WASSERMAN.F: Una pregunta de dos tiempos. ¿Qué hacer con la Reoluci!n de Ma"o# El autor apunta a examinar cómo se representó, interpretó, refirió, narró o conceptualizó la Revolución durante la primera mitad del siglo si glo XIX a fin de poder dilucidar cómo la percibieron y qué sentido tuvo t uvo para sus contemporáneos y para las primeras generaciones que se proclamaron sus erederos! "u interés se centró en las conflictivas relaciones entre cultura y pol#tica, dedicando algunos traba$os a analizar como concibieron y se representaron a la Revolución de %ayo sus testigos y protagonistas as# como también los usos de su recuerdo durante las décadas siguientes! &ropone también algunas reflexiones sobre las tensiones y conflictos que se producen entre lo que las instituciones académicas consideran conocimiento válido y la percepción que pueden tener otros sectores de la sociedad sobre esos mismos temas cuando afectan sus creencias, valores e identidades!
'a revolución de mayo constituye para mucos el acontecimiento más importante de la istoria nacional! (na de las razones es la asociación con los inicios de la propia nación de la que la revolución constituye una suerte de mito de or#genes! 'a revolución de mayo terminó de quedar consagrada como el proceso de alumbramiento o toma de conciencia de la nacionalidad por parte de los criollos, o al menos, de sus sectores dirigentes! "e an entablado numerosas polémicas istoriográficas que eran también pol#ticas e ideológicas pues expresaban las diferentes ideas sobre la nación que esgrim#a cada autor o sector! )e a# estas disputas disputas tienen a organiza organizarse rse en torno a polos polos antagónico antagónicoss que obligan a tomar partido por uno u otro! *uena parte de los istoriadores no la consideran como una toma de conciencia o expresión pol#tica de la nacionalidad oprimida, sino que apuntan a explicar lo sucedido aciendo énfasis en el proceso de desintegración de la unidad monárquica espa+ola! 'os efectos que tuvo este cambio de perspectiva en la producción istoriográfica an sido notables entre otras razones porque ya no puede seguir pensándose el proceso revolucionario e independentista en términos nacionales! tras visiones no ven a -irreinato como un anticipo de nación, ya que se trató de una entida entidad d pol#ti pol#tico. co.adm adminis inistra trativa tiva que tuvo tuvo una breve breve existen existencia cia de /0 a+os, a+os, y cuya cuya config configura uració ción n territorial se parece muy poco a lo que ser#a la nación argentina! 1ay 2 limitaciones a este análisis3 4era. El examen se centra en el discurso de las elites pues a5n es muy poco lo que se sabe sobre los otros sectores de 'a sociedad! 2da. Es producto de una restricción de espacio y de género, el autor optó por trazar un recorrido sin mayores referencias bibliográficas durante el cual irá ensayando diversas entradas que no pretenden agotar las cuestiones planteadas sino más bien llamar la atención sobre una serie de puntos que considera de interés! 'os a+os previos a la revolución de caracterizaron por una incertidumbre sobre el porvenir de los dominios de la 6orona espa+ola! En 4787 fueron las abdicaciones de *a yona, que llevaron a la 6orona de 9osé *onapa *onaparte rte,, erman ermano o de :apole :apoleón! ón! ;ue un aconte acontecim cimient iento o inédit inédito o que generó generó divers diversas as reacciones y respuestas3 alzamientos populares, erección de 9untas en casi toda la &en#nsula. y algunas en de mayo de 4748, que una vez 1
producido el movimiento en muy poco tiempo pasó a ser conocido como la Revolución de %ayo! 6on gran rapidez comenzó a pregonarse que la revolución se trataba de algo muco más trascendente! 'a revolución tendió as# a exceder su condición de acontecimiento o proceso istórico al constituirse en un nuevo punto de partida istórico o, si se prefiere, en un mito de origen para los pueblos del &lata! Resulta de particular interés el *osque$o istórico publicado por el )eán =regorio ;unes en 474? como ep#logo de su Ensa yo de la 1istoria 6ivil de *uenos de mayo de 474?3 advirtiendo que los males concluirán Ccuando una constitución sabia y liberal fi$e inmoblemente el destino de la &atria! 2
. 'a revolución en el debate pol#tico3 el caso del rosismo3 El rosismo fue un régimen que también se presentaba como eredero de la revolución! Esta reivindicación de los ecos de 4748 pod#a ser por convicción, necesidad o interés, pero incluso aunque ubiera sido por alguna de estas dos 5ltimas razones como alegaban sus opositores, igual da cuenta de lo extendida que estaba esa valoración y de la necesidad de adecuarse de alg5n modo a la misma para toda aquella formación pol#tica que quisiera actuar con éxito! 'a interpretación oficial del régimen recién cobró forma a comienzos del 2do mandato de Rosas, quien fi$ó su posición en una de mayo de 47/ en la que reivindicó a los sucesos de 4748 como Cel primer acto de "oberan#a &opularD! Rosas también distingue dos momentos en el proceso revolucionario! &or un lado el del cambio de autoridades que ten#a causas espec#ficas Gla acefal#a. y propósitos inmediatos. resguardar el orden.! &or el otro, el de sus secuelas, en este caso aciendo énfasis en la acción desagradecida de los espa+oles que ab#a provocado la guerra y, finamente, la declaración de Independencia en 474! El énfasis en plantear la continuidad institucional permite explicar, al menos en parte, por qué sus opositores insist# an en que el régimen rosista no ac#a más que traicionar el esp#ritu de la revolución! de mayo empezó a marcar determinada a emancipar el pa#s de la tutela peninsular o siguió solamente al principio un impulso igual al que ab#a movido a las provincias espa+olas y a %ontevideo mismo a+o y medio antesM 'a impresión que ten#a -arela sobre los propósitos de los revolucionarios no parec#a diferir demasiado de lo que sosten#a Rosas! < pesar de compartir mucos elementos en com5n, la caracterización del proceso revolucionario estaba condicionada por la necesidad de diferenciarse de los enemigos, razón por la cual mucas apreciaciones no siempre pod#an mantenerse más allá de a discusión que la promovió! B si bien ambas posiciones negaban al contrario toda legitimidad, lo ac#an ba$o un mismo supuesto3 presentarse como erederos de la revolución acacándole al adversario aberla traicionado! . *uenos 2 siguió considerándose fuente de legitimidad, y por tanto, motivo de disputa sobre su sentido y alcances! &ero el marco de estas discusiones comenzaba a ser otro! )e esto da cuenta el eco que incluso a los más acérrimos partidarios de la separación porte+a les costaba mostrarse p5blicamente contrarios a la unificación de la nación!
3
. El fin de un ciclo3 6omo es sabido, la dirigencia porte+a se dividió entre un sector que ac#a incapié en privilegiar la separación de la provincia legando para un futuro indeterminado la unificación, y otro que propon#a acelerar ese proceso poniéndose a su cabeza y cuya principal figura fue *artolomé %itre! El reinicio de los enfrentamientos izo que durante varios a+os siguiera considerándose que el ciclo abierto por la revolución no ab#a concluido! Ese desenlace pareció alcanzarse acia 4778 con la consolidación del Estado nacional! )e ese modo de produ$o el cierre de una etapa pol#tica, a la vez que se sentaron las condiciones para que la revolución pudiera ser considerada como un pasado glorioso destinado a la rememoración tal como se consagrar#a oficialmente al cumplirse su centenario en 4H48! El mayor logro de %itre, fue un relato istórico seg5n el cual os pueblos del &lata estaban destinados desde la conquista a constituirse en una nación republicana, democrática y próspera, porvenir del cual abr#an tomado conciencia en mayo de 4748 alentando por t anto la luca por la independencia! )e ese modo pudo for$ar un relato capaz de incluir a la revolución en un proceso de mayor aliento3 una istoria nacional cuyos gérmenes pod#an encontrarse en el proceso de conquista! ;ue recién a principios del siglo XX, y en el marco de los debates sobre la nación y la identidad nacional provocados por la inmigración masiva, cuando el relato mitrista comenzó a incorporarse con éxito en diversos ámbitos logrando amplia difusión! . 6uando el pasado de ace presenteJ LEl istoriador se ace ausenteM3 'a producción istoriográfica actual, más allá de las importantes diferencias que la recorren internamente, se orienta decisivamente en otra dirección! Esta tensión comenzó a cobrar mayor visibilidad tras la crisis estallada en 2884 que incitó a algunos sectores a mirar con mayor interés el pasado nacional dando lugar a diversas iniciativas editoriales, pol#ticas, educativas y comunicacionales! Interés que además se vio reforzando en forma reciente ante la inminencia del bicentenario de la Revolución, por lo que los istoriadores comenzamos a ser requeridos cada vez más por el Estado, las instituciones educativas y los medios! 6omo istoriadores nos trasladan a un terreno ético.pol#tico pues afectan algunas creencias arraigadas en la sociedad! Entonces LOué acer con la revolución de mayo si ya no podemos seguir considerándola expresión de la nacionalidad u origen de la nación argentinaM @iene que aber apertura de diversos canales de diálogo, particularmente con quienes desarrollan tareas educativas y formativas pues suelen tener interés en estas cuestiones porque ocupan un lugar sensible y decisivo en la transmisión de conocimientos y valores! El problema, y éste es el punto que quisiera destacar, es que en pocas oportunidades este dialogo se lleva a cabo! )os cuestiones a fin de evitar malos entendidos en la discusión3 4ro3 :o considero que los profesionales de las 6s! "ociales y las umanidades debamos tergiversar los resultados de nuestras investigaciones para confirmar en forma demagógica las creencias de quienes tenemos como interlocutores! &orque ay formas de discutir y posicionarse! 2do3 :o estoy proponiendo que este tipo de iniciativas deban constituir una obligación moral para todos los istoriadores y menos a5n que se deba crear una suerte de polic#a académica que los obligue a acerlo! 4