LA INFLUENCIA DE LA BIBLIA EN LA LITERATURA HISPANOAMERICANA
En la Literatura Hispanoamericana, la Biblia ha sido una constante presencia como fuente de inspiración tanto de temas como figuras, y como modelo de procedimientos técnicos. Se ha constituido en inagotable vertedero de moda modali lida dade dess y recu recurs rsos os lite litera rari rios os,, de resp respue uest stas as a pregu regunt ntas as cu cuya ya formulación resulta inevitable, de representaciones del hombre en las más variadas circunstancias de su eistencia. !a en la época de la "olonia se aprecia esta influencia, sobre todo en la épica religiosa. Hoy surge con mayor vigor #ue en las generaciones de los autores del siglo $%$, al haberse debilitado la influencia de la limitante visión positivista #ue predominó predominó en a#uel tiempo. Los movimi movimient entos os de la indepe independe ndenci nciaa latino latinoame americ ricana ana centraro centraronn la preocupación del hombre de comien&os del siglo $%$ en el logro de la libe liberac ració iónn po pol' l'ti tica ca.. En los los de dece ceni nios os sigu siguie ient ntes es,, ello ello tra( tra(oo ap apar are( e(ad adaa la necesidad de lograr la emancipación cultural respecto de Espa)a. Se prefieren los modelos iluministas europeos, en #ue la felicidad del hombre se ubica en el logro de una perfección humana, #ue permita la emancipación de los pueblos #ue buscan su propia identidad. "omo consecuencia, *mérica Latina se torna tierra fértil para los ideales positivistas y surgen en el suelo ameri cano fervientes seguidores de esa filosof'a. *l buscar la emancipación cultural, el hombre se ubica como centro del mundo para s'. El desencanto de este camino, #ue lo conduce al +ser para la nada, ser para la muerte+, lo hace volver los o(os hacia otras fuentes #ue lo sustraigan de tan oclusivo destino. Entre estas fuentes surge la lectura de la Biblia con su ofrenda inigualable del +ser para la vida+, #ue opone a la senda cegada una v'a luminosa. El paso de una u otra forma for ma de enfocar la vida no fue repentino. *s', por e(emplo, en el chileno edro rado surge un Lá&aro #ue se niega a resucitar, atra'do por la posibilidad pante'sta de desintegrarse en la vida de lo natural- y un *ndrovar #ue, deseando escapar a todo l'mite, recurre al es/s b'blico para #ue le otorgue el don de ser sin l'mites, de ser todo a la ve&0 maestro y disc'pulo- de estar al mismo tiempo en diversos lugares0 en la monta)a y en el mar.
"on posterioridad a este tránsito, e(emplificado en la poes'a de rado, aparece vigoroso en la literatura del siglo$$ el Libro Sagrado como tal, o sus persona(es, o sus formas literarias peculiares. roliferan las parábolas, las formas dialógicas, salmos, himnos- formas retóricas como el #uiasmo 1"antar de los "antares2 y diversos paralelismos propios de la poes'a hebrea procedimientos #ue densifican semánticamente los tetos. %gualmente pueden destacarse la configuración versicular y las formas letánicas. 3tro aspecto en #ue la influencia b'blica se hace evidente en novelas de reciente producción y en m/ltiples obras l'ricas del siglo es el hecho de #ue narradores y hablantes adopten la figura de +#uien habla desde un conocimiento no obtenido por voluntad propia+, sino #ue les adviene en sue)os, visiones, voces... de manera seme(ante a lo #ue ocurre con los profetas b'blicos 1entendiendo profeta como +a#uel #ue ve+2. 4o es, por tanto, casual #ue muchos de los creadores del siglo $$ se llamen a s' mismos +escribidores+, cuando reali&an tarea de creación. 5ambién surgen m/ltiples paráfrasis de la Biblia, #ue marcan el inicio de la contemporaneidad latinoamericana y reverdecen con no conocido vigor a través de los diversos géneros en la producción literaria de nuestros d'as. 5res son los modos fundamentales de hacerse presente la Biblia en lo #ue se refiere al contenido ideológico0 como nostalgia de una posible respuesta a la pregunta eistencial, como negación de una alternativa trascendente para la vida humana, o como /nica respuesta consoladora a la soledad y angustia. Estos tres modos se despliegan en las obras mediante la aparición recurrente de categor'as como las disposiciones 1narrativas o l'ricas2, como organi&ación de las historias contadas y de #uienes las narran- configuraciones de los hablantes, relatos b'blicos incorporados como paráfrasis- persona(es b'blicos recreados #ue desempe)an el papel de protagonistas o persona(es, y formas de discurso como ep'grafes, ep'logos y m/ltiples citas tetuales de tetos canónicos de la Biblia. 5odos estos procedimientos son generalmente sacados de su conteto e incluso transgredidos. La presencia del 5eto Sagrado no se circunscribe en modo alguno a escritos de sentido religioso- sin embargo, cuando opera como ep'grafe o como disposición narrativa o en cual#uier otra forma retórica, dirige la situación imaginada y se cumple en su sentido originario.
En relación con estos sentidos u orientaciones del significar se constatan diversas modalidades tetuales en #ue suelen aparecer pasa(es b'blicos en obras narrativas contemporáneas0 desde la transcripción literal de vers'culos hasta su presencia como trasfondo 1referente del discurso de los narradores2, desde las disposiciones narrativas 162 hasta el emerger de persona(es, incluso protagonistas, obtenidos de libros del "anon B'blico. Llama poderosamente la atención #ue en novelas recientes apare&can narradores con actitud a veces paródica de profetas, y simultáneamente, las historias #ue narran se configuren finalmente a la manera de escatolog'as. "omprobar lo anterior es tan fácil como pescar en aguas de abundantes peces. or e(emplo, en numerosas novelas de grandes autores, se incorporan ep'grafes #ue cumplen una función temática con el fin de enmarcar el sentido rector de las obras. Llama la atención la frecuencia con #ue esta función epigráfica es cumplida por tetos b'blicos. *s', Eduardo 7allea 1689:2 usa como t'tulo de una de sus principales novelas un teto b'blico0 5odo ;erdor erecerá, sentencia #ue se cumple dramáticamente en la vida de los protagonistas- la /nica esperan&a se orienta para
2. +5an sólo muy tarde se levantó precipitadamente, como llamada por un grito, y, sin dirección ni discernimiento, echó a correr contra la oscuridad+. Esta novela incorpora, asimismo, como ep'grafe, dos tetos0 +Las aguas de 4imrim serán consumidas, y secarase la hierba, marchitaránse los reto)os, todo verdor perecerá+ 1%sa'as 6?. >2. +4o sabe el hombre su fin, sino #ue como los peces son atrapados en la red y las aves aprehendidas con la trampa, as' los hombres son ca&ados
en un mal momento, cuando de improvisto les sobreviniere+ 1Eclesiastés 8. [email protected]. * esta misma generación de autores pertenece *gust'n !áne&, una de las más grandes figuras de las letras meicanas del siglo. Su novela, Al Filo del Agua, reproduce en un pe#ue)o pueblo de alisco, de manera paródica, vie(os rituales del templo veterotestamentarios. Ael mismo modo otro gran novelista, el argentino Leopoldo 7arechal 1689968C92, usó como referente en sus tres grandes novelas Adán Buenosayes, El !an"ue#e de Se$eo A%ángelo y Mega&on o la guea, temas b'blicos0 el origen, la cena y el fin del tiempo histórico, respectivamente. El novelista cubano *le(o "arpentier empleó ep'grafes b'blicos en varios de sus relatos, tal ve& ba(o el est'mulo de las lecturas de las obras de AostoieDsy, como muchos autores de su generación- as' por e(emplo, la novela El A'a y la So(!a comien&a con el Salmo 6?90 +FLoado sea con los c'mbalos triunfantesG FLoado sea con el arpaG+. Esta modalidad de uso de tetos b'blicos persiste en las generaciones posteriores de novelistas, hasta nuestros d'as, en obras de autores como Hornero *rid(is, Eduard udi)o I., "ristina eri Jossi y otros. or e(emplo, la cita con #ue comien&a una de las novelas más ecepcionales de la literatura hispanoamericana )*+- .ida y Tie('os de /uan Ca!e01n de Cas#illa, de *rid(is, es el vers'culo @9 del libro del profeta *bd'as, #ue dice0 +Los cautivos de erusalén #ue estarán en Sefarad poseerán las ciudades del 4eguev+. Es muy notable el desarrollo del motivo del para'so 1perdido, buscado2, concebido en la forma del b'blico Edén. Se indaga en este ámbito ideal por el origen de la historia humana y desde all' se proyectan visiones respecto de un fin de tiempos. %mpresiona la paráfrasis, por contraste, del "ap'tulo % del libro del énesis, con #ue comien&a la novela de H. *rid(is, El Ul#i(o Adán2 +En el final, el hombre destruyó los cielos y la tierra. ! la tierra #uedó sin forma y vac'a. ! el Esp'ritu de la 7uerte reinó sobre la superficie de las aguas. En el final, el hombre destruyó los peces del mar, las aves del aire y toda criatura #ue se arrastra y gime sobre la tierra+. +En el final, el hombre no pudo multiplicarse más, y toda semilla #ue plantó su cuerpo y #ue sembró su mano #uedó muerta. En el final, los cielos y la tierra #uedaron destruidos, y todos los esp'ritus de todos los tiempos flotaban en el aire, y el /ltimo hombre, en el crep/sculo del amanecer del
seto d'a de destrucción, vio lo #ue sus seme(antes hab'an hecho, y en medio de la creación lloró+. La paráfrasis contin/a en las l'neas siguientes0 +El /ltimo hombre, sumergido su cuerpo en el lodo, en la ceni&a y en el plomo, y rodeado por una inmensidad de cadáveres, vio el árbol de la vida desarraigado y muerto, y todo árbol del (ard'n terrestre desarraigado y muerto, y toda ave #ue anidaba en sus ramas desarraigada y muerta+. *un#ue el narrador presenta una visión dramáticamente desesperan&ada en esta vuelta al origen, en busca de respuestas por una orientación ante el ominoso porvenir, #ue permite visuali&ar al hombre como un ser sin historia y sin destino, se establece simultáneamente el contraste entre la perfecta obra del "reador y la perversa obra del hombre. La condición de etrav'o del hombre contemporáneo se muestra patéticamente a través de notables usos tetuales directos y de asimilaciones parafrásticas de citas b'blicas en La Na$e de los Lo%os, de la novelista uruguaya "ristina eri Jossi. En efecto, el primer cap'tulo de este libro comien&a con un discurso de forma profética, el hablante tiene un sue)o en el #ue recibe una orden, la #ue contiene, de manera paródica, los s'mbolos de una parábola acerca del uicio Kinal0 En el sue)o, recib'a una orden0 +La ciudad a la #ue llegues, descr'bela+. 3bediente, pregunté0 +"ómo debo distinguir lo significante de lo insignificanteM+. +Luego, me encontraba en un campo, separando el grano de la pa(a. Ba(o el cielo gris y las nubes lilas, la operación era sencilla, aun#ue traba(osa. El tiempo no eist'a0 era una continuidad de piedra. 5raba(aba en silencio, hasta #ue ella apareció. %nclinada sobre el campo, tuvo piedad de una hierba y yo, por complacerla, la me&clé con el grano. Luego hi&o lo mismo con una piedra. 7ás tarde, suplicó por un ratón. "uando se fue, #uedé confuso. La pa(a me parec'a más bella y los granos, torvos. La duda me ganó. Aesist' de mi traba(o. Aesde entonces, la pa(a y el grano están me&clados. Ba(o el cielo gris el hori&onte es una mancha, y la vo& ya no responde+. El fracaso de este narrador persona(e en su misión profética trae consigo el etrav'o, por lo #ue comien&a el cap'tulo siguiente con una cita del Nodo0 +! no oprimirás al etran(ero0 pues vosotros sabéis cómo se halla el
alma del etran(ero, ya #ue etran(eros fuisteis en la tierra de Egipto+ 1E. @:. 82. Este rasgo, el modo de ad#uirir conocimiento por los narradores como los profetas, es frecuente en las novelas más recientes. Se los presenta como +escribidores+, ven y conocen sólo en tanto escriben- as' ocurre en novelas de 7ario ;argas Llosa0 La Historia de 7ayta- osé E. acheco0 7orirás Le(os- *. Bryce0 La Eagerada ;ida de 7art'n Jomania y muchas otras obras de notable valor estético. Aesde antiguas épocas, teóricos de la literatura han demostrado #ue la categor'a estética por ecelencia es la disposición. Es la base del +espectáculo de lengua(e+, #ue constituye lo esencial de las obras literarias. En este espectáculo aparecen los narradores, sus receptores, el mundo en #ue se mueven, el modo de eistencia de los persona(es, sus circunstancias, su tiempo, sus ambientes y sus hechos. La Biblia ha proporcionado a grandes autores los fundamentos para la disposición de sus obras. *s' ocurre, por e(emplo, con la novela de *rid(is, a la #ue nos referimos anteriormente0 1El Oltimo *dán2- otro tanto ocurre con novelas como 3tra ve& el 7ar, de Jeinaldo *renas, en la capitulación va secuenciada en seis, como los d'as de la creación, sin alcan&ar el reposo contemplativo del séptimo. Ae manera parecida ocurre en 7oisés Le(os, de .E. acheco. La presencia b'blica en la narrativa breve y en la l'rica, en la literatura hispanoamericana actual es a/n más intensa. Algunos 3i#os de la 'esen%ia de la Bi!lia en la l4i%a 3is'anoa(ei%ana a%#ual-
7irar la l'rica hispanoamericana desde esta perspectiva indica #ue el fenómeno no es algo circunstancial, sino un hecho constantemente reiterado. Eplicar las causas de #ue ello ocurra sobrepasa los l'mites de una refleión como la presente. Hemos seleccionado algunos poetas, en los cuales la intertetualidad b'blica es relevante. ara su presentación seguiremos el orden cronológico de fechas de nacimiento.
En 5a!iela Mis#al 1"hile, 6PP82, la Biblia gravita en toda su creación literaria no sólo en lo #ue se refiere a su producción l'rica. La autora reconoce en ese teto su primera fuente de formación literaria. "on anterioridad a su aprendi&a(e de la lectura, su abuela paterna la hac'a recitar de memoria los Salmos, la historia de Aavid, el "antar de los "antares y el Eclesiastés. El teto b'blico fue una lectura constante a lo largo de su vida. La influencia se concreta en los temas, en el recrear de persona(es y formas de epresión. En cuanto a los temas, reescribe la historia de Jut, de *braham y Sara 1@2, y 7arta y 7ar'a. La recreación de persona(es es innumerable. Entre muchos otros0 *gar, Jut, Sara, Boa&, *bel, Aavid, %saac, Salomón, acob, udit, Eva. abriela eperimenta una fuerte atracción por las figuras b'blicas femeninas, siente su seme(an&a con las mu(eres del interior del ;alle de El#ui. Estas mu(eres fuertes son, en /ltima instancia, la imagen #ue ella tiene de lo #ue debe ser una mu(er. *s' surgen persona(es femeninos tan notables como los del ciclo +Locas 7u(eres+ del libro LagaLa presencia epl'cita, las auténticas paráfrasis de historias y persona(es b'blicos, es más reiterada en su obra primera. 7ás adelante, las figuras y los relatos se van haciendo menos puntuales, más difumados y ad#uieren un carácter universal y ar#uet'pico. *s', 5ierra ;erónica, Saras blancas o Saras ro(as, 5ierrasQ*gar, ablo absoluto... Ello no implica, #ue haya desaparecido la influencia del teto sagrado, sino más bien al contrario. En numerosos poemas, la vo& l'rica asume un carácter profético con un grado de conoci miento etranatural, conocimiento #ue sobrepasa toda visión humana. +En el sue)o yo no ten'a padre ni madre, go&os, ni duelos, 1...2 Aonde estuve nada dol'a 1...2 no pun&aba ni la sangre ni el cardenillo del 5iempo1...2 1La desasida. Lagar2. * la percepción etranatural se suma el asumir la vo& de todo un pueblo, o el establecerse como un puente entre lo del lado de acá y lo del lado de allá.
En los poemas de madure& poética y humana, hay un esp'ritu profundamente b'blico, al cual da forma tetual un ritmo #ue se e#uipara al de la forma de epresión del teto sagrado. Jitmo #ue surge de la asimilación y transformación de la Biblia en formas poéticas de singular belle&a. Su fuer&a sobrepasa lo puramente humano para asomarse a lo 5odo 3tro, a lo trascendente, a lo cual la vida humana apunta como respuesta. +Aesnudos volveremos a nuestro Aue)o, manchados como el cordero de matorrales, gredas, caminos, 1...2 y la atria del arribo nos mira fi(a y asombrada+ 1El regreso. Lagar2. Ae la l'rica de *ndrés Eloy Blanco 1;ene&uela, 6P8C2 seleccionaremos sólo dos poemas relacionados con el mito genésico. %gual #ue para ;icente Huidobro o Leopoldo 7arechal, este relato tiene especial atracción para varios autores del siglo $$. Huidobro transgrede el relato del *dán b'blico y postula un *dán cient'fico. Leopoldo 7arechal marca prioritariamente la maravilla del acto creador. Eloy Blanco, en cambio, se de(a estremecer fundamentalmente por la presencia de la culpa. +Himno paradis'aco+ se inicia con tres estrofas #ue parafrasean con gran libertad la creación0 lu&, tierra y agua. El centro del teto gira en torno a la figura de Eva, al árbol prohibido y al ecado, con may/scula. Sutilmente el relato del énesis es transgredido- la naturale&a creada llega a su plenitud cuando se ale(a de la norma impuesta por el "reador0 +ero el árbol de Aios es taciturno- sobre su pa& las aves no vienen a cantar- no hay nidos con pichones en su frescor noc turno, por#ue para hacer nido hay #ue pecar...+ La perduración del género humano proviene precisamente de la culpa en el mito de Eva #ue mordió la man&ana0 +! es su blancura almacigo de nieve donde germina el árbol de la genealog'a+. El relato de "a'n y *bel sustenta el poema +*bel y su casa+. La casa de *bel, en la #ue pastos y ganados prosperan, no es el resultado de algo a&aroso, no es capricho, como tampoco lo fue
+#ue *bel saliera a#uella tarde al campo y lo mataran a su hora0 una hora #ue hicieron no más para matarlo+. La historia de *bel se actuali&a, es una realidad de hoy en Sucre y diversos lugares de ;ene&uela, es +el *bel terrible y puro de la guerra. 5en'a dos cora&ones, uno a la iuierda del pecho y otro en la mano derecha+. Es la constante historia de la vida humana0 las guerras, las matan&as, los héroes muertos #ue hacen la historia de los pueblos americanos, el paso necesario, tras el cual +se incorporó el Aerecho y después la espada se inclinó y ba(ó por su cauce go&osa de su rumbo, la bar#uilla de la capitulación+. Los pueblos americanos encuentran su destino en la reconstrucción de la hermandad tras la lucha fratricida 1*nuncio de la nueva ciudad2. 7uchos otros poemas de Eloy se construyen con elementos b'blicos. or e(emplo0 +La hora eterna+, +La mu(er de sal+ 1sobre la matri& de la mu(er de Lot2, la hi(a de airo, el becerro de 3ro... La influencia es también perceptible en procedimientos, por e(emplo, en la letan'a, #ue es una antigua tradición (udeocristiana. 5ambién en . L- Boges 1*rgentina 6P882, en su poes'a mucho más cerebral y culta, la presencia b'blica es reiterativa. *s' en +El olem+, +oemas de los dones+, +7ateo $$;, :9+..., +Ona br/(ula+, y muchos otros. 1*rgentina 68992, la b/s#ueda de lo trascendente es un e(e en toda su producción literaria, a causa de ello hay reiterada presencia de fuentes b'blicas, filosóficas, orientales y cristianas. En su pensamiento, toda creación humana y especialmente la art'stica se eplica como paráfrasis del acto creador divino. En Leo'oldo Mae%3al
edro Lu's Barcia, en el prólogo a la antolog'a poética del autor, titulada Poes4a 168@=68?92, dice0 +El barro original, la materia informe, #ue el Hacedor ha de convertir en armon'a formal. El arte del alfarero transmuta la realidad- el "reador imita al "reador en su animación adánica+ 1p.682. *s' en el poema +Ael ni)o y un pá(aro+ 1:20 +El ni)o, (unto al agua, pidió ser *lfarero 1...2 El ni)o amasa el barro, cerca del r'o (oveny entre los dedos brota, como de Aios, un pá(aro de tierra+. Las huellas de los Salmos y de "risto resuenan en +El ciervo herido+. +or irme tras la huella del ciervo herido me sorprendió la noche, perd' el camino. Solo corr'a el ciervo por los eriales0 de su costado abierto manaba sangre. El ciervo, fatigado buscó las aguas0 espinas de su frente le coronaban 1...2 1Sonetos a Sophia y otros poemas2. En +ravitación de cielo+ gravitan la 5ierra rometida, el ara'so, el Ailuvio y el ara'so edénico0 +!o recuerdo una edad prometida del go&o0 ha de(ado en mi lengua un entra)able sabor de para'so+ 1...2. +Esa fue nuestra culpa, la de haber olvidado
#ue la tierra escond'a su ve(e& entre flores+. 1...2. +ero la noche, a paso de diluvio llegaba 1y todav'a una frescura de aguas ascendentes en la memoria de mi sangre #ueda2+ 1...2 1"inco oemas *ustrales2 El libro póstumo de 7arechal es Poe(as de la Cea%i1n, editado en 68C8. La tónica de la vo& poética de su obra es la #ue da nombre a las cosas. Hay por tanto, en la actitud l'rica, una reminiscencia b'blica. Es un poeta *dánQ #ue va nombrando como por ve& primera la realidad. En cuanto a Enes#o Cadenal 14icaragua 68@?2, ha dicho !evtusheno #ue es el principio de una nueva era en la poes'a en *mérica- la fusión del cielo y la tierra, del hombre con Aios. El poeta cumple el deseo del otro gran nicaragRense, Jubén Aar'o, el gran renovador de la lengua y la literatura en castellano0 +Es con vo& de la Biblia #ue hab'a de llegar hasta ti+. En "ardenal, el amor es percibir el dolor del #ue sufre- su vo& poética es una vo& plural, a través de la cual habla a#uel #ue no tiene la posibilidad de epresarse, el #ue no puede denunciar el sufrimiento, ni anunciar la esperan&a de un mundo más fraterno, de un hombre #ue pone sus epectativas en un otro #ue lo ama y puede salvarlo. %ndudablemente, a partir de Oa%i1n 'o Mailyn Monoe y o#os 'oe(as y especialmente de los Sal(os, la obra de "ardenal se despliega no como mera nostalgia sino como esperan&a cierta de la eistencia de lo trascendente, de un Aios #ue amó al hombre hasta entregar a su Hi(o para su salvación. Lo denunciado son los avances de la ciencia usados para la destrucción, el poder #ue tirani&a, la maldad, la desesperan&a. Su estancia en los trapenses y su paso a los benedictinos, su amistad con el mon(e 5homas 7erton, dan a la epresión del poeta la posibilidad de hacer una poes'a #ue es oración por los desamparados. Aice ablo *ntonio "uadra,
prologuista de su *ntolog'a de 68C6, #ue +"ardenal oró con la palabra de su tiempo a ras del universo+ 1...2 #ue +vertió en los más prestigiados y antiguos odres de la oración (udeocristiana, el decir reciente y doloroso del hombre de hoy+. En los Sal(os, el antiguo modelo en cuanto tema y forma retórica, es revivido como posibilidad de epresión del hombre de hoy con sus avances cient'ficos, sus modos de estar en el mundo, sus tremendos errores, su alienación #ue sólo lo llevan certeramente al desamor y la infelicidad. "ada Salmo corresponde al Salmo b'blico indicado por el n/mero con #ue lo titula. Las afirmaciones del Salmista se entreme&clan con las realidades del hombre de hoy. El Salmo 6, por e(emplo, dice0 +Bienaventurado el hombre #ue no sigue el conse(o de los imp'os, ni en la senda de los pecadores se detiene, ni en el banco de los burlones se sienta+. "ardenal, conservando y actuali&ando el sentido, usando la misma retórica de epresión, afirma0 +Bienaventurado el hombre #ue no sigue las consignas del artido, ni asiste a sus mitines, ni se sienta en la mesa de los gangsters, ni con los generales en el "onse(o de uerra+. 4o ahondaremos en el análisis de la enorme incorporación de tetos b'blicos en este maravilloso libro de poemas, sólo recogeremos algunas citas tetuales #ue ponen de relieve el teto del Salmista y su actuali&ación en el hoy de la vo&, #ue habla en los poemas0 +yeme por#ue te invoco Aios de mi inocencia, 5/ me liberarás del campo de concentración. 1...2 Ha& brillar, Se)or, tu fa& serena sobre las Bombas 1...2 4o necesito 4embutales
por#ue t/, Se)or, me das segundad+. +Aios m'o, Aios m'o, por #ue me has abandonadoM soy una caricatura de hombre el desprecio del pueblo, se burlan de m' en todos los periódicos 1...2. ero yo podré hablar de ti a mis hermanos, te ensal&aré en la reunión de nuestro pueblo. Jeinarán mis himnos en medio de un gran pueblo, los pobres tendrán un ban#uete, nuestro pueblo celebrará una gran fiesta. El pueblo nuevo #ue va a nacer+. 1Salmos @6 1@@22 El libro se cierra con el Salmo 6?9, en #ue el +*labad al Se)or por su grande&a con arpa y con c'tara, con la/d y flauta, con c'mbalos,+ se recrea en el alabar por las galaias, los átomos, los vac'os interatómicos... "on clarinetes, violas, pianos, blues y (a&&, or#uestas sinfónicas, espirituales de los negros, la Tuinta de Beethoven... para concluir con0 +5odo lo #ue respira alabe al Se)or toda célula viva *leluya+. 1er/, 68=@2, en este autor la Biblia es una presencia epl'cita en un n/mero importante de poemas. Se recrean temas y figuras- hay ep'grafes y ritmos #ue parafrasean los de los tetos sagrados. An#onio Cisneos
El poema Aavid 1=2 es una versión de la historia de Aavid, relatada por Samuel. On ep'grafe tetual del %% Libro de Samuel, "áp. @:, inicia el ciclo de poemas. Los persona(es b'blicos0 Sa/l, oliat, Aavid, Betsabé, Ar'as, 4ab', *bsalón y Eli/ surgen sin descripciones, cada uno en su rasgo más peculiar. "on una breve frase se da cuenta eacta de su esencialidad y su acción central. La historia relatada es una intrahistoria #ue pierde los rasgos propios de temporalidad, de su ocurrir, para entreme&clarse con el presente del poema. El tiempo se torna absoluto. *s', por e(emplo, se afirma0 +Su pecado fue histórico+. ! poco más adelante0
+En vano ha muerto el profeta 1...2 Su cora&ón es una higuera+. La canción de 4ab', "anto al Se)or y "anción del lobo, #ue se insertan al interior de la paráfrasis b'blica numerada, interrumpiéndola y constituyéndose en la eplicitación del sentido universal de los hechos aludidos. Son tetos escritos en presente #ue tienen vigencia atemporal. Son voces b'blicas y al mismo tiempo las del hombre de hoy, #ue escribe el poema. Es una apretada s'ntesis poética de una larga historia en #ue el Se)or perdona al rey, pero +su reino era una sombra, Aios hab'a callado o muerto+. On nuevo sentido se cierne sobre el teto b'blico, sentido #ue le viene de la proyección del modo de estar en el mundo del hombre del siglo $$. Aos poemas sobre onás0 +oema sobre onás y los desalienados+ y +*péndice del poema sobre onás y los desalienados+, son actuali&ación del relato b'blico y de epresión de la angustia del hombre encerrado en un mundo, en el cual siempre se habla de lo mismo0 +ero si los hombres no #uieren hablar siempre de lo mismo, tratarán de construir un periscopio para saber cómo se desordenan las islas y el mar+. "isneros, después de una ale(amiento de la fe, vuelve a su primera religiosidad, eperiencia #ue provoca un cambio en su modo de poeti&ar, modo #ue puede caracteri&arse como el de una poes'a no individual sino colectiva. Aice con mucho acierto *lberto Escobar 1?2 +el poeta no es el autor ni el emisor, sino es solamente la vo&, la mano #ue consigue al mismo tiempo varias voces #ue configuran una narración percibida y reencontrada por los oyentes. La poes'a es verdad, palabra compartida con la comunidad- oración transcurrida en la memoria y las tinieblas. ;erdad o lu& es la poes'a narrada por "isneros+.
A(ando Ui!e 1"hile,
68:92. La presencia de la Biblia en Oribe se intensifica en el avance de su obra a la madure&. Su /ltimo libro Po se $os "uien sois 1>2 gira en torno a la pregunta de la propia identidad y el destino. Hay poemas en los cuales lo sagrado se desacrali&a, en #ue se transgrede la verosimilitud instaurada por la tradición religiosa. Hay, a la inversa, otros, #ue alterando o no el teto religioso precedente, manifiestan la nostalgia de lo trascendente, de lo divino, el anhelo de una respuesta posible al problema eistencial. La precariedad del ser humano lo hace volver sus o(os al #ue ES con may/sculas, al Aios de la &ar&a ardiente de 7oisés. ese a la brevedad del libro, se cierne sobre él la fuer&a epl'cita del 5eto Sagrado0 relatos, figuras, formas epigramáticas, vers'culos- Salomón, Aavid, acob, "risto, el "antar de los "antares. Lugares como Bet El y reiteradamente ob como ar#uetipo del hombre doliente del siglo veinte, y como contrapartida de éste, en cuanto a s'mbolo del afincarse en la esperan&a. El hombre de hoy #ue se rebela frente a su destino, pero #ue en /ltima instancia, en estos poemas sabe #ue la /nica esperan&a verdadera se da en un Aios trascendente, en el cual radica la plenitud del ser0 +or ser vos #uien sois y no ser yo #uien es ya no sé adonde voy 1llévame de una ve&2+. En la poes'a chilena hay una l'nea religiosa, #ue, partiendo de 7ercedes 7ar'n del Solar en el siglo $%$, se ha mantenido a través de diversas voces en el transcurso del presente siglo. Ona l'nea de poes'a eistencial y religiosa, cuyos procedimientos reiteran la tradición, en las formas retóricas y el recurso de incorporar tetos preeistentes en los actuales. Esa l'nea poética pasa por rado, "ruchaga, Santa 7ar'a, abriela 7istral, Huidobro en su libro Adán,Humberto A'a& "asanueva en La Es#a#ua de Sal, 7iguel *rteche con su poes'a apocal'ptica, y se instala en los poemas, por e(emplo, con el s'mbolo del agua como purificación, en Hugo 7ontes, Josa "ruchaga, osé 7ar'a 7emet y aime Tue&ada, con la presencia de m/ltiples tetos b'blicos, la asunción de una vo& profética y la nostalgia de salvación para el hombre actual.
B/s#uedas, esperan&a cumplida o desesperan&a ponen la tradición b'blica y la vigencia de los tetos sagrados como algo #ue permanece pese a los más variados avatares de la vida humana. Nota: Este capítulo fue escrito por los profesores Francisco Aguilera y Ana María Cuneo, del Departamento de Literatura de la Universidad de Cile! El autor les agradece su cola"oraci#n! $%& Manera de organi'ar las istorias relatadas y su puesta en escena por los narradores, mane(o del tiempo tanto del narrar como del ordenamiento de los ecos imaginarios! $)& En manuscrito in*dito reproducido por +oue Este"an -carpa: Una mujer nada de tonta , -antiago de Cile, Fondo Andr*s .ello, %/01 $2& Leopoldo Marecal: Odas para el Hombre y la Mujer ! .s! Aires, Editor 3lei'er, %/)/! $4& Antonio Cisneros, Por la noche los gatos, Poesía 1961-1986 , M*5ico, 6ierra Firme, %/7/! $8& 9-o"re Antonio Cisneros, ;N6;, +evista %7, %/ ?rovidence Collage, %/74 $1&Armando Uri"e, Por ser os !u"en so"s , -antiago de Cile, Editorial Universitaria, %/7/!