EJERCICIO LAS HOJAS EN EL ARROYO Comience enfocarse y concentrarse en la respiración como lo ha hecho antes. Dese cuenta de como la respiración hace que suavemente se mueva el pecho y el vientre. No hay necesidad de controlar su respiración de ninguna manera, simplemente dejar que la respiración fluya. Permita que sus ojos se cierren suavemente. Luego, después de unos momentos, imagine que está sentado al lado de un pequeño arroyo en un cálido día de otoño. Cuando mira en la corriente, se observa una serie de hojas grandes de todos los colores, formas y tamaños a la deriva, cada una va a su propio ritmo, una por una, en un movimiento actual muy lento. Permítase simplemente estar allí por un momento, observando. Cuando esté listo, lleve gradualmente su conciencia de lo que está pasando hacia el mundo interno de los pensamientos, emociones, sensaciones, etc. todo eso que está dentro suyo. Mientras lo hace, observe con cuidado etiquete cada experiencia de las mencionadas anteriormente, es decir todos aquellos pensamientos, sentimientos, sensaciones, deseos e impulsos. Preste atención a lo que está pasando en su mente y cuerpo mientras identifica cada uno de ellos y luego etiquete lo que está pasando. A medida que cada pensamiento, sentimiento, memoria, o impulso viene a la mente, coloque suavemente uno por uno en cada hoja que pasa. Observe que cada hoja se acerca más a usted. A continuación, vea como poco a poco se aleja, a la deriva a lo largo del arroyo, y note como este se lleva el contenido de su mente y su cuerpo fuera de vista, corriente abajo. Vuelva a mirar al río, a la espera de la siguiente hoja flotante. Continúe colocando cada pensamiento, sentimiento, la memoria, o el impulso en su propia hoja. Observe como cada una se deja simplemente arrastrar cada vez mas lejos en el arroyo descendente. Cuando esté listo, ampliará su atención a disfrutar de los sonidos a su alrededor. Abra los ojos y establezca la intención de permitir gentilmente su propia auto-aceptación en el resto de su día. Realice el ejercicio Hojas en el Arroyo todos los días por un par de semanas. A medida que lo aprenda y lo pueda hacer cada vez mejor, puede empezar a practicarlo durante las experiencias de la vida real con los ojos abiertos. Esto le facilitará a si mismo tomar perspectiva del
arroyo, justo como lo haría viendo un tablero de ajedrez. Estando en el arroyo, puede darse cuenta que cada una de las hojas que contiene los pensamientos, emociones, recuerdos o deseos urgentes se mueven como si estuvieran impulsadas por una vela de barco. No necesita interferir con ellas, solo déjelas flotar y permítase observar lo que ocurre con ellas hasta que eventualmente las pierda de vista. Ahora dese cuenta como está aprendiendo a ser un observador.