39. RELATO BILINGÜE DE DE LA CREACIÓN DEL HOMBRE 36. 36 . Conocido Conocido por los fragmento fragmentoss de dos, y puede ser de tres manuscritos, manuscritos, este mito, como el precedente: 38 -se presenta en doble versión, sumeria y acadia, pero aquí en alternancia de una línea línea a la otra, el prime primerr senti sentimi mien ento to muy muy fuerte fuerte la prepara prepara,, y tan probabl probablem emen ente te traduci traducido do del segundo segundo,, pero el texto texto es tan arduo, mal mal redactado, redactado, mal mal transcr transcrito ito (como (como pr ue ba , po r ej empl em plo, o, la s biza bi za r ra s r ep e ti ci ones on es oc io sa s de 4- 6 // 10 - 12; 12 ; y s ob re t od o 20 b // 25 // 27 // 31a), y a menudo muy opaco, que es difícil de hacerse una opinión en lo referente al estado estado origi origina nall del relato, relato, incl incluso uso teniendo teniendo en cuenta cuenta que (sobre (sobre todo en las versión versión sumeria) las lagunas son también poco numerosas (una de ellas, en 32-34 se encontraba ya, nos previene el copista, bajo el ejemplar que él transcribía). El más antiguo de nuestros manu manuscr scrito itoss (texto (texto cunei cuneifor forme me publi publicad cado o por E. Ebeli Ebeling ng,, Ke il sc hr if t t ex te au s Assu As sur r religiösen Inhalts , nº 4) figuraba entre la presumida Biblioteca de Tiglatfileser I (1.1151.077 a.C.) (Ver p. 464, nº 1. Es el nº 10, p. 207, del catálogo dirigido por E. Weidner)): la redacción del mito sería pues anterior al final del II milenio; y sin duda remontaría más alto todavía, en la medida en que se puede tomar argumento del hecho de que ignora el papel creador de Marduk. La última edición del documento, con traducción comentada, es la de G. Mens ns ch en bi l d un d di e Petti Pettina nato, to, en las las pági página nass 74 ss. de su libr libro o Da s or ie nt al is ch e Me (1.971). 1). Pero, Pero, incl inclus uso o sobr sobree el plan plan sumerische sumerischen n und akkadichen akkadichen Sc hö pf un gs my th en (1.97 filoló filológico gico,, puro, esta obra no tiene reproche; reproche; también también seguiremo seguiremoss con preferenci preferencia, a, para el texto sumerio, la revisión revisión que ha hecho S. N. Kramer.
37. 37 . Como Como nos nos ha llegado llegado,, en su presen presentaci tación ón más compl completa, eta, este relato relato puesto puesto en una una continuidad de al menos tres tabletas: la primera y, continuación inmediata, la parte anterior de la segunda, dan literalm literalmente ente una lista, lista, indepen independien dienteme temente nte atestiguada atestiguada por otra parte, y, hay posibilidad de que sea antigua (puede remontar, a lo más tarde, al final del III milenio): es una enumeración, o de nombres propios arcaicos, o de elementos de estos nombres, o pu e de se r de hipo hi po co rí s ti co s , t od os fo rm ad os de síla sí laba bass si mple mp les, s, a menu me nudo do r ep et id as : a - a ; a - a a ; a - ku ; a - ku - ku ; me - me ; me - a ; me - me - a ; etc. Y, al final de esta segunda tableta, hasta nuestro mito, se encuentra (es la regla cuando la tableta no formaba más que una subdivisión de alguna “serie”) una línea de advertencia: la primera que figuraba en cabeza de la tableta siguiente; y no se trataba aquí, nada más y nada menos que del primer verso del Po em a de l último es, con evidencia, evidencia, una composición composición indepen independie diente, nte, a Su pe rs ab io . Puesto que este último aquel aquellos los que la hubie hubieron ron adjun adjuntado tado así al presen presente te relato relato tenían tenían aparent aparenteme emente nte algun algunaa sospecha de la identidad territorial de su propósito para cada una: el origen del Hombre. En este caso, la adición en la cabecera del todo, de la lista de los «nombres» arcaicos, en el pe ns amie am ient nt o de lo s mism mi smos os e dit di t or es , hu bo de bido bi do r ef e rirs ri rs e ig ualm ua lmen ente te , de una un a mane ma ne ra o de otra, a este mism mismo o propósi propósito: to: ¿ ello elloss pensab pensaban an ver en estas estas extrañ extrañas as combi combina naci cion ones es de fonemas murmurados, fuera de uso tras largo tiempo en la onomástica corriente, los nombres de los más antiguos representantes de la especie humana, incluso las palabras por las cuales se expres expresaba aban? n? Algu Algunos nos intérp intérprete retess -un poco poco temerar temerarios ios pude pude ser- incl incluso uso han creído descubrir allí, en esta visión de las casa apenas sugerido por la ordenación y el contenido de nuestras tres tabletas, la «doctrina secreta, sólo para iniciados» que denuncia la advertencia terminal (51; conocemos, en la literatura local, una cuarentena de obras así presentadas). Esto no es más que conjeturas, más o menos oníricas, y por otros ejemplares, donde sobre la misma tableta o la misma serie de tabletas, han sido reunidas, por razones prácticas que se nos escapan, las obras dispersas que debían aportarnos más bien circunstancias circunstancias en la materia.
38. 38 . El relato, se abre con un recuerdo de los orígenes del mundo y, en parte parte al menos, sobre una teocosmogonía: teocosmogonía: Cielo Cielo y Tierra, sin dada personali personalizada zadas, s, anteriormen anteriormente te unidos unidos en un conjunto sobrenatural, único y confuso, han sido «separados» en principio -no se dice más
como en los paralelos de este mito. Y esto es después de que han aparecido, en el Cielo (lo que no se explica más), las diosas madres (2), y con ellas, la posibilidad de enriquecerse de nuevos miembros de la familia divina; y que abajo ha sido «fecundada» la Tierra: el espacio terrestre (3). Programando entonces el mundo que ellos quería ordenar y en el que sería indispensable en principio un sistema de irrigación (literal: «diques y canales»), los dioses han producido el manantial, constituyendo el lecho de los dos grandes ríos del país (3-6). Tras haber así «preparado el terreno», los dioses mayores, siempre, como más adelante, se reunieron en Consejo, para deliberar lo que quedaba por hacer. Es Enlil, al parecer, de quien viene la iniciativa (la media línea 13a, olvidada por el copista, es fácil de restituir ayudándose de la 17), al menos en cualidad de presidente, o miembro preponderante de la Asamblea -ya que no sugiere que la idea de la creación del Hombre haya sido avanzada por él: plantea solamente la pregunta: « ¿ Qué hacer?» (7-15). La respuesta es puesta en boca de los grandes dioses presentes (18 s.). Incluso si la operación prevista va a ejecutarse en Nippur-Duranki, en el uzu . mú . a , «Fábrica-de-la-carne» que encontraremos más adelante 40 . Lo mismo, en contra de lo que han avanzado intrépidos comentadores, nada nos dice que la sangre de los dos(?) dioses inmolados (19s.) -La repetición del nombre Alla Alla en el texto (19) sería también el hecho de una nueva torpeza del copista que la expresión deliberada de un duelo (dual?) o de un plural; en la línea siguiente, por tanto, ¡ el sufijo acadio está en plural!- haya sito utilizado aquí por otra parte como en el Su pe rsab io , es a saber para humedecer y enriquecer la arcilla de modelage del prototipo humano: el presente relato es más corto, alusivo pero no contradice en absoluto su paralelo explícito, se comprende incluso mucho mejor por poco que allí se refiera.
39. Lo que, en cambio, es indiscutible, es que, incluso si la necesidad notan dramáticamente demostrada como en el Su pe rs abio , el comienzo de la creación de los hombres es muy semejante acá y acullá: debería reemplazar a los dioses en el trabajo (21) y desarrollar la agricultura (21 s.; 24-35), no menos que como la criada de animales, más la pesca y la caza (40), todo en provecho de los dioses, en principio (23; 37 s.), y de su propio país (36, y 40a). Rasgo original, se proporcionaba los nombres de los primeros representantes de la raza humana: Ullegarra y Annegarra, perfectamente desconocidos por otra parte. Parecen biza rra me nt e fo rmad os , de un té rm in os su me ri os : gar ( ra ), «pausado», «colocado», «establecido», y de dos pronombres acadios que significaban: ulle < ullû >, «lo que está más alejado en el lugar o en el tiempo» y anne < annû >, «lo que está más cercano». Ha querido representar así una pareja («aquél que ha sido hecho nacer en principio/después)? ¿ O resumir la antigua línea humana entera: en su duración («aquellos», los más arcaicos y «aquellos» más cercanos), o su extensión geográfica, de los más lejanos de los más cercanos, sobre la Tierra? ¡ Muy difícilmente se resolverá este misterio!. Otra particularidad del relato, que no se encuentra atestado en ninguna parte, es la decisión tomada por Enul y Ninul, «Señor» y «Dama de la era arcaica» (41) -dos ancestros obscuros de Enlil, de los cuales no se ve bien porque a parecen aquí- y ratificado por la Diosa madre que el sumerio llama aquí Aruru, y la versión Bêlit-ilî. Nuestro texto no está muy claro y unívoco para que comprendamos si se trata de la creación y del destino del Hombre, expuestos antes (18-40) y cuyos verdaderos responsables serían así designados -o si, como la cosa es muy posible, esta desición de Enul-Ninul y este «programa ratificado» (literal: «marcado», «designado» por Aruru/Bêlit-ilî anunciando la continuación: los dioses, satisfechos, una vez los hombres creados y puestos a la obra siguiendo su destino de origen, habrían decidido que las generaciones humanas se proseguirían para siempre, hecho, de competencias y de genios inventivos para asegurar el progreso, y de individuos ignorantes y rústicos cuya sola utilidad sería de ejecutar, como los animales, el trabajo asignado por los otros (43). Ya que la existencia de los hombres lo más numeroso posible (44 s.) y el único
garantía, para los dioses, que «la fiesta continuará» (46-48): dicho de otro modo, que ellos pr os eguir ían una ex is te nc ia de scuid ad a y op ulen ta . En es te co nt ex to, el último ve rs o de l mito (49-50) tiene probabilidad de volver todavía un t rabajo esencial de los hombres, que precedía y mandaba a todos los otros, en este país: la agricultura, la producción de los cereales, de los que Nisaba era la patrona.