NUEVA SOCIEDAD Nº 175. SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2001
Por qué legislar legislar sobre industrias industrias culturales Néstor García Canclini
El artículo describe el predominio de la escala transnacional en la producción y circulación de los bienes culturales, en un ambiente jurídico local e internacional que en general no regula los intercambios. Hay una serie de importantes motivos para comenzar a legislar sobre la actividad de las industrias culturales. Estas razones van desde la importancia económica cada vez mayor de tales actividades, hasta la necesidad de crear las mejores condiciones de convivencia social entre los sujetos y grupos de identidad diversa, pasando por la necesaria actualización actualización de los imaginarios culturales, elementos que no sería aconsejable dejar en las omnipresentes y ciegas manos del mercado. Esta pregunta forma parte de un debate mayor: ¿por qué el Estado debe hacer algo con las indus industri trias as cultur culturale ales? s? Puede Puede escuc escuchar harse se esta esta pregun pregunta ta con entona entonació ción n escéptica, con la desconfianza de quienes piensan que no hay que hacer políticas culturales En artículos y entre!istas publicados en "é#ico, $rgentina, %olombia y otros países, cuando se cuestiona que debe e#istir un ministerio o una secretaría de %ultura, se mane&a un argumento que podríamos resumir así: 'la cultura es asunto de los creadores y del mercado( para que no haya dirigismo político sobre el arte ni las comun comunica icacio cione ness debe debe de&ars de&arsee lib librad rado o su mo!imi mo!imient ento o a lo que los artist artistas as quieran hacer y a lo que el &uego del mercado esté dispuesto a aceptar) *in embarg embargo, o, el panora panorama ma actual actual de las indust industria riass cultur culturale ales, s, tal como como surge surge de in!estigaciones recientes sobre medios masi!os y usos económicos de las artes y del patrimonio histórico, nos permite pensar que e#isten al menos siete razones por las cuales debe legislarse en estos campos La cultura da trabajo y produce crecimiento económico
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1. +ecesitamos
actualizar las leyes y crear otras nue!as, porque las industrias culturales han pasado a ser predominantes en la formación de la esfera pblica y la ciudadanía, como lugares de información, sensibilización a las cuestiones de interés comn y deliberación entre sectores sociales -esde el siglo ./. y hasta mediados del .., estas funciones habían sido cumplidas por la literatura, las artes !isuales y la msica, que proporcionaron recursos para refle#ionar sobre el origen de la nación, sobre el car0cter distinti!o de cada cultura y para elaborar los signos de identidad 1ecordemos el significado del muralismo me#icano, de la literatura histórica o del 'boom) en $rgentina, Per, %olombia, "é#ico y otros países 2a radio y el cine contribuyeron a este proceso desde los a3os 45 y 65, pero fue en las ltimas tres décadas cuando las industrias culturales se !ol!ieron protagonistas de los imaginarios sociales Por eso, participar en el intercambio medi0tico es ahora decisi!o para e&ercer la ciudadanía 2. Es
de interés pblico legislar acerca de las industrias culturales porque tienen hoy un lugar prominente y estratégico en el desarrollo socioeconómico %uando hablamos de cultura, no estamos refiriéndonos ya a una cuestión bohemia o suntuaria, algo para el tiempo libre o los fines de semana, sino ocup0ndonos de mo!imientos de amplia escala en la economía mundial 7ayan algunas cifras: las operaciones de la industria musical alcanzan los 45555 millones de dólares cada a3o, 859 de los cuales se concentran en cuatro grandes empresas transnacionales Esta tendencia se acentuó en el ltimo a3o con megafusiones entre empresas inform0ticas y de entretenimiento, como $merica n 2ine y ;ime
9 del P/ y emplea a @A55555 personas En Brancia abarca m0s de A9 del P/ rasil, que ocupa el se#to lugar en el mercado mundial de discos, facturó C55 millones de dólares por !enta de productos musicales, discos y !ideos durante @88C D*tolo!ich et al Estudios recientes destacan que ciudades que no tienen el rango de capitales ni han ocupado históricamente el primer ni!el económico de sus países, se !uel!en focos din0micos a escala transnacional mo!ilizando nue!os recursos culturales: "iami desde que concentra entretenimientos masi!os y genera gran parte de la producción audio!isual en espa3ol e inglés( ilbao, declinante por la caída de su
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producción industrial, reno!ó su fuerza económica y simbólica, mediante la no!edosa arquitectura del "useo Fuggenheim tras lo logran creando festi!ales internacionales de cine, radio y artes folclóricas Este enorme mo!imiento económico deri!ado de la industria cultural est0 distribuido en forma muy desigual: EE== se queda con 669 de las ganancias mundiales, la =nión Europea con G69, Hapón y $sia reciben @69 y los países iberoamericanos solo 69 2a des!enta&a económica de $mérica 2atina, resultado de la ba&a in!ersión de sus gobiernos en ciencia, tecnología y producción industrial de cultura, condiciona nuestra ba&a competiti!idad global y la difusión restringida, solo dentro de cada nación, de la mayoría de libros, películas, !ideos y discos 2a integración en la =E de un espacio cultural compartido ha !uelto patente la importancia económica de las comunicaciones masi!as y su papel como instrumento generador de empleos con alto !alor agregado, con posibilidad de ingresos atracti!os y mo!ilidad ocupacional ascendente D! %onse&o de Europa $simismo, contribuyen al conocimiento recíproco entre naciones y a su fortalecimiento como bloque en los mercados globales ;odo esto re!ela los mltiples y ambi!alentes aportes de la cultura al desarrollo +o ocuparse hoy de las industrias culturales es como si hace un siglo los políticos se hubieran negado a legislar sobre los ferrocarriles y a promo!erlos, como si hace 65 a3os no se hubieran ocupado de los coches y el transporte pblico, o A5 a3os atr0s de los electrodomésticos y las fuentes de energía 2as industrias culturales son recursos igualmente estratégicos para el enriquecimiento de las naciones, la comunicación y participación de sus ciudadanos y consumidores 3. *i
los Estados latinoamericanos se deciden a tomar en cuenta estas funciones económicas y sociopolíticas de las industrias culturales, deben conocer lo que sucede en este campo a fin de desarrollar acciones adecuadas a las necesidades de interés pblico en la presente etapa del desarrollo cultural Esto apunta a la necesidad de in!estigación para contar con diagnósticos sobre financiamiento, promoción, difusión y recepción de la cultura, propiedad intelectual y derechos de autor, organización industrial de la producción en este campo y acuerdos internacionales En estos a3os en que el cine, la tele!isión y las comunicaciones inform0ticas pasaron a ocupar el lugar central en el mundo cultural y económico, se fue perdiendo en los países latinoamericanos capacidad de producción endógena En
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parte, se debe a la estructura oligopólica y al alto ni!el de concentración de la producción industrial de cultura, que da a Espa3a los mayores beneficios del campo editorial en nuestra lengua, y al mundo anglosa&ón, sobre todo a EE==, en el campo audio!isual Pero la asimetría se acenta por la reducción de las in!ersiones culturales de los Estados latinoamericanos y la transnacionalización, no solo pri!atización, de la propiedad de los medios de producción, distribución y e#hibición 1especto de estos desafíos, se hallan semiparalizadas las políticas culturales 2os gobiernos carecen de diagnósticos actualizados sobre las nue!as condiciones industriales de producción cultural, sobre las oportunidades de su circulación masi!a y globalizada Por tanto, cuesta imaginar nue!as formas de acción $un quienes comprenden el papel protagónico de los medios, no se animan a desempe3ar la responsabilidad pblica en el espacio comunicacional 2as reuniones de ministros de %ultura siguen limit0ndose a acordar intercambios de artistas pl0sticos o msicos, y no encaran a fondo la integración regional a tra!és del cine, la tele!isión y los recursos inform0ticos *olo el programa /bermedia comienza a intentar unas pocas coproducciones en este campo Aclarar quiénes hicieron la Capilla Sitina y !itanic 4. *on
necesarias también acciones estatales porque la confrontación de poderosos actores nacionales y transnacionales, así como las demandas societales referidas a medios masi!os e industrias culturales, con!ierte a éstos en una zona de fuerte competiti!idad y conflicti!idad entre intereses pblicos y pri!ados $lgunos e&emplos recientes ayudan a reconsiderar la presencia de los organismos estatales: *e !ienen multiplicando las críticas de asociaciones ci!iles y medios impresos al e#hibicionismo de !iolencia en la tele!isión En "é#ico, hace dos a3os se cuestionaron programas con apariencia informati!a D Duro y directo, Fuera de la ley y Ciudad desnuda, que finalmente fueron suprimidos, aunque el estilo informati!o de !iolencia espectacular pasó a los noticieros de los mismos canales El ltimo capítulo polémico se desató en G555, con la proliferación de talk-shows: ¿no hay límites a la espectacularización de la !iolencia familiar, la ridiculización de los conflictos íntimos y desdichas personales? ¿*er0 suficiente, como algunos sugieren, pasar estos shows a horarios nocturnos para que los !ean solo los adultos? 2a reincidencia en los malos h0bitos de las empresas sugieren que el mercado tiene poca capacidad de regularse a sí mismo
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7arios de estos programas simulan los conflictos que presentan, y son actuados por personas populares contratadas con sumas mucho m0s ba&as que las de actores profesionales Iace unos meses ;7 $zteca reconoció que filmaciones de supuestos asaltos y de protestas contra el gobierno de la %iudad de "é#ico habían sido construidas ficticiamente con personal pagado, aunque fueron difundidas en los noticieros como hechos efecti!amente ocurridos y con comentarios que destacaban la ineficiencia de los poderes pblicos El segundo Boro /nternacional sobre /nterpretaciones $udio!isuales D&ulio de G555 trató la diferencia en las remuneraciones de los actores segn las tabulaciones en "é#ico y en el e#tran&ero DJ5 dólares en este país, C>5 en EE== ;ambién se debatió la apropiación empresarial de los derechos de autoría en películas, tele!isión e internet, por lo cual los canales de ;7 y los productores de cine remuneran una primera !ez a los directores, guionistas y actores con la posibilidad de repetir la obra, copiarla y modificarla todas las !eces que quieran sin pagar derechos ni consultar a los creadores *e trata de la disputa entre el sistema de origen francés, predominante en $mérica 2atina, que reconoce la autoría al creador intelectual, y la legislación estadounidense que atribuye esos derechos al productor empresarial, o simplemente al in!ersionista El asunto ser0 debatido una !ez m0s este a3o en la rganización "undial de %omercio Esta transferencia de la propiedad intelectual a los que financian los bienes culturales, separ0ndolos de los creadores o las comunidades tradicionalmente conocidos como autores, ha moti!ado esta refle#ión del francés HacK 1alite: '-espués de los sinLdocumentos, de los sinLtraba&o, ahora llegar0 el tiempo de los sinLautor) $l oponerse a esta modificación comercial de los criterios que la modernidad había establecido para identificar la generación de obras culturales, 1alite afirma: 'El papa Hulio // no pintó la %apilla *i#tina 2a Bo# no realizó Titanic ill Fates y la %ompa3ía Feneral de $gua no son autores) El e#perto francés reclama, por tanto, que los organismos nacionales y supranacionales reconozcan la autoría intelectual y prote&an la creati!idad e inno!ación estética para que no sean sometidas a las reglas del lucro Dp @@ 5. 2egislar
la acción de las industrias comunicacionales se ha !uelto urgente por la tendencia global a desregular totalmente las in!ersiones en cultura, con amenazas inquietantes al patrimonio tangible e intangible de cada nación El lugar comn en las polémicas sobre identidad y patrimonio es temer por su 'americanización) En efecto, una parte abundante de la producción, distribución y e#hibición
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audio!isual es propiedad de capitales estadounidenses o se dedica a difundir sus productos: películas de IollyMood y programas tele!isi!os estadounidenses distribuidos por empresas de ese país en cadenas de cines y circuitos tele!isi!os donde el capital predominante es norteamericano Pero parece imperioso comenzar a interrogarse sobre la presencia de empresas espa3olas, con!ertidas en propietarias de editoriales, aerolíneas, bancos y telecomunicaciones en $rgentina, rasil, %olombia, %hile, "é#ico, Per y 7enezuela En rasil, los espa3oles ocuparon en @888 el segundo lugar con GC9 de las in!ersiones e#tran&eras( en $rgentina pasaron al primer puesto, desplazando a EE== en ese mismo a3o Por un lado, puede pensarse que con!iene esta di!ersificación respecto de la tendencia anterior a subordinarse solo a capitales estadounidenses Pero la in!ersión espa3ola de m0s de @5555 millones de dólares en $mérica 2atina ha suscitado conflictos con in!ersionistas nacionales y estadounidenses en $rgentina, rasil y %hile 2os directi!os de ;elefónica de Espa3a !en lógica su e#pansión por los 'lazos culturales y lingNísticos) con $mérica 2atina D1elea( =sher +o est0 claro qué queremos hacer los latinoamericanos con esos lazos +o se trata de cortarlos, sino de establecer en qué condiciones circular0n mensa&es por internet, películas, !ideos, msicas Ode qué países y para qué sectoresO cuando los teléfonos se con!iertan en los principales canales de todas esas comunicaciones audio!isuales 7ale la pena detenerse un momento en el debate que se est0 produciendo desde hace pocos a3os en la "% sobre propiedad empresarial y derechos intelectuales, asociado a la desregulación de las in!ersiones "uchos miembros de ese organismo quieren fi&ar sanciones a los gobiernos que fa!orezcan la producción nacional, aunque la oposición de algunos países europeos y %anad0 ha postergado hasta ahora la decisión *i se aprueba este proyecto, !eremos desaparecer la concepción del patrimonio cultural que hasta ahora se concebía como e#presión de pueblos yo indi!iduos *er0 particularmente gra!e en relación con el patrimonio intangible Dlenguas, msica, conocimiento, cuya comercialización crece al poder difundirse estos bienes internacionalmente mediante tecnologías a!anzadas de f0cil reproducción D!ideos, internet *in duda, no es sencillo proteger ni delimitar la autoría de productos de las culturas comunitarias tradicionales Ddise3os artesanales y msicas étnicas con!ertidos en prósperos negocios medi0ticos, ni tampoco de bienes creados en las comunidades electrónicas Pero en algunas metrópolis se traba&a en este tema porque el patrimonio intangible, sobre todo el musical, se est0 !ol!iendo económicamente m0s rentable que el patrimonio monumental 2as ganancias obtenidas en sitios arqueológicos y centros históricos asociados al turismo siguen creciendo, pero an m0s r0pido aumenta la
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comercialización en medios masi!os e internet de msicas populares y cl0sicas, sin que e#istan regulaciones pblicas adecuadas a esta nue!a etapa En !arias naciones latinoamericanas y europeas, y en los foros de la =nesco, se debatieron recientemente las condiciones en que la e#pansión comercial del turismo utiliza el patrimonio histórico, pero no e#isten políticas pblicas, ni suficiente mo!ilización social, para preser!ar y promo!er el patrimonio intangible en los nue!os conte#tos transnacionales -urante la década de los 85 se mencionó como escandalosa la apropiación de la canción boli!iana El cóndor pasa por el do *imon y FarfunKel Iace apenas tres a3os el /nforme "undial sobre %ultura de la =nesco se3alaba la necesidad de una legislación transnacional que regulara la difusión mundial de melodías étnicas, y un especialista en este campo recordaba en ese /nforme el caso de Iarry elafonte, que 'ganó millones de dólares interpretando canciones por las que sus compositores Dartistas tradicionales &amaiquinos, de ;rinidad o de arbados, no obtu!ieron beneficio alguno) D;hrosby, p G5J Esos dos e&emplos parecen hoy especulaciones de comercio minorista a la luz de lo que est0 sucediendo en los dos ltimos a3os con la digitalización de msicas, libros, películas y !ideos, y su circulación por internet 2o ocurrido con el sistema +apster para ba&ar gratuitamente temas musicales a cualquier computadora fue un e&emplo elocuente de las cuestiones de derecho autoral, empresarial y de los consumidores que entran hoy en &uego 2a $sociación -iscogr0fica $mericana, que coordina a los megagrupos del sector, como ;ime
importa legislar porque la mercantilización absorbente de las industrias culturales de&a desprotegidos a los artistas y consumidores de cultura +o se trata solo de conflictos entre empresas productoras de discos y ser!idores de internet, porque est0 sir!iendo de modelo para otros conflictos que ya irrumpen al circular por la red películas y libros
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Pero ¿qué pasa con los artistas y consumidores? ;oda!ía pensamos que la esfera pblica abarca derechos e interacciones sociales no reductibles al mercado: los derechos humanos b0sicos, la inno!ación científica y estética, la preser!ación de conte#tos naturales y sociales +o estoy oponiéndome en general a la liberalización de los mercados, la apertura de las economías y culturas nacionales, porque &unto a la globalización de las tecnologías contribuyen a que conozcamos y comprendamos m0s de otras culturas ;ambién a que teleno!elas, msicas y libros de unos pocos autores latinoamericanos, africanos y asi0ticos se difundan en el mundo Pero esta e#pansión y estas intercone#iones necesitan ser situadas en políticas culturales que reconozcan los intereses plurales del con&unto de artistas, consumidores y de cada sociedad En parte, esta tarea debe ser encarada por los ministerios o secretarías de %ultura En parte, depende de la mo!ilización de asociaciones de artistas, comunicadores y consumidores culturales Q también de alguien que represente a los consumidoresLciudadanos, un ombudsman de las industrias culturales *i el sentido de la cultura se forma también en la circulación y recepción de los productos simbólicos ¿cu0l es el papel de las políticas culturales en esos momentos posteriores a la generación de bienes y mensa&es? $dem0s de apoyar en cada país la propia producción cultural, necesitamos formar lectores, espectadores de teatro y cine, tele!identes y usuarios creati!os de los recursos inform0ticos +o se trata de que e#clusi!amente el Estado se ocupe de todo esto, ni de !ol!er a oponerlo a las empresas pri!adas, sino de a!eriguar cómo coordinarlos para que todos participemos de modo m0s democr0tico en la selección de lo que !a a circular o no, de quiénes y con qué recursos se relacionar0n con la cultura, quiénes decidir0n lo que entra o no en la agenda pblica 2a pri!atización creciente de la producción y difusión de bienes simbólicos est0 ensanchando la grieta entre los consumos de elites y de masas En tanto la tecnología facilita la circulación transnacional, se agra!a la brecha entre los informados y los entretenidos al disminuir la responsabilidad del Estado por el destino pblico y la accesibilidad de los productos culturales, sobre todo de las inno!aciones tecnológicas y artísticas 7. =na
razón m0s para legislar sobre industrias culturales deri!a de que los iberoamericanos contamos con un desarrollo cultural que nos da !enta&as comparati!as nada desapro!echables El con&unto de los mercados culturales latinoamericanos, espa3ol y de latinos en EE== suma unos 665 millones de lectoresLespectadoresLinternautas, reales o !irtuales %omo e#plica Iopenhayn Dpp 8L@5,
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/beroamérica registra en los ltimos cuatro a cinco decenios, cambios fundamentales que la constituyen en un poderoso mercado cultural Estos cambios son la reducción sistem0tica en sus tasas de analfabetismo Dcon lo que crece el mercado potencial de lectores periodísticos, de libros y re!istas( el incremento sostenido del ni!el educati!o medio Dcon lo que crece la capacidad intelectual para tomar contacto con los m0s di!ersos productos culturales( y el incremento e#ponencial en densidad medi0tica: primero la radio, luego la tele!isión, y cada !ez m0s los medios interacti!os 2os Estados no desarrollan políticas comunicacionales, sal!o e#cepciones, que hagan !aler el interés pblico de acuerdo con la dimensión e importancia de las industrias culturales, ni éstas brindan una oferta artística e informati!a adecuada al ni!el educati!o alcanzado por la sociedad Lo que las leyes no pueden hacer
Estas son algunas razones por las cuales hay que legislar -e paso, hemos sugerido con qué fines habría que hacerlo, aunque contenidos y formas debieran ser tarea de otros artículos y m0s autores %on!iene proponer, desde ya, tres comentarios adicionales a 2a legislación no es solo una cuestión &urídica, sino de política cultural como promoción del desarrollo 2a me&or política defensi!a de cada cultura no es la que pone aduanas a los bienes y mensa&es e#tran&eros, sino la que fomenta la producción endógena y ayuda a difundirla y entrete&erla con la !ida social 2as industrias culturales no incluyen solo las grandes empresas editoriales, musicales y tele!isi!as( tienen que !er también con proyectos de edición y comunicación audio!isual de alcance m0s corto, pero significati!os para una región( abarcan lo que se hace con radios comunitarias y tele!isión por cable, las redes de lectores en internet y las re!istas electrónicas 2o que circula por las industrias culturales interacta con lo que se produce y consume en la !ida cotidiana Hunto a los discos y !ideos, el mercado de msica se relaciona con fiestas y espect0culos en !i!o( la gente, adem0s de comprar msica, la baila, la canta y la comenta, la usa como recurso de identificación y memoria colecti!a 2a creación cultural de cada sociedad no se agota en lo que el mercado reconoce, y mucho menos en lo que aceptan las megadisqueras, editoriales y tele!isoras 2os Estados pueden proteger legalmente y auspiciar económicamente programas de producción y distribución que ayuden a e#istir a los grupos y redes menos
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poderosos, m0s inno!adores o representati!os de minorías 2as leyes de telecomunicaciones que se est0n impulsando o re!isando en !arios países latinoamericanos debieran considerar no solo el acceso de empresas comerciales a las ondas herzianas, sino reconocer pluralmente estaciones y canales locales Es particularmente necesario cuando las facilidades de acceso tecnológico que abaratan la producción est0n permitiendo la emergencia de peque3as editoriales, radios comunitarias, disqueras locales y regionales: importan como difusoras de artistas e#cluidos de los grandes circuitos y atención a pblicos desatendidos por la industria DQdice( 1oncagliolo b 2a legislación sobre industrias culturales debe articular medidas nacionales con acuerdos supranacionales, sobre todo en los circuitos de países con los que tenemos relaciones socioculturales estratégicas D$mérica 2atina, $mérica del +orte y Europa 2o que puede hacer cada país est0 entrelazado con lo que se pueda hacer con los otros, creando fondos para producir industrias de cultura a escala latinoamericana o iberoamericana: cine, ;7, ediciones, !ideos, programas inform0ticos en coproducción dise3ada de acuerdo con necesidades de grupos o regiones culturales c Ruiz0 la tarea primordial de las leyes, m0s que resol!er problemas, sea crear condiciones para que los mo!imientos de la sociedad Oo sea lo que las leyes no pueden hacer, las diferentes formas de ser creati!o y de comercializarlo, de sociabilizar y de distinguirse de los otrosO con!iertan los problemas en oportunidades donde di!ersos grupos encuentren salidas no incompatibles, o no demasiado conflicti!as $ la cultura pueden !enirle bien, y a !eces le resultan indispensables, leyes que limiten la especulación mercantil, el clientelismo político y todo lo dem0s que trata de usarla para fines a&enos Pero la cultura no suele a!anzar cumpliendo leyes Dni siquiera las del mercado, que poco se de&an !er, sino desplegando lo impre!isto, lo inno!ador, lo no legislado, lo que no se puede industrializar de una !ez para siempre 2a cultura como modo de !i!ir y como re!isión incesante de los modos de !i!ir %omo recurso para encarar lo que los modos consagrados de !i!ir no resuel!en 2o di&eron muchos artistas, y también un ministro de %ultura inglés: %uando asistí por primera !ez al %onse&o de "inistros de %ultura en @88A se decía que cuando !ol!iera a haber crecimiento económico podríamos hablar de nue!o de proyectos culturales Por mi parte di&e que era precisamente cuando la
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economía est0 estancada, cuando no puedes crear empleo al !ie&o estilo, cuando las personas est0n afectadas por el racismo, entonces, es cuando hay que inter!enir en cultura, porque ello significa in!ertir en tolerancia, in!ertir en di!ersidad, in!ertir en creati!idad e imaginación DIiggins
"ibliogra#ía %onse&o de Europa: Sueños e identidades. na aportación al de!ate so!re Cultura y Desarrollo en Europa , /nterarts Península, arcelona, @88J Iiggins, "ichel -: citado en Hohn +oughton: '$ reath of Bresh $ir) en The "!ser#er, @G@886 2ondres Iopenhayn, "artín: 'Promoción y protección de la creación y la creati!idad en /beroamérica: las !enta&as del hacer y los costos del no hacer), inédito "usso, Pierre: 'Iacia un oligopolio mundial) en $e %onde Diplomati&ue +S @5, AL4@88C, "é#ico, pp @A y G@ 1alite, HacK: '¿Iacia un derecho de autor sin autor?) en $e %onde Diplomati&ue +S @5, AL4@88C, "é#ico, p @@ 1elea, Brancesc: '$rgentina desconfía del dominio es pa3ol) en El 'aís, @AC55, "adrid, pp AALA4 1oncagliolo, 1afael: ($as industrias culturales en la #ideos)era latinoamericana* en +éstor Farcía %anclini y %arlos Huan "oneta Dcoords: 2as industrias culturales en la integración latinoamericana, Fri&albo =nesco *E2$, "é#ico, @888, pp >6LC6 *tolo!ich, 2uis, Fraciela 2escano y Hosé "ourelle: 2a cultura da traba&o Entre la creación y el ne+ocio economía y cultura en ru+uay, Bin de *iglo, =ruguay, @88J ;hrosby, -a!id: 'El papel de la msica en el comercio internacional y en el desarrollo económico) en n)orme mundial so!re la cultura. Cultura, creati#idad y mercados , =nesco, "adrid, @88C, pp @8ALG58 =sher, 1od: '2a reconquista del nue!o mundo) en Time %a+aine, 46G555, p 6
profesorLin!estigador de la =ni!ersidad $utónoma "etropolitana, %iudad de "é#ico( su ltimo libro es $a +lo!aliación ima+inada, Paidós, uenos $ires, G555 Néstor García Canclini:
Palabras clave: industrias culturales, transnacionalismo, mercado, $mérica 2atina