UNIVERSIDAD CATÓLICA LOS ÁNGELES DE CHIMBOTE FACULTAD DE INGENIERÍA CARRERA PROFESIONAL DE INGENIERÍA CIVIL
PORTAFOLIO Actividades formativas de los temas de la Unidad I AUTORES MEZA VALQUI LUIS POLO PEREDA JHON PAREDES CORTEZ IRWIN MELENDEZ RODRÍGUEZ JUAN BOCANEGRA JORGE DOCENTE TUTOR MG. Carlos Jorge Santisteban Santisteban LLonto
2016
ASIGNATURA: DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA II
PRESENTACIÓN Este presente trabajo se realizó para poder entender sobre la dignidad humana y como poder guiarnos mediante su p a l a b r a p a r a n o p o d e r a l e j a r n o s d e é l p e r o e l h o m b r e p o r l a s t en t a c i o n e s d e l m u n d o s e f u e a l e j a n d o y p e r d i e n d o s u dignidad y olvidándose de los valores y perdiéndose en el pecado. La conciencia moral, presente en lo íntimo de la persona, es un juicio de la razón, que en el momento oportuno, impulsa al hombre a hacer el bien y a evitar el mal. La dignidad de la persona humana supone la rectitud de la conciencia moral, es decir que ésta se halle de acuerdo con lo que es justo y bueno según la razón y la ley de Dios. La conciencia recta y veraz se forma con la educación, con la asimilación de la Palabra de Dios y las enseñanzas de la Iglesia.
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Contenido Actividad 1: Resumen............................................................................. ................................................................................ ... 3 Actividad 2: Organizador visual ................................................................. ... 6 Actividad 3: Reporte de lectura.................................................................... 7 Bibliografía Utilizada ............................................................................. ............................................................................... .. 10 Autor (a) .............................................................................................. 11 Coautor (a) ........................................................................................... 11 11
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Actividad 1: Resumen
La dignidad de la persona humana y el pecado, en relación con el designio de amor de Dios para la humanidad
La dignidad de la persona humana está arraigada en su creación a imagen y semejanza de Dios. Dotada de alma espiritual e inmortal, de inteligencia y de voluntad libre, El hombre alcanza la bienaventuranza en virtud de la gracia de Cristo, que lo hace partícipe de la vida divina. Las Bienaventuranzas son el centro de la predicación de Jesús; recogen y perfeccionan las promesas de Dios, hechas a partir de Abraham. La La bienaventuranza consiste en la visión de Dios en la vida eterna, cuando seremos en plenitud, de la gloria de Cristo y del gozo de la vida trinitaria. La libertad es el poder dado por Dios al hombre de obrar o no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar de este modo por sí mismo acciones deliberadas. La libertad hace al hombre responsable de sus actos, en la medida en que éstos son voluntarios; El derecho al ejercicio de la libertad es propio de todo hombre, en cuanto resulta inseparable de su dignidad de persona humana. Este derecho ha de ser siempre respetado, especialmente en el campo moral y religioso, Nuestra libertad se halla debilitada a causa del pecado original. El debilitamiento se agrava aún más por los pecados sucesivos. Pero Cristo. El Espíritu Santo nos conduce con su gracia a la libertad espiritual, La moralidad de los actos humanos depende de tres fuentes: del objeto elegido, es decir, un bien real o aparente; El acto es moralmente bueno cuando supone, al mismo tiempo, la bondad del objeto, del fin y de las circunstancias. Hay actos cuya elección es siempre ilícita en razón de su objeto (por ejemplo, la blasfemia, el homicidio, el adulterio). Las pasiones son los afectos, emociones o impulsos de la sensibilidad – componentes componentes naturales de la psicología humana – , que inclinan a obrar o a no obrar, en vista de lo que se percibe como bueno o como malo. Las pasiones, en cuanto impulsos de la sensibilidad, no no son en sí mismas ni buenas ni malas; son buenas, cuando contribuyen a una acción buena; son malas, en caso contrario. La conciencia moral, presente en lo íntimo de la persona, es un juicio de la razón, que en el momento oportuno, impulsa al hombre a hacer el bien y a evitar el mal. La dignidad de la persona humana supone la rectitud de la conciencia moral, es decir que ésta se halle de acuerdo con lo que es justo y bueno según la razón y la ley de Dios. La conciencia recta y veraz se forma con la educación, con la asimilación de la Palabra de Dios y las enseñanzas de la Iglesia. La persona debe obedecer siempre al juicio cierto de la propia conciencia, la DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA II
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cual, sin embargo, puede también emitir juicios erróneos, por causas no siempre exentas de culpabilidad personal. La virtud es una disposición habitual y firme para hacer el bien: «El fin de una vida virtuosa consiste en llegar a ser semejante a Dios» Las virtudes humanas son perfecciones habituales y estables del entendimiento y de la voluntad, que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra conducta en conformidad con la razón y la fe. Las principales virtudes humanas son las denominadas deno minadas cardinales, que agrupan a todas las demás y constituyen las bases de la vida virtuosa. Son la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza. Las virtudes teologales son las que tienen como origen, motivo y objeto inmediato a Dios mismo. Las virtudes teologales son la fe, la esperanza y la caridad. Los dones del Espíritu Santo son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir las inspiraciones divinas. Son siete: sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. Los frutos del Espíritu Santo son perfecciones plasmadas en nosotros como primicias de la gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera doce: «caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia y castidad» Acoger la misericordia de Dios supone que reconozcamos nuestras culpas, arrepintiéndonos de nuestros pecados. El pecado es «una palabra, un acto o un deseo contrarios a la Ley eterna». La variedad de los pecados es grande. Pueden distinguirse según su objeto o según las virtudes o los mandamientos a los que se oponen. En cuanto a la gravedad, el pecado se distingue en pecado mortal y pecado venial. El pecado prolifera en nosotros pues uno lleva a otro, y su repetición genera el vicio. Las estructuras de pecado son situaciones sociales o instituciones contrarias a la ley divina, expresión y efecto de los pecados personales. El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia
Todas las tradiciones culturales, gracias a la búsqueda humana de lo divino, han tenido una experiencia de Dios (o dios), que implica una ética tanto a nivel personal como social. Así entonces, el pueblo Israel en su búsqueda de Dios encontró que Él se le revelaba progresivamente, primero como liberador, con una cercanía gratuita, que pedía un compromiso mediante una Alianza, asumido libremente por el pueblo y que se plasmó en el Decálogo, acontecimientos que están íntimamente unidos por una praxis que debe regular el desarrollo de la sociedad israelita en la justicia y en la solidaridad. En Jesús se cumple las promesas hechas h echas por Dios Dio s a Israel, al tiempo que manifiesta man ifiesta tangible y de modo definitivo d efinitivo quién es Dios y cómo se comporta con los hombres; anuncia la misericordia liberadora de este Dios en favor de los pobres; nos lo enseña a reconocer como Padre de amor que se entrega en su Hijo para liberar el género humano de la esclavitud del pecado y continúa la prolongación de su amor fecundo en la historia por p or el Espíritu Es píritu Santo: "La clave, el centro y el fin de toda la historia de halla en su Señor y Maestro”. En el libro del Génesis encontramos
los fundamentos para una antropología cristiana: la inalienable dignidad de la persona DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA II
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humana, la sociabilidad del ser humano y el significado de su actuar en el mundo. La persona humana ha sido creada por Dios como fruto de un acto libre y gratuito, amada y salvada en Jesucristo, y se realiza entretejiendo múltiples relaciones de d e amor, de justicia y de solidaridad con las demás personas, mientras va desarrollando su multiforme actividad en el mundo. En la comunión del amor trinitario la persona humana está llamada a descubrir el origen y la meta de su existencia y de su historia. La Iglesia es la comunidad de los que son convocados co nvocados por Jesucristo Resucitado y lo siguen; ella es sacramento y salvaguardia del carácter trascendente de la persona humana, tiene como misión anunciar el Reino de Dios e instaurarlo entre todos los pueblos, ser germen y principio de esa Reino, valiéndose para ello de "la predicación del Evangelio, la gracia de los sacramentos y la experiencia de la comunión fraterna"; un Reino que se ha de manifestar "en el desarrollo de una sociabilidad humana que qu e sea para los hombres levadura de realización integral, de justicia y de solidaridad, abierta al Trascendente como término de referencia para el propio y definitivo cumplimiento personal".
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Actividad 2: Organizador visual
LA FUENTE ULTIMA DE LOS DERECHOS HUMANOS NO SE ENCUENTRA EN LA MERA VOLUNTAD DE LOS ERES HUMANOS, EN LA REALIAD DEL ESTADO O PODERES PUBLICOS SINO EN EL HOMBRE MISMO MISMO Y EN DIOS SU CREADOR.
ALGUNOS VALORES DEBEN SER UNIVERSALES, COMO LOS DERECHOS HUMANOS Y LA IGUAL DIGNIDAD DE CADA SER HUMANO.
VALOR DE LOS DERECHOS HUMANOS
NUESTRA DIGNIDAD ANTE DIOS NOS RESPLANDECE ANTE LOS DEMAS
LA VIDA NO ES SOLO UN BIEN SINO QUE ADEMAS ES UN DON, ES DECIR ES UN REGALO.
LA PERSONA HUMANA NECESITA LA VIDA SOCIAL
LLAMADO A LA BIENAVENTURANZA DIVINA
TODOS HEMOS SIDOS CREADOS A IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS
TODOS POSEEMOS UN MISMO FIN SERVIR A DIOS
COMUNIDAD HUMANA Y LA LEY DE DIOS
LOS 10 MANDAMIENTOS DONDE DIOS MANDO NUESTRAS LEYES A SEGUIR
EL AMOR AL PROJIMO ES INSEPARABLE AL AMOR DE DIOS
NUESTRA NATURALEZA Y VOCACION SON PARTE DE NOSOTROS
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Actividad 3: Reporte de lectura Descripción de la actividad:
Descubre que el amor a Dios y al prójimo son inseparables, en relación al Evangelio de la Creación de Laudato Si, a través de un reporte de lectura de la temática del Compendio CEC (N° 434-533) y en Laudato Si (N° 62-100) (N° 199-200).
La Resurrección de Jesús glorifica el nombre de Dios Salvador porque de ahora en adelante, el Nombre de Jesús es el que manifiesta en plenitud el poder soberano del "Nombre que está sobre todo nombre". Los espíritus malignos temen su Nombre y en su nombre los discípulos de Jesús hacen milagros porque todo lo que piden al Padre en su Nombre, él se lo concede. Cristo viene de la traducción griega del término hebreo "Mesías" que quiere decir "ungido". No pasa a ser nombre propio pro pio de Jesús sino porque él cumple perfectamente per fectamente la misión divina que esa palabra significa. El ángel anunció a los pastores el nacimiento de Jesús J esús como el del Mesías prometido a Israel, La consagración mesiánica de Jesús manifiesta su misión divina. "Por otra parte eso es lo que significa su mismo nombre, porque en el nombre de Cristo está sobre entendido El que ha ungido, El que ha sido ungido y la Unción misma con la que ha sido ungido: un gido: El que ha ungido, es el Padre. El que ha sido ungido, es el Hijo, y lo ha sido en el Espíritu que es la Unción" Jesús acogió la confesión de fe de Pedro que le reconocía como el Mesías anunciándole la próxima pasión del Hijo del Hombre, Los Evangelios Evan gelios narran en dos do s momentos solemnes, el bautismo y la transfiguración de Cristo, que la voz del Padre lo designa como su "Hijo amado". Jesús se designa a sí mismo como "el Hijo Único de Dios" y afirma mediante este título su preexistencia eterna. Pide la fe en "el Nombre del Hijo Único de Dios". Esta confesión cristiana aparece ya en la exclamación del centurión delante de Jesús en la cruz: "Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios", porque solamente en el misterio pascual donde el creyente puede alcanzar el sentido pleno del título "Hijo de Dios". Después de su Resurrección, su filiación divina aparece en el poder de su humanidad glorificada: "Constituido Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por su Resurrección de entre los muertos", Con mucha frecuencia, en los Evangelios, hay personas que se dirigen a Jesús llamándole "Señor". Este título expresa el respeto resp eto y la confianza de los que se acercan a Jesús y esperan de él socorro y curación. DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA II
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El nombre de Jesús significa "Dios salva". El niño nacido de la Virgen María se llama "Jesús" "porque él salvará a su pueblo de sus pecados"; "No hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos" El nombre de Cristo significa "Ungido", "Mesías". Jesús es el Cristo porque "Dios le ungió con el Espíritu Santo y con poder". Era "el que ha de venir", el objeto de "la esperanza de Israel". Israel ". El nombre de Hijo de Dios significa la relación única y eterna de Jesucristo con Dios su Padre: Él es el Hijo único del Padre y él mismo es Dios. Para ser cristiano es necesario creer que Jesucristo es el Hijo de Dios. El nombre de Señor significa la soberanía divina. Confesar o invocar a Jesús como Señor es creer en su divinidad "Nadie puede decir: "¡Jesús es Señor!", sino por influjo del Espíritu Santo". En el momento establecido por Dios, el Hijo único del Padre, la Palabra eterna, es decir, el Verbo e Imagen substancial del Padre, se hizo carne: sin perder la naturaleza divina asumió la naturaleza humana. Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre en la unidad de su Persona divina; por esta razón él es el único Mediador entre Dios y los hombres. Jesucristo posee dos naturalezas, la divina y la la humana, no confundidas, sino unidas en la única Persona del Hijo de Dios. Cristo, siendo verdadero Dios y verdadero hombre, tiene una inteligencia y una voluntad humanas, perfectamente de acuerdo y sometidas a su inteligencia y a su voluntad divinas que tiene en común con el Padre y el Espíritu Santo. La encarnación es, pues, el misterio de la admirable admir able unión de la naturaleza divina d ivina y de la naturaleza humana huma na en la única Persona del Verbo. De la descendencia de Eva, Dios eligió a la Virgen María para ser la Madre de su Hijo. Ella, "llena de gracia", es "el fruto excelente de la redención"; desde el primer instante de su concepción, fue totalmente preservada de la mancha del pecado original y permaneció pura de todo pecado personal a lo largo de toda su vida. María es verdaderamente verdaderam ente "Madre de Dios" porque es la madre del Hijo eterno de Dios hecho hech o hombre, que es Dios mismo. María "fue Virgen al concebir a su Hijo, Virgen al parir, Virgen durante el embarazo, Virgen después del parto, Virgen siempre" (S. Agustín, serm. 186, 1): Ella, con todo su ser, es "la esclava esc lava del Señor" (Lc 1, 38). La Virgen María "colaboró por su fe y obediencia libres a la salvación de los hombres" (LG 56). Ella pronunció su "fiat" "loco totiushumanaenaturae" ("ocupando el lugar de toda la naturaleza humana") (Santo Tomás, s. th. 3, 30, 1): Por su obediencia, Ella se convirtió en la nueva Eva, madre de los vivientes. El Evangelio de la creación: Los relatos de la Biblia, ofrece una visión general que proviene
de la tradición judeo-cristiana y articula la «tremenda responsabilidad» del ser humano respecto a la creación, el lazo íntimo que existe entre todas las creaturas, y el hecho de que «el ambiente es un bien colectivo, patrimonio de toda la humanidad y responsabilidad de todos». En la Biblia, «el Dios que libera y salva es el mismo que creó el universo», y «en Él se conjugan el cariño y el vigor». El relato de la creación es central para reflexionar sobre la relación entre el ser humano y las demás criaturas, y sobre cómo el pecado rompe r ompe el equilibrio DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA II Página 8
de toda la creación en su conjunto. «Estas narraciones sugieren que la existencia humana se basa en tres relaciones fundamentales estrechamente conectadas: la relación con Dios, con el prójimo y con la tierra. Según la Biblia, las tres relaciones vitales se han roto, no sólo externamente, sino también dentro de nosotros. Esta ruptura es el pecado». Por ello, aunque «si es verdad que algunas veces los cristianos hemos interpretado incorrectamente las Escrituras, hoy debemos rechazar con fuerza que, del hecho de ser creados a imagen de Dios y del mandato de dominar la tierra, se deduzca un dominio absoluto sobre las demás criaturas». Al ser humano le corresponde «“labrar y cuidar” el jardín del mundo», sabiendo
que «el fin último de las demás criaturas no somos nosotros. Pero todas avanzan, junto con nosotros y a través de nosotros, nos otros, hacia el término común, que es Dios». Que el ser humano no sea patrón del universo «no significa igualar a todos los seres vivos y quitarle al ser humano ese valor peculiar» que lo caracteriza ni «tampoco supone una divinización de la tierra que nos privaría del llamado a colaborar con ella y a proteger su fragilidad». En esta perspectiva «todo ensañamiento con cualquier criatura “es contrario a la dignidad humana”», pero «no
puede ser real un sentimiento de íntima unión con los demás seres de la naturaleza si al mismo tiempo en el corazón no hay ternura, compasión y preocupación por los seres humanos». Es necesaria la conciencia de una comunión universal: «creados por el mismo Padre, todos los seres del universo estamos unidos por lazos invisibles y conformamos una especie e specie de familia universal, [...] que nos mueve a un respeto sagrado, cariñoso y humilde». Concluye el capítulo con el corazón de la revelación cristiana: el «Jesús terreno» con su «relación tan concreta y amable con las cosas» está «resucitado y glorioso, presente en toda la creación con su señorío universal».
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Bibliografía Utilizada Benedicto XVI. Carta encíclica. Caritas in Veritae. Jun 29 de 2009. Obtenido de: http://w2.vatican.va/conten http://w2.va tican.va/content/benedic t/benedict-xvi/es/encyclicals/d t-xvi/es/encyclicals/documents/ ocuments/hf_benhf_benxvi_enc_20090629_caritas-in-v xvi_enc_2009 0629_caritas-in-veritate.html eritate.html Francisco. Carta Encíclica. Laudato Si. May 24 de 2015. Obtenido de: http://w2.vatican.va/conten http://w2.va tican.va/content/francesco/e t/francesco/es/encyclicals/d s/encyclicals/documents/pa ocuments/papapafrancesco_20150524_en francesco_20 150524_enciclica-laudato-si. ciclica-laudato-si.html html Iglesia Católica. Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica. Vaticano: Librería Editrice Vaticana, Jun 28 de 2005. Obtenido de: http://www.vatican.va/archive/compendium_ccc/documents/archive_2005_compendiu m-ccc_sp.html Pontificio Consejo Justicia y Paz. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. Vaticano: Librería Editrice Vaticana, Abr 2 de 2004. Obtenido de: http://www.vatican.va/roman http://www .vatican.va/roman_curia/pontific _curia/pontifical_councils/ju al_councils/justpeace/do stpeace/documents/rc_p cuments/rc_pc_j c_j ustpeace_doc_2006052 ustpeace_ doc_20060526_compend 6_compendio-dott-soc_sp.html# io-dott-soc_sp.html#PRESENTACI%C3 PRESENTACI%C3%93N %93N
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Autores MEZA VALQUI LUIS POLO PEREDA JHON PAREDES CORTEZ IRWIN MELENDEZ RODRÍGUEZ JUAN BOCANEGRA JORGE
Carrera Profesional Profesional de Ingeniería Ingeniería Civil , ULADECH Católica. Católica. Chimbote, Año Año 2016.
Coautor (a) (Nombre del docente tutor MG. Carlos Jorge Santisteban LLonto), Docente de Uladech Católica. Chimbote, 2016.
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