Título: La
Biblia como literatura. l iteratura. La palabra en la tradición judeo-cristiana
Resumen: Es
un hecho que durante siglos la Biblia permaneció excluida del mundo de la literatura. O más bien, se hicieron esfueros para impedir que fuera considerada como !obra literaria". #e expondrán bre$emente algunos ejemplos extra%dos del &ntiguo ' (ue$o )estamento, con el fin de ilustrar la presencia de aut* aut*nt ntic icas as obra obrass lite litera rari rias as dent dentro ro de la Bibl Biblia ia.. +o' +o' se sabe sabe que que en la interpretación de la #agrada Escritura es imposible desprender el mensaje de su forma literaria. El autor adopta una forma literaria para exponer su su pensamiento, pero la forma tambi*n tiene su parte en la transmisión, 'a que tiene en cuenta la impresión que su modo de expresarse produce en el receptor. Esta exposición tiene como finalidad exponer, principalmente ante los que culti$an las letras, uno de los aspectos de la tarea en la que se debe ejercitar quien su ocupa de las #agradas Escrituras. #e ha intentado mostrar que ha' una ona fronteria en la cual es necesario entablar un diálogo entre ex*getas ' literatos, del cual no se puede seguir sino un beneficio inmenso para el ueblo de ios.
Datos del Autor
(ombre ' &pellido Luis +eriberto /i$as )%tulo acad*mico Licenciado en )eolog%a )eolog%a 0 Licenciado en #agradas Escrituras Lugar de )rabajo rofesor )itular de #agradas Escrituras en la 1acultad de )eolog%a )eolog%a de la 2ni$ersidad 3atólica &rgentina. 3oncordia 4455 0 36467&O+ 3apital 1ederal 0 )e )el8fax 9:66; 9:66; 4<:6 =45>8=?4>. E-mail
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EL /OBLEA& Es un hecho que durante siglos la Biblia permaneció excluida del mundo de la literatura. O más bien, se hicieron esfueros para impedir que fuera considerada como !obra literaria". #ucedió con ella algo semejante al conflicto que produjeron los iconoclastas en los siglos CCC-CD, cuando quisieron impedir que se hicieran imágenes o pinturas del #eor. Ellos dec%an que *stas negaban la naturalea di$ina de 3risto desde el momento que representaban sólo su naturalea humana. 6 & muchos les parec%a que considerar la Biblia como obra literaria implicaba negar su santidad ' su origen di$ino. )odas odas las narraciones del &ntiguo &ntiguo ' del (ue$o )estamento eran consideradas estrictamente históricas. (o faltaban raones para justificar esta actitud de rechao ante el análisis literario. En los comienos de la in$estigación cient%fica sobre la #agrada Escritura, sal$o mu' pocas excepciones, se destacaron aquellos in$estigadores que prescind%an de la fe ' a $eces se opon%an a ella. En el caso particular del análisis literario, li terario, estudiaban la Biblia comparándola con otras obras de la literatura de la antigFedad, para concluir que la Biblia no era más que un libro entre otros, con las mismas $irtudes ' los mismos defectos que los demás. entro de la Cglesia 3atólica no se presentaban obstáculos para reconocer que dentro de la Biblia exist%an textos po*ticos, ' esto era aceptado prácticamente desde la *poca de los adres. #in dificultad se hablaba de la poes%a de los #almos o del 3antar de los 3antares. Los problemas surgieron cuando algunos insinuaron que 1
+ &(#-GEO/G BE3H, BE3H, La Cglesia Cglesia Griega Griega en el per%odo per%odo del Cconocla Cconoclasmo smo.. Manual de Historia de la
Iglesia 9+. Iedin, dir.;, )omo )omo CCC. +erder 0 Barcelona 0 67?:J >>-65K
en otros libros hab%a textos pod%an responder a !con$enciones literarias". Las dificultades más serias se suscitaron con los libros llamados !históricos", cuando entre los in$estigadores se comenó a hablar de !g*neros literarios", de libros !aparentemente históricos" o de !narraciones didácticas". /ápidas inter$enciones de la autoridad eclesiástica bloquearon todo intento de continuar por estos caminos, afirmando que todos esos libros deb%an ser tomados como !históricos", entendiendo por *sto que eran como $entanas que permit%an $er los hechos tal como sucedieron. &un las primeras páginas del libro del G*nesis deb%an ser le%das de esta forma. (o faltaban quienes ten%an clara conciencia de que para una mejor comprensión de los textos b%blicos se pod%a recurrir a los m*todos cient%ficos utiliados en este análisis, sin comprometerse con los presupuestos filosóficos ' teológicos de los in$estigadores racionalistas. 3abe mencionar en este lugar al /.. A.-I. Lagrange O.. l mismo, ' quienes pensaban como *l, debieron padecer muchas incomprensiones ' censuras hasta que esta distinción fue asumida por la autoridad eclesiástica. EL && MO DCC N EL 3O(3CLCO &)C3&(O CC El #umo ont%fice %o DCC, en su Enc%clica Divino Afflante Spiritu 9K:-7-674K;, quitó los impedimentos para que los ex*getas católicos recurrieran al m*todo histórico cr%tico en el estudio de las Escrituras, ' con respecto al aspecto literario dijo !... es absolutamente necesario que el int*rprete se traslade mentalmente a aquellos remotos siglos del oriente, para que, a'udado con$enientemente con los recursos de la historia, arqueolog%a, etnolog%a ' de otras disciplinas, discierna ' $ea con distinción qu* g*neros literarios, como dicen, quisieron emplear ' de hecho emplearon los escritores de aquella edad $etusta..." 9CC, K;. !... ninguna de aquellas maneras de hablar, de que entre los antiguos sol%a ser$irse el humano lenguaje para expresar sus ideas, particularmente entre los orientales, es ajena de los libros sagrados, con esta condición, empero, que el g*nero de decir empleado en ninguna manera repugne a la santidad ' $erdad de ios..." 9Cbid.;. !... el ex*geta católico ... $álgase tambi*n prudentemente de este medio, indagando qu* es lo que la forma de decir o el g*nero literario, empleado por el hagiógrafo contribu'e para la $erdadera ' genuina interpretaciónJ ' se persuada que esta parte de su oficio no puede descuidarse sin gran detrimento de la ex*gesis católica" 9Cbid.;. Estas palabras del apa abrieron el camino para que los estudiosos de las #agradas Escrituras se dedicaran a in$estigar la literatura de la antigFedad ' aplicaran su conocimiento para una mejor intelección del texto sagrado. & partir de ese momento se desarrolló en la Cglesia 3atólica un proceso que habiendo comenado por el estudio de las formas literarias de la Aesopotamia, Egipto ' 3anaán, lle$ó luego a prestar especial atención al fenómeno total que representa la literatura, ' finalmente se ha ocupado con particular dedicación de los más modernos planteos del análisis literario. 3omo algunos se resist%an a asumir estas enseanas del apa %o DCC, el 3oncilio aticano CC destacó toda$%a más estas exigencias de in$estigar los g*neros literarios para comprender los textos b%blicos !... se deben tener en cuenta, entre otras cosas, los Pg*neros literariosQ... 3on$iene que el int*rprete in$estigue lo que el hagiógrafo intenta decir ' dice, segRn su tiempo ' cultura por medio de los g*neros literarios que se utiliaban en esa *poca" 93onstitución ogmática ! Dei Verbum" CCC, 65;. Es interesante sealar que para decir esto Rltimo, el 3oncilio se remite a la autoridad de san &gust%n en su obra De Doctrina Christiana, CCC, 6>, 5=.
La ontificia 3omisión B%blica, en un documento de 677K que trata sobre la interpretación de la #agrada Escritura, $uel$e sobre el mismo tema e introduce la exigencia del trabajo interdisciplinar entre literatos ' teólogos !... la bRsqueda del sentido literal de la Escritura, sobre el cual se insiste tanto ho', requiere los esfueros conjugados de aquellos que tienen competencias en lenguas antiguas, en historia ' cultura, cr%tica textual ' análisis de fomas literarias, ' que saben utiliar los m*todos de la cr%tica cient%fica... ! 5 3O()&3)O# LC)E/&/CO# En el primer momento de la in$estigación se constataron numerosos puntos comunes entre la literatura del oriente medio ' la b%blica. #e estudió en cada caso si se trataba de tradiciones difundidas en el área geográfica, o del recurso a con$enciones comunes en esas culturas, o si finalmente se deb%a aceptar que ha existido alguna influencia de una literatura sobre otra. &ctualmente es uni$ersalmente reconocido que existen sorprendentes paralelos entre los relatos de la primera parte del libro del G*nesis ' los poemas mesopotámicos ' egipcios que tratan de los or%genes del mundo ' de la humanidad. La aliana del #ina% se ha estudiado a la lu de los pactos de $asallaje que existen entre los hititas, ' no sólo en el aspecto histórico ' sociológico, sino tambi*n en el literario. El decálogo se ha comparado con la confesión de los muertos de Egipto ' con algunos textos babilónicos. Los libros del &ntiguo )estamento llamados !históricos", en la Biblia hebrea son catalogados como !rofetas anteriores", indicando con esto que pertenecen a un g*nero que no es estrictamente histórico, sino predicación prof*tica. 2na historia en el actual sentido de la palabra no existe en los escritos b%blicos antes de la *poca helen%stica. La Rnica obra de la Biblia que está redactada con un m*todo que se asimila al de los autores griegos de la antigFedad es 5Aac, un libro que no se encuentra entre los libros hebreos de la Biblia sino entre los griegos. 1uera de la #agrada Escritura, los libros de historia del autor jud%o 1la$io Iosefo tienen caracter%sticas semejantes. Las con$enciones de los libros de sabidur%a de la mesopotamia están ampliamente representadas en la parte sapiencial del &ntiguo )estamento. #e han hallado sorprendentes paralelismos entre una parte de la tercera colección del libro de los ro$erbios 955, 6? - 5K, 66; con el libro egipcio de la !#abidur%a de &menemope". En este caso se puede hablar de influencias de un libro sobre otro, o de una dependencia de ambos con respecto a una fuente anterior, aunque no es unánime el parecer de los especialistas en lo referente a la datación de cada uno de estas obras. El libro de los #almos se ha prestado para numerosas comparaciones con obras semejantes de la mesopotamia, Egipto ' 0 sobre todo 0 con 2garit. El recurso a con$enciones comunes es frecuente, ' en algunos casos se ha podido suponer con bastante fundamento que existe tambi*n la influencia de tradiciones comunes. #ir$a como ejemplo el caso del #almo 57, que muestra paralelos mu' sugesti$os con himnos a Baal de origen cananeo ' ugar%tico, ' el #almo 6:4, con elementos que se encuentran tambi*n en el !+imno al #ol" del 1araón &menofis C 9&Shenaton;. 2
La Interpretación de la Biblia en la Iglesia , ocumento de la ontificia 3omisión B%blica, 6<-
4-677KJ CCC, B, K.
El !3antar de los 3antares" retoma elementos pertenecientes al g*nero literario de los dramas amorosos ' cantos nupciales difundidos sobre todo en Egipto ' mesopotamia. !Los paralelos más con$incentes pro$ienen de Egipto, en los que los amantes se llaman !mi hermano" ' !mi hermana", ' se comparan con caballos, 'eguas ' gacelas. #e encuentra la misma tendencia a disfrutar de la bellea de la naturalea ' se manifiesta el gusto por los perfumes. En Egipto, sin embargo, falta la descripción del cuerpo humano ' aparecen los rasgos mágicos ' polite%stas. La moderna poes%a árabe otorga un lugar más amplio a las referencias al cuerpo". K !La literatura prof*tica b%blica participa de con$enciones ' tradiciones extendidas por todo el oriente antiguo, pero en sus or%genes ofrece puntos de contacto con Aari ' 3anaán. Es dudoso, sin embargo, que se pueda hablar de influencia, aunque no se puede excluir, al menos al inicio". 4 entro de la gran distancia que existe entre el profetismo de Csrael ' el de las naciones $ecinas, los grandes profetas de la Biblia, cuando transmiten sus mensajes, no dudan en recurrir a las con$enciones comunes en esos pueblos. El g*nero literario !no$ela", mu' extendido en los ambientes influidos por la cultura griega a partir de las conquistas de &lejandro, puede haber influido en la composición de obras como /ut, Ester, )ob%as, Iudit, #usana ' la historia de Ios* en el libro del G*nesis. < En el (ue$o )estamento se recurre frecuentemente a las formas literarias del helenismo ' del mundo rab%nico para explicar numerosas per%copas de los E$angelios, aunque no se ha encontrado algo semejante al g*nero literario !E$angelio". Las cartas de san ablo toman su forma de las existentes en el ambiente helenista. El &póstol, en su forma de argumentar, recurre con frecuencia a la retórica comRn en ese mismo ámbito. El libro de los +echos de los &póstoles ha sido relacionado con el g*nero !monograf%a histórica helen%stica", que integra textos históricos con otros de origen m%tico ' folSlórico. &lgunos comentaristas descubren influencias del g*nero !no$ela" en ciertos fragmentos del libro, como ser%a 0 por ejemplo 0 el relato del naufragio. El &pocalipsis pertenece al g*nero apocal%ptico, de amplia difusión en el mundo jud%o de la *poca intertestamentaria. En este contexto no se debe pasar por alto el hecho sorprendente de que en el (ue$o )estamento se ha recurrido a la forma literaria de la poes%a para proponer las enseanas más ele$adas de la teolog%a cristiana. Los textos que se pueden considerar como teológicamente !más densos" son, precisamente, po*ticos el prólogo de san Iuan, ' los himnos de las cartas a los 1ilipenses, a los Efesios ' a los 3olosenses. &LG2(O# EIEALO# #e expondrán bre$emente algunos ejemplos extra%dos del &ntiguo ' (ue$o )estamento, con el fin de ilustrar la presencia de aut*nticas obras literarias dentro de la Biblia. 2n #almo El recurso a las con$enciones po*ticas es frecuente en la Biblia, desde el momento que abundan los textos pertenecientes a este g*nero. El #almo 57, por ejemplo, aclama la grandea de Nah$eh sobre la tempestad. ara esto toma el tema (.H. G O))T&L, #ong of the #ongs, en he Interpreter!s Dictionar" of the Bible 9G.&. ButtricS, edit.;, &bingdon ress 0 (ash$ille 0 677=J C 0 454. IO# E/O )O#&2# &B&M&, La Biblia como literatura , erbo i$ino 0 Estella 9(a$arra; 0 677=J 6::. L.3.&. &LED&(E/, (o$els, GreeS and Latin, en he Anchor Bible Dictionar" 9.(. 1reedman, Editor;J oubleda' 0 (eU NorS 0 6775J C-66K?-66K7, 3
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del trueno ' lo expresa, como es comRn en la poes%a, mediante una metáfora, que en este caso es !la $o de Nah$eh", repetida siete $eces. Este poeta b%blico recurre a las repeticiones 9V6> $eces el nombre de Nah$ehW; ' utilia metáforas. #upone un uni$erso donde ha' un oc*ano sobre el firmamento, por encima del cual está la habitación el #eor, donde l está sentado !sobre el dilu$io". escribe el retumbar del trueno comenando por lo más alto la habitación de Nah$eh por encima de las aguas. esde all% desciende a los cedros que están sobre el monte L%bano. & continuación se ocupa del mismo Aonte L%bano, ' finalia con el efecto de la tempestad en el desierto ' en las sel$as. El #almo conclu'e con una aclamación gloriosa de los fieles en el )emplo, ' la bendición de la pa con la que el #eor enriquece a su pueblo !VLa $o del #eor sobre las aguasW El ios de la gloria hace o%r su trueno el #eor está sobre las aguas torrenciales. VLa $o del #eor es potente, la $o del #eor es majestuosaW La $o del #eor parte los cedros, el #eor parte los cedros del L%banoJ hace saltar al L%bano como a un no$illo ' al #irión como a un toro sal$aje. La $o del #eor lana llamas de fuegoJ la $o del #eor hace temblar el desierto, el #eor hace temblar el desierto de 3ades. La $o del #eor retuerce las encinas, el #eor arrasa las sel$as. En su )emplo, todos dicen VGloriaW El #eor tiene su trono sobe las aguas celestiales, el #eor se sienta en su trono de /e' eterno. El #eor fortalece a su ueblo, el #eor bendice a su pueblo con la pa". Los mismos artificios literarios se reconocen en un poema babilónico que canta al trueno como palabra de Enlil. En esta obra se repite nue$e $eces !La alabra" !La palabra que en lo alto hace que tiemblen los cielosJ la palabra que hace estremecer la tierra aqu% abajo. La palabra aniquila a los &nunaSi. #u palabra estremece los cielos ' hace temblar la tierra. La palabra del #eor inunda con la tormenta ' ensombrece el rostro. La palabra de AarduS produce la inundación, su palabra arrastra los árboles. #u palabra es la tempestad. La palabra de Enlil $iene como un huracán sin que nadie la pueda $er". &un teniendo los mismos elementos literarios, el enfoque de los dos textos exhibe una diferencia fundamental El texto babilónico coloca en el centro de atención del lector la fuera destructora de !la palabra de Enlil", mientras que en el #almo b%blico !la $o de Nah$eh" se hace o%r para destacar el seor%o de Nah$eh sobre el uni$erso, ' finalia con la aclamación !VEl #eor bendice a su pueblo con la paW". Es importante destacar que una lectura !fundamentalista" del #almo tomar%a cada una de sus afirmaciones al estilo de una definición dogmática, entendiendo literalmente las con$enciones literarias ' los recursos po*ticos. Na se conocen los extremos a que se llega cuando se leen las #agradas Escrituras con estos criterios, ' se toma como re$elada hasta la misma concepción del uni$erso que ten%a el autor sagrado.= &lgo mu' distinto sucede si se encara el #almo como una !obra literaria", perteneciente a un determinado g*nero que, en este caso, es el po*tico. &h% cabe aplicar la enseana del 3oncilio aticano CC, que tratando sobre la interpretación de las #agradas Escrituras, dice que el int*rprete in$estigue lo que el escritor sagrado intenta decir ' dice, segRn su tiempo ' cultura, por medio de los g*neros literarios que se utiliaban en esa *poca 9 Dei Verbum, CCC, 65;. )ratándose de la poes%a en la or !lectura fundamentalista de la Biblia" se entiende !una interpretación primaria, literalista, es decir, que exclu'e todo esfuero de comprensión de la Biblia que tenga en cuenta su crecimiento histórico ' su desarrollo. #e opone, pues, al empleo del m*todo histórico-cr%tico as% como de todo otro m*todo cient%fico para la interpretación de la Escritura" 9 La Interpretación de la Biblia en la Iglesia , ocumento de la ontificia 3omisión B%blica, 6<-4-677KJ C, 1;. 6
#agrada Escritura, habrá que interrogar a un poeta o a un experto en literatura para que explique qu* intenta decir el poeta que compuso el texto que se quiere analiar. Na se ha indicado que la ontificia 3omisión B%blica recomienda el trabajo interdisciplinar como un camino para llegar a comprender mejor el mensaje del texto inspirado. (o$ela 96; El libro de Iudit se presenta como un relato histórico que pro$oca un sobresalto del lector en sus primeras palabras !Era el ao duod*cimo del reinado de (abucodonosor, que gobernó a los asirios en la gran ciudad de (%ni$e..." 9Iud 6, 6;. )odos los jud%os saben mu' bien quien era (abucodonosor porque fue quien destru'ó Ierusal*n ' lle$ó cauti$a a Babilonia a la población de Iudá. Este emperador no reinó sobre los asirios, sino sobre los babilonios cuando el imperio asirio 'a hab%a ca%do. En el ao duod*cimo de (abucodonosor 9ao <7K a.3.; hab%an transcurrido aproximadamente $einte aos desde que (%ni$e hab%a ca%do 9ao =65 a.3.;. Estos datos puestos enfáticamente en el encabeamiento del libro no pueden atribuirse a un descuido o a ignorancia del autor, sino que han sido intencionalmente colocados en ese lugar. Otros detalles de la narración contribu'en para confundir más al lector que cree estar le'endo un relato histórico en esos d%as del reinado de (abucodonosor los jud%os 'a han regresado de la cauti$idad ' han reconstru%do el )emplo de Ierusal*n 9<, 67J 6=, 5:;, sucesos que tu$ieron lugar mucho despu*s de la muerte de ese /e', cuando 'a no reinaban los babilonios sino los persas. El itinerario que sigue +olofernes durante sus campaas no permite la más m%nima reconstrucción 95, 56-5>;. Los personajes del relato son delineados con rasgos intencionalmente contradictorios Iudit, una mujer $iuda, derrota a todos los enemigos de Csrael sin contar con ningRn ej*rcitoJ el re' más poderoso de la tierra cae $encido ante la bellea de una mujerJ un pagano, &jior, tiene más fe que los israelitas 9<, <-56;, mientras que *stos, temerosos ' desalentados, están dispuestos a rendirse ante los enemigos 9?, 5=-5?;. El desarrollo del drama está mu' bien marcado un momento en el que se plantea el problema, aparentemente insoluble. iene luego la inter$ención de la protagonista, que actRa con lentitud, de manera que crea la ansiedad ' el suspenso del lector. 1inalmente $iene el desenlace feli con una celebración al estilo griego 96<, 65-6K; ' un himno final de acción de gracias 96=, 6-6?;. Los comentarisas, por lo general, coinciden en catalogar este libro como !no$ela religiosa", aunque no se muestran concordes en el momento de dar ma'ores precisiones. )ambi*n aqu% habr%a que decir que si este relato se cataloga como !histórico", es !una historia que debe ser cre%da porque está relatada", a pesar de las dificultades que encuentra el lector ante los datos históricos ' geográficos tal como están presentados. 3uando el lector presta atención a los indicios que el autor coloca intencionalmente en el primer $ers%culo, debe optar por otra forma de leer la obra. 3on el aporte de los expertos en literatura se podr%a analiar el texto desde el punto de $ista de la narrati$a no$el%stica, ' esto a'udar%a a captar aspectos del sentido literal de la obra que pueden pasar desapercibidos para quien es solamente teólogo. En el caso citado se trata de una no$ela en la que el trasfondo histórico es puesto en cuestión por los datos aportados por el mismo autor. La no$ela histórica,
sin embargo, por s% misma no prejuga sobre la historicidad. #e puede escribir una no$ela histórica que tenga como argumento un hecho histórico. (o$ela 95; El relato de la muerte de san Iuan Bautista 9At 64, K-6KJ Ac =, 6?-57; ofrece un ejemplo de no$ela que tiene como trasfondo un hecho histórico, en este caso en el (ue$o )estamento. Esta narración se diferencia de los relatos de martirio en que en *stos se coloca al mártir en primer plano ' se describen sus diálogos con los jueces ' los tomentos a los que es sometido. En el relato de la muerte del Bautista, *ste queda en un segundo plano ' no inter$iene directamente en la acción. &parecen en primer plano, en cambio, el re' d*bil ' la mujer $engati$a. 3omo escenario está el banquete en el cual tienen lugar el baile de una jo$en ' el juramento irreflexi$o del re', detalles frecuentes en la no$el%stica. El desarrollo $a creando el inter*s ' el suspenso del lector. 1inalmente el re' d*bil se con$ierte en homicida ' el hombre justo es martiriado. L& OB/& LC)E/&/C& #e dice que una obra literaria se caracteria por ser una obra de naturalea est*tica, destinada a perdurar ' !desinteresada", es decir que no tiene finalidad práctica ' está hecha solamente para proporcionar un placer de tipo espiritual. ? !Es toda para la contemplación, ' no para la acción". > 2na obra es !literaria" por su forma sus estructuras, sus palabras, el modo en que se distribu'e su materia, el uso del lenguaje, etc. La Biblia es una obra literaria que tiene ciertas caracter%sticas peculiares. &nte todo no es !desinteresada", sino que está destinada a suscitar ' mantener la fe de los lectores. El autor se siente depositario de un mensaje ' quiere que este mensaje llegue a los demás ' sea aceptado. ertenece al g*nero de !literatura comprometida".7 Lo que para los expertos en literatura es algo adquirido e indiscutible, para los especialistas en la Biblia requirió su tiempo. 3uando se admitió que en la Biblia hab%a !formas ' g*neros literarios", en el primer momento se pensó que *stos eran como !en$ases" dentro de los cuales se depositaban las $erdades que hab%a que exponer. Bastaba con romper el en$ase para que apareciera la $erdad en toda su purea. &unque se admit%a la presencia de lo !literario", se lo consideraba de menor inter*s ' $alor. #e $aloraba Rnicamente el aspecto un presunto !mensaje" que no ten%a nada que $er con la forma con la que llegaba al destinatario. +o' se sabe que en la interpretación de la #agrada Escritura es imposible desprender el mensaje de su forma literaria. El autor adopta una forma literaria para exponer su pensamiento, pero la forma tambi*n tiene su parte en la transmisión, 'a que tiene en cuenta la impresión que su modo de expresarse produce en el receptor. !El autor sagrado expresa el sentido por medio del g*neroJ los g*neros son significati$os, no puramente formales". 6: #e podr%a decir que no es lo mismo decir que ios es misericordioso, que narrar la parábola del hijo pródigo, aunque esta Rltima est* destinada a mostrar plásticamente lo primero. #e podrá disertar sobre el drama del amor entre ios ' su pueblo, pero es diferente recitar el 3antar de los 3antares. Lo intelectual, lo imaginati$o ' lo emoti$o actRan para pro$ocar la reacción 3f. I.. )O#&2# &B&M&, La Biblia como literatura , erbo i$ino 0 Estella 9(a$arra; 0 677=J 6K5. L. &LO(#O #3+XHEL, La #alabra inspirada , +erder 0 Barcelona 0 67==J 555. L. &LO(#O #3+XHEL, o$c$, Ibid . L. &LO(#O # 3+XHEL , Cnterpretación de la #agrada Escritura, en Comentarios a la constitución %Dei Verbum& 9L.&lonso #chYSel, dir.;, B&3 0 Aadrid 0 67=7J 44K 7 8 9
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del lector. )odo esto es querido por el &utor primero de la Escritura que es ios, ' por eso mismo se encuentra bajo el influjo de la inspiración. En una exposición del mensaje b%blico no se puede prescindir de ninguno de estas funciones del l enguaje. #i en un primer momento se presentó como un objeti$o el conocimiento de la intención del autor, ho' se tiene clara conciencia de que la obra literaria es mucho más que la expresión de la intención de un autor. #e considera la obra como un sistema de palabras, como una estructura que precede ' supera al autor, ' que ha' que desentraar. Esto hace más urgente la necesidad de contar con expertos en literatura para una correcta interpretación de la Escritura. En el caso particular de la alabra contenida en la #agrada Escritura es necesario remontarse a la concepción judeo-cristiana de !alabra". El dabar del &ntiguo )estamento hebreo, as% como el lógos de los textos griegos, es la palabra que tiene la fuera creadora, que explicita la $oluntad de ios en la Le' ' re$ela al mismo ios en el discurso de los profetas o en la reflexión de los sabios. La !alabra" se identifica tambi*n con los hechos ' con las cosas, es la misma historia ' es la fuera de ios que conduce esa historia. En el (ue$o )estamento tiene un desarrollo inesperado cuando esa !alabra" se encarna en Iesucristo. e ah% que exija ser le%da e interpretada desde muchos ángulos, no solamente como !palabra" que tiene como Rnica función la !información". 2no de los aspectos de la !alabra b%blica", sealado especialmente por el 3oncilio aticano CC, es su fuera !Es tan grande la fuera ' el poder que ha' en la alabra de ios, que es sustento ' $igor de la Cglesia, firmea de la fe para los hijos de la Cglesia, alimento del alma, fuente pura ' permanente de $ida espiritual...". 66 Las reticencias a reconocer la #agrada Escritura como !literatura" ha partido del supuesto de que los textos b%blicos sólo ten%an como Rnica función la información. 3uando en la acutalidad se reconoce que en la Biblia está !la alabra" cumpliendo todas sus funciones, el literato que lee la Escritura está capacitado para captar nue$as resonancias de esa !alabra" ' tiene mucho que decir al teólogo ' al ueblo de ios. 3O(3L2#CZ( Esta bre$e exposición ha tenido como finalidad exponer, principalmente ante los que culti$an las letras, uno de los aspectos de la tarea en la que se debe ejercitar quien su ocupa de las #agradas Escrituras. #e ha intentado mostrar que ha' una ona fronteria en la cual es necesario entablar un diálogo entre ex*getas ' literatos, del cual no se puede seguir sino un beneficio inmenso para el ueblo de ios. La ex*gesis es !una disciplina teológica que tiene como finalidad principal la profundiación de la fe. Esto no significa un menor compromiso en la más rigurosa in$estigación cient%fica, ni la manipulación de los m*todos por preocupaciones apolog*ticas. 3ada sector de la in$estigación 9cr%tica textual, estudios lingF%sticos, análisis literarios, etc.; tiene sus reglas propias, que es necesario seguir con toda autonom%a..."65 Los que se ocupan de la literatura pueden hacer un $alioso aporte para que la alabra de ios llegue con ma'or nitide a su ueblo.
3O(3CLCO &)C3&(O CC, Dei Verbum, C, 56. O()C1C3C& 3OAC#CZ( BMBLC3&, doc$ cit$' Conclusión$
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