestar atención en la "no depresión" lo llamamos "excepciones", "milagros", etc. (De Shazer, 1985, 1988, 1991). Hablar con el paciente sobre qué no es el problema/motivo de consulta, es decir, la "no depresión" es una de las maneras de 83 emplear creativamente los malentendidos. Concentrarse en la "no depresión" permite al terapeuta y al paciente construir juntos una solución, o al menos comenzar a construir una solución basada en las experiencias del paciente que están fuera de la zona problemática. Por ello, una solución es un producto conjunto del terapeuta y del paciente hablando entre sí sobre lo que no es el problema, sobre aquello de lo que no se queja el paciente. Por supuesto, no comprendemos ni podemos comprender más aquello que no forma parte de la queja de lo que podemos comprender lo que sí forma parte de ella. Afortunadamente, hablar sobre aquello de lo que el paciente no se lamenta (tampoco esto es algo simple) parece valioso y útil para la mayor parte de los pacientes. Mientras continúan hablando sobre el no problema/la no queja, están haciendo algo diferente de lo que están habituados a hacer, de aquello que ya demostró ser inútil. Cuanto más habla el paciente sobre las "excepciones", sobre los "milagros", todo eso se le vuelve más "real". Poder Bateson El discurso de la terapia familiar está repleto, quizá más allá del punto de desbordarse, de interpretaciones (e interpretaciones de esas interpretaciones), o mejor dicho de sobreinter pretaciones del pensamiento y los escritos de Gregory Bateson sobre la teoría de los sistemas en general y sobre el poder y el control en particular. Bateson estaba en contra del concepto mismo de poder. Las razones de esta posición se hacen claras cuando uno sitúa su teoría dentro de la arena teológica que él consideraba apropiada y correcta (véase el capítulo 5). Pero ¿qué quería decir exactamente Bateson cuando utilizaba el término "poder"? ¿Cuál era el concepto de "poder" que Bateson consideraba corruptor? Desde el punto de vista de Bateson, hay que desconfiar del "poder" como de la "energía", de la "tensión" o del resto de las metáforas cuasifísicas y, entre ellas, el "poder" es una de las más peligrosas. Aquel que codicia una abstracción mítica [esto es, el mito del poder] debe ser siempre insaciable. (Bateson, 1969, pág. 223)
No es tanto el "poder" mismo lo que corrompe como el mito del "poder". Gregory Bateson (1979, pág. 223) Evidentemente, esta visión dialógica o interaccional no significa que dos personas que mantengan una conversación ejerzan la misma influencia sobre las significaciones o las comprensiones que se desarrollen. El rol de cada persona, su posición, etc. y el contexto en el que se desarrolla la conversación son todos elementos que provocan un impacto en los resultados de la negociación. Una parte, A, introduce en una conversación particular que se mantiene en un contexto específico (x) su propio punto de vista (A), y la otra parte aporta el suyo (B): para A el resultado podría ser Ab(x), mientras para B podría ser aB(x). Sin embargo, la perspectiva dialógica o interaccional sugiere que es por lo menos improbable que A tienda todo el tiempo hacia B o que B se incline todo el tiempo hacia A. Es decir, ninguna de las dos personas tiene el control unilateral sobre los resultados de la negociación. Cuando hablamos de relaciones, un concepto como el de "poder" (el control unilateral que ejerce una persona en una relación) es necesariamente incompleto sin un concepto com plementario, vinculado a aquel, que describa o dé nombre a la conducta mediante la cual responde la otra persona, es decir, lo que Bateson llama el comienzo de una descripción tipo. No obstante, el control, unilateral está predestinado a ser imposible porque "la parte nunca puede controlar el todo" (Bateson, 1972, pág. 437), lo cual no significa que todas las partes ejerzan un control igual. Es una cuestión de poder sobre quién, sobre qué y en qué circunstancias. Si alguien intenta tener el control unilateral o el simple control lineal, necesita descubrir cuáles fueron las respuestas, es decir, si sus esfuerzos surtieron el efecto buscado. De ahí que quien debería ser el controlador actúa en realidad en respuesta al otro y debe modificar sus esfuerzos de acuerdo con los efectos logrados. "Por lo tanto no puede tener un control lineal simple. No vivimos en la clase de universo en el que sea posible el simple control lineal" (Bateson, 1972, pág. 438). 84 85 En el campo de la psiquiatría, la familia es un sistema cibernético... y cuando se da una patología sistémica, los miembros se culpan entre sí o a veces se culpan a sí mismos. Pero la verdad del asunto es que ambas alternativas son fundamentalmente arrogantes. Cada una de estas posturas indica la suposición de que el ser humano individual tiene el poder total sobre el sistema del cual forma parte. (Bateson, 1972, pág. 438) ... ninguna de las partes de semejante sistema internamente interactivo puede ejercer el control unilateral sobre el resto o sobre ninguna otra parte. Las características mentales son inherentes o inmanentes en el conjunto como un todo. (pág. 315) En la perspectiva de Bateson, puesto que el sistema predetermina, predestina las cosas, el "poder" está en todas partes y sin embargo no está en ninguna parte. Este ambiente religioso está encabezado por un dios muy calvinista: el sistema. Según Bateson, no sólo no hay ninguna necesidad, sino que tampoco hay ninguna posibilidad de que exista un concepto de poder unilateral/control lineal dentro de la teoría de los sistemas. Dentro de la teología de Bateson no existe ninguna
posibilidad de que haya algo fuera del poder, ningún concepto opuesto, ningún "no poder" y, por consiguiente, no hay ninguna posibilidad de algo semejante a un concepto de poder. Los intentos por ejercer el control unilateral sólo pueden conducir a una "patología sistémica".3 otras y, por último, como las estrategias en las cuales ejercen su efecto. (págs. 9293) Dicho de manera simple, tanto para Foucault como para Bateson, el poder es también sólo un nombre más que se le da a la "relación" o al "sistema". Nancy Hartsock señala un inte resante enigma en la teoría de Foucault que resulta sugestivo para leer a Bateson. [Para Foucault] al mismo tiempo (y tal vez contradictoriamente) las relaciones de poder son intencionales y subjetivas, aunque Foucault se cuida de señalar que no hay cuarteles generales que fijen la dirección. Su versión del poder es quizás única en cuanto a su afirmación de que donde sea que hay poder hay resistencia. (pág. 168) Para Foucault, el poder es "omnipresente" (Foucault,1978, págs. 52-53): los individuos están siempre y en todas partes en la misma posición, una posición en la que simultáneamente se someten, ejercen y resisten el poder en una red de relaciones sistémicas en el medio de una red de sistemas. "Resistencia" es el otro término necesario para comenzar a hacer la descripción de un patrón. Emerson Foucault Es interesante señalar que la posición de Bateson se parece bastante a la de Michel Foucault (1980): ambos consideran que no hay nada fuera del interior del poder y ambos creen que "poder" es sólo otro nombre que se le da al concepto de "relación". De acuerdo con Foucault (1978), el poder debe entenderse en primera instancia como la multiplicidad de relaciones de fuerza inmanente en la esfera en la cual esas relaciones operan y en la cual constituyen su propia organización; como el proceso que, mediante luchas y confrontaciones incesantes, transforma, fortalece o invierte esas relaciones de fuerza; o por el contrario, como las disyunciones y contradicciones que las aíslan a unas de las El concepto de poder-resistencia que presenta Foucault ya fue anticipado por R. Emerson (1962, 1964) quien desarrolló y estudió una "teoría de poderdependencia", que puede resumirse del modo siguiente: 1. PODER: el poder que ejerce el actor A sobre el actor B es la cantidad de resistencia que opone B, resistencia que potencialmente puede ser superada por A. 2. DEPENDENCIA: la dependencia de B en relación con A es a) directamente proporcional a la inversión motivacional de B en los objetivos mediados por A/B y b) inversamente propor cional a la disponibilidad de tales objetivos fuera de la relación entre A y B. 3. El poder que ejerce A sobre B es igual a -o se basa en 86 87 la dependencia de B en relación con A. (Emerson, 1964, la bastardilla es mía).
El concepto de Emerson parece ajustarse bastante bien tanto al punto de vista de Foucault como al de Bateson. La dialéctica poder-dependencia es un atributo de las relaciones que según Emerson cambian o se reequilibran de dos maneras: 1. DESERCION: decrece la inversión motivacional por parte del miembro más débil [B]. 2- EXTENSION DE LA RED: aumenta la disponibilidad de objetivos para el miembro más débil fuera de la relación (extensión de la "red de poder" mediante la formación de nuevas relaciones). (Emerson, 1964, pág. 290) Para decirlo más sencillamente, se considera a B como potencialmente "resistente" al uso del poder de A. Esta resistencia se desarrolla cuando las sugerencias de A van contra los deseos de B. Por ello la expresión de Foucault "poder-resistencia" parece más descriptiva y más próxima al punto de vista de Bateson que la expresión "poder-dependencia" acuñada por Emerson. Tanto Bateson como Emerson y Foucault consideran que la dependencia, como una parte necesaria de cualquier relación, es mutua y recíproca, a saber: A depende de B y simultáneamente B depende de A. Implícitamente, el "poder" y la "resistencia" residen en la "dependencia" que uno tiene del otro. Esto no significa que necesariamente A y B sean iguales ni en cuanto a "poder" ni en cuanto a "resistencia". Pero sí implica que ninguno de los dos tiene el control unilateral. En los términos de Emerson, la relación terapéutica más o menos tradicional se consideraría desequilibrada, pues el terapeuta tiene una ventaja de poder ya que el cliente lo contrata como un experto, como una autoridad, para que lo ayude de algún modo. Por consiguiente, por lo menos en algunos sentidos, el paciente se entendería necesariamente como dependiente del terapeuta. Y en otro sentido (u otros sentidos) el terapeuta también depende del paciente. Además, si debiera verse al terapeuta -o bien desde el punto de vista del paciente o bien desde el punto de vista del propio terapeuta o bien desde ambos puntos de vista- como más "poderoso", sería pues natural, esperable y hasta predecible que se vea al paciente (desde el punto de vista del terapeuta y/o de los observadores) como "resistente" a esa influencia cuando la perspectiva del terapeuta lo lleve a hacer sugerencias que van en contra de los deseos del paciente. Todo esto encaja con las visiones de Bateson, de Foucault y de Emerson. El tratamiento concluiría o bien cuando el paciente pudiera alcanzar sus objetivos fuera del contexto de la terapia y/o cuando formara una nueva relación significativa fuera de la terapia y/o cuando ocurrieran otras cosas que disminuyeran la motivación que el paciente deposita en la terapia. Evidentemente, cuando el terapeuta se concentra en qué es lo que el paciente exactamente desea y permite que eso lo guíe, no hace falta recurrir al concepto de "resistencia" (De Shazer, 1982, 1985, 1988). Esto también minimiza la necesidad de un concepto de "poder". Con ello no queremos decir que el terapeuta no ejerza cierta influencia. Los pacientes, en realidad contratan a los terapeutas para que estos tengan influencia. Antes bien, siguiendo a Emerson, si la cantidad de poder necesaria depende de la cantidad de resistencia necesaria para oponerse a él, cuando hay cooperación en lugar de resistencia, la necesidad de poder disminuye en consecuencia.
Platón dijo: toda virtud es conocimiento. Francis Bacon agregó: todo conocimiento es poder. Spinoza llegó a la conclusión: por lo tanto, toda virtud es poder. David Bidley (1962, pág. 283) Notas 1. Por razones políticas imperantes en su país, Bajtín publicó con diversos seudónimos. 2. Hay muchas razones para suponer que Mead, Wittgenstein y Baitín desconocían recíprocamente los trabajos de los otros. 3. Bateson utiliza al alcohólico para ilustrar este punto, mientras que Foucault usaría a Hitler o a Stalin. 4. Véase S. de Shazer (1986) para una versión anterior de este material. 88 89 PARTE II MARRIAGE COUNSELOR I RECOMMEND MA35IVE PLASTIC SURGERY FOR WTM OF YOU... AND YOUR PERITIES ARE DAD,T00; PRETENDTO DE aTMER fOPLE. 5MOULD WETRYTO COMMUNICATE MORE? NO, TMAT5 SU5T DEGGING FOR TROUDLE. DILBERT reproducido con autorización de UFS, Inc. [CONSEJERO MATRIMONIAL -Comprendo su problema. -Les recomiendo a ambos hacerse cirugía plástica general... y sus personalidades tampoco son muy buenas; simulen ser otras personas. -¿Deberíamos tratar de comunicarnos más? - No, eso sólo trae problemas.] 91 7 Hablar del problemalhablar de la solución Todos los hechos corresponden únicamente al problema, no a su solución. Ludwig Wittgenstein (1972 §6.4321) Los terapeutas se interesan en la práctica terapéutica misma y, por lo menos en cierto sentido, lo único que puede proporcionarles los "datos" que necesitan es observar sesiones de terapia o vídeos filmados de sesiones. Sin embargo, en un libro la única manera posible de presentar estos "datos" a los terapeutas es mediante la transcripción de las sesiones terapéuticas. Es lógico esperar que, si no cuentan con esos "datos", al encontrarse con ideas, descripciones, teorías, etc. que no encajan con sus propias ideas, descripciones, teorías, etc. y los "datos" obtenidos en su propia experiencia clínica, los terapeutas se sientan desconcertados, estén en desacuerdo y argumenten en contra. Por lo tanto, ahora concentraremos nuestra atención en la lectura de extractos de transcripciones correspondientes a varias sesiones terapéuticas conducidas por terapeutas proce dentes de diferentes escuelas de pensamiento. Comparar y contrastar la obra de Nathan Ackerman, James Gustafson y John H. Weakland constituirá una buena ilustración de los modos en que se utiliza el lenguaje en la terapia. Elegí originalmente las transcripciones de Ackerman y Gustafson por la sencilla razón de que las dos se hallaban en los primeros dos libros que incluían transcripciones de sesiones que encontré en
93 mi biblioteca personal. De una manera accidental, pero que quizá no lo sea tanto, la diferencia entre ellos terminó ilustrando cómo algunas de las conclusiones que deberían extraerse de los primeros capítulos, más teóricos, pueden aplicarse a la práctica misma de la terapia. En cierto sentido, la tarea de escuchar y observar de.L_s, terapeuta puede compararse con la tarea de un lector. Lo que el paciente dice puede considerarse semejante a un texto. Por lo menos en parte, leer una transcripción se parece a observar una sesión oculto detrás de un vidrio espejado. Podemos considerar el enfoque de Ackerman como un ejemplo puro de la perspectiva concentrada en el lector (o de un enfoque determinado por la teoría); al tiempo que podemos caracterizar el de Weakland como un ejemplo puro de un enfoque concentrado en el texto. En cuanto al de Gustafson, si bien es primariamente un enfoque concentrado en el lector, no deja sin embargo de prestar cuidadosa atención al texto. Utilizaré como herramienta para marcar el contraste entre la sesión de Gustafson y la de Ackerman, y el de ambas con la de Weakland, los conceptos de "conversación sobre el problema" y "conversación sobre la solución" como una oposición binaria,2 lo cual nos permitirá seguir a Wittgenstein, quien utilizó otra oposición binaria oportuna entre "hechos" y su opuesto "no hechos". La noción de "no hechos" es un término convenientemente más amplio que "ficciones", pues nos permite incluir entre los conceptos opuestos a los "hechos" aquellos como "fantasías, esperanzas, ficciones, proyectos, deseos", etc. El asunto, por supuesto, no es tan sencillo, ya que la sesión de Weakland terminará socavando la distinción bastante neta entre "conversación sobre el problema" y "conversación sobre la solución" utilizada con las sesiones de Ackerman y de Gustafson. Además, la comparación de estos tres enfoques puede emplearse como una base sobre la cual es posible construir una comparación adicional para analizar las transcripciones presentadas en los siguientes capítulos. todos los problemas de la vida de esta persona, haciendo particular hincapié en sus sentimientos de depresión. ¿Cómo se siente usted después de esa media hora? Cuando les formulé esta pregunta a algunos terapeutas, todos me hablaron de cómo, mientras escuchaban a las personas describir sus problemas y buscar una explicación, sentían que los "hechos" se iban sumando unos a otros y que, como resultado de ello, el problema se iba haciendo, a los ojos del terapeuta, cada vez más pesado. Después de cuarenta y cinco minutos el terapeuta comienza a percibir toda la situación como aplastante, complicada y hasta desesperada. Si eso es lo que sienten los terapeutas, ¿puede imaginar usted cómo debe sentirse el paciente después de cuarenta y cinco minutos? Conversación sobre la solución Como una segunda parte de este experimento, imagine que ha pasado usted la última media hora hablando con el señor B sobre todo lo que ha marchado bien en la vida de esa persona, haciendo particularmente hincapié en sus sentimientos de éxito. ¿Cómo se siente usted después de esa media hora? Cuando les hice esta pregunta a algunos
terapeutas, todos ellos me hablaron sobre cómo, mientras escuchaban a las personas describir sus logros y éxitos, sentían que los "hechos" se sumaban unos a otros y que, como resultado de ello, la situación se iba haciendo, a los ojos del terapeuta, cada vez más placentera. Después de cuarenta y cinco minutos, el terapeuta comienza a percibir toda la situación como notable y estimulante. Si eso es lo que sienten los terapeutas, ¿puede imaginar usted cómo debe sentirse el paciente después de cuarenta y cinco minutos? Lectura: Nathan Ackerman Conversación sobre el problema Como primera parte de un experimento, imagine que usted se ha pasado l a última media hora hablando con el señor A sobre El siguiente es un extracto del comienzo de una sesión que mantuvo Nathan Ackerman (1966) con una familia. Numeraremos cada turno de la conversación (o unidad) para simplificar la referencia subsiguiente. 94 95 (1) Dr. A: Bill, usted lanzó un suspiro al sentarse aquí esta noche. (2) El padre: Sólo algo físico, nada mental. (3) Dr. A: ¿Está tratando de engañarnos? (4) P: No, no engaño a nadie. (5) Dr. A: Mmm, hum. (6) P: En realidad no... Realmente fue algo físico. Estoy cansado porque tuve un día atareado. (7) Dr. A: Bueno, yo estoy cansado todos los días y cuando lanzo un suspiro, nunca es puramente físico. (8) P: ¿De veras? (9) Dr. A: ¿Qué ocurre en realidad? (10) P: Nada. ¡Es cierto! (Ackerman, 1966, pág. 3) Ackerman interpreta el suspiro de Bill como un significante de que algo anda mal, un problema. Ackerman comenta que la respuesta del padre es evasiva y que su propia respuesta, unidad 4, es "una presión adicional para obtener una respuesta más honesta" (pág. 3). Bill, el autor del suspiro, dice que la lectura de Ackerman, basada en sus propias preocupaciones y no en las de Bill, es simplemente errónea. Ackerman utiliza su propia experiencia como autor de suspiros para atribuirse una mayor autoridad como un experto en suspiros, con lo cual da a entender que cree que la significación de un suspiro está fijada y determinada, si no ya predeterminada. Sin embargo, Bill insiste en afirmar que su propia experiencia es diferente. ¿Qué hay detrás del suspiro de Bill? Después de todo, como dice Wittgenstein, "un proceso interior tiene necesidad de criterios externos" (1985, §580). Cuando uno intenta captar -la significación durante cualquier conversación, los criterios externos para un proceso interior incluyen las circunstancias, observables en la conducta de un individuo, que, al presentarse, inclinarán a los demás a estar de acuerdo o en desacuerdo con las declaraciones de ese individuo. Es el contexto de una sesión de terapia familiar (un tipo particular de conversación) lo que, por lo menos en parte, le proporciona a Ackerman cierto fundamento para interpretar el suspiro de
Bill como parte de la "conversación sobre el problema", antes que como un simple y llano suspiro que sólo significa que Bill tuvo un día difícil en su trabajo. La idea de que el poder y el conocimiento, particularmente el conocimiento profesional, como el que tiene Ackerman de los códigos no verbales, siempre están inseparablemente vincula dos entre sí procede de Foucault (1980); en la opinión de Christopher Norris (1989) esto lleva a la noción de que "lo que cuenta como verdad... en cualquier momento dado es un reflejo de los diversos intereses disciplinarios, sociales y políticos que dominan el campo... [y que traducen] los efectos del poder en un "conocimiento" -un conjunto de reglas, convenciones y códigos éticos y profesionales- inmune a todo cuestionamiento en virtud de su completa fuerza coercitiva (pág. 128): claramente un enfoque concentrado en el lector antes que uno concentrado en el texto. Tanto de Emerson (1962, 1964) como de Foucault (1980) procede la idea de que el poder está también inseparablemente ligado a la resistencia; en el ejemplo, podemos ver claramente cómo el uso del poder que hace Ackerman está ligado a la resistencia de Bill. La interpretación que le da Ackerman al suspiro de Bill sencillamente no se ajusta a la interpretación deseada por Bill. (11) Dr. A: Pues bien, ni su propio hijo le cree. (12) P: Bueno, quiero decir que ni hoy ni esta noche ocurrió nada que pudiera provocar ese suspiro. (13) Dr. A: Bueno, quizá no sea algo especial, pero... ¿Tú que piensas, John? (14) El hijo: No podría saberlo. (15) Dr. A: ¿No podrías saberlo? ¿Cómo es que súbitamente pones cara de póquer? Hace un momento hacías muecas como si supieras muy bien de qué se trataba. (16) H: Realmente no lo sé. (Ackerman, 1966, págs. 3-4) Ackerman continúa su lectura de lo que ocurre en la habitación, incluyendo las conductas no verbales como hechos, como parte de la "conversación sobre el problema" interpretan do (conjeturando) que "las muecas como si supiera bien de qué se trata" del hijo eran signos de que el joven estaba de acuerdo con la intepretación que daba Ackerman al suspiro del padre. Ackerman comenta, respecto de la unidad 11, que "el terapeuta utiliza el gesto del hijo, una mueca de entendimiento, para penetrar la negación del padre y provocar una participación 96 97 más profunda de sentimientos" (pág. 3). Pero ¿de dónde saca Ackerman esa idea de que el hijo no está de acuerdo con el padre? Ciertamente, no de algo que se haya dicho hasta el momento. Una vez más, es el conocimiento profesional que tiene Ackerman de los signos no verbales lo que conduce a esta interpretación y a la resistencia del hijo. Por supuesto, el hecho de que el joven pase de "una mueca como si supiera muy bien de qué se trata" a una "cara de póquer" constituye material adicional para los esfuerzos interpretativos (conjeturas) de Ackerman. (17) Dr. A: Tú... ¿sabes algo de tu papá? Hijo: Sí... Dr. A: ¿Qué sabes de él?
Hijo: Bueno, no sé, salvo que conozco algunas cosas. (20) Dr. A: (a John): Bueno, cuenta. Hijo: Mi.. bueno, yo... (risas) P: Se siente forzado. Dr. A: ¿Es un hombre? H: Sí. (25) P: Vamos, vamos, continúa. El doctor A quiere que le des información. H: Eh, muy bien. Le diré, doctor A. Dr. A: Tu padre usa su mano, tú sabes, no como lo hace tu madre. P: Dale, dale, dale. Dr. A: El gesto de tu mamá es este, y el de papá es dar. "El terapeuta actúa dramáticamente el contraste entre los gestos del padre y la madre (el de la madre es un dedo acusador y el del padre es un gesto de demanda con la mano abierta), en efecto: ¡dale!" (pág. 5). (30) H: Ah, no tengo mucho que decir, de verdad. No puedo... Es sólo un hombre normal, quiero decir, es mi padre. Es un buen tipo. La madre: ¿Puedo sugerir algo? Dr. A: ¿Cuál es su sugerencia? M: Bueno, eh... he estado llevando una especie de registro anecdótico de lo que ha pasado desde que estuvimos aquí la última vez. No un registro de cada minuto, sino de todo lo que me parece suficientemente importante narrar. Dr. A: Mmm, hum... (35) M: Y bueno, creo que es algo positivo por varias razones. Cuando uno lo lee, tiene como una visión mejor de las cosas y, bueno, si quiere que lo lea, lo haré. Si en cambio, le parece mejor hacer preguntas, puede hacerlo. Pero esa es mi sugerencia. Dr. A: Muy bien, me encanta que me llame la atención sobre ese cuaderno de apuntes que trae consigo. Vino armada con su cuaderno de apuntes... Mientras la madre intenta enfocar la conversación en la "vida real" que transcurre entre las sesiones, Ackerman interpreta que su "cuaderno de apuntes" es una especie de "expe diente sobre la familia" y entiende que la madre "está armada" con ese cuaderno de apuntes, cuaderno que en sus comentarios interpretativos llama "un arma" (pág. 6). El cuaderno de apuntes de la madre (un significante o una Estructura de superficie de un tipo) hace que Ackerman le confiera significaciones bastante profundas y problemáticas de expediente, de arma (el significado o la Estructura profunda o inconsciente) en lugar de considerarlo como, digamos, un diario o una serie de datos. M: ...Y he llevado este registro desde la semana pasada porque creo que es muy importante. Uno olvida rápidamente lo que la gente dice y cómo lo dice si no lo escribe en seguida. Es algo que hago con los niños de mi clase, para elaborar los historiales y creo que es una idea maravillosa. Dr. A: Ah, qué bien, ¿qué tiene usted ahí? ¿Un "historial" de toda su familia? M: Sí. (40) Dr. A: ¡Maravilloso! ¿Qué extensión tiene? Observación interpretativa de Ackerman: "El terapeuta se divierte. Inyecta una pizca de humor irónico" (pág. 6). M: No es muy largo. Sólo lo he comenzado. (Al padre) Aquí hay algo que tú no viste anoche. P: ¡Oh, me hiciste trampa!
98 99 M: No, no te hice ninguna trampa. Sólo te dije que había algo más, eso es todo. Tú leíste sólo la tapa... P: Eso es hacer trampas. (45) M: Oh, no, no lo es. Si tú no quisiste que te lo leyera... Es una especie de pequeño resumen de mi pensamiento de la semana pasada. Teniendo en cuenta lo que ocurrió hasta ese momento de la sesión, ¿cómo podía el padre no darle una interpretación negativa a la conducta de la madre? Dr. A: ¡Dispare, entonces! "La frase que elige el terapeuta dramatiza el arma de la madre" (pág. 7). Sin embargo, el término "arma" surge solamente de la lectura del propio Ackerman, antes que de cualquier cosa que haya dicho algún miembro de la familia. M: Pero yo estuve completamente molesta la semana pasada; en medio de la semana, muy molesta. Dr. A: Se está rascando las uñas, Bill. P: No, ...tenía un trocito de cutícula. "El terapeuta llama la atención sobre la compulsión del padre de rascarse los dedos" (pág. 7) en lugar de prestar atención a lo que está diciendo la madre. (50) M: Es un tic nervioso que tiene Bill. Se rasca los pies, un sarpullido que le ha salido y se frota las uñas de las manos. Es un problema nervioso que tiene. "Instantáneamente la madre también se rasca las uñas para acentuar su ataque contra los malos hábitos del padre" (pág. 7). Sin embargo, ella sólo está siguiendo la dirección señalada por Ackerman quien fue el único que reparó en la conducta de Bill, en lugar de prestar atención a lo que quería decir la mujer. H: Bastante desagradable. La madre y el hijo, como antes el padre, se suman ahora a la lectura de Ackerman, según la cual todo es negativo, problemático. Dr. A: ¿Bastante desagradable, dices? H: (a la madre) ¿Y qué me dices de tus propios hábitos nerviosos? M: Tengo unos pocos. (55) H: Sí, como sentarte... no importa. Unos pocos. M: Dije que tengo unos pocos. H: Sí y son bastante malos. M: Está bien. Dr. A: ¿Cuál es el problema? ¿Estás ofendido con tu madre porque ella critica el hábito de tu padre? (60) H: ¿Y qué? El tiene un hábito nervioso. ¿Acaso no tenemos todos alguno? (61) Dr. A.: ¿Qué tipo de defecto de este tipo podrías señalar de tu madre? (62) H: Ella tiene algunos hábitos francamente desagradables. Unidad 61: "Las palabras que elige el terapeuta insinúan una reacción defensiva del hijo en cuanto a su interés erótico en la madre". Ackerman interpreta la unidad 62 como una "alusión velada al vínculo entre suciedad y sexo" (pág. 8). Por cierto, esta lectura de las unidades 61 y 62 no se basa en nada de lo que hayan dicho los miembros de la familia durante la sesión. Dr. A: Y bien, ¿cuáles son esos hábitos? M: Yo le diré cuáles son. (65) P: Espera un momento... Dr. A: Ella está hablando.
Sobre la unidad (65): "La tendencia a rebajarse, interrumpirse y excluirse recíprocamente es característica de esta familia" (pág. 8) y, uno podría agregar (basándose en la evidencia de esta transcripción), del propio Ackerman. Más adelante, la transcripción prosigue así: (93) M: ... Bueno, parte de estos apuntes (algo que escribió en su cuaderno) es bastante dura. Quiero decir, es lo que yo 100 101 pienso y en ciertos aspectos no es muy lisonjero. Y él lo leyó. Y por primera vez desde que estamos casados, es decir hace veinte años, no se enojó. P: Más, querida. M: Está bien, hace un poco más de veinte años. El no se enojó. Y honestamente puedo decir que es la primera vez que Bill se comportó como el tipo de hombre que yo esperaba que fuera. No se enojó por lo que estaba escrito en este cuaderno de apuntes. "Ahora la madre le está haciendo una recriminación al padre" (pág. 10) y sin embargo también hay una alabanza en lo que le dice: en lo que a ella misma se refiere, algo cambió para mejor. (96) Dr. A: Bien.. mi... Esto es realmente un pequeño progreso. La semana pasada usted decía que él ni siquiera era un verdadero hombre. M: ... Por primera vez desde que nos casamos. Fue un placer ver que Bill no se enojaba ante algo que era verdad. Dr. A: Mire cómo Bill le saca la lengua, mírelo... "Nuevamente el terapeuta utiliza los gestos no verbales del padre. El está sacando la lengua para ridiculizar a la madre" (pág. 11). Una vez más, Ackerman da prioridad a su propia interpretación de la conducta no verbal y no a lo que está diciendo la madre. En la perspectiva de Ackerman, todo lo que los miembros de la familia dicen y hacen está sujeto a su interpretación como signos o síntomas del problema (o los problemas) y a su cono cimiento del código no verbal. Como Ackerman es un médico, un experto, su lectura tiene gran peso para la madre, el padre y el hijo; como resultado de ello, después de algunas resistencias iniciales, los miembros de la familia siguen la senda marcada por el terapeuta y comienzan a "rebajarse, interrumpirse y excluirse recíprocamente". Hay diversos criterios para la interpretación correcta: por ejemplo 1) lo que el analista dice o predice, sobre la base de su experiencia previa; 2) aquello a lo que llega el soñante mediante la frier Einfall (libre asociación). Sería interesante e importante si estos dos criterios en general coincidieran. Pero sería sospechoso afirmar (como parece hacerlo Freud) que siempre deben coincidir. Wittgenstein (1972, pág. 46) Está claro que la lectura de las conductas no verbales, considerada literal y universal, domina la agenda de Ackerman: nada es lo que parece. Como resultado de ello Ackerman, ¿l padre, la madre y el hijo construyen juntos un problema (o problemas) basado en un suspiro, una mueca, un cuaderno de apuntes, una cutícula, una lengua y algún eructo.
Esta lectura de la lectura de Ackerman ciertamente aclara qué lo lleva a emplear el rótulo de "familias perturbadas" y a buscar una "teoría clínica de la familia" (pág. 40) sin ver la función que cumple él mismo en la construcción de la perturbación. Como Lacan, Ackerman no considera la terapia como una interacción o una conversación entre el terapeuta y el paciente (o los pacientes). En este caso el blanco de la intervención son los pensamientos automáticos individuales y aislados y/o las creencias irracionales de los pacientes. Esta entrevista muestra al terapeuta en el proceso de rebajar la tendencia del matrimonio a autoconsolarse culpándose mutuamente. En última instancia, despierta la esperanza de que haya algo nuevo y mejor en la relación. Penetra los malentendidos, las confusiones y las deformaciones a fin de alcanzar un consenso entre los miembros de la familia sobre lo que realmente está mal (pág. 39, la bastardilla es mía). "La familia inició la terapia después de la situación de crisis desatada cuando, la hija menor, Peg, de once años, amenazó con apuñalar a su hermano y a sus padres con un cuchillo de cocina" (pág. 4). Sea lo que fuere que anda "realmente mal" en esa familia debe buscarse muy por debajo de la superficie de las cosas, en lo suprimido o reprimido en el inconsciente individual de cada miembro de la familia y quizás en cierto tipo de inconsciente colectivo familiar. Evidente 102 103 mente, para Ackerman lo que sea que aparece en la superficie está lejos de ser tan importante como lo que está por debajo. El paciente: Sí. El médico: Muy bien. Lectura: James Gustafson Haley: aún estoy interesado en el modo en que usted encara los síntomas. Usted parece únicamente interesado en el síntoma y en cómo manejarlo antes que en lo que hay detrás de él. Erickson: recuerde que el síntoma es el mango del paciente. ¿Qué hace usted con la sartén? La sostiene del mango... Usted mantiene aferrado el mango con la mano y haga lo que haga con ella continúa manteniendo la sartén por el mango. Jay Haley (1985, pág. 71) Veamos de qué modo trata otro terapeuta, James Gustafson3 (1986, pág. 173) la misma conducta no verbal: El médico: ¿Está usted un poco irritado conmigo por haberlo detenido allí? El paciente: Y bien... El médico: ¿Sonríe? El paciente: He estado molesto con usted en varias ocasiones, por ejemplo... El médico: Ahora mismo. El paciente: Cuando usted me empuja así, pero sé que es necesario... El médico: Bueno, pero usted termina por explicarme mi propia conducta y yo le pregunté qué sintió. El paciente: Ah, sí, usted me irrita cuando me presiona. El médico: ¿Lo estaba irritando en este momento? El paciente: Y sí. El médico: Muy bien, pero como ve, usted sonríe cuando me lo cuenta, cuando me habla de su irritación. El paciente: Sí.
El médico: Muy bien. El paciente: Sí. El médico: Así que, ¿se siente un poco incómodo? En general cuando las personas me sonríen como usted lo hace ahora, se sienten incómodas. De modo que a usted le irrita que yo lo presione, pero se siente incómodo al contármelo. ¿No es cierto? En este caso la conversación confirma la lectura de la sonrisa del paciente, la conjetura o interpretación del terapeuta, incluyendo la autoridad de las "demás personas" que le sonríen al terapeuta. A diferencia de Ackerman, Gustafson no parece suponer que la significación de la sonrisa sea algo fijo y determinado; su enfoque, aunque en muchos sentidos es un enfoque concentrado en el lector, también toma en consideración el texto (lo que realmente se dice). Gustafson sólo parece asumir que la significación de la sonrisa es determinable. Tampoco el sujeto, en el análisis [lacanianol recuerda qué le ocurrió de niño; en cambio es la estructura siempre presente del pensamiento lo que se investiga y es en ese pensamiento, y no en el pasado, donde debe resolverse su problema. Andrea Nye (1988, pág. 137) Otro ejemplo, tomado de un caso diferente de Gustafson (1986), incluye severas migrañas "que no podían controlarse con los métodos farmacológicos usuales" (pág. 183): (1) El médico: ... Su resentimiento; usted comienza por contarme y luego se encoge, sonríe y me dice "oh, no es nada". ¿Ve? Así es como afloja usted sus sentimientos. (2) La paciente: Bueno... (3) El médico: ¿Qué? (4) La paciente: ¿Es malo eso? (5) El médico: Y luego pide disculpas, ¿lo ve? Sólo estoy tratando de señalárselo como algo que es así... (6) La paciente: Mmm, hum... (7) El médico: No es una crítica, es sólo la declaración de un hecho, pero entonces usted siente que tiene que disculparse... (pausa) Y luego me espera para que sea yo quien dirija la charla. ¿Lo ve? Esa es otra manera que tiene usted de hacerlo, volverse muy pasiva, ¿lo ve? (8) La paciente: Sí, ya sé que es así. (pág. 184) En este caso la significación se desarrolla mediante la ecuación: a) encogerse y sonreír mientras b) se habla de resen 104 105 timiento igual c) relajamiento de los sentimientos. Después de una media hora de entrevista: (9)4 La paciente: Me doy cuenta. (Larga pausa) No sé por .ónde empezar. Es como si... es un sentimiento muy inseguro... (10) El médico: Vamos, adelante. La paciente: Lo sé, estoy pensando. Es tan extraño, pero siento como si usted estuviera atacando lo que yo soy, lo cual no es realmente muy agradable. (La paciente se cubre la cara con las manos) El médico: Mmm, hum. La paciente: No me gusta eso. El médico: ¿Cómo la hace sentir? (La paciente aspira profundamente) Usted acaba de tener un sentimiento, ¿no es cierto? (15) La paciente: Sí.
El médico: Y quiso deshacerse de él. La paciente: Hago todo mi esfuerzo por desembarazarme de él. El médico: Bueno, no le rehúya. Usted simplemente comenzó a sentir algo con respecto a mí. Sintió como si yo estuviera atacando su manera de ser. La paciente: Mmm, hum. (20) El médico: ¿Y qué le hizo sentir? La paciente: No es agradable. El médico: Usted está tratando de contener las lágrimas, ,verdad? La paciente: Sí. (Pausa) (La paciente llora. El terapeuta le alcanza un pañuelo de papel) El médico: Usted no quiere mirarme ahora, ¿no es cierto? (25) La paciente: No. El médico: ¿Por qué no? La paciente: Porque... El médico: ¿Por qué? La paciente: Si no lo miro quizá pueda estar... mantener el control. (30) El médico: Pero si usted hace eso no estaremos yendo a ninguna parte. (La paciente apenas puede ocultar un sollozo, se tapa la boca con la mano) La paciente: Lo sé, pero usted me preguntó por qué y yo se lo dije. El médico: ¿Lo ve? Otra vez lo mismo. Yo no estoy criticando su respuesta. La paciente: Lo sé. El médico: Quiero decir que usted vuelve a entender mi observación como un ataque. Usted está tratando de mantener el control, que es como una pared; precisamente cuando usted y yo comenzamos a ponernos en contacto con la persona que es usted realmente, con lo que en verdad siente, usted desea levantar esa pared. (35) La paciente: Sí, es lo que hago. Gustafson aprovecha los diversos indicios no verbales a manera de contexto para lo que dice 1_,q paciente, lo cual ayuda a determinar lo que la paciente "siente realmente" (una Estruc tura profunda o inconsciente). En el enfoque concentrado en el lector de Gustafson, el texto (y el autor del texto) son utilizados para confirmar su lectura. Después de otra media hora de sesión: El médico: Es algo más que temor. Usted comenzó a llorar y eso era doloroso. La paciente: Y aún lo es. El médico: ¿Quiere decir que aún está allí? La paciente: Ajá. (40)5 El médico: ¿Qué es ese dolor? Hay algo muy doloroso en ser atacada por lo que uno es. Por eso se encogía. La lastima mucho. La paciente: Sí. El médico: Muy bien, cuénteme cómo la lastima. La paciente: Bueno, es como si no me gustara lo que descubro y es de eso de lo que tengo miedo. (La mujer se coloca una mano ante la cara como si quisiera apartar algo, se tapa la boca, se cubre el lado derecho de la cara. Muy temblorosa) El médico: ¿Eso es lo que no le gusta? (Pausa) (45) La paciente: Y bueno, sí, realmente no importa lo que alguien... no, me importa lo que piensan los demás. El médico: Sí, usted es muy sensible, advierte muy bien si a mí me gusta lo que descubro. La paciente: Es verdad.
El médico: De modo que hay algo doloroso en eso de no ser aceptada, de no gustar por lo que realmente es. 106 107 La paciente: Sí, Probablemente porque... mmm, hum... cuando estaba, no recuerdo bien, pero creo que en la escuela elemental, en la secundaria y todo eso, no les gustaba a los demás... (50) El médico: Mmm, hum... La paciente: Realmente no era muy agradable. De acuerdo con Gustafson, "esto le permite llegar al dolor escondido tras la pared durante más de diez años" (pág. 189). "Avanzamos lo suficiente. La angustia reflejada en el rostro de la mujer fue relacionada con una extremada sensibilidad a no gustar. El desencadenante de la migraña resultó absolutamente claro para ambos" (pág. 191). Esta conexión fue construida de manera conjunta por la paciente y el médico a lo largo de la conversación sobre las significaciones de la yuxtaposición de los indicios verbales y no verbales. "De modo que la paciente comenzó a realizar una terapia breve... que llevó a comprender muchos otros episodios de migraña, porque el modo en que surgían las amenazas de no gustar en las diferentes áreas de la vida de la paciente se hizo evidente... Una revisión, realizada seis meses después de concluida la terapia breve, mostró a la paciente casi completamente curada de los dolores intensos de cabeza, un cambio notable en comparación con el estado en que se encontraba cuando la conocimos" (pág. 191). Las secuencias extraídas de la conversación (supra) muestran una clara evolución, una lógica inductiva, casi una progresión aritméticas que lleva a la lógica inevitable de la conclusión extraída de las unidades 43 a 51. Está claro que lo más lógico parecería ser que las migrañas son el resultado de que la paciente no fuera aceptada o fuera atacada por su forma de ser, experiencias que se remontan a la época de la escuela, por lo menos diez años antes. Sin embargo, como dice Wittgenstein, "Si el psicoanálisis lo lleva a uno a decir que realmente uno piensa así y asá o que sus motivos fueron tales y cuales, esta no es una cuestión de descubrimiento sino de persuasión" (1972, pág. 27). Aunque tanto Ackerman como Gustafson prestan gran atención a los aspect-os no verbales de la comunicación, cada uno los enfoca de manera diferente. Ackerman adopta la perspec tiva según la cual los signos no verbales son transparentes, fijos y determinados. En efecto, Ackerman se comporta como si tuviera un libro de códigos que le ofreciera la única significación auténtica de un suspiro, la cual adquiere mucho más peso que las creencias del autor del suspiro. Por su parte, Gustafson se comporta como si supiera que una sonrisa o un encógimíeMtú sigriificárañ aTgo, pero sólo el paciente puede decir qué significan "realmente" confirmando las interpretaciones, las suposiciones del terapeuta. Tanto la entrevista de Ackerman como la de Gustafson ilustran diferentes maneras de construir los problemas durante las sesiones terapéuticas. En general, la conversación sobre el problema parece basada en la visión occidental tradicional de la "verdad" y la "realidad". A medida que los "hechos" se suceden unos a otros en la secuencia de la conversación, comenzamos a
sentirnos obligados a mirar por detrás y por debajo, impulsados a suponer que existen vínculos e interconexiones causales entre esos hechos. Esto conduce a la idea de que "el._prpblema, básico subyacente"-lo que sea que está por detrás y por debajo- debe analizarse en primer lugar, antes de que los pacientes puedan abordar otros problemas (que aparecen en la superficie). No obstante, una visión posestructural sugiere que la manera en que utilizamos el lenguaje puede -y a menudo lo hace- conducirnos accidentalmente por caminos equivocados. Es fácil olvidar que una descripción sólo puede realizarse mediante el lenguaje y que la lengua inglesa (por lo menos) necesita de un ordenamiento secuencial de las palabras empleadas en una descripción. Confundir descripciones con explicaciones causales es un resultado de estar sujetos a nuestra lengua -o incluso engañados por ella- hasta el punto de olvidar que nuestras nociones se desarrollaron partiendo de tropos? y del proceso interaccional que se da cuando el terapeuta y los pacientes mantienen una conversación hablando por turnos, esto es, pidiendo y obteniendo una descripción. Es importante recordar que cuando esto sucede ni el terapeuta ni los pacientes están haciendo algo incorrecto. Antes bien, el fallo -si es que existe alguno- estriba en el lenguaje mismo. 108 109 Por supuesto, no toda conversación sobre problemas es problemática. En realidad, a veces es útil. Por ejemplo, si el paciente nunca le habló a nadie del problema, hacerlo durante la sesión es pues algo diferente de lo habitual. Hablar sobre el problema también puede resultar provechoso si el paciente no halló a nadie antes del terapeuta que fuera capaz de escucharlo atentamente y de tomar seriamente lo que dice. Lectura: John H. Weakland Hablar sobre el problema y sobre cómo persiste (es decir, sobre los "intentos de solución" fracasados) haciendo hincapié en tratar de interrumpir esos intentos de solución, o bien en reemplazarlos por conductas nuevas y diferentes, o, menos frecuentemente, en reevaluar las conductas originales de preocupación como "problema no significativo" (Weakland, 1993a, pág. 141) suele ser un enfoque eficaz. La lectura de Weakland está claramente concentrada en el texto: su insistensia en obtener la mayor cantidad posible de detalles refleja una intención de permanecer dentro de la lógica del paciente y dentro de los límites de lo que este dice. La siguiente es una transcripción literal de una sesión mantenida por Weakland con una mujer y con su hijo de diez años en el BFTC en enero de 1991. (1) John H. Weakland: Obviamente nunca nos hemos visto antes y yo no sé nada sobre usted, por lo tanto, ¿podría usted simplemente contarme cuál es la dificultad o el problema que la trae por aquí? (2) La madre: Bueno, hemos estado teniendo una cantidad de problemas en relación con Neal, ya sabe: falta de atención, descuido de su tarea escolar. Ultimamente se ha estado metiendo en toda clase de problemas. (3) JHW: ¿Con qué tipo de cosas ha estado usted teniendo problemas a causa de la falta de atención de Neal?
(4) M: Bueno, cada vez que le digo que haga algo, él asume esa actitud y no quiere hacerlo, ya sabe. Es realmente un cabeza dura. Si le dejo instrucciones para que haga algo, es como si no dejara nada. (5) JHW: ¿Le dejaba instrucciones escritas? M: No, se las doy verbalmente. JHW: Dígame más o menos cómo son esas instrucciones, así puedo imaginarme la situación. M: Bueno, yo puedo decirle: "Neal, no dejes de limpiar tu habitación", o por ejemplo, "ordena la casa", ya sabe, "antes de que yo regrese" o algo así. JHW: ¿Y cómo responde él a eso? M: "AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAhhhhhhhhhhhhhhhhh" y cosas por el estilo, y además él, ya sabe, en la escuela no quiere... sé que es capaz de hacer la tarea y todo eso, pero él sólo tiene problemas haraganeando todo el tiempo y trae muy malas notas. Sólo una cantidad de problemas. La semana última fue culpado de ataque sexual en cuarto grado. JHW: Bueno, ya llegaremos a eso, pero una cosa por vez. Puesto que todo esto es nuevo para mí, puesto que no conozco a Neal, digamos que estoy en completa ignorancia: ¿Por qué sabe usted que él es capaz de hacer el trabajo de la escuela? M: Porque fui a hablar con sus maestros y todo eso y ellos me dijeron que él es muy capaz. JHW: Muy bien. M: Bueno usted sabe, cuando se sienta a trabajar yo puedo ver qué es capaz de hacer, pero él simplemente no alcanza un nivel satisfactorio. (15) JHW: Pero usted se atiene a lo que le dicen los maestros y ellos deberían estar en posición de explicar qué pasa, esa es su especialidad. ¿Qué es lo que más la preocupa a usted de todo esto? ¿Qué es lo que más desearía que cambie? M: Su actitud. JHW: Muy bien, pero él tiene una actitud en relación con el colegio; tiene una actitud respecto de lo que usted le pide que haga. M: Tiene una actitud frente a la vida. JHW: Muy bien, pero usted no puede comenzar por todas partes al mismo tiempo, de modo que, ¿en qué aspecto le gustaría ver que él cambia de actitud? ¿En que podría ver algunos cambios concretos? (20) M: En cuanto a lo que a mí respecta, el modo en que me trata. JHW: Muy bien, ¿en lo que se refiere a que no le hace caso o en algo más? 111 M: Sobre cómo me ignora cuando le digo algo. Siempre tiene una respuesta rápida e insolente y cosas por el estilo. JHW: Déme un ejemplo de lo que usted podría decirle y de su réplica. M: Yo le digo, por ejemplo, "Neal, creo que te dije que limpiaras la cocina". "Ya limpié la cocina, ya limpié la cocina", me responde y no lo hizo. Déjeme pensar algún otro ejemplo. Ya sabe, si yo simplemente traigo a colación algo como "Pensé que hoy harías bien las cosas en la escuela" o "¿Dónde está tu informe diario? o algo por el estilo, él responde: "No sé qué pasó con él" y yo le digo: "Sabes bien que debes traerlo a
casa"; él contesta: "Lo olvidé, oh Dios, lo olvidé". Ese es el modo como me responde. Llegado a este punto, Weakland ha desarrollado por lo menos un comienzo de un punto focal: la interacción que resulta en las respuestas insolentes del hijo a la madre cada vez que ella le pide que haga algo. Comienza a aclararse qué es lo que la madre desea que cambie. Esta manera de hablar sobre el problema está claramente destinada a descubrir lo que el paciente desea que cambie antes que a indagar las razones de por qué las cosas se dan como se dan. Hasta ahora el enfoque de Weakland podría resumirse del siguiente modo: Las cosas son como son; por consiguiente, ¿qué es lo que el paciente quiere ver cambiar? A diferencia del enfoque de Ackerman y dél de Gustafson, el de Weakland implica una lectura concentrada en el texto. (25) JHW: Muy bien, permítame cambiar de marcha y hacer un repaso. Creo que es evidente, Neal, que tu madre está preocupada por el modo en que te comportas. Sólo quiero repasar las cosas contigo. ¿Ves algún problema en el modo en que te conduces o en algún otro sentido en la familia? [Neal asiente] ¿Lo ves? ¿Por ejemplo, qué? Neal: Que fracaso en la escuela y todo eso. JHW: ¿Cómo ves ese fracaso en la escuela? N: A veces no termino mi tarea. Y obtengo malas notas. JHW: Bueno, sé que esta no es una pregunta que yo pueda pedirte en realidad que respondas delante de tu madre, pero, tener malas notas ¿es en verdad un problema para ti? [Neal asiente.] ¿Por qué? (30) N: No puedo pasar de grado. JWH: Te pregunto qué te parece a ti, no la opinión de los demás. Así que, ¿cuál es la diferencia que esto marca para ti? Obviamente estoy en una edad en la que no tengo hijos en la escuela y por todo lo que oigo, está lleno de niños que dicen "¿Por qué preocuparse?" Pero tú me dices que te preocupa tener malas notas. ¿De qué modo te afecta? No veo exactamente por qué debería preocuparte. Bueno, está bien. En todo caso, este no es el tipo de cosas que podrías decirme directamente frente a tu madre y a una audiencia... que las notas no te importan. Bueno, no querrías decirme eso ni siquiera si fuera cierto. Weakland pasa a hablar del problema de un modo que llegó a ser la marca de fábrica del enfoque desarrollado por él mismo y sus colegas Richard Fisch y Paul Watzlawick:8 ¿Qué hizo la madre en cuanto a tratar de obtener lo que desea? Weakland pone énfasis no tanto en el problema mismo como en los intentos de solución que fracasaron. (31 cont.) ¿Qué intentó usted para que su hijo le obedezca más? M: Castigos, quitarle cosas. JHW: ¿Qué tipo de cosas? M: Nada de llamadas telefónicas... de todos modos él no puede usar eso. Nada de televisión. (35) JHW: De modo que probó con eso, pero en realidad no surtió efecto. M: Mmm, hum... JHW: Bien, debería mencionar, debería haberlo mencionado antes, que no estoy preguntando sólo qué funciona, sino también qué intentó usted y no funcionó,
porque saber eso es igualmente importante. No tiene sentido seguir haciendo lo que no surte efecto. M: Lo intenté todo. Probé gritándole, quitándole cosas, castigándolo, hablando con él y no sé. Está bien por un par de días y luego vuelve siempre a lo mismo. JHW: De modo que él cambia por un par de días y luego es exactamente como si nada hubiera ocurrido, o por lo menos eso es lo que parece. Aunque en realidad, usted consigue cierta mejora por un par de días. 113 (40) M: Mmm, hum. Sólo por un par de días. JHW: Así que usted le habla, le dice: "Neal, ¿por qué no haces lo que te pido que hagas?" M: Le pregunté en qué está pensando, qué le pasa, si tiene algún problema o le ocurre algo de lo que necesita hablar conmigo. "No tengo ningún problema". "Está todo bien". En realidad una vez me dijo que me odiaba. Cuando le pregunté que quería decir con eso, me respondió: "Sólo lo dije porque estaba loco". JHW: Aun así, ¿hasta qué punto la afectó lo que él dijo? M: Cuando me dijo que me odiaba realmente me dolió [la mujer comienza a quebrarse]. (45) JHW: Esa debe ser una de las cosas más duras que una madre puede oír, supongo. Me estaba preguntando si acaso, suponiendo que encontrara el modo de hacerlo, bueno, no digamos ser dura, pero de mostrarse firme dentro de una actitud que pudiera funcionar, ¿cree que correría el peligro de que él le dijera algo aun peor? ¿Qué opina? M: A veces me duele pensar que me odie. JHW: ¿Piensa que eso podría influir en que usted no logre manejarlo efectivamente? M: A veces. JHW: Bueno, esta es otra pregunta que yo no debería formularle en presencia de Neal, pero, ¿cree usted que hay alguna posibilidad de que él sea consciente de que de algún modo puede manejarla diciéndole que la odia y que hasta pueda llegar a utilizar eso? (50) M: Bueno... JHW: ¿Podría él utilizar este tipo de táctica de poder contra usted? M: No lo sé. Realmente, no creo. JHW: Bueno, esta podría ser una de esas cosas en las que es mejor no pensar demasiado... la idea de que su hijo podría estar tratando de provocar algo en usted para aumentar su poder y disminuir el que a usted le corresponde como madre. Luego la madre y el hijo hablan con calma sobre el episodio de "ataque sexual" ocurrido en el colegio poco después de que ella hubiera decidido comenzar la terapia. La madre estaba satisfecha con el modo en que la escuela y la policía manejaron las cosas y confiaba plenamente en que su hijo hubiera aprendido la lección que le dejara su encuentro con la ley. (Varias semanas después, en una sesión posterior, la madre le cuenta al terapeuta que todo el episodio se exageró bastante y que ya había pasado al olvido,) Después de tratar ese tema, se le pidió al niño que abandonara el consultorio:
(101) JHW: Ha sido difícil para usted tratar de controlar a su hijo y criarlo con rectitud. Parece como si él no escuchara del todo bien. La impresión que tengo es como si la mayor parte de lo que se le dice le entrara por un oído y le saliera por el otro. O bien no le responde o quizá responde con alguna observación descarada como "Ya lo hice", cuando en realidad no lo ha hecho. Algunos niños dicen: "Sí, sí", pero luego no hacen lo que se les pide. ¿El hace ese tipo de cosas? M: Todo el tiempo. Tal vez todo esto tenga mucho que ver conmigo, digo, criarlo sola... porque la mayor parte del tiempo ni siquiera puedo estar con él. JHW: ¿Lo crió usted sola desde el comienzo o su padre permaneció un tiempo y luego se separaron? M: Desde el momento mismo en que quedé encinta, él iba y venía. (105) JHW: ¿Iba y venía, aparecía y desaparecía? M: Exactamente. Más tarde: (110) JHW: Usted querría que Neal se comportara mejor, que le hiciera más caso, que le prestara más atención, pero no es probable que él mejore totalmente, todo al mismo tiempo, de la mañana a la noche. Es más probable que el cambio se dé gradualmente, paso a paso. Pero ¿cuál sería el primer signo de su progreso, para usted? Si usted viera que se produce un cambio... M: [Interrumpiéndolo] Sólo quiero que sea responsable. JHW: ... Usted diría, muy bien, creo que es útil pensar en las cosas de la manera más específica posible. ¿Cuál sería un cambio visible? ¿Qué le haría decirse: "El ha dado el primer paso"? Piense en lo más pequeño, porque en general las cosas comienzan de a poco y luego crecen y los grandes cambios no se producen de la noche a la mañana. 115 M: Su trabajo en la escuela. (115) JHW: Su trabajo en la escuela. M: Que mejore en el colegio. JHW: Muy bien. ¿Qué necesitaría usted que ocurra? ¿Piensa en algunas palabras elogiosas de alguno de sus maestros? ¿O en algo que aparezca en su libreta de comunicaciones? ¿O tal vez verlo haciendo algo diferente en casa, su tarea, o algo así? M: Bueno, básicamente, un buen informe de la escuela y que él realizara las tareas para el hogar. Ese sería un primer signo de progreso. JHW: Muy bien. Pero, cuando habla de la escuela, ¿usted hablaría con uno de sus maestros o se refiere a recibir un buen informe? (120) M: Quisiera recibir un buen informe en su libreta de comunicaciones. Luego: Weakland pasa ahora a la estrategia de la madre de quitarle cosas a Neal, conducta que según ella misma dijo no surtió efecto. (130) JHW: Dígame si estoy en lo cierto. Cuando usted le quita alguna cosa ¿le dice algo como para que entienda que ese es un modo de darle una lección? M: Mmm, hum. JHW: A veces produce un impacto mayor si algo desaparece por un tiempo, misteriosamente. Pero eso sería adelantarnos demasiado. Luego: Weakland se concentra ahora en las reacciones que tuvo la madre cuando el hijo le dijo "Te odio", algo que tampoco funcionó muy bien.
(140) JHW: Vuelvo a pensar en algo más. Me pareció antes -corríj ame si me equivoco- que ciertamente si él dice "Te odio" o quizás algo menor pero en esa dirección, "No te quiero" o "No estoy de tu lado", me da la impresión de que, de algún modo, son cosas que la afectan y le producen una reacción. ¿Es así? M: Sí, así es. JHW: ¿Qué le provoca exactamente? M: Me hace preguntarme qué sentido tiene preocuparme tanto. Quiero decir, a veces simplemente la manera en que me mira. Oh, directamente me destroza. JHW: ¿La destroza? ¿Cómo exactamente? (145) M: Bueno, es lo que siento, realmente no puedo explicarlo. Me da rabia, ya sabe. Me hace sentir como si a él simplemente no le importara nada de mí. JHW: ¿Siente algo así como que trabajó mucho, en circunstancias difíciles, para ser una buena madre y parecería que no obtiene nada de todo eso? M: Exacto. JHW: Eso debe doler. Me pregunto qué podría hacer usted al respecto, porque puedo entender el dolor, pero -sea o no de manera intencional- él utiliza ese sentimiento suyo para hacerse más fuerte y debilitarla a usted. Y eso no es bueno cuando uno está criando a un niño. Luego: (151) JHW: Parecería como si, aun cuando no es él quien la provoca, usted misma se hace daño presentándose como un fracaso como madre y ese tipo de cosas. Y creo que tiene mucho a su favor: ha vivido una situación difícil, se ha esforzado y a mí me impresiona ver todo lo que se ha esforzado en una situación realmente difícil. Ya es bastante difícil criar a un niño en las mejores circunstancias. Le diré algo que... no sé si puede hacerlo, pero si pudiera hacerlo... comenzaría a provocar un cambio en la situación. Podría ser un primer paso para lograr que él modifique su conducta... no sé si usted puede hacerlo. Quizás usted piense que es una idea disparatada y entonces no podría hacerlo. Quizá sea... yo sé que usted es sincera, pero podría ser demasiado pedirle que siquiera piense en esto o se pregunte si podría ser provechoso para él. E sto sería la próxima vez que él ... espero que no diga "Te odio" muy pronto, pero podría ocurrir. Podría ser si él hiciera algo que le haga pasar a usted un mal momento o hasta que le lance una mirada realmente despectiva, entonces usted podría responderle diciendo: "Neal, realmente me lastimas. Aparentemente lo merezco, porque supongo que he sido una mala madre". No le pediría que crea semejante cosa, sólo que se lo diga a él. 117 M: [con una ancha sonrisa] Supongo que es una idea que vale la pena probar. JHW: Bueno, quizá no resulte fácil. Esta "pequeña tarea" ha estado desarrollándose desde un momento anterior a la entrevista (unidades 42-52 y 140-148), cuando el terapeuta describe la actitud de Neal al decirle "te odio" a su mamá como algo muy duro de soportar para una madre y exactamente como el tipo de cosas que aumenta el poder del niño y disminuye el de la madre (en el capítulo 12 puede verse un ejemplo de un paciente que reinventa la misma tarea durante el curso de una sesión). Está claro que la entrevista que mantiene Weakland con sus pacientes difiere tanto de la Nathan Ackerman como de la de James Gustafson. Weakland hace todos los esfuerzosposi bles para "leer únicamente las líneas»,, para
perrnanecex...concentrádo-en el texto mismo, para no dar nada por descontado y para no suponer nada. La pregunta clave de la entrevista no es "Qué está malT, sino más bien: "Puesto que hay algo que está mal, ¿qué haremos al respecto?" Weakland no pone en absoluto el acento en. el_prubleina. Antes .bien, se concentra en resolverlo. Toda la atención que presta a los detalles de los intentos fallidos de solución apunta a 1) descubrir qué no surtió efecto, a fin de no repetirlo, y 2) descubrir qué es lo que realmente le importa al paciente (en este caso, en el plano emocional). lenguaje se emplea de manera bastante deliberada y más cuidadosamente que como se lo utiliza en las sesiones de psicoterapia. Paul de Man (1986) plantea una cuestión sobre el lenguaje que es por lo menos interesante, si no ya provocativa (en el sentido de irritante y también de estimulante), cuando observa el uso que se hace del lenguaje en las sesiones de terapia (aunque limita su alcance a la literatura): La literatura es ficción, no porque de algún modo se niegue a reconocer la "realidad", sino porque no es seguro a priori que el lenguaje funcione de acuerdo con principios que son los mismos del mundo de los fenómenos, o semejantes a ellos. Por consiguiente, no es seguro a priori que la literatura sea una fuente confiable de información sobre nada que no sea su propio lenguaje. (P. de Man, 1986, pág. 11) Si tenemos en cuenta el agujero ([wlhole) de Lacan, tampoco es seguro a priori que las sesiones de terapia sean una fuente confiable de nada aparte de su propio lenguaje, porque "lo que llamamos ideología es precisamente la confusión de la realidad lingüística con la realidad natural, de acuerdo con el fenomenalismo" (P. de Man, 1986, pág. 11). Parafraseando a Wittgenstein, Henry Staten (1984, en su estudio sobre Wittgenstein y Derrida) expresa este acertijo muy claramente: "El lenguaje es lo que hechiza, pero también es el marco dentro del cual debemos permanecer para conjurar el hechizo" (pág. 91). De Man emplea la palabra "ideología" de una manera bastante diferente de como lo hace la escuela de Franckfurt (Geuss, 1981), y como un modo de minimizar las dificultades que se nos presentan aquí, me remito al diccionario, que señala una semejanza familiar entre los dos usos: Es obvio que el texto extractado del artículo de Bateson, la entrevista de Ackerman, la entrevista de Gustafson, la entrevista de Weakland y un poema (uno de Dylan Thomas, por ejemplo) son el producto de actividades por completo diferentes que se desarrollan en contextos notablemente diferentes. Y sin embargo, en todas esas actividades se emplea el lenguaje y todas ellas están inmersas en el lenguaje. Tanto en la poesía como en los artículos escritos para periódicos profesionales, el ideología: 1. el estudio de las ideas, su naturaleza y su fuente. 2. la teoría que sostiene que todas las ideas surgen exclusivamente a través de la sensación. 3. pensamiento, especulación o teorización, especialmente cuando la teoría o el sistema de teorías es idealista, abstracto, insustancial, impráctico o poco probable. 4. las doctrinas, opiniones o maneras de pensar de un individuo, una clase, etcétera. 119
Queda abierta la pregunta de si la conclusión a la que llegan Gustafson y su paciente es el resultado de: en el "mundo de los fenómenos" que hace la paciente, lo cual constituye una lectura concentrada en el texto. 1. la secuencia lógica y natural de una conversación, o 2. un intento tras otro de encontrar las piezas faltantes, que sólo se detienen cuando el terapeuta cree que "Ya hemos avanzado lo suficiente" (Gustafson, 1986, pág. 191), lo cual podría significar que terapeuta y paciente llegaron al fondo del problema, o 3. "haber avanzado lo suficiente" podría significar simplemente que ahora ambos cuentan con la información suficiente como para dejar de buscar las piezas faltantes, o 4. una Teoría que determina de antemano y para todo momento que es necesario buscar las causas en (los recuerdos de) el pasado, o 5. acontecimientos ocurridos en (lo que Man llama) "el mundo de los fenómenos". Pero, teniendo en cuenta el agujero ([w]hole) de Lacan, ¿cómo puede Gustafson estar seguro de que "avanzaron lo suficiente"? ¿No es posible que "avanzar un poco más" o "más profundamente" sea ir demasiado lejos? ¿De dónde obtiene Gustafson la certeza cuando dice "El desencadenante de la migraña resultó absolutamente claro para ambos" (pág. 191)? ¿Es la teoría?, ¿la conversación?, ¿la lógica? ¿Son las tres cosas a la vez, o dos de ellas o además hay alguna otra cosa? Por otra parte, parece quedar claro que las conclusiones que saca Ackerman de su entrevista son ideológicas y basadas en la Teoría más que en cualquier otra cosa procedente del "mundo de los fenómenos". Es decir, tienen su fundamento en las doctrinas y opiniones de Ackerman o en su manera de pensar como intérprete experto: se trata de una lectura concentrada en el lector. En esas conclusiones hay poco o nada basado en los aspectos conversacionales de la entrevista. Antes bien, el pensamiento se apoya en una teoría o en un sistema de teorías que a nosotros, como lectores, no nos resultan en absoluto evidentes. En contraste, parece claro que las conclusiones (es decir, lo que está pasando y qué hacer al respecto) surgidas de la entrevista de Weakland están por lo menos estrechamente relacionadas con la secuencia natural, lógica de la conversación misma y con las descripciones de los acontecimientos ocurridos En las sesiones de Ackerman, de Gustafson y de Weakland se advierte una diferencia notable en la relación terapiapaciente, así como en la organización de la sesión misma. En realidad, la definición de terapias (un evento, una serie de eventos, uri práctica) construida por los participantes es casi discontinua, quizá mutuamente excluyente. Es decir, si se utiliza la sesión de Ackerman como un prototipo que define la terapia, la sesión de Weakland probablemente quedaría fuera de esa definición y viceversa. La construcción de cada uno de los participantes, el terapeuta, el paciente y el lector, en cada uno de los tres casos es radicalmente diferente. Como lectores experimentamos de maneras muy diferentes la interacción, así como la posición de paciente y terapeuta en cada uno de los tres casos expuestos. En el caso de Ackerman, el terapeuta se construye como un intérprete poderoso de los signos oscuros, lo cual sugiere que sólo él, y no la paciente, sabe qué está
ocurriendo realmente. El terapeuta aparece construido como un experto y la paciente como alguien que ignora todo sobre lo que hace. De ahí que, en este caso, la resistencia que se construye sea tan fuerte como el poder del terapeuta. En el caso de Gustafson, la posición de la paciente está construida de manera por completo diferente. Si bien también aquí el terapeuta se construye como un experto con conocimien to especial, la posición de la paciente es de colaboración, a diferencia de la postura que adopta el paciente en el caso de Ackerman. La paciente se entiende como alguien que cuenta con toda la información necesaria para comprender el problema clínico y el terapeuta se entiende como la persona que cuenta con el conocimiento sobre dónde debe buscarse esa información. El terapeuta, como experto, sabe exactamente dónde buscar (el pasado) y qué buscar (acontecimientos desagradables o traumáticos construidos como causa del problema actual). Como resultado de ello, la resistencia elaborada es mínima (en comparación con la del caso de Ackerman), puesto que el acuerdo de la 120 121 paciente se construye como necesario para el éxito de la terapia. Tanto el terapeuta como la paciente aparecen construidos de manera diferente en el caso de Weakland. Si bien el terapeuta aparece como alguien que tiene un conocimiento especial (sobre cómo persisten los problemas), la paciente se entiende como una persona que tiene toda la información/conocimiento necesaria para resolver el problema. El terapeuta se construye como un detective que sólo sigue el camino que le señalan las pistas que le proporciona la paciente. De ahí que se dé gran importancia y se tome seriamente la construcción de la paciente, en contraste con la situación que se da en el caso de Ackerman, en el cual la construcción de la paciente se descalifica, en tanto que se da prioridad a la del terapeuta. Notas 1. Fue deliberado y no accidental que yo seleccionara estos dos ejemplos y que descartara otros dos que no eran tan útiles. 2. Este es sólo un expediente temporario puesto que los pares binarios "adentro/afuera" no pueden garantizarse; el límite no es una barrera infranqueable. 3. En este primer ejemplo, Gustafson está ilustrando el modo en que cree que Sifneos habría trabajado con ese paciente. En el segundo ejemplo, Gustafson ilustra cómo cree que habría trabajado Davanloo con ese paciente. De ahí que la técnica utilizada para las entrevistas no es necesariamente representativa del enfoque adoptado por Gustafson. 4. Puesto que la transcripción completa no está disponible, los números son arbitrarios. 5. También esta numeración es arbitraria, sólo la empleo para facilitar la referencia. 6. Todo suma: es casi como si las diferentes unidades pudieran sumarse (1 + 7+ 11+ 14 + 29 + 30 + 34 + 40), lo cual debe producir esta conclusión de las unidades 43 a la 51. Como en el caso de un montón de objetos diseminados de manera casual sobre una mesa; si jugueteamos con ellos durante el tiempo suficiente, podemos encontrar un diseño. 7. Para decirlo de manera más formal, accidentalmente confundimos ontología con gramática.
8. En el Centro de Terapia Breve del Mental Research Institute de Palo Alto, California. 9. Véase el capítulo 1. Llegar a los "problemas" de la superficie "Todo fue demolido, señor, pero entre, de todos modos" -me abrió la portezuela trasera del taxi- "y yo lo llevaré hasta el número siete" [La casa de Bloom, 7 Eccles Street], "salvo, que usted entienda que no está allí, pero lo llevo gratis, señor, no puedo cobrarle por una dirección que no existe, ¿no es cierto?" El conductor de taxi de Dublínl El siete de la calle Eccles era la dirección en Dublín de un personaje de ficción, Leopold Bloom, inventado por James Joyce. Por eso, uno podría decir que nunca existió y sin embar go, alguien está buscando el número 7 y el conductor del taxi está dispuesto a llevarlo hasta allí; ¡gratis porque el lugar no existe! ¿O existe? (Como se comenta que se expresó Gertrude Stein refiriéndose a Oakland, California, "No hay ningún allí allí".) Utilizar los números para construir un puente La vida es el arte de sacar conclusiones suficientes de premisas insuficientes. Samuel Butler Para parafrasear a Wíttgenstein (1958, §43): En una amplia cantidad de temas o situaciones -aunque no en todos- en los cuales empleamos preguntas que implican dar puntajes, la significación de un número está en su uso y, en particular, en su uso en relación con los demás números de la escala. 122 123 Como lo sabe cualquiera que ha jugado con los números, estos, como las palabras, son mágicos. En nuestra práctica corriente tomamos indicios del uso espontáneo que hacen nues tros pacientes de las escalas y desarrollamos maneras de utilizarlas como una simple herramienta terapéutica. A diferencia de la mayor parte de las escalas que se utilizan para medir algo sobre la base de estándares normativos (por ejemplo, una escala que mide y compara el funcionamiento del paciente con el de la población general según la curva de un gráfico), nuestras escalas están destinadas primariamente a facilitar el tratamiento. Las empleamos no sólo para "medir" la propia percepción del paciente, sino también para motivar y alentar y para dilucidar los objetivos, las soluciones y todo lo que pueda ser importante para cada paciente individual. John Weakland señala que utilizamos nuestras escalas: Cuando hay algo que no es concreto, uno lo concretiza de un modo que, a la distancia, parece sumamente extraño: uno inventa una de estas escalas. Al inventar una de estas escalas, uno puede tomar toda una cosa confusa y amorfa y la reduce a un número; entonces se vuelve real y concreta. En un sentido lógico, esa es una tarea imposible. Pero uno la hace y se vuelve real.. [de ahí que] cuando se trata de algo global, general, amorfo e impreciso... uno le da un número. (Weakland, 1993b) Las escalas permiten tanto al terapeuta como al paciente utilizar la manera como funciona el lenguaje naturalmente, desarrollando un término acordado (por ejemplo, 6) y un con cepto (por ejemplo, en una escala en la que 10 representa la solución y 0 el punto de partida, 6 es claramente mejor que 5) que obviamente es
múltiple y flexible. Puesto que no podemos estar absolutamente seguros de lo que otra persona quiere decir al utilizar una palabra o un concepto, las preguntas que incluyen escalas permiten que el terapeuta y el paciente construyan conjuntamente un puente, una manera de hablar de las cosas que son difíciles de describir: incluso el progreso hacia la solución del paciente. Por ejemplo, una mujer joven pensaba que estaba a mitad de camino de su objetivo 10 (vagamente definido como "sentirme mejor") y por lo tanto se adjudicaba un 5. Cuando se le preguntó qué sería diferente cuando se adjudicara un 6, ella respondió: "Me sentiré más seisada". Evidentemente, el terapeuta podría haber deseado obtener descripciones más concretas y específicas de 5 y de 6, pero la paciente no podía describir las cosas concretamente, aun cuando estaba segura de que reconocería el momento en que llegara a 6. Las escalas nos proporcionan una manera de malinterpretar creativamente, empleando los números como un modo de describir lo indescriptible, y de tener sin embargo cierta certeza de que estamos realizando el trabajo para el que nos contrató el paciente. Las significaciones de 5 se fueron construyendo en el proceso de la interacción terapeuta-paciente. Esas significaciones de ningún modo se transmiten de una persona a la otra. En realidad, el terapeuta y el paciente pueden darles significaciones diferentes y hasta contradictorias y con frecuencia lo hacen. Mediante el empleo de los números, se privilegian y aceptan las significaciones del paciente sin cuestionamientos y por lo tanto se hace innecesario, indeseable y quizás irrespetuoso enseñarle "al paciente a reconocer las claves contextuales que mejorarían el control de su conducta" (Efran y Schendler, 1993, pág. 74). Tanto para el terapeuta como para el paciente, el 5 adquiere sus significaciones principalmente de la escala a la que corresponde: 5 es mejor que 4 y no es tan bueno como 6. Las preguntas que implican una calificación numérica fueron desarrolladas en principio para ayudar al terapeuta y al paciente a hablar sobre temas no específicos y vagos que incluían estados anímicos tales como la "depresión" y temas oscuros tales como la "comunicación". Con excesiva frecuencia, las personas hablan de este tipo de temas como si las experiencias descritas por esos términos fueran controladas mediante una tecla de "encendido-apagado"; o bien uno está deprimido o bien no lo está y los miembros de una pareja se comunican entre sí o no se comunican. Sin embargo, afortunadamente, las cosas no son tan netas. Hasta las personas que dicen que estuvieron deprimidas durante años normalmente pueden describir los lapsos (minutos, horas, días) en los que estaban menos deprimidas. Al desarrollar una escala, la gama de sentimientos de depresión, así como la de dificultades y la de progreso, se descomponen en pasos más o menos discretos. Por ejemplo, si se establece una escala en la cual 0 representa la mayor 124 125 depresión que ha sentido el paciente en las Ultimas semanas (o meOr aún, 0 representa cómo se sentía el paciente en el momento en gie decidió telefonear buscando ayuda terapéutica) y 10 repte lenta el día después de que el problema
(o los problemas) que lo llevaron a hacer terapia se resuelven milagrosamente (lo cual incluye sentirse libre de sentimientos depresivos o, por lo menos, ne adbertir ningún sentimiento depresivo y Por lo tanto ser capaz de hacer algo que actualmente se considera ilicapaz de realizar), entOnces cualquier calificación por encima de 0 dice, no sólo que la dific-4ltad es menos molesta, sino también que las cosas ya malchan mejor y que se ha hecho un progreso hacia la solución. En estOI situación, la solución, independientemente de lo vaga y no espe%fica que sea la manera de describirla, es no sólo la ausencia de Sentimientos depresivos, sino que es, más bien, la obtención de 10. -;!,Os números permiten esta doble significación simultánea que __!jo Llega ser ni ambigua ni contradictoria. Es decir, un 6 sigriiflca sinlultáneamente qüé el paciente ha avanzado el 60% del camino hacia la solución y que su dificultad es un 60% menos abrumadora. De allí que su problema ejerza sólo el 4o% de la "influencia" que ejefela al principio. La mayor parte de las escalas que utilizamos fueron determinadas con un puntaje de 0 a 10 y en ellas el 10 representa el reEaultado deseado. Todo esto se basa en la idea de que un cambio del 100% al 99% es un cambio relativo de sólo un 1%. Aunque un- cambio de 0% a 1% se acerca matemáticamente al infinito. Las ideas de cambio y progreso (y hasta los números "mágicos") naturalmente crecen si se les agrega algo. Un progreso agregado a otro progreso conduce eventualmente al suficiente progreso. Las escalas se construyen y se elaboran intencionadamente con el fin de que se las extienda. Ni el paciente ni el tefabeuta pueden saber de antemano hasta dónde pueden llegar esas extensiones. Los detalles no tienen una existencia pre"ia, por ello la pregunta por el milagro (S. de Shazer, 1985, 188, 1991) se emplea para ayudar a los pacientes a imaginar eyC_atamente qué tipo de cosas podrían considerar extensiones ero las diversas escalas. Las escalas pueden concebirse como entidades "libres de contenido", ya que sólo el _hablánte sabe qué quiere decir con 5. Lc9s demás, los terapeutas, por ejemplo, sólo tienen que aceptar es,edatoLa terapeuta puede discutir sobre qué sería diferente en la vida de la paciente cuando esta pase de 5 a 6 ("Cuando usted pase de 5 a 6, ¿qué diferencias notaría en su vida?" «¿Quién sería el primero en advertir el cambio producido en usted?" "¿En qué cambiaría su madre al advertir esa diferencia en usted?") Hemos comprobado que las escalas pueden utilizarse con los niños pequeños, con los adultos que tienen problemas de desarrollo y hasta con aquellos que tienden a ser muy concretos. Es decir, cualquiera que capte la idea de que 10 es, en cierto modo (o en ciertos modos) "mejor" que 0, y que 5, en este tipo de escala, es mejor que 4, puede responder fácilmente alas preguntas en las que se les asignan números a las distintas situaciones. Por ejemplo, una niña muy lista de ocho años fue derivada a terapia como consecuencia de haber sido manoseada por un extraño en un shopping mall. Durante la cuarta sesión la terapeuta dibujó una flecha entre un 0 y un 10 en una pizarra; el 10 representaba el momento de finalización de la terapia. La terapeuta le pidió a la niña que indicara en el gráfico cuánto sentía que había avanzado en la
terapia marcando con una "x" un lugar en la flecha. La niña hizo una "x" aproximadamente a la altura del 7. Luego se le preguntó qué creía que haría falta para pasar de la "x" al 10. Después de varios minutos, durante los cuales se balanceó sobre un pie y sobre el otro, la niña tuvo una idea y dijo: "¡Ya sé!", "¿Qué?", le preguntó la terapeuta. La niña respondió con una voz bastante sombría: "¡Quemaremos la ropa que yo llevaba el día en que ocurrió eso!" La terapeuta, asombrada por la creatividad de la idea, dijo: "¡Esa es una idea maravillosa!" Poco después de la sesión, la niña y sus padres realizaron una quema ritual y luego fueron a comer a un bonito restaurante para festejar la ocasión (el fin de la terapia). Respuestas/preguntas La estupidez de la gente procede de tener una respuesta para cada cosa. La sabiduría de la novela procede de tener una pregunta para cada cosa. El novelista le enseña al lector a entender el mundo como una pregunta. Hay sabiduría y tolerancia en esa actitud. Milán Kundera2 127 .Adepresión que ha sentido el paciente en las últimas semanas (o mejor aún, 0 representa cómo se sentía el paciente en el momento en que decidió telefonear buscando ayuda terapéutica) y 10 representa el día después de que el problema (o los problemas) que lo llevaron a hacer terapia se resuelven milagrosamente (lo cual incluye sentirse libre de sentimientos depresivos o, por lo menos, no advertir ningún sentimiento depresivo y por lo tanto ser capaz de hacer algo que actualmente se considera incapaz de realizar), entonces cualquier calificación por encima de 0 dice, no sólo que la dificultad es menos molesta, sino también que las cosas ya marchan mejor y que se ha hecho un progreso hacia la solución. En esta situación, la solución, independientemente de lo vaga y no específica que sea la manera de describirla, es no sólo la ausencia de sentimientos depresivos, sino que es, más bien, la obtención de 10. Los números permiten esta doble significación simultánea que no llega a ser ni ambigua ni contradictoria. Es decir, un 6 significa simultáneamente que el paciente ha avanzado el 60% del camino hacia la solución y que su dificultad es un 60% menos abrumadora. De ahí que su problema ejerza sólo el 40% de la "influencia" que ejercía al principio. La mayor parte de las escalas que utilizamos fueron determinadas con un puntaje de 0 a 10 y en ellas el 10 representa el resultado deseado. Todo esto se basa en la idea de que un cambio del 100% al 99% es un cambio relativo de sólo un 1%. Aunque un cambio de 0% a 1% se acerca matemáticamente al infinito. Las ideas de cambio y progreso (y hasta los números "mágicos") naturalmente crecen si se les agrega algo. Un progreso agregado a otro progreso conduce eventualmente al suficiente progreso. Las escalas se construyen y se elaboran intencionadamente con el fin de que se las extienda. Ni el paciente ni el terapeuta pueden saber de antemano hasta dónde pueden llegar esas extensiones. Los detalles no tienen una existencia previa, por ello la pregunta por el milagro (S. de Shazer, 1985, 1988, 1991) se emplea para ayudar a los pacientes a imaginar exactamente qué tipo de cosas podrían considerar extensiones en las diversas escalas.
Las escalas pueden concebirse como entidades "libres de contenido", ya que sólo el hablante sabe qué quiere decir con 5. Los demás, los terapeutas, por ejemplo, sólo tienen que aceptar ese dato. La terapeuta puede discutir sobre qué sería diferente en la vida de la paciente cuando esta pase de 5 a 6 ("Cuando usted pase de 5 a 6, ¿qué diferencias notaría en su vida?" "¿Quién sería el primero en advertir el cambio producido en usted?" "¿En qué cambiaría su madre al advertir esa diferencia en usted?") Hemos comprobado que las escalas pueden utilizarse con los niños pequeños, con los adultos que tienen problemas de desarrollo y hasta con aquellos que tienden a ser muy concretos. Es decir, cualquiera que capte la idea de que 10 es, en cierto modo (o en ciertos modos) "mejor" que 0, y que 5, en este tipo de escala, es mejor que 4, puede responder fácilmente a las preguntas en las que se les asignan números a las distintas situaciones. Por ejemplo, una niña muy lista de ocho años fue derivada a terapia como consecuencia de haber sido manoseada por un extraño en un shopping mall. Durante la cuarta sesión la terapeuta dibujó una flecha entre un 0 y un 10 en una pizarra; el 10 representaba el momento de finalización de la terapia. La terapeuta le pidió a la niña que indicara en el gráfico cuánto sentía que había avanzado en la terapia marcando con una "x" un lugar en la flecha. La niña hizo una "x" aproximadamente a la altura del 7. Luego se le preguntó qué creía que haría falta para pasar de la "x" al 10. Después de varios minutos, durante los cuales se balanceó sobre un pie y sobre el otro, la niña tuvo una idea y dijo: "¡Ya sé!", "¿Qué?", le preguntó la terapeuta. La niña respondió con una voz bastante sombría: "¡Quemaremos la ropa que yo llevaba el día en que ocurrió eso!" La terapeuta, asombrada por la creatividad de la idea, dijo: "¡Esa es una idea maravillosa!" Poco después de la sesión, la niña y sus padres realizaron una quema ritual y luego fueron a comer a un bonito restaurante para festejar la ocasión (el fin de la terapia). Respuestas/preguntas La estupidez de la gente procede de tener una respuesta para cada cosa. La sabiduría de la novela procede de tener una pregunta para cada cosa. El novelista le enseña al lector a entender el mundo como una pregunta. Hay sabiduría y tolerancia en esa actitud. Milan Kundera2 126 127 Como la novela (o el novelista) de Kundera, nosotros no damos nada por descontado y por eso tenemos preguntas para cada cosa, hasta para los milagros: "Supongamos que esta noche, después de que usted se va a dormir, ocurre un milagro y los problemas que lo trajeron al consultorio del terapeuta se resuelven inmediatamente. Pero, como usted está durmiendo en el momento en que ocurre el milagro, usted no se entera. A la mañana siguiente, cuando se despierta, ¿cómo descubre que se ha producido un milagro? Sin que usted les cuente nada, ¿cómo sabrán los demás que ha ocurrido un milagro?" Por supuesto, esto es irreal e imposible: la mayor parte de la gente no cree en los milagros. Pero incluso para aquellos que creen en los milagros, tal posibilidad es en verdad rara. Obviamente,
lo más realista que un terapeuta puede esperar que responda el pacientes es: "No sé". (Esta es, en realidad, una posibilidad muy rara.) Esta "pregunta por el milagro" es una manera de empezar a construir un puente entre el terapeuta y el paciente sobre la base del éxito (futuro) de la terapia. La manera de enunciar la pregunta incluye una distinción radical entre el problema y la solución, que resulta de la convicción del terapeuta de que el desarrollo de una solución no está necesariamente relacionado de algún modo con los problemas o dificultades (De Shazer, 1985). La ausencia (de la dificultad/problema) es un hecho dado y lo que se le pide al paciente es que describa un efecto, esto es, la mañana posterior al milagro o el día posterior al éxito de la terapia que, o no responde a ninguna causa, o por lo menos no responde a ninguna causa conocida o cognoscible. (Un milagro puede definirse como un efecto sin una causa.) Las respuestas del paciente a la pregunta, las descripciones del día después del milagro, le proporcionan tanto al paciente como al terapeuta cierto sentido de lo que aquel quiere como resultado de la terapia. Evidentemente, una entrevista (la transcripción de una entrevista) concentrada en la solución parece extrañamente no conversacional (Efran y Schenker, 1993, pág. 72) cuando se la compara con una conversación "normal" que podrían mantener dos personas durante un almuerzo, porque la conversación terapéutica tiene un foco y un propósito claros y distintivos. Una conversación con un arquitecto sobre la casa de nuestros sueños se concentrará en aspectos tales como dónde desea usted 128 que estén las puertas, las ventanas, los hogares, las escaleras, las paredes, etc. También esta conversación podría parecer no conversacional a causa de su objetivo central. Al terminar de conversar con el arquitecto, usted se sentiría satisfecho si piensa, siente y cree que va a obtener lo que desea; mientras que la recompensa del arquitecto (además de sus honorarios) surgirá de dar lo mejor de sí para ayudarlo a usted a obtener lo que desea. En la naturaleza de este tipo de conversación no hay nada que requiera que resulte "divertido" (Efran y Schenker, 1993, pág. 72) para el arquitecto. En los últimos años se ha escrito mucho sobre el uso de las preguntas en la terapia y muchísimas veces he oído el siguiente comentario: "¡Qué buena pregunta!" Eso refleja cómo en este campo se ha puesto cada vez más el acento en los aspectos lingüísticos, interaccionales y conversacionales de la práctica de la terapia. Las preguntas, alguna vez concebidas como el mecanismo primario para reunir información, fueron repensadas como intervenciones. Por ejemplo, Karl Tomm, un cuestionador de las preguntas, considera que las preguntas reflexivas que hace el terapeuta "apuntan a impulsar a los miembros de la familia a reflexionar sobre las implicaciones de sus percepciones y acciones actuales y a considerar nuevas opciones" 1988, pág. 9). Y entiende que otros tipos de preguntas (lineales, circulares, estratégicas, etc.) funcionan de modos diferentes. Por lo menos en parte, las distinciones entre los diversos tipos de preguntas se basan en las suposiciones e intenciones del terapeuta (Tomm, 1987, 1988). Por supuesto, es valioso y necesario que tengamos en cuenta la relación entre suposiciones e intenciones, entre teorías y prácticas. De lo contrario, hacer terapia
terminaría confundiéndose con tener una conversación cualquiera sobre plantas de jardín. Tomm (1988) ofrece el siguiente ejemplo de una pregunta reflexiva: "Imagine que hay algo por lo cual él se siente resentido, pero no desea comunicárselo a usted porque teme herir sus sentimientos, ¿cómo podría hacer usted para convencerlo de que es lo suficientemente fuerte para soportarlo?; pregunta que pretende provocar una respuesta reflexiva: "Y bueno, sólo tendría que decirle que lo supongo" (Tomm, pág. 9). Ciertamente, en el ejemplo de Tomm las hipótesis y la intención del terapeuta son suficientemente claras. 129 Esto noa lleva a hacernos algunas preguntas: 1. ¿Qué Place que la respuesta de la paciente sea reflexiva? 2. ¿Es rellexiva sólo porque es una respuesta a una pregunta que el terapeuta consideró reflexiva? 3. ¿Qué -tiene la pregunta del terapeuta como tal, que la hace una pregunta reflexiva? Evidentemente el terapeuta quiere que los pacientes "reflexionen sobre las consecuencias de sus percepciones y accio- nes actuales y que consideren nuevas opciones" (Tomm, 1988, pág. 9). Pero ¿la intención del terapeuta ejerce algún control sobre lo que ocurre? ¿Tiene la intención del terapeuta más control sobre la respuesta del paciente de la que tiene la intención de un autor sobre la respuesta de un lector? Probablemente no. No está del todo claro que las cosas sean tan sencillas y directas. En realidad, lo que está muy claro es que la intención del terapeuta ejerce muy poco control (o ninguno) sobre la respuesta del paciente. La respuesta del lector no está determinada por la intención del autor y la respuesta del paciente no está determinada por la pregunta del terapeuta. Por un lado, las preguntas abren _posibilidades para diversos tipos de res-. puestas mientras que, por otro lado, simultáneamente restringen y limitan las posibles respuestas. A manera de experimento, observemos algunos segmentos de una entrevista inicial (Deutsch y Murphy, 1955) comenzando con la primera intervención del paciente (unidad 2): "Bueno, me he sentido realmente bien, doctor. (Pausa) Mucho mejor". Parece una "riluy buena respuesta" y, lógicamente, debería estar precedida Por una "muy buena pregunta". ¿Qué preguntó el médico? Es interesante saber que la pregunta del terapeuta había sido (unidad 1): "¿Podría contarme qué lo trajo a usted al hospital?" El médico toma la respuesta del paciente (unidad 2) por su aspecto superficial, de modo que su siguiente pregunta es (unidad 3): Mucho mejor, ¿en qué sentido?" (Deutsch y Murphy, 1955, pág. 29). Sólo cuando la respuesta es útil podemos decir que la (supuestamente "muy buena") pregunta fue útil. En realidad, a menudo comprobamos que lo que la pregunta en verdad signifi caba sólo puede saberse gracias a la respuesta que provoca. Es decir, podemos decir más sobre qué tipo de pregunta era una pregunta observándola retrospectivamente desde la respuesta. Unq_.pregunta sólo puede llegar a ser "una muy buena __prregunta" cuando precedió a una "muy buena
respuesta". Una °muy buena respuesta" sólo puede juzgarse como "muy buena" si y sólo si resulta útil para los propósitos de la terapia. En Colonia Esta sesión de consulta se realizó frente a un grupo bastante numeroso de terapeutas, como parte de un seminario. Como la pareja hablaba únicamente alemán, tuvo que participar un intérprete. En esta situación, las escalas surgieron solas, no sólo como un puente entre terapeuta y pacientes, sino además como un puente entre las diferencias lingüísticas (tanto en las palabras como en los conceptos). (1) De Shazer: Bueno, simplemente hagan como si ellos [ la audiencia] no estuviera allí. Ante todo, quiero agradecerles a ambos que hayan venido hoy aquí. Espero que todo esto les resulte beneficioso, pero no puedo darles ninguna garantía en ese sentido. Estoy más seguro, en cambio, de que será de gran utilidad para esas personas invisibles que están allí afuera. Trataremos de que sea lo más provechoso posible también para ustedes. Mi primera pregunta es: digamos que 10 representa lo que ustedes esperan obtener de la terapia y que 0 representa la situación en que cada uno se halla antes de iniciar la terapia. ¿Dónde diría cada uno de ustedes que se halla hoy entre 0 y 10? (2) La señora K: En 5. (3) El señor K: En 8. (4) SdeS: 8, usted pasó de 0 a 8 [señalando al señor K] y usted de 0 a 5. (5) Sr. y Sra. K: Sí. (6) SdeS: ¿Cómo lo lograron? (7) Sr. K: 0 es una situación desesperada, sin ninguna libertad. El objetivo 10 sería sentirme libre en cualquier cosa que haga o piense. (8) SdeS: Muy bien, pero ¿cómo pasó de 0 a 8? ¿Cómo lo logró? 130 131 (9) Sr. K: Mediante la autorreflexión... un poco de egoísmo. (10) SdeS: Bien, continúe, ¿qué más? Sr. K: Apartándome de haber sido un hombre criado según normas muy firmes y rígidas y haciendo lo que quiero, lo que realmente quiero hacer. SdeS: Muy bien, ¿y usted? [dirigiéndose a la señora K] ¿Cómo pasó usted de 0 a 5? Sra. K: Vivo fuera del hospital. Tengo una hija. SdeS: Mmm, hum. Bien. ¿Y qué más? (15) Sra. K: Comienzo a vivir. SdeS: ¿Qué hace diferente ahora que está en 5 de lo que hacía cuando estaba en 0? Sra. K: Me hago más responsable de mí misma. SdeS: Muy bien. Muy bien. ¿En momentos o situaciones particulares? Sra. K: No, en toda mi vida. (20) SdeS: En toda su vida. Sra. K: Sí. SdeS: Bien, bien, bien. El dice 8 y usted dice 5. ¿Cómo es eso? ¿Qué piensa acerca de que él considere que está en 8 en comparación con su 5? Sra. K: El no estuvo tan mal como estuve yo.
SdeS: Ahh y, ¿qué piensa usted? ¿Cómo es que usted está en 8 y ella está en 5? ¿Cómo logró estar usted tres puntos más arriba? (25) Sr. K: No puedo decir si es realmente un 8, fue sólo una autodescripción. SdeS: Por supuesto, seguro. Sr. K: Depende de cómo piense uno sobre los dos trastornos que tenemos. No podría decir cuál es más grave. Es evidente que ambos pacientes responden atendiendo a su propio caso, como individuos antes que como parte de una pareja. Por eso el hecho de que se sometan a terapia debe responder, o bien al problema de ella o bien al de él, y no a un "problema de la relación". Obviamente la pregunta (unidad 1) está abierta a cualquiera de las dos lecturas o a ambas. SdeS: Eso es cierto. ¿Qué considera que está haciendo de manera diferente en 8 de lo que hacía en 0? Sr. K: Al comienzo tuve que hacer un esfuerzo de voluntad y ese fue el primer paso. No sé si ella era capaz de hacer lo mismo. Yo sí. (30) SdeS: [a la señora K] Si yo le hubiera pedido que imaginara qué número diría él, usted habría dicho 8? Sra. K: Sí... sí. SdeS: Sí, muy bien... la misma pregunta. Si yo le hubiera pedido... Sr. K: Quizás hasta un 6. SdeS: Interesante, muy interesante. ¿Costó mucho trabajo o sólo un poco pasar de 0 a 5 y de 0 a 8? (35): Sra. K: Muchísimo trabajo. Yo era maquilladora en la ópera y bailarina. Fui a la escuela de artes. Solía ser alguien en verdad en la sociedad y de pronto ya no era nadie en absoluto. SdeS: Mmm, hum. Y ¿qué me dice usted? ¿Mucho trabajo o sólo un poco? Sr. K: Mucho. SdeS: Bueno... Tengo una pregunta extraña para hacerles. ¿Piensan que les dará más o menos trabajo llegar a 10 de lo que costó pasar de 0 a 5 y de 0 a 8? Sr. K: No creo que tenga que llegar a 10. Probablemente no pueda hacerlo. (40) SdeS: Muy bien, muy bien. O sea que 8 es suficientemente bueno. Sr. K: Siempre puede ser mejor, pero sí. SdeS: ¿Y qué dice usted? ¿Qué cree? ¿Le dará más o menos trabajo pasar de 5 a 10? Sra. K: Menos. SdeS: Bien. Me da gusto oír eso. Supongamos que usted es una persona realmente afortunada y esta noche se produce un milagro por el que usted pasa de 5 a 10 mientras duerme. Pero usted no puede saber que ha ocurrido ese milagro, porque todo sucedió mientras usted dormía. ¿Cómo descubriría mañana por la mañana que ha llegado a 10? (45) Sra. K: Estaría completamente segura, porque cada mañana cuando me despierto mi enfermedad está allí. SdeS: Bien, y como consecuencia del milagro ha desapare cido. Sra. K: Sí. SdeS: ¿Y qué habría en cambio? 132
133 Sra. K: Mi propio amor por mí misma. (50) SdeS: Y, como resultado de ello, ¿qué haría usted de manera diferente? Sra. K: Me aceptaría a mí misma. SdeS: Mmm, hum. Bien, y ¿cómo cree que él se daría cuenta? Sin que usted se lo diga. Sra. K: El vería que me levanto y voy a la escuela. SdeS: Ajá. [al señor K] La misma pregunta: ¿Cómo descubriría usted que se produjo ese milagro? (55) Sr. K: No lo descubriría en mí mismo, pero sí por la manera de actuar de los demás. SdeS: ¿Cómo es eso? ¿Qué notaría? Sr. K: Es muy difícil vivir con esta perturbación en esta sociedad. Cuando uno está mal, aun así los demás lo pisotean. Y cuando uno está más o menos, digamos 50 y 50, algunos todavía le darían una patada en el trasero y otros lo dejarían salir del pozo. Notaría un cambio en el modo de tratarme de los demás. SdeS: Mmm, hum. ¿Cómo sabría ella que usted vivió ese milagro? Sr. K: No creo que ella lo notara. Si ocurriera ese milagro, lo que podría pasar es que ambos tendríamos claro si debemos permanecer juntos o si cada uno debería seguir su camino. (60) SdeS: Muy bien, muy bien. Dos milagros posibles. Sr. K: Sí, si ella regresara a la escuela, yo me daría cuenta de que ha sucedido un milagro, porque también ahora ella desea ir. SdeS: Bien. Sólo que ella lo haría en lugar de hablar de hacerlo. Sr. K: Ella quería ir aun cuando estaba muy enferma. SdeS: Ya veo. ¿Hay día o parte de días, que usted recuerde, en que las cosas eran como serían al llegar a 10? (65) Sra. K: Para él, sí. SdeS: ¿Sí? ¿Cerca de 10? Sra. K: Cerca. SdeS: ¿9? Sra. K: Y más también. (70) SdeS: ¿Aun más? ¿9,50? ¿Cuándo fue la última vez? Sra. K: Hace unos cuatro meses. SdeS: Cuatro meses, ¿está usted de acuerdo? Sr. K: Sí y hasta más cerca la última vez. SdeS: Desde su perspectiva. (75) Sr. K: Y también hubo días en los que estuve en 2 o 3. SdeS: Seguramente. Muy bien. ¿Qué opinan? En el lugar en que se encuentran ahora, en 5 y en 8, ¿creen que podrían lograr por lo menos mantenerse allí? ¿Cómo puede usted permanecer en 8? Sr. K: Con un saludable egoísmo. No dejándome seducir. SdeS: Mmm. ¿Y cómo logra eso? (80) Sr. K: Durante los últimos seis años tuve la sensación de vivir mi vida por segunda vez. La infancia es muy importante. Cuando uno es un niño, tiene que hacer todo lo que los padres quieren que haga. Todo eso me hizo... me hizo tomar la firme decisión de no permitir... que me envíen a la guerra nunca más, nadie y... SdeS: ¡Ey! ¿Cómo hizo eso? Esa es una gran... Sr. K: Debo luchar por eso todos los días. SdeS: Mmm, hum. Sr. K: Y anhelo el día que no tenga que luchar ya nunca por
eso. (85) SdeS: Absolutamente. [A la señora K] ¿Y qué dice usted? ¿Qué cree que necesita para mantenerse donde está ahora, en 5? Sra. K: Tengo una pensión [recibe un cheque por invalidez] y me siento en la ruina por eso. SdeS: Seguramente. Entonces, ¿qué va a hacer? Sra. K: Otras personas decidieron por mí. SdeS: Sí, por eso, ¿qué va a hacer? (90) Sra. K: Lucharé contra la enfermedad hasta mi último aliento. SdeS: Sí, muy bien. ¿Usted va a luchar también contra las personas que le dieron la pensión? Sra. K: Sí. SdeS: Y él, ¿la va a ayudar? Sra. K: Sí. (95) SdeS: Y, ¿quién más la va a ayudar? Sra. K: Mi hija, creo. SdeS: Suena como una tarea muy pesada que usted se ha encomendado a sí misma. [Larga pausa] ¿Podemos apostar a que usted ganará esta pelea? 134 135 Sra. K: Sí. SdeS: ¿Sí? Bien, bien. Obviamente, cuando las cosas lleguen a 10, no va a permanecer para siempre allí, ¿no es cierto? Sin duda habrá ciertas fluctuaciones. ¿Cuánto por debajo de 10 consideraría usted que aún es estar "bien", sólo como parte de una fluctuación normal? (100) Sr. K: Puedo caer hasta 1, porque para mí eso es normal. SdeS: Ah, está bien. ¿Y usted, señora? Sra. K: No por debajo de 5. SdeS: No menos de 5. Muy bien. Así que en este momento usted se halla en el fondo de lo que considera normal. Sra. K: Y... sí. (105) SdeS: Bueno, de modo que si entendí bien, si las cosas no empeoran, para ambos, digamos en los próximos seis meses, eso por lo menos estaría "bien". Sr. K: En mi caso incluso un poco más abajo. Tengo que poder vivir con eso. Sra. K: No quiero que las cosas empeoren, ya que estuve totalmente abajo. SdeS: Que no empeore, ¿eso estaría bien? Sr. y Sra. K: Sí. (110) SdeS: Muy bien. Felicitaciones. Eso significa que han hecho un buen trabajo. [Estrecha las manos del señor y de la señora K y la del terapeuta] [Dirigiéndose al terapeuta] Pero en realidad ellos fueron los únicos que lo hicieron. [Larga pausa] Pero ahora la pregunta es: ¿Qué confianza tienen en que podrán permanecer dentro de esa franja normal por los próximos seis meses? Si sienten mucha confianza, diremos que están en 10; si no sienten ninguna confianza que están en 0, o si no en algún punto intermedio. Sr. K: En mi caso, estoy seguro de que puedo mantenerme y puedo soportar los altibajos. SdeS: Muy bien, ¿y usted? Sra. K: Alrededor de 5. SdeS: 5. Y su hija, ¿en dónde la ubicaría a usted? ¿Hasta que punto confía su hija en que usted puede permanecer en 5, como el nivel más bajo dentro de lo normal? Sra. K: Ella confía plenamente. SdeS: ¿Ella la conoce mejor de lo que usted se conoce a sí misma? [Todos ríen]
Sra K: Sí. SdeS: ¿Cree usted que deberíamos creerle a su hija? .Sra. K: Sí. (120) SdeS: Usted dice 5, ella diría 10, de modo que ¿deberíamos creer en el 10 de ella? Sra K: Sí. SdeS: ¿Usted está de acuerdo? Sra. K: Sí, sí. SdeS: Ah, ¡ajá! Esta secuencia, ¿significa que la señora K se subestima hasta colocarse en el nivel 5, puesto que ahora dice que deberíamos creerle a su hija que la situaría en 10? Esta secuencia, de la unidad 114 a la 124, ¿ha dado un nuevo marco a toda la situación? Este es un ejemplo maravilloso de una "muy buena respuesta", pero ¿significa eso que la unidad 114 haya sido una "muy buena pregunta"? (125) Sra. K: ¡Ella es una niña maravillosa! SdeS: Hummm. De modo que si ella estuviera hoy aquí, ¿qué les sugeriría a ambos para que avanzaran al próximo punto de la escala? Sra. K: Estaría muy interesada por todo lo que está ocurriendo aquí; tiene sólo tres años. SdeS: Lo sé. [Todos ríen] Pero imaginemos por un momento que ella pudiera hacer algunas sugerencias. Sr. K: Nos dejaría como estamos. [La señora K asiente] (130) SdeS: Muy bien, felicitaciones para ella. ¿Y qué me pueden decir de sus mejores amigos? ¿Dónde los situarían ellos en la escala? Sra. K: No tenemos amigos, salvo una amiga. SdeS: ¿Y qué cree que diría ella? Sr. K: Vive en Suiza y estaría de acuerdo con nuestra hija. ¿El 5 fue reenmarcado como 10 a través de la hija y de la amiga? SdeS: Muy bien, ¿hay algo más de lo que creen que deberíamos hablar hoy, antes de que se tomen unos minutos para reflexionar sobre todas estas cosas? 136 137 (135) Sra. K: Quisiera preguntarle algo. La esquizofrenia, puede curarse por completo? ¿Es posible? O, ¿es posible que yo llegue a conducir mi propia vida? SdeS: Usted lo está haciendo ahora. Sra. K: Sí. SdeS: Pensaré en su pregunta. ¿Algo más? Sra. K: ¿Qué piensa de la medicación? ¿Está a favor o en contra? (140) SdeS: Ni una cosa ni la otra. Si resulta útil... Sr. K: Y, ¿quién sabe? SdeS: Eso, ¿quién sabe? Sra. K: Para mí no es útil. Tengo que lograrlo sola. SdeS: Es una tarea difícil. (145) Sra. K: Y yo tengo que curarme. SdeS: Muy bien. Tómense 10 minutos. Pueden salir a dar un paseo, a tomar un café. Las preguntas que incluyen escalas, dominantes a lo largo de toda la entrevista, hacen más fácil para todos permanecer del lado de la solución. En realidad, las escalas se establecen de modo tal que todos los que participan permanezcan del lado de la solución. Es decir, la escala 1 a 10 se emplea para indicar éxito, en tanto que 0 sólo se menciona para referirse al punto anterior al comienzo de la terapia. Puesto que los pacientes con frecuencia perciben algún cambio o algunos
cambios positivos previos al comienzo de la terapia, la primera sesión ya puede situarse del lado de la solución mediante el uso de escalas. Si bien podemos no tener la menor idea de lo que en realidad representan el 5 y el 8 en el plano de las conductas, de los pensamientos, del sentimiento o de las percepciones, esos números ilustran la percepción que tiene el paciente de la diferencia, del cambio, del progreso y del movimiento hacia la solución. Por ejemplo, en un momento de la sesión, le pregunto a la señora K hasta qué punto confiaba en que podía permanecer por encima de 5 y, por consiguiente, que la solución continuaría evolucionando, y ella me responde "5". Y luego le pregunto qué confianza cree que tiene su hija en que la solución continúe desarrollándose, y ella me dice "10". Evidentemente, la señora K cree que su hija tiene más confianza en ella de la que se tiene ella misma. Luego pregunto si deberíamos creerle a su 138 hijita de tres años más que a ella. Y tanto el padre como la madre dicen que sí. En ese momento, utilicé la diferencia entre la percepción y la confianza de la mujer (5) y la percepción y la confianza de la hija (10) para ayudarla a aumentar su nivel de confianza. ¡Y terminó diciendo que el 10 de su hija era más creíble que su 5! Después de la pausa SdeS: Bueno, nuevamente quiero agradecerles por haber venido hoy aquí. Realmente me ha impresionado todo lo que avanzaron. Y cómo se esforzaron por lograrlo; es realmente impresionante. Y coincido con usted en creer que la parte que sigue será más fácil que la primera. Pero esto no significa que vaya a ser fácil; puede ser sólo menos ardua. Tengo un par de sugerencias que hacerles, pero antes de hacerlas, contestaré las preguntas. Sólo puedo contestar a las preguntas desde el punto de vista de la investigación, más que atendiendo al caso individual de cada uno. La investigación dice que, en el largo plazo, en efecto, la "esquizofrenia es curable", es decir, que esas personas pueden llevar una vida normal. Y la investigación también dice -en respuesta a la segunda parte de su pregunta- que la mayor parte de la gente deja de tomar la medicación a medida que va teniendo más éxito. Si esto es cierto en su caso ... ¿quién lo sabe? Muy bien, tengo un par de sugerencias que se me ocurre que quizá podrían resultarles útiles. [A la señora K] Lo principal que usted necesita hacer es continuar haciendo lo que hace, ya que hasta ahora funcionó tan bien. [Al señor K] Y usted, particularmente, porque me está diciendo que está en un punto más alto, lo que necesita es hacer más de lo mismo. Y, según creo, ambos tienen sentido del humor... Sr. y Sra. K: Sí, sí. SdeS: Eso me pareció. De modo que tengo una sugerencia para usted, señora K, que creo podría serle útil. Y es la siguiente: tenga una moneda y todas las noches antes de irse a dormir, tírela al aire. [Hago la demostración] Si sale cara, significa que al día siguiente usted debería simular que está en 7 en vez de en 5. Imagine, secretamente, que está en 7. Y no se 139 lo diga a él. No le cuente a él que la moneda salió cara ni que usted está simulando estar en 7. ¿De acuerdo? [Ella asiente] Y los demás días, cuando la
moneda sale seca, usted no tiene que simular nada. Y vea si puede engañarlo a él con la simulación. [Al señor K] Y cuando usted esté convencido de que ella está en 7 y no sólo simulando, desde el instante en que lo crea así, dejará pasar 24 horas y le dará a ella algún tipo de recompensa. ¿Me comprenden? [Ambos asienten] Les deseo a los dos la mejor de las suertes y les agradezco por haber venido hoy.3 Puesto que el 5 de la señora K era el fondo de lo que ella consideraría una fluctuación normal para su estado, 7 representa el medio en esa oscilación entre 5 y 10. La señora K, a través de su hija, adquirió la confianza en que podía llegar a 10 y en que lo haría. Nadie, ni siquiera ella misma, sabe qué representa ese 7 en cuanto a pensamientos, sentimientos, conductas, etc. Todo lo que sabemos es que puede utilizarse para ilustrar los cambios positivos que puedan advertirse. Es interesante que la señora K no tenga que hacer ninguna simulación para que la tarea sea efectiva: todo lo que tiene que ocurrir es que el señor Kperciba que ella hace algo que le indica a él que, o bien a) su esposa está simulando que está en 7, o bien b) realmente lo está. Pero ¿cómo puede él expresar la diferencia? Después de todo, que él pueda decirlo requiere que ella utilice su sentido del humor para tratar de engañarlo o bien a) haciéndole creer que sólo está simulando que simula o b) haciéndole creer que ella sólo está simulando estar en 7, cuando en realidad todavía permanece en 5 o c) estando realmente en 7 un día que no se le pide que simule. Es decir, está claro que los días en que la moneda sale "cara" ella debe simular que está en 7, pero lo que no está del todo claro es qué debe hacer la señora K los días en que la moneda sale "seca", pues esos días ella "no tiene que simular". ¿Significa esto que los días en que la moneda sale "seca" ella no debe simular estar en 7 y que por lo tanto actúe como si estuviera donde está cuando está en 5 o significa que debería estar realmente en 7 sin simular? Independientemente de ello, al señor K se le pide que recompense a su esposa ciertos días en los que él cree que las cosas están "realmente" mejor para ella, ciertos días en los que él cree que ella no está simplemente simulando que las cosas marchan mejor. De modo que cualquier cosa que él haga por su esposa que ella crea que es una recompensa por estar realmente mejor, termina reforzando la sensación de ella de que está mejor, también en este caso independientemente de que esa haya sido la intención detrás de la actitud del señor K en favor de su esposa. De ahí que la tarea sugerida mejore la situación, ya que cada uno de los esposos puede interpretar cualquier cosa que el otro haga como una indicación de que las condiciones continúan mejorando. "Esquizofrenia" es una palabra que los psiquiatras (y muchas otras personas) utilizan para representar la desviación extrema de un paciente de una norma hipotética.4 Semejante norma no existe como tal: cada individuo se desvía de su norma en mayor o menor medida y el grado de desviación de cada individuo puede variar en momentos particulares y/o situaciones particulares. Pero ningún individuo es siempre completamente normal en cualquier momento particular. El concepto "normal" está en realidad vacío: siempre hay únicamente desviación.
En algún momento la señora K fue diagnosticada por algún psiquiatra como "esquizofrénica" o como persona que padece "esquizofrenia". Es decir, ese o esa psiquiatra pensó que la señora K era "extremadamente desviada" en ese momento en particular, en ese lugar en particular. De acuerdo con Thomas Szasz (1970) "el rótulo del diagnóstico le imparte al paciente una identidad personal defectuosa. Ese rótulo lo identificará desde entonces ante los demás y gobernará la conducta de los demás hacia el paciente y del paciente hacia los demás. Por ello, los nosólogos psiquiátricos no sólo describen la así llamada enfermedad de su paciente, sino que también prescriben su conducta futura" (pág. 203). Independientemente de la intención del psiquiatra e independientemente de las significaciones psiquiátricas oficiales de la palabra "esquizofrenia", la señora K había leído su diagnóstico como si este significara "una vez que se es esquizofrénico, se es esquizofrénico para siempre". A ella no le agrada esa idea y quiere curarse, pero no sabe si eso es posible. 140 141 Por otra parte, su autodiagnóstico es que ahora se encuentra en 5, lo cual para ella significa que está en el punto más bajo de lo que considera "normal" y que es significativamente mejor que 0. En mi perspectiva, que ella permanezca en 5 o que suba algo más en la escala, es una tarea que le corresponde. El trabajo del terapeuta es ayudarla a que lo logre siempre concentrándose en: a) lo que está ocurriendo, b) qué está haciendo ella, c) qué está haciendo su marido, y d) qué están haciendo el terapeuta y la terapia para ayudarla a mantener las cosas dentro del tramo de la escala entre 5 y 10. Porque para la señora K, "normal" es ese tramo de la escala entre 5 y 10 que incluye los altibajos normales de la vida cotidiana. Por supuesto, lo que para ella es "normal", como lo que para cualquiera es normal, para usted, para mí y para el psiquiatra que hace el diagnóstico, es algo desviado de la norma hipotética del psiquiatra. Lo que es normal para cada individuo, ya es siempre desviado. En la medida que lo que la señora K considera normal es satisfactorio tanto para ella como para su marido, que el nosólogo psiquiatra crea o no que su "normal" es "suficientemente normal" resulta irrelevante. La palabra "esquizofrenia" surgió como el nombre de un concepto y subsecuentemente llegó a reificarse; por ello frecuentemente5 se la lee o se la interpreta como algo estático, que no cambia a través del tiempo. Generalmente se interpreta este término como si significara que su cura es imposible: sólo la remisión es posible y, por lo tanto, siempre existe la amenaza de una recaída. Sin embargo, el autodiagnóstico de la señora K es fluido y cambiable (de 5 a 10). Las diferencias entre el diagnóstico del psiquiatra y el que se hace a sí misma señalan la distinción radical que mis colegas y yo marcamos entre "problemas" y "soluciones" y la distinción entre "una lectura concentrada en el lector" y una "lectura concentrada en el texto". Antes de que la señora K mencionara la "esquizofrenia", en la entrevista no hubo ningu
na indicación que mostrara alguna desviación severa. Mi presentimiento es el de que si la señora K continúa viéndose situada en algún lugar entre 5 y 10 ya no tendrá que volver a consultar a ningún psiquiatra. Por lo tanto, ya no se encontrará en situaciones en las que un psiquiatra pueda interpretar su desviación como extrema y por ello, en un sentido muy real, la señora K ya no "será esquizofrénica", ni sufrirá más "de esquizofrenia". Esto es verdad, aunque sólo sea por el hecho de que alguien que no consulta a los psiquiatras encaja en la norma hipotética de los psiquiatras (de jure si no ya de facto). Esto no equivale a decir que, si después de cinco años de permanecer dentro de su nivel normal, la señora K debiera correr a consultar a un psiquiatra, este no consideraría aún que su desviación es extrema. Pero si ese nivel normal de oscilación continúa siendo satisfactorio para ella y para su marido, eso es todo lo que en realidad importa; si ella no se lamenta de su vida, no tendrá pues necesidad de consultar a otro psiquiatra. Notas 1. C. Barnard (1993) OIreland!, Modern Maturity, número de febrero-marzo. 2. Citado en Madigan, 1993, pág. 219. 3. De acuerdo con el doctor Thomas Keller, el terapeuta, después de esta sesión, el señor K decidió que ya no necesitaba más terapia y dejó de asistir. La señora K, por su parte, concurrió a cinco sesiones más durante los seis meses siguientes. Durante este período fue abandonando lentamente la medicación y, después de algunos días de confusión, halló la estabilidad por sí misma. Ahora habla más con las otras personas y siente que ha hecho progresos en cuanto a desarrollar una relación adulta con sus padres. En general, las cosas parecen marchar bastante mejor y haberse estabilizado. 4. Por supuesto, esta no es la única acepción que le dan los psiquiatras al término "esquizofrenia". Los demás usos de la palabra van más allá del objeto de este capítulo. Véase, por ejemplo, Szasz (1970). 5. Algunos psiquiatras y en general el campo de la psiquiatría pueden tener otras formas de interpretar el término "esquizofrenia" que están más allá del alcance de este capítulo. 142 143 9 Escuchar o tomar en serio lo que dice el paciente Es un error capital teorizar antes de contar con todas las pruebas. Hacerlo extravía nuestro juicio. Sherlock Holmes (Estudio en escarlata) John H. Weakland (JHW): Sí. Creo que suena muy sencillo, y que no es nada sencillo... Creo que es una operación muy complicada. Steve de Shazer (SdeS): Sí, lo es. Es tan fácil "leer adentro"... Uno tiene que observar lo que pasa afuera para hacerlo. A la gente, y supongo que a los terapeutas en particular, se les enseña a "leer entre líneas"... Michael Hoyt (MH): "A escuchar con un tercer oído"... SdeS: Diagnóstico, interpretación, comprensión... JHW: "Perceptividad" SdeS: Sí. Sin embargo, para mí el peligro de leer entre líneas es que allí podría no haber nada. Entonces, uno sólo tiene que escuchar lo que dice el paciente. Ajustarse únicamente a las líneas. El paciente dice que cuando se levanta por el
lado sur de la cama tiene un día mejor que cuando se levanta por el lado norte. Bueno, por Dios Santo, ¡digámosle que se levante por el lado que da al sur! Por loco que parezca. MH: Si funciona, no lo arregles. Haz algo más. SdeS: Sí, haz más de eso que funciona bien. Tuve un caso parecido. El tipo corrió la cama para levantarse siempre del lado sur. Si intentaba bajarse por el lado norte se daba contra la pared. Podría ser un desafío diferente, en lugar de tener un "entrenamiento de perceptividad", hacer un "entrenamiento de simplicidad" o de "percepción de novato" o un "entrenamiento de densidad". MH: "Hazlo simple." SdeS: "Entrenamiento de tontería." MH: Quizás el hecho de que originalmente no hayas tenido un entrenamiento en psicología... JHW: Eso ayuda mucho. SdeS: Yo creo que mi entrenamiento en música ayuda. JHW: [A MH] Pregúntale algo más sobre eso de "tomar seriamente", porque tengo la sensación de que no significa algo simple; que puede significar, tal vez, una cantidad de variaciones sobre el mismo tema: "Tomarlo seriamente". Y considero tu ejemplo; eso es claro. Pero no creo que siempre sea algo tan sencillo como el lado de la cama o ese tipo de cosas. SdeS: Exactamente. Un contraejemplo de "tomarlo seriamente" es cuando el paciente llega y dice: "Este es el problema. Es un gran problema, pesado, monstruoso". Para ti, parece algo trivial. Entonces vas y le cuentas sobre otras personas que realmente tienen problemas. JHW: Sí, sí. SdS: Ese es un contraejemplo... Los pacientes te cuentan que tienen un problema, entonces tienen un problema y es mejor que lo tomes seriamente. También debes tomar al pie de la letra lo que dicen cuando te cuentan que no tienen ningún problema. Esta es la otra cara del asunto. El paciente llega enviado por alguien porque bebe demasiado. El dice que no bebe demasiado o que eso no constituye un problema. Déjalo tranquilo; toma seriamente lo que te dice. 2 Al hacer terapia, mis colegas y yo tratamos de prestar mucha atención a lo que los pacientes dicen exactamente y al modo en que lo dicen, y al mismo tiempo de no confiar ciega mente en nada (lo cual a veces nos lleva a formular preguntas aparentemente tontas). Simultáneamente tratamos de seguir un principio conversacional "de caridad". Esto significa que estamos dispuestos a asumir que los demás dan sentido a sus experiencias de una manera que no es radicalmente diferente 144 145 de la nuestra. Esto quiere decir que cualquiera que estuviera en la misma situación que describe el paciente probablemente describiría esa situación del mismo modo. Además, este principio de caridad incluye la idea de que "la actitud de estar en posesión de la verdad -de atribuir una importancia particular a las frases que confirman sus creencias- es tan importante para ellos [los pacientes] como lo es para nosotros [los terapeutas]" (Norris, 1989, pág. 60). "Tomarlo
seriamente" significa también que lo que el paciente dice debería tratarse con el debido respeto y construirse responsablemente prestando atención a los detalles. Cada entrevista se construye sobre la base de tres preocupaciones principales: 1) ¿Qué pueden contarnos los pacientes (qué podemos saber) sobre lo que ellos (y nosotros) conside raremos útil para construir una solución?, 2) ¿Qué pueden esperar razonablemente lograr los pacientes (y los terapeutas), y 3) Tanto para los pacientes, como para los terapeutas, ¿qué deberíamos hacer? Construir el propio criterio Cuando los pacientes llegan a mi consultorio, yo los recibo con la mente en blanco y los examino para ver quiénes son y por qué, sin dar nada por descontado. Milton H. Erickson (Haley, 1985, pág. 114) Para tratar de seguir el consejo de Holmes y de Erickson, he comprobado que habitualmente es mejor imponerme esa "mente en blanco" sabiendo sólo lo básico, es decir, el nombre, la dirección, la edad, la ocupación (si es que tiene alguna), etc. del paciente. (1) Paciente: He estado en la empresa... aproximadamente un año y medio. (2) Steve de Shazer: Ajá. (3) P: Y hace unos seis meses... que cumplo media jornada... (4) SdeS: ¿Eso es mejor para usted? (5) P: Me gustan las dos cosas. (6) SdeS: Muy bien... y ¿cómo preferiría que la llame, Candace o Candy? (7) P: En realidad, no tiene importancia. (8) SdeS: ¿Cómo la llaman sus amigos? (9) P: Candy. (10) SdeS: Muy bien. Entonces [riendo] quizá yo debería llamarla Candace. P: [riendo] Candace. SdeS: Bien, veamos. Bueno, ¿vamos directo al asunto? ¿Qué la impulsó a venir? Ah, antes de comenzar... después de una media hora aproximadamente, yo voy a salir un momento para pensar, para reflexionar sobre lo que usted me haya estado diciendo y tal vez, si alguien de mi equipo ya regresó quizás hable también con él. Y... luego regresaré y le haré saber qué pensamos. Me olvidé de decirle esto antes. Bueno, ¿qué la trajo hoy por aquí? P: Mmm. He estado teniendo problemas, realmente. SdeS: Mmm, hum. (15) P: Ajustándome a mi nueva situación. SdeS: Ajá. P: Estuve... estuve casada casi nueve años y ahora eso terminó. SdeS: Mmm, hum. P: Y, bueno, ya sabe... terminé viviendo con mi madre. (20) SdeS: Ah. Bien, bien. P: Bueno y ahora no me estoy llevando bien con nadie. SdeS: Ajá. Bueno... ¿Y cuánto hace que regresó a vivir con su madre? P: Ah, mmm, hum, digamos unos siete meses. SdeS: Mmm. No es fácil, ¿no? (25) P: No. SdeS: No. P: Nada fácil. SdeS: Sí, claro y... P: No soy muy buena hablando. (30) SdeS: Ah, ¿no? P: No, puedo responder a sus preguntas y tratar de explicarme, pero no soy buena para contar... así. SdeS: Bueno, bueno, yo tampoco lo soy... de modo que... Soy mucho mejor escuchando. [Ambos ríen] P: Je.
SdeS: Así que su madre... para responder a mi otra pregunta, ¿se ocupa de los niños cuando usted está trabajando? 146 147 (35) P: En parte, algo así. SdeS: Algo así, hum. P: Se ocupa y no se ocupa. SdeS: Ajá. P: ¿Entiende? SdeS: Bueno, no, pero ah... P: Bueno, está bien, es que, es que ... cuando trabajo ella dice que se va a ocupar de ellos, pero... bueno, lo hace. SdeS: Mmm, hum. P: Diría que sí y si no, los tiene el padre de los niños. SdeS: Muy bien. O sea que el padre está todavía en escena. Y usted más bien preferiría que no estuviera, supongo, por lo que me dice... (45) P: Así es. SdeS: Y por la cara que está poniendo. P: [Asiente] SdeS: Bien, bien. [Pausa] P: Mmm, hum. (50) SdeS: Y que los problemas que la trajeron hoy aquí se resuelven. ¿Entiende? Esto ocurre cuando usted está durmiendo, de modo que usted no sabe que se produjo el milagro. P: De acuerdo. SdeS: ¿De acuerdo? Al día siguiente, ¿cómo descubriría usted que se produjo ese milagro? ¿Qué sería diferente? ¿Qué le diría que se ha producido un milagro? P: [Larga pausa] Mmm... No sé. [Larga pausa] En verdad "No sé" es la única respuesta apropiada para esta "pregunta por el milagro". Por lo tanto, simplemente esperé en silencio, dándole la oportunidad de pensar. Puesto que toda conversación implica turnos para hablar, el hecho de que yo no hablara significaba que aún continuaba su turno. No hay necesidad de presionar ni ampliando la pregunta original ni buscando otras maneras de formular la misma pregunta. Su expresión facial, por supuesto, es parte de su lenguaje y es necesario verificar cómo la está usando antes que suponerlo. Sus palabras y su expresión facial coinciden. Una confirma las otras. Llegados a este punto de la conversación parece quedar suficientemente claro que lo que trajo a esta mujer a mi consultorio; es el tipo de cosa que lleva a la gente a ver a un terapeuta. En mi opinión, las quejas son como los cospeles del subterráneo. Es decir, dejan pasar a las personas por el molinete, pero no determinan qué tren tomarán, ni en qué estación descenderán de él. El punto de partida no determina adónde desea ir la persona. El hecho de que los dos nos calláramos después de que yo dijera "bien, bien" (unidad 48) me sugería que era mi turno de hablar, ya que ella ni continuó hablando del padre de los niños ni introdujo un nuevo tema. El día después del milagro o "Hacia dónde vamos" (48 continuación) Bien, ahora... esta pregunta puede sonarle un poco extraña, pero... se la voy a hacer de todos modos. Supongamos que una noche ocurre un milagro.
(53 continuación) Realmente, no puedo decirlo... mmm, hum... Por lo pronto me levantaría y no oír a mi madre discutiendo por cualquier cosa sería un alivio. SdeS: Muy bien. ¿Y qué haría ella en cambio? ¿Qué haría en lugar de discutir? (55) C: Me diría "Buen día" y me preguntaría cómo estoy. SdeS: Ajá. Bien. P: Y se comportaría como si mis hijos le importaran. SdeS: Mmm, hum. Muy bien. P: Y... no sé. Pienso que sería un día mucho más brillante, también. (60) SdeS: ¿En qué sentido? C: No sé, pienso que me despertaría sintiéndome mucho más feliz conmigo misma. SdeS: Ajá. Mmm. Bueno, y, ¿qué haría entonces? ¿Qué sería diferente, si usted se sintiera más brillante y más feliz? ¿Y qué haría usted de manera diferente? P: No sé, probablemente me volvería loca. SdeS: Bueno, quizá, sí. ¿Y cómo se manifestaría eso? ¿Qué haría usted?... (65) P: Mmm, hum. SdeS: ¿Lo que no hace ahora? 148 149 P: Y... no sé. Creo que sonreiría un poco más. SdeS: Muy bien. P: Y mi actitud sería diferente. (70) SdeS: Muy bien. P: Y... no sé. Pienso que sería una persona mucho más feliz. Hasta ahí, todo bien. Ya tenemos un panorama inicial de lo que ella quiere de la terapia. El próximo paso es extender esto a su contexto inmediato y a sus interacciones con los demás. (72) SdeS: Ajá. Muy bien. Y, ¿ser más feliz y sonreír más y todo eso... contribuiría a cambiar su relación... con los demás? P: Mmm, hum. SdeS: Y si su madre se siente más feliz, ¿qué más? Ah, bueno. ¿Qué más podría ver alguien? ¿Qué vería su madre? ¿Qué vería ella de diferente en usted después del milagro? (75) P: No creo que mi madre viera nada. Quiero decir... yo puedo ganarme un millón de dólares y ni aun así ella cambiaría en nada su actitud para conmigo. SdeS: Mmm, hum. P: Por eso no creo que ella viera nada. SdeS: Bueno, pero si ella pudiera... ¿qué vería? ¿Qué vería si pudiera o quisiera ver? P: Que soy una persona mucho más feliz. (80) SdeS: Ajá, ajá. P: Una persona con la que es más fácil llevarse bien. SdeS: Mmm, hum. P: Ganaría peso. Ah... SdeS: ¿Cómo? (85) P: Veamos, mmm, hum. Supongo que es eso. SdeS: Muy bien, muy bien. Ahora, si los niños pudieran decirlo, ¿qué nos contarían de lo que verían el día después del milagro? P: ¿Qué verían mis hijos? Una mamá mucho más divertida. SdeS: Mmm, hum. P: Que pasa más tiempo con ellos. (90) SdeS: Más diversión con los niños, más tiempo con ellos. ¿Qué más notarían? P: Eso es todo, en realidad. SdeS: Muy bien. P: Es todo lo que se me ocurre.
SdeS: Está bien. ¿Y qué me puede decir del padre de los niños? ¿Qué cree que él notaría diferente en lo que usted hace? (95) P: Eh... él vería cuánto más feliz estoy... sin estrés ni ninguna cosa de esas. SdeS: Ajá. P: Creo que eso es todo, porque en este momento él me odia. SdeS: Mmm, hum. Bueno, pero eso no significa que él no pueda notar algo diferente en usted si usted cambia, ¿no es cierto?... Sólo porque la odie. P: Supongo... (100) SdeS: A veces eso... A veces... eso marca una diferencia. Bueno... ¿y qué pasaría con la gente que trabaja con usted? ¿Qué cree usted que notarían el día después del milagro? P: Básicamente, todo el mundo vería que me siento mucho más feliz, más relajada y humm, y bueno eso, más relajada y más feliz. Ahora que ya tenemos algunas imágenes iniciales de una vida sin el problema (o los problemas) que la trajeron a mi consultorio, necesitamos encontrar alguna de sus experiencias en las que se sintiera más feliz, más relajada, en las que sonriera más, etc. Si comprobamos que la joven ya ha tenido tales experiencias, podemos abrigar cierta confianza en que las reconocerá cuando vuelvan a presentarse. Construir excepciones o "¿Cuándo ocurrió esto antes?" (102) SdeS: Mmm, hum. Entonces, ¿en qué momentos, ahora, usted se siente un poco más relajada y feliz? P: Cuando estoy con mi novio. SdeS: Ah, muy bien. (105) P: A veces. SdeS: A veces. Bueno. ¿Qué nos contaría él sobre aquello? ¿El día después del milagro? ¿Qué diría? P: Mmm, hum, él verá que estoy mucho más feliz... como, hey, todo el mundo vería que estoy mucho más feliz. SdeS: Sí... P: Y un poco más cómoda. (110) SdeS: Mmm, hum. 150 151 P: Ya sabe. SdeS: ¿Hay algo que él podría ver que usted hiciera que le confirmara que ha ocurrido un milagro, que usted se siente mucho más feliz, algo que usted haría y que constituiría una señal? P: Hablar con confianza en mí misma. SdeS: Ahh. (115) P: Saber realmente quién soy, qué me gusta y qué quiero. SdeS: Muy bien. Hasta el momento, la manera de describir el día después del milagro, tanto en lo que se refiere a cómo se daría cuenta ella, como en lo que respecta al modo en que lo sabrían los demás, ha sido bastante vaga y global. Es interesante observar que en ninguna de sus descripciones se incluye la ausencia de un "problema"; más bien se advierte la presencia de algo deseable. Aunque probablemente hubiera sido útil contar con más detalles para que la paciente supiera con más exactitud qué está buscando, lo que dijo hasta ahora indica que está tras el mismo tipo de cosas que esperan obtener de la terapia muchos pacientes.
(117) P: Soy un caso perdido. SdeS: ¿Qué quiere decir con eso? P: Que soy, no sé... un bicho raro. SdeS: ¿Qué quiere decir? P: Que soy... No sé. Yo... no sé si estoy confundida o qué. Ah, no lo sé. SdeS: ¿Qué hace... qué le hace pensar que está confundida? P: Este... SdeS: ¿... que usted es un caso perdido? (125) P: Porque, sé lo que quiero, pero, pero, para mí saber lo que quiero y hacerlo son dos cosas muy distintas. SdeS: Mmm. P: Quiero decir, puedo decirlo y saber de qué se trata, pero hacerlo ya es algo complemente diferente. SdeS: Ajá, entonces, ¿qué es lo que quiere? P: Que me dejen tranquila. (130) SdeS: ¿Quiénes? P: Mi marido... SdeS: Hum. P: Mi madre. SdeS: Hum. (135) P: Y mis hermanas. SdeS: Ajá. P: Eso es todo. SdeS: Muy bien, de modo que lo que usted desea es... P: En realidad lo único que necesito es irme. (140) SdeS: Hum. P: Bueno, ya sabe, yo sólo, mmm... Nunca tengo tiempo para mí misma... hasta que lo dejé. SdeS: Entiendo. P: Y es como si, ahora que no estoy con él, me siento un poco mejor conmigo misma y es como si quisiera tener alguna... independencia. SdeS: Ah. (145) P: Bueno, sabe... SdeS: Humm. P: Quiero hacer algo por mí misma ahora. SdeS: Sí, bueno. P: Estar sola por un tiempo. (150) SdeS: Ajá, pero... P: Pero, nadie cree que yo tenga el espíritu suficiente para hacerlo y todos quieren decirme "No deberías hacer esto, no deberías hacer aquello". Y "hazlo así y no asá", pero nadie quiere darme la oportunidad, ya sabe, y ver si puedo hacerlo sola. SdeS: Humm. P: O no. La paciente está claramente dándome indicaciones para que no se me ocurra decirle que haga nada. En realidad, es obvio que lo peor que yo podría hacer es hacerle alguna sugerencia sobre lo que debe hacer. Por lo tanto, aceptando sus indicaciones, le pregunto qué va a hacer, en lugar de sugerirle qué debe hacer. (154) SdeS: Entonces, ¿qué va a hacer? (155) P: No sé. Irme, supongo. No lo sé. SdeS: Muy bien. Tal vez. Bueno, y si se va, ¿qué va a hacer? 152 153 P: Bueno, ni siquiera sé adónde quiero ir. SdeS: Ajá, muy bien... P: [Pausa] No lo sé, ya le dije que soy un bicho raro. (160) SdeS: Bueno, no sé mucho de bichos raros, pero tal vez más tarde veamos si estoy de acuerdo con usted en eso. P: Bueno. SdeS: Bueno, pero usted dice que querría partir, que querría estar sola. A usted le gustaría que la gente... la respetara. P: Sí.
SdeS: De modo que... ah... si usted escapara, ¿adónde iría? Y ¿qué otra cosa haría en lugar de escapar? P: Ahhh... ¿Gritar? SdeS: Gritar. P: No sé. SdeS: Hum... ¿Ha intentado hacer eso? P: No. (170) No. Y, ¿trató alguna vez de irse? P: Sííí. SdeS: ¿Sí? P: No vale la pena... SdeS: Bien, bien. ¿Trató de gritar? (175) P: Mmm, hum. [Asiente con la cabeza] SdeS: ¿A quién? P: A mí misma, en realidad, porque, al fin de cuentas, todo lo que quiero es ser feliz, ¿entiende? SdeS: Claro. P: Simplemente parece que para mí es tan imposible ser feliz, o que nadie quiere que sea feliz; es eso. (180): SdeS: Mmm. P: Es como si estuviera mal que yo quisiera algo para mí, o que quiera ser feliz o... SdeS: Mmm. P: Hacer lo que creo que me hace feliz. SdeS: Esta bien, usted cree que su madre, su marido, etc. piensan que usted no debería ser feliz o no sabe... (185) P: Bueno, ellos, quiero decir... tienen esa actitud, como si... bueno, cuando dejé a mi marido lo hice por una razón. SdeS: Seguramente. P: Y esa razón es que durante el tiempo que estuve casada fue todo terrible, ¿me entiende? Estaba enferma en cama, ya sabe, y eso continuaba y continuaba hasta que simplemente me cansé, ¿no? Y me fui. SdeS: Ajá. P: Bueno, me fui y sólo quería ser yo misma, ¿me entiende? (190) SdeS: Claro. P: En primer lugar, ya estoy bastante crecida para vivir con mi madre y con los niños. SdeS: Seguramente. P: Y entonces, era como si no, quiero decir, "ven a vivir conmigo por un tiempo y luego", ya sabe, "hasta que tu marido se calme", en fin, "luego podrás mudarte a tu propia casa". Pero ahora, imagínese, no nos llevamos bien. Es como si nada de lo que yo hago le gustara. SdeS: Ahh. (195) P: Todo lo que hago la pone nerviosa. SdeS: Mmm. P: Y parece que no pudiera sentarse a charlar conmigo, ya sabe. Nadie se sienta nunca simplemente a charlar conmigo. SdeS: Hum. P: ¿Me entiende? Todo el mundo quiere decir qué debo hacer, pero nadie quiere charlar conmigo. (200) SdeS: Muy bien. Y si ellos le hablaran, ¿usted qué les diría? P: Y, por ejemplo, les diría cómo me siento. SdeS: Ajá. P: Pero a nadie le importa escuchar cómo me siento, así que todo continúa igual. SdeS: Bueno... y usted, ¿podría tener su propia casa? (205) P: Ahora, usted... hum, sí, puedo.
SdeS: Mmm, hum. ¿Y eso mejoraría las cosas? P: Creo que ayudaría mucho. SdeS: Mmm, hum. P: Mucho más, quiero decir, yo estaría un poco mejor que ahora porque como ahora, quedándome en casa de mamá, las cosas no marchan bien. Estoy deprimida, me siento molesta, malhumorada y... (210) SdeS: Mmm, hum. Ajá. P: Directamente no puedo manejar las cosas. SdeS: Mmm, hum. Bueno, usted sabe, cuando uno regresa 154 155 a casa de la madre... a los 30 años... y comienza a sentirse como si tuviera de nuevo 17, ¿no es cierto? P: Y... mmm, hum. SdeS: ..."No regreses tarde"... y ese tipo de cosas. (215) P: Mmm, hum. SdeS: Sí. Entonces usted podría, aunque resulte difícil, usted podría tener su propio apartamento. P: Y... mmm, hum. SdeS: Mmm, hum. P: Y tampoco sería tan seguro por un tiempo, pero... (220) SdeS: Mmm, hum. P: ... hasta que mi marido desaparezca de la faz de la tierra. Entonces yo estaría bien. SdeS: Ajá. O sea ¿usted teme que él pueda hacer algo? P: Bueno, yo, él, en este momento dice que no puede vivir sin mí y que yo soy la única persona en el mundo para él y no quiere comenzar una relación con ninguna otra mujer... SdeS: Mmm, hum. (225) P: Y cuando yo le dije, bueno, ya sabe, cuando le dije: "No quiero que me molestes, simplemente déjame en paz, vete", él me amenaza. SdeS: Mmm, hum. P: Así que me tuve que ir por un tiempo, con los chicos y dejar el trabajo y todo, porque él me amenazaba con que iba a pegarme o que iba a mandar a alguien para que me pegara o ... SdeS: Mmm, hum. P: De todos modos... él ya me pegó muchas veces. (230) SdeS: Así que eso ya pasó. P: Sí. SdeS: Mmm. P: Y es como si directamente no quisiera dejarme tranquila. SdeS: Mmm, hum... Bueno, así que usted... le parece más seguro vivir con su madre. ¿En parte es eso? (235) P: Ah, ella cree que sí. Yo no pienso lo mismo, porque la última vez que él me pegó yo estaba en casa de mamá. SdeS: Mmm, hum. P: Así que... SdeS: Mmm, hum. P: Y ella no estaba en la casa, así que no veo la diferencia... (240) SdeS: Ajá. 156 P: ¿Me entiende? SdeS: Sí, Sí. ¿Y usted hizo la denuncia a la policía y todo eso? P: No.
SdeS: Ah, no. ¿Y cómo es que decidió no hacerlo? (245) P: Hum. .. no sé, sólo estaba atemorizada y todo lo que se me ocurrió fue salir, irme. SdeS: Mmm, hum. Muy bien. P: Para que no pudiera lastimarme. SdeS: Mmm, hum. Pero no se fue muy lejos... ¿o qué? P: Sí, me fui bastante lejos, pero mi madre, ya me entiende, ella sabía dónde estaba yo y, bueno, me telefoneaba todos los días y además era como que no le gustaba en qué condiciones estaba yo y entonces quería que regresara. (250) SdeS: Ajá. P: Y que me quedara con ella. SdeS: Hum, hum. P: Mi madre, no sé, nosotras, hay algo, quiero decir, ella actúa como si yo le importara, pero no le importo. SdeS: ¿Cómo es eso? (255) P: Porque es como si ella quisiera que yo esté allí. SdeS: Sí. P: Pero no quiere. Es como si, hum, en realidad no puedo explicarlo. Es que, ella. No sé cómo explicarlo, quiero decir, se queja por cada cosita que hago, ¿me entiende? "Toda persona mayor debe tener su propia casa" y después dice: "Sabes que no es seguro para ti mudarte justo ahora" o "¿Por qué quieres precipitarte? ¿Por qué quieres salir de aquí para que él te lastime?" y ese tipo de cosas, todo el tiempo, pero... SdeS: Hum, hum. P: Si me quedo allí con ella, quiero decir, no nos llevamos bien, no hablamos, no nos hablamos mucho. (260) SdeS: Ajá. P: ¿Sabe? Es como si... yo le digo que ella me odia porque no quiere charlar conmigo. SdeS: Hum... ya veo, así que para ella es tan difícil volver a tener una niña en casa, supongo, como lo es para usted haber regresado.3 (263) P: En realidad, no, porque... SdeS: ¿Sí? 157 (265) P: Yo tengo además dos hermanas más que viven con ella, pero mi madre sólo se preocupa de verdad por una. SdeS: Hum, hum. P: Es su favorita... o algo así. SdeS: Oh, sí, comprendo. Entonces, ¿qué puede hacer usted para ponerse suficientemente a salvo? P: Solamente conseguir una orden de restricción, que no tengo. (270) SdeS: Pero si la consigue... P: ... me mudo. SdeS: ¿Y él haría caso de una orden de restricción? P: No lo sé, a veces se comporta de una manera loca. SdeS: Hum, hum. (275) P: Quiero decir que a veces se pone realmente mal. SdeS: Ajá. P: No sé. Si simplemente desapareciera de la faz de la tierra, yo estaría segura. SdeS: Sí, pero eso... P: ... No. (280) SdeS: Probablemente... P: ... no ocurra. SdeS: Probablemente no ocurra. P: No. SdeS: De modo que usted va a tener que hacer alguna otra cosa. (285) P: Y lo único que se me ocurre es conseguir una orden de restricción.
SdeS: Muy bien. P: Eso es todo. SdeS: Muy bien y, ¿ha dado ya algún paso para conseguirla? P: No, porque él ya no me está molestando últimamente. Tiene más una actitud como si dijera: "Bien, te daré lo que quieres. ¿Quieres un divorcio? Yo te daré ese divorcio y no te molestaré". (290) Sde S: Áhhh. P: Pero, no sé, quiero decir, no me ha amenazado ni nada... SdeS: Mmm, hum. P: ... ni nada por el estilo. SdeS: Muy bien. (295) P: Sólo que... SdeS: ¿Sí? P: El es realmente un hipócrita, así que nunca sé... SdeS: Claro. P: ...qué esperar. (300) SdeS: Pero él dijo que le dará el divorcio y que la dejará tranquila. P: Mmm, hum. SdeS: Y desde que dijo eso, ¿la dejó tranquila? P: Mmm, hum. Sí. SdeS: Sí. (305) P: Quiero decir, no me molestó ni nada por el estilo, sólo llama por teléfono y vigila a qué hora llego. SdeS: Mmm, hum. P: Bueno, ya sabe. SdeS: Mmm, hum. P: Ese tipo de cosas. (310) SdeS: Pero ¿no volvió a amenazarla desde entonces? ¿Desde que dijo que no lo haría? P: No... no volvió a amenazarme... SdeS: ¿Cuánto hace de esto? (315) P: Y... serán unas dos semanas. SdeS: Ajá. P: Más o menos. SdeS: Está bien. P: Simplemente le gusta llamar y decirme qué equivocada estoy. (320) SdeS: Mmm, hum... Mmm, hum. Bueno, sí y eso no facilita las cosas, ¿no? P: No. SdeS: Aunque es más fácil que soportar que le pegue. P: Ah, sí ... eso no es para nada divertido. SdeS: No ... no. Bueno, de algún modo, o sea que para poder hacer lo que desea, ser quien es, hacer lo que le gusta hacer, usted tiene que ponerse a salvo. (325) P: Mmm, hum. SdeS: ¿Se siente más segura en casa de su madre de lo que se sentiría estando sola? P: Bueno, yo, quiero decir... yo... SdeS: ¿Es o no es así? ¿Se siente más segura o no? P: No, yo... yo no tengo miedo ni nada de eso; estoy 158 159 acostumbrada a arreglármelas, así que el problema no .$ tanto el de sentirme segura o lo que sea, el problema es estar Segura. (330) SdeS: No, claro, entiendo. Pero usted me está diciendo que estar en casa de su madre no es más seguro; usted no está necesariamente más segura allí que en cualquier otra parte. P: Exacto. SdeS: Por eso es que le pregunto si se siente segura. P: Ahh. SdeS: Pero usted no se siente segura allí tampoco, ¿no? (335) P: No. SdeS: No, de acuerdo. Entonces, ¿qué va a hacer?
P: No sé. [Larga pausa] No sé qué hacer. Sé lo que quiero hacer, pero ah... no sé qué hacer. SdeS: Sí... usted quiere, bueno, ¿qué quiere hacer? P: Creo que lo que quiero... es simplemente estar sola por un tiempo. (340) SdeS: Muy bien. P: Simplemente mudarme a mi propia casa y estar sola un tiempo. SdeS: Ajá. P: Para aliviar un poco la tensión que he ido formando dentro de mí. SdeS: Muy bien, muy bien. Y esa mudanza... ¿es para ir a vivir sola o con sus hijos? (345) P: Sí, claro con mis muchachos. SdeS: Ahh, muy bien, muy bien. P: Creo que estaremos mucho más felices. SdeS: De acuerdo, entonces, ¿qué pasos necesita dar para hacer eso? P: Bueno, sólo tengo que encontrar un lugar lo suficientemente bueno para criarlos, porque mis hijos son pequeños. (350) SdeS: Sí. P: Y encontrar un lugar, sabe, una zona suficientemente segura. SdeS: Mmm, hum. P: Y después tratar de tener una buena idea general de cuáles serán mis ingresos cada mes para poder pagar el alquiler. SdeS: Bien, bien. (355) P: Y además tengo que limpiar mi crédito, ya que él ponía todo a mi nombre. Y ahora los acreedores me llaman constantemente para recordarme que hay cuentas a mi nombre, gracias a él... SdeS: Mmm, hum. P: Cuentas que tengo que pagar. SdeS: Mmm, hum. Ah, ahora veo por qué piensa en huir. P: Eso es sólo la mitad de la razón. [Larga pausa] (360) SdeS: Sí, seguro. [Pausa] Entonces, ¿cómo ve eso de empezar a dar algunos pasos para tratar de encontrar un lugar suficientemente seguro? ¿Cree que está cerca de poder comenzar a darlos? P: Mmm, hum, me estoy acercando. Yo... quiero ir y... SdeS: Sí. P: ... y hacerlo. SdeS: Muy bien. (365) P: Pero... SdeS: Entonces, ¿qué la detiene? ¿qué le impide hacerlo? P: No sé, no sé si lo que pasa es que tengo miedo... o qué. SdeS: Mmm, hum. P: Sin embargo, no debería tener miedo, porque es algo que yo deseo mucho hacer. (370) SdeS: Ajá. P: No sé. Tal vez si tuviera a alguien que me... bueno, me apoyara, quizá... SdeS: Hum. P: ... directamente iría y lo haría. SdeS: ¿Que la apoyara en qué sentido? (375) P: Bueno, sólo diciendo, bueno, ya sabe, "Tú puedes hacerlo", o "Eso es lo que quieres hacer, puedes hacerlo", ese tipo de cosas. SdeS: Ahh. P: Que me convenza de que yo puedo hacerlo, hasta que yo adquiera esa confianza... SdeS: ¿Y qué ocurre con su novio? P: Ah, sí, no sé. Quiero decir, es una buena persona y me dice esas cosas. (380) SdeS: ¿Y?
P: Pero creo que él también tiene un problema ahora y... SdeS: Mmm, hum. P: Y, bueno, si trato de arreglar los míos y trato de ayudarlo a él... no creo que funcione. 160 161 SdeS: No. No. De acuerdo y ¿qué me dice de sus amigas? (385) P: No. No. No tengo ninguna amiga... SdeS: Mmm, hum. P: ...ninguna. SdeS: ¿Y cómo es eso? P: Verá, he tenido, bueno, tuve una cantidad de... no sé cómo decirlo, una cantidad de malas experiencias con las amigas. (390) SdeS: Ahh. P: A causa de mi matrimonio, así que no me importan las amigas en absoluto. SdeS: Bueno, ¿y qué pasa con la gente que conoce por medio la iglesia? ¿de su iglesia? P: Sí... pero a mi marido también lo conocí por medio de la la iglesia, así que... SdeS: Ahh, claro, claro. (395) P: Tampoco allí hay nadie. SdeS: Mmm, hum. P: Así que no tengo a nadie... SdeS: Mmm, hum. P: ...aparte de mí misma. (400) Sde S: Sólo usted misma. P: ¿Soy un bicho raro? ¿no? SdeS: [Se encoge de hombros, pausa] Pero, entonces, muy bien. Usted tiene esas ideas, sabe lo que quiere hacer, piensa que debería hacerlo, así que va a convencerse a sí misma de todo eso. Ya que ninguna otra persona lo hace. P: No es fácil. Nadie me escucha, entonces yo siento como si... ¿por qué razón tendría que escucharme a mí misma? SdeS: Sí, claro, exactamente. ¿Cómo convencerse de que debería escucharse a sí misma? (405) P: Sí, no sé. ¿Lo ve? Es por eso que necesito que alguien esté de mi lado o algo así. SdeS: Ajá. P: Siento que nadie está de mi lado, lo único que hacen todos es decirme lo que hago mal y lo que no les gusta de mí, pero no tengo a nadie que me diga: "Este es un aspecto positivo que tienes, hazlo" o "Tienes tu propio criterio, entonces, ¿por qué no intentas poner en práctica tus ideas y ver qué pasa?" No tengo a nadie que me hable así. 162 SdeS: Mmm, hum. En ese caso, tiene que hacerlo usted misma. P: Sí, pero no es fácil. (410) SdeS: No, claro que no. P: Porque no puedo hacer, quiero decir, puedo decírmelo, pero después no lo hago. Construir un puente entre los logros pasados y los logros futuros SdeS: Bueno, pero entonces, hasta ahora usted no se cree a sí misma cuando se dice estas cosas. Pero ¿hubo ocasiones en el pasado en las que usted se decía ese tipo de cosas y las hacía? P: Sí, cuando finalmente dejé a mi marido. SdeS: Mmm, hum.
(415) P: Yo, ah ... yo me decía una y otra vez que iba a hacerlo y me llevó un tiempo, pero lo hice. SdeS: Ajá. P: Y me sentí bien por hacerlo. SdeS: Mmm, hum. P: ¿Me entiende? (420) SdeS: Sí, sí, claro. P: Entonces lo estoy haciendo un poquito mejor. SdeS: Mmm, hum. P: Pero... SdeS: Bueno, entonces eso es lo que piensa: que se convenció a sí misma y que fue algo bueno. P: Mmm, hum. SdeS: Muy bien. Y, ¿antes de eso? ¿Hubo ocasiones en su vida en las que se convenció de hacer algo, que... P: Antes de eso ni siquiera tenía mi propio discernimiento, quiero decir, yo sólo... era como si, simplemente escuchaba lo que me decían todos los demás y hacía esto o aquello y, ya sabe, estaba demasiado ocupada tratando de complacer a todos, tratando de hacer lo que me decían los demás, tratando de hacer lo que ponía felices a los demás y no lo que me hacía feliz a mí. La paciente acaba de describir una gran excepción: una ocasión en la que se ve a sí misma usando su propio criterio. 163 Decidió lo que debía hacer y lo hizo y, lo que es muy importante, considera que esa decisión mejoró su situación. Ese es exactamente el tipo de cosas que está buscando; ese es el tipo de actitudes que quiere tener en la vida. Ahora tenemos un panorama bastante más claro de adónde desea la paciente que se dirija la terapia y también sabemos que tiene la capacidad necesaria. (430) SdeS: Mmm, hum... Mmm, hum. P: Era como si yo no tuviera un criterio propio. SdeS: Mmm, hum. P: Para convencerme de nada. SdeS: Si eso es así, usted ya ha recorrido un largo camino. (435) P: Sí. SdeS: ... Muy bien. Ahora en cambio tiene... quizá se sienta confundida de vez en cuando... pero al menos tiene su propio discernimiento. P: Y ... sí. SdeS: Muy bien, eso está muy bien. De modo que usted realmente va a salir en defensa de sí misma ¿no es cierto? Vaya, vaya ¿Cómo lo va a hacer? Va a provocar unos cuantos comentarios de todas esas personas, ¿no? P: Mmm, hum. (440) SdeS: Como... su madre, sus hermanas, supongo. P: Mmm, hum. SdeS: Usted está acostumbrada a escuchar este tipo de cosas. P: E...este. Vea, yo sé escuchar, ¿me entiende? Veo que no soy muy buena para expresarme o... SdeS: ¿Puede cerrar los oídos? No escuchar aunque ellos hablen como cotorras... (445) P: No lo sé... es muy fácil herir mis sentimientos. SdeS: Mmm, hum. P: Ya sabe, cuando se trata de alguien que me importa, ¿me entiende? Y me siento tan mal cuando alguien que me importa profundamente y, bueno, y parece que ellos no encontraran nada bueno en mí ni la manera de ayudarme. SdeS: Sí, claro.
P: O cualquier cosa que digan, que quieren ayudarme, ya sabe. 164 (450) SdeS: Mmm, hum. P: Siempre quieren criticarme. Quiero decir que oigo más críticas de las que yo... es decir, ni siquiera oigo nunca nada sobre lo que yo podría hacer o "Te voy a ayudar a hacerlo", o algo así. SdeS: Comprendo. P: Se imagina, vivo con mi madre, trato de hacer todo lo puedo para complacerla, pero luego ella me dice que no aprecio el hecho de vivir con ella. SdeS: Sí. (455) P: Y... SdeS: Sí, comprendo. P: Es difícil. SdeS: Sí, y usted escucha todo eso. P: Y sí. (460) SdeS: Y termina lastimada por todo eso, me dice. ¿Qué ocurriría si no prestara atención? P: Ah, si hago eso, según ella, "tengo una actitud". SdeS: Ajá. P: Como que no quiero escuchar, o algo así. SdeS: Mmm, hum. (465) P: He tratado de ignorarla, imagínese. No es fácil. Entonces me tengo que ir, y eso no me gusta, eso de simplemente levantarme e irme sin decir adónde voy ni nada. Y después cuando... SdeS: Sí... P: ...cuando finalmente regreso, ella está molesta porque salí sin decir que iba a algún lado o cuándo regresaría... pero yo tengo que irme y he estado llorando mucho. He estado llorando durante nueve años y estoy cansada. SdeS: Mmm, hum... Mmm, hum. P: Quiero decir, estoy cansada de llorar. Sólo quiero ser feliz, ¿me entiende? sólo quiero... (470) SdeS: Sí, claro, seguramente. P: Quisiera que las cosas alguna vez me salieran bien. SdeS: Claro, sí. Mmm... Entonces... P: ¿Me comprende? SdeS: Bueno, no, todavía no estoy seguro. (475) P: [Risas] ¿No está seguro todavía? SdeS: No, todavía no estoy seguro. 165 P: Si ni yo misma me entiendo... SdeS: Pienso que... hum... P: ¿Que estoy confundida? (480) SdeS: No, no creo que esté confundida. Creo que sólo está... mmm, hum... P: ¿Atemorizada? SdeS: ...aprendiendo a ser usted misma. P: ¡Oh! SdeS: ...aprendiendo todavía cómo... (485) P: Eso es cierto. SdeS: Y antes me estaba diciendo que sólo ahora está teniendo su propio criterio, o prestándole atención por lo menos. P: Mmm, hum. SdeS: Escuchándose a sí misma por primera vez. P: ¿Necesito ayuda? (490) SdeS: ¿La necesita? Usted dice que sí. P: Sí. SdeS: Si usted dice que la necesita, probablemente la necesite. P: ¿Pero usted no lo sabe? SdeS: No lo sé. (495) P: Oh. SdeS: Supongo que lo que no sé es si usted necesita esa ayuda o si sólo piensa que la necesita.
P: Oh. Ohhh, creo que las dos cosas. SdeS: Las dos. Muy bien. Creeré lo que me dice. Entonces, la pregunta que tengo, de todos modos es, ah, ¿cómo va a conseguir esto? A medida que va formándose cada vez más su propia opinión, que usa cada vez más su propio criterio y ah, se escucha a sí misma y hace lo que se convence a sí misma que debería hacer y lo que desea hacer, ¿qué va a hacer con esos oídos que tiene, esos oídos tan sensibles a todo lo que le dicen los demás? P: No sé, quiero decir. Ya me han lastimado mucho, parecería que ya debería ser inmune a esto y simplemente hacer oídos sordos, pero es como si, es muy duro de aceptar cuando uno se halla solo contra las sogas y hay gente que a uno le importa, a quien uno ama, que no encuentra la manera de, bueno, ya sabe, de tratar de ayudarlo a uno o... (500) SdeS: Mmm, hum. P: Uno se siente mal por cualquier cosa. SdeS: Mmm, hum. Bueno... P: No sé qué hacer. SdeS: Sí. (505) P: Y no quiero odiarlos. SdeS: No. P: No sé qué hacer. Huir, supongo. SdeS: Bueno, usted dijo que se iría. ¿Adónde se iría? P: Mmm, hay diferentes lugares, no sé. No sé. No sé adónde quiero ir. (510) SdeS: No sirve de nada huir salvo si uno huye hacia algo. P: Es cierto. SdeS: O por lo menos a algún lugar. P: No sé, todo lo que sé es que quiero irme. Irme a cualquier parte, no importa. SdeS: No importa, bueno. Entonces, ¿por qué no lo hace? (515) P: No sé adónde ir. SdeS: Bueno, usted acaba de decir que a cualquier parte. P: Vea, estoy confundida, no sé, sólo quiero irme, pero no sé adónde. SdeS: Mmm, hum. P: Entonces dije "a cualquier parte". (520) SdeS: Así es. P: Pero en realidad no quiero estar simplemente "en cualquier parte". SdeS: Muy bien. Quiere estar... P: Mmm. Bueno, supongo que en algún lugar que sea mío. SdeS: Mmm, hum. (525) P: Por un tiempo. SdeS: Ajá. ¿Aun si fuera aquí en Milwaukee? P: Mmm... sí, aquí. SdeS: Mmm, hum. P: Yo me siento bastante segura aquí, más que si me fuera a otra ciudad donde no conozco a nadie ni nada. (530) SdeS: Bien, bien. P: Pero, después de todo ¿por qué me gustaría estar aquí si de todos modos nadie se preocupa por mí? Al final es como estar en algún lugar donde no conozco a nadie o... no conozco a nadie que me ayude. 166 167 SdeS: Mmm, hum. Bueno, entonces usted va a tener que hacer algo. P: Sí, pero no sé qué...
SdeS: Bueno [pausa]. Supongo que, antes de tomarme un rato para reflexionar un poco más sobre todo esto, tengo algunas preguntas más... Hum, bueno, ¿su marido trató de convencerla de que regresara? (535) P: Sí, lo ha estado haciendo desde que me fui... SdeS: Mmm, hum. P: ... cuando me pegó. SdeS: ... Ah, y su madre ¿también está tratando de convencerla de que regrese con él, o... P: Por un lado, ella quiere que vuelva allí, pero no entiendo por qué me diría eso, quiero decir, él... fue la tercera vez que me pegó, quiero decir... (540) Sde S: Mmm, hum. P: El sentido común me dice que si vuelvo, él va a volver a hacerme lo mismo. ¿Por qué ella...? SdeS: Eso es lo que dicen las estadísticas, sí. P: ¿Por qué ella no entiende que, ya sabe, que si yo regreso él va a volver a hacerme lo mismo?, ¿entiende? SdeS: Mmm, hum. (545) P: No soy feliz allí, no quiero regresar. SdeS: Bueno, muy bien. ¿Hay algo más que cree que yo debería saber, antes de tomarme unos minutos para reflexionar? ¿Algo más que se le ocurra y que sería importante que yo sepa? A manera de experimento, imagine que usted se halla situado detrás del vidrio espejado. Desde esa perspectiva, ¿qué aspecto le gustaría señalarme para que yo le preste particular atención? ¿Qué debería yo pasar por alto? ¿Qué debería hacer? ¿Qué es lo que con seguridad no debo hacer? ¿Qué fue lo que le llamó más profundamente la atención? ¿Qué paso(s) dimos hacia la construcción de una solución? ¿Cuál es la mejor manera en que puedo ayudarla a utilizar lo que la paciente ya hizo y ya sabe? Si usted fuera el terapeuta, ¿cuál sería el próximo paso que daría? Tómese por lo menos quince minutos, pero no más de treinta, para reflexionar sobre estas preguntas antes de continuar la lectura. El lugar adonde Candace desea ir puede entenderse como tener su propio criterio. Esto significa pensar por sí misma, decidir qué hacer y luego hacerlo. Lograr esto le permitirá llevar una vida más semejante a lo que ella misma describió que pasaría "después del milagro". Será más feliz, sonreirá más, hablará con confianza, se sentirá más relajada y será una madre más divertida (unidades 48 a 115). En su perspectiva, el hecho de sentirse confundida es uno de los obstáculos en su camino. Por lo tanto, yo introduje la idea de que esa confusión podía ser un "síntoma" de estar adquirien do su propio criterio. La confusión es, por supuesto, un obstáculo y un síntoma. En cualquiera de los dos casos, o en ambos, cuando la paciente llega a reconocer que tiene su propio criterio, ya no se siente confundida. Esta última pregunta es frecuentemente útil porque 1) un "no" le pone un punto final a la conversación, determina un momento para detenerse, y 2) algo que la paciente todavía no dijo, pero que cree que es importante, también sirve para establecer el momento de terminar la conversación, una manera de completar la entrevista. A veces esto implica que la entrevista deba prolongarse un rato más; no obstante esa pregunta y su respuesta señalan el fin de esta parte de la sesión. (547) P: Mmm, hum, no.
SdeS: Bueno, regresaré en cinco o diez minutos. Usted sólo relájese. ¿De acuerdo? P: Mmm, hum. 168 Después de la pausa (550) SdeS: Muy bien, le diré. Realmente estoy impresionado por cuánto ha logrado usted desarrollando su propio criterio. Creo que ha hecho grandes progresos en ese proyecto. P: ¿Lo cree? SdeS: Mmm, hum... Mmm, hum. Y se siente mejor que antes, porque está desarrollando su propia manera de pensar, ¿no? P: Sí. SdeS: Y ha seguido esas ideas propias sobre qué es lo que le conviene. Y creo que ese es un gran paso hacia adelante; quizá no sólo un paso, tal vez más de uno en ese sentido. 169 Además creo que está en el buen camino y que ese sentimiento de confusión que tiene ahora en cuanto a no saber qué hacer es algo bueno. (555) P: ¿Lo es? SdeS: Y apuesto a que usted piensa que esa es otra de sus rarezas, ¿no es cierto? P: Sí. SdeS: Le diré por qué pienso que es algo positivo. Porque el hecho de sentirse confundida ahora, le impide hacer algo hasta no estar segura de qué es lo que le conviene hacer. Eso de sentirse confundida de vez en cuando es parte del proceso de ir adquiriendo su propio criterio, hasta que sepa qué hacer, hasta ver todo realmente claro. Es algo que la protege de cometer errores. Así que no se obligue a hacer algo hasta que no se sienta segura de que es algo bueno para usted. Permítase estar confundida hasta que pueda elaborar su propio criterio, hasta tener bien en claro qué hacer. Ah, bueno, como dice usted, la gente le dirá qué tiene que hacer y a usted no le gusta que hagan eso, de modo que usted no debería escucharlos. Por lo tanto, ahora mismo, lo que le sugiero es que no luche contra esa confusión. Simplemente acéptela. En cuanto a lo que quiero que haga, creo que sería provechoso que aprenda algo más sobre sus propias ideas, que observe las ocasiones en que, durante la semana, se siente menos confundida y observe, examine bien, qué hace en esas ocasiones, qué ocurre, dónde se halla y qué hacen las personas que la rodean en esas ocasiones. Lleve un registro de esas situaciones y tráigalo a la próxima sesión. P: Muy bien. (560) SdeS: Bueno, vayamos a la oficina y veamos cuándo sería un buen momento... más claridad, y las relacioné con los momentos en que no se sentía confundida. Para mí la pregunta era: ¿En qué condiciones hay más probabilidades de que la paciente se vea a sí misma como una persona que tiene y usa su propio criterio y que por lo tanto tiene días bastante parecidos al día después del milagro? Notas 1. Lo cual claramente significa "Si no está roto, no lo rompas" (G. Miller, 1993).
2. Esta transcripción es parte de una entrevista con John H. Weakland y conmigo, organizada por Michael Hoyt, que tuvo lugar el 3 de diciembre de 1992. La entrevista completa aparece en Michael Hoyt, 1994, Constructive Therapies, Nueva York, Guilford. 3. Un error: sostener algo antes de contar con los datos. En esta ocasión nos aseguramos de que la paciente cuente con toda la información disponible sobre los diversos programas existentes para mujeres en su situación. Como ocurre habitualmente, ella sabía tanto o más que nosotros sobre esos programas. Aunque empleé deliberadamente la frase "lo que quiero que haga" varias veces, sin embargo nunca le dije qué debía hacer. Sólo le dije que observara las ocasiones en las que usaba su propio criterio y aquellas en las que veía que podía pensar con 170 171 Segunda sesión 10 ¿"Qué anda mejor" después de la primera entrevista? (1) SdeS: Un viejo amigo vino a la ciudad y tuve que salir a almorzar con él, de modo que le agradezco que haya tenido la gentileza de venir un par de horas más tarde. (2) P: No es nada, está bien. (3) SdeS: Bueno... ¿qué día es hoy? 22... (4) P: 23. (5) SdeS: 23... Siempre estoy un poco confundido con las fechas. No puedo llevar muy bien la cuenta. [Pausa] En fin... Bueno, ¿qué mejoró desde la última vez que estuvo aquí? El problema no es tratar de adaptar la terapia a esa clasificación /diagnóstica] particular, sino que consiste en saber qué potencialidades le revela a usted el paciente de su capacidad para hacer esto o aquello. Milton Erickson (Haley, 1985, pág. 126) En general los propósitos de la segunda entrevista o de cualquier entrevista posterior a la primera incluyen (pero no se limitan a): 1. construir el intervalo transcurrido entre las sesiones como períodos en los que se ha logrado alguna mejora, 2. verificar si el paciente considera que lo que el terapeuta y él mismo hicieron en la sesión previa resultó provechoso, es decir si lo llevaron a percibir (o le permitieron percibir) que las cosas mejoraron, 3. ayudar al paciente a determinar qué está haciendo o qué sucedió que la/lo conduce a algún logro, de modo tal que el o la paciente pueda advertir en qué debería perseverar, 4. establecer si los logros obtenidos hicieron que las cosas "marchen suficientemente bien", de modo tal de determinar si es o no necesario continuar con la terapia y, finalmente, 5. cuando el o la paciente no describe ninguna mejora, evitar que tanto el paciente como el terapeuta persistan en lo que no surte efecto y, por consiguiente, provocar que tanto el o la paciente como el terapeuta hagan algo diferente.
Al finalizar la primera sesión, cuando hablaba de mí, utilicé la expresión "bicho raro" que ella había empleado para definirse y ahora digo que "estoy confundido". Así establezco que ni "bicho raro" ni "estar confundido" me parecen necesariamente sinónimos de "malo". (6) P: Qué empeoró. (7) SdeS: Bueno, comencemos por lo que mejoró. (8) P: Nada. (9) SdeS: ¿Está segura de que es así? (10) P: Completamente. SdeS: ¿Y cómo es posible? P: Simplemente es. Nada positivo en absoluto. Construir el mejoramiento de la situación SdeS: Cuénteme qué pasó, desde la última vez que estuvo aquí... P: El martes. (15) SdeS: El martes, bueno. Y bien ¿cómo transcurrió el martes, después de que usted salió de aquí? P: Ah, fue muy bien. SdeS: Ajá. P: Bueno, sólo bien. SdeS: Y ¿cómo logró usted que ocurriera eso? "Sólo bien" es levemente mejor que "peor" y por eso yo trato de indagar más en lo que ocurrió ese martes, porque quizás 172 173 ambos queramos utilizar lo que haya pasado como material para construir por lo menos un mínimo de éxito. (20) P: Bueno, hablé un poquito más de lo que suelo hacerlo. SdeS: Mmm, hum. P: Con mis amigos. SdeS: Mmm, hum. P: Eso fue todo Sólo hablé un poco más. SdeS: Mmm, hum. P: Eso es todo. SdeS: Mmm, hum. Muy bien, ¿y qué pasó el miércoles, entonces? P: Miércoles, ah, en realidad las cosas anduvieron bien el miércoles, el jueves, el viernes y hasta el sábado. SdeS: Mmm, hum. (30) P: Todo estaba bien, yo hablaba y... estuve bastante a solas. SdeS: Mmm, hum. P: Para hacer lo que quisiera. SdeS: Mmm, hum. P: Y luego el lunes volvió todo... quiero decir el domingo. (35) SdeS: Muy bien. El domingo hubo un retroceso y el lunes, ¿le volvió a pasar lo mismo? P: No. SdeS: ¿Y hoy? P: Hoy estuve llorando. SdeS: Mmm, hum. (40) P: Todo el día, ida y vuelta, realmente. SdeS: Mmm, hum. Muy bien, pero ¿el martes, el miércoles, el jueves, el viernes y el sábado anduvo todo bien? P: Mmm, hum. SdeS: ¿Eh? Por lo menos bien. P: Sí. (45) SdeS: Mmm, hum. Y bien, ¿Cómo logró eso? Usted dijo que estuvo hablando más. ¿Qué más hizo?
P: Ah, yo, yo... todo anduvo mejor porque nadie me estuvo fastidiando, quiero decir, tratando de convencerme de lo que yo debería hacer o criticando lo que estoy haciendo. SdeS: Muy bien. P: Ya sabe, todo ese tipo de cosas. Mantuve más el control de mí misma y de mi mente. 174 SdeS: ¿Y cómo lo hizo? (50) P: ¿Cómo lo hice? Tengo que enojarme o sentirme intimidada para hacer eso. SdeS: Mmm, hum. P: Y esa es la única manera, entonces si ellos quieren acercárseme, yo simplemente... "no se te ocurra" y hago lo que quiero hacer. SdeS: Muy bien. P: Y no me pueden hacer cambiar de opinión o lo que sea. (55) SdeS: Mmm, hum. P: Entonces tienen que empujarme a ese límite, entonces... SdeS: Bien. P: Y... es así. SdeS: Sin embargo eso le hizo bien, usted se sintió... (60) P: Mmm, hum. SdeS: Muy bien, usted sintió... supo cuál era su propio criterio y se atuvo a él. P: Mmm, hum. SdeS: El miércoles, el jueves, el viernes y el sábado. La paciente describe el martes, el miércoles, el jueves, el viernes y el sábado de maneras bastante semejantes al modo como dijo que le gustaría que funcionaran las cosas. (64) P: Mmm, hum. SdeS: Muy bien, muy bien y, ah, ¿también se sintió menos confundida? P: Mmm, hum... sí. Creo que en realidad no estuve para nada confundida. SdeS: Mmm, hum. ¡Toda la semana! ¿Desde la última vez que estuvo aquí? P: Correcto, desde la última vez que estuve aquí. SdeS: ¿Y cómo es eso? (70) P: No lo sé. Pienso que simplemente me hizo bien hablar con alguien, que alguien me escuchara. SdeS: Mmm, hum. P: Bueno, me entiende, creo que... SdeS: Sí, pero ah, tuvo toda una semana para volver a sentirse confundida. ¿Y cómo es que no ocurrió eso? P: Mmm, hum... no lo sé. (75) SdeS: Mmm, hum. Muy bien, pero... 175 P: ¿Usted no me entiende? SdeS: No todavía. [Riendo] P: [Risas] SdeS: Eso está bien. Usted no me paga para entender. (80) P: [Risas] SdeS: Pues entonces, bueno, el martes, el miércoles, el jueves, el viernes y el sábado usted supo cuál era su propio criterio y se atuvo a él; además no se sintió en absoluto confundida. Por así decirlo... P: Mmm, hum. SdeS: Aún me pregunto cómo lo logró. P: Muy bien, no lo sé, supongo que sencillamente soy un "bicho raro". (85) SdeS: Bien, bueno, quizá. Pero, entonces, ¿cómo pudo hacer lo que hizo siendo un "bicho raro"?
P: Mmm, hum. SdeS: Si usted supiera cómo lo hizo... P: Yo ... yo no lo sé. SdeS: ... podría hacerlo permanentemente. (90) P: Sí, pero no lo sé, yo, supongo que me pasa cuando la gente directamente me saca de quicio, ¿me entiende? SdeS: Mmm, hum. P: No sé... SdeS: Mmm, hum. P: No sé cómo hice eso, sólo lo hice. (95) SdeS: Muy bien, muy bien y ah, ¿puede volver a hacerlo? P: ¿Ahhh? SdeS: ¿Podría usted lograr mañana hacer algo muy parecido a lo que hizo el miércoles? P: Mmm, hum. SdeS: ¿Sabría cómo hacerlo? (100) P: No. SdeS: Entonces, ¿no sabe cómo lo hace? P: No, sólo lo hago. SdeS: Sólo lo hace. Muy bien, ¿podría apostar a que lo logrará mañana? P: No. No. (105) SdeS: No. ¿Así que sólo depende de la buena fortuna? P: Sí. SdeS: Ay, eso es terrible. [Pausa] Muy bien, entonces, bueno, intentémoslo por un momento de este modo. El miércoles, el jueves, el viernes y el sábado. Si la mayor parte de los días, durante los próximos seis meses fueran como estos, ¿sería suficiente para usted? P: Estaría muy bien. Su expresión del comienzo de la sesión, según la cual las cosas marchaban "peor" y de la que yo dudé, no se aplica a todo el intervalo entre las dos sesiones. Más bien ese "peor" se aplica sólo al domingo y quizás al lunes y a este martes (hasta la hora de la sesión). La paciente informa que a lo largo de todo ese período no se sintió confundida; supo cuál era su propio criterio y se mantuvo en él. (Con frecuencia cuando los pacientes dicen que su situación es "la misma" o "peor" al comienzo de una sesión, finalmente resulta que esa evaluación no se aplica a todo el intervalo entre las dos sesiones.) El hecho de que la paciente informe que no se sintió confundida en toda la semana puede hacer interpretar a alguien mi sugerencia de la sesión previa: "Ahora mismo, lo que le sugiero es que no luche contra esa confusión. Simplemente acéptela" como una "intervención paradójica" que surtió efecto o que yo tenía una "intención paradójica" detrás de lo que decía. Sin embargo, ese no era en absoluto el objeto de mi sugerencia. Más bien mi propósito era "aprender más sobre sus propias ideas, que observe las ocasiones en que, durante la semana, se siente menos confundida y que observe, que examine bien, qué hace en esas ocasiones, qué ocurre, dónde se halla y qué hacen las personas que la rodean en esas ocasiones". Y eso es lo que la paciente hizo. Por lo menos en este caso, la idea de una "intervención paradójica" o una "intención paradójica" proviene de "leer entre líneas" o es parte de una lectura concentrada en el lector antes que en el texto. Procede de una interpretación antes que de leer sólo lo que está en las líneas. Inventar una "escala de éxito" o construir el éxito partiendo de un punto de vista diferente
(109) SdeS: Muy bien, digamos que esto... oh, no sé, llamémoslo 10. ¿De acuerdo? 176 177 (110) P: Mmm, hum. SdeS: Y el peor día de los más recientes, digamos antes de que usted viniera aquí el martes pasado... P: Mmm, hum. SdeS: ...que eso fue cero. Bueno, ¿en qué lugar entre 0 y 10 se ubicó el domingo. P: En cero. (115) SdeS: Bien, ¿y el lunes? ¿En qué lugar lo situaría? P: Mmm. El lunes... el lunes estuvo en 5. SdeS: Bien, bien, ¿y hoy? P: ¿Hoy? No sé qué es hoy. Mmm, algo así como 5. Aunque la escala y los números concretizan las cosas, lo que se concretiza continúa siendo múltiple. Por ejemplo, la paciente puede tener muchas maneras de impulsarse de 0 a 5 y todas se engloban dentro de esos números. En varios momentos durante la sesión, las escalas se utilizan para ayudar a la paciente a determinar distinciones, a comparar y contrastar los diversos aspectos de su situación y a establecer cómo serían las cosas cuando se construya la solución. Las escalas no sólo se utilizan en este sentido durante la entrevista, sino que a veces pueden emplearse como parte de una tarea para realizar luego en el hogar. Las escalas se utilizan para establecer distinciones entre el domingo y el período comprendido entre el lunes y el martes, y para que la paciente pueda ver cómo cambiaron las cosas entre el domingo y el lunes. La situación comenzó a mejorar y alcanzó la posición 5. En este sentido, todo el intervalo transcurrido forma parte del proceso de construir un "progreso". Como siempre es posible que haya días en los que las cosas estén más cerca de 0 que de 10, el asunto es, por supuesto, cómo recuperarse de un mal día. (119) SdeS: Muy bien, si entiendo bien lo que me está diciendo, mañana, si tenemos suerte, usted puede ubicarse en la posición 10, y si no tenemos suerte, usted puede estar nuevamente en 0 sin que usted tenga ninguna intervención en ello. (120) P: Es que no tengo ningún control, ni nada parecido, no sé. SdeS: Mmm, hum. De acuerdo, entonces, ¿cómo logró usted pasar de la situación 0 en la que estaba el domingo, a la posición 5 en la que se halló el lunes? ¿Cómo logró hacerlo? P: Simplemente tuve suerte, supongo. SdeS: ¿Suerte? P: [Riendo] No lo sé. (125) SdeS: Mmm, hum... ¿Cree usted que no tuvo nada que ver con lo que ocurrió? P: No. SdeS: No... Y si volvemos un poco más atrás... ¿Tampoco tuvo nada que ver con haber alcanzado un 10 la semana pasada? P: Bueno, sí, un poco... SdeS: Mmm, hum... (130) P: Porque... SdeS: Continúe. P: Entonces, quiero decir, era como si... no me importara nada.
SdeS: Mmm, hum. P: Nada de nada y... (135) SdeS: Salvo usted misma. P: Todo lo que dije que iba a hacer, simplemente lo hice. SdeS: Muy bien, muy bien, de modo que a lo único que le presta atención es a su propio criterio, pero los demás... P: Mmm, hum. SdeS: Bien, bien, ¿y no tuvo ninguna otra intervención? (140) P: Mmm, hum... no, realmente no. SdeS: Entonces... pero usted encontró a alguien, a alguien con quien hablar. P: Sólo amigos. SdeS: Ah, ah... Y, ah, ¿y si usted decide hablar con esos amigos, eso ayuda la mayor parte del tiempo? P: Mmm, hum. (145) SdeS: Mmm, hum. P: Sí, ayuda. SdeS: Mmm, hum. De modo que también forma parte. Si usted hace eso, digamos, todos los días, ¿ayudaría? P: Ayuda mucho. SdeS: Mmm, hum. (150) P: Porque él [el novio] es el único que me escucha, 178 179 ¿comprende? y que me deja tener una opinión correcta o equivocada. SdeS: Mmm, hum. P: Me entiende ¿no? SdeS: Mmm, hum. P: Y si es equivocada, bueno, lo hablamos y, ya sabe... sobre lo que hice mal, por qué está mal, etcétera. (155) SdeS: Muy bien. P: Pero todos los demás, directamente no se interesan; sienten que está mal; está mal y punto. SdeS: Mmm, hum. P: Y si está bien lo que yo digo y son los otros los que se equivocan, bueno, ya sabe, lo que sea, bueno lo hacen y listo y uno no puede decir nada. SdeS: Mmm, hum. ¿Y eso es lo que pasó el domingo? (160) P: Mmm, hum. SdeS: ¿Todos le decían que estaba equivocada y usted se sentía otra vez presionada? P: Mmm, hum. SdeS: Mmm, hum. Y usted, ¿por qué presta atención? P: Y... es mi madre. (165) SdeS: Su madre, oh, oh, oh, oh. P: Uno tiene que escuchar a la madre, ¿no es cierto? [Riendo] Quiero decir... SdeS: Bueno... P: Quiero decir, yo la escucho pero trato de no faltarle el respeto y es difícil hacer las dos cosas al mismo tiempo. SdeS: Sí, claro. (170) P: Y verá... nosotras tuvimos problemas cuando yo era pequeña, pero no podemos sentarnos a charlar del tema. Ella no quiere oír hablar del asunto. SdeS: Y bien... P: Y no sé, quizás es un problema que ella tiene conmigo o lo que sea, lo cierto es que no podemos hacerlo juntas. SdeS: Mmm, hum.
P: Y entonces lo que pasó el domingo es que llamó el padre de los niños y ahora se supone que fue a ver a un abogado para quitarme a los niños, y ahora ella quiere ponerse de su lado y decir que yo soy una madre inapropiada, ya sabe, y yo no creo que sea una madre inapropiada para ellos. Quiero decir, no les pego, los alimento, quiero decir, los baño, los visto, quiero decir, hago todo lo que hace una madre con sus hijos... ¿me entiende?, pero... (175) SdeS: Mmm, hum. P: No sé, ella se pone en esa actitud y luego es como si pensara que yo no sirvo para nada. SdeS: Mmm, hum. P: Y él está directamente loco ahora, porque también piensa que no soy capaz de hacer nada. SdeS: Bueno, o sea, que usted dejó que todo eso la afecte. (180): P: Sí... porque entonces parece que todo el mundo está de parte de ellos y que nadie puede ponerse en mi lugar, ni escuchar mi versión, ni preocuparse por cómo veo yo las cosas. SdeS: Mmm, hum. Entonces, ¿su marido trató de presionarla? P: El... bueno, no sé, bueno, en realidad no. Quiero decir él sólo quiere gritar y armar lío todo el tiempo y yo no quiero oír nada de eso. SdeS: Mmm, hum. ¿No se siente amenazada? P: He comenzado a perder esa sensación. (185) SdeS: Mmm, hum. P: Ya sabe, sus pequeñas amenazas y lo demás. Todo eso ya empezó a gastarse. Antes realmente me afectaba, pero ahora en verdad ya no. SdeS: Mmm, hum. ¿Ahora la amenaza menos? P: Ah, no. SdeS: La última vez usted me dijo que la amenazaba menos. (190) P: Bueno, sí, lo estaba haciendo, pero él es siempre el mismo, sólo que, no sé, es realmente muy hipócrita... SdeS: Mmm, hum. P: Ya sabe, es como si cuando hay otras personas alrededor o algo así, quiero decir, sus amenazas no son tan fuertes como cuando me habla a solas, ¿entiende? SdeS: Sí, sí, mmm, hum. Pero ahora, ¿usted ya no se siente particularmente amenazada o atemorizada? P: No... (195) SdeS: Entonces... esto ocurrió el domingo, pero usted de algún modo se las arregló para... volver a estar en 5 el lunes. P: Mmm, hum. SdeS: Entonces, ¿qué diferencia notó entre, digamos, el 180 181 lunes, cuando usted estaba en 5 y el sábado, cuando estaba en 10? P: ¿Qué dif.. ah, hum, no sé, supongo que principalmente me sentía que era yo misma, trataba de apartarme del camino de los demás y principalmente me ocupaba de mí. SdeS: Mmm, hum. (200) P: Sobre todo, no estando en la casa... tratando de no ir... SdeS: Muy bien, bien, muy bien. De modo que eso ayuda. ¿Qué más ayuda? P: Y ahora, sobre todo no estar allí...
SdeS: No estar allí, ajá. Entonces, ¿qué hace usted? ¿Cómo hace... para... para permanecer afuera? P: Bueno... a veces estoy en mi trabajo. (205) SdeS: Bien. P: A veces simplemente salgo a dar una vuelta. SdeS: Mmm, hum. Muy bien y, ¿eso ayuda? P: Mmm, hum. SdeS: Mmm, hum. (210) P: Porque no tengo que oír nada. SdeS: Muy bien, muy bien. P: Ya sabe, lo equivocada que estoy o lo mala que soy o lo que sea. SdeS: Entonces, ¿ya se puso a buscar o a pensar en buscar un lugar para vivir sola? P: Mmm, hum. Ya no estoy pensando más en eso. Lo haré. (215) SdeS: ¿Lo hará? P: Sí. SdeS: Mmm, hum. P: Tengo que hacerlo. SdeS: ¿Cuándo proyecta hacerlo? (220) P: Lo antes posible. SdeS: Ajá. P: Quizá para fin de mes o principios del próximo. SdeS: ¿Tiene el dinero suficiente? P: Debería tenerlo, a fin de mes... de todos modos, no me importa, un garaje o lo que sea. (225) SdeS: Mmm, hum. P: No me importa. SdeS: ¿De modo que llegó a ese punto? 182 P: Mmm, hum. SdeS: A cualquier parte. (230) P: Sí, a cualquier parte. SdeS: Mmm, hum. Muy bien, entonces, ¿cómo se sienten afectados... cuando, esos días en que usted vuelve a 0, cómo se sienten afectados los niños? P: Bueno, supongo que sienten como si yo no los quisiera, como si ellos no me importaran... Cuando estoy así, en realidad no me gusta estar mucho con ellos. SdeS: Mmm, hum. P: Porque, bueno, ya sabe, todo lo que hago es gritarles. (235) SdeS: Entiendo. P: ¿Comprende? No me gusta hacer eso. SdeS: Y cuando usted está en 5, ¿qué diferencia nota? P: Paso un poco de tiempo con ellos. SdeS: Mmm, hum. (240) P: Ya sabe, les hablo un poco mejor, ¿entiende? no les grito ni nada de eso. SdeS: Muy bien y, ¿cuando está en 10? P: ¿10? Y... somos como amigos, nos divertimos. SdeS: Mmm, hum. P: Nos llevamos muy bien. (245) SdeS: Mmm, hum. [Larga pausa] Me suena como si... la última vez que estuvo aquí usted me decía que se sentía confundida con respecto a su situación, a qué hacer y a dónde ir. P: Sí, ¿estoy mejor? SdeS: Suena mejor. Usted me dijo que no se sintió confundida durante toda la semana. Estoy comenzando a creerle. P: Mmm, hum. SdeS: Suena como si usted no estuviera terriblemente confundida en este momento. (250) P: [Asiente con la cabeza]
SdeS: Por lo tanto me pregunto cuáles serán sus próximos pasos. ¿Qué cree que debería hacer como siguiente paso? Buscar un apartamento y todo eso. Pero, además, ¿qué más piensa que debería hacer? P: Quiero continuar los estudios. SdeS: Mmm, hum. P: Quiero intentarlo y seguir estudiando. Hoy hice eso. (255) SdeS: ¿Mmm, hum? 183 P: Ojalá pueda seguir estudiando. SdeS: Muy bien, ¿Qué quiere estudiar y para qué? P: Para enseñar... microprocesadores. SdeS: Mmm, hum. ¿Y piensa que eso le hará bien? (260) P: Bueno, sí, creo que será realmente bueno para mí, porque tengo tres muchachos de quienes debo cuidar y necesito un trabajo que me permita cuidarlos. SdeS: Bien. P: Y... poder cuidarlos y arreglármelas sola también. SdeS: Muy bien. Entonces, ¿usted cree que puede ganar el dinero suficiente de ese modo, más o menos? P: Mmm, hum... (265) Sde S: Mmm, hum. P: Supongo que puedo. SdeS: ¿Cree usted que ese sería un buen trabajo, un trabajo del que disfrutaría? P: Mmm, hum, de todos modos ahora soy secretaria, así que pienso que una mayor capacitación probablemente me beneficie. SdeS: Así que quiere continuar los estudios... y buscar un nuevo lugar para vivir, muy bien. ¿Qué otros pasos imagina? (270) P: Mmm, hum, después de eso, no sé. Quiero decir, si puedo lograr eso, me estaré haciendo un bien a mí misma. SdeS: Mmm, hum. Sí, sí, para alguien que hace un año no tenía siquiera su propio criterio de las cosas, eso suena a mucho, ciertamente enderezado en la dirección adecuada. ¿Y qué me dice... qué ideas tiene sobre lo que va a hacer con ese marido que aún es el suyo? P: No sé. Lo único que quiero es que se vaya lejos y me deje tranquila. Quiero decir, ahora dice que quiere poner a ese abogado y que me va a enviar los papeles del divorcio y todo el asunto y no sé qué pretende. Todavía no lo ha hecho. SdeS: Todavía no lo ha hecho. Mmm, hum. P: Creo que lo único que quiere es molestarme o fastidiarme o hacerme la vida imposible. (275) SdeS: Mmm, hum. P: Me imagino hasta cuándo puede prolongarlo, supongo que simplemente continuará haciéndolo, no sé. SdeS: Y ah, siempre que eso la siga fastidiando a usted. P: Sí, mientras me siga molestando. SdeS: Mmm, hum. (280) P: Sí, supongo que eso es todo lo que busca. SdeS: ¿Es probable que las cosas continúen así? P: No por mucho tiempo. SdeS: No. P: El va a encontrar algo más para enojarse realmente y luego va a querer perseguirme otra vez. (285) SdeS: Y ¿qué hará usted si eso ocurre?
P: No sé qué hacer. Simplemente estoy cansada de huir, de estar atemorizada. SdeS: Comprendo. ¿Qué cree que puede hacer? P: Hum. No sé. SdeS: Y, ¿habló con otras personas que hayan estado en este tipo de situación? (290) P: En realidad no. SdeS: No. P: Creo que hablé con mi madre, pero algunos días ella siente que tengo razón en haberme separado y, ya sabe, es por eso que ahora estoy viviendo con ella. SdeS: Bien. P: Ella siente que estoy protegida. Pero después ella tiene otros días en los que piensa que él tiene razón en todo y quiere... bueno no sé si realmente lo quiere... que yo regrese con él. (295) SdeS: Mmm, hum. P: No sé. SdeS: Mmm, hum. Supongo que su madre estaba de ese humor el domingo, ¿no? P: Mmm, hum. SdeS: Eso es algo que usted parecía tener bastante claro la última vez, ciertamente, no tenía el proyecto de volver con él. (300): No. Eso es algo que no quiero hacer. SdeS: Entonces, ¿cómo va a estar segura de que logrará lo que se propone y que estará a salvo? P: Y... ahora es algo difícil. SdeS: Sí. P: Porque nunca sé qué es lo próximo que él hará. Es un buen estafador. (305) SdeS: Ajá. P: Porque es como si... un día se muestra realmente encantador y trata de hacer todo y ser todo lo mejor y al día 184 185 siguiente es como si... o al minuto siguiente, realmente se pone muy mal. SdeS: Mmm, hum. P: Trato de no hacer nada que lo provoque, pero tampoco eso surte efecto. SdeS: ¿Ni siquiera a veces funciona? (310) P: Sí, a veces sí. SdeS: Mmm, hum. P: Aunque no mucho. SdeS: Pero, en cierto modo cumplió su palabra en ese sentido, ¿no? Esta vez. P: Mmm, sí. (315) SdeS: Mmm, hum... pero usted no está dispuesta a creer que sea para siempre... P: No. SdeS: Entonces, de algún modo, usted tiene que imaginar alguna manera de manejar esto. P: Mmm, hum. Y sería agradable si yo tuviera alguien que me ayudara o algo así, pero nadie quiere hacerlo o no sé si les importa o algo. SdeS: Mmm, hum. Y ¿qué me dice de su novio? (320) P: El podría hacer algo, pero su problema es que no quiere ir a la cárcel. SdeS: Claro. P: Y si se mete y hace algo, eso es lo que va a ocurrir, porque en ese sentido, él dice que yo estoy sola en esto y que soy yo quien tiene que ocuparse. SdeS: Mmm, hum. P: No puede ayudarme en esto.
(325) SdeS: Sí, está bien, veo que si él piensa que si hace algo va a terminar en la cárcel, no debería hacerlo. Pero ¿podría él hacer alguna otra cosa para ayudar? P: No sé. No imagino qué podría hacer, quiero decir, porque mi marido ni siquiera quiere hablar con nadie. Finalmente se encuentran en malos términos, pero... SdeS: Mmm, hum. P: ... es como si ni siquiera quisiera decirle... quiero decir, como si ni siquiera quisiera hablarle. SdeS: Sí, claro, supongo que puedo entender eso. (330): Aunque es difícil... es como darle la oportunidad de que haga todo lo que quiera y ahora no quiere hacerlo. SdeS: Mmm, hum. P: El tiene todo y yo nada y no sé por qué no puede simplemente estar contento y, bueno, dejarme tranquila. Pero yo no tengo nada y él ve que es así, yo nunca tuve nada, ni fui feliz, ni nada. SdeS: Pero él no sabe que usted ahora tiene su propio criterio, sus propias ideas. P: No, él no quiere darse cuenta, de que yo tengo mis propias ideas, porque siempre estuvo acostumbrado a controlar lo que yo pensaba. (335) SdeS: Mmm, hum... Mmm, hum. P: ... durante unos 13 años. SdeS: Mmm, hum. P: ...Y no puede ver que yo... ya sabe... que yo ya no quiero oír lo que él me dice, ni hacer lo que él me dice que haga; a él no le gusta eso. SdeS: Bien, entonces. (340) P: Y ahí está el problema. SdeS: Bien, bien. De parte de él. P: Mmm, hum. SdeS: Mmm, hum. O sea que estamos en esto, ahora usted tiene su propio criterio y... P: Y ahora todos me odian. SdeS: Salvo usted misma. P: Sí. Salvo yo misma. SdeS: Y su novio. P: Sí, eso es cierto. SdeS: ¿Y qué pasa con los niños? (350) P: Mmm, hum. Ellos todavía me aman, sólo que creo que no saben cuándo amarme, o que están como confundidos. SdeS: ¿Cómo es eso? P: A causa de que yo tengo esos días... SdeS: Comprendo. P: Ya sabe. (355) SdeS: Bueno, muy bien. Entonces, ¿cómo... cómo aprovecha ahora para sí misma el hecho de tener sus propias ideas? P: No es fácil. En absoluto. A veces me asusto de mí misma. SdeS: Mmm, hum. P: Y a veces me hace sentir bien lo que hago y a veces me hace sentir mal; porque cuando hago algo que me complace, a 186 187 veces estoy lastimando a otro y, ya sabe, no me gusta herir a nadie; más bien sería capaz de herirme a mí misma que de lastimar a alguna otra persona, pero me hace sentir bien. SdeS: Mmm, hum. (360) P: A veces. SdeS: Mmm, hum. ¿O sea que me está diciendo que la mayor parte del tiempo a usted le gusta su manera de ser? Eso tiene sentido, pero ¿diría usted que la mayor parte del tiempo se sorprende sintiéndose bien por tener su propio criterio?
P: Mmm, hum. SdeS: Mmm, hum. Es mejor que no tener ninguno en absoluto, ¿no? P: Sí, así es. (365) SdeS: Usted me decía antes... ah. Ahora sabe que tiene que... ah, aprender a adaptarse a eso y... P: Y controlarlo. SdeS: Y controlarlo. P: Mmm, hum. SdeS: Y... durante cuatro días de la semana pasada lo hizo, por lo menos durante esos cuatro días lo estuvo controlando bastante bien. (370) P: Lo hice bien. SdeS: Ahora desde... cuando ¿cómo lo hará? ¿Cómo se las arreglará para cambiar la manera de manejar las cosas cuando pase lo que pasó el domingo? ¿Para no permitir que todo vuelva a cero? P: Eso es... lo que yo... SdeS: Si vuelve a pasar lo mismo. P: En eso estuve pensando y no sé cómo hacerlo. Mi estado de ánimo cambia mucho. (375) SdeS: Sí. P: No sé, no sé si puedo lograr un estado de ánimo y mantenerme en él; eso estaría bien. SdeS: Sí, ¿pero alguna vez pudo hacer eso? P: No. SdeS: Y, ¿cree que las demás personas pueden hacerlo? (380) P: Sí. SdeS: ¿Sí? C: Mmm, hum. SdeS: Bueno, y ¿cómo cree que hacen? P: No les importa, supongo, quiero decir. (385) SdeS: Oh. P: Tengo una hermana, a ella no le importa nada, y quiero decir, es raro que la vea triste. SdeS: Mmm, hum. P: Porque no se preocupa, quiero decir, dice que no hace algo y no lo hace y no le importa quién sale lastimado, mientras no sea ella misma. SdeS: Mmm, hum. (390) P: Ya sabe, y ella está siempre en la cima del mundo, es difícil verla triste por algo. Es así. SdeS: Y entonces, ¿cómo lo hace? P: Simplemente no se preocupa por nada. SdeS: Mmm, hum. ¿Eso significa que tampoco tiene alegrías? P: ¿Mmm, hum? (395) SdeS: ¿Tampoco tiene ninguna diversión? P: Bueno... SdeS: Ni se divierte ni... P: Bueno, sí creo que se divierte, sólo que tiene todo junto, hace lo que quiere... SdeS: Mmm, hum. (400) P: ... Bueno, ya sabe, si lastima a alguien o no, ¿me entiende? si ella se siente feliz lo hace. SdeS: Bueno, muy bien, ya veo. P: Quiero decir, a ella no le importa... no le importan los sentimientos de nadie, salvo los suyos. SdeS: Mmm, hum. Ya veo.
P: Pero yo, sólo, no sé, tengo esa debilidad de preocuparme demasiado o algo así. (405): SdeS: ¿Y eso es algo que usted desea cambiar? P: No mucho, quiero decir, no mucho. Quiero cambiar un poco, porque no creo que vaya nunca a ninguna parte siendo así. Inventar una "escala de preocupación" SdeS: Digamos que establecemos una escala, pero diferente, supongamos que 10 es lo peor posible, preocuparse demasiado, lo peor que puede hacer usted en ese sentido ¿de acuerdo? P: Mmm, hum. 188 189 SdeS: Y que 0 es no preocuparse en absoluto por nada... Ah, ¿dónde le gustaría situarse dentro de esa escala? (410) P: En 2. SdeS: Dos, muy bien. Y, ¿dónde piensa que se hallaba el miércoles, el jueves, el viernes y el sábado? P: Creo que estaba en cero. SdeS: ¿Estaba en 0? Muy bien, ¿y el domingo? P: El domingo estaba en 10. (415) SdeS: Estuvo subiendo todo el tiempo hasta 10. ¿Y hoy, entonces, dónde está? P: Y... alrededor de 5. SdeS: Alrededor de 5. Muy bien. Si usted pudiera llegar a 2, eso sería... si estuviera la mayor parte del tiempo en 2... ¿eso es lo que le gustaría que ocurriera? P: Mmm, hum. Creo que me sentiría una persona mucho mejor. SdeS: Mmm, hum. Muy bien. Entonces, cómo... cuénteme cuál es la diferencia entre cero y 2. (420) P: Bueno, en 2, quiero decir, me preocuparía por los sentimientos de los demás y todo eso, pero en la medida en que eso no me lastimara drásticamente a mí... realmente no me importa... SdeS: Mmm, hum. Bien. P: Ya sabe, es más o menos así. SdeS: Mmm, hum. P: Quiero decir, no me gustaría estar en una posición en la que no me importaran los sentimientos de los demás, pero, usted me entiende, pero si no es algo muy importante... que vaya a matarlos o algo así... (425) SdeS: Entiendo. P: Entonces, simplemente no me preocupo... SdeS: Mmm, hum... Mmm, hum. P: Ya sabe. SdeS: Mmm, hum. (430) P: Uno se angustia, uno se angustia... SdeS: Mmm, hum. P: Así me gustaría ser. SdeS: Muy bien: ¿Y cómo sería estar en cero? P: ¿En cero? (435) SdeS: ¿Cuál sería la diferencia? P: Bueno, en cero directamente no me importa si lastimo a otro o no. SdeS: Uno se angustia... P: Así. SdeS: Mmm, hum. Sin importarle lo mucho que lo lastime. ¿Es realmente así?
(440) P: Uno se angustia... SdeS: Está bien, está bien. Sí, me doy cuenta de que 2 sería mejor que cero, sí. Ahora, durante los últimos meses, ¿en qué posición de esta escala se hallaba? P: Bueno... hasta el viernes estuve fuera de la ciudad y regresé el domingo y ahí fue cuando todo piuffff... SdeS: Mmm, hum... Mmm, hum. P: Antes de entonces yo estaba como en mi propio mundo, es decir hice todo lo que quería hacer. (445) SdeS: Mmm, hum. P: Y... SdeS: Antes de que viniera aquí la semana pasada, ¿en qué punto de la escala diría que se hallaba? P: Y... diría que alrededor de 5. SdeS: Alrededor de 5. Mmm, hum. Muy bien. Ahora, la última vez, cuando estuvo aquí, usted me dijo que no estaba acostumbrada a hablar mucho, que no... (450) P: Mmm, hum. SdeS: Y hablar así, como lo hace conmigo, es algo extraño, algo nuevo para usted y me pregunto si, ah, si dijo todo lo que deseaba decir. P: Sí. SdeS: Ah, ¿la vez pasada y hoy también? P: Mmm, hum. (455) SdeS: Muy bien, muy bien, ¿no le resultó demasiado difícil? P: No. SdeS: ¿No tan difícil como creía que sería? P: No, mmm, hum. SdeS: Entonces, está muy bien, muy bien. Yo ah... (460) P: Siento como... todavía no me siento bien, a pesar de decir lo que quiero decir. SdeS: Mmm, hum. P: Quiero decir, en tanto usted me pregunte, yo puedo 190 191 contestar eso como lo hago ahora, pero sólo eso... Y lo demás es igual. SdeS: Sí. P: Sigo sin poder hacerlo. (465) SdeS: Entonces, ¿cree que olvidé preguntarle algo? P: No. SdeS: ¿Nada que usted sepa? ¿No? P: Mmm, hum. SdeS: Bueno, no se me ocurre nada más. Así que me tomaré unos minutos para pensar en todo esto. Usted simplemente descanse; volveré en 10 minutos. (470) P: Bueno. Reflexionar sobre lo hablado Puesto que la paciente describe los días en los cuales se dio cuenta de que tenía su propio criterio (martes, miércoles, jueves, viernes y sábado) más como el resultado de la "buena fortuna" que de cualquier otra cosa, el logro de sus objetivos se construye como ¡una cuestión de suerte! Los dos sabemos que ella tuvo por lo menos algo que ver con ese logro, pero la paciente lo considera esencialmente como algo que está "más allá de su control". Si bien es ¡negable que las demás personas y varios acontecimientos contribuyen en parte (tal vez, ampliamente) a que la paciente tenga un día "10" o un día "0", cuanto más consciente sea ella de su participación, tanto más control ejercerá y tanto más alta
será la probabilidad de que pueda rehacerse después de los días que están más cercanos al cero que al 10. Puesto que la mujer comenzó la sesión diciendo que las cosas marchaban "peor" (lo cual pareció objetado durante el resto de la sesión) y no "mejor", nosotros (el equipo y yo) tene mos que hacer algo diferente. La paciente había podido determinar cuándo estuvo menos confundida, por lo tanto es probable que esté en condiciones de cumplir otra tarea. En esta situación, es conveniente que le encarguemos una tarea diferente del ejercicio de observación que le sugerimos en la primera sesión. (471) SdeS: Muy bien, ahora, el equipo y yo mismo estamos en verdad impresionados... porque ah, ahora usted ha descubierto su propio criterio y porque puede sorprenderse ante ese 192 descubrimiento. Y eso es maravilloso. Y también es fantástico, en mi opinión, que usted sea capaz de todo eso, de discernir su propio criterio y de haberse atenido a él durante la semana pasada, por lo menos durante cuatro días. P: Mmm, hum. SdeS: Creo, y el equipo coincide conmigo, que su proyecto de continuar estudiando tiene sentido, es una buena idea para usted y también eso de buscarse su propio apartamento probablemente sean una buena idea también. P: Mmm, hum. (475) SdeS: Pero... ah, pero supongo que lo que nos confunde, lo que me confunde a mí es... ah, ese asunto de la buena suerte. P: Mmm, hum. [Asiente] SdeS: Ah, y antes que nada, lo que le sugerimos que haga es que no deje de observar esos momentos de buena suerte. P: Mmm, hum. SdeS: Y en ese sentido tenemos el presentimiento de que si usted la está observando, tendrá una oportunidad mejor de alcanzar esa buena suerte. Eso es lo que nos gustaría que haga, desde ahora hasta nuestro próximo encuentro, todas las noches antes de irse a dormir. ¿De acuerdo? (480) P: Mmm, hum. SdeS: ¿Por qué no hace usted una predicción de dónde se encontrará en una escala de 0 a 10, en la que 10 representa saber cuáles son sus propias ideas y atenerse a ellas y 0 representa lo contrario? P: Mmm, hum. SdeS: De modo que cada noche, antes de acostarse usted hace una predicción: en qué lugar de la escala estará al día siguiente. Y a la noche siguiente, piense en qué nivel estuvo durante todo ese día y compare con la predicción hecha la noche anterior. Si los resultados difieren trate de imaginar qué fue lo que ocurrió. Hágalo todos los días. P: Mmm, hum. (485) SdeS: Muy bien. Y quizá sea conveniente que tome notas, así puede traerlas consigo la próxima sesión. Tal vez podamos aprender algo de ellas. P: De acuerdo. SdeS: Muy bien. Entonces, ¿cuándo cree que deberíamos 193 volver a vernos? ¿Qué cree?, ¿dentro de una semana, de dos, de tres...?
P: En dos semanas. SdeS: Muy bien, vayamos a la oficina de recepción y veamos los horarios más convenientes. Por supuesto, podríamos haber utilizado una "escala de preocupación" en la que "10" representara "preocuparse demasiado" y "0", "no preocuparse en absoluto". Las escalas parecen estar relacionadas entre sí y probablemente esa opción no hubiese marcado ninguna diferencia significativa. Me parece que con frecuencia los pacientes son los mejores jueces para determinar cuál debería ser la extensión del intervalo entre una sesión y la siguiente y, en la medida de lo posible, trato de adecuarme a lo que ellos desean. Si ella hubiera preferido dejar pasar sólo una semana, ¿su actitud estaría sugiriendo menos confianza en sí misma? Y si hubiera preferido dejar pasar tres semanas, ¿indicaría esa elección una mayor confianza? Dos semanas era un intervalo que se ajustaba perfectamente a mi agenda, así que no pregunté nada. Sin embargo, resultó que pasaron tres semanas entre una sesión y la otra. Entretanto, mi paciente había comenzado a estudiar, había encontrado un lugar para vivir y se había mudado. Se describió a sí misma como alguien que tuvo su propio criterio y se atuvo a él durante el 85% del tiempo transcurrido (una posición de 8,5 en la escala de 0 a 10). Al terminar la tercera sesión Candace decidió que las cosas marchaban lo "bastante bien" como para poder continuar sola y por lo tanto no acordamos nuevos encuentros. Construir historias de logros: entrevistas de consulta Para mí es esencial no tener nunca ningún prejuicio y seguir dócilmente cualquier camino al que me conduzcan los hechos. Sherlock Holmes (Los señores de Reigate) Aunque la mayor parte de los terapeutas hacen pocas entrevistas de consulta, estas situaciones de "única vez" frecuentemente son bastante concisas, están bien estructuradas y a veces constituyen representaciones simplificadas de mi enfoque. Sin embargo, a causa de la complejidad del contexto, las entrevistas de consulta son también situaciones de gran ambigüedad. Ante todo, los miembros del auditorio, los participantes del taller o del seminario me han pagado buen dinero para que les describa y les muestre mi estilo de trabajo. Por ello tienen todo el derecho a esperar que una entrevista realizada directamente ante sus ojos sea, en cierto modo al menos, representativa. Cuando se realiza una entrevista ante un grupo numeroso de terapeutas, los participantes tienen que simular que son invisibles o por lo menos que sólo forman parte de la pared de un típico consultorio en el que habitualmente se hace terapia. El contexto es levemente más sencillo cuando los participantes observan la sesión detrás de unvidrio espejado o a través de una pantalla de televisión. En segundo lugar, la mayor parte de los terapeutas que llevan pacientes a las entrevistas dé consulta quieren ver cómo 194 195 trabajaría yo con ese paciente en particular para poder establecer algún tipo de comparación entre su propio trabajo y el mío. (El terapeuta a veces considera que el caso está "bloqueado" en algún sentido, pero esta no es necesariamente la única razón para llevar a un paciente en particular a una entrevista de consulta.)
Los organizadores de seminarios quieren que yo les "venda" mi enfoque a sus colegas (o, por lo menos, que los persuada de contemplar un enfoque diferente). Habitualmente quienes participan del seminario son bastante -razonablementeescépticos en cuanto a la viabilidad y a la utilidad que pueda tener la terapia breve en sus propios contextos. En tercer lugar, los pacientes tienen toda la razón para esperar que una entrevista de consulta les resulte provechosa en el plano terapéutico, particularmente cuando se los lleva a ver a un "experto extranjero". Independientemente de lo que el terapeuta les haya expresado explícitamente, el mensaje implícito bien puede ser que, en cierto(s) modo(s) ellos constituyen un caso difícil y que por consiguiente su terapeuta necesita alguna ayuda. Parecería razonable que esos pacientes se sientan como objetos exhibidos bajo el microscopio del terapeuta, el consultante y los participantes del seminario. Finalmente, en mi perspectiva, ante todo y sobre todo, necesito proteger a los pacientes de sí mismos y de sus expectativas. Por esa razón, habitualmente comienzo haciendo algunas observaciones que ponen en tela de juicio la utilidad de la entrevista de consulta. En segundo lugar, procuro proteger al terapeuta y ayudarlo a advertir la utilidad de su propio trabajo. Por lo tanto, necesito ayudar a los pacientes a construir una descripción o una historia en la cual las cosas marchan mejor o han estado marchando mejor durante el período en que hicieron terapia con ese terapeuta. Parto de la idea de que esa postura también resultará terapéuticamente útil para los pacientes, puesto que ese es exactamente el tipo de historia que me cuentan aquellos que tienen éxito con el tratamiento. Como mi enfoque es el producto que trato de venderle al auditorio o, mejor dicho, como quiero persuadir a los participantes de que mi enfoque es útil para esos pacientes (o para cualquier otro) no sólo tengo que mostrar mis métodos para construir una historia de éxito, sino que además debo utilizar esos métodos para ilustrar cómo, al término de la sesión, esas historias conducen automáticamente a un mensaje específico, particular (que incluye una tarea que el paciente debe realizar en su casa). Algo que quizá resulte sorprendente es que la situación termina siendo más fácil para mí cuando participa un intérprete, porque esto nos obliga, tanto a mí mismo como a los pacientes, a simplificar las cosas. Ninguno de nosotros puede suponer automáticamente -como es habitual- que el otro "comprende". En realidad, contar con la participación de un intérprete contribuye a establecer un contexto en el cual es muy probable que haya más "malentendidos" que "entendimientos". En este contexto, aun más que cuando trabajo con pacientes de habla inglesa, tiendo a favorecer las preguntas que implican el uso de una escala, ya que evidentemente todos los pacientes pueden "comprender" la idea de que, en una escala que va de "1" a "10", "5" es mejor que "4". Por eso podemos construir un entendimiento o, por lo menos un malentendido mutuo, viable. En Bremen Haley: ¿Y qué ocurre con todos los demás propósitos a los que sirvió ese síntoma? ¿Sean los que fueren? Erickson: Usted supone que servía a otros propósitos. ¿Se le ha ocurrido siquiera pensar en una sintomatología que ya no sirva a ningún propósito y que se transforme en una pauta habitual? Jay Haley (1985, pág. 15)
Esta entrevista de consulta se realizó en Bremen en 1991, en el Norddeutsches Institut für Kurzzeittherapie. El paciente es un profesor inglés y la entrevista se realizó en inglés. (1) P: Soy profesor. (2) Steve de Shazer: ¿De alumnos de qué edades? (3) P: Estoy retirado. Me retiré hace un tiempo, pero, ah, pero no es definitivo... si voy a continuar o no. Así que por el momento no trabajo. Pero me preparé para ser profesor de inglés y de geografía. (4) SdeS: ¿De alumnos de qué edades? (5) P: Tuve alumnos de entre 12 y 19 años. (6) SdeS: Ajá. 196 197 (7) P: [Ininteligible]... Trabajé con grupos de estudiantes en los Estados Unidos, tres veces, por cierto, en Wisconsin. (8) SdeS: De ahí soy yo. (9) P: ¿Disculpe? (10) SdeS: Que de ahí soy yo. (11) P: Oh, ¿usted es...? (12) SdeS: De Wisconsin. (13) P: Estuve en un colegio de Stevens Point. SdeS: Ajá. (15) P: Al norte de Madison. SdeS: Mmm, hum. P: ¿Y usted de dónde es? SdeS: De Milwaukee. P: Sí, Milwaukee. La ciudad de la cerveza. (20) SdeS: Sí, sí. ¿Le gustaría volver a enseñar, si tuviera la oportunidad? P: No estoy completamente seguro. Ah, hace un tiempo pedí el retiro a causa de estas perturbaciones que tengo... Era... depresión neurótica y ansiedad. Dejé de enseñar, pero me esperaron durante cinco años, esperaron cinco años para decidir finalmente si yo, ah... SdS: Mmm, hum. P:... si puedo continuar. Por el momento enseño, la llamada escuela de autoeducación. SdeS: Bien. (25) P: Pero sólo dos, ah, cursos; cuatro clases. SdeS: ¿Y disfruta de ellas? P: Sí, disfruto de ellas, sí. SdeS: Bueno, permítame hacerle una pregunta. [Se dirige a la pizarra] Ya que usted trae a colación el tema, comenzaremos con esta. Mi pregunta favorita, una de mis preguntas favoritas, supongo. Digamos que 10 representa que los problemas que lo llevaron a buscar ayuda terapéutica... P: Sí. (30) SdeS: ... se resolvieron por completo. Y que cero representa cómo estaban las cosas antes de que usted iniciara la terapia, ¿de acuerdo? P: Sí. SdeS: ¿Dónde se ubicaría hoy usted en esa escala entre 0 l0? P: Entonces 10 es un estado malo. y 198 SdeS: No, no, 10 es... (35) P: 10 es... SdeS: Este es el fondo, lo más bajo [señalando el 0]. P: Ah, el fondo. SdeS: ¿Dónde se situaría usted? P: Yo me ubicaría... ah, en el número 3 quizás, en el núme
ro 3. El hecho de que el paciente diga que "disfruta" de su tarea docente y el hecho de que se ubique en una posición 3 indican que el hombre percibe algún progreso desde el inicio de la terapia. Por lo tanto tenemos que tratar de encontrar la mayor cantidad posible de diferencias entre 0 y 3. (La dificultad que manifestó este profesor con la escala de 0 a 10, dificultad bastante común en las sesiones de consulta, me llevó a modificarla a una versión que va de -10 a 0 [véase infra] a la que parecen adaptarse mejor los pacientes en las entrevistas de consulta. No obstante, he comprobado que la escala de 0 a 10 causa menos dificultades durante mis sesiones de terapia habituales que la versión de -10 a 0. La diferencia puede deberse al hecho de que la mayor parte de los modelos de terapia terminan desarrollando sesiones "concentradas en el problema" y la "escala de números negativos" se ajusta mejor cuando se habla de "problemas" y de desembarazarse de ellos. (40) SdeS: Bien, ahora le haré mi pregunta favorita. ¿Cómo lo logró? ¿Cómo logró pasar de 0 a 3? P: Esa es una pregunta difícil. No soy un experto. SdeS: Sí, pero lo logró. P: Sí, pero no soy un experto, de modo que me resulta muy difícil explicarlo. SdeS: Inténtelo, aunque sea. (45) P: Bueno, algunos de mis problemas se remontan a mi juventud. SdeS: Seguramente. P: Y regresaron cuando estaba en la escuela, ah, puedo recordar que había ciertas situaciones... situaciones similares a las que experimentaba entonces. SdeS: Muy bien, pero lo que yo quisiera saber es cómo logró usted pasar de 0 a 3. ¿Cómo consiguió eso? P: ¿Usted quiere decir que es un buen progreso? 199 (50) SdeS: Sí, es un progreso. P: Bueno, no sé si comencé en el fondo, en el punto más bajo; tal vez comencé en alguna otra parte y luego pasé de 5 a 3. ¿Comencé en el fondo? No lo sé. Así que... SdeS: ¿Las cosas marchan mejor para usted de lo que andaban cuando comenzó la terapia? P: Quizás un poquito mejor. El problema estaba en mí; cada vez que me doy cuenta de algo o que tengo una percepción clara de lo que está mal o de en qué consisten los errores... pero... me resulta muy difícil ponerlo en práctica, poner en práctica el conocimiento de las cosas que sé. SdeS: Mmm, hum. (55) P: Por ejemplo, uno puede saber mucho, pero en la vida práctica comete muchos errores. SdeS: Sin duda. Entonces, ¿qué es lo que sabe que debería hacer bien? ¿Qué es lo que funciona para usted? P: ¿Qué funciona bien para mí? Quizás el tiempo, no sé. Leo todo tipo de libros para ayudarme. SdeS: Sí. P: Libros científicos y libros para legos. (60) SdeS: Mmm, hum. P: Y hago terapia y asisto a ciertos grupos, grupos de autoayuda.
SdeS: Mmm, hum. Ajá. P: Grupos de autoayuda para gente depresiva, por ejemplo. SdeS: Mmm, hum. (65) P: Y hago otras cosas. Participo de muchos cursos, así que estoy muy activo. SdeS: Muy bien. P: Estoy muy activo y estar activo es más o menos lo opuesto a ser depresivo. SdeS: Oh, bueno. ¿cómo sería para usted estar feliz? ¿Qué necesitaría para no venir más aquí? ¿Qué estaría haciendo en ese caso? El nivel de actividad del paciente, sumado al hecho de que disfruta de la enseñanza y al 3 que se adjudica en la escala de progreso, son todos datos que sugieren la necesidad de desa rrollar signos de progreso, a fin de establecer qué diferencias en su vida serían significativas para él. Sorprende un poco que el hombre asista a grupos de autoayuda para "gente depresiva" y al mismo tiempo se vea a sí mismo como una persona "activa", característica que considera lo opuesto a ser depresivo. ¿Cómo advertirá que las cosas marchan mejor? Quizá la dificultad que manifestó con la pregunta de escala me inclinó a abandonar demasiado pronto la escala. Tal vez hubiera sido más conveniente preguntarle algo más sobre sí mismo, sobre cómo advertirían él y los demás que ha alcanzado la posición 5. (71) P: No, ese sería un estado de, ah, en el que yo no tendría estos síntomas. Síntomas como por ejemplo, falta de confianza en mí mismo, baja autoestima, o complejo de inferioridad, que son muy pronunciados. SdeS: Muy bien. Cuando todos esos síntomas desaparecieran, ¿cuáles serían las diferencias? P: Yo... yo disfrutaría más de la vida, por ejemplo. SdeS: Muy bien... ¿y cómo? ¿Cómo se manifestaría eso? ¿Cómo se daría cuenta alguien de que usted disfruta más de la vida? A veces preguntarle al paciente sobre el modo en que las demás personas advertirían algo, por ejemplo, que está disfrutando más de la vida, le ayuda a describir más clara y concretamente las cosas. El paciente concibe el hecho de estar activo como lo opuesto a estar deprimido. En ese momento de la sesión sólo memorizo el dato como algo que quizá más adelante necesite aclararse. P: No estaría aquí si me sintiera... si estuviera feliz y pletórico de alegría, etc. etcétera. (70) SdeS: Probablemente no. Eso es cierto. Entonces, (75) P: ¿Cómo? Es algo que tiene que ver con mis sentimientos. Los demás lo verían, por supuesto, pero, ah, es algo que me atañe a mí y yo me sentiría mejor, para decirlo sencillamente. SdeS: Sí. P: Simplemente me sentiría mejor. SdeS: Bien. Y supongo, me pregunto, cuando se sienta mejor, ¿qué cosas hará que ahora no hace? 200 201 P: Y... ciertas cosas no estarían allí, por ejemplo. Ahora hay ciertas angustias que tengo en ciertas situaciones, en los grupos, por ejemplo. Cometo errores y entonces los demás se ríen de mí... y bueno, esas cosas no estarían allí y yo no
sufriría por ciertas cosas, entonces sería una falta de sufrimiento, supongo. (80) SdeS: Sí, sí, ya veo. Y ¿cómo sabría su mejor amigo, por ejemplo, que usted se siente feliz y que tiene más confianza en sí mismo, sin que usted se lo dijera? P: Quizás hablaríamos de cosas diferentes. Actualmente mi mejor amigo tiene mis mismos síntomas. Lo conocí en un grupo de autoayuda. Tiene síntomas parecidos a los míos, síntomas depresivos y hablamos todo el tiempo de eso. Yo le pediría que hablemos de otros temas, no de depresión y de medicinas todo el tiempo. SdeS: Muy bien. P: Bueno, y eso. SdeS: ¿Hablarían de otras cosas? (85) P: Sí. Pero aun ahora yo hago un montón de cosas. Por ejemplo, estoy siguiendo un curso de latín y dicto dos clases de inglés. Voy a conferencias, etc. O sea que hago otras cosas, aparte de esos síntomas. SdeS: Exactamente. Es por eso que le pregunto. Usted dice que está haciendo todas esas cosas y por eso yo le pregunto: ¿Qué haría de diferente cuando las cosas marchen mejor para usted? Creo que es importante imaginarlas para que usted pueda reconocer cuáles son los síntomas, ¿me entiende? P: Sí, por ejemplo, no me sentiría atemorizado en ciertas situaciones o cuando pasan ciertas cosas. SdeS: Mmm, hum. P: Quizá, lo que ahora es un problema para mí, quizá no sentiría angustia o sentiría menos angustia, tal vez. (90) SdeS: Muy bien. ¿De qué tipo de situaciones en particular está usted hablando? P: Hablo de los grupos. Los grupos, no me siento bien en los grupos, aunque enseño en esos dos grupos, pero en ese caso, yo... en lo que se refiere al tema, estoy en mejor situación que los demás participantes. SdeS: Así es. P: Entonces yo me siento fuerte. Estoybien. Puedo manejar las cosas. Pero en otros grupos, siempre pienso que los otros están en mejor situación que yo. Esto tiene que ver por supuesto con mi complejo de inferioridad. SdeS: Claro. (95) P: Siempre pienso que ellos están mejor, entonces les temo a las personas a las que creo superiores a mí, de las que pienso que están muy bien y que son muy fuertes... SdeS: Muy bien y, de un modo u otro, cuando usted esté en una posición 10, ¿qué dejaría de ser un problema? P: Si yo estuviera en 10 habría problemas, por supuesto habría problemas, pero no el grado de sufrimiento que experimento ahora. SdeS: Bien, bien. Entonces, supongamos que usted regresa a su casa y se acuesta a dormir. Mientras está durmiendo ocurre un milagro. El problema que lo impulsó a buscar ayuda terapéu tica en primer lugar se ha resuelto por completo. Pero, como usted estaba durmiendo no puede saber que se ha producido el milagro. P: Mmm, hum. (100) SdeS: Entonces, cuando se despierte mañana a la mañana, ¿cómo sabrá, cómo podrá comprobar que se produjo un milagro? P: Usted está hablando de un milagro que no va a ocurrir. SdeS: Sí.
P: Eso para mí no es realista. SdeS: Bueno, sólo imagínelo. La reacción del paciente, "eso para mí no es realista" no es tan inusual y, por supuesto, la idea de un milagro de este tipo no es realista. Sin embargo, constituye un artificio útil para ayudar al paciente a hablar de lo que desea obtener de la terapia. (105) P: Muy bien, sucedió un milagro semejante y, hum... y yo sería una persona diferente. SdeS: ¿Qué haría en ese caso? P: Tendría más confianza en mí mismo, más... no tendría esa angustia, ni esos síntomas neuróticos o esa depresión neurótica. SdeS: Mmm, hum. P: Sí. Yo siempre digo "no", "no". Sería mejor si pudiera decirlo de manera positiva. 202 203 Puesto que el hombre pasa tanto tiempo hablando con su amigo sobre sus "síntomas" y yendo a grupol de autoayuda, es difícil imaginar qué haría en lugar de eso. Que desapareciera su angustia no es para este paciente una buena manera de describir lo que desea, porque siempre está presente la cuestión de qué reemplazaría a ese sentimiento. Es decir, cuando algo desaparece, siempre queda un vacío. Pero si hay un vacío en su vida ¿qué lo colmará? Si el hombre no sabe qué otra cosa hacer o no sabe qué quisiera que lo colme, la forma más fácil que tiene él o cualquier otro es llenar simplemente ese vacío nuevamente con ansiedades (fenómeno a menudo llamado "recaída"). Es muy difícil determinar o probar que algo ha terminado, porque uno nunca puede saber qué pasará mañana. Por consiguiente, es más provechoso trabajar con el comienzo de algo, puesto que es mucho más fácil saber si algo comenzó o no. (110) SdeS: Bien, bien. Eso es lo que estamos procurando. ¿Qué le haría saber a usted que sucedió el milagro? P: ¿Usted quiere decir cómo me sentiría yo? O, ¿cómo podría suceder ese milagro? SdeS: ¿Qué haría usted? ¿Cómo se sentiría después del milagro? P: Me sentiría muy bien después del milagro, por supuesto. SdeS: Sí. (115) P: Eso está muy claro. SdeS: Bien. P: Sí, se lo contaría a usted... SdeS: Sí y se sentiría mucho más libre... P: Sí, tendría un alto grado de libertad, libertad, por supuesto. Claro. (120) SdeS: Muy bien. P: No me importaría, no me preocuparía... no sé si esa es la palabra adecuada "no me preocuparía" por esos síntomas todo el tiempo. Gran parte de mi tiempo tiene que ver con esos síntomas. SdeS: Ajá. Tantas horas... P: Sí. SdeS: Bueno, ahora... cuando usted ya no pase todas esas horas así... ¿qué haría en cambio? (125) P: Sí. Haría una cantidad de cosas positivas. SdeS: ¿Como cuáles?
P: ¿Como cuáles? Por ejemplo, tenía la idea... y escribí a algunos editores que quiero publicar un libro. Y al principio creí que nadie estaría de acuerdo con esta idea. SdeS: Sí... P: De todos modos, la segunda carta tuvo éxito y esos editores dijeron que estaban interesados en el libro. (130) SdeS: Mmm, hum. P: El título del libro sería "Qué hacer para que mis hijos tengan éxito en la escuela", que sería fantástico en Alemania, por supuesto. SdeS: Sí. P: Y en los Estados Unidos también, quizá. SdeS: Sí. (135) P: Claro y sí... yo tendría más fuerza y más energía para hacerlo. SdeS: De modo que usted comenzaría a trabajar en este libro el día después del milagro. P: Sí, comenzaría a trabajar con el libro y a hacer otras cosas positivas. SdeS: Muy bien. P: Una cantidad de cosas positivas, puede imaginarse, pero ya hago algunas de esas cosas positivas. Comenzar a trabajar en su libro es un modo mucho más provechoso para él (y para otros) de saber que la situación ha comenzado a mejorar. Ciertamente elaborar un libro llenará al menos en parte el vacío dejado por el fin de las angustias. (Esto no equivale a decir que escribir un libro no conlleve dificultades o ansiedades de otro tipo.) No obstante, el problema, desarrollado en virtud de mi lectura enfocada en el texto, subsiste. En la perspectiva del paciente, las actividades son lo opuesto a la depresión y él ya está haciendo algunas de esas cosas positivas, actividades positivas. Y sin embargo, continúa viéndose a sí mismo como una persona con síntomas depresivos. ¿Debería este hombre situarse en una posición por encima de 3? ¿O por debajo? ¿El 10 es una meta no realista? (140) SdeS: Muy bien. 204 205 P: A pesar de mis perturbaciones o problemas. SdeS: Es sorprendente. ¿Cómo logra hacerlo? ¿Cómo consigue hacer esas cosas a pesar de sus problemas? P: Sí... Estoy seguro de que no puedo sentarme en mi casa y no hacer nada. SdeS: Yo conozco gente que puede. Si hubiese estado aquí hace algunas horas habría conocido a alguien así. (145) P: Es que simplemente ese no es mi modo de vivir. Mi esposa me dice que hasta hago demasiado, a pesar de mis perturbaciones, que hago demasiado en relación con las confe rencias y muchas otras cosas. Y la universidad empieza la semana próxima... SdeS: Bien, bien. P: Sí, así que soy capaz de hacer esas cosas positivas, pero aun así sigo teniendo esas sensaciones depresivas. SdeS: Sí.
P: Tomo medicamentos, tengo que tomar medicamentos. (150) SdeS: Entonces, ¿cómo sabría su esposa que a usted le ocurrió ese milagro? P: Sí. Hablamos con mucha frecuencia de mis síntomas, y ella advertiría que yo ya no hablo tanto de todo eso o que no hablo en absoluto de los síntomas. SdeS: En absoluto, puesto que han desaparecido. P: Sí, claro. SdeS: Y entonces, ¿de qué hablaría con ella? (155) P: Sí, hablaría de cosas positivas: geografía, historia, idiomas, etc. etcétera. SdeS: ¿A qué se dedica su esposa? ¿Trabaja? P: Es profesora también. SdeS: También profesora. P: Sí. (160) SdeS: ¿Y qué enseña? P: Enseña inglés y economía doméstica. SdeS: Inglés y economía doméstica. Cuando hablan en casa, ¿en qué idioma lo hacen? P: ¿En qué idioma? En alemán, por supuesto. SdeS: Bueno, no "por supuesto"... (165) P: Porque cuando ella tuvo que pasar uno de los exámenes le dijeron que debería pasar un año en Inglaterra para mejorar un poco su inglés. SdeS: Mmm, hum. P: Así que no tendría ningún sentido que habláramos en inglés en casa, o algo así, no tendría ningún sentido; o quizá tendría sentido, pero el alemán es más fácil. SdeS: Sí que tendría. P: Sí. (170) SdeS: Usted habla muy bien el inglés. P: Gracias. SdeS: Mmm, hum. Ah... P: [Interrumpiendo] Sí, pero no sé, no sé aparte de ese misterio, aparte de ese milagro... SdeS: Mmm, hum. (175) P: ... No sé cómo superar estos síntomas, y ya le dije que esos síntomas son falta de confianza en mí mismo, angustias y estar con mucha frecuencia con el espíritu por el suelo. SdeS: Sí y pasar mucho tiempo hablando de esos síntomas con otras personas y afrontándolos de otras maneras. P: Sí, hablando... pero sufriendo por eso también. SdeS: Por supuesto. P: No es sólo algo agradable para pasar el tiempo o para los ratos de ocio, realmente sufro por todo esto. (180) SdeS: ¡Debe de estar cansado de esto! P: ¿Debo estar? SdeS: Cansado de esto, de sufrir por todo esto. P: Sí y además mi problema es que... creo que no tengo el dominio de estos síntomas. Hasta cierto punto puedo hacer algo contra ellos, pero hasta cierto punto es algo que viene de adentro. No tengo claro si hay un componente genético, no lo tengo claro. El enigma se aclara un poco aquí. El paciente ve esas diversas actividades positivas que realiza como parte de una lucha que libra contra el problema, una especie de antiproble ma, de antidepresión, antes que como signos de progreso o como parte de una solución. ¡Luchar contra el problema es tan intolerable como el problema mismo! Es decir: Problema + Antiproblema = Sufrimiento. Atenernos a una lectura enfocada en el texto nos permitió (al terapeuta/lector y al paciente/lector) dar algún sentido a aquello de lo que estuvimos hablando. 206
207 (184) SdeS: Bien. P: Ah, hasta cierto punto es algo que viene de mi interior y no puedo hacer nada contra eso. Es la bioquímica del cerebro. SdeS: Ah... P: La bioquímica del cerebro. SdeS: Quizás. Aunque tengo mis dudas sobre eso porque usted, a pesar de los síntomas, asiste a conferencias y hace una serie de cosas. P: Sí. (190) SdeS: Entonces, ¿cómo es posible? ¿Cómo logra usted hacer todo eso? P: Quizás es lo que Victor Frankl decía cuando usaba el término "autotrascendencia", lo cual significa que uno se olvida de los síntomas y se pone a hacer otras cosas. SdeS: ¿Ha estado leyendo a Frankl? P: Lo he leído durante varios años, diferentes libros. SdeS: Mmm, hum. (195) P: Entonces, hago cosas buenas, aunque a veces no me siento bien. SdeS: Mmm, hum. Y cuando hace esas cosas y habitualmente no se siente bien, si alguien lo observara con una cámara oculta o algo así, ¿podría saber esa persona, podría decir si usted se siente bien o no haciéndolas? ¿Podría decir si usted se siente bien o no? ¿Alguien podría saberlo? P: Sí, creo que las demás personas, hasta cierto punto, pueden advertir si me siento bien o no. A veces me dicen que soy demasiado serio. SdeS: Mmm, hum. P: No me río lo suficiente, pero eso no es tan importante para mí... aunque creo que los demás pueden ver una diferencia. (200) SdeS: ¿Su esposa puede verla? P: Sí, ella puede, en cualquier nivel. SdeS: ¿Qué cosas hacen juntos que a usted le resultan buenas, divertidas? ¿De qué cosas disfrutan juntos? P: ¿Mi esposa y yo? SdeS: ¿Qué es lo mejor para los dos? (205) P: Tal vez viajar. SdeS: Mmm, hum. P: Sí, creo que sí. Hoy comienzan las vacaciones e iremos por tres o cuatro días, hasta el domingo, a algún lugar bonito de Alemania. SdeS: ¿Ambos disfrutan de esos viajes? P: Sí. (210) SdeS: Bien. Bien. Ahora, durante estas vacaciones, estos próximos tres o cuatro días, ¿harán cosas de las que los dos disfrutan? P: Sí. SdeS: Independientemente de cómo se sienta ¿no? ¿Es eso lo que me estaba diciendo? ¿Usted hace esas cosas de todos modos, a pesar de que a veces no se siente bien? P: No comprendo lo que me pregunta. SdeS: Permítame intentarlo de nuevo. En los próximos tres o cuatro días, durante estas vacaciones... P: Sí... SdeS: ¿Usted tendrá que hacer las cosas de las que disfruta a pesar de sus problemas, o simplemente estará haciendo las cosas de las que disfruta? P: Creo que lo primero que dijo es más acertado. Las haré a pesar de los problemas.
SdeS: Bueno, bueno. Ahora bien, si ocurre el milagro, entonces ¿usted las estaría haciendo sencillamente porque disfruta de ellas? P: Sí. SdeS: ¿Cómo notaría su esposa la diferencia? P: Sí, por ejemplo, yo no hablaría de estos problemas. Ese es un punto muy importante. Y pienso que mi conducta sería diferente. SdeS: ¿En qué sentido? P: En el sentido de que yo estaría más alegre. SdeS: Ajá. (225) P: Y cuando uno está más alegre, ríe más. Y los demás pueden verlo en su cara, en todo su cuerpo y en su modo de hablar. SdeS: Así es. P: Todo es diferente, ¿sabe? SdeS: Entonces, para ella eso sería ciertamente algo claro. P: Sí. (230) SdeS: Muy bien. Estoy pensando cómo la gente de su clase de inglés... P: Sí, ah... SdeS: ¿Cómo sabrían...? 208 209 P: Creo que en este momento la gente de mis dos cursos de inglés... tuvimos tres cursos, tres semanas... SdeS: Bien. (235) P: Creo que ellos no advierten que tengo problemas. Por ejemplo, yo enseño y doy una cantidad de clases particulares a diferentes estudiantes, y creo que no lo notan. Una estudiante hasta me dijo que yo era muy divertido. Y me preguntó si siempre era tan divertido. SdeS: ¿Y qué le respondió usted? P: No le dije nada. SdeS: Debería haberle dicho "sí". P: Debería haberle dicho "sí". (240) SdeS: Aunque usted es demasiado tímido. P: Para mí fue una sorpresa que otra gente no se diera cuenta de que tengo algunos problemas. SdeS: Sí. P: Y creo que con mucha frecuencia a los demás les resulta difícil advertir este tipo de cosas... SdeS: Su alumna, no lo advirtió. Pensó... P: Sí, pensó que soy muy divertido. SdeS: Mmm, hum. P: Sí, pero... SdeS: ¿Lo es usted? P: Sí, cuando estoy con una sola persona me encuentro con mucha frecuencia en una posición diferente. O me comporto de un modo diferente de cuando estoy en grupos. (250) SdeS: ¿Cree que en sus cursos de inglés hay otras personas que también piensan que usted es divertido? P: ¿De mi clase de inglés? No parece que yo sea divertido. Yo quisiera ser más divertido en mis clases. La clase de inglés está bien, en un nivel medio, ni muy buena, ni muy mala. SdeS: Mmm, hum. P: Sí, está bien. SdeS: Me pregunto si los alumnos piensan que usted es divertido...
(255) P: No lo creo, porque no me río mucho y no hago bromas. Por supuesto, soy diferente cuando estoy en grupos... SdeS: Bueno... P: ... diferente de... SdeS: Pero su alumna le dijo que pensaba que usted era divertido y usted ¡no lo sabía! P: Para mí fue una experiencia muy extraña. (260) SdeS: Sí, claro. P: No mucha gente me dice algo así. SdeS: ¿Usted le cree a su alumna? P: Sí, le creo, lo dijo muy seriamente. SdeS: Bien, me parece que yo también le creo. (265) P: Mmm, hum. SdeS: ¿Cree que a veces, como lo fue con ella, usted es divertido y no se da cuenta de ello? P: Me dijeron que a veces a eso se lo llama algo así como "humor lacónico". SdeS: Sí. P: Quizá sea así, pero creo que es algo que me pasa rara vez. (270) SdeS: Mmm, hum. P: Y... ah... SdeS: El problema con el humor lacónico es que es muy fácil que pase inadvertido. P: Mmm, hum. SdeS: Si uno está mirando en otra dirección, en un segundo, si no está prestando atención, en un segundo, se lo pierde. (275) P: Mmm, hum... Mmm, hum. SdeS: Me pregunto... P: El asunto es que yo siempre tengo el temor de ser rechazado por los demás. SdeS: Por supuesto... P: Tal vez en esos cursos de inglés o en alguna otra parte. Siempre temo ser excluido o rechazado, no ser aceptado. (280) SdeS: ¿Y cómo maneja ese temor? A veces hace esas cosas de todos modos. P: Sólo quiero mencionar que esos alumnos jóvenes a quienes les enseño una o dos veces por semana... Ellos piensan que yo soy muy bueno, porque me esfuerzo mucho por enseñar les inglés o francés y piensan que soy muy bueno. Me siento bien en esas relaciones. SdeS: Mmm, hum. P: Pero no me siento bien en grupos. SdeS: Mmm, hum. (285) P: Pero yo... SdeS: Bueno, no sé si hay una respuesta. De modo que le haré una pregunta más: ¿Cuándo fue el "mejor día" de los últimos días para usted? 210 211 P: El mejor día para mí... no. La última vez... SdeS: ¿Cuándo? P: Quizá la primera noche de mi curso vespertino, porque habíamos suspendido [por el verano] las clases durante algunos meses. (290) SdeS: Sí... P: Pensé que no sabría cómo manejarlo, que no podría enseñarle a ese grupo. Y después comprobé que sí, que pude hacerlo medianamente o algo así. SdeS: Mmm, hum. P: Y, sí, me sentí muy conforme conmigo mismo.
SdeS: Bien, tengo otra de esas preguntas para hacerle. En esta escala el 10 representa que usted sería capaz de hacer cualquier tarea que nosotros le sugiriéramos que lo ayude a alcanzar su objetivo, mientras que el 0 representa que lo único que usted está dispuesto a hacer es esperar y rezar. (295) P: Entiendo. SdeS: ¿En qué posición diría que se encuentra hoy entre 10 y 0? P: En 0 sería rezar. SdeS: Es la única cosa que usted haría. P: Y en 10 uno cumple cierta cantidad... (300) SdeS: Hace cualquier cosa. P: Supongo que estaré en un 7 quizá. SdeS: ¿Usted haría la mayor parte de las cosas que le sugiriéramos que haga? P: Sí. SdeS: ¿Hay algo que se le ocurre que está seguro de que no haría? (305) P: ¿Algo que no haría para resolver este problema? Ir a ver a más médicos, eso no haría... SdeS: Muy bien. P: No son muy eficientes. SdeS: Y una de las cosas en las que yo creo es la eficiencia. Entonces, me pregunto si hay algo más que usted querría decirnos ahora, que sería importante que supiéramos hoy. ¿No se le ocurre nada? ¿Nada en absoluto? P: No sé hasta qué punto soy eficiente yo mismo. Hablo de esto con mi esposa y con otras personas. (310) SdeS: Y ¿le gustaría serlo? P: Tengo algunos amigos y a veces les pregunto: En una escala de 10 a 0, ¿dónde me sitúo hoy? SdeS: Mmm, hum. P: Y ellos con mucha frecuencia me dicen "8" más o menos. SdeS: Mmm, hum. (315) P: Y siempre me asombro ante una estimación tan elevada... SdeS: ¿Usted diría "3" y ellos dicen "8"? P: Sí. SdeS: Hum. Mientras nosotros hacemos la consulta, le dejaré flotando una idea para que piense en ella. ¿Y si sus amigos tuvieran razón? Después de la pausa Que sus amigos lo consideren en una posición 8 mientras él se ve a sí mismo en un 3 (lo que por lo menos significa cierto progreso), que una estudiante lo vea como alguien divertido, que el mejor momento que recuerda sea enseñando inglés, el hecho de que realice ciertas actividades a pesar de sus dificultades, su idea de que después del milagro no hablaría de sus problemas con su mujer ni con su mejor amigo y la idea de que después del milagro comenzaría a escribir un libro conforman una materia prima que sirve de base para ayudarlo a construir el próximo paso hacia una solución. Utilicé nuevamente una escala para indagar sobre su disposición para realizar una tarea (unidades 294 a 305) porque, aunque el hombre está ocupado con diversas actividades, no las considera como parte de una solución, sino más bien como parte de su batalla contra el problema. La pregunta que le hice (294) es un intento de enmarcar cualquier actividad que yo le encargue como algo diferente, como una actividad que apunta claramente a mejorar las cosas.
(319) SdeS: Quiero agradecerle que haya venido hoy aquí. P: Bueno, muy bien. SdeS: Fue un placer hablar con usted y ciertamente quedé impresionado por algunas de las cosas que me estuvo contando. Por ejemplo, advertí que los editores -es sólo un ejemplo de lo que estoy pensando- ven en usted algo que usted no ve. No 212 213 puedo decirle la cantidad de proyectos que los editores rechazan en proporción con los pocos que promueven. P: Sí. SdeS: Entonces, hay algo en usted. También sus amigos ven algo en usted. Dicen que está en un 8. P: Sí. (325) SdeS: Sus alumnos de las clases de inglés también ven algo. La mujer que le dijo que era divertido, vio algo en usted. De modo que pienso que hay muchas cosas sobre usted mismo que no conoce. Hay una gran fuerza y tal vez hasta un cómico. P: ¿Un cómico? Si piensa en el hecho de que todos los grandes cómicos son en verdad tristes en su interior... SdeS: No estoy tan seguro. Eso es sólo folklore. Las personas más divertidas que conozco no son tristes por dentro [espero haber pensado en la distinción entre "cómico" y "payaso" en ese momento. Los "payasos" son los que lloran por dentro.] De todos modos, sospecho que hay muchas otras cosas de usted que no conoce y que sería conveniente que descubriera. Esto coincide con lo que dicen sus amigos: que usted está en 8. Quizás ellos tengan razón. Quisiera que piense un poco más en eso. P: Sí. SdeS: Y tenemos una idea que tal vez usted considere útil: un experimento. A través de él usted podría aprender algo sobre sí mismo. Al principio podría... puede parecerle demasiado trabajoso. Pero pensamos que está en condiciones de hacerlo. ¿Le parece? Lo que le sugerimos que haga, a manera de experimento, es que ahora cuando salga de viaje con su esposa estos tres o cuatro días... (330) P: Sí. SdeS: Hablen sólo en inglés durante estos cuatro días y que usted simule que los problemas de los que habitualmente habla, no pueden traducirse al inglés. P: [Ríe a carcajadas] SdeS: Y fíjese qué diferencia nota en cómo se siente ante las distintas situaciones. Y luego comuníquele a su terapeuta lo que pudo advertir. P: Muy bien. SdeS: Muy bien [Poniéndose de pie y apartando la silla] P: Bueno, muchas gracias. [Se estrechan las manos] SdeS: Fue muy agradable conocerlo y quiero desearle la mejor de las suertes. P: Le agradezco nuevamente. En Leipzig La siguiente transcripción) corresponde a una sesión de consulta realizada en Leipzig, Alemania, en noviembre de 1992, en el Norddeutsches Institut für Kurzzeittherapie don de Wolfgang Eberling ofició de intérprete. El paciente ya
había tenido una sesión previa con Ralf Vogt, un psicólogo que ejerce la práctica privada en Leipzig. A fin de abordar con un "espíritu nuevo" o, por lo menos, en una perspectiva diferente, la terapia, como es mi costumbre en estas situaciones, no quise saber ningún dato más acerca del caso. A lo largo de la entrevista, después de que le traducían la pregunta, el paciente habitualmente esperaba unos segundos antes de responder. Durante esa pausa, hacía girar los ojos o echaba miradas hacia afuera como buscando las respuestas. Durante toda la sesión el paciente me habló directamente a mí en lugar de dirigirse al intérprete, lo cual es raro. (1) Steve de Shazer: Le agradezco su presencia hoy aquí. (2) P: [Asiente y sonríe] (3) SdeS: Entiendo que tiene que marcharse en seguida... para ir a su trabajo. (4) P: [En inglés] Una hora. (5) SdeS: Muy bien. Haremos todo lo posible para asegurarnos de que sea sólo una hora. (6) P: [Asiente] (7) SdeS: No hay garantía, pero... espero que todo esto le resulte útil, pero... no hay garantía. (8) P: [Asiente] (9) SdeS: ¿Qué tipo de trabajo hace? (10) P: [En inglés] Soy horticultor. SdeS: Horticultor... y ¿le agrada su trabajo? P: [Asiente] Es una buena actividad para mí. SdeS: Bien, bien. Y... veamos. ¿Podríamos empezar? P: [En inglés] Sí, cómo no. (15) SdeS: Bueno, la primera pregunta comienza así. 214 215 P: [Sonríe] SdeS: [Utilizando una pizarrita para escribir] Cero (0) representa que los problemas que le llevaron a seguir un tratamiento desaparecieron, se resolvieron; y menos diez (-10) representa el estado de cosas anterior a que usted comenzara la terapia. P: [Asiente] SdeS: ¿En qué posición diría que está hoy entre -10 y 0? (20) P: Menos nueve. Las cosas están mejor: el paciente ve cierta mejora desde que comenzó la terapia. Sea lo que fuere que implique esa mejora ahora necesitamos hablar de ella para saber sobre qué podemos construir una solución. Si no hablamos de ese logro corremos cierto peligró de que las diferencias establecidas simplemente desaparezcan. (21) SdeS: Mmm, hum. ¿Y cómo ocurrió eso de pasar de -10 a -9? ¿Qué cosas pasaron? P: [Hace un gesto con los brazos] Gracias a las conversaciones que mantuve con el terapeuta y a pensar en la situación. SdeS: Muy bien. Pensar y las conversaciones y, ¿cuáles son las diferencias que notó? P: [Hace algunos ademanes] El terapeuta es para mí un compañero en la conversación y alguien con quien puedo hablar y en quien confiar. Y eso me capacita para sacar afuera mis problemas y hablar de ellos. (25) SdeS: Bien, bien. Y como resultado de ello, ¿está usted haciendo algo diferente? P: Es difícil decirlo de uno mismo... SdeS: Sí.
P: [Mira el cielo raso y hace amplios ademanes. Larga pausa] Pienso en eso, en que puedo manejar mejor la situación cuando estoy psicológicamente bloqueado en mi interior. Entonces puedo ir más rápido. SdeS: Bien. (30) P: Afrontarlo mejor. SdeS: Muy bien, y ¿qué diferencia cree que podrían ver los demás entre cómo está usted en -10 y cómo está en -9? P: [Sacude la cabeza] Creo que no notan ninguna diferencia. SdeS: Ahora está en -9, pero ¿en qué punto entre -9 y 0 cree usted que lo notarán las demás personas? P: En -7. (35) SdeS: Muy bien, bien, bien. ¿Y cuál cree que será la primera cosa que notarán? El paciente atribuye parte de la mejora a la sesión de terapia previa (línea 24); lo que sea que hayan hecho el terapeuta y el paciente debe de haber resultado provechoso. Yo tomo la mejora que el paciente describe (líneas 28 a 32) según su valor aparente; luego podrán desarrollarse más detalles. Hablar de -7 transmite las expectativas del consultante de que el paciente continúe mejorando y de que los demás adviertan esa mejora. A menudo los pacientes dicen que una vez que las personas que son importantes para ellos advierten alguna diferencia, cualquier reacción que tengan puede constituir un refuerzo de los cambios del paciente. (36) P: [Larga pausa. Ademanes] De modo que creo que lo primero que notarán es que ya no hay situaciones problemáticas ante las cuales a veces vacilo o me detengo. Para afrontarlas [las situaciones] y para superarlas. SdeS: Muy bien, y cuando usted hace eso -las supera con éxito-, ¿qué otras cosas cambian como consecuencia de esa actitud? P: ¿Usted se refiere a lo que yo hago o a lo que pasa alrededor? SdeS: A las dos cosas. (40) P: Mmm, hum. [Nuevos ademanes] Bueno, creo que, por ejemplo, creo que lo que haga o lo que pueda hacer tendrá un valor diferente para mí. O sea que la evaluación de lo que yo haga cambiará. Quizás algunas cosas que son importantes, por buenas o por malas, serán menos importantes. Cambiará el valor que yo les dé. Y lo mismo ocurrirá en relación con las personas. SdeS: Bien, bien. ¿Y cómo cambiará eso? ¿En relación con los demás? P: Tendré el valor para hablarles a los demás. SdeS: Mmm, hum. P: Tendré más valor. 216 217 (45) SdeS: ¿Para relacionarse con otras personas? P: Sí... aparte de la capacidad para dejar atrás a algunas personas. Directamente dejarlas y seguir mi camino. Gente que deja de ser importante o gente que no me cae bien. SdeS: Muy bien, muy bien. Y... ¿dónde cree que conocería a esas personas nuevas? P: En clubes, en el teatro, por ejemplo. Viajando. SdeS: Bien. Y ¿con qué frecuencia va ahora a los clubes o al teatro? (50) P: Tal vez unas dos veces por mes. SdeS: Muy bien.
P: Y, sobre todo, una vez por año hago algún viaje. SdeS: Y, estando en -7, ¿con qué frecuencia haría estas cosas? P: Supongo que iré al teatro, a conciertos, a exposiciones, al cine, el doble de lo que voy ahora. El hecho de que el paciente utilice el tiempo futuro al hablar de cómo obraría estando en -7 (desde la línea 36) indica tal vez que tiene la convicción de alcanzar ese nivel. (Si hubiese empleado el modo potencial (o condicional), yo podría haberle pedido que calculara hasta qué punto confiaba en llegar a -7. En ese caso, probablemente hubiera sido útil emplear una pregunta de escala: "Si 10 representa la máxima confianza posible y 0 representa la ausencia absoluta de confianza, ¿en qué posición estimaría usted que se encuentra en cuanto a llegar a -7?") Independientemente de los demás cambios que incluya el hecho de alcanzar la posición -7, las actividades culturales y los encuentros con nuevas personas aumentarán en una propor ción observable. De modo que el hombre cuenta con una serie de indicios para observar su propio progreso. Ahora que ya sabemos algo sobre -10, sobre -9 y sobre -7, ya es tiempo de indagar qué representa 0, establecer lo más exactamente posible qué pretende el paciente de la terapia. ¿Cómo puede advertir que la terapia tuvo éxito? (55) SdeS: Muy bien. Y, ah, ahora, quizás esta pregunta le resulte difícil. P: Sí. SdeS: Suponga que una de estas noches, cuando usted se va a dormir... cuando está dormido, sucede un milagro... P: [Asiente] SdeS: Y el problema que lo impulsó a someterse a terapia, ese -10 de la escala, ha desaparecido [hace chasquear los dedos] y usted, instantáneamente, está en 0. Pero eso ocurrió cuando usted estaba dormido, de modo que no puede saber que se ha producido el milagro. Entonces, cuando usted se despierta, a la mañana siguiente, ¿cómo descubre que se produjo un milagro? (60) P: [Cambia de posición en la silla. Larga pausa. Amplios gestos con los brazos] En el primer momento no lo descubriría, pero cuando saliera a la calle y me encontrara con otras personas... SdeS: ¿Qué notará? P: Que puedo hablar con más facilidad. Más relajado. Y que puedo percibir a los otros de una manera diferente. SdeS: Cuando usted perciba a los demás de un modo diferente, ¿cómo cree que reaccionarán ellos? P: También de una manera diferente. (65) SdeS: Mmm, hum. P: De manera positiva, pero también negativa. SdeS: ¿Y qué otra cosa le permitiría saber que se ha producido ese milagro? P: [Larga pausa. Se encoge de hombros] No sé. [Sonríe] SdeS: Mmm, hum. ¿Y a los demás? ¿Qué les permitiría saber? ¿Cómo descubrirían que se produjo ese milagro? ... Usted no les puede contar nada ¿eh? Porque todo ocurrió cuando usted dormía. Entonces, ¿cómo lo sabrían?
(70) P: [Larga pausa. Ademanes] Me percibirían de otro modo y yo comenzaría a salir y a hacer cosas que hasta ahora no me arriesgué a hacer. SdeS: ¿Qué tipo de cosas? P: [Sonríe ampliamente. Cambia de posición] SdeS: ¿Algo que nos pueda contar? P: [Hace amplios ademanes. Larga pausa] Quizás iría nuevamente a bailar. (75) P: ¿Le gusta bailar? P: A veces sí. 218 219 Cero parece relacionarse con -9 y con -7 en la medida en que lo que el paciente describe es una continuación del mismo tipo de actividades y no algo radicalmente diferente. Por lo tanto tenemos cierta idea de lo que el paciente pretende de la terapia. La respuesta sonriente del paciente (línea 72) me lleva a conjeturar que su imagen del milagro se ha convertido en algo demasiado privado para que él quiera comentarlo, particularmente en este contexto bastante público. (Algunos de los integrantes del equipo pensaron luego que el paciente simplemente se fue del tema.) Por lo tanto consideré que, más que en las situaciones terapéuticas habituales, yo debía proteger la privacidad del paciente (línea 73). El paciente, por supuesto, tiene el absoluto derecho de decidir no hablar de cualquier cosa que no desee comentar; el mensaje "no quiero hablar de eso", implícito o explícito, debe tomarse seriamente. (77) SdeS: Veamos... usted me dijo que hoy estaba en -9. ¿Hubo recientemente algunas ocasiones en las que las cosas estuvieron mejor que eso? P: [Sacude la cabeza] Nunca. SdeS: Días... minutos... (80) P: Mmm, hum. SdeS: Horas. P: Sí, sí. SdeS: ¿Y cuál es el mejor nivel que alcanzó? P: Hum. Menos cinco. Realmente el paciente tuvo algún período en el cual ¡estuvo situado a mitad de camino de su objetivo! Incluso unos pocos minutos en -5 podrían ser útiles para construir una solución. Por breve que haya sido dicho lapso, esa excepción debe indagarse en profundidad, debemos intentar lograr la descripción más clara posible, puesto que, probablemente, la solución implique que el paciente insista en ese tipo de actividades. (En una situación terapéutica, tal vez yo habría iniciado esta segunda sesión con la sencilla pregunta "¿Qué anda mejor?" y quizás habríamos charlado sobre ese paseo en tren mucho antes.) (85) SdeS: Bien y, ¿cuánto hace que ocurrió eso? P: Hace tres o cuatro días. El sábado. SdeS: El sábado. Y, ¿qué estuvo haciendo? ¿Qué fue lo que ocurrió? P: [Se echa hacia atrás. Hace amplios ademanes con los brazos] Estuve viajando en tren, por una región que no conocía, que era completamente nueva para mí. SdeS: ¿Por dónde? (90) P: Por toda la zona de Colonia, Aachen, Maastricht. SdeS: ¿Y qué hizo cuando estuvo allí? P: [Gesticula nuevamente] Paseé por la ciudad vieja, por el centro. SdeS: Hum. P: Anduve paseando por ahí, mirando todo durante unas dos horas y después regresé a casa. (95) SdeS: ¿Se detuvo en Aachen? P: Una hora.
SdeS: Una hora, ¿y en Colonia? P: Dos horas. SdeS: ¿Estuvo con otras personas o solo en este viaje? (100) P: [Sacude la cabeza] Fui solo y al comienzo estuve solo, pero durante el viaje conocí a otras personas. SdeS: Y esas personas que conoció, ¿volverá a verlas? ¿Puede volver a encontrarse con ellas? P: No sé. Podría verlos... SdeS: Es posible. P: Si quiero hacerlo, sí. Realmente no sé si quiero volver a verlos. (105) SdeS: Mmm, hum. P: Es posible. SdeS: Muy bien. ¿Lo pasó bien, comparativamente? P: Sí. SdeS: Más o menos. Muy bien. Y, ¿cuál fue la mejor parte? El viaje mismo en tren o el paseo por la ciudad... (110) P: [Levanta la mirada. Sonríe] SdeS: ¿O fue a conocer a otras personas? P: El paseo en tren y las vistas de la ciudad. SdeS: ¿Qué fue lo que más lo impresionó de Colonia? P: [Asiente y hace algunos movimientos con las manos] La catedral. Ya antes de ir, eso era lo más importante para mí. (115) SdeS: Bueno, bueno. Muy bien... [Cambia de posición en la silla] 220 221 P: [También cambia de posición] Ahora que sabemos que es posible llegar a -5 en el sector occidental de Alemania -lo cual el paciente podría atribuir a la "reunificación" o al hecho de estar de vacaciones-, paso a interrogarlo sobre otra excepción; por ejemplo, si sería posible llegar a -5 en su entorno habitual. (117) SdeS: ¿Puede recordar alguna ocasión reciente en la se haya aproximado a -5 estando en la zona de Leipzig? P: [Asiente] Sí, en el teatro. SdeS: ¿Y cuándo ocurrió eso? P: Hace dos semanas. SdeS: ¿Y qué fue lo que produjo que usted se aproximara a ese -5? P: Una atmósfera muy agradable. [Larga pausa] Yo me había vestido algo mejor que de costumbre... SdeS: Muy bien. P: [Mira alrededor como si buscara algo. Hace amplios gestos con los brazos] En el transcurso de la representación yo podía transportarme a un mundo diferente. (125) SdeS: Bien, bien y, ¿cuándo lo hizo, cuándo se transportó a un mundo diferente? Quiero decir... ¿esa sensación continuó después de que terminara la función, durante un rato más? P: [Asiente vigorosamente] Sí. SdeS: ¿Durante cuánto tiempo diría usted? P: Y... varía. SdeS: Hum. (130) P: A veces horas, a veces días. SdeS: ¡A veces días! Entonces usted puede a veces permanecer en -5 durante... horas? ¿Días? ¿Es así? ¿O sólo fue en esa situación especial? P: Seria muy agradable, pero... es que. No puedo hacerlo en cualquier momento. SdeS: Muy bien. Pero usted ¿puede transportarse a ese mundo especial y permanecer allí durante horas o días... gracias a una función? P: [Asiente]
(135) SdeS: Y ¿se siente... próximo a -5, después de la función? P: [Asiente] Sí. SdeS: Bueno, bueno, eso está muy bien. Ahora queremos tomarnos unos minutos para reflexionar sobre lo que usted nos ha estado diciendo y discutirlo entre los miembros del equipo que está aquí presente. Y luego le comunicaremos nuestras conclusiones. De modo que haremos una pausa de unos diez minutos. Pero antes de hacerlo, quisiera que nos diga si hay algo que deberíamos saber, algo que sea importante para usted y que no hayamos siquiera mencionado hasta ahora. P: [Sacude la cabeza] No. SdeS: Muy bien, ¿quiere beber un café? Después de la pausa Hay varios elementos importantes para construir un mensaje final. Ante todo, las dos ocasiones excepcionales se dieron tanto en una situación corriente como en una que no lo era. El placer y hasta el entusiasmo manifestados por el paciente al describir el viaje y ese mundo especial al que lo transporta una representación teatral le dieron al equipo la sensación de que probablemente la autocalificación de -5 fuera baja. Dentro de lo posible, es necesario desarrollar un modo de que el paciente pueda transferir las conductas y los sentimientos de las excepciones especiales a su vida cotidiana. El hecho de que las excepciones se dieran en dos contextos bastante diferentes sugiere que, en el caso de este paciente, tal transferencia es posible. Aunque se habló un poco sobre el 0, la posición de -5, incluyendo todas las conductas y sentimientos descriptas, parecía mucho más real para el paciente. Es algo de lo cual tuvo una experiencia reciente y por lo tanto algo que podría ser conveniente utilizar como base para elaborar una tarea que el paciente realice en su casa. A pesar de la brevedad de la entrevista -o quizás a causa de esa brevedadpodemos imaginar qué necesitamos saber y qué debemos hacer. No hubo mucho material extraño -si es que hubo alguno- que desbrozar. Quizás, el hecho de contar con un intérprete nos permitió dar un uso máximo a las escalas, las cuales, por lo menos en gran medida, salvaron las diferencias idiomáticas. 222 223 (140) SdeS: Ante todo queremos agradecerle que haya venido hoy aquí... P: [Asiente] SdeS: ... y que haya accedido a hablar con nosotros ante todas estas personas (sesenta). Creemos que hace falta tener cierto valor para aceptarlo y por lo tanto, pensamos que su estimación de que está en un -9 es demasiado baja. Nosotros habríamos supuesto una posición más elevada que esa. P: [Asiente] SdeS: Bueno, creemos que a veces usted se subestima. (145) P: [Asiente] SdeS: Por ejemplo, creemos que hace falta mucho valor para venir hoy aquí o para hacer ese viaje a Aachen y a Colonia. Hace falta mucha flexibilidad y mucho valor para viajar solo. P: [Cambia de posición en su silla] SdeS: Y para conocer gente, gente que quizá deje atrás o que quizá no quiera dejar atrás... P: [Levanta las cejas con expresión interrogante]
(150) SdeS: Ya sabe, viajar a Colonia e ir al teatro... son mundos diferentes. Usted tiene una cantidad de intereses culturales diferentes y eso nos impresiona. P: [Asiente] SdeS: Y hace falta mucha flexibilidad para apreciar esos dos tipos de actividades. P: [Asiente] SdeS: Ahora quisiéramos proponerle un experimento... (155) P: [Asiente y sonríe] SdeS: Desde ahora y hasta la próxima vez que vea al psicólogo... P: [Cambia de posición en la silla y parece buscar algo con la mirada, luego asiente] SdeS: Quisiéramos que todos los días eche una moneda al aire. [Hace la demostración] P: Mmm, hum. (160) SdeS: Y que cuando caiga "cara" (como en este caso), bueno, ese día nos gustaría que se tome una hora, mientras realiza sus actividades de rutina... en su trabajo o donde sea... Y durante esa hora, queremos que simule que está por lo menos en -5... P: [Hace ademanes, asiente y sonríe] Mmm, hum. SdeS: Y que observe muy cuidadosamente qué diferencias nota en cómo marchan las cosas. P: [Se inclina hacia adelante. Parece estar escuchando atentamente al intérprete] ¿Y el resto del tiempo? SdeS: Que observe todo, antes, durante y después de esa hora. (165) P: [Asiente] Sí, sí. SdeS: ¿De acuerdo? Y vea qué ocurre. Creo que puede aprender algo de este experimento. Y espero enterarme de cómo marchan las cosas. P: [Asiente] SdeS: Una vez más, gracias por haber venido. Fue un placer conocerlo. P: [En inglés] Gracias a usted. (170) SdeS: [Estrechándole la mano] Wiedersehen. Un año después, durante una segunda entrevista de demostración realizada en Leipzig, el paciente informó que las cosas habían mejorado significativamente para él. Se había traslada do por un viaje de negocios a Amsterdam, donde paseó por los parques, había estado asistiendo al teatro, al cine, a una serie de exposiciones, había ido a bailar, etc. por lo menos una vez por semana a lo largo de todo ese año. También se había sentido mejor físicamente, lo cual se tradujo en un mejor desempeño laboral. En ese momento ya cansado de vivir solo, estaba muy interesado en desarrollar una relación estable con una mujer. Nota 1. Mi agradecimiento a Mary Jo Robinson por haberse dedicado pacientemente a elaborar esta transcripción que -como todas las transcripciones- es una actividad muy frustrante. En este caso se agregó la dificultad de que los tres participantes, de vez en cuando y en forma accidental, pasaban del alemán al inglés o viceversa. Para que resulte más simple, todo esto está puesto en una sola lengua. 224 225 12 Casi un cinco
Comparemos el saber con el decir: ¿cuántos metros mide el Mont Blanc? ¿Cómo se utiliza el juego" de palabras? ¿Cómo suena un clarinete? Cuando uno se sorprende porque a veces sabe algo y sin embargo es incapaz de expresarlo, lo más probable es que piense en un caso como el primero. Ciertamente no en un caso como el tercero. Wittgenstein (1958, §78) vida gracias a años de terapia, pero lo único que podía afirmar con certeza era que ya no estaban en 0. Independientemente de las preguntas que le hiciera la terapeuta, la paciente insistía en sus quejas del pasado, algunas de las cuales continuaban vigentes en el presente. La terapeuta aceptó estas respuestas y luego le preguntó qué tipo de cosas serían diferentes después del milagro. La respuesta fue un firme "No sé", seguido de otro lamento. La sesión terminó con una serie de halagos sobre los esfuerzos que había hecho la paciente para mejorar su vida. A causa de la vaguedad de las respuestas dadas por la mujer a la pregunta por el milagro y a la pregunta de escala, no se le sugirió realizar ninguna tarea específica. Cualquier cosa que el paciente pueda realmente hacer. Cualquier cosa que pueda hacer. Preferiblemente algo que tenga relación con su problema... ¿Cómo nos muestran los pacientes lo que realmente pueden hacer? Milton H. Erickson (Haley, 1985, pág. 152) En la primera sesión la paciente dijo que tenía algunos problemas con su hija y que estaba buscando su lugar en la vida. Luego pasó a describir los problemas que había tenido en el pasado y los que continuaba teniendo en el presente. La mujer atribuía todas estas complicaciones al hecho de "haber sido criada para ser un individuo histérico e imbécil". En respuesta a la pregunta por el milagro, dijo que "sentiría que no tengo que ser el producto de la imaginación de otros" y que por lo tanto se "sentiría en paz". Además, ya no tendría ese "peso en el espíritu ni ese peso en el corazón". Cuando se le preguntó cómo sabría su hija que se produjo el milagro, respondió que la hija pensaría que por fin ella "era una madre". Durante la sesión no hubo ninguna conducta ni descripciones definidas de lo que ocurriría como resultado de esos cambios. Teniendo en cuenta que la descripción del día después del milagro hecha por la paciente fue tan amplia y general, se optó por hacerle esta pregunta de escala: "Si 10 representa el día después del milagro y el 0 representa cómo estaban las cosas cuando usted comenzó la terapia, ¿en qué punto de la escala considera que se halla hoy? La paciente consideraba que las cosas habían mejorado en su Segunda sesión (1) Insoo Kim Berg: Ha pasado un mes aproximadamente desde la última vez que estuvo usted aquí. (2) P: Mmm, hum. (3) IKB: Bueno, me pregunto qué ha mejorado en la relación con su hija. (4) P: Nada. (5) IKB: ¿Nada mejoró con su hija? P: No. IKB: Sin embargo, ella sigue viviendo con usted... P: Sí. Mmm, hum.
IKB: ¿Y ahora no está yendo a la escuela? (10) P: Por las vacaciones de verano. IKB: Sí, el verano. P: Mmm, hum. IKB: Entonces, ¿qué hace de su vida? ¿A qué dedica el tiempo? P: Mmm... Lo desperdicia. (15) IKB: ¿Lo desperdicia? 226 227 P: Ajá. IKB: ¿Ella diría que lo está desperdiciando? P: No lo creo. IKB: Usted no cree que ella considere que malgasta su tiempo... (20) P: No, pero no veo nada que pueda considerarse algún logro. IKB: Bien. P: Sólo veo pérdida de tiempo. IKB: Ajá, o sea que ella no está siguiendo ningún curso, nada de eso y tampoco... bueno supongo que a los 16 no quiere ir a una colonia de vacaciones. P: Bueno, fue... (25) IKB: ¿Y no está estudiando? P: Casi perdió toda la mitad del último semestre. IKB: Ajá. P: Y además tiene una manera maravillosa de decir siempre... "Estoy trabajando muy bien..." o... IKB: ¿Entonces cree que lo está haciendo bien? (30) P: Lo decía cuando asistía... este último semestre. IKB: Bien. P: Que le iba bien, que la estaban ayudando, que no iba a perder el semestre, que asistía a clases especiales, que le proporcionaban toda la ayuda especial que necesitaba... IKB: Pero no le estaba yendo muy bien... P: No ... y cuando le dieron las notas finales... y yo no lo podía creer... (35) IKB: Bueno, entonces, ¿cómo es la situación? ¿Puede hacerlo mejor y no lo hace o no sabe cómo hacerlo mejor y por lo tanto necesita ayuda para mejorar? ¿Cuál es realmente la situación? P: Bueno, yo creo que ella tiene el potencial necesario. IKB: ¿Lo cree? P: Hum. IKB: ¿Lo cree en verdad? (40) P: Sí, oh, sí, pero yo... IKB: ¿Y cómo se da cuenta de que es así? P: Bueno, lo creo porque ella es básicamente muy inteligente. IKB: ¿Y usted cómo lo sabe? P: Bueno, ya sabe, por las cosas que dice y que hace. (45) IKB: ¿Por ejemplo? P: No soy tonta. Me considero una persona inteligente. No... IKB: ¿Lo es? P: Sí. IKB: Y ¿ella también lo es? (50) P: Creo que también es inteligente, no me considero una ignorante... IKB: Bien. P: A veces me considero ignorante... cuando uno comete un error IKB: Todo el mundo lo hace, todo el mundo comete errores. P: Salvo eso, tengo que considerarme... (55) IKB: O sea que las dos ¿son personas muy muy inteligentes?
P: Recuerde que tengo dos años de universidad y tengo un título profesional... IKB: Así es. P: Usted lo sabe... IKB: Bien. (60) P: Ya sabe, no puedo ser ignorante. IKB: ¿De modo que usted cree que Rebecca es también muy inteligente? ¿Y eso le hace suponer que ella puede estudiar mejor? P: Es sólo que, ya sabe, observándola desde que nació hasta ahora. Su hermana, su hermana se destaca en todo lo que hace. IKB: Ah. P: Su hermana es, ah, es simplemente alguien de quien uno, bueno, tiene cierta tendencia a enorgullecerse... (65) IKB: ¿De veras? P: Lo que se diga es poco. IKB: ¿Cuántos años tiene...? P: Más que Becky. IKB: ¿Qué edad tiene? (70) P: La hermana tiene ah... 21. IKB: 21. P: Sí, pero ella... IKB: ¿No vive con usted y con Rebecca? P: No, porque a ella le gusta aislarse, se pasaría todo el día 228 229 sentada en un rincón leyendo un libro y no haría otra cosa que leer su libro. (75) IKB: ¿Cuál de ellas? P: La mayor. IKB: La mayor. ¿Pero a ella le va bien? P: Aparentemente con los estudios sí, ahora está en Alemania... IKB: Ella también es muy brillante, entonces. (80) P: Creo... bueno, ya sabe, que ambas son muy inteligentes de maneras distintas. Cada una de ellas es brillante en cuanto a lecturas, hum, Rebecca es muy sagaz cuando tiene los pies sobre la tierra, pero aun así creo que tiene el potencial... si pudiera, hum, si pudiera concentrarse en algo, ¿me entiende? en hacer algo. IKB: Entonces, ¿usted tiene cierta idea de lo que necesitan, de lo que necesita cada una de ellas? P: Bueno, la mayor, no; supongo que tratando de sonsacarle las cosas y si lograra un equilibrio entre los estudios y la vida en general. La paciente está diciendo que la situación no ha mejorado desde la sesión anterior; las preguntas sobre el milagro y la escala formuladas en la primera entrevista sólo les proporcio naron a ella misma y a la terapeuta algunas guías muy amplias y no específicas, pero no un indicio para poder juzgar los logros (o los fracasos). Por lo tanto, la terapeuta necesita hacer algo distinto que le permita señalar una diferencia, ya que continuar abordando las cosas con el mismo enfoque es repetir algo que no funciona, lo cual es la definición exacta de un problema. ¿Qué desea la paciente? IKB: Quisiera tomar algunas ideas de la última vez que usted estuvo aquí hace aproximadamente un mes. Quisiera hacer una especie de revisión de ciertas cosas, porque estoy segura de que usted ha tenido la oportunidad de reflexionar, de reflexionar sobre lo que la impulsó a venir a verme aquella vez. P: Mmm, hum. De acuerdo.
(85) IKB: Y haciendo una revisión de una cosa y otra, ¿qué supone usted... qué supone que tendríamos que mirar en una perspectiva diferente de su vida con Rebecca y de las diversas circunstancias que la rodean? Quiero decir algo que le permita decirse: "¡Fue realmente una buena idea reiniciar la terapia!" Creo que usted hizo mucha terapia antes.l P: OH... SI. IKB: Entonces, ¿qué supone que habría que hacer esta vez para que usted pudiera decir que en esta ocasión logró lo que buscaba viniendo aquí? P: Sencillamente no tengo ninguna unidad familiar. ¿Me entiende? No ha habido ninguna... no hay ninguna comunicación real, no hay una unidad familiar, no hay felicidad entre nosotros... IKB: Entonces ¿lo que usted querría es ver una unidad familiar? (90) P: Bueno, nosotros, parece como si, desde que ellas nacieron fue... una relación con mi marido en la que él directamente tomó a su cargo la vida de las niñas... La paciente desvía las quejas hacia su ex marido (una zona de lamentos), de modo que la terapeuta la interrumpe y la remite nuevamente a la tarea de definir la "unidad familiar". IKB: Permítame hacerme alguna idea sobre eso. Entonces, ¿qué significa para usted la unidad familiar? ¿A qué se refiere usted con "unidad familiar"? P: A mí con mis dos hijas. Quisiera tener una relación mejor con ellas, como yo... puedo sentarme aquí y hablar de Rachel, pero a ella le importo un comino. En realidad, ella quisiera verme muerta o encerrada en un asilo. Ese es el punto fundamental. Ya ve, yo me siento aquí y digo cosas como que realmente admiro a Rachel; estoy realmente feliz por ella, pero si ella estuviera en esta misma habitación conmigo, se interesaría menos. Imagínese, ella... daría una vuelta por la sala, echaría una mirada y diría: "Oh, mamá está aquí" y se marcharía. IKB: Muy bien, usted querría que eso cambie. P: Sí, sin duda. (95) IKB: ¿Y qué ocurre con...? P: Esto nunca mejoró... IKB: Bueno, ¿y qué me dice de usted y Rebecca? 230 231 P: Ocurre lo mismo, con Rebecca el contacto es mínimo, es como si uno tuviera que aceptar lo que hace en su vida, ya sabe. Y eso se debe a que mi ex marido empezó a controlarlas a ambas desde el primer día... y aún hoy es el factor de control. IKB: Entonces... parecería que es algo que no va a cambiar. (100) P: No. IKB: Que él esté siempre en la escena. P: Exacto. IKB: El va a estar siempre en la escena... P: ... Quiero decir, son muchachas que no han sido liberales y tienen una actitud muy relajada, muy suelta ante cualquier cosa, hum, no son... en fin, que tienen una actitud muy abierta, muy libre y ah... (105) IKB: Y ¿qué supone usted? Parecería que usted tiene un gran problema aquí... P: Con las dos muchachas... IKB: Con las dos... P: Y creo que yo siempre traté de ajustar bien las cosas... IKB: Y trató de mantener la unidad familiar...
Una vez más la terapeuta trata de llevar a la paciente a que defina su objetivo. (110) P: Así es. Construir objetivos IKB: Entonces, ¿dónde deberíamos empezar? ¿Usted y Rebecca? O usted y... P: Rebecca y yo, supongo. IKB: Usted y Rebecca... ¿usted quiere comenzar por allí? (120) P: Sí. IKB: ¿Usted quiere comenzar por usted y Rebecca? P: Vea, yo amo a Rachel, pero Rachel me odia. IKB: Por supuesto, las madres aman a sus hijos. P: Sí, claro. Y cuando yo aparezco donde ella trabaja es como si me dijera: "¿Qué estás haciendo aquí?" (125) IKB: Entonces comenzaremos por usted y Rebecca. P: Sí. IKB: ... por el comienzo de la relación de todos modos. P: Claro. Sí. Empecemos por el principio. Construir un pequeño primer paso IKB: Entonces, ¿qué supone que le gustaría que ocurriera entre usted y Rebecca que le haría ver a usted que por lo menos hemos empezado a recorrer la senda correcta? No que hayamos llegado a la meta, pero que hemos empezado a recorrer la buena senda. (130) P: Bueno, ya sabe, con que sólo hubiera algo como... hum, nuestra relación es tan limitada, yo diría que bastaría con pasar ese nivel limitado. (111) IKB: ¿Qué puedo hacer yo que a usted le resulte útil y le permita decir: "Estoy encantada de haber venido a hablar con esta señora"? P: Bueno, no sé, usted ve lo que está ocurriendo: Rebecca y yo aún vivimos juntas, vivimos juntas pero no nos comunicamos, no tenemos ningún tipo de... ella está siempre afuera, uno no puede vigilar dónde está. Si yo digo algo, su padre replica: "Métete en tus asuntos, ella puede cuidarse sola". IKB: Rachel ahora ya no está en la casa. P: Así es, ya no está en la casa. (115) IKB: ¿Vive sola? P: Sí, pero vea, Rachel y yo nunca nos llevamos bien. Siempre traté de entenderme con ella, desde que era muy pequeña, siempre estuve tratando de llegar a ella. Construir una excepción (130 continuación) Es un nivel de, como, por ejemplo si quiero que haga algo para mí, si le digo "Si limpias la vajilla y ordenas la casa te daré $5". ¿Qué es eso? ¿Qué significa ordenar? Uno le mide el tiempo y ella le dedica, digamos, 20 minutos y se ganó 5 dólares. ¿Es justo? IKB: Pero entonces, ¿ella lo hace? P: Depende. Si está realmente muy tensa y con mucha ansiedad y... ni le puedo decir, en ese caso, hum, me responde destempladamente y me hace saber que no dispone de un solo minuto para lo que yo le pida. IKB: ¿Ni siquiera por cinco dólares? P: Ni por eso. 232 233 (135) IKB: Ahhh, de modo que ¿a veces quiere hacerlo y a veces no? P: Sí. IKB: Limpiar o poner orden en la casa. P: Exactamente. A veces puedo pasarlo por alto, pero a veces no.
IKB: ¿Cuál es la diferencia? ¿Por qué a veces lo hace y a veces no? (140) P: Porque son sus sentimientos y es su vida y porque ella controla mi vida y la casa y todo lo demás... IKB: Si Rebecca estuviera aquí y yo le preguntara: "¿Cuál es la diferencia? ¿Cómo es que a veces lo haces por cinco dólares?" Unos cinco dólares bien fáciles, me parece... P: Exacto. IKB: "Te ganas cinco dólares." P: A veces hasta le doy diez, ¿sabe? (145) IKB: ¿De veras? P: Oh, seguramente. Es que tengo esa... siento pena por ella y parece como si realmente no la pasara nada bien, ¿me entiende...? Entonces le ofrezco 10 dólares... IKB: O sea que a veces hace lo que se le pide y a veces no, ¿ni siquiera por diez dólares? P: A veces no, eso es. IKB: Muy bien, entonces ¿cuál supone que diría ella que es la razón para que actúe de un modo u otro? (150) P: Porque ella tiene su propia vida. IKB: ¿Eso diría? P: Si va a salir con una amiga o con un amigo, o quizá con su padre... ver a cualquier otra persona es más importante en su vida de lo que soy yo. Ya sabe... hum. IKB: ¿Eso es lo que diría usted que está ocurriendo ahora? Rebecca tiene casi 16 años. P: Mmm, hum. Sí, va a cumplir los 16. (155) IKB: Todo eso es típico de los 16 años o ¿usted no cree que es típico de esa edad hacer cosas por el estilo? P: Sí, podríamos decir que en ese terreno es lo habitual, pero cuando es en todo... ¿usted diría que es habitual que nunca limpie su habitación? ¿Que es típico? ¿Que se quede a dormir en la casa del novio? ¿Es típico? Uno puede decir que todo es típico... IKB: Entonces, usted ¿no desea eso? P: Bueno, no. IKB: Bueno, estoy tratando de entender... estoy tratando de imaginarme... (160) P: Quiero decir que todos pueden decir que las chicas de 16... parece que todo lo que hacen es típico... IKB: Sí. P: Si sale con los amigos, si regresa tarde, si no se levanta temprano y se queda dormida hasta cualquier hora... todo eso es típico. IKB: Si yo le preguntara a Rebecca si cree que es una típica muchachita de 16 años... P: Oh, ella diría que sí. (165) IKB: Diría que sí. P: Ajá. IKB: Entonces ¿piensa que es totalmente común? P: Oh, estoy segura. IKB: ¿Ella cree que no hay nada malo en lo que hace? (170) P: Oh, absolutamente, porque creo que es la cultura, creo que es así como marchan la cultura y la sociedad aquí. Ya sabe, es como si el único límite fuera el cielo, pero si nos pusieran, hum, en otra cultura probablemente veríamos que vigilan a su hijos. IKB: ¿Ella diría, diría que desea esa unidad familiar que usted quiere? P: Oh, no creo. IKB: ¿No lo cree?
P: Pienso que si quisiera algo, sería únicamente que su madre no se meta en sus asuntos. Estoy segura... bueno, probablemente. Pero si uno continúa hablando con ella y con tinúa, ella puede sólo decir que hum, quizá posiblemente... entendiera un poco más a su madre... quizá, posiblemente. La idea de la "unidad familiar" se va definiendo cada vez más en términos interaccionales. Es decir, desde el punto de vista de la madre esa unidad es de una manera, y desde el punto de vista de la hija, de otra completamente distinta. (175) IKB: Entendiera mejor... P: A mí. 234 235 IKB: ¿A usted? P: Sí. IKB: ¿Ella desea comprenderla mejor a usted? (180) Yo no la entiendo a ella y ella no me entiende a mí. IKB: Entonces, ella diría que lo que desea es un entendimiento mutuo. P: Bueno, yo diría que sí. IKB: Ah. Muy bien. Ella diría que... P: Bueno... ya sabe, yo sólo estoy suponiendo. (185) IKB: Sí, de acuerdo. Entonces... Construir otra excepción P: A veces puede ser muy agradable conmigo, ¿sabe? IKB: ¿Ah, sí? P: A veces. A veces puede ser :nuy agradable. IKB: Cuénteme más sobre eso, ¿qué hace Rebecca que...? (190) P: Bueno, a veces limpia toda la casa. IKB: ¿Lo hace? P: Sí. IKB: ¿Por propia decisión? P: Sí, a veces hace eso. (195) IKB: Por sí sola... sin que usted... P: Sin que le diga nada. IKB: ... sin que usted le pague los cinco dólares? P: Sí, a veces es así. IKB: Ajá. (200) P: A veces hace eso, muy rara vez... IKB: Y cuando lo hace, ¿realmente realiza un buen trabajo? P: Hubo una época en la que yo hubiera respondido "no", pero ahora digo que sí. IKB: ... ¿Y usted se muestra verdaderamente agradecida por lo que sea que haga? P: Sí, hasta le digo "Oh, qué maravilla". (205) IKB: Oh. P: Y luego cuando ella sale vuelvo a pasar la aspiradora por toda la casa, ya sabe. IKB: ... Bueno. Bien, Bien. Entonces ella diría que desea el mismo tipo de unidad familiar que usted desea... ¿o desea otro tipo de unidad familiar distinta? P: Hum... Las dos alguna vez me dijeron que no soy una madre normal. ¿Se imagina? Ah... IKB: Eso no es algo tan excepcional... (210) P: Y a mí no me gusta... bueno, afrontémoslo; según la familia o el medio en el que uno ha vivido; cada cual es diferente. Si usted me pusiera en una familia yo podría desarrollarme en cierto modo. IKB: Ciertamente. P: Y en otra familia, no. IKB: Por supuesto. P: ¿Sabe? Pienso mucho en que todo esto tiene que ver con la influencia del padre. Entonces yo no estoy bien, según él, yo no soy una buena madre.
(215) IKB: Bueno, supongo que él la soporta a usted como madre de las niñas, del mismo modo en que usted lo soporta como padre. P: Bueno... el hecho de haberme divorciado de él me ayudó mucho... IKB: Bien. P: Porque me di cuenta de que cuando estaba casada con él, no éramos ni emocional ni mentalmente compatibles. IKB: Bien. Volvamos un poco a su relación con Rebecca. ¿Qué supone que diría ella que haría falta para que ustedes dos por lo menos se entiendan y charlen un poquito más? ¿Qué haría falta? (220) P: Siempre todo cae sobre mis hombros. Y es como si tuviera que callarme. IKB: ¿Eso es lo que Rebecca diría? P: Yo debería ser, bueno, ya sabe, dejarla hacer lo que ella quiere, porque eso es lo que hace su padre. Cuando Rebecca está en el territorio de él, pasó todo el verano allá y lo que no... IKB: Seguro. P: Cuando está en territorio de su padre, lo que ocurre es que él le permite ir y venir. El le deja tomar las decisiones en su lugar. (225)IKB: Entonces, ustedes tienen ideas de cómo criar a los hijos muy diferentes. P: Yo no quiero que Rebecca tome decisiones en mi lugar, porque me digo que tengo muchos más años que ella para saber un poquito más. No quiero que ella me diga lo que hay que hacer y él... sí, la deja tomar decisiones y... 236 237 IKB: Entonces, ¿qué diría Rebecca si estuviera sentada aquí y yo le preguntara qué haría falta para que las dos por lo menos charlaran un poco entre ustedes, por lo menos fueran amables, trataran de entenderse...? P: Que yo no me meta en sus asuntos. IKB: ¿Ella diría eso? ¿Que no se meta en sus asuntos? (230) Hum, hum... Hum, hum. IKB: Mmm, hum. Muy bien. Otra excepción (232) P: Las únicas ocasiones en las que realmente mantenemos alguna relación es cuando la acompaño a hacer compras. IKB: Ah, ¿eso le gusta a Rebecca? P: Pero no siempre... (235) IKB: Cuénteme un poco más sobre eso, cuando salen de compras juntas, ¿a ella le gusta ir con usted? P: No siempre, si encaja en sus planes... IKB: En ese caso, le gusta. P: Sí. IKB: Muy bien. (240) P: Así es. IKB: ...típico, a mí me parece típico de una muchacha de 16 años. Permítame... ¿qué diría Rebecca que hace falta para que ustedes dos por lo menos...? P: Nada. IKB: ¿No diría nada? P: Exacto. Porque en lo que a ella respecta, yo no debería nunca entremeterme. Soy yo la que quiere hallar... yo estoy buscando una respuesta. Estoy tratando de encontrar algo.
Una y otra vez, la paciente menciona que cree que su hija quiere que ella no se meta en sus cosas, que se calle y que la deje tranquila. Sin embargo, estas excepciones sugieren que las cosas no son tan absolutamente negativas. (245) IKB: ¿Para? P: Para llevarme bien con ella. IKB: Para llevarse bien con ella. P: A veces me saca tanto de quicio que yo directamente le diría... ya sabe... IKB: Entonces cuénteme un poco sobre esas ocasiones en las que las dos se llevan razonablemente bien, no el ideal, no la relación perfecta, pero sí razonablemente... bien. Algo aceptable, no ideal, pero aceptable. (250) P: Bueno, entonces la encuentro realmente encantadora. Por ejemplo, si estamos en una tienda y ella hasta es capaz de acercarse y decirme: "Oh, luces muy bien con eso". Y hasta es capaz de encontrar algo para mí. IKB: ¿De veras? P: Pero... yo tengo mi propio gusto y ella me dice que soy muy... que tengo un gusto espantoso... IKB: Seguro. P: Ah... ya sabe. (255) IKB: Seguramente, después de todo hay una diferen cia... P: ...¿qué aspecto se supone que debo tener? IKB: ... el de una jovencita de 16. P: Sí, eso, un cigarrillo de marihuana y aspecto de hippie. IKB: No. De modo que a veces ella trata de ser agradable con usted de esa manera. Supongo que hace un esfuerzo a su modo. (260) P: A veces, a veces. IKB: Hum. ¿Qué más hace Rebecca para tratar de llevarse bien con usted? P: Bueno, a veces no hace nada, a veces es... Si está realmente mal conmigo, me dice que se irá con su padre, que se quedará con él. Me cuenta que van a salir juntos o cuando él le compra algo, para que yo, bueno ya sabe... juega con los padres. IKB: Bueno... P: Ella hace su juego. (265) IKB: Las personas hacen ese tipo de cosas. P: Sí. IKB: Para ver qué pueden obtener de cada uno, ¿no es cierto? P: Supongo que sí, obviamente. IKB: Muy bien. Ahora... ¿qué quiere hacer usted sobre esta cuestión? ¿Qué diferencias quisiera que haya en su relación con Rebecca? (270) P: Bueno, siempre he querido, he tratado de esforzarme por establecer algún tipo de relación, pero sencillamente parece, parece que no surte ningún efecto. 238 239 IKB: Hum. O sea ¿a usted le gustaría elaborar una relación social entre Rebecca y usted? P: Hum, hum. Ella prefiere estar con todos sus amigos, hasta con su perro, antes que conmigo. Y su hermana era igual con su perrito. Era como si... llegaban a casa de la escuela y yo podía tener la casa impecablemente ordenada y limpia, y quizá le había hecho un vestido o una blusa a una o a la otra y podía haber hecho todo lo que les gustaba y era... "Oh, hola, Harold", el perro estaba siempre
primero. Así que yo siempre decía: "Harold, un día te vas a ir... ¡te vas a ir!" Y se fue. IKB: Realmente, ¿se fue? P: Lo mandé de paseo. (275) ¿Lo mandó? P: Sí, lo hice. IKB: Y ¿eso resultó? P: Oh, sí, es mucho más feliz con ese matrimonio de ancianos retirados. IKB: Ah. (280) P: Mejor para Harold. IKB: Sí, claro. P: Estoy contenta de no tener que verlo más, pero no pasó mucho tiempo y su hermana le compró un perrito. IKB: Oh. P: Entonces Rachel se fue con su perro y yo lo envié con una pareja de personas mayores, porque ella no podía tenerlo donde estaba con su padre, él no podía tener animales en la casa, entonces ella va y le regala a su hermana un perrito y, oh, no puedo creerlo, ese perro va con ella a todas partes. Otra vez en la huella (285) IKB: Aún me pregunto sobre este... ¿qué puedo hacer por usted? Estoy un poco confundida sobre todo esto. ¿Qué puedo hacer yo para ayudarla a que tenga con Rebecca una unidad familiar? P: No lo sé. ¿Usted no puede imaginarlo? Usted sabe, yo no puedo. Lo he intentado. IKB: ¿Imaginar qué? ¿Qué es lo que puedo ayudarla a imaginar? P: Cómo llevarme bien con Rebecca y ah... IKB: Muy bien, muy bien. Aclaremos algunas ideas. Supongamos que, de algún modo, usted imagina cómo podría llevarse bien con ella. No sé qué... (290) P: Estoy ofendida con ella. Estoy tremendamente ofendida. IKB: ¿De veras? P: En verdad, a veces no la soporto, en realidad la odio. IKB: Ajá. P: Pero a su hermana la quiero, aun cuando ella a veces es muy desagradable, pero esta... esta es tan irritante. Es muy exasperante, es irritante, es intencionada. Un día aparece con un tatuaje en el tobillo y muy diplomáticamente me dice: "Y bien, ¿qué opinas de los tatuajes?" Y yo le responde que realmente no me gustan. No me parece bien que las personas se pongan esas cosas en el cuerpo. Y ella me dice, hum, "Bueno, mi amiga (no recuerdo cómo se llamaba) me lo regaló cuando estuve en Fond du Lac". Y yo dije "Oh". Vea, Rebecca es como... es determinada, intencionada. Provocativa. Irritante. Es... Teniendo en cuenta la visión que tiene la paciente de su hija y considerando su firme adhesión al pensamiento causal, no es sorprendente que le cueste imaginar cómo podrían cam biar las cosas. Aun así las "excepciones" indican o por lo menos sugieren que a veces la relación entre madre e hija mejora. (295) IKB: Entonces... P: Entonces vi que lo tenía en el tobillo. IKB: Ahora bien, usted tiene que... usted quiere llevarse bien con Rebecca, aun cuando usted... P: Sí, quiero. IKB: ... a pesar de que se siente ofendida y a veces la odia... (300) P: Así es... Mmm, hum...
IKB: Usted no quiere... sin embargo quiere llevarse bien con ella. P: Sé que no está bien que yo sienta esto. Quiero decir, tal vez ella es así a causa, supongo, de la influencia de su padre. Y el hecho de que yo no planifiqué tenerla. Yo estaba por divor ciarme de su padre y él fue el que me indujo a hacerlo, engañada, ya sabe, llevándome a la cama con él y bueno, terminé quedando encinta y eso me ató al matrimonio un tiempo más. 240 241 Yo estaba muy disgustada y molesta. Muy deprimida. Lloraba todo el día. Yo había decidido divorciarme de él, con bebé o sin bebé. IKB: Estoy todavía un poco confundida en este sentido: ¿Cómo puedo ayudarla? ¿Qué puedo hacer yo que le resulte útil? P: Fue un nacimiento que realmente yo no deseaba. (305) IKB: Entiendo... entiendo. P: Y luego... IKB: ¿Cómo puedo ayudarla? P: ¿Sabe? Es como si, quisiera encontrar la forma de entrar en su vida y tener una relación con ella. Ha habido mucho resentimiento y mucha infelicidad. Una nueva senda IKB: Supongo... simplemente estamos... qué vida terrible tiene usted, qué problema terrible tiene que afrontar. (310) P: Mmm, hum. Vea, usted... IKB: Nada le ha salido del todo bien... P: Permítame que le cuente algo, ¿de acuerdo? IKB: Espere sólo un minuto. P: Bueno. (315) IKB: Parece que su vida no marcha muy bien. P: Definitivamente no. IKB: En muchos, muchos sentidos. P: Todo el tiempo... IKB: Bueno. Entonces, ya sabe, quiero decir, parecería que su matrimonio fue un mal matrimonio, su infancia fue terrible y sus hijas no se conducen bien. (320) P: Así es. Usted lo ha comprendido bien. IKB: Muy bien, entonces. P: Es un infierno, todo el tiempo. IKB: Ajá. P: Bueno, usted sabe. (325) IKB: Bien, bien. ¿Y a pesar de eso usted quiere tener una especie de, ah, unidad familiar normal? P: Bueno, ¿quién no querría tenerla? Después de un tiempo comprende que todos estos años de porquería... IKB: Seguramente, ... lo merecen. P: Creo que soy una buena persona. ¿Entiende? IKB: Sí. (330) P: Y es como si estuvieran poniéndome constantemente los nervios de punta. IKB: Entiendo. Pero piensa que de algún modo... ¿qué cree que haría falta para superar todo esto? ¿Para superar toda esa vida difícil que usted ha tenido? ¿Qué cree que haría falta? P: No lo sé. Piense que... aún estoy buscando una manera. Todavía estoy tratando de encontrar la respuesta. IKB: ¿De qué? P: De lo que haría falta para que las cosas marchen mejor, o para superar esto.
(335) IKB: Bien. P: ¿Entiende? IKB: Pero ha estado buscando durante mucho tiempo... P: Oh, sí, puede apostar que sí. IKB: Sí. (340) P: Todo el tiempo. IKB: Todo el tiempo. P: Toda mi vida. IKB: Estuvo haciendo terapia mucho tiempo buscando esa respuesta. P: He recorrido un largo camino. (345) IKB: Así es. P: Hubo épocas en las que ni siquiera podía hablar ni siquiera pensar como lo hago ahora. IKB: Sí. P: Tenía que esforzarme para hacer funcionar mi mente. IKB: Entiendo. (350) P: Solía decirme a mí misma: ¿cómo puedo pensar como lo hacen estas otras personas? Solía preguntarme ¿cómo pueden pensar, razonar las cosas y entender las cuestiones y ser capaces de...? IKB: Sí. P: Solía pensar así. IKB: Bien, bien. P: Y finalmente me llevó muuucho tiempo. (355) IKB: Pero lo hizo. P: Llegué bastante lejos. IKB: Pero lo hizo... Y eso es fantástico. P: Absolutamente. Absolutamente. 242 243 IKB: Entonces, ¿qué quiere hacer con su hija? ¿Es esto una especie de continuación de la difícil tarea que estuvo realizando para tratar de tener una vida normal? (360) P: Creo que estoy, creo que estoy luchando contra mi ex marido, contra todo lo que lo rodea, creo que estoy luchando contra su influencia, creo que estoy luchando... IKB: ¿Aún está luchando o es algo que ya terminó? P: Porque eso fue inculcado en Rebecca y en su hermana. IKB: Ya veo, incluso a través de sus hijas. P: Oh, sí, porque él es, mire, le contaré un ejemplo... (365) IKB: Espere... espere un minuto, ahora permítame preguntarle algo... Se me ocurre que ciertamente usted se merece una vida mejor. P: Espero que sí. IKB: Mejor que todo esto con lo que ha tenido que luchar, ¿no es cierto? P: Sí. IKB: ¿Sabe? Quiero decir es como si a usted le hubiera pasado una cosa mala detrás de otra (370) P: Un desastre, es cierto. IKB: Mala suerte, quiero decir, no es más que mala suerte. P: Hum, hum... No puedo entender por qué. IKB: Por supuesto que no, quiero decir, ¿quién puede explicar algo así? No hay manera de saberlo. Entonces, sabiendo que, sabiendo que usted ha recorrido realmente un largo camino... P: Es cierto. (375) IKB: Realmente un largo camino. P: Oh sí, realmente he sido como un cesto de verduras. IKB: Realmente, realmente. Y también parece que tiene todavía un largo camino por recorrer. P: Sí, sí.
IKB: Sabiendo eso, ¿con cuánta intensidad desea intentar algo diferente, experimentar otras posibilidades? Hacer algo diferente con Rebecca de modo que ambas puedan tener una relación normal... algo parecido a una relación normal entre madre e hija, entre una madre y una hija de 16 años... (380) P: Tengo que vivir con ella, así que... IKB: Lo sé. P: Sí, no quiero que ella fracase, ni siquiera fue a la escuela de verano. No quiero que fracase el próximo semestre o que llegue a reprobar la preparatoria. IKB: De modo que quiere que estudie más. P: Claro, seguramente. Aunque yo no... aunque me saque de las casillas... (385) IKB: Sí. P: Con todo lo que hace. Quiero decir, ya sabe... IKB: Entonces déjeme preguntarle. P: ¿Me deja sólo que le cuente esto muy rápido? Rebecca dejó que algún muchacho le quitara su virginidad cuando tenía 14 años y lo escribió en su diario. IKB: Mmm, hum. (390) P: Y yo me encontré con eso. IKB: Hum. P: Y cuando yo tenía trece años y medio fui violada y no quería perder mi virginidad. IKB: Bueno, bueno. P: Bueno, yo leí eso y me sentí horrorizada. (395) IKB: Por supuesto. P: No puedo creer lo que es esta niña, es como si cada vez que yo cambio de postura... IKB: Entonces, permítame preguntarle, digamos, ¿cree usted que podemos trazar una línea... P: O tal vez yo no soy normal. Tal vez todo esto es normal para la vida y la gente de hoy, eso de que "sólo el cielo es el límite" o "haz lo que quieras" y todo está bien. IKB: Para Rebecca. (400) P: Quizás esta vida sea así y yo simplemente... quizá yo tengo una cantidad de normas o ideas equivocadas o algo así de la vida. IKB: Ciertamente hay... lo que se llama la brecha generacional. Es cierto. Tenemos diferentes... crecimos de maneras diferentes, tenemos una serie de normas diferentes. P: Bueno, yo siempre recibí todos los golpes. Inventar una escala de acción IKB: ... Sí... Bueno. Entonces permítame preguntarle, aún necesito saber esto. Digamos, si usted pudiera trazar una línea aquí (en una pequeña pizarra). Este punto superior representa un 10 y el punto más bajo, un 0. O sea, una escala de 0 a 10. P: Mmm, hum... Mmm, hum. 244 245 (405) IKB: Y el diez, aquí arriba... [señala la escala dibujada en la pizarra] representa que usted haría todo lo humanamente posible para... P: Tratar... IKB: Para tratar de que las cosas mejoren entre usted y Rebecca, de modo que ambas por lo menos se lleven un poco mejor.
P: Sí. IKB: Muy bien, sólo por ahora... imaginemos que 0 representa que todo se irá al demonio, así que ¿para qué preocuparse? (410) P: Casi. IKB: Bien, ¿dónde diría que se encuentra ahora dentro de esta escala, entre 0 y 10? P: Probablemente en 2. IKB: Dos. P: Hum. (415) IKB: Uau. P: Y sí, es así. Sí, estoy por ahí. IKB: Uau. Eso está muy bien. Quiero decir que está muy bien. Dos. P: Está bastante bien. IKB: Sí, está bastante bien, considerando... (420) P: Sí. IKB: La seriedad del problema. P: Oh, sí. IKB: Sí, considerando eso, está muy, muy bien. P: Oh, Dios mío. IKB: Sabiendo todo lo que han pasado Rebecca y usted. Porque yo ni siquiera conozco a Rebecca. Ni siquiera la he visto nunca, pero sabiendo lo que usted y ella han pasado. P: Ella es un terremoto. Ella es un terremoto. IKB: Sabiendo cómo es ella, sabiendo el tipo de niña que es; 10 representa que tiene absoluta confianza en que lo que desea, esta unidad familiar que usted desea, puede alcanzarse. Confía mucho en ello. Puede alcanzarse. Cero representa que "más vale enrollar la tienda y levantar campamento". ¿Dónde diría que se encuentra usted entre 0 y 10? En este preciso momento. (430) P: ¿Qué confianza tengo? IKB: Sí. P: Casi llegando a 5. IKB: Ajá. P: Trato de situarme en un 5. Muy bien. (435) IKB: Eso es admirable. Suena como si usted hubiera progresado un poquito. P: Bueno, sí. IKB: Ajá. P: Porque precisamente estoy tratando... con ella... IKB: Bien. (440) P: Salvo que, bueno, creo que en realidad es un 4, pero dije que "arañando" el 5. IKB: Casi cinco. Aunque a primera vista una respuesta de 2 parece comparativamente baja y podría interpretarse como una señal de que la paciente no está dispuesta a hacer mucho, en este caso y en este contexto, el 2 representa una mejora y una conquista significativas. Y una respuesta 2 es, después de todo, por completo diferente de una respuesta 0 o de un "No sé". Una vez más, considerando el contexto y la manera en que la paciente describió su historia, un cuatro que está "arañando" el 5 es bastante impresionante. Desviarse hacia esta nueva senda parece rendir sus frutos. Ciertamente un "4 casi 5" puede interpretarse como que la paciente ha incorporado la idea de que el cambio es posible. Inventar una escala de confianza (423 continuación) Ahora, permítame hacerle otra pregunta, ¿de acuerdo? P: De acuerdo.
(425) IKB: Esta vez el 10 representa que usted tiene toda la esperanza razonable de que esto, lo que usted desea, sucederá. (441 continuación) Muy bien. Supongamos que usted alcanza ese cinco, que está cómodamente en 5. P: ¿Cómodamente en 5? IKB: No casi 5, sino habiendo llegado cómodamente a 5. P: En ese caso, todo sería... (445) IKB: ¿Qué diferencias habría en su relación con Rebecca? 246 247 P: Bueno, estoy segura de que entonces habría una forma de equilibrar realmente... o de ver con mayor claridad, bueno, cómo relacionarme. IKB: Con ella. P: Sí. IKB: Bueno, entonces, supongamos que usted lo hizo. Que alcanzó el 5. (450) P: Mmm, hum. IKB: No sé cómo hará para llegar ahí, pero supongamos que usted está en 5. P: Muy bien. Sí. IKB: O sea que ha recorrido la mitad del camino. ¿Qué pasaría entre usted y Rebecca que ahora no está pasando? P: Bueno, ya sabe, que estoy segura de que ah, es como si, cuando nos levantamos a la mañana y nos cruzamos, bueno, ah, hay como una sensación de cierta paz, un poco de armonía. Y no que ella esté haciendo sus propias cosas resentida y si me cruzo en su camino, como a veces hasta me dice, ah, ¿sabe? "¿Cuándo te vas? Van a venir mis amigos y no es necesario que estés aquí." (455) IKB: Mmm, hum. P: Entonces yo querría poder tener cierta armonía en la que no me gustaría tener una niña gritándome, qué estoy leyendo o... IKB: ¿Entonces eso sería estar en 5? P: O que esté controlando la casa. IKB: Entonces, ¿qué sería estar en 5? ¿Que usted pueda hacer eso, que ella pueda hacer eso? (460) P: Bueno, ¿no cree que es así? Si uno está a mitad del recorrido, es como si, tiene algún tipo de, no es estar al ciento por ciento pero, puede haber cierta sensación de poder anhelar algo, ya sabe. No es que haya una relación completamente buena. IKB: Bueno, bueno. P: ¿Entiende? O tratar de... IKB: Bien, bien. Me parece razonable. Muy bien. Supongamos que usted alcanzó ese 5. P: Sí. (465) IKB: Bien. P: Mmm, hum. IKB: ¿Qué supone que diría Rebecca que cambió en usted? Si ella estuviera sentada aquí y yo le preguntara: "¿Cómo están las cosas entre tú y tu madre ahora que ambas están en 5? ¿Cómo cambió tu mamá?" P: Bueno, ella me vería más como hum, ah, como su madre y como alguien con quien puede contar y con quien hablar. IKB: Entonces ella diría "me siento cómoda yendo a hablar con mi mamá". (470) P: Sí, que puedo, posiblemente expresar lo que siento y puedo darme cuenta de que ella, bueno, me entiende.
IKB: Tiene sentido. Muy bien. Entonces, ¿qué diría Rebecca, qué clase de indicio recibiría de usted que le hiciera saber que está todo bien, que puede acercarse a hablar con su mamá y que usted, que su mamá puede hablar razonablemente con ella sobre... cosas que se ponen en verdad difíciles a los 16 años? ¿Qué diría Rebecca? P: Y el hecho de que... es por esto por lo que pienso para mí se hace tan difícil relacionarme... no puedo pasar de ahí. Hasta ahí puedo llegar, hasta ahí puedo estirarme. Quiero decir, por ejemplo, si llamo a la casa del padre y digo: "Hola, ¿dónde está Rachel? Recibió una carta aquí". Y él me dice: "¿Qué diablos te pasa?" "Nada, sólo que Rachel recibió una carta." "Bueno, ocúpate de tus propios asuntos." "Bueno, por qué crees que tengo estas cartas, son para ella y quisiera entregárselas." "Bien, ¿te dijo dónde estaba?" Y yo respondo: "No". Entonces él me dice: "Entonces no te lo digo". Entonces, ¿entiende?, es como que siempre recibo este tipo de cosas y si pregunto: "¿Dónde está Rebecca? No estuvo en casa, no pasó la noche en casa. ¿Está allí contigo? Dime qué pasa". Entonces es como que yo trato de encontrar la forma de entrar en su vida y él está siempre ahí. Creo que él básicamente controla todo, a pesar de que ella vive conmigo, y para mí es difícil meterme en algo y no quiero que ella fracase en la escuela porque después él me culpa a mí. IKB: Entonces para alcanzar el 5... P: Sí. (475) IKB: ¿Tenemos que cambiarlas a usted y a Rebecca o a usted y a su ex marido? P: Creo que aquí hay una cuestión, bueno, ya sabe, si pudiéramos eliminarlo completamente de la escena... IKB: No puedo hacer eso. P: ¿No puede dispararle? IKB: Estoy segura de que a veces tiene ganas de envenenarlo. 248 249 (480) P: Oh, sí... IKB. Ajá. P: Encenderle fuego... IKB: Bueno, bueno. Pero eso no va a ocurrir. P: No. No puedo hacerlo. (485) IKB: Entonces. ¿Qué probabilidad hay de que él cambie? P: ... Ninguna. Nunca. Sólo es amable si está prácticamente a las puertas de la muerte. Cuando le dio un ataque, inmediatamente recordó mi número de teléfono y me llamó. Y entonces cuando estuve allí... IKB: Entonces, ¿qué supone que diría él? ¿Qué haría falta para que usted, su ex esposa, y él se llevaran bien por los niñas? P: Yo soy realmente muy buena con él. Siempre soy muy amable. IKB: Bueno, pero, ¿qué diría él? (490) P: Bueno, él se porta como un canalla conmigo. ¿Entiende? Yo siempre soy amable con él y él... IKB: Bueno, qué diría él que hace falta... P: El no querría. Me quiere fuera de la escena. Hum, se imagina. Estoy segura de que si yo... Su primera esposa murió hace dos años y era como si... "¡Lástima que no fuiste tú!"... IKB: Pero ¿él diría que quiere llevarse bien con usted? P: No, definitivamente, no. (495) IKB: Diría que no. P: No...
IKB: Aun cuando fuera bueno para las muchachas. P: Absolutamente. El no querría, aunque fuera bueno para las niñas, diría "ni hablar". A él le gusta controlar a esas dos y... IKB: Y no parece que vaya a dejar de hacerlo... (500) P: No lo creo. IKB: El no va a ceder en eso. P: No. IKB: En controlar a las muchachas. P: No. Construir lo que el paciente realmente puede hacer (505) IKB: Ajá. Entonces, ¿qué piensa hacer al respecto? P: Eso es lo que trato de imaginar, ya sabe. No lo sé. Estoy tratando de llegar a ese 5. IKB: Lo sé, lo sé. Entonces, ¿puede usted alcanzar el 5 con el padre en escena? ¿O cree que mientras él permanezca allí no podrá alcanzar ese nivel? P: ¿Sabe? Quizá sea cierto, porque últimamente he estado pensando muchas veces sobre su posible desaparición. Quizás entonces yo pueda llegar a 5, a 6 o a 7. IKB: Seis o siete. Pero es difícil que eso ocurra. (510) P: No. IKB: Eso es una especie de asesinato... quiero decir que... P: ...pelearme con él hasta el punto de que le provoque otro ataque, ya sabe, pienso que una persona podría hacer eso, pero luego comenzaría a sentirse culpable, porque en ese caso sería inducido. IKB: Sí, claro. Y usted tampoco quiere eso. Entonces, ¿cuál de las dos posibilidades es? Mientras el padre permanezca en escena, ¿nada puede mejorar entre usted y Rebecca? P: No parece que sea así. Ella pasó la última noche en casa de su padre, otra vez. (515) IKB: Sí. P: Bueno, simplemente que es muy difícil. Pero no parece que sea así. IKB: ¿Es realmente así? P: Sí. P: Entonces, ¿cuál es su solución para esto? ¿Qué quiere hacer? En cuanto a toda esta situación. Parecería que él no se va a ir. Reinventar la rueda: el paciente inventa su propia tarea para el hogar (520) P: Bueno, quizá pueda simplemente tratar de imaginar una manera de conversar diplomáticamente. ¿Comprende usted? IKB: Seguramente. P: Tal vez, con Rebecca. IKB: Muy bien, dígame algo más de eso. ¿Qué tipo de...? ¿Qué exactamente...? P: Quizá tratando de empezar a razonar con ella que, hum, ya sabe, yo podría decirle, tienes, realmente lo que debería hacer es, oh, pero cada vez que nos subimos en el automóvil ella 250 251 me dice: "Siempre estás hablando de algo" o enciende la radio o se coloca su walkman y sus auriculares, así que pienso que posiblemente, problablemente si fuéramos a un Taco Bell y comiéramos algo juntas y yo le dijera algo con tacto, "Sabes...", (525) IKB: Hum. P: "He estado pensando seriamente, sé que no soy la madre que tú dices que quieres que sea."
La similitud entre la idea con que comenzó a hablar la paciente y la tarea para el hogar propuesta por John H. Weakland en el caso analizado en el capítulo 7 es notable. (526 continuación) "No sé qué tipo de madre estás buscando. Quisiera que me hicieras un retrato o que me digas de algún modo qué te falta y hum, qué sientes que podría hacer yo, bueno, para que la relación entre nosotras mejore. IKB: Hum. P: Ya sabe, porque aunque... IKB: Y ¿qué supone que diría ella si usted actuara así? (530) P: Depende. Tengo que estar atenta para ver si está de buen humor o de mal humor. IKB: Comprendo, claro. P: Se imagina, si está de un humor fatal, ni siquiera podemos discutir el tema ese día. Pero si se encuentra en un estado de ánimo medianamente decente... realmente creo que lo que yo debería hacer es ver bien con qué humor está. IKB: Sí, es una buena idea. P: Ya sabe, una empieza a hablar y comienza a decir algo y recibe una andanada... y todo se hace añicos literalmente... fin de la conversación. (535) IKB: Sí. Entonces usted cree que si encuentra la manera con cierto tacto... P: Descubrir cómo está ella... IKB: ...entonces comienza a hablar de todo esto... P: Sí. IKB: Y ¿ella responde? ¿Le contestará algo? (540) P: No sé. IKB: Oh. P: Bueno, eso es lo que yo tengo que encontrar. IKB: Parecería que vale la pena intentarlo ¿no? Quiero decir... 252 P: Sí, claro. (545) IKB: Porque ella es importante para usted. P: Sí, porque es mi hija, yo... IKB: Por supuesto. P: ...odiaría perderla en el país del nunca jamás. IKB: Oh, no. (550) P: ...por el resto de su vida, abandonarla... Es como... no permitamos que pase eso. IKB: De acuerdo. P: Vayamos con nuestro propio grupo de pares. IKB: De acuerdo. P: Tratemos, ya sabe... Detalles, detalles (555) IKB: Entonces supongamos que usted tiene cierta idea de cuándo y cómo usted puede calcular que ella está con un humor medianamente decente y entonces le sugiere ir a comer algo a un Taco Bell y charlar... P: Oh, no. Yo voy al Taco Bell. IKB: Y trae la comida. P: Sí. IKB: ¿A la casa? (560) P: Porque cuando vamos en el automóvil yo tengo cierta tendencia a hablar y ella me "desconecta". IKB: Bien. P: Entonces, en lugar de ir juntas es mejor si yo voy, compro la comida y la llevo a casa. IKB: Bueno.
P: Y luego me fijo en su estado de ánimo. (565) IKB: Sólo entonces vería cómo está Rebecca, muy bien. P: Y bueno, eso, quizá podría hablarle y preguntarle, ya sabe... IKB: Muy bien. P: Si lo está pasando bien o qué le está pasando. IKB: Suena como... (570) P: Y luego posiblemente le diga algo como, si me dice que ha tenido un buen día y todo ha estado relativamente bien... bueno te lo pregunto porque quería pasar unos quince minutos, ya sabe, tengo que limitar la charla para que... 253 IKB: Sí. P: ...para que no piense que la cosa se va a prolongar... IKB: Claro. P: A Rebecca no le gusta hablar conmigo durante horas. (575) IKB: Por supuesto que no. Por supuesto que no. A no muchas jovencitas de 16 les gusta. Entonces, ¿cómo se imaginó todo eso? P: Hablando con usted. IKB: ¿Oh? P: Sólo supongo que lo imaginé, porque usted me estuvo haciendo todas esas preguntas. IKB: Bueno. (580) P: De un modo u otro. IKB: Entonces, al pensar en esa situación, usted fue capaz de elaborar algunas ideas sobre qué hacer. P: Eso es cierto, es cierto. IKB: Bien, Bien. Realmente, muy bien. Bueno, ahora dejaré de hacerle preguntas. Me gustaría hablar con mi equipo; regresaré con algunas ideas. P: Muy bien. IKB: Y esa confianza llega casi a 5; eso es sorprendente. Es absolutamente asombroso. Simplemente asombroso. Nos gustan sus ideas, su capacidad para considerar detalladamente las cosas. P: Oh... bueno, tuve que aprender a hacerlo. (595) IKB: Muy bien. Pero lo está haciendo. Nosotros sólo vimos un ejemplo de esa manera de pensar. P: Sí, así es. IKB: Reflexionar seriamente... y realmente nos gustó mucho esa idea suya de una conversación diplomática con Rebecca y también esa idea de tratar de calcular, bueno, en qué estado de ánimo se halla, llevar la comida de Taco Bell a la casa... P: Bueno. IKB: Y sentarse a mantener una conversación con tacto. P: Mmm, hum. (600) IKB: Ahora tenemos una sugerencia para hacerle. Esta sugerencia de limitar aun más esa conversación procede del ejemplo de Weakland (capítulo 7) y de más de 20 años de experiencia con esta tarea particular y otras semejantes. Después de la pausa (585) IKB: Estamos muy impresionados por la manera en que usted, es casi como si usted hubiera descendido a los infiernos y regresado, y su vida ha sido verdaderamente tremenda. P: Bueno, en realidad no he regresado, aún estoy allí. IKB: ¿Está todavía allí? P: Aún me estoy quemando a fuego lento.
IKB: Bueno, sin embargo parece como si estuviera regresando. Parece. Pero realmente le han ocurrido algunas cosas en verdad infortunadas y, a pesar de todo, usted se siente muy comprometida con su hija. Usted desea alcanzar una unidad familiar. Quiere que la relación con su hija mejore y, de algún modo, parece que usted ha estado pensando mucho sobre cómo podrían Rachel, Rebecca y usted tener una unidad familiar, a pesar de la grave interferencia que provoca el padre. (590) P: Mmm, hum. IKB: Y aún se aferra a eso. P: Mmm, hum. (601) P: De acuerdo. IKB: Esto es, no importa en qué estado de ánimo se encuentre Rebecca... P: Mmm, hum. IKB: Bueno, usted puede sentarse y comenzar a hablarle e inmediatamente decirle, como comentó antes, "He sido una madre mala, lamentable, para ti", y quedarse callada. No agregar nada más. (605) P: Bueno. IKB: No diga nada más. Eso es todo. P: Mmm, hum. IKB: Si siente que desea decir algo más, no lo haga, continúe comiendo o si no puede aguantarse... P: Me vuelco la comida encima... (610) IKB: Salga a dar una vuelta. Póngase de pie y salga. P: Mmm, hum. IKB: Deténgase ahí. ¿De acuerdo? P: Hum. IKB: Porque creo que esto le daría a usted alguna oportunidad de quizá sobrepasar un poco el 5. 254 255 (615) P: Ajá. Ver qué me dice ella. IKB: Entonces vea qué responde ella y le sugeriría que actúe como si no estuviese interesada. P: Mmm, hum. Bueno. IKB: Usted no está interesada en saber qué responde ella a lo que usted le diga. P: Pero debería quedarme a escucharla. (620) IKB: Por supuesto. Usted debería observar con qué ánimo se acerca a usted para hablar de eso o si no se acerca. No sabemos cómo va a reaccionar. P: Mmm, hum. IKB: Es realmente difícil saber. P: Sí. IKB: Pero eso es todo lo que usted debería intentar. (625) P: Muy bien. IKB: No avance más allá. Porque este es un primer paso. Un pequeño primer paso. Ya habrá muchos otros pasos que dar. P: De acuerdo. IKB: Muy bien. Muy bien. 13 Superficies: en busca de una solución Nos hemos organizado un mundo en el cual nos sea posible vivir, postulando cuerpos, líneas y planos, causas y efectos, movimiento y reposo, forma y contenido; sin estos artículos de fe nadie podría soportar hoy la vida. Pero ese postulado nos lo demuestra. La vida no es ningún argumento. Las condiciones de la vida podrían incluir el error. Friedrich Nietzsche (1974, pág. 177)
En la sesión siguiente la paciente informó que la situación había mejorado. Sin embargo, la mujer no pudo describir ningún aspecto de esa mejora. Tampoco pudo decir qué criterios empleó para juzgar la situación. Aún estaba llegando casi a 5, pero se sentía más próxima que la vez anterior. Mediante el uso de escalas, tanto el terapeuta como el paciente pueden encontrar un modo de juzgar si el trabajo conjunto está rindiendo sus frutos. Está claro que lo que podría significar con exactitud ese 5 probablemente continúe siendo un misterio. Cinco, y hasta estar cerca de cinco, es mejor que 4 y eso es todo lo que en verdad importa. Nota 1. En la sesión anterior (la primera) nos enteramos de que, entre tanto, la paciente había recibido dos diagnósticos graves: personalidad fronteriza y/o esquizofrenia. En todo taller, seminario, sesión de entrenamiento, surgen preguntas sobre cómo manejarse cuando la persona fue enviada por alguna otra, en lugar de buscar ayuda más o menos exclu sivamente por su propia voluntad. A veces la esposa envía o acompaña al marido, a veces el marido envía o acompaña a la esposa, a veces un niño es enviado o se presenta acompañado por el padre, la madre o ambos, y a veces una persona llega a la consulta enviada o acompañada por otro terapeuta que está a cargo de su caso, por un funcionario encargado de vigilar su libertad condicional o su período de probation, etcétera. En mi perspectiva, estos casos tienen más similitudes que diferencias con los demás casos corrientes. En todas las situaciones, el terapeuta necesita descubrir qué desean obtener las personas de su visita al terapeuta. Ese deseo puede consistir en cambiar la propia vida o en cambiar la de alguna otra persona. En cualquiera de los dos casos, ¿cómo podrán advertir que consiguieron lo que buscaban? En el caso de personas que fueron enviadas o llevadas a la consulta, en general, lo único que quieren es que quien los envió deje de enviarlos. Por 256 257 supuesto, quien envía a alguien tiene sus propias ideas sobre lo que debería suceder en el consultorio del terapeuta. En cierto sentido, tanto la persona enviada (o llevada) como quien la envía, son simultáneamente mis pacientes. Si la persona enviada obtiene lo que desea y quien la envió no, ¿podemos considerar con justicia que hemos tenido éxito en nuestro trabajo? Si la persona que envía a otra obtiene lo que desea y la persona enviada no, ¿puede ese resultado considerarse un éxito? En ambos casos, mi respuesta es "No". Para que podamos considerar que el trabajo tuvo éxito es necesario que las dos partes obtengan el máximo posible de lo que buscan. Por supuesto, esto tiene excepciones, particularmente cuando quien envía a otro cree que hay un problema específico y una solución específica relacionada con tal problema y la persona enviada está en desacuerdo. O, para decirlo de manera diferente, cuando quien envía a otro quiere que el terapeuta se una a él en sus intentos por convencer a la persona enviada de que tiene un problema, ¡aun cuando la persona enviada no lo considere un problema! En ese caso, quizá, lo mejor que puede intentarse es tratar de ayudar a la persona enviada a quitarse de
encima a quien lo envía. Esto, por supuesto, podría significar que hemos fracasado a los ojos de quien envió al otro. ¿Quién es el paciente? (1) Steve de Shazer: Bueno, aquí trabajamos como un equipo; supongo que algunos de los integrantes de nuestro equipo deben estar allí atrás, observando y escuchando, y, espero, utilizando su inteligencia para ayudarnos. De modo que después de una media hora aproximadamente, iré a conversar con ellos sobre lo que nosotros digamos aquí que resulte útil y luego regresaré y le comentaré qué ideas tenemos sobre el asunto. Bien, ese es nuestro modo de trabajar. Entonces, con sus propias palabras, cuénteme qué la trajo hoy por aquí. (2) Paciente: Ella. [Ríe y señala a su propia terapeuta] Claro y simple. Sin embargo, la pregunta sigue en pie: la paciente, ¿desea algo por sí misma? (3) SdeS: Ah, ¿sí? ¿Y cómo es eso? (4) P: Ella cree que tengo un problema... hum, un problema de alimentación, bueno, sé que es un problema con la comida, pero yo no veo que haya nada de malo. (5) SdeS: Hum. Y ella sí, o sea que ¿es ella la única que necesita hacer terapia? [Riendo] (6) P: Y sí... [Riendo] (7) SdeS: Desde su punto de vista. (8) P: Sí. (9) SdeS: Muy bien, ¿cómo podremos saber, usted y yo que ella... (10) P: Que ella tiene razón, ¿no? SdeS: No, no, no, no, no. ¿Cuándo podremos saber usted y yo que ella se ha convencido de que usted no necesita venir aquí? P: Cuando yo pueda comer por mí misma. SdeS: Mmm, hum. P: Y no necesite que me obliguen... y retenga lo que como. (15) SdeS: Mmm, hum. Ya veo. Muy bien. ¿O sea que eso la convencería a ella de que usted no necesita venir aquí? P: ¿La convencería? [Dirigiéndose a su terapeuta] SdeS: Hum, no, no, no, no, no. P: Ah... ¿Desde mi punto de vista? SdeS: Sí, desde su punto de vista. (20) P: Sí. SdeS: ¿Sí? P: Sí. SdeS: ¿Una vez? ¿Bastaría con que usted lo hiciera una vez para que ella se convenciera? P: No. (25) SdeS: Bien. P: Una vez sólo serviría para que ella viera que me estoy esforzando. SdeS: Mmm, hum. Entonces... comer y retener lo que come... P: Sí. SdeS: ¿Y qué más? ¿Tiene que ser durante cierto período de tiempo o qué? Tiene que ser... (30) P: Por el resto de mi vida. SdeS: ¿Eso haría falta para convencerla? Oh, entonces nunca logrará convencerla. [Ríe] P: Hum. [Ríe] SdeS: ¿Usted será arrastrada aquí por el resto de su vida?
258 259 P: No. Supongo que más o menos una semana. (35) SdeS: ¿Más o menos una semana? ¿Cree que una semana podría...? P: No sé, digo, nomás... SdeS: Usted supone eso. P: Sí. SdeS: Muy bien. Muy bien. Tal vez se lo preguntemos en un momento. Pero, ¿hay algo más que podría convencerla? (40) P: [Pausa] Si puedo comer tres veces por día, eso es básicamente lo que ella quiere. SdeS: ¿Cuántos días deberían pasar para convencerla? P: ¿Cuántos días deberían pasar para que ella se convenza? SdeS: Sí, si usted come bien tres veces al día. P: Hum. (45) SdeS: ¿Cuántos días podrían...? P: ¿Harían falta para convencerla? SdeS: Sí. P: De que estoy manteniendo esa conducta. (50) SdeS: Convencerla de que usted no... que ella no necesita obligarla a venir aquí. Aproximadamente, ¿cuántos días harían falta... de tres comidas diarias para convencerla a ella de que no tiene que traerla... P: No sé. SdeS: ... traerla aquí. Suponga, más o menos... P: Hum... Hum... Hum... el tiempo que esté en tratamiento con ella supongo. No sé. SdeS: Mmm, hum. P: No sé, no sé. SdeS: Bien, bien. P: Yo sólo... hum... Preguntémosle a ella. Es más fácil. No sé. SdeS: Bueno, hay dos temas: no comer tres veces por día y vomitar lo que come... ¿ve usted también un problema en ello? P: Mmm, hum. Llegados a este punto aún no queda claro si la paciente considera este asunto de la comida como algo más que un problema para la terapeuta a cargo del caso. ¿Se está desentendiendo la terapeuta de todo lo que desea la paciente? (60) SdeS: Muy bien. [A la terapeuta] Entonces, ¿es real mente así? ¿Eso la convencería a usted? ¿Una de las dos cosas o ambas la convencerían? Terapeuta a cargo del caso (TC): Que ella pueda tolerar la comida. SdeS: Mmm, hum. TC: Ella dice que tiene un... a la comida y se dejaba morir de hambre cuando estaba encinta. SdeS: Mmm, hum. (65) TC: Y estamos muy preocupados por ella. SdeS: Mmm, hum. ¿Cómo podría usted saber que las cosas se han solucionado? ¿Cuando ella pueda tolerar la comida? ¿Cómo podremos saberlo? TC: Cuando ella pueda retener la comida. SdeS: Mmm, hum. ¿Cuánta comida y por cuánto tiempo? TC: Y comience a sentirse mejor. (70) SdeS: Ah, bueno, comenzar a sentirse mejor, eso sí que es un asunto completamente distinto.
P: [Ríe] SdeS: Retener la comida. ¿Cuánta comida y durante cuánto tiempo... para que usted se convenza de que ella...? TC: Varios meses. P: Varios meses. (75) TC: Mmm, hum. SdeS: Mmm, hum. P: Eso es el resto de mi vida. SdeS: No, no es el exactamente el resto de su vida, espero. TC: No, yo diría... seis semanas. (80) SdeS: Seis semanas. Bien. Bien. Eso es un poquito menos que el resto de su vida. Y un poquito más que una semana. Muy Bien. Y usted dice... que también se sienta mejor. TC: Mmm, hum. SdeS: ¿Qué quiere usted significar con eso de "sentirse mejor"? ¿Cómo podría usted advertir que ella se siente mejor? Digámoslo de ese modo. TC: Ella tendría más energía... Hum... SdeS: ¿Y cómo se lo demostraría a usted? ¿Cómo se daría usted cuenta? (85) TC: Ella no... podría mantenerse sentada y cuando yo la llamo por teléfono no estaría saliendo de un sueño profundo ni estaría en cama todo el día. 260 261 SdeS: Mmm, hum. TC: Sería más activa. SdeS: Mmm, hum. ¿Qué tipo de cosas haría? TC: Vendría a hacer su tratamiento cuatro veces por semana. (90) SdeS: Mmm, hum. TC: Hum... Participaría y estaría más atenta. P: Tres veces por semana. SdeS: Hum. Muy bien, tres días, cuatro días... muy bien. P: Siete días... ahí está. [Ríe] (95) TC: [Ríe] SdeS: [Riendo] Muy bien, entonces ella estaría más activa y... TC: Más atenta. SdeS: Más atenta y, ¿cómo sabría usted que ella está más atenta? ¿Qué indicio le permitiría saberlo? TC: No se desplomaría sobre el escritorio. Podría mantenerse erguida ante una mesa y no echarse sobre ella o tenderse en el diván. (100) SdeS: Mmm, hum. TC: Bueno y simplemente actuaría como si tuviera más energía. Construir excepciones SdeS: Mmm, hum... Mmm, hum. ¿Alguna vez la vio en esa actitud? TC: ¿Como si tuviera más energía? SdeS: Mmm, hum. (105) TC: Hum, dos veces. SdeS: ¿Cuándo? TC: El día que tuvo a su bebé. SdeS: Mmm, hum. TC: ... en el hospital. (110) SdeS: Y, ¿cuándo fue eso? ¿Hace cuánto tiempo? TC: Aproximadamente hace un mes. SdeS: Muy bien. Mmm, hum. TC: Y yo comenté que esa fue la primera vez que la vi sonreír... parecía entusiasmada. P: [Ríe] (115) TC: Después de comer algo.
SdeS: Mmm, hum. TC: Sí, finalmente retuvo un poco de comida y uh, fuimos juntas a ver a su psiquiatra y ella estaba más atenta y hablaba. SdeS: Y, ¿cuándo ocurrió eso? TC: Hace dos o tres semanas. Han sido identificadas dos excepciones, de modo que ahora sabemos que lo que pretende la terapeuta a cargo del caso es algo que la paciente sabe cómo hacer. (120) SdeS: Mmm, hum. Bueno, el psiquiatra. Muy bien. Así que tenemos un psiquiatra y usted [señalando a la terapeuta] y ahora están aquí conmigo. ¿Cómo es eso? ¿Por qué no consultar al psiquiatra sobre esta cuestión? TC: Lo hicimos. SdeS: Mmm, hum. TC: Y él nos derivó aquí... P: Así es como llegamos aquí. (125) SdeS: Mmm, hum. P: Mmm, hum. SdeS: Y, ¿por qué está usted tratándose con un psiquiatra? P: ¿El se refiere al doctor X? TC: Mmm, hum. (130) SdeS: No sé de quién estoy hablando. Me refiero a la persona a la que ustedes fueron a ver... hace tres semanas. P: Eso es lo que... SdeS: ¿Cómo es eso? P: [Ríe] Porque yo estaba realmente mal. No. Hum... SdeS: ¿Quién dice que estaba realmente mal, usted o ellos [señalando a la terapeuta]... o alguna otra persona? (135) P: Un montón de gente pero eso era... algo para calmarme. Pero yo voy a verlo porque él es mi médico personal. El que me da la medicación. SdeS: Ahhh. P: Para mantenerme controlable. SdeS: ¿Usted necesita medicación para mantenerse controlable? P: Mmm, hum. (140) SdeS: Y, ¿cómo es eso? P: Maníaca depresiva. 262 263 SdeS: Mmm, hum. P: Por eso básicamente tengo que tomar medicamentos para controlarme. SdeS: ¿Y cuánto tiempo ha estado haciendo eso? P: Desde el 20 de marzo de 1992. SdeS: Mmm, hum. ¿Y le fue útil? P: Mmm, hum. SdeS: Su terapeuta dice que usted parece no tener la energía suficiente. ¿Exagera? Es... P: No como... con los medicamentos. (150) SdeS: ...¿La calman demasiado? P: Es que no como, sólo tomo los medicamentos. Cuando los tomo... No los tomo todos los días. SdeS: Mmm, hum. P: Bueno, ahora los tomo [ríe], pero no como se suponía que debía hacerlo. SdeS: Mmm, hum. Entonces, ¿cuándo comenzó a tomarlos como se supone que debía hacerlo? (155) P: Hace unas dos semanas. SdeS: Hace unas dos semanas. ¿Y notó alguna diferencia? TC: Mmm, hum. SdeS: ¿Sí?
TC: Mmm, hum. (160) SdeS: ¿Sin embargo no tenía más energía? ¿Eso es lo que me está diciendo? ¿No notó que tuviera más energía estas dos últimas semanas? TC: Hum, no una gran diferencia, pero lo que pasa es que también está anémica; eso sumado al nacimiento de un nuevo bebé y todas las presiones que eso implica... SdeS: Mmm, hum. TC: ... pero ahora ella está haciendo un gran esfuerzo. SdeS: Mmm, hum. (165) TC: Y entonces... SdeS: Mmm, hum... Mmm, hum. Muy bien, y ¿cómo surge la relación con usted? TC: Ella era una paciente de nuestra clínica de pacientes externos y la derivaron a nuestro programa que es un programa de tratamiento diurno para adictos a la cocaína... SdeS: Mmm, hum. TC: Mujeres jóvenes adictas y poliadictas y ella directa mente no estaba comiendo, no mejoraba, aunque había logrado reducir un poco la bebida... (170) SdeS: Mmm, hum. TC: Pero nos preocupamos realmente, porque se estaba dejando morir de inanición y... el bebé... SdeS: Mmm, hum. TC: Así que su plan de tratamiento era que comiera. SdeS: Mmm, hum. (175) TC: Los alimentos que quisiera y... SdeS: Mmm, hum. TC: ... cuando pudiera hacerlo, pero tenía que comer todos los días. Algo. SdeS: Mmm, hum. TC: Algo todos los días. (180) SdeS: Mmm, hum. TC: Y ella se esforzó mucho en ese sentido. SdeS: Mmm, hum. Muy bien. TC: Pero luego ella dice que lo vomita y yo no sabía eso. SdeS: Bien, bien. Entonces... (185) TC: Y lo que llevó las cosas al borde fue que recientemente tuvo una recaída de 24 cervezas y yo dije: "¿Cómo es posible que haya podido beber 24 cervezas?". Y ella me respondió: "Las vomité". SdeS: Mmm, hum. TC: Entonces yo le dije que tendríamos que rever la situación. SdeS: Mmm, hum. Bien, bien. TC: Ella quiso que la acompañara para apoyarla. (190) P: Quise que me acompañe porque tengo miedo. SdeS: ¿De qué? P: De estar aquí sola. SdeS: ¿Por qué? TC: [Ríe] (195) P: Tengo miedo. SdeS: Bueno, bueno, ¿tiene miedo de qué? P: De estar aquí sola. ¿Por qué tengo miedo de estar aquí sola? SdeS: Sí. P: No sé. (200) SdeS: ¿A qué le teme? 264 265 P: No lo sé. SdeS: Eso no tiene ningún sentido.
P: Ya sé. [Ríe] Suena extraño que yo tenga miedo de estar sola. No sé de qué tengo miedo, sólo tengo miedo de estar aquí sola. No sé, tengo miedo de lo que ustedes puedan decir, no sé. Los resultados o algo así. SdeS: Mmm, hum. (205) P: No sé. Creo que es eso. SdeS: Bueno, bueno. Entiendo. Entonces hum... TC: Una vez que admite que tiene miedo, siempre se presenta a las citas. P: He observado eso. Tal vez sea algo nuevo y por eso tengo miedo. SdeS: Bueno... (210) P: Porque nunca estuve antes aquí. SdeS: Sí, está bien, eso tiene algún sentido. Hum. Y ahh, veamos. [Pausa] Bien, tengo una extraña pregunta para hacerle. Hasta este momento de la sesión la paciente fue poniéndose cada vez más inquieta, minuto a minuto, hasta llegar a hacer tamborilear los dedos de ambas manos sobre su falda. En el instante mismo en que le dije que tenía una "pregunta extraña" para hacerle toda esa inquietud cesó. (212) P: Bueno. SdeS: ¿De acuerdo? P: Mmm, hum. Hasta este momento, la paciente, la terapeuta a cargo del caso y yo hemos estado practicando un juego de lenguaje concentrado en el objetivo, juego construido alrededor de las ideas de la terapeuta sobre la naturaleza del problema y sobre cuáles son sus propios objetivos en relación con el problema, en cuanto a lo que debería hacer la paciente. Ahora tenemos cierta idea de lo que desea la terapeuta a cargo, pero en lo referente a los deseos de la paciente, sólo sabemos lo que se vincula con lo que la terapeuta ve como un problema. En la unidad 211 comienzo a desviarme hacia un juego de 266 Construir el día después del milagro lenguaje enfocado en la solución, tratando de ayudar a la paciente a imaginar qué es lo que desea de la terapia. Y resulta que lo que ella quiere es algo más que alcanzar los objetivos que le fijó la terapeuta del caso. Por lo menos por esta sesión, queda clara la distinción entre objetivos y solución. Los objetivos son lo que la paciente quiere obtener de la terapia en relación con el problema, en tanto que las soluciones son lo que la paciente desea obtener de la terapia independientemente del problema. (215) SdeS: Sí, en realidad es para las dos, pero se la haré a usted primero. Suponga que una de estas noches usted se va a dormir y mientras está durmiendo ocurre un milagro. ¿Sí? P: Mmm, hum. SdeS: Y los problemas que la impulsaron... a ella a traerla aquí desaparecen. [Hace chasquear los dedos] Así, instantáneamente. ¿Sí? P: Hum. SdeS: Pero usted no puede saberlo, porque el milagro ocurrió mientras usted dormía. (220) P: Entiendo. SdeS: A la mañana siguiente, al despertar o durante ese día, ¿cómo descubriría que ocurrió semejante milagro? P: Porque me levantaría y prepararía el desayuno... SdeS: Mmm, hum. P: ... y comería.
(225) SdeS: Mmm, hum. P: ... con mis hijos y retendría lo que comiera. SdeS: Mmm, hum. Y, ¿qué comería? P: ¿Qué comería? SdeS: Sí. (230) P: Huevos... dos huevos duros, tocino y probablemente pan tostado. SdeS: Mmm, hum. P: Y un vaso de jugo. SdeS: Mmm, hum. Y no lo vomitaría. P: No. Cuantos más detalles describa la paciente de lo que es comer normalmente, tanto mejor, porque esos detalles pueden parecer bastante "reales". 267 (235) SdeS: Mmm, hum. Muy bien. Y después de eso, ¿qué otra cosa se modificaría? ¿Qué otras señales de cambio advertiría? P: Estaría en mi propia casa. No permanecería junto a mi madre. SdeS: Mmm, hum. P: Tendría un bonito automóvil color turquesa. SdeS: Bien, bien, mmm, hum. (240) P: Quiero decir que simplemente sería una persona más feliz. SdeS: Mmm, hum. ¿Y cómo se manifestaría ese cambio? ¿Qué haría usted que ahora no está haciendo? P: Saldría a buscar trabajo. SdeS: Mmm, hum. P: Hum... (245) SdeS: ¿Algún tipo de trabajo en particular? P: Como secretaria, al principio en procesamiento de textos, para después ir progresando. SdeS: Mmm, hum. P: Sería en general... una persona feliz, diferente. SdeS: Mmm, hum. ¿Cómo...? (250) P: No tendría problemas con la comida. Sería consciente de mi peso. SdeS: Mmm, hum. P: Seríamos una familia feliz... mis hijos y yo. SdeS: Mmm, hum. P: Y mi novio (255) SdeS: Mmm, hum. Si sus hijos pudieran decírnoslo... ¿cómo cómo descubrirían que ha ocurrido este milagro? P: Porque yo me despertaría sonriente en lugar de hacerlo a los alaridos. SdeS: Mmm, hum. Bien, bien. ¿Qué más advertirían? P: Hum. Que como, que no aparto la comida lejos de mí. SdeS: Bien. (260) P: Mmm. Y dedicaría más tiempo a jugar con ellos en lugar de sólo ayudar al mayor a estudiar. SdeS: Mmm, hum. P: Y eso también le daría a él más tiempo para sí mismo. SdeS: Mmm, hum. Bien, y ¿qué más? P: Creo que eso es todo. 268 (265) SdeS: Muy bien. Y ¿cómo descubriría su novio que ha sucedido un milagro? P: El vería que como y que dejé de beber. SdeS: Mmm, hum. P: Ni siquiera fumaría cigarrillos. SdeS: Mmm, hum. (270) P: ¡Dios mío! [Ríe] ¿La paciente se sorprendió a sí misma con esa parte de la descripción del milagro?
(271) TC: [Ríe] P: No fumaría, hum, marihuana. SdeS: Mmm, hum. P: Tendría mi licencia. (275) SdeS: ¿Su licencia? P: Eso sería una sorpresa para él. Ah, sí. SdeS: ¿... qué? P: Mi licencia para conducir. SdeS: Su licencia para conducir. Bien. (280) P: Esa sería una gran sorpresa para él. SdeS: Mmm, hum. P: Además le podría decir a él NO y no me sentiría culpable. [Se ríe] No me sentiría mal por decirle a él que no. SdeS: Mmm, hum. Muy bien. ¿Usted se está refiriendo a algo en particular? P: No, simplemente decir no. (285) SdeS: Mmm, hum. P: No me gusta decirle que no. En realidad, tampoco me gusta decirles que no a los niños, pero a veces debo hacerlo. SdeS: Mmm, hum. ¿Puede hacerlo mejor con los niños que con él? P: Sí, porque ellos no pueden mirarme fijamente y hacerme sentir mal. SdeS: Mmm, hum. Bien, bien, de modo que ¿a veces le diría que no a él? ¿Qué otra... qué otra diferencia notaría él? (290) P: Que yo estaría más feliz. SdeS: Mmm, hum. P: Sonreiría más. SdeS: Sonreiría más. 269 P: No me deprimiría tan fácilmente. Ni permitiría que la gente me afectara tan fácilmente como me ocurre ahora. (295) SdeS: ¿Qué quiere decir exactamente? ¿Qué haría en cambio? P: Me reiría con ellos. SdeS: Mmm, hum. P: Aunque probablemente odiaría... oh, ese es el milagro, yo no odiaría, me reiría con los demás. SdeS: Mmm, hum. Bueno, aunque tal vez podría odiar reírse así. (300) P: No. SdeS: ¿No? P: Ni siquiera voy a odiar nada de eso. Es un milagro, ¿no? SdeS: Mmm, hum. P: Tengo que hacer que parezca un milagro. (305) SdeS: De acuerdo. P: Hum. Pero él realmente sabría que yo me siento feliz si fuera capaz de hacer todo lo que quisiera hacer... SdeS: Mmm, hum. P: ...con mi vida. Libremente, sin preocuparme por los problemas económicos. Hum, la comida, la ropa, quiero decir poder conseguir las cosas si las necesito. SdeS: Mmm, hum. P: Y si necesitara algo... no... él también notaría que yo no tendría problema en pedirlo. SdeS: Bien. ¿Eso sería diferente? P: Oh, sí. Entonces él sabría que algo anda mal, o que algo ha cambiado. SdeS: De todos modos algo es diferente. Sí, ajá. Muy bien. P: Y eso es todo. (315) SdeS: Muy bien. P: Ah, algo más. No, no. SdeS: ¿Sí? Continúe. P: No, no, no no. TC: ¿No? (320) SdeS: ¿No? De acuerdo, muy bien. P: Y, ¿sabe...? SdeS: Demasiado privado, demasiado personal. Entiendo. Está bien. ¿Cómo sabría su madre que ocurrió un milagro? P: ¿Cómo se daría cuenta ella?
SdeS: Mmm, hum. (325) P: Porque hablaríamos. SdeS: Mmm, hum. P: Nos llevaríamos bien. SdeS: ¿Cuál sería para ella el primer signo de que ese milagro ha sucedido? ¿Lo primero que notaría? P: Yo le diría algo y ella no criticaría lo que digo, sino que realmente trataría de escucharme. (330) SdeS: Mmm, hum. P: Y no me sentiría tan mal por lo que ella hizo y no lloraría. En verdad hablaríamos. No nos enviaríamos mutuas señales cruzadas. SdeS: Mmm, hum. Bien, bien. Hum, bueno, ¿cómo se daría cuenta ella [señalando a la terapeuta]? P: ¿Cómo se daría cuenta? SdeS: Mmm, hum. Sin que usted se lo cuente. ¿Cómo haría usted, como sabría (TC) ella? (335) P: Simplemente lo sabría. [Ríe] Siempre sabe. Hum. SdeS: ¿Qué señales leería en usted? ¿Cómo haría para darse cuenta? P: Por todo lo que ocurrió. Cada cosa con mi mamá, con Mike y con los niños. Ella sabría. SdeS: Mmm, hum. P: Tendría un objetivo que cumplir. (340) SdeS: Mmm, hum. P: No sería depresiva. Me apartaría completamente de las drogas, del alcohol y de los cigarrillos. TC: Mmm. P: Probablemente... [ríe] Hum, no, no cocinaría todos los días. TC: [Se ríe] (345) SdeS: No todos los días. P: Esto no es un milagro. TC: [Se ríe] P: Es más que un milagro. SdeS: [Riendo] Muy bien. ¿Cuántos días podría cocinar? (350) P: Bueno... bueno, bueno, bueno, cinco días. SdeS: Cinco, mmm, hum. P: No, no lo haría ni los viernes ni los sábados y tampoco los miércoles por la noche, entonces cocinaría cuatro días. 270 271 SdeS: Mmm. Bien, bien. Entonces usted cocinaría cuatro días por semana. Esa sería una señal verdaderamente fuerte. P: Y sería capaz de manejar mejor mi dinero. (355) SdeS: Mmm, hum. P: Hum... Sería puntual para todas mis reuniones, como era antes. SdeS: Mmm, hum. P: Y podría terminar los estudios... y conseguir un empleo. Y sabría organizar mi tratamiento, los niños, la comida y equilibrar una cantidad de cosas en un solo día. SdeS: Hum. (360) P: Y sería capaz de afrontarlas. SdeS: Mmm, hum... Mmm, hum. Muy bien. P: Y no tomaré ninguna droga. Me controlaré yo misma. TC: ¿Se refiere a los medicamentos?
SdeS: ¿Los medicamentos? (365) P: Sí. Mmm, hum. Sí. SdeS: Oh, bueno. P: Dejaría la medicación. SdeS: Muy bien. ¿Algo más? P: No. (370) SdeS: Bueno. P: No se me ocurre nada más. SdeS: Bien, si se le ocurre, comuníquemelo. La respuesta "de la paciente" a la pregunta por el milagro y las descripciones de cómo se verían afectadas ella misma y las personas que la rodean son sumamente ricas y detalladas, particularmente en un contexto al que llegó impulsada por la terapeuta a cargo de su caso. Hasta la unidad 236 la conversación estuvo por completo concentrada en el problema (o los problemas) que ve la terapeuta y por lo tanto los objetivos son los de ella y no los de la paciente. El panorama que pinta la paciente del día después del milagro abarca mucho más que comer normalmente. Llegados a este punto, para mí va resultando cada vez más claro que la paciente quiere algo para sí (una solución) y que no está en mi consultorio meramente para librarse de la terapeuta a cargo (un objetivo). (372 continuación) ¿Y qué dice usted? ¿Cómo descubriría usted ese milagro? ¿Qué piensa? TC: No le haría la pregunta de rutina: "¿Tomó su medicación?" P: "¿Comió hoy?" (375) TC: "¿Comió? ¿Qué comió?" SdeS: Sí, pero... ¿Qué le haría... cómo descubriría el milagro? ¿Que no tiene necesidad de preguntar todo eso? TC: Probablemente notaría un cambio en su manera de comportarse. SdeS: Mmm, hum. TC: Llegar y tal vez, como cualquier otra persona, entrar en la cocina y preparar algo para comer y nosotros no aplaudiríamos [aplaude], porque sería sólo algo normal. Algo que no llamaría la atención. (380) SdeS: Mmm, hum. TC: Hasta podría decir que le gusta la comida y que eso es lo que preparó. SdeS: Mmm, hum. TC: Le entusiasma cocinar. SdeS: Mmm, hum. ¿Hay algo que ella haría y que ahora no está haciendo que constituya una señal muy clara si, digamos, usted se la encuentra por la calle? ¿O en algún otro contexto? (385) TC: ¡Me encantaría verla en un restaurante! [Ríe] SdeS: Muy bien. TC: Y yo me asombraría, no es que me fuera a caer de espaldas, pero... SdeS: Bueno, entonces si usted se topara con ella en un restaurante, esa sería ciertamente una señal para usted. TC: Mmm, hum. Y ver que ella está disfrutando de estar allí, que no está simplemente jugueteando con la comida sino... (390) SdeS: Mmm, hum. TC: Y quizás ella estuviera allí almorzando con su madre... SdeS: Bien. Bien. P: ¡Ese sí que sería un milagro! TC: [Se ríe] (395) SdeS: ¿Qué sería un milagro? TC: Eso sería un milagro. SdeS: Mmm, hum. Muy bien. Y hum, ¿en cuanto a sus amigos? ¿Cómo lo advertirían ellos? ¿Cómo notarían que ha ocurrido un milagro? P: ¿Los amigos? Hum. ¿Cómo sabrían mis amigos que ha
272 273 ocurrido un milagro? No les diría que se callen cuando ellos mencionen la comida. SdeS: Mmm, hum. (400) P: Hum. Cuando todos propongan comidas para el almuerzo yo también propondría algo. SdeS: Mmm, hum. Muy bien. P: Y comería, comería junto con ellos. SdeS: Y hum... P: Les diré que me he alejado del sexo. Y ellos sabrían que ha ocurrido un milagro. [Riendo] (405) SdeS: Ohh. Bueno. P: Oh, Dios. SdeS: Muy bien. P: Oh, Dios. TC: [Se ríe] (410) SdeS: O sea que si usted le dijera eso a alguien, a sus amigos, ¿ellos sabrían que algo le ha sucedido? P: Sí. SdeS: Mmm, hum. Bueno. P: Bueno, dos o tres lo sabrían. SdeS: Mmm, hum. (415) P: El resto probablemente me diría que estoy mintiendo. [Se ríe] Inventar una "escala de progreso" SdeS: Muy bien, bueno, veamos. Supongo que lo haré así... Sólo para que yo tenga una especie de panorama. Hum, en una escala de 0 a 10. P: Mmm, hum. SdeS: Si 10 representa todas estas situaciones que ha estado describiendo, cómo están las cosas para usted el día después del milagro. Eso es 10. P: Espere un momento. Repítamelo, por favor. (420) SdeS: 10 representa todo esto de lo que usted acaba de hablarme. P: ¿El día del milagro? SdeS: El día posterior al milagro, sí. P: De acuerdo. SdeS: Y cero representa, oh, no sé, que las cosas están en su peor momento. (425) P: Sí. SdeS: ¿Dónde diría que está situada hoy? [Volviéndose hacia la terapeuta] ¿Dónde diría usted que está ella en esa escala? No cambie de opinión. ¿Dónde diría que está usted hoy en esa escala de 0 a 10? P: ¿10 es el día después del milagro? SdeS: Mmm, hum. P: ¿Y cero el peor momento? (430) SdeS: Mmm, hum. P: Hum, hoy. Diría que estoy alrededor de 3. SdeS: Alrededor de 3. P: Supongo. SdeS: Muy bien. ¿Coincide usted? (435) TC: 5. De modo que ha habido cierto progreso desde que las cosas estuvieron en su peor momento. Es interesante y hasta sorprendente que la terapeuta a cargo del caso vea un progreso mayor del que ve la paciente. ¡Y sin embargo es ella quien trajo a la paciente a la consulta! (436) SdeS: Usted le daría un 5. Muy bien, muy bien. Y usted, ¿qué piensa?... ella dice 5... P: Hum. SdeS: ... y usted dice 3. ¿Qué cree que ve ella que usted no ve? ¿Cómo es que ella dice 5?
P: Sarcasmo, no sé. (440) TC: [Ríe] P: ¿Qué ve usted? ¡Muéstremelo! SdeS: Sí, ¿qué ve ella? P: Tal vez porque me siento mejor estando aquí ahora. SdeS: Mmm, hum. (445) P: No estoy tan nerviosa. SdeS: Mmm, hum. P: No sé... hum, ¿qué ve usted? SdeS: Pero, ¿la sorprendió a usted que ella la viera situada dos puntos más arriba de lo que se ve usted? P: No. (450) SdeS: ¿No? P: Ella siempre me ve diferente de como yo me veo. 274 275 SdeS: Ah, bueno. P: Eso no es nada diferente o inusual. SdeS: Mmm, hum. Bueno. Supongo que algo sorprendida... (455) P: Supongo que también porque estoy sonriendo. SdeS: Mmm, hum... Mmm, hum. A mí me sorprendió un poco. P: Considerando que tuve un día de porquería o que tuve una semana de porquería en algunos temas. Supongo que sí. SdeS: Entonces, ¿qué tendría... qué cosas tendrían que ser diferentes para que usted hubiera dicho 5? P: Si el médico no me hubiera dicho que tengo que quedarme más sentada, tranquila. (460) SdeS: Mmm, hum. Bien. P: Y los demás no trataran de hacerlo cumplir. SdeS: Mmm, hum. P: Porque yo no voy a poder hacerlo, en primer lugar porque es difícil como el diablo. SdeS: Sí. Mmm, hum. Entonces, ¿cómo sabría que está en 5? (465) P: No andaría sangrando y dejando cuágulos por todas partes. SdeS: Bien. P: Esa es una cosa realmente asquerosa, una mierda. TC: Mmm, hum. P: Estoy harta de eso. (470) SdeS: Muy bien. Y ¿qué más? P: Eso. Eso lo haría. SdeS: Bien. P: Eso sólo podría hacerlo. SdeS: ¿Y qué tiene que pasar para que eso ocurra? (475) P: Tengo que hacer lo que dijo mi médico. SdeS: Mmm, hum. P: Tomarlo con calma. SdeS: Y para usted eso no es tarea fácil. Tomarse las cosas con calma. P: No. (480) SdeS: A usted le cuesta tomarse las cosas con calma. P: Sí. SdeS: Mmm, hum. P: Para mí es difícil quedarme sentada y no hacer nada. SdeS: Mmm, hum. (485) P: O dormir todo el maldito día. SdeS: Mmm, hum. P: Quiero decir... no soy la persona más activa del mundo, pero todavía hay algunas cosas que podría hacer en lugar de pedirles a los demás que me las hagan. Básicamente es eso.
SdeS: Mmm, hum... Mmm, hum. Entonces, si usted siguiera las órdenes de su médico... P: Sí. (490) SdeS: ... ¿cuánto tiempo le llevaría resolver este problema? P: Probablemente, no mucho... SdeS: ¿No mucho? P: Probablemente no. SdeS: Mmm, hum. (495) P: Si lo hago a mi manera... parece que no terminaría nunca. SdeS: Mmm, hum... Mmm, hum. Bueno, entonces ¿qué tendría que hacer? P: Hacer lo que él me dijo. SdeS: ¿Y cómo? ¿Qué necesita hacer para lograrlo? P: ¿Esconder mis zapatos? No sé. (500) TC: Hum... Hum P: Yo... no, esa no es una solución real porque saldría en calcetines, créame. TC: Oh, seguro. SdeS: Oh, entonces ella tendría que esconder los zapatos y los calcetines. P: Iré descalza, eso no es problema. Encerrarme en algún lado, bajo llave, supongo. Ese es básicamente el asunto. Y asegurar bien las ventanas, porque yo podría saltar por ellas. (505) SdeS: Mmm, hum. P: Eso es básicamente. Quiero decir que no hay manera de que yo me quede simplemente sentada. SdeS: Salvo que lo decidiera... P: 0... o que hiciera... SdeS: ... que lo hiciera usted misma. (510) P: Que ordenara todo lo que me rodea lo suficiente como para quedar satisfecha. SdeS: Mmm, hum. 276 277 P: Entonces podría quedarme sentada y relajarme. SdeS: Bueno, y ¿qué haría falta para que usted hiciera eso? P: Bueno, mis niños tendrían que estar dormidos, la ropa tendría que estar planchada y lavada. (515) SdeS: Mmm, hum. P: Los dormitorios tendrían que estar limpios, mi dormitorio tendría que estar limpio... la cocina tendría que estar limpia. Quiero decir, en general la casa, todo tendría que estar limpio. SdeS: Mmm, hum. P: Que todo estuviera satisfactorio a mis ojos. SdeS: Mmm, hum. (520) P: Según mis expectativas y entonces yo podría alejarme de un vidrio sucio. No sé. SdeS: Mmm, hum. P: Ahora digamos que lo haría. (525) SdeS: Mmm, hum. Pero está completamente segura de que no lo haría. P: Sé que no lo haría. SdeS: Es más o menos lo que me figuraba, sí. P: Simplemente me resulta difícil. SdeS: Entonces, ¿qué piensa hacer? (530) P: Yo... ¿no sé? Quizá juegue a algo con mi hijo esta noche. No sé. SdeS: Mmm, hum. P: Sí, es lo que haré. Lo ayudaré... SdeS: Mmm, hum. P: ... a deletrear su nombre. (535) SdeS: Mmm, hum.
P: Todo el tiempo. SdeS: Hum. Pero, ¿qué va a hacer con el problema del sangrado? P: No puedo, [ríe] no puedo modificar eso. Simplemente tengo que soportarlo. SdeS: ¿Cómo? (540) P: Y... si me relajo, como dice el médico, quizá se resuelva solo. SdeS: Mmm, hum. Pero primero tiene que lograr calmarse. P: Esta noche voy estudiar con mi hijo y a escribir su nombre. Le estoy enseñando a escribir su nombre. SdeS: Mmm, hum. P: Pero eso es lo que él está aprendiendo este mes en la escuela... (545) SdeS: Bien. P: Supongo que podemos hacer un poco más. Y ver más dibujos animados. SdeS: Mmm, hum. P: Y leer cuentos. SdeS: Mmm, hum. (550) P: Y luego, después de que coman su cena, jugaremos, pero yo no... voy a tratar de... diré que definitivamente voy a relajarme esta noche, voy a tratar de hacerlo. Inventar un "logro en la escala de relajación" SdeS: Muy bien. En una escala de cero a diez, en la cual 10 representa que usted apostaría todo a que es capaz relajarse esta noche y el 0 que no existe la más mínima posibilidad de que lo logre. P: Hum... 2 SdeS: 2. P: 2. Es que voy a tratar, realmente voy a tratar. (555) SdeS: Mmm, hum. P: Quiero decir que voy a hacer el máximo esfuerzo posible. Pero es difícil, sólo estoy pensando que es difícil. SdeS: Mmm, hum... Mmm, hum. P: Dios mío. SdeS: Muy bien. Tengo dos preguntas más para hacerle antes de ir a conversar con la gente de mi equipo. Hum ¿cuándo fue la última vez, más o menos recientemente, que comió tres veces al día y pudo retener la comida? (560) P: 1989. SdeS: Mmm, hum... Mmm, hum. Bien. P: Esa fue la última vez que comí normalmente. SdeS: Tres comidas, entonces, muy bien. Ahora ¿cuándo fue la última vez, la más reciente, que usted hizo una comida normal, y la pudo retener, en un día? P: Hoy. (565) SdeS: ¿Hoy? TC: Mmm. SdeS: ¿Cómo logró hacerlo? P: Porque no quería vomitar. 278 279 SdeS: Mmm, hum. (570) P: Porque estaba mi novio conmigo. SdeS: Mmm, hum. P: No, no arrojé todo porque él estaba allí. No lo vomité por la persona que compró la comida para mí. SdeS: Hum. ¿Y cómo se las arregló para no vomitar? P: El no me dejó ir al cuarto de baño después de comer. Así que fue algo forzado. (575) SdeS: Mmm, hum... Mmm, hum. Y entonces... ¿qué fue lo que comió? P: Un emparedado. SdeS: ¿De qué tipo? P: De jamón y queso.
SdeS: Mmm, hum... Mmm, hum. Muy bien. Y ese amigo suyo... ¿siempre ejerce tanta influencia? (580) P: Desde que asistió a mi sesión de terapia (con TC) esta semana, sí. SdeS: Mmm, hum. P: Sí. SdeS: Mmm, hum... Mmm, hum. P: ¡Oh, Dios! (585) TC: [Ríe] P: El ha estado actuando así desde el jueves. [Dirigiéndose a TC] Usted ha creado un monstruo. SdeS: ¿Dónde diría él que se encuentra usted? Usted dijo 3, ella dijo 5. ¿Dónde diría su novio que se encuentra usted? P: ¿Dónde estoy? Probablemente él coincidiría con ella. SdeS: El estaría de acuerdo con ella. Muy bien. Entonces, después de comer ese emparedado... (590) P: Me sentí horrible. SdeS: Y luego usted... ¿qué pasó? ¿Fue él quien no la dejó ir o usted no quiso hacerlo porque él estaba allí? ¿Cuál fue la situación? P: El no quiso dejarme ir al cuarto de baño. SdeS: Ahh... y usted dijo que se estaba sintiendo un poco mal. ¿Lo dijo? ¿No le gustó el emparedado? P: No quería tenerlo dentro de mí, no. (595) SdeS: Bien. ¿Y cuánto tiempo le llevó superar esa sensación? P: Supongo que hasta que lo digerí por completo. SdeS: Más o menos, ¿cuánto tiempo? P: No sé. SdeS: Entonces ¿cuándo usted... cómo? (600) P: Me acosté. Como no podía deshacerme de él, me acosté y me dormí. SdeS: Mmm, hum... Mmm, hum. Bien. Bien. ¿Y cuánto tiempo calcula que durmió? P: Alrededor de dos horas. Inventar una "escala de acción" SdeS: Alrededor de dos horas. Bien. Bueno, creo que tenemos otra de esas escalas de 0 a 10. ¿De acuerdo? P: Mmm, hum. (605) SdeS: Y luego saldré un momento. Ahhh, 10 representa... que usted hará casi absolutamente cualquier cosa que le sugiramos para tratar de acercarse a 10. Y 0 representa, bueno, lo opuesto. P: [Riendo] De acuerdo. SdeS: ¿Dónde diría usted que está entre 0 y 10? P: ¿En este instante? SdeS: Mmm, hum. Hoy, sí, ahora. (610) P: [Pausa] Cerca de 10, porque quiero resolver esto que ella cree que es un problema. SdeS: Entonces quiere sacársela de encima. TC: [Ríe] P: Básicamente, sí. SdeS: Muy bien. Regresaré dentro de cinco o diez minutos. Después de la pausa El último 10 de la paciente ¿significa que haría cualquier cosa para alcanzar una posición de 10, o sea para obtener lo que desea? ¿O significa que haría cualquier cosa para sacarse de encima a la terapeuta a cargo de su caso? Estos dos objetivos, ¿son lo mismo o son diferentes? Antes de las unidades 603 a 614, la
paciente enumeró 38 maneras de que ella misma, sus hijos, su madre, sus amigos y su novio descubran que se ha producido el milagro. Sin embargo, el período entre las unidades 603 y 614 sugiere que eludir a la terapeuta continúa siendo su propósito primario. Sigue en pie la pregunta: ¿quién es el paciente? 280 281 La paciente se ubica a sí misma en 3 en la escala hacia el 10 (que representa el día después del milagro). Y dice que sabrá que alcanzó una posición 5 cuando esté más relajada, cuando siga las órdenes del médico y cuando deje de sangrar. Deliberadamente no hice preguntas sobre el 4 de la paciente, porque el 5 fue definido demasiado apretadamente y la ventaja que presenta la escala se pierde cuando se define demasiado estrechamente un número. (615) SdeS: Muy bien. ¿Preparada? P: Preparada. SdeS: Bueno, el equipo y yo mismo estamos muy impresionados por lo bien que describió usted el panorama de ese día posterior al milagro y todo eso que nos dijo nos da la pauta de que usted tiene formada su propia opinión, que tiene sus propios valores y que sabe adónde quiere ir. Eso está claro. P: Sí. SdeS: Y llegar allí puede requerir un gran esfuerzo. Tal vez hasta mucho esfuerzo. (620) P: Lo sé. SdeS: Y no estamos muy seguros de cuál será el modo en que usted emprenderá el camino para llegar allí. Pero sí creemos que vale la pena alcanzar ese objetivo y esforzarse por hacerlo. Entonces, lo que le sugerimos que haga, a partir de ahora y hasta la próxima vez que nos veamos, es que observe bien lo que hace y lo que ocurre mientras usted trata de llegar a 4 y consigue llegar a 4. ¿De acuerdo? Pero, mantenga sus observaciones en secreto. Puede tomar notas o algo así. Pero particularmente no le diga nada a su TC. ¿Eh? Dejemos que ella descubra en qué momento da usted ese primer paso. Además, el equipo y yo estamos encantados de que usted haya querido que su TC estuviera hoy con nosotros, porque su perspectiva es levemente diferente de la que tiene usted y puede resultar útil. Por eso el equipo quiere invitarla a usted a que vuelva y a que traiga consigo a su TC cuando regrese. Lo que quisiéramos hacer es: [dirigiéndose a la paciente] apenas alcance la posición 4, nos llama por teléfono y concierta la cita, y usted [dirigiéndose a la TC] apenas crea que ella ha dado ese paso en la escala, nos llama y acuerda la cita. La primera que lo advierta nos telefonea. TC: Mmm. SdeS: Veremos cuál es la primera. P: Muy bien. [Riendo] [A TC] Usted tiene que interpretarme. Ahora lo que está en juego ya no es si la paciente sube o no un escalón en la escala, sino que la cuestión consiste únicamente en establecer quién advierte primero que lo logró. Esto es, la paciente tiene que adelantar ese punto en la escala antes de que cualquiera de ellas pueda telefonear para solicitar la próxima entrevista y yo les estoy comunicando claramente a ambas que tengo plena confianza en que la paciente dará ese paso y plena confianza en que alguna de las dos notará primero la mejora obtenida. Evidentemente, advertirlo primero no significa que la otra persona no lo advierta; sólo implica que lo advierta en segundo lugar. Al proceder así podemos aproximarnos a una situación en que
ambas mujeres son simultáneamente pacientes, puesto que ambas parecen interesadas en lograr algo de la terapia. Por supuesto, yo preferiría que fuera la paciente quien advirtiera primero el cambio y quien telefoneara primero. Tener que probarme su progreso a mí y a la terapeuta a cargo de su caso, en lugar de que sea esta última quien la ve otra vez en mejor condición de como ella misma se ve sería más conveniente para su autoestima. Aunque invitamos a la "paciente" a regresar y le dijimos que si lo deseaba podía traer consigo a la terapeuta, decidimos dejar abierta la fecha de la próxima cita a fin de respetar el derecho de la "paciente" a decidir por sí misma. En suma, no está del todo claro si la paciente desea o no la terapia ni tampoco si lo único que desea es quitarse de encima a la terapeuta a cargo. Desde la unidad 235 hasta la 610 fui convenciéndome cada vez más de que la paciente quería algo para sí y que no estaba allí solamente para complacer a su terapeuta. Algunas semanas después, la terapeuta a cargo del caso informó que la situación de la paciente había mejorado algo, que por lo menos había ascendido un punto en la escala. La terapeu ta consideraba que la sesión le había proporcionado cierta dirección a su trabajo con la paciente y que ninguna de las dos creía que hicieran falta nuevas sesiones. 282 283 Antes de mediados de la década de 1980, mis colegas y yo concebíamos habitualmente el abuso del alcohol y de las drogas como algo, en cierto(s) modo(s), diferente de otros problemas humanos. Probablemente, esa visión se debía en parte a la relativa escasez de pacientes que buscaban una terapia breve para tratar específicamente los problemas de "abuso" de alcohol y/o de drogas. Como es bastante razonable, el "modelo de enfermedad" ampliamente aceptado (Fingarette, 1988; Peele, 1989) de los abusos impulsa a los abusadores a procurar una ayuda más especializada, tal como la que se supone que brindan los consejeros en temas de drogas y de alcohol, antes que a buscarla en los psicólogos generalistas que se especializan en la terapia breve. La principal razón de que aceptáramos este punto de vista fue la importancia primordial que les dio Gregory Bateson (1972)1 a la idea de concebir el alcoholismo como una enfer medad y a Alcohólicos Anónimos. Bateson, cuyo pensamiento sobre los sistemas y la teoría sistémica influyó en el desarrollo y el crecimiento tanto de la terapia familiar como de la terapia breve, describió la perspectiva de A.A. como una visión sistémicamente "correcta" (Bateson, 1972, pág. 337). De acuerdo con Bateson, cuando un alcohólico "toca fondo", no hay escapatoria. Todos los esfuerzos que realizó le demostraron que no puede no 284 14 Espere un minuto, ¡eso sería un milagro! Uno nunca puede planear en futuro basándose en el pasado. Edmund Burke beber, pero cuando toca fondo sabe que si continúa bebiendo se volverá loco o morirá. Por ello, el alcohólico que llega al fondo del abismo tiene que elegir necesariamente entre dos alternativas "erróneas". La posición del alcohólico en ese momento es un ejemplo del tipo de situaciones que Bateson y sus colegas
(Bateson, Jackson, Haley y Weakland, 1956) llamaron una "doble atadura". De acuerdo con Bateson (1972) la única salida de escape a esa doble atadura es lo que A.A. llama "renuncia". En esta perspectiva, remitir al paciente a A.A. es la única cosa sensata que puede hacer un terapeuta, porque como dice Bateson, "Alcohólicos Anónimos... tiene el único registro sobre saliente de éxitos en el tratamiento con alcohólicos" (Bateson, 1972, pág. 310). (La fe de Bateson en lo que llamó éxito se basaba enteramente "en datos tomados de publicaciones de Alcohólicos Anónimos" [Bateson, 1972, pág. 310].) Por supuesto, el punto de vista de Bateson dependía por completo de la presencia de una enfermedad llamada alcoholismo, según la definición dada por A.A. y de su lectura de la biblio grafía de esa organización. Una vez que se opta por una definición del alcoholismo diferente de la propuesta por A.A. todo el argumento de Bateson se vuelve por lo menos cuestionable. Un cambio de perspectiva Sin embargo, ocasionalmente, a lo largo de los años, por una variedad de razones, algunos pacientes que tenían problemas de abuso de alcohol y/o de drogas procuraron la ayuda de la terapia breve para afrontar este problema (véanse algunos ejemplos en S. de Shazer, 1982, págs. 50-64, 133-134). En esos casos, realizamos la terapia de la "manera habitual" y la proporción de éxito obtenido con los problemas de "abuso" resultó no diferir de la correspondiente a otro tipo de casos. Nosotros veíamos el éxito alcanzado en esos casos como "contingencias" (no como anomalías en relación con el alcoholismo). Por lo tanto, atribuíamos el éxito o bien: a) a que el paciente era una persona poco corriente capaz de superar la enfermedad de una manera inusual, o bien b) a un error de diagnóstico, es decir, que el diagnóstico original de "abuso de alcohol" era erróneo. No obstante, subsiguientemente, nuestra perspectiva varió hacia la posibilidad de que el tratamiento de los problemas de abuso 285 de alcohol no fuera diferente del tratamiento requerido para otros tipos de problemas que atienden los terapeutas especializados en terapia breve. Si bien tradicionalmente estos casos podrían considerarse como anomalías (dentro del modelo del alcoholismo), en el marco de la terapia breve llegaron a concebirse como "asuntos habituales" (véanse algunos ejemplos en Berg y Miller, 1993; De Shazer, 1988, págs. 132-138, 145-150, 152-159). Este cambio de punto de vista se da de manera paralela y concomitante con un cambio de perspectiva respecto de todo el concepto de alcoholismo en un contexto más amplio que ha estado desarrollándose durante años. Quizá resulte sorprendente comprobar que el cambio de perspectiva se originó en la investigación sobre el tratamiento del abuso de alcohol y primariamente afecta la creencia ampliamente sostenida de que el alcohólico siempre está "a un trago de distancia de un ebrio" y por lo tanto el abuso de alcohol implica una pérdida de control. Casi todo lo que el público norteamericano cree que es la verdad científica sobre el alcoholismo es falso. Herbert Fingarette (1988, pág. 1) Davies (1962) hizo sonar un toque de difuntos para el concepto de alcoholismo con su artículo "Consumo normal de bebida en los adictos al alcohol recuperados".
Antes de la aparición de este documento, el alcoholismo se consideraba una enfermedad que respondía a un concepto más o menos simple y unificado. Se pensaba, y muchos lo piensan aún, que la abstinencia total era la única alternativa de que disponían los alcohólicos porque, durante la fase adictiva, se desarrolla "una imperiosa necesidad de continuar bebiendo y de obtener bebida por cualquier medio, así como una dependencia de la bebida" (Davies, 1962, pág. 94). No obstante, al proponer Davies la posibilidad de que los adictos al alcohol recuperados bebieran normalmente, el concepto de alcoholismo quedó contaminado y socavado para siempre: debemos dudar de la validez de esa idea folklórica de que "una vez que uno es alcohólico, lo es para siempre". Con toda probabilidad, incluso antes de 1962, algunos médicos clínicos ya sabían que a veces, ciertos alcohólicos comienzan a beber nuevamente sin presentar nunguno de los problemas asociados con el alcoholismo o con parte de él. Sin embargo, antes del trabajo de Davies, esas excepciones fueron desechadas como contingencias y/o hechos fortuitos y/o se consideró que los pacientes no eran realmente alcohólicos, es decir, que habían sido diagnosticados de manera errónea. Ya sea que se los viera como golpes de suerte, como hechos fortuitos o como ejemplos de mal diagnóstico, esos casos fueron rechazados, considerados triviales, no relevantes en cuanto al "alcoholismo" como tal. También el propio Davies podría haber suprimido su descubrimiento de tales casos; no obstante decidió escribir sobre ellos y, por lo menos en este sentido, inventó el "consumo normal de alcohol" en alcohólicos recuperados. Puesto que el alcoholismo fue considerado durante muchos años -y aún sigue siendo considerado por muchos- como una enfermedad, habitualmente respondió a un concepto totaliza dor que implicó que toda otra perspectiva (no estándar) del alcoholismo fuera marginada, trivializada y estimada como suplementaria; es decir, que podía ser ignorada. Pero el trabajo de Davies (1962), como el de Davies, Scott y Malherbe (1969) era un peligroso agregado para el concepto, una nota marginal que calificaba y cuestionaba seriamente el texto. Lógicamente, si algunos alcohólicos "recuperados" podían comenzar a consumir o reanudar el consumo de bebida normalmente, esto debía incluirse como una de las posibilidades dentro de cualquier concepto de alcoholismo. Aun cuando pudiera tratarse de una cuestión de suerte, si beber normalmente era posible, aunque sólo fuera para una pequeña minoría de pacientes, ese resultado casual se convertía en una posibilidad necesaria. Por lo tanto, era necesario redefinir el alcoholismo para incluir la posibilidad, en cualquier caso en particular, de que el paciente pudiera comenzar a beber normalmente o reanudar el consumo normal. Heather y Robertson (1981) siguieron esta investigación y otras subsiguientes para llegar a esta conclusión: Que la conducta alcohólica esté o no "influida primariamente por mecanismos neurofisiológicos o pulsiones internas" -y no hay razones convincentes para suponer que sea así- resulta irrelevante para el hecho demostrado de que la conducta que tiene el alcohólico ante la bebida está sujeta al mismo tipo de contingencias ambientales y puede modificarse de acuerdo con el 286 287
También es importante destacar que, lógica y empíricamente, si hay una enfermedad, debe de haber pues una causa. No obstante, "la investigación... ha mostrado que ninguna fórmula causal explica por qué [algunas] personas se vuelven bebedores excesivos. En realidad, el intento de encontrar una única causa abarcadora de una única enfermedad ha desorientado repetidamente a los investigadores" (Fingarette, 1988, pág. 65). La falta de una definición unificada y el debilitamiento del concepto de alcolismoenfermedad socava por completo la noción propuesta por Bateson de renuncia absoluta como única vía de escape del alcoholismo. En el mejor de los casos hay muchos alcoholismos y quizás, en una perspectiva más radical, no hay ninguno. En cualquiera de los dos casos, la alternativa más apropiada es una multiplicidad de tratamientos, cada uno hecho a la medida de cada paciente específico. Está claro que una perspectiva de un-tratamiento-para-todos no habrá de ajustarse a muchos pacientes. Contexto El contexto es, por supuesto, la clave. El hecho de que la significación de una enunciación siempre esté determinada por un contexto que es, en parte, no verbal explica por qué la semántica es la esfera más difícil de la investigación lingüística. Nunca es posible analizar la significación del habla real en términos puramente lingüísticos, porque las relaciones entre el emisor, el receptor y el tema de que hablan no están incluidos entre los datos lingüísticos. David Lodge (1990, pág. 78) 288 mismo tipo de principios de la conducta que tiene cualquiera ante la bebida. No hace falta ser un conductista radical [sic] ni creer que la referencia a estados internos no tiene cabida en el discurso científico para darse cuenta de la profunda significación que tiene esto. Si la conducta ante la bebida del alcohólico es modificable esencialmente del mismo modo que el consumo normal de alcohol, no tiene pues sentido describir una enfermedad específica de alcoholismo, como tampoco tiene sentido buscar las raíces de una pérdida general e irreversible de control en los alcohólicos. En consecuencia, el principal fundamento teórico del requerimiento de abstinencia en el tratamiento queda radicalmente socavado. (págs. 126-127) La situación en la que se dan los acontecimientos influye en el modo como los participantes describen tales eventos para sí mismos y para los demás. Por supuesto, el evento y el contexto no están claramente separados y no pueden diferenciarse exactamente. El contexto influye en el evento en tanto que el evento afecta al contexto. No obstante, por lo menos parcialmente, el contexto que rodea un acontecimiento ayuda a dar significación al evento mismo. Puesto que el contexto o la situación en la cual se dan los acontecimientos se describe utilizando el lenguaje y puesto que el contexto nos ayuda a comprender y a describir qué es lo que ocurre, el contexto está sujeto a las mismas ambigüedades que influyen en el evento mismo. El contexto puede limitar las posibilidades y hasta restringir las opciones hasta el punto de hacer imposibles ciertas conductas. Por ejemplo, comer con mi profesor sentados ambos en el suelo, es una conducta normal, esperable, en Corea o en el Japón, pero sería inconcebible en Alemania. En los Estados Unidos comer con el profesor, sentados ambos en el piso, es una posibilidad con ciertos profesores en
ciertos lugares y depende de ciertas circunstancias. Es decir, sentarse en el suelo para comer con un profesor está bien o no está bien según el contexto en el que ocurra. En sí misma, la conducta -sin hacer referencia al contexto- no es ni buena ni mala y/o es ambas cosas: se trata de una cuestión irresoluble. De modo similar, el abuso de alcohol no se da en el vacío. Como cualquier otra conducta humana, hay un contexto que rodea el abuso. En realidad, el contexto ayuda a definir el "abuso" como tal y por lo tanto, el contexto es, de hecho, una parte significante de la conducta conocida como "abuso". Esto es, en un contexto particular (digamos, por dar un ejemplo absurdo, en una reunión de A.A.) tomar una cerveza podría ser visto como un "abuso", mientras que en otro contexto (un pub) tomar tres vasos grandes de cerveza podría ser visto como algo "normal". Obviamente, las diversas personas que participan de una situación forman parte del contexto de la conducta de cada individuo. Un consumo abusivo de alcohol podría ser consi derado "normal" cuando un individuo se encuentra en compañía de un grupo de bebedores abusivos, mientras que una sola cerveza podría verse como un abuso cuando el individuo comparte una cena con una familia mormona. En realidad, que 289 alguien tome una sola cerveza estando en un grupo de bebedores abusivos podría ser considerado como algo "anormal", si es que alguno de los presentes pudiera advertir esa conducta. Desde el punto de vista de un tratamiento, el contexto es bastante importante, ya que un cambio de conducta o de actitud no se da en aislamiento. Cualquier cambio en el contexto podría ,conducir a (o alentar) una conducta no abusiva o a no beber y/ o un cambio en el contexto podría servir para fortalecer un consumo no abusivo o la decisión de dejar de beber. $250.000 son suficientes (1) Steve de Shazer: Bueno, yo no tengo ninguna información al respecto. Así que, hum, cuénteme algo de usted. ¿Qué...? (2) Paciente: Bueno, estoy aquí porque... (3) SdeS: No, no, no sobre eso... cuénteme algo de usted, quién es usted... (4) P: Me llamo Frank Jones. Tengo treinta y dos años, um... (5) SdeS: ¿Qué le gusta hacer? (6) P: Me gusta el baloncesto. (7) SdeS: ¿El baloncesto? (8) P: Hum, hum. (9) SdeS: ¿Y qué más? (10) P: El bowling. SdeS: Mmm, hum. P: Me gusta beber y escuchar música... SdeS: ¿Qué tipo de música? P: Básicamente, todo tipo de música. (15) SdeS: ¿Sí? P: Mmm, hum. SdeS: ¿No tiene alguna favorita? P: No en particular SdeS: Muy bien, y ¿cómo paga sus cuentas? (20) P: Bueno, yo en realidad... mi esposa y yo las pagamos juntos. SdeS: Mmm, hum. Muy bien. P: En la medida en que mi trabajo... ya sabe; mi trabajo no es el mejor del mundo, pero sobrevivo. SdeS: Mmm, hum. P: Pequeñas cosas. (25) SdeS: ¿Qué tipo de cosas hace? P: He estado haciendo una cantidad de trabajos diferentes. SdeS: Ajá.
P: En estos últimos meses. SdeS: Bueno, muy bien, y ¿qué lo impulsó a venir? (30) P: Bueno, en este momento estoy con un problema de bebida. SdeS: Mmm, hum. Bueno. Y ah... P: A veces bebo... SdeS: Usted dice "en este momento" ... P: Bueno, he estado luchando con eso... (35) SdeS: Mmm, hum. P: Pero precisamente ahora siento que es el momento de mi vida en que realmente tengo que... hacer algo. Porque hace un tiempo ya estuve en tratamiento. SdeS: Bien. P: No sé en qué medida lo tomo seriamente, pero sé de qué se trata. SdeS: Mmm, hum. (40) P: Y soy... soy consciente de mi adicción. Sé lo que puede hacerme. Supongo que soy realista porque sé bien lo que es. SdeS: Muy bien. Y, ah... entonces a veces usted lo controla ¿no es cierto? P: Sí, muchas veces. SdeS: Mmm, hum... Mmm, hum. Muy bien y... P: Supongo que esa es precisamente la parte de adicción, cuando a veces a uno le parece muy bueno y a veces no es tan bueno como uno cree. Y... (45) SdeS: Bueno, y ¿qué ha estado ocurriendo estas últimas semanas? ¿Algunos días fueron mejores que otros? P: Algunos días sí... las cosas anduvieron mejor. SdeS: Mmm, hum. Muy bien. Y ¿cuándo fue el mejor día, recientemente? Sin... P: Sin problemas... SdeS: Mmm, hum. (50) P: Casi todos los días. SdeS: Mmm, hum. P: Es sólo la parte física, realmente, que me hace sentir incómodo cuando bebo. Aunque, ya sabe, yo podría tener problemas en mi vida como cualquier otro. 290 291 SdeS: Oh, por supuesto, sí, seguro. P: Pero en este momento es la parte física la que está empezando a hacerme sentir muy mal. (55) SdeS: Mmm, hum... Mmm, hum. P: [Ininteligible] ... está fuera de control... mis hábitos alimenticios. SdeS: Mmm, hum. Bien. P: Mis hábitos alimenticios y todo ese tipo de cosas. SdeS: Bien. (60) P: Y hum... SdeS: Pero algunos días... usted no hace nada... ¿no bebe en absoluto? P: No he pasado un solo día sin beber en algún momento. SdeS: ¿No? P: Durante varios meses. (65) SdeS: Bueno. P: Pero todos los días bebo cerveza durante todo el día. Bebo cerveza hasta que me voy a dormir. SdeS: Mmm, hum. Ya veo. Bien. Bueno, digamos... hum y usted dice que ya estuvo en tratamiento anteriormente. P: Sí, yo... SdeS: Y ¿en qué aspecto le sirvió el tratamiento? (70) P: ¿Qué me...?
SdeS: ¿En qué fue bueno para usted? ¿Qué le resultó útil? P: Ya sabe, los tratamientos... bueno, uno de los tratamientos que seguí más tiempo... a usted debe resultarle familiar: [un programa muy conocido]. SdeS: Mmm, hum. P: Bueno, estuve haciéndolo durante tres meses. (75) SdeS: Bien. P: Me gustaba. SdeS: Sí. P: De veras, realmente me gustaba. SdeS: Mmm, hum. (80) P: Porque era como... sosegado, tranquilo, algo alejado de las cosas que, bueno, si quiere llamémoslo un problema. SdeS: Lo que sea. P: Aislado de todo... SdeS: Sí, entiendo. P: ... otra atmósfera y, ya sabe, así uno puede tener un control de uno mismo, puede ponerse otra vez en forma y una cantidad de pautas... (85) SdeS: Bien. P: Eso me gusta. SdeS: Mmm, hum. P: ... aparte, lo que está en la calle... uno no puede hacerlo porque está constantemente atrapado en la cadena de ellos... sabe cómo es eso. SdeS: Entonces, ¿después de... (90) P: ... del centro de tratamiento... SdeS: ... después de 90 días de estar allí, ¿cuánto tiempo pudo mantener la conducta? P: Alrededor de un mes y medio. SdeS: Mmm, hum. P: Más o menos un mes y medio. (95) SdeS: Muy bien. P: Y hasta entonces yo no podía recordar un solo día en que hubiera permanecido "seco" desde mis años de juventud, cuando comencé a beber. SdeS: Mmm, hum. P: Cuando asistía a los grupos de Antabuse... SdeS: Ah, ah, ¿sí? (100) P: ... me gustaba. SdeS: Mmm, hum. P: ¿Sabe por qué? Porque mientras me mantenía ocupado y llevaba ese vacío, me sentía bien. SdeS: Mmm, hum. Pero también podía hacerlo sin la gente de Antabuse. P: Lo hice... (105) SdeS: Sí. P: Hace unos meses, durante cuatro días. SdeS: Mmm, hum. P: Pero no tomé la decisión correcta. No fui a ninguna reunión de A.A. SdeS: Mmm, hum. Si Antabuse y las reuniones de A.A. son útiles para él, si lo ayudan, parte de la solución al problema de la bebida puede incluir a esas organizaciones. Sin embargo, aún no sabemos si su solución queda así estrechamente definida. 292 293 (110) P: Imagine, yo necesitaba ese apoyo. Y no fui. SdeS: Mmm, hum. P: Simplemente me obligué a quedarme en casa y a soportar la abstinencia, pero terminó en lo mismo de siempre. SdeS: Mmm, hum. P: Supongo que puedo romper el hechizo. (115) SdeS: Mmm, hum. Puede hacerlo. Así que tengo una pregunta algo extraña para hacerle, pero, hum, supongamos que ah, ... esta noche cuando regresa a su casa y se va a dormir, ocurre un milagro. ¿De acuerdo? Y el problema que lo trajo a verme se resuelve solo. P: Mmm, hum.
SdeS: Pero usted no puede saberlo. P: Mmm, hum. SdeS: Porque el milagro se produce cuando usted está durmiendo. (120) P: Entiendo. SdeS: ¿Sí? P: Muy bien. SdeS: Entonces, cuando se despierta a la mañana siguiente, ¿qué diferencia advierte que le indica que quizás ha ocurrido un milagro? Construir la mañana después del milagro P: Probablemente no tendría dolor de cabeza. (125) SdeS: Oh, sí. P: Probablemente no me sentiría como si estuviera dejando algo detrás de mí. SdeS: Mmm, hum. P: Porque, ¿sabe?, en los sueños a veces... uno nunca tiene la oportunidad de completarlo... por eso siente como si hubiera dejado algo atrás. SdeS: Bien. (130) P: ...como si toda la otra porquería que dur... se hubiera ido. SdeS: Mmm, hum. P: Y probablemente me sentiría como si estuviera elevado... SdeS: Sí. P: ... una altura natural. (135) SdeS: Muy bien y, ¿cómo se siente esa sensación? ¿Puede contarme algo más de esa sensación? P: ¿Cómo se siente? SdeS: Sí, esa elevación natural. P: Una buena sensación de alegría. La primera vez que me sentí así... la primera vez que me di cuenta de lo que eran Santa Claus y una gran Navidad... SdeS: Mmm, hum. (140) P: Con la nieve y los regalos... SdeS: Mmm, hum. Bien, bien. P: Esa sensación. Cuando uno se despierta temprano a la mañana, recibe sus regalos y está Santa Claus. Ese tipo de sensación. SdeS: Bien, bien. Como resultado del milagro usted se despierta teniendo esa sensación de elevación natural, de alegría y todo lo demás. Y, hum, ¿qué diferencia marcará todo eso... lo que usted haga ese día? O al comenzar ese día, ¿qué diferencia marcaría? P: Una gran diferencia. (145) SdeS: Mmm, hum. P: Tengo esos días... SdeS: Mmm, hum. P: Y me levanto de buen humor, cantando en voz baja y me pongo a hacer algo que difícilmente haga en general, simplemente me levanto y limpio toda la casa y paso el trapo por los pisos... SdeS: Muy bien. (150) P: Supongo que podríamos decir que todo eso me daría mucha más energía... SdeS: Muy bien y, hum... P: ... y fuerza y ganas de hacer todo bien, sólo que... sé cómo hacer las cosas, pero hay días en los que ni siquiera lo intento. SdeS: Muy bien, entiendo. P: Tengo buenos estados de ánimo, sólo que no los pongo a funcionar... (155) SdeS: Mmm, hum. P: Supongo que en este momento mi autoestima también está muy baja. Realmente no siento como si... valiera la pena intentarlo; lo único importante para mí es conseguir una lata de cerveza para mañana... SdeS: Mmm, hum.
294 295 P: ...e irme a dormir... SdeS: Bien. Y después de ese milagro, ¿qué diferencia habría en ese sentido? Si no estuviera allí esa necesidad de conseguir una cerveza, ¿qué haría usted en cambio? (160) P: Además de lo que hago normalmente, todos los días... SdeS: Sí. P: Trabajar. SdeS: Bueno, también eso, sí, seguramente, lo que sea, pero, ¿qué le advertiría a usted que esta vez ha ocurrido un milagro... algo realmente diferente? Sí, además de trabajar, eso está bien... usted trabajaría y ¿qué más haría que le indicara que ha sucedido un milagro? P: Porque sé que sería... que hasta gente que, bueno, me digusta o que no me importa mucho que esté o no cerca. SdeS: Mmm, hum. P: Quizá me llevara bien con ellos. SdeS: Bien. P: Probablemente me acercaría y les estrecharía la mano. Sabe... SdeS: Mmm, hum. (170) P: No es que lo haga o no lo haga; es que no quiero hacerlo. Podría por ejemplo, frenar para estacionar mi automóvil y ayudar a una anciana a cruzar la calle. SdeS: Mmm, hum. P: Cuando a veces, hum, ya sabe, cuando uno directamente se detiene y toma un respiro... y bueno simplemente, dejar pasar antes de enojarse. SdeS: Oh. P: Ese día en particular, estacionaría mi automóvil, me apearía y la ayudaría a cruzar. (175) SdeS: Muy bien, muy bien. Entonces... P: Ese tipo de cosas me harían saber, en realidad, que en verdad ha ocurrido un milagro, porque si no ocurriera un milagro yo sería muy mezquino y malhumorado. SdeS: Mmm, hum. P: No es que yo, bueno, fastidie a las personas o algo así, sabe... sólo que miro mal a la gente, soy un tipo así... malhumorado. SdeS: Entiendo. (180) P: Así, por ejemplo, si estoy en una tienda y alguien me pisa sin querer, bueno, lo miro como si... sé que es un error, pero le echo una mirada... SdeS: Bueno. Bueno. P: A veces hago eso ahora cuando alguien me pisa como si tuviera mucha estúpida prisa o algo así. SdeS: Mmm, hum. P: Entonces yo lo miro con cara de loco, como para frenarlo. (185) SdeS: Mmm, hum. P: Y a veces no, a veces puedo decir, perdón, comprendo. Soy de las dos formas. SdeS: Bueno, ¿cuál es la diferencia? P: Tengo un buen sentimiento o un mal sentimiento. SdeS: Sí, pero ese día después del milagro, ¿pasa algo diferente que le hace descubrir...?
(190) P: No sé, realmente no sé qué puede ser diferente... SdeS: Bueno. P: ¿Sabe? Este es uno de esos días -¿cómo dice usted?uno de esos días malos. SdeS: Sí, claro. A veces son buenos días y a veces días malos, a veces hay otras cosas que, hum... P: Lo provocan. (195) SdeS: ... que lo provocan o que no lo provocan, lo que sea. P: ... también, creo que si me despertara y hubiera ocurrido un milagro como el que usted dice... sentiría como si mi lucha contra el alcohol hubiese terminado. SdeS: Mmm, hum. P: Ya sabe. SdeS: Sí, claro. (200) P: Los problemas que me llevaron al alcohol habrían terminado. SdeS: Mmm, hum. P: Bueno, es como si yo no tuviera que seguir preocupándome por toda esta porquería nunca más, tendría un comienzo nuevo... simplemente cada uno se ocuparía de su vida y me dejarían seguir con la mía. SdeS: Mmm, hum. P: Si cometo errores, déjenme verlos, simplemente no traten de dirigir mi vida... ¿entiende? 296 297 (205) SdeS: Bien, bien. Entonces... P: ... sería más sociable, porque, como ahora... hay una cantidad de gente, de amigos y parientes... SdeS: Mmm, hum. P: Que no me interesa mucho que estén conmigo, porque sé que si tengo un buen día... ellos van a terminar por provocarme... diciendo algo tonto. O algo fuera de lugar... SdeS: Ajá. (210) P: Y eso es algo que realmente, en verdad me vuelve loco. SdeS: Mmm, hum... Mmm, hum. P: Y es por eso que en realidad no me gusta que estemos juntos... SdeS: Comprendo. P: Pero mientras... si ocurriera ese milagro, yo podría estar... estar con ellos... ni siquiera me molestaría. Y cuando me dijeran algo... yo simplemente los miraría y me reiría. Esta descripción del día después del milagro no está puntualmente enfocada a su "problema con la bebida". El hombre quiere algo más de la terapia. Construir excepciones (215) SdeS: Mmm, hum. Hay días buenos y días malos, ya sabemos, días de buen humor y días de mal humor y todo eso, pero ¿hay días que se parecen más a ese día después del milagro que otros? ¿Ha habido días en los que usted tuvo partes de ese milagro? ¿Cosas de ese tipo? P: Sí. SdeS: ¿Cuál fue el más reciente? ¿En qué se parecía al del milagro? P: ¿Bueno o malo?
SdeS: Bueno, bueno, por supuesto. Yo no tenía la menor idea de lo que significaría un día "malo", por lo tanto decidí dejar de lado eso por el momento. (220) P: Cuando me desperté al día siguiente de mi casamiento. SdeS: Mmm, hum. P: Fue en junio [hace cinco meses]. SdeS: Mmm, hum. P: Nunca pensé que me casaría. (225) SdeS: Mmm, hum. P: Nunca. Siempre estuve en contra del matrimonio. No es que me dejara influir por lo que piensan los demás, sólo que era algo que yo nunca haría. SdeS: Mmm, hum. P: No a esa edad... bueno, tan joven. SdeS: Entiendo. (230) P: Y me desperté y pensé en el asunto y con sorpresa me dije: "Estoy casado". SdeS: Mmm, hum... Muy bien... P: No sé si se trataba de una sensación buena o mala, era simplemente algo que me hacía detenerme a pensar. SdeS: Mmm, hum. Mmm, hum. P: Y empecé a recordar, ya sabe, lo salvaje que había sido y... [larga pausa] no sé. (235) SdeS: Sí. P: Bueno el hecho es que ahora estoy casado... Y bueno, es como que... uno nunca sabe, bueno, puedo morirme a los 25. SdeS: Y... sí. P: Uno no puede decir a los 25 estaré casado. Uno puede desear estar casado a esa edad, pero nunca sabe. SdeS: Eso es verdad. Uno nunca sabe. (240) P: Cuándo va a ocurrir. Como me pasó a mí. Yo decía que me casaría después de cumplir los treinta. SdeS: Mmm, hum. P: Y cuando tengo 32... SdeS: Mmm, hum. P: Y cuando me desperté ese día me impresionó. Realmente reflexioné sobre todo eso. Todavía hoy es algo que a veces me sorprende. (245) SdeS: ¿Se sorprende a sí mismo? P: Creo que sí. SdeS: Ajá. P: Creo que sí y... no puedo aceptar el hecho de que realmente estoy casado... SdeS: Sí. (250) P: Acepto la responsabilidad, pero lo que realmente 298 299 me afectó fue el compromiso. SdeS: Mmm, hum. P: ¿Entiende? SdeS: Mmm, hum. P: ... algo dentro de mí hizo ese compromiso del que yo ni siquiera sabía nada. (255) SdeS: Sí, entiendo. P: ¿Comprende? Todo estaba preparado, pero yo no. Mi mente... SdeS: Entiendo, comprendo lo que me está diciendo. P: Mi corazón estaba preparado, pero en mi espíritu había como una especie de confusión... SdeS: Mmm, hum. (260) P: Y usted ya sabe, uno se deja llevar por el corazón.
La afirmación del paciente de que "el corazón guía a la mente" y el hecho de que se sorprendiera a sí mismo podrían resultar metáforas útiles para ayudarlo a desarrollar una solución. Aumentar el alcance del día después del milagro (261) SdeS: Sí, bueno, el día después del milagro... como usted no sabe que el milagro ocurrió, no se lo puede decir a ella, pero ¿cómo podría descubrir su esposa lo que ha sucedido? ¿Qué constituiría una señal? P: En estos momentos, mi esposa no cree que yo sea feliz. SdeS: Ajá. P: Porque yo estoy soportando todo este cambio con su familia. (265) SdeS: Mmm, hum. P: Día a día entremetiéndose en las cuestiones de nuestro matrimonio. SdeS: Mmm, hum. P: Parece que no soportaran nada. SdeS: Entiendo. (270) P: Pero mostraron su apoyo a la otra hermana que se casó un mes antes que nosotros. SdeS: Mmm, hum. P: Y yo sé que eso de algún modo la deprime a mi esposa, pero ella está siendo fuerte porque toda mujer sueña con el día de su boda. SdeS: Mmm, hum. P: Y ahora ellos tienen otra hija que se casará en junio y ya se están preparando para el acontecimiento y pagando un montón de cosas y, se imagina, dándole todo su... [pausa] apoyo... (275) SdeS: Mmm, hum. P: Y lo hacen por ella. SdeS: Mmm, hum. P: Ni siquiera aparecieron. SdeS: Mmm, hum. (280) P: Entonces ahora, todavía me siento... es como una especie de mezcla de sentimientos y sé que a mi esposa le pasa lo mismo. Ella dice que no, pero sé que no es cierto. SdeS: Sí, probablemente. P: Entonces, en este momento, ella tal vez esté pensando que yo no me siento muy cómodo con ella a causa de que su familia no nos da muestras de apoyo, aunque yo me haya casado con ella. SdeS: Comprendo. P: Ellos, no; pero sé que ella lo siente. (285) SdeS: Seguramente. P: Y yo de algún modo también lo siento, porque es como si ya no me importara lo que no les gusta de mí; todavía soy la persona que su hija eligió. SdeS: Mmm, hum. P: Mientras yo haga feliz a su hija... o a su hermana, eso debería bastarles. SdeS: Sí. (290)P: Entonces... siento que se ha formado como una especie de nube sobre mi cabeza... SdeS: Bien. Después de ese milagro, ¿cómo podría su esposa descubrir que ha sucedido ese milagro? P: ¿Cómo lo descubriría? SdeS: Sí, que durante la noche a usted le ocurrió ese milagro. ¿Cómo lo descubriría ella? P: Pienso que... [pausa] que ella notaría mi sensación de bienestar.
(295) SdeS: Mmm, hum. ¿Cómo? ¿Qué haría usted... qué cosas haría que le mostrarían a ella el cambio? ¿Cómo se vería ese cambio? ¿Qué vería ella de diferente? 300 301 P: Bueno, es sólo algo que yo no he hecho... cuando ella se levanta para ir a trabajar la acompañaría hasta el automóvil y le daría un beso. SdeS: Muy bien. ¿Eso sería algo diferente? ¿Eso le demostraría a ella que algo en usted ha cambiado? P: Sí, porque nunca lo hago. SdeS: Mmm, hum. (300) P: Yo me quedo en la cama [pausa] y a veces ella viene, me da un beso y... se va a trabajar. SdeS: Mmm, hum. P: Y yo me quedo en la cama, porque, bueno estoy todavía entredormido, pero la oigo. SdeS: Bien. P: Pero para ella sería raro que yo me levantara, la acompañara hasta la puerta y la besara, en lugar de quedarme en cama. (305) SdeS: Bien, bien. P: O levantarme y preparar el desayuno. SdeS: Bien. P: Ese tipo de cosas. SdeS: Bien. (310) P: De todos modos ella está cuidando su peso, así que el desayuno no le importa mucho. SdeS: Mmm, hum. P: Pero sería algo diferente. SdeS: Sí. P: Ella advertiría que estoy de buen humor. (315) SdeS: Muy bien. Y hum... P: O que ella se me acerque y me pregunte: "¿Quieres una cerveza?" y que yo le responda "no" con un tono decidido. SdeS: Mmm, hum. P: Entonces ella sabría, pensaría que pasa algo. SdeS: Bien, usted dice "no" y realmente piensa que no. (320) P: Sí. SdeS: Mmm, hum. P: Ya sabe, como diciendo "No, gracias" y sin sentirme mal por eso. Y no como diciendo no, pero deseando decir sí, pero no animarse a hacerlo, porque uno sabe que está enfermo y tiene miedo de beber para no empezar de nuevo. SdeS: Mmm, hum. P: En cambio, decirle "no", con una sonrisa. Entonces ella notaría que algo pasa. (325) SdeS: Muy bien, muy bien. Hum... esa podría ser una buena pista para ella. ¿Qué otra cosa cree que podría indicarle a ella el cambio a medida que va pasando el día? ¿Qué otras cosas? P: Ella no me vería... no me vería sentado por ahí como hago a veces, con la mirada perdida. SdeS: Mmm, hum. P: Bueno, el televisor puede estar encendido, pero yo puedo estar sentado así, como estoy ahora y ella cree que estoy mirando la televisión, pero en realidad estoy pensando. SdeS: Mmm, hum... Mmm, hum. (330) P: Ya sabe, fantaseando o como quiera llamarlo, pero... SdeS: Sí, entiendo.
P: Es algo más que fantasear porque... [pausa] puedo estar pensando en los días que tengo que afrontar mi problema. SdeS: Mmm, hum. P: Pero trato de ocultarlo. (335) SdeS: Bien. P: Si ella no me viera hacer eso tan seguido. SdeS: Bueno, y ¿qué cree que haría en vez de eso? P: Probablemente leer un libro. SdeS: Muy bien. Mmm, hum. Entonces si ella lo viera hacer eso... (340) P: Si ella me viera leer un libro más seguido y me... viera más sonriente, sabría que algo cambió. SdeS: Mmm, hum. P: Como le digo, ella siente que yo estoy más o menos deprimido. SdeS: Mmm, hum. P: Bueno lo hablamos y yo le dije que estaba arreglando una cita para venir aquí. (345) SdeS: Bien, bien. P: Porque, bueno, ella también siente así. SdeS: Mmm, hum. Y ¿ella se sorprendió cuando usted le comentó que haría esto? P: No, pero se sorprendió cuando supo que realmente vendría hoy, porque otras veces hice citas y después no asistí. SdeS: Mmm, hum. (350) P: Iba a venir ayer pero... SdeS: Sí. 302 303 P: Ella terminó yendo a alguna parte con su hija y yo no pude venir, porque mi automóvil no funciona en este momento. SdeS: Mmm, hum. P: Y vivo bastante lejos de aquí. Supongo que no habría podido venir a pie. (355) SdeS: Mmm, hum. P: Pero también creo que fui perezoso. SdeS: Entonces, se las arregló para venir hoy aquí; eso la va a sorprender. P: Sí, se sorprendió. SdeS: Mmm, hum. (360) P: Y hum... SdeS: ¿Y lo soprendió a usted? P: En cierto modo, sí. SdeS: Mmm, hum. P: Porque es algo que yo sabía que podía aprovechar, pero nunca me decidía a mover el trasero y a hacerlo. P: Buenos empleos, tuve trabajos, trabajitos, en fin... SdeS: Sí. P: Mi madre siempre se preocupó mucho por mí. SdeS: Mmm, hum. (380) P: Bueno, yo nunca... realmente a ella no le gustaba que yo bebiera. SdeS: Claro. P: Pero yo me escondía de ella y bebía. Es... es como que siento que defraudé a mucha gente... SdeS: Mmm, hum... P: ... que confiaba en mí. (385) SdeS: Y a usted mismo. P: Exacto y eso es lo más importante, por eso siento que si yo mismo busco ayuda profesional de la que puedo disponer, siento que no me estoy equivocando. Inventar una "escala de logros" Como ocurre con muchos otros pacientes, el panorama del milagro se amplía considerablemente cuando se vuelve interaccional. Y tenemos algo que lo sorprende a él y sorprende a su esposa. (365) SdeS: Muy bien.
P: Y ahora es como si... me impulsara a seguir adelante y a buscar lo que sea bueno para mí. SdeS: Y ¿por qué cree que esta vez sí? P: Creo que porque estoy más maduro. SdeS: Bien. (370) P: Y estoy haciendo mi vida. Creo que estoy comenzando a darle un valor mayor. SdeS: Mmm, hum. P: Más valor del que le di cuando era más joven al tener una actitud despreocupada. SdeS: Muy bien. Sí. P: Usted sabe que a veces en la vida uno puede ser realista. Quiero decir, nunca fui a la cárcel ni estuve detenido ni nada de eso; pero siento que dejé pasar una cantidad de oportunidades que se me presentaron. (375) SdeS: Mmm, hum. SdeS: Bueno, muy bien, quisiera hacerle ahora otro tipo de preguntas. Hum... preguntas con números. Digamos que 0 representa cómo estarían las cosas después de ese milagro. ¿De acuerdo? P: Mmm, hum. SdeS: Y que -10 representa que su problema con el alcohol está en su peor momento. (390) P: Mmm, hum. SdeS: Muy bien. ¿Dónde diría usted que está en este momento, entre -10 y 0? P: ¿Quiere que sea honesto con usted? SdeS: Mmm, hum. P: Probablemente alrededor de 3. (395) SdeS: Alrededor de 3. ¿Menos 3, quiere decir? P: Menos 3. SdeS: Muy bien, ¿entonces está mucho mejor que en su peor momento? P: No. SdeS: No. (400) P: Está mucho peor que mejor. SdeS: Bien. P: Eso es -3. 304 305 SdeS: Bueno... veamos... tratemos de hacer algo así. [Utilizando la pizarra] Esto es cero. Después del milagro. Menos 10, en esta dirección... P: Sí, estoy en... (405) SdeS: Esto es lo peor [señalando el -10]. P: Ah, bueno, ¿qué tal alrededor de 8? SdeS: ¿Aquí [señalando el -8]? P: Sí, alrededor de 7 u 8. Entre 7,5 y 8. SdeS: Menos 7, -8. Bien. Ahora se siente así. Y ¿qué diferencia... cómo cree que logró pasar de -10 a -7? Un error. Yo debería haber utilizado nuestra escala normal de 0 a +10. Después de haber hablado tanto del día posterior al milagro, la escala de menos 10 a 0 pareció confundirlo. (410) P: Una cantidad de cosas. SdeS: Mmm, hum. P: Hum. Comparado con cómo me siento ahora... y cómo me sentiría durante el milagro. Esto es porque... ahora tengo algunas cosas por las cuales sentirme feliz. SdeS: Mmm, hum. P: Pero también tengo algunas cosas que me irritan. (415) SdeS: Entiendo.
P: Entonces, el alcohol abarca 5 de los 7 puntos de la escala. SdeS: Mmm, hum. P: ¿Me entiende? SdeS: Sí, sí. (420) P: O sea que... que el alcohol es un gran porcentaje del problema. SdeS: Mmm, hum. P: Pero si tomamos los otros dos puntos y medio, los otros 3, pueden ser una variedad de cosas. Ya sabe, yo no puedo culpar al alcohol porque mi auto no funciona. SdeS: Sí, sí, claro. P: Se imagina, tengo que usar el automóvil de mi esposa y oír sus quejas. (425) SdeS: Sí. P: Mi economía está bastante complicada en este momento. ¿Me entiende? Quiero decir que no estoy exactamente bien asentado. SdeS: Sí. P: Cualquier otro... SdeS: Por supuesto. (430) P: Tuve épocas mejores. SdeS: Bien, bien, está muy bien. P: Bueno, ya sabe. [Pausa] Y hoy esas son cosas importantes. SdeS: Mmm, hum. P: Porque no tengo mi propio automóvil para ir a donde quiero y hacer lo que quiero y para buscar trabajos y todo eso, porque ella trabaja en determinado horario. Entonces todos los días tomo su automóvil y la llevo al trabajo... y me voy a hacer mis tareas; trato de encontrar un empleo de tiempo completo, pero ¿qué pasa si me contratan en un trabajo de $9 o $10 la hora y tengo que ir todas las mañanas a Menomonee Falls a las 7 de la mañana? (435) SdeS: Sí. P: Y ella entra a su trabajo a las 7.30 en el extremo sur de la ciudad. SdeS: Sí. P: ¿Entiende qué es lo que me molesta? SdeS: Sí, claro. (440) P: Ese es el tipo de cosas en las que pienso ahora y nunca me pasó desde que comencé a conducir. Bueno, esta no es la vez que más tiempo pasé sin automóvil; sería la segunda en un período de diez años. SdeS: Mmm, hum. P: Y normalmente compraba uno sin preocuparme por el precio, ¿sabe? Directamente elegía uno. SdeS: Sí, entiendo. P: Pero en este momento, no tengo el dinero necesario para comprar uno; supongo que sería un milagro que obtuviera el dinero para comprar un automóvil. (445) SdeS: Mmm, hum... Mmm, hum. P: Se imagina, ahora tengo que pagar todas esas cuentas. Y algunas otras cositas que es como... que me deprimen; pero ya no me preocupo más. Es lo que le estaba diciendo antes. SdeS: Bien. P: Todo eso... bueno, no tiene importancia. Me acostumbré. Realmente era un peso para mí y tal vez precisamente ahora es algo que estoy superando. 306 307 SdeS: Mmm, hum. (450) P: Pero en una época realmente me deprimía mucho, pero reflexioné y me dije, hey, ya lo he superado. Es algo que ya está claro. Sé lo que sienten con
respecto a mí y ellos saben lo que siento con respecto a ellos; así que dejemos las cosas como están. ¿Me entiende? SdeS: Sí, seguro. P: Ese tipo de cosas me estaba molestando. SdeS: Mmm, hum. P: Aparte de eso, tengo algunas cosas por las cuales ser feliz. Tengo una hermosa casa. (455) SdeS: Mmm, hum. P: Tengo una esposa encantadora. SdeS: Mmm, hum. Bien, bien. P: Bueno, todo eso. SdeS: ¿Todo anda bien entre ustedes dos... desde que se casaron? (460) P: Sí, tenemos nuestros altibajos. SdeS: Por supuesto. P: A todos les pasa, y nos mantenemos firmes. Ella está de mi lado. SdeS: Mmm, hum. Bien. P: Y no quiero que todo se eche a perder, porque la paciencia de cualquiera se desgasta. (465) SdeS: Eso es seguro. P: Sí, eso es seguro. Pero ella comprende de dónde viene la mayor parte de la presión. SdeS: Mmm, hum. P: Bueno, ella comprende, hum, las cosas que tengo que soportar en este momento. SdeS: Mmm, hum. (470) P: Pero yo no uso eso como muleta, ni como algo para echarle las culpas. Lo único que puedo decir es, bueno, que es algo que ocurrió en mi vida. Muy bien, no lo puedo apartar, no lo puedo cambiar. Lo mejor que puedo hacer es tratar de olvidarme y dejar las cosas como están. SdeS: Bien. P: Es algo que pasará al olvido. No puedo detenerme en eso. Si me detengo en eso, nunca llegaré más lejos. SdeS: Mmm, hum. Seguro. P: Pero, aparte de eso, simplemente me sil realmente tuviera la posibilidad de aferrarme a lo tr, para mí; pienso que puedo ser un hombre muy feliz (475) SdeS: Muy bien... Bueno... 111 P: Porque he estado deprimido demasiado tic .0; SdeS: Sí sí " , P: Y dicen que la depresión es la peor et araf, ne existe. De modo que la gente tiene que superarla, ¿I1dr SdeS: Oh, sí. bC (480) P: Sí. SdeS: Bueno, ahora, veamos... cómo hago. esto de un modo un poco diferente, pero, ya sabe, lo1 Esta vez haremos que 10 sea lo máximo en una esca de 0 . P: Bueno. d Construcción (accidental) de una sorpres4 el terapeuta "w SdeS: Muy bien. Entonces el 10 representa oh, desea con toda la fuerza con que alguien pueda des,, ,,
ese milagro del que estuvimos hablando se produzca a1 es lo opuesto, es decir, si ocurre que ocurra, si no par pasa nada. ¿Dónde se sitúa usted en este momento d, V I escala? P: En cero. (485) SdeS: ¿Sí? Hum. P: Porque... yo, bueno, no quiero elevarme dem; después caer con demasiada fuerza. Esta es la primera vez que recibo un 0 como rF todos los años que utilizo este tipo de pregunt,,p, razonamiento que está en la base de la respuesta es ,, hay un principio firme: uno nunca sabe realmente,"jl pregunta hasta que escucha la respuesta. (Si yo me 1 tener una respuesta ideal para esta pregunta, qu1+Fr: , que dio este paciente con su correspondiente expli,,a embargo, la respuesta que uno obtiene es la respue,,obtiene y eso es todo lo que se puede recibir. La reen," paciente, cualquiera que sea, debe ser aceptadaw,,, seriamente.) 308 309 (487) SdeS: Mmm, hum. P: ¿Me entiende? Quiero decir que... SdeS: Sí, sí. (490) P: Hay muchas cosas que quiero en la vida. SdeS: Mmm, hum. P: Si no puedo tenerlas, quiero un... quiero un automóvil nuevo. Y no voy a robar un banco para tenerlo. Porque siento como que es algo que va a llegar... SdeS: Bien. P: No puedo evitarlo, no puedo evitar que pase. (495) SdeS: Mmm, hum. P: Sea lo que sea que pase, puedo manejarlo. SdeS: Bien. P: Bueno, aunque no podría desear ganar 30 millones de dólares en la lotería. SdeS: ¿No? (500) P: No. SdeS: Y, ¿cómo es eso? P: [Pausa] Me volvería loco. Realmente. SdeS: ¿Sí? P: Pasaría de tener $30 en mi bolsillo y tomaría un dólar y le jugaría a un número... y diez horas más tarde tendría 30 millones. No, eso sería demasiado para mí, no sabría manej arlo. SdeS: Mmm, hum. P: Porque siento que si uno es demasiado pobre y no puede manejarlo, uno se lastima a sí mismo. Y si es demasiado rico y no puede manejarlo, también se lastima. SdeS: Ya veo. Tiene sentido. P: Yo puedo apostar a un Super Cash de $250.000, eso me acomodaría para toda la vida, para todo lo que deseo en la vida; eso compondría mis cosas. SdeS: Mmm, hum. (510) P: ...casas, pequeñas buenas inversiones en pequeños negocios. Sólo sentarme cómodamente y dirigir mis negocios y mantener mi propiedad. SdeS: Mmm, hum. P: Tener un poco de dinero de reserva, es todo lo que quiero. No soy codicioso. Inventar una "escala de querer dejar de beber" SdeS: Muy bien. Bueno, vamos... a otra de esas preguntas. Diez representa que usted deje de beber o, sí, muy bien. Sí, dejar de beber. Y que usted lo desea con
todas sus ganas, con todas las ganas que pueda tener. Y 0 representa, bueno, si bebo, bebo, y si no bebo, no bebo. P: Bueno, vea... yo miro las cosas de manera diferente. (515) SdeS: ¿Por qué? P: Porque no puedo decir simplemente si bebo, bebo, y si no bebo, no bebo, porque tarde o temprano mi... SdeS: Pero por eso es que le digo que cero representa eso. P: Muy bien. Bueno. Porque no puedo decir... como digo que el dinero... SdeS: Sí. (520) P: No puedo poner las dos cosas al mismo nivel. SdeS: Bien. P: Porque tarde o temprano mi salud se va a ver afectada y me va a detener en alguna parte. SdeS: Sí. P: Entonces, tengo que pensar en mi salud. ¿Quiero acaso llegar al punto de desarrollar una cirrosis del hígado? Porque entonces sería demasiado tarde para detenerme. ¿O quiero detenerme ahora? Esa es la diferencia. (525) SdeS: Comprendo. P: Entonces ellos pueden tomar el dinero e irse a otra parte con él. Yo ya no tendría ninguna vida, de todos modos. SdeS: Muy bien, entonces... P: Puedo decir que estoy en 10... SdeS: Usted dice, usted me está diciendo que está en 10... Muy bien. (530): P: Bien. Porque yo... realmente, en realidad quiero parar. No tengo dudas en ese sentido. SdeS: Muy bien, ahora, veamos. Bien, ¿está preparado para otra pregunta de este tipo? P: Oh, sí. Inventar una "escala de confianza" SdeS: Muy bien. Esta vez el 10 representa, no conozco los detalles sobre esto, pero 10 representa que usted tiene toda la 310 311 confianza que un ser humano pueda tener en que puede lograrlo. Que puede dejar de beber. Y 0 representa "Oh, diablos, no tengo una maldita oportunidad de lograrlo". ¿Dónde se ubicaría en esa escala? P: Alrededor de 5. (535) SdeS: Alrededor de 5. P: Sí. SdeS: Muy bien. P: Porque nunca me voy a sacar el problema completo de encima, simplemente sacármelo de encima así como así, simplemente decir "no puedo". Por lo menos debería darme el 50% de oportunidad de intentarlo. SdeS: De acuerdo. (540) P: Y tendré que soportar todo lo que ocurra después de eso. SdeS: Muy bien. Entonces... eso suena muy razonable. Hum, suena muy razonable, especialmente porque es importante para usted. P: Sí, es importante para mí, muy importante. SdeS: Mmm, hum. P: Si dejara de beber, sería un hombre feliz. Eso es lo que me deprime.
(545) SdeS: ¿Sí? Supongo que usted también lo estuvo diciendo antes, que hum, la dificultad es: ¿Qué haría en lugar de beber? P: Ese es el problema que siempre he tenido. SdeS: Entiendo. P: Sí, si yo ahora puedo... SdeS: Es diferente de esos 90 días que estuvo en el hospital. (550) P: Sí. SdeS: De como es estar afuera, en la calle. P: En la calle. Si yo ahora puedo poner toda la energía y el tiempo y las células cerebrales que malgasto en estar deprimido y los músculos que desperdicio por estar aplastado al día siguiente... si puedo poner todo eso para hacer algo positivo en lugar de ponerlo en el alcohol, yo podría... las cosas podrían empezar a marchar a mi favor y yo podría manejar la situación. SdeS: Mmm, hum. P: ¿Sabe? Sería como si... Espere un minuto, ¡eso sería un milagro! El reconocimiento que hace el paciente de la plena implicación del milagro me proporcionó el título de este capítulo. Introduje el concepto de milagro en la unidad 115 y a partir de entonces el paciente lo utilizó repetidamente y fue desarrollándolo. Gran parte de lo que el hombre describe como rasgos del milagro y muchas de las cosas que le ocurrieron y que se siente capaz de hacer se ajustan al panorama descripto por la investigación de Heather y Robinson (1981) sobre los cambios contextuales y situacionales de amplio alcance asociados con una modificación hacia hábitos "normales" de consumo de alcohol. Así y todo, si este tipo de cosas constituyen o no una base para predecir un resultado favorable en este caso específico es discutible. En realidad, deberíamos preguntarnos si acaso es posible hacer alguna predicción en cualquier caso. Independientemente de ello, este tipo de fenómenos nos llevan a abrigar normal y naturalmente cierto optimismo. En varios estudios, Heather y Robinson (1981) informan que un giro hacia un consumo normal de alcohol con frecuencia se asocia a mejoramientos en la esfera laboral y en la esfera familiar, así como a un mejor ajuste social, mudanzas y otros cambios importantes en la situación de la vida del individuo. Es interesante señalar que estos autores informan que "no se ha hecho nada para lograr estos cambios de personalidad de amplio alcance" (pág. 26). Es decir, que esos cambios esenciales se consideran "espontáneos" y no resultados del tratamiento. Además, tales cambios no se interpretan 1) ni como la causa del retorno a un consumo normal de alcohol, ni 2) como "causados por" la modificación recientemente desarrollada en la conducta del bebedor, sino sólo como 3) transformaciones en las situaciones vitales accidentalmente asociadas con el cambio en la conducta hacia la bebida. Estos cambios en la situación vital y en la conducta en relación con el alcohol no necesariamente deben entenderse como vinculados de manera causal ni en una dirección ni en la otra. Ni siquiera los detalles de la secuencia de acontecimientos son de gran importancia, puesto que tales cambios pueden igualmente considerarse como un conjunto de elementos que se refuerzan mutuamente. Una vez más, es bastante lógico decir que esos cambios ocurren con cierta frecuencia en ciertos casos. Un estudio tras otro (véase Fingarette, 1988; Heather y Rober 312 313
son, 1981; Peele, 1989) muestran que los factores situacionales o contextuales influyen en el hábito de consumir alcohol tanto como influyen en cualquier otra conducta humana. 2 (555) SdeS: De eso es de lo que estamos hablando. P: Sí, pero ahora lo entiendo, ¿hum? SdeS: Mmm, hum. P: Ese es el milagro. SdeS: Mmm, hum. (560) P: Sí. Bien. Si puedo hacer eso, si puedo aprovechar toda la energía que tengo, quizá tratando de brindar algún tipo de ayuda para una iglesia o algo así. SdeS: O algo así. P: O para niños pequeños, o... SdeS: Sí, algo... P: Trabajar en una biblioteca, media jornada o simplemente teniendo confianza en mí mismo, sí, sería feliz. El paciente está creando las condiciones para el cambio que podrían servir también como los signos del día posterior al milagro. (565) SdeS: Eso es, allí es donde está. P: Sí. SdeS: Es algo que lo aparta de todas esas tentaciones. P: Es que cuando uno deja de tomar, están siempre las tentaciones. SdeS: Exacto. Por eso es bueno que haga algo que le permita superarlas. Tiene que hacer algo en lugar de beber. Beber ocupa cierto tiempo ¿no es cierto? (570) P: Mucho más tiempo del que hace falta para... para tomar una lata de cerveza uno siente que ha perdido tres horas. SdeS: Mmm, hum. P: Porque uno se mueve tan rápido y el tiempo simplemente pasa. SdeS: Así es. Entonces, esa es una gran pregunta: ¿Qué hará usted en vez de beber? P: Creo que es algo muy importante en lo que debo pensar. (575) SdeS: Eso es muy cierto. P: Porque aunque deje de beber o no, si no tengo un objetivo fijo de hacer algo... SdeS: Sí. P: ...supongo que no me hará ningún bien dejar la bebida. SdeS: Ajá. Hum, hum. (580) P: Bien. SdeS: Bien, ahora lo que quisiera es tomarme unos cinco o diez minutos para hablar con mi socio que está allí atrás. Usted puede esperarme sentado aquí, regresaré en unos cinco o diez minutos y le comunicaré lo que pensamos sobre toda la situación. P: Muy bien. A manera de experimento, le sugiero al lector que se tome un descanso de unos diez o quince minutos antes de continuar la lectura. ¿Qué es lo que con seguridad no debería hacer yo? ¿Qué piezas de lo que dijo el paciente pueden combinarse de modo tal que permitan desarrollar un mensaje concluyente provechoso para él? Después de la pausa (583) SdeS: Bueno, nosotros, hum, ciertamente estamos impresionados sobre todo lo que ha estado contando usted sobre la mañana después de su casamiento. P: Mmm, hum. (585) SdeS: Impresionados con su descubrimiento de que a veces su corazón desea algo, como casarse y tomar ese compromiso. Hum, aun cuando su mente no lo desee...
P: Estaba como obstruida. SdeS: ... lo sé, sin embargo. P: Realmente no podía tomar una decisión... SdeS: Sí. Pero usted... (590) P: Mi corazón ya había tomado la decisión. SdeS: Sí, y hum, y estamos pensando que tal vez eso es lo que está pasando nuevamente aquí. Y usted está aquí hoy. P: Oh, sí, claro. SdeS: Y, hum, y quisiéramos sugerirle un experimento. Ah, creo, creemos que aprenderá algo de ese experimento. P: ¿Lo cree? (595) SdeS: Sí. ¿Está de acuerdo? P: Mmm, hum. 314 315 SdeS: Y queremos que... es un secreto, ¿de acuerdo? Lo que queremos que haga desde ahora y hasta la próxima vez que nos veamos es elegir dos días y ah, esos dos días, secretamente, simule que ese milagro del que hablamos en verdad ocurrió. P: Mmm, hum. SdeS: Y que observe bien esos dos días, porque creo, nosotros creemos, que usted tiene razón en ese sentido, observe qué hace cuando supera las ansias de beber. Y observe cómo reacciona su esposa durante esos días. Y mantenga el secreto con ella. No se lo cuente ni antes ni después. Mantenga todo este asunto en secreto. Y la próxima vez que venga hablaremos sobre lo que aprendió. (600) P: De acuerdo. SdeS: ¿Sí? P: ¿Y cuándo será eso? SdeS: Bueno, saldremos a la oficina de recepción y veremos. En algún momento de las próximas semanas. P: Aparte de eso, ¿cómo estuvo la entrevista? (605) SdeS: Muy bien. ¿Cómo estuvo para usted? P: Muy bien, la disfruté. SdeS: Bien. Así es como debería ser. Siempre pensamos que hacer esto debería ser algo divertido. Esta es la primera vez en miles y miles de sesiones que el paciente me pregunta qué me pareció la entrevista. Y también es la primera vez que un paciente observa al finalizar una sesión ¡que disfrutó de ella! A veces algunos pacientes hacen este tipo de observaciones en una entrevista complementaria o mucho tiempo después de terminar la terapia. Notas 1. El alcoholismo es la única "enfermedad" que Bateson seleccionó como objeto de estudio en sus numerosos años de trabajo en el campo de la psiquiatría. Véase el capítulo 5. 2. Aun cuando los individuos objeto de estudio tengan acceso ilimitado al alcohol, la situación parece influir en su decisión de beber más que ninguna otra cosa (Fingarette, 1988). 15 Epílogo Un... problema tiene la forma siguiente: "Desconozco la manera de resolverlo". Ludwig Wittgenstein (1958, § 123) Con frecuencia al finalizar una sesión los pacientes están comenzando a conocer la manera de llegar a lo que desean o por lo menos comienzan a tener cierta confianza en que pueden descubrirla. Por consiguiente, un terapeuta no tiene
necesidad de abrumar a los pacientes haciéndoles una cantidad de sugerencias o inventándoles "tareas novedosas... al estilo de Erickson" (Efran y Schenker, 1992, pág. 72): antes bien, lo que tiene que hacer el terapeuta es sencillamente apoyar a su paciente a seguir su propia dirección, el camino que ellos mismos elijan, con la confianza en que una vez que comprendan adónde quieren ir sabrán cuál es la manera de llegar. Después de haber pasado la mayor parte de la década de 1970 y parte de la de 1980 diseñando "tareas novedosas al estilo de Erickson", a veces todavía me resulta difícil contener el impulso de proponerles tales intervenciones a mis pacientes. No obstante, es muy difícil diseñar esas tareas aparentemente caprichosas; además, enseñar a los terapeutas a diseñarlas tampoco es una empresa sencilla. En la mayor parte de los casos, esas tareas ingeniosas parecen no ser más efectivas -quizás hasta parecen menos efectivas- que las más simples basadas principalmente en lo que los pacientes ya dijeron que sabían hacer. 316 317 A diferencia de lo que cree Steven Friedman (1993, pág. 72), "la pregunta por el milagro" y "otros métodos concentrados en la solución" no "siempre [o nunca] crean milagros" (págs. 71 72). Tampoco puede esperarse, ingenuamente, que creen milagros: hacer terapia no es algo tan sencillo. En realidad, independientemente del método que se adopte, la terapia nunca crea nada. Los milagros que describen los pacientes nunca ocurren (Efron y Veenendaal, 1993) y no es posible esperar que sucedan. La pregunta por el milagro no fue concebida para crear o provocar milagros. Todo lo que se pretende con ella es permitir a los pacientes describir qué es lo que desean obtener de la terapia sin tener que preocuparlos con el problema mismo y la tradicional suposición de que la solución está de algún modo conectada con la comprensión y la eliminación del problema. Los detalles y las especificaciones de adónde quieren llegar los pacientes y de lo que desean a menudo varían en el curso de la terapia, con gran sorpresa tanto de los pacientes como del te rapeuta. Es decir que aunque dependemos de la respuesta del paciente a la pregunta por el milagro para obtener algún sentido de la dirección a la que apuntamos, en realidad, no es posible saber si el paciente es capaz de discernir lo que desea hasta que satisface tal deseo. "Y el hecho de que algún evento detenga mi deseo no significa que lo satisfaga. Tal vez yo no me sintiera satisfecho si se satisface mi deseo" (Wittgenstein,1958, §441). Que los terapeutas esperen que sus pacientes sepan desde el comienzo de la terapia exactamente adónde quieren ir es poco realista; si lo supieran quizá no necesitarían la terapia. Es por ello que nosotros no consideramos necesario pactar con los pacientes a) ni una cantidad específica de sesiones, ni b) objetivos específicos, ni c) medir el progreso hacia determinados objetivos. Hacerlo volvería a restringir y a limitar las posibilidades de cambio y también condicionaría las posibilidades de los pacientes para inventar o descubrir algo que los satisfaga tanto o más que aquello que imaginaron o desearon cuando describieron sus ideas sobre la mañana posterior al milagro. Tengo la esperanza de que al terminar de leer este libro el lector haya obtenido al menos cierta satisfacción, aunque quizá
no sea exactamente la que deseaba obtener al comienzo. No resultó ser exactamente el libro que yo deseaba cuando comencé a escribirlo ni tampoco es el libro que pensé que sería cuando ya había escrito la mitad. En este caso más que en otras obras anteriores, el libro siguió su propio derrotero y yo simplemente lo acompañé; pero estoy satisfecho. La obra representa mi práctica tal como esta fue evolucionando, y mi pensamiento actual sobre los resultados de lo que mis pacientes y yo hacemos juntos cuando estamos haciendo terapia breve: los efectos pragmáticos y conductuales de la comunicación (Watzlawick, Beavin y Jackson, 1967, pág. 22), evaluados por los resultados prácticos de nuestra empresa conjunta. Gustav Mahler dijo una vez que cada una de sus sinfonías era un mundo separado y distinto. Cada una tenía su propio lenguaje, sus propias costumbres, etc. Lo mismo podría decirse de cada libro. Cada uno tiene su propio lenguaje, su propia organización, su propia guestalt, su propio carácter. Por lo menos en este caso en particular, parte de ese carácter depende en gran medida de los autores citados que contribuyen a que mi voz, en lugar de ejecutar un solo, participe de una especie de coro. Una cantidad de voces vivas, muertas y ficcionales han tenido su voto junto a la mía. Espero que el uso que hice de ellas en ninguna circunstancia haya sido abuso. Cuando esos personajes tuvieron algo que decir que me pareció bien dicho, los dejé hablar por sí mismos. Quizás a veces hablaron demasiado o con demasiada frecuencia, pero consideré sumamente difícil parafrasearlos. Algo similar pasó con los pacientes. Yo quería que también ellos tuvieran voz y voto y esa es la razón de que haya transcripto las sesiones completas. Así trasladé con la mayor fidelidad posible sus mundos a estas páginas. Como cuando hago terapia, quise reducir mi participación al mínimo; por consiguiente hay poca paráfrasis y muy poca edición. Leer las transcripciones le brinda al lector todo lo que habría oído al escuchar una grabación de las sesiones. Ciertamente no fue mi intención desarrollar -ni he desarrollado- una Teoría o un Gran Plan; más que desarrollar una Teoría que pretenda explicar todo o que puede ser empleada como si estuviese concebida para explicarlo todo, las partes más teóricas de este libro sólo deberían entenderse como descrip 318 319 ciones de mis herramientas de trabajo. Nada más. La forma en que pude describir con éxito mis herramientas es uno de los principales modos que tengo de medir si hice o no lo que me había propuesto hacer. La opinión del lector y la mía pueden diferir en este sentido. También me divertí mucho escribiendo, dando forma y reuniendo el material de este libro. Sólo puedo suponer que si el lector llegó hasta aquí, no lo encontró demasiado aburrido, pero quizá sea demasiado esperar que se haya entretenido tanto al leerlo como yo al escribirlo. No obstante, espero que por lo menos haya experimentado un módico placer en su lectura. Referencias bibliográficas Ackerman, N. (1966), Treating the troubled family, Nueva York, Basic.
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su lectura concentrada en el lector, en sesión familiar 95-103,110, 121-2 Alcohólicos Anónimos 66, 67-8, 73, 284-5 alcoholismo abstinencia y 286-7 cambios en la situación vital 3134 conceptualización teórica del 2848 doble vínculo 285 escala de deseo de dejar de beber en 311 etiología 287-8 inventar una escala de logros en la terapia 305-9 lectura concentrada en el texto de Bateson sobre 65-73 pregunta por el milagro en terapia del 294-8, 300-5, 313-5, 316 significación contextual y 288-90 terapia breve en casos de 284, 285-8 transcripción de sesión 290-316 Bajtín, M. 76-81 Bandler, R. 29, 39, 40, 42, 77, 79 Barnard, C. 143 Bass, A. 43 Bateson, G. 84, 284-5 concepto de alcoholismo 65-6,2845,288 concepto de poder 85-6 lectura concentrada en el texto de 65-73 Beavin, J. 319 Berg, 1. K. 30, 57, 286 Bidley, D. 89 Brower, Reuben 61 budismo 30 Burke, E. 284 Butler, S. 123 Capra, F. 52 Chomsky, N. 29 Clifford, J. 58 concepto de conversación sobre la solución 94, 95 Condillac, E. 26, 31, 74 conducta no verbal 23, 148 lectura de Ackerman de la 97102,109-10 lectura de Gustafson de la 104-10 confianza, escala del paciente 218-9, 246-50, 312-5 construcción de la teoría 319 función de las excepciones en la 54 lectura estructuralista de Erickson para la 52-5 329 conversación construcción de la significación en la 79-80 control de la significación en 84 el malentendido como requisito 81-4 la terapia como 24-6, 77-81, 1289 lenguaje versus, como unidad de análisis 77-8 lenguaje y 26 ubicación temporal de 77-8 conversación sobre el problema en la lectura de las transcripciones, función de la 94-5 función terapéutica de la 110 Coward, H. 30 crítica práctica 61 Culler, J. 33-4 Davies, D. L. 286 De Man, P. 61-2, 72, 119 De Saussure, F. 29, 35, 36, 79 De Shazer, S. 23, 25, 30, 45 n6, 54, 81, 83, 89, 126, 128, 285, 286 Dell, P. 70 Derrida, J. 32,34,41,50-1, 72, 75, 81 agujero esencial en el estructuralismo y 46
lingüística estructural y 49, 51 sobre desconstrucción 60-1 sobre Freud 39 desconstrucción 45 n6, 59, 61 desórdenes alimentarios, transcripción de sesiones 258-83 Deutsch, F. 130 Eberling, W. 215 Eco, U. 32-3 Efran, J. 125, 128, 317 Efron, D. 318 Emerson, R. 87-8, 97 entrevistas de consulta 195-7 transcripciones 197-214, 215-25 epistemología de Bateson,lectura concentrada en el texto de 65-73 lenguaje y 27-31 Erickson, M. H. 146, 172, 227 base teórica de, búsqueda estructuralista de 52-5 construcción narrativa en la lectura de 55-7 escalas 125-7, 131-43, 198-201, 220 con los niños 127 de confianza del paciente 218, 246-50, 312-5 de disposición para alcanzar los objetivos 245-6 de disposición para colaborar del paciente 212-3 de hacer 281 de logro en la relajación del paciente 279-81 de logros del paciente 177-89, 305-9 de preocupación 189-92 de progreso del paciente 274-8 de querer dejar de beber 311 relajación, escala de logro para la 279-81 esquizofrenia 141-3 Estructura de superficie 40-4, 77 como significante 44, 48 Estructura profunda 404, 77 como cosa significada 44 paradoja de 51 estructuralismo atractivo del 32-4 como enfoque en la construcción de la teoría 52-5 como sistema abierto 43-7 concepto de lenguaje en 28-9, 359,49 concepto de signo en 35-6 el agujero-totalidad en el 46-7, 48, 50-1, 74-6 en la práctica terapéutica contemporánea 39-45 implicaciones para la terapia 29 paradoja de la Estructura profunda en el 51 excepciones construcción terapéutica de 15163, 233-40, 298-300 en la construcción de la teoría 54 Ferguson, C. 51 n3 Fingarette, H. 284, 286, 314 Fisch, R. 113 Foucault, M. 86-7, 97 Freud, S. 23, 33, 34, 79 Bajtín sobre 78 consciente/inconsciente 37-8 lingüística estructural y 36-8 Friedman, R. 318 Gaita, R. 27 Geuss, R. 70, 119 Gádel, K. 74 Grinder, J. 29, 39, 40, 42, 77, 79 Grosz, E. 44, 45 n3, 48, 49, 59 Gustafson, J. P. lectura de transcripciones de casos de 93, 94-5 y su lectura concentrada en el texto de, la conducta no verbal 104-10, 120, 121 Haley, J. 52, 53, 56, 57,104,146,172, 197, 227, 285 Harland, R. 30 Hartsock, N. 87 Heather, N. 287, 313, 314 Holmes, Sherlock 32, 33, 34, 43, 54, 55, 56, 57, 63 n3, 144, 195 Hoyt, M. 144,145 ideología significación que le da De Man 119
versus epistemología en los escritos de Bateson 70 interpretación como búsqueda de la Estructura profunda 40 como compulsión 39 concentrada en el texto 43-5 conjetura y 42-4 de los sueños 37-9, 45 n5 en la teoría psicoanalítica clásica 37-9 poder del terapeuta y 97, 103 tomando seriamente al paciente 144-6 intervenciones paradójicas 177 Irigaray, L. 50, 51 n2 Jabés, E. 74 Jackson, D. D. 285, 319 Jastrow, J. 39, 45 n5 Kelly, G. 70, 73 Kundera, M. 127 Lacan, J. 33, 34, 44, 78 agujero esencial en el estructuralismo y 46-9, 74 deseo 48, 49, 50 pensamiento feminista y 49-51 "La cibernética del yo: una teoría del alcoholismo" 65 lectura concentrada en el lector en el enfoque analítico 94, 96 la terapia familiar de Ackerman como ejemplo de 95-103, 109-10, 121 lectura concentrada en el texto versus 60 lectura concentrada en el texto 43-4 características de 59-60 de la autoevaluación negativa del paciente 309 de la teoría sobre adicción al alcohol de Bateson 65-73 de los datos de casos de Erickson 55-7 Derrida sobre 60-1 en la lectura de Gustafson 10410, 121 función de la gramática en 63 lectura concentrada en el lector versus 60 malinterpretación en 62 sesión de Weakland 110-8 unidad de análisis en 60 lectura/escritura como diálogo 78 lectura cerrada 61-2 lectura de mala fe 62-3 relación lector/escritor 58-9, 61 semejanza con el proceso terapéutico 94 véanse también lectura concentrada en el lector y lectura concentrada en el texto lenguaje como obstáculo a la realidad 30 330 331 conversación versus, como unidad de análisis 77-8 de las transcripciones de terapia 93-4 descripción versus, causas en 110 en la perspectiva posestructuralista 30-1, 110 enunciaciones en el 80-1 función de las convenciones en el 62-3 función epistemológica del 27-31, 119 funcionamiento del 75 gramática 63 inestabilidad de la significación en el 26-7, 301 naturaleza de oposición del 51, 83 partes del 23, 26 perspectiva estructuralista del 29-30, 35-9, 49 visión de sentido común 27-8 véase también palabras Lodge, D. 288-9 Mahler, G. 319 Malherbe, M. E. 287 Mead, G. H. 76 Merleau-Ponty, M. 47 Miller, G. 171 nl Miller, J. A. 48 Miller, S. 286 Moravisk, E. 51 n3 Murphy, W. 130
Nagel, E. 74 Newman, J. 74 Nietzsche, F. 83, 257 Norris, C. 59, 61, 83, 97, 146 Nye, A. 42, 48, 50, 105 palabras mágicas 23, 26, 45, 76 palabras como cadena de significantes 478 en el pensamiento metafórico 24 en la lingüística estructural 35-6 Freud sobre las 23 persistencia de la significación en las 26-7 significación de las 80-1 véase también lenguaje Peele, S. 284, 314 pensamiento feminista 49-51 poder conceptualización de Bateson 856,88 conceptualización de Emerson 879 conceptualización de Foucault 867,88 de la interpretación terapéutica 96 resistencia y 87-9 posestructuralismo 30-1, 110 pregunta por el milagro 127-9,1334, 148-51,203-5,209,219-20,226-7, 266-72 en la terapia de consumo excesivo de alcohol 294-8, 300-5, 313-5, 316 función de la 318 preguntas terapéuticas 127-31 principio de caridad 82, 145 proceso terapéutico cambio de objetivos en el 318 como conversación 24-6, 78-81 como traducción del inconsciente 38 concepto de lenguaje y 29-30 conclusión de sesión 168-71, 223 construcción del sentido en 7980,82-4 en casos de alcoholismo, conceptos teóricos en el 287-8 en la teoría de poder-dependencia 88-9 enfoque de Weakland del 122 enfoque estructuralista contemporáneo 39-45 entrevistas de consulta 195-7 esencia 52 etimología 25 evaluando la confianza en sí mismo del paciente 218-9 función de la pregunta por el milagro en el 318 funcionamiento del lenguaje en 75-6 innovación del paciente en 57 intentos de solución en el 110-113 interpretación de los sueños en el 37-9 las preguntas como intervenciones en el 127-31 lectura centrada en el texto de Erickson 55-7 lectura concentrada en el lector de Ackerman 95-103, 109-10 lectura de Gustafson en el 10410, 120,121 lectura de las transcripciones 93-5 lectura estructural de Erickson en el 52-5 mantener los logros en el 317 objetivos y soluciones en el 266-7 pacientes derivados o acompañados por otros 257-8 primer encuentro con el paciente 145-6 programación de las sesiones 194, 318 segunda entrevista, objetivos de la 172 tomar seriamente al paciente en el 144-6 uso de conceptos opuestos en el 83-4 uso de escalas en el 124-7, 131-43 véase también transcripciones RaglandSullivan, E. 49, 74
Rhees, R. 76, 79 Robertson, 1. 287, 313, 314 Schenker, M. 125, 128, 317 Scott, D. F. 287 sentido/significación ciencia de la 29 como contextual 30-1, 47-8, 79, 84, 86-7, 288-90 conjetura, interpretación y 42-5 construcción de la, en psicoterapia 79-80, 82-4, 105-6 control de la, en el diálogo 85 de las palabras 80-1 el agujero-totalidad en 46-7, 48, 50-1,74-6 empleo de escalas en la construcción de la 124-7 en el acto de lectura 59 en la lingüística estructural 36 en la significación 47-8 en la teoría psicoanalítica clásica 37-9 enfoque gnóstico 32-3 Estructura profunda/ Estructura de superficie 40-4 incertidumbre de la, en el estructuralismo 43-8 inestabilidad de la, en el lenguaje 26-7, 30-1, 71-2 malinterpretación de la, en la lectura concentrada en el texto 62-3 naturaleza subjetiva de la 26-7 técnicas concentradas en el texto 60 ubicación de la, en la conversación 76-8 sesión familiar, lectura concentrada en el lector de Ackerman 95-103, 110,121-2 significación contextual alcoholismo y 289-90 ambigüedad en la 289 del lenguaje/las palabras 30-1,478 del poder 86-7 en la conversación 84 en la situación terapéutica 79 significante/significado 35-6 como Estructuras de superficie y profunda 44, 47 el falo como significante principal 49-50 en el sentido del signo 47-8 relación jerárquica 51 significante fálico 48-50 soluciones intentadas 110, 113 Spencer-Brown, G. 74 Spivak, G. C. 51 Staten, H. 119 Sullivan, H. 49 Szasz, T. 141, 143 n4 tareas para el hogar 251-3 teología, en la epistemología de Bateson 68-9, 72 332 333 teoría de los sistemas 66-7, 73, 284 concepto de poder en la 86-7 teoría poderdependencia 88-9 terapia 25 Thomas, Dylan 34, 65, 73 n1 Todorov, T. 77, 78, 79 Tomm, K. 129-30 transcripciones conclusión de sesión 168-71, 2235,315-6 construcción del sentido en las 105-6 construir excepciones en las 15162, 233-40, 298-300 construir mejoras en las 173-7 construir objetivos en las 232-3 construir sobre los logros pasados del paciente en las 163-8 conversación sobre el problema en las, significación de 94-5 conversación sobre la solución en las, significación de 94, 95 el paciente inventa sus propias tareas para el hogar 251-3 entrevistas de consulta 197-214, 215-25 escala de confianza en las 246-50, 312-5 escala de disposición a dejar la bebida en las 311
escala de éxitos en las 177-89, 305-9 escala de preocupación en las 18992 escala de progreso en las 274-9 escalas de hacer en las 245-6, 281 felicitar al paciente 146-8 identificarlos anhelos del paciente 230-2 la pregunta por el milagro en las 134-5, 148-51, 203-5, 209, 219, 266-72,2948,299-305,313-5,316 lectura concentrada en el lector de conducta no verbal en las 96104 lectura concentrada en el texto de la conducta no verbal en las 10410 lectura concentrada en el texto de la sesión de Weakland 110-8 lectura de las, objetivos 93-4, 31920 logros en la escala de relajación 279-81 paciente con desórdenes alimentarios derivada por otro terapeuta 258-83 problemas con el alcohol 290-316 selección/preparación de 93-4, 319-20 uso de escalas en las 131-43,198201, 216-7, 220 Veenendaal, K. 318 Vogt, R. 215 Watzlawick, P. 113,319 Weakland, J. H. 24, 57, 58 n5, 110, 124, 252 ,255, 285 enfoque terapéutico 122 lectura concentrada en el texto 110-8 lectura de transcripción de un caso 93, 94-5 sobre tomar seriamente al paciente 144-5, 171 n2 Weedon, C. 50 Wilden, A. 46,47 Wittgenstein, L. 47, 55, 63, 75, 76, 78, 93, 96, 103, 109, 119, 123, 226, 317,318 estilo de escritura 34 sobre el proceso psicoanalítico 389 sobre la significación de las palabras 80-1 (viene de pág. 4) P. STEINGLASS, La familia alcohólica L. A. BENNET Y OTROS F. B. SIMON, H. STIERLIN Vocabulario de terapia Y L. C. WYNNE familiar H. CH. FISHMAN Y El cambio familiar: B. L. ROSMAN (comrs.) desarrollos de modelos M. D. STANTON, Terapia familiar del abuso T. C. TODD Y COLS. y adicción a las drogas M. MCGOLDRICK Genogramas en la Y R. GERSON evaluación familiar RENATA FRANK DE VERTHELYI Interacción y proyecto familiar ANALíA KORNBLIT Somática familiar HELM STIERLIN Y OTROS Terapia de familia SALVADOR MINUCHIN Familias y terapia familiar TERAPIA FAMILIAR oí mnicáto entído4el humor y simpatié, De et *Uelve en este libro a los br4oie--de la: cote para co— que desde todas las prác. becas terapágticas basad; eú algo o erioso que pasa en el diálogo entre terap y cliente. A de la torias qué han ida nraado los clientes, los téra, a atu V«, a "do #ua l osias paaconstruir teorías, aun que en t veo del mtt#do:l a, en definitiva,
se trata de Oía efe hiatorlasn. La.prlmera párte deis ofi,intoresantes iucursioneo n das teortu psicoanalíticas, íin cticas, e tu y sistémicas desde Cud, pa do por por Sau%euré, Lacan,- da, Bateson, liUlt y Emerooin. que distin gue estos enfoques ew roto niveles en, .etne se buscaba la explicación del poder curativo dei diáiógo, comedo enr «profundidades, dei incoes cíente freudiano parir tar ekla «superficie interaccidá hngüistica. En la eegnnda parte del libro, N Shoertadiferentácriterios y _es Irategías de la convexseteidn característica, d«. e tdst"eó, ejempuf. cándolo en casos de N. Ackerman, J. Gustavseen y 1. «: Weakland. En una serie da casos muydetallados ele su propia práctica ilustra lálécnica y la eficacia de ló que el autor llama Htr ar en la superficie», invitando a loa clientes con rej ütas bien btadu"j inventar soluciones a sus problema. Stet á áe Sluu +e eigndador e: inve sti ,br aewciadadel Cextro de Tem pis Fannilieit_ 11 t e:e. Es autor de numerosos artículos y libro$, ,eme loes que destacar-Paittíng Deree at Work, Clue*. hestipat ng M in, n (publicado en castellano Pgr ea bajo el títüXo áe luía famíifar breas. Una teoría de_ lá solución), tP SofutiM in WW T Pgy Partes pf $n
de casos muy detallados de su propia práctica ilustrar-técnica y la eficacia de lo que el autor llama «trabajar en la superficie», invitando a los clientes con preg>aatas bien orientadas a inventar soluciones a sus problemas. Steve de Shazer es cofundador e investigdor asociadte del Centro de Terapia Familiar Breve-de Milwaukee. Es autor de numerosos artículos y libros, entre los que cabe destacat Puttíng Difference at Work, Cluer. Invatíng Salutíans in A ,kief Thtr pg (publicado en castellano por Gedisa bajo el título CUaúes de terapia famílíar Breve. Una teoría de la solución), to Solution in Brief Th+1bapyg Patterns qf Bríef Pamíly Thergp# De Shazer es,saiembro del equipa_oditorial de varias revistas y ha trabajado como terapeuta y docente de cuen muchos la res de Norteamérica, Europa, Australia y Asia. ,