"El Hacer" de la Sahumadora o el Sahumador Ser Sahumadora es un privilegio que da la oportunidad de servir, con el propósito de brindar equilibrio a las personas, a los lugares y a ella misma. La Sahumadora elige un camino que será de continuo aprendizae. Las e!periencias serán nicas y personales. # trav$s del trabao con los elementos, recibirá dones, bene%icios y responsabilidades. Se convierte en una guerrera y su incensario en el instrumento que le permitirá en%rentarse al conocimiento y la trascendencia de los l&mites impuestos en la vida cotidiana u ordinaria. En el Hacer del sahumador, un primer nivel se re%iere a las %ormas, dicho de otra manera, al mundo de lo material, del tonal. Es sencillo de transmitir y de e!perimentar. e!perimentar. El siguiente nivel lleva a la apreciación de las mani%estaciones sutiles del Esp&ritu. 'edimos a quienes desean conocer el Hacer de la sahumadora, abran los oos del corazón y liberen su mente de concepciones mecánicas y aprendidas. Hablamos en %emenino porque es una práctica mayormente reservada a las mueres, aunque tambi$n la eercen los hombres que deciden aprender a trav$s de este camino. El incensario representa el vientre que contendrá los carbones encendidos, ese %uego primordial, recibirá el incienso de copal y las di%erentes hierbas medicinales y aromáticas. Hay dos tipos de incensarios( el popo!comitl y el tlemaitl. Se considera al popo!comitl como un recipiente %emenino, por la %orma de copa. )n vientre que se sostiene por el *cuello del tero+ o base.
El tlemaitl tetl, %uego y maitl, mano-, está %ormado por el recipiente que contiene los carbones y una e!tensión que permite a la sahumadora sostenerlo. Su %orma sugiere los dos principios( el %emenino depósito- y el masculino e!tensión o mango para sostenerlo-. e alguna manera simboliza la alianza de lo masculino y lo %emenino, la integración de los *opuestos+ que lleva a un %in sublime.
esde el corazón de la sahumadora surgirá la intención, %luirá a trav$s de su brazo derecho y terminará en el recipiente del tlemaitl en cuyo vientre arden las brasas, trans%ormando el incienso en espirales de humo blanco y aromático. El hacer de la sahumadora y el sahumador se conoce a trav$s de los di%erentes códices, de estelas, de vestigios arqueológicos, de la tradición transmitida por generaciones y por los relatos de %ray /artolom$ de las 0asas y %ray iego urán, como %uentes principales. *Si hab&an de cazar plumas, la misma liga para tomar los páaros, la incendiaban. ...les mandaban que antes de salir de casa, sacri%icasen al %uego y le hiciesen oración, y a los umbrales de las casas y, en llegando a los montes, que los saludasen e hiciesen sus sacri%icios y promesas+.
0ódice 1e$váry23ayer Sahumar era una práctica ritual tanto en los lugares sagrados como en los hogares. La persona elegida se encargaba de o%recer respeto y agradecimiento a las deidades, por medio del humo del copal. 'ara los antiguos me!icas, el %uego se consideraba sagrado por los dones que les brindaba. La deidad del %uego( 4iuhtecutli, uni%icaba, puri%icaba, iluminaba los corazones y las ceremonias.
En el códice 5&os se representa a 0hantico, a qui$n se consagraba el %uego del hogar. El %uego se manten&a encendido en las viviendas y sólo se apagaba al cumplirse el ciclo de 67 a8os, de acuerdo a la cuenta del tiempo de los me!icas. El nuevo %uego se encend&a en una ceremonia ritual, en el 9eocalli en el actual 0erro de la Estrella. 'ráctica que an contina haci$ndose por los abuelos de la tradición.
Ese 1uego :uevo se llevaba a los hogares. En cada casa hab&a un lugar reservado para los enseres de cocina y el %ogón, que consist&a en tres piedras colocadas de manera tal que %ormaran un triángulo, en su centro se colocaban las brasas. Sobre las piedras descansaba el comal y se cocinaba. Ese lugar era la morada de 0hantico, el %uego del hogar. En cuanto el 1uego :uevo llegaba a la vivienda, la sahumadora encend&a el tlemaitl, y con el humo del copal sahumaba la vivienda. #s& agradec&a a las deidades protectoras del lugar y de la %amilia que ah& habitaba. 0uando tomaban los alimentos, convidaban al %uego y le agradec&an. #l inicio y al %inalizar cada d&a, se sahumaban las e%igies de las deidades protectoras del hogar, representados en el altar de cada casa. Les mostraban su agradecimiento y les solicitaban los %avores para el d&a siguiente. 9ambi$n se sahumaban los enseres del hogar y del trabao. El Hacer de la sahumadora era de suma importancia porque se convert&a en un medio de comunicación con el Esp&ritu. En otro nivel, la sahumadora trasciende el hacer cotidiano y aprende a reconocer el lenguae nacido de la %usión entre su corazón y su intención. Eso se e!presa a trav$s del incensario, con el %uego, con las esencias aromáticas y el lenguae del movimiento y %iguras de las volutas de humo, que serán como palabras blancas dibuadas en el aire. 9odo contiene un pro%undo signi%icado, se convierte en una voz sutil que indica, sugiere, ordena, puri%ica, anima, de%iende, protege. El hacer de la sahumadora inicia en el momento en el que coloca los carbones en el centro del tlemaitl y los enciende con los cuatro ocotes, cada uno orientado a las cuatro direcciones, solicitando a los cuatro 9ezcatlipocas le permitan trabaar con impecabilidad y as& lograr la cone!ión con el Esp&ritu. En cuanto los carbones enroecen, dea caer sobre ellos el copal, las hierbas aromáticas y alimentará el tlemaitl el tiempo que sea necesario. Las emanaciones son de paz, benevolencia, amor, puri%icación. 'or esos motivos, armonizan y protegen. La sahumadora es quien recibe a la gente, irá al %rente de todas las ceremonias porque es la encargada de preparar el camino, de limpiarlo. 9ambi$n puri%icará los enseres que se empleen, sahumará a cada una de las personas, por el %rente y por la espalda.
#l %inalizar la limpieza, cada persona le agradecerá y besará el tlemaitl en se8al de gratitud y respeto. En la ceremonia del 9emazcal, es su responsabilidad el sahumar el lugar, dentro y %uera del 9emazcal, los enseres que se emplearán y a las personas. Los movimientos de tlemaitl serán circulares para unir los cuatro rumbos. Lo elevará por encima de su cabeza y lo baará en dirección a la 3adre 9ierra. 0on los movimientos se8ala la unión y comunicación entre los rumbos, el cielo y la tierra. Entre el hacer de cada uno de los 9ezcatlipocas y el ser humano. La sahumadora establece entonces un compromiso con la tradición y con ella misma. Su tlemaitl se convierte en un instrumento precioso porque, a trav$s de $l, eleva los rezos hasta el Esp&ritu, establece la comunicación, mantiene la armon&a, equilibra. 0uidará del tlemaitl y no permitirá que otros lo empleen puesto que es una e!tensión de ella misma, un portal entre el mundo visible o del tonal, y el mundo no visible o del nagual. #l %inalizar su trabao lo limpiará con un trocito de madera y devolverá a la tierra los residuos en los que se contienen las energ&as absorbidas por los carbones. Lo envolverá en una tela de algodón. #s& como en la danza el aire se representa con giros y vueltas, la tierra cuando se pisa con %uerza, el agua al zigzaguear y el %uego con brincos, la sahumadora realizará los movimientos circulares, a manera de espiral, en %orma de serpiente, o posando el tlemaitl en un punto dado, obedeciendo a una intención. Será mediadora entre el cielo y la tierra, entre el esp&ritu y la materia, entre los seres vivos y los ya trascendidos. En un principio irá descubriendo paulatinamente la in%ormación, porque desde que es iniciada estará protegida por el Esp&ritu, cuando su intención de servir es genuina y libre de malas intenciones. #prenderá a ver y a escuchar a trav$s de su corazón y ayudará a sanar y liberar a otros de las energ&as mal cali%icadas. Es un camino y partiendo de lo evidente, poco a poco se le revelará lo que las miradas cotidianas no pueden percibir. Es una senda de gran responsabilidad y enormes satis%acciones espirituales. 'ara su iniciación, deberá conocer todos los aspectos relacionados con el Hacer y aceptar conscientemente el compromiso con su trabao interno y e!terno como sahumadora. eberá pedir permiso a la 3adre 9ierra 9onantzin, para hacer un aguero y enterrar ah& su tlemaitl, boca abao. esde el momento en que remueve la tierra, le solicitará que le otorgue la %uerza al incensario, para que pueda llevar a cabo su labor. Lo deará enterrado durante ; d&as. e nuevo pedirá permiso para e!traerlo y lo lavará con cuidado. Lo ba8ará con agua bendecida o de manantial, deando un tanto de agua hasta que se consuma o en su caso durante 6 d&as más. #l %inalizar la ceremonia de velación y al momento del amanecer, mani%estará al Esp&ritu su intención de ser portadora del %uego y a%irmará su compromiso. #l llegar a una ceremonia, debe presentarse ante la persona que dirige y mani%estar su deseo de participar. #l ser aceptada, pondrá la rodilla izquierda en el piso y esperará la indicación para ser sahumada. 'resentará sus respetos al altar y a los cuatro rumbos. Le será indicado el lugar que deberá ocupar en la ceremonia o para posar o *sentar+ su tlemaitl o sahumador, siempre sobre un pa8uelo o paliacate roo. En las ceremonias nocturnas su lugar estará unto al altar, o en donde se elabora la o%renda. En el c&rculo de la danza, su sahumador deberá permanecer en el centro, colocado o *sentado+ sobre el pa8uelo. ependiendo de quien dirige la ceremonia, recibirá indicaciones di%erentes. 0on humildad y completa apertura, descubrirá que en cada lugar, en cada ceremonia, tendrá mucho que aprender.
'or todas nuestras relaciones.
http://bosquedeaguilas.blogspot.com.br/2014/07/el-hacer-de-la-sahumadora-o-elsahumador.html Por: Maria Eugenia ear !an"