RAZA DE BRONCE Enviar esto por correo electrónicoBlogThis!Compartir en TwitterCompartir en FacebookDescargar resumen
Autor: Alcides Arguedas, narrador, ensayista, historia¬dor, periodista y polítíco; 1879-1946.
Otras obras: Piragua, Wata Wara, Vida criolla, etc. (novelas); Pueblo enfermo, Historia general de Bolivia, La danza de las sombras: I. Literatura y viajes. II. Polí¬tica y la guerra del Chaco, etcétera (ensayos).
Género y corriente: Novela indigenista.
Estructura: Está integrada por 15 capítulos.
Sinopsis: A orillas del lago Titicaca dos jóvenes aymaras, de la hacienda de los Pantoja, se comprometen en matrimonio. Ella, Wata Wara, es una linda pastora; él es pescador y se llama Agiali. El prometido informa a su novia que debe emprender un largo viaje rumbo al valle, con el fin de comprar semillas para la hacienda del patrón y vender sus propios productos. Agiali y sus compañeros no desconocen los peligros del camino; de hecho, saben que la encomien¬da del patrón representa un castigo.
Al amanecer del día siguiente, los viajeros inician su marcha rumbo al valle. Entre burros y mulas llevan doce bestias. Al poco tiempo, el paisaje comienza a cambiar, les salen al encuentro otros follajes, otra naturaleza, nuevos frutos que les despiertan gula y codicia.
Así, el camino se les ofrece como un regalo para deleite de sus sentidos. "Enjambres de aves de brillante y encendido plumaje picoteaban, entre silbos y trinos, la cosecha de los árboles. El aire era tibio, a pesar de que el sol no doraba aún la playa, y en el alfoz de los cerros crecían enormes algarrobos de tronco atormentado." Pero la natura¬leza es inclemente con los hombres; un día, Manuno, el infortunado compañero de Agiali, perece al querer salvar la vida de su asno. Las impetuosas olas del río lo arrastran entre lodo, agua y piedras. Los aymaras, fatigados, enfermos, con sus bestias inservibles, regresan al altiplano, a su yermo natal, también de espléndidos paisajes. Al llegar, Agiali se entera de cómo, durante su ausencia, Wata Wara fue violada por Troche, el mayordomo. Sin embargo, la toma por esposa luego de que ella aborta el fruto del abuso.
Choquehuanka, de quien apenas teníamos noticias en la primera mitad de la historia, cobra ahora gran importancia. Es consejero, astrónomo, curandero, adivino y algunos lo tildan de hechicero. Agudo y perspicaz, de mirada escrutadora y penetrante, Choque¬huanka sabe lo que pasa en el corazón de los hombres. Posee la sabiduría y prudencia para contener la indignación de los aymaras por los ultrajes que les infligen los poderosos. Además, la inclemencia de la naturaleza con sequías y tormentas agudiza el hambre, la muerte, la desesperación. Todo contribuye a grabar en los indios un fatalismo secular. "Nuestro destino es sufrir", dice uno de ellos. Para colmo, quienes alguna vez fueron sus hermanos de raza, son ahora serviles instrumentos de los blancos. El clero también es responsable y con¬tribuye a la expoliación; sabe aprovecharse de las circunstancias y sus miembros llevan una vida holgada. Un día, Pantoja y sus amigos sorprenden a la joven esposa de Agiali y, para gozarla entre todos, la llevan hasta una cueva donde, según los indios, vive el diablo. Ella, ágil y robusta, se defiende con uñas, dientes y pies. Pero, poco después Pantoja y sus amigos salen de la cueva limpiándose la sangre de cuerpos y ropas. Habían matado a Wata Wara. Cuando Agiali encuentra el cadáver de su esposa, regresa deses¬perado a casa de Choquehuanka y le cuenta lo sucedido. El viejo indio convoca a su gente. La muchedumbre indígena que vive y traba¬ja en la hacienda, antes resignada, sufrida, vencida, esa "raza de bronce" por el color de su piel y por su temple endurecido con tanto resistir, ahora se rebela y subleva. El estallido de la rebelión es aterrador. Los indios destruyen, incendian, matan. No importan las consecuencias ni lo que venga después. La acción se reparte entre el valle y el altiplano, con excelentes descripciones de paisajes que enmarcan leyendas, supersticiones, costumbres y sufrimientos ancestrales. Con un trasfondo de evidente denuncia social, Raza de bronce es una de las primeras novelas latinoamericanas que desarrolla el tema de la vida miserable de los indígenas del altiplano de Bolivia. Fue publicada en 1919. Publicado por Eduardo Rodriguez en 11 :12 a.m. Etiquetas: Alcides Arguedas, Raza de Bronce
Las 2 cualidades que nuestra Madre nos enseña hoy es la fe y el servicio, te invito a ver primero el vídeo y luego escucha el audio ubicado debajo del vídeo. Humildad Mansedumbre obediencia caridad bondad templanza
Además que es quien mejor conoce a Jesús, es que ha llevado a la perfección el evangelizo, como quiere dios que amemos a Dios y al prójimo.
tal vez como general, loRAZONES PARA CREER
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Abbé Yves Moreau (descargar)
19. ¿Por qué la figura de la Virgen María? Si tan poco espacio tiene María en el Evangelio ¿por qué la importancia que se le da en nuestra fe?
¿Qué dice de María la Escritura?
La Escritura, en efecto, es discreta al hablar de María; pero ciertos textos del Evangelio nos obligan a superar esa posible impresión. He ahí las palabras de Jesús a San Juan: «Muchas
cosas me quedan por deciros, pero ahora no seríais capaces de comprenderlas. Cuando venga el Espíritu de la verdad, él os hará entender todo» (Jn 16,12-13).
Los primeros cristianos conocen por dos diferentes tradiciones, sorprendentemente convergentes –la de Lucas y la de Mateo – el hecho de la virginidad de María. E intentan comprender el sentido de la salutación a la «favorita de Dios», la «llena de gracia», y el significado misterioso de su canto de reconocimiento: «El Señor hizo en mí maravillas». Maravillas en «la esclava» del Señor...
«Aquel que me sirva será honrado por mi Padre» (Jn 12,26). ¿Hasta qué punto ha honrado Dios a María? Lentamente la Iglesia, inspirada por el Espíritu Santo, ha examinado este hecho absolutamente único: una maternidad responsable de dimensión divina.
¿No fue María una mujer sencilla y humilde?
María es el único en que un hijo –¡y qué hijo! Dios mismo – ha podido no solo escoger a su madre, sino colmarla de todas las cualidades necesarias para llevar a cabo su misión.
Otros signos han confirmado esta realidad primera:
En Caná, es María la que provoca el primer milagro.
Al pie de la cruz, tal como nos la presenta San Juan, se manifiesta como una realidad histórica y a la vez simbólica.
María es la nueva Eva que permanece en pie frente al nuevo Adán, al servicio de una nueva creación. Aquí, mejor aún que en el Génesis, la nueva mujer procede del costado abierto del hombre nuevo. Gracias a él, a través de la persona de Juan, viene a hacerse «madre de todos los vivientes» (Gén 3,20).
Los pasajes del Evangelio que parecen mostrarla como una simple servidora dejan entrever al mismo tiempo que ella es la imagen viva de su Hijo, «el Servidor»: «el Hijo del hombre ha venido no para ser servido, sino para servir» (Mt 20,28).
Así la Iglesia, meditando la Escritura, y avanzando de intuición en intuición, descubre y afirma la maternidad divina de María, su inmaculada concepción, su asunción, y su papel maternal con la Iglesia.
¿Todo esto no parece poco verosímil?
Cierto, estas palabras son duras para quien quiere reducir el misterio de la Iglesia y el proyecto de Dios a los simples límites de la sabiduría humana. ¿Puede Dios conceder tal poder a los hombres y, concretamente, a una jovencita?
Pablo lo ha dicho: «Dios ha elegido lo que a los ojos del mundo es locura para confundir a los sabios» (1Cor 1,27).
Al asomarnos al misterio de María, se nos abren perspectivas insospechadas sobre la humildad de Dios. Para penetraren ese misterio, es preciso aceptar las costumbres divinas. Entonces María ilumina el Evangelio y el Evangelio ilumina a María: «Yo te alabo Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado esto a los sabios y eruditos de la tierra y lo has revelado a los humildes» (Mt 11,25).
¿Por qué rezar a María?
Si observamos que en la Sagrada Escritura es frecuente recurrir a un hermano para que interceda ante el Señor (Hch 8,24), resulta eminentemente bíblica esta oración que la Iglesia Católica dirige a María.
«Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Tú eres bendita entre todas las mujeres y es bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén».
Como un tema musical repetido por cristianos de toda condición y de todos los tiempos, esta oración expresa el culto del Hijo a la madre: «honrarás a tu padre y a tu madre» (Éx 20,12; Mt 15,4).
«El Amor no es más que una palabra, repetida sin cesar y siempre nueva», nos dice Lacordaire. Y en la letanía, de generación en generación, pura y sencillamente, se cumple la profecía de la Virgen: «todas las generaciones me proclamarán bienaventurada» (Lc 1,48).
• «He ahí a tu madre» (Jn 19,27)
s dones del espíritu santo.
Pregunta resueltaMuéstrame otra » Que es ser abnegado??? hace 5 años Reportar abusos by Pablo Miembro desde: 27 junio 2008 Total de puntos: 13.009 (Nivel 6) Añadir a mis amigos
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Mejor respuesta - elegida por quien preguntó Una persona "abnegada" es la que sacrifica sus propios intereses o voluntad, generalmente por motivos religiosos o por el bien de los demás. Fuente(s):