El Teñido Teñido Natural El proceso del teñido natural se basa en colores sacados de la vegetación y de los minerales presentes en la naturaleza, según las técnicas indígenas que se han traspasado por generaciones. Escondidos en la corteza, las hojas, raíces y a veces las flores, se encuentran colores que, luego de ser hervidos, penetran la lana para no salir más. Esa es la ventaja del teñido natural: es eterno y único. Para teñir hay que hervir durante una hora como mínimo la materia vegetal escogida, que luego se deja remojando. Después de extraer el agua, se echa la lana y se cuece durante veinte minutos más para que quede un color firme. Finalmente se lava bien la lana hasta que el agua salga transparente. Para que las lanas no se destiñan se usan los "mordientes": entre los más habituales está la sal y la piedra lumbre, pero antiguamente las mujeres mapuche usaban la orina podrida y la ceniza u hollín que quedaba en el techo de las rukas. La Flor del Matico da el amarillo que no se sale a diferencia del Michay, por ejemplo. El Notro florecido tiñe anarajando. Las hojas del Maqui mezcladas con flores de Chilco dan un tono morado. Para obtener el color café, por ejemplo se usa la cáscara de cebolla, Barba de Palo o la raíz del Michay. El rojo intenso natural es difícil de encontrar en la actualidad, ya que escasea el árbol que lo proveía: el Tineo.
Origen de Colores Amarillo
Flor de aromo Hoja de ají Flor de Pica Pica Flor de matico
Verde Oliva
Hojas de durazno, pasto
Verde Oscuro
Hojas de durazno, hojas de Nogal
Rosado
cáscara de cebolla, cáscarra de hualle, fruto de mora
Rojizo
Aserrín de alerce, aromo australiano, cáscara de lingue, barba de hualle
Negro
Cáscara de lingue, barro gredoso, raíz de nalca, quintral, maqui
Cafe
cascara de boldo viejo, barba de pellin, raíz de pita, raíz de maqui
Cafe claro
palo de quila, maitén verde, barba de manzano, hojas de boldo
Naranjo
Barbas de hualle, cascaras de cebolla, hoja de pitra
Gris
Barro, hojas de eucaliptos y hollín
Azul
Fruta de maqui, fruta de mora
Verde claro
Hojas de durazno y nogal
TEJIENDO EL SENTIR FEMENINO El tejido en telar mapuche es una tarea exclusivamente femenina que si bien está destinada al uso cotidiano, esconde en sí misma una simbología solo conocida por las grandes tejedoras. «Antiguamente la misma gente tejía su ropa para vestirse, para salir o para asistir al lepún. Los tejidos se hacían en telares, los cuales se construían con madera de distintas medidas de acuerdo al tamaño de la prenda. El telar esta formado por: una kilwa, que es un palo atravesado donde va la lana; el parampawe, que es una tablilla que baja la cruzada de la lana; el ñirewe, para apretar el tejido que se hace con madera de luma porque es más pesada y dura y por el tonón, un palo fijo que se encarga de que la lana se vuelva a cruzar y va acompañado de unos coligües que levantan lo levantan. La esquila de las ovejas se debe realizar antes del veinte de diciembre. Se lava bien, se deja unos días al sol y después de lavarla nuevamente, la lana ya está lista para tejer» (Inés Panguilef en Las Ñañas.1999: 16) La presente monografía pretende dar a conocer algunos aspectos técnicos fundamentales que sirven tanto para iniciar un proceso de aprendizaje de este arte como para comprender mejor este pueblo. ARTICULOS SER INDIGENA: TELAR MAPUCHE Textilería Mapuche El proceso se inicia con la esquila, lavado y cardado de lana; luego, los vellones de ésta son hilados por las diestras manos de la mujer mapuche. Con su huso girando en torno a la tortera van produciendo hilos de distinto grosor, dependiendo de la prenda que se piensa fabricar. Los textiles son confeccionados en el witral. El Witral y sus Accesorios El witral o telar, consta esencialmente de un marco rectangular de madera formado por cuatro palos relativamente derechos que se cruzan en ángulos rectos... Los materiales necesarios que permiten construir el telar y las herramientas que se deben usar en el tejido de la trama, serán los aspectos a destacar en esta sección. Procedimientos para Tejer Hasta nuestros días, la textilería mapuche se ha mantenido vigente usando antiguas técnicas de telar. La enseñanza se transmite de madre a hija como parte final de un proceso de aprendizaje general, lo que pe rmite que antiguas vestimentas tales como: chamal, trarüwe, iwutue y trarilonko aún puedan ser visualizadas. Aquí veremos los pasos a seguir en el tejido a telar. Diseños y Simbologías El arte textil representa de alguna manera los misterios de la cultura mapuche los que son develados sólo por sus conocedores, «los textiles, desde los que me enseñó mi abuela, tiene un misterio que no todos pueden conocer. Las urdimbres van a expresar los elementos que están en mi contexto, cuenta la historia de donde me encuentro parada, de donde soy mapuche ... » La Tejedora
En la estructura tradicional de la familia mapuche, gran parte de la labor de continuación y transmisión de su cultura recae en la mujer. Es así como el tejido cumple un rol de gran importancia. Vestimenta Tradicional Mapuche En el arte textil tradicional destacan la confección de vestuario.
Historia
I. UNA MIRADA AL PASADO La tradición textil mapuche tiene sus orígenes en el período Precolombino. Desde las primeras crónicas y escritos coloniales, encontramos descripciones que dan cuenta tanto de la forma de vestir de los indígenas de Chile, así como de las técnicas y procedimientos empleados en su hechura. Por ejemplo, el cronista González de Nájera refiriéndose al trabajo realizado por las mujeres mapuche lo describe así: «Sus ejercicios son hilar y tejer lana de que visten en telares que arman de pocos palos y artificio. Dan con raíces a sus hilados todos colores perfectísimos, y así hacen los vestidos de varias listas, el negro para el cual no tienen raíces, lo dan muy bueno, cociendo lo que han de teñir en cieno negro repodrido». La actividad textil estuvo exclusivamente en manos de las mujeres, fueron ellas las encargadas de vestir a su pueblo y proveer el abrigo familiar. Tejieron una gran variedad de productos como parte de la vestimenta cotidiana y también de uso ritual. Alonso de Ovalle cuenta: «...ni aún usan de aforros en ninguna de las piezas de que usan, ni ponen una debajo de otra. El calzón llega a besar la rodilla... abierto y suelto como calzón de lienzo y está inmediato a la carne, porque no usan camisa. El cuerpo lo visten con la que llamamos camiseta y ellos macuñ, que va también inmediata, y no es otra cosa que hasta una vara y media de tela de lana, hecha una abertura en medio, a la larga, tan grande cuanto basta para entrar por ella la cabeza, y ceñida luego por la cintura con una cinta o cordel, sin que tenga otra hechura o artificio; como tampoco le tiene la manta que corresponde a la cama y llaman choñi, de que usan cuando van fuera de casa...» Respecto de la indumentaria usada en los rituales, el mismo cronista nos dice: «En sus fiestas, bailes y regocijos, aunque no añaden más vestido, se mejoran en la cualidad dél, porque guardan para estas ocasiones los vestidos de mejores colores y variadas listas y de más finas lanas y más costosos tejidos... En la cabeza se ponen en estas ocasiones unas como guirnaldas, no de flores sino de lana de diversidad de colores muy finos, en que ponen a trechos hermosos pájaros y otras curiosidades de su estimación... Durante este período, las mujeres mapuche desarrollaron técnicas de hilado, tejido a telar y métodos tintóreos con vegetales. El incremento de esta «industria« textil estuvo vinculada a otras actividades económicas, como domesticación de camélidos y tareas de recolección, las cuales pro veyeron de
las materias primas esenciales para la producción textil, destinada básicamente al autoconsumo familiar . En su factura, se utilizaron instrumentos simples como el huso y el telar y dieron a sus tejidos formas sencillas y sin gran ornamentación, salvo la vestimenta de tipo ritual que presentaba una mayor variedad de diseños y colorido. Algunos especialistas interesados en el origen y desarrollo de la textilería mapuche, han establecido comparaciones de las formas, diseños y coloridos de esta producción, con textiles provenientes de culturas vecinas que habían alcanzado un mayor grado de perfeccionamiento. Como resultado de estas indagaciones, se sostiene que la textilería mapuche habría recibido influencias de la cultura Tiahuanaco, posteriormente de la cultura Inca y también de las culturas regionales de la zona norte de nuestro país . De este modo, la incorporación y reelaboración de elementos foráneos son parte de un mismo proceso, a través del cual este pueblo logró marcar un sello y un estilo cultural que se expresa en las singularidades de su tejido. Precisar el grado de influencia que ejercieron estas culturas en la textilería mapuche no es tarea fácil. Sin embargo, existe consenso que su crecimiento estuvo fuertemente vinculado al contacto con los españoles. La oveja traída por los conquistadores a nuestro territorio y tempranamente adoptada por los mapuche se constituyó en la fuente de materia prima esencial para la producción textil, reemplazando completamente a la antigua lana de chilihueque (lama guanacoe o guanaco), camélido criado en peque ños piños, lo cual impidió un mayor incremento de la actividad textil. El cronista González de Nájera expresa: «Sólo había en aquel reyno una suerte de carneros... a que comúnmente llaman los nuestros ovejas de la tierra... Hay pocos destos carneros, por lo que no los tienen a manadas, criánse con regalo: aprovechánse los indios de su lana para vestirse...» . De este modo, la introducción de la oveja y la adaptación de elementos culturales provenientes del español, marcaron el inicio de lo que fue esta actividad en siglos posteriores. Durante la colonia, la textilería mapuche alcanzó su máximo desarrollo: se perfeccionan las técnicas y aumentan los volúmenes de producción. El arte textil se vio favorecido porque no sólo se orientó al autoconsumo, sino también al comercio e intercambio permanente con los españoles. Para ponderar la magnitud que alcanzó esta actividad nos valdremos de un relato de Molina: «... los campesinos españoles del Maule recibían en los tiempos antiguos más de 40.000 ponchos al año. Estos ponchos y los demás se recogían por intercambio de mercaderías en Arauco... Es importante destacar que el comercio e intercambio con los españoles, siempre se dieron dentro de un marco de relaciones fronterizas. Una característica de este período es el rechazo, pero también la adopción de elementos foráneos, los cuales fueron utilizados para el desarrollo de su propia «industria« textil, que adquiere una gran relevancia dentro del marco económico de la época, pues posibilitó el acceso a otros bienes no producidos por la etnía.
Santiago de Chile, Viernes 12 de Octubre de 2001
ABRIGADORES.- Sandra Vidal muestra algunos 'pontros' (en mapudungún). Se caracterizan por su colorido y ausencia de negro, que simboliza la noche y la oscuridad. ANILINAS DE ÁRBOLES Y RAÍCES:
Los secretos del teñido textil indígena Pilar Espinosa
PILAR ESPINOSA Que las betarragas no sólo sirven para una ensalada lo sabe mejor que nadie Elisia Lemunao. Vive en Llamuco Bajo, cerca de Pillanlelbún, en La Araucanía, y como muchas mujeres mapuches de mediana edad, creció entre husos, telares, lanas y tintes de colores. De la misma agua en que hierve las betarragas saca un color muy vivo y fácil de conseguir, porque ella misma las cultiva en su huerto. Para lograr tonos verdes, hierve hojas de quila y para el rojo utiliza flores y follaje de notros. También aprovecha las raíces, frutos, hojas, corteza y flores del maqui, boldo, nalcas, ciertos líquenes, chilcos y fucsia. Son algunas de las especies que dan colorido a los tejidos artesanales mapuches y no es mucho más lo que actualmente se ocupa. Lo que cambia las tonalidades son las proporciones y las mezclas, en un proceso que requiere paciencia. Por eso, las sustancias naturales perdieron terreno. Más rápido y menos complicado son las anilinas que se encuentran en todo negocio de pueblo. Lo mismo sucede en el mundo aimara. Esta etnia, que destacó por el avanzado desarrollo de su arte textil, incorporó a sus usos la anilina química bastante más temprano. El colorido que caracteriza las llijllas, una de las prendas más típicas y con la que envuelven a los bebés andinos, es fruto de laboratorio. Técnicas y memoria
La mujer aimara usa el color en cromática degradación y con un resultado totalmente distinto a los tejidos mapuches. Para la antropóloga Ana María Carrasco, actualmente directora del Taller de Estudios Andinos de Arica, existen diferencias fundamentales en el trabajo de mapuches y aimaras, como también en el colorido, condicionado por la mayor variedad vegetacional del sur. En cuanto al uso que para el teñido de sus textiles uno y otro grupo dan a los vegetales, dice que entre los mapuches, con quienes trabajó en la década del 80, todavía hay mucho conocimiento de las diferentes plantas aun cuando no lo practiquen y, a veces, incorporen químicos para acentuar el color. Donde no encontró prácticamente nada de memoria sobre los tintes naturales fue en el norte. Allí vive desde 1988 y durante años ha trabajado en la recuperación de ese conocimiento con las mujeres aimaras, para quienes teñir con plantas era un arte olvidado. Todo ha sido en base a prueba y error, porque ni las más viejitas tenían idea de cómo hacerlo ni qué utilizar, explica. Como resultado, cuentan ya con un manual de tintes vegetales como apoyo para el trabajo de recuperación de un arte que fue uno de los fuertes de la cultura andina y que aún hoy asombra por su calidad, ya que se encuentran textiles de la época prehispánica con un colorido que perdura intalterable. Los tintes vegetales no destiñen, porque las mujeres indígenas los sabían usar en las concentraciones adecuadas para el color que querían, explica Liliana Ulloa, diseñadora textil e investigadora del Museo San Miguel de Azapa. El biólogo Sergio Andrade dice que es un potencial que nos estamos farreando, aun cuando en todo el mundo hace años se comenzó a revalorizar lo natural. En los últimos seis meses hemos tenido fuertes ofertas de, al menos, tres compañías japonesas interesadas en colorantes vegetales, advierte el profesional, precisando que se está generando una lista de plantas desde Copiapó a Magallanes. El propósito de tal búsqueda es dar con tintes que se puedan mezclar con productos para el cabello y evitar así el uso de químicos. Colores de la naturaleza Si quiere iniciarse en la mágica tarea de descubrir los colores de la naturaleza, he aquí algunos datos. ésta es una pequeña guía de los colores que dan ciertas plantas, basada en una recopilación realizada por Juan Ortiz Garmendia, en 1968. Amarillo: pimiento, boldo, algarrobilla, maitén, pellín, coigüe. Naranja: flores de romaza o vinagrillo. Rosado: corteza de pellín. Ladrillo: quintral y ulmo. Verde: quila, canelo, helecho, coigüe, ñirre, tallo y hojas de michay.
Café oscuro: radal, lingue, maqui, arrayán, corteza de ulmo. Café claro: laurel. Gris: raíz de pangue, corteza de olivillo, hojas y ramas de maqui. Negro: cochayuyo, maqui, espino, radal. Violeta: fruto de maqui. Morado: betarraga. EN INTERNET El arte de teñir http://warmi.hypermart.net/warmi.htm Rescate del azul índigo http://www.ttmagazine.com.mx/interna.htm Simbología de colores http://linux.soc.uu.se/mapuche/mapuint/tesis.html#_Toc461203598