LA CEBRA CAMILA Érase una vez una cebra llamada Camila, que paseaba por la sabana africana. Como en aquél lugar el viento era tan fuerte y tan travieso, Camila tenía que andar con mucho cuidado para no perder sus flamantes rayas de cebra. Un día salió de su casa y … ¿queréis saber lo que le pasó? Que sopló un viento tan fuerte, tan fuerte que se llevo las rayas de la cebra Camila y la dejó tan desnuda que parecía un caballo blanco. Al verse así de blanca, Camila se echó a llorar… Estaba tan triste que lloró 7 lágrimas, tantas como las rayas que había perdido. Por allí pasó la señora SERPIENTE. ¿Por qué lloras? – le preguntó la serpiente Porque el viento bandido se ha llevado l levado las rayas de mi vestido.
No te preocupes, te daré mi bufanda verde para que el frío no te entre.
Y dicho y hecho: Camila se puso la bufanda de la serpiente a modo de raya de cebra. Camila siguió paseando, muy triste, y lloró 6 lágrimas, tantas como las rayas que le faltaban. Por allí pasó el ELEFANTE ¿Por qué lloras? – le preguntó el elefante Porque el viento bandido se ha llevado l levado las rayas de mi vestido.
No te preocupes, te daré mi bufanda rosa para que te veas más hermosa.
Y dicho y hecho: Camila se puso la bufanda del elefante a modo de raya de cebra. Camila seguía un poco triste y lloró 5 lágrimas, tantas como rayas le faltaban. Entonces, por allí pasó el LEOPARDO ¿Por qué lloras? – le preguntó el leopardo Porque el viento bandido se ha llevado l levado las rayas de mi vestido.
No te preocupes, te daré mi bufanda morada para que no te quedes helada.
Gracias, gracias. Y Camila se puso la bufanda del leopardo a modo de raya de cebra. Camila seguía llorando. Esta vez 4 lágrimas, como las rayas que le faltaban. Y pasó por allí casualmente la JIRAFA ¿Por qué lloras? – le preguntó la jirafa Porque el viento bandido se ha llevado l levado las rayas de mi vestido.
No te preocupes, te daré mi bufanda amarilla que no se la comen las polillas
Camila se puso la bufanda de la jirafa a modo de raya de cebra.
Camila se sentía cada vez menos triste. Aun así lloró 3 lágrimas, las mismas que las rayas que le faltaban. Pasó por allí la HIENA ¿Por qué lloras? – le preguntó la hiena Porque el viento bandido se ha llevado l levado las rayas de mi vestido.
No te preocupes, te daré mi bufanda marrón que mola un montón
Camila lloraba, cada vez menos, esta vez sólo le cayeron 2 lágrimas. Pasó también por allí el HIPOPÓTAMO ¿Por qué lloras? – le preguntó el hipopótamo Porque el viento bandido se ha llevado l levado las rayas de mi vestido.
No te preocupes, te daré mi bufanda azul te gustará, es de tul.
Camila ya no estaba tan triste. Esta vez sólo derramó 1 lágrima. Y mirando arriba de un árbol divisó a un MONO. ¿Por qué lloras? – le preguntó el mono Porque el viento bandido se ha llevado l levado las rayas de mi vestido.
No te preocupes, Toma mi bufanda plateá Que te va a quedar niquelá!
Y así fue. Cuando de repente Camila, ya contenta con todas sus rayas de colores miró hacia el horizonte y vió a su amigo el LEÓN todo cubierto de rayas negras. Camila le dijo: ¿Será posible lo que veo? ¿qué haces tú con mis rayas?
Yo, yo, yo… no te las he quitado Ha venido el viento y me las ha pegado… Ah! ¿si? Pues pienso que ahora estamos preparados los dos para irnos a una fiesta de disfraces de Carnaval, ¿no te parece? Y dicho y hecho. La cebra Camila y su amigo el león se fueron a la fiesta a bailar un mogollón!!!!! Y COLORÍN COLORADO ESTE CUENTO SE HA ACABADO