Universidad Juárez Autónoma de Tabasco División Académica de Ciencias de la Salud Licenciatura en Psicología
El monje que vendió su Ferrari En la materia de Psicología del adulto y del adulto mayor
Por la alumna
Keyla Jedidiah Zavala Aguilar Profesora Aline Campos Gómez
Este libro El monje que vendió su Ferrari es una fabula encaminado al lado espiritual que cuenta la historia de Julián Mantle, un prominente abogado que lo tenía todo en la vida (o al menos eso creía él). Pero, un día, tras un infarto que lo puso al borde de la muerte, Julián Mantle tomó la decisión de vender todas sus posesiones materiales e irse a la India en busca de iluminación.
Fue entonces cuando, en su viaje, conoció a los Sabios de Sivana, unos monjes que se apartaron totalmente de la ciudad y se dedicaban a vivir en armonía y tranquilidad en una remota comunidad perdida en los Himalayas. Julián Mantle estudió junto a estos durante varios años y así consiguió lo que estaba buscando: las siete virtudes eternas de la vida esclarecida.
Primera Virtud: dominar la mente.
“El jardín simboliza la mente. Si cuidas de tu mente, si la nutres y cultivas como si fuera un jardín, florecerá más allá de tus expectativas”. La mayoría de las personas llena el jardín de su mente con residuos tóxicos como las preocupaciones, ansiedades, nostalgia, lo cual perturba nuestros pensamientos y nuestras emociones, la lectura nos invita a calmar nuestra mente, para ello, nos pide que observemos algo natural, como una rosa, sin distracción, alguna, para que nuestra mente se fortaleza y se discipline.
De igual manera, no debemos dejar que pensamientos negativos nos afecten, sino cambiarlo por pensamientos positivos, lo cual nos librará de preocupaciones vagas que puedan no tener sentido en ese momento.
Segunda Virtud: perseguir el propósito.
“El faro simboliza el propósito de la vida. El propósito de la vida es una vida con propósito”. Definir claramente nuestras prioridades en cada aspecto de la vida jugará un papel parecido al del faro: orientación y refugio ante los malos tiempos. Para ello, debemos ponernos en contacto con nuestro verdadero Yo, nuestras habilidades, qué es lo que nos hace realmente felices, esto nos ayudará para perseguir nuestros juegos.
Tercera Virtud: practicar el kaizen. El luchador de sumo japonés simboliza el kaizen, es decir, mejorar constantemente. Para mejorar nuestro mundo exterior (salud, relaciones, finanzas, etc.) debemos mejorar nuestro mundo interno: el éxito empieza por dentro. Para ello, tenemos que atrevernos a enfrentar nuestros miedos, para poder superar aquellos obstáculos que nos impidan llegar a nuestros objetivos.
Cuarta Virtud: vivir con disciplina.
“El cable de alambre rosa simboliza el poder de la disciplina. Un cable está formado de muchos y diminutos alambres. Cada uno de estos, por sí solo, es fino y frágil”. Para poder vivir con disciplina, tenemos que repetirnos día a día cosas positivas que nos motiven a seguir, o ponernos pequeños objetivos que tendremos a los que debemos intentar llegar a pesar de todo.
Quinta Virtud: respetar el tiempo propio.
“El reloj representa el tiempo. El tiempo se nos escurre de las manos como arena. Aprovechar el tiempo sabiamente nos asegurará una vida rica y productiva. El tiempo es un recurso no renovable”.
Sabias son estas palabras, y deberíamos tenerlas presentes. Tenemos que recordar que en cualquier momento la vida puede acabar, mientras tanto, ¿Qué hicimos de productivo en nuestras vidas?
Sexta Virtud: servir desinteresadamente a los demás. Las rosas amarillas recuerdan el viejo proverbio chino que dice: “La mano que te da unas rosas siempre conservan un poco de la fragancia”. Esto nos recuerda que deberíamos en nuestra vida diaria practicar actos de bondad, cultivar relaciones y dar a quienes lo piden, o no necesariamente lo pidan, sino lo necesiten.
Nunca sabemos cuando podríamos estar en una situación como aquellos que están muy necesitados.
Como dijo una vez algún filósofo “El que vive para sí mismo, está muerto para los demás”.
Séptima Virtud: abrazar el presente. “Los diamantes simbolizan el gusto por las cosas más simples y el éxtasis que merecemos. Sólo se vive una vida realmente gratificante cuando logramos “vivir el ahora”: la felicidad es un viaje, no un destino”.
Este libro es de ayuda y superación personal, te hace entrar en una profunda reflexión, la cual nos hace darnos cuenta de que cada uno de nosotros somos arquitectos de nuestro propio destino, diseñamos y construimos nuestro camino. Sólo nosotros podemos superar el pasado, vivir el presente, y planear el futuro. Cada una de las virtudes, que más que virtudes, yo personalmente las considero como una serie de “guías”, que nos pueden ayudar cuando nos encontremos tristes, solos, vacíos.
Una vez que entendemos el significado de las virtudes, que las creemos y las hacemos parte de nosotros, debemos esparcirlas a nuestros seres cercanos, a quien mas lo necesite, recordando la promesa que le hizo Julián al monje que se encontró, de llevar esos “pensamientos a occidente”. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.
Cultiva tu mente Pon un propósito en tu vida Supera tus miedos Vive con disciplina Aprovecha tu tiempo Vive para los demás Vive y ama el presente