EL AMANTE DE LA CHINA DEL NORTE Y la posibilidad de la literatura en Marguerite Duras
Ana Paula Marangoni “La pequeña del sombrero de fieltro aparece a la luz fangosa del río, sola en el puente del trasbordador, acodada en la borda. El sombrero de hombre colorea de rosa toda la escena” Amante, M. Duras
Un país llamado Indochina. Nombre que podría ser compuesto, tanto de un país como de un Continente. Una región desplazada, colonia de otro país, de otro continente. Una niña blanca entre mestizos, indios y chinos, hija de propietaria blanca, esclavizada en una tierra esclava. Un territorio híbrido, invaluable, que produce deudas hasta la pobreza absoluta. Una niña blanca cuyo color le da privilegios en una colonia francesa, y, paradójicamente, cuya pobreza la sitúa en lo más bajo de la escala social. Marguerite Duras instala su escritura en esta región de su memoria y su autobiografía. La literatura se abre camino en ese lugar de nombre confuso, en ese espacio-tiempo contradictorio, imposible de definir. Esa niña de belleza rara lleva en su forma de vestir el estigma de su pobreza, de su exotismo, de su ridículo más allá del ridículo, de su atrevimiento que pronto la convertirá en mujer, amante y escritora a la vez. Su sombrero de fieltro rosa, masculino y femenino a la vez, sus zapatos de taco gastados, su vestido sobre el cuerpo delgado y su lápiz labial materializan en su cuerpo una región de abandono, de entrega absoluta al amor, a los hombres, a la locura, al caos; como prefiguración de toda su producción literaria. En esa muchacha que se asoma despreocupada por la baranda del trasbordador aguardan su pulsión sexual, su libido literaria, sus más trágicos traumas y desórdenes a punto de estallar. Diva desplazada, configura su vínculo con el universo, invirtiendo constantemente los órdenes preestablecidos: niña blanca y pobre se convierte en amante de un hombre chino y rico. r ico. A partir parti r de este vínculo concreta otros que transgreden aún más las normas sociales: Thanh, criado indio; su hermano pequeño, Paulho; su amiga incondicional, Hélenè Lagonele. Ella desplaza y rompe todas las barreras sociales, raciales, económicas y culturales. En ella y en Indochina, Oriente y Occidente encuentran su punto de fisura. El sexo atraviesa todos los límites: la homosexualidad, el incesto, las convenciones matrimoniales, las conveniencias raciales, los pactos económicos, los códigos culturales. En ese punto de quiebre, donde terminan la racionalidad y el orden, comienza el erotismo sin límites, la locura, y la escritura literaria. El lenguaje se actualiza en el diálogo y en los silencios que éste esconde. La palabra se mezcla con la imagen hasta tornarse escena. La transparencia y la brevedad de las palabras acentúan el abismo producido por la interioridad de cada personaje. Lo que el sexo une momentáneamente, el lenguaje lo separa. En la tensión unión-rechazo surge el erotismo, en el momento más fuerte de fracaso, de incomunicación entre bocas y cuerpos. Las conversaciones atraviesan la sinceridad excesiva, las verdades latentes, la dulzura y la crueldad. En el juego de las palabras los personajes aceptan un código, que es precisamente estar más allá del código: decir lo que se piensa, hacer lo que se siente. Jugar con la verdad es la treta de estos personajes vencidos. En dos de sus póstumas publicaciones, la escritura autobiográfica de Marguerite se postula como germen y síntesis de su obra. La catástrofe personal y la ruina que la coloca más allá de todos los límites dan origen a la escritura literaria, donde la palabra y ella misma son una. Ella es el grito ahogado, el silencio que habla en su hiper expresividad, la palabra desatada de toda convención, el erotismo exaltado en el dolor como en el placer. Ella (Marguerite, Su Literatura o la Literatura a partir de ella) en sus escritos póstumos cierra cierr a el círculo, cuya herida comienza a manar en El amante www.citerea.com.ar
El amante de la china del norte — 2
Ana Paula Marangoni
y llega al punto más riesgoso de la hemorragia en El amante de la China del Norte, casi al punto de tocarse con la muerte. Ella (todas las ellas posibles) reúne a toda su literatura en su punto de origen, y exponiendo a la escritura a sus zonas más débiles, más frágiles. En la unión del círculo nos maravillamos de la escritura literaria matándose y reinventándose más allá de todos limites que la desplazan y la marginan constantemente. ¿Podemos hablar de una escritura menor, ya no kafkiana, pero si extranjera, si marginal? Desde la mítica Indochina, que ya es otra a partir de la escritura, otra desde la literatura, y otra muy distinta en la mente de cada lector, brota la palabra callada, la más hermosa, la más cruel, la más significativa de lo insignificante. Me atrevo a agradecerle, a su memoria, por tan bello regalo. A Ella, por supuesto.
“Permanecí en la historia con toda esa gente y sólo con ella. Volví a ser escritora de novelas.” El amante de la China del Norte, M.Duras
Sobre la autora:
Marguerite Duras (nació en Gia Dinh, cerca de Saigón, el 4 de abril de 1914 y falleció en París el 3 de marzo de 1996) es el seudónimo de Marguerite Donnadieu, Novelista, guionista y directora de cine francesa. Para leer la literatura de Marguerite… Obras principales:
Moderato Cantabile El vicecónsul El arrebato de Lol V. Stein Los ojos azules pelo negro Emily L. Los caballitos de tarquinia El amor Destruir, dice El hombre sentado en el pasillo, el de la muerte El amante El amante de la China del Norte Escribir
Nota: No olvidemos que esta autora ha hecho importantes trabajos en Cine, además de hacer literatura. Queda pendiente revisar aquella labor.
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