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NORMAS GENERALES SOBRE LA MÉTRICA SOBRE PLAUTO (distintas de las relativas a la Correptio yámbica) Advertencia: Estas normas indicadas a continuación han sido formuladas por diferentes estudiosos, sobre todo de la escuela alemana, en el siglo XIX. Aunque están comúnmente admitidas y suelen darse, no se cumplen en todos los versos; algunos resultan irreductibles a las mismas, bien sea porque se trata de excepciones, bien sea porque los versos que no las observan ofrecen problemas de corrupción textual, bien sea porque las normas, a pesar de estar basadas en una concienzuda observación de los hechos, no son “leyes físicas” a las que todos los versos se sometan inexorablemente. Ante todo debe tenerse presente que lo más importante es que hay que entender que el verso es una unidad melódica y significativa como decía Cupaiuolo; una unidad estructural que organiza las palabras y sonidos y configura las líneas de tensión interna, ofreciendo imágenes fónicas; su estructura está constituida por una red de relaciones entre sonidos, significados, constructos y figuras. El ritmo conseguido en cada tipo conocido y usado, dactílico, yámbico, etc., es el que marca la propia construcción interna, es el que el oyente identifica y es al que se adapta la palabra utilizada por el poeta, sea cual sea el mecanismo que tenga que utilizar para adaptarla, siempre que los márgenes de la comprensión y la comunicación lingüística se lo permitan.
Normas sobre los elementos bisilábicos NORMA DE RITSCHL Un elemento bisilábico no puede estar formado por una palabra que comienza antes y finaliza en su interior. De esto se deduce: a) Un monosílabo breve o convertido en monosílabo por sinalefa puede constituir la 1ª parte del monosílabo, pero no como elemento preposicional. Bacch. 161 (ia6): occisus hic homo (e)st. ecquid in mentem (e)st tibi Cas. 618 (ia6): quoi sic tot amanti m(i) obui(am) eueniant morae Rud. 502 (ia6): quid mihi scelesto tib(i) erat auscultatio? b) Dos monosílabos breves, aunque lo sean por sinalefa, o un bisílabo pirriquio pueden constituir dicho elemento bisilábico. As. 720 (ia7): opt(a) id quŏd ŭt cōntingat tibi / uis :: quid s(i) optar(o)? :: eueniet Cur. 596 (tr7): rogat und(e) habeam ‘quĭd ĭd tū quaeris? / quia mi quaesitost opus’ 1
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Mos. 1042 (tr7): atqu(e) equidēm quĭd ĭd ese dicam uerbum ‘nauci’ nescio Bacch. 70 (tr7): prō gălĕā scăphĭum, pr(o) insigni sit corolla plectilis Mil. 1284 (ia6): ali(um) alio pacto proptĕr ămōrem ni sciam La dificultad se arregla porque propter forma unidad sintáctica con su palabra regida y, por tanto, una única palabra métrica. Trin. 489 (ia6): dar(e) atqu(e) accĭpĕre, Lesbonice, te uolo Mer. 385 (tr7): e(o) eg(o) ut quae mandat(a) amīcŭs ămicis / tradam :: immo mane La dificultad se vence porque se considera amicus amici como palabra métrica. En cambio hay versos que no pueden explicarse bien de acuerdo con esta norma: As. 382 (ia7): Demaenĕtŭs ŭbi dicitur / habitar(e). i, puere, pulta El segundo elemento largo está representado por -tŭs ŭCap. 94 (ia6): n(am) Aetoli(a) haec est, illi (e)st captŭs ĭn Alide. Parece que esta norma no se puede aplicar en los casos en que se constituye una palabra métrica por efecto de proclisis, enclisis, etc.
NORMA DE HERMANN – LACHMANN Un elemento bisilábico no puede estar formado por una palabra que se inicia antes y finaliza con el mismo elemento bisilábico. Puede darse alguna excepción con palabras dactílicas, muy raramente proceleusmáticas en algunos lugares, pero nunca en palabras de estructura de tríbraco o de final tríbraco. Poen. 179 (ia6): len(o) ad s(e) āccĭpĭet aurī cŭpĭdus ilico Pseud. 1252 (ba4): prŏfēct(o) ĕdĕpol ĕgŏ nūnc prŏb(e) hăbĕō madulsam Van contra esta norma: Amph. 55 (ia6): comoedi(a) ut sit omnĭbŭs īsdem uorsibus Las sílabas –nĭbŭs forman el 4º anceps. Mer. 282 (ia6): i et hoc memento dīcĕrĕ :: nūmquid amplius? Las sílabas –cĕrĕ forman el 4º anceps. En estas normas de Ritschl y de Hermann-Lachmann se hallan incluidas las que afectan a las normas de los anapestos ᴗᴗ-, también consideradas en la métrica griega, según las cuales, de las dos breves del elemento bisilábico, no puede darse que la primera sea el final de una palabra de más de dos sílabas y la segunda sea inicial de otra palabra: ᴗ|ᴗ-; 2
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y que el elemento bisilábico pertenezca al final de una palabra de más de dos sílabas y el monosilábico al inicial de la palabra siguiente: ᴗᴗ | - (en este caso sí se admite si hay sinalefa: perficer(e) omnes). Las mismas condiciones del anapesto cabe señalar para el proceleusmático. Además de algunas otras observaciones y licencias, cabe decir que el 2º elemento de todos los versos, el décimo de los yámbicos y trocaicos con diéresis no están vinculados a ninguna de las dos normas. Por otra parte, siempre hay que tener en cuenta la Correptio iambica que es una de las normas de mayor alcance y que más influye en toda la métrica plautina y, en general, arcaica.
NORMA DE FRAENKEL-THIERFELDER-SKUTSCH Un elemento formado por bíceps o anceps bisilábico y que sea final de pie no puede ir seguido de un elemento “largo” conformado por dos bisílabos: ₋ᴗᴗ | ᴗᴗ₋ Así son corruptos o deben escandirse de forma diversa: Cur. 170 (tr7): ipsus s(e) excrúciat qui homo quod amat uidet nec potitur dum licet La escansión īpsŭ(s) s(e) ĕxcrŭcĭat es imposible según la norma y –sŭs no puede ser BB. Hay que escandir, según propone Lindsay: ípsus s(e) éxcruciát. Per. 232 (tr7): illă mīlĭtĭa militatur multo magi(s) quam pondere La escansión ĭllă es muy incierta e īllă mĭ- es imposible porque entre la breve y la brevians hay final de palabra, lo cual no es posible, salvo que la breve sea monosilábica. Pero si las dos sílabas del anceps o bíceps pertenecen a una palabra detrás de la cual hay sinalefa, la norma parece no quedar transgredida: Cis. 62 (tr7): īndĭd(em) ŭnd(e) ŏrĭtūr facit(o) ut facias | stultitiam sepelibilem Pseud. 910 (an8): tum pol eg(o) interi(i) homo s(i) ill(e) abiit | nequ(e) hŏc ŏpŭs quod uolui hodi(e) ecficiam.
Normas sobre los elementos delante de pausa NORMA DE LA INDIFERENCIA DELANTE DE PAUSA Delante de pausa fuerte se pueden dar prácticamente todas las condiciones que en final de verso y el elemento que va delante de la pausa puede considerarse indiferente; no obstante, puede admitir sinalefa con lo que sigue detrás, hecho que no ocurre en final de verso.
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Se consideran pausa fuerte la diéresis y el cambio de interlocutor. Nunca las cesuras. Mientras que las diéresis dividen los versos en dos cola, las cesuras, en realidad, articulan los versos en dos partes organizándolas y uniéndolas rítmicamente. No obstante, hay problemas en algunos autores a la hora de escandir versos y unos resuelven los mismos haciendo estas pausas y otros recurriendo a servirse de hiatos no prosódicos o al uso de sustituciones de elementos largos por breves, bien sea justificando esos hiatos o la falta de una mora como consecuencia de la pausa fuerte que va después (por ej. Es la tendencia de Lindsay, frente a Questa). Cap. 139 (ia6): nē flē :: ĕgŏn(e) īllūm nōn flē(am)? ĕgŏn nōn dēflĕām Mer. 916 (tr7): quid manebo? :: tempus non est intr(o) eūndi :: ēnĭcas Mil. 1057 (an7): meam né sic uólgo póllicitér(e) ŏpĕrām :: audín tu, mulier? NORMA DE JACOBSON El octavo elemento de los senarios yámbicos y el tercero y undécimo de los septenarios trocaicos si están constituidos por final de palabra pueden ser tratados como indiferentes “loci jacobsoniani”: (ia6): x-. x-.x-.xᴖ | x-. ᴗᴖ (tr7): - x. ᴖ |x.-x.-x. -x. ᴖ |x.-ᴗ.ᴖ Cas. 134 (ia6): quom mih(i) illa dicet ‘m(i) animŭlĕ, m(i) Olympyo’ Cur. 438 (ia6): quia nudiu(s) quartus uēnĭmŭs in Cariam Amph. 141 (ia6): et seruos quoiiŭs ĕg(o) hănc fĕrō imaginem As. 199 (tr7): cetera quae uólumus úti Graeca mercamur fide Cur. 192 (tr7): ebriolă pērsolla, nugae :: tunc meam Venerem uituperas? Cap. 828 (tr7): quo homine adaeque nemo uiuit fortunatior (sílaba breve e hiato a la vez en el tercer lugar) As. 250 (tr7): atqu(e) argento comparando fingĕrĕ fallaciam Pseud. 355 (tr7): ego scelestus nunc argentum promĕrĕ possum domo Cas. 550 (tr7): propter oper(am) illíus hirqui ínprobī ēdentuli No obstante, debe advertirse que la posibilidad de dares un locus jabsonianus no implica la obligatoriedad de cumplirse; por otra parte, no puede considerarse tal lugar la indiferencia característica delante de un cambio de interlocutor o la que se produce delante de una pausa fuerte sintáctica; aquí generalmente hay una gran coincidencia entre pausa sintáctica y pausa métrica. Esta norma de Jacobson si se admite, permite explicar algunas aparentes excepciones a la normas de Ritschl antes comentada, así como a otra, la de Bentley-Luchs, formulada para los versos yambo-trocaicos, especialmente plautinos (vid. infra), así: Aul. 378 (ia6): it(a) illis inpuris omnĭbŭs ădĭī mănūm (donde la secuencía –bŭs ă-dĭī manum transgrediría ambas normas) 4
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NORMA DEL MONOSÍLABO Y DEL BISÍLABO PRIRRIQUIO Un monosílabo o palabra monosilábica por sinalefa, que no sea pospositiva se evita a final de verso, ante diéresis y ante cesura. Al final de verso se evita más en los versos yámbicos que en los trocaicos. Por otra parte, a final del hemistiquio (menos a final de verso) parece tolerarse un monosílabo en sinalefa con la palabra precedente. Se evita también la secuencia de dos monosílabos que no formen una única palabra métrica en las mismas posiciones. Una palabra de estructura pirriquia se evita ante cesura y diéresis. En la cláusula trocaica … x-ᴖ, con monosílabo final, es generalmente breve el último anceps, siempre que no se trate de dos monosílabos seguidos. Estas normas, sin embargo, no se respetan de forma sistemática. Hay diferentes versos que no las siguen; es cierto que muchos monosílabos ante cesura o diéresis son de carácter pospositivo. Estas normas no se aplican en ningún caso a los versos anapésticos En mi opinión se trata más bien de una tendencia que de una norma. Véanse estos ejemplos: As. 781 (ia6): de(am) inuocēt sĭbĭ | quam lubebit propitiam Men. 747 (ia6): patrém meúm qu(i) hūc | aduenit. Quin respicis? Mil. 584 (ia6): na(m) uni sati(s) popul(o) impio merui mali Infrecuente medida sati’ y popul- pirriquio por sinalefa Cap. 668 (ia6) tuos sum : t(u) has quidēm uēl | praecidi iube (heptem. precedida de monosílabo) Claramente pospositivos: Amph. 308 (tr7): cingitur, cert(e) expedīt sē |:: non feret quin uapulet As. 241 (tr7): portitorum simillumae sūnt | ianuae lenoniae.
Normas específicas de los versos yámbicos y trocaicos NORMA DE BENTLEY-LUCHS En los versos y cola yámbicos y trocaicos la cláusula yámbica … x-ᴗᴖ admite final absoluto de polisílabo en el último lugar “largo” si el “anceps” que lo precede es también largo o bisilábico: (ia4): Men. 596: hunc hodie corrūmpīt diem Pseud. 205a: nimium stultus nĭmĭum fui (ia6): Cis. 142: suam beneuolentem conuenir(e) ĕtĭām prĭūs 5
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(tr7): Ep. 589: hanc quoqu(e) etiam si me appellet | filiam mātrēm uŏcēm Mer. 428: mandauit ad illam fáciem | ít(a) ut illa (e)st ĕmĕrēm sĭbī (ia7): As. 721: opt(o) ann(um) hunc perpĕtŭōm mĭhī | huius operas :: impetrasti (ia8): Amph. 195: m(e) a portu praemīsīt dŏmūm | ut haec nūnti(em) uxōrī sŭae Según esta norma, resultan incorrectos o excepciones versos como. Amph. 1058 (ia8): animo malest, ăquām uĕlīm | corrupta s(um) atqu(e) apsumpta sum As. 419 (ia7): qui latera contĕrām tŭā |qu(ae) occalluere plagis Rud. 775 (tr7): quaer(e) er(um) atque adduc(e) :: at hic ne… :: maxumo mălō sŭō No obstante, se permite que vaya delante una sola breve si la larga final pertenece a la misma palabra gramatical o métrica que la penúltima larga bisilábica o si las palabras a las cuales pertenecen el largo y bisilábico final están muy unidas por el sentido. Truc. 49 (ia6): si raras noctes ducĭt, ăb ănĭmō pĕrīt Per. 352 (ia6): ferant eantque maxumam mălām crŭcēm
NORMA DE MEYER O NORMA DE LA DIPODIA Está prohibido el final absoluto de palabra polisilábica si el elemento precedente es largo o bisilábico en los siguientes lugares: 4º y 8º del senario yámbico; 4º y 12º de septenario y octonario yámbicos y 8º de ambos si hay cesura después del 9º lugar; y 7º y 11º del septenario y octonario trocaicos. Recibe el nombre de “regla de la dipodia” porque en los versos griegos divididos en dipodias el elemento que va en las posiciones afectadas es necesariamente breve. Cap. 45 (ia6): plus inscĭēns quis fecit quam prudens boni Pseud. 1074 (ia6): omnibus mŏdīs tib(i) ese r(em) ut saluam scias As. 602 (ia7): numquam bŏnae frugi sient | diez noctesque potent Amph. 215 (ia8) propere sŭīs de finibus | exercĭtūs deducerent Bacch. 419 (tr7) nón sinó, nequ(e) ĕquĭd(em) ĭllūm mē | uiuo corrumpi sinam Rud. 1º54 (tr7): tuos hic seruost? :: meus est :: em ĭstuc optŭmē quando tuost Pero esta norma parece no aplicarse cuando los cuatro últimos elementos ante cesura o diéresis forman una sola palabra gramatical o métrica o un sintagma estrechamente unido semánticamente. O si el polisílabo va seguido de un monosílabo considerado pospositivo, ya que la excepción es sólo aparente. 6
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Normas de los versos créticos y baqueos NORMA DE SPENGEL – MEYER En el elemento 3º y 9º del cuaternario crético y en el 5º y 11º del cuaternario baqueo está prohibido el final absoluto de polisílabo si el elemento inmediatamente anterior es largo o bisilábico. Amph. 225 (cr4): conuĕnīt, uict(i) utri sint ĕō proelio Cap. 223 (cr4): sed mălūm maxumum, s(i) id pălām prouenit Amph. 557 (ba4) scelestam, scĕlūs lingu(am) apscisdam :: tŭōs sum Mos. 871 (ba4) malum qu(om) implŭīt ceteris, n(e) implŭāt mī
Normas de los anapestos NORMA DE FRANKEL-THIERFELDER-SKUTSCH (véase más arriba) NORMA DE MEYER El elemento 4º bisilábico del cuaternario anapéstico y del cuaternario anapéstico cataléctico, el 4º y 12º elemento bisilábico del septenario y del octonario anapéstico no pueden estar formados por palabras que comienzan antes y terminan con el elemento mismo. Pseud. 176 (an8): quam libertām fore mihi credam | et quam uenāl(em) hodi(e) experiar Pseud. 178 (an8): nam nisi mihi pĕnŭs annuus hodie | conuenit cras pŏplŏ prostituam uos En cambio resultan excepcionales: Per. 781 (an8): ita me Tōxĭlŭ(s) perfábricauít | Pseud. 947 (an8)… | et intér pōcŭlă pulpámentís
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