5/12/2018
Humboldt,WilhelmVon -EscritosSobreElLenguaje-slidepdf.com
Wilhelm von Bumboldt
ESCRITOS SOBRE EL
LENGUAJE
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5/12/2018
Humboldt,WilhelmVon -EscritosSobreElLenguaje-slidepdf.com
W ilh elm
vo n LH u m boldt
ESCRITOS SOBRE EL LENGUAJE Edición y traducción de Andrés Sánchez Pascual Prólogo de José María Valverde
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Títulos originales alemanes de los cinco textos seleccionados: 5/12/2018 Humboldt, Wilhelm -EscritosSobreElLenguaje-slidepdf.com Vber d as vergleichend e Sprachst udium in Be ziehung au f d ie Von ver · schied enen
E pochen
der Sprachentwick lung
Vber den Einfluss d er ver schied enen Literatur und Geistesbild ung
C har akt ers
Vber das Entstehen der grammat ischen fluss auf die 1deenent wick lung Vber die Buchstabenschrift Sprachbau
und ihren
d er Spr adzen
Formen ,
auf
und ihren Ein-
Z u sammenhang
mit
dem
Vber den Dualis
La versión de estos textos ha contado con una «Ayudaa la creación literaria. Modalidad de Traducción» (1990), otorgada por el Ministerio de Cultura.
Quedan rigurosamente prohibidas, sin la a~torización es~rita de los titulares del "Copyright»,bajo las sanCIOnesestablecIdas en las Leyes, la reproducción total o parcial de esta obra p~r cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografIa y el tratamiento informático y la distribución de e jemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos, así como la exportación e importación de estos ejemplares para su distribución en venta fuera del ámbito de la Comunidad Económica Europea.
Primera edición: mayo de 1991. © por la traducción: Andrés Sánchez Pascual, 1991. © por el prólogo: José María Valverde, 1991. © de esta edición: Edicions 62 sla., Provenc;a 278, OSOOS-Barcelona. Impreso en Limpergraf sla., Calle del Río 17, Nave 3, Ripollet. Depósito legal: B. 15.148-1991. ISBN:
84-297-3244-6.
La capacidad de hablar -resulta perogrullesco decir10- es lo que nos constituye como seres humanos, más bien que el poder ser definidos como «animal racional» u horno sapiens sapiens. Pero, quizá por ello mismo, la humanidad ha vivido y hablado durante miles -o millones- de años sin tener más que una conciencia confusa, si es que no nula, de qué sea esa capacidad de palabra, dándola por supuesta casi como algo natural, lo mismo que el respirar, aunque quizá con algún vago residuo de creencia en su poder mágico sobre la realidad. Y ello, casi siempre, sin reconocer que otros tengan otras palabras para lo mismo: si aparece alguien que haga otros ruidos con la boca, son meros ruidos, es un bar-bar (bárbaro), un tar-tar (tártaro), un bereber, no un semejante, y se le puede esclavizar o matar. Admitir que haya otras lenguas es un salto adelante en la historia moral, y podría llevar a la conciencia de lo que es el lengua je, pero ésta ha tardado mucho. A partir de un momento dado en la historia, con el desarrollo del pensamiento abstracto -típicamente, la filosofí aalgunos asumieron una peculiar idea del lenguaje, que implicaba desvalorizar1o y malentenderlo: al soñar un mundo de conceptos puros, nítidos, en total aro mazón lógica, las palabras se reducían a envoltorio s para transmitir esas ref erencias de valor unívoco. Ellogos, que en principio era, a la ve z y sin necesidad de distinción, «razón» y «palabra», se bifurcó en estos dos sentidos, para mengua del segundo. Como mucho, la tradición escolástica se plantearía la cuestión del significado de los sustantivos, la suppositio, digamos la relación entre el vocablo «mesa» y el objeto que suele tener delante el profesor, apuntando siempre a los «universales», siquiera fuera mediante convención en un flatus vocis verbal.
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(<
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guaje como don de Dios, y así lo hace Hamann, «el mago 5/12/2018 Humboldt, Wilhelm Von -Escritos Sobresería ElLenguaje -slidepdf.com el lenguaje la expresión de lo humano, diversificadel Norte», el paisano de Kant, enemigo de la «puta Rado en las lenguas como expresiones de sus respectivos zón» y fanático de la creencia. Sin conocerle, el émigré pueblos y razas, cuyos temperamentos quedarían de mavizconde de Bonald diría que el lenguaje es el legado de nifiesto incluso en la gramática y la fonética de su idioma la primitiva revelación divina, no por ningún contenido o dialecto. Este punto lo comparte mucha gente incluso concreto o mensaje, sino por su misma existencia. Pero hoy; una creencia piadosa que, como tal, es tan indemosantes de que éste escribiera, la Academia berlinesa, en trable como irrefutable; una abundancia de sonidos gutu1769, abrió un concurso sobre ese tema, que fue ganado rales indicaría un determinado carácter nacional: la grapor el todavía joven Herder, con un texto de tono arrebamática alemana inclinaría a la metafísica, y la gramática tado y altamente enfático y de desarrollo tan sugestivo francesa a la clarté. como vacilante y aun contradictorio. Aunque Herder rehúPero esas opiniones, tan propias del espíritu romántiye ver el lenguaje como algo puesto en la misma naturaco también en cuanto éste implica nacionalismos, pintoleza humana, lo hace derivar de una capacidad de refleresquismos y folklorismos, tenían de bueno que incitaban xión que sí que sería innata -lo que viene a ser casi lo al estudio concreto de las lenguas del mundo, saliendo de mismo: «El hombre, desde la condición reflexiva que le la tradición clásica, e incluso modificando los supuestos es propia, ha inventado el lenguaje al poner libremente de ésta: el estudio del sánscrito, cultivado por Bopp, a en práctica por primera vez tal condición.» Esa condición quien W. v. Humboldt haría dar una cátedra, llevaba a reflexiva se lanzaría al lenguaje no por necesidad ni conun «ente de razón» idiomático como sería el indoeuropeo, veniencia material, sino por un impulso creativo, poético, lugar geométrico de partida de las lenguas de ese horiante el estímulo de unas «palabras naturales» -así, el zonte. Mientras tanto, se empezaban a explorar lenguas balido de la oveja- que caracterizarían a algunas cosas, de los más variados pueblos, con curiosos descubrimiendando de ese modo comienzo a un proceso de repetición, tos no sólo en el léxico, sino en las formas y relaciones mezcla y articulación que llevaría a la maduración del gramaticales. Y aquí es donde importa Wilhelm von Humlenguaje. Todo ello implica la hegemonía del sentimiento boldt. y del carácter: «El lenguaje natural de todas las criaturas Hay que advertir, para el encaje cronológico, que Wilpoetizado por el entendimiento en el sonido, un diccionario de las almas, una constante creación de fábulas, llena de pasión e interés; esto es el lenguaje en su origen, y ¿ qué otra cosa es la poesía?» Ello no representa un progreso, desde un punto de vista natural -«la especie humana no supera al animal en la escala del más y el menos, sino en la cualidad»-; y, además, el lenguaje, una vez inventado, puede ser que no haga sino degenerar respecto a su maravillosa condición original: «Es posible que nuestro lenguaje artificial haya desplazado al naturaL.. Una lengua metafísica y refinada ... poco puede saber de la niñez de su primera madre ... Las lenguas antiguas y primitivas ... se aproximan al origen.» Dado su empuje expresivo general, no como colección de signos conceptuales,
helm von Humboldt escribió la mayor parte de su obra lingüística en su vejez, dejándola casi inédita. Pero el interés por las lenguas fue siempre un hobb y de curiosidad para él, llevándole a algún breve texto teórico desde su juventud (Vber Denken und Sprechen, «Sobre pensar y hablar», es ya de 1795-1796,esto es, de antes de cumplir los treinta años). Además conviene recordar aquí que, para la conciencia cultural alemana, lo lingüístico queda sólo como un capítulo en la biografía de ese prócer, más conmemorado como político, como organizador educativo y como el tercer «clásico», junto a Goethe y Schiller, en el período así llamado, esto es, hasta la muerte de Schiller en 1805, en 1lll decenio de «diálogo inmortal». (Véase la
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brevedad de ese capítulo en el Humboldt, librito de Peter Berglar,Von en 5/12/2018 Wilhelm -Escritos Elhombre Lenguaje slidepdf.com era Sobre formar al para-la libertad y la verdad, dejanla serie de biografías ilustradas de Rowohlt.) do en segundo término las especializacione~ profesion~les. Enmarquemos brevemente su figura en su tiempo: naA este sentir afluirían ideas de Fichte, glona de la Umvercido en 1767, en la corte prusiana, se educó con preceptosidad de Berlín. Pero cuando se funda esa Universidad, res privados y estudió derecho y filología clásica; viajó a en 1810 Wilhelm von Humboldt ya ha dejado su efímero París, cuando todavía estaban derribando la Bastilla, cocargo, bajo el barón van Stein, por más que sus directrinoció a Schiller, Jacobi y Lavater; entró en un exaltado ces vayan a quedar en pie: con un honroso ascenso de círculo prerromántico, la «Liga de la Virtud», donde cor:ogrado, es enviado de diplomático a ~iena, d~sde ?onde ció a su futura esposa, y, de 1790 a 1791, fue alto funcIOasistirá a diversos congresos internacIOnales, mclUIdo el nario jurídico, dejando luego el servicio para casarse y propiamente llamado de Viena, en 1815. Vuelto a Berlín vivir en el campo. Desde ahí, visitó largamente Jena, el en 1817con otro cargo, choca con el canciller Hardenberg, meollo de la vida intelectual germánica de entonces, y en y pasa a ser embajador en Londres, y a otras funcione.s, esa ciudad estrechó su amistad con Schiller, colaborando hasta que en 1820 se retira definitivamente a su palaCIO en la revista de éste, Die Roren, y se convirtió en uno de campestre en Tegel; muere en 1835,tras dedicar e.sos quinlos predilectos de Goethe. Los largos períodos en que no ce años sobre todo a la reflexión sobre el lenguaje -tamse veían estos tres grandes dieron origen a abundantes bién, durante tres años, tuvo la costumbre de escribir un epistolarios: se ha llamado a Wilhelm van Humboldt «el soneto diario, no especialmente inspirado. Al final enurey de las cartas», también por las tres mil envi~d~: a su meramos los treinta y ocho textos lingüístico s de Wilhelm mujer. A él fue dirigida la última carta q~e escnbI~ Goevan Humboldt, con las indicaciones pertinentes; ahora the, la víspera de su muerte. En ese penado empIeza a trataremos de resumir su sentido. publicar algunos artículos sobre teoría ?~l derecho, de Ante todo, para la lectura de los textos aquí reUnidos sentido liberal, en relación con una ambICIOsa obra que y de los demás, conviene advertir CI;ueW~l~elm v~n ~umquedaría inédita: Ideas para un ensayo de determinar l~s boldt no escribía de una manera slstematIca y ClentIfica, límites de la efectividad del Estado; y, en la reVIsta Dle sino con poderosas intuiciones enlazadas en un medio Roren, un par de ensayos sobre la diferencia sexual. Otros estilística a veces un tanto difuso. Ya dijo Cassirer: «Humviajes hizo, uno de ellos por el País Vasco, ocupándose de boldt es un espíritu por completo sistemático, pero enemila lengua eusquera. En 1799 tuvo éxito su primer escrito go de toda técnica exterior de sistematización. Así ocurre amplio: Ensayos estéticos, 1: Sobre «Rermann y Doroque en el esfuerzo de presentamos en cada pU~,to ~isl~~o tea» de Goethe. De 1802 a 1808-años napoleónicosfue de su investigación la totalidad de su concepCIOn lmguIsenviado prusiano ante la Santa Sede, y tuvo ocasión de tica, se opone a la neta y clara diferenciación de esa toconocer, con los jesuitas, la obra lingüística de Hervás y talidad. Sus conceptos no son jamás productos desprenPanduro y los materiales que habían acumulado sobre las didos y puros del análisis lógico, sino que late en ellos un lenguas de sus tierras de misión -sobre todo, las de inostensible tono estético, un talante artístico, que vivifica dios americanos. De Roma volvió para dirigir la Sección la comprensión, pero que oscurece al propio tiempo la de Culto y Enseñanza del Ministerio del Interior, estaarticulación y el análisis del pensamient» 1 bleciendo la gran organización que culminaría en la creaEn efecto, en Humboldt, frases o párrafos bien elegición de la Universidad de Berlín y en la institución del Gymnasium, bajo un nuevo espíritu humanístico y liberal, con consecuencias para más de un siglo: lo importante
1. Citado en J. M. VALVERDE, Guillermo sofía del len g uaj e, Madrid, p. 31,
de Humboldt
y
la filo-
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e r gon sino ené eia, expresión que, por cierto, queda inex5/12/2018 Wilhelm Von -Escritos Sobre Elr gLenguaje -slidepdf.com dos resultan más impresionantesHumboldt, que la totalidad del texto plicada en su contexto, y que seguramente arranca de la en que figuran; y los textos breves, a su vez, atraen más terminología aristotélica, en la Etica a Nicomaco: «Ellenque los largos. Esto tiene que ver con lo que indicábamos guaje es algo en cada instante permanentemente transitomás arriba: en Wilhelm van Humboldt no hay una sola rio. No es un producto (ergol1) sino una potencia (enér- perspectiva, sino más bien una dualidad de horizontes lingeia). Su verdadera definición sólo puede ser genética. Es güísticos, en último término contrapuestos, a partir de la labor, perennemente renovada, del espíritu, para hacer una gran intuición común. al sonido articulado capaz de la expresión del pensamienEsa gran intuición básica es que el lenguaje constituye to.» 7 La fluidez del lenguaje, aun atenida a límites -fola forma única y necesaria de operar para el pensamiennéticos, sintácticos, léxicos- no tiene límites en sus poto: no hay pensar sin lenguaje. «El pensamiento tiene lusibilidades de uso, en su enérgeia: «El lenguaje no congar mediante el lenguaje; ... el lenguaje debe acompañar siste sólo en sus producciones concretas, sino en la posial pensamiento»; 2 «el lenguaje es el órgano del ser inte-
rior; este mismo ser, en cuanto logra paso a paso reconocerse interiormente y exteriorizarse».3 O de otro modo: «El lenguaje es el órgano formador del pensamiento. La actividad intelectual, por completo espiritual, por completo interior y en cierta medida desapareciendo sin huella, mediante el sonido se hace exterior en el habla y perceptible para los sentidos. Aquélla y el lenguaje son, pues, una sola cosa ... Tiene que unirse al sonido lingüístico: si no, el pensar no alcanza claridad, ni la representación se hace concepto. La unión inseparable de pensamiento, órgano vocal y audición descansa en el sentido originario de la naturaleza humana» 4 y «el pensamiento sin lenguaje es, sin más, imposible».5 Y el lenguaje no es una iluminación instantánea y total, sino un desgranarse sucesivo de una palabra tras otra, hasta redondear la frase: «La operación del lenguaje consiste en obligar al espíritu a desarrollar todo el conjunto del pensamiento en palabras que se suceden, en dar cuerpo al pensamiento, en detener su ola [vague, en el original en francés] por la impresión que dejan los sonidos articulados.» 6 Tal es el sentido de la famosa expresión humboldtiana, de que el lenguaje no es 2. 3. 4. 5. 6.
Edición Flitner-Giel, vol. III, p. 56-57. Ibidem, p. 383. Ibidem, p. 426. Ibidem, p. 42 9. De la C a rta a M. Ab e l - R é musat ...
bilidad de obtener otras innumerables.» 8 Y después: «Debe hacer un uso ilimitado de medios limitados, y lo logra merced a la identidad de la fuerza que produce el pensamiento y el lenguaje.» 9 El lenguaje, pues, no es una suma de palabras, ni aun una SlUna de palabras y silencios, además de todas las reglas que las estructuran, sino una movediza y fecunda disponibilidad organizada: «Su organismo no yace como una masa inerte en lo oscuro del alma, sino que actúa, determinando como ley, las funciones de la mente, y por eso la primera palabra ya proclama y anuncia el lenguaje entero.» 10 Sobre la palabra aislada, advierte: «La palabra no constituye el lenguaje, pero es su parte más importante, o sea, lo que en el mundo viviente es la célula individual.» 11 y El lenguaje, así, es tan subjetivo como objetivo sería mejor evitar la aplicación de un esquema dialéctico en que se viera como síntesis de una tesis y una antítesis, porque ninguno de aquellos términos tiene en él prioridad lógica o temporal sobre el otro: el lenguaje establece el ámbito de comunidad que hace posible la comunicación: «La producción del lenguaje es una necesidad íntima de
7. 8. 9. 10. 11.
Ed. Flitner-GieI, p. 418. Ibidem, p. 418. Ibidem, p. 477. Ibidem, p. 10. Citado en VALVERDE, op. cit., p. 37.
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la5/12/2018 naturaleza humana, no sólo Humboldt, un comercio Wilhelm social paraVon la prensión, apuntando a un ideal de lenguaje científico, se -Escritos Sobre ElLenguaje slidepdf.com comunicación, sino algo asentado en su misma esencia, mata el espíritu matando el lenguaje: «Con signos lógicoimprescindible para el funcionamiento de sus potencias matemáticos sólo se podría agotar una pequeña parte espirituales.» 12 El lenguaje impone el reconocimiento de de lo pensable, pues estos signos, por su naturaleza, sólo los demás espíritus, y así, permite el reconocimiento del se podrían aplicar a conceptos producidos por elaborapropio, que sólo se ve a sí mismo como si fuera otro: «El ción previa o por convenio. Pero cuando hay que acuñar hombre habla, aunque sea en pensamientos, sólo con otro, en conceptos la materia de la experiencia interior y de la o consigo mismo como si fuera otro.» 13 Y: «El hombre sensibilidad, entonces es cuestión de la facultad de retiende, aun a instancia de su pensamiento aislado, hacia presentación individual del hombre, de que es inseparable . 18 C . creativo es como el lenun tú que corresponda al yo; el concepto sólo le parece su 1enguaJe.» on ese empuJe que consigue determinación y certeza cuando viene refleguaje forma mundo: «El lenguaje es indispensable para jado desde una mente ajena.» 14 Pero eso da lugar a la paque la representación se objetive, al regresar al oído la radoja de que, al comprendemos unos a otros, y, por tanto, al comprendernos mejor a nosotros mismos, acabamos por sentirnos más distantes de los demás, percibiendo mejor las diferencias: «El lenguaje tiende puentes desde una individualidad a las demás, y da lugar a la mutua comprensión, pero más bien aumenta la diferencia [de concepción personal] al producir más distintamente en la conciencia un refinamiento y aclaramiento de las ideas, tal como se enraízan en la situación anímica de que proceden.» 15 De todo esto deriva el carácter creativo, de lujo, placer y regalo que es propio del lenguaje -manifiesto en su «redundancia», de que hablan los lingüistas-, rq.ás allá de la mera comprensión: «La más elemental, pero más
propia creación verbalizada. El lenguaje no actúa como partiendo de los objetos ya plenamente percibidos. Pues sin lenguaje no habría ante la mente objetos (como tales). Ya en la percepción hay una cierta subjetividad; incluso cabe considerar a cada individuo como un punto de mira en la visión del Universo.» 19 En análogo estilo, con vagos ecos kantianos e idealistas, dice Humboldt: «El hombre se rodea de un mundo de sonido para asumir en sí el mundo de los objetos, y manejado. El hombre vive con los objetos tal como el lenguaje se los trae.» 20 O de' otro modo: «La peculiaridad del lenguaje consiste en que, sirviendo de mediación, funda entre el nombre y los objetos exteriores un mundo de pensamiento en el sonido.» 21 Y, en
limitada concepción del lenguaje es la de considerado como un mero medio de comprensión» 16 y, refiriéndose al tema del dual cuando escribe esta frase, añade: «Si los pueblos que han formado las lenguas tuvieran meramente como objetivo la mutua comprensión, como afortunadamente no es el caso, entonces sería superfluo un plural de dualidad propio.» 17 Si se privilegia la exactitud en la com-
tono técnico: del «Lamundo esencia fenoménico del lenguaje en consiste un en poco vertermás la materia la forma del pensamiento; todo su esfuerzo es formal, y como las palabras toman el lugar de los objetos, debe también oponérseles, en cuanto materia, una forma a la que estén sometidas.» 22 Y aquí puede aplicarse la idea de «símbolo», que luego desarrollaría Cassirer: «Sólo así se logra la transmutación del mundo en lenguaje, y se cum-
12. 13. 14. 15. 16. 17 .
Ibidem, p. 32. Ed. Flitner-Giel, pp. 137-138. Ibidem, p. 138-139. En VALVERDE, op. cit., p. 34. Ed. Flitner-Giel, p. 134. Ibidem, p. 134.
18. 19. 20. 21. 22.
Ibidem, p. 16. En VALVERDE, op. cit., p, 34. Ed. Flitner-Giel, p. 434. Ibidem, p. 85. Ibidem, p. 13.
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pIe la acción simbolizadora deHumboldt, la lengua, incluso mediante mite Sobre ejemplificar, no advierte Wilhelm von Humboldt que 5/12/2018 Wilhelm Von -Escritos ElLenguaje -slidepdf.com también para el alemán cabría defender tal tesis, ya que su estructura gramatical.» 23 . . Hasta aquí, estamos dando el núcleo _sólido de las insus raíces suelen ser monosilábicas, a pesar de la longitud tuiciones humboldtianas,· pero moviéndose desde él, sode sus palabras, que, como dijo alguien, «tienen perspecbrevienen ciertas indecisiones; así , en cuanto al origen y tiva». Pero después de escribir a Abel Rémusat sobre su el desarrollo del lenguaje. El punto de partida es impecagramática china, al reflexionar más sobre el asunto, modible: más vale no hablar de cómo empezó el lenguaje, sefica su idea: habría una curva histórica en la marcha de gún venían haciéndolo otros en el siglo XVIII: «El lengualas lenguas, que, tras alcanzar un máximo de flexión en je ... debe considerarse como. puesto originariamente en sus palabras, la irían perdiendo parcialmente; por otra los hombres; pues es totalmente inexplicable como proparte, la falta de flexión en el chino podría no entenderse ducto de la razón en la claridad de su conciencia... El como pobreza espiritual, sino al contrario, haciendo así lenguaje no se podría inventar si su prototipo no estuvie justicia a la gran cultura china: «En cuanto que requiere ra ya existente en la razón humana.» 24 En algún momenal entendimiento un trabajo mucho mayor de lo que exito lo considera «una emanación involuntaria del espíritu, ge de él ninguna otra lengua, le sugiere meramente las reno una obra de las naciones». Y seguramente con recuerlaciones de los conceptos, le priva casi de toda ayuda me· do de la célebre paradoja establecida por Rousseau, dice cánica para la comprensión, e incluso funda casi solamenen otro lugar: «El hombre es sólo hombre mediante el te la construcción de las palabras en la secuencia de penlenguaje; pero, para inventar el lenguaje, debería ser ya samientos y la mutua determinabilidad de los conceptos, hombre previamente.» 25 Además, como ya se mencionó lo despierta y lo mantiene en la actividad espiritual diriantes, el lenguaje, una vez que empieza a existir, debe exisgida al mero pensar, y aleja de todo lo que pertenece sólo tir ya en plenitud; Wilhelm von Humboldt admite, no sin a la expresión y al lenguaje.» 26 La posible perfección se vacilaciones y arrepentimientos parciales, que haya una alcanzarí a en una lengua en que el pensamiento llegara a dar forma a todo lo material, sin residuo inerte, haciénevolución en él, una mejora o un empeoramiento en los dose él mismo plenamente sensible y estructurando todo diversos caminos de las lenguas. Su criterio valorativo es lo sensible: «Cuanto más individualizado [y ello significa: la mayor o menor riqueza de flexiones y formas gramaticales, llegando a poner el sánscrito como caso de madurez ejemplar, en contraste con el chino, por su yuxtaposiy ,por cierto, monosilábición de términos invariables cos-: aquél representaría más espíritu; éste, más materia. En su más extensa obra póstuma -la llamada Kawi - werk- , Wilhelm von Humboldt llega a basarse en el chino para propugnar la tesis del monosilabismo originario de todas las lenguas. Por cierto que, paradójicamente ciego ante su propia lengua alemana, en contraste con su perspicacia ante otras lenguas exóticas de las que se per23. Ibidem, p. 141 . 24. I bidem, p. 10. 25. Ibidem , p. 11.
sensible] está el pensamiento según todas las relaciones, más anima y mueve: y cuanto más colaboran todas las potencias anímicas en su expresión, más se individualiza.» 27 La lingüística actual -recordémoslono ve sentido en la idea de mayor o menor perfección de una lengua, ni en su evolución cronológica a la deriva, ni en comparación con otra. Todo lo que se puede decir en una lengua se pue· de decir en otra, aunque a veces con más palabras y más rodeos: lo que no se puede traducir es el «aura» -o el 26. Citado en M. BOHLER, epílogo a Wilhehn van Humboldt, Schriften zur Sprache, Stuttgart, 1973,pp. 245-246. 27 . Ibidem , p. 247.
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«aroma», que decía Nietzsche-Humboldt, de ciertosWilhelm términos Von por -Escritos uno al otro, presupone en aquél algo común con éste.» 30 5/12/2018 Sobre ElLenguaje -slidepdf.com su uso dentro de una tradición cultural nacional. Si quiePero lo más «romántico», en el sentido peligroso del ro mencionar la ide~ de Weltanschauung, o la dejo en aletérmino, es que Wilhelm van Humboldt, heredando el senmán o la traduzco entre comillas. tir herderiano, piensa que el lenguaje, al darse de hecho Con esto tocamos algo, en la lingüística humboldtiaen diversas lenguas e idiomas, aparece dividido en «visiona, donde aparece, hasta cierto punto, un elemento «rones nacionales del mundo»: con ello, cada lengua supone mántico»: el lenguaje como visión del mundo (Weltany legitima una nacionalidad -y de sobra es sabido cuánsicht). Esta visión se puede entender, ante todo y partiento hubo de lingüístico en los nacionalismos del siglo XIX, do de Kant, como conjunto de las formas o categorías y cuánto sigue habiendo en los de hoy. Cada lengua -ya mentales -el aire de la paloma a que aludíamos-, un lo decíamos- expresaría una peculiaridad nacional, insistema formal que por un lado sería común a «toda cluso un humor, un modo de ser, una «raza» no en sentimente posible», pero por otro lado se daría configurada do corporal: «Cada lengua, de cualquiera que sea, lleva en según las naciones o idiomas, y aun según los individuos: su seno en cada momento su existencia la expresión «El pensar no depende meramente del lenguaje en genede todos los conceptos que se puedan desarrollar alguna ral, sino, hasta cierto grado, también de cada lengua devez en la nación. Cada una, incluso, en cada momento terminada.» 28 (Se comprende que el neokantiano Cassirer de su vida, equivale exactamente al alcance de pensamienhiciera tanto por difundir la obra humboldtiana, al protos de la nación en ese momento. Cada cual, finalmente, pugnar, como decíamos, su idea de las «formas simbólien cada una de sus situaciones, forma la totalidad de una cas».) Con todo, Wilhelm van Humboldt da más poder acvisión del mundo (WeltansichtJ, al contener expresión tivo al lenguaje que Kant a sus formas y categorías a priopara todas las representaciones que la nación se haga del ri: «Mediante la mutua dependencia del pensamiento y la mundo, y para todos los sentimientos que produzca el palabra se echa de ver claramente que las lenguas no son mundo en ella.» 31 propiamente medios para presentar la verdad ya conoEsto, aunque en política siga siendo un factor poderocida, sino mucho más para descubrir la antes desconociso, no es de recibo en la lingüística. Con tal creencia, se da.» 29 De modo un poco confuso pero sugestivo -como podía creer, como Goethe, que aprender otra lengua era de costumbre-, Wilhelm van Humboldt incluye una ditomar posesión del espíritu de otra nación, idea fomenmensión social en esa función de captación de la realitada hoy día por los departamentos universitarios y las dad: «El hombre, en su mutable limitación, puede consiacademias de lenguas extranjeras, pero irreal: si no se derar la verdad como lo ilimitadamente sólido, que sola· usa la lengua para conocer su cultura, su sociedad y su mente existe fuera de él, y todo su esfuerzo espiritual es historia, su mero dominio práctico no permitirá poseer una pugna hacia ella, y el medio más poderoso para acerotra alma más. Con todo, hay que advertir, Wilhelm van cársele, para medir su distancia a ella, es la unión social. Humboldt no desarrolla apenas las implicaciones de aque· Así el lenguaje es un requisito necesario para la primera lla creencia, tan aprovechada por otros incluso hoy día. creación del pensamiento, y para la progresiva formaHay también en Wilhelm van Humboldt un concepto, ción del espíritu. La comunicación espiritual, pasando del lanzado de pasada, igual que el de ergon-enérgeia, -con28. Ed. Flitner-Giel, p. 16. 29. Ibidem, p. 19.
30. En BOHLER, op. cit . , p. 239. 31. Ibidem, op. cit., p. 238.
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cretamente un par de veces- 32Humboldt, y que ha sido muy mano5/12/2018 Wilhelm Von -Escritos -slidepdf.com de unSobre teclado El deLenguaje fonemas, su repertorio de combinaciones seado, quizá por lo ambiguo y aun enigmático: el de inneposibles, no conectado con el orden de las categorías grare Sprachform, que a la hora de traducir a nuestra lenmaticales: por efecto de un capricho que llegara a ser gua se echa de ver que funde dos sentidos bastante divermoda, podría modificarse sin afectar a nada sintáctico o sos: «forma interior del lenguaje» -y aun si se quiere, el semántico. Michael Bohler ha puesto en paralelo esta exlenguaje en cuanto forma interior-, y «forma interior presión de Goethe: «En la naturaleza viva no ocurre nada de la lengua» (de cada lengua). En el primer sentido, venque no esté en un enlace con el todo», y éstas de Wilhelm dría a ser esa formalización -más o menos kantianamen-· von Humboldt: «en el lenguaje todo está determinado por te a prioride que se hablaba antes, si bien, quizá, en cada cosa y cada cosa por todo», y «cada cosa, en el lenun sentido dinámico y orgánico, como forma rectora del guaje, sólo subsiste por lo otro, y todo sólo por la única desarrollo del lenguaje humano en sus aspectos y estrucfuerza que penetra la totalidad».33 Como lemas romántituras, a través de los tiempos; en el segundo sentido, esa cos, son muy sugestivos, pero hoy sabemos que el lenguaniisma forma rectora, pero en cuanto existiera dentro de je no es orgánico. cada lengua, como si cada idioma estuviera movido y Ahora, sin embargo, después de haber empezado por orientado, en su evolución histórica, por una suerte de esseñalar la poderosa intuición central que revolucionó la quema genético, de «genoma», que marcara su destino. Secomprensión del lenguaje -que el pensamiento sólo exisguramente, en este sentido Wilhelm von Humboldt se hate en lenguajey de haber indicado unos aspectos en ría eco de la célebre idea de Goethe del Ur-phiinomenon, que Wilhelm von Humboldt quedó sujeto a los equívocos con una base prístina de «protoplanta» y -digámoslo románticos que eran posibles desde ese punto de partida, así- de «protoanimal», que se desarrollaría dando lugar nos queda lo más importante: indicar por qué Wilhelm a cada especie diversa -y, en definitiva, a cada individuo van Humboldt, en otra cuestión esencial, va más allá -o conforme a su especie. Para Goethe, como es sabido, las más acá, mirando desde nosotrosde esa primera revoespecies de plantas eran variaciones sobre el tema básilución. Y es muy sencillo: el lenguaje consiste en estrucco «hoja»: las especies animales derivarían, en diversos turas -en las cuales es donde las palabras llegan a valer caminos, desde un núcleo que aproximadamente estaría como tales, pues no viven por sí solas, según se las enen el conjunto básico de cráneo-arranque de vértebras. Aplicada a las lenguas, esa idea era muy sugestiva, pero hoy día no nos sirve de mucho: ahora se piensa que las modificaciones y diferenciaciones en las lenguas van a la deriva, sin razón especial, y sin perjuicio ni beneficio. No se pretende que haya un núcleo o un modelo orientador en la marcha milenaria de una lengua, que sirva de criterioregulador de su unidad: las formas que componen una lengua son heterogéneas y pueden asociarse o estar ausentes, o perderse o adquirirse sin perturbar a las de otra índole. Toda observación es empírica, fáctica: por ejemplo, en el orden de la fonética, cada lengua tiene, a partir
cuentra en el diccionario. Así se echa de ver en el título
Sobre las diversidades de la estructura lingüística humana, de un escrito de 1827-29, modificado en el título de su gran obra incompleta, sobre la lengua kawi de Java, que, en su segunda parte, dice Introducción sobre la di-
versidad lingüística humana y su influjo en el desarrollo espiritual del género humano. (La cuestión de ese influjo quedaría apenas insinuada.) El designio del trabajo, que resulta sólo esbozado alusivamente como ilustración de unas teorías lingüística s también ilustradas con referencias a otras lenguas, era analizar la lengua kawi, una lengua malaya, para mostrar que, aunque abundaba en pala-
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5/12/2018 Humboldt,WilhelmVon -EscritosSobreElLenguaje-slidepdf.com bras sánscritas, su estructura era totalmente diversa. Traslenguaje, guardando un respetuoso silencio sobre la cuesladándonos a un ejemplo más cercano: la lengua vasca, tión de su origen. eusquera, está mechada de palabras españolas y latinas, Aquí no vamos a intentar una historia del impacto pero su gramática es radicalmente diversa. Wilhelm von humboldtiano en este siglo, sino meramente anotar un Humboldt, en sus incursiones por variadas lenguas del par de detalles: en el siglo XIX, aunque algunos filólogos mundo, no se interesaba tanto por los nombres sustantitomaran en cuenta la edición -presuntamente complevos cuanto por las formas gramaticales, coleccionando ta- de sus obras en 1841-1852,sus grandes intuiciones no ejemplos sorprendentes, libre ya del inconsciente hábito podían tener eco apropiado. Es de notar que Nietzsche, tradicional de dar por supuestas las formas gramaticales que era quien podía entender el sentido humboldtiano europeas, del griego hasta hoy. Así se permite, por ejemcomo precedente del suyo propio, no se dio cuenta de tal plo, sin saber japonés, criticar una gramática japonesa de cosa, ypor las su dos«clasicismo». o tres veces (Cierto que le nombró fuesepara atacierto jesuita vasco, señalando que era inverosímil que en carle que aquí plantea japonés hubiera cosa tal como el supino de pasiva. En otra cuestión que quizás abordemos en otra ocasión: que efecto, la jungla mundial de las gramáticas es inagotable . la conciencia lingüística de Nietzsche no haya sido obseren sus categorías, e incluso en comparación entre lenguas vada hasta los franceses que cabría etiquetar como «del próximas siempre hay matices -así , ciertos «aspectos» 68»: Foucault, Derrida, Barthes, etc.) Ni siquiera Wittdel verbo-, que difícilmente llega a dominar quien no genstein toma a Wilhelm van Humboldt como base, según sea un hablante nativo. Un ejemplo: ingleses y alemanes, podía haber hecho. Para su redescubrimiento -ya lo deaunque lleguen a hablar con familiaridad el español al cíamos- fue decisivo que Ernst Cassirer apelara a él en cabo de décadas de residir en nuestro país, es probable su Filosofía de las formas simbólicas -que en su forma que se equivoquen ocasionalmente entre el imperfecto y abreviada norteamericana, An essay on man, se tradujo el indefinido de indicativo. Y, por lo que he oído decir, filosófica. Pero al presentar -según como Antropología ningún foráneo llega a acertar siempre en el perfectivo indicábamos- el lenguaje como el a priori del pensamienruso. to, Cassirer no fue del todo consecuente, porque lo vio
Eso es lo vivo del pensamiento lingüístico de Wilhelm von Humboldt, lo que le hace padre de la conciencia del lenguaje en este siglo: el vedo como una superposición de redes formales -no conectadas lógicamente entre sí-, en las cuales vive el léxico sus significaciones siempre concretadas dentro de lo que Wittgenstein llamaría un determinado «juego de lenguaje». Pero significativamente, en la medida en que asumí a ese punto de vista, al trabajar en su exploración de lenguas, reducía su sugestivo don de comentario intuitivo, que tanto hemos visto brillar en su punto central de la consustanciación de lenguaje y pensamiento; punto desde el cual dejó también esbozados esos que llamábamos equívocos románticos. Lo esencial es que él abrió la puerta a la perspectiva formal en que cabe comprender y analizar la realidad del
como una forma simbólica, junto a otras posibles, como el mito, cuando es obvio que el mito implica ya el lenguaje. Entre los que deben a Cassirer, y su remisión a Wilhelm von Humboldt, la plena conciencia del lenguaje, estaría nada menos que Heidegger: es curioso que éste no deba tal conciencia a Nietzsche, sobre el cual, como es sabido, escribió una gruesa obra, pero de planteamiento temático. Como episodio largamente arrinconado queda el hecho de que, durante la Primera Guerra Mundial, Walter Ben jamin oyó hablar de Wilhelm von Humboldt, y ello debió influir en su escrito: Sobre el lenguaje en general ... , pero Benjamin parece que tomó a Wilhelm van Humboldt sólo como tránsito, en camino hacia atrás, para acercarse a Herder, a quien sólo alude implícitamente, y, sobre todo, a Hamann, a quien sí nombra.
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Desde ahí -sin olvidar a Sapir, Whorf Wilhelm y otros-, Von Wil- -EscritosSobreElLenguaje-slidepdf.com 5/12/2018 Humboldt, helm van Humboldt llega a ser una referencia común -como es sabido- en la teoría lingüística, si bien no suela advertirse su ambivalencia, sus indecisiones y el carácter de esbozos intuitivo s que tienen sus grandes momentos. Algo de eso pasa -para aludir a un caso eminentecon Chomsky, acaso menos humboldtiano de 10 que él mismo supone, así, en sus «estructuras profundas» de carácter innato -«gramática en los genes», dijo alguien. tJber Denken und Sprechen (<
Einleitung estudio
in das gesamte lingüístico
del lenguaje
Sprachstudium
en su conjunto»)
en gene·
(<
al
Berichtigungen und Zusatze zum 1. Abschnitt des 2. Bandes des Mithridates über die Cantabrische oder Baskische Sprache «
tJber Sprachverwandtschaft
«
lingüísti-
co») (1812·1814).
Ankündigung einer Schrift über die Vaskische Sprache und Nation, nebst Angabe des Gesichtpunktes und Inhalts der selben «
Essai sur les langues du nouveau Continent (<
del nuevo continente»)
(1812).
tJber das vergleichende Sprachstudium in Beziehung auf die verschiedenen Epochen der Sprachentwicklung (<
Prüfung der Untersuchungen über die Urbewohner Hispaniens vermittelst der Vaskischen Sprache «
Versuch einer Analyse der Mexikanischen de un análisis de la lengua mexicana»)
de Hispania
Sprache (<
tJber den Einfluss der verschiedenen Charakters der Sprac1zen a u t Literatur und Geist esbildung (<
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Grund züge des El allgemeinen Spr chty pus (<
en la formación lección).
los principios más universales de la acentuación de las palabras con especial ref erencia a la teoría griega de los acentos») (1821). Vber die in d er Sansk rit-Sprache durch d ie Su ff i xa twa und ya gebildet en Verbalformen «
V ber d en N a tionalcharakter nacional
der S prachen (<
de las lenguas»)
(1822).
Inwiefern liisst sich d er ehemalige K ult urzust and d er eingebornen Volk er Amer ikas aus dem Vber r esten ihrer Sprachen beurt eilen? «<¿En qué medida se puede valorar la antigua situación cultural de los pueblos indí genas rica por los residuos de sus lenguas?») (1823).
V ber d en Zusammenhang bre la conexión 1824).
der Schr ift
de la escritura
de Amé-
mit der Spr ache con el lengua je»)
(<
Vber d ie Buchstabenschrif t und ihr e n Zusammenhang mit dem Sprachbau (<
Not ice d' une gr a mmaire ticia de una (1825).
de las lenguas») (1824) (traducido
en
a Mexico «
japonaise imprimée
gramática
japonesa
Lett re a Monsieur Abel-Rémusat , sur la nature des for mes grammaticales en gé né r a l, et sur le gé nie de la langue chinoise en par ticulier (<
V ber d en grammatischen bre la estructura
U ntersuchungen
y so-
Bau der Chinesischen Sprache (<
gramatical
de la lengua
über d i e amer ikanischen
china»)
(1826).
Vber die V er w andtschaft der griechischen Plusquamper fek t um, der reduplizierenden Aoriste und der attischen Per (<
An Essay on the best M e ans of ascer t aining the Affinities of Or ient al Languages , contained in a letter adressed t o Sir Alexander lohnston (<
Vber die Ver schied enheit en (<
d es menschlichen de la estructura
Sprachbaues
del lenguaje
hu-
Vber die Verwandt schaft der Or ts adverbien mit d em Pr onomen in einigen Spr achen (<
V on d em grammatischen tura gramatical
en algunas
lenguas»)
Baue d er Spr achen
de las lenguas»)
(<
Let t re a M onsieur lacquet sur les alphabet s d e la Pol yné sie asiatique «
asiática»)
(1831).
Vber die Kawi-Sprache auf der Insel lava , nebst einer Einleitung über die V er schiedenheit des menschlichen Sprachbaues und ihren Ein fluss au f die geist ige Entwicklung des M enschengeschlechts «
Sprachen (Fragmen-
to) (<
(1826).
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Las traducciones de los textos aquí incluidos siguen la edi5/12/2018 Humboldt,WilhelmVon -EscritosSobreElLenguaje-slidepdf.com ción más accesible de obras selectas (tercer volumen de los cinco) Wilhelm von Humboldt Werke in fünf Biinden, al cui· dado de Andreas Flitner y Klaus Giel, Wissenschaftliche Buchgesellschaft, Darmstadt, 1963 (quinta edición, 1979). Esta edición es fiel reflejo de la edición canónica de las obras como pletas, Gesammelte Schriften , al cuidado de Albert Leitzmann, Bruno Gebhardt y Wilhelm Richter, Koniglich Preussischen Akademie der Wissenschaften, 17 vols., Berlín 1903-1936. El De los casi cuarenta textos sobre asuntos lingüísticos prologuista, sin embargo, por gratitud personal, quiere hacer redactados por Wilhelm van Humboldt a lo largo de su constar que le fue posible hacer su ya remota tesis doctoral vida (véase la lista complet~ antes, en las pp. 25-28), la sobre Wilhelm von Humboldt (abreviada en el librito incluido inmensa mayoría de ellos fueron escritos en su vejez, enen la bibliografía) porque encontró en la biblioteca del Ate· neo de Madrid la edición decimonónica, presuntamente completa, en siete volúmenes, al cuidado de Carl Brandes (G. Reimer, Berlín, 1841-1852). Quede aquí este homenaje a los próceres de nuestra vieja cultura liberal que hicieron posible la presencia de semejante monumento en el entrañable caserón de la calle del Prado.
BERGLAR,Peter: Wilhelm von Humboldt (obra breve, de carácter general) (Rowohlt) Hamburgo, 1970. BOHLER,Michael: (epílogo a Wilhelm von Humboldt, Schriften zur Sprache) , (Reclam) Stuttgart, 1973. BORSCHE,Tilman: Sprachansichten. Der Begriff der mensch-
tre los años 1820 Y 1835, en que falleció. Pocos fueron, sin embargo, los que el propio autor dio en vida a la imprenta. Entre ellos destacan, por la brillantez de exposición, por la concentración de pensamiento Y por la variedad de intereses, las célebres conf erencias que pronunció en la Academia de las Ciencias de Berlín. Junto a la obra denominada Kawiwerk, que fue publicada póstumamente, es en esas conferencias donde se encuentra lo esencial del pensamiento lingüístico de Wilhelm van Humboldt. En este volumen se han recogido cuatro de tales conferencias, las más importantes, a las que se ha agregado un breve pero decisivo texto de 1821.
lichen Rede in der Sprachphilosophie Wilhelm von Humboldts, Stuttgart, 1981. EVANs,Charlotte, B.: Wilhelm von Humboldt Auffassung vom Ursprung der Sprache (tesis doctoral, ühio State D., 1967). HEESCHEN,Volker: Die Sprachphilosophie Wilhelm von Humboldts (tesis doctoral, Ruhr-DniversWit, Bochum, 1972). Ross, Roberta Graber: Wilhelm von Humboldt's philosophy of language (tesis doctoral, Stanford Dniv., 1970). TRABANT, Jürgen: (epílogo a Wilhelm von Humboldt, Vber die Sprache, Ausgewiihlte Schriften (dtv». Munich, 1985. VALVERDE, José María: Guillermo d e Humboldt y la filosofía del lenguaje (Gredos), Madrid, 1955 (en bibliografías alemanas. 'Y alguna
italiana
se atribuye
a «José Marí a
Ve-
larde»).
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5/12/2018
Humboldt,WilhelmVon -EscritosSobreElLenguaje-slidepdf.com
Sobre el estudio comparado de las lenguas en relación con las diversas épocas de su evolución *
1. El estudio comparado de las lenguas no podrá conducir a averiguaciones seguras y significativas sobre el lenguaje, la evolución de los pueblos y la formación de los seres humanos hasta tanto no hayamos hecho de él un estudio específico, que tenga en sí mismo su propia utilidad y su propia finalidad. Es cierto, desde luego, que con ello se torna difícil hasta el trabajar una sola lengua. Pues si bien resulta fácil captar la impresión total producida por cada una, no es menos cierto que, al pretender investigar las causas, nos perdemos en una gran cantidad de detalles que en apariencia son insignificantes y pronto vemos que la acción de las lenguas no depende tanto de ciertas peculiaridades grandes y decisivas, sino que estriba más bien en la impresión regular, apenas perceptible en los casos singulares, de la índole de sus elementos. Y es precisamente aquí donde la universalidad de ese estudio se convierte en el medio idóneo para colocar nítidamente ante nuestros sentidos ese organismo dotado de un te jido tan fino que es la lengua, pues la claridad de la forma, la cual, aunque adopte figuras múltiples y diferentes, es siempre idéntica en la totalidad, facilita la investigación.
2. De igual manera que nuestro globo terráqueo pasó por grandes convulsiones antes de que los mares, las montañas y los ríos adoptasen la configuración que ahora tienen, pero a partir de ese instante es poco lo que se ha modificado, así también hay en las lenguas un punto en que su organización se halla acabada y a partir del cual http://slidepdf.com/reader/full/humboldt-wilhelm-von-escritos-sobre-el-lenguaje-55a4d79680e6
no varía ya su estructura
orgánica, su figura fija. Lo que
5/12/2018 Humboldt,WilhelmVon -EscritosSobreElLenguaje-slidepdf.com tu, sí puede progresar sin fin, dentro de unos lí mites da4. La lengua tampoco puede surgir de otro modo que dos es su perfeccionamiento f ormativo, que les otorga de una sola vez, o, para expresarme con mayor exactitud, un; mayor f inura. Una vez que una lengua ha adquirido es preciso que en cada instante de su existencia posea lo su figura propia, las f ormas gramaticales esenciales no que hace de ella una totalidad. Emanación inmediata de cambian. La lengua que no ha distinguido los géneros, los un ser orgánico en su validez sensible y espiritual, la lencasos, el tiempo pasivo o el medio, no subsana ya tale~ :agua participa de la naturaleza de todas las cosas orgánicas gunas; tampoco se incrementan ya las grandes famIhas en que, en ella, cada uno de los elementos subsiste únicade las palabras, las formas principales de la derivación. mente por medio de los otros, y todos ellos subsisten úniSólo mediante la derivación en las ramificaciones más camente por medio de la fuerza única que penetra la totafinas de los conceptos, sólo mediante la combinación de lidad. La esencia de la lengua se repite también incesan-
las palabras, mediantedesusus enlace ingenioso, sólo mediante el uso sólo imaginativo significados originarios, sólo mediante la separación, sentida correctamente, de ciertas formas para ciertos casos, sólo mediante la eliminación de lo superf luo, sólo mediante el pulimento de los sonidos ásperos: sólo mediante todas esas cosas van emergiendo en la lengua, pobre, torpe e inaparente en el instante en que adquirió su figura, yeso si le sonríe el favor del destino, un mundo nuevo de conceptos y un brillo de la elocuencia antes desconocido. 3. Merece atención el fenómeno siguiente: hasta ahora no hemos encontrado ninguna lengua allende la línea fronteriza de su configuración gramatical completa, hasta ahora no hemos sorprendido a ninguna en el tumultuoso devenir de sus formas. Para examinar aún más, en el aspecto histórico, la aseveración anterior, es preciso que, al estudiar los dialectos de las naciones salvajes, aspiremos constantemente de manera principal a determinar el nivel más bajo de su formación, con el fin de conocer así por experiencia al menos el tranio inf erior de su organización. La experiencia que yo he tenido hasta ahora me ha probado que también los denominados dialectos toscos y bárbaros poseen ya todo aquello que se requiere para su uso completo y que son formas en cuyo molde podría verterse con el paso del tiempo, igual que lo han experimentado los dialectos mejores y más excelentes, la totalidad del ánimo, para acuñar así en ellas de manera más o menos perfecta todas las especies de ideas.
temente dentro de ella misma, en círculos más reducidos o más amplios; en cuanto estriba en la forma gramatical, tal esencia está ya en unidad completa en la simple frase. y como el enlace de los conceptos más sencillos excita la trama entera de las categorías del pensar, y como lo positivo exige y trae lo negativo, y lo mismo hace la parte con el todo, y la unidad con la pluralidad, y el efecto con la causa, y la realidad con la posibilidad y con la necesidad, y lo condicionado con lo incondicionado, y una dimensión del espacio y del tiempo con la otra, y cada grado de sensación con la sensación que lo circunda inmediatamente, como ocurren todas esas cosas, tenemos que está presente una totalidad de lengua, también en su riqueza léxica, desde momento en del quemás se ha logrado de manera clara el y distinta la mismo expresión sencillo enlace de ideas. Todo lo expresado forma lo inexpresado o lo prepara. 5. En el ser humano se juntan, por tanto, dos áreas que son susceptibles de división hasta un número calculable de elementos fijos y susceptibles de unión hasta el infinito, y en ellas cada una de las partes manifiesta siempre a la vez su naturaleza peculiar como relación con aquellas partes que pertenecen a ella. El ser humano posee la f uerza de dividir esas dos áreas, de divididas espiritualmente mediante la reflexión y corporalmente mediante la articulación, y posee también la fuerza de reunir sus partes, de reunidas espiritualmente mediante la síntesis del entendimiento y materialmente mediante el acento; éste
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5/12/2018
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junta las sílabas en la palabra y junta las palabras en el discurso. En consecuencia, tan pronto como la consciencia humana ha llegado a ser lo bastante poderosa para hacer que esas dos áreas se interpenetren en ella con la fuerza que efectúa esa misma interpenetración en el oyente, también éste se encuentra en posesión de ambas. La mutua interpenetración de esas dos áreas puede ocurrir únicamente por medio de una y la misma fuerza y, a su vez, ésta puede brotar sólo del entendimiento. Tampoco la articulación de los sonidos, la enorme diferencia que
haber recibido población y lengua de otro lugar; y ni siquiera estamos en condiciones de pronunciamos acerca de la distribución que los mares y la tierra firme tuvieron en otro tiempo, y que acaso fue muy distinta de la actual. La naturaleza misma del lenguaje y el estado del género humano mientras es inculto son circunstancias que abonan la mencionada conexión universal. La necesidad de ser entendido obliga a buscar cosas ya existentes y comprensibles, y, antes de que la civilización junte más a las naciones, las lenguas permanecen largo tiempo en pose-
hay entre el mutismo de los animales y el habla de los hombres, cabe explicadas físicamente. Sólo el vigor de la consciencia de sí impone a la naturaleza corporal esa división precisa y esa delimitación fija a la que damos el nombre de «articulación».
sión de poblaciones pequeñas; éstas, poco inclinadas a mantener duraderamente los sitios donde habitan y poco capaces de defenderlos con éxito, a menudo se expulsan unas a otras, se sojuzgan y entremezclan; yeso, como es natural, repercute sobre sus lenguas. Aun cuando no se admita una procedencia común de las lenguas, es fácil que ninguna familia lingüística haya dejado de mezclarse posteriormente con las demás. Por tanto, en la investigación de las lenguas ha de estar vigente la máxima siguiente: buscar la conexión entre ellas mientras sea reconocible cualquier rastro de tal conexión y examinar con cuidado a propósito de cada lengua si está formada de manera independiente, de una sola pieza, o si en su formación gra-
6. Es difícil que el perfeccionamiento formativo, que otorga mayor finura a la lengua, haya ido asociado en seguida al primer devenir de ésta. Tal perfeccionamiento presupone unas circunstancias que las naciones sólo atraviesan en una larga serie de años, y lo habitual es que las acciones de una lengua se entrecrucen con las acciones de otras. Esta confluencia de varios dialectos es uno de los momentos másque principales en la génesis desurgiendo las lenguas; puede ocurrir la nueva lengua que está reciba elementos más o menos significativos de las otras lenguas que con ella se mezclan, y puede ocurrir, que es lo que sucede cuando las lenguas cultas se barbarizan y degeneran, que los elementos nuevos que se agreguen sean escasos y que sólo quede interrumpida la tranquila marcha de la evolución, y que la forma culta sea malentendida y desfigurada, remodelada y usada de acuerdo con otras leyes. 7. En general no cabe negar la posibilidad de que hayan surgido varios dialectos sin ninguna comunión entre ellos. Tampoco hay una razón que obligue a rechazar la hipótesis de una conexión universal de todos ellos. Ningún rincón de la Tierra es tan inaccesible que no pueda
matical o léxica está mezclada con elementos ajenos y de qué manera lo está. 8. Tres son, pues, los momentos que cabe diferenciar a fin de examinar y analizar las lenguas: - La formación primera, pero completa, de su estructura orgánica. - Las variaciones debidas a añadidos ajenos, hasta que las lenguas vuelven a alcanzar una situación de estabilidad. - Su perfeccionamiento formativo, que les otorga mayor finura, una vez que su delimitación (frente a otras lenguas) y su estructura de conjunto están ya fijas y son inalterables.
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Los dos primeros momentos no cabe disociarlos con seguridad. El tercero, en cambio, funda una diferencia esencial y decisiva. El punto que lo separa de los otros dos es el punto de la organización acabada; en él la lengua se encuentra ya en posesión y en libre uso de todas sus funciones y después de él no consiente ya más modificaciones en su estructura propiamente dicha. En las lenguas hijas del latín, así como en el griego moderno y en el inglés -este último es uno de los fenómenos más instructivos en lo ref erente a la posibilidad de que una lengua se
dad más grande de los productos intelectuales, como artí fice de una unión de la parte culta del género humano, unión que está basada en el sentimiento recíproco de la individualidad y que por ello mismo es más íntima. Este último f enómeno es propio únicamente de la Edad Moderna; la Antigüedad lo conoció tan sólo en la unión de la literatura griega y la romana; pero como esas dos literatur~ jSno floreCieron al mismo tiempo, lo conoció sólo de manera imperfecta.
componga de elementos muy heterogéneo s y uno de los más agradecidos objetos de la investigación lingüísticacabe incluso efectuar un seguimiento histórico del período de organización y averiguar hasta cierto punto el grado de acabamiento; la lengua griega la encontramos, ya en su primera aparición, en un grado de acabamiento que no nos es conocido en ninguna otra, y a partir de ese momento recorre, desde Homero hasta los alejandrinos, una senda de progresivo perfeccionamiento f ormativo; la lengua romana la vemos reposar, por así decirlo, durante algunos siglos, antes de que en ella comience a resultar visible una cultura más refinada y científica.
10. Por mor de la brevedad, y pasando por alto la pequeña inexactitud que resulta del hecho de que el perfeccionamiento f ormativo de una lengua influye también en su organismo ya consolidado, así como en el hecho de que éste mismo puede haber experimentado los ef ectos de aquél antes incluso de haber llegado a tal situación, voy a designar las dos partes arriba descritas del estudio comparado de las lenguas del modo siguiente:
La disociación aquícom ensayada lugar a dos y partes 9. distintas en el estudio parado da de las lenguas; de que ambas sean tratadas por igual depende que ese estudio sea completo. La diversidad de las lenguas es el asunto que aquí vamos a trabajar; debemos hacerla a partir de la experiencia y de la mano de la historia, debemos estudiar esa diversidad en sus causas y en sus efectos, así como también en su relación con la naturaleza, destinos y fines de la humanidad. La diversidad de las lenguas se presenta, empero, en una doble figura: por un lado, como fenómeno de la historia natural, como consecuencia inevitable de la diversidad y separación de los pueblos, como obstáculo a la unión inmediata del género humano; por otro, como fenómeno de la teleología del entendimiento, como medio de formación de las naciones, como instrumento de una multiplicidad más rica y de una peculiari-
El organism o de las universal lenguas brota de la que facultad versal y de la necesidad de hablar el ser uni· humano posee y procede de la totalidad de la nación; la cultura de una nación singular depende, en cambio, de disposiciones y destinos especiales y en gran parte se basa en individuos que van surgiendo en ella uno tras otro. El organismo de las lenguas pertenece a la fisiología del hombre intelectual; el perf eccionamiento f ormativo, por el cOl1trario, a la serie de las evoluciones históricas. El análisis de las diversidades de organismo lleva a medir y examinar el área del lenguaje y la capacidad de lenguaje del ser humano; la investigación en la situación de la cultura superior lleva a conocer la consecución de todos los fines humanos mediante la lengua. Los estudios del organismo exigen una comparación continuada, hasta donde sea posible; la indagación de la marcha del perfeccionamiento
- la investigación del organismo de las lenguas, y - la investigación de las lenguas en la situación de su perfeccionamiento formativo.
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formativo requiere concentrarse en la misma lengua y adentrarse en sus peculiaridades más finas; de ahí que lo primero exija extensión de la investigación, mientras que lo segundo demanda profundidad. En consecuencia, quien de veras desee enlazar estas dos partes de la ciencia del lenguaje, habrá de ocuparse, desde luego, de lenguas muy dispares, más aún, si ello fuera posible, habrá de ocuparse de todas las lenguas, pero tendrá que partir siempre del conocimiento preciso de una sola o de unas pocas. Los fallos en esto último son castigados de manera más sen-
ellas. Pues lo que sigue faltándole a la lingüística general es esto: una penetración suficiente en el conocimiento de las lenguas singulares. Sin eso será escasa la ayuda que podrá aportar la comparación de las lenguas, por muy grande que sea el número de las comparadas. Se ha considerado suficiente con señalar peculiaridades singulares divergentes en la gramática y con comparar entre sí listas de palabras más o menos extensas. Pero también el dialecto de la más tosca de las naciones es una obra demasiado noble de la Naturaleza como para que la rompa-
sible que las lagunas en la totalidad, nunca alcanzable por entero. Trabajado de ese modo, el estudio empírico comparado de las lenguas podrá mostrar las diversas maneras en que el ser humano ha hecho realidad el lenguaje, la parte del mundo de los pensamientos que ha conseguido llevar a él, el modo en que la individualidad de las naciones actúa sobre la lengua y el modo en que esta última vuelve a operar sobre aquélla. Pues los cuatro objetos que la investigación comparada de las lenguas ha de considerar en su conexión recíproca son los siguientes: la lengua; los fines del ser humano que mediante ella pueden alcanzarse; el género humano en su evolución progresiva; y, por último, las naciones singulares.
mos en pedazos tan casuales y la presentemos de manera f ragmentaria a la consideración. Ese dialecto es un ser orgánico y hemos de tratado como tal. De ahí que la primera regla sea estudiar antes que nada cada lengua conocida en su conexión interna, perseguir y ordenar sistemáticamente todas las analogías que en ella quepa encontrar, con el fin de llegar a conocer así, de manera intuitiva, el enlace gramatical de las ideas que en ella existen, la extensión de los conceptos designados, la naturaleza de esa designación y el impulso espiritual más o menos vivo que la acompaña y que tiende hacia la ampliación y el refinamiento. Pero, además de esas monografías de las lenguas en su
Todo lo concerniente al organismo de las lenguas me lo reservo para un trabajo detallado que he emprendido sobre las lenguas de América. Las lenguas de un gran continente, de un continente que ha estado habitado y recorrido por múltiples poblaciones y del cual es dudoso incluso que alguna vez haya estado unido con otros, ofrece un objeto muy favorable para esta parte de la lingüística. Aun contando sólo aquéllas de las que poseemos noticias bastante detalladas, encontramos allí una treintena de lenguas que todavía son en realidad completamente desconocidas y a las que podemos considerar como otras tantas nuevas especies naturales; a esas treinta lenguas 11.
habrá número mucho mayor de otras De de las queque no añadir tenemosunotra cosa que datos incompletos. ahí que sea importante analizar con detenimiento todas
conjunto, la lingüística comparada demanda otras monografías de partes singulares de la estructura lingüística, del verbo por ejemplo, a través de todas las lenguas. Lo que mediante ellas debe buscarse y enlazarse son todos los hilos de la conexión; algunos de tales hilos se extienden, por así decido, a lo ancho, a través de las partes homogéneas de todas las lenguas, pero también hay otros hilos que se extienden a lo largo, a través de las distintas partes de cada lengua. Los primeros reciben su orientación de la identidad en todas las naciones de la necesidad de lenguaje y de la facultad de lenguaje; los segundos,· de la individualidad de cada nación. Esa doble conexión permite conocer la extensión de las diversidades con que el género humano forma el lenguaje y la coherencia con que un pueblo singular forma su propia lengua; y ambas cosas, el lenguaje y el carácter lingüístico de las naciones,
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se presentan a una luz muy clara cuando hemos visto realizada en formas individuales tan múltiples la Idea del lenguaje y, al mismo tiempo, hemos visto contrapuesto el carácter lingüístico de las naciones a la universalidad y a sus géneros próximos. Sólo de ese modo cabrá dar una respuesta radical a la importante cuestión de si es posible, y cómo lo es, clasificar las lenguas por su estructura interna, más o menos como las familias de las plantas. Lo dicho hasta aquí, por muy profundos que sean los atisbas qué en ello se encierren, no es, con todo, más que una mera conjetura si no es sometido a un examen empírico más riguroso. Pues la lingüística de que aquí estamos hablando habrá de apoyarse únicamente en hechos, y claro está no en hechos coleccionados de manera unilat~ral e inco~pleta. También para juzgar si las naciones proceden unas de otras en lo referente a sus lenguas es preciso encontrar los principios básicos mediante un análisis preciso, que aún nos falta, de las lenguas y dialectos cuyo parentesco esté ya probado históricamente por otras vías. Hasta que no avancemos, también en este campo, de lo conocido a lo desconocido, nos encontraremos en una senda resbaladiza y peligrosa.
indagar la estructura del lenguaje en general y para efectuar investigaciones históricas singulares, pero no sin razón asustará al espíritu y lo disuadirá de aprender multitud de formas y sonidos que a la postre conducen siempre a la misma meta y significan lo mismo, sólo que con timbres diferentes. Prescindiendo del uso inmediato para la vida, el único estudio de lenguas que conserva importancia és el de aquéllas que poseen una literatura, y tal estudio está subordinado a la atención prestada a ésta. Tal es el punto de vista, muy correctamente adoptado, de la filología, en la medida en que cabe contraponerIa al estudio general de las lenguas. Este estudio se llama así porque trata el lenguaje en general, no porque pretenda abarcar todas las lenguas; a esto último es forzado, antes bien únicamente con vistas a aquel fin. ' 13. Pero si ahora somos empujados de ese modo hacia las lenguas cultas, lo primero que hay que preguntar es lo siguiente: ¿es cada una de las lenguas capaz de idéntica cultura significativa o es capaz sólo de alguna?, ¿hay formas lingüísticas que hubieron de ser destruidas antes de que las naciones pudieran alcanzar mediante el discurso los fines superiores de la humanidad? Desde luego, yo estoy plenamente convencido de ello, hemos de ver el lenguaje como algo situado inmediatamente en el ser humano; pues en modo alguno cabe explicarIo como obra producida por su entendimiento a la claridad de la consciencia.
12. Mas, aunque investiguemos de manera muy exacta y completa las lenguas en su organismo, es su uso el que decide lo que ellas pueden llegar a ser mediante éste. En efecto, lo que el uso adecuado conquista al área de los conceptos vuelve a operar a su vez sobre éstos, enriqueciéndolos y configurándolos. Son, por tanto, esas investigaciones, que de modo completo sólo cabe efectuar en las lenguas cultas, las que muestran la idoneidad de éstas para alcanzar los fines de la humanidad. La clave de bóveda de la lingüística, su punto de unión con la ciencia y el arte, reside, pues, en esto. Mientras no hayamos llevado la lingüística hasta ese punto, mientras no hayamos considerado la diversidad de organismo con las miras puestas en indagar la capacidad de lenguaje en sus
De nada sirve conceder milenios y más milenios para su invención. Si su tipo no preexistiese en el entendimiento humano, no cabría inventar el lenguaje. Para que el hombre comprenda de verdad una sola palabra, para que la comprenda no como un mero estímulo sensible, sino como un sonido articulado que designa un concepto, para es~ es menester que en él preexista el lenguaje en su totah~a~ y en su conexión. No hay en el lenguaje nada que este aIslado, cada Uno de sus elementos se presenta úni-
aplicaciones más de excelsas variadas, el conocimiento de un gran número lenguasy será fecundo a lo sumo para
camente como parte de una totalidad. De igual manera que resulta muy natural la hipótesis de un perfecciona-
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miento formativo de las lenguas, así también la invención de éstas no pudo acaecer más que de un solo g?lpe. Sólo por el lenguaje es hombre el hombre, mas para mventarIo tenía ya que serio. . Es cierto que hay quien se figura que esto pudo Ir ocu: rriendo poco a poco, gradualmente, por rondas, por a;)1 decirIo; hay quien se figura que gracias a una pa~te mas de lengua inventada pudo el hombre llegar a ser mas ho~bre y que gracias a tal incremento pudo él, a su ve~, 1I~ventar más lengua; también hay quien desconoce la mdIsociabilidad de la consciencia humana y la lengua humana, así como la naturaleza de la operación intelectual que se requiere para concebir una única palabra. No por eso es lícito, sin embargo, imaginar la lengua como algo dado de manera acabada; si así fuera, tampoco cabría concebir cómo el ser humano podría comprender la lengua dada y servirse de ella. La lengua emerge necesariamente del hombre mismo y, además, emerge de él poco a poco, pero lo hace de tal manera. que su o,rganismo no yace desde luego como una masa merte alla en la oscuridad del alma, sino que condiciona como ley las funciones de la fuerza del pensar; en consecuencia, la primera palabra hace resonar ya, y presupone, la lengua entera. De ahí que, si con algo cabe comparar eso que en realidad no tiene igual en toda el área de 10 pensable, es del instinto natural de los animales de lo que podemos acordamos, y al lenguaje podemos llamarIo un instinto natural de la razón. De igual manera que no cabe explicar el instinto de los animales por sus disposiciones espirituales, así tampoco es posible dar cuenta de la invención de las lenguas recurriendo a los conceptos y a la facultad de pensar de las naciones toscas y salvajes que fueron sus artífices. De ahí que yo nunca haya podido hacerme a la idea de que una estructura lingüística que esté dotada de una gran coherencia y que sea muy artificios a en su pluralidad deba presuponer una gran ejercitación en el pensar y ser prueba de una cultura anterior perdida. Del más tosco estado de naturaleza puede surgir una lengua como ésa,
la cual es, sí, producto de la Naturaleza, pero de la naturaleza de la razón humana. Coherencia, uniformidad, y ello incluso en una estructura comple ja, son en todos los sitios la impronta que llevan grabada los productos de la Naturaleza, y la dificultad de hacerla s brotar no es la principal. La verdadera dificultad de la invención de la lengua no está tanto en la coordinación y subordinación de una multitud de circunstancias interrelacionadas cuanto en la insondable profundidad de la sencilla operación del entendimiento que en general se requiere para comprender y hacer surgir la lengua aun en uno solo de sus elementos. Una vez dado eso, todo lo demás se sigue por sí mismo, y no puede aprenderse, sino que es menester que preexista originariamente en el ser humano. Pero el instinto de los hombres se halla menos sujeto que el de los animales y deja espacio a la influencia de la individualidad. De ahí que la obra producida por el instinto de la razón pueda florecer en una perfección mayor o menor, mientras que el producto del instinto animal conserva una uniformidad más persistente; y no es contradictorio con el concepto de lengua el que algunas, en el estado en que se nos aparecen, sean realmente incapaces de un perfeccionamiento formativo acabado. La experiencia de traducciones de lenguas muy dispares, así como el uso de lenguas muy toscas e incultas para instruir con ellas en las doctrinas más misteriosas de una religión revelada, muestran ciertamente que en cada una de las lenguas cabe expresar toda una serie de ideas, bien que con éxitos muy diversos. Pero esto es mera consecuencia del parentesco universal de las lenguas y de la ductilidad de los conceptos y de sus signos. Lo único que aporta pruebas en favor de las lenguas mismas y de su influencia sobre las naciones es lo que surge naturalmente de ellas; no aquello a lo que son forzadas, sino aquello a lo que por sí mismas invitan y animan.
Será el examen histórico el que habrá de de algunas investigar 14. en concreto las razones de la imperfección lenguas. Pero yo he de abordar aquí una cuestión diferen-
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te, a saber: si hay alguna lengua que esté madura para una formación acabada antes de haber atravesado ya va· rias situaciones intermedias, precisamente aquellas situa· ciones que de tal modo rompen el modo originario de representar que ya no está del todo claro el significado inicial de los elementos. Ello resulta verosímil tanto por la notable observación de que la coherencia es una propiedad característica de las lenguas toscas, mientras que en las cultas lo es la anomalía en muchas partes de su estructura, cuanto por razones sacadas de la naturaleza misma del asunto. El principio que domina en la totalidad de la lengua es la articulación; en cada una de las lenguas, la más importante de sus excelencias es una articulación sólida y ágil; pero esto tiene como presupuesto unos elementos simples y en sí mismos indivisibles. La esencia de la lengua consiste en verter la materia del mundo fenoménico en el molde de la forma de los pensamientos; todas sus aspiraciones son formales. Y dado que las palabras están en lugar de los objetos, es menester también que a las palabras en cuanto materia se les oponga una forma a la cual estén sujetas. Ahora bien, son precisamente las lenguas primitivas las que acumulan una multitud de deter-
en aquel~os sitios donde, por así decido, viene exigida por la materIa, y no en aquéllos donde viene exigida formalmente por el enlace de las ideas. Sin duda el plural es pensado como una multiplicidad, pero el singular no es pensado exactamente como una cosa única, sino sólo como el concepto en general; el verbo y el nombre coinciden en a.quellos casos en que no es precisamente la persona o el tlemp? lo '!ue h~y que expresar; la gramática no ejerce t~davIa su ImperIO sobre la lengua, sino que aparece tan 010 en el caso de que se tenga necesidad de ella. Al tercer nivel se ha ascendido tan sólo cuando ningún elemento es .pensado ya como huérfano de forma y cuando la materIa como tal es vencida totalmente en el discurso; mas ese nivel, si es entendido como aquél en el cua~ hay en cada uno de sus elementos una indicación audIble de, la forma, es un nivel al que apenas llegan las lenguas ma~ ~~ltas, aun cuando sea él aquello en que se basa la pOSIbIlIdad de una euritmia arquitectónica en la estructura de los perí odos. A mí no me es conocida ninguna lengua, ni siq~iera en su acabamiento supremo, cu~as forma.s gramatIcales no sigan llevando en sí rastros InconfundIbles de la originaria aglutinación silábica. Así, pues, en tanto la palabra, en el nivel inferior, apa-
minaciones en el mismo silábico que El sonsenvisiblemente deficientes en grupo el dominio de y lalas forma. cillo secreto de tales lenguas, un secreto que indica la vía que siempre será preciso seguir para descifrar su enigma, olvidándonos completamente de nuestra gramática, es el siguiente: que alinean inmediatamente lo que es significativo en sí . La forma es añadida mentalmente; o bien viene dada por una palabra que en sí está dotada de significado y a la que también se toma como tal, por lo que, en consecuencia, la forma viene dada como materia. En el segundo gran nivel del avance, el significado material cede ante el uso formal y ahí es donde se generan las palabras dotadas de un significado gramatical y, por tanto, formal. Pero la forma es indicada únicamente en
rezca compuesta con su modificación y no como modificada en su sencillez, faltará la fácil divisibilidad de sus e!e~entos y el espíritu será oprimido por la torpeza del s~gmficad~ con que cada partícula básica se presenta, no SIendo estImulado al pensar formal por el sentimiento de lo formal. El ser humano, próximo todavía al estado de naturaleza, fácilmente lleva también demasiado lejos un modo d~ representar, una vez que lo ha adoptado; piensa c~da obJeto. y cada operación con todas sus circunstanCIasconcomItantes, transfiere esas cosas a la lengua y luego vuelve a quedar avasallado por ésta, ya que en ella el concepto viviente queda congelado, reducido a mero cuerpo.
aquellos sitios donde viene exigida por una circunstancia inherente al sentido del discurso, es indicada únicamente
~aderas dl~Ile:lS1onesy de disminuir la fuerza de lo que tIene un sIgmficado material es el entrecruzamiento de
Un me~lio su.mamente eficaz de reducir esto a sus ver-
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portancia condicionada y subalterna nada- mas; en el caso las naciones y de las lenguas.Humboldt, Una maner~Wilhelm ~ueva de reo -Escritos 5/12/2018 Von SobreElLenguaje-slidepdf.com contrario, su importancia seria incondicional y . decisiva. presentar se asocia entonces a la que eXlstIa hasta ese momento; las poblaciones que se mezc1an no conocen mu16. El modo mas seguro de dilucidar esta cuestion tuamente la composicion singular de las palabras de sus esta en comparar la palabra simple con el concepto simdialectos, sino que las acogen meramente c~mo formulas ple. Es cierto que la palabra no constituye la totalidad de en conjunto; puesto que resulta posible eleglr, ~os.elemenla Jengua, pero es su parte mas significativa, aquello que tos mas incomodos y torpes ceden ante los mas hgeros y en el mundo de 10 vivo es el individuo. En modo alguno ductiles; y como el espiritu y la lengua ~o estan. ya entr~. resulta indiferente el que una lengua exprese con una pelazados con tanta unilateralidad, el pnmero eJerce mas rifrasis aquello que otra expresa con una sola palabra. No libremente su imperio sobre la segunda. Es cierto que el resulta indiferente con respecto alas formas gramaticales, organismo originario queda perturbado, pero, l~ nueva ya que en la perifrasis estas no aparecen como ideas mo· fuerza que se agrega es tambien una, ~uerza ~~gam<:a,y de este modo se continua sin interrupclOn el teJldo, solo que dificadas, por contraste con el concepto de la forma pura, sino que aparecen como ideas que indican la modificaahora de acuerdo con un plan dotado de una mayor am· cion; pero tampoco resulta indiferente con respecto a la plitud y variedad. Asi, pues, 10 q~e hizo la ama.lgama ap~designacion de los conceptos. La ley de la articulacion surentemente confusa de las poblaclOnes en los tlempos pnfre necesariamente quebranto cuando aquello que en el mitivos fue preparar el florecimiento del discurso y del concepto se presenta como unidad no aparece como uni· canto en siglos que llegarian mucho mas tarde. dad tambien en la expresion, y un concepto al que Ie falte tal expresion carece de la entera eficacia viva de la pala15. Pero aqui no vamos a fijarnos en esa imperfeccion bra en cuanto individuo. Al acto del entendimiento que de algunas lenguas a la que acabamos de referirn~s. E1 hace brotar la unidad del concepto corresponde como sigexamen de las lenguas dotadas de identica perfecclon 0 no sensible la unidad de la palabra, y ambas unidades han de aquellas cuya diferencia no puede medirse de manera de ir juntas, y 10 mas cerca posible, en el pensar mediante puramente cuantitativa es 10 unico que permite dar re~el discurso. Pues de igual manera que el vigor de la reflepuesta a esta cuestion general: <. como hemos de ver la dlversidad en cuanto tal de las lenguas en su relacion con la formacion del genero humano?, <.hemos de verla como una circunstancia fortuita que acompafia la vida de las naciones y que puede aprovecharse con hab~lid~d y s~e~· te, 0hemos de verla como un medio necesano, msustltUlble, de trabajar el area de las ideas? Pues to~as las Jen. guas se inc1inan cual radios convergentes hacla esa a~ea, 10 cual hace que su relacion con ell~, que ~s s~,con~emdo, constituya el punto final de nuestra mvestlgaCl~m.51 fuera posible independizar de la lengu,a e.se contemdo ~ ha.cer de la expresion lingiiistica algo mdlferer:te para ~l, SI la lengua y su contenido fueran d~ suy<;>mde~endle~tes e indiferentes entonces el perfecclOnamlento formatlvo de las lenguas ~ el estudio de su diversidad tendrian una im-
xion hace surgir lalaseparacion y laasiindividuacion sonidos mediante articulacion, tambien estadea los su vez ha de volver a operar sobre la materia de los pensamientos, separando e individualizando, y ha de hacerle posible a esa materia el que, partiendo de 10 no-separado y aspirando a 10 no-separado, aspirando a la unidad ab· soluta, recorra ese camino a traves de la separacion. 17. Mas el pensar no depende solo del lengl,laje en general, .sino que hasta cierto punto depende tambien de cada lengua determinada y singular. Es cierto que ha habido quien ha querido sustituir las palabras de las diversas lenguas por unos signos dotados de validez universal, por unos signos como los que la matematica posee en las
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lineas, los numeros y el algebra. Con e110sno cabe agotar, empero, mas que una exigua parte de la masa de 10 pensable, ya que por su propia naturaleza tales signos no convienen mas que a aque110s conceptos que pueden ser el producto de una mera construcci6n mental 0 que son fomados puramente pOI' el entendimiento. Pero en aque110ssitios donde ha de ser troquelada en conceptos la materia de la percepci6n interna y de la sensaci6n, 10 que importa es la f acultad individual de representaci6n del ser humano, de la cual es indisociable su lengua. Todas
la palabra; el parentesco de esta con otras de significado parecido; el concepto transitorio, casi siempre contenido en la palabra y que 11evahacia el objeto designado de un modo nuevo y al cual es ella asimilada; las relaciones concomitantes de la palabra con la percepci6n 0la sensaci6n: todas esas cosas hacen que surja una impresi6n determinada, y esa impresi6n, al convertirse en habito, aporta una dimensi6n nueva a la individualizaci6n del concepto, el cual es de suyo mas indeterminado, pero tambien mas libre. Pues con cualquier palabra dotada de significado
las tentativas de colocar en el centro de las diversas lenguas singulares unos signos universales para los ojos y los oidos son simplemente metodos abreviados de traducci6n, y seria una necia ilusi6n el figurarse que con ellos salimos fuera, no digo que de toda lengua, pero ni siquiera del circulo restringido y determinado de la nuestra propia. Cabe desde luego buscar tal punto central de todas las lenguas y encontrarlo realmente, y resulta necesario no perderlo de vista tampoco en el estudio comparado de las lenguas, tanto en su parte gramatical cuanto en su parte lexica. Pues en ambas partes hay un buen numero de cosas que pueden ser determinadas enteramente a priori y que pueden ser separadas de todas las condiciones de una lengua particular. Pero frente a eso hay una cantidad
se enlazan las las sensaciones queyella misma surgidas va estimulando poco a poco, intuiciones nociones ocasionalmente; y palabras distintas, si se ponen juntas, permanecen identicas a si mismas tambien en las proporciones graduales en que actuan. De igual manera que una palabra transforma un objeto en una representaci6n, asi tambien hace resonar, aunque a menudo de manera imperceptible, una sensaci6n que corresponde simultaneamente ala naturaleza de la palabra y ala naturaleza del objeto; y la serie ininterrumpida de los pensamientos en el ser humano va acompafiada asimismo de una secuencia ininterrumpida de sensaciones. Tal secuencia viene desde luego determinada pOl' los conceptos representados, pero es ante todo la naturaleza misma de las palabras y de la len-
mucho mayor de conceptos y tambien de deta11es gramaticales que se hallan tan indisolublemente entretejidos con la individualidad de su lengua que no es posible mantenerlos suspendidos del mere hilo de la percepci6n interna, flotando entre todas las lenguas, ni cabe traspasarlos sin alteraci6n a una lengua dif erente. Una parte muy signif icativa del contenido de cada lengua depende de e11a tan indudablemente que la expresi6n lingiiistica no puede ya continual' siendo indif erente para el contenido. 18. La palabra, que es la que en realidad hace del concepto un individuo en el mundo de los pensamientos, Ie agrega muchas cosas suyas significativas; y la idea, al recibir nitidez de la palabra, queda al mismo tiempo encerrada dentro de ciertos limites. El sonido articulado de
gua 10 que determina su grade y su colorido. EI objeto, cuya aparici6n en el animo va siempre acompafiada de una impresi6n que es individualizada por la lengua y que se repite siempre de manera regular, es tambien representado en si de una manera modificada por tal proceso. Esto resulta poco observable en el caso singular, pero el poder del efecto causado en la totalidad consiste en la regularidad y en la continua reiteraci6n de tal impresi6n. El caracter de la lengua se adhiere a cada impresi6n y a cada uni6n de expresiones y, en consecuencia, el acervo de las representaciones adquiere un colorido que procede de aquel caracter. 19. Pero la lengua no es un producto libre del hombre singular, sino que pertenece siempre a la totalidad de
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la naClOn; tambien en 6sta las generaciones posteriores reciben la lengua de quienes han vivido antes. El hecho de que en la lengua se mezcle, acendre y reconfigure el modo de representar propio de todas las edades, sexos, estamentos, variedades de canicter y de espiritu de un mismo pueblo, y luego de varias naciones -merced al traspaso de palabras y lenguas-, y a la postre del genero humano entero -al ir aumentando la comunidad de los pueblos-, ese hecho comporta que la lengua sea el gran punta donde se realiza el tnlnsito de la subjetividad a la objetividad, el tnlnsito de la siempre limitada individualidad a la existencia omnicomprensiva. La invencion de unos signos foneticos nunca antes oidos es algo que solo cabe imaginar en el origen de las lenguas, origen que queda allende toda experiencia humana. En los sitios donde el ser humano ha recibido por tradicion unos sonidos articulados, los cuales esttm de alguna manera dotados de significado, forma su propia lengua adhiriendola a tales sonidos y amplia su propio dialecto de acuerdo con la analogia proporcionada por ellos. Esto se basa en la necesidad que el hombre siente de hacerse comprender, en la conexion universal de todas las partes y elementos de cada lengua y de todas las lenguas entre si, y en la identidad de la facultad de lenguaje. Tambien para la aclaracion gramatical de las lenguas tiene importancia el no perder de vista que no es facil que las poblaciones que formaron las lenguas llegadas hasta nosotros hubieran de inventarlas, sino que, mas bien, en aquellos sitios donde actuaron autonomamente hubieron de repartir y aplicar aquello con que se toparon. Solo asi cabe dar cuenta de muchos matices finos de las formas gramaticales. Es dificil que para tales matices se inventaran designaciones distintas; 10 natural seria, por e1 contrario, que no se usasen indiferentemente las distintas designaciones que preexistian. Lo que preponderantemente pasa de una nacion a otra son los elementos capitales dellenguaje; es decir, las palabras. Alas formas gramaticales eso les resulta mucho mas dificil, pues, al tener
rirse materialmente a los sonidos articulados, aclarandose de ese modo a si mismas, es en el entendimiento donde tienen su sede. Esto comporta que entre las generaciones eternamente .cambiantes de los seres humanos y el mundo de los ?bJe~os susceptibles de representaci6n haya un numero mfimto de palabras, las cuales, aun cuando originariament~ fueran producidas segun leyes de libertad y en 10 suceSIVO. fueran empleadas de ese modo, nosotros no podemos ver.Igual que vemos a los hombres y los objetos, sino como entIdades que tienen su sede en si mismas, como entidades 9 - ue solo cabe explicar historicamente, y que han ido surglendo poco a poco merced a la fuerza conjunta de la nat.uraleza, los seres humanos y los acontecimientos. La sene de las palabras se extiende de tal modo hasta las o~curida?~s .de los primeros tiempos que ya no es posible fiJar su mlClO; la ramificacion de las palabras abarca la ~o.talidad del.~enero h?-mano hasta donde hubo union bajo el, la actuaclOn ultenor y la produccion ulterior de las palabras podrian encontrar un pun to final unicamente si quedaran extirpadas de golpe todas las generaciones que a~ora viven y si quedasen cortados de repente todos los hI10s de la tradicion. Dado que las naciones se sirven de los elementos lingiiisticos preexistentes, y dado que estos mezclan su nat~raleza co~ ,Ia re~res.entacion de los objetos, ocurre que m la expreSlOn es mdlferente ni el objeto es independiente de la lengua. Pero el ser humano, que esta condicionado por la lengua, a su vez vuelve a operar sobre ella, y esto hace que cada una de las lenguas particulares sea a su vez el resultado de tres acciones distintas y coincidentes, a saber: la naturaleza real de los objetos, pues ella es la que hace que brote la impresion en el animo· la naturaleza subjetiv~ de la nacion; y la naturaleza p~culiar de la lengua, deblda a la materia basica que se Ie mezcla y a la fuerza con que todo 10 que alguna vez ha sido transferido a ella permite un perfeccionamiento formativo solo dentro de ciertos Iimites de la analogia, aunque en su origen fuera creado c::ontot;;11libertad.
una naturaleza intelectual mas fina, mas bien que adhe-
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5/12/2018 Humboldt,WilhelmVon -EscritosSobreElLenguaje-slidepdf.com dad de todo conocimiento de la verdad, va siendo, por 20. La dependencia reciproca del pensamiento y .el tanto, recuperada fragmento a fragmento y de manera lenguaje hace claro y evidente que las lenguas son proplaprogresiva por la via de los fen6menos. Pero nunca deja mente un medio no tanto de presentar la verdad ya conode ser 10 objetivo aquello que hay que conquistar; y si cida cuanto, mucho mas, de descubrir la verdad antes bien el ser humano se acerca a ello poria via subjetiva desconocida. La diversidad de las lenguas no es una diverde una lengua particular, su segundo esfuerzo consiste en sidad de sonidos y signos, sino una diversidad de vistas del mundo. La raz6n y la finalidad ultima de toda invesaislar 10subjetivo, aunque s6lo sea trocando una subjetividad pOl' otra, y en disociarlo de 10 objetivo con la matigaci6n lingiiistica residen en eso. ,E.l acervo de 10 .conocible, que es el campo que el esplntu ha de ~rabaJar, yor fuerza posible. hallase en el centro entre todas las lenguas e mdepen21. Si comparamos en varias lenguas las expresiones diente de ellas; a la zona puramente objetiva no puede que se emplean para designar los objetos no-sensibles, enacercarse el ser humano sino de acuerdo con su modo propio de conocer y de sentir, es decir, s6l~ ~>uedehacercontraremos que s6lo son sin6nimas aquellas expresiones 10 pOl' una via subjetiva. Cabalmente, los S1tl0Sdonde la que, por ser construibles mentalmente de un modo puro, 10unico que pueden contener y que contienen es aquello investigaci6n toca los puntos mas altos y profund~s ~on aquellos donde el uso mecanico y l6gico del en~e~dlmlenque se deposita en ellas. to -el uso mas f,kH de separar de toda pecuhandad esTodas las demas expresiones recortan y seccionan de pecial- se encuentra al final de su operatividad y donde manera distinta el area que esta en su centro -si es que se inicia un metodo de percepci6n y creaci6n internas del podemos denominar as! el objeto designado por ellas-, cuallo unico que esta claro es que la verdad objetiva brotodas ellas tienen un contenido mayor 0 menor y encieta de la totalidad de la fuerza de la individualidad subjerran otras muchas determinaciones. Las expresiones emtiva. Tal cosa es posible linicamente con Y mediante plead as para designar los objetos sensibles son sin6nimas, desde luego, en la medida en que en todas ellas se piensa lengua. Ahora bien, en cuanto obra de la naci6n y del pasado, el mismo objeto; pero su significado diverge en el modo
la lengua es algo que Ie resulta extraiio al ser humano; esto hace que pOl' un lado este que de atado pOl' 10 que todas las generaciones anteriores han ido depositando en la lengua, pero pOl' otro lado salga enriquecido, reforzado y estimulado pOl' ello. La lengua, que se contrapone con:o algo subjetivo a 10 conocible, se enfrenta como algo obJetivo al ser humano. Pues cada una de las lenguas es un eco de la naturaleza universal del hombre; y si bien es cierto que ni siquiera todas las lenguas juntas pueden lleaar a convertirse nunca en una copia compIeta de la subjetividad de la humanidad, no es menos Clerto que estan aproximandose continuamente a esa meta. Pero a su vez la subjetividad de la humanidad entera va convirtiendose en si en algo objetivo. La coincidencia originaria entre el hombre y el mundo, en la cual se basa la posibilib
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de expresar su representaci6n. Pues, mientras permanece viva, la influencia ejercida por la visi6n individual del objeto en la formaci6n de la palabra determina tambien la manera como esta reevoca a aquel. Un gran numero de palabras brota, empero, de la uni6n de expresiones sensibles y expresiones no-sensibles 0 de la elaboraci6n de las primeras por el entendimiento; ello hace que todas las palabras compart an la impronta individual, que no vuelve a encontrarse tal como era, de las segundas, mientras que la impronta de las primeras va necesariamente extinguiendose con el discurrir del tiempo. Pero dado que la lengua es copia y signa al mismo tiempo, y que no es enteramente producto de la impronta causada por los objetos ni es tampoco enteramente producto del arbitrio de los hablantes, todas las lenguas par-
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ticulares llevan en cada uno de sus elementos rastroS de la primera de esas propiedades; y el que tales ra~tro~ ~ean reconocibles estriba, si dejamos aparte su propm mtldez, en la disposici6n del animo a querer tomar las palabras mas como copia 0 mas como signo. El animo puede llegar a 10 segundo merced a la fuerza de la abstracci6n, per? tambien puede, abriendo todas las puertas de la recep~lvidad, acoger la entera influencia ejercida por la matena peculiar de la lengua. Mediant~ el tratamien~o da.~o a esa materia puede el hablante onentarla en dlrecclOn a la
ventud y la fuerza, el esplendor y la belleza. En esa zona es donde esta la autentica sede de la elocuencia, si por elocuencia entendemos, en una acepcion muy amplia y no precisamente usual, el tratamiento de la lengua en la medida en que esta 0 bien influye esencialmente por si misma en la presentacion de los objetos 0 bien es usada adrede para tal fin. En este ultimo modo, la elocuencia puede pasar tambien, con raz6n 0 sin ella, al uso cientifico y al comercial. A su vez, es preciso disociar el uso cientifico de la len-
copia o. en direccion al signo, y a menud.o el uso de una expresi6n poetica ajena a la prosa no tlene otro efecto que el de disponer el animo a que no contemple como signo la lengua, sino a que se entregue a ella en su entera peculiaridad. Si ese uso doble de la lertgua queremos contraponerlo en generos, los cuales establecen ciertamente en el una separaci6n mas neta que la que el mismo puede tener en la realidad, entonces podemos llamar a uno de el!os el uso cientifico de la lengua y al otro su uso oratOrIo. El primero es al mismo tiempo el uso del comercio; el segundo, el de la vida en sus circunstan~ias naturales. Pues el trato libre desata los lazos que pudleran haber encadenado la subjetividad del animo. En el sentido en que aqui 10 tomamos, el uso cientifico es aplicable tan s610alas ciencias d~ la pura const~ccion mental y a ciertas partes y tratamlentos de las CIencias de la experiencia; en todo conocimiento que exij.a las fuerzas indivisas del ser humano aparece, en camblO, el uso oratorio. Y es de esta ultima especie de conocimiento de la que fluyen directamente la luz y el calor que se derraman sobre todas las demas especies; solo en aquella se basa el avance en la cultura espiritual general, y una nacion que no busque y encuentre el punto central de su cultura en la poesia, la filosofia y la historia -las cuales pertenecen a la mencionada especie de conocimientoes una nacion que pronto se ve privada de la benefica repercusi6n de la lertgua, pues por su propia culpa no alimenta ya a esta con la unica materia capaz de conservarle la ju-
gua de su uso convencional. Ambos pertenecen a una unica clase, en cuanto que, eliminando el peculiar efecto de la lengua como materia aut6noma, quieren verla unicamente como signo. Pero el uso cientifico hace eso en el campo donde result a pertinente y 10 lleva a cabo intentando apartar de la expresi6n toda subjetividad, 0, mas bien, intentando disponer el animo de una manera completamente objetiva; en ello Ie sigue el tranquilo y razonable uso comercial. El uso convencional traslada ese tratamiento a un campo que necesitaria de la libertad de la receptividad; es un uso que imp one a la expresi6n una subjetividad determinada en cuanto a su rango y su colorido, y que intenta conducir el animo a tal subjetividad. Con ello el uso convencional pas a luego al oratorio, produciendo una elocuencia y una poesia degeneradas. Hay naciones a las que la individualidad de su caracter hace tomar uno u otro de esos caminos errados 0 seguir de manera unilateral el correcto; hay naciones que tratan con mayor 0 peor fortuna su lengua. Pero si el destino quiere que llegue exactamente al punto decisivo de congelaci6n del organismo de un dialecto un pueblo al que su animo, su oido y su entonaci6n disponen de manera preferente para el discurso y para el canto, surgen entonces lenguas magnificas, admiradas en todos los tiempos. El nacimiento del griego no podemos explicarnoslo sino por uno de esos lances afortunados. 22. A estas ultimas y esencialisimas aplicaciones de la lengua no puede ser ajeno su organismo originario. En
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5/12/2018 Humboldt,WilhelmVon -EscritosSobreElLenguaje-slidepdf.com ese ideal universal este presente en su pureza en algun el reside el primer germen del perfeccionamiento form~genero de excelencias; y si quisieramos exponer hist6ritivo que viene a continuaci6n, y las dos partes del estudlO camente de ese modo las diversidades del caracter 0 de comparado de las lenguas, que en 10 anterior estaban selas lenguas violentariamos la realidad. paradas, encuentran aqui su uni6n. Una exposici6n lumiLo unico que hay son las disposiciones, asi como unas nosa y coherente del modo y el grado de la producci6n de direcciones que no estan recorridas de manera pura. Y ni ideas a que han llegado las lenguas humanas y una expoen los seres humanos, ni en las naciones ni en las lenguas sici6n tambien, en la estructura de estas, de la influencia cabe imaginar una formaci6n del caracter (cosa que, por de sus diversas propiedades sobre su culminaci6n ultima, cierto, no equivale al sometimiento de los fen6menos a son cosas que s6lo resultan posibles a partir de la invesuna ley, sino que es el acercamiento del ente a un ideal) tigaci6n de la gramatica y ellexico de todas las lenguas, de otro modo que viendonos a nosotros mismos recorrer en la medida en que haya recursos para realizarla, y a paruna via cuya direcci6n, dada por la noci6n del ideal, pretir del examen de los monumentos literarios de las nasupone otras direcciones determinadas, las cuales son las ciones cultas. que agotan todos los lados del ideal. El estado de las naciones en el cual puede encontrar 23. El unico prop6sito que yo he tenido aqui ha sido: aplicaci6n este ideal en sus lenguas es el estado ultimo y trazar en su conjunto el perimetro del campo de las insupremo a que puede conducir la diver sidad de sus povestigaciones comparadas de las lenguas, fijar la meta de blaciones; ese estado presupone una masa humana relatales investigaciones y mostrar que para llegar a esa meta tivamente grande, ya que las lenguas las exigen para ales menester tomar juntos e1 origen y la culminaci6n de zarse hasta su culminaci6n. En la base de ese estado se las lenguas. S610 pOl' esa via pueden llevar tales investihalla e1estado mas bajo de todos, del cual hemos partigaciones aver cada vez menos las lenguas como unos sigdo, el estado que surge del inevitable fraccionamiento y nos arbitrarios y a buscar en la peculiaridad de su estrucramificaci6n del genero humano y al que deben su origen tura, penetrando mas hondamente en la vida espiritual, las lenguas; ese origen presupone unas masas humanas recursos para investigar y conocer la verdad y para for-
mar los sentimientos y el caracter. Pues si en las lenguas que han florecido en un perfeccionamiento formativo superior hay unas vistas espedficas del mundo, entonces ha de existir una relaci6n no s6lo de tales vistas entre s1, sino tambien entre ellas y la totalidad de todas las vistas del mundo imaginables. Ocurre con las lenguas, pues, 10 mismo que ocurre con e1caracter de los seres humanos, 0, para elegir un objeto mas sencillo de comparaci6n, 10 mismo que sucede con los ideales de los dioses de las artes plasticas; en tales ideales podemos bus car tambien la totalidad y trazar un drculo cerrado, ya que cada uno expone desde un determinado lado el ideal universal, ideal que no es individuable como recopilaci6n simultanea de todas las sublimida-
multiples pequefias, en de ellas resulta mas facilla genesis deylas lenguas. porque Y si han surgir lenguas ricas y flexibles, es preciso que esas masas confluyan y se mezden. En ambos estados se da una conjunci6n de 10 mismo que hallamos en la economia entera del genero hum aIio en esta Tierra, a saber: que e1 origen esta, si, en la necesidad natural que se siente y tambien en la necesidad fisica, pero, en la evoluci6n progresiva, ambas necesidades sirven a los mas altos fines espirituales.
des. Es cierto que 110nos esta permitido figurarnos que
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Sobre la influencia del diverse caracter de las lenguas en la Iiteratura y en la' formacion delespiritu
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En nadie que haya dedicado a1guna reflexi6n, por exigua que haya sido, a 1a natura1eza de 1as 1enguas presupondremos opiniones como 1as siguientes: que una 1engua es un mero conjunto de signos conceptua1es arbitrarios o que se han vuelto habituales por azar; que el tinico destino y la {mica fuerza que tiene una palabra es la de evocar un cierto objeto que, 0 bien existe fuera de ella en 1a realidad, 0 bien es pens ado en el espiritu; y que, por tanto, puede considerarse en cierto modo indiferente emU sea la 1engua de que se sirve una naci6n. Al contrario, podemos dar por general mente aceptado 10 siguiente: que las divers as lenguas constituyen los 6rganos de 10s modos peculiares de pensar y sentir de 1as naciones; que son muchisimos los objetos que en realidad son creados por 1as palabras que 10s designan (esto podemos extenderlo propiamente a todos ellos, si consideramos e1modo en que son pensados en la palabra y e1modo en que, en el pensar, actuan mediante la 1engua sobre el espiritu); y, finalmente, que 1as partes fundamentales de 1as lenguas no han surgido de manera arbitraria y, por asi decirlo, por convenci6n, sino que son sonidos articu1ados que han brotado de 10 mas intimo de la natura1eza humana y que se conservan y se reproducen (y podria aiiadirse: como entidades en cierto modo aut6nomas en una determinada persona1idad). Ahora bien, continua aun abierto e1campo de 1a investigaci6n acerca de cuestiones como 1as siguientes: 1a naturaleza de la actuaci6n de 1a 1engua sobre el pensar; 1a indicaci6n de aquellas propiedades de 1a 1engua en que se basa tal actuaci6n; 1a fijaci6n de los requisitos que deben
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darse en la lengua para que se alcance este 0 aquel grado 0 para que se produzca esta 0 aquella precisa diversidad del pensar; la dependencia 0independencia en que se encuentra la nacion con respecto a su lengua; el poder que la nacion puede ejercer sobre la lengua, 0 la coaccion que necesariamente ha de sufrir por part.e de esta. ~l ab.ordar todas estas cuestiones penetramos sm duda, mas bIen preocupados, en un territorio que es poco accesible y que .aun no ha sido recorrido con mucha frecuencia. La finalidad de este trabajo consiste en emprender esa investigacion y en proseguirla hasta donde parezca necesario y posible, y proceder en ello tanto de manera pur~mente reflexiva, penetrando en la naturaleza del lengua]e en general, como de manera historica, examinando las lenguas mas significativas que realmente existen, para llegar asi a determinar cual es la influencia que el diverso caracter de las lenguas ejerce sobre la literatura y la formacion del espiritu (el mero fijar con exactitud esa influencia no es en si una tarea faci!). De igual modo que la gramatica y la lexicologia pueden considerarse como el analisis anatomico de las lenguas, asi en esta investigacion somos llevados, por asi decirlo, a sus funciones fisiologicas, a conocer el modo en que actuan sus componentes, individualmente 0 en con junto, y la manera en que a partir de eso y mediante eso se configura su vida organica. Esta no puede negarseles, en efecto, alas lenguas. Las generaciones pasan, pero la lengua permanece; cada una de las generaciones encuentra ya ante si la lengua y la encuentra como algo que es mas fuerte y poderosa que ella misma; jamas consigue una generacion llegar del todo al fondo de la lengua y la deja como legado a la generacion que la sigue; solo mediante la serie entera de las generaciones resulta posible conocer el caracter de la lengua, pero esta establece un vinculo entre todas las generaciones, y todas tienen en ella su representacion; vemos 10 que la lengua debe a tiempos singulares, a varones singulares, pero siempre permanece indeterminable aquello de que todos Ie son deudores a ella. En el fondo la
lengua es (~ero no la lengua tal como llega a la posteridad e? son~dos,y obras fragmeptarios, sino la lengua en su eXIsten~la v~va y,agitada, y tampoco la mera lengua ~xter~a, smo sImultaneamente la lengua interna, en su IdentIdad con el pensar, el cual es hecho posible unicamente ~or ella), en el fondo la lengua es la nacion misma la naCIon en el autent.ico senti do del termino. c Pues que C:tra cosa es la lengua smo la flor a la que aspira unitariament~ todo aquello que hay en la naturaleza corporal y espintua~ del ser humano, la flor en la que por vez primera adqUIeren figura todas las cosas que, de 10 contrario perman~cen ,indeterminadas y fluctuantes, y que es ma~ fina y mas eterea que la accion, la cual va siempre mezclada de u~ ~odo mas profundo con 10 terrenal? Pero la lengua es aSImIsmo la flor del organismo de la nacion entera. No puede,. en ~f~cto, el ser humano ni hacerla surgir por sf solo m recIbIrla meramente de otros; yel secreto del origen de la lengua esta en el secreto de una individualidad sep?rada y qu~, sin embargo, en un sentido mas elevado, esta a su vez mnegablemente unida. !al vez p~rezca extrafio que, a proposito de la investigacIO~ de la mfluencia de las lenguas sobre las naciones, ~encIOnemos la literatura; pues a menu do ocurre que e~ta ~s meramente ~na obra artificiosa y no algo que por SI mI~mo haya surgIdo de la propia lengua y gracias al entu~Ia~m? aportado por ella. Aunque nunca haya llegado m sI,qUIeraa un inicio de literatura, un pueblo brinda en su vIda d~~estica y publica unos fenomenos muy dignos de atencIOn y unas energfas mas grandes, que desde luego no se hallan menos sujetos a la influencia de la lengua; y,las m~s de las veces esta no pasa a los escritos y a los hbros s~no empobrecida y debilitada, mientras que su plena eornente se derrama energica y llena de sentido sobre el habla cotidiano de un pueblo. ., La formacion de una literatura se asemeja ala formaCIOnde puntos de calcifieacion en la anatomfa de un hombre q~e va h~ciendose viejo; y a partir del instante en que el somdo artIculado que resuena libremente en el discurso y en el canto queda encerrado en la caree1-de la escri-
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que estemos libres de todo menosprecio -y al investigatura, la lengua se encamina, por muy rica que sea Y por 5/12/2018 Humboldt, Wilhelm Von -EscritosSobreElLenguaje-slidepdf.com dor de las lenguas es precisamente, al que menos Ie cuamuy ampliamente difundicia que este, primero a una predra eso- por aquellas lenguas que presumiblemente nunsunta depuraci6n, despues a su empobrecimiento y, finalca poseyeron una literatura ni la poseenin; de ellas puemente, a su muerte. pues la letra vuelve a operar con de ob.t~nerse ciertamente un provecho grande y poderoso efectos petrificadores sobre la lengua hablada, que por tamblen para esta investigacion. algun tiempo continua subsistiendo libre y varia a sU ., Un examen imparcial mostrara, en efecto, que tamlado; mediante su clara perceptibilidad, la letra rebaja a bIen las len,guas que en apariencia son pobres y toscas lenguaje popular las explosiones desatadas de la lengua, portan en Sl un abundante material para una cultura resus formas multiples, sus modificaciones, las cuales definada y compleja, un material que no deja de causar signan figurativamente los mas nimios matices, y pronto no soporta. en su entomo otra cosa que aquello que Ie es e~ecto en lo~ hablantes por el hecho de que estos no hayan sldo perfecclOnados efectivamente mediante escritos. Puessemejante. Esto es, por otro lado, un mal inevitable, que no proviene sino de que la lengua comparte con todas las demas cosas terrenales una eXlstencia perecedera. Pues si la escritura no hja la lengua, si el presente no tiene, para percibir los sonidos de 10s tiempos pasados, otra cosa que la tradicion, siempre oscura Ytluctuante, entonces no queda retenido ningun progreso Ytodas las cosas corren mezcladas en una marcha circular que se hal1a entregada unicamente al azar. Se necesitan, ademas, unas concatenaciones de circunstancias que raras veces retornan en la historia universal, para que no Ie falten pureza, nobleza y dignidad a una lengua una vez que, saliendo del habla cotidiana del pueblo, queda recogida en la region mas separada de las ideas. Sin considerar, pues, ya que ello seria desde luego muy errado, que la existencia 0 inexistencia de una literatura sea precisamente la caracteristica determinante de la influencia ejercida por las lenguas en la formacion del espiritu, 10 que no podemos pasar por alto en una investigacion como esta son las literaturas de las naciones. Y no solo eso, sino que en tal investigacion es preciso incluso empezar dirigiendo la atencion a ellas, pues sonlas unicas que p.roporcionanunas formas estables y seguras en las cuales deja su impronta la influencia de las lenguas y mediante las cuales es posible aportar pruebas seguras de tal influencia. De todos modos, al mismo tiempo es preciso
to que el animo del ser humano es la cuna, la patria y el hogar, de la lengua, todas las propiedades de esta pasan a aqu,el.de m~ne:a oculta e inadvertida para el mismo. En las pag~nas slg~lentes volveremos de manera especial sobre la mfluenCl~ aqui ~nsinuada que la escritura ejerce sobre la ~engua,mfluencla que, por cierto, ya ha sido apunt~da vanas veces, especialmente con ocasion de las anotaClOnespuestas a los cantos homericos. No son pocas las lenguas cuya marcha no puede explicarse sino mediante esa per~grina~ion que las lleva de la lengua vulgar a la leng~a hterana; y comparando a Montaigne con Voltaire, habnamos de pensar que la lengua de una nacion ha pasado a ser la lengua de un barrio urbano. 1a lengua No dejamas d,e ha.ber personas, y no pocas, que que, en teniendo bIen por un instrumento cierto mo~? es de suyo indiferente, adjudican al caracter de la naClOn aquellas cosas que se afirman del caracter de su l~~gua. Para ellas habra siempre, en toda esta investiga~l~n, al~o torcido, y segun ellas se tratara aqui no de la lr: uenCla de las lenguas, sino de la influencia de las naClOnessobre su propia literatura y su propia cultura. Para ~efutar esa opini?n podemos llamar la atencion sobre el echo de que ~s mnegable que ciertas formas lingiiisticas o~organ una. ~lerta direccion al espiritu y Ie imponen una Clerta COaCCl?n,y que para expresar las mismas ideas en una lengua nca y en una lengua pobre de lexico es preci-
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Sobre la genesis de las formasgramaticales so cuando menos seguir una marcha distinta y, por t~nHumboldt, ElLenguaje slidepdf.com en -la evoluci6n de las ideas y su influencia to5/12/2018 trocar unas ventajas por otras, 10 cual Wilhelm puede ser Von 1m· -EscritosSobre p~sible si no se da ninguna otra influencia. Despues puede mostrarse ademas que ...
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Al intentar describir el origen de las f ormas gramaticales y su influencia en la evoluci6n de las ideas, no es mi intenci6n examinar uno por uno los generos de tales formas. Al contrario, me limitare unicamente a su concepto en general, para dar respuesta a esta doble pregunta: l C6mo se genera en una lengua ese modo de designar las relaciones gramaticales que merece llevar el nombre de «forma»?, Y lhasta que punto es importante para el pensar Y para la evoluci6n de las ideas el que esas relaciones sean designadas mediante formas propiamente dichas 010 sean con unos medios diferentes? Puesto que aqui se hablara del devenir gradual de la gramatica, las diversidades de las lenguas, contempladas desde este lade, se ofrecen como los escalones del progreso de estas. S6lo que hemos de guardarnos bien de pretender bosque jar un tipo universal de conformaci6n gradualmente progresiva del lenguaje y de querer juzgar por ese tipo todos los f en6menos singulares. En todas partes la acci6n del tiempo va empare jada en las lenguas con la acci6n de la peculiaridad nacional, y 10 que es caracteristico de las lenguas de las toscas hordas de America y del norte de Asia no por ello necesita haber pertenecido tambien a las familias originarias de la India y de Grecia. Ni a la lengua de una naci6n singular ni a aquellas lenguas que han pasado por varias naciones cabe asignarles un camino evolutivo completamente regular y prescrito en cierto modo por la Naturaleza. Ellenguaje, tomado en su maxima extensi6n, conoce, sin embargo, en el genero humano como tal un punto cen-
* Texto leido en la Academia de las Ciencias de Berlin el 17 de enero de 1822.
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tral ultimo; y si partimos de esta pregunta: len que grael uso correcto, sino tambien para el usa mas cumplido. 5/12/2018 Wilhelm Von Sobre ElLenguaje slidepdf.com do de acabamiento ha hechoHumboldt, realidad el ser humano el -Escritos Y cuando alguien que ha obtenido su formacion en otras lenguaje?, en seguida hay un punto fijo, de acuerdo con lenguas estudia una lengua cualquiera menos perfecta y el cual cabe determinar a su vez otros puntos igualmente la domina, ese alguien puede producir mediante ella un fijos. De esa manera es posible reconocer una evolucion efecto que en si y par si a ella Ie resulta ajeno; 10que con progresiva de la facultad de lenguaje y reconocerla por ello se hace es traspasar a esa lengua una vista del mununos signos seguros, y en ese sentido podemos hablar con do que es completamente distinta de la que can· respectodo derecho de una diversidad gradual entre las lento a ella alberga la naci6n que se hall a unicamente bajo guas. su influencia. Par un lado, Ia lengua es sacada un poco Puesto que aqui vamos a hablar solamente del concepde su circulo; por otro, puesto que todo camp render esta to de las relaciones gramaticales en general y de su excompuesto de alga objetivo yalgo subjetivo, se introduce presion en el lenguaje, de 10 unico que habremos de ocue~ ella a!go diferente; y de ese modo apenas result a poparnos es deyexponer el primer requisito la de evolucion de las ideas de determinar el nivel mas de bajo la perfeccion lingliistica. En un primer momento parecera extrafio, sin embargo, que se suscite siquiera la duda, como si no poseyeran todas las lenguas, tambien las mas imperfectas e incultas, formas gramaticales en el senti do verdadero y propio de la palabra. Las diversidades entre las lenguas, se dira, habra que buscarlas unicamente en la idoneidad, totalidad, claridad y concision de tales formas. Tambien se invocara el hecho de que sean precisamente las lenguas de los salvajes y, en concreto, las americanas las que exhiban formas particularmente numerosas, producidas de una manera planificada y artificiosa. Todo eso es perfectamerite verdadero; la unica cuesti6n es si esas formas han de ser consideradas tambien verdaderamente como tales. De ahi que 10importante sea el concepto que vinculemos can la palabra «forma». Para hacer perfectamente claro esto es preciso, antes de nada, eliminar dos malentendidos que aqui pueden surgir con mucha facilidad. Al hablar de las excelencias y los defectos de una lengua no deberiamos tamar como criteria 10 que en ella seria capaz de expresar una mente cualquiera, no formada exclusivamente par tal lengua. A pesar de su influencia poderosa y viva sabre el espiritu, todas las lenguas son tambien al mismo tiempo un instrumento inerte y pasivo y todas ellas llevan en si una predisposicion no s610 para
SIble declr 10que puede ser producido ser producido en ella y mediante ella. y 10 que no puede . Si nos fijamos meramente en 10 que cabe expresar en una lengua, no seria de extrafiar que acabasemos dedarando que en 10 esencial todas las lenguas son aproximadamente iguales en excelencias y en defectos. Las relaciones gramaticales en particular dependen completamente de la. intenci6n que vinculamos a ellas. Mas que estar adhendas alas palabras, esas relaciones son afiadidas mental mente por el que habla y par el que escucha. Puesto que ni el hablar ni el comprender son pensables sin la designaci6n de las relaciones gramaticales, es precis a que todas las lenguas, aun las mas toscas, posean ciertos modos de designarIas; y por muy menguados, raros y, sobre todo, materiales que esos modos sean, el entendimiento que ha sido formado por lenguas mas perfectas se servira con exito de ellos y sabra indicar suficientemente can ellos todas las relaciones de las ideas. Resulta mucho mas facil introducir mental mente la gramatica en una lengua que i~troducir en ella una gran ampliaci6n y un gr~n refinamiento de los significados de las palabras; y aSI no ha de sorprendernos que en las exposiciones de lenguas enteramente toscas e incultas encontremos los nombres de todas las formas de las lenguas sumamente cultas. Estan real mente presentes alIi todas las indicaciones de todas las formas, pues el lenguaje habita en el ser humano siempre de manera completa y nunca de manera
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5/12/2018 Humboldt,WilhelmVon -EscritosSobreElLenguaje-slidepdf.com producto material y en la acci6n formal. La continuaci6n fragmentaria, y es facil pasar por alto la distinc~6n, mas de esta investigaci6n expondni esto con mayor claridad. sutil, de si y hasta que punto esos modos ~e des1gn~r las Para eliminar el primer malentendido que aqui podia terelaciones gramaticales son formas prop1amente d1chas merse bastaba en este momenta con separar aquello que y actuan como tales en la evoluci6n de las ideas de los una fuerza cualquiera es capaz de producir con una lennativos. gua de aqueIIo otro que eIIa rnisma esta en condiciones Lo que decide de las excelencias 0 defectos de una de efectuar mediante la influencia continua y habitual solengua no es, pues, aquello que logra expresarse e~ ella, bre las ideas y sobre su evoluci6n. sino aquello para 10 que ella misma infl.am~y entus.lasma El segundo malentendido se genera en la confusi6n con su fuerza interna y propia. El cnteno para Juzgar de una forma con otra. Dado, en efecto, que el estudio de una lengua es la claridad, precisi6n y vivacidad de las
ideas que cuyo ella despierta en laf onaci6n pertenece, ci6n por espiritu esta rmada ay que en l~ que ella.naha vuelto a operar a su vez de manera formatlVa. Mas Sl.~e deja de lado esa inf luencia de la lengua sobre la e~oluclO~ de las ideas y sobre la suscitaci6n de las sen.saclOnes, Sl se intenta examinar 10 que es capaz de produc1r y aportar ella misma en cuanto instrumento en general, entonces se cae en u~ terreno que ya no es susceptible de ninguna delimitaci6n, dado que falta el concepto precise del espiritu que debe servirse de la lengua, y dado que todo 10 efectuado por el discurso es siempre un producto compuesto de espiritu y de leng~a. Cada una de.las lenguas ha de ser tomada en el sentldo en que ha sldo formada por la naci6n y no en un sentido que Ie resulte a jeno.
una lengua desconocida se aborda como de ordinario la perspectiva de una mas conocida, la lenguadesde materna 0 el latin, 10 que se hace es 10 siguiente: indagar el modo en que las relaciones gramaticales de la lengua mas conocida suelen ser designadas en la lengua extrafia y dar precisamente alas f lexiones 0alas ordenaciones de palabras usadas en esta para ese fin los nombres de la forma gramatical que para eIIo sirve en la lengua conocida, 0 tambien segun leyes lingiiisticas universales. Ahora bien, con mucha frecuencia ocurre que en la lengua extraf ia no estan presentes en absoluto esas formas, sino que SOIl sustituidas 0 parafraseadas por otras. De ahi que, para evitar el citado error, sea menester estudiar cada lengua en su peculiaridad, de tal manera que por el analisis ri-
Aun cuando una lengua no posea formas gramaticales autenticas, no s6lo puede existir muy bien el discurso, puesto que nunca Ie faltan a aquell~ otros modo~, de designar las relaciones gramaticales, smo que tamb1en pu~den ser traspasados tal vez a una lengua tal todos los. generos del discurso y ser formados en ella. Ahora bIen, estoultimo es s6lo el fruto de una f uerza ajena, que se sirve de una lengua mas imperf ect a en el senti do de una
guroso de sus partes se conozca la forma precisa con la cual eIIa designa, de acuerdo con su estructura, cada una de las relaciones gramaticales. Las lenguas de America proporcionan frecuentes ejemplos de tales nociones erradas, y 10 mas importante que ha de hacerse en las reelaboraciones de las gramaticas espafiolas y portuguesas es desembarazarse de las torcidas consideraciones de esa indole y fijar los ojos puramente en la estructura original de aquellas lenguas. Vnos cuantos ejemplos ilustraran mejor 10 que decimos. En la lengua caribe el vocablo aveiridaco viene indicado en las mencionadas gramaticas como la segunda persona del singular del imperfecto de subjuntivo: «fueses». Pero si analizamos con mas exactitud esa palabra, veremos que veiri es «ser», a el pronombre de la segunda
mas perfecta. ..' No porque quepa indicar con las deslgnaclOnes de caSl cada lengua todas las relaciones gramaticales posee ya tambien cada una formas gramaticales, en el sentido en que las conocen las lenguas do:adas de una ~levada formaci6n. La dif erencia, que es Clcrtamente sutll, pero que resulta muy perceptible con el sentimiento, reside en el
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sola palabra. Pero ese mismo futuro puede tambien ir persona del singular, que se une tambien a sustar,ttivos, y 5/12/2018 Humboldt,WilhelmVon -Escritos Sobre ElLenguaje -slidepdf.com pospuesto, como una palabra propia, al verbo que rige, y daco una particula que indica el tiempo. ~s poslble .que entonces, como ocurre en la lengua mexicana en general, esa particula signifique una parte determmada de hemes indicado solamente en el verbo por la intercalacion de po, aunque yo no la he encontrado citad~ ~e ese modo un pronombre, c; ni-c-nequia tlacotlaz, «yo 10 queria», es en los diccionarios. Pues oruacono daco slgmfica «al terdecir: «yo amare». Esa misma ordenacion doble con rescer dia». La traduccion literal de aveiridaco es, por tanpecto al verbo es propia -tambien de los sustantivos. La to: «.enel dia.de tu ser», Y 10 que con esa perifrasis se lengua mexicana reline en el infinitivo, por tanto, el conexpresa es la suposicion hipoteticaque hay en el subjuncepto de futuro y el concepto de sustantivo, e indica el tivo. Lo que aqui se denomina «subjuntivo» es, pues, un primero con la flexion y el segundo con la ordenacion. sustantivo verbal unido a una preposicion, 0, si se quiere En la lengua lule se ponen inmediatamente uno detras expresarlo acercandolo a una forma verbal, es un ablativo del otro, meramente como dos verba finita, los dos verde infinitivo 0 el gerundio latino en do. De esa manera e,s como se indica el subjuntivo en muchas lenguas de America. En la lengua lule se indica un participio pasiv?: por ejemplo, a-Ie-tipan, «hecho de tierra». Pero esta umon de silabas significa literalmente: «tierra de ellos hacen» Ctercera personal del plural del presente del verbo tic, «yo hago»). Solo por confusion con otras formas se atribuye tambien· el concepto de infinitivo, tal como fue conoCldo por los griegos y los romanos, si no.a la totalidad, si ala mayoria de las lenguas de America. El in~nitivo de la .1engua brasilefia es un sustantivo perfecto: luca es «asesmar» y <,asesinato», caru es «comer» y «comida». «Yo quiero comer» se dice 0bien che caru ai-pota, que significa literalmente: «mi comer yo quiero», 0bien ai-caru-pota , con el acusativo incorporado al verbo. Esta construccion Uordenacion de palabras conserva la naturaleza verbal tan solo en el sentido de que rige otros sustantivos en acusativo. En la lengua mexicana hay esa misma incorporacion del infinitivo, entendido como acusativo, al verbo que 10 rige. Solo que el infinitivo es repres~ntado por la p.ersona del futuro de la cual se habla, m-tlacotlaz-neqwa, «yo queria amar» , es, literalmente: «yo, yo ar~are, queri~». Ninequia significa «yoqueria», y en la medlda en que mcorpora a si la primera persona del singular. del futuro, tlacotlaz, «yo aman~», la frase entera se conVlerte en una
bos, uno de los cuales rige el infinitivo; caic-tucuec, «yo suelo comer», pero que literalmente dice: «yo como, yo suelo». Tambien en el antiguo indio, como 10 ha mostrado agudamente el profesor Bopp, el infinitivo es un sustantivo verbal que esta en acusativo y que en la forma es del todo semejante al supino latino.! De ahi que no pueda usarse con tanta libertad como el infinitivo griego 0ellatino, los cuales quedan mas proximos a la naturaleza del verbo. El antiguo indio no tiene tampoco una forma pasiva. Donde resulta necesaria, la asume en si, en vez del infinitivo, el verbo que 10 rige. En consecuencia se dice «es podido comer», en vez de «puede ser comido». De estos ejemplos se sigue que en ninguna de esas lenguas deberia registrarse el infinitivo como una forma propia, sino que deberian exponerse en su propia naturaleza las maneras con que es sustituido y observar cuMes son las condiciones del infinitivo que son cumplidas por cada una de ellas, ya que ninguna las satisface todas. Si son, pues, frecuentes los casos en que la designacion de una relacion gramatical no corresponde exactamente al concepto de la verdadera forma gramatical, y si son esos casos los que constituyen la peculiaridad y el caracter de la lengua, entonces tal lengua, aunque estuviera en condiciones de expresar en si todas las cosas, se
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encuentra todavia muy lejos de ser id6nea para la evoluci6n de las ideas. Pues el punto en que esa evoluci6n comienza a lograrse es aquel en el cual al ser humano, f~er~ del fin ultimo material del discurso, no Ie resulta ya mdlferente su indole formal; y ese punto no es posible alcanzarlo sin la acci6n de la lengua 0 sin su re-acci6n. Las palabras y sus relaciones gramaticales son dos cosas del todo diversas en la representaci6n. Las primeras son los autenticos objetos en la lengua, las segundas son meramente los enlaces, pero el discurso es posible s6lo
esta sea designada por la lengua del mismo modo que 10 son las palabras. Pues todo el afan gramatical de la lengua consiste en presentar medianteel sonido la acci6n del entendimiento. Los signos gramaticales no pueden ser, empero, palabras que designen tambien cosas; pues entonces esas palabras se encuentran otra vez aisladas y piden nuevos enlaces. Si esos dos medios, a saber: la ordenaci6n de las palabras, con la relaci6n afiadida mentalmente, por un lado, y la designaci6n de las cosas; por otro, quedan excluidos
mediante la uni6n de las unas con las otras. Las relaciones gramaticales pueden afiadirse mentalmente sin que ellas mismas tengan en la lengua signos en todas partes, y la estructura de la lengua puede ser tal q,:e, pese a ello, se eviten las imprecisiones y los malentendldos, al menos hast a cierto grado. Pero cuando alas relaciones gramaticales les es propia una expresi6n determinada, entonces tal lengua posee, para el uso, una gramatica sin formas gramaticales propiamente dichas. Si, por ejemplo, una lengua forma los casos mediante preposiciones adjuntadas a la palabra, la cual permanece siempre inmodificada, entonces 10 que ahi existe no es una forma gramatical, sino s6lo dos palabras cuya relaci6n gramatical es afiadida mentalmente; en la lengua mbaya etiboa no significa, tal como se traduce, «por mi», sino «yo por». El enlace esta s6lo en la mente del hombre que tiene la representaci6n, no esta como signo en la lengua. En esa misma lengua L-emani no es «el desea», sino que es «el» y «d~seo» o «desear», unidos entre si sin nada que Ie sea peculIar al verbo, y se asemeja tanto mas a la expresi6n «su deseo» cuanto que el prefijo I es propiamente un pronombre posesivo. Tambien aqui, por tanto, la cualidad verbal es afiadida mentalmente. Sin embargo, muchas formas expresan con suficiente comodidad el caso del sustantivo y la persona del verbo. . Mas para que la evoluci6n de las ideas se efect{le con verdadera precisi6n y a la vez con rapidez y fecundidad, es preciso que el entendimiento quede dispensado de ese puro af iadir el mentalmente la relaci6n gramatical y que
de la autentica designaci6n de las relaciones gramaticales, entonces 10 unico que Ie queda a esta es la modificaci6n de las palabras que designan cosas, y s6lo este es el verdadero concepto de una forma gramatical. Hacia eso se lanzan las palabras gramaticales, esto es, aquellas que en general no designan en absoluto un objeto, sino meramente una relaci6n y, en concreto, una relaci6n gramatical. La evoluci6n de las ideas puede tomar un impulso propio tan s6lo cuando el espiritu experimenta satisfacci6n en la mera producci6n del pensamiento, y esto es algo que depende siempre del interes por la mera forma de este. Tal interes no puede despertarlo una lengua que no este habituada a presentar la forma en cuanto tal, y tampoco ese interes, al generarse por si mismo, puede encontrar complacencia en semejante lengua. Ese interes, por tanto, alli donde se despierta, remodelara la lengua, y alIi donde la lengua haya acogido en si por otra via tales formas, sera impulsado de subito por ella. En las lenguas que aun no han alcanzado ese nivel no es raro que el pensamiento vacile entre varias formas gramaticales y se contente con el resultado de hecho. En la lengua brasilefia el vocablo tuba significa tanto, en expresi6n sustantiva, «su padre», cuanto, en expresi6n verbal, «el tiene un padre»; mas aun, ese vocablo se usa tambien para decir «padre» en general, pues «padre» es siempre, claro esta, un concepto de relaci6n. De igual manera xe-y- uba es «mi padre» y «yo tengo un padre», y asi en todas las demas personas. La indecisi6n del concepto gramatical en este caso llega todavia mas lejos, y tuba puede sig-
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nificar ta,p:1bien,segun otras analogias presentes en la lengua, «el es padre», de igual modo, que la pa~abra enter~mente sem,ejante iaba, formada solo en el dialecto mendional de lei lengua, significa «el es hombre». La forma gramatical· es meramente la yuxt.ap?sici6n de un pronombre y un, sustantivo, y el entendlmlento ha de agregar el enlace qu,ecQrresponde al sentido. . Es claJ;o que 10 unico que el indigena piensa conJu?tamente en esa palabra es «e1»y «padre», y que cos.tana no pocas fatigas aclararle la distinci6n de las expreslOnes que nosotros encontramos ahi confundidas la una con la otra. La· naci6n que se sirve de esa lengu~ ~me~e se: en muchos aspectos una naci6n razonable, habll e mtehgen~ te, pero de tal estructura lingiiist~ca no J?ueden brotar m una evoluci6n libre y pura de las Ideas m una complace~cia en el pensar formal; antes bien, tal estructura expen~ mentada forzosamente unas modificaciones violent as SI desde otros lados se provo case en la naci6n semejante transformaci6n intelectual. De ahi q:ue, a prop6sito de las traducciones que de frases de esa naturaleza se hacen de tales lenguas, sea menester tem~~bien presente que esas transcripciOries, en l~ medida eQque atafien alas formas gramat!cales, son caSI
singular, nana es tanto «yo» como «mio», «;para ml», «a mi», e indica meramente el concepto de «yoidad». En nin yen el prefijo ta 10unico que hay, desde el punto de vista gramatical, es que el pronombre de la primera persona del singular es regido pOI"el verbo? Esto hace vel" con claridad que no es tanto que el sentir de los indigenas capte aqui la diferencia de la forma activa 0 la forma pasiva cuanto meramente que el concepto de «yoidad», remodelado gramaticalmente, es unido a la repn~sentaci6n de la influencia ajena ejercida sobre aquella. Que abismo tan inmenso hay entre una lengua como esa y la lengua mas culta que nosotros conocemos, a saber, la lengua griega. En la artistica construcci6n del pedodo griego, la ordenaci6n de las formas gramaticales produce un todo especifico que refuerza el efecto de las ideas y que suscita en si alegda pOI"su simetda y su euritmia. Brota de ahi un encanto propio que acompafia a 10s pensamientos y que, pOI"asi decido, flota levemente a su alrededor, mas 0 menos a la manera como, en algunas obras phisticas de la Antigiiedad, ademas de la disposici6n misma de las figuras, brotan formas muy agradables de los meros contornos de sus grupos. Pero en la lengua esto no es meramente una fugaz satisfacci6n de la fantasia. La
siempre fa,lsasy ofrecen una visi6n gramatIcal entera~ente diferente de la que tenia en ese caso el hab~an~~. 51 se quiere e~itar eso, sera preciso que a la transcnpclO~ se Ie de una ~orma gramatical unicamente en. ~a medlda en que esta se halle presente en la lengua ongmal; y se tr?pieza con casos en los que ha?ria qu; abstenerse 10 mas posible de tada forma gramatIcal. ASl,en la lengua hU,asteca se dice nana tanin-tahjal, «yo soy tratado pOI"el», pero una traducci6n mas exacta da: «yo, ami, el trata». Aqui, pOl" tanto, una forma verb.al activa va unida al objeto pasivo entendido como sUJeto. El p~eblo parece haber teniclo el sentimiento de una forma paSlva, pero habel" sido llevado alas formas activas pOI"la lengu~, que conoce solamente estas. Ahora bien, es precise conslderar
agudeza del pensar se acrecienta cuando tambien las formas gramaticales corresponden exactamente alas relaciones l6gicas, y el espiritu es atraido con fuerza cada vez mayor hacia el pensar formal y, pOI"tanto, hacia el pensar puro, cuando la lengua 10 habitua a la separaci6n neta de las formas gramaticales. Aun sin tener en cuenta esta enorme diferencia entre
que en la lengua huasteca: no hay en absoluto formas de casos. En cqanto pronombre de la primera persona del
tero de designar el objeto en el verbo es muy notable en la lengua huasteca.
2. Al igual que la mayor parte de las lenguas de America, tambien la lengua huasteca tiene, en efecto, diversas formas pronominales,segun que los pronombres sean usados autonomamente 0 10 sean como rigiendo el verbo 0 como regidos por el; nin sirve unicamente para el ultimo caso. La silaba ta indica que el objeto esta expresado en el verbo, pero solo va antepuesta cuando el objeto esta en la primera persona 0 en la segunda. El modo en·
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dos lenguas situadas· en dos niveles tan diversos del perfecdonamiento formativo, es predso confesar que tam~ bien entre aquellas a las que cabe reprochar gran pobreza de f ormas hay muchas que, de todos modos, poseen una muchedumbre de recurs os para expresar una multitud de ideas, para designar multiples reladones de las ideas mediante el enlace artistico y regular de pocos elementos, y para unir en ello la concision y la fuerza. La diferencia entre esas lenguas y las lenguas dotadas de una formacion mas perfecta no reside en eso; tant? unas co~o otr~s alcanzaran, una vez elaboradas con cmdado, caSI el mlSmo resultado en aquello que se trata de expresar; pero aun cuando posean realmente tantas cosas, 10 que alas primeras les falta es esto: la expresion deJa forma gra~atical en cuanto tal y la importante y benefica repercusion de esta sobre el pensar. Sin embargo, si nos detenemos un instante en esto y volvemos la vista de igual manera alas lenguas dotadas de una formacion elevada, puede parecer que tambien en estas acontece algo similar, bien que de un modo algo diferente, y que se comete injusticia con aquellas al hacerles el reproche que les hemos hecho. Cabe decir ciertamente que toda ordenacion 0 conexion de palabras que ha sido dedicada una vez a desig?ar una determinada relacion gramatical puede ser conslderada tambien como una forma gramatical propiamente dicha, y que poco importa que esas designaciones se realicen mediante palabras significativas de por si, denotadoras de algo real, y que solo la relacion formal haya de ser afiadida mentalmente. Pues, en efecto, apenas puede estar presente de otra manera tambien la verdadera forma gramatical; y aquellas lenguas situadas a mayor altura y dotadas de un organismo mas, artificioso han emp~zado tambien por una estructura mas tosca y llevan en SI, visibles todavia, las huellas de ella. Si se quiere que esta investigacion que aqui estamo~ realizando descanse en un fundamento seguro, es precIso dilucidar con todo detalle la citada objecion, que innegablemente es muy importante; y para eso 10 primero que
se necesita es reconocer 10que en ella es indiscutiblemente verdadero y, luego, determinar que es 10 que, no obstante eso, sigue siendo correcto tam bien en las aseveraciones atacadas. Aquello que en una lengua designa caracteristicamente (de tal manera que retorna siempre en el mismo caso) una relacion gramatical, eso es para esa lengua una forma gramatical. En la mayoria de las lenguas de formacion mas perfecta cabe reconocer todavia hoy el enlace de elementos que no han sido unidos de manera diferente que en las lenguas mas toscas; y ese modo de generarse tambien las formas gramaticales autenticas mediante afijacion de silabas significativas (aglutinacion) hubo de ser casi 10 general. Esto es algo que brota claramente de la enumeracion de los recursos que la lengua posee para designar esas formas. Pues esos recurs os son los siguientes: - Afijacion 0 intercalacion de silabas significativas que, p o r 10 .demas, constituyeron en otro tiempo palabras proplas 0 Siguen constituyendolas. . - .Afijacion 0 intercalacion de letras 0 silabas no sigmficatlVas, con la mera finalidad de indicar las relaciones gramaticales. mediante de el la paso de una 0 vocal a otra- 0Mutacion mediante vocalica la modificacion cantidad de la acentuacion. - Modificacion de consonantes en el interior palabras. - Ordenacion de las palabras independientes de las otras de acuerdo con leyes invariables. - Repeticion silabica.
de las
las unas
. La mera ordenacion proporciona solo pocas modificaClOnes,y, si quiere evitarse toda posibilidad de equivoco, puede designar tambien solo pocas relaciones. En la leng~a mexicana y en algunas otras lenguas de America es clerto que este uso se extiende merced a que el verbo acoge en si 0anexiona a sisiendo sustantivos. Pero tambien en ellas los limites continuan estrechos.
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La afijaci6n 0 la intercalaei6n de elementos de palabras no significativas y la modificaei6n de vocales y con'sonantes sedan el· recurso mas natural e id6neo si una lengua se generase por una autentica convenei6n. La verdadera flexi6n contrasta con la afijaei6n, y puede haber tanto palabras que correspondan a conceptos de formas cuanto palabras que correspondan a conceptos de objetos. Antes hemos visto incluso que, en el fondo, estas ultimas no son aptas para designar formas, pues tales palabras quieren ser enlazadas de nuevo con otras mediante una forma. Pero resulta difieil pensar que en la genesis de una lengua haya predominado alguna vez tal modo de designaei6n, que presupondria una noei6n y una distinei6n claras de las relaciones gramaticales. Si se dice que bien puede haber habido naciones que hayan poseido un sentido lingiiistico claro y penetrante de esa manera, eso significa cortar el nudo en vez de solucionarlo. Si nos reo presentamos las cosas de manera natural, veremos faeilmente la dificultad. En las palabras que designan cosas el concepto se ge· nera por la percepci6n del objeto; el signa, por la analogia que con facilidad cabe extraer de el; y la comprensi6n, por la mostraci6n del signo. En la forma gramatical todo esto es distinto. Puedesegun ser reconocida, designada y com· prendida unicamente su caracter 16gico 0 segun un oscuro sentimiento que la acompafia. S610 de una lengua ya existente cabe extraer el concepto, y faltan tambien analogias suficientemente determinadas para designarlo 0 para hacer clara la designaci6n. Sin duda pueden haberse genera do en el sentimiento algunos modos de designaei6n, como, por ejemplo, las vocales largas y los diptongos y, con ella, una prolongaei6n de la voz en griego y en aleman para el subjuntivo y el optativo. Ahora bien, puesto que tambien alas relaeiones gramaticales les consiente su naturaleza enteramente 16gica muy pocos contactos con la imaginaci6n y el sentimiento, tales casos podran haber sido s610 pocos. Algunos casos notables se encuentran todavia, con todo, en las lenguas de America. En la lengua mexicana
la formaci6n del plural, en las palabras que terminan en vocal 0 que rechazan adrede en elplural sus consonantes finales, consiste en que la vocal final es pronunciada con una fuerte aspiraei6n, propia de esa lengua, q'ue provoca una pausa en la pronunciaci6n. A ello se agrega tambien a ~eces la reduplicaci6n silabica: ahuati, mujer, teoti, «DlOS»;plural: ahua, teteo. No cabe designar mas graficame~t.e mediante el sonido el concepto de pluralidad que repltIendo la primera silaba, quitandole a la ultima silaba su consonante final, que la corta de manera seca y precisa, y dando asi a la restante vocal final una acentuaci6n tan prolongada y reforzada que el sonido se pierde en la vastedad del aire, por as! decirlo. . En el dialecto meridional de la lengua guarani el sufiJO y .ma del ~erfec~o es pronunciado con mayor 0 menor lentltud segun este hablandose de un pas ado remoto 0 de un pasado proximo. Tal modo de designaci6n se sale casi del ambito dellenguaje y confina con el gesto. Tambien la experiencia habla en contra de la originariedad de la flexi6n en las lenguas, si excluimos unos pocos casos seme jantes a los que acabamos de tocar. Pues tan pront~ como se comienza a analizar una lengua de un modo mas exacto, muestrase en todos los sitios la afijacion de silabas significativas; yen los sitios donde no cabe ya demostrarl~, se la puede deducir por analogia, 0 al menos queda inclert~ q~~ no h~ya estado presente en otro tiempo. Que la afiJaclOn mamfiesta puede convertirse con mucha faciIidad en. una flexion aparente es algo que cabe mostrar con clandad en algunos casos en las lenguas de America. E.nla le?gua rr:baya daladi significa «tu arrojaras», ni. labUltet ~ «~l ha hI1ado»; las letras iniciales d y n son las caractenstlcas del futuro y el perfecto. Esta conjugaci6n e~ectuada mediante un unico sonido parece, por tanto, exiglr que se la ca!ifi9-~e de verdadera flexion. Sin embargo, es una pu:? a~JaclOn. ~ues las caracteristicas completas, que tambIen slguen usandose realmente con frecuencia de esos dos tempora son quide y quine, pero el qui e; abandonado y el de y el ne pierden su vocal final delante de otras vocales. Quide significa «tardio», «venidero», co-
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tad a por la propia experiencia cuando se estudian con quid e (co de noco, «dia»), «el atardecer». Quine es una 5/12/2018 Humboldt, Wilhelm SobreEl Lenguaje -slidepdf.com detenimiento muchas y diversas lenguas. . particula que significa «y tambien». Es posible que lasVon de- -Escritos A la aglutinaci6n y a la f lexi6n se anade todavia un nominadas silabas flexivas de nuestras lenguas deban su tercer modo, muy frecuente, de f ormaci6n, un modo al origen a algunas de tales abreviaciones de palabras en que, por ser siempre intencional, es preciso ponerlo en la otro tiempo significativas, y seria muy incorrecto asevemisma clase que la flexi6n y que se da en aquellos sitios rar que es una hip6tesis vacia e ilicita el presuponer la donde el uso marca una forma lexica para que sea excluafijaci6n alIi donde ya no cabe demostrarla. En todas las sivamente una forma gramatical determinada, sin que lenguas la flexi6n verdadera y originaria es ciertamente lleve en si, ni mediante af ijaci6n ni mediante flexi6n, algo un fen6meno raro. Eso no obstante, es preciso tratar caracteristico precisamente de la f orma gramatical. siempre con todo cuidado 10 5 casos dudosos. Pues, por 10 La repetici6n silabica descansa en un oscuro sentidicho mas arriba, a mi me parece cosa decidida que la miento suscitado por ciertas relaciones gramaticales. Alli flexi6n estuvo presente tambien originariamente, y por tanto puede estar presente, 10 mismo que la afijaci6n, en rormas en las que ahora no cabe ya discernirla. Mas aun, yo creo que es menester llegar mas le jos, y no deberia 0 1 vidarse que la individualidad espiritual de un pueblo puede ser mas id6nea que otras para la formaci6n de la lengua y para el pensar formal (y esas dos cosas van inseparablemente unidas). Tal pueblo, si, como todos los demas, llega originariamente al mismo tiempo a la flexi6n y a la aglutinaci6n, hara de esta ultima un uso mas frecuente y sutil, transformara mas rapida y establemente la primera en la segunda y pronto abandonara completamente la via de la primera. En otros casos, circunstancias externas, como los traspasos de una lengua a otra, pueden dar a la f ormaci6n lingiiistica de la aglutinaci6n un impulso mas rapido y elevado, de igual manera que influjos opuestos pueden ser culpables de que las lenguas vayan arrastrandose con una torpe imperfecci6n. Todas estas son vias naturales, explicables por la esencia del hombre y por las vicisitudes de las naciones, y 10 unico que, yo pretendo es no compartir la opini6n que atribuye a ciertos pueblos, desde el primer origen, una formaci6n lingiiistica que progresa meramente por flexi6n y por desenvolvimiento interno, y no reconoce a otros pueblos ninguna formaci6n de esa especie. A mi me parece que esa clasificaci6n demasiado sistematica se sale de la via natural de la evoluci6n humana; y si puedo conf iar en las investigaciones que he emprendido, queda refu-
donde comporta repetici6n, silabica reforzamiento, ampliaci6n delesto concepto, la repetici6n esta justificada. AlIi donde eso no ocurre, como es el caso con tanta f recuencia en algunas lenguas de America y en todos los verbos de la tercera conjugaci6n del antiguo indio, la repetici6n silabica se origina en una peculiaridad meramente f onetica. Eso mismo cabe decir de la mutaci6n vocalica. En ninguna lengua es esta tan frecuente, importante y regular como en el sanscrito. Pero son muy pocos los casos en que 10 caracteristico de las f ormas gramaticales se bas a en ella. La mutaci6n vocalica va unida s6lo a algunas de esas f ormas, y luego, en la mayoria de los casos, a varias a la vez, de tal manera que es preciso buscar 10 caracteristico de cada una en algo dif erente. La afijaci6n de silabas signif icativas continua siendo, por tanto, el recurso mas importante y frecuente para producir las f ormas gramaticales. En esto son iguales las lenguas toscas y las cultas; pues se cometeria un gran error si se creyese que tambien en las primeras toda forma se fracciona en seguida en elementos reconocibles en si mas claramente. Tambien en ellas las diferencias de f ormas se basan en sonidos enteramente singulares, que, sin pensar en la af ijaci6n, podrian sin duda tenerse por sonidos f lexivos. En la lengua mexicana el futuro es designado, segun la diversidad de las radicales, por varias de esas letras singulares, y el imperf ecto por un sufijo· ya
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significado de las partes; el enlace fijo de estas bajo un o a 0 es el incremento del preterito, como a en sanscrito Humboldt,WilhelmVon -Escritos ElLenguaje -slidepdf.com 'E. en griego. En la lengua no hay nada que pueda indisolo Sobre acento modifica a la vez su acentuaci6n separada y, y5/12/2018 a mertudo, incluso su sonido; y la unidad de la forma en· car que estos sonidos sean residuos de palabras que hubo tera, que con frecuencia el gramatico especulativo es inen otro tiempo; y si no quiere hacerse valer cas?s .~e. capaz ya de analizar, conviertese ahora en la designaci6n mejantes en latin y en griego como casos de ~fiJaclOn de una relaci6n gramatical determinada. Se piensa como cuyo origen no se conoce ahora, entonces ~s.preciso C?~ceder la flexi6n, igual que a estas lenguas c1aslcas, tamblen uno aquello que nunca se encuentra separado; se considea la lengua mexicana. En la lengua tamanaca tareccha ra como verdadero cuerpo, una vez firmemente organiza(este verbo significa «portar») es un presente, tare~che un do, aquello que no puede descomponerse ni trasladarse a preterito, tarecchi un futuro. Aduzco estos ca~os solo para otras uniones cualesquiera; no se ve como parte aut6noma aquello que no aparece de ordinario de esa forma en probar que, cuando se penetra con ~a~ cUldad,o e~ !as lenguas singulares y se tiene un conoclI~:l1entoma~ b~,SICO la lengua. Para el efecto resulta indiferente c6mo se ha de su estructura la aseveraci6n que aSlgna la afiJaclOn a ciertas lenguas ~ la f lexi6n a otras no aparece sostenible por ninglin lado. . Si, por tanto, estamos constrefiidos a suponer la a~J,aci6n tambien en las lenguas dotadas de una formaclOn elevada, y en varios casos se la reconoce de manera visible, entonces es enteramente correct a la objeci6n de que tambien en ellas es precise afiadir mentalmente la verdadera relaci6n gramatical. En amavit y en hcoirwa; van juntas, y eso sin duda no podria negarse, las designaciones de la raiz, del pronombre y del tiempo; y la verdadera naturaleza verbal, que esta en la sintesis del sujeto y el predicado, no tiene ahi una designaci6n particular, sino que es precise afiadirla mentalmente. Si quisiera decirse que sin pretender decidir precisamente acerca de tales for~as, a algunas de ellas puede estarles incorporado el verbo auxiliar y que este puede indicar esa sintesis, esto no bastaria, sin embargo, ya que tambien es precise explicar el verbo auxiliar, y no puede estar incluido continuamente un verbo auxiliar en otro. Pero nada de 10 aqui admitido suprime la diferencia entre las verdaderas formas gramaticales, como amavit, lnoir]O'a;, y esas ordenaciones de palabras y silabas que la mayoria de las lenguas mas toscas necesita para designar las relaciones gramaticales. La diferencia consiste en que esas expresiones aparecen realmente fundidas en una sola forma. El crecimiento conjunto del todo hace olvidar el
generado esto. La designaci6n de la relaci6n, por muy aut6noma y significativa que pueda haber sido, se transforma ahora, como debe, en la mera modificaci6n que se adhiere al concepto siempre identico. La relaci6n, que primero tenia que ser afiadida mentalmente a los elementos significativos, esta ahora realmente presente en la lengua, merced precisamente al crecimiento conjunto de las partes para formar un todo fijo, y es oida con los oidos y vista con los ojos. Las lenguas a las que afecta el reproche de que sus formas gramaticales no son de naturaleza tan formal asemejanse de todos modos tambien en muchas cosas alas lenguas descritas antes. Los elementos que estan alineados sucesivamente, bien que s6lo de manera laxa, confluyen en la mayoria de los casos tambien en una unica palabra y se agrupan bajo un unico acento. Mas, por un lado, eso no ocurre siempre, y, por otro, aparecen aqui otras circunstancias accesorias que perturban mas 0menos la naturaleza formal. Los elementos de las formas son separables y desplazables; cada uno mantiene su sonido completo, sin abreviaci6n ni modificaci6n; en general esos elementos estan presentes en la lengua de manera aut6noma 0 sirven tambien para otras uniones gramaticales, asi por ejemplo los afijos pronominales como pronombres posesivos en el sustantivo, como personas en el verba; las palabras que aun no se f lexionan no llevan ya en si caracteres de diversas partes
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rarse una pluralidad mucho mayor de esas f ormas. Pues del discurso, como es necesario que ocurra en una lengua 5/12/2018 Humboldt,WilhelmVon -Escritos Sobre ElLenguaje -slidepdf.com el espiritu humano tiende por su mera disposicion natuen la que la formacion gramatical haya pene~rado prof~nral a 10 completo, y cada relacion, aunque se presente damente, sino que son hechas asi solo medIante la afi]amuy raramente, se convierte en una forma gramatical en cion de los elementos gramaticales; la estructura de la el mismo sentido que todas las demas. Alli donde, por el lengua entera es tal que la investigacion es conducida en contrario, se toma la forma en un senti do mas riguroso seguida a separar esos elementos, y esa ~epar~,cionse.conyes formada por el uso, pero no por ello el hablar habisigue sin grandes fatigas; junto ala desIgnaCI?n medIante tual se convierte en 10 sucesivo en una nueva actividad formas 0mediante enlaces de palabras seme]antes a forf ormativa, alli hay formas solo para aquello que hay que mas, las mismas relaciones gramaticales son indicadas designar con frecuencia y, en cambio, es parafraseado y tambien mediante la mera yuxtaposicion acompafiada del designado con palabras independientes aquello que apamanifiesto af iadido mental del enlace. rece raramente. A este procedimiento se afiaden todavia Cuanto mas conf luyen en una lengua las circunstancias aqui enumeradas, 0 cuanto mas se encuentran solo aisladamente tanto menos 0 tanto mas promueve esa lengua el pensa~iento f ormal, y tanto mas 0 tanto menos esta alejado del verdadero concepto de las f ormas gramaticales su modo de designar estas. Pues 10 que aqui puede decidir no es 10 que aparece aislado y disperso en la lengua, sino aquello que constituye la accion de esta sobre el espiritu. Esto depende, empero, de la impresion total y del caracter del todo. Los f enomenos singulares pueden ser aducidos unicamente para refutar, como ha ocurrido en 10 que antecede, aseveraciones demasiado osadas. Pero no pueden hacer que se desconozca la diversidad de los niveles en los que se hallan dos lenguas con respecto al todo de su estructura. Cuanto mas se aleja una lengua de su origen, tanta mas forma adquiere, si permanecen identicas las demas circunstancias. EI mero uso prolong ado fusiona mas firmemente los elementos de las ordenaciones de palabras, lima sus sonidos singulares y hace irreconocible su anterior f orma autonoma. Pues yo no puedo ale jar de mi el convencimiento de que todas las lenguas han partido principalmente de la afijacion. Mientras se considere que las designaciones de las relaciones gramaticales consisten en elementos singulares mas 0 menos separables, puede decirse que el hablante, mas que servirse de las formas existentes, 10 que hace es formarlas el mismo en cada momento. De ello suele gene-
estas dos circunstancias: la de que al hombre aun no cultivado Ie gusta representar cada cosa particular en todas sus particularidades, no solo en aquellas que son necesarias para el fin pretendido en cada caso; y la de que ciertas naciones tienen la costumbre de condensar frases enteras en presuntas formas, y asi, par "ejemplo, acogen en el seno del verbo el ob jeto regido por el, especialmente si es un pronombre. De ahi se origina que sean precisamente las lenguas que estan privadas esencialmente de un verdadero concepto de forma las que posean, sin embargo, en estrecha analogia con esto, junto a un numero completo, tambien una admirable multitud de presuntas formas constitutivas. Si la excelencia de las lenguas dependiese de la pluralidad y de la rigurosa regularidad de las formas, de la multitud de las expresiones para designar diversidades enteramente particulares (como ocurre en la lengua de los abipones, en la que el pronombre de la tercera persona es diferente dependiendo de que el ser humano sea pensado como presente 0como ausente, como erguido 0 como sentado, como echado 0 como en movimiento), entonces seria preciso colocar muchas lenguas de los salvajes por encima de las lenguas de los pueblos de alta cultura, y eso es algo que se hace no raramente incluso en nuestros dias. Ahora bien, dado que, como es razonable, la excelencia de unas lenguas sobre otras puede ser buscada unicamente en su idoneidad para la evolucionde las ideas, las co-
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I lhuicatl itic no significa, pues, tal como se 10 traduce, «en sas son exaetamente al reyes. En efeeto, la mencionada 5/12/2018 Humboldt, -Escritos Sobre El«en Lenguaje -slidepdf.com el cielo», sino el estomago del cielo», pues «cielo» idoneidad es difieultada mas bien por esa Wilhelm pluralidad Von de esta en genitivo. Solamente alas dos ultimas especies formas y eneuentra fastidio en tener que aeoger en tantas citadas de preposiciones son unidos los pronombres; y palabras tambien determinaciones aeeesorias, de las euadado que luego no son tornados nunca los pronombres les no tiene ninguna neeesidad en eada easo. personales, sino los posesivos, esto indica claramente el Hasta este momenta he venido hablando unicamente sustantivo escondido en la preposicion. Notepotzco se trade formas gramaticales; ahora bien, hay en cada lengua duce, es cierto, por «detras de mb, pero propiamente sigtambien palabras gramaticales y a ellascabe aplicar asinifica «detras de mi espalda», de teputz, «1a espalda». mismo la mayor parte de 10 dicho sobre las formas. Esas Aqui se ve, por tanto, la sucesion gradual en que ha ido palabras gramaticales son preponderantemente las preperdiendose el significado originario, y se ve al mismo posiciones y las conjunciones. Por ser designaciones de tiempo el espiritu de la nacion, artifice de la lengua, espirelaciones gramaticales, al origen de esas palabras, entendidas como verdaderos signos de relacion, se oponen las mismas dificultades que al origen de las formas. Hayen esto una unica diferencia, y es que no todas ellas pueden ser derivadas, como ocurre con las formas puras, de las meras ideas, sino que han de recurrir a conceptos de la experiencia, como el espacio y el tiempo. De ahi que con razon pueda dudarse, aunque recientemente Lumsden 10 haya aseverado con vehemencia en su Gramatica persa, que haya habido originariamente preposiciones y conjunciones en el verdadero sentido de la palabra. Segu.n la tearia, mas correcta, de Horne Took, todas ellas tienen presumiblemente su origen en palabras propiamente dichas, designadoras de objetos. El efecto formal-gramatical de la lengua se basa tambien, por tanto, en el grade en que esas particulas se encuentren todavia mas cerca 0mas le jos de su origen. Un ejemplo notable de 10 aqui dicho 10 ofrece, mas acaso que ninguna otra lengua, la lengua mexicana en sus preposiciones. Posee tres especies distintas de ellas: 1. Aquellas en las cuales ya no cabe descubrir en modo alguno el concepto de un sustantivo, aun cuando ese origen sea muy verosimil; por ejemplo, c, «en». 2. Aquellas en las cuales encontramos una preposicion unida a un elemento desconocido. 3. Aquellas que contienen claramente un sustantivo unido a una preposicion, como, por ejemplo, la preposicion itic, «en», que propiamente esta compuesta de it e, «estomago», y c, «en», «en el estomago».
ritu que, si un sustantivo, «estomago», «espalda», debia ser usado en el sentido de una preposicion, afiadia a ese sustantivo una preposicion ya existente, con el fin de no dejar desunidas gramaticalmente las palabras (al modo dellatin ad instar 0 del aleman inmitten). La lengua mixteca, que en este punto tiene una formacion gramaticalmente mas imperfecta, expresa «delante, detras de la casa» precisamente con chisi, sata huabi, «estomago», «espalda», «casa». La relacion que aqui se constituye en las lenguas entre las flexiones y las palabras gramaticales funda nuevas diferencias entre ellas. Esto se manifiesta, por ejemplo, en el hecho de que una lengua haee determinaciones en mayor medida a traves de casos y la otra las hace mas mediante preposiciones; una hace tiempos en mayor medida a traves de la flexion y la otra los hace mas mediante la combinacion con verb os auxiliares. Pues estos ultimos, cuando designan meramente relaciones de las partes de la frase, son asimismo solo palabras gramaticales. Del griego ' rurxavEw no nos es ya conocido un significado verdaderamente material. De igual modo, pero mucho mas raramente, se usa en sanscrito schtha, «estar». Pero en este punto podemos servirnos de principios generales para establecer la norma con que juzgar las excelencias de las lenguas. Alli donde las relaciones que han de ser designadas resultan meramente de la naturaleza de una relacion superior y mas general, sin el afiadido de un concepto par-
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ticular, la designación se realiza mejor mediante la flepuntos finales la entera cuestión aquí abordada, sin mezxión; en el caso contrario, mediante palabras gramaticaclar Sobre ahora en nada fáctico. 5/12/2018 Humboldt, Wilhelm Von -Escritos Elella Lenguaje -slidepdf.com Aquello a lo que aboca todo en la investigación de la les. Pues la flexión, que en sí no está dotada en absoluto génesis y la influencia de la formalidad gramatical es la code un significado, no contiene nada más que el puro concepto de la relaciÓn. En la palabra gramatical está, aderrecta distinción entre la designación de los objetos y la más, el concepto accesorio que es referido a la relación designación de las relaciones, entre la designación de las para determinarla y que siempre es menester que se añacosas y la designación de las formas. E! hablar, entendido materialmente y como consecuenda allí donde no basta el puro pensar. De ahí que el caso tercero y aún el séptimo de la declinación sánscrita no cia de una necesidad realmente sentida, va de manera inmediata tan sólo a la designación de cosas; el pensar, ensean ventajas precisamente envidiables de esa lengua, ya que las relaciones designadas por ellos no están suficientendido idealmente, va siempre a la forma. De ahí que temente determinadas como para poder prescindir de una una preponderante facultad de pensar otorgue formalidad delimitación más sin precisa mediante una siempre preposición. Un tercer nivel, que, embargo, excluyen las lenguas que tienen una formación realmente gramatical, se da cuando una palabra es marcada en su entero significado material para ser una palabra gramatical, como hemos visto anteriormente a propósito de las preposiciones. Tanto si nos fijamos en las flexiones .como si nos fijamos en las palabras gramaticales, siempre regresamos al mismo resultado. Puede ocurrir que las lenguas designen de manera suficientemente clara y precisa la mayoría y, acaso, la totalidad de las relaciones gramaticales, más aún, que posean una gran pluralidad de presuntas formas, y que, sin embargo, les falte en conjunto o en lo particular una auténtica formalidad gramatical. Hasta aquí he pretendido sobre todo establecer una diferenciación entre los analoga de las formas gramaticales, con los que las lenguas intentan al principio aproximarse a éstas, y las formas mismas. Convencido en esto de que nada causa a los estudios lingüísticos un daño tan sensible como los razonamientos generales, no fundados en un conocimiento pertinente, he documentado con ejemplos cada caso singular, en la medida en que podía hacerla sin caer en una excesiva prolijidad, aunque siento muy bien que el verdadero convencimiento puede brotar únicamente del estudio completo de al menos una de las lenguas aquí consideradas. Para llegar a un resultado decisivo será necesario todavía, sin embargo, resumir en sus
a una la lengua, y que preponderante formalidad en ésta eleve facultad de una pensar.
La lengua designa originariamente objetos y deja al que la comprende la tarea de añadir mentalmente las formas que enlazan el discurso. Pero intenta facilitar esa tarea mediante la ordenación de las palabras y mediante palabras que designan objetos y cosas, pero que están orientadas hacia la relación y la forma. Así es como, en el nivel más bajo, la designación gramatical se realiza mediante locuciones, frases, enunciados. Este medio auxiliar es llevado luego a una cierta regularidad; la ordenación de las palabras se vuelve estable, las palabras mencionadas van perdiendo poco a poco su uso autónomo, su significado material, su sonido originario. Así es como, en el segundo nivel, la designación gramatical se realiza mediante ordenaciones fijas de palabras y mediante palabras que oscilan entre un significado material y un significado formal. Las ordenaciones de palabras adquieren posteriormente unidad, a ellas se agregan las palabras de significado
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formal, que se convierten en afijos. Pero la unión no es sión de formas nuevas es algo que no lo consigue sino el 5/12/2018 Humboldt, Wilhelm ElLenguaje -slidepdf.com todavía firme, los puntos de enlace continúan siendo Von visi- -Escritos acto Sobre energético de una fuerza de pensar vigorosa y tenbles, el todo es un agregado, pero no una única cosa. dente a una delimitación formal. Esa fuerza se revela Así es como, en el tercer nivel, la designación gramatambién en las ~emás propiedades de las formas, y es irretical se realiza mediante analoga de formas. futablemente CIerto que, sean cuales sean las vicisitudes Finalmente la formalidad se impone. La palabra es por las que atraviese una lengua, nunca llegará a poseer una unidad, modificada únicamente en sus referencias una estructura gramatical excelente si no tiene la suerte gramaticales por sonidos flexivos cambiados; cada palade s.er ha.blada al. menos alguna vez por una nación que bra pertenece a una parte determinada del discurso y posea mgemosa y pIense con profundidad. De lo contrario, see individualidad no sólo léxica, sino también gramatinada podrá salvada de la mediocridad de unas formas cal; las palabras que designan la forma no tienen ya un que están unidas de manera laxa y que en ningún lugar significado accesorio que las perturbe, sino que son puras hablan incisivamente a la fuerza del pensar. expresiones de relaciones. Así es como, en el nivel más alto de todos, la designación gramatical se realiza mediante verdaderas formas: la flexión y lás palabras puramente gramaticales. La esencia de la forma consiste en su unidad y en el preeminente dominio que sobre los sonidos accesorios añadidos a ella ejerce la palabra a la que pertenece la forma. Esto es sin duda facilitado por la pérdida de significado de los elementos y por el desgaste de los sonidos en el uso prolongado. Ahora bien, la génesis de la lengua no es nunca explicable del todo por una acción tan mecánica de unas fuertas muertas, y es preciso no olvidar en ningún momento la influencia que tienen el vigor y la individualidad de la fuerza del pensar. La unidad de la palabra es formada por el acento. En sí éste es de naturaleza más espiritual que los propios sonidos acentuados; si se dice del acento que es el alma del discurso, no es meramente porque aquél sea el que introduce en éste la comprensión propiamente dicha, sino también, realmente, porque es aquél el que se convierte, con mayor inmediatez que ninguna otra cosa en la lengua, en emanación del sentimiento que acompaña al discurso. El acento es eso también en los sitios donde, mediante la unidad, troquela las palabras para hacer de ellas formas gré;lmaticales; y de igual modo que los metales, para fundirse de manera veloz e íntima, necesitan de una llama que arda con rapidez y fuerza, así también la fu-
2.
LA INFLUENCIA
DE LAS FORMAS
GRAMATICALES
El pensar, que acontece mediante la lengua, está dirigido o bien hacia fines externos, materiales o bien hacia sí mismo y, por tanto, hacia fines espirit~ales. En esa doble dirección necesita .dela claridad y precisión de los conceptos, y en la lengua esa claridad y esa precisión dependen en gran parte del modo de designar las formas grama ticales. Las paráfrasis de éstas mediante frases, ordenaciones, no convertidas todavía en regla segura, de palabras, y aun analoga de formas, producen no raras veces ambigüedades. Pero si está oculta también la comprensión, y con ella el fin externo, entonces ocurre con mucha frecuencia que ~l.concepto en sí permanece indeterminado y que, en los SItIOSdonde manifiestamente puede ser tomado, en cuanto concepto, de dos maneras diversas permanece indistinto. ' Si el pensar se vuelve hacia la efectiva consideración interior y no meramente hacia la actividad exterior entonces también la mera claridad y distinción de los 'con_ ceptos produce otras exigencias, que son siempre difíciles de alcanzar por aquella vía.
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el objeto y la relación, y que no los mezcle. La lengua paPues todo pensar aspira a la necesidad y a la unidad. 5/12/2018 Von -Escritos ElLenguaje -slidepdf.com ralizaSobre y falsifica la entera actividad interior del espíritu La aspiración de conjunto de laHumboldt, humanidad Wilhelm tiene es~ ~isdesde el momento en que lo habitúa a tal mezcla o le dima dirección, ya que no pretende como resultado último ficulta la separación. Pero precisamente esta última es otra cosa que encontrar la legalidad mediante la investiejecutada con limpieza tan sólo en la constitución de la gación o fundada mediante la definición. forma auténticamente gramatical mediante la flexión o Ahora bien si la lengua debe adaptarse al pensar, enmediante palabras gramaticales, como hemos visto antes, tonces en su ~structura ha de corresponder lo más posies decir, en la designación gradual de las formas gramable al organismo de aquél. De lo contrario, dado que debe ticales. bn todas las lenguas que conocen úmcamente ana- ser símbolo en todo, la lengua será precisamente un símZoga de formas subsiste siempre en la designación grabolo imperfecto de aquello a lo que está unida del modo maücal, que debía ser meramente formal, algo material. más inmediato. Mientras que, por un lado, la masa de sus AHídonde no se logra de manera perfecta la fusión de palabras representa la extensión de su m~~do, por <:tro su estructura gramatical representa la VISIónque tIene la forma,sigue tal como la hemos descrito másviendo arriba, separaallí el espírItu creyendo siempre que está del organismo del pensar. dos lOSeH::1ilenWS y al1í no tlene la lengua para él la exiLa lengua debe acompañar al pensamiento. Por tanto, gida concordancia con las leyes de su propia actividad. éste ha de poder pasar en la lengua continuamente de un El espíritu tiene el sentimiento de que hay lagunas, se elemento a otro y encontrar también en ella signos para esfuerza por llenarlas, ha de habérselas no con un número todo aquello de 10 que necesita para su propia conexión. moderado de magnitudes en sí sólidas, sino con un núDe lo contrario, allí donde la lengua, en vez de acompañar mero desconcertame <:lemagnitudes unidas a medias, y no al pensamiento, lo abandona, se originan lagunas. trabaja con igual rapidez y destreza, ni con igual complaAunque a la postre el espíritu tienda siempre y en tocenCIa, en enlazar con tácl1 fortuna, por medio de formas das partes hacia la unidad y la necesidad, sin embargo no lingülsticas apropiadas y concordantes con sus propias puede desenvolver ambas, sacándolas de sí, de otra man~leyes, conceptos partIculares con otros más generales. ra que gradualmente y sólo con la ayuda de recursos mas En ello se revela, si planteamos la cuestión con toda sensibles. Entre éstos, uno de los que más le ayuda es la su agudeza, que, a hn de cuentas, si bien es cierto que una lengua, la cual, en razón ya de sus fines muy condicionaforma gramancal no incluye en sí ningún otro elemento dos y muy bajos, necesita de la regla, de la forma y de la que ay'uel que nay tamOlen en sus anawJ5a, lOscuales nunlegalidad. En consecuencia, cuanto más perfecciona~~ e~ca la reemplazan del todo, sin embargo ya es, en su efeccuentre el espíritu en la lengua aquello a que tamblen el to soore el eSpIrItu, algo enteramente dlterente; y se reaspira para sí mismo, tanto más íntimamente podrá unjvela también que esto se basa en su umdad, en la cual ficarse con ella. ella porta en sí el retlejo del poder de la fuerza del pensar Si ahora consideramos las lenguas en lo que respecta por la que fue creada. a todas estas exigencias que aquí les hemos hecho, vere· En una lengua que no posea semejante formación gramas que las cumplen bien solamente, o preferentemente, matlcal el eSplrItu encuentra acuñado de manera incomcuando poseen formas auténticamente gramaticales, y no pleta e impertecta el esquema general del enlace del dissólo analoga de ellas, y así es como esta diferencia se recurso, esquema cuya adecuada expresión en la lengua es vela en toda su importancia. la condlClOn mdlspensable de todo pensar que haya de Lo primero y más esencial es esto: el espíritu exige lograrse con facilIdad. No es necesario que ese esquema de la lengua que separe limpiamente la cosa y la forma,
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5/12/2018
Humboldt,WilhelmVon -EscritosSobreElLenguaje-slidepdf.com
llegue hasta la consciencia; eso es algo que les falta incluso a naciones muy cultas. Dado que el espíritu procede siempre inconscientemente según ese esquema, basta con que para cada parte singular encuentre una expresión tal que le permita volver a aprehender con correcta precisión otra parte. Al reobrar la lengua sobre el espíritu, la forma auténticamente gramatical suscita la impresión de una forma, aun cuando la atención no esté dirigida expresamente a ella, y produce una educación formal. Pues, dado que la
De esta manera quedan, pues, fijados, hasta donde tal cosa puede ocurrir en objetos de esta naturaleza los criterios por los que cabe distinguir de las otras las lenguas que tienen una formación gramatical. Es cierto que acaso ninguna pueda ufanarse de una concordancia perfecta con las leyes lingüísticas generales; es cierto que acaso ninguna esté conformada completamente en todas sus partes; y es cierto que también entre las lenguas del nivel más bajo existen a su vez muchos grados de aproximación. Sin embargo, aquella diferencia, que separa de ma-
lengua contieneninguna con limpieza la expresión la relación no contiene otra cosa material de sobre la cual pudiera divagar el entendimiento, sino que éste ve modificado allí el concepto originario de la palabra, es preciso que el entendimiento aferre la forma misma. En el caso de la forma inauténtica no puede hacerlo, pues no ve suficientemente determinado en ella el concepto de relación y todavía se halla distraído por conceptos accesorios. En ambos casos esto ocurre en el hablar más usual y se extiende a todas las clases de nación; y allí donde la influencia de la lengua es favorable, surgen una claridad y precisión generales de los conceptos y una disposición general a captar con mayor facilidad lo puramente formal. Está también en la naturaleza misma del espíritu el que
nera precisa dos clases de lenguas, no más es una diferencia relativa, consistente meramente en un o un menos sino que es efectivamente una diferencia absoluta, pue~ la presencia o la ausencia del dominio de la forma es algo que se acusa siempre de manera visible. Es innegable que las lenguas dotadas de una formación gramatical poseen una idoneidad perfecta para la evolución de las ideas. De todas maneras, serán el ensayo o la experiencia los que aportarán pruebas de cuánto podría lograrse también con las demás lenguas. Lo que desde luego es seguro es que éstas nunca estarán en condiciones de actuar sobre el espíritu en el mismo grado y del mismo modo que las otras. El. ejemplo más notable de una literatura que viene florecIendo desde hace milenios en una lengua que está desprovista casi de toda gramática, entendida esta palabra en su sentido usual, nos lo ofrece la lengua china. Es sabido que precisamente en el denominado «estilo antiguo», en el cual fueron redactados los escritos de Confucio y de su escuela, y que todavía hoyes el estilo generalmente usado para todas las grandes obras filosóficas e históricas, las relaciones gramaticales son designadas única y exclusivamente por la posición de las palabras o por palabras separadas, y que con frecuencia se le deja al lector la tarea de adivinar por el contexto si debe tomar una palabra por un sustantivo, por un adjetivo, por un verbo o por una partícula.3 Es cierto que el estilo mandarín y
y
esa disposición, una vez existente, se perfeccione continuamente; por el contrario, cuando una lengua ofrece de manera impura y defectuosa las formas gramaticales, el salir de esa ofuscación de la visión puramente formal resulta tanto más difícil cuanto más dure esa influencia. Por tanto, sea lo que sea aquello que pueda decirse de la idoneidad que para la evolución de las ideas tiene una lengua no dotada de semejante formación gramatical, siempre será muy difícil concebir que una nación vaya a poder llegar por sí misma, sobre la base inmodificada de tal lengua, a un gran desarrollo científico. Aquí el espíritu no recibe de la lengua, ni ésta recibe de él, aquello de lo que ambos tienen necesidad, y el fruto de su recíproca influencia, para convertirse en beneficioso, tendría que ser en primer lugar una modificación de la lengua misma.
o
o,
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nuncian un juicio favorable sobre la literatura de ese pueel5/12/2018 estilo literario se han cuidado de introducir una mayor Humboldt,WilhelmVon -EscritosSobreElLenguaje-slidepdf.com blo, que es un estilo vago y entrecortado, de tal manera precisión gramatical en la lengua, pero tampoco .en ellos que el estilo que lo siguió, mejor adaptado a las necesidaposee ésta unas formas verd~deramente, graI?atIcales, y des de la vida, hubo de trabajar por darle más claridad, la liter"atura a que antes aludImos, la mas celebre d~ la precisión y variedad. Y esto es algo que prueba, por tannación, es completamente independiente de este tratamIento, lo que nosotros hemos afirmado. to moderno de la lengua. . De la literatura egipcia antigua no nos es conocido Si es cierto, como ha tratado de probar agudamente nada; pero las demás cosas que sabemos de los usos, de Etienne Quatremere,4 que la lengua copta fue la lengua la constitución, de los edificios y del arte de esas notables de los antiguos egipcios, entonces también entra aquí. t;n regiones, hacen pensar en una cultura rigurosamente cienconsideración la elevada cultura científica que esa naClOn tífica más bien que en una fácil y libre dedicación del estuvo según se dice. Pues también el sistema gramatical píritu a las ideas. de l~ lengua copta es, como dice Silvestre de .Sacy,5 un y si estos dos pueblos hubiesen alcanzado precisamensistema perfectamente sintético, es decir, un sIstema en el cual las designaciones gramaticales están separadamente las excelencias que con razón hemos de guardarnos de te antepuestas o pospuestas a las palabras que significan atribuirles, no por ello estaría refutado, sin embargo, lo cosas. Silvestre de Sacy lo compara expresamente en esto que antes hemos expuesto. con el sistema gramatical chino. Allí donde el espíritu humano, merced a un concurso Si, por tanto, dos de los pueblos más notables han lode circunstancias favorables, empeña sus fuerzas en una grado alcanzar el nivel de su cultura intelectual con unas labor afortunada, allí llega a la meta con cada uno de los lenguas a las que les faltan del todo o en gran pa~te las instrumentos, aunque sea por una vía más trabajosa y formas gramaticales, de ello pare~~ resultar una. Imporlenta. Ahora bien, no porque él supere la dificultad deja tante objeción contra la aseveraClOn de la necesIdad de ésta de hallarse presente. Que las lenguas que tienen potales formas. Sin embargo, de ninguna manera está decas o muy imperfectas formas gramaticales son lenguas mostrado que la literatura de esos dos pueblos posea preque, en vez de favorecer la actividad intelectual, causan cisamente las excelencias en las que influye preferenteen ella efectos perturbadores, eso es algo que, como creo mente esa propiedad de la lengua de que aquí estamos hablando. Pues es innegable que la rapidez y la agudeza del haber mostrado, Otras brota fuerzas de la naturaleza misma odel pensar y del discurso. pueden reducir suprimir pensar, favorecidas por una rica ~~tiplici~ad de formas en la realidad tales obstáculos. Sólo que en la consideragramaticales plasmadas con preclslOn y hgere~a:, don~e ción científica es preciso, para llegar a consecuencias nemás brillantemente se muestran es en la exposlclOn dIatas, juzgar cada influencia como un momento aislado y léctica y oratoria, y de ahí que sea en la prosa ática dontal como si no fuera perturbado por nada ajeno a él; de se desplieguen con fuerza y finura supremas. y esto es lo que aquí se ha hecho con las formas gramaDel estilo antiguo chino admiten, incluso quienes proticales. Para saber hasta qué punto se alcanzó también en las 4. Recherches critiques et historiques sur la langue et la litlenguas de América un nivel superior de cultura, no cabe té r a ture de l'Egypte. . pedir consejo a la pura experiencia. Los escritos de indí5. En MILLIN, Magasin encyclopédique, t. IV, 1808,p: 225,.dongenas 6 en la lengua mexicana que nosotros poseemos prode al mismo tiempo se exponen ideas muy nuevas e mgemosas sobre la influencia de la escritura jeroglífica y alfabética en la formación gramatical de las lenguas.
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Sobre la escritura alfabética y su conexión ceden únicamente del tiempo Humboldt, de la Conquista y de ahí 5/12/2018 WilhelmVon -EscritosSobreElLenguaje -slidepdf.com ·de las lenguas con la estructura que respiren ya una influencia extranjera. Sin emb~rgo, es muy de lamentar que en Europa no se conozca mngu· no. Antes de la Conquista no había en aquella parte del mundo ningún medio de registro escrito. Eso podría ver· se ya como una prueba de que ningún pueblo se alzó allí con ese decidido vigor de la fuerza del pensar que queSiempre he tenido la impresión, al reflexionar sobre branta los obstáculos hasta llegar a la invención del alfa· el nexo de la escritura alfabética con la lengua, de que la: beto. Sólo que sin duda ese invento ha ocurrido muy ?o· primera estaba en proporción directa a las excelencias de cas veces, ya que la mayoría de los alfabetos han surgIdo la segunda y de que la aceptación y la elaboración del al· por traspaso unos de otros. fabeto, más aún, su contextura, y tal vez su invención, De las lenguas que nos son conocidas es la sánscrita dependieron del grado de perfección de la lengua y, más la más antigua y la primera en poseer una verdader~ esoriginariamente todavía, de las disposiciones para ella. tructura de formas gramaticales, y ello con un orgamsmo Una larga dedicación a las lenguas de América, el estan perfecto y completo que en ese aspecto ha sido poco tudio del antiguo indio y de algunas lenguas emparenta· lo que posteriormente se ha añadido. A su lado se encuendas con él, y la consideración de la estructura del chino, tran las lenguas semíticas; ahora bien, la culminación suparecen también confirmarme históricamente esta tesis. prema de la estructura la ha alcanzado indiscutiblemente Las lenguas de América, con las que ciertamente se cola lengua griega. El modo en que esas diversas lenguas se metería una gran injusticia calificándolas de toscas y salrelacionan las unas con las otras, y los nuevos fenómenos vajes, pero a las que su propia estructura las diferencia que han surgido por el nacimiento de nuestras lenguas decididamente de la perfección de las lenguas cultas, no modernas a partir de las clásicas, son asuntos que ofre· han poseído nunca, en 10 que hasta ahora sabemos, una cen un abundante material para ulteriores, pero más fi· escritura alfabética. Este género de escritura se halla tan nas y difíciles, investigaciones. íntimamente entrelazado con las lenguas semíticas y las de la India que no existe ni la menor huella de que éstas *
se hayan servido de otro género distinto de· escritura. Si los chinosnunca rechazan los alfabetos de los europeos, que les son conocidos desde hace mucho tiempo, tal cosa no se debe meramente, a mi parecer, a que estén muy apegados a sus tradiciones y a que repudien las cosas extranjeras, sino, mucho más todavía, a que en ellos, dado el grado de sus disposiciones para el lenguaje y dada la estructura de su lengua, no se ha despertado todavía en absoluto la necesidad interna de una escritura alfabética Si no fuera ése el caso, ya habrían llegado por sí mismos, mediante su propia gran capacidad inventiva, y mediante velle Espagne, p. ments des peuples
93. Del mismo, Vues des Cordilléres de l'Amérique, p. 126.
et Monu-
* Texto leído en la Academia de las Ciencias de Berlin el 20 de mayo de 1824.
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los signos de su lengua, a formar un alfabeto propiamente de la escritura alfabética sobre los demás modos de es5/12/2018 Von -Escritos ElLenguaje -slidepdf.com dicho, puro y completo, en vezHumboldt, de liJ1litarseWilhelm a usar signos cribir.Sobre Me limitaré meramente a la influencia de la escrifonéticos como una ayuda accesoria, que es lo que hacen tura alfabética sobre la lengua y su tratamiento. Si esa in~ f luencia es realmente significativa, si la conexión de la ahora. Únicamente a Egipto parece no adaptarse bien este lengua con el uso de un alfabeto es íntima y firme, entonmodo de pensar. Pues la actual lengua copta prueba inneces no pueden seguir siendo dudosas por más tiempo las gablemente que también la lengua egipcia antigua posecausas de la afanosa apropiación de la escritura alfabétiyó una estructura que no testifica grandes disposiciones ca o de la fría indiferencia frente a ella. de la nación para el lenguaje; y, sin embargo, no sólo Ahora bien, dado que hasta de las propias lenguas se poseyó Egipto una escritura alfabética, sino que, según ha aseverado con frecuencia· que su diversidad no es de testimonios que en modo alguno cabe rechazar, fue su gran importancia, puesto que, suene como suene el sonicuna. Con todo, aunque una nación f uese la inventora de do y se enlace como se enlace el discurso, al f inal lo que una escritura alf abética, queda su modo de tratada, de acuerdo con su disposición, queda su modo de captar el pensamiento y de apresarlo y conf ormado mediante la lengua; y la verdad de esta aseveración brota con claridad precisamente del modo tan maravilloso como los egipcios hicieron que se compenetrasen las imágenes y la escritura alfabética. La escritura alf abética y la disposición para el lengua je están, pues, estrechísimamente conectadas y se hallan en constante relación la una con la otra. Esto es lo que aquí voy a esforzarme en probar, tanto conceptual como históricamente, en la medida en que ello pueda hacerse dentro de la brevedad que conviene a estas conf erencias. Me ha parecido que la elección de esta materia resultaba adecuada por una doble razón, a saber: porque de hecho no es posible entender de manera completa la naturaleza del lenguaje si no se investiga al mismo tiempo su conexión con la escritura alfabética; y porque precisamente las recientes dedicaciones a la lengua egipcia redoblan en el momento presente el interés por las investigaciones sobre la invención de la escritura y sobre su apropiación. Aquí no me ocuparé en absoluto de nada de lo concerniente a las finalidades externas de la escritura, a su utilidad en el uso para la vida y a la dif usión de los conocimientos. Es tan evidente la importancia de la escritura, si se la considera desde ese lado, que sin duda serán muy pocos los que desconozcan en este aspecto las venta jas
siempre destaca es el pensamiento, sin duda podría entonces tenerse por algo mucho más indif erente la índole de los signos de la escritura, con tal de que no comporte incomodidades demasiado grandes o la nación se haya habituado a vencer las que van unidas a ella. Por otro lado, se dice, la parte de cada pueblo que se sirve de la escritura es siempre pequeña y son menos todavía los que se sirven de ella con tino. Por tanto, no sólo cada lengua ha existido largo tiempo sin escritura, sino que, además, en gran parte continúa viviendo de ese mismo modo. Ahora bien, la palabra hablada, la palabra-sonido, es por así decirlo una corporificación del pensamiento, y la escritura, una corporificación del sonido. El más universal de los efectos de la escritura es que liga f irmemente la lengua y hace así posible una ref lexión sobre ésta que es enteramente diferente de la que se da cuando es meramente en la memoria donde tiene un .asiento permanente la palabra hablada. Al mismo tiempo, también es inevitable que a la influencia de la lengua sobre el espí ritu se mezcle algún efecto producido por esa designación mediante escritura y por la índole determinada de esa designación en general. No es, por ello, indiferente cuál sea la í ndole del estímulo que la actividad espiritual recibe de la naturaleza especial de la designación escrita. En las leyes de esa actividad está el considerar lo pensable e intuible como signo y designado, el provocados recí procamente y el enfrentar lQ uno a lo otro; es propio de esa
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actividad el hacer intervenir, a propósito de una idea o
de exponer y justificar esa visión de las cosas y me he es-
5/12/2018 WilhelmVon -EscritosSobreElLenguaje-slidepdf.com una intuición, también Humboldt, las ideas o intuiciones emparenforzado en mostrar:
tadas con ellas; y así es como la conversión en· un objeto visual de los pensamientos que están primeramente ligados como sonido puede dar orientaciones muy distintas al espíritu, según cuál sea la manera en que se produzca esa conversión. Pero resulta evidente que, para que el efecto total no quede perturbado, es preciso que estén formados de maneras concordantes, y estén fundidos como en un único molde, el pensar en lenguaje, el discurso y la escritura. La influencia ejercida sobre la lengua por la escritura no es menos importante porque esta última sea siempre
propiedad unahaya partesurgido pequeña la nación, ni tampocoúnicamente porque sin de duda en de todas partes tan sólo cuando la estructura ya fija y determinada de la lengua no consentía más modificaciones esenciales. Pues el habla común envuelve a la totalidad del pueblo (aunque, desde luego, menos en una forma de vida que en otra), y aquello que en los individuos actúa sobre el habla común pasa inmediatamente a todos. La elaboración más fina de la lengua, sin embargo, cuyo punto inicial viene designado propiamente por el uso de la escritura, es precisamente la más importante de todas las elaboraciones, y en sí misma, y en su acción sobre la cultura de la nación, diferencia la peculiaridad de las lenguas mucho más de lo que lo hace la estructura originaria, que es más basta. La peculiaridad de la lengua consiste en que, mediando entre el ser humano y los objetos exteriores, liga a sonidos un mundo de pensamientos. Todas las propiedades de cada lengua singular podemos referidas, por tanto, a los dos grandes puntos capitales que hay en el lenguaje como tal, a saber: su idealidad y su sistema fonético. Las deficiencias de integridad, claridad, precisión y pureza en la idealidad y las deficiencias de perfección en el sistema fonético son los defectos de la lengua; lo contrario, sus excelencias. En dos textos ya leídos ante este auditorio he tratado
1. Que el sistema léxico de cada lengua, también el no enlazado, forma un mundo de pensamientos que se sale completamente del área de los signos arbitrarios y posee de suyo esencialidad e independencia. 2. Que esos sistemas léxicos nunca pertenecen únicamente a un pueblo, sino que, por una vía de transmisión que ni la historia ni la investigación de las lenguas están en condiciones de seguir del todo, se convierten en la obra de la humanidad entera a lo largo de todos los siglos de su existencia, y que, con ello, cada palabra porta en sí un doble elemento formativo: uno fisiológico, que brota de !a naturaleza del espíritu humano, y otro histórico, que reSIde en su modo de generarse. y además: 3. Que el carácter de las lenguas perfectamente formadas está determinado por el hecho de que la naturaleza de su estructura prueba que lo que al espíritu le importa no es meramente el contenido, sino preferentemente la forma del pensamiento. , C.reo que. también aquí puedo seguir esa vía, y es por SImIsmo eVIdente que la escritura alfabética favorece de modo negativo la idealidad de la lengua ya por el mero hech~ de no estimular el espíritu de ninguna manera que sea dIvergente de la forma de la lengua, y que el sistema ~e.los sonidos puede alcanzar firmeza y totalidad merced U?;ICamentea la escritura alfabética, dado que la designaClOnde los sonidos articulados constituye su esencia. Por sí mismo salta a la vista que toda escritura mediante imágenes, toda pictografía, necesariamente ha de perturb.ar, en vez de apoyar, la acción de la lengua, dado que estImula la visión intuitiva del objeto real. La lengua demanda también intuición, pero la liga a la forma léxica unida mediante el sonido. A ella ha de subordinarse la representación del objeto para pertenecer como eslabón a la cadena infinita a la que tiende por todas las direcciones e~pensar m~diante Jengu~. Cuando la imagen se forja medIante un SIgno grafico, mvoluntariamente reprime aque-
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110que la palabra pretende designar. El dominio de la subjetividad, esencia del lenguaje, queda debilitado; su idealidad sufre a causa del poder real del fenómeno; el objeto actúa sobre el espíritu con todas sus propiedades, no con aquellas que la palabra, en concord~ncia con ~l espíritu individual de la lengua, elige ~ recopila;.!a eSCrItura, que debe ser tan sólo sig~o del sIgn?, convIe:-tese al mismo tiempo en signo del objeto, y, al mt.r?dUCIr e~ ,el pensar la manifestación directa de éste, debIlIta la aCClOn que la palabra ejerce precisamente por el hecho de que-
externo e interno; pero la lengua debe contener ese mundo mismo -cierto que convertido en signos de pensamientos- en la entera plenitud de su rica, polícroma y viviente multiplicidad. Tampoco ha habido nunca, sin embargo, una escritura conceptual, ni puede haber ninguna escritura que esté formada puramente según conceptos y en la que no hayan ejercido una importantísima influencia las palabras de la lengua, recogidas en sonidos determinados, para las cuales fue ésta inventada. Pues dado que la lengua existe
rer ser únicamente signo. En vivacidad no puede ganar la lengua merced a la imagen, pues ese género de vivacidad no corresponde a su naturaleza, y las dos distintas actividades del alma, que aquí se querría estimul.ar al mismo tiempo, no pueden tener como consecuenCIa un reforzamiento de la acción, sino su dispersión. En cambio, una escritura figurativa que designe conceptos parece favorecer muy pro?iament~ la i~ealidad del lenguaje. Pues sus signos, elegIdos arbItranamente, no tienen, como tampoco lo tienen los signos d~ las. letras, nada que pueda distraer al espíritu, y la legalIdad mterna de su formación reconduce el pensar a sí mismo. No obstante también tal escritura se opone directamente a la nat~raleza ideal -es decir, convertidora del mundo externo en ideas- del lenguaje, aun cuando estuviere articulada en todas sus partes de acuerdo con la más estricta legalidad. Pues para la ,lengua es ~e nat~raleza material no meramente el fenomeno sensIble, smo también el pensar indeterminado, en tanto en c.uanto no está unido de un modo firme y puro por el somdo; pues tal pensar carece de la forma que le es esencialmente peculiar. La individualidad de las palabras, en cada una de las cuales hay siempre algo más que meramente su definición lógica, está ligada al sonido en tanto en. ~uanto éste despierta inmediatamente en el alma la aCClOnque les es peculiar a las palabras. Un' signo que busque el concepto y descuide el sonido puede expresarlas, por tanto,
con anterioridad a la escritura, busca naturalmente un signo para cada palabra, y busca esos signos en el sentido que tienen las palabras subyacentes a los signos, aun cuando éstos, por una subordinación sistemática a un sistema de conceptos, tuviesen una validez independiente del sonido. Por tanto, toda escritura conceptual es siempre a la vez una escritura fonética; y el que también valga, de manera marginal, como una verdadera escritura conceptual, y en qué grado lo valga, eso es algo que depende del grado en que quien la usa conozca y respete la sistemática subordinación de otros signos, clave lógica de su formación. Quien conoce sólo mecánicamente signos correspondientes a palabras no posee en la escritura conceptual otra cosa que una escritura fonética. Cuando seme jante escritura pasa a una lengua diferente, ocurre lo mismo. Pues también en esta otra lengua, si la escritura ha de ser realmente escritura, es preciso que el uso consigne a cada signo su validez en una sola palabra o en varias palabras determinadas. Los signos escritos son, por tanto, sinónimos en las dos lenguas tan sólo en la medida en que son sinónimas las palabras que subyacen a ellos, y el leer lo escrito en una de las dos lenguas se convierte siempre, para el que la desconozca, en un acto de traducción en el cual queda abandonada en todos los casos la individualidad de la lengua original. En el uso de tal escritura entre naciones distintas lo único que se traspasa siempre es, en lo fundamental, sólo el contenido; la forma
sólo de manera imperfecta. Un sistema de talesdel signos reproduce únicamente los conceptos abstractos mundo
es esencialmente; la innegable ventaja de unamodificada escritura conceptual, el sery comprensible a naciones
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de lenguas distintas, no compensa las desventajas que desde otros lados comporta. Como escritura fonética, una escritura conceptual es imperfecta, y lo es porque da los sonidos como palabras y sustrae así a la lengua toda la ganancia que, como veremos, brota de la designación fonética de los elementos de la palabra. Pero tampoco la escritura fonética actúa nunca puramente como tal. Dado que, por la validez y la conexión de sus signos, puede perseguir conceptos, dado que puede formar inmediatamente el pensamiento, pasando por encima del sonido, por así decido, ocurre que se convierte así en una lengua propia y debilita la expresión natural, completa y pura de la lengua verdadera y nacional. Por un lado lucha por librarse del lenguaje como tal o, al menos, de una determinada lengua, y por otro lado introduce en la expresión natural de la lengua, en el sonido, la intuición visual, que es mucho menos adecuada. Actúa, por tanto, directamente en contra del sentido li~güístico instintivo del ser humano y destruye, cuanto. mas se hace valer con éxito, la individualidad de la deSIgnación lingüística; ésta, desde luego, no reside meramente en el sonido de cada una de las designaciones, pero se halla unida a él en virtud de la impresión que todo enlace determinado de sonidos articulados produce innegablemente de manera específica. El esfuerzo de una lengua determinada por independizarse ha de producir en el espíritu efectos desventajosos y devastadores, pues es imposible el pensar sin l~ngua. Una escritura conceptual no produce esas desventajas, en el grado que aquí hemos descrito, sólo si su sistema no es desarrollado de manera coherente y ella misma, en el uso, es asumida fonéticamente. La escritura alfabética está libre de esos def ectos; es un signo del signo, un signo sencillo, que no distrae con ningún concepto concomitante, un signo que acompaña a la lengua en todas partes, sin adelantarse a ella ni desplazarla, un signo que no evoca otra cosa que el sonido y que, por ello, conserva esa subordinación natural en la cual el pensamiento debe ser estimulado de acuerdo con
la impresión hecha por el sonido, y la escritura no debe retener el pensamiento en sí , sino en esa figura determinada. Mediante esa estrecha adherencia a la naturaleza peculiar de la lengua, la escritura alfabética refuerza precisamente la acción de ésta, al renunciar a las pomposas excelencias de la imagen y de la expresión de los conceptos. No perturba la pura naturaleza de pensamiento que es propia de la lengua, sino que más bien la refuerza con el sobrio uso de rasgos que en sí no tienen significado, y depura y eleva su expresión sensible al descomponer en sus partes básicas el sonido unido en el hablar, al hacer evidente el nexo de esas partes entre sí y en el enlace con la palabra, y al volver a operar también sobre el discurso audible, fijándolo ante los ojos. Por ello nosotros debemos atenernos a esa escisión del sonido unido, escisión que es la esencia de la escritura alfabética, si queremos juzgar la influencia interna que ésta e jerce sobre la lengua. Hasta que agota un pensamiento, el discurso forma en el espíritu del hablante un todo unido en el cual la reflexión ha de buscar las secciones singulares. Esto es algo que lo experimentamos ante todo al ocuparnos de las lenguas de naciones incultas. Es preciso dividir y dividir, y sospechar siempre que acaso lo que parece simple continúa siendo algo compuesto. Desde luego en cierta medida esto ocurre también con las lenguas muy cultas, sólo que ocurre de manera distinta; en éstas ocurre sólo etimológicamente, con miras a ver la génesis de las palabras; en aquellas ocurre gramatical y sintácticamente, con miras a ver el enlace del discurso. El unir lo que hay que separar es siempre una propiedad del pensar y el hablar no ejercitados: es difícil que del niño y del salvaje recibamos palabras, en vez de ellas recibimos frases. Las lenguas que tienen una estructura más imperfecta sobrepasan también con facilidad la medida de aquello que debe estar unido en una forma gramatical. La división lógica, que desata el enlace de los pensamientos, llega, empero, únicamente hasta la palabra simple. La escisión de ésta constituye la
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nunciación, que se corrobora y depura mediante el conotarea de la escritura alfabética. Una lengua que se sirva cimiento yla ejercitación de-los elementos fonéticos en una 5/12/2018 Humboldt, Von -Escritos Sobre ElLenguaje slidepdf.com de una escritura diferente no culmina, por Wilhelm tanto, la tarea figura separada. Así como está dado un signo para cada divisora de la lengua, sino que produce una detención allí sonido, así el oído y los órganos del lenguaje se habitúan donde el perfeccionamiento de la lengua manda ir más allá. a exigir y reproducir siempre exactamente de la misma Es cierto que también sin el uso de la escritura alfabémanera ese sonido; al mismo tiempo, al ser amputado del tica cabe imaginar la búsqueda de los elementos fonéticos, sonido indeterminado, con el cual un sonido invade a otro y los chinos en concreto poseen un análisis de los sonidos en las lenguas incultas, queda delimitado con mayor riunidos, ya que indican de manera precisa y exacta el núgor y exactitud. Esta pronunciación más pura, este desamero y la diversidad de sus articulaciones iniciales y finarrollo más fino del sonido y de los instrumentos del lenles y de las acentuaciones de sus palabras. Mas como ni guaje, es de la máxima importancia; lo es en sí y lo es en la lengua usual ni en la escritura (en la medida es que también en su acción sobre la interioridad de la lengua; ésta es realmente, en efecto, una escritura de signos, dado que, como es bien sabido, chinos hay mezclan también una designación de loslos sonidos) nada en queella obligue a ese análisis, ocurre que, por ese motivo, éste tampoco puede ser general. Como, además, el sonido singular (consonante o vocal) no es representado aisladamente mediante un signo que sea propio sólo de él, sino que únicamente es escuchado de los comienzos y de las terminaciones de los sonidos unidos, ocurre que esa represención de los elementos del sonido no es nunca tan pura y manifiesta como lo es mediante la escritura alfabética, y el análisis de los sonidos, aunque en lo que respecta a su integridad y exactitud no le faltase nada, no hace sobre el espíritu la impresión de una división completamente acabada de la lengua. Pero en la acción interna de las lenguas, única que determina las verdaderas excelencias de éstas, lo que importa es la acción pura y plena de toda impresión, y la deficiencia más mínima de una de esas dos acciones tiene, aunque ello no se note en el resultado exterior, consecuencias enormes. El leer y el escribir alfabéticos, por el contrario, obligan en cada instante a reconocer los ele· mentas fonéticos que pueden ser sentidos al mismo tiempo por el oído y por el ojo y habitúa a la separación y a la reunión sencillas de tales elementos; generalizan, por tanto, una visión acabada y correcta de la divisibilidad de la lengua en sus elementos en el mismo grado en que eso está difundido en la nación. Esa visión corregida se exterioriza primero en la pro-
la separación de los elementos fonéticostodavía ejerce, sobre empero, también una influencia más profunda la esencia de la lengua. Tal separación muestra, en efecto, ante el alma la articulación de los sonidos, al individuar y designar los sonidos articulados. La escritura alfabética hace eso con mayor claridad y de manera más vigorosa que como podría ocurrir por cualquier otra vía, y no es exagerado afirmar que mediante el alfabeto le nace a un pueblo una visión completamente nueva de la naturaleza del lenguaje. Dado que la articulación constituye la esencia del lengua je, el cual ni siquiera sería posible sin ella, y dado que el concepto de la articulación se extiende sobre la totalidad del área del lenguaje, incluso allí donde no se habla meramente de sonidos, por ello la sensibilización y la representación del sonido articulado han de estar por fuerza en conexión sobre todo con la exactitud originaria y con la paulatina evolución del sentido lingüístico. Allí donde ese sentido es fuerte y está vivo, allí marchará un pueblo por su propio impulso hacia la invención del alfabeto; y allí donde a una nación le viene del extranjero un alfabeto, allí éste favorecerá y acelerará en ella el perfeccionamiento formativo de la lengua. Aunque el sonido articulado es producido de manera corporal y como por instinto, propiamente su esencia procede, sin embargo, tan sólo de la disposición interna del alma para el lenguaje; los instrumentos lingüísticos po-
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seen meramente la capacidad de configurarse de conformidad con tal disposición. Me parece imposible, por tanto una definición del sonido articulado que esté hecha m~ramente de acuerdo con su contextura física, sin asumir en ella la intención o el res1,Jltadode su producción. El sonido articulado es un sonido que se separa e individualiza, no un sonido o un ruido unido y mezclado, como lo son la mayor parte de los que expresan sentimientos. Su diferencia característica no consiste, musicalmente hablando, en la altura o la gravedad, dado que se puede
ble únicamente porque sale a su encuentro el impulso interno del alma que tiende a vestir de palabras los pensamientos y sustituye el defecto y vence los obstáculos por mediación de una instrucción facilitadora. De donde brota el particular sistema fonético de cada lengua es de la contextura individual de ese impulso que tiende a producir sonidos comprensibles, de la individualidad del sentimiento fonético (en general con respecto al sonido como tal, con respecto a la articulación), y, por fin, de la individualidad del oído y de los instrumentos lingüísticos; y
entonarlo en la totalidad de la escala. Tampoco consiste en la dilatación o el acortamiento, en la nitidez o la borrosidad, en la dureza o la suavidad, dado que estas diversidades en parte pueden ser propiedades de todos los sonidos articulados y en parte forman géneros de ellos. Pero el intento de reducir las diferencias entre la a y la e, la p y la k, etc., a un concepto sensible universal, es algo en lo que yo he fracasado siempre, al menos hasta ahora. No queda otra cosa sino decir que, independientemente de aquellas características, esos sonidos son específicamente distintos y que su diferencia brota de una determinada acción conjunta de los órganos; o puede intentarse dar otra descripción semejante, pero que nunca proporciona una verdadera definición. De manera completa y exclusiva se describe la esencia de esos sonidos únicamente cuando se les adscribe la propiedad de producir inmediatamente conceptos con su sonar, por cuanto en parte cada sonido está formado para eso, y en parte la formación del sonido singular hace posible y exige un número, determinable en clases determinables, de sonidos homogéneos, pero especrncamente distintos, los cuales son aptos para unirse unos a otros de manera necesaria o de manera arbitraria. Pero con ello lo único que se ha dicho es que los sonidos articulados son sonidos lingüísticos y que los sonidos lingüísticos son sonidos articulados. Pero es en el alma donde reside la lengua, y ésta puede ser producida aunque a ello se opongan los órganos y aunque falte el sonido externo. Eso lo vemos en la instrucción de los sordomudos; tal instrucción resulta posi-
ese sistema fonético convierte, tanto porlingüística su originaria homogeneidad con lase entera disposición del individuo, cuanto en sus numerosísimas influencias -imposibles de seguir una a una- sobre todas las partes de la estructura lingüística, en el fundamento de la peculiaridad especial de la lengua entera. La disposición lingüística específica que resuena en el alma se refuerza en su peculiaridad al percibir a su vez su propio sonar como un sonar extraño. Si bien es cierto que toda actividad verdaderamente humana necesita de la lengua y que ésta constituye incluso el fundamento de la totalidad de esas actividades, no lo es menos que una nación puede, sin embargo, entrete jer su lengua de manera más o menos estrecha con el sistema de sus pensamientos y sus sensaciones. Esto no es tampoco algo que se base meramente, como a veces suele creerse, en su espiritualidad en general, en su orientación mayor o menor hacia lo sensible, en su inclinación hacia la ciencia y el arte, y menos todavía se basa en su cultura, palabra ésta, por cierto, que es sumamente equívoca y que debe usarse con el más exquisito cuidado. Una nación puede destacar en todos esos aspectos y, sin embargo, apenas conceder a la lengua los derechos que le corresponden. La razón de esto se halla en lo siguiente. Aunque el área de la ciencia y el arte nos la imaginemos completamente separada de todo aquello que se refiere a la ordenación de la vida física, hay, sin embargo, para el espíritu muchos caminos de llegar hasta allí y no todos ellos re-
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5/12/2018
Humboldt,WilhelmVon -EscritosSobreElLenguaje-slidepdf.com
claman la lengua con igual f uerza y viveza. Esos caminos pueden determinarse en parte según los objetos del conocimiento, y aquí no necesito recordar más que las artes plásticas y la matemática, y pueden determinarse en parte según la índole del instinto espiritual; éste puede buscar más la intuición sensible, o puede aficionarse a la seca reflexión, o puede, en fin, tomar una dirección que no necesite de la entera plenitud y finura de la lengua. También hayal mismo tiempo en la lengua, como ya señalamos antes, una duplicidad, y en virtud de ella el
dades espirituales, aquella que con más éxito lleve a la meta, pues el ser humano lo es sólo mediante lengua, y la lengua lo es tan sólo porque busca únicamente en la palabra el eco del pensamiento. Pero ahora nosotros podemos pasar por alto esto y quedamos tan sólo con que, cuando menos, por ningún camino distinto de ése puede alcanzar la lengua una perfección mayor. Lo que la articulación de los sonidos, o, como también podría decirse, lo que su propiedad formadora de pensamientos destaca y expone a la luz, será buscado o captado afanosamente
ánimolanolengua es conmovido siempre con la necesaria ción; f orma conceptos, introduce en la unificavid~ el dominio del pensamiento, y hace eso mediante el somdo. La estimulación espiritual producida por la lengua puede llevar a que, af ectados preferentemente por el pensamiento intentemos al mismo tiempo aprehenderlo por otra Ví ~más inmediata, o aprehenderlo de manera más sensible, o más pura, más independiente de un sonido qu: ~parece como fortuito; la palabra es entonces tratada umcamente como una ayuda accesoria. Pero también puede ocurrir que sea precisamente el pensamiento vestido de sonidos el que ejerza la acción principal sobre el ánimo, que sea precisamente el sonido conformado en palabra el que entusiasme; y entonces lo principal es la lengua,
en esa afinación espiritual; y de ese modo la escritura alf abética, que presenta continuamente al alma la articulación de los sonidos, que se la presenta primero al anotarla, y luego al producir de la manera más íntima los pensamientos, a medida que va generalizando tal hábito, la escritura alf abética, pues, ha de estar estrechísimamente conectada con la disposición lingüí stica individual de cada nación. Sea inventada o sea dada, esa escritura e jercerá su acción plena y peculiar únicamente allí donde haya ido ya precedida de una oscura sensación de su necesidad. Enlazada inmediatamente de esa manera con la naturaleza más íntima de la lengua, la escritura alf abética e jerce necesariamente su influencia sobre todas las partes de ella y es exigida desde todos los lados. Pero yo sólo quiero recordar dos puntos con los cuales es particularmente evidente su conexión: las excelencias rítmicas de las lenguas y la formación de las formas gramaticales. Sobre el ritmo apenas es necesario añadir algo en este aspecto. La producción plena y pura de los sonidos, la separación de los sonidos singulares, la cuidadosa consideración de su diversidad peculiar, son cosas de las que no puede prescindirse allí donde su mutua relación forma la regla de su alineación conjunta. Es cierto que en todas las naciones ha habido poesía rítmica antes de que se usase la escritura y también es cierto que en algunas naciones ha habido de manera regular excelencia en la medición de las sílabas, y que en unas pocas, dotadas de una
el pensamiento aparece sólo como algo que brota de ella y que está entrelazado inseparablemente con ella. Al comparar, pues, las lenguas con la individualidad de las naciones, lo primero que hay que hacer es, ciertamente, prestar atención a su orientación general, pero, en segundo lugar, prestar siempre atención sobre todo a esa diferencia que acabamos de mencionar, a la inclinación por el sonido, al fino sentimiento discemidor de sus infinitos ecos del pensamiento, a la leve ef ervescencia que permite ser af inados por él y dar al pensamiento mil formas a las que nunca podría llegar el espí ritu desde arriba, mediante una clasif icación de los pensamientos, precisamente porque esas formas encuentran su estimulación en la plenitud de su materia sensible. Fácil resultarí a mostrar que esa orientación ha de ser, para todas las activiy
organización ha innegable habido una excelencia en particularmente ese tratamiento. feliz, Pero es queelevada tal ex-
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de la excitabilidad del oído y del ánimo, cosa que los hace celencia ha de salir ganando cuando se agrega el alfabe5/12/2018 Humboldt, Wilhelm Von -Escritos SobreEl Lenguaje-de slidepdf.com ser. afectados y conmovidos tal manera por la relación to, y antes de esa época ella misma testifica ya un tal sentide las articulaciones, que en las articulaciones unidas son miento de la naturaleza de los sonidos singulares de la distinguidas las articulaciones singulares, y su validez solengua que propiamente 10 único que falta es el signo de nora es conocida de manera precisa y correcta. eso, de igual modo que, también en otros empeños, el ser Esto, de todos modos, es algo que en parte se debe humano ha de aguardar con frecuencia que le llegue de la también al sentimiento musical, que no pertenece inmemano del destino la expresión sensible de aquello que ya diatamente a la lengua. Pues el sonido posee la af ortunadesde mucho antes lleva él espiritualmente dentro de sí . da peculiaridad de poder tocar por dos vías 10 ideal, a saPues lo que principalmente hay que tener en cuenta al ber, mediante la música y mediante el lenguaje, y de poapreciar la influencia que sobre el lenguaje ejerce la escrider unir una a otra esas dos vías; con ello el canto acomtura alfabética es que también en ésta hay propiamente dos cosas: la separación de los sonidos articulados y sus pañado de palabras produce indiscutiblemente en el área signos externos. Ya antes, a propósito del chino, hemos señalado (y esa observación puede extenderse también, en determinadas circunstancias, a la escritura verdaderamente alfabética) que no todo uso de una designación fonética produce sobre la lengua la influencia decisiva que la escritura alfabética en su verdadero espíritu asegura en todos los casos a la nación y a su lengua. En cambio, allí donde, aun sin la posesión de signos alfabéticos, en virtud de la destacada disposición lingüí stica de un pueblo, es preparada y generada esa percepción interna del sonido articulado (la parte espiritual, por así decido, del alfabeto), allí el pueblo disfruta ya de una parte de las ventajas de la escritura alfabética incluso antes de que haya surgido. Por ello los metros silábicos que desde la más remota antigüedad se han conservado y han llegado hasta nosotros, como el hexámetro y el verso de dieciséis sí labas de la sloca, metros cuya mera cadencia silábica mece todavía ahora el oído con una magia inimitable, son tal vez pruebas más fuertes y seguras del profundo y refinado sentido lingüí stico de aquellas naciones, que los restos mismos de sus poemas. Pues, por muy estrechamente hermanada que esté la poesía con la lengua, son varias, claro está, las disposiciones espirituales que actúan conjuntamente sobre ella; el hallazgo de un entrelazamiento armonioso de sílabas cortas y largas da testimonio, empero, del sentimiento lingüístico en su verdadera peculiaridad,
entera del arte, al combinarse en él dos de sus formas más signif icativas, la sensación más plena y más excelsa. Pero cuanto mayor es la viveza con que aquellos metros silábicos hablan en favor de la disposición musical de sus inventores, tanto más testifican el vigor del sentido lingüístico de éstos, ya que es precisamente en virtud de tales metros como se le conservan sus plenos derechos al sonido articulado, es decir, a la lengua, junto a la fuerza arrebatadora de la música. Pues por lo que más generalmente difieren los antiguos metros silábicos de los modernos es precisamente porque aquéllos tratan verdaderamente el sonido siempre, también en la expresión musical, como sonido lingüí stico, porque desdeñan la identidad repetida, completa o incompleta, de los sonidos unidos (rima y asonancia), los cuales abocan a la mera sonoridad, porque sólo muy raramente se permiten extender o reducir las sílabas en contra de su naturaleza, obedeciendo meramente a la fuerza del ritmo, y porque se cuidan muy precisamente de que suenen claras e inmodificadas y armoniosas en su validez natural. La flexión, en la cual se basa la esencia de las formas gramaticales, lleva necesariamente a distinguir y considerar las articulaciones singulares. Si una lengua enlaza entre sí únicamente sonidos dotados de significación, o, por lo menos, no sabe fundir de manera fija las designaciones gramaticales con las palabras, tal lengua se las ve únicamente con un todo fonético y no es estimulada a distin-
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su estructura y de su uso. Pero la articulación es precio guir una articulación singular, como sí lo es por la apari5/12/2018 Wilhelm Sobre ElLenguaje -slidepdf.com samente la esencia de la lengua y no hay en ella nada que ción de la palabra distinta sóloHumboldt, en sus flexiones. Por Von tan- -Escritos no pueda ser parte y todo; el efecto de su tarea constante to, de igual manera que la finura y la viveza del sentido se basa en la facilidad, exactitud y concordancia de sus lingüí stico llevan a f ormas gramaticales f i jas, así también separaciones y agrupaciones. El concepto de articulación éstas propician el reconocimiento del alf abeto en cuanto es la consecuencia lógica de la lengua, igual que lo es del sonido, y de ese reconocimiento se siguen después más pensar mismo. Por tanto, allí donde, en virtud de la agufácilmente la invención o el fecundo empleo de los signos deza del sentido lingüístico, la lengua es sentida en un visuales. Pues allí donde a una lengua todavía imperfecta pueblo en su peculiaridad auténtica, espiritual y f onética, gramatical mente se le ofrece un alf abeto, allí la flexión allí ese mismo pueblo es estimulado a avanzar hasta los puede ser formada mediante la añadidura y la modificaelementos de la lengua, hasta sus sonidos básicos, y a disción de letras singulares, y la f lexión existente puede ser tinguidos y designados, o, para decido con otras palaconservada con más seguridad, y la que todavía se encuentre medio afijada puede ser separada con mayor pubras, es estimulado a inventar la escritura alfabética o a tomar af anosamente la que se le ofrece. reza. Por tanto, la exactitud de la visión intelectual de la Pero mucho más esencialmente todavía actúa la escrilengua, la elaboración de sus sonidos, que testifica viveza tura alfabética sobre la lengua, aunque ello no sea recoy finura, y la escritura alf abética, son cosas que se reclanocible tan visiblemente en las contexturas singulares, por man y propician mutuamente, y, reunidas, consuman la el hecho de que sólo ella lleva a su culminación la inteliaprehensión y la formación de la lengua en su auténtica gencia de la articulación de la lengua y difunde de manepeculiaridad. Todo fallo en uno de esos tres puntos se ra más general su sentimiento. Pues sin la distinción, dedeja sentir en la estructura o en el uso de la lengua; y allí terminación y designación de las articulaciones singulares donde la actuación natural de las cosas no experimenta no son conocidas las partes fundamentales del hablar ni desviaciones debidas a circunstancias particulares, allí es es hecho efectivo en la totalidad de la lengua el concepto lícito abrigar la esperanza de encontrar juntos esos tres de articulación. Pero el hacer efectivo en su integridad puntos y, además, unidos a la fijeza de las formas gramatodo concepto que esté en un objeto, eso es siempre y en todas partes algo de máxima importancia, yideal, lo es como todavía más allí donde el la objeto es completamente ocurre en el caso de la lengua, y donde, en parte simultáneamente, en parte sucesivamente, el instinto actúa, el sentimiento vislumbra, el entendimiento entiende, y la intelección del entendimiento vuelve a operar a su vez sobre el sentimiento, corrigiéndolo, y éste hace lo mismo con el instinto. En el caso de las lenguas que no tienen escritura alf abética y en las que no hay huellas visibles de que se haya sentido su necesidad, las consecuencias de la ausencia de eso se extienden mucho más allá de la parte que ha quedado imperfecta, se extienden no meramente a la inteligencia correcta y completa de la articub.dón de los sonidos, sino también a la entera í ndole de
ticales y al arte delaquí ritmo. La restricción hecha previene el afán de querer probar en seguida con la historia de los pueblos (aunque hubiera que imponérsela), o de pretender refutar precipitadamente con ella, aquello que resulta de la mera teoría. Mas no por ello debería decirse que es inútil el desarrollo a partir de meros conceptos, a condición de que sea correcto y completo. Antes bien, ese desarrollo ha de acompañar, donde proceda, el examen de los hechos y ha de ayudarle a determinar los puntos de la investigación. Según lo dicho antes acerca de la conexión de la estructura de las lenguas con la escritura alfabética, las investigaciones exhaustivas sobre la difusión de esa escritura no deberí an separarse de la historia misma de las lenguas, y
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lo que habrá que plantearse será siempre esto: si han sede de ésta meramente en la antes citada escritura demótica. sido la contextura de la lenguaHumboldt, y la disposición lingüística 5/12/2018 Wilhelm Von -Escritos SobreElLenguaje-slidepdf.com de la nación, que en ella se expresa, o si han sido otras El hundimiento en América de un estado de cultura circunstancias las que han influido esencialmente en el anterior, situado allende los más antiguos inicios de la modo de inventar y apropiarse un alfabeto, y hasta qué historia que a nosotros nos es conocida, está probado por punto esa manera de generarse ha determinado o modiuna serie de monumentos, constituidos en parte por edificado la contextura de éste, y cuáles son las huellas que ficios y en parte por la artificios a elaboración del suelo, eso ha de jado en la lengua, una vez que se generalizó los cuales se extienden desde los grandes lagos de la zona norte hasta el extremo más meridional de Perú; de esos su uso. monumentos he compilado yo un catálogo, con una finaTras el desarrollo hasta ahora intentado, a partir de lidad distinta, sacado en parte del viaje de mi hermano, ideas, no puede ser aquí mi propósito el entrar también el cual indica exactamente sus fronteras, los centros de en una investigación histórica de las lenguas con respecto a los medios de escritura de que se sirven. Únicamente con el fin de aclarar en el con junto también con un hecho la aseverada conexión entre la escritura alf abética y el lengua je, permítaseme concluir esta relación con algunas consideraciones acerca de las lenguas de América, vistas en este aspecto. Puede darse por hecho que en ninguna parte de América ha aparecido el menor rastro de una escritura alfabética, aunque a veces se ha aseverado o sospechado. Es cierto que entre los jeroglí ficos mexicanos se encuentra un género de escritura que en parte es similar a las couas chinas y que aún no ha sido aclarado exactamente; probablemente no permitirá una aclaración, dados los pocos
esa civilización y la línea que sigue, y que demuestra con mucha fortuna las causas de esta última, y en parte de otras fuentes, principalmente de las obras de los primeros conquistadores. Por tanto, al investigar las lenguas de América mi atención ha estado siempre dirigida al mismo tiempo a averiguar si su estructura lleva las huellas del uso de alf abetos perdidos. Pero nunca he encontrado tal cosa; antes bien, el organismo de esas lenguas es precisamente de tal naturaleza que, partiendo de las anteriores consideraciones generales sobre la conexión de la lengua con la escritura alf abética, puede atinadamente concebirse que esas lenguas no llevaron a la invención de un alfabeto y que,
restos que quedan. manera Pero sisignos en esefonéticos, género de hubiese de alguna las escritura noticias que poseemos sobre el paí s y su historia contendrían rastros de ello. Podrí a ciertamente objetarse que tampoco la antigüedad dice nada de que hubiera signos de letras en los jeroglí ficos egipcios. Sólo que aquí el caso es enteramente diferente. De la posesión por Egipto de una escritura alfabética ha empezado a dudarse únicamente en los tiempos más recientes, cuando se declaró que también la escritura demótica eran signos conceptuales; por lo demás, había una multitud de testimonios que lo probaban o que permitían sospechado. El único objeto de discusión era cuál de entre las especies egipcias de escritura había sido la alfabética; o, más bien, se buscaba la
si sehubiera les hubiera uno, lo único que habría do sido ofrecido una indiferente apropiación de ocurriél. La aceptación de la escritura europea llegada a América no prueba, empero, ciertamente nada en f avor de esto. Pues aquellas infortunadas naciones fueron oprimidas en seguida y sus más nobles etnias fueron exterminadas en su mayor -parte, de tal manera que no cabe pensar en una actividad nacional libre, al menos en una actividad nacional espiritual. Algunos mexicanos, sin embargo, asimilaron realmente el nuevo medio de anotación y dejaron obras en la lengua indígena. Como ha quedado mostrado en lo dicho antes, todas las ventajas del uso de la escritura alfabética se refieren principalmente a la forma de la expresión y, por medio
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de ella, a la evolución de los conceptos y a la ocupación con ideas. En eso reside su ef ecto, de eso brota la necesidad que de ella se siente. Mas precisamente la forma del pensamiento no es favorecida de modo preferente, y a menudo es descuidada del todo, por la estructura de las lenguas de América, las cuales, es cierto, tienen una homogeneidad sorprendente, aunque no, desde luego, ni mucho menos, la que hasta ahora ha venido diciéndose; y los pueblqs americanos no se encontraban, tampoco en tiempos de la Conquista, ni en sus reinos más florecientes, en aquel nivel en el cual brota en el ser humano el pensamiento como algo que ejerce su dominio en todas partes. Aquí sólo recordaré de pasada la rareza y, en parte, la completa falta de esas designaciones gramaticales a las que cabría calif icar de auténticas formas gramaticales. Pero no creo equivocarme si también cuento en esto la analogía rigurosa y uniforme de esas lenguas, interrumpida sólo por desviaciones sumamente infrecuentes, la acumulación de todas las determinaciones accesorias dadas por un concepto también allí donde su mención resulta innecesaria, la predominante tendencia a la expresión particular en vez de a la más general. No sólo el uso
y como esto va unido a enormes dificultades, seguramente la prolongada privación de una escritura alfabética influyó de manera no insignificante sobre la estructura de sus lenguas. Asimismo, tal influencia pudo ser modificada especialmente por el hecho de que tampoco el género de escritura que poseían algunos pueblos americanos fuese de índole tal como para ejercer una influencia significativa sobre la lengua y el sistema de los pensamientos. Esto lo toco, sin embargo, sólo de pasada, pues para poder poner pie realmente en ello sería necesario hacer una comparación de las lenguas de América con las lenguas de los pueblos de otros continentes que tampoco se sirvieron de signos de escritura, y con la lengua china, a la cual le son ajenos cuando menos los signos alfabéticos; pero no es éste el lugar de hacer tal cosa. En cambio está más próximo a las consideraciones que aquí hay que hacer, y resulta por sí mismo evidente, que la prolongada privación de la escritura favorece la uniformidad regular de la estructura lingüística, a la cual se tiene equivocadamente por una excelencia. A la memoria le resulta más dificultoso retener las desviaciones, especialmente cuando aún no se ha despertado una reflexión sobre la lengua suficiente para descubrir y apreciar
duradero de escrituraesas alfabética habríaquemodificado y cambiado, a una mi parecer, cosas, sino una espiritualidad nacional más viva habrí a sabido desprenderse también de esas torpes cadenas, habría captado los conceptos en su universalidad, habría aplicado de manera más enérgica y adecuada la articulación que reside en el pensamiento y en la lengua, y habría sentido el impulso a asegurar mediante signos visuales la timorata conservación de la lengua en la memoria, con el fin de que la reflexión pudiera ejercer más sosegadamente su dominio sobre ella y el pensamiento pudiera moverse dentro de formas más fijas, pero más libres y cambiantes. Pues si la escritura alfabética no había hecho compañía a la población de América (en la medida, en efecto, en que se acepta una del e~tranjero), entonces las naciones americanas estaban sin duda consignadas a inventarIa por sí mismas;
sus razones internas, no se ha despertado aúnmeramenespíritu investigador suficienteopara buscar sus razones te históricas. El predominio de la memoria habitúa también al alma a producir los pensamientos con la impronta más idéntica posible; y finalmente, a la atención dirigida a la investigación exacta del lenguaje no le son ajenos los casos en que la escritura misma, la alineación de las letras, produce abreviaciones y modificaciones. No debería confundirse con esto el hecho de que la escritura da a las formas también más firmeza y, con ello, en otro aspecto, más uniformidad. De ese modo actúa en contra sobre todo de la escisión en dialectos demasiado numerosos, y es difícil que con un uso duradero de la escritura se hubieran conservado las diversidades, presentes en las más de las lenguas americanas, de expresiones
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propias para varones y para mujeres, para niños y para adultos, para nobles y para el pueblo llano. Por lo demás, en la misma población y en la misma clase muestran las lenguas americanas una admirable fijación de las mismas formas mediante la mera tradición. Eso hay ocasión de observado al comparar los escritos de los misioneros, coincidentes con los primeros tiempos de los asentamiento s europeos, con el modo actual de hablar. Esa misma ocasión se ofrece sobre todo en el caso de las tribus de Norteamérica, pues en los Estados Unidos (y, por desgracia,
América de los demás continentes. Ni siquiera en los sitios donde estaban muy cerca unas de otras lenguas decididamente distintas, como ocurría en la actual Nueva España, he podido yo notar jamás en su estructura, por ninguna huella segura, la influencia vivificadora o conformadora de las unas sobre las otras. Pero las lenguas ganan fuerza, riqueza y configuración sobre todo por el choque de una diversidad grande e incluso constante, ya que por esa vía pasa a ellas un contenido más rico de existencia humana, conformado ya en lengua. Pues su ganancia real
ahoradigna únicamente allí) por se la preocupan, dedestino una manera muy de aplauso, lengua y el de los indígenas. Sería, pues, muy deseable que la atención se orientase más precisamente a esa comparación de los mismos dialectos en tiempos distintos. La fijeza producida por la escritura es, por tanto, más una universalización de la lengua, que va pasando poco a poco a formar un dialecto propio, y es muy distinta de la implantación, a que antes nos referimos, de una única regla en una multitud de casos que ciertamente son parecidos, pero que no siempre son enteramente idénticos, si se consideran con exactitud el concepto y el sonido. Todo lo aquí dicho puede aplicarse también a la acumulación de demasiadas determinaciones en una única forma; y al investigar más a fondo las razones se ve que todos los fenómenos aquí mencionados dependen de la actividad, orientada más o menos enérgica y peculiarmente a la lengua, del espíritu, actividad de la cual la escritura es prueba y a la vez causa propiciadora. Allí donde falta esa actividad, su ausencia se muestra en la estructura imperfecta de la lengua; y allí donde esa actividad ejerce su dominio, esa estructura experimenta una remodelación saludable, o ya desde el inicio no aparece. Pero la escritura, la necesidad que se siente de ella y la indiferencia frente a ella, son cosas que están constantemente unidas a la una o la otra de esas situaciones. Al enumerar las causas de la peculiaridad de las len-
es sólo se ésa,genera la ganancia en ellas, igual que encreativas, la Naturaleza, de la que plenitud de las fuerzas sin que el entendimiento pueda llegar al fondo del modo de ese crear, la ganancia que se genera de la intuición, de la imaginación, del sentimiento. Sólo de ellas ha de aguardar la lengua materia y enriquecimiento. Y es más bien sequedad y pobreza lo que ha de temer de la elaboración por el entendimiento, cuando esa elaboración va más allá de procurar a la materia su plena validez en el pensar claro y preciso. La escritura puede ahora difundirse, e incluso originarse, con mayor facilidad allí donde una peculiaridad se enfrenta vivamente a otra; una vez surgida y desarrollada, la escritura puede, sin embargo, ser desventajosa también para la vitalidad de la lengua y para su influencia sobre el espíritu, lo mismo que la elaboración lógica, en cuya proyección es ella la que más poderosamente colabora. Pero en las lenguas americanas aquello que las mantuvo alejadas de la escritura a1fabética, dado que ni siquiera les llegó una de fuera, estaba sobre todo, desde luego, en la ausencia de una cultura espiritual, más aún, en la f alta de una general orientación intelectual. De ello ofrecen los mexicanos un ejemplo sorprendente. Al igual que los egipcios, los mexicanos poseyeron imágenes y escritura jeroglíficas, pero nunca dieron los dos pasos importantes con los que aquel pueblo de la Antigüedad probó en seguida su profunda espiritualidad: el de separar
guas americanas, no deberíaniolvidarse su antes mencionada homogeneidad tampoco tampoco la separación de
de la imagensensible. la escritura, y el deque tratar la imagen un símbolo Esos pasos, emergen de la como indi-
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los que esas excelencias precisamente no pueden ser devidualidad espiritual del pueblo, dieron su forma duraderivadas del trato con europeos. Puesto que todo lo que escritura egipcia, parecer Von no se-Escritos y a mi Humboldt, Wilhelm Sobre ElLenguaje -slidepdf.com mueve a los seres humanos pasa a su lengua, sin duda deberían considerar como una evolución gradualmente habrá que hacer una distinción entre la fortaleza y la peprogresiva del uso de la escritura por imágenes, de la picculiaridad del modo de sentir y del carácter en la vida en tografía, sino que se asemejan a chispas espirituales que general, por un lado, y la orientación intelectual y la inbrillan en una nación o en un individuo, produciendo reclinación hacia las ideas, por otro. Ambas cosas vuelven pentinamente una remodelación. La jeroglífica mexicana a irradiar en la expresión, pero sin la última no cabe intampoco llegó a la forma de arte. Y, sin embargo, entre fluir poderosa y duraderamente sobre la configuración y las naciones americanas que nos son conocidas, me parela estructura de la lengua. ce a mí que los mexicanos son los que tienen el carácter Es muy probable que, aunque el imperio mexicano yel espíritu más excelentes, así como también creo poder el peruano hubieran continuado existiendo durante siglos probar las excelencias de su lengua con respecto a la pe-
dera a la entera 5/12/2018
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ruana. La atrocidad de sus sacrificios humanos muestra, de todos modos, a los mexicanos en una figura increíblemente tosca y horrible. Sólo que no puede decirse que sea menos cruel la fría política con que los peruanos, guiándose por meras ocurrencias de sus soberanos, y con la apariencia de una sabia tutela, arrancaron a naciones enteras de los lugares donde residían y emprendieron guerras sangrientas con el fin de imprimir en los pueblos, hasta donde pudieron hacerla, la impronta de su uniformidad monacal. En la historia mexicana hay un movimiento más vivo y más individual, y ese movimiento se alza, cuando se agrega la cultura, a una espiritualidad superior, aunque las pasiones denuncien tosquedad. El urbanismo la devictoriosa los mexicanos, la seriededesusus luchas esas con sus vecinos, ampliación imperio, cosas traen al recuerdo la historia romana. No es posible pronunciar un juicio exacto acerca del uso de su lengua en la poesía y en la elocuencia, pues es difícil que los discursos públicos y familiares que aparecen en los escritores estén recogidos con fidelidad suficiente. Sólo que cabe muy bien imaginar que a la expresión no le habrán faltado, sobre todo en los discursos políticos, ni la agudeza ni el fuego, ni tampoco la arrebatadora fuerza de todos los sentimientos. Pues todas esas cosas se encuentran todavía en nuestros días en los discursos de los cabecillas de las salvajes hordas de Norteamérica, discursos de cuya autentIcidad no parece que pueda dudarse, y en
sin ser llegado conquistados extranjeros, esas naciones no hubieran por sípor mismas a la escritura alfabética. La pictograf ía y las cuerdas de nudos, poseídas por ambos pueblos, pero de las cuales, por causas aún no aclaradas decididamente, la primera entre los mexicanos y las segundas entre los peruanos permanecieron exclusivamente en el uso estatal y en el uso nacional propiamente dicho, cumplían los fines externos de la anotación de los pensamientos, y difí cilmente se habría despertado una necesidad interna de medios más perfectos. Sobre las cuerdas de nudos, que también eran usadas en otras zonas de América además de en Perú y en México, y que han llevado a sospechar una conexión de la población de América con China, así como los jeroglíficos han llevado a sospecharla con Egipto, recopilaré en otro lugar las noticias que acerca de ellas se encuentran. Esas noticias son, desde luego, muy escasas, pero resultan suficientes, con todo, para dar de ese género de signos un concepto más preciso y exacto que el que se obtiene de los relatos de Robertson y de otros escritores modernos. La significación de esas cuerdas residía en el número de sus nudos, en la diversidad de sus colores y también, presumiblemente, en el modo de hacer los nudos. Sin duda esa significación no era la misma en todas partes, sino distinta según los objetos, y cabe sospechar que, para conocerla, era preciso saber de quién procedía la comunicación y a qué se refería. Pues de la conservación de esas
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de una explicación oral y los signos no conservaban por sí mismos de manera auténtica y completa el pensamiento (como sí debe hacer la escritura, a condición de que esté dada la clave de su significado). Pero sobre esto no cabe pronunciarse con seguridad. y si yo he abordado la contextura presumible de esas cuerdas de nudos, de las cuales todavía en el siglo pasado se encontraba una (pero una mexicana) en la Colección Boturini, ha sido únicamente para mostrar de qué manera conocían los pueblos de América el doble género de
cuerdas estaban encargados, según la diversidad de las ramas de la Administración, funcionarios distintos. Finalmente, su desciframiento era una cosa artificiosa y se requerían unos intérpretes específicos. Por ello parecen pertenecer en general a la misma clase que los bastones con muescas, sólo que esas cuerdas fueron medios artificiales, con un grado de perfeccionamiento muy elevado, primero de la memoria, y luego de la comunicación, cuando era conocida la clave de la conexión de los signos con lo designado. Lo único que continúa siendo dudoso es el grado en que, de ser convenciones subjetivas para casos determinados y exactamente condicionados, pasaron a ser verdaderos signos de pensamientos. Es manifiesto que fueron ambas cosas a la vez, pues, por ejemplo, en aquellas cuerdas con las que los jueces comunicaban la índole y la cantidad de los castigos impuestos, los colores de las cuerdas indicaban los crímenes, y los nudos, los tipos de pena. Pero no es claro que en esas cosas fuera posible también una expresión más general de los pensamientos; es algo que ha de ponerse muy en duda, pues tampoco el hacer nudos en cuerdas de colores parece proporcionar una diversidad suficiente de signos. En cambio sí había tal vez en ese arte de las cuerdas
signos a que pertenece, sea como fuere, toda escritura: la escritura, comprensible por sí misma, mediante imágenes, y la escritura mediante un enlace, formado arbitrariamente para la memoria, de ideas, allí donde el signo recuerda lo designado mediante una tercera cosa (la clave de la designación). La distinción de esos dos géneros -que se compenetran allí donde la pictografía alegorizante renuncia también a su comprensibilidad inmediata, y que, por su masa, y en el avance de signos aparentemente arbitrarios, eran en parte originariamente imágenes- es de gran importancia precisamente con vistas a la lengua, como puede mostrarse en las lenguas mexicana s y peruanas. Los jeroglíficos mexicanos habían alcanzado un grado
unos que métodos especiales de mnemónica ayuda adelanudos memoria, tampoco a la Antigüedad clásicao le fueron ajenos. Parece que entre los peruanos tuvieron realmente vigencia tales métodos. Pues se cuenta que los niños, para retener las fórmulas de plegaria que les comunicaban los españoles, alineaban piedras de colores, es decir, observaban un método similar a las cuerdas de nudos, sólo que con objetos diferentes. Si se presupone esto, entonces las cuerdas de nudos fueron, desde luego, escritura en el sentido más amplio de la palabra, pero quedaban muy lejos de ese concepto, pues en la comunicación a distancia la comprensión se basaba en el conocimiento de las circunstancias exteriores; y allí donde servían para la transmisión histórica y estaba reservado a la memoria el trabajo más principal, al cual los signos le servían únicamente de ayuda, allí tenía que añadirse la propagación
no pequeño de perfección; es manifiesto que hoy conservaban el pensamiento por sí mismo, pues todavía resultan comprensibles, y también se diferenciaban a veces claramente de las meras imágenes. Pues aunque, por ejemplo, el concepto de conquista es representado en ellos casi siempre por la lucha de dos guerreros, también se encuentra al rey sentado con el signo de su nombre, y luego armas figuradas como trofeos, y el símbolo de la ciudad conquistada; todas esas cosas, tomadas juntas, son esta nítida frase: el rey conquistó la ciudad , y son una inscripción mucho más precisa que la famosa frase saíta, que suele ser citada como la única en la que se han conservado, en el testimonio de la Antigüedad, el significado y el signo al mismo tiempo. Por lo que acabamos de decir se ve asimismo que no había falta de medios para escribir también nombres y que, por tanto, se estaba en cami-
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no de poseer signos fonéticos a la manera de los chinos. la situación de estar consignado sin escritura a la mera Sin embargo, puede ponerse muy en duda Wilhelm que la jeroglí - -Escritos 5/12/2018 Humboldt, Von Sobre Elel Lenguaje -slidepdf.com memoria. Pero punto más importante de distinción en f ica mexicana llegase a ser alguna vez una verdadera esla situación con escritura y en la situación sin escritura critura. es precisamente éste: que en la primera la memoria no Pues sólo puede calif icarse de tal aquella que indica desempeña ya el papel principal en los empeños espipalabras determinadas en una secuencia determinada, cosa rituales. que también sin letras es posible, mediante signos conSean cuales sean, empero, las ventajas y las desventaceptuales e incluso mediante imágenes. Si, por el contra jas de cada uno de esos dos sistemas de escritura, a las rio se llama escritura, en el sentido más amplio de la naciones que se los habían apropiado les resultaban sufipaíabra, a toda comunicación de pensamientos que aconcientes; se habían habituado a ellos, y cada sistema, y sotezca mediante sonidos, es decir, aquélla en la que el esbre todo el peruano, estaba incluso entretejido con la cribiente se imagina también palabras y que el lector traconstitución del Estado y con el modo de administrado. duce a palabras, bien que no a las mismas (una def inición Por ello no cabe ver cómo uno de esos pueblos habrí a llesin la cual no habrí a ninguna frontera entre la imagen y gado por sí mismo a la escritura alfabética; no cabe nela escritura), entonces hay entre esos dos puntos extremos gar, con todo, tal posibilidad. El ejemplo de Egipto muesun vasto espacio para múltiples grados de perfección de tra el cercano parentesco de los jeroglíficos fonéticos y la escritura. Tal perfección depende, en efecto, del grado las letras; de la presentación gráfica de las anudaciones en que el uso ha unido más o menos la contextura de los de las cuerdas de nudos pudieron surgir signos que se signos a determinadas palabras o aun sólo a pensamienasemejasen en su figura a los signos chinos. Para ello hutos; con ello el descif ramiento se acerca más o menos a biera sido precisa, empero, una disposición espiritual sela verdadera lectura; y en ese espacio también la escritume jante a la que acusaron ya muy pronto los egipcios y ra jeroglífica mexicana parece haberse quedado dete?ida que también la más antigua tradición nos presenta de únicamente en un nivel que ahora ya no cabe determmar, igual manera; y es en todos los casos un signo desfavorasin alcanzar el concepto de verdadera escritura. La posible para la evolución futura de una nación el que alcance bilidad de conservar jeroglí fi camente poemas, de los cuaya un grado tan significativo de cultura y unas fo~~as les a algunos f amosos, expresamente, algo quehabí ahora ya no cabe decidir,citados dado que la poesí a vaesunida irrevocablemente por su forma a palabras determinadas en una secuencia determinada. Si eso no era posible, entonces los peruanos se encontraban al respecto en una situación más ventajosa. Pues una escritura, o un analogon de escritura, que no represente los objetos mismos, sino que sea más un medio interior de memoria, puede adherirse muy exactamente a la lengua, aun cuando sea menos capaz de pasar a otro pueblo o a un tiempo lejano. No debería olvidarse, con todo, que un pueblo que se sirve de tal escritura en tal sentido, no es que posea realmente una escritura, sino que, más bien, lo único que ha hecho ha sido perf eccionar en alto grado con medios artificiales
sociales tan múltiples y fijas, como fue el caso en MeXIC y en Perú, sin que salga a luz al mismo tiempo aquella disposición. Cabe sospechar que en ambos imperi~s hubiera habido un rechazo, como lo hay hoy en Chma, a aceptar el uso de la escritura alfabética, si ese, uso se ~ubiera of recido voluntariamente, y no por la VIa constnctiva de la conquista. De igual manera que, a propósito de las formas gramaticales, he intentado mostrar que su puesto puede ser ocupado vicariamente por meros analoga , así también oc~rre eso con la escritura. Allí donde falta la verdadera escntura, la única acomodada a la lengua, también otras escr~turas vicarias pueden satisfacer todos los fines y neceSIdades externos y, hasta cierto grado, también los internos.
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Lo único que nunca y por nada puede reemplazarse es la acción peculiar de aquella verdadera y adecuada escritura, como tampoco la acción peculiar de la auténtica forma gramatical; y esa acción consiste en la aprehensión interna y en el tratamiento de la lengua, en la configuración del pensamiento, en la individualidad de la facultad de pensar y sentir. Sin embargo, allí donde hayan echado raíces unos medios vicarios (ahora esta expresión resultará comprensible sin duda), allí donde el sentido, dirigido instintivamen-
Ex quo intelligimus, quantum dualis numerus, una et simplice eompage solidatus, ad rerum valeat perfectionem.
Lactantius de opiticio dei
te en la nación en hacia lo lugares mejor, no haya impedido su encumbramiento, esos tales medios embotarán todavía más ese sentido, mantendrán el sistema de la lengua y del pensamiento en la dirección falsa que con ellos se corresponde, o darán a ese sistema la misma dirección, y ya no será posible expulsados, o su efectiva expulsión ejercerá ahora de una manera mucho más débil y lenta la aguardada acción saludable. Por tanto, allí donde la escritura alfabética debe ser tomada y apropiada con alegre ardor por un pueblo, allí es preciso que le sea ofrecida tempranamente, en el tiempo de su frescor juvenil, al menos en un tiempo en que el pueblo no haya formado ya, por vías artificiosas y fatigosas, un género diferente de escritura y se haya habituado a él. Mucho más, todavía,
Entre los múltiples de recorrer el estudio comparado de lascaminos lenguas que para ha resolver la tarea de cómo se manifiesta el lenguaje humano universal en las lenguas particulares de las diversas naciones, uno de los que indiscutiblemente conducen de manera más acertada a la meta es aquel que consiste en considerar una sola parte del lenguaje, siguiéndola a través de todas las l~nguas conocidas de la Tierra. Puede hacerse esto o bIen con palabras singulares o clases singulares de palabras, por lo que respecta a la designación de los conceptos, o bien con una forma gramatical, por lo que respecta a la construcción del discurso. Ambas cosas han sido ya ensayadas de varios modos, pero lo único que ha solido hac~rse ha sido alinear al azar un cierto número de lenguas, sm
habrá deinventada ser ése elpor caso la escritura alfabética deba ser unacuando necesidad interna y, precisamente, sin pasar por la mediación de otra diferente. Si eso ha sucedido realmente alguna vez, o si es tan improbable que debería ser visto tan sólo como una lejana posibilidad, es una cuestión sobre la que me reservo el vol· ver en otra ocasión.
prestar atención a laa aspiración, te en modo alguno, la totalidad.que aquí no es indiferenSi se dirige una mirada de conjunto al modo como, en las diversas lenguas, una forma gramatical -puesto que yo, de conformidad con mi finalidad actual, me limito a éstas- es tratada, destacada o descuidada, modelada de manera peculiar, puesta en conexión con otras, expresada de manera directa o con una perífrasis, tal yuxtaposición arroja con mucha frecuencia una luz enteramente nueva sobre la naturaleza de esa forma y, a la vez, sobre la contextura de las lenguas singulares tomadas en consideración. Cabe establecer entonces una comparación entre el * Texto leído en la Academia de las Ciencias de Berlín el 26 de
abril de 1827.
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carácter particular que tal forma asume en las diversas lenguas y aquel carácter que portan en sí las demás formas gramaticales de esas mismas lenguas y juzgar de ese modo el entero carácter gramatical de estas últimas, así como su coherencia gramatical. Con respecto a la forma misma, sin embargo, el uso q\le realmente se ha hecho de ella se contrapone al uso que cabe deducir de su mero concepto, lo cual nos pone a salvo de la unilateral manía de sistema en que necesariamente se cae cuando se quiere determinar por meros conceptos las leyes de las lenguas efectivamente existentes. Precisamente, la circunstancia de que el procedimiento aquí recomendado insista en la búsqueda lo más completa posible de los hechos, pero haya necesariamente de unir a ella la derivación a partir de meros conceptos, con el fin de introducir unidad en la multiplicidad y adquirir el punto de vista correcto para la observación y el juicio de las diversidades singulares, precisamente esa circunstancia, decimos, previene el peligro que de lo contrario amenaza, con efectos igualmente perniciosos, a un estudio comparado de las lenguas que emprenda unilateralmente o la vía histórica o la vía filosófica. Nadie que se ocupe de ese estudio y al que su inclinación y su talento inviten a recorrer preferentemente el uno o el otro de esos dos caminos debería olvidar que la porpensar, proceder dela la totalidad profundidad delorganización espíritu, de laslengua, leyes del y de de la humana, pero hacerse real en una individualidad aislada, y, dividida en fenómenos singulares, volver a operar sobre ella, es algo que exige la aplicación, dirigida por una metódica correcta, del pensar puro y, a la vez, de la investigación rigurosamente histórica. Una segunda e importante ventaja de las descripciones, realizadas a través de todas las lenguas, de las formas gramaticales, consiste en la comparación de los diversos modos en que son tratadas estas últimas con el estado cultural e incluso con el estado lingüístico de una nación. Es una cuestión de la máxima importancia la de si un cierto grado de perfeccionamiento formativo de una lengua presupone o produce un cierto estado de cultura, y también
lo es la de si ciertas peculiaridades de las lenguas africanas y americanas proceden únicamente del estado de carencia de civilización que les es común en conjunto a los pueblos que las hablan, o tienen otras causas, que habrá que buscar. La respuesta a tales cuestiones conecta el estudio comparado de las lenguas con la historia filosófica del género humano y señala a éste una finalidad superior que lo transciende. Pues el estudio de las lenguas ha de ser elaborado por sí mismo. Mas no por ello porta en sí mismo su finalidad última, como tampoco la porta ninguna parte de la investigación que está subordinado, igual que todas las científica, demás, a lasino finalidad suprema y universal a la que tiende en su totalidad el espíritu humano, la finalidad de que la humanidad se esclarezca a sí misma y esclarezca su relación con todas las cosas visibles e invisibles que hay alrededor y por encima de ella. Yo no creo que pueda darse nunca una respuesta completa a las cuestiones mencionadas, aunque se realice un estudio muy completo y muy preciso de las lenguas. Son demasiadas las cosas concernientes tanto a las lenguas como a las condiciones de las naciones que el tiempo ha sustraído a nuestro conocimiento, y los fragmentos que han quedado no permiten dar un juicio decisivo. Ahora bien, la experiencia que ya he tenido hasta este momento me ha enseñado de varias maneras que la ininterrumpida atención dirigida a esas cuestiones proporciona aclaraciones singulares muy apreciables y en todo caso previene errores y destruye prejuicios.1 A este respecto, sin embar1. El señor SCHMITTHEUNER (Ursprachlehre, p. 20) dice: "Sin considerar que merezca la pena exponer detalladamente que las lenguas de América y de África han de ser tanto más imperfectas y tanto más divergentes las unas de las otras, cuanto menos se han alzado los pueblos que las hablan desde la obtusidad de la vida en el estado de naturaleza hasta la luz de la razón y desde la dispersión de la tosquedad hasta la unidad de la cultura, vamos a proceder ..., etc.» No sé si serían muchos los que estarían dispuestos a suscribir una sentencia tan reprobatoria y que de antemano coarta la investigación. Yo no dejaraquí de tener una opinión enteramente opuesta. No voypuedo a invocar la notable es-
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go, hay que dirigir la mirada no meramente al estado de semejanza de la estructura gramatical que autoriza a 5/12/2018 Humboldt, WilhelmVon Sobre ElLenguaje slidepdf.com familiar y social de las naciones, sino principalmente a -Escritos inferir el parentesco de las-lenguas? Es un f enómeno eslos destinos que sus lenguas han experimentado, hasta pecífico el que para ningún otro fin haya sido empleado donde quepa sondear1as a partir de su estructura o sean el estudio de las lenguas de manera tan varia como para conocidas históricamente. Así, por ejemplo, el perfeccioéste, más aún, el que muchísimos suelan restringir aún hoy namiento formativo gramatical, f ino y completo, de las su utilidad casi sólo a eso y el que hasta ahora sigan fallenguas letonas, que ahora casi se han convertido en metando del todo unos principios debidamente asegurados ros dialectos, no está en absoluto en conexión con el estaque permitan dar un juicio sobre el parentesco de las lendo cultural de los pueblos que las hablan, sino sólo con guas y sobre el grado de ese parentesco. Según mi convicuria conservación más f iel de los restos de una lengua orición, el método habitualmente seguido hasta ahora es sin ginaria y que en otro tiempo tuvo un elevado perfeccioduda suf iciente para reconocer las lenguas cuya concordancia recíproca es muy estrecha, así como para pronunnamiento f ormativo. Por f in, seguramente no es fácil que exista un medio ciarse sobre la compleja divergencia de otras, si bien esto me jor que la observación de la misma f orma gramatical último exige proceder con una cautela mucho mayor. Sólo en un gran número de lenguas para alcanzar una contesque en el medio entre esos dos extremos, es decir, justo tación más completa a esta pregunta: ¿cuál es el grado allí donde más necesaria sería la solución del problema, los principios me parecen que son todaví a tan fluctuantes que resulta imposible dedicarse a su aplicación con tructura que tienen muchas lenguas africanas y americanas. Sin duda no todos los investigadores de las lenguas sentirán dentro confianza. Nada serí a tan importante al mismo tiempo de sí una inclinación a tal estudio, pero todo el que se haya ocupara la lingüística y para la historia como la comprobapado, aunque haya sido sólo superf icialmente, en él admit~rá desción de esos principios. Pero tal comprobación va unida de luego que su conocimiento tiene la máxima importanCIa para a grandes dificultades y exige unos trabajos previos en él estudio de las lenguas. Sólo que el estado cultural de tales poblaciones, especialmente de las americanas, no es siempre el que varias direcciones. se describe en el pasaje citado, y no lo es precisamente en lo que En primer lugar habrá que analizar todaví a muchas se refiere a la expresión de los pensamientos. Los relatos sobre más lenguas, y algunas habrá que analizar1as con una prelas asambleas populares de las naciones de Norteamérica y los discursos que se han difundido de algunos de sus cabecillas dan un concepto enteramente diferente de esas naciones. Muchos pasa jes de tales discursos son de una elocuencia verdaderamente conmovedora, y si bien es cierto que esas tribus mantienen un estrecho contacto con los habitantes de los Estados Unidos, es imposible no reconocer en sus expresiones la impronta de una peculiaridad pura y originaria. Esas tribus se oponen, ciertamente, a cambiar la libertad de sus bosques y montañas por el traba jo de la agricultura y por el confinamiento en casas y aldeas, pero en su vida nómada conservan una mentalidad simple, amante de la verdad, y en ocasiones grandiosa y noble. Véase, de MORSE: Re por t to the Secretary of war o f the Unit ed St ates on Ind ian A ff airs , p. 71, ap. 5, 21, 53, 121, 142,153.Las lenguas de los hom-
bres que saben dar a su expresión esa claridad, esa fuerza y esa viveza no pueden ser indignas de la atención de los lingüistas. De algunas tribus de Sudamérica nos ofrecen testimonios muchas cosas que se encuentran dispersas en el Saggio di st oria amer ica-
cisión mayor empleada hasta ahora. Para gramapoder comparar con que buenlaéxito, desde un punto de vista
na, de GILIJ, que trata de sus leyendas y narraciones. Pero aunque todos los indígenas actuales de América se hubiesen reba jado a un estado de tosquedad asboluta y de obtusa vida de naturaleza, cosa que ciertamente no ocurre, de ninguna manera cabrí a afirmar, sin embargo, que las cosas fueran siempre así . Es bien conocido el floreciente estado del imperio mexicano y el imperio peruano; y huellas de la antigua cultura de los muiscas y de los panos, que han sido encontradas por azar, muestran que varioS pueblos de América habían llegado a un alto grado de desarrollo. (A. v. HUMBOLDT, M onument s d es peuples d e l'Amer ique , pp. 20, 72-74,128,244,246,248, 265, 297.)¿No debería considerarse, pues, que vale la pena investigar si las lenguas americanas que actual. mente sori conocidas llevan en sí la impronta de aquella cultura o de la presunta tosquedad de hoy?
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sobre todo, un estudio, que debe sacar sus datos de la tical, dos palabras tan sólo, únicamente dos, es necesario 5/12/2018 Humboldt, Wilhelm Sobre ElLenguaje -slidepdf.com historia, acerca del modo en que se ramif ican, mezclan y preparar antes exactamente para esa comparación a Von cada -Escritos unen las naciones.3 una de las palabras de por sí, en la lengua a que pertenece. Mientras se siga meramente, yeso es lo que ahora se hace Sólo uniendo esas múlitples investigaciones será pocon mucha frecuencia, la semejanza general del sonido, sible establecer principios para conocer lo que en las lensin buscar las leyes fonéticas de las lenguas mismas y su guas ha pasado efectivamente de unas a otras en la hisanalogía, se corre inevitablemente el doble peligro de de· toria. Todo procedimiento que sea menos profundo y cuiclarar que son idénticas palabras que son distintas y de dadoso que éste deja siempre subsistente el peligro de declarar que son distintas palabras que son idénticas, para confundir aquello que realmente pertenece al parentesco con las metamorfosis causadas por el tiempo o de no mencionar los casos más burdos, pero todavía frecuenmezclado con aquellas cosas que se generan de manera tes, en que las palabras comparadas no son tomadas en similar, con independencia entre sí , meramente por causu forma fundamental, y son pasadas por alto las añadisas similares, en lugares distintos y en tiempos distintos. duras y las f lexiones gramaticales que en ellas hay? De lo que aquí se ha dicho sí guese ya por sí mismo A continuación, la investigación habrá de volverse ha· que el estudio de la gramática ha de constituir la base cia las metamorf osis de las lenguas en el curso de los sien cada una de tales investigaciones. Ese estudio aporta glos, para conocer qué peculiaridades encuentran su exuna utilidad doble: una utilidad mediata, la de preparar plicación meramente en tales metamorfosis. Tras la elalas palabras para la comparación, y una utilidad inmediaboración de las lenguas singulares, que es la que en prita, la de examinar la concordancia o diversidad de la esmer lugar ofrece un material puro y utilizable, es nece· tructura gramatical. Sólo de este último trabajo resulta saria la comparación de aquellas lenguas cuya conexión con precisión qué es aquello que nunca queda en seguida esté probada efectivamente con argumentos históricos, su aclarado por meras comparaciones de palabras, a saber: comparación en su exacto grado de parentesco, para pola cuestión de si las lenguas comparadas pertenecen efecder juzgar por estas analogías las analogí as que aún son tivamente a una única familia o si simplemente han interdesconocidas. cambiado palabras entre sí . Sólo por esta ví a se obtiene, Así es como, finalmente, podría ser muy útil el seguimiento aquí intentado de las formas gramaticales singupor tanto, un concepto preciso de aquella particular separación y unión de los pueblos a la que corresponden lares a través de todas las lenguas conocidas. Pues sólo determinados grados de parentesco de los dialectos. Ahode ese modo cabe examinar cuál es el recíproco comporra bien, en todas estas investigaciones es preciso tomar tamiento, en otros puntos, de las lenguas que son semeel concepto de «parentesco» únicamente en el sentido de jantes entre sí en tales puntos singulares y cuál es la pro«conexión histórica», y no dar demasiado peso al sentido fundidad, mayor o menor, con que interviene en el todo literal de la palabra. Esto último induce, por motivos que de la estructura de la lengua la influencia de las f ormas aquí serí a muy largo discutir, a varios errores.4 singulares. Es obvio que además de estos traba jos preparatorios concernientes a las lenguas se requiere también, 2. En los escritos recientes de Bopp, Grimm y Schlegel se encuentra un gran número de comparaciones de palabras, comparaciones tan merecedoras de imitación como dif íc iles de evitar, y que están f undadas en un análisis exacto y completo.
3. Los Tableaux historiques de l' Asie, de KLAPROTH, prueban cómo las investigaciones históricas de esta especie pueden iluminar muy excelentemente la lingüística. 4. Sobre este problema ha llamado ya muy justamente la atención KV-PROTH (Asia pol yglot t a, p. 43).
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En esto, como en tantos otros puntos, me parece, en efecto, que habremos de limitamos por mucho tiempo todavía a investigaciones singulares, antes de que resulte posible establecer afirmaciones generales. Entretanto, desde luego, ya ahora es necesario algo general, sólo que dentro de límites bien determinados; es necesario algo general, en primer lugar, en aquella parte que el estudio de las lenguas posee también ciertamente, la parte que puede ser sacada únicamente de ideas; y es necesario, en segundo lugar, porque de vez en cuando se precisa tener
más universal), que están tan entrelazadas con la totalidad de la estructura gramatical que su descripción es en cierto modo la descripción de la gramática entera. Con ello, naturalmente, se acrecienta la dificultad. A elegir el dual invita también, empero, el hecho de que la existencia de esta notable forma lingüística quepa explicar1a tanto a partir del sentimiento natural del hombre inculto cuanto a partir del fino sentido lingüístico del hombre muy culto. Por un lado, esa forma se encuentra en las naciones incultas, como Groenlandia, Nueva
una de conjunto de los progresos queinvestigación se han hecho, visión de acuerdo con la situación actual de la singular, en la construcción de la totalidad de la ciencia. Sólo hay dos cosas que nunca ni de ninguna manera deberían admitirse: el traspaso de la deducción conceptual a un campo que no le pertenezca, y la inferencia de conclusiones generales a partir de la observación incompleta. Si la descripción completa de formas gramaticales singulares puede proporcionar las diversas ventajas que aquí se han descrito, de ello se sigue también por sí mismo que es preciso emprender tal descripción de acuerdo, precisamente, con esos distintos puntos de vista. Ya por esta razón he creído que necesitaba permitirme estas observaciones introductorias, que, de lo contrario, podrían pare-
Zelanda, etc., y, porelotro lado,más en el griego la ha conservado precisamente dialecto cuidadosamente elaborado, el ático. Si se comparan varias lenguas con respecto a la misma forma gramatical, yo creo que es preciso seleccionar para ello las formas que se encuentran en el nivel más bajo de la clasificación gramatical, sin temer, llenos de angustia, que con ello escindamos cosas que están estrechamente hermanadas. De esa manera se abarca una extensión menor y se puede entrar mejor en lo que es enteramente singular. Tal es la razón de que yo haya escogido el dual, y no el número en general, aunque necesariamente habré de tener siempre en cuenta al mismo tiempo el plural, que se halla tan estrechamente conectado con el dua!' Sin
cer sin duda una divagación que me apartaba de mi asunto. En este ensayo mi elección ha recaída precisamente sobre el dual; y si eso necesitase una justificación, la encontraría ya en el hecho de que, entre todas las formas gramaticales, es ella la que tal vez más cómodamente puede separarse de la restante estructura gramatical, por cuanto incide en ella de un modo menos profundo. Esto, y el hecho de que el dual no se encuentre en un número demasiado grande de lenguas, hace más sencillo su tratamiento, de acuerdo con el método aquí seguido. Pues aunque, según mi convicción, la descripción de formas gramaticales singulares puede intentarse sin excepción en todas las lenguas, hay algunas formas, como, por ejemplo, el pro-
embargo, el plural exigirá siempre una exposición específica.
nombre y el verbo (este último, también en su acepción
DE LA NATURALEZA
SECCIÓN PRIMERA. DEL DUAL EN GENERAL
Considero oportuno indicar ante todo la extensión espacial en la que se encuentra el dual en las diversas áreas lingüísticas de la Tierra.5 S. Está en la naturaleza de las cosas el que no pueda ser completa la enumeración aquí intentada de las lenguas que poseen el dual. Con todo, me ha parecido necesario comunicarla aquí, como una enumeración que ha de ser completada por investigaciones ulteriores.
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Europa, por tanto, el dual procede principalmente del anLa geografía exige, en la aplicació~ a objet?s .~~st.in. tiguo indio. ElLenguaje-slidepdf.com . Von -Escritos Sobre dIstintas;Humboldt, en cambIo Wilhelm en la lmgUlstlca Es cierto que se habla también de un dual en la,leD:gu no cabe separar convenientemente una de otra ASia,Eurode Gales y de la Baja Bretaña, el así llamado CImnco. pa y Africa del Norte. Pero consiste únicamente en el hecho de que se antepone Si ahora tomamos junta esta parte del viejo mundo, el número dos a las denominaciones de los miembros doencontramos el dual principalmente en tres puntos, en bles, cuyo femenino pierde en el bajo-bretón, en esa unión, dos de los cuales se ha difundido ampliamente y en diver· su sílaba final. Dado que esto parece suceder de manera sas direcciones: constante y regular, y la palabra permanece en singular, mientras que el plural reaparece tan pronto aquélla es - En las sedes originarias de las lenguas semíticas. trasladada a otros conceptos (por ejemplo, la pata de la - En la India. mesa), aquí hay ciertamente un sentimiento del dual, y
5/12/2018 tos, clasihcaciones.
- Enque la familia lingüística, hasta ahora idéntica, se extiende por la península de considerada Malaca, las islas Fílipmas y las islas de los Mares del Sur. En las lenguas semíticas el dual domina principalmente en el árabe y ha dejado cuando menos huellas de sí en las lenguas arameas. Con el árabe el dual pasó a Africa del Narre, mientras que en Europa llegó solamente hasta Malta y no ha penetrado en la lengua turca, ni siquiera con las palabras de ésta que fueron tomadas del árabe.6 El sánscrito ha transmitido, pero muy poco, el dual en primer lugar al pali, y no lo ha transmitido nada al prakrit' del sánscrito o, más bien, de la misma fuente que lo recibió él, ha recibido Europa el dual en la lengua griega, en las lenguas germánicas y eslavas y en el lituano; en todas ellas su extensión y su conservación han sido distintas, según los dialectos y los tiempos, como precisaremos a continuación. Entre las restantes lenguas europeas encuentro el dual únicamente en el lapón. Es notable, sin embargo, el hecho de que ni en la lengua finlandesa ni en la lengua esto· niana, que están emparentadas con el lapón, ni tampoco en el húngaro se encuentre ningún rastro del dual. En 6. S6lo algunas fórmulas tradicionales, como «~as dos ciudades antiguas y santas» (Jerusalén y La Meca) constltuy~n una excepción. P. AMÉDÉE JAUBERT, Elements de la grammaLre turke, p. 19, § 46.
ese fenómeno merece ser señalado. Mas no por eso cabe incorporar el címrico al número de las lenguas que poseen realmente el dual. Investigaciones recientes, pero que aún no están acabadas, me hacen suponer que también esta lengua y la gaélica están relacionadas con el sánscrito en su estructura gramatical. Con Africa ocurre algo parecido a lo que ocurre con Europa. Africa conoce el dual únicamente en el árabe. La lengua capta no lo posee, y tampoco lo encuentro en ninguna de las otras lenguas africanas, muy numerosas, aun· que algunas, como por ejemplo la lengua bunda, poseen una gran riqueza de formas gramaticales. En el viejo mundo es, pues, Asia la auténtica sede del dual. El dua! no aparece en las lenguas asiáticas que proceden de la misma familia que el sánscrito. Sólo la lengua malabar constituye, a lo que parece, una excepción.8 En general resulta notable el fenómeno de que haya transmIgrado por entero a Europa la elaborada y acabada estructura de la gramática sánscrita, excepto el sánscrito y 7. W. OWEN: Dictionary of the Welsh Language, vol. 1, p. 36. Gram. Celto- Bretonne, de Legonidec, p. 42. Owen menciona úni· camente la circunstancia de que el número dos sea antepuesto, no las otras dos circunstancias, que son las únicas decisivas para la forma dual. Pero sin duda eso habrá que cargarlo a la cuenta de su inexactitud, no a la cuenta de la lengua. 8. Mithridates, de ADELUNG, 1, p. 211.
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el pali mismos y, en cambio, las restantes lenguas asiáticas conectadas con el sánscrito hayan conservado mucho menos esa gramática. Es cierto que esto se explica con la hipótesis,9 tan aguda como exacta, de que las lenguas europeas aquí aludIdas son tan originarias como el propio sánscrito y que, por el contrario, aquellas lenguas asiáticas tienen su origen en el sánscrito, y en su mayor parte merced a su mezcla con otras lenguas, y que, en consecuencia, han compartido el destino de la decadencia de las formas gramaticales, destino que es general en tales traspasos y convulsiones. También en Europa la estructura gramatical más rica se encuentra principalmente sólo en lenguas muertas, y aquellas lenguas asiáticas no pueden ser comparadas con éstas, sino que han de serlo más bien con nuestras lenguas de hoy. También por esto es evidente la superioridad de las lenguas europeas en la conservación más fiel del carácter lingüístico originario, y no hay en Asia ningún ejemplo de que se haya conservado una parte tan grande de la más antigua estructura de la lengua india, y conservado de un modo tan vivo y puro, en boca de todo un tronco étnico, como se conserva en Europa entre los lituanos y los letones. En cambio resulta muy sorprendente el hecho de que aquella parte de la gramática sánscrita que estamos obligados a calif icar de muy artificiosa y difícil, pero muy prescindible para los fines generales de la lengua -es decir, la modif icación de las letras, esa sensible susceptibilidad de los sonidos con la cual se modifica casi cada uno de ellos tan pronto como entra en contacto con otros-, parezca haber dominado siempre poco en las lenguas sánscrito-europeas, incluidas las más antiguas, mientras que, en cambio, con respecto a varias de las lenguas sánscrito-asiáticas, no sabe uno si debe decir que esa parte mencionada de la gramática ha pasado a ellas, o si lo que ocurre es que era tan peculiar
del sistema fonético originario de todos esos pueblos que nunca se ha perdido, no obstante todas las convulsiones lingüísticas. El dual no es ajeno a la lengua zend. Pero como también a ella hay que contarla indiscutiblemente entre las lenguas sánscritas,lO con esto no se produce ninguna modificación en la triple sede, antes mencionada, que el dual tiene en Asia.u Si ahora nos detenemos aquí un momento todavía, lo que vemos es que en Europa, en África y en el continente asiático, excepto el área lingüística malaya, el dual se encuentra principalmente sólo en lenguas muertas, y que sólo continúa vivo: - En Europa, en el arabemaltés, en ellituano, en el lapón, en algunos dialectos de la población rural de algunos distritos del Reino de Polonia,l2 en las islas Feroe, en Noruega, y en algunas regiones de Suecia y de Alemania, aunque aquí el pueblo ya no lo entiende y está en uso únicamente como pluralY - En África, en el árabe moderno. - En la parte descrita de Asia, también en el árabe moderno y en la lengua malabar. Ahora bien, puesto que sólo las lenguas del viejo mundo poseen una literatura, puede considerarse que el dual está muerto para la lengua literaria (a excepción del árabe). En el este de Asia ( te rce r punto de su patria) se encuentra el dual, aunque ya sólo con huellas muy débiles,
9. Anal yt ical com parison of the Sanscr it ... languages, de Bopp,
10. Eso parece ser lo que opina también el señor Bopp, Annals, cit., p. 2. 11. Sobre la vana tentativa de introducir el dual en la lengua armenia, véase la Gr ammair e d e la langue Armé nienne , de CIRBIED, p. 37. 12. Según me ha asegurado de palabra el señor prof esor PuHARSKA, mediante cuya misión científica el gobierno polaco está
of Oriental literature, en gramática los Annals de p. 1 Yss.,für Yen la recensión de la GRIMM en los lahrbücher wissenschaftliche K ritik, 1827, pp. 2 51 Y ss.
dando un e jemplo de unennoble celo por la lengua patria y porextremadamente el estudio de lasraro lenguas general. 13. GRIMM, Gr amm., 1, p. 814, n. 35.
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en el malayo; más desarrollado está en la lengua tagala en Chile. También los cherokees, en el noroeste de GeorHumboldt, Wilhelm Von -Escritos Sobre ElLenguaje -slidepdf.com la lengua pampang, estrechamente emparen~ gia y en las regiones limítrofes, poseen, según se dice, un tada con la anterior, en las islas Filipinas; y finalmente, dual en su lengua.15 en gradaciones que, en lo que yo conozco, no aparecen Por esta breve exposición se ve que el número de las en ningún otro lugar, se encuentra el dual en Nueva Zelenguas madres que han acogido en sí el dual es muy pelanda, en las islas de la Sociedad y en las islas de la Amisqueño, mientras que, por el contrario, es muy grande el tad. Los dialectos de las restantes islas de los Mares del área en la cual se afirmó, especialmente en los tiempos Sur, por desgracia, no son todavía conocidos debidamenantiguos, ya que el dual pertenece precisamente a las fate en lo que respecta a su gramática. Pero es muy probamilias lingüísticas más difundidas: el sánscrito y el semíble que todos coincidan entre sí, sobre todo en ese punto. tico. Sin embargo, una vez más he de repetir aquí que la La cuestión de si todas esas lenguas, desde la malaya hasenumeración que acabo de hacer no puede pretender ser ta la tahitiana, están conectadas, y cómo lo están la investigaré detenidamente en otro lugar. Aquí las re~o socompleta. Sin hacer mención siquiera de aquello que en el estudio comparado de las lenguas se opone a toda prelamente porque su tratamiento del dual es semejante. Entensión de completitud, a saber: el hecho de que ni con teramente distintas de la familia lingüística malaya pamucho nos son conocidas todas las lenguas de la Tierra, recen ser las lenguas de los aborígenes de Nueva Holanda tampoco existen todavía medios auxiliares gramaticales y. de Nueva Gales del Sur. Pero la lengua de quienes hade muchas lenguas que nos son conocidas en general. De bItan alrededor del lago Macquarie posee el dual,14y por otras, esos medios no son tan exactos como para que poello es probable que se encuentre también en otros dialectos australianos. damos fiamos de ellos con la seguridad de que no haya podido pasar desapercibida sobre todo una forma como En las lenguas de América aparece raramente esta foro el dual, que aparece raras veces. Finalmente, resulta muy ma de pluralidad, pero lo hace en diversos puntos, casi a difícil, y a menudo presupone un conocimiento muy protodo lo largo de aquel inmenso continente: en el extremo fundo de una lengua, el descubrir en ella las huellas de Norte aparece en la lengua groenlandesa; en forma muy formas que ya no se mantienen vivas allí . Trabajos como restringida, en la lengua totonaca, en la parte de Nueva 5/12/2018 así como en
España donde se encuentra Veracruz; además, lengua de los chaymas, que es común a casi todas en las la tribus de la provincia de Nueva Andalucía; también aparece en la lengua tamanaca, en la orilla derecha del Orinoco al s~d~ste de la misión de Encamarada; con huellas ~uy debI1es, en el quechua, que en otro tiempo fue la lengua común del imperio peruano; y, por fin, esa forma de pluralidad aparece muy desarrollada en la lengua araucana 14. El misionero L. E. THREDKELD ha publicado en Sidney en ~ueva Gales del Sur (sin indicación de año), unos diálogos en' ese dJaI~ct?, ord~nados de ~cuerdo con las formas gramaticales, con el sIgUIentetltu!o: Specu? , zens of a dialect of the aborigens of New S0L!th-Wales bezng the , fzrst attempt to form their speech into a wrztten language, 4. Vease el dual, p. 8.
éste con pueden deben siempre, por limitatanto; sólo el finy de evitaracrecentarse continuas interpolaciones tivas me he expresado en lo anterior con mayor firmeza al hacer aseveraciones negativas. Ya se entiende, por otro lado, que no he omitido ningún esfuerzo para alcanzar al menos aquella completitud y aquella exactitud que son posibles en las circunstancias dadas, y he tenido la suerte de poder aprovechar aquí, también para las lenguas extraeuropeas, una significativa multitud de medios auxiliares. Sólo muy raras veces me he visto obligado a limitar15. Esto último se basa únicamente en una noticia aislada que el señor Du PONCEAU agrega a la nueva edición de Grammar of the Massachussetts Indian language, p. 20, de EUOT, y en la que él mismo se expresa de modo inseguro.
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me a usar únicamente obras tan generales como el Mi- haré aquí . Así, los dialectos alemanes aducidos ante 5/12/2018 Wilhelm Von -Escritos Sobre Elen Lenguaje -slidepdf.com de Balbi. Toda lingüística thr idates o el reciente Atlas Humboldt, el dual se muestra ya tan sólo en las dos primeras persocuidadosa evitará sin duda, al juzgar la estructura gramánas del pronombre, y en el siriaco aparece, además d~ en tical de las lenguas singulares, el apoyarse sólo en esas el propio número dos , meramente en el nombre Egrpt o , obras, sin remontarse a las f uentes originales, aunque el al que la gente se había habituado a pensar, según se ve valor de tales obras sea innegable en otros aspectos y por esto, como Alto Egipto y Bajo Egipto.16 aunque concretamente el M it hridat es resulte indispensaLas lenguas investigadas por mí se reparten del modo ble para el estudio comparado de las lenguas. siguiente por las clases que acabamos de enumerar: Si ahora examinamos el distinto modo como las lenguas aquí enumeradas tratan el dual, en conjunto pode1. A la primera clase, en la que el dual tiene su sede mos subdivididas convenientemente, dejando de lado las en el pronombre, pertenecen: a ) las lenguas antes nomgradaciones singulares, en las tres clases siguientes: Algunas de estas lenguas toman la idea del dual de la bradas del del AsiaSur, oriental, las Filipinas islas de los Mares y b ) ladelengua chaymay ydelalas tamanaca. persona que habla y de la persona a que se habla, del yo 2. A la segunda clase, en la que el dual procede del y del tú. En ellas el dual está adherido al pronombre y nombre, pertenecen: a) meramente la lengua totonaca, " " t pasa al resto de la lengua sólo hasta donde se extiende la b) la lengua quechua, en la medida en que pueda atninf luencia del pronombre; más aún, a veces el dual se libuírsele un dua!' mita únicamente al pronombre de la primera persona del 3. A la tercera clase, en la que el dual se extiende a plural, es decir, al concepto nosotros. la totalidad de la lengua, pertenecen: a) las lenguas sánsOtras lenguas extraen esa f onna lingüística del fenócritasp b) las semí ticas, e) la groenlandesa, d) la araucana, meno de los objetos que en la Naturaleza aparecen por y e ) si bien de manera menos completa, la lapona. parejas, como son los ojos, los oídos, todos los miembros dobles del cuerpo, los dos grandes astros. En ellas esa f or16 VATER H andbuch de r Hebraisch en ..., gramática, p. 121. ma lingüística no va más allá del nombre de tales objetos. ra im (GENESIUS, Wi:ir- También en hebreo el nombre de Egipto, M iz terbuch, palabra mazo r ), es un dua!. Sin embargo, por un instanEn otras familias, por f in, el dual invade la totalidad te nos y sentimos dudosos esa palabra Alto de la lengua y aparece en todas las partes del discurso en Egipto Ba jo Egipto, ya de queinterpretar el Alto Egipto, es decircomo el Egipto las que puede tener vigencia. En ellas, por tanto, no es de meridional, tiene un nombre propio, P at ras (GENESIUS, Ha u ptver- un género particular de dualidad de donde procede, sino s am mlung). También el señor GENESIUS ( Le h rge biiud e, p. 539, 2) deriva el dual en Mizraim de la bipartición debida al Nilo, biparque se deriva de su concepto general. tición que, sin embargo, no es ciertamente apropiada para el Es obvio que las lenguas pueden llevar en sí también delta. Sólo que, de acuerdo con comunicaciones posteriores, el huellas de más de una de esas maneras de concebir el señor GENESIUS se inclina ahora a mi opinión, que dice que la dual e incluso de todas ellas a la vez. Mayor importancia división en Alto Egipto y Ba jo Egipto es la razón de la forma del nombre; cuando llegue al dual hebreo explicaré con más detiene la observación de que en las tres familias lingüístitalle la mucha agudeza con que él, dif erenciando el tiempo de su cas pertenecientes originariamente a la tercera clase se uso, armoniza todas las denominaciones mencionadas más arriba. encuentra también lo siguiente: bien de manera general, 17. Debería recomendarse esta expresión para las lenguas eobien con el transcurso del tiempo, lenguas singulares puenexionadas con el sánscrito, que recientemente han sido llamaden conservar el dual sólo con la restricción que tiene en das también indogermánicas, y ello no sólo por su brevedad, sino también por su adecuación interna, dado que las lenguas sánslas dos primeras clases. Aun en ese caso son añadidas con justicia, sin embargo, a la tercera clase, que es lo que yo
critas son, según el signif icado de la palabra, lenguas de estructura elaborada y delicada.
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desinencia r ipiElyLenguaje se pone el sustantivo en el plural restrinvisión de conjunto, en la que Wilhelm adrede heVon sido -Escritos Humboldt, Sobre slidepdf.com muy conciso, se observa que en la realidad efectiva de las gido. No encuentro, sin embargo, que r ipi sea usado por lenguas conocidas el dual se presenta aproximadamente sí solo, y se ha convertido hasta tal punto en una desinencia que no va adherido ni al singular ni al plural restrincon la misma diversidad de concepto y de extensión que gido, sino que adopta una formación particular mediante podría habérsele asignado en un puro análisis de ideas. y.o he pref erido, sin embargo, buscar esas diversas espeuna modificación especí fi ca de la desinencia de la palabra. CIesde dual por la vía de la observación, con el fin de esEso es al menos lo que ocurre en los ejemplos siguientes: capar así al peligro de imponer1as a las lenguas partiendo de conceptos. Pero ahora será necesario desarrollar también a partir de ideas generales la naturaleza de esta forchoale, «hombre» choalec o ma lingüí stica, con independencia del conocimiento de las
En esta 5/12/2018
lenguas reales.de vista que tal vez no es todaví a completaUn punto n:ente insólito, pero que es del todo errado, es el que conSIdera .el dual meramente como un plural restringido, introducIdo por azar para el número dos; con ello autoriza a preguntarse por qué no posee cualquier otro número su propia f orma de plural. En el ámbito de las lenguas aparece, de todos modos, semejante plural restringido, que, cuando se refiere a dos objetos, trata la dualidad meramente como un número pequeño; sólo que ese plural no ha de ser confundido en modo alguno, tampoco en este caso, con el verdadero dual. En la lengua de los abipones, una tribu del Paraguay, hay un plural doble: un plural restringido, para dos o más objetos, peroIB siempre pocos, y un plural amplio, auténticapara muchos objetos. El primero parece corresponder mente a lo que nosotros llamamos plural. Su formación se realiza mediante suf i jos que ocupan el lugar de la desin.encia del ~ingular, o bien mediante modif icaciones pareCIdas a flexlOnes de esa desinencia; es muy varia esa formación, si bien sólo podemos juzgar1a en una serie de casos que han sido transmitidos. El otro plural, el amplio, conoce meramente la desinencia r ipio En ella se encuentra el concepto de pluralidad, lo cual se infiere del hecho d~ que, tan pronto como ese concepto es designado en el dIscurso con una palabra específica, se de ja de lado la
ahopegak,
«caballo»
choaleena, ahopega
La lengua de los mocoví,20en.la provincia del Chaco, emparentada muy estrechamente con la de los abipones, no posee este plural doble, pero forma el plural de todas las palabras no terminadas en i mediante el añadido de la palabra ipi , sin que esta última, a lo que parece al menos por los e jemplos, modifique nada en la desinencia del sustantivo; choale, «hombre», choaleipi, «hombres». En esta lengua i pi es en realidad la palabra «mucho», y lo que resulta incierto es si la r añadida en la lengua abipona es una letra formativa o si su omisión es una peculiaridad del dialecto mocoví. La lengua tahitiana, que no distingue en el sustantivo el dual, conoce también el plural amplio y el plural restringido de que antes se ha hablado, pero los indica meramente con palabras específicas antepuestas al sustantivo; esas palabras aún no están aclaradas en su significado originario y sólo impropiamente podrían ser llamadas formas gramaticales.21 19. DOBRIZHOFFER escribe joale y ahe pegak, pero con la j quie. re expresar el sonido español de la ch alemana, y con la e , la o . 20. Gramática de la lengua mocoví , 3, que me ha sido comunicada en manuscrito por el abate Hervás y que está redactada de acuerdo con los papeles del abate don Raimondo de Termaier. 21. A Grammar of the t ahitian dialect of Polynesian language, Tahití , 1823,pp. 9·10.
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La lengua árabe es la que posee del modo más deter. mo al plural, prueba que la primera de esas dos relacio5/12/2018 Wilhelm Von SobreEl Lenguaje slidepdf.com minado formas de plural paraHumboldt, varios números; posee, en -Escritos nes interesa más al sentir natural de las naciones; ahora efecto, el dual para dos, el plural restringido para los nú. bien, su uso espiritual e ingenioso retendrá siempre la metros tres a nueve, y el plural de pluralidad o plural de segunda de ellas, es decir, la del colectivo-singular. Tamplurales -en el cual a partir del plural de algunas palabién en otras lenguas cabe demostrar esa relación como bras se forma, mediante una flexión regular, un plural el fundamento del dual, si bien todas ellas, en el uso sunuevo- para el diez y más o para un número indetermicesivo, mezclan la noción correcta y la noción errada, que nado. También para indicar la unidad se sirve el árabe aquí hemos separado, y convierten el dual tanto en expre· (lo hace en los sustantivos en cuya naturaleza está el resión de dos como en expresión de dualidad. Toda la diversidad gramatical de las lenguas es, según coger bajo sí una pluralidad, como ocurre con los géneros mi opinión, triple, y no se obtiene un concepto completo de los animales y los vegetales) de una característica esde la estructura de una lengua concreta si no se toma pec~al, desconocida por el singular de otras lenguas, y hace de este un plural.22 Este punto de vista, que considera que en consideración según esa triple diversidad. Las lenguas son, en efecto, gramaticalmente distintas: el concepto de género se halla en cierto modo fuera de la categoría de número y que diferencia de él, mediante una 1. Primero, en la concepción de las formas gramati· flexión,.el plural y el singular, es innegablemente un pun. cales según su concepto. to de vIsta muy filosófico y su carencia obliga a otras len2. Después, en la índole de los medios técnicos de su guas a recurrir a otros medios auxiliares. Ahora bien, designación. como estas formas árabes del plural no pueden ser nunca 3. Finalmente, en los sonidos reales que sirven para confundidas con el dual, cosa que sí ocurre con las formas designadas. En el momento presente hemos de habérnosdel abipón, resulta innecesario tratarlas aquí en detalle. las solamente con el primero de esos tres puntos; los otros A esa noción del dual, que acabamos de señalar como dos pueden ser objeto de reflexión sólo en una consideraerrada, que se limita al concepto del mero número dos ción de las lenguas que tenga como mira el dual. como uno de los muchos números progresivos en la serie numérica, se opone la noción que se funda en el concepto de dualidad y que asigna el dual, al menos de manera preferente, a aquel género de casos que dan ocasión de llegar a ese concepto. Según esta noción el dual es, por así decirlo, un singular colectivo del número dos, dado que el plural reconduce de nuevo la pluralidad a la unidad sólo ocasionalmente y no según su concepto originario. Como forma de pluralidad y como designación de una totalidad cerrada, el dual comparte, por tanto, al mismo tiempo la naturaleza del plural y la del singular. El hecho de que empíricamente, en las lenguas reales, se halle más próxi.22. Silvestre DE SACY, Grammaire arabe, t. l, pp. 72, 74,710,con qmen merece ser comparado también OBERLEITNER (Fundamenta l in guae Arabicae, p. 224).
Mediante el segundo y el tercero de esos puntos, sobre todo mediante el último, alcanza una lengua su individualidad gramatical, y la semejanza de varias lenguas en este punto es la señal más segura de su parentesco. Pero el primer punto es el que determina su organismo, y es muy importante, y lo es no sólo porque actúa principalmente sobre el espíritu y el modo de pensar de la nación, sino también porque constituye la piedra de toque más segura de que en ella existe aquel sentido lingüístico que ha de ser considerado en cada una como el principio auténticamente creador y transformador de la lengua. Si se pensase con cierto acabamiento el estudio como parado de las lenguas, sería preciso examinar el diverso modo como son asumidas en ellas la gramática y sus for-
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Humboldt,WilhelmVon -EscritosSobreElLenguaje-slidepdf.com
mas (pues esto es lo que yo entiendo por «concepción según el concepto»), examinado primero en las formas gramaticales singulares, como aquí en el dual, y luego en las lenguas singulares, cada una en su conexión; finalmente, ese doble trabajo habría de utilizarse para trazar un compendio del lenguaje humano -pensado como algo universal- en su extensión, en la necesidad de sus leyes y sus hipótesis, y en la posibilidad de la admisión de éstas. La idea de lenguaje que primero se ofrece, pero que
es la más limitada, es la idea que lo considera como un mero medio de entenderse. Tampoco en este aspecto, sin embargo, resulta enteramente superfluo el dual; de hecho contribuye a veces a una comprensión mejor y más profunda, como tendremos ocasión de mostrar al estudiar su uso en la lengua griega. Pero sin duda esos casos aparecen tan sólo en el ámbito del estilo; y si los pueblos artífices de lenguas tuviesen como finalidad meramente la mutua comprensión, cosa que afortunadamente no es el caso, entonces un específico plural de dualidad habría sido tenido ciertamente por superfluo. Hay, en efecto, varios pueblos que no aplican las formas de plural efectivamente presentes en sus lenguas ni siquiera allí donde la mentada pluralidad brota de otras circunstancias: de un número añadido,23 de un adverbio numeral, del verbo, 23. De ese mismo modo parece tomarIo ADELUNG. (Worterbuch, vocab.lo «Mann»,p. 349,Y en otros lugares), cuando en alemán se combman algunas palabras en singular con números y se dice sechs Loth, zehn Mann, etc. En parte esto es también enteramente correcto, algunos de esos modos de hablar son incluso tolerados sólo en el ~abla vulg<;tr,p~ro no en la elocución noble, y en todos ellos dom.ma la arbltr<;tnedad fortuita del sentido lingüístico, pues, p,-?rejemplo, se dIce zehn Pfund, pero jamás se dice z~hn Elle . SI.n embar~o, precisamente allí donde ese uso lingüístitICO,ha ~rralg~do mas, en el caso de Mann, hay en la expresión, seg~ mI. sentIr, una hermosa fineza, no destacada por Adelung. AqUlel smgular pretende señalar que el número indicado es VIsto c.o~o.un t.odocerr~do; por eso la palabra es arrancada a la multIplICIdadmdetermmada del plural. Esto es visible sobre todo en la locución distributiva: cadaúnica cuatro hombres que están juntos devier pie Mann debenhoch, valer donde como una fila. He
cuando la designación de la pluralidad es omitida en el nombre, o del nombre, cuando es omitida en el verbo, etc. La lengua no es en modo alguno, sin embargo, un mero medio para entenderse, sino que es la impronta del espíritu y de la vista del mundo propia de los hablantes; la socialidad es el medio auxiliar indispensable para su desenvolvimiento, pero no es ni mucho menos la única finalidad para la que ella trabaja; esa finalidad encuentra más bien su punto final en la persona singular, en la medida en es posible separar a éstayde to, que aquello del mundo exterior delalahumanidad. interioridad Por deltanespíritu que consigue pasar a la estructura gramatical de las lenguas, eso puede ser asumido, aplicado y perfeccionado en ellas, y lo es realmente, en la medida de la vitalidad y pureza del sentido lingüístico y en la medida de la peculiaridad de su vista del mundo. Mas aquí aparece en seguida una diversidad sorprendente. La lengua lleva en sí huellas de que en su formación fue sacada principalmente de la visión sensible del mundo o de la interioridad de los pensamientos, en la cual aquella visión había pasado ya por el trabajo del espíritu. De ese modo algunas lenguas tienen como pronombres de la tercera persona expresiones que designan al individuo en una posición bien determinada: erguido, yacente, sentado, etc. Esas lenguas poseen, por tanto, muchos pronombres particulares y carecen de uno general. Hay otras que diversifican la tercera persona según su creído que tenía que hacer esta observación porque este singular anómalo es propiamente, lo mismo que el dual, un singular colectivo, un singular-plural, y estas locuciones proporcionan una prueba de cómo las lenguas, a falta de formas correctas, aplican, para alcanzar su finalidad, formas incorrectas, pero que son características en el instante de su uso en cada caso. En la base de la expresión zehn Fuss hay sin duda algo diferente, a saber, la distinción entre el concepto propio y el concepto figurado, si bien a ese propósito se distingue un doble plural, Fusse y Füsse. Una confusión semejante del número, que debería ser comparada con Lehrgebiiude, estos casos, se encuentra en el hebreo (GENESIUS, p. 538).Sobre el címrico véase lo dicho antes.
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ración de su cuerpo y de los cuerpos de los animal" en proximidad o su lejanía con respecto a las personas que 5/12/2018 Wilhelm Von -Escritos Sobreiguales ElLenguaje -slidepdf.com dos mitades y con miembros e instrumentos . n.• hablan. Otras, en f in, conocen Humboldt, al mismo tiempo un él puro bles que están presentes por parejas. Por fin, precisam 'n· -mera antítesis de y o y tú -resumido en una única cate algunos de los fenómenos más poderosos y grandes qu . tegoría. El primero de estos puntos de vista es enterahay en la Naturaleza, y que rodean en todo instante tamo mente sensible; el segundo se refiere ya a una pura f orma bién al hombre en estado de naturaleza, se presentan como inmanente de la sensibilidad; el último se basa en la absdualidades o son concebidos como tales: los dos grandes tracción y en la división lógica de los conceptos, aunque astros que determinan el tiempo, el día y la noche, la tiecon mucha frecuencia habrá sido seguramente el uso el rra y el cielo que la cubre como una bóveda, la tierra firque haya marcado algo que tal vez tenía un origen comme y las aguas, etc. Lo que así se muestra presente en pletamente distinto. En general, apenas se necesita señatodas partes a la intuición, eso el sentido interno lo traslar que estos tres puntos de vista diversos no han de ser pasa de modo natural y expresivo a la lengua, mediante considerados como tres niveles que van avanzando en el tiempo. Todos ellos pueden encontrarse juntos, en huellas más o menos visibles, en una y la misma lengua.24 El concepto de dualidad pertenece al área de lo visible y al área de lo invisible y, mientras se presenta de manera viva y excitante a la intuición sensible y a la observación ext~rna, al mismo tiempo es predominante en las leyes del pen~ar, en las tendencias de la sensibilidad y en el organismo, imposible de investigar en sus fundamentos más hondos, del género humano y de la naturaleza. Para p~rtir aquí de la observación más simple y superficial, lo primero que destaca por sí mismo, como algo cerrado y abarcable con la mirada, es un grupo de dos ob jetos situado entre un objeto singular y un grupo de varios ob jetos. Luego la percepción y la sensación de la dualidad pasan al hombre en la división de los dos sexos y en todos los conceptos y sentimientos ref eridos a ellos. Esa división acompaña más tarde al hombre en la configu. 24. En la lengua abipónica, por ejemplo, hay seis palabras distmtas, que recorren los dos géneros, el masculino y el femenino, para expresar autónomamente el pronombre de la tercera perso. naoTodas esas palabras terminan con la sílaba ha, pero ésta nun. ca aparece sola y es difícil que designe «él», pues desaparece del tod? cuando con ese s~xtuple pronombre se combina, y ello es pOSIble,el concepto «solo». Para el pronombre posesivo, en cam. bio, hay un~ designación simple, que, sin embargo, es omitida c~:mfrecuencIa, de manera que la faIta de la designación de pose. sIón se convierte luego en indicación del posesivo de la tercera persona. DOBRIZHOFFER, op. cit . , t. n, pp. 168-170.
una forma dedicada especialmente a ello. Pero es en el invisible organismo del espíritu, en las leyes del pensar, en la clasificación de sus categorías donde el concepto de dualidad está arraigado de una manera mucho más originaria y profunda todavía: en la tesis y la antítesis, en el poner y el quitar, en el ser y el no-ser, en el yo y el mundo. Aun allí donde los conceptos se dividen en tres o más, el tercer miembro o bien brota de una dicotomía originaria o bien, sobre su base, es reconducido con gusto a ella en el pensar. El origen y el f inal de todo ser dividido es la unidad. Sin duda a eso se debe el que la división primera y más sencilla, en la cual el todo se separa únicamente para reunirse inmediatamente después en forma articulad a, sea la división que predomina en la Naturaleza y sea en el hombre la más luminosa para el pensamiento y la más agradable para la sensación. Especialmente decisivo para la lengua es el hecho de que la dualidad ocupe en ella un lugar más importante que en ninguna otra parte. Todo hablar se basa en el diá· lago; en él, también cuando intervienen varios interlocu· tores, el hablante se contrapone siempre como una uni· dad a aquéllos a quienes habla. Incluso mentalmente habla el hombre tan sólo con otro, o habla consigo mismo como si f uera otro; traza con ello los círculos de su parentela espiritual y establece una separación entre los que hablan como él y los que hablan de manera diferente. Esa
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Humboldt,WilhelmVon -EscritosSobreElLenguaje-slidepdf.com
separaclOn, que divide al género humano en dos clases, los de la propia tierra y los extranjeros, es el fundamento de toda unión social originaria. Podría haberse hecho ya antes la observación de que la dualidad que se manifiesta exteriormente en la Naturaleza puede ser aprehendida o bien de una manera más superficial o bien en una penetración más íntima del pensamiento y del sentimiento. En este aspecto bastará recordar una sola cosa. Recientemente A. W. van Schlegel ha mostrado de una manera sorprendentemente acertada
plasma como objeto. Pero la objetividad aparece de una manera aún más acabada cuando esa escisión no acontece únicamente en el sujeto, sino que aquel que tiene la representación ve realmente fuera de sí el pensamiento, cosa que sólo es posible en otro ser que, como él, tiene representaciones y piensa. Y el lenguaje es el único mediador que hay entre dos fuerzas del pensar. En sí misma la palabra no es un objeto, sino que es más bien, frente a los objetos, algo subjetivo; sin embargo, en el espíritu de quien piensa debe convertirse en un
y sumamente ingeniosa que la simetría bilateral del cuerpo de los hombres y de los animales penetra muy profundamente en la fantasía y en el entendimiento y se convierte en una de las fuentes capitales de la arquitectónica del arte.25 Tomada en su configuración más general y espiritual, la diferencia de sexo hace que la consciencia de una unilateralidad que sólo puede sanarse mediante el complemento recíproco traspase todas las relaciones del pensar y del sentir humanos. Adrede no he mencionado hasta aquí esta doble aprehensión, una más superficial y otra más profunda, una más sensible y otra más espiritual, porque aparece sobre todo allí donde la lengua se basa en la dualidad del diálogo. En lo anterior he señalado tan sólo la manif estación
objeto, en unlaobjeto él y un queabismo reabramuy sobre él. Entre palabraengendrado y su objetopor queda sorprendente; nacida solamente en la persona singular, la palabra se asemeja mucho a un mero pseudoobjeto; la lengua no puede ser tampoco hecha real por la persona singular, eso sólo puede ocurrir de manera social, en la medida en que a un ensayo osado se le agrega otro nuevo. La palabra, por tanto, ha de adquirir esencialidad, y la lengua ampliación, en alguien que oye y contesta. Este prototipo de todas las lenguas lo expresa el pronombre distinguiendo la segunda persona de la tercera. Yo y él son objetos realmente distintos y con ellos se agota propiamente todo, ya que significan, con otras palabras, yo y no-yo. Pero tú no es un él contrapuesto al yo. Mientras
enteramente empírica de esto. Pero en la esencia originaria del lenguaje hay un dualismo inmodificable, y la propia posibilidad del hablar está condicionada por el dirigir la palabra a alguien y el recibir de él una contestación. Ya el pensar va acompañado esencialmente de la inclinación a la existencia social, y el ser humano, prescindiendo aquí de toda relación corporal y afectiva, anhela, también con vistas a su mero pensar, un tú correspondiente al yo, y le parece que el concepto alcanza su precisión y su certeza tan sólo cuando una fuerza del pensar ajena le devuelve, reflejándolos, los propios rayos emitidos por él. El concepto es engendrado cuando él mismo se arranca de la agitada masa del representar y, de frente al sujeto, se
yo el que en y éltúse en la percepción interna También y externa, hay la basan espontaneidad de la elección. el tú es un no-yo, pero no lo es, como el él, en la esfera de todos los seres, sino en una esfera diferente, en la esfera del actuar común mediante la influencia recíproca. En el él mismo hay por ello, además del no-yo, también un notú, y el él no está contrapuesto meramente a uno de los dos, sino a los dos. A esto alude también la circunstancia antes mencionada de que en muchas lenguas el pronombre de tercera persona diverge entera y esencialmente, en su designación y en su formación gramatical, de las dos primeras personas, y unas veces su concepto no está presente de manera pura, y otras no está presente en todos los casos de la declinación.
Únicamente con la unión, ejecutada por medio dellen-
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guaje, de un otro al yo se generan ahora todos los sentiefectivamente en diversas lenguas, una diferencia qu 10 5/12/2018 Humboldt, SobreElEn Lenguaje -slidepdf.com mientos profundos y nobles que afectan al Wilhelm hombre enVon su -Escritos debe descuidarse. la formación de las lenguas e jer integridad, sentimientos que en la amistad, en el amor y su imperio, en efecto, además del propio sentido lingüí en toda comunión espiritual, convierten la unión entre tico creador, también la imaginación, afanosa en .gener~l dos en la más alta e íntima de las uniones. de traspasar a la lengua todo aquel~o qtl;el~,e~oclOna ~1El que aquello que mueve interna y externamente al vamente. Aquí no siempre es el sentldo lmgulstlco el ~mnser humano pase a la lengua es algo que depende de la cipio dominante, aunque debiera serIo, y el ac~bamlento vitalidad de su sentido lingüístico, con la cual hace él de de su estructura prescribe a las lenguas la ley mmutable la lengua el espejo de su mundo. El grado de profundidad de que todo aquello que es llevado a ellas abando,ne su forde la concepción en que eso ocurra es algo que depende de ma originaria y asuma la forma de la lengua. Solo de esa la disposición más o menos pura y delicada del espírimanera se consigue la metamorfosis del mundo en lengua tu y de la imaginación, disposición en la cual el ser huy sólo así se consuma la actividad simbolizadora d~ la mano, antes aún de haber llegado a la clara consciencia lengua también por medio de su estructura gramatlcal. de sí mismo, influye involuntariamente sobre su lengua. El género de las palabras puede servi~nos aq?-í de :jemEl concepto de dualidad, en cuanto concepto de un núplo. A mi parecer, toda lengua que acoJa en Si ~l ?:n~ro mero y, por tanto, de una de las intuiciones puras del esestá ya un paso más cerca de la pura forma ImgulStlCa píritu, posee también, sin embargo, esa afortunada homoque una lengua que se contente con el concepto de lo vivo geneidad con la lengua que lo hace particularmente apto y lo inerte, aunque es cierto que ese. con~ep.~?~s el funpara pasar a ella. Pues no todo está capacitado para lodamento del género. Sólo que el sentldo lmgmstlco muesgrar eso, por muy poderosamente que, por otra parte, tra su dominio no sólo cuando el género de los seres ha conmueva al ser humano. Así, no es fácil que haya entre sido hecho realmente un género de las palabras, cuando los seres una diferencia que más salte a la vista que la no hay ninguna palabra que no esté asignada a uno de existente entre los seres vivos y los carentes de vida. Valos tres géneros, de acuerdo con los múlt.iples ~unto.s. de rias lenguas, principalmente americanas, fundan en esa vista de la fantasía artífice de lengua. Si algmen dijeSe diferencia también diferencias gramaticales y descuidan, que esto no es filosófico, desconocería el sentido verdadeen cambio, la diferencia del género. Mas, dado que la mera circunstancia de estar dotado de vida no contiene en sí ramente filosófico deloslagéneros lengua. Todas las lenguas que designan únicamente naturales y no reconocen nada que cupiera fundir íntimamente en la forma de la un género designado metafóricamente, lo que prueban es lengua, ocurre que las diferencias gramaticales basadas que, bien originariamente, o bien en la época en que no en aquélla permanecen en la lengua como una materia exprestaron ya atención a esta diferencia de las palabras, o traña y testifican que el dominio del sentido lingüístico bien porque cayeron en confusión acerca de ella, mezclano ha logrado una penetración perfecta. El dual, en camron en el mismo montón el masculino y el neutro, no esbio, no sólo conecta con una forma que le es estrictamentuvieron penetradas enérgicamente por la forma lingüíste necesaria a la lengua, el número, sino que además, tica pura, no comprendieron la sutil y delicada interpretacomo antes se ha mostrado, tiene un puesto fundado y ción que la lengua hace de los objetos de la realidad. . específico también en el pronombre. El dual, por tanto, También en el duallo importante es, en consecuenCia, necesita únicamente ser introducido en la lengua para si ha pasado al sustantivo sólo como percepción empírica sentirse en ella como en su propio hogar. de los objetos existentes por parejas en la Naturaleza, o Con todo, también en el dual puede haber, y la hay al pronombre -y con él, ocasionalmente al verbo- como
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sentimiento de la apropiación y la repulsión de hombres y tribus, o si, por el contrario, está realmente fundido en la forma universal de la lengua y se ha unificado verdaderamente con ella. Una de las señas características de que esto ha ocurrido es, desde luego, su asunción general en todas las partes de la lengua; con todo, esta circunstancia no puede ser decisiva por sí sola. Será difícil que alguien ponga en duda que el dual encaja bellamente en la construcción del discurso, dado que acrecienta las mutuas relaciones de las palabras entre sí, y también eleva de por sí la impresión viva de la lengua, y en la discusión filosófica viene en ayuda de la nitidez y brevedad del entenderse. En esto el dual es superior a aquello por lo que toda forma gramatical se diferencia, en agudeza y viveza del efecto, de una perífrasis realizada con palabras. Basta con comparar los pasajes de los poetas griegos y.latinos en que se habla de los Tindáridas, que saltan a la vista también como astros vecinos, o de otras parejas de hermanos. Las sencillas desinencia s del dual en Hornero:
de la lengua griega el que no se deje arrebatar el der h a usar el plural también como forma colectiva de plura. lidad, con tal de que retenga, allí donde el énfasis lo exi ja, la ventaja de designar de una manera específica la duali· dad. Pero desarrollar esto con más amplitud e investigarlo, bien que en los mejores escritores griegos domine generalmente una sensibilidad muy sutil y acertada para el plural, es algo que sólo será posible al final de este estudio, cuando se considere especialmente el dual griego. Después de todo lo que hasta aquí se ha dicho, me parece que no es necesario refutar ya a quienes dicen que el dual es un lujo o una excrecencia de la lengua. La visión de la lengua que la pone en conexión con el hombre entero y pleno y con lo más hondo que hay en él no puede llevar hasta ella, y es con esa visión solamente con la que aquí hemos de habérnoslas. Por ello concluyo aquí la parte general de estas investigaciones y en las siguientes pasaré a la consideración de las lenguas singulares de acuer· do con las tres clases de que antes hablamos con vistas a tratar el dual.
presentan la naturaleza de los gemelos de un modo mucho más vivo y expresivo que la perífrasis de Ovidio: ...at gemini, nondum coelestia sidera, fratres, ambo conspicui, nive candidioribus ambo vectabantur equis.
Esta impresión no queda disminuida por el hecho de que en el primero de los dos pasajes homéricos mencionados, yen otros semejantes, después del dual venga inmediatamente el plural. Una vez que la imagen ha sido introducida con el dua!, tampoco el plural es sentido de una manera diferente. Es más bien una hermosa libertad
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Prólogo, de José M. V alver de . Bibliografía Nota a la edición .
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Sobre el estudio comparado de las lenguas en relación con las diversas épocas de su evolución .
33
Sobre la inf luencia del diverso carácter de las lenguas en la literatura y en la formación del espí ritu.
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Sobre la génesis de las formas gramaticales y su inf luencia en la evolución de las ideas .
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Sobre la escritura tructura de las alfabética lenguas y su conexión con la es-
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Wilhelm von Humboldt nació en Potsdam en 1767 y murió en Tegel en 1835. Tuvo estrecha amistad con Schiller y Goethe y estuvo casado con Karoline von Dacheroden. Erudito y estadista eminente, fue entre 1809 y 1810 director del Ministerio prusiano de instrucción; en tal
De los casi cuarenta textos sobre asuntos lingüístico s redactados por Wilhelm van Humboldt a lo largo de su vida, la inmensa mayorí a de ellos fueron escritos en su vejez, entre los años 1820 y 1835, en que falleció. Pocos fueron, sin embargo, los que el propio autor dio en vida
condición creóy el bachillerato humanístico prusiano fundó la universidad de Berlín. Su liberal política cultural estuvo impregnada de las ideas del clasicismo, que tendía a fundir el espíritu y la política. Tras haber desempeñado diversas embajadas (Roma, donde conoció la obra lingüística del jesuita español Hervás y Panduro, Viena, Londres), en 1820 se retiró definitivamente a su propiedad
ala la imprenta. Entre ellos por destacan, por brillantez de exposición, la concentración de pensamiento y por la variedad de intereses, las célebres conferencias que pronunció en la Academia de las Ciencias de Berlín. Junto a la obra denominada Kawiwerk, que fue publicada póstumamente, es en esas conferencias donde se encuentra lo esencial del pensamiento lingüístico de Wilhelm van Humboldt.
rural de Tegel, en las cercanías de Berlín. Allí se dedicó casi exclusivamente, en los quince años que le quedaban de vida, a estudios Iingüísticos, materia a la que se había sentido atraído ya desde su juventud. Las intuiciones lingüísticas de Wilhelm von Humboldt, desatendidas durante casi un siglo, han vuelto a cobrar actualidad en nuestro tiempo y se hallan en la base de algunas de las más significativas corrientes de la lingüística de hoy.
En este volumen se han recogido cuatro de tales conferencias, las más importantes, a las que se ha agregado un breve pero decisivo texto de 1821. Los textos de Humboldt van precedidos de un prólogo de José María Valverde, catedrático de Estética de la Universidad de Barcelona,
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