MODELO DE OR ORGANIZACIÓN DE LAS LAS ASAMBLEAS DE DIOS
POR
MELV ELVIN IN L. HOD ODG GES
INSTI TITTUTO DE SUPERACIÓ SUPERACIÓN MINIST NISTERIAL ERIAL Segundo Seminario Noviembre, 1981
Publicado por SEMTAD LA PAZ La Paz-Bolivia, 2014
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS
Capítulo
Página
1
LAS OPCIONES EN EL GOBIERNO DE LA IGLESIA
4
2
EL MODELO BÍBLICO
9
3
LA FORMACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS EN LOS ESTADOS UNIDOS 12
4
LA AUTORIDAD Y LAS PRERROGATIVAS EN EL GOBIERNO DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS
16
LA RELACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN NACIONAL DE UN PAÍS CON LA DIVISIÓN DE MISIONES FORÁNEAS DEL CONCILIO GENERAL DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS EN LOS ESTADOS UNIDOS
23
6
EL USO DE LAS LEYES PARLAMENTARIAS
26
7
PUNTOS FUERTES Y DÉBILES DE LA ESTRUCTURA DEL GOBIERNO DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS
28
5
2
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS
Capítulo
Página
1
LAS OPCIONES EN EL GOBIERNO DE LA IGLESIA
4
2
EL MODELO BÍBLICO
9
3
LA FORMACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS EN LOS ESTADOS UNIDOS 12
4
LA AUTORIDAD Y LAS PRERROGATIVAS EN EL GOBIERNO DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS
16
LA RELACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN NACIONAL DE UN PAÍS CON LA DIVISIÓN DE MISIONES FORÁNEAS DEL CONCILIO GENERAL DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS EN LOS ESTADOS UNIDOS
23
6
EL USO DE LAS LEYES PARLAMENTARIAS
26
7
PUNTOS FUERTES Y DÉBILES DE LA ESTRUCTURA DEL GOBIERNO DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS
28
5
2
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS
INTRODUCCIÓN Dado que el cue uerrpo de de Cri Cristo es espiri espiritual, sur surge la preg pregu unta: "¿Por "¿Por qué ne neccesitam amo os una iglesia organizada?" La respue respu esta es es que q ue la iglesia se compo compone ne de hom hombres, y donde hay más de un hombre hay ha y una com comun uniida dad d. En un una com omun uniidad se necesita necesita or orden den,, go gob bierno y organiza nizaci ció ón si sin n los cuale cualess res esulta ulta la anarquí anarq uí a. Pu Pues estto que la igl iglesi esiaa de Cris Cristo es una una com co mun uniidad, demand demanda, a, lóg lógic icam ament entee, al algun unaa cla classe de gobie obierno rno ec ecllesiástico. La ig igllesia sia de de Cris Cristo, en su signific signifi cado ado más más amp amplilio, o, se compo compone de de la entera ntera compañ compañía ía de las personas regeneradas de tod todos os los sig siglos y eda edades des,, en el cie cielo lo y en la tierra. En el el sentido ntido caba abal,l, es un un solo cuer cuerpo po.. Hay much muchos f act actores, res, sin em e mbargo, go, que divide ividen n la l a igles lesia. La L a mu m uerte, por e je jemplo, divid dividee la iglesi lesiaa venc venced edo ora de la iglesia militant itantee. La geog geograf raf ía ía divide la ig iglesi lesiaa en gru grupos region regional ales, es, na nacionales y loc l ocal alees, Al Algun unaas igl igleesias sias ha han nacid nacido en gran rand des aviv avivamie amien ntos en los cuales se ha pue p uesto sto énf asi9 sob sobre distint distintaas do docctrin rinas car cardinal dinalees. Otro f actor actor di divisori rio o ha sido la cultura, hacien haci end do necesa necesarrio que una ig i glesia se limi imite a ci cieert rtos os grupos grupos cultu cultural ralees. En este estu tud dio vamos a lim limitam itamo os a ana analilizzar un solo f act actor div diviso sori rio o: el gobierno de la iglesi iglesia. Prim imerament eramentee, vamos a estudi estu diaar las opci pcio ones en cu cuan antto a la nat naturaleza del gobiern go bierno o de la igles glesiia. De allí, pasaremo moss al est stu udio de lo que dic icee la Palabra de Dios D ios en en cuaant cu nto o al a l gobiern bierno o, usa san ndo la iglesi siaa pri primi miti tivva com c omo o mod mo delo bíbl bíblico co.. Luego, estudiaremos la histo istori riaa y formac formació ión n de la lass Asam ambl bleas eas de Dios Dios. Seg egui uidame damen nte, va vamo moss a co cons nsiide derrar el ord or den interno de de nu nueestr straa or o rga gani nizzación y el e l us uso o de las ley eyees parl rlame amentarias. ntarias. Pa P ara finaliz finalizar, vamos va mos a co cons nsid ideerar los los punt punto os f uertes y déb débililees de de la estructura de las las As Asamb amblleas de de Di Dios os..
3
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS
CAPITULO 1 LAS OPCIONES EN EL GOBIERNO DE LA IGLESIA
A un gobierno centralizado se le llama en círculos eclesiásticos la forma episcopal de gobierno. Esto signif ica literalmente "el gobierno por obispos". Básicamente, es una forma totalitaria de gobierno y lo contrario de una forma democrática. La autoridad no procede del pueblo gobernado, sino de los gobernadores superiores. Un e jemplo extremo de la f orma episcopal de gobierno es el de la iglesia católica romana. El Obispo de Roma vino a ser reconocido en el transcurso de los años como el obispo universal sobre todas las iglesias. Sus decisiones han llegado a ser consideradas inf alibles cuando el habla "ex-catedra", y estos pronunciamientos deben ser aceptados por todos los católicos romanos. El Papa cuenta con la ayuda de los concilios para determinar la doctrina y polí tica, pero como se verá por los resultados del Vaticano II, cuando existe un conf licto de opinión, el Papa tiene la voz final. Se establece una jerarquía de la autoridad eclesiástica. Ba jo el Papa están los cardenales1 que tienen la responsabilidad de elegir un nuevo Papa cuando el que gobierna muere. Luego le siguen los arzobispos y los obispos. Los sacerdotes parroquiales son responsables ante los obispos que tienen el poder de darles de baja de sus cargos. El laico católico romano no tiene voz en la polí tica y gobierno de la organización nacional ni en las decisiones que af ectan su propia iglesia local. Al feligrés se le enseña que crea Y que se someta a la autoridad de los que lo gobiernan. Otra organización que sigue la f orma centralizada de gobierno es la Iglesia Anglicana (Episcopal). Nació cuando el rey de Inglaterra se rebeló contra la autoridad del Papa y se declaró jef e de la iglesia de Gran Bretaña. Al mismo tiempo el espíritu de la Reforma había llegado a Inglaterra y el pueblo estaba preparado cuando menos a liberarse del dominio del Papa. Se introdu jeron ciertas reformas importantes como el permitir al pueblo común leer las Sagradas Escrituras, y a los sacerdotes contraer matrimonio. La inf alibilidad del Papa fue rechazada. Pero la iglesia anglicana de todas maneras sigue de cerca e1 modelo de gobierno de la iglesia católica romana. La Iglesia Ortodoxa es otro e jemplo de un gobierno centralizado. En todos los puntos esenciales sigue el modelo de la iglesia católica romana, con la excepción de que esta rama de la iglesia nunca aceptó la doctrina de la infalibilidad del Papa ni ha estado dispuesta a ponerse bajo su jurisdicción. Como resultado tiene su propia manera de dividir
1 Un cardenal por lo
general desempeña otro cargo como el de arzobispo. Un cardenal como tal, no forma parte de la jerarquía católica romana. 4
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS geográficamente las iglesias. A una división le dicen patriarca. Esta iglesia no reclama infalibilidad para su dirigente máximo. La Iglesia Metodista Episcopal, otro caso de un gobierno centralizado, la fue un desprendimiento de Iglesia Anglicana. Esta organización resultó del avivamiento wesleyano en Inglaterra. Recalca las doctrinas del nuevo nacimiento y la santidad, pero en asuntos de gobierno eclesiástico sigue el sistema episcopal. Muchos de los movimientos de santidad son en realidad grupos que se han separado de la iglesia metodista a f in de reconquistar el ideal primitivo que tení an Wesley y sus seguidores de la experiencia personal con Dios en la salvación y en la santidad. Han recalcado una segunda obra def inida de gracia. La mayoría ha seguido la f orma metodista, o sea, episcopal, de gobierno. Tales grupos incluyen a los metodistas libres, los metodistas wesleyanos, la Iglesia del Nazareno y la Iglesia de Santidad, una rama de la Iglesia de Dios que más tarde aceptó la doctrina pentecostal. Todos tienen en común la idea de que un pastor es responsable a su obispo dirigente o sobreveedor y a su congregación.
Aquellos que mantienen esta forma de gobierno eclesiástico insisten en que no existen bases bíblicas para ningún gobierno fuera del de los diáconos y ancianos de la iglesia local. Rechazan cualquier autoridad que no haya sido nombrada por la mismaa9amblea local. En general las congregaciones ordenan a sus propios pastores, y la propiedad de la iglesia se retiene en nombre de la congregación local, más bien que en nombre de alguna organización nacional o de distrito. In sisten en la autonomía de la congregación local y rechazan como antibíblica cualquier autoridad eclesiástica más allá de la congregación local. Entre aquellos que siguen este sistema se encuentran los congregacionalistas, los bautistas y las Asambleas de Dios Suecas. Con todo su énf asis sobre la autonomí a de la iglesia local, sin embargo, estos grupos en general f orman ciertas clases de asociación entre las congregaciones individuales. Cada iglesia enví a delegados a las convenciones nacionales. Algunas tienen, también, cierta forma de asociación de ministros que proporciona reconocimiento ministerial a los pastores de las iglesias locales. Se insiste, sin embargo, en que las asociaciones, convenciones y conferencias no tienen autoridad administrativa sobre las iglesias locales, que las resoluciones y acuerdos que afectan a la iglesia local pueden considerarse solamente como recomendaciones. Parecerí a que los presbiterianos emplean una clase del gobierno centralizado ya que son dirigidos por un grupo de ancianos (presbítero en el griego sign ifica anciano) que está encima de la iglesia local. En realidad, sin embargo, esta forma de gobierno se puede considerar como descentralizada, ya que no se admiten obispos sobre los ancianos. No es, en cambio, descentralizada del todo puesto que las iglesias locales obligatoriamente aceptan las decisiones de los ancianos. La congregación envía delegados a las sesiones, del presbiterio, el cual lleva a cabo la obra legislativa de todas 5
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS las iglesias. La propiedad de una iglesia local se inscribe a nombre del presbiterio (grupo de ancianos) de un distrito. Los distintos grupos de presbiterianos en el mundo siguen esta forma de gobierno, a veces con una que otra modificación. Son aquellos que consideran que cualquier f orma de gobierno es una invención humana, y como algo que esclavizara a la iglesia u obstaculizara la operación del Espíritu Santo. Por lo general estas personas no admiten credo alguno sino la Biblia, ninguna organización eclesiástica de ninguna clase y a veces van hasta el extremo de no tener ni una lista de miembros de la iglesia. Este sistema depende casi en su totalidad de su dirigente que es generalmente una persona con cualidades que atraen e inspiran a la gente a seguir1a f ielmente. Con frecuencia el jef e del grupo af irma ser un enviado especial de Dios. No acepta oposición alguna, puesto que Dios lo ha ungido. Dice que nadie debe tocarlo ¡ni ponerlo en tela de juicio. Su palabra es ley. Ya que no existe constitución o f orma ef icaz para permitir a la iglesia expresar su opinión, el único camino que les queda a los disidentes es el de guardar silencio o abandonar la iglesia. No existe duda de que muchas veces esta actitud de extrema independencia constituye una puerta abierta para errores' y abusos extremos. A continuación exponemos algunas de las dificultades más comunes que se han presentado. Hasta el universo material esta ordenado con precisión matemática. Dios ha introducido un orden en la familia y en la nación. Ha introducido un gobierno también en la iglesia, como veremos en un capítulo posterior. Fíjese que 1 Corintios 12:28 hace provisión para administradores en la iglesia.
Algunas denominaciones, que entre ellas f iguran las Asambleas de Dios han tratado de aprovechar los beneficios que of rece la f orma centralizada y a la vez tomar algunas caracterí sticas del gobierno descentralizado. Esto ha resultado en una forma "hí brida" de gobierno. Estos grupos pretenden preservar muchos de los derechos de una iglesia local sin perder la venta ja de una mejor coordinación de los esfuerzos de todos, lo que se logra por la centralización. Así , como los creyentes individuales necesitan la comunión y ministerio de otros creyentes, así también la iglesia local necesita reconocer que forma parte de la iglesia por e x celenci a, y especialmente de esa parte de la iglesia que se encuentra ubicada en su propio distrito o provincia. Precisa proveer tal unión debido a los siguientes factores: 6
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS
Pequeños grupos de creyentes individuales que están aislados de todo' contacto con otras iglesias tienden a desanimarse y a ser inactivos. La comunión cristiana reaviva el valor de los creyentes, proporciona gozo en el Espí ritu Santo y f omenta la actividad cristiana.
Así como un creyente individual cuando se le de ja hacer lo que se le anto ja, puede adoptar extrañas ideas sin las orientaciones de las Sagradas Escrituras o abrazar ideas fanáticas, de la misma manera una congregación solitaria se expone al mismo peligro. La unidad y la comunión ayudan a corregir las tendencias erróneas. El contacto con otras iglesias sirve para conservar 'un equilibrio espiritual en la congregación local.
Estos proyectos incluyen la evangelización de regiones no alcanzadas aún, el establecimiento de centro de preparación para obreros cristianos, la elección y apoyo de sobreveedores calificados; el nombramiento de evangelistas y maestros que llevaran a cabo lo necesario para el mantenimiento y progreso de la obra.2 3
Serí a bueno señalar que no hay forma perfecta de gobierno aun cuando se trata de la iglesia del Señor. Todo sistema de gobierno eclesiástico encierra peligro, puesto que la humanidad siempre está presente. En una forma episcopal de gobierno existe el peligro de que se establezca una jerarquía eclesiástica que busque sus propios intereses y aspire a perpetuarse en el cargo. El ejemplo clásico de fracaso en la forma episcopal, desde un punto de vista espiritual, lo constituye la Iglesia Católica Romana. El resultado de llevar un gobierno centralizado con jerarquía a su conclusión lógica es la idea de la infalibilidad. Dicha enseñanza ha alejado a esta rama del cristianismo de lo que enseña el Nuevo Testamento en cuanto a doctrina y práctica. ¿Y qué diremos del sistema democrático? Mientras la gente ande en comunión íntima con Dios y viva llena del Espíritu Santo, hay más probabilidad de que los hermanos en conjunto podrán: conocer la voz del Espíritu que cuando se le confiere esta
2
La exposición de estos tres factores se ha tomado del libro Edif ic are mi i gl esi a, por Melvin L Hodges. .
3 La
sección E se ha tomado del libro T he Ind i genous C hur ch (La iglesia autóctona), por Melvin L. Hodges.
7
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS responsabilidad a un grupo muy reducido. Siempre que la gente tenga disposición y de oír la voz del Espí ritu, él podrá corregir tendencias equivocadas o abusos. Pero el sistema descentralizado de gobierno eclesiástico no está libre de peligros. A la medida en que la gente se va apartando de la verdadera percepción espiritual y el contacto de Dios, aumenta el peligro de que la iglesia se vaya tras la sabidurí a y deseos populares del hombre. En tales casos la voz del pueblo no es la voz de Dios, en la misma forma que la voz del Papa tampoco lo es.
8
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS
Se observa fácilmente que en el Nuevo Testamento la congregación local es la unidad básica para la organización de la iglesia. Por muchos años la única organización que tení a la iglesia eran las diferentes congregaciones locales con sus diáconos y ancianos. En realidad, es evidente que la organización se desarrolló según surgí an las necesidades. En los comienzos mismos los apóstoles administraron directamente la obra, pero a medida que la iglesia de Jerusalén comenzaba a crecer, vieron la necesidad de ayuda (Hechos 6:1-6). De manera que f ueron elegidos los primeros diáconos. Toda organización eclesiástica debe comenzar por la organización de la iglesia local. Este es el fundamento, es la fortaleza de una obra. A medida que, el número de iglesias se multiplica, sin embargo, se observa la necesidad de alguna f orma cooperativa entre las iglesias como se señaló en el último capítulo de este manual. Veamos lo que la iglesia primitiva hizo a este respecto. 4
Al comenzar a llegar el evangelio a todas partes del imperio romano, se establecieron iglesias entre los gentiles con el resultado de que surgieron grandes problemas que ninguna iglesia local sola podía resolver. Las congregaciones de cristianos judí os y prosélitos evidentemente habían continuado observando ciertos ritos y leyes establecidas por Moisés. Por otra parte, las congregaciones entre los gentiles, establecidas por Pablo y Bernabé, habí an enseñado la doctrina de que serían salvos por la fe sencilla en el Señor Jesucristo. No se había hecho intento alguno de circuncidar a los convertidos o hacerles cumplir la ley de Moisés. Cuando muchos de los creyentes judí os supieron que los gentiles se aceptaban en la comunión sin ser circuncidados o instruidos en la ley de Moisés, se ofendieron prof undamente y se' propusieron rectificar lo que consideraban una falta grave en la instrucción espiritual proporcionada a los gentiles. Les enseñaron a estas iglesias gentiles que la salvación podí a obtenerse siguiendo el sistema judío y que a f in de ser salvos, debí an convertirse en prosélitos del judaísmo y guardar la ley de Moisés, Pablo y Bernabé comprendieron que era una amenaza a toda la doctrina de la salvación por fe en el Señor Jesucristo. Una cuestión básica de doctrina estaba involucrada que ninguna iglesia individual podí a resolver sola. ¿Q ué hizo entonces la iglesia primitiva~ para arribar a una decisión sobre este asunto de tanta importancia? ¿Q uién tuvo la palabra final de autoridad? A medida que 4
Las secciones B y C se han tomado del libro Edificare mi iglesi a, por Melvin L Hodges. .
9
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS examinamos la forma en que la iglesia primitiva resolvió sus problemas, descubriremos ciertos principios fundamentales que quizá nos sirvan de pauta o guía en la ‘actualidad
Observamos, pues, que la iglesia se vio conf rontada con el problema de la falsa doctrina y falsos maestros. (Lea Hechos 15:1, 5; Gálatas 6:12; 2 Corintios 11:12-15) Representantes de toda la iglesia, e incluso delegaciones de las iglesias locales, se reunieron en Jerusalén para considerar el asunto. (Hechos 15:2, 6). Estaba presente cada uno de los elementos en la iglesia: judí os y gentiles, apóstoles, ancianos y delegados de las iglesias. Los apóstoles misioneros dieron sus informes a los hermanos (Hechos 15:4), comunicándoles la obrá maravillosa de Dios entre los gentiles. Esto dejo al descubierto el problema (versí culo 5). Es bueno notar que en este concilio ninguno pronuncio una voz de autoridad o hablo ex-catedra. Parece que Santiago como dirigente y hombre reconocido de la iglesia en Jerusalén, presidio la sesión más bien que Pedro. Como primer paso a la soluci6n del problema, celebraron una discusión general en la que todos evidentemente tomaron parte, y a la cual Pedro añadió el peso de su propia experiencia y opinión (Hechos 15:6,7). Después de esto Santiago hizo un resumen de la discusión y presentó una propuesta a la asamblea (versículos 14-21). Esta propuesta fue aprobada en general por toda la asamblea (versículos 22, 23, 25), y tomaron por escrito su decisión que serviría como guía o pauta para las iglesias gentiles. Certificaron por escrito los nombres de los de los obreros aprobados (versículo 25-27); desaprobaron la falsa doctrina y maestros (versículo 24) y eligieron hombres para llevar a cabo una comisión especial en el Espíritu Santo les había dirigido en la adopción de esta decisión (versículo 28). Un acta de decisiones fue enviada a las iglesias y ha sido preservada para nosotros (versículos 23-30). Podrí a observarse aquí que algunos han puesto ob jeciones a la discusión y votación durante las sesiones de negocio de las iglesias, considerando tales actividades como "muy carnales" para una iglesia espiritual. Prefieren que un líder inspirado le diga al resto de la congregación lo que debe hacer, o que el Espíritu Santo se manif ieste mediante alguna declaración profética para guiar a la iglesia. Tales ob jeciones no parecen estar f undamentada en las Sagradas Escrituras. En aquella ocasión tenían la ventaja de la dirección inspirada de los apóstoles. Asimismo las iglesias estaban acostumbradas al ministerio de los profetas que hablaban bajo la inspiración del Espí ritu Santo. Sin embargo, para llegar a una decisión no recurrieron ni apelaron a la palabra autorizada de un apóstol ni a la declaración inspirada de un prof eta. Con todo, se afirma con suma claridad que como resultado de la discusión general y acuerdo, el Espí ritu Santo los había guiado: "Porque ha parecido bien al Espí ritu Santo, y a nosotros." Debe notarse, también, que el apóstol Pablo estaba dispuesto a someter ante el concilio la validez de una revelaci6n que habí a recibido de Dios. En realidad, parece que f ue instruido mediante una revelaci6n especial de Dios a que pidiese a los hombres de experiencia que opinaran sobre la revelación, recibida (Gálatas 2: 1, 2).
10
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS Hagamos aquí un resumen de las acciones de este concilio en su trato de los problemas que af ectaban a las iglesias: 1. Congregaron a ministros y a delegados en un lugar. 2. Presentaron cuestiones para discusión ante el cuerpo. 3. Ninguna persona en particular impuso una decisión, sino que los problemas fueron discutidos libremente~ por todos. 4. Aprobaron la doctrina justa y desaprobaron la enseñanza equivocada 5. Aprobaron a hombres de sólido carácter que daban enseñanzas sanas y desaprobaron a los f alsos maestros. 6. Escogieron a hombres de entre su número y les dieron una comisi6n especial. 7. Recibieron informes de los obreros. 8. Las decisiones alcanzadas fueron aprobadas por la asamblea. 9. El Espí ritu Santo les guío en sus discusiones y decisiones. 10. Levantaron "actas" de las reuniones y las distribuyeron entre las iglesias. Veremos en el Capítulo 4 cómo las Asambleas de Dios se han basado en este modelo para estructurar su forma de gobierno en la actualidad.
11
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS
El origen de la organización del Concilio General de las Asambleas de Dios en los Estados Unidos es único. La mayor parte de las organizaciones eclesiásticas comenzaron o bien en virtud de la personalidad atrayente de un gran dirigente, o por el contrario, hubo divisiones de otros grupos. Ninguna de estas causas inf luyo en la formación del Concilio General de las Asambleas de Dios en los Estados Unidos. El avivamiento pentecostal f ue uno de los grandes fenómenos de la iglesia cristiana en el Siglo XX. Comenzó en los Estados Unidos a principios del siglo cuando grupos de creyentes sinceros oraban pidiendo a Dios que reavivara su obra. Como resultado, el Espíritu Santo comenzó a derramarse en un Instituto Bíblico en Topeka, Kansas. Luego vino sobre el ministerio de un pastor en Houston, Texas, el cual abrió más tarde la misi6n de la Calle Azusa en la ciudad de Los Ángeles, California. Esta misión se convirtió en el escenario de un avivamiento pentecostal continuo al que acudían personas de le jos y de cerca para buscar y recibir el bautismo en el Espíritu Santo. Misioneros de dif erentes denominaciones y misiones religiosas oyeron la noticia y buscaron y recibieron el bautismo del Espíritu Santo. De manera que para el año 1910 el avivamiento se había extendido a la China, al Áf rica del Sur, India, .Chile, Brasil y a otras partes. En los Estados Unidos mismos el avivamiento se extendió por todas partes, llegando hasta el Canadá. No todo, sin embargo, era paz y bendición. Aquellos que recibían el bautismo en el Espíritu Santo no procedí an de una so1a denominaci6n, de manera que habí a entre ellos muchas diferencias de doctrinas. Existí an ideas distintas respecto del gobierno eclesiástico. Lo peor de todo era que no habí a f orma de proteger a las iglesias pentecostales recién fundadas de hombres inescrupulosos y egoí stas. Tales personas se presentaban como varones de Dios pero eran motivadas por móviles a jenos a la gloria de Dios y a la edif icaci6n de su reino. De manera que dejaban una estela de discordia y de división tras de sí . El Concilio General de las Asambleas de Dios nació de esa necesidad, ampliamente sentida, de proteger al incipiente movimiento pentecostal. Se convocó a una reunión de ministros pentecostales para que, con el fin de confraternidad y consulta, se congregaran en abril de 1914 en la ciudad de Hot Springs, Arkansas. Más de 300 personas, 128 de ellas ministros, respondieron a la invitación. Uno de los resultados de esta reunión fue un reconocimiento de la necesidad de una confraternidad cooperativa, sobre todo en estos aspectos: 1.
Aprobar la doctrina y practicas bí blicas, y de aprobar doctrinas y prácticas que no concordaban con las Sagradas Escrituras. 12
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS 2.
3.
Tener los medios de reconocer a ministros de buen testimonio y sana doctrina de manera que estos pudieran distinguirse de los "lobos con piel de ove jas". Hallar la forma de llevar a cabo la empresa misionera, particularmente de aquellos misioneros que habían recibido el bautismo en el Espí ritu Santo y como consecuencia habí an perdido el apoyo de sus propias juntas misioneras.
Estos ministros congregados, mientras reconocí an la necesidad de un esfuerzo cooperativo, guardaban al mismo tiempo serias reservas respecto de la f ormación de una organización. Algunos procedían de iglesias que habían apagado la iniciativa individual y la libertad del Espíritu Santo. Muchos habían pasado por la experiencia de haber sido cortados de la comunión por la jerarquía de la denominación a la cual pertenecían. Como resultado, querían mantenerse libres de cualquier enredo eclesiástico que pudiera conducirlos de vuelta a la esc14vitud. Muchos consideraban que no debía existir organizaci6n de ninguna clase f uera de la iglesia local. Era evidente, sin embargo, que se necesitaba alguna forma de esfuerzo cooperativo para su propia protección y supervivencia. Se emprendió un estudio serio de las Sagradas Escrituras. El modelo original del Concilio General de las Asambleas de Dios emergió después de tres Concilios destinado a realizar consultas durante los siguientes dos o tres años. Estimaban los hermanos fundadores que la nueva conf raternidad no debía convertirse en una denominación, o en una organización, sino que debía retener el aspecto de un movimiento y conf raternidad de avivamiento. Def inieron, al fin, la forma que adoptaría el nuevo grupo como "una conf raternidad voluntaria y cooperativa". Era por naturaleza una confraternidad antes que una maquinaria eclesiástica. Era voluntaria puesto que sus decisiones se alcanzarí an mediante consultas comunes entre los hermanos en vez de ser impuestas por una jerarquía eclesiástica. Y debía ser cooperativa puesto que iba a ser un esfuerzo común para defender la pureza de la doctrina, sostener los niveles respecto de los cuales se habí a llegado a un acuerdo y realizar un esf uerzo cooperativo para alcanzar aquellos objetivos comunes para el progreso de la obra. El principio de la autonomí a de la congregación local se estableció desde el comienzo del movimiento. Se entendía que los acuerdos alcanzados por el Concilio que afectaban a las congregaciones locales serían en la forma de recomendaciones para ellas. En el principio, el funcionario dirigente se llamaba presidente, y debía presidir las sesiones del Concilio Nacional. Serví a como presidente, también, de la comisión ejecutiva que tení a poder para aconsejar a las iglesias y ministros. Más tarde, en el año 1927 se le cambió el nombre a superintendente, puesto que este nombre describe con más exactitud sus deberes. Se han hecho esfuerzos a través de los años para respetar los principios establecidos por los fundadores. Aun cuando el crecimiento de la obra ha colocado más responsabilidad administrativa en la comisión ejecutiva, el principio de la autonomía de la iglesia local se ha defendido vigorosamente.
13
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS A medida que los misioneros-representantes de las Asambleas de Dios han establecido iglesias en otros países, el mismo principio general de gobierno de la iglesia se ha estimulado. Como podrí a esperarse, muchos de los hermanos en estas otras tierras procedentes de ambientes culturales distintos y sin las experiencias religiosas en las antiguas denominaciones protestantes, han procurado modificar esta forma de gobierno de manera que con frecuencia se encuentra un sistema más centralizado que en la organización estadounidense. Estas son adaptaciones normales que deben esperarse; sin embargo, el principio de una conf raternidad cooperativa voluntaria que respeta la autonomí a de la congregación local es muy básica para todo nuestro concepto de lo que constituye un buen gobierno eclesiástico. La f rase "conf raternidad voluntaria y cooperativa requiere una explicación más amplia. Este concepto básico encierra el intercambio libre entre iguales, el rechazo de una jerarquía religiosa. El término "voluntaria" se refiere al hecho de que debe llegarse a los acuerdos de buena voluntad, que cada uno de los miembros ocupe su lugar en la conf raternidad sobre bases voluntarias. No debe de interpretarse en el sentido de que un miembro puede pasar por alto los acuerdos o decisiones del Concilio cuando estos no le interesan en manera especial. Cada uno de los miembros "voluntariamente" acepta los principios de la confraternidad y asimismo asume voluntariamente las responsabilidades que esto involucra. La voz "cooperativa" signif ica "traba jo en común". Acordamos cooperar a fin de realizar juntos aquello que ninguno de nosotros podía hacer solo. Los músicos cooperan para f ormar una orquesta. Un equipo coopera para ganar un partido. Los obreros cooperan para poner una pesada viga en su lugar. Implicada en la naturaleza misma de la cooperación está la limitación de la libertad personal. Uno no puede traba jar independientemente y cooperar al mismo tiempo. El músico que toca en una orquesta limita su iniciativa personal. No toca las piezas que él tocarí a solo, ni va a su propio compás, sino que debe armonizar su actividad con la de los demás músicos. ¿Cómo pueden caminar dos juntos sin que se pongan de acuerde? El simple procedimiento de caminar hasta la ciudad con un amigo requiere un acuerdo respecto del destino, como así también de la ruta que se ha de seguir y la velocidad a que han de caminar. En el trabajo de la iglesia, la cooperación es nuestro reconocimiento de que no estamos solos, sino que somos miembros de un cuerpo. No buscamos agradarnos a nosotros mismos, sino edificar la iglesia. Esto significa que la opinión de los demás modificará ocasionalmente nuestros deseos. L a cooperación que es cooperación solamente en aquello que nosotros' mismos planeamos o deseamos, pero que se niega a cooperar en aspectos en los cuales no se cumplen nuestros propios deseos, no es cooperación sino independencia. Es egoí smo. El que quiera que los demás colaboren con él para llevar a cabo sus planes pero no está dispuesto a sacrificar sus planes o p referencias por amor a los demás, es culpable de tal egoí smo. Claro que en los momentos de' tomar decisiones sobre la f orma en que todos van a cooperar, se debe buscar la dirección del Espí ritu Santo.
14
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS Con frecuencia la gente que tiene palabras elogiosas para la independencia habla de la rigidez y las ataduras de una organización. Lo que realmente quieren decir es que quieren libertad para seguir sus propios deseos sin tener en consideración el bien de los demás. El método de confraternidad cooperativa y voluntaria requiere más amor, más humildad y más autodisciplina que el camino de la independencia. Pero produce un f ruto mucho más maravilloso y duradero.
DECLARACIÓN CONSTITUCIONAL
"Por cuanto es el propósito expreso de Dios, nuestro Padre celestial, llamar del mundo a un pueblo salvado que constituirá el cuerpo o iglesia de Jesucristo, edificado y establecido sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Jesucristo mismo la piedra principal del ángulo; y "Por cuanto que a los miembros del cuerpo de la iglesia de Jesucristo se les manda que se congreguen para adoración, confraternidad, consejo e instrucción en la Palabra de Dios, la obra del ministerio y para el ejercicio de aquellos dones espirituales y cargos provistos por el orden de la iglesia del Nuevo Testamento; y "Por cuanto que es evidente que las primitivas iglesias apostólicas formaron tal confraternidad como cuerpo representativo de creyentes salvados y llenos del Espíritu Santo, y ordenaron y enviaron a evangelistas y misioneros, quienes bajo la supervisión del Espíritu Santo, pusieron sobre las iglesias pastores y maestros, "Por cuanto, resuélvase que reconozcamos que somos una confraternidad cooperativa de creyentes pentecostales bautizados en el Espíritu Santo procedentes de Asambleas Pentecostales locales de semejante fe , …que se conocerá con el nombre de Concilio General de las Asambleas de Dios, cuyo propósito no es el de usurpar la autoridad de las Asambleas locales, ni privar a ellas de sus derechos ni de sus privilegios bíblicos, sino reconocer y promover métodos bíblicos y orden para la adoración, unidad, confraternidad, trabajo y negocios de la obra de Dios; y desaprobar doctrinas, conductas y métodos no bíblicos procurando no mantener la unidad del Espíritu y el vínculo de la paz ‘hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, aun varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo’. Efesios 4:13” .
15
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS
En todos los paí ses donde el Espí ritu Santo ha venido levantando grupos de creyentes con la ayuda de ministros de las Asambleas de Dios, se ha presentado la necesidad de conf rontar y solucionar problemas que siempre surgen en una obra. ¿Cómo se pueden aplicar los principios del gobierno de la iglesia apostó1ica en la actualidad? 5
Debemos congregar a los representantes de las ~iglesias y particularmente a aquellos elementos afectados por los problemas. Ningún hombre debe imponer su decisión sobre los demás respecto de lo que debe hacerse , sino que todos deben tener la oportunidad de expresar su opinión. Durante tales discusiones podemos tener la confianza de que el Espíritu Santo le otorgara a alguno la palabra de sabiduría para guiar nuestros pensamientos, como lo hizo con Pedro y Jacobo. Según la dirección del Espíritu Santo, el Señor capacitara a la asamblea para alcanzar un acuerdo común. Según se presenten las necesidades, puede escogerse a hombres entre los miembros para llevar a cabo una comisión en especial para beneficio de todas las iglesias. La congregación local en Jerusalén escogí a a hombres de entre los suyos para llevar a cabo una comisión especial (Hechos 6:1-6). El grupo de participantes en el concilio de Jerusalén escogió y comisionó a ciertos hombres para que aclararan su postura ante las iglesias entre los gentiles. ¿No es lógico, por lo tanto, pensar que un grupo de iglesias en la actualidad puede formar un concilio y comisionar a hombres de entre los suyos para llevar a cabo proyectos necesarios y beneficiosos para las iglesias en general? La iglesia en la actualidad se ve precisada para comisionar a hombres para desempeñar las labores de evangelistas en algunos territorios. Hombres con el don de administración tienen· que ser nombrados para aconsejar a las iglesias en la resolución de sus problemas internos. Hay que encomendar a personas que tomen ba jo su vigilancia o cuidado regiones especiales y que animen a grupos débiles a esforzarse para que se puedan establecer como iglesias. La iglesia necesita, también, de hombres que sirvan como secretarios y f uncionarios de un grupo de iglesias a fin de ver que exista una distribución justa de fondos. El concilio puede encomendar también, a ciertos creyentes la responsabilidad de llevar a cabo proyectos p ara el benef icio del concilio, en el intervalo que media entre una reunión y otra del concilio. Aspectos geográf icos, esf eras políticas, dif erencias de idiomas y medios de transporte determinarán el tamaño del distrito que será abarcado por una conf erencia o concilio. Se ganará muy poco procurando unir algunas iglesias en un distrito si están alejadas 5 La
sección A se ha tomado del libro Edificare mi iglesia, por Melvin L. Hodges. 16
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS las unas de las otras y no se puede mantener una verdadera comunión entre ellas. Cuando la distancia el idioma o las barreras de carácter político hacen que no sea practica la unión de las iglesias para formar un distrito, es aconse jable dividir el distrito en unidades más pequeñas·, celebrando una conferencia o concilio seccional en cada zona. En una forma muy seme jante a la manera en que los miembros fundadores de la iglesia local se reúnen para acordar como van a llevar a cabo la extensión de su obra localmente, así las iglesias deben reunirse para discutir las bases para el desarrollo de la iglesia en la zona. Las iglesias locales están representadas por sus pastores y delegados correctamente elegidos. Otros creyentes de las .congregaciones pueden estar presentes como observadores. Estas conferencias se convierten en la reunión anual de negocios para dirigir la labor del distrito. Al ampliarse la obra, el distrito puede dividirse en secciones. Cada sección puede estar constituida por cinco hasta diez iglesias locales. Estas iglesias pueden congregarse en una reuni6n de confraternidad cada tres a seis meses, según lo permitan las circunstancias. Un sobreveedor o presbítero, elegido en la conf erencia anual de todas las iglesias, asume la administración de cada sección y ayuda a los pastores y a las iglesias a resolver los problemas que se presentan. Puesto que el presbítero es también pastor de una de las iglesias de la sección, no necesitara ser sostenido por otras fuentes. Pero por la misma razón, las iglesias bajo su supervisión deberán ser limitadas en número; de otra manera, o descuidara a su iglesia a fin de desempeñar las labores de la sección, o no podrá administrar la labor de la sección como corresponde. Quiere decir, pues, que al multiplicarse el número de iglesias en una sección, habrá que dividirla con un presbítero sobre cada una de las divisiones. Los funcionarios generales, tales como superintendente, secretarios y tesoreros son elegidos por la asamblea general en la reunión anual. Es probable que los ministros del país deseen que un misionero ocupe el cargo de superintendente hasta que haya algunos que estén preparados en la administración de la iglesia. Cuando haya dirigentes nacionales preparados, sin embargo, todos los cargos of iciales deben ser ocupados por ellos. Es me jor que aprendan a asumir la responsabilidad de la administración de la iglesia mientras que aún hay misioneros en el campo que los guí en. Es un mal procedimiento esperar hasta que los misioneros se retiren del paí s para entonces darles de repente los cargos directivos a los dirigentes nacionales. Consideremos los puntos que la· experiencia ha enseñado que se necesitan para poder tener éxito en gobernar las iglesias de la época moderna sin faltar a los principios bíblicos. Lo que se ofrece a continuación se acepta por lo general como una estructura visible aunque se notarán algunas variaciones entre un paí s y otro. Ya que se ha observado la autonomí a de la obra nacional en cada país, cada organización ha ejercido su derecho de elaborar su propia constitución. No nos debe extrañar, por lo tanto, que haya pequeñas diferencias.
17
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS
Puesto que un Concilio de las Asambleas de Dios es una conf raternidad cooperativa fundamentada en acuerdos mutuos aceptados voluntariamente por sus miembros, la autoridad de dicho Concilio lógicamente se deriva de esos acuerdos y resoluciones aprobadas mientras el Concilio está en sesión. Las Asambleas de Dios, por lo tanto, no reconocen ninguna autoridad superior al Concilio General en sesión, que al mismo tiempo es la corte final de apelaciones. Ningún funcionario ni comité, ni junta podrá e jercer autoridad más allá de la que el Concilio General mismo le conf iera. Cuando un Concilio ·General no está en sesión puede delegar ciertas responsabilidades administrativas a su presbiterio e jecutivo o a su presbiterio general. Tanto este como aquel son responsables ante el Concilio General. El presbiterio, ya sea general o ejecutivo, no tiene poder para legislar, sino simplemente cumplir las responsabilidades asignadas por la constitución o estatutos del Concilio, y desempeñar las funciones que le han sido encargadas por el Concilio General. Puede decirse lo mismo del superintendente general que de los presbiterios en cuanto a su autoridad. Puesto que es nombrado por la acción del Concilio y depende del Concilio, el superintendente no debe ir más allá de lo que el Concilio mismo le ha autorizado a pesar de que se le considera el funcionario de mayor autoridad. La disciplina no se lleva a cabo de acuerdo a las ideas personales del primer funcionario sino que debe ser administrada según las provisiones hechas en la constitución o reglamentos del Concilio. El superintendente no debe arrogarse prerrogativas o autoridad que no se le hayan conferido específicamente que no se derivan de las f unciones normales de su cargo. A fin de ser reconocido por el gobierno como entidad legal, el Concilio forma una personería jurídica con el propósito de contar con una representación legal apropiada ante el gobierno. Esta representación legal abarca la capacidad de comprar y vender propiedades, de iniciar juicios o def ender al Concilio cuando alguien emprende acción contra él. Le otorga, también, los fundamentos apropiados de apelación ante las agencias del gobierno cuando los privilegios de los ministros o de las Asambleas son puestos en tela de juicio. En otras palabras, una personería jurídica confiere el poder a una persona para administrar los asuntos legales del Concilio. En la mayoría de los casos, los funcionarios elegidos por el Concilio para f ormar el presbiterio ejecutivo son los mismos a quienes también se les otorga poder para representar al Concilio en asuntos legales. Hay veces, sin embargo, cuando se ha considerado aconsejable que un grupo separado de miembros represente al
18
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS Concilio en asuntos legales. Cuando se presentan tales casos, se debe tener cuidado de que exista una apelación apropiada entre la administración espiritual del Concilio y los apoderados legales. Entre otras cosas, es importante que la estructura legal de la personería jurídica esté en armonía con la estructura eclesiástica de la organización, puesto que cuando las decisiones de carácter legal se hayan tomado, los tribunales basaran sus decisiones en la estructura legal según esta registrada con el gobierno, y no necesariamente en la reg1amentación interna de la organi zación que puede dif erir de esta estructura. Es importante, también, que la estructura eclesiástica del Concilio (su superintendente y presbiterio) predomine sobre los apoderados legales a f in de que sea la autoridad real en la i glesia. La personerí a jurídica no debe estar en condiciones de dictar la política o acciones de la iglesi a, sino más bien que es la iglesia a través de sus funcionarios elegidos quien debe dictar las decisiones y controlar a la personería jurídica. Un superintendente debe elegirse en virtud de su madurez espiritual, de su habilidad para adoptar decision.es y resolver los problemas espirituales de la obra, y no simplemente porque pueda tener habilidad como hombre de negocios o como abogado para representar al Concilio en asuntos legales. Si existe una personería jurí dica separada de los oficiales eclesiásticos, debe expresarse claramente en la constitución de qué manera se le otorgará poder para proceder; en asuntos que pertenecen a la organización. El comprar y vender, por ejemplo, debe requerir la aprobación del presbiterio ejecutivo o de algún otro grupo elegido responsable, tal como el presbiterio general, a f in de que represente a la Conferencia. Una personería jurídica no debe elegirse de tal manera que esté libre para proceder independientemente de los f uncionarios elegidos del Concilio.
a. EnlaAsamblea( Co ncili o)
(1) El ministro tiene todos los derechos que le han sido concedidos parla constitución como miembro de la asamblea. La constitución define los derechos de los ministros según sus credenciales. (2) Tiene el derecho de votar en asuntos que se presentan a la asamblea. El voto de cualquier ministro tiene tanto peso en la decisión final como el del superintendente. (3) Tiene el derecho de expresar su opini6n en los asuntos que se discuten. (4) Tiene el privilegio de servir como funcionario del Concilio si puede llenar los requisitos constitucionales. (5) Tiene el derecho de presentar cualquier resolución que desee ante la asamblea, siempre que siga el procedimiento autorizado que corresponde. (6) Tiene el derecho de solicitar una explicación por la conducta o decisión de cualquier funcionario o comisión del Concilio. 19
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS b. Lasprerr ogati vasgener ales
(1) Tiene el derecho a que se le conceda una credencial que dé constancia de la aprobación del Concilio de su ministerio. (2) Tiene el derecho de ser elegido como pastor en cualquier asamblea afiliada con el Concilio. c.
Laslimi t aci onesdepr err ogativas
(1) Cuando un ministro acepta credenciales de una organización, está de acuerdo, también en cooperar con esa organización y aceptar sus decisiones. Por lo tanto, mientras que es legítimo que el ministro exprese su desacuerdo en la asamblea con cualquier propuesta que se hace, una vez que la asamblea haya adoptado una decisión, le corresponde la responsabilidad individual de cooperar con todo el empeño que le sea posible. El ministro individual no tiene derecho de boicotear la decisi6n del Concilio, o de traba jar contra los funcionarios elegidos. A un ministro que procede de esta manera se le puede acusar de insubordinación y privarle de sus credenciales. (2) Un ministro no tiene la libertad de realizar actividad alguna o ejercer el ministerio en una iglesia en donde se considere que tal ministerio perjudica toda la conf raternidad. (3) Se le puede retirar las credenciales a un ministro que se apartare de la regla de conducta o de la sana doctrina del Concilio. Por supuesto que todo ministro tiene derecho a un juicio para comprobar o desmentir cualquier acusaci6n que se le haga.
a. E nl aasambl eagener aldeC onci l io
(1) Una asamblea af iliada con el Concilio tiene el derecho de representación en las asambleas generales del Concilio por sus delegados según la autorización provista en la constitución. (2) Tiene prerrogativas de apelar a los funcionarios de dist ritos para que le den consejo y dirección al surgir problemas que los dirigentes locales no pueden resolver. (3) Tiene el derecho de ser considerada parte del programa general del Concilio y ayudar a llevar a cabo proyectos especiales que el Concilio inicia. b. Enelgobiernol ocal
(1) La soberanía local Es un principio reconocido del Concilio que las asambleas locales son autónomas y tienen gobierno propio. Esto significa que tienen el derecho de administrar sus propios asuntos en armonía con los principios generales
20
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS establecidos por el Concilio. La soberanía de la asamblea local, sin embargo, no abarca el derecho de tomar medidas o de sostener posiciones dañosas para el Concilio en general. La autonomía de la asamblea local, por ejemplo, no significa que una asamblea pueda predicar doctrinas contrarias a aquellas establecidas por el Concilio o aceptar a ministros que han sido desaprobados por el Concilio. El hacerlo perjudicaría la obra de Dios en general. Los derechos individuales terminan donde los derechos de otros comienzan. (2) Las prerrogativas de los funcionarios locales (a) E l pastor
El pastor representa la dirección espiritual de la iglesia. Como varón de Dios, debe tener un sentido de dirección espiritual. Debe ser presidente de la junta. No es un dictador, sin embargo, para e jercer señorí o sobre los que están a su cuidado. Dado que es un dirigente reconocido, no debe proceder en una forma arbitraria. La prueba de sus verdaderas dotes rectoras será su capacidad de armonizar la voluntad e intenciones de aquellas personas con las cuales tiene que traba jar. (b) La Junta
La Junta Of icial es elegida por la congregación para que realice ciertas tareas que se le encomiendan. Estas tareas pueden abarcar el examen de los candidatos para el bautismo, la admisión de miembros en la iglesia, la disciplina de miembros en la iglesia, la disciplina de miembros culpables de alguna falta, el cuidado general de la propiedad, el programa f inanciero de la iglesia, la consideración cuidadosa de los planes que el pastor presenta para el progreso de la iglesia. Al igual que los diáconos del capí tulo 6 de los Hechos, los miembros de la junta son escogidos o elegidos por la congregación para representarla, pero deben traba jar bajo la supervisión del pastor. ("Siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo." Hechos 6:3). (3) La prerrogativa de la congregación Puesto que reconocemos la soberanía de la iglesia local, y puesto que creemos que la iglesia es el cuerpo de Cristo, creemos que el Espíritu Santo puede hablar y hablará a una congregación concediéndole dirección. Así como el Concilio en sesión es la autoridad f inal para el Concilio, de la misma manera la congregación en sesión es la autoridad final para la congregación dentro de la estructura de las provisiones del Concilio. Es la congregación la que elige al pastor, la que decide si se construirán edif icios. Algunas de las responsabilidades son delegadas por la congregación en el pastor o en la Junta Of icial.
21
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS (4) Las prerrogativas de cada miembro en particular (a) El miembro en plena comunión tiene derecho a votar en la sesión de negocios. (b) Se le puede escoger para ocupar un cargo of icial en la iglesia sujeto a las limitaciones de la constitución de la iglesia. (c) Tiene el derecho a benef icios espirituales administrados por el pastor y a la comunión espiritual de la iglesia. (d) Si tiene alguna que ja o no está satisfecho por alguna causa, tiene el derecho de expresar a la autoridad competente de la iglesia los motivos de su inconf ormidad. (e) Si se le acusa de una falta, tiene el derecho a que se le escuche como corresponde ante la junta oficial de la iglesia.
22
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS
En aquellas regiones donde las Asambleas de Dios de los Estados Unidos han enviado misioneros para establecer una obra de las Asambleas de Dios, llega el momento cuando surge la cuesti6n de las relaciones entre la organización estadounidense y la nueva organización nacional. ¿Qué prerrogativas o autoridad tiene la misión en la organización nacional que ha sido f undada como resultado de sus labores? ¿Q ué autoridad y prerrogativas tiene el misionero mismo que fue enviado por la División de Misiones Foráneos en la organización nacional? Citaremos el artículo 8 de los estatutos del Concilio General de los Estados Unidos que dice así en la Sección 1: "Autorización y Propósito: a. El concilio General de las Asambleas de Dios asume la responsabilidad de, y hará todo lo que está a su alcance para esparcir el evangelio en países extran jeros. De acuerdo con este ob jetivo, habrá una División de Misiones Foráneas que se encargará de todos los intereses misioneros al exterior de la conf raternidad. b. La responsabilidad principal de esta División será la promoción del evangelismo y el ganar almas dentro de su campo de actividad . c. El ejemplo sentado por el apóstol Pablo se ha de seguir en todo lo que sea posible, buscando regiones descuidadas donde el evangelio no se ha predicado; como así el establecimiento dé iglesias nacionales autónomas, de sostén propio y que se propagan a sí mismas."
Debe observarse que el propósito declarado de la División de Misiones Foráneas es el establecimiento de iglesias nacionales autónomas, que se sostienen así mismas y se propagan de por sí mismas. Los misioneros plantan la semilla , que a su vez produce una cosecha de convertidos que se transformara en el fundamen to para el establecimiento de iglesias locales. Estas, a su vez, viendo la necesidad y por su propia iniciativa, forman un concilio o conferencia que se convierte en instrumento de bien de la obra. Hasta que no se establezca la obra nacional, no se puede decir que los objetivos de la División de Misiones Foráneos se han cumplido.
23
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS
Puesto que la iglesia nacional debe propagarse de por sí, se entiende que deberá levantar sus propios obreros y pastores y preparar1os sin tener que depender de personal extran jero para hacer frente a las necesidades. Puesto que la iglesia nacional deberá sostenerse a sí misma, significa que las iglesias locales y la obra nacional deben hallar dentro de sí mismas aquellos recursos necesarios para el apoyo de pastores y para la construcción de sus edificios de las iglesias y todo lo demás que es necesario para mantener y extender la obra. Esto significa que mientras que el Departamento de Misiones Foráneos quizá esté capacitado para ayudar en lo f inanciero al establecimiento de Institutos Bí blicos o iniciar los diversos aspectos de la labor, no puede tomar sobre sí la responsabilidad de mantener el trabajo en el sentido de sostener a los pastores o asumir esos gastos ordinarios que corresponden a la operación de las iglesias. La misión no tiene pensado iniciar relación de empleador-empleado con los' pastores y obreros. La obra del Señor requiere cooperación entre todos los participantes. La misión no emp1ea pastores o evangelistas. Dios los llama y ellos responden en virtud de una convicción interior. Aquellas misiones que han establecido relaciones con la iglesia nacional en base al sostén de pastores, se han encontrado en grandes dificultades. Entre otras cosas, es inevitable que la persona que paga también ordena, y ésta no es la correcta relación entre hermanos. Cuando se establece una relación de patrón-empleado y empleador-empleado, el empleado puede siempre buscar otro patrón que le pague un poco mejor. En la relación patrón-empleado, a veces se producen resentimientos si el empleado piensa que no recibe suficiente pago. Esto signif ica que debe tener su propia constitución, reglamentos, y desarrollar a sus propios lí deres. Una vez que la iglesia nacional se haya f ormado en un país, no es una parte orgánica del Concilio General de las Asambleas de Dios en los Estados Unidos, sino más bien ha desarrollado un sistema similar de organización con vínculos fraternales. En otras palabras, se procura que esta organización nacional mantenga las mismas relaciones con el Concilio General de las Asambleas de Dios en los Estados Unidos que las que tiene el Concilio estadounidense con la organización f raternal en el Canadá o con la de Gran Bretaña. Ni el Concilio General de las Asambleas de Dios en los E stados Unidos, ni sus representantes ejercerán autoridad sobre la iglesia nacional en base a estas relaciones. El Concilio General como tal no tendrá representación en el presbiterio de la organización nacional ni tampoco la organización nacional tendrá representación en el presbiterio del Concilio de los Estados Unidos.
24
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS
Después de la formación de la organización nacional en un país, la constitución de la organización debe establecer que privilegios, si es los tiene, puede disfrutar el misionera designado por la División de Misiones Foráneas dentro de dicha organización nacional. Algunos concilios piden que los misioneros designadlos por la División de Misiones Foráneas f ormen parte del presbiterio general. Otros simplemente le permiten al misionero ser elegible para un cargo of icial lo mismo que cualquier otro obrero. El misionero debe solicitar y recibir credenciales de la organizaci6n nacional. En este caso, tendría una doble afiliación. Es miembro del Concilio General de las Asambleas de Dios de los Estados Unidos, pero como misionero designado para trabajar dentro de la organización del paí s adonde f ue enviado, se le debe dar reconocimiento mediante credenciales según las mismas bases que los ministros del paí s. Después que se haya f ormado una organización que se sostiene a sí misma, autónoma y que se propaga por sí misma, la labor principal del misionero se ha cumplido. Es aconsejable, Sin embargo, que permanezca en el paí s para dar mayor ayuda a la obra. Esta ayuda puede realizarse en uno o más de l os siguientes aspectos: 1. Abrir nuevas regiones que aún no ha podido alcanzar la iglesia nacional. 2. Desplegar un activo programa ministerial de adiestramiento, ya sea en Institutos Bí blicos en otra forma. 3. Asumir un ministerio especializado en la literatura, la radio, la labor de la escuela dominical o en algún otro departamento de labor en donde su experiencia y madurez espiritual contribuyan al crecimiento y f ortalecimiento de las iglesias. La División de Misiones Foráneas se reserva el derecho de abstenerse de enviar a sus misioneros a cualquiera región donde se considera que serí a mejor para la obra no tener misionero allí. La localizaci6n y actividad de un misionero se determinan por medio de consultas entre la División de Misiones Foráneas, los misioneros en el paí s que representan a la División de Misiones Foráneas, los dirigentes de la organización nacional y el misionero mismo, quien naturalmente debe tener la satisfacción de creer que trabaja en la voluntad de Dios. La División de Divisiones Foráneas solicita la aprobación de la organización nacional en el nombramiento de un misionero para continuar su ministerio durante otro perí odo en una región especí f ica, puesto que considera que si un ministro no tiene la aprobaci6n de los hermanos nacionales, por lo general no será ef icaz en su labor.
25
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS
En la mayorí a de los países, para llevar a cabo los negocios en una manera ordenada, se acostumbra seguir un conjunto de reglas que constituyen el procedimiento parlamentario. En la constitución de la organización que pretende hacerla, se incluye una provisión para el uso de dichas reglas, entendiéndose que se hará bajo las directivas del Espí ritu Santo. Precisa, por lo consiguiente, que tanto el moderador como los participantes de una asamblea entiendan cuando menos algo de los principales procesos parlamentarios. No pretendemos aquí considerar en detalle todo el procedimiento ya que se halla en un libro relativo a las leyes parlamentarias. Nos será de ayuda, sin embargo, comprender la filosof ía que respalda el uso de dichas reglas. El propósito básico que fundamenta el proceso parlamentario es proveer por la igualdad, la protección y la justicia. Las reglas parlamentarias no fueron f ormuladas nunca con el propósito de permitirle a una persona en particular seguir un procedimiento técnico para lograr sus propios f ines o para f rustrar los propósitos de la asamblea. Más bien la f ilosofía básica que respalda el reglamento parlamentario es la protección de tanto el miembro individual como la asamblea en conjunto. Bosque jaremos aquí algunos de los propósitos y salvaguardas que proporcionan las reglas parlamentarias.
Los miembros, por e jemplo, tienen que recibir el permiso del presidente para hacer uso de la palabra. Deben dirigir sus declaraciones al moderador y no a los otros miembros de la asamblea.
El que modera la sesión tiene la responsabilidad de ver que a todos se les dé la oportunidad que corresponde. Cuando las cosas marchan bien, a veces no es necesario observar al detalle todos los puntos del reglamento parlamentario. Pero cuando las deliberaciones se hacen difíciles y se aumenta la tensión, el que preside hará bien en adherirse estrictamente a todas las reglas. El procedimiento parlamentario exige, por e jemplo, que a nadie se le permita hablar dos veces sobre una proposición hasta que todos los miembros hayan tenido la oportunidad de expresarse por primera vez sobre la moción. Así se impide que una persona agresiva monopolice la discusión. Naturalmente si ningún otro desea hablar, hay derecho para quien desee tomar la palabra, a menos que la .asamblea limite las oportunidades que cualquier persona puede tener para hablar sobre la moción, o especifique el tiempo máximo que puede ocupar cualquier persona en la exposición de sus opiniones de la moción. 26
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS Si el moderador estima que diferentes ¡miembros de la asamblea sostienen marcadas diferencias de opinión acerca de una moción, debe conceder la palabra primero a uno que este a favor de la moción y luego a otro en contra de ella. Así, alternando entre los que f avorecen la moción y los que se oponen, podrá ser más equitativo en la preservación del principio de ofrecer iguales oportunidades a todos los miembros. Al llegar el momento en que no quiera hablar ninguno más a favor de la moción, o si no queda ninguno por hablar en contra de la moción, el que preside podrá, en la mayoría de los casos, someter la moción a votación.
En otras palabras, la maquinaria del sistema parlamentario of rece la protección contra una minorí a vociferante y persistente. En caso de que una persona, o un pequeño grupo de personas, quiera mantener la discusión cuando ya la mayorí a de la asamblea no desea prolongarla, la mayorí a está protegida por el privilegio de limitar la discusión. Esto se puede realizar por dos numeras: o se aprueba una moción de limitar el tiempo disponible para que cada persona hable, o se aprueba la moción de la "cuestión previa." La aprobación de la cuestión previa hace que se lleve inmediatamente la moción bajo consideración a votación sin más discusión. Hay que tener presente cuando se pide la cuestión previa que el que preside no puede poner f in al debate solamente por el hecho de que algún miembro haya invocado la cuestión previa. Es toda la asamblea quien decide si se va a prohibir más discusión o no. Una vez que se haya presentado una moción de la cuestión previa, que es una moción indebatible, la discusión esta f uera de orden y la asamblea debe decidir si se va a terminar o no con la discusión para poder votar sobre la moción. Es decir, se lleva a votación antes que nada la cuestión previa. Si esta gana la votación, entonces se somete a votci6n la moción que se discutí a. Si la moci6n de la cuestión previa no logra una mayoría de por lo menos los dos tercios de los votantes, no se corta la discusión, y el moderador tendrá que dar la palabra a quien corresponde para seguir el debate sobre la moción. Mientras que el procedimiento parlamentario reconoce el derecho de la mayorí a de decidir los asuntos, concede, sin embargo, cierta protección interna para la minorí a. Toda cuesti6n que afecta los privilegios y derechos de un grupo minoritario, así como la cuestión previa o la suspensión de las reglas, requiere una mayorí a de los dos tercios de los votantes.
27
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS
1.
El modelo seguido por las Asambleas de Dios es la estructura de su organización (una combinación del gobierno centralizado y del descentralizado) sigue los principios básicos según se establecen en el Capítulo 15 de los Hechos. 2.
El Espí ritu Santo tiene la oportunidad de guiar por intermedio de todos los miembros y no simplemente por una persona que tenga control absoluto. 3.
Algunos de los contrapesos y f renos contra los abusos
a. Los dirigentes son responsables ante la asamblea, y tienen el deber de inf ormar le sobre sus actividades en relación a los intereses de la organización. b. La asamblea nombra a sus dirigentes y periódicamente hace una evaluación de su traba jo en la f orma de las elecciones. c. Cualquier miembro de la asamblea tiene el derecho de pedir a un dirigente una explicación de su actuación. d. La asamblea lleva a cabo sus negocios buscando la dirección del Señor. e. Toda moción se tiene que someter a la votación de la asamblea. 1. No puede asegurarse que la mayorí a siempre procederá en la voluntad del Señor. 2. Cuando el pueblo de Dios anda en amor y está lleno del Espíritu Santo, Dios puede hablar por intermedio de él y lo hará. Si los prejuicios personales, sin embargo, y las dif erencias de opinión reemplazan a la voz del Espí ritu, los resultados no corresponderán a la voluntad de Dios. 3. Otra complicación que puede en algunas ocasiones, quizás servir de obstáculo para que la decisión de la asamblea ref leje la voluntad de Dios sería que el pueblo en general no entendiera las complejidades de un problema o todo lo que estuviera involucrado en la decisión. 4. Existe la posibilidad de que aun cuando el pueblo no entiende bien el proyecto presentado a la asamblea, de todos modos dé su apr obación debido a que ciertas personas se pongan a manipular a la asamblea para alcanzar sus fines personales. 5. Puede que la asamblea proceda con demasiada lentitud para aprobar un asunto muy urgente o para iniciar algún proyecto de gran bene f icio. De por sí, esta forma de gobierno es más demorada que la centralizada puesto que muchas personas intervienen en las decisiones mientras que en la totalitaria una sola persona puede 28
ORGANIZACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS tomar una decisión importante. 6. Existe el peligro de que los miembros de la asamblea se de jen inf luenciar por las personalidades y no les den la importancia suficiente a las mismas cuestiones. 7. Puede que la iniciativa individual sea suprimida más allá de lo que sería beneficioso para el cuerpo de Cristo. Existe un equilibrio muy delicado entre la iniciativa individual y la cooperación con los demás. Debemos trabajar juntos como un equipo y como miembros del cuerpo de Cristo, pero esta verdad no debe permitir que se aplaste la iniciativa individual. Dios se vale de personas individualmente para realizar sus planes. 1. Una constitución por escrito que no se puede cambiar de acuerdo con los caprichos del uno o del otro, ni tampoco cuando se alteran los ánimos repentinamente. 2. Una buena actitud de parte de los dirigentes. a. Un deseo sincero de que se realice la voluntad de Dios. b. El deseo de ver que se cumplan todas las partes de la constitución. c. Un anhelo del moderador de que pueda presidir una sesión de ne gocios con toda equidad. d. Q ue ejerciten paciencia, de manera que la voluntad de la asamblea pueda ser conocida y no frustrada. 3. De parte de los miembros 4. Un corazón abierto a la voz del Espíritu. 5. El deseo sincero de ser guiados por los principios de la justicia y las Sagradas Escrituras. a. La buena voluntad para tomarse tiempo con el fin de relacionarse con los asuntos a resolver.
29