El exilio en el libro de Baruc
Baruc es un personaje histórico, según nos lo narra el Libro del profeta Jeremías, es su secretario, colabora con el profeta cuando éste no puede realizar algunas acciones. Cuando el profeta Jeremías es llevado a Egipto también se va con él Baruc. El libro de Baruc, según la investigación bíblica, aparece en un contexto distinto al que vivieron los personajes antes mencionados, fechándolo en la mitad del s. II a. C. sus dos primeras secciones y la última sección y redacción en el s. I a.C. Tomando en cuenta los datos anteriores, la historia, las acciones cultuales, los temas sapienciales, que se presentan en el libro están dentro del contexto del exilio en Babilonia, como el marco narrativo, aunque su marco redaccional es otro. El libro se encuentra dividió en tres secciones, además de una introducción. Sus tres secciones son heterogéneas en un primer momento y en un segundo momento el último redactor le da un sentido de unidad. El tema del exilio se puede descubrir en las tres secciones que tiene el Escrito Bíblico. La introducción ubica en el contexto en el que se va a desarrollar la historia. El texto es de Bar uc, y fue leído al rey Jeconías, y al pueblo que vivía en Babilonia (1,1-3) y también fue enviado a los habitantes de Jerusalén con algunas indicaciones precisas (1, 10-14). La primera sección es una oración penitencial con el trasfondo dramático de la destrucción de Jerusalén y de su templo, su ambientación y el contenido de la oración remiten a la época del destierro en Babilonia. La oración desarrollada en esta sección se convertirá en la parte más importante si queremos vincularla directamente al tema del exilio y descubrir la reflexión que se hace ahí. Una primera parte de la oración consiste en la confesión de los pecados (1,15 – 2,10): el Señor, nuestro Dios es justo;
nosotros, en cambio, nos sentimos abochornados… porque hemos pecado… por eso se nos acumulan desgracias y maldiciones… por eso el Señor cumplió las amenazas que había pronunciado contra nosotros… el Señor nuestro Dios es justo; en cambio, nosotros y nuestros padres, nos sentimos hoy abochornados… abochornados… nosotros nosotros no hemos pedido al Señor que nos cambiase los los perversos planes de nuestra nuestra mente.
La segunda parte de la oración contiene la súplica de parte del pueblo (2,11-35; 3,1-8): Aparta de nosotros tu cólera, líbranos por tu honor y haz que ganemos el favor de los que nos deportaron . Estos textos muestran el pensamiento de la teología deutoronomista (2,29-35). También revive los sentimientos vividos tanto en el momento de la invasión babilónica, como la situación de los desterrados (2,17-18.25-26; 3,8). La experiencia del exilio suscitó la conversión (3,7). La segunda sección de esta obra de Baruc (3,9 – 4,4) se une a la literatura sapiencial. El poema sapiencial presente en esta sección que de principio está separada de la primera es unida por el redactor final para dar una enseñanza conjunta. En esta parte el sabio dirige su enseñanza al pueblo para hacerle caminar por el camino del conocimiento: un discernimiento sobre por qué Israel está en situación de desgracia, la posibilidad de volver a Dios pasando por el camino de sabiduría que había estado escondido y ha sido revelado a Israel. La tercera sección (4,5 – 5,9) vuelve al tema del exilio, ahora desde la perspectiva del regreso a la tierra. Su estilo es cercano a los profetas que anuncian la vuelta del pueblo, el segundo y el tercer Isaías. Cuando la liberación está cerca la esperanza puede empezar a asomar sin miedo a verse
defraudada: Ánimo,
pueblo mio,… marchad hijos, marchad… Queda muy patente en esta sección las palabras duras pronunciadas contra Babilonia: un pueblo despiadado y de lengua extraña… malditos los que te hicieron daño… La carta de Jeremías (Ba 6) es una sección aparte incluida en el Libro de Baruc. También evoca el acontecimiento de la invasión babilónica y el destierro, y aprovechándolo, hace una sátira a la idolotría. Aunque aparece en su título como carta no puede considerarse como tal: La lengua de esos dioses ha sido modelada por un artesano… aunque recubiertos de oro y pl ata, son falsos y no
pueden hablar… como cacharros domésticos… tienen la cara ennegrecida por los humos del templo.
Cfr. CARBAJOSA P. I., Baruc, en Diccionario del profetismo bíblico, 94-101.
Josué Valentín Góngora