1 Pontificia Universidad Católica de Chile Narrativa Chilena e Hispanoamericana, Taller Profesora: Florencia Henríquez Alumna: Camila Gallegos Martín Rivas ,
un relato de amor más que político
Doris Sommer afirma que entre el periodo de 1850 y 1880, la literatura en América Latina exhibe romances que “idearon sociedades civiles mediante patrióticos héroes, notablemente afeminados” (32). Esta premisa juega entre los polos de una novela política-ideológica y la de una de ribetes amorosos, modelo coherente con la narrativa de Martín Rivas, quien según Jaime Concha, en términos más ácidos, la novela de Blest Gana está “en un punto intermedio, en un lugar equidistante” entre la narrativa de la incoherencia ideológica y la de la revolución (x). A partir de estas dos premisas es que en el presente informe se busca determinar si la novela en cuestión se acerca al modelo romántico o al político-ideológico. Para esto se analizará la profundidad con que se plantea la descripción política en contraste con la amorosa en el relato, cuál es el principal motivo por el que los héroes se inmiscuyen en la arena política y por último, cuál es el grado de sumersión de los protagonistas en el idilio. En primer lugar se destaca que si bien, la novela está contextualizada en una época decisiva en cuanto al futuro político del país, la mayoría de las narraciones se basan en la vida privada de sus personajes, en las cuales se manifiestan juicios políticos de forma sesgada pues, por una parte, se efectúan opiniones superficiales sobre la ideología liberal versus la conservadora en vez de juzgar hechos concretos ocurridos en la arena política contemporánea; como el caso de don Dámaso, quien “en aquel día [en el que recibe a Martín] se inclinaba a la oposición” (Blest Gana 23). Por otra parte, en los casos en que sí se describe los hechos políticos ocurridos, se hace de forma somera, indicando incluso que esta reseña se hace desviando el foco de la novela. Así ocurre cuando se intenta contextualizar lo acontecido a fines de 1850 y principios de 1851: La narración de los sucesos acaecidos en la vida privada nos ha tenido apartados durante largo espacio de tiempo de la escena pública, cuya animación recuerdan todavía los que habitaban en la capital de Chile a fines de 1850 y a principios de 1851. Ligeramente bosquejemos en los primeros capítulos el espíritu político [...]. (289)
2 La oración “la narración de los sucesos acaecidos en la vida privada nos ha tenido apartados durante largo espacio de tiempo de la escena pública”, corrobora que existe una mayor tendencia a relatar los sucesos de la vida amorosa, por sobre los de índole política, los cuales además son “ligeramente” descritos. En segundo lugar, al comienzo de la obra, se presenta un Martín Rivas recién llegado de la zona norte del país, cercana a las minas. Este es un hecho no menor, pues estas son las localidades en las que se “constituirá la fracción principal del partido emergente” (Concha, xxiv), por lo que cuando Don Dámaso le pregunta al protagonista si en el norte todos son opositores, no se espera que quien proviene de esa región de una respuesta tan desligada de tinte político como “creo que es lo más general” (24); esto confirma el desinterés inicial de Martín con respecto a la disputa social. Sin embargo, casi al término del relato, el protagonista toma un rol principal dentro de la Sociedad de la Igualdad al capitanear parte de la tropa en la revolución de mayo de 1951 ¿Cuál es la razón de este cambio? En primer lugar Rivas es invitado por Rafael San Luis a unirse a la fuerza opositora, este, a su vez, luego de haberse recluido en un claustro para olvidar su pena de amor, es convocado por sus antiguos amigos de la facción, quienes le escriben “esperamos que tu fiebre amorosa se haya calmado; la patria no te engañará, y el momento de probar que no la has olvidado se halla próximo” (391), carta escrita en lógica amorosa que alegoriza a la nación como el nuevo amor que puede ayudar a superar el antiguo. Así lo corrobora Rafael, quien le declara a Martín que “Mi nueva querida –dijo— es la política. [...] mi primera visita fue para los que así me ofrecían un nuevo campo, en el que me quedaba la probabilidad, si no de olvidar mis recuerdos, a lo menos de quitarles su punzante amargura.” (291), por lo que el verdadero motivo de su reintegración a las filas liberales es la superación del dolor que provoca el corazón despechado. Así lo confirma Rivas al reconocerle a Leonor que su amor por la patria no es superior por el que le profesa a ella: A pesar del tiempo que he pasado lejos de aquí, a pesar del interés por la causa por la que acabo de exponer mi vida, siempre mi amor a usted me ha dominado, y conocí que, viniendo anoche, me habría tal vez faltado energía para hoy. (322) En el momento en que Martín Rivas decide adherirse a la causa liberal, declara “tienes razón –dijo a San Luis—; en vez de llorar desengaños como mujeres, podemos consagrarnos a una causa digna de hombres [la política].” (291); frase con la que confirma que entre las primeras reacciones ante el rechazo amoroso, los amigos adoptaron rasgos adjudicados culturalmente a las
3 mujeres, como lo son el llanto y la cavilación amorosa. No lejana a esta apreciación es la descripción del modo como reacciona Martín luego que Leonor no le cree su versión sobre el favor a Edelmira, puesto que se dice que “salió del salón, y al encontrarse solo en su cuarto, se dejó caer sobre una silla, llorando como un niño.” (284). A la par está la exposición de la escena en que Rafael intercambia reflexiones amorosas con doña Francisca, pues en esta se equipara el grado de romanticismo utilizado por los exponentes de los dos géneros: “Y San Luis, que bogaba a velas desplegadas en el mar de las ilusiones y del amor, tomó a lo serio aquella frase y continuó la conversación en el mismo tono romántico de su interlocutora” (194). Contrario es el modo en que compromete su amor la protagonista, pues en vez de exhibir los caracteres victimistas con que se suele identificar a la mujer en el idilio, Leonor rescata los rasgos del héroe masculino, al ser ella quien salva a su amado y le da seguridad, con palabras como “Animo, pues; yo velo por usted.” (332) e implementaciones de estrategias, como en la que Edelmira le declara estar “dispuesta a hacer lo que usted me diga por salvar a Martín.” (341). Indistintamente de cómo es el modo en que expresan su amor los enamorados, los dos demuestran un gran compromiso por el sentimiento que comparten, ya que ambos ponen en peligro sus vidas y, a la vez, es esta pasión la que dictamina el accionar de sus vidas. Finalmente ¿qué predomina en el contenido de Martín Rivas? según la dualidad políticoamorosa, la balanza se inclinaría hacia la segunda fuerza; pues el relato está centrado en la vida privada de los personajes, de los cuales ninguno es un partidario acérrimo por alguna facción política como para que puedan ser descritas sus acciones conforme a las actividades de un bando ideológico. Si bien lo anterior podría ser rebatido por la presencia de la imagen de Rafael San Luis, hay que destacar que cuando comienza el relato, solo se comenta que Rafael tuvo un pasado político intenso y cuando al final de la obra retoma esta pasión, se debe principalmente a la necesidad de olvidar un despecho amoroso, lo mismo que le ocurre a Martín, por lo que se confirma la inclinación hacia la anécdota amorosa de la novela. Sin embargo, este análisis de la obra no pretende desmentir el que históricamente se le catalogue como una novela de costumbres político-sociales, sino más bien hacer una reflexión de la intensa mirada hacia el romance que desarrolla el argumento. Tal vez sin este condimento Martín Rivas no habría sido tan leído como lo es, tal vez este aspecto es una estrategia para
realmente proceder como un cuadro de costumbres y así denunciar a los aprovechadores Amador, a los oportunistas don Dámaso o a los frívolos Agustín y doña Engracia.
4 Bibliografía Blest Gana, Martín Rivas. Santiago: Andrés Bello, 1986. Concha, Jaime. Martín Rivas. Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1977. Sommer, Doris. Ficciones fundacionales. Colombia: Fondo de Cultura Económica, 2004.