Elsa Punset se estrena como escritora de cuentos con El león jardinero, una fábula entrañable sobre el amor y la amistad. ¿Quieres conocer más detalles de la mano de la autora?
Vive rodeada de niños niños,, a los que ella llama “pequeños filósofos” y con los que disfruta muchísimo. Ellos son los que inspiran este cuento cuento:: Elsa Punset quiere transmitir a través de "El león jardinero" ( Ed. Destino) Destino) sus ideas en un lenguaje poético y tierno para responder a las preguntas de los más pequeños y para que aprendan a gestionar sus emociones. ¿Los protagonistas? Un león y un pájaro, dos extraños que se hacen amigos, ilustrados por Kim Amate. Pero, antes de seguir dando detalles, mejor dejamos que nos los cuente la autora. Elsa, ¿por qué un cuento?
Llevo muchos años contando cuentos a mis hijos hijos,, pero nunca se me había ocurrido editarlos. Con esta historia llevo casi dos años y, cuando terminé "Una mochila para el universo" ( Ed. Destino), pensé: “Es el momento”. Los personajes se levantaron y cobraron vida. Y así es como nació El león jardinero. ¿Qué mensaje quieres transmitir a los niños con este cuento?
Si los niños se tienen que quedar con una idea de este libro libro,, que sea que lo que nos pasa, las emociones que nos embargan, lo que nos rodea, no nos tienen por qué manejar como marionetas. Porque podemos aprender a gestionar las emociones: potenciar unas y filtrar otras. Otra cosa que me encanta de este cuento es que en un momento en el que parece que si no te tiras en paracaídas, si no eres James Bond, si tu vida no está llena de eventos… no es emocionante. Es una especie de celebración de la magia en la vida cotidiana: es una aventura donde pasar, pasa relativamente poco, porque todo es interno. Les pasan cosas a los personajes que les cambian la vida, que es lo que nos pasa a los humanos con las emociones, pero no son cosas externas muy llamativas. ¿Por qué un león y un pájaro como protagonistas?
Lo primero que tuve claro es que serían animales, porque los niños tienen una enorme facilidad para relacionarse con todo lo que es diferente a ellos, incluyendo las demás especies. Por eso, creo que para un niño las fábulas siempre funcionan muy bien: para ellos es algo muy natural que, por ejemplo, un león tenga sentimientos. Me fui a un idioma que es muy cómodo para un niño. Por otro lado, yo quería un personaje que pareciese muy fuerte y otro que pareciese muy débil y así poder contar una historia de amistad entre dos seres muy diferentes. Además, hay un componente didáctico, los niños pueden aprender en qué consisten las migraciones de los pájaros en invierno…
Sí, a medida que me fui documentando, me fue atrapando el hecho de que los pájaros recorren miles y miles de kilómetros en las migraciones y consiguen volver a su nido cada año, como nuestro protagonista. Esto es intuitivo, como una especie de meditación. Yo aquí quería ir dejando pequeñas pistas, no muy explícitas, para que los niños pudiesen reconocer cosas que ellos hacen de forma muy natural, guiados por la
intuición, como lo que hace el pájaro para llegar al nido. Son emociones que les ayudan a vivir. ¿Dirías, entonces, que este cuento abre a los niños una ventana al mundo?
Cuando eres niño, este tipo de personajes, este tipo de cuentos, cualquier cuento, te ayuda a ver la vida de una forma que tú todavía no has podido desarrollar. Te aporta experiencia, te deja jugar con las emociones, con la vida, con las relaciones con los demás… Te imaginas qué podrías hacer con ellas. Por eso, para los niños, entrar en un mundo imaginario y ensayar la vida en sus cabezas es muy importante. ¿Y qué les puede aportar a los adultos?
Los adultos estamos siempre sobreocupados: sobreprotegemos en lo físico y, a menudo, abandonamos en lo emocional a los niños, porque no tenemos tiempo. No nos damos cuenta hasta qué punto un niño necesita que respondas estas preguntas o dejará de planteárselas. Yo no veo tanta diferencia entre un adulto y un niño: un adulto es un niño con más experiencia, más miedo y menos curiosidad y alegría . Somos lo mismo. Por eso, cuando me dicen: “¿Lo puede leer un adulto?”. Claro que lo puede leer un adulto: un adulto solo o un adulto con un niño (la lectura será distinta). ¿Te costó encontrar un final a esta fábula?
Este libro tiene un final abierto: el niño puede darle el que quiera . De hecho, mi hija pequeña me dice que quiere terminar el libro. Me dice: "Mamá, tenemos que escribir el final de El león jardinero". Y yo le digo: “No, no. Tú deja que cada niño lo vea cómo quiera y escriba su propio final”. Como tan a menudo es la vida: las cosas pueden acabar de muchas formas distintas y yo quiero que los niños se den cuenta de que si ellos fuesen el león o el pájaro, son los que al final deciden cómo terminar las cosas. Las cosas no te ocurren, tú haces que las cosas ocurran: esa pequeña llave de libertad espero que la encuentren en El león jardinero. Por: Pilar Romero Barello
"El león jardinero" ( Ed. Destino) A partir de 6 años