Llamada de un Compañero 2 Amber Kell
El Rey Zeir tenía todo, un reino próspero, una pareja predestinada y el amor de su pueblo. Pero cuando su compañero muere se halla loco de dolor y se transforma en su forma de dragón. Sin poder deshacerse de su dolor, él suspira por el amor que nunca conoció plenamente. plenamente. Colton Lanx no ha conocido otra cosa que viajar. Sus padres volaron de un planeta a otro, nunca pensó en asentarse. Convertirse en un navegador fue una decisión fácil de tomar, hasta que un error de su capitán le obligó a descender al planeta Dragait. Dos hombres unidos por el destino tienen que superar su pasado si desean construir un futuro juntos.
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Un agradecimiento especial a Andrew Grey y Jambres Gaff por l a lectura beta.
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Colton Lanx apretó los dedos alrededor de la consola, aferrándose a su vida cuando la nave se estremeció a través de un campo de meteoros. El gran planeta que rápidamente se estaba acercando a su derecha envió zarcillos de miedo a través de él. Este no era el rumbo que había fijado. De alguna manera se habían desviado de sus coordenadas originales. —¡Estamos demasiado cerca! —¡No soy un idiota! —gruñó el Capitán Jael. —Hice los cálculos yo mismo. El mal genio de Colt se disparó. —¿Qué quieres decir con tú los hiciste? La ira se empujó sobre el miedo de Colt. Se había pasado horas asegurándose de que tenían la trayectoria adecuada para hacerlo de forma segura a través de la estrecha porción de espacio entre Dragait y los planetas, lunas, y meteoros que lo rodeaban. El más mínimo error podría dar lugar a que se golpearan en el campo gravitacional de un planeta. Cualquier cambio en el número de Colt podría ser catastrófico. —Yo no confiaba en tus cálculos, por lo que hice los míos. El tono de suficiencia de Jael tenía a Colt mordiéndose el interior de la mejilla hasta que probó la sangre. Su auto-control, seria fuerte en un buen día, pero se rompió bajo la presión. —¿Tiene un grado en navegación, Capitán? No se molestó en mantener el borde afilado de su voz. Por lo que él sabía, el capitán sólo tenía grados en la gestión de naves y blanqueamiento dental. Ninguna habilidad le daba al capitán Jael la capacidad de calcular adecuadamente el paso correcto en torno a cualquier punto en el espacio. El capitán se encrespó. —Mire su tono, Lanx. Cualquier idiota puede escribir algunos números. La nave hace todo el trabajo real. No necesito ningún papel de lujo para hacer su trabajo. Colt había sospechado la estupidez del capitán antes, pero nunca había sido tan claramente expuesta como ahora. Él se sacudió los desaires de Jael en su formación. Después de dos meses a bordo, ya no se sorprendía de la opinión del capitán de los navegantes. Colt tuvo cuidado de no mirar sus manos mientras deslizó discretamente su dedo índice derecho debajo de la consola para presionar el botón de grabación. A pesar de cambiar las coordenadas, Jael podría culparlo si se estrellaban. Apretando la mandíbula, hizo un rápido examen de los números de Jael... que necesitaría una cirugía dental después de este vuelo, si el accidente no lo mataba primero.
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—¡Usted ha introducido la trayectoria equivocada! —¡Entonces soluciónalo! ¿Qué debes hacer para detener esta mierda? — gritó el capitán llegando a niveles ensordecedores. Colt hizo una mueca y trató desesperadamente de meter nuevas coordenadas. Antes de que pudiera presionar más de unas pocas teclas, se encendieron las luces de advertencia del planeta de fuego Freil. La sirena de proximidad sonó, alertando a la tripulación de su cercanía peligrosa para el planeta Dragait. Si el capitán hubiera escuchado a Colt ayer, no estarían en esta situación. Le había dicho a Jael una y otra vez que estaban demasiado cerca del campo gravitatorio del planeta, pero como de costumbre, Jael había ignorado su consejo. Colt debería haber abandonado la nave en el último puerto. En su lugar, había ignorado su instinto por oportunidad de ver Dragait, el planeta donde su padre había crecido, pero al que nunca regresó. Ahora, en lugar de un buen sobrevuelo con algunas fotos memorables, todos ellos serían aplastados por el peso de la nave con la gravedad de Dragait. Tal vez su padre había tenido razón cuando lo llamó un planeta peligroso. El padre de Colt, Seltin Lanx, había dejado Dragait cuando era joven y siempre afirmó que se había ido a causa de una necesidad compulsiva de explorar las estrellas. Tal vez si él hubiera creído a su padre en lugar de siempre cambiar de tema cuando le preguntó, Colt nunca hubiera regresado. Los padres de Colt habían sido viajeros planetarios desde antes de su nacimiento y habían continuado sus viajes después de que Colt los dejó para dedicarse a su propia educación. Nunca había conocido a una pareja tan enamorada como su madre y su padre. Unidos por el Dragón, su padre les había declarado. Tal vez un día Colt sería capaz de encontrar un compañero vinculado por su cuenta. Incluso si él no podía cambiar a un dragón como su padre, deseaba la misma conexión que ellos compartían. Pero ninguno de los hombres o mujeres con los que había salido le inspiró cualquier tipo de devoción. Colt se unió al gremio de exploración, con ganas de seguir su estudio del espacio. La misión que tiene el gremio era actuar como mediadores entre los mundos con el fin de suavizar las rutas de navegación y las diferencias políticas. Por desgracia, el Capitán Jael no tenía el sentido de un conejito de barro Mecrofiliano. Cuando Jael había alcanzado el grado de capitán desconcertado era un día bueno para Colt y le irritaba en los otros. Jael debía estar relacionado con una persona influyente, de lo contrario su tripulación le habría sido despojada de sus funciones hace años, o golpeado hasta la muerte. —Gire a la izquierda—El Teniente Phelps, la mano derecha de Jael, or denó.
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Colt creía en privado que el teniente tenía los labios quirúrgicamente unidos al culo del capitán. Ni una sola vez Phelps había contradicho ninguna de las órdenes de Jael, no importaba lo idiota que fuera. —¡Ya lo hice!—espetó Colt. Escribiendo locamente, tratando de contrarrestar las coordenadas de Jael. Ahora no era el momento de Phelps para tratar de aprender a navegar. —Vas a estrellarte, idiota —gritó Jael. —¡Estoy tratando de revocar sus ridículas órdenes!—Colt golpeó en la consola cuando el ordenador emitió un pitido por encima de su entrada. —¡Háblame con respeto, Navegador! —demandó Jael, golpeando el escudo emocional de indiferencia de Colt. —Lo hago cuando se lo merece —dijo Colt escribiendo otro conjunto de coordenadas, apenas conteniendo un grito cuando tuvo poco impacto. Nada de lo que entraba pareció hacer mucha diferencia. —En este momento estoy tratando de salvarnos de estrellarnos y morir. —Phelps, toma el relevo. Alférez Talword, escolta al navegador Lanx al calabozo por su insubordinación —ordenó Jael. —¿Están locos? ¡Estamos a punto de estrellarnos y está preocupado por el protocolo! —gritó Colt. La cara con manchas de Jael se volvió más roja en su furia. —¡Llévenselo! Colt miró a Phelps, luego a Jael. —¡Si nos matas, te perseguiré en la otra vida! —dijo al pálido Phelps. Talword agarró el brazo de Colt y se lo llevó. —¡Cuando haya terminado de informar, tendrás suerte si te ponen a cargo de una barcaza! —gritó Colt cuando Talword tiró de él hacia fuera del puente. El Almirante Stanforth Killan degradaría a Jael a fregar suelos de la nave después de oír la grabación. Tío Killan había sido la razón para que Colt se uniera al clan en lugar de ser independiente. —Deberías haber mantenido esa amenaza para sí mismo—advirtió Talword.—No quieres tener un accidente en el calabozo. —Si me matan, mi tío, el Almirante Stanforth, destruirá a todos en esta nave, no quieras saber qué pasó con los piratas que atacaron la nave de mis padres. Ellos estaban pidiendo morir al final. —Colt no lo hizo intencional, pero había llegado al final de su paciencia con este equipo. Un rebaño de ovejas, conducido por un idiota, sería la caída de Colt. Talword abrió la puerta al calabozo, y luego lo empujó al interior, lo que lo hizo tropezar y caer en la única litera.
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—Prepárate, Tal, vamos a chocar. Será mejor que vayas a buscar una cápsula de escape en lugar de volver al puente —le advirtió. Talword hizo un ruido de burla en la parte posterior de la garganta. —Estaremos bien. El Capitán Jael nos va a sacar de esto. Estás tratando de asustar a todo el mundo. —Pero la expresión preocupada de Talword no decía lo mismo que sus palabras. Colt resopló. —No digas que no te lo advertí. —No lo haré. La mirada desdeñosa de Talword no tranquilizó a Colt. Las personas que dependían de otros para pensar por ellos eran peligrosos. Pero incluso con su creencia ciega en el capitán, Talword no merecía morir ninguno de ellos lo merecía. Talword programó la puerta y la cerró antes de marcharse; se hizo eco de sus pasos pisando fuerte contra el suelo metálico. Colt esperaba que Talword pasara la noticia de su inminente desaparición al resto de la tripulación. Mientras antes la gente se dirigiera a las capsulas de escape, mejoraría sus posibilidades de escapar antes de que la nave chocara con Dragait. La tasa de supervivencia de la tripulación se desplomaría si las capsulas fueran absorbidas por la atmósfera de Dragait. Por eso Colt había dicho que él era el único que podía solucionar el problema de navegación. Había estado navegando con su padre mucho antes de la edad legal para volar. Las habilidades de vuelo de Colt valían más de una misión. La escuela de navegación había sido un paso fácil, y se había graduado con honores con poco esfuerzo. Pero ahora era el momento de abandonar la nave y usar los instintos de supervivencia inculcados en él por su padre. —Ordenador, bloqueo de liberación—Colt casi podía oír la voz tranquila de Seltin en su cabeza: “Esperar nada, pero anticipar todo” . Después de reunirse con el capitán Jael, Colt reprogramó el ordenador de la nave para aceptar sus órdenes. No había previsto este evento exacto, pero había sospechado que el ego de Jael eventualmente les pondría en una situación en la que Colt tendría que escapar. Un estremecimiento sacudió la nave. ¡Mierda! “Comando reconocido”. Un fuerte chasquido resonó en la pequeña celda antes de que la puerta se abriera. Colt se asomó por la puerta, pero nadie estaba fuera de su celda. No había duda de que Talword esperaba que se quedara y se había ido a salvar su propio culo en su lugar. Colt no podía culparlo. La cultura en la nave era salvarse a sí mismo primero; había poco honor entre la tripulación.
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Todos querían ser el primero en descubrir una nueva especie o planeta, o traer de vuelta un nuevo contrato. Se podría afirmar que eran una empresa pacifista formada para difundir la paz interplanetaria, pero debajo de todo el bombo vivía una corporación sin alma que quería cosechar lo que pudiera de otras civilizaciones. Puesto que todas las personas que sabían del encarcelamiento de Colt estaban en el puente, no se molestó en esconderse. Asintió a otros miembros de la tripulación a su paso, pero no habló. No podía arriesgarse a ponerse de nuevo en el calabozo. Colt deseaba que hubiera otra manera de que pudiera advertir a los demás, pero no había estado cerca de cualquiera de ellos durante tanto tiempo como miembro de la tripulación. Por lo que podía ver, todos ellos pensaban que el capitán sabía lo que estaba haciendo. Ninguno de ellos escuchó cuando Colt trató de decirle lo contrario. Después de suficientes miradas desdeñosas y susurros que estaba tratando de iniciar un motín, dejó de advertir al resto de la tripulación y los dejó en su ceguera auto-infligida. El pasillo se dividió ante él. Colt se dirigió a la derecha. Él podría ir a un consejo de guerra por esto, pero se negó a hundirse con la nave. Las cápsulas de emergencia se encontraban al final del pasillo, y Colt planeaba estar en una cuando la nave se desintegrara. Acababa de llegar a la primera escalera cuando comenzaron los avisos de emergencia en toda la nave. “Prepárense para el impacto. Prepárense para el impacto”, sonaba el ordenador de la nave. Colt corrió de vuelta al panel de equipo que acababa de pasar, y activó la preparación de las cápsulas. Dudaba de que al capitán se le ocurrieran los procedimientos de emergencia durante una emergencia real. Jael no tenía sentido común, y Phelps no parecía tener ninguno. “Capsulas preparadas para la evacuación”. La voz del equipo se hizo eco a través del pasillo, repitiendo la frase una y otra vez, acompañado por las flechas que iluminaban el camino a los transportes. Las cápsulas de escape bajarían desde la nave tan pronto alcanzaran la capacidad. La conciencia de Colt lo golpeaba, siguió por las escaleras y hacia la escotilla. Apostaría buen dinero que Jael ya había abandonado el nave. El capitán mantenía una pequeña lanzadera para viajar a otros planetas y explorar antes de que los oficiales aterrizaran. Era un secreto a voces, pero Jael pensó que sus maniobras solapadas no fueron detectadas. Colt no confiaba en que él no huiría y dejara a la tripulación para hacer frente a las consecuencias. La nave se inclinó de nuevo.
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El pie de Colt se deslizó en la escalera de metal, cayendo a la parte inferior. Su cara golpeó contra el suelo de acero, sus oídos zumbaron, y líquido corría por su mejilla derecha. En estado de shock, se agarró a la barandilla para tirar de sí mismo y ponerse en pie. Vaciló por un momento antes de enderezar su columna vertebral y liberar su agarre del soporte. No tenía tiempo para lidiar con lesiones menores o posible trauma en la cabeza; podía preocuparse por el daño después de que se bajara de la nave y evitara la muerte inminente. El estruendo de pasos hizo a Colt caer más abajo en el pasillo. Si no se daba prisa, tomarían las cápsulas. Nadie se preocupaba por la cortesía durante una evacuación. Las alarmas de proximidad sonaron con más fuerza. Estaban más cerca de Dragait. —¡Mierda! —El tobillo de Colt pulsaba, y un dolor punzante atravesó su cabeza con la agonía de un millar de cuchillos. Respirando, cojeó a las cápsulas. Con su suerte, él sería el que no se habría escapado debido a que hubiese tratado de alertar a todos los demás del peligro. El campo gravitacional de Dragait debe haber tomado por completo el control de la trayectoria de la nave a pesar de la bravuconería de Jael. El sudor por la espalda de Colt bajaba mientras cojeaba tan rápido como pudo hacia las vías de escape. La sangre goteaba de su corte y se deslizó por su rostro. Cada ráfaga de sirena añadía golpes brutales dentro de su cráneo. Sólo su instinto de supervivencia lo mantuvo en movimiento en lugar de darse por vencido. Sus padres no habían criado a un cobarde, y no iba serlo ahora. Incluso con una cápsula, las probabilidades de sobrevivir no eran muy buenas. Colt estaba contando con su genética mitad dragón para ayudar a sanar sus lesiones. Siempre había sido más rápido en sanar que los humanos ordinarios. Ahora, podía ser que sea lo único que lo mantuviera con vida, si es que evitaba la atracción de Dragait. Decidido se dirigió a la última sección de naves de escape. Las otras bahías estaban vacías, y no quería que nadie lo viera antes de escapar. Si Jael o Phelps no habían abandonado la nave, no confiaba en ellos para evitar que él se fuera. Una puerta se abrió mientras se acercaba. Colt tropezó a través de la abertura, se derrumbó contra la pared, y no se movió de nuevo hasta que se quedó sin aliento. A los pocos minutos y un par de alerta de sirenas más tarde, reunió la energía suficiente para deslizarse a lo largo de la pared y llegar al teclado. Activó la cámara externa, en busca de rezagados, pero no vio a nadie más en su dirección. —Evacuar la nave. Colisión inminente —advirtió el equipo una vez más. —¿Ordenador, hay alguien más en el pasillo? —Colt no dio a conocer la cápsula si alguien se quedó atrás. “No hay otras formas de vida a bordo”. Tal como esperaba, nadie había ido a buscarlo.
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Él estaba solo. Con la tripulación evacuada, su conciencia estaba limpia. —Soltar la cápsula. “Comando aceptado”. Un ruido fuerte tenía a Colt sujetando los pasamanos a cada lado del asiento. La pequeña nave debe haberse liberado del puente principal. Los jets de la cápsula se activaron para alejarse de la nave más grande. Colt centró su atención en tratar de no vomitar cuando el dolor de cabeza hizo que su estómago se arremolinara con inquietud. Su corazón estaba enfermo de miedo, levantó la solapa de la ventana, dejando al descubierto un mar de estrellas. De pronto, ante la mirada horrorizada de Colt, la nave principal se estrelló en la atmósfera de Dragait. La explosión no fue menos terrible por la falta de sonido. Un nudo de terror creció en su pecho mientras observaba una serie de cápsulas cayendo en el planeta después. Las llamaradas de color rojo brillante alrededor de las lanzaderas de emergencia no eran tranquilizadoras. —Espero que alguien me encuentra antes de unirme a ellos. —La cápsula tenía una capacidad limitada de velocidad. A no ser que flotara cerca de la atmósfera, no desperdiciaría la energía de la pequeña embarcación. Colt se apoyó en el reposacabezas, tratando de respirar a través de los golpes en la cabeza. ¿Alguien iría a buscarlo y al resto de la tripulación cuando la nave no hiciera contacto? ¿Jael habría pulsado el botón de rastreo de emergencia y expulsado el faro? Los capitanes eran responsables de alertar a las autoridades si una nave se estaba cayendo por lo que los equipos de rescate sabrían dónde buscar sobrevivientes. Colt no podía depender de Jael. Abrió el pequeño armario junto a él, revelando docenas de barritas energéticas y filas de agua embotellada. —Por lo menos alguien hizo su trabajo. Su miedo a estar en una cápsula se desvaneció. Si él racionaba sus suministros, y evadía una colisión, podría sobrevivir durante unas pocas semanas. “¿Coordenadas?” Preguntó el ordenador. —No sé —susurró Colt. ¿Qué demonios hacia ahora? Las cápsulas no estaban destinadas para los viajes de largo alcance. Lo más que podía esperar era que llegara al siguiente puesto espacial, pero sin el ordenador de la nave más grande, no tenía forma de saber en qué dirección viajar. Colt agarró el arnés de seguridad, aferrándose a su sensación de seguridad. Su mirada se mantuvo a la deriva de nuevo en las otras cápsulas.
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Docenas de orbes flotaban en el espacio a su alrededor. ¿Cuántos de ellos sobrevivirían? Un gran globo ocular apareció fuera de la ventana, y todos sus pensamientos se descarrilaron. —¡Whoa! —Colt se echó hacia atrás, sólo para mantenerse bien sujeto por el arnés de seguridad. El cinturón le permitía unos pocos centímetros de movimiento, y los había usado cuando trató de escabullirse. Resistió el impulso de desabrocharse y huir al otro lado de la cápsula. No le haría ningún bien si la criatura decidiera atacar. —¿Qué estás haciendo tan lejos de casa, pequeño dragón ? Debes estar abajo—Las palabras susurradas en su cabeza como una brisa cálida, calmándolo y desapareciendo su pánico. —¿Quién eres? —La bestia fuera debió sentir la sangre de dragón de Colt. Las finas escamas alrededor del ojo visible le recordaba a un dragón, pero nunca había visto uno tan grande antes, y ¿cómo podía sobrevivir sin oxígeno? —Soy Baroy, el dragón del espacio del Duke Tor. Debes bajar y encontrar a tu compañero. Los cambiaformas no deben estar solos. —No creo que tenga un compañero, yo soy sólo medio cambiaformas—Colt no tenía suficiente ADN dragón para transformarse en uno. —Además, la entrada en la atmósfera puede matarme. Las cápsulas de escape estaban destinadas a permanecer en el espacio y mantenerlo a salvo hasta que llegara la ayuda. De acuerdo con los estudios que había leído, las capsulas tenían una probabilidad del 50 por ciento de supervivencia cuando se estrellaban a través de la atmósfera de un planeta. A Colt no le gustaban esas probabilidades, prefería una tasa de supervivencia del 100 por ciento. —Te mantendré seguro. Colt no sabía qué decir a Baroy. La información limitada sobre dragones espaciales se sacudió dentro de su cabeza con menos contenido que una partícula de polvo espacial. Nunca había conocido a alguien que hubiera visto uno antes, ni siquiera sus padres, y habían viajado a través de varias galaxias. —Gracias. Te agradecería tu ayuda. Cualquier otra respuesta podría conseguir que su pequeña cápsula fuera aplastada, como una nuez en un cascanueces. No sabía por qué el gran dragón deseaba salvarlo, pero estaba corto de opciones o un plan adecuado en el momento. Él tomaría cualquier ayuda ofrecida. Un ruido sordo zumbo en la cabeza de Colt. Le tomó un segundo para reconocer el sonido como la risa de Baroy.
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—Estarás seguro pequeño dragón. Colt no sabía cómo era un pequeño dragón, ya que nunca se había transformado, pero él no tenía intención de discutir. Si Baroy quería llamarlo pequeño dragón, él lo tomaría. La mayoría de las criaturas en el universo eran poco en comparación con un dragón espacial. La cápsula se sacudió y se agitaba como una nave en aguas turbulentas. Colt aumentó la presión sobre las asas a cada lado de su asiento y se tragó un grito. No importaría si él lo sacaba a la superficie si el descenso lo mataba. Los sensores sonaron, una sirena de proximidad ya que cayó en picado hacia Dragait. El estómago de Colt se revolvió, sus nudillos se pusieron blancos por la fuerza de su agarre, y sus manos estaban adormecidas. —Por favor, no me dejes morir, por favor, no me dejes morir —susurró a cualquier poder superior que pudiera estar escuchando. El miedo le heló, se retorció en el interior. Nunca había conocido el terror hasta en ese momento, y apenas recordaba respirar. Por incontables minutos no había más que girar y caer, y su miedo sólo creció mientras seguía cayendo. Se quedó centrado en la ventana, pero todo lo que podía ver era las nubes y más nubes. ¿Estaba pasando por una tormenta, o el planeta en general, tenía nubes a su alrededor? Del mismo modo que se acostumbró a nada más que nubes y el cielo azul, las zonas verdes aparecieron a la vista, exuberante vegetación se veía por la ventana, haciendo a Colt imaginarse a todos los animales que podrían estar viviendo allí. No tuvo mucho tiempo para preguntárselo antes de que la capsula se estrellara contra el suelo, los dientes de Colt se sacudieron, y su cuerpo se sacudió cuando la cápsula se deslizó por el suelo y luego se dio la vuelta y otra vez hasta que la barra que había comido como almuerzo amenazó con decorar el interior de la nave. Finalmente la capsula chocó contra algo duro. Colt golpeó su cabeza contra la pared metálica. Entonces todo se volvió negro.
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El rey Cair Dragonfire se agachó en el borde del balcón de su dormitorio e inspeccionó su territorio. Azotando su cola hacia adelante y hacia atrás, raspó sus garras sobre el mármol, agregando las marcas dejadas por decenas de gobernantes antes que él. Sus escamas hacían un suave ruido raspando contra el suelo de piedra. Como el dragón más grande del reino, su cuerpo rojo sangre cubrió la mayor parte de la cornisa. A veces recordaba ser humano, un sueño melancólico con el que ya no podía conectar. No había vuelto a tener esa forma desde que murió su compañero. Su forma humana pertenecía a su amante, no al mundo en general. Cuando Seltin murió, también lo hizo la humanidad de Zeir. Susurros alrededor de los castillos decían que él sobrevivió solamente a la muerte de Seltin porque no se habían enlazado totalmente. Zeir sabía que eso era porque Seltin no lo había amado lo suficiente como para intentarlo. Él colocó su barbilla en sus patas delanteras y continuó su vigilia. Todo lo que tenía ahora era su reino, y lo guardaba como su tesoro personal, con cada persona siendo una joya en su pila de tesoros. Zeir pasó la mirada por las copas de los árboles. La selva Verdant cubría la mayor parte de su reino, proporcionando una abundancia de recursos naturales a otros reinos de Dragait. La mayor parte de la madera del planeta provenía de la tierra de Zeir, haciendo de la producción de madera su mayor industria y la fuente de la mayor parte de sus ingresos. Resopló un poco de vapor en el aire húmedo en un suspiro de dragón aburrido. Por mucho que sus súbditos le molestaran con su zumbido constante de chismes y preocupaciones, nada atravesaba su profunda soledad. Con los ojos cerrados, Zeir escuchó a los pájaros llamándose unos a otros, compartiendo la ubicación de los alimentos y los compañeros, mientras que los animales más pequeños se clavaban en el dosel inferior, descubriendo insectos y hurgando profundamente en el rico suelo. Amaba su reino y toda la gente dentro de sus fronteras, pero a veces la soledad amenazaba con ahogarlo en olas de miseria infestadas de depredadores. Para Zeir, el tiempo pasaba en chorros y saltos, con años y minutos recibiendo igual atención. Su forma de dragón no tenía sentido de la inmediatez. Aparte de aumentar su habilidad telepática para hablar de su gente, Zeir había hecho pocos cambios desde que se había transformado hace más de cien años.
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Desde entonces, había permanecido en su forma de dragón. Una leve perturbación en el aire hizo que Zeir levantara la cabeza para buscar la fuente. ¿Qué había cambiado? Debido a su constante forma de dragón, Zeir tenía una conexión más estrecha con su tierra que los otros reyes tenían con los suyos. Cualquier cambio en la atmósfera recibía un escrutinio inmediato. Escaneando los cielos, vio un objeto que caía hacia la superficie del planeta. Se sentó y se inclinó para mirar más de cerca. A medida que se acercaba, se dio cuenta de que no era sólo un asteroide cayendo al azar, sino una nave. Invasor . A partir de la velocidad que la esfera cayó por el aire, parecía estar en problemas. Zeir resopló. Ellos obtuvieron lo que merecían por invadir su reino. Esperaba que no hubiera supervivientes. Fatalistamente lo esperaba, él no era lo bastante afortunado para que todos murieran en el impacto. Irritado, movió la cola. Los extraños siempre arruinaban el orden de su vida. La suprimida curiosidad humana de Zeir trató de salir a la superficie, ansiosa por investigar, mientras su despreciable lado de dragón quería quedarse solo. La nave parecía ganar velocidad cuando la gravedad la sacó del aire. Zeir esperaba que siguiera dirigiéndose hacia el norte y entrara en uno de los otros reinos, pero dudaba que la nave tuviera suficiente energía para ir más lejos. Los supervivientes tomarían demasiado trabajo. Matarlos o mantenerlos, tendría que decidir qué hacer una vez que aterrizaran. La reciente afluencia de personas a su reino se había vuelto problemática. A Zeir no le importaban las motivaciones de los visitantes; sólo quería que se fueran. No le gustaban los extraños. Viajeros y vacacionistas deben dirigirse a territorios más acogedores. Zeir no estaba dirigiendo un centro vacacional o un paraíso de retiro extranjero; éste era su hogar. La nave desapareció en el dosel del bosque lluvioso. Unos minutos más tarde, un débil auge filtró a través de la selva. Por el humo que flotaba a través de los árboles, la nave no había viajado lo suficiente para salir del reino. Maldita sea. Zeir agitó las orejas con irritación de dragón. Por el ruido del accidente, puede que no hubiese supervivientes. No hay supervivientes, no hay problemas. En el fondo, probablemente debería haber sentido vergüenza por esa esperanza, pero su compasión y emociones más suaves se habían hundido bajo una helada hace años y no mostraban signos de agitación desde entonces. Lo mejor es terminar por investigar la zona de choque. Zeir inclinó la cabeza hacia atrás y rugió, llamando a su gente. Necesitaban reunir a los supervivientes y enterrar cualquier cuerpo antes de que los animales de la selva vinieran a investigar. Tal vez no le gustaran los intrusos, pero nadie merecía ser devorado vivo y tener sus huesos esparcidos por la selva.
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Los Dragonkin respetaban a los muertos aunque no lloraran por mucho tiempo. “Viller, ¿has visto el accidente?” Zeir mentalmente envió el mensaje a su mano derecha. Sin el apoyo y la amistad de Viller Dragonworth, Zeir habría cedido a su desesperación hace años y el reino habría caído. voy a reunir a todo el mundo. La profunda voz de Viller resonó en la cabeza de Zeir. Sí,
Tan pronto como Viller terminó de hablar, Zeir oyó un rugido de dragón desconocido. El sonido resonó en el aire desde la dirección del choque. El mugido lamentable sonaba más asustado que exigente. Exclamaba su preocupación, buscando ayuda y tranquilidad. ¿Acaso uno de su propio tipo se había estrellado al regresar a casa? Ninguno de sus súbditos había desaparecido; Zeir mantenía una excelente pista de su gente, pero ¿qué pasaba con alguien de otro reino? Cada dragón tenía una voz distinta, y Zeir nunca había oído esta antes. Saltó de la cornisa, ansioso por investigar. Si un dragón hubiera sido herido, se aseguraría de que estaba sano y salvo. Tal vez un dragón de otro reino había estado en el choque. Los Dragonkin no salían del planeta a menudo, pero había unos pocos comerciantes que viajaban alrededor de la galaxia. Tal vez uno de ellos tuvo un mal funcionamiento de la nave. Los intrusos extraños eran una cosa, un dragón herido otro. Las poderosas alas de Zeir le ayudaron a llegar al lugar del choque antes que cualquiera de sus súbditos. Sin embrago, estarían allí pronto. Contaba con Viller para asegurarse de que obedecieran a su rey. Aquellos que no podían transformarse conducirían y traerían la ropa para el dragón y los suministros médicos para cualquier superviviente. La limpieza de los accidentes también era necesaria, y eso requería manos en vez de garras. Un rápido deslizamiento sobre el área dio a Zeir una buena idea del camino del objeto. Siguió un largo sendero de vegetación triturada y árboles derribados. La destrucción terminó en una blanca capsula esférica. Nunca había visto una nave tan extraña antes, pero había oído hablar de ellos. No estaban destinados a viajes de largo alcance o pasar por la atmósfera. Voló cerca, luego inhaló. Olía a espacio y al dragón que había estado adentro. “Compañero” —¡No! Zeir se negó a escuchar los instintos que lo empujaban para cazar al anterior ocupante de la cápsula y reclamarlo. Ese impulso era lo que lo había destruido la última vez. Apenas había sobrevivido antes, y se negó a repetir todo eso.
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Sólo necesitaba encontrar al dragón que había oído, y luego podía irse. Únicamente un aroma saturó el área. Quien se había estrellado lo había hecho solo, aunque eso no excluía la posibilidad de que otros vinieran a buscar a su tripulante desaparecido. En algún lugar tenía que haber otro buque más grande que faltaba o al menos una capsula de escape. ¿Estaría esa nave espacial desconocida llena de más dragones? Zeir no había oído hablar de alguien que fuera a la colonización, pero tampoco había seguido las noticias de los otros reinos. —¿Viller? —¿Si su Majestad? —¿Ha habido algún dragón saliendo para explorar el espacio? —No que yo sepa. —Gracias. Si Viller no lo había oído, entonces no había sucedido. Un nuevo pájaro no podría eclosionar sin que Viller supiera los detalles. De ninguna manera no escucharía de un grupo de dragones abandonando el planeta. Personas de otros reinos llamaban a Zeir loco, pero él había mantenido su territorio protegido y bien dirigido a pesar de su pena. Todavía vigilaba lo que era suyo. Empujando hacia atrás sus pensamientos sombríos, Zeir aterrizó al lado de la nave destartalada, pero no vio nada en la zona. Las hojas se arrugaron bajo sus pies mientras movía la cabeza, buscando lo que sucedía y la ubicación de al menos un sobreviviente. Mientras se acercaba, el olor era enloquecedor. “Estará bien. Está aquí para ti” Zeir se congeló ante la voz en su cabeza, luego resopló. Habían pasado meses desde que había hablado por última vez con Baroy. Había olvidado lo poderoso que podía ser el toque mental del dragón espacial. Zeir podía hablar con sus súbditos a través de la telepatía, pero hablar con Baroy era como tener una conversación con un antiguo. El dragón espacial tenía el conocimiento colectivo de siglos de cultura en diferentes planetas. Zeir todavía no sabía cómo Baroy obtuvo su información. Tal vez escudriñó las mentes de todos los ciudadanos de cada mundo por el que flotaba. Después de todo, la vida debe ser aburrida para la gran bestia con Duke Tor residiendo principalmente en Dragait. Zeir había tenido algunas interacciones con el elegante Tor. El personal del duque estaba comprometido con él. El Rey Naron no necesitaba mantener a sus guerreros en estado de alerta; los siervos de su compañero diezmarían a cualquiera que se atreviera a mirar de soslayo a su amado duque. —Saludos, Baroy.
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—Saludos, Rey Zeir. Sea amable con el joven dragón. Tiene mucho que trabajar antes de descubrir quién es realmente. —No tengo intención de hacerle daño. No tengo la costumbre de hacer daño a las víctimas inocentes Esta no era la misma situación que cuando el primer idiota del Pontifex vino a predicarle y hablar de unidad. Había mandado a ese imbécil a pique. Había valido la charla de Baroy y las protestas de los otros reyes. —¿Quién es el intruso? —Él viene de otros mundos, pero él pertenece aquí. Está destinado a ser tuyo. —¿Mío? Sorprendido, Zeir no se molestó en preguntarle nada más a Baroy. No habría respuesta a la declaración ridícula del dragón espacial. Baroy estaba tontamente equivocado acerca de esta nueva persona perteneciente a Zeir, se negó a probar su corazón de nuevo. Otra pérdida lo mataría, unido o no. Un grito desamparado atravesó el aire. El sonido, era fuerte y lleno de dolor, Zeir esperaba que el ruido tomara forma física y lo atacara. Curioso, se acercó en pasos lentos y medidos. Su forma de dragón tenía menos gracia en el suelo, pero no quería derribar al dragón. Un suave gemido atrajo la atención de Zeir hacia un bosquecillo enmarañado de árboles. Las vides envueltas alrededor de los troncos, formando un refugio improvisado. Zeir empujó las viñas con su hocico para descubrir un pequeño dragón dorado enroscado alrededor de un tronco de árbol, abrazándolo como una manta de seguridad. La bestia de seis pies de largo alternaba entre silenciosos gemidos y gritos de angustia, como si no estuviera seguro de qué le traería más alivio. Una emoción, largamente dormida, se deslizó a través de Zeir: compasión. Hacía décadas que nada había perforado la gruesa y escamosa armadura que había envuelto alrededor de su corazón. Las emociones eran cosas terribles. Las había desterrado hace años. ¡Cómo se atreven a reaparecer ahora! El dragón alzó su estrecha y triangular cabeza al acercarse Zeir. Gruño a Zeir, se lanzó del árbol, entonces trató de moverse más profundo en la jungla como si él fuera un niño escondiéndose del monstruo en su armario. Zeir hinchó el pecho y abrió las alas, mostrando al intruso su fuerza feroz y demostrando que podía proteger a la bestia más pequeña. El extraño dragón arrulló suavemente y dejó de intentar fundirse con la selva. Un ronroneo bajo rodó hacia Zeir, sonando como una aprobación auditiva. —Lindo.
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Zeir se quedó inmóvil. ¿Lindo? ¡No era Lindo! Sus feroces habilidades guerreras eran famosas en todo el planeta. Casi soltó una ráfaga de fuego para mostrar su poder, pero el extraño dragón no merecía su temperamento. La bestia probablemente pensó que estaba felicitando a Zeir. Enfurecido, Zeir pisoteó, dejando escapar su frustración; luego golpeó la punta de su hocico contra la nariz del dragón. —¿Cómo te llamas?—preguntó Zeir. —¿Compañero? —preguntó con suavidad la voz del dragón dentro de la cabeza de Zeir. —Mi compañero, te encontré. El dragón frotó su rostro contra la mejilla de Zeir en un saludo amistoso como si fueran amigos de mucho tiempo o, peor aún, amantes. El miedo congeló a Zeir desde el hocico hasta la cola. Inhalando profundamente, dejó que el olor del extraño dragón llenara sus pulmones. Un olor a tierra y una extraña fragancia casi como a menta lo inundaron. Una necesidad familiar de envolverse alrededor del nuevo dragón y mantenerlo a salvo del daño tiro en Zeir. De repente retrocedió alejándose del recién llegado, rompiendo la compulsión envolviéndolo. No podía hacer esto de nuevo. —Mi compañero —continuó el pequeño dragón. Zeir rechazó las palabras. —¡No! No puedo ser tu compañero. A su bestia podría gustarle la idea de unirse, pero la mitad humana de Zeir recordaba el dolor de la pérdida. No. Mejor no involucrarse con el extraño dragón. —Sí. Mi compañero. —El dragón olisqueó a Zeir como si sintiera algo malo pero no podía identificar el peligro. Sin embargo, esa palabra que cambiaba la vida brillaba en la mente de Zeir, una marca en llamas esperando para quemarlo con su marca indeleble. El precioso Seltin había sido una bestia azul magnífica con escamas de plata, y hasta el día de hoy Zeir no podía mirar ciertos matices de azul sin dolor en su corazón. Había tomado todo su poder para mantener su trono tras su espiral de depresión. Algunas personas lo habían declarado demasiado roto para proteger el reino por más tiempo. Había matado o desterrado a los odiosos más fuertes, pero no había sido capaz de silenciar todos los chismes. Con el paso de los años, los susurros finalmente se apagaron, y se negaba a permitir que un dragón de ojos hermosos le hiciera pasar por eso otra vez. Un suave gemido dejó la boca del pequeño dragón, como si Zeir le hubiera roto el corazón. El dragón lamió la oreja de Zeir, un amistoso beso de amor entre dragones.
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Zeir retrocedió de su alcance otra vez. ¿Cuándo la criatura furtiva se acercó lo suficiente para tocarlo? ¿Dónde se había criado este dragón? Su manera indicó a un joven sin concepto de etiqueta apropiada entre dragones, sin sentido de espacio personal. —¡Cambia!—Zeir necesitaba ver la forma humana del intruso. Por no mencionar, que su dragón estaría menos interesado en una forma humana no escamosa a diferencia de su fascinación con la bestia dorada llamándolo compañero. ¿Cambiar en qué? El dragón se acostó y apoyó la cabeza en sus patas,
con una expresión de paciencia en sus facciones, como si estuviera esperando a que Zeir compartiera una historia para acostarse.
—¡En un ser humano! —Cuando el dragón no se movió, Zeir intentó una táctica diferente. —Cambia de nuevo a tu forma de dos patas—Él bufó una nube de humo cuando su demanda no trajo ningún cambio excepto para hacer que el dragón lo mirara con curiosidad. —Pero yo soy un dragón—Se acercó más a Zeir en pasos cortos y arrastrados. Zeir lanzó su voz a un tono más dominante. —Pero no siempre. Muéstrame tu otra forma. Un humano, él podría manejarlo, posiblemente enviarlo al otro l ado del reino, o incluso otra galaxia. Esta criatura triste, necesitada, hermosa sería más difícil de ignorar. Zeir dibujó la línea entre patadas a los cachorros o el abandono de los jóvenes dragones perdidos. —No tengo otra forma. —Un suave gemido siguió esa declaración. —Tú la tienes. Aquí, te mostraré. Presta atención, y luego haz lo que yo haga. —Zeir había enseñado a muchos jóvenes dragones cómo transformarse, pero nunca uno que no recordaba ser humano. Ignoró el hecho de que apenas podía recordar cómo transformarse. —Piensa en tener los dedos de las manos y los pies y estar de pie en dos pies —ordenó Zeir. —No quiero hacerlo. ¡Quiero volar! Dos pies es aburrido. Antes de que Zeir pudiera hacer algo para detenerlo, el dragón se agachó y luego saltó al aire. El posterior aterrizaje duro tuvo a Zeir sonriendo. — Ay. —¡Te lo mereces, mocoso! —Zeir no tenía paciencia con los cambiadores impulsivos que no escuchaban. Podía decir que el dragón no se había lastimado demasiado. Se tomó el esfuerzo de no reírse de la bestia que ahora se enfurruñaba.
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—¡Eso duele! —Tienes que trabajar para llegar al vuelo. Te enseñaré si me muestras que puedes ser humano también—Zeir trató de mantener el tono paciente, pero quería sacudir al tonto dragón. —No sé cómo—Una lágrima rodó por la mejilla del dragón. —¿Seguirás siendo mi pareja si soy un dragón? Zeir no tenía que romper el corazón del pequeño dragón y afirmar que nunca iban a ser compañeros. —¿Cuál es tu nombre? —¿Nombre? —El dragón inclinó su cabeza hacia un lado como un cachorro inquisitivo. —¿Cómo te llamas a ti mismo? ¿Cómo te llaman los demás? Tal vez lo recuerdes si cambias a tu forma humana. —Zeir persuadió. —¿Puedes ser humano? El dudoso tono del dragón hizo que Zeir rechinara los dientes. — Ha pasado mucho tiempo desde que estuve en dos piernas —admitió. El golpe de perder a su compañero hizo a Zeir ocultar sus emociones humanas; apenas podía recordar su forma de hombre. —Entonces seguiré siendo un dragón también. La expresión de placer en el rostro del pequeño dragón hizo que Zeir gimiera. Tendría que hacer algo drástico para que cambiara. —Si te muestro cómo, ¿lo intentarás?—Simplemente hablar de ello obviamente no iba a funcionar con éste. —Lo hare. Zeir gruñó. Se debatió en golpear al joven dragón, pero se resistió. Tendría que mostrarle el ejemplo. —Mírame. Zeir cerró los ojos e imaginó su forma humana: los dedos de las manos, los dedos de los pies, un cuerpo más delgado sin cola y sin alas. Realmente odiaba no tener alas ni fuego. Los seres humanos no tenían un poder apropiado. Los huesos de Zeir se agrietaron y sus escamas desaparecieron cuando todo el dragón se hundió en su forma humana. Hasta donde él sabía, sólo el planeta Dragait albergaba a los shifters dragón. Si hubiera otros mundos que los tuvieran, aún no habían sido descubiertos o anunciados. Eso no significaba que no hubiera tales planetas ocultando sus secretos, pero Zeir no sabía de ninguno. Zeir gritó cuando sus alas se deslizaron detrás de sus omóplatos. Su transformación lo retorció, crujió y puso todo en su sitio. Las lágrimas enmascararon el mundo mientras apretó los dientes contra el siguiente grito que se acumulaba en su garganta.
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Purgar su desayuno en el suelo delante del dragón más joven no era su mejor momento, pero no podía hacer nada. Aunque daba conferencias a los jóvenes dragones sobre el peligro de no volver a la forma humana de vez en cuando, no había seguido su propio consejo en muchos años, y ahora estaba pagando por eso. —Eso parece doloroso. —El tono simpático del dragón dorado se deslizó por la mente de Zeir como una brisa fresca. —Creo que preferiría quedarme así. Gracias. Después de poner un mal ejemplo, Zeir no podía culparlo. —No he cambiado en años. Una vez que lo haga con más frecuencia, no va a doler tanto. Es una habilidad como cualquier otra que tiene que ser practicada. Si viniste en esa capsula espacial, entonces no eras un dragón antes. Debería ser fácil para ti cambiar de nuevo. El choque sin duda había enviado al cambiaformas dragón en estado de shock. No era raro que los dragones se transformaran en su forma más fuerte ante el peligro. —¿Por qué no has cambiado en tanto tiempo? Yo creo que hay un montón de cosas que un ser humano puede hacer que no puede ser hecho por un dragón. No digo que quiero cambiar, pero ¿por qué no? Las preguntas incesantes del dragón joven frotaron los nervios de Zeir. Tendría que controlar su ira para que no se resquebrajara ante la brillante plaga. ¿Quién era esta bestia joven para exigir respuestas? Zeir ignoró la pequeña voz en la parte de atrás de su cabeza, susurrando, “compañero” . Abrió la boca para decirle al dragón que se ocupara de su propio negocio, pero el sonido de alas de dragón lo distrajo. Decenas de dragones cayeron del cielo para formar un anillo alrededor de ellos. Ningún otro reino tenía tantos dragones como el de Zeir. Aunque le había dado a su gente la oportunidad de irse después de que su compañero muriera, y él se había vuelto medio loco, la mayoría de ellos se habían quedado a su lado. El gemido de los motores precedió a la llegada del aerodeslizador. Algunos de los mejores luchadores de Zeir no podían transformarse, pero eran expertos en otros aspectos. Varias mujeres bajaron del aerodeslizador. Las hembras podrían no ser capaces de cambiar, pero eran útiles con los cuchillos, rifles láser de larga distancia y combate cuerpo a cuerpo. Zeir nunca subestimó a sus soldados. —¡Te están viendo sin escamas! —gruñó el pequeño dragón. Se apresuró a pararse frente a Zeir, empujándolo lejos del grupo, sólo para ser bloqueado por los dragones detrás de él. Se giró, siseando a los otros como un gatito enojado. Si tuviera piel, habría estado de punta.
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Viller voló hasta Zeir, transformándose en su forma humana en un solo movimiento mientras aterrizaba. Nada como la lucha que Zeir había experimentado. —¡Su Majestad! Veo que has encontrado a la víctima del accidente. ¿Cómo es que es un dragón? Los ojos afilados de Viller se estrecharon mientras examinaba al nuevo dragón. Zeir trató de hablar alrededor del dragón que ahora se envolvía en torno a él. Le tomó un tiempo recordar la forma de las palabras en sus labios humanos. Se aclaró la garganta unas cuantas veces, pero su voz salió ruda por falta de uso. —No estoy seguro de dónde vino. No tiene memoria de ser humano. Lo cual haría difícil identificar al dragón. Si no hubiera afirmado ser el compañero de Zeir y venir de un transbordador, Zeir podría haberlo considerado un simple dragón sensitivo. Desafortunadamente, no tenía poderes mentales para obligar a la criatura dorada a confesar su identidad. —Hmm, extraño. —Viller se rascó el rastrojo en su barbilla. Zeir a menudo se burlaba de Viller por su supuesta barba, pero ahora no podía ver sospechas en los ojos de Viller. Si alguien hubiera enviado un espía, habrían hecho un buen trabajo, ya que parecía que incluso el nuevo dragón desconocía su estado de espía. Después de otro minuto de inspección, Viller se encogió de hombros. —Al menos eres humano de nuevo. Es estupendo verle, Su Majestad, o lo que puedo ver de usted sobre su protector dragón. La amplia sonrisa de Viller alivió las preocupaciones de Zeir. Después de tan largo tiempo como su rey dragón, ¿lo aceptarían igualmente en su forma humana? Algunos de sus soldados ni siquiera habían nacido cuando Zeir había sido humano por última vez. Si permaneciera en esta forma, habría que ubicar a algunos de los jóvenes en el camino correcto para reconocer a su rey. Afortunadamente, Viller había estado allí en aquel entonces y seguía siendo uno de los más poderosos aliados y amigos de Zeir. —Gracias. —Zeir asintió a su teniente. El aire húmedo en su piel desnuda se sentía extraño y mal. Se frotó las manos arriba y abajo de sus brazos, tratando de combatir su fuerte sensación de vulnerabilidad sin sus escamas protectoras. Los dragones eran difíciles de herir, una de las muchas razones por las que había permanecido como una bestia durante tanto tiempo. Las escamas protegían mejor que la carne, y se había convertido en un experto en esconderse a plena vista. Nadie le preguntaba a un dragón sobre sus sentimientos o cuestionaba sus decisiones. Zeir dio un paso al lado para dar la vuelta a la pesadísima bestia.
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El joven dragón se movió para bloquearlo. —Mío. No te acerques a ellos. Debo proteger a mi compañero. Viller dio un paso atrás, esquivando la cola del pequeño dragón en el último minuto. —Tu nuevo amigo es bastante posesivo. —Él es… Creo que todavía está un poco confundido por el accidente—Zeir no sabía cómo iban a conseguir que su nuevo recién llegado cambiara a ser humano. —Necesitamos que él cambie de nuevo para que los curanderos puedan comprobar si hay lesiones. Diagnosticar a un humano era mucho más fácil que a un dragón. Los humanos no escupían fuego contra los sanadores cuando intentaban evaluar las heridas. —Debe haberse golpeado la cabeza o algo para no ser consciente de quién es. O es un buen mentiroso. Viller miró al dragón con interés. Zeir no podía discutir con las conclusiones de Viller. —La amnesia temporal podría ser la forma en que su mente acepta el cambio. —Había historias de genes recesivos ocultos dentro de ciertos humanos. No sabrían nada hasta que su dragón interior recuperara su memoria. Viller se volvió y se dirigió al joven. —¿Es tu padre un dragón? —¿Qué más podría ser? —El ronroneo ahumado del dragón hizo que Viller se riera. —Buena pregunta. —Asintió Viller con una amplia sonrisa. —No creo que obtengamos algo más de él hasta que cambie—Zeir acarició al nuevo dragón, deslizando sus dedos a lo largo de las escamas metálicas. Nunca antes había visto escamas tan brillantes. Viller, uno de los principales entrenadores de dragones, evaluó al recién llegado con un ojo experimentado. Zeir valoraba su opinión. —Es pequeño. No es una gran amenaza. Si ha cambiado recientemente, no será capaz de mantener su forma de dragón mucho más tie mpo. ¿Vas a traerlo con nosotros? Zeir asintió. ¿Qué más podían hacer? —Sí. No sabrá cómo buscar comida. Se moriría de hambre si no le damos de comer. Haga que el equipo compruebe la cápsula por pistas. Tal vez si pudiéramos averiguar de dónde es, podemos averiguar quién es. Morla, la compañera de Viller, se unió a ellos.
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—No había otros supervivientes, pero puedo buscar en el registro de la cápsula y averiguar a qué nave se le concedió la licencia—Llevaba una bolsa de pantalones de algodón sueltos, que entrego a los soldados a su alrededor mientras hablaba. Viller inclinó la cabeza mientras consideraba las palabras de su compañera. —¿Estás seguro de que llevarlo al castillo es sabio? No sabemos nada de él aparte de que se estrelló, supuestamente accidentalmente, y no sabe nada. Tal vez deberíamos ponerlo en una celda hasta que estemos seguros de que no es peligroso. Cuanto menos sepa de nosotros, mejor estaremos. Zeir retuvo un impulso instintivo para negar que el extraño dragón le hiciera daño a nadie, porque él no lo sabía realmente. Su teniente siempre le había dado buenos consejos, pero Zeir no podía soportar la idea de poner al nuevo dragón en una celda. —Puedo llevarlo bajo guardia, Su Majestad—Se ofreció Viller. —Mantente alejado. ¡Él es mío, es mío! —El nuevo dragón escupió fuego, una pequeña bola de fuego que Viller alejó fácilmente. Viller sonrió. —Soy inmune al fuego, pequeña bestia. Soy dragón, después de todo. El pequeño dragón gruñó. Entonces su cuerpo entero empezó a brillar como si fuera una batería encendida. Se transformó de dorado a brillante azul. —¡Viller, muévete! —gritó Zeir. El nuevo dragón le impidió llegar a su segundo al mando. Viller saltó a un lado mientras el dragón le escupía fragmentos de hielo. Hachas afiladas atravesaron el suelo donde había estado de pie segundos antes; se paraban como agujas relucientes y translúcidas. —¡Detente! —gritó Zeir. El nuevo dragón cambió de nuevo a dorado antes de girar alrededor para hacer frente a él. —¡Mío! —No escupas hielo a la gente —gruñó Zeir. Sólo había conocido a otro dragonkin de dos elementos, y Seltin no había sido muy fuerte. Había pocos dragones que pudieran producir algo más que fuego. ¿Podría esta bestia estar relacionada con Seltin de alguna manera? Por primera vez, la punzada aguda de la pérdida que generalmente seguía al recuerdo de su compañero muerto no sucedió. El dragón dorado se recostó en el suelo, colocando su cabeza sobre sus patas. Zeir nunca había visto un dragón haciendo pucheros antes. Incluso los más jóvenes no podían sacar un buen malhumor en forma de dragón.
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—Tienes que cambiar. Me viste hacerlo. Yo sé que puedes—En ese momento, Zeir trató de usar un tono de codicia en lugar de ordenar que la bestia cambiara; no quería molestar al sensible dragón. Maldición, ¿cuándo comenzó a preocuparse por los sentimientos de otro ser? El dragón parpadeó sus ojos grandes en Zeir, pero no se puso de pie ni mostró ningún signo de cumplimiento. —Voy a dejarte ahí —le advirtió Zeir, como si estuviera tratando con un niño lanzando una rabieta en el suelo. —¿No me quieres? El dolor en la voz del dragón hizo a Zeir repensar su enfoque. No tenía la energía para mimar a una bestia terca y posesiva, pero tampoco lo abandonaría. —Ven, entonces. Tal vez puedas cambiar más tarde. —Puedo quedarme aquí con él hasta que cambie—ofreció Morla, acariciando la cabeza del joven dragón con suaves caricias. —Tendrá que cambiar pronto. Pobre bebé no será capaz de mantener el cambio mucho más tiempo. —¡Él sólo trató de congelarme! ¿Dónde está mi simpatía? —replicó Viller a su compañera. Ella hizo un ruido de chasqueo con su lengua mientras rascaba al pequeño dragón detrás de las orejas. —No lo hizo en serio. Sólo estaba tratando de proteger al Rey Zeir. Él es dulce—Ella continuó acariciando. Un ronroneo bajo salió del dragón, dr agón, vibrando en el suelo. —¡Eres un dragón malo! —Viller sacudió el dedo hacia la bestia. Su voz contenía más frustración que ira mientras miraba a l a criatura malhumorada. —¡Cambia! —dijo Zeir de nuevo. El dragón resopló. Zeir casi se rindió, y entonces notó que la forma dorada se encogía en cambios lentos, casi incrementales. Las escamas de la bestia se desvanecieron y, después de varios chasquidos de hueso, se convirtió en un hombre. Zeir abrió la boca. El humano ante él se parecía mucho a su compañero muerto, como para ser su hermano. No era una réplica r éplica exacta de Seltin, pero el hombre tenía los mismos ojos azules y los pómulos afilados. Sin embargo, este clon de su compañero tenía largo cabello dorado, a diferencia de las oscuras hebras de Seltin. Tal vez la memoria de Zeir se había desvanecido, pero no recordaba que Seltin fuera tan musculoso.
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—¿Te acuerdas de tu nombre? —Zeir apenas podía sacar las palabras a través de su garganta seca. Tragando algunas veces para recoger la humedad, se esforzó por encontrar su falta de compostura. Lo había abandonado en el momento en que las escamas doradas y la l a cola se habían ido. El hermoso hombre se sentó, envolviendo sus brazos alrededor de sus piernas donde descansó en el suelo del bosque. —No lo sé. —Se frotó las manos arriba y abajo de sus brazos como si tratara de recuperar su calor de dragón. —¿Todos van a estar alrededor, o van a ayudarlo? Está en crisis de transición. Necesita un curandero. Morla cogió un par de pantalones de algodón y una camisa delgada de su bolso y se los entregó. — Aquí, cariño. Vístete y te llevaremos a casa. —Gracias—Se volvió hacia Viller. —Y yo... lo siento por intentar congelarte. La expresión de Viller se suavizó ante la sincera disculpa del joven. —Está bien. Es difícil luchar contra el instinto. A pesar de la l a tentación, Zeir mantuvo los ojos respetuosamente por encima de la cintura del extraño. Si lo atraparan echando un vistazo al hombre desnudo y vulnerable, nunca lo dejarían. Podía sentir a Viller observándolo de cerca, y se encontró con los ojos de este. Viller inclinó la cabeza hacia el desconocido, que se había puesto de pie para vestirse. Apenas llegaba más arriba que el hombro de Zeir. Otra diferencia tranquilizadora; Seltin sólo había sido una pulgada más bajo que Zeir. No queriendo hacer sospechar al hombre de pelo dorado, Zeir envió un mensaje telepático a Viller. “Hablaremos más tarde”. Viller asintió. Zeir dudaba de que fuera el único que notara la semejanza entre Seltin y este desconocido. Buscando en sus recuerdos, no recordaba que Seltin mencionara a ningún pariente fuera del mundo. Sin Si n otra palabra, Viller se volvió y organizó el equipo de trabajo. En cuestión de minutos tenía tareas asignadas y personas que limpiaban la vegetación caída. Arrastrarían la cápsula de escape detrás de un aerodeslizador a uno de sus trineos portátiles para su examen posterior. La tripulación del accidente hará todo lo posible para extraer la mayor cantidad de información posible de los restos. Tal vez podrían averiguar a quién contactar acerca de su visitante. Alguien debía estar extrañándolo, y cuanto más tardaran en descubrir de dónde venía, más tiempo le faltaba a alguien. A Zeir no le gustaba la idea de un ser querido lloriqueando por el hombre que tenía delante.
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—¡Compañero! —susurró —susurró su dragón interior. —¡Cállate! —respondió —respondió Zeir rápidamente. Entre el joven dragón y su propia bestia delirante, Zeir estaría atado al hombre antes de que pudiera averiguar su nombre si no frenaba el entusiasmo de su dragón. —Lo siento por el daño a su bosque —dijo el magnífico humano. Un rubor claro le coloreó las mejillas mientras miraba a Zeir a través de sus largas pestañas. Zeir agarró el hombro del visitante y dio un pequeño apretón. —¿Quiere decirme como te estrellaste? —No. Sí. No lo sé. Realmente no recuerdo—Pánico enhebró la voz del hombre. Cogió los bíceps de Zeir. —¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí? Antes de que Zeir pudiera tranquilizarlo, el desconocido cerró los ojos. Lo atrapó justo cuando se desmayaba. desmayaba. Gimiendo, lo barrió antes de que pudiera caer al suelo y hacerse daño. Morla corrió a examinar al hombre inconsciente, apartó el pelo a un lado, revelando un gran bulto rojo r ojo en su lado derecho. —Debe haberse golpeado la cabeza con fuerza para que la herida sobreviva a la transformación. No es de extrañar que tenga amnesia. Vamos a llevarlo de vuelta al castillo. Zeir se negó a entregar su carga a cualquiera de los soldados que se ofrecían. Lo había encontrado, y se negó a dejar pasar su responsabilidad. Su dragón interior bufó su diversión.
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í
Colt abrió los ojos. La habitación nadó a su alrededor en un desenfoque vertiginoso. Después de unos pocos parpadeos para concentrarse, pudo distinguir lo que le rodeaba. Las paredes pintadas de blanco lo rodeaban, pero la cama de terciopelo azul brillante y los muebles de madera oscura rompieron el aspecto estéril. Trazó la manta de la cama con los dedos mientras trataba de reconstruir cómo había terminado allí en lugar de romperse en pequeñas piezas en el espacio. Alguien obviamente lo había rescatado, per o ¿quién? ¡Baroy! Su conversación con el dragón del espacio pasó por su mente. Cual quier ser sobrenatural velando por los desafortunados navegantes lo había hecho bien por Colt. Lástima que se sintiera tan maltrecho como un carguero después de una lluvia de meteoros. Le dolía todo el cuerpo. Los músculos que rara vez se habían estirado estaban flojos e inútiles, como si hubiera pasado por encima de su capacidad habitual. ¿Qué había estado haciendo? Los débiles recuerdos de las alas y un ardor en su pecho pasaban por su cabeza, moviéndose demasiado rápido para que pudiera captarlos y darles sentido. ¿Dónde estoy? El dolor se arqueaba sobre su frente, afilado y penetrante. —Mierda. Apretó la mano derecha contra la sien, tratando de rechazar la abrasadora agonía. No era de sorprender que no funcionara. Una brisa fresca se deslizó por su rostro enfriándole sus mejillas. ¿Había alguien abierto una ventana? Los ojos de Colt se nublaron por el dolor de cabeza, dificultando el examen de su entorno. El cepillado de la humedad sólo permitió espacio para más lágrimas. Después de un tiempo, Colt cerró los ojos e intentó relajarse. —Deja que el dolor fluya a través de ti. Colt repitió lo que su padre le había contado siempre que sufría una migraña. Colt había tenido migrañas desde la infancia. Ninguno de los curanderos a los que sus padres lo habían llevado había sido capaz de hacer mucho para aliviarlos. Colt prefería los medicamentos que lo mataran hasta que todo terminara. Tenía un umbral de dolor bajo y no se avergonzaba de admitir que era un cobarde. Las migrañas lo incapacitaban, y sólo el sueño y la oscuridad podían ayudarlo. Levantó la manta y se cubrió la cabeza con la esperanza de bloquear la luz. ¿Quién podría haberlo traído aquí? ¿Había visto dragones? Si lo que sospechaba era cierto, entonces estaba realmente en Dragait.
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Nuevos esfuerzos para recuperar su memoria del accidente sólo le hacían doler más la cabeza. Durante su infancia, Colt solía fantasear acerca de ser un dragón como su padre, pero la genética le había fallado y lo había dejado sin la capacidad de cambiar de forma. Una de las razones por las que se había convertido en un navegante, era porque nunca podría volar de otra manera. Su padre siempre había hablado sobre volar en tonos de ensueño. Colt le envidiaba esa libertad. Incluso si su padre no cambiaba a su forma de dragón a menudo, podía cambiar, y eso hacia toda la diferencia. Colt volvió a quedarse dormido; su cabeza dolía demasiado para caer completamente en un sueño profundo. Finalmente, algún tiempo después, el dolor retrocedió a niveles manejables. Bajó cautelosamente su manta para poder examinar su entorno sin temor a mover la cabeza. La habitación en la que se encontraba contenía una cama, una mesa auxiliar y un armario grande en madera oscura. También tenía una cornisa ancha a lo largo de una pared donde la habitación estaba abierta al balcón, lo que explicaba la brisa fresca causando protuberancias que se elevaban a lo largo de su piel. —¿Dónde en las siete galaxias estoy? Para todas las líneas elegantes de la habitación, tenía muebles antiguos; nada desencadenó ningún sentido de familiaridad. Después de echar un rápido vistazo para asegurarse de que estaba realmente solo, Colt se levantó de la cama. Un pedazo de dolor pasó por su pie izquierdo cuando pisó algo agudo. —¡Ay! Mierda. Saltó sobre su pie derecho, tratando de evitar poner el talón en el suelo, luego se derrumbó sobre la cama y apoyó el tobillo de su pie izquierdo sobre su rodilla derecha. La sangre goteó de un corte en su talón, dejando un rastro rojo en su piel. —Maldita sea. ¿Qué pisé? Inclinándose, vio una pieza brillante de algo medio incrustado en la herida. Teniendo cuidado de no empujar el objeto más lejos, apretó sus dedos alrededor del borde y lo sacó. Colt lo sostuvo para examinar la forma triangular de cerca. —Una escama de dragón rojo. Mierda, estoy en Dragait. La excitación brillaba a través de él como una droga ilícita. Su padre había crecido aquí, pero había evitado cuidadosamente cualquier ruta que los llevara incluso a la misma galaxia que Dragait. Colt siempre había sospechado que su padre era un refugiado, pero sus padres cerraron con éxito todas sus preguntas a lo largo de los años. Incluso su tío se negó a decirle a Colt cualquier cosa que pudiera saber, sólo diciendo que si sus padres querían decirle, lo harían. —Tal vez pueda ver de qué se trata todo el alboroto ahora. Y si por casualidad encontraba información sobre su padre, podría decir que fue un accidente feliz. No era su culpa que se hubiera estrellado contra el planeta dragón.
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El pie de Colt palpitó, pero cuando volvió su atención a su talón, no vio el corte por más tiempo. Un golpe de su pulgar limpió la sangre, no había ninguna herida debajo. —Huh, eso es una curación rápida, incluso para mí. El dolor le latía por el cráneo; su migraña amenazaba con volver. Respiró hondo y contuvo un gemido. Tan rápido como había llegado, la agonía palpitante desapareció. —¿Mejor? —una voz familiar habló directamente a Colt —¿Baroy? —Hola, Colt. Bienvenido a Dragait. He venido a comprobarte. Te he facilitado la comunicación con los demás mientras estabas en forma de dragón. El Rey Zeir no te hará daño. Él te vigilará mientras estés en su reino. Si tienes algún problema, piensa en mí y haré todo lo posible para ayudarte. ¿Qué Rey? ¿Qué otros? ¿Dónde había aterrizado? No había mucha información sobre Dragait en los archivos que había estudiado. Recordaba vagamente que un grupo de reyes corría el planeta. —El Rey Zeir dirige esta parte del planeta. Es un gobernante poderoso. No creas en los rumores de su locura. ¿Locura? Esto no sonaba mejor con más información. Antes de que pudiera hacer más preguntas, la presencia de Baroy dejó la mente de Colt como si se hubiera levantado un peso físico. Colt no estaría llamando al dragón espacial por ayuda. Su padre le había enseñado mejor que involucrarse con criaturas de inmenso poder. Nunca se sabía cuándo podrían volverse contra tí. Sin embargo, tenía que preguntarse si el lugar donde había aterrizado resultaría ser mejor que flotar en el espacio, o no. Colt se mordió las uñas mientras consideraba sus opciones. A pesar de que su madre le regañaba, nunca se había deshecho del hábito. Un rugido siniestro sacudió su atención hacia el otro lado de la habitación. Un enorme dragón rojo se agachó sobre lo que había sido una cornisa vacía en el balcón. El dragón de mis sueños. —Hola. ¿Eres el rey Zeir? Colt se quedó en la cama, no queriendo asustar a su visitante ni acercarse más a esos dientes afilados y garras. No podía determinar el nivel de amistad del rey, pero tenía más posibilidades de llegar a la puerta si no lo antagonizaba. Ningún movimiento repentino sería su mejor estrategia en ese momento. —Hola. —La voz profunda del dragón resonó dentro de la cabeza de Colt. Se habría puesto de pie, pero no confiaba en su nueva y extravagante curación, y estar de pie no le había hecho ningún favor la última vez.
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—¿Cómo te llamas? —La voz del rey tenía un tono cálido y reconfortante, Colt quería envolverse en ella como una manta acogedora. Antes de que Colt pudiera reunir suficientes palabras para responder, el dragón se sacudió y tembló, encogiéndose y remodelándose en la forma de un hombre alto, de largos cabellos negros y penetrantes ojos grises que parecía pesar el valor del alma de Colt y encontrarle carente. Wow . Si el rey representaba al típico dragón del planeta, Colt podría pasar un buen rato aquí mientras esperaba su rescate. Tomó toda su energía para mantener su atención en el rostro del rey y no para examinar el físico impresionante que iba junto con él. Probablemente existían leyes contra ser pervertido con el rey. No le gustaría ser echado a la cárcel por segunda vez. —Soy Colton Lanx. Um, ¿sobrevivió alguien más al accidente? Una punzada de culpa lo golpeó. Su primer pensamiento había sido sobre la aparición del rey, no sobre otros supervivientes. No había pensado en absoluto en sus compañeros de equipo: de verdad necesitaba tomar una clase de ética. —Encantado de conocerte, Sr. Lanx. Soy el Rey Zeir. Por lo que sé, tú eres el único que llegó a mi reino. Baroy me ha dicho que hay más capsulas que circulan por encima, pero no cómo la tuya. Sin duda tu pueblo vendrá a rescatarte pronto. ¿Cómo es que un dragón estaba entre la tripulación? ¿De dónde vienes? Mientras hablaba, el rey sacó un par de pantalones de gimnasia del armario y luego se los puso. Maldita vergüenza, toda esa hermosura cubierta. No es que Colt estuviera buscando ni nada. Volvió a poner la atención sobre la conversación en lugar de la piel besada por el sol del rey. —Puedes llamarme Colt. Mi padre nació en Dragait y conoció a su compañera mientras viajaba. Nací fuera del mundo. Aunque mi llegada aquí no fue planeada, siempre he querido visitarlo. Te agradezco que te ocupes de mí. Colt no sabía qué había pasado, pero alguien lo había traído a esta cómoda cama y lo había vestido. Su recuerdo borroso del accidente no había resultado útil hasta ahora; él podría volar una nave espacial a través de las lagunas en su memoria. Para sorpresa de Colt, el rey no persiguió preguntas sobre su paternidad. —No hay problema. Te estrellaste en mi territorio. No iba a dejar a nadie morir, especialmente a un dragón. —¿Cómo sabes que soy dragón? ¿Había alguna señal de que había perdido todos estos años, aparte de convertirse en un dragón?
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El rey lo miró con una expresión que Colt no pudo interpretar. —Porque tú eras un dragón. —¿Qué? —La voz de Colt se elevó y chirrió. —Eso no es imposible. Zeir se echó a reír. —Puedo asegurarte que sí. Eras una cosa linda. Colt apretó sus dedos contra sus mejillas ardientes antes de forzar sus manos en su regazo. Ya no era un colegial tímido. Atreviéndose a encontrarse con los ojos de Zeir, respondió a su extraña acusación. —¿De qué color era? —Oro. Eres muy hermoso. —Oh. Tal vez por eso tengo un vacío en mi memoria. —Es posible. El rey apartó la declaración de Colt con una indiferente onda—. ¿Nunca has cambiado antes? Recibí la impresión de tu dragón de que no lo habías hecho. —No, nunca he cambiado antes. Pensé que no podría—Parte de Colt se preguntó si todavía estaba soñando. No sólo se había transformado en un dragón, sino que también había aterrizado en el planeta Dragait. Dos de sus metas de por vida logradas por un accidente. Él se pellizcó el brazo izquierdo, luego sonrió por el dolor. —¿Estás bien?—Zeir levantó la ceja derecha mientras observaba las acciones de Colt. —Sí. Me preguntaba si todavía estaba soñando. —Bueno, trata de no mutilarte mientras lo averiguas—La boca de Zeir se inclinó hacia las esquinas como si estuviera reprimiendo una sonrisa. Sus ojos lo miraban. El extraño color gris plateado brillaba con diversión. Colt se encogió de hombros. —He tenido sueños más raros. —Hmm. ¿Cuáles son tus intenciones al venir a este planeta? ¿Por qué estuvo tu nave cerca de Dragait? El cambio en el comportamiento de Zeir, desde la diversión hasta el interrogatorio, arrojó a Colt, que probablemente fue la razón por la que lo hizo. Colt se esforzó por encontrar las palabras que aliviaran las sospechas del rey y que lo mantuviesen fuera de cualquier mazmorra húmeda que Zeir tuviera a un lado para los espías. —No tenía más intenciones que morir en el espacio. Baroy se ofreció a llevarme al planeta con seguridad, y yo estuve de acuerdo. No dijo dónde iría. —¿Para quién trabajas? —preguntó Zeir. Su rostro no mostraba si creía o no a Colt.
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—Soy miembro del Gremio de Exploración, un grupo formado para descubrir nuevos planetas y crear rutas diplomáticas y comerciales con especies desconocidas. Nuestro capitán metió las coordenadas equivocadas en el ordenador, lo que nos hizo pasar demasiado cerca de su planeta, y nos llevó a la atmósfera. Ahora sabes tanto como yo. La expresión de Zeir estaba menos que impresionada. —¿Por qué estabas solo en tu cápsula? ¿No suelen evacuar en grupos? —Sí, en general, pero yo fui el último en subir. —Intentó mantener la expresión abierta como si no estuviera escondiendo nada del sospechoso rey. —¿Por qué? ¿Qué posición tienes? Creo que el capitán sería el último en abandonar su nave, y la mayoría de los capitanes están más que felices de compartir esa información en su introducción. Una risa amarga escapó de Colt antes de que pudiera detenerlo. —Tienes razón. La mayor parte del tiempo, el capitán sería el último en irse. De alguna manera dudo que el Capitán Jael hubiera caído con la nave. No era lo que tú llamas un tipo abnegado. —Todavía no has dicho cuál era tu posición—Zeir cruzó los brazos mientras esperaba su respuesta. —Yo era el navegante. Puse todas las coordenadas para asegurarme de que no me acercaba demasiado a nada que pudiera causar problemas, como planetas y cinturones de asteroides. —Soy consciente de lo que hace un navegante—El tono seco del rey podría haber absorbido la humedad de un bosque lluvioso. —¿Crees que has cometido un error que causó el choque? —¡No! —exclamó Colt. —El Capitán Jael decidió rehacer mi trabajo. Cuando le dije que había cometido un error, me arrojó al calabozo. —¿Por qué tendría que hacer eso? ¿No quería que lo arreglases? —Podría haber sido menos amable con mi respuesta a su intromisión en mi trabajo—Colt se frotó el cuello mientras confesaba. Su temperamento le había metido en problemas más de una vez. —¿No hay más que eso? ¿Por qué cualquier capitán arriesgaría su nave entera debido a su ego? No debería haberse equivocado con su trabajo si no entendía lo que estaba haciendo.
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—Tienes razón. No debería haberlo hecho, pero no es conocido por su brillante planificación. No tengo ni idea de lo que estaba pasando en su pequeña mente. Jael se resintió tan pronto como me uní a su equipo. Escuché que quería que se contratara a su sobrino en mi lugar, pero no sé qué tan cierto era eso. Sé que Jael hizo todo lo posible para hacerme quedar mal. Creo que esperaba desacreditarme y luego poner a su sobrino como sustituto. Colt había oído hablar del sobrino de Jael de otro miembro de la tripulación en su segundo día como navegante, después de que Jael le echó una bronca por nada. —No deben vetar a sus líderes muy bien si permiten que un hombre tan pequeño esté a cargo de una nave espacial entera. Te aconsejo que no vuelvas a tu posición anterior y que busques trabajo en otra parte. Colt ignoró la punzada de decepción. Por supuesto que saldría del planeta tan pronto como hablara con su tío o con sus padres. Quizás disfrutara jugando al turista, pero no tenía provisiones para permanecer en Dragait a largo plazo, y Zeir parecía ansioso por verlo irse. —¿Qué tal si te traemos algo para comer antes de continuar esta discusión? A estas alturas debes estar muerto de hambre—Zeir le sonrió, revelando un par de hoyuelos sexy. No es justo. Ningún rey debería ser tan adorable. —¿Hay alguna manera de que pueda darme una ducha primero? —Ahora que Colt había despertado un poco más, su piel tenía un tacto sucio, y él quería lavarse. —No hay problema—Zeir volvió a entrar en el armario y sacó algo de ropa. Señaló una puerta a pocos metros que Colt no había notado. —Hay un cuarto de baño por ahí. Dejaré a un sirviente para que te muestre el comedor cuando hayas terminado. Colt pensó en negarse. Odiaba la idea de tener a alguien esperando por él, pero si el rey no tenía un problema con eso, entonces Colt no se sentía cómodo rechazando la ayuda. Agitar las cosas no estaba en su lista de tareas pendientes cuando se trataba de sus interacciones con el rey. Permanecer fuera de una celda hasta que pudiera salir consistía en la suma total de las ambiciones de Colt. —Gracias, Su Majestad. —Puedes llamarme Zeir. No hay en formalidad dentro de mi reino. Sólo tiro la tarjeta del rey cuando trato con otros miembros de la realeza. —Gracias Colt tenía que hablar con su padre y averiguar de qué reino había sido. Hasta ahora nada de lo que Zeir había hecho haría que alguien huyera del planeta.
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Tal vez no compartiera sus pensamientos internos, pero Zeir sólo había estado acomodando a Colt a pesar de su caída desde el cielo y estrellarse contra su reino. Colt esperó a que el rey se fuera, entró en el baño y se detuvo bruscamente. Después de una vida de duchas en naves apenas más grandes que un armario, el enorme baño de mármol que tomaba más de la mitad de la habitación estaba a la altura de la decadencia. —Maldita sea, podrías meter a cuatro personas allí. O un navegador caliente y un magnífico rey. Colt empujó por la fuerza ese pensamiento de su cabeza. No tenía tiempo para un largo baño y placer si planeaba comer con el rey sin explicaciones incómodas. Lo último que necesitaba eran preguntas sobre lo que le llevó tanto tiempo. Con un voto silencioso de volver a la impresionante piscina de baño, Colt se alejó de la lujosa bañera y se dirigió hacia la ducha separada. Incluso eso era dos veces el tamaño de lo que estaba acostumbrado. Después de una larga ducha caliente, Colt salió del ambiente húmedo completamente limpio y en un estado de ánimo mucho mejor. Se secó con una toalla exorbitantemente esponjosa, luego se apresuró a vestirse con la sencilla camisa de algodón y los pantalones sueltos proporcionados. No había ropa interior, pero pensó que probablemente sólo guardaban ropa temporal en el armario. Después de asegurarse de que el cordón estaba lo suficientemente apretado como para que sus pantalones no se cayeran, abrió la puerta para encontrar a una mujer vestida con un simple traje azul. Le lanzó una amplia sonrisa de dientes blancos. —Saludos, Sr. Lanx, soy Lilabelle. El rey me pidió que lo acompañara cuando estuviera listo. —Encantado de conocerte, Lilabelle, gracias por esperar—Colt levantó una mano, señalando hacia el vestíbulo. Lilabelle soltó una risita y dio una breve reverencia antes de dar la vuelta y caminar por el pasillo. Caminaron por una serie de pasillos largos, tomando algunos caminos laterales para evitar a los grandes dragones que vagabundeaban por los pasillos. —No nos harán daño a propósito, pero quizás no nos vean a tiempo para evitar un barrido de cola —explicó Lilabelle cuando esquivaron el tercer atajo. Un castillo lo suficientemente grande para los dragones tenía pasajes cuatro veces el ancho habitual. Colt no pudo dejar de contemplar la enormidad de la estructura. Él asintió a la gente cuando lo reconocieron, e ignoró a aquellos que simplemente lo miraban. —Lo siento por eso. No recibimos muchos visitantes —dijo Lilabelle.
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No había sido demasiado hostil, pero las miradas que había estado recibiendo estaban muy lejos de ser amistosas. —Aquí estamos—Señaló una serie de puertas dobles. —Su Majestad lo espera. —Gracias—Colt dio un breve saludo y ella lo recompensó con una sonrisa y una breve reverencia antes de marcharse. Al abrir la puerta, no esperaba encontrar una acogedora sala de estar con una mesa redonda y Zeir, el ocupante solitario, bebiendo café y leyendo algo de un trozo de papel. El rey parecía menos real y más accesible. Hasta que oyó entrar a Colt y le dio una intensa mirada de ojos grises. Colt ofreció una sonrisa tímida. —Lo siento si tomé demasiado tiempo—Se detuvo a medio camino en la habitación, inseguro de si se acercaba más. La expresión del rey no le animó a acercarse. —Ven y siéntate—Zeir señaló la silla frente a él. —Podemos comer algo mientras me cuentas un poco más sobre ti. Colt asintió. Había tantas cosas que quería hacer con Zeir, y ninguna incluía hablar. Se deslizó en el asiento e intentó no inquietarse. Un grupo de platos con cúpula de plata llenó el centro de la mesa. Colt casi saltó de su asiento. No había visto al hombre con su uniforme verde y negro de pie a un lado. Los guantes blancos cubrían las manos del criado mientras sacaba las cubiertas de los platos con eficiencia. La boca de Zeir se inclinó hacia un lado. —Estás un poco nervioso. —Lo siento—Colt respiró hondo. — Realmente no sé qué hacer aquí. No suelo comer con reyes. Y ahí estaba el problema. No le importó el gran palacio o la cultura desconocida, pero Zeir acabó con todos los nervios de Colt y lo convirtió en un desastre. Los hombres poderosos y atractivos eran una debilidad suya, y no una que él superaría en cualquier momento mientras estaba sentado frente a Zeir. —Tómalo con calma. No muerdo—La sonrisa de Zeir se ensanchó. —Al menos, no en el desayuno. Colt lanzó una risa ligeramente histérica. —Lo tendré en mente. Zeir agitó una mano hacia la comida. —Sírvete. No te haré hablar hasta que comas. Lo sé, yo apenas hablo antes del desayuno. —Gracias—El estómago de Colt gruñó como si quisiera recordarle que había pasado demasiado tiempo desde que había comido por última vez.
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Después de colocar las cúpulas de plata en un carro de servicio de metal a un lado, el criado volvió a su posición a la izquierda y detrás de la silla del rey, listo para saltar a la asistencia de Zeir en cualquier momento. Miró a Zeir con una mirada de adoración como si el rey fuera la cosa más maravillosa que había visto. Colt cargó su plato pero esperó a comer cualquier cosa hasta que Zeir tomó su primer bocado. Colt podría no conocer las costumbres reales perfectamente, pero apostaría los pequeños ahorros que tenía que nadie comía antes que el rey. Colt hundió sus dientes en una grande y escamosa galleta y gimió antes de lamerse el labio inferior para limpiar la mantequilla restante. —Lo siento. No recuerdo haber estado tan hambriento antes. Tu cocinero es realmente bueno. El rey se aclaró la garganta, luego asintió. —Un cambio te hará eso. Inclinando la cabeza, Colt lo pensó. —Sabes, tampoco estoy seguro. Mis recuerdos son un poco difusos. —No me sorprende. Tuviste un duro golpe en la cabeza. Podrías tener un poco de amnesia. Colt se echó a reír. —Me siento como uno de esos personajes de la ópera espacial. Tal vez salí de ella y descubra que soy el gemelo malvado con tres esposas y dos maridos. —Si tuvieras tantos cónyuges, serías un gemelo muy ocupado—Los ojos de Zeir brillaban con diversión. Comieron en silencio durante un rato, pero Colt encontró a su compañero tranquilo, y la tensión disminuyó en su pecho y estómago. Si Zeir planeaba matarle o encarcelarlo, no dejaría que Colt tuviera una buena comida primero. Tal vez, después de todo, el choque no había sido lo peor que le había pasado. Nadie habló de nuevo hasta que Colt cruzó su cuchillo y tenedor en su plato. Zeir se limpió la boca con una servilleta blanca y dorada antes de echarla sobre la mesa. Rápido como una nave espacial, el criado se apresuró a comenzar a limpiar la mesa. Antes de que Colt pudiera ordenar todos sus pensamientos, la mesa estaba limpia y Zeir parecía listo para escuchar las más profundas confesiones de Colt. Por desgracia, ninguna de las cosas que quería confesar tenía algo que ver con el accidente. Zeir animó a Colt a comenzar. —¿Por qué no me cuentas un poco sobre tu familia? ¿Dijiste que tu padre es originario de Dragait? —Sí, pero nunca habla de eso. La única razón por la que sé de donde proviene es porque tuve que averiguar dónde nacieron mis padres para obtener mi licencia de navegante.
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—Ah, ya veo. ¿Sabes algo de su familia? —¿Por qué tienes tanta curiosidad por mi padre? Zeir frunció el ceño. —Estoy interesado en cualquier dragón que haya dejado el planeta. Es raro que perdamos a cualquiera de nuestra gente permanentemente en las estrellas. Es difícil enseñar a los jóvenes dragones a controlar su alejamiento de Dragait, y la mayoría sólo se va por períodos cortos. —Mi padre no cambia mucho. Pasa la mayor parte de sus días en el espacio. Sus padres murieron cuando él estaba en su adolescencia. No sé si tiene a alguien más. Como he dicho, es muy reservado y no le gusta hablar de su tiempo en Dragait. —Tal vez por eso has esperado tanto tiempo para transformarte. Sin un ejemplo de crecimiento, tus instintos de dragón probablemente fueron sometidos. —Posiblemente. Yo también soy sólo medio dragón. —Eso no importa. Hay varios medio dragones en mi reino. Todos ellos pueden cambiar. Tengo el mayor porcentaje de shifters de dragón de cualquiera de los reinos. Creo que es porque pasé los últimos cien años en mi forma de dragón, pero no tengo ninguna prueba de eso, sólo mis propias sospechas. —¿Por qué fuiste un dragón durante tanto tiempo? —Tal vez era grosero preguntar, pero la curiosidad siempre había sido la caída de Colt. Zeir pasó un dedo por el borde de su platillo como si fuera la cosa más fascinante de la habitación. —Estaba de luto después de la muerte de mi compañero. —Oh. Lamento oír eso—El dragón interno de Colt gimió su pena. —Fue hace mucho tiempo—La boca de Zeir se torció en una sonrisa. —Algunas cosas no se logran aceptar. —Pero ahora eres humano. Zeir apartó su taza. —Eso es por tu culpa. Era la única manera de hacer que cambiaras de nuevo. —¿De verdad? —Sí, en serio. Zeir alzó la vista y Colt sonrió ante la diversión en sus ojos.
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—¿Vas a cambiar de nuevo? —Colt se perdería el rostro hermoso de Zeir, pero él podría entender si deseaba volver a su forma de dragón. —No. No me di cuenta de lo mucho que mi gente me echaba de menos. Voy a permanecer como humano por un tiempo y sólo cambiare cuando necesite estirar mis alas. —Oh Dios. Estoy seguro de que tu pueblo será más feliz—Colt decidió ignorar el alivio que sentía por la noticia. No tenía derecho a preocuparse por la versión del rey que encontró. —Tendremos que dejar que intentes transformarte ahora que estás empezando a sanar de tu accidente. Sospecho que después de unos cuantos cambios, tu mitad humana reconocerá su forma de dragón y se integrará completamente. Ahora mismo eres casi una personalidad dividida, sin que ninguna de las dos pueda comunicarse con la otra. Por cierto, puedes disparar fuego y hielo. Muy raro e impresionante. Sólo he conocido a otro que podía hacer lo mismo. La extraña expresión del rey hizo congelar a Colt. ¿Conocía Zeir al padre de Colt? ¿Era Zeir la razón por la que sus padres evitaban Dragait? Zeir no parecía un mal tipo; él había cuidado de Colt después del accidente sin pedir nada a cambio. Colt respiró hondo y luego se lanzó hacia delante. —Mi padre también escupe fuego y hielo. La verdadera falta de sorpresa del rey provocó un hormigueo de advertencia por el cuerpo de Colt. —¿Cuál es el apellido de tu padre? Lanx no es un nombre de dragón tradicional. Colt vaciló si decirle algo más al rey, pero su conciencia no le permitió retener información a un hombre que podría haberle dejado morir en la selva. Decidió seguir la verdad. —Mi padre lo cambió para mantener a la gente inconsciente de que podía cambiar. Él sentía que sería más seguro si otros no sabían de sus habilidades, en caso de que trataran de atraparlo en su forma de dragón. No todos los planetas están abiertos a los shifters. Nuestro nombre original era Dragonthorn. —Dragonthorn, dices. ¿Cuál es el nombre de tu padre? El tono duro de Zeir sorprendió a Colt. Hasta entonces habían tenido una conversación relajada. —Seltin. El rey asintió. —Seltin Dragonthorn. Ahora ese es un nombre apropiado de dragón. ¿Era la imaginación de Colt, o Zeir se había demorado en el nombre de su padre? Cuando Zeir no dijo nada más, apretó Colt. —¿Lo conoces?
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—Sí, lo conocí hace muchos años. Pensé que éramos amigos. No sabía lo que pasó con él, y por eso lo consideré muerto. Hablando de familias, ¿necesitas ponerte en contacto con la tuya y hacerles saber que estás bien? ¿Tienes un cónyuge o alguien que te extrañe? —No estoy en una relación ahora mismo. El estómago de Colt se revolvió mientras pensaba en hablar con su comandante. Eventualmente tendría que contactar con ellos y contarle su versión de la historia. La práctica estándar era escuchar acerca de cualquier accidente desde la perspectiva de todos. El menor detalle podría perderse si no se examinaba. —Tengo que ponerme en contacto con el cuartel general y mis padres. A pesar de la apariencia rústica del castillo, tenía que haber una manera de llamar fuera del planeta. Dragait tenía una posición intergaláctica, lo que significaba que podía comunicarse con otras personas. —¿Tus padres todavía están vivos?—Zeir frunció el ceño. —¿Y te dejan salir por tu cuenta? Ellos son muy relajados para ser padres. Colt se irritó ante el insulto a sus padres. —Tengo veintisiete años, no siete. No necesito que mi madre y mi padre me tomen la mano cuando cruzo la calle. Incluso cuando él había sido un niño, sus padres eran grandes en la autosuficiencia. —Eres muy joven en años dragón—Zeir se puso de pie. —Ven conmigo, y te llevaré a hacer tu llamada. No quiero que nadie se preocupe, estoy seguro. —Apreciaría eso. Los estados de ánimo de Zeir cambiaban más rápido que los de un gato de la especie de Vilvian, y eran conocidos por sus temperamentos inestables. Tenía la impresión de que Zeir había conocido a su padre un poco más de lo que admitía, y que podía haber algo de mala sangre entre ellos, pero la expresión pétrea de Zeir no alentaba a las preguntas. Salieron del pequeño comedor. Mientras caminaban, Colt sintió que algo extraño se movía dentro de él como si sus órganos estuvieran dando vueltas. La náusea le agobiaba el estómago, seguido por el dolor disparando a través de cada músculo. Se detuvo y trató de respirar a través del dolor, usando las técnicas de meditación que su padre le enseñó hace años, mientras aún exist ía la esperanza de que Colt pudiera transformarse. —¿Algo va mal? ¿El desayuno no estuvo de acuerdo contigo? —preguntó Zeir. —No lo sé. Me duele—No podía explicarlo mejor y no arrojarse al suelo. Zeir frotó la espalda de Colt en círculos relajantes. El calor de su mano hizo que Colt se presionara contra él, ansioso por recibir más del reconfortante toque.
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Zeir dijo: —Podría ser tu dragón interior. Una vez que se despierta, no quiere volver a un estado latente. Estoy bastante sorprendido de que tu padre sea capaz de suprimir con éxito a su bestia interna. Te sentirás un poco apagado hasta que te hayas transformado unas cuantas veces más. Vamos a salir y lo liberamos de nuevo. —Todo bien. Una pequeña punzada de duda recorrió la mente de Colt. ¿Qué pasaría si realmente no pudiera convertirse en un dragón y esto fuera un complicado engaño? La agonía se rompió en su cuerpo, descartando cualquier sospecha que quedara en su cabeza. Algo tenía que estar causando el dolor, y hasta que Zeir resultara ser un mentiroso, lo dejaría dirigir. —¿Cómo puedo detener el dolor? —No lo haces. El truco es cambiar el tiempo suficiente para que tu dragón se sienta seguro de que no intentarás reprimirlo de nuevo. Si él sabe que no vas a desterrarlo para callar por la eternidad, él se instalará y volverás a ser una persona cohesiva. Ser dragón es todo sobre el equilibrio dentro de ti mismo. —Eso suena como algunas de las técnicas de meditación que mi padre trató de enseñarme. Nunca fui bueno en vaciar mi mente—Una vez que Colt no había demostrado aptitud para cambiar, su padre había dejado las lecciones, para alivio de cada hombre. —Es casi como la meditación, excepto cuando encuentras tu centro, podrás enfrentarte a tu dragón y conocer a tu bestia interior. Es como nuestros instructores enseñan a los jóvenes. Funciona para ellos, y funcionará para ti también Zeir pasó un brazo por los hombros de Colt y lo ayudó a bajar por el pasillo. —¿Tienes muchos medio dragón con problemas de cambio? —A Colt le encantaría conocer a otros que sólo tenían un padre dragón. Siempre había sido un paria, incapaz de contarle a los otros niños acerca de su padre cuando le preguntaron sobre sus antecedentes. Hacer amigos era difícil cuando no se podía compartir información sobre su familia. Zeir asintió. —Cerca del 25 por ciento de nuestros jóvenes son medio dragones. —¿Están puestos en clases separadas? —Colt sólo podía imaginar a los pobres, los mestizos distanciados. —¿Por qué lo estarían? Nosotros no diferenciamos entre la mitad o los dragones completos, todos son miembros de mi reino—Los ojos del rey dragón destellaron con un brillante amarillo reptil y verdoso. —Oh eso es bueno.
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—¿Te preocupaba que favoreciese a algunos de mis ciudadanos por encima de los demás? —Sí. Sucede, incluso en los mejores planetas. No quise ofenderte—Colt trató de apagar la ira de la voz de Zeir. —Lo siento. Soy un poco protector con mi gente. Admito que algunos dragones puros no comparten las mismas creencias que yo, pero tengo gente que busca ese tipo de cosas y tratamos de anularla. Me temo que no siempre tenemos el mismo éxito que nos gustaría. Eso explicó el tono duro de Zeir. —¿Qué le pasa a la gente que te desafía? —Los destierro de mi reino. Pueden ir a otro que podría ser más tolerante. Ninguno de los reyes aprueba la discriminación, pero algunos de los reinos no tienen tantos puristas para causar un problema a alguien con ese tipo de ideales. —La boca de Zeir se aplastó en una línea inflexible. —¿Dejas a otro rey para lidiar con ellos? —Colt frunció el ceño. ¿No era eso como pasar el problema? Si Seltin no le había predicado siempre la tolerancia, Colt sospecharía que el prejuicio era la razón por la que su padre había sido desterrado. Zeir se encogió de hombros. —No necesito la aprobación de otros reyes. Siempre me envían a enderezar a sus descontentos. El último tipo que desterré de mi reino solía golpear a su novia. —¿Qué le hiciste a él? Colt se preguntó por la opinión del rey sobre los abusadores. Algunos de los planetas que había visitado no habían protegido bien a sus hembras. —Lo envié a trabajar en las minas. También recibió consejería de nuestros sanadores. Espero que él entienda el error de sus acciones a tiempo. Algunas personas no están completamente rotas, solo necesitan ayuda. —¿Y si eso no funciona? Zeir sonrió, sus afilados dientes brillando a la luz del sol. —Lo pondré en un círculo de batalla y lo usaré como un ejercicio de entrenamiento. —Supongo que debería estar feliz de que trates de ayudarme primero. Al menos Zeir tuvo algo de compasión. Zeir se encogió de hombros. —Algunas personas simplemente no pueden ser ayudadas. Trato primero de curar, matar en segundo lugar. No tenemos el lujo de dejar que los criminales causen estragos en el reino. Todos necesitamos trabajar juntos. Somos una comunidad pequeña, y la disensión nos hará caer.
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Colt tuvo que admitir que Zeir parecía conocer a su gente... y olía muy, muy bien, como a calabaza y canela. Él sólo se detuvo a sí mismo al tiempo de inclinarse más cerca para olfatear. “Compañero”, le susurró una voz en la cabeza. Colt sacudió su columna vertebral y se alejó de la tentadora realeza. ¡Oh diablos, no!
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—¿Estás bien? —preguntó Zeir cuándo Colt se detuvo en medio del pasillo. Colt movió la nariz, pero no pudo ignorar el delicioso aroma que flotaba del rey. La ligera brisa en el pasillo barrió la fragancia más cerca. El dragón interior de Colt nunca había hablado antes y menos de una vinculación con un completo extraño. Su padre nunca le había advertido que la bestia dentro de él estaba loca. Todos los cuentos de apareamiento y el aroma de apareamiento nunca mencionaron qué hacer sobre la obsesión del dragón inapropiado. —Estoy bien. Colt evitó la mirada de Zeir. ¿El dragón de Zeir pensaba lo mismo? Le lanzó una rápida mirada al rey, pero sólo pudo ver la impaciencia en su expresión. No se atrevió a preguntar. —Bien, entonces deja de atrasarte. El rey siguió caminando sin darle otra mirada a Colt. Este gimió y rápidamente lo siguió, no queriendo perderse en el enorme palacio. ¿Tal vez el extraño dragón del espacio lo había influenciado? Si Baroy podía hablarle mentalmente y asegurarse de que llegara a Dragait con seguridad, ¿podría reorganizar la mente de Colt? Colt devolvió su atención a Zeir cuando volvió a hablar. —No te preocupes por tener problemas cambiando. No puedes esperar dominar la transformación de inmediato. Toma tiempo. Después de unos cuantos cambios, conectarás tus dos mitades, y en cada forma, serás consciente de tu otra parte. El pánico golpeó, ¿y si intentaba golpear a Zeir mientras estaba en forma de dragón? ¿Cómo viviría con la vergüenza de intentar seducir a un rey? —Tal vez deberíamos olvidarlo. Puedo ser humano. He pasado tanto tiempo sin ser un dragón. Estoy seguro de que puedo seguir así. Por mucho que siempre hubiera deseado tener alas, él las preferiría sin el lado lado de la humillación. Su padre no había cambiado en años; tal vez sabía un truco que podía enseñarle a Colt. Zeir frunció el ceño. —¿Por qué querrías hacerlo? Volar es una de las experiencias más increíbles que puedes tener. Además, tendrás que aprender a controlar tu dragón antes de que pueda dejarte marchar. —¿Qué quieres decir? ¿Me mantendrás aquí? ¿Cómo un pr isionero? —No eres un prisionero, ni siquiera político, pero puedes ser un peligro para los demás. Una vez que este seguro de que no quemarás a la gente o los congeles, puedes salir.
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—Puedo entender eso—Colt no podía discutir con la lógica de Zeir. Él nunca se perdonaría si hiriera a una persona inocente. Por no hablar de que otro planeta podría matarlo simplemente porque se convirtiera en un dragón, de buena gana o no. Zeir asintió. —Nosotros los dragonkin hemos trabajado duro para nuestra reputación como individuos controlados. Si pierdes el control y lastimas a alguien, no sólo te afectaría sino que también reflejaría un mal en nuestra raza. Si suficientes planetas pueden convencer a otros de que somos un peligro, podríamos incluso enfrentar la invasión. No dejaré que una persona arruine nuestra civilización entera. —¿Cuánto tiempo crees que tomará? Controlarme, quiero decir. Firmé un contrato con el Gremio de Exploración, y no sé si me dejarán quedarme. No he tenido tiempo de acumular muchas vacaciones. —Acechando a Zeir porque su dragón tenía un enamoramiento tampoco le haría ser querido en el reino de Zeir. Colt odiaría ser asesinado por uno de los soldados por conducta inapropiada hacia su rey. —Por lo que me dijiste sobre el comportamiento de tu capitán, tienes un argumento fuerte para romper el contrato, pero eso no importa. No tienen nada que decir. Estas en mi reino, y yo estoy a cargo de todos los seres vivos dentro de mis tierras. Desde el punto de vista diplomático, no pueden interferir, ya que podría arrojarlos a la cárcel por invasión o espionaje. ¿Tienes que hacerles saber que sobreviviste? Podría ser más sabio si no les dijeras de inmediato. No hasta después de entrenar, al menos. Colt casi estuvo de acuerdo antes de darse cuenta de las repercusiones. —No, pero tengo que decirle a mis padres que todavía estoy vivo. Si la Corporación informa del accidente, pensarán que estoy muerto, y entonces mi madre me hará desear que lo esté cuando ella se entere de que he estado bien y no la he dejado saber. Sin mencionar que el capitán podría tratar de reclamar que yo era responsable del accidente, y podría ir tras mis padres. Colt apretó los dientes mientras los pensamientos del Capitán Jael sacaban un gruñido de su pecho. Si el hombre hubiera sobrevivido, Colt se aseguraría de que todos supieran lo que pasó. La visión de Colt se volvió más vibrante, los colores y las sombras tomaron vida, y descubrió que podía ver el calor emitido de cada cosa viva alrededor de él. Visión térmica. Su padre le había explicado la visión del dragón una vez y sus diferentes variantes. Estoy tan jodido. Zeir tenía razón. Realmente no podía abandonar el planeta hasta que tuviera más control. Comerse al capitán, por muy merecido que fuera, no haría nada bueno en el expediente disciplinario de Colt. Todavía desconcertado por todo lo que estaba aprendiendo, siguió pasivamente al rey.
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Alrededor de la esquina siguiente, seis soldados se unieron a su paseo mientras se dirigían hacia la derecha, los guardias cuidadosamente cerrando filas para formar un destacamento de protección. Habían estado caminando durante bastante tiempo cuando Colt preguntó: —¿Adónde vamos? ¿Cuánto tiempo tardaremos en llegar fuera? —Hay un pequeño campo de entrenamiento al sur del palacio donde llevamos a los novatos a practicar. Eres un peligro para ti y para mi gente con tu dragón empujando para salir. Habilidades básicas de transformación deben ser cubiertas antes de que hagamos cualquier otra cosa. —Realmente quiero llamar a mis padres. —Colt trató de evitar que su voz se convirtiera en un gemido. Actuar como un visitante respetuoso lo haría más allá de enfurruñarse como un niño pequeño. Ahora era el momento de usar esas lecciones de diplomacia que había tomado durante su orientación en el Gremio de Exploración. La diplomacia habría sido desperdiciada en Jael, que no habría cogido la cortesía aunque lo hubieran golpeado con ella . Te dejaré contactarlos
horas hagan la diferencia.
después de esto, lo prometo. Dudo que unas pocas
Colt no quería estar de acuerdo, pero asintió a regañadientes. Después de todo, no tenía otro recurso. Ir en contra de un rey en su propio reino sólo lo tendría en la cárcel. ¿Había una mazmorra en el castillo? Le encantaría la oportunidad de explorar. A menudo no tenía acceso a un castillo en ningún mundo. Tal vez una vez que la transformación y la llamada se hicieran, el rey dejaría que Colt mirara alrededor. Incluso si tuviera un guardia con él, sería divertido. —¿Por qué tantos soldados? ¿Vamos a algún lugar peligroso? —Si los novatos entrenaban en estos campos, ¿seguramente estaban a salvo? Los soldados que los rodeaban no hicieron señales de que estaban escuchando, pero con su proximidad, obviamente podían oír cada palabra. —Ellos son parte de mi guardia personal. Ya que no estoy actualmente en forma de dragón, están protegiéndome. Después de todo, nunca se sabe cuándo una nave espacial podría caer del cielo. La sonrisa burlona de Zeir se dirigió directamente a la ingle de Colt, y él le devolvió la sonrisa, tratando de no darse cuenta de lo bien que se sentía bromear con el rey. —Y yo que pensé que era especial. Tú no me dijiste que hallabas cápsulas destrozadas todos los días. —Si te hace sentir mejor, eras la primera —dijo Zeir con indignación. Un ruido ahogado vino de uno de los soldados detrás de ellos. Colt estaba demasiado ocupado riendo para darse la vuelta y ver quién era, pero la burla inesperada de Zeir los había pillado a todos. Colt apenas había resistido la mirada seria de Zeir; la versión encantadora podría escribir su destino.
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Caminaron por dos corredores más en silencio antes de que Colt empezara a rascarse. Su piel le picaba. Utilizó su mano libre para deslizar sus dedos bajo su manga y arañar su brazo, pero sacudió los dedos hacia atrás cuando encontró algo duro. Escamas. Joder, ya estaba empezando a cambiar. —¿Qué pasa? —preguntó Zeir. Colt no sabía cómo se veía su expresión, pero no se molestó en responder. Aceleró la marcha hasta que estuvo casi arrastrando a Zeir en lugar de lo contrario. El palacio podía ser de piedra e incombustible, pero Colt no quería hacer daño a nadie cuando cambiara. No tenía ni idea de lo destructivo que podía ser al estar en forma de dragón: no había hecho suficientes preguntas durante su fase de negación. —Aquí—Zeir señaló otra puerta a la derecha. Colt salió corriendo. Sus huesos comenzaban a doler. Cualquier pensamiento de no transformarse desapareció. ¿Cómo su padre sobrevivió al dolor de no cambiar? A Colt le dolía profundamente como si su bestia interior estuviera tratando de darle la vuelta. Los soldados siguieron en misterioso silencio sincronizado. Colt trató de ignorarlos, pero pudo verlos por el rabillo del ojo y eso lo hizo angustiarse. ¿Por qué tenían que mirarlo fijamente? Entre su picazón en la piel, su intrépido dragón y el sexy rey a su lado, era un desastre. La humedad le bañaba, una ducha humeante empapaba su piel. No recordaba que estuviera tan mal cuando llegó por primera vez, pero sus recuerdos del accidente quedaron fracturados. Se quitó la camisa, tratando de dejar que algo de aire entrara entre el algodón húmedo y su piel. —Concéntrate en mí —ordenó Zeir. Colt tomó el mando como pase libre para examinar a Zeir a fondo, dejando que su mirada se deslizara lejos de sus ojos grises metálicos hasta las fuertes líneas de su garganta. Un gruñido bajo rodó a través de él, cortesía de su dragón interior instándole a morder y marcar a su compañero. Colt siguió el rastro de botones a lo largo del frente de la camisa de Zeir hasta su conclusión. —Bueno, supongo que estás enfocado —dijo Zeir. Diversión atada a su voz. Colt devolvió su atención a la cara de Zeir. Él maldijo en silencio, su piel clara sin duda estaría manchada por el rubor. Para cubrir su vergüenza, se encogió de hombros. No tenía sentido intentar ocultar la atracción ahora. —Lo siento, su Majestad, pero usted es un hombre magnífico. Es difícil no mirar. Colt podría al menos tener la oportunidad de tener relaciones sexuales con Zeir antes de irse.
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De la expresión de Zeir, la lujuria no era unilateral. Una aventura inofensiva no podía hacer daño. Colt ignoró los pequeños susurros de compañero cantar en su cabeza. Dragón tonto. —Me alegro de que me encuentres admirable y hermoso. Ahora cambia. La voz de Zeir contenía el tono de mando. Seguramente había oído mal. La erección creciente de Colt perdió su dureza al pensar en desnudarse frente a extraños. Creciendo en las naves espaciales, Colt no tenía una gran cantidad de modestia, pero no solía caminar desnudo frente a un grupo de guardias impasibles. Zeir rió, un sonido profundo y en auge. Habría sido atractivo si no estuviera riéndose de Colt. Los pájaros de la zona se alejaron en un grito de protesta. —No se puede cambiar con la ropa puesta. ¿Qué pensabas que iba a pasar con ellas? —Creo que no lo pensé—Colt se encogió de hombros. Sólo había pensado en cambiar, no como una realidad. Rara vez había visto la forma de dragón de su padre y nunca la transformación real. —Bueno, ahora que has tenido tiempo de comprender el asunto, desnúdate—dijo Zeir Colt lanzó una rápida mirada a la media docena de hombres que observaban su intercambio. —¿Van a quedarse ahí y mirar? —Se lamió los labios, tratando de curar su repentina sequedad. Zeir se colocó entre Colt y los soldados, atrayendo la atención de Colt hacia él. —No seas tímido. A nadie le importa la desnudez. Tu mitad humana está tratando de imponer sus extrañas formas culturales a un dragón. La desnudez es la condición natural de los shifter. Dudo que tengas algo que no hayamos visto antes. Es sólo por unos minutos antes de convertirse en dragón, y no serán curiosos. Su atención va a estar en el área que nos rodea, manteniendo guardia. Estaré desnudo también mientras cambio para hacerte compañía. Colt tuvo que tragarse un gruñido. A su dragón interior no le gustaba la idea de que alguien más viera a Zeir desnudo. —No creo que me ayude a concentrarme a cambiar si soy consciente de un montón de hombres mirando mi culo desnudo. Cruzó los brazos y se negó a encogerse bajo la mirada irritada de Zeir. Nada podía persuadirlo de desnudarse frente a la gente que acababa de conocer. Bueno, tal vez a Zeir, pero no hombres que ni siquiera se presentaron. Zeir suspiró, luego se volvió hacia sus soldados. —¿Podrían darse la vuelta? Colt es tímido.
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Algunos de los soldados se echaron a reír, pero nadie ofreció comentarios desagradables ni discutió. Colt apreció su moderación. Probablemente todos pensaron que estaba siendo ridículo. No sabía si se debía a la discreción o el temor de su rey, pero los soldados se volvieron obedientemente. Colt notó que Zeir no se había movido. —¿Que pasa contigo? —Alguien tiene que vigilarte. ¿Qué pasa si una peligrosa serpiente viene mientras estás cambiando? Sin mencionar que si tienes dificultades para cambiar, necesito ser capaz de guiarte a tu otra forma. No te preocupes. He ayudado a muchos jóvenes en mi pasado. —Um, sí. Está bien. —Había olvidado oficialmente cómo hablar. Cerró los ojos por un momento antes de asentir y abrirlos de nuevo para encontrarse con la divertida mirada del rey. Argumentar más lejos no lo llevaría a ninguna parte, no con la determin ación de Zeir, y Colt siendo incapaz de salir del planeta antes de llegar a un entendimiento con su dragón interior. Colt se quitó toda la ropa rápidamente antes de que la vergüenza tuviera tiempo de entrar. Una brisa se deslizó alrededor de su cuerpo, haciéndole temblar. Se concentró en su dragón, pero la bestia se escabulló tan pronto como Colt trató de meterlo en su mente. —Nada. No puedo. —Si puedes. Ignora todo lo demás. Piensa en tus escamas. Piensa en convertirte en una poderosa bestia con garras y fuego. Recuerda tus alas. Recuerda que has sido un dragón antes. Puedes hacer esto, te l o prometo. La determinación en la voz de Zeir confirmó la determinación de Colt, y volvió a cerrar los ojos, bloqueando todo a su alrededor excepto las palabras alentadoras de Zeir. Colt se hundió profundamente en su esencia. Un dragón brillaba ante su ojo interior. ¡Ahí estás! La bestia asintió como si estuvieran jugando a las escondidas y fue el turno del dragón de perseguirlo. Antes de que Colt pudiera repensar su extraña idea, el dragón saltó sobre él. El panorama mental del dragón brilló en un blanco brillante, cegando a Colt mientras la energía latía a través de sus venas. La luz flotaba sobre su piel, y la suave carne rosada se endurecía, se expandía y se transformaba. Los huesos de Colt se rompieron, se estiraron, y remodelaron a una nueva encarnación. Trató de contener el rugido, pero sus mandíbulas se abrieron bruscamente. Una bola de fuego estalló en una explosión pirotécnica y gritó su furia hacia el cielo. ¡Cómo se atreven a atraparlo en esa débil forma humana! Nació para atravesar los cielos, y extendió sus alas, preparándose para despegar, sólo para detenerse cuando un humano se adelantó, bloqueando su camino.
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—Mírate. ¡Qué dragón tan hermoso eres! —susurró Zeir, rascando a Colt detrás de las orejas como si no fuera más peligroso que un gato escamoso. Colt olisqueó a Zeir, disfrutando de su olor. —Por supuesto que sí, amigo. Vuela ahora. Vuela conmigo. Zeir dio un paso atrás. —Primero, necesitas tomar más de unos minutos para adaptarte a ser un dragón. Acostúmbrate a tener alas antes de tratar de usarlas. Aletea un poco mientras tus pies están seguros en el suelo. No quiero que estés demasiado alto y luego te olvides de tu mitad dragón. Más de un shifter ha caído antes. El pensamiento de un medio dragón medio hombre teniendo un accidente de vuelo le dio a Colt una pausa. Él no quería ser una masa deforme y muerta. ¿Ayúdame? Necesitaba
a alguien que le mostrara el camino. ¿Quién mejor que el rey de los dragones? Aparentemente había dicho lo correcto porque Zeir empezó a desnudarse. Colt yacía en el suelo, ansioso por estar lo suficientemente cerca para ver cada botón liberado y la cremallera bajada. Podría estar en su forma de dragón, pero eso no atenuó su deseo de ver a Zeir desnudo. La transformación de Zeir estaba tan cerca de instantánea como Colt podía imaginar formas cambiantes. El rey podría haber tardado mucho tiempo en pasar de dragón a humano, pero obviamente no tuvo mucho esfuerzo. —Ahora, si estás listo, podemos comenzar tus lecciones de vuelo. La rica voz de Zeir atravesó la mente de Colt. Podía escucharlo para siempre. Colt rasco la suave tierra en su alegría. Al crecer, su padre le había regalado cuentos de vuelo. Colt nunca pensó que experimentaría la misma emoción. Apenas podía esperar.
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—¿Te sientes mejor?—preguntó Zeir. Colt parecía un poco verde, justo después de que se transformara de nuevo a humano y vomitó todo el césped. Volar no siempre era algo natural para algunos shifter dragones. Aún así, Colt era un dragón adorable. —Tan bien como se puede esperar—Colt ofreció una sonrisa temblorosa que no tranquilizó a Zeir en lo más mínimo. La lección de vuelo no había ido bien. —Yo estoy seguro de que después de algunos intentos lo harás mucho mejor. No mucha gente disfruta de su primera vez—Por supuesto, la mayoría de ellos eran niños, pero Zeir no mencionó este hecho. Colt parecía estar lo suficientemente mal sin que Zeir le dijera eso. A pesar del tacto de Zeir, Colt le lanzó una mirada asesina. —Tu podrás sentirte bien volando con solamente un par de alas para apoyarte, pero a mí no me gusta cuando el suelo se vuelve demasiado lejos de mis pies. Yo prefiero tener una buena máquina, metal seguro en torno a mí si estoy en el aire. —¿Al igual que la máquina de metal que se estrelló?—Zeir no pudo resistirse a preguntar. Colt gimió y se frotó la frente. —Tenías que sacar el tema, ¿verdad? —No sé cómo todavía tienes confianza en esos dispositivos de vuelo. Tu forma de dragón te da un control completo de su entorno. Mucho más seguro que una nave frágil. —Crecí en esas naves. Yo sólo he caído una vez, y no era incluso mi culpa—Colt respiró hondo y soltó el aire. —Vamos, estamos en desacuerdo. Zeir ocultó su sonrisa por la expresión molesta en la cara de Colt. Tenía que ser el dragonkin más adorable que haya nacido. —Yo estoy seguro de que lo harás mejor la próxima vez. Volar solo necesita un poco de práctica. —Tal vez sólo seré un dragón que no vuela. Debe haber algunos de ell os. —Sí, los llamamos no voladores, y ellos no tienen alas. Sólo tienes que aprender a relajarte en el aire. Él le dio unas palmaditas en el hombro a Colt con una incómoda tranquilidad, odiándose a sí mismo por su necesidad de calmar al hombre. —Vístete, y luego ve a hacer tu llamada telefónica.
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Tal vez podría conseguir que Colt atrajera a sus padres a Dragait. Si tuvieran a su hijo, querrían venir y protegerlo del malvado rey dragón. Zeir tenía un ardiente deseo de arreglar las cosas con el hombre que antes llamaba su compañero. La traición de Seltin le dolía a Zeir como una estrella ardiente en su pecho. Él había llorado por un hombre que no se preocupó lo suficiente como para decirle la verdad. Nunca podría conseguir esos años perdidos de duelo de vuelta, y él lo pensaría dos veces antes de intentar enlazarse con esa familia engañosa de nuevo. Si el padre podía ser lo bastante mentiroso para engañar a un rey, ¿su hijo sería igual? Su dragón podría gritar que Colt era su compañero, pero Zeir se negó a pasar por eso de nuevo. Las heridas eran profundas en su alma, realmente nunca sanaron. Se apartó de Colt para vestirse y encontrar su calma. Colt podía no ser su padre, pero Zeir no sabía lo suficiente como para confiar en él. No podía decidir qué hacer con su vínculo de compañero. Mientras más rápido llamara a sus padres Zeir, más rápido podría tener una charla con Seltin. Después de que estuviesen vestidos, Zeir llevó a Colt a la sala de comunicaciones. Sus soldados los siguieron al interior, a continuación, se dispersaron para terminar sus otros deberes. Los soldados sólo habían estado allí por una protección adicional para Colt. Un nuevo dragón podría ser peligroso si tenía problemas para hacer frente a un entorno extraño o pánico durante el cambio. Más de una persona había sido mutilada cuando un nuevo shifter perdió el control a través de su transición. Colt había llevado a su dragón como un campeón, salvo el tema del vuelo. Zeir lanzó una mirada de soslayo a los rasgos atractivos del joven. Su madre debía ser una mujer hermosa; la mezcla de la genética de Seltin y la de ella había producido una extraordinaria combinación impresionante. Si Seltin había encontrado verdaderamente a su compañera en la madre de Colt, entonces lo que había sentido por él había sido en realidad la genética de su compañero, adelantándose una generación. Él había oído historias de tal cosa que había sucedido una o dos veces antes, hace cientos de años, pero no recientemente. ¿Cómo podía haber sido tan malo ser su pareja? ¿Estaba tan aterrado Seltin que no pudo hablar con él acerca de sus preocupaciones? En su lugar, Seltin había abandonado su planeta de origen, y por lo que Colt dijo, abandonó su forma de dragón para tratar de convertirse en ser humano. Zeir caminaba en silencio con Colt el resto del camino hacia la sala de comunicaciones. Colt se quedó sin aliento cuando el rey abrió la puerta. —¡Wow, yo no sabía que tenías este tipo de tecnología! Es decir, yo sabía que tenía que haber alguna. Vives en un planeta tecnológicamente avanzado, pero pareces tan.... —¿Rústico? ¿Creías que todo era castillos de piedra y selva? Colt se sonrojó. —Más o menos.
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El dragón de Zeir quería lamer el color en las mejillas de Colt, para degustar el calor debajo de la lengua. En su lugar, se aclaró la garganta y apartó la mirada del magnífico hombre junto a él. Su dragón interior gruñó su molestia por la moderación humana de Zeir. Compórtate. Zeir regañó a su bestia. Su sentido del olfato mejorado tomó el aroma de Colt como de pimientos picantes y rica madera, extraños y deliciosos al mismo tiempo. —“Compañero” —susurró su dragón interior. — “Éste es nuestro. Queríamos reclamarlo muy temprano”. Zeir no podía resistir alimentar su curiosidad. —¿Son tus padres verdaderos compañeros? Colt daba una mirada fascinada por la tecnología que brillaba intensamente. —Sí. ¿Por qué? Viller girándose se alejó de la pantalla que había estado monitoreando el cielo sobre el reino. Se detuvo a dos pies de Zeir y esperó a ser reconocido. —Viller, informa—Zeir trató de no volver a mantener a su pueblo a la espera. Él no usaba los juegos de poder que dejaban a alguien sintiéndose menos importante. La palabra de Zeir podría ser ley, pero nunca se olvidó de que él sería el rey de nada sin sus ciudadanos. Viller en posición de firmes, con la espalda recta y los pies separados y las manos cruzadas a la espalda. —Los cielos están despejados, Su Majestad. No hay señales de otros intrusos. —Yo no soy un intruso—Colt se opuso, con el ceño fruncido. —¿Vives aquí? —dijo Viller. De todos los soldados de Zeir, Viller tenía la actitud más dura. Cuando era un niño, perdió a la mayoría de su familia en un ataque extraterrestre. Las cicatrices, tanto físicas como mentales, nunca se habían curado totalmente. Para Viller, la presencia de cualquier persona que no fuera ciudadano era un reto personal al rey. Colt se encogió de hombros. —Bueno, pero yo no los invadí exactamente. Me estrellé. Fue un accidente. Zeir intervino, queriendo evitar cualquier conflicto adicional. —Esa es la razón por la que estoy dejando que te comuniques con tu gente en lugar de ejecutarte como un espía. Colt abrió la boca y volvió a cerrarla sin hablar. Su expresión torció el interior de Zeir.
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—Te dimos refugio no has sido detenido, por lo que debes contar con sus bendiciones—Rompió Viller. —¿O crees que el rey te dio un pase a causa de tu cara bonita? —¿Esta la línea intergaláctica lista? —Zeir interrumpió antes de que Colt pudiera perder los estribos. Parecía a punto de romper en pedazos a Viller, y Zeir no podía elegir entre un extraño por uno de sus soldados. Mejor finalizar las cosas antes de que fuera a peor. —Sí —dijo Viller con irritación. —Bueno. Colt, ven conmigo—Zeir se dirigió a la estación de trabajo de comunicación. A diferencia de otros reinos, Zeir mantuvo el único lugar para las llamadas intergalácticas encerrado en esta habitación. Los miembros de su reino podían llamar a cualquier lugar en el planeta desde sus habitaciones, pero si querían charlar intergalácticamente, tenían que ir all í. A pesar de que no quería pensar en que nadie de su reino lo traicionaría al aliarse con una raza extraterrestre, Zeir era realista. No todo el mundo era feliz todo el tiempo, y sólo se necesitaba una persona con vacilante lealtad para causar mucho daño. —Yo he utilizado uno de estos antes —dijo Colt, sentándose. —Bueno. Yo te dejaré, entonces. Hazme saber si tienes alguna pregunta. Dio un paso atrás al otro lado de la habitación para dar la ilusión de privacidad a Colt, pero este sería un tonto para pensar que Zeir no grabaría toda su conversación. Viller empujó con el hombro a Zeir ya que los dos hombres se pusieron juntos mientras Colt hablaba. —Se parece a Seltin. Zeir gruñó. —Él es su hijo. —¿Cómo fue exactamente que un hombre muerto produjo un hijo? Zeir suspiro. Todos lo sabrían con el tiempo. Mejor decirlo y dejar que Viller difundiera la palabra. —Al parecer, Seltin no murió. Se escapó de mí. Ahora vive como un viajero del espacio con su compañera. Tienen un hijo—Él señaló con la cabeza Colt. —Ah. Eso tiene sentido —dijo Viller. Las uñas de Zeir cambiaron a garras por los recuerdos de la vieja tristeza. Él duelo por alguien que aún vive. El bastardo. —¿Lo hace? —Seltin nunca fue firme. Él prefería correr que enfrentarse a sus problemas. Esperemos que su hijo no herede ese rasgo.
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Zeir deseaba poder defender a Seltin, pero los hechos hablaban más que las palabras. —Yo también lo espero. Seltin podría haberlo hablado conmigo. Yo no estaba obligándolo a nada. ¿Por qué no me dijo que cambió de opinión? ¿Qué clase de monstruo había sido que Seltin sintió que la mejor manera de escapar era fingir su propia muerte? Viller resopló. —Si sólo lo hubieras jodido, te habrías dado cuenta de inmediato que él no era tu pareja. Sin marca, sin pareja. No es complicado exactamente. —Yo quería esperar. Estaba siendo romántico—Zeir cruzó los brazos sobre el pecho. —Estabas siendo estúpido. Soy tu más viejo amigo, te puedo decir la verdad. Al diablo con esto, jódelo. Si el dragón no aparece en la espalda, sabes que no es tu pareja y no lo lamentaras. —¿Y qué si lo es? —Zeir no podía confiar por completo en su dragón interior que susurraba que estaban destinados a estar juntos incluso si la criatura se había equivocado antes. —Entonces lo atas a la cama y lo mantienes allí hasta que se comprometa a ser tuyo. —Zeir no podía encontrar cualquier problema con esa lógica. Después de unos minutos, Colt concluyó su conversación y se unió a ellos. —No he podido comunicarme con ninguno de mis supervisores en el gremio. Mi tío estaba fuera, y mi jefe sigue desaparecido. Deje un mensaje acerca de dónde estoy. Yo fui capaz de ponerme en contacto con mis padres, y vendrán a buscarme. Actualizaré al gremio mi ubicación una vez que esté en la nave de mis padres. Zeir se estremeció, pero por suerte, Colt se había vuelto a mirar a alguien que pasaba y se perdió su expresión. Él debía contarle todo antes de que su padre se presentara. Colt estaría justamente furioso si Seltin llegara y dijera que Zeir una vez le había reclamado como su compañero, especialmente si Zeir tratara de reclamar también a Colt. Las acciones de Seltin habían herido a Zeir, pero él no quería pasar el dolor a nadie más. —Vamos a comer. Se lo importante que es consumir una gran cantidad de calorías después de la transformación, o enfermaras por la falta de calorías. Técnicamente debían haberlo hecho de inmediato, pero Colt había necesitado hacer su llamada. Entraron en el gran salón, se sentaron a la mesa principal. Viller había regresado a su puesto después de que susurrara reclamar a Colt, pero Zeir había dejado de escuchar cuando el joven miró en su dirección. Los magníficos ojos lo distrajeron, eran tan hermosos, incluso más que los de su padre.
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Una vez sentados a la mesa, Zeir tomó su asiento habitual en la cabeza y agitó una mano a Colt para sentarse a su derecha. Apenas se habían establecido antes de que dos sirvientes aparecieron. Después de una profunda reverencia, sonrieron a Zeir. Él asintió en respuesta. —Buenas noches, Su Majestad —saludó Ombrus a Zeir. —Muy contento de verte de nuevo. ¿Quieres vino con la comida? —Sí, gracias, Ombrus. Él es Colt. Él nos visita por un tiempo. Lo trataras como un huésped de honor y tráele todo lo que necesita. Colt, este es Ombrus. Él ha sido un leal servidor durante siglos y es el único que puede esperar en la mesa real. Zeir no presento a Colt como su compañero. Se negó a reclamar otro sin pruebas. Colt pareció con ganas de dejarlo atrás, y Zeir no podía obligarlo a quedarse. Con tal de que no completase la unión, podía manejar su separación. “Con ganas de dejarme, al igual que su padre” . El amargo pensamiento se reflejó en su mente. Los servidores se volvieron a Colt. —¿Tiene alguna alergia alimentaria, señor, o comidas favoritas? —preguntó Ombrus. —No tengo ningún tipo de alergia. Y todo lo que tenga de comer está muy bien. Al crecer en una nave no soy muy selectivo con la comida —dijo Colt, sonriendo. —Entendido, volveremos de inmediato—Ombrus se inclinó, y luego echó a correr. Zeir raspó su mente por algo que decir a Colt mientras esperaban, preocupado porque Colt lo dejara antes de que pudieran explorar todo lo que había entre ellos. Ombrus regresó con dos tazas humeantes. Colt tomó un sorbo cauteloso. Zeir inclinó la cabeza para hablar en el oído del joven, dejando caer su voz en el bajo gruñido que a sus otros amantes había gustado. —¿Te gusta? Colt movió su mano. Dejó la taza de nuevo sobre la mesa. —Sí, sabe a café. —Es café. El duque Torrance trajo su mezcla especial con él a Dragait cuando se apareó con el Rey Naron. Me he vuelto muy aficionado a estas cosas. Hace poco hemos ido cultivando nuestras propias plantas de café para proporcionarle al duque el café en lugar de importar la materia. El alto costo de la importación de café tenía al Rey Naron pidiendo permiso para comprar un poco de las selvas de Zeir. Zeir se había negado pero accedió a cultivar las plantas de Naron.
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—¿Cuántos reyes hay? —Cuatro. Todos en el sur de la provincia. El resto del mundo es desierto. El Rey Naron se puso en contacto conmigo porque era el único reino que tiene selva tropical. Es caro importar granos de café, y el duque se niega a renunciar a su único vicio. Creo que el amor nos hace a todos tontos. La amargura recubrió su voz. Tenía más que suficiente experiencia con este hecho. Colt dio otro sorbo. —Puedo respetar a un hombre que sabe lo que quiere. ¿Es una buena cosecha? Zeir asintió. —Los granos crecen fácilmente, y nos da otro artículo comercial. Cuanto más podían comerciar con otros reinos o producir en Dragait, menos se tenía que importar. Zeir sabía que era muy útil mantener Dragait como un planeta independiente. Una vez que comenzaron a importar alimentos fuera del planeta, sería un paso menor dejar que otras agencias se hicieran cargo. Por no hablar de que sería fácil envenenar a una fuente de alimentación fuera del planeta. En lo que se refiere a Zeir, si no lo podían cultivar en Dragait, no lo necesitaban.
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Colt pasó un nuevo corredor. Al menos, pensó que era uno por el que no había ido antes. Después de tres semanas, todos estaban empezando a tener el mismo aspecto. Las paredes de piedra, mesas, cuadros, y el ocasional dragón caminando, hacía a Colt girar en círculos. El aburrimiento lo empujó, instándolo a explorar. Sus padres habían prometido llegar en dos meses. Les tomaría mucho tiempo llegar a Dragait. Su padre se había vuelto un poco pálido cuando Colt les dijo donde chocó, pero después de negar a Colt que estaba en peligro inminente, se decidió a terminar su misión actual y luego recogerlo. Sus días habían caído en un patrón: comer con Zeir, coquetear con Zeir, tener una lección de vuelo con él, y luego por las tardes estaba libre para explorar hasta que fuese a cenar con el dragón. A veces lo pasaba en su habitación, en función de su nivel de agotamiento después del vuelo. Había empezado a aprender mejor control sobre sus alas, y a pesar de su miedo a volar, había realizado con éxito varios círculos alrededor del castillo sin perder su forma de dragón. Su dragón todavía insistió en que Zeir era su compañero, y si Colt miraba a Zeir desnudo cuando cambiaba, nadie había comentado nada hasta ahora. La atracción de Colt por Zeir se hizo más fuerte cada día, y si no tenía cuidado, tendría una razón para no irse. Recordar todos los lugares que todavía no había visitado se había hecho menos importante a medida que pasaban los días. Los retratos en esta parte del castillo eran más brillantes, tal vez eran más nuevos. Colt se detuvo cuando se encontró con un par de pinturas. Zeir sentado en su trono; un paño negro cubría el otro como si la persona hubiera muerto. El pintor había capturado la belleza de Zeir a la perfección, pero Colt mantuvo su mirada a la deriva en la pintura oculta. La cantidad de información personal que él reunió de Zeir era minúscula. Su gente estaba menos dispuesta a chismear sobre su rey a un extranjero. Los dragonkin eran protectores de su rey. Colt volvió de nuevo a la imagen cubierta de tela. ¿La persona que había muerto era lo suficientemente importante como para estar al lado de Zeir? Una suave voz habló detrás de él. —El alma gemela de nuestro rey. Colt se dio la vuelta para hacer frente a una mujer baja con el pelo negro y una gran cicatriz en una mejilla. —Perdón por asustarle—Su sonrisa traviesa no tranquilizo a Colt. —Um, está bien —Dio otro paso atrás. —¿El rey tiene un compañero? ¡No! Su dragón interior grito tan fuerte que atravesó el corazón. El dolor se extendió por todo su cuerpo, sus sueños y esperanzas hechos cenizas.
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—No, él tenía uno. —La expresión de la mujer se volvió triste. —Murió, por lo que su imagen se viste de negro—Ella señaló a la pintura cubierto. —Oh—Colt se aclaró la garganta y trató de ocultar su alivio. —Um, ¿Sabes su nombre? Una arruga apareció por la frente. —No, lo siento. Fue hace mucho tiempo—Se encogió de hombros. —Tengo que volver al trabajo. Adiós. Ella desapareció por el pasillo antes de que Colt podría preguntarle su nombre. Él cerró los dedos, luchando contra el impulso de dar un tirón al paño de la imagen. Lo habría hecho de inmediato si no hubiera sido demasiado irrespetuoso. Sólo su respeto por Zeir le impidió tirar de la cubierta del retrato y descubrir cómo se veía su antiguo compañero por sí mismo. Él quería que alguien le dijera la verdad por una vez. ¡Nuestro compañero! Su dragón interior gruñía ante el pensamiento de Zeir perteneciéndole a alguien más. Estúpido, ya que Zeir no había mostraba ningún signo de sufrimiento por el vínculo de apareamiento. No había contado las veces en que Zeir lo observaba mientras comía. Un vistazo rápido a un gran reloj en la pared tenía a Colt corriendo al comedor. Sus exploraciones habían tomado más tiempo de lo esperado. Zeir le sonrió cuando se acercó, y Colt casi tropezó por el encanto del rey. Se hundió en el asiento junto a él, luchando contra su vergüenza. Incluso después de pasar cada comida juntos, Colt luchaba contra su atracción por el rey. A pesar de que su dragón interior se volvía loco, Colt no creía tener nada que ofrecer a un poderoso rey con un vasto reino. —¿Cómo estás esta tarde? —preguntó Zeir una vez que Colt se sentó. —Bien. Exploré el extremo norte del castillo. Un criado puso un plato de carne y pasta delante de él. Atravesó rápidamente un trozo de carne, mientras trataba de pensar en cómo hacer su pregunta. Sería grosero exigir saber qué le pasó al alma gemela de Zeir. —¿Estás aburrido? —preguntó Zeir. —Podría pedirle a alguien que te lleve fuera del castillo para recorrer el reino. Colt sonrió. —Aprecio la oferta, pero no tienes que molestarte. Sólo me quedan unas pocas semanas más, de todos modos. El corazón de Colt dolía ante la idea de dejar Dragait. Zeir lo había hecho sentir bienvenido. La Cultura dragón no era muy diferente de la de otros mundos que visitó. Algunas personas buenas, otras malas, y casi todos los demás neutros. Él perdería al rey si se fuera ahora.
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—Si quieres puedes quedarte más tiempo —dijo Zeir en su habitual tono suave. Colt podía sentarse y escucharle hablar todo el día y sin importar lo que estaban discutiendo. Alegría disparó a través de él, pero trató de no mostrar su satisfacción por haberle pedido que se quedara. —Gracias, pero tengo que volver, aunque sólo sea para combatir lo que están diciendo acerca de mí. Colt ignoró el grito decepcionado de su dragón interior. La bestia no sabía lo que era mejor para ella. No podía pasar el resto de su vida vagando por el castillo gigante, suspirando por el rey. Bueno, podría pero no sería una buena idea. —Como desees—Zeir volvió a hablar con la persona a su izquierda, dejando a Colt en una batalla con sus demonios internos sobre si tomó la decisión correcta. Para confirmar sus sospechas, tal vez podría preguntar a Viller sobre el compañero muerto. Al mejor soldado de Zeir no le caía muy bien Colt, pero siempre cortésmente respondió a las preguntas. Cuando Zeir se volvió de hablar con la otra persona miró que el plato de Colt todavía estaba lleno. —¿Hay algo malo con la comida? —Mmm no. Supongo que no tengo hambre. La expresión de Zeir se suavizó. —Puedes hablar conmigo si tienes algún problema. Colt se sonrojó. Había otras cosas que él quería iniciar con Zeir además de hablar. Admiraba la larga curva del cuello de Zeir. La saliva se agrupó en su boca, y apretó los labios para ocultar la aparición repentina de sus dientes más afilados. Muérdelo. Márcalo. ¡Mío! su dragón interior rugió. —Me tengo que ir—dijo entre dientes. Se puso de pie, y luego salió corriendo del comedor. Él terminaría en el calabozo si mantenía su fijación en el rey. Si fueran verdaderamente compañeros, Zeir habría dicho algo, en lugar de estar siempre cambiando de tema. —Hey, Colt, ¿algo va mal? —Viller detuvo a Colt cuando él agarró la manija para las puertas exteriores. Zeir le había dicho que tenía que permanecer en el interior del castillo a menos que alguien le acompañara, como medida de seguridad para Colt y para mantener las sospechas del resto de los habitantes. No tiene sentido irritar a todo el mundo, haciéndoles pensar que un extraño tenía pleno acceso al palacio. —No, nada malo. Sólo necesito aire fresco. ¿Tienes tiempo para venir conmigo?—Viller debería ser suficiente guardia para evitar que alguien preguntara por qué Colt estaba deambulando solo.
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Viller miró a su alrededor como si tratara de detectar cualquier peligro. —Nadie te está molestando? Colt sonrió, o al menos lo intentó, pero a partir de la expresión de Viller, él no fue convincente. —No. Todo el mundo ha sido genial. Sólo necesito un poco de aire. —Está bien, si estás seguro. Puedes venir a mí, si alguien te da problemas. —Eso es lo que dijo Zeir—Colt se rió—. Agradezco que seas tan protector, pero hasta ahora lo máximo que he conseguido es miradas curiosas. —Bueno. Me placería acompañarte afuera—Viller se ajustó la correa de la espada en el pecho como si comprobara su armamento, antes de salir. —¿Está armado correctamente? —Colt no sabía lo que lo provocó, pero que no podía evitar burlarse del soldado. —Bueno, si yo no lo estoy, sólo tendremos que tener la esperanza de que puedes volar en lugar de tambalearte, casi chocando contra tus alas como normalmente haces—Viller abrió la puerta exterior y empujo a Colt riéndose en voz baja. —¿Casi? Sabes que sobresalen mucho y suelo estrellarme—dijo Colt, caminando a través de la puerta. La risa profunda de Viller calentó el corazón de Colt. Había pasado demasiado tiempo desde que bromeó con cualquier persona de una manera amigable. Demasiado a menudo tenía que usar sus palabras para cortar a un adversario. Él aprendió pronto que las palabras bien colocadas podrían cortar más profundo que cualquier espada. La pareja caminaba por los jardines del castillo en silencio. Colt levantó la cabeza, disfrutando de la brisa fresca revoloteando por el pelo. Necesitaba esto. Necesitaba escapar de los confines del castillo. Tan grande como el edificio era, aún se sentía encerrado dentro, y después de una infancia de naves pequeñas y espacios pequeños, a veces echaba de menos el aire libre. —Los Dragones no están destinados a ser confinados en diminutos trozos de metal a toda velocidad a través del espacio —dijo Viller como si pudiera leer la mente de Colt. —Nunca antes me ha molestado. Tal vez porque no había sido un dragón. ¿Cómo podía volver a navegar en una nave espacial cuando su corazón quería permanecer aquí y volar libre? A diferencia de Colt que daba pasos fuerte, Viller hizo poco ruido mientras se movía a través de la grava triturada por el jardín.
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—Tal vez la razón por la que no habías sido un dragón antes es porque tu bestia sabía que estabas en una nave espacial. Los Dragonkin más jóvenes se transforman cuando sienten su pico emocional o si tienen la sensación de peligro. No eres la única persona que ha tenido problemas con su dragón. Uno de nuestros reyes no se transformó hasta hace poco. —¿De verdad? Viller asintió. —¿Por qué cambió? Viller miraba hacia la selva como si la vegetación tuviera la respuesta. —Yo no estoy seguro de los detalles, pero creo que su compañero estaba en problemas y sacó a su dragón para salvarlo. Compañero. La palabra susurró a través de su cabeza. —¿Viller? —¿Sí? —El soldado se volvió a él, y Colt casi pierde el valor de preguntar. —¿Qué pasó con el alma gemela del Rey Zeir? Viller apretó el hombro de Colt. —Si tienes preguntas, díselo al rey. Yo no estoy dado a los chismes. —No es chisme responder a lo que sucedió con el compañero del rey— protestó Colt. —¿De verdad? ¿Tienes alguna otra pregunta? Colt se quejó. —Tal vez unas pocas. La suave risa de Viller no tranquilizo a Colt. —Lo siento, pero yo no voy a involucrarme—Viller levantó las manos como si esperara un ataque. —Uh Huh—Él envió una mirada sospechosa hacia Viller. —¿Cuánto tiempo has sido guardia del rey? Viller dio unos pasos más. —Desde que alcancé la edad adulta, he estado en la guardia del rey como miembro de honor ya que mi padre lo era antes que yo. Mi familia ha estado vigilando a la familia real durante más de mil años. —Guau. ¿Por qué se necesita siquiera un guardia? Este lugar no está exactamente lleno de enemigos—Colt hizo un gesto con l a mano para indicar el vasto paisaje y la falta de personas de su entorno. —El hecho de que no halla enemigos alrededor ahora no significa que nunca ha habido—regañó Viller.
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—No damos nuestra paz por sentada. Tan pronto como tengan la oportunidad, podrían meterte un cuchillo en la espalda. Nosotros vigilamos para que el Rey Zeir pueda concentrarse en la administración del reino. —Tiene sentido. La devoción en la cara de Viller habló más fuerte que cualquier juramento. —Creo que su Majestad está pasando la tarde en su estudio. Eso podría ser un buen lugar para preguntarle si tienes cualquier duda. —Buena idea—Colt asintió. Ahora, si tan sólo pudiera descubrir dónde se ocultaba su valor. El mismo que le había ayudado a luchar con el Capitán Jael sobre sus habilidades de navegación, parecía haberle abandonado. ¿Tal vez se ocultaba en sus zapatos? Terminaron su caminata alrededor del castillo. Bueno, Colt paseaba, Viller examinaba cada piedra en busca de enemigos ocultos. Afortunadamente ninguno de los arbustos sospechosos tenía un asesino oculto durante su paseo. Después de despedirse de Viller, Colt fue a localizar a Zeir. Un solo guardia se paraba delante de la puerta de la oficina, probablemente más por apariencia que para la seguridad. Colt dudaba que Zeir tuviera enemigos entre su pueblo. Había demasiadas miradas de adoración entre los dragonkin, pero por otra parte, las personas eran notoriamente estúpidas. La búsqueda de poder condujo a menudo a muchos a la mala toma de decisiones. Con un guiño al guardia, Colt llamó a la puerta de madera pesada. Admiraba las intrincadas tallas de dragones en la parte delantera, mientras esperaba una respuesta. —Entra—La profunda voz de Zeir resonó a través de la madera. Colt giró el pomo, luego abrió la puerta antes de que poder hablar frente a Zeir. Necesitaba respuestas, y sólo una persona podría dárselas. Su dragón interior gruñó felizmente a la vista del hombre que había elegido como su compañero. Colt cerró la puerta. Zeir levanto la vista y sonrió. —Saludos, Colt. ¿Cómo estás? —Estoy bien. Sólo quería hacerte unas preguntas. —Muy bien. Zeir dejó la pluma y dio toda su atención a Colt, un evento bastante desconcertante. —Estaba caminando alrededor del castillo, y me encontré con una imagen, quería saber más sobre ella. —¿Imagen? —Zeir levantó una ceja.
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—Sí—Colt escaneó el espacio por algo que mirar en lugar de Zeir. Su mirada patinó a través de una fila de estanterías, unos floreros en tablas de madera tallada, y un conjunto de cómodas sillas colocadas frente al rey. —Ven, toma asiento—Zeir agitó una mano hacia unas sillas que había sido admirado. Colt no podía convencer a sus nervios tontos que no tenían nada que temer. Zeir había mostrado tolerancia notable hasta el momento. No estaba a punto de volverse salvaje y rasgar la garganta de Colt por hacer algunas preguntas. La silla se lo tragó mientras se sentaba, pero sirvió para poner fin a algunos de sus movimientos nerviosos. Cuando Colt no hablo por varios minutos, Zeir tomó la iniciativa. —¿Qué quieres saber acerca de la imagen? —¿Qué le pasó a tu compañero? Zeir dejo la pila de papeles en su escritorio. Pasó los siguientes diez segundos asegurándose de que estaban enderezados y evitando los ojos de Colt. Después de varios minutos de ver a Zeir poner sus papeles en montones diferentes, Colt dijo: —Sólo podrías decirme que no quieres hablar de ello. Zeir suspiro. —Sucedió hace muchos años. El sonido angustiado de Zeir tiró del corazón de Colt. —Lo siento. No podría imaginar tener luto por alguien durante tanto tiempo y todavía no ser capaz de mirar una foto de él. Zeir se frotó la frente. —¿Qué sabes acerca de los compañeros dragonkin? Colt se movió en su asiento por debajo de la mirada penetrante de Zeir. Se frotó la parte posterior de su cuello mientras pensaba sobre lo que sabía. —No sé mucho sobre los dragonkin. Mi padre siempre se puso triste cuando le pregunté sobre ello. Yo sé que él y mi madre están unidos porque mi madre tiene la imagen del dragón de mi padre. También sé que los dragones siempre mueren cuando su pareja lo hace. Excepto que tú no lo hiciste, al parecer. Colt enrojeció. —Lo siento, yo no quise que sonara como si estuviera acusándote. —¿Y está marcado tu padre? —dijo Zeir con intensidad, tanto que Colt se inclinó hacia atrás lejos del rey. —No. Mi madre no es dragonkin, por eso no está marcado—Colt buscó en sus recuerdos brumosos para descubrir todo lo que había dicho su padre.
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Zeir asintió como si la declaración de Colt tuviera sentido. —Bueno, como ya sabes, si tu madre está marcada, son verdaderos compañeros. —Sí—Colt tenía preguntas acerca de su propia familia. Zeir tenía las respuestas del apareamiento que quería. —Entonces, ¿qué quieres saber? ¿Tu padre no te dio la charla cuando eras más joven? Ahora que estaba delante de Zeir, Colt comenzó a darse cuenta de lo intrusiva que realmente eran sus preguntas. —Sabes, no importa. No tengo necesidad de saber. —Su dragón interior gruñó. Al parecer, la otra mitad de él realmente quería detalles. —En general, cuando un dragonkin pierde a sus compañeros, mueren. ¿Es eso lo que querías saber? —El tono de Zeir era agudo. —Pero no lo hiciste. —No. Más tarde supe que no éramos verdaderos compañeros como yo había pensado. Colt frunció el ceño. —¿No lo supiste cuando la marca no apareció? —Había pocas cosas que Colt sabía de los dragonkin, pero ese punto había sido muy claro. Zeir cruzó las manos sobre su escritorio, apretando una con otra hasta que sus nudillos se volvieron blancos. —Yo quería esperar hasta después del matrimonio ya que sabía que estábamos destinados a estar juntos. —Su boca se torció en una sonrisa dolorida—. Resulta que estaba engañándome a mí mismo. Luchando con sus ganas de caminar alrededor de la mesa y abrazar a Zeir, Colt se agarró a los brazos de la silla con fuerza. —¿Es por eso que ocultas su imagen? —Yo he tenido luto por años, por lo que bloquee la vista. —La mirada de Zeir se desvió hacia su escritorio, evitando los ojos de Colt. Colt hizo una mueca. —Eso debe ser doloroso. La risa de Zeir sonaba quebrada. —Se podría decir eso. —Mi dragón piensa que somos compañeros. —Colt dejó escapar. Él contuvo las palabras por días, y no podía esperar por más tiempo. —El mío también—La expresión de Zeir era de cansancio, no sonaba como un acontecimiento feliz.
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—No pensé que pudieras unirte dos veces—El corazón de Colt golpeó mientras observaba a Zeir. No presionaría a nadie para que estuviera con él, compañero dragón o no. —Nunca me enlacé con mi primer compañero. Se fue antes de que estuviéramos completamente conectados. Yo sólo confié en mis instintos. Las manos de Zeir estaban apretadas llamando la atención de Colt. Zeir podría mantener su rostro estoico, pero el resto de su cuerpo gritaba su incomodidad. Colt decidió llevar la conversación tan lejos como pudo y se detuvo, su corazón roto. —Entiendo. Te dejo con tu papeleo—Dio una corta reverencia y luego se volvió para salir. Zeir lo detuvo. —Espera—Colt cerró los ojos, congelándose en su lugar. —Sólo hay una manera de ver si somos realmente compañeros—La voz seductora de Zeir se deslizó sobre él, envolviéndose a su alrededor como cuerdas de seda. Colt se dio la vuelta y se encontró con su mirada de lujuria. —¿Qué quieres hacer? —¿Tal vez podamos poner a prueba tu teoría después de la cena? —Zeir no dijo que podía sentir el anhelo de Colt desde donde estaba en el otro lado de la mesa. —¡Sí! —Colt tragó el gran nudo que se formó en la garganta. —Quiero decir que sí, que estaría bien. La sonrisa de Zeir era cálida. —Yo espero lo mismo. Es posible que desees comer algo ligero. Tengo la intención de darte bastante ejercicio. —Gracias por la advertencia—Las entrañas de Colt se revolvieron mientras trataba de salir de la oficina con dignidad y no saltar y cantar como un loco.
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Zeir se sentó en la sala junto a Colt y trató de no dejar que su nerviosismo se notara. Su pueblo era sensible al temperamento de su rey, y él no quería que pensaran que estaba disgustado. No podía hacer nada si el foco de todas sus atenciones había caído en un magnífico navegante con poderes de dragón mortales. A pesar de su carácter dulce, Colt tenía una cara abrasiva que Zeir apreciaba más que cualquier adulación. Colt le dio a Zeir otra mirada escrutadora por debajo de sus pestañas. Así que Zeir no era el único que experimentaba los nervios. Eso lo calmó un poco. Él no se atrevería a reclamar a otro persona como su compañero sin pruebas sólidas. Si Zeir tuviese la moral más fuerte, le habría dicho a Colt que Seltin fue el que rompió su corazón, pero no se atrevió. Colt era del tipo que desearía tener a Zeir y Seltin juntos. Zeir no quería hablar, quería tener a Colt en su cama y no dejarlo ir. Tal vez una pequeña parte de él quería tener su dragón en la espalda de Colt como una especial venganza a Seltin, pero sólo una pequeña parte. Apreciaba a Colt por el hombre que era, no como un instrumento de venganza contra su padre, pero no podía negar que quería una pequeña venganza hacia el hombre que lo dejó llorar l lorar a una memoria vacía. Eventualmente él sobrevivió a la cena. —¿Te gustaría unirte a mí para tomar una copa después de la cena, Colt? —Yo sería feliz, gracias. La amplia sonrisa de Colt alivió la tensión de Zeir. Nunca obligaría a nadie a ser su compañero, a pesar de lo Seltin parecía haber pensado. Acompañó a Colt a su suite personal, haciendo caso omiso de las miradas de complicidad de sus guardias ya que puso la cerradura al estar en el interior. Habría chismes en todo el castillo mañana, pero a Zeir no le importaba. Ellos necesitaban algo de qué hablar de vez en cuando, y Zeir no había sido la fuente de chisme por un tiempo. Después de que Zeir aseguró la cerradura, se volvió para encontrar a Colt de pie en el centro de la habitación, viéndose perdido. —¿Problemas? Colt se frotó las palmas de las manos en el pantalón de lino y le concedió una sonrisa temblorosa. —No, creo que sólo nervioso. Tonto, la verdad. No es como si yo no lo l o hubiese hecho antes. Un gruñido bajo rasgó a través de Zeir antes de que pudiera detenerlo, agarró a Colt por la cintura y tiró tir ó con firmeza contra él. —Nunca habrá otros si te toco—Su voz salió ronca, y unas cuantas sílabas silbaron entre los dientes de dragón tratando de formarse en Zeir.
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—Lo siento—Colt palideció, y el olor de su nerviosismo era suficiente para hacer retroceder el instinto de Zeir, arrastrar a su compañero en el suelo y reclamarlo inmediatamente. Zeir lo soltó y dio unos pasos hacia atrás para recuperar su control. —¿Quieres beber? Colt asintió. —Buena idea. —Tengo un poco de vino hecho en Dragait, y debo decir que es bastante bueno, pero no le digas a nadie porque no viene de mi reino —bromeó, tratando de que Colt se relajara. —Me parece bien. —Toma asiento—Un largo y curvado sofá tomaba una buena parte de la habitación y una mesa tallada en el centro. —La carpintería aquí es increíble —dijo Colt mientras se sentaba. —Gracias. Suministramos la mayoría de la madera en el planeta, por lo que no es de extrañar que tengamos los trabajadores de madera con más talento aquí también. Todo el beneficio que se pueda tener. —Zeir trató de no presumir demasiado, pero fuera de todos los reinos, el suyo era el más autosuficiente. Sirvió dos vasos de vino y se lo entregó mientras se sentaba al lado de Colt en el sofá, pero no lo suficientemente cerca para asustarlo. —Creo que no se me había ocurrido que los dragonkin tienen puestos de trabajo. Zeir rió. —¿Qué te pareció que hacemos? ¿Volar y escupir fuego todo el día? —Más o menos—Colt se encogió de hombros. —Mi padre nunca me dijo mucho sobre Dragait. Siempre pensé que era peligroso. —Para algunos, puede ser—admitió Zeir, eligiendo cuidadosamente sus palabras—, si vas a la selva, hay criaturas que pueden hacer un poco de daño, dragón o no. —Me alegro de que me encontraras a tiempo. La sonrisa descarada de Colt hizo reír a Zeir. El hombre de espíritu aventurero le calentó el frio corazón, que había sido arrancado por la supuesta muerte de Seltin. Zeir sólo había vivido en las frías cenizas de un apareamiento falso. No más. Ahora él tomaría lo que el destino le ofrecía, y si no era Colt el único, entonces por lo menos él tendría una noche con el hombre guapo a su lado. Colt dejó el vaso sobre la mesa. —¿Sería malo que te bese?
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—Sería imperdonable que no lo hagas—Zeir puso su propio vaso en la mesa y esperó para ver si Colt aceptaría su invitación. Él prefería estar a cargo, pero no quería presionar al joven. Si Colt no estaba listo para la intimidad, Zeir no quería que pensara en estaba siendo presionado. Él ya estaba asustado; no quería asustarlo con otra cosa. Colt se inclinó hacia delante y presionó sus labios contra los de Zeir. El calor bañó a Zeir desde ese punto de contacto, seductora calidez atrayéndolo más cerca. No podía alejarse de una invitación tan dulce, deslizó sus dedos a lo largo de la parte posterior del cabello de Colt para acunar su cráneo mientras incrementaba la presión. Donde Colt invito, Zeir tomó. Su corto periodo de determinación quemado por debajo de los suaves labios de Colt. Besos inocentes progresaron rápidamente a lenguas bailando juntas y un sinfín de gemidos necesitados. El dragón de Zeir gruñó de placer. “Compañero. “ Compañero. Nuestro compañero. Finalmente” Bloquear a su dragón hablador no era tan fácil con Colt en sus brazos. Zeir permitió que este se tumbara en el sofá y él se acomodó encima. Zeir deslizó sus manos por el culo de Colt y agarró la suave carne, tocando su cuerpo con seductora hambre. Después de varios besos más desesperados, Colt se apartó. —Tal vez deberíamos mover esto a la habitación antes de que mis músculos de la espalda se tensen. Una carcajada sacudió a Zeir antes de que pudiera detenerla. Él había aprendido a lo largo de estas semanas que Colt decía lo que se le venía a la cabeza. No es extraño que no estuviera en el cuerpo diplomático si le dijo a su capitán que era un idiota con tanta facilidad, sobre todo si era cierto. —Buena idea—Zeir se levantó y tiró de Colt detrás de él. Por suerte su dormitorio estaba a sólo unos pasos de distancia. Tan pronto como vio Colt la enorme cama de dosel, se despojó de su camisa. —Eso nos dará una gran cantidad de espacio para jugar. —Sonrió a Zeir, una sonrisa tan similar a la de su padre que hizo que el corazón de Zeir doliese. Su conciencia se encendió; le preocupaba si antes debiera haber mencionado a Colt lo de su padre. —¿Tal vez deberíamos llegar a conocernos un poco mejor en primer lugar? —Sexo en primer lugar, hablar más adelante. —Colt empujó a Zeir, tratando de llevarlo al colchón. Zeir podría consolarse después de que al menos lo había intentado. Puede que no muy duro, pero él ofreció hablar con Colt primero. —Si insistes.
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Entre los dos, se desnudaron en cuestión de minutos. La ropa dragonkin no tenía ninguna restricción complicada en caso de que sus usuarios necesitaran cambiar rápidamente. Zeir dejo que sus ojos mostraran su aprecio por el hombre delante de él. Había dado un vistazo antes y no era demasiado orgulloso para admitirlo. —Eres un hombre magnífico. Colt sonrió. —Tú eres magnífico. Yo soy promedio. —Si tú eres normal, me encantaría ver el resto—Zeir pasó un brazo por Colt y lo acercó hasta que estaban tocándose de la cintura hasta los muslos. —Creo que subestimas tu propia atracción —dijo mordiendo el labio de Colt. —Una vez que te reclame, serás mío. ¿Estás preparado para eso? —Sí—Los ojos de Colt no mostraban ninguna duda o preocupación, pero había una gravedad feroz, como si él supiera que no había vuelta atrás en esta acción. —Bueno. Zeir recogió a Colt, ignorando su chillido, y luego lo arrojó sobre la cama, donde rebotó un par de veces antes de establecerse. La risa de Colt alivió la tensión en Zeir. No estaba cometiendo un error. Si Colt terminaba marcado, estaban destinados a estar juntos de todos modos. Tal vez Zeir había elegido erróneamente a Seltin, pero ¿cómo iba a saber que él procrearía a su compañero una generación después? Cuando Colt arrastró sus talentosos dedos a través del cuerpo de Zeir, este contuvo el aliento. —Oh. Eso se siente increíble. —Bueno. Me gusta tocar. —Entonces continúa. —Ah, por lo que esperas que haga todo el trabajo, ¿verdad? rey malvado. —Bueno, puedo esperar lo mejor, y como mi compañero.... —Dejó que su voz se alargara. Antes de que Zeir pudiera decir nada más, Colt se lanzó. El espacio entre ellos desapareció. Con una sonrisa, Colt cubrió a Zeir. —Yo te tengo ahora. —¿Y qué vas a hacer conmigo? —Todo lo que quiera. Si hubiera sido cualquier otra persona, Zeir lo habría tirado lejos de él y se iría. Pero era Colt. —Entonces hazlo. Colt besó la mejilla de Zeir. Luego dio una serie de besos lentos a lo largo del cuello y sobre el pecho del rey.
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Bocanadas de aire cálido acompañaban cada beso, como si el dragón de Colt se hubiera calentado desde el interior y decidiese unirse a la fiesta. Zeir inclinó la cabeza para fomentar la atención. Ambas partes de él se revolcaban en los besos y suaves trazos que Colt ofrecía. La dulzura innata del hombre en contraste con su personalidad sarcástica era magnifica. Un jadeo rasgó a través de Zeir cuando Colt tragó su pene. Su dragón gruñó a Colt por la técnica experimentada, y su mitad humana quería golpear a quien le enseñó. —Tan bueno—Acarició la cabeza de Colt, no queriendo aplicar ninguna presión, sino hacerle saber que apreciaba sus esfuerzos. Habían pasado muchos años desde la última vez que Zeir había sido íntimo con nadie. Cuando sus dedos comenzaron a curvarse, tiró de Colt . —Detente. Colt levantó la boca. —¿Por qué? —No quiero venirme en tu boca—Si le chupaba hasta venirse no habría una marca en Colt al día siguiente. Zeir tenía que derramar su semilla dentro de su potencial compañero para descubrir si realmente estaban destinados a estar juntos. —Ah, quieres asegurarte de que somos compañeros. —Sí—Zeir no ocultó sus motivos. —La última oportunidad de escapar. Colt levantó la ceja izquierda. —Mi dragón piensa que somos compañeros, y hay sólo una manera de probarlo. Yo voy a tener que sacrificarme en el altar del buen sexo. Dio un suspiro teatral. Zeir asintió. —Muy valiente por tu parte. —Ya me lo imaginaba. La sonrisa de Colt alivió las preocupaciones de Zeir. Podría lamentar no discutir lo de Seltin de antemano, pero Zeir había aprendido durante su gobierno ha tener una estrategia. Después de rodar sobre ellos, miro a Colt. —Mi turno. Colt deslizó su pierna hasta ponerla a un lado de Zeir. —Hmm, yo no sabía que estábamos tomando turnos. ¿Podría follarte después? —Quizás la próxima vez. Esta vez es todo acerca de ti. —¿En serio? —Los ojos de Colt se abrieron. —Por supuesto. Yo no soy un amante egoísta. Si deseas estar arriba, yo no voy a decir que no. Puede que sea el rey, pero en esta relación, somos iguales.
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La sonrisa de Colt se hizo más brillante que el fuego del dragón. En lugar de responder, le dio un beso. La pasión se encendió entre ellos, y la conversación fue abandonada en favor de comunicarse con besos y toques. Zeir sólo se apartó el tiempo suficiente para recoger el aceite de su armario. —¿No está un poco lejos? —preguntó Colt. —No lo necesite en mucho tiempo—La botella estaba un poco polvorienta en el exterior, pero sabía que los sirvientes habían comprobado que todavía estaba fresca. En un momento, Zeir tenía a Colt gimiendo y retorciéndose alrededor de los tres dedos que le había hundido en el culo. —Más. Te quiero a ti dentro de mí—Los ojos de Colt cambiaron a los de su dragón, un signo de que su bestia interior había subido a la superficie. —Tranquilo—Zeir lo calmó. Él no quería que Colt cambiara en medio del sexo. Algunas cosas estaban mejor experimentarlas como un ser humano. Él había oído hablar de los dragonkin apareándose en su forma de dragón, pero ese pensamiento nunca había recurrido a él. Los dragones no tenían la piel suave y dedos. La forma humana era muy superior a la hora de hacer el amor. Otro beso lleno de pasión le fue dado, Zeir se colocó entre los muslos de Colt. Con un empuje lento, profundizó dentro de su amante. —Oh, mierda, eso se siente bien—Colt balbuceaba y continuó en la misma línea durante varios minutos mientras se ajustaba a Zeir. Una vez Colt relajó a su alrededor, Zeir estableció un ritmo constante, entonces las palabras se convirtieron en balbuceos incoherentes y cambiaron a una larga serie de gemidos, gruñidos y jadeos. De repente, Colt gritó: —¡Justo ahí! —Antes de correrse a borbotones entre ellos, cubriendo a ambos con su pasión. Tan pronto como Colt se vino, Zeir soltó su estricto control y se corrió dentro de su culo. Sudoroso y agotado, Zeir sacó su pene con cuidado antes de caer a su lado. Colt pasó un brazo alrededor de él. —Mm, bueno. Incluso si no somos compañeros, hay que hacerlo de nuevo. —Zeir sólo podía dar una risa agotada. Le pareció oír murmurar algo a Colt sobre limpiar, y luego el roce de tela húmeda lo sacudió ligeramente. Unos segundos más tarde, cayó en el sueño.
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Dedos acariciaban sus brazos y deslizaron un camino seductor por su espina dorsal, despertando a Colt. Medio dormido, se volvió hacia la fuente de las caricias. Zeir le devolvió la sonrisa, una sonrisa astuta, maliciosa, que anteriormente Colt no pensaba ver en el rostro del rey. —Buenos días —dijo Zeir con una sonrisa. Su boca sabía a cenizas, y dudaba de que su aliento oliera fresco. Un rápido vistazo por la ventana mostró que el sol comenzaba a elevarse. —Tienes mi dragón en la espalda —dijo Zeir con suficiencia. Colt se volteó completamente a ver a su nuevo compañero correctamente. “Compañeros” susurro el dragón de Colt dando un ronroneo bajo, feliz. —Pensé que tardaba más tiempo en aparecer. —No siempre. Puede variar, dependiendo de la conexión, pero yo he esperado mucho tiempo y mi dragón estaba ansioso por dejar s u huella. —¿Ahora qué hago? —La mente de Colt se congeló por las consecuencias. ¿Iba a estar atrapado en Dragait de ahora en adelante, sería incapaz de abandonar el planeta? Toda su formación sería inútil si estuviera atado al planeta. —¿Qué quieres decir? —Zeir le dio un suave beso en la frente al sentir su preocupación. —¿Qué hago con mi vida? Soy un navegante. No sé nada acerca de ser un compañero Mucho menos el de un rey . El pánico burbujeaba a través de sus venas. Toda su vida se había descarrilado. Una respiración profunda y luego otra ayudó a tomar algo de su ansiedad. —Amor tranquilízate. Esta es la parte simple. Ahora que nos tenemos el uno al otro, todo lo demás es negociable. En primer lugar voy a llamar a todos y presentarte como mi compañero. Tienes un montón de tiempo para decidir lo que quieres hacer con tu futuro. No todo tiene que decidirse en este mismo momento. Maldijo por sonar razonable. Si Zeir se negaba a ser un dictador rígido, Colt no podía guardar rencor porque su forma de vida había sido tomada. —¿Qué crees que deberia hacer? Colt intentó imaginarse como co-gobernante con Zeir y no podía considerarse a sí mismo sentado en un trono dando leyes y recibiendo a otros reyes. —Shh, no te preocupes, mi compañero. Como he dicho, no hay prisa.
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Zeir acaricio los brazos del joven y el pecho, lo calmó con más de un centenar de bonitas promesas. El afecto se vertía a través de los dedos de Zeir y se filtró en la piel de Colt con cada toque. Colt suspiró y apoyó la cabeza en el pecho de su compañero. No fue el lugar más cómodo, pero su dragón sólo se preocupaba por el contacto, no del factor acogedor. Zeir pasó un brazo por Colt, tirando de él en un abrazo afectuoso. —Bueno, no creo que quieras hacer el vago todo el día. Eras un navegador, y sería tonto perder esas habilidades. —¿Qué voy a navegar?—Colt se frotó la mejilla contra el pecho de Zeir mientras consideraba sus opciones. Dudaba que el rey tuviera una nave espacial oculta. —Tenemos un servicio de transporte y unos pocos puertos intergalácticos. Yo preferiría que no lo hicieras, pero si quieres ayudar a las negociaciones sobre las misiones diplomáticas con otros planetas, no te detendré. Colt se mordió el labio mientras consideraba sus opciones. —¿No quieres que me quede en tierra? —Nunca—Zeir tomó la mejilla de Colt, inclinando su cabeza hacia arriba. —Yo nunca trataría de evitarlo y dañar tu corazón. No quiero tenerte atrapado en el castillo. El alivio inundó a Colt, más caliente que el sol. —Gracias—Se inclinó para darle un beso y recordó su aliento, por lo que se retiró y se deslizó fuera de la cama. —¿A dónde vas? —dijo Zeir haciendo pucheros. —Tengo que lavarme los dientes. Antes de Zeir pudiera responder, alguien llamó a la puerta. Zeir arrojó un par de pantalones a Colt. —Vístete. —¿Sin camisa? —bromeó Colt, dando un paso rápidamente hacia la ropa. Para alguien que decía que no había problema con la desnudez de los shifter, Zeir no aprecia querer que vieran desnudo a Colt. —No. Quiero que todos puedan ver tu espalda. Siempre hay chismes en el palacio, al caer la noche quiero que todos lo sepan. La expresión en el rostro de Zeir tenía a Colt ruborizándose. —¿Y vas a estar tan orgulloso de ver mi dragón en tu espalda? —Sí. Yo estaré orgulloso de llevar tu dragón en mi piel, y estaré feliz de pasar el día sin camisa y proclamar nuestro acoplamiento a todo el mundo.
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Viller entró en la habitación justo cuando Colt terminó de subirse los pantalones. Colt miró al soldado, pero no dijo nada, ya que Zeir le habló. Se mantuvo de espaldas a Viller mientras apretaba los botones. —Espero que tengas una razón para interrumpir—gruñó Zeir; sus ojos mostraban su ira. —Lo siento, Su Majestad—Viller se inclinó. —Los representantes del gremio de exploración están aquí e insisten en ver a Colt. Ellos afirman que tienen el derecho de llevárselo. —¿Ellos? —El tono frio de Zeir envió escalofríos a través de Colt. —Tendremos que disuadirlos de esa noción. Colt supo el momento en que Viller vio la espalda de Colt por su amplia sonrisa. —Sí, lo haremos. Felicitaciones por su apareamiento—Viller se inclinó ante cada uno de ellos antes de volver su atención a Zeir. —¿Qué quieren que les diga? —Nosotros iremos allí. Llevarlos a la sala sur —ordenó Zeir. —Lo haré—Viller se fue corriendo. —Deben haber descubierto donde aterrizaste—Zeir se puso la camisa antes de poner sus botas. Después de comprobar si Colt tenía los pantalones y los zapatos, le ofreció su mano. Colt rápidamente la aceptó. —Tiene una sincronización de mierda. —Lo hacen. —Estuvo de acuerdo Zeir. En el momento en que llegaron a la sala, Zeir ya había ordenado a sus soldados su posición, a la espera en caso de que los visitantes causaron problemas. —¿Todo listo? —preguntó Colt. Zeir asintió. —Si empiezan algo, los aniquilaré. Si el gremio cree que puede entrar en mi reino y tratar de tomar el control, yo estaré feliz de mostrarles su error. Colt permaneció en silencio, sin querer irritar aún más a Zeir y a su dragón, porque estaba muy cerca de la superficie. Entraron en el salón juntos. Colt examinó a las personas en la habitación y no reconoció a ninguna de ellas. Los tres hombres que estaban alli tenían el aspecto de ejecutivos, con trajes de buen corte y las insignias en sus cuellos. —¿Quién está a cargo? —preguntó Zeir.
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El hombre en el centro, con el pelo negro y una presencia imponente, dio un paso adelante. —Sí, yo soy el Almirante Steeler, este es el Comandante Martin —señaló a un rubio a su izquierda—, y el Comandante Kam. —Indicó al hombre más bajo a su derecha. —Caballeros—Zeir asintió hacia ellos, pero no ofreció su mano. —Soy el Rey Zeir y este es Colton Lanx, previamente un navegante para su gremio. ¿Qué puedo hacer por ustedes? —Nos dijeron que tiene los restos de una de nuestras cápsulas de escape — dijo el Almirante. Él frunció el ceño sobre el cuerpo de Colt semidesnudo, pero no comentó nada. —Los tengo. Estábamos estudiándolos y tratando de averiguar de dónde vino. Por desgracia, Colt tenía un poco de amnesia cuando lo encontramos, pero se ha recuperado desde entonces. —Nos gustaría que nos devuelva nuestra tecnología y a nuestro navegador—dijo el Comandante Martin. Su mirada desdeñosa hacia Colt no le pasó desapercibida a Zeir. —Pueden llevarse la nave. No tenemos ninguna necesidad de su tecnología limitada. Sin embargo, Colt se queda aquí. —No puede simplemente mantenerlo como una mascota—dijo el Comandante Martin. —Colt es mío. Tome sus piezas de metal y listo. —Lo necesitaremos para dar testimonio sobre el accidente—dijo el Almirante, obviamente, tratando de mantener las cosas tranquilas. —Se le puede entrevistar aquí. —Tenemos que hablar con él sin que sea influenciado—interrumpió el Comandante Kam. —Voy a dejar que hablen con él con un guardia presente. —No es aceptable —dijo el Comandante Martin. —Entonces vete. No tienen ningún derecho a estar en mi tierra, sólo hablo con ustedes por cortesía. —Zeir no dio ninguna indicación de dar marcha atrás. —¿Tiene algo que decir acerca de esto, navegante Lanx?—dijo el Almirante. —Yo estaré encantado de hablar con usted, pero no voy a ninguna parte— Colt mantuvo su tono firme y no se intimidó por la mirada del almirante, con la esperanza de asegurar que Zeir no lo mantenía contra su voluntad.
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—Estamos recién acoplados. Es mala suerte ir a otro lugar cuando nuestros dragones todavía tienen que cumplir como compañeros —afirmó Zeir. Colt no sabía si lo que decía Zeir era cierto o no, pero asintió como si lo que acabara de declarar era cosa de dragones. El Comandante Martin resopló. —¿Usted va a reclamar a un navegante sin dinero como su compañero? Sin duda, como un rey puede hacerlo mejor. Zeir gruñó, un sonido grave y peligroso. —A diferencia de su mundo, no consideramos a una persona dependiendo de su cuenta bancaria. Los compañeros son elegidos por la diosa. Lo encontró digno, por lo que ¿quién soy yo para discutir? Llévese su nave y sus hombres. Yo permitiré al Almirante alojarse y entrevistar a Colt con un guardia, pero luego se irán y no regresaran. —De acuerdo —dijo el Almirante antes de que los otros dos pudieran hablar. Probablemente una buena cosa, ya que Zeir los hubiera quemado. —¿Se recuperó la grabadora de la nave? —preguntó Colt. Los tres hombres se miraron. —Sí —respondió el Almirante Steeler. —Entonces usted tiene todo el conocimiento que necesita. No tengo nada que añadir a eso. El Capitán Jael cambió mis coordenadas, y esa es la razón por la que la nave se estrelló. Tal vez usted deba escoger a sus capitanes por sus calificaciones y capacidad en lugar de los que están relacionados con alguien. Jael es un peligro para su equipo como muestra su ego. No conozco a ningún otro capitán que por un capricho cambiaría al azar los números de un navegador cualificado. Jael es un criminal peligroso, y si se quiere evitar demandas, usted debe castigarlo en consecuencia—Colt no dejaría que lo pisaran como una alfombra. —Sin duda, un solo error de juicio no arruinaría la carrera del capitán—dijo el Almirante Martin. —¿Por qué no? Arruinó la vida de las personas que no sobrevivieron. ¿O me va a decir que todo el mundo llegó a salvo a su casa? —Colt sabía que no era cierto porque varias cápsulas se quemaron en la atmosfera de Dragait. Los tres hombres estaban en silencio. —Como lo pensé. Sé que no es a mí a quien deben castigar, pero piensen largo y tendido acerca de si quieren poner a ese loco de nuevo al mando de una nave y cómo todo esto se verá cuando las grabaciones sean liberadas. —Yo presentaré cargos —admitió el almirante. —¿Qué?—chilló Martin.—¿Cómo puede tomar la palabra de este navegador sobre Jael?
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—Porque yo he visto los resultados de las interferencias de su primo, y no soy quien le dirá a esas familias que sus seres queridos murieron por dejarlo a cargo y mucho menos de una nave espacial. Presentaré cargos contra él. Si eres inteligente, aléjate de Jael tanto como sea posible. El Almirante se volvió a Colt y Zeir. —Por favor, discúlpenos. Disfrute de su nueva vida, navegante Lanx. Voy a enviar sus documentos de separación. Usted ya no está bajo contrato para el Gremio de Exploración. —Gracias, Almirante—Colt apenas podía creer que había sido puesto en libertad tan fácilmente y Jael sería castigado. Él incluso no detuvo su amplia sonrisa mientras el trío se despidió de Zeir.
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Una vez que los representantes del Gremio de Exploración se fueron, tenían varios días de unión para disfrutar uno del otro. El dragón de Zeir se cernía sobre Colt cada vez que salían volando, hasta que Colt tuvo que escupir hielo en él para conseguir un poco de espacio. La preocupación estaba bien, pero mimos constantes drenaban la alegría del vuelo. Los días pasaron rápidamente, y antes de darse cuenta, uno de los criados llego a decirles que los padres de Colt habían llegado. Esta vez, Colt se puso una camisa. A él no le importaba si Zeir deseaba mostrarlo. De ninguna manera iba a aparecer sin camisa, en especial con el número de marcas que le dejaba en su piel. ¡Compañero malo, compañero posesivo! Tan pronto como todos ellos se reunieron en la misma habitación, Colt supo que algo iba mal. Sus padres nunca se acercaron, y una luz fría entró en los ojos de Zeir en el momento en que vio a su padre. El frío en la habitación tenía a Colt pasando las manos arriba y abajo de sus brazos mientras trataba de luchar contra la tormenta de hielo emocional que giraba alrededor de la habitación. —Rey Zeir, me gustaría que conociera a mis padres, Seltin y Mara Lanx. — La voz de Colt tomó un temblor cuando una extraña sensación de muerte inminente barrió a través de él. Ni Zeir ni su padre parecían amigables mientras se miraban el uno al otro. —Encantado de conocerla, señora Lanx—Zeir dio a la madre de Colt una leve reverencia antes de pasar a Seltin. —Colt, tu padre no necesita presentación. Nos hemos visto antes. De hecho, íbamos a llegar a conocernos muy bien hasta el punto de que fingió su propia muerte y casi derribo mi reino—La voz de Zeir terminó en un fuerte rugido. Colt se tensó, preocupado por ser desgarrado por un dragón, pero sorprendentemente, Zeir retuvo su forma humana. —Rey Zeir—Seltin se inclinó, un color rojo tiñendo sus mejillas. —Te debo una disculpa largamente demorada. Una mueca cruzó el rostro de Zeir, Colt nunca había visto esa expresión antes y esperaba sinceramente no volverla a ver. —Hay algunas cosas que no pueden arreglarse con un simple, lo siento. Por cierto, Colt es mi compañero. ¡Muéstrale! Los dedos de Colt se sacudieron sobre el estrés en la habitación, pero obedientemente se quitó la camisa y volvió a lucir su marca. El súbito horror en la cara de su padre sacó a Colt de su shock al darse cuenta que ambos hombres se conocían. Todo lo que él había oído hizo clic en su lugar.
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—¿Mi padre? ¿Él antes era tu pareja? —El estómago de Colt dio un vuelco inquieto, haciendo retroceder a las olas de estrés . —Obviamente no, estaba equivocado—Zeir volvió su mirada enojada a Colt sólo para que se suavizara. Tomó las manos de Colt en las suyas, y luego besó la parte de atrás de cada una antes de liberarlas. —Tengo cosas que hacer. Yo te dejaré hablar con tus padres. Colt asintió. Mejor que tratar de averiguar la verdad de su padre antes de que Zeir lo redujera a cenizas. —Gracias. Zeir asintió, luego se volvió y se alejó sin hablar con nadie más. —Puedo explicarlo —dijo Seltin. Colt frunció el ceño. —Espero que sí, porque estamos apareados y yo no lo dejaré. La idea de que su padre y su compañero intercambiaron palabras dulces y besos lo enfermaba. Un sentimiento de traición atravesó su alma y trató de abrumar a su sentido común. ¿Por qué Zeir había escondido la verdad de él? Cazaría a su compañero y conseguiría una respuesta directa, justo después de que hablara con su padre. Con suerte Zeir no esquivaría a Colt. —Vamos a la sala para que podamos charlar—Colt agitó una mano hacia una puerta a unos pocos pies de distancia. —Tú probablemente ya sabes dónde está todo, ya que ibas a casarte con mi pareja. La mirada que envió a su padre era probablemente no justificada, pero Colt no podía evitar los celos irracionales. Su padre le guardó secretos que amenazaban con destruir el nuevo mundo de Colt. Nadie habló hasta que todos estaban sentados. Cuando pasaron por un criado que dio a Colt una amplia sonrisa, Colt ordenó un poco de café y aperitivos, y el hombre se comprometió a llevarlos. —A pesar de la situación, es bueno verte, hijo. —Su madre colocó una mano en su cabello dorado mientras hablaba, cada movimiento suave y elegante. Colt nunca la había visto siendo torpe, pero vio que ella enviaba una mirada nerviosa entre Seltin y él. —Es bueno verte también, madre—Él le dio una suave sonrisa. De todos ellos, estaba menos molesto con su madre. Sólo había estado manteniendo los secretos de su compañero. —Colt—Seltin se detuvo como si se quedara sin palabras después de decir el nombre de Colt. Colt cruzó los brazos sobre el pecho. —¿Si padre? —Yo... yo no sé qué decir.
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—¿Qué hay de decirme lo siento por ocultarte la verdad toda tu vida y arruinar su futuro? —Colt no podía evitar la frialdad de su voz, no cuando su corazón le dolía. Él quería correr con Zeir, pero su compañero había dejado claro que quería estar solo. —¿Cómo iba a saber que mi pasado tendría efecto en tu vida? —Seltin agitó las manos en el aire mientras hablaba. La madre de Colt siempre decía que si Seltin no movía las manos sería mudo. Colt deseó que lo fuera. —Yo no estoy orgulloso de la forma en que hui de Dragait, pero necesitaba escapar. No entiendes, Zeir es un hombre poderoso, y si le hubiera dicho que no, podría haberme arruinado. ¡Tu no le dices no a un rey, especialmente a uno que piensa que eres su compañero! —Seguro lo haces, es mejor que hacerle crees que son compatibles y luego fingir tu propia muerte—Colt se puso de pie. —¡Hizo duelo por ti! ¿Y si él hubiera muerto? ¡Su muerte estaría sobre tu cabeza! —Pensé que seguiría adelante. —La voz de Seltin se hizo eco en la pequeña sala mientras gritaba las últimas palabras. La ira se apoderó de Colt hasta que tuvo que apretar sus manos para evitar cambiar o estrangular a su padre. ¿Cómo podría el hombre, que siempre había pensado que era el diplomático perfecto, haberle fallado completamente? Su fe en su padre hizo temblar sus fundamentos de la infancia. —¿Por qué no le dijiste la verdad? —Se preguntó lastimeramente. Por lo que sabía de Zeir, el rey lo hubiera escuchado, sobre todo a alguien con quien planeaba pasar el resto de su vida. —¡Era joven!—Seltin contrarresto; su rostro estaba pálido y sus ojos sospechosamente brillante. —Yo no tuve otra salida. Sabía que no éramos compañeros, pero una vez que el Rey Zeir dijo que lo éramos, yo no podía decirle a todo un reino que estaba equivocado. ¿Te has reunido con su pueblo? ¡Adoran a ese hombre! Colt no podía discutir ese punto. El pueblo era muy dedicado a Zeir. Pero el hombre debajo de la corona nunca habría obligado a nadie a ser su compañero. —Él no es un monstruo. ¿Trataste de sentarte y hablar con él? —Por supuesto, lo intente varias veces. Sólo... que no pude. —Seltin se desplomó contra el respaldo del sofá. Su madre tomó la mano de Seltin entre las suyas y la apretó mientras sonrió a Colt. —Sé que estás molesto, Colton. Yo también lo estaría. No sabes qué se siente al descubrir que tu compañero es quien una vez creyó que tu padre lo era, pero puedo ver que el Rey Zeir está unido sinceramente a ti. No dejes que esto arruine tu futuro. Creo que con el tiempo todo el mundo puede seguir adelante.
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Antes de que Colt pudiera hablar, un sirviente entró con una cafetera de café, una jarra de crema, y un plato de pasteles, con tazas, platos y cubiertos. Nadie volvió a hablar hasta que estuvieron solos. —No sabía que el compañero del rey tenía tantos sirvientes—Su madre bromeó. Colt se rió. —Sí, esa parte es un poco rara. —¿Qué hay de tu entrenamiento? ¿Estás dando todo por tu rey? —Seltin hizo una dura mueca. —El hombre es mi compañero, padre. Me gustaría dejarlo todo si él me lo dijera, pero se ofreció a dejarme volar cada vez que quiera, siempre y cuando yo no me aleje mucho. Teniendo en cuenta que me conoció después de que una nave se estrelló, puedo entender sus preocupaciones. Por primera vez, Colt trató de mirar las cosas desde la perspectiva de Zeir. Si hubiera sido él quien encontró a Zeir en una nave derribada, nunca dejaría que el hombre se fuera del planeta de nuevo. —¿Qué pasa con los enemigos? —Mara mordisqueó la esquina de un pastel con movimientos de pájaro antes de volver a hablar. —¿No te preocupa ser secuestrado y detenido? Antes de hablar, Colt revisó sus conversaciones con Zeir. —Creo que valora mi felicidad sobre posibles problemas. Yo no estoy diciendo que será perfecto, vamos a tener nuestras peleas y todo…pero él quiere que yo sea feliz, y si yo soy más feliz en el espacio, él está dispuesto a conceder una libertad limitada, siempre y cuando vuelva. —¿Te dejará ir solo? —preguntó Seltin. —Probablemente no. Sospecho que un soldado o dos van a ir conmigo. No me va a dejar solo en el espacio. Sería demasiado peligroso para el reino si yo fuera capturado. Zeir protegería a Colt no importa qué. —Así que él te mantiene cautivo. Yo sospechaba que era lo que iba a hacer conmigo —dijo Seltin— ¡Incluso te escuchas! La tentación de la tormenta fuera de la habitación montó a Colt duro. Apretó los puños hasta que sus uñas dejaron medias lunas en sus palmas, obligando a su ira a retroceder. Ya no era un adolescente, en un ataque de rabia. Él era un adulto que lucharía por el hombre que amaba, aunque fuera la segunda opción de Zeir. —Si quieres ayuda para escapar, vamos a sacarte de aquí antes de que Zeir sepa nada —ofreció Seltin.
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El dragón de Colt trató de empujarse hacia adelante, con ganas de destrozar al hombre que estaba tratando de separarlo de su compañero. —Tú no entiendes, padre. Yo estoy feliz aquí. Zeir es un hombre increíble que no ha hecho otra cosa que tratarme con respeto. Dime, ¿te gustaría viajar sin mamá por el espacio? —No, pero ella es.... —La expresión de su padre lucia perdida, lo que le dijo a Colt que todavía no entendía. —¿Yo qué? ¿Por ser mujer? —Los ojos de Mara brillaron peligrosamente. Colt se mordió el labio inferior, tratando de contener las palabras burlonas que amenazaban con derramarse. Su madre se enorgullecía de ser capaz de manejarse a sí misma en cualquier situación. Pero su padre la había puesto en una categoría diferente porque ella era una mujer. —No—Seltin trató de dar marcha atrás. —Muy bien, están en lo correcto. Yo no quiero a tu madre haciendo eso. Sólo no quiero que quedes atrapado en un planeta en lugar de estar en los cielos. Memorias del frio metal de las naves se extendió por Colt. ¿Había disfrutado de estar en el espacio, o era la única cosa que él había conocido? Colt nunca se había parado a pensar por qué quería ser un navegante; era justo lo que esperaba ser cuando fuera grande. Ahora un planeta entero de posibilidades se abría ante él. Tomó un sorbo del café que su madre le había servido. —Yo no sé lo que quiero hacer. Mi plan es pasar mucho tiempo con Zeir antes de tomar decisiones. —¿Vas a dejar el gremio? —preguntó Seltin. —Ya lo hice. Y no hay forma de que vuelva. Pasan demasiado tiempo promoviendo a las personas que pueden charlar con los superiores y no a los que tienen habilidad. —La amargura recubría sus palabras como el ácido. —¿Por qué dices eso? —preguntó Mara. —El capitán de mi nave cambio mis cálculos. Por eso nos estrellamos—Colt no oculto su desdén. —Entonces él me arrojó en el calabozo. —¿Qué? —dijeron sus padres a la vez. Colt se rio de indignación. Se pasó la siguiente media hora explicando sobre el accidente. En el momento en que acabó, había bebido todo el café y comido la mayor parte de los pasteles. —Parece que tu capitán es un imbécil. —Seltin coloco la taza de café con un tintineo. —Si fuera yo, levantaría cargos. —¿Lo harías? —Colt había estado pensando más en la línea de permanecer fuera de la cárcel, no cometiendo un delito.
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—Puso en peligro la vida de toda la nave debido a su ego. Él no merece mandar ninguna nave de mierda, y mucho menos una nave espacial. —Seltin apretó su boca en una línea firme. —El gremio también es el responsable de poner a alguien así a cargo. Debes presentar una queja, sin más. Tal vez les haga evaluar a quienes pusieron al mando —dijo Mara, sus ojos brillantes. —Buena idea. Dudo que el Capitán Jael sea el único—Colt se había reunido con varios comandantes que podrían utilizar algún tipo de información personal contra él, o tal vez sólo le darían un golpe en la cabeza. —Si quieres volver con nosotros, la oferta sigue abierta —dijo Seltin. Colt tiró de la cuerda floja en su puño izquierdo. —No puedo dejar a Zeir. No como tú lo hiciste —dijo mirando a su padre. Seltin gimió. —Yo hablare con él, ¿de acuerdo? No puedo estar enojado con mi yerno. ¿No te importa la diferencia de edad? Sabes que es mayor que yo, ¿verdad? —Yo soy unos pocos siglos más joven que tú, querido—El tono de voz en Mara se mantuvo engañosamente en calma. —¿Eso quiere decir que debemos romper? —No—Seltin levantó las manos. —Estaba asegurándome. —Sabes que una vez acoplados no podemos ser separados. ¿Entonces que está mal en todo esto? Miró a Seltin negar. Colt no se molestó en ocultar su diversión. Sus padres eran tan entretenidos como siempre. Su madre iba a ganar; siempre lo hacía. —Lo siento, querida —Seltin suspiró antes de fijar su mirada en Colt. —Escucha, sé que probablemente te molesta que tu pareja estuviese comprometido conmigo, pero nunca hice nada. Francamente, me daba miedo. Yo era joven, y no tenía a nadie para pedir consejo. Corrí porque tenía miedo de aparearme con alguien que no fuera mi compañero. Hay que recordar que Zeir era un rey poderoso y aun entonces yo no era nadie. —No estábamos enamorados, excepto que él nos declaró compañeros, y yo no supe qué hacer. La única cosa que sabía era que no quería estar casado con alguien que no era mi compañero. —¿Tú no tienes más familia? A Colt siempre le habían dicho que sus abuelos estaban muertos, pero a lo mejor había sido una mentira también. Muchas cosas que él había pensado ciertas habían resultado ser mentiras.
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—No—Seltin negó. —Ellos murieron hace muchos años antes de que yo llegará a este reino. Así que por lo menos algo era verdad sobre su familia. El resentimiento creció, al pensar en las muchas veces que Zeir había evitado decirle que Seltin había sido su futura pareja. ¿Colt habría estado tan dispuesto a aparearse si Zeir le hubiera dicho de antemano acerca de su relación anterior con Seltin? Colt frunció el ceño mientras pensaba en cómo el destino le había jugado una mano extraña. No podía estar enojado con su padre, en realidad, porque todo ocurrió antes del nacimiento de Colt. Sólo podía culpar a Zeir por no decir nada, y él no quería iniciar su relación guardando rencor. —Agradezco que los dos hallan venido a rescatarme, incluso si tomaste tu tiempo, pero me voy a quedar. Las palabras eran más difíciles de decir de lo que él esperaba. Incluso cuando sabía que sus padres estaban alli porque los necesitaba. Ahora, por primera vez, tuvo que tomar la responsabilidad completa de sus acciones. No podía ir corriendo a su mamá y papá si esta relación no funcionaba. Seltin asintió como si esperase la respuesta de Colt, pero no dijo porque se retrasaron. —Si tienes problemas con el rey, no hagas lo que yo hice. Háblale. Sólo estaba pensando en mí cuando me fui. Yo era joven y tenía miedo de compartir mis preocupaciones. En lugar de hablar, huí. —Le tomará algún tiempo perdonarte. Le debes una recompensa—Colt se movió en su asiento mientras centraba su mirada en la de su padre. —¿Qué? —Debes ofrecerte a hacer algo por él. Quizás importar su mercancía favorita o traer algunas semillas. Él es realmente grande en la autosuficiencia. —¿Crees que algunas plantas harán la diferencia?—Seltin sonaba incrédulo. —No sé, pero no pierdes nada con preguntar si necesita algo. Hizo duelo por ti durante años, padre, y se vería bien si realizas un esfuerzo—Colt apartó los celos que amenazaban con surgir. —Yo lo siento, pero no sé qué más decir—Seltin frotó las palmas de las manos sobre sus muslos como si estuvieran húmedos. —Colt está en lo correcto. Debes hablar con el Rey Zeir y explicarte. Hazle saber lo que estaba pasando por tu cabeza en ese momento. Él puede no perdonarte, pero podría limpiar el aire entre los dos. Y no jugaré al árbitro durante las reuniones familiares. —Sí, eso podría ser incómodo. —Colt no podía imaginar a Zeir sentarse a cenar con su familia en absoluto, y mucho menos hacer una pequeña charla
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—Sería bueno si pudieras arreglar las cosas con él. Seltin gimió frustrado. —Bien—Miró a su familia haciendo una mueca. —Hablare con él. —En general está en su oficina a esta hora del día. Uno de los empleados puede mostrarte dónde. Colt todavía no conocía el palacio lo suficientemente bien como para dar direcciones, pero siempre había gente que podría guiar a su padre de la manera correcta.
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Zeir se había preguntado si Seltin encontraría el valor para buscarlo. De alguna manera todavía estaba sorprendido. Levantó una ceja al hombre de pie en la puerta de su oficina, pero no dijo nada antes de volver su atención a su trabajo. Seltin se aclaró la garganta. —Pensé que debería hablar contigo y ofrecer una explicación. Zeir dejó la pluma y se apoyó en la parte posterior de la silla acolchada. —¿Y? Unos años más tarde, ¿eso es lo que piensas? —Quiero pedir disculpas y explicarme. El rubor en la cara de Seltin, era parecido al de su hijo, eso suavizó a Zeir. —Muy bien, siéntate. —Asintió hacia la silla al otro lado del escritorio. Seltin cerró la puerta detrás de él mientras entraba en la habitación. —Gracias. —No creo que estés agradecido después de nuestra charla. Una risa nerviosa salió de Seltin mientras se sentaba. —Cuando me fui, no había previsto que pensarías que estaba muerto. Iba a ponerme en contacto contigo más tarde. —¿Entonces qué pasó? —Zeir nunca había recibido ninguna comunicación de Seltin. —Tomé un servicio de transporte de aquí. Sé que fui cobarde, pero yo no podía considerar cualquier otra opción en el momento. Más tarde, cuando fui dado por muerto, pensé que era una solución aún mejor, ya que nadie me buscaría si estuviera muerto. —Seltin examinó sus zapatos como si se hubieran convertido en los objetos más fascinantes de la habitación. —¿Por qué nunca hablaste conmigo? Seltin apoyó las manos en su regazo y, finalmente, miro a Zeir. —Porque me asustabas. —¿Por qué? —Zeir no podía recordar haber hecho nada para asustar al hombre que él pensaba era su compañero. —Debido a que estabas tan seguro de que éramos compañeros y yo no podía dejar de tener mis dudas. Zeir frunció el ceño. —¿Qué tan difícil creíste que seria que te escuchara? No puedo recordar que trataras de hablar conmigo.
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Seltin gimió. —Probablemente no con la suficiente frecuencia. Yo era joven, su Majestad, y estar atado por el resto de mi vida con un hombre que juraba que éramos almas gemelas me aterrorizó. Quería explorar las estrellas y pensé que esa era mi oportunidad de salir de allí sin hacer daño a nadie. —¡Pero lo hiciste! Tú no tenías que estar de acuerdo con las cosas. La frustración hervía a través de las venas de Zeir. —Yo no soy malo. —Yo no sé lo que sentía, sólo que necesitaba más tiempo para decidir. Pensé en alejarme por un tiempo y pensar las cosas, sin presión. Tomé un servicio de transporte a Necaine. Oí un día después que había habido un accidente y todo el mundo pensaba que estaba muerto. Seltin miraba más el brillo de sus zapatos. —Puedo decirte lo aliviado que estaba. Pensé que el destino había intervenido y me ofreció una mano. Si nadie sabía que todavía estaba vivo, yo no tendría nada de qué preocuparme. Mi dragón nunca te afirmó, y ya que no me dijo que eras mi compañero, pensé en seguir adelante. Los ojos de Seltin tenían una luz implorante. —Juro que nunca quise hacer sufrir a nadie. La sinceridad de Seltin empezó a verse. Zeir no podía dejar que el nudo de la traición oscureciera su alma. —No puedo perdonarte por lo que pasó, pero voy a mantener la paz entre nosotros por Colt. Durante siglos Zeir se había aferrado a su dolor por su compañero muerto. Para olvidar todo su pasado con sólo con una rápida disculpa. —Lo suficientemente justo—Seltin se puso de pie. —Me voy a llevar a mi esposa y saldré ahora. Colt ha decidido quedarse aquí, y parece feliz. Si decide llevar a cabo una ceremonia de apareamiento, Colt puede ponerse en contacto con nosotros, y regresaremos. Zeir asintió. —Lo haré—Él no dejaría que su pasado afectara lo suyo con Colt, que parecía ser cercano a sus padres. Prefería aceptar la disculpa de Seltin antes que sus problemas con él dañaran su relación de pareja. Después de una reverencia, Seltin se volvió y salió de la habitación, dejando a Zeir solo con sus pensamientos. ¿Qué debería hacer ahora? Tendrían que planificar una ceremonia, sus súbditos insistían en ello. De ninguna manera podía evitar una unión formal y no con su historia. Al menos había habido tiempo para mostrar a Colt, y casi todo el mundo sabía que eran compañeros. Zeir volvió a su trabajo y sólo levanto la mirada cuando alguien llamó a su puerta. —¡Entra! Cuando se abrió la puerta, la expresión de ansiedad en Colt tenía a Zeir poniéndose de pie para saludarlo.
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—¿Qué tienes? —preguntó Zeir. —Mis padres se fueron. —Tu padre dijo que se iba. ¿Quieres que se queden más tiempo?—Zeir trató de adivinar qué tenía a Colt molesto, pero él no conocía tanto a su pareja para determinar con facilidad sus estados de ánimo. —No. En estos momentos estoy molesto con mi padre. Pensé que sería mejor si ellos se iban. Zeir caminó alrededor de su escritorio y se sentó en la esquina más cercana a Colt. —Siento no haber podido hablar con tu madre. Él no la culpaba por haberse casado con Seltin; ni siquiera había nacido cuando todo sucedió. —Yo estoy seguro de que habrá otras posibilidades. Creo que se podrían llevar muy bien. Mi mamá es una persona increíble. —Yo estoy seguro de que ella lo es—Zeir tomó las manos de Colt en la suya. —Yo creo que no viniste aquí a hablar de tu madre—Puso a Colt más cerca hasta que lo acomodó en sus muslos. —¿Qué tienes? —¿Crees que querías aparearte conmigo porque me parezco a mi padre? —No—Zeir no dudó en responder. —Saca esa idea de tu cabeza ahora mismo. Sí, es verdad que se parecen, pero no es como si fueran gemelos, cada uno tiene sus propias personalidades. No hay manera de que nuestro apareamiento tenga que ver con el parecido a tu padre, salvo que compartes la genética. —Pero querías estar con él—Colt se soltó del agarre de Zeir. La mandíbula apretada de Colt advirtió a Zeir que estaba en un hilo. —Sí. No te negaré o trataré de ocultar mi pasado. Pensé que había encontrado a mi compañero, y en mi entusiasmo, no traté de averiguar si éramos compatibles o no. —¿Todavía piensas que es tu compañero? Colt no se veía satisfecho. Zeir agarró sus caderas. —Ya no pienso que somos compañeros. Sospecho que estaba percibiendo tu sangre. Hay una vieja leyenda de que en la familia real ciertos linajes perciben mejores compañeros. Sospecho que la tuya es una de esas. Tu padre podría haber sido una pareja potencial, pero nunca lo sabremos. Se apareó con tu madre, y ahora estás acoplado conmigo. Si estás preocupado de que voy a pasar el resto de nuestras vidas pensando en tu padre, estas equivocado. Se acabó, y ahora tengo un verdadero compañero.
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Zeir envolvió sus brazos alrededor de Colt y lo arrastró más cerca. —Nunca pienses que eres la segunda opción. Siempre serás mi única opción. —¿Promesa? —Colt apretó la mejilla contra Zeir. —Lo prometo. Eres mío como soy tuyo. Nada nos puede separar—Eso apartó la pequeña voz que susurraba cuando las cosas no iban bien. Esta vez lo haría. Esta vez tenía la pareja correcta en el momento correcto. —Bueno. Permanecieron en silencio envueltos alrededor uno del otro durante varios minutos antes de que Colt se apartara, pero sólo lo suficiente como para mirar a Zeir. —Gracias por ser paciente conmigo. Zeir sonrió. La tensión disminuyó. —Estas tomando todo mejor de lo que pudiera haber esperado. Si alguna vez tienes alguna preocupación, quiero que vengas a mí. No creas en los rumores de otras personas. Las únicas personas que importan en esta relación son las dos personas involucradas en ella. Nosotros somos los que cuentan. Si tengo algún problema, voy a decírtelo, no charlaré con mis soldados. ¿Entendido? —Si gracias. Soy consciente de eso. Sé que vamos a estar bajo mucho escrutinio, por lo que eres. Yo trataré de hacerte sentir orgulloso. Zeir tomó el rostro de Colt entre sus manos. —Yo ya estoy orgulloso de ti, has enfrentado cada tropiezo con valor, y espero que continúes así. No podía ser más feliz, eres mío. Creo que pasaras todos los días sin una camisa para mostrarles a todos que eres mío. Quiero que todos sean capaces de ver a mi dragón en tu piel. Colt frunció el ceño. —¿Cuándo me dejes estar arriba, vas a estar orgulloso? —Incluso más orgulloso, nunca te veo de menos por estar debajo de mi cuando tenemos sexo. ¿Cuándo me jodas, vas a pensar que no soy digno de respeto? —No. Yo no sé qué significa eso. Solo…. Bueno, yo he tenido compañeros en el pasado que no querían admitir que les gustaba estar abajo. —Entonces eran idiotas. Mi ego no toma el control en el dormitorio. Yo estoy feliz de cualquier manera. Si haces algo que no me gusta te diré, y espero que hagas lo mismo. La comunicación es donde he fallado antes. No permitiré que este apareamiento falle —Bueno. —Colt sonrió—. Gracias. —De nada. ¿Cualquier otra inquietud que desees preguntarme?
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—Sí—Colt apretó la mano derecha contra la entrepierna de Zeir. —Quiero saber cómo sabes. —Ya veo. Bueno, me gusta fomentar la curiosidad. Colt asintió. —Es bueno apoyar mis objetivos. —Estoy de acuerdo. Cierra la puerta, y podrás tener todas tus preguntas contestadas. Colt corrió a torcer la llave en la cerradura, y luego se apresuró a volver a caer de rodillas ante Zeir. Este no se movió de su lugar. Colt bajó la cremallera de Zeir, exponiendo su pene. —Me encanta desenvolver los regalos —murmuró Colt. Le dio un beso a la tela antes de agarrar la cintura en ambos lados y tiró hacia abajo tanto de la ropa interior como de los pantalones, dejando expuesto a Zeir—. Perfecto. Zeir acarició la cabeza de Colt. —No soy perfecto, pero nunca he tenido ninguna queja —bromeó. —¿Recuerdas nuestra regla? No se habla de ex amantes al tener relaciones sexuales con tu pareja. —Colt regañó. —Lo siento—Zeir no se molestó en discutir. Colt frotó la mejilla izquierda contra la erección de Zeir marcándolo como si fuera un gato. —Hueles bien. —Gracias—Zeir no estaba seguro de que decir, pero no quería distraer a Colt. Si su compañero quería frotar todo su cuerpo contra el suyo, no se quejaría. Colt se quitó la camisa, dejando al descubierto el dragón en la espalda. Zeir sonrió. Nunca se cansaría de ver la marca en su magnífico compañero. Los dragonkin eran posesivos y Zeir era probablemente el más codicioso de todos. Todos los pensamientos de mostrar a su compañero desaparecieron cuando Colt envolvió sus largos dedos alrededor de su pene y luego comenzó a lamer la cabeza como un helado. —Oh mierda —gimió Zeir. No fue la técnica de Colt lo que lo derritió; era su entusiasmo. Zeir había estado con algunos amantes muy experimentados antes, pero ninguno de ellos lo había adorado como si fuera el principio y fin de su mundo. Colt tragó a Zeir, tarareando alegremente. Las vibraciones tenían a Zeir a punto de venirse. —Sigue así y todo terminará pronto. —No sabía si Colt realmente quería probarle, pero Zeir se vendría en la garganta del hombre si él lo pedía. Colt apartó la boca sólo el tiempo suficiente para hablar. —Adelante.
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El aumento de la succión que siguió arrancó a Zeir el último hilo de resistencia. Él había tenido permiso, después de todo. Un gemido fue arrancado de las profundidades de su alma mientras vertía su semilla en la boca dispuesta de su compañero. Tomó a Zeir varios minutos para recuperar la compostura, y luego ayudó a Colt a ponerse de pie. —Eres increíble, mi compañero. —Me alegro de que pienses así. Los ojos de Colt brillaban, y Zeir haría cualquier cosa para evitar que la expresión de alegría en su rostro se perdiera. —Lo sé. Me puedes tener en cualquier momento. —Zeir deslizó sus dedos a través de la protuberancia en los pantalones de Colt. —Quiero probarte, pero tengo una reunión en pocos minutos y quiero tomar mi tiempo cuando explore tu cuerpo de nuevo. Más tarde esta noche, yo te mostraré cómo planeo mantenerte feliz. —Lo esperaré. La voz de Colt tenía una cualidad entrecortada que tenía a Zeir con ganas de sonreír. Él no era el único penando en tener una noche larga en el dormitorio. —Yo también. Zeir fue interrumpido cuando alguien llamó a la puerta. —Tiempo de enfrentar a los demás. Él trató de no mostrar su irritación. Era su deber gobernar el reino, y si empezaba a resentirse a favor de pasar la noche en la cama con su compañera, no lo haría un digno rey. Zeir no había trabajado tanto tiempo para tirar todo por la borda, ni siquiera por su compañero.
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Colt fue de nuevo a vagar por los pasillos cuando dos soldados corrieron hacia él. —Viller nos pidió buscarlo —dijo el hombre de la derecha. La mujer soldado asintió en acuerdo. —Él dijo que la gente del gremio está aquí—Su frente arrugada, como si ella no estuviera segura de dar el mensaje correcto. —Pensé que todo se había arreglado—Tal vez tenían preguntas adicionales. Siguió a los dos soldados y encontró al Capitán Jael de pie junto a un extraño, con múltiples cintas militares por encima del bolsillo del pecho izquierdo, más el trío de hombres que lo habían visitado antes. Colt asintió con la cabeza al almirante y los comandantes antes de enfrentarse a Jael. —Capitán—Colt intentó mantener la burla en su voz, pero a juzgar por la expresión de Jael, fracasó. —¡Ahí esta! —Jael señaló a Colt. —Él estrelló la nave. —¿No me dijeron que encontraron la grabadora y todo estaba bien? —Las naves espaciales tenían grabadoras que debían sobrevivir el impacto con un sol, y un viaje a través de otro planeta. El sonido de alguien carraspeando llamó la atención de Colt del capitán desquiciado al Almirante Steeler. —El Capitán Jael tiene el derecho de enfrentar a su acusador. —¡No sé si interfirió con la grabación, pero él es el responsable! —Jael acusó a Colt con su dedo de nuevo. —Si apunta con el dedo a mi compañero una vez más, lo ejecutaré por amenazar a la pareja de un rey Dragait—La voz suave de Zeir calmó la histeria de Jael, Zeir dio a Colt una sonrisa tranquilizadora mientras entraba en la habitación. Colt no se molestó en ocultar su sonrisa mientras Zeir se acercó a envolver un brazo alrededor de él. —¿No tenías una reunión Rey Zeir?—Trató de mantener un tono inocente en su voz. —Hola a todos. Me informaron de que teníamos visitantes, pero no me dijeron que era una misión diplomática. Zeir y Colt esperaron para ver quién sería capaz de hablar a continuación. El hombre mayor con barras suficientes para declararse un coronel dio un paso adelante. —Rey Zeir, yo soy el Coronel Adam Frigair, y estoy tratando de determinar que pasó. Sólo había unas pocas personas en el puente en el momento, y me temo que los únicos dispuestos a hablar con nosotros son el capitán y el primer oficial Jael Phelps. El resto o bien dejó el Gremio o perecieron.
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—Me dijeron que había una grabación del incidente —dijo Zeir. El almirante se aclaró la garganta. —Existe cierta preocupación de que fue manipulada. Porciones se han borrado desde que hablamos la última vez. —Y con dos testigos contra uno, su posición debe ser clara —dijo Jael. El coronel dio una mirada de odio puro a Jael lo que impulsó el espíritu de Colt. —Usted sabe lo que dicen cuando hay dos puntos de vista opuestos la verdad está en algún lugar en el medio. —Coronel, por qué no viene con nosotros y podemos tomar algo mientras Colt le dice su versión de los hechos—Zeir hizo un gesto al oficial. Cuando salieron de la habitación, Colt miró por encima del hombro y vio a los soldados de Zeir bloqueando a los demás. Ellos no irían muy lejos, sólo a unas puertas a una pequeña sala. La pequeña charla llenó el aire hasta que los funcionarios trajeron un plato de comida y botellas de bebidas calientes. Luego comieron en silencio durante un tiempo hasta que el coronel dejó la taza con un definido tintineo. —Eso fue delicioso, pero ahora me podría dar una respuesta. Colt le dijo al coronel todo lo que ocurrió, incluyendo tantos detalles que pudo sobre los acontecimientos. El coronel no habló hasta que Colt finalizó. —Eso se alinea muy bien con lo que he podido escuchar de los demás y puedo reconstruir todo a partir de la grabación irregular. —¿Pensé que habían dicho que nadie más estaba dispuesto a presentarse?—preguntó Zeir. El coronel hizo una especie de zumbido. —Ellos no hablaron acerca de este tema, pero hubo varios que estaban dispuestos a decirme sobre el Capitán Jael y su estilo de liderazgo. Decir que no era una cortesía sería una subestimación. La única persona que aprueba al Capitán Jael es el Primer Oficial Phelps, y tuve la impresión de que lo hizo más para establecer sus propias acciones en la mejor luz en lugar de mostrar ningún apoyo real de su oficial al mando. Colt asintió. —Él siempre ha sido un lame culos. —Esa fue mi impresión. —El coronel no dijo nada acerca del lenguaje grosero de Colt. —¿Qué pasa ahora? —Colt se atrevió a preguntar, con la esperanza de que no fuera mucho. —Bueno, normalmente serías despedido en silencio y castigado debido a la acción coordinada de los dos agentes por encima de ti —dijo el coronel.
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—No puedo permitir que haga eso —dijo Zeir, un gruñido peligroso en cada palabra. El coronel levantó una mano. —Dije normalmente. Lo que yo no le dije es que no estoy con el Capitán Jael. Hemos actualizado recientemente el sistema de grabación. En la actualidad hay tres tipos de grabación a bordo. Una en el puente sigue todo el camino a través de un accidente, otra se expulsa cuando la colisión es inminente, y una tercera copia esta en todas las cápsulas de escape cuando la nave va bajo estrés. Cuando la nave fue aspirada en Dragait, la segunda grabadora fue expulsada de la nave. La recogimos hace unos días. Por extraño que parezca, su versión de los hechos la apoya y ahora estamos tratando de descubrir quién trató de borrar la grabadora. Esto habla de una conspiración más grande que un capitán idiota tomando malas decisiones. —Eso es genial. Quiero decir, me alegro de que pueda oír que dije la verdad. Le recomendamos que mantenga bajo vigilancia al Oficial Phelps, también. Él haría cualquier cosa por Jael. —Hemos estado observándolo, pero hasta el momento sólo podemos obtener que él dio falso testimonio —dijo el coronel. —¿Qué pasará con el capitán? —preguntó Zeir. El coronel sonrió. —El Capitán Jael rompió varias leyes cuando hizo caso omiso de un navegante. Las leyes serian pasadas por alta si hubiera sido el navegante Lanx quien se hubiera equivocado. Sin embargo, después de examinar las pruebas, se hizo evidente que el Capitán Jael tiene una aversión personal contra Lanx, fue eso lo que lo llevó a hacer de nuevo su trabajo. Eso, y nada más. Si él hubiera dejado todo como estaba, la nave habría pasado por Dragait sin causar daño y nunca se hubiera estrellado. Vamos a poner a Jael en custodia, junto con Phelps, por proporcionar falso testimonio contra un hombre inocente. Si no tuviéramos más grabadoras, probablemente el navegante Lanx habría sido encarcelado por mucho tiempo. Zeir gruñó. —Quiero cargos adicionales de conspiración en contra de un gobierno extranjero. Él acaba de llegar a mi reino y trató de conseguir a mi compañero. —Yo no sé si puedo conseguir que se haga. Él entró como un navegador no como su pareja—La tranquila voz del coronel tenía los tonos suaves que se usan cuando se acerca a una bestia peligrosa. —Está bien, pero ahora lo hace, y si persiste, quiero añadirlos—Zeir insistió, con los ojos brillantes en color plata. El coronel asintió.
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—Lo suficientemente justo. Ahora, yo creo que concluye nuestro negocio. Yo enviaré un mensaje cuando la prueba haya terminado. Hemos ganado mucho con las palabras de Lanx porque ahora tenemos toda la información registrada pertinente gracias a su rapidez de pensamiento y no tendrá que declarar. —Eso es bueno—Colt dudaba qué Zeir permitiera dejarlo de todos modos. —Por curiosidad, ¿por qué el capitán está con ustedes si va a detenerlo? — preguntó Colt. —No lo trajimos. Lo seguimos aquí. Yo quería ver lo que estaba haciendo, pero cuando él sólo insistió en venir a acusarlo, decidimos detenerlo. Por desgracia no encontramos a Phelps. Afirma que se separaron. —Nos mantendremos vigilantes, pero dudo que él este por aquí—Zeir se puso de pie, y los otros dos lo siguieron. —Gracias por venir, Coronel. Buena suerte en su persecución. El coronel lo miró por un momento, como si fuera a reír, pero le dio una pequeña sonrisa y sacudió sus manos antes de salir, prometiendo mantenerlos debidamente actualizados. Colt observó al coronel. —Eso fue sorprendentemente fácil. Me pregunto si eso es lo último que oiré de ellos. —Sí, yo también lo espero—Zeir instaló sus manos sobre los hombros de Colt. —Pero si tratan de perseguirte, voy a encargarme de él. —Te creo—El dragón de Zeir nunca permitiría que nada le pasase a su compañero. Colt encontró eso tranquilizador y triste. Colt todavía se estaba acostumbrando a su propio dragón interno, y tomó un tiempo entender los sentimientos tumultuosos que se ejecutaban a través de él. A veces se preguntaba si se hubiera enlazado con Zeir si no tuviera su dragón. —Bueno—Zeir contempló a Colt durante unos minutos como si tratara de medir sus pensamientos internos. —¿Qué tal si vienes conmigo en un viaje por mi reino? Como mi compañero, debes saber un poco sobre la tierra que estas ayudándome a reinar. —¡Yo no sé reinar nada! —Colt se quedó mirando a su compañero con consternación. —Por supuesto que no. Esa es la razón por la que me tienes a tu lado—La sonrisa sexy de Zeir no tranquilizó a Colt, pero le dio todo tipo de otras ideas. —Pensé en pasar el día recorriendo parte de la selva tropical. Puedo familiarizarte con algunos de los tipos de madera que cosechamos aquí. También quiero revisar mi plantación de café. Acabamos de empezar con pocos granos, y quería verlo por mí mismo.
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—Yo nunca antes he visto plantas de café—La agricultura no era su pasión, pero Colt encontró cómo crecían las cosas y el proceso de fabricación de artículos de uso diario fascinante. —¿Qué se hace con toda la madera que se cosecha? —Algunos exportamos como madera aserrada, algunos tenemos nuestros artesanos de muebles. Hay una pequeña aldea en el borde de los bosques del norte que se compone en su totalidad de maestros artesanos. —Me encantaría visitarlo. Zeir asintió. —Podemos añadirlo en nuestro itinerario. —Bueno—Colt sonrió, más emocionado acerca de su día que antes, estar atrapado en el castillo durante todo el día había estado conduciéndolo a la locura. Después de haber sido utilizado para la inmensidad del espacio, las paredes del castillo estaban comenzando a cerrarse en torno a él. Una salida sonaba como la mejor cosa para aliviar su ansiedad. —Vamos a ponernos ropa adecuada. Necesitaras unas botas como mínimo. Colt siguió a Zeir, si sus pasos eran un poco más rápido de lo normal, Zeir no dijo nada. Les llevo casi media hora para llegar a la selva tropical por aerodeslizador. Colt había pensado que sería volando, pero Zeir quería dar un paseo después sin tener que preocuparse por la ropa. Se estacionaron en la primera posición de los árboles altos y se dirigieron a través del espeso follaje. Zeir había elegido llevar solamente cuatro soldados con ellos; Colt trato de no hacer caso de ellos y centrarse en el día con su compañero. —Aquí es donde han empezado a crecer nuestra cosecha—Zeir señaló las hileras de plantas verdes. Él entrecerró los ojos mientras examinaba las plantas. —Se ven lo suficientemente sanas—Colt no sabía mucho acerca de las plantas de café, pero las hojas eran verdes y brillantes, parecía lo suficientemente sano como para los ojos no entrenados. —Sí. Iba a hablar con el gerente, pero eso puede esperar para otro día. Sólo quería asegurarme de que estaban prosperando. Me gusta comprobar todas las industrias, al menos, una vez al mes. Vamos a obtener informes sobre todo semanalmente, pero a menos que haya problemas, dejo a otros a cargo de las cosas del día a día. Empecé eso cuando me estaba quedando en forma de dragón, y no veo ninguna razón para cambiarlo ahora. Nuestro pueblo sabe cómo manejar la responsabilidad. Colt sonrió. El rey realmente amaba a su pueblo. Lo escuchaba en su voz cuando hablaba de ellos y lo veía en sus ojos cuando estaba con ellos.
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—No veo ninguna razón por la que deberíamos cambiar eso—Estuvo de acuerdo. Zeir se aclaró la garganta. —Vamos a ir a explorar la selva tropical. Podemos visitar a los artesanos después de que te hable de los árboles. La curva de aprendizaje por delante de Colt lo intimidaba, pero no se lo diría a Zeir. Lo único que podría ser era un navegador, pero planeaba ser el mejor compañero. El tiempo se había puesto caliente. Colt suspiró cuando entraron en los árboles altos y pronto estaban envueltos en sombras. Por la expresión aliviada de Zeir, apreciaba la caída repentina de la temperatura. Colt vio plumas de colores que revoloteaban de ida y vuelta de la esquina de los ojos. Las llamadas de las aves lo tenían girando a la izquierda luego a la derecha, con la esperanza de atrapar la vista de todo lo vivido en el bosque exuberante. La calma que por lo general sólo se sentía mientras viajaba a través del espacio destilaba en él. Paz . Su sonrisa se hizo enorme mientras caminaban, y aparecieron las flores brill antemente coloreadas. —Este es uno de mis lugares favoritos—Zeir señaló a un pequeño estanque a unas yardas de distancia. Flores de color rosa brillante flotando en su superficie, con los pájaros azules luminosos posados en medio de l as plantas. —Wow—Colt dio un paso más cerca para tener una mejor visión. En el borde, Zeir lo agarró por el hombro. —No te acerques demasiado. Esas son las aves Kephyr . Ellos obtienen su color de un raro veneno que segregan en sus mejillas. Como dragonkin eres inmune, pero todavía pica como una perra. Las risas lejanas vinieron de los soldados detrás de ellos. Colt había olvidado su presencia; habían estado tan silencioso desde que llegaron. Colt casi podía creer que estaba en un paseo romántico a solas con Zeir. —Yo tendré cuidado. Algo de color rojo con escamas se deslizó a través del agua, por lo que Colt dio unos pasos hacia atrás. —¿Qué es eso? —preguntó, señalando. Zeir siguió la mirada de Colt. —Crithers. Ellos son reptiles con hocicos largos y afilados dientes. A ellos les gusta morder los pies de sus presas y arrastrarlos por debajo, pero son seguros. Nunca atacan a algo más grande que ellos mismos. No comen nada más grande que l os pequeños pájaros y peces. —Tu bosque es un poco peligroso. —A pesar de sus aspectos peligrosos, la paz que Colt había experimentado antes no se había desvanecido. Zeir empujó lo hombros de Colt con los suyos. —Es nuestro bosque ahora.
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—Sí—Colt se rascó el brazo izquierdo, en el que había empujado. —Tendré que acostumbrarse a eso. —Lo harás—La confianza de Zeir era más grande que la del propio Colt. En ese momento, ser un compañero del rey le hizo sentir inseguro y expuesto a un nuevo mundo extraño. De pie junto a Zeir y escuchar a los insectos y los pájaros, la sensación de tener por fin un lugar para llamar casa se arremolinó alrededor de Colt en un torrente de amor por el hombre a su lado. Una emoción que lo envolvía alrededor de sí mismo como un manto pesado. —Gracias. —¿Por qué? —Zeir deslizó un brazo alrededor de la cintura de Colt. —Por hacerme tuyo. Yo no sabía lo que me faltaba hasta ahora. —Colt contuvo las lágrimas que amenazaban gotear por sus mejillas. Se negó a ser el tipo de persona que lloraba cada vez que estaba feliz. —Bueno, ahora que ya sabes, espero que t e quedes conmigo. El rey normalmente tenía mucha incertidumbre. Colt apoyó la cabeza en el hombro de Zeir. Si le tomaba el resto de su vida tranquilizando a Zeir y dándole su devoción, lo haría. —No tengo otro lugar para ir. Él apenas terminó de hablar cuando Zeir cayó de espaldas al suelo del bosque. —¡Zeir! —Colt se dejó caer de rodillas junto a su compañero. —¡Ayuda! —él gritó. Cuando no hubo respuesta, miró a su alrededor sólo para encontrar que los soldados también estaban tendidos en el suelo. ¿Cómo no fue capaz de oírlos caer? —Aw, pobre. ¿Aquí nadie te salva? La voz podría tener una frialdad desconocida, pero Colt no había olvidado su tono. —Phelps, ¿qué estás haciendo? Las hojas crujían, bajo las botas de Phelps cuando se acercó a Colt. A diferencia de su habitual apariencia elegante, tenía hojas en el pelo y un largo arañazo en la mejilla derecha que rezumaba sangre fresca.
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—Me estoy asegurando que ninguno de estos animales interfiera en mis planes. Yo no trabajé tan duro y besé tantos culos para ser arrojado en la cárcel a causa de una mala elección. —Fue más que una sola elección, estrellaste una nave espacial y pusiste en peligro a cientos de personas. ¡Sabías que Jael era incompetente! Colt se puso de pie, para hacer frente a su adversario. Todo el mundo lo hacía, aunque nadie más que Colt se hubiera atrevido a decir algo. Una mueca fea empaño la cara de Phelps. —Estaba haciendo mi trabajo. Si hablaba, él sería enviado a la cárcel. A diferencia de ti, cuido mi reputación. —Sí, y ¿cómo vas a evitarlo?—Colt agitó una mano hacia los shifters dragones inconscientes. —¿Crees que hacerme daño te sacará de problemas? Al segundo que me haya ido, te cazaran. —No, no lo harán. No sabrán que soy yo—Phelps sonrió. —Dejé una nota en tu habitación indicando que has cambiado de opinión y has decidido no vivir con estas bestias. Tomó a Colt un momento recuperarse antes de darse cuenta de que Phelps no sabía que él era un dragonkin. —Y entonces, ¿qué vas a hacer? ¿Llevarme lejos y matarme? ¿Crees que nadie me va a buscar? De hecho, creo que serías arrestado. —Vas a volver y les dirás a todos que borraste la grabación, y que te retractas de todo lo que dijiste. La mirada loca en los ojos de Phelps no tranquilizó a Colt que estaba abierto al razonamiento, pero decidió darle una oportunidad de todos modos. —Ellos no creerán que cambié la grabadora. Muy pocas personas son expertos, y tengo poca capacidad electrónica. —Tú puedes, y lo harás. Ellos creerán que es más probable que manipules la evidencia, a que el capitán cambió sus coordenadas en un arranque de orgullo. —No, yo no lo hare. Jael merece cualquier cosa que decidan hacer con él. Colt se cruzó de brazos. —Creo que estas siendo muy terco—Phelps sacó una pistola láser desde el interior de su chaqueta. —Yo matare a todos si te niegas. El dragón de Colt, que había estado sospechosamente tranquilo hasta ahora, cobró vida. Fue la transformación más rápida de la vida de Colt, escamas estallaron a través de su piel y cambiaron el cuerpo delgado de humano a un dragón dorado.
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¡Protege a tu compañero! El dragón tenía que asegurarse de que su compañero caído no recibiera daño. Se puso de pie sobre el rey. —Bueno, yo no esperé eso—La mano de Phelps se sacudió al tiempo que señalaba la pistola. —Todavía puedo matarlo. Colt abrió la boca y disparó un rayo de hielo a través del pecho de Phelps. Un grito de gorgoteo salió de la garganta del primer oficial antes de que cayera hacia atrás, y luego se quedó inmóvil. ¡Lo maté! El shock hizo cambiar a Colt. Temblando se encogió junto a su compañero en el suelo del bosque, ignorando el duro suelo debajo de él. Él nunca había matado a nadie antes. Su estómago se arremolinó con inquietud mientras puso su cabeza contra el pecho de Zeir. Le tomó un momento sentir los dedos acariciando su cabello. —Shh, está bien—La profunda voz de Zeir lo calmó. —Lo maté. —¿Por qué? En palabras vacilantes, Colt explicó lo que sucedió. —Si no lo hubieras matado, yo lo habría hecho. Has hecho bien, mi compañero. —La voz de Zeir retumbó en su pecho, calmando a Colt mejor que cualquier droga. Los otros soldados despertaron gradualmente desde donde estaban. Uno de los soldados se acercó a Phelps. —Él no está muerto, Su Majestad. El alivio inundó a Colt como un viento fresco, quitando la carga de ser un asesino. —Bueno, ahora puede ir a la cárcel —dijo Zeir, su tono más duro que la piedra del castillo. —Puede unirse a su buen amigo Jael—Estuvo de acuerdo Colt, feliz de poner esa parte de su vida detrás de él. A medida que el cielo se oscureció, regresaron al castillo. El corazón de Colt se agitó ante la vista de l a casa. Finalmente tenía un lugar propio en el universo.
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Colt se ajustó la corbata mientras se miraba en el espejo; luego alisó sus manos sobre la chaqueta. Dragones bordados de oro se perseguían unos a otros a través de la tela de color negro en un ajuste elegante. —Te ves genial. Se volvió hacia su padre. —Gracias papá. ¿Es raro verme unido a Zeir? —Un poco, pero soy feliz de que seas feliz. El Rey Zeir merece tener un compañero. Colt asintió. —Sí, él lo hace. Su compañero y su padre probablemente nunca serían los mejores amigos, pero estaban trabajando en ser al menos cordiales. Una gran cantidad de malos sentimientos todavía existían en Zeir, pero con una exposición limitada estaban empezando a gestionar la cortesía. Colt había aprendido de Zeir que su línea particular de reyes siempre tenía una boda formal en lugar de una mera celebración de unión. Uno de los primeros reyes tenía una novia que insistió en una fiesta extravagante, y la tradición había sido permanente. —Me alegro de que hayas encontrado a tu pareja, hijo. Los ojos de su padre estaban brillantes por las lágrimas —Yo también. Me alegro de tú me lo hayas permitido. Seltin rió. —Yo también. Juntos, padre e hijo se dirigieron a la sala donde Colt sería entregado en la siguiente etapa de su vida y finalmente, conseguir la casa y el amor que siempre había querido.
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Amber Kell es una soñadora que ha escrito historias en su cabeza durante el tiempo que tiene memoria. Ella vive en Texas con su marido, dos hijos, dos gatos y un perro muy estúpido. Para obtener más información sobre sus libros u obras actuales en curso echa un vistazo a su blog. Blog: http://amberkell.wordpress.com.
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