EL TELAR MÁGICO ROBERT JASTROW
ÍNDICE CAPITULO I ....................................................................................................... 3 EL UMBRAL DE LA VIDA ................................................................................ 3 LOS COMIENZOS DE LA INTELIGENCIA ...................................................... 7 EL CEREBRO VISUAL.................................................................................. 11 CAPITULO II .................................................................................................... 14 CEREBROS Y ORDENADORES .................................................................. 14 LOS CIRCUITOS EN EL CEREBRO ............................................................. 17 CAPITULO III ................................................................................................... 19 EL SUCESOR DE NUESTRO CEREBRO ..................................................... 19 EL ORDENADOR PENSANTE...................................................................... 21 UN FIN Y UN PRINCIPIO .............................................................................. 23
CAPITULO I EL UMBRAL DE LA VIDA Según nuestro autor, los descubrimientos científicos de los últimos años han demostrado que, el origen del universo está relacionado con los relatos que explica la biblia. Con una deslumbrante creación inicial. Pocos astrónomos pudieron anticipar que el origen del universo pudiera ser probado, con las observaciones de las estrellas a través de los telescopios, que nos han llevado a una conclusión: en algún momento hubo un principio. ¿Pero cómo se pudo llegar a tal conclusión?, la primera indicación científica apareció hace unos 80 años, esta teoría indicaba que el universo se originó bruscamente, por aquel entonces astrónomos norteamericanos, estudiando enjambres de estrellas (o también llamadas galaxias), se dieron cuenta que el universo se estallaba ante nuestros ojos. Según las observaciones mostraron que las estrellas se alegabas a unas velocidades extraordinarias, también que se alejaban unas de otras. Luego siguiendo el rastro de las galaxias a través del tiempo hacia atrás, llegaremos a la conclusión de que en algún momento todas estuvieron más juntas de las que están ahora. En algún momento del pasado, todo el universo estaba junto y formaba una gran masa, sometidas a una gran presión y temperatura. Reaccionando esta presión y temperatura debió de estallar con una increíble violencia. ¿Pero cuándo paso el estallido que marcó el inicio de nuestro universo?, los cálculos basándose en la ubicación de las galaxias arrojan, un aproximado de 20000 millones de años, es un lapso de tiempo muy largo. El sol y la tierra solo tienen unos 4500 millones de años y la vida apareció en la tierra hace mucho menos tiempo.
La prueba astronómica de un principio sitúa a los científicos en una embarazosa posición, puesto que creen que cada efecto es por causa natural; pero en la gran explosión los científicos no pueden encontrar tal fuerza de la naturaleza a la que se pueda atribuirse el inicio del universo; y no puede descubrir ninguna prueba de que el universo existiera antes de ese primer momento. Después de la “creación”, cuando el Universo todavía estaba muy ardiente y lleno de
energía radiante. Movido por sus presiones internas este joven
Universo se expandió con rapidez y fue enfriándose a medida que se expandía. ¿El sol y la tierra, cuándo se formaron? Durante millones de años se siguieron y se siguen formando estrellas hasta hoy en día, esferas de radiantes gases, radiando calor luz, listas para convertirse en soles como el nuestro. El sol se formó de la misma manera hace 4.500 millones de años. En torno al recién nacido sol se condensaron núcleos más pequeños de gases y polvo para formar la tierra y sus planetas hermanos. Todos los planetas del sistema solar tienen la misma edad que la tierra; todos se formaron hace 4.500 millones de años, junto con la tierra cuando el sistema solar empezó a existir. Según el testimonio de los fósiles, en un determinado momento
de los
primeros 1.000 millones de años de su existencia, apareció sobre la tierra, formas simples de vida. ¿Cómo surgió la vida de la materia inanimada?, ante esta pregunta los científicos encuentran
una gran decepción, al no encontrar una respuesta
aceptable, ni los físico ni los químicos han podido crear vida de algo inerte. Quizá la vida en el planeta sea algo único en todo el Universo. Por los fósiles sabemos que algunos organismos relativamente complicados como las bacterias existían ya cuando la tierra tenía tan solo 1.000 millones de años de edad. Aunque una bacteria nos parece una forma de vida más sencilla, es un almacén de químicos muy complejo; las bacteria son mucho más avanzadas que esas criaturas que se agitaron por primera vez cruzando el umbral de la vida sobre la tierra. En cualquier caso, la vida apareció en la tierra cuándo ésta era aún un planeta muy joven.
El análisis de rocas aporta muy poco, solo noticias de bacterias y plantas unicelulares, pero hace aproximadamente 1.000 millones de años tras unos 3.000 millones de años de invisible progreso, se produjo un acontecimiento importante. Sobre la tierra apareció la primera criatura multicelular. En los fósiles hallamos huellas de esos organismos multicelulares, se trata de animales
primitivos, de cuerpos blandos; sin embargo constituyen un gran
avance sobre las células únicas como las bacterias. Durante los siguientes 500 millones de años más o menos, sucedió muy poco; hace 600 millones de años, ocurrió otro avance gran avance. Aparecieron por la tierra las primeras criaturas de cuerpo duro, es decir animales con esqueletos externos. Los antepasados de la almeja, la estrella de mar, la langosta y los insectos. En unas pocas desenas de millones de años los vertebrados evolucionaron hacia animales mejores: los primeros peces. Estos peces poseían un cerebro muy pequeño, pero era el primero que hacia manifestación en la tierra. Los peces aparecieron en las aguas de la tierra hace aproximadamente 450 millones de años. Hasta ese momento la vida se encontraba confinada en el agua, la tierra firme estaba desolada. ¿Y las plantas? Los primeros en conquistar la tierra firme fueron las plantas, lentamente dedos verdes se abrieron camino tierra adentro a partir de las orillas, explorando los lugares húmedos. Algunos decenas de millones de años más tarde los surgieron los insectos, atraídos por la abundancia de vegetación en tierra firme. Cincuenta millones de años más tarde tras un periodo de sequía estacional, los peces también abandonaron las aguas, y se arrastraron sobre los muñones, de sus aletas dispuestas a probar los placeres del nuevo entorno. La migración de los peces a la tierra firme se ocurrió hace aproximadamente unos 350 millones de años. Esta migración es otro hito en la historia de la vida que conduce hasta el hombre. En realidad la mayor parte de los peces no lograron abandonar el agua, tan solo una variedad los llamados crosopterigia, parece que fue capaz de coronar la hazaña. Los crosopterigios eran animales
poderoso, parecidos al salmón, pero con gruesas aletas musculares. Los crosopterigia también poseían pulmones como algunos peces hasta el día de hoy, que son doblemente favorables para la vida en tierra firme. La permeable piel del pez de sus antepasados se transformó en una correosa membrana que protegía de la humedad del cuerpo, y también los músculos y huesos; luego se después de un largo tiempo se transformaron las aletas en patas. El cerebro del nuevo animal también se vio ligeramente mejorado con respecto a la de los peces, que trabajan solo con impulsos. En cambio el cerebro de los terrestres tenía más neuronas y podía relacionarse entre sí con una secuencia más larga de acciones. Tras unos 25 millones de generaciones, apareció una forma transicional que viva parte de su vida en el agua y parte en tierra firme, ellos serían los reptiles. Que aparecieron hace 300 millones de años. Los animales terrestres no poseían todavía ese deseable rasgo; la inteligencia no había aparecido aún sobre la tierra.
LOS COMIENZOS DE LA INTELIGENCIA Los antepasados de los mamíferos fueron una especie transitoria llamada terapsidos. Estos fueron animales evolucionados de sus antepasados crosopterigias, los primeros peses que salieron del agua, para explorar tierra firme. Estos terapsidos ya no eran animales que se arrastraban como sus antepasados, que lo hacían con los muñones de sus fuertes aletas laterales. Sino que ahora habían aparecido las patas, que mantenían el cuerpo suspendido, las articulaciones se doblaban paralelas al cuerpo y no hacia afuera, con lo que el cuerpo permanecía alzado del suelo durante la mayor parte del tiempo. Pero este animal, tenía que movilizarse para obtener comida, para buscar refugio en las noches, para huir de predadores; esta constante actividad produce calor incluso estando en inmóviles; por lo que cabe indicar que en esta etapa el calor corporal del terapsido aumentó. Este fue el primer paso para el metabolismo. Pero, durante el periodo en el cuál el terapsido gozaba de supremacía, otro tipo de animal, también descendiente de la misma estirpe ancestral, de reptiles que se arrastraban sobre su vientre, evolucionó al mismo tiempo aunque modelado sobre líneas muy distintas. Este nuevo tipo de animal era el dinosaurio. La línea evolutiva de los dinosaurios empezó hará unos 225 millones de años, durante el apogeo de los terapsidos. Los dinosaurios en un principio caminaban sobre sus cuatro patas como los demás reptiles, cambiaron gradualmente a una postura erguida (sobre dos patas), como lo hacen hoy en día la gente y los pájaros, caminaban y corrían sobre sus dos patas. ¿Tenían sangre caliente los dinosaurios?, se cree que tuvo que ser un elemento necesario, al menos para los dinosaurios más pequeños y más ágiles. La elástica construcción de esos reptiles sugiere un estilo de vida enormemente activo y un rápido gasto de energía. El único rasgo no habitual en la historia de los dinosaurios es el hecho de que justo cuando empezaba a evolucionar, la tierra entro en un periodo de clima
suave y comida abundante, lo que produjo que los dinosaurios adoptasen cuerpos enormes por unos 100 millones de años. Algunos se convirtieron en engordados devoradores de plantas y cayeron de nuevo en sus cuatro patas, obligados por su peso. Mientras los que eran carnívoros, también crecieron en tamaño y evolucionaron hasta convertirse finalmente en feroces predadores como el Tyrannosaurus rex. Con dos pisos de altura, cuyos muslos median 3,50 metros de diámetro y que poseía 60 afilados dientes situados en hileras en unas mandíbulas de 1,20 metros. El Tyrannosaurus y su familia fueron los animales más terribles que jamás haya visto el mundo. Los terapsidos no tenían forma de competir con los enormes dinosaurios carnívoros, por lo que su población fue reducida tanto en tamaño como en cantidad; quizá debido a que en cada generación las más grandes eran presas de los dinosaurios y así solamente variedades más pequeñas fueron las que sobrevivieron. Hace 180 millones de años, esos animales de del tamaño de una rata eran los únicos supervivientes de esa poderosa tribu de los terapsidos. Pero las furtivas criaturas parecidas a ratas ya no eran reptiles con rasgo de mamífero, sino que eran los primeros auténticos mamíferos.
PENSANDO EN LA OSCURIDAD Los primeros mamíferos eran probablemente nocturnos ya que tuvieron que merodear por la oscuridad para obtener alimento, y en el día tener que ocultarse de para protegerse de sus predadores. Eso explica como unos animales relativamente débiles e indefensos, pudieron sobrevivir durante el reinado de los dinosaurios. Los cráneos de esos primeros mamíferos revelan un hecho importante; esas pequeñas criaturas poseían cerebros relativamente grandes. Estos pequeños animales eran unos animales inteligentes, más inteligentes que otra criatura que haya evolucionado hasta ese momento sobre la tierra. La razón de que el tamaño del cerebro puede conducir a una confusión, veamos cuando más grande es el cuerpo del animal, más grande es la parte del cerebro que se utiliza para su control, lo contrario ocurría con los mamíferos pequeños, que eran animales pequeños y utilizaban una minúscula parte de su cerebro para controlar su cuerpo;
tenían lo suficiente materia gris para
almacenar recuerdos, para la planificación o aprendizaje por la experiencia y dar respuestas flexibles a condiciones cambiantes. Pero ¿Por qué los primeros mamíferos eran más “sesudos”, que sus contemporáneos los dinosaurios?, la respuesta se guarda probablemente relacionado con el estilo de vida que llevaban cada uno de ellos, por ejemplo el hecho de que el mamífero utilizaban más el olfato y el oído, para sobrevivir en la oscuridad, que el sentido de la vista. Olores y sonidos es algo distinto de las imágenes visuales, un olor por ejemplo no refleja el objeto en sí, tan solo da un indicio de su presencia; es una habilidad nacida de la experiencia misma. La vida en un mundo de olores plantea exigencias distintas al cerebro. Por ejemplo: una imagen visual ofrece toda su riqueza de información directamente al ojo; pero el olor no contiene detalles, un olor es más vago; son un conjunto de moléculas que actúan sobre receptores químicos en la nariz. Por lo que necesariamente se tiene que relacionar con nuestros recuerdos, para saber ante que nos encontramos.
Un agudo sentido del oído también era algo importante para los animales cuya vida activa transcurría en la oscuridad de la noche. El cerebro de un animal nocturno necesita poseer circuitos adicionales para interpretar los sonidos, fijar la dirección y compararlos con información de los demás sentidos. Así podemos ver por qué los cerebros de los mamíferos primitivos fueron pronto superiores a los cerebros de los dinosaurios. Pero, ¿Por qué los dinosaurios, tan maravillosamente diseñados para su tiempo, y que prosperaron tanto a lo largo de millones de años, desaparecieron de
la tierra?, se han aventurado algunas explicaciones como, que los
mamíferos robaban los huevos de los dinosaurios y se los comían; otros imaginan como explicación una catástrofe cósmica, una explicación menos espectacular sugiere que los dinosaurios no se adaptaron a los nuevos cambios de condiciones climáticas. Un animal pequeño e inteligente puede soportar esos nuevos cambios, tales como los climas fríos, templados y secos; porque su inteligencia le proporciona flexibilidad necesaria para idear nuevas estrategias de comportamiento, como la hibernación, entre otros.
EL CEREBRO VISUAL Un cerebro simple que controlara la visión, con respuestas automáticas a todo lo que veía, ya no era adecuado. El cerebro visual de los reptiles era un buen punto de partida, pero los mamíferos necesitaban más. El cerebro que evoluciono en respuesta a las nuevas exigencias era el menor y más completo hasta entonces reconocida. La aparición de este nuevo cerebro en los mamíferos marcó el segundo gran avance en la evolución de la inteligencia. El cerebro del mamífero consigue utilizando una memoria muy amplia y unos imaginativos circuitos de computación que le permiten aprender por la experiencia. La historia empieza con los experimentos con un cerebro sencillo: el cerebro de la rata. Este cerebro en similar al de los reptiles, pero unos 25 millones de años más antiguo y de alguna forma más primitivo. Al igual que los reptiles, la rana confía en cierta medida en el olfato y el tacto; pero depende principalmente de la vista para su supervivencia. Una rana vive y muere según la evidencia de sus ojos. Confía en su visión para ver el insecto que debe atrapar, el halcón que traza círculos sobre su cabeza, o de la serpiente que avanza entre la hierba. El ojo de la rana está conectado a su cerebro por un nervio óptico que le envía mensajes desde las células fotosíntesis de su retina. En algunos aspectos la retina es como la película de una cámara cinematográfica. Sin embargo los rayos de luz que inciden en la retina no dejan una imagen permanente de la escena, como hacen con un fotograma de una película. En vez de ello, la luz que incide sobre las células de la retina genera una serie de impulsos eléctricos que viajan a lo largo del nervio óptico y penetran en el cerebro. Esas señales eléctricas varían de un momento a otro, a medida que cambia la escena o el ojo mira a distintas direcciones. Cabría esperar que el cerebro recibiera una imagen detallada de la escena, la cual fuera de alguna manera desplegada y examinada por la mente, pero los experimentos han demostrado que el cerebro de una rana nunca llega a ver una imagen detallada. En la parte posterior de la retina de la rana hay un cierto
número de células nerviosas, o neuronas que trabajan como los distintos elementos que componen los ordenadores. Cada una de esas células está conectada a una pequeña porción de retina, y tan solo una parte de la escena global. La célula analiza la parte que puede ver y envía al cerebro, no la imagen de la retina, sino solamente algo cerca de esa imagen que cree que el cerebro de la rana tiene que saber. Según los experimentos realizados, esas células envían señales al cerebro de la rana si ocurre una de las cuatro cosas siguientes: Si un objetivo dotado de movimiento entra en el campo de visión de la rana. Si un objeto dotado de movimiento entra al campo de visión y se detiene ahí. Si el nivel general de iluminación en el campo de visión desciende bruscamente. Si un objeto escuro, pequeño o redondeado entra en el campo de visión de la rana y se mueve en él de una forma errática. Experimentos similares hechos con sapos han llevado a la conclusión de que su cerebro está orientado como un “detector de gusanos”. El cerebro del sapo responde a cualquier objeto largo, delgado o móvil (los elementos esénciales de un gusano) que entra en su campo de visión. Los cambios en la naturaleza en las ranas fueron imperceptibles de una generación a la siguiente, pero en el transcurso de millones de generaciones crearon un efectivo programa atrapainsectos en el cerebro de estos animales. Es interesante observar que, aunque ese cerebro es muy pequeño, incluso en proporción al pequeño cuerpo que lo cobija, es lo suficiente grande como para albergar los circuitos de ese programa atrapainsectos, así como el programa de detector de predadores. Ahí reside el problema de los cerebros pequeños: no tienen espacio para respuestas flexibles a nuevos desafíos y oportunidades. El cerebro de una rana o reptil contiene varios millones de neuronas, todas ellas orientadas a programas de comportamiento instintivo. El cerebro de una persona contiene también varios cientos d millones de neuronas, orientadas del mismo modo que
las neuronas del cerebro del reptil; de hecho, esas neuronas y su orientación han sido heredadas directamente de nuestros antepasados reptiles. Pero en el hombre, sobre este cerebro ancestral se asienta una más adicional de otros miles de millones de neuronas, completamente vacías y sin programar a su nacimiento, y preparadas para absorber toda una vida de aprendizaje y experiencia.
CAPITULO II CEREBROS Y ORDENADORES El cerebro piensa y el ordenador calcula, pero ambos dispositivos parecen funcionar
siguiendo los mismos pasos fundamentales en el razonamiento
lógico. La aritmética y las matemáticas en general pueden ser reducidas a esos pasos fundamentales. Los pasos lógicos básicos que sustentan tanto las matemáticas como el razonamiento lógico son sorprendentemente sencillos, como son: los llamados O e Y. Y en un nombre clave para el razonamiento lógico que dice: Si “a” y “b” sin ciertos, entonces “c” es cierto. Es un nombre para el razonamiento que dice: Si “a” es cierto o “b” es cierto, entonces “c” es cierto. Estas líneas de razonamiento pueden ser convertidas en circuitos eléctricos mediante dispositivos llamados “Puertas”. En un ordenador estas puertas están constituidas por componentes electrónicos, ya sean diodos o transistores. En cambio en los animales o humanos esas puertas son las neuronas o células nerviosas. Dentro de ese ordenador algunas puertas estarán preparadas como Y, y otras como O. luego nos hacemos las siguientes preguntas ¿cómo funcionan aritméticamente esos dos tipos de puertas? ¿Cómo sostienen la línea de razonamiento? Haber supongamos que en un ordenador tenemos que sumar “1” y “1” para conseguir “2”; esto significa que dentro del ordenador una puerta tiene dos cables, que desembocan en ella (puerta). Por un lado, representando
a “1” y “1”, y con un cable que emerge del otro lado, representando a “2”. Si la puerta ha sido preparada como Y, cuando reciba las señales eléctricas a lo largo de los dos cables “1”, enviará una señal de salida por el otro lado a lo largo del cable “2”. Esta puerta habrá sumado eléctricamente “1” y “1” y dará como resultado “2”. Un ordenador sencillo tiene todas las puertas unidas permanentemente entre sí, de modo que solo puede hacer las mismas tareas una y otra y otra vez. En cambio los ordenadores más grandes y complejos tienen mayor flexibilidad; ya que en ellos las conexiones entre las puertas pueden cambiarse y ser preparadas para efectuar en distintos momentos distintas cosas; en consecuencia, su repertorio es variable. Sin embargo, este ordenador tampoco es inteligente, ya que no posee una flexibilidad innata ya que la flexibilidad y la inteligencia residen en su programador. Pero un ordenador con una memoria muy amplia podría almacenar un conjunto de instrucciones muy amplia lo suficientemente grande como para permitirle aprender por experiencia. Y así trabajaría como un cerebro humano o animal, modificando su razonamiento a medida que va ganando experiencia. Los cerebros que pueden aprender poseen un principio de inteligencia, y los requisitos para este valiosísimo rasgo son: Primero, una memoria de buen tamaño. Y segundo una disposición del interior del cerebro que permita que los circuitos que conectan las puertas, puedan ser cambiadas por la experiencia de la vida. Hay algunos grandes ordenadores que tienen algunos de los atributos esenciales de un cerebro inteligente: Poseen amplias memorias Y puertas cuyas conexiones pueden ser modificadas por la experiencia. Sin embargo el razonamiento tiende a ser angosto. Por ello la riqueza del pensamiento depende en gran manera a la cantidad de “cables” que desembocaran en una puerta del cerebro. Cuando una de esas puertas “decide” abrirse habrán pasado por una gran y complicada entrada y salida de
datos procedentes de miles de otras puertas. Esta circunstancia explica cuál es la diferencia entre el pensamiento humano y el de un ordenador.
LOS CIRCUITOS EN EL CEREBRO Hasta en nuestros días hay algunos científicos que creen que la ciencia no podrá desentrañar o conocer todos los misterios de nuestro cerebro, tienen la sensación de que las conclusiones sacadas de los experimentos llevados a cabo con ranas y sapos no son una información valida aplicable a un cerebro inteligente como en de los humanos. Pero para otros esas conclusiones sacadas de experimentos llevadas a cabo con mamífero (el conejo el gato y el mono), son muy importantes, ya que con ello podemos ir conociendo un poco más a los cerebros, ya que han revelado como trabajan los circuitos del cerebro de estos animales superiores y probablemente el del hombre. Los experimentos hechos en los monos se basan principalmente en la visión, y probaron que los circuitos localizados inmediatamente detrás del ojo y son las que procesan las señales luminosas de la retina en una forma preliminar. Los circuitos de la visión en el cerebro de los mamíferos, son enormemente más ingeniosos que los circuitos existentes detrás del ojo de la rana. Esas células están dispuestas de tal modo que enviaran una señal al cerebro solamente cuando la mancha de vida, consista en un punto negro siluetado contra un fondo brillante o viceversa. Esto reduce la cantidad de detalle de la imagen, en consecuencia envía la imagen al cerebro
en forma de fotografía de alta calidad que ha sido
desintegrada en pequeños puntos para ser impresa. El millón de fibras nerviosas, o cables que salen del ojo están unidas a otro cable llamado nervio óptico. Este cable sale de la parte posterior del ojo hasta una parada intermedia, o estación de enlace, profundamente enterada en el cerebro. La corteza visual es el centro de la visión
del cerebro, y está dedicada
enteramente a la recepción y procesado de las señales que le transmiten el ojo. Esta corteza visual tiene un mapa detallado de la imagen vista por el ojo. Es como si el ojo fiera una cámara de televisión y la corteza visual un receptor conectado a esa cámara.
En la corteza visual se genera una gran cantidad de computaciones, estas computaciones en vez de limitarse a la identificación de puntos redondos y oscuros, pueden leer las letras de una página impresa. La parte de la corteza que hace esas computaciones es una capa en su superficie de unos dos milímetros y medio de espesor, esa capa computadora es la materia gris del cerebro. Debajo de esta capa se encuentra la región de más de un milímetro de groso, y de un color blanquecino, que contienen los cables, o fibras que van de una célula a otra. Los experimentos con cerebros de mamíferos han demostrado que la materia gris de la corteza visual contiene circuitos que efectúan diversos tipos de computaciones. Entre ellas las células que mandan fuertes señales solo cuando la imagen contiene una línea clara o que la limita. Esas son denominadas neuronas simples. Otros tipos semejantes de circuitos responden a líneas que apuntan en otras direcciones, dependiendo en la forma en la que estén, alineadas las manchas en la retina: Las neuronas simples detectan líneas y límites. Las neuronas hipercomplejas responden cuando su campo de visión contiene dos o más líneas que forman un ángulo. En las neuronas hipercomplejas parce que finaliza la jerarquía de computaciones que realiza el cerebro para determinar la forma de los objetos. Millones de confusas manchas han sido reducidas a bordes límites y ángulos; en un hermoso esquema que permite captar la forma efectiva y económica la esencia de una imagen sin indeseados detalles.
CAPITULO III EL SUCESOR DE NUESTRO CEREBRO Hoy en día el hombre cree que representa la cima de la creación sobre la tierra. Pero lo mismo ocurrió con los antiguos terapsidos, con los dinosaurios, los primeros mamíferos, siguiendo esta línea de evolución, llegamos a la conclusión de que en algún momento surgirá un ser superior a hombre. Y este destino puede que ya esté cercano a nosotros, ya que en el último millón de años, la fisonomía de hombre no ha cambiado mucho, por decir que el tamaño del cerebro no ha cambiado al menos en tamaño en los últimos 100 mil años. ¿Pero cómo, puede ser posible esto? Basándonos en la teoría de la evolución, parece improbable que de un momento a otro esa evolución que lleva unos 100 millones de años se detenga repentinamente; si el pasado sirve de guía para el futuro la humanidad está destinada a tener un sucesor aún más inteligente. Ante todo esto hay otra pregunta que debemos plantearnos la siguiente pregunta ¿Qué forma optara el sucesor nuestro sucesor?, a juzgar por la historia del hombre, nuestro sucesor será parecido a nosotros, la próxima especie de vida sobre la tierra, tendrá un cráneo enorme y unos músculos débiles. Según una visión, esta nueva especie superior se está creando en los laboratorios, de ciencias de la informática. Es una vida artificial, hechas de chips de cilicio, en vez de neuronas. Sin embargo piensa, recuerda, y aprende por experiencia y responde a los estímulos.
La sugerencia parece absurda ¿Cómo puede comparase la riqueza del pensamiento humano, con el pensamiento mecánico de un ordenador? Es cierto que los cerebros electrónicos todavía están en una etapa primitiva. Pero los nuevos modelos de cerebros mecánicos, sean capaces de seguir una discusión, hacer preguntas coherentes, componer música, poesías, etc. Típicos de un cerebro avanzado como de hombre. Estas cualidades son realmente admirables para un ordenador moderno: imita la vida como un mono electrónico. Dentro de algunos años, es probable que a los ordenadores los veamos como una naciente forma de vida, en competencia con el hombre. La superioridad cualitativa del cerebro, sobre los ordenadores actuales, es aún más sorprendente que su reducido tamaño. Cada puerta o célula del cerebro se halla directamente conectada a unas 100.000 de otras células o neuronas. Como resultado de esto ocurre la recuperación de la memoria, y es producido por comunicación subconsciente entre millares de otras células. Pero la memoria del ordenador en cambio es como un conjunto de compartimentos, alineados contra una pared sin ninguna capacidad de pensamiento en ninguno de ellos y sin conexión entre sí. Es claro que los ordenadores de hoy en día, son mini-cerebros en comparación con el cerebro humano, producto de la evolución de millones de años.
EL ORDENADOR PENSANTE Los cerebros humanos realizan cálculos aritméticos, pero los ordenadores lo hacen mejor debido a que fueron diseñados originalmente para esta finalidad. El cerebro evoluciono en una era donde efectuar complicadas operaciones no era necesario, solo tenían que ser contados con las manos. Es por eso esto que nuestro sistema aritmético, está en base diez, pero las computadoras su lenguaje sesta basado en un sistema binario de cero y unos; ya que ellos solo trabajan con los dos polos de sus diodos. Hoy en día, la mayoría de personas puede calcular siguiendo el sistema decimal, pero unos pocos, con dotes especiales en matemáticas pueden calcular en el sistema binario. Son aquellos que por accidentes del destino nacieron con unos circuitos cerebrales mejor preparados para vivir en un mundo de computadoras. Pocas personas pueden negar la superioridad de las computadoras, en aritmética y matemáticas, pero consideran difícil comprender como pueden hacer más que eso. ¿Cómo podrían pensar o razonar estas máquinas? Si bien parece imposible, hay programas que pueden llevar a cabo eso, y ha sido programado por el Dr. A. L. Samuel de IBM. Es un programa que le enseña al ordenador como jugar el ajedrez. El Dr. Samuel empezó el adiestramiento de su ordenador instruyéndole en las reglas del ajedrez. El ordenador almacena las reglas en su memoria. Luego le enseño el beneficio de la experiencia humana mediante una fórmula que le permitía calcular las fuerzas de sus posiciones en el tablero, para así tomar una decisión. En los últimos años se han estado realizando grandes avances en la tecnología informática, como el incrementó en el número de componentes electrónicos que pueden ser acoplados a un chip. Los chips son como neuronas en un cerebro humano unidos en un gran numero entre sí, integran el moderno electrónico. En estos últimos años han logrado unir en los chips circuitos de pensamientos y unidades de memoria.
Esta combinación de funciones es extremadamente importante debido a que un chip de memoria con capacidad de pensamiento puede ser conectado de modo que envié instrucciones a chips adyacentes y reciba información de ellos. En consecuencia cuando mandemos algunas instrucciones al banco de memorias, la computadora nos dará una respuesta, si está o no la información que estamos buscando o no. Con ello nos acercamos al tipo de recuerdos por asociación que se producen en la corteza cerebral y que constituye un elemento poderoso en el razonamiento humano. El cerebro responde a una simple petición de información detallada. Por lo tanto un ordenador circuitado de la misma forma que el cerebro, con los chips conectados a otros chips, asemejando a un auténtico cerebro humano, funcionara como una unidad, reflexionando en actividades cerebrales y mentales en un nivel “subconsciente” como pasa en el cerebro. En los últimos progresos
han conseguido en los chips un nuevo tipo de
pensamiento creativo en los ordenadores. Con una nueva técnica los chips han cambiado
el panorama. En ellos no hay cables, sino conexiones
microscópicas, que forman parte del propio chip. Con todos estos avances nos hacemos una pregunta. En algún momento ¿serán organismos vivos? La mayoría de la gente dirán que esta es imposible, puesto que no tiene sentimientos, tampoco emociones, no come, ni se mueve, ni crece y está hecho de metal y plástico, en vez de carne, huesos y músculos. Pero los sentimientos y emociones son algo que también se puede incorporar en un ordenador cuando sea necesario, de igual manera que cuando incorporó la naturaleza a nuestras partes más antiguas, del cerebro en aras de la supervivencia.
UN FIN Y UN PRINCIPIO La era de la vida basada en la química del carbono está encaminándose a su fin sobre la tierra y la nueva era de la vida estará basada en silicio está empezando. El matemático de Doartmouth Jhon Kemeny, un pionero en el uso de ordenadores, ve la relación definitiva entre hombres y ordenadores, como un simbiótico de dos especies vivientes, cada una de ellas dependiente de la otra para la supervivencia. Un ordenador, una forma de vida dedicada al pensamiento, cuidara a sus asociados humanos, los cuales subvendrán a sus necesidades corporales con electricidades y piezas de repuesto. A cambio el ordenador atenderá a las necesidades sociales y económicas del hombre. Pero según Kemeny, esta asociación no durara mucho. La inteligencia humana está cambiando lentamente, pero la capacidad de los ordenadores está creciendo a una velocidad fantástica, a una velocidad exponencial. Mientas esa inteligencia no biológica pueden incrementar su capacidad, siempre habrá alguien a su alrededor que les enseñe todo lo que sabe. Y si esta visión es exacta el hombre estará condenada a un estatus de subordinación en su propio planeta. Siguiendo la historia vieja de la tierra, la lucha por la supervivencia siempre se dio, y los de mayor cerebro siempre son los que han dominado. Entonces el destino situara al hombre en el papel del dinosaurio. Entonces surge una pregunta ¿Qué podemos hacer al respecto? La respuesta seria obvia: desenchufe. Pero vivimos en un mundo donde dependemos de las maquinas, por lo tanto si desconectamos el resultado será el caos. Así que no hay vuelta atrás. Pero ante este caso, quizá el cerebro humano empiece a evolucionar de nuevo presionado, por la competencia entre las especies. La historia de la vida apoya esta idea. Eso explicaría un poco por qué el cerebro humano se ha desarrollado muy poco en los millones de años, ya que no ha estado bajo presión, por otra especia superior a él.
Este tipo de evolución, como ya ha demostrado la corta historia de los ordenadores, puede seguir a un ritmo endiablado. Vemos ahora por qué el cerebro humano no alcanzara la rápida evolución del ordenador. Una gran autoridad para hablar sobre el tema de cerebros artificiales Marvin Minsky, el cree que aparecerá una maquina con la inteligencia media… el cual empezara a educarse por sí sola, en unos cuantos meses será un genio, y en otros más tendrá un poder incalculable, después de eso dice Minsky si tenemos suerte, puede que nos conserven como animales de compañía. ¿Pero no habrá una salida? Quizá el hombre pueda unir sus fuerzas a las del ordenador, para crear un cerebro que combine la sabiduría del hombre y el poder de la máquina. Esta inteligencia híbrida seria progenitora de una nueva raza, que empezaría a un nivel humano de realización y partiría de ahí. No sería un fin, sino un nuevo comienzo. Ya se ha estado haciendo, investigaciones relacionado con un cerebro biónica, en un reciente experimento, conectaron electrodos en la parte trasera del cerebro de un individuo, justo encima del centro de la visión. Descubrieron que esta región emitía esquemas eléctricos distintos, según lo que el sujeto estuviera mirando. Círculos, cuadrados, líneas rectas,... Cada uno tenía un esquema eléctrico propio. Con la unión de la máquina y el humano, la maquina será el cuerpo, y él será la mente de la máquina. Con esta unión se habrá creado una nueva forma de existencia, tan bien diseñada para la vida del futuro. Protegida por el caparazón de cilicio, y sin sentirse constreñido, por el ciclo de la vida, y la muerte de un organismo biológico, este tipo de vida podrá ser eterna.
BIBLIOGRAFÍA
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