Tinianov y Propp, la función como elemento central de la Teoría Literaria.
Pablo Alexis Padilla Rubio
La lectura de ambos trabajos ofrece una visión bastante certera de lo que el Formalismo Ruso propuso en su momento como elementos fundantes de un estudio literario mucho más científico. Si bien en cada uno de ellos, los dos autores se enfocan en temas diferentes, es pertinente destacar las coincidencias de fondo que operan en ambos textos. Por una parte, Tinianov busca establecer una serie de conceptos que permitan estudiar la evolución del fenómeno literario. Para eso, primero hace un repaso crítico a sus antecesores. En ellos él nota una ausencia de rigor científico, comentario que es muy propio de la corriente de la cual forma parte el autor. El psicologismo individual y un examen más bien superficial sobre las motivaciones o los temas presentes en las obras literarias son algunas de las objeciones que Tinianov hace. Por otro lado, Propp orienta su estudio hacia un área que, en su época, no estaba bien desarrollada: el estudio del cuento. Específicamente, él se centra en lo que llama el “cuento maravilloso”, de origen folklórico. Propp considera que todo análisis científico del fenómeno, ya sea en su evolución o en su examen aislado, debe partir por construir una morfología del cuento. Ese es el centro de su planteamiento en el texto estudiado. Más allá de las metodologías y conclusiones desarrolladas, respectivamente, por Propp y Tinianov, quizás lo más importante es la coincidencia de enfoque que ambos tienen. Y es que para estudiar la evolución del fenómeno y para proponer una morfología del mismo, ambos recurren a un concepto: el de Función. En anteriores escritos examinados, quedaba claro que para el Formalismo Ruso era de primera importancia definir el “qué” de los estudios literarios, es decir, saber en qué consiste la literatura y lo literario. Para algunos autores, el centro estaba en proponer la existencia de dos tipos de lengua: una de uso cotidiano y otro de uso poético. Pero esta explicación pareciera haber sido insuficiente para otros, como Propp y Tinianov. De esta manera, el concepto de Función pasa a ocupar ese espacio conceptual, que permite contrastar fenómenos que, teniendo en común el uso del lenguaje, son de naturaleza distinta. De acuerdo a la RAE, la función, en su acepción 12, es “cada uno de los usos del lenguaje para representar la realidad, expresar los sentimientos del hablante, incitar la actuación del oyente o referirse metalingüísticamente a sí mismo” (DRAE 744). De esta manera, la función estaría relacionada con acciones verbales que el texto ofrece como eje estructural.
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Una vez definida la naturaleza y el papel de la función, cada uno de estos autores ocupa el concepto para desarrollar sus propuestas. Para Tinianov, el estudio de la evolución de la literatura pasa a ser el estudio de las mutaciones que dichas funciones sufren con el tiempo. En su texto, Tinianov define como fundamentales dos funciones. Primero, la función autónoma, que permite la correlación de la obra con otras que son parte del sistema. Y luego, la función sinónima, que define la relación de la obra con el sistema entero. Establecidas estas ideas, Tinianov desarrolla una detallada propuesta donde se entiende la evolución literaria como una serie de contactos, intercambios, contrastes y oposiciones entre sistemas. Hay que insistir que, más allá del detalle con que él desarrolla su visión, las distintas funciones que identifica dentro del sistema obra y el sistema literatura son centrales en un análisis de gran alcance y precisión. Propp, por su parte, sostiene que el estudio y descripción de las funciones que operan dentro de un relato son el elemento clave para una propuesta coherente de una morfología. Determinar las funciones que operan dentro de un relato permiten aislar los elementos primarios, que son el componente estructural básico de este tipo de fenómeno literario. De esta manera, la construcción de una morfología detallada y coherente se apoya en las distintas funciones que se puedan identificar. En este sentido, Propp se centra en un número limitado de un universo posible de relatos a estudiar. Y luego de un detallado examen de dicho material, el logró identificar un total de 31 funciones que son parte del cuento maravilloso. Su morfología no se basa en los tipos de personajes, ni en el ambiente ni en la temática. Se identifica una serie de acciones posibles de realizar por parte de los personajes. Y no sólo eso, sino que también el orden en que se dan esas funciones, las relaciones entre ellas, agrupaciones, oposiciones y secuencias. El resultado es un estudio detallado sobre el cuento maravilloso, un trabajo que da cuenta por lo menos de un gran rigor y una mirada que va más allá de lo superficial, buscando revelar la estructura y constitución más profunda del fenómeno estudiado. Tanto Tinianov como Propp llevan adelante un ambicioso proyecto en el cual no sólo se limitan a desarticular los anteriores estudios literarios, sino que van más allá, proponiendo un interesante cuerpo teórico y conceptual con el cual la Teoría Literaria avanza más por el camino de la ciencia que por la senda de la mera especulación.
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Bibliografía “Función“. Diccionario de la Lengua Española. (Tomo 5). Espasa: Madrid, 2001. Impreso. Propp, Vladimir. “Prefacio”, “Historia del problema”, “Método y materia”, “Función de los personajes”. Morfología del cuento. Fundamentos. Caracas, 1977. Impreso. Tinianov, Yuri. “Sobre la evolución literaria” La teoría de la literatura de los formalistas rusos Comp. Todorov, Tzvetan. Siglo XXI Editores: México, 1978. Impreso
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