HARRY MAGDOFF ** i
la era del imperialismo política económica internacional de Estados Unidos
Traducción de
RODOLFO ARRIGORRIAGA
EDITORIAL NUESTRO TIEMPO, S. A.
Colección: Temas de Actualidad
Primera edición en español, 1969 Derechos reservados conforme a la ley @ Editorial Nuestro Tiempo, S. A.
Domicilio provisional: Cerro del Hombre 125, México 21, D. F.
Impreso y hecho en México
Printed and made in Mexico
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PRESENTACION INTRODUCCION 1. EL IMPERIALISMO, AYER Y IIOY
El ascenso de los grandes negocios La nueva batalla por las materias primas El avance del transporte oceánico y el mercado mundial El imperio y el nuevo imperialismo Imperialismo y colonias Los rasgos modernos del imperialismo La demanda de fuentes externas de materias primas Materiales estratégicos Los Estados Unidos como principal exportador de capital
2. LA4BANCA NORTEAh4ERICANA SE INTERNACIONALIZA 80 Los bancos de sucursales toman las riendas del mercado capitalista mundial Expansión exterior vía subsidiarias bancarias El dólar como divisa mundial: Nueva Yorli, banquero del mundo Los bloques monetarios romo instrumentos de ccntrol El camino de la devaluación Experiencias disímiles en materia de devaluación Los centros financieros crean su propio dinero El caso de las finanzas norteamericanas
3. LOS GASTOS MILITARES Y LA PAX AMERICANA La ayuda exterior, instrumento de control Ejecución de la línea política y militar de los EE.UU. Ayuda económica para la política de puerta abierta La ayuda extranjera y los negocios norteamericanos Ayuda exterior: la carga del hombre blanco El control a través del FMI Ayuda y endeudamiento El rezago de las exportaciones La exportación y sus límites
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4. ASPECTOS ECONOMICOS DEL IMPERIALISMO DE ESTADOS UNIDOS 199 El alcance de los comproinisos económicos en el exterior La importancia creciente de la actividad económica exterior Gastos militares y exportaciones Monopolio e inversiones exteriores
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Desde que Lenin escribió su pequeña gran obra: El imperialism o , fase superior del capitalismo, se lzan publicado, en el m u n d o entero, probablemente centenares o acaso miles de nueí!os títulos sobre el tema. Muchos, sin embargo, Izan respondido eserzcialmeizte a fines de divulgación o contribuido a esclarecer ciertos aspectos concretos de la dinámica del capitalismo ntonopolista, m á s que al propósito de ahondar en el estudio del fenómeno y de sus múltiples, complejas y siempre cambiantes formas de expresión. A consecurrzcia d e ello y de cierta tendencia a u n esquematismo demasiado simplista y divorciado de la realidad, a ueces se reiteran mecánica y aun dogmáticamente situaciones que se Izan modificado, lzan perdido importancia o incluso han dejado de estar presentes en la economía mundial. El lector comprobará con satisfacción que el presente libro no incurre e n esas fallas, sino que más bien contribuye eficazmente a superarlas a través d e u n estudio objetivo, riguroso y autorizado, que supone el empleo d e u n instrumental teórico y a la vez el conocimiento preciso y la evaluación cuidadosa de los hechos, ya que, e n última instancia, es e n la realidad donde las ciencias sociales tienen que confirmar, revisar o abandonar las hipótesis y aun las categorías conceptuales con que trabajan. Maurice Dobb Iza hecho notar lo extraño que resulta que, a diferencia de los economistas clásicos, que tanto se ocuparon e n sus estudios del mercantilismo, los economistas de hoy tiendan con frecuencia a ignorar el imperialismo o a verlo como u n fenómeno ajeno y sin importancia para la economía. E l autor de este libro, por el contrario, demuestra que el imperialismo n o es u n hecho del pasado n i tampoco u n asunto secundario sino algo vigente y funciamental, que afecta nuestra vida diaria de mil maneras y que, e n una soczedad capitalista, n o se puede escoger o rechazar puesto que es ccel m o d o de vida de tal socjed-a#. Por ello es todavía más extraño que, a u n e n los paises dependientes de América Latina,
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ciertos economistas, al parecer sólo empeñados en preservar la "kureza" de la economía, proscliban el imperialismo de su jergf y de su oficio, como si tal fenómeno no fuese una de las causas principales del atraso y el subdesarrollo. Harry Magdoff, quien esencialmente se ocupa e n este libro del imperialismo norteamericano, es u n distinguido economista. Desde hace años enseña en The New School for Social Research, de Nueva York y desde hace unos meses comparte, con Paul M . Sweezy, la responsabilidad de eo-editar Monthly Review, en esa misnza ciudad. A los editores de la versión castella?la de esta revista, que se publica e n Santiago de Chile, debemos la traducción al español 1~echa por Rodolfo Arrigorriaga, texto que aquí publicamos con ligeros cambios de forma, sobre todo de algunos giros regionales empleados en México. A ambos, editorial y autor, desearnos expresar nuestro agradecimiento.
Los ensayos que aquí se presentan fueron escritos en respuesta a las preguntas, repetidamente formuladas, durante y despuks de conferencias dictadas en varios colegios. Sorprendidos por la furia, !a irracionalidad y el horror del escalamiento de la guerra en Vietnam, muchos estudiantes comenzaron a indagar sobre las causas: ;ES la guerra una parte de un esquema mLs general y congruente de la política exterior de los Estados Unidos o es una aberración de iin grupo particular de hombres en el poder? Haciendo a iin lado los argumentos propagandísticos sobre la más elevada riloralidad y la amenaza a la seguridad nacional, ios inquisitivos estudiantes se inclinaron a buscar motivos ocultos. Quizá -pensaron algunos- había en Vietnam del Sur materias primas vitales u oportunidades excepcionales para los negocios, que podrían explicar ia intensidad y la unidad de propósitos en el temerario camino de conquista del gobierno de los Estados Unidos. Al no encontrar respuestas concisas y adecuadas en tal dirección, algunos se decidieron a intentar, en un contexto más amplio, una valoración de la situación en el Sureste de Asia. De ahí surgió la hipótesis de que la guerra de Vietnam era parte de una estrategia más general de los Estados Unidos, compuesta por varios elementos : I ) C n a campaña de los Estados Unidos para obtener el control y ejercer influencia sobre todo el Sureste de Asia, árca que contiene más de 200 millones de almas, con un territorio de un rnillón y medio de millas cuadradas. En este caso la conquista de mercados y fuentes de materias primas (tanto potencialcs como efectivas) es significativa, no sólo para los Estados LTnidos, sino también para un Japón industrializado que podría funcionar como socio menor dentro del imperio de los Estados L- idos s. 2) La decisión militar de establecer una base fuerte y digna de confianza en Vietnam del Sur, en donde podrían acumularse
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Traducida del inglCs por Horacio Zalce.
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enormes existencias de equipo y material y tener estacionado un fuerte poderío militar. ., 3 ) El uso de una base militar así, en la costa o cerca de ella y próxima a Vietnam, como una fuente de poder, no sólo para el control o influencia sobre todo el Sureste de Asia, sino también como parte de un cerco de hierro alrededor de la República Popular China y la República Democrática de Vietnam. Esto serviría, no solamente como una amenaza, sino como una área de lanzamiento en el caso de una guerra terrestre contra los países comunistas asiáticos. Este modo de pensar, analizado en contraste con la historia de la Guerra Fría, llevó a los más sofisticados a una área más amplia de investigación: ¿Debe& acaso encontrarse la causa raíz de la política de los Estados Unidos en un imperialismo moderno, en el capitalismo como un sistema expansionista? Pero aquí tropezaron otra vez. La hipótesis del imperialismo parecía entrar en conflicto con la opinión comúnmente aceptada de que las exportaciones y las inversiones en el extranjero son elementos menores en la economía global de los Estados Unid0s.l ¿Podría resolverse esta evidente contradicción? En este punto no ayudaba mucho la literatura económica existente. Es verdad quc en años recientes los economistas han estado prestando más atención a los asuntos económicos internacionales, especialmente en temas tales como la balanza de pagos, el oro, la ayuda extranjera, el comercio internacional y los problemas de los países subdesarrollados. Sin embargo, aparte de una literatura cada vez más abundante sobre los aspectos legales y que se ocupa principalmente de asuntos prácticos de los negocios, se ha dedicado muy poco estudio a la relación entre las economías doméstica e intcrnacional. Los economistas teóricos se han abstenido, por regla general, de analizar a los Estados Unidos como una potencia económica mundial, o de estudiar al país como parte del sistema capitalista mundial. No cs que debieran ignorarse las infliiencias económicas menores. Las f~ierzaseconómicas marqinales tienen a veces un peso especial extra como puede verse, por ejemplo, en el libro de Robert Engler, T h e Politics of Oil (New York, 1967). Los efectos económicos que son marginales a toda la economía, pueden revestir una gran importancia para ciertas corporaciones gigantes. Por consiguiente, pueden tener una influencia exorbitante en la política pública a seguir, a causa de la conc~ntraciónde poder económico y político en manos de estas corporaciones.
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C n notable ejemplo de cómo se circunviene este punto lo proporciona la magna obra de John Kenneth Galbraith, The New I~ldustrialState. En ella Galbraith intenta, en forma atrevida, hollar terreno virgen, y no se muestra inhibido por la ortodoxia aceptada para llegar a nuevas generalizaciones teóricas. Puesto que el eje de su análisis es el concepto de una economía norteamericana dominada por gigantescas corporaciones, enfatiza una y otra vez su influcncia estratégica sobre los asuntos económicos y políticos, así como la imperiosa necesidad de esas corporaciones, para su propia sryuridad y protección, de controlar sus fuentes de aprovisionamiento de materias primas y sus mercados y sin embargo, de la lectura del libro de Galbraith uno no sabría nunca que estas corporaciones ticnen algún interés económico extraiijero a pesar del lieclio. demostrado clocumeritalmente más adelante, de que las fuentes estranjeras de materias primas, así como los mercados extranjeros para sus productos, son un componente significativo, y en rreciii-iiento, de las actividades mercantiles de las corporaciones gigantes. No tan sólo se ignora este aspecto en el tratamiento quc de las corporaciones hace Galbraitli, sino que le deja ignorado también en su examen de las relaciones entre los intereses corporativos y la política militar extranjera. En el caso de esta última. ,. pone Gnfasis en e1o de los gastos militares en PI crecimiento y la s e v i l a w n d --e s firmas. h r o no se en&entra una sola palabra acerca de la participación extranjera de las corporaciones gigantrs -aun cuando la armazón teórica de Galbraitli, construida alrededor de los imperativos de control de las corporaciones solxr matcrias primas y mercados, está pidiendo gritos tal anrílisis. Las repetidas pre~untasde los estudiantes acerca de lo anormal de una economía "aislacionista" y una política extranjera internacional agresiva revelaba la ausencia de tales pesquisas de parte de los eruditos ortodoxos o aun de los críticos sociales liberales y radicales. Fue tanta la siqnificacibn de las pre,guntas planteadas como este kacío ilustrado lo que estimuló los estudios que aquí se publican. C n a invitación para leer iin trabajo sobre el imperialismo ante la segunda Conferencia de Escritores Socialistas que tuvo lugar en Nueva York en septiembre de 1966 proporcionó la oportunidad para presentar en público los primeros resultados de la búsqueda de una respuesta a esta cuestión (una versión revisada de
LA E R A DEL IMPERIALISMO este trabajo, publicado en el número de noviembre de 1966 de la Monthly Review, es la que aparece aquí como Capítulo 5). La tarea primaria era reunir y valorar suficientes hechos para poner a prueba la suposición casi universal de que las actividades económicas extranjeras son un elemento pequeño y aun insiynificante en los intereses comerciales de los Estados Unidos. ;Qu6 es lo que estos hechos muestran? L a respuesta, a mi modo de ver, no es nada ambigua: los supuestos prevalecientes son falsos. La cuestión crucial de este asunto es un fracaso general en el reconocimiento de todo el impacto de las inversiones extranjeras: comprender que si bien la exportación de capital bajo la forma de inversión directa -en minas, pozos petroleros e industria manufacturera- es mucho menor que las exportaciones en un año dado cualquiera, el efecto acumulativo del flujo anual de inversión involucra valores económicos que superan con mucho a las expcrtaciones. Cuando, como es la costumbre, toma uno en cuenta solarnente las cantidades anuales de exportación de mercancías y de capitales, puede subestimarse el efecto de la acumulación de las inversiones extranjeras. Las exportaciones de mercancías, a diferencia de las exportaciones dc capital, representan tan solo un flujo: los hombres de negocios tratan de mantener e incrementar este flujo del rendimiento de las plantas ubicadas en los Estados Unidos. El flujo tiene que ser renovado cada año: la corriente al extranjero del año anterior pertenece al pasado; deben encontrarse nueyas ventas para el producto de este año. inversiones que se mueven en el extranjero, en cambio, van construyendo un acervo de inversiones. Una inversión en fábricas y equipo en el extranjero permanece en el extranjero por siempre jamás. a menos de que, eventualmente, la empresa entera sea vendida, confiscada o, como en el caso de los minerales, hasta que se hayan agotado, por último, los recursos naturales. Pero en tanto que la inversión de una empresa exista en el extranjero y haya mercado para sus productos, la inversión se autoperpetúa. Los precios de los productos vendidos incluyen, además de las ganancias y los costos de la mano de obra y la materia prima, la depreciación del capital ( o depleción de las reservas). En esta forma se generan fondos continuamente, no sólo para obtener ganancias "eternas", sino también reemplazos "eternos" de equipo usado y/o la explotación de nuevas fuentes minerales. Y por supuesto que cada
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nueva inversión que fluye al extranjero se añade al stock "permanente de inversiones? Una simple ilustración aritmética puede ayudarnos a explicar este punto. Supongamos que las corporaciones estadounidenses invierten 5 000 millones de dólares anualmente en el extranjero. Supongamos, asimismo, que por cada 5 000 millones de dólares invertidos sea razonable esperar 10 000 de producto ( o sea 2 dólares de producto manufacturado cada año por 1 dólar de inversión inicial en plantas y equipo). Entonces obtcndríarrios los sigiiicn:cs resultados :
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Flujo anual Existencia acumu- Rendimiento anual de capital inlada de capital en resultante del uso del equipo de ~ ' e r t i d oen el el extranjero al extranjero fin de año capital (Miles de millones de dólares)
En esta forma la inversión del primer año determinaría una existencia de $5 000 millones, de los cuales se obtienen, para la venta, $10 000 en productos. En el segundo año, el flujo adicional de 5 000 millones habrá de añadirse a la inversión del año anterior. Tenemos ahora una existencia acumulada de $10 000 millones. Esto es en fábricas y equipo, con los que pueden producirse $20 000 millones de nuevos productos anualmente. Para el décimo año la existencia acumulada alcanza una inversión de $50 000, con lo que la producción anual disponible para el mercado llega a los. . . . . $100 000 millones. Aquí podemos ver que si habla uno de la cantidad relativamente pequeña de inversiones que fluye cada año al extranjero, se le está escapando el significado pleno del impacto acumulado de tal actividad en la inversión. De esto se desprende que si se ve solamente el volumen anual de mercancías y de exportaciones de capital, no se hace caso del impacto total de los negocios norteame-
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ricanos en el extranjero. Supongamos que el flujo anual de las exportaciones de los Estados Unidos asciende a $25 000 millones, y compárese esto con los resultados de 10 años de inversión extranjera a la tasa anual de $5 000 millones, como se mostró en nuestro ejemplo: la cifra anual de las operaciones extranjeras resultantes de las existencias de inversión acumulada asciende a $100 000 millones, o sea cuatro veces más que las exportaciones. Este modo de considerar a los negocios de los Estados Unidos en el extranjero añade una nueva dimensión al grado de extensión del compromiso económico del país en el exterior, y suministra el marco para el examen, en los párrafos siguientes, de la magnitud de las ventas al extranjero, de las inversiones y del flujo de las ganancias que provienen de estas inversiones. Pero nuestro interés no radica solamente en la magnitud de los compromisos económicos en el extranjero; es necesario también inquirir qué tan importantes son estas actividades para la economía doméstica. Si pensamos en términos de una razón aritmética, veremos que hasta aquí hemos estado discutiendo tan solo el numerador. iY qué usamos como denominador? De nuevo nos encontramos aquí con un error muy difundido en el modo comúnmente aceptado de pensar acerca de estos asuntos. Una manera habitual para medir la importancia de las cuestiones económicas es comparar las variables por examinar con el Producto il'acional Bruto (PNB). Si un segmento particular de la economía se eleva hasta representar una gran proporción del PNB, se deduce ipso facto, que es importante. Y al contrario, si su proporción frente al PNB es baja, el renglón particular que se está comparando es habitualmente considerado entonces como no importante. La debilidad de este tipo de prueba estadística radica en que no establece diferencia alguna entre los sectores estratégicos y los no estratégicos de la economía, entre las variables dependientes y las independientes, entre las actividades que crean un pioducto exccdente y aquellas que se dedican a utilizar ese excedente. (Para comprender este asunto el lector debiera consultar El Capital AJOnopolista de Paul A. Baran y Paul M. Slveezy.)" Baste hacer notar aquí que el procedimiento que se siguió fue estrechar la base para evaluar la importancia relativa de la actividad econónlica en el extranjero, de manera que esta última se correlacionara con los
* Publicado en Nueva York en 1964 y traducido recientemente en M é xico por Siglo XXI.
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sectores comparables de la economía doméstica. Además de esto se puso particular empeño en algunos sectores estratégicos tales como las industrias de bienes de capital, que son los elementos más volátiles dentro del ciclo de los negocios. El análisis que ha resultado de los datos disponibles ha demostrado que existe un estrecho paralelismo entre la agresiva política extranjera de los Estados Unidos, dirigida al control (directo o indirecto) de tan grande porción del globo como sea posible, por --una parte, y la enérgica política expansionista de los negocios norteamericanos, por la otra. Por supuesto que la demostración del paralelismo de ambos cursos no prueba que lo uno sea la causa de lo otro. Lo que si sugiere cs que simplemente es erróneo suponer que la economía de los Estados Unidos sea "aislacionista" y de esto se desprende que debe de introducirse la expansión de los asuntos económicos internacionales de los Estados Unidos como un elemento muy importante en cualquier hipótesis que intente explicar lo que está ocurriendo hoy en el mundo. A fin de entender mejor las principales tendencias en el pasado y las potenciales para el futuro, necesitamos seleccionar las más importantes influencias entre la multitud de variables. Sin einbaigo, el intento de llegar a una fórmula simple, de causa única, muy frecuentemente hace el papel de una camisa de fuerza para el avance del conocimiento. En el caso del imperialismo tenernos, en un extremo, a los teóricos que buscan un imponderable universal en la naturale7a del hombre, o una fornia de atavismo social para explicar el fenómeno como una fuerza continua y constante en la historia. Es así que tenemos a un historiador económico tan competente como el profesor David S. Landes que da la siquiente explicación : Me parece que uno tiene que ver al imperialismo como una respuesta múltiple a una oportunidad común que consiste simplemente en una disparidad de poder. Siempre y en clondequiera que tal disparidad ha existido, los pueblos y los grupos se han mostrado listos para sacar ventaja de ella. Se ve con pesar que está en la naturaleza de la bestia humana el explotar a los otros -o salvar sus al~nas,o "civilizarlas", según el caso.2 "Dad Iournal
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S. Landes, "The Nature of Ecoilomic Imperialism", en The Economic History, diciembre dc 1961, p. 510.
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Esta interpretación, correcta o incorrecta, supone un nivel tan elevado de abstracción que no contribuye en nada a la comprensión de las diferencias históricas entre los tipos y propósitos de la agresión y la expansión. Es irrelevante en absoluto, por ejemplo, para explicar la expansión histórica de la sociedad capitalista hasta convertirse en un sistema mundial o por qué esta expansión va asociada a una creciente disparidad de poder entre unas cuantas naciones que son excepcionalmente ricas y muchas naciones que son continuamente pobres. En el otro extremo del espectro de la sobresimplificación está la fórmula del imperialismo económico "puro". L a búsqueda de motivos económicos sin adulteración para las decisiones de política exterior seniirá como una útil hipótesis en un gran número de casos. Pero fracasará si espera uno encontrarla para todos y cada uno de los actos de las líneas de conducta política y militar. Una razón de peso por la cual no funciona una hipótesis tan burda es sencillameilte que las líneas de conducta militares y políticas no se basan en reglas estrictas de contabilidad de costos. La corporación tiene la necesidad de ponderar cada gasto de sus fondos contra la posibilidad de recuperarlos y de obtener la utilidad deseada dentro de un plazo razonable. Los gobiernos, por otra parte, no están restringidos por el mismo tipo de consideracioees presupuestales: pueden fijar impuestos, imprimir billetes y elevar la deuda pública. Por supuesto hay límites hasta para estos gastos, pero ellos se derivan de los recursos de toda la economía, y no de los de una corporación dada, o aun de un grupo de corporaciones. La racionalidad de los gastos del gobierno no tiene ninguna semejanza con la rígida ponderación de costos contra utilidades, aun cuando algunos gobiernos quisieran aparecer como que así lo hicieran. Un gobierno puede gastar miles de millones (con ingresos obtenidos de la población toda) para dominar a un país productor de plátano aun cuando el control que de ello resulte proteja utilidades por millones para tan solo una o dos corporaciones. Pero la realidad del imperialismo va mucho más allá del interés inmediato de este o aquel inversionista: el propósito subyacente es nada menos que el de mantener abierto tanto como sea posible del mundo para el comercio y la inversión de las gigantescas corporaciones multinacionales. Donde hay intereses que compiten en7 tre las empresas comerciales de diferentes países, la meta de la política de cada gobierno es continuar extendiendo su influencia I
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en el extranjero. La dimensión del control variará, desde la ocupación militar a las técnicas informales de las "esferas de influencia", dependiendo de las circunstancias y del criterio de los dirigentes políticos y militares en cuanto a lo que sea más realista bajo las circunstancias existentes. Cuando se tomen en consideración todos estos factores se vera que los intentos para explicar acciones aisladas en términos de "teneduría de libros" carecen de sentido. Los países latinoamericanos pequeños que producen utilidades relativamente escasas son importantes para la política general de los Estados Unidos porque es importante el control sobre toda la América Latina. Dentro de este contexto el control y la influencia son necesarios, no solamente para impedir la expropiación del capital norteamericano y para inmunizar al país contra la revolución social, sino hasta porque su voto en la ONU o la OEA es importante para el plan general de dominación de los Estados Unidos. Entendidos en estos términos, la muerte y la destrucción en Vietnam y el gasto de enormes sumas de dinero no son cotejados, por quienes dirigen la política norteamericana, con las oportunidades de provechosos negocios en Vietnam; se les pondera, m6s bien, según el criterio de los dirigentes militares y políticos de acuerdo a lo que se necesita controlar e influir en Asia, y especialmente en el Sureste, a fin de conservar toda el Ares dentro del sistema imperialista en general y dentro de la esfera de influencia de los Estados Unidos en particular. v El mismo modo de pensar que aborda el conccpto del imperialismo ecoiiómico en el sentido restringido de una hoja de balance confina tambitn habitualmente el término al control (directo o indirecto) sobre un país subdesarrollado por una potencia industrial. / Una limitación tal ignora el rasgo esencial del nuevo iinperialisnio que surge a fines del siglo diecinueve: la lucha competitiva entre las naciones industriales por las posiciones de dominio con respecto al mercado mundial y a las fuentes de materias primas La diferencia estructural que distingue al nuevo imperialismo del \iejo es el reemplazo de una economía en la que compiten m~icliasfirmas por otra en la que compite un pufiado de corpo- -' raciones sigantes en cada industria. MAS aún, durante este período el avance en la tecnología del transporte y las comunicaciones y el reto que lanzaron a Inglaterra las nuevas naciones industriales aportó dos rasgos adicionales a la escena imperialista: una intensificación de la lucha competitiva en la arena mundial y la ma-
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duración de un sistema capitalista verdaderamente internacional. Bajo tales circunstancias la competencia entre los gmpos de corporaciones gigantes y sus gobiernos tiene lugar en toda la superficie del globo:<-en los mercados de las naciones avanzadas así como en los de las semi y aun las no industrializadas. La lucha por el poder entre las naciones industrializadas para obtener el control colonial e informal de las regiones económicamente atrasadas no es sino una fase de esta guerra económica y tan solo uno de los atributos del nuevo imperialismo. Las naciones del sistema capitalista mundial tienen grados variables de fuerza y de independencia y la manipulación para adquirir poder y control se estiende al través de todo el sistema -ciitre los grandes y entre los chicos, entre los relativamente ricos como entre los relativamente pobres. Circunscribir el imperialismo a operaciones simplemente cn el mundo subdesarrollado es algo verdaderamente extraño cuando se cxamina la consistencia en las metas de Alemania con respecto a otras naciones de Europa a lo largo de dos guerras: un programa para reorganizar y controlar a las naciones industrializadas así como a las n o indusfrializadas a fin de llenar las nccesidades de un capitalismo alemán en expansión. Se clic~frecuentcmeiite en nuestros días que la mayor participación del capital norteamericano en Europa occidental, en com~ a r a c i ó ncon las inversiones en los paíws subdesarrollados, es tina muestra de una desviación del imperialismo. Por supuesto que este punto de vista es insostenible si se reconoce que el antagonismo entre centros industriales q u e se desarrollan desigualmente constituye el eje de la rueda del imperiaiismo. Pero existe un punto de vista adicional desde el que debiera de considerarse la expansión del capital norteamericano en otras naciones avanzadas. El nivel dc vida más alto y la gran cantidad [le capital acumulado en Europa occidental están enraizados en las ventajas, pasadas y presentes, obtenidas por esta última área al tra\+S de la explotación de países coloniales y neocoloniales. Al penetrar los centros metropolitanos de Europa, el capital de los Estados Unidos se lleva parte de la crema: se beneficia a ) de los crecientes mercados de consumo de Europa occidental y b) de la oportunidad de comerciar al través de canales abiertos por los centros metropolitanos durante sus relaciones con sus dependencias. Una analogía con los días de la piratería podría ser íitil aquí, cuando ciertos aventureros hacían iin modo de vida de la depre-
I N T R O D UCCIÓN dación de islas y costas alejadas de los centros inetropolitanos. Imagincmos ahora a un aventurero que equipa un barco con el propósito de asaltar a los barcos piratas que regresan a la patria. iDepcnde menos de la piratcria la inversión de esa última "empresa" que la del pirata original? Debiera hacerse notar, en este sentido, que las cxtensas iiiversiones de la industria petrolcra norteamericana en Europa occidental (véase cl capítulo 2, cuadro 13) obtiene sus utilidadcs de la refinación y distribución del petróleo importado dcl Medio Oriente. Las exageracioncs clc la teoría del imperialismo económico no se limitan a sus proponcntcs. Las más grotescas versiones de análisis rrwcaniciitas poclrin cncontrarse en los escritos de los críticos. TJn cjrrnl>lo notable de esto ocurre en un ensayo titulado "El Imperialismo Económico Vuelto a Visitar", por el profcsor Mark Blaug. Entic otras rosas cl profcsor cxponc lo que él considera ser dcvastadora del concepto d~ que la exportación de una rcf~~tación capital cs alentada por las mayores oporturiidades dc utilidad en cl cstraiijero: Lo que es aún m i s notable es que las tasas de utilidad de la inversión extranjera en rl Golio 1'6rs;co se clevan Iiaita a un 20 por ciento en contraste con el 11 por ciento en América Latina y 8 por ciento en Canadi; y sin embargo, el Golfo Pérsico atrac a mcrios de una d6cima partc de la inversión norteamcricana en el extranjero y la tasa de incremento de la inversión extranjera rn los años de la postguerra ha sido mayor cn Canadi que en las rrqiones empapadas de pct~óleodrl Rfrtlio O r i ~ n t e . ~ Aquí teiic~iio~ la iiicriialidad de las fórmulas en todo su esplcndar. .2 pesar dc las apariencias, el argumento no tiene semejanza con la rralidad c l ~ lcomportamicnto d r los negocios. El hecho de qiir las utilidades de las inversiones petroleras en el Golfo PErsico ~ ' 3 1 1tan rlrvadas difícilmente podría intrrl->retarsecoino que una unidad adicional de inversión produzca rendimiento equivalente c 1 iitilidacl. ~ Una \ r 7 quc se ha perforado una fuente dcterrninada clc pctrólco y SP ha loqrado al arrcglo mAs cfiricnte de los pozos, las oportunidades ultcriores de inversión dcseablc son muy limita-
= hlark Blaiig. "Economic Imperialism Revisited", The I'ale Rez'iew, primavera de 1961, p. 343.
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das (aparte de las inversiones destinadas a impedir que los compctidores se apoderen de las reservas de petróleo). Después de que se ha llegado a cierto punto, una inversión adicional no va a rendir la tasa de utilidades deseable. Esta limitación a la inversión ulterior es particularmente pronunciada cuando, como ocurre en la industria petrolera, hay un grado tan alto de concentración de la propiedad de las concesiones. Esta clase de consideración elemental en los negocios es aplicable en muchas situaciones. Por ejemplo, una vez que se ha construido una línea de ferrocarril, que absorbe toda la carga y tráfico de pasajeros disponibles entre dos puntos, la adición de líneas sería infructuosa, sin importar lo provechosa que pudiera ser la inversión original. Al parecer el profesor Blaug estaba más interesado en negar !a existencia del imperialismo que en tratar de entender su naturaleza. De haberse interesado en explorar el significado de los datos que citaba, se habría hecho a sí inismo pre
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Pcro estos datos no justifican por cierto la pretensión de que los Estados Unidos "redujeron los préstamos y el comercio exterior al mínimo". L a reducción en el comercio y la inversión extranjeros no fue voluntaria. Se adoptaron vigorosas medidas en contra a fin de resucitar el comercio exterior, pero resultaron impotentes frentc a la severidad de la depresión. La realidad en la primera parte de la década de los 30 fue un colapso en el comercio internacional: un fracaso del sistema capitalista mundial que ni los capitalistas ni los gobiernos fueron capaces de impedir. Los préstamos al extranjero se retrajeron porque había muy pocos solicitantes dignos de confianza: había más de $ 2 2 billones de desfaIco en la deuda pública extranjera en esos años. De manera análoga no había bases para mantener, no digamos incrementar, el comercio de exl~ortación.Los hombres dc negocios no exportan a menos que hayan clientes extranjeros que tengan con qué pagar por sus compras. Clientes así no existían en un período de dcpresión mundial complicada por una desintegración del sistema internacional de pagos. Estos doy ejemplos de ninguna manera agotan las diversas falacias de la literatura sobre el imperialismo. Se les escogió en forma deliberada porque en cierto sentido son representativas de la clase de dificultades a las que se enfrentan los estudiantes, tanto avanzados como de grados elementales, cuando tratan de la teoría cconómica en contraste con la práctica económica. Cuando es la teoría lo que sc discute, manejamos abstracciones y tratamos de aislar las fuerzas más importantes que determinan los cambios y el desarrollo. Pero en la vida real estas fuerzas aparecen eritremezcladas con muchas otras. L a veraadera tarea en el análisis económico es moversc de una parte a otra, inteligente y cómodamente: de la teoría abstracta a la realidad concreta y viceversa. Surgen serias dificultadcs si el salto entre lo abstracto y lo concreto es muy repentino y muy extremoso, sin quc se conceda la atención adecuada a las etapas intermedias del análisis. Examinemos, para ilustrar este punto, el motivo de la ganancia conio regulador de la actividad de los negocios. No cabe duda que el impulso hacia la obtención de tasas de utilidad más elevadas y de mayor volumen es la fuerza impulsora de la actividad comercial. Y sin embargo esta esencial y validísima generalización tiene aplic a c i h diferente se
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LA ERA DEL IMPERIALISMO petitivas o monopolísticas. En el asunto de la inversión extranjera por las empresas norteamericanas es necesario reconocer la influencia de la necesidad de que firmas de tipo monopolístico controlen las fuentes de materias primas y los mercados, a fin de proteger su posición de dominio y de asegurar su inversión. Aun dentro de este contexto algunas firmas, a causa de la índole de sus negocios, adoptarán una perspectiva de utilidades a plazo relativamente largo, en tanto que otras invertirán en el extranjero solamente que puedan recuperar su capital en tres o cinco años. El hilo común a estas diferentes estrategias es, por supuesto. el aumento en las utilidades. A pesar de todo, se tendría un cuadro engañoso si redujera uno las ralones para la migración de capital simplemente a un análisis estadístico de las tasas diferenciales de utilidad para los diferentes países. Las mismas limitaciones deben aplicarse a los temas sobre capital excedente que a menudo se encuentran en las teorías sobre rl imperialismo. Parece casi axiomático afirmar que el capital se desplaza hacia el extranjero cuando los fondos ociosos no encuentran salida en inversiones domésticas lucrativas, y/o las oportunidades de ganancia son mavores en el extranjero que en el país. Esta afirmación abstracta constituye una primera al~roximaciónútil, un punto de partida y una guía para la investigación, pero de ninguna manera una explicación adecuada de los numerosos diferentes tipos de movim;rntos de capital. En la vida diaria éste no es una masa indiferenciada. Lo proporcionan diferentes fuentes dentro de la economía y frecuentemente está disponible solamente para usos limitados: un préstamo a corto plazo, la apertura de un nuevo banco. la construcción de una planta química. También debe entenderse que el capital monetario consiste tanto de crédito como de efectivo y, por lo tanto, es afectado por las oscilaciones del ciclo de crédito. Es así que durante una depresión grave, al declinar la producción y contraerse el crédito, una buena parte del excedente desaparece y la moviljzación del capital se hace más difícil. El teorema, a menudo repetido. acerca de que la inversión rxtranjera representa un modo de salir de la depresión tiene validez si reconocc uno que ésta es sólo una de las estrategias dentro de la agenda de la comunidad comercial, la que puede o no ser operante dentro de las circunstancias. Si la depresión es en escala mundial y el sistema mundial de crédito ha dejado de funcionar la inversión extranjera, como una opción, ge~eralmentedesaparecerá de
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la agenda, excepto en cuanto sea posible arrebatar algún valioso recurso mineral o comprar a un competidor más débil. Durante la fase ascendente del ciclo, la aparición de capacidad excedente en la producción doméstica plantea el problema de encontrar una salida en el extranjero para el capital ocioso: el éxito en la persecución de esas salidas en el extranjero puede contribuir a prolongar la fase ascendente. Y esto es aplicable no solamente al ciclo en su totalidad, sino también a los ciclos de las industrias individuales. Un ejemplo de esto último es la transferencia del capital inglés, norteamericano, francés y alemán conectado con la industria ferrocarrilera, de un país a otro. Cuando se estaba llegando al límite práctico de la construcción de ferrocarriles en un país, se buscaban salidas en otro. La búsqueda se intensificaba a medida que la competencia aumentaba entre los países exportadores de capital. Lo que es importante para la comunidad comercial, y al sistema de los negocios como un todo, es que la opción: inversión extranjera ( y comercio extranjero) permanezca abierta. Para que esto adquiera un sisnificado el sistema de empresa privada requiere, como mínimo, que los principios políticos y económicos del capitalismo prevalezcan y que queden abiertas completamente las puertas para el capital extranjero en todo momento. Más aún, debe buscar una puerta abierta privile,+ada para el capital del país natal de preferencia al capital que venga de naciones industriales competidoras. Y no se trata de discutir qué tanto o qué tan poco pueda explotarse una puerta abierta en un momento dado. Es el principio el que debe de mantenerse, especialmente para una superpotencia capitalista como los Estados Unidos, y más especialmente cuando se le está desafiando extensa y abiertamente. (Por añadidura, ;quién puede saber cuándo se descubrirá algún recurso vital y esa puerta especial abierta vaya a conducir a la fuente de un nuevo tesoro?) Mantener la puerta abierta crea algunos problemas, algunos a causa de intereses conflictivos entre las naciones capitalistas más maduras, algunos a causa de las revoluciones sociales, reales o potenciales que amenazan eliminar (o limitar) el capitalismo y la libertad para la inversión y el comercio privados.iDe aquí que abrir una puerta y mantenerla abierta requiere una vigilancia eterna y fuerza de voluntad.\ Dicho de otra manera lo que se necesita es la fuerza y la persistencia, de parte de las naciones más avanzadas, controlar la política y la economía de las naciones menos avan-
zadas. Puesto que la franca posesión colonial se ha vuelto en la mayor parte de los casos poco práctica, se están explorando y explotando otros medios, algunos tradicionales, algunos nuevos. En esto, los Estados Unidos son los que tienen mayor práctica, habiéndose apropiado la oportunidad, al fin de la segunda guerra mundial, para organizar y dominar la red imperialista. Los medios tradicionales están aún disponibles y se les usa. Aún están entre nosotros el método de la invasión y el empleo de la fuerza militar; únicamente se han hecho anticuadas las racionalizaciones. Una flota armada que cubre todo el globo y una extensa red de bases militares pesan mucho en el resto dcl mundo. Se ha puesto mucha confianza en las más nuevas técnicas, quizá no completamente nuevas, pero aplicadas en escala más vasta y con mayor sofisticación que en el pasado: asistencia militar para apoyar a gobiernos, "dignos de confianza", contra la revolución; ayuda económica para fortalecer un clima favorable para el capital y las importaciones extranjeras; y, además, la ubicua CIA. El apuntalamiento objetivo del sistema de alianzas y de control continúa siendo el mercado y las relaciones financieras que reproducen la dependencia económica, por parte de las regiones menos avanzadas, de los centros metropolitanos. Visto bajo esta luz, no hay conflicto fundamental entre los intereses económicos, po!íticos y militares. Existen, y existirán, diferencias debidas a intereses opuestos entre grupos de negocios, intereses especiales de otras clases y estratos sociales y asuntos burocráticos de funcionarios de gobierno y de la élite militar. Pero el desacuerdo resultante se relaciona con la estrategia y la táctica acerca de cómo a s e p r a r mejor el crecimiento y la expansión del sistema de los negocios, y de que es lo mejor para mantener tanto como sea posible del mundo a disposición de la empresa privada, y especialmente de las norteamericanas. Para tener una mcjor comprensión de todo esto es necesario estudiar los orígenes históricos del sistema imperialista e identificar las interrelaciones de los diversos aspectos de la estructura económica y financiera de los Estados Unidos por una parte y la actividad económica internacional de las empresas privadas y del gobierno por la otra. Este era el esqueleto de un trabajo presentado ante la tercera Conferencia de Estudios Socialistas (Nueva York, septiembre de 1967) con ocasión del quincuagésimo aniversario de la publicación de la obra de Lenin, El Imperialisnzo, Fase Superior del
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Capitalismo. Una versión considerablemente ampliada de este artículo, fue publicada en la Monthly Review, en los números de junio, octubre y noviembre de 1968, y reproducida aquí como los capítulos 2, 3 y 4. El objetivo principal de estos capítulos es el de mostrar la cohesión e interdependencia de la economía de los Estados Unidos con el sistema capitalista mundial. Sólo en forma incidental se mencionan las contradicciones y las tensiones dentro del sistenia. No se ha hecho intento alguno de someter a un análisis ni los conflictos entre rivales dentro del sistema ni a la ola revolucionaria para debilitar y eliminar al imperialismo. Estos ensayos debieran ser considerados, por lo tanto, como una introducción al estudio del imperialismo norteamericano que proporcione -así lo esperamos- una armazón más significativa que las disponibles en la actualidad, para la comprensión de este problema, y un punto de partida para futuras investigaciones. Una vez que se logra aprehender la interdependencia dc las estructuras económicas internacionales y domésticas, se pueden empezar a reconocer las alternativas limitadas bajo las que operan los administradores del sistema de los negocios. Los estudiantes no son 10s únicos en suponer que existe una gama casi ilimitada de alternativas disponibles ante un sistema político democrático, de manera que, usando razón, imaginación y buena voluntad, pueda el capitalismo proseguir su curso sin el imperialismo. Una ilustración interesante de los procesos de pensamiento involucrados en el enfoque de la "libre voluntad", o de alternativas sin límites, puede encontrarse en el importante libro de J. A. Hobson sobre el imperialismo, escrito en 1902. No hay necesidad de abrir nuevos mercados; los don~ésticos son capaces de una expansión indefinida. Cualquier cosa que se produzca en Inglaterra puede ser consumida en Iiiglaterra, a condición de que el "ingreso", o el poder de compra de las mercancías, esté adecuadamente distribuido. Esto parece no ser cierto a causa de la especialización, antinatural y poco saludable a la que este país ha sido sometido, basada en una mala distribución de los recursos económicos lo que ha inducido un crecimiento exagerado del comercio de ciertas manufacturas, con el propósito expreso de efectuar ventas en el extranjero. Si la revolución industrial hubiera tenido lugar en una Inglaterra fundada en la igualdad de acceso
LA ERA DEL IMPERIALISMO para todas las clases a la tierra, la \educación y la legislación, la especialización manufacturera no habría ido tan lejos (aun cuando se habrían hecho progresos más inteligentes, en razón de un ensanchamiento del área de selección del talento inventivo y de organización) ; el comercio exterior habría sido menos importante, aun cuando más constante; el nivel de vida para todos los sectores de la población habría sido alto, y la tasa actual de consumo nacional probablemente habría dado empleo total, constante y remunerativo para una mucho mayor cantidad de capital privado y público del que en ia actualidad se usaG Esta clase de historia; tan plagadas de "si" condicionales supone mucho más de lo que puede demostrarse. Si todas las clases tuvieran un acceso igual a la tierra, ihabría habido una clase trabajadora lo siificientemente grande para proporcionar los hombres necesarios para las fábricas introducidas por la revolución industrial? ,Y habrían realizado los capitalistas inversiones especulativas en nuevas industrias, en vez de hacerlo en el comercio o en terrenos, de no haber existido las oportunidades para obtener enormes ganancias en la manufactura? Y además, i d e dónde habría venid o la acumulación original de capital usado en la industria sino de la extracción de la riqueza de las colonias, la piratería y el mercado de esclavos -tal como lo describió Marx en El Capital (Vol. 1. Cap. V I I I ) ? Y por último, ;de dónde habría salido la reproducción y el crecimiento del capital necesario para la inversión, si no de ganancias lo suficientemente grandes que se originaban en las operaciones mercantiles? Es verdad que puede concebirse una situación ideal en que la producción y el consumo estén equilibrados, en que "cualquier cosa que se produzca en Inglaterra puede ser consumida en Inglaterra''. Pero en este caso debemos postular una sociedad que esté sometida a un control social racional en vez de apoyarse en el servo-mecanismo del mercado, regulado por la necesidad de gananJ. A. Hobson, Zmperialism-A Study, 1902. (Edición rústica: Ann Arbor, Michigan, 1965, pp. 88-89. La obra de Hobson sobre el imperialismo, cualesquiera que fueran las críticas que se le puedan hacer, marcó un punto de retorno histórico en el estudio de este tema. Tanto Hilferding (Das Finpnzkapital, 1910) como Lenin (Zmperialism, The Highest Stage of Capitalism, 1917) fueron influidos de una manera directa y profunda por Hobson.
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cias. En la mayor parte de las industrias manufacturera? la capacidad y la producción no pueden ser rcyuladas de modo de conformarse exactamente a las demandas del consumidor. Supongamos, por ejrmplo, que no puede producirie el acero de una manrra cfica7, a menos de que haya un eqiiipo complementario que tenqa una capacidad para prodiicir 100 000 toneladas. Si resulta que la demanda es de 150 000 toneladas, el maniifacturero tiene la disyuntiva de perder la oportunidad de este mercado extra, o de correr el riesqo de añadir otras 100 000 tonclaclas de capacidad. Si a1iinc.lita Csta, se queda con una capacidad excedente de 50 000 tonelarlai Para obtener un rendimiento adecuado a su inversión, debe cntoricei biiscar ~nercadosextra. Este no es sino uno de los muclios factorei clue ycnerari ~~resiones sobre los mercados en expansión, tanto cutra~ijero?como domésticos. El mcca~iismotodo de una economía de mercado c o m p e t e n c i a , flrictuacioncs de las demandas del consumidor, desarrollo desiyual de las industrias complementaiias, canibios tccnolóyicos, la acrimulación de i i t i l i d a d e s impulsan con una f u c r ~ aimpaciente al capital a expandirse. Siendo este el caso, la panacea de Hobson de un aumento cii el inqreso del consumidor es poco realista. En efecto, él supone que es posible una dirección coordinada del cambio económico mediante una rlevación en los nivelei de salarios. Este expediente, sin embaryo, difícilmente puede ser confiable para obtener los resultados que Ilobson buscaba. Por ejemplo, una elevación demasiado rápida en el consumo puede, en determinadas circunstancias, reducir los niveles de las iitilidades para detener la maquinaria de la acumulación de capital, resultando en oportunidades insuficientes de empleo para una oferta de mano de obra acrecentada por rin incremento de la fuerza de trabajo y por los trabajadores despla~adospor la creciente productividad. Dc manera alterna si la elevación en el consiirno no es lo suficientemente yrande como para frenar la aciimulación, tirnde a estimular brotes espcr~ilativosde inversión de capital y a acentuar el desequilibrio entre el capital y el conslimo a un nuevo nivel. Desafortunadamente, la receta de Hobson es simplemente resultado de la ilusión, muy común, de que la inversión de capital puede ser re
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tal, debe acompañar' a la inexorable expansión de la capacidad una ávida exploración de las oportunidades de ventas en los inercados del mundo. Y, como lo explica Hobson, la estructura de la propia industria se adapta al mercado mundial, más bien que al solo mercado doméstico. Por otra parte, Hobson no toma en cuenta el modo cn que este desarrollo está involucrado en los cambios en el resto de la vida internacional de una sociedad de negocios por ejemplo, con la banca internacional, el mercado monetario internacional y los problemas de la balanza de pagos. Dados el tipo de estruct~iraindustrial y financiera que se desenvuelve a lo largo del tiempo, y la organización de la fuerza de clase que opera esta estructura, las construcciones idealistas de Hobson no están en disponibilidxd, como opciones realistas, ni aun para gobiernos reformistas. Obsérvese, por ejemplo, cómo, a pesar de su confesada ideología socialista, se ha conducido el Partido Laborista inglés en los asuntos del imperio y de los arreglos económicos intcrnacionales, en todas las ocasiones en que h a llegado al poder. Aun cuando eventualmente hubo de presidir la disolución del Imperio Británico formal -y no por elección, sino por necesidad-, manejó la disolución en una forma realista, de manera que la transición hacia un imperio informal, que sirviera los mismos intereses económicos imperialistas, fuera lo más suave posible. Se puede sacar una lección semejante de la experiencia del Nuevo Trato de Koosevclt. Las importantes reformas: sociales y el enérgico cebar la bomba del Nuevo Trato no tuvieron éxito en la aceleración dc la maquinaria de acumiilación de capital; tan solo las amplísimas utilidades por las órclcncs de guerra del extranjero y de los negocios militares domésticos pudieron suministrar el ímpetu necesario. Las operaciones extranjeras del Nuevo Trato fueron realísticas de un modo semejante, en términos de las opciones disponibles en las condiciones entonces prevalecientes, sumándose para constituir un impulso para ganar los mercados extranjeros, así como ventajas para las empresas de los Estados Unidos en estos mercados. Los detalles de este razonamiento están bien analizados en el libro de Lloyd C. Gardner, Economic Aspects of New Den1 Diplomacy, Madison, Wisconsin, 1964). El realismo cs también la marca de fábrica de un programa público más reciente, introducido bajo iiria bandera liberal y progresista. En su muy popular libro, El Desafto hTorteamericano,J. J. ServanSclireiber, explora el peligro de que Europa occidental se convierta
en un satélite de la economía de los Estados Unidos, como resultado de una extensión del capital norteamericano al través de Europa occidental. Los fines que confiesa Servan-Schreiber son tanto evitar la colonización de esa área como, al mismo tiempo, estimular los ideales de justicia social y de dignidad individual. El es, sin embargo, un hombre realista, y acepta el sistema social que ahora existe como una condición necesaria. Una vez que ha fundado su razonamiento en la continuación del capitalismo, la ieceta de Servan-Schreilscr es obvia y es lógica: Europa occidental debe desarrollar la clase de fuerza que le permita competir con los negocios norteamericanos; se debe dar oportunidad y estimular su fusión a las 50 a 100 compañías europeas más grandes, de mariera que tengan el tamaño suficiente para enfrentarse a los gigantes de los Estados Unidos; por lo tanto, los países de Europa occidental debieran confederarse y suministrar los fondos para investigación y suficientes negocios gubernamentales que proporcionen a estos gigantes industriales agrandados un punto de apoyo que les dé una mayor fuerza competitiva. En esta forma el camino hacia la independencia, la justicia social y el progreso social, para Europa occidental es: un Gran Gobierno y Grandes Negocios para la guerra económica con el R4oloch norteamericano. Los estudiantes hacen frecuentemente la pregunta: jes necesario el imperialismo?: Lo que trato de demostrar aquí, y en el análisis que se presenta en los capítulos siguientes, es que tal pregunta está completamente fuera de lugar. El imperialismo no es un asunto de elección para una sociedad capitalista; es el modo de vida de tal sociedad.
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Uno de los puntos básicos de la teoría de Lenin sobre cl imperialismo es la clasificación de éste como una etapa especial en el desarrollo del capitalismo, surgida en las postrimerías del siglo xrx. Este intento de asignar al imperialismo una fecha de referencia histórica tan específica ha suscitado larga controversia, y una de las objeciones centrales que se le hacen es la de que muchos de los rasgos definidos como característicos del imperialismo se encuentran presentes ya en los inicios del capitalismo y se lepiten a lo largo de su historia: la urgencia de desarrollar un mercado mundial, la lucha por el control de fuentes extranjeras de materias primas, la competencia en la búsqueda de colonias j. la tendencia a la concentración del capital. Algunos estudiosos zanjan la cuestión trazando una diferencia entre "viejo" y "nuevo" imperialismo. Cualquiera sea el recurso semántico que se emplee, existen buenas y suficientes razones para distinguir el punto de arranque de un nuevo período en la problemática del capitalismo mundial. Entre los muchos iasgos ...,, distintivos de esta nueva etapa hay dos que e n mi opinion son decisivos: primero, Inglaterra deja de ser la primera e indiscutida potencia industrial. Poderosos rilalcs industriales aparecen en escena, tales como los Estados Unidos, Alemania, Francia y el Japón. Segundo, dentro de cada una de las naciones industrializadas el poder económico pasa a manos de un niímero relativamente pequeño de grandes empresas industriales y financieras integradas. u -
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El marco propicio para esta evolución lo aporta, en los últimos 20 ó 30 años del siglo x x , la incorporación de nuevas fuentes de energía y la inauguración de un campo nuevo en punto a tecnología, que Veblen denomina "la tecnología de la física y la quimica". Se trata de una tecnología basada en la aplicación directa de la ciencia y la investigación científica antes que en el mero ingenio mecánico. Fue en los últimos 30 años del siglo XIX cuando
. . .todo un siglo de lento progreso y reformulación de la ciencia pura -particularmente en termodinámica, electromagnetismo, química y geología2Se vio enfrentado al rápido desarrollo de la ingeniería mecánica práctica -especialmente en la producción de máquinas-herramienta- y de los método's industriales ( . . . ) no sólo se desarroliaron industrias nuevas y se proporcionaron nuevas fuentes de energía -el motor de combustión interna, derivado del avance en la teoría termodinámica, segundo en importancia sólo a la electricidad. Innumerables industrias existentes minería y construcción vial, acero, agricultura, petróleo, concreto, son algunos ejemplos- se transformaron y expandieron. Innumerables productos nuevos -la moderna bicicleta, el teléfono, la máqiiina de escribir, la llanta neumática, el papel barato. la seda artificial, el aluminio, el linóleo y el calzado de confección- se fabricaron y comercializaron por primera vez. Fue e n este período cuando la mecanización devino por primera vez característica de la industria en general. . . l Aun más importante que los rasgos tecnológicos de este período per se es el hecho de que la tecnología, por norma general, exigió la inversión de grandes volúmenes de capital y enormes unidades de producción. Los hechos principales que caracterizan la transformación ocurrieron en siderurgia, electricidad, química industrial y p e t r ó l e ~ . ~ 1 T h e Nezci Cambridqe Modern History ( e d . F . H. Hinsley), Cambridge, Inglaterra. 1962. vol. XI, pp. 2-3. 2 La discusión tecnológica se basa en: Thorstein Veblen, Absentec Ownerslcip, Nueva York, 1923, cap. x ("The Technology of Physics and Chemistry") ; Geoffrcy Barraclough, An Zntroduction to Contemporary History, Raltiniore. 1967: David S. Landes, "Technological Change and Development in MTestern Europe", en Tlce Cambridgc Economic Hirtory of Europe (eds. H . J . Habakkuk y M. Postan), Cambridge, Inglaterra,
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Siderurgia. El acero tiene propiedades exclusivas que son esenciales en la construcción de máquinas tales como los motores de combustión interna, los generadores eléctricos y las turbinas de vapor. Fue la introducción de los rieles de acero y de las locomotoras lo que hizo posible el transporte de cargas pesadas a grandes velocidades. Esto redujo el costo del transporte y proveyó los medios de transformar las empresas locales y regionales en grandes industrias nacionalcs. Antes de la aplicación de métodos científicos el acero era prácticamente un metal semiprecioso. "Hasta la introducción de los procesos de horno abierto [Bessemer y Siemens Marti111 el producir acero era muy poco más que una labor de artesanía empírica. . ." El pioceso Bessemer, iniciado en 1854, todavía planteaba limitaciones en el empleo del mineral de hierro de que disponían los Estados Unidos y Europa. El método de Siemens Martin (horno de reverbero), incorporado en la década de 1860, y finalmente e1 "proceso básico" desarrollado por Thomas y Gilchrist en 1875, hicieron posible controlar el contenido de carbono del acero dentro de límites muy estrictos, e inauguraron la era del acero. Entre 1870 y 1913 se perfeccionaron técnicas para mejorar las propiedades dcl acero mediante aleaciones, que dieron por resultado el acero especial para herramientas, para armamentos, y el acero inoxidable. Adviértase que en el período de 1870 a 1874 se producía mundialmente un promedio de un millón de toneladas de acero; y entre 1900 y 1904 el promedio anual de la producción mundial había superado los 27 millones de tonelada^.^ Electricidad. Si bicn los experimentos científicos y la csploración teórica en el terreno de la electricidad se remontan al siglo XVIII, la aplicación de estos experimentos y teorías a la formación de una industria de gran escala ocurre hacia fines del siglo x~s.Las primeras plantas generadoras comerciales se inauguraron en Londres, hlilán y Nueva York cn la década de 1880. La importancia de la electricidad no se limita a su uso como nueva fuente de luz, calor y energía. Es necesaria, por ejemplo, en la refinación del 1965, vol. VI, primera parte; J. D. Bernal, Science in History, Londres, 1954; C . Singer, E. J. Holmyard, A. R. Hall y Trevor J. Williams, A History of Technology, Oxford, 1958, vol. v. 3 Abbott Payson Usher, "The Industrialization of Modern Britain", en Technology and Culture, primavera de 1960, pp. 119-120. 4 William Ashworth, A Short History of the Znternational Economy Since 1850, Londres, 1964, p. 22.
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cobre y el aluminio y en la producción masiva de sosa cáustica. (La invención del proceso para la producción comercial de aluminio también data de este período, pues se logró en 1886). En los procesos de manufactura en general, la aplicación de la electricidad hizo posible un control exacto que permitió la mecanización más completa, de la cual depende la moderna industria de producción masiva. Qz~imica industrial. Desde muchos siglos atrás eran conocidos y empleados los procesos químicos en la metalurgia, el curtido y la fermentación. Pero la química industrial como industria separada y de vasta escala se origina en el último tercio del siglo xrx. Otra vez aquí la transformación se debe a los descubrimientos teóricos y experimentales de la ciencia. La capacidad de sintetizar1 sustancias químicas orgánicas en procesos industriales no podía surgir antes de alcanzarse una adecuada comprensión de las transformaciones químicas. Así la posibilidad de determinar el número correcto de átomos de una molécula sólo se ofreció después de la admisión general, alrededor de 1860, de la ley según la cual volúmenes iguales de gas bajo las mismas condiciones contienen el mismo número de moléculas. El concepto concreto de la disposición estructural de los átomos en una molécula data de 1865/En contraste con los avances anteriores, prácticamente accidentales, en química orgánica, los nuevos logros científicos crearon las bases para las nuevas industrias de producción masiva. El proceso de la soda de amoníaco Solvay y los procesos catalíticos para la mangfactura de ácido sulfúrico y de amoníaco pertenecen también al mismo período. Petróleo. Aquí no nos encontramos tanto con avances técni-@ cos y científicos como con el descubrimiento y la exploración de fuentes petrolíferas subterráneas, aunque desde luego los logros técnicos y científicos son importantes en cuanto a los métodos de extracción de petróleo crudo y su refinación. Desde el punto de vista histórico, debe destacarse que los primeros yacimientos importantes de petróleo fueron descubiertos en Pennsylvania en 1559. L compañía Standard Oil f ~ i efundada en 1870. El perforador de diamante, eficaz técnica para penetrar formaciones duras, fue inventado en 1864 e introducido en los Estados Unidos en la década de 1870. La fase inicial de los grandes descubrimientos petroleros se vincula con los sistemas nacionales e internacionales de distribu-
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ción para el petróleo destinado a lámparas de kerosene y para la manufactura de lubricantes. La introducción del petróleo como combustible en la industria y el transporte deriva del hallazgo posterior de nuevas fuentes de petróleo. Considerados a veces como una "segunda revolución industrial", estos nuevos fenómenos fueron rasgos indispensables del tránsito de un capitalismo caracterizado por pequeñas unidades competitivas dispersas a otro en que las grandrs concentraciones de poder económico pasaron a dominar la escena industrial y financiera. El examen de las corporaciones gigantes de hoy en día puedc ilustrar acerca de cuán importantes fueron estos avances tecnológicos de fines del siglo XIX para la aceleración de las tendencias monopolísticas : --De las 50 corporaciones industriales más grandes de los Estados Unidos en la actualidad, veintiséis (que representan el 62 por ciento de los bienes totales del conjunto) pertenecen a la siderurgia, el petróleo, Ios equipos eléctricos, los productos químicos y el aluminio. -De las 50 corporaciones industriales más grandes de países capitalistas aparte de los Estados Unidos, treinta (que representan el 73 por ciento de los bienes totales del conjunto) pertenecrn a aquellas mismas industrias.
EL ASCENSO DE LOS GRANDES NEGOCIOS /
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Lo que sostenemos aquí no es que la nueva tecnología haya ', determinado la magnitud de la corporación y las tendencias monopolistas que acompañaron al Big Business (los grandes negocios), rRiIás bien que eso, la nueva tecnología proveyó el marco, y a me/nudo la oportunidad, para que se desarrollaran las tendencias completamente normales de la industria capitalista hacia la conlcentración del poder. Por ejemplo, el ferrocarril transcontinental con sus ramales creó para los fabricantes locales la posibilidad de competir en escala nacional. L a sobreexpansión de la producción, derivada de que muchos fabricantes locales elevaran su capacidad para abastecer a los mercados así ampliados, dio por resultado una competencia implacable, quiebras, fusiones y alianzas, todos ellos rasgos familiares en la historia de los negocios. L a transformación que tuvo lugar en la vida comercial de los Estados Unidos durante
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el albor de la etapa imperialista ha sido bien descrito por el profesor Chandler : En la década de 1870, las industrias más grandes estaban al servicio de una economía agraria. Excepción hecha de unas pocas compañías abastecedoras de la red ferroviaria en rápida expansión, las principales firmas industriales procesaban productos agrícolas y abastecían al campo de alimentos y vestido. Estas firmas tendían a ser pequeñas, y compraban sus materias primas y vendían sus productos terminados en el ámbito local. Cuando producían para un mercado que estuviera m5s allá de unas pocas millas de la fábrica, realizaban sus compras y ventas a través dc agentes comisionistas que se ocupaban de las operaciones de varias otras empresas similares. Hacia el comienzo del siglo 20, eran muchas más las compañías ocupadas en elaborar bienes de producción para ser usados en la industria que para los establecimientos agrícolas o para el consumidor final. La mayoría de las industrias principales había pasado al dominio de unas pocas empresas grandes. Estas grandes corporaciones industriales ya no compraban y vendían a través de agentes, sino que tenían sus propias organizaciones de compra y comercialización en escala riacional. Muchas, principalmente las del sector de las industrias extractivas, habían alcanzado el control de sus propias materias primas. En otras palabras, la economía comercial habíase tornado industrial. Las industrias principales eran dominadas por unas pocas firmas que se habían convertido en grandes empresas centralizadas e integradas verticalmente. (Subrayado nuestro) La guerra civil y la expansión ferroviaria dieron oportunidad a la maduración de poderosas instituciones financieras capaces de acumular el capital y organizar las fusiones que se convirtieron en lo que Chandler identifica como las "grandes empresas centralizazadas e integradas verti~almente~'.~ Las innovaciones tecnológicas 5 Alfred D. Chandler Jr., "The Beginnings of 'Big Business' in American History", en T h e Business History Review, primavera de 1959, reimpreso en Pivotal Interpretations of American History (ed. Carl N . Degler), Nueva York, 1966, vol. 11, pp. 109-110. Simultánea con este crecimiento de la función de banquero de inversión fue la intensificación del empleo del mercado de valores para los titu-
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mcncionadas más arriba aportaron las bases de producción marerial para tales grandcs negocios. Las frecucntcs depresioncs que empezaron en 1873 fueron el campo de batalla. Y el metodo de organización empresarial para csta transformación fue la corporación: lo que Veblen definió como "la institución macstra de la vida civilizada".
LA NUEVA BATALLA POR LAS MnTERIAS PRIMAS Las industrias nuevas, la nucva tec;.ología y el nacimiento de la competencia entre las naciones industrializadas asignó una nucva iniportancia al rol de las materias primas. La lucha por el control dcl mineral de hierro y del carbón de coque en el continente europeo es historia conocida. Más importante aun fue la presión ejcrcida para conquistar el control de tcrritorios distantcs cuyo valor asumía insólita irnportancia. Barraclougli rcsumc csta tcndencia del siguiente modo :
. . .el voraz apctito dcl nuevo industrialismo, incapaz por su misma naturaleza dc obtener sustento suficiente de los recursos locales, se tragó ripidamcnte al resto del mundo. Ya no era cuestión de cambiar nianufacturas europeas -fundamentalirlente t e j i d o s por productos tradicionales de oriente y tiopicalcs. ni siquicra de proveer vías de salida para Iris industrias de hierro y el acero en expansión mediante la construcción de ferrocarriles, puentcs y demjs. L a industria iba ahora por el m u n d o e n busca de los materiales básicos sin los cuales, e n sus nueuas lormas, ella no podía existir. (Subrayado nuestro) los iridustiialcs. Antes clr 1880, las I>ol\ai dv valores opcrat~ancasi exciusivamente con acciones ferroviarias y bancarias. Hasta los últimos años de la década de 1880 las compañías inrlustriales siguieron siendo derriasiado pequeñas y poco conocidas para los especuladores. No fue sino hasta 18901593, en los inicios de la fuerte tendencia a las concentraciones y fusiones, que los valores industriales empezaron a figurar e n las listas bursátiles y a ser negociados por los principales corredores bursátiles. Véase Tliomas R. Navin y Marian V. Sears, "Tlie Rise of a Market for Industrial Sccurities, 1877-1902", en T h e B~rsinersHistory Reviero, junio de 1955, pp. 105- 138. Véase también Gabriel Kolko, T h e T r i u m p h of Conservatism, Cliicago, 1963, capítulo I. Geoffrey Barraclougli, op. cit., p. 54.
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Esto fue parte de un nuevo patrón general de las relaciones económicas en el sistema capitalista mundial. Durante el período que va de 1860 a 1900 se destacan tres cambios notables en las relaciones económicas entre las naciones: 1) la cantidad de mercaderías que ingresan en el comercio internacional en gran escala se inultipla tremendamente; 2 ) aparece por primera vez o se intensifica la competencia entre muchas regiones del mundo separadas entre si por grandes distancias; y 3 ) el nivel de vida de los trabajadores y la rentabilidad de la industria en las naciones europeas pasan a depender del mantenimiento de los abastecimientos de ultramar, en tanto el nivel de vida de los productores de materias primas pasa a depender de las fluctuaciones de mercado que ocurren a veces en el otro extremo del mundo.8 A medida que crecía la necesidad de materias primas, la intensidad del descubrimiento y la explotación de los recursos iba en aumento. "Fue en el curso de los mismos treinta años (de 1870 a 1900) que se inauguró la mayoría de las áreas agrícolas subdesarrolladas del mundo y que, con el aumento del saber geológico, se descubrió la mayoría de las regiones de riquezas minerales más grandes del mundo, si bien no todas se explotaron ininediatament e n . V u e en el último cuarto del siglo xrx que se descubrió y desarrolló el níquel en Canadá, el cobre y el zinc en Australia, el salitre cn Chile y el estaño y el caucho en Malasia. En suina: El círculo de los productores primarios distantes se extendió desde Norteamérica, Rumania y Rusia a las tierras tropicales y subtropicales y, aun más allá, a Australasia y Africa del Sur. Areas y lineas de comercio que hasta entonces lzabia estado conjinadas e n si mismas se disolvieron dentro de una sola econornia de escala mundial. (Subrayado nuestro) lo
8 Basado en A. J. Yoringbon, "The Opcning L-p of New Tciritorirs", en Tlze Canlbridge Economic Hictoly of Europe, Cambridge, Inglaterra,
1965, vol. VI, primera parte. I'he ,Vew Ca~nbrid,oeModern Hlstory, Cainl>ridgc, Inglaterra, 1962, vol. XI, p. 5. lo Ibid., .1, 6.
LA ERA DEL IMPERIALISMO EL AVANCE DEL TRANSPORTE OCEANICO Y EL MERCADO MUNDIAL El comercio mundial, como se observó más arriba, fue un ingrediente esencial del capitalismo incipiente y progresó a medida que maduraba el capitalismo./Pero se dio un nuevo salto adelante, consistente en la posibilidad de transportar a bajo costo el grueso de las materias primas necesarias a las nuevas industrias gigantes, gracias a la producción masiva de acero y las innovaciones técnicas incorporadas a la construcción de barcos. Llegaron los vapores fabricados con acero, equipados con cascos de acero, calderas de acero, hélices dobles y máquiilas compound -una "síntesis de las invenciones existentesm-, y pasaron a ser la forma dominante del transporte oceánico en las dos últimas décadas del siglo m . l l Los problemas planteados por las mayores presiones necesarias en los motores marinos "no se resolvicron hasta fines de la década de 1870 y principios de la de 1880, cuando las calderas y tubos de acero perfeccionados permitieron a los armadores construir barcos con motores de expansión triple que trabajaban a 150 libras de presión y más''.12 L a exigencia de transporte eficiente y barato de productos pesados a través de todo el mundo, el nuevo barco metálico que lo hizo posible y la comunicación rápida (el servicio de cable transatlántico comenzó en 1866) prepararon la escena para una revolución comercial. Esta revoIución comercial fue financiada por el crecimiento simultáneo de la banca internacional y la creación de un "solo sistema multilateral de pagos internacionales. Surgió por vez primera un mercado mundial, gobernado por precios mundiales".13 EL IMPERIO Y EL NLTEVO IMPERIALISMO Los acontecimientos descritos también contribuyeron a un aceleramiento de la industrialización en otros países aparte de Inglaterra -los Estados Unidos, Alemania, el Japón, Francia, BClgica y A. J. Youngson, op. cit. Igual que en nota 9, p. 52. 1 3 Zbid., p. 6. Como punto de referencia histórica sobre esta revolución comercial, adviértase que el Canal de Suez y el primer ferrocarril transcontinental de los Estados Unidos se inauguraron en 1869. 11
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otras. Esta industrialización se produjo bajo circunstancias en que la concentración del poder económico en grandes unidades comerciales, la movilización de grandes masas de capital para proyectos particulares, el crecimiento de las tarifas proteccionistas y una ola de militarización14 estaban dando el marco de desarrollo de lo que fue esencialmente nuevo en el imperialismo de fines del siglo XIX y del siglo xx. Por sobre todas las cosas, lo novedoso fue la extensión de los rasgos del comportamiento imperialista a la mayoría de las naciones industrializadas.15 Ya no estaba sola Gran Bretaña controlando el comercio internacional, forjando esferas de influencia comercial y conquistando una nueva colonia aquí y allá. Ahora eran las operaciones económicas y políticas de otros paises en rápido avance, que reclamaban también un sitio bajo el sol, las que ponían una nueva etiqueta a la sociedad moderna. Bajo el ímpetu de este nuevo imperialismo no quedó intacto rincón alguno del mundo: todo él fue transformado y adaptado a las necesidades de la nueva industria dominante en cada nación industrializada, y a la rivalidad entre esas naciones determinada por la presi8n de estas necesidades.
IMPERIALISMO Y COLONIAS El complejo de relaciones económicas y políticas que fue producto o forma de adaptación a estos fenómenos especialmente nuevos abarca a la era imperialista. El cambio así definido no es un cambio abrupto: fluye directamente de las bien arraigadas tenden14 "Hubo cierta disminución en el tamaño de los ejércitos durante el período de tranquilidad posterior a 1815, pero después de 1870 se observó, entre las grandes potencias, un constante incremento en el tamaño y el costo de ejércitos y armadas". Quinry Wright, A Study of War, Chicago, 1942, vol. I, p. 233. Las asignaciones per capita para defensa en los Estados Unidos, en 1880, fueron de 1,03 dólares; en 1900, de 2,53; en 1914, de 3,20. Ibid., vol. I, p. 671. Excelentes estudios históricos sobre el desarrollo de los rasgos irnperialistas en la historia norteamericana, en William Appleman Williams, The Contours of American History, Cleveland, 1961 (especialmente la sección "The Age of Corporation Capitalism: 1882-. . ) ; Walter La Feber, The New Empire, An Interpretation o f American Expansion, 1860-2898, Ithaca, Nueva York, 1963; y Thomas J. McCormick, China Market, Americds Quest for Informal Empire, 1893-1901, Chicago, 1967.
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cias inherentes a una economía capitalista. (- rasgo nuevo más importante esla~enccntracióndel poder económico en corporaciones gigantes e instituciones financieras, con la consiguiente internacionalización del capital. El afán de dominar es innato de los negocios. En el mundo de los nrgocios, los riesgos abundan. L a competencia interna y exi terna, los ripidos cambios tecnológicos, las depresiones -para no 7 , nombrar sino a unos pocos- amenazan no sólo a la tasa de ganancia sino a la propia inversión de capital. L a actividad comercial, por tanto, está siempre en la búsqueda de caminos para dominar todo su entorno, para eliminar todo el riesgo que sea posible. En una industria tras otra, la batalla por la supervivencia ha sido también una batalla por la conquista, de la cual emergieron las corporaciones gigantes mejor adaptadas al medio. Sus métodos y hábitos son el resultado de un proceso de adaptación a la batalla por la supervivencia y el crecimiento; estos métodos y hábitos han sido insertados en sus estructuras organizativas y modo de opcración como medios de garantizar y sostener la victoria. 1) El requisito primero y más obvio para garantizar la segu. ridad y el control en un mundo de recios antagonistas es ganar el control sobre la mayor cantidad posible de fuentes de materia prima, dondequiera se encuentren estas materias primas e incluidas las nuevas fuentes potenciales.16 Controlar los recursos en materias prinias cs a la vrz un ineca. nisino protector contra la presión de los competidores, y un arma ofensiva para tener a raya a los competidores no integrados. La propiedad y el control de los abastecimientos de materia prima son, por norma, un requisito esencial de la capacidad de una firma o de un Xrupo de firmas líderes para limitar la competencia nueva y controlar la producción y los precios de los productos terminados. Es más: la propia dimensión de las grandes firmas verticalmente integradas les da los recursos para explorar y desarrollar nuevas fuentes potenciales alrededor del mundo.17 La historia de
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16 Adviértase que las corporaciones norteamericanas aprendieron muy temprano la conveniencia de controlar sus propios abastecimientos de materia prima. La integración vertical, incluido el control sobre la extracción de sus propias materias primas, fue característica de las empresas gigantes en los campos del petróleo, los fertilizantes, el acero, el cobre, el papel, los explosivos y otras industrias. Véase Alfred D. Chandler, op. cit. 17 Cuando Lenin explica la transformación de la competencia en monopolio, subraya: "La concentración ha alcanzado el punto eil que es posible
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la industria petrolera es desde luego un ejemplo clásico, pero estc. principio se aplica también al aluminio, al acero, al cobre y a otras industrias. 2 ) El patrón de los negocios de manufactura de más éxito in. cluye la conquista de los mercados extranjeros. Esto es así, aun en los casos en que existe un mercado interno tan grande como en los Estados Unidos. En la industria automovilística de mercado masivo, por ejemplo, los mercados extranjeros ejercieron una importante influencia desde los días iniciales. El sexto automóvil Ford fue enviado a un distribuidor canadiense. La Ford Motor Company, en su primer año de actividad, empezó a hacer arreglos pala construir sus mercados extranjeros.ls A despecho de la altísima tasa de aumento de la población interna, y de las oportunidades disponibles en las regiones subdesarrolladas de este país, la batalla por desarrollar la exportación de manufacturas echó raíces con los primeros atisbos de madurez industrial, menos de una década después de terminar la guerra civil. En 1871 poco más del 7 por ciento de las exportaciones de los Estados Unidos se componía de manufacturas terminadas; hacia 1890 esta proporción se elevaba a casi el 12 por ciento; para 1900, a casi el 19 por ciento.lg La sucesión de depresiones posteriores a 1873 y hasta el fin del siglo produjo dos respuestas: internamente, una ola de consolidaciones y el movimiento en dirección a los grandes negocios; externamente, la lucha por asegurar mercados en el exterior, incluidos los de la Europa industriali~ada.~~ hacer una estimación aproximada de todas las fuentes de materias primas (por ejemplo, los depósitos de mineral de hierro) de un país e incluso, como veremos, de varios países o del mundo entero. No sólo se realizan tales estimaciones, sino que las fuentes mismas son capturadas por las grandes combinaciones monopólicas" (Imperialism, T h e Highest Stage of Capitalism; Nueva York, 1939, p. 25. Y más adelante: "El capital financiero no sólo se interesa por las fuentes ya conncidas de materia; primas; está interesado también en las fuentes potenciales de estas materias, porque el desarrollo técnico en la actualidad es sumamente rápido, y porque la tierra que hoy es inútil puede tornarse fértil mañana si se la trata con nuevos métodos. . . y se invierten grandes cantidades de capital.." Zbidem, p. 83. 1s Mira Wilkiiiq y Frank Ernest IIill, Anzerican Businrsr Abroad, Ford on Sir Continents, Detroit, 1964, p. 1. 19 Matthew Simon y David E. Novack, "Some Dimensions of the American Commercial Invasion of Eiirope, 187 1-1914 ; An Introductory Essay", en ]ournal of Economic History, diciembre de 1964, tabla 2. 2 0 Nótese también que "La composición de las exportaciones de manu-
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La dinámica de esta búsqueda de mercados de exportación varía de industria en industria, y tiene diferentes grados de importancia en diversas etapas de la evolución de una industria y en distintas fases del ciclo comercial. Lo que debe comprenderse en cualquier caso es la especial significación que tiene para la industria el mantener estos mercados de exportación. La generalización de Lenin sobre este punto es de lo más justa: "El crecimiento del intercambio interno y particularmente del intercambio internacional, es el rasgo distintivo característico del capitalismo. El carácter desigual y espasmódico del desarrollo de empresas individuales, de ramas individuales de la industria y de países individuales es inevitable bajo el sistema capitalista."" Los mercados extranjeros son buscados (con la ayuda y el apoyo del estado) para asegurar la tasa de crecimiento que se necesita para sostener una gran inversión de capital y para explotar las nuevas oportunidades de mercado. En este proceso, la dependencia respecto de los mercados de exportación se torna un rasgo permanente, pues estos mercados se integran con la estructura de la capacidad industrial. En un período puede que las exportaciones estén en niveles rayanos en el desastre; en otro pueden ser el mejor camino para mantener el flujo de ganancia. Pero a medida que el cumplimiento de pedidos del exterior se convierte en parte ínsita de la capacidad y los gastos generales de la firma comercial, la presión por conservar estos mercados extranjeros a largo plazo se hace más imperiosa, sobre todo cuando los competidores entran en escena.22 facturas ha venido cambiando sin cesar desde 1879 en un sentido bastante definido, alejándose de los productos de origen animal o vegetal y acercándose más a los de origen mineral. Entre las de origen mineral, la tendencia ha pasado de las mercaderías estrechamente ligadas a la producción de materias primas, como los derivados del petróleo, a los productos de metal, incluyendo maquinarias y vehículos; y dentro de estos productos de metal el vuelco se ha producido en dirección a las maquinarias y vehículos más complejos." Robert E. Lipsey, Price and Quantity Trends i n the Foreign Trade of thr United States, 1963, pp. 59-60. fl O?. cit., p. 62. 2? Es muy común pensar en la competencia y el monopolio como dos cosas totalmente opuestas. Esto es muy correcto si se piensa en definiciones de diccionario. Sin embargo, en la literatura marxista, los términos competencia y monopolio se utilizan para designar diferentes fases de la sociedad capitalista. En ninguna de estas fases hay competencia pura o monopolio puro. Por cierto que está en la verdadera esencia de la teoría del impe-
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3) &a inversión extranjera es un método especialmente eficaz para el desarrollo y la conservación de los mercados extranjeros. L a demostración histórica más clara de esto fue la exportación de capital para ferrocarriles, que estimuló al mismo tiempo la demanda de rieles, locomotoras, carros de ferrocarril y otros productos de las industrias del hierro, del acero y de la m a q ~ i n a r i a . ~ ~ Pero este método de penetrar en los mercados extranjeros asume aún mayor preeminencia en la era de la corporación gigante, en tanto se caracteriza por la intensificación de las rivalidades nacionales. El papel de la inversión extranjera en cuanto a captar y explotar fuentes de materias primas es evidente. Más lo es, sin embargo, la necesidad de la inversión extranjera de resistir la competencia, o de asegurarse la prioridad en los mercados, en los paises donde también existen corporaciones gigantes competidoras. Las corporaciones gigantes extranjeras pueden emplear alternativamente su propio peso para controlar sus mercados internos o sus mercados de preferencia -tales como los de las colonias, dependencia o "esferas de influencia". Pueden también usar su fuerza política para establecer tarifas protectoras y otras barreras comerciales contra los extranjeros. Por estas razones, la capacidad cle competir en otros países y de ejercer el tipo de control de mercado que exigen las corporaciones gigantes requiere un programa de inversiones extranjeras. La competencia entre corporaciones gigantes se resuelve ya en arreglos de cartelización, ya en la invasión permanente de los mercados, unas por las otras, por el camino de la inversión extranjera. .. Más aún, este procedimiento se torna especialmente viable en la era de los grandes negocios, gracias a las enormes masas de capital de que disponen las grandes corporaciones, originadas en sus propias ganancias, o lo que pueden movilizar en cooperación con instituciones financieras. Las apuntadas razones del impulso cobrado por la inversión extranjera en la era del imperialismo están lejos de agotar la lista. Hay rialismo reconocer que existe la competencia aún dentro de la fase monopólica. La competencia es entre gigantes de la misma industria (dentro y fuera de la nación) y entre las industrias (por ejemplo, acero vs. aluminio y vs. plásticos). 23 Así, por ejemplo, todo el material de hierro para los ferrocarriles de la India se importó de Inglaterra. Aún en los Estados Unidos, que poesía una industria del hierro en expansión, se importaron rieles de Inglaterra. Los amos del hierro de Gales del Sur percibieron parte del precio de este hierro en forma de títulos de las empresas ferroviarias.
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L A ERA DEL IMPERIALISMO que contar también la atractiva posibilidad de aumentar las tasas de ganancias aprovechando la ventaja de los menores costos de la mano de obra en el exterior. Obsérvese, por ejemplo, cómo el Chase Manhattan Bank desliza información sobre los niveles de salarios de Corea del Sur en su informe sobre la conveniencia de invertir en ese país: De hecho, el impulso principal del crecimiento económico de Corea proviene de la determinación y el empuje de sus hombres de negocios y funcionarios. Los norteamericanos comentan la destreza y aptitud de los trabajadores coreanos, disponibles a tarifas salariales de un promedio de 65 centavos de dólar por día en textiles, y de 88 centavos por día e n electrónica. Estas características humanas producen resultados incl~striales.~~ Por atraciivos que sean los costos bajos, ellos no constituyen necesariamente el incentivo central de la inversión extranjera. No son más que uno de los factores influyentes. Mucho más importantes como acicates son el desarrollo de recursos de materias primas, el crear demanda de exportaciones y el aprovechar la ventaja de situaciones de "n~onopolio". Esto último se d a por las ventajas de costos de que yozsn los grandes nesocios: patentes cxclusivas, tecnología superior o demanda de mercados preferenciales cstimulada por el establecimiento de marcas popularizadas mediante la promoción de ventas. Finalmente, la inversión extranjera es resultado de la presión para desarrollar el comercio en mercados protcgidos por vallas arancelarias o preferencias comerciales. (La inversión de los Estados Unidos en Canadá, por ejemplo, es un mktodo apropiado para participar del comercio dentro del Imperio Británico). La difundida noción de que la teoría del imperi?lismo debe relacionarse fundamentalmente con la inversión en países subdesarrollados rs lisa y llanamente incorrecta. El hecho es que las oportunidades de inversión lucrativa en tales países están limitadas por las propias condiciones impuestas por las operaciones del imperialismo. La demanda de mercado restringida y el atraso industrial son productos de las estructuras económicas y sociales desequili24 Korea, Determined Strides Forward, Chase Manhattan Bank, mayo de 1967, p. 3.
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bradas que tienen relación directa con la transformación de estos países en abastecedores de materias primas y alimentos para los centros metropolitanos. Nuestro propósito aquí no es analizar exhaustivamente todos los factores presentes en la inversión extranjera. Es más bien sugerir que hay razones evidentes que explican el surgimiento de la inversión extranjera en la era del imperialismo, como consecuencia de las oportunidades y presiones que acompañan el ascenso de lo; grandes negocios. Este no es impulsado por la malicia del hombre de negocios sino por el funcionamiento propio y normal de los negocios en las condiciones que encaran. Las características de inversiones deben ser examinadas en su contexto histórico, a 1 luz de las situaciones reales que afrontan las firmas antes que en los términos más usuales de una a la presión del capital ex~edente.?~ 4) La búsqueda de oportunidad de inversión exterior y de control sobre mercados extranjeros coloca en un nuevo e intenso nivel la actil-idad política en relación con los asuntos económicos. El ú1timo cuarto del siglo x ~ x presencia la difusión de las tarifas protectoras.'Wtros medios políticos -amenazas, guerras, ocupación colonia!-- son ayudas valiosas para allanar el camino al ejercicio de una influencia política apropiada en un país extranjero con miras
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2" Véase 11!13 crítica de la abstracción "excedcnte de capital" y sugerencias útiles para u n análisis más correcto de los fenómenos actuales en Paul .\. Baran 7 P a ~ M. l Sweezy, "Notes on the Tlieory of Imperialism" en Problems of Econo~nic Dynamics and Planning, E s ~ a y s in Honour M i c h a ~ l Knlecki. Oxford, 1963, reproducid., e n Monthly Rez.in?cl. i-nrzo de 1966. Es tina de las ironías m i s llamativas dc rstos tiempcs que la ola de proteccionismo haya seguido los pasos de l a adopción generalizada del patrón oro internacional. "La crisis agraria y la Gran Depresión de 187386 habían destruido la confianza en la auto-curación de la economía. D e allí en adelante sólo sería posible hacer funcionar las instituciones típlc2S-de la economía de mercado acompañándolas de medidas proteccionistas, sobre todo porque desde fines de la década de 1870 y comienzos de la de 1880 las naciones se mostraban cada vez más como unidades organizadas sumamente vulnerables a las dislocaciones implícitas en cualquier ajuste brusco a las necesidades del comercio exterior o e n materia de divisas. El vehículo supremo de la expansión de la cconomía de mercado, el patrón oro, iba, por lo tanto, acompañado habitualmente por la introducciGn simultánea de las políticas proteccionistas típicas de la época, tales como la legislación social y los aranceles de aduana." Karl Polanyi, T h c Great Transformation, Boston, 1937, p. 214.
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- a obtener posiciones comerciales privilegiadas, a lograr la adjudi-
cación de derechos y de propiedad minera, a eliminar obstáculos al comercio exterior y la inversión, a abrir las puertas a los bancos extranjeros y otras instituciones financieras que facilitan la irrupción y la ocupación económica. El grado y el tipo de los métodos políticos naturalmente varían. En territorios remotos y débiles es conveniente la ocupación colonial. En circunstancias algo diferentes, el soborno de funcionarios y los préstamos (vía bancos o instituciones estatales) pueden resultar apropiado^.^^ Entre los países más avanzados, se forman alianzas y grupos de interés. El resultado de este proceso es una nueva red de relaciones eco-. nómicas y políticas internacionales. La red misma cambia de fisonomía y de énfasis a través del tiempo como resultado de guerras, formas as tamdepresiones y tasas distintas de i n d u s t r i a l i ~ a c i ó n . ~ ~ bién varían: colonias, semicolonias, "una variedad de formas de países dependientes, países que oficialmente son indepedientes en lo político, pero que en rigor están sujetos en la red de la dependencia financiera y dipl~mática",'~y socios grandes y 27 Véase documentación y análisis en George W. F. Hallagarten, Imperialismus V o r 1914, Munich, 1963; y Herbert Feis, Europe the CVorld's Bunker, 1870-1914, Nueva York, 1965. zS Sobre la cuestión de la dcsigualdad en la tasa de desarrollo: "Así, Gran Bretaña estuvo con respecto a la mayoría de las regiones de Europa, alrededor de 1850, en una situación muy similar a la que ocuparon Europa y los Estados Unidos con respecto a Oriente y América del S u r inedio siglo después." L. H. Jenks, T h e Migration of British Capital to 1875, Nueva York, 1927, pp. 187-188. *9 Lenin, o p . cit., p. 85. Es de hacer notar que Lenin rechaza específicamente la definición propuesta por Karl Kautsky, que limita el imperialismo a la adquisición de colonias proveedoras de materias primas: es decir, a la tentativa de los países capitalistas industrializados de controlar y anexarse regiones agrarias. Lenin rebate este punto sobre la base de las condiciones existentes antes y durante la primera guerra mundial: "El rasgo característico del imperialismo es precisamente que trata de anexarse no sólo regiones agrícolas, sino también regiones altamente industrializadas (el apetito alemán por Bélgica, el apetito francés por Lorena), y ello porque: 1 ) el heclio de que el inundo ya está dividido obliga a aquéllos que aspiran a una nueva división a lanzarse sobre cualquier clase de territorio; y porque: 2) un rasgo escncial del imperialismo es la rivalidad entre un conjunto de grandes potencias que compiten por la hegemonía, es decir, por la conquista de territorio, no tanto para su propio y directo beneficio como para debilitar al adversario y socavar S I L hegemonía. (Rél-
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chicos entre las potencias imperialistas. El asunto importante lo constituyen los diferentes grados -de dependencia dentro de una economía internacional, economía internacional que está en continuo fermento como resultado de las batallas que libran las corporaciones gigantes en la escena mundial y las opcraciones de estas corporaciones en combinación con sus gobiernos respectivos para mantener el control y la dominación sobre las naciones más débiles. La supersimplificación que identifica al imperialismo con el colonialismo puro y simple no guarda relación con la teoría de Lenin ni con los hechos del caso. Igualmente falaz es la versión de la teoría leninista que dice que el imperialismo es en esencia la necesidad de los países avanzados dc deshacerse de un superávit que los ahoga, y que este superávit es eliminado a través de inversiones productivas en las colonias. L a etapa del imperialismo, como hemos tratado de mostrar, es mucho más compleja de lo que puede explicarse mediante una fórmula simple. La puja por las colonias no sólo es económica sino que involucra también consideraciones políticas y militares en un mundo de potencias imperialistas compe'tidoras. De la misma manera, las presiones que impulsan la inversión extranjera son más numerosas y específicas que la simple exportación de capital a los países atrasados. No hay explicación sencilla para todas las variantes de los cambios económicos y políticos reales, ni sirve de nada buscar una. El especial valor de la teoría de Lenin es el poner de relieve todas las palancas básicas que han movido las relacione económicas internacionales. Estas palancas son las que se vinculan con la nueva etapa del monopolio y con los métodos esenciales que el monopolio aplica para alcanzar, donde y cuando quiera sea posible, la dominación y el control de las fuentes de abastecimiento y de los mercados. El hecho de que éstas sigan siendo aun las palancas esenciales explica por qué la teoría conserva su vigencia. Pero la fórmula particular en que operan estos factores y se adaptan a condiciones nuevas requiere un reexamen continuo.
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gica es necesaria para Alemania principalmente como base de operaciones contra Inglaterra; Inglaterra necesita a Bagdad como base de operaciones contra Alemania, etc.)" Zbídem, pp. 91-92.
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LOS RASGOS MODERNOS DEL IMPERIALISMO El imperialismo de hoy tiene varios rasgos inconfundiblemente nuevos. Estos son, en nuestro concepto: 1 ) el cambio del énfasis central de la rivalidad cn el modelado del mundo a la lucha por impedir la contracción del sistema impeiialista; 2 ) el nuevo rol de los Estados Unidos como organizador y líder del sistema imperialista mundial; y 3 ) el surgimiento de una tecnología cuyo carácter es internacional. 1) L a _ R g o h c i ó n Rusa marca el comienzo de la nueva fase. A a s dc la segunda guerra mundial los rasgos principales e r a n l a rxpansióri -.-- del -imperialisnio hasta cubrir el globo. y los conflictor cnts-pQicnW;ia_p-or la redistribución de territorio y esferas de influencia. Dé-s de la Revolución Rusa se introdujo un nuevo elemento en 1% k c h a 50-mpetitiva: eJ impulso de reconquistar la parte delmundo que se había desligado del sistema imperialistay la necesidad de jmpedir . que otros abandonaran la red del imperiarismo. G n el fin de la segunda guerra mundial, la expansión de'la parte socialista del mundo y la disolución de la mayor parte del sistema colonial intensificaron la urgencia de salvar todo lo que fuera posible de la red imperialista y reconquistar los territorios perdidos. L--. a conquista, en este contexto, asume formas diferentes de acuerdo c o n í s circunstancias: militares y políticas, tanto como económicas. Si bien las potencias imperialista~no abandonaron alegre ni fácilmente las colonias, los propósitos centrales del colonialismo había_go alcanzados con anterioridad a la flamante independencia~olt-a: las colonias habían quedado entrelazadas con los mercados capitalistas mundiales; sus recursos, economías y sociedades habían sido adaptados a las necesidades de los centros mctropolitanos. La tarea actual del in~prrialismoha pasado a ser la de conservar todos los beneficios económicos y financieros de estas ex colonias que sea posible. Y esto desde luego significa la conservación de la dependencia económica y financiera de estos países respecto de los centros metropolitanos. Ni en el periodo inmediatamente posterior a la Revolución Rusa ni en nuestros propios días el objetivo de extender y / o defender las fronteras del imperialismo significa la eliminación de las rivalidades entre potencias imperialistas. Sin embargo, desde el fin de la segunda guerra mundial este objetivo central ha dominado --e-m
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E L IMPERIALISAIO, A Y E R Y HOY la escena por la creciente amenaza que se cierne sobre el sistema imperialista y por la mayor unidad entre las potencias, impuesta por la hegemonía de los Estados Unidos3"
2) Hasta el final de la segunda guerra mundial las operaciones políticas y militares dentro del sistema imperialista mundial fueron desarrolladas según el tradicional método del alineamiento en bloques: los intereses competitivos en un bloque fueron reprimidos temporalniente en beneficio de la ofensa o defensa conjunta contra otro bloque. La composición de estos bloques varió a través del tiempo al igual que las ventajas tricticas que se buscaban. Desde 19-15 el nuevo fenómeno es la asunción, por parte de los Estados Unidos, del lidera~gosobre la totalidad del sistema imperialista. Como resultado de la maduración de sus fuerzas económica y militar y de la destrucción inflingida a los rivales por la guerra, los Estados Unidos tuvieron en sus manos la capacidad y la oportunidad para organizar y conducir la red imperialista de nuestro tiempo. La organización del sistema imperialista de postguerra se operó S r m~diaciónde las agencias internacionales establecidas haciaej final de la guerra: las Naciones Unidas, el Banco Mundial, el Fondo lioiletario Internacional, en cada una de las cuales, y por diversa razones, los Estados Unidos tuvieron la ocasión de ejercer el rol conductor. El sistema se consolidó merced a las actividades de la UNRRA, el Plan Marshall y los diversos programas d e ayuda económica y militar financiados y controlados desde Washington. La nueva perspectiva de la conducción norteainericana fue descrita indirectamente por el Secretario de Estado Dean Rusk, cuando llamó la atcnción hacia el hecho de que los Estados Unidos son "criticados no por sacrificar nuestros intereses nacionales en aras de 30 Kos referimos aquí, naturalmente, a la tendencia dominante La tentstita d r Francia de libirarse de los estrechos vínciilos con el sistema internacional nortramericano c,s un ijrinplo Otro
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los intereses internacionales, sino por tratar de imponer el interés internacional a otras naciones" (subrayado nuestro). Esta crítica no es rechazada por el Secretario de Estado. Antes bien, se muestra orgulloso de ella: "Esta crítica es, creo, un signo de fuerza: de nuestra fuerza y de la fuerza de la ley internacional". Y continúa exponiendo la ambiciosa perspectiva de la política exterior norteamericana: Pero sabemos que ya no podemos encontrar seguridad y bienestar en defensas y políticas confinadas a América del Norte, o al hemisferio occidental, o a la comunidad del Atlántico Norte. Este planeta se ha hecho muy pequeño. Debemos preocuparnos de todo él, de toda su tierra, sus aguas, su atmósfera y el espacio ~ i r c u n d a n t e . ~ ~ En vista de las limitaciones de las Naciones Unidas, derivadas de la participación de los países socialistas, la administración práctica de este ámbito global y espacial se vio afectada por una serie de tratados y declaraciones que cubren al mundo no socialista. En el apéndice A se da una lista de estos instrumentos al mes de agosto de 1966." LLos acuerdos diplomáticos enumerados en esta lista tuvieron su estímulo y sustancia en la proliferación de bases militares alrededor del planeta. La nueva función de los Estados Unidos en este aspecto puede colegirse del heclio de que en la década de 1920 había fuerzas norteamericanas estacionadas en sólo tres países extranjeros.,Durante la seyunda guerra mundial existían fuerzas de los Estados Unidos en 39 países. Hoy, a través de la distribución de asistencia militar y la dirección del adiestramiento militar de ejércitos extranjeros, hay grupos militares norteamericanos ubicados en por lo menos 64 países. Estos, como puede verse en el cuadro l , estiin bien diseminados por todo el globo. Que estas fuerzas y s u equipo no han permanecido ociosos y que su presencia ejerce influencia, aun sin que exista acción directa, es demasiado obvio como para que haya que explicarlo. Sin embargo, aunque no sea más que por dejar constancia, se da en el 31 Esta y las citas anteriores son del Bulletin del Departamento de Estado, 10-V-1965, p. 695. * El apéndice A sc encuentrz en 13 p. 74 y sigiiientes d e esta dición.
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Apéndice B una lista de los compromisos militares directos de los Estados Unidos sólo a partir de 1961, según información del Dcpartamento de Estado. 1
CUADRO
N ú m e r o d e paises e n que hay fuerzas armadas d e los EE. UU. América Latina .4sia Oriental (incluida Australia) África Europa Cercano Oriente y Sudeste Asiático
19 10 11 13 11
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FUENTE:
Datos de la Agencia para el Desarrollo Internacional, U. S. Overseas Loans and Grants, Obligations and Loan Authorization, July 1, 1945 to June 30, 1967, Washington, 29 de marzo de 1968.
CUADRO
2
RESERV.4S PETROLERAS E N MEDIO ORIENTE Estimación d e reservas cont~.oladrts (Cantidades e n nziles d e millones (le barriles) 1940
Cantidad Gran Bretaña Estados Unidos Otros Total FUENTE:
1967
Por ciento d ~ l total Cantidad
Por ciento del total
4,3 0,6 1,1
72,0 93 18.2
73,O 146,O 30,O
29,3 58,6 12,l
6,o
100,O
249,O
100,0
1940. Datos d e Z u h a y r Mlkdashi. A Fznancial Analysis of M i d d l e Eastern Ozl Concessions, Nueva York, Praeger, 1966. 1967. Datos dc Oil and G a s Journal, 23 de diciembre de 1967. Son estimaciones basadas en la suposición de que todas las reservas petroleras de un país están en posesión de grandes conresionarios E I ~todo raso. csta suposición implica 11na subestimación de la participación norteamericana en 1967 comparada con la de Gran Bretaña.
LA ERA DEL IMPERIALISMO L'n aspecto iinl~oltaritede la nueva posición de liderazgo de los Estados Unidos es su rremplazo directo de otras potencias imperialista~.a Eugene V. Rostou-, subsecretario de Estado para asuntos polítims, lo expresó de este modo en una entrevista radiofónica: ". . .en muchos sentidos toda la historia de postguerra ha sido un proceso de movimirntos norteamericanos para ganar posiciones. . . cie seguridad que Gran Bretaña, Francia, Holanda y Bélgica habían ocupado a n t e r i ~ r m e n t e " . ~ ~ L Tanipoco el rniindo dc los negocios norteamericano se dejó pillar dormido mientras pasaba todo esto. Por ejemplo, los bancos de los Estados Unidos cn el extciior ya no están concentrados principalmente en América Latina sino que se extienden sobre todo el globo. 'Y la posición de los Estados Unidos en la opulenta industria petrolera del Medio Oriente se ha transformado. El cuadro 2 ofrece estiniacioiles del cambio ocurrido en la posición relativa de J\os Estados Unidos con respecto al petróleo del Medio Oriente. Mientras las firmas norteamericanas controlaban menos del 10 por ciento dc las reservas petroleias dr las concesiones del Medio Oriente y a Gran Eretaria le correspondía el 72 por ciento antes de la segunda gueira mundial, hoy las posiciones se han invertido: los Estados Unidos controlan ahoia casi el 59 por ciento mientras que la parte biitJiiica ha caído a poco más del 29 por ciento.!Las razones de este trastrueque no deben buscarse en la mayor capa;idad o ingenio de la industria petrolera norteamericana sino más bien en la política del Medio Orientr, las aplicaciones de los Préstamos y Arriendos de los Estados Unidos en la segunda guerra mundial, los Ixoyiairias tlc ayuda rxtciior de 1~ostq.lcrray la habilidad dcl Departamento de Estado y otras oficinas g ~ b e r n a m e n t a l e s . ~ ~ Tlie ficonon~ist, Londrrs, 27-1-1953. Para iiiforinaciún rriás profiinda so:>re esto, véasc Robert Engler, T h e Po1it;cc of Oil. Niccva \I.o:.k; 1961, y Iiarvey O'Coilnor, T l i e Bmpire of Oil, Nucx a York, 19.55. La deinostración más clara del rol de la política se enciicntra en la adqiiisición de rcsprvas p2troleras en lrán por los Estados Unidos, cIrs:>iiés dcl derrocamiento del primer ministro Mossadegh dirigido por la '21.1. Antes cle ~ I I CAlossadegh nacionalizara la Anglo-Iranian Cornpaiiy, dc propiedad britáiiica, las firiilas riortcamcricanas no habían podido invadir cstc santuario dc los británicos. Tras c.1 derrocamiento, cinco ernpresa? :iortcamc.ricanas -Standard of I l e ~ rJersrz, Socony, Standard of C:alifornia, Tcsaco y Gulfobtuvieron el 40 por cicnto de los intereses petroleros anteriormente poseídos por la Anglo-Iranian. Para mayores detalles scil~reesto. véase el ca?ítillo 8, "The Bleridinc of Public aild Private 2
:::
3) cLa nueva tecnología, inipulsada por la guerra, cs dc Anlbito mucho más internacional que la antigua, y por lo tanto tiene implicaciones especiales para el funcionamiento actual y futuro del imperialismo. El aspecto más obvio es el de la tecnología del espacio. La gran cantidad de estaciones "espaciales" manejadas alrededor del globo por tkcnicos de los Estados Unidos es uno de los rasgos de carácter internacional. Otro es el rol preeminente de los Estados Unidos en materia de satélites d r comunicaciones, mediante los cuales no sólo Life, el Reader's Digrst, Tinze, las películas de Hollywood y las publicaciones de la 'Agencia de Información de los Estados Unidos llegan a todas partes, sino que también se dispone en forma instantánea de la televisión norteamericana; todos ellos medios útiles para alcanzar una unidad "culturalyyque refleje el liderazgo de los Estados Unidos sobre todo el sistema imperialista. Junto con esto han aparecido también acuerdos de tipo legal, como lo destacó el secretario Rusk: "Y para iniciar el establecimiento de un sistema global único de comunicaciones por satélite henios creado una novedosa institución internacional en que una corporación privada norteamericana comparte la propiedad con 45 gobierno~."~\J Por añadidura, las tecnologías de la energía atómica y de las computadoras ofrecen también rasgos internacionales especiales. La enorme inversión en investigación y desarrollo requerida para estas industrias da especial oportunidad a las corporaciones que son lo suficientemente grandes como para extenderse en escala multinacional. Sin pretender rastrear las interconexiones causales, debemos estar advertidos de la feliz cgmbinación alcanzada entre la nuera tecnología y la corporación internacional: a ) los Estados Unidos poseen empresas suficientemente grandes como para tener, o ser capaces de obtener, el capital necesario para desarrollar la tecnología apropiada y sacar ventaja de la apropiación anticipada eii otros países; b) las firmas norteamericanas son apoyadas en este liderazgo técnico por enormes asignaciones gubernamentales de €011dos para investigación y desarrollo; c) estas mismas firmas han tenido experiencia en operaciones internacionales, ya por su propia cuenta o cooperando con el gobierno de los Estados Unidos en el proceso de expansión de las diversas actividades militares y de ayuAbroad", en el mencionado libro de Englcr, from Iran", del libro de O'Connor. 34 Igual que en la nota 31, p. 700.
y el
capítulo 31, "Thc Threat
c.
LA ERA DEL IMPERIALISMO da exterior de éste alrededor del globo; d ) junto con la generosa ayuda gubernamental se perfeccionó un aparato integrado de investigación científica y desarrollo técnico en la gran corporación, uno de cuyos resultados es la considerable reducción del tiempo que media entre los avances científicos y la introducción de nuevos productos, dando así a la corporación internacional una ventaja global sobre sus rivales menores y menos poderosos; y por último, e ) los progresos tecnológicos presentes en el avión de retropropulsión han tornado más viable la administración coordinada de la corporación multinacional.
I,A DEMI\I'-D~\ DE FUENTES EXTERNAS DE RIATERI.I\S PRIMAS Uno de los rasgos del imperialismo que se mantiene incólume hasta nuestros días es el hecho de que para mantener su posición monopolista, así como la magnitud de sus ganancias, la corporación gigante depende de las fuentes extranjeras de materias primas. Lo nuevo en el imperialismo de hoy es que los Estados Unidos han pasado a ser una nación "desposeída" con respecto a una amplia gama de minerales, tanto comunes como raros. Una extraña suerte de razonamientos surge actualmente en las discusiones académicas sobre el tema debido a que los países industriales avanzados están importando materias primas por menor valor relativo, en proporción a la producción de artículos finales, que en el pasado.[Esta tendencia refleja el aumento de la eficiencia en los usos industriales de las materias primas, atribuible a : 1) mejoramiento., en tecnología y diseño; 2 ) mayor complejidad de los productos de consumo (esto es, se aplica más trabajo de manufact~ran. una cantidad dada de materias primas) ; 3 ) desarrollo de materiale., sintéticos (goma, plásticos, fibras), y 4) mejor organización en la recolección y el uso de desech0s.J Este aumento de la eficiencia en el uso de las materias primas es sin duda importante. Tiene gran influencia en la prosperidad y supervivencia de los paises subdesarrollados productores de artículos primarios. Es un aporte esencial a las diferentes tasas de crecimiento de países industrializados y no industrializados. Está presente en el aumento de la dependencia financiera de muchas economías subdesarrolladas, que se discutirá más adelante.! Pero se requiere un extraño salto en el raciocinio para concluir que el pam
EL IMPERIALISMO, AI17ER Y IlOY
55
pel estratégico de las mateiias primas 11a cambiado para los países avanzados~pormás eficiencia que adquic'ra la industria cn el uso del aluminio o en la extracción de alúmina de la bauxita, no se puede hacer aluminio sin bauxita y no se puede hacer un avión sin aluminio. Y como en los Estados Unidos entre el 80 y el 90 por ciento del abastecimiento de bauxita proviene de fuentes e\tranjeras, el asequrar ese abastecimiento es de crucial importancia para la industria del aluminio, la industria aeronáutica y el poder militar del país. Otro factor que ce menciona muclias veces como tendiente a empeqiieñeccr cl problema de las materias primas está dado por los avances t6cnicos logrados en el procesamiento de minerales de baja conccntración y en el uso de materiales sustitutos (por ejemplo, plLsticos en vez de metales). Se han hecho avances técnicos siynificatikos, pero, como lo probarán los datos que ofreceremos en seguida, estos logros no han invertido la tendcncia.tCon todos los asombrosos hallazgos de los científicos y las maravillas de la clcctrónica y 13 enerqía atómica, todavía no se ha descubierto cómo hacer que los metales ordinarios se comporten, excepto dentro dc estrechos límitcs, de acuerdo con la voluntad del usuario., 2
Lo que puede ser de dram5tica trascendencia en el laboratorio o en tina planta piloto muclias veces está muy lejos de lo que se necesita en la práctica para transformar toda una industria. Los administradores de empresas pueden planificar para el futuro, pero viven en el presente. Cualquier presidente de una corporación gigante que no tratara, en forma agresiva, de adquirir concesiones extranjeras sobre materias primas porque a la larga se ha de encontrar probablemente un sustituto en el país sería, muy adecuadamente, despedido de su empleo. Prnsar cn terminos de planificación nacional (en bien del pueblo) o de anjlisis económico abstracto (en términos de curva de costos) no ayuda a comprender el impacto de los suministros extranjeros de materias primas sobre la política de las empresas y del gobierno. La cuestión se reduce a la naturaleza del control y del cornportamiento dentro de los negocios, y en la respuesta realista del gobierno a las necesidades operativas y empresarias. Así, el gran desarrollo alcanzado en la explotación y el uso del aceite de esquistos, que p e d e algún día eliminar la dependencia interna de las fuentes extranjeras, no ha disminuido ni disminuirá la rivalidad entre las firmas petroleras por adquirir cada pizca de petró-
E L IMPERIALISA40, AI'ER Y HOY
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leo a que puedan echar mano cn tierra o mar. Las cuestiones deci5a.s n o son las necesidades sociales y del consun~idorsino loscontroles que las empresas desean asegurarse con el objeto de ad1ilíñGtrar la producción y los precios mundiales en aras de las ma---ynres ganancias. tAsí como los rasgos de cornportamiento monopólico l~iodiiccn la á ~ i d abíisq~ledade fuentes exteriores de abastecimiento, así también el paso de los Estados Unidos de la posición de nación "poseedora" a la de nación "desposeída" h a resultado en la intcnsificación de la urgencia por obtener y controlar recursos extranjeros. ;La cuestihn b's' a ica en cuanto a las industrias d r nijncrales sc refleja en el cuadro 3. Como puede veice en la última coluinna d e este cuadro, hasta la década de 1920 los Estados Cnidos eran un exportador neto de minerales; el cambio de la tendencia es postergado por la depresión, durante la cual declinó el consumo de materias primas. &a situación, empero, se invierte significativainente en los años de la guerra. Pero la nueva situación afrontada por los Estados Unidos, simultánea con su nuevo rol de organizador y líder de la red irnperialista, se revela con dramatismo en los aiíos 50, cuando en lugar de su anterior posición de expo~tador neto; cerca del 13 por ciento del consiimo interno es provisto por las importaciones. Este cambio no ocurrió por la creciente importación c!c materiales esotéricos que no pudieran hallarse en los Estados Uilidos. Por lo contrario, la razón fue el rhpido salto en las importacioiles de los materiales más comunes que tradicionalmente habían abundado en este país. Ello puede verse eii el cuadro 4, dondc ~c establece una comparación entre las importaciones netas de seis minerales comunes y la extracción interna de mtoi mismos inaterialei: la situación actual se coteja con la de los años de preguerra. Obsérvense especialmente los datos sobre mineral de hierro. Allá por los años inmediatamente anteriores a la guerra, las i~nportaciones netas de mineral de hierro ascendían a iin 3 por cirnto de los cerca de 52 millones de toneladas de mineral de llierro extraído de fuentes domésticas. En 1966, las importaciones iletas fueron iguales al 43 por ciento de los 90 millones de toneladas extraídas en el país. (Estas últimas incluyen la extracción de la taconita que hemos aprendido y decidido utilizar productivamente.) El agotamiento de las reservas internas de mineral de alta calidad ocasionó un brusco aumento de la inversihn exterior para desarro-
58
L A E R A DEL IAlPERIALISMO
llar fuentes más eficientes y ricas de mineral dc hierro en Canadá, Venezuela, Brasil y Africa. La finalidad, según se vio, no fue sólo explotar fuentes más lucrativas de abastecimiento sino plan-icar un mayor control de esta materia prima esencial como medida preventiva: cada gran productor nacional, naturalmente, trata de anticiparse a las iniciativas similares de los otros y de los productores extranjeros. CUADRO
4
MINER.2LES SELECCIONADOS: IMPORTACIONES NETAS C O M O PORCENTAJE DE LA PRODUCCION DOMÉSTICA DE MINAS O DE POZOS Promedio 1937-39 (porcentajes) Mineral de hierro Cobre Plomo Cinc Bauxita Petróleo
1966 (porcentajes)
3 - 13
o 7 113 -
4
Las iniportaciones netas son las importaciones menos las exportaciones. P U E K T L : 1937-39. Calculado con datos de la Oficina del Censo de los EE. UU., Statistical Abstract of the United S t a t ~ s :1939, Washington, e ibid. 1940. 1966. Calciilado con datos del Departamrnto del Interior de los EE. LTU.,Minerals Ycarbook, 1966, Washington, 1967. NOTA: Estos datos no se refieren al consunio total. Los últimos incluyen la refinación de desechos y el uso d r existencias. Este cuadro sólo representa el cambio en la dependencia de las importaciones, comparada con el uso de recursos naturales internos.
'
Es cierto que en los últimos años las innovac:ones tí5cilicas han aumentado el aprovechamiento de los minerales ilacionales. Sin embargo, latendencia a confiar cada vez más en las fuentes extranjeras persiste, en parte por el desco de obtener la retribución debid a de una inversión ya hecha, en parte como medio de protección para conservar las fuentes de mineral de menor calidad como re&va, y en parte por la ventaja financiera inmediata en los casos e n que los minerales extranjeros resulten más económicos. De acuerdo con el pensamiento de los especialistas, a falta de un'nuevo progreso tecnológico que torne al mineral de hierro de muy
E L IMPERIALISMO, AYER Y HOY
59
baja gradación, derivado de la taconita y rocas parecidas, decididamente más barato que el mineral extranjero, el pronóstico es que nuestra industria siderúrgica seguirá dependiendo en medida creciente de fuentes extranjeras de mineral. Así se prevé que alrededor de la mitad del mineral de hierro que ha de consumirse en 1980 sci5 provista llar fucntrs extranjeras, y que para el 2000 la tasa dc importación llegará al 75 por ciento.35 La dramática reversión de la autosuficiencia de los Estados Unidos con respect6 a las materias primas fue resumida en forma sucinta en un informe de la junta directiva de la Comisión Presidencial sobre Política Económica Exterior : Esta transición de los Estados Unidos de una posición de relativa autosuficiencia a otra de creciente dependencia de fuentes extranjeras de abastecimiento constituye uno de los cambios económicos notables de nuestro tiempo. El estallido de la segunda guerra mundial marcó el punto decisivo de este cambio. Tanto desde el punto de vista de nuestro crecimiento económico a largo plazo como desde el de nuestra defensa nacional, el cambio de los Estados Unidos de una posición de exportador neto de metales y minerales a la de importador neto es de fundamental importancia en la configuración de nuestra política económica exterior. Siempre hemos padecido una dependencia casi total de las importaciones de estaño, níquel y los metales del grupo del platino. Por lo demás, nuestras necesidades de amianto, cromita, grafito, manganeso, mercurio, mica y tungsteno han sido generalmente cubiertas por la importación. Antes de la segunda guerra mundial, ésta era más o menos nuestra lista de materiales estratégicos, esto es, de sustancias minerales en las cuales nuestros requerimientos son total o principalmente satisfechos por fuentes extranjeras. En la actualidad, al contrario, los Estados Unidos sólo son plenamente autosuficientes en carbón, azufre, potasa, molibdeno y magnesio. (Subrayado nuestro) .36 3; Hans H. Landsherg, Natural Resources for U . S . Gro;ctth, Baltimore, 1964, p. 206.
36 Comisión de Política Económica Exterior, Stuff Papers P r e ~ e n t e d f a the Comission, Washington, febrero de 1954, p. 224.
60
L A E R A DEL IMPERIALISMO MATERIALES ESTRATÉGICOS
El Departamento de Defensa trabaja con una lista de materiales estratégicos y críticos como guía para el programa de almacenamiento de reservas. Estos son los materiales que se supone son críticos para el potencial de guerra de este pak, y en los cuales pueden anticiparse dificultades para su abastecimiento. Sin embargo, los productos bélicos no son los únicos para los quc estos materiales son estratégicos. Muchos productos civiles que forman partc del desarrollo técnico actual dependen de los rnismos mateiiale5. (La mica, por ejemplo, aparece en esta lista. La mica es utilizada por la industria eléctricz en condensadores, teléfonos, dinamos y tostadores eléctricos.) :La dependencia de estos materiales con iesperto a la impoitación se aprecia en el cuadro 5. Para más dc la mitad de ellos, entre el 80 y el 100 por ciento del abastecimiento de este país depende de las iinportaciones. Para 52 de los 62 materiales, por lo menos el 40 por ciento del total debe, ser provisto desde el exterior. Y, de acuerdo con un informe de la Junta Asesora de Desarrollo Internacional (comisión especial creada por el Presidente en la década de 1950), las tres cuartas partes de los materiales importados incluidos e n el programa de almacenamiento proceden de las áreas subdesarrolladas. La respuesta política y inilitar ante este hecho es expuesta claramente por el titular de la Junta: ". . . es hacia estos países adonde debemos mirar para la mayor parte de cualquier aumento posible de estos abastecimientos. I,a pérdida cualquiera de estos materiales, a través de la agresión, sería equivalente a un grave revés ~ n i l i t a r " . ~ ~ El motor de retropropulsión, la tiirbfna de gas y los reactores nucleares tienen 11oy una enorme influencia sobre la demanda de materiales que sólo pueden ser obtenidos en el exterior. La naturaleza de esta nueva necesidad está explícita en el informe de l a Comisión Presidencial de Política d e Materiales: El advenimiento de la turbina de gas y de los jets para la aviación de caza, y su posible aplicación a los vuelos comerciales y m5s adelante a los automóviles, h a acentuado la necesidad de materiales que resistan las altas temperaturas y la fatiga. Una razón por la cual h a llevado tanto tiempo des3 7 Junta Asesora de Desarrollo I~iternacional, Partners itz Progress, Washington, marzo de 1951, p. 46.
EL IMPERIALISA40, AYER Y HOY CUADRO
61
5
CLASIF1C;ACION DE MATERIALES INDUSTRIALES ESTK~\TÉC.ICOS POR GR.4DO DE DEPENDENCIA DE L.4S IMPORTACIONES .
Súrnero de Aiaterzales --
---
FUENTE:
38 6 8 3 7 62 -
-
Relación entre tmportcciones y consumo (%) 80 - 100 6079 4059 2039
Menos del 20 -
Percy W. Bidwell, Rarv M a t e r i a l ~ ,Nueva Y o r k , Harper 6r Bros., 1968, p. 12.
arrollar comercialrncnte la turbina de gas cs que no 1:abía materiales que pudieran resistir el calor al rojo y al mismo tiempo absorber la fatiga de las fuer7as centrífugas generadas por 20 000 revoluciones por minuto. Como en la turbina de gas cuanto mayor es la temperatuia tanto mayor es la eficiencia, hay una urgente necesidad de metales, cerámica3 u otras sustancias que puedan operar bajo gran esfuer~opor encima de los 2 000 grados Fahrenheit. Existe también necesidad de materiales para l l e ~ a ra cabo iracciones nucleares, muchas de las cuales ocurren a elevadas temperaturas. Algunos de estos materiales deben poseer también una baja capacidad para la absorción de neutrones. Así que la necesidad de resistencia a temperaturas altas y cada xez más altas se torna uno de nueitros problcrr~asmás crítico~.~~ Lo clue esto significa piicde verse claraineiltc cuando estreclianos c1 foco sobre un producto: el motor de retropropulsión, qi:e desde qiie este informe fue preparado se ha convertido en u n medio tnn:o comercial como mi!itar de trznsporte. El cuadro 6 enu-
mera los seis materiales críticos que se necesitan para hacer un niotor de retropropulsión. Excepción hecha del molibdeno, depen'$ C!onii\ión del Prrsidente sobrc Política dc XIate~ialei, Retources for F r r r d o n ~ ,t\'ashington, junio de 1952, \o1 IV, Tlie Pror~iire of Technology, p. 1 1 .
62
LA ERA DEL IhlPERIALISMO
demos de las iinportaciones para un abastecimiento adecuado en todos estos renglones. En cuanto a tres de los materiales, la dependencia es completa. En la última columna se enumeran los principales productores actuales de cada elemento en el mundo no comiinista. Entre paréntesis, después de cada país, se da el porcentaje que su producción representa en la producción total del mundo no comunista. MATER1:ZLES CRÍTICOS USADOS EN EL MOTOR DE RETROPROPULSION
Librns d e Porcentaje d e nzatcr~nlusado la inzportnción L u g a r donde se produce en el motor jet1 e n el consumo2 este material3 Tungsteno
80-100
24
Coluinbio
10-12
1O0
Níqiiel
1,300-1,600
75
Ciolno
2,iOO-3,COO
1O0
Molil>c!riin
90- 100
Cohalto
30- 10
O
10G
Estados Unidos (30%) Corea del Sur (19%) Canadá (12%) Australia (8% ) Bolivia ( 8 % ) Portugal ( 7% ) Brasil (54%) Canadá (21%) Mozarnbique ( 18% ) Canadá (71%) Nueva CaIedonia (20% ) .Ifrira del Sur (31%) Turquía ( 19% ) Rhodesia de1 Sur (19%) Filipinas ( 18% ) Irán ( 5 % ) Estados Unidos (7956 -:) Canadá ( 1 0 % ) Chile ( 9 % ) Congo (Leop.) ( 6 0 % ) Marruecos ( 13% ) Canadá (12%) Zambia (11%)
1 Tomado de Perry I Y . Bid\\rll, Rniu Materials, Nueva York. Harper ¿k Bros., 1958, p. 12. Calculado sobre datos del Drpartamento del Interior de los Estados Unidos, Minerals Yearbook, 1966, Wasliington, 1967. 3 Principales productores del material cn el mundo no comunista. Los porcentajes entre parkntesis representan la cantidad producida por el país en 1966 como por ciento de la producción total del mundo no comunista. La fuente es la inisrna que en 2.
-
E L IMPERIALISMO, A Y E R Y HOY
63
Los hechos aquí presentados, por supuesto, no son un misterio para los empresarios ni para los planificadores gubernamentales y coordinadores de política. El Presidente Truman establcció en 1951 la Comisión de Política de Materiales, citada más ariiba, para estudiar el problema de materiales en los Estados Unidos y su relación con otros países no comunistas. El resultante informe, cinco volúmenes, fue editado con gran publicidad en medio de la guerra de Corea. El tema de las fuentes de materias primas como ingrediente de la política exterior aparece no sólo con respecto a las necesidades directas de los Estados Unidos sino también en rclación con la responsabilidad de los Estados Unidos en su función de líder del "mundo libre", de cuidar que estén seguros los abastecimientos de materias primas de Europa occidental y rl Japón. Considérese, por ejemplo, esta franca declaración del ex Picsidente Eisenhower : Una de las mayores oportunidades del Japón de aumentar su comercio reside en un sudeste asiático libre y en desarrollo. . . . L a gran necesidad de un país estj referida a las materias primas; la de otro, a los productos manufacturados. Las dos regiones se complementan notoriamente. Fortaleciendo a Vietnam y ayudando a garantizar la seguridad del Pacíiico sur y el Sudeste de Asia estamos desarrollando gradualmente el gran potencial comercial de esta región. . . y el Japón altamente industrializado, en beneficio de ambos. De esta manera se fortalecerá notablemente la libertad en el Pacífico occiden-
Y finalmente otras dos citas: una original del sector político republicano y una del lado demócrata. El Fondo Hermanos Rockefeller ofrece estas proposiciones en iin informe sobre política económica exterior : Hoy la seguridad económica de Europa depende de dos factores indispensables: 1) su propia vitalidad intelectual y técnica y su empresa económica; y 2) una estructura internacional que dará a Europa acceso a los mercados exteriores en buenos téirninos y le procurará abastecimiento adecuado 39 Discurso en la asamblea del Colegio Superior de Gettysburgh, 4-IV1959, e11 "Puhlic Papers of the Presidents of the United States", Dwight Eisenhower 1959, Washington, 1960, p. 314.
LA ERA DEL IMPERIALISMO
,
l
de materiales, siempre que Europa pueda ofrecer un valor razonable a cambio de ellos. Sin embargo, la situación económica de las naciones industrializadas sigue siendo precaria. Si el nacionalismo del sudeste asiático, del Medio Oriente y de África, explotado por el bloque soviético, se convierte en una fuerza destructiva, pueden resultar amenazados los abastecimientos europeos de petróleo y otras materias primas esenciales.40
, ,
W. \Y. Rostow, el asesor más cercano al Presidente Johnson en cuesti6Gs de seguridad nacional, parece tener perfecta conciencia de cuáles son los cimientos básicos de la red imperialista en cuanto se aplica a las materias primas y a la función especial de los Estados Unidos en el imperialismo de hoy. Al declarar ante el Comit¿ Conjunto del Congreso, Rostow explicó las relaciones entre países industrializados y siibdesarrollados con estas palabras: La ubicación, los recursos naturales y las poblaciones de las "ueas subdesario!ladas son tales que, si éstas se vieran efecti\amente incorporadas al bloque comunista, los Estados Unidos pasarían a ser la segunda potencia del munclo. . . .Indirectamente, la evolución de las áreas subdesarrolladas cs capaz clc determinar la suerte de Europa occidental y el Japón y, por ende, la efectividad de la ubicación de las regiones iridiistrializadas dentro de la alianza del mundo libre que estamos comprometidos a encabe~ar.Si la> Arras subdesarrolladas caen b3io la clon~inacióncomunista, o si pasan a una hostilidad permanente contra Occidente, la f u e r ~ üiiiilitar de Europa occidental y el Japón se verá disminuida, el Common~ ~ e a l Británico th tal romo esti hoy organizado se desintegrar J y el mundo del Atlántico pasará a srr, en el mejor de los casos, una alianza torpe incapa7 de ejercer efectiva influencia fuera de una órbita limitada, perdido para ella el equilibrio del poder mundial. En síntesis, nuestra seguridad militar y niirstio modo dr vida24 como la suerte d r Europa occidental y el Japón están en juego en la evolución de las áreas subdesa~rolladas.Evidentemente, pues, tenemos un primordial interés nacional en desarrollar una coalición del mundo libre que 4 0 Fondo Hermanos Rockefeller, Foreign Economic Policy of the Twentietlz Century, Carden City, Nueva York, 1958, p. 11 para el primer concepto, p. 16 para el segundo.
1.
E L IMPERIAI,ISMO, AYER 1' IfOY
65
abdiy~ieen razonable armonía y unidad a los estados indiistrializados de Europa occidental y al Japón, por un lado, y a las Arcas subdrsarrolladas de Asia, el XIcdio Orirnte y Áfri( A , por rl otro.41
1.0s P;S'I'.ZIM )S L-NIDCX COMO I'TIlNC~I1'.2T. LNPOI<'I'.U)OK DE CAPITAL Junto coii 10s cambios políticos y militares posteriores a la se$linda guerra mundial, cuando los iiorteaniericanos asumieron el rol de Iídeies indiscl.itidcs drl capitalismo mundial, sobrevino la iieta preeminencia de los Estados Unidos como rxportador de capital. En tanto la necesidad urqente de desarrollar fuentes estranjeras de rnateiias primas contribuyó al ímpetu de las exportaciones cie capital de5pués de !a q-ueria, 1.aaceleración de la inversión en empresas manufactureras extranjeras agregó una nueva dimensión 3 13 inteinncionalización del capital. Para apreciar mejor este rasgo nuevo exanlillenios primero los aspectoi ~onipetitivosdel cornercio rnuildial de manufacturas. El cuadro 7 ofrece estimaciones sobre la participación de cinco naciones itidiustriales en el comercio exportador mundial de maniifacturas. Aparte del notable cambio en los destinos de Italia en las Ultiirias dos décadas y dcl surgimiento del comercio japonés, el cambio inás digno de destacarse en los 70 años considerados es la yuxtaposición de los Estados Unidos y el Reino Unido. Ida participación britinica en el coniercio mundial de manufacturas declinó del 33 al 12 por ciento, mientras la de los Estados Unidos aiimentó del 12 al 21 por ciento. Pero nótese también que los Estados Unidos no loqraron mantener la ventaja ganada inmediatamente despu4s c!e la guerra: entre 1950 y 1967, su participación declinó de casi 27 a cerca de 21 por ciento, una relación igual a la de su partici1)ación posterior a la prirriera guerra m i ~ ~ d i a l .
1
I
(
4 1 Suu¿.colnité dt. Política Económica Exterior, del Comité Ecorióinico Conjunto, Congreso de los Estados Unidos, 849 Congreso, segunda sesibn, Hcorinqs, 10, 12 y 13 de diciembre de 1956, pp. 127, 131.
'
LA ERA DEL IMPERIALISMO CUADRO
7
PARTICIPACION EN LAS EXPORTACIONES DE ARTICULOS MANUFACTURADOS ( E n porcentajes)
Estadosunidos Reino Unido Alemania Francia Italia Japón Otros Total
11,7 33,2 22,4 14,4 3,6 1,5 13,2
13,O 30,2 26,6 12,l 3,3 2,3 12,5
20,4 22,4 20,5 10,9 397 3,9 18,2
19,2 20,9 21,8 538 395 699 21,9
100,O
100,O
100,O
100,O
26,6 24,6 7,0n 9,6 396 3,4 25,2 100,O
20,6 11,9 19,7* 8,5 7,O 9,9 22,4 100,O
*
Alemania Occiderital solamente. I,a cifra comparable estimada para -41emania Occidental solamente en 1937 es 16,5 por ciento. F U E N T E : A. Maizels, Industrial G r o w t h and World T r a d e , Cambridge, Inglaterra, 1963 (excepto los datos de 1967). (Los datos de 1899 y 1913 excluyen a los Países Bajos.) Datos de 1967: National Institute, Economic Reviezc, febrero de 1968.
El aislar estas cifras es, empero. engañoso. Porque, a partir de la primera guerra mundial y en escala cada vez mayor después de la segunda, l a construcción de fábricas o compra de empresas en el exterior han asumido una enorme importancia como parte de la lucha competitiva por los mercados. La nueva situación en este sentido se refleja en el cuadro 8. Este cuadro muestra la posición relativa de los principales exportadores de capital en la época de la primera p e r r a mundial, al final del auge de los años 20 y en 1960. Durante el período inicial del cuadro el Reino Unido era el más destacado inversionista extranjero: la mitad de las inversiones externas de capital eran propiedad de ciudadanos británicos. Pese al hecho de que los Estados Unidos formaron una nación deudora hasta después de la primera guerra mundial, ya habían empezado a mojarse los pies en esas aguas, desde el inicio de su participación en el estilo de vida imperialista.
E L IMPERIALISMO, A Y E R Y H O Y
INVERSIONES EXTRANJERAS DE LOS PRINCIPALES PAISES EXPORTADORES DE CAPITAL 1914
1930
1960
( p o r cientos del t o t a l ) Reino Unido Francia Alemania Países Bajos Suecia Estados Unidos Canadá
Total Cálculos sobre datos de William Woodruff, Zmpact of Western Man, Nucva York, 1966, p. 150, excepto los datos con asterisco. Los datos para 1960 son estimaciones muy globales, hechas exclusivamente para simplificar la exposición del cambio relativo en la posición de los Estados Unidos.
FUENTE:
*
Los años de la interguerra, y el consiguiente cambio de su posición a la de una nación acreedora, dieron a los Estados Unidos la oportunidad de avanzar liasta el punto de ubicarse muy cerca del lugar ocupado por la potencia exportadora de capital más antigua y firmemente establecida. Para 1960, las inversiones extranjeras de los Estados Unidos significaban casi el 60 por ciento del total mundial. (Estos datos abarcan tanto las inversiones indirectas como las directas. La inversión directa -posesión de sucursales y subsidiarias- fue el factor más importante de esta expansión en las inversiones norteamericanas. De modo que, si se indicaran los datos de la inversión directa exclusivamente, la participación de los Estados Unidos sería aún mayor. Aunque no se dispone de información completa del periodo posterior a 1960, parece evidente que la parte de los Estados Unidos ha seguido expandiéndose también en es.tos años.) A causa de esta enorme expansión de las inversiones en industrias manufactureras del exterior, los Estados Unidos cuentan con la posibilidad de competir en los mercados extranjeros de manera directa y no sólo por las exportaciones. Lo que esto significa puede
CUADRO
9
EXPORT.2CIONES Y VENTAS POR INVERSIONES EXTRANJERAS (En millones de dólares) - -lndustrtas manufactureras seleccionadas - -- -
Papel y productos afines Productos químicos Productos de caucho Metales Maquinaria no eléctrica Maquinaria v equipos eléctricos Equipos de transporte
FTIENSE:
--
-
-
---
--
-
Ventas de afiliadas extranjeras 1957 1965 Airmrnto ---- --
-- - - -
-
--
--
Exportacidn desde Estados Unidos 1957 1965 Aumento -
-
- - --
--
---
-
-
- -
h b N
b
881 2411 968 1 548 1 903 2 047 4 228
Ventas de afiliadas extranjeras, Survey of Currrnt Buc-inesr, noviembre de 1966; exportaciones, Oficina del Censo de 10s Estados Unidos, Statistical Abstract o f t h Unitr~d ~ States, 1966, e ibid. 1965.
O
EL IMPERIALISMO, AYER Y HOY
69
(olcqirse de los datos del cuadro 9 para 1957 y para 1965, el íiltimo aíío sobre el cual hay información disponible. Las primeras tres columnas reflejan la experiencia de ventas de las firmas de Ins Estados lTnidosen el exterior (sucursales y subsidiarias de corporaciones norteamericanas). Las íiltimas tres columnas indican el alimento de las exportaciones desde los Estados Unidos para las iiiismas industrias. Es especialmente notable que en todas las industrias, para 1965, las ventas de las afiliadas extranjeras son mayores que las exportaciones drsde plantas con base en los Estados Unidos. Más aíin, el ~ u m e n t odurante estos años ha sido mayor en el caso de las lblantas extranjeras afiliadas que en el de las exportaciones. -Para t.1 conjunto de las industrias, las ventas de las plantas en el exterior aumentaron en iin 140 por ciento. mientras las exportaciones desde 10s Estados Unidos crecían en el 55 por ciento. Las ventas originadas en firmas manufactureras del exterior ayudan a la penetración de los mercados por un doble mecanismo. No sólo obtienen una participación en el mercado del país en que r s t i ubicada la subsidiaria, sino que entran en los canales del comercio exterior de las potencias competidoras. Esto puede advertirse del examen del cuadro 10. Así. las plantas norteamericanas cn Europa venden sólo el 77 por cielito de su prodlicción a los mercados locales en que están ubicadas. Las exportaciones a otros países representan el 22 por ciento de las ventas de estas plantas.
CUADRO
10
VENTAS DE MANUFACTURAS EN EL EXTERIOR POR PARTE DE .ZFILIADAS EXTRANJERAS D E FIRMAS NORTEAMERICANAS ( P o r ciento d e las ventas totales e n el exterior) Exportado a los EE UU. Ventas locales Eul~ortadoa otros países
11
81 8
2 93 5
1
2
77 22
92 6
rvawre: Calculado con datos de Survey o f Current Business, noviembre de 1966.
L A ERA DEL IMPERIALISAdO
70
Adviértase el porcentaje relativamente pequeño de las exportaciones desde el mundo subdesarrollado (América Latina y otros), cuya significación será destacada más adelante, cuando hablemos del tema de la dependencia financiera de los países subdesarrollados. El impacto de estas ventas de ultramar derivadas de la inversión directa estaba sin duda en la mente del banquero de inversión que escribió en un reciente artículo de Foreign Affairs: La importancia de la inversión directa norteamericana en la economía mundial se está bamboleando. Según el Consejo norteamericano de la Cámara de Comercio Internacional, el valor bruto de lo producido por empresas norteamericanas en el exterior excede en mucho los 100 000 millones de dólares anuales. Es decir, que sobre la base del valor bruto de su producción, el conjunto de las empresas norteamericanas en el exterior constituyen el tercer país en orden de importancia en el mundo (si se puede usar este término para designar a dichas compañías), con un producto bruto mayor que el de nin,gún otro país, excepto los Estados Unidos y la Unión Soviética. Desde luego, estas empresas son grandes usuarias de materias primas y componentes de producción local, de manera que su contribución a la producción neta (valor agregado) es mucho menor que sus ventas brutas.q2 Por lo que hace a la manufactura, el mayor volumen de riegocios se concentra en Canadá y Europa, como puede verse en el cuadro 11. Y desde la segunda guerra mundial, bajo la influencia del Plan Marshall y de la NATO, la tendencia principal del capital manufacturero ha sido la de fluir hacia E ~ r o p a . ' ~ 42
Leo Model, "The Politics of Private Foreign Investment" en Foreign
Affairs, julio de 1967, pp. 640-641. 43 Una explicación con que nos topamos muy frecuentemente acerca del sure;imicnto de la inver:ión norteamericana en Europa, es que se dcbe a la atracción especial que ejerce la Comunidad Económica Europea (Mercado Común). Esto es rebatido en un análisis hecho por Anthony Scaperlanda: .el generalizado concepto de que la creación de la CEE iba a causar una redistribución de la inversión internacional carece de apoyo en los datos empíricos. Por lo contrario, el área ajena a la CEE ha mantenido, cuando no aumentado, su participación en la inversión directa de los Estados Unidos en Europa occidental." "The E.E.C. and U.S. Foreign
". .
INVERSION EXTERIOR DIRECT.4 EN LA MANUF.4CTUR.A 1950 Millones de Por ciento dólares del total Todas las áreas Áreas seleccionadas Canadá México Argentina Brasil Europa Sudáfrica India Japón Filipinas .4ustralia FVEKTE:
3.831 1.897 133 161 285 932 44 16 5 23 98
Millones de dólares
1966 Por ciento del total
100 49,5 3,5 42 7,4 24,3 1,1 0,4 0, 1
o$
2,6
Departarilentr> de Comercio, LTnitccl S t c t r , C ~ i ~ i n e rInvestment s i n Foreign Countries, Washington, 1960, y Walther Lederer y Frederick Cutler, Znternational Znvestments of the United States in 1966, en Suruey of Current Business, septiembre de 1967.
Pero los Estados Unidos no son los únicos que pugnan por estos mercados. Las corrientes cruzadas de la inversión, como reflejo de la competencia entre corporaciones gigantes, se advierten cn el cuadro 12. Firmas inglesas invierten en Francia y Alemania occidental. Bélgica invierte en Francia, Alemania occidental e Inglaterra. Es evidente, sin embargo, que la superioridad de los Estados Unidos como inversor extranjero en Europa es arrolladora. Como cabía esperar, la concentración de la inversión en un número pequeño de firmas gigantes ha resultado en que las empresas norteamericanas poseen una porción realmente impresionante del mercado en determinadas industrias de Europa. Obsérvese en el cuadro 13 que las firmas norteamericanas controlan más de la mitad de la industria automovilística en Gran Bretaña, rasi el 40 por ciento de la del petróleo en Alemania y más del 40 I~ivcstment: Soriic Eir!piri
r,:i
Thc Frr,r;or
;;c Jol!rntil: marzo
72
lsil ERA DEL IA4PERIALISMO
por ciento de la de equipos telegráficos, telefónicos, electrónicos y estadísticos en Francia (el control en máquinas computador&, rn Francia, r s del 75 por ciento).
L.\ PARTE NORTEAMERICANA EN EL TOTAI, DE LA INVERSION EXTRANJERA -
-
---
-- -
Francia (1962)
Estados L'iiidoa Gran Bretaña Países Bajos Suiza Bélgica Francia Suecia 1 talia Alemania Federal Canadá Otros
Total
- --
R. Fed. Alemana
i,~nn Bretaña
(1964)
(1962)
1
3 incluida eri "otros'. incluido en "otros" 8 100
1 O0
100 -
FI.CKTE:
--
p . -
.
Christopher Layton, Trans-Atlantic lncestnzents, Boiilogiie-surS e i n ~ .Frai>ria, Instituto Atlántico, 1966, p. 13.
12a ligazón entre las tendencias n~onopolistasy el flujo de las inversiones a Europa se refleja en lo siguiente: en los tres más grandes mercados europeos (Alemania Occidental, Gran Bretaña y Francia) el 40 por ciento de la inversión directa norteamericana pertenece a tres firmas: ESSO, General Motors y Ford. E I ~ toda Europa occidental, 20 empresas norteamericanas representan dos tercera5 partes de la inversión total de los Estados Unidos.** Entre 1950 y 1965 "un número creciente de grandes corripafiías se han abierto o comprado un camino de acceso a ' ~ u r o p a Para . 1961, 460 de las mil empresas más grandes de los Estados Unidos tenían 4 4 Christopher Layton, Truns-Atlantic I l i v e ~ t m e n t , Boulogne-sur-Seine, Francia, 1966, p. 18.
una subsidiaria o sucursal en Europa. Hacia 1965, la cifra había \ llegado a 700 de las 1 OOO.G En pocas palabras, la interilacionalización del capital entre las empresas gigantes es mucho mayor hoy de lo que era hace cincuenta aíios, cuando Lenin escribió sil obra sobre el imperialismo._
CUADRO
1 :%
CÁ1,CULO DE LA PARTICIPACION NORTEAMERICANA EN CIERTAS INDUSTRIAS --
--
-. .--
---
--
Francia, 1963
-- - - --
Refinación de petróleo Hojas de afeitar y afeitadoras ~nanuales Automlviles Neumáticos Negro de humo Refrigeradores Máquinas herramientas Semiconductores Máquinas de lavar Ascensores y elevadores Tractores y maquinaria agrícola Equipo telegráfico y telefónico Máquinas electrónicas y de estadística [las computadorás componen el 75% ) Máquinas de coser Afeitadoras eléctricas hiáquinas d~ contabilidad
Productos de refinación de petróleo Computadoras Automóviles Negro de huriio Refriqeradores Productos farmacéuticos Tractores y maquinaria agrícola Irstrumentos Hojas de afeitar y afeitadoras manualez
---
-
--
Firnias nortcamericanns (70 de las ventas) ?O
:iás del
I
87 13 30 95
25 2n 25 27
,
"1 5
35 42
rriás del
+U
iriás del +O rnás del 50 iriás del 75
LA ERA DEL IMPERIALISMO
74
Alernania Occidental
(% d e l capital)
Petróleo hlaquinaria, vehículos, productos metálicos (los automóviles componen el 4070) Industria alimenticia Produrtos químicos, caucho, etc Artículos eléctricos, de óptica, juguetes, musicales (las computadoras componen el
84%) FUENTE:
Christopher Layton, Trans-Atlantic Inuestments, Boulogne-surSeine, Francia, Instituto Atlántico, 1966, p. 19.
APEIVDICE A Compromisos y declaraciones de defensa de los EE. UU. declaraciones oficialrs r:tgentes aiz 1966
L l s , . ~ d e los tratadoc
91
Hemisferio occidental Tratados l . Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (Pacto de
Río), 2 de septiembre de 1947. 2. Aplicabilidad del Tratado del Atlántico Norte, 4 de abril de 1949. (La NATO se aplica a Canadá, Islandia, Groenlandia, Bahamas, Bermudas) . J. Acuerdos bilaterales. a. Acuerdo con Dinamarca sobre defensa de Groenlandia, 27-IV-1951. b. Acuerdo de defensa con la República de Islandia, 5-V-1951. c. Acuerdo del Comando de Defensa Aérea de América, del Norte (cambio de notas EE. UU.-Canadá, 12 de mayo de 1958). d. Tratado con Panamá, 2-111-1936. Declaraciones oficiales
1 . Séptimo Mensaje Anual del Presidente Monroe al Congreso (la Doctrina Xtonroe) , 2-XII-1823.
EL IMPERIALISMO, AYER Y HOY
75
2 . Declaración del Departamento de Estado sobre mantenimiento de vigencia de la Doctrina Monroe, 14-VII-1960. 3 . Acuerdo Ogdensburg (con Canadá, estableciendo una Junta Permanente de Defensa), 18-VIII-1940. 4. Aniincio conjunto sobre defensa, EE.UU.-Canadh, 12-111947. 5 . Declaración conjunta de los presidentes Kennedy y Betancourt (los EE. UU. prometen pleno apoyo a Venezuela), 20-11-1963. Europa Tratados 1 . Tratado del .ltldntico Norte, 4-IV-1949. Son partes del tratado: Estados Unidos, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Islandia, Italia. Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Portugal, Reino Unido, Grecia (agregada en 1952), Turquía (agregada en 1952), República Federal de Aleniania (ayregada en 1955). 2 Declaración Conjunta sobre Renovación del Acuerdo de Defensa del 26 de septiembre de 1953, EE. UU.-España, 26-IX-63.
Declaraciones oficiales
1 . Declaración del presidente Eisenhower sobre la política norteamericana frente a la Unión de Europa Occidental, 10-111-1955. 2. Comunicado, Sesión Ministerial del Consejo del Atljntico Norte, Atenas, 6-V-1962. 3 . Acta Final, Conferencia de Nueve Potencias de Londres, Declaración de los gobiernos de EE. UU., Reino Unido y Francia, 3-X-1954. 4 . Declaración del presidente Kennedy sobre Berlín, 25-VII-1961. . Mensaje del vicepresidente Jolinson ante la Cámara de Representantes de Berlín occidental, 19-VIII- 1961. 6 . Declaración del Secretario de Estado Rusk sobre Berlín, 22-11-1962. 7 . Comunicado Conjunto del presidente Kennedy y el Canciller Adenauer de Alemania, 15-XI-1962. 8. Comunicado Conjunto del presidente Johnson y el Canciller Erhard de Alemania, 12-VI-1964.
76
1,rl ERA DEL IMPERIALISMO
Cercano Oriente - Medio Oriente 1 . Aplicabilidad del Tratado del Atlántico Norte desde 1952
(el 18 de febrero de 1952 Grecia y Turquía accedieron al Tratado del Atlántico Norte; desde esa fecha han estado comprendidas en los compromisos del tratado). 2 . Incorporación de los EE. UU. a los Comités de la CENTO (el Pacto de Cooperación Mutua -pacto de Bagdad---entre Irak, Turquía, Reino Unido, Pakistán e Irán se firmó el 24 de febrero de 1955. Después se le rebautizó como Organización del Tratado Central (CENTO) al retirarse Irak. Los EE. UU. integran los Comités Militar, Económico y Anti-Subversión de la CENTO v es observador en las reuniones del Consejo). 3 . Acuerdos bilaterales. a . ,%cuerdo de Cooperación con Irán, 5-111-1359. b. Acuerdo de Cooperación con Turquía, .5-111-1959. Declaraciones oficiales
1 . Mensaje del presidente 'Truman al Congreso (la doctr~na Truman) , 12-111-1947. 2 . Resolución Conjunta para Promover la Paz y la Estabilidad en el Medio Oriente (la doctrina Eisenhower), 9-111-1 957. 3 . Declaración Tripartita (EE. UU.-Reino Unido-Francia! sobre seguridad en el Cercano Oriente. 25-V-1950. 4 . Declaracibn Multilateral respecto al Pacto de Bagdad (compromisos de los EE. UU. ante Pakistán, Irán y Turquía): 28-VII-1958. 5 . Comunicado Conjunto del presidente Kennedy y cl sha de Irán, 13-IV-1962. 6 . Carta del presidente Kennedy al príncipe Feisal de Arabia Saudita, 25-X-1962. 7 . Declaración sobre Jordania y Arabia Saudita por el secretario de Estado Rusk, 8-111-1963. 8 . Respuesta del presidente Kennedy a una pregunta en conferencia de prensa a propósito del Medio Oriente, 8-V-1963. 9. Observaciones del presidente Johnson en un cambio de brindis con el presidente Shazar de Israel, 2-VIII-1966.
EL I,\lPtí'RIALISMO, AYER Y H O Y
7.7
\iric a
Tratados 1
Acuerdo de Cooperación con Liberia, 8-VII-1959.
.\sia n ieridional Tratados 1 . Participación de los Estados Unidos en los comités de 1ñ
CENTO (como se indicó más arriba respecto del Cercano Oriente y Medio Oriente). 2 . Participación en la SEATO (ver Tratados en Sudestr de Asia-Pacífico sudoccidental) . 3 . Acilerdo de Cooperación con Pakistán, 5-111-1959. Declaraciones oficiales 1 . Carta del presidente Eisenhower al primer ministro Nehru
de la India, 24-11-1954. 2. Seguridades dadas a Pakistán respecto de la extensión de la ayuda militar a la India: Declaración del Departamento de Estado, 17-XI- 1962. \,ideste uc Asia - Pacífico sudoccidental Tratados 1 . Tratado de Defensa Colectiva del Sudeste de .\sia,
8-IX-1954 (su resultado es la SEATO, que incluye a los Estados Unidos, Australia, Francia, Nueva Zelandia, Pakistán, Filipinas, Thailandia, Reino Unido, Camboya, Laoi y Vietnam del Sur). ? 'Tratado de Seguridad entre Australia, Nueva Zelandia y los Estados Unidos (pacto ANZUS) , 1-IX-1951. :i . Tratado de Defensa Mutua con Filipinas, 30-VIIT-195 1. Declaraciones oficiales 1. Resolución del Golfo de Tonkin, 10-VIII-1964. 2 . Cornunicado conjunto del secretario Rusk y el ministro de relaciones exteriores Thanat Khoman, 6-111-1962. 3 . Declaración de Honolulú, 8-11-1966. 4 . Comunicado conjunto de los presidentes Johnson y Macap q a l , 6-X-1964.
78
L A E R A D E L IMPERIALISlMO
Este de Asia
Tratados
1. Tratado de Cooperación y Seguridad Mutuas entre los Estados Unidos y el Japón, 19-1-1960. 2. Tratado de Defensa Mutua con la República de China (Formosa) , 2-XII-1954. 3 . Tratado de Defensa Miitua con Corea, 1-X-1953. Declaraciones oficiales
1 . Resolución de los Estrechos de Formosa, 29-1-1955. 2. Declaración del presidente Kennedy sobre Formosa e islas costeras, 27-VI-1962. 3 . Respuesta del vicepresidente Humphrey a iina preg~inta en conferencia de prensa, en Corea, 23-11-1966. Fuente: Compilación presentada por el Departamento de Estado sobre compromisos y garantías de defensa de los Estados Unidos al mes de agosto de 1966. Hearings before Preparedness Investigating. Subcommittee of Committee on Armed Services, Senado de los Estados Unidos, 890 Congreso, segunda sesión, 25 y 30-VIII-1966.
APENDICE B Intervención de los Estados Unidos en crisis políticas internacionales y situaciones críticas, de 1961 a mediados de 1866.l 1 Esta lista no incluye crisis temporarias originadas por golpes de estado (por ejemplo el golpe del ejército sirio en 1962) o por rebeliones internar (por ejemplo la revuelta de los kurdos en Irak, en 1962). FUENTE: Esto es reproducción de la Parte A de una declaración presentada por el Secretario de Estado al comité senatorial sobre Servicios Armados. Worlwide Military Commitments. Hearings Beforc the Preparedness. Znvestigating Subcommittee of the Comatittee on Armed Service, Senado de los Estados Unidos, 89? Congreso, 2" sesión, 25 y 30-VIII-1966, primera parte, pp. 31 y 32. Esta declaración contenía también una lista de otras 27 crisis en que los EE. UU. tuvieron intervención indirecta, por ejemplo a través de la provisión de armas o la cooperación con las acciones de la UN. Dicha lista figura en p. 32 de la citada fuente.
E L IMPERIALISMO, AYER Y HOY
79
1. Lucha vietnamesa con el Viet Minh y el Viet Cong (1945-
1
). Intervención parcial (desde 1950) y luego directa (desde 1954) como proveedor de asistencia militar, asesores militares, y luego tropas de combate a pedido de la República de Vietnam. ). Intervención directa como una de las 2. Berlín (1948cuatro potencias ocupantes por los acuerdos cuatripartitas de 194.5. 3 . Amenaza de los comunistas chinos a los estrechos de Formosa (1950) . Intervención directa con Truman (1950) y Eisenhower (1953) ; instrucciones a la Séptima Flota de los EE. UU. y Resolución de Formosa ( 1955 . ). Intervención directa como pricciyal pro4. Corea (1950veedor de fuerzas actuantes bajo el Comando de la ONU durante la guerra de Corea y hasta el presente. 5. Episodio de la bahía Cochinos ( 1961) . Intervención directa como protector parcial y extraoficial de la fuerza de invasión. 6. Disputa entre Panamá y los EE. UU. sobre situación y administración de la Zona del Canal (1962-1966). Intervención directa como parte de la disputa; acción de la OEA y de la NU; negociaciones bilaterales. 7 . Crisis con Cuba sobre los proyectiles ( 1962-1963). Intervención directa como potencia responsable de la cuarentena de la OEA sobre el embarque de proyectiles a Cuba. 8. Protesta camboyana sobre violación de fronteras por fuerzas ). Intervención dinorteamericanas y survietnamesas (1964recta como parte mencionada en la protesta; acción de la ONU. 9. Maltrato de prisioneros europeos por los rebeldes de Stanleyville, Congo (1964). Intervención directa al atraer la atención de la O N U sobre el problema y proveer apoyo aéreo para la misión de rescate de paracomandos belgas. 10. Crisis dominicana ( 1965-1966). Intervención directa a través de la acción inicial tendiente a estabilizar la situación; aportó efectivos a las fuerzas de paz de ia OEA.
La Banca Norteamericana se Internacionaliza
Ln altículo recicrite de la revista F o r t u ~ einforma: "El área de mayor crecimiento de la banca norteamericana, hoy en día, no se encuentra en los Estados Unidos sino en el exterior. . . L a ex~~ansiión en ultramar está, además, dando origen a la primera red de bancos verdaderamente interna~ional".~Este desarrollo de la banca es complemento adecuado de la nueva función de los Estados Unidos como líder y organizador del orden imperialista. ¿Qué podiía ser más natural que la coincidencia de: a ) la extendida presencia militar y política de los Estados Unidos alrededor de¡ globo ( a través de guerras, bases militares y ayuda económica y militar) ; b) la posición dominante del capital de los Estados Unidos eri la creación de imperios industriales multinacionales: c ) la c~olucióndel dólar como medio internacional clave de pagos, créc!ito \- reservas, y d ) el crecimiento de la banca multinacional? La comunidad bancaria es, desde luego, perfectameritc consciente dc estas relaciones. Un informe publicado por Bro~vnBrothers Hariiman & Co. destaca: "En lo político, los Estados Unidos tienen intereses vitales en casi todos los rincones del globo. 1YO es irrazonable suponer que a ellos sigan los intereses comerciales. e indiidableniente éstos son estimillados a hacerlo".'
'
J r i r r i i y Main, "The First Real Iriternatioriril Ea:ihrrs",
ciernhre dr
1967, p. 143.
Foittrne. di-
' T . M . Farley, T h e "Erige Act" and U n i t e d States International Bnnhing and Finanee, Niirva York, Brnwn Brothcrs IIartirnan & Co., mayo dc 1962, p. 32.
1 1
LA BANCA SE INTERLVACIOh'.4LZZA
1 1
l
Como ejemplo concreto, esta interrelación de cornercio y bandera puede apreciarse en el establecimiento de la banca norteamericana en Saigón. Una crónica del New York Times publicada en 1965, según la cual los dos bancos más grandes de los Estados Unidos estaban tratando de establecer sucursales en Vietnam del Sur, cita estas palabras de H ~ n r ySperry, vicepresidente del First National City Bank: Después tendrán ustedes ante sí una ingente tarea de reconstrucción. . . Eso requerirh financiación, y financiación significa bancos. Sería ilógico permitir que los ingleses y franceses rnonopolizaran el negocio bancario, pues la economía de Vietnam del Sur va siendo más y más orientada hacia los Estados U~iidos.~ Efectivamente, dos bancos norteamericanos fueron inaugura-
dos en Saigón en el verano de 1966. Al respecto, comentaba' Business Week: En medio de un barrio lleno de cantinas de mala muerte para soldados norteamericanos, las sucursales del Bank of America y del Chase Manhattan Eank en Saigóri scmeian inoderrias fortalezas de granito. . . Los bancos fueron construidos especialmente para soportar condiciones bélicas: bloques de vidrio en vez de ventanas, y paredes diseñadas para resistir explosiones de minas y ataques de mortero. . . Si no fuera por la masiva presencia de los Estados Unidos allí, probablemente ninguno de los bancos se habría establecido en Vietnam. Los bancos se incorporaron a la escena vietnamesa el aiío pasado como consecuencia de la expansión norteamericana que comenzó en 1965. El gobierno norteamericano necesitaba un lugar para guardar los fondos destinados a la Embajada, a la Agencia de I>esarrollo Internacional y a los militares. Y no veía razón para ayudar por ello a los bancos franceses o a otros extranjeros establecidos en el Esta consideraciGn de los bancos hacia el gobierno y del gobierno Iiacia los f:aricos no se limita a los tiempos dc guerra. .4sí,
1
New York Timci, 9-XII-1965. "Burinerc Week. 14-X-19G7, p. 92.
82
LA ERA DEL IMPERIALISMO
cuando los Estados Unidos disponen de excedentes agrícolas y los venden a cambio de monedas extranjeras, se acumulan gruesas sumas de dinero a favor de los Estados Unidos en los países compradores. qué mejor oportunidad de dar la mano a algún banco que lo merezca y esté buscando consolidarse en un país subdesarrollado? Un banco nuevo necesita una fuente de depósitos para echar a rodar la bola financiera. En Pakistán, por ejemplo: La mayoría de los bancos receptores de estos depósitos [de divisas locales de propiedad de los Estados Unidos] han sido bancos comerciales privados de los Estados Unidos en Pakistán (por ejemplo el Bank of America, American Express y otros). Debido al hecho de que estos bancos son relativamente nuevos en Pakistán y, por lo tanto, no están firmemente establecidos, han tenido hasta ahora relativamente poco contacto con los sectores industriales y comerciales en comparación con los bancos comerciales de propiedad pakistana y británica más viejos y arraigados. Los bancos norteamericanos, por lo tanto, están ansiosos de conseguir estos fondos y es lo más probable que los vuelvan a prestar en el mercado interban-
caria.= Es así como el gobierno de los Estados Unidos Iiace su partc al ayudar a los bancos norteamericanos que operan en ultramar. Los propios banqueros, sin embargo, no se quedan dormidos e13 cuanto a aprovechar las nuevas oportunidades y asumir su misión mundial. En un examen de los aspectos nuevos de la banca internacional, George S. Moore, presidente del First National City Bank. describía recientemente el avance acelerado de las finanzas internacionales - e l rápido aumento de los préstamos a extranjeros y de los depósitos de extranjeros en los bancos de Nueva York- y observaba que un ritmo tan ascendente de actividad apunta hacia "una interdependencia internacional sin precedentes desde el surgimiento del estado-nación. Los bancos norteamericanos han reaccionado ya ante estos acontecimientos. Con el dólar como ~rincipal divisa internacional, y siendo los Estados Unidos el mayor exportador e importador de bienes, servicios y capital en el mundo, no Dr. C h r i s t o ~ hBeringer e Irshad Ahmad, T h e U s e of ~4y:icu!tural Surplus Commodities f o ~ Economic D e ~ l e l o p m e n f in Pnkistnn. Krirachi, enero de 1964, p. 14.
LA BANCA S E INTERl\'ACIO!VALIZA es sitio natural que los bancos de los Estados Unidos tiendan a desempeñar e n las finanzas internacionales el mismo rol relativo que cupo a las instituciones financieras británicas en el siglo dieci(Subrayado nuestro). Esta no es por cierto una aspiración modesta. La siiprernacía riiundial de la banca británica no fue, después de todo, una cuestión de fuerza de voluntad o de mera competencia técnica, sino parte integrante del monopolio de Gran Bretaña sobre el comercio internacional, y de su primacía como potencia colonial. Hasta la década de 1880, los bancos británicos virtualmente no tenían competidores en la financiación del comercio internacional fuera del continente europeo. En los últimos decenios del siglo XJX, los sistemas bancarios extranjeros de Alemania y Francia comenzaron a imitar la propagación de los bancos británicos, excepto en las Pero a regiones amparadas por la bandera de Gran C~-etaña.~ pesar de la creciente competencia el dominio de Inglaterra en la financiación del comercio extranjero se mantuvo. En rigor, hasta fines del siglo xrx y principios del xx la mayor parte del comercio exterior de los Estados Unidos -y la mayor parte del comercio internacional originado en otras partes- era financiado no con dólares sino en libras esterlinas por bancos dc L o n d r e ~ . ~ Las limitaciones impuestas por la red financiera internacional británica sobre la expansión económica externa potencial de los Estados Unidos fueron perfectamente admitidas y harto debatidas a medida que la presión en pro de la expansión externa iba haciéndose más intensa. William Adams Brown, un competente estudioso de los aspectos financieros dc este período, comentaba: Al menos por una década antes de aprobarse la Ley de Reserva Federal [1913] se había discutido activamente en los Estados Unidos acerca de los mcdios y modos de promover el comercio exportzdor norteamericano de bienes manufacturados. Entre ellos figuraban la ampliación de las ramificaciones extranjeras de los bancos norteamericanos y la creación de un mercado de aceptación de giros en Nueva York. Se G George S. Moore "International Growth: Challenge to U.S. Banks", T h e h7atlonal Banking Review, septiembre de 1963, p. 6. 7 Herbert Feis, Europe T h e World's Bunker, 1870-1914, Xueva York, 1963, pp. 30-31. 8 Franli M. Tamagna y Parker B. Willis, ''United States Banking 0rganii.a:ioti \l):a)ad". Federnl Rererve Bulletin, diciembre de 1965, p. 1287.
LA ERA DEL IMPERIALISMO había difundido cada vez más el deseo de proporcionar a los exportadores norteamericanos en los países extranjeros facilidades comparables a las ya establecidas durante el siglo xrx por los bancos británicos, y a fines del siglo x x y principios del xx por los alemanes, italianos y otros bancos extranjeros. . . Aunque las facilidades de este sistema [de bancos británicos] proveían al comercio norteamericano financiación barata y eficiente, la naturaleza cada vez más competitiva de las exportaciones norteamericanas de manufacturas tornó la dependencia con respecto a estas fuentes extranjeras indeseable para aquellos empeñados en una agresiva espansión del comercio norteamericano. Privaba la fuerte convicción de que el uso de giros en esterlinas entrañaba una desventaja para el comercio norteamericano porque fortalecía la preferencia en favor de las mercaderías británicas ya consolidada por las conexiones establecidas desde tiempo atrás y por las empresas bajo control británico en todo el mundo. . . Desde el día en que estalló la guerra [la primera guerra mundial] los norteamericanos empezaron a echar las bases para una expansión de la banca de los Estados Unidos en el exterior, y asimismo para proveer, en los puntos de origen del comercio extranjero, una fuente de giros expedidos sobre créditos norteamericanos. La guerra no sentó los cimientos para dicha expansión, pero eliminó los obstáculos que habían impedido su d e s a r r ~ l l o . ~ Tales obstáciilos podrían atribuirse en gran medida a la sólida posición lograda anteriormente por otras poderosas naciones industriales y a su situación de privilegio en las extensas posesiones coloniales. Los Estados Unidos, que hasta la primera guerra mundial fueron una nación dzudora, no habían tenido el grado necesario de libertad financiera para hacer frente a la posición competitiva alcanzada por la extensión de la banca internacional y de las inversiones de otros países. Lo que más dolía era la delantera tomada por el comercio y las finanzas europeos. a las puertas mismas de los Estados Unidos, en América Latina. Un funcionario del National City Bank of New York, explicaba en 1915: Los bancos extranjeros sudamericanos y sus sucursales jr!tx "William Adams Brown Jr., T h e International Gold Standard Rzinterpreted, 1914-34. Nueva York, 1940, vol. 1. 147-148.
LA BANCA SE INTERNACIONALIZA bancos británicos y alemanes] son agentes activos en la promoción de relaciones comerciales entre las repúblicas sudamericanas y sus paises de origen. Estos bancos han penetrado activamente en la vida industrial y económica de las comunidades en que están radicados. Han provisto dinero para el desarrollo de los recursos de estos países; han financiado ferrocarriles, obras portua.rias, servicios públicos y depósitos. Han sido instrumento para la formación de mercados en su país de origen para las materias primas producidas por América del Sur, y de tal manera han establecido bases para e! intercambio recíproco de productos. Dinero de Inglaterra y de Alemania ha sido invertido libremente en el futuro de estos paises. Inglaterra y Alemania, en los últimos veinticinco años, han colocado en la Argentina, Brasil y Uruguay aproxiinadamente ciiatro mil millones de dólares, y como resultado de ello disfrutan conjuntamente del 46 por ciento del comercio total de estos tres países.1° La intensificación de la guerra en Europa contribuía a estimular la imagen de este banquero: Una rara combinación de circunstancias nos favorece aiiora. Los lazos comerciales entre otras grandes naciones cuyo intercambio ha sido por mucho tiempo recíproco y amistoso se han roto en el mismo momento de la creación de la maquinaria que tanto necesitamos para consolidar nuestro comercio exterior. Considerando los fundamentales reaji~stesque el conflicto que hoy se libra provocará en las relaciones comerciales entre muchas naciones, a nuestro país se lc presenta la oportunidad de establecer en los próximos años el sólido cimiento de un comercio exterior provechoso y de vastas proporciones.ll L a maquinaria a que se aludía cra la creacióil, a través de la Ley de Reserva Federal, del marco legal para la instalación de filiales de bancos norteamericanos en tierras extranjeras. Es comprensible que un banquero en busca de nuevos negocios y oportu1 0 William S. Kies, "Branch Banks and our Foreign Trade", e n Academia Norteamerkana de Ciencia Política y Social, The Annals, niayo de 1915, p. 301. 11 Zbí$em, p. 308.
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nidades de lucro se sintiera entusiasmado por la apertura dc las puertas hacia el resto del mundo. Pero el negocio bancario en el exterior, lo mismo que dentro del país, no es un mecanismo independiente. Vive y crece en relación simbiótica con la expansibn de la inversión extranjera y del comercio exterior, como lo explicaba el funcionario del National City Bank: Para establecer un comercio provechoso y duradero en rrlercados hasta ahora intocados de países extranjeros, nos ser5 necesario ayudar al desarrollo de estos países. Brasil, Colonibia, Argentina, Chile, Perú y otras repúblicas sudamericanas tienen recursos naturales del mayor valor que esperan ser desarrollados. Si en los años por venir los Estados Unidos invierten su capital excedente en el desenvolvimiento de América del Sur sobre las mismas líneas que gobiernan la inversión de los países europeos en ese campo, ello dará por resultado oportunidades comerciales que nos reportarán un beneficio muchas veces mayor que la inversión original.12 Este patrón de desarrollo fue, desde luego, que sr sigui0. primero principalmente en América Latina, para luego extenderse paso a paso a las demás regiones del mundo. Las sucursales rxtranjeras de los bancos de los Estados Unidos se convirtieron de hecho en instrumento importante para el movimiento de este capital excedente y para la exploración de nuevos mercados. La ieanimación de las finanzas y el comercio promovida por la guerra sentó las bases de un gran avance de la banca y la inversión exterior. Sin embargo, se necesitaron otra guerra mundial. la "puerta abierta" originada por la ruptura del viejo sistema colotiial y ej ascenso de los Estados Unidos a la condición de líder del "mundo libre" para que la banca norteamericana se convirtiera plriiamente en banca internacional.
1,OS BANCOS DE SUCURSALES TOMAN LAS RIENDAS DEL MERCADO CAPITALISTA MUNDIAL Los bancos de los Estados Unidos penetran en los mercados extranjeros por tres caminos: 1) Por el uso d r los bancos extranjeros como bancos corres-
ponsales. Los segundos manejan las transacciones de ultrariiar a nombre de los bancos de los Estados Unidos. Esta actividad es a menudo suplementada con el establccimicnto de oficinas en ciudades extranjeras escogidas, desde las cuales los representantes del banco facilitan el negocio bancario de ultramar. Si bien estos puestos de avaniada son útiles a los banqueros, sus operaciones están limitadas piiesto que no asumen totalmente las funciones bancarias, tales conio la de liacer préstamos.
2 ) Por el establecimiento de sucursales que realizan la totalidad de las operaciones bancarias como lo harían en los Estados Unidos. Estas actividades, naturalmente, se ajustan a la legislación bancaria vigente en el país huésped. 3) Por el establecimiento de corporaciones subsidiarias. Estas corporaciones compran acciones de bancos de propiedad extranjera, fundan compañías bancarias y financieras en el exterior e invierten en una amplia variedad de empresas no bancarias. Mientras que los bancos corresponsales y oficinas de ultramar constituyen mecanismos valiosos al servicio de los clientes de los Estados Unidos, es el sistema de bancos de sucursales el que promueve importantes negocios nuevos y oportunidades de ganancia. Son las sucursales bancarias las que pueden obtener ganancias especiales de las actividades internacionales de los Estados Unidos: el dinero gastado por las fuerzas armadas en ultramar, los depósitos bancarios procedentes de la ayuda externa y los negocios bancarios que acompañan a la inversión privada en el exterior. Son las sucursales bancarias las que proveen el medio de obtener una participación en los negocios financieros mundiales, al competir con las instituciones locales y con las agencias de otros sistemas bancarios internacionales. Por último, constituyen los medios por los cuales la peculiar fuerza económica de los bancos más grandes puedc consolidarse y tornar a éstos aún más ricos y más influyentes. Pues de la misma manera que las firmas manufactureras, mineras y petrolcras más grandes son las que deciden en materia de inversiones de ultramar, en el campo bancario la expansión se concentra en los bancos más poderosos de los Estados Unidos. Así, de las 298 sucursales bancarias de ultramar existentes a fines de 1967, 259 pertenecían a tres bancos: el First National City Bank, el Chase RIanhattan Bank y el Bank of America.13 13
Calculado a base de una lista mimeografiada distribuida por la Junta
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NOMERO DE PAISES (INCLUIDOS LOS ESTADOS UNIDOS) QUE TIENEN FILIALES DE BANCOS NORTEAMERICANOS
América Latina a Europa Africa Cercano Oriente Extremo Oriente Territorios ultramarinos de los EE. UU. y bajo su custodia b Total
10 5
11 3
10 4 O O
13 4 1 3 8
22 10 3 3
7
10 4 3 O 6
O
O
0 O
O 6
1
2
3
3
4
5
16
22
24
26
33
55
12
Incluye dependencias de Europa occidental. Zona del Canal, Guam, Puerto Rico, Islas Truk e Islas Vírgenes. Los datos de Filipinas se incluyen en el Extremo Oriecte, aun cuando ese país fue dependencia durante algunos de estos años. F U E N T E : Junta de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal, Annual Report, para los datos de años hasta 1960. Datos de 1967, de una lista mimeografiada, preparada por la Junta de la Reserva Federal, Overseas Branches of Corporations Engaged in Foreign Banking and Financing in Operation on Drce~nber31, 1967. Los datos para 1967 incluyen tres bancos subsidiarios del First National City Bank no incluidos en la tabulación de 1967 por et Annual Report del Sistema de la Reserva Federal. Se excluyen las afiliadas fiduciarias de ultramar y las instalaciones bancarias que funcionan en establecimientos militares mediante arreglos hechos por el Departamento del Tesoro con bancos designados depositarios y agentes financieros suyos.
a
b
La modalidad de crecimiento de las sucursales bancarias extranjeras -y especialmente !a febril expansión de los últimos anos- puede colegirse del análisis de los cuadros 14 y 15. El cuadro 14 muestra el número de países en los que funcionaban sucursales bancarias durante determinados años, en cinco áreas importantes y en las áreas de ultramar de los Estados Unidos o sometidas a su tutela. En 1018, los bancos norteamericanos tenían de la Resen-a Federal, Ouerseas Branclzes a n d Corpolnttor~c Enenqed in Foreign Bnnking and Financing in Oprration on Drcember 31, 1967.
L A BANCA SE INTERilrACIONALIZA filiales establecidas en dieciséis países, especialmente de América Latina y Europa. Recuérdese que las operaciones de este tipo de parte de los bancos de los Estados Unidos eran insignificantes hasta la primera guerra mundial. En rigor, sólo los bancos provinciale': tenían la posibilidad legal de abrir sucursales en el exterior. Los bancos nacionales no tuvieron vía libre hasta después de sancionarFe la Ley de la Reserva Federal en 1913. El ritmo de expansión durante las décadas del 20 y del 30 fue bastante lento, pero cs de hacer notar a la luz de acontecimientos más recientes, que este período se caracteriza por la irrupción en el Extremo Oriente. La declinación del número de países representados en Europa entre 1918 y 1939 débese a la eliminación de sucursales en Rusia y Alemania. Evidentemente hubo pocos cambios en los años cie la guerra, excepción hecha del cierre de filiales en territorios enemigos u ocupados por el enemigo. Una nueva expansión, todavía de esigua magnitud, vuelve a operarse después de la guerra y se prolonga aproximadamente hasta 1955. Después se acelera el paso. Para 1960, existen sucursales en todas las áreas importantes. A fines de 1967, las hay en 55 países distintos fuera de los Estados Unidos. Influyen en la expansión de referencia varios factores: 1) la continua propagación de los intereses de los Estados Unidos en el petróleo, la minería y las manufacturas, 2) la multiplicación de bases militares; y 3 ) la penetración de Areas por parie de la ayuda militar y económica gubernamental, incluyendo ex colon'as que una vez fueron dominio exclusivo del país colonizador. Inmediatamente después de la zuerra la banca norteamericana retornó a Alemania. Para 1950, por primera vez liabíanse abierto sucursales en Singapur, Thailandia y Guam. El desplazamiento siguiente fue hacia el Cercano Oriente. Entre 1953 y 1955 sc establecieron filiales en Egipto, Líbano y Arabia Saudita. En los aííos siguientes, las sucursales bancarias cubrieron todo el complejo de las operaciones políticas y militarey de los Estados Unidos: Nigeria, Malasia, Okinawa, Corea, Taiwan, Vietnam, Marruecos, Liberia, Guyana, Trinidad, Jamaica y otros lugares. La difusión geográfica de la banca de sucursales en el exterior es sólo un aspecto de la expansión internacional. Porque una vez que una sucursal bancaria echa profundas raíces en un país, se tiende a fundar agincias y sucuisales nuevas en todo el territorio
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LA ERA DEL IMPERIALISMO
NUMERO DE SUCURSALES BANCARIAS NORTEAMERICANAS FUERA DE LOS ESTADOS UNIDOS
América Latina Europa África Cercano Oriente Extreriio Oriente Areas ultramarinas de los Estados Unidos y fideicomisos b Total
'. lgual qiir en el cuadro 14. "gual que en el cuadro 14. Se trata de filiales autorizadas por la Junta de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal hasta 1918. Inclúyense 11 filiales del National City Bank existentes en Rusia antes de la nacionalización de los bancos por la URSS. d Este aumento se produce pese a la eliminación de los bancos filiales norteamericano~el1 China. A Hong ICong se le cuenta aquí corno país separadi> De los 18 bancos filiales existentes en el Extremo Oriente en 1939, 7 estaban ubicados en China. e Se excluye a 21 sucursales bancarias nacionalizadas por el gobierno cubano en 1960. FTIENTPIS La misma del cuadro 14. tiel país. De modo tal que, como puede verse en el cuadro 15, el auniento en el número de sucursales en el exterior es mucho más casto que el del número de países donde e? dable encontrar bancos de los Estados Unidos. Durante el lapso de 21 años que va de 1918 a 1939, el aumento neto en el número de sucursales fue clc 2);. (El aumento bruto fue mayor que el indicado, ya quc en c ~ t c período once sucursales del National City Bank ubicadas en Iiusia desaparecieron por la nacionalización.14 Este ritmo de cxpansión, obviamente infliiído por la declinación de las oportunidades 1 4 i H a y tal vez alguna afinidad entre la banca norteamericana en el exterior y la revolución social? En 1917, la mayor concentración de sucursales bancarias filiales norteamericanas en un solo país estaba en Rusia. Antes de la revolución china, la mayor concentración de dichos bancos en el Extremo Oriente estaba en China. Y Cuba fue por mucho tiempo favorita de la banca norteamericana: antes de la revolución, Cuba albergaba el mayor iiúniero de sucursales de bancos de los Estados Unidos.
L A B A N C A SE INi'ERhTACIOl\i,4LI%,4
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de negocios durante la Gran Depresión, se aceleró grandemente después del fin de la segunda guerra mundial. Dieciséis sucursales extranjeras se agregaron en el quinquenio 1950-1955. De 1955 a 1967 se abrieron más de 180 nuevas sucursales. Nótese tambiC.n que para 1967 había más sucursales bancarias en el Extremo Oriente que en Europa. A1 misrno tiempo que los bancos de los Estados Unidos se van extendiendo por los países subdesarrollados, con casi la mitad de sus filiales en América I,atina, su influencia en los países industrializados se torna también cada vez más estratégica. Fortune observa que "Se ha viielto un clisé en los círculos bancarios decir que 'los únicos bancos realmente europeos de hoy en día son norteamrricanos.' '"V de acuerdo con el profesor Kindleberger, "vale la pena destacar que de entre los bancos comerciales, son las instituciones norteamericanas -Morgan Guaranty Trust Co., Chase Manhattan, First National City, en particularlas que están representadas en los distintos países del Mercado Común, más bien que las instituciones La econonlía cornercial tras el surgimiento de la banca exterior es similar a los factores que impulsan el movimiento dc la industria en el exterior: una relativa estrechez de oportunidades de riegocios en el frente interno y el atractivo ofrecido por las oportunidades de lucro en el exterior. Como lo dice un analista: Los banqueros norteamericanos intensificaron sus esfuerzos en el área internacional por dos razones. En primer lugar, muchos de ellos se han convencido de que sus mercados internos ofrecen campo limitado para un crecimiento futuro de significación. . . Una segunda razón para internacionaliJrrc,ln> Mairi, op czt., p. 143. Charles B Kindleberger, "Europeari Economic lntegration and the De\,elopment of a Single Financia1 Center for Long-Term Capital", Weltairtschaftliches Archiv, Bd. 90. Heft 2, 1963, p. 206. Como en el caso
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LA ERA DEL IMPERIALISMO zarse es la demanda aparentemente ilimitada de sei-vicios bancarios y financieros internacionales.17
Muy poca información se posee en el momento actual sobrr la dimensión de esta nueva línea de negocios comparada con las actividades internas. El artículo de Fortune antes mencionado reúne algunos elementos útiles: En esos diez años [anteriores a 19671, los depósitos en las sucursales extranjeras de los bancos de Nueva York har, aumentado de 1,350 a 9,500 millones de dólares; últirnamentc han estado creciendo a un ritmo siete veces superior al de los depósitos en el país. En el Manufacturers Hannover los negocios exteriores han subido del 10 al 25 por ciento de los negocios totales. Tres años atrás, el Chase Manhattan reveló que el 14 p o ~ ciento de sus ganancias netas procedía de negocios en el exterior, y ese porcentaje ha aumentado, por cierto, desde entonces. El Manufacturers Hannover dice que las ganancias de su división internacional se han duplicado con exceso e n los últimos cinco años, lo que probablemente significa que los beneficios han acompañado el ritmo de crecimiento de los negocios de la división."
EXPANSION EXTEliIOR VIA SUBSIDIARIAS BANCARIAS La aceleración del crecimiento de la banca de sucursales en el exterior indica sólo un aspecto del surgimiento de la actividad bancaria externa. El otro vehículo dinámico utilizado por los bancos norteaniericanos para invadir las arterias de las finanzas internacionales es la corporación subsidiaria. 1 7 Hugh Chairnoff, "Philadelphia Bankers are lnternational Bankers", Business Review del Banco de la Reserva Federal de Filadelfia, mayo d e 1968, pp. 2-3. Otro factor interesailtc es la habilidad de los grandes bancos ubicados fuera de los centros del Este para absorber el negocio bancario en las áreas de crecimiento más rápido de los Estados Unidos. Aparte del Bank of America, los bancos del Este son los que más se ocupan d e negocios extranjeros y los que están en mejor posición para procurarse nuevos negocios en el exterior. 18 Jeremy Main, op. cit., pp. 143-144.
L A BANCA SE INTERNACIONALIZA La puerta hacia el empleo de esta tEcnica fue abierta también por una de las primeras reformas de la administración Wilson --la Ley de la Reserva Federal- como método para permitir y alentar la expansión de los bancos en el extranjero. Y mucho más la abrió la enmienda introducida en 1919 a la Ley de la Reserva Federal, conocida con el nombre de Ley Edge. En efecto, estas sanciones legislativas permitieron a los bancos de los Estados Unidos establecer corporaciones subsidiarias: a ) para facilitar la creación de sucursales bancarias en países cuyas leyes las prohiben, y b) para permitir a los bancos realizar una gama más amplia de actividades financieras y de inversión en el exterior. Estas corporaciones subsidiarias fueron capacitadas para llegar más allá de las actividades financieras usuales de los bancos norteamericanos, incluida la inversión directa en operaciones no financieras -tales como las manufacturas, la minería y el c o m e r c i e que a los báncos se les prohibe hacer en los Estados Unidos. Aunque las bases para estas corporaciones fueron echadas durantc la primera guerra mundial y su postguerra, no consiguieron consolidarse hasta la década de 1950. Parte del motivo de sus dificultades iniciales residió en que muy pocas de ellas habían logrado levantarse antes de estallar la crisis de 1920-1921. La inestabilidad de los precios mundiales complicó sus operaciones. Es rnás: la falta de personal experimentado y adiestrado actuó como c:ontrapcso. Los bancos carecían de una buena reserva de administradores coloniales experimentados a la cual pudieran recurrir, como Iiicieron los británicos. Y aunque la guerra había dado un qran e~iipujeal dólar norteamericano y a la banca de los Estados Unidos, ésta seguía siendo una competidora más en la puja por (:1 lidcrazgo financiero mundial: la arraigada red financiera britjnica, apoyada por su imperio colonial y su extendida organización militar, constituía un obstáculo formidable en las aspiraciones de las finanzas norteamericanas en la escena mundial. Por último, esta fornia de penetración extranjera sufrió un yran revés durante la depresión mundial de los años 30. En 1929, los bancos de los Estados Unidos poseían 18 de tales corporaciones subsidiarias; hacia 1945, tras la depresión y la guerra, sólo dos de esas corporaciones sobrevivían. Los acontecimieritos contrastantes de las décadas de 1950 y cle 1960 constituyen un instructivo ejernplo de los cambios en las finanzas internacionales que han acompañado el surgimiento de la
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iiiieva posición de los Estados Unidos en sus operaciones políticas. militares y económicas. En este último período, dichas corporaciones subsidiarias han proliferado hasta convertirse en un instrumento eficaz de penetración, y según todos los indicios su tendencia expansiva se mantiene. Este crecimiento se aprecia en el cuadro siguiente :
NÚMERO DE CORPORACIONES SUBSIDIARIAS EN LA BANCA INTERNACIONAL
>or \ : Se siuiiari las corporaciones por la Ley Edge y por Acuerdo. Estas
dpnoniinaciones distinguen diferencias técnicas según que la corporación esté organizada de acuerdo con la Sección 25 o la Sección 25 a \ de la Ley de la Reserva Federal. P U E S T E : 1929 y 1945, "Banking Goes International", Business Condittonc (Junta de la Reserva Federal de Chicago), abril de 1967. 1956. 1960 y 1963, "Edge Act and Agreement Corporatioris in International Banking and Finance". Alontllly Revisu' (Federal Reserve Bank of New York), mayo de 1964 1967, Junta de la Reserva Federal, Oaerseas Branches and COTporations Engagsd in Foreign Banking and Ftnancing in Operatioti on December 31, 1967 (lista niimeografiada) .
Las múltiples operaciones de estas corporaciones subsidiaria. pueden resumirse en tres categorías: 1) Se han establecido compañías bancarias y financieras eri Canadá, siete países europeos, ocho latinoamericanos y dos africanos.lQ Estas compañías a su vez realizan una cantidad de actil-idades inversoras, a menudo en cooperación con bancos locales, cori otros banqueros internacionales y a veces con el gobierno norteamericano. (Nota: éstas deben agreyarse a las siiciirsales eriumeiadas en los cuadros 14 y 15) . 19
Igual que la nota 13.
2 ) Las corporaciories subsidiarias son utilizadas como vehículos para adquirir intereses minoritarios o de control en bancos del exterior. Esto les permite conquistar un lugar dentro del sistema bancario de un país, como por ejemplo a través de los intereses de control que una subsidiaria del Bank of America posee en la Banca d'America e d'Italia (Milán), el noveno banco comercial de Italia, que opera con una red de más de 70 s ~ c u r s a l e s Tam.~~ bién les permite introducirse en las redes de bancos internacionales de otras naciones industrializadas, bancos que en el pasado gozaron de oportunidades especiales para echar raíces en las posesiones coloniales de sus países. Por ejemplo: una subsidiaria del Chase Manhattan Bank posee el 15 por ciento del Standard Bank. con sede en Londres, que a su vez tienen una extensa red de bancos en Africa y América Latina; la subsidiaria de la Liorgan Guaranty Trust tiene acciones en bancos comerciales, de fomento y de inversión de 24 países; una subsidiaria del First National Cit. Bank tiene participación del 40 por ciento en la Banque Internationale pour L'Africlue Occidentale. que a su vc7 maneja 41 suciirsales en A f r i ~ a . ~ ~ 3) Las subsidiarias se utilizan para obtener la piopiedad clv una amplia variedad de empresas industriales y de servicios cri el exterior, especialmente en los países subdesarrollados. En parte, esto se logra incluyendo una cláusula de conversión en acciones ~ ? significa que el banco piieen los préstamos que se c o n ~ e d e n . Esto de, en los términos del crédito, conaertir todo o parte de la deuda en accione3 de la empresa, una perspectiva atrayente en caso de que la empresa resulte excepcionalmente lucrativa. No es que la corporación bancaria deje de obtener una bonita ganancia de los propios ~réstamos.El informe de la Brown Brothers Harriman Sr Co. correspondiente a 1962 señala: "Baste decir que la vida para el banquero de la Ley Edge [un tipo de subsidiaria] comienza en algún punto ubicado bien por encima del habitual 6 por ciento de sus primos de casa".23 Por añadidura, estas corporaciones realizan inversiones directas en una gran variedad de industrias en el extranjero. David RockeT. M. Farley. o& cit., p. 27. Keil MrInness. "Thc Continental Toilch", Barron's, 28-XI-1966. 2' Véanse ejeniplos (lt, rstos tipos dr pi6starnoq cn T. M. Farley, up. cit., pp. 43-45. "Ídem. p. 45. ' 0
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feller, presidente del Chase illanhattan Ijank, clescribe las acti"jdades de una de las subsidiarias de su banco, la Chase Internatioilal Investment Corporation ( C I I C ) , en estos términos: L a CIIC, que ha estado en pleno funcionarniento durante cerca de diez años, participa actualmerite en linos 30 proyectos en 20 ~ a í s e sdiferentes. Estos proyectos abaican desde una planta textil en Nigeria a una exploración minera de estaño en Bolivia, e incliiyn otras actividades tan divrrsas como una planta siderúrgica en Turquía, una fábrica de papel en Guatemala y una compañía de alquiler de equipos en México.24 Hasta aquí hemos descrito un aspecto de la internacionalización d p las finanzas norteamericanas: el establecimiento de una red de sucursales y corporaciones subsidiarias para inveisión en el exterior. Pero debe entenderse yue ésta es sólo una parte del proceso de internacionalización, proceso que tiene su foco en el desplazamiento del mercado central de los capitales internacionales dc Europa a los Estados Unidos, y en la entroni~acióndel dólar conlo la principal divisa niiiridial.
EL DOLAII COMO DIVISA hlCNJ>I,?L: NUEVA YORK, BANQUERO DEL 3lUNDO El extinto profesor Schiimprter, según creemos recordar, destacó una vez que el mercado monetario es el cuartel central del sistema capitalista. Fue sin diida en este seritido que la tonla del liderazgo del mundo capitalista por los Estados Unidos coincidió con el ascenso d r Niirva Ti-ork corno centro indiscutido de las finanzas internacionales. y cori la trarisforrnación del dólar norteamericano en la moricda internacional del mundo capitalista. Antes, el centro del meicado monetario mundial era la "City" de Londres, un sector de una milla cuadrada dentro del cual funcionan el Banco d r Inglaterra, el mercado de oro, el mercado internacional de seguros, las transacciones de los principales produrtcs y las oficinas rrntralrs de los bancos más importantes. Siis iespaldos eran la coriqiiista de los mares, la flota mercante rnás yrande del mundo, rl irriprrio colonial más extenso del globo y la
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David Rockefellrr, Economic Deuelopmrnt: T h e Burzking Aspects, "The Per Jacobssori Mririorial Lecture" en la reunión del Fondo Monetario Iriternarional, Río de J a n ~ i r o .22-TX-1967. Chasr Manhattan Rank. p. 14
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anb a p stí~nleuraxdsezua~adsaseJxa!3 uosexjsnlj C ey3uapua) a s a uo~aydurn~xaluysoprun sopelsg so1 ua ap o~a!~u"eu!jo ~ r u y d [a k ~ 0 6 1ua e u a n S e1 ap u p v s a r > VI .oD~vqura u!': 'rop~iojap wsnq u3 S O U B ~ ! J ~ U I C ~ I J O Usosanbueq so1 e!serl asJrrqoa s ozadura ' e ~ ~ a ~ e l Srry(lo~d u1 e[ ep!n~su! 'sauo!r>~u ap pul,:;ürr~ xrrn .erxa& ay3!p ap o~!iiror~or>\~ d o13!3nvr1!3 osad la P Tiu:t'l>ir: . ~ p j n i 1~ .sosaoq so[ ap sl.Ian.8 e[ a n j oxaurpd -E~ranSe[ u03 srrpeln3u!.l a~drira!s rroJa!.in) -sa o q m e o p a Jeta11 zxed sapep!unl~odo se1 anb oyerxoluis sa A .sezurruyj se-( a p Ieypunur oxqua3 ouro3 egei3.rg u a ~ : - ,3p ~pc!S -alj~!xd U ? ~ ~ I S el O ~x e ~ a a n s'e~!l3npo~dezlanj elopri[o;ne 11s aluel -sqo O I I L s o p ! S~O P~P ~~ : , SO[ 1: odurap a)uvlsecl opurnoi eTi 3'1 y z t 6 - ~ ~ ~ellsanu ~ s ! q ua 'o~sandns lod 'ap!sax 'sourel!sar>au o ~ u e koq l anb ssxafue~lxasss!~!p s s ~u a a ~ o x d sorr anb d salmpunur selxa& sop ua oJayDurru!j a~xodosa p uo.IayA -qs sou anb '~euraxlln ap sauoysJalzu! saqsanu a p uasflo [y 'SFUI -s!ur 5s ~ o du q q e q sa~jyr>se? .xo!lalxa [a ua uqjslaliuy ellsanu ap so!3!jau~q so1 a p a 3 u a u u v l i i ~ ! ~ ~(salq!s!iu! ed se!~uzrra8sexlsanu aí, .o14!s alsa ap oBxe1 01 e op;x~n3oe y orrro~'ioq apr13dap os!uy!~q ep!.4 a p laa!u 13 anb u3 ope.~U 73 J!J!UIP)I: souraynp ~ n OJJ:~., b :sexqqvd svis.3 U 0 3 olla ap o!uom!$sal eqvp . E I I ~ ~ B I U U I 3p o ~ u v g[ap lopeuraq -05 ' I a w o ~p.1o.1 9961 u 2 ' z ! ~ ~ ~ u ue!r>ua~od ' L ~ ~ ss p o;irirji [t. op!p -ii>~s.~ xaqey p Ji' s?ndsap osnlsrr! ' s o s r n ~ ~visodil r 31 rrril: osa.mxci aJsa sJuv!paur v!x!nbpe v ~ ~ a l e 1 5 uanb 1 e1a!3ucu!j e ! c l ~ a ) \e? ,;SO~!U~J!.I~ sohed ap vzu;.~.iíq el J J L : ~ ~ -ucru e a~uaureayl3rr p i n q r ~ ~ u oÁ3 se!~ucireU ap alu.)iij ua ou!Aap 0" U?.IIEJ Iap ofaurrur 1 3 .sxa!JaIniun3e st'~3ucrreUsezsnrr 9;33Sa Á oze1tI 0 2 ~ ~ d 10 ~ x 0 3e u?!3e!r>uvu!; V I ap Ic!!xi.irrr r u ; # i - > ) 13 u3 3sr1is;l iuos vsed s ~ ~ p u vo ~? , ~! ~ C C ~ Prinb J t.1 pvp !o! , i i \ .~;qop rlzs a n j c j e x a apuel*: ir.) epeqrrvJaur u g r ~ ~ r i p o r731 < [.yEi~JPE!3[KIf omo:, ~ : J ~ , T ~ li3:~~~1>?1 Z L I ns .i [EIIJCIXI! C!JUSJOÚ l J l L 1 0 3 t > p ; a ~ g cv.13 a? l:juvn.~au~ Z J ; ~ V Z L L J L ( J Ta1 ~ J aseq 3otI o ia) Ivrrin, >rrrralrr! c;ur -(;tios,) 1'1 .y' o ~ u a s[e saJpuo7 3p U ? ! S U S ~ ~ B TI ?-:)xari3a.1 sor1 r;Uo~e:~ semoq,L .ropop p ~ o j x os p E ; ~ . ! L L I O L I ~ ~13 J 'e~!r~;l)id r!iolU 11s 01lIEli3 U.) tlS.lalCi~~LIl I I J S O L I P ~ ~ LIF3113!1L? C :I?Y 3116 ZJpf iF?!J!J> [V ' ~ E t 1 0 1 3 C U . l 3 ~ U ! 0!?:2U107 j.li) l ( ? ! ~ T ' ¡ ~ t ~ l I O ~ ) SClllt'l.31
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LA ERA DEL IMPERIALISMO Nueva York reemplazara a Londres como centro financiero mundi~il.~'
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Las presiones financieras de la primera guerra mundial abrieron mucho más las puertas para un traslado del centro financiero. Las potencias aliadas necesitaban financiamiento, primero para la carrera armamentista y en segundo término para la guerra misma, y gran parte de esta financiación se obtuvo en Nueva York. Los factores subyacentes en la traslación del poder desde Europa a los Estados Unidos fueron cuidadosamente avaluados por Thomas W. Lamont, el miembro más autorizado de la firma J. P. Morgan & Co. En un artículo aparecido en julio de 1915 en los Annalc de la Academia de Ciencia Política y Social de los Estados Unidos, éste identificaba los elementos del cambio producido por el primer año de guerra, y destinado a tornarse más importante segíin fuera la duración de la guerra: 1) "Muchos de nuestros industriales y comerciantes han venido haciendo magníficos negocios con artículos vinculados a la guerra"; 2 ) la intensificación de los negocios bélicos contribuyó a crear un "prodigioso saldo favorable en el comercio exterior"; 3 ) el superávit del comercio de exportación de mercancías permitió readquirir valores norteamrricano~ en poder de inversores extranieros; 4) la recompra de estos títulos ayudó a eliminar el drenaje de divisas ocasionado por el pag-o de intereses y dividendos a extranjeros; 5) la resultante transformación de los Estados Unidos de potencia deudora en acreedora le ~ermitióprestar a naciones extranjeras en vasta escala, y así convertirse en un importante perceptor, antes que pagador, de intereses y di~idendos.'~ Pero mientras todo esto apuntaba en dirección a tina mudanza del centro financiero, Lamont advertía muy sobriamente que tales cambios no sobrevienen de la noche a la mañana: "Mucha gente parece creer que Nueva York va a reemplazar a Londres como centro monetario del mundo. Para convertirnos en el centro monetario debemos convertirnos, desde luego, en el centro comercial del mundo. Esa es por cierto una posibilidad. Pero jes una probabilidad? Sólo el tiempo podrá demostrarlo. Pero yo diría que, aunque después de la guerra este país ha de ser financieramente más importante que nunca, pasarán muchos años 27
T. M. Farley, op. cit., p. 5.
Thomas W. Lamont, "The Effect of the War on America's Financia] Position", en Academia Norteamericana de Ciencia Política y Social, Thc dnnals, julio de 1915, pp. 106-112. 28
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antcs que los Estados Unidos, aun con sus maravillosos recursos, sil energía y su éxito, se erijan en el centro financiero del mundo. Tal transición no puede operarse rápidamente, porque desde luego para llegar a ser el centro monetario del mundo debemos. como he dicho, ser antes el centro del comercio; y hasta la fecha nuestras exportaciones a regiones distintas de Gran Bretaña y Europa han sido de magnitud comparativamente limitada. Debemos cultivar y establecer nuevos mercados para nuestros industriales y comerciantes, y todo eso es cuestión de tiempo."2g Esta fría y deliberada capacidad analítica no afectaba la visión superior de Lamont, basada en una profunda fe en el avance eterno del capital financiero: "Ciiando esa tcrriblc y sangrienta niebla de la guerra se despeje veremos a las finanzas aun de pie. Veremos el espectáculo de los hombres de negocios de todas las naciones pagando recíprocamente sus justas deiidas. Veremos al comerciante alemán mantcnrr la palahra rmpcííada al ingles, y lo mismo al francés con el turco. Vcrernos a las finanzas preparadas para acometer nuevas empresas; para procurar dinero para el cultivo de campos nuevos; para ayudar a reconstruir un mundo abatido y desgarrado; encender con el brillo de otrora los fuegos de la industria, para que iluminen la tierra con los triunfos de la paz."30 El rechazo bolchevique de las deudas del zarismo seguramente habrá liccho temblar esta profesión de fe. Ahora se necesitaban fondos para contener la marea del comunismo. Por lo demás, las necesidades postbélicas de reconstrucción de una Europa postrada tuvieron su efecto: impulsaron con todo vigor a las finanzas de los Estados Unidos hacia el centro de la escena internacional. Y por sobre todo esto, la fuga del capital desde Europa a ese país en los años 20 y 30 fortaleció a las finanzas norteamericanas, porque esta fuga motivó una insólita acumulación de oro en los Estados Unidos. William Woodruff, al recordar el rol internacional de Europa, pinta con estas palabras el cambio ocurrido en la orientación de la marea: "Aunque en los años inmediatos posteriores a la primera guerra mundial eran pocos los que advertían el esencial cambio ocurrido, lo cierto es que la guerra había socavado la 9 30
Zbidem, pp. 106-112. Ibideln, p. 112.
I,A ERA DEL IMPERIALISMO posición de Europa como centro financiero del mundo, y sin adecuada financiación el comercio no podía prosperar. El Banco de Inglaterra trató incluso de reasumir su papel diecinuevesco de agente rector del mercado internacional de capitalrs, y tomG la iniciativa en el otorgamiento de préstamos dc reconstrucción al finali~arla contienda. Se renovaron los préstamos de largo plazo por parte de Gran Bretaña. . Francia y, en menor grado, Bélgica, Holanda y S u i ~ a También ernerqib Suecia como país acreedor.. Pero sólo los Estados TTnidos poseían los recursos financieros que se necesitaban en el período de postguerra. Al tiempo que ese país asumía algunas de las responsabilidades propias de la mayor nación acreedora del mundo comenzó a fluir hacia Europa una sucesión de ~réstamosy donaciones (la caridad y Ios neqocios estuvieron inextricablemente vinculados) que no tiivo paralelo, y que ha continuado hasta nuestros días."31 En rigor, algunos estudiosos marxistas advirtieron lo que se venía en los primeros años de la postguerra. E. PreohrazhensLy, por ejemplo, explicó e11 1924 la naturaleza esencial del nuevo fenómeno ociirrido en la escena financiera miindial con trazos clásicos )I persp~cti\a histórica. "Es interesante recordar que la dictadura monetaria ha correspondido, a lo largo de toda la historia, al país que desempeñó la función dominadora en un momento dado del conlercio mundial y de la economía mundial. Durante el periodo en que el comercio fenicio y griego dominaba el mar Meditrrrjneo la inteligencia griega y la fenicia jugaron un rol muy importante. El florin reinó en el período en que el capital mercantil italiano dominaba el Mediterráneo. La función mercantil de España introdujo la piastra en el prime: plano de las relaciones iiltermonctarias. Holanda dominb no sólo con su flota, sus paños y su comercio en general, sino tambign cori cl gulden. Cuando el centro de gravedad de la economía y el comercio mundiales se desplazó hacia la "dominaclora dc los rriares", el rol de la libra británica pasó al W i l l i a n i Woodruff. I r r ~ p a c t of Wr~sternMan, A ctudi o f Oz~ropc". Rolc in t l i p Tt'otld Econon:: 17.50-1960, T,onJres 1966. p 277
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LA BANCA SE 1NTER.hTACION.4LdZA
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primer plano. Finzlmente, el dominio norteamericaiio del mundo ha conducido al dominio del dólar."32
Como es frecuente que ocurra con los analistas que ven mis Icjos, Preobrazhensky fue un poco prematuro. La influencia del dólar, es cierto, estaba eil ascenso como resultado del gran aumento de las exportaciones de capital desde los Estados Unidos y la aparición del dólar como moneda de reserva y vehículo de lar transacciones internacionales. Antes dc la primera guerra mundia! otras naciones atesoraban, además del oro, principa!mente esterlinas británicas (y en menor medida divisas francesas, suizas y holandesas) conio rcserva contra las fliictuaciones de la balanza ri.r paTos. I,a p e r r a cambió eso: el dólar se agregó a la esterlina corno moileda fundamental de reserva, pero todavía en un nivel inferior al de la libra británica. Se necesitó otra yuerra mundial, la devastación de Europa y Asia y la bancarrota financiera de las otras potencias industriales dominantes para preparar 'el terreno de modo que los Estados Unidos asumieran la supremacía financiera, tanto como la política y la militar, del milndo capitalista. "Como Inglaterra en tiempos de su apogeo, cuando era el centro principal del comercio y las finanzas mundiales y la esterlina era la divisa clave, los Estados Unidos einergieron a su vez de la segunda guerra mundial como el centro financiero del mundo, y sii moneda corno el medio de cambio más i m p ~ r t a n t e . " ~ ~
El cambio ocurrido en la posición mundial del dólar a partir de la guerra es pcrfectamente visible cn la comparación de las tenencias de oro y de dólares como reservas en poder de los gobiernos extranjeros y siis bancos centrales (ver cuadro 17). Puede verse, pues, que el dólar, aunque aceptado como moneda internacional antes de la segunda guerra mundial, representaba todavía una proporción relativamente pequeña de las reser.i7a.;(le oro d~ los bzrlcos centrales. Desde el fin de la guerra, sin E. Prcobrazhcnsky, T h e Xezu Econo7nic'x Oxford, Iiiglaterra, 1965,
i:. i j j , T.ste libro i;ierecc mayor atención de partr de los estudiosos. Para la riirstión tratada aqi:í, véase toda la sección c:ifrc pp. 150 7 160. 3 3 Hcnry G. Aubrey, Tlze Dollar in W o r l d Affnirs. a n Essny in Inter?iofionnl l'olir>,, Nueva York, 196+, p. 109.
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LA ERA DEL IMPERIALISMO embargo, fue adquiriendo una importancia fundamental y cada vez mayor.
TENENCIAS DE ORO Y DOLARES POR PAISES EXTRANJEROSa
A fines de
Tenencias d e Oro dólares ( e n miles d e millones d e US$)
"
Tenencias d e ddlares como % d e las d e oro
Excluye las reservas de pníses comunistas, y también las tenencias del Fondo Monetario Internacional. b Pasivos líquidos de los Estados Unidos con instituciones oficiales de países extranjeros (bancos centrales y departamentos gubernamentales). Los datos anteriores a 1967 no incluyen la tenencia de bonos y billetes del gobierno de los Estados Unidos por gobiernos cxtranjcros. Estos instrumentos eran entonces un rubro muy pequeño en las reservas de dólares de los gobiernos extranjeros. La discrepancia estadística resultante no es suficientemente grande como para afectar la validez de la tendencia indicada. FUENTE: Federal Reserve Bulletin, septiembre de 1940, diciembre de 1951, diciembre de 1956, junio de 1968.
Para comprender la trascendencia de esta evolución, debemos examinar primero qué se quiere decir cuando se habla del dólar como moneda de reserva. La moneda entra en el comercio de las naciones como medio de pago de bienes y servicios transferidos de iin país a otro. Cuando un fabricante de los Estados Unidos vende un refrigerador en Brasil, obtiene su pago en cruzeiros. El cruzeiro representa en la práctica un "vale" por mercaderías y servicios brasileños: sólo sirve para comprar en Brasil. Pero si el fabricante norteamericano no tiene nada que comprar en Brasil, exigirá exclusivamente dólares norteamericanos, porque sólo puede utilizar dólares para pagar la mano de obra, las materias primas y otros costos industriales del refrigerador, y para percibir su ganancia. Pero para que pueda pagársele en dólares, debe haber otro comerciante norteamericano que necesite cruzeiros. Si lo hay,
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es posible realizar un cambio de cruzeiros por dólares. Obviamente, sólo necesiarán cruzeiros los comerciantes norteamericanos que deseen comprar mercaderías brasileñas para venderlas en los Estados Unidos ( o servicios que puedan ser vendidos a nacionales de los Estados Unidos). En el comercio entre naciones las transacciones de esta clase se multiplican innumerables veces, de manera que las necesidades individuales del importador y del exportador se acumulan a través del sistema bancario y conforman el balance global de los pagos internacionales. Si el valor total de las exportaciones iguala el valor total de las importaciones no se presentará el problema, por ejemplo, de que haya exceso de cruzeiros i n ~ ~ t i l i z a b l e s . ~ ~ Empero, si las exportaciones y las irnportaciones no se equilibran, es preciso que el país que haya comprado más de io que vende, encuentre algún medio aceptable de pago. El medio de paqo universalmente aceptado. dcsde luego. es el oro. El oro es el solvente universal, y como tal está en uso desde hace siglos, no por razones míticas, sino porque tiene las propiedades necesarias como repositorio del valor y como medio generalmente aceptable de pago en el intercambio internacional entre mercados "libres". En tiempos recientes ha habido dos excepciones fundamentales al uso del oro corrio reserva monetaria internacional: la libra británica y el dólar norteamericano. Esto quiere decir que otros países decidieron. por su valuntad o por imperio de las circunstancias, conservar estas monedas aparte del oro o en su lugar. Para que el comercio internacional se desarrolle normalmente, cada nación debe poseer reservas de un medio aceptable de pagos, aunque sólo sea para morigerar la habitual recurrencia de los desequilibrios entre exportaciones e importacioiirs. Más aún: la reserva de medios de pago internacional de un país es el recurso extremo para pagar las cuentas cuando hay un exceso de las importaciones sobre las esportaciones (aparte de los ajustes temporales mediante inversiones y préstamos extranjeros). En último análisis, la dimensión de las reservas de un país influye sobre los 3 4 En esta explicacióxi simplificada estamos ignorando los movimientos cle capital. Aunque el problema de balanza de pagos no puede analizarse adecuadamente sin tener en cuenta los movimientos de capital, las cuestiones esenciales pueden explicarse para nuestros fines refiriéndose meramente a la balanza de bienes y servicios.
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l..: L:'1i"4 DEL ZM1'ERIALI,S',\IO
Iíinites a que c ~ cpaís p~iedellegar c11 su drsar~olloc~cixió~iico. SI tal drsarioiio cicpende de las irnportacioncs
d r i funcionar como sustit~todcl uzo Estu cqiiivale implícitamente a suponer que el poder y la fuerza cle los Estados Uilidos no han de tener fin, y que los comerciantes v Faqqueros extranjeros serán siemprr los "patriotas" del dólar norteamericano. Pero la realidad que wbyace a la actividad comercial indica que los víncillos financieros basados en la interdependencia sólo pueden ser temporales. Duran micntras hava una ventaja inmediata o a corto plazo, ) a bajo la bonna de mayores yanancias o de seguridad para rl capital propio. Cuando el bote se hunde, la voz de orden es: sAlveie qiiien prieda. El hecho de que el poder financiero de los Estados TTnidoi no es ilimitado se refleja con toda claridad el1 las co~irn«cioncsV=I ocurridas en las finanzas internas e internacionales por e1 colo efecto dc añadir los costos de la querra de 17ietnari n 1m co;tos oriqi~iadosen el esfuerzo p9r mantener el dominio político r militar de los Estados Unidos sobre la totalidad del mundo capitalista. La ciiestión (-1~7\rqile hay que comprender aquí es ia de la coerción potencial - el continuo peliyro de corrc'ój:- - iiiipiiesta por estr co!nprorniw del mundo capitalista con el dólar. El papel mundial del dólar 1 a \?nido a ser cl r k tino rlc los initiumrnto\ princi~i~~le.; cirl control que los Estadoi lTnidoi prortir3n cjercer sobre el mllndo capitalista. Por una parte, cl i:.o del dólar rcliiio monrda niiindial ci ~ o s i b l rqrarias a la fuerza ccon6rnica v militar dc los Estadns TTniclos. Por la neia, e! hecho miemo 2e que el dólar Iiavn evol!icion-,do basta -;er In voneda internacional pro;)oiciona a 105 Estados TTnidos los r ~ e d i o sntcesa:ios para financiar SUS actividadci dir;rri?as a controlar la vida mundial y a acrccrr sii 17ropia fi1ci-7a eco~~órnica y militar. Piirdc irncrsc i c ' r ~ r'r la cnncicri*i;i (le esta función 110s la nianera como el Cecrrtaiio del Tesoro, Henry H. Fowler, a c t ~ : ó para iinii a los alindos iriclust~ialií.adosclc cste país en una línea comíin cuando los Fstnrlos L-nidos se \icron ante la amenaza clc una crisis i:ionrt,lria Internacional en la primavera de 1967. Eri el encahe~amiento(le iica crónica titulada "Lanza Fowler una anier7~7amoiirtal ;z". cl N r ~ sYork Times reproducía estas pa!nbras suyas: ''Sioo crc)cndo necesario y pertinente cicstacar antr mis colegas de otros países que el modo como esta nación afronte el problema de vi balanza de pagos depende en gran me-
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L A E R A DEL IMPERIALISMO dida de la cooperación que rcciba de otros países en el proceso, y del modo como otras naciones financieras importantes actúen al hacer frente 3 sus propios problemas monetarios internos e internacionales. También me parece necesario subrayar que esta cooperación no es una cuestión de ayudar a los Estados Unidos a resolver su problema, sino de posibilitar que los Estados Unidos resuelvan su problema sin socavar el sistema monetario internacional, sin exponer a dicho sistema, mediante la acción unilateral, a un cambio radical e indeseable, y sin renunciar a compromisos que involucran la seguridad y el desarrollo de otros países".35
La amenaza sugerida por el Secretario Fowler se compone de dos partes: 1 ) los Estados Unidos pueden mediante acción unilateral socavar el sistema monetario internacional y de ese modo derribar todo el edificio; y 2 ) los Estados Unidos necesitan este sistema monetario internacional para llevar adelante la acción militar, la asistencia militar y la ayuda económica, todos ingredientes del programa de los Estados Unidos para la preservación del mundo imperialista en su forma actual.
LOS BLOQUES MONETARIOS COMO INSTRUMENTOS DE CONTROL
En el curso normal de las cosas, la naturaleza de la coerción impuesta por el uso de rrionedas extranjeras no es visible a simple vista: las operaciones de tal sistema están entrelazadas demasiado estrechamente con el estado de cosas que ordinariamente se acepta y da por respuesta en los asuntos económicos. Las aplicaciones que pueden tener estas convenciones monetarias se tornan, empero, meridianamente claras cuando uno examina su empleo como instrumento de control por parte de los centros metropolitanos sobre sus colonias o en épocas de crisis económica y guerra.36 New York Times, 18-111-1967. Para una descripción de la práctica británica en el mantenimiento del control sobre sus colonias, antes y después de la independencia, como en el caso de Ghana, véase Boh Fitch y Mary Oppenheimer, Ghana: el fin de una ilusión, Niicstro Tiempo, México, 1967. En cuanto al trata'5
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L A BANCA SE ZNTERNACIONALIZA
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Por ejemplo, una de las primeras medidas tomadas por Gran Bretaña al estallar la depresión mundial de los años 30 fue el desarrollo de un "área esterlina" de la que participaban los miembros del Commonwealth y del Imperio Británico (salvo Canadá). Posteriormente fueron incluidos otros países que, o bien estaban dentro de la esfera de influencia británica, o consideraron ventajoso para ellos ese arreglo defensivo. El propósito era proteger el comercio del imperio y de sus aliados comerciales temporales en la tenaz competencia del embate depresivo. Para esta finalidad, el acuerdo del "área esterlina" incluía tres características: 1) sus miembros mantenían en esterlinas todo o parte de sus reservas monetarias; 2 ) en su mayor parte los pagos comerciales eran efectuados en esterlinas; y 3) el grupo aspiraba a mantener estables sus monedas en relación con la esterlina más bien qiie con el dólar.37 Las posibilidades de control implícitas en el uso de una particular divisa como reserva se hicieron aun más visibles durante la segunda guerra mundial, cuando Gran Bretaíía pudo dominar directamente la actividad internacional dc sil imperio mediante ~1 USO de los Acuerdos de Pagos: Durante la guerra, Gran Bretalia. interesada en vivir del crédito en la mayor medida posible y en no comprometer su mano de obra interna realizando exportaciones exclusivamente para pagar sus gastos -excepto las exportaciones requeridas con urgencia para sostener las economías de los países que proveían suministros para ella o sus aliados-concertó arreglos, conocidos con el nombre de Acuerdos dc Pagos, con la mayoría de los países, cstableciendo que las esterlinas que éstos recibieran por la venta de mercaderías al Reino Unido o por el suministro de servicios para sus fuerzas de ultramar, o por cualquier otra vía, debían conservarse en Cuentas Especiales y sólo podían usarse para saldar deudas a favor del área de la esterlina.38 miento más generalmente aplicado a las naciones africanas antes y despiiés de la independencia, véase Thomas Baloeh, T h e Economics of Pouerty, T,ondres, 1966, cap. 2. "The Mechanism Of Neo-Imperialism". fl R. F. Harrod, T h e Pound Sterling, Pririceton Essays in International Finance, N O 13, Princeton, febrero de 1962, p. 9. 38 R. F. Harrod, International Economics, Cambridge, Inglaterra, 1957, pp. 99-100.
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L.4 i;fL4 DEL I ~ I i ~ ~ R l ~ ~ l , l . ~ ' A \ l o
En los hechos, Gran Bretaña llcgó aiiii niis alli a1 exigir que las :;malicias en dólares obtenidas por !os iriicinbros del Cornnionwealth no fueran gastadas sino con el ronsentiriiiciito del centro rnctropolitano. Es oportuno citar la ciusticri icilcxibri de Sir Dcnnis Iiobcrtson sobrc córno funcionaba este pool del dólar: "Significaba que cada país consentía en cedcr a MarnA sus beneficios excedentes en dGlarcs a carribio tlc csteilinas. y en recurrir a M a m i cuando necesitaba 111;s dí>!ares para gastar. Naturalmente, e! grado de confianza con que ejercitaba sus dcrcclios o hacía sus pedidos al pool del dólar dependía, en parte, de sus status políticos: los pequeños liijos negioj, que por lo coriiún crari los que mis ganaban, podían en todo caso recibir un coscorrón e11 la cabeza si se riiostraban rriuy propericos a gastar dólares, en tanto la' !lijas blarica. rnlts crecidas, que a incniiclo ci-al) L ~ i i t ~ ~ ex~ t o travagantes, eran puestas en razón por métodos persuasivos"." Lob A\cucido5 de Pagos qciicrados duiante la qurira sc corivirticion en aiinas para pcrrriitir la rccupciarióri de Gran Urctaña: entrañaron el establecirnicnto de condiciones coriio parte del precio que las colonias pagaron poi sil indepcndciicia. Hasta Iio\ en día, la esterlina cumple una función de reserva eri gran partc d ~ 'írea l de la libra, y actúa colrio niedio de conservar las rela-
"
S~iii>~.,irii;KoI~ri:son, Bri:c~in 211 t l ~ ebb'orld E c o n o n ~ y ,T,oridres, 1954, p. 39, citado en Fi:
pecto lateral de esta cuestión se hizo manifiesto cuando los Estauos Unidob, la riac.i<;n rilás rica y podcrosa cie la tirrra, insistió en la eliminación de la com~~ctcncia comercial rcprescritada por el "área dc la esterlina" y el "poc I del dólar" como condición para dar ayuda ficanciera a Gran Bretaíis devastada por la guerra. El artículo 7 del Acuerdo Finariciero entre Gobiernos de los Estados Unidos y del Reino Unido, del 6 de diciemb~c. de 1944, dice: "El Gobierno del Rcino Unido completará arreglos toi, pronto conio sea factible y e n todo caso después de transcurrido un a ñ ~ , a la feclia de puesta en vigencia este Acuerdo . . . mediante los cuales . . . los ingresos e n esterlinas de las trarisaccioncs corrientes de todos !os paísi.5 del área de la esterlina . . . serán de libre disponibilidad para transaccione: corric~tcscri cualqiiier riii~iicda sin discrirriii!acióii: cii con
iones ~orticitialesestablecidas contra la erosión causada por la competencia de los Estados Unidos y otros países. También Francia utiliza todavía el lranco como instruniento de comercio ) C ! P irserca para rnuchas de SES colonias o ex co1oni:is de ultramar. Pero no es sólo en tiempos dc austeridad o ciiarido 1.a~ una vin~ulacióncolonial establecida que la i:irición de morleda de reserla actúa como palanca de inf!ue~iciay control. 111 ir asurnieiido ¡os Estados ir nido^ la iesponsabilidad militar respecto cle InJ iinc-ionea capitalistas del Pacífico. su influencia econbriiica incluso qobre las naciones del Common\vealth británico en esa zona c ~ e c c también. Lo que sucede en Australia es un ejemplo elocuente -4 ca iiledida que el flujo de capital noiteamericano hacia A1ustra:la ' en aumento (casi la mitad de los capitales que Ileqari liov n .\u>tralia procede de los Estados Unidos) y se intensifica el comercio con los Estados Unidos, Australia se ve cada lez más frrritc al problema de decidir si ha de mudarse o no del &ea de influencia de la esterlina a la del dólar, y qué dicisa 113 de utilizar para fiI I P S di* r ( * $ f ~ 1-n ~ ~ ~inforrrie t de Tl'c.'Econoni,z\t de I,ond~cso b s c i ~ n :
l
"La j~roporción de las reservas [de Australia] en esterlinas ha bajado ahora al 60 por ciento, después de haber sido cl 80 por ciento en fecha tan reciente como 1960. y dcl 91 po:. ciento a principios de la década de 1959. "Dirigentes australianos que son quienes toman las decisiones en este carripo, están absolutamente convencidos de la inconmovible lealtad de Australia al área esterlina. Pero la discusión pública sobre las ventajas de permanecer junto a la esterlina ya no se considera como traición, y h a habido . ~ l g u ~ ~dchates os sobrc la cuestión este año en la prensa finariciera australiana. Una opinión no oficial muy difundida es la de qve -4ustralia podría asequrarse iin acceso privilegiado cm el rnercado norteamericano de capitales, como ocurrió con Canadá y Japón, si se mudara al bloque del dólar norteamericano. Otro punto de vista expresa quc podría conienir la permanencia junto a la esterlina, siempre que Gran Iiretaña consiguiera ingresar en el Mercado Común. "En vista del marcado viraje que se ha operado ya en el comercio y en la utilización de préstamos extranjeros de parte de Australia, no puede sorprender que el contenido de &!ares clr las reservas australianas se haya multiplicado
LA ERA DEL IMPERIALISMO por doce en los últimos diecisiete años, y por tres a partir de 1960".40 EL CAMINO DE LA DEVALUACION La ventaja económica que para un país significa el realizar funciones de banca internacional y el uso de su moneda como moneda de reserva se revela también en los diferentes caminos de ajuste que eligen las principales potencias industriales y las naciones económicamente dependientes cuando crece el desequilibrio en sus transacciones de pagos internacionales. Normalmente, cuando un país afronta un déficit en sus cuentas internacionales - e s decir, cuando debe pagar más de lo que recibe- puede recurrir al uso de sus reservas de oro y divisas internacionales, o bien a pedir prestado a banqueros ( o instituciones gubernamentales) del exterior. Una vez que estos medios se han agotado, el país deficitario debe hacer frente a un proceso de ajuste interno que se reduce principalmente a una limitación de las compras en el exterior. En menor medida se ataca también el ~roblematratando de expandir las exportaciones; decimos en menor grado, porque a un país le es más fácil controlar las importaciones que aumentar las exportaciones, especialmente cuando el aumento de las exportaciones, como ocurre a menudo, implica tratar de expandir las ventas en los mercados moribundos que ayudaron más que nada a crear el desequilibrio. La reducción de las importaciones puede alcanzarse a veces por la elevación de los aranceles o mediante controles directos. Esto mismo puede provocar un receso por las consecuencias de una baja en las importaciones de materias primas y productos intermedios. Una técnica más eficaz para la economía de "libre empresa" consiste en tomar medidas que provoquen un descenso en forma más directa, por ejemplo, reducir los salarios para limitar el consumo o restringir el crédito para desalentar la prodiicción. Una declinación económica reducirá la demanda de importaciones y contribuirá a la eliminación del déficit. En la mayoría de los casos el déficit, si es grande y persistente, lleva en definitiva a la devaluación. Los países admiten esta medida sólo como recurso extremo, debido a las tremendas dislo40
T h e Economict, 7-X-1967,p. 89.
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I
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111
caciones que ella acarrea. La devaluación origina un ajuste r i ~ i rosamente forzado a través del mercado: eleva los precios de los bienes importados, obligando así a una reducción del consumo, especialmente de parte de las clases sociales de menores ingresos; disminuye el precio de las exportaciones en los mercados del exterior, colocando así a las mercaderías exportables en mejor situación competitiva. Al examinar este asunto importa especialmente destacar que el apelar, ya. sea a severos ajustes internos o a la devaluación. es una característica común a las naciones económicas y financieramente subordinadas, y se observa con mucho menor frecuencia en los centros de poder financiero. Así era incluso en lo que los economistas consideran la época de apogeo en que el sistema internacional funcionaba con toda fluidez. El patrón oro del siglo XIX fue tenido por un mecanismo de mercado ideal para el desarrollo equilibrado de las finanzas internacionales. Pero los mecanismos automáticos son las más de las veces prociucto de las abstracciones y los modelos creados por el proceso mental de los economistas antes que una imagen fiel de la realidad. El caso es que el llamado patrón oro automático operó a través de los canales establecidos por los mercados monetarios internacionales. Los ajustes requeridos por el patrón oro se realiyaron mediante opcraciones de crédito de los banqueros internacionales y mediante las transferencias internacionales de capital efectuadas por estos banqueros. No puede sorprcndcr entonces que estas operaciones tendieran a la cstabilidad de tipos de cambio en los países avanzados y a la inestabilidad en los paíse.; de la "perii~ria". En un somero análisis del mecanismo del patrón oro, el profesor Robert Triffin formula en primer lugar estas dos observaciones:
1) El mecanismo monetario del siglo xrx logró un éxito excepcional en cuanto a preservar la estabilidad de tipos de cambio -y a evitar las restricciones cuantitativas en matwia de cornercio y divisas- cn gran parte del mundo. 2 ) El éxito, sin embargo, estuuo limitado a los países más auanrndos que forw~aban el núcleo del sistema, y a los vinculados íntimamente a ellos por lazos tanto políticos como económicos y financieros. Los tipos de cambio de otras monedas -particiilarmente en América Latina- tuvieron grandes fluctuaciones y se depreciaron enormemente a lo largo del período. El contraste entre los países del "núcleo" y los de la
"periferia" piiedc esplica13c <*ngian nietIiu)6 n Ea estabilidad cpz el primer grupo 31 a la inestabilidad eri el segzii~do".*~i Siihrayado nuestro) .
I,a cuestión rs q i ~ clos ccrltros ~>:iilcipa!r~s cic la bar-ic a [ontaron con el poder y con los nlccariisiiios derivados clc este podc;. para /;miar los piohlrrnas [!e déiirit. n difcrrncia d r los 11:íscq dcpenclicntes dentro rlel sistema caiital;sta muridial, en los cuales la disciplina financiera resultaba impuesta por las ineludibles presioiies drl r-ilcrcado. En otro contexto observa Triffin:
!
El segundo factor que explica el exitoso funcionamiento c l ~lri rcin\~c*itibilirlacl cm el si710 xru resicle en qiie la emergencia de un desequilibrio importante fue evitada e x ante por la estructura institucional monetaria y bancaria de la época más bien que corregida ex post mediante grandes ajustes de precios c ingresos. A dcspc~hode la : alar ilexibilidad de los precios y costos e n el siglo XIX dudo muclio que upa reducción del 20 ó 30 por ciento en los salarios, cn caso de haber sido dictada para restablecer el equilibrio del balance de payos, hubiera sido tolerada cntonces mejor de lo que sería tolerada hoy. El liecho es que la capacidad del sistema para corregir tales desajustes importantes a traVES de adaptaciones internas de precios e ingiesos rara vez fue puesta a prueba en los grandes países occidentales que constituían el núcleo del sistema. Cuando efectivamente fue puesta a prueba -como ocurrió repetidas veces en la mal olía de los 1;aíses I~tinoamcricanosla corrección fue prolocada de manera ~iniformrpor la devaluación de la mo.42 neda". En rfecto, las coritiniias dcvaiuaciones de los países subdesarrollados derivan en el reiterado ajuste de la estructura interna d r precios de estos países a la estructura externa de precios del comcrci<-imilndial.*
' 1
,
,
1
apropiada para cstab'ecer v fcrtalecer la 5i-premacía de los gran. des comerciantes del mundo, o sea los rnisnlos países que constituyen además los principales centros financieros. El proceso de la rievaliiación consiste en ajustar los precios de las naciones rnás débiles a los de las naciones más fuertes. Las difcLencias de los caminos seguidos en el ajuste de los precios internos a los mundiales se aprecian en e l siglo xx con tanta claridad como en el XIX. Aun a la vista de la devastación producida por la guerra y las distorsiones económicas sufridas por los principales centros industriales y financieros, las diferencias en el grado e impacto de la deva1i:ación son notables. Los contrastes entre diferentes regiones a p r t i r de 1948 quedan a la vista en el ruadro siguiente, tcmado de e n cstiidio c i 3farp-aret ~ de Vries, consilltora del FMI: CUADRO
18
MAGNITUD DE I,A DEVALUACION ( 1948 A 1967) - -- -
---
--
-- . -
NÚr,z(ro de Pqíses
Región I I
--
--
-
-
Promedtos ponderador d~ d ~ v a l ~ a ~ z ó n - -
--
7% -
-
Zustralia, Canadá, Nueva y Estados Unidos Europa Medio Oriente .\sia (excluido Japón ) Africa América Latina -- - --- PVENTC:
Margaret C.. de Vries, "The h.ia;.nitudes of Exchange Devaluations", Finanrv and De~'elop??ent,No 2 , 1968, p. 10.
Las diferencias (le giado de la ilf.\alua ióii iesultan influidas, según parece, por cl qrado rel?ti:.o dc drpendencia financiera. Entre los paises subdc;arrollados sc disti~iguendos sectores. Una cantidad de ellcs están tan estrciEia~~iente !igados a un determinado internos y externos en Nicholas Kaldor, "International Trade and Economic D~velopment", f'rob!emr of Foreign Aid (Informe d e una conferencia en el Colegio Universitario, noviembre de 1962), Dar t.s Salaam, Tanzania, 1965. pp. 82-85.
114
L-4 ERA DEL I.lfPERZALISM0
país iridustriali~adoque sus devaluaciones at oiripalian a lac de las principales divisas: rn el proceso de ajuste monetario, cstos países sigucn la línea de la nación "madre". Así, inuchas naciones de Asia y Africa dcvaluaron r n pioporcioncs similares a las de la libra británica o el franco francés. En aquellos paíscs subdesarrollados donde la depciideiicia económica y financiera sc vc foizada en mayor medida por la acción del mercado, cl grado d<- la devaluación ha sido iri~ichorriayor. Para estos países supuestarnente más independientes, sc observan devaluaciones que van del 40 a casi el 100 por ciento en cste pcríodo de 1948 a 1967. Se sosticnc a l ~ u n a sbeces que las devaluaciones m i s severas, que son características de los países latinoamericanos. obedecen a la especial tcndcncia de éstos a la inflación. E1 estudio de De Vries muestra, empero, que en los países e~cepcionalmcnte sometidos a un proccso inflacionario, el grado de la
EXPEKlENCIlAS DISIRIILES EX MATERIA DE DEVALUACION
;A qué se debe. entonces, que los m i s grandcs centros del poder financiero tencan mcilos probleinas d r balan7a de pagos -y nienos gravcs- que los paíscs ~ubdcsarrolladosl?Y por qué, cuando afrontan t a l c ~pioblcmas, sus dcvaluacioncs y ajustes económicos intcrnos (recesionrs económicas, drjstica caída dcl consumo) son rncnos frecucntcs y menos severos? La rcspucsta a estas interro~antes no puedc sci dcsarrollada con plenitud cn los límites de esta exposición. Sin embargo, las ra7ones pueden atribuirse, niuy sumariairicrite, a trcs diferericias que se dan cntrc las grandes potencias económicas y sus satélites. 1 ) de estructura industrial: 2 ) en las rclacioncs coniercialc~muridiales, y 3 ) cn el qrado
LA BANCA SE INTERNACIONALIZA la flexibilidad de recursos: puede crear sus propios medios de producción; puede producir sus propias máquinas-herramientas y otros equipos de capital; dispone de ingeniería y mano de obra experimentadas; por lo común cuenta con reservas de materias primas, aunque sólo sea en los conductos propios de la producción y el comercio. El mejor ejemplo de esta flexibilidad es la rapidez y eficiencia con que estas naciones se vuelcan de la ~roducciónpara la paz a la ~roducciónpara la guerra y luego a la inversa. hlcdiante esta flexibilidad una potencia industrial puede adaptar mejor su producción a los cambios en la demanda del mercado mundial. En primer término, una nación industrializada no depende de las exportaciones de sólo uno o dos productos en materia de ingresos del exterior; por ello una caída en la demanda de mercado para un grupo de productos sólo produce iin efecto limitado sobre el balance de pagos (excepto, desde luego, en tiempos de depresión mundial, cuando la caída de las exportaciones tiende a cubrir toda la gama de productos del comercio exterior). En segundo lugar, una nación industrializada puede volcarse con relativa rapidez a nuevos productos y nuevos métodos para aprovechar nuevos tipos de demanda. Un ejemplo clásico de esto es el éxito de la industria y el comercio exterior del Japón en los años de postguerra (ayudado, desde luego, por la cooperación de los Estados Unidos tendiente a crear un bastión menor en el Pacífico, y por el estímulo que significaron las compras de los Estados Unidos con destino a las guerras de Corea y Vietnam). Los centros industriales y financieros gozan aun de una ventaja adicional: dependen mucho menos que los países subdesarrollados de las exportaciones de bienes materiales para obtener divisas extranjeras. Los países financieros cuentan con una fuente de ingresos en los propios servicios financieros (tales como los del seguro y la banca) que proveen. Por lo demás, sus grandes flotas mercantes obtienen buena parte de los beneficios del transporte de mercaderías de ultramar. Y lo mejor de la crema lo constituye el ingreso de los intereses y beneficios de las inversiones y los préstamos colocados en el exterior. Es así como el 30 ó 35 por ciento de las ganancias en divisas extranjeras procedentes de bienes y servicios proporcionados por los Estados Unidos y Gran Bretaña, se originan en los servicios, incluido el ingreso por inversiones y pr6stamos: el 65 o 70 por ciento restante viene de la venta de mercaderías. El caso contrario es típico de los países subdes-
LA ERA DEL IMPERIALISMO
116
arrollados (excepción hecha de algunos como México, que obtienen considerables ingresos del turismo) : entre el 90 y el 95 por ciento de los ingresos en divisas derivados de la venta de bienes y servicios, procede de la exportación de mercaderías.
TENDENCIAS DE LAS EXPORTACIONES (PROMEDIOS ANUALES 1960-1965)
Clases d e productos
Exportaciones procedentes d e Paisec desarrollados Países subdesarrollados Miles d e Por ciento Miles de Por ciento millones del millones del de dólares total d e dólares total
Industrias extractiuas Alimentos, bebidas, tabaco Materiales crudos, excluidos combustibles minerales Corribustibles minerales Industrias n s extractiuas Productos químicos Máquinas y equipo de transporte Otros artículos manufacturados Varios Total Países desarrollados: Estados Unidos, Canadá, Europa occidental, Australia, Nueva Zelandia, Sudáfrica y Japón. Países subdesarrollados: todos los demás, salvo los desarrollados y los países comunistas. FUENTE: Naciones Unidas, Statistical Yearbook 1966, Nueva York. 1967.
NOTA:
Las posibilidades de maniobra de que disfrutan las naciones industriales subrayan la desventaja en que se encuentran los países subdesarrollados. Porque, en lo fundamental, la capacidad productiva de los segundos ha sido crcada o transformada por el capital extranjero para servir a las necesidades d r los inversores del
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capital. Su estructura industrial (y agrícola y minera) es inflexible y está confinada primordialmente a satisfacer las demandas específicas de las grandes potencias industriales en cuanto a alimentos, combustibles, minerales y otras materias primas. Un examen del cuadro 19 probará este punto. En primer lugar, hay una visible diferenciaci611 entre las industrias extractivas: menos de un tercio de las exportaciones de los países desarrollados procede de las industrias extractivas, mientras que más de las cuatro quintas partes de las exportaciones de los países subdesarrollados son de cste tipo. En scgundo lugar, incluso el porcentaje relativamente no extractivas del mundo subdespequeño de las e~po~taciones arrollado pertenccc al rubro "otros artículos manufacturados", compiiesto primordialmente por la industria ligera y las artesanias. Por norma general, el queso de los ingresos en divisas extrarijeras obtenidos por los países subdcsarrollados proviene de entre uno y cuatro productos de recursos naturales. Ello puede obscrvarse en la lista dc exportaciones principales que damos en el cuadro 20. Es prácticamente seguro que una reducción en la demanda mundial de cualquier producto particular es capaz de provocar una situación de emergencia en la balanza de pagos. La situación del balance de pagos de estos países es también influid^ constantemente por la necesidad de dedicar una porción importante de sus exportaciones al pago del privilegio de poseer capital extranjero: ganancias, intereses y amortización de préstamos. Cuarido las exportaciones declinan la mayoría de estos pagos debe continuar, lo que hace que las emergencias del balance de pagos sean proporcionalmente más críticas. Toda vez que las líneas del comercio mundial tienen limitaciones para estas naciones satélites, y toda vez que sus economías están rígidamente adaptadas a estas líneas comerciales específicas, su recurso disponible en l a . emergencias será el de acudir al préstamo de divisas por parte de bancos o gobiernos extranjeros para evitar la bancarrota. Los bancos, sin embargo, 110 son instituciones de caridad. Si han de mantenerse en el negocio y obtener ganancias, deberán hacer préstamos seguros, respaldados por garantías colaterales dignas de confianza y con la seguridad de que el préstamo y sus intereses serán pagados. Las previsiones protectoras de los contratos de préstamo no se limitan a la banca privada; iguales consideraciones se tienen en cuenta en los prés-
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LA ERA DEL IMPER.TALISM0
tamos hechos a las naciones subdesarrolladas por instituciones internacionales como el FMI y el Banco Mundial. CUADRO
20
PRINCIPALES PRODUCTOS EXPORTABLES DE PAISES SUBDESARROLLADOS (SOBRE DATOS DEL COMERCIO DE 1967) --A!-úmero du Exportaciones productos principales Principalr, p r o d u r t o ~ País principales como % de la$ exportables totales espor table, Argentina Bolivia Brasil Camerún* Rep. de Africa Central Ceilán Chile Colombia Rep. Democrática del Congo* Congo (Brazzaville) Costa de Marfil Costa Rica Rep. Dominicana Ecuador* Etiopía Filipinas Gabon Ghana Guatemala Guyana
Carnes, trigo, maíz, lanas Estaño Café, min. de hierro, algodón, cacao Cacao, café, aluminio Diamantes, café, algodóxi Café, caucho, coco Cobre, min. de hierro, nitratos Café, petróleo Cobre, estaño, tes, caf6
diaman-
Maderas, diamantes Café, cacao, maderas Café, bananas Azúcar, café, cacao, bauxita, tabaco Bananas, café, cacao Café, cueros y pieles, cereales, oleaginosas Coco, azúcar, maderas Madera, manganeso, petróleo, uranio Cacao, diamantes, rnadpra, manganeso Café, algodón, bananas, azúcar Zzúcar. bauxita, alúmina, arroz Café, azúcar, henequén
L A BANCA SE INTERATACIONALZZA - ---- --
--
--
País
.-
~ V ú n ~ ede ro productos principales exportables
--- ---Exportacionea principales como % d e las totales
Honduras* Irán Irak Jamaica*
1 4
67 91 92 75
I.ibia Malaysia
1 4
99 73
Mauritariia" Nicaragua
1
5
91 69
Nigeria Paraguay
ti
77
Perú
6
7 (i
Sierra Leona*
3
78
Uganda* Uruguay Venezuela
3
2
83 84 98
Vietnam del Sur
2
90
> 1
69
3
119
Principales productos exportables Bananas, café, maderas Petróleo Petróleo Aluminio, bauxita, azúcar, bananas Petróleo Caucho, estaño, madera, min. de hierro Mineral de hierro Algodón, café, carnes, semilla de algodón, azúcar Petróleo, maní, café Carnes, maderas, quebracho, tabaco, oleaginosas Cobre, harina de pescado, algodón, plata, plomo, azúcar Diamantes, min. de hierro, almendras Café, algodón, caucho Lanas, carnes, cueros Petróleo, mineral de hierro Caucho, arroz
*
Datos para 1966 o último año sobre el que los hay disponibles. Como estos datos se basan en un solo año, no pueden tomarse como rasgos definitivos de un país. En un año particular la composición de la producción puede variar debido a situación de mercado o dificultades internas de producción. El propósito de este cuadro es mostrar el rasgo general de la dependencia respecto de un l i i i tado número de productos exportables. PUENTE : Basado en Fondo Monetario Internacional, Znternational Financia1 Statistics, julio de 1968.
NOTA:
Las vinculaciones subyacentes de los paises de la periferia como deudores respecto de los centros financieros son en cierto modo análogas a la dependencia económica perpetua del campesino respecto de! terrateniente o del prestamista. Las mismas condicio-
LA ERA DEL IMPERIALISMO nes q!ie producen la necesidad de pedir dinero prestado se repmducen continuamente por las presiones para la amortización del préstamo y el pago de los intereses del préstamo. La capacidad de los países "agrícolas" -productores de alimentos y materias primas para las naciones avanzadas- de reembolsar préstamos e intereses en plazo limitado descansa en continuar produciendo las mercaderías aceptadas en el comercio mundial. Y las divisas extranjeras necesarias para el servicio de los préstamos sólo pueden ser provistas a corto plazo por estas mismas exportaciones. Por lo demás, una parte sustancial del excedente de producción que de otro n o d o podría aplicarse a diversificar las economías y a aumentar su productividad debe ser destinada al servicio de la deuda, así como a pagar las ganancias de la inversión extranjera. De tal manera, las condiciones que contribuyen a las crisis dc balanza de pagos se ven reforzadas por los medios financieros disponibles para aliviar la crisis. La dependencia respecto de líneas específicas del comercio mundial y la rigidez de los recursos aptos para satisfacer las necesidades especiales de las naciones industrializadas son reafirmadas una y otra vez con cada nueva emergencia ge1:erada por esa dependencia. En la medida en que la ruptura de este molde requiere una revolución económica y social, no es razonable esperar de los banqueros que financien la revolución.
LOS CENTROS FINANCIEROS CREAN SU PROPIO DINERO El punto esencial de la red de rclaciones económicas entre las grandes potencias industriales y entre estas potencias y el resto del miindo imperialista se encuentra en el poder financiero concentrado dc los i-riercados internacionales del dinero. Como se destacó más arriba, el cuartel central del sistema capitalista es el mercado moiietario. El poder financiero ejercido a través de los bancos y otras instituciones del mercado monetario permite a las raciones industrializadas contrarrestar o aliviar las dificultades de balanza de pagos; es también el poder que, directa o indirectamente, mantiene alineados a los países subdesarrollados como abastecedores de materias primas. Esto no sucede a la manera de un complot o conspiración; resulta del comportamiento normal y autodefensivo del capital.
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La fuente del poder financiero, cn su fo:-r:~a m i s cmda, es la capacidad de crear y usar la moneda como medio de cambio y medio de pago. La creación de dinero utilizado para pagar las inversiones y hacer préstamos deriva en dos actividades bancarias: a ) la conversión de fondos inactivos en fondos activos; y b ) la creación de créditos. L a creación de dinero mediante la extensión de crédito ( o la emisión de moneda) está en la base de la banca moderna.45 El banco del Brasil y el banco de Chile tienen también la capacidad de hacer esto. Pero fuera del Brasil, y aparte de los importadores de productos brasileños, ,quién necesita cruzeiros? Y fuera de Chile, y aparte de los importadores de productos cliilenos, ,quién necesita escudos? El problema de tales países es que tienen demasiado de su propia moneda y no suficiente moneda extranjera. Exactamente inversa es la situación con respecto a los grandes y diversificados comerciantes interriacionales en productos manufacturados de gran demanda. Su moneda es internacionalmente utilizable por -?arias razones: 1j Puede ser usada para saldar deudas, e incluso entre otros países extranjeros. En circunstancias normales, el dinero belga puede ser convertido en dinero francés. el francés en británico, el británico en norteamericano, etc. 2 ) Estos países prodiicen una multitud de artículos requeridos por los países subdesarrollados y por otras naciones industriales. En otras palabras, sus "vales" son utilizables. 3) A través de acuerdos coloniales y de esferas de influencia, los países subdesarrollados están típicamente constreñidos dentro de canales de comercio especiales con respecto a una o más de las naciones más grandes. A causa de estos*bloques comerciales, los ex territorios franceses podrán solucionar sus déficit de balance de pagos con francos franceses, porque una buena parte, si no la totalidad de su deuda en diente lo es con firmas francesas. Lo mismo se aplica a las esferas de influencia de Gran Bretaiia y otros centros financieros. Estas, por lo tanto, son las razones que explican por qué la capacidad de crear dinero ( o de expandir la oferta de dinero) de las principales potencias industriales y financieras es útil no sólo * 5 NO es este el lugar apropiado para una explicación de los aspectos técnicos de la expansión crediticia y monetaria. El lector interesado puede consultar un texto común sobre moneda y crédito. Una introducción elemental a este tema puede encontrarse en Peter L. Bernstein, Primer on Money, Banking and Cold, Nucva York, 1961.
LA ERA DEL IMPERIALISMO a la economía interna de éstas sino también a sus relaciones económicas internacionales. En razón de esta capacidad ellas pueden: 1) financiar un déficit que ellas mismas tengan con una nación satélite, y 2 ) otorgar préstamos a naciones satélites cuando estas últimas tienen déficit, contribuyendo dicho proceso a mantenerlas bien afirmadas a las faldas de mamá. Además de eso, pueden muchas veces contrarrestar déficit potenciales en su propio balance de pagos con el resto del mundo. Esto se logra mediante controles del crédito interno, cambios en las tasas de interés y otras maniobras mediante las cuales, por ejemplo, el capital necesario (divisas extranjeras u otro) puede ser atraído durante cierto lapso desde otro centro financiero (el mercado monetario de otra potencia industrial y financiera). Los pormenores técnicos de estas operaciones no pueden ser descritos aquí. Baste decir que es a través de este mismo poder financiero, y de los mecanismos bancarios mediante los cuales se ejerce este poder, que los países avanzados pueden conjurar las fluctuaciones del balance de pagos sin infligir un daño fundarnental a sus economías; y por cierto que, bajo condiciones apropiadas, estos mecanismos resultan instrumentos valiosos para el crecimiento y el desarrollo económico. Naturalmente, existen límites en la creación de crédito para operaciones internas e internacionales; limites que proceden de la naturaleza de la capacidad productiva subyacente y los usos que se dan a esta capacidad. Cuando se alcanzan estos límites, ya como resultado de la guerra o la preparación para la guerra, o de una acumulación demasiado rápida del capital o por tratar de engullir más de lo que el país puede digerir, sobrevienen crisis de diverso grado. Pero aun estas crisis son de tipo diferente de las de los satélites. Para estos últinios, la cuestión es sobrevivir como dependencia de un centro nletropolitano, merced al cual se mantendrá en el poder la élite gobernante. Para los centros metropolitanos, la cuestión que plantean usualmente las crisis financieras es la de cómo ganar posiciones respecto de otros centros financieros, g cómo mantener sus imperios existentes; por ejemplo, Gran Bretaña, el ir y venir de una devaluación a otra, para mantener el bloque de la esterlina, sus bases militares y navales en todo el mundo )las relaciones coloniales que aún le quedan.
L A BANCA SE INTERhTACIONALIZA
123
EI, CASO DE LAS FINANZAS NORTEAMERICANAS El ejemplo más extravagante y sin igual de uso del poder financiero como forma de control sobre otras partes del mundo lo ofrecen los Estados Unidos a partir de la segunda guerra mundial. En cada uno de los años posteriores a 1950, con la excepción de uno solo, coincidente con la crisis de Suez, el balance de pagos de los Estados Unidos ha arrojado permanente déficit. Tres cosas hay que entender muy claramente al considerar la persistencia de este déficit: 1) El déficit ha sido creado y i~iantenidocomo elemento inherente a la función de los Estados Unidos en su carácter de organizador y dirigente del sistema imperialista. Esto puede verse a través de un rápido examen del balance de pagos de 1967 +uadro 21cuyas características son similares a las de todo el período deficitario precedente.
CUAURO
21
RESUMEN DEL BALANCE DE PAGOS DE LOS EE. UU. EN 1967 (MILES D E MILLONES DE DÓLARES) Fondos recibidos d e l exterior Balance de las exportacioiies e importaciones de bienes y servicios Iicmesas privadas y g~il~ernanientales Gastos militares n ~ t o s Asistencia militar y ayuda econ6mira Inverzihii dc. capital privado
Total
Fondos salidos al exterior
-!- 7,9
-7,9
+
-
-
1,2 3,1
4,O 5,5
-11,8
Regalos enviados al exterior por ciudadanos norteamericanos; pagos del gobierno a individuos en el exterior, tales como los de seguro social de personas residentes en el exterior. F U E N T E : Survey of Current Business, junio de 1968.
a
Los heclios son harto claros. El déficit silve para financiar: -Gastos militares de la guerra de Vietnam y para mantener fuerzas aéreas, navales y de infantería en gran parte del globo.
(Esto, desde luego, no incluye todos los gastos, sino sólo la parte que involucra transferencia de dólares al exterior.) -Asistencia militar y ayuda económica, instrumeritos empleados para el ejercicio del control norteamericano sobre otras naciones. -Inversiones de la industria y las finanzas de los Estados Unidos en países extranjeros. 2 ) El déficit es financiado por la expansión de la oferta dc dólares de los Estados Unidos a travCs del crédito generado por el gobierno y por los bancos. El profesor James Tobin, exmiembro del Consejo de Asesores Econón~icosdel presidcntc, declaró lo que sigue ante un comité legislativo, en 1963: Bajo el sistenia de irioneda tlc rcscrva y funcionando este normalmente, la beneficiaria inicial del aumento en la oferta de dinero internacional es evidentemente la propia moneda de reserva. Es agradable tcncr una casa de moneda o una impresora dc billetes en el fondo de la casa; y este privilegio nos lo dio el patrón oro. no menos qur Sudáfrica. Pudimos sobrcllcvar un déficit en nuestro balance de pagos por diez aiíos, porqtie nurstros "vales" fueron aceptados generalmentc conio dinero.4c
3 ) Podcmos financiar nuestro deficit por tari largo tirinpo porque los Estados Uniclos son cl bailquero del mundo, y porque el resto del mundo capitalista se ha mostrado clispucsto (aunque cori algunas iriucstras de disgusto últimamente) a atesorar dólares como rcscrva. 1,a cosa fue muy bien explicatla tina vez por el entonces secretario del Tesoro C. Douglas Dillon, al preguntarlc el senador Javits qué beneficios obtenían los Estados Unidos del hecho de ser los banqueros del ~cundo.El sclior Dillon declaró que: Obtenemos un beneficio muy concreto en cuanto nos lia sido permitido financiar nuestros déficit a través del aumento de las tenencias extranjeras de dólares. Si no hubiera sido la nuestra una moneda de reserva, si no hubiéramos sido los banqueros del mundo, tal cosa no habría podido ocurrir. Se ha46 Comité Económico Conjuilto del Congreso de los Estados Unidos, Hcarings on the Monetary System: Functioning and Possible Reform, Washington, 1963, tercera parte, p. 551.
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L A BANCA SE INTERLVACIONALIZA
bría dado la misma situación que afrontan otros países; tan pronto incurriéramos en déficit nos hubiera sido preciso equilibrar nuestras cuentas de una manera u otra, aunque ello significara restringir las importaciones, como tuvo que hacerlo Canadá el año pasado, o podar nuestros gastos m:l'itares mucho más allá de lo que hubiera permitido nuestra seguridad. . . .Diría que ésta es el área principal en que nos beneficiamos, aunque hay también otra muy importante, y es ésta: alguien tenía que ser el banquero mundial y proporcionar esta liquidez internacional extra. Lo han sido los Estados Unidos, que es lo justo, porque somos el país financieramente más poderoso y porque teníamos la moneda más p o d ~ r o s a . ~ ' A
El exsubsecretario del Tesoro para Asuritos hlonetarios afiade otra razón en apoyo de la cooperación de otros países, agregada al poder financiero de los Estados Unidos: Es más: la estabilidad política y la enorme fuerza económica y militar de los Estados Unidos han aumentado también el atractivo de conservar reservas aquí antes que en cualquicr otro país del mundo.48 Por supiiesto, cualquier otro país del rnundo que tratara de mantener un déficit tan grande como el de los Estados Unidos aunque fuera por unos pocos años -ni hablar de dieciocho afios- se expondría a una severa depresión acompañada de una reducción drástica d e los niveles de vida del país. Pero también es cierto que ningún otro país incurriría en tales déficit inspirado en propósitos tan nobles. Analícese el diálogo sostenido entre el senador Proxmire y el subsecretario del Tesoro Roosa en una audiencia parlamentaria: "7 Comité Económico Conjunto del Congreso de los Estados Unidos, Liearings on the United States Balance of Payments, Washington, 1963, primera parte, pp. 83-84. La referencia a que "alguien tenía que ser el banquero del mundo" tiene un sonido familiar. Sin embargo, el modo como el secretario Dillon redacta sus comentarios constituye un interesante eufemismo. Al parecer, es incapaz de pensar en un mundo capitalista donde no haya alguna forma de dominación imperialista, o en un orden econónico sin capitalismo. 8' Robert V. Roosa, Monetary R e f o r m for the World Economy, Nueva York, 1965, p. 9.
LA ERA DEL IMPERIALISMO Senador Proxmire. Si no fuera por consideraciones internas: y si no soportáramos además la carga del liderazgo mundial como banqueros del mundo, presumo que el medio clásico, ideal y todavía efectivo para lograr el equilibrio en nuestros pagos internacionales sería un programa de austeridad. Subsecretario Roosa. Sí. Senador Proxmire. En otras palabras, ;un programa que sería deflacionario? Subsecretario Roosa. Sí. Senador Proxmire. ;Basado en bajar nuestros precios de manera de poder vender al exterior, y reducir nuestros salarios, y restringir drásticamente los gastos federales? Subsecretario Róosa. Sí. Senador Proxmire. ;Y aumentar los impuestos, y elevar las tasas de interés, y así sucesivamente? Subsecretario Roosa. Sí. Senador Proxmire. ;Y evidentemente no podemos hacer ninguna de estas cosas porque eso sería internamente desastroso y además contribuiría a una depresión internacional? Subsecretario Roosa. Sí.4s Este diálogo siguió a la presentación, por parte del subsecretario Roosa, de una declaración formal que resume la cuestión de modo más ordenado. Si no hubiéramos sido los banqueros del mundo, decía, podríamos habernos visto forzados tiempo atrás a reducir nuestras importaciones (quizá a través de la deflación de nuestra economía) ; a restringir materialmente nuestras inversiones extranjeras, los ingresos de las cuales constituyen un aporte sustancial a nuestro balance de pagos corrientes; y a limitar, quizá drásticamente, la asistencia militar y económica a nuestros amigos y aliados. De haber tomado estas medidas, nuestros clientes del exterior habrían reducido abruptamente sus compras en este país, )r nos veríamos ahora enfrentados a políticas de discriminación contra el dólar en la mayoría de los países del mundo. En vez de un crecimiento rápido del comercio mundial habríamos asistido a un estancamiento dañoso para nuestra prosperidad y la de todo el mundo libre.50 49
Igual que en nota 47, p. 135.
Zbidem, p. 147.
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He aquí, pues, la síntesis de la red imperialista de relaciones internacionales que opera hoy en día. Los Estados Unidos, en tanto que líderes, tienen el poder económico necesario para invadir la industria y los mercados de sus principales socios comerciales y aliados político-militares. Cuentan con los recursos para mantener una posición militar mundial dcminante. Pueden dar ayuda exterior, invertir en los países subdesarrollados y prestarles dinero, con lo que los atan más estrechamente a los Estados Unidos a través de la consiguiente dependencia financiera de estos países. Todo esto, más el mantenimiento de la prosperidad y la eliminación de las depresiones, se hace posible gracias a la posición de los Estados Unidos como banquero mundial, y del dólar como moneda mundial de reserva. Y los Estados Unidos pueden ser el banquero del mundo y proveer la moneda de reserva merced a que su fuerza militar y económica obliga a cooperar con ellos a las otras naciones industrializadas. Y necesariamente, dentro de los Estados Unidos, esto va acompañado por "una vinculación inrxorable entre los negocios privados y la política e ~ t e r i o r " . ~ ~ L a cooperación de las otras naciones industriales no cs producto del mero raciocinio. Empezó en una época en que esos países no tenían alternativa. El comentario de Roosa sobre este aspecto es digno de examen: El dólar, desde luego, alcanzó su posición preeminente durante la segunda guerra mundial e inmediatamente después, cuando en realidad no existía otra moneda capaz de desempeñar una función mundial, y cuando una proporción tan grande de nuestra asistencia gubernamental era otorgada en dólares de libre disponibilidad. Para la época en que algunos países europeos alcanzaron la convertibilidad y lograron acumular superávit importantes, el dólar estaba ya profundamente enraizado en los hábitos del comercio y los pagos alrededor del mundo. . . . Y mientras la economía norteamericana permanezca adscrita a los principios de la libertad de mercados, habrA aquí bancos y otras instituciones financieras norteamericanas que procuren con ahinco ejercer las funciones bancarias inherentes a la posición del dólar como moneda intermediaria. De esa función, según mi punto de vista, no podemos 61 De un informe piiblicado bajo el auspicio del Consejo de Relaciones Exteriores, Henry G . Aubrey, op. cit., p. 15.
LA ERA DEL IMPERIALISMO apartarnos en la práctica sin un canibio rzvoliicionario de toda nuestra estructura e c ~ n ó m i c a . ~ ?
RESERVA DE O R O VS. PASIVOS EN DOLARES A FAVOR D E EXTRANJEROS EN LOS ESTADOS UNIDOS (MILES D E MILLONES D E DOLARES)
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Año
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Ressrzlas d o oro de los Estados CTnidos
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Reservas e n dólarcr d e propiedad d a extranjeros a
Los datos de 1960 y 1968 son de cbiigaciones líquidas dc los Estados Unidos a favor de otros gobiernos y de bancos extranjeros y otras instituciones y hombres de negocios extranjeros. Los datos de 1955 son de obligaciones a corto plazo y no incluyen los bonos del gobierno norteamericano en poder de extranjeros. Esta falta de valores comparables no invalida la conclusión que sostenemos; la cifra comparable de 1955 podría ser algo superior a 11.700 millones, pero no en más de iIn 1C por ciento. Adviértase que los datos sobre tenencia de dólares exceden considcrahlemente los indicados en el cuadro 17. Estos últimos incluyen solamente tenencias de dólares por parte de gobiernos extranjeros y de sus bancos centrales. Las datos que damos aquí representan el total de obligaciones l:cii:idas en dólares a favor d: extranjeros, incluyendo bancos, otras instituciones financieras y liombres de negocios. F U E X T C : Oficina del Censo de los Estados Unidos, Statistical Abstriact
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Lcs dirigentes de bancos centrales de los otros centros imperialistas están tan convencidos como el señor Roosa, ahora socio de Brown Brothers Harriixan and Company, de las consecuencias revolucionarias que un apai tarniento fundamental respecto dcl actual sistema monetario internacional tendría sobre la estructura económica de los Estados Unidos y, por consiguiente, sobre la del resto del mundo capitalista. Lo que está en juego aquí no es cl mero ajuste del mecanismo de crédito del Fondo Monetario Interriacional --la clase de reformas monetarias que hoy se e s t h discutiendo y
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V. Roosa, np cit.. pp. 23-24.
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sancionando- sino la cuestión ccritral del dólar como divisa internacional. Al i~iismotiempo, los socios de los Estados Unidos en este sistema rnonetzrio tienen también que defender sus propias espaldas y proteger sus propios intereses competitivos. El motivo de temor de los banqueros centrales de las otras naciones reside en cl sentido común clcmental de la banca internacional, y se lo piiede apreciar con toda claridad a través de los datcs del cuadro 22. Lo que este cuadro muestra es el movimiento simultáneo. y en direcciones opuestas, de las reservas en oro y de las obligaciones en dólares a favor de extranjeros; esto es, la rápida declinación de las reservas de oro de los Estados Unidos y la acumulación de tenencias de dólares en manos de extranjeros. A fines de mayo de 1968, el activo liquido en dólares en poder de extranjeros casi triplicaba el valor del oro en poder de los Estados Unidos. En caso de una alarma bancaria -si todos los extranjeros que poseen dólares exigieran perentcriamente a los Estados Unidos convertir sus "vales" de papel moneda, el país sufriría un drenaje de cerca de 20 000 millones de drjlares en sus reservas del medio de pago universalmente aceptado, o sea el oro. L a magnitud de la diferencia entre las reservas de oro y las obligaciones en dólares a favor de extranjeros es un importante indicio de los limites financieros que determinan las actividades externas de los Estados Unidos. Que tales límites existen quedó aun más en evidencia al ir aumentando de año en año los déficit del balance de pagos norteamericanos, a pesar de la oposición de otros centros monetarios: la arrogancia de las operaciones militares y económicas exteriores de los Estados Unidos estuvo a la altura de la arrogancia de sus prácticas financieras internacionales. .Afectados de tiempo en tiempo por los especuladores en oro y divisas de los mercados monetarios europeos, los Estados Unidos persisten en sus prácticas financieras, con limitaciones cada vez mayores, descmsando en última instancia sobre la cooperación voluntaria e involuntaria de los bancos centrales de otras naciones. L a mayor parte de las naciones de la red imperialista no tiene alternativa: como acreedoras del gobierno y los bancos de los Estados Unidos deben limitarse a ser miembros de lo que constituye virtualmente un bloque del dólar. Los centros metropolitanos más independientes, sin embargo, tienen ciertas alternativas. Casi la mitad de las obligaciones en dólares a nombre de extranjeros se concentra en seis naciones: Gran Bretaña, Japón, Francia, Alemania
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occidental, Italia y Suiza. Estas, por consiguiente, cuentan con armas para presionar sobre los Estados Unidos. Sin embargo, bajo las circunstancias actuales, sus alternativas son limitadas. Sus intereses están alineados con los de los Estados Unidos en la medida en que el poder militar y económico de este país es utilizado para garantizar el sistema imperialista y hacer retroceder, si es posible, las fronteras del mundo no imperialista. Al mismo tiempo están preocupadas por la suerte de su propio pellejo y por la amenaza competitiva de los negocios y las finanzas de los Estados Unidos. En consecuencia, el forcejeo por el poder que se desarrolla opera dentro de los límites de los acuerdos monetarios internacionales en vigencia. Siempre es importante tener presente que en el fondo de los conflictos de las.finanzas internacionales hay una lucha por el poder. Así lo destacó muy bien Eugene A. Birnbaum, jefe de economistas de la Standard Oil Company de Nueva Jersey: Podemos preguntarnos por qué, después de cien años de conferencias monetarias internacionales, los hombres no han resuelto aún sus diferencias. La respuesta reside en una palabra: poder. Sobre eso han tratado las conferencias monetarias internacionales a lo largo de cien años. La 22"eunión del Fondo Monetario Internacional celebrada en Río, en la que se recomendó un nuevo dispositivo para crear liquidez internacional, no constituye excepción a esta norma Eugene A. Birnbaum, Gold and the Znternational Monetary System: An Orderly Reform, Princeton Essays in International Finance NQ 66, Princeton, abril de 1968, p. 2. El señor Birnbaum plantea una excepción a esta generalización: la conferencia de Bretton Woods. Sin embargo, a la luz de la historia posterior, uno puede preguntarse si la fachada del espíritu internacionalista exhibida en esta conferencia no encubría una lucha real por el poder. Para un análisis de algunos de los temas que subyacen en las luchas alrededor del sistema monetario internacional, v6ase "Gold, Dollars and Empire", en Monthly Review, febrero de 1968, y los siguientes artículos de la edicióri de diciembre de 1966 de Monthly Review: " W P ~ Rceds '~ and Class Enemies"; David Michaels, "The Growing Financia1 Crisis in the Capitalist World", y Jacob Morris, "The Balance of Payment Crises". El análisis hecho sobre esta cuestión por Paul M. Sweezy y Leo Huberman ("Weak Reeds and Class Enemies", ya mencionado), suscitó una respuesta crítica del profesor Charles P. Kindleberger, en un ensayo especial de Princeton sobre Finanzas Internacionales titulado T h e Politics of Intcrnational Money and World Language ( N o 61, aqosto de 1967) estuvo dedicado a dicha respuesta. Su argumentación ("El dólar es la unidad
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Las maniobras a propósito de reformas del sistema monetario internacional son sólo una forma de la lucha por el poder. Las tensiones dentro de los centros del poder imperialista se revelan de muchos modos. Dentro de los círculos empresarios dominantes de las otras potencias industriales hay grupos cuyos intereses comerciales inmediatos están ligados a los de los Estados Unidos, mientras que otros ven constreñirse sus oportunidades de lucro ante la expansión norteamericana. Como medida de defensa contra la expansión norteamericana, y a la vez en razón de la dinámica interna de sus propias economías, las empresas comerciales y los bancos extranjeros están empeñados en su propia expansión hacia afuera por medio de la exportación de capitales, la banca internacional y cl uso dc la ayuda cconómica y militar otorgada por sus gobiernos a naciones subdesarrolladas. Pueden señalarse en este proceso tres vectores principales: 1) las fuerzas centrípetas que retienen a los centros financieros más importantes unidos a los Estados Unidos para la preservación de la red imperialista; 2 ) las fuerzas centrífugas que estimulan la competencia por las ganancias en torno a las ventajas especiales que pueden derivar de la explotación de puntos débiles en las operaciones de los Estados Unidos; y 3 ) la "cohesión vertical", dentro de la cual cada uno de los centros imperialistas trata de consolidar los lazos económicos y financieros con sus áreas coloniales y esferas de influencia. Es en este último contexto donde la ayuda exterior, como técnica de control sobre las naciones subdesarrolladas, ha tomado la delantera y va adquiriendo cada vez mayor importancia estratégica.
mundial de contabilidad: el patrón con que se miden las reservas de divisas, los precios agrícolas del Mercado Comíin, las contribuciones al presupuesto de las Naciones Unidas y una cantidad de otras unidades monetarias internacionales") se preocupa por demostrar que el status internacional del dólar, es necesario en bien de la eficiencia. "Mi razón para querer que se mantenga el dólar como divisa patrón, es la eficiencia" (p. 4 ) . ¿Eficiencia para qué? Esto, el buen profesor sólo lo \ e en términos de eficiencia de las transferencias de capital y de mantenimiento de las relaciones comerciales existentes. Sin duda alguna, el sistema del dólar es un dispositivo realmente eficiente, especialmente cuando se trata de movilizar los recursa de los mercados mundiales de capital para financiar la guerra de devaatación contra el pueblo de Vietnam.
Los Gastos Militares y la Pan Americana
La interrelación harto compleja existente entre el sistema monetario internacional y las operaciones financieras de los Estado; Cnidos abarca, como hemos visto, una serie de acuerdos a los que debe atribuirse el aparente milagro de que los Estados TJnidos se hayan tornado cada día más ricos y poderosos a despecho -o más precisamente a causa- de un déficit a largo plazo en su balance de pagos. Esta irónica paradoja puede darse porque el déficit de! balance de pagos es utilizado para financiar tres tipos de actividades de ultramar que son de crucial importancia para la posición mundial de los Estados Unidos: lakinversión privada, los gastos mi-litares y el programa gubernamental de ayuda al exterior. Estas tres actividadeXenen un rasgo común: todas ellas sirven l . privada _* apunta para mantener y afirmar el c ~ ~L~igve-rsión al control: control de fuentes de materias primg-y control de---mer&dos, actividades ambas inherentes a la empresa monopolística en su búsqueda normal de ma>ores ganancias y de protección para las posiciones de monopolio. Los gastos militares son también necesarios al objetivo de control, que consiste en mantener la situación de líder y administrador del sistema imperialista. El Apéndice A muestra la estructura de tratados y otros compromisos consolidada por los Estados Unidos para la conservación de la Pax Americana. Aquí nos bastará observar cómo ve las cosas. en este sentido. el Departamento de Defensa norteamericano:
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Tenemos intereses políticos y de seguridad, aliados )- fuerzas militares diseminados ampliamente sobre todo rl i n ~ ~ r i dno o
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comunista. El desplazamiento de los intereses y comproii~isos norteamericanos, de la periferia al centro de la escena mundial, ha traído consigo el correspondiente aumento del tamaño y desarrollo ultramarino de las fuerzas armadas, necesario para asegurar la defensa común y el apoyo a la política exterior de los Estados Unidos. . . .En los días en que nuestras necesidades militares podían satisfacerse mediante una firme defensa en los mares y un ejército de ciudadanos, vivíamos en un sistema mundial compatible con nuestros intereses nacionales básicos. Este se basaba en el estado-nación y a la cabeza figuraba el poder británico. El siglo xx ha presenciado la desintegración del viejo orden bajo el impacto de dos guerras mundiales; el ascenso del comunismo apoyado sobre una importante base de poder tanto en Europa como en Asia; el fin de la era colonial, con la creación de una multitud de naciones nuevas, débiles pero imbuidas de un estridente nacionalismo, y un acelerado cambio tecnológico, especialmente en lo que hace al desarrollo de las armas nucleares. Durante este mismo período, los Estados Unidos y la Unión Soviética comenzaron a emerger como las dos potencias rectoras. Uno de los principales efectos de estos acontecimientos en el largo plazo fue que el interés nacional norteamericano exigió de nosotros el aceptar y asumir las vastas responsabilidades de una potencia mundial. Otra consecuencia fue qire la re-creación de u n concierto mundial relativamente estable -de u n nuevo equilibrio para reemplazar al destruido por los sucesos de las cuatro décadas posteriores a la primera guerra mundial- ha pasado a ser el más acuciante de nuestros intereses naciona1es.l (Subrayado nuestro.) Cuando era secretario de Defensa, Robert S. McNamara puso de relieve la conexión entre esta actividad global y el programa de ayuda exterior. En un discurso pronunciado en 1966 ante la Sociedad Norteamericana de Editores de Diarios, explicó por qué los Estados Unidos debían poseer un programa de ayuda económica elaborado sobre estas bases : "Defense Programs and the Balance of Payments", en The United States Balance of Payments-Perspectives and Policies, Comité Económico Conjunto del Congreso de los Estados Unidos, Washington, 1963, tercera parte, p. 77. Esta parte drl informe fue preparada por el Departamento de Defensa.
L A E R A DEL ZMPERZALZSI1.10 Alrededor de un centenar de países se encuentran hoy empeñados en la difícil transición que ha de convertirlos en sociedades modernas. No existe un ritmo de progreso uniforme entre ellos, y varían entre la sociedad mosaica primitiva -fracturada por el tribalismo y débilmente unida por lazos políticos de lo más precarios- y los países relativamente sofisticado~que avanzan por el camino de la suficiencia agrícola y el perfeccionamiento industrial. Esta arrolladora oleada de progreso, especialmente en la mitad meridional del globo, no tiene paralelo en la historia. H a convertido a zonas tradicionalmente abandonadas del mundo en bullentes calderas de cambio. En conjunto, no ha sido éste un proceso muy pacífico.. . Aceptando la admitida relación que existe entre el estancamiento económico y el influjo de la violencia, los años por venir se presentan, para las naciones de la mitad meridional del mundo, preñados cie violeiicia. Esto seria así aun cuando no existiera la amenaza de la subversión comunista, que indudablemente existe. Estén o no implicados los comunistas, la violencia, en cualquier punto de un mundo en tensión, propaga sus impulsos a través de los complejos ganglios de las relaciones internacionales; y la seguridad de los Estados Unidos está condicionada a la seguridad y estabilidad de naciones que están ubicadas a medio mundo de di~tancia.~ LA AYUDA EXTERIOR, INSTRUMENTO DE CONTROL
Al igual que los otros dos grandes rubros del déficit del balance de pagos, la ayuda económica y militar está destinada a servir los objetivos del control. Como lo dijo el presidente John E'. Kennedy: "La ayuda exterior es un método por el cual los Estados Unidos mantienen una posición de influencia y control alrededor del mundo, y sostienen a buena cantidad de países que de otro modo sucumbirían definitivamente, o pasarían al bloque com~nista".~ 2 Discurso del secretario de Defensa, Robert S. McNamara, ante la Sociedad Norteamericana de Directores de Diarios, Montreal, Canadá, New York Times, 19-V-1966. 3 Discurso del presidente Kennedy ante el Economic Club en la ciudad
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El programa de ayuda exterior consiste en un amplio surtido de ~réstamosy donativos, incluyendo, según las palabras de una comisión presidencial, "donaciones que prueban nuestra estimación a jefes de estado extranjeros, proyectos concebidos a toda prisa para impedir la ayuda soviética, maniobras para mantener en el poder a los gobiernos existente^".^ Estas diversas actividades, de acuerdo con su propósito o sus resultados, pueden clasificarse así: 1) Implementar la línea política y militar mundial de los Estados Unidos. 2) Apoyar la política de puerta abierta, o sea, de libertad de acceso a las materias primas, el comercio y las oportunidades de inversión para los negocios norteamericanos. 3 ) Asegurar que el desarrollo económico que se produzca en los países subdesarrollados arraigue firmemente en los métodos y prácticas del capitalismo. 4) Obtener ganancias económicas inmediatas para los hombres de negocios norteamericanos que promueven el comercio y buscan oportunidades de inversión. 5) Intensificar la dependencia de los receptores de la ayuda respecto de los Estados Unidos y otros mercados de capital. (Las deudas generadas por los préstamos que se otorgan perpetúan la ligazón de los receptores de ayuda con los mercados de capital de los centros metropolitanos.)
EJECUCION DE LA LINEA POLITICA Y MILITAR DE LOS EE.CU. Una ex integrante de la Junta de Coordinación de Programas de la Agencia para el Desarrollo Internacional (AID), Joan Nelson, hoy vinculada al Centro de Asuntos Internacionales de la Universidad de Harvard, define así los objetivos militares y políticos de Nueva York, diciembre de 1962, citado en Comité de Relaciones Exteriores del Senado de los Estados U~iidos,Some Zmportant Zssues in Foreign Aid. (Informe preparado por el Servicio de Referencias Legislativas de la Biblioteca del Congreso), Washington, 1966, p. 15. 4 Comité del Presidente para Fortalecer la Seguridad del Mundo Libre, T h e Scope and Distribution of United States Military and Economic Assistance Programs, Washington, marzo de 1963, reproducido por David Baldwin, Foreign Aid and American Foreign Policy, Nueva York, 1966, p. 242.
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de la ayuda exterior: "acceso permanente a las bases militares y demás instalaciones estratégicas ubicadas en determinados países en desarrollo; mantenimiento de lazos con los aliados formales y fortalecimiento de su capacidad defensiva; dilación del reconocimiento de China Comunista y de su admisión en las Naciones Unidas; desaliento del comercio, particularmente en artículos estratégicos, con China Comunista, Cuba y Vietnam del Norte; y en un sentido mAs amplio, estímulo a la independencia o a una alineación pro-occidental en las posiciones de política exterior de los países en de~arrollo".~ En pocas palabras, los Estados Unidos pagan bien por sus alianzas. Hay sin duda una estrecha conexióil (aunque no es necesariamente el único factor) entre los ingentes donativos del Plan Marshall y la ayuda militar posterior a los aliados de Europa occidental, por una parte, y la creación y el funcionamiento de la NATO, por la otra. La relación entre la ayuda y las alianzas militares es aún más evidente en el caso de países tales coino Pakistán y Turquía: Desde un punto de vista político, la ayuda militar de los EE.UU. ha fortalecido los servicios armados de Pakistán, la mayor fuerza estabilizadora del país, y ha estimulado la participación de Pakistán en acuerdos colectivos de d e f e n ~ a . ~ Turquía, por ejemplo. con su población de más de 30 millones, ha sido considerada primordialmente como i i n bastiCn militar por los otorgantes de la ayuda norteamericana. Su arrojo militar ha qcedado de manifiesto muchas veces. Su posición geográfica, su inclinación a tomar parte en acuerdos defensivos como la NATO y el Pacto de Bagdad ( C E N T O ) . e incluso sus extraordinarios recursos minerales, han servido por igual para que se otorgue a Turquía una alta calificación cuando sc trata de ofrecer cualqaier tipo de ayuda extranjera." Joan M. Nelson, Aid, Znfluence and Foreign Policy, Niieva York, 1968, P l1
6 Departamento de Estado y Departamento dc Defensa, T h e M u t u a l Security Program Fiscal Y P C 1958, ~ Waihingtori. junio de 1957, p. 106. Halford L. Hoskins, "Aid and Diplomacy in the Middle East". C i ~ r r e n t History, julio de 1966, p. 15.
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Si uno paga por las alianzas, ciertamentc debe pagar también por las bases. Así se aprecia claramente en el caso de España: El uso de bases españolas entre 1953 y 1963 fue sancionado por un acuerdo que coincidió con el otorgamiento de préstamos del Banco de Exportaciones e Importaciones por un total de 500 rnillones de dólares durante la década. Al convenirse otro acuerdo por cinco años en septiembre de 1963, se ofrecieron nuevos préstamos para los años siguientes por otros 100 millones de dólares. . . .En el período 1949-1962, la ayuda de los Estados Unidos a España por todos los conceptos totalizí, 1695 millones de dólares, de los cuales casi las tres cuartas partes lo fueron en forma de donativos, tanto militares como económico^.^ Los que venden bases demuestran conocer bien el negocio cuando de ello se trata. El New York Times informaba a principios de este año: "El gobierno español reclama a los Estados Unidos una garantía de defensa, un aumento de la ayuda militar y una reducción de su jurisdicción legal sobre los efectivos norteamericanos, como precio por la renovación del acuerdo que rige para las bases militares norteamericanas en Españan."esde luego, cl ajuste financiero refleja probablcmente algo más qcc cqdiciri: tal ve7 lo que el gobierno español esté buscando sea un ajuste por el creciente costo de la vida. Según el Eco7zonzict
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tualizó Marcos en su mensaje inaugural, teniendo por huésped al vicepresidente Hubert Humphrey: "Las arcas del gobierno están vacías. Sólo mediante un abnegado sacrificio habrá alguna esperanza de recuperación en el año próximo".'l Pero a pesar de esta bancarrota (o, como podrían sospechar los cínicos, a causa de ella), Marcos anunció, durante una nueva visita de Humphrey a Manila, su intención de resucitar la ley de ayuda a Vietnam de la administración anterior, medida que preveía el empleo de tropas filipinas en Vietnam.12 La ley fue aprobada tras grandes debates. Por fin, a principios de septiembre, partieron de Manila rumbo a Saigón los primeros 800 ingenieros militares y efectivos de seguridad. Tres días después, el presidente Marcos llegó a Washington. De acuerdo con el New York Times Wasliington se sinti6 "de a1gún modo obligado a facilitar al señor Marcos una compensación económica por el capital político que éste debió sacrificar para obtener que el Congreso autorizara el envío de tropas".13 Tres días despucs de llegar Marcos a Washington, se anunció que los Estados Unidos "autorizarían un importante aumento de su asistencia económica a Filipinas".14 También Corea del Sur comprende las ventajas financieras de la alianza con los Estados Unidos, y explora sus posibilidades. En el encabezado de su comentario titulado "Enfrentando al Tigre por la pasa", el Economist nos informa: Corea del Sur, donde el vicepresidente Humphrey estará de visita el próximo miércoles en su viaje de regreso, estudia el precio que ha de poner a la ayuda militar que brinda a los norteamericanos en Vietnam. . . .[Corea] ha pedido a los Estados Unidos ciertos quid pro quo a cambio dc las tropas enviadas. Estos incluyen el otorgamiento de la "primera prioridad" para Corea como abastecedora de los materiales de guerra que los Estados Unidos adquieren para usar en Vietn a m . . . un aurnento en la asignación pagada a las tropas corcanas en Vietnam; y un aumento de la ayuda militar y económica norteamericanas. . .l5 Neze~ York Times, 24-1-1966. l v b i d e m , 22-11-1966. l-bídem, 14-IX-1966. " Ibídem, 16-IX-1966. l5 T h e Economist, 19-11-1966, p. 791. 11
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Es particularmente instructivo observar las francas declaraciones de algunos funcionarios administrativos sobre los propósitos de la ayuda militar a América Latina, en contraste, por ejemplo, con la justificación tradicional de dicha ayuda cuando se refiere al Cercano y Medio Oriente. Acerca de este último, dijo el Secretario de Defensa McNamara ante un comité de la Cámara de Representantes en 1967: El Cercano y el Medio Oriente siguen siendo de importancia estratégica para los Estados Unidos porque esa área es una encrucijada política, militar y económica, y porque el abastecimiento de petróleo del Medio Oriente es vital para Occidente. Tenemos, en consecuencia, sustancial interés en la estabilidad y el desarrollo sostenido de la zona. También nos interesa fundamentalmente mantener nuestras relaciones de alianza con Grecia, Turquía e Irán, porque estos tres países están ubicados entre la Unión Soviética y los puertos de aguas templadas y recursos petroleros del Medio Oriente.16 Al explicar las razones de la ayuda militar a América Latina, el Secretario de Defensa fue mucho más específico: Las tensiones sociales, la desigual distribución de la tierra y la riqueza, las economías inestables y la falta de estructuras políticas de base amplia crean una perspectiva de inestabilidad continua en muchas partes de América Latina. La respuesta a este y otros problemas vinculados, si ha de hallarse alguna, reside en la Alianza para el Progreso, a la cual nosotros y nuestros amigos latinoamericanos estamos dedicando ingentes recursos. Pero los objetivos de la Alianza sólo pueden alcanzarse e n un marco legal y. de orden. Nuestros programas de asistencia militar para América Latina siguen, por consiguiente, dirigidos al apoyo de la seguridad interna y de las medidas de acción cívica.17 (Subrayado nuestro.) El Secretario de Defensa siguió describiendo en su testimonio las fuentes de la amenaza contra la ley y el orden: la Conferencia l6 Declaración del secretario de Defensa, Robert S. McNamara, ante el Comité de Asuntos Exteriores de Ia Cámara de Representantes, Hearings on the Foreign Assistance Act of 1967, Washington, 1967, p. 114. 11 Ibfdem, pp. 116-117.
LA ERA DEL IMPERIALISMO Tricontinental y los esfuerzos de los partidos comunistas latinoamericanos por crear amplios "frentes anti-imperialistas" populares mientras continúan "penetrando entre los estudiantes y otros g m pos intelectuales, controlando la organización laboral y organizando a los campesinos" por lo tanto: La necesidad de contrarrestar estas amenazas por los medios apropiados es la base sobre la cual se apoyan los programas de asistencia militar para países latinoanlericanos en el año fiscal 1968. Más concretamente, el objetivo primario en América Latina es ayudar, donde sea necesario, al desarrollo continuado d e las fuerzas militares y pararnilitares nativas capaces de garantizar, e n unión con la policio y otras fzccrzas de seguridad, la necesaria seguridad interna.ls (Subrayado nuestro.)
Y esta no es aún toda la historia. Una de las actividades del programa de asistencia militar de los Estados Unidos es el adiestramiento de personal militar extranjero. En cuanto a América Latina, el secretario McNamara informaba al Congreso: Probablemente el mayor dividendo de nuestra inversión en asistencia militar proceda del adiestramiento de oficiales escogidos y especialistas claves en nuestros institutos militares y centros de entrenamiento ubicados en los Estados Unidos y en ultramar. Estos estudiantes son seleccionados por sus paises para convertirse en instructores al regresar a la patria. Pasan a ser los líderes, los hombres que poseen el conocimiento técnico y lo imparten a sus efectivos. No necesito abundar acerca de la importancia de tener en puestos de conducción a hombres que conocen por sí mismos cómo hacen las cosas y cómo piensan los norteamericanos. No hay precio que podamos pagar por tener amigos entre los hombres dc esta clase.lD Las amistades estrechas e invaluables que se generan sin duda van mucho más allá del valor meramente sentimental de los lazos establecidos a la usanza de la vieja escuela, como puede colegirse ibídem, p. 117. Siibcomité del Comité de Asisnacjones de la Cámara de Reurrsentantes, 8 7 O Congreso, segunda sesión. Hearings. Washington. 1902, vol. 1, p 359. lS l9
LOS GASTOS .MILITARES de la siguiente declaración hecha por el presidente del Comité dc Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes: 'I'odo critico de la ayuda exterior se ve enfrentado al hecho de que las fuerzas armadas de Brasil derribaron al gobierno de Goulart y de que la ayuda militar norteamericana fue factor esencial en cuanto a adoctrinar a estas fuerzas según los principios de la democracia y con una orientación pronorteamericana. Muchos de estos oficiales fueron adiestrados en los Estados Unidos en virtud del programa de la AID. Sabían que la democracia era mejor que el comunismo.20
La simbiosis entre los generales norteamericanos y latinoamericanos queda en evidencia a través del testimonio parlamentario prestado por el general Robert W. Porter Jr., comandante en jefe del ejército norteamericano a cargo del Comando Meridional de los Estados Unidos (lo de "meridional" se refiere a todo territorio tibicado al siir de los Estados Unidos) : La incapacidad de los gobiernos para alcanzar una tasa satisfactoria de desarrollo económico y hacer frente así a las presiones sociales, junto con el alto crecimiento de la población y la migración continua hacia las ciudades, seguirán generando problemas aun más serios. Las áreas urbanas se convertirán mlís y más en los centros de poder, y sus masas se tornarán más susceptibles a la explotación demagógica y la explotación comunista. Cabe esperar que el movimiento comunista se torne aún más agresivo, dedicando mayor atención a los trabajadores, los estudiantes y los barrios bajos de las ciudades. Al sumarse a una situación ya seria, esta creciente amenaza urbana creará un grave problema de seguridad interna a los gobiernos de América Latina. La militar ha probado frecuentemente ser la fuerza más cohesiva de que se dispone para asegurar el orden público y apoyar a los gobiernos decididos en su esfuerzo por mantener la seguridad interna. Las fuerzas armadas latinoamericanas, actuando en unión con la policía y otras fuerzas de seguridad, han contribuido a controlar desórdenes y revueltas, han contenido o eliminado a terroristas y guerrilleros y desalentado 2 0 Corzgressional Record, 24-V-1965, p. 10.840, reproducido en informe citado en la nota 3.
L A ERA D E 5 IMPERIALISMO
a aquellos elementos que se atreven a recurrir a la violencia para derribar el gobierno.21 Quizá sea esta la razón por la que el Servicio de Referencias Legislativas de la biblioteca del congreso norteamericano, en un informe preparado para la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, concluye: "Poca duda cabe de que numerosos países están recibiendo ayuda militar, no por la contribución directa que puedan hacer a la defensa militar de los Estados Unidos, ni por su geografía estratégica, sino porque existe una razón política para cultivar a los generales y almirantes en el poder".22
AYCD.4 ECONOMICA PARA LA POLITICA DE PUERTA ABIERTA El motivo de que se haya prestado tanta atención a los aspectos militares de la ayuda extranjera es que, a pesar de las cifras oficiales que muestran que la mayor parte de la ayuda es económica más bien que militar, la verdad es que el grueso de la ayuda, en última instancia, es militar o está destinado a objetivos políticos inmediatos. E1 informe de la biblioteca del Congreso citado más arriba estima que sólo "entre un cuarto y un tercio de los 115,000 millones de dólares que se han gastado en ayuda exterior desde fines de la segunda guerra mundial -incluidos alimentos para la paz, préstamos del Banco de Exportación e Importación y otras categorías- se ha dedicado al desarrollo económico como tal".2s Los caminos (por ejemplo el camino de Saraburi a Ban Phai en Thailandia), los aeropucrtos y los centros de comunicaciones estSn considerados como parte de 13 asistencia para el desarrollo económico, pero frecuentemente se vinculan en primer lugar con 1-s ccccsidades militares. Por otra parte, "más de media docena 2 1 H e a r i n g ~ ,p. 538, las mismas citadas en nota 16. Tal aversión por la violencia, naturalmente, no se extiende a las acciones realizadas por fuerzas militares adiestradas y financiadas por los Estados Unidos para derribar a un gobierno elegido, o para impedir una elección, como hace poco en Grecia, donde se anticipa que la mayoría del electorado apoyará a un gobierno que no conviene ni a los oficiales militares locales ni a los Estados Unidos. 22 El mismo informe citado en nota 3, p. 19. 23 Zbídem, p. 32.
LOS GASTOS ,l.IILITAKES
143
de paises en desarrollo recibieron una ayuda económica anual importante a manera de renta más o menos admitida por el funcionamiento de bases militares o centros de comunicaciones de loa Estados Unidos en su suelo".24 En los cuadros 23 y 24 se ofrecen datos sumarios tanto de la ayuda militar como económica. El primero de esos cuadros contiene datos del período comprendido entre el l o de julio de 1945 y el 30 de junio de 1967. Los gastos de ayuda extranjera han sido distribuidos aquí en tres grupos. El 39 por ciento de la ayuda otorgada en todo el periodo lo fue a naciones desarrolladas -las socias mayores de la red imperialista. Aquí se aprecia, desde luego, la influencia tremenda del Plan Marshall, el más grande esfuerzo por preservar el sistema capitalista en un mundo de posguerra amenazado por la crisis. El segundo aporte en orden de importancia fue a un grupo de países que denominamos estados "clientes". Se trata de lo que los funcionarios del gobierno llaman las "naciones de avanzada defensiva" (países ubicados en el perímetro de la Unión Soviética y China), además de algunos de íos países que reciben ayuda en pago por las bases militares. Por último. el 30 por ciento de toda la ayuda, militar y económica, la recibieroii los restantes países subdesarrollados donde reside el 70 por ciento de la pnblación del mundo no comunista. L a distribución de la ayuda exhibe una llamativa distorsión aun cuando solamente consideremos el período más reciente, bien posterior al cese de la ayuda del Plan Marshall. Así, como lo revela el cuadro 24, las naciones desarrolladas recibieron el 13 por ciento de la ayuda norteamericana en los- diez años que van de 1957 a 1967. Esta ayuda consistió principalmente en ayuda militar y préstamos del Banco de Exportación e Importación. Los países "clientes", con el 13 por ciento de la población, recibieron el 37 por ciento de los fondos asignados. Sólo la mitad de la ayuda de este período fue a manos de las otras naciones subdesarrolladas, y aun en ellas una parte sustancial se dedicó a diversas formas de asistencia militar, incluidas actividades tales como el adiestramiento de personal militar latinoamericano y de otros orígenes, como se mencionó más arriba. Es instructivo evaluar los usos a que es aplicada aun la asistencia económica "pura". La tendencia principal ha sido descrita pro!ijamcqtr en i!n informr del Comité de Asuntos Exteriores de 24
Joan M. Nelson, op. cit., p. 112.
la Cámara de Representantes, el cual, tras enumerar una serie de razones que justificaban el programa de asistencia económica, concluía: "La razón más importante es que las naciones están decididas a desarrollarse. Sólo por la participación en ese proceso tendremos oportunidad de dirigir su desarrollo sobre las líneas que mejor sirvan a nuestros interese^."^^
AYUDA ECONÓMICA Y MILITAR NORTEAMERICANA 1-VII-1945 AL 30-VI-1967
Destino Países desarrollados b Países "clientes" Todo3 los demás países auhclesarrollados
. Ayuda Miles de nzi- Por ciento llones de US$ del total 45,7 36,9
39 31
34,6
30
117,2
1O0
Población en 1965 En Por ciento millones del total 383
19
225
11
1 388 - -- - -.
Total ----
--
-
a
1 996
70 1O0
--- - -
tly~!da total, excepto donaciones de excedentes militares, a todas las narime5 r i i i comunistas. No incluye unos 7 000 millones de dólares de gastos regionalei de ayuda, tales conio los administrativos, la ayuda a "escapados y rrfugiados", las contribuciones al Banco Mundial, al Banco de Desarrollo Asiático, etc. Europa occidental (excepto Espaíia y Portugal), Japón, Australia. Nueva Zelaiidia y República dc Sudáfrica. Países a los que los Estados Unido3 asignan especial importancia militar para su política dc contención, incluidos aquel!os que han cedido tierra para oases en su territorio: Grecia. Irán, Turquía, Vietnam. Formosa. Corca, Filipinas, Thailandia, España, Portugal, Laos. (Se incluyen aquí 10s gastos regionales para el Sudeste de Asia, y se excluyen los gastos de la guerra en Vietnam, que se cubren mediante el presupuesto d d Lkpartamento de 1)eiensa). F U E N T E : Cálculos basados en datos de la División de Estadísticas e Inforiries, Agencia para el Desarrollo Internacional, U.S. Overseas Loanc and Grants, Obligations and Loan Authoritation, 1-VII-1945/30VI-1967, Washington, 29-111-1968,
a
'J
Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Report on Foreign Policy and Mutual Security Program, Washington, 1957. p. 39.
LOS GASTOS MZLZ7'-4RES
j
145
AYUDA ECONOMICA Y MILITAR NORTEAMERICANA 1-VII-1957 AL 30-VI-1967
a
-.
Destino Países desarrollados b Países "clientes" c Todos los demás países subdesarrollados
Total NOTAS
I l
I
1
I
y
Miles de millones de US$
7,5 20,7 27,8
56,O
Por ciento del total
--
13 37 50 100
FUENTE: Iguales que en el cuadro 23.
Conlo advenedizos en el escenario de la rapiña colonial (por haber tenido las manos ocupadas en la conquista y el desarrollo del subcontinente norteamericano), los Estados Unidos han seguido con respecto al resto del mundo conocido la política llamada de << puerta abierta". Esta asumió dos formas: a ) apertura de puertas al comercio y la inversión en territorios no colonizados hasta entonces, y b ) presión sobre los imperios coloniales en demanda de iguales derechos en el comercio y la inversión para los hombres de negocios norteamericanos. Así, una de las prineras p:esiones aplicadas por el gobierno del New Deal en medio de la guerra contra Alemania consistió en reclamar la eliminación de las preferencias acordadas a los hombres de negocios de Gran Bretaña dentro del Imperio Británico, o sea, que se abrieran las puertas en igualdad de condiciones para los hombres de negocios norteamericanos. El préstamo acordado por los Estados Unidos a Gran Bretaña al final de la segunda guerra mundial para contribuir al restablecimiento de su economía, fue justificado sobre la base de la eliminación de las prácticas discriminatorias del Imperio Británico contra los f o r á n e o ~ . ~ ~ Difícilmente pueda sorprender, por lo tanto, el descubrir qur uno de los principales objetivos del programa de ayuda exterior es servir a este mismo fin. Ante la escasez de divisas extranjeras
1
'6 Véase artículo 7 del Acuerdo Financiero Anglo-norteamericano citado en la nota 39 del capitulo 2.
LA E R A DEL IMPERIALISMO
y en el deseo de desarrollar sus propias economías industriales, los países subdesarrollados erigirán con frecuencia barreras defensivas contra el ingreso indiscriminado de i~nportaciones. Esto no es algo extraordinario. Los Estados Unidos, desde los días de Alexander Hamilton, han aplicado barreras come%ies para proteger y estimular el desarrollo interno, y hasta hoy mismo sobresalen por el empleo del sistema de aranceles y cuotas como medio de restringir las importaciones. Sin embargo, cuando se trata de los países subdesarrollados, los Estados Unidos se adhieren firmemente a la política de puerta abierta. Uno de los campos más importantes en que la Ageiicia para el Desarrollo Internacional ofrece su guía y asesoramiento es el del estímulo a los receptores de la ayuda para que abran su mercado a las importaciones. Al referirse a la sutil presión ejercida por la AID sobre los bcneficiarios de la ayuda, el Economist de Londres observa: "No tienen por qiié surgir problemas cuando los propios deseos de la India coinciden con lo que los otorgantes de la ayuda quieren que haga; así, por ejemplo . . . el aceptar un sistema liberal de importaciones de materias primas y componentes como quid pro quo para el mantenimiento de la ayuda."27 Uno de los principales beneficiarios de este estímulo en pro de la liberalización de las importaciones ha sido Pakistán. Es cierto que como resultado de tal estímulo, apoyado por la inyección de ayuda norteamericana, ha mejorado la utilización de la capacidad productiva de Pakistán. La mayor liberalidad en la política de importaciones ofreció asimismo algunas oportunidades exceIentes a los extranjeros en una variada gama de negocios. De acuerdo con un artículo publicado en 1967 por International Affairs (revista del Instituto Real de Asuntos Internacionales de Gran Bretaña), uno puede ahora comprar en Karachi las siguientes bebidas hechas con concentrados importados: Bubble Up, Canada Dry, Citra, Coca Cola, Double Kola, Kola Kola, Fanta, Hoffman's Mission, Pepsi Cola, Perri Cola y Seven Up. "Al mismo tiempo hay sólo tres fuentes de abastecimiento de leche embotellada en la ciudad, dos de ellas comerciales y la tercera de propiedad pública pero de volumen restringid^".^^ The Economist, 28-V-1967. Herbert Feldman, "Aid as Irnperialisixi?", Internutionül Affairs, abril de 1967, p. 229. 27
28
LOS GASTOS MILITARES
147
El segundo aspecto de la política de puerta abierta -libre entrada a las inversiones particulares- sin duda ocupa un lugar más destacado en el orden de prioridades de la política exterior norteamericana. El presidente Eisenhower lo consideró un asunto suficientemente importante como para incluirlo en su mensaje sobre el Estado de la Unión en 1953: "Uno de los propósitos serios y explícitos de nuestra política exterior [es] el estimular la existencia de un clima hospitalario para la inversión en las naciones extranjera^."^" La aplicación de esta política es por sobre todo equitativa, y se ajusta estrictamente al principio enunciado por Anatole France: "La ley, en su majestuosa igualdad, prohibe tanto al rico como al pobre dormir bajo los puentes, mendigar en las calles y robar pan." Esta misma igualdad exhiben los tratados con países subdesarrollados sobre derechos de inversión. Así por ejemplo el Tratado de Comercio de los Estados Unidos con Filipinas (el Acuerdo LaurelLangley ) establece : La República de las Filipinas y los Estados Unidos de Norteamérica acuerdan por igual no discriminar de manera alguna, con respecto a su participación en actividades comerciales, contra los ciudadanos o cualquier forma de empresa comercial poseída o controlada por ciudadanos del otro país. . . El manejo, la explotación, el desarrollo y la utilización de todas las tierras agrícolas, forestales y minerales del dominio público, aguas, minerales, carbón, petróleo y demás aceites minerales, y de todas las fuerzas y fuentes de energía potencial, y de los demás recursos naturales de cada parte, así como la prestación de servicios públicos, en caso de esEar abiertos a persona alguna, estarán abiertos a los ciudadanos de la otra parte. . ." 3 0 New York Times, 3-11-1953. República de las Filipinas, Treaty Series, vol. 11, No 4, abril de 1956. Adviértase la referencia del tratado a las "tierras minerales del dominio público". La ley filipina sigue la tradición española antes que la anglosajona en cuanto a derechos mineros. Esto significa que en Filipinas los minerales del subsuelo son del dominio público y no pertenecen al propietario privado de la tierra. En consecuencia, la igualdad de tratamiento para los ciudadanos filipinos y norteamericanos equivale a : 1) igualdad de oportunidades para las firmas norteamericanas en cuanto a explotar minas en todo el subsuelo filipino, y 2 ) igualdad de oportunidades para las empresas fili'9
30
LA ERA DEL IMPERIALISMO El marco legal necesario a la política de puerta abierta con respecto a la inversión de capital ha sido incorporado durante la postguerra a los acuerdos multilaterales, tales como el firmado por las veinte naciones americanas en 1948 en Bogotá, y a los tratados bilaterales modernizados sobre amistad, comercio y navegación. Estos últimos tratados contienen una cláusula de inversiones que cubre el derecho del capital norteamericano de participar libremente en negocios, la no discriminación contra los inversionistas de los Estados Unidos, la no interferencia en cuestiones de propiedad, las operaciones administrativas de los inversionistas norteamericanos y otras disposiciones protectoras similares. Se han firmado por lo menos ocho de estos tratados de puertas plenamente abiertas: con Etiopía, Grecia, Irán, Israel, Corea, Mascate y Omári, Nicaragua y Pakistán. Los tratados de este tipo muchas veces resultan embarazosos para los partidos políticos gobernantes en los países subdesarrollados. Los Estados Unidos han aceptado introducir cierta flexibilidad en los tratados con países subdesarrollados para acomodarlos a las necesidades políticas de los grupos gobernantes, pero insisten en contar con tales tratados y utilizan la ayuda económica como arma para obtener otros acuerdos de protección de 12s inversiones norteamericanas. Esto se hace en conexión con el Programa de Garantía de Inversiones, que es administrado por la AID. El Programa de Garantía de Inversiones provee seguridad a los ciudadanos y corporaciones de los Estados Unidos que invierten en el exterior, contra pérdidas debidas a nacionalización y contra la imposibilidad de convertir las ganancias en dólares norteamericanos. Este programa de seguro no se aplica a ningún país que no firme un Tratado de Garantía de Inversión con los Estados Unidos. A manera de presión final para obtener la sanción de estos tratados, la Ley de Ayuda Exterior de 1963 estableció que: "A partir del 31 de diciembre de 1965 no se proveerá ayuda alguna de acuerdo con esta ley al gobierno de cualquier país menos desarrollado que haya rehusado concertar un acuerdo con el Presidente para instituir el programa de garantía de inversión.. . de protección contra los riesgos específico~de inconvertibilidad . . . y de expropiación o confiscación. . ." 31 pinas en cuanto a explotar tierras norteamericanas de dominio público, como por ejemplo el Parque Yellowstone. 31 Foreign Assistance Act of 1963, 77 Stat. ,788, citada en Marina von
LOS GASTOS AcflLlTARES Hasta la fecha se han firmado acuerdos de garantía de inversión con más de 70 países subdesarrollados que reciben ayuda de los Estados Unidos. Los tratados, al parecer, no son suficientes por sí mismos. Que la puerta esté efectivamente abierta debe ser supervisado todos los días. El secretario de Estado Dean Rusk lo explicó ante un comité del Congreso con estas palabras: No objetamos en el sentido constitucional más estricto el derecl-io de un gobierno soberano de disponer de las propiedades y las personas dentro del territorio de su soberanía. . . Sí pensamos que, como norma política, resultaría prudente y sagaz de su parte crear condiciones atractivas para el inversor internacional, para el inversor privado. Por eso empleamos nuestra influencia donde quiera es posible, y de manera persistente y cotidiana a través de nuestras embajadas, en nuestras discusiones sobre ayuda y en la negociación directa de la ayuda, para poner de relieve la importancia de la inversión privada.32 La influencia a que se refiere el secretario Rusk no se limita a discusiones escolásticas sobre la teoría del desarrollo. Por ejemplo, la ayuda fue suspendida o retirada en los siguientes casos: a ) cuando Ceilán nacionalizó 63 estaciones de venta de gasolina de propiedad de la Esso Standard Eastern y de la Caltex Ceylon, y b) en Perú, cuando un nuevo gobierno trató de suprimir las concesiones impositivas otorgadas originalmente a la International Petroleoum Corporation, subsidiaria de la Standard Oil of New Jersey.33 Tampoco gustaron a los Estados Unidos las restricciones que la India quiso aplicar a la inversión en una planta de fertilizantes, contemplada por la Standard Oil of Indiana. En este caso, el arma fue el maniobre0 en la distribución de los "alimentos para la paz" destinado a la India hambrienta. Según el Forbes Magazine: Durante largo tiempo la India insistió en manejar toda la Neumann Whitman, Gouernment Risk-Sharing in Foreign Znvestment, Princeton, New Jersey, 1965, p. 114. 32 Comité de Relaciones Exteriores, Senado de los Estados Unidos, Hearings on Foreign Assistance Act of 1962, Washington, 1962, p. 27. 33 Joan M. Nelson, o#. cit., pp. 107-108.
LA E R A D E L I M P E R I A L I S M O distribución de los fertilizantes producidos en ese país por las compañías norteamericanas, y. también, en fijar sus precios. La Standard of Indiana, lógicamente, se rehusó a aceptar estas condiciones. La AID estableció un sistema de mes por mes para los embarques de alimentos a la India hasta en tanto el gobierno de la India permitiera a la Standard of Indiana vender su fertilizante a sus propios precios.34 Ninguna de estas presiones y persiiasiones sería completa si no allanara además el camino para la obtención de las materias primas que demandan las operaciones del negocio nionopolístico. Así es como explica el Subsecretario de Estado para Asuntos Africanos las razones del otorgamiento de ayuda a naciones de Africa:
Su buena voluntad hacia nuestro país es grande y nosotros retribuimos cálidamente este sentimiento. S u respeto por nuestros intereses queda demostrado por las facilidades especiales y derechos que nos han otorgado por nuestra tarea de desarrollo de los importantes recursos minera1e.c y de otros que Africa posee, en beneficio mutuo y a través de la cooperación política. Los aviones civiles y militares norteamericanos usan el espacio aéreo africano; los buques navales de los Estados Unidos tocan los puertos de Africa, y los Estados Unidos mantienen rutas espaciales y equipos de comunicaciones en suelo africano. I,a inversión norteamericana en Africa se ha duplicado en la última década y ha sido parte en el aumento de la producción africana de materiales estratégicos como el cobre, la bauxita, el mineral de hierro, el uranio, el petróleo, el manganeso y los minerales escasos.35 (Subrayado nuestro). LA AYUDA EXTRAN-JERAY LOS NEGOCIOS NORTEAMERICANOS Mientras la ayuda exterior cubre una variedad de actividades y es utilizada al servicio de un complejo de conF o ~ b e sMagazine, 1-111-1966. Declaración de Josept Palmer 11, subsecretario de Estado para Asuntos Africanos, ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, IZearings on Foreign Assistance Act of 1968, Washington, segunda parte, p. 326. 34
35
1,O.S GASTOS I I I I L I T A R E S troles económicos, iriilitares y politicos en el mundo subdesarrollado, la comunidad comercial obtiene beneficios directos de naturaleza tanto inmediata como a largo plazo merced a esta actividad. Tomemos, por ejemplo, la industria del hierro y el acero. Uno se siente inclinado a pensar que esta industria es parte de la columna vertebral de los grandes negocios, una industria que difícilmente pueda necesitar subsidios gubernameritales. Entonces hay que tomar nota de esta declaración de Charles B. Baker, vicepresidente administrativo de la United States Steel Corporation:
. . .se debe en gran medida al fiinciona~niento de nuestro programa de ayuda exterior que la industria del acero haya podido escapar a los cabales efectos de las fuerzas que operan e n el mercado mundial. Estimamos que la absorción de productos de la industria siderúrgica de los Estados Unidos por parte de la AID compone un 30 por ciento del valor de nuestras exportaciones de acero y un porcentaje aún más alto del tonelaje embarcado, quizá hasta un 40 por ciento.sd (Subrayado nuestro). Las estimaciones hechas por los estadigrafos de la AID, sobre las cuales se basa el cuadro 25, no alcanzan un porcentaje tan alto como el del señor Eaker, pero son bastante elevadas. De las mercaderías escogidas de la lista, sólo las (~uportaciowsde fcrtilizantes y de equipos (le transporte ferroviario obticcen del sistema gubernamental de subsidio a la exportación mayores beneficios que el grupo dc los prodiirtos de hierro y acero. Las cifras para los otros grupos son también respetables e importantes. Ni siquiera debe subestimarse la importancia de los porcentajes más bajos, digamos del 5 6 6 por ciento. Toda firma comercial lucha por cualquirr incdio r n biisca de ese 5 por ciento extra en sus operaciones conicrciales, que por lo común significa mucho más que el 5 por c~icntode las ganancias contabilizadas al finalizar el año. Corno es bien sabido, la exportación de productos agrícolas apoyada por el gobierno es también sustancial. En el cuadro 26 podemos ver que el 30 por ciento de todas las exportaciones agrícolas es generado por el programa de ayuda exterior. En alLgunos 36 De un discurso pronunciado ante la Convención Nacional de Comercio Exterior, Nueva York, 18-XI-1961, citaclo en Charles D. Hyson y Alan M. Strout, "Impact of Foreign Aid on U.S. Exports": Haruord Business Review, enero-febrero de 1968, p. 63.
LA ERA DEL IMPERIALISMO productos -trigo, arroz y lácteos- la proporción es sensiblemente mayor. Pero aun en un artículo de la importancia del tabaco la ayuda exterior es responsable del 14 por ciento del volumen exportado. (El apoyo del gobierno a las exportaciones agrícolas va mucho más lejos. Están, por ejemplo, los conceptos mencionados en la nota al pie del cuadro 26. También importante es el hecho de que si las exportaciones respaldadas por la ayuda exterior fueran vendidas por los canales normales del comercio los precios del mercado mundial caerían bruscamente y de este modo causarían una abrupta merma en los ingresos derivados del 70 por ciento de las exportacione~que re vende "comercialmente").
EXPORTACIONES NORTEAMERICANAS FINANCIADAS POR LA A.I.D. (1965)
Grupo d e productos
Exportaciones Exportaciones norteamericanas norteamerica- financiadas por nas totales la AID ( e n millones de dólares)
% de la exportación financiad o por la AID
Maquinarias y equipos Productos de hierro y acero Productos químicos Automotores, m o t o r e s y partes Fertilizantes Metales no ferrosos Caucho y sus productos Petróleo y subproductos excepto gas Fibras textiles básicas Equipo ferroviario FUENTE:
Charles D. Hyson y Alan M. Strout, "Impact of Foreign Aid on U. S. Exports", Harvard Business Reuiew, enero-febrero de 1968, p. 71.
Esto no refleja aun todo el alcance del subsidio comercial otorgado por el programa de ayuda. En la mayoría de los casos se
EXPORTACIONES AGRICOLAS NORTEAMERICANAS ENTRE 1955 Y 1966 -..
Cantidad (miles de millones US$) Financiada por Total el Gobierno a Comercial b Todas las exportaciones agrícolas Productos escogidos Trigo y harina de trigo Arroz elaborado Algodón Productos lácteos Tabaco no elaborado
Distribución porcentual Financiada por Total el Gobierno Comercial
57,6
17,2
40,4
100
30
70
12,2 1,7
8,3 0,7 '46 1,3 0,6
3,9 1,o 5,4 1,o 38
1O0 1O0 1O0 100 1O0
68 41 32 57 14
32 59 68 43 86
ajo 2,s 4~4
Se incluyen aquí sólo las exportaciones financiadas por el Gobierno en virtud de los dos programas específicos relacionados con la asistencia económica y militar: los emba-ques de la Ley 480 y los de la Seguridad Mutua (AID). b Las ventas comerciales incluyen, además de las transacciones comerciales no apoyadas, los embarques de algunas mercaderías que cuentan con ayuda gubernamental en forma de 1) otorgamiento de crédito y garantías de crédito, 2 ) ventas de productos de propiedad gubernamental por debajo de los precios del mercado interno y 3) pagos a exportadores para compensarles por la diferencia entre los precios internos y los mundiales. U n promedio del 30 por ciento del valor en dólares de las exportaciones de productos agrícolas norteamericanos recibió esta última forma de ayuda. FUENTE: Servicio dc Investigación Económica, Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, 12 Years of Achievement under Public Law 480, Washington, noviembre de 1967. a
LA E R A DEL IMPERIALISMO exige que las mercaderías respaldadas por la ayuda sean fletadas en barcos de bandera norteamericana. L a ventaja que esto representa para la actividad marítima norteamericana tiene que ser muy importante. Por ejemplo, para el embarque de 18 grandes locomotoras adquiridas mediante el programa de ayuda, rl gobicrno de Pakistán pagó de recargo en concepto de flete por buque de bandera norteamericana un 113 por ciento más de lo que hubiera debido pagar de haber podido elegir libremente la mejor oferta de flete recibida. Para el traslado de 20 locomotoras pequeñas el pago extra efectuado en beneficio de una firma naviera norteamericana ascendió al 62 por ciento.37 El efecto general de estos subsidios indirectos fue descrito por un artículo de Haruard Business Reuiew: Aunque la AID no interviene en el subsiclio directo a las exportaciones, la política de negociación de los Estados Unidos proporciona en la práctica subsidios indirectos a los exportadores norteamericanos. Esto se debe a que algunas de nuestras exportaciones atadas simplemente no se registrarían de no ser por la financiación de la asistencia exterior. Ello se aprecia con mayor facilidad en el caso de una cantidad de mercancías norteamericanas que son coti~adasa precios por encima de los niveles mundiales pero que sin embargo se exportan porque los fondos de la AID están limitados a la finalidad de que ellas sean adquiridar. El costo de zlyunos artículos que financiamos seguramente está muy por encima de los precios del mercado mundial.38 Este tipo de condiciones y subsidios preferenciales para cl comercio es también característico de la ayuda otorgada por otros países avanzados. El profesor Edward S. Mason, de Harvard, en su libro Foreign Aid and Foreign Policy, analiza estas diversas formas de subsidio y observa que sería imposible encontrar una fórmula cuantitativa que las tuviera todas en cuenta. "Pero -agrega--- me arriesgaría a estimar que si pudiera hallársela, ella reduciría la magnitud del flujo total de fondos transferidos del 37 Dr. Mahbub U1 Haq, de la Comisión de Planificación de Pakistán, "Tied Crcdits-A Quantitative Analysis", en J. H. Adler, ed., Cafiital Movements, Londres, 1967, p. 330. 38 Artículo referido en nota 36, p. 69.
LOS GASTOS MILITARES
155
mundo desarrollado al subdesarrollado, que es de unos 9 000 millones de dólares, a una cifra ubicada entre los 2 000 y 3 000 millones de dólares"." (El profesor Mason incluye en su estimación no sólo los mayores precios de la ayuda condicionada, los recargos por flete y los precios artificiales de importación y exportación de la zona del franco, sino también el efecto que se produciría si todas las exportaciones no comerciales de productos agrícolas norteamericanos fueran ofrecidas a través de la venta comercial). No hemos agotado nuestra lista de estímulos comerciales derivados del funcionamiento de la ayuda. Están también los negocios originados por la prolongada influencia de la ayuda militar. Un resultado necesario del programa de asistencia militar y de la coordinación militar sobre los diversos tratados regionales de este tipo es la uniformación de los armamentos utilizados por los países receptores. Esto no es sólo un asunto de política sino una cuestión práctica. Una vez que un ejército h a sido abastecido con determinado tipo de equipo, las necesidades de munición, renovación y expansión se han de satisfacer mejor recurriendo a la misma fuente. Ello ofrece un excelente y continuo negocio a los fabricantes norteamericanos de armamentos. Este pingüe negocio deriva no sólo de la venta de productos sino también de las regalías percibidas por licencias: La expansión y uniformación de los armamentos de la NATO ha abierto nuevas áreas para la colocación de licencias en el exterior. Empresas norteamericanas que producen determinados tipos de material para uso de las fuerzas armadas de los Estados Unidos han recibido pedidos de suministro de información técnica y de extensión de derechos de patente de manera que puedan producirse equipos similares en Europa. El gobierno de los Estados Unidos cede libremente las licencias de sus derechos de propiedad en todos los casos contemplados bajo contratos gubernamentales, pero los derechos comerciales deben ser cedidos por la empresa norteamericana a la empresa o gobicrno extranjero por contrato. La manufactura de tanques, aviones de retropropulsión, motores, armas de fuego y otros equipos ha aumentado la demanda de licencias; los contratos han servido también de base para a9 Edward S. Mason, Foreign Aid and Foreign Policy, Nueva 1964, p. 14
York.
156
LA ERA DEL IMPERIALISMO acuerdos más amplios sobre rubros no militares.40 (Subrayado nuestro).
Esta intervinculación entre la actividad guberamental y la comercial se extiende más allá del campo de los artículos militares. Eugene R. Black, ex presidente del Banco Mundial, sostiene que "la India está comprando sus materiales de reposición y ampliación para ferrocarriles principalmente en los Estados Unidos, gracias a que le fueron provistas locomotoras financiadas por la AID allá por la década de 1950".41 El presidente Kennedy admitió también las implicaciones a largo plazo de la ayuda norteamericana: El presidente citó los casos de Formosa, Colombia, Israel, Irán y Pakistán como ejemplos de naciones cuya estructura de importaciones ha sido drásticamente afectada por la ayuda exterior. "Éstos eran tradicionalmente mercados exclusivos de los países europeos -dijo el señor Kennedy. Se ha prestado muy poca atención al papel que una pronta exhibición de los productos y de la capacidad de los norteamericanos, y del modo como hacemos las cosas, puede desempeñar en la formación de los gustos y deseos de los países que emergen; lo mismo puede decirse del hecho de que, aun cuando nuestra ayuda llegue a su término, el deseo y la necesidad de nuestros productos persiste, y las relaciones comerciales se prolongan mucho más allá de la conclusión de nuestra ayuda.= Una idea de la medida en que la ayuda exterior ha permitido a la empresa norteamericana invadir los cotos antes reservados a las potencias europeas puede darla el examen del cuadro 27. Según ella, antes de la guerra, los Estados Unidos absorbían alrededor del 6% de las importaciones de la India y Pakistán. (Pakistán y la India eran entonces un solo país; por lo tanto la cifra de la India para 1938 abarca a ambos países.) Ahora, entre el 30 y el 40% de las importaciones de estos países llega de los Estados Unidos. Turquía, para tomar otro caso, adquiría alrededor del 11% de sus mercaderías extranjeras de los Estados Unidos antes de la 40 J. N. Behrman, "Foreign Investmcnt and the Transfer of Knowledge and Skills" en Raymond F. Mikesell, ed., U. S. Priuate and Government Znuestment Abroad, Eugene, Oregón, 1962, p. 132. 4 1 Eiigene R. Black. "The Domestic Dividends of Foreign A i d , Columbia Journal of World Business, otoño de 1965, p. 25. 4 2 John D. Montgomery, Foreign Aid in Znternational Politics.
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guerra; ahora la participación norteamericana es de casi un 27%. Nigeria estaba bastante dejada del área de interés de los Estados Unidos antes de la guerra. Hoy los norteamericanos absorben un 16% de las compras nigerianas.
PrlR'TICIPACIÓN NORTEAMERICANA EN LAS IMPORTACIONES DE CADA PAfS
1938
Por ciento de la importación total 1952
1966
India Pakistán " Australia Grecia Turquía irán España Xigeria Incluido con la India en 1938. 1937. P U E N T E : Cálculo sobre datos de International Trade Statistics 1938, Ginebra, Liga de las Naciones, 1939; Directory of International Trade, Washington, Fondo Monetario Interriacional, vol. IV, 1953 y vol. V, 1954; Direction of Trade 1962-1966, Washington, Fondo Monetario Internacional, 1966.
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Los mercados african~s,en especial, parecen estar abriendo nuevas oportunidades a los negocios norteamericanos. Un informe presentado por la AID en 1968 a un comit6 del Congreso expresa: Aunque Africa representa actualmente menos de un dólar de cada 20 en el comercio exterior de los Estados Unidos, esta proporción ha venido creciendo a razón del 10% anual, el doble de la tasa de crecimiento del comercio norteamericano con el resto del mundo en desarrollo. De ese total, las exportaciones de los Estados Unidos a los estados africanos menos desarrollados (más de 750 millones de dólares en 1967) se han duplicado con exceso desde 1960 y han crecido a ritmos más rápidos que las exportaciones a Sudáfrica.
LA ERA DEL IMPERIALlS,I.iíO Estas estadísticas revelan un marcado vuelco a la tradicional dependencia africana respecto de los proveedores europeos. Las exportaciones comerciales de los Estados Unidos a los beneficiarios africanos de ayuda han aumentado en más del 55% en los últimos años.43 En cuanto a Ainérica Latina, uno de los logros de la Alianza para el Progreso, de acuerdo con el Departamento de Estado, es que "los Estados Unidos han podido conservar su participación [dentro del comercio de los países industriales] y aun aumentarla a expensas de los otros países industria le^".^^ La influencia de la .ayuda extranjera en la expansión de los canales normales del cornercio también puede advertirse en el sector agrícola, como lo indica el Departamento de Agricultura: Uno de los objetivcs centrales del programa de la Ley 480 una medida importante de! éxito de los objetivos de política exterior es la transición de los países, de la ayuda en alimentos, al intercairibio comercial. Japón, que durante 1956 y 1957 recibió más del 30% de sus importaciones de productos agrícolas norteamericanos bajo la Ley 480, aumentó sus compras en dólares de los 300 millones de aquellos años a más de 900 millones de drjlares en 1966, y ha sido el mayor mercado de dólares para los productos del campo norteamericano durante varios aiios. Entre 1955 y 1961, Italia recibió cantidades sustanciales de productos agrícolas por la Ley 480 y los programas de Seguridad Mutua. Las ventas en dólares de productos agrícolas norteamericanos a Italia aumentaron de algo más de 36 millones de dólares en 1955 a casi 275 millones en 1966. Otro ejemplo de la transición de la "AID" al puede hallarse en España, que en el período 1956-1962 rccibió de 61 a 141 millones de dólares anuales en ayuda alimenticia de los Estados Unidos. Desde 1956, las compras en Hearings, misma cita de nota 35, segunda parte, p. 296. Hearings. misma cita de nota 16, p. 1263. * Fronz "AZD" to "trade" en el original. Aid, en inglés, significa ayuda En este juego de palabras se aprovecha también la similitud de pronunciación de las palabras "aid" ( e i d ) y "trade" ( t r e i d ) que en inglés riman ( N . del T . ) 43
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dólares de Espaiía ascendieron de 10 millones a casi 200 millones de dólares en 1966.45 Aparte de abrir los canales del comercio y subsidiar las oportunidades de negocios de exportación, el programa de ayuda exterior también da impulso a la inversión externa norteamericana. A ésta se extiende, primordialmente, el alcance del apoyo y la protección. En su carácter de subsecretario de Comercio, Andrew F. Brimmer señaló ante una reunión de hombres de negocios que "si estos programas de ayuda se interrumpieran, las inversiones privadas serían un derroche, porque para ustedes no resultaría suficientemente seguro realizarlas". En particular, se ejerce presión sobre los beneficiarios de la ayuda para que firmen tratados en apoyo de los acuerdos de garantía de inversión. Ello tiende a crear el marco protector adecuado para la inversión privada de los Estados Unidos. El programa de ayuda exterior llega incluso a pagar el viaje y otros gastos de las empresas comerciales norteamericanas que quieren explorar las oportunidades de negocios de inversión. Y en algunos casos se contrata a una firma de consultores empresariales norteamericanos para explorar el terreno. Un contrato de esta especie le fue otorgado a Arthur D. Little, Inc., para promover la inversión en Nigeria. Entre sus resultados se cuentan la ayuda y el asesoramiento acordados para instalar las siguientes empresas en Nigeria: una planta de la Colgate Palmolive International para producir detergentes y dentífricos, una planta de la Aba Textile Mills (India Head Mills) que fue la ~ r i m e r aplanta de zaraza de algodón en Nigeria, y una fábrica de pilas secas de la Union Carbide.47
AYUDA EXTERIOR: LA CARGA DEL HOMBRE BLANCO Cuando Lord Balfour fue interrogado en la Cámara de los Comunes sobre la usurpación británica del gobierno de Egipto, expli4 5 Servicio de Investigación Econóinica, Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, 12 l'ears of Achievenzent z~nder Public Lazo 480. Washington, noviembre de 1967, p. 8. 46 New York Times, 5-XII-1965. 47 Comité de Asuntos Exteriores, Hearings on Foreign Assistance Act of 1966, Washington 1966, pp. 520-521.
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có que la sabiduría británica se había hecho necesaria para reemplazar la incompetencia de los gobernantes egipcios: Las naciones occidentales, tan pronto emergen en la historia, reypelan la existencia inicial de una capacidad para gobernarse a sí mismas, no siempre asociada, lo admito, a todas las virtudes o los méritos necesarios, pero aun así con méritos propios. . . Pueden ustedes examinar toda la historia de los orientales en lo que llamamos, en términos generales, el Este, y no hallarán vestigio alguno de gobierno propio. Sus siglos de oro - q u e han sido muy i m p o r t a n t e s han transcurrido siempre bajo gobiernos absolutos, bajo el despotismo. . . Un conquistador ha sucedido a otro, una dominación a otra; pero nunca a despecho de todas las vueltas del destino y la fortuna, han visto ustedes a una de estas naciones establecer por su propia acción lo que nosotros, desde el punto de vista occidental, llamamos gobierno propio.. . Supongo que un auténtico sabio oriental diría que el gobierno que hemos asumido e n Egipto y otras partes no es tarea digna de un filósofo: que es una tarea sucia, la tarea subalterna de cumplir con un trabajo necesario. . . Puede llegar el día en que ellos adopten no sólo nuestra filosofía superficial sino nuestra práctica auténtica. Pero después de 3 000, 4 000 o 5 000 años de historia conocida que estas naciones han pasado bajo un sistema diferente, no son treinta años de gobierno británico los que van a alterar el carácter impuesto en ellas por una tradición inmemorial. De ser cierto lo que digo, les o no es algo bueno para estas grandes naciones -y reconozco su grandeza- que ese gobierno absoluto sea ejercido por nosotros? Pienso que es bueno. Pienso que según muestra la experiencia han obtenido así un gobierno mucho mejor que cualquier otro que hayan tenido antes en toda la historia del mundo, y que no sólo les beneficia a ellos, sino que sin duda beneficia a la totalidad del Occidente civilizad^.^^ Probablemente Lord Balfour no hubiera imaginado nunca que el británico portador de la carga del hombre blanco se convertiría Citado en A. P. Thornton, T h e Imperial Idea and Its Enemies, Londres, 1959, pp. 357-358. 48
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en f:1 eslabón débil de la cadena ii:ipcrialista, que sc veria obligado a devaluar su moneda uria y otra vez, financieramente incapaz de sostener I>asc:s militares claves, y que vcría puesta cn duda sus posibilidades (le rnanteiir;. a la libra esterlina corno divisa de reserva. Las tareas 1n5s sucias y pesadas que entraíía el sosteninierito de la civilización occidental en beneficio del muiido subdesarrollado y del (1ccitlc:ntc: civilizado descansan hoy gi-avosameritesobre la conciencia de los Estacíos Unidos. La falta dc un control político p3r medio de co1o:iias exige ahora mayor ingenio y sofisticación, y también, por quí: no (Iccirlo, una dedicación incondicional. Los grandes recursos financieros de los Estados Unidos -no ilimitados, desdc luego, pero reforzados por la concentración de la banca rnirndial drntro de sus fronteras y por la expansión posible del crédito gracias a la posición del dólar como moneda internacional- - soii de la mayor utilidad para estos fines. El elemento rnis se~icilloen este proceso consiste en comprar gobiernos amigos y ayudarles a mantenerse en el poder. Muchas veces, leer las estadísticas de las agencias gubernamentales de ayuda es como leer un baróilietro político. Tómese el caso de los gastos de la AID en Braiil. consiqnados en el cuadro 28.
GASTOS DE LA AGENCIA PARA EL DESARROLLO INTERNACIONAL EN BRASIL --
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Gastos ( e n millones de dólares) -
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I)i\~isi611Estadísticas c Inforiiics, Agencia l)ara e: Desarrollo Intt,rnacional, U.S. Economic Assistance Progranzs Adminirtered b y ti!^ Agencjl for Inldrnational Deuelopnzcnt nnti Predec~sro:. Agenr. April 3, 194.:'-June 30, 1966, Washingtori, 30-111-1967, p. 28.
;Qiié pasó antes de 1964, cuando los gastos de la AID disminuyrron tart ahrnptarner~te?1'0s Estados Unidos sr sintieron cada
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vez más inconformes con las actitudes económicas y políticas del régimen de Goulart. i Q u é pasó en Brasil en 1964? El gobierno de Go~ilartfue derrocado por oficiales militares amigos de los Estados Unidos y adiestrados por ellos, como lo explica la declaración del presidente del Comité de Asuntos Exteriores de Ya Cámara de Representantes, citada m i s arriba. Los datos del cuadro 28 incluyen sólo un aspecto de la expansión de la ayuda financiera otorgada al nuevo gobierno: ademis de la AID, otras agencias gubernamentales intervinieron también. Los Estados Unidos, soIamente en 1964, se comprometieron a otorgar dádivas y préstamos al nuevo régimen por m i s de 500 millones de dólares. Por otra parte, como nos dice un ex funcionario de la AID, "las instituciones multilaterales [por ejemplo e l Banco Mundial y el FMI] fueron estimulados con éxito para reforzar esta suma".49 Este tipo de control es bastante simple. Pero la vida es a menudo más compleja para los administradores de la política norteamericana. Jacob J. Kaplan, excoordinador asistente de la ayuda extranjera en el Departamento de Estado, explica la naturaleza de estas complejidades con referencia especial al caso de Chile: En 1965. los Estados Unidos reclamaron al gobierno de C!iile que redujera la tasa de inflación, apoyaia el establecimiento de una fuerza militar interamericana. .e opusiera a la admisión de China Roja en las Naciones Unidas, acelerara la reforma de sus sistemas de recaudación de in~puestosy alcanzara un acuerdo liable con las asediadas empresas cuprífcras de propiedad norteamericana. L a lista no es completa, pero cada uno de estos pasos era importante para algún interés fundamental de los Estados Unidos. Todos provocaion dificultades al qobierno chileno. El gobierno demócrata cristiano se había heclio carqo en 1964 tras una rciiida victoria electoral sobrc la oposición apo)ada por los comunistas. Su programa había prometido la reforma ayrícola e iinpositiva, pero prelcía también cl rcexamen de la tradicional aceptación chilena respecto del liderazgo norteamericano en política e ~ t e r i o l .Representaba la oposición reformista frente 2 la oli~arcliiíaccnservadoia que había controlado el país por mucho tiempo. Pese a la inqentc
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4 q Jacoh J. JCaplan, T h c Challenge of Foreign .4z(I, Nueva York, 1967, 213.
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concentración de fondos de la ayuda norteamericana en los años precedentes, el crecimiento económico había promediado sólo un 3% anual y el costo de la vida había subido 45% en 1963 y 39% en 1964. El mantenimiento de la ayuda norteamericana en cantidades sustanciales era esencial para el éxito del programa del nuevo gobierno destinado a modernizar a Chile mediante procesos evolucionistas. Los funcionarios norteamericanos ~resionaron indudablemente en favor de los cinco puntos sin hacer una clara especificación de prioridades. Chile se abstuvo en la votación de la O N U sobre la admisión de China Roja, y fue esa la primera vez que dejó de sumar su voto al de los Estados unidos y la mayoría de sus vecinos latinoamericanos en apoyo del derecho de Formosa a la banca de China. En la cuestión aun más crítica de si la admisión de China Roia era un asunto suficientemente importante como para requerir el apoyo de dos tercios de la Asamblea General de la ONU, Chile se unió a los Estados Unidos al votar afirrnati~amente.~' Preñado como está el programa de ayuda exterior de conlplicaciones burocráticas, justificaciones humanitarias y la idiosincrasia de la estructura política norteamericana (equilibrio ejecutivo-legislativo-judicial), pueden resultar confusas las variaciones sufridas por la práctica de la ayuda exterior a través de los años. Pero por encima de todas las variaciones hay dos fines dominantes e interconectados en dirección a los cuales apuntan el control y la influencia: a ) conservar el contorno exterior de-la red imperialista como dependencia del sistema, y b) sostener y estimular el crecimiento de las fuerzas capitalistas -económicas y políticas- dentro de los paises en cuestión. Puede verse un ejemplo de cómo se persigue el primero de ellos en la incorporación, dentro de la legislación básica sobre asistencia exterior, de una cláusula sqyún la cual debe cuidarse que los paises subdesarrollados sigan dependiendo de las fuentes de combustible del "mundo libre", las cuales casi siempre constituyen la savia vital de la economía de los países subdesarrollados: Es de suprema importancia que los planes económicos de largo alcance tomen conciencia dc la necesidad de contar con Ibidem, pp. 208-204
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LA E R A DEL IMPERIALISMO una fuente confiable de abastecimiento de combustible, la cual es indispensable para el desarrollo y el crecimiento ordenado y estable, y de no basar esa dependencia en fuente? intrínsecamente hostiles a los países libres y al bienestar último d~ los países económicamente subdesarrollados, y que podrían explotar esa dependencia con fines de dominación política. Las agencias cubernamentales de los Estados Unidos se orientan a trabajar con otros países sobre planes para basar los programas de desarrollo en el uso de las reservas ingentes y estables de combustibles relativamente baratos que posee el mundo libre.51
Con respecto a la segunda finalidad, los siguientes fra,winentos tomados de informes de la AID ilustran sobre la clase de presiones que sc cjercen para asegurar mayor libertad a la empresa capitalista: El gobierno boliviano también puso en marcha vigorosas medidas para reformar y reorganizar las minas de estaño nacio nalizadas; aprobó un código de minería revisado, favorable a la inversión pri\.ada; dictó un decreto sobre consolidación y control de presupuestos y préstamos en el exterior con respecto a las corporaciones gubernamentales semiautónomas, y promulgó un nuevo código de inversiones y un programa reformado y mas ecluitativo de regalías, destinado a alentar la inversión privada. Cada una de estas medidas de autoayud a había sido vivamente reclamada por la AID, y su adopción es rn yran medida-atribuible a la asistencia de la AID.j2 I,a administración de Castello Branco [en el Brasil] ha llevado adelante un enérgico y eficaz programa de estabilización, desarrollo y reformri. . . La empresa privada ha sido estimulada mediante una política que detuvo la tendencia anterior hacia la propiedad estatal. Se han creado nuevos incentivos y se removieron viejcs obstciculos en un esfuerzo por aumentar la participación de la empresa privada, tanto extranjera como nacional. Se está en busca de nuevas inversiones extranjeras para el desarrollo de minerales y de la petroqi~ímica,y se ha Scc. 647.22 U.S.C. 2406, ley 87-195, tercera parte. Agencia para el Desarrollo Internacional, Proposed Econonlic Assistance Programs F Y 1967, Washington, marzo de 1966, p. 75. -2
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firmado un acuerdo de garantía de inversión con los Estados Unidos.63 La empresa privada tiene hoy en la India mayores oportunidades de las que tenía hace unos años. . . Quedan aun otros sectores de la economía donde la empresa privada encuentra di'ficultades, pero el de los fertilizantes es ejemplo de un campo que hoy está abierto al sector privado y antes no lo estaba. Esto es resultado, en gran medida, de los esfuerzos que hemos hecho, de la presunción que junto con otros miembros del consorcio hemos ejercido sobre el gobierno indio. Creemos que las condiciones están mejorando firmemente en la India. Todavía no han llegado tan lejos como quisiéramos nosotros.54 La mecánica del control sobre la orientación del desarrollo económico es muy variada y difusa como para que podamos exponerla en el espacio aquí disponible. Los funcionarios norteamericanos intervienen necesariamente en casi todos los niveles a que se toman las decisiones de los beneficiarios en el ámbito de los asuntos económicos; tratan de establecer alianzas con los funcionarios pro norteamericanos más dignos de confianza ( a menudo son los que se han educado y adiestrado en los Estados Unidos con ayuda de la AID) : proveen asesores y técnicos residentes. I,a culminación, sin duda, se alcanza cuando, como en el caso de Grecia. se logra la firma de un contrato entre el gobierno griego y una corporación norteamericana (Litton International Corporation) para que ésta se haga cargo de la programación de todo el desarrollo económico en la isla de Creta. 1-Iay una forma particular de control quc debr ser específicamente mencionada ya que probablemente sea poco conocida y poco comprendida. Cuando la ayuda es en forma de mercaderías financiadas por un préstamo de los Estados Unidos, el gobierno receptor es frecuentemente obligado a depositar en un fondo 101. ingresos que perciba de la venta de esas mercaderías en los mercados locales. Alrededor del 10% de lo recaudado se envía al gobierno norteamericano en pago dc los pastos locales de la embajada Ibídem, p. 79. Declaración de William S. Gaud, adniinistrador dr la Agencia para el Desarrollo Internacional, en el Comité de Asuntos Exteriores de !a Cámara de Representantes, Hearings on Foreign Assistnnce Act of 1968, p p . 181-185. 73
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LA ERA DEL IMPERIALISMO
de los Estados Unidos, las misiones norteamericanas o quizá los legisladores viajeros. El otro 90% permanece en poder del gobierno interesado pero sólo puede usarse para gastos aceptados por los Estados Unidos. Por añadidura, los productos agrícolas embarcados a los países subdesarrollados ( s q ú n la Ley 480) son también vendidos dentro de cada país a través de los canales normales del comercio. El ingreso por estas ventas, sin embargo, pertenece al gobierno de los Estados Unidos. Estas divisas locales de propiedad de los Estados Unidos derivan también de otros programas de ayuda exterior, pero la mayor parte proviene de las ventas de la Ley 480. El d'mero se utiliza entonces para fines internos: se hacen préstamos al gobierno y otras entidad~s.Ésta acumulación de divisas sigue creciendo, ya que por los préstamos se cobran intereses. En muchos países, éstos alcanzan gran magnitud. El modo como se usan estos cuantiosos fondos puede afectar seriamente la libertad de acción de las autoridades económicas del gobierno receptor. La magnitud de estos fondos de divisas de propiedad y control norteamericanos puede colegirse de los siguientes ejemplos: Cuantiosos fondos en rupias bloqueadas a nombre de los Estados Unidos se han acumulado en la India y Pakistán como resultado de la anlortización en moneda local de antiguos préstamos "blandos" del Fondo de préstamos para el Desarrollo, y especialmente de las ventas de excedentes de granos alimenticios provistos bajo préstamos de la Ley 480. El profesor Lewis ha estimado que para cuando termine el Tercer Plan las tenencias norteamericanas de rupias en la India "probablemente alcanzarán un valor agregado de 800 a 900 crores de rupias". lo cual "podría equivaler a, digamos, un quinto del total de moneda india existente". Este cálculo, por asombroso que parezca, fue muy conservador. Para enero de 1964, más de dos años antes del Tercer Plan Quinquenal de la India, las tenencias de rupias bloqueadas del gobierno de los Estados Unidos habían superado los 1 100 crores de rupias ( 2 300 millones de dólares) Desde el punto de vista de la política monetaria del Banco 55 Norman D. Palmer, South Asia and Unted States Policy, Boston, 1956, p. 156. La referencia de esta cita es a John P. Lewis, Quiet Crisis in India, Washington, 1962.
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del Estado [de Pakistán] es, desde luego, lrarto indeseable que un tercero [el gobierno de los Estados Unidos] posea algo así como el 15% de la existencia total de moneda y tenga control unilateral sobre cerca del 8%, a menos que haya un claro entendimiento entre los dos gobiernos sobre el manejo de esos fondos. En las condiciones actuales, es posible que la eficacia de cualquier acción del Banco del Estado para restringir el crédito pueda ser frustrada por las transacciones independientes del gobierno norteamericano. Tal actitud no necesita ser premeditada, como fue sugerido por la prensa.5G Al ritmo actual de colocación de excedentes, sumado a la amortizacióri de préstamos anteriores [de los Estados Unidos al gobierno egipcio], los fondos de contrapartida y los préstamos pendientes al gobierno ascenderán en diez años a una magnitud comparable con la del actual presupuesto del gobierno [egip~io].~' En la realización de su política, los Estados Unidos trabajan en cooperación con orgari;7acionc~sin!ernacioniles como el Fondo Monetario Internacional (FMI) - u n a importante fuente de préstamos a corto plazo para países deficitarios- y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (en lo sucesivo denominado aquí como BIRF o Banco Mundial), importante proveedor de fondos a largo plazo. Está también el grupo coordinador de las principales naciones industriales, o sea el Comité de Ayuda para el Desarrollo, integrado por los Estados Unidos, Canadá, Japón y los países proveedores de ayuda de Europa occidental. (Entre otras cosas, "el CAD.. . establece grupos de trabajo para la consideración intensiva de problemas específicos de asistencia, por ejemplo, sobre cómo evaluar los logros y las necesidades de ayuda de un país menos desarrollado, o cómo alentar el aumento de la inversión privada en los países en desarrollo".) 58 La cooperación entre el programa de ayuda exterior de los Es56 Dr. Christopher Beringer e Irshad Ahmad, T h e Use of Agricultura1 Sulplus Commodities for Economic Development in Pakistan, Karachi, enero de 1964, p. 14. Sa'id El-Naggar, Foreign Aid and the Economic Deuelopment of the United Arab Republic (Princeton Near East Papers No l ) , Princeton, New Jersey, 1965. Aqencia para el Desarrollo Internacional, Principies of Foreign ECOnomic As~istance, Washington, septiembre de 1965: p. 47. Nótese que el
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LA E R A DEL I,\IPERIALIS,\IO
tados Unidos y tales instituciones internacionales se basa en el control que los E ~ t a d o sUnidos y las otras naciones industriales rectoras ejercen en estas instituciones, y en el mutuo inteiés que estas naciones rectoras ( a despecho de la lucha competitiva entre ellas) tienen en preservar cierto tipo de relación con los países subdesarrollados. L a finalidad del trabajo de equipo de dichas oreanizaciones es infundir a los países receptorrs la conkicción de que no les queda otro recurso que segiiir cl consejo y las instrucciones de los países otor~antesde la ayuda y los préstamos. Para los Estados Unidos. el trabajar junto con los otros países por lo común sirve a una táctica habilísima: la imposición de la voluntad de los Estados Unidos no parece ofensiva cuando se ejerce bajo los auspicios de una organización internacional. El profesor hfason, clue ha recog;clo mucha experiencia en el campo de la ayuda exterior, observa que por lo general es mucho más fAcil producir carribios en la. políticas internas por mediación de una institución internacional como el Eanco Mundial o el Fondo Monetario que a trabés de acuerdos bilaterales de estabili~aciónen América Latina. Las reuniones del consorcio que encabeza el Banco Mundial se han comertido en foros de la mayor importancia donde se critican los programas de desarrol!~y las políticas de la India, Pakistán y otros países, financiados por este medio. . si los Estados Unidos o cualquier otro país prokeedoi de ayuda han cle ejeicer influencia sobre la política interna de un país receptor de ayuda. ya qra directamente. ya a trabés de una agencia internacional. sus representantes deberán tener una idea clara, basada en cuidadoso anBlisis, d r lo que quieren que ese país liaya >vluchaskeces se ha carecido de esa idea. Recientemente la L\ID h a empezado a prestar malor atención a este problenia. e intcntado for~nular para algunos de los principales países rrceptorrs dc ayuda ilna llamada Estrategia de Asistencia de Largo Alcance que expirsa los intereses ecoriómicos, políticos y de sepuridad 11c ios Estados Unidos en los países en cuestión, las condicioncs necsarias para su consecución y los i~~s:riiiilentosde .xllít;c;i cxterior que i esultan n e c t . ~ a r i o s . ~ ~ tér?niilo "países en desarrollo" eii ésta J otras citas de decir países subdesairollados. 5 9 Edward S Mason, o p . cit., pp 47-48
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iina torna +~iif~riiística
LOS GASTOS M l L I T A R E S Por derecho propio, el Banco ilfundial ejerce controles simples directos. Rehusa o concede préstamos, como lo haría cualquier buen banquero, de acuerdo con su propia opinión sobre la solvencia del prestatario. Recuérdese la referencia hecha mrís arriba sobre los zastos de la AID antes y después de Goulart. También el Banco Mundial "rehusó conceder préstamo alguno al Brasil durante varios años antes de 1964, principalmente a causa de la política financiera deficiente del gobierno que precedió a la administración de Castello B r a n ~ o " . ~ " El Banco establece condiciones rígidas de control sobre las naciones independientes en las clái~sulasde sus préstamos, como en el caso del proyecto energética Yanliee, de Thailandia, donde se exigió que el gobierno creara una Junta de Energía aparte de la autoridad ~uhernamcritalespecífica: q r e todos los puestos claves en el organismo oficial de la energía eléctrica, incluido el gerente general, se cubiieian previa consulta con el Banco, y que no se firmaran contratos sin la aprobación de los inqcnieros consultores, los ciiales, a su vez. debian scr aceptados por el Banco M ~ n d i a l . ~ ~ Aparte de presionar a los prestatarios para que mejoren el clima existente para la inversión privada. el Banco Mundial actúa desembozadamente como canal por el que se orienta el movimiento del capital privado hacia la iiiayoría de las oportunidades de inversión que se revelan en las negociaciones con los solicitantes de préstamos. El profesor Baldwin, cjue no vacila en utilizar el término "extorsión", desciibe en términos generales algunas de las actividades del Banco en el pasado: )
El BIRF, en efecto, existe para procurar negocios a sus coinpetidores, los inversionistas privados. A la vista de las demandas recibidas de los países subdesarrollados para el suministro de la mayor cantidad de capital posible en las condiciones más benignas y en el menor plazo posible, la respuesta del BIRF ha sido, efectivamente, que en realidad esos países no necesitaban tanto capital como pensaban; que el capital que necesitaban era el capital privado, no el público; y que la
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Comité de Relaciones Exteriores, Senado dc los Estados Unidos, Suruey of the Alliance for Progress-Znflation in Latin America, Washington, 25-IX-1967, ilota al pie de la página 38. Véase Escuela de Leyes de la Universidad de Columbia, Znternational Deuelopment Financing in Thailand (Informe No 4 ) , Nueva York, febrero de 1963, pp. 81-83.
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L A ERL4 DEL IMPERIALISMO razón de qce carecieran del capital privado suficiente cra que sus gobiernos practicaban políticas indeseables. La solución dada por el BIRF consistió, por lo tanto, en negar los préstamos, con el objetivo estratégico de inducir (extorsionar) al gobierno en cuestión para quc cambiara su p~lítica.~'
Para suavizar el resentimiento de las naciones subdesarrolladas contra el control de mano dura ejercido por el Banco Mundial, se perfeccionaron nuevos dispositivos, entre ellos, especialmente, los bancos de desarrollo regional. Pero también éstos, bajo su fachada de control "local", están sometidos a los mismos rigores de la necesidad económica en el mundo de las finanzas. Las razones de esto las rsplica el profesor Mikesell: Existe en muchos de los países menos desarrollados la convicción de que las principales instituciones prestamistas internacionales son dominadas por los Estados Unidos y otras potencias occidentales, y quc por lo tanto buscan imponer la política de los países industriales occidentales a los países del mundo en desarrollo. Fue en parte debido a esto que las repúblicas latinoamericanas lucharon durante años por el establecimiento de una institución financiera interamericana manejada por y para los latinoamericanos. Aunque en gran medida este esfuerzo ha obedecido a la insatisfacción frente a las condiciones de préstamos impuestas por el Banco Mundial, podrían resultar importantes ventajas políticas y psicológicas de la canalización de una parte sustancial del capital disponible para América Latina a través del nuevo Banco Interarnericano de Desarrollo. Sin embargo, debido a que el Banco I n teramericano de Desarrollo, al igual que el Banco Mundial, debe obtener sus recursos financieros e n los mercados internacionales de capital, necesita conquistar la confianza del gobierno y el público de los E ~ t a d o sUnidos mediante la solidez de sus operaciones dc prc?'stamo. Por consiguiente, si ha de tener éxito, es difícil que su política pueda ser muy dis~ nuestro). tinta de la del Banco M ~ n d i a l . "(Subrayado 6 2 David A. Baldwin, Economic Deuelopment nnd American Foreign Policy 1943-1962, Chicago, 1966, p. 36. 6 3 Raymond F. Mikesell, "Problerns and Policies in Public Lending for Econornic Developrnent", op. cit.. edición del autor, 358-359.
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LOS CASTOS MILITARES
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EL CONTROL A TRAVES DEL FMI
!
La disciplina extrema impuesta por las naciones ricas a las pobres se expresa en los préstamos de estabilización efectuados por el Fondo Monetario Internacional. Aquí ya no se trata de proyectos ni de planes de desarrollo posible a largo plazo. El país que solicita iuri préstamo del F M I (préstamo a corto plazo para estabilizar su moneda) se encuentra por lo común en situación desesperada, o poco menos. La secuencia habitual es ésta: el déficit del balance de pagos consume las reservas del tesoro o del banco central; perqiste el déficit; resulta irnposible cumplir los compromisos de pago con proveedores extranjeros; tampoco puede satisfacerse el pago de intereses y amortizaciones sobre préstamos anteriores acordados por bancos y gobiernos extranjeros; la remesa de dividendos de las inversiones del exterior no puede hacerse. Como resultado de todo esto, el país afronta la bancarrota. La bancarrota para un país -debe hacerse notar- no implica meramente una pérdida de prestigio, sino qUe significa además la quiebra del comercio exterior y la incapacidad de importar las mercancías extranjeras necesarias para la vida económica del país. El país afectado ensayará diversas medidas de emergencia para salir del atolladero en que se encuentra: control de las importaciones, subsidio a los exportadores, tipos de cambio múltiples como herramienta del subsidio y el control, etc. Pero cuando éstas fallan o se necesitan recursos adicionales en efectivo para permitirles funcionar, el país vuelve necesariamente los ojos hacia el F M I : los banqueros privados no son prestamistas muy amistosos para un cliente que no puede pagar sus deudas, especialmente cuando las cuentas son a nombre de un banquero colega. La práctica del F M I consiste en prestarle al país, virtualmente ante la mera solicitud, hasta un 25 por ciento de su cuota en el Fondo. Esta operación es respaldada colateralmente por la suscripción en oro que el propio país tiene hecha con el Fondo. Más allá de este límite el país deficitario debe fundar su solicitud de préstamo. Y el FMI, como todo buen banquero, aprovecha el período de negociación para insistir en que el beneficiario tome medidas que hagan de él un prestatario más responsable. Un buen banquero, un banquero conservador, tiende a conservar; en otras palabras, contribuye a mantener las relaciones comerciales tradicionales, incluyendo, desde luego, la perpetuación de la dependencia económica y financiera de las naciones más débiles respecto de las más fuertes.
172
L A E R A DEL IMPERIALISMO
El ejemplo clásico del tipo de control ejeicido por el PMI sc dio cuando el gobierno de Castro se dirigió al FMI y al Banco Mundial para reconstruir las reservas de di~isas extranjeras que habían sido agotadas por el régimen de Batista, y para iniciar una seria industrialización y la reforma agraria. El New York Times explicó que Cuba podría obtener ayuda económica bajo ciertas condiciones: "Para obtener ayuda en Lran escala con miras a la solución de sus problemas de presupuesto y balance de pagos, el dcctor Castro tendrá que dar su acuerdo a un programa de estabilización propuesto por el Fondo -Monetario Internaciorial. Este programa implicaría una limitación del crbdito y un presupuesto equilibrado, o casi e q ~ i i i b r a d o " . ~ ~ Sin embarso, la restricción creciiticia y el equilibrio presupuestario habrían producido un aumento y no una disminucibn ciel desempleo. Más aún: tales restricciones habrían significado en la prjctica un vcto contra la reforma agraria y las medidas para suprimir la desocupación. La respuesta cubana, desde luego, consistió en abandonar el sistema imperialista, buscar aliados en el campo socialista y empezar a reconstruir su economía sobre líneas diversificadas, con ia máxima utilización de sus recursos humanos y naturales. (Es erróneo confundir independencia económica con autarquía. La cuestión no es suprimir el comercio, sino eliminar la dependencia extrema respecto de un tipo limitado de comercio que sirve sólo para satisfacer los requerin~ientosy las condiciones de las naciones dominantes) . Pero el país que no busque un camino totalmente distinto debc estar dispuesto a doblar la cerviz ante las demandas del acreecior. El FMI, como prestamista de clientes en desgracia, fija condiciones rígidas antes de facilitar el dinero, según las mejores tradiciones de la banca internacional. A los círculos del IXII no les preocupa. al menos oficialmente, si el déficit persistente de algunos países puede ser, o no, consecuencia necesaria de un superávit persistente en otros países y, en caso afirmativo, si es posible o no alcanzar ci equilibrio sin practicar ajustes en los países superalitarios (respectcl de barreras arancelarias, cuotas de importación y demás) al mismo tiempo que en los deficitarios. Por su estructura y mecanismo administrativo, el F M I sólo actúa para imponer las reglai de juego que gobiernan las relaciones de poder existentes entre los países " W e w Y o r k Times, 23-IV-1959.
LOS GASTOS MILITARES
173
- - i eglas que ezolucionaron a lo largo del mismo proceso mediante el cua! algunas naciones se convirtieron e n las naciones ricas, y otras pasaron a ser las naciones pobres. Por esto Thomas Balogli, miembro del Balliol College de Oxford, y desde 1964 asesor económico del gabinete británico, juzga la mechica del neo-imperialismo (así le llama) en estos términos:
Según creo, puede demostrarse que el automatismo [dcl meLcado] tal como existió representa por sí solo una severa limitación de la posibilidad de un pleno desarrollo del socio más débil del "pacto colonial", aun cuando no exista ninguna política que conscientemente persiga la explotación e : beneficio del área metropolitana. Por lo demás, la propia filosofía del equilibrio monetario y fiscal representa una desventaja adicional para el área mjs débil. Si este análisis es correcto, se dediicen dos conclusiones, ambas indigeribles para el criterio convencional. La primera es que el actual avance de las lonas ex coloniales no ofrece garantía alguna de progreso estable y sostenido en el futuro, a menos que se hagan esfuerzos especiales para reemplazar los estíniulos negativos por otros positivos y poner fin a las ataduras coloniales. L a segunda es que el neo-imperialismo no depende de la do~iiinaciónpolítica desembozada. Las relaciones ecor:óniicas dr los Estados Unidos con América del Sur no son esencialmente distintas de la; de Gran Bretaña con sus colonias africanas. El Fondo M o netario Internncional desempeña el rol de la administración colonial e n cuanto a mantener vigelites las reglas dcl juego.61 (Subrayado nuestro). La solidez de las políticas monetarias y fiscales propiciadas por el FMI sigue pautas que nos son familia re^:^' Thomas Balogh, Thc Economics of Pouerty, Londres, 1966, pp. 28-29. ¡,os lectores interesados en la teoría económica y los problemas de los ~ a í s e ssubdesarrollados deben estudiar el capítulo 1 de este libro, "Economic Policy and the Price System". 66 Una publicación del F M I describe en términos generales los requisitos impuestos por el Fondo cuando se efectúan préstamos de estabilización: "Incluyen también compromisos o declaraciones de intención relativas a otros aspectos del buen comportamiento internacional, tales como la adopcián de políticas financieras internas sensatas y la limitación de las restrict.ionrs al comercio. S r ha comprobado en la práctica que, a menos que los (8;
ah
174
L.4 E R A DEL IMPERIALISMO
1 ) Eliminar controle; sobre la importación y la exportación; liberar los tipos de cambio; devaluar la moneda a una tasa más realista en relación con el dólar. El resultado de tales cambios es el fortalecimiento de las relaciones existentes de precios y de comercio, y. de todos los aspectos derivados de la dependencia económica y financiera. Esto no obedece necesariamente a un designio ni al nefasto complot de un minúsculo grupo de banqueros internacionales. Es la aplicación lisa y llana de principios "sensatos" en materia de economía y finanzas: las fuerzas ciegas del mercado han de obrar maravillas. Sin embargo, las fuerzas ciegas del mercado, cuando son eficientes, lo son en el sentido de reproducir la distribución tradicional de los recursos e, igualmente, de reproducir las desigualdades que resultan de tal distribución de recursos: desigualdades dentro del país y en las relaciones entre naciones fuertes y débiles. 2 ) Implantar severos controlrs monetarios y fiscales dentro del país; instituir controles de salarios y precios; equilibrar el presupuesto. Otra vez una economia sensata y responsable. Pero, ;qué significa esto en ias naciones capitalistas subdesarrolladas? Los presupuestos equilibrados se logran aumentando los impuestos y reduciendo los gastos del (gobierno. i C u á l e ~irripuestos, y coriespondientes a quienes, serán los que se aumenten en países dominados por una pequeña élite dirigente? Al reducir los gastos, los rubros más fáciles de cortar son los gastos del bienestar social. (Esto no sorprenderá a los lectores norteamericanos, que hayan sido testigos del impacto de la guerra. de Vietnam sobre los yastos en países logren poner bajo control cualquier tendencia inflacionaria que estén experimentando, no ~ u e d e nni devolver los retiros del Fondo en el plazo debido ni progresar hacia la consecución de objetivos del Fondo, tales como la estabilidad de cambios y la eliminación de restricciones a las transacciones internacionales corrientes. Por lo tanto, los retiros y acuerdos de estabilización muchas veces se realizan condicionados a la adopción de programas de estabilización financiera, incluyendo compromisos bastante precisos con respecto a las finanzas públicas, limitaciones cuantitativas a la expansión del Banco Central, requisitos mínimos de reserva para los bancos comerciales, etc.". J. Marcus Fleming, T h e Znternational Monetary Fund, Its Form and Functioning, Washington, 1964, pp. 35-36. Para un cuidadoso estudio de las condiciones de control impuestas por el Fondo a la Argentina, véase Eprime Eshag y Rosemary Thorp, "Economic and Social Consequences of Orthodox Economic Policies in Argentina in the Post-War Years", Bulletin of the Oxford University Znstitute of Economics ano' Statistics, febrero de 1965.
LOS GASTOS MILITARES
175
bienestar social). Una de las quejas más reiteradas de los funcionarios del FMI y de la AID norteamericana se refiere a las corporaciones cubernamentales de los países subdesarrollados (por ejeinplo las de transporte público y energía eléctrica) que operan con déficit. Entre las principales exigencias del F M I a canibio del otorgamiento de ayuda para estabilizar las monedas figura la climinación de tales d4ficit. Pero por lo general estos défcit representan un subsidio del gobierno para proveer, por ejemplo, energía eléctrica y medios de transporte a tarifas que sean accesibles a los qrupos dc nienores ingresos. La eliminación del déficit se logra por la elevación de los precios a un nivel rentable. En cuanto a lcs controles de s2larios y precios, no hace falta comentar cómo funcionan habitualmente en las naciones capitalistas. No hay conflicto cntre los objetivos del FMI y la actividad de la AID; de hecho, ambos trabajan en estrecha vinculación, como lo expresa un ex funcionario de la AID: El programa griego de estabilización de mediados de la década de 1950 y los acuerdos con el Brasil, Colombia y Chile se han apoyado r n la ayuda norteamericana y dependieron de la observancia de las recomendaciones del FMI. En Chile, por ejemplo, los préstamos del pro~gramapara 1963 y 1964 estuvieron en gran medida condicionados al cumplimiento, por parte de Chile, de las políticas fiscal, monetaria y de cambios definidas por los acuerdos de estabilización con. el FMI. Más recientemente, en 1966-67, la asistencia de la AID a Ceilán y Crhana cstuvo condicionada a las medidas de estabilizacitn recomendadas por el Fondo. . . G7 Cuando el FMI neyocia sus préstamos, las condiciones impuestas incluyen compromisos muy concretos que deben asumir los países prestatarios. Las cartas que intercambian el FMI, los Estados y rl país prestatario, en las que se revelan los términos impuestos, son confidenciales y de difícil acceso para el público. Sin embargo, un caso que salió a la luz es sumamrnte esclarccedor. En 1959, uno de los requisitos de equilibrio del balance de pagos impuestos al gobierno boliviano fue la eliminación c!e partic'as superfluas del presupuesto : 67
Joan M. Nelson, op. cit., p. 83.
116
LA E R A DBL IMPERIALISMO Tanto la asistencia para estabilización del Fondo Monetario Internacional como la ayuda del gobierno norteamericano fueron negociadas bajo la condición de que el gobierno de Bolivia adoptara medidas de estabilizacióri económica, incluyendo específicamrntc la élimi~aciónde un subsidio de 3 millones de clólares anuales a los comisionados del gobierno que venden artículos de consumo a los
Lo que debe haber significado la presión de este subsidio a los comisionados mineros puede inferirse de la siguiente nota de Paul Montgomery, publicada en el Neto I'ork 7 ' i n ~ e c bajo . el título "El hambre es compañera permanente de los mineros de Bolivia": Camino abajo por i?na chirriante l í a de trocha angosta, dos mineros indios empujaban con gran esfuerzo una oxidada carretilla cargada de mineral de estaño. El mineral debía seguir luego su viaje a Huanuni, en el valle, y después a la p1ai:ta de concci~tracióncercana a Oruro, veinte millas rnás alllt, y de allí a los hornos de fundición de los Estados Unidos o para comodidad de las amas de casa, para llegar finalmente a los basurales y ser sepultado nuevamente en la tierra. Los indios a c a y o de la carretilla, cuyo salario b'dsico es tle 25 dólares mensuales, probablemente no habían comido jamás cosa alguna que ~ i n i e r aen envases de estaño. Abultaba sus carrillos el alimento corriente, las hojas de coca, dr: las que se extrae la cocaína. Los mineros bolivianos mascan la boda, que les cuesta a razón de 5 centavos de dólar el puñado doble, porque les mitiga el hambre y les d a energía para trabajar r n el aire enrarecido. Detras del carro carriinaba una escudlida niiía de no mis de seis años. Su hermanito menor espiaba desde el-chal andrajoso con que iba amarrado a la espalda. Los pies de la pequeña estaban envueltos por andrajos llenos de lodo. Sus piernas eran azules. Iba escudriñando los (airiles cn busca de peda7os de mineral que hubieran caído de las carretillas. Si el mineral es '
f j W a y m o n d F. Mikesell, ed., op. cit., p. 356.
LOS GASTOS MILITARES
177
de buena ley, puede ser canjeado por alimentos en las tiendas ilegales.69
AYUDA Y ENDEUDAMIENTO La dependencia económica de los países subdesarrolladcs como materias primas para los desarrollados t : resulta también en una dependencia financiera. Y esta dependencia financiera sirve para solidificar la dependencia económica. Este proceso sigue por lo común las líneas siguientes: Las fluctuaciones ril la demanda, y como consecuencia, en los precios de los productos primarios que exportan los países subdesarrollados, generan frecuentes déficit. Los dGficit son financiados mediante préstamos solicitados a los países acreedores. El servicio de la deuda -pago de intereses y amortización- exige que una porción de las exportaciones futuras se dedique a este propósito y no al pago de las importaciones necesarias. Por consiguiente, se necesitan nuevos préstamos para pagar las importaciones regulares. Este ciclo de dependencia económico-financiera se torna más pronunciado, paradójicamente, a medida que un país trata de avanzar por la ruta capitalista ya establecida. Porque entonces el país importa bienes de capital de las mismas naciones acreedoras y multiplica su endeudamiento: los bienes de capital se adquieren a cr¿dito y deben pagarse Fn la moneda del país proveedor. Los países dcsarrollados, especialmente los más débiles y los que aun están pagando el costo de pasadas guerras, también tienen deudas externas. Pero la diferencia entre los países avanzados y la periferia de la red imperialista se aprecia llamativamente en la comparación de los cambios sufridos por las situaciones de endeudamiento externo de estos dos grupos de naciones, como se ve en el ctiadro 29. Esta más que cuadruplicación de la deuda externa de los países subdesarrollados en la última década ha significado también un crecimiento muy rápido de los requerimientos para su servicio: en 1956 el conjunto de los paises subdesarrollados tuvo que pagar casi 800 millones de dólares como servicio de sus deudas, O sea menos del 3 por ciento de sus exportaciones; en 1967 debieron pagar unos 3 900 millones dc dólares, esto es, más del 10 por ciento
1 abastecedores de alimentos y
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;
I
1
a
I
F9
T h e New Y n r k Times, 25-VIII-1967.
LA ERA DEL IMPERIALISMO
178
de sus e x p o r t a c i ~ n e s Como . ~ ~ se mostrará más adelante, la carga de la deuda para muchos paises individuales fue mucho más gravosa de lo que indican estas cifras genéricas.
ESTIM.iCI6N DE LA DEUDA EXTERNA PENDIENTE A MEDIANO Y LARGO PLAZO . ---
-
Al 19 de enero de
FUENTE:
A
-
p e
Países desarrollados Paises subdesarroiiados (miles de millones de dólares)
Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, Externa1 Medium-and Long-Term Public Debt Past and Projected Amounts Outstanding, Transactions and Payments; 1956-1976, Washington, 4-XII-1967. Se resumen las estadísticas de deuda de 16 países desarrollados y 92 subdesarrollados. Nota: Se trata de estimaciones; el informe es difundido entre las bibliotecas y los estudiantes especializados, con la advertencia de que no son cifras oficiales del Banco Mundial.
En este proceso de expansión de la deuda y de aumento de la carga que entraña su servicio, las actividades de ayuda de las naciones industriales desempeñan un papel especial. En primer lugar, una porción sustancial de la ayuda otorgada es para pagar deudas anteriores y no para gastos corrientes de desarrollo. Así en 1966, aproximadamente el 44 por ciento de la ayuda otorgada por los países avanzados a los subdesarrollados fue necesario para pa~ ~ s q u n d o lugar, el propio proceso de gar deudas a n t e r i ~ r e s .En 7 0 Las exportaciones de países subdesarrollados a los países no comunistas en 1956 totalizaron 24.100 millones de dólares; en 1966, 35.700 millones. Fuente: Naciones Unidas, Statiscal Yearbook, 1967, Nueva York, 1968. 71 El flujo de la ayuda de los países desarrollados a los subdesarrollados ascendió a 9.100 millones de dólares en 1966. Naciones Unidas, T h e Externa1 Financing o f Economic Development, International Flow of LongT e r m Capital and Official Donations, 1962-1966, Nueva York, 1968, Tabla 3.
1,
LOS GASTOS MILITARES otorgamiento de ayuda aumenta la carga de la deuda que pesa sobre las naciones deudoras dependientes.
.4YUDA ECONÓMICA Y MILITAR DE LOS ESTADOS UNIDOS: PRESTAMOS VS. DONATIVOSa ENTRE EL 1-VII-1945 Y EL 30-VI-1967
Cantidad (en miles de millones de dólares) DonaPrésTotal tiuos tamos Países desarrollados b Países "clientes" C Todos los demás países subdesarrollados NOTAS
y PUENTES:
Distribución porcentual Dona- PrésT6tal tivos tamos
45,7 36,9
33,4 32,O
12,3 4,9
100 100
73
27
87
13
34,6
14,4
20,2
100
42
58
Las mismas del cuadro 23.
AYUDA ECONÓMICA Y MILITAR DE LOS ESTADOS UNIDOS: PRRSTAMOS VS. DONATIVOSa ENTRE EL 1-VII-1957 Y EL 30-VI-1967
Cantidad (en miles de millones de dólares) DonaPrésTotal tiuoc tamos
Distribución porcentual Dona- PrésTotal tiuos tamos
1
Países desarrollados b Países "clientes" Todos los demás países subdesarrollados NOTAS
R
y
FUENTES:
7,5 20,7
591 17,O
2,4 3,7
100 100
68 82
32 18
27,8
11,l
16,7
100
40
60
Las mismas del cuadro 23.
Examinemos las prácticas norteamericanas en materia de ayuda para ver cómo funciona esto. El cuadro 30 presenta ia distribución de la ayuda norteamericana bajo forma de préstamos y donaciones para el período que va desde el año fiscal 1945 hasta
180
LA E R A DEL IMPERIALISMO
el año fiscal 1967. Lo que descubrimos es que el 73 por ciento de la ayuda otorgada a lo largo de estos años a los socios industriales avanzados de los Estados Unidos lo fue en forma de donacioiies. Una proporción aun más elevada (87 por ciento) de las contribuciones de los estados "clientes" lo fue en forma de donaciones. Pero h a n d o llegamos al yrueso del mundo subdesarrollado, encontramos que sólo el 42 por ciento asumió la forma de donaciones, y que el 58 por ciento lo constituyeron los préstamos. La primera razón de este extraíío contraste es que la ayuda del Plan Marshall a Europa occidental asumió la forma de donaciones, no de préstamos. Un procedimiento de lo más razonable y sayaz, p3rque lo que estaba en juego era la misma preservación del sistema capitalista en este mundo: sin el P!an Marshall, los Estados Unidos tal vez se habrían convertido en una isla capitalista en inedio de un mar socialista. La segunda razón de ese contraste es que por norma general la asistencia militar asume la forma de donaciones, en tanto que la ayuda económica, excepción hecha del Plan Marshall, consiste en préstamos. Esto explica la gran coqcentración de donativos entre los estados "clientes" (un factor adicional es que la donación a estos países también inc11i)e panos por el arrendamiento de bases y centros de comunicación). El patrón no es muy distinto aun si eliminamos la influencia del Plan Marshall en nuestros cálculos. El cuadro 31 es similar al cuadro 30, con la excepción de que cubre los años fiscales de 1957 a 1967, después de haberse completado el Plan Marshall. Para esta época los países desarrollados estaban recibiendo mucho menos ayuda; pero como la ayuda que reciben es principalmente para fines militares, la proporción de los donativos se eleva al 68 por ciento. Los estados "clientes" obtienen un rorcentaje algo menor del observado en el cuadro 30 en forma de donativos, pero aun se mantiene por encima del 80 por ciento. Y cuando Ilagamos al grueso de los paises subdesarrollados la porción de ayuda norteamericana efectuada bajo la forma de donativos es de sólo el 49 por ciento, mientras que los préstamos constituyen el 60 por ciento. La consecuencia de este sistema cs que una proporción creciente de la ayuda presente se necesita para el mero servicio de la ayuda pasada. Sobre este asunto, el informe de la Biblioteca del Congreso mencionado más arriba decía:
I
LOS GASTOS MILITARES
181
En 1964, los países subdesarrollados debían a los Estados Unidos 5 000 millones de dólares en préstamos amortizables en la misma moneda, y en 1964 la-deuda corriente aumentó en más de 500 millones. Además de esto, los países subdesarrollados deben más de 500 millones. Además de esto, los países subdesarrollados deben más de 4 000 millones de dólares en préstamos que pueden pagarse en monedas locales más bien que en dólares. El costo de mantenimiento de tan grande deida está consumiendo actualmente alrededor del 30 Dor ciento del total de 10s nuevos finan~iamientos.~~ Esto incluye lo que los países subdesarrollados deben solamente a los Estados Unigos, y abarca la totalidad del mundo subdeswrollado. Considérese, empero, lo que la ayuda de los Estados Unidos significa para América Latina. Durante los años de 1962 a 1966, el promedio anual de pago del servicio de la deuda pública extrrna de todos los países latinoamericanos fue de 1596 millones de dólares. En el mismo lapso, el promedio anual de la asistencia norteamericana a los países latinoamericanos cn forma de préstamos y donativos fue de 1.213 millones de dólares.7s De manera que la asistencia económica de los Estados Unidos jni siquiera cubrió los requerimientos del servicio de deuda del conjunto de América Latina! Para apreciar el significado del continuo crecimiento de la deuda puede ser útil un sencillo ejercicio de aritmética. Si un país pide prestado cada año, digamos, 1 000 dólares anuales, antes de mucho el servicio de la deuda será mayor que el dinero recibido anualmente. Ofrecemos un ejemplo en el cuadro 32, y tomamos un caso típico de préstamo: un país recibe 1000 dólares al 5 por ciento de interés anual para ser amortizado en cuotas iguales a lo largo de 20 años. Suponemos también que el país recibe un préstamo similar cada año. Como puede verse en el cuadro, duiante el quinto año de la ayuda casi la mitad del dinero que ingresa debe ser usado para el servicio de la deuda anterior. En el décimo año, casi el 90 por ciento del nuevo dinero recibido se necesita para el servicio de la deuda. Para el décimoquinto año el egreso de caMismo informe citado en nota 3, p. 69. 7 V ~ g de o servicios calculados a base de la fuente citada en el Cuadro 29. I,a cifra para la ayuda norteamericana es del Consejo de Asesores ECOnómicos, Annual Report 1968, Tabla B-86 72
a
LA ERA DEL IMPERIALISMO pita1 es superior al ingreso. En el vigésimo año el prestatario paga para el servicio de la deuda anterior más de un dólar y medio por cada dólar de dinero nuevo que recibe prestado.74
SERVICIO DE LA DEUDA PARA EL CASO DE UN PRÉSTAMO DE 1000 DOLARES CADA ANO, AMORTIZABLE A VEINTE AROS CON INTERESES DEL 5 POR CIENTO
Año
Entrada de capital: suma prestada cada año
Salida de capital: servicio de la deuda acumulada Interés Amortización Total
Pero ;por qué debe un país continuar pidiendo prestado año tras año? ;Acaso no se usa el dinero prestado para desarrollar el país de manera que haya dinero suficiente para pagar la deuda? Para responder a estas preguntas, debemos advertir la diferencia t entre una deuda interna y una deuda externa. Cuando un hombre de negocios pide prestado dentro del país y debe pagar la deuda, el roce di miento es muy sencillo: a medida que su negocio crece con la ayuda del dinero prestado, utiliza sus ganancias para amortizar la deuda con la misma moneda que pidió prestada. Pero si un hombre de negocios o un gobierno obtiene préstamos de una fuente extranjera, sólo puede devolver el dinero en la moneda de !as naciones extranjeras. De tal manera, aunque el dinero prestado sirva para producir un crecimiento interno, la deuda no puede ser pagada a menos que haya exportaciones suficientes para obtener las divisas extranjeras necesarias. Si las exportaciones no son suficientes para pagar la deuda y comprar las importaciones requeridas, se genera una presión en favor de la obtención de nuevos préstamos. Cuando culmina este proceso los banqueros renuevan los préstamos, siempre que el país receptor se comporte como un buen chico. 7 4 En cuanto al fundamento matemático de ésta y otras suposiciones, véase Goran Ohlin, Aid and Indebtedness, París, 1966.
*
LOS GASTOS MILITARES CUADRO
183
33
PROPORCIÓN DE LAS EXPORTACIONES ABSORBIDAS POR EI, SERVICIO DE LA DEUDA Y LAS GANANCIAS DE LA INVERSIÓN EXTRANJERA EN 1966 --
- - - - ---
A -
-
Por ciento de la exportación dedicado a Interés de la deuda y Amortización de la ganancias de la inverdeuda pública sión extranjera
Total
Brasil Chile Colombia Costa Rica Ecuador Etiopía Filipinas Guatemala Hondiiras India Kenya México Nicaragua Nigeria Pakistán Panamá Paraguay Perú Turquía Uruguay Venezuela 1961. 1965. No incluye ganancias de la inversión extranjera. FUENTE: Calculado sobre datos de estos orígenes: amortización de deuda, la misma fuente del cuadro 32; interés de la deuda y ganancias de la inversión extranjera, de Naciones Unidas, T h e Externa1 Financing of Economic Deuelopment, Znternational flow of longterm capital and official donations, 1962-1966, Nueva York, 1968, cuadro 29; exportaciones, de Fondo Monetario Internacional Direction of Trade Annual 1962-1966, Washington (sin fecha). (Los datos sobre amortización del Brasil son de la citada fuente de las Naciones Unidas).
a b
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L A E R A DEL IMPERIALISMO
Y es el caso que durante el pe~íodode posguerra el crerimiento de los pagos por servicios de la deuda del mundo subdesarrollado ha sido mucho inás rápido que el crecimiento de sus exportaciones. De aquí que la carga de la deuda se haya vuelto más opresiva, y haya aumentado en consonancia la dependencia financiera respecto de las naciones industriales rectoras y de sus organizaciones mundiales, como el Banco Mundial y el FMI. La significación de esta carga se muestra en el cuadro 33. Los datos corresponden a un grupo escogido de países sobre los cuales sr dispone de estimaciones. La primera columna consigna el porcentaje de las exportaciones de cada país en 1966, que se usó para amortizar deudas anteriores. La segunda columna indica la proporción de las exportaciones que se aplicó al pago de intereses d~ la deuda externa así como de los intereses y ganancias de la inversión extranjera. La columna final señala el total de capital egresado (amortización de deuda) y del ingreso, como por ciento de las exportaciones. Descubrimos que para la mayoría de los países representados la carga de la dcuda y del pago de las inversiones de capital es de por lo menos el 15 por ciento de las exportaciones, con unos pocos en el nivel del 20 al 30 por ciento. Es particularmente digno de destacar que esta carga lia venido iricrcmentándose durante todo el 1:eríodo de postguerra. Esto es reflejo de 1) la cuadruplicación de la deuda indicada en el cuadro 29, junto con el rápido aumento de la inversión extranjera por parte de los principales centros de capital: y 2) la lenta expansión de las exportaciones de los países subdesarrollados.
EL REZAGO DE LAS EXPORTACIONES El lento crecirniento de las exportaciones de los países subdesarrollados se n~uestranítidamente cuando se lo compara con la pauta de crecimiento de las exportaciones en las naciones desarrolladas. Esta cornparacióil se ofrece en cl cuadro 34. Ilurante los quince años que van de 1950 a 1965, las exportaciones de los ~ a í s e sdesarrollados crecieron a una tasa anual del 8,5 por ciento. Una expanqión tan acelrrada proporciona tremenda ventaja a los países desarrollados: les provee las divisas extranjeras necesarias para solvrntar un aumento rápido de las importaciones, pagar el servicio de su deuda externa y también exportar capital. La tasa
,
,
LOS GASTOS MILITARES de crecimiento decididamente menor de las exportaciones de los paises subdesarrollados (4,5% al año) provee medios insuficientes para armonizar con los pagos que tienen que hacerse debido a la creciente deuda y a la repatriación de las utilidades provenientes de los inversionistas extranjeros. Esto ocurre especialmente en los países que no son exportadores de petróleo, en los cuales la tasa anual de crecimiento de las exportaciones es solamente de 3,670 al año. CUADRO
34
CRECIMIENTO DISPAR DE LAS EXPORTACIONES ENTRE PAISES DESARROLLADOS Y SUBDESARROLLADOS Valor de las exportaciones (miles de millones de US$) 1950 1965
Tasa anual de crecimiento entre 1950 y 1965
Exportaciones mundiales, total Exportaciones de países desarrollados, total Entre ellos A países desarrollados Exportaciones de países subdesarrollados, total A países desarrollados Entre ellos Exportaciones de países subdesarrollados, excluidos grandes productores de petróleo, total A ~ a í s e sdesarrollados Entre ellos FUENTE:
,-
Ha1 B. Lary, Imports of Manufacturers from Less Deueloped Countries, Nueva York, 1968, p. 2.
Las razones fundamentales de estas diferencias en el crecimiento de las exportaciones pueden relacionarse con las variaciones en el crecimiento de la demanda por: 1 ) alimentos y materias primas, los mayores productos de exportación del mundo sub desarrollad^. y 2) productos manufacturados, que constituyen las mayores expor-
L.4 ERA DEL 1MPERIALISMO taciones de las naciones desarrolladas. Como puede verse en el cuadro 35 el comercio mundial de los primeros rubros creció en dos tercios desde 1938 a 1963; para los últimos rubros el comercio mundial subió en más de 250%. Las mismas tendencias se hacen evidentes de 1963 en adelante. Solamente las exportaciones de los países productores de petróleo se han mantenido a tono con la tendencia de las exportaciones de artículos manufacturados. Sin embargo, el próspero comercio de exportación para la mayoría de esos países ha significado un flujo desmesuradamente grande de utilidades para los propietarios extranjeros de los campos petrolíferos. .
CUADRO
35
CRECIMIENTO DE LAS EXPORTACIONES POR TIPO DE PRODUCTOS Volumen de las exportaciones mundiales (1963
Alimentos y materias primas
FUENTE:
=
100)
Combustibles
Artículos manufacturados
Naciones Unidas, Statistical Yearbook 1967, Nueva York, 1968.
La dispar situación de la demanda de alimentos y diversos tipos de materias primas comparada con la de las manufacturas, se refleja en la distinta tendencia de los precios de ambas categorías: muchos de los productores de alimentos y materias primas han operado en un mercado dominado por los compradores, mientlas que muchos de los fabricantes de manufacturas lo han heclio en un mercado dominado por los vendedores. Esto significa, desde luego, que los precios de las exportaciones de alimentos y materias primas se han deteriorado en relación con los de las manufacturas, tendencia que es reforzada por el alto ~raclode monopolio existente en los centros industriales. En otras palabras, los tbrminos del intercambio -o sea la relación entre los precios que
LOS GASTOS MILITARES los países pagan por sus importaciones y los que perciben por sus exportaciones- han sido adversos a los países subdesarrollados.
PÉRDIDA DE PODER DE COMPRA DE LAS EXPORTACIONES DE PA1SES SUBDESARROLLADOS
Pérdidas por deterioro Ayuda económica Pérdidas como % en los términos del desde países desde la ayuda arrollados b oficial intercambio a (Cifras en millones de dólares) Total
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Estimación de las pérdidas netas de poder de compra sufridas por países subdesarrollados por alteraciones en los términos del intercambio. El cálculo se basa en los precios promedios percibidos por las exportaciones y pagados por las importaciones en el período 1953-1957. b Ingresos financieros desde países no comunistas y organizaciones multilaterales (por ejemplo Banco Mundial). Estimación. FUENTE: Conferencia de Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas, Reuiew of Znternational Trade and Development, 1967 (Documento TD/5, 15-XI-1967, preparado para la Segunda Sesión, Nueva Delhi, India, 1-11-1968), pp. 35-36.
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La importancia de este fenómeno ha sido crecientemente estudiada por los economistas ,de las Naciones Unidas. El cuadro 36 ofrece un resumen del resultado de estos estudios. La primera columna da una medida de las pérdidas estimadas de poder de compra experimentadas por los países subdesarrollados como fruto de los t&rminos adversos del intercambio desde 1953 hasta 1957. La comparación de esta pérdida de poder de compra con la ayuda recibida desde los países desarrollados (última columna) muestra que una parte importante de la ayuda en cuestión fue absorbida por las pérdidas debidas a la tendencia adversa de los términos del
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intercambio. Si relacionamos este hecho con el fenómeno del aumento de la deuda comprobamos lo siguiente: a ) una creciente proporción de las exportaciones de los países subdesarrollados debe ser empleada para el servicio de la deuda, y b ) la proporción decreciente de las exportaciones disponibles para compensar las importaciones normales o para el crecimiento económico ha sido efectivamente reducida más aún, por la pérdida de poder de compra de las exportaciones.
LA EXPORTACION Y SUS LIMITES Un artículo de T f z e Economist de Londres resumía en 1965 la tendencia declinante de las exportaciones latinoamericanas en estos términos: Algunas burdas interpolaciones basadas en estimaciones de la admirable Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas, sugieren que si tomamos como base 100 para 1928 le cifra índice del poder de compra externo de las exportaciones latinoamericanas per capita (excluido un país tan rico en petróleo como Venezuela), descubriremos que la correspondiente a 1955 ha descendido a 37 y probablemente la actual no pasa de 32. Esta incapacidad de las exportaciones para expandirse al ritmo del aumento de la población se ha oriyinado en parte por una relativa pesadez de la demanda internacional de productos primarios, comparada con la de productos manufacturados, y en parte por la aparición de fuentes alternativas de abastecimiento en Africa y otras regiones, pero en términos más generales porque todo el sistema comercial y monetario internacional está construido de una manera que impide a los países confinados a determinado tipo de estructura exportadora la posibilidad de desplazarse con facilidad hacia otro iipo de estructura exportadora, aun cuando al mismo tiempo estén modificando sensiblemente sus sistemas productivos internos. La mayor parte de toda esta área latinoamericana, que a raíz del sistema de comercio mundial del siglo x ~ xy principios del xx había sido impulsada a convertirse en el área de exportación intensiva
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más importante de la tierra, nunca ha tenido realmente oportiinidad de acceder a !a prosperidad, a lo largo de un lúgubre período de adversidad durante el cual ha visto esfumarse dos tercios del valor real per capita de sus exportacior~es.'~ Los procesos económicos y políticos de las naciones industriales actúan como barrera contra la expansión de las exportaciones cle los países subdesarrollados, y por lo mismo, quiérase o no, reafirman continuamente la dependencia económico-financiera de estos últimos. Mencionaremos aquí sólo dos aspectos de esta dependencia : 1) la influencia de la inversión exterior norteamericana, y 2 ) las restricciones impuestas por las barreras arancelarias de los Estados Unidos. La verdadera espeianza de ~ o d e rdesarrollar mercados de exportación más amplios y por ende liberarse de las cadenas de la deuda reside en la exportacióil de bienes manufacturados. Esta es el área vital del comercio internacional. Sin embargo, los mejores y más provechosos sectores de la actividad manufacturera son absorbidos habitualmente por los inversionistas extranjeros. Estos inversionista~,cuyos intereses son multinacionales, y que producen en rriuchas otras áreas del globo, no estin interesados en exportar a otras naciones a partir de sus inversiones en los países subdesarrollados, por la simple razón de que no les interesa competir consigo mismos. Véase, si no, la diferencia entre el patrón de exportación de las firmas mineras de propiedad norteamericana en América Latina, expuesto en el cuudro 37, y el de las filmas manufactureras de propiedad norteamericanas en la misma loha, tal cual aparece en el cuadro 38. Las empresas mineras norteamericanas en países extranjeros operan: a ) para satisfacer las necesidades de materias primas de firmas de los E~tadosUnidos ubicadas en estc y otros paises, y h ) para asegurase una participación suficicntementc grande de la producción mundial, de manera que los precios y la producción puedan ser regulados en función de la mayor ganancia posible. Esto. naturalmente, tiene dos consecuencias significativas : 1) el grueso de la producción se exporta (82 por ciento de la totalidad de la Irnérica Latina), y 2') las políticas de pecios y producción de estas firmas son gobernadas por los objetivos de lucro de los ~ropietarios 1
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"NO Christ on the Andes", The Economirt, 25-IX-1965, p. X
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VENTAS DE FTRMAS MANUFACTURERAS D E PROPIEDAD NORTEAMERICANA EN AMÉRICA LATINA, 1965 -
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Ventas (millones de dólares) Exportado Exportado Ventas a los a otros Total locales EE. UU. países
i'roductos alimenticios Papel y derivados Productos químicos Productos de caucho Metales primarios y elaborados Maquinaria no eléctrica Maquinaria eléctrica Equipo de transporte Otros productos
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: Sur~leyof Current Burinr~s,noviembre de 1966.
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norteamericanos y no por las necesidades de balanza de pagos de estos países ni por sus requerimentos de divisas extranjeras para sufragar las importaciones. Hay un aspecto adicional que es preciso mencionar: excepción hecha del petróleo, la demanda de minerales en países avanzados no ha aumentado al ritmo de la demanda de productos manufacturados. Como se ha mencionado antes, esto no entraña un decrecimiento de la importancia. de estas materias primas: lo que significa es que el aumento de la eficiencia en el uso de las materias primas disminuye el potencial de exportación de los países que dependen de tales exportaciones para su subsistencia. Ahora examinemos las modalidades de la exportación de las plantas manufactureras .en los florecientes mercados internacionales de productos manufacturados. Como puede apreciarse en el cuadro 38, menos del 8 por ciento de la producción de las firmas norteamericanas en América Latina se destina al comercio de exportación. El único grrupo en cl cual las expotaciones son importantes es el de los alimentos, que por lo camún es derivado de la extracción de recursos naturales, pues involucra el procesamiento de productos agrícolas (por ejemplo el aceite refinado, las semillas, el café, la carne y el cuero). En otros dos grupos de productos de recursos naturales --papel y productos químicos- el porcentaje de exportaciones supera el promedio, pero es aún pequeño considerando la necesidad d~ divisas extranjeras que padecen estos países para el servicio de su deuda, por no hablar de la promoción del crecimiento. Cuando pasamos a los otros grupos, el porcentaje de exportaciones resulta inferior al 6 por ciento; en los de caucho, maquinaria eléctrica y equipo de transporte, menos del 4 por ciento se destina al mercado exportador. La explicación de esta tendencia la encontramos claramente expuesta, con referencia especial al Brasil, en un artículo publicado por el Quarterly Journal of Economics de la Universidad de Harvard : Otra barrera institucional a las exportaciones ha sido incorporada por el hecho de que una buena parte de la producción manufacturera del Brasil, y en especial de las empresas más eficientes, es originaria de firmas que, o son subsidiarias de empresas extranjeras, o bien trabajan bajo licencia de éstas. Muchas veces las empresas extranjeras han impedido a esas
LOS GASTOS M I L I T A R E S firmas brasileñas competir con ellas ya sea en sus mercados internos, ya en terceros países.76 L a otra cara de esta moneda aparece a la vista cuando los fabricantes brasileños toman la iniciativa de desarrollar una industria que elabora artículos a base de productos de origen doméstico y, por lo tanto, compiten con las firmas norteamericanas; en ese caso son abatidas por el tremendo peso de la influencia y el control de los Estados Unidos. Brasil comenzó a fabricar café en polvo usando granos partidos de bajo precio que no son ofrecidos en el mercado mundial. De esta manera, en los últimos tres años absorbió alrededor del 14 por ciento del mercado de café instantáneo norteamericano. Creóse aquí un importante campo de disputa, pues los Estados Unidos empezaron a protestar contra la "competencia desleal". A pesar de toda su buena voluntad hacia el régimen anti-Goulart, los Estados Unidos no podían abandonar los intereses de sus propios fabricantes de café. El resultado fue que el Brasil se vio obligado a aceptar un acuerdo por el cual, según explica T h e Econonzist, los fabricantes brasileños de café instantáneo deben producir bajo condiciones "comparables" a las de los grandes fabricantes norteamericanos que compran granos brasileños para elaborar. Brasil, en otras palabras, va a obtener muy poca ventaja del hecho de que es el más grande cultivador de café del mundo, y de que ha debido cargar durante décadas con el peso de cuantiosas existencias, a despecho de la circunstancia de que los empresarios norteamericanos van a tener que pagar mayores costos de transporte ( . . . ) el gobierno [brasileño] se ha comproinentido ahora a aplicar un impuesto sobre la exportación de café en polvo brasileño, que hará, en la práctica, que los granos partidos que vende el gobierno brasileño no sean tan caros para sus propios exportadores de café instantáneo como los granos buenos lo son para los beneficiadores norteamericanos. Brasil fue obligado a aceptar el acuerdo en parte por la intensa presión que ejercieron los norteamericanos (se rumorea que amenazaron -diplomáticamente, desde luego76 Nathaniel H. Leff, "Export Stagnation and Autarkic Development in Brazil, 1947-1962", en ~ i i a i t e r l~~o i r n a lof Economics, mayo de-1967, p. 291.
LA ERA DEL IMPERIALISMO con suspender la ayuda asignada al Brasil), pero también porque la posición del Brasil dentro del Acuerdo Internacional del Café es débil.77 Pero no es sólo la mano pesada de la intervención directa lo que inclina la balanza en favor de los negocios norteamericanos en sus relaciones con los países subdesarrollados. La estructura misma del sistema arancelario de los Estados Unidos ha sido diseñada para aislar el gran mercado norteamericano de la competencia directa que podría provenir de los paises subdesarrollados. L a práctica arancelaria generalizada en los Estados Unidos consite en admitir, libres de derechos de aduana, las importaciones de materias primas que n o son producidas en este o cuya oferta es exigua. Tan pronto como se realiza cualquier grado de beneficio en estas materias primas, como por ejemplo aserrar un trozo de madera o extraer la semilla a los dátiles, se impone un arancel para restringir las importaciones. Según lo analiza un estudio del Comité para el Desarrollo Económico, ". . .aún u11 arancel moderado sobre materiales que han pasado por una etapa preliminar de procesamiento, a menudo entraña un alto grado de protección efectiva para la propia industria procesadora. Esto se debe a que el arancel es calculado sobre el valor total del producto procesado, pero el valor agregado por las industrias elaboradoras es sólo un pequeño porcentaje de ese valor total".7s El mismo estudio continúa explicando por qué ocurre esto: Por ejemplo, supongamos que el precio mundial dc cierto tipo de cueros es 100 dólares y el costo de los cueros crudos para elaborarlo es 70 dólares. El "valor agregado" es 30 dólares. Ahora supongamos que las importaciones de cueros crudos ( . . . ) son libres de derechos, pero las importaciones de cuero elaborado están sujetas a un arancel del 10 por ciento. El curtidor ( . . . ) está, por lo tanto, en condiciones de cobrar 110 dólares por el cuero elaborado. Pero el derecho de 10 dólares no protege el costo de prodiicción de los cueros crudos, que pueden importarse libres de derechos, sino solamente el "valor agregado" en el curtido, que asciende a 30 dólares. Así, un arancel nominal del 10 por ciento sobre el cueT h c Economist, 24-11-1968, p . 72. Comité para el Desarrollo Económico, T r a d e Policy T o w a r d LowZncome Countries, Nueva York, junio de 1967, p. 20. 77 78
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ro elaborado da a la industria curtidora una protección efectiva equivalente a 33 113 por ciento al permitir al productor interno elevar sus costos hasta ese límite en su proceso de elabora~ión.~~ Las barreras erigidas contra la importación de los recursos naturales originarios de países subdesarrollados pueden apreciarse con unos pocos ejemplos de los derechos de aduana vigentes en
1968 : Bananos. Los bananos frescos enteros ingresan libres de derecho. Si son desecados antes de su embarque hacia los Estados Unidos, hay un 6% por ciento de derecho ad valorem. (Ad valorem es el precio que figura en la factura del remitente). Si los bananos son preparados o preservados de otro modo, existe un derecho del 13 por ciento ad valorem. Tabaco. El tabaco en rama que no está cortado, picado o pulverizado ingresa libre de derecho. Si está cortado, picado o pulverizado, hay un derecho de 55 centavos de dólar por libra. Cacao. Los granos de cacao entran libremente. Sobre la manteca de cacao se aplica un 5% por ciento ad valorem. Sobre el cacao endulzado, un 9 por ciento, y sobre las confituras que contienen cacao el derecho el del 12% por ciento. Dátiles. Los dátiles envasados en unidades de más de 10 libras pagan sólo 1 centavo por libra. Sin embargo, si los dátiles vienen en envases más pequeña el derecho se eleva a 7% centavos por libra. Aun en los envases más grandes, si el remitente ha extraído los carozos, el derecho sube de 1 a 2 centavos por libra. Sobre los dátiles preparados o conservados de otro modo se aplica un derecho del 35 por ciento. Hierro y acero. El mineral de hierro ingresa libre de derechos. Si ha sido convertido en lingotes se le impone un derecho de 16 centavos por tonelada. Los procesos más elaborados pagan derechos mayores. Por ejeinplo, las importaciones de Zbídem, p. 20. Los derechos citados son tomados de la Comisión de Aranceles de los Estados Unidos, Tariff Schedule of the United States Annotated (1968), Washington, 1967. Ejemplos adicionales además de otras informaciones y un valioso análisis en Jacoh Oser, Pronzoting Ec.momic Developrncnt, with Zllustsations from Kenya, Evanston, Illinois, 1967. ¡9
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LA E R A DEL ILIIPERIALISMO barias dc hierro forjado deben pasar 5 ceiitalos 1x11libra. Los caños o tiibos cle hierro colado soportar1 un 10 poi ciento ad xalorem. inientias que los alfileres comunes o de sastre tribritan el 20 por ciento. El derecho por ganchos J aros cs clc 3.3 centavos por libra iilis 18.5 por ciento ad valorcm. Cobre. Las mismas características se observan en cuanto al cobre y otros minerales y metales. Los minerales con contcnido de cobre ingresan libres de derechos. Para los concentrados de cobre el derecho es de 1.1 centavos por libra más 15.5 por ciento ad valorein. Para tubos y caños sin costura corresporide pagar 4.5 centa\os por libra. Chinches hechas de cobre tributan el 14 por ciento acl valorem.
Maderas. Los maderos y rollos en bruto, y aún los maderos fraccionados y desbastados, entran libres de derechos. Pero la madera aserrada aún en bruto debe superar barieias aduaneras que van desde 28 centavos por cada 1000 pies para el spruce a 80 centavos por cada 1 000 pies para el abeto Douglas, la pícea y el alerce. Si la madera h a sido convertida en mangos para escobas y cepillos, hay un dcrecho del 7.5 por ciento ad valorem. Sobre los palillos de dientes el derecho asciende al 11 por cirnto. L a enérgica protección acordada a la cnipresa doméstica por aranceles, cuotas y tratados especiales es un elemento esencial de la política económica internacional de los Estados Unidos. Las barreras arancelarias preser\ari la prosperidad y seguridad de los ne=ocios norteamericanos y mejoran los niveles de vida de aquellos que viven dentro de los límites de las barreras. Sin embargo, semejante muralla erigida alrededor del mercado individual inis grande del mundo capitalista es un fundamental factor inliibidor del potencial dc crecimiento de aquellas naciones obligadas a ser abastecedoras de alimentos y materias primas; también contribuye sustancialmente a la perpetuación de la posición deudora de las naciones proveedoras de recursos naturales.
Resumen L a palabra imperialismo es aplicada por lo común con sentido restringido a la adquisición de colonias y/o a las acciones políticas y militares de un gobierno destinadas a proteger las inversiones ex-
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tcrnas de sus ciudadanos. Visto de esta manera, el coriccpto de imperialismo se limita a un reducido conjunto de prácticas y políticas. Tales prácticas y políticas, empero, no son sino casos especiales de una realidad mucho más compleja en la que encontramos una interrelación genérica entre comercio y bandcia. En efcrto, existe en los Estados Unidos, al igual que en otros centros imperialistas, una subyacente unidad entre la economía interna, la actividad económica externa de la industria y las finanzas, los militares y la diplomacia internacional. Esta unidad deriva del funcionamiento normal de una economía capitalista, y se torna especialmente pronunciada y penetrante cuando existe un alto grado de concentración de poder cconómico rn los principales sectores industriales y financieros dc la economía. La concentracihn del poder económico puede ser alcanzada, mantenida y aumentada cuando los titulares de estc podei son capaces de ejercer ui; control scstancial sobre el medio ambienteen que actúan. Este control es necesario para dar seguridad al capital invertido y como importante fuente de ganancias crecicntes. Los imperativos del control y del aumento de las ganancias hacen necesario extender la actividad económica más allá de las fronteras nacionales: controlar e influir sobre las fuentes de materias primas, ejercer influencia y control sobre los mercados y obtencr tasas más altas de ganancia a través del bajo costo de la mano de obra y otros insumos.
La puja por el control entraña conflictos entre las corporaciones gigantes dentro de un país. Pero más importante es el conflicto económico entre los gigantes económicos dc las principales naciones industrializadas. Este conflicto, real y potencial, intensifica la presión por obtener el control de las fuentes de materias primas y de los mercados internacionales. Sólo por este camino se puede suprimir la competencia existente y cerrar las puertas a loi competidores nuevos. En todo este proceso, las finanzas intervienen como un asociado necesario y útil. Por una parte la lucha de la industria por el control es estimulada y apoyada por la expansión inicrnacional y la fuerza de las instituciones financieras. Por la otra, la expansión internacional de las finanzas encuentra apoyo y oportunidad en las operaciones internacionales de tipo comercial. No tiene particular importancia determinar cuál ocupa el primer lugar. L a economía inherente a la industria competitiva g la de la banca competitiva
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apuntan igualmente a la concentración del poder y a la búsqueda del control en las operaciones internas y exteriores. En este proceso pueden surgir conflictos de intereses entre grupos industriales-financieros específicos, y pueden formarse alianzas diversas. Pero el proceso en sí mismo es de tal naturaleza que cada bando - e l de la industria y el de las finanzas- se nutre de los éxitos del otro. Una condición necesaria para este tipo de crecimiento económico es la existencia de un medio ambiente político y militar favorable: la actividad política y militar y las alianzas internacionales deben estar orientadas a establecer y mantener el control y la influencia en lo político y militar. Tampoco aquí es cuestión de determinar qué va primero. El control económico, el control militar y el control político se apoyan y estimulan recíprocamente. Dentro de este tipo de interrelación los Estados Unidos han señalado un nuevo récord en el mundo a partir de la segunda guerra rnundial. Las circunstancias unidas al ímpetu de la actividad ecoi~ómica,política y militar norteamericana, han conducido a una situación en la cual las instituciones de los Estados Unidos pueden dominar la totalidad del mundo capitalista. Al no haber cambios fundamentales en las relaciones de poder de los distintos intereses imperialistas, ni cambio alguno en el equilibrio de poder entre los mundos imperialista y no imperialista, los Estados Unidos están en sitiiación de arrogarse el papel de principales protectores y organizadores de la red imperialista. L a enorme prosperidad de los Estados Unidos en los años de postguerra tiene su raíz en este papel dominante. El mantenimiento de la estructura militar y de sus actividades ha sido una gran fuente de negocios y ganancias comerciales directos e indirectos. La industria y las finanzas se expandieron provechosamente en el exterior bajo la protección de esta fuerza militar de alcance mundial. L a expansión financiera e industrial en el exterior sirvió de base para que los Estados Unidos asumieran la dirección de la banca mundial e impusieran la dominación del dólar como divisa mundial. Al propio tiempo, la función central del mercado monetario norteamericano ha sido servir de instrumento para financiar las operaciones militares en el exterior, la expansión internacional de la industria y la banca y el uso de la ayuda exterior como medio de controlar y dominar la red imperialista.
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Aspectos Económicos del Imperialismo de Estados Unidos
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Tres puntos de vista interrelacionados sobre el imperialismo económico y la política exterior de Estados Unidos prevalecen en la actualidad : 1 ) El imperialismo económico no está en el fondo de la política exterior de Estados Unidos. Los móviles primordiales de esta política son, en cambio, los objetivos políticos y de seguridad nacional. 2 ) El imperialismo económico no puede ser el elemento determinante de la política exterior de Estados Unidos por cuanto el comercio exterior y las inversiones en el extranjero son una contribución relativamente pequeña a la gestión económica considerada en su conjunto. 3) Puesto que el peso de la economíá externa en la economía de Estados Unidos es relativamente insignificante, se sigue que el imperialismo económico no necesita ser una fuerza motivante en la política exterior. Por lo tanto, algunos críticos liberales de izquierda argumentan que la política exterior actual, en la medida en que es influenciada por el imperialismo, está mal orientada y en conflicto con los intereses económicos más importantes de este país. Si sinceramente fomentamos el desarrollo social y económico en el exterior, sigue el argumento, aun al grado de financiar la nacionalización de la inversión extranjera de Estados Unidos, la demanda creciente de importación de capital por parte de pafses subdesarrollados crearía un estímulo más sustancial y duradero para la prosperidad que el volumen corriente de comercio e inversiones exteriores.
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El disfrazar intereses económicos v comerciales encubriéidlolos y entremezclándolos con motivaciones idealistas o religiosas, difícilmente se puede considerar como un fenómeno nuevo. Se han realizado guerras para imponer la Cristiandad a imperios paganos -guerras que incidentalmente también abrieron nuevas rutas al comercio o establecieron nuevos centros de monopolios comerciales. '4un una agresión comercial tan crasa como la Guerra del Opio en China, fue explicada al público de los Estados Unidos por el Consejo Americano de Comisionados para Misiones Extranjeras "no tanto como un negocio de opio o un problema de los inqleser, sino como el resultado de un gran designio de la Provi' dencia para utilizar la maldad de los hombres en su propósito de misericordia hacia China, penetrando su muralla de exclusión llevando al Imperio a un contacto más inmediato con naciones occidentales y cristianas".'" John Quincy Adams, en una confcrericia pública sobre la Guerra del Opio, explicaba que la política comercial de China era contraiia a la ley de la naturaleza y a los principios cristianos: La obligación moral del intercambio comercial entre naciones se funda entera y exclusivamente en el precepto cristiano de ama a tu prójimo como a ti mismo.. . Pero China no es una nación cristiana, y por tanto, sus habitantes no se consideran encuadrados por el precepto cristiano de amar a su prGjimo como a sí mismos. . Se trata de un sistema bárbaro y asocial. . . El principio fundamental del Imperio Chino es anticomercial.. . Admite la no obligatoriedad de sostener intercambio comercial con otros. . . Eá es hora que cese este horrible ultraje a los derechos de la naturaleza humana y a los principios fundamentales de los dereclios de las naciones.2* Posiblemente el principio cristiano de "ama a tu prójiirio" )- la ética más moderna de que lo anticomercial es también inmoral, han llegado a ser tan habituales para las formas aceptadas de pen1 American Board of Commissioners for Foreign Missions, 32nd .-2nual Report (1841), citado en The Rising Americrrn Empire por Ricliard W. Van Alstyne, Chicago, Quadrangle Books, 1965, Pág. 171. Este último, publicado originalmente en 1960 por Oxford University Press, New York, es muy rccomendablc para una mejor corriprensión de la continuidad de la política exterior de Estados Unidos. Ver también The Idea of Xational Interest por Charles -4. Reard, reeditado en 1966 por Quadrangle Poperbac6s con material niiexo: y Economic Aspect of New Dcal Diplomacy por Lloyd C. Gardner, Madison University of Wisconsin Press .1961 Niles' Nationale Regiater, January 22. 1842. páxr '327-8.
ECOlVOMfA DEL IA4PERIALISMO i sarnimto, que hemos perdido la facilidad de separar los diversos elementos que configuran la política exterior. Quizá el origen de la dificultad pueda encontrarse en la falta de comprensión de lo que Bernard Baruch llamó "la unicidad esencial de los intereses económicos, políticos y estratégicos (de Estados Unidos) ".3" Habrá probablemente pocas divergencias acerca de la "unicidad'' de las metas políticas y de seguridad nacional de Estados Unidos. Lo único racional de la seguridad nacional hoy en día es la "defensa" contra la Unión Soviética y China. Para estar absolutamente a salvo, se dice, necesitamos tambibn hacer frente a las "guerras encubiertas" que puedan aparecer como revoluciones internas o guerras ~iviles.~'' Seguramente es una mera coincidencia el que las revoluciones socialistas destruyan las instituciones dc la propiedad privada de 10s medios de producción, con lo cual violan el precepto cristiano de "ama a tu prójinio" al eliminar la libertad de comercio y de empresa en ainplias e importantes zonas de !a tierra. La "unicidad" de los objetivos políticos y de seguridad nacional se hace mjs evidente al examinar los fines políticos, puesto que en esta región del pensamiento, los artífices y defensores de nuestra política son estrictamente deterministas económicos. Libertad política se iguala a democracia al estilo occidental. La, base econón~icadc esta democracia es la libre empresa. En consecucncia, el objetivo político de la defensa del mundo l a r e es la defensa, necesariamente de la libre empresa y de la libertad de comercio. La divergencia de este rígido detenninismo económico aparece cuando se trata-de naciones políticamente inestables en las cuales, obviamente, la capacidad de autogobernarse no está totalinente desarrollada. En tales casos, en aras de la estabilidad política, permitimos y alentamos dictaduras militares, con la confianza plena en que el ~ u e b l ode estos países eventualmente aprenderá el arte del autogobierrio y adoptará una sociedad libre, durante el tiempo que perdure una libre empresa. Prendida con alfileres. En tanto que nuestros artífices y defensores políticos estjn dis-
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3 Preámbulo a The Revolution in World Trade and Amrrican Eronomic P o l i c ~por Samuel Lubell, New York, Harper and Brothers, 1953, pág. XL. 4 International Security - The Militarr Aspect, report of Panel 11 of the Special Studies Project of Rockefeller Brothers Fund., Garden City N. Y., Doubleday Rr Co., 1958, pág. 24.
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puestos a identificar, en los términos más generales, la "unicidad" de las metas de la política exterior con las de la seguridad nacional, habitualmente son bastante recatados cuando tratan del problema de !a unidad de estas metas con los intereses económicos. Hemos recorrido un largo trecho desde el explícito boletín preparado en 1922 por la Oficina Naval de Inteligencia sobre "La Armada de los Estados Unidos como un Activo Ind~strial".~"Este informe detalla francamente los servicios prestados por la Armada protegiendo los intereses comerciales americanos e investigando las oportunidades comerciales y de inversión que el Departamento de Marina trae a la atención de los empresarios norteamericanos. Pero hoy en día nuestros designios nacionales se refieren presumiblemente sólo a ideales políticos y filosóficos. E s l o que hace a los intereses económicos, la situación ha cambiado: Hoy día se espera que los negocios sirvan las necesidades de la política nacional. El problema es cómo estimular la inversión privada en el exterior. La inversión privada en el exterior es considerada una herramienta tan necesaria para la política nacional, que se han elaborado diversos programas de garantías de inversión para proteger a los inversionistas internacionales contra pérdidas resultantes de confiscación, guerras o incertidumbres de convertibilidad monetaria. La interrelación de intereses económicos y política exterior es enfocada más claramente por observadores con mentalidad empresarial. Es así como el expresidente y jefe de la Junta Directiva; del Banco Mundial, Eugene R. Black nos informa que "nuestros' programas de ayuda exterior constituyen un claro beneficio para los negocios norteamericanos. Los tres beneficios principales son: i 1) La ayuda al exterior provee de un mercado sustancial e inmediato para las mercancías y servicios de los Estados Unidos. 2 ) La 1
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5 El título completo es The United States Navy as a n Industrial AssetWhat the Navy has done for Industry and Comerce, escrito por la Oficina Naval de Inteligencia, U.S. Navy en Octubre, 1922 y publicado en 1923 por la U.S.Government Printing Office, Washington, D.C. El siguiente extracto es típico: "En el sector asiático, se mantiene en constante patrullaje a una fuerza de caííoneros en el Río Yangtse. Estos barcos pueden patrullar desde la desembocadura del río hasta casi 2000 millas e n pleno corazón de China. Los empresarios americanos han expresado abiertamente que si Estados Unidos retirara este patrullaje, ellos tendrían que hacerlo en el mismo momento. Nuestra marina no sólo protege a nuestros ciudadanos y sus posesiones sino que está protegiendo constantemente a la humanidad en general y con frecuencia se traba realmente en lucha con los bandoleros que infestan la región." (pág. 4).
ECONOh4íA DEL IMPERIALISMO ayuda al exterior estimula el desarrollo de nuevos mercados de ultramar para las compañías de Estados Unidos. 3) La ayuda al exterior orienta las economías nacionales hacia un sistema de libre empresa en el cual las firmas de Estados Unidos pueden prosperar" 6 4
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Más específicamente, un Subsecretario de Comercio para Asuntos Ecoriómicos explica a los hombres de negocios que "si estos programas de ayuda (militares y económicos) fueran suspendidos, las inversiones privadas podrían ser un desperdicio, porque no serían lo suficientemente seguras para que ustedes las reali~aran".~" A un nivel mucho más elevado, citamos a un especialista en la práctica del comercio internacional, profesor en el M I T (Massachussets Institute of Tecnology) y EIarvard: "parecía que ha); tina urgencia horrible en hacer a los conceptos económicos occidentales internaciorialmente viables, si es que se quiere preservar la dignidad humana e, incidentalmente, un negocio privado lucratiV0".8 *
Y una indicación de cómo en la práctica algunos miembros influyentes de la comirnidad coinercial ven la "uiiicidad" de los iiitereses económicos, políticos y de seguridad, es la opinión expresada en 1965 por el Vicepresidente del Chasse Manhattan Bank, quien supervisa las operaciones del Lejano Oriente: En el pasado los inversionistas internacionales llan estado un tanto cautelosos por la orientación global de la política para la región (Asia Suroriental). Debo decir, sin embargo, que las acciones de los Estados Unidos en Vietnam este año -que han demostrado que los Estados Unidos continuarán dando protección efectiva a las naciones libres de la región- han dado nuevas seguridades tanto a los inversionistas asiáticos como a los occidentales. De hecho, veo algunas razones para esperar que puede tener lugar el mismo tipo de crecimiento económico en las economías libres de .Asia que el que se produjo en Europa tras de la Doctrina Truman y después que la NATO proporcionó un escudo protector. Lo mis6 The Domestic Dividends of Foreign Aid por Eugene R. Black en el Columbia Journal of World Business, Vol. 1, Fall. 1965, pág. 23. 7 Discurso por el Secretario de Comercio Andrew F. Brimmer en una reunión de la Tax Foundation, Inc., fue publicado en el New Y o r k Times, December 5, 1965. 8 Richard D. Robinson, International Business Policy, New York, Holt Rinchart and Winston, 1966, pág. 220.
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mo ocurrió en Japón después que la intervención de Estados Unidos en Corea hizo desaparecer las dudas de los inversioni~tas.~"
EL ALCANCE DE LOS COMPROMISOS ECONOMICOS EN EL EXTERIOR Aun si aceptamos la interrelación de los intereses cccriómicos, políticos y de seguridad, ;qué prioridad le asignaríamos a los iiitereses económicos? Específicamente, jcómo se puede petender que el imperialismo económico juegue un papel preponderante en la política de los Estados Unidos si el total de las exportaciones constituye menos del 5%. del producto nacional bruto y las inver. siones externas mucho menos del 10% de las inversiones internas de capital? Notemos, en primer lugai; que la magnitud de los porcentajes no es en sí misma un indicador adecuado de lo que motiva la política exterior; muchas guerras y operaciones militares fucrori dirigidas a controlar los mercados de China en una época en que esos mercados representaban sólo el 1% del comercio mundial. Los porcentajes globales requiercn un examen analítico: las Arcas rstratégicas y de influencia política de la actividad económica necesitan ser clasificadas. Ante todo, es importante apreciar que las ganancias drl coniercio exterior de Estados Unidos son variamayores que cl volumen de las mercancías exportadas. La razón de esto es que el volumen del capital acumulado en el exterior, controlado por las empresas ilorteamcricanas ha ido incrementándose a una tasa mayor que las exportaciones. La única ventaja del capital es que se. reproduce a sí mismo. Esto es, la producción obtenida por inversión de capital produce suficientes beneficios para cubrir no tan solo los costos de mano de obra y de materia prima, sino también el capital y los recursos naturales consumidos, más las utilidades. El flujo anual del capital invertido en el exterior es. en consccuencia, aditivo: los incrementos al capital ensanchan la base productiva. Aún más importante es el hecho de que las empresas norteamericanas que operan en el cvtcrior son capaces de movilizar capitaI extranjero para sus negocios. El resultado neto del fliijo de capi-
I
"conrmic Considerations in Foreign Relations - A n Intervielv with Alfrcd Wentortll en Political, Vol. 1, No 1, July 1965, págs. 45-6.
ECON0.1fÍA DEL I.l.íPERIBLILS'JfO
205
tal hacia cl exterior y el capital extranjero movilizado por firmas nortcamericanas es quc, mientras la prod~cciónexterior proveniente de las inversiones de los Estados Unidos era cuatro y media veces riia)or que las euportacio~~es r n 1950, lia subido. l~acia1964, a cinco y rnedia veces. Estas cifras se basan en estiinaciones hechas en un estudio reciente dirigido por el National Industrial Conference 130ard.~~" (l'éasc el cuadro que sigue.)
Producción total resultante de las incersiones d e Estados U n i d o s r n el exterior
Ventas 1950
( E n billones d e dúlaresj++.~ 196a
De la inversión directa* De otras iilversiones"*
Total Ventas e n el exterior por concepto de espcrtaciones Producción total en el exterior más las exportaciones
44
10
54
*
Tal como las define el Departamento de Con~ercio,las inversiones directas son las filiales o corporaciones en las cuales las empresas norteamericanas poseen 255% o más del total de las acciones. "* "Otras inversiones" representa, principalmentr. valores y conjuntos de firmas en el exterior que son propiedad de firmas de Estados Unidos y de particulares. "-** .4 lo largo de este capítulo las cifras en "l~illo~ies"corresponden a miles de millorics.
Cuando el Departamento de Comcrcio evalúa la significación económica de las exportaciones, las compara con una cifra que representa la producción interna total de los bienes de consumo, esto es, las ventas de productos agrícolas, mineros, manufacturas y recibos por transporte de carga. El total estimado de bienes de con1 0 The Conference Board Record, Vol 111, No 5, May 1966, pág. 28. Ver también U.S. Production Abroad and the Balance of Payments: A Survey of Corporate Investment Experience, por Judd Polk, Irene W. Meiter y Lawrence A. Veit, Neiv York, National Industrial Conference Board, 1966.
LA ERrl DEL I.\IPERIrlLIS,\IC) sumo producidos en los Estados Unidos en 1964 fue de $280 bi110nes.~'* Existen razones técnicas que hacen inadecuado comparar los $168 billones de ventas en el exterior con los $280 billones de producción total interna de bienes de consumo. Por ejemplo, una parte de nuestras exportaciones es transportada a compariías de propiedad de los Estados Unidos como componentes o productos semielaborados. De esta manera, si agregamos tales exportaciones a la producción total de las empresas norteamericanas en el exterior, estamos contando dos veces. Haciendo aquí los ajustes necesarios y en otras fuentes que no pueden compararse, llegamos a un cálculo conservador de que el tamaño del mercado exIerno (para empresas nacionales y extranjeras propiedad de los Estados Unidos) es aproximadamente iguál a los dos quintos de la producción global nacional de fábricas, minas y Si esto parece sorprendente para aquellos que están habituados a pensar en términos del Producto Nacional Bruto, recuerden que este último incluye gastos gubernamentales, servicios personales g profesionales, comercio y actividades bancarias, transacciones de bienes raíces y corredores de bolsa. Pero en lo que concierne a negocios agrícolas, manufactureros y mineros, el comercio exterior alcanza ciertamente un volumen relativamente semejante al del mercado interno. Pero hay algo más; estos datos no incluyen la, considerable cantidad de ventas exteriores de firmas extranjeras que operan con acuerdos de patente y de reproducción otorgados por firmas norteamericanas. Como ejemplo, una firma en las Filipinas produce los siguientes artículos con marca de fábrica, bajo licencias norteamericanas: lápices "crayola", pinturas "Wessco", papel carbón y cintas para máquinas de escribir "Old Town", l i 1 1 Este total consiste de ( a ) ingresos en efectivo provenientes del nlercado agrícola más el consumo interno de productos agrícolas en la granja, ( b ) valor agregado en industrias manufactureras, ( c ) valor de la ~ r o d u c ción minera y ( d ) ingresos por concepto de fletes. 12 El Departamento de Comercio estima que fueron embarcados $6,3 billones de artículos de rxportación a las filiales extranjeras de compañías de Estados Unidos, en 1964. Otras fuentes de incomparabilidad provienen de ( a ) los $168 billones estimados incluyen ventas de or~anizacionescomerciales, servicios de utilidad pública y otros productores que n o son de bienes de consumo, y ( b ) los datos sobre las ventas de manufacturas internas están dados sobre la base del valor agregado, en tanto que las ventas de las filiales extranjeras están dadas con base en los valores de embarque. Estimaciones conservadoras de los ajustes destinados a hacerlos comparables reducen los $168 billones a $1 10.
I
ECONOMfA DEL IiMPERIALISMO
207
pices de plomo "Mongol", pinturas "Universal" y la tinta "Parker Quink".
LA IMPORTANCIA CRECIENTE DE LA ACTIVIDAD ECONOMICA EXTERIOR
; l i
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1 $
El incremento de la importancia relativa de la actividad económica exterior está bien demostrado por-- la experiencia de las industrias manufactureras,]como lo muestran la Gráfica 1 y el Cuadro l. Aquí comparamos las ventas totales de manufacturas nacionales con las exportaciones de manufacturas y ventas resultantes de las inversiones directas de Estados Unidos en la actividad manufacturera extranjera. Los datos están representados en una escala semilogarítmica en la gráfica. En consecuencia, el acercamiento entre las dos curvas representa el mayor crecimiento del mercado internacional comparado con el de los mercados nacionales.
35-
VENTAS D E ARTlCULOS MANUFACTURADOS. MERCADO NACIONAL YS EXTRANJERO
VENTAS DE TlRMhS EN EL MERCADO NORTEAMERICANO
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V)
Irl
CUADRO
1
MANUFACTURAS. VENTAS NACIONALES E INTERNACIONALES (En billones) (1
,'
(2)
Ano
Expoitnc~ones
(-+) Total zentns exterior (2) (3) Absolicto 1950 = 103
+
(5) Ventas de manufactz~rasnacionales Absoluto
1950
=
100
Exportaciones: U.S. Bureau of the Census, Statistical Abstract of the U.S.: 1965, pp. 877, 773. 1964, Ventas de firmas nacionales.--U.S. Bureau of the Census Annual Survey of Manufactures, 1964. Ventas de firmas americanas en el cxtraiijero - los datos para 1950 y 1955 son estimaciones basadas en la relación promedio entre ventas e inversiones en el exteri >r (este es el procedimiento usado por la National Industrial Conference Board). Loi datos para 1960 y 196k - Survey of Current Busincis, septiembre 1962, p. 23, noviembre 1965, p. 18. Los datos en las columiias ( 4 ) y ( 5 ) no son estrictamente comparables (vcr nota al pie N" 1 2 ) . Sin embargo, el no poder comparar los datos no destruye la vali-lez de comparar las diferencias en las tasas de ~rccimiento de ambas series.
PUENTES:
NOTA:
(3) Ventas de firmas americanas en el extranjero
ECONOMfA DEL IMPERIALJSMO Igualinente significativa es la comparación de los gastos de instalación y equipamiento en firmas manufactureras nacionales y en las cctablrcidas en el exterior (gráfica 11 y cuadro 2 ) . Tal como en la gráfica precedente, el acercamiento entre las dos curvas refleja claramente el incremento de la importancia relativa de la actividad comercial exterior. Los gastos de instalación y equipa- f miento para las firmas subsidiarias de Estados Unidos fuera del i país fueron en 1957, un poco sobre el 8% de tales gastos para las firmas dentro del país. El último aíío habían aumentado al 17 1 i por ciento. No es sorprendente encontrar, corno lo muestran la grifica 111 y cl cuadro 3, que las utilidades de las operaciones fuera del pais tam1)ií.n han llegado a ser un componente cada vez más importante de las utilidades comerciales. En 1950, los ingresos por inversiones exteriores representaban alrededor del 10% de todas las ganancias después de los impuestos de las corporaciones nacionalcs no financieras. En 1964, las fuentes exteriores de ingresos surnabaii alrededor del 22% de las ganancias de las corporaciones nacionales no financieras. Al evaluar el significado de todo esto, dcbcríainos también tomar en consideración : a ) la subestimación de las ganancias externas, porque estas últimas no incluyen todos 10s pagos de servicio transferidos por subsidiarias estranjeras a las corporaciones matrices, y b) las ventajas financieras logradas al distribuir los costos entre las casas matrices y sus subsidiarias extranjeras de modo de minimizar los impuestos. Además, estamos coiiiparando los ingresos exteriores con ingresos de todas las corporaciones no financieras, aquellas que son puramente nacionales y aqucllas que operan tanto dentro como fuera de los Estados Unidos. Si comparáramos los ingresos exteriores con los ingresos totales de sólo aquellas industrias que operan en el exterior, la proporción de los ingresos esteriores por supuesto sería mucho mayor que un cuarto. El signilicado c!c los últirrios tres cuadros es su rcpresentación del ripido crecimiento del sector externo. Durante el período en que la economía en su conjunto experimentaba un retardo en la tasa de crecimiento, los mercados externos fueron una fuente iin-j' . portante de expansión. Por ejemplo, durante los diez años pasados ,, las ventas nacionales aumentaron en un 50% en las induytiias ma- i! nufactuieras, mientras que las ventas al exterior hechas por fábri- \
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1
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1
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1
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210
LA ER.4 DEL ZMPERZALZSMO
cas de propiedad de los Estados Unidos se incrementaron por sobre el 110 por ciento. De este modo, en 10 que hace a las industrias productoras de bienes de consumo, los mercados externos han llegado a ser una esfera primordial de interés económico y han demostrado ser cada vez más importantes para las empresas de los Estados Unidos como contrapeso a las tendencias al estancamiento de los mercados internos.
1,
Esto es completamente obvio para los hombres de negocios norteamericanos. El tesorero de la General Electric Company lo expresó de este modo al discutir "la necesidad que tienen los negocios norteamericanos de mantener la expansión de sus operaciones exteriores" :
ECONOMíA DEL IMPERIALISMO CUADRO
211
2
G.4STOS DE INSTALACION Y EQUIPO DE FIRMAS MANUFACTURERAS DE ESTADOS UNIDOS, NACIONALES Y ESTABLECIDAS EN EL EXTRANJERO Firmas nacionales ACo
FUENTES:
Billones $
1957=100
Firnzas establecidas en el extranjero Firmas ext. como Billones .$ 1957=100 % de nac.
Firrnas establecidas en el extranjero. -Survey o£ Current Business, septiembre 1965, p. 28; septiembre 1966, p. 30. Firmas nacionales- Econornic Report of the President, Washington, D. C., 1966, p. 251.
A este respecto, creo quc los negocios lian alcanjiado un punto en su trayectoria desde el cual no hay rctorno posible. La inaravillosa tecnología y los abundantes recursos dc capital de la industria norteamericana nos han perinitido la m& notable prosperidad en tiempos de paz de la historia de la nación. Para manterierla, hemos buscado por varios años salidas adicionales para estos recursos en mercados externos. Para muclias compañías, incluyendo la General Electric, estos nicrrados dc ultramar ofrccen las oportunidades más promisorias para la expansión.13 Es también totalmente obvio que si los mercados exteriores son tan importantes para las indiistrias productoras de bienes dc consumo, lo son igualmente para otros grupos iriterrsados, tanto para aquellos cuyas ganancias y prospcridad dependen dcl biene5tar de los productores de bienes de consuirlo coiilo para aquellos que se l 3 "Walking the International Tightrope", por John D. Lockton, conferencia en el National Industrial Conference Board el 21 de Mayo de 1965, publicado por la General Electric Co., Schenectady, N.Y., 1965, págs. 4-5.
LA ERA DEL IMPERIALISMO benefician del comercio de servicios e inversiones en mercados exteriores: inversionistas y comerciantes, especuladores del mercado bursátil, transporte, seguros, etc.
CUADRO
3
INGRESOS POR INVERSIONES EXTERIORES Y UTILIDADES DE CORPORACIONES NACIONALES
Ingresos por inversiones externas
Ingresos por inversiones exteriores.- Departamento de Comercio de Estados Unidos, Balance of Payments Statistical Supplement Revised Edition, Wasliington, 1963; Survey of Current Business, Aueiist 1962, .-21iqiiqt 1967, Aiiqust 1964, Septeinber 1965, Junc 1966, Sepiember 1966. Ganancias de Corporacion~s Nacionales no financieras.- Siirvey of Current Business, Septrmber 1963, July 1966. LOS ingresos incluyen ( a ) irigrrsos por inversiones directas en el exterior, ( b ) tarifas y royalties de las inversiones directas transferidas a las compañías matrices en los Estados Unidos y ( c ) ingresos de "otras" inversiones (diferentis a las directas) transferidas a los poseedores en Estados Unidos dr estos capitales.
FUENTE:
NOTA:
Ganancias (deducidos los impuestos) d e corporaciones nacionales no financieras (Billones d e dólares)
ECOhTOMÍA DEI, IMPERIAI,IShlO GKAFICA 111
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30.
Lb-
G,iSTOS MILITARES Y EXPOIiTACIONES Para medir totalmente la implicación de la economía en los mercados exteriores, también debe considerarse el impacto de los gastos militares, el programa de "defensa". El crecimiento de nuestros mercados internos y externos ha estado asociado, desde la fundación de la República, con el uso (real o en potencia) de las fuerzas militares tanto en la paz como en la gucira. El profesor William T. R. Fox, expone el caso en forma más bien moderada: "El Ejército de los Estados Unidos fue usado extensivamente en época de paz, a lo largo de la mayor parte del siglo xrx, para ayudar en la conquista del Oeste, y especialmente cn la supresión de la oposición india a la apertura de nuevas tierras de colonización. Nuest r o ~contingentes de la Armada y cuerpos de Marina, al comenzar sus hazañas contra los piratas de la Barbaría, estaban también comprometidos en hacer de esa 7ona un lugar seguro para qiie los norteamericanos pudieran vivir e invei tir en lugares reniotos".14 14 "Military Representation Abroad", por William T.R. Fox, en The Representation of the United States Abroad, un informe de The American Assembly, Graduate School of Business, Coliimbia University, Neív York, 1956, págs. 124-125.
2 14
L A E R A DEL IMPERIALISMO
Si bien la actividad militar está hoy día presumiblemente subordinada a las necesidades de seguridad nacional, persiste la "unicidad" de la seguridad nacional y los intereses comerciales: la exteiisión del mundo "libre" y el grado de su "seguridad" definen los límites geográficos dentro de los cuales el capital está relativamente libre para invertir y comerciar. Las bases militares esparcidas, las actividades militares extendidas a lugares lejanos y el complejo de gastos domésticos y exteriores que las acompañan, sirven para muclios propósitos de interés especial para la comunidad comercial: 1) protegiendo fuentes actuales y potenciales de materias primas; 2 ) salvaguardando mercados e inversiones exteriores; 3) conservando rutas comerciales aéreas y marítimas; 4) preservando las esferas de influencia en las cuales los negocios de Estados Unidos obtienen ventajas competitivas para las inversiones y el comercio; 5) creando nuevos clientes y oportunidades de inversión en el exterior al través de la ayuda económica y militar externa; y, mAs en general, 6) manteniendo la estructura de los mercados capitalistas mundiales, no sólo directamente para Estados Unidos sino también para sus socios menores entre las naciones industrializadas, países con los cuales los negocios de Estados Unidos están cada vez más entrelazados. Pero ni aun todo esto agota la "unicidad" de los intereses comerciales y la actividad militar, ya que necesitamos considerar el provecho comercial que se obtiene del volumen y naturaleza de los gastos militares como manantial de nuevos pedidos y ganancias. Tal como con las exportaciones, el significado de los gastos militares para' los negocios y para la economía en su conjunto, habitualmente se subestima en la gran mayoría de los casos. Se escucha a menudo que los gastos de defensa ascienden a menos del 10% del Producto Nacional Bruto y que con un ambiente político adecuado, los gastos gubernamentales del mismo monto destinados a usos pacíficos tendrían el mismo resultado para la economía. Una debilidad crucial de este enfoque es el aceptar sin crítica el Producto Nacional Bruto como una cosa en sí. Como el PNB es una herramienta estadística útil y ha llegado a estar totalmente entrelazado con nuestros modos habituales de pensar, tenemos la tendencia a i~nora:.1:ts relaciones estratégicas subyacentes que determinan la dirección y grado de movimiento de los agregados económicos. En vez de examinar los requerimientos de la estructura industrial y los elementos diniimicos de la conducta económica, tendemos a en-
ECOILTOAiífA DEL IMPERIALIS~MO focar la economía como bloques de billones de dólares que pueden ser cambiados a voluntad de una columna a otra de las varias categorías usadas por los estadísticos para evaluar el PNB. Para apreciar totalmente la influencia crítica de los mercados exteriores y a e los gastos militares en la economía nacional, debe reconocerse su impacto excepcionalmente grande en las industrias productoras de bienes de capital. Pero, primero, un comentario acerca de las industrias productoras de bienes de capital y el ciclo económico. Existen diversas explicaciones de los ciclos económicos, pero no puede discutirse el hecho de que el mecanismo del ciclo económico - e l mecanismo de trasmisión, si se quiere- debe encontrarse en los altos y bajos de las industrias productoras de bienes de inversión. Hay ciclos que est5n relacionados principalmente con el flujo y reflujo de los inventarios, pero éstos tienen habitualmente una corta vida, en tanto que la demanda de bienes de inlersihn no se interrumpa súbitamente. Durante una declinación cíclica, la demanda de bienes de consumo puede mantenerse por un cierto periodo utilizando expedientes tales como la ayuda al desempleado, otras asignaciones de beneficencia y la depleción de los ahorros de los consumidores. Sin embargo, excepto para las necesidades más esenciales de reposición, los gastos en bienes de inversión pueden, teóricamente, reducirse ; a cero. Los hombres de negocios, naturalmente, no harán inversiones a menos que esperen obtener ganancias. El resultado de la diversa conducta de los bienes de producción y los bienes de consumo fue demostrado en forma clásica en la depresión de los años 30. Durante esta depresión, probablementé la peor de nuestra historia, las compras de bienes de consumo declinaron sólo en un 19% (entre 1929 y 1933). Comparemos esto con la conducta de los dos tipos mayores de bienes de inversión durante el mismo período: los desembolsos en construcciones residenciales decrecieron en un 80% y las inversiones fijas no residenciales bajaron un 71 por ciento. Con estos antecedentes atendamos a la relación que hay después de la Segunda Guerra Mundial entre: a ) exportaciones y demanda militar y b ) una categoría importante de inversión, bienes fijos de inversión no residenciales. El cuadro IV registra las industrias productoras de bienes de inversión no residenciales. Debe señalarse que una cantidad de estas industrias también contribuye a los bienes de consumo (vg. acero y maquinaria para automóvi-
216
LA ERA DEL IMPERIALISil10
les) y a la construcción residencial. Este cuadro presenta los porcentajes de la demanda total (directa e indirecta) creada por las exportaciones y adquisiciones del Gobierno 1;ederal que estiín dedicadas casi enteramente a necesidades militares. Estos datos son del año 1958, el último en el cual existe un análisis completo dc insuxno-producto de la economía de los Estados Unidos. (Ver Cuadro 4 ) .
CUADRO
4
PORCENTAJE DEL PRODUCTO TOTAL ATRIBUIBLE i lLAS EXPORTACIONES Y ADQUISICIONES FEDERALES 1958 Total e.rportacioducción nes j1adA las expor- Adquirido por quisiciones taciones el G o b . Fed. federales
% d e la pro-
Industria Minería del hierro y aleaciones ferrosas Minería de metales no ferrosos Minería del carbón Artillería y accesorios Elaboración de hierro bruto y acero Elaboración de metales no ferrosos brutos Productos de estampado y tornillos Otros productos mctálicos fabricados Motores y turbinas Maquinaria agrícola y accesorios Maquinaria para construcción, minería y campos petroleros Maquinaria para manipulación de materiales y accesorios Maquinaría de metalistería y accesorios Maquinaria industrial especializada y accesorios XIaqiiinaria industrial y acccsorios Máquinas-herramientas
ECONOMfA DEL IMPERIALISMO
217
Total exportacioducción nes y adA las cxpor- Adquirido por quisiciones taciones el Gob. Fed. federales
% d i la pro-
Industria Equipo industrial eléctrico y aparataje Equipos eléctricos de alumbrado y de distribución Equipos de radio, TV y comunicación Componentes electrónicos y accesorios Maquinaria eléctrica diversa, equipos y accesorios Aviones y piezas Otros equipos de transporte (excepto autos) Instrumentos científicos y de control
FUENTE:"The Interindustry Structure of the United States". Survey of Ctirrent Business, November 1964, pág. 14.
Como se habrá notado en el cuadro 4, únicamente en una industria, maquinaria y equipo agrícola, la combinación de la exportacióil y demanda militar llegó a menos del 20% de la demanda total. En el extremo opuesto están las industrias militares por excelencia, artillería y aeronaves. Para todo el resto de las industrias, la gama del apoyo dado en 1958 por las exportaciones y demanda militar, va de un 20 a un 50 por ciento. Si bien los datos estadísticos disponibles se refieren sólo a un año, los patrones de exportación y gastos militares de postguerra sugieren que esta tabulación es una representación justa clc la situación desde la guerra de Corea y seguramente una gran subestimación durante la guerra de Vietnam. Para un análisis m 2'1s completo se requiere más información y estudio. Mientras tanto, los datos disponibles autorizan, en mi opinión, estas observaciones:
I
u'
1) Las exportaciones y gastos militares ejercen una influcncia clara sobre la economía, porque refuerzan un centro estratégico d e la estructura industrial existente. Esto es especialmente digno de
218
LA ERA DEL IMPERIALISMO
atención, ya que la inversión comercial no es, como a menudo se la concibe, una corriente que fluye libremente. Existe una interdependencia definida entre: a ) la tabla existente de las tasas de salarios, precios y ganancias, b) la estructura desarrollada de la industria (los tipos de industrias interrelacionados, cada uno construido de modo lucrativo a escala de los mercados nacionales e internacionalcs obtenibles), y c ) la dirección de nuevas inversiones productivas. En forma más simple, existen profundas razones comerciales clc por qué las inversiones van en la dirección que lo hacen y no utilizan caminos que les permitan satisfacer las necesidades potenciales de este país, por ejemplo, eliminar la pobreza, proveer de industrias que dieran iguales oportunidades a los negros, promover las regiones subdesarrolladas de Estados Unidos, o crear vivicndas adecuadas. Más importante, los negocios no pueden invertir logrando estos propósitos y al mismo tiempo satisfacer sus niveles necesarios de utilidad, crecimiento y seguridad para el capital invertido. Las exportaciones de los bienes de capital y la demanda militar que fluye hacia los productores de bienes de capital, por otra parte, presentan una ventaja única en el sentido de que fortalecen y hacen más lucrativa la estructura inversionista establecida; también contribuyen a una expansión industrial que es la más armónica y provechosa para la composición existente del capital.
_ _ _-.- 2)
El apoyo dado por la economía externa -tanto en sus bienes militares como civiles- produce una contribución singular al actuar como un baluarte contra la transformación de recesiones menores en depresiones de importancia. Lo ha logrado apuntalando uno de los engranes estratégicos en el equilibrio de la economía -la producción de bienes de inversión-, proveyendo, como hemos visto, del 20 al 50% del mercado para estos bienes. 3) Necesitamos también tener en cuenta que es la industria monopolista la que domina el flujo y volumen de la inversión y que tales negocios monopolistas engranan en forma característica sus políticas inversionistas con lo "seguro", donde están bien respaldadas buenas ganancias e inversiones. Aquí el vínculo de la acción gubernamental con la política exterior es de máximo interés. El mercado de bienes militares posee la decidida ventaja de suministrar contratos a largo plazo, a menudo acompañados de garantías suficientes para reducir, y aun eliminar, todo riesgo para la construcción de plantas adicionales de equipos, plantas y equipos que también pueden usarse para propósitos civiles. Además,
ECOaVOMÍA DEL IMPERIALIS,lfO
219
los contratos militares financian investigaciones aiines y gastos de desarrollo, eliminando nuevamente aspectos arriesgados de los programas normales de inversión. En cuanto a los otros países, la $resencia militar de Estados Unidos, su política exterior y sus compromisos de seguridad nacional, proveen de un aparato protector valioso para las inversiones hechas en mercados externos. Estas inversiones internacionales, junto con la demanda creada por la ayuda externa gubernamental, contribuyen en forma importante a la demanda de exportación de bienes de capital y de otras industrias manufactureras. L a confianza en la consistencia entre la política externa gubernamental y su complementaria, la política militar puede, y seguramente debe, actuar como un marco de referencia valioso para las prácticas inversionistas tanto nacionales como internacionales de las empresas monopolistas. 4) El 20 al 50% extra de negocios suministrados por las exportaciones, más la demanda militar (como se muestra para las industrias claves en el Cuadro 4 ) provee un porcentaje mucho mayor de las ganancias totales de estas firmas. La economía típica de una empresa manufacturera requiere que la firma alcance un cierto nivel de actividad productiva antes que obtenga ganancias. Los costos brutos medios -depreciación de la maquinaria, uso de la planta, costo de administración- permanecen casi constantes a un nivel dado de capacidad. Una empresa trabaja a pérdida hasta que la producción alcanza un punto en el cual el producto final, al precio del mercado, obtiene suficientes ingresos como para pagar los costos medios y directos. Una vez que se alcanza este punt? de "ruptura de equilibrio" la rentabilidad del negocio continúa creciendo hasta que se estrella con los límites de la capacidad productiva. Por supuesto que la curva de rentabilidad difiere de una industria a otra y de una firma a otra. Pero 'la existencia de un punto de "ruptura de equilibrio" y la oscilación ascendente de las ganancias, una vez alcanzado este punto, es una característica común para las industrias manufactureras. Lo que esto significa es que para muchas de las empresas en las industrias de bienes de ca~ i t a l ,el aumento del 20 al 50% proveniente de la demanda de compras y exportaciones militares explica, probablemente, la mayor parte de las ganancias, y en no pocas firmas quizá tanto como el 80 o el 100% de ellas.
L.4 ERA DEL IiZlPERIALISMO LZONOPOLIO E INVERSIONES EXTERIORES Una de las razones que frecuentemente se dan para creer qiic el imperialismo económico tiene una influencia insignificante cn la política externa y militar, es que sólo un pcqueíío seg:ncnto de los negocios norteamericanos está interesado vitalmente en actividades económicas exteriores o inilitarcs. Esta podría scr una observación significativa si los recursos económicos estuvieran distribuidos ainpliamente y si se pudiera concebir que la mayoría de las empresas con mentalidad empresarial nacional se movilizaran contra los planes de acción fomentados por 1n pequeña minoría de empresas orientadas liacia el exterior. Pcro las realidades de la concentración económica sugieren -justan~critelo contrario. En las industrias inanufactureras, 5 cor!,oi-aciones poseen m5s del 15% del tota! de ios bienes netos de capital (en 1962). Las 100 corporacioncs mayores poseen el 55% del total de los bienes netos de capital.16 Esto significa que un número pequeño de firmas --con s ~ ipropio 110derío y el de sus aliados en las finanzas y en los medios masivos ~)ueclcnmanejar una abrumadora cantidad dc de propagandapoder económico y político, especialmente si existe coiriiiiiidatl ( I r intereses dentro de este grupo relativamente pequeño. Y es en medio precisamente de estas corporaciones gigantes en donde encontramos los núcleos principales de operaciones econbmicas externas y militares. Basta un examen somero de las 50 rrxpresas industriales mayores para iiiostrarnos los sicuientes tii:trs tlc firinas rnuy implicados en operaciones económicas internacionales y en el suministro dc pcrtrechos militares: 12 en !~ctróleo, -5 eii aviación, 3 en productos químicos, 3 en acero, 3 en industria automovilística, 8 en equipos eléctricos y electrónicos y 3 en caucho. Estas 37 compañías componen m á s d c l 90% de los activos dr las 50 firmas industriales mayores. Lá comunidad de intereies entre los gigantes industriales erl operaciones externas y militares einerge de relaciones que rio son habitualmente obvias en términos de las categorías estadísticas usuales. Primero, existe la iiitcrrelación al través de los centros de poder financieros. Segundo, existen las Iigazoiles econórnicas directas de negocios. Mientras que sólo cinco empresas obtienen un cuarto del volumen de contratos milita15 Hearings, Sul~roininittee on Antitrrist arid Monopoly of the Committee on thc Judiciary, U.S Senate, 83th Coiigrcs~. 2nd Scssion, Part 1, Washington, D.C , 1964. pág. 115.
I:'COR'OALíÍA DEI, I J I P I : R I AIIS,ZIO re? y 23 empresas absorberi rri:ls dc la mitad de tales contiatos, una gran parte de estos ncgocios csti distribuida cntre otras erripresas que abastecen a cstos contratistas principales l6 Así, romo vimos 1.11 el cuadro 4, los manufactureros dc metales rio ferrows brutos, quicncq reciben muy pocos contratos militares directos, obtienen, sin embargo, rir,ís del 22% cdc sus ncy~ciosde la demanda militar. 1-,tercero, n causa del rico creciinicmto potencial y otra? ventajas dc loi neyocios iriilitarcs y c\teriorcs, el rno\imicrito dc posyueira cie f~isiói: ciitic- los yiqantcs iridustrialcs lia cntremclc 1,do lar oryanitacioiic>s coriiciciales típicamcntc nacionales con las típican~~ntc
IXVERSIONES EXTRANJERAS DIRECTAS D E LOS ESTAIDOS USIDOS, SEGÚN El, h l O N T O D E Id.% INVEKSION, 1957
V a l o r rle la inversión directa ,lar categorías d e m o n t o
Porceniaje d e las Zn: erszones lotaN ú m e r o d e l e ) d~ Estados flrn~a) Unzdo, -
$ 100 millones y ni& $ 50- 100 milloncs $ 25- 50 rnillones $ 1 0 25 millories $ 5- 10 ~nilloncs
- -
Total -
455
-
57 1L 9
45 51 67 126 166
8
5 .
91
p p p p p
FUEKTR:United States Eiisiness Invcstiricnts in Forrisn Coiiritrie.i, Drpartamento dc Comcrcio de Estados Unidos, 1960, pig. 1 4 .
1 " Back.:roiiricl hlntrrial ori Ecorioiriic !\s]>-r~sof Military P r o ~ u r ~ r n e i i t aiici Sii~,~>ly : 1964, j ~ ~ i r iEroiioiiiic t Coii~iiiittec ~ , f C:c~iicr~~ss, \Vasliincton, D.C., 1564, 1)5g. 11.
222
LA ERA DEL IAIPERIALISIZIO
L a concentración del poder económico, sicndo parte tan importante de la escena nacional, se prcsenta de modo aún más conspicua en el área de la inversión exterior. Los datos básicos disponibles sobre esto están tomados del Censo de 1957 de Inversiones Exteriores (ver cuadro 5 ) . Estos datos se refieren únicamente a inversiones directas y no incluyen inversiones indirectas ( o de "cartera") o vínculos econóniico5 tales como los creados por las licencias de patentes, procesos y marcas registradas. Notamos en este cuadro que sólo 45 firmas abarcan casi trcs quintzs partes de todas las inversioncs directas internacionales. 163 firmas retienen el 80% de tales invcrsioncs. La evidencia es aún más notable cuando examinamos la concentración de las im-ersiones por industria:
Industria
Minería Petróleo Manufactura Servicios de Utilidad Pública Comercio Banca y Seguros Agricultura
Número de firmas
% retenido de los
20 24 143
95 93 81
12 18 23 6
89 83 76 83
activos totales
Estos datos se murstran desde el punto de vista de la inversión total exterior de Estados Unidos. Si evamin!iramos la situación dcsde el ángulo de los paises receptores. encontraríamos un qrado aún mayor de concentración de las actividades comerciales de Estados Unidos.4Pero desde cualquier perspectiva, la concentración de las inversiones externas no es más que una cutcnsión clc la$ tendencias monopolistas don16sticas. Estas últimas ~uininistranla oportunidad de acumular las riqueza5 necesarias tanto para las inverciones exteriores extensivas como para el impulso a tales inr-cisiones. El problema del control es capital para la comprensión de los factores estratégicos que determinan el patrón de las inversiones exteriores. En su forrna mAs escueta, este control rs rniís c\.identc en las relaciones económicas con los países subdesarrollados, en el papel dc estos países como proveedores de materias primas para
CUADRO
6
DISTRIBUCION PORCENTUAL DE LAS INVERSIONES EXTERIORES DIRECTAS POR AREA E INDUSTRIA, 1964 Arca total
Canadá
Europa
%
%
%
América Latina %
Africa
Asia
Oceanía
%
%
%
Minería
8,o
12,l
0,4
12,6
21,9
191
633
Petróleo
32,4
23,4
25,6
35,9
51,O
65,8
28,l
Manufactura
38,O
44,8
54,3
24,3
13,8
17,5
54,l
Servicios de utilidad pública
4,6
3,3
0,4
5,8
0,1
138
0,1
Coniercio
8,4
5,8
12,2
10,7
597
798
5,5
Otras
8,6
10,6
7,1
10,7
7,5
6,o
539
100,O
100,O
100,O
100,O
100,O
100,O
100,O
Total FUENTE:
Calculado de datos del Survey of Current Business, septiembre 1966,p. 24.
224
LA E R A DEL lil.ilPERZALZSMO
las industrias de producción en masa y como fuente de lo que puede llamarse en propiedad tributo financiero. Examinemos primeramente la distribución de las invei~ioriesexteriores corno se muestra en el cuadro 6. Vemos aquí dos patrones diferentes. En América Latina, Asia y Africa la mayoría de las inversiones están en las industrias extractivas. Aunque Canadá es una fuente importante de minerales y petróleo, sólo el 35% de las inversiones de Estados Unidos están en estas industrias extractivas, estando dedicadas un 45% a mari~ifacturas.La inversión en industrias extractivas en Europa es míniiiia: los datos sobre petróleo representan refinerías y distiibución, no pozos petroleros. El control económico, y en consecuencia el control político cuando se trata de fuentes foráneas de materias primas, c5 dc importancia primordial para las industrias domésticas de producción en masa organizadas eii forma de monopolios. En industrias tales corno el acero, aluminio y petróleo, la capacidad para controlar las fuentes de materias primas es esencial para el control de los iriercados y precios de los productos finales, y sirve como un factor efectivo de seguridad al proteger las grandes inversioncs en manufacturas y la distribución del producto final. La frustración que irsulta de la competencia toma dos formas. En una, la libertad de accióri del competidor se coarta cuando cl precio y la distribución de las materias primas están controlados; éste no puedc sobrevivir mucho tiempo sin una fuente segura de materias primas a un costo práctico. En la otra forma. un grupo poderoso puede impedir a un competidor m5s débil llegar a ser mks indcpendiente y al mismo tiempo, puede desalentar cualquier competencia. adquiriendo todos los recursos mundiales de este material en la medida que es posible. i Cuán conveniente es que un número limitado de compañías petroleras de Estados Unidos controle dos tercios del petróleo del Mundo Libre!17 A este nivel de monopolio, la involucración de los intereses comerciales en la política exterior de Estados Unidos se hace aún más estrecha. La seguridad de controlar las inaterias primas en la mayoría de los sectores no implica sólo un asunto de negocios, sino que ocupa un primer puesto en la agenda de preservación del poder 17 A. George Gols, "Postwar U.S. Foreign Petroleum Investment", en U.S. Private and Governrnent Investment Abroad, por Raymond F. Mikesell, University of Oregon Books, Eugene, Oregon, 1962, pág. 417.
11
ECONOMfA DEL IA.IPER1ALlS~ZfO industrial y financiero. Y los poseedores de este poder, si lo desean seguir siendo, deben hacer todos los esfuerzos para asegurarse la disponibilidad de estas fuentes de abastecimiento en las coildiciones mis ventajosas: estos abastecimientos exteriores no son simplemente un carrlino hacia grandes ganancias, sino que constituyen una póliza de seguridad para la posición monopolista dentro del país. La presión para obtener fuentes externas de materias primas ha tomado una nueva dimensión durante las dos díicadas pasadas y promete hacerse progresivamente mayor. Aun cuando los negocios de Estados Unidos han tenido siempre que confiar en fuentes externas para una cantidad de metales importantes (bauxita, cromo, níquel, manganeso, tungsteno, estaño), sin erribargo. éstos se han autoabastecido de una amplia gama de materias primas y las han exportado hasta hace poco. Esta geneialización ha sido uno de los puntos fuertes de aquellos que argunicntaban que el capitalismo de Estados Unidos no tenía necesidad de ser imperialista. Pero hasta este argumento, débil como debe haber sido e11 el pasado, ya no es de confiarse. La presión que se desarrollaba sobre los recursos naturales, especialmente evidente desde alrededor de 1940, incitó al Presidente Truman a establecer una Comisión de Política para hlateriales para definir 13 iilagnitud del problema. El informe proporcionado por la Comisión l
226
LA E R A DEL IMPERIALISAfO
nuestro propio poderío material, aun nosotros iiccesitamoi mcicados en el mundo para los excedentes de nuestras granjas y fibricas. Igualmcntc, necesitamos materiales vitalrs y productos de tierras lejanas para estas niismas granjas y fábricas. Esta ley básica de interdependencia, tan evidente en el comercio de épocas de paz, sc aplica con una intensidad mil vcccs mayor en caso de guerra". Ccmo sucede tan a iilenudo, los intereses económicos armonizan perfectamente con las rrictas de seguridad y políticas, ya que tantas de las materias primas básicas se con~ideranescncialcs para para la guerra. una efecti~a En forma completan~entecornprensible el gobierno contribuye a la seguridad de la nacijn tanto como a la seguridad de los negocios a través de maniobras diplomáticas, retención de bases militares convcniciitcs en varias partes de1 mundo, ayuda militar para tratar de apoyar la estabilidad de los gobiernos y, por último, pero no menos importante, un programa de ayuda exterior que es una sutil mezcla de la expresión de propósitos humanitarios accrca dc la industrialización y una apreciación realista de que tal progresr no interferiría con la capacidad de los paíscs proveedores para mantener el flujo adecuado de materias primas. Para haccr un trabajo efectivo clc asegurar un suministro adccuaclo dc materias primas, a la luz de un posible agotamicnto de los depósitos ya en explotación, y en vista de las posibles neccsidadcs dc los programas espaciales y de cohetería, cl gobierno pi!.ec!e liacer s!i rriayor contribución inantcriiendo "libres" y seguras para la pr,oducción minera tantas zonas como sea posible. Clarence B. Ranclal!, presidente de la Inland Steel Co. y asesor para la ayuda externa en Wasl~ington,comentaba la disponibilidad afortunada de los depósitos de uranio en cl Congo Bclga cuando se desarrolló la bomba atómica: i Qiié suertc fue para nosotros el que la madre patria estuviera de nuestro lado! ,Y quién tiene alguna posibilidad hoy día de prever en cuál de las áreas inexploradas del mundo puede existir algún depósito único de una materia prima preciosa que en el transcurso del tiempo pueda necesitar urgentemente nuestra industria o nuestro programa de defensa?ls L a integración de capitalisinoi rrielios dccai r o l l c ~ d oal~ I I ~ C *c ,itlo mundial conio proveedores continuos y seguros de sus recursos naturales, se traduce, con raras excepciones, en una dependencia coni C T h e Coiiirriirnist Challenye to Anicrican Business, por Clarence B. Randall, Little Brolvn R Co., Boston, 1939, 36.
1
E C O h 7 0 M f A DEL IIWPERIALISA~O tinua de los centros de control monopolista, la que es bendecida y cimentada por la estructura de mercado qiic se desarrolla a partir dc esta misina dependencia.\la inteyiación a los mercados mundiales capitalistas posee cfcctos casi uniformes sobrc los países provcedores: 1 ) se alejan, o nunca cntran a las rutas dcl dcsarrolln q~:eiequierc indepcndcncia y seyuridad vn sí mismo: 2 ) pierde11 su autosuficiencia cconómica y 1lco;an n dcpcndcr dc las exportaciones para su viabilidad económica; 3 ) sus estructuras industriaICS l l e ~ a na adaptarse a las nccesidacles de siministro de artículo de exportación especiali~aclosa prrcios aceptables para los compra dores, reduciendo así una fiexibiliclad de rccursos productivos coi ino la que se neccsita para una productividad económica crecient y diversificada. El síntorns familiar de este proceso aún se ve e América Latina, donde, a pesar de los csfueizos de industrialización y el estímulo de dos gucrras rnundialcs, bastante mis del 9076 de las expoitaciones totales de la inayoría de los yaíscs coi-isiste en productos a~rícolasy mineros.19 La extrema drpendencia de las cuportaciones, y de un número dc pioductos de exportación muy restrinyido. cn tal caso, iiiantiene a tales economías en desequilibrio en sus relaciones cconómicas intcinacionalcs y crea tina frecuente necesidad de préstamos. I,a\ deudas cnqendran mis deudas, ya que el servicio de la deuda agreqa clificultades adicionales a la halan7a de pagos. Y en todas estas ielaciones de pedir prestado y prestar los cauces de las transaccioi~ciinternacionales están en manos de los inversionistas extranjeros, dc sur asociados comerciales y de siis aqcncias gubernamentales.
i
;P
Las cadenas de la dependencia puedrn ser nianip~ilaclaspor las palancas políticas, financieras y militares de los centros del impcrio, con la ayuda de los Infantes de Marina, bases militares, sobornos, operaciones de la CIA, maniobras financieras y cosas por el estilo. Pero la base material de esta depciidencia es una estructura industrial y financiera, la cual, a través de las llamadas operaciones normales de mercado reproduce las condiciones de la dependencia económica. Un elemento crítico de los patrones del mercado, que ayuda a perpetuar a los países subdesarrollados como proveedores de ma1 9 "Resource Aspects of Latin American Development", por Joseph Griinliald, en National Rcsoiircca and Iiiternational Developnient, por ;ZIari<.n Cla\\s«n, Johiis FIop1,ins Pr-55, 631tin101e. 1961. p i g 7 1.5
LA E R A DEL ZMPERIALISI\~O terias prima; dependientes, es el tributo financiero que se paga a los dueños extranjeros, quienes no sólo extraen recursos naturales, sino igualmciite generosas ganancias. La siguiente coinparación para los años 1950-1965 es una ilustración clara del proceso y se refiere únicamente a un tipo de drenaje financiero, el ingreso por inversio~iesdirectas que se transfieren a los Estados Unidos:'O
Europa
Flujo de inversiones directas desde EE. UU. Ingreso sobre este capital transferido a EE. UU. Neto
$ 8,l
Canadá A . Latina (Billones d e dólares)
$ 3,8
$ 63
5,5
5,9
+ $ 2,6
+$ 0,9
11,3 -$
7,5
Todos los otros sectores
$ 52
14,3
- $931
En las regiones subdesarrolladas se sacó casi tres veces tanto dinero coino cl que inqresó. Y notemos bicn que además de sacar casi tres leces lo que invirticion, los accionistas pudieron incren~r~itar el lalor dc los activos que poseían en estas regiones varias Leces: en AmErica Latina, las inversiones directas propiedad de la5 empresas de Estados Unidos aiimentaron de $4,5 a $10,3 billones durante este período; en Asia y Afrira dc $1,3 a $4,7 billones. El patrón que, como contraste, ofrece el flujo de dinero desde y hacia Europa, indica iina tendenca de la srgi~ndapostguerra. El rápido crecimiento de las inversiones en Europa se produjo en manuiacturas y refinerías de petróleo. El proceso de inversiones in20 Estos son resúmenes dc datos presentados para 1950 a 1960 en el Depto. de Comercio, Balance of Payments Statistical Supplement Revised Edition, Washington, D.G., 1963. Los datos para 1961 a 1965 aparecen en los artículos sobre inversión extranjera en varios números de Sunrey of Current Business desde 1962 hasta 1966. La primera Iínea en el cuadro del texto representa los flujos de capital neto de la inversión directa de los Estados Unidos. La segunda línea es la suma de los dividendos, intereses y utilidades de la filiales, después de deducir los impuestos del extranjero, producidos por las inversiones directas en el exterior. No incluye los ingresos de las corporaciones subsidiarias (distintas de las filiales) que quedan rrtcni
ECONOMfA DEL IMPERIALISMO ternacionales en las manufacturas está. íntiiilamente relacionado con la marcha normal de los negocios a través de: a ) mercados de control y b ) minimización de los costos de producción. Los métodos que se usan variarán de acuerdo con la industria y condiciones de cada país. principales factores involucrados en la elección de las inversiones de capital en vez del comercio de exportación son :
1 ) Si la tasa de beneficios obtenible manufacturando en el exterior es mayor quc la que se obtiene incremeiltando la producción nacional.
2 ) Si ello facilita obtcncr una participación rnayor y más scgura en un mercado extranjero dado. 3) Si ello permite tomar ventaja en los cauces del comercio de exportación del país en el cual se hace la inversión. Así, las empresas comerciales de Estados Unidos en Inglaterra comprenden el 10% de las exportaciones británica^.^^ 4) Si es posible apropiarse de un campo industrial basado en nuevos avances tecnológicos, usualmente protegido por el ejercicio de derechos de patente. Pero el desarrollo más dramático de nuestros tiempos es el despliegue dc la industria dc Estados Unidos en actividades de computación, energía atómica y tecnología especial de los países industrializados. El rrípido crecirnicnto de estos campos está motivado, seguramente, por oportunidades inmediatas dc ganancia. Pero lo más probable es que tiene por objetivo el mantener y obtener ventajas máximas de la delantera técnica que las empresas de los Estados Unidos poseen ahora como resultado de las vastas inversiones hechas por el gobierno de Estados Unidos en investigación y desarrollo. La posición dominante en esta tecnología puede ser decisiva en la obtención de uii control más amplio en el resto de la economía, siempre y cuando la nueva tecnología llegue a ser la clave de las fuerzas productivas de una sociedad. Inversiones tales como las que hace el capital de Estados Unidos en manufacturas en los países subdesarrollados ocurren principalmente en América Latina, donde el porcentaje de las inversiones totales de Estados Unidos en el campo de las manufacturas es de 24%. Estas inversiones son principalmente en industrias manufactureras livianas, incluyendo el procesamiento dc los materiaAmerican Investment in British Manufacturing Industry, por John
H. Dunning, London, 1958.
L A E R A DEL IIMPERIALISI\IO les aliinenticios nativos. Las operaciones de manufactura en el cam-h po de bienes duraderos, tales como automóviles, toman la forma de plantas ensambladoras. Esto garantiza al mercado de exportación de componentes y partes. También contribuye a estabilizar el mercado de Estados Unidos para estos productos. Es mucho más fácil para un país enfrentado a severas dificultades en su balanza de pagos prohibir las importaciones de un artículo suntuario que el eliminar la importación de materias primas y piezas de ensamble que crearía desempleo y cierre de la industria local. L a expansión económica internacional de postquerra de las firmas manufactureras de Estados Unidos se h a traducido en la transformación de muchas de sus empresas gigantes en una nueva forma de organi7aciones multinacionales. I,a empresa de neyocios internacional típica ya no rsti más limitada a la compaiíía petrolera gigante. Se asemeja m'ís a la General Motors o a la General Electric, con el 15 o 205% de sus operaciones comprometidas en negocios internacionales y haciendo todos los esfuerzos por aumentar esta participación. El propósito abiertamente expresado por estas cmpresas es c1 de obtener los costos unitarios de producción más bajos en base al mercado mundial. También es su propósito, aunque no necesariamrnte rxpresado abiertamente, cl llegar en primer lugar al movimiento de fusión en el Mercado Común Europeo y controlar una parte tan qrande del mercado mundial coino la que controlan en el mercado de Estadoi Unidos. Para los directores de tales organi7aciorics la unicidad de los interesrs cconómicos y naciona!es es completamente clara. El presidente de la General Electric lo expresa sucintamente: "sugiero que percibiremos: que, una Lez que hayamos pasaclo por encima dc los propósitos tanto comunes como opuestos de las empresas y el qobierno, existe iiri patrón más amplio, un "consenso" si se desea, donde los interesrs públicos v privados se fusionan, cooperan, interactíran y llegar1 a ser el interés nacional".?' No hay que insistir en que, el término "intercs privado" se refiere a empresa privada. Otro empleado de rsta corporación se enfrenta al problcn~a dc la identidad del intrrEs nacional y privado: "Así. nucstin bíisqueda de ganancias nos sitúa de llr~no 22 "Our Common Caiise in World Competition", discurso de Fred J. Borch, presidente de la General Electric Company, ante The Economic Club of New York, el 9 de Noviembre de 1964, impreso por la General Electric Co., Schenectady, X. Y.
en línea con la l~olíticanacional clc clr~rarel coniei-cio internacional como ineclio d r fortalecer al i n ~ i n d olibie cii la confrontación con el Com~inisirioa través de la Guerra Fría".'" Así como la lucha contra el Coiiiunisiiio ayuda cn la búsqued a de ganancias, del misnio modo la búsqiieda d c ganancias ayuda cn la lucha contra el Comunismo. ; Q u é armonía niás perfecta dc intereses podría i m a ~ i n a i s e ?
2 3 "The Creative Power of Profits", discurso de John D. Lockton, Tesorero de la Geiieral Electric Company, pronunciado en el Macalester College, St. Paul, Minn., el 23 de abril de 1964, impreso por la General Electric Co., Schenectady, N. Y.
Se terminó de irnpriniir este libro de la EDITORIALNVESTKOTIEMPO,S. A., el día 9 de junio de 1969 en los talleres de la EDITORIALLIBROS DE MÉXICO, S. A,, -4v. Coyoacán 1035, México 12, D. F. L a edición estuvo al cuidado de Alonso Aguilar M. y Horacio Zalce y se imprimieron 3,000 ejemplares.