La poesía de Strand: "Mark Strand, en uno de sus primeros poemas, dice, "En un campo, soy la ausencia de campo", y poco después, en otro, "Me despojo de mi vida y mi vida permanece" ¿se excluyen estas dos afirmaciones contradictorias? ¿O son dos caras de la misma realidad?: Guardián de mi muerte, preserva mi ausencia. Estoy vivo. "Estar vivo es estar ausente de sí--o, un medio extremo y desesperado de estar presente para sí. La poesía de Mark Strand explora la "terra infirma" de nuestras vidas. Fascinado por la vacuidad, no es de extrañar que conciba el poema como una descripción de la ausencia; pero a la vez su visión tropieza continuamente con el lado opaco y obtuso de la realidad de las cosas y los seres irrevocablemente atrapados en la existencia bruta. Sin embargo el ser de cada cosa y de cada individuo se presenta como ausencia de significado: el ser cancela la significación. Así, la presencia es la revelación de la ausencia; y a su vez la ausencia nos abre las puertas de una plenitud desnuda: "Es la celebración, la única celebración, de que al entregarnos a la nada, seamos sanados." "Mark Strand ha elegido el sendero negativo, con la pérdida como el primer paso hacia la plenitud; también es la apertura hacia una transparente perfección verbal. Hecho de las palabras frágiles y cambiantes, el poema se convierte en el "espejo donde está adormecido el dolor". El silencio segregado en cada cosa y en cada ser se transforma en un nombre.
Octavio Paz Mark Strand A la estatura de la gran poesía norteamericana (Wallace Steven, Edgar Lee Masters, e.e. cummings), Mark Strand se ha apropiado de un sistema muy peculiar de símbolos que maquillados o no, producen (nueva vez) ese esplendor atmosférico que caracteriza a sus poemas. La ausencia del ser, la disposición de las cosas, el abandono hacia una carencia de voluntad, han formado parte de ese oscuro universo poético de Strand. El escritor Johnny Durán, en una larga serie de traducciones, preserva esa atmosfera impactante encarnada en los textos de este autor. Un manto de desdicha cubre y late en los poemas de Mark. El fin de las cosas emerge en su poesía como un tormentoso inicio. El ser duerme, pero despertarlo es exponernos a una agonía mucho más profunda que el sueño. Las cosas insisten en mantener su estado, y eso también es doloroso. Mark Strand es un poeta de la huida (como diría Kundera). Su permanencia es un vacío. Su ausencia es angustiante. Todos estamos condenados, reducidos a la fuga. Huimos del dolor hacia el dolor. Y de la vida nos queda ese vago aliento que estremece. Para Strand, morir es un nacer, la vida es pequeña, y se hace más pequeña. El poeta nos dice, Todos tenemos motivos/ para mudarnos. Esto de por si es un hechizo que nos extrae momentáneamente del sentido rutinario de la vida. Luego afirma que la razón de su mudanza persigue sostener ese equilibrio entre la imposibilidad y el deseo, Yo me mudo para preservar las cosas. Lo último nos lanza a pensar en la negación del ser que plantea la poesía de Strand. Una actitud desatada con la que pretende encontrar "eso" que precisamente esconde, En un campo soy la ausencia de campo. Nunca podrá ser de otra forma. Su sentir es la nulidad. Donde quiera que esté será lo que falta.
Modesto Acevedo Poemas de Mark Strand
Traducción por Johnny Durán La traducción de la obra de arte es, a así se revela en la actualidad, el rastreo del sentido cuya inaccesibilidad transforma esa tal aproximación en un acto creador. Es por esto que la di-versión donde la experiencia crítica procura anular la opacidad del estilo personal y, más que penetrar la obra del otro, permitirle al autor del juego especular donde la traición sea transformada en complicidad, redescubre la singularidad del estilo en el hombre y procura, en la medida de lo posible, respetar las premisas básicas del texto poético (ritmo, entonación, musicalidad). Este ejercicio de traducción libre que realiza Johnny Durán con la poesía de Mark Strand, nos revela dos cosas fundamentales: la sensibilidad poética de este joven escritor (marginal mientras el poder está del lado del no saber), y por otro lado, nos pone en contacto con un autor moderno cuya lectura nos lanza a una poesía del sueño y los lugares, parcialmente desconocida por nosotros. Vemos perplejos que la modernidad ha colocado al artista en un territorio común que la distancia no separa y que el lenguaje une. El poeta de la completud y de la ausencia está en sus manos.
César Zapata Como un solo cuerpo Poesía: grito de un pájaro deshaciendo la niebla. Traducción de poesía: aproximación de una asíntota que solo se une con el texto original en el infinito. Se ha dicho que la traducción literaria es como un tapiz vuelto al revés, que el traductor es en ocasiones traidor y en otras cómplices. Hacerse cómplice del autor implica preservar, en la medida de lo posible, la carga poética presente en el texto que se traduce, configurar sobre los motivos del revés del tapiz otro tapiz que, aunque de diferente textura y color, nos cautive como un recuerdo, o como un sueño recordado dentro de otro sueño. Entregarse a esta tarea retiene todavía "algo" del aliento que en lejanos tiempos debió animar a los descifradores de códigos herméticos que soñaban con secretos olvidados. El universo poético de Mark Strand aparece atravesado por una sensibilidad que pone al descubierto el rostro de las cosas y los seres en toda su desnudez existencial. Las constantes de su poesía son las mismas de las que siempre se ha nutrido la literatura más honda: el transcurrir del tiempo, la muerte, la angustia, la contingencia, los recuerdos traumáticos de la infancia... En la transparencia, la síntesis, y la perfección de sus poemas cortos (Preservando las Cosas, El Guardián, Así Dices, La Llegada de la Luz) espejea como una extraña gema la misma descarnada lucidez de la poesía oriental: Puesta del sol. Incendio en el césped La luz perdida, el día irrecuperable. ¿Por qué amaré lo que se esfuma? ...algo insólito para lo que siempre estuvimos preparados, como la llegada del sol después de un día en Asia, como la luna que parte después de una noche con nosotros. En otros como El Cartero, Toda la historia, El Túnel, la ironía y el humor recorren el poema con la incandescencia y la fugacidad de un fosforo que en la oscuridad trazase un circulo confundiéndose la imagen dibujada por la estela de la llama con el recuerdo que nos queda de ella. En textos de mayor extensión como la conmovedora y hermosa Elegía a su padre, El Cuarto, y El Desdecir, se respira una atmósfera de melancolía, nostalgia, y tristeza que se extiende como un manto por todo el poema. Aunque estas diferencias formales son evidentes en el hacer poético de Mark Strand, sus poemas están vinculados por la corriente subterránea de la unicidad del estilo.
Notas del Traductor La mirada de Mark Strand Mark Strand tiene nostalgia del presente. Las cosas están fijas. El flota. Las cosas son livianas, él es tan leve que perdura. Únicamente en esta levedad se permanece. El presente es tan antiguo como todo. El universo sedimenta en la memoria. Su tiempo es lugar de dilución purificante.
Su poesía crea un movimiento. Ley que nos cruza a ritmo de sueño, quedando atrapada en la intuición. El poeta tiende su tiempo entre dos pilares nebulosos: presencia siempre a punto de esfumarse, presentimiento a punto de cristalizar. En él la ambigüedad despliega sus múltiples sugerencias. La vida es un esfuerzo infructuoso por entrar en contacto con lo que no se es. Intimidad solo lograda en la inocencia. Y la misma se aleja al paso de la madurez. Jamás se colmara ese ardor por el discurrir fresco. La poesía deviene entonces en extrema conciencia de esta última soledad. La de todos, flotantes y graves. Te aproximaras más / y empezaré a alejarme Nada regresa, Estoy tan lejos/ que parece como si estuviese en el pasado del cuarto y tan aquí/que el cuarto comienza /a esfumarse a mi alrededor El poeta contempla el mundo devorarse. Quiere despertarnos. Pero no nos toca. "Es un incendio. Y lo peor, Es que no podemos hacer nada respecto a él, Porque estamos en este tren, te das cuenta?" Está suspendido, tocando con sorpresa los límites de la totalidad. Es poco, solo lo que resta de niño. Su mundo refiere a los desesperantes desdobles de Kafka y de William Blake: morbosa esquizofrenia, esplendente inocencia. El poema que ha robado estas palabras de mi boca puede no ser este poema Es un incendio, desea actuar, pero ¿qué poder tiene la palabra? Si en el principio lo fue todo, hoy el poeta, se mira después de la afirmación y declara confuso: Puedo haber mentido sobre el fuego. No hay soledad posible. Mark Strand, nos conduce en su poesía a zonas oscuras. Es un testigo singular y esta atónito. A penas se sostiene en sus palabras.
Ángela Hernández. El aliento Cuando los veas diles que todavía estoy aquí, que me paro en una pierna mientras la otra sueña, que esta es la única forma. que las mentiras que les digo son diferentes a las que me digo, que al estar tanto aquí como allá me estoy convirtiendo en horizonte, que al levantarse y ponerse el sol conozco mi lugar, que el aliento es lo que me salva, que hasta las forzadas silabas del declinar son aliento,
que si el cuerpo es un ataúd también es un armario de aliento, que el aliento es un espejo nublado de palabras, que el aliento es lo que me salva, que hasta las forzadas sílabas del declinar son aliento, que si el cuerpo es un ataúd también es un armario de aliento, que el aliento es un espejo nublado de palabras, que el aliento es lo único que sobrevive al grito de ayuda al penetrar el oído del extraño y permanece mucho después de haber desaparecido la palabra, que el aliento es el comenzar de nuevo, que de él toda resistencia se desprende, como se desprende el significado de la vida, o la oscuridad de la luz, que el aliento es lo que les ofrezco cuando les envío mi amor.
El Cuarto Es una vieja historia, la forma en que sucede a veces en invierno, a veces no. El que escucha se duerme, las puertas de los armarios de su infelicidad se abren y a su cuarto llegan los infortuniosmuerte al romper el día, muerte al caer la noche sus alas de madera magullando el aire, sus sombras, leche derramada por la que llora el mundo. Hay una necesidad de finales sorpresivos; el campo verde donde las vacas arden como papel de periódico, donde el granjero se sienta y mira, donde nunca nada, cuando sucede, es lo suficientemente terrible.
Carta Hombres que corren por un campo, las plumas caen de sus bolsillos. La gente que camina afuera las recogerá. Es una de las formas en que se escriben las cartas. ! Cómo les caen a otros las cosas ¡ El yo habiendo ya dejado de pertenecerme, dormido en la sombra de un extraño, vistiendo ahora al extraño llevándoselo.
Es mediodía mientras escribo. La vida de alguien ha caído en mis manos. El sol blanquea los edificios. Es todo lo que tengo. Te lo entrego todo. Es tuyo.
Nostalgia
Los profesores de inglés han llevado sus togas a la lavandería, se han llevado a sí mismos a los campos. Sueños de movimiento rodean la alfombra persa de una habitación donde estuviste. En la playa la tristeza de los gramófonos hace más profundo el movimiento del mar. Es ayer. Todavía es ayer.
Así dices Todo está en la mente, dices, y nada tiene que ver con la felicidad. La llegada del frio, la llegada del calor, la mente posee todo el tiempo del mundo. Me tomas del brazo y dices que algo sucederá, algo insólito para lo que siempre estuvimos preparados, como la llegada del sol después de un día en Asia, como la luna que parte después de una noche con nosotros.
Preservando las cosas En un campo soy la ausencia de campo. Siempre sucede igual Dondequiera que este soy lo que falta. Cuando camino hiendo el aire y siempre el aire se mueve para ocupar los espacios donde ha estado mi cuerpo. Todos tenemos motivos para mudarnos yo me mudo para preservar las cosas.
Toda la historia --Preferiría que no juzgaras necesario decírselo, "es un incendio. Y lo peor, es que no podemos hacer nada al respecto porque estamos en este tren, ¿te das cuenta?" Por qué debería suceder de esta manera No estoy seguro, pero estás sentado A mi lado, Pendiente a tus asuntos Cuando de repente veo Un incendio a través de la ventana.
Te toco ligeramente con el codo y te digo, "Es un incendio. Y lo peor es que no podemos hacer nada respecto a él, porque estamos en este tren, ¿te das cuenta?" Me miras extrañamente Como si hubiese dicho demasiado. Pero según tu parecer puedo Tener pasión por los incendios Y viajar en tren para evitar Tener que extinguirlos. Puede ser que los trenes Despierten la afición por el fuego. Podría incluso sospechar Que eres un bombero Disfrazado. Y de nuevo Podría estar equivocado. Tal vez Es a ti A quien le encanta un buen fuego. ¿Quién sabe? Quizás estás en otra parte, decidiendo que al no tener Adonde ir no deberías Tomar un tren. Y yo, Viendo mi propia cara en la ventana, Puedo haber mentido sobre el fuego.
Poema Se cuela por la puerta trasera atraviesa de puntillas la cocina, la sala, el pasillo, sube las escaleras y penetra en la alcoba. Se inclina sobre mi cama y dice que ha venido a matarme. Hará el trabajo por etapas. Primero, me cortará las uñas, luego los dedos de los pies y así sucesivamente hasta que no quede nada de mí. Despega un pequeño instrumento de la cadena de sus llaves y comienza. Escucho el radio de un vecino. tocando el Lago de los Cisnes, y empiezo a canturrear. No puedo precisar, cuanto tiempo transcurre. Pero cuando vuelvo en mí le escucho decir que ha llegado al cuello y que no podrá continuar porque está cansado. Le digo
que ha trabajado bastante, que debería irse a casa y descansar. Me da las gracias y se marcha. Siempre me causa asombro lo fácil que resulta satisfacer a cierta gente.
La cuesta Me han traído hasta aquí mis propias piernas después de haber perdido el autobús, los taxis, ascendiendo siempre. Un pie delante del otro. Así es como lo hago. No me molesta, la forma en que prosigue la cuesta. Yerba al lado del camino, el sonido de las hojas negras de un árbol al ser sacudidas. ¿Qué más da? Mientras más camino, más me alejo de todo. Un pie delante del otro. Las horas pasan. Un pie delante del otro. Los años pasan. Los colores de la llegada palidecen. Así es como lo hago.
La única canción Prefiero sentarme todo el día como un saco en una silla y tumbarme toda la noche como una piedra en mi cama. Cuando llega la comida Abro la boca. Cuando llega el sueño Cierro los ojos. Mi cuerpo solo canta una canción; el viento se torna gris en mis brazos. Las flores florecen. Las flores mueren. Mas es menos. Anhelo más.
El cartero Es medianoche. Se acerca caminando por la acera y toca la puerta. Me apresuro a recibirle. Permanece ahí de pie llorando, agitando una carta acusadoramente. Me dice que contiene terribles noticias personales.
Cae de rodillas. "¡Perdóname! ¡Perdóname! me ruega. Le pido que entre. Seca sus lágrimas. Su traje azul oscuro es como una mancha de tinta en mi sillón carmesí. Desamparado, nervioso, pequeño, se ovilla y duerme mientras compongo más cartas a mí mismo en el mismo estilo: "Infligir dolor será tu vida. Perdonaras."
El guardián Puesta del sol. Incendio en el césped. La luz perdida, el día irrecuperable. ¿Por qué amaré lo que se esfuma? Tú que partiste, que partías, que oscuras habitaciones te servirán de morada? Guardián de mi muerte, preserva mi ausencia. Estoy vivo.
El cuarto Estoy de pie al fondo de un cuarto y acabas de entrar. Siento el polvo que cae del aire sobre mis mejillas. Siento el hielo de la luz sobre las paredes. Los arboles afuera me recuerdan algo de lo que no estas consciente. Acabas de entrar. Algo como la pena está en el cuarto. Creo que piensas que tiene alas y que me cambiara. El cuarto es tan grande que me pregunto que estarás pensando o porque has venido. Te pregunto, ¿qué haces? Acabas de entrar
y no puedes escucharme. ¿Dónde compraste el abrigo negro que llevas puesto? Una vez me lo dijiste. Y no puedo recordar lo que sucedió entre nosotros. Estoy aquí, ¿Puedes verme? Dispondré mis palabras sobre la mesa como guantes, como si no hubiese sucedido nada. Escucho el viento y me pregunto ¿cuáles serán las bendiciones nacidas de la clausura. La necesidad de alejarse. El deseo de llegar? Estoy tan lejos que parece como si estuviese en el pasado del cuarto y tan aquí que el cuarto comienza a esfumarse a mi alrededor. Pronto será tuyo. Acabas de entrar. Me siento a la deriva, Comienzo a estar en otra parte. Surgen casas de mi pasado, la gente camina bajo los árboles. No la ves. Acabas de entrar. El cuarto es largo. Hay una mesa en medio de él. Caminarás hacia la mesa, hacia las flores, hacia la presencia de la pena que ha comenzado a moverse entre los objetos, batiendo sus alas al compás de tu corazón. Te aproximaras más y empezare a alejarme. El abrió negro que llevas puesto, ¿dónde lo compraste? Me lo dijiste una vez y no puedo recordar. Estoy al fondo del cuarto y sé que si cierras los ojos sabrás porqué estás aquí. Pronto te quitaras el abrigo. Pronto la blancura del cuarto será una piel para tu cuerpo. Siento revolverse el aliento alrededor de lo que vamos a decir.
Se, por la forma en que levantas la mano que te has dadlo cuenta de las flores sobre la mesa. Yacerán en la estela de tus movimientos y el mapa del cuarto yacerá ante nosotros como una simple alfombra. Acabas de entrar. No hay nada que hacer. Estoy de pie al fondo del cuarto y creo que me ves. La luz consume la silla, absorbiendo su vacío, y se tragará a sí misma y desencadenará la oscuridad que de nuevo llenará la silla. Habré partido. Dirás que estás aquí. Te puedo escuchar diciéndolo. Casi te puedo escuchar diciéndolo. Pronto te quitarás el abrigo negro y la blancura del cuarto se aproximará rodeándote y te moverás hacia el fondo del cuarto. Ya no se conocerá tu nombre, ni el mío. Estoy de pie al fondo y acabas de entrar el comienzo está próximo el final está a la vista.
El túnel Un hombre lleva días de pie frente a mi casa. Lo atisbo desde la ventana de la sala y de noche, sin poder dormir, alumbro con mi linterna hacia el césped. Siempre está allí. Después de un tiempo abro ligeramente la puerta del frente y le ordeno salir del patio. Entorna los ojos y gime. Doy un portazo y me lanzo a la cocina, y luego arriba al dormitorio, y de nuevo abajo. Lloro como una colegiala y hago gestos obscenos a través de la ventana. Escribo
largas notas suicidas y las coloco de tal forma que pueda leerlas fácilmente. Destruyo los muebles de la sala para probar que no poseo nada de valor. Cuando parece indiferente decido cavar un túnel hasta un patio vecino. Levanto una pared de ladrillos entre el sótano y el primer piso. Cavo con ahínco y en un instante concluyo el túnel. Dejo debajo el pico y la pala debajo, Salgo frente a una casa y me quedo ahí de pie demasiado cansado para moverme hasta para hablar, con la esperanza de que alguien habrá de venir a ayudarme. Siento que me vigilan y a veces escucho la voz de un hombre, pero no sucede nada y llevo días esperando.
El vestido Túmbate sobre la clara colina con la mano de la luna en la mejilla, tu carne en lo profundo de los doblajes del vestido y no escucharás al topo apasionado extendiendo la longitud de sus tinieblas ni al búho ordenando toda la noche, lo cual es su sabiduría, ni al poema llenando la almohada con sus plumas azules. Pero si te sales del vestido y te adentras en la sombra, el topo dará contigo, al igual que el búho, y al igual que el poema, y caerás hacia otra tiniebla, la cual te encontrarás haciendo y rehaciendo hasta que sea perfecta.
El baile El fantasma de otro viene de visita y sostenemos comunión mientras brilla la luz. Mientras brilla la luz ¿qué otra cosa hacer? ¿Y quién no tiene un pie en la tumba? Me doy cuenta de cómo se ven los árboles peludos con sus hojas y el vapor de insectos los envuelve. La luz cae como un ancla por las ramas. ¿Y cuál de nosotros no es constantemente atraído hacia abajo?
Mi mente flota en el aire púrpura de mi cráneo. Me veo bailar. Sonrío a todo el mundo. Salgo bailando lentamente de la casa en llamas de mi cabeza. ¿Y quién no nace una y otra vez en el cielo? La llegada de la luz Aun así de tarde sucede: la llegada del amor, la llegada de la luz. Despiertas y las velas parecen encendidas como por sí solas, las estrellas se acumulan, los sueños fluyen hacia tu almohada enviando hacia arriba el aroma cálido del aire. Aun así de tarde los huesos del cuerpo brillan y el polvo del mañana se hace aliento en una llamarada.
El barco fantasma Por la calle atestada Flota, Su vago tonelaje Como el viento Se desliza A través de la tristeza De los barrios Hacia los campos circundantes. Lentamente, Ya cerca de un buey, Ya cerca de un molino de viento, Pasa. Atravesando La noche como un sueño De muerte, No se le puede oír; Bajo las estrellas Se desplaza en silencio Su tripulación Y sus pasajeros con la vista fija; Más blancos que el hueso, sus ojos No se vuelven ni se cierran.
Leopardi
La noche es cálida y clara y sin brisa. Una luna muy blanca se demora sobre los tejados y sobre el río cercano. En cada calle hay quietud y las luces de las esquinas iluminan sólo las forma encorvada de los autos Duermes. Y el sueño se acumula en tu cuarto y nada ahora te perturba. Jules se ha abierto una vieja herida y de nuevo siento su dolor. Mientras duermes he salido a rendir mis últimos tributos al cielo que parece tan gentil y al mundo que no lo es y que me dice: "no te ofrezco esperanza. Ni siquiera esperanza". En la calle se escucha la voz de un borracho cantando una canción irreconocible y un carro en la distancia. Las cosas pasan sin dejar huella, y el mañana vendrá el día siguiente, y lo que nuestros antepasados conocían se lo ha llevado el tiempo. Se han marchado al igual que sus hijos y las grandes naciones Y los ejércitos que enviaban nubes de polvo y humo retumbando a través de Europa. En el mundo hay quietud y no los escuchamos. Cierta vez cuando era muchacho, y el cumpleaños que había esperado había llegado a su fin, yacía en mi cama, despierto y desdichado, y muy tarde en esa noche el sonido de una voz cantando en una callejuela, muriendo poco a poco en la distancia, me hirió, como lo hace esto ahora.
Elegía a mi padre Robert Strand (1908-68)
3-- Tu muerte Nada podía impedirlo. Ni el mejor día. Ni la calma. Ni el vaivén del mar. Seguías muriendo. Ni los arboles Bajo los cuales caminabas, ni los árboles que te ofrecían su sombra. Ni el doctor Que te previno, el joven doctor de pelo blanco que una vez te salvó. Seguías muriendo. Nada podía impedirlo. Ni tu hijo. Ni tu hija que te daba de comer y que te convirtió en niño de nuevo. Ni tu hijo que pensaba que vivirías para siempre.
Ni el viento que agitaba tus solapas. Ni la quietud que se brindaba a tu movimiento. Ni tus zapatos que se volvían más pesados. Ni tus ojos que rehusaban mirar adelante. Nada podía impedirlo. Te sentabas en tu habitación y mirabas la ciudad Y seguidas muriendo. Ibas a trabajar y dejabas que el frío penetrara en tus ropas. Dejabas que la sangre se colara a tus calcetines. Tu cara se hizo blanca. Tu voz se quebró en dos. Te apoyabas en tu bastón. Pero nada podía impedirlo. Ni tus amigos que te ofrecían consejos. Ni tu hijo. Ni tu hija que observaba cómo empequeñecías. Ni la fatiga que vivía en tus suspiros. Ni tus pulmones que se llenaban de agua. Ni tus mangas que llevaban el dolor de tus brazos. Nada podía impedirlo. Seguías muriendo. Cuando jugabas con los niños seguías muriendo. Cuando te sentabas a comer, Cuando despertabas en la noche, mojado en llanto, tu cuerpo sollozando, seguías muriendo. Nada podía impedirlo. Ni el pasado. Ni el futuro con su buen tiempo. Ni la vista de tu ventana, la vista del cementerio. Ni la ciudad. Ni la terrible ciudad con sus edificios rígidos. Ni la derrota. Ni el éxito. No hacías más que seguir muriendo. Acercabas al oído tu reloj. Sentías que te escapabas sin esfuerzo. Te tumbabas en la cama. Cruzabas los brazos sobre el pecho y soñabas con el mundo sin ti. Con el espacio debajo de los árboles, Con el espacio de tu habitación, Con los espacios que ahora estarían vacíos de ti, Y seguías muriendo. Nada podía impedirlo. Ni tu respiración. Ni tu vida. Ni la vida que deseabas. Ni la vida que poseías. Nada podía impedirlo.
4.--Tu sombra. Tienes tu sombra. Los lugares donde estuviste la han devuelto. Los pasillos y la grama desnuda del orfanato la han devuelto. El hogar de vendedores de periódicos la ha devuelto. Las calles de Nueva York la han devuelto y también las calles de Montreal. Las habitaciones en Belem, donde los lagartos cazaban mosquitos la han devuelto. Las oscuras calles de Manaus y las húmedas calles de Río la han devuelto. Ciudad Méjico donde la querías dejar la ha devuelto.
Y Halifax donde el puerto se lavaría las manos de ti la ha devuelto. Tienes tu sombra. Cuando viajabas la estela blanca de tu marcha sumergía tu sombra y cuando salías, pero cuando volvías ahí estaba para saludarte. Tenías tu sombra. Las puertas por las que entrabas al levantar tu sombra se quedaban con ella y cuando salías te la devolvían. Tenías tu sombra. Aun cuando olvidabas tu sombra, volvías a encontrarla; había estado contigo. Cierta vez en el campo. La sombra de un árbol cubrió la tuya y no te reconocieron. Cierta vez en el campo pensaste que tu sombra había sido proyectada por otra persona. Tu sombra no dijo nada. Tu ropa llevaba tu sombra dentro; cuando te la quitabas, se extendía como lo oscuro de tu pasado. Y tus palabras que flotan como hojas en un aire perdido, en un lugar que nadie conoce, te devolvieron tu sombra. Tus amigos te devolvieron tu sombra. Tus enemigos te devolvieron tu sombra. Dijeron que era pesada y que cubriría tu tumba. Cuando moriste tu sombra dormía a la boca del horno y comía ceniza por pan. Se regocijaba entre las ruinas. Vigilaba mientras los demás dormían. Brillaba como el cristal entre las tumbas. Se hizo como el aire. Quería ser como la nieve en el agua. Quería ser nada, pero no le fue posible. Vino a mi casa. Se posó sobre mis hombros. Tu sombra es tuya. Así le dije. Dije que era tuya. La he llevado conmigo demasiado tiempo. La devuelvo.
Lines For Winter by Mark Strand Tell yourself as it gets cold and gray falls from the air that you will go on walking, hearing the same tune no matter where you find yourself -inside the dome of dark or under the cracking white of the moon's gaze in a valley of snow. Tonight as it gets cold tell yourself what you know which is nothing but the tune your bones play as you keep going. And you will be able for once to lie down under the small fire of winter stars. And if it happens that you cannot
go on or turn back and you find yourself where you will be at the end, tell yourself in that final flowing of cold through your limbs that you love what you are. Giving Myself Up by Mark Strand I give up my eyes which are glass eggs. I give up my tongue. I give up my mouth which is the constant dream of my tongue. I give up my throat which is the sleeve of my voice. I give up my heart which is a burning apple. I give up my lungs which are trees that have never seen the moon. I give up my smell which is that of a stone traveling through rain. I give up my hands which are ten wishes. I give up my arms which have wanted to leave me anyway. I give up my legs which are lovers only at night. I give up my buttocks which are the moons of childhood. I give up my penis which whispers encouragement to my thighs. I give up my clothes which are walls that blow in the wind and I give up the ghost that lives in them. I give up. I give up. And you will have none of it because already I am beginning again without anything.
Entregándome Por Mark Strand Entrego mis ojos que son huevos de vidrio entrego mi lengua entrego mi boca que es el sueño constante de mi lengua entrego mi garganta que es la manga de mi voz entrego mi corazón que es una ardiente manzana entrego mis pulmones que son árboles que jamás han visto la luna entrego mi olor que es el de una piedra viajando a través de la lluvia entrego mis manos que son diez deseos entrego mis piernas que son amantes sólo de noche entrego mis nalgas que son las lunas de la niñez entrego mi pene que en susurros infunde aliento a mis muslos entrego mis ropas que son muros que soplan en el viento y entrego el alma que vive en ellas me entrego me entrego y tú nada querrás tener que ver con ello porque ya estoy comenzando de nuevo sin nada
Mañana Tu mejor amigo partió y también el otro. Ahora el sueño que se revolvía en tu dormir, navega hacia la noche más fría del año. ¿Qué dijiste?
¿O fue algo que hiciste? No tiene importancia-- la casa del aliento derrumbándose alrededor de tu voz, tu voz que se incendia, no son nada de lo que te debas preocupar. Mañana regresarán tus amigos; tu abierta boca humedecida florecerá en el cristal de las vidrieras. Sí. Sí. Mañana regresarán e inventarás un final que acabe bien.
Para Ella Que suceda donde sea en cualquier noche que desees, en tu habitación vacía y a oscuras o en la calle o en esas fronteras mortecinas que apenas puedes ver, con las que apenas sueñas. No sentirás deseo, nada te servirá de aviso, ni una brisa repentina, ni la quietud del aire. Ella aparecerá, como alguien que conociste: la amiga que desperdició su vida, La muchacha que se sentó bajo la palmera. Sus pulseras brillarán, y se convertirán en las luces de una aldea de la que hace años te alejaste.
La predicción Esa noche la luna flotó sobre el estanque, tornando en leche el agua, y bajo las ramas de los árboles, de los azules árboles, una joven mujer caminó, y por un instante el futuro vino a ella: la lluvia que caía sobre la tumba de su esposo, sobre el césped de sus hijos, su propia boca llenándose del aire frío, extraños mudándose en su casa, un hombre en su habitación escribiendo un poema, la luna flotando y adentrándose en él, una mujer paseándose bajo los árboles, pensando en la muerte, pensando en él pensando en ella, y el viento levantándose y llevándose la luna y dejando el papel a oscuras.
Another place Mark Strand (1934 - ) I walk into what light there is not enough for blindness or clear sight of what is to come yet I see the water the single boat the man standing he is not someone I know this is another place what light there is spreads like a net over nothing what is to come has come to this before this is the mirror in which pain is asleep this is the country nobody visits
Another Place I walk into what light there is not enough for blindness or clear sight of what is to come yet I see the water the single boat the man standing he is not someone I know this is another place what light there is spreads like a net over nothing what is to come has come to this
before this is the mirror in which pain is asleep this is the country nobody visits.
Mark Strand Otro lugar Me adentro en lo que queda de luz No es suficiente para enceguecer ni para tener una clara visión de lo que ha de venir y sin embargo veo el agua el bote solo el hombre de pie no es alguien a quien conozca este es otro lugar lo que hay de luz se extiende como una red sobre la nada lo que ha de venir ha llegado a esto antes este es el espejo donde está adormecido el dolor este el país que nadie visita Restos Siete Poemas 1 Al borde de la noche del cuerpo diez lunas se levantan. 2 Una cicatriz recuerda la herida. La herida recuerda el dolor. De nuevo estás llorando. 3 Cuando caminamos en el sol nuestras sombras son como barcas de silencio. 4 Mi cuerpo se tumba
y escucho mi propia voz acostada a mi lado. 5 La piedra es placer y se abre y nos adentramos en ella y en nosotros cada noche. 6 Cuando hablo a la ventana digo que todo es todo. 7 Tengo una llave así que abro la puerta y entro. Está oscuro y entro. Está más oscuro y entro.
The New Poetry Handbook by Mark Strand 1 If a man understands a poem, he shall have troubles. 2 If a man lives with a poem, he shall die lonely. 3 If a man lives with two poems, he shall be unfaithful to one. 4 If a man conceives of a poem, he shall have one less child. 5 If a man conceives of two poems, he shall have two children less. 6 If a man wears a crown on his head as he writes, he shall be found out. 7 If a man wears no crown on his head as he writes, he shall deceive no one but himself. 8 If a man gets angry at a poem, he shall be scorned by men. 9 If a man continues to be angry at a poem, he shall be scorned by women. 10 If a man publicly denounces poetry, his shoes will fill with urine. 11 If a man gives up poetry for power, he shall have lots of power. 12 If a man brags about his poems,
he shall be loved by fools. 13 If a man brags about his poems and loves fools, he shall write no more. 14 If a man craves attention because of his poems, he shall be like a jackass in moonlight. 15 If a man writes a poem and praises the poem of a fellow, he shall have a beautiful mistress. 16 If a man writes a poem and praises the poem of a fellow overly, he shall drive his mistress away. 17 If a man claims the poem of another, his heart shall double in size. 18 If a man lets his poems go naked, he shall fear death. 19 If a man fears death, he shall be saved by his poems. 20 If a man does not fear death, he may or may not be saved by his poems. 21 If a man finishes a poem, he shall bathe in the blank wake of his passion and be kissed by white paper.
El Manual de la nueva poesía 1 Si un hombre entiende un poema tendrá problemas. 2 Si un hombre vive con un poema morirá solo. 3 Si un hombre vive con dos poemas le será infiel a uno. 4 Si un hombre concibe un poema, tendrá un hijo menos. 5 Si un hombre si un hombre concibe dos poemas, tendrá dos hijos menos. 6 Si un hombre lleva sobre su cabeza una corona mientras escribe, será descubierto. 7 Si un hombre no lleva sobre su cabeza una corona mientras escribe no engañará a nadie más que a sí mismo. 8 Si un hombre se enoja con un poema, será despreciado por los hombres. 9 Si un hombre continúa enojándose con un poema, será despreciado por las mujeres. 10 Si un hombre denuncia públicamente la poesía sus zapatos se llenarán de orina. 11 Si un hombre abandona la poesía por el poder, tendrá mucho poder. 12 Si un hombre se jacta de sus poemas,
será amado por los necios. 13 Si un hombre se jacta de sus poemas y ama a los necios no escribirá más. 14 Si un hombre anhela atención por sus poemas, será como un asno a la luz de la luna. 15 Si un hombre escribe un poema y alaba el poema de su prójimo tendrá una hermosa querida. 16 Si un hombre escribe un poema y alaba excesivamente el poema de su prójimo hará que su querida se aleje. 17 Si un hombre reclama el poema de otro, se duplicará el tamaño de su corazón. 18 Si un hombre deja que sus poemas anden desnudos, le temerá a la muerte. 19 Si un hombre teme a la muerte será salvado por sus poemas. 20 Si un hombre no teme a la muerte, puede que sea o no sea salvado por sus poemas. 21 Si un hombre termina un poema, se bañará en la estela vacía de su pasión y será besado por el papel en blanco.