ArmillM Aberastury brinda en El l1ifio y sus juegos SI< aguda . compremión y ms descubrimientos originales /lcerca de la vidll pslquic/l tÚl niño. Lo hace evitando el vocabuülrio técnico, para que este libro pueda beneficiar no sólo a los psicoanalistas, psicólogos y pediatras, sino también a los maestros y a los padres en gmeral. El valor didlÍctico de esta obm esrd enriquecido por una galerla de notas fotogrdficas obtenidos por Andy Goldstein. Por todo ello, éste es un libro excepcional para la comprensión del hijo y tÚl alumno. Padres y maestros obtienen respuesta o preguntas como las siguientes: ¿es normal este juego de este niño?, ¿corresponde este juego a la edad cronológica de este niño?, ¿qué juguete es el adecuado para regalarle a un niño de esta edad?, ¿por qué este niño no quiere jugar con este juguete? ':Al responder traté -dice la lLUtora- de resumir veintiséis años tÚ experiencia sobre ,m tema al que he dedicado la mayor parte tÚ mis horas de trabajo. "
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ISBN 978-950-12-2499-3
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Arminda Aberastury
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y puesta a disflI lI cia J5 7. E. \Viniem .., - El oido musical 158. S. Schlemenson (comp.) - Nií;os que 110 aprenden 159. R. Gfazman - Evaluación y exclusión en la ellsena,,:a universi" . ,.' " uren - Formación 1_"-6 .1,.. 1 .1
El niño y sus juegos
lana
/60 . X. Lobato - Diversidad y educaciÓI/ (libro y cuaderno) 161. J. Das y otros - Dislexia y dificul/ades de lectu ra 162. C . Carrion - Valores y principios para evall/ar la edl/caciól/ 163. L. Viniegra - Educación y crítica 165. M. Benlloch (comp.) - La educaciól/ en ciencias : ideas para . " . mejorar s u practica 166. E. Wi ll ems - El valor hum11no de la educación /IIu sical J 67. E. C. Wragg - Evaluación y aprendizaje el/ la escuela primaria 168. E. Aguilar Mejía y L. V iniegra - A/ando teoría y práctica en la labor docente 169 . J . L. Á lvarez Gayou - Cómo hacer in vestigaciól/ cualitativa 170. E . C . Wragg - Evaluac ión y aprendizaje en la escuela secl/I/ doria
J 71. M . Siguan - Inmigración Y adolescencia
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1.72. M . Farell - T emas clave de la ensel1an za secul7 ano 173. M. Van Manen - E l tono en la enSeilCll1 Za . I 1" . d y lenguaJe en a c mica Schlemenson y cols. S ubjelivida . 176. S psicopedagógica
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... del abUl licio
lO wicz Pedagog ko L 177. C. Corea e 1. ew 178 . 1. Glbert - Motivar en el au~a 179. M . Alvarado - Hacie ndo numeras .. . Á vila _ Coslllmbres y transformaCIOnes e~, la escuela 181. A. M Knobel _ La adolescellclG I/ormol 182 A Aberastury Y . ( .. A Rosa y M. F. González comps.) - ElIselianza 183 M. Carretero. . . . de la historia Y memoria colecllva . G S Petrie - El acoso ell la escuela
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184. S. Hams y . teligencias mtÍltiples ell el aula 185 T Armstrong - n I 186: Santiago - Filosofta. niñas, escue a
G.
Il ustración fotográfica: Andy Goldstein Diagramación: Joaquín Pichon RiviclC
______.. ____... ______ ._._h-_._ 58 retr'l'lP - - Buenos Aires Paldós, 20,1.
cm - (Ed\JC8ÓOr)
ISBN 978-950-12 -2499-3
t. Tlfuto - 1 PsIcoIOgia evolutiv a Cco 155 7
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1" .-d' :>1". 1965 ;·e.ti..""i't1L
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I NTROI)UC( IÓN .......... , ... ........... ...... .. ......... .......... . .... . ...... . ..... ..... .
El niño trae a l nacer .............. .. .... .... ...... ....... .... ... ................ A partir de la concepción ....... .............. ............................ . Cua ndo el bebé nace .................................... ...................... Desde su nacimiento .............. ............ ........ ... ..................... Es imprescindible .... ........... .... ...... ........ ............................... Entre el tercero y cua rto mes ............................................ Alrededor de los cuatro meses .... ......... ........................... ..
Juga r ................... .......... .... .. ........
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De su cuerpo salen sonid os .. .... ............. ...................... u . u _ El niño experimenta ...... .. ... ............ ... .............................. Entre los eu a tro y seis meses .... ................................... La pérdida del vínculo ..... ..................................... u ... u ......_ El niño ha descubierto ................................................._.._ . En la segunda mitad del primer año ......................._." ... Luego .... ....... .......... ......................................................... _ _ Entre los ocho y doce meses ................................._._ .... Las h eces y orina ......................................................_ ..:. El tambor .............................................................._~... Al finalizar el primer año .........................~.... ..... Además de las muñecas ..................... _.. .... Tazas, platos .........................................._ Desde muy pequeño .......................... Niñas y varones .............................. _..... u
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79 En esta edad ................ ....... ............................: ... ............... .. 80 Hay juegos que reve lan s u s ignificado genttal... ............ . 84 ...... ... ...................... ..... . . .... ........ .. •••••••••••••••••••••• adultos 86 Los A partir de los s iete u ocho a.ños ..................................... . 87 Si en el comienzo ......... ...... ....... ........................... ...... ....... .. 88 Des renderse de los juguetes ................................... ..... ... . p ......................... . 89 El adolescente .. ..... .... ...... ...... ..... ............... . ........................... 90 El niño al nacer ........................................ .
INTRODUCCIÓN
Uno de mis h'Jos, Marcelo Pichon Riviere, me preguntó tm día qué podría leer sobre actividad d e juego y desarrollo. algo q ue no fuese muy técnico; debía preparar un programa de televisión sobre el significado del juego en cada edad y le parei H interesan te transmitir a los padres experiencias cotidianas o aJso que les resultara útil para comprender a s us hijos. ¿Era nCJIUlal un determinado juego a los cuatro años? ¿Respondía a su edad aMI" lógica? ¿Qué era adecuado regalarle a un bebé de ocho . ¿EIa p~s,ble, para eV itar celos, hacer el mismo regalo a un hijo de das anos que al de cuatro? ¿Por qué no juegan algunos niños? ¿Por ~ sólo pueden lugar con un Juguete detellllinado y a WI solo jaep co~ una monotonía que entristece? ¿Por qué hay obos niños achvldad es puramente motriz, que se mueven durante mI.., pero cuyo movimiento no es un verdadero juego? ¿A qué edad aparece el primer juego -me preg lll l l 6- '1 consiste? Pensé entonces que era muy poco lo que se había el te,,;a,. y que aun esas pocas obras eran muy d~cld, dIalogar con él y transmitirle mi experiencia. di que para explicarle por qué a una determinada n.ormal, siempre aparecía el mismo juego -el de las eJemplo-, que era idéntico en todas piUtes del Ciaba entre los cuatro y cinco meses, también algo más sobre el desarrollo del mismo. Seguimos así hasta llegar a los juegos tomaba notas, hacía reflexiones a tes. "Me parece escuchar mi nar. Al día siguiente me trajo una en la que resumió lo más
ma~' realizó ~hre (''''.1 t'a~e ~. él m<.~ <;.ugirió la o(,\L'.. ¡d aJ d l.' l'COc nbi r
u n li b ro ,:>(lbrt~ el tema. . L:o: d o~ pcnsam o.'i "-I uc deb ía ser Cl)rto , ac('c~ i b h.· y l' \' lta r to J o t~~m c~smo. P{)f ('s.o traté de resu m ir en esta ... pocas p áv, incl s ve intise Is anos d e ex pe rie ncia sobre un te m a a l qu e he d edi cad o 1,,\ m ayo r parte d e mb horas de trabajo . ;Y!c habia preguntad o muchas veces po r qué aparece este juego
y no otro a una edad determmada, por qué hay nit'\os en los cuales n o aparece, y éstos sie m p re pr.csentan trastornos. Po r qué no juga r en el momento adecuado al luego correspond iente al desarro ll o acarrea perturbaciones. Por qué puede ser un índice de mal desarrollo el solo hecho de qu e no aparezca un determinado ju ego. Recordé así, vertiginosan\ente, muchisirn os casos. Pad res qu e me consultaban porque su bebé de ocho o nueve meses no do rmía, o había tenido una convulsión, o sufría de an ginas de repeti ción, y cómo los cambios en la rutina diaria, la o rganizació n d e su v id a, pero sobre todo la o rientación de la ac ti vid ad de juego, habfan motivado no sólo la desapari ción de los sínto mas si no una modificación profunda de la estructura del niño. Por supuesto, esto sólo ocurría en niños en el primer año de vida, pero también recordé muchos o tros casos en los cuales el único síntoma de neurosis grave era una inhibición de juego: niños nonnales en apariencia. niños modelo, que no jugaban ni lo habían
hecho nunca. ~lientras recordaba todo esto aparecían con frecuencia más imágenes que palabras. Pensamos entonces que seria conveniente enriquecer el texto con fotografías, Y Jaime Bernstein me puso en contacto con Andy Goldstein. La sugerencia resultó un éxito; creo que nadie podría haber interpretado mejor que él lo que yo necesitaba. No fue necesario explicarnos; él me mostró algunas fo tos de niños y yo le di mi texto. Trabajamos juntos durante muchas horas y nos apasionamOS por los mismos hallazgos. Lo vi esperar la aparición de un juego Y emocionarse cuando éste se cumplía con exactitud casi matemática. . Hubiera sido muy sencillo poner en las manos de un bebé de onco me<..es la sabanita, luego descubrir el ojo y fotografiarlo. Pero no fue asl; esperó muchas horas, el bebé hizo todo ti po de juego menos ése, hasta que de pronto apareció la sábana y apareció el 0)0. se los captó allf, en el momento mismo de la creación. Creo 'l"" esto se advierte en las fotografías.
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I Ja'ita aquí la an(Td t f p (' ro ah o ra lJld r.; 'f>r(l mt:" f~ (e cómo la ~dea d e escribir-t". . Lsar Jos en el < ·t· ~.. .. un a p <;,ICOtl n él lílic¡'l del ue o . ,,1gOl Icado del ru...A -es ta fo rm a Idn H'ncilla J ~ ,en el por qué quiero ,--~, --Y h aeJa qué -br ea ' pueOft/CO me dirijo. Los t<'xtos son del lb·(: ra d amente .
~oco con los sueños: aJ recordarlos Teve, a veces imágenes y al
s
os, caSI los cOllipa".. fa I/wm,
. . u contenido
dU I:Cc1 un sueño cs -ncc ~ " gunas palabras. Pero para que es . . esa na una larga h· t · . se ",opreCIso que ' _ " resto d ~s I ona . _ l/n hecho (te'1 d la " prevIa; tam""~ VRm es mIento toda csa historia del pas d . urno -, p
en cierto modo, se hizo es .. ' [ro dl~ l ogo; )a his to ria ' m 15. vE'mtIsels . . t~ ~,bro. El resto diurno fue ~-años d •• ~~ e.omo ené los sueños" trabaJ·áb amos ' con imág. e trabajo con -''''.~""' no qu e s tas se ex presasen con I b enes, pero era necesala conciencia . pa a ras para que pudiesen llegar a
No podrla d ecir que aqu · 1 . texto se ilustre con la ima e~. a Imagen aclare el texto ni que el cuyo mensaje debe llegar t~nt~ ~~nstJtuyen u_na unidad expasiva adre dor del desa rro llo del niño q Pd comun como al investi_ dos, muchos de los cu 1 ' ue pue e redescubrir hechos observa-"'" a es no se han e r . _. "p Icado aún. Freud sostuvo que nes p 1ace nteras sino también un nmo Juega n o so'1 o para repetir situaciodolorosas o traumáticas Q tara elaborar las que le resultaron ~né el ju ego del niño, lo ~o;pe r~~ s~tuaciones traumáticas apaICe e; I n me mte resaba v a a en mi labor díari I desarrollo motivab ler qué relaciones entre la da, P~lO lanod d an a aparí . ma uración y el e a determmada DOn O desaparición de . un JUego a una También me" . impulsaba a ·u paSlOnaba la evolución de .ban las cond!ci~ar un Juego específico o más b~n runo al qlle se le juego que le e nes necesarias para q~e 'p di le~, al se le ' Mis prim ra necesario a su edad u ese JUgar vidad ·lúdica eras experiencias fuero~ em . píncas: dizar en I y observaba los resul modo se fua:r~elaDI·ones de desarr:I~~os'ILuego trataba do t n ac arando ch y a emprano d 1d mu os miste . Para mí e esarrollo, la se n~. sobre comprobar' el descubrimiento k~a nutad del un períod que todo bebé Pasab amental en o en el que 1 . a, entre los a gerutalidad era muy
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; '-'I'\."I ;'l ..' un Illlt.'fl.."I \."l.M1"lUh:r,1 .... H'" Unl\ IlHI\
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aparición de los dientes. para d.1f pa:::o !uego ,.1 tlUC\ "O!"l II1 tcn~H'S. Aparecía. por ejemplo. una necesIda d Impenosa de c' p lorar el cuerpo, el propio " el de los demas, y esto lo cond u Cla a d escub rir. en el suyo, los genitales. De esta zona genita l s urg ía n exigenciJs que buscaban ser satisfechas. Comprobé que e l n iño no sólo conoda la diferencia de sexos sino que también tenfa su modo d e ex presar for mas de busca r satisfacerlo, lo que signifi caba conocer sus funciones. Estas excitaciones y exigencias necesitaba n desca rga, la cual, de acuerdo con la maduración Y el d esa rro llo, e ra es pecífi ca para esa edad. Una parte de las necesidades gen ita les se satisface en la mas turbación, y en mostrar su p ropio cuerpo Y curiosea r e l de los o tros. Otras se satisfacen median te la identificación p royectiva con la pareja de los padres unidos y, por último, en la ac ti vidad lúdica a través de la cua l logra la u nión sim bólica de los sexos. Al mismo tiem po, en ese momento, surgía el apre ndi zaje del movim iento y la necesidad de despl azarse en e l esp a cio, lo que traía ta mbién una nueva serie de exigencias: move rse, ejercita r la fuerza. manipular objetos, a veces con v iolencia . Al aparecer estas nuevas necesida d es era necesario atende rlas para que el desa rrollo sig uiese su curso n o r mal, y si se las descuidaba el niño comenzaba a manifesta r trastornos. La experiencia me mostró qu e e l ju ego o frecía a l bebé una la rga serie de ex periencias que resp ondía n a estas necesidades específicas de la etapa del d esarro llo a la que m e h e referido, y en todas las posteriores. El juguete posee muchas d e las cara cter ísticas de los objetos reales, pero por su tamaño, p or su condición d e ju guete, por el hecho de que el niño ejerce dominio sobre é l p o rque e l ad ulto se lo otorga COillO algo propio y permitido, se tra n sfor ma e n e l instrumento para el dominio de situaciones p e nosas, difíci les y tra umáticaS que
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La de Fre ud sig ue siendo a ' un descubrí que lo d e observación de en el desa;"oli~e:lo de las escondIdas, surgía :.~ para los d iedode hacer apa . Juego de esconderse ap o más tem prano . ,recer y des ' arecer y d esa se Ilustra en e l libro aparecer obje tos, como el d I::~r, o el vos psicológic ' apa rece entre los " y 6 " e sabanlta, que atraviesa por l~.rrofundos. En ese momc: e.;es y responde a moticual tra ta de e lab eta pa que se d enomina desaliollo el bebé única COn la orar la necesidad de sla n , enla padre; de est: a dre pa ra pode r pasar ego de la I la base d e las fu~'Odo Se establece la trfad h~aa la reladón Desprend uras re laciones del indo .~ ma re padre-hijo. qD4IiI. hacia e l p d e rse d e la relación _ . IVI uo con el mundo. mundo a re abre al niño el Untca con la madre va riadose;t~nor y lo conecta c~~mlOo de múltiples rsonas nes de cam~~erosos. Estas nuev: y objetos Juego le ofrece p¿ue ~endonáramos le y r vanos caminos la
~~:g~:~~o ~o
~~~~r h~~:'1elo
"po~.d~ ludespren~erse
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imC1~inar, la puede pensar. puede qui tarle ~l suei'io, provoca rle pav~res, aun Se ha producido una situación traumá tica. hila pucJe
es posible que desarrolle una fabla, pero no puede condICIOnar esa nueva situación en el mundo externo. Puede, sí, repetir mu chas veces esa experiencia. puesto que el p siquismo dispone de una capacidad denominada "compulsión de repetición" que impulsa al sujeto a reiterar las sltuaeOnes no elaborad as YtIende a que pueda llevarlas cada vez más a la conciencia. Por ejemplo, los celos que se despiertan por el nacimiento d e un hermano pued en ser jugad os con juguetes, porque estos personifican los objetos reales y la acción sobre ellos puede realizarse sin la angu stia y la cul pa que sobrevendría si la descarga de sentimientos agresivos y celosos ~aycse sobre los objetoS reales. No olvidemos que el ni ño no sólo rechaza a su hermano, a SU madre y a su padre smo que también los ama, los necesita y quiere conservarlos. La derivación de afectos Y conflictos en objelos que él domina y que son reemplazables cumple la ~ecesidad d e desca rga y de elaboración sin hacer peligrar la relaeón con sus objetos on gm an os. En la medida en que va creciendo surgen nuevoS intereses, nuevas situaciones de cambio, y los juegos se modifican. Esto es lo que he querido transmitir a través de este libro. La sustitución del objeto originario, cuya pérd ida se teme y lamenta, por otros más numerosos y reemplazables, la d istribución de sentimientos en múltiples objetos y la elaboración de sentimientos de pérdida a través de la experiencia de pérdida y recuperación, tal como lo vio Freud al analizar el juego del carretel, son las bases de la actividad lúdica y de la capacidad de transferir afectos en el mundo externo. Frente a los objetos, por el mecanismo de identificación proyectiva, los niños hacen transferencias positivas y negativas, según estos objetos exciten alivien su ansiedad, y este mecanismo está en I~ base de toda su relación con los objetos originarios. En las persorúficaáon~ en el juego se observa cómo puede cambiar el objeto, WIl gran rapIdez, de bueno a malo, de aliado a enemigo; por esa ?el cuando es normal, progresan h ; a Identificaoones cada vez más aproximadas a la reaJ¡dad.mun , Pienso que al leer este libro, un padre, un observador co , !lit podrán ir descubriendo las relaciones entre loS de maduración, y crecimiento y la aparición de y tambIén que al observar el juego de un hIlO
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. ' arse sobre la primer pa so en I . .. expuesto sobre el si .. a aphcación de los c dad lÚd ica a la terag~'fICado del juego fue la aO~cCf'!OS que P la ro '. numeroso de ' le em y en n, SIgUiendo mIS dire f pSIcoanalistas de 'ñ' ~ nas modi fi caciones c Ivas, la técnica de Mel m os, que apliwA través de I . . . . ame Kleill COn ~I-... --. a actiVidad I ' d ' Y d e este modo u Ica el niño m '. adul to I h podemos reconstru ' amflesla sus o acemos a tra é d 1T su pasado { vincente de có mo e l 'u V s e las palabras. Es~a es' as como en el fli ctos pasados y p J ego es una de las formas d ' una prueba COIIi Un resentes. . e expresar lo!! ""'~ paso muy impo t aH, de'Juego pa ra el dia ór ante . fu e el u t'l' I Izar la obse . gn en 511co ' rvaClón la concl usión de que la de .las enfermedad es, y asf Uede horas muestra no sólo la f , . pnmera hora de 'u gaDlOiI a sino, en muchos d at aSla mconsd ente de cuáJI ego Su un niño curación; ésta es ot:a :s cuál es la fantasf:S emoCIonal, la las relaciones de
~~dl~~~~ gl~uepgz ~~:::r~11:"~o,;%~~~Ó laK~lb~:~~e1a1a
~asos,
enf~IUiedad
normalid~~ ~:~~ede
en;;~~nte
jue::~oe~~i~s~e li bro he querido:~~~~a~ la actividad lúdica el punto de .. normal. Hasta ahora, tod lamente, refeIinue ._ vISta pSlcoan r . o o que se ha . runos que pade . a 1Iico acerca del' esenio desde
tado de mostra~en confltctos o tienen seri Juego se relaciona rrolla. a qué Juega un niño en l:s enf~lIlledades. He tilaSi he hecho hin ._ medIda en que se des¡¡.. esos dos 'u ' ~aple sobre tod . . en ese del primer truaación del cen en l a ' o y en esos dos' V1da, es porque t pnmera y s Juegos funda os de todos l d egunda mitad d mentales toda activid dOS esarrollos poster' e ese año están las Dice Ha . subltmatoria lores de la actividad b Ulzmga e l ' dase de la cultura y n Su ibro sobre el 'ue a las bases del" o agregarla que el.J go que éste le eso, sino que Juego y las sublim . JUego del últimas pá . Conduce al jueg d aaones de la gtnas de mi libro. o e amor tal
pj¡::~:~aslcos
~ñ~nd~a
El niño
trae al nacer
la expectativa de qué tipo de madre la velldrá al ellcuentro. Si se combinan ese hijo que necesita madre con una madre dispuesta a entregarse, se da la gozosa experienciJl de ulla l1Iatemidad feli::.. Lo mismo ocurre con la paternidad, porque con la misma Ílltensidad COII que el nitl0 necesita ulla madre al nacer, precisará del padre, cualldo, aproximadamente en el cuarto mes de vida, se va separando de la madre y en especial de la relación única con ella. Encon trar al padre no sólo significará poderse separar bien de la madre sino también hallar UIIa fu ente de identificación maswlilla imprescilldible tal/to para la nifia como para el varón, porque la condición bisexual del hombre hace necesaria la pareja padre y madre para que se logre un desarrollo armónico de la personalidad. Una :naternidad y paternidad buenas permiten al/lino superar gran parte de las dificultades inherentes al desarrollo.
A partir de
Cuol/do el beb'e nace
la c011cepción
del nj¡io la situaciólI de la pareja frente al hijo es diferel!te. La madre siel/le que se ennql
I/ecesila adaptarse a al cllal debaa' . 1111 mundo /lue710 tOnoeer y com ' percepILvas van forjando un prender. Sus capacidades 110Cl6n de ese mundo a. Il/nita 511 posibilidad lero su II1c~pacidnd motriz Muchos de SI . I e exploraeLOll. d 15 lfl en/os de e su futura aclividad d . explorar se hallarán en 1- l o e Jucgo. '"-
I~~ iI/1P"('~cil/dihl('
h.:~t,J d ~·.." U1ldl' tcrc;l't dt' ~Il pril1lt'r ¡Hit1 lit' ~·ida .
f: jr:tfft~ .id Uitill 5(' ú'ntra (a~i de' nlodt) f.ldu~i¡'ll
('H
~tl madre',
A 1(1~ P()Cl)~ dÚl~ dl' pida l'~ capa:: dr rCCOllOl..yr!a Pl'" /n ¡'[1: .11/,01' el ,,/{tllo.
Yn n/I/nca sabe /11 l/rilO sobre ella: pl/edc recol/ocer mire /III/chos olros el ril/110 de SI/ cora::óll, n/ I/ue se IIa/lill/ó dl/rllHlt' los //l/CI'e meses el/ I/I/C vivió dCl/lro de ella. La vista se desarrolla desde e/ primer mamen lo; pl/ede fijar/os ojos ell U/I objeto y distinguir la luz de la sombra. Su capacidad de gus tar y reconocer los silbares es l1Iuy notable ya desde las primems IJoms de vida, y todlls estas experiencias van configurando en su mente 111 imagen de la madre.
22
la "id d,'l(/ II/lldr,' c.;1 ; . [(11/ "1 "id dd I>,'/J,' . ( <,1/ (vlllac/o desde Ivs. I'ri 11/UO ,...... 1II01l1l'lItO':;' e"t prepara (/II/hio 'ara," b o La pérdida de 1_ ,,. /I!/ I>/lUI desarrollo. ,1 upenellc/G d malemo se II/ilil(a COII b e eslar dClllro del vientre el cual, jl/stall/c;/Ic, /111 l/en cOlllaclo ftsico, le permile elaborar I ' . relacióll ftsica e< t a perdida. Esta luego del na . '. olalmellte Ilecesaria C/t/Ucnto I '/ ser reemplazada Jlor ~/ so o de manera gradual podrá La CIlrencia de esta rella~formas de COI/tacto, sallsfactori I aClOn e1/ eI eOlllaelo a rae COII/O resu 1tado trast !J lo predi Con la realidad amos spolle a enfermedades d i ' . e a pIel, 'll/f
Al n·tlnlor dI' los Cl/afro meses
ti
~Il.~rt'
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b 'os hm dame ll lales seprod"cetl cnl/l ' J ' . . el! SIl cuel po, I en su tlle ll e y I na y la ree/laza, nadre a al ya CO ll oce a Sl' I recí¡a zado por ella, se sienle al/lado ~ 'ugar CO /1 su cllerpo. la loca y CO llllen"a a J · I de su amor b Elo Je o . isma pers01la . m l'd d 1 '/1icia un proceso Y de su odIO"'es la de lola I a Esa revelacLO/l . ue lo conducirá de despre/1d/1me/110 q. del mundo circunda nte. a la búsqueda del padl e y .
comic/lza su actividad lúdica. Ha ocurrido algo ftllldamelltal e/l la vida mental del Il irio: los objetos f ltllciollan como sfmbolos !I al mismo tiempo se produ cen e/l su cuerpo cambios que le fa cilitan su examen del mundo. Empieza a ser capaz de controlar sus movimientos, coordina el movimiento con la vista y ya puede, con bastante certeza, acercar la mano al objeto que previamente ha f ocalizado CO/1 sus ojos, siempre que éste se encuentre cerca. Cuando, entre los cuatro y seis meses, un niño es capllZ de sentarse, cambia su relación con los objetos que lo rodean. Con habilidad cada vez mayor puede apoderarse de lo que necesita, siempre que esté cerca, tocarlo, l1evIIrIé a la boca y abandonarlo a voluntad. Ese trozo de sábana que lleva a su boca y tras dttl se esconde represen ta a la madre' ell sbonajero que sacude, chupa SU uerde e arrale d i ' vida l e. a cama, cada objeto cetca y. y o eSl!mula a nuevas
y:n
Jugar
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lu~' f~nm¡f;itf1 (.... su l'ri".,rra QclitJidad
IlIt/¡OI •11 W fila t"l1I/>(Jll1
la (//I~'I.'//lI del d"'Prt'/Id"'"cnt(l,
d (Jllclo /'or 111. 01'/('/0 l/Uf ,lrl>c I'.:rr/¡-r. A lo,; Cll/llro m~ cllIl/lo 11It~'(n rO l! u ntrrl'O l/ eOIl los ob/clOs; drsal'ar.-cl' Irlh • lo ~á¡'llI1t1 y ¡ I/clt'/' ti n{Jllren'r; de t . /1' modo el 111 ¡mtlo se ocultllll/Oll/CI/lál/<'Ilt/l/'I/'" y vud",. a rt'el/{Jerarlo Cllnlldo S il • ojos Se libc/'Iill del objL'lo Im~ dl'l unl l' In/m e cOlldido. T(/mbiéll j l/cga eOI/ SI/Sojos: nI cerrarlos y abrtrlo. tipII /' el mundo o lo pierde.
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1.)0 , (111M Y ~II '1'))(11
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es 1111 jlAego ve rbal, puede hacer co n lo sOllidos lo que ya experimellt6 CO /l los objetos.
El primer juguete que se ofrece al 11i/io, el sonajero, es el heredero del primer
instrumento musical: la sOlltlja. La sonaja de calabaza es hueca como el sonajero y lleva dentro pequeiios guijarros o trozoS de madera casi siempre con un valor mágico, que al dwcar contra las paredes producen un sonido. Los nÍ1ios africanos, los japoneses, los espafioles, los finlandeses, los niTios de todos los tiempos, han jugado con un sonajero. También con él algo aparece y desaparece: los sonidos. 28
Ell1itio expel'imell fa
' t' mO¡'lInifllttlS, f tamI'a'u me, !1m ~ ¡, 'do tambióI pl/~de D',,' br,' ql/C ,11 :\,'lpc¡n Illl o J " ,u . . f).; Sabe que ¡lll cuerpo pTtldl/,"!r ~l"/¡ 1 . ' , . , ' ierra de golpe,
que ca,', IlIla Fuata qlIC >" l pm,tIIC"ll ~ollldos; de ellos
todos le ¡/ltcresa/l ~ 1/~I:C:~;~oducirlos lo sonresalta ll . rra a ~ el sana 'ero le sirve para para "''l/cer ell/lIedo y ~l o ' e~ tas expenellc/Os, Es g t repe Ir • 'mbalIza 'po ql/e SI fu era de S I/ ClIe/ :1 leJ'a CO II su malla. a su madre 11 que e 11Ia1 . . CO//lO su pa'dre y como élll/lSl/10, el SOllajero tielle algo odl/ce sonidos. hltro que se /Ill/eve !I pr d "Lo c[¡l/pa, lo <,xp Iora, lo /Il uer e, lipa '<'Produciel/do ,, . .' 'lo tral/ll'dlzal/. e"1!t'ncIIClas qw I barrotes de su cuna, Lo golpea COl/tra os lo tira cOl/tra el sl/elo, '1 . I b l/a lo malllpu a. lo muerde, Da o .' I suelo, espera Y eXIge Cual/do arroja los ¡l/guetes a que se los devuelvan. No actlÍa por maldad , I ad u/to. ni para (Olltrolar I/i esclaVIzar a '. Este juego es molesto pero I/ecesano, el niña experimenta lo que ama. as( que puede perder y recuperar
30
Entre los cuatro y seis meses
d l/ iiío el/Ira el/ posesión de diversos modos de elaborar In al/gustia de pérdida . A tra!'és de sus juegos intuye, experimenta y elabora que las persollas o los objetos tal/to pl/eden aparecer Como desaparecer, Expresa esto en su mundo lúdico, Es capaz de pasar bastnnte tiempo en reconocer objetos y apartarlos y atraerlos hacia sr. Emite sonidos y juega con ellos. De manera paradójica, al el/contrar la forma de elaborar sus angustias de pérdida, reclama con urgencia incontrolable la presencia de sus l'erdaderos objetos: los padres. Llora y se llena de rabia si no lo COI/sigue, si no se lo comprende; l/O es necesariamente alimel/to lo que reclama: su madre es !/a para él algo más que lo que calma el hambre, es UI In 1'0: , 1111 cOI/tacto, una sonrisa, el ritmo de sus pasos; la I/ecesita simplemente para saber que l/Oha desaparecido, 'lue puede tellerla y cuenta COn el/a; el temor a su pérdida es In angustia más il/tel/sa a esa edad; toda su "ida emocional está marcada por ella: es e/lIlotor del juego y de todas las actividades que describimos. Ha empe:ado el doloroso proceso nr de abandol/ la relación única con Sil madre y aceptar ma en f?r defil/itiva la presencia del padre. En este ~enodo sufre verdaderas depresiones. I./S tendencias destructivas Se II/crementan d qUe PUede cuall o aparece el diente, instrumento COn I usa~se para morder y desgarrar. a apanclOn de Id' hasta entoncesfr os lentes, el desprendimietzto, uta de la !antasfa, se
1,11
J1(~rrfidl7
dt'l
V{I1CI//O
úllico cOllla madre y la necesidad de u/! tace ro determinan lata nueva primada de necesidades en la vida del lIi/lo: ya no le basta su madre para el desarrollo, necesita un padre. Pero /10 es suficiente la presencia del padre para elnÍ110, también es necesario que aquél encuentre una forma de comunicación con él que responda a las necesidades de paternidad del pequeño, que, si bien se parecen a las de maternidad, tienen matices diferentes. Un padre que puede bal1ar al hijo, darle alimento, jugar con él, salir COI! él, es importante. Lo es más aún el rol que cumple reforzando su unión con la madre y ofreciendo al hijo la pareja como fuente de identificación. Si el hombre o la //Iujer no puedell superar su rivalidad frente al hijo, y sienten que ni dar afecta al ni/io están impidiendo es que el otro lo exprese, plleden inhibirse e/¡ sus jt/llcioll . Las cOl/secllencias de la carencia paterna 5011 ton graves como las de la mateTlla, pero aún no fuerol/ objeto de un estudio profr./Ildo.
Ji! nifio ha descubierto
que hay partes de su cuerpo que - I la diferellcia entre los sexos sena an y también la re7.'elación d ' pueden llevarlo a la Ullió~. que esos órganos La angustia de pérdida' que motIVó . sus' . , . con tlIIua elaborándose en este perlad pnmerOSJueoos o , en cuyo trallscurso 105 ob 'etos . o, en !II¡ continuo repetir d ~ se JLmtan y se separan Asf como 105 ftllldament: e;c~ent:os y desencuentros. se construyen en I . s :. ~u Vida mental lúdico se o '. e pnmer ano de vida tamb" ngma en esos' .' len su muTIIÚJ y recuperación d przmeros Juegos de pérd'(Ja , e encuentro y sepa" l raClon.
sllrge 1/11 nI/evo interés ell s" s jlAegos: Ira descllbierto l/l/e algo i1l/eco p"ede cOllteller objetos, I/ue algo perletml/te puede elltrar en "" ¡",eco. ] uega il/cesantelllellte a eso. Este gmll deswbrimiel·,to es el mil/licio de la fo rllla adulta de expresar
En la segunda mitad del primer año
G/1wr: en/mr en alguien, reclbll' a alguien dentro de sr, "nirse y sepamrse. Pasa as( a explorar cuanto sea penetmble ya IIsar todo lo que puede servir para penetrar; los ojos, los ordos, las bocas de las personas que están cerca, le permiten hacer sus primeras • • expen encJaS de exploración. Sus objetos preferidos son pequeños: son herederos de sus dedos exploradores .
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36
In bn¡/" I"O, Cnlios,
dl'~nglles, la lacila de jl/guele, "Ita rot"ra en la pared, el agujero de Ulla cerradura, lodo es objelo
de SI/S juegos, UI/ palo, IIn ltipiz, anteojos, sus dedo, lodo sirve para poner y sacar, L/lur y separar, •
Entre los ocho y doce meses
las diferencias anatómicas de los sexos se manifiestan en los juegos. J..¡¡ nifia prefiere depositar objetos en U// !tl/CCO, y sus juegos repetirán esta experiencia; en cambio el varón elige aquellos jugl/etes COIl los que pueda penetrar. Sin embargo, este ill terés no es exclusivo: su condición bisexual les permite disfrutar también del juego del otro sexo, pero, si el niíío es /lOrmal, su elección se hace ya sumamente clara en este período.
Elltr~ los ocho y doce meses el. 1'1/110 se de5pla -~a e l' n e espacIO
circundante gateando S se amplía y CO/nJéI a' u campo de acción . ,..... una conCienzuda y pacient Ya al final del primer :'i~r:ploración de los objetos. ponerse de pie. y caminar I' .. voluntariamente de los ob e perml/lrán alejarse En el aprendizaje de la ~etos y reencontrarlos no hay andad marcha . d or que r eemplace a los brazos e /a madre. 7
Las heces yorilla
los sólidos, ~ u sc
de origillar for llla" , se transforllla ll CII el slIIluolo de 511 capacidad creadora. El 11 ;,io allla 1/ tellle las SI/stall c/Os ql/e salell de S tl , ,. ya .,nue es tas CI/erpo, pelO estnll co lldenodas a desaparecer .. debido a las p l'Ol~llI c , o ll es del adl/lt o, clllll lO busca t!1l d n~tlt1, ~ I(l t11.:· " Ta •1( la "rcna lo,
sus/illllo s !J{'rl1lil/{l()s de las !tcces y In orilla.
De 1'5 ( 1' II/orlo, el agua, la tierra y la arena pasarrfl/ del estado puro de sl/slal/cias para adquirir aspecto de o/1jetos. Serál/ 'úlios, castillos, al/ill/ales salm}es, II/al/gueras para apagar il/eel/dios, I(quidos eOI/ poderes II/rigicos. Más tarde, d adulto le ofrecerá l / Ita
, •
•
sustancia, la plash1l111l, «Ji In que podrá modelar objetos. Su píentre fecundo y el de In madre irán tomando el primer plano, La fecundidad, consecuenCÚl de la unión, comienza a interesarle, Aparecen los tambores, los globos y las pelotas cOlno juguetes predilectos, que simbolizan el virntre fecundo.
El tambor
junto CO II el SOllfljcro, fu e ti no de los 1m meros instrumelltos n/usicales. En épocas primitivas era ti Ha cavidad "eclla en la tierra qu e se cubr(a COI' 1/11 trozo de corteza; s6lo
/0 locnbrlll las m¡¡il're.fO
y St: lI $rtúa CII 108 rit"alcs de j eC/llldidnd. La 111flllO crn . , l'I ¡ltslrumellfo de perCI/SIOI/, que II/ego se recmplaz6 por el palillo cual/do el /tombre comenz6 a participar CI/ el ritual; despl/és fu e un medIO de transmitir mensajes a larga distancia
.'1 muy posteriormente se Uliliz6
para ceremonias
de guerra y de muerte. Cada /liño repite,
COI/ su lambor,
es te de
jUf? uetes y le i/lteresa sobre todo a partir del final del primer año, porque para él simboliza el vientre fecundo de la madre, luego se. hace un medio de .,
cOmUI11CaClon y por último un objeto para La descarga de sus tendencias agresivas. U na ol/a de aLuminio y una cuchara de madera son para eL niiio eL mejor tambor. Entre Los 011ce y diecioclw meses Sirve a sus necesidades de descarga motriz. y el hecho de ser irrompible facilita esta descarga, ya que al demostrarle la realidad que no se destruye disminuye en el nirio el temor a sus tendencias destructiVfl8 y, en consecuencia, también la culpa. •
Al finalizar
el primer año,
el g/olJO y Itleso
/a pe/ot.a cOlIstit/;;/'{II / el cellt ro de S /I h/terts. Las fOl ,tas(as de unión VO/I dO/Ido paso al fuerte deseo de tener tln hijo. El cuerpo de su madre y tamb ién el sI/yo propio se simboliznn en las forll1as esféricas. La lI.i1'ia y el. varóI1 se ident ificO/'1con la madre, quierell UI'/ hijo delltro de su cuerpo, lo fan taseat1 y juegall con ese deseo. Ese hijo es el que después se hará palabra, ya que la palabra es para elnÍ1'io un objeto C011 creto capaz de reemplazar l'I1ágicamente al objeto real externo. Cuando dice "mall'lá" posee a su madre; cuando dice "nene" es como si tuviera U11 hijo. El globo y la pelota son el vientre fecundo de su madre, y también el propio; persistirán como juguete a través de los años.
Además de
las muñecas ,
los nl/hl/I/h' pI' dilectos cO l'/JOI'iznrrfll a los Ilijosfn ll/tI ados: erárl ollj¡'/o dI' IIIlIor y de malos tratos. "(¡¡dos S il. experiencias úiol6g i o SI! trndu irán en • • Juegos co n mu.neeos y Ol1ill/Oles. DI! es te modo Ira eOll/ell zado el aprendizaje de la maternidad y la paternidad.
•
Tazas, platos,
48
ollas, sartenes, eubiertos, .. a reelbn sirven par so meter 1 dar alimelltos o y . es . a privae/Ol1 periell c¡n a sus hijos. Es ta :x de alimel1tal. y sel d sa eOIl en d alimenta o . cías de ., expen ell tamblen raci611. pérdida y recupe
I
41 ' •
A los dos afias aproximadamente, comie7lzan a interesar/e los recipientes, que utiliza para trasvasar Sustan cias de Un lugar 11 otro. Esta actividad lÚdica PUede tornarse conl0 Un indicio de que
--espera y I/ecesita la ense(íall:::a del control de esj(llteres, es decir, adquirir la capacidad de entregar a volulltad los contellidos del cuerpo.
Desde
/l/l/y
pcquciio,
illlllgC/lI/1/1' 11/"11"1'(1' lj dl'srI/ltll't'C(' //(/ OCI/I'III/O SI/ lllt/a 1111'11111/, L:I/lI'r1lt1 d,' ,/11t' la 111/118"11 1111110/11 n/('llla COII/() /a /11'II¡tia sca f ll Sitilll1, /0 nllgl/slill, Pero a/rededor di' /0:; .1M olrl's Il//PS (/1'511//1/'1' nílllO I"I'cI"I'rlr/alj 1'['/1'1/1'1'/11 mcdillllll' di/mjos, y de ,'sIL' //Iodo dis//Iill/I.lft' /n nllSlIslm, CO//liellzu el lIitio por exp/omr Sil CIIClpO, /111/'11 illlaesllrse IlIego ell los objelos ill(//¡jllllldos; tOl/lbiéll CIIalldo di/mja, es el cl/erpo Sil prilller illtere!s, La (I1sa, ql/e /0 sl/lIboliza, sera IlIego el objeto c('/Ilml de SI/S paisajes, /11
so
Ni/7ns .tI vnrol7cs
II/al/ijieslnll rialo '/ Cllf1rdw . rechnzo por los ¡'l/OII,'II'S l.' . . (e los //II(lrcs y 1I/IIIgOS lo;, regalnll rolllO algo ' /l/I/lj llnl/(/so, pero dlna. IIl/e /ll/llca 1/1/ ¡¡¡VIII't' d e (' lwrda J, ."1 l se Imll,;or//lrl 1'/1 predIlecto del I/ifío, ' CI/a:,do es PI'III/(:I"O.tl SI/ f/~lI/l('jo 1,. res1Ilta díjlí'il, 110 h (I1/1S11 plan 1 ,Ij aclcIl/ns le fllerl'lll '1 ta ' (1 IIlIa prol'l/,da ' t ellCla ' , ' '(rl/strncicí/l " •1/ dolor r,,(JI' la lmpo y 1'01 la /Ilcapnudad de 1Isarlo, Le cl/esla I/lI1l/cjarlo o se le rOl/lpe eOI/ 1I1IIcJI '," , lo [/fal es ff/olivo dc nl/gustin, a jaulldarl, Todos / , aquel/os . . '¡'L/Ollet" " es lIue por su sCllcil/c~ 'tI 'i!'t a plol/rcCIOI/ de filfllaSlfl" l ' -.J' ( I llll lilas posi/1ilidndc's I ' ~isOI/ (J~ que tl'ndrnn " 1 e Clljlll orlo '1 I f' 'del jl/eoo IIl/e as In /,'1 1 tIa IIf1ClOfI t'Sl/CC(11Cl/ .("11 ( [(e01ornr t) las Sllllnciol/es trallmnticas,
Varones y niiias
juegan, indistintamente, a alimentar, alimental'se, evacuar, reteller. Sólo los adultos, proyectando sus prejuicios sobre la diferencia de sexos, rechazal¡ este juego en los varones y lo permiten en las nil'ias. Olvidan que también ellos jugaron a tener hijos y a cuidarlos.
52
Alrerfedor de los tres años,
El niño que juega investiga y necesita cIIlI/plir IIIJ{/ experiellcia lolal que debe respelarse. Su I1wlldo es rico, CGmbiall/e, e illc/uye ínterjueg05 permanelltes de fatlla sra y reaildad. Sí el adu/lo interfiere e irrumpe en su actividad lúdica puede perturbar e/ desarrollo de la experiencia decisíva que el niño reali za a/lugar. No son muchos lo~ juguetes que necesita para e~ ta activídad; por el ~(Jnlrario, si ~on ~emasiados pueden trabar/o y confundIrlo en sus expmencias. Tampoco prtcísa grandes e'pacíos, F'0 sf un dmbilo propio del que 5l' sienta dueRo.
I
I
la pasi61l ele UII var6n SO/l los autos y las locomotoras, pasi6n que comparte1l las niñas. La orgrlllizaci6/1 genital se ha ic/o desarrollando; la llena y el var6n se siente/l ell/p/ljac/os a experiencias genitales y las s/lblimall a lravés del juego. Jllgando represe/l/nll sus !an/as(as de la vida amorosa de sus padres y de ellos lI/islI/os, elnacimie/lto del hijo, las aclividades de masturbacióll. el pequelio garaje de juguetes se usa para juegos de penetración, (ntimamen/e ligados con la alimentaci6n y la reparación; lo mismo ocurre con los puentes que utilizan con los trent!5. El juego con muñecas y al/imales satisface sus de paternidad y
Ya a esta edad,
ni/las y varones
empiezan a valorar un cajón, u11 ropero, Ult peq ue no mueble donde puedan guardar sus juguetes. La destrucción y el desorden les producen angustia y empiezan a interesarles la limpieza y el orden. Neces itan ver que algunas cosas pueden reponerse, y en ese período resulta más placentero para un niño volver a ver un juguete que ha sido arreglado que recibir uno nuevo. La lucha con tra las destructivas ha comenzado a hacerse activa.
La simbología de la vida gen ital es muy rica ent re los tres y cinco años. El juego del niño se amplía y se compLica en esta époaI; la intensidad deL mismo y La riqueza de su fantas(a nos permiltlt evaluar su armon(a mentaL. EL niño que juega bien, con imaginación, nos da una de salud menttlL
Su vida mental está poblada de imágenes que le apaciguan y de otras que lo inquietan; a ambas teme perderlas, necesita conservarlas, recuperarlas, revivir/as, rehacer la angustia que le provocan, y de este modo abundan en detalles los objetos reales y fantásticos que recrean todos sus dibujos. La imagen es fugitiva yel dibujo la retiene y la inmoviliza; esta capacidad de recrear objetos en imágenes inmóviles es una llueva forma de luchar contra la angustia de pérdida. La imagen entra también por otro camino en el mundo de sus juguetes: aparece con el libro, y In monotonía COl1 que pide que le repitan sus pequeiias historias y le lIIuesh'en sus dibujos es también UlUl fon/Ul de elnborar esta angustia de pérdida. J-fuy lIiijos cuyos juguetes 5011 sólo las imágenes de sus libros. La vida moderna le ofrece alniiio peque/io In posibilidad de lUleer aparecer y desaparecer In imagen a ooltmtad.
Después de los tres afias,
cualldo un /¡¡/io dibuja su cuerpo o el de los padres, {¡erl//(lIIos o alme/os, logra ya /
Los deseos genitales
adqLlieren pujanza e/ltre los tres y cinco alías y se expresan el/ todo tipo de actividades, de modo que sólo una parte de ellos queda libre para la relación edípica con los padres. Los juegos entre niños son la l/arma, y 110 sólo no son negati1Jf1fJ sino que cO/ltribuyen al buen desarrollo. Los deseos genitales pueden canalizarse en el juego a la mamá y el papá, al doctor, a la enferme,u, a los Ilovios, a los casados, a la sirvienta, yen ellos satisfacen sus necesidades de tocar, de mostrarse, de ser vistos y ver.
Después de los . CI1lCO anos
r(¡ '1 St· dc'lei ta CO"'! ¡... egos de conquista,
el
[IG
de misterio, dI! acción. Pistolas, revólveres, escopetas, ropa de co-..obvys, Salman, disfraces de pistoleros pueblan sus juegos. LA niña, en cambio, prefiere un juego más tranquilo; se entrrnene con sus muñecas, prepara comida, sirve el té,
finge relaciones ¡;ocia/es, entra en un aprendiz¡¡je de iDs rasgos femeninos colllos que busca identificarse COI. su madre. SUI!Ie a ésta ropa, IJ
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El nifio -reaU7J1 ,
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el mundo d~ 10 iu~gos . [A,lktr~y los númtros se convíertnl . . n.r los niños. La curiosidad por el conocinrkn lo , ~ . aJtt1i~ de f¡¡ curiosidad que sintieran , . ~hilu1l4o citCltlidAnk h4sl1llos cincó o seis aflos. tSa1IlIr ,e.. tl ~ rrlltws j~ tn /lI$ que se combi1U1fI ... i1JtdtttAAlts COl1 el /lZIlT'.
ItIJIlliples ca pariciJt. ~ · jtnw. eJ
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Ellud.
le permite al niño simbolizar un encierro inicial en el que la apertura hacia el mundo surge del azar: el dado. Una vez que ha salido de su casilla, recorre un camino salvando obstáculos o recibiendo ventajas. Este camino es el símbolo del que recorrerá en la vida real hasta llegar al éxito o al fracaso. Sólo podrá decidir si sacará sus cuatro fi chas desde el principio o economizará alguna para una posible estrategia fi nal. De este modo simboliza el manejo de sus fu erzas en esta lucha de adaptación y conquista del mundo.
también sitúa al jugador en Ull engarce de habilidad y suerte. La atención y cOllcentración con las que juegue decidirán mucJzas veces el éxito. El juego con barajas ofrece asimis mo /Ina amplia gama de posibles combinacio/les wtre habilidad y azar. En todos ellos debe afrontar la lucha contra un entregarse o tmmfar. Pueden ayudarlo algunos golpes de suerte pero su pericia decidirti también el manejo de esa suerte. Es/os j uegos, placenteros para la niña y el varón, se alternan con otros en los que se acentlÍa la diferencia de sexos.
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Todos los . nznos Juegan ,
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y hall jugado al lalelí. Cada jl/gador dispol/e de I res fiel las, y Ralla aql/el ql/e evila ql/c su rompel idor las ordelle ell la misma lí/lea y <'11 cambio COI/siR l/e I a dI',," I'0SIC/O/1 '" ""fo para •SI'' .
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de las líneas l/O il/leresa, sólo es ill/porla/lte inferpol/erse CI/tre dos ql/e q/lierm ser tres, o llegar a ser freso [sil' JI/ego es el s(mbolO de las vicisitlldes que la vida impolle
hasta /legar a establecer u/la buena situaci6n Los competidures SO/l los hermanos, ti" por conseguir /0 relaci6n ideJJ/ CQII los padres, a del uno que
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En el estanciero, se inicia el juego con un azar,
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/r/ícll/tlo, hay dlvI'rHI/SIJtlMlJillrllltll!s dt' llItlt'rtir t'I/'O/litlll, Ptlt't/<'IIltnCt'rs<' IlItl'/llIs 0/1/(11118 IIIVers /ol/i'A. Si ftl/ll/lllrtfmlllos lo,. "ivc¡"s dí' eOll/llrt'//si61/
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dell1ltllfcj0.'l siglliflCtldo cid dinero
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en el mundo actual con el que se ejercíta en ese juego, diffei/mente eneon/rarramos mucha Los actos de ge/lerosidad y avaricia, de derroche .ti ahorro, se ejercitan, revelando mucho de la personalidad del jugador y de su!ormn de relación eOIl el clinero. Parn ell/()mbre C/ctual, el dinero y'" mI/nejo dvl dinero configuran una situaci6n /NI/y ir/tensa; CII l1u eMra sociedad, Inl como estd orgorlÍzoda, ncnrren ulln serie' dI' angustias y La creació" de est~ juego, el jugarlo, ,1»1 de elaboración de esas angustias.
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En esta edad
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Hay juegos que revelan su significado genital
de Illl modo I1my poco el/cubierto: las bolitas, el balero, el fútbol. En cambio, hay otros que lo elJwbrell widadosame¡¡te, qlle lo /levall, digamos, a un plalJo casi de abstracción. ¿Qué sigllifica la rayuela? Se entra y se sale, el qlle se de/ielle pierde, hay difiwltades y ¡'el/tajas, cielos e inflemos. Lo juegall lJi/laS y varones. 80
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Lo' adulto'
obr/can los j uguete dc 1m, /III1os; olR,mos permanecen . in mod/I/coc¡onc , á lo largo de los afios, (omo r1 f.
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sen copia
dI' uotítme9 nUI'IJáS, 'I IJQ,1 ,,'~ptrndíltl1d(l 11 ra /1ttl'~ídad del adullo (//, laborar la Indu~kJl1 d ,¡uroa AIt/./(/cí(lnc de pr/!k ro, templ(l de el/o 1'4 la mva4í611 dI' pla/(ls oolad(Jrf9 y ciernen/o, dI' Ruerra a16míca 'lile ftIcíertm 8/./ aparld6// el' el mundo de 1!"lu~uele9 IJ el/ IllJ ím4Relles dI' la~ hi~ loríe/a5 para ni¡¡~ de 1'5/a edad.
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A partir de los siete u ocho mtos,
Si fl/ el comienzo
y hasta /legar a la pl/batad, el cl/erpo v uelve a tellC1' Wl rol fl/nda/ll ental. Se intensifica el gusto por la II/cha, por las cnrrcrns, por el fútbol; se acentlía el placer por el juego de la mancha y las escolldidas, por los juegos de lIl a /l Os. La culminación de estos jllegos es el cuarto oscuro, dOl!de la explornción y la búsqueda ya tienen contenidos genitales muy evidentes. La oscuridad, como condición necesaria en ese juego, nace en la medida el! que se van definiel7do más las capacidades gel'litales, y se ¡lace posible la utilización de los órgallos.
de su vida cl llÍilo pasó del juego COIl el cuerpo al jI/ego CO II objetos, ahora irá abandonando estos objetos para orientarse Ilueval/lente y de U/I modo defillitivo hacia Sil cuerpo y el de su pareja.
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El adolescente
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El niño al nacer trajo 111 apectJllit'll del tipo de padres que vendrÚln a ,u rncuentro. La totalidlld de sus apnimdllS ron elkIs y con el mUlldo Mlt,,,,ina,'dn ahora u jot"1IJI de fI7Ihdtu Y ITCibír un hi¡O.
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PAIDÓS Si desea recibir regularmente informadón sobfe las novedades de nuestra editorial, le agradecerem05 indicando su profesión o área de interés a: [email protected] Periódicamente enviaremos por correo de estricta naturaleza edftorfal. Independencia 1682/1686 - Tel.:
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