El Libro de la Bruja Copyright 2013 de Roberto Lopes Ilustración de Cubierta: Luciano Cury Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser usada o reproducida en forma alguna sin el permiso escrito del autor. Este libro es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares e incidentes son productos de la imaginación del autor, o han sido utilizados de manera ficticia y no deben ser interpretados como reales. Cualquier parecido con personas, vivas o muertas, acontecimientos, lugares u organizaciones actuales, es pura coincidencia.
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índice prefacio capítulo 1: encuentro capítulo 2: noticias capítulo 3: cuadrado capítulo 4: perspectivas capítulo 5: interpretaciones capítulo 6: ángeles capítulo 7: grupos capítulo 8: diosas capítulo 9: relaciones capítulo 10: equilibrio capítulo 11: bananos capítulo capítulo 12: 13: jugando armadura capítulo 14: niebla capítulo 15: naturaleza capítulo 16: juego capítulo 17: umbral capítulo 18: primavera capítulo 19: libros capítulo 20: buque capítulo 21: reanudación capítulo 22: tarjeta postal post scriptum acerca del autor
Estesería libromucho está dedicado a las brujas. El mundo menos interesante sin ellas.
prefacio
creíexisten. que las brujas eran cosa de leyendas... hasta hace muy poco. EllasSiempre realmente Compartí un pequeño viaje con una de ellas y aprendí nuevas formas de entender el mundo. También cambió la imagen que antes tenía de una bruja: una mujer fea y delgada, de larga nariz con verruga, barbilla afilada y cabello revuelto, dedos delgados, ojos desorbitados y un vestido de manto negro con capucha. La bruja que conocí era perfectamente común, como las abuelitas buenas y sabias. Después de conocerla, fui arrastrado a una aventura inolvidable. Sólo me di cuenta de la genialidad de su disfraz una vez que estuve involucrado sin remedio. Tampoco utilizó ella una caldera o ingredientes exóticos, como ojos de serpiente o alas de murciélago para hacer pociones. Una maestra en el arte de la hechicería, sólo utilizó los elementos de la vida cotidiana. Un dibujo en un papel, un coche viejo que demoraba el tráfico, unos niños jugando, una semilla, un ventilador y otras cosas comunes se transformaron en lecciones invaluables ante mis ojos. Sin embargo, sólo al final me di cuenta de su magia mayor. La hechicería que tanto me impresionó en un principio era sólo una chispa de algo mucho más intenso. Su obra maestra fue transformarme. Entonces me di cuenta del enorme poder atribuido a las brujas de los cuentos de hadas. Ellas, sin duda, pueden convertir a las personas en ranas, o viceversa. Afortunadamente, mi caso fue el segundo. Después de conocerla, noté que el mundo es un lugar fantástico - mucho más de lo que la mayoría de nosotros imagina. También sé ahora que este libro es parte del encantamiento que lanzó sobre mí. Así que si quieres continuar leyendo, ten en cuenta que correrás el riesgo de ser sometido al mismo hechizo. Después, no me culpes por los cambios que se producirán en tu vida.
Voy a reclamar mi inocencia.
capítulo 1: encuentro Coincidimos por primera vez una tarde de primavera. Había llovido y el aire se sentía fresco. Algunos relámpagos todavía iluminaban el cielo, y los truenos rugían como fieras distantes. Antes de ponerse, el sol había hallado un espacio entre las nubes y la luz se introducía horizontalmente por las ventanas del hospital. Yo estaba terminando mi turno, visitando a los pacientes de la sala de hospital en el tercer piso. Busqué el último registro. Era una señora de 86 años de edad, diagnosticada con neumonía. Estaba sola en su habitación, y me obsequió una gran sonrisa cuando entré. "Buenas incorporándose la cama. con neumonía," "Buenas tardes, tardes.doctor," Así quedijo, usted es la famosaenpaciente bromeé. "No tan famosa aún, pero eso no es tan importante," respondió ella, de buen humor. "¿Cómo se siente hoy?" "Mejor cada vez. No estoy tosiendo más, y después de la lluvia el aire es muy agradable y limpio." Miré sus rayos X pulmonares del día anterior. Había una marcada inflamación del tejido pulmonar, uno de los signos característicos de la neumonía. En un paciente joven, dicho signo no es tan preocupante, porque los antibióticos modernos pueden ayudar a superar la infección rápidamente, pero las personas mayores necesitan cuidados especiales. Es por eso que las personas mayores de 65 años son hospitalizadas en casos de neumonía. "Me gustaría escuchar sus pulmones. ¿Podría incorporarse?" "Claro," respondió ella, irguiéndose con una agilidad fuera de lo común para su edad. Al examinarla, reparé en que su pulmón se escuchaba claro. No había ningún sonido anormal detectable a través del estetoscopio, y su índice de frecuencia respiratoria era absolutamente normal. Me sorprendió, ya que los pacientes de edad avanzada desarrollan, generalmente, las condiciones más
complicadas. Una mejora tan rápida en una señora de 86 años era bastante fuera de lo común. "Felicitaciones, sus pulmones están en recuperación verdadera. Podrá volver a casa pronto," le dije con ánimo. "Eso es grandioso," dijo y, cambiando el tema de repente, añadió: "Probablemente no lo sabe, pero me gusta leer sus artículos. Cuando recibo la revista, esa es la primera parte que leo." Se refería a una revista mensual, que publicaba una columna que yo usualmente escribía. El hospital es un lugar donde muchos pacientes se sienten aislados y necesitados. Así que creo que el deber de un médico es dedicarles mucha atención, porque esta actitud es fundamental en el proceso de mejoría. Al estimular la conversación sobre mis artículos, yo pensaba que estaba sólo dedicándole un poco de atención a una señora con una cierta falta de afecto. No tenía idea de los increíbles cambios que tendrían lugar en mi vida, a partir de ese encuentro. así que usted es la queporque lee mishabía artículos. Los editores que "Oh, estaban conservando miseñora columna un lector ávido," dijeron le dije, riendo. "No es broma. Usted sabe que a muchas personas les gusta leer sus artículos. Por cierto, ellos son la razón principal de mi estancia aquí." Fingí haberme sorprendido. "¿Está diciendo que tiene neumonía debido a que lee mis artículos?" "Mi neumonía es sólo un pretexto. El verdadero propósito de esta reunión es ayudarle en su nuevo trabajo." Yo estaba perplejo. "¿Nuevo trabajo? Ni siquiera logro cumplir con lo que tengo que hacer y todavía me quiere dar un nuevo trabajo... espero que sea bien pagado," bromeé. Ella acomodó la almohada y descansó la cabeza antes de continuar. "Cuando leí sus artículos por primera vez me di cuenta de que... ¿te importa si uso este tono informal para hablar contigo?" "Adelante," contesté. "Gracias. Cuando empecé a leer tus artículos, sentí que estabas en busca de un tipo específico de conocimiento, pero aún no estabas listo para recibirlo. Desde entonces he estado siguiendo la evolución de tus ideas. Recientemente, cuando leía la Escuela de Pintura, supe que había llegado el momento."
La Escuela de Pintura es el título de un artículo en el que comparo la vida con el trabajo de pintar un cuadro. Voy a reproducirlo aquí para que sepas de qué se trataba nuestra conversación.
Escuela de Pintura Un amigo me preguntó qué es la vida. No es fácil responder eso, ¿verdad? Te voy a contar mi respuesta. Imagina una escuela de pintura. Al entrar, recibes un lienzo en blanco y encuentras a varios estudiantes en plena faena. Muchos han estado trabajando durante años, y las pinturas son de todo tipo, desde obras realmente maravillosas hasta lienzos completamente destruidos. Las inturas, los pinceles y los materiales de pintar se encuentran dispersos por toda la habitación, algunos fácilmente accesibles y otros en lugares difíciles de alcanzar. A pesar de que es una escuela, no hay maestros. Todo depende de ti. ¿Qué harías en esta situación? ¿Tomarías cualquier pincel y sólo esparcirías pintura sobre tu lienzo? ¿Querrías ver a los que están trabajando tratar de imitar a alguien talentoso? ¿Unirías tu lienzo con otra persona y intarías un gran panel de conjunto? ¿Tratarías de crear una obra srcinal y aprender de tus propios errores? ¿Usarías únicamente los materiales más accesibles o también te esforzarías por obtener los más difíciles de hallar? Te pregunto de nuevo, ¿qué harías? En mi opinión, la vida es como esta escuela de pintura. Los trazos son nuestras acciones. A veces dominamos los trazos. Utilizamos el tipo correcto de pincel, la mezcla perfecta de color y los movimientos precisos. Son nuestras buenas obras. Nos hacen dormir en paz y con una sonrisa serena. Otras veces, nublamos en serio nuestra visión de conjunto y pensamos, "¡Rayos! Metí la pata. Es inútil." Queremos tirar la pintura y dejarlo todo. os dormimos devastados y con ganas de morir. Cuando esto ocurre, necesitamos recordar que estamos en una escuela de intura, y no desesperarnos. No importa cuán borroso es tu cuadro, siempre uedes tomar un pincel limpio y los colores adecuados y revestirlo con intura. Si le has dicho algo malo a alguien, pide disculpas. Si has hecho algo que no deberías, vuelve y arréglalo. Si has perdido una oportunidad para alabar,
levanta el teléfono y haz el cumplido. Si querías abrazar a alguien y no lo hiciste, hazlo la próxima vez que te encuentres con él o ella, y simplemente explica que estás pintando tu cuadro otra vez, estoy seguro de que serás entendido. Lo único que no debes hacer es dejar las manchas a la vista. No importa cuán nuevas o viejas sean, si están allí, corrígelas. Al corregirlas, aprendemos a no hacerlas de nuevo y nos convertimos en mejores artistas cada vez. Si lo hacemos de esta manera, no importa si tenemos doscientos años o sólo un día más para nuestra pintura. Cuando seamos llamados a mostrarla, será perfecta. Estoy seguro de que todos tenemos el talento.
Me pareció curioso que me hablara de un nuevo trabajo y sugiriera darme un poco de ayuda. Me decidí a preguntarle más sobre esto. "Disculpe, pero todavía no lo entiendo. ¿Qué tipo de trabajo nuevo usted... te importaría si yo también hablo informalmente? Al final, tenemos casi la misma edad," le pregunté bromeando. "Claro que puedes. Después de todo, cincuenta años de diferencia es casi nada." "¡No es cincuenta, sólo cuarenta y seis! Tengo cuarenta años," le dije, sólo para molestarla. Ella me dirigió una sonrisa irónica. "Entonces, ¿cuál es mi nuevo trabajo?" insistí. "Cálmate. Todo en el momento oportuno. Sabes que los medicamentos deben tomarse en dosis y horarios apropiados. Cuando prescribes una pastilla cada ocho horas, esperas que el paciente obedezca esa instrucción, ¿verdad? No funcionará si el paciente se toma la caja enterason de como píldoras a la vez para acelerar el tratamiento. Los nuevos conocimientos la medicina y la alimentación, deben ser absorbidos lentamente," explicó con tono de profesora. "Estoy de acuerdo, pero todavía siento curiosidad por saber más de mi nuevo trabajo." "Al parecer, no seré dada de alta hoy, ¿verdad?" "Desde luego. Necesitas permanecer bajo observación por un tiempo y tomar los medicamentos. Sé que la comida del hospital no es extraordinaria, pero si tu recuperación continúa a este ritmo, en dos o tres días regresarás a casa. Sólo ten un poco de paciencia," le dije como consuelo.
"Así que tenemos tiempo. Tú me pides que tenga paciencia y yo te pido lo mismo. Trabajaste todo el día y es casi de noche. Vete a casa, descansa y mañana me verás otra vez," dijo de modo tranquilizador. "Está bien." Le dije adiós, deseándole una buena noche, y regresé a la estación de enfermería para terminar mis prescripciones. Cuando salí del hospital, la noche era tan tranquila como no había visto en muchísimo tiempo. Aún no tenía idea de cuánto iba a cambiar mi vida después de conocer a esa mujer misteriosa. Esa noche soñé con los ángeles.
capítulo 2: noticias
A pesar inconvenientes, adoro mi algo profesión. Una vez un maestro comentó quede unlos médico siempre puede hacer por el paciente, aunque sea sólo consolarlo. Nunca he olvidado ese consejo. El día siguiente fue de gran actividad, como es típico en un gran hospital. Asistí a muchas personas con todo tipo de problemas y traté de ayudarlas lo mejor que pude. Al caer la tarde, fui a una visita de rutina de los pacientes hospitalizados. Tenemos dos visitas diarias a las salas del hospital, una por la mañana y otra al atardecer. De esta manera, el medicamento se puede ajustar y monitorear mejor el resultado. Otro aspecto positivo de este procedimiento es que el paciente siempre es atendido por dos médicos. Esto reduce la posibilidad de prescribir un tratamiento incorrecto y permite que los casos sean debatidos entre dos médicos igualmente informados sobre la condición de los pacientes. Durante las mañanas, el movimiento en las salas es siempre intenso. El equipo de enfermería distribuye la medicación matutina y ayuda a los pacientes con su baño. Después de eso, los pacientes toman su desayuno, y los médicos examinan a los pacientes. A muchos colegas les gusta este ambiente agitado. Ese no es mi caso. Yo prefiero hacer la visita en las tardes, cuando las salas son más tranquilas y puedo trabajar en paz. Guardé la visita a mi nueva paciente especial para el cierre. Teníamos una conversación que terminar, y eso sin duda llevaría algún tiempo extra. Cuando llegué a su habitación, ella estaba terminando su taza de gelatina. "Buenas tardes, ¿me recuerdas?" la saludé. "Buenas tardes. ¿Cómo podría olvidarte? Soy tu ávida lectora." Desde el día anterior, me había impresionado su claridad. A los 86 años, un cierto grado de senilidad es común. La memoria está expuesta a peligros, y la vida social se ve afectada severamente. Es una situación muy triste e injusta. Sin embargo, la senilidad no era el caso de esta paciente. Su mente y su cuerpo parecían hacer caso omiso de su edad. No había constancia de fiebre u otras complicaciones en su cuadro
médico desde mi última visita, y ella mostraba la disposición de una mujer de 20 años de edad. La examiné de nuevo y no encontré signos de neumonía. Era como si nunca hubiese estado enferma. "Estás en muy buen estado de salud. Si no fuera por tu nombre escrito en los rayos X, podría jurar que no eras la paciente con neumonía," le dije. "Te dije que la enfermedad era sólo un pretexto para conocerte. Ahora, la he desactivado," dijo irónicamente. "No había necesidad de contraer neumonía para hablar conmigo, podrías haberme llamado simplemente," le dije para provocarla. "No habría tenido el mismo impacto por teléfono, y no recibiría la misma atención." "Tienes razón," admití. Anoté alguna información en su expediente médico antes de continuar. "De hecho, desde ayer siento curiosidad por mi nuevo trabajo. ¿Cuándo voy a tener más información al respecto?" "No es un trabajo de verdad. Es más como un camino a recorrer." Hizo una pausa, si organizara sus perdiendo pensamientos. "Estamos en tiempos muycomo difíciles, y la gente está la capacidad de viviendo maravillarse ante el mundo. De hecho, todos nosotros podemos hacer que nuestro tiempo en este planeta sea extraordinario, pero muchos no lo saben y desperdician sus vidas, su bien más valioso." Ella se acomodó mejor en la cama y tomó una cuchara de plástico que descansaba en la copa vacía de gelatina. Me acordé de un antiguo profesor de matemáticas que siempre tomaba un pedazo de tiza para explicar algo importante. "Como dije ayer, tus artículos captaron mi atención, entonces tomé la decisión de seguir tu trabajo. Cuando se publicó el artículo donde comparabas la vida con una escuela de pintura, pensé que era el momento adecuado para ayudarte." Ella me miró directamente a los ojos. "Dime con sinceridad, ¿practicas realmente lo que escribes o sólo anotas las palabras en un papel?" Me quedé sorprendido ante ese enfoque tan personal e inesperado. "Yo creo en las cosas que escribo," empecé a defenderme. "Sin embargo, creo que es difícil practicar algunas de ellas," confesé. "Es por eso que he venido, para ayudarte en este camino. Hallaste un mapa que muestra lugares maravillosos, pero lo colgaste en la pared y sólo escribes artículos sobre él. Tienes que buscar tu mochila y visitar todos esos lugares, tienes que pasar por todos los caminos y senderos. De lo contrario, tu vida no será vivida en una forma extraordinaria. Tienes todos los pinceles,
pinturas y un lienzo enorme a tu disposición. No pintes un cuadro tímido y limitado. Ese desperdicio es el peor y único pecado que puedes cometer," anunció. En el hospital, nosotros los médicos somos la máxima autoridad. Conocemos las enfermedades, tratamientos, procedimientos y pronósticos. Los pacientes se basan en nuestros conocimientos y están sujetos a nuestras directrices. Sin embargo, ella había cambiado por completo esa condición. Me sentía como si yo fuera el paciente. No obstante, tampoco luché por recuperar mi posición. Decidí dejarla ir, sólo para ver qué pasaba. En su presencia, me sentía como si yo fuera un niño pequeño y este fuese mi primer día en la escuela. "Oh, maestra... Te llamo maestra porque creo que a partir de ahora soy tu nuevo estudiante, ¿estoy en lo cierto? Bueno, maestra, estoy listo para mi lección," dije. "Yo te puedo mostrar el camino e incluso ayudarte, pero es una ilusión creer que es posible enseñarle algo a alguien. Nadie le puede enseñar a nadie más."Así Todos somos propios maestros," dijo solemnemente. y todo, te nuestros consideraré mi nueva maestra," insistí, poniendo a prueba su paciencia. "Como desees. Si piensas que es apropiado, no tengo nada en contra de ello." Decidí bromear con ella un poco más. "He sido profesor durante casi veinte años y ahora me estás diciendo que es imposible enseñar. Estoy confundido." "No te preocupes, pronto lo superarás," dijo y me guiñó un ojo. En ese momento, una mujer joven entró en la habitación. No la conocía, pero vi en su placa que trabajaba en el departamento de nutrición. "¡Hola, doc! ¡Hola, abuelita! ¿Estás bien?" preguntó ella alegremente. "Perdona que te interrumpa." "No te preocupes, no estás interrumpiendo. Sólo estábamos charlando. De hecho, ya me iba. Debo encontrarme con un colega en la sala de emergencias, antes de irme a casa," le contesté. Me despedí de ellas y dejé que la joven nutricionista hiciera su trabajo. En mi trabajo, he tenido contacto con decenas de personas de edad avanzada y, con frecuencia, he admirado la forma en que algunos envejecen dignamente. Por desgracia, a menudo no percibimos los verdaderos tesoros que tenemos disponibles en el contacto con las personas de más experiencia.
Por supuesto, volverte sabio cuando envejeces no es una regla general. También hay personas mayores desagradables y fastidiosas. Una vez traté a un anciano que era un experto en las quejas y las ofensas. El hombre fue hospitalizado por dos semanas y desquició al equipo del hospital completo. Tuvimos una fiesta con torta y helado después de su alta. Cuando se fue, todos dimos un suspiro de alivio, especialmente yo, que durante su hospitalización tenía miedo de que alguien lo tirara por la ventana. Mi paciente actual era la prueba de la sabiduría de la naturaleza. Por cada hombre desagradable que existe hay también un caso excepcional. Su autoridad calmada y su lucidez me fascinaron. Qué maravilloso sería si todos pudiéramos envejecer como ella.
capítulo 3: cuadrado
a visitarla otra yvez a la tarde una Fui servilleta de papel la puso sobresiguiente. la mesa. Después de los saludos, tomó "Hoy me gustaría mostrarte algo importante. ¿Me prestas tu pluma?" dijo. Le di la pluma y comenzó a dibujar algunas líneas rectas. Yo había decidido no mostrar la más mínima sorpresa por lo que hiciera o dijera, mas no pude contener mi admiración al ver la firmeza de su mano mientras dibujaba. Cuando terminó, había un cuadrado con dos diagonales. "¿Qué significa este dibujo para ti?" preguntó, mostrándome su trabajo. "¿Es esto una especie de prueba para evaluar mi perfil psicológico o puedo responder sin temor a ser analizado?" pregunté, tratando de ganar tiempo. "Me gustaría saber lo que ves en ello," me tranquilizó. "Al parecer, se trata de un cuadrado con dos diagonales. ¿Estoy en lo cierto?" Ella sonrió, notando mi necesidad de responder algo inteligente. "No hay una respuesta correcta o incorrecta. Es sólo un dibujo." Ella parecía divertirse con mi preocupación. "Cuando lo ves como un cuadrado con diagonales, ¿qué pensamientos vienen a tu mente?" "¿Realmente quieres saberlo?" pregunté, tratando de ganar un poco más de tiempo. "Sólo si quieres decirlo," dijo ella, divirtiéndose con mi manera evasiva. "De acuerdo," declaré decididamente. "Este dibujo me recuerda un problema de geometría... Estoy ansioso por saber si la siguiente pregunta será sobre el cálculo del valor de un ángulo o la distancia entre dos puntos. No me traen muy buenos recuerdos de mi tiempo escolar," le dije. Permanecimos en silencio durante unos segundos. "No te preocupes. Te salvaré de esta situación... El dibujo puede ser la imagen de un sobre. ¿Puedes verlo?" Volví a mirar el papel. Como por arte de magia desapareció el problema de geometría y apareció la imagen de un sobre. Ninguna línea había cambiado, pero el dibujo era muy diferente. No podía dejar de sonreír como
un niño deslumbrado. Siempre me gustaron los trucos de magia, cuando volví a mirar el sobre, fue como si hubiese visto salir a un elefante de una caja de cerillas. "Oh, es un sobre. No pude verlo al principio, pero ahora..." "¿Qué tipo de pensamientos trae este sobre a tu mente?" preguntó ella muy en serio. "Sobre... sobre..." empecé simulando que buscaba en mi memoria. "Por favor, no finjas. Cuando viste el sobre, algo vino de inmediato a tu mente. Esta no es la primera vez que ves un sobre. Ya tienes ideas asociadas a él. Sólo estás ganando tiempo porque no sabes si te gustará hablarme de ello, ¿Estoy en lo cierto?" Estaba atrapado. Parecía imposible engañarla. "Está bien, lo confieso. Recordé a una amiga que vive en Canadá. La conocí mientras viajaba, hace aproximadamente quince años. Intercambiamos muchas cartas antes de que ella se casara. Siempre que veo un sobre la recuerdo. ¿Seguro que este dibujo no es un test para revelar mi perfil psicológico?" "Deja de preocuparte por tu declaración. ¿No has comprendido todavía que necesito paraque averiguar lo que quiero? Soyestoy una bruja.noLo sé todopruebas sobre ti.psicológicas Incluso cosas tú no sabes. Simplemente mostrándote algo para aliviarte, así que para de resistirte y disfrútalo". No podría decir si estaba hablando en serio o simplemente en broma. ¿Ella realmente creía ser una bruja? ¿O lo había dicho sólo para fastidiarme? Su frágil apariencia y su edad avanzada ocultaban una mente luminosa, capaz de mantener el control en cualquier situación. Era el tipo de amigo que me habría gustado tener si fuera a meterme en problemas. "¡Oh, tú eres una bruja! Es la primera vez que tengo a una bruja como maestro. No, no, no, no es cierto. Recuerdo haber tenido algunas brujas malvadas como maestros antes. Les gustaba hacer preguntas difíciles en las pruebas finales." Hice una mueca, como si tuviera algo amargo en la boca. "Pero, yo no creo que seas esa clase de bruja, ¿verdad? Espero no fallar en tu clase. Ya estoy demasiado viejo para hacer pruebas en el verano." "No te preocupes. Este no es mi caso," dijo. "También me gustaría saber lo que sabes de mí que yo no sé todavía. Ahorraría mucho dinero en la psicoterapia". "Haré algo mejor que eso, te mostraré cómo descubrirlo por ti mismo. ¿El proverbio no dice que es mejor enseñar a pescar que dar un pez?". Cogió el papel de nuevo. "Juguemos un poco más con nuestro dibujo. ¿Qué más puedes ver en él?"
"No sé, déjame ver..." Miré el dibujo durante un minuto, pero no podía concentrarme. Sólo podía ver el sobre o el problema de geometría. El silencio era absoluto, y mi ansiedad crecía con el tiempo. Ella permanecía serena. Tuve la impresión de que si tuviera que pasar otro año mirando el dibujo, ella esperaría. Era como jugar al ajedrez. El siguiente movimiento era mío, ella esperaba para ver lo que yo haría. Le pedí ayuda con la mirada. "No lo sé... Necesito ayuda," admití tímidamente. Ella sonrió. "¿Qué tal un reloj de arena? Sabes lo que es un reloj de arena, ¿no?" "Por supuesto que lo sé. Es un viejo reloj de cristal lleno de arena. Cuando se vira al revés, la arena fluye despacio desde la parte superior hasta el fondo". Decidí volver un poco más picante nuestra conversación. "Recuerdo que tuve un reloj de arena cuando viví en Italia, durante el Imperio Romano, pero eso fue en una de mis vidas anteriores," concluí, esperando su reacción. "Es bueno saber que recuerdas tus vidas anteriores. Será de gran utilidad para un mejor aprovechamiento de tu existencia actual," dijo ella, desarmándome. Me congelé. Puse mis manos en el aire en señal de rendición. "Ahora regresa al dibujo y mira si puedes encontrar el reloj de arena," ordenó. Obedecí y algo mágico sucedió de nuevo. En un abrir y cerrar de ojos, el sobre se convirtió en un reloj de arena. Vi los triángulos que formaban los dos conos de vidrio y el soporte de madera constituido por las líneas laterales. Una vez más, no pude contener mi sorpresa al ver el milagro ante mis ojos. Podía sentir cómo ella disfrutaba al observar mi expresión. "¿Qué pensamientos trae a tu mente el reloj de arena?" preguntó en el momento exacto en que algunas imágenes aparecían en mi mente. Dejé que las ideas fluyeran libremente. "Veo a un alquimista medieval poner una botella en el fuego y voltear el reloj de arena para marcar el tiempo. Es el romper del alba. Está solo en su laboratorio, y sueña con el día en que será capaz de producir el elixir de la inmortalidad." Estaba sorprendido con las ideas que acababa de expresar. "Felicitaciones, te estás poniendo poético y un poco más imaginativo. Eso es muy bueno. De esta manera nuestro trabajo será más divertido, ¿no crees?". Era una verdadera maestra, estimulando a su estudiante con la motivación.
"Gracias. Creo que estoy empezando a conseguirlo." Hice una reverencia, como un actor al final de la obra. "Entonces continuamos... ¿Qué más puedes ver en el dibujo?" "¿Hay alguna otra cosa que pueda ver?" dije, dudando. "Depende de ti. ¿Qué te parece?" Después de ser felicitado, lo último que deseaba era denotar que me faltaba imaginación. Volví al dibujo desafiante, en busca de un nuevo enfoque. Lo examiné durante un tiempo, tratando de encontrar una solución. De repente hizo clic. "Oh, lo sé... veo un portón. Sí, es un portón," concluí entusiasmado por mi descubrimiento. Ella sólo me miraba y sonreía. "Ahora quieres saber lo que el portón me recuerda, ¿no es cierto?" le dije. Ella asintió con la cabeza. "Me recuerda la granja de mi tío. Había un portón así. Fui allí algunas veces cuando era un muchacho. Al llegar teníamos que salir del automóvil para abrir la verja. El lugar fue vendido hace mucho tiempo. Tengo buenos recuerdos de aquella época".rápidamente y discurrieron sin limitaciones. "Era Los recuerdos vinieron muy agradable dormir con el ruido de los grillos y despertar con la llamada de los gallos. Había también una pequeña cascada cerca de la casa. Me bañé en ella algunas veces. El agua era fría, deliciosa... Pero eso fue hace mucho tiempo. No lo haría de nuevo. Sobre todo después de aprender en la escuela de medicina que es posible contraer la fiebre del caracol en los lagos contaminados." Ella levantó una ceja cuando hablé de la fiebre del caracol. "Esta vez comenzaste con la poesía, pero rápidamente volviste a la realidad a través de tu conocimiento médico. Pensando en la fiebre del caracol se rompió todo el encanto. Cierto tipo de conocimiento, a veces, puede introducirse en nuestro camino." "Pero nos previene de contraer la fiebre del caracol," objeté. "También nos impide bañarnos en la cascada, ¿no es cierto?". Apartó el dibujo antes de continuar. "No estoy diciendo que deberíamos ponernos tontamente en peligro, pero con un poco de sentido común podemos correr algunos riesgos y hacer la vida más interesante. Cuando besas a alguien, también puedes contraer una enfermedad. Pero, ¿cuál es la belleza de andar por la vida sin besar?" "Tienes razón. Como dijo un poeta: 'El puerto es el lugar más seguro para
un barco, pero no es su destino quedarse ahí. El destino del barco es navegar.' Es una gran verdad". Ella aplaudió. "Parece que recobré mi inspiración poética, ¿no crees?" le dije. "La palabra 'poeta' desciende del griego, y significa 'el que hace'. Comparar a las personas con barcos, o la vida con la pintura, es típico de la poesía. Nos permite establecer similitudes entre cosas diferentes. También hace que veamos la misma situación desde perspectivas diversas." Cogió el papel y me mostró el dibujo. "Jugar con esta figura es una forma de ejercitar esa habilidad. Si aprendemos cómo usarla, podremos percibir las maravillas escondidas en nuestra rutina, al punto de cambiar completamente nuestras vidas." Su voz arrastró una nota de tristeza y comenzó a hablar como si fuera consigo misma. "Desgraciadamente, subutilizamos ese don. Es la razón por la que se afligen y entristecen las personas. Perdieron la habilidad de percibir las maravillas del mundo. No pueden encontrar los tesoros que siempre han tenido delante de sus ojos." De "¿Qué repente,más como si hubiera sido sorprendida en su distracción, volvió al dibujo. puedes ver aquí?" "¿Hay otras posibilidades en este dibujo?" pregunté con incredulidad. Dejó el papel a un lado. "Tienes razón, no hay que exagerar. Por hoy ya tienes bastante en qué pensar. Ya es hora de que nos relajemos. Mañana es sábado, ¿vendrás a visitarme?" "Mañana es mi día libre. Otro doctor se encargará de visitarte. Pero... si me lo permites, vendré sólo para hablar contigo. Podría venir al anochecer. ¿De acuerdo?" "Será un placer. Pero debo advertirte que las visitas extraoficiales se permiten sólo hasta las cinco en este hospital. Si llegas al anochecer, me temo que no podrás entrar," dijo en un tono travieso. "Te diré un secreto. Tengo esto para mostrar en la recepción," le susurré señalando mi placa. "Verán que soy médico y me dejarán entrar incluso después del horario de visitas." "Oh, muy bien. Espero no despertar los celos de tu novia o esposa si vienes a visitarme en la noche del sábado." "No te preocupes. Estoy completamente soltero y no tengo ningún otro compromiso". Era cierto. Recientemente había terminado una relación de varios años y estaba tratando de mantenerme alejado de las relaciones serias. De hecho, mi último sábado por la noche lo había pasado solo en mi
apartamento, comiendo pizza y escuchando música.
capítulo 4: perspectivas
"¡Entrega de frutas!" al entrar en la habitación. Ella dejó una revista grité que estaba leyendo. "¡Hola! Pensé que vendrías más temprano." Eran casi las diez de la noche. Llegaba tan tarde porque me había detenido en la casa de un amigo antes de ir al hospital. Estuvimos hablando y perdí la noción del tiempo. "Siento mucho mi retraso. Esta noche no he venido como médico, pero antes de asumir el papel de visitante, dime cómo te estás sintiendo. ¿Algún episodio de tos o fiebre?" "Ninguna tos o fiebre. Estoy bien, gracias." Puse el paquete que había traído sobre la mesa. "Te traje algunas frutas. Pensé traer pizza también, pero luego intuí que no sería muy apropiado." "Gracias. Comeremos pizza en otra ocasión. ¿Qué frutas has traído?" "Uvas y manzanas". "Entonces comamos uvas. ¿Has cenado ya?" "Comí un bocadillo en la casa de un amigo antes de venir." "Bueno... las uvas serán un excelente postre. ¿Te importaría preparar las uvas para nosotros?" "Estaré encantado de hacerlo". Abrí el paquete, tomé dos racimos de uvas y los lavé. Le di uno a ella y me acomodé en una silla con el otro. "Bien, ¿cuál será la lección de esta noche?" le pregunté antes de llevarme una uva a la boca. Ella frunció el ceño. "Primero veremos si aprendiste algo en la clase anterior. Háblame del dibujo que te enseñé ayer". "¿El cuadrado y sus diagonales?" "Sí. Es una de las posibilidades." Tomé un trozo de papel y empecé a reproducir el dibujo mientras ganaba tiempo para recordar. "Bueno, aprendí a ver el mismo dibujo de maneras diferentes. Pude verlo como un problema de geometría, un sobre, un reloj de arena y un portón. Incluso creo que si tuviera un poco más de tiempo podría encontrar otras posibilidades". Mientras dibujaba, ella jugaba con las uvas;
parecía un niño con un juguete nuevo. "Las posibilidades son infinitas. El único límite está donde queramos ir," murmuró para sí. "¿Qué otra cosa puede verse en el dibujo?" le dije desafiante. Como un estudiante inteligente que enfrenta un problema difícil, intentaba aprovecharme de la distracción del profesor para conseguir una respuesta sin esfuerzo. Ella notó mis intenciones ocultas. "Te gusta hacer las cosas sin esforzarte demasiado, ¿no? Sigues guardando los mapas, pero no tienes el coraje de emprender tus propios viajes," me regañó. "Ten un poco de paciencia conmigo. Prometo hacer un esfuerzo. Pero es sábado en la noche y mi mente no funciona bien en estas condiciones. Ayuda a tu pobre estudiante. ¿Qué otra cosa puedo ver en este dibujo?" dije en tono de sufrimiento. Ella sacudió la cabeza y tomó una uva del racimo. La probó despacio antes de responder. "Prueba con una pirámide vista desde arriba." Miré el¡Una dibujo y, como pordesde arte de magia, la una vistapirámide aérea devista una pirámide. pirámide vista arriba! ¡Porapareció supuesto, desde arriba! ¿Cómo no lo había notado antes? Imágenes de desiertos, camellos y tiendas árabes vinieron a mi mente. Estaba fascinado con ese uego. ¿Cómo podía transformarse el mismo dibujo en cosas tan diferentes? La desafié nuevamente. "Muy bien… ¿Existe otra posibilidad en este dibujo?" Ella sonrió. "Esta figura es como nuestras vidas. Contiene infinitas posibilidades. Somos nosotros quienes determinamos cuántas y cuáles queremos ver. Es una habilidad que todos tenemos. Nosotros decidimos si la utilizamos o no". Respingué con escepticismo. Creí que se le había agotado el repertorio y que estaba fanfarroneando. Notó mi incredulidad y, sin apartar la vista de las uvas que estaba sosteniendo, sacudió la cabeza. "Muy bien. Te daré una posibilidad más. Pero si quieres encontrar otras, tendrás que trabajar solo para hallarlas, ¿de acuerdo?" "Está bien." "Ahora prueba con un pasillo muy largo. Un pasillo infinitamente largo." "¿Un largo pasillo?" Miré el dibujo nuevamente. De pronto, la pirámide se transformó en un pasillo. Ahí está. Las paredes infinitas, el techo y el suelo. No pude ocultar
mi sorpresa. "Eres una bruja de verdad, ¿no es cierto?" le dije. "Soy como el dibujo. Puedo ser una bruja, una princesa, un campesino... Si pudiera elegir, me gustaría ser vista como un hada. A las personas comunes, por lo general, no les gustan las brujas. En cambio, una bruja es más coherente con la forma en la que tú me ves. Entonces, seguiré siendo una bruja, ¿de acuerdo?" dijo divertida. Asentí con la cabeza. Se levantó de la cama y se paró frente a mí. "Nuestra habilidad para transformar lo que vemos es el fundamento de una vida mágica y productiva. Sin embargo, muchas personas no utilizan este poder. Sólo ven una posibilidad y gastan sus vidas quejándose de limitaciones inexistentes." Caminó de un lado a otro del cuarto antes de continuar. "Todo puede ser transformado como este dibujo," concluyó señalando el papel. "Me encantaría poder estar de acuerdo contigo, pero eso me parece únicamente un método para escapar de los problemas. No puedes mirar algo malo y convertirlo en bueno. Por lo menos, yo no sé cómo hacerlo." "No existen cosas buenaso omalas malas. según Estamos acostumbrados a etiquetar las situaciones como buenas nuestras creencias. La misma situación se puede considerar como buena desde una perspectiva y como mala desde otra. Eso es lo que hemos aprendido jugando con el dibujo." "Me gustaría ver cómo funciona en la práctica. Ponme un ejemplo." Ella suspiró antes de contestar. "¡Ah! Siempre renuente a intentarlo por ti mismo. Nada como que otros lo hagan por ti," me regañó. Volvió a la cama y se cubrió con la manta. "Pronto te daré algunos ejemplos prácticos, pero serás tú quien los aplique a todas las otras áreas de tu vida." "¿Cuándo llevarás a cabo la clase práctica?" "Lo sabrás cuando llegue el momento." Arregló la almohada y se acostó, preparándose para dormir. "Gracias por la visita y las frutas. No quiero ser descortés, pero voy a tener un día muy cargado mañana y me gustaría descansar. Deséame una buena noche y ve a disfrutar de esta hermosa noche de sábado. Por favor, regresa mañana temprano." Me levanté y la besé afectuosamente en la mejilla, deseándole dulces sueños. "Gracias por la lección. Te veré mañana por la mañana," le dije. "Gracias por la compañía." Cuando salí del cuarto, apagué la luz.
capítulo 5: interpretaciones
Me fuipor a casa pensando en tododeloconcebir que habíamos habíaa cambiado completo mi manera la vejez.hablado. Si acasoElla llegara viejo, me gustaría ser tan activo como ella. Tal vez, como había sugerido, no existen cosas buenas o malas. Recordé a un sacerdote de una escuela en la que estudié, que siempre decía: "Tenemos que hacer lo mismo que las plantas: cuando la basura cae sobre nosotros, debemos transformarla en fertilizante y utilizarlo para crecer aún más fuertes". También recordé una situación graciosa en la que estuvo un amigo mío. Su esposa tuvo que salir un domingo por la tarde y lo dejó a cargo de sus hijos, una niña de cinco años y un niño de cuatro, dos huracanes pequeños con esa energía interminable que los niños suelen tener. Era una misión difícil, pues nunca había asumido esa tarea solo. Para complicar las cosas, el partido final de la Liga de Fútbol sería televisado, y mi amigo quería verlo a toda costa. Media hora después de la salida de su esposa, se sentía completamente agotado. Los niños corrían gritando por toda la casa, subían y bajaban las escaleras tirando sus juguetes por todas partes. Era verdaderamente un gran terremoto. Por supuesto, él trató de llegar a algún acuerdo, pero su esfuerzo de paz fue ignorado por completo. El partido de fútbol estaba comenzando, y el niño, que aún no estaba satisfecho con el desorden del lugar, decidió encender la radio a todo volumen. Intentando resolver la situación sin violencia, mi amigo trató de convencer al niño de que bajara el volumen. Mas fue en vano. Para probar los límites de su padre, el muchacho puso el volumen al máximo, riéndose sádicamente. Sintiéndose sumido en el desastre, mi amigo perdió la paciencia e hizo algo que nunca antes había hecho, castigó a su hijo. Se levantó de la cama, puso una silla contra la pared y le dijo al niño, muy enojado, que se sentara en silencio absoluto. El muchacho obedeció y se sentó sin reaccionar, sosteniendo todavía un pequeño juguete de plástico.
Después de eso, la casa se volvió un lugar tranquilo, mi amigo pudo ver el partido sin problemas. Sin embargo, todo estaba tan quieto, y el partido de fútbol era tan emocionante, que olvidó completamente a su pequeño hijo. Casi una hora después, durante el intermedio del juego, volvió a acordarse de él. Saltó del sofá, como si una alarma de incendios hubiera sonando en su cabeza y corrió hacia el lugar donde había dejado confinado a su hijo durante tanto tiempo. El chico estaba allí, tranquilo, concentrado en su juguete de plástico. El diálogo que siguió fue más o menos el siguiente. "Bueno, tu castigo ha terminado," dijo el padre, tratando de mantener la autoridad, y sintiendo una sensación pesada en el corazón por el exceso de su castigo. El muchacho, todavía entretenido con su juguete, dijo: "Oh, papá, yo quiero jugar un poco más al castigo, por favor." La rareza de la situación aumentó cuando la niña escuchó lo que estaba sucediendo y pidió participar. "Papá, ¿puedo jugar al castigo también? ¡Yo también jugar!"alreclamó, arrastrando la pared, quiero para sentarse lado de su hermano.otra silla y poniéndola de cara a Cuando escuché la historia, me pareció genial. El niño había transformado una situación desfavorable en un juego divertido. Comprendí que era un ejemplo perfecto de la habilidad que la bruja trataba de mostrarme. Podemos transformar nuestras vidas con sólo un cambio ligero de perspectiva en la forma de asumir nuestros problemas. Convertir las situaciones aparentemente malas en un buen fertilizante. Los alquimistas siempre han buscado un método para transformar los metales más ordinarios en oro, pero tal vez el mayor poder es la capacidad de transformar las situaciones desfavorables en momentos valiosos e inspiradores. Esa noche empecé a sentir el crujido de las puertas oxidadas de mi alma que, cerradas durante tanto tiempo, ahora comenzaban a abrirse.
capítulo 6: ángeles
Fuicama, a visitarla el domingo la mañana. de su vistiendo ropas depor colores tenues.Cuando llegué, ella estaba fuera "Buenos días," la saludé. "Buenos días. ¿Estás listo para tu clase práctica?" Me rasqué la cabeza, como si hubiera olvidado el cuaderno con las tareas escolares. "¿Ahora mismo? Yo no sabía que mi clase práctica comenzaría hoy." Recogió su bolso de encima de la cama y se dirigió a la puerta. "El día es hermoso. No hay tiempo que perder. ¡Vamos!" "¡Eh! Espera. Eres una paciente. No puedes dejar el hospital de esta manera," grité, comenzando a aterrarme. "Claro que puedo. Además, llevaré al doctor conmigo." "¿Y adónde tienes pensado ir?" "Iremos a la playa". Se puso el bolso en el hombro y miró a su alrededor, para ver si estaba olvidando algo. "No podemos dejar el hospital. Aún no estás de alta. Tenemos que..." "No te preocupes. Mi salud es excelente y tengo que llegar a la costa hoy. Podemos pasear un poco y disfrutar de la playa. Prometo que me comportaré." Ella se me acercó y susurró: "¿Dónde está tu coche?" "¿Mi coche? Está estacionado en el sótano, pero yo creo que..." murmuré, buscando cualquier argumento que la hiciera desistir de la idea. "¡Vamos!" dijo ella tirándome de la mano. "Tenemos muchas actividades para hoy, podemos hablar en el camino." Fui llevado hasta el ascensor sin reaccionar. Sólo recuerdo que dije, "Vamos a salir," cuando pasamos por la estación de enfermería, y la imagen de la enfermera sorprendida, que no entendió nada. En dos minutos estábamos en mi automóvil, dejando el hospital. "¿Realmente vamos a la playa?" pregunté, haciendo un último esfuerzo por volver a la realidad. "Relájate. A veces tenemos que romper la rutina. La espontaneidad es la sal de la vida," dijo abrochándose el cinturón de seguridad.
Seguí su consejo e intenté relajarme. Después de todo, no hay nada de malo en ir a la playa con un paciente en una hermosa mañana de domingo. Lo peor que podía suceder era que el director del hospital se enterara de ello y me despidiera. Pero, si no vamos a poder escapar de la rutina en ocasiones, ¿qué sentido tiene entonces que trabajemos tanto? "Traje las uvas sobrantes, cuando quieras alguna, sólo dímelo," me dijo. Rebuscando en su bolso, sacó un sombrero de tela y se lo puso en la cabeza. Después sacó sus gafas de sol. Llevando esas ropas coloridas, con sombrero y gafas de sol, lucía como una adolescente. Ella era muy diferente a otras personas mayores que yo conocía. De nuevo pensé que, si podía llegar a los 86 años, me gustaría tener un espíritu tan juvenil como el suyo. Pasamos de las tranquilas calles de la ciudad a la carretera principal. El cielo era azul, con sólo unas nubes perezosas que el viento movía lentamente. Sin el tráfico habitual de los días laborables, era muy agradable conducir en esa mañana de domingo. Fue justo antes de que alcanzáramos la avenida que nos llevaría a la carretera un coche y descuidado aparecióLadelante de nosotros, principal, e iba tan que rápido como viejo una tortuga somnolienta. calle era estrecha, los coches aparcados a ambos lados me impedían el paso. "¡Grrr! Este idiota es demasiado lento. ¿Acaso no se da cuenta?" gruñí. "¿Crees que eso es malo?" "Por supuesto que es malo... El idiota está interfiriendo con todo el tráfico," mascullé con enojo. Algunos autos se alinearon detrás de nosotros. Muy pronto, alguien comenzó a tocar la bocina. De repente surgió una oportunidad y conseguí adelantarlo. Fue una maniobra arriesgada, pero lo logré. "¿Ves al conductor? ¿Qué piensas de él?" me preguntó. Miré por el espejo retrovisor. El conductor era el complemento perfecto de su coche. Tenía una barba fina y manchada, el pelo desaliñado y grasiento, y usaba una camisa sucia y arrugada. Tenía el aspecto de un mendigo motorizado. "Es una calamidad. No sé quién luce peor, si el coche o su conductor." "Puede ser el disfraz perfecto para alguien muy importante, ¿no te parece?" "¿Un disfraz? ¿Cómo es eso?" le pregunté. Antes de que pudiera contestarme, un enorme camión salió de un
estacionamiento y comenzó a maniobrar, bloqueando el camino. Reduje la velocidad hasta detenerme por completo. "¡Ay, Dios! Hoy debe ser el día de los idiotas. Podía haber esperado a que pasáramos antes de bloquear la calle," murmuré. "Parece que están intentando demorarnos," dijo. "Perdóname. Usualmente no me molestan mientras conduzco, pero hoy están abusando de mi buena voluntad." "¿Te has fijado en el camionero?" preguntó, llamando mi atención. Era un hombre gordo, calvo, con expresión de poca inteligencia. Llevaba una camisa roja, sin mangas, y tenía un feo tatuaje en el hombro izquierdo. "Otro idiota," me desahogué. Se tocó el sombrero con el índice. "Quizás sea otro disfraz," murmuró sonriendo. Yo no entendía aún a dónde quería llegar con eso de los disfraces, pero me percaté de que muy pronto ella me diría, así que permanecí en silencio. El camión terminó la maniobra y dobló en la primera esquina, dejando libreElla el camino. reanudó la conversación. "Consideras que el viejo carro y el camión son incidentes malos, ¿no es cierto?" "Por supuesto," le dije intentando ocultar mi irritación. "Entonces comencemos con la clase práctica, cómo transformar las situaciones malas en buenas." Se volvió hacia mí. "Asumamos que tu ángel de la guarda realmente existe y que puede prever las situaciones peligrosas. Como todo buen ángel de la guarda, debe protegerte y mantenerte alejado del peligro". Ella juntó las manos y entrelazó sus dedos. "Supongamos también que tu ángel no puede venir para advertirte directamente, puesto que eso iría en contra de las reglas de los ángeles. Pero le permiten usar disfraces e interferir en tu camino." Hizo una pausa para asegurarse de que yo estaba siguiendo la historia. "Entonces, cuando se da cuenta de que existe un peligro inminente, puede convertirse en un conductor feo que conduce un coche viejo y ponerse delante de ti para que reduzcas la velocidad, o bien podría bloquearte el camino con un camión grande para retrasarte, de modo que cuando vuelvas a conducir, el peligro ya no exista." Sonreí, pero no dije nada. "Las luces rojas que te detienen, el ascensor que tarda una eternidad en venir, una rueda pinchada, el teléfono que no funciona, una lluvia inesperada, todo esto puede ser obra de tu ángel de la guarda para que reduzcas un poco
la velocidad y poder salvarte de los accidentes. Piensa en eso," concluyó. Yo la miraba sorprendido, ella me guiñó un ojo por encima de sus gafas de sol. Me eché a reír. Era simplemente genial. Estaba a punto de hablarle, pero me señaló algo. "¡Mira! He ahí un ejemplo de cómo trabajan nuestros ángeles guardianes. Detente para que podamos ver mejor." Ella estaba señalando a un grupo de niños, que jugaban a saltar la cuerda en una plaza. Estacioné el auto para mirarlos. Dos niños hacían girar la cuerda y los demás esperaban su turno para saltar. Yo no entendía la relación entre esto y la historia de los ángeles guardianes, pero ya me estaba acostumbrando a sus excentricidades. Entonces comenzó a explicar. "Para saltar la cuerda, necesitas saber el momento adecuado para entrar. Si saltas demasiado pronto o demasiado tarde, la cuerda golpeará tus pies. Para saber el momento adecuado, tienes que sentir el ritmo de la cuerda y sincronizar con él." Una niña se preparaba para saltar. "Observa lo que va a hacer," sugirió. Presté másPoco atención. La niña se acercó, fijando la vista el movimiento la cuerda. después, su cuerpo comenzó a oscilar al en ritmo que lo hacía de la cuerda, e inmediatamente después entró y comenzó a saltar. Contó hasta diez en voz alta y saltó hacia la izquierda, pasándole el turno al siguiente niño. Yo estaba confundido. "No entiendo. ¿Cuál es la relación entre este juego y el trabajo de los ángeles guardianes?" Se volteó hacia mí. "El universo tiene un movimiento similar a la cuerda. Los antiguos chinos lo llamaron Tao. Cuando respetamos ese ritmo, todo en nuestra vida funciona de maravilla, nuestra salud es buena, prosperamos en los negocios, nuestras amistades son saludables, nos vamos a dormir y nos despertamos de buen humor. La vida se vuelve fácil, ligera, divertida." Hizo una pausa y suspiró. "Sin embargo, a veces perdemos el ritmo. Queremos saltar la cuerda demasiado rápido o demasiado tarde." Señaló a los niños. "Eso es lo que nuestros ángeles de la guarda saben. Ellos conocen el ritmo de la cuerda del universo. Entonces, para evitar que la cuerda golpee nuestros pies, nuestros ángeles de la guarda trabajan para reducirnos la velocidad, hasta que surja una nueva oportunidad. Algunas veces los tenemos a nuestro alrededor y aun así, insistimos en ignorar el ritmo." "Como cuando me aventuré a adelantar el coche viejo que iba delante de nosotros." Ella asintió con la cabeza y sonrió. "Afortunadamente, tu ángel de la
guarda fue rápido y consiguió un camión para detenerte. Pero no siempre logran ser tan eficaces." Después de un largo silencio, le dije: "Eres única, ¿lo sabes?" "Espero que, de ahora en adelante, puedas reconocer por ti mismo las manifestaciones de tu ángel de la guarda y dejes de llamarlo idiota," me dijo. "Lo intentaré, pero debes admitir que es un maestro del disfraz." "Todos ellos son maestros del disfraz, es por eso que son ángeles." "Toma las uvas y brindemos por nuestros ángeles de la guarda," sugerí. Encendí el coche y nos dirigimos hacia la carretera, comiendo uvas.
capítulo 7: grupos
Al contrario de dirigían lo que ahabía imaginado, había tráfico carretera. Muchos coches se la costa. Esto era inusual en en unalamañana de domingo. Con un tráfico tan pesado, el viaje sería más agotador. Seguí la hilera de coches y encendí la radio para aliviar el estrés. Una vieja canción estaba sonando. "Parece que mucha gente decidió ir a la playa hoy. No esperaba todo este tráfico," le dije. Ella lo pensó por un momento. "Ve al carril de la derecha y reduce la velocidad." Pensé que estaba sintiéndose enferma o que necesitaba ir al baño. Me preocupé, estábamos muy lejos de la zona de servicio más cercana. "¿Por qué? ¿Pasa algo? ¿Te sientes bien?" "No te preocupes. Sólo quiero mostrarte algo," me tranquilizó. Suspiré aliviado, tomé el carril de la derecha y reduje la velocidad. "Un poco más despacio, por favor," solicitó. Varios coches comenzaron a adelantarnos. Después de un tiempo la miré, esperando nuevas instrucciones. "Mantén esa velocidad," dijo ella, leyendo mis pensamientos. Contuve mis deseos de acelerar y volver al carril de la izquierda. Los otros coches continuaban adelantándonos. A esa velocidad, tomaría tres veces más tiempo llegar a la costa. Comencé a inquietarme. De pronto me dijo, "Está bien. Ahora puedes acelerar." La obedecí agradecidamente. "¿Qué es lo que quieres mostrarme? No estoy viendo nada." "¿Está seguro? Observa que la carretera está casi vacía." A un centenar de metros por delante de nosotros había un grupo de coches. Cada uno estaba muy cerca del otro. Miré por el espejo retrovisor y vi otro grupo, a unos cincuenta metros detrás de nosotros. Estábamos en un vacio de tráfico. "¡Cielo santo! ¿Cómo hiciste esta brujería?" exclamé.
"No seas tonto. No es ninguna brujería. Sólo disminuimos nuestra velocidad y salimos del grupo. Quizás no lo sabes, pero las personas necesitan permanecer en grupos, incluso cuando no se conocen. La carretera es un ejemplo típico. Cuando te sientas presionado, simplemente disminuye la velocidad y deja que el grupo pase, dejando el camino libre." Instintivamente aceleré un poco, tratando de alcanzar los coches delanteros, e inmediatamente comprendí lo que quería decir sobre la necesidad de estar cerca de los otros. "Detrás viene otro grupo," explicó. "Si sabes cómo mantener la velocidad, podemos quedarnos entre los dos grupos y tener la carretera prácticamente vacía para nuestro viaje. Si el grupo trasero nos alcanza, podemos disminuir la velocidad nuevamente y dejarlos pasar. Es todo." Miré los dos grupos de coches. En efecto, era mucho más cómodo conducir en el espacio intermedio. "¡Es increíble! Nunca me enseñaron este truco en la escuela de conducción a la que asistí. ¿Dónde aprendiste a manejar?" "Este fenómeno más que quecon verel con habilidadautomóviles." de observar el comportamiento de lastiene personas acto la de conducir "Les mostraré este truco a mis amigos. Sé incluso cómo voy a llamarlo, 'Escapando del pastel'. De todas formas, al único que le gusta estar dentro del pastel es al relleno," le dije en tono de broma. Se volvió hacia mí. "En nuestras vidas, nos enfrentamos a situaciones como esta todo el tiempo. Muchas veces dejamos de lado nuestras cosas para ser arrastrados por el movimiento del grupo, porque uno de nuestros peores temores es reducir la velocidad y dejar el grupo." "¿Es una falta de personalidad?" pregunté con vacilación. "Si lo pones de esa manera, parece algo malo. Pero no es bueno ni malo, sólo es una de nuestras características. Nada más tenemos que prestarle atención a si estamos haciendo algo porque realmente creemos en ello, o porque estamos siendo arrastrados por el grupo. Debemos ser como el capitán del velero: aprender cómo usar las corrientes oceánicas para navegar grandes distancias, cómo usar las velas para navegar incluso contra el viento, y cómo utilizar los remos cuando sea necesario." "Esta lección es demasiado abstracta para mí," me quejé. "Es porque siempre lo quieres todo hecho." "No, no es así. Es porque comprendí que realmente me gusta escuchar tus explicaciones," me defendí, mientras apagaba la radio.
Ella hizo una mueca de resignación. "Muchas veces necesitamos el apoyo de un grupo para llevar a cabo nuestros proyectos. En África, por ejemplo, una cebra está más segura dentro del grupo. Sola, será indefensa y vulnerable. Encuentra un grupo que tenga un ritmo adecuado, similar al tuyo, y todo será mucho más fácil. Por otro lado, si te sientes incómodo, como cuando estabas en el grupo de automóviles, reduce la velocidad y deja que el grupo se vaya." "Parece lógico". Pasamos una señal que indicaba un peaje, dos kilometros más adelante. "Es lógico, pero difícil de hacer, porque creemos que al frenar vamos a perder algo. Dejar a un grupo es angustioso y nos hace sentir inseguros." Se calló por un momento. "Es importante no confundir tu paso con el del grupo, y no tener miedo a dejar que el grupo se vaya cuando percibas incompatibilidad. Como ya dije, el buen marinero sabe cuándo utilizar las corrientes oceánicas y cuándo es tiempo de remar." Permanecí callado mientras pensaba en esa idea. Lo que dijo era evidente. Comprendí que la gran diferencia entre nosotros era que ella aplicaba los conocimientos a su sin vida, y yoviajado no. Yoporeralosuncaminos teórico.reales Ella alguna tenía razón, yo describía los mapas haber vez. Era como mucha gente que conocía. Tenía miedo de asumir la responsabilidad de mi vida y tomar las decisiones necesarias. Todo el tiempo estaba siendo impulsado por el ritmo del grupo y ahora me percataba de lo penoso que es vivir de esa manera. Eso me molestó. Sentí que era el momento de subirme las mangas y escuchar a mi propio corazón. "Hoy comenzaron mis clases prácticas. Así, como un buen estudiante, aplicaré mis nuevos conocimientos ahora mismo," grité. Ella tenía una expresión de sorpresa. "Para empezar," continué, "entrenaré cómo entrar y salir de los grupos de automóviles según nuestro propio ritmo. Terminaron las descripciones del mapa. De ahora en adelante haré mi vida extraordinaria". Ella sonrió complacida con mi discurso. "Así que prepárate, tendrás mucho trabajo, pero lo mejor está por venir," dijo. De inmediato comencé a divertirme, controlando la velocidad para entrar y salir de los grupos de automóviles, y me di cuenta de que me sentía más cómodo en algunos grupos que en otros. El próximo paso sería extender este conocimiento a mi vida. Aún no sabía cómo hacerlo, pero estaba seguro de que ella me ayudaría a encontrar la manera.
capítulo 8: diosas
"¿Cómo llega a serantes una bruja?" le pregunté después de pasar peaje. Ella hizose una mueca de contestar. "En primer lugar, tieneselque nacer mujer. Sólo las mujeres pueden ser brujas. Esto se debe a que somos superiores. Los hombres pueden incluso tratar de ser magos, pero es una condición mucho menos sofisticada." "¿Qué? ¿Estás bromeando? ¿Las mujeres son superiores? ¡Oh, no voy a admitir eso, ni siquiera como un juego!" grité, fingiendo que me sentía indignado. Permíteme decirte un secreto antes de continuar, pero no se lo digas a nadie: De hecho, yo creo que las mujeres son superiores. Crecí en un gran matriarcado y aprendí a respetar la fuerza de las mujeres en poco tiempo. Mi abuelo, por ejemplo, era un hombre decidido y autoritario, pero nunca hizo nada sin la autorización de mi abuela. Mi padre siguió el mismo camino, y su matrimonio fue próspero y feliz. Eso también le sucedió a la mayoría de mis tíos. En mi adolescencia, aprendí que las chicas son las que escogen a sus parejas. Nosotros invitamos a las mujeres a bailar, pero son ellas que deciden si aceptan o no. Mi abuela solía decir que una mujer mece la cuna con una mano y gobierna el mundo con la otra. Todas mis experiencias han servido para consolidar esta verdad. Pero incluso creyendo en la superioridad de la mujer, decidí defender a los hombres. "¿De dónde sacaste la idea de que las mujeres son superiores?" le pregunté. Ella se subió las mangas, como si estuviera preparándose para una pelea. "¿Nunca has leído la Biblia? Está escrito en el Génesis." "¿En el Génesis?" "Efectivamente. Primero Dios hizo al hombre y después a la mujer". "¿Y qué significa eso?" "Dios hizo un áspero borrador, el hombre, y después el proyecto definitivo, la mujer," concluyó con una sonrisa enorme. Yo estaba desarmado. Era imposible defender una idea que, en mi corazón, yo no creía. En ese momento, yo apostaría un mes de sueldo por
tener una discusión con ella en igualdad de condiciones. Notó la debilidad de mi posición y continuó deleitándose con demolerme. "No te das cuenta de que las mujeres tienen un proyecto más elaborado, curvas finas, piel suave, pelo sedoso. Está muy claro que Dios sobresalió cuando creó a la mujer". Hizo una pausa para ver cómo yo reaccionaba. Apenas suspiré sin poder hacer nada. Se rió al ver mi expresión y continuó. "El hombre es un borrador. Creo que cuando Dios terminó a Adán, se dio cuenta de que había olvidado algunos componentes. Luego, para solucionar este problema, agregó el ajuste en el exterior. Los hombres tuvieron que inventar la ropa interior para no dejarlo todo colgando." "No sé qué decir," me desahogué. Ella prosiguió implacable. "Con Eva, Dios se superó y lo hizo todo integrado, una obra de arte verdaderamente divina." Incluso estando en gran desventaja, decidí no rendirme. "Bueno, estoy de acuerdo con este punto. Pero para ser justos, Dios puso más inteligencia en los hombres," le dije vengativo. en unborrador, error. En primer lugar, Dios escosas sabio.enCuando vio que Adán era "Estás un simple metió las mejores Eva, incluyendo la inteligencia." La miré con el ceño fruncido, fingiendo estar enojado. Ella estaba disfrutando la discusión y, francamente, yo también. Era un privilegio para mí compartir el viaje con alguien de una mente tan lúcida. "¿Puedes darme un ejemplo de la inteligencia superior de las mujeres?" la desafié. "Es fácil, sólo pídele a un hombre que vaya al supermercado a comprar una botella de aceite de oliva. Él irá al supermercado, pasará delante de miles de productos e irá al estante de aceite de oliva para regresar solo con una botella de aceite de oliva". "¿Y qué hay de malo en eso?" le pregunté confundido. "Pasa lo mismo con una mujer. ¡Oh, mujeres! Nosotras tomamos el carro y paseamos serenamente por los pasillos. Verificamos el precio de todo. Compramos champú, detergente para la ropa, descubrimos una nueva oblea de chocolate, elegimos las mejores frutas y, lo más importante, sabemos qué marca de aceite de oliva sabe mejor. Así que te pregunto, ¿a quién le dio más inteligencia Dios?" Traté de encontrar alguna falla en sus argumentos, pero no pude. Incluso entonces, no me di por vencido. "Quizás ustedes son buenas solamente en las
compras del supermercado." "Sabes que eso no es verdad. Las mujeres somos mucho más adaptables. Eso nos convierte en excelentes profesoras, médicos, periodistas, abogadas, ingenieras... Ya hemos demostrado que podemos hacer todo mejor que los hombres. El mundo pertenece a las mujeres". Decidí aceptar mi derrota. Mi posición era insostenible, sobre todo porque estaba discutiendo con una bruja. "Tienes razón, tengo que admitirlo. Nosotros somos verdaderos cavernícolas al borde de la extinción. Las mujeres ya no nos necesitan para tener hijos. Hace algunos años, una actriz americana quedó embarazada por una inseminación artificial, hecha en un banco de semen. Lo que es más humillante es que este método permite elegir las características del donante. ¿Qué oportunidad tendría yo ante el semen de un joven de 28 años de edad, que mide seis pies de alto y tiene un coeficiente intelectual de 130, atlético y de ojos azules?". Suspiré larga y dolorosamente. "Creo que en la próxima generación los hombres se convertirán en animales domésticos de las mujeres poderosas," me desahogué. "No teson desesperes," me dijo.Dios "Como has dicho, Dios es justo. Aunque Los los hombres sus borradores, nunca los abandonaría, ¿verdad? hombres también son su creación. Así, en su infinita sabiduría, Dios les dio a los hombres una ventaja fundamental sobre las mujeres." "¿Cuál es nuestra ventaja? ¿Orinar de pie?" Se acercó a mi oído, pretendiendo revelar un gran secreto. "La mayoría de las mujeres no conoce su superioridad," susurró. "Dios hizo difícil para las mujeres percibir su superioridad. No hay ninguna ventaja en ser mejor que los hombres si muchas de nosotras no lo sabemos." Ella guiñó un ojo antes de continuar. "Me preguntaste qué se necesita para ser una bruja. La respuesta es: las brujas son las mujeres plenamente conscientes de su capacidad. Cuando las mujeres llegan a este punto, se vuelven muy especiales. Es fácil identificarlas, son codiciadas por los hombres." "Ah, ¿así que este es el secreto de las mujeres más deseables? Siempre pensé que era un buen cuerpo," comenté con picardía. "No lo entendiste. Ser deseada no se limita solamente al aspecto sexual. Si ese fuera el caso, sería muy fácil para nosotras. Los hombres responden a estímulos muy primitivos. Una mujer lleva una falda corta, y todos ustedes se aturden. ¿Te das cuenta de que los hombres no pueden dejar de mirar a una mujer en minifalda? No importa si ella es fea o incluso calva. Sólo tiene que dejar las piernas expuestas y el efecto será automático. Los hombres son
conquistados simplemente por lo que ven," dijo. Le dediqué una sonrisa irónica, admitiendo mi debilidad. "Y las mujeres, ¿cómo se conquistan?" le pregunté. "Las mujeres son más sofisticadas. A nosotras nos conquistan por los oídos. Tienes que tener una conversación inteligente y hacer elogios sinceros para alcanzar nuestros corazones." Estaba asombrado por la revelación. Ella se reacomodó en el asiento antes de continuar. "Las brujas de las que estoy hablando no son sólo sexualmente deseadas. Ellas están completas en todos los sentidos; y suelen provocar la envidia de otras mujeres." Busqué en mi memoria y recordé algunas mujeres así. Yo nunca había pensado en las características que las hacen tan especiales. Incluso tenía un término particular para clasificarlas: diosas. "Conozco algunas mujeres así," le dije. "Pero no sabía que eran brujas. Normalmente las llamo diosas". "¡Diosas! Eso me gusta." "No meConocerte había dado cuenta antes, tú estar encajas perfectamente en esa categoría. es suficiente parapero querer contigo todo el tiempo," le dije. "Gracias. Pero esto no es una regla. Las brujas reales, o diosas, como prefieras, son tan intensas y seguras de sí mismas que los hombres les temen. Es por eso que a menudo están solas". "Entonces, ¿cuál es la ventaja de ser una diosa?" "Sólo los hombres especiales pueden conectarse con estas mujeres, y cuando eso sucede, es algo muy, muy especial para ambos," confesó. "¡Ajá! Entonces también hay hombres especiales," grité. "Veo que todavía hay esperanza para nosotros." "Por supuesto que hay hombres especiales. La historia de la superioridad exclusiva de las mujeres era sólo para provocarte. Los hombres también pueden ser especiales." "Me alegra saberlo. Ahora sólo tengo que aprender cómo convertirme en uno de ellos." "Lo encontrarás cuando empieces a buscarlo. Sólo mantén la mente abierta... ¿Qué te parece si descansamos un rato y tomamos un café por ahí?" sugirió, apuntando hacia una enorme estación de servicio, a unos 200 metros de distancia. "Estoy de acuerdo. Después de nuestra conversación, necesito algunas
calorías para ayudar a organizar mis ideas."
capítulo 9: relaciones
Laelestación de coche, serviciola tenía cafeteríaallí. muy agradable. Después de llenar tanque del invitéuna a desayunar Conseguimos dos jugos de naranja, croissants y nos instalamos en una mesa cerca de la ventana. Desde allí podía verse el camino y el movimiento de las personas dentro de la cafetería. "¿Cómo las mujeres se vuelven diosas? ¿Es que nacen de esa manera?" le pregunté, volviendo a nuestra conversación. "Es muy raro que una mujer nazca diosa. La gran mayoría necesita tiempo para alcanzar esta condición". "¿Y cuál es el proceso? ¿Hay alguna receta?" "Te diré cómo ocurre," dijo. Tomó un sorbo de jugo antes de continuar. "Las mujeres viven en un ambiente muy represivo. Desde niñas, son educadas para creer que el mundo real pertenece a los hombres, y sufren todo tipo de restricciones, especialmente en el trabajo y la sexualidad. Hasta hace muy poco, las mujeres fueron aplastadas por la virginidad y el riesgo de quedar embarazadas antes del matrimonio. Afortunadamente, eso está cambiando." "Estoy de acuerdo. Las nuevas generaciones comienzan a abandonar esos estúpidos tabúes." "Dado que las mujeres son más emocionales, pasan su juventud en busca de un príncipe azul. Coquetean y se sienten felices, luego se casan engañadas, pensando que todo va a ser siempre maravilloso... Pero pronto descubren que el matrimonio es un hechizo que convierte al príncipe Encantado en sapo." "¡Espera un minuto! Las mujeres también se estropean mucho después del matrimonio," protesté. Ella se rió de mi actitud machista. "Es imposible no estropearse estando casada con un sapo, ¿no crees?" me atacó. Tomó otro sorbo de jugo antes de proseguir. "A pesar de sentirse desilusionadas con su matrimonio, las mujeres luchan por salvar la situación. Conocen la presión de las divorciadas, especialmente cuando tienen niños pequeños. Así, muchas mujeres renuncian a sus vidas y comienzan a vivir
para sus hijos. Ellas invalidan sus deseos, dejan de cuidarse a sí mismas, sofocan sus sueños y se atrofian. Cuando llegan a este punto, sus esposos empiezan a buscar en otras mujeres el resplandor que sus esposas no tienen. La relación se vuelve falsa, frívola y dolorosa. Los sentimientos de afecto son reemplazados por el miedo, la ira, la culpa y la inseguridad. El esposo y la esposa se convierten en enemigos obligados a vivir en la misma casa." "Conozco a muchas personas que viven de esta manera. Es horrible," le dije. "Lo más increíble es que muchas parejas son capaces de mantener esa situación hasta el final de sus vidas. Esto sirve como la prueba real de la adaptación extraordinaria del ser humano a los ambientes hostiles." En nuestra mesa había, uno al lado del otro, un salero y un palillero. La bruja tomó el palillero y lo puso lejos del salero. "En algunos casos, la relación se vuelve insostenible, así que no hay otra alternativa que la separación. De ahí, la mujer sufre mucho, sobre todo porque no es consciente de su fuerza. Este punto es crucial, es cuando muchas diosas despiertan." "¿Cómo?" le pregunté. Ella sostuvo el palillero, como si fuera el personaje femenino de su historia. "Después de la separación, algunas mujeres se frustran y marchitan. Otras, sin embargo, después de un período de intenso pesar, descubren todo su potencial y florecen. Llegan a ser independientes y seguras de sí mismas. Perciben la fragilidad de las cadenas sociales que las restringieron... Y evolucionan, igual que las mariposas cuando salen de sus capullos." Recordé algunas diosas que yo conocía, y noté que cada una de ellas había tomado el camino descrito por la bruja. "Entonces, ¿no hay ninguna diosa casada?" le pregunté. "Por supuesto que hay, pero son raras. En el sistema actual, el matrimonio es una institución muy sofocante. Las mujeres se casan y, después de un tiempo, tienen que separarse para poderse desarrollar. Esto ocurre con mucha frecuencia." "Eso es bueno. Mientras más diosas, mejor," le dije. "No creo que tus amigos estén de acuerdo contigo." "¿Por qué no?" "Porque esa clase de mujeres hace que los hombres se sientan inseguros. Es la razón por la cual muchos hombres consumen toneladas de medicamentos para la impotencia sexual o la eyaculación precoz. La mayoría de los hombres no están preparados para lidiar con mujeres tan
independientes como las brujas." "Debo pensar un poco más en eso," admití. "Es hora de entender que los hombres también deben transformarse para poder acompañar a estas nuevas mujeres." Yo seguía comiendo mi croissant, mientras una decena de ideas pasaba rápidamente por mi cabeza. "No sabía que estabas en contra del matrimonio." "Yo no estoy en contra del matrimonio. He estado casada. De hecho, si no me hubiera casado nunca no sería la bruja que soy ahora," dijo. "Pero acabas de decirme que el matrimonio es sofocante, y luego me dices que no estás en contra de él... No lo entiendo." "Eso es porque insistes en verlo todo desde un solo punto de vista. Recuerda que no hay cosas buenas o malas. Es todo cuestión de perspectivas." "Sólo quiero saber tu opinión sobre el matrimonio," insistí. "En la actualidad, no hay nada mejor para estropear la relación entre dos personas que el matrimonio. El matrimonio bloquea las negociaciones saludables "¿Cómoque es deben eso?" existir entre los hombres y las mujeres." "Los hombres ofrecen afecto, pero quieren sexo. Las mujeres ofrecen sexo, pero quieren afecto. Sólo antes del matrimonio el acuerdo puede ser equilibrado. Nota cómo los novios y las novias intercambian cariños y regalos, y cómo disfrutan juntos todos los momentos. Esto ocurre porque están juntos por elección, no por obligación." Hizo una pausa para mirar los coches que pasaban por el camino. "El matrimonio quiebra este equilibrio porque los obliga a dormir en la misma cama todos los días. El matrimonio transforma a la mujer y al hombre en miembros de una misma familia. En él no se considera que la libido sea estimulada por la sensación de conquista, este es un instinto tan primitivo como la caza... No hay estimulación sexual con alguien de tu propia familia." "Desde ese punto de vista, acabas de convertir al matrimonio en una relación incestuosa." "La convivencia obligatoria sofoca a la pareja, se limitan las elecciones, y ambos se vuelven infelices sin comprender cuál ha sido su mayor error." "¿Y cuál es el mayor error?" le pregunté. "La cama matrimonial." Mis ojos se abrieron. "¿La cama matrimonial es la culpable?" "La cama matrimonial en realidad es un gran invento. Yo amo las camas
grandes y suaves. El problema surge cuando nos obligan a dormir todos los días en el mismo cuarto con la misma persona. Esta es una de las peores ideas de la humanidad. Es el asesinato de la gallina de los huevos de oro." "¿El asesinato de la gallina?" "Conoces la historia de la gallina de los huevos de oro, ¿no?" Decidí impresionarla. "Por supuesto que lo sé. Se trata de una fábula de Esopo, el famoso esclavo griego que vivió en el siglo VI a.C." Ella permaneció callada. "A pesar de conocer la historia, tengo curiosidad por escuchar tu versión," le dije. "¿Por qué?" preguntó ella, cruzando los brazos. "Porque estoy seguro de que tu versión debe incluir algún sabor extra. Puedes comenzar, estoy escuchando..." Ella sonrió y descruzó los brazos. "Está bien, esta es mi versión: Un día una gallina puso un huevo macizo de oro puro. Su dueña estaba muy contenta, vendió el huevo y restauró su casa. Una semana después, la gallina puso otro huevo ladorado. mujer lo vendió compró muebles Tiempo después, gallinaLa repitió el hecho y la ymujer usó el dinero nuevos. para un largo viaje. Cuando regresó, la gallina se tardó demasiado en producir otro huevo y la mujer se volvió impaciente por la codicia. Tomó el cuchillo y abrió el estómago del pobre pájaro en busca de los huevos de oro, mas no encontró nada. Moraleja de la historia: ella perdió la gallina y los huevos de oro. En las relaciones sucede lo mismo. Cuando los amantes se conocen por elección, están siempre alegres, arreglados y huelen bien. Los viajes son siempre sorprendentes. Cualquier oportunidad es motivo para intercambiar un beso o una caricia, y el sexo es una delicia. Todo es maravilloso. Así, se vuelven codiciosos y quieren tenerlo todo a la vez. El matrimonio es el cuchillo que mata a la gallina." "Si el matrimonio es tan terrible, ¿qué hace que las mujeres lo deseen? Estoy cansado de ver montones de revistas especializadas en vestidos de novias." "Eso es porque ser una solterona es peor que estar divorciada. La mujer todavía se entrena para casarse. Si esto no sucede, arrastra el estigma de no haber hecho algo importante en su vida. Los amigos comienzan a discriminarla en secreto. Además, una hija única corre el riesgo de tener que cuidar a sus padres en su vejez. Hasta hace poco, en varios países, la única forma aceptada por la sociedad de que las mujeres abandonaran la casa de sus
padres era el matrimonio." "Ahora conozco tu opinión. Estás definitivamente en contra del matrimonio." "No estoy en contra del matrimonio. No me gustan las situaciones que ahogan la aventura de la vida. Desgraciadamente, el matrimonio convencional lo hace. ¿Has notado que no hay ningún superhéroe casado? Ni los personajes de Disney. Todos ellos son primos, tíos, abuelos, novios y amigas." Esta última declaración me sorprendió. Después de tantos años de ser fanático de los superhéroes y de leer cientos de historietas, pensaba en cómo no había notado algo tan obvio. Terminó su jugo y me sacó de mis reflexiones. "Creo que deberíamos irnos. El mar nos espera," dijo. "Entonces no lo haremos esperar," grité. Me levanté, di la vuelta y empujé suavemente su silla hacia atrás. Me dio las gracias con una reverencia. al coche en único que Volvimos estaba aprendiendo de silencio. ella en unLo solo día. que podía pensar era lo mucho
capítulo 10: equilibrio
Nuestro sin contratiempos. Estábamos descendiendo una montaña, la viaje vista marchaba era impresionante. En la distancia se veían las ciudades costeras y el océano inmenso. El día era fabuloso. "Si hay hombres especiales, me encantaría saber cómo llegar a ser uno de ellos. ¿Tengo alguna oportunidad?" Ella sonrió, revelando que estaba contenta con mi pregunta. "¿Realmente quieres saber cómo llegar a ser especial?" "Claro que sí. Así podría venderles la receta a mis amigos. Sería un gran beneficio para la humanidad, podría comenzar un negocio para competir contra los remedios para la impotencia sexual." Ella entornó los ojos en señal de reprobación. "Solamente estoy bromeando," me disculpé. Abrió un poco la ventanilla del coche. El aire fresco y el olor de la vegetación de las montañas invadieron el interior. Ella tomó una profunda bocanada de aire fresco, en su reflexión, y cerró la ventanilla. "De seguro, la manera de convertirse en un hombre especial es muy complicada," le dije. "No es cierto. Las mujeres enfrentan mayores dificultades, por eso se desarrollan más. Aun así, el nivel de desarrollo que podemos alcanzar no depende de si somos hombres o mujeres." "En fin, ¿cuál es la receta para convertirse en un hombre especial?" "Ya la conoces." "¿La conozco? No la recuerdo. ¿Podrías refrescarme la memoria?" "Simplemente, toma el problema y míralo desde una perspectiva diferente. Ya lo hiciste con el dibujo, con las situaciones que nos mantienen paralizados, con la hilera de coches en el camino... También puedes cambiar la perspectiva y averiguar cómo ser una persona ideal en una relación." "No estoy seguro de entender," confesé, sintiéndome como un mal estudiante. "Piensa en ello... ¿Qué características tienen las mujeres especiales?" Pensé por un momento antes de contestar. "Creo que son independientes,
seguras y decididas," me aventuré. "Bien. Ahora dime, ¿la independencia, la confianza y la decisión se asocian a las mujeres o a los hombres?" "En mi opinión, son típicas cualidades masculinas," contesté todavía vacilante. "¡Eso es todo! Las mujeres se vuelven especiales cuando incorporan rasgos masculinos a su forma de relacionarse con el mundo. Esto es lo que las vuelve especiales y, al mismo tiempo, asusta a los hombres, puesto que los hace sentirse amenazados en su propio territorio." Se volvió hacia mí. "Si las mujeres logran evolucionar, viendo el mundo a través de una perspectiva masculina, ¿cuál debe ser la actitud de los hombres para compensarlo?" Ella estaba induciendo mi respuesta. Aun así, proseguí. "Me parece que los hombres deben intentar ver el mundo desde una perspectiva femenina," murmuré. "Muy bien. Ahí está tu receta para ser un hombre especial." "No. Tú incitaste mi respuesta," me quejé. "Es más divertido cuando la solución viene de la persona que propuso el problema." "Puede ser, pero yo todavía no sé cómo ver el mundo a través de una perspectiva femenina," refunfuñé. "Para ver el mundo como las mujeres, los hombres necesitan educarse a sí mismos de manera diferente. Por ejemplo, ser emocionales, tener ansias de cariño, resolver los asuntos delicadamente... son las actividades que necesitan experimentar para tener una perspectiva femenina. Lavar los platos, cocinar, cuidar de los niños y hacer la cama también forma parte de ello. Es simplemente una cuestión de equilibrar el yin y el yang para ser una persona completa." "Muchos hombres dirán que estas no son actitudes masculinas." "Esos hombres siempre tendrán las mujeres que merecen," sentenció. "Sólo una persona completa puede establecer relaciones saludables. Muchas mujeres ya han comenzado a hacer su parte, ahora es el momento de los hombres. De lo contrario, tendremos una epidemia de mujeres solas y hombres inseguros." De repente salió un coche del carril derecho que trataba de adelantarnos sin señalización. Tuve que frenar para evitar una colisión. Mi primer impulso fue el de tocar la bocina y maldecir, pero mi reacción fue diferente. "Lo siento por la sacudida... creo que mi ángel guardián saltó delante de
nosotros porque quiere que vayamos un poco más despacio," dije, sorprendiéndome incluso a mí mismo. La bruja mostró una gran sonrisa. "¡Felicidades! Parece que alguien se está convirtiendo en un hombre especial."
capítulo 11: bananos
Llegamos la playa y nos paseamos sin prisa la costa. Después de media hora deavagar sin rumbo, elegí un buen lugarpor donde aparcar el coche. Descendimos y nos sentamos en un banco, debajo de un árbol. "¿Has pensado alguna vez en la simplicidad de los ingredientes que necesitamos para ser felices?" me preguntó. "En mi opinión, los seres humanos estarán eternamente insatisfechos. Nunca seremos felices. Siempre habrá algo más que conquistar, y nuestra felicidad dependerá siempre de ello," le dije. Descansó un pie sobre un montículo de arena. "Sufrimos porque caminamos en contra de la dirección natural. Nuestros deseos son cada vez más complejos y no comprendemos que los momentos felices están hechos de ingredientes simples. Conversar con un amigo, observar el mar, ver el amanecer y el caer de la tarde, hacer que alguien sonría, escuchar el canto de los pájaros, caminar bajo la lluvia..." suspiró. Era un placer escucharla. Me quedé en silencio, feliz, sintiendo la brisa marina. Después de un rato, me preguntó: "¿Sabes cuál es nuestro mayor error?" "No," dije saliendo de mi trance. "Vivimos nuestras vidas como si fuéramos a estar aquí para siempre." "¿Y cómo debemos vivir?" "Como los turistas." "¿Los turistas?" "Cuando viajamos, hacemos que nuestro viaje sea agradable, ¿verdad? Damos un paseo por los lugares más bellos, experimentamos cosas nuevas y llevamos con nosotros sólo lo esencial. ¿Sabes por qué? Porque sabemos que simplemente estamos de paso, y que tarde o temprano vamos a tener que salir." "¿Crees que podemos adoptar la misma actitud en nuestra vida cotidiana?" le pregunté. "Es la única actitud racional. Nadie puede estar aquí para siempre. Sólo estamos de visita en este planeta."
"Es difícil vivir con la idea de que un día moriremos. Creo que fingir que viviremos para siempre es una manera de escapar de la realidad. Acumulamos baratijas y hacemos proyectos a largo plazo para tener la sensación de que nunca tendremos que partir. Construimos nuestras redes como arañas." "El problema es que estas redes nos inmovilizan. Cuanto más nos aferramos, menos disfrutamos de nuestras vidas." "No es tan fácil vivir como un turista. Las convenciones sociales nos lo impiden..." Ella me cortó. "¿Recuerdas el artículo que escribiste sobre los monos y los bananos?" Me eché a reír. Me había atrapado intentando defender un punto de vista contrario a un artículo que había escrito. Aquí está una copia de ese artículo.
¡Por favor, suelta el banano! Una antigua tribu africana utiliza un curioso método para capturar a los monos astutos que viven en las ramas más altas de los árboles. El sistema es el siguiente: los nativos toman una vasija de cuello estrecho, la atan al tronco de un árbol, ponen un banano adentro y se alejan. Al irse, un mono curioso baja, mira dentro de la vasija y descubre el banano. Entonces introduce la mano y coge el fruto, pero el cuello de la vasija es muy estrecho y no puede sacarlo con la mano cerrada. Surge un dilema: si suelta el fruto, puede sacar la mano y quedar libre, de lo contrario será atrapado en la trampa. Pasado un rato, los nativos regresan y capturan fácilmente a los monos rebeldes que se niegan a soltar los bananos. El final de la historia es trágico, uesto que se comen a los monos capturados. Debes estar pensando que el nivel de estupidez de estos monos es una locura. Después de todo, si sólo sueltan el banano pueden evitar el destino de convertirse en alimento. Demasiado fácil, ¿verdad? El problema está en el valor exagerado que el mono le asigna a su logro. l banano ya está en su poder. Parece una locura dejarlo caer e irse. Te he contado esta historia porque a menudo actuamos como estos monos. ¿Acaso no conoces a nadie que esté descontento con su trabajo, pero sigue allí, aun sabiendo que puede costarle a él o a ella un ataque cardiaco?
¿O a parejas con relaciones totalmente dañadas que insisten en sufrir? ¿O a ersonas que son infelices debido a decisiones anteriores y continúan osponiendo los cambios que traerán de vuelta la alegría de vivir? Somos como esos monos, ¿cierto? La vida es demasiado valiosa para cambiarla por un banano que, a pesar de estar en nuestro poder, nos llevará directamente a la cacerola.
"Tienes razón. Escribí todo lo contrario a lo que estoy intentando defender. Vivimos atrapados en ganancias ilusorias. Sólo necesitamos un poco de sentido común para escapar," admití. Ella asintió con la cabeza. "Si el mono tuviera la visión de un turista, dejaría caer fácilmente el banano, porque sabe que el tiempo de su viaje es corto, y saldría en busca de algo más emocionante." Me levanté del banco y me estiré. "Bueno, si somos turistas en esta hermosa playa, tenemos que pasarla mejor, ¿verdad? ¿Te gustaría un coco helado?" le pregunté. "Buena idea. Después de eso podríamos dar un paseo, si el sol no está demasiado caliente todavía." "Trato hecho. Voy a comprar los cocos. ¿Quieres algo más para comer?" "No, gracias." Compré dos cocos en un quiosco cercano y regresé a nuestro banco. Le di una a ella, y me senté a su lado. "¿Conoces la historia del ejecutivo que decidió tomar una semana de vacaciones en un pueblo de pescadores?" me preguntó. "No, creo que no. Cuéntamela." "El ejecutivo quería un momento de paz y, como a él le gustaba el mar, alquiló una humilde en un pueblo de Luego dirigió allí con su coche repleto cabaña de víveres y equipos de pescadores. playa, soñando conseuna semana sin hacer nada, lejos de los días estresantes, sin teléfono celular y sin televisión. Simplemente viviendo en el paraíso. "El primer día se despertó temprano, tomó su estera, su sombrilla, el protector solar y se fue a la playa. Aún estaba colocando todo en la arena cuando vio a su vecino por primera vez. El hombre era un pescador local. Su piel era morena, tenía una apariencia saludable y, a pesar de su cabello blanco, un cuerpo juvenil. El pescador puso una canoa en el agua, remó más allá de las olas y lanzó una red de pesca. Cuando sacó la red, había seis peces entrampados. Escogió dos de ellos y devolvió los otros al mar. Luego remó
de vuelta a la playa, llevó el pescado a su choza y pasó el resto del día paseando ociosamente por la playa. La misma escena se repitió al día siguiente. "Sintiendo curiosidad por la conducta del pescador, el ejecutivo se le acercó. 'Perdona la interrupción, pero ¿por qué devuelves la mayor parte de los peces al mar?' preguntó el ejecutivo. 'Es que sólo necesito dos, uno para el almuerzo y otro para la cena,' respondió el pescador. "El ejecutivo no podía aceptar tal ignorancia. '¡Oh, amigo mío! Estás haciendo mal. Debes traer todos los peces para que puedas vender los que no te comes,' dijo. '¿Por qué debo vender el pescado?' preguntó el pescador. 'Porque puedes utilizar el dinero para comprar una red de pesca más grande y capturar muchos más peces.' El pescador se rascó la barba. '¿Y qué podría hacer con el pescado de más?' El ejecutivo suspiró. '¿No te das cuenta? Al vender el pescado podrías comprar un barco mejor y usarlo para pescar cada vez más... Entonces podrás comprar otro barco y contratar gente que trabaje para ti. Tus barcos pescarán en alta mar, y tú harás cada vez más y más dinero.' pescador pensó cuando por un momento y le dijo: dinero, '¿En serio?' El ejecutivo sonrió. El 'Claro, entonces, tengas suficiente no tendrás que trabajar más, y podrás pasar todos tus días descansando en la playa sin hacer nada.' El pescador se rascó la cabeza, miró al ejecutivo y le dijo: 'Sí, pero es que ya yo paso mis días descansando en la playa sin hacer nada cuando sólo capturo dos peces por día,' concluyó." La bruja se colocó la pajilla en la boca y bebió a sorbos el agua de coco helado. Luego permaneció callada, esperando mi reacción. No supe si debía reírme o no. "¿Es esto una broma?" le pregunté. "No. Es una historia que recordé cuando fuiste a buscar los cocos." "De acuerdo. Tal vez todo es mucho más simple de lo que pensamos," le dije. Ella sonrió y levantó la vista hacia el mar. Mientras permanecimos allí sentados, confieso que pensé en todos los bananos que estaba agarrando y en todo el exceso de pescado que estaba llevando sin razón alguna. Ciertamente, mi vida sería mucho más fácil si aceptara que soy un turista en este hermoso planeta azul.
capítulo 12: jugando
porcallada, la playa perdida alrededor hora. Durante todo ese Estuvimos tiempo, ellacaminando permaneció endesusmedia pensamientos. Disfruté del calor del sol mirando a las personas, relajado, cosa que no había hecho desde hacía muchos años. De repente, me percaté de que habíamos llegado al final de la playa. Miré hacia atrás y quedé sorprendido de lo mucho que habíamos caminado. En ese momento, ella se detuvo y se sentó en la hierba, a la sombra de un árbol. Escudriñé el suelo buscando hormigueros ocultos, y al no encontrar nada me senté a su lado para descansar. "Mira esos niños," dijo, llamando mi atención. Un niño y una niña de cuatro o cinco años estaban construyendo castillos de arena. Usaban como herramientas unos cubos plásticos de colores y unas palas. Los miré trabajar durante un tiempo. "¿Has notado cómo están de concentrados en lo que están haciendo?" me preguntó. De hecho, ellos estaban completamente entretenidos. "A esa edad, cuando yo jugaba, me olvidaba hasta de comer," le dije. "¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo que te mantuvo tan concentrado y entretenido?" "¿Cuándo? ¿Algo que me hiciera olvidar incluso de comer? Para ser honesto, no me acuerdo. Creo que la última vez que sucedió esto fue cuando yo era un niño," le contesté. Ella se enderezó. "Es curioso. Solemos decir que una persona debe estar bromeando cuando no se toma en serio su trabajo. Debería ser al revés. No hay nada más serio que el juego de un niño. ¿Alguna vez has imaginado lo maravilloso que sería el mundo si los adultos se dedicaran a su trabajo con el mismo grado de concentración y placer de un niño cuando juega?" "Supongo que hay muy pocos con esa suerte. Casi todo el mundo considera el trabajo como un castigo." "También es cuestión de poder cambiar la perspectiva. Hay una vieja historia que ilustra este punto. ¿Quieres conocerla?"
"Sí, por favor." "En la Edad Media, tres hombres trabajaban en una cantera. Tenían exactamente el mismo trabajo. La diferencia estaba en que el primer hombre siempre estaba malhumorado, el segundo indiferente y, el tercero, alegre y bien dispuesto. Un día se les preguntó por su trabajo. 'Yo rompo piedras,' gruñó el primero. 'Yo hago bloques de piedra para mantener a mi familia,' dijo el segundo sin entusiasmo. 'Yo trabajo en la construcción de castillos y catedrales,' dijo el tercer hombre con orgullo y alegría." Doblé mis piernas y abracé mis rodillas. "Ya conocía esa historia, pero no recuerdo dónde la he escuchado antes," le dije. "Es una vieja historia, pero adecuada para mostrar cómo pueden aplicarse las diferentes perspectivas al trabajo." "Creo que es difícil llegar al punto en que el trabajo se considere tan agradable como el juego de un niño." "Ser niño es ver el mundo en toda su exuberancia, y sumergirse en él con intensidad. Todo es siempre nuevo y maravilloso. Los niños tienen una energía que cuando no acepta falsos te límites... ¿Tedibujaras acuerdasalgo? de No tus primerosinagotable, años escolares, el maestro pedía que había ningún problema. Tomabas la caja de lápices de colores y, en cuestión de minutos, el dibujo estaba listo. ¿O cuando el maestro te pedía que escribieras un cuento? Conseguías una pluma y pronto el texto estaba escrito. ¿Recitar? ¿Bailar? ¿Actuar? ¿Cantar? No había problemas... Cuando somos niños, lo sabemos todo." Tomó por el tallo una hoja caída y la arremolinó como si fuera un uguete. "¿No has visto cómo se reúnen los niños de diferentes nacionalidades? El idioma no es una barrera para ellos. Mientras más pequeños son, más rápido comienzan a jugar juntos. Conocen el idioma universal." Siguió jugando con la hoja mientras hablaba. "Cuando crecemos, el mundo parece tornarse demasiado complicado. Los juegos divertidos son reemplazados por el trabajo duro, y las grandes amistades de la infancia se sustituyen por relaciones superficiales. Ya no sabemos cómo dibujar o contar una historia. ¿Cantar? Nos avergonzamos de eso. ¿Recitar un poema? No tenemos ninguna oportunidad. Para bailar, tenemos que asistir a una escuela de baile. La actuación se convierte en una actividad profesional. Y lo que es aún peor, los adultos están siempre cansados, incluso en los días de fiesta." "¿Hay alguna solución?" le pregunté.
"Tenemos que mantener siempre viva la perspectiva del niño. No tener miedo de preguntar. No permitir que nuestro niño interno sea manipulado. Y no dejar que la palabra 'adulto' signifique 'adulteración', para indicar a un niño dañado y falso." "Escapar del hospital para caminar por la playa es una travesura maravillosa, ¿no es así?" "Es un buen comienzo. Tenemos que construir castillos de arena también," sugirió, señalando hacia los dos niños. "Buena idea. Tal vez un poco más tarde, cuando el sol no esté tan fuerte. Si vamos ahora, nos quemaremos en exceso y nuestros padres no nos dejarán volver a jugar juntos durante mucho tiempo," le advertí. "Está comportándote como un niño muy responsable, ¿sabías?" "Es porque soy mayor que tú," bromeé. "Tienes razón... entonces te obedeceré," dijo, con una sonrisa de complicidad en su rostro.
capítulo 13: armadura
La invité un restaurante frente al mar. El día era especial, requería de una almorzar almuerzoen especial. Entramos al restaurante un poco antes dely mediodía, y no había demasiadas personas. El anfitrión nos saludó, señalando hacia una mesa con una excelente vista a la playa. El camarero nos trajo los menús y los entrantes. Pedí dos vasos de vino blanco y agua, mientras elegíamos la comida. Cuando llegó el vino, brindamos por nuestro viaje. "Estoy impresionado con tu forma de ver la vida. He aprendido más hoy que en los últimos diez años," le dije. "Es simple. Se trata de mirar cada situación desde perspectivas diversas. Es sólo cuestión de entrenamiento," dijo con modestia. Tomé una margarita del pequeño tiesto que adornaba nuestra mesa. "Te doy esta flor para agradecerte por el día maravilloso que me estás ofreciendo." "Gracias." Reflexionó por un momento. "Tomemos esta flor, por ejemplo. Estudiaste botánica, ¿verdad?" preguntó. No comprendí el súbito cambio de tema. "¿Botánica? Lo estudié hace mucho tiempo en la escuela secundaria. No recuerdo nada de eso," confesé. "Bueno, sabes que las plantas son seres vivos, y que las flores son sus órganos reproductores." Mientras yo trataba de entender a dónde quería llegar, ella siguió mirando la flor con una expresión de entretenimiento. "¿Qué piensas de alguien que corta el órgano sexual de otra especie y lo ofrece como regalo a otra persona?" dijo ella, reprochándome. "¡Increíble! ¡Nunca había pensado en eso! ¡Es terrible! No volveré a regalar flores jamás," exclamé. Miré el ornamento floral en la mesa y pensé en una novia con un ramo de genitales. No pude contener la risa que me suscitó ese extraño pensamiento. La bruja cogió un trozo de pan y comenzó a untarle mantequilla. "No quise estropear tu regalo, es solo un poco de ejercicio para ver el mundo
desde otro punto de vista," dijo, agregando un poco de sal sobre la mantequilla. "En cuanto a no regalar flores de nuevo, es una exageración de tu parte. Las flores son maravillosas y alegran nuestras vidas. Amamos recibir flores. Para resolver el problema, necesitas regalar las flores en macetas y todo el mundo estará feliz, incluso la planta." "Te encanta socavarme, ¿verdad?" le pregunté. "Socavar, es un concepto interesante. ¿De dónde lo sacaste?" Empecé a contarle una larga historia. "Cuando estaba en la escuela de medicina, una amiga y yo creamos un pequeño juego que se llamaba 'socavar'. Descubrimos que socavar significa erosionar la base de algo, destruir o demoler, y ese era exactamente el objetivo de nuestro juego." Hice una pausa para tomar un sorbo de vino. "Funcionaba de esta manera: cuando uno de nosotros decía algo que había hecho o pretendía hacer, el otro escuchaba con atención, fingiendo estar de acuerdo con todo, pero secretamente buscaba un punto débil para demoler toda la estructura. Eso es lo que lograste al decir que las flores son los órganos sexuales de las plantas. Cuando esereíamos punto, mucho revelábamos el comentario devastador. Cada vezdescubríamos que sucedía, nos y celebrábamos al socavado. Creo que nuestro placer podía compararse al de los niños que construyen castillos de arena y esperan con impaciencia a que la marea los destruya." Me ofreció un pedazo de pan con mantequilla que había preparado. Acepté. "Extrañaba el juego de socavar, pero hoy descubrí al maestro supremo de ese juego: ¡Tú!" concluí. "Demoler nuestros castillos mentales nos permite avanzar, porque cuando uno está en el suelo, podemos construirlo mejor con la experiencia adquirida," dijo. "Es verdad. Una vez un maestro me dijo que sólo estamos listos para hacer algo cuando lo hemos terminado, porque sólo entonces conocemos todas las dificultades." Ella comenzó a preparar otro pedazo de pan. "Por eso es importante demoler y reconstruir nuestros castillos. Debemos aprender a abandonar nuestra seguridad para poder crecer. El problema es que el cambio nos resulta aterrador. Abandonar nuestra rutina nos deja expuestos y vulnerables." De repente, detuvo lo que estaba haciendo y miró hacia el restaurante. "Mira, hay alguien ahí que vive con este problema," dijo. Me volví rápidamente, pero no vi a nadie. Pensé que la persona había
pasado antes de que yo me volviera. "¿Quién es? Yo no veo a nadie," me quejé. "No ves porque no quieres. Esa persona todavía está allí," dijo ella sonriendo. Miré de nuevo. No había nadie en la dirección que había indicado, sólo unas mesas vacías y un acuario enorme en la parte trasera del restaurante. Pensé que me estaba tomando el pelo. "Perdón por ser un mal estudiante, pero todavía no puedo ver a nadie. ¿Es invisible?" "Ven conmigo. ¡Te presentaré!" Se levantó, me tomó de la mano y me condujo al acuario. "¡Mira! Ahí está," dijo, señalando a una enorme langosta que caminaba entre las piedras del fondo. La interrogación en mi rostro fue tan expresiva que comenzó a explicarme sin esperar ningún otro signo de mi parte. "La langosta, a diferencia de la mayoría de los animales, tiene su esqueleto fuera del cuerpo. Su caparazón es una armadura que la protege de los ataques. Al igual que los caballeros de la Edad Media, la langosta es prácticamente inexpugnable su armadura." Ella tocó el cristal, como si acariciara al animal.en"Hemos desarrollado una ligeramente armadura similar a la langosta. Hemos establecido normas y las usamos para nuestra protección. La única diferencia es que nuestra armadura está hecha de rutinas y prejuicios." "¿Cómo cuáles?" "Creencias como la de seguir siempre al grupo, o que aquellos que no asisten a la escuela no saben nada, o que el trabajo debe ser siempre desagradable, o que las personas divorciadas son desafortunadas, o que es mejor ser pobre y saludable que rico y enfermo, y así sucesivamente." "Estoy de acuerdo con la última. De seguro es mejor ser pobre y saludable, que rico y enfermo," le dije. "Prefiero ser rico y saludable que rico y enfermo," respondió ella, seriamente. Tardé unos segundos en comprender el juego de palabras. Una vez que lo hice, me eché a reír. "Tienes razón, es mucho mejor," admití sin dejar de reírme. "Es un ejemplo típico de nuestros patrones mentales. Parece que tenemos la obligación de encontrar siempre un mal aspecto para compensar uno bueno. Eso es una distorsión de nuestra cultura. Sólo los que sufren entrarán en el reino de Dios, esa es la mayor tontería que he escuchado jamás. Dios no quiere el sufrimiento de sus propias criaturas. Él quiere que seamos ricos,
saludables, inteligentes, hermosos, justos, felices y todo cuanto de maravilloso podamos imaginar para nosotros mismos. Depende de nosotros establecer nuestros propios límites." Tocó el cristal del acuario nuevamente. "Somos como la langosta, creamos una armadura para protegernos, pero al mismo tiempo limitamos nuestro espacio para crecer. Para crecer necesitamos aprender nuevos actos sobre el trapecio, ejecutar nuevos saltos mortales en la oscuridad, crear nuevos juegos. Lo triste es que mucha gente sólo descubre esto cuando ha llegado al final de su vida." "¿Qué podemos hacer al respecto?" "Debemos imitar a la langosta," contestó. "¿Qué es lo que hace?" "Cuando siente que su caparazón es demasiado apretado, simplemente lo abandona." "Suena fácil... si eres una langosta, por supuesto," murmuré. "No, no es fácil para ella. ¿Sabes por qué?" Negué con lalugar, cabeza, revelando ignorancia en viejo el asunto. "En primer porque es muymidifícil salir del caparazón. Luego, porque cuando la langosta sale de su armadura, se vuelve expuesta y vulnerable. Cualquier pececillo de colores puede mordisquearla fácilmente. Así que imagínate cómo debe sentirse con respecto a los grandes depredadores... Es un período de riesgo y ansiedad que dura mucho tiempo, hasta que la superficie de su cuerpo se endurece y forma una nueva capa protectora," explicó. "No sé si estoy dispuesto a correr el riesgo de ser devorado como nuestra amiga," confesé, apuntando hacia la langosta. "El riesgo es parte del proceso de crecimiento," sentenció. Me quedé en silencio, mirando hacia la langosta. La bruja me miró. "En tu caso, tu protección es, de hecho, la creencia de que puedes pasar toda tu vida contando historias de segunda mano, adquiridas mediante la experiencia de otros. Como ya he dicho, he venido en tu ayuda porque ya es hora de que te relajes y emprendas de una vez tus propios viajes." "Espero que no hayan peces grandes y hambrientos alrededor," le dije. "Por supuesto que estarán ahí, pero sobrevivirás. Ven, volvamos a nuestra mesa para pedir el almuerzo." "¡Todo excepto langosta!" grité. Ella se rió, me tomó suavemente de la mano y me llevó de vuelta a la
mesa.
capítulo 14: niebla
Meunalasensalada. arreglé Traté para dejar que ella escogiera nuestro y sólo pidió de convencerla de comer algo másalmuerzo, sustancioso, mas no cambió su opción. "Honestamente, creo que una ensalada no será suficiente para nosotros," insistí. "Comer bien no significa comer mucho. En un papiro del antiguo Egipto está escrito que nuestro cuerpo sólo necesita para vivir la mitad de lo que comemos, la otra mitad sirve para mantener a los médicos," dijo, burlándose de mí. Fruncí el ceño, pero no contesté. Probablemente tenía razón. "Por otra parte, la exageración es uno de los principales problemas de nuestra época. Estamos generando demasiado calor y poca luz," dijo. "¿Demasiado calor y poca luz? ¿Cómo es eso?" "Como las lámparas ineficientes. Debido al exceso, utilizamos una gran cantidad de energía y producimos muy pocos resultados." "Me gustaría escuchar un poco más sobre esta teoría." "No es una teoría, es un hecho. Estamos tentados a creer que si un poco es bueno, mucho va a ser aún mejor... La calidad ya no importa, sólo la cantidad." "Dime más." "Insistes en pedir más comida, ¿no? Como si tuvieras que tirarlo todo por la borda para vivir intensamente. Es una locura. Estamos viviendo en una época de grandes excesos. Mira las ciudades, por ejemplo. Los edificios son tan altos que ya no podemos ver el horizonte. Es como vivir en una enorme caja sin tapa, pues la única forma de ver el cielo es mirando hacia arriba. Por lo tanto, excluimos las oportunidades de ver los amaneceres y las puestas de sol; y por las noches encendemos tantas luces artificiales que ya no pueden verse las estrellas. Hay tantos coches, camiones y autobuses haciendo sonar sus motores todo el tiempo, que ya no oímos el canto de los pájaros y no hay más silencio en las noches para descansar." "Creo que la gente no está dispuesta a renunciar a las comodidades de la
vida moderna," reflexioné. "Estoy segura de que no. Sin embargo, es como vivir en un lugar con niebla permanente. Hemos perdido la sensibilidad, la bondad y la capacidad de maravillarnos ante la naturaleza. Necesitamos hablar más fuerte para ser escuchados, necesitamos comer más, necesitamos más luces para iluminarnos, usar perfumes más fuertes, escuchar la música cada vez más alto y conducir los coches cada vez más rápido." "Pero has dicho que no hay cosas buenas ni malas. ¿Cuál es el problema en esta exageración?" "No estoy diciendo que sea malo, sólo que es una característica de nuestro tiempo. Si no somos conscientes de ello, vamos a seguir padeciendo angustias, impotencias y fracasos. Porque no importa cuánto lo intentemos, no podremos ver cien canales disponibles en la televisión, leer las 300 páginas de un diario, ser bella como las modelos profesionales, vivir tan dulces pasiones como las descritas en las novelas, lograr éxitos tan extraordinarios como los grandes hombres de negocios, ser dueños de mansiones majestuosas como lascada de lasvez estrellas cine. Nosotros hemos creado un tanmundo que parece más decomplicado, lleno de exageraciones que se superponen unas a otras." "Pero es una característica de los seres humanos, siempre queremos ir más allá." "Sí, pero no hay que olvidarse de lo esencial. De lo contrario seremos como árboles que crecen hacia el cielo, pero con las raíces débiles." Apoyó los brazos sobre la mesa y entrelazó sus dedos. "Debes tener decenas de pacientes que se quejan de ansiedad y depresión, ¿no es así?" preguntó. "Sí, los tengo." "Mira con atención y descubrirás que perdieron el contacto con lo que es esencial, y se están ahogando en el mundo de lo innecesario." "¿Así que la exageración es un pecado?" le pregunté. "No, el único pecado es no estar disfrutando de la vida. La exageración de vez en cuando es esencial para vivir bien." "No lo entiendo." "La exageración consciente es diferente a la que nos vemos forzados a cometer sin el entendimiento consciente de lo que estamos haciendo." "Todavía no lo entiendo," me quejé. Miró a su alrededor, como buscando algo. Entonces me habló en una voz tan baja que no pude oír lo que decía.
"Lo siento. ¿Podrías repetir eso?" le pregunté. Ella hizo un gesto para llamar al camarero. Cuando este se acercó, le pidió que apagara un ventilador que estaba al lado de nuestra mesa. Él respondió a su petición y, de repente, la atmósfera se volvió agradablemente silenciosa. "Es un gran placer compartir este almuerzo contigo," dijo, con la misma voz baja de antes. "Gracias. También me honra tu compañía," le contesté. "¿Por qué no podías escucharme la primera vez?" preguntó. Sentí que me estaba socavando nuevamente y vacilé unos segundos antes de responder. "Porque el ventilador estaba encendido y hacía mucho ruido," le dije, aventurándome. "El ruido del ventilador nos obligaba a exagerar. Ahora bien, si queremos, podemos hablar ruidosamente, pero es una opción. No como antes." "Vamos a ver si lo entiendo. A veces experimentamos situaciones en las que nos vemos obligados a exagerar, sin ser conscientes de ello. De hecho, sólo me di cuenta de que el ventilador hacía ruido después de haberlo apagado." "¿Sabes por qué no lo notaste antes?" "Porque ya estaba encendido cuando nos sentamos aquí," le dije. "Esas son las situaciones más difíciles de percibir: las que ya existen antes de que lleguemos. Creemos en ellas porque nuestros padres las creyeron antes y ellos, a su vez, las han heredado de nuestros abuelos, y así sucesivamente." El camarero llegó con la ensalada y la sirvió en nuestros platos. "¿Puedes darme otro ejemplo de este tipo de situación?" le pregunté. "No cejarás en el intento de aprender sin pensar por ti mismo, ¿verdad?" me regañó. Me llevé las manos a la cara, fingiendo estar muy avergonzado. Ella sonrió. "Mira el cielo. ¿Puedes ver las estrellas?" me preguntó. El cielo era completamente azul. No había ni una sola nube, y el sol estaba radiante. "¿Ves las estrellas ahora? ¿Cómo es posible? ¡Es mediodía!" le dije. "Pero todas las estrellas están ahí. No las puedes ver porque el sol es muy intenso. Las estrellas están siempre en el cielo, incluso durante el día. Piensa en ello y obtendrás las respuestas acerca de los excesos que cometemos sin darnos cuenta."
"Prometo que lo haré. Pero primero, vamos a comernos nuestra ensalada. Me muero de hambre," le dije. "Bon appétit," dijo. "Bon appétit."
capítulo 15: naturaleza
fue excelente. comimos ensalada, acompañada por Nuestro un vino almuerzo blanco delicioso, y deboNos confesar que la ella tenía razón sobre la cantidad de alimento, pues la ensalada fue suficiente para saciar mi apetito. "¿Qué te gustaría para el postre?" le pregunté. "Helado de chocolate. Oh, pídele al camarero que traiga una porción muy generosa. Quiero hacer una exageración consciente," dijo ella con una mirada traviesa. Ordené un helado de chocolate para ella y una ensalada de frutas para mí. "Lo que más me sorprende de tu brujería es que siempre tienes un ejemplo que mostrar justo delante de mis ojos," le dije. Ella me miró sin decir nada. "Cuando ese viejo coche se puso delante de nosotros y el camión nos bloqueó el paso, me presentaste al ángel de la guarda. Después encontraste niños saltando la cuerda para hablarme del ritmo del universo." "Pudo haber sido una coincidencia," bromeó. Sacudí la cabeza con incredulidad. "Cuando llegamos a la carretera y vi que tendríamos demasiado tráfico, me enseñaste a conducir entre los grupos de automóviles para que el camino pudiese estar vacío. Aquí, en el restaurante, encontraste la langosta y me hablaste sobre nuestras armaduras. Cuando viste a los niños construyendo los castillos de arena, hiciste el comentario sobre la seriedad y el placer del juego de los niños. Luego utilizaste el ejemplo del ruido del ventilador para hablar de las situaciones que nos obligan a exagerar. Por no mencionar el dibujo del cuadrado y sus diagonales." Hice una pausa antes de preguntar. "Quisiera saber ¿de dónde sacas todo esto?" Se inclinó hacia delante, juntando las manos. "¿Alguna vez has oído hablar de Paracelso?" "He leído sobre él en los libros de historia de la medicina. Sé que fue un médico suizo del siglo XVI y un precursor de la farmacología moderna. También escribió varios textos sobre alquimia," le dije. "Uno de los libros escritos por Paracelso contiene una afirmación muy
interesante: 'Dejé de estudiar los libros de los hombres y comencé a estudiar el libro del mundo.' ¿Sabes lo que significa?" me preguntó. "¿Que decidió averiguar las cosas por sí mismo?" "Un poco más que eso. Decidió descubrir las cosas por sí mismo, al observar la naturaleza," sentenció. El camarero nos trajo el postre. El helado de chocolate era gigantesco, y ella hizo la mueca de un niño cuando se apresta para una travesura. "¿Quieres saber de dónde saco los ejemplos? Del mismo lugar que Paracelso, del libro del mundo," reveló. "El libro del mundo debe estar escrito en un lenguaje codificado para mí. Soy completamente analfabeto cuando de esto se trata," me quejé. "Es porque no estás buscando desde la perspectiva correcta. Muchas veces pensamos que Dios no habla con nosotros, pero eso no es cierto. Nos habla todo el tiempo, pero no le prestamos atención." "¿Cómo puedo escucharlo?" "El lenguaje de Dios es la naturaleza. Préstale atención y te dirá todo lo que "Supongo necesitas. que Desde siempre,detodo ha estado de tus ojos." necesitaré tu ayuda paradelante aprenderlo." "He estado ayudándote desde que nos conocimos," dijo. "Por favor, continúa. Me encanta. No sé cuánto tiempo voy a necesitar para cultivarme," bromeé. Ella empezó a degustar su helado con mucho placer. Decidí no interrumpirla y comencé mi ensalada de frutas. Tenía pequeños trozos de fresa, manzana, naranja, banano, piña y papaya, picados en cubos. De repente, sentí una pequeña semilla en mi boca. Seguramente se había escapado del ojo del chef. Era una semilla de naranja. La puse en el borde de mi plato. "¡Mira!" dijo la bruja, señalando la semilla. "Sí, el chef debe ser más cuidadoso, ha perdido una semilla," critiqué yo. "Si deseas esa perspectiva, no hay problema, es tu elección. Pero yo veo que la naturaleza te envía un mensaje," dijo. Permanecí en silencio, esperando la explicación. "¿Has pensado en el trabajo que lleva preparar tu postre?" preguntó. Pensé un poco antes de contestar. "Pienso que el cocinero eligió las frutas, las lavó, cortó y las dispuso todas en este tazón. No es mucho problema, supongo." "Se te olvidó mencionar la parte más importante," dijo. Recogió
cuidadosamente la semilla que yo había separado. "Sólo piensa en la naranja. Primero, una semilla como esta necesita encontrar un terreno fértil. Entonces, milagrosamente, empieza a crecer y da srcen a una planta. Echa raíces, se alimenta de la tierra y se convierte en un árbol. Enfrenta los días, las noches, los veranos e inviernos para desarrollar las flores, sus órganos sexuales." En este punto, ella hizo una pausa y miró la margarita que le había regalado. Hice una expresión de arrepentimiento que la divirtió aún más. "La flor del naranjo fue polinizada por un insecto o un pájaro y llegó a producir la naranja que te estás comiendo," dijo, señalando mi ensalada de frutas. Me di cuenta de que continuaría y seguí escuchando. "Milagros similares ocurrieron con todas las otras frutas que están ahí. ¿Y sabes qué es lo más hermoso de todo esto? La naranja alberga en su interior una nueva semilla. Basta con ponerla en suelo fértil, y el ciclo comenzará de nuevo. Esta semilla es parte de la receta oculta de tu postre. Dios es un gran chef, ¿no te parece?" "¡Es fantástico! De ahora en adelante, jamás volveré a ver una semilla como un inconveniente," contesté. "Cadaunvez que mires la naturaleza desdedela sol. perspectiva ellalos te revelará secreto. Contempla más salidas Observa correcta, los árboles, pájaros, las personas, los insectos, el viento, las estaciones, la lluvia, las montañas, los desiertos, el cielo, el mar y las ciudades. Piensa en el universo como una sinfonía de Dios, y estoy segura de que la escucharás." Hizo una pausa y me miró directamente a los ojos. "Y cuando la hayas escuchado, sabrás cuál es tu instrumento y podrás armonizar tu propia música con la sinfonía universal. Entonces terminarán tus ansiedades y temores, y estarás plenamente vivo." Me quedé pensativo por un momento. "Estoy impresionado. Eres una persona muy especial," dije finalmente. "Todos somos especiales. El problema es que algunos de nosotros creamos fronteras imaginarias y dejamos de evolucionar, como las semillas de los grandes árboles plantadas en macetas pequeñas. Ninguna planta puede crecer más allá del recipiente que la contiene. El desarrollo requiere de una mente clara, libertad y responsabilidad." "Necesito un poco de tiempo para pensar en todo eso," le dije. "Tendrás tiempo hasta que terminemos nuestros postres. Después quiero pasear por la playa un poco más." "Está bien. Pero antes de irnos me gustaría tomar un poco de café. ¿Quieres uno también?"
"Sólo si es con crema batida. Quiero hacer otra exageración consciente." "Entonces tendrá un montón de crema batida," dije en señal de aprobación.
capítulo 16: juego
paseamos pococaliente. por la playa. Caminamos sólo unosDejamos minutosel restaurante porque el ysol estaba unmuy Entonces decidimos sentarnos en un banco, a la sombra. Frente a nosotros, un grupo de chicos y chicas estaba jugando a un animado partido de voleibol. Los equipos eran mixtos, y se estaban tomando el juego muy en serio. Cerca de allí, otros chicos y chicas miraban el partido, esperando su turno para jugar. Unos minutos más tarde, uno de los equipos fue derrotado y se fue. Otro equipo se hizo cargo de un nuevo comienzo. "¿Por cuál equipo te animas?" preguntó. "No sé. Déjame ver..." "Elige uno antes de que comience el juego." "Creo que va a ganar el equipo nuevo. Voy a decidirme por él," le contesté con entusiasmo. Pronto el juego se volvió emocionante. Nadie dejaba caer la pelota. El uego absorbió mi atención. Después de casi treinta minutos, ganó el equipo que había elegido. "¡Ganamos!" exclamé. La bruja me dirigió una mirada curiosa. "¿Lo hicimos?" preguntó. Pensé que no conocía las reglas del juego. "¡Sí, hemos ganado! El equipo que elegí ganó." "¿De verdad crees que derrotaste al otro equipo?" "Por supuesto. Hicimos más puntos. Ganamos," repetí. "Mira a los jugadores otra vez y dime, ¿quién crees que se divirtió más? ¿Tú, o los del equipo que menos puntos hizo?" Los muchachos bromeaban graciosamente entre sí. Algunos yacían en la arena, tomando agua, y otros celebraban o pedían una revancha. Era una fiesta muy animada. Yo no podía saber quién formaba parte del equipo ganador. No supe qué decir. La bruja se volvió hacia mí. "Es mucho más gratificante ser un jugador del equipo derrotado que partidario del equipo ganador." "Creo que tienes razón."
"Cuando participamos, aprendemos y nos divertimos. No hay perdedores cuando jugamos," dijo. Los muchachos estaban organizándose para jugar de nuevo. "¿Estás sugiriendo que debo jugar?" le pregunté. "Si vas, estoy segura de que será mucho más divertido. Hay una gran diferencia entre un jugador y un entusiasta. Sin embargo, creo que es demasiado caliente para personas de nuestra edad incursionar en actividades físicas. Quizás más tarde sea un mejor momento para que puedas jugar," bromeó. "¿Por qué me pediste que animara a un equipo?" "Para mostrarte la facilidad con que aceptamos el papel de seguidores. Por otro lado, si yo te hubiera sugerido que jugaras..." "Ya veo. Me demostraste que sigo insistiendo en permanecer en la cómoda posición del espectador, ¿verdad?" "No sólo tú. Estamos hablando de todas las personas que renuncian a la participación y se pasan la vida sólo como partidarios. Renuncian al bien más preciado que tienen. A miles deMiles millones de personas les encanta ver los partidos, pero pocos participan. de millones de personas disfrutan de los libros, pero muy pocos escriben. Miles de millones disfrutan escuchando música, pero muy pocos la tocan. Miles de millones adoran las aventuras, pero pocos las experimentan." "Yo encajo en todas esas categorías," confesé. "Por eso te dije que estás describiendo hermosos lugares en los mapas. Tienes que participar. Esa es la razón de nuestras vidas." "Creo que nuestro mayor obstáculo es el miedo a no ser capaces de hacerlo todo bien." "¿Cómo podemos aprender algo nuevo sin aceptar la posibilidad de cometer errores? Preservarte por miedo a cometer errores es un desperdicio de vida. Por eso los niños son superiores. Ellos admiten que no saben y siempre quieren participar en todo. Si fueras un niño, estarías haciendo todo lo posible para entrar a ese juego de voleibol. Los niños saludables no se conforman con mirar. Los adultos le temen a su propia espontaneidad. Estabas reacio a venir conmigo a la playa hoy." "Era una cuestión de responsabilidad profesional," argumenté. "Darle otros nombres al miedo no te hará más libre." "Está bien, lo confieso. Tenía miedo de enfrentarme con una situación nueva. Es muy raro que un paciente me pida que lo lleve a la playa."
"La rutina es parte de nuestra armadura. Nos protege, pero nos limita. Vivir una rutina en la que somos tan sólo seguidores es aún más limitante. ¿Cuántas personas, cuando se enteraron de que eres médico, te dijeron que también habían querido serlo, pero por una razón u otra abandonaron su sueño?" "He oído esa historia muchas veces," le dije. "La gente renuncia a sus sueños con mucha facilidad. Entonces, cuando se hacen mayores, se arrepienten de no haber hecho todo lo alguna vez quisieron hacer. Es muy triste." Me reacomodé, buscando una posición más cómoda. "Estoy de acuerdo. Al final, sólo nos arrepentimos de lo que no hacemos." "Sí, pero que no se te ocurra dejarme aquí sola y entrar en el juego de voleibol ahora," bromeó. Los muchachos estaban posicionándose para un nuevo partido. "Ahora no. Como bien dijiste, el sol está aún muy fuerte. Tal vez un poco más tarde," amenacé. "Pagaría verlo,"ledesafió "Elige unpor equipo," dije. ella. "Cualquiera. Ambos son ganadores." Sonreí. "Tienes razón." Y observé el juego con unos deseos increíbles de participar.
capítulo 17: umbral
Vimosendos partidosdedeellos. voleibol, más, alcontrariamente lo traía que dije, no participé ninguno No entré juego porque ano la ropa adecuada y sería muy extraño jugar voleibol con un pantalón y una camisa. Por otra parte, mi ropa se sudaría y no había traído nada de repuesto para cambiarme. Por lo menos, estas fueron mis excusas para no jugar. Pero, como dijo la bruja, no importa cómo llamemos a nuestros miedos, igual nos seguirán limitando. Ahora sé que si realmente hubiese querido entrar en el uego, mi ropa no habría sido un inconveniente. De hecho, no seguí mi espíritu infantil. Si lo hubiese hecho, no habría estado contento de ver jugar a los demás. Después de los partidos, el aire se hizo más fresco, y la bruja sugirió un nuevo viaje. "¿Qué te parece si vamos al puerto?" me preguntó. "Estás a cargo. Tus deseos son órdenes para mí," le contesté. Subimos el coche y nos dirigimos al puerto, tomando por la avenida. "Estoy encantado con nuestro maravilloso viaje... Y todo lo que estoy aprendiendo..." le dije, vacilando. "Pero," dijo ella, tocándose la barbilla. "¿Perdón?" "Por el tono, tu siguiente palabra debe ser 'pero', ¿tengo razón?" Me dio gracia su ingenio y asentí. "Pero tengo que confesar que no sé cómo practicar estas habilidades." "Es fácil. Como ya he dicho, todo lo que necesitas está delante de tus ojos. No lo ves simplemente porque no lo estás buscando," dijo. "Decirlo es fácil," murmuré. "¿Recuerdas cuántos tornillos has visto hoy?" preguntó de repente. "¿Cuántos qué?" "Ya lo has oído, ¿cuántos tornillos has visto hoy?" "Para ser honesto, ninguno," le dije. "No viste ninguno porque no los buscaste. Si los hubieras estado buscando, habrías hallado tornillos por todas partes." Miré la consola del coche y de inmediato encontré dos tornillos. "Los
tornillos son muy comunes," dije con desdén. "Otras cosas pueden requerir de una búsqueda más persistente. Pero, si no las buscas, nunca las encontrarás. Sin búsqueda, no hay descubrimiento," sentenció. Me quedé en silencio y ella prosiguió. "En la naturaleza, hay un momento adecuado para todo. Si tomas dos palos y los frotas uno contra otro, la fricción aumentará la temperatura. Si los sigues frotando, la temperatura se elevará aún más y se producirá el fuego. Después de ese punto no necesitas frotar más, porque el fuego continuará solo." Sacó una pequeña libreta y un bolígrafo de su bolso, apuntó algo y volvió a guardarlos antes de continuar. "La naturaleza nos enseña a esforzarnos por un tiempo, hasta que el proceso llega a su umbral y, entonces, continúa por su cuenta," concluyó. "Frotar los palos mentales... Es una buena metáfora," le dije. "Tienes que comenzar tu búsqueda de forma consciente. Eso requiere de un poco de esfuerzo y debes mantenerte hasta llegar al umbral. Después, el proceso continuará por sí mismo. Es una ley natural." Pensé en en situaciones querutina. al principio me cepillarse resistía a aceptar, y que se convirtieron parte de mi "Es como los dientes, ¿noluego es así? Cuando somos niños, nuestros padres nos dicen que debemos cepillarlos y, cuando crecemos, nos acostumbramos a ello de forma espontánea. Finalmente, no podemos pasar un solo día sin hacerlo," dije. "Cepillarse los dientes puede ser un buen ejemplo," bromeó. "Pero normalmente se hace difícil mantener una condición nueva por largo tiempo. Vamos tropezando por el camino. Tomemos como ejemplo el tratar de perder peso. Basta con comer un poco menos cada día, pero pocas personas tienen éxito. Somos muy débiles." "Estás en un error. Somos muy fuertes. Lo que nos atrapa es nuestra indolencia." "No sé si soy tan fuerte," confesé. "Déjame contarte algo que sucedió cuando yo era niña. Un circo estaba actuando en el pequeño pueblo donde vivía. Una mañana, un león escapó de su jaula y comenzó a pasearse por las calles. No necesito decir que provocó un gran pánico. Cuando las personas vieron al león, empezaron a correr desesperadamente, buscando seguridad." Hizo una pausa, esperando que la escena se dibujara en mi mente. "En la calle principal había una pequeña tienda de relojes. La tiendecita tenía una única entrada y una ventana pequeña en la pared del fondo. El dueño era un hombre sedentario, además le
encantaba comer y por eso estaba realmente gordo." Empecé a preguntarme cómo continuaría la historia. "Después de visitar varios lugares, el león entró en la calle principal y decidió ir a la tienda del relojero. ¿Te imaginas a aquel pobre hombre cara a cara con la bestia? Se asustó muchísimo. En un abrir y cerrar de ojos, saltó sobre la mesa, pasó a través de la ventana trasera y escapó ileso. Poco después, la gente del circo atrapó al león y lo llevó de vuelta a su jaula." "Al menos caminó un poco," bromeé. "Así es." "¿Y cuál es la moraleja de la historia?" le pregunté. "Todos en el pueblo tenían curiosidad de saber cómo el gordo relojero había logrado pasar a través de la estrecha ventana en su huida. Parecía imposible que alguien de ese tamaño pasara a través de una ventana tan pequeña. Para mostrar cómo lo había hecho, el hombre trató de repetir la hazaña, pero fracasó completamente. No pudo pasar una pierna siquiera. Incluso hoy, sigue siendo un misterio cómo se las arregló para escapar por la ventana." "Ya no tenía al león que le diera el estímulo correcto," dije. "¡Exacto! Todo lo que necesitamos es el estímulo correcto. Desde ese día, me di cuenta de que somos capaces de hazañas asombrosas. Somos mucho más fuertes, ágiles e inteligentes de lo que imaginamos. Es nuestra indolencia la que nos limita. Olvidamos que tenemos la capacidad de vivir una vida extraordinaria." "Espero no tener que encontrar un león para descubrir mis capacidades ocultas," bromeé. "No te preocupes, ya no hay casi leones. Desarrollar tus dones y disfrutar de la vida serán tus propias elecciones. La naturaleza proporciona todo lo que necesitamos para ello." Se volvió hacia mí y esperó a que nuestros ojos se encontraran. "Escucha con atención, en el cielo es donde tienen lugar los sueños. El cielo puede estar aquí. Eso depende de ti." Permanecí callado durante varios minutos, dejando que su mensaje resonara en mi mente. "Cada vez me sorprendes más. Quisiera saber más sobre tu vida. Dónde naciste, dónde estudiaste, qué libros lees, todo," le dije. "Si estás esperando una historia llena de grandes emociones, puedes olvidarlo. Mi vida es tan común como todas las demás vidas. El pasado no tiene importancia. Lo que hacemos ahora es lo que importa. No pienses en mi
vida pasada. Ni siquiera pienses en la tuya. Céntrate sólo en lo que vas a hacer a partir de ahora y haz tu vida más especial." "Voy a intentarlo." "¿Intentar? No existe tal cosa. Lo haces o no." "Lo haré. Te lo prometo." Seguí conduciendo y no dije nada hasta que llegamos al puerto. Yo la admiraba aún más, y quería ver el mundo como ella.
capítulo 18: primavera
Llegamos Los al puerto como por laestaban tarde, no habíademucho movimiento. árbolesy,en tornoeraa domingo los almacenes llenos flores coloridas. Estacioné el coche y nos quedamos viendo los enormes buques de carga. "Me encanta la primavera. Siempre me trae a la memoria imágenes agradables. Conozco una historia relacionada con ella. ¿Quieres oírla?" le pregunté. "Me encantaría," dijo suavemente. "Pasó cuando era estudiante de medicina. Estábamos finalizando el cuarto año, y mis amigos y yo estábamos agotados. Asistíamos a centenares de clases, atendíamos a una gran cantidad de pacientes, pasábamos decenas de pruebas y trabajábamos en interminables turnos de noche. El desgaste era total, e incluso los más pequeños problemas suscitaban nuestra ira. Nuestras cabezas estaban literalmente obstruidas y, lo que era aún peor, estábamos a principios de noviembre y las clases solo acabarían en la segunda semana de diciembre. En esas condiciones, asistimos a una clase de pediatría. Me senté en una mesa de la última fila, pues tenía la intención de disfrutar un poco de aislamiento. Desde mi asiento, podía ver a mis colegas y, por la postura de cada uno, pude percibir sus lamentables condiciones. Todos estaban deprimidos, apáticos, decaídos y marchitos como plantas sin agua durante mucho tiempo. Una imagen deprimente." La bruja lanzó un suspiro. "Empiezo a ver la conexión con la primavera. Adelante, por favor," dijo. "Entonces el maestro llegó. Cualquier persona sensata habría renunciado a la enseñanza en ese grupo. Pero él no se inmutó ante la imagen y comenzó su lección con alegría y entusiasmo. A partir de ese momento, algo mágico comenzó a suceder dentro de cada uno de nosotros. Al principio fue un cambio pequeño, pero demostró que él no era un maestro ordinario." Ella sonrió y no dijo nada. "La clase continuó, esa buena sensación se volvió contagiosa y desplazó nuestra consternación. Era como si el tiempo hubiese cambiado y las
primeras gotas frescas de la lluvia penetraran en la tierra, hidratando nuestras secas raíces. Nuestras hojas quemadas también recibieron con placer e incredulidad esa bendición. Debías haberlo visto. Desde mi asiento, vi toda la transformación. En poco tiempo, las pequeñas plantas marchitas y sin vida se volvieron hermosas y radiantes. Era un verdadero milagro." Aclaré mi garganta, tratando de ocultar mis emociones. "Ese día aprendí que algunas personas son como la primavera. Cuando llegan, transforman el medio ambiente. Convierten a los seres secos y marchitos en hermosos y radiantes." "Es una linda historia. Realmente hay personas con esa capacidad. Conozco algunas de ellas. Siempre están felices y hacen todo con mucho placer, cambiándolo todo a su alrededor," dijo. "Bien, desde entonces he buscado a estas 'personas primavera'... Y recientemente encontré a una muy poderosa... ¡tú!" Se quedó pensativa por un momento. "Quizás solo una 'persona primavera' sea capaz de identificar a otra. ¿Lo has considerado?" "Estaré encantado si es así, pero no estoy seguro de que la gente aumente su felicidad estoy cerca,"primavera' confesé. con seguridad. Pero te vuelvas "Bueno, cuando eres una 'persona demasiado orgulloso," bromeó. "Gracias por tu amabilidad. Tal vez yo no sea más que un aprendiz. Tengo un largo camino por recorrer." "Todos somos aprendices." Permanecimos en silencio, mirando un enorme buque transportador que estaba siendo cargado. ¿Hacia dónde irá esa nave? ¿Hacia el Lejano Oriente o algún país escandinavo? Pensé en cómo todo el mundo se encuentra estrechamente interrelacionado. Pronto no habrá más fronteras. Las culturas se mezclarán y, tal vez, sea el fin de la pobreza y todas las guerras. Un planeta habitado por 'personas primavera'.
capítulo 19: libros
Salimos del coche y seguimos caminando porque lasestoy callesaprendiendo del puerto. de ti," "Yo escribiría sobre nuestro viaje y todo lo le dije. "Puedes escribirlo, pero nadie va a creer que este viaje realmente haya sucedido. ¿Tienes la intención de escribir artículos nuevos?" "Pensé en algo más ambicioso: un libro." Ella sonrió, mostrando su aprobación. "Debes saber que un libro requiere de más responsabilidad. Las personas suelen tomar los libros en serio, puesto que los compran y los conservan. Algunas veces, los lectores incorporan algunas ideas del libro en sus propias vidas. Cuando les gusta un libro, lo ofrecen como obsequio o se lo prestan a sus amigos. Así que si realmente deseas escribir un libro, prepárate para una mayor responsabilidad." "¿Qué tipo de responsabilidad?" "Como autor, estarás expuesto. A algunos lectores les encantará tu libro, mientras que otros lo odiarán por razones muy diversas," sentenció. "No hay problema. No me voy a molestar con las malas críticas. Voy a escribir el libro y dejaré que siga su propio camino," desdeñé. Ella frunció el ceño, observando mi arrogancia. "¿Ya sabes cómo escribirlo?" "Para ser honesto, no tengo idea. A pesar de lo que pueda parecer, tengo grandes dificultades para escribir cualquier cosa. Cuando mi primera maestra dijo que yo había aprendido a escribir, estaba equivocada. Desde entonces, sufro cuando tengo que hacerlo. Tienes razón, escribir un libro es una misión difícil. Es mejor olvidar la idea," le dije. Caminamos despacio, sin rumbo fijo. "¿Vas a renunciar sólo porque piensas que será difícil? ¿Tienes la intención de seguir describiendo los mapas, o vas a empezar a convertir tu vida en algo especial?" me reprendió. "No sé si..." "Escribir un libro es muy fácil. Primero, necesitas una libreta y un bolígrafo. Consérvalos contigo. Vas a escribir tus ideas cada vez que se te ocurran, porque si las dejas para más tarde se te olvidarán. Escribe una o dos
líneas para cada idea, de modo que puedas recordarlas. De hecho, vamos a empezar ahora." Sacó la libreta de su bolso y arrancó una hoja de papel en blanco, pasándomela. Entonces me dio una pluma. "Por ahora, escríbelo en esta hoja. Podrás conseguir tu propio cuaderno después." Le di las gracias y, sólo para tomarle el pelo, hice una nota y la leí en voz alta: "No te olvides de comprar mi propio cuaderno y un bolígrafo." Ella ignoró mi comentario y prosiguió con sus recomendaciones. "El siguiente paso es imitar a los que ya lo han hecho." "¿Imitar a los que ya hicieron qué?" le pregunté. "Libros, los escritores. Toma un libro y cópialo," recomendó. "¿Copiarlo? ¿Cómo es eso?" "Elige un libro que hayas disfrutado. Toma un cuaderno y empieza a copiarlo. Dedícale un tiempo y copia el libro desde el principio." "¡Dios mío! En dependencia del libro, voy a estar copiándolo durante meses. Honestamente, no tengo la fuerza de voluntad para hacerlo," exclamé. "No es necesario copiar todo el libro, sólo toma unas pocas páginas. Tres oautor, cuatro suficiente. El objetivo estilo del la páginas manera será en que acopla los párrafos,eslafamiliarizarte estructura de con los el diálogos, la construcción de los capítulos, etcétera." "¿Y entonces?" pregunté. "Entonces debes cerrar el libro y continuar la historia por ti mismo. Cuando hayas terminado, sólo modifica el principio y habrás escrito tu libro." Yo estaba completamente asombrado ante la aparente simplicidad de la receta. "El problema consiste en disciplinarme, para escribir un poco cada día. Este será, sin lugar a dudas, mi principal problema." "Dijiste que alcanzar el umbral era como cepillarse los dientes. Debes verte obligado a hacerlo hasta que se convierta en un hábito." "¿Y quién me obligará a escribir?" "Tú mismo. Pero si necesitas ayuda, dile a tus amigos que estás escribiendo un libro. Si lo haces, ellos te obligarán a escribirlo. A la gente le encanta poner demandas sobre los otros. Después de anunciarlo, tendrás que escribirlo. O serás considerado un mentiroso," advirtió. "Me gustas más y más cada vez. Siempre tienes una solución para todo. ¿Qué más necesito saber acerca de cómo escribir un libro?" "Un texto es como una canción, tiene que tener ritmo y variaciones. Pon música relajante mientras escribes, y eso te ayudará a marcar el ritmo," sugirió.
"Espera un segundo. Déjame escribir esta receta para crear libros." Ella negó con la cabeza, divertida por mi actitud. "Y por favor, no lo hagas complicado. Escribe una historia corta, con grandes letras y palabras fáciles. Nadie debería pasar un tiempo precioso leyendo un libro enorme o tratando de entender complicados textos. Al contrario, debemos vivir nuestras propias aventuras; así que hazlo tan simple como sea posible," recomendó. "¿Qué pasa si tengo muchas cosas que escribir?" la desafié. "Entonces escribe varios libros pequeños. Los grandes libros sólo están destinados a tener el nombre del autor escrito en letras grandes sobre el lomo, y molestar a los lectores. Lo esencial es simple y obvio. No uses demasiadas palabras para hablar de ello." "¡Esa es una idea interesante! Déjame escribirla, no sea que me olvide de ponerla en mi libro." "¿Acerca de la simplicidad de lo esencial?" "No. Acerca de tu tesis de que los grandes libros sólo sirven para molestar a los lectores," mentí para burlarme de ella. "No me provoques o me veré obligada a escribir un libro antes que tú," me dijo. "¡Vaya! Ahora voy a desafiarte de veras. Me encantaría leer tu libro." "No voy a escribirlo todavía porque tengo otras prioridades, y de todos modos, como todas las brujas grandes, quiero mantener mi anonimato." "Dile adiós a tu anonimato, porque voy a escribir sobre ti en mi libro. Pronto todo el mundo sabrá de tu existencia," decreté. "Adelante. Nadie lo va a creer. Ellos van a pensar que soy un producto de tu imaginación." "Si eso sucede, te voy a presentar y todo el mundo se quedará pasmado," respondi. "Eso no va a ser posible." "¿Por qué no?" "Porque estoy saliendo de viaje." Al decir esto, señaló hacia un enorme trasatlántico que estaba atracado enfrente de nosotros. Pensé que estaba bromeando, pero pronto supe que no era así.
capítulo 20: buque
"Mira ese trasatlántico," ella. "Es hermoso... ¿qué pasaseñaló con él?" "Ven conmigo," dijo. Caminamos en silencio hasta que nos acercamos a la plataforma. Había un intenso movimiento de personas allí. Numerosos miembros de la tripulación estaban organizando el embarque de pasajeros a través de la rampa de acceso. El barco parecía listo para partir. De repente noté a un oficial vestido con un magnífico uniforme blanco que caminaba en nuestra dirección. Estaba acompañado por un marinero que lucía el escudo de armas del barco en su camisa. Se acercaron, deteniéndose frente a nosotros. "¡Hola! Es un placer verte de nuevo. Ha pasado un largo tiempo desde la última vez que nos vimos," dijo el oficial, besando la mano de la bruja con reverencia. "Hola, capitán," dijo la bruja. El capitán hizo una seña al marinero para tomar el bolso de la bruja. El chico dio un paso adelante, como si hubiera sido entrenado para hacer eso muchas veces. Yo me había quedado atónito, tratando de entender lo que estaba sucediendo. "Este es el amigo que me trajo," dijo la bruja, presentándome al capitán. "Es un placer conocerlo," dijo el capitán. "El placer es mío," contesté, ñoño. El capitán se volvió hacia la bruja. "Tu camarote está listo. Reservé el mejor de la primera clase para ti. Espero que te guste... También me sentiré muy honrado de tenerte para la cena en mi mesa esta noche." "Estaré encantada de disfrutar de tu compañía en la cena de esta noche. Y sabes que el lujo de la primera clase no me tienta, pero mis modales no me permiten rechazar la oferta," dijo, en tono de broma. El capitán se rió de la ocurrencia. Parecían viejos amigos. La bruja se volvió hacia mí. "Me gustaría darte esto." Abrió la mano y me
dio un pequeño objeto, atado a una cuerda delgada. Lo tomé. Era una pequeña copia metálica del cuadrado y sus diagonales. "Esto es para recordarte la importancia de ver el mundo desde diferentes perspectivas, y también nuestro viaje de hoy." Me sentí como si estuviera soñando. "Gracias. Nunca me olvidaré de ti. Gracias... no tengo nada que darte como regalo," murmuré con tristeza. "Comienza a vivir tu vida como debe ser... Y escribe el libro," recomendó. "Lo haré," tartamudeé. El capitán esperó sonriendo. "Ahora tengo que irme. Voy hacia Europa. Tengo algunos negocios allí. Dame un beso y prométeme que te cuidarás," me dijo. "Lo prometo, si me prometes lo mismo." "Es un trato." Nos abrazamos y la besé cariñosamente en la mejilla. "¿Voy a verte de nuevo?" le pregunté. "Nuestros están unidos para siempre. No habrá separación." "Estoy felizdestinos de saberlo." Se volvió hacia el capitán. "¿Podemos irnos?" "Claro," dijo él. "Buen viaje," repliqué. "Para ti también," respondió ella. "Pero yo no voy a viajar," murmuré. "Por supuesto que sí. ¿O es que quieres seguir describiendo los mapas después de todo?" dijo riendo. "Tienes razón. Gracias." "Adiós." "Adiós." Ella y el capitán subieron a bordo, charlando como viejos amigos que no se han visto durante un largo tiempo. No recuerdo cuánto más permanecí allí, sin saber qué hacer. Sólo recuerdo a los remolcadores empujando el trasatlántico y el atardecer. En ese momento, abrí la mano y encontré el regalo que ella me había ofrecido.
capítulo 21: reanudación
Regresé a casasiguiente, solo, percibiendo sensación de irrealidad. A la mañana volví aluna hospital dudando de que todo hubiese sucedido realmente. Pensaba que iba a ser interrogado sobre la desaparición de la anciana con neumonía, pero pasé toda la mañana en la clínica y nadie vino a hablarme de ello. Por la tarde, hice mi visita de rutina a la sala y encontré a un nuevo paciente ocupando la cama donde había estado la bruja. La enfermera que nos había visto salir la mañana anterior se encontraba de servicio, pero no dijo nada. Llegué a pensar que todo había sido producto de mi imaginación. Había escuchado acerca de casos psiquiátricos muy extraños. ¿Podría algo así estarme ocurriendo? Tenía miedo de preguntarle a la enfermera y descubrir que ninguna anciana había sido hospitalizada en los últimos días. ¿Comprobar el registro de los pacientes? ¿Pero si no encontraba nada? Después de terminar mi trabajo, me fui a casa y me tiré sobre la cama. No tenía apetito para la cena y recordé que tampoco había almorzado. Permanecí en la cama durante mucho tiempo sin moverme, esperando a que algo sucediera, quizá despertar de una pesadilla o descubrir el alcance de mi trastorno mental. Pensé en revisar el coche para ver si lo había conducido hasta la costa el día previo. Pero pronto abandoné la idea porque desconocía mi kilometraje anterior. Tal vez volvería al restaurante donde habíamos almorzado para preguntar si habíamos estado allí, pero descarté la idea. Pensé que quizás el restaurante ni siquiera existía. Y de ser así, tendría que buscar a un psiquiatra y concertar mi hospitalización inmediata en la sala de psiquiatría. El talón de mi chequera no me ayudaría tampoco, porque recordé que había pagado en efectivo los gastos de nuestro viaje real o imaginario. Me quedé mirando hacia el techo, pensando en que toda la historia con la bruja parecía demasiado fantástica para ser real. Ella tenía razón, nadie la creería. Para ser honesto, yo mismo estaba en duda. No sé cuántas horas estuve en ese limbo mental, pero gradualmente las
preocupaciones rutinarias comenzaron a traerme de vuelta a la realidad. Sentí hambre y me levanté para buscar algo en la cocina. Fui a la nevera y sólo encontré los estantes vacíos. De hecho, mi apartamento era un desastre. Además de no tener nada que comer, me encontré con una montaña de ropa a la espera de ser lavada. Mecánicamente, comencé a ceder terreno. Tomé la primera camisa de la pila de ropa sucia, me aseguré de que los bolsillos estuviesen vacíos y la puse al revés antes de entrarla en la máquina. Había aprendido este truco de voltear la ropa con mi ex novia. Es útil porque evita que la ropa lavada se ensucie cuando se saca de la lavadora o cuando se está secando. Continué haciendo la colada durante cierto tiempo, separando las ropas de colores de las blancas e introduciéndolas en la máquina. Pero cuando registré los bolsillos de los pantalones que había llevado el día anterior, sentí un pequeño objeto adentro. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal y mi respiración se detuvo. No lo podía creer. Sostuve el objeto y saqué mi mano con sumo cuidado. Cerré los ojos, respiré hondo y abrí la mano lentamente. Cuando ahí mi estaba regalo que lacuadrado bruja memetálico había ofrecido joya más preciosa miré, de toda vida.el El pequeño con sus-ladiagonales era real. Una sonrisa de alivio regresó a mi rostro, y exhalé el aire de mis pulmones en la dicha. Debí haberme quedado mirándolo durante mucho tiempo, porque innumerables detalles de nuestro viaje pasaron por mi mente. Acabé extrañando a mi amiga profundamente, pero estaba feliz porque sabía que en ese momento ella se dirigía a Europa. Dejé las ropas amontonadas en la máquina y regresé a mi habitación, llevando mi presente conmigo. Me acosté en la cama y disfruté de la certeza de que nuestro viaje había sucedido en realidad. Entonces, alegremente, me quedé dormido y tuve sueños agradables.
capítulo 22: tarjeta postal
En las semanas fui devorado vezsepor la rutina. Sólo algunas chispas de lo siguientes, que había aprendido de miotra amiga mostraban en raras ocasiones. Como ella había dicho, las exageraciones de las actividades cotidianas me impidieron darme cuenta de lo esencial para ser feliz. Ocho meses pasaron, y mi vida llegó a ser exactamente como era antes de conocer a la bruja. Nuestro viaje se había convertido en un recuerdo lejano de algo agradable. Mi rutina no había cambiado, hasta el día en que unos amigos me invitaron, por un fin de semana, a una cabaña de alquiler en las montañas. Era invierno. Fuimos un sábado por la mañana en dos coches, con tres personas cada uno, y conducimos unas tres horas hacia nuestro destino. Cuando estuvimos en las cercanías del pueblo, fuimos sorprendimos por una densa niebla. La visibilidad se redujo en gran medida, y sólo encontramos la cabaña porque un amigo en nuestro grupo conocía muy bien el camino. De lo contrario, habría sido imposible llegar. Descargamos nuestras maletas y nos fuimos a almorzar. La niebla seguía siendo impenetrable y omnipresente todo el tiempo. Yo era la única persona en el grupo que estaba allí por primera vez, y todos mis amigos se quejaban por la niebla. Les hubiese gustado mostrarme el paisaje de montaña espectacular, pero era imposible. Nos alojamos en la ciudad hasta que se hizo de noche, y yo apenas podía ver los edificios a causa de la niebla. Era muy extraño estar en un lugar que todo el mundo indicaba como maravilloso, mas donde yo no podía ver casi nada. Por la noche, aún rodeados por la densa niebla, volvimos a la cabaña. Hablamos durante algún tiempo, tomamos vino y nos acostamos a dormir. Me desperté temprano a la mañana siguiente y, aún envuelto en mi manta, salí al porche para comprobar el tiempo y respirar el aire puro de la montaña. Todos mis amigos estaban durmiendo, así que tuve cuidado de no hacer ruido. Cuando abrí la puerta, fue como mirar en una habitación llena de
algodón. La niebla era más densa, tan intensa que producía un silencio sofocante en el aire. Me sentía triste, porque nos iríamos esa noche y no podría ver el paisaje maravilloso que mis amigos me habían descrito. Aún envuelto en la manta, salí y me senté en una silla. El aire se sentía gélido e inamovible por completo. Me decidí a disfrutar de esa sensación de irrealidad. Permanecí allí sentado, sin pensar en nada durante unos diez minutos. De repente, mis ojos se posaron en una hamaca enganchada en la pared. Había cuatro tornillos. Me acordé de la bruja. "¿Cuántos tornillos has visto hoy?" me había preguntado. Parecía un pasado remoto. ¿Dónde estaba ella? Los recuerdos de nuestro viaje comenzaron a llegar en el mismo momento que sentí cómo el aire se movía. Estaba recordando nuestras aventuras y me percaté de que la niebla se hacía menos densa. Después de unos segundos, pude ver nuestros coches aparcados frente a la cabaña. Después, un pequeño lago más abajo. Más allá, el contorno de las montañas. De repente, como si una espesa cortina se hubiese retirado, apareció un nítido cielo azul y el sol iluminó el paisaje más deslumbrante que jamás había visto. Fue tan mágico que mis ojos se inundaron de lágrimas. En ese momento, sentí la presencia de la bruja a mi lado, enseñándome a leer el lenguaje que usa Dios para hablarnos a través de la naturaleza. Debí haberme quedado extasiado por más de una hora. Sólo me di cuenta de dónde estaba cuando escuché a mis amigos levantarse para preparar el desayuno. El resto del día fue maravilloso. Volvimos al pueblo y pude ver las casas y edificios, invisibles el día anterior. Almorzamos en un restaurante delicioso, y por la tarde paseamos por las montañas en coche, disfrutando del increíble paisaje. Sólo lamenté no haber llevado mi cámara. Me hubiese gustado tener algunas fotos para registrar ese día tan especial. Por la noche, empacamos nuestras maletas y regresamos a las tribulaciones de la gran ciudad. Mis amigos me dejaron frente a mi edificio y partieron. El portero me entregó la correspondencia. Había algunos informes, folletos y una postal que mostraba la Torre Eiffel. De inmediato, volteé la tarjeta y leí: No es suficiente entenderlo. Tienes que aprender. Y aprender significa repetirlo hasta que puedas hacerlo por tu cuenta. No dejes que la niebla te ciegue otra vez.
Estoy esperando el libro. Besos.
Subí las escaleras, encendí el ordenador, puse una canción en el reproductor de CD, mi amuleto sobre la mesa y empecé a escribir este libro. El Libro de la Bruja...
post scriptum Después de todo, sé que es difícil creer en la existencia de alguien tan especial como una bruja. Cuando les mostré este libro a mis amigos, incluso ellos dudaron de la veracidad de esta historia. Así que he añadido una imagen de la tarjeta postal y el obsequio que recibí de mi amiga.
Como escribió Cicerón: Quid praeclarius mihi accidere potuit?
(¿Podría ocurrirme algo más maravilloso?)
Querida Bruja, aquí está tu libro. Espero que lo hayas disfrutado... ¡Oh! No te olvides de enviar alguna noticia. Un beso grande.
acerca del autor Le dijimos a Roberto Lopes que un fotógrafo sería enviado para tomarle la foto de la portada del libro. "No será necesario. Ya tengo una foto en la que estoy en excelente forma," dijo. Así que le pedimos la foto. Y esto es lo que hemos recibido:
Roberto Lopes es licenciado en derecho, ingeniería mecánica y medicina. Vive en Brasil y le encanta viajar y escribir en su tiempo libre.