Dr. Andrés Martínez © 2011 Dr. Andrés Martínez Derechos reservados. Queda terminantemente prohibi p rohibida da la la rep rep roducci roducción de est estee materi material al,, por p or cualquier medio, sin la autorización escrita del autor. Las citas bíblicas tomadas de la Santa Biblia versión Reina Valera 1960 ©Sociedades Bíblicas Unidas son usadas usadas co conn pe p ermiso. rmiso. Para pedidos, conferencias, seminarios y exposiciones contacte a: Dr. Dr. André A ndréss M artí rt íne nezz Dedicatoria Elohim el Dios Eterno, Creador de todo lo que existe; Él encierra la pluralidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; así como la unidad de YHWH, el Dios eterno. mis padres, por traerme al camino de la verdad y darr su aport da ap ortee a lo que soy hoy. mi esposa Betsaida e hijas —Andreína, Andrisell y ndriella— por ser mis compañeras el resto del camino. cada una de las personas que son miembros del Centro Bíbli Bíblico co Puertas Puertas de Si Sion y que siemp siempre re est estáán atentos a nosotros, ellos saben quiénes son. ust ust ed, que es es la p rincip rincipaal raz raz ón por p or la que escri escribí bí este libro. Agradecimientos
Siempre agradeceré a todos los que, en alguna etapa de mi vida, han aportado su grano de arena. De todos ellos he aprendido algo. De unos, cosas que debo hacer; de otros, cosas que no debo hacer. A todos, sin embargo, gracias. Índice Dedicatoria gradecimientos Prólogo Introducción Capítulo 1. Qué es el ayuno Capí Cap ít ulo ulo 2. Ay Ay unos en el Antig Ant iguo uo Test Testam amen entt o Capí Cap ít ulo ulo 3. El ay ay uno verdadero verdadero Capítulo 4. El ayuno en los Salmos Capí Cap ít ulo ulo 5. El ay ay uno en el el Nuevo Test Testam ameento nt o Capítulo 6. Jesús y el ayuno Cap Cap ít ulo ulo 7. Pablo Pablo y el ay ay uno Capítulo 8. Nuestra experiencia con el ayuno Epílogo
Prólogo El ayuno es una concepción que alude a prácticas por motivos tanto sanitarios como espirituales y religiosos, idea esta que ha sido parte relevante de la humanidad desde la prehistoria misma. Por eso es que podemos ver que se menciona en diversos libros, desde religiosos—como la Biblia de los cristianos, el Corán de los musulmanes, el Libro de Mormón de los mormones, el Upanishad y el Mahabhárata de los hindúes, entre otros— hasta obras médicas tan famosas como Fasting can save your life [El ayuno puede salvarle] del reconocido galeno Herbert Shelton y muchas más. Los antiguos griegos practicaban el ayuno como algo rutinario. Hipócrates exaltó su práctica. Thessalio de Tralles, de la escuela metódica griega, impulsó la curación de enfermedades mediante la implementación del ayuno. Incluso Ateneos, físico griego del siglo II, afirmaba que: “El ayuno cura las enfermedades, seca los humores corporales, expulsa a los demonios, libera de los pensamientos impuros, aclara la mente, purifica el corazón, y eleva el hombre al trono de Dios”. El enfoque de esta obra, sin embargo, va más allá de la
orientación física que podamos darle al estudio del ayuno. M i dilecto amigo, el Dr. Andrés M artínez, médico de profesión y pastor por llamado de Dios— aun cuando es experto en la materia debido a sus estudios realizados—, plantea en este documento la importancia que tiene el ayuno para la vida espiritual del cristiano. Con un estilo claro y sencillo, aunque profundo, Grandes verdades sobre el ayuno toma directamente de la fuente bíblica, la Palabra de Dios, los mejores ejemplos en cuanto al ayuno de modo que los lectores podamos sacar las mejores lecciones acerca de esta disciplina establecida por Dios para enriquecer nuestra vida en el esp íritu. demás, de analizar varias clases de ayuno en el ntiguo y el Nuevo Testamento, el autor expone su propia experiencia y nos muestra el valor del ayuno como herramienta indispensable para tener una vida cristiana victoriosa. Sin embargo, no solo nos da su análisis sino que también nos sugiere una serie de consejos útiles para que ayunemos de la mejor forma y ajustados a los principios escriturales. Una vez que devoremos el contenido de este libro creo firmemente que estaremos listos para conquistar
y derrotar cualquier fortaleza esp iritual que enfrentemos, como señaló el propio Señor Jesús (Mateo 17:21). ahum Sáez
Introducción El ayuno es una de las disciplinas físicoespirituales más antiguas que se conocen, practicada por los pueblos orientales como una forma de humillación a Dios o a sus dioses en tiempos de grandes calamidades. La meditación y el ayuno ya eran practicados p or los chinos, los egipcios y los sumerios, como una forma de llamar la atención de los dioses a algún problema prevaleciente. El ayuno forzado más antiguo que se conoce es el de Job (se entiende que este vivió en los tiempos de braham). Sentado entre cenizas y rodeado por emisarios que aun cuando pensaban en su carne que lo ayudaban, no hacían más que aumentar su dolor. migos cuyas palabras parecían dardos clavados en la piel. En este libro estudiaremos si el ayuno está vigente en esta época, cuál es su beneficio para el cuerpo, si realmente es solo para fortalecer el espíritu o también
trabaja con nuestro estado emocional. Veremos el poder que hay detrás de esta disciplina y cómo fue utilizada no solo como un acto de humillación sino también como un arma de guerra espiritual en algunas situaciones, en las que naciones enteras estuvieron a punto de ser destruidas. compáñame a través de estas páginas y descubriremos cosas que nunca antes habías escuchado acerca del ayuno. Mucho se ha escrito sobre este tema, pero mientras haya hombres y mujeres que busquen un acercamiento serio con la divinidad, habrá alguien que ayune. Bienvenido a Grandes verdades sobre el ayuno. Capítulo 1 Qué es el ayuno Una perspectiva general ntes de entrar en materia veamos, a vuelo de pájaro, qué es el ayuno, qué significa la palabra en sí misma, aun cuando en esta obra hablaremos más acerca del ayuno físico y sus beneficios espirituales. Así que lo definiré. yuno (del lat. Ieiunium): Abstinencia de comer y beber. Privación de algún gusto o deleite. Esta definición es extraída de uno de mis diccionarios de
términos médicos (Salvat). Partiendo de ella y de lo que aprendiera en las aulas de medicina sobre nutrición, decimos que alguien está ayunando cuando se abstiene de ingerir alimentos o líquidos por un periodo superior a 8 horas. Más de esas 8 horas es un lapso prudente. Digamos que dejas de comer a las 9 de la noche. Desde ese momento hasta las 9 de la mañana del día siguiente. Ese es un periodo de 12 horas de ayuno, razón por la cual los médicos cirujanos—al tener que hacer una operación a un paciente al siguiente día, a las 6 de la mañana—, le dicen a la enfermera que el último alimento le debe ser suministrado a esa hora de la noche. En especial si es una cirugía mayor, con lo que se evita un reflujo gastroesofágico. En otras palabras, ese reflujo se produce cuando los restos de los alimentos regresan del estómago al esófago y de ahí se devuelven hasta alcanzar la laringe y producir una neumonía por aspiración, con las complicaciones consecuentes. En la antigüedad, el ayuno siempre se hacía en referencia a la abstinencia de alimentos, por lo que la persona que lo ejecutaba solía vestir cierto tipo de tela llamada cilicio y, si la situación era grave, algunos exageraban más y se echaban en cenizas. El caso era
que se mostraba la humillación y el arrepentimiento como una manera de alcanzar misericordia. En este sentido, dice W.E Vine en su Diccionario del Nuevo Testamento lo siguiente:
1. nesteia ( νηστεία, G3521), ayuno (de ne, prefijo negativo, y esthio, comer). Se usa: (a) abstinencia voluntaria de comer (Lucas 2:37; Hechos 14:23; algunos manuscritos usan esta palabra en M ateo 17:21 y Marcos 9:29); el ayuno se había hecho una práctica común entre los judíos, y fue continuado por los cristianos; en Hechos 27:9, «el ayuno» se refiere al Día de la Expiación (Levítico 16:29), aquel tiempo del año sería peligroso para la navegación; (b) abstinencia involuntaria (quizá se incluya la voluntaria), como consecuencia de circunstancias adversas (2 Corintios 6:5; 2 Corintios 11:27). 2. nestis ( νη στ , G3523), no comer (véase Nº l), ayuno. Se usa de la carencia de comida (Mateo 15:32: «en ayunas»; RV: «ayunos»; Marcos 8:3: «en ayunas»). hora bien, durante los periodos de ayuno es bueno abstenerse de todo lo que provoque placer al cuerpo. Por eso mucha gente hace ayunos (abstinencia) de televisión, computadora, etc., etc. En fin, mi
definición personal de ayuno es: Tiempo de abstinencia de comida, bebida o algún tipo de placer, con la finalidad de disciplinarse, física, emocional y espiritualmente. Es importante hacer notar que aunque en los tiempos bíblicos no existía ninguna de estas cosas de las que decimos debemos abstenernos hoy, en cada ayuno que vemos en la Biblia, las personas se apartaban y se abstenían de todo lo normal de la época inclusive de estar en contacto con negocios u otros seres humanos, o se iban al desierto o se guardaban en sus habitaciones ej.:( Daniel) Es p robable que la disciplina no sea lo más importante para algunos a la hora de alcanzar una meta, pero créeme que es muy necesario, si quieres mantenerte. El término desayunarse en español (breakfast, en inglés) apela a la ruptura del ayuno natural de cada noche, al llegar el nuevo día. Por eso, cuando en muchos lugares las personas hacen ayunos parciales hasta el mediodía, podemos decir que ese ayuno es válido, especialmente si quien lo hace así, ingirió su última comida a las 8 de la noche del día anterior, como mínimo. Si termina a las 12 del mediodía serán 8 horas de ayuno, si partimos del principio de que el ayuno es cuando el cuerpo tiene 8 horas sin comer.
Hace un tiempo tuve noticias de alguien que, en algún lugar, hizo un ayuno empezando a las tres de la tarde. Reconozco que viniendo de una cultura donde se nos enseñó a iniciar el ayuno en la mañana, cuando uno se levantaba, me escandalicé; pero comencé a analizar el asunto y realmente, haciendo un estudio concienzudo, concluí que esa es la mejor forma de ayunar, ya que de 3 de la tarde a las 3 de la madrugada hay doce horas y a partir de esa hora hasta las 8 son 5 horas más, lo cual lleva a 17 horas de abstinencia. ada malo para el organismo de mucha gente que no lo deja descansar, pues comen indiscriminadamente hasta altas horas de la noche. De hecho, si la mayoría de las personas ingiriéramos la última comida temprano, entre 6 y 7 de la noche, y desayunáramos entre 8 y 9 de la mañana, nuestro organismo funcionaría a las mil maravillas y habría menos diabéticos, personas con problemas de colesterol, presión arterial y muchas otras enfermedades.
El ayuno y el vientre, una perspectiva cristiana En el cristianismo nos hemos enfocado en una diversidad de pecados, entre ellos la fornicación, el adulterio, la homosexualidad y otros más, sin embargo, ¿qué ha pasado con el vientre? La iglesia lo
ha olvidado, pero veamos lo que dice el apóstol Pablo al respecto:“Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres , y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos” (Romanos 16:18). El apóstol habla del vientre como de alguien a quien se sirve, en lugar de servir a Jesús; siendo el vientre algo a lo que se idolatra. En otra porción se refiere así: “Las viandas para el vientre , y el vientre para las viandas; pero tanto al uno como a las otras destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo” (1 Corintios 6:13). En la teología de Pablo el vientre no andaba bien si dejaba de servir para algo más que para recibir los alimentos. De igual manera, si una persona no controla su vientre, según la teología paulina, anda muy mal y es un problema al que compara con la fornicación. Un vientre sin control es un problema grave en la vida de un cristiano o un líder. En la Carta a los Filipenses, Pablo lo nombra como un dios. Veamos:“el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre , y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal” (Filipenses 3:19). En otra referencia el apóstol le escribe a Tito y le informa:“Uno de ellos,
su p ropio profeta, dijo: Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, glotonesociosos” (Tito 1:12). Imagínate, comparar el pecado del vientre con la mentira y la ociosidad, entre otras cositas más que menciona. Yo me pregunto si Pablo ejerciera su apostolado en esta época, qué tipo de carta le escribiría a una iglesia que solo predica cosas terrenales, que solo piensa en fiestas, que predica reinos, el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre. Por tanto, el ayuno es una bendición, ya que subyuga al dios vientre, lo controla, lo somete. Mucha gente hace cosas, p or su vientre, que no debiera hacer. Uno de los pecados por los cuales el mundo antiguo pereció, en palabras de Jesús,era porque entre otras cosas “comían y bebían”. Hoy en día, el dios vientre vuelve a tomar su lugar en medio del panteón de los dioses que danzan alrededor del hombre, desenfocándole de la verdadera razón por la cual fue creado. Después de toda esta exposición, cabe aclarar que ayunar no salva a nadie. Ayunamos porque somos salvos, no porque busquemos salvarnos. Es lo mismo
con la oración, la ofrenda, los diezmos, en fin, todo lo que hacemos lo hacemos porque estamos agradecidos con Dios. Esas son disciplinas que cumplen cada una su función en el establecimiento del reino de Dios.
Capítulo 2 Ayunos en el Antiguo Testamento El escenario en que se desarrolla el ayuno es muy amplio. Veamos, por ejemplo, algunos ayunos practicados p or individuos o grupos, en lo que la Biblia llama el antiguo pacto o Antiguo Testamento. En realidad, hay más ayunos de los que la gente usualmente sabe. Los hay de diversos tipos y con diferentes finalidades. De cada uno de ellos p odemos aprender algo que nos es útil en estos días y que nos puede ayudar a que nuestros ayunos sean más efectivos. El hombre y la mujer de los tiempos antiguos eran seres más espirituales. El contacto con la naturaleza y la inexistencia de los dispositivos que hoy tenemos— como las computadoras, la televisión, los celulares, etc., elementos que conducen a la gente a un desenfoque generalizado, así como las paredes físicas e invisibles que actualmente nos alejan de los demás, de nosotros mismos, de la propia naturaleza y de
Dios—, hacían que el hombre tuviera más capacidad para su desarrollo espiritual. Esa es la principal razón por la que las manifestaciones divinas eran más frecuentes en ese tiempo. No porque Dios hoy se haya alejado del hombre, sino porque es este el que se ha apartado de Dios. El ser humano actualmente no tiene espacio ni tiempo para la meditación. Por eso los p ocos que la practican son considerados seres esp eciales, pero debemos entender que todos tenemos acceso a ello. Lo que ocurre es que debemos pagar el precio para hacerlo y creer con fe que algo ha de suceder. Cuando lo pongamos en práctica—meditación junto con oración, ayuno, lectura concienzuda de las Escrituras, adoración a Dios, pasos que nos llevan a un crecimiento total— llegaremos a otras dimensiones importantes de la vida. De modo que trataremos de ver todos los ayunos del ntiguo Testamento para analizarlos de una forma sencilla, aunque tratando de sacar las grandes verdades que hay en cada uno de ellos.
Ayuno nacional de un día Uno de esos ayunos significativos de la antigüedad y
al que pocos se refieren, se encuentra en el libro de 1 Samuel, capítulo 7, versículo 6. El juez y profeta llama al pueblo a un acto de arrepentimiento, dice, a toda la casa de Israel. Ellos necesitaban liberarse de la opresión de los enemigos puesto que perdieron todo, incluso el arca. Por eso Samuel les dice:“Preparad vuestro corazón a Jehová, y sólo a él servid”. cto seguido el pueblo celebra un gran congreso en un lugar llamado M izpa. Allí hacen un acto de arrepentimiento que tuvo como parte central un ayuno de todo un día. Por otra parte, el enemigo sabía que lo que sucedía ahí cambiaría la historia, por lo que se presentó en medio de aquel ayuno. Sin embargo, el pueblo de Dios siguió adelante; sacaron agua, la derramaron, sacrificaron y, en medio de ese gran ayuno, Dios tronó. La Escritura afirma que lo hizo con gran estruendo. lgo que aprendemos en este párrafo es que Samuel no solo proclamó ayuno, sino que sacrificó, un ejemplo importante para esta época en la cual muchas gentes quieren grandes posiciones, pero solo a base de clamor. El sacrificio debe ir delante del clamor, no debe haber clamor sin ofrenda. La costumbre ahora es solamente clamar. Se reúnen muchos a clamar, pero pocos de ellos sacrifican o dejan de último los
sacrificios. Personalmente creo que todo tiempo de ayuno debe ser iniciado con un sacrificio o, hablando en términos modernos, haciendo una ofrenda de pacto. quel día Israel, que había perdido varias batallas en los últimos años, no peleó; solo persiguió a un ejército en desbandada, hubo restitución de ciudades, liberación, en fin, todo le fue devuelto al pueblo. Es interesante ver cómo ciertos ejercicios esp irituales han desequilibrado guerras que, humanamente hablando—por lógica matemática— estaban virtualmente perdidas. Este fue uno de esos casos en el que un ejército, numeroso y mejor armado, es puesto en desbandada por un pueblo dirigido por un profeta. Claro, la intervención divina fue lo que estableció la diferencia. Gran verdad
Este ayuno de un día fue la base para hacer que Dios tronara aquel día. Si quieres hacer que Dios truene sobre tus enemigos y que sean vencidos, el ayuno es un buen preludio para entrar en la batalla.
Los dos ayunos de Moisés Son bien conocidas las dos veces que Moisés subió a
la montaña. La Biblia no nos aclara si el hombre, en la primera ocasión que subió, comió algo. Lo que nos dice es que estuvo seis días y, al séptimo, Dios lo llamó de entre la nube y lo invitó a subir al pico de la montaña. Moisés entra en la nube, asciende a la cumbre y allí está cuarenta días; o sea, posiblemente fueron cuarenta y siete días sin comer, no solo cuarenta como han dicho algunos (Éxodo 24:16-18). En la segunda ocasión, diez capítulos más adelante (34:28), nos dice que estuvo 40 días en el monte sin comer pan ni beber agua, y escribió en tablas los mandamientos. Particularmente creo que fue Moisés quien escribió los primeros cinco libros de la Biblia. llí Dios le reveló todo lo que necesitaba escribir, tal vez hasta lo que Abraham ignoraba. Ese es un nivel de ayuno superior, por lo que no se recomienda hacerlo si no es ordenado por Dios. Una vez, un amigo mío se puso a hacer un ayuno de ese tipo y llegó a mi casa hablando incongruencias, hace años de eso, pero me impresionó tanto que aún lo recuerdo. El muchacho comenzó a comer y mejoró algo, creo que Dios tuvo misericordia de él, ya que he sabido incluso de ministros que han muerto al practicar ese tipo de ayuno.
Gran verdad
Durante este tipo de ayuno, hay un nivel de revelación poderoso. Grandes cosas han surgido de esta clase de ayuno, pero nunca inicies uno como este si no tienes dirección divina. El ayuno de 40 días es muy fuerte, si lo haces debe ser como el de Moisés, por orden divina, no por emoción ni motivos muy personales.
El ayuno de Josafat La historia se encuentra en el libro de 2 Crónicas, capítulo 20, versículos 1-3. Dos reyes se dirigen contra el medio reino de Judá, dos ejércitos poderosos que van, como diríamos hoy, a comerse vivos a Josafat y su gente. Sin embargo este, al recibir la noticia, se humilló y proclamó un ayuno para todo el reino de Judá. Un ayuno de pedido de socorro, es lo que yo llamo uno de varios ayunos nacionales que narra la Biblia en el Antiguo Testamento. Debemos admitir que fue un ayuno iniciado bajo temor, pero mientras otros reyes —al enfrentar problemas— consultaban ídolos, Josafat acudió a Dios en ayuno e hizo un gran congreso, armó los equipos de alabanza y el resultado fue que Dios envió un espíritu de confusión sobre los enemigos, los
cuales se mataron entre sí, entrando ellos en el valle de Beraca o valle de la bendición, porque fue tanta la bendición, que no podían con ella. Qué bueno sería que en medio de este evangelio con esta cultura humanista —y mezclado con filosofías de ueva Era y tantas cosas—, cada vez que la iglesia viera un problema en el camino se levantara y echara mano de esta herramienta antigua, la acompañara de humillación, ofrendas voluntarias, alabanzas y mucha unidad para que entonces viéramos al enemigo confundido y a la iglesia bendecida. Venceríamos cualquier situación por difícil que pueda parecer. En referencia a nuestro peregrinaje como iglesia, en octubre de 2009 nos mudamos de local, estábamos gozosos y contentos, nuestra congregación en Miami había estado por 8 años en la ciudad de Opa-Locka y, en los últimos años, tuvimos palabra profética en cuanto a que nos mudaríamos. Debo confesar que como pastor me sentí desesperado. El pequeño local donde estábamos se llenó, establecimos dos cultos, aunque el calor nos mataba cada domingo. Predicar dos mensajes y ver que venía un tercer culto pesaba mucho sobre mí. Parecía que cada vez la promesa se alejaba más y más, p ues no se veía ningún
lugar a la vista; pero como el Dios al que servimos es poderoso, de repente se desarrollaron una serie de acontecimientos convenientes. En unos once días preparamos un local, nos gastamos varios miles de dólares que Dios proveyó a través de la gente —ya que de otra forma jamás se hubiera podido—, y ahora estábamos allí celebrando y muy felices. o bien nos establecimos, el enemigo levantó a un vecino musulmán que puso el letrero de su negocio en el estacionamiento principal. Algunos hermanos me dijeron que reclamara, pero mantuvimos la calma. Convoqué al pueblo a orar, pero nada sucedió. Tiempo después, no conforme con aquello, el hombre declaró que le molestaba la distribución de comidas que hacíamos allí los miércoles, así que recibimos una carta de la administración del edificio alegando que debíamos detener esa actividad por la seguridad de los demás dueños de negocios del área. Seguimos orando y declaramos una semana de ayuno y oración. Yo, como pastor, ayuné solo con agua, muy poca—por cierto—, lo cual no recomiendo porque me afectó la salud. Siempre debe tomarse bastante agua durante el ayuno pero, consciente de eso, extremé el sacrificio. (Ahora bien, es fácil hacer un ayuno encerrado en un cuarto pero, con el
sofocante sol de Miami y manteniendo el mismo nivel de actividades, es muy difícil.) sí que hicimos una carta explicando nuestra labor, detuvimos la distribución de alimentos por una semana, por lo que algunos se desesperaron. Una persona me ofreció un abogado y estuve a punto de ceder, íbamos a entrar en un litigio legal para demandar al musulmán y posiblemente a la administración, pero cancelé la cita con el abogado y le dije al hermano que debíamos terminar el ayuno y esperar en Dios. ¿Saben cuál fue la respuesta? Nos llamó la señora encargada de la administración y nos dijo que el dueño decidió que nos iba a ceder un local gratis para que lo usáramos para nuestro proyecto y que podíamos renovar el contrato cada seis meses. ¡Gloria a Dios! El local resultó ser mucho más grande que nuestra anterior iglesia. sí que lo arreglamos y ahora, en vez de un proyecto de distribución de alimentos, planificamos un amplio programa de ayuda a la comunidad que luego ha de convertirse en un proyecto internacional. Eso es lo que ocurre cuando Dios truena, como digo yo, Él nos da una victoria total y aplastante. Tuvimos la
oportunidad de utilizar los recursos humanos y legales, pero preferimos emplear los divinos y esperar. Gran verdad
El ayuno nos ayudará a conquistar grandes batallas, por lo que el enemigo será confundido y derrotado. El ayuno de Esdras Este se encuentra en el libro que lleva su nombre, en el capítulo 8, versículo 21. Se trata de un ayuno nacido de la vergüenza y el temor. Vergüenza porque Esdras no quiere pedir ayuda al rey. Desp ués de haber testificado de un Dios tan poderoso, no vio prudente solicitarle trop as al monarca para iniciar un camino tan largo y peligroso. arra este sabio hombre de Dios que publicó un ayuno allí, junto a un río, porque la situación era crítica. Habla de un ayuno de aflicción y solicita el camino recto. El versículo 23 dice que ayunaron y pidieron a Dios sobre eso y les fue propicio, lo cual quiere decir que recibieron seguridad para avanzar, ya que iban cargados de utensilios de oro y de diferentes metales preciosos para el uso del templo. o nos dice Esdras en qué consistió la seguridad que recibieron, pero afirma que obtuvieron respuestas, de
modo que iniciaron el camino y llegaron a Jerusalén. Fue un viaje prósp ero, porque la mano de Dios fue con ellos y los libró del enemigo y del acechador durante la travesía. ¡Qué gran victoria! Gran verdad
Muchas veces, aunque disp ongamos de la ayuda y el respaldo humano, no podemos dejar de acudir a nuestro Dios, el cual está dispuesto a honrar su nombre respaldándonos, especialmente cuando le hemos dado el lugar que se merece.
Ayuno nacional de confesión de pecados ehemías 9:1. Esdras se encuentra con el pueblo terminando una gran fiesta, un festejo en el que lo principal había sido leer el libro de la ley por siete días. Estudiar la Palabra les trajo un profundo espíritu de arrepentimiento y confesión de pecados. Es interesante observar que se dedicaron a ello durante una cuarta parte del día. Debemos entender que el día hebreo constaba de doce horas; cuatro turnos de tres horas cada uno. Así que deducimos que una cuarta parte serían 3 horas, ese fue el tiempo que dedicaron a leer el libro de la ley y por tres horas confesaron sus pecados y adoraron a
Yahvé. Ese fue un ayuno nacional cuya actividad principal fue confesar y adorar a Dios, buscando completar la restitución absoluta de lo que habían recibido. Gran verdad
Una vez más se demuestra que cuando el pueblo se humilla, en unidad, hay grande bendición. El otro ayuno Veamos uno de los ayunos más populares por lo que resultó ser, ya que había toda una nación en peligro e iban a perecer todos. El emperador más poderoso había lanzado un decreto por instigación de un enemigo del pueblo de Dios. La historia acontece en el 483 A.C., se narra en el capítulo 4 del libro de Ester, versículos 15 al 17. Aquí vemos a una reina comprometida con su pueblo convocando a todos los judíos de la capital de Babilonia. El ayuno sería por tres días con sus noches y el objetivo del mismo sería interceder por ella para que hallara gracia en su misión intercesora ante el rey. Con lo que iba a hacer, ella violentaría una de las leyes más peligrosas que existía y que nadie se habría atrevido a violar. Presentarse ante el rey, sin permiso previo, representaba una muerte segura. Esa fue la
razón por la que estableció tres días de ayuno sin agua y sin comida, un ayuno total para salvar sus vidas. Esa clase de ayuno, casi siempre involucraba a los niños. Dios utilizó a esa valerosa mujer para evitar la masacre total del pueblo hebreo. ¿Recuerdan a Hitler? ¿O al faraón tratando de exterminar a los judíos? hora le toca el turno al presidente de Irán. En cada época se repite la historia, alguien se levanta tratando de eliminar a ese pueblo, sin embargo, no siempre hay alguien como Ester o Moisés, dispuesto a darlo todo para salvarlo. Por eso cuando venga la próxima amenaza de exterminio, le corresponderá al Mesías salvar directamente a la nación escogida. El ayuno de tres días fue efectivo y la victoria resonante, no solo porque los judíos fueron salvados, sino porque sus enemigos fueron totalmente destruidos. Gran verdad
El ayuno de tres días, total o solo con algo de agua, es uno de los más poderosos que existe. Un ayuno de tres días Mi experiencia con el ayuno de tres días es muy rica. Muchos fueron los ayunos de tres días que hice en el
pasado. Al principio me resultaban muy difíciles porque mi organismo no estaba acostumbrado. Así que recuerdo que cada vez que entraba en tres días de ayuno pensaba que me iba a morir. Ya no es así, ahora son más fáciles, quizás porque soy más maduro y puedo entender muchas cosas mejor. Era el verano de 1994, época en la que arribamos a la ciudad de Miami. Al llegar aquí nos recibieron unos amigos que nos dieron alojamiento, como pasa con casi todos los que se mudan a este país. Estuvimos un tiempo viviendo en algunos de esos lugares hasta que conseguimos trabajo. Eso nos permitió alquilar algo pequeño en lo cual empezar nuestra nueva vida. Luego nos mudamos a un lugar en la ciudad de Hialeah. Era una casa de una señora española y cristiana, por momentos amorosa, pero con un carácter sumamente fuerte. Ella entró en confianza con nosotros y comenzó a inmiscuirse en los asuntos familiares. Muy temprano en las mañanas me preguntaba por qué me había bañado tan tarde, cosa que no me agradaba, ya que cuando uno vive en un lugar se baña a la hora que quiere. Un día en particular, había llegado muy tarde de mi trabajo, por lo que me bañé tarde. Y aquello no
paraba. La señora chequeaba todo lo que hacíamos, cuándo salíamos, cuándo entrábamos, dónde íbamos, en fin, aquello se hizo insoportable. Así que empezamos a orar, pero nada pasaba. Lo poco que yo ganaba me permitía pagar la renta y cubrir el resto de las necesidades. Pero no me sobraba dinero para reunir lo necesario para mudarnos. Cuando las cosas llegaron al colmo, planifiqué tres días de ayuno, de jueves en adelante. El último día, el sábado en la tarde, un amigo me visitó y me dijo que se sentía enfermo. Le di unos consejos, salimos, conseguimos unas medicinas y el lunes siguiente, en agradecimiento, ya que había mejorado, me dijo que tenía unos boletos para ver un show de botes. Me entusiasmó, y como había terminado mi ayuno el sábado anterior, acepté su invitación. La pasamos bien, parecíamos dos millonarios, subiéndonos a los botes mientras los vendedores nos los mostraban. Sin embargo, fingíamos que no nos decidíamos cuál comprar pues siempre encontrábamos uno más lindo y mejor que el que acabábamos de ver. Estábamos agotados cuando decidimos salir de allí, era tarde en la noche. Una vez afuera, mi amigo observó que con los tickets
se estaba rifando un tipo de motor acuático que en esa época estaba invadiendo el mercado. Decidimos escribir la información requerida ya que nada perdíamos con hacerlo, anotamos todos nuestros datos y, al devolvernos a ponerlos en la urna, nos dimos cuenta de que no podíamos entrar pues ya estaban cerrando el lugar y solo se permitía salir, no entrar. Ya nos íbamos con nuestros boletos cuando un señor que nos vio tratando de entrar, y que al parecer trabajaba en la exposición, nos dijo que estaba dispuesto a entrar y depositarlos por nosotros. Nos miramos sorprendidos con su gesto y nos dijo que nada perderíamos, ya que no teníamos entrada para volver y el espectáculo terminaba el siguiente día martes. ccedimos a hacerlo y le entregamos los boletos. Al día siguiente —el famoso martes— me había olvidado del asunto cuando, como a las seis de la tarde recibí una llamada. Una voz masculina me preguntaba mis datos y me dijo: “Se ha ganado usted un SeaDoo”. Cuando oí aquello no podía creerlo, era la marca del motor acuático del show. Pensé que mi amigo Juan Elías, así se llama él, me estaba jugando una broma ya que siempre nos divertíamos así cuando hablábamos
por teléfono. De modo que respondí: “Juan Elías, no relajes”, pero la voz del otro lado volvió y me dijo:“Señor, le llamo del show de botes, esto no es un relajo”. El hombre era cubano y utilizó unas palabras muy comunes entre los cubanos no cristianos, colgó y entonces llamó a mi amigo al cual había puesto de referencia en el ticket. Para abreviar, Juan me llamó, me fue a buscar, me esperó y ya, como a las siete y media me apersoné al lugar donde recibí mi premio. Me dieron un certificado de propiedad, y me dijeron dónde y cuándo ir a buscar el motor acuático. También me informaron que tendría que pagar los impuestos, que era más dinero de lo que yo podía pagar. sí que me fui haciendo cálculos a casa. Pensé: “Si lo vendo, si lo rento, me lo llevo a la playa los fines de semanas y lo alquilo por hora; pero dónde lo guardo”, me preguntaba. Entonces averigüé y me dijeron que necesitaría una licencia para usarlo, un remolque para transportarlo y un lugar donde estacionarlo, en fin, las cosas eran más complicadas de lo que yo creía. De modo que, recuerdo, al siguiente día me apersoné en la compañía de botes que concedía el premio con mi
certificado en mano y un amigo. Logré que el encargado de la transacción me diera la mitad de lo que costaba el famoso aparato. Salí de allí con un cheque por poco más de 3,000 dólares. El hombre me dijo:“Si no tienes bote, ¿qué hacías allí, en ese show?” “Bueno”, le respondí, “no tengo pero me gustan, además era una exposición abierta al público y tenía todo el derecho de estar allí”. No obstante vi la mano de Dios en esa situación, una respuesta poderosa, sobrenatural. Con ese dinero nos mudamos a un apartamento, pero lo maravilloso es que la mano de Dios obró por medio de aquel hombre que se ofreció a echar los boletos en la urna. La misma mano que hizo que aquella gente me esperara y que hiciera el intento una y otra vez. La respuesta fue poderosa, nos mostró que servimos a un Dios poderoso, que está dispuesto a contestar nuestras necesidades.
El ayuno de un pueblo malvado un los malvados ayunan en tiempos de crisis. Este es un ayuno muy extraño, ya que quien lo hace no es un pueblo que necesariamente se caracterizaba por servir a Dios, es más, era considerado un pueblo atroz. Los sirios eran famosos por ser un pueblo que
cometía muchas atrocidades con sus enemigos, especialmente contra Yahweh. A pesar de que Jonás los odiaba o, como mínimo no los apreciaba, y no estaba de acuerdo con la forma de pensar de ellos, aun así Dios lo envió a predicarles y anunciarles su destrucción. Esta historia se desarrolla entre el año 793 y el 753 antes de Cristo. Se encuentra en el libro de Jonás. Todo el capítulo 3 se dedica a este evento. No se nos dice cuánto tiempo ayunaron pero, al parecer, fue un solo día. Todos, grandes y pequeños, hasta los animales, ayunaron por orden del rey. El monarca los invitó a convertirse y a librarse de la rapiña que había en sus manos. Es importante notar que ese pueblo le había hecho mucho daño a Israel. Era un pueblo idólatra, malo, perverso, cruel en las batallas, sin embargo conmovieron el corazón de Dios a tal punto que Dios fue movido a compasión y no los destruyó. Otra manifestación del amor de Dios cuando el hombre manifiesta arrepentimiento. La gran enseñanza de este libro de Jonás es que, un corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. Gran verdad
Una vez más se cumple la palabra que dice: Un
corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh ios. Nínive no era un pueblo muy bueno que
digamos, pero Dios le demostró a Jonás que el que se humilla alcanza misericordia.
El famoso ayuno de Daniel y sus amigos Esta es la historia de Daniel, Azarías, Ananías y Misael, de los hijos de Judá deportados p or abucodonosor, el famoso soberano del Imperio Babilónico. Los muchachos acababan de llegar a esa gran nación, es p robable que hayan sido deslumbrados por la majestuosidad del palacio babilónico, pero no dejaron que su corazón fuera conquistado. Este, en particular, se conoce como el ayuno de los diez días, y se considera así porque los jovencitos se abstuvieron de ingerir alimentos delicados; se abstuvieron del placer que disfrutaban los demás, es decir, de comer y beber del vino del rey. Sin embargo, ese no fue un ayuno por misericordia o arrepentimiento, era para obtener gracia. Es interesante notar que aun cuando trataron de evitar contaminarse consiguieron algo más pues, a los diez días, no solo se veían mejor que los demás sino que recibieron conocimiento e inteligencia en todas las
letras y ciencias y, aparte de eso, Daniel tuvo entendimiento en toda ciencia y sueño. Luego se les consultó en varios asuntos y, en todo, sus consejos fueron diez veces mejores que los de los demás. Este tipo de ayuno con legumbres y agua es muy bueno para desintoxicar el sistema. En solo ocho días el sistema ya se ha desintoxicado de los residuos, especialmente de los de las carnes rojas que requieren más tiempo para que los intestinos las procesen. Sugiero que leas algunos libros de nutrición escritos por cristianos como La dieta de Dios y otros que llenan los estantes de las librerías. Por supuesto, no garantizo que termines como Daniel y sus amigos, pero sí que al hacerlo en ayuno y oración, tus funciones cerebrales mejorarán y te sentirás más liviano y hasta es posible que te cures de algunas enfermedades. Muchos ministros llaman a este el ayuno de Daniel. Yo lo llamaría el ayuno de Daniel y sus amigos ya que estoy seguro que Daniel en sus casi 90 años de vida hizo varios ayunos pero, al parecer, solo son narrados estos dos, hasta donde llega mi conocimiento. En medio de estos ayunos se encuentra un caso interesante. Si entendemos el ayuno de manera
parcial, como lo hicieron Daniel y sus amigos, solo con legumbres y agua, podríamos ver el caso de abucodonosor que, por siete años sufrió una esquizofrenia que lo sacó del reino y solo comió hierbas. Ese fue un acto de humillación divina con un hombre que llegó a ser considerado una deidad en su tiempo. Su pecado fue el orgullo y la soberbia, el mismo por el que Lucifer perdió su condición y fue echado del cielo. Dice la historia hebrea que ese rey sabio y poderoso murió convertido a Elohim, de forma que la humillación de siete años le sirvió de algo. Y termina el capítulo 4 de Daniel diciendo que tuvo mayor grandeza que antes. Otro rey que ayunó por un día y su noche, según el registro bíblico, fue Darío de Media. A sus 62 años y algo, ese hombre sabio fue atrapado por unos consejeros malévolos que le quisieron hacer daño a Daniel. Él consideraba a Daniel su amigo, que tendría sus 80 años de edad. Así que debe haber existido una confianza muy especial entre ellos, por lo que al darse cuenta de que había sido engañado y su amigo echado en un foso de leones hambrientos, se fue a su cama sin comer nada ese día.
Declara el versículo 18 del capítulo 6, que no solo ayunó comida sino que también se abstuvo de oír música. música. Puede Puede que ese ayuno ay uno fuera fuera de un día completo, ya que desde que supo lo que le acontecería trabajó todo un día para librarlo hasta la puest p uestaa del del sol. sol. Claro, Claro, al p arecer recer,, esa mi misma noche noche Daniel la pasó en el foso y el rey en su cama. Sabemos abemos que que no fue el ay ay uno del del rey lo que libró libró a Daniel, sino la fe del profeta en su Dios, pero fue una bendic bendición ión,, ya y a que a raíz raíz de eso eso Darí D aríoo reconoc reconoció ió que que Daniel servía al Dios verdadero; los versículos 25 al 28 lo confirman. De los cuatro reyes a los que Daniel sobrevivió, dos de ellos terminaron declarando que todos debían servir servir al Dios Dios de Israel, Israel, solo uno no lo hiz hiz o porque p orque perdi p erdióó su reinado reinado casi casi inme inmedi diatam atamen entt e. Gran verdad
Es asombroso el poder que ejerce un hombre santo que es disciplinado en su vida de estudio, oración y ayuno. O tro tro ayuno ayuno de de Danie Dani e l En el capítulo 9 del libro que lleva su nombre, el hombre sabio indaga en los tiempos y ve que ya es hora de regresar, versículo 3: “Volví mi rostro a Dios
el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza”. Daniel hablaba. Y los hombres de Dios entienden cuando las cosas son serias. No sabemos sabemos en real realidad idad cuá cuánt ntoo duró este est e ay ay uno pe p ero, al pare p arece cerr, no fue muy muy ex extt enso. En verdad verdad,, para p ara que un ayuno ay uno sea s ea p oderoso no tie t iene ne que ser largo. largo. La cal calida idadd del ay ayuno uno reside reside en en el nivel nivel de arrep arrepent entim imie ient ntoo y humillación que tenga el ser humano. Podrá hacer un ayuno de veintiún o cuarenta días, pero si no hay un nivel de arrepentimiento real y si el propósito no implica implantar, establecer o fundamentar el reino de Dios, no habrá buen resultado. La oración de arrepentimiento de este capítulo 9, estudia est udiada da a profund p rofundida idad, d, nos nos da a conoce conocerr el nivel nivel del profeta p rofeta Da D aniel niel.. Creo que cada cada hombre hombre o mujer mujer de Dios de deberí beríaa est estudi udiaar este est e ca cap ítulo concienzudamente. No sabemos cuánto duro ese ayuno, ay uno, quizás fue un día, día, tal tal ve vezz el mismo mismo ti t iemp emp o de la oración; sin embargo, hay un indicio en el versículo 21 que dice que era la hora del sacrificio de la tarde. Por tanto, pienso que Gabriel llega a la hora de las tres y, como ese ayuno fue en el reinado de Darío el hijo de Asuero, debemos entender que el libro no está escrito de forma cronológica. Por eso vemos un rey en un cap cap ít ulo, ulo, después desp ués otro ot ro y lueg luego el mismo mismo
apareciendo pero, como no es un libro de historia, no nos preocupa en sí la cronología, sino los varios ayunos que aquí se narran. El ayuno de 21 días a menudo es confundido ya que fue durante el reinado de Ciro de Persia, el tercer año, como como afirma afirma el versículo versículo dos dos del cap capít ítulo ulo diez diez , donde donde indica que por tres semanas estuvo afligido. De modo que se trató de un ayuno complejo, con algo más que abstinencia de comida, manjares delicados aparte del menú. La versión hebrea dice que “en aquel tiempo yo Daniel, había estado de duelo por tres semanas completas, no había comido pan placentero, ni carne ni vino habían entrado en mi boca y no me ungí con aceite ni una vez, hasta que tres semanas enteras habían pasado”. Hasta aquí el versículo, o sea, tres días después de haber terminado, le fue dada una visión a Daniel. Esa visión revelaba todo lo que habría de acontecer hasta el final de los tiempos. Quizás la más grande de las revelaciones jamás dada a un hombre. Con esto termino: los ayunos del libro de Daniel son muchos y más variados que los que los t eólog eólogos os han dicho dicho por p or sig s iglos. los. El ayuno en el Antiguo Testamento siempre implica
un perfil de humillación combinado, en algunos casos, con oración. Aun si eran hombres o mujeres de Dios o reyes desconocedores de las doctrinas divinas, invitaron invitaron al pue p uebl bloo a convert convertiirse y arrepen rrep entt irse rs e, como como sucedió con el rey de Asiria al escuchar el mensaje de Jonás o con los mismos reyes bajo los cuales Daniel sirvió.
Algunas personas que ayunaron en el Antiguo Testamento M oisés: oisés: re rep ortó ort ó dos ay ay unos de 40 día días, aunque aunque p udo haber hecho más. Samuel y el pueblo: ayuno nacional de un día. 1 Samuel 7:6. David: David: tres días, días, entre ent re ot ot ros posibl p osiblees ay unos. Ester: reportado un ayuno de tres días. Ester 4:16. Daniel Daniel:: se rep rep ortan ort an dive divers rsos os ay unos de 21 día días, es posibl p osiblem emente ente el el hombre hombre que má más ay unó de todos los persona p ersonaje jess bíbli bíblicos. Elías: hizo varios ayunos, al parecer 40 días fue uno de los los p eriodos eriodos que ta t ambié mbién hizo. hiz o. Esdras: proclamó un ayuno junto a un río y luego hizo un ayuno total. Esdras 8:21; 10:6. Jesús: ayunó 40 días en el desierto, justo antes de iniciar su ministerio. Pedro: tres días en el libro de los Hechos. Pablo: tres días, pero también reporta varios ayunos
más. El cuerpo apostólico que gobernaba desde Jerusalén: ayunaban cuando iban a enviar a alguien al ministerio. Los ancianos de la Iglesia primitiva: Este cuerpo de hombres de esa época hacían ayuno cada vez que iban a enviar a alguien al ministerio. Capítulo 3 El ayuno verdadero Mucho se ha comentado sobre el capítulo 58 del libro de Isaías, al punto que algunos han dicho que Dios ya no aceptaba el ayuno. Si así fuera, ¿por qué aceptó los ayunos de Daniel y aun de otros como Ester? A simple vista se nota que este capítulo ha sido mal interpretado. quí Dios lo que dice es que un ayuno que proviene de alguien que oprime y maltrata es injusto (vv. 3 y 4). El ayuno sin propósito no tiene sentido para Dios. El versículo tres habla de personas que ayunan para buscar su propio gusto. Los ayunos son para desatar ligaduras de impiedad, esto se logra al incrementar el nivel de autoridad espiritual, el nivel de unción. El versículo 6 expresa que cuando se ayuna debe hacerse pensando en romper todo yugo, escuche: todo yugo, soltar cargas de opresión, liberar oprimidos. ¿Acaso no fue eso lo que hizo Ester,
cuando pidió al pueblo ayunar por tres días? ¿O el ayuno de Daniel —tanto el de 21 días como el de uno —, tratando de saber cómo sería liberado el pueblo? ¿Y qué de la promesa de los versículos 8 en adelante? El ayuno de Samuel con el pueblo también cumplía ese propósito. Realmente el problema nunca fue el ayuno, sino la actitud de la gente, como lo hacen hoy con el diezmo, las ofrendas y aun con la asistencia a la iglesia. El propósito por el que se hacen las cosas es importante, el motivo de lo que hacemos, porque lo que hacemos es lo que le interesa a Dios. Queda comprobado que el número de días (uno, siete o cuarenta) que lo hagas o lo que puedas hacer, no es lo más relevante, si no la razón y el nivel de humillación que te motivan a hacer ayuno. Excepto el ayuno de Moisés que fue algo evidentemente provocado por Dios, los demás ayunos al parecer cumplieron con los p ropósitos por los cuales se convocaron. Otro texto en el que Dios afirma que no oirá el clamor producido cuando su p ueblo ayune, se encuentra en Jeremías 14:10-12. Allí también dice que la ofrenda no será aceptada ni el holocausto, pero ¿cuál es la razón por la que el Padre se expresa de esa manera? El
versículo nos dice que Adonay está molesto porque su pueblo es inestable. La expresión“se deleitaron en vagar”, habla de inestabilidad, la que tenían porque andaban de altar en altar y de ídolo en ídolo. Varias veces Dios se quejó de eso con respecto a su pueblo, porque a pesar de que Él les mostraba su grandeza numerosas veces, ellos claudicaban y divagaban entre dos pensamientos, lo cual es algo que molesta a cualquier padre. La oración, el ayuno, la ofrenda, cualquier cosa que sea la disciplina que ejerzamos en un momento para acercarnos al Padre, debe estar respaldada por un estilo de vida consecuente. No podemos pensar que porque ofrendemos, ayunemos o hagamos esto o lo otro, si nos mantenemos en una actitud de desobediencia, debemos obtener mucho resultado. Al hablar de esto viene a mi mente la famosa expresión de Jesús cuando aconsejaba a alguien y le decía:“Vete y no peques más”. Igual reclamo se encuentra en Zacarías 7:5, donde Dios se refiere al pueblo y sus ayunos del mes quinto y el mes séptimo. A pesar de que el pueblo ayunó por 70 años, en esos dos meses, los ayunos no fueron hechos para Él, ya que fueron ayunos egoístas. legan, algunos comentaristas, que el ayuno del mes
quinto conmemoraba la destrucción del templo (Jeremías 52:12-13) y el del mes séptimo evocaba el asesinato de Gedalías (2 Reyes 25:23-25). Yo creo que lo que Dios puntualiza en los versículos 9 al 12 del capítulo 7 de Zacarías, es la razón principal de que esos ayunos no fueron considerados para Yahvé. Veamos las razones: 1. No eran piadosos para con sus hermanos, no eran verdaderos en su juicio, ni eran misericordiosos. 2. Oprimían a las viudas, al extranjero, al huérfano y al pobre. 3. Eran mal pensados, pensaban mal contra sus hermanos. 4. Eran duros de corazón, comparados con el diamante; no escuchaban la voz de Dios ni se daban por entendidos, cuando la palabra era traída por el espíritu a través de los profetas (v. 12). Vale decir que el capítulo 8 de Zacarías es profético y milenial puesto que nos habla de la presciencia de Dios. Al ver este que su pueblo se arrepiente, todos esos ayunos se convierten en días festivos cuando ya el pueblo de Israel es restaurado, después que se arrepintieron e hicieron las cosas como el Padre les dijo a través de los profetas (Zacarías 8:14-17).
Podemos entonces plantear la siguiente ecuación: rrepentimiento + Cambio de actitud = Restauración Gran verdad
La efectividad de un ayuno es determinada —más que lo largo o el tipo que sea (parcial, total, con cilicio, etc.)—, por el estilo de vida consecuente con nuestra honra a Dios, antes y después de ese ayuno.
Ayunos negativos Desde el punto de vista bíblico defino ayuno negativo como aquel que no tiene un propósito que no se rige de acuerdo a la voluntad de Dios. Otro ayuno negativo es aquel que no es noble espiritualmente hablando, como el que practican los brujos y otros religiosos. Considero que son ayunos negativos primero, porque no recibieron respuestas, y segundo porque parecían ilógicos por los motivos que los movían. Pretendían ustificar cosas que a toda vista parecían injustificables. El ayuno de David (2 Samuel 12:16). Después que el profeta Natán puso al descubierto los pecados del rey, y puesto que debido a su desliz los enemigos de
Jehová encontraron qué decir contra Dios, se decretó en el cielo que el niño moriría. El versículo 15 dice que el profeta se fue a su casa y David entró en un ayuno rogando a Dios por el pequeño. Se echó con el rostro en tierra, dice que los ancianos fueron y no se levantó ni comió pan; es probable que tomara líquidos, pero al parecer estuvo siete días así, según le reclamaron los siervos, llorando y clamando. Ese fue, según dice David, un ayuno de compasión, pero no sucedió nada, ¿por qué? Pienso que, sobre todo, debido a que ese niño representaba un pecado del pasado, cerraba una etapa y abría otra. Cuando algo que nos ocurrió en el pasado muere, es porque se cierra esa etapa y algo mejor viene. Gran verdad
Cuando erramos es opción divina resp onder a nuestro clamor, aun en medio del ayuno. El ayuno puede enternecer a Dios pero no le tuerce el brazo. Sin embargo, David hizo el intento.
El ayuno negativo de Jezabel El ayuno que proclama Jezabel en 1 Reyes 21:9-10 —“Proclamad ayuno y poned a Nabot delante del pueblo y poned dos hombres perversos… y
apedréenlo”— es a simple vista opuesto a la voluntad de Dios. Una mujer bruja, con un espíritu maquiavélico, malsano; una prostituta sagaz; un ser maligno que urdió un plan contra un hombre sano e íntegro que temía a Dios y era apegado a las leyes de su pueblo. El versículo 12 habla de la promulgación del ayuno, al parecer para darle una apariencia de santidad al juicio falso que se le haría al profeta y para acusarlo de blasfemar a Dios. Siempre que alguien proclame un ayuno, es importante ver la vida y los frutos de quien lo convoca, y revisar los p ropósitos por los cuales se hace tal ayuno. El propósito de un ayuno es lo que lo hace importante. Yo digo que un ayuno sin un propósito conforme a la Palabra de Dios es simplemente pasar hambre. Todo ayuno debe tener el fin de fortalecernos para edificar el reino. El único tipo de ayuno personal que apruebo, en sentido bíblico espiritual, es el que se hace cuando luchamos contra los deseos de la carne que hay en nuestra vida y que se nos hace difícil controlar. Jezabel proclamó ese ayuno para satisfacer un propósito egoísta que le produjo funestas
consecuencias: una respuesta poderosa e inmediata de Dios sobre el rey y su casa. Para los que se empeñan en quitarle su valor al ayuno solo basta ver cómo después de haber recibido una sentencia tan contundente por parte de Dios, en el versículo 27 del mismo capítulo 21, dice que tan pronto ese rey tan pobre de carácter escuchó la sentencia, rasgó sus vestidos, puso cilicio sobre su carne, se humilló, ayunó y alejó de sí un decreto divino, el cual Dios dijo—a través de Elías—, no se cumpliría en sus días sino en los días de su hijo y que era el exterminio de la casa de Acab. El cumplimiento de la profecía de Elías tisbita se encuentra en unas historias muy sangrientas narradas en los capítulos 9 y 10 de 2 Reyes, y el que se encargó de llevar a cabo ese cometido fue nada más y nada menos que un guerrero llamado Jehú. Esas fueron las consecuencias de una mala acción, del mal uso del nombre de Dios, al punto de promulgar un ayuno para —en nombre de Él— ejecutar un acto malvado, sin paralelo en la historia del pueblo hebreo. Gran verdad
o creas que solo los buenos ayunan, los malos también lo hacen. El mal es una fuerza activa; por eso, cuando los buenos son pasivos, el mal avanza.
Capítulo 4 El ayuno en los Salmos La poesía hebrea es una de las más importantes de todos los tiempos. Los salmos no solo son p oesía, son vivencias narradas en forma de cantos. A través de ellos descubrimos la forma de pensar de muchos hombres con respecto a la adoración, la interacción con Dios y, en medio de todo eso, aparece el ayuno como una forma de búsqueda de aflicción al alma. Por ejemplo, tenemos a David y su plegaria, pidiendo ser librado de sus enemigos, expresando que usa el ayuno para afligir su alma. Es interesante observar que cuando sus enemigos enfermaban, David afirma que afligía su alma y oraba por ellos como si lo hubiera hecho por un compañero o un hermano. Claro, todos sabemos que los peores enemigos de David fueron su propia familia, en muchas ocasiones, aparte de su encarnizado enemigo Saúl. Pero, ¿por qué afligir el alma? Si partimos de que ella es el centro de nuestras emociones, cuando un enemigo trata de hacernos daño o cualquier persona, lo que aflora de allí son sentimientos negativos; aun de la persona más santa —en un inicio—, brota o trata de aflorar algún sentimiento de ira, desengaño, etc.
David, sin embargo, declara que utilizaba el ayuno para doblegar su alma. Quizás eso le impedía desatar ese carácter de hombre de guerra. En cualquier caso, ¿podríamos nosotros, cuando sentimos algo negativo o cuando un enemigo enferma, ayunar y afligir nuestra alma e impedirle que ella controle cualquier situación amarga que se nos presente? El salmo 69 también nos habla de aflicción a través del ayuno. Al parecer el salmista atravesaba un profundo tiempo de depresión. Este es un salmo profético, puesto que habla intuitivamente de Jesús cuando lloró por el celo de la casa y afligió su alma; al parecer eso era un ejercicio común en la vida de este rey y profeta. Su tercera alusión al ayuno aparece en el salmo 109:24, donde habla de debilidad y de que estaba tan delgado que perdió la grasa del cuerpo. En ese punto el ayuno debe haber sido largo y la pena fuerte. El monarca poeta, el dulce cantor de Israel, el fino ejecutante de arpa ayunaba afligiendo su alma, entendía sus debilidades y por eso, en más de una ocasión, hizo que su alma se postrara ante el espíritu para con ello hallar gracia para ser lo que fue: un hombre conforme al corazón de Dios.
Gran verdad
Encerrado en los salmos, David nos revela que el ayuno puede ser utilizado para controlar los desafueros de la carne y permitir que el espíritu mantenga el control en todo tiempo.
Otros 7 días de ayuno El año 1994 se inició y estaba pensando seriamente en lo que la mayoría de los médicos meditamos en algún punto de nuestra carrera: hacer una especialidad. Nunca había pensado en los Estados Unidos. Algunos de mis viajes a este país me habían mostrado la realidad del estilo de vida que aquí impera. Por eso lo saqué totalmente de mis planes. Así que, organicé mis documentos e hice una solicitud y la envié a Venezuela. ún recuerdo que cuando ocurrió el golpe de estado de Hugo Chávez, me dijeron que a consecuencia de eso se habían perdido mis papeles. La verdad es que nunca entendí cómo los documentos para realizar una residencia médica se podían perder por un golpe de estado, pero no quise discutir con la secretaria en la
embajada venezolana y decidí tocar otras puertas. Me dieron diferentes excusas. En Brasil tenía un amigo haciendo su especialidad; en España vivía una compañera de estudios a la cual conocí en un congreso e hice algunos intentos y nada; y así me ocurrió con otros países. Sin embargo, tenía mi visa de entrada a Estados unidos, la cual había conseguido a través de un grupo varios años antes, por lo que me la renovaron y me dieron cinco años más de vigencia. o veía ningún signo de progreso en mi país, a excepción de entrar en la fuerza aérea. Un profesor amigo me había ofrecido ayudarme desde su posición de coronel de dicha institución, pero no sentía que ese era el paso adecuado que debía dar. Además, mi esposa se opuso. Ante tantas disyuntivas, decidí hacer lo que había aprendido, desde muy temprana edad: orar y ayunar. sí que dediqué una semana al ayuno. Como trabajaba en una clínica cristiana decidí hacerlo con líquidos. Hablé con mi esposa sobre eso y estuvo de acuerdo. Hice entonces un trato con doña Titi, que así se llamaba la señora de la cafetería, y ella convino en darme líquidos claros cada día. Yo solía hacer un devocional a las 7 de la mañana con las enfermeras y
el personal que llegaba a trabajar durante el día. Era un matutino y lo celebrábamos en la emergencia, nunca dejé de hacerlo mientras estuve allí los siete días de la semana. Bueno, así que estaba ayunando y trabajando de 7 a 3 de la tarde; luego me iba a orar a la casa. l llegar el jueves me fui a un lugar que le decían el “aposento alto”, donde terminaría el ayuno el día sábado. Me comprometí a pasar los últimos tres días sin comer nada. Recuerdo que el viernes en la tarde me sentí muy débil, estaba en el cuarto solo. Aunque por ese lugar pasaba mucha gente, a veces p asaba una hora y no había nadie; aquella tarde, a eso de las 5, me sentí desfallecer. Era mi primer ayuno largo y había pasado los p rimeros días trabajando. Pocas veces he dicho esta parte del testimonio, pero como estaba un poco débil caí en un sueño profundo. Fue cuando vi un ser angelical parado frente a mí en silencio, callado, sin decir nada. Solo me puso una torta suave, blanca, con algo como miel por encima. Era un pastel muy suave y agradable al paladar. Así que comí aquello y fui fortalecido. Termine ese ayuno sin nada de hambre, cualquiera dirá que fue una alucinación, pero no recuerdo alucinaciones que llenen el estómago y te sustenten.
He tenido esta experiencia dos veces, curiosamente la siguiente fue en un ayuno de tres días. Aun cuando en la segunda ocasión no vi a nadie, solo vi la comida. Pero, continuando con el testimonio, lo especial de ese ayuno fue lo que pasó el sábado, que era el último día. En la mañana de ese día había llegado un muchacho de Barahona, si mal no recuerdo. Había ido allí por varios días. Yo terminaba y él empezaba, era uno de esos predicadores citadinos que solía aparecerse por el famoso“aposento alto” de doña Perla. Poco después del medio día, aquel joven apuntó hacia mí y me dijo delante de unas personas que estaban allí:“Varón”, dijo apuntando al bolsillo de mi camisa,“tienes un pasaporte ahí dentro. Dice el Señor que tu salida es a los Estados Unidos”. Aquello no me gustó. Aunque ya manejaba cierto nivel de inglés, no me agradaba la idea de vivir en una sociedad en la que había visto a la gente trabajar por años, de día y de noche, sin descanso prácticamente. unque en este país uno toma como normal lo que en el nuestro es lujo, pensaba que realmente no valía la pena vivir así. De modo que me fui a casa, hablé con mi esposa y, como a ella siempre le agradó la idea de vivir aquí, no me fue muy difícil presentarle el
planteamiento. Es interesante notar que al llevar su pasaporte al consulado, no pusimos dinero en la cuenta bancaria. Eso lo hice porque quise probar a Dios. Y los que pasamos la prueba fuimos nosotros. Les dieron visa a mi esposa y a mi hija de nueve meses. La única pregunta que el cónsul hizo fue:“¿Es esa su hija?” Mi respuesta, mirándolo directamente fue:“Es la luz de mis ojos”. El hombre me respondió: “Regrese a las tres, señor”. Ya no tenía excusas. Dejamos todo lo que habíamos logrado levantar, hicimos los arreglos pertinentes; ya había hablado con un pastor aquí en los Estados Unidos para venir a ayudarlo en su congregación y así llegamos a este país. Muchas cosas han pasado desde entonces, pero hemos sido ampliamente bendecidos y hemos visto el propósito de Dios cumplirse de una manera extraordinaria.
Capítulo 5 Ayunos en el Nuevo Testamento l iniciar esta sección quiero decirles que una de mis prioridades en este libro es extraer y exponerles al menos la mayoría de los ayunos que aparecen en ambos testamentos. Como hemos visto, la Biblia
tiene más historias de ayunos que los que la mayoría de la gente piensa. Así que ahora veremos cuántos podemos encontrar en el Nuevo Testamento y las razones o propósitos por los cuales se hicieron. El primero de esos ayunos lo vemos dando inicio al libro de San Mateo, capítulo 4, verso 2. Allí el escritor narra que Jesús, después que hubo ayunado por 40 días, tuvo hambre. El Espíritu Santo lleva a Jesús al desierto, dice que fue llevado allí para ser tentado por el diablo. Ahora vemos que el tentador no aparece sino hasta que el ayuno es terminado. Quizás sea porque quiso esperar hasta que tuviera hambre para atacarlo con la comida y hacer esta tentación de forma introductoria, o posiblemente sea que no se le permitió tentar al Señor hasta que este hubiera concluido su ayuno. Tres oportunidades tuvo el tentador para plantear sus ofertas y en cada una de ellas fue derrotado. No se puede dudar que ese ayuno de 40 días es poderoso. Ese fue el ayuno que el Señor hizo antes de dar inicio al ministerio, de todos modos es interesante hacer notar que fue una especie de entrenamiento que el Maestro hizo para preparar su humanidad a fin de enfrentar al enemigo. Algunos lo llaman el ayuno que
mata al señor de las moscas, Baal, ya que el ciclo de la mosca es de 40 días. Pero la mosca es un animal dañino y, a veces, hay cosas dañinas en nuestras vidas que hay que llevarlas al máximo de presión para que mueran. Claro que no recomiendo que nadie entre en ese nivel de ayuno, si no tiene un propósito elevado, o si no es dirigido por Dios p ara hacerlo. Solo hombres con propósitos muy grandes —como en el caso de Moisés, Elías y Jesús— lo hicieron. Creo que también la prueba de Job duró ese lapso de tiempo, así que él debe formar parte de ese selecto grupo. Un servidor lo ha hecho pero parcial, no total. Otros grandes predicadores modernos lo han hecho y nos hablan de la bendición que ha sido para sus ministerios y sus vidas. Otra recomendación que hago a los que quieran practicar esta clase de ayuno es que empiecen con tres días, luego 7, después 21 para ir acostumbrando al organismo; pero sobre todo, para buscar la dirección divina. Si logras conquistar tu organismo por ese tiempo, tu espíritu caminará en una libertad nunca antes imaginada. Me resulta interesante que Jesús sea el primero que
se nombre en el Nuevo Testamento haciendo un ayuno antes de iniciar el ministerio. Creo que aunque no se registra, Juan el Bautista debe haberlo hecho; de todos modos él era un asceta y eso era común entre ellos. El siguiente ayuno que se nos narra en el Nuevo Testamento es el de los discípulos de Juan el Bautista y el de los fariseos. En el mismo libro de Mateo, capítulo 9, versículo 14 y en el Evangelio de Marcos, capítulo 2, versículo 18, se nos señala que los discípulos de Juan se acercan a Jesús y lo interpelan. unque Pedro afirma que ambos grupos fueron a Jesús, lo importante es que ellos hacen resaltar que ayunamos muchas veces. Se suponía que el ayuno debía ser secreto, incluso hoy en día. Se supone que el ayuno es practicado a solas, a menos que se proclame un ayuno colectivo. Puede hacerse con un grupo en particular, un ministerio, iglesia, ciudad o país pero, al parecer, los fariseos siempre se aseguraban de dos cosas: primero, que la gente supiera cuándo oraban y segundo, cuándo ayunaban. Hay otras cosas que Jesús les reclamó como lo de las ofrendas y varias cositas más que ahora no vienen al caso.
Los discípulos de Juan y los de los fariseos le informaron a Jesús que ellos ayunaban mucho, lo cual quiere decir que ya habían estado haciendo comparaciones. El ayuno religioso o ritualista, como yo lo llamo, es ese que no tiene un propósito específico, ese que se hace por inercia, por hacerse. Un ayuno de ese tipo es como el que hacen los domingos los que se criaron yendo a la iglesia, a la escuela dominical, cada domingo temprano. Los que luego iban a los ensayos de los grupos de la iglesia y hacían las visitas a las cárceles, los cultos en las esquinas, en los campos blancos, etc., al punto que terminaban comiendo a las 4 o 5 de la tarde y, por lo tanto, se les quedó como una costumbre a la que llamaban ayuno. No está mal hacer eso si declaramos un propósito. Sin embargo, el domingo es un buen día para ayunar; especialmente si uno se pasa el día haciendo tareas eclesiásticas. El sábado también, porque muchas veces se hacen retiros. Termino con los discípulos de Juan y los de los fariseos porque al parecer no lograron mucho con Jesús. El Maestro les respondió que aún no era el tiempo de ayunar, ya que el esposo estaba allí y cuando el esposo está lo que debe haber es fiesta y regocijo, no cilicio ni aflicción. Y eso es lo que hace el ayuno: afligir el cuerpo y el alma. Por
tanto, el ayuno regocija al espíritu y aflige a los ya mencionados, trayendo a través de esta disciplina el control de las emociones. Otro ayuno interesante que se narra en el Nuevo Testamento es el del apóstol Pablo. El médico Lucas dice en el libro de los Hechos, capítulo 9, verso 9, que este Saulo estuvo tres días en ayuno; no comió ni bebió, sin contar las horas que estuvo sin comer antes de su encontronazo con Jesús. Por tanto, fuera por depresión o por búsqueda de respuesta, era un fariseo y los fariseos conocían la disciplina del ayuno. Así que luego, cuando Dios le envía la brigada de respuesta rápida, en este caso Ananías que llegó allí más asustado que bonito, la indicación que este recibió fue:“He aquí que él ora”. Creo que ese ayuno forzado de Pablo era pidiendo ayuda divina para entender lo que le había pasado. De modo que Dios le envió un bombero emergente, al cual inclusive este ya había visto en visión y le resolvió el problema. Es interesante saber que cuando Pablo recobra la vista, al primero que vio ante él fue al hombre de la visión. Forzado o no fue un ayuno hecho con oración y obtuvo respuesta. Claro, Jesús tenía un gran propósito con Pablo. No siempre sucederá así como con Pablo, pero escucha esto: si hay propósito y
buscas la respuesta, algo sucederá. Recuerda las palabras de Jesús, que aún están vigentes:“El que busca halla, el que llama se le abrirá, y el que pide recibe”. sí que nunca dejes de buscar, pedir y llamar; eso aún está vigente y si le puedes dar un empujón con un ayuno mejor. ¿Acaso no dice la Palabra que quien se humilla y se aparta alcanza misericordia? Dios sigue siendo Dios y gobierna por encima de toda circunstancia. Otro que andaba buscando respuesta y la encontró en el ayuno fue el centurión de Hechos 10:30. No sabemos si fue que ayunó cuatro días o hacía cuatro días que había estado ayunando. Lo cierto es que a las tres de la tarde, le llegó un visitante esp ecial que llevaba vestidos resplandecientes. Cornelio era un centurión romano, un soldado que había matado mucha gente, los centuriones eran duros. Pero se entregó a Dios, buscaba la verdad. Los udíos ayunaban, los romanos no; podía haberse convertido al judaísmo pero les era difícil, a menos que ya lo hubieran hecho, pero eso quizás les habría costado su puesto. Así que el hombre buscó una respuesta, el hombre oraba, hacía limosnas, era
dadivoso. Bueno eso le dijo el ángel, así que si el ángel se lo dijo, de seguro era cierto. Cierto día el hombre escuchó sobre el ayuno, investigó cómo era eso y se lanzó a la búsqueda. No sé cuántas veces ayunó, oró u ofrendó, pero de algo estamos seguros y es que su respuesta recibió. Hay algo interesante y es que los religiosos de la época se molestaron (Hechos 11:1-18). Bueno, ellos amaban a Dios y hacían su trabajo, pero aunque eran un poco religiosos, no se daban cuenta que Jesús, vino a morir por todos. Él lo dijo:“a lo suyo vino y los suy os no le recibieron, pero a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser llamados hijos de Dios”. Y aquí el vocablo potestad (exousía) significa poder legal para reclamar una herencia o posición. El último de los ayunos que narra Lucas, se encuentra en el capítulo 27 del libro de los Hechos de los apóstoles, donde habla de dos ayunos. Uno al parecer era ceremonial, el que hacían los judíos el día de la expiación, al decir de Ryrie. Si era el año 59, fue un ayuno el 5 de octubre, que se utiliza como punto de referencia aquí para identificar ciertas fechas que ahora no vienen al caso.
El otro ayuno del que se habla en este libro es cuando, en el versículo 33, Pablo los exhorta a comer pues llevaban 14 días sin hacerlo. Así que Pablo les dio una palabra de ánimo, tomó el pan, lo partió, dio gracias y empezó a comer primero. Este, me imagino, fue un ayuno forzado por la situación que imperaba en el momento, a lo menos se salvaron todos, aunque con mucha dificultad. Veamos una vez más la importancia del ayuno. El Señor le dio a Pablo todas las almas que iban en el barco con él (Hechos 27:24), quizás ninguno merecía salvarse excepto él y Lucas, que de seguro le acompañaba. Creo también que Pablo se ganó al centurión para Cristo y, como sucedía muchas veces, en ese primer siglo debe haberlos ganado a casi todos.
El hombre al que sus ayunos no le sirvieron de nada El Nuevo Testamento narra un ayuno que no le servía de nada a quien lo hacía, la historia la narra el propio Jesús y está en el libro de Lucas capítulo 18, versículo 12. La verdad, es difícil saber si alguna vez este tipo salió justificado del templo, pero cuando Jesús habló no fue. El fariseo este llega al templo, hace su oración comparándose con el pecador, saca a
relucir su historial de ayunos y destaca su calidad de diezmador ante Dios. Resultado: su ayuno fue menos que nada. La lección es esta: el ayuno no debe usarse para justificar nada ante Dios ni para compararnos con otros. La actitud debe ser siempre de humillación, pues no hay nada que nos haga mejores ante Dios que eso, humillarnos. Un corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios . Sabiendo que ese era un fariseo y que esa
gente era constante con lo que hacía, ayunar dos veces por semana era un total de 104 ayunos al año. Si contamos algún ayuno extra debido a situaciones especiales, es una pena pensar que tanto sacrificio se pudiera perder por una actitud arrogante ante el Dueño de todo.
El ayuno para ordenar, comisionar y enviar a otros ntonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron . Hechos 13:3. Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído. Hechos 14:23.
Lucas hace referencia aquí a dos ocasiones en las cuales, al enviar a alguien al campo misionero, como
fue el caso de Pablo y Bernabé (en la primera porción), oraban y ayunaban antes de imponerles las manos. Eso sucedió en Antioquía, Lucas señaló que había profetas allí y maestros. La iglesia ya estaba funcionando con los cinco ministerios. Es interesante hacer notar que quienes ordenan a Pablo y Bernabé al campo misionero en esa ocasión no fueron los apóstoles de Jerusalén, sino los p rofetas y maestros de Antioquía. El versículo 2 indica que ellos ministraban (servían) al Señor y ayunaban. Entonces es cuando el Espíritu ordena apartarlos para enviarlos a la obra, para la cual el Espíritu Santo dice que los había llamado. En el segundo pasaje, presenciamos una ordenación pastoral. Fueron ordenados p astores en cada iglesia, la palabra anciano aquí se aplica a ello. Los que ejecutan ahora esa tarea son Pablo y Bernabé, ellos tienen la autoridad para encomendar a los ancianos. El ayuno jugó un papel muy importante en aquella iglesia, ya que al parecer los líderes no enviaban a nadie sin ayunar y orar antes, buscando la dirección del Espíritu Santo. Los líderes de la iglesia no podemos dejar de lado el ayuno, especialmente cuando buscamos la dirección del Espíritu, para ordenar pastores, enviar personas al campo misionero
o cualquier otro trabajo que amerite la dirección del Espíritu de Dios. Por último, en 2 Corintios 11:27, el apóstol Pablo menciona el ayuno como parte de sus muchos sufrimientos, junto a los desvelos y todos los sinsabores que pasó. Quizás al decir eso recordara aquellos 14 días de ayuno en alta mar. Como quiera que se vea Pablo miraba todo eso como una señal verdadera de que era apóstol y que sufría por el reino. Hace poco estuve leyendo el libro Historia de los mártires y noté que para los cristianos de los primeros siglos sufrir era la marca, era algo de lo que se gloriaban, todo lo contrario a nuestra generación, en la que sufrir significa que las cosas no se están haciendo bien. De todos modos, la iglesia del primer siglo nos dejó un legado: ayunar cuando lo ameriten las circunstancias. Esa fue una de las herramientas que les hizo tan poderosos.
Capítulo 6 Jesús y el ayuno Sería injusto, y un error, escribir un libro sobre cualquier disciplina espiritual y no conocer cuál es la opinión de Jesús al respecto. Dice el apóstol Pedro, escribiendo a la iglesia universal, que las Escrituras
son la palabra profética más segura y allí están las palabras de Jesús. Un gran error que se ha cometido al escribir muchos libros es que no se considera cuál es la opinión de Cristo y si escriben algo sobre lo que el Señor dijo, solo lo hacen por encima. La mayoría de los autores andan más preocupados por dar su opinión, que por dar la de Dios y si dicen algo hablan sobre lo que Dios les ha dicho, lo cual no veo mal si se ajusta a la Palabra. Por eso dedico un solo capítulo al tema de la opinión de Jesús, la que al fin y al cabo es la única que cuenta. Después de todo, Él es la roca, la Piedra angular, el Fundamento sobre el que descansa la iglesia, su iglesia. Veamos algunos aspectos importantísimos del Maestro. Su ejemplo: Antes de iniciar su ministerio, Jesús se dejó dirigir por el Espíritu y se fue al desierto. Allí pasó 40 días en ayuno y soledad, rodeado solo por fieras. Es interesante que al final del ayuno, el diablo se le aparece para tentarlo, mucha gente quiere usar el ayuno para vencer a Satanás pero Jesús uso la palabra, el ayuno se usa para disciplinar la carne y la palabra para vencer al enemigo, claro una carne bien disciplinada te da la fuerza para expulsar demonios, pero Satanás no es un demonio es el líder de todos
ellos y la palabra es la que lo vence en esta ocasión y al final en el apocalipsis. Un buen ejemplo, cuando creemos y entendemos que hemos sido llamados por Dios a algo, es sacar un tiempo para pasarlo a solas y, a través del ayuno, poner nuestra agenda en las manos de Dios y decirle que sea la suya la que prime sobre la nuestra. También es bueno hacer notar que al final de su ayuno, el escritor dice que tuvo hambre, o sea que es posible que Jesús, haya tomado agua, y no tuviera sed, si no solo hambre. Es solo una opinión personal partiendo de lo que dice el escritor, (Lucas 4:1-2) después de 40 días “tuvo hambre” era natural que hubiese aclarado que tenia sed, conclusión en los ayunos de más de tres días tome agua. Ahora hablaremos sobre la opinión de Jesús y la actitud al ayunar. Sus palabras: En Mateo 6:16, el Señor nos habla de la hipocresía que puede haber cuando alguien ayuna y luego anda triste por aquí y por allá, mostrando a todos que ayuna. Jesús deja implícito que el ayuno es algo secreto, entre la persona y Dios. También deja establecido que hay recompensa o respuesta cuando ayunamos, por eso aconseja ungir la cabeza (engrasársela) y lavarse el rostro, para mostrarse normal.
Realmente podemos ayunar en secreto aunque estemos en público, aun cuando se recomienda que la persona que ayuna esté en un lugar tranquilo. Claro, eso es imposible cuando hay que trabajar o hacer alguna diligencia, ya que uno siempre se roza con alguien, pero aun esté uno en público, debe mantener el secreto de que está en ayuno. En otra ocasión, cuando se acercaban los discípulos de Juan y hacían comparaciones entre los discípulos de Jesús con ellos y con los fariseos (Mateo 9:14 y Marcos 2:18), se desencadenó una disputa cuando alguien observó que los discípulos de Jesús no ayunaban. ¿Cómo lo notaron? Primero, los partidos religiosos de la época no les quitaban el ojo de encima a Jesús y sus discípulos. A eso no podían sustraerse los discípulos de Juan, así que como los fariseos siempre atacaban frontalmente al grupo de Jesús, esta vez lo hicieron a través de los discípulos de Juan;“nosotros ayunamos muchas veces los tuyos no”, fue la interpelación. Segundo, los judíos de cualquier partido religioso, ayunaban en sábado. Así que es probable que la porción que relata que los discípulos comían espigas en días de reposo aún resonara en sus mentes y con una doble connotación: no solo era la violación del
día, la cual los fariseos hicieron notar en su momento, sino además la del ayuno, había que asegurarse bien. La conclusión fue que los discípulos de Jesús jamás ayunaban, jamás, mientras los de los otros dirigentes lo hacían muchas veces. Sin embargo, veamos la opinión de Jesús, parafraseada: “M uchachos, cuando ustedes están de fiesta no ayunan. El deseado de todas las gentes está aquí. El Mesías anunciado está entre ustedes. Por tanto, cuando el esposo está entre ustedes no es tiempo de ayunar, pero vendrá el tiempo cuando el esposo les sea quitado y entonces ayunarán”. Ya conocemos la historia, Jesús murió en la cruz, ascendió a los cielos y prometió regresar por su ovia, que lo espera. Y mientras lo hace las palabras de Jesús cobran vida hoy, el esposo les será quitado y entonces ayunarán. Es tiempo de ayunar porque debemos ser más efectivos, porque debemos mantener la guardia en alto y por muchas cosas más. Su autoridad: Mateo 17:21 y Marcos 9:29. La historia se desarrolla cuando, según Lucas, Jesús baja del monte y encuentra a varios de sus discípulos enfrascados en una discusión, un padre desesperado, un chico en el suelo y los discípulos defendiendo la
razón por la cual no pudieron liberarlo. El marco es interesante, Jesús ha subido al monte con tres de sus discípulos más cercanos, allí sucede uno de los acontecimientos más maravillosos del ministerio. Moisés y Elías descienden del cielo y Jesús se transfigura. Mientras eso pasa el resto de los discípulos se ven en problemas. Al pie de la montaña el enemigo se las ha ingeniado para que llegue un padre con su hijo lunático, modernamente sería algo como esquizofrenia uvenil. Al parecer, cada ciclo lunar el muchacho se desajustaba, echaba espumarajos, no oía, se quedaba mudo, caía en el agua y en el fuego, se revolcaba en el suelo. Los discípulos trataron de liberarlo pero no pudieron. Así que después de una ardua sesión de liberación vino el ataque de los escribas, la burla de la gente y se armó un teatro. Los demonios se burlaban, pero entonces llegó el Maestro, Jesús, que reprendió al espíritu y a sus discípulos también. demás, les aclaró que no tenían resultado por su poca fe. Al parecer oraban para ver si podían sacarlo, no con la convicción de que podían hacerlo. Pero había un elemento más y era la autoridad que confería la oración y el ayuno. Jesús les aclaró, y de paso a nosotros también, que hay niveles de autoridad en el
mundo espiritual, así como los hay en el mundo material. Años después el apóstol Pablo definía los niveles de lucha en Efesios 6:12. Así que Jesús les dijo:“Este género no sale sino con oración y ayuno”. o todos los demonios son iguales, hay jerarquías en el mundo físico y esp iritual. Cuando la persona entiende los niveles de autoridad y cómo funciona eso, se le hace más fácil actuar en fe. El centurión lo entendía tan bien que sabía que aun a la distancia las cosas podían suceder si una persona o un ser con autoridad lo ordenaban. Al parecer, y según las palabras de Jesús, el ayuno y la oración incrementan los niveles de autoridad. Al estudiar la historia de los grandes avivamientos y de hombres y mujeres que han sido utilizados grandemente vemos una fórmula que no falla: Detrás del llamado, la oración y el ayuno son la constante. Hoy vemos a muchos ministros que hablan en contra del ayuno y la oración y algunos se han atrevido hasta a etiquetar a los que lo practicamos como fanáticos que tratamos de torcerle el brazo a Dios.
Pablo y el ayuno ctualmente hay una gran escuela paulina alrededor de todo el mundo. Sabemos que las doctrinas de la
iglesia, desde Lutero hacia acá, han sido influenciadas por Pablo. El gran problema es que a veces escuchamos de muchos ministros que han echado el ayuno a un lado. Pero, ¿qué pensaba el apóstol Pablo sobre esa disciplina? Ya hemos visto en capítulos anteriores, los ayunos que él hizo o en los que se vio involucrado. Así que no los veremos aquí. Solo revisaré un p ar de textos en los que él, haciendo defensa de su ministerio, menciona el ayuno como una de las cosas que practicaba repetidamente. En 2 Corintios 6:4 en adelante, él afirma que nos recomendamos, o sea, que esta es“mi carta de recomendación”. Y para entenderlo mejor, lo parafraseo así:“Como ministros de Dios, he recibido palos, he estado en cárceles, he hecho ayunos, en pureza, en ciencia” y por ahí se va el apóstol, o sea que para este hombre el ayuno era su estilo de vida. veces vemos el ayuno como algo muy elevado, pero es uno de los peores errores que el diablo ha sembrado en la gente. Solo se ayuna cuando se quiere lograr algo grande, pero siendo nosotros un pueblo que camina de triunfo en triunfo y de victoria en victoria, no existen victorias ni triunfos sin guerras. Por eso es necesario hacer del ayuno algo más frecuente. Luego en 2 Corintios 11:27, Pablo afirma
de nuevo: “en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez”. Esa era parte de la marca de su apostolado. Qué distinto a muchos apóstoles modernos. Los que hoy en día no ven los sufrimientos que implica predicar el evangelio, como parte del programa de viaje del cristiano. Pablo era un hombre que ayunaba. Así como se preocupaba y establecía relaciones personales con otros hombres y mujeres, hacía del ayuno parte de su caminar apostólico.
Nuestra experiencia con el ayuno través del ayuno hemos experimentado grandes cosas. A pesar de lo que enseñen muchos en la actualidad, puedo aseverar que nuestra experiencia personal nos confirma que esta disciplina hoy es tan vigente como en el pasado. Entendemos que somos salvos por gracia, que el precio fue pagado completo por nosotros y que tenemos toda la autoridad del mundo para pelear la guerra. Sin embargo, así como el soldado se enrola en el ejército y el uniforme le da la autoridad que requiere para ejercer sus funciones, el cristiano debe ejercitarse y disciplinarse en el uso de las armas que tiene que
usar en cada situación. Por eso, creemos que tanto el ayuno, la oración, la meditación y la lectura de la Palabra son disciplinas espirituales que debemos practicar, para ser más efectivos en las batallas que enfrentamos en medio de esta guerra. En el año 2000, al iniciar el ministerio, lo hicimos en una casa. Habíamos estado celebrando una célula en el área de Hialeah, Florida, pero creció tanto que no pudimos seguir allí. Así que decidimos mudarla a la casa en la que vivíamos, en el salón que por estos lares llamamos“Florida Room”. Seguimos creciendo en aquel lugar, teníamos muchos niños sobre todo, los cuales recibían sus clases en el patio. La situación se hizo un poco difícil, pues teníamos que utilizar uno de los cuartos de las nenas para dar una de las clases de niños. De modo que hicimos algunas diligencias y conseguimos un lugar en una de las áreas más peligrosas de la ciudad de OpaLocka. Hasta el nombre de la avenida donde estábamos era amenazador, se llamaba Alí Babá. casi ninguno de los creyentes les gustaba la comunidad pues era, como decimos, una zona apache, un lugar donde se escuchaban tiros y sirenas de policía a cada segundo. Pocos querían asistir a las
reuniones, pero ahí estuvimos varios meses, creo que unos cinco o seis. Estar de noche allí era algo fuerte, así que empecé a orar y a buscar dirección. Recuerdo que una semana aparté varios días para orar, uno entre dos intercalados; en el segundo de ellos, un viernes, escuchaba un programa de radio, que transmitían a las cinco de la tarde. Mientras escuchaba la estación lloraba intensamente. Era una oración mezclada con llanto desesperado. Buscaba respuestas ya que había estado tratando de entrar a un lugar de donde habían sacado a un pastor al que ayudé antes de empezar la célula. Aquella iglesia fue cerrada, seguí a ese varón de Dios a una ciudad cercana, pero allí cerró también y se fue a otra población más lejana, Weston. Como no pude ir tan lejos, decidimos armar la célula predicándoles a los vecinos y ahí comenzó la historia de Puertas de Sion, así que ahora me encuentro tratando acerca de ese lugar donde no se podía abrir iglesia. Busqué al dueño del edificio, el cual había sido pastor en Colombia, y ahora es un exitoso distribuidor de libros cristianos en Miami, le dije que me había visto en un sueño en aquel lugar. El hermano me abrió las puertas desp ués de decirme que no era posible que
me dieran la oportunidad de abrir allí pero que me daría la oportunidad para probar. Le di las gracias e inicié el proceso de entrada, pero ahora debido a las dificultades económicas me encontraba llorando intensamente. sí que, de repente, escuché la voz de un profeta invitado a aquel programa, que decía: “Hay un pastor, es un hombre joven, que en este momento está llorando y clamando. Dice el Señor: Muévete a la derecha, conquista el territorio; no vayas a la izquierda, hay brujería”. Al oír eso me levanté, recibí la palabra y cuando mi esposa llegó a la casa le dije el testimonio. Ella venía manejando y lo escuchó también, así que intenté aclararle que el pastor al que se refería el profeta de la radio era yo. Bueno, nos gozamos con aquello y el sábado siguiente fuimos a una comida que harían en un restaurant donde el hombre estaría ministrando. Llegamos después que habían empezado, así que nos sentamos un poco lejos del lugar de ministración. Momentos después que el hermano comenzó a ministrar a un par de personas, dijo:“El pastor del que hablé ayer en la radio está aquí”. Me quedé tranquilo, callado, para ver si no había otro.
adie pasaba. Mientras el hombre insistía yo sentía deseos de pararme pero, y ¿si me equivocaba?, y ¿si este hombre estaba equivocado? Sin embargo, el hombre me miraba y señalaba hacia el área donde yo estaba. Así que tras una fuerte lucha interna me levanté y avancé al frente. Lo que pasó luego fue algo asombroso. Aquel hombre comenzó a decir:“Este varón tiene una función de multiplicación”. Y allí estaba yo, en medio de todos aquellos hombres de negocios. El hombre continuó: “E ste varón es como Abraham. sí que siembren en él y serán prosp erados”. Todos aquellos hombres se pararon y comenzaron a meter dinero en mis bolsillos. El hombre me tocó las rodillas y se me aflojaron y, por primera vez, caí al suelo. Debo decir que no sentí nada ni vi nada, solo que —al pararme— mis bolsillos rebosaban de dinero. Aquel clamor y el ayuno del sábado fue contestado de una manera poderosa, pues con aquel dinero y unas siembras milagrosas de un par de hermanos de la naciente iglesia, terminamos todo el proceso legal con la ciudad y la permisología, además de los arreglos del local que estábamos adecuando aun antes de sacar los permisos. El dinero alcanzó para todo lo que necesitamos y
logramos finalizar nuestro proceso legal con la municipalidad, que nos otorgó el permiso correspondiente. Dios utilizó a un hombre del mismo cuerpo de la ciudad. Era el administrador y abogó por nosotros. Lo único que hice en aquella reunión fue orar. A la semana siguiente fui a darle las gracias y sup e que el administrador era bautista, pero también supe que se había ido la semana siguiente de habérsenos aprobado todos los permisos.
Una guía para el ayuno continuación sugiero algunas ideas para llevar a cabo un ayuno. No son concluyentes, por lo que otras personas pensarán diferente. Sin embargo, permítanme expresar estos p untos basado en lo que establece la Biblia y los conocimientos médicos obtenidos en la escuela de medicina de la que provengo. Además de algo de mi pequeña experiencia en esta área. Debo aclarar que aunque no ayuno tanto como otras personas, me fascina hacerlo. Hay cierto gozo y expectativa cada vez que me propongo hacer alguno que pase de tres días.
El ayuno parcial de medio día
unque muchos descalifican este ayuno por falta de bases bíblicas, otros consideran que no es ayuno por lo breve que es pero, para los que lo hacen, aquí les va una pequeña guía. 1. Establece el propósito delante de Dios. 2. Inicia tu ayuno la noche anterior. Es incierto que el sueño rompa el ayuno, no lo rompe. Cuando duermes no te mueres, tu organismo sigue funcionando y consumiendo nutrientes. Así que cuando despiertes tendrás hambre. Inícialo mínimo a las 8 o 9 de la noche del día anterior, sería mejor si lo empiezas a las 6 de la tarde. He escuchado gente que lo ha comenzado a las 3 de la tarde y le ha ido muy bien. 3. Inícialo con un tiempo de oración, mínimo 15 minutos, lectura de la palabra, meditación. 4. Si despiertas en la noche, después de las 12, saca otro pequeño tiempo para orar y meditar en la lectura que hiciste más temprano. 5. Al levantarte en la mañana, mientras más temprano iniciaste el ayuno el día anterior seguro tendrás hambre. Así que haz un devocional, lee la Palabra, canta, ora, da acción de gracias creyendo que el propósito presentado se va a cumplir. 6. Al llegar las 8 o 9 de la mañana, ya habrás cumplido 12 horas, cuatro por encima de las 8 que el
organismo lleva sin ingerir alimentos. 7. Si eres diabético, revisa tu insulina cada cierto tiempo. Si la tienes muy baja toma líquidos claros como té o algo así. Mantén siempre un par de dulces en el bolsillo ya que usualmente el diabético siente cuando se está produciendo algo en su cuerpo. Hay una especie de aura que se crea con señales como mareo, dolor de cabeza, sudoraciones frías. Tu corazón se puede comenzar a acelerar, así que pon el dulce en tu boca. Hazte la prueba de insulina y si la tienes muy baja tómate un jugo y acuéstate con los pies más altos que la cabeza. Siempre es bueno que haya cerca familiares o alguien cristiano y con mucha fe. 8. Dios conoce tu corazón, hay testimonios documentados de personas sanadas de muchas enfermedades durante el tiempo de ayuno, incluyendo la diabetes. De todos modos cuida tu cuerpo, que es templo del Espíritu Santo. 9. Usualmente debes terminar este ayuno a las 12 del medio día. El ayuno se termina con algo líquido y suave, además de oración. Después de eso la vida regresa a su rutina normal. Otra recomendación es que, si trabajas ese día, no muestres que estás ayunando. Lávate la cara. Brinda la mejor sonrisa. Y haz tu mejor esfuerzo. Otra
sugerencia es que si trabajas al sol, tomes agua. Siempre es bueno tomar agua, ya que es muy buena, especialmente si es más de las 12 del día. Si haces el propósito de ayunar sin agua asegúrate de que estás en un lugar tranquilo. Tanto en el Nuevo como en el Antiguo Testamento, la gente que aparecía haciendo ayuno lo hacía en lugares solitarios, montañas, cuevas desiertos, habitaciones, etc.
El ayuno de tres días Es un ayuno que incluye todo lo del anterior pero, a menos que seas una persona fuerte y con buena salud, requiere el uso de suficiente agua. Yo recomiendo un vaso de 8 onzas de agua cada 4 a 6 horas, o a discreción. Algunos no la ingieren ninguno de los tres días, es lo que se llama el ayuno total. No es recomendado para personas con problemas renales o diabéticos. Si tienes problemas de ácido úrico y tomas bastante agua, te sentirás mejor al final de los tres días. Muchas personas finalizan los ayunos de tres días a las 6 de la tarde, pero lo inician en la mañana del primer día. Para no complicar las cosas, el ayuno de tres días termina a las 72 horas de su inicio. De hecho, cuando hablamos de un ayuno de:
Medio día, nos referimos a 12 horas. De un día, 24 horas. De dos días, 48 horas. De tres días, 72 horas. El ayuno tiene un tiempo de inicio, pero cuidado, hasta que no hayan pasado 8 horas no has entrado en ese periodo de ayuno que estableciste. A las ocho horas es cuando el cuerpo se considera que está en ayuno. El ayuno de tres días se puede hacer con té, líquidos claros o agua. Supe de un pastor que tomó una iglesia que no había crecido en 10 años, al contrario había menguado y estaba a punto de cerrar. Así que se encerró allí por tres días y el domingo siguiente la membresía comenzó a aumentar y en dos semanas tenía 300 personas. No siempre será así, depende del propósito que Dios haya establecido con esa persona o ministerio. Pero vale la pena intentarlo. Si no ves lo que querías, por lo menos te servirá para desintoxicarte física, emocional y espiritualmente. Te garantizo que al final te sentirás diferente.
El ayuno de 7 días Incluye la misma base que los anteriores, con un incremento en la oración, la meditación, la lectura de
la Palabra, los tiempos de alabanza, etc. Los momentos de soledad son muy buenos, pueden ser uno de tus mejores compañeros; un equipo pequeño con música puede ser tu otro compañero; algunos libros que hablen sobre el tema o los temas que te interesen o por los cuales estés ayunando, pero la lectura de la Biblia debe estar por encima de todo. paga el teléfono Elimina todo contacto con el mundo exterior si puedes. Entre otras cosas, a veces, el aliento no ayuda mucho y por otro lado las tentaciones que pueden surgir por parte de otras personas o cosas no te ayudaran mucho. Si el ayuno es largo, debes tomar mucha agua, ya que es necesaria para desintoxicar el organismo y mantener los riñones funcionando. El de 21 días así como el de 40, pueden ser hechos consumiendo vegetales o ensaladas y líquidos a discreción de la persona que lo hace. Algunos le introducen variantes, en la forma de conducirse cada día. Vuelvo a repetir, lo importante del ayuno es abstenerse de todo lo que cause placer, y como decía el salmista:“Afligí con ayuno mi alma”. Finalmente si estás enfermo, busca ayuda de un nutricionista cristiano que crea en el ayuno ya que
muchos no creen en eso, así como hay pastores y gente que no lo hacen. Por eso al buscar consejos con respecto al ayuno, la oración o alguna disciplina espiritual dirígete a un experto. También hay muy buenos libros en el mercado escritos por Yiye Ávila, Franklin Jentenzen, entre otros. Todos los ayunos, excepto el de medio día, son muy populares en América Latina, aunque son muy atacados por mucha gente. Todos los ayunos deben incluir agua. Cuando sea de un día en adelante es saludable beber agua, ya que esta es esencial y ayuda a desintoxicar el organismo. Sugiero que en los ayunos de un día ingieras agua en vasos de 4 onzas, pero si el ayuno es de 3 días en adelante, es recomendable que, como mínimo, las personas tomen un vaso de 8 onzas de agua cada 6 horas. Hay cálculos para tomar agua, pero estos son para días normales, lo más importante es no llenarse el estómago con agua. Si quieres tomar menos agua o si quiere hacer tus ayunos sin ella, es tu decisión, pero no es recomendable.
Epílogo El tema del ayuno es muy amplio. Siempre habrá quien escriba o hable a favor o en contra, pero es un
argumento que está en la Biblia, en ambos testamentos. Con esta obra Grandes verdades sobre el ayuno, concluimos que esta disciplina, fortalece, sana—tanto emocional, espiritual como físicamente —, anima, enriquece, etc. ¿Cuántas mujeres no han cambiado después que se han sometido a un ayuno de silencio, absteniéndose de hablar o discutir? ¿Cuántos hombres han renunciado a ciertas cosas sometiéndose a ayunos de 21 días y han quedado totalmente libres? Son incontables los resultados que trae el ayuno. Eso sí, cuando ayunes, hazlo con mucha discreción. Te sugiero una rutina como la siguiente: Selecciona un lugar en el que no haya interrupciones, si es posible. Prepara el escenario en el que celebrarás tu ayuno. Asegúrate de que no falte una Biblia, un cuaderno, un lápiz, una radio o aparato para escuchar música. Lea la Biblia, medita en los pasajes que escojas. Ten a mano el cuaderno para anotar lo que recibas de Dios. Ora, hay mucho por lo cual darle gracias a Dios. Hay mucho por lo cual interceder. En tu familia, en tu comunidad, entre tus amistades hay demasiado por lo
cual orar. laba. Si empezamos a practicar lo que haremos en el cielo por la eternidad, no tendremos tiempo para dejar de alabar al Señor. Así que hazlo con todo el corazón. Con todas tus fuerzas. Con toda tu alma. Alaba en silencio, meditando. Alaba en alta voz. Alaba de manera que logres la mejor sintonía con Dios. Entabla una conversación con Dios en la que le brindes op ortunidad para que te hable. Si te es difícil mantener un tema de conversación con Él, escríbele una carta en ese momento. Seguro que la leerá con mucho gusto. Si tienes un aparato de radio o algo en lo cual poner música cristiana, úsalo cuando ayunes. Música preferiblemente suave, instrumental, inspiradora. Y ten a la mano uno o dos libros adicionales, que traten acerca de tus temas espirituales preferidos. Si te agrada, toma ese tiempo para estudiar temas doctrinales. Te recomiendo esta obra que tienes en tus manos, Grandes verdades sobre el ayuno, un tratado que intenta fortalecer la idea de que el cristiano debe ayunar, pero que debe hacerlo con los propósitos correctos.