El Tamunangue como fiesta solsticial: Por: Jonny J. Rojas
La palabra solsticio, del latín Sol- stitium (sol y statum) significa sol quieto o mejor dicho, sol estacionario, ya que es ésta la época del año en que la declinación del sol se mantiene invariable durante tres días. Este fenómeno ocurre dos veces al año: cuando el sol alcanza su menor declinación con respecto al ecuador celeste, denominado solsticio de verano (entre el 21 y 22 de junio), en el cual se producen los días más largos del año por cuanto hay mayor cantidad de horas de luz; y cuando alcanza su mayor declinación denominado solsticio de invierno (entre el 21 y 22 de diciembre), en el cual se producen los días más cortos del año debido a la reducción de las horas-luz. Estos fenómenos astronómicos, han sido conmemorados por el hombre desde tiempos remotos por su influencia en el ciclo vital de la tierra. En el caso del solsticio de verano, el sol se nos muestra enérgico, bañando la tierra con su luz por una mayor cantidad de tiempo lo cual incide directamente en la dinámica agraria. Nuestros ancestros, conscientes de que la tierra es un ente vivo y de que los seres humanos formamos parte de este gran sistema vital, buscaron la manera de entrar en contacto con las energías telúricas que se generan durante este acontecimiento a través de un sistema de ritos que se ha preservado hasta nuestros días de las más variadas formas y adaptados a una amplia gama de costumbres y creencias. El Tamuangue o Sones de negro, forma parte de este tipo de celebraciones que nos permite integrarnos a las dinámicas vitales de nuestro planeta, pero además se constituye en la más genuina expresión de nuestra identidad, ya que está compuesto por elementos propios de nuestros antepasados europeos, africanos e indígenas y que se combinan armónicamente para darle vida al más puro sentir del pueblo, quien es el principal protagonista de esa suite “Meta-humana” en honor a San Antonio de Padua, suerte de mensajero o intercesor entre lo profano y lo divino. El Tamunangue o sones de negro, es una manifestación dancístico musical donde convergen una serie de elementos de origen europeo, africano e indígena que lo convierten en una expresión mestiza por excelencia y retrato fiel de la identidad del venezolano. Esta manifestación tradicional puede catalogarse como una suite de danzas que se celebran en honor al Santo Católico Antonio de Padua, Monje de la Orden de los Franciscanos, quien nació en Lisboa el 15 de agosto de 1195 y murió en Padua el 13 de Junio de 1231, fecha en la cual es recordado por los feligreses. En nuestro país, las fiestas en honor a San Antonio adquieren una connotación especial en el estado Lara, sobre todo en las poblaciones de El Tocuyo y Curarigua, donde los actos religiosos son engalanados con la ejecución de El Tamunangue como una muestra de agradecimiento al Santo por las buenas cosechas y favores recibidos. Las partes que componen esta bellísima suite mestiza son: El Yiyivamos, Yeyevamos o Jonny J. Rojas
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Chichivamos, La Bella, La Juruminga, La Perrendenga, El Poco a Poco, El Galerón y El Seis Figureao, Seis por ocho o Seis Corrío. Precedidas en su ejecución por La Batalla. El baile es acompañado por una agrupación musical conformada por una sección de cuerdas compuesta por cuatros, quintos y sextos. Un tambor cumaco denominado Tamunango y las maracas. El canto es entonado a dúo por los mismos músicos donde uno lleva la melodía o voz principal y el otro entona una tercera, destacándose el uso de falsetes. La Batalla no es una danza propiamente dicha. Se ejecuta durante la procesión del Santo, precediendo al séquito compuesto por los bailadores, músicos, la imagen del Santo y los feligreses. Se define como una recreación de una batalla o lucha de esgrima de dos hombres cuya arma es el garrote o vara, siendo esta práctica un arte marcial autóctono de la zona conocido como Juego de Garrote. Los “batalleros” como se les conoce a estos hombres, van abriendo paso a la procesión hasta llegar al sitio dispuesto para ejecutar las danzas. El Yiyivamos, Yeyevamos o Chichivamos, es la primera danza de la suite, en la cual el hombre persigue a la mujer con cierto galanteo extendiendo los brazos a manera de pájaro y ejecutando figuras para llamar la atención de su pareja siguiendo las indicaciones de los cantores, quienes lanzan sus versos alternados con un estribillo que dice oé bangüé. La mujer hace caso omiso a las acciones del hombre y en ocasiones lo enfrenta y huye. La Bella es una danza parecida a la anterior pero esta vez la mujer le coquetea de una manera graciosa y pícara a su pareja, quien no se resiste a los encantos femeninos y la persigue por todos lados. Predominan en este baile la ejecución de grandes giros. La Juruminga es muy parecida en su estructura musical y ejecución al Yiyivamos pero en este caso el fonema que compone al estribillo dice Tombirá. La Perrendenga es de carácter responsorial al igual que El Yiyivamos y La Juruminga, con la particularidad de que en su ejecución predomina las figuras hechas con las varas por parte de las parejas al son del fonema Tomé ay tó. El Poco a Poco es una danza que consta de tres partes en donde las parejas hacen una representación teatral a manera de parodia o pantomima alternada con un estribillo llamado La Corría. Estas tres partes son Los Calambres, El Caballito y La Guabina. En Los Calambres se dramatiza la historia de un hombre que se muere de calambres por ingerir mucho licor en presencia de su mujer quien impotente busca la forma de salvarle la vida. En El Caballito el hombre simula ser un caballo salvaje que es domesticado por la mujer. Por último se ejecuta La Guabina en donde la mujer representa a este pez de agua dulce muy escurridizo que intenta ser pescado por el hombre. Jonny J. Rojas
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El Galerón En esta danza las parejas bailan simultáneamente haciendo una gran variedad de figuras como el girado y enlazado e implementando diversos estilos como el valseado y el zapateado. Pueden hacer uso de las varas como pueden prescindir de ellas de acuerdo a la ejecución. El Seis Figureao, Seis por ocho o Seis Corrío es el último baile que se ejecuta y el más vistoso desde el punto de vista de su ejecución, ya que las parejas realizan una diversidad de coreografías que recuerdan los bailes de salón europeos. Su nombre obedece por un lado al número de personas que participan del baile (tres parejas) y por otro lado al compás musical o estructura rítmica de la pieza en sí, que es un seis por ocho. Entre las diversas figuras que se realzan están el Paseo, Floreo, Cadena, Figureao, enredo y desenredo.
Jonny J. Rojas
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