EL ROL DE LA ÉTICA EN EL NUEVO TESTAMENTO Por: Rev. Lic. Jorge Bravo C.
INTRODUCCIÓN.I LA ÉTICA DEL REINO DE DIOS. 1. La ética de Jesús. 2. Llamamiento y discipulado. 3. La ley y el amor. . !eor"a y pra#is.
II LA ÉTICA CRISTIANA. 1. $spectos éticos de las comunidades cristianas primitivas. 2. %l amor al pr&'imo y el amor a (ios. 3. $spectos éticos en con)licto: 3.1. Los *ienes materiales: la po*re+a y la ri,ue+a. 3.2. Las relaciones entre -om*re y mu'er: matrimonio y divorcio. divorcio. 3.3. %l %stado y el poder. . La religi&n cristiana como protesta.
CONCLUSIONES BIBLIOGRAFÍA INTRODUCCIÓN La ética neotestamentaria se ocupa de dos aspectos importantes so*re el contenido del pensamiento cristiano y el comportamiento de la comunidad cristiana primitiva.
Recurrir a este estudio es -acer una re)le#i&n retrospectiva del pensamiento y comportamiento de los cristianos y cristianas de su época para encontrar elementos ,ue nos sirvan para ayudar a trans)ormar nuestro mundo en crisis de valores. /oy en d"a la teolog"a y la vida de la 0glesia no satis)acen las e#pectativas y necesidades de nuestra sociedad. (e a-" ,ue -aya una )uerte cr"tica al discurso e#cesivo de la 0glesia )rente a la prctica de los cristianos. %ste asunto nos lleva al vie'o y eterno dilema entre escuc-ar la Pala*ra y -acer la voluntad de (ios. %s la crisis entre la )e y la acci&n teor"a y pra#is. %s *ueno recordar una ve+ ms ,ue la tarea de la 0glesia es en el mundo y no en el desierto. La 0glesia primitiva )ue una comunidad de testimonio y de ministerio una 0glesia al servicio de (ios pero a la ve+ una 0glesia al servicio de los dems. (e a-" ,ue Jesús el )undador de esta comunidad de )e la 0glesia sea el paradigma de la ética cristiana. $ él es a ,uien seguimos y o*edecemos. l es nuestro e4or 5aestro y alvador. /oy ms ,ue nunca es urgente tener nuevas orientaciones para nuestras sociedades a la lu+ del 6uevo !estamento pero a la ve+ es primordial e#-ortar a los cristianos y cristianas a un comportamiento consecuente con el %vangelio para poder tener una calidad de vida &ptima. %sta la*or es tarea de una ética conte#tual.
I. LA ÉTICA DEL REINO DE DIOS. 1. La ética de Jesús.7 La ética de Jesús est *asada en el núcleo de su mensa'e ,ue es el anuncio del comien+o del reino de (ios 85c.1:19. %l reino de (ios se -ace presente y se puede e#perimentar en toda la actuaci&n de Jesús 85t.11:9s. l introdu'o cam*ios para adecuar el reino de (ios sin perder lo esencial de la Pala*ra es decir en lo fundamenta )ue intransigente y en lo !e"unda#$% )ue tolerante. La presencia de este reino de (ios no est ligada ni a épocas ni lugares sagrados ni tampoco a una ideolog"a determinada. La conducta de Jesús me'or dic-o sus acciones es una mani)estaci&n y una se4al de esta irrupci&n divina. (e a-" ,ue su comportamiento 8pra#is en )avor de los po*res pecadores des-eredados marginados y -umillados sea consecuencia de -acer suyo los pro*lemas de estos sectores sociales. %sta actitud de Jesús -ace cre"*le la llegada del reino de (ios como la venida del amor de (ios y de la 'usticia. Las *ienaventuran+as son una promesa salv")ica escatol&gica a los po*res a los despreciados a los ,ue lloran a los ,ue su)ren y a los necesitados de
amor. %llos son los marginados desde el punto de vista religioso sociol&gico y pol"tico. Los criterios y reglas del mundo no los incluyen por,ue no tienen nada y no valen nada y es en esa situaci&n ,ue lo único ,ue tienen es el amor de (ios a ellos se les o)rece el reino de (ios como salvaci&n 8Lc.;:2<. %s esta conducta ética de Jesús la ,ue evidencia la misericordia de (ios puesta en prctica y ,ue -a de ser la *ase y el )undamento del comportamiento misericordioso ,ue de*e e#istir entre -om*res y mu'eres. 2. Llamamiento y discipulado.7 Jesús en todo su ministerio -ace una invitaci&n a todo ser -umano en nom*re de (ios a pertenecer a este reino de (ios. %sta invitaci&n lleva impl"cito un llamamiento y una e#igencia. La respuesta e#ige una nueva actitud tanto del -om*re como de la mu'er. in duda ,ue esta nueva actitud conlleva conversi&n es decir un cam*io de direcci&n y reorientaci&n. %s una nueva oportunidad para pertenecer a esa nueva realidad salv")ica y -acer la voluntad de (ios. %ste cam*io no es un concepto meramente intelectual sino un cam*io radical de la actitud de la intenci&n y de la voluntad para involucrarse en la tarea de Jesús 85c.1:1=. >ocaci&n y misi&n llamamiento y discipulado van de la mano. %s claro ,ue esta conversi&n implica la vuelta total a (ios y no un )ervor penitencial no el cultivo de una propia religiosidad o piedad personal o ingresar a un grupo de gente piadosa ,ue se retira del mundo. ?no es llamado para ser enviado a los dems 85t.@:3=. >olverse a (ios es esperar todo de él 85c.1<:19. Por lo tanto se reclama del -om*re y la mu'er al ser llamados a una o*ediencia incondicional a (ios. %n un sentido ético los preceptos de Jesús son acertados ya ,ue apunta a una nueva actitud y a una nueva voluntad ,uiere captar en )orma total al -om*re y a la mu'er no s&lo el cuerpo sino tam*ién el cora+&n 85t.;:21. l nos llama desde donde nos encontramos para ser enviados a este mundo cotidiano y no a un monasterio o a un gett-o piadoso de la misma manera ,ue lo -i+o con sus disc"pulos llamndolos en plena )aena de sus vidas cotidianas. %s *ueno advertir ,ue en el reino de (ios no -ay lugar para los entusiastas ,ue dicen e4or e4or y no -acen la voluntad de (ios 85t.=:21ss. %n el 'uicio no se preguntar por la disposici&n de nimo del creyente sino por las acciones )ruto del amor 85t.29:31ss. Ainalmente la llamada de Jesús incluye el ,ue todos estén dispuestos a la renuncia y a las privaciones al riesgo y al su)rimiento 85c.:3. %ste es el nuevo estilo de vida de los disc"pulos de Jesús para la 5isi&n 85t.;:33. 3. La ley y el amor.7
Con respecto a la ética de Jesús ésta no se deriva de la !or y aun,ue el núcleo de su predicaci&n no sea la ley sino el reino de (ios no se puede decir ,ue sus postulados éticos de Jesús no estn en cone#i&n con el antiguo testamento y con su ley. Jesús es el nuevo orden del reino de (ios ,ue pone )in a la vigencia de la ley. %ste nuevo orden no ca*e en vestidos vie'os ni en odres vie'os85c.2:21s. Para Jesús la ley tiene una nueva dimensi&n de a-" ,ue él no se identi)i,ue con el concepto de ley del antiguo testamento. %n el concepto teol&gico es claro ,ue (ios e#ige amor y no una o*ediencia ciega a la !or 8Jn. 13:3739. Por eso Jesús sustituye el concepto de ley por el precepto del amor. %ste amor es e#igido al -om*re y a la mu'er como respuesta al amor reci*ido con anterioridad. %s por eso ,ue la ética del reino de (ios est *asada en el do*le mandamiento del amor 85t.22:37< ,ue signi)ica el e,uili*rio teol&gico de la )e. $s" lo entendieron los cristianos primitivos y en)ati+aron este aspecto 81Cor.13D1Jn.. . !eor"a y pra#is.7 %ste tema es un vie'o asunto de la ética ,ue los )il&so)os -an tratado de e#plicar. Bien sa*emos ,ue la teor"a sin la prctica es vac"a mientras ,ue la pra#is sin teor"a es ciega. Cuando Juan en su evangelio re)iere ,ue Jesús era el >er*o y el >er*o era con (ios y el >er*o era (ios 8Jn.1:1 est se4alando ,ue la Pala*ra 8re)le#i&n teor"a se -i+o realidad en este mundo es decir Jesús es la Pala*ra y pra#is del reino de (ios. !odo lo reali+ado por Jesús responde a esta ética del Reino para trans)ormar este mundo y convertirlo en un mundo me'or para todos. l era consciente ,ue no s&lo con la prédica del reino de (ios se cam*iar"a voluntades actitudes y situaciones in'ustas sino ,ue era necesario actuar poner en acci&n todo lo predicado 8Lc.:1;721. (esde el punto de visto )ilos&)ico la teor"a y la prctica no pueden estar divorciadas van de la mano -acia un mismo )in: la trans)ormaci&n de la realidad o*'etiva. (esde el punto de vista teol&gico Jesús es el paradigma de la ética cristiana. %n 5t.2:1@72< ,ue es el mandato a los disc"pulos se resume el ,ue-acer teol&gico de la 0glesia. Las comunidades cristianas primitivas entendieron y practicaron este precepto. Los ap&stoles eligieron a los primeros diconos para reali+ar tareas domésticas: servir a las mesas atender a los en)ermos visitar ancianos y viudas cuidar de los -uér)anos alimentar y consolar a ,uien se encontra*a pertur*ado. %ste era el testimonio vivo de una comunidad ,ue ten"a su )e puesta en su e4or y ,ue esta )e esta*a al servicio de los dems.
Para la ética cristiana la pra#is cristiana procede del poder li*erador del evangelio este evangelio s&lo puede ser e#presado en la pra#is en la medida ,ue es nutrido por la )e una )e ,ue a*arca simultneamente conocimiento de (ios y servicio a los dems.
II. LA ÉTICA CRISTIANA.1. $spectos éticos de las comunidades cristianas primitivas.7 i *ien es cierto ,ue el pensamiento y comportamiento de la comunidad cristiana primitiva no son -omogéneos sin em*argo -ay una constante a seguir las pala*ras del e4or y su pra#is. Ea -emos re)erido anteriormente ,ue el núcleo de la ética de Jesús es el amor al pr&'imo lo ,ue constituye el paradigma de la ética cristiana. La prctica de esta ética cristiana tiene un giro a partir del acontecimiento de la cru+ y de la pascua lo ,ue determina una ética pospascual. $ partir de esa nueva realidad se incorporan nuevos contenidos en la re)le#i&n y la pra#is de los creyentes. 6o signi)ica el a*andono a*soluto de los contenidos éticos de la predicaci&n de Jesús sino ,ue se los redimensiona a la nueva realidad de la comunidad de )e. %s una reelectura de los contenidos éticos del mensa'e de Jesús. %n un primer momento el -ori+onte escatol&gico era inminente esto implica*a una espera escatol&gica ,ue supon"a una esperan+a para los cristianos de ese momento. %ste aspecto es importante tener en cuenta para la ética cristiana primitiva. Con)"an en ,ue el %sp"ritu gu"a a la comunidad a través de los pro)etas en situaciones y sucesos importantes 8/ec-.:2@D 1<:1@.D 11:2D 13:2.D 1;:;s. (e todas maneras la 0glesia primitiva no se ,ueda atada a las pala*ras del e4or sino ,ue -ace ,ue estas pala*ras den su )ruto en la nueva realidad ,ue le toca vivir tanto en la re)le#i&n teol&gica como en el comportamiento. %sta situaci&n es lo ,ue llamamos la aplicaci&n de una ética pospascual ,ue conllev& a ,ue los estilos de vidas anteriores de los disc"pulos y ap&stoles no constituyeran ideal alguno para el presente sino conductas re)erenciales. 2. %l amor al pr&'imo y el amor a (ios.7 /emos se4alado anteriormente ,ue el núcleo de la ética de Jesús es el amor al pr&'imo amor ,ue proviene del amor de (ios lo ,ue constituye el do*le mandamiento 85c.12:273.%ste amor al pr&'imo es como respuesta al amor reci*ido de parte de (ios. Para Jesús el amor de (ios y al pr&'imo no est ya al mismo nivel ,ue los preceptos de la !or sino ,ue es el ms grande o el primero de todos los mandamientos 8v.31 o v.2@. %ste amor supera todo legalismo 85c.3:17; las normas y preceptos se su*ordinan a la ley del amor. %ste aspecto es importante tener en cuenta en el comportamiento de los primeros cristianos en
medio de su realidad. La comunidad de )e es depositaria de la misericordia de (ios para ser compartida con a,uellos ,ue no go+an de ese )avor. $-ora *ien este amor no s&lo era para el -ermano o la -ermana en la )e el amigo o la amiga al compatriota sino ,ue incluye tam*ién al enemigo. %sta es la gran dimensi&n del amor de (ios. %l e'emplo del relato del *uen samaritano de Lc.1<:3<73= no de'a duda ,ue nuestro amor al otro incluye a nuestros enemigos 8Lc.;:2=.39D 5t.9:29.D 5c.11:29. $-" est el desa)"o permanente para la comunidad de )e Fa ,uién se de*e amarG. 3. $spectos éticos en con)licto.7 3.1. Los *ienes materiales: la po*re+a y la ri,ue+a. Para Jesús su prédica est dirigida en )orma particular a los po*res como parte de su compromiso sotereol&gico. /ay una cr"tica radical de parte de Jesús contra la ri,ue+a en cuanto es la acumulaci&n ego"sta de *ienes materialesD por eso es ,ue promete el reino de (ios a los po*res ya ,ue no tienen nada 8Lc.;:2<. %sta po*re+a incluye su do*le dimensi&n: social y religiosa. on ellos los )avorecidos del e4or por,ue estn a*iertos a la salvaci&n no tienen nada a ,ue a)errarse no se distraen y pueden aceptar el llamado y conversi&n. Por el contrario las ri,ue+as lo único ,ue logran es apartarnos de (ios distraernos a su llamado y conversi&n. $ los poseedores de ri,ue+as les advierte los peligros de las mismas ,ue ponen en peligro su salvaci&n 85t.;:1@7 21. Jesús es radical en este aspecto no se puede servir a dos se4ores 85t.;:2D La ri,ue+a es incompati*le al reino de (ios 85c.1<:1=731. Las ri,ue+as s&lo sern apreciadas en la medida ,ue éstas estén al servicio del amor especialmente a los po*res 85c.1<:21. %l gran amor no conoce derec-os de propiedad intangi*le ni ningún tipo de patrimonio intoca*le. %sto incluye la persona por lo ,ue la esclavitud atenta contra los principios de este amor. La comunidad cristiana primitiva dio muestras de ese amor solidario por los po*res compartiendo los *ienes ,ue ten"an 8/ec-.2:27=D :3273=. 3.2. Las relaciones -om*re y mu'er: matrimonio y divorcio. Jesús es consciente ,ue las relaciones entre el -om*re y la mu'er en su época no son en términos de igualdad. (ios cre& a am*os en condiciones igualitarias 8Hen.1:2=72@. u de)ensa por la mu'er es una opci&n li*eradora pone )in al mac-ismo de su tiempo destruye el poder demoledor del se#o y del eros del ego"smo y el apetito de posesi&n del sentido de propiedad de la mu'er. %s al )inal y al ca*o una revalori+aci&n de la mu'er creaci&n de (ios.
Por eso el matrimonio es una situaci&n indisolu*le desde la creaci&n es la integraci&n de la totalidad somtico7espiritual de la persona. (ios cre& al -om*re y a la mu'er para ser una unidad indisolu*le 85c.1<:;7@. (e a-" ,ue el divorcio no tenga lugar ya ,ue éste es un instrumento 'ur"dico )avora*le al -om*re y atenta contra la mu'er. La pro-i*ici&n del divorcio proporciona a la mu'er una protecci&n ,ue carec"a de derec-os. %n este sentido Jesús es radical en la de)ensa del matrimonio y la )amilia y dentro del mismo la li*eraci&n de la mu'er. %sta misma l"nea es seguida por Pa*lo y los cristianos primitivos aun,ue a veces pareciera contradecirse en su apreciaci&n al rol de la mu'er sin em*argo el postulado )undamental de Pa*lo es ,ue en Cristo ya no -ay 'ud"o ni griegoD no -ay esclavo ni li*reD n% &a' (a#)n n$ mu*e# D por,ue todos somos de Cristo Jesús 8Hal.3:2. %ste aspecto de*e tenerse en cuenta en la e#égesis de los escritos neotestamentarios. 3.3. %l %stado y el poder. %n los tiempos de Jesús )ueron los +elotas militantes los ,ue asumieron la luc-a por la li*eraci&n contra la so*eran"a e#tran'era romana. %ra una guerra santa sin cuartel contra los a*usos del %stado romano ,ue atenta*a contra la so*eran"a a*soluta de (ios. Jesús tom& cierta distancia con respecto a los movimientos revolucionarios de su época no tom& la espada pero sus pala*ras y acciones causaron estragos en el seno de su sociedad. in em*argo los +elotas sintieron una atracci&n -acia él tal el caso de im&n el Ielota 8Lc.;:19D/ec-.1:13. $ pesar de ello el mensa'e de Jesús y el +elotismo ten"an algunos puntos de contacto como la cr"tica social el compromiso -asta sus últimas consecuencias -asta llegar al martirio el carcter escatol&gico y la o*ediencia incondicional. in em*argo Jesús no est de acuerdo con el e#tremismo +elota. 6o es su opci&n la implementaci&n del reino de (ios por medio de la violencia armada 8Lc.22:3;73D5t.2;:92. Las armas de Jesús son la )e y el amor esas son las armas del reino de (ios con ellas se trans)ormar este mundo incrédulo )alta de )e y de amor. Prue*a de ello encontramos la e#-ortaci&n de Jesús en el erm&n del 5onte a sus disc"pulos con respecto a la ira y el amor a los enemigos 85t.9:21722.37. $-ora *ien la renuncia a la violencia no signi)ica de*ilidad o resignaci&n alguna ms *ien es una nueva opci&n de encarar la situaci&n antes de causar da4os se est dispuesto a soportar me'or dic-o resistir. %sta es la conducta ,ue de*e distinguir a sus disc"pulos de a,uellos ,ue detentan el poder estatal. 6o estn llamados a seguir modelos autoritarios dentro de la sociedad y de la pol"tica sino por el contrario a rec-a+arlos y renunciar a cual,uier tentaci&n de dominar o regir comprometiéndose ms *ien en el amor y en el servicio. Jesús es el 5aestro 85t.23:s. La tarea de los disc"pulos es *uscar la pa+ entre los -om*res 8Rom.12:1. Las *ienaventuran+as tienen ese o*'etivo de esta*lecer una pa+ espiritual social y
pol"tica entre -om*res y mu'eres 85t.9:3712. %llos son los mensa'eros de la pa+ 8Lc.1<:9.1;. 6o son violentos ni parte de ellos amena+a alguna sino ,ue intentarn con misericordia y sin violencia construir un mundo de amor 'usticia y pa+ superando las murallas de la -ostilidad s&lo as" sern *ienaventurados. Jesús no niega el poder y el derec-o del %stado en su m*ito social y pol"tico lo ,ue si no es posi*le es la supremac"a del César so*re (ios. (ios es ,uien permite esta autoridad al César para un )in común ,ue es el *ienestar de todos 8Rom.13:17=D5c.12:1371= pero no est e#cento de una cr"tica so*re el a*uso del poder. Jesús rec-a+& este a*uso del poder del %stado sus disc"pulos tomaron esta actitud cr"tica 85c.:19D5c.1<:2DLc.13:32Dlc.22:29DLc.3:1@. La cruci)i#i&n de Jesús en la cru+ nos lleva a pensar ,ue )ue con)undido por 'ud"os y romanos como un revolucionario +elota ,ue pretend"a ser el 5es"as rey de los 'ud"os. %sta sospec-a estar signada en la misi&n de los seguidores y seguidoras de Jesús en cuanto no coincidan las coordenadas del mundo y el reino de (ios. . La religi&n cristiana como protesta.7 /asta los tiempos de Jesús la religi&n era un status ,uo de la mayor"a ésta era una religi&n con)ormista a'ena a los pro*lemas de la sociedad s&lo uno cuantos asumieron una actitud de protesta contra las in'usticias de los go*ernantes desde ese status ,uo éstos )ueron los +elotas. Jesús se ve o*ligado a luc-ar contra ese con)ormismo religioso para identi)icar los o*'etivos y valores del reino de (ios. %l discurso y acciones de Jesús se inclina*an por el lado de la protesta. %l movimiento religioso de Jesús irrump"a con un estruendo 'usticiero a )avor de las minor"as oprimidas convirtiéndose en de)ensor de las causas radicales acercndose ms al movimiento li*erador de los +elotas. e pod"a ver a Jesús caminando por las calles aldeas templos y palacios de)endiendo los derec-os de los marginados sociales. %ra un -om*re religioso interesado por los derec-os del pue*lo ,ue en las necesidades de las sinagogas. u llamado a los disc"pulos era para enrolarse a esta causa a participar en los grandes pro*lemas de la sociedad de su tiempo. (esde esta perspectiva muc-os se unieron a este gran movimiento li*erador de Jesús como una se4al de protesta contra las autoridades de su tiempo tanto en lo religioso como en lo pol"tico. er cristiano era sin&nimo de ser su*versivo de estar en contra del orden esta*lecido por las autoridades marc-ar contra la corriente del mundo. (e a-" ,ue la comunidad cristiana primitiva estuviera )ormada por muc-a gente ,ue de'& su con)ormismo y dio sus espaldas a ese mundo -ip&crita e in'usto. $sumieron una actitud de protesta a partir de las Buenas 6uevas de Jesús.
CONCLUSIONES.Cuando -acemos un recorrido so*re el pensamiento y comportamiento de los cristianos y cristianas en el 6uevo !estamento nos encontramos ,ue e#iste una tensi&n entre la ética de Jesús y la ética de la comunidad cristiana pospascual.
$m*as éticas re)le'an una ética conte#tual. Por un lado Jesús entra en tensi&n entre la ley y el reino de (ios. $nte ello Jesús tiene ,ue responder a situaciones vivenciales de su época. %s a-" donde él reali+a una e#égesis en el camino en cuanto a la ley y una -ermeneútica de la realidad social y religiosa a la a lu+ del reino de (ios. 5uc-as de sus respuestas a preguntas ,ue le -ac"an y aún sus acciones no respond"an a la ley. !odo el ministerio de Jesús responde a una ética conte#tual. %ran nuevas respuestas a nuevas situaciones. Por otro lado la comunidad pospascual se en)renta tam*ién entre dos situaciones la imitaci&n de Cristo y la prolongaci&n de la parus"a. (e los muc-os casos ,ue encontramos en el 6uevo !estamento tomaremos uno el caso de la comunidad cristiana de Corinto Pa*lo en su ep"stola trata pro*lemas concretos de conducta ,ue en)renta*an los miem*ros de dic-a comunidad 81Cor.:1ssD =:12ssD ;:1ss. Los pro*lemas eran conte#tuales y -a*"a ,ue responder a ellos. 6o era )cil impedir ,ue los nuevos creyentes e integrantes de la 0glesia cristiana rompieran con sus tipos de conducta de su vida anterior. La ética pospascual de*"a responder a esta nueva realidad. (e a-" ,ue ante la pro#imidad de la parus"a del e4or el celo era muc-o mayor con re)erencia al comportamiento de los cristianos y cristianas. %ra necesario distinguir entre los ,ue eran cristianos y los ,ue no lo eran. %ste aspecto a*unda en la literatura ética del 6uevo !estamento. La importancia de toda ética es dar respuestas oportunas y e)icaces ante pro*lemas conte#tuales los cristianos y cristianas de su tiempo lo -icieron en la medida de sus posi*ilidades -asta el punto de servirse de diversas tendencias entre ellas por e'emplo la re)le#i&n ética plat&nica. 5uc-as veces se ale'aron del molde de Jesús e -icieron un sincretismo religioso pol"tico y social. Las pala*ras del e4or y sus acciones serv"an de paradigma pero se presenta*an diversas interpretaciones y variantes en el pensamiento y ,ue-acer de la comunidad cristiana. $ la lu+ de esta re)le#i&n es *ueno revisar la situaci&n de la ética cristiana actual. /oy el mundo sigue en tinie*las y necesita una nueva lu+ ,ue lo oriente -acia un -ori+onte ms -umano y 'usto. 6ada -a cam*iado desde el principio no -ay esperan+a Fcul es el rol de la ética cristiana -oyG. Ainalmente recordemos las pala*ras del )il&so)o %mmanuel ant cuando di'o ,ue e#isten tres categor"as en los asuntos -umanos: la primera F,ué puedo conocerG Pro*lema te&rico. La segunda F,ué de*o -acerG. Pro*lema prctico. La tercera F,ué de*o esperarG. Pro*lema a la ve+ te&rico y prctico. %n este aspecto la ética cristiana tiene muc-o ,ue aportar en cuanto al conocimiento 8teolog"a al ,ue-acer 8pra#is y a la esperan+a 8escatolog"a. i la ética cristiana no logra orientar y trans)ormar este mundo no el mundo del pasado a la lu+ del reino de (ios ésta -a*r ,uedado en el lim*o.
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